Story Transcript
1. Progreso. Cambio, crecimiento, desarrollo y crisis. ¿El triunfo del capitalismo? 1.2. El capitalismo industrial.
1. Conceptos. - Domestic System. - Putting out System. - Factory System. - Revolución industrial. - Sector pautador. - Proletario / Proletarización. - Manufactura. - Mecanización. - Ludismo. - Acumulación primitiva de capital.
- Take off. - Mercado nacional. - Revolución agrícola. - “Enclosures”. - “Economía moral de la multitud”.
Vincent Van Gogh, Tejedor, interior con tres ventanas pequeñas (1884),
1.2.1. La protoindustrialización: la industrialización antes de la industrialización.
1. ¿Por qué surge la industria? Una de las grandes preguntas que se han planteado economistas e historiadores ha sido el porqué de la aparición de la industria. Una cuestión que ha llevado a plantear los motivos, causas y factores que han condicionado, favorecido y determinado el origen de la actividad industrial. Como fue Inglaterra el pais o región en donde tuvo lugar este magno proceso, las investigaciones se centraron en explicar qué es lo que allí ocurrió para dar paso a la industrialización. Teniendo en cuenta que el surgimiento de la industria no se explica por sí mismo, era necesario observar la evolución de otros ámbitos económicos, demográficos, políticos y sociales que diaran pistas para comprender este fenómeno de repercusiones globales. Y es que, ciertamente, el mundo no ha sido el mismo desde el nacimiento de la industrialización. No obstante, conviene desterrar desde ya una imagen que solemos tener del proceso industrial, fiel a ese concepto de “revolución industrial”, que nos hace considerar el nacimiento de la industria como un hecho explosivo, como por arte de magia, que en muy pocos años genera fábricas humeantes, movidas por máquinas de vapor, en nuevas ciudades industriales habitadas por tristes y míseros proletarios. Desde hace décadas, los economistas e historiadores han ampliado mucho el espacio temporal, trasladándose hasta el primer tercio del siglo XVIII, e incluso antes, para analizar el nacimiento de la industrialización. De tal modo que, esa imagen tan gráfica que asociamos a la industrialización se considera el resultado, el fin de un largo proceso que va desarrollándose muy lentamente, hasta que desemboca en la industria fabril que aparece ya bien entrado el siglo XIX. Hemos de tener en cuenta que la protoindustrialización se centra en la producción de manufacturas en el ámbito rural, una actividad que, sin ser novedosa en sí misma, implicó un proceso de cambio muy sustancial en las formas de producción y, lo que es más importante, en cómo organizarla. La producción de manufacturas ha existido siempre, es decir, siempre ha habido una fabricación manual de útiles y utensilios. A lo largo de la Edad Media, la producción de manufacturas vivió un franco desarrollo, al calor del desarrollo de las ciudades y dentro del complejo sistema gremial. No obstante, para descubrir el nacimiento de la industria, no hemos de fijarnos en esa actividad artesanal y urbana, que se extiende por toda Europa, ni siquiera en esas actividades manufacturaras llevadas a cabo por el estado en esos grandes talleres que se levantaron en la Edad Moderna, que podían parecer precursoras de las modernas fábricas. Todo lo contrario. Para descubrir los primeros pasos de la nueva era industrial, hemos de fijarnos no en las ciudades, ni tampoco en el trabajo artesanal y gremial, sino en el mundo rural, en donde una serie de agricultores compementaban sus labores agrícolas, bien esporádicamente, bien estacionalmente, con un trabajo manufacturero. Fue allí, en torno a una nueva manufactura rural dispersa, donde tuvo nacimiento eso que se llamó protoindustrialización. Un proceso que cobró su sentido y condujo a un desarrollo continuado gracias a otros factores que son los que le dieron sentido y promovieron su evolución. De ahí que este desarrollo de la protoindustrialización, que conduciría finalmente a la industrialización, tuviera su éxito en Inglaterra y, en cambio, fracasara en otros lugares, como en la propia España, en donde existieron actividades protoindustriales que no condujeron al desarrollo industrial. Veamos, pues, cuáles fueron esos factores que determinaron el origen y desarrollo de la industrialización. Examinad nuestra situación, considerad la ventaja que Dios y la naturaleza nos han dado, y el destino que se nos promete. Nos encontramos en los confines de la Europa occidental, en el principal punto de unión entre el viejo y el nuevo mundo. Los descubrimientos de la ciencia, los progresos de la navegación, nos han colocado a menos de diez días de Nueva York. En relación a nuestra población y a la superficie de nuestro país, tenemos una extensión de costas superior a las de cualquier otra nación, lo cual nos asegura la hegemonía y la superioridad en el mar. El hierro y el carbón, esos nervios de la producción, nos proporcionan en la gran competición de la industria una ventaja sobre nuestros rivales. Nuestro capital sobrepasa en mucho al que ellos disponen (...) Nuestro carácter nacional, las instituciones libres que nos administran, nuestra libertad de pensamiento y de acción, una prensa sin cortapisas que difunde todos los descubrimientos y todos los avances de la ciencia, se combinan con nuestras ventajas naturales y físicas para colocarnos a la cabeza de las naciones que se benefician del libre intercambio de sus productos. ¿Es entonces éste el país que se sustraerá de la competencia?" Discurso de Sir Robert Peel al Parlamento, 16 de febrero de 1846. 1. ¿A qué factores hacía referencia el entonces primer ministro de Inglaterra, Robert Peel, para explicar el adelanto económico inglés y, por tanto, su desarrollo industrial? Explica cada uno de ellos y comenta de qué modo favorecieron el éxito de la industrialización inglesa.
La agricultura tradicional implicaba que los campesinos cultivaban varias “tiras” en diferentes campos. Cultivos de trigo y cebada eran sembrados en rotación anual con la tierra dejada en barbecho cada tres años para su recuperación. Los campesinos compartían tras la cosecha las tierras en común y tenían derecho a extraer turba, madera, forraje y a dejar pastar a sus animales. El sistema era ineficiente. La tierra en barbecho y la siembra a voleo suponían un despilfarro. La ausencia de cercas suponía la extensión del número de enfermedades. Las epidemias y la falta de forraje en invierno se traducían en una ganadería pobre. Las innovaciones se retrasaban porque cualquier cambio necesitaba de aprobación unánime. Varios factores contribuyeron a la revolución agraria: las guerras contra los franceses (1793-1815) aceleraron la revolución al incrementar la demanda de alimentos, hizo subir los costes, los arriendos y los salarios y produjo escasez de mano de obra. La necesidad de ahorrar mano de obra condujo a numerosas patentes de sembradoras, cosechadoras, trilladoras (...) El crecimiento de las ciudades llevo a la especialización de cultivos. Resultaba viable para un campesino concentrarse en exclusiva en la producción de leche o de carne de vaca para el suministro de toda una ciudad (...). Leonora Ritter: Agricultural Changes. 1. Entre los factores que favorecen y permiten el desarollo industrial ocupa un lugar destacada la llamada “revolución agrícola”, que sucede con anterioridad a la “revolución industrial”. Explica los distintos procesos que tienen lugar en la actividad agrícola que son citados en el texto.
2. Eplica de qué modo favoreció esa “revolución agrícola” al desarrollo de la industria. Céntrate en los siguientes aspectos: -a) factor oferta (mano de obra); - b) factor demanda (capacidad de consumo, mejora del nivel de vida, crecimiento demográfico); - c) especialización regional/articulación del mercado nacional; d) acumulación primitiva de capital; - e) cambios en la organización de la producción; - f) mecanización.
2. ¿Qué es la protoindustrialización? Como ya hemos visto, lo que caracteriza al sistema protoindustrial es su carácter rural, doméstico y disperso, comenzando con el llamado “Domestic System”. Este sistema, en el que el propio agricultor era dueño de sus herramientas y artilugios (medios de producción), así como el que guiaba su propio proceso de producción, decidiendo cuándo, cuánto y cómo producir, lo que le garantizaba una cómoda forma de vida y un buen nivel, gracias al complemento que obtenía con sus ventas, que él mismo se encargaba de llevar al mercado. En esta actividad colaboraba toda la familia, y podía ocurrir que hubiera ayudantes, los llamados aprendices, que colaboraban en esta tarea. Con el tiempo, dio inicio a una nueva fase de la protoindustrialización, el llamado “putting out system” o “verlag system”, que implicó la progresiva pérdida de autonomia del productor, con la introducción del comerciante en este proceso. Su entrada tuvo lugar a consecuencia de la necesidad de abaratar los costes, por medio de una producción masiva de bienes, lo que implicaba controlar el proceso mediante una nueva forma de organización de la producción e ampliar el número de artesanos dedicados a la fabricación de manufacturas. El abaratamiento de costes implicaba también la compra masiva de materias primas y, con el desarrollo tecnológico que corrió en paralelo, la compra de máquinas más complejas y costosas, que el campesino-manufactuero ya no podía comprar por sus propios medios. Con todo ello, el artesano perdió el control del proceso de producción y de los propios medios de fabricación, trabajando a destajo para el comerciante, lo que supuso una importante pérdida de nivel de vida y una rebaja en su estatus social. Además, la necesidad de cumplir con los encargos, llevó a su completa dedicación al trabajo manufacturero, convirtiéndose en su tarea principal y abandonando su antigua condición de agricultor. Este proceso, que afectó principalmente en la producción de textiles, que fue el verdadero sector pautador de la industrialización, implicaba la especialización y separación de las dos funciones que incluía la producción de textiles, la de hilar y la de tejer, que antes realizaba conjuntamente el artesano. Por último, el propio desarrollo tecnológico, que derivó en el uso de máquinas movidas por una fuerza motriz no humana, exigía trasladar la producción a lugares que contaban con corrientes de agua en primera instancia y, en donde podían situarse las máquinas de vapor después. Tan importante como esto era la propia necesidad de los capitalistas de controlar cada vez más y mejor a la mano de obra, para optimizar la producción, lo que condujo a concentrar a los trabajadores en las factorías, para optimizar su trabajo y abaratar los costes. Todo ello condujo a la última fase del proceso protoindustrial, el “factory System”, y con ella, el nacimiento de la fábrica industrial o la industria fabril. En todo este proceso, que duró décadas, fueron esenciales varios vectores. En primer lugar, las transformaciones en la organización y gestión de los procesos de producción, que condujo a la evolución del comerciante en el moderno empresario. Un segundo vector lo constituyó el desarrollo tecnológico, con la invención de nuevos artilugios y máquinas, que revolucionaron los modos y medios de producción. Por último, las propias materias primas y fuentes de energía, con el paso de la lana al algodón y la utilización del carbón como fuerza motriz de la nueva industria. Se vio a personas de calidad disfrazarse con tapices de las indias que , muy poco tiempo antes, sus sirvientes habrían encontrado demasiado vulgares para ellos. Las indianas de algodón recibieron un ascenso , del suelo se subieron a la espalda, de alfombras se transformaron en refajos, y a la misma reina le gustaba en aquel tiempo mostrarse vestida de China y de Japón, quiero decir de sederías y calicós estampados, pintados o decorados. Y no era esto todo , pues nuestras casas, nuestro gabinete , nuestro dormitorio, también fueron invadidos: cortinas , cojines , sillas y hasta las mismas camas no fueron más que calicós e indianas. Daniel Defoe, The Review, enero de 1708
El término Factory System designa, en tecnología, la operación combinada de muchas clases de trabajadores, adultos y jóvenes, que vigilan cuidadosamente una serie de máquinas productoras, impelidas continuamente por una fuerza central. Esta definición incluye organizaciones tales como fábricas de algodón, de lino, de seda y ciertos trabajos de ingeniería; pero excluye aquellos en los que el mecanismo no forma series conectadas o no dependen de un motor inicial. Ejemplos de esta clase los tenemos en el trabajo del hierro, tintorería fábricas de jabón, fundidores de bronce, etc. La principal dificultad, a mi juicio, no se debe tanto a la invención de un mecanismo automático para estirar y retorcer algodón en un hilo continuo como a la distribución de los diferentes elementos del aparato en un solo cuerpo cooperativo, que mueva cada órgano con una delicadeza y velocidad apropiadas, sobre todo que acostumbre a los seres humanos a renunciar a sus inconexos hábitos de trabajo, y a identificarse con la invariable regularidad del complejo automático. Idear y proporcionar un apropiado código de disciplina del trabajo en fábrica, adecuado a las necesidades de las exigencias de la automación, fue la empresa hercúlea, la espléndida realización de Arkwright. Incluso actualmente, cuando el sistema se ha organizado perfectamente y su labor simplificada hasta el máximo, es casi imposible convertir a personas que han pasado de su pubertad, ya procedan de ocupaciones rurales o artesanas, en útiles obreros de fábrica. Después de luchar durante un espacio de tiempo en dominar sus descuidados e inquietos hábitos, terminan por renunciar espontáneamente a su empleo o por ser despedidos por sus patronos en razón de su falta de atención al trabajo. Philosophy of Manufactures, 1835. Con el desarrollo de las zonas rurales como centro de producción alternativo, especialrnente de fabricación de tejido de lino y paños de lana, el capital mercantil pudo conectar con el "trabajo doméstico", es decir con la producción de géneros manufacturados para las necesidades propias. La transición hacia la producción para el mercado, sin embargo, sólo fue posible ahi donde existía una capa de productores agrarios sin o con mínimas propiedades rústicas, que se hallaban a expensas de una ganancia suplementaria. Si en un principio la actividad manufacturera constituia una ganancia suplementaria, principalmente en los meses de invierno, y la manufactura, mas o menos un anexo a la agricultura, en muchas zonas se despojó gradualmente de su encorsetamiento y se convirtió en la fuente de ingresos principal. El tejedor "campesino" se transformo en un tejedor “protoindustrial". La manufactura que apareció fuera de las ciudades era, en consonancia con su forma de organización, una industria doméstica. Su núcleo consistia en la economia de pequeños productores manufactureros, organizada en torno a la familia y con una producción destinada a mercados relativamente lejanos. Las relaciones de producción en las que estaba inserto ponian en evidencia el hecho de su dependencia del capital mercantil en muchos aspectos, no sólo en la salida de la manufactura, sino también, en parte, en el suministro de las materias primas. Sin embargo, [el capital mercantil] permaneció alejado de la esfera de la producción, para preservar su "versatilidad"; incluso en aquellos casos en los que organizó a los pequeños productores, penetrando así en la esfera de producción, la producción continuaba estando apartada de la esfera de la circulación. Peter kriedte, “La ciudad en el proceso de protoindustrialización europea”. 1. Elabora un esquema de la protoindustrialización, con sus distintas fases, procesos que incluye, relaciones de producción y condicionantes que marcan su evolución.
2. Qué supuso la progresiva sustitución de la lana por el algodón (las indianas, tal y como se les conoció) como materia prima para la elaboración de los textiles?
3. La evolución del proceso protoindustrial, ¿qué implicó para el manufacturero, desde el punto de vista de su autonomía, calidad y nivel de vida e incluso estatus social? ¿A qué se debieron esos cambios?
4. ¿A qué se debió el nacimiento de la fábrica como centro de producción, es decir, la industria fabril?
3. La tecnología y la mecanización: el motor del cambio. El sector textil satisface una de las demandas más generalizadas, destinado a producir artículos de primera necesidad. En este sector se fueron produciendo, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, transformaciones fundamentales que afectaron, en primer lugar a las materias primas -consecuencia de las nuevas relaciones comerciales derivadas de los imperios coloniales europeos en América y Asia, capitalizadas principalmente por Inglaterra-, utilizándose masivamente el algodón en sustitución de la lana, abriéndose un nuevo mundo en los artículos y géneros, gracias a la mayor versatilidad del algodón. Posteriormente, ya avanzado el siglo XVIII, los cambios se centraron en la tecnología y en los procesos de producción (organización del trabajo y espacios de fabricación), que fueron enlazados e íntimamente relacionados. Las innovaciones que se fueron produciendo perseguían el cómo producir mayor cantidad de tejidos al menor tiempo y con el menor coste y, por tanto, obteniendo más beneficio para los empresarios, sin importar en ese momento, es cierto, las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores. La producción de textiles engloba dos procesos fundamentales: el hilado y el tejido. Dos procesos que se vieron afectados mutuamente con las innovaciones que se fueron ideando en una y otra fase. El primer artilugio que se inventó, la "lanzadora volante", patentado por el británico John Kay, fue toda una transformación en los telares de los tejedores, dando inicio a un vertiginoso proceso de inventos en el hilado al objeto de satisfacer una creciente demanda de hilos para abastecer a unos telares que tejían piezas más grande y cada vez más rápidamente. Para algunos historioadores, estas innovaciones, obra de artesanos y pequeños emprendedores, fue la clave de la revolución industrial. La necesidad de hilar más cantidad de bovinas de hilo en menor tiempo, llevo a idear nuevos artilugios que superaran la tradicional forma de hilar por medio del huso y la rueca, que los hilanderos realizaban en sus casas, por medio del trabajo doméstico, que complementaba con la actividad agrícola que seguían realizando. El objetivo era conseguir hilar cuantas más bovinas mejor, gracias a una fuerza motriz que superara la capacidad de los brazos humanos, primero por medio de la corriente de agua y, posteriormente, la máquina de vapor. Estos nuevos inventos llevaron a cambios sustanciales en la forma de producir, conduciendo a los hilanderos a las nuevas factorías o fábricas, que las nuevas máquinas obligaban a fundar, tanto por el uso de las nuevas energías como por el tamaño y coste de las mismas, que ni podían acometer los trabajadores ni cabían en sus talleres dométicos. Esto provocó una importante pérdida del nivel y calidad de vida de los hilanderos, que se vieron empujados a desplazarse a las nuevas ciudades industriales en donde los empresarios textiles situaban sus nuevas factorías. Unos cambios que no estuvieron exentos de conflictos, origen de las protestas obreras, fruto de unos hilanderos que veían en estos nuevos artilugios la causa de su empobrecimiento, naciendo lo que vino a denominarse movimiento "luddita" o mecanoclasta. Una vez realizados los avances en el hilado, fue en el tejido en el sector en el que se produjeron las innovaciones y los inventos, empujado por la rapidez y bajos costes con el que se producía hilo. Los empresarios buscaban reducir ahora el coste del trabajo de los tejedores, que eran los más cualificados y los mejor pagados. Este proceso desembocaría en la creación de nuevas máquinas que pudieran tejer movidas por la nueva máquina de vapor y, en consecuencia, acabando con el trabajo de los tejedores en sus talleres domésticos y desplazándolos, como a los hilanderos, a las fábricas de las nacientes ciudades industriales, hasta hacerles desaparecer sustituidos por las nuevas máquinas. Se había producido lo que ha venido a denominarse una verdadera revolución industrial, que afectaba a la forma de organizar el trabajo y a la sociedad en su conjunto, con los nuevos trasvases de población a la ciudad y el surgimiento de la que se llamaría la clase obrera o proletaria. Los protagonistas de esta historia fueron aquellos inventores, artesanos y comerciantes de clase media ,que idearon artilugios mecánicos con los que mejorar la producción de paños, que venían realizándose, hasta entonces, de la misma manera que hacía siglos, revolucionando no sólo la tecnología y la forma de producir, sino la realidad económica y social del mundo, dando nacimiento a una nueva era.
1. Busca información de los siguientes inventores y de sus correspondientes inventos: John Kay, Richard Arkwright, James Hargreaves, Samuel Crompton y Edmundo Cartwrignt.
2. ¿Qué repercusión y trascendencia tuvieron estos artilugios aplicados a la producción de textiles? ¿Por qué? ¿Qué consecuencias produjo en el proceso de la protoindustrialización?
4. Las consecuencias sociales de la protindustrialización: el ludismo y los orígenes del movimiento obrero. Siguió la lógica por la que los tejedores sin más, acabaron en la miseria. Al principio, los tejedores de punto fueron propietarios de sus telares. Sin embargo y como casi siempre, la producción de tejidos terminó controlada a grandes rasgos, por los imponentes comerciantes intermediarios y calceteros. La firmeza que adquiere ese personaje, incentiva la aparición de intermediarios de menor vuelo, que convencen a los tejedores que les entreguen a ellos los artículos para ahorrarse viajar hasta donde residen los grandes calceteros intermediarios. Lo anterior, estimula la competencia entre los tejedores de medias que laboraban en sus casas y los que debían atarearse en un taller, insignificante o de envergadura. Los precios caen a tal extremo, que los tejedores que eran todavía propietarios, incluso de un pequeño trozo de suelo, tienen que laborar ya en los talleres. En simultáneo, afloran especuladores que invierten para alquilar telares. Los tejedores se sienten agraviados, no únicamente por no ser reconocidos con una paga elevada en su arte, sino en virtud de que los talleres exigen modificar sus costumbres, recortan arbitrariamente sus ingresos con multas, aumentan el alquiler de su principal herramienta de trabajo y ellos deben cargar en sus pagas raquíticas, lo que tienen que abonarle a una costurera, y gastar en aceite, en agujas (en síntesis, deben invertir en los costos, materias, materias auxiliares y materias primas). Los “Muchachos de Sherwood”, ése era el sobrenombre de los luditas, a los cuales se los consideraba unos cuasi herederos de Robin Hood. Pero más allá del romanticismo de la imagen, lo que habita en esto es el prejuicio de que los luditas fueron unos hombres necios, analfabetos, cerrados a la introducción de maquinaria. No era así en absoluto. El ludismo integró esa gran tradición de resistencia que, antes de él, se plasmó en la inundación de pozos mineros, en el incendio de las propiedades de los acomodados
que faltaban a la “economía moral”, en la destrucción de materiales, materias auxiliares y materias primas, entre otras acciones. Esas medidas fueron en su momento, no sólo un intento desesperado por congelar el mundo precapitalista de costumbres, sino acciones para amedrentar a empleadores inescrupulosos, ahuyentar a los esquiroles u ocupados ilegales y para “acompañar” las huelgas o medidas de otro carácter. Mas, el ludismo se diferencia de esta tradición de lucha en que era un movimiento cuasi insurreccional. No quiere decir que fuera revolucionario, pero era un movimiento amplio que estaba radicalizado y que, de forma confusa e intuitiva, bregaba por objetivos laborales de largo alcance. Sin embargo, tenía un costado revolucionario y ése es uno de los aspectos que se subestimó y, en segundo término, estaba organizado, a pesar de lo confuso e intuitivo que pudiera ser. Edgardo Adrián López, Formas de resistencia y grupos subalternos británicos, 2009. 1. ¿Qué condujo a los tejedores a abandonar sus talleres domésticos y dirigirse a las fábricas?
2. ¿Qué supuso para ellos este cambio de categoría, el pasar de ser artesanos para convertirse en proletarios? ¿Cuáles eran las condiciones laborales y de vida para este naciente proletariado?
3. ¿Por qué los tejedores, dentro del movimiento ludita, atacaban las máquinas? ¿Cuáesl eran los objetivos y fines que perseguían? ¿Se puede decir que era un simple “mob”, es decir, simples motines o explosiones de ira irracional? ¿Por qué? ¿Qué significa e implica la consideración del ludismo como el origen del movimiento obrero?
5. La protoindustrialización en España. 1. Elabora la gráfica con los datos de la tabla relativa a la introducción de máquinas de hilar en la industria textil catalana. Motores
Husos
- Husos manuales - Husos mecánicos: - Water-frames - Throstles o continuas - Mule-jennies - Slefactinas - Tipo de motores (en C. V.): - Caballos - Agua - Máquina de vapor
1807
1830
1841
1850
1860
Es claro que en España sólo hay dos ejemplos (uno en Galicia, otro en el prelitoral catalán) que, cada uno a su manera, podrían encajar en el concepto. Otra postura es ampliar el concepto a todas aquellas actividades con importancia económica. Esta importancia podría caracterizarse por el número de personas empleadas, la incidencia en la vida social, el grado de comercialización de sus productos o la aportación a la renta nacional. En ese caso, hay muchas zonas protoindustriales (Cameros, Béjar, Tierra de Campos, Los Pedroches, etc.). Me parece peligroso utilizar el concepto de protoindustria para explicar la posterior industrialización o su ausencia. Caeríamos en el mismo error que al tratar de aplicar el modelo inglés de revolución industrial a todos los casos. Hablando del concepto rígido de protoindustria, hay regiones que nunca la tuvieron y se industrializaron, otras que la tuvieron e hicieron su transición y otras que, con protoindustria o sin ella, se desindustrializaron. En definitiva, la fase protoindustrial pura, que en España apenas existe es una etapa posible en el camino de la industrialización que, obviamente, facilita la transición, porque su sola presencia nos habla de un mayor .peso de la industria en todo el contexto socioeconómico regional. De alguna manera, sería ya un primer paso de esa transición. Lo que de verdad interesa conocer a fondo es una realidad industrial, sus características, su pasado, su incardinación socioeconómica y sus posibilidades de futuro (o, mejor dicho, las posibilidades de futuro de esa zona, con industria o sin ella). El contenido conceptual de la protoindustrialización, tan rico como es, supone una excelente metodología comparativa, siempre que no se caiga en el error de suponer que todo tuvo que ocurrir igual que en el modelo. Agustín González Enciso “La protoindustrialización en España”. 1. ¿Qué significa eso de “concepto rígido de protoindustria” o “fase protoindustrial pura”? ¿Qué implica en la evolución industrial de una región? En el caso de España, en dónde puede considerarse que ha tenido lugar? ¿Por qué?
2. ¿Es necesario, como en el caso inglés -el gran modelo-, que toda región o país para llegar a industrializarse desarrolle previamente una fase protoindustrial? ¿Por qué?