El papel del conocimiento en el nuevo capitalismo. Lecciones de desarrollo de México y Corea del Sur en la industria electrónica

El papel del conocimiento en el nuevo capitalismo. Lecciones de desarrollo de México y Corea del Sur en la industria electrónica PATY AIDÉ MONTIEL MAR

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El papel del conocimiento en el nuevo capitalismo. Lecciones de desarrollo de México y Corea del Sur en la industria electrónica PATY AIDÉ MONTIEL MARTÍNEZ1

Introducción A partir de 1950 se observan cambios importantes a nivel mundial en términos de reproducción de la sociedad, en la que la generación y transferencia del conocimiento se convierte en un elemento esencial y característico. Los países se han integrado a esta condición mundial a través de diferentes modos de desarrollo nacional y/o regional generando resultados disímiles; el caso de

México, en general, no ha sido exitoso a diferencia de otros países asiáticos cuyas

experiencias hacen repensar las posibilidades de desarrollo a partir del aprendizaje. Este trabajo se propone responder: ¿Cuáles son las lecciones de desarrollo que se abstraen de la experiencia asiática para el caso del estado de Jalisco en México que ha mostrado cierto dinamismo en el campo de la electrónica, y la informática? A continuación se describirán dos trayectorias distintas; una seguida por un conjunto de países del Sudeste Asiático y la otra por países Latinoamericanos, a partir de esos hechos abstraer de la experiencia Sudcoreana las lecciones de desarrollo y posteriormente dar cuenta del caso en el estado de Jalisco, México.

Dos trayectorias de desarrollo distinto: Sudeste asiático y América Latina En el marco del cambio mundial, los requisitos para llevar a cabo el desarrollo económico también se han modificado al estilo de la metáfora de las oportunidades de desarrollo como blanco móvil (PÉREZ, 2001). Es decir, se trata de la capacidad de desarrollar estrategias con base en la acumulación de capacidades tecnológicas y sociales que aprovechen la doble ventana 1

Doctoranda de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, México.

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de oportunidad que se abre en la transición entre una oleada de desarrollo y otra, en la que las viejas tecnologías (paradigma tecno-económico) de los países desarrollados se difunden hacia los países atrasados y que coincide con la generación y desarrollo en los países centrales de nuevas tecnologías las cuales se encuentran relativamente con menos dificultad de acceso para los atrasados. Por lo anterior, aunque la inserción de los países a la actual fase de desarrollo capitalista –a la que podríamos denominar ―capitalismo del conocimiento‖ por ser la generación y transferencia de conocimiento el insumo clave del capitalismo actual (ORDÓÑEZ, 2004) — ha sido con base en diferentes estrategias y con distintos resultados, la integración pasa por el papel que cada país ha ocupado en el campo de la electrónica y en particular en el patrón industrial del sector electrónico-informático2 y, a su vez, por el acento que las naciones le han puesto al uso intensivo del conocimiento para desarrollar dicho sector como parte de su propia estrategia de desarrollo nacional. Como resultado de estrategias distintas y en ocasiones divergentes que los países atrasados han llevado a cabo, se identifican claramente dos trayectorias: Una ―no exitosa‖ representada por un conjunto de países de América Latina, y la otra ―exitosa‖ de otro conjunto de países del Sudeste Asiático. Como se observa en la Gráfica 1, en la década de 1950 México, Brasil, Japón, Singapur y Hong Kong tienen un

PIB

per-cápita muy similar, alrededor del 20% del de Estados Unidos, incluso

Argentina se coloca por encima representando el 52%; en esa misma década el

PIB

per-cápita de

Corea del Sur, China e India no representaba ni el 10% del de Estados Unidos. Veinte años 2

Aunque este patrón industrial de finales del siglo XX no tiene una denominación unívoca, pues se le ha denominado ―industria electrónica‖ (que podría dejar de lado las telecomunicaciones), o ―industria informática‖ (que podría dejar afuera la electrónica industrial) o ―industrias de las tecnologías de la información y las comunicaciones‖ en este trabajo se podría adoptar la denominación de Sector Electrónico-Informático (SE-I) debido a que incorpora uno y otros elementos. Los subsectores que conforman a este sector son: componentes electrónicos básicos; equipo de procesamiento de datos; equipo comunicaciones; equipo industrial y científico; equipo electrónico de consumo; equipo militar y espacial; software y servicios de computación; y servicios de comunicaciones (DABAT & ORDÓÑEZ, 2009: 33)

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después, en 1970, Argentina ha descendido a 48%, mientras que México y Brasil a penas y cerraron muy ligeramente la brecha con Estados Unidos; sin embargo, Japón cuenta con un

PIB

per-cápita que ya representa casi el 65% del de Estados Unidos mientras que Taiwán, HongKong, Singapur y Corea del Sur han cerrado la brecha significativamente, quedando China e India aún con un atraso considerable. En la década de 1980, Hong Kong (con el 56%) y Singapur (con el 48%) se unen a Japón al dejar atrás al conjunto de países latinoamericanos, Argentina sigue ampliando ligeramente su brecha con Estados Unidos mientras que México y Brasil la han cerrado ligeramente, pero siendo alcanzados por Taiwán y Corea del Sur, mientras tanto China e India mantienen la misma brecha de la década anterior de alrededor del 5%.

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Gráfica 1: Brecha internacional(1) de países seleccionados respecto a Estados Unidos 120,00 100,00 80,00 60,00 40,00 20,00 0,00

1950

1960

1970

1980

1990

2000

2010

Estados Unidos

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

México

24,74

27,85

28,74

34,02

26,23

25,35

25,30

Argentina

52,16

49,08

48,58

44,17

27,73

29,30

33,64

Brasil

17,48

20,61

20,34

27,96

21,21

18,88

22,56

Japón

20,09

35,19

64,63

72,28

80,99

71,36

71,94

Taiwán

9,58

11,95

16,88

28,31

42,84

57,93

76,39

Hong Kong

23,20

27,66

37,89

56,54

75,60

76,76

100,77

Singapur

23,21

20,39

29,54

48,76

61,29

74,08

95,23

Corea del Sur

8,93

10,83

14,42

22,15

37,52

52,25

71,17

China

4,69

5,84

5,18

5,71

8,06

11,92

26,34

India

6,47

6,65

5,78

5,05

5,64

6,56

11,06

Fuente: Elaboración propia con base en The Maddison-Project, http://www.ggdc.net/maddison/ma ddisonproject/home.htm, 2013 version Notas: (1) La brecha internacional se define como la distancia entre dos naciones en términos de su Producto Interno Bruto. En este caso, se ha comparado el PIB per-cápita de países seleccionados como proporción del PIB per-cápita de Estados Unidos.

La década de 1990 es mucho más clara al mostrar la divergencia entre el conjunto de países asiáticos y latinoamericanos; Taiwán y Corea del Sur superan a los países latinoamericanos, representando el 42% y el 37% respectivamente del

PIB

per-cápita de Estados Unidos, mientras

que Brasil y México se encuentran prácticamente en el mismo lugar que cuarenta años antes, pero esta vez se les une Argentina. Hacia inicios del siglo

XXI,

la tendencia de los países del

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Sudeste Asiático ha sido la de cerrar constantemente la brecha internacional, representado su PIB per-cápita entre el 70% y poco más del 100% del de Estados Unidos y aunque China e India aún no superan a los países latinoamericanos, en estas últimas dos décadas han mostrado un comportamiento similar a los del Sudeste Asiático de las décadas de 1960-1980, en cambio México y Brasil se encuentran prácticamente en el mismo lugar que sesenta años atrás con Argentina como compañía. Por estos hechos, los países del Sudeste Asiático se han convertido en objeto de estudio referente del desarrollo económico actual. En términos de Pérez (2001) los del Sudeste Asiático se han insertado de mejor manera al contexto del desarrollo de la quinta revolución tecnológica. En este texto nos concentraremos en el caso de Corea del Sur.

Lecciones de desarrollo del Sudeste Asiático: La experiencia de Corea del Sur Es posible decir, con base en Hikino y Amsden (1995), que a diferencia de los países avanzados en el siglo XIX cuyo despegue lo realizaron con base en la innovación, en el siglo XX los asiáticos han evolucionado como ―aprendices‖, tomando la tecnología que ya existía en las empresas de los países desarrollados; así como lo explica Pérez (2004) aprovechando un aspecto de la doble ventana de oportunidad que se abre en la transición entre una oleada de desarrollo y otra, en la que las viejas tecnologías (paradigma tecno-económico) se difunde hacia los países atrasados. Sin embargo, al revisar los resultados expuestos en la primera parte del texto surgen las siguientes preguntas ¿qué permitió que los países asiáticos siguieran una estrategia de desarrollo basada en el aprendizaje? ¿Por qué los países latinoamericanos, especialmente México, no optaron por esa estrategia? A la primera pregunta, Chalmers (1991) sugiere una respuesta basada en la comprensión de las fuerzas sociopolíticas que han impulsado el crecimiento económico de estos países, y critica a las teorías que se centran en la influencia de los ―valores culturales tradicionales‖ como podrían ser las ideas confucianitsas. Para este autor, no es sino la decisión política consciente de industrializarse el factor al que hay que poner atención como lo

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demuestran Alexander Gerschenkron (1973), Alice Amsden (1989) o Robert Wade (1999). Respecto a la segunda cuestión, Amílcar Herrera (1973/1995) propone la hipótesis de que en América Latina no se llevó a cabo un proceso de construcción de un sistema de I+D de características dinámicas para elevar la productividad industrial y agrícola debido a la persistencia en los grupos dirigentes de la vieja concepción del papel de la ciencia en el desarrollo y a la desconfianza hacia todo posible elemento de cambio que los restrinja de los beneficios del status quo. En cambio, en Corea del Sur, la estrategia basada en el aprendizaje ha sido dirigida por la constitución de un Estado desarrollista que nació en condiciones históricas muy determinadas y ha tenido la característica de impulsar procesos de aprendizaje tecnológico e institucional.

Contexto histórico y condiciones sociopolíticas previas al despegue Sudcoreano Para entender el relativo ―éxito‖ de los países asiáticos, se deben tener en consideración procesos y actores históricos que intervinieron en el desarrollo de su trayectoria. Un primer proceso histórico con fuertes impactos en la estructura económica mundial, ha sido los cambios en la forma de producción del capitalismo mundial a partir de la incorporación de la revolución tecnológica de la electrónica, informática, y las comunicaciones que en el último tercio del siglo

XX

modificó las condiciones de competitividad mundial para todos los países

(DABAT, 2002; CASTELLS, 1999, vol. I), lo cual cambió la organización productiva intraempresarial e interempresarial al dividir los procesos de producción en cadenas (GEREFFI, 2001) o redes productivas globales (ERNST, 2003). Asimismo, este proceso histórico del cambio tecnológico en la producción ha rearticulado nuevas y viejas industrias para dar origen a un nuevo patrón industrial basado en la electrónica, la informática y las telecomunicaciones lo que ha sustituido al anterior patrón industrial metalmecánico y petroquímico de las dos décadas posteriores a la Segunda Posguerra (FAJNZYLBER, 1983). En resumen, las condiciones para llevar a cabo un proceso de crecimiento y desarrollo económico cambiaron drásticamente a partir de la década de 1970 a nivel mundial.

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Ante este proceso histórico mundial, se consideran las relaciones que el Sudeste Asiático, en particular Corea del Sur, ha tenido con Japón y Estados Unidos. En el primer caso, se trata de un país cuya influencia en la región ha sido determinante; fue la potencia imperialista que le impuso a la dinastía Yi (1392-1910) de Corea en 1876 un régimen de ―libre comercio‖ que prohibía poner barreras arancelarias a los productos japoneses lo que hizo declinar la naciente industria artesanal coreana, y en 1905 la convierte en un protectorado y en 1910 efectúa su anexión hasta 1945 (RIVERA RÍOS, 2014: 214). En el segundo caso, Estados Unidos intervino tras la Segunda Guerra Mundial con masiva ayuda económica a Corea del Sur que permitió crear una economía moderna ante el temor de la expansión del comunismo asiático (1948-1960). La evaluación del impacto de la ocupación japonesa en la modernización coreana es contradictoria. Los japoneses desmantelaron las instituciones de 1000 años de reglas dinásticas: abolición de la esclavitud, codificación de la ley civil, separación de la casa real de los asuntos del estado, proscripción de todas las formas de discriminación contra plebeyos, abolición de exámenes nacionales de orientación confuciana, adopción de un nuevo sistema de impuestos basado en pagos en efectivo, separación de las funciones judiciales del departamento ejecutivo, institución de un sistema de cortes independiente, legalización de segundas nupcias. (AMSDEN, 1989: 32). Paradójicamente, el colonialismo removió viejos obstáculos a la industrialización. En este periodo no desarrolló capacidades de aprendizaje tecnológico, la educación japonesa de alto nivel se dirigía a asimilar intelectualmente a los coreanos, sin que hubiese salidas productivas. No había competencia con las manufacturas japonesas. Entre 1910 y 1920, la industria en Corea fue discriminada en conjunto por los japoneses en favor de la agricultura, después del levantamiento del 1 de marzo 19193, un estrato de capitalistas coreanos se cultivó deliberadamente para una mayor colaboración. Con poca asistencia, una clase empresarial emergió, conformada por la élite Yangban y de la clase plebeya. Los nuevos empresarios fueron 3

Día en que 33 estudiantes leyeron una declaración de independencia y que motivó la movilización de masas coreanas a lo largo del país, y que fueron fuertemente reprimidas por los militares japoneses.

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suficientes en número para incrementar la élite endógena; del arrendador y erudito antes de la ocupación al propietario, hombre de negocios, e intelectual después de ésta (Ibid: 33). El objetivo del gobierno colonial japonés fue incrementar sus rentas por impuestos a la tierra; por lo que creó una burocracia poderosa a partir de una reforma a la tierra después de 1910. Una burocracia altamente centralizada alcanzó los niveles más recónditos. Esta reforma representaba un paso hacia la sustitución del mercado por la fuerza bruta como mecanismo para inducir una alta productividad; el Estado recolectaba los impuestos de los terratenientes y los terratenientes de sus inquilinos; así el Estado aparecía como la fuerza que incrementaba la productividad coercitivamente. También significaba el establecimiento de derechos de propiedad y la desposesión del campesinado (Ibid: 34). En los últimos años de ocupación japonesa estalló de Segunda Guerra Mundial y posteriormente la Guerra Civil (1950-1953), aunque las guerras rompieron con siglos de estabilidad el establecimiento de una trayectoria de desarrollo le llevó prácticamente una década. Los intereses geopolíticos de Estados Unidos jugaron un papel estabilizador (RIVERA RÍOS, 2014: 216)

La construcción del Estado desarrollista Sudcoreano En la construcción Sudcoreana de un Estado con características desarrollistas intervinieron actores y procesos exógenos, como lo es las condiciones de la Guerra Fría y el papel de Estados Unidos, así como las instituciones y grupos al interior de Corea del Sur. La intervención Estadounidense no sólo consistió en la ayuda económica sino también apoyó grupos políticos anticomunistas (como el Partido Democrático Coreano); así, el nuevo grupo dirigente se constituía por los descendientes de la élite Yangban, así como aliados civiles y militares Estadounidenses que llevaron a cabo una reforma agraria radical y mantuvieron la estabilidad macroeconómica. En la década de 1950 se consolidó el embrión de la nueva élite dirigente bajo el mando corrupto de Syngman Rhee, quien en 1961 recibió un golpe de estado liderado por el general Park Chung Hee –quien a su vez fue asesinado hacia 1979—, alentado y

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apoyado por Estados Unidos, aunque según Rivera Ríos (2014) perdió el control del proceso posterior. Es de llamar significativamente la atención que el periodo posterior al golpe de estado y del establecimiento de un Estado Desarrollista aunque autoritario, coincide con el despegue del crecimiento económico de este país. La paradoja entre crecimiento y desarrollo económico y democracia no se resuelve en este caso, al contrario, es el ejemplo de que el crecimiento económico se ha logrado a través del establecimiento de un Estado autoritario y que el camino a la democracia le haría perder el control sobre el proceso de industrialización y sus saldos (CHALMERS, 1991). Esta es una lección controvertida en la que aún habría que explorar con mayor detalle; sin embargo, este tipo de Estado ha dirigido procesos de aprendizaje planteándose metas de desarrollo económico a largo plazo.

El aprendizaje tecnológico e institucional Dabat y Ordóñez explican que Corea del Sur, junto con Taiwán, Singapur y Hong Kong, luego Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas se integraron a la nueva división internacional del trabajo a partir de la industria del vestido y luego de la electrónica y ascendieron tempranamente en las cadenas del sector electrónico-informático. Primero en la industria electrónica de consumo, por la influencia de Japón en las décadas de 1970 y 1980, y luego hacia fines de 1980 y durante la década de 1990 avanzaron hacia un conjunto amplio de eslabonamientos intermedios de la nueva industria electrónica, incluyendo computadoras personales, circuitos de memoria y otros sectores más novedosos como disco duro, equipo de comunicación, e incluso software. A través de un proceso de aprendizaje tecnológico –mencionan los autores—este conjunto de países avanzaron de la exportación de productos manufacturados intensivos en trabajo hacia productos intensivos en capital e intensivos en conocimiento; además desarrollaron nuevos eslabones productivos, redes interempresariales trasnacionales, así como relaciones comerciales intrarregionales, sustentadas cada vez más en empresas y cadenas productivas nativas y regionales. (DABAT Y ORDÓÑEZ, 2009: 56-60).

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En el proceso de aprendizaje tecnológico la Inversión Extranjera Directa (IED) no jugó un papel importante como recurso de capital y tecnología, ésta fue restringida por el gobierno coreano en varios sentidos como por ejemplo la restricción de propiedad, la restricción de la repatriación, requerimiento de transferencia tecnológica, el requisito de exportación, etc.; por lo que de 1962 a 1982, la IED tan sólo representó el 4% del total acumulado de capital extranjero de largo plazo de Corea del Sur, mientras que a inicios de la década de 1970 en todos los países en desarrollo representaba entre el 10-20% (CHUNG, 2010:336). Para financiar las inversiones industriales, el gobierno de Corea del Sur optó por préstamos externos a largo plazo (generalmente de Estados Unidos) y los colocó en industrias seleccionadas, e importó bienes de capital extranjero y llave en mano de industrias tardías para hacerse de las tecnologías necesarias. En el caso de las industrias ligeras como del calzado, ropa, textiles y algunos productos intermedios para la sustitución de importaciones, las principales fuentes de aprendizaje tecnológico fuern los acuerdos de producción con las empresas fabricantes de equipo original (Original Equipment Manufacturer, OEM); las cuales ofrecían oportunidades de trabajar con los compradores extranjeros que proporcionaban todo, desde diseños y materiales para el control de calidad al finalizar el proceso de producción. Especialmente así fue en el caso de las prendas de vestir y en las industrias de la electrónica. (CHUNG, 2010:336). Así como el ―Ministry of International Trade and Industry‖ (MITI) de Japón fue central para dirigir la estrategia de desarrollo de ese país (FREEMAN, 1987: 33-37), el ―Ministry of Science and Technology‖ (MOST) de Corea del Sur fue creado en 1968 como la agencia central del gobierno responsable de la política de ciencia y tecnología, un año antes se promulgaron la Ley de Ciencia y Tecnología y la Ley de Educación Científica como la base legal de la política gubernamental para el desarrollo de ciencia y tecnología; también en 1967, el gobierno estableció el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST, por sus siglas en inglés). En 1970, el gobierno promulgó la Ley del Instituto Avanzado Coreano de Ciencias, sobre la cual se fundó el Instituto Avanzado Coreano de Ciencias (KAIS, actual

KAIST).

El

KIST

organización en Corea del Sur para la I+D en estricto sentido, mientras que el

fue la primera

KAIS

fue el primer

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sistema de educación de posgrado en Corea de Sur. Fue también en la década de 1970 que varios Institutos de Investigación Gubernamental se establecieron para asistir a la industria en la absorción y asimilación de tecnologías. En la primera etapa de desarrollo, estas instituciones hicieron dos importantes contribuciones: primero, ayudaron a adquirir nuevas tecnologías, y segundo, contribuyeron a la capacidad endógena de I+D al traer de vuelta a muchos científicos e ingenieros establecidos en el extranjero. (Ibid: 337).

La inserción Jaliciense al capitalismo del conocimiento A pesar de la situación general de México en relación a los países asiáticos, podemos mencionar los resultados de varias investigaciones realizadas en Guadalajara, Jalisco, en México4 desde la década de 1980 hasta la actualidad respecto a la inserción al ―capitalismo del conocimiento‖ de esta región. Estas investigaciones coinciden en caracterizar a la región por su dinamismo económico relacionado con procesos de conocimiento y aprendizaje tecnológico a través de la vía de la subcontratación internacional, por lo que el asentamiento de empresas como Intel, AT&T, HP,

IBM,

Continental, entre otras, han impulsado el desarrollo de ―procesos de aprendizaje

local‖. Además, ha podido mantenerse en la batalla internacional a pesar de la crisis económica del propio sector electrónico e informático de 2001-2002 y de la crisis 2007-2008. Al parecer, según Ordóñez, esto se ha debido a la estrategia de desarrollo de la región cuyo origen se remonta al auge de la década de 1990… …cuando un grupo de ejecutivos mexicanos de las principales empresas, como IBM y HP, en combinación con personajes del gobierno estatal, anticiparon la catástrofe por venir y se plantearon la necesidad de reorientar la modalidad de desarrollo de la industria electrónica (IE) hacia el ascenso industrial en las redes de producción globales, enfocado al ascenso industrial hacia el diseño y la manufactura más intensiva en conocimiento, de mayor valor agregado y que arrojara productos con una variedad mayor de componentes y de series más reducidas. Esta previsión se materializó en la articulación de una armadura institucional que de forma gradual se orientó hacia la formación de un sistema estatal de innovación centrado en el SEIT [sector electrónico-informático y de las telecomunicaciones], a partir del marco de la triple hélice, encabezado por un liderazgo de los ejecutivos mexicanos asentados en el estado, con antecedentes empresariales y académicos en la industria electrónica, y, posteriormente, de 4

RIVERA RÍOS et. al. (2014), ORDÓÑEZ (2013), DABAT, et. al. (2005), JAEN y LEON (2005), DE LÓN ARIAS (2003), SANTOS (2001) entre otros que se han realizado.

12 ejecutivos mexicanos de empresas locales que poco a poco se incorporaron también al proceso . (ORDÓÑEZ, 2013: 31,32)

Además, lo que podemos denominar ―la estrategia‖ que ha seguido el estado ha trascendido a los gobiernos en turno y ha logrado cierta sinergia entre los actores participantes: empresas, cámaras empresariales, universidades estatales, universidades privadas, centros de investigación. Dicha estrategia ha tenido su fundamento en el Plan de Desarrollo Estatal 2001-2007, en el que se plasmó una visión sobre el estado hacia 2030, dando lugar a una seria de instrumentos de política pública cuya base ha sido el diagnóstico socioeconómico de la región y la definición de indicadores del desarrollo con el establecimiento de metas (FORO CONSULTIVO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO A.C., 2014: 19-24). Es decir, para que esta región haya podido formular una estrategia de desarrollo regional se ha requerido fortalecer el núcleo endógeno (FAJNZYLBER, 1983), encabezado por un liderazgo de los ejecutivos mexicanos del estado, en la que tanto el gobierno como las universidades y centros de investigación han estado a la retaguardia y, en el último caso, presentan dificultades para acompañar la estrategia. Para promover mayor desarrollo en el estado basado en la Ciencia y la Tecnología, en abril del 2000 se fundó el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco (COECYTJAL), y hacia 2013, Jalisco ya era una de las tres entidades federativas del país que contaba con una Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación que tomó bajo su cargo la educación superior del estado que antes dependía de la Secretaría de Educación Pública. Los cambios ocurridos en las últimas décadas, sobre todo en los años posteriores a la crisis de 2007-2009 han abierto nuevas estrategias para el estado de Jalisco en la que el sector de ciencia y educación es crucial (RIVERA RÍOS et. al., 2014), sobre todo porque la estrategia implica el aprovisionamiento de recursos humanos para el desarrollo tecnológico. Sin embargo, en voz del directivo del COECYTJAL la ―industria es demasiado dinámica, y el sector educativo no ha adoptado esa mentalidad‖5. Los trabajos de campo realizados en el estado reportan que las

5

Medina, Francisco. Director General del Consejo de Ciencia y Tecnología de Jalisco. Entrevista personal: Cárdenas, Fabio. Para IIEc UNAM, Noviembre, 2011. Informe global del servicio social prestado para el programa

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oportunidades para un joven ingeniero que sepa inglés fluido son muy amplias. Las principales limitaciones del sector científico y educativo para vincularse a la industria electrónica son: a) programas de estudio innecesariamente largos, b) las empresas requieren capacidades específicas que no siempre están incluidas en los programas de estudio de las universidades, c) el idioma inglés se convierte en una barrera de entrada a las empresas. Por lo que pareciera que es esta lentitud del sector científico y educativo para adaptarse a las necesidades de la industria la que podría convertirse en una traba para combatir las asimetrías de conocimiento. Sin embargo, quienes constituyen al sector educativo tienen razones para no depender de las coyunturas económicas de la industria (CÁRDENAS F. , 2011; MONTIEL, 2013). Una de las observaciones generadas a través de un primer acercamiento a la región es que el modelo educativo con mayor inserción a la industria y, particularmente, al sector electrónico e informático ha sido el

CINVESTAV-G

con formación de recursos humanos de alto nivel, así como

del diseño de cursos a la medida para las empresas6. Asimismo,

ITESO

es una Universidad que

igualmente se ha adecuado a las exigencias de la industria con la creación de cursos de maestría y doctorado en voz de uno de los investigadores de esta institución 7. Finalmente, la Universidad de Guadalajara muestra más dificultades para formar recursos humanos en vista de la resistencia de la planta académica para desarrollar investigación a los ritmos de la industria, así como la creación de planes y programas ajustados también a las necesidades de la industria, según la coordinadora del programa de doctorado en Tecnologías de la Información de la Universidad de

―La economía del conocimiento y el sector electrónico-informático en México‖, número de clave: 2011-12/40-964. Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM. 6 Según la entrevista al entonces director del CINVESTAV, Dr. Bernardino Castillo Toledo, realizada en el marco del proyecto de investigación ―Empresas del sector electrónico-informático y de la telecomunicaciones y desarrollo en México: estrategias de integración en redes productivas globales en el marco de los encadenamientos productivos del sector‖, con financiamiento PAPIIT, clave IN302413, periodo 2013-2015, cuyo responsable es el Dr. Sergio Ordóñez, llevé a cabo una actividad de campo en la Ciudad de Guadalajara los días del 29 al 31 de octubre y del 4 al 6 de noviembre del 2013. 7

En entrevista con el Dr. Ernesto Rayas, investigador de ITESO: Cárdenas, Fabio. Para IIEc UNAM, Noviembre, 2011. Informe global del servicio social prestado para el programa ―La economía del conocimiento y el sector electrónico-informático en México‖, número de clave: 2011-12/40-964. Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM.

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Guadalajara8. Es evidente que una de las preocupaciones de la academia es adecuarse a los ritmos de una industria que depende de coyunturas económicas.

Conclusiones Desde la segunda mitad del siglo

XX

se han desplegado dos trayectorias de desarrollo con

resultados contradictorios; un trayectoria ―no exitosa‖ representada por los países Latinoamericanos que desde la década de 1950 no han cerrado la brecha internacional con Estados Unidos y se mantienen en el mismo nivel del

PIB

per-cápita con respecto a aquél, y otra

trayectoria ―exitosa‖ en la que los países del Sudeste Asiático han cerrado la brecha internacional extraordinariamente. La trayectoria de los países del Sudeste Asiático no se puede explicar sin antes considerar las condiciones sociopolíticas que anteceden a la construcción de un Estado desarrollista. En el caso de Corea de Sur, se destaca la ocupación japonesa a principios de siglo

XX

que destruyó

instituciones milenarias y estableció otras con el fin de llevar a cabo la extracción de la renta agrícola, así como la intervención Estadounidense para lograr cierta estabilidad política y financiera que le permitiera llevar a cabo la estrategia de desarrollo basada en el aprendizaje tecnológico e institucional. Para el caso de Jalisco, la generación y transferencia de conocimiento ha tomado relevancia en la región gracias a la constitución de ese núcleo endógeno bajo la perspectiva de construcción de interacciones entre distintos actores que van desde empresas trasnacionales dirigidas por ejecutivos mexicanos, así como organismo gubernamentales y universidades y centros de investigación. A diferencia de las experiencias de desarrollo Sudcoreano, la jaliciense no está 8

En entrevista con la Dra. María del Rocío Maciel Arellano, CUCEA-coordinadora del programa de doctorado en Tecnologías de la Información, Universidad de Guadalajara, realizada en el marco del proyecto de investigación ―Empresas del sector electrónico-informático y de la telecomunicaciones y desarrollo en México: estrategias de integración en redes productivas globales en el marco de los encadenamientos productivos del sector‖, con financiamiento PAPIIT, clave IN302413, periodo 2013-2015, cuyo responsable es el Dr. Sergio Ordóñez, llevé a cabo una actividad de campo en la Ciudad de Guadalajara los días del 29 al 31 de octubre y del 4 al 6 de noviembre del 2013.

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siendo dirigida por el gobierno del estado, sino por los ejecutivos de las empresas trasnacionales de origen mexicano.

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