9.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos

9. La España del siglo XVII. 9.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos. Con Felipe III se inició la delegación de la

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TEMA 9.1.: LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII. GOBIERNOS DE VALIDOS Y CONFLICTOS INTERNOS
TEMA 9.1.: LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII. GOBIERNOS DE VALIDOS Y CONFLICTOS INTERNOS. ! Los Austrias menores fueron: Felipe III, Felipe IV y Carlos II

9.1 Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos Los Austrias del siglo XVII: Son: Felipe III ; Felipe IV
9.1 Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos Los Austrias del siglo XVII: Son: Felipe III 1598- 1621; Felipe IV 1621- 16

EL SIGLO XVII. 2.3 El final de los validos durante el reinado de Carlos II ( )
Tema 8 EL SIGLO XVII I. LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII 1.1 Los Austrias del siglo XVII a) Felipe III (1598-1621) b) Felipe IV (1621-1665) c) Carlos II (

Tema 6 El siglo XVII: La crisis de la monarquía de los Austrias
Tema 6 El siglo XVII: La crisis de la monarquía de los Austrias. Durante el siglo XVII aparecen los llamados validos, que ejercen el poder en nombre d

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9. La España del siglo XVII. 9.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos. Con Felipe III se inició la delegación de las cuestiones de gobierno en manos de un hombre de confianza del rey: el privado o valido, que se encargará de dirigir el estado en su nombre. El valido de Felipe III fue el Duque de Lerma, político mediocre y ambicioso que colocó en todos los cargos importantes a sus parientes y amigos; y convenció al rey de trasladar la capital a Valladolid, en 1600. Le sucedió en la privanza, su hijo el Duque de Uceda, que no fue capaz de solucionar los graves problemas de España. El hecho más destacado en política interior durante el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos (1609), comenzó en Valencia y finalizó en Murcia en 1614. En política exterior busca una política pacífica, se firma la Tregua de los Doce Años con los P. Bajos, y también se consigue la paz con el rey de Inglaterra y una coexistencia pacífica con Francia. Este periodo de tranquilidad se quebró al final de su reinado en 1618 cuando se inicia la Guerra de los Treinta Años. Muy diferente a los anteriores fue el Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, que tenía una gran inteligencia política y una sincera voluntad de reforma intentó implantar un sistema de organización política basado en el modelo castellano en todos sus reinos, su propuesta de centralización y uniformidad de las leyes e instituciones en todos los reinos, acabando con fueros y privilegios, y también intentó aumentar los recursos de la monarquía, pretendía que todos los reinos del Imperio contribuyeran al sostenimiento del mismo en plan de igualdad, lo que suponía que todos los territorios participasen en el esfuerzo común con el mismo sacrificio que lo hacia el reino de Castilla y por último propuso la Unión de Armas, un ejército común para toda la monarquía, financiado por los diferentes reinos y territorios, es decir la distribución de los costes del ejército entre todos los reinos y que cada reino aportara soldados al ejército imperial proporcionalmente a su población. Su proyecto fue rechazado por Cataluña, lo que provocó la crisis de 1640, también hubo revueltas en Aragón, Andalucía, Portugal y Nápoles. Olivares en política exterior puso fin a la generación pacifista del reinado anterior, pretendía restaurar la posición internacional de la monarquía española enfrentado a los países de Europa en la Guerra de los Treinta Años. En definitiva durante los 40 años de reinado de Felipe IV España se vio inmersa en guerras en toda Europa y en algunos de los reinos y territorios hispánicos (Cataluña, Portugal, Andalucía..). Estos sucesos acentuaron la impopularidad del valido y en 1643 Felipe IV le apartó de la política, siendo sustituido por Don Luis de Haro el cual firmó la Paz de Westfalia (1648) que puso fin a la guerra de los Treinta Años y supondrá el fracaso de los Habsburgo españoles y austriacos, la confirmación de la hegemonía francesa y la consagración del pluralismo religioso, la guerra con Francia continuó hasta 1659, se firma la Paz de los Pirineos que se saldó con una nueva derrota de España. Durante la primera parte del reinado de Carlos II ejerció la regencia su madre, Mariana de Austria, quien confió el gobierno a validos como el jesuita alemán Nithard o a Fernando de Valenzuela. Durante la mayoría de edad de Carlos II primero gobernó Juan José de Austria, enemigo de la reina madre, y posteriormente el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa. Las diferentes guerras con Francia aceleraron la decadencia política y económica de España. Cuando en 1700 Carlos II muere sin descendencia se inició un conflicto: la Guerra de Sucesión que terminará con una nueva dinastía en España, los Borbones con Felipe de Anjou, Felipe V.

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9.2. La crisis de 1640. En el siglo XVII, debido a la política imperialista del siglo anterior, España y sobre todo Castilla, sufre una profunda depresión económica y un notable descenso demográfico para hacer frente a esta situación durante el reinado de Felipe IV y a propuesta de su valido el Conde Duque de Olivares de una serie de reformas como eran la centralización y uniformidad de las leyes e instituciones en todos los reinos, acabando con fueros y privilegios (e imponer la uniformización de Castilla), un programa de reformas para aumentar los recursos de la monarquía, se pretendía que todos los reinos del Imperio contribuyeran al sostenimiento del mismo en plan de igualdad, lo que suponía que todos los territorios participasen en el esfuerzo común con el mismo sacrificio que lo hacia el reino de Castilla y por último la propuesta de la Unión de Armas, un ejército común para toda la monarquía, financiado por los diferentes reinos y territorios, es decir la distribución de los costes del ejército entre todos los reinos y que cada reino aportara soldados al ejército imperial proporcionalmente a su población, se desencadenó la crisis más profunda sufrida en España durante el reinado de los Austrias: la crisis de 1640, con revueltas en Cataluña, Aragón, Andalucía, Portugal y Nápoles. La sublevación de Cataluña se produjo por la presencia de las tropas españolas e italianas en territorio catalán. Los segadores catalanes rechazan la presencia de los ejércitos de mercenarios y castellanos lo que añadido a las dificultades planteadas a que los catalanes participaran en la guerra, y la crisis económica propiciaron la revuelta, el día 7 de junio de 1640 se produjo en Barcelona un altercado que derivó en un motín, el virrey, el conde de Santa Coloma es asesinado (Corpus de Sangre), el rey envía 30.000 soldados y todo el principado catalán se levanta en armas. Es entonces cuando el valido del rey francés Richelieau se aprovecha y apoya a los catalanes, los cuales nombran a Luis XIII, Conde de Barcelona y Cataluña se convierte en una república bajo la protección de Francia Esto que en principio era una revuelta, se convierte en una guerra que finaliza cuando Juan de Austria bloquea el puerto de Barcelona con barcos y conquista la ciudad en 1652 y el rey Felipe IV acepta mantener los privilegios y fueros catalanes. La sublevación de Portugal tuvo lugar en 1640 y puso fin a la unión ibérica lograda en 1580 con Felipe II. Los perjuicios ocasionados al comercio y colonias portuguesas durante la Tregua de los Doce Años, la tendencia centralizadora de Olivares, el aumento de la presión fiscal y el reclutamiento de soldados para destinarlos a la guerra en Cataluña fueron los factores del descontento portugués, el Duque de Braganza, fue proclamado rey Juan IV, estaba apoyado por Inglaterra, Francia y Holanda. Portugal no se recupera y bajo el reinado de Carlos II en 1668 se tuvo que reconocer su independencia. También surgieron conflictos de signo secesionista en Andalucía (Marqués de Ayamonte y el Duque de Medina Sidonia), en Aragón (encabezada por el duque de Híjar) en Nápoles, en Sicilia… , aunque al final sin éxito, pues todas serán sofocadas. Todas estas rebeliones eran muestra de la crisis general de la monarquía hispánica, que unidas a las derrotas exteriores, marcaron el periodo final de los Austrias en España. Después de las crisis internas de la década de 1640, la estructura política se mantuvo intacta, la monarquía se debilitó, el proyecto de Olivares fracasó, Portugal se separó y la Guerra de los Treinta Años que fue paralela a la crisis, ahondó los problemas y Olivares tuvo que abandonar el poder en 1643, Felipe IV le apartó de la política, pero su caída no fue suficiente para restablecer la paz social.

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9.3. La España del siglo XVII: el ocaso del imperio español en Europa. En el reinado de Felipe III se interrumpió la tendencia belicista del siglo anterior. La muerte de Isabel I de Inglaterra posibilitó la paz con este país y la ruina financiera de la corona obligó a firmar con Holanda la Tregua de los Doce años (1609-1621). Pero desde 1618 un conflicto entre el emperador Fernando II y los príncipes protestantes alemanes derivó en un estado de Guerra general europeo: “La guerra de los Treinta años” con dos grandes bandos: Los Habsburgo, austriacos y españoles, que pretendían mantener su hegemonía en Europa. Y las potencias rivales, lideradas por Francia. A partir de 1621, año que finalizó la Tregua de los Doce años se renovaron las hostilidades entre España y Holanda. En 1648 acabó la guerra de los Treinta años, con la paz de Westfalia, España reconoció la independencia de las provincias Unidas (Holanda), continuando en solitario la guerra contra Francia hasta 1659, cuando por la Paz de los Pirineos cedió a Francia el Rosellón, la Cerdaña, la región del Artois y algunas plazas flamencas. España perdió así su hegemonía en Europa Durante el reinado de Carlos II se reconoció la independencia de Portugal, 1668. Por otro lado, España fue víctima de la política agresiva y expansionista de Luis XIV. Con Carlos II continúan los enfrentamientos con Francia, entre 1667 y 1697 hubo cuatro guerras con Francia, que supusieron el paso a manos francesas de parte de Flandes, Luxemburgo Paz de Aquisgrán (1668) España cedió a Francia Lille y otras plazas fronterizas. Por la paz de Nimega (1678) España entregó a Francia el Franco Condado y otras plazas flamencas. Mientras Francia emergía como la indiscutible potencia europea, España quedaba relegada a un segundo plano en el escenario internacional. Al final del reinado de Carlos II, España se ve envuelta nuevamente en las disputas de las grandes potencias que pelean por obtener la sucesión española (Guerra de Sucesión 1702-13), en la Paz de Utrecht (1713), España pierde el resto de sus posesiones europeas y quedó reducida prácticamente a los límites actuales, con la excepción del imperio americano. 9.4. La España del siglo XVII: evolución económica y social. El siglo XVII fue una etapa de depresión económica en casi toda Europa. En España fue provocada por el descenso demográfico y el agotamiento económico a causa de las continuas guerras. El esfuerzo bélico realizado durante el s. XVI para el mantenimiento del Imperio había dejado a la Hacienda Real en una situación lamentable de endeudamiento que al no cesar las guerras se fue acentuando a lo largo del s. XVII. Para empeorar aún más las cosas desde inicios del siglo disminuyó el volumen de los metales americanos y por último la ineficacia productiva del sistema económico, mercantil y financiero. De hecho surgieron tres bancarrotas sucesivas la de 1647, 1656 y 1665. Olivares quiso resolver la situación emprendiendo reformas profundas, especialmente la Unión de Armas, para aliviar a Castilla del peso de los gastos militares, pero las dificultades surgidas lo hacen inviable, se van a tomar otras medidas: alteraciones monetarias, la venta de cargos públicos, venta de títulos nobiliarios, venta de tierras de realengo… A partir de 1680 se produjo el hundimiento definitivo de Castilla debido a la confluencia de la carencia de la plata americana y la enorme inflación, la crisis castellana será dilatada y profunda y la recuperación será muy desigual, 3

lenta y penosa. Saldrán de este panorama la cornisa cantábrica (siderurgia) y Andalucía (producción vitivinícola), en la periferia la crisis no fue tan profunda e incluso en la segunda mitad del siglo ya se ven indicios de recuperación; en la Corona de Aragón por la autonomía monetaria y la industria textil catalana. Al final del reinado de Carlos II comienza la salida de la crisis y se inicia una lenta recuperación. Desde el punto de vista de la evolución social, durante la primera mitad del siglo hubo un claro descenso demográfico: por la expulsión de los moriscos, las guerras, la emigración y las epidemias pero esta disminución no fue uniforme, mientras en Castilla, desciende la población, en la periferia aumenta. La crisis afectó a todas las capas sociales. La nobleza, que aumentó a consecuencia de de las ventas de títulos, pero vio disminuir sus rentas y tuvo que endeudarse para mantener su nivel de vida. El número de religiosos creció, no por el aumento de vocaciones sino por la necesidad buscarse un medio de vida y el campesinado fue el sector más afectado, sobre todo en Castilla, muchos campesinos se vieron obligados a vender sus tierras y a emigrar. La escasa burguesía abandonaba sus negocios e invertía en tierras, señoríos y rentas fijas, incluso compraba títulos nobiliarios, el número de pobres creció considerablemente y se producían numerosas rebeliones populares, una de las más típicas fue el bandolerismo que se extendió especialmente por Cataluña y Valencia. Desde finales del s. XVI fueron numerosos los individuos que percibieron la amenaza de la decadencia española si no se remediaban los males que aquejaban a la monarquía, muchos de ellos elaboraron informes económicos y políticos para el rey, en los que analizaban los problemas del país y proponían medios para solucionarlos son los arbitristas a los que se les considera pioneros del pensamiento económico como Sánchez de Moncada, Fernández Navarrete,.. Hacía 1680 la crisis se puede dar por finalizada, se registró un aumento de la natalidad, mayor en el litoral que en el interior, y una lenta aunque constante recuperación de la de la producción y el comercio en parte consecuencia de medidas como la devaluación de la moneda. Esto condujo a una expansión demográfica y económica en la centuria siguiente. 9.5. La España del siglo XVII: esplendor cultural. El Siglo de Oro. La vida cultural durante el siglo XVII, presenta dos aspectos aparentemente contradictorios frente al declive de la vida universitaria y al estancamiento científico, surge un desbordante esplendor en las artes plásticas y en la literatura. El Barroco será la expresión cultural del s. XVII en especial en el ámbito europeo católico, arte que refleja una visión del mundo propia de una época conflictiva, en un escenario de crisis general que contrasta con el espíritu optimista renacentista, es un arte Propagandístico: exaltar los valores de quienes controlan el poder: el rey, la iglesia, nobles.. Conservador: pues se pretende mantener inalterable el orden social establecido; Dirigido a las masas: se pretende captar la voluntad del pueblo a favor de los poderosos; Aparatoso y emocional: el mensaje debía ser sencillo pero fastuoso con el fin de impactar y conmover. Concede gran importancia a la religión, ocupaba la vida de la sociedad y lo abarcaba todo, Dios era el creador de todas las cosas y el rey era su representante en la tierra. Pero se trataba de una religión externa, muy barroca, muy de masas y no interna, más aparente que real, había que presumir de ser cristiano viejo. El control del saber por parte del clero y de la Inquisición forzaron la decadencia del pensamiento, sometido a la más rígida ortodoxia católica, en las universidades españolas no entró el racionalismo o los conocimientos matemáticos o físicos, se impartían saberes anticuados. La honra y el honor eran también aspectos que preocupaban a la sociedad de la época, para tener honor 4

había que ajustarse a las normas morales, la dignidad y el respeto. Los trabajos manuales eran deshonrosos, viles e incapacitaban para la obtención de la hidalguía, no eran propios de la nobleza. Como en toda época de crisis existía el riesgo de que el descontento social desembocara en rebeliones y protestas, por lo que los poderosos, monarquía, Iglesia y nobleza, se sirvieron de de la cultura barroca como instrumento de dominación ideológica, sobre todo a través del arte y el teatro, principales medios de comunicación de la época. La brillantez artística y cultural, el esplendor de la cultura, la proliferación de genios y autores, que a este siglo se le conoce como el Siglo de Oro español. Nunca en la historia de España podemos encontrar algo tan extraordinario: Miguel de Cervantes, Tirso de Molina, Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca …..En general en la literatura barroca fue frecuente el tema del desengaño, de la caducidad de la vida y de la vanidad de las ilusiones terrenas. En arquitectura perviven los edificios severos, herrerianos de una gran simplicidad geométrica (Ayuntamientos, Plazas Mayores), pero se irán complicando y “barroquizando” a finales de siglo. Los elementos decorativos lo irán recubriendo todo, los mejores clientes son la iglesia, las órdenes religiosas. Sobresalen Gómez de la Mora (Convento de la Encarnación, o la Cárcel de Corte), José de Churriguera (retablo de la Catedral de Salamanca, Nuevo Baztán), Casas Novoa (Fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela). La escultura es eminentemente religiosa y se refiere a imágenes, retablos, coros y pasos procesionales que están hechos para ser paseados por la calle entre la gente durante la Semana Santa. Son imágenes muy realistas y muy expresivas, tratan de provocar emociones y efectos dramáticos generalmente se talla en madera policromada,.. destacan Gregorio Fernández, Martínez Montañés y Alonso Cano. Las características de la pintura son el realismo, la expresividad, el predominio de la pincelada y el color sobre el dibujo y la línea, el tenebrismo, la perspectiva aérea, líneas en diagonal, el movimiento desordenado, el predominio de los temas religiosos, de las naturalezas muertas y del retrato. Sobresalen Ribera, Zurbarán, Murillo .. pero entre todos destaca Diego Velázquez, tiene una obra amplísima paisajes, mitología, interiores, populares, religiosos y por supuesto retratos políticos y de condición. Ej: Rendición de Breda, Retratos de Felipe IV, Del Conde duque de Olivares, de Inocencio IX, Las Meninas (posiblemente su obra cumbre por su perfección, su perspectiva aérea, los recursos, la técnica ….)

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