Agua, azucarillos y aguardiente Pasillo veraniego en un acto Texto original de MIGUEL RAMOS CARRIÓN Música de FEDERICO CHUECA

PERSONAJES Y REPARTO

ASIA ....................................................... ISABEL BRÚ PEPA ................................................ JOAQUINA PINO MANUELA ................................. CLOTILDE PERALES DOÑA SIMONA ..................................... PILAR VIDAL GARIBALDI ............................. JUANITA FERNÁNDEZ LORENZO ........................................ EMILIO MESEJO VICENTE ....................................... ELISEO SAN JUAN SERAFÍN ...................................... VICENTE CARRIÓN DON AQUILINO ....................................... JULIO RUIZ GUARDIA 1.º ........................................ JOSÉ MESEJO GUARDIA 2.º .................................. JOSÉ ONTÍVEROS .

Estrenado el 23 de junio de 1897 en el Teatro Apolo de Madrid.

ACTO UNICO CUADRO PRIMERO.– La acción de la obra se desarrolla en Madrid y en época contemporánea al estreno. El primer cuadro, que carece de música, transcurre en un caluroso día del mes de agosto y en una salita muy modesta de la casa de doña Simona. Asia, su hija, es una jovencita romántica que se empeña en vivir de sus libros de poesía sin conseguirlo. Su madre, mucho más práctica, aspira a que su hija se case con su primo, el cual le ofrece resolver todas sus deudas si ambas deciden marcharse al pueblo. Por su parte, Asia aspira a casarse con Serafín, joven hijo de un personaje de la política y del que es novia. Mientras esa boda llega, la madre y la hija se ven asediadas por sus acreedores, entre los que destaca don Aquilino, el casero, quien las amenaza con el desahucio si no pagan las mensualidades. Al fin, doña Simona se decide a pedir un préstamo a Serafín.

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CUADRO SEGUNDO.– Nos hemos trasladado ahora a los jardines de Recoletos. A la izquierda, el aguaducho de Pepa, con veladores, sillas, taburetes, etc. Es de día, y las niñeras, amas de cría y niños exponen su visión de las cosas.

NIÑAS

NIÑERAS NIÑO 1.º UNA NIÑA UNA NIÑERA NIÑO 2.º NIÑERAS CHICO 1.º UNA NODRIZA CHICO 2.º NIÑERAS

NIÑAS

AMAS

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Tanto vestido nuevo, tanta parola, y el puchero a la lumbre con agua sola. Alirón, tira del cordón, cordón de la Italia, ¿dónde vas amor mío que yo no vaya? Las señoras nos mandan a Recoletos con los bebés... Yo quiero agua. Y yo barquillos. ¿Y tú qué quieres? ¡Yo azucarillos! ...pa que tomen el fresco por los jardines, ¡arza y olé! Pero señora, ¿por qué le pega? Porque es muy malo. Tía gallega. Nos encargan que vayamos siempre detrás, y que no nos separemos de ellos jamás; pero si nos habla un tipo de esos que nos hacen tilín, ¡vaya si se quedan solas las criaturitas al fin! ¿Quién dirá que las carboneritas, quién dirá que las del carbón, quién dirá que yo soy casada, quién dirá que yo tengo amor? Ahora la señora viudita, ahora ya se quiere casar con el Conde, Conde de Cabra, Conde de Cabra se la ha de llevar. Nus llaman amas y es lo ciertu, quién lo inventó tuvo talentu;

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NIÑERAS NIÑO 1.º NIÑO 2.º UNA NIÑERA NIÑO 3.º AMAS Y NIÑERAS

NIÑAS AMAS Y NIÑERAS

pues ya es sabido, y no es de ahora, que quien nus sirve es la señora. ¡Cuándo me iré hacia el lugar, que el farruco me manda a llamar! ¿Cuándo será? ¿Cuándo me iré? ¡Que le tengo ganillas de ver! Cuando el rapaz a media noche se enrabia y llora sin cesar, nusotras nu nus despertamos si un nus vienen a llamar. ¡Cuándo me iré hacia el lugar, que el farruco me manda a llamar! ¿Cuándo será? ¿Cuándo me iré? Que le tengo ganillas de ver. Las señoras nos mandan a Recoletos con los bebés. Yo quie’o correr. Y yo saltar. ¿Y tú qué quieres? Yo quie’o mear. Nos encargan que vayamos siempre detrás, y que no nos separemos de ellos jamás; pero si nos sale un tipo de esos que nos hacen tilín, ¡vaya si se quedan solas las criaturitas al fin! Tanto vestido nuevo, tanta parola... Vámonos hacia casa, porque ya es hora, y me temo el regaño de la señora.

Cuando se marchan amas y niñeras quedan solos Pepa y Lorenzo. Lorenzo, actual novio de Pepa, la propietaria del aguaducho, se lamenta de que siendo su santo al día siguiente, no tenga dinero para asistir esa noche a la verbena de San Lorenzo. Por si fuera poco, el mantón de Manila de pepa está empeñado y, además, deben a don http://lazarzuela.webcindario.com/

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Aquilino, el prestamista, cien pesetas, que deberán pagar si no quieren que les embargue el puesto. Por otra parte, Pepa está muy enfadada con Manuela, en otro tiempo novia de Lorenzo, y con Vicente, el actual novio de Manuela y anteriormente de Pepa. Al cambiar las cosas, se han producido una serie de malentendidos entre las dos mujeres, que las tienen muy excitadas. Por último, Pepa relata a Lorenzo la propuesta de Serafín, el novio de Asia, que se reúne allí todas las noches y que desea darle un sobrecito de opio a doña Simona para que se duerma y poder escapar con Asia. Lorenzo ve la oportunidad de obtener dinero y traza su plan, que consiste en sacarle a Serafín doscientas pesetas, con lo cual tiene para pagar a don Aquilino y para desempeñar el mantón de Manila; después le dará el opio a Serafín y no cometerá con ello ninguna maldad. Llega Serafín y Lorenzo obtiene los cuarenta duros, de los cuales da veinte a Pepa. Después aparece Vicente, y muy contrariamente a lo que Pepa deseaba, o sea: que Lorenzo y Vicente regañaran, los dos hombres se entienden y deciden hacer las paces. Se marchan los dos hombres y queda sola Pepa, apareciendo después Manuela e iniciándose entre las dos la primera disputa, que queda cortada, felizmente, con la aparición de unos guardias. Llegan después Asia y doña Simona, que son informadas por Pepa de las intenciones de Serafín.

BARQUILLEROS

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Vivimos en la Ronda de Embajadores, al lao de la Ribera de Curtidores. Pasamos nuestra vida con los chiquillos, que son los que consumen nuestros barquillos. Cruzamos el Prao, la plaza Colón voceando: ¿quién los quiere tiernecitos, tostaítos de canela y de limón? Las niñeras y los soldaos por nosotros están pirraos y dan cuartos a los chiquillos pa que se los jueguen a los barquillos, y a los ocho u diez u doce que les damos por favor se los comen casi siempre entre la niñera y el gastador. Cuando viene un señorito y nos dice: vamos a jugar, en menos que canta un gallo la trampa está prepará.

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UNO OTRO LOS CUATRO BARQUILLERO 1.º BARQUILLERO 2.º BARQUILLERO 3.º BARQUILLERO 4.º LOS CUATRO

Como están los clavos flojos y la máquina desnivelá, por más que se vuelva mico, que ni pa Dios que nos pué ganar. ¡Sería un pueblo! ¡U dos u tres! Que un silbante ganar quisiera a los barquilleros de Lavapiés. Yo me voy a las Vistillas. Yo a la Puerta de Alcalá. Yo me quedo en Recoletos. Yo a la plaza la Cebá. ¡Ar! ¡Una! ¡Ar! ¡Dos! ¡Adiós!

Aparece Serafín, y doña Simona finge que duerme merced al opio que Serafín cree que Pepa ha introducido en un merengue; y mientras tanto, Serafín y Asia se juran amor bajo la vigilancia jocosa de pepa y la vigilancia indignada y disimulada de doña Simona.

SERAFÍN ASIA PEPA SERAFÍN

PEPA SERAFÍN PEPA SERAFÍN

PEPA ASIA

SERAFÍN

¿Está dormida? Dormida está. (Ya puede asegurarse que hoy vigilará.) Yo te adoro, mi dulce ilusión, y tu imagen grabada aquí está: al momento nos casamos cuando tenga permiso de papá. (¡Ja, ja, ja!) Si entra pronto papá en el poder... (Ilusiones del pobre señor.) Al instante, muy campante, me voy a una provincia de gobernador. (¡Huy qué horror!) Yo quiero saber si antes de todo eso seré tu mujer. Claro está que sí.

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ASIA SIMONA

PEPA

ASIA

PEPA SERAFÍN

SIMONA SERAFÍN

ASIA

SERAFÍN SIMONA ASIA PEPA ASIA SERAFÍN SIMONA PEPA SERAFÍN Y ASIA SERAFÍN ASIA SIMONA PEPA

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Es que pasa el tiempo y estamos así. (Este pillastrón está haciendo el paso de la seducción.) (¡Vaya una ocasión pa pintar un cuadro pa la Exposición!) Yo tu esclava constante seré y mi amor tuyo siempre será, que un volcán hay en mi pecho y en su lava por ti abrasado está. ¡Allá va! Eres digna, por tu educación, de ocupar una gran posición y serás gobernadora de Cuenca o de Zamora o de Castellón. (¡Bribón!) ¡Tú eres vida de mi alma, tú eres alma de mi ser! Quita, deja, que nos mira desde el puesto la mujer. ¡Si no me quieres, bien mío, va a haber un desastre! (¡Qué pillastre!) Ya sabes tú que por ti yo a morir estoy pronta. (¡Ay, qué tonta!) ¡Quieto! ¡Anda! (¡Pillo!) (¡Randa!) ¡Dulce ilusión! ¡Anda! ¡Quieto! (¡Tipo!) (¡Feo!)

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PEPA Y SIMONA ASIA SERAFÍN PEPA SERAFÍN

ASIA PEPA ASIA SERAFÍN PEPA Y SIMONA ASIA SERAFÍN ASIA LOS DOS PEPA Y SIMONA SERAFÍN

ASIA

PEPA

(¡Vaya un bribón!) ¡Ay, qué feliz que voy a ser cuando seamos marido y mujer! Tú mi consuelo constante serás. (Si no lo es de los demás.) ¡Oh, qué placer! ¡Oh, qué ilusión! ¡Tú eres encanto de mi corazón; tú haces que loco me vuelva por ti siempre que a tu lado me veo así! ¡Te amo! ¡Me ama! ¡Agua! Eres mi cielo. Eres mi afán. (No cabe duda, ¡es un truhán!) ¡Ay, no es posible! Dime que sí. ¡Ay, Serafín, yo me muero por ti! Nunca, bien mío, te he de olvidar. (¡Ay, qué sorpresa te vas a llevar!) (Cuando ésta sepa todo mi plan, lo novelesco le agradará, y yo seguro cuento triunfar sin el peligro de la mamá.) (¿Por qué, Dios mío, me ha de engañar, si yo le adoro cada vez más? De su proyecto quiero dudar mientras no vea la realidad.) (La señorita chiflada está y no lo sabe disimular;

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SIMONA

si ella le quiere no bastarán ni los cien ojos de la mamá.) (Como el proyecto sea verdad, yo se lo juro al muy truhán; aun cuando viva cien años más, de esta aventura se acordará.)

Se marcha Serafín con Asia y doña Simona, y poco después retornan las dos mujeres, habiendo dejado a Serafín dormido como un tronco sobre un banco. Llega entonces la gente que sale del teatro. Todos comentan lo tarde que termina la representación: ¡la famosa cuarta de Apolo! Aparece también el gachó del arpa, un pedigüeño que canta en un italiano macarrónico; probablemente algún tipo popular en la época en que se estrenó la obra. Después de esta escena se oye el grito de guerra de Manuela: «¡Agua, aguardiente y azucarillos, agua!» Pepa, que había hecho observar a Manuela que si volvía a aparecer por su puesto tendría con ella más que palabras, se lanza sobre ella y sobreviene la disputa, en mitad de la cual aparecen Lorenzo y Vicente, quienes se instituyen en jueces. Las dos mujeres terminan su relato llorando, y el es el momento que sus hombres aprovechan para sacar de improviso los mantones de Manila, exigiéndoles paz a las dos mujeres; juntos se irán a la verbena de San Lorenzo a divertirse honestamente.

CORO

GARIBALDI

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Ya es más de la una y media, ¡Jesús, qué atrocidad! Un día en el teatro nos amanecerá. La culpa es de la Empresa. y si esto sigue así, dará leche de burras a la hora de salir. ¡Ay, qué calor hacía en el teatro aquel! Aquí se está muy fresco y se respira bien. Signore, buona sera, ascolti per pietá, ascolti al poverino que canta per mangiar.

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CORO GARIBALDI

MANUELA PEPA

PEPA

MANUELA

CORO

¡Oh, Dio! ¡Oh, Dio, qu’io sonno disgraciato! Una niñeira in Barcelona, d’un soldatino s’inamoró, e al mechi e michi de relazione, il regimento se las guilló. Tuti li mundi le preguntaba: ¿qué cosa e fatto que llora así? E la fanciula li respondeba quil soldatino... ¡Ji, ji, ji, ji! Io sonno il trovator qui vaga per Madrí. Lo que este es un truhán. ¡Mucho ojo por aquí! Una niñeira in Barcelona, d’un soldatino s’inamoró... ¡Aquí va el agua! Ya está ahí la Manuela; si vuelve a insultarme, aunque haya aquí gente yo no he de aguantarme. ¿Tú vienes sin duda, buscando cuestión? Pues no tengo gana de conversación. Pues yo sí la tengo, y me has de escuchar, que vengo esta noche con ganas de hablar. (Silencio, silencio, que va a haber cuestión; la cosa merece prestar atención.)

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MANUELA

PEPA MANUELA PEPA

MANUELA

PEPA

CORO PEPA Y MANUELA

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Tú sin duda te has creído que yo soy una cualquiera, porque tú tienes un puesto y yo voy con la vasera. Pero ya saben lo que eres más de dos y más de tres, porque tú eres una cosa... que ya sabes tú lo que es. Déjenla ustedes, no la contengan, que esa me teme más que a un nublao, y estoy segura que si la dejan, no va conmigo a ningún lao. ¿Qué no? ¡Que no, que no! Ya te dije yo esta noche que en seguida que te viera te arrancaba el añadido por chismosa y embustera. Si tuvieras un poquito de vergüenza y diznidá, no pasabas por mi puesto con la cara levantá. No te pongas tantos moños, que a pesar de tu honradez, a la calle de Quiñones te han llevao más de una vez. Pero a mí entodavía en la procesión, no han venido a invitarme para ir de pendón. ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Qué bueno va! Tú no tienes ni decoro, ni principios, ni vergüenza, y si vuelves a mirarme te voy a arrancar la trenza. Ya no quiero más palique, conque en facha ponte ya,

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CORO

UNOS OTROS LORENZO PEPA VICENTE MANUELA LORENZO PEPA

LORENZO PEPA

VICENTE MANUELA

VICENTE MANUELA

que esta noche no te salva ni la paz y caridá. Estas se pegan; ahora se agarran... ¡A que la atiza! ¡A que la da! Si las dejamos, pué que se maten. Si llega el caso se evitará. Vamos a ver, ¿qué ha pasao? No ha pasao ná. ¿Qué haces tú aquí? ¡Ya lo ves: petrificá! Vamos, tú, ¿qué ha sucedido aquí? Que yo quió saberlo, ¿sabes? A decirlo todo. Bien sabes que la Manuela anda buscando cuestión; yo estoy tranquila en mi puesto, yo no la busco. Tiene razón. Que ella no me insulte, que yo no la falto; pero si me ofende tres muelas la salto. Esto es lo que ha habido, pregunta y verás. ¡Fíate de las amigas que una quiso más, y con este pago al fin te verás! Vamos, tú, a ver si es verdad todo eso. Va a resultar que tienes tú la culpa de too... Habla de una vez. Todo lo que ha dicho ésa, no sé si con intención, te lo he dicho yo mil veces hablando de ella. Tiene razón. No la di motivos mientras fue mi amiga pa ninguna queja, y que ella lo diga.

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LORENZO

VICENTE PEPA MANUELA GARIBALDI CORO

VICENTE LORENZO PEPA Y MANUELA LORENZO Y VICENTE LORENZO

VICENTE PEPA

LORENZO Y VICENTE PEPA Y MANUELA LORENZO PEPA LORENZO PEPA

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Sino que las cosas han venido así, pero a nadie le hace daño más que me hace a mí, que por tonterías estemos así. Pues después de oír todo lo que ha pasao, vais a darsus las manos y se ha acabao. Vamos. ¡Anda! ¡Bueno! ¡Va! Una niñeira in Barcelona, etc. Con esta gente siempre es igual: muchos insultos y luego nada... Vamos andando, que es tarde ya. Pa que veas, Manuela, lo que es Vicente. Mira tú si me porto decentemente. ¡Mi mantón de Manila! ¡Los han sacao! ¡Ya los dos prisioneros se han rescatao! ¿Pues habías tú de quedarte sin ir a la verbena? Primero faltaría el sol, digo, la luna, que es de noche. ¡Así quió yo verte, arrebujá en ese cacho de gloria! Usté, señá Tomasa, recoja el puesto ya, y vaya luego a casa y espérenos allá. Vamos andando, de bracero agárrate. Vamos andando pa la calle de la Fe. ¡Rica! ¡Chulo! ¡Fea! ¡Ya!

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VICENTE MANUELA VICENTE MANUELA LORENZO Y VICENTE

PEPA Y MANUELA

LORENZO Y VICENTE

PEPA Y MANUELA LORENZO Y VICENTE

PEPA Y MANUELA LORENZO Y VICENTE

LOS CUATRO

¡Rosa! ¡Nardo! ¡Lila! ¡Quiá! En cuanto el Santo vea estas chiquillas asao y todo salta de las parrillas. En cuanto os presentéis vosotros dos, al ver la gracia chula que tienen los chavós, nos echan estampitas con la cara de Dios. ¡Huy, huy, huy, no te desagarres, porque así arrimaíta te quiero yo. ¡Huy, huy, huy, yo no me separo como tú no te vayas! ¡Pa mí que no! De barro un San Lorenzo te he de comprar. Pa rezar. Y pa que no volvamos a regañar. Y como el Santo, siempre a tu lao quiero estar por tus ojos achicharrao. Andando, vamos pronto a la verbena pa que digan: ahí viene la gente buena. Compramos unos pitos pa pitar, y en cuanto nos hartemos los cuatro de tocar, en amor y compaña nos vamos a cenar.

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