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1. El nacimiento de la Europa feudal.
1.1. La fragmentación del Imperio carolingio. La división del imperio carolingio en el año 843 debilitó militarmente a los nuevos reinos, lo que facilitó los ataques e invasiones del siglo IX y X. Los normandos (vikingos) por el norte, los musulmanes por el sur y los magiares (húngaros) por el este, asolaron los territorios del antiguo imperio de Carlomagno.
1.2. Los orígenes del feudalismo. Las invasiones provocaron de crisis y desprotección, que unos monarcas débiles no podían solucionar. Por este motivo, para poder gobernar y mantener unido el reino, los reyes acudieron a los nobles, con quienes establecieron un sistema de relaciones personales llamado vasallaje. El vasallaje se establecía mediante la ceremonia del homenaje, en la que el vasallo, de rodillas ante el rey, le juraba fidelidad y le prometía consejo y protección. A cambio, el rey le entregaba un feudo para que lo gobernase y viviera de él. Así nació el feudalismo.
Los nobles convirtieron sus cargos en hereditarios. A su vez, los grandes señores entregan a otros nobles de rango inferior, caballeros o guerreros, feudos de menor extensión, con el mismo fin. De esta forma, el verdadero poder pasó a los feudos y, por ello, los campesinos a los nobles en busca de protección, pero , a cambio, tuvieron que trabajar sus tierras y pagar impuestos, llegando a convertirse en siervos.
2. La sociedad feudal. . La sociedad feudal está formada por tres órdenes o estamentos, que se organizan en privilegiados y no privilegiados. Los privilegiados son: la nobleza: su función es la guerra. El clero: se dedican a rezar y a la Iglesia. Los no privilegiados, que son el resto de la sociedad: campesinos, artesanos, comerciantes, etc. Su función es trabajar para mantener a los privilegiados.
2. 1. La nobleza: El rey. En la cúspide de la sociedad feudal se situaba el rey. Los monarcas eran representantes de Dios en la Tierra, con la misión de gobernar a su pueblo y de mantener unido su reino. El rey tenía las siguientes atribuciones: Dirigir campañas militares. Pedir impuestos en caso de guerras, coronaciones, bodas, etc. Ejercer de juez supremo en litigios o pleitos, pero no podía interferir en los feudos de sus nobles, o de la Iglesia.
Los monarcas medievales no tienen una residencia fija, viviendo en los diversos castillos que tenían para controlar mejor sus posesiones.
2.2. La nobleza guerrera: un grupo privilegiado. En la sociedad feudal, la principal función de la nobleza, y del propio rey, era la de ser guerreros. Son los caballeros, quienes debido al elevado coste de las armas y el caballo, son los únicos que se pueden dedicar a esta actividad (la guerra).
Los hijos de las familias nobles eran educados y entrenados como guerreros. A los 18 años se les armaba caballeros en una ceremonia en la que recibían sus armas (la espada y las espuelas). Además, juraban lealtad a su señor y, siguiendo las reglas de la caballería, defender a la Iglesia y a los más débiles. Sus actividades de ocio, casi siempre, estaban relacionadas con la preparación para la guerra: la caza y los torneos. Entre sus privilegios encontramos: no pagar impuestos y ser los únicos que pueden llevar armas.
3. Los campesinos en el mundo feudal. 3.1. Vivir en el feudo. El feudo lo formaban las tierras otorgadas por el rey o por un noble a otro señor feudal. El señor feudal se reservaba las mejores tierras para él, la reserva señorial, y las trabajaban sus siervos. En ellas solía estar el castillo. El señor repartía otra parte de las tierras en lotes (mansos) que eran entregados a siervos o a campesinos libres, a cambio del pago de unas rentas y de servicios al señor Además poseía el derecho de jurisdicción, que consistía en impartir justicia y en el monopolio de puentes, molinos, herrería, hornos, etc.
Las rentas señoriales. Tenían diferente procedencia: Una parte de la cosecha de las tierras que trabajan del señor. Determinados frutos o animales, entregados una vez al año. Las servas o días de trabajo obligatorio ( al menos dos a la semana) en las tierras, monte, caminos, muralla, etc., del señor. Impuesto por utilizar el molino, horno, pastos, leña, etc., del señor.
3.2. Los campesinos del feudo. Los campesinos eran la mayoría de la población (90%). Podemos distinguir dos categorías: Los campesinos libres (villanos o alodiales), que podían ser propietarios de su tierra y abandonar el feudo. Los siervos, estaban ligados a la tierra del señor y no tenían libertad personal: se casaban con el permiso del señor (prima nocte), siembran lo que decide el señor, etc. El rendimiento de la tierra era escaso y se practicaba la rotación bienal, es decir, se trabajaba la mitad de las tierras y la otra mitad se dejaba en descanso. Las herramientas solían ser de madera y practicaban una economía de autoconsumo y trueque (no compran ni venden).
3.3. La vivienda de los campesinos. Los campesinos vivían en pequeños pueblos, o en casas diseminadas. En los pueblos habitaban también algunos artesanos o pequeños comerciantes (taberna, molino, herrero, etc.). Las casas eran sencillas, con una o dos habitaciones y, a veces, un almacén o establo, aunque resultaba habitual que los animales estuviesen en la propia casa. Las paredes estaban construidas de adobe y madera y, el tejado de madera y paja. El suelo era de tierra, y un hogar (fuego) servía para calentarse, iluminarse y cocinar. El mobiliario era escaso: bancos para sentarse, mesa, escudillas de madera o barro y algún perol de metal para cocinar.
La comida de los campesinos era monótona y escasa: pan negro (centeno), gachas de harina, un poco de queso o huevos, potajes de verduras (col, judías, cebolla) y, en contadas ocasiones algo de carne de cerdo o ave. Su dieta dependía de los caprichos del tiempo, por lo que un año de mala cosecha, suponía hambre, enfermedades y una gran mortandad.
4. La Iglesia cristiana: los clérigos. 4.1. Una Europa cristiana. La Iglesia consiguió durante la Edad Media que los europeos sintieran que pertenecían a una misma comunidad, la cristiandad, y se encargó de fijar sus obligaciones religiosas. Se vivía en una época marcada por el Teocentrismo: Dios está presente en todo y todo ocurre porque Dios así lo quiere (la muerte, una enfermedad, una mala cosecha…). Por ello, toda la vida social o privada estaba marcada por la intervención de la Iglesia: el nacimiento, el matrimonio, el funeral, etc. Seguir las normas de la Iglesia servía para redimir los pecados, contar con la gracia divina y evitar la condena del infierno.
4.2. La organización de la Iglesia. La Iglesia medieval poseía inmensos feudos y cobraba a los cristianos el diezmo, un impuesto para mantener al clero. La Iglesia estructuró una excelente organización. Así, los cristianos se agrupaban en parroquias, dirigidas por sacerdotes. Un conjunto de parroquias formaba una diócesis a cuyo frente se situaba el obispo. Curas, párrocos y obispos constituían el clero secular. El clero regular estaba formado por los monjes y las monjas, quienes decidían rogar a Dios en soledad entre las paredes de un monasterio y bajo la autoridad de un abad.
5. Los monasterios medievales. 5.1. La Iglesia se ruraliza. A partir del año 1000, además de las iglesias parroquiales, que era el edificio central de cualquier aldea o pueblo, se construyeron muchos monasterios, que se convirtieron en centros de cultura.
5.3. Las reglas monásticas. Cuando una persona se ordenaba monje hacía tres votos o promesas: obediencia, pobreza y castidad; vestían un hábito que los identificaba y siguen la regla de su comunidad. La orden benedictina fue la principal, siendo los principios básicos de la regla: ora et labora (reza y trabaja). Muchas damas de la nobleza que no se casaban ingresaban en un monasterio, al igual que niñas y jóvenes campesinas para formarse o salir de la miseria. Las familias nobles y los reyes daban grandes donativos a los monasterios (tierras, dinero, joyas…), de ahí su riqueza.
5.2. La vida en los monasterios. Un monasterio era un conjunto de edificios y dependencias (establo, granero, bodegas…), además de huerto, molino y tierras de su propiedad. El centro del monasterio era la iglesia, donde los monjes y las monjas iban a rezar varias veces al día. Junto a ella, se situaban las estancias principales entorno al claustro o patio: refectorio o comedor, biblioteca , sala capitular o lugar de reunión y los dormitorios o celdas. La oración representaba su principal actividad, ya que la vida monástica tenía como objetivo alejarse del mundo y tener un contacto más directo con Dios.