1. Orígenes del teatro en Grecia

Introducción al teatro griego. El contexto teatral 1. Orígenes del teatro en Grecia A lo largo de la historia, el hombre ha dirigido su atención haci

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Introducción al teatro griego. El contexto teatral

1. Orígenes del teatro en Grecia A lo largo de la historia, el hombre ha dirigido su atención hacia su propio mundo interior. Gracias a esta búsqueda de lo intrínsecamente humano hemos podido disfrutar de grandes producciones artísticas, como las tragedias griegas. Pues en ellas, se narran las aventuras del hombre, que explora los abismos y vericuetos del alma. Sus temas, sin duda grandilocuentes, no solo no han perdido vigencia, sino que además adoptan otro significado y se materializan continuamente, en los distintos sucesos que padece la humanidad. Los griegos fueron los creadores de la tragedia. En un principio, le confirieron un profundo sentido religioso, ya que la obra trágica nació como representación del sacrificio de Dionisos y formaba parte del culto público. Para los antiguos griegos, Dionisos era la divinidad protectora de la vida y símbolo del placer, el dolor y la resurrección. Durante la época de la vendimia en su honor se cantaban a coro distintos himnos llamados ditirambos. ¿Qué era, en realidad, el ditirambo? Parece ser que se trataba de un coro cantado por unos cincuenta hombres o niños. Su contenido era más lírico que dramático. En los ditirambos se invita generalmente a los dioses a que desciendan a la tierra y asistan al canto del Coro para venerar a Dionisos. Las fiestas consagradas a Doinisos se denominaban fiestas dionisiacas o dionisias. En primavera (finales de marzo) se celebraban las grandes dionisiacas o de la ciudad de Atenas. Estas fiestas duraban seis días, y en ellas, tras el surgimiento del teatro, se celebraban tres concursos dramáticos a los que se presentaban los grandes autores. Es presumible que en toda la historia no haya habido unos premios de tanta repercusión como éstos. El elemento característico del ditirambo solía ser un estribillo lanzado como un grito por el Coro. Con estos gritos se alternaba el canto del guía del coro llamado corifeo. En ellos se solía implorar ansiosamente la llegada de Dionisos. En los poblados y en las plazas, donde el público danzaba, 50 coreutas hacían una ronda alrededor del altar. Representaban a los "hombres cabrones" o "sátiros" (seres mitológicos que tenían cuerpo de hombre y piernas de cabra) que lamentaban el sepelio del dios. Las ofrendas del público consistían generalmente en un macho cabrío, que era consagrado a. Etimológicamente, la palabra "tragedia" tiene mucho que ver con este ritual. El nombre deriva de "trago día" (del griego "tragos", que significa macho cabrío y de "oda", que significa canto). De esta manera, se entiende que el teatro en la Grecia Antigua tiene también un sentido religioso, al menos en sus primeras manifestaciones. Las danzas ofrecidas a las divinidades son sin duda danzas de posesión auténtica que provocan el trance la histeria colectiva. Se trataba de danzas ejecutadas en torno a la timele (un altar situado en la orquesta), sobre el que previamente había sido colocada la estatua del dios. El público acudía al rito del ditirambo con la cabeza ornada de coronas vegetales, y los fieles de Dionisos se contorsionaban presos de la manía divina. Mediante la danza, se reproducía una histeria colectiva que formaba parte integrante y necesaria de un rito cuya finalidad estaría en el exorcismo, en la liberación del furor reproducido.

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Introducción al teatro griego. El contexto teatral El camino del ditirambo a la tragedia El origen de los géneros teatrales de la tragedia y la comedia, estaría en el desarrollo del texto cantado por el corifeo y de los estribillos gritados por el Coro en los ditirambos. Así, pues, debemos pensar en un diálogo inicial entre el Coro y el corifeo, que no estaría muy lejos de los diálogos entre Coro y corifeo en la tragedia. Posteriormente, el corifeo se separó del Coro para dar lugar al primer actor. Este paso capital se le atribuye tradicionalmente al mítico actor y autor trágico Tespis. Con la aparición del primer actor acaba de nacer en realidad el teatro occidental propiamente dicho. Esto es fácilmente comprensible si imaginamos que este primer actor no sólo dialoga con el Coro, sino que acompaña su diálogo con la acción. Dicho de otro modo, no sólo recita o canta, sino que actúa: Es sujeto y objeto de la acción. Ya posteriormente, los diferentes autores irán incorporando más actores dialogando simultáneamente en escena (hasta un máximo de tres, además de coro y corifeo), y que intervengan directamente en el desarrollo de las acciones, de manera que las tramas resultan más dinámicas e interesantes. Sin duda, tres de los trágicos más grandes de la historia de la literatura son Esquilo, Sófocles y Eurípides. Cada uno, imbuido por los sucesos de su tiempo supo plasmar en sus obras las emociones, las angustias, las dudas y las pasiones de los hombres de su época, con exquisito talento.

2. El teatro griego como representación y espectáculo Los asistentes eran clasificados por categorías: los sacerdotes, magistrados y generales; luego los ciudadanos y por último el pueblo. Al entrar al teatro los espectadores entregaban a los revisores una ficha de hueso o de marfil, que con anterioridad habían comprado en la taquilla a un empresario, y que indicaba el sitio que debían ocupar. El publico podía, si quería, aplaudir la obra o silbar en señal de desagrado. El actor Los actores son los encargados de encarnar a los personajes mitológicos o históricos del teatro griego, verdaderos sujetos y objetos del relato. Tenemos que entender que, hasta cierto tiempo, el griego sólo ha tenido acceso a un relato narrado. Fueron los griegos los que operaron el paso de la epopya (narración) al teatro (narración más acción). Progresivamente, el espectador griego advierte la relación mimética entre el personaje y el actor que lo encarna, es decir, que lo presenta en carne y hueso. Es comprensible que este paso se diera de un modo gradual: poco a poco, la acción fue ganándole terreno a la narración y a los recitados heredados del culto. Hay que comprender igualmente que, en el teatro griego antiguo, la relación actor-personaje no es en un principio de uno a uno: un actor distinto para cada uno de los personajes de la obra, como ocurre por lo general en el teatro moderno. Entre los griegos, un actor solo podía representar a varios personajes en la misma obra. • Con Tespis hubo un solo actor. Posteriormente, cada uno de los grandes trágicos aumentó su número: • Con Esquilo aparece el segundo actor (deuteragonista); • Con Sófocles el tercero (triagonista); • Eurípides continúa con tres actores e introduce un actor más que pero no habla. 2

Introducción al teatro griego. El contexto teatral A medida que aumentan los actores, se incrementan el número de personajes presentes al mismo tiempo en escena. Y con ello obviamente crece la importancia de la acción y disminuye la parte narrativa. Por lo mismo, al aumentar los participantes en la acción y en el diálogo que la conduce, decrece la parte recitada o cantada que se encomienda al Coro. Además, al perder importancia el Coro, los autores reducen el número de coreutas. El coro Podemos decir que el teatro moderno nace del incremento de las funciones del actor y de la disminución de las atribuciones del coro. El coro en una tragedia podía tener varias funciones en el espectáculo. •



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Funciones imprecativas: plegarias, invocaciones, oraciones en las que se pide, en ocasiones, la aparición de héroes muertos, la llegada de un dios; acción de gracias, cantos de victoria En éstas, como en otras misiones del Coro, podemos ver claramente su origen y naturaleza rituales. Funciones narrativas al servicio de la acción. El Coro puede preparar la acción exponiendo la situación en que ésta va a ocurrir, o puede predecirla, anticiparse a ella, o presagiarla como si tuviera poderes visionarios; o puede exponer su temor ante una de las posibilidades de la acción, llegando incluso a prevenir a los personajes del riesgo a que se ven expuestos. Funciones de unificación, de enlace, entre los distintos episodios trágicos, que se cerrarán con el éxodo o salida. Funciones de comentar la acción en sus resultados y consecuencias. Funciones del mediador entre la acción trágica y la percepción de la misma por parte de los espectadores, llegando incluso a convertirse en una especie de conciencia colectiva del público. Finalmente, (según Roland Barthes), la gran función del Coro de preguntar: a los dioses, a los héroes, o a sí mismo, de forma encubierta o manifiesta. En ocasiones parece incluso que también se pregunta a los espectadores.

Las máscaras Las máscaras representaban las facciones de los distintos personajes. Las más primitivas estaban hechas de corteza de árbol luego de cuero forrado con tela y finalmente, de madera. Los creadores eran verdaderos artesanos, la abertura de la boca era grande y prolongada como un embudo hecho de cobre. Este formato contribuía a aumentar el volumen de la voz en escena. Hubo varias clases de máscaras: cómicas, trágicas y satíricas. Las primeras eran ridículamente toscas, con los ojos bizcos, la boca torcida y las mejillas desvencijadas. Las trágicas eran notablemente grandes, tenían la mirada furiosa, los cabellos erizados y las sienes o la frente deformes. Las satíricas eran las más repugnantes y representaban solamente figuras extravagantes y fantásticas, tales como cíclopes, centauros, faunos y sátiros. la máscara opera la transmutación del actor en personaje o, mejor dicho, la ocultación de la identidad real del actor para representar la identidad del personaje a través de los rasgos reflejados en la máscara. Funciones de la máscara: • •

Hacer coincidir al personaje con su carácter expresivo (cómico o trágico tipificados); Producir efectos de sobrecogimiento, particularmente en la tragedia; porque al ir figurada en un casco que agranda las dimensiones normales de la cabeza humana, hace más visible al personaje, al tiempo que consigue que guarde las proporciones con su elevada estatura, debido al uso de los coturnos; 3

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Igualmente, según otros, su cavidad servía para ampliar la voz, haciendo el papel de falso megáfono (pero esto no era necesario, dada la buena acústica de los teatros); Finalmente, permitía que un actor pudiese representar a varios personajes con sólo cambiar de máscara.

Coturnos Por su lado, los coturnos servían para dar mayor altura a los actores trágicos. De este modo, los actores que hacían personajes nobles sobresalían por encima del Coro y, por otro lado, su altura se amoldaba, como ya hemos indicado, a las proporciones de la máscara. El actor se convertía así en una especie de gigante, y se hacía visible para todos los espectadores. Este gigantismo conlleva un simbolismo psicológico y moral que creaba en los espectadores efectos de sobrecogimiento propios para experimentar la catarsis de que nos habla Aristóteles. Vestuario Los trajes usados por los actores griegos resumían estilizadamente la moda ática de acuerdo con los personajes que representaban. Se componían esencialmente de túnicas cortas y medias (quitón, clámide) y mantos. En el vestuario se jugaba también con el simbolismo de los colores. • Los reyes habían de vestir de púrpura; • Los personajes de luto, con tonos oscuros. • Las almohadillas servían para abultar el cuerpo humano a fin de que guardara la debida proporción con la altura. • Los monarcas usaban una corona como símbolo de su dignidad y mando...

El lugar de la acción: el «theatron» Es de suponer que antes de la construcción de los teatros, los coros ditirámbicos actuasen al aire libre, rodeados por los espectadores. En la época clásica, el teatro fue de madera. Posteriormente, se pensó en su ubicación en la confluencia de dos colinas en cuyas laderas se situaba el auditorio o theatron (θέατρον: lugar para ver) al que los romanos llamarán cávea (parte excavada). En el siglo V antes de Cristo, el auditorio abrazaba unas (3/4) tres cuartas partes del círculo de la orquesta. En la parte baja de las colinas queda la orquesta, de forma circular, rodeada de una balaustrada de piedra con un altar de Dionisos (timele) en su parte central. Al fondo, frente a los espectadores, se alzaba un muro alto tras el que se situaba un edificio destinado a habitaciones para los actores, maquinaria (tipo de tramoya antigua) en su parte superior. Entre este muro y la orquesta (más alto que la misma) se sitúa un espacio estrecho denominado proscenio. Los actores y el Coro se colocaban normalmente en la orquesta, aunque, más tarde, se replegaron hacia la parte posterior de la misma orquesta. Finalmente, parece que los actores empezaron a actuar sobre el proscenio. Licurgo reconstruyó el Teatro de Dionisos hacia el año 333 a. de C. y colocó asientos de piedra para los espectadores. En la actualidad, contamos con suficientes restos de los magníficos auditorios griegos, entre los que destaca el Teatro de Epidauro, en Grecia, y el Teatro de Siracusa, en Italia. El estudio del auditorio no ofrece problemas. En cambio, se sigue debatiendo otros aspectos del espacio escénico, particularmente la relación entre el proscenio y la escena (skene). Parece ser que la primera función de esta skene, que tenía forma de habitación, era la de servir para los cambios de los actores a lo largo de la representación. Otro uso muy posible era el de servir de espacio escénico para los dioses que formaban parte del reparto escénico. 4

Introducción al teatro griego. El contexto teatral La dimensión altura tenía su simbolismo en el teatro griego. Por medio de la maquinaria, los dioses descendían a lo largo del muro (es el deus ex machina). Pero su actuación no podía situarse al mismo nivel de los personajes humanos. Decorado y maquinaria El muro de la skene, que pudo en un principio aparecer desnudo, se revistió más tarde con alguna colgadura. Al principio, en el espacio escénico no debió figurar ningún lugar extraescénico. Éste debía ser creado por la imaginación de los espectadores siguiendo las indicaciones del texto. En tiempo de Esquilo (525 a 456 ac), el espacio escénico se integró en el espectáculo para sugerir los lugares comunes de la acción (palacio, fortaleza, bosque, lugar elevado), lo que se conseguía por medio de un telón de fondo y de unos bastidores, llamados periactois, colocados en los laterales del proscenio. Los periactois podían incluso girar sobre sí mismos para presentar en sus caras diferentes decorados a lo largo del espectáculo para cambiar la “escena”. Ya con Eurípides (480-406 a. de C.) se disponía igualmente de: • Una plataforma móvil, • Una polea en el techo de la skene para alzar por los aires a los dioses (Deus ex machina) • Plataformas elevadas para designar los lugares olímpicos, • Terrazas, • Escotillas, • Escaleras por las que podían ascender los fantasmas de los muertos. Como utensilios necesarios para producir efectos sonoros y visuales, los griegos disponían de placas que se golpeaban para simular el ruido del trueno, mientras que con antorchas que se agitaban para producir el resplandor de los relámpagos.

3. Temática de la tragedia griega A lo largo de la historia, el hombre ha dirigido su atención hacia su propio mundo interior. Gracias a esta búsqueda de lo intrínsecamente humano hemos podido disfrutar de grandes producciones artísticas, como las tragedias griegas. Pues en ellas, se narran las aventuras del hombre, que explora los abismos y vericuetos del alma. El fondo común de lo trágico será la lucha contra un destino inexorable, que determina la vida de los mortales; y el conflicto que se abre entre el hombre, el poder, las pasiones y los dioses. Podría decirse que el eje central de toda obra trágica es el restablecimiento doloroso del orden, y el alumbramiento traumático del deber en su doble aspecto. Desde el plano religioso, desarrolla el antagonismo que existe entre el hombre y el cosmos. Y en el plano político explica la conflagración subyacente entre el hombre y el poder. Tanto en un aspecto como en otro, la representación será el vértice del debate. No es casual, por ejemplo, que la figura más relevante de las obras clásicas sea la de los reyes. Esto se debe a que ellos representaban los blancos más visibles de la sociedad, y en consecuencia, eran los más susceptibles, ya que la vida privada de los monarcas, en un espectáculo público pertenecía a todo el mundo. Este aspecto formaba parte de la mentalidad de los griegos. De hecho, la Polis era considerada como un todo, y la justicia, para este pueblo era un valor excelentísimo. Si no había justicia en sus gobernantes la Polis 5

Introducción al teatro griego. El contexto teatral tampoco podía ser justa. Por eso, para los griegos, la política y los políticos eran los encargados de ejecutar justicia, pero en una dimensión propiamente humana. No había posibilidades de realización individual dentro de un régimen injusto. En el año 334 a.C. Aristóteles postuló que la tragedia (mediante una serie de circunstancias que suscitan piedad o terror) es capaz de lograr que el alma se eleve y se purifique de sus pasiones. La catarsis, por tanto es la finalidad de la Tragedia. Es éste el concepto que más debates ha suscitado de todos los señalados en la Poética de Aristóteles.. La finalidad de la tragedia estaría en la consecución de la catarsis, por medio de la compasión y el temor proporcionados por la dramatización. Este proceso, que se denomina "catarsis", es la purificación interior que logra el espectador a la vista de las miserias humanas.

4. Estructura de una tragedia griega La estructura de la tragedia griega está alejada de la actual división en actos, escena y cuadros. En su estructura cabe distinguir: • • • • •

El prólogo, secuencia inicial que anticipa, en forma dialogada o monologada, la historia trágica. El parodos o canto de entrada del Coro. Los episodios, que serían como los actos o cuadros del teatro moderno. Estos episodios suelen estar separados por cantos del coro (estásimos). De estos episodios, el último, formado por la salida del Coro, recibe el nombre de éxodo.

5. El teatro de Sófocles (496-406 a. de C.) Sófocles nació en el 496 a. C en Colono, localidad cercana a Atenas. Si bien las informaciones acerca de su vida son relativamente escasas, es evidente que gozó de un gran prestigio entre sus compatriotas, conforme a numerosos registros históricos que narran como era su vida como ciudadano. Sófocles fue quizás, el que mayor supo reflejar en sus obras, los principios y dilemas espirituales de la Grecia clásica del siglo V a.C., Su reputación se sustentó fundamentalmente en la actividad teatral, a la que se dedicó toda su vida. En el 448 a.C. derrotó por primera vez al ya anciano Esquilo en el festival dramático anual. Obtuvo la victoria, cuanto menos en otras veinte oportunidades. Sófocles estableció varias modificaciones en la forma tradicional de la tragedia fijada por Esquilo. Sustituyó las trilogías encadenadas por las libres (compuestas de tres piezas conexas, pero completas en sí mismas). Con la introducción del tercer actor, Sófocles confiere un mayor dinamismo a los diálogos escénicos y a las acciones que éstos desarrollan. De Los 123 dramas se conservan solo siete: Ayax; Antígona; Edipo Rey; Las Triquinias; Filoctetes; Edipo en Colono y Electra. Cabe destacar que el teatro de Sófocles siempre fue fiel a una determinada concepción del mundo, según la cual éste se halla regido por leyes eternas, encarnadas en sus obras por los dioses, a las que los hombres se encuentran sujetos. A diferencia de Esquilo, no centró su teatro en la inexorabilidad del destino, sino que 6

Introducción al teatro griego. El contexto teatral destacó la capacidad humana para asumirlo y llevar una vida ligada a principios éticos. Para él no existía conflicto entre la necesidad cósmica y la libertad individual. La mayoría de sus personajes (Electra, Antígona, etc) ilustran la tesis de que es preciso soportar con nobleza las adversidades y los sufrimientos; y realzan la grandeza de la voluntad que se enfrenta a las consecuencias. Los protagonistas son de carne y hueso. No luchan contra los obstáculos exteriores o la fatalidad, sino contra las debilidades del corazón. Sin embargo, pese a todo, el idealismo de Sófocles, muchas veces influenciado por los héroes homéricos, fue capaz de crear adalides más que convincentes. Sófocles murió en Atenas en el 406 a. C. Fue elogiado por Aristóteles que hizo de su obra el modelo de la tragedia clásica, como el mayor de los dramaturgos griegos. Su obra puede considerarse la fuente de todo el teatro occidental.

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