ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL Y ATENCIÓN HUMANITARIA EN EL

ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL Y ATENCIÓN HUMANITARIA EN EL CONTEXTO COLOMBIANO Corporación AVRE 2005 Coordinación General Dora Lucia Lancheros Perico

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ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL Y ATENCIÓN HUMANITARIA EN EL CONTEXTO COLOMBIANO

Corporación AVRE

2005

Coordinación General Dora Lucia Lancheros Perico Autoras Dora Lucia Lancheros Perico Marta Nubia Bello Trabajadora Social. Profesora Departamento Trabajo Social Universidad Nacional de Colombia. Orientación Conceptual y Metodológica Marcela Salazar Posada Colaboradores Gloria Amparo Camilo Mireya Luque Triana Clara Patricia Castro Joaquín Tovar Diana Maria Arroyave Carlos Martínez Pedroza Diseño y Diagramación GIRO SUR DISEÑO LTDA John Alexander Sánchez I. Luís Ariel Forero Peña Andrea Carolina Bernal Pulgarín E-mail: [email protected] Corrección de Textos Teresa Santos Rojas Impresión: ARFO Editores e Impresores Ltda.

© Derechos de autor: Corporación AVRE Apoyo a Víctimas de violencia socio-política pro Recuperación Emocional Calle 61 No. 24-42 Teléfonos: (57-1) 347 4713 – 347 3617 – 347 3773 Fax: (57-1) 248 7969 E-mail: [email protected] P á g i n a We b : w w w. r e d s a l u d - d d h h . d m . c l Bogotá D.C., Colombia Octubre de 2005

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La Corporación AVRE, desde su misión institucional ejecuta acciones respetuosas de las diferencias entre hombres y mujeres. Portal razón y haciendo uso de los principios de coherencia y equidad expresa su intención de evitar la sobrecarga visual que supone utilizar en español “o/a” para marcar la existencia de ambos sexos. Es así como en lo referente a la publicación se ha optado por emplear el masculino genérico clásico en el entendido que todas las menciones en tal género, representan siempre mujeres y hombres.

La Misión de COSUDE/Ayuda Humanitaria en Colombia se fundamenta en los objetivos de la política exterior suiza, es decir se pretende implementar una visión de desarrollo a largo plazo y una relación consecuente entre el equipo de coordinación y las contrapartes. Buscamos contribuir a la implementación de soluciones realistas y sostenibles a la problemática de poblaciones vulnerables, especialmente de las personas que está en situación o en riesgo de desplazamiento. Desde el trabajo humanitario, pretendemos aportar respuestas al desarrollo cuyo impacto perdure en el medio y el largo plazo. Este documento se ha realizado con el apoyo financiero de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación COSUDE. Los puntos de vista que en él se exponen reflejan la opinión de la Corporación AVRE y no necesariamente representan la filosofía de la COSUDE.

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RECONOCIMIENTO ESPECIAL a Marcela Salazar Posada

La publicación “Acompañamiento Psicosocial y Atención Humanitaria en el Contexto Colombiano” integra aportes significativos de Marcela, quien desde su experiencia profesional como politóloga, y su trayectoria vital como defensora de derechos humanos, contribuyó a enriquecer el modelo de trabajo de la Corporación AVRE, durante el periodo que asumió la dirección y representación legal de la institución (1999 – 2005). Una contribución importante que destacamos en la etapa liderada por Marcela, es que la entidad alcanza un momento de desarrollo institucional a partir de la conceptualización, definición y operativización de la Modalidad Gestión y Acciones para la Organización y Fortalecimiento de la Sociedad Civil. La consolidación del sentido de la modalidad inicialmente denominada comunitaria, y su aplicación práctica mediante proyectos especiales, alianzas inter-institutucionales y acciones propias de la modalidad dota de sentido político y con una fundamentación desde los derechos humanos nuestro Modelo de Trabajo Psicosocial, articulando de manera complementaria las acciones especializadas de las otras dos modalidades que lo integran: Modalidad Capacitación Formación y Modalidad Clínica Terapéutica. Con base en esta visión del Modelo de Trabajo Psicosocial elaboramos, con la orientación de Marcela, la segunda fase del proyecto COSUDE adaptando nuestro modelo institucional general para la Atención Humanitaria. Esta sustentación teórica, y la graficación y flujo temático-práctico del modelo adaptado se retoman en esta publicación, especialmente en el capítulo cuarto del libro. Finalmente, resaltar que en la etapa de diseño y la definición inicial de la ruta conceptual y metodológica del texto, Marcela junto con el equipo que participó inicialmente en la elaboración de este producto, identificó e introdujo claves de análisis y reflexión como la noción de emergencia política compleja; y la importancia de visibilizar y analizar la relación de contiguum – continuum para potenciar el Vínculo entre Atención, Rehabilitación y Desarrollo (VARD) las cuales han sido interesantes y útiles para fortalecer el análisis crítico sobre la potencialidad y los requerimientos del componente psicosocial en el trabajo humanitario en Colombia, que hoy presentamos.

CORPORACION AVRE

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Presentación COSUDE - Colombia Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación - División de Ayuda Humanitaria................................ 11 Presentación Corporación AVRE.................................................................................................... 15 Introducción...................................................................................................................................... 21 Capítulo I: La Atención Humanitaria en contextos de conflicto armado interno y violencia sociopolítica............................................................................................................. 25 - Breve reseña histórica sobre los orígenes de la Atención Humanitaria y sus fundamentos jurídicos - Los orígenes - Formas de intervención para llevar a cabo la Atención Humanitaria - Atención Humanitaria, salud mental y acompañamiento psicosocial - Algunas preguntas para la reflexión Capítulo II: Hacia una redefinición de la Atención Humanitaria............................................... 47 - El humanitarismo de hoy: entre la conmiseración y la solidaridad - La Atención Humanitaria busca una nueva perspectiva - La Atención Humanitaria y las necesidades humanas - Hacia una relectura de las necesidades - La dignidad y la libertad como fundamento de las acciones de Atención Humanitaria

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Atención Humanitaria integrada dentro de una fundamentación de derechos Algunas preguntas para la reflexión La Atención Humanitaria y su vinculación con el desarrollo

Capítulo III: La Atención Humanitaria en el contexto colombiano............................................ 81 - El conflicto armado interno en Colombia: impactos y retos para la Atención Humanitaria. - Algunas preguntas para la reflexión Capítulo IV: La experiencia de la Corporación AVRE en la Atención Humanitaria................. 97 - Reflexiones en torno a un Modelo de acompañamiento psicosocial y salud mental en la Atención Humanitaria - Articulación del Modelo de Corporación AVRE en la Atención Humanitaria - Bases conceptuales para la comprensión e inclusión del enfoque psicosocial en la Atención Humanitaria - Lineamientos prácticos de acompañamiento psicosocial en la Atención Humanitaria - Desafíos para la integración del acompañamiento psicosocial. - Algunas preguntas para la reflexión CASOS “TIPO”: Para la reflexión desde la perspectiva del acompañamiento psicosocial... 143 Bibliografía..................................................................................................................................... 178

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PRESENTACIÓN COSUDE. Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperació n - División de Ayuda Humanitaria. Para la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, COSUDE, es un motivo de satisfacción contar con el presente libro elaborado por el equipo de la Corporación AVRE, una de nuestras copartes en el país, titulado “Acompañamiento Psicosocial y Atención Humanitaria en el Contexto Colombiano”. Desde que COSUDE inició acciones en Colombia, en el 2001, compartió con otras agencias de cooperación internacional la observación sobre la necesidad de encontrar un elemento integrador del conjunto de acciones humanitarias, sin tener aún claridad sobre a qué correspondía el vacío. Y desde entonces, una de las preocupaciones que ha mantenido es la de contribuir para la construcción de un modelo de Atención Humanitaria que sea integral e incluyente de los aspectos que velen por la integridad y la dignidad de todas las personas. En este sentido, y hasta hace relativamente poco tiempo, el componente psicosocial era el gran ausente. Tradicionalmente, se consideraba evidente que la ayuda humanitaria debía atender los aspectos materiales urgentes relacionados con alimentación, vestuario, vivienda, higiene, salud física, acceso al agua, pero las

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preguntas sobre qué pasa en el interior de ese ser humano, con sus sentimientos, sus pérdidas, sus creencias, sus dolores y sus heridas sin sanar, su capacidad resiliente sin emerger, aún no obtenían respuesta frente a la urgencia de lo evidente y tangible. Y como decía Saint-Exupéry, esos aspectos esenciales, interiores y profundos no eran visibles, porque lo “esencial resulta invisible a los ojos”.

La presente propuesta ofrece una guía para integrar de manera armónica y sólida el componente psicosocial en las acciones humanitarias, y presenta este elemento como integrador de todas las acciones. En esta dirección, ofrece conceptos claros y precisos sobre los temas básicos relacionados con la Atención Humanitaria desde una perspectiva de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario. De una manera pedagógica, recoge los principales capítulos alrededor de preguntas, con la intención de afirmar el conocimiento y promover la reflexión sobre los temas afines.

El aporte actual es que lo urgente empieza a reunirse con lo importante y lo esencial, en este documento elaborado por el equipo de la Corporación AVRE, y constituye la respuesta a un compromiso en desarrollo de la segunda fase del proyecto aprobado por COSUDE. Está destinado justamente a apoyar la formación de profesionales de organizaciones al servicio de la Atención Humanitaria y de los líderes sociales como multiplicadores que aseguran la presencia y el acompañamiento en lo cotidiano local, para introducir los aspectos de la salud mental y emocional dentro del servicio de Atención Humanitaria.

Es fruto de la praxis de la Corporación AVRE en sus múltiples idas y venidas por las regiones y los rincones del país, observando, escuchando y acompañando a víctimas de la violencia, por más de una década. También es fruto de la consulta con los dos grupos básicos involucrados: los líderes populares y los profesionales y técnicos al servicio de la Atención Humanitaria, muchos

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adecuadas, que velen por el bienestar integral de las personas respetando su dignidad y sus derechos. Tiene el alto valor de partir del reconocimiento de la importancia de sanar las heridas internas, para facilitar así, que fluya la riqueza interior y se despliegue la resiliencia allí enclaustrada, para participar activamente en la propia reconstrucción como personas,

de ellos víctimas civiles de los conflictos y la violencia sociopolítica. Se muestra ahora, esta experiencia, como propuesta para integrar los elementos psicosociales dentro de cualquier forma de acción o interacción en aplicación de la Atención Humanitaria. Pensamos que con este aporte se empieza a llenar el vacío y se dan los primeros pasos para hacer participativamente un nuevo camino de Atención Humanitaria, pero con una perspectiva integral que supere el continuum de las anteriores acciones fragmentadas, hacia un movimiento del contiguum, como lo explica el propio documento.

como sociedad civil y como país. Por todas estas razones, COSUDE quiere invitar a los trabajadores de la Atención Humanitaria a estudiar atentamente esta nueva propuesta, a comentarla y a difundirla, a fin de enriquecerla con sus aportes.

Consideramos que esta contribución de la Corporación AVRE representa un avance significativo en el reto de continuar hacia la construcción conjunta de nuevas formas, más

RUDY KREBS Coordinador de COSUDE para Colombia Bogotá, octubre de 2005

Corporación AVRE - Apoyo a Víctimas de violencia sociopolítica pro Recuperación Emocional -

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PRESENTACIÓN

“Pero el horror de la guerra, del genocidio y de la tortura ¿a quién le pertenece? ¿a las víctimas o a la especie humana?” Dr. Marcelo N. Viñar* El texto “Acompañamiento Psicosocial y Atención Humanitaria en el Contexto Colombiano“, es el resultado de la apuesta programática de la Corporación AVRE, en el apoyo psicosocial a víctimas de violencia sociopolítica en distintas regiones del país. Recoge especialmente la experiencia de la Atención Humanitaria de la entidad, a partir del desarrollo del proyecto: “Trabajo psicosocial y de Atención en salud mental para la prevención y la reconstrucción con poblaciones víctima del conflicto armado interno y entidades de apoyo humanitario“, Fases I y II, implementado desde la relación de cooperación con COSUDE, a partir del año 2002 y hasta agosto de 2005, con el acompañamiento a organizaciones de Cúcuta y Santa Marta. La Fase II de este proyecto plantea como uno de sus resultados el ejercicio de sistematización que hoy presentamos. El interés en sistematizar nuestra experiencia está motivado por el impacto que genera el conflicto armado interno y la violencia * VIÑAR, Marcelo. HOMO HOMINI LUPUS: Un destino inevitable O como trabajar para decir no. Paris, Francia, 2003. www.pisocosocial.net/index.php

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los derechos de las víctimas, del sistema de justicia y por fuera de un marco de derechos. Así, la Atención Humanitaria se desarrolla en un contexto sociopolítico caótico, de alta impunidad, con un debilitamiento progresivo del Estado Social de Derecho, empobrecido en recursos y en valores, y con alto riesgo para quienes agencian la Atención Humanitaria. La publicación propone salir del lugar común, de que por principio toda ayuda produce un bien, para entrar a la revisión crítica de: hasta dónde lo que estamos haciendo puede no sólo no contribuir a enmendar a quien sufre los rigores del conflicto armado interno y la violencia sociopolítica, sino a producir un mal mayor. Se reconoce el aporte esencial de la

sociopolítica en: integrantes de comunidades, entidades acompañantes, de apoyo humanitario y organizaciones, en cada una de las zonas y niveles de intervención. Dicho impacto se caracteriza no sólo por las pérdidas materiales y de vidas humanas, sino por la transformación de los referentes culturales, sociales, políticos, y el cambio en los vínculos intrafamiliares y en los procesos de identidad de sus víctimas. De otro lado, reconocemos, a partir de la interacción directa con hombres y mujeres usuarios, socios y destinatarios de nuestras acciones y prácticas, la manera como se brinda la Atención Humanitaria a estas personas y el reto permanente que tienen las organizaciones responsables de fortalecer procesos de reconstrucción integral. La propuesta surge de la preocupación de cómo brindar una Atención Humanitaria en el escenario actual de crisis humanitaria; con un “proceso de paz”1 que se desarrolla desconociendo los mínimos principios internacionales, que va en detrimento de

propuesta: “Do no Harm (DNH)” / Acción sin Daño (ASD)2 , como reflexión y metodología orientada a no agudizar los conflictos y a potenciar procesos de capacidades locales para la reconstrucción y la paz. 1

Se hace referencia al proceso de desmovilización de los grupos

paramilitares durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y a la implementación de la Ley 0975, mal llamada de Justicia y Paz.

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de atención cuidadosas, con alto sentido de humanidad, y planeadas atendiendo a las diferencias de género, raza, cultura y creencias religiosas, lo que entendemos como un enfoque diferencial. El concepto de acompañamiento psicosocial, propuesto por quienes participaron en el proceso de validación de este documento, se entiende como una acción solidaria, ética y profesional, ejercida por agentes humanitarios, orientada a reconocer el sufrimiento de las víctimas y, con un trato respetuoso, a promover procesos que les permitan identificar y exponer sus necesidades; y a acompañarlos a explorar y recrear los recursos necesarios para realizar sus procesos de recuperación. En un contexto de emergencia política compleja, también aporta a la construcción de referentes de protección a las víctimas, comunidades y organizaciones acompañantes, enmarcados en la defensa de los Derechos Humanos y la dignidad, en el testimonio, la construcción de mecanismos integrales de protección y la búsqueda de apoyos institucionales, entre otras.

Otro aspecto importante que se destaca, se refiere a cómo integrar el acompañamiento psicosocial a la Atención Humanitaria para hacer de ésta, no sólo la posibilidad de brindar un apoyo pertinente y efectivo, sino también para que propicie procesos sostenibles de reconstrucción. Por ello, consideramos que el acompañamiento psicosocial articulado a la Atención Humanitaria, en un contexto de emergencia política compleja, compromete acciones puntuales en el marco de la ayuda de emergencia, y paralelamente, acciones en el horizonte de la rehabilitación y el desarrollo. La preocupación del texto no se centra en el cuánto atendemos ni cómo hacerlo, como una técnica que se aprende, copia y replica desde una visión homogeneizante; como si los seres, las situaciones y sus entornos fueran todos iguales. Se trata realmente en dotar de sentido las acciones posibles de realizar, y de que estas se caractericen por ser formas 2

Referenciado posteriormente.

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Comprender y actuar, desde esta visión, evita que la Atención Humanitaria se vuelva funcional a los impulsores y autores de la misma, y compromete a quienes la realizan a exponer su lectura social frente a las víctimas, constituyéndose en un referente ante quienes

Por ello resulta inevitable reflexionar sobre el rol de los agentes humanitarios, partiendo de reconocer a personas que hoy en día, en las condiciones de nuestro país, despliegan sus habilidades profesionales y personales en la atención de las víctimas, familias y comunidades, motivados, en algunos casos, por una opción personal de aportar a la transformación social y/o como una oportunidad laboral.

tienen fragmentado su sistema de creencias. En este sentido el agente debe reconocer que también sus acciones generan un impacto en la persona que está acompañando. ¿Qué postura asume frente al relato de la víctima?; ¿Qué acciones, además de proporcionar la ayuda material, puede desarrollar para disminuir la sensación de vulnerabilidad y potenciar la capacidad de esa persona o grupo como sujetos de derechos con dignidad?. El vínculo creado entre el agente humanitario y la persona o colectivos sujetos de la atención, debe constituirse en un camino que permita la reconstrucción de estos últimos, reparándolos en su dignidad y condición humana.

Desde el marco de la Atención Humanitaria, la práctica del agente humanitario debe cuestionar el principio de neutralidad que subyace a la atención clínica, por parte de los profesionales de la salud mental. Implica una reflexión sobre los contextos y autores que generan víctimas, así como sobre las condiciones institucionales y políticas para los procesos de prevención, reconstrucción y rehabilitación, especialmente en el caso de la Atención Humanitaria, por situaciones de violencia organizada, con participación de actores estatales y no estatales.

Es importante destacar que la interacción agente

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humanitario - víctima es una oportunidad para que el individuo inicie el retorno hacia su reconstrucción como persona, o por el contrario, se hunda cada vez más en la alienación, y victimización originariamente producidas por el acto violento.

reconocer que el dolor sufrido por la persona que tenemos en frente, a quien le asiste el derecho a recibir ayuda, es también un dolor del cual tenemos el deber de hacernos responsables, como especie humana, que está involucrada en la recuperación integral de las personas y en la restauración de nuestros entornos.

El agente humanitario reconoce que las víctimas y su entorno evidencian un orden de convivencia instituido en la existencia y supervivencia de unos, a partir de la destrucción de sus semejantes; y que es un imperativo abordar el impacto que produce en el contexto social y político.

Agradecemos muy especialmente a quienes participaron en el proceso de elaboración de este documento, esfuerzo creativo que se torna mucho mas valioso cuando se hace en medio de la incertidumbre y la desesperanza que cotidianamente caracterizan nuestro quehacer. A quienes comprometidamente, y de manera juiciosa, aceptaron la invitación a participar en su validación y lo enriquecieron con sus críticas, aportes y recomendaciones. Nuestro reconocimiento especial a COSUDE, por confiarnos la responsabilidad de exponer nuestro acervo institucional y enriquecerlo en el compartir del día a día con las organizaciones locales con quienes construimos relaciones de asocio y apoyo mutuo.

Visto así el acompañamiento psicosocial, forja transformaciones para un real ejercicio y disfrute de los derechos humanos, cuando se enmarca en acciones, orientadas a transformar juntos un orden social que nos afecta como colectivo y trasciende la relación asistencial que subyace a las acciones que se planean para ellos y ellas. Aspiramos a que el análisis que oriente la lectura del texto, parta de la autorreflexión de

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Este texto se dirige a profesionales de diversas áreas y a líderes sociales, quienes vinculados a espacios institucionales u organizativos, desarrollan su trabajo en el campo de la Atención Humanitaria a personas, familias y comunidades afectadas por el conflicto armado interno y la violencia sociopolítica.

Nuestra gratitud, también, a las víctimas y comunidades afectadas por la violencia sociopolítica y por el conflicto armado interno: sus experiencias de resistencia y tenacidad, nos permite crecer humanamente junto a ellas y apreciar, cada día más, la Vida y la Justicia, principios inalienables que orientan nuestra búsqueda.

Se aportan elementos contextuales, conceptuales y metodológicos que permitan interrogar, desde una mirada psicosocial y de la salud mental, los impactos del conflicto armado interno y la violencia sociopolítica; las necesidades de acompañamiento, los criterios y el tipo

GLORIA AMPARO CAMILO Directora Corporación AVRE

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INTRODUCCIÓN de acciones a tener en cuenta en la Atención Humanitaria, a fin de propender por enfoques integrales, que reconozcan las dimensiones subjetivas, emocionales y culturales, que en el orden individual y colectivo, merecen ser comprendidas y atendidas. El texto se encuentra organizado en cuatro capítulos. El primero titulado: La Atención Humanitaria en contextos de conflicto armado interno y violencia sociopolítica, desarrolla una breve reseña histórica sobre los orígenes de la Atención Humanitaria y de sus fundamentos jurídicos. Se plantean los principios éticos, así como los contenidos y objetivos básicos para su aplicación y desarrollo. Al final se exponen algunas relaciones entre la Atención Humanitaria, la salud mental y la atención psicosocial. En el segundo capítulo: Hacia una redefinición de la Atención Humanitaria, se desarrollan aspectos a partir de los cuales se intenta reflexionar, de una manera crítica, sobre los conceptos que están a la base, o fundamentan la Atención Humanitaria. El capítulo inicia con un cuestionamiento a la tensa relación del humanitarismo actual con la conmiseración y la solidaridad, a fin de buscar una nueva perspectiva que supere las miradas caritativas y asistenciales. De otro lado, asume la reflexión sobre el tema de las necesidades humanas, de cuyo enfoque se desprenden diversas prácticas en el campo humanitario. Se busca, igualmente, pensar los conceptos de dignidad y libertad, los cuales deben, en últimas, fundamentar las acciones

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de Atención Humanitaria. El capítulo cierra introduciendo el debate en torno a la relación entre Atención Humanitaria y Desarrollo, y a su fundamentación, desde una perspectiva de derechos. El tercer capítulo titulado: La Atención Humanitaria en el contexto colombiano, aporta elementos para un análisis contextual. Se busca definir y caracterizar el conflicto armado interno y la violencia sociopolítica en Colombia, para luego reflexionar sobre los impactos y retos para la Atención Humanitaria. En el texto se parte de reconocer que Colombia afronta uno de los conflictos armados más largos y complejos de la región, con consecuencias humanitarias innegables, las cuales se expresan de manera indiscriminada a nivel rural y urbano.

autonomía, agencia y empoderamiento. Se resalta cómo los aspectos denominados de orden psicosocial, no se constituyen en un agregado del trabajo humanitario, sino que suponen una mirada comprensiva capaz de reconocer los daños en las subjetividades y en los constructos culturales, los cuales se vinculan de manera profunda con los sentimientos de indignidad y de vulneración de la condición humana. El cuarto capítulo, titulado: La experiencia de la Corporación AVRE en la Atención Humanitaria ofrece un aporte de orden conceptual y metodológico, desarrollando algunos lineamientos prácticos en torno a un modelo de acompañamiento psicosocial y en salud mental. El contenido del capítulo permite orientar la reflexión sobre la importancia, pertinencia y viabilidad en la práctica del abordaje psicosocial en la Atención Humanitaria, desarrollando algunos aspectos de orden metodológico, cuyo propósito es aportar a la práctica humanitaria,

La Atención Humanitaria, en este contexto, y desde la perspectiva psicosocial, supera con creces la provisión de bienes y servicios; implica aportar dinámicas para que se restablezcan la seguridad, la confianza, el afecto, la solidaridad, aspectos sin los cuales no es posible hablar de

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para lo cual desde las modalidades de la Corporación AVRE se definen algunas acciones de apoyo emocional, capacitación - formación, gestión y advocacy. El texto culmina con la presentación de siete casos “tipo” con los que usualmente se encuentran y confrontan los trabajadores humanitarios. Estos ameritan una reflexión, que es inducida a través de preguntas de orden psicosocial.

personas, y entre las personas y su mundo social, económico, cultural y político.

Cada uno de los capítulos, al igual los casos tipo, cierra con una serie de preguntas a partir de las cuales se busca, por un lado, identificar el grado de comprensión del texto, y por otro, generar interrogantes que permitan hacer aportes desde las prácticas y experiencias de cada uno de los lectores. Este texto busca sensibilizar y afinar una mirada que reconozca y atienda las diversas necesidades y potencialidades de la población. Propone un abordaje que integra procesos de interacción entre los aspectos subjetivos de las

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

Breve reseña histórica sobre los orígenes de la Atención Humanitaria y sus fundamentos jurídicos Las sociedades contemporáneas, al igual que en otras épocas, han enfrentado grandes catástrofes provocadas por diversas razones, generando impactos de todo orden sobre las personas, las comunidades y los contextos en donde se producen. Las catástrofes han sido recurrentes en la historia de la humanidad; han marcado hitos históricos; han dejado huellas imborrables; han generado dilemas y encrucijadas éticas y morales en la forma como se deben afrontar y han obligado la definición de acuerdos, referentes y políticas mundiales a fin de prevenir o atender sus impactos. La complejidad de las catástrofes producidas directamente por el hombre, como son los conflictos armados -aquellos en los cuales se busca eliminar o someter a otro actor o sector de la población con el fin de conseguir determinados objetivos políticos, sociales, económicos, religiosos o culturales-, radica en su rapidez e intempestivo daño o en que pueden mantenerse indefinidamente en el tiempo, ocasionando en ambos casos, una fuerte vulneración de los derechos de las víctimas, como es el caso Colombiano. En particular, los conflictos armados multiplican las necesidades

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CAPITULO I

de la sociedad que los padece, profundiza sus crisis y conlleva, por lo general, a redefinir sus marcos políticos y económicos. Por ello se estima que: “Los conflictos armados son el tipo de catástrofe –causada por el hombre– más devastadora y abominable; entre sus efectos más complejos está el de las poblaciones desplazadas, con serias implicaciones políticas, económicas, sociales, legales y sanitarias. El recrudecimiento cada vez mayor de la violencia en todas sus modalidades, facilita que la misma se perpetúe e introduzca en el tejido social como una forma habitual de conducta, y crea efectos que pueden perdurar en varias generaciones”.1 En efecto, estas condiciones remiten al concepto de emergencias políticas complejas, caracterizadas por: “violencia

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extensiva, pérdida de vidas, desplazamientos masivos, daños considerables en la sociedad y la economía, necesidad de asistencia humanitaria prolongada y multifactorial y riesgos de seguridad para los beneficiarios y agentes de la asistencia humanitaria” 2 . Ello conlleva a que estas reiteradas y sostenidas violaciones de Derechos Humanos desemboquen en una crisis humanitaria donde, además, el modelo de autoridad está considerablemente debilitado por el resultado de conflictos internos, lo cual requiere las acciones diversas y ampliadas de diferentes sectores.

Esto ha obligado, por parte de los Estados y también de organizaciones sociales, a la búsqueda de acciones y estrategias para

ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD, OPS, Oficina

Regional de la Organización Mundial de la Salud, Protección de la salud mental en situaciones de desastres y emergencias, (Serie Manuales y Guías sobre

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Desastres), Nº 1: Programa de Preparativos para Situaciones de Emergencia

OFFICE FOR THE COORDINATION OF HUMANITARIAN AFFAIRE,

OCHA, Orientation handbook on complex emergencies. 1999.

y Socorro en Casos de Desastre, Programa de Salud Mental de la División

http://www.reliefweb.int/library/documents/ocha_orientation_

de Promoción y Protección de la Salud, Washington D.C., 2002.

handbook_on_.htm

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

Los orígenes

enfrentar y poner fin a sus atrocidades. En particular, y con el fin de atender a las víctimas, surge la Atención Humanitaria -AH.

Los orígenes de la Atención Humanitaria se pueden ubicar en las diferentes formas o

LA ATENCIÓN HUMANITARIA –AH Es definida como un conjunto de acciones que permiten mitigar las necesidades fundamentales de las víctimas; busca velar por la protección, promoción y defensa de sus derechos y de su dignidad; y pretende contribuir a recuperar y a fortalecer las capacidades que tienen las víctimas para reconstruirse a sí mismas, al tejido familiar, social, político y organizativo. La Atención Humanitaria, tiene como sentido ético esencial brindar ayuda y un trato respetuoso a las víctimas, aliviar su sufrimiento y forjar procesos de restablecimiento para la generación y consolidación de la paz, como un aspecto fundamental para la protección de sus derechos. Además, rebasa la idea de una atención a corto plazo y de un auxilio parcial o delimitado. Inclusive, permite definir procesos, proyectos y acciones conjuntas de atención, para que las víctimas enfrenten, en el futuro, los desastres.

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CAPITULO I

acciones que han adelantado diversas culturas para mitigar el sufrimiento humano, como son la caridad, la beneficencia o el asistencialismo. Se podrían ubicar como referentes históricos importantes, el humanitarismo colonial, la guerra de secesión de los Estados Unidos, la Convención de Ginebra de 1864, el “Recuerdo de Solferino” 3 , entre otros.

desarrollos referidos a los marcos jurídicos y a los principios éticos para llevar a cabo la Atención Humanitaria. En Colombia, el conflicto armado interno se ha agudizado notablemente en la última década, haciendo más complejo el panorama nacional. El Artículo I del Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra, define que un conflicto es de carácter interno, cuando: “…Tiene lugar

Sin embargo, es en el siglo veinte –debido a las atrocidades que se presentaron con la primera y segunda guerra mundial; así como con las guerras de mediados del siglo, particularmente, con la guerra secesionista en Nigeria, en 1968; las hambrunas africanas a mediados de los 80; y en la década de los 90, especialmente, el final de la guerra fría y el incremento de los conflictos civiles en diferentes países a nivel mundial-, cuando se dieron los mayores 3

en el territorio de un Estado entre sus fuerzas armadas y fuerzas armadas disidentes o grupos armados organizados que, bajo la dirección de un mando responsable, ejerzan sobre una parte de dicho territorio un control tal que les permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas” 4 . Sin embargo, esta definición, en el caso colombiano, ha sido rebasada y ha entrado en discusión, pues existen otras características que hacen aún más complejo un conflicto armado interno. En el caso específico de Colombia, la

RIEFF, David. Una Cama por una Noche: El humanitarismo en crisis, Bogotá,

Alfaguara, 2003. La Convención de Ginebra logró traducir la reacción suscitada por el libro de Dunant en un cuerpo legislativo, que a diferencia del código de Lieber, era un convenio multilateral y establecía la legitimidad de un tercer agente en el campo de batalla: el donante de ayuda.

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

del Derecho Internacional, “aunque no con ese concepto sino con el de acciones de socorro”6 . Especialmente se destacan, el Derecho InternacionaI Humanitario –DIH(Convenciones de Ginebra y sus Protocolos), aplicable en situación de conflicto; la Carta de Naciones Unidas; el Derecho Internacional de los Derechos Humanos; el Derecho de los Refugiados y otras normas del llamado Derecho de La Haya o del llamado Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA). Estos instrumentos establecen un marco para la acción y la cooperación entre Estados con miras a resolver problemas de carácter internacional así como humanitario7 . Los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, aunque no son un documento

violencia sociopolítica es entendida, como: “… aquella ejercida como medio de lucha Político Social, ya sea con el fin de mantener, modificar, sustituir o destruir un modelo de Estado o de sociedad, o también para destruir o reprimir a un grupo humano con identidad dentro de la sociedad por su afinidad social, política, gremial, étnica, racial, religiosa, cultural o ideológica, esté o no organizado”5 . Acerca del conflicto armado interno de Colombia y de otras de sus características ampliaremos en el Capítulo III.

Referentes jurídicos de la Atención Humanitaria Como fundamentos jurídicos, la Atención Humanitaria cuenta con un amplio marco legal que se establece en varios instrumentos

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BANCO DE DATOS DE VIOLENCIA POLÍTICA, CINEP y JUSTICIA Y

PAZ, Síntesis del marco conceptual adoptado por el Banco de Datos. Programa de Derechos Humanos y Violencia Política en Colombia, en Noche y Niebla,

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No.29, pág. 3, Ene-Jun, 2004. Bogotá.

SWINARSKI, Christophe. Introducción al Derecho Internacional

Humanitario. San José de Costa Rica, IIDH, 1984. www.cicr.org.

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SWINARSKI, Christophe. Op. Cit pág. 11.

CAPITULO I

y recibir asistencia y protección con el fin de satisfacer sus necesidades inmediatas, si no son capaces de hacerlo

legalmente vinculante comparable a un tratado, están basados en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Humanitario y, por analogía, el Derecho de los Refugiados8 , de los cuales se ha subrayado continuamente su autoridad moral. Es importante resaltar que estos Principios hacen parte del bloque de constitucionalidad en Colombia, lo que los hace de obligatorio cumplimiento.

por sí mismas. Deber de asistencia humanitaria. Como reverso del derecho a la asistencia humanitaria existe la correspondiente obligación de satisfacerla, traducido en el presente deber. Su fuente normativa se encuentra en varias disposiciones de la Carta de Naciones Unidas y en el Derecho Internacional Humanitario.

Entre los derechos y obligaciones que establece la Atención Humanitaria se tienen los siguientes: Derecho de asistencia humanitaria. Derecho de las organizaciones humanitarias a ofrecer y asistir a las víctimas de los conflictos armados.

Deber de los Estados de no rechazar arbitrariamente la asistencia. Según el Derecho Humanitario, en tiempos de paz, cuando se trata de catástrofes naturales, los Estados tienen la obligación de aceptar la asistencia humanitaria

Derecho a la asistencia humanitaria. Es el derecho de las víctimas de conflictos armados y otros desastres para solicitar 7

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REY MARCOS, Francisco. “Nueve reflexiones y algunas tesis sobre

OFFICE FOR THE COORDINATION OF HUMANITARIAN AFFAIRE,

acción humanitaria en el siglo XXI”. Revista Española de Desarrollo y

OCHA, The Brookings Institution Naciones Unidas, Guía para la aplicación

Cooperación, No. 8, IUDC, Madrid, agosto 2001. www.ucm.es/info/fgu/

de los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, Bogotá, Códice,

cooperacion/ seminariogpd/

1999.

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

internacional, con el fin de garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos y, en tiempos de conflicto armado, es deber del Estado conceder el acceso humanitario.

de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales por medio del Proyecto de la Esfera9 . Entre estos principios se destacan:

Derecho de acceso a las víctimas. Consiste en el derecho de las organizaciones humanitarias de entrar en un país para proporcionar la asistencia necesaria, en condiciones de respeto y de seguridad para el personal de las organizaciones y a la libertad de circulación de las mismas. En este mismo orden de ideas, los principios éticos que orientan la Atención Humanitaria han sido planteados a través de diferentes medios como los Estatutos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja; el Código de Conducta relativo al socorro en casos de desastres para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y

1. Humanidad. Implica proporcionar un trato respetuoso por la dignidad humana, orientado

9

Este proyecto ha sido una iniciativa generada por un gran grupo de

organizaciones humanitarias con el objetivo de consensuar y consolidar algunas de las normas ya existentes. Como primer resultado, se tienen: a) La Carta Humanitaria, que recalca tres principios básicos, a saber, el Derecho a la Vida Digna, la Distinción entre combatientes y no combatientes y el principio de no devolución; b) Las Normas Mínimas, como su nombre lo indica, fijan los niveles mínimos de asistencia que tienen que proporcionarse y que los afectados tienen derecho a esperar, en materia de abastecimiento de agua y saneamiento, nutrición, ayuda alimentaria, refugios, asentamientos y planificación de emplazamientos y servicios de salud.

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CAPITULO I

a aliviar el sufrimiento. En la Carta Humanitaria del Proyecto Esfera, se recoge este principio y se reafirma el imperativo humanitario, con el fin fundamental de adoptar todas las medidas posibles para evitar o aliviar el sufrimiento humano provocado por conflictos o calamidades, y para que la población víctima de esas circunstancias tenga el derecho a recibir protección y asistencia.

por el sufrimiento: como víctimas sufrientes todos y todas son iguales.

2. Neutralidad. Es el estatus jurídico de un Estado que decide mantenerse alejado de la guerra entre otros Estados. Supone no tomar partido en las hostilidades ni comprometerse en controversias políticas, raciales, religiosas o ideológicas.

Es importante destacar que la neutralidad y la imparcialidad son principios paralelos, en tanto que con los dos se busca distinguir claramente la Atención Humanitaria de la acción política militar. El principio de imparcialidad implica acción y el de neutralidad supone la abstención de pronunciamiento sobre el conflicto. 4. Independencia. Significa que las organizaciones humanitarias desempeñan sus funciones sobre la base de sus propias decisiones, al margen de condicionamientos políticos, tanto en sus países de origen, como en los que actúan.

3. Imparcialidad. Implica que la Atención Humanitaria debe proporcionarse a las víctimas en función de sus necesidades, no en función de cualquier otro criterio que suponga discriminación por raza, sexo, o ideología política. Este principio se apoya en el valor común de la dignidad humana quebrantada

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

5. Universalidad. Implica que cualquier víctima debe ser socorrida, independientemente de toda diferencia política, étnica o de otro tipo, por cuanto todos formamos parte de la humanidad10 .

Reconociendo estos criterios, algunos autores advierten que “…La Atención Humanitaria no es sólo suministrar cuidados, socorrer, sino hacerlo de modo que se realice y sea percibido como imparcial, no discriminatorio, independiente de cualquier ideología, religión, etc., y dirigido a salvar vidas, mantenerlas con dignidad, suministrar protección y resolver necesidades humanas básicas de las víctimas. Prevenir y aliviar el sufrimiento humano sin ninguna distinción; éste es el concepto de Atención Humanitaria que surge desde Solferino en 1859 y que se recoge en el código de conducta de las ONG, el Proyecto Esfera y otros documentos”.11

10

11

PEREZ DE ARMIÑO, Karlos y otros. Diccionario de Acción Humanitaria

REY MARCOS, Francisco. “Acción Humanitaria y Derechos

Humanos: Una relación compleja”. En vuelo de Icaro, No.1, pág.s. 211-

y Cooperación Internacional. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad

222 Liga Española de Derechos Humanos, Madrid, 2001 y 2005. www.

del País Vasco, Hegoa, España, 2002. Págs. 14 - 16

ligaproderechoshumanos.org/icaro/

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CAPITULO I

cuenta con unos principios, contenidos y objetivos básicos para su aplicación y desarrollo. Sin embargo, al ponerlos en práctica, estos principios son definidos según La formulación de estos principios no ha la perspectiva de la intervención que adelantan libre de cuestionamientos y debates, las estado organizaciones. En términos generales, son la dificultad para hacerlos efectivos a lospor siguientes: la hora de los enfrentar Proveer bienes situaciones y servicios concretas básicos en que contextos particulares. Al respecto garanticen la subsistencia deexiste los unaafectados vasta literatura bajo losynombres de: por un desastre alivien sus dilemas éticos, encrucij adas, tensiones, penalidades, como son el abrigo, aguade la Atención Humanitaria, entre otros. Estas potable, alimentos y atención sanitaria. discusiones evidencian la complejidad de los confl ictos y su poner a prueba Frenar el capacidad proceso para de aumento de la viabilidad de asumir los vulnerabilidad y deconsecuentemente desestructuración 12 principios mencionados . comunidades. socioeconómica de las Algunos de sus objetivos son: detener Porel lo tanto, la Atención Humanitaria hundimiento de los ingresos y del poder adquisitivo de los más vulnerables; evitar la descapitalización total de los afectados por los desastres; disuadir del 12

Al respecto un amplio debate se ha suscitado frente a, por ejemplo, las

posibilidades de asumirse neutrales e imparciales en los conflictos, debate

éxodo a las familias; generar capacidades que contribuyan a la recuperación y su desarrollo. Prepararse ante potenciales catástrofes naturales y para el desarrollo de actividades de rehabilitación. Proteger a las víctimas de las guerras y otros desastres, entendido como la defensa de sus Derechos Humanos fundamentales, el reconocimiento y defensa del respeto a su dignidad, y la exigencia del cumplimiento del DIH en conflictos bélicos. Incluye algunas acciones como la supervisión seguimiento internacional a los Derechos Humanos; el testimonio y la denuncia de las violaciones de los Derechos Humanos y del DIH.; la presión política (lobbing); y el acompañamiento y la presencia internacional, permanente o periódica.

Formas de intervención para llevar a cabo

que se abordará más adelante.

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

la Atención Humanitaria

Esas son algunas de las razones por las que existen múltiples formas de actuación o de intervención para brindar la Atención Humanitaria, particularmente, en emergencias políticas complejas. De hecho, las acciones realizadas en nombre de la ayuda y el socorro, por lo general, responden a concepciones de orden asistencialista y caritativo13 . Las víctimas son contempladas como receptoras pasivas de la filantropía -sentimiento que inclina a considerar a los demás, a tratarlos con benevolencia, a ser amables con ellos- brindada mediante acciones puntuales y por lapsos cortos de tiempo. Lo humanitario se enfoca entonces a garantizar mínimos vitales que eviten el sufrimiento y la muerte pero, por lo general, ignoran -de forma deliberada o no- los contextos y situaciones que dan lugar a las crisis, así como los ordenamientos económicos, políticos y culturales que se requieren para hacer posible la vida en condiciones dignas. Desde este enfoque, diversas agencias llaman a que la Atención Humanitaria. “(…) se oriente a la prevención y protección y se guíe por una

Contribuir a recuperar el sentido de humanidad de las víctimas afectadas por conflictos armados es, en sí mismo, un desafío para las organizaciones que se dan a esta tarea. La acción de la Atención Humanitaria está supeditada a las características del conflicto armado interno y a la visión y misión política de los Estados, de los organismos de cooperación internacional y demás organizaciones que la llevan a cabo. En cada intervención de este tipo se pone a prueba, no sólo la capacidad para socorrer o asistir a las víctimas, sino también el impacto que la ayuda misma genera sobre ellas y las dinámicas de los conflictos. Si bien el propósito manifiesto de muchas entidades de Atención Humanitaria es el de construir relaciones que contribuyan a generar procesos de reconstrucción, no están exentas de la aparición de problemas y conflictos entre las víctimas y los Estados con las instituciones que ejecutan dicha ayuda.

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CAPITULO I

noción de reconstrucción de la capacidad de las poblaciones afectadas por la violencia y de los diversos actores locales, [so pena de correr] el riesgo de ser un instrumento de curación de algunas heridas y de satisfacción de algunas necesidades, lo que resulta funcional a los agentes violadores del DIH y los Derechos Humanos”14 .

13

Un consenso parece construirse en torno a la Atención Humanitaria, para que supere la perspectiva asistencialista y el socorro estrictamente. Este consenso se basa en el reconocimiento del derecho de las víctimas a recibir asistencia humanitaria, en tanto en la Declaración Universal de los Derechos

A propósito del gran espectro de agentes humanitarios, Rieff propone

un cuadro que puede ser vigente y pertinente para la reflexión: “Existe el humanitarista como noble cuidador; como inocentón víctima del poder, como conciencia designada, como revolucionario, como colonialista, como hombre de negocios e incluso, quizá, como espejo. Existe el humanitarismo como actitud bondadosa, tal como fue en Ruanda; el humanitarismo emancipador, como el del caso afgano después de la caída de los talibanes (sic); el humanitarismo liberador, como en el caso del apoyo a los rebeldes de Sudán meridional, y el humanitarismo contrainsurgente, como fue el de Vietnam y como podría ser de nuevo en Afganistán. Todos son posibles, y de unos u otros ha habido ejemplos en el curso de las últimas cuatro décadas (…) Los humanitaristas y los defensores de los Derechos Humanos tratan de hacer el bien. Criticarlos es ayudar y contentar a los cínicos e insensibles de este mundo, y ¿acaso no hay ya suficientes?”. Op. cit. P. 99.

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

A través del término Atención Humanitaria, se intenta superar el carácter filantrópico y caritativo del humanitarismo para hacer énfasis en una perspectiva de derechos, que otorga obligaciones y responsabilidades a los Estados y a los grupos armados -en el caso de las guerras y de los conflictos- y se precisa un estatuto para las víctimas basado en los conceptos de ciudadanía, solidaridad y dignidad humana.

Humanos, se reconocen como inviolables el derecho a la vida, a la integridad física, al alimento, etc. A propósito, “la preocupación por el sufrimiento humano y el deseo de actuar a favor de las víctimas de situaciones de extrema urgencia, es ante todo un imperativo moral y responde a una actitud ética de solidaridad con los otros en situaciones de urgencia cualquiera sea su origen“.15

sin Daño (ASD) argumenta la necesidad de hacer un análisis de cada comunidad o caso en particular que ha sufrido una catástrofe con el fin de identificar sus “Capacidades Locales para la Paz”. La filosofía central de este enfoque “…es avanzar en el camino de la prevención y de la preparación de las comunidades ante los desastres, a través de programas de fortalecimiento de sus capacidades, y formas de organización, reducción de los aspectos vulnerables y de creación de los mecanismos de respuesta rápida y coordinada”16 . Además, proporciona un marco teórico para analizar el impacto de la ayuda sobre los conflictos, al tiempo que ha formulado una

La propuesta “Do no Harm (DNH)” / Acción 14

GOMEZ, Luis Alberto. “Retos y dilemas de la cooperación internacional

y la acción humanitaria”. En: Bello, Martha. Desplazamiento forzado dinámicas de guerra, exclusión y desarraigo, Unibiblos, Bogotá, 2004.

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CAPITULO I

serie de pautas para gestionar la ayuda de forma que, en lugar de alentar el conflicto, estimule a la población a encontrar mecanismos alternativos para abordar las causas del mismo. Elementos basados en esta propuesta serán retomados en la parte metodológica del presente documento.

que debe brindar el Estado, en materia de los derechos Civiles y Políticos y en los derechos Económicos, Sociales y Culturales; en los altos niveles de impunidad por la inoperancia de la justicia, y en otras situaciones propias de las emergencias políticas complejas ya

Estos dos argumentos nos permiten corroborar que la Atención Humanitaria no se focaliza exclusivamente en los conflictos armados internos. Su aplicabilidad se da también en contextos de violencia sociopolítica, donde se presenta una alta vulneración de los Derechos Humanos y representa un fuerte impacto en las víctimas y las comunidades. Esta vulneración no es sólo resultado de las acciones bélicas o armadas en un combate directo; ni de acciones que están referidas a la persecución selectiva, amenazas, desapariciones, torturas o asesinatos selectivos por parte de los actores armados; sino también de la falta de garantías

Atención Humanitaria, salud mental y atención psicosocial

15 16

mencionadas.

En los orígenes de la Atención Humanitaria se observa que ésta se ha centrado en la atención de las necesidades físicas de las víctimas, y esto es lo que se refleja en los componentes planteados en uno de los documentos de mayor referencia para los agentes de Atención Humanitaria: el Proyecto Esfera. Se mencionan allí, necesidades como el abastecimiento de agua y saneamiento, nutrición, ayuda alimentaria, refugios, asentamientos, planificación de emplazamientos y servicios de salud.17 Sin embargo, en la medida en que se ha avanzado en la concepción de Atención Humanitaria

Ibídem, nota 12. Ibídem, nota 12, pág. 214.

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

como protección de los derechos de las víctimas, también se ha ido descentrando el foco de atención que estaba interesado más en las carencias de las personas, para ponerlo en la esencia del ser humano como un todo social, espiritual, físico y cultural, con la convicción de que la Atención Humanitaria, para que sea digna, debe ser integral18 .

agua y saneamiento ambiental, así como los daños a la infraestructura sanitaria. Afortunadamente, en los últimos años se ha prestado atención al componente psicosocial, que siempre está presente en estas tragedias humanas, pero dimensionando lo psicosocial en un sentido amplio que abarca no solo la enfermedad psíquica, sino también otra gama de problemas como la aflicción, el duelo, las conductas violentas y el consumo de sustancias adictivas»19 . La experiencia práctica de quienes han realizado

La Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud –OPS/OMSlo hace manifiesto en una publicación sobre protección de la salud mental en situaciones de desastres y emergencias: «Los efectos de los desastres sobre la salud se manifiestan tanto en lo físico, lo mental y lo social. Tradicionalmente, se ha brindado una atención más detallada sólo a los aspectos físicos y sociales. Los programas de salud en las emergencias se han dirigido básicamente a la atención médica inmediata, al problema de enfermedades transmisibles,

18

Comenta Rieff a propósito del Proyecto Esfera y de una cualificación de

la Atención Humanitaria: “De hecho, y a pesar de su esfuerzo por mejorar la calidad de la ayuda humanitaria mediante la introducción de nuevas estructuras normativas como el Proyecto Esfera y el Código de Conducta de la Cruz Roja, la mayor parte de los miembros de organizaciones humanitarias era consciente de que el único modo de comenzar siquiera de acercarse al ideal hipocrático que dice: “En primer lugar, no hagas daño” consistía en encontrar la manera de abordar las causas últimas que motivaban los desastres (…) Este temor era una de las causas de que existiera un consenso cada vez más general respecto a la necesidad de que la ayuda humanitaria desarrolle mayor conciencia de su propia identidad

17

y una actitud más política, si es que pretende algo más que “poner tiritas PROYECTO ESFERA, Carta humanitaria y normas mínimas de respuesta

sobre un tumor maligno” –en palabras de un voluntario que conocí en

humanitaria en casos de desastre, OXFAM, Aosta, Italia, 1999.

Kosovo”. RIEFF, D. Op. Cit. Págs. 316-317.

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CAPITULO I

ser amplio e incluyente desde las perspectivas social, psicológica y médica”20 .

Atención Humanitaria, particularmente a víctimas de conflictos armados, ha demostrado la necesidad de atender la presencia de impactos en la salud mental como respuestas normales ante situaciones extremas o estresantes, pero que si no son atendidas pueden llegar a configurar trastornos mentales y a afectar de manera significativa el tejido social de las comunidades donde se presentan. “Las guerras como eventos traumáticos inciden en la elevación de la morbilidad por trastornos psíquicos, en especial depresión, ansiedad, estrés agudo y estrés postraumático. También se ha demostrado el incremento de otros fenómenos como el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias adictivas, así como conductas violentas en diferentes formas. Sin embargo, muchos de los problemas emocionales y de conducta humana no pueden enmarcarse como trastornos o psicopatología diagnosticable, sino que deben entenderse como reacciones lógicas ante eventos de gran significación. Ante todo, estos fenómenos tienen una dimensión humana y por lo tanto, su enfoque y abordaje tiene que

Los agentes humanitarios, comienzan a plantearse procedimientos o métodos para atender estas necesidades que pueden tener énfasis en los aspectos de salud mental, o en las problemáticas comunitarias, pero que han ido evolucionando a lo que hoy se presenta como atención psicosocial. Precisamente, se puede decir que el desarrollo del componente psicosocial en los programas de Atención Humanitaria se ha dado de la mano del desarrollo del concepto de salud, el que ha sido definido por la OMS como un “estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Este concepto requiere una dimensión de integralidad del ser humano y la inherente necesidad de que existan condiciones adecuadas para que dicha

19

OPS/OMS. “Protección de la salud mental en situaciones de desastres

y emergencias”, Presentación. 2003

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

integralidad se pueda cumplir. También implica el compromiso político de los gobernantes para generar oportunidades de desarrollo adecuado de las potencialidades físicas y psíquicas, lo que finalmente redunda en el asunto de la salud como derecho. Por esto, se insiste su inclusión dentro de la normatividad interna de los Estados y, para ello, existe la necesidad de diseñar políticas, planes y modelos de atención específicos que incluyan la movilización de otros recursos y la coordinación de acciones intersectoriales e interinstitucionales, lo que además contribuiría a dar tránsito, de la emergencia, hacia políticas que propendan por el desarrollo.

___________________________________ _________ ___________________________________ ___________________________________ _________ ___________________________________ ___________________________________ _________ ¿Qué es una emergencia política compleja y qué relación encuentra con el conflicto armado interno y con la Atención Humanitaria? ___________________________________ ___________________________________ _________ ___________________________________ ___________________________________ _________ ___________________________________ ___________________________________ _________

Algunas preguntas para la reflexión ¿De dónde surge la Atención Humanitaria? ___________________________________ 20

OPS/ECHO/ONGs. Lineamientos básicos para la atención psicosocial a

poblaciones desplazadas como consecuencia del conflicto en Colombia. Bogotá, 2001.

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CAPITULO I

¿Cómo considera que se hacen tangibles los derechos y obligaciones de la Atención Humanitaria en Colombia? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ ¿Qué significan neutralidad e imparcialidad en la Atención Humanitaria? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________

¿Cuál es la vigencia de estos principios en la Atención Humanitaria en Colombia? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ ¿Cuál es la relación entre la Atención Humanitaria y el apoyo psicosocial? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________

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LA ATENCIÓN HUMANITARIA EN CONTEXTOS DE CONFLICTO ARMADO INTERNO Y VIOLENCIA SOCIOPOLÍTICA

_______________________________________________________________________________ ¿Conoce organizaciones que realicen programas de Atención Humanitaria? En caso afirmativo ¿Cómo valora su trabajo? ¿Cuáles son sus acciones? _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________ _______________________________________________________________________________

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HACIA UNA REDEFINICIÓN DE LA ATENCIÓN HUMANITARIA En relación con la Atención Humanitaria es frecuente la discusión en torno a cuáles deben ser los legítimos mecanismos de su intervención, más allá de la anuencia de los Estados; sobre los límites que le definen su campo de pertinencia y, de manera extensiva, sobre los actores sociopolíticos vinculados y moralmente habilitados para actuar en su nombre. La Atención Humanitaria vive las tensiones propias de un mundo globalizado que redistribuye, jerarquiza y clasifica los territorios como expresión de la intensificación de la geopolítica moderna. Podríamos afirmar que estas nuevas relaciones y vínculos entre lo global y lo local marcan la crisis en la que se encuentra hoy la Atención Humanitaria y el humanitarismo, sobre el cual hablaremos más adelante. Los factores que anuncian esta crisis pueden organizarse en los siguientes conjuntos de fenómenos. En primer lugar, la “masificación” de las crisis humanitarias, producto de la pauperización creciente de vastos sectores de la población mundial, acelerada, en la actualidad, por el galopante proceso de globalización financiera que resulta de la hegemonía económica y política ejercida por las corporaciones transnacionales. Esta situación hace más complejas no sólo las estrategias que debe adoptar la Atención Humanitaria, sino también

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CAPITULO II

sus propios límites. ¿Hasta dónde debe ir la Atención Humanitaria? ¿De cuáles asuntos debe hacerse cargo? ¿Cuáles son las consideraciones de enfoque que han de convocarse para que la Atención Humanitaria dialogue con una perspectiva de desarrollo equitativo, incluyente y plural?

En este contexto, en el cual se realizan diversas alianzas -generalmente circunstanciales y pragmáticas- inscritas en un marco multipolar de relaciones regionales, nacionales e internacionales, es necesario interrogarse sobre cómo garantizar la neutralidad y transparencia de la Atención Humanitaria.

En segundo lugar, la estrategia política e ideológica de la llamada “seguridad internacional” es otro factor de la crisis. Esta estrategia integra elementos “humanitarios” para encubrir fines políticos, de manera que la Atención Humanitaria queda confundida entre las relaciones que promueve la gestión política y militar, en su propósito de establecer y mantener la hegemonía de un orden mundial.

El hecho de que una inmensa mayoría de la Atención Humanitaria se desarrolle en medio de conflictos bélicos, en donde priman la lógica del control, del sometimiento y la desconfianza -consecuencias propias de la emergencia política compleja-, hace que las presiones por instrumentalizarla y subordinarla a los fines propios de la guerra, proponga dilemas y encrucijadas éticas, que obligan a reflexionar sobre su carácter y naturaleza. La crisis de Ruanda parece ser el más protuberante y trágico de los ejemplos1 . Dentro de este conjunto de fenómenos, merecen comentario particular aquellas situaciones identificadas en principio como contradictorias, en las que la Atención Humanitaria tiene que

En tercer lugar, se puede mencionar un sinnúmero de casos, en que los miembros de los organismos humanitarios constituyen un blanco de los bandos en conflicto, con el objeto de obtener dividendos en medio de una confrontación geopolítica cada vez más abierta.

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HACIA UNA REDEFINICIÓN DE LA ATENCIÓN HUMANITARIA

Las ciencias sociales han acuñado una manera de entender el riesgo2 . Las llamadas “causas

enfrentarse a los equilibrios de la política internacional y a la retórica burocrática de sus instituciones. O en otros casos, a los desequilibrios intencionadamente desencadenados para afectar el poder de un Estado o de algún movimiento social o político. Sin embargo, esta crisis no está determinada únicamente por estos fenómenos de carácter sociopolítico; ha incidido en ella también, una nueva conciencia sobre el riesgo en la sociedad y sobre las lecturas que hoy se pueden hacer de las catástrofes, las sequías, las olas invernales, y desde luego, los conflictos armados y sus víctimas.

naturales” pueden explicarse a la luz de un determinado orden social; o en otras palabras, se llega a sostener, incluso, que en aquellas situaciones de crisis humanitarias, en las que no parece intervenir la mano del hombre, hay arreglos y órdenes social e históricamente determinados, posibles de reconocer, de estudiar y de intervenir3 . Esta nueva relación con el riesgo -y las situaciones de vulnerabilidad-, no tienen sólo implicaciones teóricas o prácticas relacionadas con la prevención, mitigación y superación de

2

LUHMANN, Niklas. “El concepto de Riesgo”. En: Beriain, Josetxo, Las consecuencias perversas de la modernidad, Anthropos, España, 1996.

1

La crisis de Ruanda pone de manifiesto cuán difícil se torna la Atención Humanitaria, hasta el punto que denunciantes aseguran que los organismos de paz instalados por la época de la masacre hicieron muy poco por evitarla, contando con condiciones políticas y materiales para hacerlo. UNIDAD DE ESTUDIOS HUMANITARIOS, “Geopolítica de la Acción Humanitaria”, En Puertas cerradas, Icaria, Barcelona, 1999.

3 Según señala Luhmann de riesgo se habla por vez primera en el tránsito de

la edad media al incipiente inicio de la modernidad. Los seguros marinos son un primer ejemplo de planificación del riesgo. El lenguaje de esa época dispone de términos como aventura, peligro, desafío, suerte, azar, arrojo, temor.

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CAPITULO II

Esta perspectiva permitiría comprender por qué la guerra, en un primer momento, afecta de manera activa o pasiva a grupos de ciudadanos con desventajas sociales y por qué razón, en una crisis de hambruna, por muy generalizada que ella sea, se ven más afectados algunos ciudadanos que otros, en especial aquellos que encuentran limitados o menoscabados sus derechos económicos y, en particular, aquellas sociedades con arreglos institucionales autoritarios, de tal suerte que la mitigación o la prevención de una hambruna obligaría a ir mucho más allá de la sola provisión de alimentos.4 eventos negativos, sino consecuencias éticas que la Atención Humanitaria no puede eludir. Si se conocen estas relaciones complejas, entre órdenes sociales y situaciones de riesgo, ¿se podría dejar de intervenir un fenómeno para evitar o mitigar el impacto negativo de un hecho catastrófico? Esto, cuando se ve la necesidad de ampliar el campo de la Atención Humanitaria en un sentido preventivo. Pero, igualmente,

¿se podría omitir la realización de acciones orientadas a proteger la subsistencia básica5 y, al mismo tiempo, promover la disposición de los individuos para superar los riesgos y sus consecuencias, cuando se pretende ampliar el campo de la Atención Humanitaria en un sentido protector?¿Cuáles son, entonces, los límites nuevos que reclama la Atención Humanitaria?

5

La subsistencia básica se toma, literalmente, como la acción de vivir

un ser humano, es decir, un ser que desde sí, agencia y conlleva como 4

distintivo su dignidad y su libertad.

SEN, Amartya. Desarrollo y libertad. Cap 7, Planeta, Madrid. 2000.

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HACIA UNA REDEFINICIÓN DE LA ATENCIÓN HUMANITARIA

evidente el consenso que existe en la opinión internacional con relación al derecho que tienen los organismos humanitarios6 , de brindar la

Estas preguntas anuncian la necesaria reconstrucción de marcos interpretativos a p r o p i a d o s , d e n u e vo s y r e n o va d o s compromisos y de relecturas de la Atención Humanitaria que obligan a precisar sus fundamentos. Es decir, obligan a repensar, en consecuencia, lo humano y lo humanitario. Y, en esa misma dirección, imponen una reflexión sobre las implicaciones que tienen las apuestas de imparcialidad y neutralidad, que asumen con convicción las misiones humanitarias.

atención y de manera recíproca, al derecho que asiste a las víctimas de conflictos armados y otro tipo de catástrofes, a solicitar y recibir asistencia y protección. Se presume que el fundamento de este derecho es el humanitarismo, entendido como valor universal, inalienable y supremo. Desde sus inicios, la humanidad ha asignado un valor social a los grupos, que no está dado únicamente por equivalentes, en función de la creciente división del trabajo. Aparecen, como connatural a lo humano, relaciones altruistas marcadas por la solidaridad, la compañía, lo propio, lo mío y lo nuestro, que no obedecen siempre a un patrón práctico y utilitario. Son relaciones capaces de movilizar sentimientos, afectos, vínculos, identidades y estrategias más elaboradas que, en la emergencia de lo humano, dieron curso al cuidado y no abandono del

En este documento se propone una mirada crítica sobre la Atención Humanitaria, enfatizando en aquellos elementos que –ante la incertidumbre presente-, parecen aportar a la compresión de la crisis.

El humanitarismo de hoy: entre la conmiseración y la solidaridad A los ojos de un observador desprevenido es

6

53

Este derecho se materializa, por ejemplo, con el acceso a las

CAPITULO II

como el resultado de interacciones recurrentes y cooperativas, y como asociaciones que, siendo expresión del operar de los seres vivos participantes, originan el placer de la compañía o el amor en cualquiera de sus formas, como respuesta al modo de ser biológico que es, a un

herido o desvalido en medio de la contingencia o la premura. Comprender el tipo de relaciones que operan allí, cuando emerge “lo humano”, es parte de una vasta discusión entre la filosofía, la psicología, la sociología, la antropología, la economía, las ciencias de la salud, etc. Sin embargo, como afirman Morín7 , Maturana8 , Varela9 y otros más, la clave para dilucidar dicha preocupación consiste en “examinar” la lógica misma de la vida. A propósito, Maturana propone entender las sociedades humanas

mismo tiempo, el modo de ser social. De esta manera, la justicia, el respeto, la honestidad y la colaboración serían expresiones de un fenómeno social fundamentado en relaciones que dependen del ser y el estar con el “otro”, y no de una adecuación moral individual como pretenden ciertas corrientes

7 MORIN, Edgar. “La noción de sujeto”, En: Fried Schnitman, Dora. Nuevos paradigmas: cultura y subjetividad. Paidos, Buenos Aires, 1994.

8

MATURANA, Humberto. La realidad: ¿objetiva o construida?. Anthropos,

Barcelona, 1995. 9

VARELA, Francisco. El fenómeno de la vida. Dolmen, Santiago de

Chile, 2002.

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HACIA UNA REDEFINICIÓN DE LA ATENCIÓN HUMANITARIA

racionalistas o utilitaristas. Lo humano y el humanitarismo conllevan en sí mismos el reconocimiento “del otro” y de las relaciones comunitarias de cooperación como condición de la propia existencia.

En contraposición a esta perspectiva, la “filantropía”, por ejemplo, expresión que surge en el siglo XVII para señalar funciones de caridad a cargo del Estado o los ciudadanos, defiende una actitud que, lejos de apoyarse en un estatuto de “lo humano”, expresa la pretensión de una sociedad dividida en clases sociales. La consecuencia lógica de esta reflexión consiste en

valorar el llamado humanitarismo en razón al carácter constitutivo de las sociedades humanas y no como la expresión de sentimientos de “caridad” y “conmiseración” que, desde luego, resultan funcionales a un determinado orden de sociedad.

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CAPITULO II

El ideal de justicia liberal descansa en estos pensamiento dos pilares.ElPor esa razón sepolítico habla demoderno personasse ha estructurado sobre un modelo que erige en su centro la idea de persona. Así, quien padece una calamidad o una catástrofe, es víctima de un conflicto armado o se encuentra en situación de pobreza, debe ser atendido bajo los criterios de la solidaridad 10 , pues es mediante ella que se puede resarcir al “igual” y reparar el daño generado por la contingencia o el orden social. En este caso, se espera que los ciudadanos obren en función de su responsabilidad social y el Estado actúe en correspondencia con el deber de garantizar el ejercicio efectivo de los derechos de los afectados. Implica, esto, que la base de la Atención Humanitaria es la solidaridad, mientras que su motivación política es la ciudadanía.

en “situación” de pobreza o en situación de riesgo, etc., pues se asume que dichos fenómenos obedecen a condiciones históricas y sociales, motivo por el cual es posible reversarlos o prevenirlos11 . El planteamiento neoliberal reconoce otro tipo de valores y principios, distintos a los

del liberalismo, que, eventualmente, pueden llevar a entender el humanitarismo como un acto caritativo sin el real reconocimiento de los derechos de las víctimas. En algunos casos, la cada vez más usual, Atención Humanitaria de Emergencia, se

10 La expresión ‘solidaridad’ proviene de sólido, que indica actuación unitaria, integración.

11

La vulneración/vulnerabilidad social debe ser entendida desde su

dimensión social, política e histórica.

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HACIA UNA REDEFINICIÓN DE LA ATENCIÓN HUMANITARIA

La Atención Humanitaria busca una nueva perspectiva

orienta por estos presupuestos, adquiriendo un carácter asistencialista que poco obra en la perspectiva de restablecer derechos o potenciar las capacidades de las víctimas. Sin embargo, es necesario aclarar que, lejos de estigmatizar la protección de corto plazo, es conveniente señalar la necesidad de reflexionar sobre los presupuestos morales en que ella se orienta, y hacer visible la demanda por fortalecer la acción de emergencia mediante el reclamo a los Estados sobre los derechos que, supuestamente, éste debe defender.

La perspectiva pragmática que alimentó la Atención Humanitaria en sus inicios no parece tener la fuerza suficiente para enfrentar retos, como los reseñados en el presente texto. Los principios filosóficos y políticos de la neutralidad y la imparcialidad, que fundamentaron el carácter universalista de la Atención Humanitaria, y en gran medida le aseguraron legitimidad y respeto a los organismos humanitarios, aunque mantienen su fuerza y actualidad, deben ser reconceptualizados y enriquecidos.

En síntesis, el humanitarismo puede encerrar un profundo conflicto de orden moral y ético, que tiene consecuencias en la manera como orienta y materializa sus acciones. Con el propósito de delinear los alcances de una propuesta de atención “humanitaria con perspectiva humana”, nos detendremos en el examen de los supuestos éticos y políticos implicados en aquellos procesos en que la condición humana se halla menoscabada.

En la literatura pueden rastrearse, pese a su íntima relación, tres dimensiones distintas con respecto a los principios de neutralidad e imparcialidad. En primer término está la dimensión política, que implica equilibrio e independencia con relación a los poderes e intereses en conflicto,

57

CAPITULO II

la asistencia radica justo en el reconocimiento

vinculando Estado y ciudadanías. En ella reposa la confianza y el sentido de reciprocidad que obran a favor de la Atención Humanitaria, tanto por sus implicaciones protectoras como por la aceptación de su actuación.

de la “condición humana” de las personas y se impone sobre otras consideraciones. Esta última se hace cargo de los asuntos relativos al Ser y al Hacer de las víctimas, a tiempo que fundamenta las finalidades éticas de la intervención humanitaria. La autoridad12 y el fundamento ético de la Atención Humanitaria se alimentan de esta dimensión y responden a las demandas por la afectación negativa de la condición humana, núcleo central de las crisis humanitarias. De esta manera los principios de neutralidad e imparcialidad, al conferir confianza, sentido de reciprocidad, respeto y autoridad, garantizan el fuero que reclama la Atención Humanitaria.

En segundo término esta la dimensión moral y de justicia, cuyo fundamento, reside en la existencia de un hipotético “manto de ignorancia” respecto de las víctimas, en cuanto a su origen, su alineación en el conflicto, su naturaleza, etc. En ella, la neutralidad e imparcialidad llaman a vincularse con las víctimas a partir de sus necesidades, haciendo abstracción de su identidad política, étnica, social o de su pasado. El respeto es el fundamento de esta dimensión. Y, por último, una tercera, que denominamos ontológica, que se constituye en finalidad y principio de las anteriores. El imperativo de

12

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La palabra ‘autoridad’ viene de autorizado, y ésta de reconocido.

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DIMENSIONES DE LA ATENCIÓN HUMANITARIA

Sin embargo, el análisis sobre estos principios debe permitirnos ir un poco más allá para determinar su carácter. En particular, la dimensión moral y ontológica obliga a

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CAPITULO II

dignidad y la libertad de las personas, procede una apuesta política y ética, que se constituye en enfoque de la Atención Humanitaria, capaz de pronunciarse sobre la preeminencia de la condición humana como valor fundamental de las sociedades modernas. Neutralidad no es asepsia valorativa, ni imparcialidad. No debe entenderse como tomar parte en un espectáculo del drama humano observado desde fuera y

un mayor desarrollo en esta dirección. La neutralidad e imparcialidad que se expresa alrededor de las necesidades de las víctimas, como la que lo hace en consideración de la condición humana, tienen como fundamento una perspectiva tal, en que estos principios dejan de significar no tomar partido, para adoptar una postura a favor precisamente de la realización de la condición humana. De esta manera podemos afirmar que el contenido o el carácter de la neutralidad e imparcialidad es precisamente la perspectiva humana, y en consecuencia, es posible declarar que la ayuda humanitaria es una tarea intencionada, y como tal, su accionar está inscrito en un horizonte de sentido que le confiere un primer lugar a la realización de la condición humana y a un proyecto de sociedad que se plantea ésta, como su finalidad. Afirmar la neutralidad e imparcialidad de la Atención Humanitaria no equivale a renunciar a la perspectiva ética y política que la orienta. Frente a las arbitrariedades de los Estados y a las acciones derivadas del conflicto, que afectan la

desde lejos. Las organizaciones humanitarias deben operar y ser reconocidas como entidades motivadas por valores leales a la idea de prevenir y salvaguardar a las poblaciones de catástrofes, conflictos y demás situaciones que pongan en riesgo la sobrevivencia de las víctimas, sobre la base de preservar y promover el cuidado de la condición humana. Es aquí en donde se definen los alcances de la Atención Humanitaria. El régimen moral y jurídico que permite proteger a todas las víctimas reside en esta consideración.

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La Atención Humanitaria y las necesidades humanas

lo que comúnmente se denomina necesidades básicas13 sin que exista una cabal comprensión

Dado que el carácter de la neutralidad y la imparcialidad reside en la realización de la condición humana, y que las emergencias políticas complejas ponen en cuestión precisamente esta realización, se hace necesario presentar una reflexión que permita dilucidar la orientación general de la Atención Humanitaria de cara a las necesidades humanas. Ya inscritos en el plano de la acción social es posible, por este camino, aclarar los límites de la Atención Humanitaria, los criterios orientadores que la ponen en relación con otro tipo de acciones sociales cuyos propósitos, a largo plazo, permiten asegurar, el restablecimiento para el ejercicio pleno de la ciudadanía.

del término en relación con las que serían las exigencias de protección y respeto de la “condición humana”. En general, sobre las necesidades humanas, ha predominado una idea jerarquizada y evolutiva de las mismas, en la que se supone que, en la base, se encuentran aquellas de tipo biológico y material (comida, agua, abrigo), cuya satisfacción es condición para resolver otras de carácter no material, de tipo simbólico y espiritual. Muchas de las acciones humanitarias se orientan en estos términos y se centran, en consecuencia, en resolver lo estrictamente material de las demandas de las víctimas. Los supuestos y las consecuencias prácticas de esta perspectiva son los siguientes: Desde el punto de vista conceptual las necesidades se presentan dentro de

Como ya se anotó, se suele afirmar que la neutralidad se materializa cuando se responde con exclusividad a las necesidades de los afectados, y como consecuencia de ello, se ha privilegiado un enfoque orientado a resolver

13

Se han privilegiado esquemas jerarquizados de necesidades prescritas como universales. En particular, el esquema sugerido por el psicólogo Abraham Harold Maslow.

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CAPITULO II

culturales y, de manera más radical y exacta, por fuera del respeto a la condición humana, a la subjetividad de las víctimas y a su condición de sujetos. Las consecuencias son evidentes en algunas experiencias: comunidades tradicionales que dan los cereales de la “ayuda” a sus animales, porque no forman parte de su dieta; comunidades a las que se les obliga a comer cierto tipo de alimentos, dispuestos de tal manera que no reconocen sus tradiciones. Pero, no se trata tan sólo de denunciar este tipo de “molestias”, sino de lo que se encuentra en la base de estas prácticas. No existe una finalidad comunicativa que reconozca la dignidad humana y, lo que es peor, se invisibilizan otro tipo de necesidades, sumando dolor y frustración al ya existente.

una estructura jerarquizada y evolutiva, que va de lo material/biológico a lo espiritual/ simbólico. En este esquema, lo espiritual/simbólico queda subordinado a lo material/biológico. Como se pueden priorizar las necesidades, implícitamente, se acepta un tratamiento de desconexión y segmentación frente a las necesidades humanas. Algunas de ellas quedan para “resolverse” en el tiempo. Se niega, en otras palabras, la interdependencia de las necesidades. En consecuencia, se acepta la idea de unos derechos que predominan sobre otros que, además, se encuentran en función de la contingencia y las condiciones.

Hacia una relectura de las necesidades Esta manera de pensar las necesidades humanas lleva a una intervención fragmentada, diferida, y no pocas veces “autoritaria”, en el sentido de prescribir un orden universal y preestablecido de las necesidades, por fuera de los marcos

Las necesidades son polidimensionales. A tiempo que expresan carencias, se plantean como potenciales de realización. Existe hoy evidencia práctica suficiente que demuestra

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que aun en aquellas situaciones extremas de crisis humanitaria, se dan acciones humanas individuales y colectivas que se oponen a los factores destructores. Resiliencia es el término dado a este tipo de actitudes humanas. Las necesidades son entonces potencial para la realización humana y de cierta forma, lo que hace el ser humano para resolverlas, le confieren carácter a su naturaleza.

se realicen. En consecuencia, es lógico pensar las relaciones que existen entre las necesidades humanas y la realización de la condición humana como fin último y orientación de la Atención Humanitaria. Para estos fines, resulta útil apropiarnos, parcialmente, de la categorización propuesta por Manfred Max Neef en el sentido de la existencia de unas necesidades axiológicas y de unos satisfactores. Para este autor, las primeras, tienen que ver con una expresión normativa de las necesidades; los segundos responden a las diversas maneras de satisfacer las primeras allanando, de esta manera, el camino para la inclusión de la diversidad y la diferencia dentro del enfoque. Para nuestra propuesta es importante señalar la existencia de necesidades humanas (axiológicas en el sentido de Max Neef), que le dan sentido y fundamento a aquellas que son resultado del contrato social (necesidades sociales: salud, educación, nutrición etc.,). Por su carácter, estas

Las necesidades sociales, de acuerdo al planteamiento sostenido por Agnes Héller, corresponden igualmente a acuerdos sociales sobre los que pesa una fuerza moral que obliga a que su realización se coloque como centro de la agenda pública. En este sentido las necesidades sociales se configuran en un proceso social e histórico y, por lo tanto, cambiante. Sin embargo, conviene, para los propósitos de determinar los referentes orientadores de la Atención Humanitaria y sus límites, vincular estas necesidades desde lo humano, independientemente de los modos en que ellas

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CAPITULO II

necesidades humanas resultan generales y, son al mismo tiempo, constitutivas de la condición humana.

Apoyémonos en algunas consideraciones prácticas para explicar esta afirmación. Si la condición que resuelve el hombre en la naturaleza es solamente la labor, es decir su subsistencia como respuesta a las necesidades vitales, queda confinado al mundo animal, los que a diferencia de los hombres disponen de la mayor parte de su existencia para resolver este tipo de necesidades. Pero además, si fuese este el caso, no realizamos estas necesidades, por lo menos tenemos certeza de ello, desde

De la mano de Hannah Arendt podemos avanzar en esta dirección. Esta autora ha señalado14 que la condición humana reconoce tres dimensiones indivisibles. Destacamos la idea de la interdependencia de las dimensiones señaladas, afirmando que la condición humana debe reflejarlas de manera simultánea y complementaria.

14

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ARENDT, Hannah. La condición humana, Paidós, Buenos Aires,

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DIMENSIONES DE LA CONDICIÓN HUMANA

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CAPITULO II

corresponden con las necesidades humanas, y se han de fundamentar en el sentido y el ámbito de acción de la Atención Humanitaria por cuanto las emergencias políticas complejas, como ya lo mencionamos, ponen en cuestión la condición humana, es decir, la capacidad de ejercer por cuenta propia la vida en función de sus fines últimos relacionados con la capacidad de acción y de agencia por parte de quienes se

un punto de vista estrictamente biológico. Los humanos no nos nutrimos individualmente, nos alimentamos en sociedad y en arreglo a nuestra cultura y, de esta manera, no sólo satisfacemos necesidades vitales sino que estamos, al mismo tiempo, garantizando la proyección de nuestro ser. Pero también sabemos que no es posible resolver necesidades de la labor o el trabajo si no ejercemos autonomía y si no desplegamos nuestra capacidad de agentes que transforman el mundo y, por lo tanto, adoptamos posturas políticas, respecto al mundo que deseamos, porque trabajamos para su transformación. Las dimensiones enunciadas por Arendt se

encuentran en situación de víctimas.

La dignidad y la libertad como fundamento de las acciones de Atención Humanitaria Si bien, hemos destacado que el restablecimiento o realización de la condición humana es

Ninguna respuesta de intervención humanitaria puede evitar el imperativo de potenciar capacidades humanas en función de ganar autonomía, generar la debida sostenibilidad a los procesos desde las propias víctimas y propiciar relaciones de reconocimiento y respeto mutuo, como la senda que permite avanzar en la reconstrucción de las distintas ciudadanías, en el marco de acciones solidarias.

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el referente orientador de la Atención Humanitaria, los “satisfactores” en términos de Max Neef, se refieren, en este caso, a la libertad y dignidad humanas. Pero, para ser precisos, estos referentes no son sólo medios pues al mismo tiempo se constituyen en los fines de dicha realización. La libertad significa, en este caso, la capacidad de actuar, de ejercer la autonomía y, como mínimo, estar a cargo de nuestra propia vida para elegir el tipo de vida que queremos. La Atención Humanitaria independientemente de las acciones específicas que adopte debe, en sus enfoques y perspectivas de acción, hacerse cargo de las demandas de libertad de los afectados. Es claro, y tal vez no necesite mayor argumento, el hecho de que ante una catástrofe sea cual fuere su origen, el primer impacto y déficit humano es la disminución de las libertades de las personas y sus comunidades que, en muchas situaciones se refiere a una mayor degradación de las ya menguadas libertades positivas existentes.

Entre tanto, la dignidad humana, que constituye la segunda finalidad de la Atención Humanitaria, en primer lugar, corresponde a estar y permanecer vivo bajo la exigencia de que esa vida sea considerada como un fin en sí misma y, por tanto, no puede ser utilizada como medio o ser instrumentalizada. Guarda la dignidad humana correspondencia con los Derechos Humanos fundamentales: el derecho a la vida, el derecho a la salud, a la educación, al trabajo creativo, a la participación política, etc. El carácter sinérgico o de alianza que hemos reclamado para las necesidades humanas debe también reclamarse para estos fundamentos. Es la libertad el medio para preservar la dignidad humana y, sin esta última es imposible restablecer la primera.

La Atención Humanitaria y su vinculación con el desarrollo Aunque es válida la crítica señalada a muchos de los enfoques que acompañan la Atención

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CAPITULO II

Humanitaria, especialmente por introducirse en ámbitos que podemos denominar “post crisis”, resulta del todo injusto que se intente, por esta vía, hacer de la Atención Humanitaria una tarea estrictamente asistencialista y paternal.

años 50 del siglo XX, el escenario político ha experimentado la hegemonía de una perspectiva del desarrollo centrado en el crecimiento económico, postergando otras dimensiones del desarrollo ampliamente aceptadas como las relacionadas con aspectos sociales o culturales, pues se busca el crecimiento económico y por tanto la concentración de la riqueza para luego

En esta perspectiva, es necesario reparar sobre los enfoques de desarrollo que, eventualmente, pueden ser impulsados por la Atención Humanitaria. Desde los

irrigar el desarrollo. En contraposición, y guardando coherencia con los referentes que animan la Atención Humanitaria, se ha visto la necesidad de

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Los compromisos de la Atención Humanitaria, deben entenderse entonces como un proceso, no lineal, que contemple la prevención de fenómenos que pongan en cuestión la condición humana de las personas, la intervención durante el desencadenamiento de la crisis y, desde luego, las tareas protectoras subsiguientes. Todas estas fases del proceso deben asegurar la definición de criterios, la construcción de los medios materiales y no materiales y los mecanismos orientados a potenciar a las personas y los colectivos bajo propósitos de gestión social. Si la Atención Humanitaria no se perfila en esta dirección muy seguramente contribuirá a disminuir la capacidad de las personas para resistir y sobreponerse a las dificultades por las que atraviesa y, de paso, limitará las condiciones para procesos subsiguientes a la atención de la crisis humanitaria.

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CAPITULO II

de la existencia humana, o sea la oferta empresarial e institucional de servicios en el campo de la seguridad social, la recreación, la cultura, la educación, la vivienda, etc., además de aspectos como libertades públicas, respeto a los Derechos Humanos, espacios de participación social y vida espiritual, todo lo cual hace posible el desarrollo integral de las personas;

pensar el desarrollo centrado en la calidad de vida de los individuos en la sociedad. Sobre este concepto Rodado y Grijalba15 aportan la siguiente reflexión: La calidad de vida son las condiciones y circunstancias en que se desenvuelve la existencia de una persona o de un grupo social en un ambiente determinado. Está estructurada por cuatro componentes estrechamente conectados que deben surgir complementariamente para que la dignidad de la existencia sea realidad. Estas dimensiones son:

El medio de vida, referido a las condiciones que el entorno natural ofrece para una sana existencia, lo que comprende la disposición de un medio ambiente saludable en todos sus aspectos y las prácticas que las personas realizan para garantizar la sostenibilidad de las condiciones ecológicas del planeta; y

El nivel de vida, consistente en el volumen y calidad de bienes y servicios que la persona pueda adquirir, lo cual está relacionado con su nivel de ingresos y es por tanto un parámetro de orden exclusivamente económico;

Las relaciones de vida, que atañen a los formas de relación con el grupo social del que se hace parte, en particular lo atinente al respeto a la vida y la

Las condiciones de vida, que son el conjunto de bienes que conforman la parte social 15

RODADO, Carlos y GRIJALBA, Elizabeth. La tierra cambia de piel, Planeta, Bogotá, 2001.

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difícilmente pueden ser agentes o actores de sus destinos. Este umbral, ha de ser definido por cada experiencia y acorde con cada situación, pero en el marco de un sistema de dotaciones que permitan potenciar libertades, asegurar dignidades y ejercer efectivamente derechos.

integridad personal, la configuración del tipo de sociedad que se desea tener, y las formas culturales de convivencia pacífica y respetuosa de las diferencias y pluralidades que la sociedad ofrece. De otra parte, Amartya Sen ha introducido un análisis valioso en esta dirección, que parte de la idea de construir capacidades entendidas como las múltiples combinaciones alternativas que una persona posee para “Hacer” o “Ser”. Distingue algunas capacidades básicas que, lejos de constituir un listado jerarquizado de necesidades –como ocurre por ejemplo, con el enfoque de Necesidades Básicas-, obedecen a un subconjunto de capacidades a las que se le asigna una importancia moral y política, ya que satisfacen demandas urgentes bien reconocidas.

El desarrollo, en este caso, se define por las capacidades para obtener realizaciones valiosas en términos de lo que pueden lograr ser o hacer los individuos16 . Desde este punto de vista, el desarrollo y la calidad de vida se relacionan con la expansión de oportunidades concretas que permiten, por una parte, alcanzar realizaciones, y por otra, con la libertad en positivo, en tanto lo que se puede llegar a ser o hacer. En el marco del Estado Social de Derecho parece razonable que la valoración del desarrollo y la calidad de vida se relacione con el ejercicio efectivo de derechos colectivos, pero vistos como realizaciones concretas en los individuos. En esta perspectiva se valora la existencia de

Este enfoque identifica los niveles mínimos aceptables de ciertas capacidades básicas, por debajo de los cuales se considera que las personas padecerían de privaciones y

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CAPITULO II

capital social comunitario e institucional y el ejercicio efectivo de derechos como marco lógico para conceptuar acerca de la calidad de vida y como referentes prácticos para orientar el campo de acción en la Atención Humanitaria.

ciertamente, cada una de ellas deberá tener momentos de prioridad en relación a la gravedad de la situación. Este enfoque es llamado contiguum17 . El concepto de contiguum respeta y tiene en cuenta que dentro de una dinámica de conflictos y de crisis, coexisten de manera simultánea diferentes necesidades y expectativas. De aquí resulta que la ayuda de urgencia, la ayuda a la reconstrucción, la cooperación al desarrollo, lo mismo que la ayuda económica, no obedecen a etapas temporales precisas y lineales, y en consecuencia, deben ponerse en marcha de manera simultánea; así, el concepto de contiguum, se diferencia del de continuum humanitario. Este último asume la concatenación de diferentes fases cronológicas (emergencia-rehabilitación-desarrollo). Su objetivo se centra en una transición suave y coordinada entre las fases, mientras que el primero plantea que en cada momento es necesario combinar diferentes formas de intervención de manera integrada, tanto de emergencia como de desarrollo.

Por otra parte, la expansión de las capacidades individuales y sociales, como expresión de la Atención Humanitaria pone de presente la idea de gestión como finalidad y como medio de estos procesos. Este planteamiento sugiere la necesidad de romper con la división entre Atención Humanitaria – reconstrucción - desarrollo. Esta vinculación implicaría que, en cada momento, es necesario combinar diferentes formas de intervención, desde lo humanitario a corto plazo hasta de desarrollo a largo plazo, en un marco integrado. Estas intervenciones pueden interponerse en el tiempo aunque, 16

NUSSBAUM, Martha y SEN, Amartya. Calidad de Vida, Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México, 2000. 5 Ibídem nota 11. Págs 581- 582.

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una fundamentación de derechos. La Organización de Naciones Unidas 1 ha

Atención Humanitaria Integrada desde Se cuenta con niveles de gestión, cuando es posible llevar a cabo actuaciones de desarrollo a largo plazo, como aquellas orientadas a la formación, la creación de empleo o el refuerzo de capacidades individuales y sociales. Ello implica, por ejemplo18: Que las diferentes modalidades de intervención se realicen en forma paralela y combinada, es decir, de forma integral, respondiendo a los objetivos a corto y a largo plazo. Políticas Públicas prioritarias para los sectores más vulnerables, con el fin de fortalecer su resistencia ante la crisis y aumentar su probabilidad de recuperación. Dar espacio a la participación de la población local en el desarrollo de las intervenciones donde plasmen sus necesidades y sus condiciones sociales y culturales.

17

18

Ibídem nota 11.Págs 581 -582

73

Ibídem nota 11.

CAPITULO II

conflicto y a contribuir a que la población civil

planteado reiteradamente que la protección de los Derechos Humanos es una prioridad que debe ser reconocida en las operaciones humanitarias. Este planteamiento surge del reconocimiento de la estrecha relación que existe entre protección de derechos y soluciones de paz duraderas.

reconozca y ejerza estos derechos. Una perspectiva de derechos transforma entonces, al llamado “beneficiario y depositario de la ayuda”, en un sujeto vulnerado por la acción, omisión o incapacidad del Estado para proteger su integridad; en un sujeto con derecho a ser resarcido y reparado. En términos psicosociales, éste reconocimiento es de suprema importancia, en particular porque:

Al hablar de Atención Humanitaria con enfoque o perspectiva de derechos, se asume que la situación de catástrofe o de crisis provocada por la guerra, debe ser atendida con una mirada de temporalidad que apunte hacia la cimentación de las bases orientadas a generar capacidad social e institucional para asumir su desarrollo. Esto supone hallar “soluciones a largo plazo a las causas profundas de los conflictos y prevenir los excesos que hacen tan difícil la reconciliación2 0”.

Impide un lenguaje externo de conmiseración que da lugar a que las personas se victimicen y caigan en la pasividad y la dependencia. Hace evidente la existencia de actores responsables de la situación de crisis y por tanto desnaturaliza y desnormaliza la situación.

Por lo tanto, la Atención Humanitaria supone que los agentes humanitarios instan a los Estados a respetar las normas internacionales de Derechos Humanos21 en el marco del propio

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www.un.org. Mayo 17 – 27, 2005.

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derechos de reparación de las víctimas. El reconocimiento de una acción externa impide la autodegradación y culpabilización que surgen cuando los culpables son invisibilizados.

En este sentido se manifiesta el esfuerzo expresado por las Naciones Unidas de elaborar “(…) un enfoque paralelo de la asistencia humanitaria y la asistencia a largo plazo, que prevé la convergencia futura de ambas, y considera a los Derechos Humanos el elemento decisivo y recíprocamente vinculante. Esto

Impide un trato discriminatorio que invisibilice y perpetúe exclusiones relacionadas, por ejemplo, con el género y la edad. Incorporar una perspectiva de derechos desde la Atención Humanitaria, implica reconocer las raíces profundas de los conflictos así como sus graves impactos, de manera que es necesario adoptar acciones que impliquen mecanismos claros de exigencia frente a la observancia de las normas internacionales, así como a los

20 21

significa que los diferentes agentes, ya sean instituciones internacionales que ejecutan proyectos o personas que trabajan sobre el terreno, deben colaborar, conscientes de las metas y necesidades comunes de los programas paralelos”. En Colombia, la atención del Estado a las víctimas del conflicto debe seguir unos parámetros, cuya base es la Constitución Política de Colombia, el Derecho Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Ibíd. “El personal humanitario se ha visto arrastrado a la idea de los Derechos

Estos parámetros coinciden en la adopción de un enfoque de derechos donde las víctimas tienen derecho a la atención, “no de mera ejecución

Humanos sobre todo a causa de la frustración originada en las limitaciones del humanitarismo cuando actúa en solitario, en medio del vacío político (…) El argumento de que la mayor parte de las emergencias humanitarias tiene su origen en violaciones de los Derechos Humanos es casi siempre exacto y demostrable”. RIEFF, D. Op. Cit. Págs. 332-333.

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de políticas optativas”22 . Es decir, que no debe obedecer a un modelo de “oferta pública” correspondiente a un enfoque asistencial, sino a un marco de demanda social enfocado a la protección de los derechos y su reparación en caso de vulneración, como lo mencionamos anteriormente. De tal manera, no basta con que el Estado disponga algunas condiciones para el ejercicio de los derechos, sino que dicha disponibilidad debe guardar relación directa con lo que realmente la población demande de acuerdo con sus necesidades humanitarias.

precisas para lograr, progresivamente, la plena efectividad también de los derechos económicos, sociales y culturales. En esta línea de fundamentación, el acompañamiento psicosocial en la Atención Humanitaria, se consolida en el trabajo de construcción de condiciones personales, grupales, organizativas, institucionales y políticas favorables para que los propios afectados puedan transitar de la emergencia a la rehabilitación y al desarrollo23 . Lo cual resulta indispensable para evitar la postergación de la emergencia y contribuir negativamente a perpetuar su complejidad.

La atención psicosocial en la Atención Humanitaria refiere sistemáticamente a la aplicación de los principios de igualdad y de solidaridad, cuyo sustento es la Constitución Política de Colombia. Esto busca, de manera explícita y práctica, el beneficio de las víctimas teniendo en cuenta su condición, respetando sus Derechos Humanos y protegiendo de las agresiones derivadas del contexto de violencia sociopolítica y conflicto armado interno. De tal manera es necesaria la adopción de medidas

La protección de los derechos de las personas afectadas, se traduce en diversas tareas e iniciativas para exigir a las autoridades –y a otros actores- el cumplimiento de sus obligaciones en cuanto al respeto y satisfacción

22

PNUD, El conflicto: callejón con salida. Informe Nacional de Desarrollo

Humano para Colombia, Pág. 226, 2003.

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realizada por acompañantes observadores en escenarios en conflicto con el fin de proporcionar una protección activa a la población afectada por la violencia y prevenir violaciones de los Derechos

de los Derechos Humanos, así como otras para reducir el impacto de la violencia sobre la población civil. Dentro de las tareas orientadas a la protección24 se pueden resaltar algunas que ya se han adelantado en Colombia por parte de las organizaciones humanitarias cuyo mandato involucra este tipo de acciones en la prevención y protección:

Humanos. Muchas de estas actividades encierran indudablemente un cierto contenido político. Algunas se desarrollan a escala local y, aunque no pretenden eliminar la violencia sociopolítica y el conflicto armado interno, sí buscan disminuir tensiones, aliviar el sufrimiento humano y sentar algunas bases que contribuyan a su superación.

La supervisión y seguimiento internacional del respeto a los Derechos Humanos. El testimonio y la denuncia de las violaciones de los Derechos Humanos y el DIH.

En palabras de James Orbinski, presidente de Médicos Sin Fronteras, “el humanitarismo no es una herramienta para acabar con la guerra o crear la paz. Es la respuesta de los ciudadanos a

La presión política (lobbing) dirigida hacia los gobiernos de los países en los que actúan o hacia otros de la comunidad internacional.

23

El acompañamiento y la presencia internacional, permanente o periódica,

SALAZAR POSADA, Marcela. Notas internas de orientación y reflexión,

Corporación AVRE, Bogotá, 2005. 24

77

Ibídem, nota 11.

CAPITULO II

___________________________________ ___________________________________

un fracaso político. Es un acto inmediato, a corto plazo, que no puede borrar la necesidad a largo plazo de una responsabilidad política”25 .

__________ ___________________________________ ___________________________________ __________ ___________________________________ ___________________________________ __________ Desde la reflexión planteada sobre las necesidades, ¿cómo se pueden definir las prioridades y sentidos de la Atención Humanitaria? ___________________________________ ___________________________________ __________ ___________________________________ ___________________________________ __________ ___________________________________

Algunas preguntas para la reflexión ¿Cuáles son los fundamentos de la Atención Humanitaria con perspectiva humana? ___________________________________ ___________________________________ __________ ___________________________________ ___________________________________ __________ ___________________________________ ___________________________________ __________ ¿Cómo define y qué relación encuentra entre las dimensiones de neutralidad y la imparcialidad?

25

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Ibíd.

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_____________________________________________ ¿Cuáles son los riesgos de una Atención Humanitaria de carácter asistencial? ¿Conoce ejemplos concretos que muestren estos riesgos? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ¿Qué implicaciones tienen para la Atención Humanitaria la Labor, el Trabajo y la Acción como dimensiones indivisibles de la condición humana? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ¿Qué es el contiguum? ¿Qué utilidad le confiere para la Atención Humanitaria? Construya un ejemplo de un programa en contiguum. ________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ¿Considera que usted realiza algunas de las tareas mencionadas para la protección de la población en la Atención Humanitaria? ¿Qué resultados ha obtenido? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________

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