“El Espíritu y La Esposa” © 2003 Carlos E. Rivas. Todos los derechos reservados. Diseño de la portada: © 2003 Carlos E. Rivas. Todos los derechos reservados.
A LA MEDIANOCHE
La prueba de la paciencia, la fe y la fidelidad
Salvo cuando se indica expresamente otra versión, las citas bíblicas fueron tomadas de la versión Reina-Valera 1960. © 1960 Sociedades Bíblicas Unidas de América Latina. Publicado por el ministerio: Para La Edificación. Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier forma, escrita o electrónica, sin la debida autorización.
Por el Pastor
Editado en El Salvador, Diciembre de 2003.
C arlos E . Ri vas
El Espíritu y La Esposa, es texto de seminarios de equipamiento y formación para pastores y líderes. Es usado en estudios bíblicos para radio y televisión, y en cursos intensivos. Para La Edificación Publicaciones Urb. Buenos Aires 1, Av. San Carlos #131, S. S. El Salvador. C. A. Tel.: (503) 226- 8845; Fax.: (503) 235- 1135. E-mail:
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ISBN # 156-2003
Para La Edificación Publicaciones
Impreso en El Salvador. C. A.
Contenido Bosquejo Mateo 25:1-13. I– LAS LÁMPARAS Y EL ACEITE.
A LA MEDIANOCHE
A– Un tiempo difícil de prueba. Ef. 5. 1– Vr. 11. Las tinieblas de la medianoche. 2– Vr. 14. Despertada e iluminada a la medianoche. 3– Vr. 16. Los peligros a la medianoche. 4– Vr. 17. La insensatez de los irresponsables a la medianoche 5– Vr. 18. La lámpara llena a la medianoche. II– CABECEARON Y DURMIERON. A– Por su comodidad y su auto justicia la Iglesia duerme. 1– El estado. 2– El llamado. 3– La respuesta. 4– El mensaje.
III– TARDÁNDOSE EL ESPOSO.
A– El ha tardado para salvación, provecho y preparación. 1-“Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo...” Ec. 3:1 BLA 2- “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida...” Sal. 23:6. IV– DADNOS DE VUESTRO ACEITE. A– Las consecuencias de la insensatez.
Estas notas son una pequeña parte del estudio El Espíritu y La Esposa
1– La conciencia de la hora. 2– La ordenación. 3– La no transferencia. 4– La compra. 5– La amonestación.
Sagradas Escrituras Mateo ––25: 1-13 Las diez vírgenes
Entonces
el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. 1
Apocalipsis ––3: 1-6 Sardis: La iglesia irresponsabilidad 1
Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus
de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. 2Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. 3Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. 5El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. 6El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Introducción: En el reloj que marca el tiempo profético, la hora cero está cerca; la noche con su telón negro ha cubierto toda la tierra; la noche profética está llegando a su fin. En los tiempos bíblicos, para los judíos, el día duraba doce horas y la noche doce horas, de las seis de la tarde a las seis de la mañana era la noche y de las seis de mañana a las seis de la tarde era el día. Cuando el Señor Jesucristo estuvo aquí en la tierra, fue el día, cuando Él se marcho, la noche comenzó. Y hay tres Escrituras que nos enseñan lo avanzada que está la noche: La noche viene. Jn. 9: 4. Aquí el Señor amado advierte de la noche profética. Esto es, la estupidez o la embriagues de los sentidos de los hombres naturales un tiempo antes de su venida. 1ª Tes. 5:7. Es decir, un tiempo de pecado. La noche está avanzada. Ro. 13:12. Aquí el apóstol Pablo advierte del obrar organizado de los entes de las tinieblas. Es decir, un tiempo de gran peligro para los santos en luz. A la medianoche. Mt. 25: 6. Aquí el Señor amado, en su carácter de novio, advierte a su Amada de la preparación. Es decir, cómo pasar el tiempo de tinieblas de pecado y de peligro de la medianoche y estar firme y preparada para las bodas.
En este tiempo de oscuridad malévola, es necesario estar atentos a la Palabra, pues los peores momentos de la noche avanzada están por suceder: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.” 2ª P. 1:19. El día esta por esclarecer, mientras tanto, somos amonestados a ser vigilante y velar. SARDIS. A esta iglesia el Señor se le presenta como el que tiene los siete espíritus de Dios, esto es, la plenitud de vida, y como el que tiene las siete estrellas, esto es, los mensajeros de la Palabra. Ap. 1: 20. El Señor le está diciendo a esta iglesia que Él es –EL VERBO DE DIOS,
el maná del cielo que da vida. Por lo tanto, la responsabilidad de esta iglesia era La Palabra que se le había encomendado. Sardis significa: Aquellos que salieron fuera. El problema de esta iglesia era que no llevó hasta el fin las cosas iniciadas, ni se desarrolló en la vida plena de Cristo. Las palabras: ‘sé vigilante’, – ‘si no velas vendré sobre ti como ladrón’, – ‘no sabrás a qué hora vendré’, concuerdan con el descuido de no prepararse de las cinco vírgenes insensatas que –salieron– en la noche a esperar al Esposo, el cual tardarse cabecearon todas y se durmieron; y faltándoles el aceite en sus lámparas no entraron a las bodas. Sardis y las diez vírgenes, bien representa a la iglesia del tiempo del fin. De esto no es difícil deducir, que no basta con ser virgen y tener conocimiento de la Palabra para ser la Esposa de Cristo. Si el conocimiento no se practica o no trae la vida de Cristo, es en vano. LA PARABOLA. La parábola de las diez vírgenes es parte de las respuestas del Señor a la triple pregunta de sus discípulos. Mt. 24:3. Todo el Cp. 24 de Mateo está lleno de respuestas. Mas con la parábola de las diez vírgenes el Señor deja de lado los sucesos en las naciones y hace más personal su mensaje a la Amada, esto es, a los que serán la Esposa del Cordero de Dios. Esto quiere decir, que el Señor Jesucristo advierte a la Iglesia que vele su venida en carácter de Esposo. Que busque La Palabra y La Unción que la meterán en el avivamiento que le hagan pasar la noche y la preparen para las bodas con Su Amado. Y para este fin le proponemos las presentes notas.
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A LA MEDIANOCHE Mt 25: 1-13. Con respecto a la parábola de las diez vírgenes; es notable que al final de todo la Iglesia habrá recibido el mensaje y entendido que Cristo, además de ser Su Salvador, quiere ser Su Esposo. Pero al responder al llamado, el criterio de mucha gente estará dividido, unos actuaran con entendimiento y otros con insensatez. Así que, no basta para la Iglesia el ser virgen, el salir con actitud de espera o el tener conocimiento del asunto, si al responder a la propuesta de matrimonio de su Salvador, lo hace con irracionalidad irresponsable. Las lámparas y el aceite: Nos hablan de los elementos de preparación para un tiempo difícil donde se necesitará la luz de La Palabra, Sol.119:105, y el aceite de la Unción del Espíritu Santo, que es lo único que no puede sufrir daño. Ap. 6:6. La noche es figura de un tiempo de pecado, de tinieblas y de peligro, donde la paciencia, la fe y la fidelidad de la Iglesia será puesta a prueba, pues tardándose el esposo serán manifiestos muchos corazones. La noche, que ya lleva 2,000 Años, comenzó cuando nuestro Señor y Salvador ascendió a los cielos y durará hasta su venida; hasta donde nos hallamos hoy en el tiempo profético, la noche está bien avanzada. Pero, la noche, aunque fría y lóbrega, precede al día, que con la luz del sol hiere la oscuridad de las tinieblas de la pasada noche, porque no hay noche sin mañana; y aunque hoy sea tiempo de pecado, de tinieblas y de peligro en la atmósfera espiritual para la Iglesia, el gran día que precederá a los siglos de dicha sin fin para la Amada se acerca, el gran día cuando el Esposo le llame diciéndole: “…Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, Se ha mudado, la lluvia se fue.”
Cant. 2:10,11. Cuando el Esposo está presente, no puede haber luto o ayuno, no es tiempo para afligir el alma con clamor. Mt 9:15; Mr. 2:19. Mas tardándose el esposo, es tiempo para afligir el alma con ayuno y clamor. Pues es tiempo de peligro y de prueba. Este tiempo difícil de prueba bien concuerda con los consejos del apóstol Pablo a la futura Esposa de Cristo en el Cp. 5 vrs. 11-18 de su carta a los Efesios. Estos son los consejos apostólicos para pasar la noche y permanecer hasta que el día esclarezca. Vr. 11. Las tinieblas de la media noche. “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas…”
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Vr. 14. Despertada e iluminada a la media noche. “Despiértate…Y te alumbrará Cristo.” Vr. 16. Los peligros a la media noche. “…aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Vr. 17. La insensatez de los irresponsables a la media noche. “…no seáis insensatos…” Vr. 18. La lámpara llena a la media noche. “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.”
Vrs. 25-31. “25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la
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pregonado a la media noche le sacuda: ¡Aquí viene el Esposo; salid a recibirle! Por lo general, al Hijo de Dios se le invoca como el Salvador, el Sanador, el Ayudador y el Proveedor para toda necesidad, pero nunca como El Esposo. Pues esto implica fidelidad. Mas si la Iglesia no despierta con la proclamación que irrumpirá en la oscuridad de la noche: Aquí viene el Esposo, si con este pregón no despierta a la relación responsable hacia el Esposo, no la despertara absolutamente nadie ni nada.
iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.”
Por su comodidad y su auto justicia, la Iglesia duerme hoy el sueño de la indiferencia, lo cual es una realidad en el Cp. 5 vrs. 2-5 del libro de los Cantares de Salomón. Consideremos cuatro aspectos:
Así que, tomando conciencia de estas cosas, comprendamos que este es el tiempo para los prudentes, para la Palabra y la Unción. La Palabra y la Unción que contrarreste los peligros de la noche avanzada.
la puerta, no para entrar y acomodarse, sino para que ella salga de la comodidad que le hace indiferente a la responsabilidad de las cosas que ha oído y recibido de Él.
Cabecearon y se durmieron: Nos habla de un letargo espiritual que será casi general en la Iglesia del tiempo del fin, ––letargo–– que para salir de él será más que necesario el avivamiento final. La Iglesia de hoy parece despierta, pero está dormida, tiene nombre de que vive, pero está muerta. Parece viva y despierta por su actividad, pero no viva y despierta para el Señor. La predica que la Iglesia está oyendo hoy en día no la está provocando al arrepentimiento, de hecho, la predicación de hoy le entretiene pero no la despierta ni le da vida. Pero, ¿Cuál será entonces la predica o la palabra que hará despertar a la vida a la Iglesia? De seguro que no serán los temas: “los tres posos para una vida cristiana victoriosa”, ni “las siete claves para el gran avivamiento”, ni“el evangelio fácil”, ni “la súper gracia”. ¿Qué despertará y le dará vida a la Iglesia? ¿Qué la despertará al verdadero avivamiento? El mensaje que hará que la Iglesia de este tiempo despierte será el que conmueva su corazón y sus entrañas, el mensaje que la saque de su reposada comodidad y auto justicia, el mensaje que
La respuesta. Vr. 3. “Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?” La comodidad y auto justicia no le permiten a la Amada ver con claridad y humildad su necesidad; por lo que no despierta, ni responde correctamente al llamado. “…he lavado mis pies”, denota su auto justicia, ella se cree limpia. Este cuadro es muy parecido a la condición de la Iglesia del tiempo del fin representada por Laodicea, la cual con presunción dice de si misma: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…” ¿Pero, qué le responde aquel que conoce su verdadera condición y realidad espiritual?: “…y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Ap. 3:17. La Iglesia se ensoberbece de riquezas que el Señor no le ha dado, “…me he enriquecido…”. Ninguna riqueza es del todo suficiente si el Señor no está adentro sino afuera de la Iglesia.
El estado. Vr. 2. “Yo dormía…” La condición de la Amada no ha cambiado mucho después de 2,000 Años que ha durado la noche, ella sigue durmiendo. El llamado. Vr. 2. “Es la voz de mi amado que llama: Ábreme… paloma mía,…Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.” El Amado llama a La Amada que le abra
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“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…”. Ap. 3:20. ¡Ho Dios! despiértanos y ábrenos los ojos. Vr. 4. El mensaje. “Mi amado metió su mano por la ventanilla, Y mi corazón se conmovió dentro de mí.” ¿Cuál será el mensaje qué hará qué la Iglesia despierte y responda positivamente al llamado del Amado? ¿Qué es lo que conmoverá el corazón y las entrañas de la Iglesia para que sea despertada al avivamiento final? El mensaje que conmoverá a la Iglesia es aquel que le haga comprender el verdadero propósito por el cual el Señor Jesucristo fue herido y entregado a la muerte de cruz. Esta verdad está bien dramatizada en nuestro pasaje en estudio. La voz y la delicadeza de las palabras del Amado no fueron suficientes para conmover el corazón de la Amada. El Amado metió su mano por la ventanilla e intentando abrir la puerta dejo una huella en la manecilla del cerrojo, entonces se conmovió el corazón de la Amada. Pero, ¿Qué es lo que realmente conmovió su corazón? Lo que conmovió e impacto el corazón de la Amada fue ver la perforación de la herida en la mano del Amado. La mirra es una figura de sufrimiento, ésta nos habla de la sangre del Señor Jesucristo. La herida y la sangre del Amado conmovieron el corazón de la a Amada. De la misma forma, la Iglesia debe comprender que el Señor Jesús se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, que Él herido fue por sus rebeliones. Ef. 5: 25; Is. 53:5. Por supuesto que el Señor no busca lástima de nuestra parte; pero debemos de entender que sólo habrá Esposa debido a sus llagas. Y si esto no despierta, ni conmueve, ni aviva a la Iglesia, no lo hará nadie ni nada. Así que, en esta hora de la noche avanzada, cuando el Amado-Esposo se prepara para venir, el mensaje que hará que la Iglesia despierte al avivamiento, que la prepare para bodas con Él, será aquel mensaje que toque y conduzca su corazón a un amor que le haga velar la venida del Señor-Esposo. Tardándose el esposo: Nos habla que la tardanza del Señor Jesús es un tiempo divinamente predeterminado. El apóstol Pedro en su segunda carta escribe: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es ‘paciente’ para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” “Y tened entendido que ‘la paciencia’ de nuestro
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Señor es para salvación…”. 2ª P. 3:9,15. Esto quiere decir que el Señor ha tardado a propósito, para provecho y para salvación. La paciencia de Dios espera mientras concede un tiempo específico para la preparación. Esto es verdad en 1ª P. 3:20 que dice: “…los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se ‘preparaba’ el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.” Dios esperó paciente mientras se preparaba el arca. El tiempo de la preparación del arca fue como de 101 Años. Y luego que Noé acabó el arca en que su familia se salvase, vino el diluvio. Esto es porque Dios es lento para la ira y grande Su misericordia. Así que, es claro que el Señor ha tardado a propósito estos 2,000 Años que han pasado. Él ha tardado para salvación de muchos, para provecho y preparación de la Iglesia. En Eclesiastés 3:1 de la versión de la Biblia de las Amétricas dice con relación al tiempo: “Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo…”. Dios le ha dado a la Iglesia el tiempo suficiente para su
preparación, para que se prepare para bodas. Pues sólo entrarán a bodas los que se hallen preparados: “…y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas…” Mt. 25:10. Por esto el bondadoso Dios ha ordenado que a cada día del cristiano, no le falte el bien y la misericordia para cumplir Su propósito satisfactoriamente. El Sal. 23: 6 dice: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…” Para que de esta forma, la Amada, pueda celebrar gozosas bodas con el Cordero de Dios: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.” Por tanto, el tiempo que le es concedido a cada hijo de
Dios no es para ser vivido como insensato, sino como prudente. Dadnos de vuestro aceite: Nos habla de los efectos de no haberse preparado. La negación de las prudentes a la petición de las insensatas no es falta de benevolencia. La recomendación de ir y comprar para que no les faltase a todas era lo más aceptable. El problema era el factor tiempo, ya era demasiado tarde. He allí las consecuencias de la insensatez. Pues, cuando la visión es bodas con el Cordero, el querer preparase a último minuto, es insensatez. De tal situación es preciso que saquemos la mayor enseñanza. La conciencia de la hora. Vr. 6. “Y a la medianoche se oyó un clamor…” El apóstol Pablo, consciente de que la noche está
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avanzada, nos amonesta a levantarnos del sueño, a vivir como de día, a vestirnos de las armas de luz y andar honestamente, es decir, andar en evidencia; a demás, a rechazar las pasiones propias de la noche, y cubrirnos con el manto de Cristo. “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” Ro. 13:11-14. A la conciencia de la hora, la noche avanzada, debe de agregársele la conciencia de un conflicto armado entre la luz y las obras de las tinieblas de la noche, para lo cual hay que estar debidamente cubiertos de Cristo y vestidos con las armas de luz. Vestirse de Cristo es la práctica de la honestidad; pero vestirse con las armas de luz para combatir las obras de las tinieblas es estar vestido: De la verdad, de la justicia, de la paz, de la fe, de la salvación y de la Palabra de Dios. Ef. 6:10-16. Por tanto, el cristiano prudente, en esta hora avanzada de la noche, debe velar, levantarse del sueño y combatir las tinieblas, pues esto es andar en luz, porque todo lo opuesto es estar en tinieblas y vivir como insensato, inconsciente de la hora profética en que se vive. La ordenación. Vr. 7. “y arreglaron sus lámparas.” Arreglar del Gr. kosmeo, que significa: ‘Ataviar’, ‘embellecer’, ‘decorar’, ‘hermosear’, ‘adornar’, ‘poner en orden’. Se usa de disponer lámparas, traducido «arreglar». (Dic. Strong y Dic. Vine) No hay duda que todas estas cosas implicadas en kosmeo, deben ser parte de la preparación de la Amada por el Señor. Mas poniendo especial atención en «poner en orden», en el contexto de las diez vírgenes con el deseo de entrar en bodas, nos advierte de las cosas que hay que traer a orden antes de la venida del Novio y futuro Esposo. Pues de la misma forma que la mujer de las diez monedas, que habiendo perdido una de ellas, considera la perdida, enciende la lámpara y barre la casa para recuperarla, así también la Iglesia debe encender la lámpara e iluminar el interior de la casa para poner orden. Lc.
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15: 8. Las mujeres palestinas recibían diez monedas de plata como regalo matrimonial. Estas monedas tenían un gran valor sentimental semejante al de un anillo de bodas y perder una era muy desesperante. La Iglesia de hoy en día, como la Iglesia de los Efesios, ha perdido su primer amor por el Señor sin notarlo. Pues ha confundido el activismo mecánico con el amor. El barrer la casa para ordenarla y recuperar lo perdido es muestra de diligencia y prudencia, actitud que es elogiada por el Señor. Encender la lámpara y barrer la casa para poner en orden las cosas no es una opción, porque si la Amada no barre y ordena la casa, la barrerá Dios. En Is.14:22,23 dice: “Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová. Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y ‘la barreré’ con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.” Dios barrerá la mentira y falsedad de Su pueblo. Is. 28:14-17. Por tanto, más vale ordenar en la iglesia local, los ministerios primarios, las ayudas, las familias, los matrimonios y todo desorden con los principios de la Palabra de Dios, a que Dios barra con escoba de destrucción. La no transferencia. Vr. 8. “Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan…” Comúnmente oímos hoy hablar de transferencia de la unción. Este argumento esta basado en la forma en que Dios tomó del espíritu de Moisés para setenta personas más que profetizaron a la misma vez; así como de la doble porción de la unción dada a Eliseo, simbolizada ésta en el manto del profeta Elías, de lo que hoy se dice: Pasar el Manto; y de la bendición de los hijos de los profetas y apóstoles. Bueno, por hoy esto es real. Pero en el tiempo del fin no será así. Los que se prepararon e hicieron provisión tendrán la unción y entrarán a las bodas y los que no lo hicieron les faltará, no les será transferido por otra persona y se quedarán afuera de las bodas. “Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no
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nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.” Así que, más vale que hoy nos preparemos y hagamos provisión para que no nos falte ni tengamos que lamentar después al quedar fuera de las bodas del Codero de Dios. La compra. Vr. 9. “…comprad para vosotras mismas.” Hay quienes predican que no hay que pagar nada por las promesas de Dios, que son gratis. Y hay quienes predican que hay que pagar un gran precio por las promesas de Dios. Entre los extremos, la verdad casi siempre está al centro. Pues hay cosas que Dios las da gratis. Is. 5:1. Pero hay otras que Dios las da por precio. Pr. 23:23. El Espíritu Santo es un regalo de Dios para Su pueblo, no hay que pagar nada para obtenerlo, ni mucho menos dinero. Hch. 8: 18-21. Pero esto no es la regla, pues a la iglesia de Laodicea, que representa a la Iglesia de los tiempos del fin, el Señor le manda a comprar de Él lo que es de valor y trascendencia eterna. Ap. 3:18. Entonces qué, si el Espíritu Santo es un regalo de Dios, ¿Por qué hay que pagar un precio por el Aceite de la unción? Bueno, hay quienes tienen la unción, pero otros tienen mucha más unción, y ¿Por qué? Porque han pagado un mayor precio de preparación y calidad de vida en Dios. Por ejemplo, El Señor Jesús, ha quien el Salmo 45 presenta como el que fue ungido más que sus compañeros.
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Mayor óleo. Las claves entonces para recibir una mayor unción son: –– Hablar palabra buena.
Vr. 1.
–– Hablar palabra con gracia. Vr. 2. –– Hablar palabra de verdad.
Vr. 4.
–– Hablar palabra de humildad. Vr. 4. –– Hablar palabra de justicia.
Vr. 4.
Esto es pagar el precio de preparación y calidad de vida en Dios por la unción. Este es el precio que pagó El Hijo de Dios por Su unción, preparación y calidad de vida. Hablando de la doble porción de la unción sobre Eliseo, él pagó un precio por una unción mayor, él permaneció por mucho tiempo con el profeta Elías, primero como discípulo y después como hijo del profeta, lo que le llevó a ser por último, el profeta padre y el depositario de mayor óleo. Pero para corroborar más esta verdad hagamos dos ejercicios más. Por ejemplo: Los dones y el fruto. Los dones son gratis.
– El fruto no es gratis.
Los dones se reciben. Sal. 68:8.
– El fruto se forma. Gál. 5:22,23.
Cristo y la salvación.
Leamos parte de este Salmo: “Rebosa mi corazón palabra buena;
La salvación es gratis.
– Cristo no es gratis.
Dirijo al rey mi canto; Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero. Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios; Por tanto, Dios te ha bendecido para siempre. Ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente, Con tu gloria y con tu majestad. En tu gloria sé prosperado; Cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia, Y tu diestra te enseñará cosas terribles. Tus saetas agudas, Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del rey. Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.”
La salvación es por gracia. Ef.2:8.
– A Cristo hay que ganarlo. Fil 3:7,8.
Así es que, sin ir a los extremos, hallamos en el centro la verdad perfectamente balanceada. Por lo tanto, si queremos una mayor porción del Aceite de la Unción, tendremos que pagar un mayor precio por él.
La amonestación. Vr. 13. “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora…” Velar la venida del Esposo es vivir todos los días de la vida y el caminar cristiano en la fe del Hijo de Dios. Por favor lea las siguientes escrituras en su Biblia:
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Velar es vivir. Velar es vivir en la fe, la esperanza y el amor. 1ª Co. 13: 13. Velar es vivir gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. Ro. 12: 12. Velar es vivir en el fruto de bondad, justicia y verdad. Ef. 5: 9. Velar es vivir en el reino de Dios con justicia, paz y gozo. Ro.14: 17. Velar es vivir siendo de él, por él y para él. Ro. 11: 36. Velar es vivir en él, moverse en él, y ser en él. Hch. 17: 28 Velar es vivir en este siglo, sobria, justa y piadosamente. Ti. 2: 12. Vivir todo lo contrario a estas triadas de la conducta piadosa, es dormir o entretenimiento religioso, pero no vida.
Velar por causa. Velar por causa de la tentación. Mt. 26: 41. Velar por causa de la ignorancia de su venida. Mr. 13: 35. Velar por causa de las cosas que vendrán. Lc. 21: 36. Velar por causa de las tinieblas. 1ª Tes. 5: 5,6. Velar por causa del diablo. 1ª P. 5: 8. Velar por causa del ladrón. Mt. 24: 43. Velar por causa de la Bienaventuranza. Ap. 16: 15. No velar de esta forma es quedar expuesto y ser un insensato.
Velar para. Velar para ver lo que se nos dirá. Hab. 2: 1. Velar para estar con el Señor. Mt. 26: 38. Velar para orar. 1ª P. 4: 7. Velar para ser sobrios. 1ª P. 5: 8. Velar para estar firme. 1ª Co. 16: 13. Velar para no pecar. 1ª Co. 15: 34. Velar para sentarse a la mesa con Cristo. Lc. 12: 37. No velar es dormir en la indiferencia, vivir sin propósito, morir sin ver la esperanza eterna de los santos.
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Como ve, velar es: Una actitud correcta. Una conducta piadosa. Un estado de advertencia. Una posición de emergencia permanente. Una condición disciplinada de responsabilidad. Un modo de vivir. Una forma de expresar la esperanza. Una manera de mostrar nuestro amor por el Señor.
Desconocidos y Dejados Afuera Cerrando ya con los detalles de la parábola de las diez vírgenes, lo hacemos tomando las palabras mas duras que serán dichas por Señor en un futuro cercano: “Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.” Esta es la peor de las consecuencias de la insensatez o la irresponsabilidad, el ser desconocido por el Señor y el ser dejado afuera de las bodas. Y en verdad esto realmente sucederá y será muy vergonzoso. Y, ¿Cómo evitar tal vergüenza? ¿Cómo evitar terminar en tal frustración? ¿Cómo evitar el ser dejado afuera? La clave para no ser desconocidos, rechazados y dejados afuera, es sostener hoy una relación intima y profunda con el Señor Amado, una relación de amor que trascienda de la liturgia religiosa. Las palabras del idioma Gr. Ginosko y Oida para: Conocido o Conocer, comportan un significado interesante para nuestro saber y preparación. En Mt. 7: 23.: «nunca os conocí», ginosko, sugiere: «nunca he estado en una relación de aprobación hacia vosotros»; en tanto que Mt. 25: 12, «no os conozco», oida, sugiere: «no tenéis relación alguna conmigo». Este será el mayor problema para muchos cristianos, el no haber tenido nunca una relación intima y profunda con el Señor Jesús como el Esposo y el no haber sido aprobados por Él. Pues estamos en un tiempo de prueba en el cual, por nuestra conducta y decisiones, aprobamos o desaprobamos. Mas para entender un poco más este asunto, la relación conyugal de Adán y Eva nos brinda ayuda. En Gn. 4:1 se nos dice: “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.” La palabra «Conoció Adán a su mujer» del
idioma Heb. Yada, denota un contacto directo o relación intima. Y así es como el Señor, el Amado, nos quiere conocer hoy, en una relación
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de intimidad, así como la Amada. Cant. 1:16. “He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; Nuestro ‘lecho’ es de flores”. El “lecho” nos habla de intimidad, de amor íntimo, así como conoció Adán a Eva y fue engendrado Caín. Y note que la relación aquí, es entre el Amado y la Amada, es –“Nuestro lecho”–, es decir, que no sólo Él la ama, como comúnmente sucede, sino que también ella lo ama a Él. Aquí la cama de pétalos de flores, no es un refugio de reposo para el alma abatida, sino de un lugar de amores para el espíritu conquistado por hermosura del Amado Señor. Todos debemos anhelar ser metidos en las caras del Rey para tener amores con Él a puerta cerrada. “¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. A más del olor de tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento derramado; Por eso las doncellas te aman. Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras…” Cant. 1: 2-4; Mt. 6: 6. Con esto no estamos hablando de los tiempos de oración e intercesión publica, que es la responsabilidad de una iglesia que vela la venida del Señor y combate las obras de las tinieblas; sino de los tiempos de amores y adoración intima, de recara cerrada. Ahora bien, vale la pena recordar a quienes el Señor les dijo en Mt. 7: 23, «nunca os conocí». Se lo dijo a quienes habían manifestado los dones proféticos, de liberación de endemoniados y de operación de milagros; pero que pesar de esto, no tuvieron una relación de intimidad con el Señor amado. Pues estos son como Rebeca, que reciben dones sin antes estar comprometidos a bodas con el Señor. Por lo tanto, cocientes de la responsabilidad, velemos como prudentes la venida del Esposo, conociéndolo y siendo conocidos por Él. Retomando el mensaje a la iglesia de Sardis. Esta iglesia había recibido muy buena palabra. Vr. 3. Pero no era afirmada, no tenía vida completa, estaba muriendo, y no andaba con el Señor. Ella estaba en esa condición no porque el Señor no sustenta a su Amada, sino porque la iglesia no fue responsable con lo que había recibido y oído, ella no guardaba la Palabra. Cristo mismo se le presentó como la vida. Es triste, pero cierto, que muchos conociendo al Señor están muriendo, cuando el Señor Jesús ha dicho: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Jn. 10:10. En esta iglesia fueron pocas las personas que fueron halladas dignas, es decir, fieles o comprometidos. Ap. 3:4. ––“Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán
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conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” La salvación como otros derivados de la redención no se pueden obtener por meritos, pero después de ser salvos, se requiere que nuestras obras sean halladas perfectas, es decir, cabales y calificadas por Dios como dignas. Pues si hay adquisiciones en la vida cristiana que se obtienen por dignidad ameritada. Ser acreditado ‘digno’ por Dios, no es por capacidad o por habilidad humana; no es algo adjudicado con la salvación por fe, ni añadido con la redención y el perdón de los pecados por la sangre de Cristo; sino una posición trabajada en el carácter del cristiano perseverante. Veamos algunas escrituras que confirman esta verdad. Lc. 21: 36. “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por ‘dignos’ de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” Digno de escapar, sugiere, digno de permanecer y estar delante del Hijo de Dios. 2ª Tes. 1: 5. “Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por ‘dignos’ del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.” Digno del reino de Dios, sugiere, juzgado como digno, de posición . 2ª Tes. 1: 11. “Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por ‘dignos’ de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder.” Digno de su llamamiento, sugiere, digno de Su gracia, estorbo. Lc. 20:35. “Mas los que fueren tenidos por ‘dignos’ de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.” Digno de alcanzar aquel siglo, sugiere, digno de participación.
Estar delante del Hijo del Eterno Dios en Su reino mediante su gracia y la resurrección, es por haber sido juzgado digno y no por derechos exigidos por los cristianos. Con un poco de humildad bien podríamos decir como Juan el Bautista o el Centurión romano: “…no soy digno…” “…yo no soy digno…” Lc. 7: 6; Mt. 3: 11. Pues no somos dignos, ni tenemos derecho alguno. Se llega a ser ‘digno’ por la conducta, las actitudes y el permanecer fiel ante las circunstancias. –– Por favor lea en su Biblia las siguientes
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escrituras considérelas a la luz de la verdad que estamos presentando. Frutos dignos de arrepentimiento. Mt. 3:8. Obras dignas de arrepentimiento. Hch. 26:20. Andar como es digno de Dios. 1ª Tes. 2:12. Andar como es digno del Señor. Col. 1:10. Andar como es digno de la vocación. Ef. 4:1. Comportarse como es digno del evangelio. Fil. 1:27. Padecer por causa de Cristo. Hch. 5:41. Cuando alguien en la iglesia camina produciendo frutos y obrando como es digno, es conocido en los cielos. Ap. 3:4. Éstos son los que serán declarados por su nombre por el Seño Jesucristo delante Dios, delante de todos los ángeles y delante de todos los santos redimidos y puestos en lugares de honra y honor, pues son dignos. Las promesas para el vencedor. Esto es para aquellos que fueron hallados fieles o mas bien dicho dignos en la iglesia de Sardis, no para los irresponsables o insensatos. Dios ha de recompensar en todo lugar, a todo aquel que tiembla a Su Palabra y la guarda con responsabilidad. Is. 66:2. Las promesas para éstos son tres: Uno, “Será vestido de vestiduras blancas.” Esto es, “andará conmigo de blanco”. Dos, “No borraré su nombre del libro de la vida.” Son borrados del libro de la vida los muertos en el pecado. Para Dios no basta con tener nombre de que vive y estar muerto. Tres, “Confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” Esta es la mayor recompensa del vencedor, que su nombre sea mencionado ante todos los habitantes de los cielos. Por lo tanto, debemos ser entendidos y responsables con lo que hemos oído y recibido del Señor, porque de esto depende el ser vigilante, la verdadera vida cristiana y las recompensas.