1.- EL CONFLICTO ARMADO EN EL SALVADOR. INICIO, DESARROLLO Y FINALIZACIÓN,

1.- EL CONFLICTO ARMADO EN EL SALVADOR. INICIO, DESARROLLO Y FINALIZACIÓN, 1979 – 1992 LOS GRUPOS GUERRILLEROS EN LA DÉCADA DE LOS AÑOS 70’ El coronel

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1.- EL CONFLICTO ARMADO EN EL SALVADOR. INICIO, DESARROLLO Y FINALIZACIÓN, 1979 – 1992 LOS GRUPOS GUERRILLEROS EN LA DÉCADA DE LOS AÑOS 70’ El coronel Arturo Armando Molina comenzó su período presidencial bajo estado de sitio, el 1 de julio de 1972. A la creciente oposición política se agregó la de la naciente guerrilla, que dio lugar a varios grupos armados. En El Salvador se tendía a mezclar el problema de las organizaciones populares con la existencia de grupos guerrilleros. La propaganda gubernamental no supo distinguir el tipo de violencia de las organizaciones populares, que no era nunca violencia de las armas y de la muerte, con la violencia de los grupos guerrilleros, que usualmente usan ese tipo de violencia. Empezaron tres grupos: Las FPL (Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí), las FARN (Fuerzas Armadas de Resistencia Nacional) y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). De hecho, en El Salvador, su surgimiento hay que situarlo al final del período de Sánchez Hernández cuando se gesta y se consuma el fraude de las elecciones de 1972. En el caso de El Salvador, su presunta justificación es que, sin la fuerza de las armas, un movimiento, que realmente represente a las masas oprimidas y que quisiera desterrar de raíz la explotación capitalista, no está en condiciones para acceder al poder del Estado. Esta justificación, tiene últimamente, los mismos fundamentos que las organizaciones populares, en cuanto éstas se apoyan en las armas y en situación de injusticia como razón última de su constitución y actividad. Accidentalmente, justifican algunas de sus acciones como ejército protector de las organizaciones populares, de las cuales se constituyen su propia seguridad. No son grupos guerrilleros que hostigan al poder constituido, sino grupos políticos que espera encaramarse al poder para desde allí reestructurar la sociedad conforme a un ideal marxista-leninista, más o menos procesado. Estructuralmente, implicaron un predominio de los aspectos militares o de elitismo sobre el movimiento de masas y sobre la acción políticosocial. Eran absolutamente verticales y anularon en la práctica, la autonomía de las organizaciones populares.

REPRESIÓN Y REFORMAS: TRAGEDIAS DE 1980 El año 1980 ha sido probamente el más trágico en la historia contemporánea de El Salvador. Algunos de los líderes más connotados del país, y que buscaron evitar la guerra civil a través del compromiso político y la negociación entre las fuerzas enfrentadas, fueron asesinados. En febrero, el fiscal general Mario Zamora Rivas, fue baleado y asesinado en su casa, un día antes de una convención del Partido Demócrata Cristiano en la cual haría un llamado a su partido para que renunciara del gobierno, en protesta contra el incremento de la violencia de los militares. En marzo, el Arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, que había exhortado tanto a la izquierda como a la derecha a detener la violencia, y había llamado a los soldados a desobedecer las órdenes de matar, fue asesinado por un francotirador mientras celebraba misa. En noviembre los líderes del Frente Democrático Revolucionario (FDR) fueron secuestrados y asesinados por un escuadrón de la muerte poco antes de una conferencia de prensa, en la que anunciarían su aceptación para negociar con la Junta de Gobierno, bajo la mediación de la iglesia católica. La mayoría fueron capturados y ejecutados por escuadrones de la muerte o asesinados en masacres realizadas por fuerzas gubernamentales en las áreas rurales. En mayo, la izquierda empezó a movilizar sus milicias hacia las áreas rurales con el fin de desarrollar una estructura militar; en septiembre, este proceso estaba muy avanzado, a pesar de que los grupos guerrilleros todavía carecían de armamento suficiente; para noviembre, las organizaciones guerrilleras, ahora unificadas en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), tenían las armas suficientes para organizar un ejército. El país estaba al borde de una guerra civil. Este baño de sangre estaba acompañado por la ejecución de la largamente esperada reforma agriaría, una redistribución de tierras que sobrepasó la proyectada por Molina o cualquier gobierno militar anterior. Algunos factores que habían debilitado la Primera Junta, ya no operaron a partir de 1980. En primer lugar, la Segunda Junta revolucionaria de Gobierno y el gabinete fueron formados por el Partido Demócrata Cristiano, que tenía su propia base popular, una estructura partidaria permanente, contactos con los partidos demócratas cristianos en Europa y Sur América, y un activo y generoso apoyo de los EE.UU. El PDC entró al gobierno sobre la base de un pacto en el cual las fuerzas armadas acordaron apoyar reformas estructurales y garantizar el respeto de los derechos humanos.

Después del colapso de la primera junta, el movimiento de jóvenes oficiales, se movilizó de nuevo. En enero confrontaron al alto mando. El coronel Majano que había actuado con mucha cautela durante la primera junta, empezó a ejercer un liderazgo dentro de la corriente reformista; desafió abiertamente en dos ocasiones al alto mando, negoció con fracciones de la izquierda con el fin de ganar apoyo para el movimiento reformista. También realizó esfuerzos para prevenir la violación de los derechos humanos y ordenó el arresto de prominentes ultraderechistas que planeaban realizar un golpe de estado, incluyendo a Roberto D’Abuisson y a varios de sus asociados. El alto mando se mostró hábil en la respuesta que dio a los desafíos planteados por los militares reformistas. Utilizó su poder sobre las asignaciones de personal militar para desplazar a los llamados oficiales majanistas, removerlos de sus posiciones de comando y llevarlos a combatir o a involucrarse en los abusos de los derechos humanos. Las fuerzas de seguridad y oficiales del alto mando también tomaron acciones más directas: por lo menos cuatro majanistas fueron asesinados, otros muchos sufrieron atentados, incluyendo tres ataques contra Majano mismo. Una confrontación final entre las dos fracciones, en septiembre, quebró a los majanistas y removió el último obstáculo interno del estado de terror, propiciando una etapa de mayores niveles de violencia, a finales de 1980 y principios de 1981. Desde enero de 1981 hasta febrero de 1992, El salvador, fue testigo de una brutal guerra civil que se peleó principalmente en las áreas rurales. Después de una fracasada “ofensiva final” en enero de 1981, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) mantuvo posiciones en el norte y el oriente del país, reconstruyó sus fuerzas, y atacó el ejército gubernamental en lo que llegó a ser prácticamente una guerra convencional. Después de amenazar seriamente con derrotar a la fuerza armada a finales de 1983, el FMLN sufrió grandes pérdidas a costa del poder aéreo gubernamental y fue forzada a retroceder. Posteriormente, las fuerzas insurgentes implementaron una estrategia exitosa, al extender sus acciones militares y de sabotaje a todos los departamentos del país y hacer sentir su presencia en las principales ciudades. En noviembre de 1989 el FMLN lanzó su mayor ofensiva en la ciudad capital, mostrando que todavía tenía una significativa capacidad militar, a pesar de nueve años de esfuerzos gubernamentales contrainsurgentes. En 1990 y 1991, la guerra se escalaría aún más, cuando el FMLN introdujo armas antiaéreas y la fuerza armada intentó de facto desalojar a los rebeldes del territorio bajo su control. A principios de 1990, aproximadamente 70 mil personas, la mayoría de ellas civiles, habían muerto por las acciones de ambos bandos.

MUERTE DE MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO 1980 se abre en El Salvador con una gravísima crisis gubernamental. En el espacio de una semana, presentan su renuncia irrevocable la gran mayoría de ministros y altos funcionarios, así como los miembros civiles de la Junta de Gobierno. Fundamentalmente basan su renuncia en la imposibilidad objetiva de adelantar los cambios necesarios, propuestos por la misma proclama de la juventud militar, y la imposibilidad de controlar las acciones represivas de los cuerpos de seguridad, que realmente siguen una línea de mando paralela e independiente a la del gobierno. La crisis gubernamental sirve para resaltar la progresiva unidad de las fuerzas populares revolucionarias. En la segunda semana de enero, las organizaciones populares anuncian su unificación de una Coordinadora Revolucionaria de Masas y otro tanto hacen los grupos político-militares. Los cuerpos de seguridad, ahora con la connivencia más o menos explícita de parte del gobierno y, ciertamente, con la bendición de los Estados Unidos, asustados ante la evolución de los acontecimientos, se han lanzado a una campaña masiva de represión y amedrentamiento sistemático. Bandas asesinas de ultraderecha, obviamente amparadas por los cuerpos de seguridad, complementan en la noche las tareas de “limpieza” y atemorización política. Mucho de estos asesinatos, indican una tarea sistemática, como la cacería de maestros, que van siendo asesinados a un ritmo promedio de uno cada tres días. La incorporación de la Democracia Cristiana a una Segunda Junta de Gobierno y el inicio de algunas reformas prometidas (concretamente la Reforma Agraria y la nacionalización de la banca) no consiguen paliar el aislamiento casi total del grupo en el poder así como lo absurdo de un apolítica que apenas puede avanzar más que a costa de un auténtico torrente de sangre. Esta situación de caos y descomposición nacional encuentra su reflejo crítico en la actuación y homilías de Monseñor Romero. Monseñor aprueba la renuncia de los miembros civiles de la Primera Junta y gabinete como una rama de clarificación política e incluso pone su peso moral para que la crisis sea completa y haga posible un comienzo nuevo. La postura oportunista de la Democracia Cristiana impide que así sea, lo que entristece a Monseñor que tiene un gran aprecio y amistad personal con algunos de los políticos democristianos. Este aprecio y amistad no impide su postura crítica desde la perspectiva de los intereses del pueblo. Así, Monseñor no va a rechazar las reformas propuestas por la Segunda Junta Revolucionaria, pero criticará acerbamente su desnaturalización radical: mal se puede pretender hacer reformas para el

pueblo en contra del mismo pueblo y sus organizaciones, más aun persiguiéndole sangrientamente. Monseñor piensa que el criterio de verdad de las reformas hay que buscarlo en la apertura y sinceridad para con el pueblo. Y es ahí donde también la nueva Junta, más allá de promesas y palabras, no es capaz de pasar la prueba. Por ello, Monseñor irá subiendo el nivel de sus críticas a las reformas propuestas, cuyos únicos resultados evidentes son la ocupación militar del país y el continuo asesinato de campesinos y obreros, maestros y sindicalistas, estudiantes y hasta profesionales. Junto a su progresiva desilusión con los nuevos gobernantes. Monseñor contempla esperanzado la progresiva unidad de los grupos populares y de las organizaciones políticas de izquierda. Contempla ilusionado la presentación de la Plataforma Programática del Gobierno Democrático Revolucionario por parte de la unión de grupos populares y, aunque mantiene su postura crítica ante acciones específicas y planes concretos de gobierno, encuentra loable la creciente racionalidad y apertura de la Coordinadora Revolucionaria de Masas. Por otro lado, las dimensiones de la represión constituyen un verdadero sufrimiento para Monseñor. Diariamente tiene que recibir en el Arzobispado a decenas de gentes acosadas por la violencia de los cuerpos militares o paramilitares y que vienen a Monseñor para buscar protección y ayuda, para denunciar los atropellos y asesinatos, o simplemente para encontrar un poco de consuelo espiritual y humano. Monseñor a todos recibe y a todos atiende. La famosa carta al presidente Carter pidiéndole en nombre de los derechos del pueblo salvadoreño que no envíe armas letales ni apoyo de ningún tipo a la tarea represiva de las fuerzas armadas es un símbolo de la postura valiente de Monseñor. Esta carta alcanza una gran publicidad mundial con el consiguiente enojo y embarazo no solo de los gobiernos de El Salvador y Estados Unidos, sino también de El Vaticano, al que no parece agradar la sinceridad cristiana tan poco “diplomática” de Monseñor. La oposición de Monseñor a la violencia represiva alcanza su clímax en su homilía dominical del 23 de marzo cuando, con palabras firmes, apela a todos los soldados y guardias para que, obedientes a la ley de Dios, desobedezcan la voz de sus amos y jefes que les ordenan matar a su hermano: “En nombre de Dios, pues y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!” Este llamado de Monseñor constituyó, lo que parece, la gota que colmó la irá de sus enemigos. El lunes 24 de marzo, Monseñor Romero cae asesinado cuando se disponía a iniciar el ofertorio eucarístico y tras haber predicado que la vida ofrecida por los demás es prenda segura de resurrección y de victoria. El 30 de marzo se celebraron las exequias de Monseñor. La celebración tuvo lugar en la Plaza Barrios de San Salvador, ante la puerta de Catedral, frente a una inmensa muchedumbre de unas 150,000 personas, en su mayoría gente humilde. En la ceremonia se encontraban decenas de prelados, obispos, sacerdotes, religiosos y dignatarios de todo el mundo que quisieron testimoniar con su presencia la dimensión universal del profeta salvadoreño. También se hizo presente en el entierro de Monseñor una gigantesca representación de las organizaciones populares que, en silencio y ante los vítores de la muchedumbre, rindió homenaje póstumo a Monseñor y depositó una corona de flores ante su féretro. En medio de la ceremonia, cuando el representante del Papa, el Cardenal Corripio de México, se hallaba explicando su homilía, una serie de gigantescas explosiones opacaron con su pavoroso ruido la plegaria religiosa. Según el testimonio coincidente de un gran número de testigos presenciales, elementos escondidos en el Palacio Nacional del gobierno lanzaron varias bombas entre la población mientras franco tiradores parapetados también en el Palacio empezaron a lanzar ráfagas de ametralladoras contra la misma multitud. El pánico y la confusión que siguieron fueron realmente indescriptibles. La gente corrió despavorida tratando de buscar refugio en catedral o de salir de aquella verdadera trampa mortal calculada por mentes asesinas. Monseñor fue apresuradamente enterrado en medio de bombas, disparos, sangre y horror. Fue enterrado en catedral, cátedra de su palabra, asiento de su liderazgo cristiano y refugio para el pueblo perseguido. Fue enterrado entre sollozos y muertos, con las temblorosas paredes de catedral protegiendo al pueblo indefenso contra las balas asesinas de los poderosos. Fue enterrado como vivió: en medio del pueblo pisoteado, cuya causa asumió y al que supo dar voz. Este crimen polarizó, aún más, la situación del país, dando inicio a la guerra civil.

ELECCIONES DE 1984 Y 1989 Los partidos políticos Partido Demócrata Cristiano (PDC), Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Acción Democrática (AD), Partido Popular Salvadoreño (PPS) y Partido de Orientación Popular (POP), participaron en las elecciones del 28 de marzo de 1982 para elegir Asamblea Constituyente, que redactó la nueva Constitución. Las elecciones se desarrollaron bajo estado de sitio. Los resultados dieron una mayoría relativa al PDC, el cual obtuvo 24 diputados, mientras que los otros partidos obtuvieron los

siguientes: ARENA (19 diputados), PCN (14 diputados), AD (2 diputados), PPS (un diputado) y el POP, ningún diputado. El mayor Roberto D’Abuisson, la misma noche de las elecciones reunió a los otros líderes de derecha (ARENA – PCN – AD – POS – y PPS), para hacer un frente común de la derecha unida, contra el PDC. El 29 de marzo, su unidad fue oficializada, luego de una conferencia de prensa, con la que la derecha unida tenía 36 diputados contra los 24 del PDC. Los Estados Unidos no permitieron a la derecha unida tomar la cabeza del gobierno. Charles Percy, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, advirtió que de no formarse un gobierno confiable en El Salvador, el Congreso de los EE.UU. podría suspender la ayuda económica y militar al país. Por lo que se propuso al Dr. Álvaro Magaña como presidente provisional. Álvaro Magaña tomó la presidencia del país, el 02 de mayo de 1982. En su discurso de investidura, Magaña expresó que el objetivo de su gobierno de unidad nacional era la pacificación, por lo que llamó al FDR-FMLN a deponer las armas y a participar en el proceso de democratización. Los acuerdos adoptados por los Estados Unidos, la FAES y la derecha unida, fueron ratificados en un pacto, el 03 de agosto de 1982, en la ciudad de Apaneca. El pacto de Apaneca tuvo por objetivo formar un gobierno de unidad nacional, en donde todos los partidos políticos de derecha unida (comprendido el PDC), se comprometieran a no atacarse entre ellos ni a Álvaro Magaña. Es necesario decir que fue en este tiempo de esta Asamblea Constituyente que se redactó la Constitución Política de 1983. En las elecciones del 25 de marzo de 1984, el PDC presentó a José Napoleón Duarte como candidato a la presidencia. Los puntos de su plataforma política fueron el diálogo y la negociación, establecer el respeto a los derechos humanos, mejorar el sistema de justicia e intensificar las reformas económicas y sociales. ARENA presentó a Roberto D’Abuisson y el partido prometió hacer de El Salvador, la tumba de los revolucionarios (ARENA les llamó “los rojos”) y prometió terminar con la guerra. Además de ARENA y el PDC, participaron en las elecciones de 1984 el PPS, el POP, el PCN y el Movimiento Estable Republicano Centrista (MERECEN). En las elecciones del 25 de marzo de 1984, ninguno de los partidos políticos logró obtener más del 45% de los votos, por lo que se hizo otra vuelta electoral. En esta última, solamente participaron el PDC y ARENA. Según el Consejo Central de Elecciones (CCE), ganó el PDC. Las elecciones, a pesar de la participación de más del 50% del electorado, no se desarrollaron en todo el país. Ya que de 262 municipios, en 89 no se ejerció el voto, ya que se encontraban en zonas de combate. En 1985 y 1988, nuevamente se realizaron elecciones para elegir Asamblea legislativa y municipalidades; pero el número de votos se redujo ante el cansancio y la apatía de muchos ciudadanos. Durante las elecciones presidenciales de 1989 el tema de la paz fue altamente explotado por los partidos. El PDC tenía de candidato a Fidel Chávez MENA y ARENA, a Alfredo Cristiani. Un elemento nuevo en estas elecciones fue la presencia de los partidos políticos del FDR, MNR, MPSC y la UDN. En estas elecciones triunfó el representante de ARENA, Alfredo Cristiani.

2.- CAUSAS INTERNAS Y EXTERNAS DEL CONFLICTO ARMADO  CAUSAS INTERNAS: durante los años setenta, el país experimentó una profunda crisis política. Esta se manifestó en el deterioro de los canales e instrumentos de negociación del Estado, por la progresiva erosión de los mecanismos de control de los sectores populares, y la pérdida de fuerza de las posiciones políticas centristas. La crisis terminó en un amplio movimiento popular organizado que alcanzaría su cima en 1979-1980. El fraude electoral de 1977 y la persecución contra la Iglesia contribuyeron a la polarización de la sociedad. Entre 1979 y 1980 se cerró el ciclo de gestación de la guerra civil, en la medida en que la confrontación entre el Estado y amplios sectores de población alcanzó niveles álgidos. El asesinato del arzobispo de San Salvador, monseñor Óscar Arnulfo Romero, en marzo de 1980, la intensificación del terrorismo de Estado y la renuncia de los elementos democráticos de la Junta de Gobierno precipitaron el conflicto armado. a) CAUSAS ECONÓMICAS El Salvador es un país eminentemente agrícola, su economía descansa en el cultivo de productos internacionales como el café (principal cultivo), la caña de azúcar y el algodón. Esto originó una estructura

semiformal donde se crea una fracción de clase “La Oligarquía” la cual busca consolidarse en el poder económico y político. La Oligarquía salvadoreña empieza su consolidación económica con el cultivo del café, comienza a someter a la comunidad indígena destruyendo las tierras ejidales y comunales, especialmente en Santa Ana, Ahuachapán, La Libertad y San Salvador, busca la consolidación política, mediante la instalación de presidentes oligarcas, como Ángel Guirola (1884), Tomás Regalado (1898), Pedro Escalón (1903) y la dinastía Meléndez-Quiñónez (1913-1916), es decir toman el poder político y conforman los círculos intelectuales. “El capitalismo en El Salvador se da por la vía bunker, es decir, por una economía basada en el rompimiento del antiguo derecho de los servidumbre, creando una mano de obra liberada de los medios de producción, con la introducción del café”. El problema económico basado en la injusta distribución de la riqueza, lleva a una situación caótica en que vive la mayoría de la población donde “casi el 90% de los trabajadores agrícolas y sus familiares viven en habitaciones malsanas...”, lo cual ha dado origen a la organización de los sectores desposeídos y la clase media, en la búsqueda de mejores condiciones de vida, luchas que son parte de nuestra historia como el levantamiento de 1932, en la zona occidental o el levantamiento generalizado de la década de los ochenta. b) CAUSAS POLÍTICAS La oligarquía después de consolidarse en el poder busca un soporte para dejar a su cargo la actividad política, y poder dedicarse a la parte económica, este soporte se encuentra en el estamento militar, quien pasa a ser su más grande aliado. Los militares han tenido un papel relevante en la historia salvadoreña, esta alianza entre capital y militar se da en 1931, cuando un golpe militar derroca al gobierno de Arturo Araujo, sacando el mayor provecho el General Maximiliano Martínez, quien gobierno de facto el país por trece años, a partir de acá se da una negra historia de gobiernos militares que se trata de romper con el Golpe de Estado del 15 de Octubre de 1979. Esto provocó el cierre de todo espacio político a la oposición, ya que mediante elecciones fraudulentas, la imposición y la represión, se mantenían en el poder, se crearon partidos oficiales como el Partido de Conciliación Nacional (PCN) y organismos Paramilitares como la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN). Esto implicó, una serie de artimañas y acciones, como el engaño y fraude electoral, por ejemplo las elecciones presidenciales de 1972 y 1977, el asesinato, el exilio, la tortura y la represión, esto obligó a la oposición a buscar otras formas de luchas, hasta llegar a la lucha armada y al conflicto generalizado.

 CAUSAS EXTERNAS: la Guerra Fría, la lucha antidictatorial en Nicaragua y la caída de Anastasio Somoza, en julio de 1979, aceleraron el proceso de polarización en El Salvador. El Salvador fue un campo de batalla de gran importancia tanto para la Unión Soviética como para Estados Unidos. Estas potencias contribuyeron al recrudecimiento del conflicto armado brindando preparación política, ideológica, militar y apoyo económico a los dos grupos en armas.  Conflicto Este-Oeste. Con el triunfo de la Revolución en la Rusia Zarista de 1917 y la conformación de la URSS, un nuevo sistema se comienza a conocer en el panorama político; El Socialismo quien se opone directamente al sistema capitalista. Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, quedan en el mundo dos grandes potencias, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) (Vanguardia del Capitalismo), los grandes polos de poder comienzan a fortalecerse y consolidarse; el Este y el Oeste, formándose así la bipolaridad cuyos centros de poder están en Washington y Moscú; estos buscan consolidar su posición en todo el globo terráqueo, Europa, África, América, Asia y Oceanía. A partir de 1950 con los acontecimientos de Corea se comienza a utilizar el término Guerra Fría designando así no una guerra declarada entre las grandes potencias, sino a una guerra de carácter ideológico que se libra en la periferia entre los Movimientos de Liberación Nacional y las dictaduras militares apoyados por el imperialismo (esta guerra es de carácter militar); en este esquema los Estados Unidos de Norte América, defienden sus zonas de seguridad e influencia América. Bajo la doctrina de la Seguridad Nacional, se trata que todos los gobiernos y ejercito de América (bajo tutela de Estados Unidos) combatan la presencia del comunismo y eliminen los brotes subversivos mediante la aniquilación de los movimientos de liberación nacional, Centro América y especialmente El

Salvador zona de seguridad de Estados Unidos, ya que son considerados su patio trasero por su cercanía con su frontera Sur-México y esto implica que al caer Centro América, “cae” su zona de seguridad. Con el triunfo de la revolución cubana, el uno de enero de mil novecientos cincuenta y nueve se instaura el primer gobierno de tipo socialista en la región, esto implica el incremento de la actividad Revolucionaria en América Latina; con la crisis de Asia, Camboya, Vietnam, etc. En los años setenta y el triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua el 19 de Julio de 1979, el esfuerzo de la administración norteamericana, se radica en El Salvador con el fin de frenar el avance comunista en la región. Los norteamericanos manejan la tesis que la Unión Soviética (URSS) a través de Cuba y Nicaragua, fomenta la agresión comunista en El Salvador y América. Para esto, el Departamento de Estado Norteamericano utiliza el concepto Guerra Baja Intensidad, enmarcando a nuestro país bajo este conflicto, entendiendo por guerra de baja intensidad aquella que se libra contra los movimientos de liberación nacional, en la cual no hay un desplazamiento de tropas norteamericanas sino que los ejércitos nacionales son los que combaten y estos son solo apoyados por el ejército norteamericano, a la vez quiere decir que las acciones políticas e ideológicas prevalecen a las acciones militares. Esto implica desplazamiento de recurso económico, militares, logísticos, hacia El Salvador con el propósito de incrementar el número de efectivo militares, equipos, pertrechos y operatividad de estos a la vez invertir en ayuda económica y en programas sociales, fondos provenientes de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) los cuales se canalizan a través de la Comisión Nacional de Restauración de Áreas (CONARA) todo esto como parte de la lucha contrainsurgente.  Conflicto Norte-Sur. Es el conflicto que se libran entre los países poderosos industrializados del norte y los países del sur, nuestro país no es la excepción, ya que desde la colonia misma ha sido víctima del saqueo de propios recursos naturales y la explotación misma de su mano de obra, a través de la influencia del gobierno español, y últimamente del imperio norteamericano, esto se debe a que los países industrializados necesitan de todos los recursos de los países pobres para florecer su industria, y sus mercados. Los países pobres se han convertido en zona influenciada de los países desarrollados, interviniendo estos en sus asuntos internos, irrespetando su soberanía y la autodeterminación de los pueblos en muchos casos mediante la imposición de gobiernos, imposición de planes económicos, aumento de la deuda externa de los Estados. En muchos casos, no solo causan malestar entre los gobiernos de los países pobres, sino que su población cada día sufre el saqueo de su riqueza, el ahogamiento de su día economía por la deuda externa y el irrespeto a su soberanía, esto motiva a los pueblos no solo a librar una lucha contra las estructuras internas sino que también contra la influencia exterior y crea un sentimiento anti-imperialista, ya que se crea una nueva forma de dependencia, de dominación entre metrópoli-colonia reflejada por intereses económicos. Esta nueva forma de dependencia se refleja en el proceso de transnacionalización donde grandes capitales de los países desarrollados forman una relación desigual con los países pobres del tercer mundo, explotando sus recursos naturales, su mano de obra barata y sus mercados. Estos gobiernos ponen una serie de condiciones que obligan a los países pobres a someterse a las metrópolis y en muchos casos se llega a una intervención directa en los asuntos interno llegándose a perder la independencia y soberanía; esto es una nueva forma de dominación lo que viene a agravar más el conflicto entre el Norte y el Sur. En el primer período la administración Reagan, se busca un triunfo rápido sobre el movimiento de liberación, se desarrolla todo un aparato militar, creando batallones élites, unidades motorizadas, y de desplazamiento rápido a la vez, se realizan acciones políticas, y de asistencias encaminadas a quitar apoyo popular a las fuerzas insurgentes, es decir se busca romper la retaguardia política al enemigo. Esta acciones financiadas por la AID, a través de CONARA, Alcaldías y otras instituciones estatales; pero este triunfo rápido sobre el movimiento de liberación, nunca llegó, el malestar y cansancio se empieza a sentir al interior de la sociedad salvadoreña, como de la sociedad norteamericana, la cual no quiere “otro Vietnam”. Este período trae una connotación diferente al primero, la posibilidad de una victoria militar no era real; y al interior de los Estados Unidos, hay presión porque se resuelvan los problemas domésticos y en especial que asuma su papel de potencia hegemónica, dando una respuesta ante la embestida comercial y financiera de Japón y la Comunidad Europea. En El Salvador, se empieza a visualizar un cambio en la dirección del conflicto, ya no se busca el triunfo militar, sino otro tipo de solución, se plantean reformar políticas, en especial se busca abrir espacios a la participación de los partidos políticos; entre los acontecimientos más importantes, las elecciones

presidenciales de 1989, donde llega un civil al poder, enmarcando el inicio de todo un proceso electoral y la visita de la comisión bipartita o comisión Kissinger, la cual en su informe sobre Centroamérica, plantea mejorar las condiciones de vida, la participación política de amplios sectores, y la búsqueda de una salida negociada a la crisis de la región. Dentro de los dos períodos hay cambios muy significativos causados tanto por los cambios en el contexto internacional, las presiones al interior mismo de los Estados Unidos por la sociedad norteamericana, y las condiciones mismas de desarrollo del conflicto; pero la administración Reagan nunca abandona su justificación ideológica para intervenir en la región, ni reconoce las causas internas con verdaderas causas del conflicto que vive la sociedad salvadoreña.

3.- LOS FACTORES QUE HICIERON POSIBLE LOS ACUERDOS DE PAZ Durante toda la década de los años 80´ vivió nuestro país una cruenta guerra entre salvadoreños, unos decían que luchaban por forjar un país democrático con justicia social y económica (la guerrilla) y el otro bando decía que luchaba por cuidar que nuestro país no fuera convertido en comunista (gobierno y Fuerza Armada). Esta guerra ocasionó en nuestro país grandes pérdidas en vidas humanas, económicas, etc. por lo que se volvió una necesidad imperativa el tener que ir buscando soluciones pacíficas a dicho conflicto. Junto a la necesidad de paz que se tenían se dieron otros factores que fueron haciendo posible el llegar a firmar la paz, como por ejemplo el cansancio que la población tenía de la guerra, el clamor de todo el pueblo que a diario manifestaba de diferentes formas su deseo de paz. Pero dentro del pueblo también existían algunos sectores que pedían que el conflicto finalizara pero de forma armada o sea con el triunfo de un bando sobre el otro. Quienes más deseaban esta última opción fueron aquellos que no habían vivido de cerca los enfrentamientos armados y bombardeos. Pero el 11 de noviembre de 1989 el FMLN lanzó una fuerte ofensiva, especialmente en las ciudades y zonas residenciales, que duró varios días. Esta ofensiva de gran fuerza dio en San Salvador como resultado, muertes y sufrimientos lo que generó dos cosas: primero, aquellas personas que querían una salida bélica, cambiaran de idea y segundo, quedó claro la imposibilidad de que cualquiera de los dos bandos lograra un triunfo militar sobre el otro. Los factores pueden agruparse en dos grandes categorías: los factores externos al proceso, derivados del contexto y de la presión de la comunidad internacional, y los factores internos, resultantes de la evolución de la conciencia colectiva del pueblo salvadoreño a favor de la paz y de los cambios ideológicos y estratégicos de los actores involucrados en el conflicto.

a) FACTORES INTERNOS O NACIONALES Entre los factores que dieron origen e hicieron posible, en aquel entonces, los acuerdos de paz, podemos mencionar: los espacios y zonas de control político y militar que el FMLN-FDR disputaba en ciertos niveles. Esto le permitió aparecer como una alternativa de poder dentro del territorio nacional y frente al Estado salvadoreño. Entre los factores más específicos que se retoman son:  El equilibrio militar entre las dos fuerzas beligerantes, en donde ninguna de las dos, lograba derrotar militarmente a su contraria.  El alto costo de la vida social para la población civil salvadoreña (aproximadamente 60,000 victimas).  El respeto de los derechos humanos es una base fundamental aportada por la ONU y la OEA. A finales de 1989, el gobierno y el FMLN había llegado a la conclusión, después de la amplia y potente ofensiva lanzada por las fuerzas insurgentes al escenario capitalino, de que se propiciara una salida política al conflicto. Esta situación solamente fue posible por:  El anhelo de paz del pueblo salvadoreño.  Los cambios en la derecha civil (ARENA). Desarrollo clave fue la transformación de ARENA en un partido político civil, de amplia base, representante de la empresa privada, de las clases medias y de los sectores pobres de ideología conservadora.  La deslegitimación de la Fuerza Armada. La Fuerza Armada fue la que más resistencia ofreció en la negociación por la paz.  La evolución ideológica del FMLN. ANHELO DE PAZ DEL PUEBLO SALVADOREÑO. A medida que transcurría el conflicto bélico, el anhelo de paz fue creciendo en la conciencia colectiva del pueblo salvadoreño. Al final el convencimiento de que

la alternativa más razonable para acabar con el conflicto era la negociación, se generalizó en la mayoría de los sectores de la población. Un hito importante, fue la realización del debate nacional por la paz a mediados de 1988, organizado por el arzobispado de San salvador. A partir de este evento, el proceso histórico del país entró en un “estado de diálogo nacional”. A principios del conflicto armado, en 1981, el término “diálogo” era una palabra repudiada; la sola insinuación de la conveniencia de dialogar con el FMLN podía implicar a quien lo propusiera el ostracismo social y político, cuando no la cárcel y la muerte. Paulatinamente, sin embargo, gracias a los esfuerzos de distintas fuerzas sociales para configurar una “tercera” fuerza que obligara a las partes involucradas directamente en el conflicto a poner los intereses del país por encima de sus intereses particulares, la racionalidad de la solución negociada se fue cimentando en la conciencia nacional. LOS CAMBIOS DE LA DERECHA CIVIL. Un desarrollo clave que abrió el camino hacia las negociaciones con el FMLN fue la transformación gradual de ARENA en un partido civil, de amplia base, representativo de la empresa privada, de las clases medias y de sectores pobres de ideología conservadora. A pesar de que en sus inicios fue fundado por elementos pro-militaristas financiados por miembros de la oligarquía salvadoreña radicados en Miami y Guatemala, ARENA llegó a ser con el tiempo expresión de una amplia gama de intereses y grupos económicos. La comunidad empresarial, frustrada por su incapacidad de influir decisivamente en las políticas económicas desarrolladas bajo la presidencia de Duarte, gradualmente se unificó en torno al partido ARENA. Fue la primera vez en la historia del país que las clases capitalistas salvadoreñas se aliaban alrededor de un partido único. Sobre la base de esta alianza, una imagen más moderada y un programa económico de libre mercado, ARENA se convirtió paulatinamente en un serio competidor electoral, lo que le allanó el camino para sus victorias en las elecciones de 1988 y 1989. Paralelo a este proceso, los costos de la guerra se combinaron con cambios estructurales y generacionales dentro del sector empresarial que llevaron a ARENA a negociar con el FMLN. Hacia fines de los ochenta, los empresarios comenzaron a tomar plena conciencia de que la guerra y la violencia asociada a ella estaban obstaculizando la realización de sus intereses económicos. Hasta ese momento, el FMLN había ocasionado daños económicos por cera de 2 mil millones de dólares, había destruido virtualmente la industria del algodón y había dañado severamente la mayor parte de las áreas de la actividad económica del país. Los constantes sabotajes a la red eléctrica, el derribo d apostes y los ataques a las instalaciones de generación d electricidad, ocasionaron grandes costos al interrumpir periódicamente la producción industrial. Los paros al transporte provocados por el FMLN llegaron a ser frecuentes y efectivos. En 1987 realizó siete paros, de siete día seguidos cada uno. Entre 1979 y 1990, más de dos mil camiones y 30 mil buses fueron dañados o destruidos en ese tipo de acciones. Debido al daño a la infraestructura eléctrica y al derribo de puentes, las acciones del FMLN ocasionaron costos directos por más de mil millones de dólares para reparar o reemplazar equipo e infraestructura. Sumados a estas pérdidas directas estaban también los serios costos de oportunidad. Por otra parte los secuestros a empresarios, a mediados de los ochenta, llevados a cabo por militares y civiles asociados a ARENA, provocaron que muchos empresarios le retiraran el apoyo a la agenda represiva de los militares y de los miembros de línea dura del partido. Entre los cabecillas de la banda de secuestradores estaba el coronel Roberto Mauricio Staben, quien había sido capturado con el mayor D´Abuisson en mayo de 1980 y cuyo nombre aparece repetidamente en los documentos clasificados de la CIA como líder y promotor de los escuadrones de la muerte. En el momento de su arresto, Staben comandaba el batallón Arce. Otros arrestos incluían al ex teniente Rodolfo López Sibrián, al mayor José Alfredo Jiménez y Orlando Llovera Balette, empresario y miembro de ARENA. López Sibrián, quien había participado en el asesinato de dos asesores norteamericanos de la reforma agraria en enero de 1981, es el único que permanece en prisión actualmente. El coronel Staben fue liberado después que oficiales pertenecientes a la “tandona” ejercieron presión sobre el gobierno. Otros militares implicados en los secuestros huyeron fuera del país, justo antes de ser arrestados. Los secuestros y el fracaso en capturar y castigar a los implicados provocaron un efecto devastador dentro de la comunidad empresarial. El efecto inmediato fue profundizar su desconfianza hacia los militares. Además el involucramiento de miembros de ARENA impactó negativamente en la corriente de línea dura dentro del partido, aumentando el prestigio de los moderados como Alfredo Cristiani, quien era el más representativo del sector empresarial que los miembros fundadores, militaristas y escuadroneros. LA DESLEGITIMACIÓN DE LA FUERZA ARMADA. La Fuerza Armada fue la que más resistencia ofreció a la negociación por la paz. La presión de los dinamismos estructurales del proceso y la deslegitimación en la que incurrió la institución castrense debido a su comportamiento represivo y criminal, fueron los factores principales que la forzaron a aceptar el marco fundamental de la negociación, aun cuando la actitud real

del estamento militar fue la de boicotear el proceso y desvirtuar la apertura negociadora del gobierno de Cristiani. Un factor clave que influyó en el cambio de la posición institucional del ejército frente a la negociación, fue el asesinato de los seis sacerdotes jesuitas perpetrado por la Fuerza Armada, en el marco de la ofensiva guerrillera en noviembre de 1989. El FMLN había estado organizando esa ofensiva desde 1986. Hacia la mitad de 1989, los preparativos finales estaban en camino. El centro de la estrategia rebelde era ocupar los barrios y colonias pobres en el este y el norte de la capital y utilizarlos como trincheras para atacar a las fuerzas gubernamentales. Por su ubicación dentro de las zonas más densamente pobladas, el FMLN esperaba con esta acción provocar una insurrección de masas. En cualquier caso, esta estrategia presentaría al ejército gubernamental el siguiente dilema: atacar con armas pesadas y poder aéreo para desalojar a la guerrilla, pero con un gran costo social y político. Los ataques del ejército podrían causar grandes bajas civiles, con la consiguiente oposición popular y la condena internacional. Durante los meses y semanas previos a la ofensiva, el FMLN trasladó a la capital toneladas de armas y municiones, con el fin de proveer suficiente armamento para abastecer una insurrección popular. La Fuerza Armada fue tomada por sorpresa, a pesar de que ya existía información de inteligencia en la que se alertaba sobre la inminencia de la ofensiva. Una semana antes de que estallara, había conocimiento en las comunidades marginales en San Salvador, que algo realmente grande iba a pasar. Camiones con toneladas de arroz, fríjol, balas y medicinas fueron concentrados en los barrios pobres. El jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia, el comandante de la Fuerza Aérea y su cuerpo de oficiales estaban fuera del país. El entonces presidente Cristiani, en su casa de vacaciones, no había sido informado de los reportes de inteligencia sobre la inminente ofensiva guerrilla. La ofensiva estremeció al alto mando del ejército. El FMLN atacó múltiples objetivos alrededor de la ciudad, creando confusión acerca de sus planes reales de combate. Las unidades militares enviados a perseguir y desalojar a las fuerzas guerrilleras encontraron desde el primer momento una fuerte resistencia en las comunidades donde el FMLN había establecido sus posiciones. En los días siguientes, los militares encontraron dificultad extrema en desalojar al FMLN y desplegaron entonces ataques aéreos indiscriminados, utilizando “rockets” y bombardeando las zonas ocupadas por los rebeldes. En esos momentos, la confianza de muchos comandantes militares estaba resquebrajada, y la incapacidad e muchos oficiales promovidos de acuerdo al sistema de tandas y no por habilidad y capacidad, se mostró particularmente evidente. Altos oficiales empezaron a considerar seriamente la posibilidad de perder la guerra, o por lo menos que San Salvador podría llegar a convertirse en una ciudad dividida. Sin embargo, a los pocos días, los militares, utilizando su poder aéreo, lograron que el FMLN perdiera sus posiciones en la parte este de la capital. La guerrilla sin las armas antiaéreas adecuadas y habiendo fracasado en su intento por destruir la base aérea del ejército, ubicada justamente al este de la capital, cayeron en la cuenta de que una presencia prolongada en la zona podría causar enormes bajas civiles. Ante esta situación, optaron por retirarse, con grandes pérdidas, hacia la colonia Escalón, al oeste de la ciudad. Esta estrategia tuvo un importante efecto político. Impedidos para utilizar artillería pesada y el poder aéreo en esa zona, habitada principalmente por familias de clases medias y altas, los militares encontraron sumamente dificultoso desalojar a las fuerza del FMLN. Muchos de los ricos residentes de la zona sintieron que los militares habían fallado en su deber de protegerlos. Otros, tuvieron, sorprendentemente, conversaciones con los rebeldes que habían ocupado sus casas, y comenzaron a reconsiderar su prejuicio de que los guerrilleros eran fanáticos irracionales, según los presentaba la propaganda oficial. Por otra parte la ofensiva hizo que aflojaran las frustraciones de los militares salvadoreños acerca de la manera en la cual los Estados Unidos los habían forzado a conducir la guerra. La estipulación norteamericana de que los militares suspendieran la estrategia de asesinatos al estilo de los escuadrones de la muerte, implementada por el ejército a principios de los ochenta, habría permitido que el FMLN reconstruyera su organización urbana. Muchos miembros de las organizaciones populares se unieron como combatientes del FMLN, durante la ofensiva de noviembre. En este contexto, el 15 de noviembre, miembros del alto mando de la Fuerza Armada ordenaron el asesinato de Ignacio Ellacurría y de otros jesuitas. En las primeras horas del 16 de noviembre, miembros del batallón Atlacatl entraron a las instalaciones de la Universidad Centroamericana y asesinaron a Ellacurría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno, Amando López, Joaquín López y López y a las empleadas domésticas, Julia Elba Ramos y a su hija Celina. Los soldados habían recibido órdenes de matar a Ellacurría y no dejar testigos. Los detalles de los asesinatos y el posterior encubrimiento han sido cuidadosamente documentados por la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas.

LA PRESIÓN IDEOLÓGICA DEL FMLN. El desenlace de la ofensiva de noviembre de 1989 también creó otras condiciones que llevaron a la paz. El FMLN descubrió que no tenía la fuerza suficiente para derrocar al gobierno y que una insurrección popular de masas era algo muy lejana. Desde finales de 1988, algunos jefes de Estado latinoamericanos habían estado urgiendo al FMLN a que negociara; inmediatamente después de la ofensiva, la comandancia general del FMLN comenzó a tomar más en serio esta petición. El desenlace de la guerra fría y la imposibilidad de una victoria militar, aceleraron la evolución ideológica del FMLN, que condujo a que sus metas revolucionarias se modificaran hacia la transformación de El Salvador en un Estado verdaderamente democrático, un objetivo que consideró alcanzable mediante la negociación. En El Salvador, la mayoría de las fuerzas sociales y políticas sólo empezó a tomar plena conciencia de los alcances de la perestroika soviética a partir de la demolición del Muro de Berlín y de las vertiginosas transformaciones que la misma desencadenó al interior del socialismo real, hasta culminar en la desintegración de la propia Unión Soviética. Ese no fue el caso del FMLN. A principios de 1989, altos comandantes guerrilleros manifestaban su simpatía por la perestroika desarrollada en la ex Unión Soviética y avalaban la lucha contra el dogmatismo y el pensamiento ortodoxo que pretendía trasladar mecánicamente los modelos clásicos de la revolución y su estrategia a El Salvador.

b) FACTORES EXTERNOS O INTERNACIONALES En el ámbito político-social internacional estaba en su evolución y transformación la conocida existencia entre las dos grandes potencias, que daban origen a la llamada “Guerra Fría”. Con la desaparición paulatina de la guerra fría y la desaparición del Muro de Berlín, se crearon factores que dejaron visualizar y concentrarse en el fenómeno del conflicto interno y desligarlo de cualquier alineación ideológica, y así poder unificar la razón de ser del diálogo por la paz. La intervención de la ONU se estableció por medio de Javier Pérez de Cuellar, como mediador del conflicto armado de El Salvador. En síntesis los factores externos o internacionales fueron:  La mediación de la ONU. En el proceso, la ONU intervenía de oficio para solucionar el conflicto interno. Se desarrollaron una serie de enfoques novedosos para llevar a cabo la pacificación. Su papel se fue ampliando gradualmente, pasando de observador de las negociaciones a mediador activo y finalmente, a verificador de los acuerdos logrados.  El nuevo escenario geopolítico mundial y regional. El desmoronamiento del bloque socialista, en Europa Oriental, posibilitó una nueva fase de las relaciones entre EE.UU. y la URSS, la cual a su vez tuvo repercusiones en la política internacional de EE.UU. hacia Centro América.  Labor mediadora del Grupo Contadora. Entre Colombia, México, Panamá y Venezuela. Las razones que los impulsaron a intervenir en la crisis centroamericana se derivaron fundamentalmente de su cercanía geográfica con el istmo. La mediación de la ONU. Era la primera vez que las Naciones Unidas intervenían de oficio para solucionar un conflicto interno. En el proceso las Naciones Unidas desarrollaron una serie de enfoques novedosos para llevar a cabo la pacificación. Su papel se fue ampliando gradualmente, pasando de observador de las negociaciones entre el gobierno salvadoreño y el FMLN a mediador activo, y finalmente, a verificador de los acuerdos logrados. Bajo los auspicios de la ONU, el proceso de negociación se ubicó en un nuevo plano de exigencias, al ligar a ambas partes a compromisos de los cuales les sería muy difícil sustraerse, a no ser al precio de un alto costo político. Bajo la mediación de la ONU, el gobierno y el FMLN se comprometieron con una dinámica negociadora que los llevó a negociar con seriedad hasta desembocar en acuerdos concretos para la democratización de El Salvador, como lo probó de hecho la culminación del proceso el 16 de enero de 1992. El nuevo escenario geopolítico mundial y regional. La crisis del bloque soviético y la extinción del conflicto este-oeste protagonizado por las superpotencias de entonces ejercieron una notable influencia en el desenlace del conflicto armado en El Salvador. El desmoronamiento del bloque socialista, en Europa Oriental, a quitar base de sustentación al conflicto este-oeste, posibilitó una nueva fase de las relaciones entre Estados Unidos y la ex unión Soviética, la cual a su vez tuvo repercusiones inmediatas en la política exterior de Estados Unidos hacia Centroamérica, contribuyendo a configurar un nuevo escenario geopolítico regional. En ese nuevo contexto para el gobierno estadounidense, El Salvador dejó de ser una de las trincheras decisivas contra el expansionismo soviético. Consecuentemente, la actitud del gobierno norteamericano respecto al diálogo y la negociación con el FMLN empezó a modificarse con relación a las posturas intransigentes e ideologizadas que mantuvo a lo largo de la guerra.

En este cambio de la percepción norteamericana sobre el conflicto salvadoreño, también contribuyó decisivamente el fracaso de la política exterior hacia El Salvador de las administraciones Reagan y Bush, caracterizada primariamente por buscar la derrota militar del FMLN. El patrocinio estadounidense a la Fuerza Armada quedó sin ninguna base de sustentación ideológica y ética. Vista la imposibilidad de vencer militarmente al FMLN, y evidenciando el carácter criminal del alto mando de la Fuerza Armada de ese poderío, Estados Unidos flexibilizó sus posiciones ideológicas anticomunistas y comenzó a considerar seriamente la posibilidad de una solución negociada al conflicto bélico. Por su parte, la ex Unión Soviética comenzó a asumir a principios de 1990 un rol más activo, en coordinación con Estados Unidos, frente a la crisis centroamericana y el conflicto salvadoreño. A lo largo de 1991, altos funcionarios del gobierno soviético expresaron de diversas formas su respaldo a la tarea mediadora de la ONU. En este sentido el ex canciller soviético Shevardnaze y su sucesor Bessmertnykh trabajaron conjuntamente con el ex secretario de Estado norteamericano James Baker. Los contactos directos e indirectos de ex funcionarios de la cancillería soviética con el gobierno salvadoreño y con el FMLN, evidenciaron el decidido apoyo de la ex Unión Soviética a la solución negociada del conflicto salvadoreño. Finalmente, hay que agregar a los factores anteriores, la labor mediadora que realizaron los países del llamado grupo Contadora, entre los cuales estaba Colombia, México, Panamá y Venezuela. Las razones que los impulsaron a intervenir en la crisis centroamericana se derivaron fundamentalmente de su cercanía geográfica con el istmo. Su condición de países limítrofes con la región centroamericana los llevó a que, con anterioridad a la resolución del conflicto, valorasen como imprescindible, en primer término, contener la tendencia a la regionalización del mismo, objetivo que por otra parte consiguieron.

4.- ACUERDOS DE PAZ DE CHAPULTEPEC, EN 1992: IMPLICACIONES Y CUMPLIMIENTO PARA LA CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA DEMOCRÁTICO ANTECEDENTES: LOS DIÁLOGOS DE LA PALMA, AYAHUALO Y LA NUNCIATURA Nuestro país, El Salvador, durante la década de los años 80´ vivió una guerra interna entre el Gobierno de El Salvador, FAES, contra la organización guerrillera Frente Farabundo Martí para al Liberación nacional, FMLN, que le ocasionó graves daños. Algunas causas que motivaron al inicio de la guerra fueron: la pobreza, el fraude electoral, el autoritarismo, la falta de oportunidades para todo y en general la falta de democracia. Esta guerra ocasionó miles de muertes así como hué4rfanos, viudas, lisiados, daños severos a la infraestructura, agudización de la pobreza, migración de habitantes de zonas conflictivas a otras zonas del país más segura, migración de salvadoreños al extranjero, etc. El gobierno para soportar el tremendo desgaste económico que sufría, se vio en la imperiosa necesidad de recurrir a la asistencia económica y militar de los Estados Unidos. A la par que la guerra se iba desarrollando se fueron haciendo esfuerzos para que esta finalizara. Entre los esfuerzos para que la guerra terminara se pueden mencionar las diferentes reuniones de diálogo que el gobierno y su oponente la guerrilla sostuvieron. Las reuniones de diálogo fueron las reuniones, para buscar el fin a la guerra, que sostuvieron los bandos en conflicto o sea la guerrilla (FMLN) y el gobierno. EL DIÁLOGO DE LA PALMA, CHALATENANGO Los acuerdos de Chapultepec fueron un conjunto de acuerdos firmados el 16 de enero de 1992, entre el gobierno del FMLN y el gobierno de El Salvador, en el castillo de Chapultepec, México, poniendo fin a 12 años de guerra civil en el país. El 08 de octubre de 1984 todas las naciones que formaban parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se reunieron en una asamblea general, en New York. Cuando le tocó al presidente salvadoreño, el Ing. José Napoleón Duarte, leer su discurso aprovechó para invitar a la guerrilla (FMLN) a reunirse con su gobierno para buscar el fin de la guerra. La invitación proponía reunirse en La Palma, Chalatenango, el 15 de octubre de 1984. Las fuerzas guerrilleras aceptaron ir a dialogar, sobre la paz con el gobierno salvadoreño. Por lo que llegado el día de diálogo se presentaron ambos bandos. El FMLN durante la guerra permaneció aliado al Frente Democrático Revolucionario (FDR), que era una organización formada principalmente por miembros representantes de diferentes partidos que se encontraban en el exilio. Así pues, que a la reunión en La Palma, se presentaron, tanto comandantes del FMLN, como miembros del FDR.

El día 15 de octubre de 1984, se iniciaron los encuentros de conversación en La Palma, Chalatenango, por medio de la convocatoria formulada por el presidente de la república, Ing. José Napoleón Duarte, el cual buscaba implementar una nueva dinámica política en El Salvador, con el aval de la administración Reagan, la cual apoyó la invitación hecha al FMLN. En esta reunión, la delegación del FMLN-FDR, estuvo compuesta por: Rubén Zamora, Guillermo Ungo, Facundo Guardado, Lucio Rivera y Nidia Díaz. Mientras la delegación del gobierno y la Fuerza Armada estaba formada por el presidente Duarte, Adolfo Rey Prendes y Carlos Eugenio Vides Casanova (ministro de defensa) y como moderador de la reunión el arzobispo Monseñor Arturo Rivera y Damas y monseñor Gregorio Rosa Chávez. La reunión de diálogo en la Palma fue efectuada en la iglesia católica de esa ciudad, duró cuatro horas y media y fue efectuada a puerta cerrada en la iglesia católica de la misma ciudad. y se llevó a cabo con el objetivo de que, tanto el FMLN-FDR como el gobierno salvadoreño presentaron en esta reunión diversas propuestas, basadas en lograr cambios radicales. Por su parte el FMLN-FDR buscaba:  Aniquilar completamente a la Fuerza armada.  Implementar un modelo económico diferente, planteando un camino al socialismo.  Respetar los Derechos Humanos.  Incorporarse a las fuerzas sociales y políticas para discusión de la realidad social. El gobierno salvadoreño pretendía:  Que el FMLN-FDR entregara las armas y a cambio obtendría una amnistía general.  Que se incorporara al proceso electoral, en las elecciones legislativas de 1985, teniendo la posibilidad de convertirse en partido político. En esta reunión no se logró finalizar la guerra, ni llegar a acuerdos, a fin de buscar una solución al conflicto, ya que ambas delegaciones mantuvieron sus puntos de vista. Dentro de los acuerdos establecidos en esta oportunidad, tenemos los siguientes:  Crear una comisión u organismo mixto integrado por cuatro delegados de ambas partes, que tendrían por finalidad lo Siguiente: estudiar las propuestas presentadas, desarrollar mecanismos para incorporar a todos los sectores de la vida nacional en la búsqueda de la paz, estudiar medidas para la humanización del conflicto armado, tratar todos aquellos aspectos que conduzcan a la consecución de la paz, en el menor tiempo posible, celebrar otra reunión en la segunda quincena de noviembre. Para el FMLN-FDR, el diálogo en La Palma, fue u triunfo, porque según él había logrado institucionalizar el diálogo y asegurar su continuidad y había obtenido el reconocimiento del FDR por parte del gobierno del PDC. Por su parte, los Escuadrones de la Muerte habían estado contra la cita de La Palma. El Escuadrón nombrado Ejercito Secreto Anticomunista (ESA) condenó a muerte a Duarte por traidor a la patria. Roberto D´Abuisson, líder y fundador de ARENA calificó este reencuentro de espectáculo de circo y de farsa entre viejos compañeros de la cusa socialista. REUNIÓN DE DIÁLOGO EN AYAHUALO Este fue el segundo encuentro de diálogo en busca de la paz entre el gobierno y las fuerzas guerrilleras, el cual se realizó el 30 de noviembre de 1984, en el poblado de Ayahualo, departamento de La Libertad, en una casa de la iglesia católica. Los mediadores serían Monseñor Rivera y Damas, Monseñor Rosa Chávez y Giacomo Otonello. A esta reunión asistieron por el FMLN Dagoberto Gutiérrez y Facundo Guardado y por el FDR (Frente aliado al FMLN, que se encargaba de lo político a nivel internacional) fueron el DR. Rubén Zamora y el Dr. Héctor Oquelí Colindres. Por parte del gobierno se presentaron Julio Adolfo Rey Prendes, Fidel Chávez Mena, Abraham Rodríguez y el Coronel Reynaldo López Nuila. A esta reunión no se presentó el presidente del país, Napoleón Duarte. Las propuestas presentadas por el FDR-FMLN y el gobierno Demócrata Cristiano fueron examinadas y debatidas durante 20 horas y 30 minutos. El FDR –FMLN propuso tres fases para resolver el conflicto militar: 1. La humanización del conflicto, el cual consistía en respetar los tratados y los pactos internacionales sobre los derechos de la guerra y el derecho humanitario; respeto de los derechos civiles, políticos y sociales de la población salvadoreña. Es decir, crear las condiciones políticas susceptibles para favorecer el respeto de la soberanía nacional, así como una solución negociada, condiciones que permitirían en: a) Organizar y convocar a los diferentes sectores sociales del país a un foro nacional para debatir el proceso de paz;

b) Respetar los acuerdos internacionales y regionales sobre los derechos humanos, sociales y políticos. En este apartado exigían al gobierno del PDC investigar los asesinatos de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, de los dirigentes del FDR, de Mario Zamora Rivas, las hermanas religiosas norteamericanas, etc.; c) Respetar el derecho humanitario; d) Poner fin a la injerencia norteamericana; e) Parar la carrera armamentista; f) Suspender el sabotaje a la actividad económica; g) Cumplir con los acuerdos adoptados. 2. Suspensión de las hostilidades militares para dar acceso primeramente a la paz y enseguida para el depósito de armas. Esto consistía en suprimir las hostilidades militares y garantizar la existencia de la democracia. Según el FDR eso era posible solamente si las condiciones siguientes eran respetadas: a) La participación del FDR-FMLN con el gobierno y con otros sectores de la sociedad salvadoreña; b) La adopción de un calendario electoral; c) La concertación de un alto al fuego; d) Reinstalación de los desplazados y repatriamiento de los refugiados. 3. Institucionalización de las condiciones que garanticen la democracia, las cuales serían el resultado del proceso del diálogo y de negociación. Esto se refería a la institucionalización de la democracia que se basaba en: a) La integración de un gobierno de consenso nacional, en el que participarían el FMLN-FDR y otros sectores de la sociedad; b) La reforma constitucional y un referéndum nacional; c) La reorganización de la Fuerza Armada, es decir, la fusión del FMLN y de la Fuerza Armada Salvadoreña para formar una sola Fuerza Armada Nacional, d) Convocar a elecciones generales. En cambio, el gobierno presentó una propuesta totalmente contraria a la del FMLN-FDR en la que se podía: 1. Entrega de las armas (desarmamentización) por parte del FMLN-FDR. 2. Incorporación al proceso político de carácter democrático que se desarrolla en el país, participando como partido político en las elecciones legislativas y municipales. Por su parte, el FMLN rechazó la propuesta del gobierno ya que se resumía a una rendición, lo cual no estaban dispuestos a hacer sin tocar muchos puntos importantes. Sin embargo, se tuvo como acuerdos alcanzados lo siguiente: Aprobación de las normas de procedimientos de la comisión especial.  Facilitar la libre circulación de las personas y vehículos entre el 22 de diciembre y el 03 de enero del siguiente año.  Continuar con el diálogo para el logro de la paz (sin fijar fechas). REUNIÓN DE DIÁLOGO FRUSTRADO EN PERQUÍN (Morazán) El FDR-FMLN envió el 11 d enero de 1985, al gobierno del PDC una propuesta para iniciar la tercera reunión de diálogo. Esta fue reiterada por el FDR-FMLN el 30 de enero. El gobierno del PDC no respondió directamente a las propuestas para iniciar la tercera reunión de diálogo, sin embargo en la campaña electoral para elegir a los diputados y alcaldes, Duarte prometió a la población salvadoreña que iba a continuar con el diálogo para terminar con la guerra, inmediatamente después de las elecciones de 1985. El FDR-FMLN propuso a Duarte, nueve días después de efectuadas las elecciones, tener la tercera reunión de diálogo, el 21 de abril de 1985, en el departamento salvadoreño de Morazán. El gobierno demócrata cristiano rechazó entonces la propuesta bajo el pretexto que se trataba de un diálogo táctico y un acto de propaganda por parte del FMLN-FDR. Sin embargo el 23 de abril, Duarte transmitió al FDRFMLN, por medio de Monseñor Rivera y Damas, la intención de tener reuniones privadas fuera del país y otras reuniones públicas en El salvador. El FMLN-FDR respondió positivamente a esta invitación y propuso tener una reunión de alto nivel, el 15 de junio, en la iglesia parroquial de la villa salvadoreña de Perquín, en el departamento de Morazán. El FDR, sin embargo, indicó era preferible realizar una primera reunión con la comisión especial de diálogo, los días 30 y 31 de mayo de 1985, con el objetivo de preparar la reunión de alto nivel político, en la sede de la Nunciatura Apostólica acreditada en El Salvador. Duarte también rechazó esta proposición del FDR-FMLN.

Ante el rechazo de Duarte de tener la próxima reunión de diálogo, el FMLN-FDR envió esta vez una carta a la Asamblea Legislativa de El Salvador, el 27 de mayo de 1985, para explicar a los diputados que era el gobierno que no quería tener tercera reunión de diálogo, pero igualmente para pedirles que insistieran ante el gobierno demócrata cristiano para recomenzar el diálogo. Por otra parte la alta jerarquía de la iglesia católica reunida en la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), lanzó un llamado a la reconciliación y la paz, en una carta pastoral, el 08 de octubre de 1985. En ésta, los Obispos de El Salvador desaprobaron la violencia del FMLN, llamaron a los trabajadores a moderar sus demandas reivindicativas y también señalaron que era el FMLN y los grupos de izquierda los que actuaban de mala fe ante el diálogo. Con esta carta la alta jerarquía de la iglesia católica tomó parte públicamente en favor del PDC, la Fuerza Armada y los Estados Unidos. La iglesia católica perdió su carácter de mediador en el proceso de paz porque ella había perdido su imparcialidad. Estos Obispos, por otra parte, se sublevaron ante la imparcialidad de Monseñor Romero, ya que éste había criticado de la misma manera la violencia, no obstante, sin tomar posición por alguna de las partes en conflicto. El FDR-FMLN respondió a la carta de los obispos de El Salvador, el 17 de agosto de 1985, y criticó su parcialidad a favor del gobierno del PDC y de la Fuerza Armada: “La confianza política del FDR-FMLN, en la actuación del intermediario se a deteriorado”. A pesar de la parcialidad de la alta jerarquía de la iglesia católica, el FMLN presentó su posición política en el proceso de diálogo-negociación, a la vez reiteró la propuesta que había presentado en concierto con el FDR, en Ayahualo, el 30 de noviembre de 1984. El FMLN concluyó que Duarte había utilizado el diálogo para:  Conseguir ayuda militar y económica para continuar la guerra.  Lucir una falsa imagen nacional e internacional  Ayudar a Reagan para justificar un chantaje a Nicaragua, exigiendo al gobierno popular sandinista negociar con los mercenarios.  Obtener votos explotando la esperanza y el desea de paz, pero también consiste en satisfacer una necesidad política de la estrategia agresiva del presidente de los Estados Unidos (Ronald Reagan). REUNIÓN DE DIÁLOGO FRUSTRADO EN LIMA (Perú) El gobierno del PDC manifestó en marzo de 1986, su intención de tener una reunión simultánea de diálogo con el FDR-FMLN, si el gobierno sandinista de Nicaragua hacía lo mismo con las organizaciones militares irregulares, es decir con los contras. La determinación de Duarte de tener un diálogo simultáneo coincidió con la petición del presidente Ronald Reagan hacia el Congreso Americano para que éste aprobara una ayuda de $100 millones a los contras nicaragüenses en su lucha contra el gobierno de Nicaragua. El FDR-FMLN desde afuera del debate público sobre el diálogo, realizó comunicaciones privadas con el PDC en marzo, y tuvo como intermediario al presidente del Perú, Alan García, con el objetivo de obtener una reunión en Lima, capital del Perú. Esta reunión debía de efectuarse entre los dirigentes del PDC y los partidos políticos del FDR para dar continuidad al proceso de negociación. El PDC respondió afirmativamente y la reunión privada tuvo lugar en Lima, el 26 de abril de 1986. Participaron por el PDC: Adolfo Rey Prendes y Roberto Viera; por el MNR: Héctor Oquelí Colindres; y por el MPCS: Rubén Zamora. En esta reunión en Lima, los representantes del MNR y del MPSC abordaron la posibilidad de tener la tercera reunión de diálogo entre el gobierno del PDC y la Fuerza Armada de un lado y el FDR-FMLN del otro. Los dirigentes del PDC, por otra parte, invitaron a los representantes del MNR y del MPSC a abandonar al FMLN, además de invitar a los participantes a las elecciones de 1988 y 1989. Este encuentro, a pesar de que era de un nivel político menor en comparación con las reuniones de La Palma y de Ayahualo, tuvo más rentabilidad política para el gobierno del PDC, que las anteriores. Duarte y su partido dieron la impresión, al pueblo salvadoreño y a la comunidad internacional, de que el diálogo con el FDR-FMLN se continuaría, puesto que su gobierno venía de hacer un esfuerzo para alcanzar la paz en El Salvador por la vía negociada del conflicto. REUNIÓN DE DIÁLOGO FRACASADA EN SESORI (San Miguel) En el momento en que el partido demócrata cristiano celebraba sus dos años de gobierno, el 1° de junio de 1986, y luego del reporte anual que presentó delante la Asamblea Legislativa, Napoleón Duarte convocó al FDR-FMLN para tener una reunión para finales de julio o durante el mes de agosto. Duarte sorprendió a muchos con esa convocatoria al diálogo porque algunos días antes, él había dicho que no había condiciones políticas para tener la tercera reunión de diálogo con el FDR-FMLN. Monseñor Rivera y Damas dijo a Guillermo Ungo, Rubén Zamora, Guadalupe Martínez y a Salvador Samayoa, en Panamá, el 30 de mayo, que Duarte no ofrecía la posibilidad de reanudar el diálogo en corto plazo.

Duarte los convocó de forma inesperada al diálogo, como una tentativa de último recurso para calmar por una parte el descontento de la población salvadoreña a causa del programa demócrata cristiano de estabilización económica; por otra, para tratar de mejorar su imagen política que se habían deteriorado en razón de dos años de gestión sin haber alcanzado y sin haber logrado llevar el bienestar económico y social a los salvadoreños; enseguida para calmar las presiones de las organizaciones populares a favor del diálogo; así como para intentar obtener la aprobación del congreso estadounidense a fin de aumentar la ayuda económica y militar a su gobierno; además para mejorar su imagen a nivel internacional y regional, puesto que él había rechazado hasta entonces reunirse con el FDR-FMLN para poner fin a la guerra en El Salvador; y finalmente para dar la impresión de que él estaba a favor de una solución negociada del conflicto en América Central, además de que la firma del Acta de Contadora iba a efectuarse el 06 de junio y que, en el curso de los meses precedentes, el gobierno el PDC había expresado estar en contra de los esfuerzos de Contadora para resolver pacíficamente el conflicto en América Central. El FDR-FMLN respondió positivamente, el 03 de junio de 1986. Y por el mismo hecho propuso fuera de alto nivel político y designó los miembros de su delegación: Guillermo Manuel Ungo, Rubén Zamora, en calidad de representantes del FDR, y a Joaquín Villalobos y Leonel González como representantes del FMLN. Esta reunión se tendría en San Salvador el 30 de julio. El FDR-FMLN igualmente expresó su intención reenviar una delegación a El Salvador para que ésta se reuniera con las fuerzas sociales, académicas, políticas, laborales, etc. Con el objetivo de intercambiar esos puntos de vista con las organizaciones salvadoreñas sobre la agenda de la tercera reunión. Duarte aceptó el nivel de la reunión puesto que dijo, estaría al frente de la delegación constituida por los miembros del gobierno del PDC y de la Fuerza Armada, pero él rechazó que la reunión fuese realizada en la capital. Duarte no dijo nada en cuanto a la fecha y a la composición de la delegación del FDR-FMLN que iba dirigirse a San salvador. Él simplemente dijo que si la delegación del FDR-FMLN entraba a San Salvador antes de la tercera reunión ésta sería capturada. Monseñor Rivera y damas, en calidad de intermediario, se reunió con una delegación del FDR-FMLN, en México, el 20 de junio de 1986. Monseñor Rivera y damas informó a la delegación del FDR-FMLN que Duarte y él mismo estaban de acuerdo para tener de antemano reuniones de carácter privado en el exterior de El Salvador, con el fin de preparar el éxito de la tercera reunión de diálogo. Monseñor Rivera y Damas no traía consigo una fecha, ni el lugar donde se llevaría a cabo la reunión, tampoco la propuesta de la agenda sobre la cual se iba a dialogar y negociar. Además él les informó que Duarte no formaría parte de la delegación de los miembros del PDC y de la Fuerza Armada, solamente el Ministro de Defensa asistiría. Los miembros de esta delegación serían entonces Fidel Chávez Mena, Adolfo Rey Prendes, Abraham Rodríguez y López Nuila. Los delegados del FDR-FMLN expusieron y remitieron oficialmente a Monseñor Rivera y Damas la respuesta a la convocatoria de Duarte para tener la tercera reunión de diálogo, en la cual los frentes proponían tener la reunión en san Salvador, el 30 de julio de 1986. Después de incluir como ítems en la agenda los problemas siguientes: un compromiso mutuo de mantener la continuidad del proceso de diálogo; los mecanismos de incorporación de los diferentes sectores sociales en la discusión y la búsqueda de la solución política; y la humanización de la guerra. Paralelamente el FDR-FMLN propuso la presencia en esta tercera reunión de delegados de las organizaciones laborales, partidos políticos, asociaciones patronales, iglesias y universidades. Monseñor Rivera y Damas se reunió con Guillermo Ungo y Zamora en Bogotá, la primera semana de julio de 1986, para intentar lograr un acuerdo sobre la agenda, la fecha y el lugar en donde se realizaría la tercera reunión. El FDR-FMLN hasta entonces había esperado 19 meses desde que el gobierno del PDC y al Fuerza Armada habían congelado el diálogo. El FDR-FMLN sometió al gobierno, a la Fuerza Armada y a los sectores políticos, sociales, etc. El 10 de julio de 1986, una oferta política que contenía casi los mismos puntos que la propuesta global que había sido presentada en Ayahualo, con la diferencia que la oferta política presentaba flexibilidad siguiente: no hablar de la reorganización de la Fuerza Armada, ni de los crímenes cometidos por la Fuerza Armada, insertar el problema económico y la política exterior de un futuro gobierno, y hablar del respeto de la propiedad privada y de la libre empresa, así como de la posibilidad de tener una relación de amistad y mutua colaboración con los Estados Unidos. Su oferta política fue rechazada por el gobierno del PDC, la Fuerza Armada y los sectores de derecha salvadoreña. Por otra parte, Duarte se reunió con Monseñor Rivera y Damas, durante la última semana de julio, para enviar al comandante del FMLN, Joaquín Villalobos, la propuesta siguiente: la tercera reunión de diálogo se tendría el 29 de agosto de 1986, en El Salvador, en la ciudad de San Miguel o en San Francisco Gotera,

Duarte estaría al frente de la delegación oficial, el número de los sectores que serían representados no serían determinados, el gobierno daría las facilidades de transporte y la Fuerza Armada garantizaría la seguridad de la delegación del FDR-FMLN. Monseñor Rivera y damas se dirigió, el 31 de julio, a la ciudad de Perquín para entregar la propuesta del presidente Duarte al comandante Joaquín Villalobos. Por otra parte propuso que la tercera reunión de diálogo se tuviera en el local del arzobispado de San Salvador, que la ratificación de los acuerdos de La Palma y Ayahualo se hiciera antes que otro asunto, que en fin, la presencia de observadores de todos los sectores políticos, religiosos, sindicales y sociales que quisieran estar presentes fuera permitida. Además, para preparar la agenda de la tercera reunión, Villalobos propuso una comisión del FDR-FMLN así como otra del gobierno del PDC y de la Fuerza Armada para que se reuniera con Monseñor Rivera y damas a título de intermediario para abordar en común acuerdo los problemas siguientes: la seguridad, los encuentros con la prensa, desmilitarización de la zona, la agenda y fecha de la tercera reunión, también los resultados de esta reunión deberían estar listos antes del 20 de septiembre. Duarte respondió a las propuestas del comandante Joaquín Villalobos por intermedio de Monseñor Rivera y Damas. También manifestó el interés de tener algunas reuniones preparatorias, entre l 19 y el 26 de agosto, en la embajada de El Salvador acreditada en México, con la participación de Monseñor Rivera y Damas como intermediario, para abordar los aspectos relativos a la propuesta de la tercera reunión de diálogo, que tendría lugar el 29 de agosto. Existía, además la posibilidad de tener la tercera reunión en la pequeña ciudad salvadoreña de Berlín. El FDR-FMLN por su parte propuso tener la próxima reunión preparatoria el 20 de febrero en México. La reunión tuvo lugar en México del 20 al 23 de agosto. La delegación oficial fue constituida por Fidel Chávez Mena, Rey Prendes, Castillo Claramount y Ricardo Soriano, por su parte el PDC y de la Fuerza Armada, mientras que los representantes del FDR-FMLN fueron: Aronette Díaz, Salvador Samayoa y Jorge Villacorta. La delegación del FDR-FMLN expresó objeciones debido a la presencia de Ricardo Soriano u sindicalista que estaba a favor del gobierno del PDC y argumentó que si el mismo participaba en la reunión, sería necesario que un sindicalista no miembro del partido oficial estuviera allí presente. La delegación del FMLN-FDR propuso también la ciudad salvadoreña de Sesori como lugar para la tercera reunión de diálogo, ya que era una ciudad que se parecía a La Palma desde el punto de vista militar, puesto que Sesori era una ciudad desmilitarizada. El FDR-FMLN también confirmó los acuerdos de La Palma y Ayahualo; además instaló una tregua militar en el momento de la tercera reunión de diálogonegociación. Salvador Samayoa presentó un documento sobre los aspectos relativos a la seguridad, las comunicaciones, la movilización y la incorporación de los otros sectores sociales, políticos, etc. En el proceso de diálogo-negociación. La delegación oficial, por su parte, defendió y justificó a Soriano para representar a los trabajadores salvadoreños en ese encuentro. Los acuerdos adoptados por los delegados se resumen así:  Tener la tercera reunión en Sesori, el 19 de septiembre de 1986.  Las dos delegaciones se entendieron para dejar abierta la posibilidad de cambiar por un acuerdo mutuo el lugar y la fecha convenida para la tercera reunión.  Tener una reunión preparatoria en la primera mitad del mes de septiembre, para tomar los acuerdos sobre los aspectos de los documentos que Salvador Samayoa había presentado en la reunión. Pero también para reafirmar los acuerdos adoptados en La Palma y Ayahualo. La delegación oficial, luego que regresó a San Salvador tuvo una conferencia de prensa para informar a la población sobre la reunión realizada en México. De acuerdo con sus puntos de vista, simplemente sería necesario obtener la incorporación del FDR-FMLN en el proceso democrático del país para obtener la paz en El salvador. La segunda reunión preparatoria entre la delegación del gobierno y del PDC, por un lado, y el FDR-FMLN, por otro, tuvo lugar en Panamá, del 12 al 14 de septiembre. Pero antes de esta reunión la Fuerza Armada Salvadoreña había militarizado la ciudad de Sesori. Efectivamente las tropas del batallón Manuel José Arce, bajo las ordenes del teniente coronel Mauricio Roberto Staben, ocuparon militarmente Sesori y sus alrededores. La delegación del gobierno del PDC se presentó entonces en Panamá con la orden de los militares de no negociar con el FDR-FMLN la desmilitarización de la ciudad de Sesori. En esta reunión las delegaciones se pusieron de acuerdo sobre los puntos de la agenda para la reunión de Sesori. El problema se presentó cuando la delegación del FDR-FMLN propuso una tregua militar y la desmilitarización de la zona. En la discusión de este punto, el jefe de la delegación del gobierno del PDC fue reemplazado por el coronel

López Nuila, quien argumentó, que la desmilitarización de Sesori no era un punto discutible de la reunión si se tenía en cuenta que, según la delegación oficial, aceptar la desmilitarización de Sesori significaría violar la Constitución Política de El Salvador. La delegación del gobierno del PDC y de la Fuerza Armada presentó a la delegación del FDR-FMLN un ultimátum para que aceptara la militarización de Sesori y sus alrededores, de lo contrario todos los acuerdos adoptados hasta entonces quedarían sin efecto. El FDRFMLN tendría hasta el 19 de septiembre para aceptar o rechazar el ultimátum. El gobierno del PDC y la Fuerza Armada decidieron aprovecharse de esta situación. Decidieron, entonces presentarse el 19 de septiembre en Sesori, con su máquina de publicidad y propaganda. Ellos llevaron a Sesori dos mil simpatizantes y miembros del PDC y de la Fuerza Armada en los camiones del gobierno, vestidos de civiles. Y fueron entre otros invitados, Edwin Corr, embajador de los estados Unidos, también monseñor Revelo, presidente de la CEDES. Duarte en su discurso en Sesori, gritó: “Usted, señor Joaquín Villalobos, usted señor Shafick Handal, yo se que ustedes están en esas colinas. Vengan aquí, depositen sus armas y acepten la democracia”. El discurso de Eugenio Vides Casanova, ministro de defensa fue marcado por un anticomunismo primitivo y virulento. Pero no tuvieron contraparte, el interlocutor no se presentó. REUNIÓN DE DIÁLOGO EN LA NUNCIATURA APOSTÓLICA DE SAN SALVADOR La reunión tuvo lugar, los días 04 y 05 de octubre de 1987, en el lugar propuesto por el FDR-FMLN; a la 1:00 de la tarde del domingo 04 de octubre de 1987, se inició la tercera reunión de diálogo entre el presidente de la república y su delegación y el FMLN-FDR, para discutir el marco de Esquipulas II, el camino hacia una solución de paz. La delegación del gobierno del PDC y la Fuerza Armada fue formada por José Napoleón Duarte, Fidel Chávez Mena, el General Eugenio Vides Casanova, el General Carlos Reinaldo López Nuila, Abraham Rodríguez, Julio Adolfo Rey Prendes, Federico Bloch y Luis Grande Preza. La del FDR-FMLN estuvo integrada por Guillermo Ungo Héctor Oquelí Colindres, Rubén Zamora, Jorge Villacorta, Shafick Handal, Leonel González, Jorge Meléndez y Facundo Guardado. El moderador de la reunión fue Monseñor Rivera y Damas, y a título de asistente moderador, monseñor Rosa Chávez. El nuncio apostólico Monseñor Francesco de Nettis, estuvo presente en esta reunión, pero sin desempeñar rol alguno. La agenda de la reunión fue la siguiente:  La solución política del conflicto y los acuerdos de Esquipulas II.  La posición sobre la no violencia.  El perdón y el olvido como elementos de solución política.  Los acuerdos específicos hacia una solución política.  La implantación del proceso de diálogo y la comunicación conjunta. Las discusiones de las dos delegaciones trataban sobre los mismos argumentos invocados en la reunión de La Palma, reiteradas en la reunión de Ayagualo y continuadas esta vez en la Nunciatura. En esta reunión nuevamente el gobierno le pidió a la izquierda abandonar la vía armada y convertirse en partido político. Por su parte la izquierda pidió nuevamente el compartimiento del poder político. Las discusiones se enfrascaron en dichos puntos por lo que una vez más el diálogo no fue lo productivo que la población quería que fuera. Frente al lugar de la reunión se encontraban grandes cantidades de personas, unas apoyando al FMLN y otras apoyando al gobierno. Las dos delegaciones acordaron: 1. Reiterar el respaldo y apoyo a los esfuerzos de paz expresados en Esquipulas II. 2. Crear dos comisiones para buscar y preparar acuerdos en el proceso para el cese de fuego y otros contenidos del acuerdo de Esquipulas II 3. Integrar a las personas designadas para una comisión, que podrán formar parte de la otra. 4. Las reuniones de las comisiones tendrán carácter privado. 5. Las reuniones de las comisiones tendrán carácter privado y de común acuerdo, se podrán emitir comunicados de prensa sobre el desarrollo de su trabajo. Esta reunión concluyó el 05 de octubre de 1987, y el FMLN planteó en ella, que las causas de la guerra continuaban presentes en nuestro país, siendo algunas de ellas: la miseria, el desempleo, la marginación, la dependencia de El Salvador, es decir, una perdida de la soberanía nacional en el Estado, ministerios, estructuras y principalmente en el ejército salvadoreño. Las dos comisiones se reunieron nuevamente en Caracas, Venezuela, del 21 al 23 de agosto de 1987, la discusión sobre la formación de un gobierno transitorio y de la entrega de las armas continuó en Venezuela, y el único acuerdo al cual llegaron fue el de realizar la próxima reunión en México entre el 30 de octubre y el 04 de noviembre.

Hay que hacer notar que la delegación del gobierno del PDC y de la Fuerza Armada en Venezuela quería llegar a un acuerdo sobre la tregua militar, pero no sobre el cese al fuego, solamente para dar la impresión que ellos darían seguimiento a los acuerdos de paz de Esquipulas II. Algunos días después de este encuentro, Herberth Anaya Sanabria, presidente de la Organización no gubernamental de los Derechos Humanos de El Salvador, fue asesinado por la Fuerza Armada Salvadoreña. El FDR-FMLN interrumpió el diálogo con el gobierno del PDC a causa de este asesinato. El 05 de febrero, cuatro meses después del asesinato de Anaya Sanabria, el FDR-FMLN solicitó al gobierno del PDC recomenzar el diálogo de las dos comisiones y propuso para ello el 22 de febrero de 1988, en México, con la presencia de representantes de países miembros del grupo de apoyo de Contadora. El gobierno del PDC rechazó esta propuesta y adujo que era la izquierda la que había interrumpido el proceso de diálogo-negociación. Además la izquierda incluyó en la propuesta algunos puntos que se proponía abordar, por ejemplo, la continuidad del proceso de diálogo, la reactivación de las comisiones formadas luego de la tercera reunión en la Nunciatura, la incorporación de los sectores sociales, políticos y sindicales y otros al proceso de diálogo. El FDR-FMLN se encontraba con dos serios problemas: por una parte el rechazo del gobierno del PDC, de los partidos de derecha y de la Fuerza Armada para continuar el diálogo, por otra parte la división del frente FDR-FMLN. El FDR había decidido entrar al país y reincorporarse en la vida política salvadoreña, por lo que el FMLN perdía la ayuda diplomática que le brindaba el FDR. El partido político de Guillermo Manuel Ungo, el MNR, había sido durante casi nueve años el “Ministerio de asuntos exteriores” del FMLN. El FMLN decidió efectuar una ofensiva diplomática por nueve países de América Latina: Perú, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Ecuador y Panamá. Esta delegación diplomática fue dirigida por el comandante Joaquín Villalobos, en compañía de los comandantes Guadalupe Martínez y Leonel González. Se reunieron con los presidentes y visitaron a los ministros de Relaciones Exteriores. Esta ofensiva diplomática tenía como objetivo llenar el vacío políticos-diplomático causado por la salida del FDR, además, se necesitaba presionar al gobierno del PDC y de la Fuerza Armada con el fin de proseguir el diálogo-negociación. Paralela a la iniciativa diplomática, el FMLN lanzó una fuerte ofensiva militar en El Salvador.

EL PROCESO DE LOS ACUERDOS Y SUS LOGROS El primero de julio de 1989 llegó a la presidencia del país el Lic. Alfredo Cristiani, el cual en su discurso inaugural anunció su deceso de buscar la FINALIZACIÓN AL CONFLICTO POR LA VÍA POLÍTICA. Es así, como bajo su mandato se realizaron diferentes reuniones de diálogo entre el gobierno y la guerrilla. a) REUNIÓN EN LAS HERMANAS MORABAIS (San José) En esta reunión, ocurrida en octubre de 1989, se tocaron temas que orientaban principalmente a la disolución de la fuerza armada, finalizada la reunión el FMLN lanza la “ofensiva final” en noviembre de 1989, demostrando con ello su poca voluntad de dialogar. El 11 de octubre de 1989, el FMLN propuso al gobierno de ARENA y a la Fuerza Armada, negociar para alcanzar la paz, y que a las reuniones del diálogo-negociación se realizaran en San Salvador y no en el extranjero. En esos términos el FMLN propuso negociar un alto al fuego para el 15 de noviembre de 1989, a condición de: reformar el sistema judicial, de nombrar una Corte Suprema de Justicia y un Procurador de la República por consenso entre el gobierno y los partidos políticos salvadoreños. Verificación por la ONU y la OEA del respeto de las libertades políticas, civiles y sociales; investigar y castigar judicialmente a los responsables del asesinato de Monseñor Arnulfo Romero y a todos aquellos implicados en los escuadrones de la muerte; mantener las reformas hechas por el PDC e iniciar la etapa III de la Reforma Agraria; depurar, democratizar y disminuir el número de efectivos militares y hacer de la Fuerza Armada una institución profesional; disolver los cuerpos de seguridad para formar un solo comando civil; poner paro definitivo a las hostilidades militares, incorporar al FMLN a la vida política de El Salvador el 31 de diciembre de 1990, y reconocer una sola Fuerza Armada Nacional. Joaquín Villalobos, uno de los comandantes rebeldes, agregó que el FMLN cesaría unilateralmente las hostilidades si los Estados Unidos suspendían la ayuda militar a la Fuerza Armada Salvadoreña. La delegación de la Fuerza Armada y del gobierno respondió esta propuesta al FMLN, el mismo día en que dio comienzo la reunión en San José, la cual tuvo lugar del 16 al 18 de octubre de 1989. Estuvieron presentes en la reunión las dos delegaciones que se reunieron en México, los representantes de la ONU y de la OEA, así como Monseñor Rosa Chávez y Monseñor Revelo, éste último fue antiguo capellán de la Fuerza Armada y de reputación muy de derecha, bajo el título de representante de la Iglesia Episcopal de El Salvador.

El 16 de octubre de 1989, el gobierno de ARENA y la Fuerza Armada respondieron favorablemente a la propuesta del FMLN. Ellos aceptaron algunos puntos propuestos por el FMLN, con la excepción de investigar y castigar judicialmente a aquellos implicados en el asesinato de Monseñor Romero y a los escuadrones de la muerte; depurar y democratizar y, hacer de la Fuerza Armada una institución profesional; disolver los cuerpos de seguridad para formar un solo mando civil; y la realización de la fase III de la reforma agraria. Se puede considerar que la respuesta de ARENA era un paso que podría conducir a un proceso de diálogo-negociación, puesto que en un primer momento se podría comenzar a negociar sobre los puntos comunes de las propuestas hechas por el FMLN y ARENA para llegar ulteriormente a los puntos complejos y sensibles entre las partes en conflicto. El punto esencial de la propuesta de ARENA y de la Fuerza Armada, era que fueran el Papa Juan Pablo II, así que al Secretario general de la ONU y el de la OEA, garantes de todos los compromisos adquiridos por el FMLN, y por el gobierno de ARENA en el curso del proceso diálogo-negociación. Pero el FMLN dio al proceso diálogo-negociación un mecanismo militar porque el mismo día que ARENA respondió a su propuesta del 11 de octubre de 1989 (o sea el día en que se inicia la reunión en San José) el FMLN presentaba 5 propuestas de una sola vez, las más complicadas y las más voluminosas que habría presentado hasta ese día. Al mismo tiempo, el FMLN violaba los acuerdos adoptados en la última reunión de diálogo tenida en México, de tener la próxima reunión en San José, Costa Rica, con el punto de agenda del alto al fuego. Las propuestas del FMLN eran:  La reforma de la Constitución Política.  Medidas para depurar y hacer de la Fuerza Armada una institución profesional.  Las medidas para parar la represión y la puesta en vigor de las libertades democráticas.  Sobre las medidas económicas.  Alto al fuego. Las delegaciones finalmente se pusieron de acuerdo en los aspectos siguientes:  Un alto al fuego con un calendario determinado.  Tener una agenda abierta  Recurrir necesariamente a la verificación internacional de los acuerdos adoptados.  Tener la próxima reunión en Caracas, los días 20 y 21 de noviembre de 1989.  Invitar a los representantes de la ONU y de la OEA. El gobierno de ARENA pretendía por una parte, dar la impresión de que quería poner fin al conflicto militar por medio del diálogo-negociación y, por otro, lado intensificaba la persecución, los asesinatos, contra los miembros y simpatizantes de las organizaciones populares, igualmente contra los miembros de la Convergencia Democrática. b) ACUERDO DE GINEBRA, SUIZA Este diálogo cobra importancia, primeramente porque fue realizado ante el Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar. Además en esta reunión de diálogo se tomaron acuerdos de alta importancia, pues brindaban ciertas condiciones para iniciar un proceso de diálogo más sólido o con mayores posibilidades de llegar a concretizar la paz en nuestro país. Tanto el gobierno como el FMLN le solicitaron al Secretario general de la ONU intermediar de acá en adelante en el proceso de diálogo, lo que fue aceptado por el Secretario General. Por su parte las fuerzas en pugna se comprometieron a realizar un diálogo serio, no retirándose de él. Ocurrió el 04 de abril de 1990, a solicitud de los presidentes del área centroamericana y con la aprobación del Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, llevó a cabo consultas con el gobierno salvadoreño y el FMLN. Ambas partes manifestaron tener un propósito serie, de buscar una solución al conflicto armado por medio de la negociación. Este es el primer acuerdo que se firma y establece como objetivo fundamental, terminar con el conflicto bélico por la vía política y a corto plazo, prever la democratización del país y la apertura de espacios para la participación de los partidos políticos y de otras organizaciones civiles, así como el irrestricto respeto de los derechos humanos. En definitiva, se persigue la reunificación de la sociedad salvadoreña, por lo tanto se firma el acuerdo para iniciar las negociaciones de inmediato y de no ser abandonadas por ninguna de las partes. Como resultado, se establecían los siguientes puntos:  Terminar el conflicto armado por la vía política al más corto plazo posible, impulsar la democracia en El Salvador, garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos y reunificar a la sociedad salvadoreña reincorporando a los grupos armados a la vida civil y política del país.  El Secretario de la ONU, auspiciaría el proceso de negociación de manera continua e ininterrumpida.

 Implementar el diálogo completo entre las comisiones negociadoras del FMLN y el gobierno con la participación activa de la ONU o su representante.  El gobierno y el FMLN convinieron en el que el proceso se desarrollaría dentro de una estricta reserva y que la única información pública, sería la proporcionada por el Secretario de la ONU.  El Secretario General podría mantener un contacto confidencial con miembros de la ONU o agrupaciones que coadyuvaran al éxito del proceso.  El reconocimiento de que partidos políticos y otras organizaciones sociales jugarían un papel importante en la consecución de la paz.  El secretario general podía mantener contacto con personas y entidades de nuestro país, que contribuyeran con sus esfuerzos. c) ACUERDO DE CARACAS, VENEZUELA En esta reunión, efectuada el 21 de mayo de 1990, el FMLN y el gobierno salvadoreño llegaron a un acuerdo sobre la agenda general del proceso de negociación que culminaría con el fin de la guerra. AGENDA GENERAL. Objetivo inicial: sería lograr acuerdos políticos para la concertación de un cese del enfrentamiento armado y de todos aquellos actos que irrespetan los derechos de la población civil, lo que deberá ser verificado por las Naciones Unidas. I.- a) Acuerdos políticos: - Fuerza Armada. - Reforma constitucional. - Derechos Humanos. - Problema económico-social. - Sistema Judicial. - Reincorporación de los integrantes del FMLN - Sistema Electoral. - Verificación por las Naciones Unidas. b) Concertación de un cese al enfrentamiento armado y de todo acto que irrespetara los derechos de la población civil. II.- Establecimiento de las garantías y las condiciones necesarias para la reincorporación de los miembros del FMLN dentro de un marco de plena legalidad a la vida civil, institucional y política del país. III.- Acuerdos finales para la consolidación de los objetivos del Acuerdo de Ginebra y su verificación por la ONU en lo que sea pertinente. Además en esta reunión acordaron un calendario tentativo del proceso de negociación y fin al conflicto armado. d) ACUERDO DE SAN JOSÉ, COSTA RICA Desde el Acuerdo de Ginebra del 04 de abril de 1990 se esperaba un acuerdo sobre derechos humanos entre el gobierno salvadoreño y el FMLN. El documento de Ginebra, ambos habían expresado propósitos de garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos en El Salvador. El texto del acuerdo sobre derechos humanos fue preparado por el equipo de las Naciones Unidas. Tanto el gobierno de El Salvador y el FMLN querían llegar a compromisos sobre este tema. En San José, Costa Rica, el 26 de julio de 1990, la ONU presentó un proyecto el cual fue aprobado y denominado: “respeto y garantía de los derechos humanos”. Se establecía la diferencia que existe en el derecho internacional público entre las obligaciones del FMLN, como movimiento político y organización militar. Se hacía referencia al ordenamiento jurídico de El Salvador, el reconocimiento de los derechos humanos y el deber del Estado de respetarlos y garantizarlos. El deber del respeto implica abstención de todo acto, positivo, directo o indirecto, de violación de derechos humanos de las personas sujetas a su jurisdicción. El deber de garantía comprende obligaciones jurídicas para prevenir, investigar e identificar y reparar el daño causado a las víctimas, el cual es una tarea del Estado. El FMLN, por su parte, no tenía las mismas obligaciones que el gobierno. El FMLN, por su naturaleza no es un Estado. No le competía garantizar los Derechos Humanos de los ciudadanos como sí le competía al Estado. El Estado contaba con los recursos y mecanismos para garantizar estos derechos. El FMLN se encontraba en la misma situación de cualquier individuo u organización particulares de respetar los derechos humanos de los demás conforme a la ley. En este encuentro que se dio en Costa Rica, se contó con la presencia de representantes de: La Fuerza Armada de El Salvador (FAES).  Mauricio Vargas y Dionisio Ismael Machuca. Por la iglesia católica:

 Monseñor Marco René Revelo.  Monseñor Gregorio Rosa Chávez, como observadores de la Conferencia Episcopal de El Salvador.  Monseñor Vicente Juan Segura, como delegado del Vaticano. Por la ONU:  Álvaro de Soto. Por la OEA:  Ricardo Djivoge. Con los acuerdos se pretendía lo siguiente: a) Erradicar las siguientes prácticas: - Desaparición forzada. - Los secuestros. - La tortura. - Las capturas por motivaciones políticas. - La incomunicación de detenidos. - Las capturas nocturnas. b) Garantizar lo siguiente: - Aplicación del debido proceso legal. - Libertades democráticas. - Libertad de expresión y de prensa. - Ejercicio libre del periodismo. - Libertad de tránsito. - Libertad de reunión y asociación con fines ideológicos y políticos. - Derecho a la identidad personal de los desplazados de la guerra. e) ACUERDO DE MÉXICO Las negociaciones que tuvieron lugar en México, D.F. del 04 al 27 de abril de 1991, constituyeron la ronda más prolongada, mejor preparada y una de las más importantes en lo que fue el proceso de diálogo y negociación entre el FMLN y el gobierno salvadoreño. En un principio, en esta reunión se discutirían tres temas básicos: cese al fuego, depuración-reestructuración de la Fuerza Armada y reformas constitucionales. El FMLN presentó en la reunión de diálogo en México, un paquete de reformas constitucionales agrupadas en 13 puntos: 1. Establecer la ciudadanía a la edad de 16 años. 2. Reformar las normas constitucionales relativas al cuerpo electoral. 3. Hacer del derecho del pueblo a la insurrección un derecho real y posible. 4. Sacar del texto constitucional, la fijación de la extensión máxima de tierra rústica que puede poseer en propiedad una persona. 5. Definir la proporcionalidad entre la población y el número de diputados en la Asamblea Legislativa. 6. Ampliar las atribuciones de la Asamblea Legislativa. 7. Restablecer la estructura de los tres poderes del Estado. 8. Definir la pertenencia, subordinación y obediencia a los cuerpos armados institucionales al poder ejecutivo. 9. ampliar las facultades del presidente de la república y del consejo de ministros. 10 Desligar a los cuerpos armados de las funciones que corresponden a la Corte Suprema de Justicia. 11 Asegurar la independencia del sistema electoral. 12. asegurar la independencia y eficiencia del Poder Judicial. 13. Modificar el procedimiento para reformar la Constitución. El paquete de reformas constitucionales hecha por el FMLN, fue rechazado por el gobierno salvadoreño. A medida que avanzaban las negociaciones, aumentaban las tensiones en este proceso y para evitar el colapso de las negociaciones, el FMLN por su parte, renunció a la reforma del Art. 248 de la Constitución, el cual era uno de los puntos que había llevado a tensión el proceso y aceptó la propuesta gubernamental de introducir un paquete de modificaciones a la Constitución, siempre y cuando éstas fueran cumplidas. El paquete de trece reformas constitucionales que el FMLN llevó a México quedó, entonces reformulado en cuatro bloques: a) El tema de la Fuerza Armada. b) Sistema Judicial. c) Sistema electoral. d) Soberanía y participación ciudadana.

A pesar de ello, las negociaciones no avanzaron demasiado, por lo que el gobierno hizo un llamado a los partidos políticos (ARENA, PDC, PCN y MAC), para que presentaran una propuesta alternativa de reformas constitucionales. La que fue descalificada por el FMLN, por su contenido y similaridad con la presentada por el gobierno. Finalmente, en la noche del sábado 27 de abril, ambas partes suscribieron un primer paquete de acuerdos, dividido en tres bloques. El paquete de reformas aprobada por la Asamblea Legislativa no fue exactamente el mismo que fue convenido en la ronda de México. Sin embargo los acuerdos de México constituyeron un paso muy importante en la culminación de la paz, ya que el tema de la Constitución dejó de ser en adelante, un obstáculo para la culminación de la misma. A partir de estas reformas, para elegir a los magistrados de la Corte Suprema de justicia se requiere, que sean elegidos por la mayoría de dos tercios de los diputados de la Asamblea Legislativa y lo mismo se aplicaría para la elección del Fiscal General de la República, el Procurador General de la República y el Procurador Nacional para la defensa de los Derechos Humanos. Se acordó también asignarle al Órgano Judicial una cuota del presupuesto del Estado, no menor del 6% de sus ingresos. En esta reunión se creó también la Procuraduría General para la Defensa de los derechos Humanos. Se acordó crear el Tribunal Supremo Electoral, el cual sustituiría al Consejo Central de Elecciones. También las partes convinieron en crear una comisión encargada de investigar los más graves hechos de violencia, ocurridos desde 1980. A esta comisión se le llamó “Comisión de la Verdad” y estaría integrada por tres personas escogidas por el Secretario General de la ONU. f) ACTA DE NEW YORK I Por la convocatoria del Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar y dando seguimiento al proceso de diálogo y negociación entre el 16 y 25 de septiembre de 1991, tuvo lugar en New York, otra ronda de negociaciones, que contó con la presencia del presidente Alfredo Cristiani y la comandancia General del FMLN, la cual se prolongó por 10 días. Aquí se produjo un hecho importante que alteró la esencia del proceso negociador. En lugar de un cese del fuego inmediato, que tendría una duración y un resultado incierto, que además sería técnicamente difícil de verificar para las Naciones Unidas, el acuerdo de New York estableció una sola fase del cese del fuego, comprendería una separación de fuerzas progresivas, seguida por la desmovilización progresiva del FMLN. En un anexo secreto del acuerdo, el FMLN aceptaba retirar su petición de participar en la Fuerza Armada, pero a cambio de ello aceptaba que se permitiera a su gente acceso no indiscriminatorio en la nueva fuerza policial. Un punto clave del debate fue la inclusión de los ex combatientes del FMLN en la nueva fuerza policial civil. La ONU, al proponer la cuestión como un asunto de garantías para el FMLN en lugar de presentarlo como un instrumento para compartir el poder, y al proponer que COPAZ fuera responsable de la supervisión del proceso por el cual los ex combatientes del FMLN podrían aplicar y ser admitidos en la policía, fue capaz de asegurar un acuerdo entre las partes. Estos acuerdos contienen 8 apartados, dentro de los cuales se abordaba, el tema de la Fuerza Armada, la creación de una Comisión Nacional para la Consolidación de la Paz (COPAZ), la problemática económicosocial del país, entre otros. En el texto de los “Acuerdos de New York” se retomaban contenidos de la propuesta que el secretario General de la ONU presentó antes de la reunión. Todos esos temas reaparecían en los primeros seis apartados del acuerdo: 1. Comisión Nacional para la Consolidación de la Paz (COPAZ). 2. Depuración de la Fuerza Armada. 3. Reducción de la Fuerza Armada. 4. Doctrina de la Fuerza Armada. 5. Sistema Educativo de la Fuerza Armada. 6. Policía Nacional Civil (PNC) A estos agregaron los siguientes: 7. El tema económico-social. 8. Agenda de negociación. Uno de los elementos más importantes de esta reunión fue la creación de COPAZ, que gozaría de importantes atribuciones legales para verificar todos los aspectos de la implementación de los acuerdos. De acuerdo a la propuesta de la ONU, COPAZ debería estar integrada por representantes del gobierno, del FMLN, de la Fuerza Armada y de los partidos políticos existentes, así como también por delegados de ONUSAL. Los Acuerdos de New York reconocían a COPAZ la facultad de supervisar la puesta en práctica de los compromisos, es decir, su cumplimiento. Los acuerdos establecieron un marco fundamental para resolver el problema del conflicto armado, aún así, subsistía el problema de su “operativización”

En esta reunión se tomaron los siguientes acuerdos: crear una comisión encargada de promover la paz en nuestro país (COPAZ: formada por representantes del GOES, del FMLN y de los partidos políticos), la cual supervisaría el cumplimiento de los acuerdos que se han tomado. En cuanto a las Fuerzas Armadas se acordaron transformaciones como crear una nueva doctrina para la Fuerza Armada, así como hacerla más pequeña y depurarla de algunos miembros. Se reafirmó la creación de la PNC y se acordaron algunos aspectos en lo económico y social como: el que dice que, el excedente de tierras de personas que pase de 245 hectáreas y las tierras que eran del Estado que no fueran reserva forestal se destinarían a los campesinos que necesitaran trabajarlas. También respecto a las tierras se acordó que se respetaría la propiedad de las tierras ubicadas en zonas exconflictivas. Se crearía un foro para la concertación económica y social formada por representantes del GOES, trabajadores y empresarios. Dicho foro buscaría resolver la problemática económica y social del país. Por otra parte, se acordó que se permitiría la participación de los miembros del FMLN en la nueva Policía Nacional Civil. g) ACTA DE NEW YORK II En New York, el 31 de diciembre de 1991 a la media noche, el FMLN y el gobierno salvadoreño firmaron el acta de New York, donde se destacaban la finalización de las negociaciones y además, que los acuerdos de paz serían firmados por el FMLN y el gobierno salvadoreño el 16 de enero de 1992, en Chapultepec, México. Esta acta nada más contenía los temas pendientes de cuando se firmó el acta de New York I. El 16 de enero de 1992, en México en una ceremonia solemne, las partes en conflicto bajo la mediación de las Naciones Unidas, firmaron los acuerdos de paz, que entre otras cosas buscaban:  Terminar el conflicto armado por la vía política.  Impulsar la democratización del país.  Garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos.  Reunificar a la sociedad salvadoreña Dada la importancia de esta reunión se hizo presente el presidente de la república, el Lic. Alfredo Cristiani, tomando un carácter mucho más decisivo la reunión. Esta reunión culminó de forma exitosa, ya que por fin al momento en que el año 1991 finalizaba se pusieron de acuerdo los bandos en conflicto de dar por terminada la guerra fraticida que por largos doce años llevó el peor dolor a la sociedad salvadoreña, en especial a la más pobre que sufrió el dolor crudo de la guerra. Con el acuerdo de finalización de la guerra quedó comprobado, cómo cualquier conflicto por grave que sea, con una actitud humana y comprensiva puede ser superado. En esta reunión se acordó también que la firma de la paz se realizaría el 16 de enero de 1992 en el Castillo de Chapultepec, México.

OBJETIVOS FUNDAMENTALES DE LOS ACUERDOS DE PAZ Los Acuerdos de Paz tenían como objetivos fundamentales: cese al fuego, desmilitarización de la sociedad y la introducción de ciertas reformas constitucionales.  CESE AL FUEGO A partir del 1 de febrero de 1992, la Fuerza Armada de El Salvador y el FMLN no podrán realizar ataques por tierra, mar, aire, patrullajes o maniobras ofensivas, ocupar nuevas posiciones, colocar minas, interferir las comunicaciones militares, operaciones de reconocimiento de cualquier tipo, actos de sabotaje. Tampoco podrán realizar otro tipo de actividades militares que, a juicio de ONUSAL ponga en peligro el cese al fuego, o actos que irrespeten los derechos a la población civil. En otras palabras, el cese al fuego era la superación del conflicto armado, no más balaceras, bombas, muertes y todas aquellas acciones que perjudicaban a la sociedad salvadoreña.  DESMILITARIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Esta consiste en apartar el factor militar de la sociedad, tanto por la parte de la Fuerza Armada como por parte del FMLN. Se da una separación de fuerzas concentrando a la guerrilla y a la fuerza armada, en diferentes lugares para evitar que se den enfrentamientos armados. El FMLN deberá concentrar, en los lugares que fueron designados, todas sus armas, municiones, minas, otros explosivos y equipo militar de los combatientes.  INTRODUCCIÓN DE CIERTAS REFORMAS CONSTITUCIONALES Los Acuerdos de Paz permitieron crear instituciones tales como: Procuraduría de los Derechos Humanos, Comisión para la Consolidación de la Paz (COPAZ), Foro de Concertación Económico y Social, Policía Nacional Civil, Secretaría de la Reconstrucción Nacional, Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), entre otras. Procuraduría de los Derechos Humanos. Su objetivo es velar por la protección, promoción y educación de los derechos humanos y por la vigencia irrestricta de los mismos. Además de su titular, la procuraduría está integrada por procuradores adjuntos para la defensa de los derechos del niño, de la mujer, de la tercera edad, del medio ambiente y los demás procuradores adjuntos que el procurador considere necesario para el mejor cumplimiento de sus atribuciones constitucionales y legales. Comisión para la Consolidación de la Paz (COPAZ). Es la continuación de la mesa de negociación en el sentido de que es allí donde deben retomarse los acuerdos que en éste se produjeron y es allí, donde estos acuerdos deben concretizarse. COPAZ tendrá que crear leyes y reglamentos; tendrá que efectuar nombramientos; tendrá que crear todos los mecanismos necesarios para que los Acuerdos sean llevados a la práctica de manera efectiva. Secretaría de Reconstrucción Nacional. Esta institución tiene como objetivos principales: mejorar en todos los aspectos las zonas afectadas por el conflicto, atender las necesidades más urgentes de la población afectada por el conflicto y de los combatientes de ambas partes, reconstruir los caminos, escuelas, centros de salud, servicios de agua, electricidad, teléfonos dañados por la guerra. Para que todo esto sea impulsado se necesitará del apoyo económico internacional. Foro de Concertación Económico y Social. Aquí se juntaran los trabajadores, los empresarios y el gobierno para ponerse de acuerdo en las medidas económicas, que puedan beneficiar a toda la población y que disminuyan los efectos negativos del programa económico del gobierno. El gobierno se compromete a crear, modificar o suprimir leyes para garantizar el cumplimiento de los acuerdos del Foro. Policía Nacional Civil (PNC). Es un nuevo cuerpo de seguridad que sustituirá a la Guardia Nacional, la policía de Hacienda y la Policía Nacional. La misión de la PNC es: garantizar los derechos y libertades de las personas, combatir la delincuencia, mantener la paz interna, la tranquilidad, el orden y la seguridad en el campo y la ciudad. La PNC estará organizada en siete divisiones: seguridad pública, investigación criminal, armas y explosivos, protección de personalidades y medio ambiente. La cualidades que debe poseer un policía civil son: vocación de servicio a la comunidad, capacidad para las relaciones humanas, madurez emocional, condiciones físicas. El personal de la PNC tendrá tres niveles: básico, ejecutivo y superior. Academia Nacional de Seguridad Pública. La formación de los policías estará a cargo de esta institución. La cual tendrá por misión: la formación de los agentes y los mandos superiores, seleccionar el personal de la PNC, investigar y divulgar aspectos relativos a la policía y a la seguridad pública, evaluar anualmente a todo el personal de la PNC.

La Academia será dirigida por un Director General y un Consejo Académico. El Director será nombrado por el Presidente de la República. El Consejo Académico estará formado por civiles competentes.

ACTORES SOCIOPOLÍTICOS EN RELACIÓN AL SIGNIFICADO HISTÓRICO DE LOS ACUERDOS DE PAZ  IGLESIA CATÓLICA El personaje de la iglesia católica que más sobresalió ha sido monseñor Oscar Arnulfo Romero. Quien comienza un proceso de conversación y se transforma en la voz profética, en medio del conflicto salvadoreño. Favoreció la organización popular. Sin embargo su libertad profética le llevó a denunciar los desaciertos de la lucha armada y los abusos del movimiento popular. Lo importante de la persona de monseñor Romero es que cristaliza un modo de ser iglesia que rompió con los márgenes institucionales impuestos desde Roma. Este modo de ser iglesia es de carácter profético, se caracteriza por la opción preferencial por los pobres, denunciar las injusticias institucionalizadas y anunciar el Reino de Dios, cuyo contenido se convierte en una buena noticia, porque impere una conciencia y un dinamismo de conversación no sólo de las personas individuales, sino de las estructuras sociales en su conjunto. Al andar la iglesia al lado de las mayorías empobrecidas y desenmascarar la injusticia estructural en un contexto de polarización, la iglesia se convirtió en blanco de persecución y victima de la violencia. Durante el período de guerra surgieron las Comunidades Eclesiales de Base, que eran agrupaciones de personas que provenían de las clases populares, como característica fundamental, las clases se reunían para leer la palabra de Dios. Este movimiento eclesial va a arrastrar sobre todo a los campesinos y miembros de sectores marginales. El mundo de los pobres se hace real en la iglesia en estas comunidades, ya que son ellas, la que mejor entiende la situación del país, porque dentro de la iglesia son las que más han sufrido y por ello, entienden mejor la necesidad de paz y justicia.

 UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA “JOSÉ SIMEÓN CAÑAS” (UCA) Ante el empañamiento de la guerra, poco a poco se fue imponiendo la tesis del diálogo-negociación. Así es como la concertación nacional se convertiría en una política ampliamente difundida, salvo por sectores extremistas que pretendían profundización de la guerra. La UCA se convirtió en uno de los focos de referencia de diálogo, de debate y propuestas. Lugar donde se hacían foros para tratar el asunto del diálogo-negociación. Esta institución universitaria logró hacer sentir en el escenario nacional: al padre Rector Ignacio Ellacuría se le acusó de ser asesor de la guerrilla. Es por eso que en la ofensiva de 1989, en momentos que el ejército sentía que se le escapaba de las manos la situación decidió asesinar al padre Ellacuría, sin dejar testigos de hecho y por eso arremetieron con los otros padres jesuitas y las dos mujeres, culpándoles de una falsa vinculación con la guerrilla.

 PARTIDOS POLÍTICOS La izquierda política languidece, la derecha no convence. Las fuerzas de izquierda fueron superadas electoralmente por las coaliciones y partidos de derecha, quedan debilitadas y divididas, generando disidencias activas que han formado nuevos partidos, orientados políticamente hacia el centro. En realidad, todos los partidos políticos han sufrido grandes modificaciones y readecuaciones, en sus entidades y estructuras internas. Ejemplo de esto es el caso del FMLN, que está constituido únicamente por tres de sus anteriores componentes: Partido Comunista Salvadoreño (PCS), Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC) y Fuerzas Populares de Revolución (FPL). Por otra parte, ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), que controla en el Estado y orienta el proceso de transición democrática con relativa comodidad política, ante una oposición sin proyectos y estrategias alternativas, también han sufrido fuertes disidencias.

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