REFLEXIONES ECO-TEOLOGÍCAS DEL SALMO 24 Un Ejercicio Hermenéutico en un contexto Latinoamericano. Por: Jaime E. Elías

Theologicum Universidad Francisco Marroquín REFLEXIONES ECO-TEOLOGÍCAS DEL SALMO 24 Un Ejercicio Hermenéutico en un contexto Latinoamericano Por: Jai
Author:  Alba Rojas Nieto

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UNIVERSIDAD DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA SALUD Y ENFERMEDAD EN UN CONTEXTO INTERCULTURAL “UN ACERCAMIENTO A P

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Theologicum Universidad Francisco Marroquín

REFLEXIONES ECO-TEOLOGÍCAS DEL SALMO 24 Un Ejercicio Hermenéutico en un contexto Latinoamericano Por: Jaime E. Elías Introducción En los últimos tiempos se ha afirmado, de forma creciente e intensa, que la humanidad vive un cambio de paradigma.1 Dentro de ello, el paradigma ecológico ha cambiado y sigue en constantes cambios. Considerando que el mundo que conocemos, se podría concebir como el oikos global. Nuestra casa ecológica está siendo marcada aun más por muchas crisis ambientales, que quizá, Guatemala es uno de los países que más lo evidencia, siendo el segundo en ser el más propenso a sufrir catástrofes ambientales. Sin duda alguna, en la actualidad existe todo un conjunto de problemas con este tinte de crisis ambiental, y el reto es… que hay que hacer algo por la ecología, ¡por nuestra tierra!2 Lo dicho anteriormente concuerda en que debemos de ejercer una nueva mentalidad cristiana de leer (re-leer) nuevamente los textos bíblicos, con el fin de fundamentar teológicamente un nuevo paradigma relacional entre la ecología, la fe, y en él Dios Creador. Una nueva relación entre la ecología, el hombre y Dios.3 Siendo así, el presente ensayo busca entonar la lectura de los Salmos con la realidad ecológica, específicamente del Salmo 24. Al considerar que los Salmos del AT son un tesoro inagotable de pensamientos humanos, sentimientos espirituales y descubrimientos teológicos, que hermenéuticamente van dando nuevos matices para una nueva reflexión con compromiso. En esta ocasión se va en busca de elementos que yuxtaponga nuestra realidad ambiental con la fe judeocristiana. El cual el primer presupuesto es el Salmo 24, analizado bajo “el prisma poético, que está entre los más hermosos del salterio”.4 Este himno relacionado a la entrada al santuario se presenta como un colorido telón de fondo para el Dios creador, el único capacitado para acoger al justo, y esto recuerda que todo cuanto existe, le pertenece. La alabanza al Dios creador se asocia también en los salmos con el valor de todo (hólos) lo creado. A continuación se estructura el presente tema de la siguiente manera. Como punto inicial se considera cuestiones hermenéuticas. Mientras avanzamos, ensayamos con la 1

Según nuestra cita, “A falta de un concepto más adecuado se hablar de la transición del paradigma de la modernidad al de la posmodernidad”. Haroldo Reimer, “Espiritualidad ecológica en los salmos”. RIBLA 45 (2003), 106. 2 Se constata problemas relacionados con la contaminación del ambiente: contaminación del aire y contaminación química de las aguas a través de los residuos industriales (como en Guatemala, la explotación minera); el cambio climático se constituye en un problema a través de la deforestación de bosques y selvas; la cuestión de la dificultad habitacional es también otro problema ecológico. Actualmente somos más de seis billones de seres humanos habitando conflictivamente en la misma casa global. De todo ello, se debe considerar como los grandes problemas ecológicos deben estar siempre relacionados con la pobreza de la mayoría de la población mundial. Ibíd., 108. 3 En este caso podría concebirse como una eco-teo-antropo-relación. De la significación del término, es un agregado de invención para dar a conocer una relación muy humana y espiritual entre la ecología, Dios y el hombre, utilizando la comprensión como el lenguaje de la fe. 4 Reimer, “Espiritualidad ecológica en los salmos”, 112.

2 técnica teológica y método seleccionado en el pasaje en particular, que interesa para las descripciones siguientes. Luego, algunas reflexiones en torno a la nueva conciencia ecológica desde la perspectiva latinoamericana. Finalmente, algunas conclusiones sobre temas abiertos por la investigación, además de sintetizar las ideas claves. En otras palabras, el tema va en busca de plantar algunas conclusiones al pensamiento bíblico reflexivo y ecológico a partir de un texto específico.

Salmo 24 Un acercamiento hermenéutico eco-teológico Se propone el pensamiento de dar razón sobre el tipo de hermenéutica a utilizar aquí con el fin de que todo ser humano pueda enriquecer la lectura de la Biblia. La lectura del Salmo 24 no es fácil. Su estructura temática tiene una amalgama de coloridos variantes que se van notando conforme avanzan sus líneas. También, ciertas limitaciones históricas no permiten ubicarlo en un contexto real: no se podría fechar con exactitud. Debido a eso no es posible aquí realizar un análisis histórico social del Salmo 24. De manera que para acercarse al texto se ha optado por realizar una lectura ecológicosemántica, recurriendo al mismo texto. El pensamiento de Haroldo Reimer ilumina nuestra reflexión al proponer una hermenéutica ecológica de textos bíblicos. Según él, hay que realizar un “camino mental” que sitúe al sujeto intérprete dentro de la complejidad mayor del universo creado. La perspectiva ecológica debe tener una presencia asegurada en la lectura de la Biblia y buscar siempre una integración entre el concepto de salvación y “los gemidos de la creación”. 5 Al parecer, leer y releer los textos en perspectiva ecológica es un reto que los biblistas y teólogos actuales están tomando y reflexionando en serio.6 Ahora, al aproximarse detenidamente al Salmo 24 desde la perspectiva ecológica se está ejercitando un punto reflexivo de la conciencia ecológica desde la fe cristiana. Una hermenéutica de este tipo al servicio de la fe debe considerar los elementos textuales que permitirá ver con otros ojos atentos al Dios creador y su creación. El camino mental de la comprensión nos llevará entonces a reflexionar sobre una nueva conciencia ambiental tan necesaria para el tiempo actual, y que está llena de crisis ecológica/violencia ecológica y donde todo ser humano es responsable de cuidar la creación del cual ya somos parte. Y si somos parte, (eco-teo-antropo-relación) entonces se constituye un imperativo para toda la humanidad en el tiempo de hoy.7 Entonces veamos como el texto mismo nos va dando ese sabor reflexivo. El contexto del Salmo 24 se ha de considerar, la liturgia en la entrada al Santuario, en ella se afirma que YHWH es el Creador de todo cuanto existe. El ritmo textual muestra con solemnidad al Creador como el único propietario y apoderado de todo lo creado. En este punto se ha de considerar el texto usando como referencia la traducción de la Biblia de Jerusalén (1998): 5

Haroldo Reimer, “Hermenéutica ecológica del texto bíblico” RIBLA 50 (2005), 122. Para unas excelentes anotaciones sobre el tema, considérese Leonardo Boff, “La tierra como Gaia: Un desafío ético y espiritual” Concilium 331 (2009), 27-36. 7 Actualmente, en Guatemala se percibe una transición, que está permitiendo una visión holística de toda la realidad creada, que por supuesto nos incluye, aunque seamos los depredadores ecológicos. 6

3 De Yhwh es la tierra y cuanto la llena, el orbe y cuantos lo habitan. La versión Reina Valera 1960 lo expresa de la siguiente manera: De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Un aporte personal al parafraseo del texto, puede ser: De Jehová es toda la tierra y todo lo que hay en la tierra la tierra entera (y el cosmos) y todos sus habitantes. Una primera mirada permite observar que el texto hace una alusión al universo creado8 y desde el punto de vista antropológico el texto constituye el punto reflexivo como un reconocimiento doxológico al Dios Creador. En la estructura del Salmo 24 se encuentran varias repeticiones métricas binarias tan comunes en la literatura poética.9 Según Krauss, por razones métricas se ve ya con claridad que hemos de dividir el Salmo 24 en dos secciones: vv.1-6 y 7-10. El metro de los v. 1, 2 está caracterizado por cadencias dobles de ritmo ternario y que forma parte de la sección de 24:1-6.10 Ahora bien, un análisis de los elementos de contenido de los versículos 1-2, conduce el tema a la siguiente conclusión: el Salmo comienza con una confesión del derecho universal de propiedad que tiene Yahvé sobre todo el mundo creado. En la primera línea se afirma un hecho real: YHWH es el dueño de todo, sí ¡el dueño de todo!; y en la segunda línea, se refuerza la misma idea dándole mayor énfasis. De este enunciado de la soberanía universal y el poder creador de Yahvé, hace diferencia claramente del resto de la sección (v. 3-6; el 24,3 tiene el carácter y la función de una pregunta que evidentemente se halla en un contexto de culto).11 En el desarrollo cultural, los versículos pueden comprenderse como una reafirmación de la soberanía divina sobre todo lo creado. Y esta debe ser la razón suficiente para la fiesta.12 Así que en la sección hímnica de los versículos 1-2 se glorifica 8

Considérese aquí una visión más amplia o global (macro-texto) y (el micro-texto) se constituye el reconocimiento doxológico al Dios Creador. 9 El género literario se define en función de las formas de lenguaje utilizadas, tiene que ver con crítica de estilo. Matthieu Collin, El libro de los Salmos (Navarra: Editorial Verbo Divino, 2004), 33. 10 Hans-Joachim Kraus, Los Salmos, Sal 1 – 59 (Salamanca: Editorial Sígueme, 1993), 436. 11 Todas las observaciones e investigaciones relativas a la forma del Sal 24 conducen directamente a la cuestión acerca del Sitzim Leben de este salmo en el culto. Para investigar el Sitzim Leben del Sal 24, lo mejor es comenzar con la sección del 7-10. Un grupo de participantes en el culto se halla en pie ante las puertas del santuario. Desean hacer que entre Yahvé Sebaot, el “Rey de la gloria”. Jans Joachin Kraus, Los Salmos, 437. 12 La liturgia del Salmo 24 celebra a Yahvé Sebaot, el Dios de Israel, que está entrando en el santuario. El es el Señor del mundo, el Creador del mundo y el “Rey de gloria” (v. 7 y 10). Está acompañado y rodeado por los “justos” (v. 3-5), que son responsables de todo lo creado. Se suele considerar este Salmo como liturgia de entrada en el templo, y hace compañía al Salmo 15. Se reconstruye o conjetura una acción litúrgica en el que encajen los datos del Salmo: la introducción hímnica, el doble dialogo, la presentación del grupo, la entrada del Señor. Luis Alonso Schökel, Los Salmos (Salamanca: Editorial Verbo Divino, 1992) 409.

4 a Yhwh como Señor y Creador del mundo: “De Yahvé es la tierra y cuanto la llena”. Entonces, ¿quién le ha dado el derecho al ser humano a destruirla? ¿Habrá una rendición de cuentas? Además, esta propiedad universal se expresa también en los Salmos 50:12; 89:12; y en 97:5 se denomina a Yhwh “Señor de toda la tierra” ‫ל־ה ָּ ָֽאר‬ ָּ ‫ ֲא ֣דֹון ָּכ‬. En todas estas expresiones, ‫ ָּ ָֽא ֶרץ‬tiende a la idea de un ámbito universal (toda la tierra y el universo). Esta concepción demuestra estar en lo cierto, si se tienen en cuenta el término sintetizador ‫לֹוא ֑הה‬ ‫ ְמ ָּ ֑ה‬y el término cosmológico ‫( ֵּ֜ת ֵּ֜ת ל‬también Dt. 33:16; Is. 34:1; Miq. 1 y2; Sal. 50:12; 89:12), se hace referencia al contenido total del mundo creado.13 De lo anterior podríamos deducir que la entronización y la alabanza de Yhwh deben provenir de toda la ecología. La entronización y la alabanza exigen un escenario universal. 14 De una alabanza ecológica que se desplaza a una alabanza individual (24:1-2, 3-5). El Salmo 24 es un ejemplo que indica sobre cómo los Salmos expresan la pertenencia, dependencia y la comunión de todo lo creado. En definitiva el Salmo 24:1-2 es una alabanza a la exclusividad de Dios sobre todo cuanto fue y sigue creándose (“mi Padre aún trabaja”, afirma Jesús). Es un himno con un estribillo que hoy se repite al inicio, y la propia teología de la creación que el Salmo contiene, parece suponerse ya escrita en la primera página de la Biblia. Nuevamente, en este Salmo lo creado aparece como manifestación de Dios, como en otros lugares de la Biblia (Cf. Pr. 3:19; Jr. 10:12). Regresemos al plano textual, considerando algunas cuestiones ecológico-semánticas descritas en los primeros versos del Salmo 24. Mientras que hawlm se refiere más bien al contenido material del mundo creado, el término paralelo hbybvy (“los que en él habitan”) se refiere a todos los seres vivos, especialmente a los humanos. El universo se encuentra en manos de Yahvé. A él como dueño y soberano le pertenece el mundo y todo lo que contiene. El yb (v. 2) que nos explica el porqué, combina la idea de dominio del universo (v.1) con la de creación del mundo.15 Dios entonces, y solo él (ver el enfático awh))) fue quien creó la tierra y todo cuanto existe, y por eso es también su Señor; y lo especial de todo esto es que Dios ama su creación. El v. 2 recoge concepciones de la cosmogonía del oriente antiguo, donde la creencia de las culturas primigenias sostenía que debajo del mundo se halla el mar primitivo, sobre el cual se encuentra cimentada la tierra firme. El salmo 24:1-2 toma la imagen de fundadores y constructores de ciudades (Gn. 4:17; Jos. 6:26; 1 Re. 16:34), y la atribuye a Dios, fundador de la tierra (Sal. 78:69; 89:12; 102:26; Job 38:4-7). Los hombres asientan sobre roca o terreno firme; Dios cimienta la tierra sobre el movedizo e 13

Según las conclusiones más recientes de la ciencia, existe una relación estrecha entre los más mínimos elementos creados, cumpliendo una función especial en la subsistencia de todo ser vivo: todos dependen de todos. 14 Según Luis Alonso Schökel en sus notas en la Biblia de Peregrino: “De un escenario universal (12) se salta a la concentración extrema en el templo (ver 1 Re. 8:27). Se corresponden: tierra / habitantes = templo / visitantes”. “Salmos 24 (23)”, http://salmos-ictisinri.blogspot.com/2010/06/salmo-24-23.html (consultado 14 marzo de 2013). 15 Kraus, Los Salmos, 440.

5 inestable océano. Por debajo de los continentes discurren corrientes que afloran en los manantiales (ver Salmo 102:10-15).16 La interpretación ecológica del Salmo 24 tiene su contraparte. Según Marcelo de Barros Souza el “mensaje ecológico en los salmos de la Biblia es relativamente poco y pobre”. La preocupación “ecológica” está en medio de los Salmos aislados.17 De ahí nuestro interés de filtrar el tema ecológico en los Salmos tomando como referencia la crisis ambiental actual. En fin, el ejercicio hermenéutico teológico y ecológico planteado aquí permite develar algunos de los aspectos de la gracia en y sobre la vida en toda la creación de Dios. La Biblia tiene límites en los temas ecológicos, pero un nuevo camino mental, una nueva conciencia ambiental busca rescatar aquellas dimensiones olvidadas, haciendo justicia a toda la creación divina. En fin, tiene razón Haroldo Reimer cuando afirma que “la perspectiva ecológica debe tener una presencia asegurada en la lectura de la Biblia y buscar siempre una integración entre el grito de los pobres y los gemidos de la creación”.18 Leer una realidad textual como esta reafirma el interés en la relación ecológica con la fe. Ante una inminente catástrofe ecológica habría que sopesar la indiferencia ambiental en la humanidad. La destrucción del mundo creado requiere alzar la vista hacia las Escrituras, reevaluando nuestra imposición de responsabilidad ecológica. La ética y las cuestiones morales también tienen relación con la ecología y la crisis mundial actual.19¿Por qué traer al mismo lugar, a la palestra una cuestión como esta? La respuesta la encontramos también en la Biblia cuando recibimos el mandato: “administra y cuida el resto de la creación incluyendo a tu prójimo” (Gn 9,1-7). Si desde ya el ser humano sabía que debía ser responsable sobre todo lo creado, el salmista retoma el tema poéticamente señalando que existe una relación estrecha entre reconocer que todo lo creado le pertenece a Dios, e incluyendo la vida humana. En otras palabras, aquí toca relacionar el amor de Dios con todo lo creado (24:1, va en estrecha relación con el Salmo 8). Entonces, ecológicamente hablando, la responsabilidad humana de vivir en justicia con todo lo que Dios ama, esto rima al compás de amar a mi prójimo como a mí mismo, y amar a mi mundo ecológico como a mí mismo. Ahora bien, es considerar de manera cuidadosa nuestra mirada al plano propiamente textual. A simple vista, la situación concreta del lector es importante para justificar una opción hermenéutica. La crisis ambiental y ecológica mundial justifica el camino mental, que toma para leer de forma sincrónica el texto. El peligro acá es que el contexto diacrónico quede en segundo plano, sin embargo, la opción hermenéutica lo permite. De

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Imaginativamente hablando el vital líquido (H20, el agua) depende la coexistencia de todo cuanto existe. Sin autor, “Ríos, definición”, http://es.thefreedictionary.com/r%C3%ADos (consultado 14 marzo de 2013).También, dentro de las discusiones sobre Biblia y ecología permanece desafiante el tema del agua. Frente a las tendencias mundiales de privatización de este líquido vital, es saludable escrutar los textos sagrados al respecto y ahí las perspectivas son diversas: agua es garantía de vida en el desierto, símbolo del caos y de la fecundidad de la tierra, señal de nueva vida. Ver Haroldo Reimer, “Hermenéutica ecológica del texto bíblico”. RIBLA 50 (2005), 125. 17 Marcelo de Barros Souza, “Los cielos y la tierra se casan en la alabanza. Los salmos y la ecología”. RIBLA 21 (enero 1995), 69. Citamos aquí la fuente electrónica: http://www.claiweb.org /ribla/ribla21/ la%20tierra%20y%20los%20cielos.html(consultado el 14 marzo de 2013). 18 Haroldo Reimer, “Hermenéutica ecológica del texto bíblico”. 125. 19 Eleine M. Wainwrigth, “¿Cómo leer el „libro de la genealogía‟?” Concilium 331 (2009), 18.

6 ahí que se haga eco de la opción hermenéutica liberacionista 20 tan atinada de Clodovis Boff…al argumentar que esta “lectura no es la única posible, pero para la realidad (ecológica actual) que nos toca vivir es la más pertinente”21 y que pone a toda criatura a tono con los “signos de los tiempos”. Entonces se ha de considerar la relación de los signos textuales con el lector postmoderno en clave de crisis ambiental. Pensamiento eco-relacional en América Latina Perspectivas desde el Salmo 24 La lectura de la Biblia en América latina y el Caribe, vive un colorido de diferentes perspectivas, a veces esbozadas entre si, en el que nuevos temas están alzando la voz para ser escuchados. La realidad es que la Biblia no ha sido muy popular de manera explícita por una sensibilidad y mentalidad ecológica, por eso la expresión (“someted la tierra y llenadla” parece significar un capitalismo económico donde los recursos naturales, son explotados con el fin de generar riquezas). ¿Qué hacer? ¿Cómo podemos actuar ante tan inmensa cuestión? ¿Será que todavía podemos hacer algo? En el recorrido de la temática se desea responder al respecto. Por otra parte para algunos conocedores de la Biblia todo esto le es indiferente, a veces existe una muy mala interpretación antropológica “someted la tierra” en otras palabras “extorsionad la tierra, contaminad la tierra”. Otros conceptos académicos y casi con las mismas palabras las repite Marcelo de Barros: No podemos negar que la Ecología surgió en ambientes ajenos a la Iglesia y hasta medio siglo, las Iglesias no solo no parecían despiertas para la cuestión ecológica, como mantenían una visión de tipo antropocéntrica contraria al cuidado con la naturaleza. El propio sistema patriarcal y capitalista siempre pareció legitimarse a partir de una visión del mundo que se habitúo llamar de “cultura judía-cristiana”.22 El argumento más grave en contra de la religión Judía y Cristiana es que llevaron muy en serio el antropocentrismo exagerado de la Biblia, según el cual Dios creó al ser humano como “Señor de la creación” con la orden de subyugar la naturaleza y domarla a su placer.23 Además, en la Biblia vemos que el ser humano es, entre todos los seres, el único creado “a imagen de Dios”; el único a ser considerado de “semejante a Dios” (Génesis 1:28; Salmo 8). Esta concepción bíblica dio soporte para el ser humano explotar la tierra y destruirla, en lugar de relacionarse con ella amorosamente y cuidarla (de ahí el termino eco-teo-antropo-relación con la tierra). Contrario a Dios que ama toda su creación (Sal. 24; Jn. 3:16), su “imagen” la destruye bajo la bendición del Creador (bajo el imperativo “sometedla”). Ante tan negra perspectiva, la eco-teología realiza un nuevo 20

Reconocer la falta en la Biblia de la poca visión ecológica fue el primer paso de los teólogos latinoamericanos, el cual también no se duda de las diferentes implicaciones sociales, políticas, educacionales, que conlleva tanta falta de cuidado ecológico. La relectura es re-leída, diseñada y presentada por los teólogos de la liberación. En el tema de ecología a Leonardo Boff se le podría considerar el máximo exponente. 21 C. Boff, “Epistemología y método de la teología de la liberación”, en Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, eds., Mysteriumliberationis (San Salvador: UCA, 1993), 79-113. 22 Marcelo Barros, “Los gemidos de la creación y la Teología de la Liberación”, versión PDF en http://www.wftl.org/pdf/004.pdf (consultado 13 de agosto de 2012). 23 Ibíd. En este caso el señorío no genera “violencia o destrucción” sino una diakonia para la tierra.

7 camino mental de apertura para hacer justicia a los gemidos de la creación. Reconocer la falta en la Biblia de la poca visión ecológica fue el primer paso de los teólogos latinoamericanos, el cual también no se duda de las diferentes implicaciones sociales, políticas, educacionales, que conlleva tanta falta de cuidado ecológico. De ahí la imaginación de un grito a voz en cuello, en tono de una gran denuncia “sufre la tierra, sufre la gente –gime la ecología–”. Uno de los teólogos que más ha aportado a la temática ecológica es Leonardo Boff, cuya reflexión le valió ser parte de la redacción de la famosa “Carta de la tierra”,24 donde se formularon cuatro principios fundamentales del modo sostenible de la vida. La obra de Leonardo Boff merece un lugar especial en el marco de la teología de la creación latinoamericana. Su pensamiento eco-teológico representa un intento de pensar la espiritualidad contemporánea y de articular el sentido de la experiencia religiosa en tiempos de crisis ambiental. 25 De ahí su valía en la línea del pensamiento de la reflexiones del Salmo 24. Los pensadores ecológicos latinoamericanos, en aspectos retóricos cambian el paradigma ya establecido, sobre el trato hacia la madre tierra. La nueva reflexión trata de fomentar el paradigma que la ecología es relación ética con los pobres y la tierra que gime.26 De esta manera el término ecología toma un tinte no muy relativo y sobre todo relacional abriéndose más allá de los seres vivos. Así la ecología representa la relación, la interacción y el diálogo que todos los seres (vivos y no vivos) guardan entre sí y con todo lo demás que existe, tal como ya se ha señalado al comentar el Salmo 24:1. Por lo tanto toda la creación de Dios se encuentra interrelacionada. La naturaleza (el conjunto de todos los seres), desde las partículas elementales y las energías primordiales hasta las formas más complejas de la vida, es dinámica; ella constituye un tejido intrincadísimo con conexiones por todos los lados. La ecología no abarca sólo la naturaleza (ecología natural), sino también la cultura y la sociedad (ecología humana, social, etc.). Del cual surgieron subdivisiones, como la ecología de las ciudades, de la salud, de la mente, etc. Sin embargo, lo que importa entender es el enlace existente entre todos los seres naturales y culturales y subrayar la red de interdependencias vigentes todo con todo, constituyendo la totalidad de la ecología. 27 Entonces la tesis básica de la ecología es: todo se relaciona con todo en todos los puntos. Con esta actitud reflexiva cobra mayor sentido lo que se llama “holismo” de la naturaliza del que también nosotros formamos parte del “todo” (todo lo creado). Así como todo lo que existe coexiste, debe entenderse que “del Señor es la tierra y todo cuanto es (tiene, la llena, la habitan)”. De esta manera tiene aun mayor impulso y sentido las palabras del teólogo del momento: “la ecología es la ciencia y el arte de las relaciones 24

Leonardo Boff, La opción tierra. La solución para la tierra no cae del cielo (Santander: Editorial Sal Terrae, 2008), 196-198. 25 Juna Navarrete Cano, “La eco-teología de la creación de Leonardo Boff”, Palabra y Razón (2012), 108 y 127. 26 Javier Arellano Yanguas, Ecología en perspectiva salvífica (Bilbao: Universidad de Deusto, 2000), 52-53. 27 Leonardo Boff, La dignidad de la ecología, mundialización, espiritualidad. La emergencia de un nuevo paradigma (Madrid: Editorial Trotta, 2000), 21-22.

8 y de los seres relacionados. Nuestra casa, el oikos, en verdad, está hecha por seres vivos, materia, energía, cuerpos y fuerzas en permanente relación”. 28 Que definitivamente todo ser humano debe de cuidar. Así que dentro de este ensayo ecológico se debe de entender la creación como una gran red de relaciones, que es la “plenitud” de todo lo creado. Todo cuanto existe se encuentra interrelacionado. Así que cuando la creación gime, gime la humanidad; la destrucción y la explotación de la tierra es destrucción y explotación del hombre por el hombre. Si este juego de relaciones tiene sentido, entonces Dios mismo forma parte de la relación. Comprendiendo mejor a Boff se entendería como es que la ecología constituye un juego complejo y completo de relaciones. Todo lo incluye, nada descuida, todo lo valoriza, todo lo relaciona. Todo cuanto fue creado le pertenece a Dios y se constituye una relación con su Creador. El universo constituye un desdoblamiento de esa diversidad y de esa unión. El mundo es así complejo, diverso, uno, entrelazado e interconectado porque es el espejo de la Trinidad. Dios apunta en cada ser, aparece en cada relación, irrumpe en cada ecosistema. Somos una sola vida y comunión realizadas distintamente, siendo uno y múltiples en analogía con el misterio de Dios tri-uno.29 Hasta aquí no cabe duda que las reflexiones de Leonardo Boff concuerdan con la idea que se ha tomado del Salmo 24: (el Dios relación está relacionado con todo lo que contiene su creación). Y esa relación la hace amarla sobre todas la cosas. Y este amor se constituye un llamado a la responsabilidad mutua. Responsabilidad que concuerda con la compasión y la justicia en el plano ecológico. Lo que sentimos debe ayudarnos en nuestra actitud hacia la creación del cual somos parte importante, pues a nosotros ha sido dada la responsabilidad de cuidarla para vivir en y con ella como el oikos (nuestra casa). Por ello al contemplar su estado actual, el ser humano despierta a la comprensión de que él y todo cuanto existe forman una unidad. 30 La destrucción de “la plenitud” de la “creación” nos mancha las manos, entonces ¿quién podrá estar en la presencia de su Creador? Únicamente los de manos limpias, y corazón puro. Aquellos que no han atentado contra la creación, contra su hermano y de donde toma su subsistencia. La ecología entonces desde la óptica del presente tema va en busca de conectar la salvación integral desde la perspectiva del Salmo 24. Dios demanda el reconocimiento de que a él le pertenece todo y lo que gime se dispone para salvarla. Su amor va más allá de la salvación del hombre, quiere salvar todo lo “perdido”, todo lo que ha creado. Entonces, se debe ver actualmente como la ecología es una ciencia que busca salvar la naturaleza como creatura de Dios. La ecología, como afirma Luis Enrique Sendoya, es una unidad de vida. Es una unidad querida y amada por Dios y necesitada por todos, cuyo planteamiento y 28

Según Leonardo Boff, en esta perspectiva podemos adelantar ya que la ecología posee un contenido eminentemente teológico. Conforme al modo permanente de nombrar a Dios, profesamos que él es Trinidad, la eterna relación de los divinos Tres, la comunión infinita del Padre, Hijo, y Espíritu Santo. De este juego divino de relaciones se deriva el universo entero, hecho a imagen y semejanza de la Trinidad. Boff, La dignidad de la ecología, mundialización, espiritualidad, 23. 29 Ibíd., 55-56. 30 Leonardo Boff, Ecología: grito de la tierra, grito de los pobres (Madrid: Editorial Trotta, 1996), 251.

9 convergencia garantizaría una buena calidad de vida para toda la Creación. 31 De lo anterior podemos deducir que los problemas ambientales generado por nosotros pueden cambiar y fomentar un nuevo paradigma eco-teológico para nuestra sociedad. La problemática ambiental tiene un alcance local e internacional, y el problema se prolifera aun más en Latinoamérica, el cual requiere también una respuesta de esa índole: todos somos requeridos para enfrentar el problema.32 Y esto lo podremos realizar cuando respetemos y cuidemos todo el ecosistema como una comunidad de vida; también el proteger y restaurar íntegramente la ecología (Utópicamente hablando hasta cuando exista una verdadera justicia social y ecológica). En otras palabras, hasta que cada ser humano comprenda su relación con el resto de la creación, entonces cuidará de sí mismo y todo cuanto le rodea; también cuando tenga compasión de todo cuanto le rodea, y cuando ame lo creado, como su Creador lo hace. Esta eco-relación será firme cuando comprendamos que “del Señor es la tierra y todo cuanto es (tiene, la llena, y la habitan)”.

Conclusión El amor hacia el universo expresado en el libro de Los Salmos se concreta en la alabanza de Dios. Los Salmos más “ecológicos” son himnos de alabanza. Esto es comprensible porque el propio término salmo indica alabanza. Para el libro de los Salmos, la alabanza es una gran expresión del amor 33 de aquellos que la expresan con manos santas y limpias. Repensar y vivir estos conceptos son un gran desafío, que debe ser llevado a cabo por todo un conjunto de reflexiones como producto del “de un buen camino hermenéutico” que se debe de llevar a cabo a través de una educación y propósito ecológicamente desde la teología. Por ende la fe, la espiritualidad, también deben dar su contribución e incluso se puede decir que tienen todavía demasiado que enseñar y mucho que dar. A mí entender, una de las contribuciones principales de comprender y explicar la eco-teo-antropo-relación puede ser desafiado por la existente relación entre el ser humano, la creación y el propio Creador. Leer los textos en perspectiva ecológica es una contribución que el movimiento bíblico está descubriendo en la actualidad, sin embargo, dentro de las discusiones sobre la Biblia y la ecología permanecen pendientes reflexiones aun más concretas sobre las dimensiones de la relación del Creador con la creatura en el plano ecológico. Se ha dado el primer paso a partir de la lectura del Salmo 24 en perspectiva hermenéutica ecológica. Del Señor es todo cuanto existe y su pertenencia se sustenta con el amor que le profesa, camino que la humanidad debe seguir como un nuevo paradigma ecológico. 31

Luis E. Sendoya, “La naturaleza: creatura de Dios”. La Biblia de las Américas 1/44 (1994), 16. Para un estudio más extenso de la problemática ambiental y su dimensión local e internacional, ver P. W. Foster, Introducción a la ciencias ambientales (México-Buenos Aires: Editorial SEPA-El Ateneo, 1975), 1-12. Aquí también el lector encontrará aportes para enfrentar dicha problemática. 33 Marcelo de Barros Souza, “Los cielos y la tierra se casan en la alabanza. Los salmos y la ecología”. RIBLA 21 (enero 1995), 69. Citamos aquí la fuente electrónica: http(consultado 7 agosto de 2012).También Félix Ortiz Fernández, “Cuidemos la creación. Qué nos enseña la Palabra de Dios sobre la ecología y el medio ambiente” http://www.yocreo.com/espiritualidad_s41/cui-demos-la-creacion_n929(consultado 8 de agosto de 2012). 32

10 En resumidas cuentas, la comprensión en el tema ya enunciado es pretendida desde el Salmo 24, es ver la pertenencia relacional y participar en el cuidado que el ecosistema necesita ante la actual crisis ambiental mundial. Principalmente en Latinoamérica y específicamente en Guatemala. Finalmente en tono de denuncia y de hacer conciencia se puede decir que la tierra sufre y a la par de ella sufre nuestra gente, ¿Qué hacer cuando nuestros recursos son pocos y lo poco que nos queda está siendo violentada y desvalorizada? Sé que la conciencia socio-ecológica se hace, pero de igual manera no tenemos los recursos para afrontar dicha “desvalorización, abuso y descuido ambiental” de nuestras tierras. Y la conciencia eco-teológica dentro de la iglesia latinoamericana es muy pobre o analfabeta, pareciera ser que el viejo paradigma judeocristiano patriarcal capitalista persiste o también la indiferencia ecológica. Hoy por hoy podemos alzar la voz en cuello, y gritar “¡cuidemos nuestra tierra!” tierra de Dios, tierra de la gente, tierra que nos da de comer, tierra que nos da de beber, y nuestro deber es cuidarla, porque es – creación–, tierra de Dios y somos creación de Dios ¡Tierra que nos da vida! Y así cumplir nuestra misión eco-teo-antropo-relacional porque de Yahvé es la tierra (y el cosmos) y todos sus habitantes.

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