F- ( i i d E L P A D R E D E SU P U E B L O, M HE M O 3BL X A D O N P E D R O D IA Z D E Y A L D É S, A LOS PUEBLOS, H - ( O

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H-

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F- ( ¿ i i d EL

PADRE Ó

PARA

HACER

A

DE

SU

PUEBLO,

M E D I O S TEM PORALM ENTE

LOS

F E L IC E S

PUEBLOS,

CON E L A U X IL IO D E LOS SE Ñ O R E S CURAS PARROCOS.

M

HE M

O 3BL X A

P R E M IA D A PO R L A R E A L SO C IE D A D B A S C O N G A D A ,

¿

IM P R E S A D E SU O R D E N E N VICTORIA E N 1 7 9 3 «

REIM PRESA

A H O R A ,\

CON UN DISCURSO P R E V IO Y A L G U N A S NOTAS, CON PER M ISO D E SU A U TO R ,

E L E X C .M0 É

IL L . mo SE Ñ O R

DON P E D R O D IA Z DE YALD ÉS, C A B A LLE RO GRAN C RUZ D E L A R E A L D ISTIN G U ID A O R D EN ESPAÑOLA D E CARLOS T E R C E R O , D E L CONSEJO D E S . M . Y OBISPO D E B A R C E L O N A , & C .

C O N L A S L IC E N C I A S N E C E S A R I A S . B A R C E L O N A -. E N L A O F IC IN A D E M A N U E L T E X É R O , PLAZA D E SAN FRANCISCO D E PAULA.

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P a r a dar á los Lectores* una idea de la importancia

,

de esta M emoria ponemos

,

aquí la Noticia de ella que se lee en el Memorial lite­ rario de Madrid. Seguirá despues el Discurso previo del Autor

, que aun no se A 2

;

ha publicado y por fin ¡as Notas á dicha Memoria. Esta Noticia se halla en

,

aquel M emorial en el mes de Junio de 1794 pag. 3 2 1 y dice así

:

,

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3H M 3L

S O C IE D A D

BASCONGADA. Noticia de la Memoria sobre las f e ­ licidades físicas y morales que los Curas pueden procurar á los pue­ blos , y soire Zos m edios, cotí que se proporcionarán para causar el bien común en todos ellos. La pre­ mió y publico en los extractos de sus Juntas de 1 7 9 3 la Real So­ ciedad Bascongada. í i3

'I : m n i s b i l V E

8£¿f £00?!

á rf o n p

r feeriliri

época brillante de la instrucción naM JQ %

cional y de la común aplicación á los asuntos econom icos, fue sin

duda

aquella, en que se reunieron moderna­ mente los ánimos de los ciudadanos mas distingui­ dos para formar las Sociedades de Am igos del Pais. F u é este un suceso m uy glorioso, y un medio, con que la Nación adquirid en pocos anos un conside­ rable fondo de conocimientos ú tile s , desprecian-

)

do todos aquellos que no la eran provechosos. Los preciosos libros del Fomento de la industria p o p u la r , y de la educación de los artesanos dieron grande impulso á los brazos mas numerosos’, y ganaron casi todas las clases á dedicarse hacia quanto puede traer ventajas al pais. Hasta las Se­ ñoras se reunieron también para procurar él bien de la n a c ió n ; y esta r e c o b ró , por decirlo así, en un momento las pasadas glorias, dando señales nada equivocas de su ilustración y de su laborio­ sa actividad. Los extrangeros han visto con pas­ mo tan considerables progresos; y deben aun es­ perar otros mayores de un pueblo nacido para las cosas g ra n d e s , y que dio el tono en otros .siglos á las demas naciones. Faltaba m over el brazo mas poderoso para llenar de bienes temporales la Pe­ nínsula. Deseaban las mismas Sociedades Econó­ micas , que los Eclesiásticos las ayudaran ; y en verdad que ellos han contribuido con su doctrina, con su ca u d a l, y con su z e l o , á promover sus preciosas ideas. E l público goza ya algunos m uy apreciables escritos de varios Eclesiásticos que los compusieron para beneficio de sus compatriotas. Es notorio que la C lerecía Española empleó su ciencia y dotacion para remediar las m iserias, y para aumentar los provechos de todos los ciuda­ danos. Pero aun se suspiraba por una obra que

( 3 ) „ demostrara,- que el Clero Español puede causar las felicidades físicas y morales de los pueblos; y que indicára los medios, con que llegaría efectivam en­ te á producir tanto bien. A n u n ció esta dichosa idea la Sociedad B ascongada, ofreciendo en 1790 un premio de 15 doblones, y patente de Socio benemerito á quien desempeñase á su satisfacción tan interesante asunto. E ntre las Memorias que recibió aquella Socie­ d ad, fue premiada en 17 9 1 la del epígrafe : Nos auxilia dicemus. Iuvare mortalera, h¿ec est ad ceternam gloriam v i a : del D r. D . Pedro D ia ¿ de V a ld é s , del Consejo de S. M . , Canonigo Pre­ lado , D ignidad de Arcediano de Cerdaña de la Catedral de U r g e l, é Inquisidor de B arcelon a; y se acordó im prim irla, como se acaba de efectuar en 17 9 3 . Y a el público había leido con agrado el pensa­ miento de este docto y aplicado Eclesiástico sobre la física del Clero ( 1 ) : sobre el veneno de los hon­ gos (2) y sus remedios ( 3 ) : y sobre algunas pe­ trificaciones. Ocultábase baxo el nombre de Z¿zdidalvés, para probar el gusto de la n a c ió n ; y

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(según se explica en algunas notas que prepara

i

(1) (a ) (3)

M e m o r i a l L i t e r a r i o año d e 17 8 7 . tomo i a . p a g . 97. Ib i. año de 89. tom. 17. p. 199. Ibi. año de 90. tom. a o . p . i a i . • .

para una reimpresión de la Memoria premiada) no quiso citar el A utor de algunas noticias que in g i­ rió en su primera carta sobre los progresos de la n ació n , temeroso de que los incautos se procura­ sen una obra en que los venenos están mezclados con las flores. N o entendieron este motivo ciertos le c to r e s : y así para manifestar que no necesitaba el vestido ageno para lu c ir s e , siguió escribiendo y citando con tanta puntualidad los A u to re s , que nadie duda ya que por sí solo y sin ellos es A u tor de mucho crédito y m uy juicioso el Señor Valdés. N o pueden leerse todas sus p rod u ccion es, inser­ tas en los Memoriales Literarios, sin confesar, que este Eclesiástico ha hecho particular estudio de ayudar á la nación por medio de los Curas. N un­ ca escribe que no ponga en ellos los ojos : que no los e lo g ie, y que no los mueva. Hasta en su D is­ curso ( i ) sobre si la Escabiosa es antidoto para la mordedura de la vivora (que es su y o ), habla de los C u ra s , celebra su m érito , y desea su aplicación á beneficio de los pueblos cortos : que son su idolo y el objeto perenne de sus reflexiones. Todos estos Discursos (que desempeñan bien lo que ofrece la divisa del Nos auxilia dicemus que los precede) pueden considerarse como preparati_____________

(i)

——————

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M e m o r i a l L i t e r a r i o de 1^93. D i c i e m b r e p a r t. i . a

p a g . 338.

..

vos para el grande y precioso que continua su Memoria premiada y publicada por la R eal Socie­ dad Bascongada. Es obra que agradará á la na­ ción ; y que ademas se leerá con aplauso en los R eynos e x tra n g ero s: porque en su linea es origi­ n a l, y está escrita con mucho pulso , erudición y solidez. Están en ella de manifiesto el generoso corazon del A u to r , y sus grandes conocimientos en casi todas las ciencias provechosas: ofrece á la economía política los principios mas seguros en materia de contribuciones y exenciones. Puntos h ay que no podía manejar el A u tor sin una noti­ cia m uy particular del derecho público Eclesiás­ tico , y otros también hay que solo pudo tratarlos con d ig n id ad , por los conocimientos superiores que tiene de la F ís ic a , B o tán ica, M ineralogía y Quím ica. . Consta esta Memoria de introducción y de dos partes.

La introducción indica que su A u tor

posee á fondo la materia , y que muchos años ha que se ocupaba en este objeto. D ice en ella que no se atará á las reglas de los retó rico s: porque aunque en otro tiempo las habia seguido , ahora no hay forma de sugetarse á cosa que huela á ar­ tificio. wGusto mas (escrib e pag. 2 4 ) ver las rowsas cercadas de espinas, y colocado el rosal con 99negligencia en los h u e rto s, que mirarlas esclaB

wvizadas en un jarro en medio de claveles y azu v>cenas.”

Con todo , nadie leerá su Memoria que

no conozca que está escrita por una mano sabia y diestra , y m uy diestra en la eloqtiencia. La parte primera trata de las felicidades físicas y morales que los Curas pueden procurar á los pueblos. Prueba esto con una agradable diversi­ dad de esp ecies; y sobre hacer demostración de su v e rd a d , toca ciertos puntos con tal dulzura y en e rg ía , que enamora y arrebata. Unas veces, por exem plo, pinta á un Cura , que agotada toda su dotacion para socorro de sus feligreses, los vé aun rodeados de miserias. A pu nta la carta que el Cura podría dirigir en tal apuro al Se­ ñor principal de aquel miserable pueblo ; y es­ tá puesta con tanta naturalidad , con tanto jui­ cio , y con tanta te rn u ra , que mueve á compa­ sión y excita el deseo de acudir á su socorro. Otras veces habla de la inmunidad y de la exen­ ción de los Eclesiásticos; y acordando la justa distribución que hacen de sus ren tas, responde con gran nervio á los inconsiderados que notan y critican sus privilegios. Otros acudirán para esto ú secas discusiones. E l A utor se contenta con va­ lerse solamente de las armas naturales del racioci­ nio ; y con ellas solas dexa sin respuesta á sus enemigos.

A unque el asunto de esta primera parte parece trivial y c o m ú n , el Señor Valdés lo maneja con una docta novedad que penetra las alm as, las convence y las enamora. Prueba su in te n to , y ademas presenta admirables doctrinas para toda clase de ciudadanos. E n la parte segunda trata de los medios con que el Clero Español podrá procurar aquellas felicida­ des físicas y morales á los pueblos. Señala muchos y m uy sensatos: pero levantando el vuelo para cor­ responder á las intenciones sublimes de la Socie­ dad Bascongada, y á lo que se merece una nación tan heroica como la n u estra , propone que se es­ tablezca una enseñanza en los Seminarios E c le ­ siásticos que los habilite y proporcione para ser singularmente útiles á los demas ciudadanos. Sin trastornar los estudios recibidos en las Universida­ des , halla tiempo y dotación para esta educación p ro vech o sa, que abraza la B o tán ica , la M inera­ logía y la Química. Propone qual debe ser esta in stru cció n , como se han de escribir estas mate­ rias, como se han de enseñar en los Seminarios* y apunta para exemplo muchas útiles noticias. Es menester leer la Memoria para hacerse cargo de su singular me'rito. La actual edad y la veni­ dera , la celebrarán y harán grande elogio de las superiores luces del A u to r , y de la sensibilidad B2

patriótica de su corazon. Es obra que se consul­ tará siempre con provech o, y la execucion de sus nobles ideas pondrá á la nación en un estado de ilustración y de felicid ad , que sobre su propia di­ cha , será la admiración y el embeleso de las demas naciones. E l Clero Español agradecerá los esfuer­ zos de este Eclesiástico para hacer público su mé­ rito sobresaliente, y para llevarle á un grado de lu z tan particular, que tape la boca á los impru­ dentes filosofastros que le critican.

G enios atre-

w vidos, talentos m alogrados, y habladores indissecretos-, tem blad; temblad quando veáis que E s99paña adopta unos estudios en que se formen los ^jóvenes Eclesiásticos para aprender los co n o cí«m ientos que hagan felices temporalmente á los 99hombres! D e nuestras escuelas salen Teologos 99robustos, y los D ialécticos d iestro s, que con 99funden vuestras objeciones seductoras: temed, 99que ya saldrán también Botánicos provechosos, 99y Naturalistas útiles, que con su practica y apli99catión hagan felices los p u eb lo s, y los con ven 99zan de que en sus Curas tienen todos los alivios 99y socorros que necesitan sus alm as, y también 99sus cuerpos.” Las Sociedades Económicas promoverán la exe­ cucion de sus preciosos pensamientos; y todos ala­ barán su m odestia, su discreción y su literatura.

■Es por fin esta Memoria una obra distinguida que á nadie o fe n d e , y á todos es útil y de gran pro­ vecho. F u e menester una suma delicadez para lo­ grar lo p rim ero; mucho fondo de sabiduria para conseguir lo segundo. Si su A u to r se resuelve á reimprimirla con notas y adiciones, (como nos di­ cen que las tiene escritas) haría mayor bien á la n ación, pues así circularía mas su M em oria, pues­ to que la R eal Sociedad Bascongada no habrá ti­ rado mas exemplares que los necesarios para dis­ tribuir á sus S o c io s ; á quienes acostumbra parti­ cipar el extracto de sus operaciones. C onclu ye su Memoria ofreciendo emplear el tiempo que le dexen libre sus obligaciones esen­ ciales , en mejorar quanto propone en e l l a ; y deseamos mucho que estas le permitan conti­ nuar en tan loables ta re a s : porque son m uy im­ portantes , y nadie puede acabar mas fácilmente la obra que el arquitecto que la ha ideado. Cree­ mos que el libro de la E ducación de los artesanos, y esta Memoria para la de los E clesiástico s, ha­ rán época en la nación para beneficio de ambas c la ses; y oxalá que las otras hallen plumas que tracen la que convenga darlas. Si se executa lo que propone el A u tor de la M em oria, adelantará en instrucción provechosa la C lerecía , y lograrán todas las clases del E stad o , y mas inmediatamen-

( 10 ) te los pueblos cortos que son infinitos, un cúm u­ lo de felicidades que apenas se sujeta al guaris­ mo. Los extrangeros, le y en d o esta M em oria, co­ nocerán que no se ignoran en España las ciencias ú t ile s ; y que un Eclesiástico enseña el medio de hacerlas com un es, y generalm ente provechosas á todas clases. Junio 4 de 179 4 .

)

BXSCU3LSO M L E V X O . Escrito en 1 7 9 4 , y que por ciertas circunstancias no se imprimió en aquel añ o, ni le (lió despues la ú l­ tima mano el Autor. Ahora nada se añade: antes se suprimen algu­ nas reflexiones que eran propias de aquella Epoca. S i , porque trato del inmenso bien que los Pár­ rocos pueden procurar á sus F e lig re se s, sospe­ chase a lg u n o , que gimen en la infelicidad los P u eb lo s, y que no los consuelan y alivian sus C u ra s ; v ive ciertam ente engañado ; y aun pudie­ ra atribuir al A u to r de esta m em oria, unas opi­ niones que detesta su alma. A u n qu e un campo de pan llevar produzca trigo p re c io so ; no niega su fecun didad, quien propone regarle para coger en él mas abundante fruto. Por fortuna estamos en un tiem p o , en que los cuid ados, y las atenciones de nuestro illustrado G ob iern o , y las sabias providencias de nuestro

justo Soberano, procuran la dicha y el bien es­ tar de todos los V a sallo s: sin consentir , que han y a alguno tan desam parado, á quien no sostenga la le y , y no le favorezca con su protección. Has­ ta los miserables y desvalidos Expósitos , que carecen de padre conocido que los alimente y distinga , hallaron en nuestro R e y amab'e un am­ paro y una d istin ción , que sus mismos padres tal v e z no habrían podido dispensarles. S. M . los de­ clara por ciudadanos aptos para todos los oficios, y m anda, que en caso de su p licio , no se les apli(*)

Real

que el que sufren los plebeios (*). Ya se v e , que

de s jv l amor tendrá el R e y á los demas V asallo s, quando y Seño- en nledío de los cuidados y dispendios de esta res d el C on s ej o

.

g u e rra , se esmera tanto en mejorar la suerte de

Ene rodé aquellos infelices. 1794* Los mas arrinconados lugares de la Monarquía logran aquella felicidad que es asequible en aridas campañas y en pueblos distantes del comercio interior que vivifica á otros mas bien situad os, y hasta en los poblados mas tristes, hacen maravi­ llas sus C u ra s : y a consolándolos con celestiales d o ctrin as, y y a animándolos con temporales so­ corros. E l precioso Ministerio de los Curas brilla siempre en los grandes y pequeños pueblos : sien­ do en todos ellos su oficio m uy conforme á la R e li­ gión , á la n a tu raleza , y á la l e y : porque los C u -

(13 } ras son los astros luminosos, que no dexan rincón, ni lugar á quien no llenen de lu z. Son árboles fecundos que se acomodan , y se arraigan en to­ dos los suelos: dando frutos saludables en las ciu­ dades populosas , y en los lugares humildes. Son en fin los Curas los sábios y los doctores que siem­ bran en las almas tiernas aquellas sem illas, que produce el amor y la obediencia al legítimo So­ berano ; el respeto á los mayores en los años y en las dignidades; y el orden y concierto en to­ das las clases.

.

- La experiencia me ha hecho con ocer, que ellos son en los lugares cortos los padres bienhechores de todos sus v e c in o s : que rem edian, si pueden, sus necesidades; y que siempre están á pié firme^ en los dias y en las n oches, para animarlos y con­ solarlos en sus apuros mayores. Que asusten los Uracanes : que nubes tempestuosas malogren las co sech a s: que las mortales epidemias corran con la hoz levantada por las poblaciones:'que amenazen todos los males á los p u e b lo s: los Curas no ios desamparan ; y hasta perder la vid a, son fieles compañeros y consoladores de sus Parroquianos. •A sí mi intento en esta M em oria, (*) fué probar ■que los Curas instruidos en los conocimientos provechosos, pueden fácilmente aumentar la feli­ cidad física y moral de sus F elig reses: hacerse C

(*) Asumpro de ia primera parte de esta M e ­ moria.

( 14) amar de todos ellos : tapar la boca a los insensa­ tos, que notan de inútiles á estos Eclesiásticos la­ boriosos: ser ellos mismos mas felices, con el pla­ cer que goza un buen conocedor de los Entes na­ turales , y de sus mejores u s o s ; y por fin formar buenos vasallos del R e y , y buenos ciudadanos, que huyan la ociosidad, y que amen la ocupa­ ción. En esta p a r te , que es la primera , creo que m! Memoria hace evidente una verdad de tanta im­ portancia á la n a c ió n , y á su común felicidad. Todos verán , que el medio poderoso de los Curas, e s , por decirlo a s í, la piedra filosofal que enri­ quece á los p u eb lo s, y los hace felices : sin tras­ tornar las fortunas de los ciudadanos: sin agra­ viar á los Tronos , ni á los T rib u n ales: sin hollar la justa diversidad de clases p o lítica s: y sin poner en convulsión á todo el Estado. Son ya dichosos y afortunados nuestros p u eb lo s, con el moderado Gobierno que los r i g e , y con el medio de los C u­ ras , que los instruye y rem ed ia; y podrán ser aun mas felices y dichosos, si llega á executarse la idea generosa de la R eal Sociedad Bascong a d a , que ha sido el asumpto de esta Memoria. M i in te n to , r e p ito , fué proporcionar á la ju ­ ventud destinada al servicio de las Iglesias, los medios de adquirir las nociones que conducen i

( IS) hacer temporalmente dichosos los ciudadanos. E n esta p a rte , que es la segunda ( * ) , tengo por m uy

(*) Se-

propios los que apunto : aunque conozco que po- pártele drán modificarse con respecto á las circunstancias la Me“ mom. de las D ió ce sis: pues no todas estaran con proporcion para ponerlos de re p e n te , y en su totali­ dad en p r a c tic a ; ni la ocupacion en tantos y tan difíciles asumptos dará tiempo á todos los Prela­ dos para executar tan vastas idéas. T ie n e n , es verdad , los Curas de nuestra Espa­ ña , prendas superiores, grandes v irru d es, cono­ cimientos preciosos, y bastante instrucción en las cosas físicas: rico caudal que de continuo emplean en beneficio de sus Feligreses. T ien en este cau ­ dal : lo confieso : mas yo aspiro á que adquieran otro mayor y mas provechoso. En una palabra: están r ic o s ; y yo los quisiera poderosos en la po­ sesión de las ciencias naturales. Los conocimientos de los Curas y Eclesiásticos han de aumentar en cada s ig lo , con proporcion á las luces que ofreciere la presente edad. E n el si­ glo diez lograría créditos de superior en las cosas físicas un hom bre, que apenas seria visible en d d ie z y n u e v e , en que vivimos hoy. Quando las obras de Aristóteles arrastraron hacia á sí á todas las g e n te s , se hizo un gran servicio á la Iglesia, adoptando lo que había de bueno en e lla s , y recCa

( 16 ) tiñcando lo que pudiera ofender las puras costum­ bres. Hasta en el accidente de el vestido exterior se notaría de ridiculo á quien se obstinara en pre­ sentarse con el que se estilaba en el siglo trece*. Solas las verdades de la f é , y de la moral no admi­ ten n oved ad : las otras cosas aumentan 6 dismi­ nuyen , se declaran ó se o b scu rece n ; y es justo que abracemos las nuevas in venciones; como no ofendan la fé , la morál y el G ob iern o ; y como sir­ van ademas á mejorar la suerte de los Ciudadanos. F u e ciertamente una novedad portentosa el descubrimiento de el N uevo M u n d o; y hubiera sido un lastimoso e r r o r , no haberse aprovechado de tal n oved ad , para civiliza r á sus groseros ha­ bitantes , y para gozar de sus bellas producciones. Nuestros R e y e s , y nuestros M ayores se llenaron de gloria, por lo que descubrieron, y por el buen uso que supieron hacer de aquella tierra inmensa, que con razón se llama el N uevo Mundo. L a civ i­ lización de aquellos dilatados países : la población de aquellos innumerables desiertos : el dulce y sen­ sato Gobierno que establecieron allí nuestros jus­ tos y discretos Soberanos: la introducción en ellos de varios vegetables y anim ales; y la exportación

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3 .

( 129 ) do de hacer ordenadamente una relación de las uti­ lidades que ha sabido sacar la chím ica de las plan­ ta s , de los animales y de los minerales. Estos tres artícu lo s, si se llenan con lo mas precioso que tenemos en los autores y academias mas famo­ sa s, serán un prim or, y producirán con el tiem­ po inmensos bienes. La mineralogía enseñará igualm ente los princi­ pios constantes que ya tenemos sobre los minera­ les , y se procurará mostrar las tierras, sales &c„ para que la vista se satisfaga, y aprenda á cono­ cerlas por m ayor, reservando una averiguación mas circunstanciada y puntual á las demostra­ ciones que hace la chím ica m oderna: serán estos estudios una instrucción de la economía privada, semejante á la que se estableció en S u e c ia , y de que habla Linneo

( * ) .

Para todo esto tendrá el

( * )

E

n

e l

Seminario un jardinito botán ico, y un herbario se c o , con una coleccion de minerales que sirvan del añ0 diariamente á estas le ccio n e s; de manera que el m aestro, en quanto lo permitan el jardín 6 herba­ rio , y la co le c cio n , despues de haber explicado la lección del d ia , les enseñe las plantas, ó mine­ ra le s , de que hubiese hablado. Será una diversión y un exercicio que traerá gran u tilid ad , disponer que los Domingos y Jue­ ves se destinen dos h oras, para asistir al jardín ó

( 130) herbario, y á la c o le ccio n , y preguntar a los que estu dian, para que digan de rep e n te, qual es es­ ta p lan ta, y qual es aquel mineral. Esta ocular palpable le c c ió n , y exercicio co n tin u ad o , hará que despues á primera vista distingan y conozcan ^stas materias. Para conocer los minerales sirve mas freqüentar las m inas, y oir á los que trabajan en e lla s , que leer muchos lib ros, muchas veces falaces y superficiales. E n efecto B oyle confesaba ingenuam ente, que mas habia aprendido con los arquitectos y canteros, para conocer los géneros, diferen cias, propiedades y naturaleza de las pie­ d ras, que con la lectura de A ristóteles, Plinio y sus comentadores. Es cierto que los antiguos na­ turalistas no caracterizaron bien las tierras y pie­ d ras; y por esto es m uy difícil atinar con muchas ( * )

E

n

e l

de las que hablan en sus obras

ci t ado

( * ) .

sí esa R eal Sociedad llegase á formar unas car-

d i s c u r s o

^

p r e v i o ta s , ó mapas económicas (a) de las tres provinhhtoüa cias , seria de gran provecho su estudio á los seminaturai naristas eclesiásticos y aun á los otros. E l primenum. 3!. ^ gerja ej {30rániC0^ y en él se señalarían los c li-

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.

9 .

( 131 ) mas de la v e g e t a c ió n , in d ican d o las p rin cip a les p ro d u c c io n e s de cad a u n o de ellos. E l seg u n d o seria el m in e r a ló g ic o , y a p u n ta d a los territo rio s c a lc á r e o s , los m in erales & c . E l te rc e ro seria el z o o ló g ic o d o n d e estarían los p rin c ip a le s insectos y a n im a les, ju n to c o n la p a rte ic tio ló g ic a de los p e c e s , de sus r io s , y de los q u e com u n m en te se p e sca n en lo s m ares de sus costas* M r. G u e ta rd y M r. S o la v ie d an bastan te id ea d el m odo d e form ar­ los c o n u tilid a d . S i se p la n tifica n los estu d ios q u e p r o p o n g o , y se tie n e n las ju n tas de q u e h e h a ­ blado , será c o n e l tiem po m u y fá c il h a c e r estas m apas t a l e s ,

que

apenas te n g a n sem ejante

en

q u a n to se e scrib ió h asta ah o ra. Q uan do se ten d rán estos mapas fisic o -e c o n ó m ic o s , y adem ás el d e ta lle d e las p ro d u ccio n e s y a rtefa cto s d el te rrito rio q u e a b r a z e n , e n to n ces se harán co m b in acio n es in te r e s a n te s , con p resen cia d el censo e s p a ñ o l, ó n u m eración de pu eblos y sus c la s e s , y se co n o cerá lo q u e en tre estas h a y a de p e rju d icia l y de e x c e s iv o . S u p ó n g a se u n p u e ­ blo c o n c ie n b razo s a g ric u lto re s é in d ustriosos, q u e saq u en de la la b ra n za y la m a n io b ra , para m anten erse a s í, y á d ie z brazos mas q u e h a y a e n é l , y sean consum idores y nada g a n e n . S u p ó n g a ­ se o t r o , donde apenas recojan para v iv ir un os c ie n b r a z o s , n i h a y a a r t e s , c u y o e x e r c ic io su p la

( 134) la falta de abundancia: es claro que en el prime­ ro los diez brazos inútiles apenas g ra v a n , y en el segundo d o s , y no mas que nada adquieran, serán intolerables en su consumo. Esta diversidad de producciones

mayores ó menores

proviene

unas veces de la mayor » l i

•" L *

v

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*

3 ? ermítame la R eal Sociedad una A dición al me­ dio general propuesto. La hace el afecto hacia es­ tos estu d ios; y pudiera excu sarse, si solo escri­ biera para un cuerpo tan ilustre. Se notarán al pié de cada clase de botánica aquellas p lan tas, que sean de mas conocido p ro ­ vecho para los usos hum anos, indicando las noci­ vas. Para esto se han de registrar aquellos A A . que de intento trataron estas materias : como Clouet (a) , Brugman ([b) , & c. Siempre ha de te­ ner á la v is ta , quien formare aquellos elementos botánicos, los mejores autores, las memorias pre­ m iadas, que comunmente son b u en as, y las obras de las academias mas acreditadas de Europa : y siempre también se expresará lo que es cierto, lo que es dudoso, y aquello que se d esea, que se pruebe. Por esto Austen emendó varias especies que el gran Bacon habia escrito de buena f é , y (а) p a s t o t a m

b i é n

( б ) G

M d e

e m

o r i a

l o s e n

a n i m l a s

S o b r e

i o e n i n g .

s o b r e a l e s .

A c t a s

l a s

1 7 8 3 .

d i v e r s a s E r f .

d e

p l a n t a s

M

p l a n t a s

K e i s e r .

1 7 8 0

p r o p i a s i n

4

,

y

p : i r a s e

e l

h a l l a

o g u n c i a .

i n ú t i l e s

y

n o c i v a s

d e

l o s

p r a d o s .

( i 4 Q ui Ecclesiis p ra ficiu n tu r, si scien.tiarum istarum lumine ipsi g a u d e re n t, breyi X

» completam

( 158 ) patria- nostrse co g n itio n e m , immd

” summum perfectionis fastigium sperandum ha9 «» beremus. 99

D e fundamento scientíaí oeconomicai,

é P hisica , & scientia naturali p eten d o .” T a n

con vencido estoy de los provechos que ha de tra­ ernos esta instrucción

y o cu p acio n de los C u ­

ras, que v o y á repetir lo que d i x e e n la carta con q ue remití á la R e a l Sociedad de B ergára esta M e­ moria. A si d e c ia : w E sto y tan embebido en es” te a s u n to , que no h a y libro , l u g a r , medio, 99

ni proporcion que me lle n e ; s i , mas ,

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