EL PINTORESQUISMO DE PERSONAS, TIPOS E INDUMENTARIAS ARAGONESES SEGÚN LOS VIAJEROS DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX*

EL PINTORESQUISMO DE PERSONAS, TIPOS E INDUMENTARIAS ARAGONESES SEGÚN LOS VIAJEROS DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX* ESTHER ORTAS DURAND Universidad

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EL PINTORESQUISMO DE PERSONAS, TIPOS E INDUMENTARIAS ARAGONESES SEGÚN LOS VIAJEROS DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX* ESTHER ORTAS DURAND

Universidad d e Zaragoza

D u r a n t e el siglo XIX, los aragoneses y el resto d e los españoles se convirtieron en p o r t a d o r e s , a veces incluso e n mayor m e d i d a q u e los paisajes, d e los rasgos p i n t o r e s c o s con cuya observación se c o m p l a c í a n los visitantes d e c i m o n ó n i c o s . La p r o p i a España, c o n sus contrastes políticos, paisajísticos y h u m a n o s , se ofrecía c o m o t e m a d e i n s u p e r a b l e atractivo p a r a ese viajero r o m á n t i c o , ávido d e lo insólito y lo d e s c o n o c i d o , q u e espera1

* La realización de este trabajo se ha beneficiado de sendas Becas de Investigación del Instituto de Estudios Altoaragoneses y del Ministerio de Educación y Cultura (Subprograma d e Formación del Profesorado Universitario, AP 9 4 ) , así c o m o de u n a Ayuda del Programa «Europa» de Estancias de Investigación de la Comisión Mixta C.A.I.-CONAI (ref. CH 1 9 / 9 4 ) . 1

Léon-François HOFFMANN, Romantique Espagne. L'image de l'Espagne en France entre 1800 et 1850, París, P.U.F., 1 9 6 1 , ha e s t u d i a d o m i n u c i o s a m e n t e t o d o s los e l e m e n t o s d e i m a g e n r o m á n t i c a d e España e n Francia. Y vid. a d e m á s Francisco CALVO SERRALLER, «La i m a g e n romántica de España», Cuadernos Hispanoamericanos, 332 ( 1 9 7 8 ) , especialmente las pp. 240242, «Romance de la Sevilla romántica», e n La imagen romántica de España. Arte y arquitectura del siglo XIX, Madrid, Alianza Editorial, 1995, p. 79, y «Los viajeros románticos franceses y el mito de España», e n VV. AA., La imagen romántica del legado andalusí, Granada, Sierra Nevada 95/E1 Legado Andalusí, 1995, pp. 140c-l42b; José L. FERNÁNDEZ-RÚA, La España del XIX, vista por los extranjeros, Madrid, Publicaciones Españolas, 1955, p. 4b; Robert PAGEARD, «Reseña de Léon-François HOFFMANN, Romantique Espagne», Revue de Littérature Comparée, XXXVII, 1 (1963), p. 118; Luis Mariñas O t e r o , «Los c o m i e n z o s del turismo e n España (1830-1868)», Estudios Turísticos, 18 (1967), pp. 37, 38, 41 y 52; José ALBERICH, «Introducción», e n Del Támesis al Guadalquivir (Antología de viajeros ingleses en la Sevilla del siglo XIX), Sevilla, Universidad de Sevilla, 1976, p. 32, e «Introducción», e n Bibliografía anglohispánica 1801-1850. Ensayo bibliográfico de libros y folletos relativos a España e Hispanoamérica impresos en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX, Oxford, Dolphin Books, 1978, p.XVII;Ramón EZQUERRA ABADÍA, El Madrid del siglo XIX ante los extranjeros, Madrid, Ayuntamiento de Madrid/Instituto de Estudios Madrileños, 1982, p. 6; Alejandro SÁNCHEZ, «Viatgers per Catalunya: els s o m n i a d o r s del R o m a n t i c i s m e » , L'Avenç. Revista d'Història, 51 (1982), p. 67b-c; Jean-René AYMES, «Le tourisme français e n Espagne au

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ba hallar e n n u e s t r o país parajes agrestes, c o s t u m b r e s y personajes pintorescos y c o l o r l o c a l . D e s d e este p u n t o d e vista, y al m a r g e n d e q u e los a u t o r e s costumbristas se p r o p u s i e r a n refutar cierta i m a g e n fosilizada d e E s p a ñ a d i f u n d i d a p o r los viajeros e x t r a n j e r o s , la fascinación q u e estos 2

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XIX siècle», e n L'Espagne romantique (Témoignages de voyageurs français), París, A. M. Métailié, 1983, p p . 19-24; Manuel BERNAL RODRÍGUEZ, La Andalucía de los libros de viajes del siglo XIX (Antología), Sevilla, Editoriales Andaluzas R e u n i d a s , 1985, p p . 13, 17 y 18; Blanca KRAUEL HEREDIA, Viajeros británicos en Andalucía de Christopher Hervey a Richard Ford (1760-1845), Málaga, Universidad d e Málaga, 1986, e s p e c i a l m e n t e la p. 79; José CABANIS, Le Musée espagnol de Louis-Philippe. Goya, París, Gallimard, 1985, p. 57; Daniel-Henri PAGEAUX, «Un aspect des relations culturelles entre la France et la Péninsule Ibérique: l'exotisme», e n Imágenes de Francia en las letras hispánicas. Ed. de Francisco LAFARGA, Barcelona, PPU, 1989, pp. 464 y sigs.; Fina DE CALDERÓN, «Viajeros románticos e n Toledo», en VV. AA., Simposio «Toledo romántico» celebrado en el Colegio Universitario de Toledo (21-23 de enero de 1988), T o l e d o , Colegio Universitario de Toledo, 1990, p p . 198-199; Alberto GONZÁLEZ TROYANO, La desventura de Carmen. Una divagación sobre Andalucía, Madrid, Espasa-Calpe, 1991; Ricardo GARCÍA CÁRCEL, La leyenda negra. Historia y opinión, Madrid, Alianza Editorial, 1992, pp. 189-192; José ÁLVAREZ JUNCO, «España: el p e s o del estereotipo», Claves de razón práctica, 48 (1994), p. 6b; Juan HERRERO CECILIA, «Introducción», en Nicolás CAMPOS PLAZA y Juan HERRERO CECILIA, Ciudades y paisajes de la Mancha vistos por los viajeros románticos. Ciudad Real y Toledo. Pról. de Jesús CANTERA ORTIZ DE URBINA, Ciudad Real, Diputación Provincial de Ciudad Real, 1994, p. 24; Inmaculada BALLANO, «La mascarada d e u n viajero r o m á n t i c o : Stendhal e n España», e n VV. AA., Actas del IX Simposio de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, Zaragoza, Universidad de Zaragoza/Banco Zaragozano, 1994, t. II, pp. 300 y 301; Robert PAGEARD, «Imagen de España vista por los franceses», e n Una puerta abierta al mundo: España en la litografía romántica. Museo Romántico de Madrid, del 24 de marzo al 15 de mayo de 1994. Selecc. y catal. de María Dolores CABRA LOREDO, Madrid, C o m p a ñ í a Literaria/Museo Romántico, 1994, pp. 19-21; Leonardo ROMERO TOBAR, Panorama crítico del romanticismo español, Madrid, Castalia, 1994, pp. 74 y 96; y Elena ECHEVERRÍA PEREDA, Andalucía y las viajeras francesas en el siglo XIX, Málaga, Universidad d e Málaga, 1995, pp. 10-11, 49, 51 y 67. Y, para el caso específico de Alemania, vid. Gehart HOFFMEISTER, España y Alemania. Historia y documentación de sus relaciones literarias, Madrid, Gredos, 1980, p. 159 y sigs.; Teresa RODRÍGUEZ DE LECEA, «Influencia de la cultura alemana e n la España de la primera mitad del siglo XIX», e n VV. AA., Sociedad, política y cultura en la España de los siglos XIX y xx, Madrid, EDICUSA, 1973, pp. 33-34; Carmen BRAVO-VILLASANTE, «La imagen romántica de España e n Alemania», e n VV. AA., Imagen romántica de España, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981, vol. I, p p . 39-44; y Martin ADEL, «España, u n tañido a lo lejos», e n Una puerta abierta al mundo... Selecc. y catal. de María Dolores CABRA LOREDO, pp. 26 y 28. 2

Vid. José María IRIBARREN, Vitoria y los viajeros del siglo romántico, Vitoria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Vitoria, 1950, pp. 8 y 45; Manuel FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Aportaciones a la historia del turismo en España. Relatos de viaje desde el Renacimiento hasta el Romanticismo, Madrid, Ministerio de Información y Turismo, 1956, pp. 154-155; Luis SÁNCHEZ AGESTA, España en los libros de viajes del siglo XIX, Las Palmas de Gran Canaria, Universidad Internacional de Las Palmas, 1963, p. 11; José ALBERICH, «En torno a los viajeros ingleses de la época romántica», e n VV. AA., Imagen romántica de España, vol. I, p. 33; Ramón EZQUERRA ABADÍA, op. cit., p. 6; Jean DESCOLA, La vida cotidiana en la España romántica (1833-1868), Barcelona, Argos-Vergara, 1984, p. 54; José Mariano GONZÁLEZ VIDAL, Murcia desde lejos (nuevo viaje por los viajes de Murcia), Murcia, Ediciones Almudí, 1991, p. 32; y Elena ECHEVERRÍA PEREDA, op. cit., pp. 51 y 109. Y cf. Á n g e l SÁNCHEZ RIVERO, «Mérimée e n España, 1830», Revista de Occidente, II, 4 ( 1 9 2 3 ) , p. 116. 3

Así lo declaró Ramón DE MESONERO ROMANOS, «Las costumbres d e Madrid», e n Escenas y tipos matritenses. Ed. de Enrique RUBIO CREMADES, Madrid, Cátedra, 1993, pp. 124-129; y cf. además sus Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica, 1840-1841, nueva edición con retratos del autor y reproducciones de grabados de la época, Madrid, Renacimiento, 1925, pp. 12-15. Vid. e n general Joaquín MARCO, «El costumbrismo español c o m o reacción», e n VV. AA., La imagen

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El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias aragoneses según los viajeros de la primera...

visitantes f o r á n e o s s i n t i e r o n p o r lo c a r a c t e r í s t i c o y lo d i f e r e n t e , q u e se e n c a r n a b a e n la c o t i d i a n i d a d d e ciertas t r a d i c i o n e s y tipos n a c i o n a l e s , m u y b i e n p o d r í a c a m i n a r p o r u n a s e n d a p a r a l e l a a la t r a z a d a p o r e s a m i r a d a pintoresquista q u e el costumbrismo dirigió a lo peculiar q u e habit a b a e n lo c o t i d i a n o , lo t r a d i c i o n a l y lo local . Dejaré, n o o b s t a n t e , esta p e r s p e c t i v a d e análisis c o m p l e m e n t a r i o c o m o u n a s i m p l e s u g e r e n c i a ; a cambio, m e o c u p a r é ú n i c a m e n t e d e la literatura d e viajes sobre el Aragón d e la p r i m e r a m i t a d d e l siglo X I X y, c o n c r e t a m e n t e , t r a t a r é d e a n a l i z a r c ó m o d i c h o s viajeros d e s p l a z a r o n b u e n a p a r t e d e su g u s t o p o r lo p i n t o resco al á m b i t o d e lo peculiar y lo diverso d e las p e r s o n a s , sus c o m p o r t a m i e n t o s y sus i n d u m e n t a r i a s . 4

D u r a n t e el siglo X V I I I , la práctica descriptiva d e viajeros y literatos y la especulación artística y estética contribuyeron a e n s a n c h a r los significados a t r i b u i d o s al t é r m i n o pintoresco y a sus c o r r e s p o n d i e n t e s e u r o p e o s h a s t a confeccionar t o d o u n catálogo d e fuentes d e p i n t o r e s q u i s m o . Si, e n principio, p i n t o r e s c o e r a aquello q u e p e r t e n e c í a a la p i n t u r a , a esta acepción se a ñ a d i ó o t r a q u e e n t e n d í a c o m o p i n t o r e s c o lo d i g n o d e ser p i n t a d o , y tratados estéticos c o m o los d e William Gilpin o Uvedale Price ofrecían u n repertorio estándar d e elementos q u e propiciaban ese pintoresquismo q u e el Siglo d e las Luces a p r e c i ó f u n d a m e n t a l m e n t e e n la naturaleza: la a s p e r e z a , la e s c a b r o s i d a d , la i r r e g u l a r i d a d , l o a b r u p t o , la v a r i e d a d , la 5

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de Andalucía en los viajeros románticos y Homenaje a Gerald Brenan, Málaga, Diputación Provincial d e Málaga, 1987, p p . 127-139; José F. MONTESINOS, Costumbrismo y novela. Ensayo sobre el redescubrimiento de la realidad española, Madrid, Castalia, 1960, p p . 46-47; Mariano BAQUERO GOYANES, «Perspectivismo y crítica e n Cadalso, Larra y Mesonero Romanos», e n Perspectivismo y contraste (de Cadalso a Pérez de Ayala), Madrid, Gredos, 1963, p p . 29-30; J o s é Luis VARELA, «Prólogo al c o s t u m b r i s m o romántico», e n La palabra y la llama, Madrid, Prensa Española, 1967, p. 9 1 ; A l b e r t o GONZÁLEZ TROYANO, « I n t r o d u c c i ó n » , e n Serafín ESTÉBANEZ CALDERÓN,

Escenas andaluzas, Madrid, Cátedra, 1985, p. 14 y n. 8; y Luis F. DÍAZ LARIOS, «Introducción», e n Mariano José DE LARRA, Artículos de costumbres, Madrid, Espasa-Calpe, 1989, p. 20. 4

A u n q u e d e s d e u n a perspectiva distinta y para u n aspecto diferente al q u e formulo aquí, algunos críticos h a n propugnado la conveniencia d e reconsiderar la interrelación entre costumbrismo y literatura d e viajes. Concretamente, Alberto GONZÁLEZ TROYANO, «Introducción», p. 2 3 , ha señalado que, a u n q u e viajeros c o m o M e s o n e r o declararon tomar la pluma para corregir los excesos d e los extranjeros, muchas d e las imágenes empleadas por los viajeros románticos para recrear el m u n d o andaluz fueron registradas e interiorizadas c o m o válidas por los escritores españoles. 5

Vid. Christopher HUSSEY, The Picturesque Studies in a Point of View, L o n d o n , Charles Whittingham and Griggs, 1927, p. 9; Walter J o h n HIPPLE, The Beautiful, the Sublime & the Picturesque in Eighteenth-Century British Aesthetic Theory, Carbondale, S o u t h e r n Illinois University Press, 1957, p. 185; Ferdinand BRUNOT, Histoire de la langue française. Des origines à nos jours, Paris, Librairie Colin, nouvelle édition, 1960-1972, t. VI, I, vol. II, pp. 760-761; y Wil MUNSTERS, La poétique du pittoresque en France de 1700 à 1830, Genève, Librairie Droz, 1991, p. 27 y sigs. 6

Vid. Mario PRAZ, La carne, la muerte y el diablo en la literatura romántica, Caracas, Monte Ávila, 1969, p. 39, n. 15; M. H . ABRAMS, El espejo y la lámpara. Teoría romántica y tradición crítica, Barcelona, Barral Editores, 1975, p. 83; Malcom ANDREWS, The Search for the Picturesque. Landscape Aesthethics and Tourism in Britain, 1760-1800, Aldershot, Scolar Press, 1989, p p . 5 6 y 57; Ferdinand BRUNOT, op. cit., t. VI, I, vol. II, p. 761; y Wil MUNSTERS, op. cit., p p . 38-39 y 59.

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diversidad, lo i n t r i n c a d o o complejo, la n o v e d a d y el contraste e r a n algunas d e estas fuentes pintoresquistas . A d e m á s d e e n los paisajes, los viajeros d e c i m o n ó n i c o s r e c o n o c i e r o n c o n profusión algunos d e estos elementos d e novedad, singularidad y contraste e n las personas, sus costumbres y sus atavíos; d e esta m a n e r a la figura h u m a n a , q u e la m i r a d a y el p i n c e l pintorescos perfilados p o r Gilpin h a b í a n relegado a u n m e r o c o m p l e m e n to d e la p i n t u r a d e paisajes , alcanzó p r o t a g o n i s m o pintoresquista p r o p i o y exclusivo. 7

8

Un apunte: Los viajeros por España y la mirada del pintoresquismo romántico sobre lo típico, lo popular y lo local A u n q u e los viajeros dieciochescos identificaron los trazos d e lo p i n t o resco m a y o r i t a r i a m e n t e e n los singulares atractivos d e ciertos escenarios

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Vid. e n especial William GILPIN, Three Essays: on Picturesque Beauty, on Picturesque Travel, and on Sketching Landscapes; to wich is added a Poem, on Landscape Painting, L o n d o n , R. Blamire, second edition, 1794, pp. 6, 7, 8, 19, 20, 25, 27, 28, 29 y 42, Observations on the River Wye, and Several Parts of South Wales, & c., relative chiefly to Picturesque Beauty, made in the Summer of the Year 1770, L o n d o n , R. Blamire, MDCCLXXXII, pp. 10 y sigs., 57 y sigs., 74-75 y 92, An Essay upon Prints, L o n d o n , R. Blamire, fourth edition, 1792, pp. 7 y 16-17, y Observations Relative chiefly to Picturesque Beauty, made in 1776 on Several Parts of Great Britain, particularly the High-Lands of Scotland, L o n d o n , R. Blamire, s e c o n d edition, 1792, vol. I, p p . 21 y 152, y vol. II, pp. 121-122; y Uvedale PRICE, An Essay on the Picturesque as Compared with the Sublime and the Beautiful; and on the Use of Studying Pictures for the Purpose of Improving Real Landscape, L o n d o n , J. R o b s o n , MDCCXCIV-MDCCXCVIII, vol. I, pp. 17, 18, 20-32, 44-46, 50-51, 55, n., 71, 83-84, 103, 165 y sigs. y 246, y vol. II, pp. 15, 209, 220, 237, 241 y sigs., 268, 280 y 302-303, y A Dialogue on the Distinct Characters of the Picturesque and the Beautiful in Answer to the Objections of Mr. Knight; prefaced by an Introductory Essay on Beauty, with Remarks on the Ideas of Sir Joshua Reynolds, & Mr. Burke, upon that Subject, L o n d o n , J. Robson, 1801, pp. 37, 127-128, 130-132, 135, 148, 182 y 190-191. Sobre este listado de fuentes de lo pintoresco, vid. Christopher HUSSEY, op. cit., pp. 14 y 66; Walter J o h n HIPPLE, op. cit., p. 192 y sigs.; Malcom ANDREWS, The Search for the Picturesque. Landscape Aesthetics and Tourism in Britain, 1760 -1800, Aldershot, Scholar Press, 1989, p. 46 y sigs.; J o h n D i x o n H U N T , Gardens and the Picturesque. Studies in the Story of Landscape Architecture, Cambridge, T h e Massachussetts Institut o f T e c h n o l o g y Press, 1 9 9 2 , p. 135; y Sidney K. ROBINSON, Inquiry into the Picturesque, Chicago, University of Chicago Press, 1991. 8

Cf. sólo William GILPIN, Essay on Picturesque Travel, en Three Essays..., pp. 44-45: «The anatomical study of figures is not attended to: we regard them merely as the ornament of scenes. In the h u m a n figure we contemplate neither exactness of form, nor expression, any farther than it is shewn in action: we merely c o n s i d e r general shapes, dresses, groups and occupations; which we often casually in greater variety, and beauty, than any selection can procure» [No se atiende al estudio anatómico de las figuras: las miramos simplemente c o m o ornamento de paisajes. N o c o n t e m p l a m o s e n la figura h u m a n a n i n g u n a exactitud de forma ni expresión, nada más allá de lo que se muestra e n accción: simplemente consideramos figuras generales, ropas, grupos y o c u p a c i o n e s ; lo cual e n c o n t r a m o s a m e n u d o casualmente e n u n a variedad y belleza más grandes de lo que ninguna selección pueda procurar]. Y vid. además Essay on the Art of Sketching Landscape, ibídem, p. 77, y Observations Relative chiefly to Picturesque Beauty..., vol. I, pp. 91-92.

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n a t u r a l e s y a r q u i t e c t ó n i c o s , n o e x c l u y e r o n p o r c o m p l e t o la esfera d e lo h u m a n o d e su m i r a d a pintoresquista. De h e c h o , Giuseppe Baretti se detuvo e n la descripción del atavío d e u n a d a m a p o r t u g u e s a «molto pittorescam e n t e vestita» ; J e a n Pierre Picquet c o n s i d e r ó c o m o «les aspects les plus p i t t o r e s q u e s » a q u e l l o s bajo los cuales se p r e s e n t a b a n los h a b i t a n t e s d e Barèges, cuyos «extérieur 8c (...) vivacité» los « r a p p r o c h e n t d e l'Arragonois» ; y L e a n d r o F e r n á n d e z d e Moratín atribuyó idéntica calidad estética 10

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Sobre el t e m a e n general, vid., entre otros, Elisabeth W h e e l e r MANWARING, Italian Landscape in Eighteenth-Century England. A Study chiefly of the Influence of Claude Lorrain and Salvator Rosa on English Taste, 1700-1800, London, Frank Cass & Co., 1965, especialmente las pp. 167-200; Mario Praz, La literatura inglesa de la Edad Media al Iluminismo, Buenos Aires, Losada, 1975, p. 335; Malcom ANDREWS, op. cit., Elisabeth A. BOHLS, Women Travel Writers and The Language of Aesthetics, 1716-1818, Cambridge, Cambridge University Press, 1995, p p . 66-107 y 211 y sigs.; Robert CLARK, «The Absent Landscape of America's Eighteenth Century», e n Views of American Landscapes. Ed. de Mick Gildey y Robert LAWSON-PEEBLES, Cambridge, Cambridge University Press, 1989, p. 88; Elisabeth y Raymond CHEVALLIER, «Iter Italicum». Les voyageurs français à la découverte de l'Italie ancienne, G e n è v e , S l a t k i n e / C e n t r e Interuniversitaire sur le Voyage e n Italie, 1984, p p . 72-90; y Wil MUNSTERS, op. cit., p p . 69-79. Para el caso c o n c r e t o que nos o c u p a de los viajeros por España, vid. Manuel TITOS MARTÍNEZ, La aventura de Sierra Nevada (1717-1915), Granada, Universidad d e G r a n a d a / D i p u t a c i ó n Provincial d e Granada, 1990, p. 28 y sigs., y «Los p i o n e r o s de Sierra Nevada», introd. e n Textos primitivos sobre Sierra Nevada (1754-1838), Granada, Caja General de Ahorros d e Granada, 1991, p. 20 y sigs.; Cristina VINES, «La imagen literaria de Sierra Nevada», introd. e n Sierra Nevada en los viajeros románticos, Granada, Caja General d e Ahorros de Granada, 1 9 9 2 , p p . 45-46; J o s é Pedro M U Ñ O Z HERRERA, Imágenes de la melancolía: Toledo (1772-1858), T o l e d o , A y u n t a m i e n t o d e T o l e d o , 1993, pp. 14-15; Consol FREIXA, LOS ingleses y el arte de viajar. Una visión de las ciudades españolas durante el siglo XVIII, B a r c e l o n a , E d i c i o n e s d e l Serbal, 1 9 9 3 , p p . 9 8 y 105; y Esther ORTAS DURAND, «LO pintoresco en los viajeros por España (1760-1808)», e n Literatura de viajes. El Viejo Mundo y el Nuevo, M a d r i d / C o l u m b u s , C a s t a l i a / O h i o State University, e n prensa, Viajeros ante el paisaje aragonés (1759-1850), Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», en prensa, y «Viajeros ante el paisaje: el desfiladero de Pancorbo (1760-1808)», e n Paisaje, juego, multilingüismo. Actas del X Simposio de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada celebrado en Santiago de Compostela (octubre de 1994). Ed. de Darío VILLANUEVA y Fernando CABO ASEGUINOLAZA, S a n t i a g o d e C o m p o s t e l a , U n i v e r s i d a d e d e S a n t i a g o d e C o m p o s t e l a , 1 9 9 6 , vol. I, pp. 451-454. 1 0

Giuseppe BARETTI, Lettere familiari di Giuseppe Baretti ai suoi tre fratelli Filippo, Giovanni e Amadeo, Venezia, Giambatista Pasquali,MDCCLXIII,vol. I, t. I, lettera XVII, 1-VIII-1760, p. 161 [muy pintorescamente vestida]. El pasaje en cuestión n o aparece e n la reelaboración inglesa de estas cartas e n 1770; cf. J o s e p h BARETTI, A Journey from London to Genova, through England, Portugal, Spain and France [edición facsímil de la de 1 7 7 0 ] . Introd. d e Ian ROBERTSON, Fontwell, Centaur Press, 1970, vol. I, p. 95. 1 1

Jean Pierre PICQUET, Voyage dans les Pyrénées françoises dirigé principalement vers le Bigorre & les vallées; suivi de quelques vérités nouvelles & importantes sur les eaux de Barèges & de Bagnères, Paris, Chez Le Jay fis, 1789, p. 156 [los aspectos más pintorescos]. La e d i c i ó n de 1828 (Jean Pierre PICQUET, Voyage dans lesPyrénéesfrançoises et espagnoles, dirigé principalement vers le Bigorre & les vallées d'Arragon, Paris, Babeuf Libraire, seconde édition, e n t i è r e m e n t refondue et augm e n t é e , 1828, p. 198) reza sin embargo «l'aspect le plus pittoresque» [el aspecto más pintoresco]. 1 2

Jean Pierre PICQUET, Voyage dans les Pyrénées françoises..., 1ª ed., p. 156 [exterior y (...) vivacidad]. 1 3

Ibidem [acercan al aragonés].

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a las ropas d e los santeros y ermitaños q u e observó en Nápoles a finales de 1793 . Sin e m b a r g o , fue el siglo XIX el q u e convirtió lo peculiar o lo variad o d e las personas, sus costumbres y sus vestimentas en a s u n t o tan pintor e s c o c o m o las asperezas, escabrosidades, escarpamientos o irregularidades d e la naturaleza. El viajero d e c i m o n ó n i c o en general, y especialmente el r o m á n t i c o , o r i e n t ó su m i r a d a ávida d e p i n t o r e s q u i s m o a los personajes e i n d u m e n t a r i a s p o p u l a r e s e n los cuales creía r e c o n o c e r algunas d e esas s i n g u l a r i d a d e s q u e h a c í a n del n u e s t r o u n país diferente, vale decir también pintoresco y r o m á n t i c o . Más allá d e los paisajes llamativos o extraord i n a r i o s q u e se revelaban pintorescos, las huellas del p i n t o r e s q u i s m o d e E s p a ñ a y A r a g ó n r e v e r b e r a b a n p r e c i s a m e n t e e n su i n m e d i a t a cotidiani14

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Cf. L e a n d r o FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Viage a Italia. Ed. crítica d e B e l é n TEJERINA, Madrid, Espasa-Calpe, 1 9 9 1 , p. 232: «Entre las cosas q u e m e parecieron raras e n Nápoles, u n a fue la multitud d e monjas que se ven por las calles, éstas ya se s u p o n e que n o son de aquellos ilustrísimos c o m b e n t o s de q u e acabo d e hablar. Otra, el e n x a m b r e de santeros y hermitaños que andan por todas partes p i d i e n d o limosna c o n su tablilla, sus barbas largas y erizadas, traje p i n t o r e s c o , l l e n o d e g i r o n e s y arambeles, sandalias, correa e n la cintura, rosario y Christo». Y vid. los comentarios de Belén TEJERINA, «Nápoles refractada e n el Viaje a Italia d e L e a n d r o Fernández de Moratín», e n La secularización de la cultura española en el Siglo de las Luces. Actas del Congreso de Wolfentbüttel celebrado del 23 al 26 de septiembre de 1985. Ed. d e M a n f r e d TIETZ y D i e t r i c h BRIESEMEISTER, W i e s b a d e n , O t t o Harrassowitz, 1 9 9 2 , pp. 222-223. 15

Vid. sobre el tema Léon-François HOFFMANN, op. cit., pp. 39, 58, 70 y sigs., 99-116, 118 y sigs. y 147; Concha CASADO LOBATO, ASÍ nos vieron: la vida tradicional según los viajeros, Salamanca, Diputación de Salamanca, 1994, pp. 43-65, 85-96, 127-139 y 151-163; Alfred MOREL-FATIO, Études sur l'Espagne. Première série, París, F. Vieweg Librairie-Éditeur, 1888, p. 82; José L. FERNÁNDEZ-RÚA, op. cit., p. 4b; Manuel FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, op. cit.., p. 119; A n t o n i o Manuel CAMPOY, Viaje por España (Cómo nos ven los extranjeros), Madrid, Biblioteca Nueva, 1963, pp. 15-16; Lluís GUARNER, Viatgers literaris a València. Conferencia pronunciada el dia 20 de juny de 1965, Valencia, Publicacions dels Cursos de Llengua y Literatura Valenciana Lo Rat Penat, 1966, p. 30; Luis SÁNCHEZ AGESTA, op. cit., pp. 11 y 35-37; Elena FERNÁNDEZ HERR, Les origines de l'Espagne romantique. Les récits de voyage 1755-1823, París, Didier, 1973, p. 16; José ALBERICH, «Introducción», en Del Támesis al Guadalquivir..., pp. 32 y 33-36; Peter BESAS, The Written Road to Spain. The Golden Decades of Travel: 1820-1850, Madrid, T h e Author, 1988, p. 16, y pássim; Blanca KRAUEL HEREDIA, op. cit., p. 79; Manuel BERNAL RODRÍGUEZ, «Tipologías literarias de la Andalucía romántica», en VV. AA., La imagen de Andalucía en los viajeros románticos..., pp. 106 y 112 y sigs.; Joaquín MARCO, «El costumbrismo español c o m o reacción», ibidem, especialmente p. 29; Enrique ARIAS ANGLÉS, «La pintura de paisaje en España en el siglo XIX», e n VV. AA., Tres grandes maestros del paisaje decimonónico español: Jenaro Pérez Villaamil, Carlos de Haes, Aureliano de Beruete, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 1990, p. 120; Angeles EZAMA GIL, «La España Negra de Verhaeren y Regoyos: m u c h o más que un libro de viajes», Boletín de la Real Academia Española, LXX, 250 (1990), p. 321; Valerian o BOZAL, Goya y el gusto moderno, Madrid, Alianza Editorial, 1994, p. 37; Xanthe BROOKE, «British Artist encounter Spain: 1820-1900», e n Spain, Espagne, Spanien. Foreign Artist discover Spain 1800-1900. Ed. de Suzanne L. STRATTON, New York, T h e Equitable Gallery/The Spanish Institute, 1993, p. 40; José ÁLVAREZ JUNCO, art. cit., p. 5b y sigs., y Vistas románticas de España. Acuarelas y dibujos, 1800-1870, Madrid, Guillermo de Osma Galería, 1994, p. 3; Robert PAGEARD, «Imagen de España vista por los franceses», p. 20; Juan HERRERO CECILIA, introd. cit., p. 24; Alberto GONZÁLEZ TROYANO, «Los viajeros románticos y la literatura costumbrista», e n VV. AA., La imagen romántica del legado andalusí, pp. 40c-45; Juan DÍAZ LÓPEZ, «Modelos literarios y estéticos de los viajeros románticos ingleses. D e la teoría a la praxis», ibidem, p. 90a; y Francisco CALVO SERRALLER, «Los viajeros románticos franceses y el mito de España», ibídem, p. 141a.

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El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias aragoneses según los viajeros de la primera... 16

d a d , la q u e se e n c a r n a b a a los ojos d e l visitante e n ciertos personajes y tipos característicos y en m u c h o s d e los trajes tradicionales d e los habitantes d e la n a c i ó n . 17

El g u s t o p o r la localización y la c o n t e m p l a c i ó n d e los e l e m e n t o s d e pintoresquismo q u e exhibían ciertas personas y d e t e r m i n a d a s i n d u m e n t a rias locales, observadas u n a s y otras c o m o g e n u i n o t e s t i m o n i o d e c u a n t a singularidad y diversidad poseía n u e s t r o país, e n c o n t r ó amplio a c o m o d o y desarrollo e n los viajeros p o r la España d e la p r i m e r a m i t a d del siglo XIX. Así, p o r ejemplo, G e o r g e T i c k n o r a n o t ó el carácter «so beautifully pictur e s q u e » del a t u e n d o d e las mujeres barcelonesas; Charles Didier consign ó el a u m e n t o d e la potencialidad pictórica d e u n a escena e n razón d e la p r e s e n c i a o la disposición d e grupos d e paisanos, a la vez q u e p o n d e r a b a el atractivo p i n t o r e s c o d e la e s t a m p a f o r m a d a p o r u n majo y u n a maja j u n t o s a caballo o d e los zagales q u e a c o m p a ñ a b a n el avance d e u n a carav a n a ; y T h é o p h i l e G a u t i e r se c o m p l a c í a d e s t a c a n d o los tintes p i n t o r e s 18

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Para la vinculación de lo cotidiano y lo pintoresco, vid. Valeriano BOZAL, Goya y el gusto moderno, pp. 35, 36, 49 y 57. 17

Vid. Julio CARO BAROJA, «LOS majos», e n Temas castizos, Madrid, Istmo, 1980, pp. 93-97.

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G e o r g e TICKNOR, Travels in Spain. Ed. d e G. T. N O R T H U P , T o r o n t o , University o f Toronto, 1913, p. 16 [tan bellamente pintoresco]. 1 9

Cf. Charles DIDIER, Une année en Espagne, Paris, Librairie d e D u m o n t , 1837, vol. II, p. 302: «Le soir, le c o u p d'oeil est plus pittoresque. La plaine o ù se tient la foire [de Mairena] se couvre de feu, e t à voir d e loin ces bivouacs champêtres o n dirait u n e armée c a m p é e avant la bataille. T o u t le m o n d e est e n p l e i n air, à l ' e x c e p t i o n d ' u n très petit n o m b r e d e bienheureux qui d o r m e n t sous des tentes» [Por la tarde, la vista es más pintoresca. La llanura que acoge la feria [de Mairena] se cubre de fuego, y, viendo de lejos esos vivaques campestres, se diría que es u n ejército a c a m p a d o antes de la batalla. T o d o s están al raso, a excepción de u n pequeñísimo n ú m e r o de bienaventurados que d u e r m e n bajo tiendas]. 2 0

Ibidem, vol. I, p. 285: «Les murailles grises [de T o l è d e ] se teignaient de lueurs rougeâtres, et l'ombre des assistans s'y dessinait sous toutes les formes (...). La foule était p e u nombreuse, mais pittoresquement groupée; tantôt éclairée, tantôt dans l'ombre, elle passait par toutes les teintes, par toutes les gradations de la lumière» [Las murallas grises [de Toledo] se teñían de luces rojizas, y la sombra de los asistentes se dibujaba allí bajo todas las formas ( . . . ) . La muchedumbre era p o c o numerosa, pero estaba pintorescamente agrupada; tan pronto iluminada, tan pronto en la sombra, pasaba por todos los tintes, por todas las gradaciones de la luz]. 21

Ibidem, vol. II, p p . 296-297: «Quand le majo voyage, il porte son escopette suspendue à la selle, et sa maja assise e n croupe, le bras droit passé autour de sa ceinture. Fier de son double, de son triple fardeau, le b u c é p h a l e a n d a l o u x n ' e n g a l o p e d'un p i e d ni m o i n s sûr, ni moins agile, et ce n'a pas été pour moi le moindre intérêt de la foire que d'y voir arriver des villages voisins ces couples pittoresques» [Cuando el majo viaja, lleva la escopeta colgada en la silla y su maja sentada a la grupa, con el brazo d e r e c h o r o d e á n d o l e la cintura. Orgulloso de su doble, de su triple carga, el bucéfalo andaluz n o galopa sobre una pata ni m e n o s seguro, ni m e n o s ágil, y n o ha sido para mí el m e n o r interés de la feria ver llegar allí desde los pueblos vecinos esas parejas pintorescas]. 2 2

Ibidem, vol. I, p. 12: «La première mule est m o n t é e par u n petit postillon qui m è n e la caravane sans s'occuper de ce qui se passe derrière lui; jamais il n e retourne la tête. Le zagal est u n piéton qui court à côté de l'attelage, distribuant, selon l'occurrence, le blâme, l'éloge et les coups de bâton; c'est lui qui fait le métier le plus rude: il faut des jarrets de fair pour y

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quistas d e las ropas q u e j u z g a b a más características , c o m o las de los picad o r e s , las antiguas m a n o l a s , ciertas mujeres vallisoletanas o los distintos trajes regionales . Esta atención p r e e m i n e n t e p o r c u a n t o d e pintoresco p o s e í a n los p r o p i o s españoles y a l g u n o s d e sus tipos e i n d u m e n t a r i a s , llegó a t o r n a r s e exclusiva e n viajeros c o m o Alexis d e Saint-Priest; e n su opinión, los paisajes peninsulares carecían del pintoresquismo de la diversidad a r m o n i o s a q u e el aristócrata había a d m i r a d o e n Italia o en Escocia , y el v e r d a d e r o caudal pintoresco de España se hallaba en sus calles y en el variado r e p e r t o r i o de personas y tipos q u e las poblaban: 24

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En Espagne le pittoresque est dans les rues: les moines, les bohémiens, les toreros, les étudiants, les manolas, les miquelets, les voleurs, telle est la mine à exploiter. Je recommande surtout les miquelets et les voleurs! . 29

suffire. T o u t cela forme un ensemble des plus pittoresques, et rien n'est plus amusant que de suivre, dans tous les détails, le gouvernement de cette armée rétive et bruyante» [La primera mula está montada por un joven postillón que lleva la caravana sin ocuparse de lo que sucede detrás de él; nunca vuelve la cabeza. El zagal es un peatón que corre al lado del tiro, distribuyendo, s e g ú n el caso, la reprobación, el e l o g i o y los estacazos; es quien d e s e m p e ñ a el oficio más duro; hacen falta buenas piernas para dar abasto. T o d o eso forma u n conjunto de los más pintorescos, y nada es más divertido que seguir, e n todos los detalles, el gobierno de este ejército reticente y ruidoso]. 2 3

Sobre el entusiasmo de Gautier por el pintoresquismo de las personas y su aspecto exterior, vid. Gilberte GUILLAUMIÉ-REICHER, Théophile Gautier et l'Espagne, París, Librairie Hachette, 1935, especialmente las pp. 12 y 389; Margaret GILMAN, «Some French Travellers in Spain», Hispania, XIII, 6 (1930), p. 514; Enrique MAPELLI, «Forasteros e n Málaga (primera parte)», Gibralfaro, XI, 13 (1961), p. 68; Lluís GUARNER, op. cit., pp. 25-26; Jean DESCOLA, op. cit., pp. 111112; Ilse HEMPEL LIPSCHUTZ, «Théophile Gautier et son Espagne retrouvée dans l'oeuvre gravé de Goya», Bulletin de la Société Théophile Gautier, 2 (1980), pp. 21-23, «Théophile Gautier et la danse espagnole», ibidem, 8 (1986), pp. 157-159 y 161, y «Andalucía, de lo vivido a lo escrito por tres románticos franceses: François-René de Chateaubriand, Prosper Mérimée y T h é o p h i l e Gautier», e n VV. AA., La imagen de Andalucía en los viajeros románticos..., p. 94; Peter BESAS, op. cit., p. 138 y sigs.; y Anne UBERSFELD, Théophile Gautier, Paris, Éditions Stock, 1992, pp. 133 y 135. 2 4

Vid. T h é o p h i l e GAUTIER, Voyage en Espagne. España. Ed. de Patrick BERTHIER, Paris, Gallimard, 1981, p. 111. 2 5

Ibidem, p. 130: «La manola est u n type disparu ( . . . ) ; elle existe b i e n e n c o r e , mais dépouillée de son caractère primitif; elle n'a plus son costume si hardi et si pittoresque» [La manola es u n tipo desaparecido (...); existe todavía, pero despojada de su carácter primitivo; ya n o tiene su vestido tan atrevido y tan pintoresco]. Ibidem, pp. 98-99: «Comme pittoresque, il n'y a que quelques j u p o n s de femme: ces j u p o n s sont d'un j a u n e q u e u e de serin très vif, égayé d e b r o d e r i e s d e plusieurs n u a n c e s , représentant des oiseaux et des fleurs» [Como pintoresco, n o hay más que algunas faldas de mujer: estas faldas son de u n amarillo de cola de canario muy vivo, a n i m a d o c o n bordados de varios matices, que representan pájaros y flores]. 2 6

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Ibídem, pp. 103, 251, 258 y sigs. y 319. Ycf. p. 251: «C'est à Jaen que j'ai vu le plus de costumes nationaux et pittoresques» [Es e n Jaén d o n d e vi más trajes nacionales y pintorescos]. 2 8

Vid. Alexis DE SAINT-PRIEST, L'Espagne, fragment d'un voyage inséré dans la «Revue française» par le Cte..., Paris, Imprimerie de A. Firmin-Didot, 1830, pp. 36 y 43. 2 9

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Ibídem, p. 44.

El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias aragoneses según los viajeros de la primera...

[En España lo pintoresco está en las calles: los monjes, los gitanos, los toreros, los estudiantes, las manolas, los migueletes, los ladrones, tal es la mina por explotar. ¡Recomiendo sobre todo a los migueletes y a los ladrones!]

Personas y tipos pintorescos de Aragón Las p á g i n a s q u e a l g u n o s viajeros d e la p r i m e r a m i t a d d e l siglo XIX d e d i c a r o n a A r a g ó n n o e s c a p a r o n a la p o n d e r a c i ó n d e los atractivos pintorescos d e los h a b i t a n t e s d e la r e g i ó n . Al a t r i b u i r e x p l í c i t a m e n t e d i c h a cualidad estética a u n a p e r s o n a , a sus c o m p o r t a m i e n t o s o a sus atavíos, el viajero d e c i m o n ó n i c o r e c o n o c í a e n ellos la d i g n i d a d pictórica proveniente d e esa p e c u l i a r i d a d p r e s e n t e e n lo c o t i d i a n o q u e e x h i b í a n . A u n q u e d i c h a inclusión d e lo diferente y d e lo singular d e a l g u n o s aragoneses e n el á m b i t o p i n t o r e s q u i s t a a t e n d i ó e s p e c i a l m e n t e a la valoración d e ciertas i n d u m e n t a r i a s características, a l g u n o s textos se limitan a c o n s i g n a r , sin mayor especificación, el efecto pintoresco q u e p r o d u c e la c o n t e m p l a c i ó n d e u n g r u p o d e p e r s o n a s o u n t i p o d e t e r m i n a d o . E n su i t i n e r a r i o d e 1834, A l e x a n d e r Slidell Mackenzie se d e t u v o e n la observación d e t a l l a d a d e las r o p a s q u e lucían los h a b i t a n t e s d e n u e s t r a r e g i ó n , c o n u n a complacencia q u e lo e m p u j ó a describir p r o l i j a m e n t e la composición d e esos trajes aragoneses cuya visión lo dejó «singularly struck» n a d a más traspasar las lindes d e Navarra y Aragón, a e x a m i n a r el atavío del c o n d u c t o r d e la diligencia e n t r e Z a r a g o z a y M a d r i d , o a p r o c l a m a r q u e e n la capital aragonesa «was every variety of dress peculiar to the different provinces of Spain» . Sin e m b a r g o , n i n g u n a d e estas vestimentas recibe el calificativo d e picturesque q u e el n o r t e a m e r i c a n o reserva p a r a los objetos q u e se vinculan a los usos y a la existencia cotidiana d e los habitantes d e la capital aragonesa, e n cuya vida diaria o c u p a b a u n lugar d e privilegio lo r e l a c i o n a d o con la religión: 30

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Este gusto por la d e s c r i p c i ó n d e las indumentarias se e x t i e n d e a otras zonas de la Península; vid., para el caso del País Vasco, Á n g e l MARTÍNEZ SALAZAR, Aquellos ojos extraños: Euskal Herria en los libros de viaje, Vitoria, Papeles de Zalabanda, 1 9 9 5 , p. 1 1 8 . 3 1

Alexander SLIDELL MACKENZIE, Spain Revisited, L o n d o n , Richard Bentley, 1 8 3 6 , vol. I, pp. 1 0 9 - 1 1 0 ; la cita, e n la p. 1 1 0 [singularmente g o l p e a d o ] . Charles DIDIER, op. cit., vol. I, p. 8 1 , anotó por su parte el cambio indumentario, solidario del paisajístico, que supone el paso de Aragón a Cataluña: «Ici le costume change c o m m e la nature: à la gorra et à la couverture rayée des Catalans s u c c è d e n t le c h a p e a u r o n d à larges ailes et le l o n g m a n t e a u des Aragonais» [Aquí la vestimenta cambia c o m o la naturaleza: a la gorra y el manto rayado de los catalanes suceden el sombrero r e d o n d o de ala ancha y el largo abrigo de los aragoneses]. 3 2

Vid. A l e x a n d e r SLIDELL MACKENZIE, op. cit., vol. I, p. 1 4 8 .

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Ibidem, vol. I, p. 1 3 0 [estaba toda la variedad de vestidos característicos de las diferentes provincias de España].

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Leaving these mountain ranges, the eye reverts with pleasure to the more quiet beauties of the cultivated fields, the vineyards, olive-trees, and already verdant corn, the level expanse being every where intersected with roads, and checquered by the devious course of the Ebro, appearing and disappearing in a succession of glistening and mirror-like lakes. It is, perhaps, with still greater interest that you contract your gaze to the city below, and to the nearer, if less picturesque objects connected with the uses and existence of your fellow-man. You are astonished to find that half of the entire extent ot the city is covered with churches and convents, and thence led to infer how pervading and how powerful religion must be among a people who abandon such a space to its uses . 34

[Al dejar estas cadenas montañosas, el ojo vuelve con placer a las más sosegadas bellezas de los campos cultivados, los viñedos, los olivos y el todavía verde cereal, el llano se expande estando por todas partes cruzado por caminos y accidentado por el curso tortuoso del Ebro, que aparece y desaparece en una sucesión de lagos brillantes e iguales a espejos. Esto es, quizás, con un interés todavía más grande, lo que compromete tu mirada a la ciudad de abajo y a la más cercana, si menos objetos pintorescos enlazaran con los usos y existencia de tu prójimo. Te asombras al encontrar que la mitad de la extensión entera de la ciudad está cubierta con iglesias y conventos, y de ahí se puede inferir cuán impregnada debe estar y cuán poderosa debe ser la religión entre un pueblo que entrega tal espacio para sus finalidades.] Lo picturesque c o n s t i t u í a u n p a t r i m o n i o , n o d e la n a t u r a l e z a avistada desde la T o r r e Nueva, sino d e las p e r s o n a s q u e la p o b l a b a n , d e los habitantes d e Zaragoza y d e sus actividades. Más c o n c r e t a s q u e esta g e n é r i c a atribución d e p i n t o r e s q u i s m o realizada p o r Mackenzie resultan las anotac i o n e s d e o t r o s visitantes, q u e se sirvieron d e l adjetivo pintoresco —y sus equivalentes e u r o p e o s — p a r a calificar a algunos tipos con los q u e se topar o n en sus andanzas aragonesas. Richard Ford, p o r ejemplo, fijó su m i r a d a e n el arrabal d e Zaragoza, cuya feria d e caballos semanal e r a f r e c u e n t a d a p o r « p i c t u r e s q u e b l a c k g u a r d s » . El viajero inglés, g e n e r o s o c o m e n t a d o r 35

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Ibídem, vol. I, p. 139.

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Cf. su juicio sobre una vista montañosa de Urdax, ibídem, vol. I, p. 32: «A party of hors e m e n was in front, probably the chief with his staff; then came three or four h u n d r e d foot soldiers with muskets, and in the rear followed a l o n g train of laden mules and asses, making the a p p e a r a n c e of the w h o l e g r o u p , as it w o u n d a l o n g the m o u n t a i n , highly picturesque» [ U n grupo d e jinetes estaba e n frente, probablemente el jefe c o n su estado mayor; e n t o n c e s vinieron trescientos o cuatrocientos soldados de infantería c o n mosquetes y en la retaguardia seguía u n a larga serie d e mulas y asnos cargados, q u e hacían el aspecto del g r u p o e n t e r o , c o m o éste envolvía toda la montaña, altamente pintoresco]. 3 6

Richard FORD, A Hand-Book for Travellers in Spain, and Readers at Home, describing the Country and Cities, the Natives and Their Manners, the Antiquities, Religion, Legends, Fine Arts, Literature, Sports and Gastronomy, Past and Present, with Notices on Spanish History, L o n d o n , J o h n Murray, 1845, t. II, p. 970a [truhanes pintorescos].

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El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias aragoneses según los viajeros de la primera.. 37

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— e incluso fiel d i b u j a n t e — del p i n t o r e s q u i s m o d e ciertos personajes y sus actividades o d e d e t e r m i n a d a s i n d u m e n t a r i a s n a c i o n a l e s , c o n s i g n ó c ó m o poseían esa calidad p i n t o r e s c a los t r u h a n e s zaragozanos o los habitantes d e los Pirineos, quienes, 39

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when not smugglers or guerrilleros, are rude, simple and pastoral, they are poor and picturesque, as people are who dwell in mountains . 41

[cuando no son contrabandistas o guerrilleros, son toscos, simples y pastoriles, son pobres y pintorescos, como lo es la gente que mora en las montañas.] La visión d e los contrabandistas pirenaicos, cuya personalidad violenta y d e s o r d e n a d a c o n t r i b u y e r o n a topificar los a r t í c u l o s d e c o s t u m b r e s y cuya r e p u t a c i ó n se p r o l o n g ó e n la l i t e r a t u r a d e viajes d e t o d o el siglo X I X , atrajo e n 1842 el interés pintoresquista d e u n a n ó n i m o visitante alem á n . La a g r u p a c i ó n irregular d e tales personajes peculiares y marginales, 42

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Efectivamente, Ford esbozó, entre otros, los retratos de majos, aguadores, contrabandistas; vid. Brinsley Ford, Richard Ford in Spain. A Loan Exhibition in Aid of the National ArtCollections Fund, 5th June-12th June 1974. Introd. d e D e n y s S U T T O N , L o n d o n , W i l d e n s t e i n [1974], p. 61, fichas 77, 83 y 84; pp. 62-63, fichas 91-94; y p. 66a, ficha 107. 3 8

Cf., p o r e j e m p l o , Richard FORD, A Hand-Book for Travellers in Spain..., t. I, p. 37, y Gatherings from Spain. Introd. d e Brinsley FORD, L o n d o n / N e w York, D e n t / D u t t o n , 1970, p. 80, y sus palabras sobre los caleseros españoles: «They offer to the artist and endless subject of the picturesque; every thing c o n n e c t e d with t h e m is full of form, colour, and originality. They can d o nothing, wether sitting, driving, sleeping, or eating that d o e s not make a picture; the same may be said of their animals and their habits and harness; those who draw will never find the m i d d a y halt l o n g e n o u g h for the infinite variety o f subject and scenery to which their travelling equipage and attendants form the most peculiar and appropiate foreground» [Ofrecen al artista infinitos asuntos pintorescos; todo lo que tiene relación con ellos está lleno de forma, color y originalidad. N o hacen nada, ya se sienten, conduzcan, duerman o c o m a n , q u e n o constituya u n a pintura, y lo m i s m o p u e d e decirse d e sus animales, indumentaria y arneses. Aquellos que dibujen n u n c a encontrarán bastante largo el descanso del mediodía para la infinita variedad d e temas y paisajes d e que su vehículo y personal forman el primer p l a n o más a p r o p i a d o y p e c u l i a r ] . Vid. otros e j e m p l o s e n Richard FORD, A HandBook for Travellers in Spain..., t. I, pp. 11 y 84, y Gatherings from Spain, pp. 66 y 88. 3 9

Ibídem, pp. 70 y 128.

4 0

Ibídem, p. 128.

4 1

Ibídem, p. 32.

4 2

Vid., por ejemplo, «Los contrabandistas», Semanario Pintoresco Español, 29 (1836), pp.

239-240. 4 3

Cf., ya avanzado el siglo, Charles DAVILLIER y Gustave D O R É , «Burgos, Navarre et Aragon», e n Voyage en Espagne. «Le Tour du monde», 1862-1873, e d i c i ó n facsímil d e los artíc u l o s a p a r e c i d o s e n Le Tour du monde, V a l e n c i a , Albatros, 1 9 7 4 , p. 3 9 2 b : «De m ê m e q u e parmi les Catalans et les autres habitants d e la frontière française, il y a parmi les Aragonais b o n n o m b r e de hardis contrebandiers ( . . . ) . 'Tous les c o n t r e b a n d i e r s / -dit u n e chanson populaire- sont d e s h o m m e s d e c o e u r ; / ce qu'ils chargent e n C a t a l o g n e / ils le v e n d e n t e n Aragon' ( . . . ) . 'En dépit des minones, s'écrie u n Aragonais dans u n e autre copia, j e veux

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salpicando las i n m e d i a c i o n e s de los t a m b i é n singulares s e n d e r o s q u e cond u c í a n a Panticosa, p r o p o r c i o n a b a a este c o n j u n t o h u m a n o u n tinte pintoresco: Im Schatten einer Klippe, unsern vom Wege, fanden wir, theils stehend, theils liegend zu einer malerischen Gruppe vereint, zwölf spanische Contrebandiers . 44

[A la sombra de una peña, no muy lejos del camino, encontramos, en parte de pie, en parte tumbados, uniéndose a un grupo pintoresco, doce contrabandistas españoles.] El r e l a t o d e l viaje p o r A r a g ó n q u e Gustave d ' A l a u x realizó e n 1838 c o n t i e n e u n d e t a l l a d a d e s c r i p c i ó n d e la i n d u m e n t a r i a y a c t i v i d a d e s d e u n o s e s t u d i a n t e s u n i v e r s i t a r i o s q u e el p e r i o d i s t a e n c o n t r ó d e c a m i n o a J a c a y cuya j e r i g o n z a se le antojó pintoresca: Presque aussitôt nous vîmes apparaître quatre vigoureux gaillards dans le costume traditionnel de l'étudiant espagnol: vaste chapeau à claque, posé parallèlement aux épaules, qui en effleurent les deux cornes retombantes; cravate à la Colin; ample cape noire, portée par l'un en sautoir, tordue par l'autre en ceinture, drapée chez un troisième en ailes de chauve souris, et lancée par le quatrième sur la tête du muletier, qui, avant d'avoir eu le temps de se reconnaître, tombait pelotonné sur lui-même au milieu des quatre étudiants, lesquels poursuivaient gravement leur concert. Ces écoliers si folâtres avaient bien

être contrebandier, et j'irai vendre m o n tabac à la porte des casernes'» [Al igual que entre los catalanes y los otros habitantes d e la frontera francesa, hay entre los aragoneses b u e n n ú m e r o de intrépidos contrabandistas ( . . . ) . 'Todos los contrabandistas/ -dice una canción popular- son h o m b r e s de c o r a z ó n ; / lo que cargan en Cataluña/ lo v e n d e n en Aragón' ( . . . ) . 'A pesar de los miñones, exclama u n aragonés en otra copla, quiero ser contrabandista, e iré a v e n d e r mi tabaco a la puerta d e los cuarteles'». Vid. e n g e n e r a l , sobre la realidad de los contrabandistas españoles y su mitificación e n los viajeros, Léon-François HOFFMANN, op. cit., p p . 121-123; Santos MADRAZO, El sistema de comunicaciones en España, 17501850, Madrid, Colegio de Ingenieros, Canales y P u e r t o s / T u r n e r , 1984, vol. II, pp. 580, 582, 584, 603-605, 6 1 9 , 624-625, 627 y 628, y La Edad de Oro de las diligencias. Madrid y el tráfico de viajeros en España antes del ferrocarril, Madrid, N e r e a , 1 9 9 1 , p p . 200 y 2 0 3 ; M a n u e l BERNAL RODRÍGUEZ, « T i p o l o g í a s literarias d e la A n d a l u c í a r o m á n t i c a » , p p . 1 1 2 - 1 1 6 ; María J o s é ALVAREZ ARZA, La economía andaluza vista por los viajeros del siglo XIX, Madrid, U.N.E.D., 1986, pp. 360-367; Alberto GONZÁLEZ TROYANO, La desventura de Carmen..., p. 81 y sigs.; y E l e n a ECHEVERRÍA PEREDA, op. cit., p p . 156-157. Y cf. a d e m á s , para los p r e c e d e n t e s plásticos del p i n t o r e s q u i s m o atribuido a los contrabandistas, Valeriano BOZAL, «La f o r m a c i ó n del cost u m b r i s m o e n la e s t a m p a p o p u l a r e s p a ñ o l a del siglo XVIII», Cuadernos Hispanoamericanos, 384 ( 1 9 8 2 ) , pp. 5 1 1 , 516-517, 519-521 y 524. 44

Reise eines Norddeutschen durch die Hochpyrenäen in den Jahren 1841 und 1842, LeipzigParís, Brochaus and Avenarius, 1843, vol. II, p. 128. Probablemente el autor d e este viaje sea W. VON RETZ; vid. María del Mar SERRANO, Las guías urbanas y los libros de viaje en la España del siglo XIX. Repertorio bibliográfico y análisis de su estructura y contenido (Viajes de papel), Barcelona, Universitat de Barcelona, 1993, pp. 338 y 380.

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trente ans chacun; mais l'étudiant de douzième année, qui est une excentricité chez nous, est chose très ordinaire en Espagne. Tels qui ont commencé par racler de la guitare de ville en ville, pour se conformer aux usages de l'école, se font en vieillisant guitaristes de profession. Le métier est peu lucratif, du reste, depuis l'abolition des couvens. Don Nicomédès, le tambour de basque et le bouffon de la troupe, s'en plaignait amèrement à moi. Peu d'instans après notre rencontre, il m'avait demandé la permission de cultiver mon estimable connaissance, et j e m'étais résigné de b o n n e grace au rôle de confident. Les plaintes de don Nicomédès, exprimées dans le jargon pittoresque et moqueur de l'école, avaient pour moi tout l'intérêt d'une véridique esquisse de moeurs . 45

[Casi inmediatamente vimos aparecer a cuatro vigorosos mozos con la vestimenta tradicional del estudiante español: amplio bicornio, colocado paralelamente a los hombros, que roza los dos cuernos que caían; corbata a la Colás; amplia capa negra, llevada por uno en forma de aspa, retorcida en un cinturón por el otro, revestida en un tercero con alas de murciélago, y lanzada por el otro sobre la cabeza del arriero, que antes de haber tenido tiempo de reconocerse, caía hecho un ovillo en medio de los cuatro estudiantes, que proseguían gravemente su concierto. Estos colegiales tan juguetones muy bien tenían treinta años cada uno; pero el estudiante de decimosegundo curso, que es una excentricidad entre nosotros, es algo muy común en España. Tal y como han comenzado por tocar mal la guitarra de ciudad en ciudad, para adecuarse a los usos del colegio, se hacen al envejecer guitarristas de profesión. El oficio es poco lucrativo, por lo demás, desde el cierre de los conventos. Don Nicomedes, el pandereta y el bufón del grupo, se me quejaba amargamente de ello. Pocos instantes después de nuestro encuentro, me había pedido permiso para cultivar mi estimable amistad, y yo estaba resignado de buena gana al papel de confidente. Las lamentaciones de don Nicomedes, expresadas en la jerga pintoresca y burlona del colegio, tenían para mí todo el interés de un verídico esbozo de costumbres.] El visitante galo n o aplicó el t é r m i n o pittoresque a u n o s paisajes pirenaicos q u e c o n t e m p l ó a d m i r a d o y cuyos c o m p o n e n t e s describió c o n profusión, sino q u e reservó d i c h o adjetivo p a r a c a r a c t e r i z a r los e l e m e n t o s d e p e c u l i a r i d a d cuasi costumbrista q u e p r e s e n t a b a n los t u n o s . D o n Nicomed e s y sus a c o m p a ñ a n t e s llevaban el traje t r a d i c i o n a l m e n t e a s o c i a d o al e s t u d i a n t e p o b r e , olvidado d e su f o r m a c i ó n y d e d i c a d o a la guitarra; sus ropas, sus actividades, sus c o m p o r t a m i e n t o s , su situación d e p e n u r i a desd e el cierre d e los conventos, su j e r g a y sus quejas se ajustan perfectamente, p o r u n lado, al tipo d e l e s t u d i a n t e p i n t a d o p o r el c o s t u m b r i s m o espa-

45

Gustave D ' A L A U X , «L'Aragon p e n d a n t la g u e r r e civile», Revue des Deux Mondes, 1 (1846), p. 576.

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ñol c o e t á n e o , y, p o r o t r o , a la i m a g e n topificada del personaje r e c r e a d a p o r la p l u m a y p o r el lápiz d e viajeros posteriores c o m o Charles Davillier y Gustave D o r é . 47

Indumentarias aragonesas pintorescas La p o n d e r a c i ó n d e l p i n t o r e s q u i s m o d e los h a b i t a n t e s d e A r a g ó n se detuvo e s p e c i a l m e n t e e n la valoración d e la singularidad y el atractivo d e c i e r t a s i n d u m e n t a r i a s c a r a c t e r í s t i c a s , p o p u l a r e s o locales. Así, E d w a r d Hawke Locker percibió los paseos públicos zaragozanos del o t o ñ o d e 1813 c o m o u n a p i n t u r a cuya p l a s t i c i d a d jovial q u e d a b a e n r i q u e c i d a precisam e n t e p o r la variedad q u e a p o r t a b a la vestimenta nacional: On the approach of evening the public walks teem with mirth and gallantry on every side. As a picture they exhibit the most lively groups, the variety of the Spanish costume producing a very rich effect. Persons fantastically dressed attend to light their cigarros, others sell iced water

46

Cf. sólo Vicente DE LA FUENTE, «El estudiante», e n Los españoles pintados por sí mismos, Madrid, I. Boix Editor, 1843-1844, vol. I, pp. 226, 227 y 230: « U n o de los golpes que más han contribuido a despojar al estudiante de su carácter peculiar ha sido la abolición d e los manteos ( . . . ) . Pero la generalidad de la estudiantina e m p e ñ a d a e n ridiculizar aquella o r d e n , la desairó cuanto pudo, continuando c o n el m a n t e o y sustituyendo a los antiguos tricornios por gorras d e fuelle ( . . . ) . Está visto q u e el m a n t e o y el tricornio serán s i e m p r e el e m b l e m a y geroglífico d e la estudiantina. Pero el instrumento más usual del estudiante es la guitarra. U n estudiante sin guitarra es u n c o m e t a sin cola, y rara será la Universidad e n que n o haya c u a n d o m e n o s m e d i a d o c e n a q u e la t o q u e n c o n primor y todos los restantes así, así ( . . . ) . Desde que falta la sopa de los conventos esta vida tiene m u c h o s percances». Y vid. además los comentarios d e Fermín GIL ENCABO, El costumbrismo literario aragonés, Huesca, Ediciones del Fénice, 1991, microforma, pp. 626-628 y 1.065-1.066. 4 7

Vid. Charles DAVILLIER y Gustave DORÉ, op. cit., p p . 183b-191, y el grabado «Étudiants de la tuna voyageant avec des arrieros (muletiers)», ibidem, p. 187. Davillier e n u m e r a los comp o n e n t e s «du costume classique des estudiantes de la tuna» [del traje clásico de los estudiantes de la tuna] (ibídem, p. 186a), retrata a estos tunos c o m o «pauvres et n o m a d e s ( . . . ) , poètes et musiciens» [pobres y nómadas ( . . . ) , poetas y m ú s i c o s ] , cuyas canciones tratan d e «les j o i e s et les misères de leur existence vagabonde» [las alegrías y las miserias de su existencia vagabunda] (ibidem, p. 186b), y tan entregados a tañer sus guitarras que «aussi a-t-on comparé l'étudiant sans guitare à une c o m è t e sans queue» [también se ha comparado al estudiante sin guitarra a u n c o m e t a sin cola] (ibidem, p. 191b; la metáfora es idéntica a la utilizada por Vicente de la Fuente e n su artículo «El estudiante», citado supra, n. 4 6 ) . El viajero galo advierte asimismo a la altura de 1871 de que «l'ancien tunante n'existera plus bientôt qu'à l'état d e s o u v e n i r . Ce type e n t i è r e m e n t e s p a g n o l , qui t e n d à disparaître t o u s l e s j o u r s , deviendra avant p e u aussi rare que les êtres fossiles et antédiluviens» [el antiguo tunante n o existirá ya p r o n t o más que c o m o u n recuerdo. Este tipo e n t e r a m e n t e español, que tiende a desaparecer todos los días, se hará dentro de p o c o tan raro c o m o los seres fósiles y antediluvianos] (ibidem, p. 191b).

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and refreshments jingling their glasses as the symbols of their trade, and jesting with their customers . 48

[Al caer la tarde, los paseos públicos están plagados de risas y galanterías por doquier. Como una pintura, muestran los grupos más vivos, donde la variedad del traje español produce un efecto muy rico. Personas fantásticamente vestidas esperan para encender sus cigarros, otros venden agua helada y refrescos haciendo chocar sus vasos como símbolos de su negocio y bromeando con sus clientes.] Por su p a r t e , el a n ó n i m o a u t o r d e las Scenes in Spain (1837) descubrió e n los h a b i t a n t e s d e A r a g ó n y e n sus c o m p o r t a m i e n t o s y vestimentas más llamativas u n p i n t o r e s q u i s m o q u e n o percibió e n otros e l e m e n t o s paisajísticos o arquitectónicos d e la región. El viajero n o r t e a m e r i c a n o se e n t r e g ó fascinado a la descripción p o r m e n o r i z a d a d e c u a n t a s i n d u m e n t a r i a s diferentes le ofrecían los a r a g o n e s e s y subrayó explícita y favorablemente el carácter pintoresco del traje tradicional d e los campesinos d e la región: 49

50

The procession which I saw on this occasion at Zaragoza was headed by two peasants in the picturesque garb of Aragon, bearing silver salvers in their hands, wherein were received the contributions of the pious . 51

[La procesión que vi en aquella ocasión en Zaragoza estaba encabezada por dos campesinos con el pintoresco traje de Aragón, que llevaban en sus manos bandejas de plata, donde recibían las contribuciones de los devotos.] Para la m i r a d a y la p l u m a d e esa a t e n t a observadora del Pirineo aragon é s q u e fue Lady C h a t t e r t o n e n 1841, los m a g n o s paisajes d e las e m i n e n cias o s c e n s e s n o m o s t r a b a n h u e l l a a l g u n a d e l p i n t o r e s q u i s m o q u e , sin e m b a r g o , sí se e n c a r n a b a e n los m o r a d o r e s d e esos e n t o r n o s m o n t a ñ o s o s . Los campesinos altoaragoneses lucían u n atavío q u e sobrepujaba el pintoresquismo d e cualquier otra i n d u m e n t a r i a local ; las excelencias d e su vest i m e n t a c o n v e r t í a n a estos l u g a r e ñ o s e n u n a g e n e r o s a fuente d e fruición 52

4 8

4 9

Edward Hawke LOCKER, Views in Spain, L o n d o n , J o h n Murray, 1 8 2 4 , h. 1 9 ª v . Vid. Scenes in Spain, New York, George Dearborn, 1 8 3 7 , pp. 2 5 1 - 2 5 2 , 2 6 9 , 2 7 8 - 2 7 9 y 3 1 2 .

5 0

Cf. la valoración matizada q u e realizó sobre las vestimentas típicas de otras regiones, ibidem, p p . 3 2 2 - 3 2 3 : «The dress of the Catalans, t h o u g h in s o m e respects picturesque, is o n the whole n o t graceful» [El traje d e los catalanes, aunque pintoresco e n algunos aspectos, n o es agraciado en c o n j u n t o ] . 5 1

52

Ibidem, pp. 3 0 7 - 3 0 8 .

Vid. Lady Henrietta Georgiana María CHATTERTON, The Pyrenees, with Excursions into Spain, L o n d o n , Saunders and Otley, 1 8 4 3 , vol. I, pp. 1 7 2 , 2 1 0 - 2 1 1 y 2 6 6 , quien también subraya el carácter picturesque de las ropas de los bordeleses, los campesinos vascos o las mujeres de Cambó. Sobre el tema, vid. Joan GANAU, «Introducció», e n Viatges per Ponent, Lleida, Ajuntam e n t de Lleida-Universitat de Lleida-Institut d'Estudis Ilerdencs, 1 9 9 6 , p. 6 8 . Y cf. Jean FOURCASSIÉ, Le romantisme et les Pyrénées, Tolouse, E S P E R / A n n a l e s Pyrénéennes, 1 9 9 0 , p. 1 2 5 .

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estética p a r a q u i e n los c o n t e m p l a r a , hasta el p u n t o d e q u e su sola presencia acrecentaba los atractivos d e cualquier espacio q u e los acogiera: The number of Spanish peasants, who come over the mountains here from Aragon, add very much the enjoyment of the place. Their dress, particularly that of the men, is more picturesque than any I ever saw, though I thought none could be more beautiful than that of the Catalonians we saw in the Valley of Aran. These wear a high conical hat, with a broad brim, embroidered and tasseled; a coat of green velvet, with a richly-embroidered collar and breast, a waistcoat of brocaded satin, a red, or sometimes lilac, silk scarf tied round the waist, brown striped velvet culottes, garters embroidered in gold, blue stockings, and sandals. Some have a large brown cloak hanging over one shoulder, which does not conceal their brilliant attire, and they hold it with such a graceful and regal air, that one cannot imagine those majestic and most independent-looking beings can be peasants . 53

[El número de campesinos españoles que vienen aquí a visitar las montañas desde Aragón aumenta muchísimo el disfrute del lugar. Su ropa, particularmente la de los hombres, es más pintoresca que cualquiera que hubiera visto, aunque pensé que ninguna podría ser más bella que la de los catalanes que vimos en el Valle de Arán. Éstos llevan un sombrero alto cónico, de ala ancha, bordado y con borla; una chaqueta de terciopelo verde, con un cuello y una delantera ricamente bordados, un chaleco de satén brocado, un pañuelo de seda, rojo o a veces lila, atado alrededor de la cintura, unos pantalones cortos de terciopelo marrón a rayas, ligas bordadas en oro, medias azules y sandalias. Algunos tienen una larga capa marrón que cuelga de un hombro, que no oculta su brillante atavío, y la sujetan con un aire tan gracioso y regio que no se puede imaginar que aquellos seres majestuosos y de aspecto tan independiente puedan ser campesinos.] T a m b i é n la m i r a d a d e T h o m a s Clifton P a r i s se p o s ó , i n c l u s o e n el transcurso d e su arresto e n Bujaruelo, e n «the picturesque costumes» d e cuantos pobladores d e las regiones pirenaicas e n c o n t r ó d u r a n t e sus a n d a n zas p o r la alta m o n t a ñ a oscense e n 1842. El viajero realizó u n complacido ejercicio d e observación pintoresquista d e los atavíos d e los habitantes d e la vertiente española d e la cadena, al cual n o fueron ajenos otros autores ni artistas, tales c o m o Ferogio y Lagarrigue e n su serie d e litografías Nouvelle suite de Costumes des Pyrénées . Paris q u e d ó subyugado a n t e las excelencias p i n t o r e s c a s q u e a t r i b u í a a la p e c u l i a r a p a r i e n c i a d e los m o n t a ñ e r o s c o n 54

55

53

Henrietta Georgiana CHATTERTON, op. cit., vol. II, pp. 107-108. 5 4

T h o m a s Clifton PARIS, Letters from Pyrenees during Three Months' Pedestrian Wanderings amidst the Wildest of the French and Spanish Mountains in the Summer of 1842, L o n d o n , J o h n Murray, 1843, p. 197 [trajes pintorescos]. 5 5

Vid. Du Languedoc à l'Andalousie. Dessins et litographies romantiques du Musée Paul Dupuy à Toulouse, Madrid-Toulouse, Institut Français e n Espagne, 1962, p. 15.

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los cuales se t o p ó e n las primeras eminencias del Pirineo aragonés; ropajes y p e i n a d o c o n t r i b u í a n a p o t e n c i a r el a s p e c t o salvaje d e e s t o s altoaragoneses, c o m p o n e n t e d e r u d e z a y primitivismo éste p r e c i s a m e n t e q u e los teñía d e pintoresquismo: The appearance of these Spanish mountaineers, as they stand in haughty attitudes upon the mountain ridges, is exceedingly wild and picturesque. If the weather be bad or the air cold in the manto wraps them round, otherwise it is carried loosely over the shoulder; their heads are bound with a coloured kerchief or covered with the huge sombréro; a shawl many yards in length envelops the waist, and rude sandals of ox-hide or hempen alpargátas protect their feet. There is, moreover, a fashion of cutting the hair among the younger part of the community that gives a peculiar wildness to the countenance: it is shaven close over the crown and allowed to grow and hang in elfin locks from a circle round the base of the scalp . 56

[El aspecto de esos montañeros españoles, tal y como permanecen de pie sobre las cadenas de montañas en actitudes altivas, es extremadamente salvaje y pintoresco. Si hace mal tiempo o el aire frío en el manto los envuelve, éste se lleva de otra manera holgadamente sobre los hombros; una pañoleta coloreada o cubierta con el enorme sombrero rodea sus cabezas; un chal larguísimo envuelve la cintura, y unas rudas sandalias de cuero de buey o alpargatas de cáñamo les protegen los pies. Hay, además, una moda de corte de pelo entre la parte más joven de la comunidad que da un peculiar aire salvaje al semblante: se rasura por encima de la coronilla y se le deja crecer y colgar en mágicos mechones de un círculo alrededor de la base del cuero cabelludo.] Esta suerte d e exaltación d e los atributos p i n t o r e s c o s q u e p o s e í a n las i n d u m e n t a r i a s g e n é r i c a m e n t e características d e n u e s t r a región y, específic a m e n t e , aquellas p r o p i a s d e los c a m p e s i n o s a l t o a r a g o n e s e s , c u e n t a c o n n u m e r o s o s c o r r e l a t o s e n o t r o s textos d e viajeros referidos al c o n j u n t o o partes d e España. Así, p o r ejemplo, Mary B o d d i n g t o n consignó la apariencia «picturesque in their rags of blue, white a n d scarlet» d e los españoles q u e c o n o c i ó e n Luz, observación q u e r e a f i r m ó su i d e a d e q u e t o d o s los h a b i t a n t e s d e la P e n í n s u l a p a r e c í a n s i e m p r e «as if a r r a n g e d to serve a p a i n t e r for his m o d e l s ( . . . ) , t h e p i c t u r e s q u e is always u p p e r m o s t » ; Michael Burke H o n a n j u z g ó el aspecto d e u n o s milicianos a r r o p a d o s p o r unas mantas v a r i a d a m e n t e rayadas «as savage as a lover of the picturesque 57

5 8

5 6

Thomas Clifton PARIS, op. cit., pp. 191-192.

Mary BODDINGTON, Sketches in the Pyrenees with some Remarks on Languedoc, Provence, and the Cornice, L o n d o n , L o n g m a n / R e e s / O r n e / B r o w n / G r e e n / L o n g m a n s , 1837, vol. I, p. 428 [pintorescos en sus trapos azules, blancos y escarlatas]. 58

Ibídem, vol. I, p p . 428-429 [ c o m o dispuestos para servir c o m o m o d e l o s a u n pintor (...), lo pintoresco está siempre e n primer lugar en ellos].

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c o u l d d e s i r e » ; C h a r l e s D e m b o w s k i p r o c l a m ó la p r o l i f e r a c i ó n p i n t o r e s quista d e la vestimenta del p u e b l o español e n g e n e r a l y d e la d e los huert a n o s e n p a r t i c u l a r ; y visitantes c o m o F r a n c e s A n n e V a n e d e s t a c a r o n c u a n t o d e p i n t o r e s c o t e n í a la i n d u m e n t a r i a t r a d i c i o n a l d e las m u j e r e s , m i e n t r a s otros, c o m o G u é r o u l t , insistían e n la necesidad d e la conservación d e dichos a t u e n d o s e n t r e las clases altas. 60

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Michael BURKE H O N A N , The Court and Camp of Don Carlos; being the Results of a Later Tour in the Basque Provinces, and Parts of Catalonia, Aragon, Castile and Estremadura, L o n d o n , 59

J o h n Macrone,MDCCCXXXVI,p. 2 7 3 [tan salvaje c o m o u n amante d e l o pintoresco pudiera desear]. Cf. Charles DEMBOWSKI, Deux ans en Espagne et en Portugal pendant la guerre civile, 18381840, Paris, Librairie de Charles Gosselin, Imprimérie de Fain et Thunot, 1841, p. 209: «C'est partout le peuple avec ses costumes pittoresques, la guitare, les castagnettes, le fandango, et la romance chantée par le pauvre aveugle, héritier de l'ancien troubadour» [Por todas partes está el pueblo c o n sus trajes pintorescos, la guitarra, las castañuelas, el fandango, y el romance cantado por el pobre ciego, heredero del antiguo trovador]. Para la apreciación de los trajes pintorescos que realiza Dembowski, vid. José María IRIBARREN, op. cit., p. 52. 6 0

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Cf. Charles DEMBOWSKI, op. cit., p p . 272-273: «Plus q u e partout ailleurs, e n Espagne, le costume des paysans de la Huerta a conservé les traces de son origine moresque. Il se compose d'un large caleçon blanc, plissé, qui tombe jusqu'au g e n o u , de sandales d e corde, d'une é c h a r p e d e soie, d ' u n e c h e m i s e à j a b o t , d ' u n e manta, couverture d e laine b a r i o l é e , dans laquelle ils s'enroulent d e la manière la plus pittoresque; enfin, d'un m o u c h o i r serré autour de la tête, qu'ils rasent c o m p l é t e m e n t à la m a n i è r e d e s orientaux» [Más q u e e n cualquier otra parte e n España, el traje d e los huertanos h a conservado las huellas d e su origen morisco. Se c o m p o n e de a n c h o calzón blanco, plegado, q u e llega hasta la rodilla; alpargatas, faja de seda, camisa de pechera, manta d e vistosos colores, e n la q u e se envuelven del m o d o más pintoresco; e n fin, d e u n p a ñ u e l o apretado alrededor de la cabeza, q u e se afeitan p o r c o m pleto a la manera d e los orientales]. Cf. Marchioness of LONDONDERRY, A Journal of a Three Months's Tour in Portugal, Spain, Africa, &c., dedicated by permission to H e r Majesty the Q u e e n Dowager, [ L o n d o n ] , Harrison & Co., MDCCCXLIII, p. 22: «I also b o u g h t a mantilla, a costume perfectly necessary while residing in Spain, where a b o n n e t is never seen, a n d where the ladies p r o m e n a d e with n o t h i n g else to d e f e n d their heads from the sun. T h e effect is very picturesque, the black lace falling over their glossy raven hair, which is arranged with b u n c h e s of natural flowers, while the large fan replaces the parasol, and a Spanish w o m a n may be known anywhere, by her dexterity in using it» [También compré u n a mantilla, u n a prenda perfectamente necesaria mientras se reside e n España, d o n d e n u n c a se ve u n tocado y d o n d e el paseo de las señoras se hace sin n a d a m á s para p r o t e g e r las cabezas d e l sol. El e f e c t o e s m u y p i n t o r e s c o , e l encaje n e g r o cayendo encima de su pelo liso negro c o m o el azabache, que se arregla c o n ramilletes d e flores naturales, mientras el ancho abanico reemplaza a la sombrilla, y u n a mujer española puede ser conocida e n cualquier lugar por su destreza e n usarlo]. 6 2

Cf. A d o l p h e G U É R O U L T , Lettres sur l'Espagne, París, L o u i s Desessart, 1 8 3 8 , p . 2 3 2 : «Notez d'ailleurs que les dames espagnoles, qui gagneraient tant à conserver leur costume si pittoresque, n e p o r t e n t dans le m o n d e q u e le c o s t u m e français» [Observen p o r otra parte que las señoras españolas, que ganarían tanto conservando su vestido tan pintoresco, n o llevan e n sociedad más q u e el vestido francés]. La pérdida d e las tradiciones y pintorescas indumentarias nacionales también se observaba e n los caballeros; cf. sólo D o m i n g o Faustino SARMIENTO, Viajes. Introd. d e Julio N o é , B u e n o s Aires, La Cultura Argentina, 1922, t. II, p. 22: «Los h o m b r e s d e la clase culta siguen e n t o d o la m o d a e u r o p e a y el paletó y el c h a l e c o se resisten, c o m o todos saben, a la descripción; p e r o el p u e b l o , es decir lo q u e aún es e n España g e n u i n o español, es digno siempre del pincel». 6 3

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El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias aragoneses según los viajeros de la primera...

Indumentarias y tipos aragoneses en los Viajes Pintorescos La t e n d e n c i a d e l p i n t o r e s q u i s m o r o m á n t i c o e n virtud d e la cual el viaj e r o se sentía atraído, y hasta fascinado, p o r el aspecto característico d e los habitantes d e cada zona y su peculiar vestimenta tradicional también halló pujante a c o m o d o e n la m o d a l i d a d del viaje pintoresco. T h o m a s Roscoe desc r i b i ó c u i d a d o s a m e n t e la c o m p o s i c i ó n d e los r o p a j e s q u e e x h i b í a n los z a r a g o z a n o s , a n o t ó c u a n t o d e v a r i a d o h a b í a e n d i c h o s atavíos y e n sus p o r t a d o r e s , y destacó el carácter llamativo d e la i n d u m e n t a r i a d e quienes a c u d í a n al m e r c a d o « p r e s e n t i n g t h a t singular variety in aspect a n d dress so striking t h r o u g h o u t t h e rural districts of S p a i n » . P o r su p a r t e , la imag e n d e la T o r r e Nueva c o n q u e David Roberts ilustró estas páginas aragonesas d e la serie The Tourist in Spain (1835-1838) incluye, a u n q u e sea e n p e q u e ñ o t a m a ñ o y c o m o p a r a a n i m a r la e s t a m p a , diversas figuras h u m a nas q u e f o r m a b a n así p a r t e d e esta r e p r e s e n t a c i ó n pintoresca . La m i s m a presencia d e lo q u e el lector p o d í a i n t e r p r e t a r c o m o u n variado muestrario d e h a b i t a n t e s d e la c i u d a d se repite e n el viaje d e C u e n d i a s y Féréal; su o b r a e x h i b e lo q u e p a r e c e e n lo f u n d a m e n t a l u n a copia d e la e s t a m p a d e Roberts, cuyas únicas —y m í n i m a s — diferencias r e s p e c t o d e l m o d e l o inglés estriban p r e c i s a m e n t e e n la selección y disposición d e las p e r s o n a s q u e p o b l a b a n la calle q u e d e s e m b o c a b a e n el m o n u m e n t o z a r a g o z a n o . 64

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Vid. T h o m a s ROSCOE, The Tourist in Spain and Morocco. Illustrated from drawings by David ROBERTS, L o n d o n , Robert J e n n i n g s a n d Co., J e n n i n g s ' Landscape A n n u a l for 1838, MDCCCXXXVIII, pp. 123, 124 y 135-136. 6 5

Ibídem, p. 123: «Persons of all ranks, and in every variety o f costume, bent o n business or o n pleasure, gave an animated appearance to the whole scene» [Personas de todas las clases, y c o n toda variedad de trajes, resueltas a realizar negocios o al placer, daban una animada apariencia a toda la e s c e n a ] . 6 6

Ibídem, p. 124 [ p r e s e n t a n d o esta singular variedad e n el aspecto y e n la vestimenta tan chocante e n todas las zonas rurales de España]. 6 7

Vid. David ROBERTS, «Leaning Tower o f Saragossa», ibidem, hoja entre las p p . 128 y 129. Roberts fue u n o d e los artistas cuyas i m á g e n e s d e España f u e r o n más plagiadas; vid. Pedro GALERA ANDREU, La imagen romántica de la Alhambra, Madrid, El Viso, 1992, p. 35 y sigs. El p r o p i o Richard Ford d e n u n c i a b a c ó m o se c o p i a b a n los dibujos d e David Roberts e n el Univers pittoresque, vid. Francisco IZQUIERDO, «David Roberts, la tesis romántica», e n VV. AA., La Granada de David Roberts, Granada, Caja General de Ahorros de Granada, 1991, hoja 10, y «El punto de vista e n la iconografía romántica», e n VV. AA., La imagen romántica del legado andalusí, p. 67a-b. 6 8

N o existe constancia de q u e David Roberts visitara la capital aragonesa. Curiosamente, pues, el británico bien p u d o realizar su estampa a partir de u n bosquejo de otro dibujante, recrearla d i r e c t a m e n t e basándose e n alguna d e las d e s c r i p c i o n e s d e la Torre Nueva, o construirla a partir d e sus propias representaciones d e torres españolas c o m o la Giralda; cf. David ROBERTS, «La Giralda, Seville», e n Picturesque Sketches in Spain. Taken during the Years 1832 8c 1833, L o n d o n , H o g s o n & Graves,MDCCCXXXVII,lámina XIV. 6 9

Vid. «Saragosse», e n Manuel DE CUENDIAS y Victor DE FÉRÉAL, L'Espagne pittoresque, artistique et monumentale. Moeurs, usages et costumes. Illustrations par Célestin NANTEUIL, Paris,

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Esta imagen, cuya parte inferior m u e s t r a toda u n a diseminación d e personajes, sufrió, a su vez, u n a serie de plagios q u e e x p a n d i e r o n su difusión . 70

La única litografía q u e el Voyage pittoresque en Espagne d e Isidore d e Taylor d e d i c ó a A r a g ó n , basada e n u n dibujo d e ese aficionado al r e t r a t o d e tipos p o p u l a r e s q u e fue P h a r a m o n d B l a n c h a r d y t i t u l a d a «Paysans des environs de Saragosse et d u Bas-Aragon», p r e s e n t a b a a varios h o m b r e s del p u e b l o distinta y t í p i c a m e n t e ataviados; y el t e x t o q u e a c o m p a ñ a b a a la ilustración se limitaba a e n u m e r a r e identificar los n o m b r e s d e los elementos más característicos d e la vestimenta aragonesa: 71

Ils sont généralement vêtus d'un habillement de velours de coton à couleurs sombres: noir, vert ou bleu. Le velours se nomme pana. Leurs ceintures, ordinairement violettes, emploient quelquefois 18 vares d'étoffe; c'est là leur luxe, et ils mettent leur vanité à les porter très grandes. Le mouchoir qu'ils ont sur la tête, plié en forme de cône, est en coton. Ces mouchoirs proviennent des manufactures de la Catalogne. Les alpargatas se fabriquent dans toutes les villes d'Aragon; les plus estimées sont celles de Saragosse . 72

[Se visten generalmente con una indumentaria de terciopelo de algodón en colores sombríos: negro, verde o azul. El terciopelo se denomina pana. Sus ceñidores, habitualmente violetas, emplean algunas veces 18 varas de tela; éste es su lujo y se vanaglorian de llevarlos muy grandes. El pañuelo que tienen sobre la cabeza, plegado en forma de

Libraire E t h n o g r a p h i q u e , [1848], hoja e n t r e las p p . 338 v 389. P e d r o GALERA ANDREU, op. cit., p . 142, n. 59, h a c o n s i g n a d o la e x i s t e n c i a d e esta p r á c t i c a d e c o p i a d e los g r a b a d o s d e The Tourist in Spain e n la o b r a d e C u e n d i a s y Féréal. 70

La e s t a m p a a p a r e c i ó t a m b i é n r e p r o d u c i d a p o r Francisco d e Paula MELLADO, Recuerdos de un viaje por España [ed. facsímil d e la d e 1849J, M a d r i d , Vieja E s p a ñ a ( E d i c i o n e s d e A r t e y C o s t u m b r e s ) , 1985. t. II, C u a r t a P a r t e , h o j a e n t r e las p p . 6 y 7; la f a g o c i t a c i ó n d e las e s t a m p a s d e L'Espagne pittoresque q u e realizó el e d i t o r m a d r i l e ñ o n o p a s ó i n a d v e r t i d a a sus c o n t e m p o r á n e o s ; cf. sólo Ángel FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, «Epístolas, o sea juicio q u e u n suscritor ha f o r m a d o d e los Recuerdos de un viage en España, q u e p u b l i c a el S e ñ o r d o n Francisco de Paula M e l l a d o . P a m p a n e i r a , a 13 d e n o v i e m b r e del a ñ o d e Cristo d e 1849», Semanario Pintoresco Español, 49 (9-XII-1849), p. 391a: «Sus láminas son las mismas, c o n la ú n i c a diferencia d e t e n e r en la edición e s p a ñ o l a r a s p a d o s los n o m b r e s del d i b u j a n t e y del g r a b a d o r , y estar horrib l e m e n t e e s t a m p a d a s » . La m i s m a i m a g e n a p a r e c i ó e n Le Monde. Histoire de tous les peuples, 1859, t. VII, p. 176, a h o r a r e p r o d u c i d a p o r J e a n - R e n é AYMES, Aragón y los románticos franceses (1830-1860), Z a r a g o z a , G u a r a , 1986, h o j a e n t r e las p p . 80 y 8 1 . Vid. a d e m á s u n c a t á l o g o d e i m á g e n e s d e c i m o n ó n i c a s d e la T o r r e N u e v a e n J e s ú s RUBIO JIMÉNEZ, « A r a g ó n r o m á n t i c o : e n t r e el p i n t o r e s q u i s m o y lo s u b l i m e » , e n III Curso sobre Lengua y Literatura en Aragón (siglos XVIII-XX). Dir. d e T o m á s BuESA y J o s é - C a r l o s MAINER. C o o r d . d e J o s é Mª ENGUITA, Z a r a g o z a , Institución « F e r n a n d o el Católico», 1994, p p . 46-48. 71

Vid. Paul GUINARD, « P h a r a m o n d B l a n c h a r d , cronista d e villa y corte», Coya. Revista de Arte, 46 ( 1 9 6 2 ) , p p . 285b-286a, y Dauzats et Blanchard, peintres de l'Espagne romantique, Bord e a u x , Féret et Fils Éditeurs, 1967, p p . 314, 381-386 y 394-398. 72

Isidore-Justin-Séverin DE TAYLOR, Voyage pittoresque en Espagne, en Portugal et sur la côte d'Afrique, de Tanger à Tétouan, París, A. F. L e m a î t r e É d i t e u r , 1860, vol. III, p l a n c h e [ 1 0 4 b i s ] . Y cf. la r e p r o d u c c i ó n d e «Paysans des e n v i r o n s de Saragosse et du Bas-Aragon», l a m i n a I.

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aragoneses según los viajeros de la primera...

Lámina I. Pharamond BLANCHARD, «Paysans des environs de Saragosse et du Bas-Aragon», en Isidore-Justine-Séverin DE TAYLOR, Voyage pittoresque en Espagne, en Portugal et sur la côte d'Afrique, de Tanger à Tétouan, París, A. F. Lamaître Editeur, 1860, vol. III, planche [104 bis].

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cono, es de algodón. Estos pañuelos provienen de las manufacturas de Cataluña. Las alpargatas se fabrican en todos los pueblos de Aragón; las más estimadas son las de Zaragoza.] Las páginas d e la obra del aristócrata francés se abrieron a la peculiarid a d d e las vestimentas regionales o al tipismo d e costumbres y personajes; e n este s e n t i d o , la c o n c e p c i ó n q u e a l b e r g a b a Taylor d e lo p i n t o r e s c o d e l país c o n c e d í a u n p r o t a g o n i s m o i m p o r t a n t e a los h a b i t a n t e s del m i s m o . A u n q u e A l e x a n d r e d e L a b o r d e ya h a b í a i n s e r t a d o algunos g r a b a d o s centrados e n el retrato d e personas , su Voyage pittoresque et historique de l'Espagne (1806-1820) n o m o s t r a b a la p r e d i l e c c i ó n del B a r ó n p o r u n o s p e r s o n a j e s o atavíos q u e , a d e m á s d e m e r e c e r ser p i n t a d o s , r e u n í a n idénticas condiciones d e variedad y singularidad q u e ciertos enclaves d e la naturaleza o m o n u m e n t o s artísticos. N u e s t r a c o t i d i a n i d a d , e n c a r n a d a e n los fajines y c a c h i r u l o s d e A r a g ó n , e n las r o p a s d e los m o n j e s e s c u r i a l e n s e s , e n el a m b i e n t e festivo d e las p o s a d a s o e n los tipos q u e p o b l a b a n n u e s t r a geografía , p o d í a resultar e n t o n c e s tan seductora y e x t r a ñ a a los ojos del viajero pintoresco c o m o nuestras antigüedades o el e n t o r n o físico más irregular y sorprendente. 73

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N u e s t r o s visitantes n o reflejaron s i e m p r e esta versión visual del p i n t o resquismo d e las personas e i n d u m e n t a r i a s aragonesas e n las ilustraciones d e sus libros d e viaje; en ocasiones, dibujos exentos y cuadros se convirtier o n e n v e h í c u l o d i r e c t o p a r a el artista y viajero p o r n u e s t r a r e g i ó n q u e plasmaba plásticamente los atractivos d e sus habitantes. Así lo hizo Adrien Dauzats, c o m p a ñ e r o d e a n d a n z a s d e Taylor e n el tercer viaje e s p a ñ o l del Barón, cuya estancia e n o c t u b r e d e 1836 e n A r a g ó n fructificó e n diversos dibujos y pinturas q u e solían reservar u n lugar i m p o r t a n t e a la representación d e figuras h u m a n a s : los a r a g o n e s e s y sus atavíos típicos locales ocu-

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Vid. algunos apuntes de esta inclinación e n Arturo DEL HOYO, «El Barón Davillier y su Viaje por España», introducción e n Barón Charles DAVILLIER, Viaje por España. Ilustrado por Gustavo DORÉ. C o n u n estudio crítico-biográfico d e A n t o n i o BUERO, Madrid, Castalia, 1957, p. XVIIa; y Alejandro SÁNCHEZ, art. cit., p. 67b-c. 7 4

Vid. «Trages españoles e n Toledo» y «Danse d u Boléro à Grénade», e n Alexandre DE LABORDE, Voyage pittoresque et historique de l'Espagne, París, Imprimerie d e Pierre Didot l'aîné, MDCCCVI-MDCCCXX, t. II, vol. II, planchesXLIIIy LX, y su exégesis textual e n las pp. 27a y 32a respectivamente. Vid. sobre el tema Lluís GUARNER, op. cit., p. 23; Santiago BRU VIDAL, «Alexandre de Laborde y su visión ochocentista de Valencia y de su reino», e n VV. AA., Valencia en los libros de viajes. Catálogo de la exposición, Valencia, Ajuntament de Valencia, 1995, p. 118. 7 5

Vid. Isidore-Justin-Séverin DE TAYLOR, op. cit., vol. II, planche 16.

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Vid. «Auberge de Gor. Espagne», ibidem, vol. III, planche 99.

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Vid. «Calesinero de Madrid, Murcien et contrebandier des environs de Malaga», ibídem, vol. III, planche [ 1 0 0 ] ; y cf. el texto adjunto d o n d e se e n u m e r a n los c o m p o n e n t e s de los trajes d e cada u n o : «Le costume des calesineros et d e contrebandiers dans toute l'Espagne est e x t r ê m e m e n t pittoresque» [El traje d e los calesineros y d e los contrabandistas e n toda España es extremadamente pintoresco].

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p a n u n lugar i m p o r t a n t e e n el óleo Cathédrale de La Seo: Chapelle de Santiago, y c e n t r a n la acuarela y el dibujo Homme du peuple: Saragosse . 78

El viaje pintoresco constituyó u n á m b i t o privilegiado p a r a la r e p r o d u c ción y difusión d e i m á g e n e s d e los h a b i t a n t e s d e n u e s t r a r e g i ó n y d e sus v e s t i m e n t a s l o c a l e s m á s s i n g u l a r e s . Las i l u s t r a c i o n e s d e los Recuerdos y bellezas de España (1839-1872) r e t r a t a r o n , a d e m á s d e n u e s t r o s m o n u m e n tos artísticos o paisajes, a sus h a b i t a n t e s d e c i m o n ó n i c o s . Efectivamente, el itinerario q u e Francisco Javier Parcerisa y J o s é María Q u a d r a d o realizar o n p o r A r a g ó n e n 1844 p r o d u j o n u m e r o s a s litografías, m u c h a s d e las cuales a c o m p a ñ a b a n sus r e p r e s e n t a c i o n e s d e edificios, c o n j u n t o s arquit e c t ó n i c o s o e s c e n a r i o s n a t u r a l e s d e las p e r s o n a s q u e los h a b i t a b a n y r e c o r r í a n o d e tipos a p r o p i a d o s a ellos. A u n q u e , a veces, el h o m b r e inclui79

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Vid. Paul GUINARD, «Un pintor romántico francés e n Aragón: Adrien Dauzats», Seminario de Arte Aragonés, 7-8-9 ( 1 9 5 7 ) , p p . 138-140, y Dauzats et Blanchard, peintres de l'Espagne romantique, p p . 328 y 360, fichas 8 y 167 respectivamente, y plancha XI, intercalada entre las pp. 112 y 113. Para el gusto de Dauzats por la pintura de tipos y trajes populares, ibidem, pp. 129 y 358-361. 7 9

Justa M O R E N O GARBAYO, « C o l e c c i o n e s del P a t r i m o n i o N a c i o n a l . Vistas d e España (5)», Reales Sitios, 68 ( 1 9 8 1 ) , p. 5 2 , h a apuntado esta presencia h u m a n a e n las litografías d e los Recuerdos y bellezas de Parcerisa. 8 0

Vid. Francisco Javier PARCERISA, «Campanario d e Pertusa», e n Recuerdos y bellezas de España, obra destinada a dar a conocer sus monumentos, antigüedades, y vistas pintorescas e n láminas dibujadas del natural y litografiadas por... y acompañadas c o n texto por José María QUADRADO, [s. l . ] , [s. i . ] , 1844-1848, vol. II: Aragón, hoja entre las pp. 74 y 75; «Fraga», ibídem, hoja entre pp. 76 y 77; «Ventana d e últimos del siglo xv», ibídem, hoja entre pp. 110 y 111; «Vestíbulo de la Casa del Ayuntamiento (Huesca)», ibídem, hoja entre pp. 161 y 162; «La campana del rey monge», ibídem, hoja entre pp. 163 y 164; «Iglesia d e San Juan», ibídem, hoja entre pp. 164 y 165; «Antigua c h i m e n e a e n Jaca», ibidem, hoja entre pp. 174 y 175; «Interior de la catedral de Jaca», ibidem, hoja entre p p . 178 y 179; «Santa Cruz d e la Serós», ibidem, hoja entre pp. 192 y 193; « T e m p l o d e l Pilar. Zaragoza», ibídem, hoja e n t r e p p . 2 4 6 y 247; «Patio del Comercio e n Zaragoza», ibidem, hoja entre p p . 2 5 6 y 257; «Torre inclinada (Zaragoza)», ibidem, hoja entre pp. 255 y 256; «Patio de la Infanta», ibídem, hoja entre p p . 257 y 258; «Salón d e la Lonja», ibídem, hoja entre pp. 260 y 261; «Interior d e La Seo», ibídem, hoja entre pp. 261 y 262; «Iglesia e n el M o n t e Torrero», ibidem, hoja entre p p . 2 9 4 y 295; «Tarazona», ibídem, hoja entre p p . 302 y 303; «Tarazona. Interior de la catedral», ibídem, hoja entre pp. 314 y 315; «Claustro d e la catedral de Tarazona», ibidem, hoja entre pp. 320 y 321; «Claustro del Monasterio de Veruela», ibídem, hoja entre p p . 331 y 332; «Monasterio de Veruela. Sala Capitular», ibídem, hoja entre p p . 332 y 333; «Monasterio de Piedra (ventanas de la sala capitular)», ibídem, hoja entre pp. 356 y 357; «Daroca. Altar de los Santos Corporales», ibídem, hoja entre pp. 368 y 369; «Torre árabe de San Martín en Teruel», ibídem, hoja entre pp. 374 y 375; «Aqueducto c o n o c i d o por los Arcos d e Teruel», ibídem, hoja entre pp. 3 8 4 y 385; y «Alcañiz. Pórticos de la plaza», ibídem, hoja entre pp. 400 y 401. 8 1

Vid. «Peña de Uruel vista desde la Ciudadela (Jaca)», ibídem, hoja entre pp. 172 y 173; «Jaca», ibídem, hoja entre p p . 186 y 187; «Castiello», ibídem, hoja entre p p . 188 y 189; «San Juan de la Peña. Monasterio nuevo», ibidem, hoja entre pp. 194 y 195; «San Juan de la Peña. Monasterio antiguo», ibidem, hoja entre pp. 203 y 204; «Paso del Canal Imperial (río Jalón)», ibídem, hoja entre pp. 2 9 6 y 297; «Monasterio d e Veruela», ibídem, hoja entre p p . 322 y 323; «Casas abiertas e n la peña. Calatayud», ibidem, hoja entre p p . 348 y 349; «Cascada del río Piedra», ibidem, hoja entre pp. 358 y 359; y «Albarracín», ibídem, hoja entre pp. 378 y 379.

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d o e n la ilustración e r a el p r o p i o viajero e s b o z a n d o u n o d e sus b o s q u e j o s , n o r m a l m e n t e el artista i n t r o d u c í a en sus láminas a personajes aragoneses ataviados d e diversas y características m a n e r a s . La r e p r e s e n t a c i ó n plástica d e los e n c a p u c h a d o s d e Barbastro c o i n c i d í a con la s i n g u l a r i d a d q u e Q u a d r a d o a t r i b u í a a estas c a p e r u z a s s o m b r í a s d e los cofrades q u e c o n s t i t u í a n « u n a d e las p o c a s e s p e c i a l i d a d e s q u e allí se c o n s e r v a n » ; y, otras veces, trajes c o m o los d e los h a b i t a n t e s d e Ansó y H e c h o m o n o p o l i zaban la a t e n c i ó n pintoresca del lápiz d e Parcerisa p o r su carácter singular y tradicional: 82

83

Un m o n u m e n t o más duradero conservan aquellas quebraduras pobladas de hayas y abetos, surcadas por do quiera de torrentes, guarida de fieras y de venados; y es la sencillez de sus habitantes, el antiguo sabor de sus usos y hasta la singularidad de sus trages, rasgos nacionales cuya conservación es más de admirar en semejante país por su proximidad y comunicación con la Francia. Diríase que al abrigo del nevado muro que de ella les separa, se preservan del contagioso soplo de novedades que ejerce sus estragos más adentro de la península. Entonces se da su valor debido a las desmesuradas gorgueras que a manera de concha hacen resaltar el tostado rostro de las montañesas de Hecho, y a las mangas de su camisa plegadas como sobrepelliz, y a sus sayas siempre verdes prendidas debajo de los sobacos, y a la corona de pelo trenzada en torno de la cabeza de las ansotanas que atan las solteras con cinta encarnada, y con cinta negra las esposas y viudas, y a la retorcida punta de sus gruesas abarcas; entonces dejando al viajero superficial que mofe la falta de gracia y sobra de estrañeza de este trage, se estudiarán en él los recuerdos de lo pasado, sus analogías con la índole de faenas y las exigencias del clima, y cuando no otra cosa, se recogerá un nuevo tipo de los infinitos con que el hombre en sus modas ha pretendido imitar la inagotable variedad de la naturaleza . 84

Estos atavíos pirenaicos merecían reproducción plástica precisamente por cuanto albergaban d e singular y característico , y también p o r q u e se antojaban testimonio d e la diversidad d e las vestimentas nacionales y de la conservación en la i n d u m e n t a r i a de esas tradiciones q u e se revelaban c o m o señas d e identidad locales. Así, pues, más allá d e cualquier juicio superficial o peyorativamente pintoresquista, el viajero pintoresco q u e c o n t e m p l a r a a t e n t a m e n t e nuestros m o n u m e n t o s , paisajes y habitantes debía complacerse en la observa85

82

Vid. «Monasterio de Rueda (interior de la sala capitular)», ibídem, hoja entre las pp. 413 y 414. 83

Ibidem, p. 122; y vid, «Interior de la Catedral de Barbastro», ibidem, hoja entre pp. 122

y 123. 8 4

Ibídem, pp. 189-190; y vid. «Habitantes de los valles de H e c h o y Ansó», ibídem, hoja entre pp. 190 y 191, de la que se adjunta una reproducción (lámina II). 85

Ibídem, p. 190, n.: «Véanse en la lámina los característicos trages de los habitantes del valle de H e c h o y del de Ansó».

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El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias

aragoneses según los viajeros de la primera...

Lámina II. Francisco Javier PARCERISA, «Habitantes de los valles d e H e c h o y Ansó», e n Recuerdos y bellezas de España, obra destinada a dar a conocer sus monumentos, antigüedades, y instas pintorescas, en láminas dibujadas del natural y litografiadas por... y acompañadas con texto por José María QUADRADO, [s. I.], [s. i . ] , 1844-1848, vol. II: Aragón, hoja entre las pp. 190 y 191.

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ción detallada d e estos trajes q u e m o s t r a b a n a los ojos del visitante d e 1844 las huellas vivas d e la historia y las tradiciones altoaragonesas. La e n u m e r a ción textual q u e Q u a d r a d o ofrece d e algunos d e los elementos distintivos d e dichas ropas se completa y e x p a n d e en la información gráfica q u e proporciona la litografía d e Parcerisa; d e esta m a n e r a , p l u m a y pincel a ú n a n sus diferentes habilidades en la descripción y el retrato visual para trasladar al lector una imagen d e estos atavíos lo más exacta y exhaustiva posible. Las p á g i n a s q u e la España artística y monumental (1842-1850) d e Villaamil d e d i c ó a n u e s t r a región t a m b i é n a c o g i e r o n la r e p r e s e n t a c i ó n plástica d e a l g u n o s a r a g o n e s e s d e c i m o n ó n i c o s , figuras p o p u l a r e s cuya p r e s e n c i a a c o m p a ñ a b a y a n i m a b a el r e t r a t o litográfico d e a l g u n o s d e n u e s t r o s m á s i m p o r t a n t e s m o n u m e n t o s , c o n t r i b u y e n d o a a u m e n t a r el p i n t o r e s q u i s m o de la ilustración. L a p r e s e n c i a d e este c o m p o n e n t e p i n t o r e s c o y costumbrista, q u e salpica las e s t a m p a s d e t o d a la o b r a , c e n t r a la l á m i n a q u e J e n a r o Pérez d e Villaamil ofrece del exterior d e la iglesia d e San Pablo, 86

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punto concurridísimo en Zaragoza, especialmente en días de mercado. Por esto presentamos este cuadro animado por el tropel de tragineros aragoneses con sus desmesurados sombreros donde en otro tiempo ocuparían la escena devotos morábitos puestos en oración . 88

86

Vid. Jenaro PÉREZ DE VILLAAMIL, a partir de u n croquis de Valentín Carderera, «Salón d e Santa Isabel e n el castillo d e la Aljafería d e Zaragoza», e n España artística y monumental. Vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España. Obra dirigida y ejecutada p o r d o n G e n a r o PÉREZ DE VILLAAMIL. P u b l i c a d a bajo los auspicios y c o l a b o r a c i ó n d e u n a Sociedad de Artistas, Literatos y Capitalistas Españoles. T e x t o redactado por d o n Patricio DE LA ESCOSURA, París, Alberto Hauser, 1842-1850, t. I, cuaderno 10º, estampa III, hoja entre p p . 87 y 88; Jenaro PÉREZ DE VILLAAMIL [pero realizada a partir un dibujo de Valentín Carderera], «Claustro d e Santa Engracia, e n Zaragoza», ibidem, t. II, c u a d e r n o 12º, estampa I, h. entre las pp. 8 6 y 97; J e n a r o PÉREZ DE VILLAAMIL, «Altar mayor d e La S e o e n Zaragoza», ibídem, t. III, cuaderno 1 2 , estampa I, hoja entre p p . 96 y 97; «Patio de la casa llamada de la Infanta (hoy Liceo)», ibidem, t. III, cuaderno 12º, estampa II, hoja entre pp. 98 y 99; y «Trascoro de La Seo e n Zaragoza», ibidem, t. III, cuaderno 12º, estampa III, hoja entre pp. 100 y 101. s

8 7

Vid., por ejemplo, el dibujo de José DOMÍNGUEZ BÉCQUER, «Escena de los ladrones e n la venta», ibidem, t. I, cuaderno 5º, estampa IV; y el texto de Escosura que sirve de comentario a la litografía: «Nada más pintoresco que el traje d e esos desdichados cuyas bellas formas se dibujan graciosamente bajo el calzón de estezado o d e punto, la bota de ante primorosamente bordada, y q u e deja ver la rica m e d i a y la robusta pantorrilla, el c h a l e c o de seda, c o n su ceñidor de lo mismo, y el chupetín c o n alamares, caireles y b o t o n e s infinitos. La seda, el oro y la plata se mezclan tan graciosamente e n ese traje, y sin la atezada piel de la cara, el mirar sombrío y las bruscas maneras del h o m b r e , por el hábito fuera difícil adivinar la profesión» (ibídem, t. I, p. 51a). Sobre la presencia h u m a n a e n las estampas de la España artística y monumental, vid. Xavier DE SALAS, «Varias notas sobre J e n a r o Pérez Villaamil», Archivo Español de Arte, XXXI, 124 (1958), p. 278; y Justa MORENO GARBAYO, «Colecciones del Patrimonio Nacional. Vistas d e España (6)», Reales Sitios, 69 ( 1 9 8 1 ) , p. 50b. Por otra parte, sabemos que Villaamil gustó de la toma de apuntes y de la pintura de escenas populares; vid. Enrique ARIAS ANGLÉS, El paisajista romántico Jenaro Pérez Villaamil, Madrid, C.S.I.C., 1986, p. 75. 8 8

Patricio DE LA ESCOSURA, op. cit., t. III, p. 93a; y vid. la litografía c o r r e s p o n d i e n t e d e J e n a r o PÉREZ DE VILLAAMIL, «Yglesia d e S. Pablo e n Zaragoza», ibídem, t. III, c u a d e r n o 11º, estampa II, h. entre las pp. 92 y 93.

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El pintoresquismo de personas, tipos e indumentarias aragoneses según los viajeros de la primera...

La litografía se convertía así e n u n r e p e r t o r i o visual d e arrieros y otros tipos p o p u l a r e s cuyas diversas i n d u m e n t a r i a s se d e s p l e g a b a n pictóricam e n t e sobre el p a p e l . Las d e Blanchard, Dauzats, Parcerisa o Villaamil n o fueron, desde luego, las únicas imágenes gráficas d e nuestros ancestros dec i m o n ó n i c o s a r a g o n e s e s cuyos peculiares aspectos y vestidos o r n a r o n los textos c o s t u m b r i s t a s h i s p a n o s e, incluso, e n el á m b i t o e u r o p e o , a l g u n a i m p o r t a n t e colección pintoresca de trajes y costumbres . Este interés plástico p o r las i nd u m en tarias d e la región se t o r n ó textualmente exclusivo e n el caso d e Nathaniel Armstrong Wells; el único e l e m e n t o llamativo, característico y diferente respecto del resto d e España q u e apreció este viajero e n el Aragón d e 1844 fue precisamente el traje típico d e sus habitantes . 89

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Epílogo 92

Los viajeros d e c i m o n ó n i c o s e n c o n t r a r o n d u r a n t e d é c a d a s e n los traj e s p o p u l a r e s y atavíos m á s t r a d i c i o n a l e s e s p a ñ o l e s u n t e s t i m o n i o d e la

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Cf., por ejemplo, el grabado que ilustraba el artículo de Vicente DE LA FUENTE, «Usos y trajes nacionales. Los aragoneses», Semanario Pintoresco Español, 36 (1840), p. 281. Y vid. Fermín GIL ENCABO, op. cit., pp. 596-597. 9 0

Cf. «Peasant of Environs of Saragossa», e n Frederic SHOBERL, The World in Miniature. Spain and Portugal. Containing a Description of the Character, Manners, Customs, Dress, Diversions, and Other Peculiarities of the Inhabitants of Those Countries, illustrated with twenty-seven coloured engravings, L o n d o n , Printed for R. Ackermann, 1825, vol. XXXIII de la colección The World in Miniature, t. II, p. 28, q u e n o h e p o d i d o examinar d i r e c t a m e n t e . Vid. Ronald Vere TOOLEY, English Books with Coloured Plates 1790-1860. A Bibliographical Account of the Most Important Books illustrated by English Artist in Colour Aquatint and Colour Litography, Folkestone, Dawson of Pall Mall, 1973, p. 419, fol. 515. 9 1

Cf. Nathaniel ARMSTRONG WELLS, The Picturesque Antiquities of Spain; described in a Series of Letters, with Illustrations, representing Moorish Palaces, Cathedrals and other Monuments of Art contained in the Cities of Burgos, Valladolid, Toledo and Seville, L o n d o n , Richard Bentley, MDCCCXLVI, p. 253: «The inhabitants o f this province differ in costume and appearance from the rest of the Spaniards. Immediately o n setting foot o n the Aragonese territory, you are struck by the view of some peasant at the road-side: his black broad-brimmed hat, waist-coat, breeches, and stockings all of the same h u e , varied only by the broad faja, or sash of purple, make his tall erect figure almost pass for that o f a presbyterian clergyman, cultivating his h i g h l a n d garden» [Los habitantes d e esta provincia difieren e n ropa y e n apariencia del resto d e los españoles. Nada más pisar territorio aragonés, eres g o l p e a d o por la vista d e algún c a m p e s i n o al borde del camino: su sombrero negro de ala ancha, chaleco, calzones y medias, todo del mism o color, variado sólo por la ancha faja, o fajín de púrpura, h a c e n su alta figura erecta casi pasar por ser la de u n clérigo presbiteriano que cultiva su jardín de m o n t a ñ a ] . Esta descripción textual carece, sin embargo, d e correspondencia plástica alguna. 9 2

A la altura de 1870 todavía son habituales anotaciones c o m o las incluidas por H . W . BATES (Illustrated Travels: A Record of Discovery, Geography and Adventure with Engravings from Original Drawings by Celebrated Artists, L o n d o n - N e w York, Cassel-Peter-Galpin, [ s . a . ] , p. 38a) e n su compilación de textos de viajeros: « [Spaniards are] a p e o p l e , moreover, whose claims to the possession of a distinctive costume or i n d e e e d to any costume at all, of the very slightest nature, but which, nevertheless, has always had the strongest attractions for the pain-

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Esther Ortas Durand 93

peculiaridad y la diversidad . A m b o s e l e m e n t o s c o n f o r m a d o r e s d e lo pintoresco se p r e s e n t a b a n e n lo c o t i d i a n o d e n u e s t r o país, y se m o s t r a b a n a u n o s visitantes ávidos d e personas e i n d u m e n t a r i a s llenas d e pintoresquismo: ese q u e , p a r a m u c h o s , sólo florecía e n E s p a ñ a y e n t o d o c u a n t o ésta tenía d e característica y distinta, p e r o del cual, curiosamente, también viajeros españoles c o m o Modesto Lafuente supieron encontrar huellas e n otras z o n a s e u r o p e a s . A r a g ó n n o e s c a p ó a esta t e n d e n c i a del p i n t o r e s q u i s m o d e c i m o n ó n i c o q u e e n c o n t r ó u n o d e sus objetivos p r e d i l e c t o s e n p e r s o n a s , c o s t u m b r e s y vestimentas. Los t r u h a n e s , c o n t r a b a n d i s t a s , estudiantes, c a m p e s i n o s y m o n t a ñ e r o s d e n u e s t r a región o, e n su caso, las llamativas i n d u m e n t a r i a s q u e éstos exhibían se revelaron a los ojos d e los viaj e r o s d e la p r i m e r a m i t a d d e l siglo XIX c o m o atractivas m u e s t r a s d e lo peculiar, lo diverso y lo diferente q u e sobrevivía e n lo cotidiano y lo p o p u lar d e esa E s p a ñ a — t a n t a s veces e n s o ñ a d a y literaturizada— r o m á n t i c a y pintoresca. 94

ter and lover o f the picturesque» [[Los españoles son] u n p u e b l o , además, cuyas pretension e s d e p o s e e r u n a vestimenta distintiva o al m e n o s u n a vestimenta, d e la más insignificante naturaleza, pero que, c o n todo, ha tenido siempre las más fuertes atracciones para el pintor y el amante d e l o pintoresco]. 9 3

Cf. D o m i n g o Faustino SARMIENTO, op. cit., t. II, p. 23: «Esta diversidad d e trajes [por provincias], muy pintoresca sin duda, revela sin embargo una d e las llagas más profundas d e España, la falta d e f u s i ó n e n el e s t a d o » . Y vid., s o b r e esta actitud d e S a r m i e n t o , R a m ó n EZQUERRA ABADÍA, op. cit., p. 19; y A n t o n i o LAGO CARBALLO, « D o m i n g o F. S a r m i e n t o , viajero

por España (1846)», e n Homenaje al profesor Antonio Gallego Morell. Ed. d e C. ARGENTE DEL CASTILLO, A. DE LA GRANJA, J . MARTÍNEZ MARÍN y A. SÁNCHEZ TRIGUEROS, Granada, Universidad d e

Granada, 1989, vol. II, p. 177. 94

Cf., p o r e j e m p l o , M o d e s t o LAFUENTE, Viajes de Fray Gerundio, por Francia, Bélgica, Holanda y orillas del Rhin, Madrid, Establecimiento Tipográfico, 1842, t. II, p . 293: «Los holandeses c o n sus anchos pantalones de pana azul, sus sombreros d e copa y alas también anchas, y su andar pausado y sin gallardía, r e m e d a n a algunos mercaderes ambulantes d e Galicia y Castilla la Vieja. Y aun el vestido del día de fiesta d e los paisanos del Rhynland y del Delfland, c o n su sombrero d e tres picos, su calzón corto c o n cuatro grandes botones d e plata e n la pretina, y su chupa d e calamaco con espesa botonadura d e metal, trae a la memoria más d e cuatro tipos e s p a ñ o l e s , y representan u n a página vieja y b i e n conservada del libro d e nuestra antigua dominación».

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