CONICET. Argentina)

Para citar este texto: FOGELMAN, Patricia. NOTA PRELIMINAR al documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador,

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EDUARDO DANIEL OVIEDO INVESTIGADOR CONICET ARGENTINA
BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO DEPARTAMENTO DE INTEGRACION Y PROGRAMAS REGIONALES INSTITUTO PARA LA INTEGRACION DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

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Para citar este texto: FOGELMAN, Patricia. NOTA PRELIMINAR al documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado en 1980. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América Latina. Vol. 2. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 2. Instituto Ravignani, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2010. pp. 164-168.

PRESENTACIÓN del documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado en 1980. Patricia FOGELMAN (Coordinadora de GERE, UBA / UNLu / CONICET. Argentina) El 24 de marzo de 1980, el arzobispo de El Salvador Monseñor Oscar Arnulfo Romero, fue asesinado por un escuadrón ultraderechista probablemente bajo las órdenes del mayor Roberto d’ Aubuisson, mientras celebraba una misa de Difuntos en la capilla del hospital de La Divina Providencia, en la colonia Miramonte de San Salvador. Luego, durante su funeral, el Ejército disparó contra el cortejo matando 35 personas más. Este despliegue feroz de violencia formó parte de un largo proceso de represión que sufrió el pueblo salvadoreño, el cual había sido gobernado tradicionalmente por una elite de familias terratenientes de cierto corte liberal que, tras la crisis de 1930, fue cediendo el control político a los militares. Éstos, tras un golpe de Estado, tomaron el poder en 1931 y persiguieron brutalmente a los comunistas - encabezados por Farabundo Martí - y a cualquier intento de reacción de parte de los campesinos, especialmente, sofocando una insurrección de indígenas y mestizos de las áreas cafetaleras, durante 1932. Hacia 1980, cuando asesinaron a Romero, los militares salvadoreños llevaban casi 50 años en el poder… y contaban con el dudoso – y estremecedor - privilegio de ser la dictadura más larga de Latinoamérica. Si bien se realizaban elecciones presidenciales, se trataban de estratagemas políticas mediante las cuales el control siempre quedaba en manos de los “generales-presidentes”, llegando – incluso – a suprimir la figura constitucional del presidente durante la revolución de 1979. La falsa legalidad de los gobiernos salvadoreños mantenía a los campesinos en la pobreza y la opresión, pero no dejaron de encenderse reacciones de parte de grupos enraizados en ideas marxistas y en idearios cristianos liberacionistas. La presencia de la violencia de Estado, de los escuadrones de la muerte por un lado, junto con la guerrilla opositora (principalmente el FMLN) y las denuncias y reclamos de los 164

Para citar este texto: FOGELMAN, Patricia. NOTA PRELIMINAR al documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado en 1980. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América Latina. Vol. 2. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 2. Instituto Ravignani, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2010. pp. 164-168.

sacerdotes – muchos de ellos, jesuitas – que encabezaron las organizaciones y las protestas del campesinado, hizo que el terreno salvadoreño se convirtiera en un polvorín durante los años setenta y los primeros años de los ochenta. La voz de algunos sacerdotes y obispos comenzó a tornarse peligrosa al régimen y comenzaron los asesinatos alcanzando las filas de la Iglesia. La muerte de sacerdotes y monjas norteamericanas (que fueron violadas por los paramilitares, antes de asesinarlas), hizo que campesinos y estudiantes universitarios reaccionaran amalgamándose fuertemente contra el brutal gobierno. Y que las fuerzas armadas revolucionarias alcanzaran un creciente apoyo. Tal como hemos anunciado, una de las más famosas víctimas de la violencia de Estado perpetrada en Latinoamérica fue, precisamente, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero. Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, nacido en 1917, conocido como Monseñor Romero, tenía un pasado conservador – cercano al Opus Dei – y un accionar que inicialmente no acompañaba las demandas de justicia de los campesinos ni de los sacerdotes jesuitas como Jon Sobrino. El 3 de febrero de 1977, fue nombrado por el Papa Pablo VI como Arzobispo de San Salvador, para suceder a Monseñor Luis Chávez y González, ante las miradas desconfiadas de los sacerdotes que, en su país, habían abrazado “la opción preferencial por los pobres”. Sin embargo, el recrudecimiento de la violencia y los crímenes del Gobierno fueron acercándolo paulatinamente a esta causa, llegando a apoyar públicamente al movimiento de reacción contra los militares y defendiendo vigorosamente al campesinado contra los atropellos que los soldados cometían contra los indígenas y mestizos pobres. Fue, probablemente, a partir del asesinato de su colega el padre Rutilio Grande, S. J. - amigo íntimo ultimado en la ciudad de Aguilares junto a dos campesinos - , que Monseñor Romero dio un giro a su acción eclesial y política. Rutilio Grande estuvo cuatro años al frente de la parroquia de Aguilares y allí promovió la creación de comunidades cristianas de base (CEBs) y la organización de los campesinos de la zona. La crueldad de su asesinato y la ocasión de su velatorio acercó a Romero al encuentro con otras voces de la Iglesia y fue en este contexto que el Arzobispo tomó conciencia de que los militares del gobierno y la derecha de la 165

Para citar este texto: FOGELMAN, Patricia. NOTA PRELIMINAR al documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado en 1980. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América Latina. Vol. 2. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 2. Instituto Ravignani, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2010. pp. 164-168.

Iglesia estaban en contra y no a favor de los pobres, y que el compromiso de los sacerdotes – en la lógica del discurso cristiano – era estar del lado de éstos. Por eso, su desempeño durante los últimos tres años, fue de un compromiso cada vez más notorio con la denuncia y la reivindicación de los derechos humanos y sociales de los pobres de El Salvador. En ese sentido, su presencia en el plano nacional y su proyección latinoamericana (donde su figura hizo parte de todo un clima de efervescencia liberacionista) cobró enorme popularidad, haciéndose un blanco cada vez más visible para los militares, y fue amenazado varias veces. No obstante, siguió haciendo homilías de denuncia social, de reclamo de justicia y de exigencia del respeto por los derechos humanos. Un día antes de ser asesinado, y pese a las alertas que se le habían dado al respecto, dio una breve homilía donde pidió, rogó y ordenó - en nombre de Dios - que cesara la violencia. La respuesta de sangre le llegó al día siguiente, durante una misa de difuntos. Esa homilía contra la represión militar es el documento sonoro que hemos escogido para esta sección Archivo Digital de Vitral Monográfico. Se trata de una grabación de aproximadamente 5 minutos de duración, que es un testimonio oral riquísimo para comprender el cuadro de tensiones y conflictos que atravesaban la sociedad salvadoreña, donde soldados - pobres, en su mayoría – disparaban contra otros pobres; donde el poder militar junto a las elites cafetaleras y los grupos ultramontanos de la Iglesia acorralaron con las armas a los campesinos y a los sacerdotes disidentes, muchos de los cuales, también apoyaron la toma de las armas, como una respuesta a las tiranías. Pero vale decir, que no fue ese precisamente el caso de Romero: él no llegó a incitar a las armas, sino que fue un vocero denunciando vigorosamente la injusticia, al precio de ser tachado de comunista (a pesar de sus orígenes), siendo plenamente consciente del riesgo que elegía correr. Contrariamente a lo que pasó en los primeros años posteriores a su muerte, donde su figura sólo era reivindicada por la corriente liberacionista, con el paso del tiempo, la Iglesia en su conjunto ha recuperado muchas de sus aristas, como se evidencia en los múltiples homenajes que a lo largo de este año se le rindieron al cumplirse treinta años de su asesinato. Reivindicación que lleva consigo el riesgo de que su 166

Para citar este texto: FOGELMAN, Patricia. NOTA PRELIMINAR al documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado en 1980. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América Latina. Vol. 2. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 2. Instituto Ravignani, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2010. pp. 164-168.

“martirologio” lo desplace hacia un lugar de privilegio entre los santos de la Iglesia contemporánea, neutralizando la vigencia actual de sus denuncias en contextos donde la injusticia social y política no ha cesado. Más allá de los fuertes sentimientos que despertará en quienes escuchen este documento como testimonio – y más allá de sus posiciones personales respecto de las políticas eclesiales, por supuesto – hemos escogido editar esta grabación porque nos reporta un caudal de información que permite múltiples abordajes - incluso disciplinarios, y puede ser incorporada a una confrontación con otras fuentes de la historia política salvadoreña y latinoamericana, llamándonos irresistiblemente a la ampliación de lecturas sobre la biografía de este personaje histórico y destacado en el derrotero de las reivindicaciones

sociales que, sin duda, fue el Arzobismo

“Monseñor” Oscar Arnulfo Romero.

Bibliografía básica sobre Monseñor Romero: LÓPEZ VIGIL, María. Piezas para un retrato. San Salvador: UCA Editores, 2001 [1993]. LÖWY, Michael. Guerra de Dioses. Religión y Política en América Latina. México: Siglo XXI, 1999. MOROZZO DELLA ROCCA, Roberto. Primero Dios, vida de monseñor Romero. Buenos Aires: Edhasa, 2010. SOBRINO, Jon. Monseñor Romero. San Salvador: UCA Editores, 2001 [1989].

Película recomendada: ROMERO. Dirección: John Duigan. Guión: John Sacret Young. País: Estados Unidos. Año: 1989. Duración: 94 minutos.

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Para citar este texto: FOGELMAN, Patricia. NOTA PRELIMINAR al documento “¡CESE LA REPRESIÓN!”, grabación de una homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado en 1980. En: PROHAL MONOGRÁFICO, Revista del Programa de Historia de América Latina. Vol. 2. Primera Sección: Vitral Monográfico Nro. 2. Instituto Ravignani, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2010. pp. 164-168.

TRANSCRIPCIÓN DE UN FRAGMENTO DEL DOCUMENTO SONORO “¡CESE LA REPRESIÓN!”, correspondiente a la grabación de la homilía del Arzobispo de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, un día antes de ser asesinado (el 23 de marzo de 1980).

Fragmento: llamamiento al Ejército salvadoreño del: “[…] Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión! […]”. Monseñor Oscar Romero

Se puede escuchar el documento completo (5 min.) que incluye este fragmento, volviendo a la sección Archivo Digital y haciendo click sobre la foto de Romero marcada con un parlante. 168

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