AMÉRICA RODRÍGUEZ HERRERA MANUEL I. RUZ VARGAS MESA 8

La percepción del riesgo en la Unidad Habitacional Luís Donaldo Colosio, en el MPO., de Acapulco Guerrero México, diferentes actores, diferentes persp

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JAIRO ENRIQUE HERRERA PEREZ I - INFORMACION PERSONAL
________________________JAIRO ENRIQUE HERRERA PEREZ HOJA DE V I D A I - INFORMACION PERSONAL DOCUMENTO DE IDENTIDAD C. C. # 79.289.856 DE BOGOTA

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Don Manuel Sabor i do
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La percepción del riesgo en la Unidad Habitacional Luís Donaldo Colosio, en el MPO., de Acapulco Guerrero México, diferentes actores, diferentes perspectivas.1

AMÉRICA RODRÍGUEZ HERRERA MANUEL I. RUZ VARGAS MESA 8

Introducción Desde la década de los cuarenta del sigo pasado, Acapulco fue considerado un polo de desarrollo turístico en el Estado de Guerrero, lo que atrajo una importante inversión pública y privada, de manera que el desarrollo y crecimiento de la ciudad ha estado determinado por la actividad turística. Así el puerto de Acapulco ha sido uno de los principales destinos turísticos del país, convirtiéndose en la ciudad más densamente poblada y con mayor infraestructura del Estado. Su crecimiento ha estado acompañado de importantes flujos migratorios provenientes de distintos puntos del Estado y del país. Datos de INEGI de el año 2000, señalan que en el municipio de Acapulco de Juárez se concentra 722 499 habitantes, de las cuales el 89.07% (620 656 hab.), es decir el 23.46% de la población del estado de Guerrero, se concentran en la cabecera municipal. El incremente extraordinario de población no fue considerado en los planes de gobierno, de manera que el crecimiento de la ciudad ha ocurrido de una manera incontrolada y aleatoria, lo que ha propiciado la proliferación de asentamientos irregulares en zonas no aptas para el desarrollo habitacional, propiciando una informatización de la ciudad y multiplicando la zonas de vulnerabilidad y riesgo para sus habitantes. Acapulco es una ciudad cuya localización geofísica en la zona montañosa y costera próxima al cinturón de Fuego del Océano Pacífico, la hace altamente sísmica y a la actividad ciclónica del Océano Pacífico, por ello es una ciudad donde las vulnerabilidades se multiplican. Tan sólo el huracán Paulina, grado 4, con una precipitación de 411,2 mm en 24 horas, dejó en 1997, un total de 238 muertos y daños en más de 15,000 habitantes (http//smn.cna.gob.mx/ciclones/tempo2004/ctr2004.html). No obstante la vulnerabilidad es incrementada no sólo por los asentamientos irregulares, actualmente algunas zonas de desarrollo urbano, se localizan en zonas no aptas para ser urbanizadas, es el caso de algunos puntos de la llamada “zona diamante”, particularmente las llanuras y humedales localizadas en la cuenca baja del río de la Sabana, así como innumerables cauces y arroyos que desembocan en la Laguna Tres palos y Laguna Negra de Puerto Marqués. Lugares que han entrado al mercado de tierras a raíz de las modificaciones al artículo 27 constitucional que liberaba las tierras ejidales. En este caso se trata de riesgos construidos por el desarrollo planeado de una ciudad intermedia del país, que esta viendo crecer su ciudad en el marco de nuevas vulnerabilidades. Nos interesa reflexionar sobre el riesgo en el entendido que su percepción es un factor clave en la gestión de un desastre: aceptar que se vive en riesgo contribuye a tomar decisiones sobre el que hacer durante una emergencia, o sobre cómo prevenir una posible amenaza, antes de que ésta se presente. Aparentemente el concepto riesgo de entrada se nos muestra como un

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cálculo determinado socialmente, y resulta muy útil de cara a enfrentar el riesgo como una realidad cotidiana. Pero ¿Que es el riesgo, cómo lo viven los distintos actores que intervienen en este desarrollo urbano, cómo lo perciben los moradores de estos asentamientos? Quisiéramos en esta investigación acercarnos a la percepción del riesgo que existe sobre una de las colonias construida sobre un terreno con amenaza de inundaciones, de incendios forestales y sísmica, localizadas en, los conjuntos habitacionales localizados en la Cd., Luís Donaldo Colosio, en un sector de Punta Diamante.

Objetivos 1. Explorar la percepción del riesgo, entre los pobladores de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, incluyendo los actores claves involucrados en el desarrollo urbano de esta unidad, y en la atención de emergencias en este sector, para contribuir a la reflexión de ese componente en la implementación de medidas y programas de prevención. 2. Conocer la heterogeneidad y complejidad de la percepción del riesgo entre pobladores de diferente condición social, recoger la tradición oral y elementos de la memoria colectiva relacionada con los desastres. 3. Abordar la percepción del riesgo de los actores privados y públicos involucrados en el desarrollo urbano y atención de desastres, actividades relacionadas con la prevención y manejo del riesgo.

Metodología utilizada Si partimos de que el riesgo es socialmente construido, podemos comprender que frente al paisaje cultural, los grupos sociales se desenvuelven y proyectan echando mano de referentes culturales y sociales que le son implícitos, éstos les permiten apreciar cuando se encuentran ante una amenaza o una situación de vulnerabilidad. No obstante es claro que lo que para algunos grupos sociales es una situación límite, para otros no lo es, lo que nos demuestra que el concepto en si es heterogéneo y complejo. Nos encontramos entonces que la percepción del riesgo también es una construcción social, relacionada con imágenes, símbolos, prácticas, experiencias vividas por los actores sociales que enfrentan una realidad de amenazas y vulnerabilidades, cuyo reconocimiento implica un proceso social de valoración y elaboración que les conduce a aceptar o rechazar un determinado escenario social, este proceso ha sido reconocido por algunos autores y presentan como una solución metodológica para su aprehensión, la perspectiva constructivista. La idea de que los riesgos se convierten en tales, en la medida que son internalizados por la sociedad en los ámbitos normativos, cognoscitivos y

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simbólicos (Eder en Lezama, 20004,13). Lezama añade también los de la ideología y del poder. (Lezama Opcit 16) La perspectiva constructivista, reconoce que cada grupo social o sociedad, puede poseer un significado especial en su práctica. Cada sociedad elige el horizonte de sus preocupaciones y lo que deberá ignorar, según las posibilidades de enfrentar los problemas que detecta. Dice Lezama Los riesgos(...) y el mismo daño(...) atravesaría una suerte de destilación que eliminaría algunos y seleccionaría otros” (Lezama,2004,15). Por ello no basta para que las amenazas y los riesgos estén allí para ser percibidos, se requiere “una voluntad social de ver”. En este sentido, tratamos de reconocer la diversidad de conceptos sobre el riesgo, las amenazas y vulnerabilidades, a través de lo dicho por los residentes y otros actores involucrados en la construcción y el impulso del desarrollo de la Unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, por ello es eminentemente de tipo exploratorio y de corte cualitativo. Recurrimos a entrevistas que aplicamos a residentes de diversas extracciones sociales, a cuadros técnicos de las distintas instituciones oficiales encargadas de los servicios públicos, empresas e instituciones de servicio, incluyendo Protección Civil. Se realizó un grupo focal para triangular el concepto de riesgo obtenido de las entrevistas. También se hicieron recorridos de superficie, diarios de campo y observación.

Resultados y discusión El riesgo o la probabilidad de daños y pérdidas es un concepto que supone la existencia de dos factores, amenazas y vulnerabilidades. La amenaza generalmente se refiere a la probabilidad de ocurrencia de un efecto físico dañino para la sociedad. Por su parte la vulnerabilidad es la propensión de una sociedad, a sufrir un daño. El riesgo se crea entonces en la interrelación e intersección de estos dos factores, cuyas características y especificidades son sumamente heterogéneas (Lavell, en Lungo 2002, ). Así la separación de amenazas y vulnerabilidades es más bien con fines analíticos, pues es imposible hablar de amenazas sin la vulnerabilidad y viceversa. Dice el autor “Si no existe una propensión a sufrir daño al encontrarse frente a un evento físico determinado, no hay amenaza, sino solamente un evento físico natural, social o tecnológico sin repercusiones en la sociedad” (Op cit,19). . Las amenazas son de origen diverso, las naturales están asociadas a procesos geológicos, geomorfológicos, climáticos y oceanográficos que se convierten en amenaza por las condiciones inseguras para los pobladores de un determinado territorio. Las amenazas socionaturales, se relaciona con eventos físicos que aparentan ser naturales, pero son creados por la intervención humana, eventos que se gestan con la intersección de ambos componentes, tales como son las inundaciones, deslizamientos, hundimientos y sequías, cuyos orígenes se encuentran en el inadecuado

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manejo del entorno natural de la ciudad y su región circundante. Otras son las amenazas tecnológicas asociadas al uso de tecnologías modernas y artesanales que por problemas de control o errores de manejo, se vuelven amenazas; finalmente las Amenazas sociales, que pueden ocurrir por el impacto de la violencia social, la protesta y la acción terrorista. (Op cit, Pp20-21) Sí apoyándonos en Lavell partimos de que el concepto de riesgo tiene sobre todo un componente cultural, socialmente construido, podremos reconocer que este concepto es ante todo heterogéneo y diverso, y está en relación con la forma en que éste es percibido por los distintos actores que intervienen en los procesos urbanos estudiados, así también que es esta heterogeneidad, las que brinda posibilidades de articular un trabajo de prevención de desastres. El conjunto habitacional Luís Donaldo Colosio un riesgo construido Una de las consecuencias de las modificaciones al artículo 27 constitucional, fue la entrada al mercado de la tierra urbana de terrenos rurales ubicados en la periferia de la ciudad de Acapulco. Esto abrió posibilidades durante la década de los noventa, al crecimiento de la ciudad y a la inversión privada en zonas ex ejidales, que tradicionalmente habían venido enfrentando impedimentos legales para su compra-venta. Una de las líneas de inversión del sector inmobiliario, fue la construcción de soluciones habitacionales a sectores sociales, apoyados por INFONAVIT y otros programas gubernamentales y privados de atención a sectores sociales. Este fue el caso de algunos desarrollos, entre ellos la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, que se localizaron al oriente de la ciudad, junto con el crecimiento del sector hotelero y turístico de la llamada Punta Diamante y al aeropuerto internacional de Acapulco. La unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, que originalmente contemplaba soluciones a sectores sociales con diferente capacidad adquisitiva: Las residenciales, las villas y la Colosio, que incluían a grupos de mayores, medianos y bajos ingresos que pagaron montos y cuotas diversas. Estos conjuntos formaban parte de los terrenos marginales del ejido Llano Largo, una extensa planicie localizada sobre el conjunto de lagunas meándricas asociadas a la cuenca conformada por el río de la Sabana que desemboca en la Laguna Tres Palos y la Laguna Negra de Puerto Marqués. Buena parte de los humedales fueron rellenados para poder construir La Colosio, de manera que el subsuelo es un amplio nicho lagunar. La Colosio fue construida en 1995, sin embargo desde el 2000, nuevos desarrollos habitacionales se están construyendo, ganando terreno a los humedales, constructoras ARA, Homes y la misma GEO están impulsando nuevos desarrollos de interés social, de manera que dentro de 5 años se prevé que el ex ejido Llano Largo albergará un total de aproximadamente 5000 viviendas.

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Como puede observarse las transformaciones ambientales que se están generando en este sector son profundas, la eliminación de los humedales esta teniendo un impacto directo en la posibilidad de absorción de las aguas lluvias y el equilibrio ecológico de la zona, de manera que se está afectando la flora y la fauna asociada a los cuerpos lagunares, mientras que larvadamente la acción humana ha venido profundizando la amenaza de inundaciones, en un terreno que por su morfología ya presentaba problemas de inundación. En efecto las compañías constructoras, han previsto levantar el piso al menos un metro con respecto a otros núcleos construidos, lo cual nos da una idea de la intensidad de las amenazas que se están construyendo, pues en un futuro las aguas van a correr por cauces no previstos. La Colosio es la más antigua y la que está en el plano más bajo de todo el conjunto, a 2 metros sobre el nivel del mar. Aunque los conjuntos habitaciones relacionados con La Colosio fueron destinados a satisfacer la demanda social de vivienda, su cercanía al sector hotelero y de la playa, contribuyó a que GEO, construyera también en otros espacios aledaños, villas, que incluían habitaciones para sectores de medianos y altos ingresos, les llamaremos “las villas”, privilegiando en algunos casos a propietarios residentes en otras ciudades del país, que ocupan sus viviendas, (llamadas segundas casas) durante las temporadas vacacionales. Estas se encuentran localizadas en las partes más altas del terreno, en estos espacios las viviendas observan diseños diferentes, en núcleos que se identifican por sus nombres propios: Los Arcos y Joyas de Brisamar, Olinala Princesa resguardados sus perímetros por muros y vigilancia constante. Otro sector son los residentes en la “Villas Paraíso I, II y III, cuyas viviendas están agrupadas en territorios definidos por un muro que les separa de la calle principal, mientras los sectores de menores ingresos, se agrupan en el sector de La Colosio en las zonas más bajas y donde se localizan las zonas de inundación durante las lluvias. Entre los habitantes de la Colosio y las Villas, las diferencias son patentes, no sólo por los muros que definen los territorios, sino por que se aprecia que los habitantes en general mantienen el ordenamiento de los espacios comunes y los usos del suelo, proporcionando mantenimiento a su infraestructura urbana. Otro escenario es la Colosio, donde los habitantes han transformado las casas, cambiando las funciones de las habitaciones e invadiendo espacios comunes. Este sector es el más populoso, en él se encuentran escuelas y diferentes negocios, como tortillerías, tiendas, tintorerías, salas de belleza, diseminadas entre las viviendas, lo cual ha dada la densificación e interconectividad de los servicios, ha empezado a mostrar su vulnerabilidad, a través de incendios, cortocircuitos tal y como lo veremos posteriormente. Todos reciben el servicio de agua manto freático de la zona a través de Alcantarillado del Municipio de Acapulco, capacidad de 8,000 litros cada uno, agua

corriente, la cual se extrae del la Comisión de Agua Potable y existen 6 tanques elevados con que es distribuida por gravedad.

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Las aguas servidas son enviadas a plantas tratadoras, construidas por la inmobiliaria GEO, como parte de la infraestructura de los desarrollos habitacionales; existen por lo menos cuatro, que aparentemente no logran procesar todas las aguas crudas del sector. En dos de las plantas tratadoras de agua, existe un convenio entre la CAPAMA y algunas empresas turísticas, las cuales patrocinan el funcionamiento y vigilan la calidad de las aguas tratadas para luego ser trasladadas a los campos y jardines de los hoteles localizados en la zona Diamante. En el caso de la planta Carabalí se procesan diariamente 35 litros por segundo. No obstante en las proximidades de la Colosio, es posible observar puntos negros, en el punte “La Parota”, encontramos un vertedero de aguas crudas, con tres desagües, aguas que tienden a estancarse debido a que es una zona de humedales. La contaminación en este punto es alta, no sólo por los olores fétidos de las aguas no tratadas, sino también porque los humedales cargan también con basura en descomposición, que algunos habitantes llegan a depositar sin ningún control. La vulnerabilidad política e institucional de la sociedad, se presenta, en la medida que entre los organismos estatales no existe la capacidad de controlar y normar el crecimiento de la ciudad en este sector, además de que las compañías constructoras obtienen los permisos de las instancias municipales responsables que no se informan de toda la magnitud de los impactos ambientales y del riesgo en construcción para la zona; otros grupos de población han empezado a crecer en zonas aledañas a la Colosio, donde se continúan rellenando los humedales y vendiendo a precios bajos los terrenos; esto ha dado lugar a lo que ha dado en llamarse “Ampliación Colosio” donde proliferan construcciones sin obedecer a ninguna regulación, precisamente en los puntos más bajos conocido como “el charco de las Ranas”.. Debido a que la Colosio se localiza en las proximidades del sector hotelero, buena parte de sus habitantes trabajan en estas empresas, algunos son propietarios, otros alquilan, lo cierto es que se observa una movilidad constante entre algunos de sus moradores, esto genera otro factor de vulnerabilidad, pues no contribuye a la adaptación, conocimiento y desarrollo de la memoria colectiva frente a las amenazas del entorno. La movilidad de la población también obstaculiza el desarrollo organizativo e identitario de los núcleos urbanos, todas elementos fundamentales de cara a superar una situación de riesgo. Pero avancemos en el conocimiento del riesgo, en cómo es observado por los distintos actores involucrados en la convivencia social en la unidad Luis Donaldo Colosio. Primero abordaremos la percepción de algunos funcionarios de gobierno involucrados en la problemática de la atención del riesgo en Acapulco, posteriormente trabajaremos la visión de los habitantes de distintos sectores sociales de La Colosio, del Ejido Llano Largo y finalmente lo que proponen como riesgo los representantes de las constructoras responsables de los desarrollos habitacionales en este sector (Ing García).

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1. Amenazas y vulnerabilidades según autoridades y representantes del gobierno municipal. Se consultó la opinión de diversos funcionarios de la Oficina de Protección Civil y CAPAMA. Según el entrevistado el territorio en que está asentado todo el desarrollo habitacional de la Colosio y otras unidades localizadas en los ex ejidos de Llano Largo y La poza, es una extensa llanura donde confluyen los escurrimientos que bajan de las zonas altas, de La Coloso, Miramar, Navidad y El Veladero . En este espacio se drenan las aguas pluviales, através de ramificaciones que desembocan en el río la Sabana, o bien la Laguna Negra de Puerto Marqués y a la laguna Tres Palos, que se abren al mar por las barras de El Revolcadero en la primera y Barra Vieja en la segunda. En esta llanura se encuentran un conjunto de lagunas meándricas asociadas precisamente al desalojo de los escurrimientos. Estas tierras eran consideradas por el Plan Director de Desarrollo Urbano de Acapulco de 1987 como tierras de uso agrícola, dicha actividad no afectaba la función de desagüe de las aguas pluviales a la Laguna Tres Palos y luego al mar. El relleno de importantes sectores de las lagunas meándricas para construir las viviendas, ha generado una transformación del sistema natural de desalojo de las aguas, por ello los problemas de inundación podrían agravarse en un futuro. Como el nivel freático es superficial, durante las temporadas de lluvia, cuando se satura, el agua tiende a salir por las albercas, por los registros, las tuberías. ..”pues allí lo que va a pasar es que se va a inundar con una lluvia extraordinaria, de hecho en el poblado de Llano Largo han tenido problemas serios de inundación” (Arq. Carlos López Subdirector de Protección Civil Municipal). De hecho La zona esta considerada en el sistema de alerta hidrometereológica como zona inundable, un lugar donde se espera que suba el nivel del agua, pero sin arrastre, sin corriente, por ello lo que se generan son pérdidas materiales, por ello no es considerada entonces una zona de alto riesgo, ante una inundación, la gente sale caminando. La escuela Luis Donaldo Colosio funciona como albergue. Otro problema que se genera es el estancamiento de aguas, lo que se convierten en una amenaza con la proliferación de focos de transmisión de enfermedades infecciosas. Su ubicación en las partes más bajas le añade otras vulnerabilidades, las unidades habitacionales tienen a fuerzas que tener plantas tratadoras de aguas negras para evitar contaminar en este caso la Laguna Tres Palos. En La Colosio existen por lo menos 4 plantas tratadoras, pero cono se ha dado el crecimiento incontrolado de algunos asentamientos en los alrededores de dicha Unidad, se observan puntos donde las aguas crudas son vertidas a cielo abierto, provocando también focos de contaminación, pues la morfología del terreno dificulta su desalojo.

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En esta zona también tiene que cuidarse el tipo de construcción, porque de acuerdo al terreno inestable no soportan mucho peso. “ En La Colosio se está viendo que algunas casas han sido modificadas, les han hecho tres, cuatro niveles, con el tiempo, conforme se vayan bajando los niveles freáticos, se van a ver hundimientos” ( Arq. Carlos López). La tendencia a las remodelaciones la encontramos no sólo en La Colosio, sino en otros conjuntos habitacionales de tipo social, “es que las personas tienen no sólo a realizar remodelaciones sino también a avanzar sobre áreas comunes, no respetan los reglamentos de construcción del municipio ni de los condominios”... Según el informante por parte de las autoridades no se hace mucho, porque debido a que cada tres años cambian los funcionarios públicos, no se logra dar una continuidad a las políticas, de manera que muchos habitantes se aprovechan de este vacío para sus remodelaciones. La falta de una política que se aplique en forma consistente es un elemento adicional de vulnerabilidad social en el sector estudiado. Las remodelaciones fueron también señaladas como un riesgo construido por otros funcionarios municipales, particularmente cuando se cambia la función habitacional por comercial, al instalar, tintorerías, tortillerías, lavanderías, restaurantes y otros que utilizan tanques estacionarios de gas LP, que frecuentemente se colocan en las azoteas. El problema se genera porque la estructura de las casas no es apta para soportar el peso del tanque estacionario, agravándose cuando las remodelaciones debilitaron la estructura de las casas. Las remodelaciones y el cambio de la función habitacional también pueden provocar la saturación o sobrecarga del sistema eléctrico, propiciando la posibilidad de incendios por corto circuito. En estos casos, según la funcionaria entrevistada, las mismas personas generan su propio riesgo y el de los demás, pues una explosión puede llegar a afectar a un conjunto de casas, sobre todo porque las casas están muy próximas y el lugar es muy popular. (Sandra F.). Los cambios del uso del suelo, es regulado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y solo se autoriza por medio de una sesión del cabildo municipal, aunque existen establecimientos llamados “negocios tolerados” que reciben el permiso de la Oficina de Reglamentos y Espectáculos, que son los que están en las áreas comunes, sin embargo en la práctica se observa que hay negocios que funcionan a pesar de que no cuentan con ningún tipo de licencia. Protección Civil vigila los establecimientos, que tengan extintor, rutas de evacuación, cuando los establecimientos son de alto riesgo, dicha oficina les da un año para que corrijan las anomalías, y sí al cabo de éste no han cumplido con los requisitos, no pueden refrendar su permiso ( Sandra F). También Protección civil brinda orientaciones cuando los habitantes consultan sobre posibles remodelaciones, pero sus dictámenes no tienen fuerza de ley.

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Al comentar con un alto funcionario de Protección Civil municipal, sobre los responsables de este riesgo construido, el informante considera que son los mismos ex ejidatarios, ya que ellos vendieron y continúan vendiendo sus terrenos para urbanizar. Sobre la participación de las autoridades en la creación de este riesgo, comenta que cada dependencia tiene sus atribuciones y que sí lamenta que a veces trabajen en forma aislada. Por ejemplo para aprobar las evaluaciones sobre el impacto ambiental de los futuros desarrollo urbanos presentados por sus impulsores, no se consulta a Protección Civil, el dictamen recae en la oficina de Desarrollo Urbano y de la Dirección de Ecología. Protección Civil únicamente es consultada en los casos de regularización de colonias ilegales, cuando éstas se encuentran en zonas de alto riesgo, no se recomienda su regularización. En el caso de amenazas de salud, como el dengue o enfermedades infecciosas, es atribución de la Secretaría de Salud y frente a la violencia o delincuencia es problema de la Secretaría de Protección y Vialidad. La atención de los riesgo y la prevención de desastres se realiza a través de la coordinación de tres niveles de gobierno: SEDENA a través de la Secretaría de Marina, Protección Civil y la policía del Estado; por parte del municipio participan todas las dependencias del ayuntamiento que se hacen cargo de cada una de las 20 zonas establecidas, en el caso de la zona 20, donde se localiza La Colosio, es la Oficina de Desarrollo Urbano. La participación de la población y otros grupos de la sociedad civil se realiza a través de representación por sectores en las reuniones de coordinación del trabajo ordinario de prevención y extraordinario en caso de una contingencia. Esto redunda en una escasa participación, pues el conjunto de las acciones estratégicas del sector, permanece en los niveles estatales. Este esquema constituye una vulnerabilidad en la atención del riesgo, ya que la organización de la comunidad se encasilla en la lógica de la burocracia y no en la lógica de la cotidianeidad en que el riesgo es vivido por los afectados. Por ello no es extraño que funcionarios de Protección Civil comenten el poco interés de la población por participar u organizarse en torno a la prevención de desastres.. “con desilusión observamos que año con año se reduce la asistencia de las personas, existe un conformismo entre la población”... (Arq. Carlos López) La empresa privada, hasta el momento ha participado apoyando las acciones gubernamentales, se mencionó el caso de Apasco, Pepsi y Home Depot entre otros que han contribuido con materiales, despensas, personal y equipo de apoyo. De allí que Protección Civil les vea como un posible apoyo en caso de una contingencia, así también la ampliación del trabajo con sectores empresariales y otras organización sociales.

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2. Amenazas y vulnerabilidad según los habitantes de distintos sectores de la Colosio. Muchos de los riesgos que son percibidos por los representantes del Estado, no son considerados como tales, por ejemplo los cambios en los diseños de las viviendas son vistos por algunas personas como una necesidad y no ven que con ello que se esté agregando vulnerabilidad a su patrimonio, o que pueda afectar sus vidas, en general opinan que satisfacen una necesidad familiar. Según el testimonio de una informante que agregó un piso a su casa, las inundaciones no llegan a “ socavar sus edificios”, su casa se encuentra en las proximidades del charco de las ranas...”cuando veo que el agua viene una cuadra antes de llegar a mi casa, subo los muebles al segundo piso y me voy a casa de mi mamá, cuando pasa la lluvia regreso y vuelvo acomodar mis muebles”...(Rosa Pérez) Los estragos del huracán Paulina (9 de 0ctubre de 1997) fueron mayores en otras zonas de la ciudad de Acapulco, en la Colosio, los problemas fueron de inundación en los puntos más bajos en la entrada y en los puntos conocidos como Charco de las Ranas y la Laguna o Lengua del Sapo. ...Yo trabajo en la combis, ese día salí a trabajar alrededor de las 6 a m., como a las 7:30 am, se empezó a inundar, primero la glorieta del Marqués, allí donde está el paso a desnivel, yo recuerdo que al ratito ya no pude llegar a la glorieta, porque estaba inundado frente a COTSCO y allí el torrencial de agua también se estaba llenando, después de las 8 am fue intransitable, tanto para salir como para entrar. Se inundó en CECSA, el agua subió fácil un metro, el agua me daba a la cintura, pues pasamos empujando la combi”.. Luego también se inundó el área del monumento para abajo, todas las casas se inundaron...en ese sector, donde le llaman el Charco de las ranas... dos días permanecieron las inundaciones (Sr. Juan Chabelas). La lengua del Sapo es el sector que colinda con los humedales, según el informante allí había una laguna, de manera que con las lluvias, de pronto el agua empezó a salir de esa laguna e inundó las casas aledañas... la gente que vive cerca sabe que tiene que salirse, cuando llueve fuerte, ya que siempre ocurren inundaciones, el agua le llega a uno hasta las rodillas (Andrés García). Para algunos informantes todavía pueden verse los estragos del Paulina, ya que hay registros que no pudieron rehabilitarse y tuvieron que construir nuevos registros y tuberías dirigidas a otras alcantarillas, esto lo hizo GEO, la constructora (Juan Chabelas). Otras alcantarillas se han convertido en pozos de agua, y no cumplen la función para la que fueron construidas. En realidad las alcantarillas y todo el sistema de drenaje representa una vulnerabilidad, pues el nivel freático se encuentra en algunos punto en la superficie, lo que provoca que frente a una fuerte lluvia, el agua que no logra ser desalojada o absorbida por los canales naturales (las disminuidas lagunas meándricas) y de los drenajes empieza a brotar agua; estos puntos son los que sufrieron durante el Paulina en 1997, y son los que con frecuencia se inundan durante las temporadas de lluvia. En las zonas más

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bajas “el agua empieza a brotar de las cañería de desagüe, interior de las casas” (Enrique Díaz).

incluso al

Aunque durante el Paulina, cuando todavía no se había avanzado en el relleno de los humedales, es posible que el sistema natural de desagüe de las lluvias haya evitado un mayor impacto en las inundaciones, los moradores que más daños sufrieron fueron los localizados en las personas afectadas fueron evacuadas a la escuela Luis Donaldo Colosio que funcionó como albergue temporal. No obstante el avance en el relleno de los humedales, así como la construcción de viviendas sobre pisos levantados en más de un metro, ha modificando completamente los canales naturales de la escorrentía, esto añade vulnerabilidad a las zonas bajas, en este caso a la Colosio. Los cambios han sido observados por algunos pobladores, que consideran que las inundaciones en la actualidad son más frecuentes que hace cinco años (informantes varios). Podríamos decir que en los habitantes de la unidad estudiada existe una clara percepción de que están amenazados por las inundaciones, no obstante como las inundaciones no los afectan a todos por igual, encontramos que para algunos es un asunto cotidiano durante las lluvias, están resignados y tienen un plan personal de evacuación. Otros dentro de la misma unidad habitacional, miran el problema de lejos, aunque saben que en alguna contingencia, las inundaciones les puede alcanzar a ellos. No obstante pocos saben del trabajo de Protección Civil, algunos dijeron conocer los señalamientos de evacuación y la existencia de un albergue, sin embargo manifestaron no saber que hacer en caso de una emergencia. Otros dijeron no conocer ninguna señal, albergue ni plan de evacuación ente una contingencia. El cambio de función de las casas de habitación ha sido percibido por algunos moradores como un riesgo, en el caso de un servicio de lavado de coches, la falta de instalaciones adecuadas para el desalojo de las aguas utilizadas, genera charcos que contribuye a generar riesgos de salud, otros negocios que requieren de la instalación de tanques de gas estacionario ... aquí dentro de La Colosio hay dos o tres tortillerías que usan tanques grandes... una chispa puede provocar un incendio... va a ser una bomba de tiempo, porque hay casas donde en los techos colocan los tanques.. (Claudia Salinas),. Para otros, no existe ningún peligro, consideran más bien que es una necesidad, “pues la población necesita estos servicios y aunque reconoce que hay una zona comercial a la gente se le hace lejos ir hasta allá por tortillas, tiene que tomar un colectivo o una combi para llegar al centro comercial” (Andrés García). Cree que las habitaciones que albergan negocios cuentan con un permiso especial y por lo tanto no representan ningún riesgo para la población. Como puede observarse también en esta área existen diversidad de percepciones, sin embargo, posiblemente, hay más personas que piensan como don Andrés que los que consideran los negocios como un riesgo. Los incendios también son considerados un riesgo, sobre todo por que mucha gente solo llega a dormir y dejan sus casas solas por mucho tiempo. En cuanto a los temblores, algunos consideran que no pasa nada, que han enfrentado ya algunos “fuertecitos” y las construcciones han resistido, pero ante un terremoto no saben que pasaría, pues están concientes que sus casas están construidas sobre terreno inestable, sobre humedales. A lo que

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sí temen es a los Tsunami, pues están muy cerca de la playa y el terreno es completamente plano, pero ante un terremoto o un tsunami no sabrían que hacer. Un riesgo que fue mencionado frecuentemente, fue la violencia provocada por la delincuencia y pandillas juveniles que operan durante las noches. Algunos pandilleros se refugian en casas que están solas y sin vigilancia, rompen las puertas para dormir en ellas, o bien son hijos de moradores y entonces tienen amenazados a la población que los denuncia ( H. Salinas). Esto ha venido agravándose durante el último años. “por donde yo vivo, unos chavitos que venían de otra colonia, se agarraron a pedradas a palazos con otra banda de acá...a la entrada mataron a un muchacho, lo navajearon por acá por la parada de los Charcos...” ( B. Peréz). El panorama de las preocupaciones cambia en las “residenciales”, donde viven los grupos sociales de mayores ingresos. Estos asentamientos se localizan en las partes más altas, al extremo norte de La Colosio, se accede directamente desde la carretera que esta justo al costado izquierdo del conjunto habitacional, por ello se encuentran aislados de la problemática cotidiana de amenazas que viven los habitantes de la Colosio y otras villas vecinas, esto representa una vulnerabilidad, pues carecen no sólo de información de los riesgos y amenazas, sino también de las posibilidades que ofrece la organización para la acción colectiva en caso de una contingencia... “el caso es que todo mundo sale por la principal, regresa en la noche y no se percata que pasa más allá”...( J. Luís Rosas). En su mayoría no están enterados del tipo de subsuelo en que están construidas sus viviendas, por lo tanto no perciben la amenaza de las inundaciones. Aunque tienen servicio eficiente de agua potable a través de un tanque elevado, muchos residentes han hecho pozos artesianos en sus jardines, utilizando el agua para usos doméstico. Aunque no se han presentado problemas, se sabe que esta zona fue de viveristas, que abusaron del uso de agroquímicos, por lo tanto las aguas están contaminadas. Esta es un riesgo del cual no están conciente los moradores, incluso algunos consideran que el agua de sus pozos es más limpia que la que les ofrece CAPAMA, por venir directamente de la tierra. Los mosquitos y el dengue no les afectan, por que la mayoría tienen aire acondicionado o sus casas permanecen cerradas. En este sector aproximadamente un 40% son residentes permanentes, el resto son propietarios que sólo ocupan sus viviendas durante las temporadas vacacionales. Los residentes de las villas residenciales tienen una organización muy fuerte, orientada al cuidado de su unidad habitacional, el acceso a sus conjuntos es observado con estricta vigilancia y nadie que no tenga permiso puede entrar, cada habitante contribuye con una cuota de mantenimiento. En Los Arcos existe una planta tratadora de aguas negras, a esta se conectan otras residenciales próximas. GEO la construyó, y desde el principio, la organización de la residencial empezó a manejar la planta. Luego GEO pretendió entregarla a CAPAMA, sin que éstos han logrado tomar posesión de ella, pues los de la residencial no les han permitido, alegan que CAPAMA pretendía conectar otros conjuntos habitacionales, sin ofrecer ninguna alternativa a los residentes de Los Arcos. Ante la posibilidad de que sus viviendas se devalúen por los efectos de una planta tratadora pública, los habitantes han cerrado filas, y niegan el acceso a GEO y CAPAMA. Así su organización es férrea en estos objetivos.

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Los cambios en los diseños en este sector tampoco parece ser un problema, ya que generalmente los que lo hacen se asesoran de arquitectos o ingenieros y en muchos casos las casas han quedado mejor cimentadas. Una vulnerabilidad detectada por uno de los habitantes son los accesos, las calles son muy estrechas.. “en caso de una contingencia que se quiera hacer una evacuación masiva, es muy problemático. Por allí vivía el que fue jefe de la seguridad aquí en el estado y cuando mataron a unos narcotraficantes, hubo aquí mucho movimiento, nos hicieron un simulacro para evacuación, y vimos que no era operativo, en lugar de beneficiarnos, nos perjudicaba, yo creo en una contingencia, creo que nos moriríamos menos si no nos avisan...(J. Luís Rosas). Aparentemente no existe conocimiento del trabajo de Protección Civil en le zona. Los cambios en la función habitacional de las casas no es frecuente, sólo se ha dado en unos 6 casos, en sectores de la residencial que para cumplir con el reglamento de construcción de casas de interés social, edificaron casas más pequeñas, existen como 6 tiendas y un señor que ha puesto un taller, además una venta de tacos ambulante, este último podría considerarse un riesgo, pues “no se sabe donde deja sus deshechos y cómo le hace, porque empiezan a proliferar animales como ratas” (J. Luis Rosas) También existe el riesgo de incendios, porque todavía hay áreas de vegetación natural, expuestas durante la época seca.. “hay gente descuidada, a menudo ves gente que van en el coche fumando y tiran las colillas encendidas (J. Luis Rosas).

Conclusiones En los últimos años la construcción de desarrollos habitacionales de interés social en Acapulco ha tenido un crecimiento en zonas periurbanas, tradicionalmente dedicadas a la actividad agrícola y recientemente abiertas al mercado urbano de tierras. La unidad habitacional Luis Donaldo Colosio fue la primera de un grupo de al menos 5 desarrollos habitacionales de interés social que se vienen construyendo desde la década de los noventa, sobre el ex ejido Llano Largo. Observando este proceso de urbanización encontramos que, las amenazas se han multiplicado no sólo para los nuevos pobladores, sino también para los originarios de este lugar, que viven en el casco del ejido y otros establecidos en sus áreas rurales. Igual podemos pensar de otros asentamientos localizados sobre la Laguna Tres Palos, que en el corto y mediano plazo enfrentará los efectos contaminantes de este desarrollo sin control. Es posible que la crisis de la producción agropecuaria patentes bajo el neoliberalismo, han llevado a los habitantes a vender sus tierras, y esta es la primera vulnerabilidad que encontramos en esta transición del cambio en el uso del suelo y de la construcción del riesgo en el sector, sólo de esta manera podemos comprender la facilidad con que los habitantes se han desprendido de sus tierras, que por muchos años fueron referentes de su identidad social, resulta paradójico además que son los mismos habitantes de Llano Largo los que se emplean en rellenar los humedales

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para que las empresas construyan nuevos conjuntos de vivienda. Así también son los mismos ex ejidatarios, que todavía viven en este lugar, que ya han experimentado los cambios a raíz de la urbanización, los que venden sus propiedades localizadas en los terrenos más precarios, que nos los comprarían las constructoras, para la construcción de viviendas. Otra vulnerabilidad la encontramos en los responsables del desarrollo urbano, que no logra controlar ni ordenar el crecimiento de la ciudad, la zona estudiada, esta ubicada en un lugar que esta muy distante de ser una zona adecuada para el desarrollo urbano, por el impacto ambiental que puede llegar a tener en la zona de Puerto Marqués y La Laguna Tres Palos y en la actividad turística de Acapulco. Esto nos señala la falta de criterios de sustentabilidad en el impulso de este desarrollo urbano. Resulta curioso que la entrega de las viviendas de la Unidad estudiada fue realizada en 1995 por el Presidente Zedillo, junto con la firma de un convenio para echar andar un “Programa de Saneamiento integral de Acapulco”, dice la nota periodística: ... “la carencia de drenaje en las colonias periféricas del puerto no sólo produce incomodidad, sino riesgos para la salud, además de que los desechos que se generan en esas áreas, desembocan en los vasos lagunares, como el de la Laguna Negra- que es dijo una laguna de aguas negras o de Tres Palos- a la que calificó como una tragedia ecológica y amenazan con contaminar la de Coyuca de Benitez” (El Sol de Acapulco, 12 de junio de 1995) A lo anterior se agrega que entre los mismos funcionarios de gobierno, reconocen la falta de continuidad de las políticas debido a los cambios en el gobierno municipal cada tres años, esto no permite verificar el cumplimiento de las normas establecidas ni realizar una evaluación de las mismas. Sobre el sistema de prevención y gestión de desastres en Acapulco encontramos, que es sectorizado, lo que representa en sí una vulnerabilidad, puesto que se enfrenta a diario, a riesgos construidos o permitidos en otras instancias gubernamentales, sobre los cuales no tiene competencia, ni opinión. Protección Civil se encarga entonces de prevenir y gestionar desastres, en una frenética actividad de apagafuegos sobre los riesgos que otras instancias del desarrollo urbano están permitiendo. Por otro lado a pesar de que en el espíritu de la creación de la Comisión consultiva de Protección Civil existe la idea de una amplia participación de los sectores públicos, social y privado (Novedades de Acapulco, 15 de junio 1995), en la práctica el peso mayor de las actividades está soportado por el sector gubernamental, por lo que sería muy importante que esta institución explorara formas efectivas de promover la participación ciudadana y de organismos privados. En el caso de las constructoras argumentan que realizan una labor de beneficio para la comunidad, al generar fuentes de empleo que contrata a la población original, independientemente de que contribuyen con los pagos de impuestos a los gobiernos estatal y municipal, ayudan en el

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desarrollo del país, motivo por el cual consideran, que deben de ser objeto de ciertas concesiones, sobre todo con incentivos fiscales que fomenten más la inversión privada en este estado sumido en la marginación y el atraso. 1. Riesgo, un concepto heterogéneo y construido a partir de las experiencias vitales. Como puede observarse en el caso estudiado, el concepto de riesgo es heterogéneo, no solamente encontramos visiones distintas entre los representantes de las instancias especializadas de gobierno y la población, sino también encontramos una diversidad al interior mismo de los moradores de los conjuntos habitacionales estudiados. Respecto a los habitantes, pudimos constar que aunque todos están asentados en las mismas condiciones de subsuelo, los grados de vulnerabilidad aparentemente son relativos, pues entre más bajos son los terrenos, con mayor frecuencia se encuentran afectados por las inundaciones. Aparentemente la experiencia vital, es un elemento que contribuye en buena medida a crear imaginarios donde los habitantes pueden percibirse en una situación de riesgo. En este sentido son también los sectores que adquirieron las casas de menor precio, los que tienen que lidiar con estos eventos. La mayor vulnerabilidad entre los habitantes de los conjuntos habitacionales estudiados es el aislamiento y la falta de organización en torno al riesgo, así tenemos en las residenciales, organizaciones sólo para dar mantenimiento a sus unidades, el no compartir puntos de ingreso les mantiene separados de la dinámica cotidiana de los otros grupos de residentes, por ello no se percatan de la suerte frente a las inundaciones de los sectores ubicados en las zonas bajas, ni de los posibles alcances e las amenazas y vulnerabilidades del entorno geográfico y social donde viven; pero el aislamiento también existe en la Villas Paraíso I, II, III, y aunque éstos si viven las inundaciones en algunos puntos de la entrada que comparten con los habitantes de La Colosio, sus organizaciones tampoco trascienden la problemática más allá de sus muros, tampoco se visualizan como partes de un todo. Por su parte los habitantes de la Colosio, los más afectados, ya se han “resignado” , sin embargo no han buscado tampoco resolver sus asuntos en forma organizada, estos son sin embargo los que viven en su cotidianeidad las inundaciones y los que con toda seguridad incluyen en su imaginario de riesgos. El trabajo de protección civil no es muy conocido, inclusive en el sector popular y más expuesto a inundaciones en la Colosio. Las problemáticas son aparentemente distintas entre los habitantes de la zona estudiada, sin embargo existe una problemática común porque finalmente todos están asentados en las mismas condiciones del subsuelo, ante un evento extraordinario, la vulnerabilidad relativa, cae

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por su peso, como bien lo señala Protección Civil, todo el sector es susceptible de inundaciones, temblores, tsunamis y hundimientos. Aparentemente los temblores y terremotos no son vistos por toda la población como una realidad cotidiana, pues los temblores suceden ocasionalmente y hasta ahora éstos no han provocado pérdidas de ningún tipo, sin embargo pudo apreciarse que todos los informantes estudiados a través de entrevistas y un grupo focal, sí le temen a la posibilidad de que un tsunami. Es posible que la relevancia que tuvo el tsunami que afectó a varios países Asiáticos a finales del 2004, y que fue ampliamente difundido en los medios de comunicación haya llegado a impregnar su imaginario hasta llegar a considerarlo como una amenaza potencial en su entorno. 2. Las amenazas en la Colosio Como lo señala Protección Civil, la zona 20 es considerada zona de inundación, y dada su localización en una llanura aluvial, ha sido siempre afectada por inundaciones. Sin embargo, la transformación ocurrida por el avance de la urbanización sobre los humedales, los levantamientos del piso en las construcciones hasta de 1:50 mts , permite imaginar un escenario diferente al observado tradicionalmente en la zona 20. En este caso según Lavell estaríamos ante una amenaza socionatural, relacionada con el inadecuado manejo del entorno natural (Lavell, en Lungo, 2002). En este sentido la profundización del problema de las inundaciones, los hundimientos de viviendas son posibles en el corto y mediano plazo. Otras amenazas son las tecnológicas, debidas fundamentalmente al cambio en el uso del suelo, en la instalación de negocios asociados al mal manejo de los tanques estacionarios de gas licuado L. P., amenaza de explosión o incendio que se agrava debido a la proximidad de las casas y lo populoso del área. En el caso estudiado, el diseño ha privilegiado los supermercados y grandes y medianas empresas comerciales, mientras el pequeño comercio y el informal, que es frecuente entre sectores de bajos ingresos no tiene un lugar específico, proliferando entre los espacios habitacionales. En este sentido sería recomendable en futuros desarrollos habitacionales de interés social, se proyecten de una manera diferente la distribución del uso del suelo comercial, previendo conjuntos comerciales con instalaciones expeditas para el comercio en pequeño, tomando en cuenta la densidad de la población y sus necesidades de abasto. Esto puede contribuir a aliviar la presión sobre las casas diseñadas para habitación. Finalmente dentro de las amenazas sociales, encontramos la violencia, la cual es sentida fundamentalmente en el sector más vulnerable, la Colosio.

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Bibliografía Lavell Allan. 2002. “Desastres urbanos:una visión global”. En Lungo Mario. Riesgos Urbanos. Istmo Editores. El Salvador. Lavell Allan y Franco Eduardo. 1996. Estado, Sociedad y gestión de los desastres en América Latina:En busca del paradigma perdido. La Red, FLACSO. Peru ITGD. Lezama José Luis. 2004. La construcción social y política del medio ambiente. El Colegio de México. Diario El Sol de Acapulco 12 de junio de 1995. Diario Novedades de Acapulco 15 de junio de 1995 Página WEB del Sistema Meteorológico Nacional (http//smn.cna.gob.mx/ciclones/tempo2004/ctr2004.html)

AMÉRICA RODRÍGUEZ HERRERA Docente-investigadora de la Unidad de Ciencias del Desarrollo Regional, de la Universidad Autónoma de Guerrero. MANUEL I. RUZ VARGAS Docente-investigador de la Unidad Académica Arquitectura de la Universidad Autónoma de Guerrero

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