ANTONIO HENDIO I. RENGLONES INTIMO POEMAS

ANTONIO HENDIO I. RENGLONES INTIMO POEMAS PROLOGO POR XIII He sido uno de los que, no obstante de rendir culto a toda manifestación artística,

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ANTONIO HENDIO I.

RENGLONES INTIMO POEMAS

PROLOGO

POR

XIII

He sido uno de los que, no obstante de rendir culto a toda manifestación artística, he permanecido, a lo menos, un cuarto de siglo sin expresar ninguna opinión acerca de las producciones literarias. Y, con toda honradez, lo confieso: el desapego, la indolencia, el estoicismo, en mi espíritu aparentes, se debe a una causa única: a la incomprensión de la escuela que, ciertos acaparadores de la intelectualidad contemporánea, han dado en denominar modernismo. En verdad, yo no reconozco esta escuela y mucho menos su denominación mas allá de su acepción vulgar con respecto al tiempo; y, como el arte en todas sus manifestaciones, música, pintura, poesía, ha sido siempre el mismo, en él no puedo reconocer épocas, es decir modalidades que signifiquen demarcaciones temporales. Creo no equivocarme al decir que escuela modernista es una simple expresión, un círculo vacío que se retuerce sobre una esfera vacía también, algo así como una paradoja sobre una metáfora. Por este modo especial de pensar y sentir míos, cuando Antonio Rendic me pidió un prólogo para su libro, sentí el temor de verme obligado a hacer una franca prevaricación de principios; porque ¿cómo encontrar belleza en pensamientos ideológicos des-

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piadadamente materializados? cómo inclinarme ante un ara en cuya religión no se cree? Y yo creía erróneamente adivinar en Antonio Rendic un discípulo de la escuela modernista.

Los clásicos de la lengua usaron el verso para expresar latidos y sensaciones, afectos filtrados en el sentimentalismo y carnalidades subordinadas al espíritu: en el mundo intangible cantaron la caridad, la tolerancia, el heroísmo y el amor; y, en el mundo tangible, cantaron las bellezas de la tierra misma, ennoblecidas por el silencio y dignificadas por el perfume de las campiñas bucólicas. Ellos sabían que el cerebro del poeta es un filtro depurador cuyas paredes dejan pasar lo bello únicamente; y, como lo bello es lo que se desvanece o esfuma en nuestros propios sueños, comprendían quti el materialismo no podía encerrarse en el ánfora sagrada del verso.

No se me crea, por esto, refractario a ciertas tonalidades contemporáneas que, mesuradamente ejercidas, hubiesen enriquecido el verso castellano; porque pienso que, en tal sentido, toda innovación es aceptable, por cuanto el pensamiento gira y mejor se desenvuelve sin las estrechas ligaduras de la métrica antigua.

XIII

Pero, con estas tonalidades se ha cometido palpables abusos; talvez porque no han sido inteligentemente ejercidas o, lo que es más probable, porque han sido viciadas por la ampulosidad en la expresión. Lo cierto es que, de estas tonalidades nuevas, ha salido una pseudo-escuela. Cuando Emilio Zolá publicó su Germinal, ese valioso documento al desnudo de las miserias, de las lascivias, de las bondades y las abyecciones humanas, un sinnúmero de imitadores le siguió; y todos, creyendo entintar su pluma en el realismo, la entintaron en el fango; porque el genio como los cometas, tiene órbitas abstractas pero en ningún caso indefinidas. Estos escritores inimitables son los que, generalmente, forman escuela; lo que en caso alguno, significa que ellos, por sí y ante sí, pretendan demarcar nuevos rumbos a la literatura de una época. La prueba es que después de seis siglos, tuvo el Dante un hijo en Dostojewski y que, después de tres centurias, tuvo Luis de Góngora un apóstol en Darío.

La lectura de los versos de Antonio Rendic me sacó de estas cavilaciones; sus pensamientos nobles expresados con sencillez y claridad, sus sentimientos honrados por no envolver afectaciones y

XIII

por dimanar directamente . del espíritu, dejaron en mi ánimo una agradable impresión de frescura, empapada en zumos de la adolescencia y cristalizada en tristezas, alegrías y amores de la primera juventud. En sus versos flota algo de la vida misma; y, a su lectura, en los arrabales de la memoria, entre suspiros y sonrisas olvidados, entre amores y decepciones que muchas veces sólo vivieron en nuestra imaginación, vuelve a surgir con meridiana claridad, nuestra vida de adolescente, con sus mismas esperanzas, con sus mismos desengaños y, aún, con sus mismas lágrimas. . . Porque /quién es aquel que no encontró la vida entera en los ojos de la mujer amada? y quién es aquel que, en sus mocedades, no dijo con Rendic: "No se qué tienen esos ojos tuyos melancólicos y tristes, cuando miran... Parecen dos lágrimas lejanas en el hilo del tiempo suspendidas." Y, después, pasados los entusiasmos juveniles, quién no dijo: "Tus besos y tus halagos.. .pura farsa, tu cielo prometido.. .qué mentira!".

XIII

La musa de Antonio Rendic es rica en imágenes, aun cuando no lo es en la expresión misma; psíquicamente canta el amor y la decepción, y sobre ellos, sobre estos dos fantasmas que le martirizan, tiende el velo blanco del consuelo, cuando dice: "Y he de extinguirme así, silenciosamente, como se extingue la lejana estrella en el azul infinito." Estos pensamientos expresados con claridad y vestidos de envidiable sencillez, acusan en el autor estados de ánimo definidos y no recursos literarios para conmover a los lectores. La tristeza de Rendic es sincera; talvez dimana de las dolencias rozadas cuotidianamente en el ejercicio de su profesión de médico; o bien, de una herencia transmitida de generación en generación en una raza sacrificada durante varios siglos. Rendic generaliza el amor, le viste de una tristeza impersonal y le envuelve en las vagas nebulosas que se ciernen en nuestro espíritu al salir de la adolescencia, cuando presentimos en todas las mujeres a la mujer amada, en la que buscamos el todo y no un episodio de nuestra vida; así lo vemos exclamar: "En la lenta agonía de esperarte, el otoño tronchó mis ilusiones y ahuyentó, para siempre, mis quimeras..."

XIII

Tal es, estudiada en síntesis, la musa de Antonio Rendic, musa empapada en añoranzas y, por lo tanto, perennemente joven; nutrida en sus propias arterias y, de vez en cuando, desleída en el alma de la naturaleza y de las cosas; su versificación se hace sentida y plañidera, como el ruido de las hojas secas o como el murmurar de los arroyos. A este género pertenece este poemita que, sin comentario alguno, inserto en estas páginas: Llueve La mañana gris de otoño sangra de dolor y llora sus tristezas como mi corazón... Mañanita de otoño gris y fría, huérfana de sol. Tus lágrimas hieren muy hondo mi sensibilidad y lloro... Soy huérfano que sufro de tu mismo mal. Mañanita de otoño triste y pálida, hermana en el dolor!

XIII

No diré que estos u otros versos de Rendic sean dignos de esculpirse en bronce; pero, eso sí, puedo decir que, desprovisto de toda ostentación, humildes y sencillos como todas las legítimas produccionesdel alma, me parecen sensiblemente beljps.

Héctor Erazo Armas.

Antofagasta, 1930

XIII

PAISAJE Ya maduró la espiga y el robusto grano muestra el oro rojo de la sazón. .. El campo es un mar de esperanza: brisa y sol. En la quietud de las horas del paisaje de estío se ha dormido la tarde... El sol desciende al ocaso, aroma, perezoso, el aire. Noche... Silencio... La luna el misterio de las sombras rasga... El campo es un mar de fuego: oro y plata.

3

LLUEVE La mañana gris de otoño sangra de dojor y llora sus tristezas como mi corazón... Mañanita de otoño gris y fría, huérfana de sol. Tus lágrimas hieren muy hondo mi sensibilidad y lloro... Soy huérfano que sufro de tu mismo mal. Mañanita de otoño triste y pálida, hermana en el dolor!

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LA ESPERA Habla en el ritmo, el corazón, y dice en cada tic-tac, ama y espera... Y yo, sumiso a su voz, aguardo que, así como te quiero, tú me quieras. En la lenta agonía de esperarte, el otoño tronchó mis ilusiones y ahuyentó, para siempre, mis quimeras... Se agostaron las flores del ensueño, en el alma expiró la primavera... Y él, mi corazón, sigue sangrando en la lenta agonía de la espera.

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EN EL DIA DE LOS MUERTOS No turbéis la paz de los sepulcros con las necias vanidades del presente donde no habla el dolor, sino el dinero... Dejad a los que duermen bajo tierra fría, no la humana ostentación aparatosa, sino el oro incorruptible del recuerdo. Junto a los brazos de la cruz bendita que cuida, en el silencio, sus despojos, un suspiro dejad...e ios luego... Que el ageno sentir se torna en llanto en las frías cuencas de sus ojos... Y lloran nuestras lágrimas los muertos! Un suspiro dejad, sólo un suspiro, frenad el corazón.. .e ios luego!

9

FUE COMO UN SUEÑO Fué tan sólo un sueño nuestro idilio, y, como sueño, se deshizo en breve... Las rosas del amor viven un día, lo que dura su aroma, y, luego, mueren. Humo de ilusión, llegó hasta el alma y, en nube azul, la envolvió entera... Pasó la brisa del olvido pronto, arrastró la nube y me dejó con pena. Hoy sólo en mi memoria vives como el aroma sutil de algo lejano... Las rosas mueren.. .el amor se apaga... Por qué, entonces, te recuerdo tanto?

XIII

DOLOR Ha tiempo que te llevo en el alma y, silencioso, te oculto a los demás como un avaro... Me son tan familiares tus espinas que, al no herirme, me hallaría extraño. Sangrar. . . . Sufrir... Y, día en día, por la herida que me abrió tu mano, olvidando las tristezas del presente, asomarme al futuro y al pasado. Atrás, en las brumas del olvido, mi pobre juventud atormentada, como una lágrima interior, se pierde... Delante, el porvenir hosco y sombrío... Las incertidumbres del mañana... El suplicio del vivir.. .La muerte!

No se qué tienen tus ojos No se qué tienen esos ojos tuyos melancólicos y tristes, cuando miran. Parecen dos lágrimas lejanas en el hilo del tiempo suspendidas. Ojos que evocan un poema todo de angustias, de olvido y de misterio.. Ojos que irradian el dolor del mundo en el pálido fulgor de sus destellos. Ojos que lloran al mirarnos fijos, porque es lágrima la luz de sus miradas.. Ojos que saben al vacío inmenso del que lleva un sepulcro en el alma.,, Ojos tristes, místicos, enfermos de soledad y de nostalgia!

XIII

SEREMOS DOS SIGNOS Partirás silenciosamente. Y, mientras la materia a la materia vuelve, tu espíritu se diluirá en el tiempo... El alma no muere! Perdurarás con los siglos. Y, algún día, en el misterio del infinito se encontrarán nuestras almas.., Y, libres de-las miserias de la carne, iremos de la mano como dos sombras blancas. Y juntos, seremos dos interrogantes perdidos en la eternidad!

Te admiré en los ojos de las bellas y en el cáliz de una fresca boca, muchas veces te bebí ¡oh amor divino!... Me adormí al calor de tus arrullos y, sin saberte, me embriagué en tu vino. Más hoy que te conozco tal cual eres, es inútil que pretendas engañarme porque, herido, el corazón a nada aspira... Tus besos y tus halagos... pura farsa, tu cielo prometido... qué mentira!

CUADROS TARDE... El alma sobre el misterio del silencio vierte el oro de sus melancolías... Y allá, en el lejano horizonte, en un charco de sangre muere el día. CREPUSCULO... El hombre, soplo de vanidad y de egoísmo, se ahoga en el mar de sus querellas. Abajo, el enigma de las sombras, arriba, el puñal de la estrellas. NOCHE... Dolor... El misterio se ahonda y la tristeza acrece... El pobre corazón es un desierto, árido y frío, como la muerte!

21

Y HE DE EXTINGUIRME Y he de extinguirme así, silenciosamente, como se extingue la lejana estrella en el azul infinito... i Apagarme y sumirme parJ siempre en la noche eterna del olvido. Dormirme con los labios entreabiertos en actitud de trágica sonrisa... Llorar por dentro y llevarme oculto todo el dolor que me brindó la vida. Y he» de dormirme así, silenciosamente, sonriendo el labio y llorando el alma!

23

AL CAER EL TELON Agítate sin cesar, lucha y llora misterioso maremagnum de músculos y nervios a quién la vanidad elevó tan alto... Mañana, qué serás, Rey de la farsa: sólo un mezquino y miserable barro! Al caer el telón, los comediantes que rodeen tu lecho, cabizbajos y tristes, llorarán su propia suerte en tus despojos y enmudecerán de miedo... Pobres diablos! Todo un rey poderoso y grande transformado en pasto de gusanos!

25

AYER Y HOY Cuando la loca juventud me sonreía radiante y luminosa, a través del cristal de veinte abriles miraba lo externo de las cosas... Y el ansia de vivir me consumía. Hoy que otoño, reposado y frío, del cristal empañó la superficie con la amarga experiencia de lo vivido, desconfiado, miro el alma de las cosas... Y el hecho de vivir me causa hastío!

27

VOLVER A AMAR Volver a amar.. .Ay si pudiera, después de haber amado y sufrido, rehacer la perdida primavera y volver a vivir lo que he vivido! No amaría una vez, sino mil veces, y en cada boca de encendida grana, junto a la miel del voluptuoso beso, en éxtasis de amor, pondría el alma. Volver a amar.. .He amado tanto, y cada nuevo amor, fué nueva herida-... Para amar y sufrir, es un suspiro la breve primavera de una vida!

MUÑECAS DE SALON Muñequita de salón, fina y elegante, que quemas bencina y bailas fox-trot... Que de todo discutes y que todo lo sabes, igual que si hablaras de rouge o de carbón.. Que cruzas las piernas y apuras el vaso con la pericia de un gran bebedor... Que aspiras el humo del rico habano y hiedes, de lejos, a tabaco y alcohol. Muñeca que sabes a los dieciocho abriles mucho más de mundo que un setentón... Y que ya a los veinte te sientes cansada de arrastrar esta vida odiosa y pesada que no tiene secretos para tu corazón.

24

CORAZON Calla, payaso, calla y a la pista, sin tardar. Enharina tu cara y simula... Que tu oficio es simular. Víctimas de sus pasiones, sus odios y sus venganzas, vienen, hácia tí, los otros para olvidar su dolor... El Mundo es un Gran Payaso viejo que sangra y llora como tú, corazón. El mundo es un payaso viejo... Ríe Ríe corazón. Es un gran payaso viejo que sabe su oficio y ahoga, entre risas de lágrimas, su dolor... Ríe, ríe.. .corazón!

33

MAGNOLIA Prisionera en las redes del corpiño y al compás de tu marcha magestuosa, con rítmico vaivén, se mece airosa, la turgente magnolia de tu seno. Canta, en ella, el amor la eterna endecha del ensueño hecho carne alba y rosa, y su corola blanca y olorosa con ligero temblor se estremece. Sobre la nivea comba, el deseo la tierna boca de un capullo espera que el néctar de la flor exprima, acaso... Y se aduerme soñando en la quimera de unos bucles de oro y de unas manos diminutas y suaves como raso.

Adiós me dijo, al partir, mi madre y, en sus brazos, me estrechó con pena... La tierra sus lágrimas bebió y, al tiempo, las devolvió transformadas en azucenas...

La tierra las devolvió hechas blancas azucenas!

37

ALMA RUSA (PARA LOS ARTISTAS DE LA OPERA R U S A . )

Bohemios del ideal, de pueblo en pueblo, como el cruzado que en la fé se abrasa, derramando váis, en cristalinas notas, el llanto, hecho música, de la raza. Tristezas y dolor hay en sus notas, y las lágrimas en ellas escondidas, poemas son que, en la helada estepa, escriben con sangre muchas vidas. Seguid, bohemios, y vuestra alma inquieta, purificada en el dolor profundo de una raza que sangra adolorida, mieles derrame por la abierta herida. .. Seguid, bohemios a quién la fé abrasa de un porvenir mejor para la raza!

Para la Belleza Antofagastina Hay en tus ojos claridad de cielo y tu gracia singular y peregrina, oh suprema creación! a creer me inclina que tú no eres de mezquino barro. El humano cincel jamás podría en el mármol esculpir tanta belleza, y es obra superior a la destreza del genio, tus formas y tus líneas. La mano Omnipotente y Creadora del Supremo Bien, te hizo, acaso, para admirar, en tí, su propia gloria? O has venido a este valle de miserias, cual un nuevo Mesías, a redimirnos con la belleza inmortal de la materia!

4i

DULCE MAL El amor es un microbio que, desde Eva y Adán, ataca sin excepción a todo débil mortal. Se adentra por las pupilas y, sin mayor dilación, alza su tienda de ensueños en pleno corazón. Desde su regio escondite aviva nuestros anhelos, transforma en beso el suspiro y nos remonta hasta el cielo. Nos habla de tiernos arrullos y de tibiezas de nidos... Enciende nuestros deseos y halaga nuestros sentidos. Pone miel en nuestras bocas y aroma nuestro aliento... Es todo ternura en el alma y fuego en el pensamiento!

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