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An´alisis IV Joaqu´ın M. Ortega Aramburu Septiembre de 1999 Actualizado en Julio de 2001
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´ Indice General 1
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Integral de Riemann 1.1 Integraci´on de Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2 Contenido de Jordan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.3 Insuficiencias de la integral de Riemann . . . . . . . . . 1.4 Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.5 Ap´endice. Criterio de Lebesgue de integraci´on Riemann.
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5 5 10 12 13 15
Medida de Lebesgue en Rn 2.1 σ-´algebras y medidas . . . . . . . . . . . . . . . . 2.2 La medida de Lebesgue . . . . . . . . . . . . . . . 2.2.1 Medida de abiertos acotados . . . . . . . . 2.2.2 Medida de compactos . . . . . . . . . . . 2.2.3 Conjuntos medibles acotados . . . . . . . . 2.2.4 Conjuntos medibles . . . . . . . . . . . . . 2.2.5 Conjuntos de medida cero . . . . . . . . . 2.2.6 Conjuntos medibles y medida de Lebesgue 2.3 Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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17 17 18 18 20 21 26 28 29 29
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Integral de Lebesgue 3.1 Funciones medibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.2 Integraci´on de funciones simples medibles no negativas . . . . . . . . . . . . . . 3.3 Integrales de funciones medibles no negativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.4 Funciones integrables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.5 Relaci´on entre la integral de Riemann y la integral de Lebesgue . . . . . . . . . . 3.5.1 Integral de Riemann propia e integral de Lebesgue . . . . . . . . . . . . 3.5.2 Relaciones de la integraci´on de Lebesgue con la integraci´on impropia de Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6 Continuidad de una funci´on definida por una integral dependiente de un par´ametro. 3.7 Derivaci´on bajo el signo integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.8 Integraci´on en un espacio producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.9 Cambio de variable en la integraci´on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.10 Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.11 Nota hist´orica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
31 31 34 35 38 41 41 42 43 43 44 48 55 57
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´INDICE GENERAL Calculo vectorial 4.1 Longitud de un arco de curva. El par´ametro arco. . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2 Integraci´on sobre arcos de curva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.1 Integraci´on sobre un arco de curva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.2 La integral de un campo a lo largo de una curva y el lenguaje de formas . 4.3 Teorema de Green . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.1 Teorema de Green para dominios elementales . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.2 Teorema de Green para dominios regulares . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.3 El teorema Green en el lenguaje de formas. . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.4 El teorema de la divergencia y f´ormulas de Green . . . . . . . . . . . . . 4.4 Superficies e integrales de superficie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.4.1 Superficies elementales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ´ 4.4.2 Area de una superficie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.4.3 Integral de un campo escalar sobre una superficie y flujo de un campo vectorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5 El lenguaje de las formas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5.1 Campos de formas en Rn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5.2 Identificaci´on de campos escalares y vectoriales con formas en R2 y en R3 4.5.3 La diferencial exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5.4 Los teoremas de Green, Stokes y de la divergencia en el lenguaje de formas 4.6 Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
61 61 63 63 65 66 66 68 70 70 71 71 72 73 78 78 83 84 85 88
Cap´ıtulo 1 Integral de Riemann Se trata de dar una introducci´on a la integral de Riemann de funciones de varias variables. Veremos tambi´en una primera noci´on de “medida de conjuntos”, el llamado contenido de Jordan, que coincide con la integral de Riemann de la funci´on caracter´ıstica del conjunto. Se har´an notar algunas de las insuficiencias que presentan estas nociones de medida y de integral, lo que lleva a introducir la integraci´on de Lebesgue. Supondremos un conocimiento previo de las nociones b´asicas de la integral de Riemann para funciones de una variable.
1.1
Integraci´on de Riemann
Consideraremos funciones de varias variables a valores reales y acotadas. Para simplificar las notaciones supondremos que el n´umero de variables es dos, aunque esto no es esencial en la teor´ıa. Supondremos que las funciones est´an definidas en un intervalo cerrado I = [a, b] × [c, d]. An´alogamente a como se hace para estudiar la teor´ıa de la integraci´on de Riemann para funciones de una variable, consideraremos “particiones” Π del intervalo I en subintervalos. Estos ser´an de la forma Iij = [xi−1 , xi ] × [yj−1, yj ], i = 1, ...n, j = 1, ..., m donde xi , yi son puntos que cumplen a = x0 < x1 < · · · < xn−1 < xn = b, c = y0 < y1 < · · · < ym−1 < ym = d. Definiremos la medida de estos intervalos mediante el producto de las longitudes de sus lados, es decir, (xi − xi−1 )(yj − yj−1 ) y la denotaremos por m(Iij ). El supremo y el ´ınfimo de los valores de la funci´on sobre estos intervalos se denotar´an respectivamente Mij = sup(x,y)∈Iij f (x, y) y mij = inf (x,y)∈Iij f (x, y). Definici´on 1.1. Se llama suma superior de la funci´on f asociada a la partici´on Π y la denoP taremos por S(f, Π) a Mij m(Iij ) donde la suma est´a extendida a todos los intervalos de la partici´on. An´alogamente, la suma inferior de f asociada a la misma partici´on es s(f, Π) = P mij m(Iij ). Obs´ervese que si f es positiva, S(f, Π) es una “aproximaci´on” por exceso del “volumen” del conjunto n o (x, y, z) ∈ R3 ; o ≤ z ≤ f (x, y), (x, y) ∈ I . 5
CAP´ITULO 1. INTEGRAL DE RIEMANN
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La suma inferior s(f, Π) ser´a una aproximaci´on por defecto del citado “volumen”. Obviamente s(f, Π) ≤ S(f, Π). M´as generalmente, para diversas particiones, cualquier suma inferior es menor o igual que cualquier suma superior. Para probarlo es c´omodo disponer de la siguiente relaci´on en el conjunto de las particiones. Definici´on 1.2. Dadas dos particiones Π y Π1 de I = [a, b] × [c, d] se dice que Π1 es m´as fina que Π si todos los puntos que definen e´ sta en [a, b] y en [c, d], pertenecen tambi´en a la que define Π1 . Dadas dos particiones Π1 y Π2 se denomina partici´on uni´on a la partici´on generada por los puntos que definen ambas particiones. Lema 1.1. Sea Π una partici´on de I y sea Π1 la partici´on que se obtiene a partir de Π a˜nadiendo fi del intervalo [a, b]. Entonces s(f, Π) ≤ s(f, Π1 ), S(f, Π1 ) ≤ S(f, Π). Un resultado un punto x an´alogo se obtiene si se a˜nade un punto del intervalo [c, d]. fi < xi . Los intervalos Ilj , l 6= i , al pasar de la partici´on Π a la Π1 Demostraci´on. Sea xi−1 < x fi ] × [yj−1 , yj ], no var´ıan, mientras que los intervalos Iij quedan sustituidos por dos, If ij = [xi−1 , x f fi , xi ] × [yj−1 , yj ] . Se cumple trivialmente que m(Iij ) = m(If If ij = [x ij ) + m(Iij ) . Puesto que f
f
inf
(x,y)∈Iij
f (x) ≤
inf
f (x),
(x,y)∈If ij
inf
(x,y)∈Iij
f (x) ≤
f (x)
inf (x,y)∈If ij
f
se sigue que s(f, Π) ≤ s(f, Π1 ). An´alogamente S(f, Π1 ) ≤ S(f, Π). Si el punto que se a˜nade es del intervalo [c, d] la prueba de las desigualdades es enteramente an´aloga. Teorema 1.2. Sean Π y Π1 dos particiones del intervalo I. Se cumple s(f, Π) ≤ S(f, Π1 ). Demostraci´on. Consideremos la partici´on Π ∪ Π1 . Reiterando el lema anterior tendremos s(f, Π) ≤ s(f, Π ∪ Π1 ) ≤ S(f, Π ∪ Π1 ) ≤ S(f, Π1 ).
Vemos que el conjunto de las sumas inferiores est´a acotado superiormente por cualquier suma superior. An´alogamente, el conjunto de las sumas superiores est´a acotado inferiormente por cualquier suma inferior. Esto lleva a las siguientes definiciones. Definici´on 1.3. Se llama integral inferior de f (resp integral superior) y se denota por R f) a Z f = sup s(f, Π) Π
Z
f = inf S(f, Π). Π
R
f (resp.
´ DE RIEMANN 1.1. INTEGRACION Es inmediato comprobar que f ≤ igualdad. R
7 R
f . Es natural considerar el caso en que tengamos
Definici´on 1.4. Diremos que una funci´on f , definida en I, acotada, es integrable en el sentido R R de Riemann (brevemente integrable Riemann) si f = f . A este valor se le denomina integral R R de f y se denotar´a f . Si se quiere explicitar el intervalo I se escribir´a I f. Veamos un criterio elemental de integraci´on Riemann. Teorema 1.3. Sea f una funci´on definida en un intervalo I, acotada. La funci´on es integrable en el sentido de Riemann si y s´olo si para cada ε > 0 existe una partici´on Π de I tal que S(f, Π) − s(f, Π) < ε. Demostraci´on. Si f es integrable Riemann, para cada ε > 0 existen particiones Π1 y Π2 tales que Z ε S(f, Π1 ) − f < 2 Z ε f − s(f, Π2 ) < 2 R ya que f es el ´ınfimo de las sumas superiores y el supremo de las inferiores. De aqu´ı se deduce que S(f, Π1 ) − s(f, Π2 ) < ε. Sea Π es una partici´on mas fina que Π1 y Π2 . Esto implica que S(f, Π) − s(f, Π) < S(f, Π1 ) − s(f, Π2 ) < ε como quer´ıamos probar. Rec´ıprocamente, si se cumple esta condici´on se tendr´a Z
f−
Z
f ≤ S(f, Π) − s(f, Π) < ε. R
R
Puesto que esta desigualdad es v´alida para todo ε > 0 se sigue que f = f.
Como consecuencia de este criterio vamos a comprobar la integrabilidad de las funciones continuas. Teorema 1.4. Toda funci´on continua en un intervalo I es integrable Riemann. Demostraci´on. Veamos que se cumple el criterio anterior. Sea ε > 0. Sabemos que la funci´on por estar definida en un intervalo cerrado y ser continua ser´a uniformemente continua. Existir´a ε1 δ > 0 tal que si |x1 − x2 | < δ y |y1 − y2 | < δ se cumplir´a |f (x1 , y1 ) − f (x2 , y2 )| < (b−a)(d−c) , con ε1 < ε.
CAP´ITULO 1. INTEGRAL DE RIEMANN
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Sea Π una partici´on tal que |xi − xi−1 | < δ, |yj − yj−1 | < δ para todo i y j . Se tendr´a Mij − mij ≤
ε1 ε < (b − a)(d − c) (b − a)(d − c)
y por tanto S(f, Π) − s(f, Π) < ε. Ejemplo 1.1. 1. Consideremos la funci´on definida en [0, 1] × [0, 1] tal que vale 0 sobre los puntos de coordenadas racionales y 1 sobre los otros puntos. Esta funci´on no es integrable en el sentido de Riemann ya que toda suma superior vale 1 y toda suma inferior vale 0. 2. La funci´on χ definida en I = [−1, 1] × [−1, 1] por χ (x) = 1 si kxk ≤ 1 y χ (x) = 0 si kxk > 1 es integrable Riemann. Para cada partici´on Π de I llamemos Π0 al subconjunto de los elementos que tienen intersecci´on no nula con la frontera de {x ∈ R2 ; kxk ≤ 1} . P Es f´acil ver que para cada ε > 0 existe una partici´on Π tal que Ii ∈Π0 m (Ii ) < ε. Esto nos da la integrabilidad de la funci´on. La noci´on de integrabilidad Riemann, como en el caso de funciones de una variable, puede darse en t´erminos de l´ımites de sumas de Riemann. Definici´on 1.5. Sea Π una partici´on del intervalo I. Consideremos un punto en cada uno de los P intervalos de la partici´on ςij ∈ Iij . A la suma f (ςij )m(Iij ) se le denomina suma de Riemann asociada a la partici´on y a estos puntos. Se denota por R(ςij , Π, f ). N´otese que s(f, Π) ≤
P
f (ςij )m(Iij ) ≤ S(f, Π).
Teorema 1.5. Una funci´on f definida en un intervalo I, acotada, es integrable Riemann si y solamente si existe un n´umero L tal que para cada ε > 0 existe una partici´on Π0 de I tal que si Π es m´as fina que Π0 toda suma de Riemann correspondiente a Π cumple |R(ςij , Π, f ) − L| < ε. El n´umero L coincidir´a con la integral de f . No daremos la demostraci´on ya que es an´aloga a la de la proposici´on correspondiente para funciones de una variable. Tambi´en, como en el caso de una variable, puede sustituirse la anterior noci´on de l´ımite por el l´ımite de sucesiones de sumas de Riemann asociadas a sucesiones de particiones tales que max |xi − xi−1 | → 0 y max |yj − yj−1 | → 0. De este teorema es f´acil deducir que si f y g son integrables Riemann y k ∈ R tambi´en son integrables f + g y kf y se cumple Z
(f + g) =
Z
f+
Z
g,
Z
kf = k
Z
f.
Tampoco daremos las demostraciones ya que son id´enticas a las correspondientes para funciones de una variable. Si f es integrable y toma sus valores en [−K, K] y g es continua en este intervalo entonces la composici´on g ◦ f es integrable. Una vez m´as nos remitiremos a la demostraci´on para funciones
´ DE RIEMANN 1.1. INTEGRACION
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de una variable. En particular el cuadrado de una funci´on integrable es integrable y, en conse2 1 2 2 cuencia, el producto de dos funciones integrables f h = 2 (f + h) − f − h es integrable. La misma proposici´on puede servir para probar que si f es integrable, tambi´en lo es |f | . Por otra parte esR inmediato comprobar que si f1 , f2 son funcionesR integrables tales que f1 ≤ f2 , se tiene R R f1 ≤ f2 . En particular, si f es integrable, se cumple | f | ≤ |f | . En la teor´ıa de la integraci´on es necesario disponer de teoremas que permitan “pasar al l´ımite bajo el signo integral”. Un teorema natural en este contexto es el siguiente. Teorema 1.6. Sea fn una sucesi´on de funciones integrables RiemannR en I que Rconvergen uniformemente hacia una funci´on f . Entonces f es integrable Riemann y f = lim fn . ε , para cada x ∈ I. Demostraci´on. Sea ε > 0. Existir´a un n tal que |fn (x) − f (x)| < 4m(I) Puesto que fn es integrable existir´a una partici´on Π tal que S(fn , Π) − s(fn , Π) < 2ε . Tendremos entonces
S(f, Π) − s(f, Π) < S(f, Π) − S(fn , Π) + s(fn , Π) − s(f, Π) ε ε ε +S(fn , Π) − s(fn , Π) < m (I) + m (I) + = ε. 4m (I) 4m (I) 2 Esto da la integrabilidad de f . Por otra parte, puesto que |fn − f | < ε para n > n0 , para estos n Z Z f − fn = R
Z Z Z (f − fn ) ≤ |f − fn | ≤ ε = εm(I).
R
Esto implica que f = lim fn . Para integrales de funciones de varias variables una t´ecnica importante que permite reducir su c´alculo al de integrales de funciones de una variable es la de las integrales iteradas. Veamos un caso sencillo de la misma. TeoremaR 1.7. Sea f una funci´on definida en un intervalo I = [a, b] × [c, d], acotada. Si existe la Rb Rd integral I f y la integral iterada a dx c f (x, y)dy, ambas coinciden. Demostraci´on. Sea Π una partici´on de [a, b] × [c, d]. Siguiendo las notaciones anteriores son inmediatas las siguientes desigualdades s(f, Π) =
XX i
≤
j
XX i
mij m(Iij ) =
xi
XZ i,j
dx
xi−1
Z
yj
yj−1
mij dy ≤
Z
b
a
dx
Z
d
f (x, y)dy
c
Mij m(Iij ) = S(f, Π)
j
s(f, Π) ≤
Z
f ≤ S(f, Π)
I
Puesto que para cada ε > 0 existe una partici´on Π tal que S(f, Π) − s(f, Π) < ε se tendr´a que Z Z b Z d f− dx f (x, y)dy 0 y cada intervalo cerrado J existe otro J1 que contiene en su interior a J y tal que m(J1 ) < m(J) + ε. Es inmediato comprobar que un conjunto E tiene contenido si y s´olo si para cada ε > 0 existen F1 , F2 ∈ F tales que F1 ⊂ E ⊂ F2 y m(F2 ) − m(F1 ) < ε. Tras la observaci´on del p´arrafo anterior la condici´on E ⊂ F2 puede ser sustituida por E contenido en el interior de F2 . Ejemplo 1.3. 1. Desde luego para un intervalo I se tiene ci (I) = ce (I) = m(I). Si en lugar de considerar un intervalo I cerrado se consideran intervalos abiertos o intervalos del tipo Q [ai , bi ) es inmediato comprobar que tambi´en tienen contenido definido y que su valor es el producto de las longitudes de sus lados. 2. Q ∩ [0, 1] no admite contenido unidimensional. En efecto, es f´acil comprobar que ce (Q ∩ [0, 1]) = 1, mientras que ci (Q ∩ [0, 1]) = 0. El siguiente teorema nos expresa la relaci´on entre el concepto de contenido y la integral de Riemann. Teorema 1.9. Un Rconjunto E acotado tiene contenido si y s´olo si χE es integrable Riemann. En este caso c(E) = χE . Demostraci´on. Sea E ⊂ I. Supongamos que χE es integrable. Dado ε > 0 existe una partici´on Π de I tal que S (χE , Π) − s (χE , Π) < ε. Consideremos ahora F1 la uni´on de los intervalos de la partici´on contenidos en E y F2 la uni´on de los intervalos que tienen intersecci´on no vac´ıa con E. Tendremos m(F1 ) = s(χE , Π) y m(F2 ) = S(χE , Π). De aqu´ı F1 ⊂ E ⊂ F2 y m (F2 ) − m (F1 ) < ε. Entonces E tiene contenido y e´ ste coincide con la integral de χE . Rec´ıprocamente, supongamos que E tiene contenido. Dado ε > 0, existir´an F1 , F2 ∈ F , F1 ⊂ E ⊂ F2 y m(F2 ) − m(F1 ) < ε. Si F1 consiste en la uni´on de los intervalos [xi−1 , xi ] × [yj−1 , yj ] consideremos la partici´on Π1 de I definida por los puntos xi e yj . Tendremos m(F1 ) ≤ s(χE , Π1 ). Si hacemos lo propio con F2 obtendremos una partici´on Π2 tal que S(χE , Π2 ) ≤ m(F2 ). Tendremos entonces S(χE , Π2 ) − s(χE , Π1 ) ≤ m(F2 ) − m(F1 ) < ε. De aqu´ı que χE es integrable y que su integral es m(E). Ejemplo 1.4.
1. Veamos que el subconjunto de R2 definido por n
o
E = (x, y) ∈ R2 ; x ≥ 0, y ≥ 0, x + y ≤ 1
i = 1, ..., n y sea F2 la correspondiente uni´on de los rect´angulos
h
i
h
i
i−1 i , × 0, 1 − ni , h n in h i i−1 i i−1 , × 0, 1 − . n n n
tiene contenido. En efecto, sea F1 la uni´on de los rect´angulos
CAP´ITULO 1. INTEGRAL DE RIEMANN
12
Tendremos F1 ⊂ E ⊂ F2 y m(F2 ) − m(F1 ) = nn2 = n1 . Por tanto existe el contenido de E o, lo que es equivalente, χE es integrable. El valor de la integral puede obtenerse o bien como el l´ımite de las medidas de F al tomar l´ımite en n, o bien como la integral iterada R1 R1 R1 R 1−x 1 dx χ (x, y)dy = dx dy = 21 . 0 0 E 0 0 2. Ya vimos que la funci´on caracter´ıstica del disco unidad en R2 es integrable. Luego este disco tiene contenido de Jordan definido y vale π. La noci´on de contenido es aditiva en el sentido de que si F1 y F2 son dos conjuntos disjuntos y con contenido, entonces c(F1 ∪ F2 ) = c(F1 ) + c(F2 ). Es suficiente tener en cuenta la propiedad de la aditividad de la integral y que χF1 ∪F2 = χF1 + χF2 . Si F1 y F2 tienen contenido tambi´en lo tiene la intersecci´on pues χF1 ∩F2 = χF1 · χF2 . Si dos conjuntos no necesariamente disjuntos tienen contenido, tambi´en lo tiene la uni´on ya que χF1 ∪F2 = χF1 + χF2 − χF1 ∩F2 . En este caso se cumple c (F1 ∪ F2 ) =
Z
χF1 ∪F2 ≤
Z
χ F1 +
Z
χF2 = c (F1 ) + c (F2 ) .
La noci´on de conjunto con contenido permite tambi´en definir una integral de Riemann de una funci´on f definida en un conjunto E ⊂ I con contenido definido como la integral de χE f , ya que R R el producto de dos funciones integrables es integrable. La escribiremos E f = I χE f. Conviene observar que esta definici´on no depende del particular intervalo I utilizado en la definici´on. Una vez que hemos definido la noci´on de contenido para conjuntos m´as generales que los intervalos pudiera pensarse en considerar en la definici´on de integral, particiones del intervalo de definici´on no tan s´olo en subintervalos sino en conjuntos para los que est´e definido su contenido. Concretamente, pueden considerarse particiones I = ∪Ai , Ai ∩Aj = φ si i 6= j, con Ai conjuntos para los que est´a definido el contenido. Si si y Si son respectivamente el supremo e ´ınfimo de P la funci´on f sobre Ai , se podr´an definir unas sumas inferiores y superiores mediante si c(Ai ) P y Si c(Ai ). El supremo de estas sumas inferiores nos dar´a una integral inferior y el ´ınfimo de las sumas superiores una integral superior. En el caso de que ambas coincidan tendremos una noci´on de funci´on integrable y de integral. Se puede comprobar que este proceso da lugar al mismo tipo de funciones integrables que las de Riemann y a la misma integral. Es por ello que no proseguiremos en esta direcci´on. No obstante, lo interesante de la construcci´on es hacer patente c´omo la posibilidad de medir m´as conjuntos puede conducir a una nueva teor´ıa de la integraci´on. Si bien en este caso, partiendo del concepto de contenido, no lleva a una integral m´as general que la de Riemann, si tuvi´esemos una noci´on de medida m´as amplia que la de contenido, podr´ıamos obtener una noci´on de integral m´as general. Como veremos esta es una de las ideas b´asicas de la integraci´on de Lebesgue que estudiaremos en los cap´ıtulos siguientes.
1.3 Insuficiencias de la noci´on de contenido de Jordan y de integral de Riemann Uno de los problemas b´asicos de la noci´on de contenido, ideada para medir conjuntos, es la limitaci´on de los conjuntos a los que se puede aplicar. Si quisi´esemos medir toda clase de conjuntos
1.4. EJERCICIOS
13
utilizando por ejemplo el contenido exterior o bien el contenido interior el resultado ser´ıa una aplicaci´on no aditiva. Por ejemplo, Q ∩ [0, 1] y su complementario en [0, 1] tienen contenido exterior 1, son disjuntos, y su uni´on vuelve a tener contenido exterior 1. Al considerar u´ nicamente conjuntos con contenido definido esta noci´on resulta ser ya aditiva pero no abarca todos los conjuntos que ser´ıa de desear. Por ejemplo, no todos los abiertos acotados tienen contenido definido. 1 1 Consideremos el subconjunto de R definido por A = ∪n≥1 an − 2n+2 , an + 2n+2 donde an recorre Q ∩ [0, 1] . Obs´ervese que si F ∈ F , F ⊂ A, mediante un n´umero finito de los intervalos P 1 1 2 , an + 2n+2 se recubrir´a F y tendremos que m(F ) ≤ n≥1 2n+2 = 12 . De aqu´ı que an − 2n+2 ci (A) ≤ 21 . Por otro lado, si A ⊂ F, F ∈ F , como Q ∩ [0, 1] ⊂ F, se tendr´a m(F ) ≥ 1 y, por tanto, ce (A) ≥ 1. Otra limitaci´on del concepto de contenido es que, si bien es finitamente aditivo, no es numerablemente aditivo. Por ejemplo cada punto de R tiene contenido unidimensional cero. Sin embargo una uni´on numerable de puntos como Q ∩ [0, 1] no tiene contenido definido. Por u´ ltimo esta noci´on hace referencia contenido a h u´ nicamente ai conjuntos acotados. No puede asignarse un P 1 1 un conjunto como ∪n≥1 n − 2n , n + 2n al que ser´ıa natural asignarle una medida n≥1 22n = 2. Ser´ıa entonces conveniente disponer de una noci´on de medida de conjuntos que extendiese la noci´on de contenido, que permitiese medir los conjuntos abiertos y cerrados acotados y que tuviese la propiedad de la aditividad numerable, es decir, que la uni´on numerable de conjuntos disjuntos dos a dos que se pudieran medir, tuviese por medida la suma de la serie de las medidas. Problemas del mismo tipo aparecen cuando se considera la integral de Riemann. Las funciones caracter´ısticas de los abiertos o de los cerrados en general no son integrables y, por tanto, en general no se puede hablar de la integral de Riemann sobre un abierto o sobre un compacto. Existen otras limitaciones. Por ejemplo, existen problemas con la “completitud” en el siguiente sentido. Sea {fn } una sucesi´on de funciones integrables en [a, b] Rque cumple una condici´on del “tipo de Cauchy”, es decir, para cada ε > 0 existe n0 tal que |fn − fm | < ε para n, m > n0 . No se deduce entonces la existencia de una funci´on f l´ımite de {fn } en el sentido de R que para cada ε > 0, |fn − f | < ε para n mayor que un cierto n0 . Por otro lado, en el contexto de la integral de Riemann, los teoremas de paso al l´ımite bajo el signo integral deben establecerse en condiciones demasiado restrictivas. Estas, entre otras razones, muestran la insuficiencia de la noci´on de integral de Riemann. Una soluci´on a estos problemas viene dada por la integraci´on de Lebesgue. Una introducci´on natural de e´ sta pasa por el estudio de la medida de Lebesgue, que extender´a la noci´on de contenido de Jordan.
1.4 Ejercicios 1. Halla, cuando exista, el contenido 2-dimensional de los siguientes conjuntos n
o
(x, y) ∈ R2 ; x2 + y 2 < 1 . n
o
(x, 0) ∈ R2 ; 0 < x ≤ 1
n
(x, y) ∈ R2 ; |y| ≤ |x sin x| , 0 < x ≤ 2π
o
CAP´ITULO 1. INTEGRAL DE RIEMANN
14
[0, 1] × ([0, 1] ∩ Q) . 2. Sea f : [1, 2] → R definida por f (x) = 0 si x es irracional y f (x) = 1q si x = pq donde e´ sta es una fracci´on irreducible. Demuestra que f es integrable y que su integral vale cero. 3. Calcula los siguientes l´ımites expres´andolos como sumas de Riemann n X
1 m=1 4n + m
lim
lim
n X 2n (n + m)
n3
m=1
.
4. Di para qu´e valores de α el siguiente l´ımite es finito lim n
Z 1
n
dx . x |x − 2|α
5. Sea f una funci´on definida en [0, 1] mon´otona y acotada. Prueba que 1 1 2 n lim f +f + ... + f n n n n
6. Calcula
R [0,1]×[0,1]
=
Z
1
f
0
y sin xy.
7. Sea f continua en R2 . Invierte el orden de integraci´on en (a)
R 1 R √1−x2 0
0
(b)
R2R2
(c)
R 1 R sin x
0 0
√
0
x
f (x, y) dydx
f (x, y) dydx f (x, y) dydx
8. Calcula (a)
R
(b)
R
(c)
R
A
x donde A es la regi´on acotada limitada por las curvas x = y 2 , x = −y 2 + 1. n
A |x − y| donde A = (x, y) ∈ [0, 1] × [0, 1] ; xy ≥ A
max (x, y) donde A = {(x, y) ; x2 + y 2 ≤ 1}
1 2
o
.
´ RIEMANN. ´ 1.5. APENDICE. CRITERIO DE LEBESGUE DE INTEGRACION
1.5
15
Ap´endice. Criterio de Lebesgue de integraci´on Riemann.
Se trata de dar un teorema que caracteriza las funciones integrables en el sentido de Riemann en t´erminos del “tama˜no” del conjunto de puntos de discontinuidad de la funci´on. Definici´on 1.7. Un subconjunto de Rn se dice que tiene n-medida cero si para cada ε > 0 existe un recubrimiento del mismo formado por una colecci´on numerable de intervalos abiertos cuya suma de medidas es menor que ε. Teorema 1.10. Sea f una funci´on definida en un intervalo cerrado I de Rn y acotada. La funci´on es integrable Riemann si y s´olo si el conjunto de puntos de discontinuidad es de medida nula. Demostraci´on. Antes de pasar a la demostraci´on recordemos el concepto de oscilaci´on de una funci´on. Denominamos oscilaci´on de f en un conjunto A a la diferencia sup {f (x) , x ∈ A} − inf {f (x) , x ∈ A} . La escribiremos O (f, A) . Se llama oscilaci´on en x de una funci´on f definida en D a inf O (f, B (x, ε) ∩ D) .
ε>0
El conjunto de puntos de discontinuidad de una funci´on es la uni´on de 1 Dn = x ∈ D; O (f, x) ≥ . n
Sea f integrable en I. Veamos que los conjuntos Dn tienen medida cero. Sea ε > 0. Existe una partici´on Π de I tal que S (f, Π) − s (f, Π) < nε . Sea Π0 el conjunto de intervalos de la partici´on que en su interior tienen alg´un punto de Dn . Si Ii pertenece a Π0 se tiene O (f, Ii ) ≥ n1 . Por lo tanto X 1 X ε > O (f, Ii ) m (Ii ) > m (Ii ) n Ii ∈Π n Ii ∈Π0 P
y tendremos que Ii ∈Π0 m (Ii ) < ε. De esta forma Dn est´a recubierto por los interiores de un n´umero finito de intervalos, cuya suma de medidas es menor que ε, junto con las fronteras de los intervalos de Π. Estos u´ ltimos, a su vez, pueden recubrirse por un n´umero finito de rect´angulos cuya suma de medidas tambi´en es menor que ε. Dn es entonces de medida nula. Para establecer el rec´ıproco veamos, en primer lugar, un par de observaciones. La primera es que dado un intervalo compacto y un recubrimiento abierto del mismo, existe una partici´on del mismo tal que cada uno de los intervalos cerrados de la partici´on est´a contenido en un abierto del recubrimiento. Basta considerar el n´umero de Lebesgue del recubrimiento y tomar la partici´on suficientemente fina. La segunda observaci´on es que si tenemos una funci´on definida en un intervalo I compacto tal que la oscilaci´on en todos sus puntos es menor que un δ > 0 prefijado, existe una partici´on Π del intervalo tal que si J ∈ Π se cumple O (f, J) < δ. En efecto, basta considerar para cada x ∈ I un entorno Ux con O (f, Ux ) < δ y aplicar la observaci´on anterior.
CAP´ITULO 1. INTEGRAL DE RIEMANN
16
Podemos pasar a establecer el rec´ıproco. Sea f definida en I, acotada por K y tal que el conjunto de puntos de discontinuidad es de medida nula. Fijemos ε > 0. El conjunto Dε = {x ∈ D; O (f, x) ≥ ε} es un compacto de medida cero. Existen entonces un n´umero finito de intervalos abiertos U1 , ..., Um que recubren Dε y cuya suma de medidas es menor que ε. Estos abiertos, junto con el complementario de Dε forman un recubrimiento de I. De acuerdo con la primera observaci´on existir´a una partici´on Π tal que cada intervalo est´a contenido en uno de los Ui o en el complementario de Dε . Llamemos Π0 al conjunto de los primeros y Π00 a los restantes que, en consecuencia, no cortar´an a Dε . Si J ∈ Π00 , aplicando la segunda observaci´on, existir´a una partici´on de J , ΠJ tal que S (f, ΠJ ) − s (f, ΠJ ) < εm (J) . Consideremos una partici´on e en I m´as fina que Π y tal que induzca en cada uno de los intervalos J ∈ Π00 una partici´on m´as Π e fina que la ΠJ . Llamemos Iej a los intervalos de la partici´on Π
=
O f, Iej m Iej
≤
e − s f, Π e S f, Π X
O f, Iej m Iej +
Ij ⊂Ii0 ∈Π0
X
Ij ⊂Ij00 ∈Π00
e
e
X
2K
Ij ⊂Ii0 ∈Π0
e
m Iej + ε
X
m Ij00
< 2Kε + εm (I) .
Ij00 ∈Π00
Por tanto f es integrable Riemann. Ejercicios 1. Prueba que el conjunto {(x, 0) ∈ R2 } es de 2-medida cero. 2. Prueba que si f : I → R es una funci´on integrable y g : R → R es continua, la composici´on g ◦ f es integrable. 3. Prueba que toda funci´on f : I → R acotada y continua en I − Q es integrable Riemann. 4. Prueba que un conjunto acotado A de R2 tiene contenido de Jordan definido si y s´olo si su frontera tiene medida cero.
Cap´ıtulo 2 Medida de Lebesgue en Rn Se trata de definir para una cierta colecci´on de conjuntos M una aplicaci´on que llamaremos medida m : M →R∪{+∞} , de manera que M contenga los conjuntos con contenido de Jordan definido as´ı como los conjuntos abiertos, y que sea una clase cerrada por uniones numerables y por paso al complementario. Sobre la funci´on m se desea, en primer lugar, que sea no negativa y que extienda la noci´on de contenido. Se desea tambi´en que m tenga la propiedad de la aditividad numerable y que si un conjunto A tiene medida 0, cualquier subconjunto tambi´en sea medible con medida cero. Por u´ ltimo y en relaci´on con las propiedades algebraicas de Rn se desea que m sea invariante por translaciones y por simetr´ıas, es decir m(x + A) = m(A) y m(−A) = m(A). Se probar´a la existencia de una tal colecci´on de conjuntos M y de una tal aplicaci´on m. Empezaremos definiendo la medida de abiertos acotados, para pasar despu´es a la de compactos. A partir de ambos definiremos los conjuntos medibles acotados y, finalmente, la clase M y la aplicaci´on m.
2.1
σ-´algebras y medidas
Definici´on 2.1. Una colecci´on de subconjuntos M de Rn se dice que es una σ-´algebra si, 1. Rn ∈ M. 2. Para cada conjunto de M su complementario est´a en M. 3. A = ∪n An pertenece a M siempre que cada An ∈ M. Resumiremos unas primeras consecuencias en el siguiente teorema. Teorema 2.1. Sea M una σ-´algebra. Entonces 1. El conjunto vac´ıo φ pertenece a M. 2. La uni´on finita de elementos de M pertenece a M. 3. La intersecci´on finita o numerable de conjuntos de M es de M. 17
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
18
4. La diferencia de elementos de M es de M. Demostraci´on. El conjunto vac´ıo φ siempre pertenece a M por ser el complementario de Rn . Tambi´en tomando An = φ para n > n0 se ve que toda uni´on finita de elementos de M es de M. Tomando complementarios es inmediato probar que la intersecci´on finita o numerable de conjuntos de M es de M y que la diferencia de elementos de M es de M. Ejemplo 2.1. Si consideramos los subconjuntos de Rn que se obtienen a partir de los abiertos tomando uniones e intersecciones finitas y numerables sucesivas, as´ı como paso al complementario obtendremos la m´ınima σ−´algebra de subconjuntos de Rn que contiene a todos los conjuntos abiertos. A sus conjuntos se les llama borelianos. Definici´on 2.2. Una aplicaci´on m de una σ− a´ lgebra M en R ∪ {+∞} se dice aditiva si para A1 , A2 ∈ M, A1 ∩ A2 = φ, se cumple m(A1 ∪ A2 ) = m(A1 ) + m (A2 ) . Se dice que es numerablemente aditiva si para cada colecci´on numerable An de subconjuntos de M disjuntos dos P a dos, m (∪An ) = m(An ). Una funci´on no negativa y numerablemente aditiva se denomina una medida.
2.2
La medida de Lebesgue
2.2.1 Medida de abiertos acotados Ya hemos comentado que el contenido interior de conjuntos cualesquiera no da una aplicaci´on aditiva. Por ejemplo, si consideramos contenidos unidimensionales ci (Q ∩ [0, 1]) = 0 y ci ([0, 1] − Q) = 0 mientras que ci ([0, 1]) = 1. Sin embargo, si nos restringimos u´ nicamente a los abiertos acotados si que resulta aditiva esta aplicaci´on. Es entonces natural definir la medida de un conjunto abierto acotado como su contenido interior. Por otro lado, como veremos, todo conjunto abierto puede expresarse como una uni´on disjunta, numerable de “intervalos semiabiertos”. La medida con la definici´on anterior resulta ser la suma de las “medidas” de estos intervalos, corroborando lo adecuado de la definici´on. Definici´on 2.3. Sea A un abierto acotado. Se define la medida de este abierto mediante la expresi´on m(A) = ci (A) = sup {m(F ); F ∈ F, F ⊂ A} . Teorema 2.2. Si A1 , A2 son abiertos acotados m(A1 ∪ A2 ) ≤ m(A1 ) + m(A2 ). Si A1 ∩ A2 = φ, m(A1 ∪ A2 ) = m(A1 ) + m(A2 ). Demostraci´on. Sea F ∈ F con F ⊂ A1 ∪ A2 . Sea ε > 0 tal que si x ∈ F, B(x, ε) est´a contenida en A1 o en A2 . La existencia de este ε puede probarse por un argumento de compacidad. Para cada x ∈ F sea 2εx tal que B(x, 2εx ) est´a en uno de los dos abiertos A1 o A2 . Mediante un n´umero finito de las bolas B(x, εx ) se recubre F . Sean B(x, εx1 ), ..., B(x, εxr ). Entonces ε =
2.2. LA MEDIDA DE LEBESGUE
19
min {εx1 , ..., εxr } cumple la condici´on. En efecto, si y ∈ B(x, εx ), la bola B(x, 2εx ) estar´a contenida en un Aj . Entonces B (y, ε) ⊂ B(x, 2εx ) ⊂ Aj . Supongamos ahora F descompuesto en intervalos de di´ametro menor que ε. Cada uno de estos intervalos estar´an contenidos en A1 , en A2 o en ambos. Tendremos entonces m(F ) ≤ m(A1 ) + m(A2 ) lo que implica, puesto que m(A1 ∪ A2 ) es el supremo de m (F ) para F ⊂ A1 ∪ A2 que m(A1 ∪ A2 ) ≤ m(A1 ) + m(A2 ) La demostraci´on de la segunda parte de la proposici´on es ahora f´acil de completar. Sean F1 , F2 ∈ F, F1 ⊂ A1 , F2 ⊂ A2 . Ser´an disjuntos y tendremos m(A1 ∪ A2 ) ≥ m(F1 ∪ F2 ) = m (F1 ) + m(F2 ). Tomando supremos al variar F1 y F2 m(A1 ∪ A2 ) ≥ m (A1 ) + m(A2 ).
Lema 2.3. Todo abierto de Rn es uni´on numerable de intervalos disjuntos del tipo Ii1 ,...,in ;m =
n Y ij j=1
ij + 1 , m m 2 2
donde ij ∈ Z.
Demostraci´on. Para cada m los intervalos Ii1 ,...,in ;m forman un recubrimiento de Rn . Sea J0 la familia de los intervalos del tipo Ii1 ,...,in ;0 contenidos en A. Consideremos, a continuaci´on, J1 la familia de los intervalos del tipo Ii1 ,...,in ;1 contenidos en A y no contenidos en los anteriores. Si proseguimos de esta forma obtendremos ∪Jm una familia numerable de intervalos disjuntos dos a dos cuya uni´on est´a contenida en A. Veamos que coincide con A. Sea x ∈ A y B(x, ε) ⊂ A. Sea m suficientemente grande de forma que los intervalos Ii1 ,...,in ;m tengan di´ametro menor que ε. El punto x pertenecer´a a uno de los intervalos Ii1 ,...,in ;m que estar´a por tanto contenido en A. Se tendr´a entonces que o bien Ii1 ,...,in ;m pertenecer´a a uno de los Js para s < m, o bien pertenecer´a a Jm . Teorema 2.4. Sea A un abierto acotado de Rn y sea A = ∪Ii1 ,...,in ;m la descomposici´on dada en el lema anterior. Se cumple m(A) =
X
m (Ii1 ,...,in ;m )
donde m (Ii1 ,...,in ;m ) significa el contenido de Ii1 ,...,in ;m , es decir, c(Ii1 ,...,in ;m ) =
1 2m
n
.
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
20
Demostraci´on. Llamemos, por simplificar la notaci´on, Ik a cada uno de los intervalos de la partici´on Ii1 ,...,in ;m en que se descompone A. Observemos que forma una familia numerable. Sea F ∈ F F ⊂ A. Consideremos un ε> 0. Para cada intervalo Ik consideremos un intervalo abierto Iek que contiene a Ik y tal que c Ifk ≤ c (Ik ) + 2εk . Por ser F compacto estar´a recubierto por un n´umero finito de intervalos abiertos Ifk , k = 1, ..., N . Tendremos f m(F ) ≤ c(∪N k=1 Ik ) ≤
X
c(Ifk ) ≤
X
c(Ik ) + ε.
Puesto que esto vale para todo ε > 0 , se tiene m(F ) ≤ m(Ik ) y puesto que esto vale para P todo F ⊂ A se tiene m(A) ≤ m(Ik ). Rec´ıprocamente, fijado ε > 0, podemos encontrar intervalos cerrados Jk contenidos en Ik tales que m(Jk ) ≥ m(Ik ) − 2εk . Consideremos un n´umero finito N de estos intervalos. El conjunto uni´on de estos es un elemento de F contenido en A y los Jk son disjuntos. Tendremos entonces P
N X
m(Ik ) ≤
k=1
N X
m(Jk ) + ε ≤ m(A) + ε.
k=1
Puesto que vale para cada N se tiene X
m(Ik ) ≤ m(A) + ε.
Dado, por u´ ltimo, que vale para cada ε > 0 tendremos X
m(Ik ) ≤ m(A).
2.2.2 Medida de compactos Dado un compacto K , siempre est´a contenido en un intervalo abierto I. Si deseamos que m(I) = m(K) + m(I − K) , puesto que la medida de I − K ha sido definida como el supremo de los contenidos de los elementos de F ∈ F, F ⊂ I − K, es f´acil ver que m(K) deber´a ser el ´ınfimo de las medidas de los elementos de F que contienen a K. Es entonces natural la siguiente definici´on. Definici´on 2.4. Si K es un compacto de Rn , se define su medida como m(K) = ce (K) =
inf
K⊂L, L∈F
m(L).
Obs´ervese que si K es un intervalo cerrado la definici´on coincide con la medida ya conocida del intervalo. La pr´oxima proposici´on nos dice que con esta definici´on, la medida sobre compactos tiene la propiedad de la aditividad. Teorema 2.5. Sean K1 y K2 compactos con K1 ∩ K2 = φ. Entonces m(K1 ∪ K2 ) = m(K1 ) + m(K2 ).
2.2. LA MEDIDA DE LEBESGUE
21
Demostraci´on. Sea L ∈ F con K1 ∪ K2 ⊂ L. Siempre podremos suponer que es la uni´on de intervalos de di´ametro menor que d(K1 , K2 ). Llamemos L1 y L2 a la uni´on de estos intervalos que tienen puntos en com´un con K1 y con K2 respectivamente. Tendremos K1 ⊂ L1 , K2 ⊂ L2 , L1 ∪ L2 ⊂ L y L1 ∩ L2 = φ. Por tanto m(K1 ) + m(K2 ) ≤ m(L1 ) + m(L2 ) ≤ m(L) y, tomando el ´ınfimo de m(L) al variar L m(K1 ) + m(K2 ) ≤ m(K1 ∪ K2 ). Probemos la desigualdad en sentido contrario. Sean Li ∈ F con Ki ⊂ Li , i = 1, 2 con intervalos componentes de di´ametro menor que d(K1 , K2 )/2. A efectos de calcular m (K1 ) y m (K2 ) siempre se podr´a suponer que los intervalos cerrados de Li tienen intersecci´on no vac´ıa con Ki , i = 1, 2. De esta forma se tiene L1 ∩ L2 = φ y por tanto m(K1 ∪ K2 ) ≤ m(L1 ∪ L2 ) = m(L1 ) + m(L2 ). Tomando el ´ınfimo de m(L1 ) y de m(L2 ) al variar L1 y L2 tendremos m(K1 ∪ K2 ) ≤ m(K1 ) + m(K2 ).
2.2.3 Conjuntos medibles acotados Definido el concepto de medida de abiertos y de compactos podemos pasar a definir una medida exterior de un conjunto mediante la “aproximaci´on por exceso” por conjuntos abiertos y una medida interior mediante una “aproximaci´on por defecto” por medio de conjuntos compactos. Cuando ambas medidas coincidan tendremos el concepto de conjunto acotado medible. Definici´on 2.5. Sea B un conjunto acotado. Se define su medida exterior e interior mediante m(B) = inf {m(A); B ⊂ A, A abierto} m(B) = sup {m(K); K ⊂ B, K compacto} Lema 2.6. Si K es un compacto y A es un abierto K ⊂ A, existe L ∈ F tal que K ⊂ L ⊂ A. Demostraci´on. Basta recubrir K por intervalos abiertos tales que su adherencia est´e contenida en A. Por la compacidad de K, mediante un n´umero finito de ellos recubriremos K. La uni´on de su adherencia nos dar´a L. Teorema 2.7. Para todo conjunto acotado B se tiene m(B) ≤ m(B).
22
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
Demostraci´on. En efecto, sea un compacto K y un abierto A tal que K ⊂ B ⊂ A. Sea L como en el lema anterior K ⊂ L ⊂ A. Tendremos m(K) ≤ m(L) ≤ m(A) y tomando ´ınfimo al variar A y supremo al variar K se tendr´a m(B) ≤ m(B). Definici´on 2.6. Un conjunto acotado B se dice medible si m(B) = m(B). A este valor com´un se le denomina su medida y se escribe m(B). Obs´ervese que si B1 y B2 son medibles y B1 ⊂ B2 se tiene que m(B1 ) ≤ m(B2 ). Es consecuencia inmediata de la definici´on de medida exterior. Teorema 2.8. Los conjuntos abiertos acotados y los conjuntos compactos son medibles y tienen por medida el contenido interior y exterior respectivamente. Demostraci´on. En efecto, si A es un abierto se tiene m(A) = m(A) ≥ m(A). Pero, dado ε > 0 existe L ∈ F, L ⊂ A tal que m(L) > m(A) − ε y por tanto m(A) ≥ m(A) − ε . Esto es v´alido para cada ε > 0 y por tanto m(A) ≥ m(A). Luego m(A) ≥ m(A) y coinciden. En forma an´aloga, si K es compacto se tiene m(K) = m(K) ≤ m(K). Dado ε > 0 existe L ∈ F con K ⊂ L◦ y m(L) ≤ m(K) + ε. De aqu´ı que m(K) ≤ m(K) + ε. Puesto que esto vale para cada ε > 0 se sigue que m(K) ≤ m(K). Teorema 2.9. Todo conjunto acotado con contenido definido es medible y su medida coincide con el contenido. Demostraci´on. Sea B un conjunto acotado. Puesto que los elementos de F son compactos se sigue de las definiciones que ci (B) ≤ m(B). Por otro lado ce (B) es el ´ınfimo de las medidas de los elementos de F que contienen a B. Este ´ınfimo coincide con el ´ınfimo de las medidas de uniones finitas de intervalos abiertos que contienen a B y, por tanto m(B) ≤ ce (B), puesto que el primero es el ´ınfimo de las medidas de todos los abiertos que contienen a B. Resumiendo, para cada conjunto acotado se tiene ci (B) ≤ m(B) ≤ m(B) ≤ ce (B). Es ya evidente que si B tiene contenido definido entonces es medible y coinciden medida y contenido. Empezaremos estudiando las propiedades de los conjuntos medibles y acotados. Pasaremos despu´es al caso no acotado. Obs´ervese que si B es un conjunto acotado con m(B) = 0 es entonces medible con medida cero. De aqu´ı se sigue que cualquier subconjunto de uno de medida 0 es medible de medida 0. Lema 2.10. Sean A y B acotados. Se cumple m(A ∪ B) ≤ m(A) + m(B). Si A ∩ B = φ se cumple m(A ∪ B) ≥ m(A) + m(B).
2.2. LA MEDIDA DE LEBESGUE
23
Demostraci´on. Sea ε > 0 y U, V abiertos acotados tales que A ⊂ U, B ⊂ V m(U ) < m(A) +
ε 2
m(V ) < m(B) +
ε 2
Se tendr´a m(A ∪ B) ≤ m(U ∪ V ) ≤ m(U ) + m(V ) < m(A) + m(B) + ε. Puesto que es v´alido para todo ε > 0 m(A ∪ B) ≤ m(A) + m(B). Sea ahora A ∩ B = φ y ε > 0; sean K y L compactos tales que K ⊂ A, L ⊂ B con m(K) > m(A) −
ε 2
ε m(L) > m(B) − . 2 De aqu´ı que m(A ∪ B) ≥ m(K ∪ L) = m(K) + m(L) > m(A) + m(B) − ε. Puesto que es v´alido para todo ε > 0 se tendr´a m(A ∪ B) ≥ m(A) + m(B).
El siguiente teorema nos establece la aditividad finita para los conjuntos medibles acotados. Teorema 2.11. Sean A y B dos conjuntos acotados, medibles y disjuntos. Se tiene que A ∪ B es medible y m(A ∪ B) = m(A) + m(B). Demostraci´on. Aplicando la proposici´on anterior m(A) + m(B) ≤ m(A ∪ B) ≤ m(A ∪ B) ≤ m(A) + m(B) y, por tanto, todas las desigualdades son de hecho igualdades y vale la proposici´on.
Veamos una caracterizaci´on de los conjuntos acotados medibles. Teorema 2.12. Un conjunto B, acotado, es medible si y s´olo si para cada ε > 0 existe un compacto K y un abierto A tales que K ⊂ B ⊂ A, m(A − K) < ε.
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
24
Demostraci´on. Para cada ε > 0 existe un compacto K y un abierto A acotado tales que K ⊂ B ⊂Ay ε m(K) > m(B) − 2 ε m(A) < m(B) + . 2 Sea ahora B medible. Como m(B) = m(B) y teniendo en cuenta la aditividad de m sobre los medibles acotados se sigue que m(A) − m(K) = m(A − K) < ε. Rec´ıprocamente, si se cumple esta u´ ltima condici´on, puesto que m(K) ≤ m(B) ≤ m(B) ≤ m(A) tendremos que para cada ε > 0 m(B) − m(B) ≤ m(A) − m(K) < ε y por tanto m(B) = m(B) y B es medible. Teorema 2.13. Si B y B1 son conjuntos medibles acotados, tambi´en lo es B ∩ B1 , B ∪ B1 , y B − B1 . Demostraci´on. Dado ε > 0, sean K, K1 compactos y A, A1 abiertos tales que K ⊂ B ⊂ A, m(A − K) <
ε 2
ε K1 ⊂ B1 ⊂ A1 , m(A1 − K1 ) < . 2 De aqu´ı que K − A1 ⊂ B − B1 ⊂ A − K1 y A − K1 − (K − A1 ) ⊂ (A − K) ∪ (A1 − K1 ). Tendremos que m (A − K1 − (K − A1 )) ≤ m (A − K) + m (A1 − K1 ) < ε y por tanto B − B1 es medible. La medibilidad de B ∩ B1 y de B ∪ B1 se sigue de las relaciones B ∩ B1 = B − (B − B1 ) B ∪ B1 = (B − B1 ) ∪ (B1 − B) ∪ (B ∩ B1 ).
2.2. LA MEDIDA DE LEBESGUE
25
Corolario 2.14. Si B y B1 son acotados medibles entonces m(B ∪ B1 ) ≤ m(B) + m(B1 ). Demostraci´on. En efecto, la medibilidad se deduce del teorema 2.13. La desigualdad del lema 2.10. Se trata de ver ahora la propiedad de la aditividad numerable para conjuntos acotados. Veamos primero un lema que nos expresa la propiedad de subaditividad numerable para conjuntos abiertos. Lema 2.15. Sean Ai una colecci´on numerable de abiertos con uni´on A acotada. Entonces P m(A) ≤ n≥1 m(An ). Demostraci´on. Sea K un compacto K ⊂ A. Existir´a r tal que K ⊂ A1 ∪ ... ∪ Ar . Reiterando la P P proposici´on anterior m(K) ≤ rn=1 m(An ) ≤ n≥1 m(An ). Tomando supremo al variar K se P tiene m(A) ≤ n≥1 m(An ). Teorema 2.16. Sea {Bn } una sucesi´on de conjuntos medibles, acotados y disjuntos dos a dos P con B = ∪n Bn acotado. Entonces B es medible y m(B) = n m(Bn ). Demostraci´on. De la aditividad finita, se sigue r X
m(Bn ) = m(B1 ∪ B2 ∪ ... ∪ Br ) ≤ m(B)
n=1
y por tanto X
m(Bn ) ≤ m(B).
n≥1
Por otro lado, dado ε > 0, sean An abiertos tales que Bn ⊂ An , m(An ) < m(Bn ) +
ε . 2n
Por tanto, utilizando el lema anterior m(B) ≤ m(∪An ) ≤
X
m(An ) ≤
n≥1
X
m(Bn ) + ε.
n≥1
Puesto que esto vale para cada ε > 0, tendremos m(B) ≤
X
m(Bn ).
n≥1
De las dos desigualdades obtenidas se sigue que B es medible y que m(B) =
P
n≥1
m(Bn ).
Corolario 2.17. Sean {Bn } una sucesi´on de conjuntos medibles con uni´on acotada. Entonces P B = ∪Bn es medible y m(B) ≤ n≥1 m(Bn ).
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
26
Demostraci´on. Consideremos la sucesi´on de conjuntos medibles, dos a dos disjuntos C1 = B1 , Cn = Bn − (B1 ∪ ... ∪ Bn−1 ), para n > 1. Se tendr´a que B = ∪Bn = ∪Cn y por tanto ser´a P P medible y m(B) = n≥1 m(Cn ) ≤ n≥1 m(Bn ). Corolario 2.18. La intersecci´on de una familia numerable de conjuntos medibles acotados, es medible. Demostraci´on. Si Bn son tales conjuntos, es suficiente considerar la expresi´on ∩n Bn = B1 − ∪n (B1 − Bn ) y tener en cuenta las proposiciones anteriores.
2.2.4 Conjuntos medibles Pasemos a definir los conjuntos medibles no necesariamente acotados y a estudiar sus propiedades. Definici´on 2.7. Un subconjunto C de Rn se dice medible si para cada compacto K, C ∩ K es un conjunto medible. En este caso se denomina su medida a m(C) = supK m(C ∩ K). Obs´ervese que la medida de un conjunto medible puede ser +∞. Se trata de ver que la colecci´on de conjuntos medibles que denominaremos M constituye una σ-´algebra y que la medida de estos conjuntos tienen las propiedades establecidas en la introducci´on del cap´ıtulo. Desde luego φ y Rn son conjuntos medibles. Ya hemos dicho que M contiene a todos los conjuntos con contenido definido y que su medida coincide con su contenido. Tambi´en contiene a los conjuntos abiertos pues la intersecci´on de un abierto y un compacto es medible acotado. Si A1 y A2 son conjuntos medibles y A1 ⊂ A2 se tiene m(A1 ) ≤ m(A2 ). Se entender´a que en el caso en que m(A1 ) = +∞ esta relaci´on significa que tambi´en m(A2 ) = +∞. Veamos la propiedad de la aditividad finita y numerable de m. Teorema 2.19. Sea {An } una colecci´on finita o numerable de conjuntos medibles. Su uni´on es P entonces medible y se cumple m (∪An ) ≤ m(An ). Si los conjuntos son disjuntos dos a dos se P tiene m(∪An ) = m(An ). Demostraci´on. En primer lugar observemos que para cada compacto K, (∪An ) ∩ K = ∪(An ∩ K) que es una uni´on numerable acotada de conjuntos medibles y por tanto medible. Esto nos asegura la medibilidad de ∪An . Veamos la propiedad subaditiva. Sea K un compacto. Utilizando la propiedad de subaditividad finita o numerable para conjuntos medibles acotados (teorema 2.17) se tiene que m ((∪An ) ∩ K) ≤
X
m(An ∩ K) ≤
X
m(An ).
2.2. LA MEDIDA DE LEBESGUE
27
Tomando supremo al variar K m (∪An ) ≤
X
m(An ).
Supongamos ahora que los conjuntos An son disjuntos dos a dos. Siempre podremos suponer que para cada n, m(An ) < +∞, pues en otro caso se tendr´ıa m(∪An ) = +∞ y se cumplir´ıa la propiedad aditiva. Consideremos, en primer lugar, el caso en que tenemos un n´umero finito M de conjuntos. Para cada n sea Kn un compacto tal que m(Kn ∩ An ) > m(An ) −
ε . M
Si tomamos el compacto K = ∪M n=1 Kn tendremos, utilizando la propiedad de la aditividad para conjuntos medibles acotados (teorema 2.16), M X
M m(∪M n=1 An ) ≥ m(K ∩ (∪n=1 An )) =
m(K ∩ An ) ≥
n=1
M X
m(An ) − ε.
n=1
Puesto que vale para todo ε > 0 se tiene m(∪M n=1 An ) ≥
M X
m(An )
n=1
y por tanto vale la propiedad de la aditividad finita. Pasemos a considerar una colecci´on numerable de conjuntos An . Tendremos para cada M m(∪n≥1 An ) ≥
m(∪M n=1 An )
=
M X
m(An )
n=1
y por tanto m(∪n≥1 An ) ≥
X
m(An ).
n≥1
Corolario 2.20. Sea una sucesi´on de conjuntos medibles A1 ⊂ A2 ⊂ ... y sea A = ∪An . Se cumple m(A) = lim m(An ). Demostraci´on. Consideremos la descomposici´on A = ∪n≥1 (An − An−1 ), con A0 = φ. Aplicando la proposici´on anterior m(A) =
X n≥1
m(An − An−1 ) =
X
(m(An ) − m(An−1 )) = lim m(An ).
n≥1
Corolario 2.21. Sea una sucesi´on de conjuntos medibles A1 ⊃ A2 ⊃ ... tal que m(A1 ) < +∞ y sea A = ∩An . Se cumple m(A) = lim m(An ).
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
28
Demostraci´on. Se considera la sucesi´on A1 − A2 ⊂ A1 − A3 ⊂ ....Se cumple que A1 − A = ∪(A1 − An ). Aplicando el corolario anterior tendremos m(A1 − A) = lim m(A1 − An ) y por tanto m(A1 ) − m(A) = lim(m(A1 ) − m(An )). Puesto que m(A1 ) < +∞ se sigue que m(A) = lim m(An ).
Ejemplo 2.2. Es f´acil comprobar que si no se impone en el corolario anterior la hip´otesis m(A1 ) < +∞, en general es falsa la conclusi´on. Sea, por ejemplo An = [n, +∞). La medida de cada uno de estos conjuntos es +∞ mientras que su intersecci´on es el vac´ıo y por tanto tiene medida cero.
2.2.5 Conjuntos de medida cero Un conjunto de medida cero ser´a un conjunto A tal que para cada compacto K se cumpla que m(A ∩ K) = 0. En efecto, esto implica que A ∩ K es medible y que su medida es cero. De aqu´ı se sigue inmediatamente que todo subconjunto de uno de medida cero es de medida cero. Un criterio que en ocasiones es u´ til es el siguiente. Teorema 2.22. Un conjunto A es de medida cero si y s´olo si para cada ε > 0 existe un conjunto abierto U, A ⊂ U, tal que m(U ) < ε. Demostraci´on. Supongamos que A cumple que para cada > 0 existe un abierto U con A ⊂ U y m(U ) < . Para cada compacto K se tendr´a m(A ∩ K) ≤ m(U ) < ε para cada ε > 0 y por tanto m(A ∩ K) = 0 y A ser´a de medida cero. Rec´ıprocamente, supongamos que A es de medida cero. Sea ε > 0. Para cada i, {x ∈ Rn ; kxk ≤ i} es un conjunto compacto y, por tanto, existir´a un abierto Ui ⊃ A ∩ {x ∈ Rn ; kxk ≤ i} con m(Ui ) < 2εi . El abierto U = ∪Ui cumplir´a A ⊂ ∪Ui y m (U ) < ε.
Ejemplo 2.3. Todo subconjunto numerable de Rn es de medida cero. M´as generalmente, la uni´on numerable de conjuntos de Rn de medida nula es de medida nula. En efecto, si N = ∪k Nk P con Nk de medida nula tendremos que m(N ) ≤ k m(Nk ) = 0.
2.3. EJERCICIOS
29
2.2.6 Conjuntos medibles y medida de Lebesgue Finalmente resumiremos en un teorema las propiedades m´as destacadas que en la introducci´on hab´ıamos se˜nalado como deseables para los conjuntos medibles y para sus medidas. La mayor parte de e´ sta han sido ya probadas. Estos conjuntos se dicen conjuntos medibles en el sentido de Lebesgue y a sus medidas, las medidas de Lebesgue. Teorema 2.23. La colecci´on de conjuntos medibles M en Rn y la aplicaci´on medida m : M → R ∪ {+∞} tienen las siguientes propiedades: a) El conjunto M es una σ−´algebra de subconjuntos de Rn que contiene a los conjuntos abiertos y a los conjuntos con contenido de Jordan definido. b) La aplicaci´on m es una medida. Es invariante por translaciones y por simetr´ıa. Cualquier subconjunto de un conjunto de medida cero es medible de medida cero. Demostraci´on. Veamos a). Hemos probado ya que la uni´on finita o numerable de conjuntos medibles tambi´en lo es. Rn es desde luego medible. Si A es medible su complementario Rn − A es tambi´en medible ya que K ∩ (Rn − A) = K − (A ∩ K) es medible. Como consecuencia de todo ello la intersecci´on de un conjunto finito o numerable de conjuntos medibles es medible. El resto del apartado a) ha sido previamente probado. En cuanto a b) queda u´ nicamente por probar la invarianza por translaciones y por simetr´ıas. Desde luego para elementos de F se cumple m(x + F ) = m(F ). De donde para conjuntos abiertos m(x + A) = m(A) y, en consecuencia, vale la misma relaci´on para conjuntos acotados medibles. Por u´ ltimo, como para cada compacto K tambi´en x + K es compacto y (x + M ) ∩ (x + K) = x + M ∩ K, se tiene que para todo conjunto medible M , m(x + M ) = m(M ). Razonamientos similares prueban la invarianza por simetr´ıa, es decir m(−M ) = m(M ). La colecci´on de conjuntos medibles en el sentido de Lebesgue es muy amplia. No obstante pueden darse ejemplos de conjuntos no medibles. Veamos uno de ellos en R. Ejemplo 2.4. Consideremos en [0, 1] la siguiente relaci´on de equivalencia. x v y si y s´olo si x − y ∈ Q. Consideremos un conjunto A que se obtiene tomando un elemento de cada clase de equivalencia. Veamos que este conjunto no es medible. En efecto, sea {qn } el conjunto de los racionales de [−1, 1] expresados en forma de sucesi´on. Consideremos los conjuntos An = qn + A. Estos conjuntos son disjuntos como se deduce de la definici´on de A. Si A fuese medible, lo ser´ıan An y m (An ) = m (A). Por otro lado [0, 1] ⊂ ∪n An ⊂ [−1, 2]. Tendremos entonces P 1 ≤ n m (An ) ≤ 3. Contradicci´on con ser m (An ) = m (A) .
2.3
Ejercicios
1. Consideremos A = Q ∩ [−1, 1]. Prueba que si In es una colecci´on finita de intervalos abiertos que recubren A la suma de sus medidas es mayor o igual a 2. Prueba que dado ε > 0, existe un recubrimiento de A formado por una colecci´on numerable de intervalos abiertos cuya suma de medidas es menor que ε.
CAP´ITULO 2. MEDIDA DE LEBESGUE EN RN
30
2. Dado ε > 0 construye un abierto denso en R cuya medida sea menor que ε. 3. Halla la medida de R × Q en R2 y la medida de n
o
(x, y) ∈ R2 ; x2 + y 2 = 1 .
4. Sea f : Rn → Rn una funci´on de Lipschitz, es decir, tal que existe una constante k de forma que kf (x) − f (y)k ≤ k kx − yk. Prueba que si Z tiene medida cero, tambi´en lo tiene f (Z) . 5. Sea A un abierto de Rn y f : A → Rn una funci´on de clase C 1 . Prueba que si Z ⊂ A tiene medida cero, tambi´en lo tiene f (A) . Indicaci´on: Expresa A como uni´on numerable de Am = {x ∈ A; kdfx k < m} . En cada uno de estos conjuntos la funci´on f es de Lipschitz y podemos aplicar el ejercicio anterior a Am ∩ Z. 6. Prueba que un conjunto M es medible si y s´olo si para cada m el conjunto Mm = {x ∈ M ; kxk ≤ m} es medible. Prueba que entonces m (M ) = lim m (Mm ). 7. Prueba que un conjunto M es de medida cero si y s´olo si para cada ε > 0 existe una P sucesi´on de intervalos abiertos Im tales que M ⊂ ∪Im y m (Im ) < ε. 8. Consideremos el intervalo I = [0, 1] y quit´ emosle el intervalo abierto centrado de longitud 1 1 2 m (I), es decir consideremos I − 3 , 3 . Se trata de la uni´on de dos intervalos cerra3 dos disjuntos. Apliquemos el mismo proceso a cada uno de ellos. Obtendremos cuatro intervalos cerrados. Denotemos por A a la uni´on de los intervalos abiertos que se han ido quitando y por C a su complementario I − A. Este conjunto se denomina conjunto ternario de Cantor. Prueba que C es medible, de medida cero y no numerable. Indicaci´on: Para la no numerabilidad expresa los elementos de I en base de numeraci´on 3. 9. Prueba que si A es un conjunto medible de R y Z es un conjunto de medida cero de R, entonces A × Z tiene medida cero en R2 . 10. Sean A y B abiertos respectivamente de Rn y de Rm . Prueba que la medida de A × B en Rn+m es el producto de las medidas. Indicaci´on: Expresa A y B como uni´on numerable disjunta de intervalos di´adicos y expresa A × B como la uni´on de los productos de estos intervalos.
Cap´ıtulo 3 Integral de Lebesgue 3.1
Funciones medibles
Consideremos M la σ− a´ lgebra de los conjuntos medibles por la medida de Lebesgue en Rn . La idea b´asica en la definici´on de integral de una funci´on en el sentido de Lebesgue es su aproximaci´on por combinaciones lineales de funciones caracter´ısticas de conjuntos medibles. Esto podr´ıa hacerse de la siguiente forma. Si, por ejemplo,hla funci´on tuviese su recorrido en [a, b) , b−a b−a podr´ıamos dividir este intervalo en m subintervalos a + (i − 1) m , a + i m y considerar P
como aproximaci´on por defecto i a + (i − 1) b−a χf −1 [a+(i−1) b−a , a+i b−a ) . Obs´ervese que, a m m m diferencia de la integral de Riemann, ahora estamos dividiendo en subintervalos el recorrido y no el dominio de definici´on. Ser´ıa natural definir como integral de esta funci´on a la suma !
X i
"
b−a b−a b−a a + (i − 1) m f −1 a + (i − 1) , a+i m m m h
!!
.
Para esto es necesario que los conjuntos f −1 a + (i − 1) b−a , a + i b−a sean medibles. Las m m funciones que cumplen esta propiedad reciben el nombre de funciones medibles. Es una clase muy amplia de funciones y en el marco de estas funciones se dar´a la teor´ıa de la integraci´on. En esta secci´on daremos la definici´on de estas funciones y estudiaremos sus propiedades. Definici´on 3.1. Sea f una funci´on definida en Rn a valores en la recta ampliada R = R ∪ {−∞, +∞} . Se dice que es medible si para cada n´umero real a el conjunto {x ∈ Rn ; f (x) > a} es medible. Obs´ervese que la definici´on s´olo depende de la σ− a´ lgebra M y no de la funci´on medida m. Ejemplo 3.1.
1. Toda funci´on continua es medible. En efecto, los conjuntos {x ∈ Rn ; f (x) > a}
son abiertos y por tanto medibles. 2. La funci´on caracter´ıstica de un conjunto medible es una funci´on medible. 31
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
32
La siguiente proposici´on da definiciones alternativas de funci´on medible. Teorema 3.1. Sea f una funci´on definida en Rn a valores en la recta ampliada R = R ∪ {−∞, +∞} . Son equivalentes las siguientes condiciones: a) Para cada n´umero real a el conjunto {x ∈ Rn ; f (x) > a} es medible. b) Para cada n´umero real a el conjunto {x ∈ Rn ; f (x) ≥ a} es medible. c) Para cada n´umero real a el conjunto {x ∈ Rn ; f (x) < a} es medible. d) Para cada n´umero real a el conjunto {x ∈ Rn ; f (x) ≤ a} es medible. e) Para cada abierto A de R, su antiimagen f −1 (A) es medible. Demostraci´on. a)=⇒b) Basta tener en cuenta que n
{x ∈ R ; f (x) ≥ a} = ∩n
1 x ∈ R ; f (x) > a − . n
n
El conjunto {x ∈ Rn ; f (x) ≥ a} es una intersecci´on numerable de conjuntos medibles y, por tanto, medible. n b)=⇒c).Ya que {x ∈ Rn ; f (x) < a} = Rn − n {x ∈ R ; f (x) ≥ a} . o c)=⇒d). Ya que {x ∈ Rn ; f (x) ≤ a} = ∩n x ∈ Rn ; f (x) < a + n1 . d)=⇒a). Ya que {x ∈ Rn ; f (x) > a} = Rn − {x ∈ Rn ; f (x) ≤ a} . n o e)=⇒a). Tener en cuenta que {x ∈ Rn ; f (x) > a} es la antiimagen de y ∈ R : y > a .. a)=⇒e). Todo abierto de R es una uni´on numerable de intervalos abiertos o de semirrectas. Puesto que {x ∈ Rn ; a < f (x) < b} = {x ∈ Rn ; f (x) < b} ∩ {x ∈ Rn ; f (x) > a} y que a)=⇒c) se sigue e). Con frecuencia utilizaremos funciones definidas en Rn a valores en R. En este caso, puesto que los abiertos de R son la intersecci´on de los abiertos de R con R, la condici´on e) de medibilidad se reducir´a a considerar u´ nicamente las antiim´agenes de los abiertos de R. La clase de las funciones medibles es cerrada por la mayor parte de las operaciones habituales. Esto se expresar´a en los siguientes teoremas. Teorema 3.2. Sean f1 , ..., fr funciones medibles de Rn en R. Sea g una funci´on continua de Rr en R. La funci´on compuesta g(f1 , ..., fr ) es medible. Demostraci´on. Sea A un abierto de R. Por ser g continua g −1 (A) es un abierto de Rr . Ser´a Q entonces un uni´on numerable de intervalos de la forma Ik = ri=1 [ai , bi ). La antiimagen B por la funci´on compuesta g(f1 , ..., fr ) del abierto A ser´a en consecuencia uni´on numerable de conjuntos del tipo ∩ri=1 f −1 ([ai , bi )). Cada uno de los conjuntos f −1 ([ai , bi )) = f −1 ((−∞, bi ))∩ f −1 ([ai , +∞)) es medible y por tanto B ser´a medible. Corolario 3.3. La suma, producto y cociente con denominador no nulo de funciones a valores reales medibles es medible. Corolario 3.4. Si f es una funci´on medible y g coincide con f salvo en un conjunto de medida nula, tambi´en g es medible.
3.1. FUNCIONES MEDIBLES
33
Demostraci´on. La funci´on h = f − g ser´a una funci´on no nula u´ nicamente en un conjunto de medida nula. Teniendo en cuenta que todo subconjunto de uno de medida cero es medible de medida cero, se tiene que h ser´a una funci´on medible. Tendremos que g = f − h ser´a medible. Teorema 3.5. Si f1 y f2 son funciones medibles tambi´en son medibles sup{f1 , f2 }, inf{f1 , f2 }. Si f es medible, tambi´en lo es |f |, f + , f − . Demostraci´on. Para probar que sup {f1 , f2 } es medible basta observar que para cada a ∈ R, {x ∈ Rn ; sup {f1 , f2 } (x) > a} = {x ∈ Rn ; f1 (x) > a} ∪ {x ∈ Rn ; f2 (x) > a} . Las otras propiedades pueden reducirse a e´ sta teniendo en cuenta las siguientes relaciones inf {f1 , f2 } = − sup {−f1 , −f2 } |f | = sup {f, −f } , f + = sup {f, 0} , f − = sup {0, −f } .
Teorema 3.6. Sean {fn } una sucesi´on de funciones medibles. Entonces son medibles supn {fn }, inf n {fn }, lim sup {fn }, lim inf {fn } . Si f es el l´ımite punto a punto de la sucesi´on fn salvo en un conjunto de medida nula, tambi´en f es medible. Demostraci´on. La medibilidad de supn {fn } se obtiene como antes de la relaci´on {x ∈ Rn ; sup {fn } (x) > a} = ∪n {x ∈ Rn ; fn (x) > a} . Teniendo en cuenta que inf n {fn } = − supn {−fn }, lim sup {fn } = inf n {supm>n {fm }}, lim inf {fn } = supn {inf m>n {fm }} se obtiene la medibilidad de estas funciones. Por u´ ltimo, si una sucesi´on de funciones medibles tiene l´ımite puntual, e´ ste coincide con el l´ımite superior o inferior y es por tanto medible. Si la sucesi´on deja de tener l´ımite f en un conjunto de medida cero, podemos dar en este conjunto a todas las funciones un determinado valor constante. Las nuevas funciones ser´an medibles y tendr´an l´ımite en todo punto. La funci´on l´ımite ser´a medible y coincidir´a con f salvo en un conjunto de medida nula. La funci´on f ser´a entonces medible. Definici´on 3.2. Una funci´on f : Rn → R se dice simple si toma u´ nicamente un n´umero finito de P valores α1 , α2 , ..., αr . Si Ai = f −1 (αi ), la funci´on se expresar´a como f = ri=1 αi χAi . Obs´ervese que una funci´on simple que se expresa en la forma anterior como f = ri=1 αi χAi , con αi distintos, es medible si y s´olo si todos los conjuntos Ai son medibles. El teorema siguiente nos expresa que toda funci´on medible puede obtenerse como l´ımite de funciones simples medibles. P
Teorema 3.7. Sea f : Rn → [0, +∞] una funci´on medible. Existe una sucesi´on {sn } de funciones simples medibles tales que a) 0 ≤ s1 ≤ s2 ≤ .... ≤ f b) sm (x) → f (x) para cada x ∈ Rn . Si f es acotada la convergencia es uniforme.
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
34
Demostraci´on. Consideremos para cada m ∈ N la funci´on simple medible sm =
m m2 X
i=1
h
i−1 χEm,i + mχFm 2m
donde Em,i = f −1 i−1 , i , Fm = f −1 ([m, +∞]) . 2 m 2m Veamos que sk ≤ sk+1 para cada k. Si f (x) ≥ k + 1, sk (x) = k < k + 1 = sk+1 (x). Si k ≤ f (x) < k + 1, shk (x) =k ≤ sk+1 (x). Si f (x) < k tendremos que f (x) pertenecer´a a un intervalo de la forma i−1 , i para alg´un 1 ≤ i ≤ k2k . Tendremos entonces sk (x) = i−1 = 2k 2 k 2k 2(i−1) 2k+1
≤ sk+1 (x). Veamos que sk (x) → f (x). Si f (x) = +∞, sk (x) = k para cada k y es cierta la afirmaci´on. Si f (x) < k, tendremos i−1 ≤ f (x) < 2ik , para alg´un i ≤ k2k . Entonces |f (x) − sn (x)| ≤ 21k 2k para n ≥ k. Por u´ ltimo, si f est´a acotado se tendr´a que para un cierto k y para todo x, f (x) < k y, como antes, |f (x) − sn (x)| ≤ 21k para n ≥ k para todo x ∈ Rn . La convergencia ser´a en este caso uniforme.
3.2
Integraci´on de funciones simples medibles no negativas
Definici´on 3.3. Sea s = integral como
Pr
i=1
αi χAi una funci´on simple medible no negativa. Se define su Z
s=
r X
αi m(Ai ).
i=1
Si E es un conjunto medible, la integral de s sobre E se define como Z E
s=
r X
αi m(Ai ∩ E).
i=1
En estas definiciones se entender´a que si alg´un αi es cero el producto por la medida de un conjunto, aunque e´ sta sea +∞, es cero. Veamos las propiedades esenciales de esta integraci´on. Teorema 3.8. a) Sea s una funci´on simple medible s ≥ 0, λ ≥ 0, E medible. Se tiene E λs = R λ E s. R R b) Sean s1 , s2 funciones simples no negativas, E medible. Se cumple E (s1 + s2 ) = E s1 + R E s2 . R R c) Si s1 (x) ≤ s2 (x) para cada x se cumple E s1 ≤ E s2 . d) Si Em esR una colecci´on finita o numerable de conjuntos medibles disjuntos dos a dos R P m Em s. ∪m Em s = e) SiREm es unaRcolecci´on numerable de conjuntos medibles E1 ⊂ E2 ⊂ ... con E = ∪m Em se tiene s = lim Em s. R E R f) E s = sχE . R
3.3. INTEGRALES DE FUNCIONES MEDIBLES NO NEGATIVAS
35
Demostraci´on. a) Es inmediata. P P P b) Sean s α β 1 = i χAi y s2 = j χBj . Tendremos que s1 + s2 = i,j (αi + βj ) χAi ∩Bj . De R P aqu´ı, que E (s1 + s2 ) = i,j (αi + βj ) m (Ai ∩ Bj ∩ E) = R R P P i,j αi m (Ai ∩ Bj ∩ E) + i,j βj m (Ai ∩ Bj ∩ E) = E s1 + E s2 . P P c) Sean s1 ≤ s2 . Si escribimos como antes s1 = R i,j αi χARi ∩Bj , s2 = i,j βj χAi ∩Bj , tendremos αi ≤ βj si Ai ∩ Bj 6= φ. Es ahora evidente que E s1 ≤ E s2 . d) y e) se deducen de la propiedad de la aditividad numerable de la medida (teorema 2.19) y de su corolario 2.20. f) Es inmediata.
3.3
Integrales de funciones medibles no negativas
Definici´on 3.4. Sea f : Rn → [0, +∞] una funci´on medible. E un conjunto medible. Se define la integral de f sobre E como Z E
Z
f = sup
s; 0 ≤ s ≤ f, s funci´on simple medible .
E
Obs´ervese que la integral puede ser +∞. Debe tambi´en observarse que si f es una funci´on simple la definici´on coincide con la ya dada para estas funciones. Veamos un primer grupo de propiedades elementales de esta integral. Teorema 3.9. a) Sea 0 ≤ f1 ≤ f2 , funciones medibles, E conjunto medible. Se tiene E f2 . R R b) Sea 0 ≤ f funci´on medible, α ≥ 0, α ∈ R. Entonces E αf = α E f. R R c) Sea 0 ≤ f funci´on medible, E1 ⊂ E2 medibles. Se cumple E1 f ≤ E2 f. R R d) Para f y E como antes E f = f χE .
R E
f1 ≤
R
Demostraci´on. a), b) y c) son inmediatas. Veamos Rd). Si 0R ≤ s ≤ fR se sigue que sχE ≤ χE f R y adem´ a s sχ es una funci´ o n simple. De aqu´ ı que s = sχ ≤ f χ . Por lo tanto E E E E Ef ≤ R R R f χE . La desigualdad en el otro sentido sigue de que f χE ≤ f implica f χE = E f χE ≤ R E f. Teorema 3.10. Sea E un conjunto medible y f : E → [0, +∞] medible. Entonces R R a) Si Z es un conjunto de medida cero E f = E−Z f. R b) Si E f < +∞ entonces m {x ∈ E; f (x) = +∞} = 0. R c) Si E f = 0 entonces m {x ∈ E; f (x) 6= 0} = 0. Una propiedad que se cumple para todos los puntos salvo para los de un conjunto de medida cero se suele decir que se cumple casi por todo (c.p.t.). De esta forma la conclusi´on en b) se enunciar´a diciendo que f es finita casi por todo. La conclusi´on de c) ser´a que f es nula casi por todo.
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
36
Demostraci´on. a) La propiedad vale para las funciones simples ya que si A es medible, m(A) = m(A − Z). Se sigue entonces para cualquier funci´on medible. Obs´ervese que esta propiedad indica que la definici´on de f sobre un conjunto de medida nula no es relevante a efectos de la integraci´on, en forma an´aloga a como ya vimos que no lo era a efectos de la medibilidad de la funci´on. Si tenemos una funci´on medible y la variamos sobre un conjunto de medida cero, e´ sta contin´ua siendo medible y su integral no var´ıa. R R R b) Sea F = {x ∈ E; f (x) = +∞} . Tendremos E f ≥ F f = F (+∞) . Si esta integral es finita implica que m(F ) = n 0. o R R R c) Consideremos En = x ∈ E; f (x) > n1 . Tendremos En n1 ≤ En f ≤ E f = 0. De aqu´ı que m(En ) = 0 y, como {x ∈ E; f (x) 6= 0} = ∪n En se sigue que m ({x ∈ E; f (x) 6= 0}) = 0. Veamos un teorema de paso al l´ımite bajo el signo integral que tendr´a consecuencias importantes. La hip´otesis relevante en este teorema es la monoton´ıa de la sucesi´on. Teorema 3.11. (Teorema de la convergencia mon´otona) Sea E un conjunto medible y fn una sucesi´on de funciones medibles tales que 0 ≤ f1 ≤ f2 ≤ ... c.p.t. Entonces existir´a c.p.t. lim fn . Si le llamamos f se tiene lim
Z E
fn =
Z
f.
E
Demostraci´on. En primer lugar observemos que si en el conjunto de medida cero donde la sucesi´on {fn } deja de ser mon´otona damos como nuevo valor de las funciones 0, la sucesi´on ser´a ahora mon´otona en todos los puntos y los valores de las integrales no habr´an variado. Podemos pues ya suponer desde un principio que la sucesi´on deR las funciones es mon´otona en todos los puntos. De esta monoton´ıa se sigue que la sucesi´on { E fn } es mon´otona creciente y por tanto tendr´a l´ımite. Llam´ emosleR l. Por otro lado la funci´ on f = lim fn ser´a una funci´on medible y R R R fn ≤ f. Por tanto E fn ≤ E f y l = lim E fn ≤ E f. Veamos la desigualdad en sentido contrario. Sea s una funci´on simple, medible 0 ≤ s ≤ f y sea λ un n´umero real 0 < λ < 1. Consideremos Em = {x ∈ Rn ; fm (x) ≥ λs(x)} . Estos conjuntos son medibles y E1 ⊂ E2 ⊂ ... y Rn = ∪m Em . Tendremos Z E
fm ≥
Z E∩Em
fm ≥ λ
Z
s.
E∩Em
Tomando l´ımites y teniendo en cuenta que E = ∪m (E ∩ Em ) l ≥ λ lim
Z E∩Em
s=λ
Z
s.
E
Puesto que es v´alido para cada λ < 1, pasando al l´ımite cuando λ → 1, l ≥ R supremo en s concluimos que l ≥ E f.
R E
s. Tomando el
3.3. INTEGRALES DE FUNCIONES MEDIBLES NO NEGATIVAS
37
Ejemplo 3.2. Sea f una funci´on continua no negativa, definida en I = [a, b]. Consideremos una sucesi´on Πn de particiones de I de manera que cada una se m´as fina que la anterior y que el m´aximo de las longitudes de los intervalos que intervienen en la partici´on tiene por l´ımite cero. Asociemos a cada una de las particiones anteriores una funci´on de la forma siguiente. Si Πn est´a formado por los puntos a = x0 < x1 < ... < xm−1 < xm = b le haremos corresponder la funci´on fn = s1 χ[x0 ,x1 ) + s2 χ[x1 ,x2 ) + ... + sm−1 χ[xm−2 ,xm−1 ) + sm χ[xm−1 ,xm ] , donde si es el ´ınfimo de la funci´on en el intervalo correspondiente [xi−1 , xi ). La sucesi´on {fn } es mon´otona creciente y tiene por l´ımite f. El teorema deR la convergencia mon´otona dir´a que f es integrable P y que su integral es el l´ımite de la sucesi´on fn = i si |xi − xi−1 |. Observamos que este l´ımite no es otra cosa que la integral de Riemann de f que, de esta forma, coincide con su integral de Lebesgue. Obs´ervese que para cualquier funci´on medible no negativa f siempre existe una sucesi´on {s } mon´otona creciente de funciones simples medibles con l´ımite f . Tendremos entonces que R n R E f = lim E sn . Veamos algunas consecuencias. Teorema 3.12. a) Sean f, g funciones medibles, no negativas, definidas en un conjunto medible E. Entonces Z Z Z (f + g) = f + g. E
E
E
b) Si fn : E → [0, +∞] son funciones medibles, se cumple Z X E
fn =
XZ E
fn .
c) Sea En una sucesi´on de conjuntos medibles, disjuntos dos a dos, f una funci´on medible en E = ∪En . Entonces Z XZ f. f= E
En
Demostraci´on. a) Consideremos dos sucesiones mon´otonas de funciones simples medibles {sn } R R R y {tn } que converjan respectivamente a f y a g. Tendremos E (sn + tn ) = E sn + E tn y, R R R pasando al l´ımite, E (f + g) = E f + E g. b) Es suficiente aplicar el teorema de la convergencia mon´otona a las sumas parciales de la P serie fn y tener en cuenta la propiedad anterior. P c) Considerar f χE = f χEn y aplicar b). Veamos una propiedad referente a funciones medibles no negativas, consecuencia del teorema de la convergencia mon´otona y que se utilizar´a en otros teoremas de paso al l´ımite bajo el signo integral. Teorema 3.13. (Lema de Fatou) Sea fn una sucesi´on de funciones medibles definidas en un conjunto medible E, a valores en [0, +∞] . Se cumple Z E
lim inf fm ≤ lim inf
Z E
fm .
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
38
Demostraci´on. Sea gm = inf {fm , fm+1 , ...} . Es una sucesi´on mon´otona creciente de funciones medibles no negativas cuyo l´ımite es lim inf fm . El teorema de la convergencia mon´otona nos dir´a que Z Z E
lim inf fm = lim
Por otro lado gm ≤ fr para r ≥ m. Por tanto lim
Z E
R E
gm ≤ lim inf
E
gm .
gm ≤ inf r≥m
Z
r≥m E
R E
fr = lim inf
fr . De donde Z E
fm .
Esto permite concluir la prueba. Ejemplo 3.3. La desigualdad en la conclusi´on del lema de Fatou puede ser estricta. Consid´erese, por ejemplo, como funciones fn la funci´on caracter´ıstica de un conjunto χD si n es par R y 1 − χD si n es impar. Tendremos que lim inf fn = 0 mientras que lim inf fn no ser´a nula si las integrales de χD y de 1 − χD no lo son.
3.4
Funciones integrables
Definici´on 3.5. Sea E un conjunto medible de Rn y fR : E → [−∞, +∞] una funci´on medible. R Se dice que fR es integrable siRlas integrales E f + y E f − son finitas. En este caso la integral R de f en E es E f = E f + − E f − . Denotaremos al conjunto de las funciones integrables en E por L (E) . La finitud de las integrales E f + y E f − implica que la funci´on f toma valores finitos salvo en un conjunto de medida nula. Es por ello que las operaciones entre funciones integrables se deber´an entender que est´an definidas casi por todo. Esto no ofrece problemas referente a propiedades de las integrales de estas funciones ya que de la definici´on se sigue que el valor de una integral no depende de los valores que pueda tomar la funci´on sobre un conjunto de medida nula. Otra observaci´on que conviene hacer sobre la definici´on de funci´on integrable es que una R funci´on f medible, es integrable si y s´olo si E |f | es finita. Esto se deduce de que |f | = f + + f − y de que f + , f − ≤ |f | . De esta forma, si f es medible, es integrable si y s´olo si lo es |f | . Veamos un grupo de propiedades elementales de las funciones integrables. R
R
Teorema 3.14. a) Si f, g ∈ L(E) , entonces f + g ∈ L(E) y E (f + g) = E f + E g. R R b) Si f ∈ L(E) y α ∈ R, entonces αf ∈ L(E) y E αf = α E f. R R c) Sean f, g ∈ L(E), f ≤ g. Entonces E f ≤ E g. R R d) Si f ∈ L(E), se cumple | E f | ≤ E |f | . e) Sea f medible en E y g ∈ L(E) tal que |f | ≤ g. Entonces f ∈ L(E). R R f) Sean E y F conjuntos medibles, F ⊂ E y f ∈ L(E). Entonces f ∈ L(F ) y F f = E f χF . g) SeaRuna sucesi´ on Em de conjuntos medibles disjuntos dos a dos. E = ∪Em y f ∈ L(E). PR Entonces E f = Em f. R
R
R
3.4. FUNCIONES INTEGRABLES
39
Demostraci´on. a) La desigualdad |f + g| ≤ |f | + |g| prueba que E |f + g| < E |f | + E |g| < +∞ y, por tanto, la integrabilidad de f + g. Llamemos h = f + g.R Se tendr´ a h+ − h− = R R + + fR + −f − +g −g −R. De donde h+ +f − +g − = h− +f + +g + . Por lo tanto E h + E Rf − + ERg − = R R − + + E h + E f + E g . Como todas las integrales son finitas se sigue que E h = E f + E g. b) Si α = 0 es trivial. Si α > 0, (αf )+ = αf + y (αf )− = αf − y por tanto R
Z
Z
αf =
E
+
αf −
Z
E
−
αf = α
E
Z
R
R
f.
E
Si α < 0, (αf )+ = −αf − y (αf )− = −αf + . Esto implica que Z
αf = (−α)
E
Z
−
f − (−α)
E
Z
+
f =α
Z
E
f.
E
c) Si f ≤ g tenemos g − f ≥ 0 , de donde E (g − f ) ≥R 0 y E Rf ≤ E g. R R d) Puesto que f, −f ≤ |f | los apartados anteriores dan E f ≤ E |f | y − E f ≤ E |f | . e) Trivialmente |f | es integrable y por tanto lo es f. f) y g) Basta considerar la mismas propiedades para f + y para f − . R
R
R
Podemos dar ahora una versi´on del teorema de la convergencia mon´otona para funciones integrables no necesariamente no negativas. Teorema 3.15. Sea E un conjunto medible y {fRn } una sucesi´on de funciones integrables en E tales queR f1 (x) ≤ f2 (x) ≤ ...c.p.t. en E y E fn ≤ C. Entonces f = lim fn ∈ L(E) y R E f = lim E fn . Demostraci´on. Consideremos la sucesi´on mon´otona creciente c.p.t. de funciones no negativas R c.p.t. {fn − f } . El teorema deRla convergencia mon´otona para estas funciones dar´a que E (f − R 1 f1 ) = lim E (fn − f1 ) ≤ C − E f1 . En particular la funci´on f − f1 ser´a integrable y, por serlo f1 tambi´en lo ser´a su suma f . Tendremos entonces que Z E
La finitud de
R E
f−
Z E
Z
f1 = lim
E
fn −
Z E
f1 .
f1 nos permite concluir la prueba.
Obs´ervese que si la sucesi´on de funciones integrables es mon´otona decreciente y sus integrales est´an acotadas inferiormente tambi´en podremos pasar al l´ımite bajo el signo integral. Basta considerar la sucesi´on de las funciones −fn y aplicar la proposici´on anterior. No obstante debiera observarse que sin la hip´otesis de integrabilidad, a´un siendo las funciones no negativas, no puede concluirse el teorema. Por ejemplo las funciones χ[n,+∞) , definidas en R, forman una sucesi´on decreciente de integral +∞. Su l´ımite es la funci´on id´enticamente cero cuya integral es 0. Corolario 3.16. Sea E un conjunto medible y {f } una sucesi´on de funciones integrables en Rn E tales queR f1 (x) ≥ f2 (x) ≥ ...c.p.t. en E y E fn ≥ C. Entonces f = lim fn ∈ L(E) y R E f = lim E fn .
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
40
Teorema 3.17. (Teorema de la convergencia dominada) Sea E un conjunto medible y fn : E → [−∞, +∞] una sucesi´on de funciones medibles tales que a) existe lim fn (x) = f (x) c.p.t. en E. b) Existe una funci´on gR ∈ L(E) tal que c.p.t. en E |fn (x)| ≤ g(x). R Entonces f ∈ L(E) y E f = lim E fn . Demostraci´on. Variando si es preciso fn y f en un conjunto de medida nula no hay problema en suponer que el l´ımite en a) y la desigualdad en b) existen en todos los puntos. Tendremos entonces que |f (x)| ≤ g (x) y tanto fn como f ser´an integrables. Consideremos g − f = lim(g − fn ) g + f = lim(g + fn ) donde g − fn ≥ 0 y g + fn ≥ 0. Utilizando el lema de Fatou (teorema 3.13) tendremos R R (g − f ) ≤ lim inf (g − fn ) E R RE E (g
Puesto que
R E
+ f ) ≤ lim inf
≤ lim inf R E (−fn ) E f ≤ lim inf E fn .
lim sup
Z E
E
f = lim
R E
R
) E (−f R
Por tanto De donde
+ fn )
g < +∞ y tanto fn como f son integrables podremos deducir R
R
E (g
fn ≤
Z E
f ≤ lim inf
Z E
fn .
fn .
Obs´ervese que la convergencia uniforme de una sucesi´on de funciones no implica que podamos pasar al l´ımite bajo el signo integral. Por ejemplo la sucesi´on fn (x) = n1 χ[0,n] converge uniformemente a 0 mientras que sus integrales son todas ellas igual a 1. No obstante si fn R→ f R uniformemente en un conjunto E de medida finita entonces si queR se deduce que E fn → E f . R Basta tener en cuenta que si |fn − f | < ε en E entonces | E fn − E f | < εm (E). Veamos un teorema consecuencia de los teoremas de convergencia mon´otona y dominada. Teorema 3.18. Sea fn una sucesi´on de funciones integrables en un conjunto medible E. Si se R P P R P P cumple |fn | converge c.p.t. en E, fn ∈ L(E) y E fn = n E |fn | < +∞ entonces PR f . E n Demostraci´on. Por el teorema de la convergencia mon´otona (teorema 3.11) se sigue que |fn | P es integrable en E. En particular la suma de la serie ser´a finita c.p.t. en E y, en particular, fn ser´a convergente c.p.t. en E. Por otro parciales de esta serie estar´an dominadas P lado las sumas P N por una funci´on integrable, ya que n=1 fn ≤ n |fn | ∈ L(E). El teorema de la convergencia dominada (teorema 3.17) permitir´a acabar la demostraci´on del teorema. P
´ ENTRE LA INTEGRAL DE RIEMANN Y LA INTEGRAL DE LEBESGUE 3.5. RELACION 41
3.5 3.5.1
Relaci´on entre la integral de Riemann y la integral de Lebesgue Integral de Riemann propia e integral de Lebesgue
Teorema 3.19. Sea f una funci´on definida en un intervalo I de Rk a valores en R, integrable en el sentido de Riemann. Entonces es integrable en el sentido de Lebesgue y las integrales coinciden. Demostraci´on. Escribiremos con la letra L o R delante de la integral cuando se quiera precisar si la integral es en el sentido de Lebesgue o de Riemann respectivamente. Sea Πn una sucesi´ on de particiones de I en subintervalos, cada una m´as fina que la anterior y tal que R R − f = lim s(f, Πn ) = lim S(f, Πn ). Esto se deduce de la expresi´on de la integral de Riemann como ´ınfimo de sumas superiores o como supremo de sumas inferiores, y de las propiedades elementales de estas sumas. Sean Ii los intervalos de la partici´on. Tendremos que si mi y Mi son los supremo e ´ınfimo de f respectivamente en el intervalo Ii s(f, Πn ) = S(f, Πn ) =
Z
Z
tn donde tn = Tn donde Tn =
X
mi χIi
X
Mi χIi
En todos los puntos que no son frontera de los diversos intervalos que aparecen en las particiones Πn y, por tanto, c.p.t. en I se cumplir´an las desigualdades t1 ≤ t2 ≤ ... ≤ f ≤ ... ≤ T2 ≤ T1 . Las funciones t(x) = lim tn (x) y T (x) = lim Tn (x) existir´an c.p.t. y ser´an funciones medibles. Si probamos que c.p.t. t(x) = T (x), estas funciones coincidir´an con f y e´ sta ser´a una funci´on medible. Ahora bien T − t es el l´ımite de la sucesi´on monot´ona decreciente de funciones integrables no negativas c.p.t. Tn −R tn . El teorema de la convergencia mon´otona (teorema 3.16) nos R dir´a que L − (T − t) = lim (Tn − tn ). = 0. Por tanto (teorema 3.10) TR − t = 0 c.p.t.. El R R teorema de la convergencia mon´otona nos dar´a tambi´en que L − f = lim tn = R − f . Puede darse una caracterizaci´on de las funciones integrables en el sentido de Riemann en t´erminos de la medida de los puntos de discontinuidad de la funci´on. Concretamente f definida y acotada en [a, b] es integrable en el sentido de Riemann si y s´olo si el conjunto de puntos de discontinuidad de la funci´on es de medida nula. Puede verse en el ap´endice del cap´ıtulo 1 la demostraci´on. Conociendo este teorema la medibilidad de una funci´on integrable Riemann es ya evidente y la demostraci´on del teorema anterior podr´ıa haberse simplificado. Obs´ervese que el teorema permite aplicar al c´alculo de la integraci´on en el sentido de Lebesgue de las funciones integrables en el sentido de Riemann los m´etodos conocidos para e´ stas. Por ejemplo el teorema fundamental del c´alculo o el c´alculo por integrales iteradas cuando e´ ste sea v´alido.
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
42
Ejemplo 3.4. Sea I un intervalo cerrado, f continua en I. La funci´on es integrable Lebesgue y su integral coincide con la integral de Riemann. M´as generalmente, si A ⊂ I es un conjunto con contenido de Jordan definido la integral de Lebesgue sobre A coincide con la integral de Riemann.
3.5.2 Relaciones de la integraci´on de Lebesgue con la integraci´on impropia de Riemann Teorema 3.20. Sea f : [a, b) → R una funci´on localmente integrable en el sentido de Riemann con b ∈ R ∪ {+∞}. Son equivalentes: a) La integral impropia de Riemann Rx tal que a |f | ≤ C para a < x < b. b) f ∈ L([a, b)). En este caso
→ R− b a
f =L−
R [a,b]
→ R− b a
f es absolutamente convergente, es decir existe C
f.
Demostraci´on. Supongamos que se cumple a). Sea {xn } una sucesi´on mon´otona creciente de n´umeros reales, a < xn < b y {xn } → b. Tendremos f = lim f χ[a,xn ] . Cada elemento de esta sucesi´on es medible, por ser R-integrable, y por tanto f es medible. Por otro lado, puesto que |f | = lim |f | χ[a,xn ] , aplicando el teorema de la convergencia mon´otona (teorema 3.11) y la hip´otesis a) se sigue que |f | es L- integrable y por tanto lo es f. R R Sea ahora b) cierto. Se tendr´a ax |f | ≤ [a,b) |f | y por tanto vale a). El teorema de la convergencia dominada (teorema 3.17) da Z
− → b
a
f = lim
Z
xn
a
f =L−
Z
f.
[a,b]
−x
−x
Ejemplo 3.5. La funci´on e x es integrable en [1, +∞) ya que la integral impropia 1+∞ e x dx es convergente. Por la misma raz´on son integrables las funciones x−a para a < 1. Sus integrales coinciden con las correspondientes integrales de Riemann impropias. R
Debe observarse que la existencia de integral impropia de Riemann no implica la convergencia de Lebesgue. De hecho, como consecuencia del teorema anterior, si existe la integral impropia pero sin convergencia absoluta la funci´on no es integrable en el sentido de Lebesgue. n
Ejemplo 3.6. Sea la funci´on f : [0, +∞) → R definida por f (x) = (−1) si n − 1 ≤ x < n. n Rx Pn−1 (−1)i (−1)n Es integrable en sentido impropio de Riemann pues 0 f = i=1 i + n (x − n + 1) si n − 1 ≤ x < n y por tanto su l´ımite cuando x tiende a +∞ es la suma de la serie convergente P (−1)n P . La integral no converge absolutamente pues n1 = +∞ y, por lo tanto, la funci´on no n es integrable en el sentido de Lebesgue.
´ DEFINIDA POR UNA INTEGRAL 3.6. CONTINUIDAD DE UNA FUNCION ´ DEPENDIENTE DE UN PARAMETRO.
3.6
43
Continuidad de una funci´on definida por una integral dependiente de un par´ametro.
Teorema 3.21. Sean I, J dos intervalos de Rp y Rq respectivamente y f : I × J → R tal que a) Para cada y ∈ J la funci´on de I en R tal que x → f (x, y) es medible. b) Existe g ∈ L(I) tal que para cada y ∈ J se cumple |f (x, y)| ≤ g(x) c.p.t. en I. c) La funci´on f (x, y) es continua en la variable y c.p.t. x de I. Entonces f (., y) ∈ L(I) para cada y y su integral es una funci´on continua en y, es decir lim
Z
y→t I
f (x, y) =
Z
lim f (x, y) =
I y→t
Z
f (x, t).
I
Demostraci´on. Desde luego de a) y de b) se sigue que f (x, y) es integrable en la variable x para cada y. Sea ahora yn una sucesi´on que tenga por l´ımite t. Llamemos Fn (x) = f (x, yn ). De la condici´on c) tenemos que c.p.t. x se cumple que Fn (x) → f (x, t). Adem´as |Fn (x)| ≤ g(x). Por el teorema de la convergencia dominada (teorema 3.17) podremos pasar al l´ımite bajo el signo integral. Ejemplo 3.7. 1. Se define la funci´on Γ mediante la integral Γ(y) = 0+∞ e−x xy−1 dx. Esta integral es convergente para y > 0. En efecto, basta tener en cuenta que si 0 < y0 ≤ y ≤ y1 < +∞, |e−x xy−1 | est´a acotada por cxy0 −1 para 0 < x ≤ 1 y por e−x xy1 −1 para x ≥ 1 y que esta funci´on “dominadora” es integrable. La proposici´on anterior permitir´a asegurar que Γ est´a definida y es continua en y0 ≤ y ≤ y1 y, por tanto, para cada y > 0. R
2.
R +∞
e−xy sinx x dx es convergente y continua para y > 0. En forma similar al ejemplo anterior basta considerar para 0 < y0 ≤ y ≤ y1 < +∞ la acotaci´on e−xy sinx x ≤ ce−xy0 . 0
3.7 Derivaci´on bajo el signo integral Teorema 3.22. Sean I, J intervalos abiertos de Rp y de R respectivamente, f : I × J → R que cumple a) Para cada y ∈ J la funci´on f (., y) es medible y para un a ∈ J, f (., a) ∈ L(I). b) Existe ∂f (x, y) para cada (x, y) ∈ I × J. ∂y
c) Existe g ∈ L(I) tal que ∂f (x, y) ≤ g(x) para (x, y) ∈ I × J. ∂y R Entonces para cada y ∈R J, f (., y) ∈ L(I), la funci´on F (y) = I f (x, y) es derivable en todos sus puntos y F 0 (y) = I ∂f (x, y). ∂y Demostraci´on. Aplicando el teorema del valor medio, para cada x, y existe c comprendido entre a e y tal que f (x, y) − f (x, a) = (y − a) ∂f (x, c). Por tanto |f (x, y)| ≤ |f (x, a)| + ∂y
|y − a| ∂f (x, c) . De a) y b) se sigue entonces que f (., y) ∈ L(I). ∂y (x,y) Sea y ∈ J y una sucesi´on yn → y con yn 6= y. La sucesi´on gn (x) = f (x,yynn)−f ∈ L(I) −y ∂f tiene por l´ımite ∂y (x, y) para cada x ∈ I. Como consecuencia del teorema del valor medio
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
44
|gn (x)| ≤ g(x), para x ∈ I con g ∈ L(I). Podremos aplicar el teorema de la convergencia dominada con lo que lim
Z Z Z F (yn ) − F (y) ∂f = lim gn (x) = lim gn (x) = (x, y). yn − y I I I ∂y
Ejemplo 3.8. La funci´on Γ (y) es derivable en 0 < y < +∞. En efecto, la derivada bajo el R +∞ −x y−1 signo integral de la expresi´on de Γ da 0 e x ln x dx. Ser´a suficiente tener en cuenta que para 0 < y0 ≤ y ≤ y1 < +∞ se tiene la acotaci´on |e−x xy−1 ln x | ≤ cxy0 −1 |ln x| si 0 < x ≤ 1 y |e−x xy−1 ln x | ≤ e−x xy1 −1 |ln x| si 1 ≤ x < +∞ y que la funci´on definida por cxy0 −1 |ln x| si 0 < x ≤ 1 y por e−x xy1 −1 |ln x| si 1 ≤ x < +∞ es integrable.
3.8
Integraci´on en un espacio producto
Designaremos por (x, y) a los elementos de Rn = Rp × Rq para x ∈ Rp y y ∈ Rq . Dado un conjunto E de Rn y x ∈ Rp consideraremos el subconjunto de Rq , Ex = {y ∈ Rq ; (x, y) ∈ E} . An´alogamente, si y ∈ Rq sea E y = {x ∈ Rp ; (x, y) ∈ E} . Designaremos por mn , mp , mq respectivamente a las medidas de Lebesgue en Rn , Rp , Rq si queremos especificar de cual se trata. Siguiendo estas notaciones tendremos el siguiente teorema. Teorema 3.23. Sea E un conjunto medible de Rn . Entonces a) Los conjuntos Ex son medibles c.p.t. x. An´alogamente los E y son medibles c.p.t. y. b) Las funciones x → mq (ERx ) y y → mp (E y ) son medibles. R c) mn (E) = Rp mq (Ex ) = Rq mp (E y ). Demostraci´on. Veremos, en primer lugar, que el teorema se cumple para los conjuntos de la forma producto de dos intervalos, pasaremos despu´es a probarlo para el caso de un conjunto abierto, seguidamente para un conjunto medible acotado y, finalmente para un conjunto medible cualquiera. Probaremos el teorema u´ nicamente para los conjuntos Ex y su correspondiente funci´on medible. En forma completamente an´aloga se probar´an los enunciados para los conjuntos E y y la funci´on medible y → mp (E y ). Sea E = I p × I q . Los intervalos pueden ser abiertos, cerrados o semiabiertos. Tendremos que Ex = I q si x ∈ I p y Ex = φ si x ∈ / I p . De esta forma Ex es un conjunto medible para todo x y la funci´on x → mq (Ex ) = mq (I q )χI p (x) es una funci´on medible. Por u´ ltimo, se cumple c) para estos conjuntos ya que Z Rp
mq (I q )χI p = mp (Ip )mq (Iq ) = mn (Ip × Iq ).
Sea ahora E un conjunto abierto. Se podr´a expresar como una uni´on de un conjunto numerable de intervalos semiabiertos disjuntos. Sea una tal descomposici´on E = ∪Im . Cada uno de estos intervalos cumple el teorema. Tendremos que Ex = ∪Imx y, por ser uni´on numerable de P conjuntos medibles, ser´a medible para cada x. La funci´on mq (Ex ) = mq (Imx ) y ser´a por tanto
´ EN UN ESPACIO PRODUCTO 3.8. INTEGRACION
45
medible. Por u´ ltimo del teorema de la convergencia mon´otona (teorema 3.11) y de la propiedad de la aditividad numerable de las medidas (teorema 2.19) tendremos mn (E) =
X
mn (Im ) =
XZ Rp
mq (Imx ) =
Z
X
Rp
mq (Imx ) =
Z Rp
mq (Ex )
y, por tanto, vale el teorema para conjuntos abiertos. Seguidamente sea E un conjunto medible acotado. Existir´an una sucesi´on de conjuntos abiertos Am acotados y una sucesi´on Km de compactos tales que A1 ⊃ A2 ⊃ ... ⊃ E ⊃ ... ⊃ K2 ⊃ K1 con mn (Am − Km ) → 0. A cada abierto Am − Km se le podr´a aplicar el teorema con lo que mq (Amx − Kmx ) ser´a una sucesi´on de funciones medibles, decreciente y no negativas. Tendr´a un l´ımite, sea ϕ(x) = lim mq (ARmx − Kmx ). El Rteorema de la convergencia mon´otona decreciente (teorema 3.16) nos dar´a que Rp ϕ(x) = lim Rp mq (Amx − Kmx ) = lim mn (Am − Km ) = 0. Tendremos entonces que ϕ(x) = 0 c.p.t. x. Consideremos los puntos x en que lim mq (Amx − Kmx ) = 0. Puesto que Amx son abiertos y Kmx son compactos tendremos que Ex ser´a medible y vale a) para estos conjuntos. Tendremos tambi´en que, para los mismos puntos, mq (Ex ) = lim mq (Amx ) y por tanto la funci´on x → mq (Ex ) ser´a medible. Por u´ ltimo el teorema de la convergencia mon´otona dar´a mn (E) = lim mn (Am ) = lim
Z Rp
mq (Amx ) =
Z Rp
lim mq (Amx ) =
Z Rp
mq (Ex ).
Esto prueba c) para los conjuntos medibles acotados. Sea finalmente E un conjunto medible arbitrario. Consideremos los conjuntos Em = E ∩ ([−m, m] × · · · × [−m, m]) . Tendremos que Ex = ∪Emx . Cada Emx es medible para cada x salvo un conjunto Nm de medida nula. Ex ser´a medible salvo quiz´a en ∪Nm que es de medida nula. Tendremos, por otro lado, mq (Ex ) = lim mq (Emx ) y por ser mq (Emx ) funciones medibles ser´a a su vez medible. Una nueva aplicaci´on del teorema de la convergencia mon´otona junto a propiedades b´asicas de la medida permite obtener mn (E) = lim mn (Em ) = lim
Z Rp
mq (Emx ) =
Z Rp
lim mq (Emx ) =
Z Rp
mq (Ex )
que nos da c). Dada una funci´on f definida en el espacio producto Rp × Rq se designar´a por fx a la funci´on definida en Rq mediante fx (y) = f (x, y). An´alogamente f y denotar´a la funci´on definida en Rp por f y (x) = f (x, y). Por ejemplo, si f es χE , la funci´on caracter´ıstica de un conjunto E ⊂ Rp × Rq , tendremos que (χE )x = χEx y (χE )y = χE y . Teorema 3.24. (Teorema de Tonelli) Sea f : Rp × Rq → [0, +∞] una funci´on medible, no negativa. Entonces a) Las funciones fxRson c.p.t. x medibles. An´alogamente las funciones f y. R b) La funci´onRx → Rq fx Res medible. An´ alogamente la funci´on y → Rp f y . R R R c) Se cumple Rp ×Rq f = Rp Rq fx = Rq Rp f y .
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
46
Demostraci´on. El teorema anterior es equivalente a decir que el teorema es v´alido para funciones caracter´ısticas de conjuntos medibles. Ser´a entonces tambi´en cierto para funciones simples medibles no negativas. Para una funci´on f como la del enunciado consideremos una sucesi´on sm de funciones simples no negativas, mon´otona creciente y cuyo l´ımite es f . Tendremos que para cada x de Rp , smx → fx . Por lo que acabamos de decir cada smx es medible salvo en un conjunto Nm de medida nula y, por lo tanto, todas ellas son medibles salvo en ∪Nm que es de medida nula. Por tanto las funciones fx son Rmedibles c.p.t. x y vale a). Por el teorema de la R convergencia mon´otona se tiene Rq fx = lim Rq smx y por ser e´ stas medibles lo ser´a el l´ımite y por tanto es v´alido b). Por u´ ltimo, el teorema de la convergencia mon´otona aplicado dos veces dar´a Z Z Z Z Z Z fx = lim smx = lim sm = f. Rp
Rq
Rp
Rq
Rp ×Rq
Rp ×Rq
De forma an´aloga se prueban los enunciados cambiando el orden de integraci´on de las variables. Ejemplo 3.9. 1. Expresemos el volumen del interior del cilindro en R3 definido por x2 +y 2 = 4x comprendido entre el plano z = 0 y el paraboloide x2 + y 2 = 4z como integrales √ itera2 das.√Para cada 0 < x < 4 los valores de y estar´an en el intervalo de extremos − 4x h i −x 2 2 . Teny + 4x − x2 . Para cada par (x, y) la variable z estar´a en el intervalo 0, x +y 4 dremos entonces que el volumen ser´a 2. Consideremos la funci´on f (x, y) = Z 0
1
R4 0
dx
xy x2 +y 2
R +√4x−x2 −
√
4x−x2
dy
R
x2 +y 2 4
0
dz.
definida en (0, 1) × (0, 1). Se tiene que
xy 1 dy = x ln 1 + 2 . 2 2 x +y x
Esta funci´on se extiende por continuidad en x = 0 y por tanto es integrable en (0, 1). Luego, por tratarse de una funci´on no negativa, f es integrable en (0, 1) × (0, 1). Obs´ervese que las u´ nicas hip´otesis del teorema son la no negatividad de la funci´on y su medibilidad. A partir de e´ stas si una de las integrales iteradas es finita se obtiene que, permutando el orden de integraci´on, el resultado es el mismo y coincide con la integral en el espacio producto. En el enunciado no se excluye que todas las integrales sean +∞, pero si una de las integrales iteradas es finita ya se puede asegurar que la funci´on es integrable. Como veremos sin la hip´otesis de no negatividad de la funci´on el resultado puede ser falso. Veamos antes un teorema en que sin esta hip´otesis de no negatividad permite obtener la integral en el espacio producto como integrales iteradas. Teorema 3.25. (Teorema de Fubini) Sea f : Rp × Rq → R una funci´on integrable. Entonces a) Las funciones fx son c.p.t. x integrables. An´alogamente las funciones f y son c.p.t. y integrables. R R b) La funci´on x → Rq fx es integrable. An´alogamente lo es la funci´on y → Rp f y . R R R R R c) Se cumple Rp ×Rq f = Rp Rq fx = Rq Rp f y .
´ EN UN ESPACIO PRODUCTO 3.8. INTEGRACION
47
Demostraci´on. Las funciones f + y f − son no negativas y de integral finita. El teorema anteR R R R R + − + + rior nos da que fx y fx son medibles, que < +∞ y Rp Rq fx− = Rp Rq fx = Rp ×Rq f R R R − + < +∞. En particular y q f − son finitas c.p.t. y por tanto fx Rson integrables q f Rp ×Rq f R R RR x+ R R x− c.p.t. x. Tendremos que Rq fx = Rq fx − Rq fx . Puesto que las funciones de x, Rq fx+ y Rq fx− son integrables lo ser´a su diferencia (vale, entonces b)) y su valor ser´a Z Rp
Z Rq
f=
Z Rp
Z Rq
fx+ −
Z
Z
Rp
Rq
fx− =
Z Rp ×Rq
f+ −
Z Rp ×Rq
f− =
Z Rp ×Rq
f.
De una forma an´aloga se prueban los enunciados cambiando el orden de integraci´on de las variables. Con frecuencia, para comprobar la hip´otesis de integrabilidad de la funci´on en el teorema de Fubini, se utiliza el teorema de Tonelli. Supuesta ya la medibilidad de la funci´on f , su integrabilidad es equivalente a la de |f |. Esta es una funci´on no negativa por lo que su integrabilidad equivale que las integrales iteradas den un valor finito. Una vez asegurada su integrabilidad podemos aplicar ya las conclusiones del teorema de Fubini, en particular la integral de la funci´on se puede calcular mediante las integrales iteradas en el orden que sea m´as adecuado. Ejemplo 3.10. 1. Consideremos la funci´on definida en [0, 1]×[1, +∞) por f (x, y) = e−xy − −2xy 2e . Veamos que las integrales iteradas existen pero que son distintas si se cambia el orden de integraci´on. En efecto, obs´ervese que para cada x ∈ (0, 1) la funci´on e−xy −2e−2xy toma valores positivos para y suficientemente grande. Tendremos entonces que la integral de Lebesgue en la variable y en la semirrecta [1, +∞) existir´a si es convergenR +∞ −xy te la integral impropia de Riemann 1 (e − 2e−2xy ) dy y coincidir´a con su valor −x −x e (1−e ) . Esta funci´on es integrable en (0, 1) y dar´a un valor positivo. Por otro lado R 1 x−xy −y −y ) − 2e−2xy ) dx = − e (1−e . Esta funci´on es integrable en [1, +∞) y dar´a como 0 (e y integral un valor negativo. La conclusi´on, teniendo en cuenta el teorema de Fubini, es que la funci´on no es integrable. 2. Sea f ∈ L(Rp ) y g ∈ L(Rq ), entonces f (x)g(y) ∈ L(Rp × Rq ). Veamos en primer lugar la medibilidad de la funci´on. Ser´a suficiente probar la medibilidad de f (x) como funci´on definida en Rp × Rq . Si f como funci´on en Rp es el l´ımite de funciones simples medibles P de la forma ai χAi , tendremos que como funci´on en Rp × Rq ser´a l´ımite de una sucesi´on P de funciones de la forma ai χAi ×Rq . Ser´a entonces suficiente probar que si A y B son conjuntos medibles respectivamente en Rp y en Rq , A × B es medible en Rp × Rq . Todo tal conjunto se puede expresar como una uni´on numerable de conjuntos del mismo tipo donde A y B son ahora acotados. Dado ε > 0 existir´an abiertos acotados U ⊂ Rp y V ⊂ Rq y compactos K y L tales que K⊂A⊂U L⊂B⊂V
y mp (U − K) < ε y mq (V − L) < ε.
Tendremos entonces que K × L es compacto, U × V es un abierto, K ×L⊂A×B ⊂U ×V
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
48
y mp+q (U × V − K × L) ≤ mp+q (U × (V − L)) + mp+q ((U − K) × V ). Ahora bien, la medida de un producto de dos abiertos es el producto de las medidas de los abiertos. Esto puede comprobarse descomponiendo cada uno de ellos como uni´on numerable de intervalos di´adicos disjuntos, o bien aplicando el teorema de Fubini a la funci´on caracter´ıstica del producto de estos abiertos. Tendremos entonces que mp+q (U × V − K × L) ≤ mp (U ) × mq (V − L) + mp (U − K) × mq (V ) ≤ cε. Por lo tanto A × B es medible. Una vez visto que f (x)g(y) es medible su integrabilidad Rse sigue aplicando el teoreR R R ma de Tonelli a |f (x)g(y)| , ya que Rp Rq |f (x)g(y)| = Rp |f (x)|R Rq |g(y)| < +∞. Podremos entonces aplicar el teorema de Fubini y tendremos que Rp ×Rq f (x)g(y) = R R Rp f (x) Rq g(y).
3.9 Cambio de variable en la integraci´on Sean U y V dos abiertos de Rn y g una aplicaci´on de clase C 1 , biyectiva de U en V con inversa del mismo tipo. Como consecuencia del teorema de la funci´on inversa es equivalente a decir ∂(g1 ,...,gn ) que la aplicaci´on g es biyectiva, de clase C 1 y que ∂(x es no nulo en todos los puntos. 1 ,...,xn ) A esta aplicaci´on g se le denominar´a un cambio de variable. Obs´ervese que si g es un cambio de variable tambi´en lo es g −1 . Es de inter´es observar que la imagen por una tal aplicaci´on g de un conjunto compacto es un conjunto compacto y que la imagen de un abierto es un conjunto abierto. M´as adelante veremos que la imagen de un conjunto medible tambi´en es un conjunto medible. Se trata de relacionar las integrales de una funci´on f definida en V con una integral en que que a la funci´on f se le haya efectuado el “cambio de variable” es decir f ◦ g. Como en el caso de las integrales de Riemann de una variable la integral de f no coincidir´a con la de f ◦ g sino que esta funci´on deber´a multiplicarse por el m´odulo del determinante jacobiano de la transformaci´on g. Ejemplo 3.11. 1. Consideremos U el abierto de R2 definido por (0, +∞) × (0, 2π) y V = R2 − {(x, 0) ; x ≥ 0}. Sea g : U → V definida por x = ρ cos ϕ, y = ρ sin ϕ. Se trata de un cambio de variable. A las nuevas coordenadas se les denomina coordenadas polares. Si tenemos una funci´on definida en V, z = f (x, y) efectuar el “cambio de variables” a esta funci´on es considerar z ◦ g, es decir, f (ρ cos ϕ, ρ sin ϕ). Como ya veremos, la integral de una funci´on f (x, y) sobre V coincidir´a con la integral de f (ρ cos dg| ϕ,ρ sin ϕ) |det 2 2 sobre U . Para este cambio de coordenadas se tiene |det dg| = ρ cos ϕ + sin ϕ y por tanto se deber´a integrar f (ρ cos ϕ,ρ sin ϕ)ρ sobre U. Si se trata de integrar f sobre un subconjunto de V coincidir´a con la integral de f (ρ cos ϕ,ρ sin ϕ)ρ sobre el conjunto correspondiente por g en U. Por ejemplo si D es el interior del disco unidad centrado en el origen intersecci´on con el primer cuadrante tendremos que g −1 (D) = (0, 1) × 0, π2 R R y si deseamos integrar f (x, y) = x2 + y 2 obtendremos D (x2 + y 2 ) = g−1 (D) ρ2 ρ = R
π 2
0
dϕ
R1 0
ρ3 dρ = π8 . Con frecuencia se utiliza este cambio de coordenadas para el c´alculo
´ 3.9. CAMBIO DE VARIABLE EN LA INTEGRACION
49
de una integral de una funci´on definida sobre todo R2 . Esto no supone problema alguno ya que, puesto que {(x, 0) ; x ≥ 0} es de medida 2-dimensional cero, la integral sobre R2 y sobre V coinciden y en este abierto podemos efectuar el cambio de coordenadas. Una situaci´on an´aloga se presenta en los ejemplos siguientes. 2. Consideremos U el abierto de R3 definido por (0, +∞) × (0, 2π) × R y V = R3 − {(x, 0, z) ; x ≥ 0} . La funci´on g : U → V definida por x = ρ cos ϕ, y = ρ sin ϕ, z = u constituye un cambio de variable. A las nuevas coordenadas se les denomina coordenadas cil´ındricas.
3. Consideremos U el abierto de R3 definido por (0, +∞) × (0, 2π) × − π2 , π2 y V = R3 − {((x, 0, z) ; x ≥ 0)} . La funci´on g : U → V definida por x = ρ cos ϕ cos λ, y = ρ sin ϕ cos λ, z = ρ sin λ es un cambio de variable. A las nuevas coordenadas se les denomina coordenadas esf´ericas. Empezaremos estudiando la relaci´on entre la medida de un conjunto y la de su conjunto imagen mediante una aplicaci´on lineal. Lema 3.26. Sea T un isomorfismo lineal de Rn en Rn . Si A es un abierto de Rn entonces m(T (A)) = |det T | m(A). Demostraci´on. Todo isomorfismo lineal puede obtenerse por composiciones de aplicaciones elementales del tipo siguiente. T1 (x1 , x2 , ..., xn ) = (kx1 , x2 , ...xn ), k 6= 0 T2 (x1 , ..., xi , ..., xj , ..., xn ) = (x1 , ..., xj , ..., xi , ..., xn ) T3 (x1 , x2 , ..., xn ) = (x1 + x2 , x2 , ..., xn ). Si demostramos que para cada una de estas aplicaciones vale la proposici´on, e´ sta ser´a cierta para cualquier isomorfismo. En efecto, si S y T son isomorfismos que cumplen m(T (A)) = |det T | m(A) y m(S(A)) = |det S| m(A) se tendr´a que m (T S (A)) = |det T | m (S (A)) = |det T | |det S| m (A) = |det T S| m (A) . Veamos que si I es un intervalo de la forma I = [a1 , b1 )×···×[an , bn ) se cumple m(T (I)) = |det T | m(I) para cada una de los tres tipos de aplicaciones elementales. En efecto, si k > 0 T1 (I) = [ka1 , kb1 ) × · · · × [an , bn ) y por tanto m(T1 (I)) = km(I). An´alogamente si k < 0 T1 (I) = (kb1 , ka1 ] × · · · × [an , bn ) y m(T1 (I)) = −km(I) = |k| m(I). En ambos casos m(T1 (I)) = |det T1 | m(I). Directamente se comprueba que m(T2 (I)) = m(I) = |det T2 | m(I).
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
50
Para probarlo para T3 podemos calcular m(T3 (I)) mediante el teorema de Fubini: m(T3 (I)) =
Z
bn
an
dxn · · ·
Z
b2
dx2
a2
Z
b1 +x2
a1 +x2
dx1 = m(I) = |det T3 | m(I).
Para probar el enunciado para cualquier abierto y respecto a cada uno de los tipos de transformaciones elementales basta descomponer el abierto en intervalos di´adicos disjuntos dos a dos del tipo de los anteriores y aplicar la proposici´on ya probada utilizando la aditividad numerable de la medida. Teorema 3.27. Sea T un isomorfismo lineal de Rn en Rn . Si M es un conjunto medible de Rn entonces T (M ) es medible y m(T (M )) = |det T | m(M ). Demostraci´on. Es suficiente probarlo para los acotados medibles. En efecto, todo conjunto medible se podr´a expresar como una uni´on numerable de una sucesi´on creciente de conjuntos medibles acotados. Aplicando la proposici´on a cada uno de ellos y pasando al l´ımite las igualdades entre las medidas se obtendr´a el teorema en general. Sea entonces M medible acotado y sea ε > 0. Existir´an un abierto A y un compacto K tal que K ⊂ M ⊂ A y m(A − K) < ε. Tendremos entonces que T (A) es un abierto, T (K) es un compacto, T (K) ⊂ T (M ) ⊂ T (A) y m(T (A) − T (K)) = m(T (A − K)) < |det T | ε. Esto asegura la medibilidad de T (M ). Veamos la relaci´on entre las medidas. m(T (M )) = inf {m(T (A)); A abierto M ⊂ A} = inf {|det T | m(A); A abierto M ⊂ A} = |det T | m(M ).
En la demostraci´on del teorema del cambio de variable una de las herramientas que se utilizar´a es la aproximaci´on local de la funci´on que expresa el cambio de variable por su aplicaci´on diferencial. Otra t´ecnica que ya hemos utilizado en diversas ocasiones es la descomposici´on de un abierto en intervalos di´adicos. Cierta propiedad que se conoce para estos se lleva entonces a los conjuntos abiertos y despu´es a los conjuntos medibles. Es c´omodo, cuando se trabaja con endomorfismos de Rn y buscamos propiedades de las im´agenes de los intervalos, considerar una norma en Rn tal que sus bolas sean los intervalos. As´ı en el pr´oximo lema consideraremos la norma de Rn definida por kxk = max {|xi |} . Las bolas respecto a esta norma son cubos. Si T es un endomorfismo de Rn definido por la matriz (aij ) se le asociar´a ahora la norma kT k = supkxk≤1 kT (x)k que vendr´a dada por X
kT k = max i,|λj |≤1
aij λj = max i
n X
|aij | .
j=1
≤ kT k . En particular, P ∂gi si T es la diferencial en un punto del cambio de variable g, tendremos kdgk = maxi nj=1 ∂x
Esta norma cumple la desigualdad kT (x)k ≤ kT k kxk ya que
T
x kxk
j
y se cumplir´a que kdg(x)k ≤ kdgk kxk .
´ 3.9. CAMBIO DE VARIABLE EN LA INTEGRACION
51
Lema 3.28. Sea g un cambio de variable de U en V. La imagen por g de un cubo cerrado C contenido en U , de semiarista r est´a contenido en un cubo de semiarista supx∈C kdgx k r. Demostraci´on. Sea C centrado en un punto a. Aplicando el teorema del valor medio para cada x ∈ C, existe λi , 0 < λi < 1 tal que gi (x) − gi (a) =
X ∂gi j
∂xj
(a + λi (x − a))(xj − aj ).
Por lo tanto X ∂gi (a + λi (x − a)) kx − ak ≤ sup kdgx k kx − ak , |gi (x) − gi (a)| ≤ ∂xj x∈C j
de donde kg(x) − g(a)k ≤ sup kdgx k kx − ak . x∈C
Lema 3.29. Sea g un cambio de variable de U en V. Sea C un cubo cerrado contenido en U, entonces Z m(g(C)) ≤ |det dg| . c
Demostraci´on. Para cada cubo cerrado contenido en U , como consecuencia del lema anterior m(g(C)) ≤ (sup kdgx k)n m(C). x∈C
Sea y un punto de C. Apliquemos esta desigualdad al “cambio de variables” dgy−1 ◦ g. Tendremos
m(dgy−1 ◦ g(C)) ≤ (sup dgy−1 ◦ dgx )n m(C). x∈C
Sabemos (teorema 3.27) que m(dgy−1 ◦ g(C)) = det dgy−1 m (g (C)) . Por la continuidad de la
aplicaci´on
dgy−1 ◦ dgx
existir´a un x ∈ C en que se alcanzar´a max
dgy−1 ◦ dgx
y por tanto tal que
n m (g (C)) ≤ |det dgy |
dgy−1 ◦ dgx
m(C).
n
Ser´ıa de desear que el factor dgy−1 ◦ dgx fuese “pr´oximo” a 1. Para lograrlo descompondremos el cubo C en otros cubos de manera que esto ocurra. Concretando, ya que la funci´on (x, y) →
−1
dgy ◦ dgx es uniformemente continua en C × C, para cada ε > 0, existe una descomposici´on de C como uni´on finita de cubos cerrados Ci , con interiores disjuntos dos a dos, tales que
−1
dgy ◦ dgx < 1 + ε, para x, y pertenecientes al mismo Ci .
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
52
Para cada cubo Ci sea yi ∈ Ci tal que |det dgyi | = inf {|det dgz | ; z ∈ Ci } . Tendremos n
Z
n
m (g (Ci )) ≤ |det dgyi | (1 + ε) m(Ci ) ≤ (1 + ε)
|det dg|
Ci
y por tanto m (g(C)) ≤
X
n
m (g (Ci )) ≤ (1 + ε)
XZ
i
n
|det dg| = (1 + ε)
Ci
i
Z
|det dg|
C
donde hemos tenido en cuenta para probar la u´ ltima igualdad que los solapamientos de los conjuntos Ci forman un conjunto de medida nula. Por u´ ltimo, puesto que esta desigualdad vale para R cada ε > 0, se sigue que m (g (C)) ≤ C |det dg| . Lema 3.30. Sea g un cambio de variable de U en V. Sea A un abierto contenido en U, entonces m (g (A)) ≤
Z
|det dg| .
A
Demostraci´on. Obs´ervese en primer lugar que por ser A abierto, su imagen g(A) tambi´en es un abierto y en particular es un conjunto medible. Descompongamos el abierto A como uni´on numerable de cubos Ci cerrados con interiores disjuntos dos a dos. Por ejemplo ya hemos visto Q que todo abierto es uni´on numerable de cubos disjuntos del tipo (ai , bi ] y es ya f´acil ver que e´ ste se puede expresar como uni´on numerable de cubos cerrados con interiores disjuntos. Aplicando a cada cubo el lema anterior m (g (A)) ≤
X
m (g (Ci )) ≤
XZ
|det dg| =
Z
Ci
|det dg| .
A
Teorema 3.31. Sea g un cambio de variable de U en V . Sea E un conjunto medible contenido en U , entonces g(E) es medible y m (g (E)) ≤
Z
|det dg| .
E
Demostraci´on. Supongamos, en primer lugar, que |det dg| est´a acotado en U por k. Sea por el momento E acotado. Por ser medible, para cada ε > 0 existen un compacto K y un abierto A, que podr´a suponerse contenido en U , tales que K ⊂ E ⊂ A y m(A − K) < ε. Tendremos entonces que g(K) es un compacto, g(A) es abierto, g (K) ⊂ g(E) ⊂ g(A). Aplicando el lema anterior m (g (A) − g (K)) = m (g (A − K)) ≤
Z
|det dg| ≤ km(A − K) < kε.
A−K
De donde se obtiene la medibilidad de g (E) . Por otro lado m (g (E)) ≤ m (g (A)) ≤
Z E
|det dg| +
Z A−E
|det dg| ≤
Z E
|det dg| + kε.
´ 3.9. CAMBIO DE VARIABLE EN LA INTEGRACION
53
Puesto que vale para todo ε > 0 se tiene m (g (E)) ≤ E |det dg| . Si E no es acotado se podr´a expresar como uni´on de una sucesi´on mon´otona creciente de conjuntos medibles Em acotados. Aplicando la proposici´on a cada uno de ellos tendremos que g(E) = ∪g(Em ) ser´a medible y R
m (g (E)) = lim m (g (Em )) ≤ lim
Z
|det dg| =
Em
Z
|det dg| .
E
Por u´ ltimo, si |det dg| no est´a acotado consideremos Um = {x ∈ U ; |det dg| < m} y apliquemos el teorema a E ∩ Um . Tendremos que g(E) = ∪m g(E ∩ Um ) ser´a medible y m (g (E)) = lim m (g (E ∩ Um )) ≤ lim
Z
|det dg| =
E∩Um
Z
|det dg| .
E
Podemos pasar ya a enunciar el teorema del cambio de variable Teorema 3.32. Sea g un cambio de variable de U en V y E un conjunto medible contenido en U. a) Si f es una funci´on medible no negativa definida en V se tiene Z
f=
Z
g(E)
f ◦ g |det dg| .
E
b) Sea f una funci´on definida en V entonces f es integrable en g(E) si y solamente si es integrable f ◦ g |det dg| en E y en este caso Z
f=
Z
g(E)
f ◦ g |det dg| .
E
Demostraci´on. Probemos a). Consideremos en primer lugar una funci´on simple medible. Sea P s = ri=1 ai χg(Ei ) con E = ∪Ei y los Ei disjuntos dos a dos. Tendremos como consecuencia de la proposici´on anterior Z
X
s=
g(E)
ai m(g(Ei )) ≤
X
i
i
ai
Z
|det dg| =
Ei
Z
s ◦ g |det dg| .
E
Sea ahora f no negativa. Tendremos Z g(E)
Z
sup E
f = sup
(Z
)
s; 0 ≤ s ≤ f, s simple ≤
g(E)
s ◦ g |det dg| ; 0 ≤ s ≤ f, s simple ≤
Z E
f ◦ g |det dg| .
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
54
Veamos la desigualdad en el otro sentido. Apliquemos la desigualdad que acabamos de probar al cambio de variable g −1 , a la funci´on f ◦ g |det dg| y al conjunto g (E) . Tendremos Z
f ◦ g |det dg| ≤
E
Z
g(E)
(f ◦ g |det dg|) ◦ g −1 det dg −1 =
Z
f
g(E)
y, por tanto, hemos probado a). Veamos b). Sabemos que f es integrable sobre g(E) si las integrales de f + y de f − son finitas. An´alogamente f ◦ g |det dg| es integrable en E si son finitas las integrales de (f ◦ g |det dg|)+ = f + ◦ g |det dg| y de (f ◦ g |det dg|)− = f − ◦ g |det dg| . Aplicando el apartado a) a cada una de estos pares de RfuncionesRtendremos que f es integrable en g(E) si y s´olo si f ◦ g |det dg| es integrable en E y g(E) f = E f ◦ g |det dg| . Obs´ervese que si aplicamosR el teorema del cambio de variable a la funci´on constante igual a 1 obtenemos que m(g(E)) = E |det dg| . Ejemplo 3.12.
1. Veamos que la funci´on x2 (x2 + y 2 )2 ln2 (x2 + y 2 ) n
es integrable en (x, y) ∈ R2 ; x2 + y 2 <
1 4
o
. Efectuemos el cambio a coordenada polares. ρ2 cos2 ϕ ρ. ρ4 ln2 ρ2
Deberemos integrar la funci´on no negativa tanto la funci´on es integrable.
La integral iterada es finita y por
2. Calculemos el volumen del recinto de R3 definido por x2 + y 2 + z 2 ≤ 2, z ≥ x2 + y 2 . La intersecci´on de las superficies x2 + y 2 + z 2 = 2, z = x2 + y 2 son los puntos de la forma z = 1, z = x2 + y 2 . Aplicando el teorema de Fubini tendremos que calcular q
Z
2−
x2 +y 2 ≤1
x2
−
y2
2
− x +y
2
.
Pasemos esta integral a coordenadas polares. Deberemos calcular √ q Z 8 2−7 2 2 2−ρ −ρ ρ=π . 6 (ρ,ϕ)∈[0,1]×[0,2π] 3. Calculemos
R [0,+∞)×[0,+∞)
e−x
2 −y 2
. Es equivalente al c´alculo de la integral sobre (0, +∞) × (0, +∞) . 2
Pasando a coordenadas polares deberemos calcular π2 0+∞ e−ρ ρdρ = π4 . N´otese que de √ R 2 aqu´ı puede verse que 0+∞ e−x dx = 2π . En efecto, por el teorema de Fubini R
Z 0
+∞
2
e−x dx
2
=
Z [0,+∞)×[0,+∞)
e−x
2 −y 2
.
3.10. EJERCICIOS 4. Calculemos
55
R D
3
1 + (x2 + y 2 + z 2 ) 2
donde
n
o
D = (x, y, z) ∈ R3 ; x2 + y 2 + z 2 ≤ 1 . Pasando a coordenadas esf´ericas deberemos calcular Z
(ρ,ϕ,λ)∈(0,1)×(0,2π)×(− π2 , π2 )
1+ρ
3
1 1 ρ cos λ = 4π + . 3 6
2
2
2
5. Calculemos el volumen del dominio definido por z > 0, z < x +y , x2 + y 2 < 4. Pasando 2 a coordenadas cil´ındricas deberemos integrar la funci´on ρ sobre el dominio ρ2 (ρ, ϕ, z) ; 0 < z < , 0 < ρ < 2, 0 < ϕ < 2π . 2
(
)
Las fronteras de estos dominios no afectan, una vez m´as, al c´alculo de las integrales 2π
3.10
R2 0
ρdρ
R
ρ2 2
0
dz = 2π
ρ3 0 2 dρ
R2
= 4π.
Ejercicios
1. Sea S un conjunto denso en R. Prueba que si f : Rn → R es tal que f −1 ((−∞, a)) es medible para toda a ∈ S entonces f es medible. 2. Prueba que si s es una funci´on simple medible y f es una funci´on medible entonces s ◦ f es medible. Prueba que la composici´on de dos funciones medibles definidas en R a valores reales es medible. 3. Sea f (x, y) = E [x + y] donde E [z] es la parte entera de z. Halla la integral en [0, n] × [0, m] para n y m naturales. n 4. Sea la sucesi´on de funciones fn (x) = x2 +n 2 . Prueba que lim fn (x) = 0 uniformemente R n en R y que al tiempo R x2 +n2 = π. ¿Contradice esto el teorema de la convergencia dominada? ¿Qu´e puede decirse en relaci´on a este teorema? √ R sin x2 +y2 2 √ 5. Calcula D donde D es el dominio definido por π9 < x2 + y 2 < π 2 . 2 2 x +y
6. Determina los valores de a tales que el volumen de
3
2
2
(x, y, z) ∈ R , z > 1, x + y <
es finito. 7. Estudia la integrabilidad o no integrabilidad de
a
1 z
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
56 xy x2 +y 2 ≤1 (x2 +y 2 )a
(a)
R
(b)
√ln x (1,+∞) x x2 −1 . R xy x2 +y 2 ≥1 (x2 +3y 2 )a
(c)
seg´un los diversos valores de a.
R
seg´un los diversos valores de a.
8. Estudia la integrabilidad para los diversos valores de a de la funci´on (0, 1) .
1 |x−y|a
en (0, 1) ×
9. Prueba por inducci´on que si Bn es la bola de radio r en el espacio n−dimensional, se cumple m (Bn ) = cn rn . Determina las constantes cn para n = 2, 3, 4. 10. Sea
R +∞ 0
2
e−x cos xt dx. Prueba que F 0 (t) = − 21 tF (t) y calcula F (t).
11. Prueba que para todo t 6= 0 existe la derivada de
R1 0
ln (x2 + t2 ) dx.
12. Calcula el volumen del dominio intersecci´on de los cilindros x2 + y 2 ≤ 1 y x2 + z 2 ≤ 1. 13. Invierte los o´ rdenes de integraci´on en (a) (b)
R R
π 2
0 1 2
0
R cos x
(
0
R √ x
f (x, y) dy) dx.
2x−x2
f (x, y) dy dx.
14. Estudia la integrabilidad de Riemann impropia y la de Lebesgue de
R1
1 0 x
sin x1 .
15. Prueba que lim
Z
n
0
x 1− n
n
x 2
e dx =
Z
+∞
x
e− 2 dx.
0
2
16. Consideremos K = 0+∞ e−x dx. Veamos una forma de calcularlo. Sea x = ut, tendremos R +∞ −u2 t2 K=u 0 e dt.˙ Por lo tanto R
K
Z 0
+∞
2
e−u du = K 2
Z 0
+∞
2
e−u udu
Z
+∞
2 2
˙ e−u t dt.
0
Justifica que se puede intercambiar el orden de integraci´on y calcula K. 17. Calcula
R D
z, donde D es el dominio definido por x2 + y 2 ≤ z 2 , z ≥ 0, x2 + y 2 + z 2 ≤ 1.
18. Halla el volumen de la intersecci´ on de la bola unidad x2 + y 2 + z 2 ≤ 1 con el interior del 2 cilindro definido por x2 + y − 12 = 14 . 19. Calcula D (x + y)3 (x − y)2 donde D es el recinto acotado limitado por las rectas x + y = 1, x − y = 1, x + y = 3, x − y = −1. R
´ 3.11. NOTA HISTORICA
3.11
57
Nota hist´orica
La idea de a´ rea de un rect´angulo, de un tri´angulo y de otras figuras geom´etricas aparece ya en el Antiguo Egipcio y en Babilonia. Los griegos admit´ıan que figuras simples ten´ıan un a´ rea que era un n´umero no negativo. Estos n´umeros ten´ıan una propiedad de aditividad ,esto es, si R era la uni´on disjunta de S y T se cumpl´ıa a (R) = a (S) + a (T ) . El m´etodo b´asico para determinar un a´ rea era el m´etodo de exhauci´on que, al parecer, proviene de Eudoxio (∼ 300 a. C.) y aparece en los Elementos de Euclides. Se aproximaba el a´ rea de una determinada figura por la de pol´ıgonos inscritos de las que se conoc´ıa su a´ rea. No se trataba despu´es de hacer un paso al l´ımite m´as o memos riguroso sino que mediante un m´etodo alternativo, riguroso, se evitaba su uso. De esta forma pod´ıan probar, por ejemplo, que la raz´on de las a´ reas de dos c´ırculos era equivalente a la raz´on de los cuadrados de los di´ametros y otros muchos resultados. Arqu´ımedes (287-212 a.C.) estudi´o las longitudes de ciertas curvas as´ı como gran n´umero de a´ reas y vol´umenes. Aplic´o el m´etodo de exhauci´on a problemas que fueron despu´es fuente de inspiraci´on para los creadores del C´alculo. Sus resultados, como todos los de la e´ poca, se expresaban en forma de proporciones. Una de las novedades m´as significativas es el trabajo de “El m´etodo” en que utiliza ciertas ideas de la mec´anica para obtener resultados que luego probar´a con el m´etodo de exhauci´on. La creaci´on del C´alculo fue una respuesta a los problemas pr´acticos y cient´ıficos que se presentaban en el siglo XVII. Algunos de los problemas que se plantearon fueron el c´alculo de longitudes de curvas (por ejemplo, distancias recorridas por un planeta), a´ reas limitadas por curvas, centros de gravedad, vol´umenes acotados por superficies, etc. En esta e´ poca se vuelven a estudiar los trabajos de Arqu´ımedes y el m´etodo de exhauci´on y se modifican totalmente con la invenci´on del C´alculo. Se sigue admirando el rigor del m´etodo de exhauci´on pero prima la obtenci´on de resultados r´apidos, f´aciles y generales. Por otra parte la geometr´ıa anal´ıtica de Descartes (1596-1650) permit´ıa una nueva formulaci´on de los problemas de a´ reas y vol´umenes. Entre los iniciadores de la e´ poca deben mencionarse a Kepler (1571-1630), Galileo (15641642) y Cavalieri (1598-1647). El m´etodo de Kepler consiste en identificar la a´ reas y vol´umenes con una suma de infinitos elementos infinitesimales. De esta forma el a´ rea de un c´ırculo es la suma de las a´ reas de infinitos tri´angulos con base en la circunferencia y v´ertice en el centro. El volumen de la esfera se obtiene como suma de vol´umenes de pir´amides. La descomposici´on en “indivisibles” depende del problema particular que se presenta. Piensa que, si se desea, se pueden rigorizar los resultados obtenidos mediante el m´etodo de exhauci´on. Galileo consider´o tambi´en las a´ reas en forma similar como suma de indivisibles. Esta t´ecnica fue popularizada por Cavalieri. Dadas dos figuras se establece una correspondencia biyectiva entre los infinitesimales. Si estos tienen a´ reas en una cierta proporci´on, e´ sta se conserva en los vol´umenes. Fermat (1601-1665) y Pascal (1623-62) utilizaron una variante del m´etodo de exhauci´on. En lugar de considerar diferentes aproximaciones poligonales de las figuras dependiendo del problema se empez´o el uso sistem´atico de los rect´angulos. En esta e´ poca se empezaron a introducir los m´etodos anal´ıticos en el C´alculo. Entre otros matem´aticos del momento cabe citar a Wallis (1616-1703) y a Barrow (1630-1677). Estaba, por otra parte, en el ambiente la conveniencia de obtener m´etodos generales. Esta fue la principal
58
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
aportaci´on de Newton (1642-1727) y de Leibniz (1646-1716). El mayor e´ nfasis del trabajo de Newton se situ´o en la derivaci´on. Plante´o el problema de la antiderivaci´on e identific´o e´ sta con el problema del c´alculo del a´ rea. Estableci´o la regla del cambio de variables en la integraci´on. Clasific´o ciertos tipos de integrales, estableci´o la f´ormula para el c´alculo de longitudes de curvas, etc.. Leibniz dio un mayor e´ nfasis al c´alculo de a´ reas. Lo plante´o como suma infinita de “diferenR ciales” que luego se computaba por antiderivaci´on. Introdujo la notaci´on para la integraci´on. Como Newton no defini´o con rigor sus conceptos. Sus contempor´aneos admitieron sus resultados como correctos pero, con frecuencia, eran conscientes de la poca claridad de ciertos conceptos b´asicos como los elementos infinitamente peque˜nos o de c´omo la suma de infinitos de estos pod´ıa ser finita. Durante el siglo XVIII se desarroll´o el C´alculo. Se dio un tratamiento formal de los problemas sin una gran preocupaci´on con los fundamentos. Euler es la figura m´as destacada. El uso de la integral como l´ımite de sumas era limitado. Se utilizaba el lenguaje de Leibniz pero pensando en t´erminos de antiderivaci´on. Se desarrollaron t´ecnicas de c´alculo de primitivas como la descomposici´on en fracciones simples, utilizaci´on de logaritmos o t´ecnicas de desarrollo en serie. Se estudiaron integrales m´ultiples calcul´andolas mediante integrales reiteradas. Para Euler una funci´on era una “expresi´on anal´ıtica”, aunque tambi´en consideraba funciones que ten´ıan diferentes expresiones en diferentes partes del dominio. El inter´es sobre funciones arbitrarias se desarroll´o en relaci´on con el problema de la cuerda vibrante, principalmente por D’Alembert (1717-1783) y a los trabajos sobre la teor´ıa del calor por Fourier (1768-1830). La representaci´on de funciones mediante series trigonom´etricas necesitaba justificar la existencia R de integrales de la forma f (x) cos nx. Durante el siglo XVIII la integraci´on era esencialmente antiderivaci´on y para estas funciones no era evidente la existencia de primitiva. Ello hizo volver a la concepci´on de integral como un a´ rea, concepto que, por otra parte, tampoco estaba definido. A Cauchy (1789-1857) y a Bolzano (1781-1848) se les atribuye el concepto actual de funci´on continua. Cauchy defini´o la integral de una funci´on continua en un intervalo como un l´ımite P de expresiones f (xi−1 ) (xi − xi−1 ). Prob´o que este l´ımite se puede obtener como antiderivaci´on. Durante el siglo XVIII se admit´ıa intuitivamente la existencia de a´ reas y vol´umenes y se calculaban con integrales. Cauchy defini´o estos conceptos mediante integrales de funciones continuas que hab´ıa previamente introducido. La definici´on general de a´ rea y volumen quedaba sin resolver. Con Dirichlet (1805-59), en sus trabajos sobre series de Fourier, aparece la primera distinci´on entre funciones continuas e integrables. Riemann (1826-66), continuando los trabajos sobre estas series, se plantea estudiar la situaci´on m´as general posible en que existan los l´ımites de las sumas que aparec´ıan en la integral de Cauchy y deslig´o la noci´on de integrabilidad de la de continuidad. En a˜nos posteriores se reformul´o la integral de Riemann preparando las generalizaciones posteriores. As´ı Darboux (1842-1917) y otros autores definen las sumas superiores e inferiores y Volterra (1860-1940) introdujo las nociones de integral superior e inferior. Durante la d´ecada de los 1880 se estudia la relaci´on entre integrabilidad y puntos de discontinuidad y el inter´es se centra en medir el conjunto de estos puntos. La noci´on de contenido exterior fue debida a Stolz (1842-1905) en una variable y a Cantor (1845-1918) en varias variables. Este concepto de contenido no cumpl´ıa la propiedad de la
´ 3.11. NOTA HISTORICA
59
aditividad finita. Peano (1858-1932) dio la primera definici´on formal de a´ rea. Retoma las ideas de Eudoxio considerando pol´ıgonos que contienen y que est´an contenidos en una regi´on. Si el ´ınfimo de las a´ reas de los primeros y el supremo de las a´ reas de los segundos coinciden, e´ sta es el a´ rea de la regi´on. Jordan (1838-1922) considera la misma construcci´on con pol´ıgonos de lados paralelos a los ejes. El a´ rea es lo que hemos denominado contenido de Jordan. Borel (1871-1956) consider´o medidas de lo que hemos llamado conjuntos borelianos en sus trabajos sobre la teor´ıa de funciones complejas. No generalizaba el concepto de contenido pero se cumpl´ıa la propiedad de la aditividad numerable. Lebesgue (1875-1945) ampli´o la noci´on de integral empezando por aumentar los conjuntos medibles. Su concepto de medida ampl´ıa el concepto de contenido de forma que se cumple la propiedad de la aditividad numerable. Formul´o los teoremas b´asicos de la teor´ıa de la integraci´on. Trabaj´o tambi´en con integrales m´ultiples. A este respecto deben citarse adem´as los trabajos de Fubini (1879-1943). La integral de Lebesgue fue generalizada por Radon (1887-1956) dando un concepto que incluye tanto e´ sta como la de Stieltjes (1856-94). Otras formulaciones de estos conceptos, como la de Daniell no requieren una construcci´on completa de la teor´ıa de la medida para la formulaci´on de la teor´ıa de la integral.
60
CAP´ITULO 3. INTEGRAL DE LEBESGUE
Cap´ıtulo 4 Calculo vectorial 4.1
Longitud de un arco de curva. El par´ametro arco.
Definici´on 4.1. Un arco de curva o simplemente una curva en Rn es una aplicaci´on continua de un intervalo [a, b] en Rn . Si la aplicaci´on es de clase C r se dice que la curva es de esta clase. γ(a) y γ(b) reciben respectivamente el nombre de punto inicial y final del arco. Si existe una partici´on de [a, b] de la forma a = t0 < t1 < ... < tm = b de manera que la restricci´on de la curva a cada intervalo [ti−1 , ti ] sea de clase C r se dice que la curva es de clase C r a trozos. Si una curva γ definida en [a, b] cumple que γ (a) = γ (b) se dice cerrada. Si es inyectiva con la posible excepci´on de que γ (a) = γ (b) se dice simple. Debe distinguirse entre la curva γ que es una aplicaci´on y su imagen que denotaremos por γˆ. La imagen no determina la clase de la curva. Sea un arco de curva γ : [a, b] → Rn . A cada partici´on Π del dominio de definici´on de la forma a = t0 < t1 < · · · < tm = b se le puede asociar una poligonal de v´ertices γ(ti ). Esta P poligonal tendr´a por longitud l(γ, Π) = m i=1 kγ (ti ) − γ (ti−1 )k. Observemos que si Π1 es una partici´on m´as fina que Π se cumple que l(γ, Π) ≤ l (γ, Π1 ). Basta considerar el caso en que Π1 consiste en a˜nadir un punto a la partici´on Π y tener en cuenta la desigualdad triangular para la norma en Rn . Estas longitudes pueden pensarse como aproximaciones a la longitud de la curva. Es entonces natural considerar la siguiente definici´on. Definici´on 4.2. Sea un arco de curva γ : [a, b] → Rn . Diremos que la curva es rectificable si el conjunto de las longitudes de las poligonales inscritas en la curva est´a acotado. En este caso se llama longitud del arco al supremo de este conjunto. Se trata de ver que las curvas de clase C 1 son rectificables y que su longitud puede obtenerse mediante una integral. Ser´a conveniente disponer de la definici´on de integral de una funci´on vectorial. Definici´on 4.3. Sea E un conjunto medible de Rm y f : E → Rn una funci´on definida por n funciones a valores reales f = (f1 , ..., fn ) . Se dice que f es medible (resp.integrable) en E si lo R R R son cada una de las funciones f1 , ..., fn . En este caso se define E f = ( E f1 , ..., E fn ) . 61
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
62
Teorema 4.1. Sea E un conjunto medible de Rm y f : E → Rn una funci´on medible. Entonces 1 P f es integrableRsi y s´oloRsi la funci´on a valores reales kf k = ( ni=1 (fi )2 ) 2 es integrable. En este caso se tiene k E f k ≤ E kf k . Demostraci´on. La afirmaci´on sobre la integrabilidad se obtiene de las desigualdades |fi (x)| ≤ kf (x)k ≤
n X
|fj (x)| .
j=1
Veamos que se Rcumple la desigualdad k E f k ≤R E Rkf k . R R R R R R 2 k E f k = E f · E f = E (( E f ) · f ) ≤ E k E f k kf k ≤ k E f k E kf k . Simplificando, se obtiene la desigualdad. Naturalmente si este valor fuese cero la desigualdad ser´ıa trivial. R
R
Teorema 4.2. Sea un arco de curva γ : [a, b] → Rn de clase C 1 . El arco es rectificable y su Rb longitud es L = a kγ 0 (t)k dt. Obs´ervese que por ser la curva de clase C 1 la funci´on en el integrando es continua y por tanto la integral existe en el sentido de Riemann. Demostraci´on. Veamos en primer lugar la rectificabilidad del arco. Veamos que el conjunto de las longitudes de las poligonales inscritas en el arco est´a acotada. l (γ, Π) =
R
ti m 0 i=1 kγ (ti ) − γ (ti−1 )k = i=1 ti−1 γ (t) dt ≤ Rb = a kγ 0 (t)k dt.
Pm
P
Pm R ti
i=1 ti−1
kγ 0 (t)k dt
Esta u´ ltima integral es finita y por tanto γ es rectificable. Adem´as L = sup l (γ, Π) ≤ Π
Z
b
kγ 0 (t)k dt.
a
Veamos la desigualdad en sentido inverso. Sea ε > 0, por la continuidad uniforme de γ 0 (t), existe δ > 0 tal que si |t − u| ≤ δ entonces kγ 0 (t) − γ 0 (u)k < ε. Sea Π una partici´on de [a, b] tal que para cada i, |ti − ti−1 | < δ. Tendremos Pm R ti Pm R ti 0 0 (kγ 0 (ti )k + ε) dt a kγ (t)k dt = i=1 ti−1 kγ (t)k dt ≤
R i=1 ti−1 Pm R ti P
ti m 0 0 0 0 i=1 ti−1 (γ (ti ) − γ (t) + γ (t)) dt + i=1 ti−1 γ (ti )dt + ε (b − a) = P ε (b − a) ≤ m i=1 kγ (ti ) − γ (ti−1 )k + 2ε (b − a) ≤ L + 2ε (b − a) . Rb
=
Puesto que la desigualdad vale para cada ε > 0 se tiene que
Rb a
kγ 0 (t)k dt ≤ L.
Dada una curva γ : [a, b] → Rn y una aplicaci´on biyectiva g : [α, β] → [a, b] de clase C 1 con inversa del mismo tipo, se tiene que γ ◦ g es un arco de curva con dominio de definici´on [α, β]. Se dice que ha sido obtenida a partir de la primera mediante un cambio de par´ametros. Por ser g 0 continua y no nula deber´a ser en todos los puntos positiva o en todo los puntos negativa. En el
´ SOBRE ARCOS DE CURVA 4.2. INTEGRACION
63
primer caso g es mon´otona creciente y no var´ıa la orientaci´on de la curva en el sentido de que su inicio y final es el mismo para γ que para γ ◦ g. Si g 0 es negativa, g es mon´otona decreciente, se tiene que g(α) = b y g(β) = a, con lo que los inicios y finales de los arcos quedan permutados. Se dice que el cambio de par´ametros cambia la orientaci´on. Ejemplo 4.1. Sea un arco de curva γ : [a, b] → Rn . La curva γ1 (t) = γ(a + b − t) est´a tambi´en definida en el intervalo [a, b] y cambia la orientaci´on del arco. Se suele escribir −γ. Debe observarse que si una curva se obtiene a partir de otra por medio de un cambio de par´ametros, la longitud no var´ıa. Es suficiente tener en cuenta que el conjunto de poligonales consideradas en la definici´on de longitud del arco es el mismo en los dos casos. Definici´on 4.4. Una curva γ de clase C 1 se dice regular si γ 0 (l) 6= 0 para todo valor l del par´ametro. Veamos un cambio de par´ametro en estas curvas regulares de especial importancia. Consideremos un arco de curva regular γ :R[a, b] → Rn de longitud L. Consideremos la aplicaci´on s : [a, b] → [0, L] definida por s(t) = 0t kγ 0 (l)k dl. Se trata de una aplicaci´on biyectiva, de clase C 1 , estrictamente creciente, con s0 (t) = kγ 0 (t)k . Su aplicaci´on inversa t = t(s) definida en [0, L], a valores en [a, b] , define un cambio de par´ametro en la curva. A este nuevo par´ametro s se le denomina par´ametro arco. Obs´ervese que si expresamos el arco en este nuevo par´ametro 1 = 1. De esta γ1 (s) = γ(t(s)), tendremos que kγ10 (s)k = kγ 0 (t(s))k |t0 (s)| = kγ 0 (t(s))k kγ 0 (t(s))k R s1 0 forma la longitud del arco de curva entre los par´ametros s0 y s1 ser´a s0 kγ1 (s)k ds = s1 − s0 , es decir, coincide con la diferencia entre los dos par´ametros. Ejemplo 4.2. Consideremos un arco de h´elice en R3 dado por las ecuaciones x = R cos t, y = R sin t, z = kt y definido en [0, 2π]. Tendremos que, siguiendo las notaciones anteriores, 1 1 R s(t) = 0t (R2 + k 2 ) 2 dr = (R2 + k 2 ) 2 t. La funci´on cambio de par´ametro al par´ametro arco −1 ser´a t(s) = s (R2 + k 2 ) 2 y las ecuaciones de la curva en el par´ametro arco ser´an
x = R cos R2 + k 2
− 1
2
s, y = R sin R2 + k 2
− 1 2
s, z = k R2 + k 2
− 1 2
s.
4.2 Integraci´on de un campo escalar y de un campo vectorial sobre un arco de curva 4.2.1
Integraci´on sobre un arco de curva
La idea de integral de un campo escalar sobre una curva responde a la idea f´ısica de c´alculo de la masa de una “curva material” de la que se conoce una distribuci´on de densidades. Si la curva con respecto su par´ametro arco es γ : [0, L] → Rn y f : γ ˆ → R es una distribuci´on de densidades, una aproximaci´on de su masa correspondiente a una partici´on 0 = s0 < s1 < ... < sm = L de P [0, L] se obtendr´a como m on es una suma de Riemann de la i=1 f (γ(si ))(si − si−1 ). Esta expresi´ funci´ o n f ◦ γ y, por tanto, su l´ ı mite al variar las particiones haciendo max(si − si−1 ) → 0 ser´a RL ametro arbitrario t ∈ [a, b] , s = s(t) la anterior integral 0 f (γ(s))ds. Si se trabaja con un par´
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
64 quedar´a ab f (γ(s(t)))s0 (t)dt = siguientes definiciones. R
Rb a
f (γ1 (t)) kγ10 (t)k dt, donde γ1 = γ ◦ s. Esto nos lleva a las
Definici´on 4.5. Sea γ : [a, b] → Rn un arco de curva de clase C 1 . Llamaremos un campo escalar sobre un subconjunto de Rn a una aplicaci´on continua de este subconjunto en R. Si f es un campo escalar sobre γˆ (o sobre unR conjunto que contenga a e´ ste), llamaremos integral Rb de este campo sobre γ y la escribiremos γ f ds a la integral a f (γ(t)) kγ10 (t)k dt. Si la curva es de Rclase C 1 a trozos se define como la suma de las integrales sobre cada uno de los trozos Pn ti 0 i=1 ti−1 f (γ (t)) kγ (t)k dt. Observemos, en primer lugar, que esta integral no depende de una particular parametrizaci´on de la curva. En efecto si Rg : [α, β] → [a, b] es un cambio de par´ametros y γ1 = γ ◦ g tendremos Rb R 0 0 0 0 a f (γ(t)) kγ (t)k dt = [α,β] f (γ (g (l))) kγ (g (l))k |g (l)| dl = [α,β] f (γ1 (l)) kγ1 (l)k dl. En particular, aunque el cambio de par´ ametros cambie la orientaci´ on la integral Rno var´ıa. R R R R Es inmediato comprobar que γ (f1 + f2 ) ds = γ f 1 ds + γ f2 ds y que γ λf ds = λ γ f ds R R para λ ∈ R. Es tambi´en una comprobaci´on directa que γ f ds ≤ γ |f | ds. Se trata ahora de definir la integral de un campo vectorial. Esta integral corresponde a la idea f´ısica de trabajo desarrollado por un campo al transportar un punto material a lo largo de un arco de curva. Sea F un campo de fuerzas en Rn y γ : [0, L] → Rn un arco de curva de clase C 1 expresado en el par´ametro arco. Puesto que kγ 0 (s)k = 1 una aproximaci´on al trabajo realizado ser´a m X
F (γ (si )) · γ 0 (si ) (si − si−1 ) donde 0 = s0 < s1 < ... < sm = L.
i=1
Se trata de una suma de Riemann correspondiente a la partici´ on {si } para la funci´on (F ◦ γ) · γ 0 RL y por tanto su l´ımite cuando max (si − si−1 ) →R 0 ser´a 0 F (γ (s)) · γ 0 (s) ds. Si expresamos la curva en otro par´ametro la integral quedar´ıa ab F (γ1 (t)) · γ10 (t) dt. Esto nos lleva a dar las siguientes definiciones. Definici´on 4.6. Un campo vectorial en un subconjunto E de Rn es una aplicaci´on continua F : E → Rn . Sea γ : [a, b] → Rn un arco de curva de clase C 1 y F un campo vectorial R sobre γˆ. Llamaremos integral del campo F sobre γ y lo escribiremos γ F · ds a la integral Rb · γ 0 (t) dt. Si la curva es de clase C 1 a trozos se define como la suma en cada uno de a F (γ (t)) Pm R ti los trozos i=1 ti−1 F (γ (t)) · γ 0 (t) dt. Esta integral recibe tambi´en el nombre de circulaci´on del campo respecto el arco de curva. La primera observaci´on que debe hacerse es que este valor no var´ıa al efectuar un cambio de par´ametro que respete la orientaci´on. El valor cambia de signo si la orientaci´on cambia. En efecto si g : [α, β] → [a, b] es un cambio de par´ametros que conserva la orientaci´on y γ1 = γ ◦ g Rb a
F (γ (t)) · γ 0 (t) dt = αβ F (γ (g (l))) · γ 0 (g (l)) g 0 (l) dl = Rβ 0 α F (γ1 (l)) · γ1 (l) dl. R
Si el cambio es tal que la orientaci´on se invierte, es decir g 0 (l) < 0, tendremos Rb a
F (γ (t)) · γ 0 (t) dt = βα F (γ (g (l))) · γ 0 (g (l)) g 0 (l) dl = R − αβ F (γ1 (l)) · γ10 (l) dl. R
´ SOBRE ARCOS DE CURVA 4.2. INTEGRACION R
Es inmediato comprobar que R λ γ F · ds para λ ∈ R.
γ
65
(F1 + F2 ) · ds =
R γ
F1 · ds +
R γ
F2 · ds y que
R γ
λF · ds =
Ejemplo 4.3. Consideremos la curva x = R cos t, y = R sin t, z = kt definida en [0, 2π] y el campo escalar f (x, y, z) = z 2 . Tendremos Z
2π
Z
f ds =
γ
k 2 t2 R2 + k 2
1
2
dt = R2 + k 2
1 (2π)3 2
0
3
k2.
Si ahora F es un campo vectorial F (x, y, z) = (y, −x, 0) tendremos Z
F · ds =
γ
4.2.2
2π
Z
−R2 sin2 t − R2 cos2 t dt = −R2 2π.
0
La integral de un campo a lo largo de una curva y el lenguaje de formas
Un campo vectorial F en Rn puede pensarse como una correspondencia que a cada punto x se P le asigna un diferencial en el punto, es decir, una expresi´on del tipo ni=1 Fi (x) dxi x . Obs´ervese que no decimos que sea la diferencial de la misma funci´on en cada punto. Es decir se trata simplemente de asignar a cada punto x la n-pla F1 (x) , ..., Fn (x). Es lo que se llama una forma P de orden uno y lo escribiremos brevemente ni=1 Fi dxi . Sea Φ : Rm → Rn una funci´on de clase C 1 . Se define una aplicaci´on Φ∗ de las formas de orden uno en Rn en las formas de orden uno P P en Rm mediante la expresi´on Φ∗ ( ni=1 Fi dxi ) = ni=1 Fi ◦ ΦdΦi . Si Φ est´a definida en un cierto subconjunto de Rm , en e´ l estar´an definidas las nuevas formas. En particular, si τ : [a, b] → Rn P P es un arco de curva de clase C 1 tendremos que γ ∗ ( ni=1 Fi dxi ) = ni=1 Fi ◦ γ (t) γi0 (t) dt. Es entonces natural dar la siguiente definici´on. Definici´on 4.7. Sea w = ni=1 Fi dxi una forma de orden uno definida en Rn y γ : [a, b] → Rn un arco de curva de clase C 1 . Se define la integral de w sobre γ como P
Z X n γ i=1
Fi dxi =
Z
b
γ∗
a
n X i=1
!
Fi dxi =
Z
b
a
n X
!
Fi ◦ γ (t) γi0 (t) dt.
i=1
Obs´ervese que si se efect´ua un cambio de par´ametros que no cambie la orientaci´on de la curva la integral no var´ıa. En efecto, si g : [c, d] → [a, b] es un cambio de par´ametros con g 0 (l) > 0 y llamamos σ = γ ◦ g tendremos R Pn γ
i=1
Fi dxi =
R d Pn R b Pn 0 0 0 a ( Ri=1 Fi ◦ γ (t) γi (t)) dt = c ( Ri=1 Fi ◦ γ (g (l)) γi (g (l))) g (l) dl = Pn d Pn 0 c
(
i=1
Fi ◦ σ (l) σi (l)) dl =
σ
i=1
Fi dxi .
Debe observarse tambi´en que esta definici´on coincide con la dada para el campo vectorial F . As´ı pues, estas integrales se pueden pensar indistintamente como la integral de un campo de vectores, que responde a la idea de trabajo de un campo de fuerzas, o como la integral de una forma de orden uno que, mediante la curva, se ha transportado a una integral sobre un intervalo de una forma del tipo g(t)dt.
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
66
Ejemplo 4.4. Sea γ (t) = (t, t, sin t), 0 < t < π2 . Tendremos Z
zdx + xdy + dz =
γ
Z
π 2
(sin t + t + cos t) dt =
0
π2 . 8
4.3 Teorema de Green 4.3.1
Teorema de Green para dominios elementales
Sea un intervalo bidimensional I = (a, b) × (c, d) en R2 . Su frontera estar´a formada por cuatro intervalos unidimensionales que supondremos orientados de tal forma que “al recorrerlos quede I a la izquierda”. Es decir, por el intervalo de origen (a, c) y extremo (b, c), el de origen (b, c) y extremo (b, d), el de origen (b, d) y extremo (a, d) y el de origen (a, d) y extremo (a, c). Le llamaremos a este conjunto con estas orientaciones la frontera orientada y la escribiremos P ∂ + I = 4i=1 γi ˆ, donde cada γi ˆ designa uno de los intervalosR anteriores con su orientaci´on R P respectiva. Dado un campo F escribiremos ∂ + I F · ds = 4i=1 γi F · ds. Veamos un teorema que relaciona la integral de un campo vectorial a lo largo del contorno de un intervalo con la integral de una funci´on sobre este dominio. Constituye la f´ormula de Green para intervalos. Teorema 4.3. Sea I un intervalo de R2 y F un campo de clase C 1 . Se tiene Z ∂+I
F · ds =
Z I
!
∂F2 ∂F1 − . ∂x1 ∂x2
Demostraci´on. Aplicando el teorema de Fubini tendremos Z I
Z b Z d Z ∂F2 Z d ∂F2 = dx2 dx1 = (F2 (b, x2 ) − F2 (a, x2 )) dx2 = (0, F2 ) · ds. ∂x1 c a ∂x1 c ∂+I
An´alogamente Z b Z d Z ∂F1 ∂F1 =− dx1 dx2 = (F1 , 0) · ds I ∂x2 a c ∂x2 ∂+I y, por tanto, vale la proposici´on.
−
Z
Veamos que el mismo teorema vale si se sustituye el intervalo I por lo que llamaremos un dominio elemental, es decir, un dominio de la forma D = {(x1 , x2 ) ; a < x1 < b, c < x2 < f (x1 )} con f de clase C 1 y c < f (x1 ) . La frontera orientada de D, ∂ + D estar´a formada por los segmentos γ1 de origen (a, f (a)) y extremo (a, c), γ2 de origen (a, c) y extremo (b, c), γ3 de origen (b, c) y extremo (b, f (b)) y el arco de curva γ4 definido por x1 = a + b − t, x2 = f (a + b − t) definido en [a, b]. Cuando queramos referirnos Ra esta u´ ltima componente de ∂ + D la denotaremos γ e . Como antes se definir´a R P4 ormula de Green para estos dominios. i=1 γi F · ds. Veamos la f´ ∂ + D F · ds =
4.3. TEOREMA DE GREEN
67
Teorema 4.4. Sea D un dominio elemental y F un campo vectorial definido en D , de clase C 1 . Se cumple ! Z Z ∂F2 ∂F1 F · ds = − . ∂x1 ∂x2 ∂+D D Demostraci´on. Veamos que si el campo tiene su segunda componente nula, la demostraci´on es, como antes, una simple consecuencia del teorema de Fubini. 1 1 − D ∂F = − ab dx1 cf (x1 ) ∂F dx = ∂x2 ∂x2R 2 Rb − a (F1 (x1 , f (x1 )) − F1 (x1 , c)) dx1 = ∂ + D (F1 , 0) · ds.
R
R
R
Sea ahora el campo de la forma (0, F2 ) . Lo reduciremos a la integraci´on de un campo del tipo anterior. Observemos, en primer lugar, que si un campo es un gradiente de una funci´on la integral a lo largo de cualquier camino depende u´ nicamente de los valores que toma esta funci´on en los R R b P ∂f extremos del camino. En efecto γ gradf · ds = a ∂xi (γ (t)) γ 0 (t) dt = f (γ (b)) − f (γ (a)) . Si la curva es diferenciable a trozos la conclusi´on es la misma. En particular, si la curva es cerrada, es decir γ (a)R = γ (b), la integral ser´a cero. Apliquemos esta observaci´on a ∂ + D y a la R x2 funci´on U (x1 , x2 ) = c F2 (x1 , t) dt. Tendremos que ∂ + D gradU · ds = 0. Es decir Z ∂+D
∂U 0, ∂x2
!
· ds = −
Z ∂+D
!
∂U , 0 · ds. ∂x1
Tendremos entonces que Z ∂+D
(0, F2 ) · ds =
Z ∂+D
∂U 0, ∂x2
!
· ds = −
Z ∂+D
!
∂U , 0 · ds. ∂x1
Podemos ahora aplicar el caso demostrado y la integral coincidir´a con quer´ıamos probar.
R
∂2U D ∂x2 ∂x1
=
R
∂F2 D ∂x1
como
Pueden darse versiones de este teorema cuando la curva γ e que interviene en la definici´on del dominio es de clase C 1 a trozos. Tambi´en cuando el dominio es del tipo D = {(x1 , x2 ) ; a < x1 < b, f (x1 ) < x2 < d} con γ e de clase C 1 a trozos y f (x1 ) < d. En este caso uno de los arcos es el definido en [a, b] mediante x1 = t, x2 = f (t). Continuaremos llamando a este arco, para futuras referencias, γ e . De una forma an´aloga vale el teorema cuando los papeles de las variables primera y segunda est´an intercambiados en la definici´on del dominio y se dan las definiciones naturales de frontera orientada. A todos estos dominios les llamaremos elementales.
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
68
4.3.2 Teorema de Green para dominios regulares Vamos a dar el teorema de Green para dominios de R2 tales que localmente sean dominios elementales. Definici´on 4.8. Un abierto conexo D ⊂ R2 , acotado, diremos que es un dominio con borde regular a trozos o, simplemente, un dominio regular si se cumplen las siguientes propiedades: a) La frontera de D est´a formada por una uni´on de un n´umero finito de curvas cerradas, simples y de clase C 1 a trozos. Supondremos que cada una de estas curvas γi tiene una orientaci´on. b) Para cada x ∈ ∂D existe un entorno Ux tal que Ux ∩ D es un dominio elemental y si su frontera orientada positivamente es ∂ + (Ux ∩ D), su componente γ e coincide con ∂ + D ∩ Ux con la orientaci´on dada en el apartado a). A esta orientaci´on le llamaremos orientaci´on positiva. La integral de un campo sobre ∂ + D se entender´a que es la suma de las integrales sobre las curvas componentes de ∂ + D con sus orientaciones positivas. Ejemplo 4.5. El disco D = {(x, y) ∈ R2 ; x2 + y 2 < 1} es un dominio con borde regular. ∂ + D podr´a parametrizarse mediante x = cos t, y = sin t, 0 ≤ t ≤ 2π. Para establecer el teorema de Green para dominios con borde regular necesitaremos un resultado, la existencia de particiones de la unidad, que permite pasar en e´ sta y en otras situaciones de un resultado local a un resultado global. Definici´on 4.9. Dada una funci´on f , definida en un abierto de Rn a valores reales, se denomina soporte de f a la adherencia del conjunto de puntos en que la funci´on es distinta de cero. Teorema 4.5. (Existencia de particiones de la unidad) Sea K un compacto de Rn y Ui , i ∈ I, un recubrimiento abierto de K. Entonces existen funciones ϕ1 , ..., ϕm de C ∞ (Rn , R) tales que a. 0 ≤ ϕi (x) ≤ 1 si x ∈ Rn , i = 1, ..., m. b. Cada ϕi tiene su soporte contenido en alg´un Uji . c. ϕ1 (x) + ... + ϕm (x) = 1 para x ∈ K. Demostraci´on. Observemos, en primer lugar, que dado a ∈ Rn y ε > 0 existe una funci´on de C ∞ (Rn , R) que vale uno en B (a, ε), cero en el complementario de B (a, 2ε) y toma valores kx−ak comprendidos entre cero y uno. Esto puede probarse considerando la funci´on g donde g ε ∞ es una funci´on de C (R, R) que vale 1 para 0 ≤ t ≤ 1 , 0 para t ≥ 2 y toma valores entre cero y uno. Una sugerencia para construir una tal funci´on g es la siguiente. Se considera la funci´on −
1 2
1 definida por e (t− 2 ) para t < 12 y 0 para t ≥ 12 . Multiplic´andola por su sim´etrica hrespecto i al eje de ordenadas se obtiene una funci´on h1 no negativa, de C ∞ (R, R) a soporte en − 12 , 12 . R Si consideramos ahora la funci´on h2 (t) = t+∞ h1 (t) dt se obtiene una funci´on de C ∞ (R, R), que vale 0 para t ≤ − 21 y es constante para t ≥ 12 . Consideremos una trasladada de esta funci´on h3 (t) = h2 t + 32 . Tomar´a el valor cero para t ≤ −2 y el valor 1 para t ≥ −1. Consideraremos la funci´on sim´etrica de esta respecto el eje de ordenadas y multiplicaremos ambas. Ser´a una
4.3. TEOREMA DE GREEN
69
funci´on que tomar´a un valor constante k para |t| ≤ 1, el valor 0 para |t| ≥ 2. Esta funci´on dividida por k cumplir´a las condiciones requeridas. Consideremos para cada x ∈ K un Ui con x ∈ Ui . Existir´a δx > 0 tal que B (x, 3δx ) ⊂ Ui . Un n´umero finito de bolas B (x, δx ) recubrir´an K. Sean B (x1 , δ1 ) , ..., B (xm , δm ). Consideremos, para cada una de estas bolas, una funci´on ψi de clase C ∞ (Rn , R) que vale uno en B (xi , δi ), cero en el complementario de B (xi , 2δi ) y que toma sus valores en [0, 1]. Podemos ya definir las funciones ϕi requeridas. ϕ1 = ψ1 ϕ2 = (1 − ψ1 ) ψ2 ............ ϕm = (1 − ψ1 ) (1 − ψ2 ) ... (1 − ψm−1 ) ψm . Las condiciones (a) y (b) son ya inmediatas. Para comprobar la condici´on (c) basta tener en cuenta la relaci´on ϕ1 + ... + ϕm = 1 − (1 − ψ1 ) (1 − ψ2 ) ... (1 − ψm ) y las propiedades de las funciones ψi . Podemos ahora pasar a establecer el teorema de Green para dominios regulares. Teorema 4.6. (Teorema de Green) Sea D un dominio regular. Sea F un campo de clase C 1 definido en un entorno de D. Se cumple ! Z Z ∂F2 ∂F1 − . F · ds = ∂x1 ∂x2 ∂+D D Demostraci´on. Para cada x ∈ D sea Ux un entorno de x contenido en D. Para cada x ∈ ∂D sea Ux un entorno que cumple la condici´on b) de la definici´on anterior. Puesto que D ∪ ∂D es un compacto mediante un n´umero finito de estos entornos se recubrir´a este conjunto. Sean estos U1 , U2 , ..., Ur y consideremos ϕ1 , ..., ϕr una partici´on de la unidad de un entorno de D relativa a 2 1 este recubrimiento. Si llamamos rotF = ∂F − ∂F , tendremos ∂x1 ∂x2 R ∂F2
∂F1 ϕi F ) = D ∂x1 − ∂x2 = D rotF = D rot ( D rot (ϕi F ) = R PR PR P + (D∩U ) ϕi F · ds = Ui ∩∂D6=φ ∂ + D ϕi F · ds = D∩Ui rot (ϕi F ) = ∂ i R R P ϕi ) F · ds = ∂ + D F · ds. ∂+D (
R
R
PR
P
2
Ejemplo 4.6. Calculemos la circulaci´on del campo F = x2 , ye−y respecto del arco de semicircunferencia γ (t) = (cos t, sin t), 0 < t < π. Podemos considerar el dominio D limitado por la semicircunferencia y por el di´ametroRγ1 (t) = (−1 + 2t, 0), 0 < t < 1. Puesto que R ∂F2 ∂F1 − ∂y = 0 la f´ormula de Green dir´a que γ F · ds + γ1 F · ds = 0. Por lo tanto ∂x Z γ
F · ds = −
Z γ1
F · ds =
Z 0
1
2 (−1 + 2t)2 2dt = . 3
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
70
4.3.3 El teorema Green en el lenguaje de formas. Dada una forma de orden uno w = F1 dx1 + F2 dx2 , se define su diferencial exterior como dw = dF1 ∧ dx1 + dF2 ∧ dx2 , donde se conviene que df ∧ dg = −dg ∧ df y por tanto df ∧ df = 0. Es decir ! ∂F2 ∂F1 dw = − dx1 ∧ dx2 . ∂x1 ∂x2 R ∂F2
R
Se define entonces D dw = D Green tendr´a esta sugestiva forma
∂x1
−
∂F1 ∂x2
Z ∂+D
. En este lenguaje la conclusi´on del teorema de
w=
Z
dw.
D
Ejemplo 4.7. El a´ rea de un dominio de borde regular a trozos D ser´a D 1 = D dx ∧ dy. Aplicando el teorema de Green ser´a igual a la integral a lo largo de la frontera orientada de una forma de orden uno cuya diferencial exterior sea dx ∧ dy. Pueden seleccionarse diversas formas R con esta propiedad.R As´ı el a´ rea coincidir´a con cualquiera de las siguientes integrales ∂+D xdy, R 1 ´ ltima para el c´alculo del ∂ + D −ydx o bien ∂ + D 2 (xdy − ydx) . Utilicemos, por ejemplo, esta u a´ rea de un circulo de radio r. Una parametrizaci´on de la frontera ser´a x = r cos t, y = r sin t. R R 2π 1 2 Tendremos D dx ∧ dy = 0 2 r cos2 t + r2 sin2 t dt = r2 π. R
4.3.4
R
El teorema de la divergencia y f´ormulas de Green
Definici´on 4.10. Si F es un campo vectorial definido en Rn se define su divergencia como el P i campo escalar ni=1 ∂F . Se escribir´a divF. ∂xi
∂f ∂f Si f es un campo escalar se define su gradiente como el campo vectorial ∂x , ..., ∂x . Se n 1 escribir´a ∇f. Si F es un campo vectorial de R3 se denomina rotacional de F y se escribe rotF al campo vectorial definido por
!
rotF =
∂F3 ∂F2 ∂F1 ∂F3 ∂F2 ∂F1 − , − , − . ∂x2 ∂x3 ∂x3 ∂x1 ∂x1 ∂x2
Simb´olicamente puede pensarse como ∇ ∧ F. Teorema 4.7. (Teorema de la divergencia en dimensi´on 2) Sea D un dominio regular, ∂ + D su frontera orientada y F un campo de clase C 1 definido en D. Para cada curva γ (t) componente de ∂ + D orientada positivamente, sea n(t) = 1 (γ20 (t) , −γ10 (t)) el campo vectorial normal exterior unitario. Se cumple kγ 0 (t)k Z D
divF =
Z ∂+D
(F · n) ds.
Demostraci´on. Consideremos el campo G = (−F2 , F1 ). Apliquemos el teorema de Green a este campo R R R PR = D rotG = ∂ + D G · ds = D divF P γi G · ds = R R γi (F · n) ds = ∂ + D (F · n) ds.
4.4. SUPERFICIES E INTEGRALES DE SUPERFICIE
71
Sea D un dominio regular y n el campo vectorial normal exterior unitario definido en cada uno de los arcos (abiertos) componentes de la frontera. Si g es una funci´on de clase C 1 definida en un entorno de D se define la derivada normal de g en cada punto en que est´a definido n como P ∂g la derivada direccional de g respecto a n, es decir ∂x ni . La denotaremos ∂n g. Se tendr´an las i llamadas f´ormulas o identidades de Green. Teorema 4.8. Sea D un dominio regular y f, g dos funciones de clase C 2 definidas en un entorno de D. Se tiene Z Z a) f ∂n gds = (∇f · ∇g + f ∆g) ∂+D
b)
Z ∂+D
D
(f ∂n g − g∂n f ) ds =
Z
(f ∆g − g∆f ) .
D
Demostraci´on. Aplicando el teorema de la divergencia al campo f ∇g obtenemos a). Si se considera el resultado an´alogo a este intercambiando los papeles de f y de g y restando miembro a miembro se obtiene b). Corolario 4.9. Sea f una funci´on de clase C 2 en un entorno de un dominio regular D tal que ∆f = 0. Si f se anula sobre ∂D entonces f es cero en D. Demostraci´on. Apliquemos el apartado a) de la proposici´on anterior a f = g. Tendremos Z ∂+D
f ∂n gds = 0 ,
Z
f ∆f = 0
D
y por tanto Z
k∇f k2 = 0.
D
De aqu´ı que f es constante en D y, por ser cero sobre la frontera, es nula en D.
4.4
Superficies e integrales de superficie
4.4.1 Superficies elementales Definici´on 4.11. Sea D un dominio regular de R2 . Una superficie elemental de R3 es una aplicaci´on σ, inyectiva, de clase C 1de un entorno de D en R3 tal que dσ sea de rango dos en cada punto. Escribiremos S = σ D . Sea σ una superficie y sean u, v las coordenadas en el dominio de definici´on de e´ sta. Los vectores ∂σ y ∂σ son tangentes a la superficie y ∂σ ∧ ∂σ ser´a un campo de vectores normal a ∂u ∂v ∂u ∂v
−1
la superficie, no nulo. El campo ∂σ ∧ ∂σ
∂σ ∧ ∂σ
ser´a normal unitario a la superficie y es ∂u ∂v ∂u ∂v en cada punto de S uno de los dos posibles. Un tal campo normal, unitario y continuo sobre la superficie diremos que define una orientaci´on de la misma.
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
72
Ejemplo 4.8. Consideremos la aplicaci´on (x, y) → x, y, n
del conjunto (x, y) ∈ R2 , x2 + y 2 ≤
1 2
∂σ ∂x
√
1 − x2 − y 2 definida en un entorno
o
. Se trata de una superficie elemental. Calculemos el
= 1, 0, − √
x 1−x2 −y 2
∂σ ∂y
= 0, 1, − √
vector normal asociado. Tendremos , tanto ! x y ∂σ ∂σ ,√ ,1 . ∧ = √ ∂x ∂y 1 − x2 − y 2 1 − x2 − y 2
y 1−x2 −y 2
y por
Definici´on 4.12. Sean G y D dos dominios regulares de R2 y α un difeomorfismo de clase C 1 de un entorno de G en un entorno de D que aplica G en D. Si σ es una superficie elemental definida en dicho entorno de D tendremos que σ ◦ α ser´a una superficie elemental definida en un entorno de G. Diremos que e´ sta ha sido obtenida mediante un cambio de par´ametros de la primera. 1 ,α2 ) No es dif´ıcil probar que en las condiciones anteriores o bien ∂(α es positivo en todos los ∂(s,t) puntos de G o bien es negativo en todos los puntos. Por otra parte si llamamos γ = σ ◦ α, es ∂γ ∂γ ∂σ ∂σ 1 ,α2 ) 1 ,α2 ) . De aqu´ı que si ∂(α es una comprobaci´on el verificar que ∂s ∧ ∂t = ∂u ∧ ∂v ◦ α ∂(α ∂(s,t) ∂(s,t)
positivo la superficie no cambia de orientaci´on mientras que si queda cambiada.
∂(α1 ,α2 ) ∂(s,t)
es negativo la orientaci´on
Ejemplo 4.9. Sea σ una superficie elemental n definida en un entorno o de D. Consideremos la aplicaci´on σ1 definida en un entorno de D1 = (x, y) ; (x, −y) ∈ D mediante σ1 (x, y) = σ(x, −y) que, obviamente tendr´a la misma imagen. Si n es el vector normal unitario asociado a σ, ahora −n ser´a el vector normal asociado a σ1 en el punto correspondiente y las orientaciones que definir´an σ y σ1 ser´an distintas.
4.4.2
´ Area de una superficie
Se trata ahora de dar una noci´on de a´ rea de una superficie. Esta noci´on ser´a independiente por cambio de par´ametros. Definici´on 4.13. Sea σ una superficie elemental definida en un entorno de D para un cierto dominio regular D con coordenadas u y v. Se define el a´ rea de S = σ (D) mediante
Z
∂σ ∂σ
Area (S) =
∧
. ∂v D ∂u
Obs´ervese que, si hacemos el cambio de par´ametros antes descrito, la integral no var´ıa pues por el teorema del cambio de variables para las integrales tendremos
Z
∂σ ∂σ
Z
∧
= ∂v D ∂u G
! Z
∂σ ∂ (α , α )
∂γ ∂σ
∂γ
1 2
∧
◦α =
∧
.
∂u ∂ (s, t) ∂v ∂t G ∂s
La idea que est´a en la base de la definici´on puede verse f´acilmente si se considera una superficie de la forma x = x, y = y, z = f (x, y) para (x, y) ∈ I. Consideremos una partici´on de I = [a, b] × [c, d] de la forma a = x0 < x1 < ... < xn = b, c = y0 < y1 < ... < ym = d.
4.4. SUPERFICIES E INTEGRALES DE SUPERFICIE
73
Tomemos un punto (xei , yej ) ∈ [xi−1 , xi ] × [yj−1 , yj ]. La parte del plano tangente a la superficie en el punto (xei , yej , f (xei , yej )) que se proyecta en [xi−1 , xi ] × [yj−1 , yj ] tiene por a´ rea la de este rect´angulo dividida por que forma con el coseno del a´ ngulo el plano x, y. Un vector normal al ∂f ∂f ∂f ∂f e e e e e e e e plano tangente ser´a 1, 0, ∂x (xi , yj ) ∧ 0, 1, ∂y (xi , yj ) = − ∂y (xi , yj ) , − ∂x (xi , yj ) , 1 y, 1 por tanto, este coseno ser´a 1 . Una aproximaci´on al a´ rea de la superficie consis2 2 ∂f 2 +1 ( ∂x ) +( ∂f ) ∂y tir´a en hacer esto para cada intervalo de la partici´on y efectuar la suma, es decir X i,j
∂f ∂x
!2
∂f + ∂y
1
!2
2
+ 1 (xei , yej ) (xi − xi−1 ) (yj − yj−1 )
Cuando max (xi − xi−1 ) , max (yj − yj−1 ) → 0 la suma tiende a
∂f ∂x I
Z
!2
∂f + ∂y
1
!2
2
+ 1
que coincide con la definici´on de a´ rea de la superficie que hemos dado antes. Ejemplo 4.10. Calculemos el a´ rea de la intersecci´on de la esfera x2 R+ y 2 + z 2 = 1 con el semiespacio z ≥ √12 . Aplicando las expresiones anteriores su a´ rea ser´a x2 +y2 ≤ 1 √ 1 2 2 que, 2
en coordenadas polares, equivale a calcular 2π
4.4.3
R
√1 2
0
√ρdρ
1−ρ2
= 2π 1 −
√1 2
1−x −y
.
Integral de un campo escalar sobre una superficie y flujo de un campo vectorial.
Definici´on 4.14. Sea σ una superficie elemental definida en un entorno de D para un cierto dominio regular D con coordenadas u y v. Sea f un campo escalar continuo definido en S = σ (D) . Se define la integral de este campo sobre la superficie como
∂σ ∂σ
f dσ = (f ◦ σ) ∧
.
∂u ∂v S D
Z
Z
Definici´on 4.15. Sea σ una superficie elemental definida en un entorno de D para un cierto dominio regular D con coordenadas u y v. Sea F un campo vectorial continuo definido en S. Se define el flujo de este campo respecto a σ como !
∂σ ∂σ ∧ . F · dσ = (F ◦ σ) · ∂u ∂v S D
Z
Z
Ejemplo 4.11. Consideremos el campo F = (x, y, 0). Se trata de calcular el flujo a trav´es de la superficie x2 + y 2 + z 2 = 1, z ≥ √12 orientada por la normal exterior a la esfera. Si
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
74
parametrizamos la superficie mediante (x, y) → x, y,
√
x , 1−x2 −y 2
√
y 1−x2 −y 2
√
1 − x2 − y 2 obtenemos
∂σ ∂x
∧
∂σ ∂y
=
, 1 . El flujo ser´a 1
Z x2 +y 2 ≤ 12
√
Z √ x2 + y 2 ρ3 dρ 2 √ = 2π . 1 − x2 − y 2 1 − ρ2 0 R
Mediante un cambio de par´ametros la integral S f dσ permanece invariante. Tampoco la R integral S F · dσ, es decir, el flujo del campo var´ıa si el cambio de par´ametros no cambia la orientaci´on de la superficie. En caso contrario cambia el signo de la integral. Definici´on 4.16. Sea σ una superficie elemental definida en un entorno de D para un cierto dominio regular D. Denominaremos frontera de la superficie a la imagen por σ de la frontera de D. Si consideramos la frontera de D con su orientaci´on positiva inducir´a una orientaci´on en la frontera de la superficie que denominaremos orientaci´on positiva. Obs´ervese que la frontera de una superficie elemental en el sentido anterior no coincide con la frontera topol´ogica de la imagen de D en R3 que es la adherencia de σ (D). Si denominamos por S a la superficie, a su frontera positivamente orientada la denominaremos ∂ + S. La orientaci´on de la superficie puede venir determinada por un campo normal unitario continuo definido sobre S. En este caso la orientaci´on de ∂ + S queda fijada de manera que el vector tangente a e´ sta, el vector normal a ∂ + S, tangente a S y dirigido hacia el interior y el campo normal unitario continuo formen una base positiva. De una forma intuitiva “una persona situada en el sentido de la normal y caminando por la frontera lo har´a en sentido positivo si el interior de la superficie le queda a la izquierda”. Estamos ya en condiciones de enunciar el teorema de Stokes. Teorema 4.10. (Teorema de Stokes para superficies elementales) Sea S una superficie elemental definida por una aplicaci´on σ de clase C 2 y F un campo vectorial de clase C 1 definido en S. Se tiene Z ∂+S
F · ds =
Z
rotF · dσ.
S
Demostraci´on. Supondremos σ definido en un entorno de D. Designemos por γ la frontera de D positivamente orientada. Llamemos u, v a las funciones coordenadas de D. Tendremos que σ ◦ γ ser´a la frontera orientada positivamente de S. Sea [a, b] su dominio de definici´on. Tendremos Z ∂+S
F · ds =
Z
b
a
dσ ◦ γ Z b ∂σ dγ1 ∂σ dγ2 = F ◦σ◦γ· + F ◦σ◦γ· dt ∂u dt ∂v dt a
que es la integral a lo largo de γ del campo F ◦ σ · ∂σ , F ◦σ· ∂u 1 Green a este campo de clase C y al dominio D tendremos que R
∂+S
∂σ ∂v
∂ ∂ F · ds = D ∂u F ◦ σ · ∂σ − ∂v F ◦σ· ∂v R ∂ ∂σ ∂ = D ∂u (F ◦ σ) ◦ σ) · ∂σ ∂u · ∂v − ∂v (F R R ∂σ ∧ = rotF · dσ. = D rotF ◦ σ · ∂σ S ∂u ∂v
R
!
. Aplicando el teorema de ∂σ ∂u
4.4. SUPERFICIES E INTEGRALES DE SUPERFICIE
75
El teorema es v´alido tambi´en para superficies de clase C 1 . La demostraci´on puede hacerse por un proceso de aproximaci´on por superficies de clase C 2 . No entraremos en detalles de la demostraci´on. Podemos extender la validez del teorema de Stokes a una superficie que pueda descomponerse adecuadamente en superficies elementales. Definici´on 4.17. Una superficie orientada regular a trozos es un conjunto S que admite una descomposici´ on S =∪ri=1 Si ensuperficies elementales orientadas positivamente tales que a) Si − ∂Si ∩ Sj − ∂Sj = φ si i 6= j. b) ∂Si ∩ ∂Sj es o el vac´ıo, o un punto, o una curva C 1 a trozos. En este u´ ltimo caso las orientaciones inducidas por Si y Sj , i 6= j deben ser una las inversa de la otra. Definici´on 4.18. Dada una superficie orientada regular a trozos se denomina su frontera a la uni´on de las curvas de las fronteras de las superficies elementales Si tales que pertenezcan a una sola frontera (excluidos los extremos). Al conjunto de estas curvas con las orientaciones positivas inducidas por las superficies elementales la denotaremos por ∂ + S. Obs´ervese que una superficie orientada regular a trozos puede no tener frontera. Ejemplo 4.12. 1. Consideremos S la esfera x2 + y 2 + z 2 = 1. Una descomposici´ on de la n o misma en superficies elementales podr´ıa ser la siguiente. S1 = S ∩ z ≥ √12 , S2 = n
o
n
o
n
o
S ∩ z ≤ − √12 , S3 = S ∩ x ≥ 0, − √12 ≤ z ≤ √12 , S4 = S ∩ x ≤ 0, − √12 ≤ z ≤ √12 con orientaciones inducidas por la normal exterior a la esfera. Se trata de una superficie sin frontera.
2. La parte de la esfera anterior tal que z ≥ − √12 admite la descomposici´on en superficies elementales S1 ∪ S3 ∪ S4 . Ahora su frontera est´a formada por la curva [0, 2π] → √1 cos t, √1 sin t, − √1 . Es f´ acil comprobar que la orientaci´on positiva es la dada por 2 2 2 esta parametrizaci´on. Definici´on 4.19. Dada S una superficie orientada regular a trozos y F un campo definido sobre S se denomina flujo sobre S a la suma de los flujos sobre las diversas superficies Si . Lo R escribiremos S F · dσ. Puede probarse que este flujo no depende de la particular descomposici´on de la superficie en superficies elementales. Ejemplo 4.13. Calculemos el flujo del campo F = (x, y, 0) a trav´es de la superficie esf´erica x2 + y 2 + z 2 = 1 orientada seg´un la normal exterior. Podemos considerar la descomposici´on considerada en el ejemplo 4.12. Deber´ıamos dar una parametrizaci´on para cada superficie elemental, calcular el flujo en cada una de ellas y obtener la suma. Una manera simple de calcular cada una de estas integrales es utilizar coordenadas esf´ericas, es decir, x = cos ϕ cos λ, y = sin ϕ cos λ, z = sin λ. Esto puede hacerse salvo conjuntos de medida nula. Si consideramos los dominios de definici´on correspondientes a estas coordenadas y tomamos su uni´on vemos π π que, finalmente, el dominio de la parametrizaci´on ser´a (ϕ, λ) ∈ (0, 2π) × − 2 , 2 . Tendremos
CAP´ITULO 4. CALCULO VECTORIAL
76 ahora que
∂σ ∂ϕ
∧
∂σ ∂λ
= (cos ϕ cos2 λ, sin ϕ cos2 λ, sin λ cos λ). El producto escalar por el campo
F = (cos ϕ cos λ, sin ϕ cos λ, 0) ser´a cos3 λ y el flujo 2π
R
π 2
− π2
cos3 λdλ = 0
Enunciemos el teorema de Stokes para estas superficies. Teorema 4.11. Sea S una superficie orientada regular a trozos de clase C 2 y F un campo vectorial de clase C 1 definido en S. Se tiene Z ∂+S
F · ds =
Z
rotF · dσ.
S
Demostraci´on. Sea S = ∪Si una descomposici´ on en superficies elementales orientadas con las R PR PR propiedades de la definici´on 4.17 . Tendremos ∂ + S F · ds = ∂ + Si F · ds = Si rotF · dσ = R S rotF · dσ. Ejemplo 4.14. Comprobemos el teorema de Stokes para el campo F = (z − y, x + z, −x − y) respecto a la superficie z = 1 − x2 − y 2 , z ≥ 0 orientada seg´un la normal que tiene la tercera coordenada positiva. La frontera de esta superficie orientada positivamente es x = cos ϕ, y = sin ϕ, z = 0. La R 2π circulaci´on de F respecto a esta curva es 0 dϕ = 2π. El rotacional del campo es (−2, 2, 2). Veamos el flujo de e´ ste a trav´es de la superficie. Una parametrizaci´on de la superficie es σ : (ρ, ϕ) → (ρ cos ϕ, ρ sin ϕ, 1 − ρ2 ) definida en ∂σ (0, 1) × (0, 2π) . La orientaci´on es la requerida como puede verse calculando ∂σ ∧ ∂ϕ = ∂ρ 2 2 (2ρ cos ϕ, 2ρ sin ϕ, ρ) . El flujo del rotacional ser´a Z
Z
0