6 Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle 6.1. El crecimiento de la violencia en Venezuela 6.2. La violencia hacia la mujer 6.3. La violencia hacia niños, niñas y adolescentes 6.4. Niños, niñas y adolescentes en situación de calle 6.5. Abuso y explotación sexual 6.6. Consideraciones finales Resumen de indicadores sobre violencia y maltrato

6.1. El crecimiento de la violencia en Venezuela Si bien diferentes factores han influido en el cambio de las estructuras de la mortalidad en Venezuela en las últimas décadas, logrando posponer como resultado la edad de la muerte, también se ha observado que desde finales de los 80 la violencia en Venezuela ha aumentado a tal punto que los cambios en los patrones de mortalidad de la población entre 15 y 30 años son drásticos. Una demostración de la importancia de estos cambios se reflejó en el taller sobre "Políticas Públicas para la Prevención y Atención de los Accidentes y otros Hechos Violentos" organizado por el MSDS y otros organismos en marzo del 2005, donde se constató, mediante cifras oficiales, que a partir del 2002 los hechos violentos 1 son la primera causa de mortalidad general con una tasa de 96,3 por 100 mil habitantes. Este aumento no se ha dado de manera paulatina sino súbita. Para el año 1990, se producían un promedio de 6,7 homicidios diarios, cifra que era relativamente baja en comparación con los países de la región, dando por sentado que la violencia no era una urgencia dentro de la agenda de acción pública. Entre 1994 y 1998 este promedio llegó a los 12 homicidios por día. Para el año 2003, el promedio diario de homicidios es de 36,43 . Esta tendencia tiene dos rasgos que son claves para nuestro trabajo. Primero, el aumento de las muertes por violencia tiene un fuerte componente en las poblaciones juveniles tal como se ha mencionado en el capítulo sobre las características generales de la población. Las tasas de mortalidad

de la población juvenil en Venezuela por los años 90 eran similares al promedio de América Latina y el Caribe, alrededor de un 2% y 6%. Los países con mayores niveles de violencia acusaban tasas de mortalidad juvenil entre el 8% y el 10%. Para el año 2001, Venezuela empezó a mostrar tasas de mortalidad que se acercaban a las de estos países. Segundo, las muertes violentas amenazan principalmente a la población masculina4 . Si bien las tasas de homicidios entre 1996 y 2002 se duplicaron tanto para la población femenina como la para la masculina, 2,1 por 100 mil en 1996 y 5,2 por 100 mil en 2002 para las mujeres y 27,4 por 100 mil en 1996 y 53,7 por 100 mil en 2002 para los hombres, es evidente la brecha entre unos y otros5 . Siendo que las cifras de homicidios se componen principalmente de muertes violentas fuera del hogar, casi siempre vinculadas a hechos delictivos como atracos y ajustes de cuentas, pudiera pensarse en consecuencia que éstas no reflejan necesariamente la violencia doméstica. No obstante, si la reflejan. La literatura sobre la violencia familiar y el maltrato infantil y su relación con la violencia fuera del hogar6 ha reseñado que las conductas criminales de los

Recuadro 6.1 Para el año 1998 3,4 menores de 20 años morían diariamente por agresiones y otras causas externas; en el año 2003 este promedio diario es de 7,8 menores de 20 años de los cuales 7,1 son hombres y 0,7 son mujeres2 .

1 Incluye accidentes de todo tipo, homicidios, suicidios y resto de muertes violentas. 2 Cálculos realizados a partir de los Anuarios de Mortalidad del MSDS considerando las muertes por agresiones y el resto de muertes violentas. 3 Briceño-León: 2004, pp.114. 4 Freitez: 2003, pp. 47. 5 Huggins: 2004, pp. 5. 6 Stanley; Goddard: 2004, pp. 51-68.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle adultos fuera del hogar se asocian con experiencias de violencia familiar y maltrato infantil durante su niñez. De hecho, el adulto que expresa conductas violentas en la calle, seguramente las expresa también en su casa.

hay acuerdo en señalar que el fenómeno es más común de lo que se supone y que se retroalimenta con otras formas de violencia como también con otros problemas sociales como la pobreza, el desempleo y el embarazo precoz7

Todas las formas de violencia desde las peleas entre jóvenes hasta el uso excesivo de la fuerza policial - son indicadores de que ésta progresivamente se va institucionalizando como una forma más de interacción social, con sus propias pautas y patrones, para ejercer dominio, solucionar problemas o expresar desavenencias. Cuando la violencia pasa a ser una forma de interacción social dentro del hogar, el cual se supone que es un entorno seguro para las personas, en particular para los niños y las niñas, se está evidenciando los niveles de tensión y desintegración social que se agudizan en tornos a las familias. Cuando la violencia crece en número, también está creciendo en alcance.

Ciertamente, la violencia doméstica da lugar a otras conductas sociales indeseables como la mendicidad, los niños y las niñas de la calle, la explotación sexual, el abuso del alcohol y de las drogas. Son problemas que se relacionan con el abandono temprano de la escuela, el embarazo precoz, la ausencia de oportunidades productivas para los jóvenes y la agudización de la pobreza. No obstante, también hay que resaltar que no necesariamente se trata de un problema de las clases pobres; algunos indicadores que presentaremos sugieren que la violencia doméstica puede estar también afectando a las clases profesionales.

Pese a la deficiencia de los registros sobre el tema de la violencia doméstica en Venezuela,

Es posible tener una idea introductoria de magnitud del problema haciendo uso de los anuarios de mortalidad del MSDS aunque la violencia y el maltrato

no se expresan solamente en los hechos fatales. Considerando entonces exclusivamente a la violencia como causa de muerte, en el cuadro anterior se puede observar que para el año 1998, el 15,1% de las muertes registradas se debía a causas externas ; para el año 2003, este porcentaje llega al 20,2%. El incremento de muertes por causas externas8 entre estos años es de 9.365 casos, de los cuáles un 64% proviene del aumento de las muertes por agresiones (5973 casos de más que representan un aumento del 212%) y un 31% del resto de muertes violentas (2872 casos de incremento entre dichos años). Cabe resaltar, que de los 6372 casos del año 2003 por estas causas, 4644 se refieren a la categoría "disparo de otras armas de fuego y las no especificadas, de intención no determinada". Esto lleva a considerar ambas categorías, muertes por agresiones y resto de muertes violentas, como expresión de muertes por violencia intencional. Dentro de este aumento de la violencia, los adolescentes y los jóvenes llevan la peor parte. Entre

Cuadro 6.1 Venezuela. Porcentajes y número total de muertes por causas externas respecto al total de muertes según grupos de edad. 1998-2003

Fuente: Anuarios de Mortalidad, MSDS, varios años. 7 CECODAP, FONDENIMA, AVESA, INAMUJER, PROVEA. 8 Accidentes de transporte, suicidios, agresiones, otras causas externas y otras causas violentas.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

Cuadro 6.2 Venezuela. Incremento anual de muertes por agresiones y resto de muertes violentas en relación al año 1998 según grupos de edad. 1998-2003

Fuente: Anuarios de Mortalidad, MSDS, varios años; cálculos propios

1998 y el 2000, en promedio, el 70% de muertes de personas entre 15 y 19 años tenía por causa hechos externos; este porcentaje llega a un 77% entre el 2002 y el 2003. Al considerar las causas por agresiones y resto de muertes violentas en conjunto, tenemos que el aumento entre los años en cuestión para la población entre 5

y 9 años es de un 37%; entre 10 y 14 años es de un 100% y entre 15 y a 19 años un 155%. Dentro de estos incrementos, los varones presentan las mayores cifras. Por cada niña entre 5 y 9 años que tiene por causa de muerte tanto agresiones como resto de muertes violentas desde 1998

Gráfico 6.1 Razón de muertes por agresión entre hombre y mujeres por grupos de edad 30 10 a 14 25 15 a 19 Ratio

20

20 a 24

15 10 5 0 1998

1999

2000

2001

2002

2003

Años

Recuadro 6.2 El abordaje analítico del tema de la violencia plantea serias dificultades metodológicas en tanto que gran parte de estos hechos carecen de datos nacionales representativos. Más aun, pueden registrarse casos reportados de manera eufemística como "caídas de sus pies" y "caída de altura" dentro de las mismas estadísticas de mortalidad o morbilidad10. A esto hay que añadir el problema del subregistro y la no-denuncia que pueden estar encubriendo los más sombríos. 9 Freitez: 2003, 58. 10 Huggins, 2005, 7.

hasta el 2003 (136 casos), han muerto en promedio dos niños por las mismas razones (252 casos). Esta razón llega a 3,2 para los niños entre 10 y 14 años (204 casos de niñas contra 644 casos de varones). Para la población entre 15 y 19 años la razón promedio es de 13 (731 contra 9134 casos). A medida que se avanza en los años, las brechas del grupo entre 15 y 19 años se amplía: de una relación de 10 muertes masculinas por cada muerte femenina a 17,7 muertes masculinas por cada muerte femenina para el año 2003. La población femenina también se ha visto expuesta a la violencia, ciertamente no con la magnitud de los varones. El incremento de casos en las muertes de niñas entre 5 y 9 años por causas de agresión y otras muertes violentas ha sido del 59%, para las niñas entre 10 y 14 años ha sido del 83% y entre 15 y 19 años del 49%. Estas cifras de mortalidad juvenil masculina y femenina nos colocan, junto a Brasil y Colombia, entre los países con las mayores tasas de la región9 Esto no es sino la expresión más tangible de un problema grave y complejo que se combina con otros que la sociedad venezolana experimenta como la pobreza, el desempleo, la debilidad institucional y los altos niveles de impunidad.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle La violencia tiene otras expresiones menos visibles pero también complejas. No obstante se resaltarán aquéllas de carácter más general que, justamente, permiten reflejar la gravedad del problema. Estas expresiones son: -

Violencia hacia la mujer Violencia hacia niños, niñas y adolescentes Niños, niñas y adolescentes en situación de calle Abuso y explotación sexual

6.2. La violencia hacia la mujer La violencia intrafamiliar abarca, principalmente, dos formas de maltrato: aquél que está fundado en las relaciones de género y aquél que está dirigido hacia los niños, niñas y adolescentes. En ambos casos, es un problema que se potencia con otras expresiones de agresividad como la violencia callejera, los agresores que fueron objeto de maltrato infantil, conductas delictivas, entre otros; luego, pueden tener como resultado, además de la muerte o de la secuela física y/o psicológica,

la génesis de otras desviaciones como los niños, niñas y adolescentes en situación de calle o explotados sexualmente y los niños, niñas y adolescentes que luego entran en conflicto con la ley. En este primer apartado nos referiremos a lo que sería la violencia hacia la mujer. La violencia hacia la mujer no se refiere sólo a los casos de violencia física. Ésta comprende también la violencia psicológica y otras formas de atropellos hacia los derechos de las mujeres. Los datos sobre los casos atendidos por la Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer permiten ilustrar estas formas de atropello. El detalle mensual de estos casos se presenta a continuación: La violencia hacia la mujer empieza a ser un tema más público a partir de 1998 con la promulgación de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia y con la reestructuración del antiguo Consejo Nacional de la Mujer, actualmente Instituto Nacional de la Mujer. El hecho de que se abran estos espacios para la denuncia puede hacer que a veces las cifras señalen más la disponibilidad a denunciar los casos que el fenómeno mismo de la violencia.

Presentamos a continuación la información que arrojan las diferentes fuentes consultadas sobre el tema de la violencia hacia la mujer.

La violencia hacia la mujer se da mayoritariamente en las relaciones de pareja en edad productiva A través del servicio telefónico 0800 Mujeres que consiste en una línea de servicio gratuito, confidencial y de cobertura nacional para las víctimas de la violencia hacia la mujer11 , INAMUJER reportó que para el año 2004 se recibieron 2895 llamadas, de las cuales un 71,4% consistía en casos de violencia. De estas últimas, un 91% eran casos de violencia intrafamiliar, casi siempre (70%) ocasionados por una pareja o ex-pareja. En el informe realizado para UNICEF12 sobre las denuncias recibidas en este servicio indican que en el 97% de los casos se trata de mujeres agraviadas. En otra fuente13 se puede observar que entre un 80% y 95% de los casos de violencia intrafamiliar fueron realizados por la pareja. Una tercera fuente, el "Boletín en Cifras", apunta que en

Cuadro 6.3 Relación de materias de casos atendidos por la Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer. 2004

Fuente: INAMUJER 11 El servicio se puso en marcha el 25 de noviembre de 1999 y es atendido por un grupo especializado en atención psicológica primaria. 12 Azpurua: 2003. 13 Guerrero; Sánchez: 2004. Este trabajo reprocesa la información de las fuentes de información que son utilizadas en los tres números editados del "Boletín en Cifras"

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle Cuadro 6.4 Tiempo en la relación y tiempo viviendo en violencia. Enero-octubre 2003

informe de Azpurua sobre el servicio 0800 Mujeres reporta que en un 29% el tipo de violencia es psicológica y en un 61% la violencia es física. En el trabajo realizado por Guerrero y Sánchez se reseña que existe un aumento en el uso combinado del maltrato físico y del maltrato psicológico La violencia doméstica pareciera ser un fenómeno urbano

Fuente: CEM-UCV, "Boletín en Cifras: Violencia contra las Mujeres", 2004.

el 79% de los casos, el agresor es la pareja. Las diferentes fuentes acuerdan en que el rango de edades tanto de agresores como de las agredidas o agredidos se mueve entre los 20 y 40 años.

actos violentos reseñados en esta fuente está entre diaria (44% de los casos) y semanal (14%) y no necesariamente asociado a alguna causa inmediata, si bien en el 32% es drogas y/o alcohol.

La violencia hacia la mujer y la violencia doméstica se suceden dentro de relaciones duraderas, incluso son casos reincidentes

La violencia doméstica también tiene componentes psicológicos

Siendo que este tipo de violencia suele sucederse dentro de las relaciones de pareja, los datos indican que la tendencia apunta a relaciones con cierto tiempo de duración. De los casos registrados por el "Boletín en Cifras"14 , un 59% se dio en relaciones con más de 6 años de duración y en un 74% de los casos, las víctimas han soportado la violencia 5 años o menos, siendo que un 14% han mantenido la relación por 15 años o más. Los reportes de la línea 0800 Mujeres 15 apuntan también que el tiempo de relación de la pareja es largo. Sólo un 16% tiene menos de tres años, un 39% entre 4 y 11 años de relación, un 21% entre 12 y 19 años y el resto, 9%, más de 19 años. Un 15% no informa sobre el tiempo de duración de la relación. Por otro lado, la frecuencia de los 14 CEM - UCV, 2004. 15 Azpurua, 2003.

El "Boletín en Cifras" señala la importancia del componente psicológico en los casos de violencia doméstica: 42,7% de los casos son de violencia psicológica y en el 60,3% de los casos las secuelas son psicológicas; la violencia física se da en el 37,6% de los casos. Por otro lado, en el

Los reportes telefónicos de la línea 0800 Mujeres indican que el fenómeno tiene por principal escena estados donde se encuentran los grandes centros urbanos: Distrito Capital (34%), Miranda (9%), Carabobo (6%), Aragua (4%) y Zulia (3%). Esto es lógico en la medida que estos estados también presentan la mayor concentración poblacional. Es probable, por otro lado, que exista una mayor conciencia tanto de la violencia doméstica como de los canales para la denuncia. No obstante, también pudiera argumentarse que es justamente en los centros urbanos donde se dan las dinámicas sociales que se asocian a la violencia doméstica y la violencia hacia la mujer como lo son las conductas criminales o las

Cuadro 6.5 Frecuencia de los eventos violentos y factores que lo influencian. Enero 2001 - marzo 2003

Fuente: Azpurua, Marisela, "Interpretación de los datos recolectados a través de la línea de atención telefónica 0800-Mujeres". 2003

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle Cuadro 6.6 Tipologías de violencia y secuelas de la violencia contra la mujer. Enero-octubre 2003.

Fuente: CEM-UCV, "Boletín en Cifras: Violencia contra las Mujeres", 2004.

presiones económicas. Ciertamente, para confirmar estas tendencias haría falta desarrollar un sistema de recolección de información representativo a escala nacional con el fin de desarrollar estudios a profundidad.

Mujeres 17 , de las consultas realizadas entre enero 2001 y marzo 2003, un 20% tenía nivel educativo universitario; en el caso de los agresores, las consultas telefónicas refieren que en un 14% tienen una instrucción universitaria.

La violencia hacia la mujer y la violencia doméstica no es sólo un fenómeno de los sectores desescolarizados

Respuestas institucionales Además de la línea de servicio telefónico 0800 Mujeres, se han dado también otros adelantos institucionales en materia de atención y prevención de la violencia hacia la mujer. Tal es el caso de la Ley sobre Violencia contra la Mujer y la Familia promulgada en 1998 así como la creación de la División contra la Violencia a la Mujer y la Familia en el CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) en el año 1999 y la creación de la Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer.

El trabajo de Guerrero y Sánchez recoge que, para el año 2000, en un 80% de los casos las víctimas tenían un nivel universitario de educación; para el año 2001 este porcentaje era del 41% y en el 2003 se reduce a un 13,5%. Dada la variación de los datos en un período de tiempo tan corto, es posible considerar algún sesgo desconocido en la información. Si tal es el caso, de todas maneras, los datos pudieran sugerir que, primero, la violencia intrafamiliar es también un fenómeno de los estratos altos de la sociedad y, segundo, que existe una disposición creciente a la denuncia en los sectores más humildes. El "Boletín en Cifras" señala que el nivel de instrucción de la agraviada puede ser prácticamente cualquiera, un 39,4% de los casos tiene un nivel educativo de básica o menos; del 61% restante, un 19% llegaron a la educación superior16 En el caso de la línea 0800

INAMUJER también ha realizado algunos avances significativos en la materia, dentro de los cuales se puede señalar el Plan Nacional de Prevención de la Violencia hacia la Mujer 2000 - 2005 y la puesta en marcha de las Casas de Abrigo donde el Estado presta asistencia a las mujeres y sus hijos e hijas víctimas de violencia y donde reciben atención psicológica, jurídica y pedagógica por parte de un equipo multidisciplinario.

Igualmente se han realizado campañas de sensibilización dirigidas a la población en general sobre el tema de la prevención de la violencia y planes de capacitación de funcionarios y funcionarias de los órganos receptores de denuncia, a fin de proporcionar las herramientas necesarias para brindar una ayuda primaria óptima a las mujeres víctimas de violencia.

Observaciones finales Dada la dispersión de la información y el subregistro de los casos, aunado a la ausencia de coordinación entre organismos públicos y privados, es difícil percibir el comportamiento de la violencia hacia la mujer a lo largo del tiempo. Igualmente, es altamente probable que se estén obviando algunos perfiles importantes sobre el desarrollo y las tendencias del problema. Sin lugar a dudas, el fenómeno pudiera ser más complejo en cuanto a los estratos sociales y ámbitos geográficos se refiere puesto que, más allá de los grandes promedios, hay que considerar una cantidad de casos no reflejados en los datos. Si bien la tendencia de la violencia doméstica pareciera ser del hombre hacia la mujer dentro de las relaciones de pareja, combinando violencia física con la violencia psicológica, hace falta afinar la información para poder precisamente capturar las diferencias. Algunas informaciones de índole oral apuntan, por ejemplo, a la existencia de patrones de violencia en las relaciones de noviazgo y a la replicación de patrones violentos aprendidos agresores que fueron agredidos. La experiencia de países como Colombia ha demostrado la importancia de diseñar sistemas de monitoreo y seguimiento para

16 El trabajo de Guerrero y Sánchez incluye los datos del "Boletín en Cifras" del 2003. La inconsistencia entre ambas cifras se debe a que el primero reagrupó los datos de este boletín con el fin de hacerlos comparables con los años 2002 y 2001. 17 Azpurua, 2003.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

Recuadro 6.3 "La exclusión de lo social en el reconocimiento del problema de la violencia sexualizada contra las mujeres se produce en parte debido a la reacción de las víctimas. Muchas de ellas lo hacen con vergüenza, la cual permanece largo tiempo después de la experiencia… Sin embargo, las mujeres no callan solamente por vergüenza, sino también por miedo a convertirse en víctimas por segunda vez, en vista de la imposibilidad de ser oídas y de que les den la razón. Silencio, tabúes, escándalos e impunidad son las formas de reacción frente a la violencia contra las mujeres e impiden que la violencia sexualizada contra ellas sea considerada como un problema social." BRAIG, Marianne (2001) "Repensando los procesos de violencia en América Latina. La violencia sexualizada como violación de los derechos humanos". En: BODEMER, Klaus; Sabine KURTENBACH; Klaus MESCHKAT (eds.) Violencia y regulación de conflictos en América Latina. Caracas, Nueva Sociedad, p. 31.

el problema de la violencia contra las mujeres y los niños y niñas. Desde 1988, en dicho país se han realizado cinco encuestas: dos con cobertura restringida, dos como parte de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud y una encuesta que incluía los temas de SIDA y enfermedades de transmisión sexual, enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes. A lo largo de esta experiencia, estas encuestas han tocado entre otros temas: las diferentes formas de violencia, uso de medios legales y conocimiento de sitios donde realizar la denuncia, violencia sexual, violencia en el hogar, incluso la existencia de sentimientos de culpabilidad, de parte de las mujeres, por haber incitado la violación. Con la información recogida en este tiempo, ha sido posible identificar la tendencia de los cambios en el problema y los diferentes perfiles de violencia que existen. Hace falta hacer algunas consideraciones sobre la información en la sombra. Es verdad que la no-denuncia es una 18 Ordoñez: p. 102.

característica de la información en estos temas pero también es necesario reseñar que en los sistemas de información existentes, no hay un discernimiento claro sobre la perspectiva de género en las situaciones de violencia y los hechos delictivos, que sólo pueden ser capturados si la información en vez de enfocarse únicamente en el hecho violento, también se vinculara con las circunstancias y consecuencias del acto violento o del delito. Finalmente, las limitaciones de la información impiden profundizar en temas claves del problema. Los datos a duras penas se refieren a los perfiles demográficos de las personas involucradas, pero hay una ausencia casi total de información sobre los entornos sociales. Tal es el caso, por ejemplo, de las dinámicas que circundan el hecho violento que pueden actuar como causas o catalizadores de la violencia, como lo son el desempleo, presiones económicas, embarazos no planificados, crisis en la relación de pareja y rol de algunos patrones

culturales que justifiquen el uso de la violencia hacia la mujer. No obstante, cabe destacar que en este año 2005, INAMUJER estableció un convenio con el Instituto Nacional de Estadística INE para incorporar la perspectiva de género en el sistema nacional de estadísticas. Este convenio se encuentra en ejecución y se convierte en una oportunidad de poder generar información estadística valiosa para, entre otras cosas, el diseño de políticas públicas que incorporen el enfoque de género.

6.3. La violencia hacia niños, niñas y adolescentes Al igual que la violencia hacia la mujer, la violencia hacia las poblaciones infantiles suele darse en el contexto de la violencia intrafamiliar. Por esto, aunque no puede comprobarse con los datos, es posible que una parte considerable de los casos de violencia en las relaciones de pareja, considerando su tiempo de duración, tenga por testigo presencial o por victima a los niños y niñas del hogar. La literatura sobre la violencia intrafamiliar remarca que la violencia en presencia de niños y niñas tiene también por efecto que éstos y Recuadro 6.4 Una investigación realizada en Colombia18 encontró que la variable que más explica el maltrato a los niños y las niñas es que la madre provenga de familias donde ellas fueron víctimas de la violencia. El 85% de las madres que maltratan a sus hijos fueron maltratadas en sus hogares de origen.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle Cuadro 6.7 Muertes de menores de 17 años por edad según status en el CICPC Septiembre 2003 - Mayo 2004

Fuente: División de Estadística CICPC, citado por CECODAP, "Somos Noticia", 2004.

éstas asimilen esos modelos de conducta como también un impacto de índole psicológica. Los reportes de la línea 0800 Mujeres19 indican que en un 52% de los casos los hijos resultan involucrados en las situaciones de violencia entre la

pareja. Igualmente se señala que un 72% de las víctimas tiene entre 1 y 3 hijos. Parte de la información sobre la violencia hacia los niños, niñas y adolescentes quedó reflejada en

Cuadro 6.8 Muertes de menores de 17 reseñadas en medios por causas. Septiembre 2003 - Mayo 2004

la introducción de este apartado, haciendo referencia a los casos fatales registrados por el Anuario de mortalidad del MSDS. Otras fuentes de información indican, de igual manera, la magnitud del problema. CECODAP en su informe "Somos Noticia" del año 2004, haciendo uso de los datos del CICPC, indica que entre el período del septiembre del 2003 y mayo del 2004, el número de muertes de menores de 17 años fue de 382 casos, siendo el promedio mensual de 42,4 casos. La composición de ese volumen de fallecimientos por homicidios revela que un 90,3% eran niños varones y el grupo de edad más afectado es el de 16 a 17 años20 con un 67,3% de casos y, luego, el de 14 a 15 años con un 17,8% de casos.

Fuente: CECODAP, "Somos Noticia", 2004. Registro Hemerográfico

Cuadro 6.9 Casos de desapariciones denunciadas en CICPC. Septiembre 2003- mayo 2004

Fuente: Dependencias Operativas CICPC. Cálculos propios. Citado por CECODAP. 19 Azpurua, 2003 20 CECODAP, 2004, pp. 117-118.

Para los casos en averiguaciones (por determinar la causa de muerte), en el mismo período se presentaron un total de 424 casos donde un 67,9% eran varones. En este caso, la distribución de edad se altera. Un 62,9% de casos era menor de 10 años y sólo un 23,8% de casos está entre 14 y 17 años. Esto es debido, probablemente, al hecho de que en estas averiguaciones suelen estar los casos de muertes por negligencia los cuales suelen ser una causa común en las muertes de menores de 10 años. En el caso de los

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle suicidios, estos se concentran en las edades propias de la adolescencia. En el mismo informe, haciendo uso de fuentes hemerográficas para realizar un seguimiento de casos con muertes de menores de 17 años, CECODAP encontró que el 55,8% de las muertes de niños y niñas reseñadas en estos medios tenía por causa la violencia social, es decir, por armas de fuego, homicidios, tiroteos o balas perdidas y otras formas de asesinatos. El hecho de que las muertes por violencia familiar o violaciones sólo representen un 4,5% y 1,5% respectivamente no implica que éstas no sean significativas. Por lo general, son cifras de bajo perfil desde el punto de vista relativo y que pasan desapercibidas ante el aumento de las muertes por homicidios. En el caso de las muertes por accidentes, éstas se deben a accidentes de tránsito (24%), quemaduras (24%) y otras causas (52%). En cuanto a las muertes por negligencia, en un 69% se trata de negligencia familiar y el resto por negligencia médica. De estos 337 casos reseñados por los medios, donde hay un sesgo por el tratamiento de la noticia, predominan los varones (246

muertes), así como las edades entre 13 y 17 años (168 casos) y menores de 5 años (110 casos). Haciendo uso también de los registros hemerográficos, CECODAP encontró que entre septiembre del 2003 y agosto del 2004, 26 niños, niñas y adolescentes murieron a manos de organismos policiales. Otras situaciones de violencia que rodean a los niños, niñas y adolescentes son también de importancia capital, si bien no implican hechos fatales. CECODAP señala en su informe, que las estadísticas del CICPC reportan la desaparición de unos 1057 menores de 18 años entre septiembre 2003 y mayo 2004, lo que daría un promedio de 3 a 4 desapariciones diarias. De estos casos, la mitad son niñas de entre 14 y 17 años de edad.

6.4. Niños, niñas y adolescentes en situación de calle Si bien los niños, niñas y adolescentes en situación de calle y en mendicidad21 han existido desde hace tiempo en nuestras ciudades, su reconocimiento como

un problema público es reciente, debido en parte a su creciente visibilidad. Uno de los estudios que es referencia en esta área es el realizado por Funda-ICI en el año 1994 en los principales siete núcleos urbanos del país, comprendiendo tanto niños y niñas en situación de calle como en situación de mendicidad. Nótese la fecha del estudio pues ésta precede a la reciente visibilidad del tema y al incremento en los niveles de violencia que hemos reseñado en este trabajo que están al origen del abandono del hogar. Razón por la cual, es de esperar que estas proporciones, en algunos casos, se hayan agravado. En ese estudio se logran observar 263 niños y niñas en la calle, más unos 876 reportados a través de informantes claves, siendo Caracas el centro urbano con mayor población de estos niños y niñas. En cuanto a niños y niñas que ejercen la mendicidad, se observaron 522 casos y se obtuvieron referencias de 1247 casos. Los niños y las niñas en situación de calle, en su gran mayoría (95%)

Cuadro 6.10 Niños de la calle y en mendicidad observados y/o reportados según centro urbano. 1994

Fuente: Funda-ICI, "Niños de la calle y niños en mendicidad en Venezuela", 2001

21 Nos acogemos a la definición de Funda-ICI: niños en situación de calle son aquéllos que pernoctan en la calle y han roto sus vínculos familiares, desarrollando estrategias de supervivencia; niños en mendicidad son aquéllos que ejercen dicha actividad para obtener ingresos pero suelen pernoctar en sus hogares y conservan lazos familiares.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle son niños varones, lo cual pudiera explicarse por la mayor debilidad de los vínculos de estos hacia sus familias o su mayor exposición a la calle. Sin embargo, dado este hecho y las condiciones de supervivencia, pueden darse relaciones promiscuas o propicias al contacto homosexual. En los casos donde la niña había estado embarazada, los hijos fueron entregados a familiares u otras personas. En el caso de la mendicidad, el porcentaje de niños varones es de un 84%. Casi la mitad de los niños y niñas en situación de calle (47%), señala el informe, presenta edades entre 12 y 14 años y un 32% entre 15 y 17 años. De igual manera, casi un 51% de estos niños y niñas tenían ambos padres presentes antes de dejar el hogar y en un 15% de los casos la figura paterna era un padrastro. Sólo un 16,9% de los casos vivía solamente con su madre. El 50,8% de los niños y niñas afirmó tener hermanos, lo cual, como apunta el informe, puede ser una alerta pues las condiciones que llevaron a estos niños y niñas a la calle, pueden seguir presentes para el resto de los hermanos que se quedaron. Para los niños y niñas en mendicidad, las edades son

Recuadro 6.5 Un estudio realizado en la Casa Don Bosco de Valencia, encontró que desde el año 1986 hasta el año 1996, entre el 50% y 80% de las madres de los niños y niñas en situación de calle que viven en dicha institución son analfabetas. A partir de 1997, este porcentaje bajó en promedio a un 40%22 .

22 Rodríguez: 2001.

menores, siendo un 61% menor a los 11 años. Aunque algunos de los niños y niñas afirman vivir solos en la calle, dada las circunstancias de supervivencia, tienden a asociarse en grupos, en ocasiones para ejecutar actos delictivos como hurtos. En algunos casos, estos grupos son manejados por algún adulto (16,9% de los casos del estudio) siendo a veces adultos que comparten el lugar de pernoctar o que fueron en su tiempo niños y niñas en situación de calle. Estas relaciones con los adultos pueden ir desde la cooperación y el apoyo hasta la explotación y el abuso de parte del adulto. Sólo en un 1,5% de los casos, el adulto era algún padre en situación de indigencia. En un 64,6% de los casos no había contacto con sus familias de origen. Un detalle importante, y que la Asociación Muchachos de la Calle lo resalta en el diagnóstico que realizan sobre el problema, es la frecuencia con la cual gran parte de esta población no tiene y no ha tenido nunca su documento de identidad. Un censo realizado a nivel metropolitano por la Alcaldía Metropolitana en el año 2003, y reseñado por el informe de CECODAP, apunta que entre los municipios Baruta, Chacao, Sucre y Libertador existían unos 857 niños y niñas en situación de calle. De estos, un tercio se dedican a la mendicidad, un 20% a la prestación de servicios rápidos y de juegos y un 12,6% a la venta de productos. Este censo, si bien no hay suficiente criterios metodológicos para comparar con el estudio de Funda-ICI, reporta una mayor cantidad de niñas en situación de calle que conforman el 24,3% de los casos. El informe de CECODAP

también reseña un censo realizado en el estado Zulia que reporta la existencia de unos 6000 niños y niñas en situación de calle entre Maracaibo y la Costa Oriental del Lago. Otro censo sobre niños, niñas y adolescentes en situación de calle fue llevado a cabo de manera conjunta por el INE y el MSDS en noviembre del 2003, pero sólo en el municipio Libertador del Distrito Capital. Este censo arroja la cifra de 754 niños, niñas y adolescentes en situación de calle, de los cuales 375 eran menores de 12 años y 379 entre 12 y 17 años. Al observar estos datos, junto a otros que se presentan en este trabajo, es evidente que las contrariedades que causa la violencia intrafamiliar están compuestas de una malla compleja de situaciones problemáticas que están erosionando a los hogares venezolanos, en particular, aquéllos que se encuentran en condiciones más vulnerables. Conociendo que la agudización de la pobreza viene desde hace más de dos décadas, se puede concluir que existe un factor de retroalimentación generacional. Situaciones como el abandono escolar, la falta de oportunidades, el incremento de conductas delictivas y violentas han estado reciclándose dentro de los hogares dando lugar, entre otras cosas, a las situaciones que se exponen en esta parte. En el caso de los niños y niñas en situación de calle, donde el contexto es la pobreza, el detonante termina siendo la violencia y el maltrato doméstico. Actualmente, el MSDS está discutiendo y preparando un "Programa Estratégico Nacional para el Desarrollo del Proyecto Vida" que prestará atención integral

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle a los niños, niñas y adolescentes en situación de calle. Este programa se está preparando en colaboración con el SENIFA, el Consejo Nacional de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente, la Alcaldía Mayor, el MED, entre otros23

Recuadro 6.6 La relación de los niños y niñas en situación de calle con la violencia doméstica es clara, incluso tomando en cuenta que la fecha del estudio (1994) es previa al auge de la violencia que se inicia a finales de la década del 90. En el trabajo se encontró que en un 20% de casos, el motivo de abandono del hogar era el maltrato, un 31% por conflictos, un 9% por rechazo familiar y un 3% por situaciones de riesgo. En un 11% se aludió a la enfermedad o prisión de los padres.

6.5. Abuso y explotación sexual Las formas de violencia sexual que rodean tanto a los menores de 18 años como a las mujeres, muchas veces se circunscriben junto a otras formas de violencia. Un 3% de las formas de violencia recogidas por la línea 0800 Mujeres y un 3,85% de los casos reportados por el "Boletín en Cifras" indican la presencia de violencia sexual. Citando a la presidenta de AVESA, Mercedes Muñoz, CECODAP apunta que el 50% de los casos de violencia sexual atendidos por esta institución corresponden a menores de 18 años. Si los casos de violencia tienden a no ser reportados, en el caso de violencia sexual, es casi seguro que el problema de la no-denuncia es mayor. La combinación entre el miedo, el pudor, el trato recibido por la víctima durante la denuncia y la investigación y la posible impunidad del agresor conllevan a la no-denuncia de estos casos.

Violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes. E l i n f o r m e d e C E C O D A P, recogiendo las estadísticas del CICPC, señala que entre el período

de septiembre 2003 y mayo del 2004 se recibieron un total de 1891 denuncias de violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes, en su gran mayoría de violación (60,9%) y actos lascivos (28,4%). En cuanto al sexo de la víctima, en el 83% de las violaciones son niñas y el 17% varones; en el acoso sexual el 83,7% son niñas y el 16,2 niños. En el total de denuncias por violencia sexual, las victimas de sexo femenino son un 89,9% de los casos y el 10,1% son varones. Considerando la edad, éstas tienden a ser bastante variadas. La violación se presenta con un poco más de frecuencia en las edades entre 14 y 17 años, sin embargo resulta impactante que más de una cuarta parte de las violaciones a menores de 18 años sean a niños y niñas menores de 10 años. Casi la mitad de los actos

Recuadro 6.7 Las cifras oficiales de los casos denunciados arrojan que cada día 7 menores de 18 años son víctimas de algún delito sexual, de éstos 4,3 casos son violaciones24.

Cuadro 6.11 Denuncias de violencia sexual hacia menores de 18 años. Septiembre 2003 - mayo 2004.

Fuente: CICPC, citado por CECODAP.

23 Reseñado en el sitio web del MSDS, 06-04-2005: http://www.msds.gov.ve 24 Fuente: Cuadro 8.10

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle lascivos son también hacia los menores de 10 años mientras que los casos de acoso sexual en su mayoría, un 45%, a los niños y niñas entre 14 y 17 años.

Explotación sexual. La fuente de referencia para esta parte son trabajos cualitativos realizados por Funda-ICI, donde se resalta desde un inicio la dificultad para establecer una panorámica cuantitativa del problema. Haciendo uso de diferentes fuentes de datos, FundaICI estimó que la explotación sexual en los principales centros urbanos de Venezuela se encontraba entre los 10 mil y 12 mil menores en 1994; para 1998 se estimaron estos rangos en 14 mil y 17 mil menores. Si esta cifra se extiende a toda la nación, es probable que se esté hablando de entre 40 y 50 mil niños y niñas en esta situación. Estos trabajos recogen algunas informaciones de naturaleza cualitativa que ayudan a tener una perspectiva del problema y de sus nudos críticos. Un punto importante es el motivo de la explotación sexual, el cual en casi la totalidad de los casos referidos por los estudios, hay historias del maltrato físico y abuso sexual dentro de la

Recuadro 6.8 La explotación sexual es el punto de partida de la prostitución adulta y, además, el punto al cual llevan situaciones extremas de maltrato y abuso dentro del hogar. Muchas de las historias de prostitución empiezan por episodios de abuso sexual en el entorno familiar que marcan la autoestima de las niñas.

familia que luego son complicados con problemas económicos. En algunos casos, incluso los mismos familiares (madre, tías, abuelas que comúnmente son o fueron trabajadoras sexuales) son quiénes los introducen en la práctica. En otros, se introducen en este mundo por la vía de amistades o de relaciones con proxenetas, donde las falsas promesas como el lujo, el placer, incluso el matrimonio, que no reflejan explícitamente la prostitución, funcionan como métodos de captura. Pareciera no existir diferencias entre el momento de la iniciación sexual y el de la iniciación en la explotación sexual, pudiendo incluso iniciarse mediante una violación. La tendencia es que las personas en el mundo del trabajo sexual se hayan iniciado durante su niñez o adolescencia. Además, no hay que olvidar, dada las cifras de desapariciones de niñas entre 14 y 17 años señalado anteriormente, que el secuestro infantil puede ser un modo de ingresar niñas en este mercado. En los relatos recogidos, si bien se menciona la existencia de un rol femenino como inductor al ejercicio de la prostitución, también las jóvenes en explotación sexual que son madres deciden dejar sus hijos con sus familiares sea por razones de protección o de manutención. Hay casos donde incluso éstas apoyan a sus hogares parentales - casi siempre sin que éstos sepan el oficio de la hija. Los lugares de ejercicio de esta actividad están ligados a la calidad de ésta. El turismo sexual puede albergar desde figuras como las acompañantes hasta el negocio relacionado con la pedofilia, en ambos casos vinculados al mercado mundial mediante redes de turistas y de comercio de

menores. El lugar puede ser una casa de familia, donde obviamente, la ubicación geográfica en la ciudad determina el status; pueden ser también sitios vinculados al turismo sexual. Un lugar de iniciación que se ha visto en los últimos tiempos han sido las universidades y las escuelas secundarias como parte de la diversificación y variedad que estas actividades empiezan a mostrar. Los lugares de más riesgo y de menor status son las calles y los bares. Hay relatos que reflejan desesperación y resignación; hay otros que guardan esperanzas de poder salir de esa situación. Aquí pareciera que la diferencia la hace el status dentro de este mundo: la explotación sexual de calle es un oficio mal pagado y peligroso, es donde se recogen los relatos más oscuros; la explotación sexual alta (turismo sexual, hoteles de lujo, acompañantes…) es percibida como más segura y rentable y son los relatos donde las jóvenes tienen algún proyecto de vida. En el caso de los varones, la explotación sexual es de carácter homosexual. Siendo que el varón está más expuesto a la calle hecho que se refleja en la constitución masculina de los niños en situación de calle - también tienen más exposición a la explotación sexual. El trabajo de Funda-ICI señala que la iniciación sexual de los varones en la explotación sexual es más traumática, razón por lo cual está asociada al consumo de drogas.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

6.6. Consideraciones finales Tanto las fuentes usadas para la obtención de datos así como las fuentes entrevistadas, señalan que afrontar estas formas de violencia resulta una labor ardua en vista de la complejidad y la delicadeza del tema. Los indicadores más generales sobre violencia muestran cómo ésta se ha incrementado en los últimos años. La experiencia de las personas que laboran sobre el tema, así como algunas de sus informaciones, advierten también que la violencia dentro del hogar, las formas de maltrato y explotación sexual y los niños, niñas y adolescentes en situación de calle van en aumento. Al igual que otros problemas sociales, el aumento en cantidad se acompaña de un aumento en complejidad. Por lo general, las políticas públicas en esta materia se abocan a una labor informativa y educativa como forma de prevención y a la atención y soporte de los casos de violencia; en Venezuela esta labor se realiza de manera aislada. El fortalecimiento de los mecanismos institucionales que

Recuadro 6.9 El MSDS, a través de la firma de un acuerdo junto al BID y el FONVIS, está reactivando el Programa de Apoyo a la Infancia y a la Adolescencia. Este programa busca proteger a los niños, niñas y adolescentes de aquellas situaciones donde sus derechos puedan ser vulnerados, entre ellos los que se encuentran en situación de calle25.

protegen los derechos de los niños, niñas, adolescentes y mujeres que han sido maltratados o abusados ha demostrado ser un elemento que ayuda a levantar parte del velo que rodea a la violencia doméstica. Si bien existen razones culturales de parte de las víctimas que pudieran explicar la no-denuncia, también es cierto que una de las razones principales para no denunciar es que puede resultar poco efectivo, incluso inconveniente si la víctima tiene que afrontar de nuevo al agresor dentro del hogar. Visto desde otro punto de vista, la ausencia de medios institucionales que protejan los derechos de las víctimas de la violencia doméstica resulta ser también un aliciente para la nodenuncia. La debilidad institucional. Actualmente existen instituciones que pueden jugar un rol clave en el abordaje del tema de la violencia. Tal es el caso de los Consejos de Derechos del Niño, los Consejos de Protección del Niño y del Adolescente e INAMUJER, así como varias iniciativas públicas locales en materia de niños y niñas en situación de calle. Estas instituciones se pueden apoyar en cambios legislativos como la LOPNA, la Ley sobre Violencia contra la Mujer y la Familia y la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer. Estos cambios han permitido generar algunos resultados positivos como lo ha sido la información recolectada y el apoyo prestado por la línea 0800 Mujeres de INAMUJER así como las casas de abrigo que actualmente se encuentran en desarrollo, intentando cubrir las regiones del país. Asimismo, algunos gobiernos locales han tomado la iniciativa en el tema de niños, niñas y adolescentes en situación de calle. Si bien estos

cambios han creado espacios para activar soluciones frente al tema de la violencia, aun presentan algunas debilidades en sus funciones básicas. Más allá de la complejidad del tema, las instituciones venezolanas tienen una capacidad limitada para hacer frente al problema de la violencia. Aunque parte de este asunto de la debilidad institucional queda bien reflejada en otra parte de este informe sobre los aspectos legales y la observancia de los derechos de los niños y niñas y de las mujeres, aquí solo reiteraremos lo relacionado a la violencia. Primero, la coordinación entre las instituciones públicas y privadas que trabajan en el área es de corto alcance, las únicas formas de cooperación surgen como un acto voluntario de algunas instituciones. Igual sucede con la coordinación en los casos de violencia que pasan a ser delitos en investigación, donde debería haber una coordinación más estrecha entre las instancias públicas en lo judicial y las organizaciones privadas en el apoyo a las víctimas. El punto más evidente de esta ausencia de coordinación, y que hemos reseñado en esta parte, es la falta de algún sistema nacional de información que pueda, de manera inmediata y más o menos representativa, dar una panorámica global del problema; actualmente no puede obtenerse sino algunas vistas segmentadas26 . Los problemas mencionados restringen la tarea de identificar los aspectos sobre los cuales se debería levantar una estrategia de acción pública, sin embargo es posible reflejar la gravedad del asunto con esta información a pesar de ser irregular y no poder compararse o complementarse entre sí.

25 Tomado del sitio wed del MSDS: http://www.msds.gov.ve 26 Actualmente, el MSDS está coordinando una encuesta nacional sobre maltrato infantil en coordinación con la Universidad Simón Bolívar.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle Recuadro 6.10 Actualmente, la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) está apoyando al MSDS para aclarar la complejidad del concepto de género como categoría de análisis en el abordaje de las políticas públicas27.

De esto se deriva, como primera sugerencia de acción, el diseño y la aplicación de un sistema de información coordinado entre instancias públicas y organizaciones privadas con el fin de poder recopilar una información, lo más representativa posible, de los diferentes casos que rodean la violencia intrafamiliar, la violencia hacia la mujer, el maltrato de niños y niñas y el abuso sexual.

La violencia como forma de crianza. Siendo la violencia una conducta aprendida, ésta tiene raíces que llevan al modo cómo son criados los niños y las niñas en Venezuela. La violencia doméstica, y también otras formas de violencia, son respuestas que dan las personas frente a situaciones de tensión. Frente a la incapacidad o la falta de habilidad para solucionar dichas situaciones mediante el diálogo u otro medio no violento, se hace uso de la fuerza. Esto termina viciando los vínculos familiares dejando efectos físicos, psicológicos y sociales en las personas y en los niños y las niñas, afectando a estos últimos en su desarrollo personal. En estas relaciones de fuerza, es obvio que los más débiles son los afectados, niños, niñas y mujeres, si bien al final el daño es para toda la familia.

Uno de los momentos donde se hace patente el uso de la violencia es en el castigo físico. CECODAP llevó a cabo en el 2004 un estudio exploratorio sobre el castigo físico y psicológico 28 , aplicando encuestas a adultos y niños, niñas y adolescentes en varios estados del país. Lo crucial de la existencia del castigo físico está bien resumida en el estudio: "La presencia durante el crecimiento de la violencia, manifestada en un inicio en el uso del castigo físico y psicológico (agravada en los casos de abuso u otros malos tratos); contamina progresivamente el vínculo en las relaciones familiares, dejando consecuencias a nivel físico, psicológico y social durante el desarrollo evolutivo, las cuales pueden llegar a prolongarse para toda la vida. Convirtiéndose así en un flagelo que, aunque dañino y doloroso, es percibido como algo natural o, peor aún, entendido - en algunos casos - como un asunto de la esfera privada, donde poco pueden intervenir terceros, verbigracia: los problemas de parejas o la crianza de hijas e hijos."29 CECODAP llevó a cabo en el 2004 un estudio exploratorio sobre el castigo físico y psicológico , aplicando encuestas a adultos y niños, niñas y adolescentes en varios estados del país. Lo crucial de la existencia del castigo físico está bien resumida en el estudio: "La presencia durante el crecimiento de la violencia, manifestada en un inicio en el uso del castigo físico y psicológico (agravada en los casos de abuso u otros malos tratos); contamina progresivamente el vínculo en las relaciones familiares, dejando consecuencias a nivel físico, psicológico y social durante el

desarrollo evolutivo, las cuales pueden llegar a prolongarse para toda la vida. Convirtiéndose así en un flagelo que, aunque dañino y doloroso, es percibido como algo natural o, peor aún, entendido - en algunos casos - como un asunto de la esfera privada, donde poco pueden intervenir terceros, verbigracia: los problemas de parejas o la crianza de hijas e hijos." Este estudio infiere, partiendo de los datos recogidos tanto en niños y niñas como en adultos, que el castigo físico está principalmente asociado al acto físico del golpe pero no se asocia como una vulneración del derecho a la integridad personal, lo cual es posible dado que la cultura del derecho de las personas aun no se ha arraigado en la sociedad venezolana. Sin embargo, también se encuentra un bajo porcentaje de respuestas que asocian el castigo físico con alguna forma de educación. En cuanto al castigo psicológico, se encontró que éste es asociado principalmente con la agresión verbal (insultos, gritos, amenazas…). En el caso de los niños, el insulto es más frecuente lo que podría estar asociado al uso del insulto en roles de género ("poco hombre", "niñita", "gay"…) en la crianza de los niños varones. Los datos indican una reproducción de pautas de crianza que se transmite cuando los hijos pasan a ser padres. Un 51% de la muestra de adultos manifiesta explícitamente haber sido castigado, incluso un 15,7% luego de los 15 años. Las mujeres manifestaron con mayor frecuencia (26,7%) no haber sido castigadas nunca en comparación con los hombres (sólo un 12,7%). En ambos casos, entre un 26% y 27% no responde a la pregunta. Sobre el castigo emocional, en ambos sexos se afirmó, más o menos en un 30%, que nunca fueron

27 GTZ; MSDS: 2003. 28 CECODAP - SAVE THE CHILDREN: "Visiones sobre el Castigo Físico y Psicológico", 2004. Versión preliminar. 29 Castigo físico es el uso de la fuerza con la intención de causar algún dolor o incomodidad con el fin de corregir o controlar; el abuso es la agresión con la intención expresa de hacer daño o dominar y es percibido como una desviación; el maltrato se refiere indistintamente a ambas formas de uso de la fuerza, comprendiendo desde el castigo moderado hasta el abuso.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

Recuadro 6.11 La Declaración de Buenos Aires sobre Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes realizada en Junio 2005, con ocasión de la Consulta para América Latina, efectuada en el marco del Estudio del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, Niñas y los Adolescentes, así como la realización de este estudio internacional (que se espera culminar hacia mediados del 2006) son iniciativas que pueden resultar provechosas para la puesta en marcha de experiencias públicas en los temas de violencia y maltrato30 .

y el uso recurrente del castigo físico. Independientemente de la reacción inmediata del niño y la intensidad del castigo físico, éste va dejando algunas lesiones en el mundo emocional del niño que luego pueden reflejarse en su adultez. Estas conductas se esconden bajo un velo que valida socialmente el uso de la violencia como medio para modelar la conducta de los niños - velo que también puede esconder el uso de la violencia en las relaciones de género en tanto que se usa el argumento de la intimidad del hogar para esconder los excesos. Es así como para los niños y las niñas entonces la violencia es un medio y una conducta que puede moverse dentro de supuestos parámetros normales de interacción social.

castigados emocionalmente y entre un 36% y 38% se abstuvo de responder. El resultado es que un 30% de los adultos y un 47% de los niños y las niñas consideran como malo el uso del castigo físico y un 38% y 39% respectivamente opina lo mismo del castigo emocional. Un dato importante son los sentimientos reconocidos por los adultos cuando los niños y las niñas son castigados: dolor (70%), tristeza (78%), miedo (71%), odio (56%) soledad (41%). Sin embargo, y como lo resalta el estudio, un 20% de los adultos piensan que los niños y las niñas toman conciencia y un 22% que los niños y las niñas son indiferentes. De igual manera, sólo un 30% de los adultos reconoce que nadie tiene derecho a castigar los niños y las niñas 31. Finalmente, el estudio reseña que el lugar principal del castigo es la casa. Existe una frontera muy tenue entre lo que sería "una nalgada a tiempo" 30 La información de este proyecto se encuentra en la página web http://www.ohchr.org/english/bodies/crc/study.htm y en http://www.violencestudy.org/r25. 31 No queda claro cómo se planteó esta pregunta, pues no hace referencia explícita al castigo físico.

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Violencia, maltrato, niños y niñas en situación de calle

Resumen de indicadores en violencia y maltrato

FUENTES ESTADÍSTICAS MSDS. Anuarios de Mortalidad. Varios años. Cálculos propios. INAMUJER CECODAP. Somos Noticia. 2004.

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