Viedma. 20 de mayo de 2016 • ISSN. . . .
Análisis metaético sobre los términos ´buena intervención´ y ´buen profesional ´en la práctica psicopedagógica Gisela M. Ponce CURZA ‐ Universidad Nacional del Comahue; Universidad Nacional de Río Negro. Argentina Contacto:
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RESUMEN
En su libro Epistemología, Mario Bunge aboga por una renovación de la epistemología que abarque no sólo problemas lógicos, gnoseológicos y metodológicos de la práctica científica sino también problemas axiológicos, éticos y estéticos. Ampliar el abanico de problemas que se plantean desde esta disciplina posibilita “sacar a la epistemología de un estancamiento” superficial pero “académicamente respetable.” (1997: 28). Por consiguiente los planteos éticos a la actividad científica cobran relevancia epistemológica. Preguntarse por ejemplo si existe relación entre los valores cognoscitivos de la ciencia y los valores morales o cuál sería el código moral mínimo de la comunidad científica resultan preguntas serias a problemas serios. Si bien la reflexión ética compete a toda la comunidad científica, el objetivo de este trabajo es analizar algunas de las complejidades que presenta el ethos de una determinada práctica científica: la práctica psicopedagógica. Palabras clave: Ética convergente; Intervenciones psicopedagógica; Buena intervención; Bidimensionalidad de la razón.
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INTRODUCCIÓN Es necesario aclarar que este trabajo se realiza desde un nivel metaético porque no pretende prescribir cuáles son las guías correctas de acción sino que analizará términos morales y relaciones de implicancia. Es decir que está centrado en una preocupación semántica y lógica de la cuestión. Siguiendo a Maliandi, por ethos se entiende al “conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y formas de conducta, sea de una persona individual o de una grupo social” (2009:20). El ethos es complejo y requiere reflexión. Abundan publicaciones de los profesionales del campo de la psicopedagogía que reflexionan sobre su práctica y manifiestan los conflictos que atraviesan las intervenciones psicopedagógicas en las instituciones escolares. De aquí la indagación que guía este escrito: ¿qué aportes ofrece la ética como disciplina filosófica para pensar los conflictos de la práctica psicopedagógica? Este interrogante implica recuperar por un lado los niveles de reflexión del ethos y la necesidad de una ética convergente propuesto por el filósofo Ricardo Maliandi. TEMATIZACIÓN DEL ETHOS Y SUS NIVELES DE REFLEXIÓN La ética consiste en reflexionar sobre el ethos, el “conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y formas de conducta, sea de una persona individual o de una grupo social” (2009:20), en resumidas cuentas la ética reflexiona, problematiza y observa la moral. La ética posibilita una intentio obliqua, doblar el fenómeno moral y hacerle preguntas. Para el filósofo argentino según el tipo de pregunta que se plantea existirán diferentes niveles de reflexión. De los cuatro niveles que expone: reflexión moral, reflexión ética, reflexión metaética y ética descriptiva a los fines de este trabajo explicaremos solo dos: la reflexión moral y la reflexión ética. Reflexión moral: se trata de una reflexión espontanea que surge a consecuencia de discrepancias morales. Tiene la actitud de pedir consejo porque aunque se conocen las normas no se sabe cómo aplicarlas a la situación concreta o no se sabe cuál norma hay que aplicar allí. Se pregunta qué se debe hacer. (Maliandi, 2009) Reflexión ética: lo normativo es cuestionado no se pregunta qué se debe hacer sino por qué se lo debe hacer. Es el ámbito de la ética normativa cuya función es fundamentar las normas y criticar aquellas que parecen no estar suficientemente fundamentadas. Se pregunta por la validez de las normas y las conductas. El objetivo es que el sujeto fundamente su acción en conductas y normas racionales. Se intenta que el sujeto actúe con una moral crítica por sobre una moral dogmática. (Maliandi, 2009)
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En palabras de Maliandi la reflexión ética por sobre la reflexión moral “hace madurar la capacidad práctica del hombre ayudando a cobrar conciencia de su responsabilidad” (2009: 65). A lo largo de la historia se han propuesto diferentes teorías éticas que reflexionan sobre el fenómeno moral e indirectamente sugieren modelos de conducta moralmente buena. Han surgido así fundamentaciones deontológicas como la ética kantiana o fundamentaciones teleológicas o consecuencialistas como la ética aristotélica y la ética utilitarista. En la ética kantiana el criterio válido para decidir si un acto es moralmente bueno es si se realiza por deber. Para Kant la buena voluntad actúa por deber si se rige por los imperativos categóricos que dicta la razón. En su primera formulación el imperativo exhorta a la buena voluntad a obrar de tal manera que la máxima de su acción se convierta en ley universal y que obre de manera tal que se trate a la humanidad como un fin y no como un medio. Para la ética utilitarista (ética consecuencialista) el criterio para decidir si un acto es moralmente bueno consistirá en fijarse en las consecuencias que acarrea el acto. Para esta ética los actos moralmente buenos son aquellos que proporcionan la mayor cantidad posible de felicidad a la mayor cantidad posible de seres humanos, entendiendo a su vez por felicidad la maximización de placer y la minimización del dolor. Las teorías éticas mencionadas se excluyen mutuamente y se convierten en posiciones extremas que indican unilateralidad pero de lo que se trata es de tener en cuenta la estructura conflictiva del ethos. Por ello en el intento de seguir fundamentando la moral resulta interesante la propuesta de una ética convergente pluriprincipalista. LA PROPUESTA DE MALIANDI DE UNA ÉTICA CONVERGENTE: RAZÓN BIDIMENSIONAL Maliandi propone dos planteos interesantes: a) Primero reconoce la bidimensionalidad de la razón: crítica y fundamentación. Pues la carencia o suspensión de cualquiera de estas dos funciones determina formas de arbitrariedad ya que si se abandona la fundamentación se cae en el escepticismo y si se abandona la crítica se cae en el dogmatismo (2009: 165). Una actitud correcta consistiría en buscar un equilibrio entre ambas dimensiones. b) Segundo, Maliandi propone cuatro principios que subyacen a cualquier conflicto empírico (de allí su propuesta pluriprincipalista): siempre están en tensión el principio de universalidad, el principio de singularidad, el principio de conservación y el principio de realización. El desafío consiste en lograr esclarecer cuáles de estos principios están detrás de un determinado conflicto concreto. Y tratar de hacer converger los principios. En cualquier
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conflicto de intereses siempre coexisten las cuatro exigencias aunque el cumplimiento de algunas aparezca como más urgente. Significa que los principios están en conflicto entre sí. Junto a la exigencia de universalizar (capacidad de ver la unidad en la múltiple) está la singularización (diferencia que no debería pasarse por alto). Frente a la exigencia de conservar el estado de cosas tal cual está (principio de conservación) se contrapone la exigencia de modificar el estado de las cosas (principio de realización) CONSIDERACIONES FINALES: APORTE DE LA ÉTICA CONVERGENTE EN LAS INTERVENCIONES PSICOPEDAGÓGICAS Ahora bien si recuperamos la inquietud que da origen a este trabajo el interrogante que se desprende sería ¿qué aportes ofrece la ética convergente para pensar los conflictos de la práctica psicopedagógica? Una posible respuesta sería la siguiente: Si un profesional se preocupa por pensar en su práctica, activa la bidimensionalidad de la razón: Cuando se pregunta ¿qué escuela para este niño? ¿Debe repetir/hacer una permanencia?, ¿escuela común o escuela especial? ¿Qué hago con este chico que no para de moverse/que no entiende/ que no aprende?” (Filidoro, 2011) Estaría frente a un primer nivel de reflexión: la reflexión moral. Pero si queda allí puede incurrir en prácticas que ha naturalizado y confundir vigencia con validez. Por eso es necesario posicionarse en la otra dimensión de la razón: la fundamentación. Pues aquí estaría en el nivel de reflexión ética. En palabras de Maliandi: “La curiosidad expresada en la pregunta por qué comienza a transitar por las formas superiores de la racionalidad”. (2009: 166). A su vez, cuando el profesional se preocupa por fundamentar su práctica el aporte de la ética convergente le posibilitaría hacer consciente qué principios prioriza en ese conflicto empírico concreto ¿Qué busco con mi intervención? ¿Hacer que la diferencia sea diferencia, priorizar la singularidad del niño para que desde allí comience su proceso de aprendizaje, pero a su vez quiero que ese niño /a se sienta diferente, se sienta “lo otro” o quiero también que sea común con su diferencia (que forme parte de los otros sin borrar sus diferencias)? El desafío está en hacer converger el principio de universalidad con el principio de singularidad. El término buena intervención y buen profesional desde la perspectiva de la ética convergente demanda la capacidad de considerar la razón en su doble dimensión de crítica y de fundamentación para el abordaje de situaciones conflictivas concretas.
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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA 1. Bunge, M. Epistemología. 2da ed.México DF.: Editorial Siglo XXI, 1997 2. Diaz, G. et. al. “Algunas reflexiones sobre las prácticas en el campo psicopedagógico ante las interpelaciones de los actuales contextos” en Revista Pilquen, Sección Psicopedagogía, 2013, Año XV, Nº 10. 3. Filidoro, N. “Ética y Psicopedagogía” en Revista Pilquen, Sección Psicopedagogía, 2011, Año XIII, Nº 7. 4. Kant, I. La metafísica de las costumbres. Trad. de Adela Cortinaa Orts. Madrid: Tecnos, 1999. 5. Mill, JS. El Utilitarismo, 4ta ed Madrid: Alianza, 1997. 6. Maliandi, R. Ética: conceptos y problemas, Buenos Aires: Editorial Biblos, 2009. 7. Narodowsky, M. Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna. Buenos Aires: Editorial Aiqué, 2008.
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