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tribulación la gran tribulación. Cual es la forma mas correcta en ver la gran tribulación, como algo futuro o historicista. Muchas gracias
GRAN TRIBULACION Se le llama la Gran Tribulación a un período de tiempo anunciado de manera directa o indirecta tanto por Jesús como por Pablo y en Apocalipsis en que la Iglesia será severamente perseguida y las fuerzas del mal, los personajes llamados Bestia y Falso Profeta (ambos emisarios del diablo), parecerán dominar la tierra. La relación de este evento, la Gran Tribulación, con respecto a la segunda venida de Cristo es ampliamente debatido. Las tres posiciones principales son la Pre-tribulacionista, que enseña que la Gran Tribulación ocurrirá antes de la venida de Cristo, la Mid o Meso-tribulacionista que creen que ocurrirá a la mitad de la Gran Tribulación y la Pos-tribulacionista que creen que la venida de Cristo será después de la Gran Tribulación.
Pero la pregunta del oyente va más bien dirigida a si debemos interpretar los pasajes mencionados (Mateo 24, I y II Tes., Apocalipsis, y otros) como profecías aún en el futuro o como profecías dadas por Jesús y por los apóstoles, pero ya cumplidas durante el primer siglo. Contestando una pregunta anterior con respecto al preterismo comentamos sobre esto.
El preterismo lo que pretende establecer es que los eventos anunciados en Mateo 24 y otros pasajes con respecto a la Gran Tribulación, y aún al regreso de Cristo, ya se cumplieron, especialmente en el año 70 d. C. con la
destrucción de Jerusalén a manos del general romano Tito, quien luego sería emperador.
Aunque ésta es una posición interesante, creo que la mayor parte de la enseñanza bíblica va en su contra. Creo que los eventos de la segunda venida de Cristo y de la Gran Tribulación están aún en el futuro.
Quiero incluir de aquí adelante lo que fue mi contestación a una pregunta parecida hace varios meses.
Preterismo Por preterismo se entiende un acercamiento a la escatología cristiana en la que se establece que todas o algunas de las profecías bíblicas usualmente asociadas a los últimos tiempos se cumplieron ya en los años que siguieron a la muerte de Jesús.
Existen diferentes tipos de preterismo. Podemos distinguir entre un preterismo parcial y un preterismo total. En este último se afirma que todas las profecías que usualmente asociamos con el final de los tiempos se cumplieron previo a y durante la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d. C. En el preterismo parcial se dice que tan sólo algunas de estas profecías hallaron su cumplimiento en ese período.
Para fines de este estudio consideraremos su expresión más radical
Porque es importante este tema. Porque algunas enseñanzas tradicionales de la doctrina cristiana se ven afectadas por estas posturas. Por ejemplo:
1. La venida de Cristo. En la versión más radical del preterismo la venida de Cristo ya ocurrió. Según los que así piensan, esto explica el aire de inminencia que se respira en el Nuevo Testamento con respecto a la venida de Cristo. Es decir, el sentir general de los escritores bíblicos es que la segunda venida de Cristo ocurriría próximamente, probablemente en su tiempo.
Para la mayoría de los creyentes, sin embargo, el evento de la Segunda Venida de Jesucristo está aún por ocurrir. Un poco más sobre esto más adelante.
2. El significado de la llamada Gran Tribulación. Según la mayoría de los preteristas cuando en el Nuevo Testamento se hablaba de la Gran Tribulación se hablaba del evento que ocurre inmediatamente después de la resurrección de Cristo y hasta la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d. C.
Cuáles son las bases principales para el pensamiento preterista. 1. Anuncios tanto de Jesús, como del apóstol Pablo que hacen pensar que la venida de Cristo ocurriría durante la generación cuando los apóstoles estaban aún con vida.
2. Las palabras de Jesús cuando dice que no pasaría mucho tiempo hasta que sus discípulos vieran el Reino de Dios viniendo con poder.
3. En el importante discurso registrado en Mateo 24 y pasajes paralelos, el lenguaje usado podría dar a entender que los eventos de los que Jesús hablaba ocurrirían cuando sus oyentes estuvieran aún con vida.
MI CONTESTACIÓN Ahora quiero ofrecer algunas ideas a modo de contestación parcial.
Como podemos suponer, el discurso de Jesús en Mateo 24 es muy importante en el tratamiento de este tema. Por razones de tiempo no vamos a leer el pasaje, pero sí quiero explicar cuál es el contexto de estas palabras.
Jesús y sus discípulos están saliendo del templo y estos últimos admiraban la belleza de la construcción. Jesús les dice que no quedará piedra sobre piedra al que los discípulos responden con varias preguntas. Específicamente sus preguntas fueron las siguientes:
—Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?
Como podemos ver hay tres (o dos) preguntas. La primera (¿cuándo sucederán estas cosas?) parece referirse directamente a lo que Jesús acaba de decir, o sea a la destrucción del templo.
La segunda (¿qué señal habrá de tu venida…?) apunta a la realidad aún futura, tal y como la entendían los judíos del tiempo de Jesús, de la manifestación plena del Mesías.
La tercera, por supuesto, está vinculada íntimamente a la segunda: ¿Cuándo será el fin del mundo?
La contestación de Jesús es interesante por demás. Yo propongo el siguiente acercamiento hermenéutico al pasaje: Jesús está contestando las tres preguntas de sus discípulos de manera simultánea. En su contestación la destrucción del templo de Jerusalén, que está relativamente cercana en el futuro, representa a la misma vez la advertencia de esa terrible calamidad (la destrucción del templo), y una futura tribulación, aún mayor (la Gran Tribulación).
Dicho de otra manera, cuando Jesús describe la destrucción del templo, que como sabemos ocurrirá bajo el ataque del ejército romano liderado por Tito en el año 70, Jesús usa esa realidad inminente para referirse a un futuro más distante.
Este es un acercamiento muy común a los profetas del Antiguo Testamento. Por momentos nos damos cuenta, ahora que podemos examinar esas profecías retrospectivamente, que en muchas ocasiones ellos hablaban de eventos futuros sin que ellos mismos entendieran que su cumplimiento ocurriría en dos importantes etapas, divididas éstas por la existencia de la Iglesia. Por ejemplo muchos de los pasajes que hablan del Mesías que habría de venir, hablan tanto de su ministerio (y hasta de su muerte) así como de su llegada en gloria y el establecimiento del Reino de Dios en forma absoluta, total y gloriosa, sin que se discierna el gran espacio de tiempo entre uno y otro cumplimiento.
Creo que eso es lo que Jesús está haciendo aquí. En sus palabras podemos distinguir claramente varios periodos de tiempo. Hay uno donde Jesús dice que abundarán los falsos cristos, los rumores de guerra hambre y terremotos. Pero añade inmediatamente que estas cosas no representan el fin.
Luego comienza a hablar de una tribulación. La palabra “tribulación” es la misma que se usa para persecución. Jesús está hablando de la persecución que vendrá sobre sus seguidores en los siguientes siglos, comenzando en algún grado inmediatamente después de su muerte y resurrección.
Cuando Jesús habla de esta tribulación pasa a hablar también de un evento aparentemente aun mayor. Habla de la “abominación desoladora” y advierte de la oportunidad de escapar de la destrucción inminente (entiéndase de Jerusalén). Parece obvio que está hablando del tiempo de la destrucción del
templo en el año 70. De hecho la historia nos dice que algunos cristianos conociendo las palabras de Jesús lograron escapar de la destrucción huyendo antes de que Jerusalén fuera arrasada.
Pero entonces viene, y éste la parte más difícil en la interpretación de Mateo 24, la descripción de un tiempo que no puede explicarse solamente por la destrucción del templo y que parece apuntar a un futuro indeterminado. En ese futuro habrá una tribulación grande (como nunca antes) que culminará con la manifestación gloriosa de la señal del Hijo del Hombre (o sea, el regreso de Jesús) acompañada de eventos cósmicos catastróficos y por supuesto, del encuentro de la Iglesia con su Amado.
Reconozco que no es difícil encontrar agujeros en este breve argumento. Pero en mi opinión es la mejor manera de explicar este pasaje de una manera consistente.
Quiero comentar brevemente sobre algunos otros puntos importantes en este dilema relacionados a la interpretación preterista.
1. ¿Cómo explicamos la obvia expectativa de inminencia que se respira en el Nuevo Testamento con respecto a la venida de Cristo? Así es como yo veo esto. Creo que debemos distinguir entre la expectativa de la Iglesia de una venida inminente por un lado, y el anuncio de que en realidad así ocurrirá. Me explico. Cada generación de creyentes en los casi 2000 años de historia de la
Iglesia han esperado ver el regreso de nuestro Señor Jesucristo en su propia generación. ¡Que ésta fuera la expectativa no determina que fuera a ser así!
2. El pasaje donde Jesús anuncia que algunos de sus discípulos no morirán hasta que vean la manifestación del hijo del hombre, pudiera muy bien explicarse con la experiencia de la transfiguración que ocurre poco tiempo después de estas palabras del Maestro. De manera que Juan, Pedro y Jacobo tuvieron la experiencia de ver, aunque fuese parcialmente, la manifestación de la gloria del hijo de Dios.
Ya casi concluyo. La preocupación del oyente con respecto a este tema parece nacer, justificadamente creo, con la tendencia de la Iglesia a no prestar atención al anuncio de la venida de Cristo. Creo que él tiene razón. Creo que en alguna medida hemos descuidado quizás más que el anuncio, la expectativa de que nuestro Amado regresa. Regresa para establecer el Reino de Dios con gloria y poder. Regresa para hacer un juicio. Y regresa para cumplir las maravillosas profecías del Antiguo Testamento que, por supuesto, incluyen de manera protagónica a la Iglesia de Cristo.
Quisiera hacer un llamado a los compañeros y compañeras en el ministerio, y a todos aquellos que tenemos la responsabilidad de enseñar y predicar la palabra de Dios. Tenemos que recobrar esta parte importantísima del mensaje cristiano. Hagámoslo no como una forma de infundir temor sino como el
anuncio glorioso de que se acerca el momento en que Dios finalmente hará justicia, establecerá su reino maravilloso, terminará para siempre con el diablo, el pecado, la enfermedad, y la muerte y, como dice el apóstol, “así estaremos siempre con el señor”.
Con el amado oyente, finalizo haciendo mía la expresión que aparece al final del libro de Apocalipsis: “Marhanata: ven señor Jesús.” ¡Amén!
5 de marzo, 2012 San Juan, Puerto Rico Jose R. Martinez-Villamil MD. MDiv.