Antiguo Egipto y Grecia Clásica EN EL MUSEO ARQUEOL~GICO NACIONAL

Antiguo Egipto y Grecia Clásica EN EL MUSEO A R Q U E O L ~ G I CNACIONAL O DIRECCI~N Angela García Blanco (Departamento de Difusión) TEXTOS ORIGIN

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Antiguo Egipto y Grecia Clásica EN EL MUSEO A R Q U E O L ~ G I CNACIONAL O

DIRECCI~N Angela García Blanco (Departamento de Difusión)

TEXTOS ORIGINALES Antonio Madrigal Belinchón y Fernando Sáez Lara

TEXTOS DE PIES DE FOTO Teodora Fernández Tapia y Ángela García Blanco a partir de las Guias del Museo y el CD-ROM: Mz~seoArqz~eoló~ico Nacional. Unpaseopor h historia REV~SIONDE TEXTOS

Ángela García Blanco, Miguel Ángel Elvira Barba y Teodora Fernández Tapia

FOTOGRAF~A Actividades y Servicios Fotográficos (José Latova) Angel Martínez, Francisco Rodríguez y Antonio Trigo Enrique Sáez de San Pedro y Miguel Angel Otero Digitalización: Raúl Areces y Walter Ospina

ASESORAMIENTO CIENT~FICO del Carmen Pérez Díe y Esther Pons Mellado Paloma Cabrera

DEPARTAMENTODE ANTIGUEDADESEGIPCIAS: María DEPARTAMENTODE ANTIGUEDADES CLASICAS:

AYUDATÉCNICA DEPARTAMENTODE DOCUMENTACIÓN: Virginia

Salve y M" Angeles Contreras

Edición O Arnbit Servicios Editoriales Creación y realización de Arnbit Servicios Editoriales Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial sin la debida autorización.

O SECRETAR~AGENERALTÉcNIcA Subdlrección General de Información y Publicaciones

Con la colaboración de la Universidad Camilo José Cela ISBN: 84-89681-76-7 NIPO: 176-03-043-7 Depósito Legal. 6-8794-2003 AMBIT SERVICIOS EDITORIALES, S.A. Consell de Cent, 282 - Tel. 934 881 342 08007 Barcelona

AS CULTURASEGIPCIA Y GRIEGA han merecido el reconocimiento unánime de per-

tenecer al grupo de las grandes culturas que han ejercido una importante influencia en su entorno y que, además, han tenido transcendencia más allá de su tiempo. Aún hoy, la fascinación y admiración que producen suscitan el deseo de contemplar sus obras y conocerlas mejor, oportunidad que ofrecen a los visitantes las magníficas colecciones de objetos egipcios y vasos griegos que se exponen en este Museo.

Esta guía ofrece una visión global de las características de ambas culturas, la egipcia y la griega, con una síntesis de aspectos técnicos, sociales y religiosos. Los textos se ilustran con un amplio número de piezas representativas de aquellos aspectos o funciones culturales que les dieron sentido en su momento y que, gracias a ellos, podemos visualizar y conocer mejor.

El mismo planteamiento de esta guía tendrá la serie que con ella se inicia. La serie Culturas responde a la organización dada a la exposición permanente, en la que los objetos se agrupan en función de la cultura a la que pertenecen y se ordenan cronológicamente según se fueron sucediendo en el tiempo, desde la Prehistoria hasta el siglo XIX. Por esta razón, se pretende completar la serie con los grandes periodos culturales que se han sucedido en la península Ibérica y los objetos más significativos que los representan. En su conjunto, la serie ofrecerá la historia, visualizada con objetos, de los pueblos que han habitado la Península y de los que, formando parte de su entorno cultural, han interactuado directa o indirectamente con ellos en la Antigüedad. Con esta serie se desea facilitar su conocimiento, valoración y recuerdo.

Ángela GarcIa Blanco

ANTIGUO EGIPTO

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Sala 13

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Una de las civilizaciones más admiradas, desde su redescubrimiento en el siglo X K , ha sido la del Antiguo Egipto. Pirámides, templos, momias, faraones y dioses son un contínuo testimonio de su esplendoroso pasado, fuente de ideas para todo el Mediterráneo Oriental. Su influencia llegó hasta la península Ibérica a través de los navegantes fenicios.

Una cultura milenaria a orillas del Nilo Egipto es la última región que atraviesa el río Nilo, después de un recorrido de 8.000 kilómetros. El pais se extiende entre Nubia y el Mediterráneo, y su territorio se divide en: Alto Egipto, al sur, y Bajo Egipto, al norte, en el delta; estas zonas, a su vez, se subdividen en provincias o nomos. La historia del Antiguo Egipto, desde fines del Neolítico hasta la conquista del territorio por Roma en el año 30 a.c., se desarrolla en varios periodos. De éstos, los más representativos son, después de la época Predinástica (4.000 a.c.) y el periodo Tinita, los Imperios Antiguo, Medio y Nuevo, con breves periodos intermedios. Conquistado el pais por Alejandro Magno (332 a.c.), se instaura la dinastía ptolemaica hasta la llegada de los romanos. Hay otra división de la historia de Egipto más precisa, que ordena los reinados de los faraones en 31 dinastías y que debemos al historiador egipcio Manetón (siglo III a.c.)

Tierra de faraones La civilización egipcia se desarrolló a lo largo del valle del Nilo, río navegable a lo largo de 1200 Kms. Las crecidas que inundaban el valle fertilizaban las tierras, pero también era necesario controlar aquéllas. Para alcanzar el desarrollo económico que logró el Antiguo Egipto, se requirió un poder central enérgico y capaz de disponer de la población necesaria para hacer productivas las tierras o, en otro orden de cosas, para construir templos y tumbas monumentales. Este poder fue ejercido por el faraón y su complejo aparato administrativo.

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TECNOLOGÍA Aunque no se puede decir que los egipcios tuvieran conocimientos científicos tal y como hoy los definimos, su sentido de la observación les permitió adquirir suficientes bases empíricas para disponer de fármacos curativos, de un calendario para medir el tiempo, de las nociones de aritmética y geometría indispensables para su actividad comercial y constructiva, etc. La momificación de los cadáveres, tan practicada en el Antiguo Egipto y necesaria para preservar los cuerpos de la putrefacción, también supone un importante dominio de la técnica de embalsamamiento con preparaciones aromáticas y antisépticas, y es una muestra más de sus conocimientos pragmáticos. A través de la momia de Nespamedu se puede analizar el proceso de momificación practicado en la Casa de la Muerte.

"vasos canopos", a excepción del corazón, que tenía que ser pesado antes de llegar a la otra vida. El cuerpo, tras ser lavadas las cavidades internas con vino de palma y especias, se rellenaba con hojas secas o serrín y sustancias aromáticas, y era desecado en natrón durante 40 días, al término de los cuales era vendado y envuelto en un sudario. Entre las vendas se solían disponer pequeños amuletos y, sobre ellas, un escarabeo en el lugar del corazón y una malla hecha con canutillos de pasta vítrea. La etapa final consistía en colocar sobre el cuerpo cartones pintados, e introducirlo en el sarcófago mientras el sacerdote pronunciaba palabras propiciatorias: Vive otra vez,

tú revivirás siempre, tú has vuelto a ser

La momificación, un complejo proceso El proceso de momificación tuvo su fundamento en las creencias religiosas de los egipcios y formó parte de su ritual funerario. Los egipcios creían que el alma abandonaba el cuerpo en el momento de morir, pero podía volver a él siempre y cuando el cadáver se conservase intacto, poseyera una tumba y se hubiera realizado en su honor el servicio funerario. El embalsamamiento garantizaba la conservación del cuerpo. Se iniciaba extrayendo el cerebro por los orificios de la nariz y las vísceras por dos incisiones practicadas en un lateral del abdomen; éstas eran desecadas en un recipiente lleno de natrón (compuesto salino de carbonato y bicarbonato de sosa) e introducidas luego en los

Detalle de un brazo de una momia nul

Vasos canopos. Heracleópolis Magna (XXII Dinastía).

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ANTIGUO EGIPTO

Momia de Nespamedu Se trata de la momia de un varón que tenía al morir unos 55 años y que padecía artritis y arterioesclerosis. Está completamente vendada y recubierta de betún, y la envuelve un sudario de lino muy fino, sobre el que se disponen cinco cartonajes dorados y decorados con elementos y símbolos característicos del mundo funerario egipcio. Por la inscripción sabemos que este hombre se llamó Nespamedu y fue sacerdote de Imhotep. La momia lleva relleno subcutáneo y en las cavidades orbitales, además de tener una placa lingual, brazaletes y una figurilla antropomorfa. Pesa 40 Kg. Por el tipo de embalsamamiento sabemos que Nespamedu vivió en el periodo ptolemaico (332-30 a.c.)

Hallazgo Esta momia fue adquirida en El Cairo por Ignacio Bauer, quien la vendió, en 1925, al Museo Arqueológico Nacional. Se desconoce, por tanto, su origen ya que no procede de una excavación arqueológica sistemática, sino del comercio de antigüedades de principios de siglo.

joven otra vez, tú eres joven y así por toda la eternidad. Las primeras informaciones que tenemos sobre el embalsamamiento datan de la IV Dinastía (Imperio Antiguo, 2686-2181 a.c.), aunque será durante el Imperio

Nuevo (1 554-1080 a.c.) cuando el proceso alcance su mayor complejidad y las noticias sean más abundantes. Este ritual se practicó hasta fines del s. III d.C. No todos los individuos gozaron del derecho de poder ser embalsamados ni enterrados.

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La momificación de animales

SOCl

En el Antiguo Egipto, no sólo eran momificadas las personas, sino también determinados animales que, venerados como dioses o considerados sagrados, tenían derecho a ser conservados para la eternidad. Así, por ejemplo, el pájaro ibis representaba en el Antiguo Egipto al dios Thot, por lo que era un animal sagrado y se le embalsamaba al morir. También el halcón fue venerado como dios y momificado, pues era el símbolo de Horus, hijo de lsis y Osiris y lo mismo ocurría con el cocodrilo, que representaba al dios Sobek, señor de El Fayum y Kom Ombo, hijo de Neith y esposo de Hathor.

La sociedad egipcia estuvo fuertemente jerarquizada, figurando en primer lugar el faraón, que detentaba el poder supremo por su origen divino. Gobernaba desde su palacio, centro administrativo del país, denominado la "Gran Casa", y lo hacía por medio de sus funcionarios y delegados. Era también juez superior de los tribunales de justicia, sacerdote de todos los dioses y jefe del ejercito. Funcionarios, sacerdotes y militares, escribas y artesanos, comerciantes y campesinos constituían la escala de los diversos grupos sociales, tanto más influyentes cuánto más cercanos estuvieran al faraón y pudieran compartir su poder.

El poder del faraón

Cocodrilo momificado

En la cúspide de la sociedad egipcia se sitúan el faraón, su familia y allegados, seguidos de la clase sacerdotal y de los altos funcionarios (gobernadores, visires, militares, escribas...), a los que seguía un gran número de artesanos y comerciantes. El grupo social más numeroso era el de los trabajadores o campesinos, sometidos a control; por debajo estaban los esclavos, que solían ser extranjeros capturados como botín de guerra. El faraón, dios y rey, reunía en su persona, como acabamos de señalar, el mando civil, militar y religioso; su poder supremo se plasmaba en las construcciones civiles (residencias reales) y religiosas (templos y tumbas), que mandaba erigir en su memoria y para que permanecieran hasta la eternidad. Tenía símbolos exclusivos de su poder y divinidad, y disfrutaba, al igual que las clases más pudientes, de objetos de uso personal excepcionales, realizados en materiales suntuosos.

ANTIGUO EGIPTO

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-- .-,, tanebo I Nectanebo 1, primer faraón de la XXX Dinastía (380-362 a.c.), aparece en esta escultura de granito negro arrodillado sobre un podio cuadrangular con inscripciones jeroglíficas. El faraón cubre su cabeza con sencillo tocado, ajeno a la realeza, viste el típico faldellín schenti y sujeta con sus manos una

pequeña ara. En el pilar dorsal aparecen los cinco nombres del faraón escritos en jeroglíficos. Es una escultura rígida, estática, hierática, que da sensación de eternidad, pero la suavidad de su modelado delata influencia griega, característica propia de este periodo. La cabeza no pertenece a la escultura original, sino que fue colocada en ésta, posiblemente, en época romana. Hallazgo Esta escultura fue hallada en un lugar indeterminado de Roma, acaso en algún templo dedicado a Isis, adonde fue llevada desde Egipto. Ingresó en las colecciones reales de Felipe V,pasando al Palacio de la Granja de San Ildefonso y, desde allí, al Museo del Prado. Junto con otras piezas de la misma procedencia, ingresó en el Museo Arqueológico Nacional, como depósito, en el año 1979.

Museo Arqueológico Nacional

Inscripción jeroglífica de Nectanebo I

Las diferencias sociales se plasmaban también a la hora de la muerte. Los objetos cotidianos encontrados en las tumbas ponen de manifiesto los diferentes rangos de sus antiguos propietarios. Las personas de estatus superior se enterraban con objetos suntuar i o ~para poder disfrutarlos en la vida del más allá, concebida como una continuación de la vida terrestre. Así, determinados objetos de tocador aquí representados, como el peine, el espejo, las pinzas de depilar y el bote de kohol (pintura para los párpados), que formaron parte de ajuares funerarios, nos permiten imaginar las refinadas maneras con que se aseaba un determinado sector social. Lo mismo puede decirse de las sandalias o el cabezal que presentamos y que pudieron ser los objetos personales de una importante dama egipcia.

Estatua del canciller real-escriba Harsomtusemhat

Objetos de uso personal

ANTIGUO EGIPTO

CREENCIAS Las creencias religiosas estaban continuamente presentes en la vida de los egipcios. Adoraron a gran cantidad de dioses (unos con forma de animal, otros con forma humana y otros, mixtos) porque cada uno de los 42 distritos administrativos tenía su propio dios además de los compartidos por todos. Entre todos los dioses, uno de los más importantes fue Re, el dios-sol responsable de toda la creación; más popular fue, posiblemente, Osiris, el dios de los difuntos, cuyo mito justificaba la necesidad de la momificación para poder resucitar, como él mismo, tras la muerte.

ban: la barca para que pudiera ir al santuario de Osiris en Abydos, peregrinación que tenía que hacer en vida, pero que también podía hacer tras la muerte; las figuras del dios Ptah-Sokaris-Osiris o porta-amuletos con poderes mágicos, y los ushebtis o respondientes.

Osiris: el dios de los muertos El mito cuenta que Osiris, muerto y despedazado por su envidioso hermano Seth, fue rescatado de las aguas del Nilo por su amante esposa Isis. Ésta recompuso su cuerpo que, momificado, resucitó a una nueva vida. Osiris, como dios de los difuntos, participaba en el culto funerario. Él era el que acogía el corazón del difunto una vez que había superado el pesaje ante la "devoradora de corazones" (monstruo con cuerpo de leona y cabeza de cocodrilo que devoraba al indivuduo si el peso de su corazón era negativo). Tras el juicio, el alma volvía al cuerpo, que debía estar momificado y enterrado en una tumba decorada con relieves y pinturas. Una de las escenas más habituales en los muros de las tumbas era la de la comida funeraria, en la que apareel difunto sentado ante una mesa de ofrendas repleta de alimentos. En la tumba también se hallaba el ajuar funerario, compuesto con los objetos necesarios para la otra vida. Entre ellos destaca-

Barca. Giebel Ein. (XII Dinastía )

Detalle del relieve con portadores de alimentos para la comida funeraria. Heracleópolis Magna (Ehnasya el-Medina) Periodo Intermedio (2155 2040 a.c.)

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Otras divinidades El panteón de dioses del Antiguo Egipto fue muy numeroso y estuvo integrado por divinidades mayores y menores de ámbito general o local. Cada uno de los distritos administrativos o nomos tuvo su propio dios que, en ocasiones, tomaba la forma del animal o totem protector, y era venerado como tal. Isis, esposa de Osiris y madre de Horus, representó la maternidad y la fidelidad. Durante las fiestas del mes de Joiak, que rememoraban la resurrección de Osiris, lsis tenía un lugar destacado, ya que ella consiguió con su magia dar nueva vida a su esposo. Su culto perduró en el Imperio Romano. Horus fue hijo de lsis y Osiris y vengó la muerte de su padre luchando contra Seth. Fue el protector de la realeza y se le representa con la figura de un halcón. Anubis fue el protector de las necrópolis y el inventor de la momificación, por haber tratado el cuerpo muerto de Osiris. Era el encargado de comprobar el fiel de la balanza durante el juicio del alma ante Osiris y la "devoradora de corazones". Siempre se le asocia a la figura del chacal.

Representación de Anubis en un cartonaje de momia

Representación en bronce de la diosa lsis

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ANTIGUO EGIPTO

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Estatua de Osiris Esta estatua de bronce muestra a Osiris de pie. Va tocado con la corona atef y el uraeus, y lleva barba postiza. Representado como una momia, tiene los brazos cruzados sobre el pecho, sujeta un cayado con la mano izquierda y porta un flagelo en la derecha. Toda la figura se apoya en una base rectangular con inscripciones. Se data en la XVIII Dinastía, a partir del afio 1554 a.c.

Hdazgo Esta estatuilla fue adquirida en Egipto, junto con un importante lote de piezas, por Tomás de Asensi, Director de Comercio del Ministerio de Estado y vicecónsul de Espafia en Niza. Su viuda, Rosario Laiglesia, la vendió al Estado en 1876, junto al resto de la colección de su esposo, formada por unos 1300 objetos comprados a lo largo de numerosos viajes por Africa y Asia. La colección ingresó en el Museo Arqueológico Nacional en el mismo año. Las piezas arqueológicas permanecen en nuestro Museo, mientras que las colecciones etnográficas se trasladaron, en 1948, a l Museo Nacional de Antropología.

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Fragmento de venda con Anubis oajo la mirada atenta de Anubis, dios de la momificación con cabeza de chacal, los antiguos egipcios embalsamaban a sus difuntos para preservar el cuerpo de la destrucción, pues a él debía regresar el Ba, alma inmortal. Una vez preparado el cadáver, se envolvía con vendas de lino decoradas con temas alusivos al ritual funerario. Con el tiempo, el sistema de vendajes llegó a ser más laborioso y complejo que el tratamiento del cuerpo en sí.

Fragmento de venda con textos Estos textos están escritos en hierático y extraídos del Libro de los Muertos. A partir de la Baja Época (dinastías XXVI-XXX. 664-342 a.c.) se generalizó la práctica de colocar vendas de lino con inscripciones mágicas alrededor del cuerpo momificado. La eficacia de los textos aumentaba al ser colocados en íntimo contacto con el cadáver. Con el mismo fin, se copiaban inscripciones sobre los sarcófagos.

Escarabeo Entre todos los amuletos utilizados por los antiguos egipcios, destaca el escarabeo, objeto usado desde épocas muy antiguas. Fue el símbolo de Jepri, venerado en Heliópolis como dios solar, aunque su significado y utilización variaron según las épocas. A partir del Imperio Nuevo (dinastías XVIII-XX. 1554-1080 a.c.), surgen los "escarabeos de corazón", con un texto del capítulo 30 del Libro de los Muertos, que se colocaban sobre el pecho de la momia.

Malla Las mallas, vestimentas ornamentales de la momia, se colocaban sobre ésta; estaban realizadas con canutillos de pasta vítrea que formaban una red con los bordes festoneados con una cenefa más tupida. La que aparece en la imagen tiene a la altura del pecho un escarabeo alado y las figuras de los "cuatro hijos de Horus" que protegían las vísceras: Amset, con cabeza humana, el hígado; Hapi, con cabeza de mono, los pulmones; Duamutef, con cabeza de chacal, el estómago y Qebsenuf, con cabeza de gavilán, los intestinos.

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Momia con cartones Cadáver embalsamado de una joven mujer de 25 años, vendado, envuelto en un sudario y cubierto de cartones pintados. El estudio de las momias permite conocer ciertos datos de interés sobre sus enfermedades, alimentación, etc. (XXVI Dinastía, 664-525 a.c.)

Sarcófago de Bak El sarcófago era pieza esencial en el mobiliario funerario. Existían talleres dedicados a la fabricación de sarcófagos, y en ellos se ofrecía un amplio muestrario de modelos con espacios en blanco entre las inscripciones rituales para poder incluir el nombre del difunto. El estilo y la decoración variaron según las épocas y la concepción religiosa del momento. Algunos sarcófagos se reutilizaron, como éste, que perteneció a Bak y fue aprovechado para depositar el cuerpo momificado de una anciana mujer de 60 años. Es el más antiguo que posee el Museo (finales del Imperio Nuevo), y está decorado con fondo amarillo y blanco.

Máscara funeraria Una solución más barata que proveerse de un sarcófago completo consistía en encargar un fragmento de la tapa o una máscara, como la de madera reproducida en la imagen. En este último caso, la máscara cubría el rostro; para el resto del cuerpo se empleaban materiales más perecederos, como el adobe o algún vegetal. En las máscaras se reproducían los rasgos más o menos convencionales del difunto, aunque siempre dentro de la tradición y del arte egipcios.

Ibis momificado El origen de la veneración de los animales como dioses en el Antiguo Egipto debe buscarse en el culto que los "nomos" o territorios administrativos profesaban a un emblema, a una planta o a un animal, elegidos por sus cualidades y porque protegían a los habitantes de la región. Pronto fueron momificados, al igual que los humanos. El pájaro Ibis representaba al dios Thot, por lo que era un animal sagrado y se le embalsamaba al morir, como este ejemplar envuelto en lino.

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Vaso canopo para vísceras de toro Los toros Apis de Menfis, Bujis de Hermontis y Mnevis de Heliópolis fueron objeto de un culto especial y tenían derecho a ser conservados para la eternidad. En este vaso canopo de alabastro, cuya tapadera posiblemente no corresponde al recipiente original, se guardaron las vísceras de un toro Mnevis después de la momificación. Mnevis fue un dios de la vegetación y poseía un rebafio sagrado.

SOCIEDAD

Instrumentos musicales La música gozó en el Antiguo Egipto de gran importancia y aceptación social. No sabemos exactamente cómo sonaba. En cuanto a los instrumentos musicales, la mayor parte de la informa-

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ción la han proporcionado las pinturas funerarias y los pequeños instrumentos que han llegado

hasta nuestros días, tales como la castañuela de marfil

y el sistro que vemos en la imagen. El sisuo era mane-

jado por mujeres nobles y por sacerdotisas en ceremonias vinculadas a la diosa Hator, que representaba la alegría y la pasión por la música y la danza.

Objetos de adorno Collares de piedras preciosas y pasta vítrea, una pulsera de bronce, un anillo, pendientes de plata y oro, un amuleto de oro en forma de sandalia y un colgante con forma de perilla pudieron ser los adornos personales de una importante dama egipcia.

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Ushebtis y caja Una vez en el más allá, los egipcios estaban obligados a realizar diversos trabajos agrícolas en las campiñas de la divinidad. Los ushebtis o respondientes reemplazaban al difunto en esta obligación y, respondiendo por él a la llamada de Osiris, se convertían en personas vivientes y realizaban las distintas tareas. Debido a la labor que tenían que hacer, se representaban con los útiles necesarios para su trabajo: hachuelas, piquetas y, a la espalda, el saquito de semillas. Con frecuencia se colocaban en cajas como la de la imagen.

CREENCIAS

Escena del peso del corazón En esta escena, que forma parte de la decoración de un sarcófago, se muestra la ceremonia del juicio del alma ante el tribunal de Osiris: se pesaban las buenas y malas acciones realizadas en vida por el difunto. Si el peso era favorable, el difunto era llamado "justificado" y continuaba viviendo en el más allá; si sucedía lo contrario y el peso era desfavorable, el difunto era comido por la "devoradora de corazones" (monstruo con cuerpo de leona y cabeza de cocodrilo).

Ptah-Sokaris-Osiris La figura de aspecto momiforme situada en la parte superior de la caja representa al dios Ptah-Sokaris-Osiris y la figura de halcón. al dios Sokaris. En el interior de la caja se colocaban rollos de papiro con fórmulas del Libro de los Muertos, o incluso una parte del cuerpo momificado del difunto.

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Figura de Harpócrates

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Figura en bronce de Upuaut Upuaut, dios de las necrópolis, "el que abre los caminos", fue venerado en Asyut. Siempre precede al cortejo divino y su animal simbólico es el chacal.

Horus, hijo de Isis y Osiris, vengó la muerte de su padre luchando contra Seth. Fue el protector de la realeza y se le representa con figura de halcón; cuando se representa en forma de nifio (sentado, desnudo, con la trenza lateral y el dedo en la boca) se le denomina Harpócrates.

CREENCIAS -

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Estela votiva de Taeshert

Frente a una dama en actitud de adoración, vestida con túnica transparente, peluca larga y cono de perfumes sobre la cabeza, se halla el dios Re-Harajty sentado en un trono que se apoya sobre una representación del signo jeroglífico "tierra" Entre ambos personajes aparecen dos ojos y una inscripción, compuesta de seis líneas verticales, que menciona a la dama y a los dioses Re-Harajty, Atum y Ptah-Sokaris.

Sarcófago de Amenemhat

Sarcófago interior antropomorfo con tapadera. Perteneció a un gran sacerdote "uab" (puro) y sacerdote "entrante" en el santuario del templo de Amón. Este hombre, llamado Amenemhat, vivió en los inicios de la Dinastía XXI. Su sarcófago es uno de los más bellos ejemplares realizados para el clero vinculado al gran dominio del dios. Los temas iconográficos recogen aspectos esenciales de la religión egipcia, como el juicio del alma ante Osiris, la escena de la creación, etc., todas ellas vinculadas a la resurrección del difunto.

GRECIA CLÁSICA Siglos V-IV a.c.

Grecia representó, en el siglo V a.c., uno de los grandes momentos en nuestra civilización, y la ciudad de Atenas fue su mayor exponente. Los antiguos griegos nos dejaron una explicación racional del mundo y del hombre, la democracia como forma de gobierno y un canon artístico que ha servido como referencia constante al arte europeo.

La Grecia clásica: auge y expansión por el Mediterráneo Durante el siglo V y parte del IV a.c., los griegos consiguieron un alto nivel en todos los aspectos de su cultura, y lo lograron gracias, en parte, a su gran desarrollo económico. El motor de dicho desarrollo fue el comercio marítimo que los mercaderes, excelentes navegantes, consiguieron extender por todo el Mediterráneo, apoyándose en las colonias que fueron creando a lo largo de sus costas. Las rutas comerciales siguieron las costas mediterráneas del sur de Europa, comerciando con los etruscos en la península italiana y con los iberos en la península Ibérica; mientras que los fenicios, antes, y los cartagineses, después, frecuentaron la ruta del norte de Africa.

El triunfo de la polis En el siglo V a.c., Grecia era un mosaico de ciudades-estado o poleis independientes. Cada una de ellas era una unidad política, social, económica y cultural indepen-

diente y tenía un territorio bajo su dominio para la explotación agrícola y ganadera. La ciudad y su territorio constituían la polis. La causa fundamental de esta fragmentación territorial eran las dificultades que el montañoso paisaje griego creaba a las comunicaciones entre las distintas poblaciones. Atenas ocupaba una posición central dentro del mundo griego. Disponía de un excelente puerto a pocos kilómetros -El Pireo-, que le permitía dominar con sus barcos la navegación por el Egeo, y contaba con buenos apoyos al otro lado de este mar, en la costa de Asia Menor. Fue la polis que alcanzó un mayor desarrollo económico, social, político y artístico entre las demás ciudades, gracias al imperio comercial que sus navegantes y mercaderes crearon en el Mediterráneo, al gobierno democrático que se dieron sus ciudadanos y a la atención que dedicaron al arte, al teatro, a la filosofía ..., sentando las bases de nuestra propia cultura.

Museo Arqueolágico Nacional

TECNOLOGÍA Al desarrollo económico de Atenas contribuyó la producción de cerámica, y su exportación en grandes cantidades a otras regiones del Mediterráneo, a veces a través de intermediarios como los fenicios y los cartagineses. Se apreciaba en ella su calidad técnica, sus nuevas y bellas formas, y su decoración con escenas referentes a la vida en Grecia. Por ello, con la cerámica se transmitieron también entre estos pueblos del Mediterráneo algunas de las costumbres y creencias atenienses.

La cerámica en la vida cotidiana Los alfareros y los artesanos más notables gozaron de un alto reconocimiento social en la Atenas clásica. Los más importantes dirigían grandes talleres donde la producción era constante, pues debía abastecer la fuerte demanda local y el lucrativo comercio exterior de la polis. Su firma sobre las obras más espectaculares del alfar demuestra que su prestigio era comparable al de los pintores que las adornaban. La decoración de un vaso griego era un proceso muy cuidado, que exigía gran destreza. Por ello debía ser dirigida por un verdadero especialista en pintura. Rara vez ceramista y pintor eran la misma persona. El reconocimiento de la labor del segundo se plasma en el hecho de que muchas veces su firma aparece junto a la del primero, e incluso en ocasiones sin la de éste. La cerámica era un elemento esencial de la vida cotidiana en Grecia. Sus formas nos ayudan a conocer el uso o función que tuvieron y, con ello, diferentes aspectos de las costumbres y creencias de los griegos. Vasos, recipientes y útiles eran concebidos para una función determinada y su forma

se adecuaba a esa función, sin olvidar los cánones de belleza y armonía que regían la concepción de cualquier objeto. En el interior de la casa griega, encontramos recipientes de cerámica utilizados por las mujeres en diversos momentos de su vida; la lebes, por ejemplo, contenía el agua para el baño ritual de la novia antes del matrimonio; agua que habría sido recogida antes en la fuente con las hidrias, tal y como muestra la escena de una de ellas. También de uso exclusivamente femenino eran las formas que componían el tocador de las damas: píxidas, lecánides y vasos de perfumes. En el ambiente masculino del simposio o banquete se utilizaban ánforas, crateras, copas o kylix, y escifos, vasos para mezclar, servir y beber el vino. Un grupo aparte está constituido por los vasos de carácter funerario: Iécitos de fondo blanco, que se decoran con escenas de plañideras y de familiares visitando la tumba y haciendo ofrendas.

Hidria con muchachas en la fuente

Ánfora bilingüe Este recipiente está firmado por el ceramista Andócides y el pintor Psiax, que lo habrían realizado hacia el año 510 a.c. en Atenas. La escena de figuras negras representa a Dioniso rodeado por su séquito de sátiros y ménades, a quienes da de beber el vino en un cántaros. La escena opuesta, de figuras rojas, muestra a Apolo tocando la cítara en presencia de otras divinidades del Olimpo, que siguen el ritmo de la música con los dedos. La cerámica ática del siglo VI a.c. se decoró con la técnica de figuras negras, y la de los siglos V y IV a.c. con la de figuras rojas. No se produce, sin embargo, una sustitución inmediata y ambas técnicas conviven durante varias décadas, a veces incluso sobre la misma pieza, como en este caso, que por eso recibe el nombre de ánfora bilingüe.

Hallazgo Los vasos de cerámica griega que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional proceden en su mayor parte de la colección del Marqués de Salamanca, quien la vendió al Estado en 1874. Hasta su traslado al Museo, los vasos griegos decoraban las salas del palacio que el marqués se había construido en el Paseo de Recoletos. Otra parte de la colección se adquirió durante la expedición científica de la fragata Arapiles por el Mediterráneo, que tuvo lugar tres años antes, en 1871. Recientemente, cabe añadir la compra de la colección Várez Fisa.

Miiseo Arqueológico Nacional

Evolución de los estilos decorativos en la cerámica griega La excelente calidad de las cerámicas griegas es fruto de una larga tradición alfarera

ll

Conjunto de piezas de tocador

Conjunto de piezas de bani

Lebes de la boda

que, junto al dominio de una técnica, buscó plasmar un ideal de armonía y belleza. La variedad de formas y de decoraciones que nos ofrecen hoy estas cerámicas responden a este proceso de búsqueda. El llamado estilo geométrico (siglos X a VI1 a.c.) se caracteriza por la concepción del vaso como si fuese un edificio orgánico: en él, cada parte del conjunto se articula por separado. La decoración es bícroma: la pintura oscura destaca sobre el fondo claro de la arcilla. La superficie se distribuye en bandas y paneles, rellenos con motivos geométricos como zig-zags, grecas, rombos o esvásticas. Los vasos se cubren por completo, pues el artista se guía por un sentimiento de "horror al vacío". El siglo VI1 a.c. se caracterizó, en Grecia, por la apertura comercial hacia el Próximo Oriente. Estos contactos tuvieron una fuerte influencia en la artesanía, sobre todo en la cerámica, en la que se aprecia una verdadera invasión de motivos pictóricos y rasgos estilísticos de la tradición oriental: animales salvajes y figuras míticas, como sirenas y esfinges, se disponen en hileras o a los lados de pla'ntas exhuberantes, como vemos en la cerámica de los alfares de Corinto. Es también en este Periodo Orientalizante cuando se introduce con gran éxito la técnica de figuras negras. Durante el siglo VI a.c., la cerámica ateniense se decoró con la técnica llamada de figuras negras y durante los siglos V y IV a.c. con la de figuras rojas, técnica con la que se alcanza el máximo nivel artístico. Las Iécitos de fondo blanco empezaron a

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fabricarse a finales del Periodo Arcaico (620-480 a.c.) con una función exclusivamente funeraria. El blanco era, para los griegos, el color que simbolizaba el más allá. También se cubrían con un engobe blanco los huevos de arcilla que, con las Iécitos y los vasos de perfume, eran ofrenda habitual junto a las tumbas. Sobre el blanco se disponían escenas de carácter fúnebre dibujadas con pintura negra. La cerámica cubierta de barniz negro constituye una de las producciones menos refinadas y, por lo tanto, más baratas y accesibles de los talleres áticos. Se trata de platos, cuencos, copas, escifos y lucernas. Algunas de estas piezas están decoradas con incisiones e impresiones realizadas mediante la aplicación de estampillas y ruedecillas. Este tipo de decoración constituye un precedente de la terra sigillata romana. Ánfora con decoración geométrica

Olpe corintio. Detalle

Escena funeraria en una Iécitos de fondo blanco

Cerámica de barniz negro estampillada

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SOCIEDAD A través de los objetos de cerámica podemos conocer algo de la vida cotidiana y de la mentalidad de los antiguos griegos, no sólo porque los objetos mismos nos informan de cómo fueron hechos y decorados y del uso que tuvieron, sino también porque las imágenes que los decoran nos ofrecen un vivo retrato de aquella sociedad.

La cerámica, espejo de la sociedad griega: actividades del varón En Atenas, todos los hombres libres eran ciudadanos, por lo que tenían el derecho y la obligación de participar directamente en la política, es decir, en el gobierno de la ciudad y en su defensa. Quedaban excluidos de esta obligación los esclavos, los extranjeros y las mujeres. Los varones contribuían al gobierno y a la defensa de la polis participando en activi-

fama y honor entre sus conciudadanos. Por ello, la educación procuraba hacer de los jóvenes unos buenos ciudadanos: contemplaba su formación en el respeto a la tradición a través de la literatura y de la música, estimulaba el aprecio de los valores democráticos y cuidaba la preparación física para el manejo de las armas mediante el entrenamiento que tenía lugar en la palestra. Allí, los atletas untaban sus cuerpos con el aceite contenido en un recipiente de forma globular con boca plana y orificio de salida pequeño, llamado aríbalo, y se adiestraban para competir y estar en forma. Después, cubiertos de polvo, sudor y arena, se limpiaban con la esponja y la estrígile de bronce, instrumento de hoja curva y mango con el que se rascaban la piel después de los ejercicios.

dades públicas celebradas en el ágora y formando parte de su ejército, ocasión ésta que les permitía no sólo defender su propia forma de vida, sino también demostrar su valor y fortaleza -la areté-, que les daba

m Detalle de una escena con guerreros

Ánfora con discóbolo

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GRECIA CLÁSICA

Cratera del Banquete Cerámica de figuras rojas decorada con una escena de simposio, reunión de varones que compartían la misma clase social, las amistades y los intereses económicos y políticos. Normalmente se celebraba en la casa de uno de ellos, en la sala denominada andrón. Descalzos y coronados con guirnaldas de hojas, los comensales se reclinaban en lechos situados a lo largo de las paredes; en el centro, pequeñas mesas portátiles sostenían los platos y los vasos en los que bebían en honor de Dioniso. También en el centro se situaban las crateras en las que se mezclaban vino y agua. Los simposiastas charlaban y cantaban, se entretenían con juegos y recitaban poemas hasta el amanecer, amenizados por las heteras.

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r Detalle con joven en la palestra

La cerámica, espejo de la sociedad griega: actividades de la mujer

Pélice con vendedora

Las mujeres griegas eran educadas para ser buenas esposas y amas de casa. Desempeñaban un papel secundario en la sociedad y ocupaban un lugar subordinado al del varón. No tenían derechos políticos ni jurídicos, y en la vida pública eran representadas por el padre o el marido. Vivían recluidas en la casa, de a que salían sólo durante las fiestas. La mujer tenía que ocuparse de la buena marcha del hogar, organizando as tareas domésticas y la atención a los hijos. De ella dependían el cuidado y la administración del hogar, pues a veces las ausencias del marido eran prolongadas, sobre todo cuando éste debía participar en la defensa de la ciudad. En esta ocasión, la mujer acudía a despedirlo y esperaba ansiosa su regreso.

El nacimiento de un hijo era motivo de alegría en cualquier hogar, tanto más si era varón. Si el hogar era rico, los hijos eran cuidados, durante sus primeros años, por las mujeres de la casa, nodrizas y sirvientas, pasando con su madre sólo las horas que ésta tenía libres tras ocuparse de supervisar y organizar las labores domésticas. En los hogares pobres, donde no se podían permitir tener esclavas, la mujer debía repartir su tiempo entre el cuidado de los hijos, las labores de la casa y la ayuda al marido en su trabajo, ya fuera éste de carácter agrícola, artesanal o comercial. Una pélice muestra, precisamente, a una vendedora ambulante ofreciendo a un joven indeciso los productos que saca de una cesta. Junto a las esposas e hijas legítimas, existía otra clase de mujeres que tenía mayor libertad de acción: eran las concubinas y cortesanas, las heteras. Normalmente se trataba de mujeres libres e instruidas a las que se pagaba por acudir a los banquetes de hombres a tocar la flauta, cantar, bailar o simplemente dar entretenimiento con su charla y sus encantos.

CREENCIAS Los atenienses. como todos los pueblos de la Antigüedad, tenían hondamente arraigado el sentimiento de lo religioso. Creían en una naturaleza sagrada, en un universo poblado de divinidades. Los dioses griegos eran parte del cosmos: no habían creado el universo físico y animado, sino que ellos mismos habían sido engendrados por potencias primordiales como el Caos, la Noche, la Tierra, el Amor o el Océano. Su esencia divina les confería un gran poder para influir en la vida de los hombres, quienes imploraban su favor o piedad, o agradecían sus beneficios en un sinfín de ritos y fiestas religiosas.

Dioniso, el dios de la transformación La religión dionisíaca significaba el triunfo de lo que hay de irracional en el hombre y de su capacidad de transformarse en otro. Por eso, fue en el ámbito del culto a Dioniso donde surgió el teatro griego. Las principales tragedias y comedias se representaban durante las Dionisias, fiestas atenienses en honor de Dioniso que duraban cinco días. El culto a Dioniso tuvo en Grecia un gran arraigo popular. Era el dios de los paisajes boscosos, agrestes, donde sus seguidores entraban en comunión y armonía con la naturaleza, tal como lo reflejó Eurípides en su obra de teatro titulada "Las Bacantes". Pero era también el dios que subvertía el orden natural de la sociedad, pues arrastraba a las mujeres a abandonar sus hogares y a entregarse a ritos orgiásticos hasta conseguir el "éxtasis", el estar fuera de sí, y el "entusiasmo", o posesión del dios, que se manifestaba en una locura furiosa.

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Los héroes: Heracles y Teseo Los héroes, como Heracles o Teseo, son personajes mortales, legendarios, dotados de cualidades extraordinarias; son también modelos de comportamiento para los hombres por su virtud, excelencia y honor; y son además intermediarios entre la comunidad que les rinde culto y los dioses. Heracles, hijo de Zeus, destacó por su fuerza

y por su capacidad de esfuerzo y de superación ante las penalidades. Realizó doce trabajos, doce magníficas hazañas. En otro momento de su vida, la diosa Hera, que odiaba a Heracles por ser hijo bastardo de Zeus, su marido, le envió la locura; es el tema que ilustra la cratera de figuras rojas realizada por el pintor Asteas en Paestum, al Sur de Italia. El estado de enajenación provocado por Hera le llevó a matar a sus propios hijos arrojándolos al fuego, en presencia de su

Cratera con la locura de Heracles. Detalle

esposa Mégara, su amigo Yolao y su madre Alcmena. Después arrojó también al fuego todos los enseres de su casa y, posteriormente, recuperó la cordura. Teseo, a diferencia de Heracles, es el héroe que emplea la inteligencia y la habilidad antes que la fuerza. Educado en la palestra, encarna las virtudes ciudadanas y democráticas. Realiza numerosas hazatias bajo la protección de la diosa Atenea. Entre ellas destaca aquélla en la que da muerte al Minotauro en el laberinto de Creta, escena que ocupa el centro de la copa pintada por Aison.

GRECIA CLÁSICA

Cratera con escenas dionisíacas Esta cratera de cáliz ática está ornamentada con escenas relativas al dios Dioniso. En un paisaje montañoso, el dios aparece sentado sobre una roca y recibiendo, entre erotes o amorcillos, el homenaje de su séquito de méiiades y sátiros. Al otro lado, el movimiento se desborda y los sátiros persiguen a las ménades presas de excitación. Este vaso fue realizado en Atenas a finales del siglo V a.c.

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Ánfora bilingüe (cara B) Esta escena de figuras rojas pertenece a la denominada "ánfora bilingüe3', que presenta en la cara A una escena de figuras negras (página 27). Es una obra del taller del ceramista Andócides, que inicia en los anos 530-520 a . c . la sustitución de la técnica de figuras negras por la nueva, de figuras rojas. Al empleo de ambas técnicas debe esta ánfora la denominación de "bilingüe". En esta escena, un grupo de dioses olímpicos escucha las canciones de Apolo, quien sostiene en su mano izquierda una cítara con múltiples adornos y, en su derecha, el plectro unido a la cítara con una cuerda. El cortejo de dioses (Astemis, la diosa cazadora; Leto, madre de ésta y de Apolo, y Ares, dios de la guerra), seducido por el dulce poder de la música, acornpafia con los chasquidos de sus dedos la melodía.

Lécitos de fondo blanco Las Iécitos de fondo blanco alcanzan su forma madura alrededor del 470-460 a.c. y perduran hasta fines del siglo V a.c., momento en que prácticamente cesó su producción. En esta Iécitos del pintor de Aquiles (hacia 440 a.c.), los contornos de las figuras se han pintado sobre el fondo blanco con una línea de barniz negro, ya en este momento muy diluida y brillante. El interior del vestido se ha rellenado con un color rojo plano. Los temas decorativos de las Iécitos se relacionan con la muerte. Escenas aparentemente cotidianas revisten un significado funerario más sutil, como el baño nupcial que vemos representado en esta escena: la joven acaba de asearse y sostiene en su mano el frasco de perfumes con que se ha ungido, mientras su criada sujeta unas cintas. La acción de presentar el frasco de perfumes puede aludir a la ofrenda de aceites

al difunto, e igual significado pueden tener las cintas que la esclava le ofrece.

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Lidion con plañideras El lidion, junto con las lécitos, forma parte del grupo de vasos decorados con escenas funerarias. Este vaso es, además, un ejemplo de la perduración de la tradicional técnica de figuras negras cuando ya ésta había sido sustituida por la de figuras rojas. Su cuerpo es globular y está decorado con una escena de lamentación: las plañideras se arrancan los cabellos y se arañan las mejillas. Los varones (en la cara poste-

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rior) levantan sus manos en señal de duelo.

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Ascos de Canosa (~pulia,Magna Grecia, sur de Italia). Las plañideras, anteriormente pintadas sobre la lécitos y el lidion, se transforman en este ascos en pequeñas esculturas de bulto redondo realizadas en terracota y situadas en la parte superior del recipiente. Sus exagerados gestos de dolor responden a la mayor expresividad del arte helenístico, a lo que contribuye la plasticidad de la técnica decorativa. Principios del siglo 111a.c.

Escifos con escena pintada. Gnatia (Apulia, Magna Grecia, sur de Italia) En esta cerámica de carácter funerario, una diosa de la naturaleza vegetal surge de la tierra: es la imagen del tránsito fecundo desde la muerte a la vida en el más allá. El pintor que dibujó esta escena se valió de una nueva variante técnica, al aplicar el pincel sobre la superficie completamente barnizada en negro. Por eso, este tipo de vasos recibe el nombre de "cerámica sobrepintada". Siglo IV a.c.

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Cratera con representación de banquete (detalle) El simposio era la parte de la reunión de comensales dedicada al consumo del vino, y tenía lugar después de la comida propiamente dicha. Precisamente este tipo de recipiente, una cratera, se empleaba para mezclar el vino con agua en tales reuniones, exclusivamente masculinas. En la imagen, vemos representado un juego de habilidad, el kóttabos, consistente en hacer girar una copa a gran velocidad, frenándola súbitamente para que la última gota saliese despedida y diese en una diana. Mientras tanto, la auletris o flautista amenizaba la competición tocando la doble flauta (aulos).

Útiles de palestra La educación física era un aspecto muy importante en la educación del varón y comenzaba a muy temprana edad. El objetivo era que consiguiera la destreza y forma física necesarias para defender la ciudad en caso de guerra, aunque también se le preparaba para la competición atlética. Además, se pretendía que alcanzara la "excelencia" física o belleza del cuerpo, tan importante como la "excelencia'' moral o ética. Estos objetos eran necesarios en la palestra, donde se realizaban los ejercicios físicos: el aríbalos contenía el aceite para ungir el cuerpo de los atletas, y la estrígile y la esponja facilitaban su aseo después del entrenamiento.

SOCIEDAD

Ánfora con pedagogo Dos de los diálogos de Platón (427-347 a.c.) tratan en especial el tema de la educación que, ya desde el siglo V a.c., abarcaba la lectura, la escritura, la música y la danza, la lucha y el atletismo. La iniciación del niño en la escritura y la lectura comenzaba en casa con el pedagogo, que era un esclavo ilustrado, pero a los siete años el niño iba a la escuela. Allí acudía desde el amanecer acompañado por el pedagogo, el cual, sentado al fondo de la sala, vigilaba ju comportamiento y sus progresos durante las horas i e clase.

Ánfora con maestro de música La importancia de la música en la sociedad griega hizo que su ensefianza se incluyese en la educación de los ciudadanos. Aprender a tocar la lira y la doble flauta permitía participar en los festivales religiosos, en las recitaciones públicas de los poemas de Hornero y en las fiestas públicas y privadas, donde la música jugaba un importante papel.

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Ánfora con despedida del guerrero La defensa de la ciudad era una obligación del ciudadano ateniense y, durante largos períodos de tiempo, como el de la guerra que Atenas mantuvo contra Esparta (llamada del Peloponeso), fue un acontecimiento casi cotidiano. Era también la ocasión para demostrar el valor, la fortaleza y la destreza que darían fama y honor, a cada hombre, entre sus conciudadanos, y harían perdurar su nombre y sus hazañas a lo largo del tiempo. Durante sus largas ausencias, la mujer se hacía cargo del cuidado y la administración del hogar. En la imagen, vemos una escena con la despedida de la esposa al guerrero.

Hidria de las muchachas en la fuente La hidria era una jarra de tres asas. Esta escena del pintor de la Fuente de Madrid documenta su uso cotidiano, en la Arenas de finales del VI a.c., para recoger agua en la fuente pública, transportarla y verterla posteriormente. La fuente representada tiene una bella fachada arquitectónica con columnas dóricas, entablamento y frontón. Los atenienses sentían gran aprecio por el agua, pues la consideraban un elemento sagrado y la veneraban como tal. También creían que detrás de las fuentes había unas diosas protectoras llamadas "náyadesX,a las que ofrecían ramos de flores, tal y como vemos en la imagen.

SOCIEDAD

Hidria con escena de ejercicios de acrobacia Ya a partir de la segunda mitad del siglo V a.c. encontramos a las heteras como profesionales de la música, practicando danzas y ritmos apropiados para un banquete. Esta hidria de figuras rojas muestra en su hombro el interior de una casa de heteras donde, al son de la música, estas muchachas practican ejercicios de acrobacia; un joven las contempla apoyado en el báculo y extiende su mano para aconsejar sobre el ejercicio.

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Figura femenina de terracota Las mujeres atenienses tenían un gran sentido de la elegancia y se hacían sus vestidos con telas que tejían ellas mismas. La cantidad, calidad y riqueza de las telas dependía de su situación económica, y por ello el vestido se convertía en signo de su posición social y su distinción. Utilizaron dos tipos de vestidos: el peplos o túnica abierta y el quitón, túnica larga y cerrada, de tela muy fina y pliegues menudos, que se completaba con el himation o manto de paño grueso de lana, de pliegues más anchos, tal y como vemos en esta figura femenina de terracota.

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Kilix con representación de heteras (detalle) En esta escena, que decora una copa ática realizada por el pintor Oltos (hacia 520 a.c.), se representa un simposio o banquete: dos heteras descansan en el suelo sobre sendos cojines, una toca la doble flauta mientras la otra, que sostiene un escifo, le ofrece una copa y añade: "Bebe tú también", según se lee en la inscripción. En estas fiestas de carácter masculino, el papel que jugaban las mujeres era el de amenizar a los simposiastas tocando la flauta, cantando, recitando o simplemente charlando.

CREENCIAS -

Hidria con ménade enloquecida

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(detalle) La ménade, seguidora mítica del dios Dioniso, representaba la subversión de los papeles tradicionales de la mujer, cuidadora del hogar y recluida siempre en la casa. Su participación en las orgías báquicas le

permitía lanzarse a los montes y, poseída por el dios, entregarse a la danza, la música y el vino, que se bebía en abundancia durante los rituales dedicados a Dioniso. Ménades y sátiras, seres míticos mitad hombre, mitad animal, forman el tiaso o cortejo báquico.

Heracles y el león de Nemea Los héroes de la mitología griega, como Heracles o Teseo, son personajes mortales dotados de cualidades extraordinarias. Heracles, hijo de Zeus, representa la fuerza. La expiación del asesinato de sus hijos en una arrebato de locura le llevará a realizar sus famosos doce trabajos, de los que se representa aquí el pri-

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mero: dar muerte al invencible león de

Nemea. A partir de entonces, el héroe se cubrió con la piel y la cabeza del león

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vencido, y así aparece representado en todas las escenas que hacen referencia a los otras hazañas.

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Hidria de Heracles y Apolo El motivo principal representado en esta hidria del pintor de Madrid (último

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cuarto del siglo VI a.c.) narra la

lucha mítica que sostuvieron Hera-

cles y el dios Apolo por el trípode del

oráculo de Delfos. Ambos llevan un arco

y un carcaj de flechas como armas. Hera-

cles viste la piel del león de Nemea, la cual le sirve a la vez de coraza y casco. Su rostro

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adulto y barbado contrasta con el más juvenil del dios Apolo, caracterizado por los largos rizos que caen sobre su espalda, así como por la rama sagrada de laurel que corona su cabeza.

Ánfora panatenaica En Atenas se celebraban fiestas a lo largo de todo el año. Entre éstas destacaban las Panateneas, dedicadas a la diosa Atenea, patrona de la ciudad. En ellas, participaba la ciudad entera con una gran procesión que, partiendo de la puerta de la ciudad, pasaba por el cementerio, atravesaba el Ágora y subía hasta el templo de la diosa en la Acrópolis, para ponerse bajo su protección. En estas fiestas se celebraban también unos juegos atléticos. Llena de aceite de los olivos sagrados de Atenea, el ánfora panatenaica era el premio que se concedía al vencedor de estos juegos. En la cara A de esta ánfora, el pintor de Cleofrades (hacia el 480 a.c.) representa a la diosa Atenea armada entre dos columnas dóricas, y en su cara B, una escena de carrera de cuadrigas, en la que el atleta había ganado.

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CREENCIAS

Brocal de pozo (puteal) de La Moncloa El relieve de este brocal di pozo reali zado en época romana, en estilo neoi (siglo 1 d.c.), sirve para ayuda rnos tema del desaparecido frontón oriental del Partenón. Narra, como él, el nacimiento de la diosa Atenea de la cabeza de Zeus. En este parto extraordinario intervino el dios Hefaistos con su hacha, y la diosa nació ya adulta y armada con lanza y escudo.

Dibujo del desarrollo del puteal de La Moncloa En el centro del relieve del puteal aparece Zeus, sentado de perfil en un trono y, a la derecha, a punto de ser coronada por la victoria alada, la diosa Atenea, que ha surgido de su cabeza en forma de joven guerrera. Detrás de Zeus, Hefaisros se retira asombrado ante la terrible aparición. En la parte posterior figuran las Moiras, diosas que han tejido el destino de la diosa, con diversos instrumentos (huso, píxida, etc.)

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

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CULTURA GRIEGA

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