Archivo General de la Nación
boletín 6a época • octubre-diciembre 2007 • número
18
Boletín del AGN 6ª época • octubre-diciembre 2007 • número 18 Consejo editorial Director General Jorge Ruiz Dueñas Directora del Archivo Histórico Central Dulce María Liahut Baldomar Directora del Sistema Nacional de Archivos Araceli Alday García Directora de Investigación y Normatividad Archivística Yolia Tortolero Cervantes Director de Publicaciones y Difusión Miguel Ángel Quemain Jefe del Departamento de Publicaciones Carlos Miranda Asistencia Editorial Alberto Álvarez, Elizabeth Zamudio Diseño y formación Elisa Cruz Cabello ISSN-0185-1926 D.R. © Secretaría de Gobernación Abraham González 48, Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc 06699, México, D.F. D.R. © Archivo General de la Nación-México Eduardo Molina y Albañiles s/n, Col. Penitenciaría Ampliación, 15350, México, D.F. Boletín del Archivo General de la Nación, publicación trimestral, octubre-diciembre de 2007. Edición y difusión: 5133-9900 ext. 19325, 19330. Fax: 5789-5296. Correo electrónico:
[email protected]; www.agn.gob.mx. Domicilio de la publicación: Palacio de Lecumberri, Av. Eduardo Molina y Albañiles s/n, colonia Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F. Reserva al título en derecho de autor, certificado de licitud de título y certificado de licitud de contenido, en trámite. Derechos reservados conforme a la Ley. Impreso en México.
Índice
EDITORIAL
8
GALERÍAS Filipinas, lejanía próxima
10
María Fernanda García de los Arcos El Entremés de Luisa, de los papeles incautados al maromero José
34
Macedonio Espinosa Caterina Camastra Caciques y líderes militares y políticos en San Luis Potosí durante la
51
guerra de independencia José Alfredo Rangel Silva PANÓPTICO Los carmelitas: políticos inmersos en las dinámicas novohispanas
74
Jessica Ramírez Méndez De buenas intenciones a necesidades reales. El ingreso de capellanas
107
al convento de Santa Teresa de la ciudad de México, 1704-1800 Graciela Bernal Ruiz Los franciscanos en la secularización de las parroquias Perla Yáñez Hernández
130
HACIA EL BICENTENARIO Partidas de bautizo y matrimonio de Ignacio Allende, 1779
140
Hojas de servicio (nombramientos de Allende, Aldama y Abasolo), 1806
142
Narración que Ignacio Allende hace del inicio de la guerra
147
de independencia, 1811 PORTALES El Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas: una mirada hacia la primera
164
fase de la catalogación del fondo Real Colegio de San Ignacio de Loyola, 1885-1925 María Elena Hernández Ortiz y Rodolfo Daniel Martínez Domínguez CALEIDOSCOPIO “El depósito del dulce”: Benito Juárez y los archivos.
180
Notas a unas fotografías de testimonios históricos Guadalupe Jiménez Codinach Joyas del mes
184
Exposiciones
185
El Archivo General de la Nación viaja en el Metro
190
Página web
191
Portal de la Independencia
192
Constitución de 1857
193
Convocatoria Asociación Latinoamericana de Archivos
193
PUBLICACIONES Reflexiones sobre una historia del agua en México Elvia Alaniz Ontiveros
ILUSTRACIONES Las imágenes contenidas en este número pertenecen a los acervos gráficos del AGN, con excepción de las del texto sobre el Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas, que fueron proporcionadas por los autores.
197
Editor ial
L
a conquista española no sólo transcurrió en el ámbito de lo material. La espiritual fue la de mayor penetración y continuidad. Así se entiende la torrencial llegada de grupos
pertenecientes a órdenes religiosas que, en el cumplimiento de su objetivo evangelizador, sirvieron en muchas ocasiones como avanzada exploratoria y civilizadora en las regiones más agrestes del territorio novohispano que, debe recordarse, se extendía hasta el norte de las Californias, Arizona, Nuevo México y Texas. El tema central de este número del Boletín del Archivo General de la Nación se concentra en el establecimiento de dos sedes carmelitanas y una franciscana en el valle de México, dos con fines de educación y resguardo de las mujeres y otra como refugio del ejercicio espiritual, mientras que un cuarto trabajo se ocupa del Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas. GALERÍAS abre con un texto sobre el envío de recursos, primordialmente humanos, de la Nueva España a las islas Filipinas para consolidar la presencia de tropas, religiosos y comerciantes en aquella colonia. Le sigue una pieza de teatro, un entremés -pequeñas obras que se intercalaban entre piezas mayores- titulado Entremés de Luisa, cuyo texto le fue incautado a un miembro de la compañía que lo representaba. También nos remontamos al San Luis Potosí de la guerra de Independencia para conocer los motivos y formas que movieron a los caciques locales a participar en ella. Respecto a la conmemoración de la misma guerra, la sección HACIA
EL
BICENTENARIO
incluye la figura del insurgente Ignacio Allende en cuatro momentos determinantes: las partidas de su bautizo y matrimonio, su nombramiento militar junto con Aldama y Abasolo, y la crónica del inicio de la guerra que detalló luego de ser capturado por las fuerzas realistas.
8
G alerías
FI LI PI N A S ,
LEJANÍA PRÓXIMA
María Fernanda García de los Arcos* I
A
demás de que sufragaba muchos gas-
La relación con la colonia asiática se
tos de la complicada organización y
hizo constante y regular desde 1564, cuan-
costosa logística de las posesiones de la
do partió la expedición de Legazpi-Urdane-
Corona española, Nueva España fue un
ta en pos de la conquista de aquellas islas
nudo de comunicaciones dentro del im-
y de la búsqueda de la ruta marítima de
perio y, como es bien sabido, un enlace
regreso de Insulindia por el Pacífico norte.
primordial entre el Atlántico y el Pacífico,
Se coronaría entonces toda una serie de
entre Europa y Asia. Lugar de paso en una
intentos que comenzaron con la empresa
y otra dirección de mercancías, personas y
de Magallanes-Elcano en 1519-1521, que
elementos culturales, igualmente irradió y
habían terminado en fracasos pero logra-
recibió influjos de todo tipo en su larga rela-
ron acumular una importante experiencia
ción con la posesión española de Filipinas.
y conocimientos tanto del océano Pacífico
Al mismo tiempo fue semillero de personas
como de diversas áreas del sudeste asiá-
que se trasladaban hacia aquella región
tico. Desde entonces y hasta la segunda
en emigraciones de carácter temporal o
mitad del siglo XVIII , los territorios novohis-
definitivo, libre u obligado, compuestas por
panos que hoy forman el centro de México
diversos tipos humanos, de los cuales los
fueron el nexo principal de la relación con
más numerosos fueron los soldados y con-
Asia. A partir de 1765 se abrieron y fre-
victos por diversos delitos que habían reci-
cuentaron otras rutas que no eliminaron a
bido como sentencia el destino a Filipinas,
la tradicional, sino que supusieron alterna-
bien en calidad de presos, bien en calidad
tivas y conexiones complementarias ante
de forzados como integrantes de distintos
el aumento de los flujos comerciales y del
contingentes militares.
tránsito de personas, así como del mayor
10
interés estatal por controlar los territorios y
se ponga cuidado en recoger la gente llo-
las vías de comunicación.
vida que de España va a esas provincias
El envío de soldados desde los terri-
novohispanas”.1
torios del virreinato de la Nueva España a
Una de las razones que se argumen-
Filipinas era ya para entonces una prácti-
taban para justificar esa necesidad era el
ca antigua y estabilizada que adquirió una
estado constante de guerra en el sur del
frecuencia anual desde el inicio de la re-
archipiélago, que reclamaba un esfuerzo
gularización de las relaciones intercolonia-
ofensivo y defensivo continuado, por lo que
les a través del Pacífico. Pronto llegaron
muchos de los enviados eran destinados a
las disposiciones reales que ordenaban a
los presidios costeros de la isla de Minda-
los virreyes el envío de remesas de una
nao. Otras razones se deben a cuestiones
cantidad fija de hombres de tropa en cada
de mentalidad, prejuicios, racismo... como
viaje que se emprendía desde Acapulco.
más adelante se expondrá.2
Esa cantidad debía respetarse pero no era
En la segunda mitad del siglo XVIII, cuan-
en realidad la que se mandaba, sino que
do se organizaban los ejércitos americanos
en la práctica se convirtió en un mínimo,
la satisfacción de esta demanda constante
porque requerimientos y peticiones fre-
de soldados suponía un verdadero desafío
cuentes de los gobernadores de Filipinas
para la administración virreinal, puesto que
reclamaban contingentes numéricamente
los regimientos que operaban en territorio
superiores. Por ejemplo, una real cédula
mexicano tenían dificultades para conse-
de 1623 señalaba que el gobernador Juan
guir soldados de las calidades deseadas y
Niño de Tavora había pedido a la corte que
en número suficiente para las funciones que
se mandara gente desde la Nueva España
se requerían. No parece haber sido muy
y aconsejaba que se aprovechara la pre-
estimulante la idea de entrar en el ejército
sencia en ella de los hombres que llega-
sino que, por el contrario, se encuentra una
ban de manera ilegal en las flotas, pues
proporción considerable de testimonios que
“sería muy fácil hazello cada año con que
informan del rechazo de buena parte de los
Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Reales cédulas originales, v. 1, f. 39. M.F. García de los Arcos, Forzados y reclutas: los criollos novohispanos en Asia (1756-1808), México, Potrerillos, 1996, pp. 33-67. 1 2
11
hombres jóvenes a alistarse por voluntad
quejas de éste por las “calidades” que pre-
para el servicio de las armas. En este senti-
sentaban los soldados recientemente llega-
do, muchos de los problemas que se expe-
dos a aquel país:
rimentaban en el reclutamiento de hombres
“El considerable número de los prime-
de tropa para Filipinas eran los mismos que
ros hará conocer a a V.S.I. el cuidado que
se enfrentaban a la hora de conseguirlos
tengo para que se completen las remesas
con destino a los regimientos acantonados
y aseguro a V.S.I. que la del día he procu-
en suelo mexicano.
rado extenderla a todo lo que permitió el
3
A ello se añadían las dificultades repre-
arbitrio encargando particularmente que los
sentadas por el rechazo al traslado a una
Reclutas tuviesen la correspondiente talla y
región tan alejada como era Filipinas, y den-
robustez respecto a que las demás calida-
tro de ella a un destino de especial dureza
des y con especialidad la de la conducta al
como los presidios meridionales, donde a
tiempo de su recibo no es fácil de asegurar-
los peligros de las hostilidades constantes
se ni constituyen responsabilidad alguna de
se unían los rigores del clima de costa tro-
los oficiales. Es indubitable que a la salida
pical que provocaban enfermedades y una
de esta capital llevan la competente sanidad
tasa de mortalidad alta, según se puede de-
y resistencia y no sería mucho que la dilata-
ducir por fuentes cualitativas que hablan de
da navegación y mantenimientos secos de
la merma de soldados, porque “acontece el
a bordo los debilitasen y haga mayor nove-
morirse los más”,4 pero también por el cote-
dad en temperamento más activo y diferen-
jo entre las cifras de los que regresaban a
te como el de esas islas”.5
Nueva España al haber terminado el tiempo
El rechazo al alistamiento voluntario era
de su destino o de sus condenas y los que
grande y llevó a buscar medios nada orto-
se enviaban en las remesas “frescas”. El
doxos para cumplir las órdenes reales. En-
propio virrey Bucareli señalaba algo pare-
tre ellos, un curioso y flagrante caso de co-
cido al gobernador de Filipinas, don Simón
rrupción en el que se declararon implicados
de Anda y Salazar, cuando respondía a las
altos cargos del gobierno virreinal, motivó
V. Ch. Archer, El ejército en el México borbónico. 1760-1810, México, Fondo de Cultura Económica, 1983. AGN, ramo Filipinas (en adelante FP), vol. 5, fs. 248-253. 5 AGN, FP, vol. 10, f. 409. 3 4
12
en los años de 1781 y 1782 un escándalo
II
que llegó a la corte, pues se supo que com-
Mucho se puede estudiar gracias a otros
binaba irregularidades en el alistamiento de
fondos documentales existentes en distintos
tropas con operaciones de juegos de azar,
centros como el Archivo General de Indias
en las que se involucraba la Casa de Ban-
de Sevilla, pero el AGN conserva materiales
deras para Filipinas (o “para China”, como
originales que proporcionan información de
mencionan algunas fuentes). El revuelo que
lo que era esta aportación humana. Una
causó produjo una documentación abun-
emigración que no reflejaría cambios en la
dante y explícita que provee información
curva demográfica, ni llegaría por lo tanto
sobre muchos aspectos de las modalidades
a impedir el crecimiento poblacional del
de reclutamiento.
siglo
6
La importancia de los soldados en las naves que partían para Filipinas desmiente
XVIII,
pero que con seguridad incidiría
negativamente en las dificultades del propio ejército novohispano.
la vieja idea, que algunos han repetido, de
El estado de las fuentes existentes en presenta dos etapas. La primera de
que al contrario de los variados cargamen-
el
tos de sedas, porcelanas, marqueterías,
ellas abarca desde los inicios de la relación,
joyas y demás que llegaban de Manila, los
la expedición de Legazpi-Urdaneta y los
galeones que zarpaban de Acapulco para
primeros refuerzos de hombres de guerra
cruzar el Pacífico en dirección inversa so-
enviados durante el proceso de conquista
lamente llevaban frailes y plata. Por el con-
de Filipinas.7 Para esa época los fondos
trario, en este aspecto se dio una de las
están dispersos en varios ramos y tipos de
facetas más importantes de la relación de
documentos y requieren una investigación
Nueva España con la colonia asiática, por el
pormenorizada. La segunda etapa, desde
aporte cultural que conllevaba y el impacto
mediados del siglo XVIII hasta la primera dé-
demográfico ante la escasa población espa-
cada del siglo XIX, presenta una importante
ñola en las islas.
concentración en el ramo Filipinas, si bien
AGN
AGN, FP,
vol. 62, fs. 130-260. A. García-Abasolo González, “La expansión mexicana hacia el Pacífico: la primera colonización de Filipinas (1570-1580)”, en Historia Mexicana, México, El Colegio de México, núm. 125, 1982, pp. 55-88; L. Muro, “Soldados de la Nueva España a las Filipinas”, en Historia Mexicana, núm. 19, 1970, pp. 466-491. 6 7
13
Filipinas, vol.3, fc. 61.
se puede complementar con materiales
provenientes de las islas, pero en realidad
existentes en otros ramos como Guerra,
la mayoría de sus fondos se refiere a la rela-
Presidios y Cárceles, Historia, Marina, Rea-
ción con aquel territorio y a los esfuerzos de
les cédulas originales y Copias, Infidencias,
organización para aprestar todo lo relativo
Californias e Inquisición, por ejemplo.
al embarque en Acapulco de materiales y
Los 63 volúmenes y 936 expedientes
personas con destino a Asia (aunque tam-
del ramo Filipinas contienen información
bién guarda información sobre contactos
desde 1718 a 1818. Ciertamente, el fondo
marítimos entre Acapulco y Guayaquil).
hace honor a ese nombre porque en él se
Ofrece por lo tanto oportunidades para el
encuentran correspondencia e informes
estudio de la relación intercolonial.8
8 C. Urrutia de Stebelski, Catálogo del ramo Filipinas, México, AGN, 1980 (serie Guías y catálogos del Archivo General de la Nación); A. Quirino y A. Laygo, Regésto Guión catálogo de los documentos existentes en México sobre Filipinas, Manila, Royal Printing Co., 1965; B. Arteaga, y M.C. Velázquez, “El ramo Filipinas en el Archivo General de la Nación”, en Historia Mexicana, núm. 14, 1964, pp. 303-310.
14
Además, el periodo coincide con la
Los fondos permiten averiguar datos
creación de los ejércitos americanos, lo
importantes sobre diversos niveles de la
cual brinda la ventaja de tener una docu-
jerarquía castrense, pues se quería esti-
mentación más organizada, específica y
mular con ascensos y ventajas el paso de
adecuada para un tipo de estudio dentro de
oficiales y suboficiales, así como de tro-
las nuevas corrientes de la historia militar y
pa veterana, mientras que la información
entrelazar análisis relativos a la administra-
relativa a reclutamiento es abundante y
ción de justicia de varios tribunales, en los
esclarecedora de los procedimientos. De
que se emitían sentencias de condenas a
todo sobresale el papel jugado por el mis-
los presidios de Filipinas por determinados
mo virrey, así como por el sargento mayor
delitos o ciertas circunstancias, así como
y la centralización de los preparativos en
algunos de los perseguidos por el Santo
la ciudad de México, antesala (lejana en
Oficio como la homosexualidad. Con auxi-
aquel tiempo) del embarque en Acapulco.
9
lio de fuentes de la misma o distinta pro-
Los procedimientos eran relativamen-
cedencia se puede seguir toda una serie
te complicados y sobre ellos se pueden
de comportamientos familiares en relación
encontrar expedientes tanto individuales
con los jóvenes que eran denunciados por
como colectivos. Entre los primeros se
sus propios parientes, quienes en ocasio-
pueden citar quejas y solicitudes que pre-
nes pedían incluso el destino a Filipinas.
sentaban los propios interesados o sus
Un estudio de principios, actitudes, pre-
familiares, biografías sucintas, hojas de
juicios y opiniones personales lo brinda
servicio, informes médicos, etc. Esta infor-
igual la correspondencia entre autoridades
mación se puede completar con la existente
entre una y otra orilla del Pacífico, la que
en otros ramos del mismo AGN como Inquisi-
también ofrece datos interesantes sobre
ción, Criminal o Infidencias. Una buena co-
logística imperial, las carencias que se ob-
lección de datos sobre grupos de individuos
servaban en las tropas, los esfuerzos para
la ofrecen las listas de presos, veteranos,
conseguirlas, los traslados de contingen-
reclutas y desertores, sus filiaciones, las
tes, sus itinerarios y vicisitudes.
cuentas de Real Hacienda, así como una
9 J. Marchena Fernández, Oficiales y soldados en el ejército de América, Sevilla, Escuela de Estudios HispanoAmericanos, 1983.
15
variada correspondencia y disposiciones
40 años para los reclutas voluntarios; de-
a veces muy detalladas, que regulaban lo
bían medir como mínimo cinco pies y una
concerniente a modalidades de alistamien-
pulgada de estatura.10 Otro requisito en el
to, traslados, itinerarios, embarques, unifor-
que se debía poner especial cuidado era el
mes, armamento, pagas y otros aspectos.
que fuesen solteros y sin madre viuda que
Son menos abundantes las noticias sobre
pudiera depender de ellos. Era un principio
la vida a bordo de las naves que los con-
moral fuertemente arraigado en la época
ducían a Filipinas y, fallo importante, más
evitar la separación de los matrimonios. El
escasas de lo deseable las que se refieren
hecho de que partiera algún casado podía
a su llegada a aquellas islas, lo cual impide
dar lugar a reclamaciones antes del trasla-
seguir a los individuos con precisión en to-
do a Filipinas o incluso cuando había alcan-
dos los casos.
zado ese destino, como sucedía con Juana María Fernández que solicitaba el retorno
III
de su esposo en 1785 .11
Las normas vigentes disponían una serie
El envío de forzados era una práctica
de requisitos que debían reunir los indivi-
frecuente pero al parecer no demasiado
duos que se destinaban a Filipinas. Algu-
apreciada por los mandos militares que re-
nos de ellos simplemente derivaban de
celaban de la calidad de los reos y por los
disposiciones razonables pues no eran
cuales se presentaron muchas quejas.12 Se
más que calidades necesarias en hombres
podría aventurar que se aceptaba como un
que debían consagrarse a la vida castren-
mal menor ante la penuria ya señalada, pero
se, por ejemplo: rasgos de buena salud
para los reclutas las normas exigían que se
como robustez, buen color, buena figura,
alistaran de manera voluntaria, “sin que haya
“sin defecto personal”; tener una edad que
habido engaño en la recluta”.13 Esta regla
oscilaba entre los 17 y los 36 años para
fue una de tantas que se violaron a veces
los forzados, con un ligero aumento de la
de manera flagrante, pues la dificultad del
edad límite superior que se situaba en los
alistamiento de voluntarios y la premura para
10
AGN, FP,
11
AGN, FP,
vol. 61, fs. 130-260. vol. 6, fs. 202-203, 307. 12 Por ejemplo: AGN, FP, vol. 61, f. 210. 13 AGN, FP, vol. 61, fs. 130-260.
16
conseguirlos empujaba a buscar métodos
no estaban compuestas por nativos, pero se
poco ortodoxos, como se ha visto.
consideraba que había que equilibrarlas con
Un requisito que parecía importante es
refuerzos de “gente blanca” que -sin descar-
el que fueran lo que las fuentes de la época
tar una buena dosis de racismo- causaban
llamaban “españoles”, es decir, criollos, blan-
menos desconfianza, como señalaba el go-
cos o “tenidos” por tal. Las causas de esta
bernador de Filipinas, don José de Basco y
exigencia hay que buscarlas en un cúmulo
Vargas, en 1784, al resaltar “el equilibrio que
de fenómenos: por una parte se explica por
debe haber en estas distancias y países en-
el hecho de que, pese a los intentos que se
tre gente blanca y naturales para evitar todo
habían llevado a cabo en Filipinas desde las
motivo de sospecha”, y las calificaba como
primeras décadas del asentamiento espa-
“un firme apoyo a la seguridad de estas ricas
ñol, no se había logrado instalar allí una po-
posesiones del Rey”.14
blación española en número suficiente para
El número de hombres que componían
colmar las expectativas de las autoridades.
las remesas variaba en función de distintos
Por ello la imagen que tenían de aquellas
factores. Uno de ellos era la disposición real
islas era la de una posesión poco hispani-
que fijaba un mínimo de 100 reclutas volun-
zada, con escasa extensión de la lengua
tarios que debían ser remitidos anualmen-
española y excesivo arraigo a costumbres
te a Filipinas desde Nueva España;15 otro
ligadas a los modos de vida nativos o de la
era la petición que llegaba de Manila en la
importante población china que residía en
que se especificaba una cantidad requerida
diferentes puntos del país. Seguramente se
de hombres. A ellos se añadían tanto las
pensaba que los soldados mexicanos, por
posibilidades que se tenían en México de
su lengua materna y su familiaridad con la
colmar estos requerimientos como la capa-
cultura española, podrían servir de agentes
cidad de transporte que tuviera la nave o
de transculturación, hispanización o novo-
naves que zarparían de Acapulco en cada
hispanización en aquellas remotas regiones.
ocasión precisa. A veces las contingencias
Las tropas fundamentales del ejército filipi-
de la navegación provocaban que el viaje
AGN, FP,
vol. 62, fs.236-238; respecto a lo que se podía considerar “blanco” en la segunda mitad del siglo XVIII, G. Céspedes del Castillo, América hispánica, Barcelona, Labor, 1983, p. 410. 15 AGN, FP, vol. 10, fs. 415-416. 14
V.
17
anual se suspendiera, con lo cual la carga
daría un 30.63% de veteranos voluntarios y
del año siguiente se veía aumentada y por
un 69.36% de condenados por deserción.
consiguiente se sufría de falta de espacio en el buque.
Los principales cuerpos de procedencia de la tropa veterana eran los regimientos de
No es de extrañar el interés de conse-
infantería llamados de Granada, de La Coro-
guir tanto tropa veterana como bisoña. Ob-
na, de Asturias, de Saboya, de Flandes y de
viamente, eran los expertos los que intere-
Vitoria, así como los de dragones de España
san más: soldados avezados en el servicio
y de México y compañías de artilleros. Si se
castrense, pero también cabos, sargentos y
examina la composición de las remesas en
oficiales. Eran elementos apreciados de los
los 2,630 casos en que se especifica la rela-
que las autoridades mexicanas no estaban
ción entre veteranos y bisoños, se encuentra
dispuestas a prescindir con facilidad. Para
29.61% de los primeros frente a 70.37% de
ello se procedía a estimular a los que forma-
los segundos. Si se comparan las categorías
ban parte de los regimientos de infantería
que especifica ese mismo número de casos,
y dragones acantonados en diversas partes
se encuentra que los bisoños se dividían en
de México, con la promesa de ascensos
58.09% de reclutas y 12.28% de reos.16
más rápidos en la carrera militar. Pero no
Como se ve, con las tropas experimen-
parecía ser suficiente para convencer a los
tadas se procedía al acostumbrado envío
susceptibles de presentarse de manera vo-
de bisoños que eran embarcados sin ape-
luntaria, por lo que se recurría a condenar
nas pasar por un periodo de entrenamien-
a desertores llamados de reincidencia que
to, deficiencia que se solía compensar en
habían sido reapresados y recibían como
el curso de los tres meses que duraba la
castigo el destino a Filipinas. No siempre se
travesía entre Acapulco y Manila, cuando
puede distinguir los que eran veteranos vo-
recibían instrucción a bordo de la nave que
luntarios de los desertores obligados a par-
los transportaba. Eso se debía a la premura
tir: sólo sobre un número de 297 militares se
con que se efectuaba la recluta y el equi-
puede establecer el siguiente cálculo, que
pamiento, ya que partían de la ciudad de
16 AGN, FP, vol. 5, fs. 248-253; vol. 6, fs. 17, 171-179, 202-224, 318-383; vol. 7, fs. 224-259; vol. 8, fs 15-229; vol. 9, fs 2-9, 351-384; vol. 10, fs. 1-67, 224-282; vol. 12, fs 1-2, 8-10; vol. 13, fs. 65-140; vol. 16, fs 1-18; vol. 31, fs. 42-52, 125-136; vol. 34, fs. 1-22, 81-123; vol. 43, fs. 40-73; vol. 58, fs. 3-29; vol. 59, fs. 2-11; vol.60, fs. 27-88; vol. 61, fs. 130-360.
18
México uniformados, pagados y dotados de
Esta documentación permite trazar una
armamento. Entre ellos podía ir un tipo de
biografía colectiva con información básica.
voluntario que era el soldado distinguido,
Por ella se conoce que 52.31% eran resi-
una categoría creada en los ejércitos espa-
dentes de la ciudad de México, verdadero
ñoles en época de Carlos III, cuya familia
centro de todo el proceso. En importancia
podía probar su pertenencia al estamento
seguía muy de lejos Puebla con 7.25 % y en
nobiliario. Los que pasaron a Filipinas en
menores proporciones Querétaro (3.5%),
estas condiciones no suponen más que ca-
Toluca (1.65%), Pachuca (1.63%), Vallado-
sos contados.
lid de Michoacán (1.25%), Oaxaca (1.08%),
Para la mayoría de los reclutas, las ban-
Real del Monte, San Luis Potosí y Gua-
deras de enganche solían abrirse justamente
najuato (1% cada una) y Tlaxcala (0.83%).
en la capital del virreinato y cuando no eran
Pero 24.45% procedía de diversas pobla-
suficientes en alguna ciudad importante y
ciones situadas en los actuales estados
no lejana como Puebla. En ellas operaba
de Morelos, Puebla, México, Guanajuato,
una serie de agentes que actuaban como
Querétaro Michoacán y Tlaxcala, principal-
“reclutantes” y cobraban una comisión de 40
mente, es decir, de territorios cercanos a la
pesos por cada hombre equipado que llega-
capital, si bien no faltan casos de Veracruz,
ba al puerto de salida. Se esperaba a que
Zacatecas, Durango y Aguascalientes, aun-
acudieran los aspirantes y cuando eso suce-
que en proporciones muy reducidas, como
día se levantaba un registro, operación que
eran también las representadas por los que
ha dejado un fondo importante de hojas de
no eran originarios de tierras de la actual
filiación, someros cuestionarios en los que se
república mexicana: hubo alguno proceden-
asentaban datos que respondían a preguntas
te de otras zonas de América, Filipinas, y
iguales para todos como edad, color, calidad
2.08% de españoles peninsulares.
17
de “español”, estado civil, en raras ocasiones
Las edades de la mayoría estaban com-
la profesión u oficio, lugar de nacimiento o de
prendidas entre los 16 y los 29 años, con
residencia (“vecino de”), nombre de los pa-
una buena proporción de los muy jóvenes,
dres, religión, estatura, características físicas
pues los situados entre 16 y 19 alcanzaban
como complexión, etc.
32.92%; los que contaban entre 20 y 24
17
AGN, FP,
vol. 61, fs. 130-260.
19
Indiferente de Guerra, vol. 5B, fc. 186v.
años, 35.86%; les seguía el tramo situado
Entre los forzados se hallaban también
entre 25 y 29 años, con 19.50 %, mientras
los que habían sido “presentados”, es decir,
que de 30 a 34 la proporción descendía
denunciados ante los órganos competen-
a 9.07% y de 35 a 39 no alcanzaba más
tes por personas de su propia familia, que
que 2.57%. El destino principal era el Regi-
solía alegar la necesidad de un castigo y
miento del Rey Fijo de Manila y compañías
una corrección a una vida disipada, ociosa,
de la isla de Luzón. El capitán general de
irregular, etc. Esta práctica no era exclusiva
Filipinas tenía la opción de distribuirlos de
de Nueva España y pone en contacto al in-
acuerdo a diferentes criterios.
vestigador con muchas cuestiones relativas
18
Los soldados también podían ir a Filipi-
a la vida familiar de la época, sin pretender
nas acompañando a algún gobernador y ca-
hacer generalizaciones abusivas de estos
pitán general, por ejemplo, cuando Arandia
casos. A través de ellos se refleja una es-
llegó a aquel país en 1754 llevaba consigo
cala de valores, de situaciones vividas por
una expedición de 400 hombres.19
personas dependientes, de intrigas domés-
18
AGN, FP,
19
AGN, FP,
20
vol. 6, fs. 171-179; vol. 8, fs. 257-283; vol. 10, fs. 224-262; vol. 113, fs. 98-124. vol. 5, fs. 120-121, 248-253, 357; vol. 6, f. 17.
ticas, etc. Es interesante constatar que esta
ebriedad, juego y depravadas costumbres
práctica se daba en diversas clases socia-
que se hace insoportable la carga de mi es-
les, desde familias de economía desahoga-
tado, pues a más de haberme jugado toda
da hasta gente humilde y entre personas de
mi ropa dejándome de un total encueros sin
todos los colores de piel.
querer trabajar para nuestro sustento se
El procedimiento seguía las siguientes
ha insolentado de manera, que en varias
pautas. En primera instancia se presentaba
ocasiones me ha inferido golpes, y una de
la denuncia y se alegaban los motivos; des-
ellas se encerró en el cuarto de nuestra mo-
pués seguía una evaluación de los hechos
rada alzando las vigas de él para quererme
por las autoridades, entre ellas el sargento
matar, de todo lo cual no sólo tengo dadas
mayor, el fiscal y el asesor general, ya que
suficientes quejas, sino plena justificación
los denunciantes guardaban en general un
de testigos ante el Señor Mayor don Pedro
parentesco muy cercano con el denunciado
Garibay, por ser mi referido consorte solda-
del que eran padres, madres, hermanos o
do del regimiento de milicias y habiéndose a
esposas y se podía temer alguna argucia
la presente ido a jugar a la bandera, porque
para alejar a una persona molesta por razo-
solo su vivir es el juego se haya empeñado
nes inconfesables.
en la cantidad de cinco pesos, cuyo impor-
Un ejemplo de estos trámites es el que
te puede conseguirlo, y salir a nuevamente
en 1780 iniciaba María Josefa de Alarcón,
proseguir con su acostumbrada mala vida;
que solicitaba que se remitiera a Manila a
por lo que la justificación de V. Exa. aten-
su marido por su mala conducta:
diendo a la gravedad de las injurias que
“María Josefa de Alarcón, española
llevo representadas, el temor que asiste
y vecina de esta ciudad, casada con don
de perder la vida si sale a su libertad se ha
Manuel Antonio Cordero, mestizo, oficial de
de servir condenarlo, y darlo por rematado
zapatero, con el mayor rendimiento parezco
para que esta próxima embarcación vaya
ante la superioridad de V. Exa. y digo: que
de soldado a Manila, porque así me hallare
en el tiempo de más de una año que soy
apta para poder servir, y mantenerme con
casada con mi referido esposo, ha sido tan
dos criaturas pequeñas de que me hallo
perversa la vida que he pasado en su com-
cargada por tanto que a las justas causas
pañía, respectos a sus continuos vicios de
expresadas. A V. Exa. suplico se digne
21
mandar lo que llevo pedido que es justicia.
del hermano luego se las ha de decretar,
Juro en forma y necesario”.
sin hacer cargo de que necesariamente
Se pidió la opinión del sargento mayor,
se han de practicar todas las providencias
don Pedro Garibay, para el informe del fis-
oportunas con consideración a que en la
cal y el asesor general y el dictamen fue el
separación de los matrimonios no se puede
siguiente:
convenir sin graves, y urgentísimas causas,
“Excmo. Sor.
teniéndose presente que no es desatendi-
”Sin embargo de que en el informe que
ble la libertad con que quedan las mujeres
hace el sargento mayor de la Plaza don
casadas, y tropiezos que están expuestas
Pedro Garibay con fecha de veinte del in-
en tan dilatadas, y seguras ausencias de
mediato pasado enero expresa que por el
sus maridos, y por eso aún en el caso de
examen que hecho de testigos resulta justi-
desterrar a los vagabundos, como previene
ficada la incorregibilidad de Manuel Antonio
la ley 2 del lib. 7 tit. 4 de la Recopilación de
Cordero contra quien se queja su legítima
Indias se excluyen los casados con los que
mujer María Josefa Alarcón, y pide a V. E.
se usa de otros arbitrios.
se sirva de mandar pase a las Islas Filipinas
”Por todo lo que se servirá V.E. declarar
al servicio de S. M. no hay la justificación
no haber lugar a la remisión que ésta pre-
necesaria que acredite la perversidad de
tende del suyo a las Islas Filipinas, y que si
costumbres, y manejo de Manuel Antonio, y
tiene temor fundado de que le quite la vida,
aún cuando la hubiese sería necesario que
ocurra a instruir su derecho, y en donde le
se hiciese constar haberse tomado otras
convenga. México, y febrero 24 1780.”20
providencias para corregirle, y que ninguna
En el caso presente no se reconocen
había sido bastante, por no ser tan fácil y
suficientes los alegatos de la esposa denun-
corriente la remisión a Filipinas
ciante y, sobre todo, se trata de preservar la
”Como vulgarmente tienen entendido
unidad de la familia, la vigilancia sobre la
muchos sin la instrucción con que deberían
mujer casada con inquietud de la conducta
proceder para interponer estos ocursos, que
que ésta pudiera observar en el periodo de
les parece frecuentemente que con sólo pe-
ausencia de su marido. Este es un ejemplo
dir la separación del marido, la del hijo o la
de personas de clase baja, trabajadora, de
20
AGN, FP,
22
vol. 16, fs. 20-22.
un marido artesano, enrolado en la milicia.
de hombres tampoco era fácil por la exi-
Aunque el denunciado es mestizo, no se
gencia de reunir los requisitos que se han
argumenta en el dictamen esa condición al
mencionado, porque también los regimien-
dar preferencia a la de casado para recha-
tos acantonados en territorio mexicano en-
zar la solicitud.
rolaban a convictos de vagancia y porque,
Los entregados por sus familiares re-
según señalan las fuentes, muchos de los
presentan casos interesantes desde mu-
que suponían que podían ser seleccionados
chos puntos de vista, aunque no eran la
imaginaban diversas estratagemas para es-
mayoría de los que se veían obligados a
capar a tal suerte, como desaparecer de la
partir, sino que los más abundantes eran
vía pública durante los meses en que se re-
los convictos por algún delito. Esta práctica
cogía a la gente “vaga” y “ociosa” para man-
se remontaba a tiempos lejanos. Una real
darla a Filipinas. Finalmente, entre los que
cédula emitida en Madrid el 1 de octubre
ya se hallaban en manos de las autoridades
de 1626 informaba que ya para esa fecha
y preparados para el destino, había los que
existía la costumbre de enviar a Filipinas
conseguían desertar.22
hombres que habían caído en manos de la
Las modalidades de leva que se practi-
justicia, con objeto de que las remesas fue-
caban para reunir a los bisoños que partirían
ran lo más numerosas posible, puesto que
en calidad de forzados giraban en torno a la
se precisaba “que aquellas islas esten en
captura, la excarcelación y la admisión de
toda defensa para oponerse al holandes y
los presentados por familiares. La captura
demas enemigos que las ynfestan”.21
afectaba sobre todo a hombres que podían
Las levas de forzados se efectuaban
ser acusados de algo que en aquella época
también con periodicidad anual y de acuer-
estaba tipificado como delito, si bien un deli-
do a un calendario que permitiera tener a
to menor pero que implicaba un castigo que
la gente preparada en Acapulco en el mo-
hoy parecería excesivo: eran los llamados
mento en que el galeón estuviera pronto a
“vagos”, “vagamundos” o “vagabundos”.
partir rumbo a Manila, es decir, hacia el mes
Su falta era la “vagancia”, la “ociosidad”,
de abril. Pero alcanzar el deseado número
es decir, no tener empleo fijo ni estabilidad
21
AGN,
22
AGN, FP,
Reales cédulas originales, vol. 1, f. 39. vol. 61, fs. 130-260.
23
socioprofesional o medios de fortuna, lo
de unos cuatro o siete formando cuerdas de
equivalente a formar parte de los grupos de
presos (“cordilleras”). Una vez en la ciudad
marginados de característica abundancia
de México se les custodiaba en cárceles
en el antiguo régimen. Después de apre-
hasta el momento de partir hacia Acapulco.
sarlos en ciudades, pueblos y campos de
Reunido el número necesario de hom-
las regiones centrales del virreinato, se les
bres, no se podía considerar que las dificul-
preparaba para su ingreso en el ejército.
tades estaban superadas porque el contin-
Lo mismo se hacía con acusados y con-
gente solía disminuir debido a una serie de
victos recluidos en las cárceles, entre los
factores: enfermedad, muerte o deserción.
cuales se había elegido previamente a los
Esto último no era raro y se veía favorecido
que cumplían con los requisitos o parecían
por las facilidades que para ello suponían
cumplirlos. Se prefería a los que purgaban
los largos traslados por los territorios de la
condenas por delitos leves, como el men-
Nueva España. Fuera cual fuese su lugar
cionado de vagancia. Pero entre los reos
de procedencia, todos los soldados acudían
que se enviaron a las islas hubo también
primero a la ciudad de México, que era el
convictos de homicidio, estupro, sodomía,
centro donde se efectuaban los preparati-
adulterio, concubinato, bigamia y otros,
vos para enviar las cuerdas de reos y los
además de deserción del ejército. Las sen-
destacamentos de voluntarios hacia la cos-
tencias variaban entre dos y diez años en
ta del Pacífico. Un número no despreciable
cuanto al tiempo de condena y en cuanto
de reclutas, veteranos y forzados conseguía
al lugar en que debían purgarla: presidios
fugarse en algún punto de cualquiera de los
de Samboanga, de Cavite, trabajo en algún
trayectos, incluidos los más expertos en la
lugar de Filipinas, servicio al rey o simple-
materia: los desertores de reincidencia que
mente traslado “a China”.
probaban su suerte una vez más.
23
La excarcelación tenía lugar en diferen-
También sucedía que una vez engan-
tes lugares, después de mandar órdenes a
chados y pasados los controles los hombres
las autoridades provinciales para que pro-
fueran declarados inútiles para el servicio
cedieran a la selección de los presos y los
de las armas, bien porque no medían la ta-
remitieran a la capital en pequeños grupos
lla necesaria, bien porque no gozaban de la
23
AGN, FP,
24
vol. 6, fs. 382-383; vol. 8, fs 102-106; vol. 10, fs. 1, 270; vol. 60, fs. 59-61.
salud suficiente o porque no alcanzaban la
tar las altas temperaturas de las regiones
edad prescrita o porque la sobrepasaban.
mexicanas que iban a atravesar justo en
Además de ser el lugar donde se re-
la época más calurosa, pues coincidía con
clutaba a más de la mitad de los enviados,
los meses de marzo y abril. Igualmente se
como sede principal del gobierno virreinal la
les entregaban el armamento y las pagas, o
ciudad de México era el epicentro de todo
más bien lo que quedaba de ellas, ya que
el proceso, pues en ella se concentraba su
se les descontaba la mayor parte. Con esto
organización, se disponía el traslado de los
se hallaban adelantados los preparativos
contingentes que procedían de otros luga-
para la marcha a Acapulco y las autoridades
res, se les recibía, se formaban las remesas
señalaban cuáles debían ser las “partidas”,
para su expedición a Acapulco en las que
puesto que se les mandaba en contingentes
se podía combinar a los hombres reclutados
separados, con distintas fechas de salida y
in situ con los procedentes de otras zonas.
diferentes puntos de recorrido, acompaña-
También en México se celebraban las ins-
dos y guiados por un conjunto de oficiales
pecciones o revistas militares en las que se
y custodiados por una escolta de variable
controlaba que los individuos reunieran los
número de miembros.
requisitos establecidos en las disposiciones
Con antelación, una vez decidido y mar-
oficiales, superaran los exámenes médicos
cado cada uno de los itinerarios se enviaba
y fueran seleccionados. Se documentaba
al “aposentador”, un alguacil encargado
todo lo necesario sobre los soldados que no
de visitar primero los puntos del recorrido
podrían partir por enfermedad o cualquier
y asegurar la provisión de agua, víveres y
otro impedimento, así como se hacía el
las condiciones para pernoctar y descan-
cómputo de los que desertaban y se levan-
sar. Después partían las remesas, en las
taba testimonio de los seleccionados.
que algunas veces se separaban los reos
24
Después de esto se les entregaban los
de los voluntarios y otras se combinaban.
uniformes que debían vestir cuando se pu-
El viaje duraba unos 29 días. Como sucedía
sieran en camino a Acapulco y que eran,
en otras regiones del mundo, no faltaron en
por su tejido ligero, los más apropiados para
México quejas por los perjuicios que el paso
el clima de Filipinas, así como para afron-
de las tropas causaba a los moradores de
24
AGN, FP,
vol. 60, fs. 62-88; vol. 61, fs. 218-222.
25
las zonas que atravesaban, como señala un
profesión, grado de riqueza y relaciones con
documento. Como guía de la partida se si-
el poder. Una parte de ellas formaba la éli-
tuaba un particular que obtenía por asiento
te colonial con los españoles peninsulares,
el cargo de “conductor de tropas” y asumía
y compartían las ventajas y favores de la
la responsabilidad de las bestias de carga,
pertenencia a los sectores de funcionarios y
monturas, arrieros y bagajes.
grandes mercaderes. Los soldados de nin-
25
En Acapulco, los oficiales que habían
guna manera podían equipararse con ellos
estado al mando de los contingentes los
y su lugar estaba entre las clases populares.
entregaban a los funcionarios del castillo de
Sin embargo, frente a la exigua minoría de
San Diego y, una vez que pasaban la última
los más encumbrados constituían no sola-
revista antes del embarque, eran confiados
mente la mayoría de los criollos mexicanos,
al general de la nao, que les asignaba un lu-
sino también la mayoría de los blancos que
gar en el buque (o buques) listo para zarpar
allí moraban. Eran, después de los chinos
y se hacía responsable de ellos durante los
(llamados sangleyes en las Filipinas es-
tres meses que duraba la travesía, la cual
pañolas), la segunda minoría de personas
seguía la ruta habitual, si bien algunos sol-
no nacidas en el país. Otra de sus carac-
dados serían desembarcados en la isla de
terísticas es que, por su situación social, el
Guam para reforzar la guarnición de las Ma-
grupo de “españoles” (en este caso “espa-
rianas. Llegados a Manila los entregaban a
ñoles americanos”, como los designan las
las autoridades correspondientes de aquel
fuentes) que se mezclaba con los sectores
gobierno y capitanía general.26
populares, se casaba con mujeres malayas, adoptaba rasgos culturales filipinos y trans-
IV
mitía parte de la mucha influencia mexicana
En Filipinas había personas procedentes de
que existe todavía en aquellas islas.27
la Nueva España que correspondían a dife-
Las condiciones de residencia de estos
rentes categorías por su posición social, su
soldados en la colonia asiática aún requieren
25
AGN, FP,
26
AGN, FP,
vol. 4, fs. 368-374. vol. 8, fs. 138-139; vol. 9, f. 62; vol. 31, f. 52. 27 M.F. García de los Arcos, “Grupos étnicos y clases sociales en las Filipinas de finales del siglo XVIII”, en Archipel. Études interdisciplinaires sur le monde insulindien, París, École des Hautes Études en Sciences Sociales, núm. 57, 1999, pp. 55-71.
26
Indiferente de Guerra, vol. 3, fc. 132.
Indiferente de Guerra, vol. 3, fc. 35.
mucha investigación. Por ello no se puede
sión británica de Manila en 1762 puso en
trazar un panorama sistematizado y sólida-
evidencia la desprotección que sufría la
mente comprobado. Se van a sugerir sim-
principal ciudad del archipiélago. Una de
plemente algunas líneas de aproximación
las personas que se dirigió repetidas veces
posee documentos
a la corte para informar del peligro que re-
de tipo cualitativo como correspondencia,
presentaba tal estado de indefensión fue el
relaciones, etc., que ofrecen algunas posi-
enérgico gobernador don Pedro Manuel de
bilidades para conocer la trayectoria vital de
Arandia (1754-1759), quien no se limitó a
estos novohispanos en las islas.
dar su parecer sino que concibió diferentes
a esta cuestión. El
AGN
A mediados del siglo XVIII se levantaron
proyectos para remediar la situación. Uno
voces de funcionarios que alertaban sobre
de ellos trataba de reformar la disciplina de
el mal estado defensivo que presentaba
las tropas y generó un documento conser-
Filipinas en cuanto a sus fortalezas y sus
vado en el
guarniciones. Se criticaba amargamente
las Tropas de Manila.28
AGN
llamado Nuevo Planteo de
tanto la calidad como la disciplina de las
Entre otro tipo de información, esta
tropas. No pasaría mucho tiempo sin que
fuente permite acercarse a lo que podía ser
los hechos confirmaran la razón que asis-
la vida cotidiana de los soldados novohis-
tía a los que opinaban así, ya que la inva-
panos en la zona. Según las palabras del
28
AGN, FP,
vol. 3, fs. 166-179.
27
gobernador, la suerte de éstos era bastante
cuarteles, sino que se reunían sólo cuando
triste y su diario transcurrir precario. Fre-
había una emergencia, alarma, o bien en
cuentaban compañías que les inducían a in-
los días en que era necesario porque se
currir en actividades que eran consideradas
efectuaban revistas, entrega de pagas, etc.
vergonzosas por el gobierno metropolitano,
Entonces se situaban bajo el mando de ofi-
tal como su mismo aspecto personal:
ciales. El resto del tiempo lo pasaban den-
“Siendo de notable consideración el estado en que se halla la tropa de este Con-
tro de una franja de unas cinco leguas que abrazaba por tierra a la capital.
tinente y mar que en todas partes de esta
Arandia denunciaba un hecho curioso:
ciudad en que los soldados de su guarni-
de los 100 o 200 hombres que cada año
ción descalzos los más, muchos en cuerpo
llegaban a Filipinas procedentes de España
de camisa y asegurándoseme de noche
o de Nueva España, solamente se emplea-
pedir limosna y en las centinelas y puestos
ba una parte de ellos: “originándose el no
con las armas en postura que es más irri-
permanecer en el servicio por el abandono
sión que mérito contra el que en sí se tienen
de sus personas, por la falta de impuestas
los de Su Majestad en Europa, y más conti-
reglas que les sostuviera y como absolutos
nentes del mundo en que se extienden sus
a los vicios, los mismos los acababa la mi-
dominios y real nombre”.
seria de su vivir costando al Rey lo que es
29
Al parecer en aquella época los sol-
tan notorio sus reclutas y vestuarios en la
dados de Manila vivían esparcidos por los
Nueva España y hallarse sirviendo indios y
arrabales y zonas circunvecinas a la ciudad
mestizos del país”.31 En otra parte Arandia
amurallada, el famoso Intramuros, en lugar
afirmaba que había soldados que no sólo se
de residir en su interior como hubiera sido
rebajaban a pedir limosna sino que incluso
más lógico para el ejercicio de sus funciones
robaban para “pasar el mes”. Otras veces
en caso de peligro. Todo ello era motivado
vendían los uniformes a los habitantes de
por un estado de indisciplina que permitía
las poblaciones y tierras aledañas a Mani-
que los soldados no se concentraran en
la, los cuales querían aprovechar la venta-
30
29
AGN, FP,
30
AGN, FP,
vol. 3, f. 166. vol. 3, f. 166. 31 AGN, FP, vol. 3, f. 170.
28
ja de la exención legal que favorecía a los
y acababan ellos mismos en una situación
militares para liberarse de cargas fiscales y
semejante, arruinados físicamente por el
de trabajos obligatorios: “quienes en la Ca-
consumo de bebidas nocivas. Por el contra-
saca del Rey dejaban de pagar el tributo,
rio, otros se integraban, a veces se unían
los Polos y el servicio del año a que debían
a mujeres del país, se adaptaban a sus
concurrir”.32
costumbres y trasmitían rasgos de su pro-
Un fenómeno mencionado en varias
pia cultura mexicana. Hasta finales del siglo
fuentes es la “desaparición” de soldados
XVIII,
con seguridad fueron el origen princi-
mexicanos en Filipinas, lo cual quería decir
pal del grupo social llamado “mestizos de
que mermaba el número de los que allí vi-
español”, si bien en este sentido se requiere
vían sin que se tuviesen registros o noticias
efectuar más investigaciones.33
seguras que permitieran saber cuáles eran
Al parecer, la fusión con las clases po-
las causas. El mismo gobernador Arandia
pulares del país fue importante en términos
mandó efectuar una investigación al cons-
relativos, pero no sólo se debía a los que
tatar lo que le parecía una anomalía por
regularizaban su vida, fundaban una familia
la cantidad de criollos que solían llegar y
y vivían en la estricta legalidad. En realidad
el ritmo anual de las remesas. La informa-
hubo otros medios de fusión con las habi-
ción obtenida una vez más ponía en relieve
tantes de las islas a través de los soldados
irregularidades como el hecho de que no to-
que desertaban, huían y pasaban a formar
dos se dedicaban al servicio de las armas,
parte de comunidades nativas establecidas
verdadera finalidad de su presencia en el
en las costas, o bien se refugiaban en zo-
país, sino que algunos se empleaban como
nas situadas en el interior de las islas, lo
sirvientes en casas y conventos de Manila.
más lejos posible del alcance de las auto-
Los había que sí ocupaban su plaza en el
ridades coloniales, donde moraban grupos
ejército pero sufrían trastornos psicológi-
que habían abandonado las áreas controla-
cos, traumatizados por las dificultades de
das. Con el tiempo, algunos desertores de-
encontrarse en un país extraño; frecuenta-
cidían regresar y reintegrarse a su antigua
ban la compañía de individuos marginados
ocupación militar. Don Miguel Lino de Espe-
32
AGN, FP,
33
AGN, FP,
vol. 5, fs. 248-253. vol. 5, fs. 252-253.
29
leta, gobernador interino de Filipinas entre
con una experiencia vital en la que la dureza
los años 1759 y 1761, también informaba
de sus condiciones se había combinado con
en este sentido y recalcaba la abundancia
la adquisición o, al menos, el contacto con
de deserciones.34
formas culturales filipinas, ellas mismas re-
Otra razón de la merma de los contin-
sultado de un notable cruce de influencias.
gentes era que muchos soldados y reos per-
Así, al lado de los poseedores de grandes
dían la vida, en especial los destinados a los
y medianas fortunas que en México eran
presidios del sur, Zamboanga y otros. Las
capaces de hacer encargos a Asia de por-
vicisitudes del conflicto bélico estarían entre
celanas, sedas, muebles, lacas, marfiles,
las causas, pero habría que añadir las con-
etc., y por lo tanto de introducir en América
secuencias que acarreaban las altas tempe-
elementos de aquel origen, otros hombres
raturas y la humedad extrema del clima, ca-
de raigambre modesta, criollos según las
paces de atacar a estos hombres que en su
categorías coloniales pero de obvia cultura
mayoría procedían de regiones situadas en
mestiza, también serían capaces de difundir
las altiplanicies de México y por lo tanto ha-
en América formas culturales o costumbres
bituados a las clemencias de un clima tropi-
que habían asimilado entre los grupos po-
cal atemperado por la altitud. En los rigores
pulares de Filipinas.
de las costas de Mindanao se comportaban
En cuanto a lo que ellos aportaron al
con la misma vulnerabilidad que presenta-
país asiático, se han estudiado bastante
ban los europeos en aquellos tiempos frente
los nahuatlismos que llevaban incorpora-
a las enfermedades tropicales.35
dos a su lengua materna española, y que
Estos mexicanos de las tropas filipinas
en su mayoría son términos usados en la
llevaron a las islas una serie de influjos de
vida cotidiana para designar productos de la
su propia cultura, algunos muy evidentes,
tierra (chile, epazote, cacao, zacate, etc.),
como los nahuatlismos que existen en las
materiales (tiza), lugares de encuentro e
lenguas de aquel país, y otros mucho más
intercambio (mientras en México se recibía
difusos y difíciles de determinar con preci-
parián, en Filipinas se adoptaba tianguis),
sión. Los que retornaban a su tierra volvían
alimentos elaborados (tamal, atole, choco-
34
AGN, FP,
35
AGN, FP,
30
vol. 6, f. 19. vol. 6, fs. 18-21.
late) y utensilios (comal). Por ello Rafael
nados a presidios lejanos. Otra parte la for-
Bernal insistió en el carácter popular de
maban tropas regulares que viajaban como
este contacto.
cuerpos constituidos. Entre los primeros se
36
pueden contar algunos casos individuales, V
pero también grupos con un número de in-
Otra contribución importante a la defensa
dividuos de cierta consideración, como los
de la más alejada y conflictiva posesión de
38 que embarcaban en Acapulco en 1807.38
la Corona española fue el hecho de que
Pero a principios del siglo XIX, en consonan-
los territorios mexicanos, además de ser
cia con el periodo de reformas que también
semillero de soldados, sirvieron también
se vivió en la colonia asiática durante dicha
de puente para el paso de tropas, como lo
centuria, se envió desde España un eleva-
fueron para marineros, funcionarios, ecle-
do número de hombres que componían los
siásticos, estudiantes y viajeros de índole
llamados “nuevos batallones” de Filipinas.
variada. En la segunda mitad del siglo XVIII,
Llegaron a Veracruz y, como era habitual,
la movilidad de los cuerpos militares fue no-
se trasladaron a la ciudad de México. Via-
toria y se mandaron destacamentos hacia
jaban formados en compañías con su co-
Filipinas a pesar de que en la propia Espa-
rrespondiente oficialidad jerarquizada que
ña se afrontaban dificultades para alistar y
comandaba a sargentos, cabos, tambores
mantener el suficiente número de hombres
y tropas, así como representantes de ser-
de armas.37
vicios auxiliares.
Una parte de los soldados que desde
Se guarda en el
AGN
una colección de
España pasaban a Filipinas por la tradicio-
testimonios de su paso por Nueva España
nal vía mexicana estaba compuesta por
en los años 1803 y 1804. Entre ellos los hay
reos de diversos delitos o desertores conde-
muy elocuentes, pues plasman la propia
R. Bernal, México en Filipinas. Estudio de una transculturación, México, UNAM, 1965; P. Albalá, “Nahuatlismos en las islas del Pacífico”, en C. Barrón y R. Rodríguez-Ponga (coords.), La presencia novohispana en el Pacífico insular, México, Embajada de España-Universidad Iberoamericana-Pinacoteca Virreinal-Comisión Puebla V Centenario, 1990, pp. 37-46; M. León-Portilla, “Algunos nahuatlismos en el castellano de Filipinas”, en Estudios de cultura náhuatl, México, vol. II, UNAM, pp. 135-138; A. Quilis, La lengua española en cuatro mundos, Madrid, Mapfre, 1992, pp. 99-199. 37 F. Andújar Castillo, Los militares en la España del siglo XVIII. Un estudio social, Granada, Universidad de Granada, 1991, pp. 55-93. 38 AGN, FP, vol. 60, f. 27.
36
31
versión que algunos de estos militares, sar-
se podía reunir entonces unos cientos de
gentos y cabos, principalmente, daban de
estos hombres y entre ellos la mayoría eran
las condiciones de su residencia temporal,
los que llamaban “cumplidos”, es decir que
de cuya dureza se quejaban a causa de la
habían terminado su periodo reglamentario
carestía de la vida que no podían afrontar
de servicio.40
pues percibían ya los sueldos calculados
La escasez de criollos debió estar re-
para Filipinas, país en que los precios de los
lacionada con las convulsiones propias de
productos básicos no eran tan elevados.
aquellos años y el estado de guerra casi
39
permanente que mantuvo España desde VI
que entró en la primera coalición contra la
Justamente el paso de estos “nuevos bata-
Francia revolucionaria. Cuando cambiaron
llones” coincidía con un giro importante en
las alianzas y desde 1796, siguieron las
la práctica de los envíos de remesas. Los
hostilidades contra Gran Bretaña y la secue-
fondos del AGN referentes a reclutamiento y
la de inconvenientes en las comunicaciones
preparativos de traslados refuerzan la idea
que se derivaron de ello, la relación con las
de que para los primeros años del siglo XIX
posesiones de ultramar se vio seriamente
la práctica de enviar remesas de solda-
afectada y ocurrieron fenómenos significati-
dos mexicanos a Filipinas había caído en
vos que trastornaron las líneas de comercio
desuso. Por ello, el número de mexicanos
e incluso provocaron alarmas en la inte-
residentes en aquel país disminuyó nota-
gridad territorial, como sucedió con Santo
blemente. Así lo señalaba en 1809 el que
Domingo. A partir de 1808, la situación se
fungía entonces como gobernador interino,
agravaría por el inicio de la guerra de inde-
don Mariano Fernández de Folgueras, quien
pendencia española, suscitada por la inva-
afirmaba que para esa fecha hacía varios
sión napoleónica en la península ibérica.
años que no llegaban mexicanos para re-
Este estado de cosas repercutió en las
emplazar a los diferentes cuerpos del ejérci-
tropas filipinas, otro problema que se unía
to insular. El resultado fue un descenso pro-
a los gravísimos que asolaban al imperio.
nunciado de tropas de ese origen: apenas
En 1809, Folgueras pidió al virrey de Nueva
39
AGN, FP,
40
AGN, FP,
32
vol. 55, fs. 81-95. vol. 45, f. 2.
España que enviara, al regreso de la nao
dencia de México la convirtió en definitiva,
Magallanes, la mayor remesa posible de
como fue la desaparición de estas intensas
reclutas con objeto de que sirvieran en los
y atípicas relaciones intercoloniales.
cuerpos veteranos del territorio asiático.41
Se puede hacer un cálculo aproximado
La respuesta del virrey fue que las circuns-
de la cantidad de hombres que se alistaban
tancias no permitían acceder a tal deman-
para el traslado al otro confín del Pacífico:
da, en parte porque el inminente retorno de
de acuerdo con las cifras que se extraen
la nao impedía disponer de tiempo suficien-
de la documentación del
te para reunir la gente necesaria, y en parte
anual rozaría los 180 individuos, si bien va-
por la acuciosa presión de enviar auxilios
riaba cada año de acuerdo con las necesi-
a Santo Domingo y otros territorios, entre
dades y la disponibilidad.
ellos la parte continental del virreinato que requería fuerzas militares.42
AGN,
el promedio
Fue un movimiento migratorio que rebasó con amplitud los aspectos puramente militares, para situarse en el terreno de la
VII
transmisión de elementos culturales y en los
Los fondos del AGN permiten trazar la regu-
cauces de un fenómeno histórico que puede
laridad de estas remesas de hombres en
ser estudiado a partir de una multiplicidad
cuanto a frecuencias, ritmos y procedimien-
de ángulos: desde cuestiones de criminali-
tos, así como delimitar el momento históri-
dad y delincuencia hasta los entresijos de la
co en que finalizó esta práctica secular. Es
logística imperial, sin olvidar aspectos rela-
probable que en un principio la interrupción
tivos a la vida familiar, así como los valores
en el envío de soldados de Nueva España
y prejuicios de la gente del pueblo y de los
a Filipinas se debiera a la coyuntura que se
grupos de poder.
atravesaba, pero el proceso de indepen-
41
AGN, FP,
42
AGN, FP,
vol. 59, f. 2. vol. 59, f. 11
* Área de Historia, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
33
E L E NTREMÉS
DE
L UISA ,
DE LOS PAPELES INCAUTADOS AL MAROMERO
J OSÉ
M ACEDONIO E SPINOSA Caterina Camastra*
R
eal de Minas de Zacatecas, año de
que escribía sus propios papeles,1 un pe-
1803. El intendente de la ciudad reco-
queño empresario teatral. Siete años antes
ge los papeles de trabajo de una compañía
del percance de Zacatecas, en 1796, había
teatral itinerante, dirigida por José Macedo-
solicitado y obtenido regular licencia “para
nio Espinosa, y los remite al local comisario
que execute sus havilidades de maromero
del Santo Oficio, quien a su vez envía a sus
en las ciudades, villas, real[es] de minas, y
superiores los que juzga se deben retirar
demás pueblos del distrito de este superior
de la circulación. No se conserva registro
govierno, por el tiempo que resta a comple-
de si el trámite tuvo un seguimiento; con
tar el año cómico” (AGN, General de Parte,
toda probabilidad no fue así. Muchas de las
vol. 75, exp. 315, f. 282r). La tradición de los
denuncias de celosos funcionarios de las
artistas itinerantes es antiquísima y sobrevi-
provincias que llegaban al Santo Oficio tan
ve a través de los siglos en el orbe cultural
sólo generaban un acuse de recibo, para in-
hispano. En el
mediatamente pasar a la polvorienta, para-
tan ilustre como Lope de Rueda; a principios
dójica memoria de los expedientes. Gracias
del XVII el ambiente de las compañías ambu-
a quienes pretendían darles carpetazo, han
lantes es retratado por Agustín de Rojas Vi-
llegado hasta nosotros diversas obras lite-
lladrando en El viaje entretenido. Hasta los
rarias y mucha historia.
comienzos del XIX, cuando la Nueva España
XVI
cuenta con un miembro
El maromero José Macedonio Espinosa
está a punto de empezar a llamarse México,
fue un cómico de la legua, un comediante
la compañía de Macedonio Espinosa llama
1 Por lo menos, algunos de ellos. De los tres editados hasta ahora, uno es anónimo, otro firmado por Manuel Borla y otro más por el mismo Macedonio Espinosa.
34
la atención, aunque tibia, de las autoridades
–y una que otra pedrada. El caso llegó a
inquisitoriales en sus últimos estertores. De
armar un pequeño expediente en el Santo
hecho, durante todo el XVIII en la Nueva Es-
Oficio, sin pasar a mayores (AGN, Inquisi-
paña se había perfilado un conflicto de inte-
ción, vol. 1235, exp. 15, ff. 304r-315r). En
reses entre las compañías estables de los
1790, el maromero José Miguel del Sacra-
coliseos y las ambulantes, integradas por
mento, mulato, conocido como el Chino, es
maromeros, titiriteros y volatines. Las com-
detenido por llevar una figurita del Diablo y
pañías ambulantes eran vistas con cierto
usarla en sus espectáculos. El Santo Oficio
recelo, por un lado, porque interferían con
se limita a amonestarlo en términos ejem-
las ganancias de los coliseos. Zacatecas,
plares del discurso oficial, que considera a
rica ciudad minera, parece haber estado
los actores callejeros como pícaros, vagos
entre los destinos favoritos de los cómicos
y sin oficio:
2
de la legua. En 1731 se quejaba Eusebio
“Este es uno de aquellos muchos tunan-
Vela, asentista del Coliseo de la ciudad de
tes que, para buscar que comer a poca cos-
México, de que: “Un hombre conosido por
ta, se valen de semejantes arbitrios entre
el nombre de Anttón Chico, para formar una
la gente ignorante y ruda. Pero, como esta
compañia de cómicos para representar en
sea fácil seducir y padecer muchos enga-
el Real de Minas de Zacatecas, se ha lleba-
ños, creiendo que lo que este olgazán prac-
do de esta corte a Juana Rascona, que ha-
tica [sea] en virtud de algún pacto que tenga
zía papel de grasiosa, y a Gabriel de Frías,
con el Diablo, se ha de servir la justificación
que hazía tercer galán, en el Coliseo” (AGN,
de mandar al comisario de Guadalaxara,
Indiferente Virreinal, Criminal, caja 3897,
que [...] lo amoneste seriamente se dedique
exp. 16, f. 3r).
a su oficio de panadero para ganar con qué
Por otra parte, los roces de los teatreros
pueda mantenerse, y se abstenga de hacer-
con la Inquisición fueron constantes a lo lar-
lo con las ridículas figuras que pinta y trahe
go del siglo XVIII. En 1762 unos titiriteros de
consigo, para dibertir con ellas y sorprender
gira por Querétaro y algunos devotos luga-
a los incautos” (AGN, Inquisición, vol. 1281,
reños se libraron guerra a golpes de sátiras
exp. 13, ff. 60r-60v).
2
Sobre este tema véase Viveros, 1996 (pp. 28-29) y 2005 (pp. 68 y 77).
35
La presencia del Santo Oficio en la vida
no conservan el nombre de sus autores” (p.
de los actores no siempre se debía, final-
206). Después, el legajo de documentos se
mente, a su profesión. En general, los tea-
traspapeló durante muchas décadas en los
treros se encontraban entre la gente que vi-
vericuetos del Archivo. Sergio López Mena
vía fuera y en contra del orden establecido y
volvió a editar los tres entremeses en 1994,
consagrado. Por ejemplo, los poemas y las
basándose en la edición del Boletín, sien-
cartas de amor de la actriz y titiritera pobla-
do inaccesible la fuente original. Lo mismo
na Manuelita, alias La Lechuga, llegan a las
hicieron Maya Ramos Smith et al. cuando
actas de un proceso porque ella es amante
incluyeron la carta del comisario de Zaca-
de un hombre casado (AGN, Inquisición, vol.
tecas en su antología Censura y teatro no-
476, sin exp., ff. 224r-249v).
vohispano. Finalmente, gracias al trabajo
Los avatares del repertorio de Macedo-
de rescate culminado en la clasificación
nio Espinosa no se acaban con su incauta-
del fondo documental Indiferente Virreinal,
ción, gracias al celo de unos investigadores
la colección de Macedonio Espinosa puede
empeñados en deshacer el afán silenciador
ser consultada, reunida y editada.3 Se pre-
de los inquisidores. En 1944, Julio Jimé-
senta a continuación una de las obras: el
nez Rueda, entonces director del Archivo
anónimo Entremés de Luisa.
General de la Nación, edita tres de los en-
No es de extrañar que una compañía
tremeses (El alcalde Chamorro, El mulato
de cómicos de la legua tuviese por reper-
celoso y Las cortesías), que se encontraban
torio una serie de obras breves, sobre todo
“sueltos en un ‘legajo de documentos’ depo-
entremeses, género nacido de los “pasillos”
sitado en la sección de Historia de este Ar-
popularizados por Lope de Rueda. Los ar-
chivo” (p. 207). El criterio de elección fue el
tistas ambulantes eran versátiles y solían
rescate de los creadores: “se han escogido
trabajar obras de teatro, además de espec-
los tres entremeses porque siendo la ma-
táculos de maroma, acrobacia y títeres. A
yoría anónimos, dos de los que se publican
menudo escenificaban comedias de san-
3 La colección se encuentra repartida en tres expedientes del fondo Indiferente Virreinal: Inquisición, caja 5336, exp. 94 (Entremés de Luisa, encabezado del caso y carta del comisario); Ayuntamientos, caja 2788, exp. 5 (Entremés de las cortesías); Ayuntamientos, caja 1262, exp. 9 (Entremés de Sancajo y Chinela; Entremés del duende; Entremés del mulato seloso; Entremés del pañuelo; Entremés de la manta; Entremés titulado El alcalde Chamorro; Loa que se a de decir en la comedia “Valor injenio”...; Honrrad, una obrita burlesca, posiblemente un monólogo; dos entremeses incompletos y sin título).
36
tos, género que siguió siendo de los más
las comedias El guapo Francisco Esteban y
populares aún después de que la ilustrada
El catalán Serrallonga en 1790 (Biblioteca
represión borbónica lo prohibió en 1765.
Nacional, Fondo Reservado, Manuscritos,
Otro género muy socorrido eran las varias
vol. 1410, f. 297r), las cuales, por otra parte,
formas de teatro breve y burlesco, como los
llevaban años en los programas del Coliseo,
bailes, las mojigangas y, precisamente, los
y se siguieron representando después de la
entremeses. El entremés debe su nombre
prohibición. Hasta 1816, causó una denun-
al hecho de que se concibe originalmente
cia y cierto revuelo en la agonizante Inqui-
para entremeterse en las rendijas de la co-
sición la puesta en escena, siempre en el
media “seria”, entre actos, pero su gran éxi-
Coliseo de la ciudad de México, del sainete
to y popularidad lo vuelven una pieza que
El soldado fanfarrón (AGN, Inquisición, caja
llega a representarse de manera autónoma.
194, sin exp., sin foliar), en el que, como
Si en la comedia el gracioso es parte fun-
en los entremeses, el personaje aparece
cional de un orden que se rompe sólo para
en clave burlesca: no es valiente, sino va-
volverse a componer, en el entremés el gra-
lentón. En el Entremés de Luisa, el guapo
cioso es todo; el eje no es la armonía, sino
confunde su papel con el galán. Luisa, la del
el ridículo. Es un teatro que se funda sobre
título,4 exige a su pretendiente Lorenzo que
el despliegue de variantes de una galería de
la libre de otro, indeseado, advirtiéndole:
tipos cómicos, de larga tradición y hondas
“¡Pero cuydado con él! / Mire que es gua-
resonancias folclóricas que el público reco-
po que asombra” (f. 6r). Lorenzo se vuelve
nocía y festejaba. La acción dramática del
inmediatamente valentón él mismo, prome-
Entremés de Luisa gira alrededor del guapo
tiendo a su dama victorias hiperbólicas, sólo
en burla, o valentón cobarde.
para desdecirse temblando en el momento
Hay evidencia de que el teatro de gua-
que se queda solo frente al público. Este
pos y bandoleros fue muy popular en la
galán descara la cobardía enmascarada del
y dio mucho
rufián Sigüenza de Lope de Rueda, o de los
quehacer a las autoridades en el mismo Co-
del Entremés de los dos rufianes de Fernán
liseo de la capital: véanse las censuras de
González de Eslava. Análogamente al entre-
Nueva España del siglo
XVIII
El nombre de Luisa puede tener un doble sentido. “Luisa entre todas las Luisas”, dice arrobado Lorenzo (f. 5r). Casi tres siglos antes, a principios del XVI, escribe el anónimo autor de la Carajicomedia: “Luisa. Muchas son las Luisas” (p. 70), hablando de prostitutas. 4
37
més de Eslava, el Entremés de Luisa intro-
y me meo gota a gota.
duce algunos elementos que americanizan
¡Válgame Santa Apolonia,
la tradición española: si aquél hablaba de
abogada de las muelas!7
Oaxaca y Michoacán, éste hace referencia
Porque este ynfanzón8
a una serie de mexicanismos gastronómi-
me las hecha todas fuera [f. 6v].
cos (fs. 24-27). Como los rufianes de Eslava, Lorenzo es un personaje consciente de
El entremés acaba, efectivamente, a
su teatralidad, de estar metido en una “tra-
palos, y se intuye que Lorenzo sale bastan-
moya”, actuando, jugando -con los varios
te malparado.
sentidos de la palabra “brazo”, por ejemplo.
La transcripción que sigue se propone
Sus invocaciones rayan en lo blasfemo, por
mantener un criterio fiel a la grafía original
lo que se entiende el juicio del receloso in-
del texto, con algunos cambios a fines de
tendente de Zacatecas al decomisar los pa-
aclarar y facilitar la lectura. Modernizo el
peles de Macedonio Espinosa:
uso de acentos, puntuación y mayúsculas, así como tipografía y formato; desato las
¡Válganme todos los santos
abreviaturas; uno o separo palabras cuando
de la santísima gloria!
esto no implica añadir o quitar letras (me-
¿Quién me metería a valiente,
nos en el caso de “mialma”, que con esa
conociéndome tan mona?
grafía ya tiene valor expresivo y literario);
5
¡Ea, ánima de las bonitas,
actualizo el uso de /v/ y /u/, pero manten-
sed por hoy mis valedoras!
go la vacilación entre /b/ y /v/, /y/ e /i/, /j/ y
¡Oh, brazo del mar valorozo,
/g/ y casos análogos. Los números de fo-
sacadme de esta tramolla!
lios se señalan entre corchetes, así como
6
Que estoy que ya me orino,
toda intervención del editor. En este caso,
5 “Quedarse hecho un mono. Phrase, que vale quedarse corrido o avergonzado, por alguna especie que le sobrecoge” (Aut.). El uso del femenino añade probablemente la connotación negativa de afeminado; el nombre italiano del galán refuerza esa connotación. 6 “Tramoya. Machina, que usan en las farsas para la representación propria de algún lance en las comedias, figurándole en el lugar, sitio, u circunstancias [...]. Metaphóricamente vale enredo hecho con ardid, y maña” (Aut.). 7 Apolonia de Alejandría, hermana de un eminente magistrado y diaconisa, fue mártir cristiana a mediados del siglo III. Como parte de su martirio, le rompieron los dientes. Es la patrona de los odontólogos. 8 “Infanzón. Caballero noble de sangre, hijodalgo o señor de vassallos. Es voz antigua” (Aut.).
38
se añadieron dos indicaciones de persona-
marco del proyecto “Literaturas populares
jes y algunas terminaciones de palabras al
de la Nueva España (1690-1820): rescate
final del documento, ilegibles por estar roto
documental y revisión crítica de textos mar-
el margen. Aparte de eso, en general el
ginados” (CONACYT U-43303 H), coordinado
estado de conservación del documento es
por Mariana Masera y Enrique Flores en el
bueno. Se trata de un pliego de cordel cosi-
Instituto de Investigaciones Filológicas de
do, de cuatro folios frente y vuelta, tamaño
la
de bolsillo. Los tachones y correcciones que
entremés, así como de toda la colección
presenta el texto hacen pensar en un papel
de Macedonio Espinosa, se incluirá en una
de trabajo, de uso interno para la compañía,
de las publicaciones finales del proyecto. El
más que destinado a la circulación pública.
texto a continuación sirve aquí de anticipo
La investigación se llevó a cabo en el
UNAM.
La edición anotada completa del
y muestra.
BIBLIOGRAFÍA (Aut.) Diccionario de Autoridades, 1726-1739, versión digitalizada. Reproducido a partir del ejemplar de la Biblioteca de la Real Academia Española, www.rae.es Carajicomedia, edición, introducción y notas de Álvaro Alonso, Málaga, Aljibe, 1995. González de Eslava, Fernán, Entremés de los dos rufianes, en Carlos Solórzano (ed.), Teatro mexicano: historia y dramaturgia. III. Autos, coloquios y entremeses del siglo XVI, México, CONACULTA,
1993, 122 pp.
Jiménez Rueda, Julio, “Textos literarios de la época colonial. Advertencia general. IV”, en Boletín del Archivo General de la Nación, vol. XV, núm. 2, abril-junio 1944, pp. 206-208. López Mena, Sergio (ed.), Teatro mexicano: historia y dramaturgia. X. Escenificaciones neoclásicas y populares (1797-1825), México, CONACULTA, 1994.
39
Ramos Smith, Maya, Tito Vasconcelos, Luis Armando Lamadrid, Xabier Lizárraga Cruchaga, Censura y teatro novohispano (1539-1822). Ensayos y antología de documentos, México, CONACULTA-INBA, CITRU, 1998. Rojas Villadrando, Agustín de, El viaje entretenido, Madrid, Clásicos Castalia, 1972. Rueda, Lope de, Paso quinto muy gracioso..., en Teatro completo, México, Porrúa, 2002, pp. 205-207. Viveros, Germán, Talía novohispana. Espectáculos, temas y textos teatrales dieciochescos, México, UNAM, 1996. --------, Manifestaciones teatrales en la Nueva España, México, UNAM, 2005.
Hospital de Jesús, leg. 145, exp. 6, f.4. * Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM.
40
[f. 1: Zacatecas, año de 1803
La divina magestad guarde la importantíssima vida de vuestra señoría yllustrísima
Papeles que recogió el yntendente de
los muchos años que la santa yglecia y reli-
Zacatecas a José Macedonio Espinosa,
gión católica han menester para su aumen-
maromero, y remitió al comisario.
to. Zacatecas, Mayo 27 de 1803. Yllustrísimo y venerable señor, a sus
Secretario Ruiz.]
pies de vuestra señoría ylustrísima, su muy reconosido súbdito, siervo y capellán, que le venera.
[f. 2] Rezibida en 3 de junio de 1803. Señores
José Maria Martinez Sotomayor [rúbrica]
ynquisidores Prado, Alfaro. Ylustríssimo y venerable tribunal del Santo Yllustrísimo y venerable señor:
Oficio de la Ynquisición de este reyno.
Haviendo presentádose en esta ciudad la
[f. 5]
compañía de maromeros de Joseph Ma-
ENTREMÉS DE LUISA
cedonio Espinoza, le recogió el señor yntendente todos los papeles que traía y me
Perzonas que hablan:
los remitió con su ministro de vara, encargándome los revisara, por medio de un re-
Lorenzo
cado el más político y atento. Y haviéndolo
Luisa
executado, entre ellos advertí que los diez
un valiente
adjuntos, que con esta dirijo a vuestra señoría yllustrísima, tienen varios y notables
Salen Lorenzo y Luisa.
inconvenientes para dexarlos correr, según las reglas del ýndice expurgatorio y en es-
LORENZO
pecial la 16a; por lo que me parece, salvo
Luisa entre todas las Luisas
el más savio dictamen de vuestra señoría
que entre las Luisas se nombran,
yllustrísima, deven recojerse.
Luisa la más elegante,
41
Luisa la más refulgente, 5 Luisa la más hermosota, ¿por qué no me quieres, Luisa? ¿posible es que desdeñosa te muestres siempre conmigo, sabiendo de cierta cosa? 10 que, si no me correspondes, me verás dentro de una ora llorar, padecer, gemir y con ancia tan penosa morir –que es lo peor que todo. 15 hay, que la alma se sofoca, ¿por qué no me quieres, Luisa, Luisita la milagrosa? LUISA aparte, señor galán, [f. 5v] don taravilla, o alcorza, 20 eso es atreverse mucho al lustre de mi perzona. LORENZO Eso no es atrevimiento, pues quando te veo, señora, me enconfitas, me enturronas, 25 me enalmibaras, me encalavazas, me entachas, me empepitorias, me enjamoncillas, me enlechugas y me enrravanas, mi re ni [sic] fa zol,
42
mi solfa, mi estufa, mi verlinguita, 30 mi forlón y mi carroza, y por último, mi vida, todito el cuerpo me aflojas. LUISA Pues ha de saver, señor, que ha venido una perzona 35 que me ha dado en perseguir, tan necia y tan enfadosa, que no hay forma de mudarce, ni de que me dexe hay forma. por lo qual, señor galán, 40 si a quererme se acomoda, en quanto venga el tal guapo sale usted y se aperzona, [f. 6] diciendo que soy su dama y usted mis favores goza. 45 ¡pero cuydado con él! mire que es guapo que asombra. LORENZO Ya me havías asustado, yo pensé que era otra cosa ¿y esa era tu ancia, angustia, 50 pena, y congoja? déjalo que venga, mialma, que le he de dar una soba con la vaina de mi espada,
43
que él mismo no se conosca 55 y lo he de capar también, para mayor banagloria. y después de que lo cape a ese cara de toronja, lo tusaré a panderetes, 60 que estoy hecho una ponzoña. Tocan. VALIENTE Doña Luisa, o doña porra, ¿cómo no habrís esta puerta, Demonio de gente sorda? LUISA Hay está quien le dije a usted. 65 apropínquese, y responda. ¿mialma, por qué tiembla usted? [f. 6v] ¡muestre usted su valor, ahora! LORENZO De pura cólera tiemblo. ¿podía usted no hirce de aquí? 70 que estoy pensando, señora, que si yo le abro la puerta pues la moína me sofoca.
44
LUISA Yo no sé, ya yo me voy, usted con él se componga. Vase. LORENZO 75 ¡Válganme todos los santos de la santísima gloria! ¿quién me metería a valiente, conociéndome tan mona? ¡Ea, ánima de las bonitas, 80 sed por hoy mis valedoras! ¡oh, brazo el [sic] mar valorozo, sacadme de esta tramolla, que estoy que ya me orino y me meo gota a gota! 85 ¡válgame Santa Apolonia, abogada de las muelas, porque este ynfanzón [f. 7] me las hecha todas fuera y me buelve cantimplora! 90 pero, vaya, le abriré, en nombre de Santa Rosa. Abre. Sale valiente. Entre su merzed, señor.
45
[VALIENTE] ¿En dónde está esa señora? ¿por qué no sale aquí [a] abrirme? 95 ¿no save que, si me enojo, le he de armar un san Quintín que a el Diablo sirva de voda? LORENZO Hará su merzed muy bien. pero dice la señora 100 que sepa su señoría, su alteza y su reverencia, que una vicita bromoza la tenía muy ocupada, que presto se hirá esa posma. VALIENTE 105 ¿Y tú, qué haces aquí dentro? ¿por qué estás temblando, mona? LORENZO Porque, como mi madre fue temblona y yo estoy enasogado desde la crin a la cola, 110 por eso salí temblón. VALIENTE Responde, voca de sopas, alcarabán patituerto, y di ¿quién te trajo aqui?
46
[f. 7v] LORENZO Señor, mi Abuela la sorda 115 fue quien me trajo a servir, porque yo de servir siempre e pasado. Si su merced no se enoja, vengo yo a estar ahora en el servicio de mi amita 120 y mi Señora. VALIENTE Le dirás a esa matrona que cómo sin mi licencia busca criados y acomoda, y que, si llego a enfadarme, 125 todavía, por melindroza, le he de armar un san Quintín que al Diablo sirva de voda. Vase. LORENZO Cierto es que, si no se va, no se acaba la camorra 130 ni el santo óleo en quinse días, que estoy hecho una ponsoña. Sale Luisa.
47
[LUISA] ¿Ya se fue ese valentón? LORENZO Ya se fue, mi chata hermosa, porque si vieras, mi bien, 135 le dixe yo tantas cosas porque es un pobre pelota. Hay se me incó, y me dixo que era yo su reverncia [sic], [f. 8] su alteza, su santidad. LUISA 140 ¿Pues qué no hechó valentías? porque él es guapo que asombra. LORENZO Eso lo será con las mugeres, pero no con mi perzona. Díxele: –¡Luisa es mi nata, 145 y así los pies no me ponga el vauzán en esta casa! y como, con gran valor, le heché todas estas roncas, todo él empezó a temblar 150 con más susto que una mona. Y así, querida Luicita, dame un abrazo, mi vida.
48
LUISA No digo uno, mil te doy, Dueño eres de mi perzona. BALIENTE 155 ¡Está muy bien, doña Luisa! Dime, cara relamida ¿no eras tú la honradot[a?] LUISA Ya no respondió mi [...] BALIENTE ¿Quién es tu amante [...] LUISA 160 Este que mira precente, que ya de mis brazos go[za.] BALIENTE ¡Ven acá, cara de sopas! [f. 8v] ¿No me dijiste endenantes que tu abuela la sorda 165 te havía traído aquí a servir? ¡Pues como pícaro te hayo abrazando a esta señora! LORENZO No, señor, yo no la quería abrazar,
49
ella me abrazó a mí. LUISA 170 ¡Mientes, cara de toronja! VALIENTE ¡Pues por pícaro atrevido llevarás aquesta soba! Pégance.
FIN.
Obras públicas, vol. 25, fc. 76.
50
CACIQUES Y LÍDERES MILITARES Y POLÍTICOS EN SAN LUIS POTOSÍ DURANTE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA
José Alfredo Rangel Silva*
E
n este trabajo se presenta un análisis
clientela política que perduró por decenios
sobre los liderazgos políticos en el
de vida independiente. Al mismo tiempo,
oriente de San Luis Potosí (que incluye la
un franciscano convertido en capitán y co-
Huasteca potosina y Rioverde o zona media
mandante realista se convirtió en el cacique
del actual estado de San Luis) entre 1800
regional hasta 1823, año de su muerte. Su
y 1823. Comienzo en 1800 porque en esa
sucesor siguió el mismo camino y dio pie a
fecha se produce una denuncia sobre una
los cacicazgos huastecos, tan notorios en
conspiración independentista en el área es-
la segunda mitad del siglo
tudiada, que involucraba a prominentes co-
del siglo XX.
XIX
y la primera
merciantes, hacendados y oficiales milicia-
Por lo anterior, además de otras razo-
nos. Aunque falsa en general, la denuncia
nes, la guerra de independencia constituyó
perfiló algunos de los que después fueron
un parteaguas en el campo político regio-
actores destacados de la guerra del lado
nal, al ser un catalizador y una etapa de
realista. La mayoría de esos oficiales pro-
formación y transición de liderazgos, que
venía de una tradición miliciana centenaria
combinaron las tradiciones milicianas lo-
en la zona, lo que los diferenciaba de sus
cales, la cultura política de la región y las
contrapartes en otras áreas novohispanas.
oportunidades de la época.
Otros liderazgos se forjaron al calor de las batallas, pues los miembros de las élites lo-
LA POLÍTICA ENTRE 1800 Y 1810
cales aprovecharon los escenarios bélicos para asegurarse el control de las milicias
Tener ideas disidentes era común entre las
“patrióticas”, con lo cual se aseguraron una
élites novohispanas, a raíz de las políticas
51
borbónicas que afectaron sus intereses.1 El
de Altamira, donde los Quintero las apro-
oriente de San Luis tenía bien definidas sus
visionarían con caballos y ganado vacuno.
élites políticas y económicas. Los Barragán
Seguirían su tránsito por las villas de Es-
y Ortiz de Zárate controlaban la zona en-
candón, Santa Bárbara y Tula, donde los
tre Rioverde, Valle del Maíz y Tula (Nuevo
capitanes también les darían apoyo, hasta
Santander), mientras los Quintero eran los
Rioverde; Barragán se incorporaría allí al
principales hacendados y comerciantes en-
contingente con sus milicianos e indios pa-
tre Tampico, Altamira, Escandón y Santa
mes flecheros.4
Bárbara, en el Nuevo Santander.2
La denuncia fue hecha por Francisco
José Florencio Barragán fue un perma-
Antonio Benítez Gálvez en junio de 1800
nente sospechoso de tener contactos con
e inquietó sobremanera al virrey Marqui-
disidentes y de ser de opiniones subversi-
na. Los nombres, lugares y conexiones
vas. En el Archivo de Indias en Sevilla (AGI)
tenían una lógica sorprendente. Además
y el Archivo General de la Nación (AGN) se
de comerciante, Barragán comandaba el
encuentran las investigaciones sobre un
Cuerpo de Caballería de Frontera de Nuevo
supuesto complot con ingleses de Jamaica
Santander y era un poderoso terrateniente.
para impulsar la separación de España en
Sus contactos de negocios con las élites de
1800-1801. Se le acusó de encabezarla
Nuevo Santander eran algo rutinario. Los
junto con los hermanos Juan y Cayetano
Quintero eran comerciantes y hacendados
Quintero (hacendados y comerciantes de
y pertenecían a las milicias de la Costa del
Altamira, Nuevo Santander) y un capitán
Norte; su abuelo Juan Francisco de Barbe-
Cerna, en Soto la Marina. El plan incluía
rena, lugarteniente de José de Escandón,5
el desembarco de tropas británicas cerca
fue, entre otras muchas cosas, capitán de
3
Para un compendio de opiniones y actitudes entre las élites novohispanas, véase Ladd, 1984, pp. 127 – 153. Sobre las familias Fernández Barragán y Ortiz de Zárate, véase Rangel, 2006, pp. 162-234. Sobre los hermanos Quintero, González, 1998, p. 16. 3 AGI, Estado, 28, n. 85, “Marquina sobre conspiración en Nueva España”. 11 de junio de 1800, bloque 1, carta n. 15, f. 1, 1v. 4 AGI, Estado, 28, n. 85, “Marquina sobre conspiración en Nueva España”. 11 de junio de 1800, bloque 2, copia de instrucción, f. 1, 1v. 5 Cayetano Quintero y sus hermanos Juan y José Antonio eran nietos de Juan Francisco de Barberena, el lugarteniente de José de Escandón; todos eran comerciantes y hacendados de Altamira, González, 1998, p. 16. 1 2
52
la villa de Santa Bárbara, lugar donde José
Así que la combinación del contraban-
Florencio estableció una compañía volante
do, la hegemonía de los Barragán y las éli-
en 1786. Así que Barragán y Quintero te-
tes locales aliadas a ellos, más la constante
nían mucho en común.
preocupación por una costa ideal para un
6
El área del supuesto levantamiento se
ataque extranjero, formaban un cuadro de
caracterizaba por el constante flujo de mer-
peligro y posible insurrección que preocupó
cancías de contrabando: “en todo tiempo
más al virrey que la denuncia de Benítez
han servido las costas de Tampico de abri-
Gálvez. La información terminó siendo un
go y protección a los mismos ingleses para
fiasco, el denunciante se llamaba en reali-
el contrabando que jamás ha podido cortar-
dad Francisco Antonio Fernández Cordero,
se de raíz”, aseguraba el virrey Marquina.
7
teniente de fragata retirado, envuelto en
Los grandes comerciantes participaban de
varios líos con la justicia; además se había
una red que desde Altamira se conectaba
hecho pasar por primo del conde Antonio
con Louisiana y Jamaica. De Altamira “sa-
Pérez Gálvez, coronel de dragones en Gua-
lían plata, pieles, maderas, azúcar, café,
najuato,10 y había intentado casarse con la
tabaco y otros productos de las Huastecas
viuda de Felipe Barragán. En pocas pala-
y entraba harina, plomo, alquitrán y otras
bras, era el consabido inmigrado en bús-
mercancías”. Además, en la estrategia
queda de hacer fortuna en Nueva España,
militar española, aquella era una zona de
sólo que por medios ilícitos o engañosos.
preocupación por posibles desembarcos
Quedaron cabos sueltos en la delación que
ingleses, una de las razones para crear el
sugieren que tal vez no carecía de sustento
Cuerpo de Caballería de Frontera del Nue-
en algunos aspectos, como la participación
vo Santander en 1793-94.
de los enriquecidos comerciantes del orien-
8
9
6
Rangel, 2006, pp. 255, 256.
7
AGI, Estado, 28, n. 85, “Marquina sobre conspiración en Nueva España”. 11 de junio de 1800, bloque 1, carta n.
15, f. 1v. Ducey, 2005, p. 18. En AGN, Judicial, vol. 63, fs. 88-97v, se describe un cargamento. Véase también AGI, Estado, 28, n. 91. El contrabando interno era de piloncillo y aguardiente de caña, AGN, Alcabalas, vol. 33, exp. 14, “Autos seguidos contra don José de la Rosa y Cerrada administrador de reales alcabalas de esa provincia de villa de Valles”, año de 1786, fs. 350-399v. AGN, Alcabalas, vol. 314, exp. 1, “Alcabalas de aguardiente de Caña. Valle del Maíz”, años 1798-1811, fs. 59-132, 158-250. 8 Corbett, 1989, p. 9. 9 Rangel, 2006, pp. 260-264. 10 Personaje polémico en sí mismo, Pérez Gálvez era rechazado por otros miembros de la élite de Guanajuato, Brading, 1995, pp. 392-394, 409-410.
53
te de San Luis en el contrabando inglés, o
proclives a la insurgencia y probablemente
los contactos de Florencio Barragán con los
pensó en encabezar un movimiento separa-
ingleses de Jamaica.
tista.13 José Florencio representó el primer
11
Como hacendado, José Florencio con-
liderazgo político regional (cacicazgo) en XIX,
justo antes de comenzar la in-
trolaba una abundante clientela de traba-
el siglo
jadores suyos y de milicianos, además de
surrección, pero su repentina muerte evitó
ser el líder de la red familiar Barragán Ortiz
cualquier consecuencia en este sentido.
de Zárate y uno de los hombres más ricos
Sin José Florencio Barragán, las élites
de la región. Era un intermediario entre sus
tenían mucho que perder de involucrarse en
clientelas y redes y el gobierno virreinal,
un movimiento insurgente. No había coinci-
pero finalmente se involucró en los asun-
dencia entre sus intereses y los de los su-
tos políticos de forma directa al aceptar la
balternos, sin contar a los sectores medios.
representación de la provincia de San Luis
Cuando la insurrección tomó un cariz popu-
como diputado a Cortes. Tuvo la capacidad
lar indígena, las élites en general optaron
de aglutinar a segmentos insurrectos, de
por el bando realista, en el que reconocie-
hecho, en los primeros meses de la guerra
ron a su antiguo jefe, Félix Calleja.
aparecieron panfletos en las puertas de la casa de su padre llamando a la rebelión.
LA INSURGENCIA
Mientras tanto, los rebeldes de Sierra Gorda esperaron que los apoyara al mando de
La insurrección comenzó, en el oriente,
un contingente armado.12 Años después,
poco después del levantamiento del mes
en 1817, los ingleses que llegaron en la
de septiembre de 1810 en la intendencia de
expedición de Francisco Xavier Mina bus-
Guanajuato. Grandes contingentes huma-
caron a José Florencio en Valle del Maíz.
nos se desplazaron durante los meses si-
Así que tuvo estrecho contacto con grupos
guientes por el Bajío amenazando la ciudad
AGN, Judicial, vol. 62, exp. 1, “Testimonio del 2º incidente de la causa seguida a don Francisco Antonio Vázquez Fernández, alias Benítez y Gálvez”, fs. 463-469, 488-491. En AGN, Judicial, vol. 63, exp. 1, se detalla el desenlace del proceso seguido. 12 La referencia a los rebeldes en la Sierra Gorda y su espera de Barragán, en Cruz, 2003, pp. 255-258. 13 Mari-Jose Amerlinck refiere la interesante anécdota de una anciana en la hacienda de San Diego, quien de niña oyó decir que en la hacienda habían esperado al rey, pero que éste fue “encantado” (enchanted) en México y nunca llegó. Amerlinck, 1980, p. 319, nota 25. 11
54
de México y la existencia del virreinato. Félix
pueblo cuando empezaron las acciones.17
Calleja, comandante de la Décima Brigada
Miguel Francisco Barragán, nieto de Anto-
en San Luis Potosí, organizó rápidamente
nio Miguel, fue nombrado teniente del recién
un ejército con los Regimientos Provincia-
formado Cuerpo de Lanceros de San Luis;18
les de Dragones, el de San Luis y el de San
llegó a ser teniente coronel y un destacado
Carlos, y algunas compañías de la Caballe-
político en las primeras décadas de la inde-
ría de Frontera, unidades que él había or-
pendencia: entre otras cosas, gobernador
ganizado. Del oriente de San Luis salieron
de Veracruz y, brevemente, presidente de
unos 200 hombres a reunirse con Calleja;
la República.19 Otro personaje que apareció
de Valle del Maíz llegó la Cuarta Compañía
en la escena militar fue Esteban Moctezu-
del Cuerpo de Caballería de Frontera, con
ma, originario de Alaquines.20 Su salida dejó
Roberto Antonio Ortiz de Zárate como capi-
al oriente sin defensa importante. Al unirse
tán.15 Sus oficiales eran el teniente Manuel
a la campaña de Calleja, las élites perdieron
Fernando Ortiz de Zárate, su hermano, y
parte sustancial de su capital político, pues
el alférez Gabriel José Barragán, hijo de
las milicias que controlaban fueron desarti-
Antonio Miguel Barragán. Los acompañaron
culadas. Su influencia en los acontecimien-
Secundino y José Luis, también hijos del
tos locales se redujo al ámbito económico.
14
16
mencionado. Este José Luis era capitán del
Algunos autores han señalado que
ejército realista, pero estaba de visita en su
la insurgencia careció de importancia en
14 Calleja fue apoyado por el intendente Manuel Acevedo con fondos de las cajas reales; también contribuyeron a su esfuerzo comerciantes potosinos, hacendados como el conde de Jaral, algunos ricos mineros de Zacatecas y Roberto Antonio Ortiz de Zárate; Montejano, 1989, pp. 153-156; Rodríguez, 1976, pp. 4, 5. AGN, Operaciones de guerra, vol. 91, exp. 42, f. 64, año 1810. 15 Véase Noyola, 1993, p. 94, nota 1. 16 Gabriel llegó a ser subdelegado del partido de Valles, véase Archivo Histórico de San Luis Potosí (AHSLP), Intendencia, 1816.1, exp. 5, febrero-julio de 1816, y Secretaría General de Gobierno, legajo 1825.4, exp. 2. Fue uno de los individuos más influyentes en la política regional al iniciarse la independencia. 17 Montejano, 1989, pp. 156, 157. 18 Montejano, 1989, p. 158, supone que era la Compañía de Caballería de Fieles del Potosí. 19 Márquez-Sánchez, 1984, p. 7. 20 Esteban Moctezuma fue un personaje clave en las primeras décadas de la vida independiente en San Luis Potosí. Otro seguidor de Calleja fue el capitán Agustín Violet Ugarte, antiguo subdelegado de villa de Valles. Sus propiedades en Valles y Aquismón fueron saqueadas en 1811 por los insurgentes: AGN, Historia, vol. 104, exp. 44, fs. 194-202. En el Valle había quedado de guardia únicamente José Macario Guerrero Moctezuma, sargento de la 4a. compañía miliciana.
55
la Huasteca potosina; si sólo se consulta
funcionario tomaron Chapulhuacán, a sólo
el Archivo Histórico de San Luis Potosí la
cinco leguas de Huejutla. Así, prácticamen-
impresión es que no hubo acontecimientos
te todo el oriente de San Luis quedó inmer-
destacados en la guerra, pero los registros
so en la insurrección.24 Sin la presencia de
documentales en los fondos de operaciones
las autoridades locales, la defensa de las
de guerra e infidencias del AGN muestran lo
haciendas y de los pueblos quedó a cargo
contrario. En noviembre de 1810 se desató
de los voluntarios locales, en su mayoría
la insurgencia y pronto alcanzó proporciones
pequeños propietarios, aparceros, mayor-
violentas. Un grupo de insurrectos, encabe-
domos y capataces en las haciendas.
zado por el indio Juan Telles, tomó como
Los vecinos más prominentes lograron
centro de operaciones el pueblo de Aquis-
organizar milicias para apoyar a Huejutla, la
món y atacó villa de Valles sin encontrar
más amenazada de las cabeceras en febre-
funcionario alguno, ni siquiera al custodio
ro de 1811. Allí, el subdelegado y los vecinos
franciscano; todo se limitó a unos cuantos
organizaron un grupo de 200 milicianos en-
saqueos, en especial contra propiedades
cabezados, entre otros, por Antonio Cortés,
Enseguida enfrentaron al
junto con 70 voluntarios llegados de Tanto-
comisario del Santo Oficio, fray Pedro de
yuca bajo el mando del capitán Llorente,25
Villaverde, quien logró apaciguarlos mo-
otros 100 de Tuxpan y 50 de Chicontepec.
mentáneamente, pero él debió huir hacia
Incursionaron en el sur de Valles y logra-
Pánuco en enero de 1811.22 Otros insurrec-
ron desalentar el ataque insurgente pero,
tos tomaron Xilitla y desde allí atacaron Axt-
ante la débil respuesta de las poblaciones,
la, donde apresaron al subdelegado, en ese
debió retirarse de nuevo hacia el sur. Los
mismo enero. Después de dar muerte al
jefes realistas decidieron esperar la llegada
de españoles.
21
23
Historia, vol. 104, exp. 35, “Carta de fray Pedro Villaverde”, fs. 151-153v. Villaverde aseguró haber logrado apaciguar momentáneamente los ánimos de los insurrectos de Aquismón, induciéndolos a aceptar un indulto provisional: AGN, Historia, vol. 104, exp. 35, fs. 151-153. 23 AGN, Diezmos, vol. 12, exp. 1, “Carta de José González, encargado de justicia del partido de Valles, a don Manuel Güemes”, f. 8-8v. 24 Esta situación contrasta con la opinión general sobre la guerra de independencia en San Luis Potosí. Rodríguez, 1976, p. 55, y Noyola, 2002, pp. 51-58, aseguran que la insurgencia tuvo poca trascendencia en la provincia. 25 AGN, Diezmos, vol. 12, exp. 1, “Carta de Antonio Cortés a Juan Lubián, encargado provisional del diezmatorio de Huejutla”, f. 12-13. Aunque de ascendencia indígena, Cortés era propietario de haciendas en la jurisdicción de Huejutla, Escobar, 1998, p. 105. 21
AGN,
22
56
de las tropas regulares que se enviaron de
militar era el coronel José Joaquín de Arre-
Veracruz al inicio de 1811.
dondo, gobernador de Nuevo Santander y la
26
La reunión de milicianos en Huejutla,
Huasteca; incluía en sus operaciones a Rio-
permitió la coincidencia de opiniones y
verde, Santiago de los Valles y Huejutla.29
actitudes entre las élites y los funciona-
La tarea era reducir la rebelión concentrada
rios locales, por lo menos frente al peligro
en “Tampamolón, San Antonio, Coxcatlán,
insurgente. Era una unidad precaria y con-
Aquismón, Huehuetlán, Axtla, Xilitla, Ta-
tingente, pero el momento político sugirió a
mazunchale, Matlapa, y todos los pueblos
algunos la idea de una unión política. Una
haciendas y ranchos de la Sierra Gorda
consecuencia de la unión fue perfilar los
adictos al partido de la insurrección”.30
liderazgos locales y regionales tanto en el
El Regimiento de infantería instaló su
oriente de San Luis como en la Huasteca.
cuartel general en Huehuetlán. Fray Pedro
Sobra decir que tanto Antonio Cortés como
Villaverde se unió en Pánuco a las fuerzas
Llorente se convirtieron en caciques en sus
del Regimiento fijo de Veracruz que coman-
propios espacios regionales.
daba Guitian. Las azarosas circunstancias
27
En marzo de 1811, el Regimiento de
que experimentó lo llevaron a decidir de-
Infantería Fijo de Veracruz, encabezado por
dicar su vida a la derrota de los insurrec-
el capitán Alejandro Álvarez de Guitian, lle-
tos: “dice no se apartará un punto hasta
gó a Tancanhuitz desde Pánuco. En la reu-
conseguir la total derrota de las partidas
nión de las tropas de línea y los milicianos,
de insurgentes de aquellos pueblos suble-
Álvarez de Guitian tomó el mando.28 El jefe
vados”.31 Mientras tanto, el control español
Véase AGN, Historia, vol. 104, exp. 32, fs. 96-97. Uno de ellos fue José González de Orihuela, quien insinuó la unión de las jurisdicciones afectadas para combatir el peligro rebelde, AGN, Diezmos, vol. 12, exp. 1, “Carta de José González de Orihuela a Manuel Güemes y Sierra, administrador de diezmos de Valles, Yahualica y Huejutla”, fs. 8-9. febrero de 1811. 28 De Huejutla acompañaron a Guitian unos 400 milicianos realistas encabezados por Joaquín Valenzuela: AGN, Historia, vol. 104, exp. 32, f. 96. 29 AGN, Historia, vol. 105, exp. 80, fs. 292-298; Operaciones de Guerra, vol. 4, f. 1, 1v. Arredondo, coronel del regimiento de infantería, desembarcó en Nuevo Santander, donde desarticuló el movimiento insurgente, por lo que se le nombró gobernador en abril de 1811. Fue virrey en Buenos Aires antes de llegar a Nueva España, González, 1998, pp. 85-87. 30 AGN, Operaciones de guerra, vol. 65, exp. 63, f. 278, 278v, “Oficio de Alejandro Álvarez de Guitian”, Huejutla, noviembre de 1811. 31 AGN, Historia, vol. 104, exp. 28, fs. 120v-121, “Oficio del subdelegado de Pánuco”, marzo de 1811. 26 27
57
se limitaba a los territorios donde las tropas
Caballos en Ciénega de Cárdenas, donde
ponían su pie y, en cuanto partían, volvían
vaqueros y peones se habían unido al indio
los insurgentes. El de 1811 fue un año de
Rafael. En la batalla siguiente, los realistas
numerosos combates. En Rioverde y la Pa-
los derrotaron completamente: destruyeron
mería los insurgentes eran en su mayoría
sus cantones, murieron decenas de insur-
pames de las misiones y gente que vivía y
gentes y más de 100 fueron apresados.34
trabajaba en las haciendas.
Las victorias permitieron al coronel Arre-
Entre julio y agosto de 1811, Arredondo
dondo controlar la zona intermedia entre los
llegó a Valle del Maíz; sus tropas incursio-
insurgentes de la Huasteca y los del altipla-
naron desde allí hasta Rioverde y ocuparon
no, y entre los de la Sierra Gorda queretana
misiones y haciendas, sobre todo la de
y los que operaban en el Nuevo Santander;
Amoladeras. Los capitanes realistas Caye-
ahora podía evitar alzamientos de gran en-
tano Quintero y Daisemberger encabezaron
vergadura. Pese a todo, varias acciones
un exitoso ataque a los cantones sede de
más fueron necesarias para reducir ese
los líderes Desiderio Zárate y el indio Ra-
peligro, incluyendo la destrucción total de
fael, en Romeral y Amoladeras. En Rome-
todos sus cantones.35
32
ral destruyeron un cantón de cerca de 500
Entretanto, un bizarro ejército insurgen-
“habitaciones de estos indignos malhecho-
te tomó Tamazunchale en septiembre de
encontraron abandonada la misión
1811,36 en lo que pudo haber sido el mo-
de Alaquines, saqueadas las casas y des-
mento más difícil para los realistas. Poco
truidas la cárcel y las prisiones. Continuaron
después, ese mismo contingente capturó el
hacia el sur, hasta el sitio de Potrero de los
pueblo de Matlapa, con lo que amenazaban
res”;
33
32
AGN,
33
AGN, Historia, vol. 105, exp. 42, fs. 152-153v. Un cantón era un pueblo o caserío de los insurgentes, de carácter
Historia, vol. 105, exp. 42, fs. 148-163; también Montejano, 1989, pp. 181-184.
transitorio, fácilmente mudable, pero que permitía ciertas “comodidades” a sus habitantes. 34 AGN, Historia, vol. 105, exp. 52, fs. 294-296, “Parte de guerra del capitán Cayetano Quintero”, agosto de 1811. Algunos administradores de haciendas fueron sospechosos de favorecer la insurrección, véase AGN, Provincias internas, vol. 11, exp. 15, “Sobre nombramientos de administradores de las haciendas del Fondo Piadoso de Misiones de Californias”, año de 1813, fs. 337-341v. 35 Sobre las acciones en Romeral, Amoladeras y Ciénega de Cárdenas, AGN, Historia, vol. 105, exp. 42, fs. 148-163v. 36 Los militares hablaron de varios miles de indios, con 16 cabecillas de la “indiada”, dirigidos por Juan Antonio Sánchez: AGN, Operaciones de guerra, vol. 4, años 1812-1813, “Papeles del coronel Alejandro Álvarez de Guitian”, fs. 41-45.
58
otra vez la cabecera de Huejutla. Para en-
y la posición estratégica. Con ese resultado,
frentarlos se efectuó una operación conjun-
la iniciativa de la guerra comenzó a cambiar
ta a fines de noviembre de 1811, entre el
de bando.
Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz, lo que quedaba del Cuerpo de Caballería de
SEGUNDA ETAPA DE LA GUERRA
Frontera de Nuevo Santander (comandados por el teniente Juan José Llanos), los mili-
Poco después de la batalla, los realistas se
cianos de la Costa del Norte (bajo el man-
retiraron hacía los pueblos del centro y el
do de Andrés de Jáuregui), los milicianos
sur: Huejutla, Huehuetlán, Tampamolón y
realistas de Huejutla (dirigidos por Antonio
Tancanhuitz, mientras los insurrectos domi-
Cortés), los realistas de Tampamolón (con
naban el campo. Entre tanto se nombró a
el comando de José Pablo Jonguitud) y los
fray Pedro Villaverde capitán de la milicia
de Huehuetlán (encabezados por fray Pedro
de fieles realistas de Huehuetlán, coman-
Villaverde).37 Esta es una lista de los futuros
dante de todas las compañías milicianas de
caciques en las diferentes Huastecas. Los
Santiago de los Valles y subordinado a Gui-
insurrectos sufrieron una doble y desastrosa
tian.38 El fraile contribuyó a organizar siete
derrota, en Matlapa el 24 de noviembre de
“compañías urbanas de fieles patriotas” o
1811, y en Tamazunchale al día siguiente.
de milicianos realistas en la subdelegación,
No sólo tuvieron cerca de 100 bajas en las
como se ve en el siguiente cuadro:
dos batallas, también perdieron armamento
Archivo de Guerra, vol. 410, exp. s/n. 37
AGN,
38
AGN,
Operaciones de guerra, vol. 20, exp. 2, f. 85a-85b, “Parte de guerra del capitán Andrés de Jáuregui”. Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 4, “Oficio del coronel José Joaquín de Arredondo, al virrey, sobre nombrar a fray Pedro Villaverde comandante de las compañías de patriotas de Valles”, diciembre de 1811, fs. 91-91v. La respuesta afirmativa del virrey está en el siguiente oficio, f. 94.
59
Cuadro 1. Compañías de milicianos realistas de Santiago de los Valles Compañía
Localidad
Capitán
Teniente
Alférez
Primera
HuehuetlánCoscatlán
Fray Pedro Alcántara Villaverde
José María Terán Pastor Morales
Segunda
Villa de Valles
Antonio Torres
Romualdo Flores Antonio Díaz
Tercera
Villa de Valles
José María Castellanos Bernabé Flores
Cuarta
Tancanhuitz
Manuel Álvarez de Guitian
José Velarde
Juan Fuente
Quinta
Tampamolón
José Pablo Jonguitud
Félix [A]Zuara
Luis Camargo
Sexta
San Antonio
José María Oyarbide
José Paz
José María Odriozola
Séptima
Hacienda El Limón Francisco Obesso
Anastasio Oyarbide
José María Butrón Felipe Obeso
Basado en AGN, Operaciones de guerra, vol. 4, f. 74, y fs. 185-186, año 1813.
Cada compañía tenía 70 plazas, “todos
rebeldes estaban en la misión de Santa
montados a su costa y del vecindario”, pero
María Acapulco, ubicada en el extremo sur
sólo la cuarta contaba con fusiles, costeados
de la pamería;41 70 milicianos de las com-
por Villaverde, para todos los milicianos.39
pañías de villa de los Valles derrotaron a
El fraile quedó directamente subordinado a
los insurrectos, aunque sin destruirlos.42
Alejandro Álvarez de Guitian.40
En noviembre, unos 100 insurgentes ata-
La indecisión momentánea de los rea-
caron la hacienda de La Isla, propiedad
listas permitió que de nuevo se produjera
de los hermanos Jonguitud; el resultado
una importante concentración de insur-
del combate fue favorable a los realistas,
gentes a fines de 1811 en Tamasinique y
que tomaron ocho prisioneros. El objetivo
Tanlacú, aunque los principales cantones
rebelde era llevarse el ganado y el maíz a
39 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, “Estado de las compañías de patriotas en Villa de Valles”, noviembre de 1813, f. 291. 40 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, “Oficio de José Joaquín de Arredondo al virrey”, diciembre de 1811, f. 91, 91v. 41 Los insurrectos eran dirigidos por Landaverde, quien incursionaba por Rioverde desde mediados de año: AGN, Operaciones de Guerra, vol. 21, exp. 16, “Oficio de José Joaquín de Arredondo al virrey”, julio de 1811, f. 120, 120v. 42 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 5, “Parte de guerra de Antonio Torres a Alejandro Álvarez de Guitian, reproducido a Arredondo, y remitido por éste al virrey”, diciembre de 1811, fs. 105-106. Las tropas realistas debieron incursionar hasta Piedra Gorda, en Cadereyta, sin dar con el grueso del contingente rebelde.
60
sus cantones en los alrededores de Tama-
cia, en abril de 1812 fue derrotado Felipe
zunchale.
Landaverde, jefe insurgente en Rioverde, la
43
En enero de de 1812, un numeroso con-
Pamería y la Sierra Gorda.46
tingente asaltó Rioverde. Las compañías de
A mediados de 1812 hubo un gran ata-
voluntarios encabezadas por Bengoa les
que que incluyó victorias insurgentes en
hicieron frente pero fueron derrotadas con
puntos tan distantes como Meztitlán, Pácula
estrépito el 16 febrero. El comandante que-
(incendiada por los insurgentes), Zimapán
dó mal herido, sus hombres dispersos y la
(capturada por unos días) y Rioverde (con
familia del capitán Miguel Ormaechea fue
unos cuantos saqueos). El éxito se debió en
vejada en la hacienda de Jabalí. Un desta-
parte a que Julián Villagrán y su hijo Chi-
camento realista de San Luis Potosí recupe-
to,47 por un lado, y Felipe Lobatón, por otro,
ró el control del pueblo el día 23. Entonces,
habían unificado a los insurrectos.48 La con-
el virrey Venegas ordenó a José Joaquín de
traofensiva realista pudo retomar Xilitla en
Arredondo trasladarse a la Huasteca para
mayo de ese año, mientras los insurrectos
operar en la zona y hasta Huachinango de
capturaron una vez más Tamazunchale.49
44
ser posible.45 Arredondo estableció su cuar-
Mientras tanto, en septiembre de 1812
tel en Valle del Maíz y coordinó sus tropas
los insurrectos tomaron otra vez Tamazun-
en operaciones en el oriente de San Luis,
chale y atacaron Aquismón, pero fueron de-
la Huasteca y la Sierra Gorda (en las sub-
rrotados por las tropas milicianas encabe-
delegaciones de Valles, Huejutla, Meztitlán,
zadas por Villaverde, Jonguitud y el teniente
Cadereyta y Rioverde). Como consecuen-
José María Terán.50 Esta fue otra operación
43 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 6, “Parte de guerra de José Pablo Jonguitud a Alejandro Álvarez de Guitian”, 14 de noviembre de 1811, f. 107, 107v. Ese fue un combate por suministros más que por posturas ideológicas encontradas. 44 Rodríguez, 1976, p. 23; Montejano, 1989, p. 186. 45 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 8, “Oficio del virrey, al comandante militar y gobernador de Nuevo Santander y la Huasteca, José Joaquín de Arredondo”, México, marzo de 1812, f. 135-135v. 46 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 22, exps. 3 y 4, fs. 11-28, abril de 1812. 47 Villagrán y su hijo habían sido arrieros y comerciantes en la zona entre Meztitlán y Huejutla. Una amplia red familiar y de clientes les permitió controlar el territorio entre Huichiapan, Querétaro, la Sierra Gorda y Meztitlán, Ortiz, 1997, pp. 181, 187. Julián Villagrán llegó a ser llamado por sus seguidores Julián I, emperador de la Huasteca, Escobar, 1998a, p. 115. 48 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., enero de 1813, fs. 164-169v. 49 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., junio-agosto de 1812, fs. 50-57. 50 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., septiembre de 1812, fs. 54-57.
61
de importancia, apenas menor a la que tuvo
de Valles como líder indiscutido de los mi-
lugar en noviembre de 1811, y la responsa-
licianos. Gracias al poder militar, Villaverde
bilidad total de la derrota de los insurrectos
estaba por encima de las élites locales y de
fue de los milicianos. Se restableció el con-
sus limitados intereses. Sobre su encum-
trol español sobre Rioverde, Valle del Maíz,
bramiento versa la siguiente sección.
la Pamería y la Huasteca potosina, esta vez
REDES FAMILIARES Y HEGEMONÍA
de modo más efectivo. En 1813 las batallas ya no fueron lo más relevante, sino el indulto que logró el cura
La guerra resultó muy costosa para los
de Tamazunchale, Octaviano Rojas, para el
Barragán y los Ortiz de Zárate: perdieron
líder indígena Francisco Peña, y con él la
a su líder y a las milicias que controlaban,
mayor parte de los indios alzados del sur de
además de padecer saqueos y sufragar los
la jurisdicción de Valles, donde casi todos
gastos de nuevas unidades; sobre todo, per-
los pueblos de la zona se habían levantado
dieron prestigio y autoridad entre las otras
contra los españoles. Más de 4,000 hom-
familias de élite de la región, mientras que
bres fueron indultados, con lo que la pacifi-
muchos trabajadores de sus haciendas se
cación comenzó a ser realidad. Esto permi-
unían a la rebelión y el comercio acostum-
tió a los realistas cambiar sus estrategias
brado entraba en crisis.54 La región estaba
militares. El coronel Arredondo dejó Valle
en manos de los insurgentes, las tropas
del Maíz y regresó a Nuevo Santander en
realistas y las nuevas milicias. Los miem-
diciembre de 1813 y poco después más al
bros más “enérgicos” de la familia estaban
norte, hacia Texas.52 Alejandro Álvarez de
en servicio en el centro de la Nueva España
Guitian y su tropa se cambiaron a Huejutla
y no ejercían ninguna influencia efectiva en
desde finales de 1812. El momento seña-
los asuntos del oriente. Como consecuen-
ló el inicio de la hegemonía de fray Pedro
cia, las redes de poder se fragmentaron y
de Alcántara Villaverde en la jurisdicción
se circunscribieron a cada localidad. Las
51
53
51
AGN,
52
AGN,
Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., agosto de 1813, fs. 179-181v. Operaciones de Guerra, vol. 4, f. 1v. 53 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 65, f. 278. 54 Noyola supone que la guerra activó el comercio en Valle del Maíz, Rioverde y Villa de Valles, al encontrar comerciantes ricos hacia el final de la guerra: Noyola, 2002, pp. 44-51. Pero la actividad comercial y la bonanza venían de la segunda mitad del siglo XVIII, no de la guerra misma.
62
familias con poder económico tenían sus
Entre los subordinados de Villaverde,
intereses divididos y reducidos a lo inme-
como capitanes milicianos, estuvieron José
diato y con manifiesta indisposición a ceder
María Oyarbide, Francisco de Obesso,
ante sus pares. No había consensos entre
José Manuel Castellanos y Manuel Álvarez
los actores políticos y económicos, mientras
Guitian. Los tenientes Romualdo Altami-
la coerción y el ejercicio de la violencia no
rano y José María Terán, y los sargentos
bastaban para restaurar el orden.
Anastasio Oyarbide, Máximo y Gerónimo
La guerra favoreció la concentración
Martell y José María Larraga.57 José María
de poder en los liderazgos militares. Un
y Anastasio Oyarbide eran hijos de José
ejemplo fue el mencionado José González
Oyarbide y sobrinos de Francisco Oyarbide,
de Orihuela, de Tancanhuitz, teniente de
quienes fueron capitán y teniente, respecti-
justicia de la subdelegación de Valles hasta
vamente, de la 3a. Compañía del Cuerpo
1811, subdelegado interino, capitán de mi-
de Caballería de Frontera de Nuevo San-
licias realistas y elector de partido en 1813,
tander, con sede en Tampamolón y Cos-
que a fines de la década era comandante
catlán.58 Romualdo Altamirano era hijo de
militar de la jurisdicción.55 Sin lugar a dudas,
Onofre Altamirano, alférez de la 1a. Com-
el más destacado líder militar fue el francis-
pañía del Cuerpo de Caballería de Frontera
cano fray Pedro Alcántara Villaverde, veci-
de Nuevo Santander, con sede en Valles.
no de Huehuetlán. Gracias a sus amistades
Onofre era un personaje importante en la
con los militares españoles, a su enérgica
villa y en 1821 fue alcalde del ayuntamiento
organización y su control de las milicias,
constitucional.59 Varios de ellos habían es-
que incluyeron en sus mandos a integran-
tado subordinados militar y políticamente a
tes de las élites locales, Villaverde ostentó
José Florencio Barragán entre 1798 y 1810.
la supremacía militar y política.
Otros estuvieron entre los electores de pa-
56
AGN, Historia, vol. 104, exp. 21, f. 96; exp. 42, f. 186. Como elector de partido fue impugnado por el capitán Manuel Fernando Ortiz de Zárate, de Valle del Maíz, vol. 445, exp. 14, fs. 479-482. Véase también AGN, Operaciones de Guerra, vol. 65, exp. 63, f. 278, y vol. 67, exp. 34. 56 AGN, Historia, vol. 104, exp. 28, f. 120. Durante toda la guerra fue comandante de las compañías de realistas de la jurisdicción. Véase también Operaciones de Guerra, vol. 65, exp. 63, f. 278. 57 Altamirano, Torres y Castellanos eran de Villa de Valles, los Oyarbide eran de San Antonio, Guitian era hermano de Alejandro Álvarez de Guitian, los Martell tenían parientes en varias localidades de la Huasteca y Terán era de Huehuetlán: AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, fs. 74, 292. 58 AERED, AGS, Secretaría de Guerra, “Milicias de Sierra Gorda. Empleos y retiros”, bloque 5, fs. 4, 5. 55
63
rroquia en 1821 en Villa de Valles, para el
miembros de las élites pudo intervenir en
nombramiento de elector de partido: José
sus tratos comerciales, con lo que controló
Manuel Castellanos por Valles y José María
la red económica regional, como antes lo
Terán por Huehuetlán.60 Por su parte, José
habían hecho los Barragán.
María Oyarbide fue alcalde de Tanlajás en
Villaverde y Guitian se condujeron de
1822.61 Son buenos ejemplos del ascenso
manera arbitraria.63 Aplicaban la regla clá-
de los integrantes de las compañías realis-
sica de los caciques: “ayuda a tus amigos y
tas al poder político.
daña a tus enemigos”. El franciscano tomó
Todos ellos reconocieron como jefe a
revancha de los sublevados por haberle
Pedro de Alcántara Villaverde, que no formó
hecho pasar un muy mal rato en 1811. Se
parte de las élites familiares y no tenía pa-
desquitó en especial de los indultados de
rentesco con ellas. Su liderazgo se basaba
Tamazunchale. Francisco Peña lo acusó
en los hechos de armas y en su amistad con
ante el virrey Venegas de conductas sos-
Álvarez de Guitian, y su base de poder se
pechosas:
localizaba en el centro de Santiago de los
“los vecinos del pueblo de San Juan
Valles, no en Valle del Maíz. Si al comenzar
Tamazunchale dirigen a v. e. una instancia
la guerra Villaverde no era hacendado ni
quejándose de los procedimientos del pa-
comerciante, como comandante comerció
dre Villaverde. Dicen: que este individuo,
con todo tipo de géneros, incluyendo mo-
abusando del carácter de comandante de
neda falsa, y adquirió tierras despojando a
armas con que se halla autorizado, persi-
los indígenas.62 De hecho, al controlar a los
gue a todos aquellos naturales que tranqui-
59
AHSLP,
60
AHSLP, Intendencia, legajo 1821.2, exp. 7. Terán era un fiel subordinado de Villaverde, de modo que éste con-
Intendencia, legajo 1821.4, exps. 4 y 5.
trolaba totalmente la política local en el pueblo, dándole así una base mínima de acción frente a los poderosos señores de Valle del Maíz. 61 AHSLP, Intendencia, legajo 1822.5, exp. 3. 62 El despojo fue en detrimento de los indios del pueblo de Huichihuayán, véase Rangel, 2003, pp. 137-139. El comercio con monedas insurgentes puede verse en AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 36, “Sumaria reservada a fray Pedro de Alcántara Villaverde, comandante de armas de villa de Valles, por sospecha de estar en contacto con los insurgentes”, años 1813-1815, s. fs. 63 El fraile utilizó todo su poder político y militar en beneficio propio y para hostilizar a sus enemigos, insurgentes y realistas por igual, así como para una dura represión de los insurrectos indultados, véase AGN, Infidencias, vol. 157, exps. 36 y 37, años 1813-1815, s. fs. Sobre la actuación de Guitian: AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 37, f.s.n., año 1814-1815.
64
lamente permanecen en sus casas, siem-
“cuando los habitantes de estos pueblos
pre obedientes al legítimo gobierno, hasta
esperaban ser protegidos por las armas del
el extremo de obligarlos a que se huyan a
Rey en premio de su buena conducta se
los montes. Que los aflige hasta lo sumo
ven ultrajados de un modo el más escanda-
con contribuciones diarias tanto en dinero
loso por el comandante Guitian y el padre
como en víveres; de manera que parecen
Villaverde, quienes parece se han coligado
súbditos recientemente conquistados. Y por
para destruir aquel país tolerando todo ge-
último que compra pesos insurgentes a dos
nero de desórdenes, de manera que por su
reales y los hace tomar a ocho, a cuyo efec-
causa se han visto muchos naturales en la
to a dispuesto por bando que solo circule
triste necesidad de abandonar sus hogares
esta moneda en la Huasteca, con cuyo mo-
y refugiarse a los montes, de cuyo pretexto
tivo todo vuelve a refundirse en el. Por tan-
se valen los expresados Guitian y Villaverde
to suplican a v. e. se digne tomar aquellas
para devastar el país. Que el padre Villaver-
providencias que sean más conducentes al
de fiado de su dinero ni respeta las leyes ni
remedio de estos males”.
teme a V. E.”.66
64
La autoridad militar virreinal procedió
Su actuación se daba en una cultura
a una investigación sumaria “a fin de inda-
política regional donde los capitanes de
gar si la conducta del padre fray Pedro de
milicias habían establecido un patrón de
Alcántara Villaverde ha dado motivo para
dominación por dos siglos, favorecido por
que se dudase de su fidelidad”, pero el frai-
una situación que semejaba la condición de
le salió indemne de esta acusación.65 Los
frontera de guerra en los siglos XVII y XVIII.67
vecinos de Tamazunchale insistieron al año
El nuevo líder se había encumbrado hasta la
siguiente en sus quejas contra el francisca-
cima del poder gracias a sus servicios en la
no, lamentando que el gobierno virreinal no
milicia, desde donde impuso una dura explo-
los protegiera de la humillación que experi-
tación económica de los pueblos indios a su
mentaban:
alrededor.68 El origen y corazón de su poder
64
AGN,
65
AGN,
Infidencias, vol. 157, exp. 36, f s.n., julio-septiembre de 1813. Infidencias, vol. 157, exp. 36, f.s.n., julio-septiembre de 1813. 66 AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 37, f.s.n., año 1814. 67 Véase Rangel, 2006, pp. 235-295. 68 A tanto llegaron los problemas que los indios de Tamazunchale pidieron permiso al virrey para abandonar el pueblo y asentarse fuera de la Huasteca: AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 37, f.s.n., año 1815.
65
era el ejercicio de la violencia armada, más
derazgo recayó en otro capitán de milicias y
su carácter eclesiástico, lo que equivalía al
fiel subordinado del franciscano: José Pablo
servicio en la burocracia virreinal, si bien la
Jonguitud, cuya familia había adquirido pro-
importancia del comercio era secundaria
piedades en la zona de Tampamolón desde
para sustentar su hegemonía. Villaverde
mediados del siglo XVIII.71
fue el cacique en Santiago de los Valles: concentró en su persona el poder político
TERCERA ETAPA DE LA GUERRA, 1814-1820
y militar, aunque no el económico, que seguía en manos de los Barragán y los Ortiz
A partir de diciembre de 1814, Alejandro
de Zárate.
Álvarez de Guitian quedó bajo las órdenes
Villaverde y las familias de Valle del
de la jefatura realista de Tulancingo, enca-
Maíz debieron mantener relaciones y re-
bezada por el coronel Manuel de la Con-
conocer mutuamente sus posiciones. Co-
cha, comandante del distrito militar de Los
laboraron en asuntos como deshacerse de
Llanos de Ápam.72 La sección Huasteca a
sus enemigos comunes.69 La hegemonía
cargo de Guitian se circunscribió a los parti-
de fray Pedro Villaverde se extendió hasta
dos de Huejutla y Chicontepec. La sierra de
1823, indiscutido y temido en el centro y el
Meztitlán quedó bajo jurisdicción directa de
sur del partido, aunque lo resistieron los
Tulancingo. Las compañías de milicianos
indígenas. A su muerte, inesperada, su li-
realistas en Santiago de los Valles y en Rio-
70
Como el administrador de las haciendas del Fondo Piadoso de las Californias: AGN, Provincias internas, vol. 11, exp. 15, año 1813, f. 345, 345v. 70 En 1820 José María Ocejo pidió que unos ranchos fueran añadidos a la parroquia de Aquismón, en detrimento de villa de Valles. Cuando se consultó al fraile de Aquismón, Francisco Fábregas, éste no quiso dar su opinión, dijo que se le preguntara a Villaverde y al subdelegado, “quienes el primero por sus vastos conocimientos, y el segundo por su empleo, podrán informar con imparcialidad y discernimiento sobre la materia”. AGN, Bienes Nacionales, vol. 1182, exp. 11, “Visita pastoral al partido de villa de Valles del arzobispo de México, Dr. Don Pedro José de Fonte, 1820”, f. 4, 4v. 71 AHSLP, Intendencia, legajo 1820.10, exp. 3. Aparece en los registros militares realistas desde noviembre de 1812, AGN, Operaciones de guerra, vol. 4, f. 41, 41v. Los Jonguitud eran vecinos principales de Tampamolón, véase AHSLP, Intendencia, legajo 1771, cuentas de la Cofradía del Divinísimo señor sacramentado de esta iglesia parroquia de Tampamolón. El apellido Jonguitud aparece desde 1724 en la cofradía del Santísimo sacramento: AHSLP, Intendencia, legajo 1772, Libro de cuentas de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Tampamolón. 72 La jurisdicción de Los Llanos de Ápam cubría 13 partidos y 73 destacamentos. AGN, Operaciones de guerra, vol. 122, “Relación circunstanciada de los partidos en que tengo dividida esta”, Manuel de la Concha al virrey Apodaca, abril de 1818, fs. 105-113v. 69
66
verde quedaron, otra vez, bajo el mando
surgentes.76 Tras esas largas, costosas y
del jefe de la Décima Brigada, así como
cruentas campañas, también la Sierra Gor-
las compañías del Cuerpo de Caballería
da quedó pacificada en 1817. El centro de
de Frontera de Nuevo Santander. El oficial
gravedad de la insurrección se había tras-
superior fue el comandante de la provin-
ladado una vez más, ahora hacia Chicon-
cia de San Luis Potosí, Manuel de Torres
tepec, Pánuco y Tuxpan. Para entonces,
Valdivia. En el mismo año, Guitian pidió
las compañías milicianas de Valle del Maíz
que las milicias de Santiago de los Valles
eran comandadas por Pedro Antonio Ba-
continuaran auxiliándolo en sus operacio-
rragán; sus subalternos eran los capitanes
nes, lo que le fue concedido por Calleja.
José María Barragán, Manuel Fernando
Las compañías de Valles operaron en Chi-
Ortiz de Zárate e Ignacio Perea,77 quienes
contepec y en la Sierra Gorda el resto de
carecían de la fuerza e influencia política
la guerra.74
de sus antecesores. Así, cuando tuvieron
73
Hasta 1817 no hubo ninguna acción
un malentendido con Villaverde por unos
bélica importante en todo el territorio. Las
dineros extraviados, el franciscano ordenó
operaciones se concentraban en la Sierra
a Pedro Antonio Barragán arrestarlos por
Gorda. A fines de 1815, milicianos realis-
sus excusas y supuestas indisciplinas.78
tas de Valles fueron en campaña a dicha
Finalmente, el malentendido fue superado
sierra, en especial a Jalpan, contra una re-
pero marcó un distanciamiento entre la éli-
unión de más de mil insurgentes del Bajío
te de Valle y el franciscano de Huehuetlán.
y de la propia sierra.75 En 1816, Villaverde
Entonces llegó la expedición de Francisco
encabezó una nueva expedición a la juris-
Xavier Mina, quien ingresó por Soto la Ma-
dicción de Cadereyta, donde los realistas
rina, en el Nuevo Santander, y pasó por el
derrotaron a poderosos contingentes in-
norte de Valles en su camino hacia el cen-
AGN, Operaciones de Guerra, vol. 65, exp. 63, fs. 277-278v, y vol. 66, exp. 17, “Oficio al comandante militar de la Décima brigada”, f. 78. 74 La concesión en AGN, Operaciones de Guerra, vol. 66, exp. 17, fs. 77v, 78. AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, sin exp., fs. 23v-24v. “Oficio reservado de fray Pedro Villaverde al virrey, diciembre de 1815”. AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 229-230. Oficio de Villaverde, mayo de 1818. 75 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, sin exp., f. 28v. “Parte de guerra de Villaverde”, enero de 1816. 76 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 36-37, febrero de 1816. 77 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 56-61, año 1817. 78 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 88, 89, mayo 1817. 73
67
tro del virreinato.79 Ocupó Valle del Maíz
La relativa calma permitió la reorganización
algunos días en junio de 1817, causando
de las compañías milicianas en Valle del
fuertes pérdidas a los comerciantes locales
Maíz. En febrero de 1818, Pedro Villaver-
que habían huido y derrotó a un indeciso
de pasó revista de esas milicias llamadas
destacamento realista.80 Pasó como un ven-
ahora de “Fieles Realistas”: había una com-
daval y se fue sin otra consecuencia. Hasta
pañía de artillería, dos de infantería y tres
1820 ya no hubo actividad bélica en la zona.
de caballería.81
Cuadro 2. Oficiales de compañías de fieles realistas en Valle del Maíz, 1818 Tipo Artillería
Capitán
Teniente-subt. ____
Juan N. Fernández Barragán
Alférez
Sargento ____
Infantería
Pedro Antonio Barragán
Infantería
José Ignacio Perea
____
____
José Alberto Ortiz de Zárate
Caballería
José María Barragán
____
____
____
Caballería
Manuel Fernando Ortiz de Zárate
____
Caballería
Bernardino Hernández
____
Ambrosio Perea
Antonio Teodoro Ortiz de Zárate
____
Francisco Antonio Ortiz de Zárate ____
____
____ ____
Con base en AGN, Operaciones de guerra, vol. 1018, fs. 197-205.
Pero Villaverde ya no estaba en bue-
Roberto Antonio Ortiz de Zárate, entonces
nos términos con esas familias. Al mismo
teniente coronel, y su hermano, el capitán
tiempo que el fraile terminaba la revista y
Manuel Fernando, denunciaron la lejanía
reorganización de las milicias del pueblo,
de la comandancia de las milicias de Valles,
Mina era esperado desde fines de 1816: AGN, Operaciones de guerra, vol. 20, exp. 17, “Reservado del virrey al comandante militar de las Provincias Internas de Oriente, brigadier José Joaquín de Arredondo”, f. 177, 177v, noviembre de 1816. 80 Faustina Ortiz de Zárate sufrió pérdidas por 30,000 pesos, según sus hermanos: AGN, Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, f. 256, febrero de 1818. En los reportes oficiales se asentó que en Valle del Maíz las pérdidas de los particulares ascendieron a 62,637 pesos, Rodríguez, 1976, p. 81. Sobre Mina en la provincia de San Luis, Rodríguez, 1976, pp. 25-30. 81 AGN, Operaciones de guerra, vol. 1018, “Listas de piquetes de artillería y cuerpos de realistas fieles de Valle del Maíz”, 4 de enero de 1818, fs. 197-205. 79
68
a donde estaban subordinadas las de Valle
compañías que debían estar en Valle es-
del Maíz:
taban en la Huasteca cuando ya se tenían
“por fines particulares, o por escasa
noticias ciertas del desembarco de Mina.
reflexión en precaver los inconvenientes re-
Frustrados, los hermanos Ortiz de Zárate
sultantes, y que se han experimentado ex-
denunciaron el saqueo que sufrieron las po-
pidió orden el excelentísimo señor don Félix
sesiones de su hermana Faustina, la preci-
María Calleja para que las compañías que
pitada huida de los principales vecinos ante
habíamos criado reconociesen a la coman-
la falta de un resguardo seguro y la ausen-
dancia de la Huasteca segregándolas de la
cia de toda ayuda de las tropas milicianas
Brigada de San Luis Potosí que es el esta-
de Rioverde y de Valles:
do presente. Para informar a V. E. de los
“como el padre comandante no vino con
perjuicios que decimos se siguen y hemos
toda su fuerza para atacarlo, socorrernos, e
experimentado de esta separación, le hace-
impedir el saqueo que padecimos ¿luego de
mos presente. Lo primero, que del Valle del
qué nos ha servido la contribución de más
Maíz a Huehuetlán donde reside el padre
de ocho mil pesos con que concurrimos a el
comandante hay como 50 leguas todo de
año a aquella cabecera? Todavía hay más
serranías fragosas, caminos pantanosos,
excelentísimo señor, el padre comandante
con 2 o 3 ríos crecidos, un clima muy nocivo
pidió la mejor tropa y armas que teníamos
a la salud con otras epidemias, de manera
pocos días antes de la entrada de Mina, no,
que con la distancia no puede la Huasteca
no decimos ni queremos decir hubiera la
auxiliar a nuestro Valle, y este con el auxilio
menor malicia, pero si decimos que fue falta
que le ha dado, ha experimentado que por
de prevención, y que esta falta nos ofreció a
las asperezas dichas se desertan muchos,
el sacrificio del traidor Mina”.83
y al cabo no se consigue la ayuda con perfección”.
82
La petición de los Ortiz de Zárate era para que las compañías milicianas se que-
El problema principal, derivado de la
daran en Valle a resguardar el pueblo y el
lejanía y la falta de previsión, era que las
camino a la costa de Nuevo Santander, es
AGN, Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, “Representación al virrey Juan Ruiz de Apodaca del teniente coronel Roberto Antonio Ortiz de Zárate y su hermano el capitán Manuel Fernando Ortiz de Zárate, sobre jurisdicción militar de Valle del Maíz”, febrero de 1818, f. 255, 255v. 83 AGN, Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, f. 256, 256v. 82
69
decir, pedían regresar a la jurisdicción de la
rástegui casó con la única hija de José Flo-
Décima brigada y dejar a Villaverde. Tanto
rencio Barragán, heredando toda su fortuna
el comandante de Altamira como el coman-
y sus propiedades. Verástegui estableció su
dante de Los Llanos de Ápam, coronel Ma-
linaje y el cacicazgo de su familia.
nuel de la Concha, apoyaron la solicitud de
La guerra de independencia constituyó
los oficiales retirados del Cuerpo de Fron-
un parteaguas en el campo político regional,
tera. Villaverde quedó distanciado de las
en Rioverde fue un periodo de transición
familias importantes de Valle.
mientras surgía un liderazgo que ocupara
84
Aquel fue el último acto militar de los
la posición de José Florencio Barragán. En
Ortiz de Zárate; para 1820 la representación
Valle del Maíz representó la decadencia
legal de Faustina Ortiz de Zárate, dueña de
de las antiguas familias, las cuales debie-
la casa mortuoria de Felipe Barragán, pasó
ron ceder su lugar a recién llegados como
de su hermano Roberto Antonio a su yerno
Ruiz de Bustamante y Diez Gutiérrez. En la
Pedro Diez Gutiérrez.85 En el mismo año,
Huasteca fue un proceso catalizador de sus
Manuel Fernando, otro de los hermanos de
propios liderazgos y de una identidad re-
la viuda, se declaró capitán retirado. Can-
gional aparte de Rioverde y Valle del Maíz.
sancio y decepción eran los principales mo-
En todos los casos, los liderazgos militares
tivos de esta retirada de los asuntos militares
formaron cacicazgos que combinaron las
y económicos; su frágil predominio de Valle
tradiciones milicianas locales, la cultura po-
del Maíz terminó. En Rioverde, la transición
lítica de la región y las oportunidades de la
terminó cuando el capitán realista Paulo Ve-
época.
84
AGN,
85
AGN,
Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, f. 253v. El comandante de Altamira era Juan Quintero. Tierras, vol. 1324, exp. 13, fs. 114v-120. Diez Gutiérrez era vecino y comerciante de México, aunque nativo de España.
70
ARCHIVOS
AERED
Archivos Españoles en la Red
AGN
Archivo General de la Nación, México
AGS
Archivo General de Simancas, España
AGI
Archivo General de Indias, España
AHSLP
Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí
BIBLIOGRAFÍA Amerlinck De Bontempo, Mari-Jose, From Hacienda to Ejido: The San Diego de Rioverde Case, tesis doctoral, Michigan, University Microfilms International, 1980. Brading, David A., Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763-1810), México, fce, 1995. Corbett, Bárbara,
“Soberanía, élite política y espacios regionales en San Luis Potosí
(1824-1828)”, en Secuencia, núm. 15, México, Instituto Mora, 1989, pp. 7-27. Cruz Rangel, José Antonio, Chichimecas, misioneros, soldados y terratenientes. Estrategias de colonización, control y poder en Querétaro y la Sierra Gorda. Siglos XVI-XVIII, México, AGN,
2003.
Escobar Ohmstede, Antonio, Ciento cincuenta años de historia de la huasteca, México, CONACULTA-Gobierno
del Estado de Veracruz, 1998.
---------, De la costa a la sierra. Las Huastecas, 1750-1900, México, CIESAS-INI, 1998a. ---------, y Luz Carregha (coords.), El siglo XIX en las Huastecas, México, ciesas-El Colegio de San Luis, 2002.
71
González Filizola, Enrique Martín, Gobernadores virreinales del Nuevo Santander, Ciudad Victoria, Universidad Autónoma de Tamaulipas-Gobierno del Estado de Tamaulipas, 1998. Ladd, Doris M., La nobleza mexicana en la época de la independencia 1780-1826, México, FCE,
1986.
Márquez Jaramillo, Enrique, y Horacio Sánchez, Fraccionamiento de las tierras de Felipe Barragán en el oriente de San Luis Potosí, 1797-1905, México, Academia de Historia Potosina, 1984. Montejano y Aguiñaga, Rafael, El Valle del Maíz, San Luis Potosí, México, AHSLP, 1989. Noyola, Inocencio, Insurgentes y realistas en la provincia de San Luis Potosí: 1808-1821, tesis de maestría, México, Instituto Mora, 1993. ---------, “Comercio y estado de guerra en la Huasteca potosina, 1810-1821”, en EscobarCarregha, 2002. Rangel Silva, José Alfredo, Capitanes a guerra, linajes de frontera. Estrategias de dominación entre las élites familiares en el oriente de San Luis, 1617-1823, tesis de doctorado, México, El Colegio de México, 2006. Rodríguez Barragán, Nereo, Historia de la guerra de independencia en la provincia de San Luis Potosí, San Luis Potosí, Sociedad Potosina de Estudios Históricos, 1976.
* El Colegio de San Luis.
72
Panópt ic o
LOS CARMELITAS: POLÍTICOS INMERSOS EN LAS DINÁMICAS NOVOHISPANAS Jessica Ramírez Méndez*
¿A dónde se descubre más espacioso camino para la santidad que entre los peñascos mudos?, ¿a dónde está más vistoso el campo de las virtudes?, ¿a dónde más sobre sí el entendimiento para descubrir verdades?, ¿a dónde más libre el corazón para fijar en Dios sus intenciones como en aquellas calladas espesuras y aquellas soledades, donde no sólo es fácil hallar a Dios sino también poseerle? Eucherio1
L
a orden de carmelitas descalzos llegó a
de la reforma teresiana, la llevaron a que-
la ciudad de México en 1585 para diri-
darse permanentemente en la ciudad de
girse desde ahí a Nuevo México y Filipinas,
México y desde ahí alentar nuevas funda-
donde llevaría a cabo una labor misional
ciones en sus alrededores encaminadas
y evangélica. Sin embargo, circunstan-
más al repliegue, la contemplación y no ya
cias como el retraso en los permisos para
a la evangelización.
continuar su trayecto, las disputas con las
Decidí acercarme a observar cuál fue el
órdenes que ya realizaban un trabajo reli-
papel que ejerció la orden en la Nueva Es-
gioso en el norte -franciscanos y jesuitas-,
paña, cuál su importancia al no estar inserta
la buena acogida de las autoridades en la
en un legado de evangelización; cómo los
capital novohispana y la redefinición de las
adoptó la sociedad en la que se desenvol-
actividades prioritarias de la orden surgida
vieron y de qué instrumentos y relaciones
Eucherio, en El Santo Desierto de los carmelitas de la provincia de San Alberto de México, revisión paleográfica, introd. y notas por Dionisio Victoria Moreno y Manuel Arredondo Herrera, México, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, 1978, p. 216. 1
74
se valieron para sobrevivir en un ámbito en
de centralización que comenzaba a dibu-
2
vías de consolidarse. No obstante, el cam-
jarse y que, entre otras manifestaciones,
po planteado era demasiado amplio, por lo
implicaba para las órdenes religiosas el re-
que opté por centrarme en la fundación del
pliegue hacia el interior de sus conventos
Desierto de los Leones,3 la cual nos permite
y el abandono del contacto directo con los
seguir de cerca ciertas tramas políticas e
indios.
ideológicas que se trazaron en el siglo XVII.
En este sentido, la fundación del yermo
El Santo Desierto que los carmelitas
y los conflictos enfrentados para llevarla a
descalzos erigieron en Cuajimalpa en 1611,
cabo son una muestra tipo de ese nuevo pa-
era el espacio en el que la espesa vegeta-
pel de los frailes en tierra novohispana, así
ción y el clima extremo eran escenario de la
como de la inserción de los carmelitas en
mortificación, en el que el hombre buscaba
una sociedad en vías de consolidarse.
la soledad para unir su alma con lo divino. Sin embargo, la penitencia no habría de ser
LA DEFINICIÓN DEL YERMO OCCIDENTAL Y SUS
sólo el cumplimiento de la regla en el lugar,
HABITANTES
sino la adquisición y retención del mismo durante casi dos siglos y medio.
Las vidas prototipo de quienes optaron por
Precisamente, ese proceso de adquisi-
una “vida fuera del mundo” las plasmaron
ción y retención del yermo permitirá ver la
hagiógrafos como San Atanasio o San Je-
aceptación de la que gozó esta fundación
rónimo.4 Entonces, con la representación
por parte de la sociedad. Así mismo, en un
de las vidas de San Antonio, San Pablo de
marco más general, dará cuenta de cómo
Tebas y San Hilarión se comenzó no sólo
los carmelos se insertaron en la tendencia
una producción literaria sino también hu-
2 La primera orden que se estableció en la Nueva España fueron los franciscanos, en 1524; a ellos siguieron los dominicos en 1526, los agustinos en 1533 y los jesuitas en 1572. Así, para cuando los carmelitas llegaron en 1585, las primeras bases de la evangelización regular estaban establecidas, así como la organización social y administrativa de la colonia. 3 Un enorme manto de bosques y de landas, sembrado de calveros cultivados, más o menos fértiles, es el rostro de la Cristiandad, similar a un negativo del Oriente musulmán, mundo de oasis en medio de las arenas. El desierto es el bosque. Lo más frecuente era que el desierto representara los valores opuestos a los de la ciudad. En el Occidente medieval, un mundo sin grandes extensiones áridas, el desierto -es decir, la soledad- será de una naturaleza físicamente antagónica: el bosque. 4 Jacques Le Goff, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval, Barcelona, Gedisa, 1986, p. 30.
75
mana de ermitaños,5 la cual explotó reite-
equipaje de lo que hoy concebimos como
radamente características como habitar en
legado medieval (cristianismo entrelazado
cuevas estrechas, el ayuno, la pobreza en
con la tradición pagana) y con las historias
el vestido, la perseverancia en la oración,
maravillosas y las terroríficas. Con esas
la meditación y las prácticas ascéticas. Así,
maletas, la experiencia a su llegada y los
el lugar quedó definido con el carácter de
mitos que la sociedad creó a su alrededor
“[…] locus eremitarum, del yermo o desierto
se constituyó la cultura del desierto-bosque,
cristiano, lugar de peligros, morada de los
la cual albergó realidades materiales y sim-
malos espíritus, pero también sitio privile-
bólicas, lo terrenal y lo alegórico.
giado para el encuentro con Dios”.
6
Mientras en Oriente la soledad fue un
El eremitismo en Occidente apareció
desierto de arenas, en Occidente la cons-
muy tarde con respecto a Oriente.7 Alrede-
tituyeron los enormes mantos de bosques.
dor del siglo XII, la confrontación de los prin-
Sin embargo, ambos fueron para la socie-
cipios religiosos y la vida urbana hicieron
dad sitios de demonios, tentaciones y peli-
que el Occidente medieval experimentara
gros, a la par de refugio, edén y la represen-
un dualismo entre lo construido, cultivado,
tación del triunfo contra el mal.
habitado (ciudad, castillo, aldea) y lo propia-
Los primeros establecimientos -siempre
mente inculto (el bosque, el mar), equiva-
masculinos por los férreos controles socia-
lente al desierto oriental.
les para con las mujeres- tuvieron un amplio
8
Diversos individuos decidieron exiliarse
poder de convocatoria ante la admiración
del mundo y se trasladaron a la soledad, a
causada por sus habitantes debido a las
lo inculto. Sin embargo, partieron no sólo
características que se repetían en cada uno
con su persona, sino también con el pesado
de ellos. Parecía que brotaban en medio de
5 Ermitaño o eremita viene de eremo, desierto: el que viene del desierto. Eduardo Báez Macías, El Santo Desierto: jardín de contemplación de los carmelitas descalzos en la Nueva España, México, UNAM, 1981, p. 8. 6 Antonio Rubial, “Tebaidas en el paraíso. Los ermitaños de Nueva España”, en Historia Mexicana, vol. 44, núm. 3, enero-marzo 1995, p. 356. 7 Aunque el eremitismo estuvo inspirado en tres figuras bíblicas: Elías, San Juan Bautista y Cristo, estos casos de vida solitaria no tenían validez en sí mismos, ya que en todos los casos esa forma de vida era una mera preparación para una activa labor entre los hombres. Fue hasta el siglo IV de nuestra era cuando el modelo eremítico alcanzó un valor por sí mismo en la cultura occidental. Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 359. 8 Israel Álvarez Moctezuma, ponencia presentada en el círculo de conferencias del Taller de Estudios Humanísticos.
76
los bosques los “santos de la nada”, como
tos en los cuales se desencadenó la Re-
los llama De la Flor. Éstos hicieron del va-
forma protestante, pues la Iglesia católica
cío y de la nada interior el horizonte de sus
tomó como uno de sus estandartes el res-
prácticas.9 Eran seres con naturaleza cuasi
cate de algunas prácticas del cristianismo
salvaje, capaces de amansar a las bestias,
primitivo. Por tanto, la pobreza voluntaria, la
más cerca de la divinidad pero con mayor
aspereza y el maltrato del cuerpo, es decir,
peligro de caer en tentación.
la negación misma de lo ofrecido por la vida
Debido a la buena acogida de la gente,
como lujo, se convirtieron en algunos de los
a su cercanía con la cultura popular y por
valores que la institución sacudida se en-
ser una manifestación de la crítica a la ins-
cargó de enaltecer.
titución eclesiástica al estar desligados de
Paralelamente, la Contrarreforma exal-
ella,10 esta última se vio obligada a absor-
tó el uso de mediadores para guiar al fiel
ber a los ermitaños, quienes se enlistaron
en el camino de la fe y así evitar cualquier
en las filas de la Iglesia mediante su ins-
desviación. Basta asomarse a la obra de
tauración como servidores administrativos
Ignacio de Loyola,12 donde se afirma como
de las ermitas, sedes de los santuarios de
necesaria la ayuda de un director para llevar
peregrinación o al ingresar en la vida ceno-
a cabo los ejercicios espirituales. En este
bítica institucional, mientras que los que
contexto, el eremita se convirtió en uno de
rechazaron el ofrecimiento fueron acusados
esos mediadores con Dios, capaz de rogar
de herejes.
por el alma del pecador.
11
Como rubro de ese espíritu de abando-
De esta manera, en el siglo xv el asceta
no, las órdenes mendicantes surgidas en la
ya era un elemento constitutivo del imagina-
Baja Edad Media promovieron el ideal ere-
rio popular, se le veía como un emblema de
mítico; entre ellas destacaron los agustinos
piedad y como intercesor; era el peregrino
y los carmelitas. Esta tendencia pervivió y
ideal que evocaba los tiempos olvidados
se fortaleció durante los tiempos turbulen-
del cristianismo primitivo. Pero a la par de
9 Fernando de la Flor, Barroco. Representación e ideología en el mundo hispánico (1580-1680), Madrid, Cátedra, 2002, p. 65. 10 Michelle Mollar, La cultura popular en la Baja Edad Media, Barcelona, Crítica, 1996, pp. 78-82. 11 Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 357. 12 San Ignacio de Loyola, Los ejercicios espirituales, Roma, Institutum historicum, 1955.
77
ello, los eremitas constituyeron un ejemplo
edificar una ermita era probablemente uno
de vida de fácil imitación superficialmente;
de los compromisos más importantes que
los seglares intentaron reproducir dichas
podía adquirir una localidad con un santo.
prácticas al ver en ellas una oportunidad
Era tal su popularidad que, en la península
para ser agentes activos de la Iglesia. Tal
ibérica, urbes de entre 500 y 1,000 vecinos
fue la aprehensión por parte de la sociedad
contaban con cinco o seis ermitas dedica-
de esos personajes que:
das a diferentes santos.14
“Muchos, de propia autoridad, sien-
Los sitios más alejados de sedes epis-
do seglares y sin orden alguna, y a veces
copales tenían mayores posibilidades de
siendo casados, con título o nombre de her-
recrear su propia tradición religiosa con las
manos, se visten diferentes hábitos de de-
características lugareñas. De esta manera
voción, que parecen religiosos. Y para acre-
se perciben claramente dos tipos de reli-
ditarse en la virtud que afectan, se encargan
giosidad en los que mediaron los católicos:
de una hermmita, y diziendo que la han de
“[…] el de la Iglesia universal, basado en
servir y vivir en ella, lo más del año gastan
los sacramentos, la liturgia y el calendario
fuera, pidiendo limosnas de lugar en lugar
romano, y otro local, basado en lugares,
para la tal hermita; con lo qual se desirve
imágenes y reliquias de carácter propio, en
nuestro Señor, las religiones aprovadas se
santos patronos de la localidad, en ceremo-
desautorizan y los pueblos son gravados de
nias peculiares y en un singular calendario
demandas”.13
compuesto a partir de la propia historia sa-
Las ermitas servían como sedes de las
grada del pueblo”.15 En este panorama don-
cofradías y a veces tenían vinculadas ca-
de se restaba autoridad e ingresos tanto a
pellanías con cierta dotación económica.
la institución eclesiástica como a la civil, la
Algunas de ellas se alzaron como ofrendas
Corona intentó comandar una reestructura-
votivas de la comunidad, otras fueron cons-
ción para absorber ésas que podían conver-
truidas por las cofradías y otras más por
tirse en verdaderas disidencias.
particulares. En este contexto, el voto de
Particularmente en Castilla, el cardenal
13 Fragmento de una cédula real citada en William Armistead Christian, La religiosidad local en la España de Felipe II, Madrid, NEREA, 1991, p. 206. 14 Ibid., p. 93. 15 Ibid., p. 17.
78
Justicia eclesiástico, vol. 132, fc. 131.
79
Cisneros fue de los primeros en promover
su creador en una imagen optimista, idea-
el movimiento reformador de observancia
lizada y armónica del mundo. Por lo tanto,
institucionalizada, el cual se extendió -con
las meditaciones en medio de lo inculto y
mayor auge en determinados momentos-
las criaturas salvajes permitían al eremita
hasta el Concilio de Trento; ejemplo de ello
entrar más fácilmente en un estado de con-
es la reforma teresiana. Dentro de estas
templación total, lo que lo conducía a unirse
transformaciones, era necesario hacer va-
con el Divino Esposo. Con esta concepción,
ler los espacios del anacoreta mediante su
Tomás de Jesús, ideólogo carmelitano,
regulación, por lo que los desiertos carme-
creo el espacio desértico, el cual fue admi-
litanos se consagraron como la representa-
tido como parte de las edificaciones de la
ción práctica del eremita ortodoxo. Sin em-
orden en 1592 por el general fray Nicolás
bargo, algunos concibieron estos sitios con
de Jesús María Doria, y a partir de entonces
visos heterodoxos de quietismo, panteísmo
comenzaron a desplegarse por los territo-
e iluminismo.18
rios peninsulares.19 Poco tiempo después,
16
17
Los carmelitas veían en la naturaleza a
todas las provincias descalzas de carmeli-
16 Fray Francisco Jiménez de Cisneros, franciscano, nació en Torrelaguna (Madrid) en 1436, y murió en Roa (Burgos) el 8 de noviembre de 1517. Entre muchas otras acciones políticas y contemplativas se dedicó a preparar un amplio programa de renovación para su Iglesia e, incluso, para toda la provincia toledana. Dirigió y promovió la reforma de los religiosos españoles, especialmente de su orden franciscana. Se preocupó en especial de la reorganización y fortalecimiento interno de las congregaciones de regular observancia, de la superación del conventualismo y de la dotación económica y adecuada dirección espiritual de los monasterios femeninos reformados. Pedro Sainz Rodríguez, La siembra mística del cardenal Cisneros y las reformas en la Iglesia, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1979. 17 Anacoreta se llamaba en Egipto al campesino que huía de su aldea para eludir el pago de un tributo. Así, tanto el eremita como el anacoreta son hombres que buscan el desierto con ánimo de vivir en soledad, como una escapatoria de un mundo que se les hace intolerable. Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 8. 18 A grandes rasgos, en el panteísmo el alma, que es lo mismo que Dios, simplemente se reintegra al absoluto y al hacerlo se aniquila a sí misma abismándose en el todo (o en la nada) del que se hallaba separada por un puro proceso emanatista. En el caso de los iluminados, los ejercicios piadosos son innecesarios pues se puede alcanzar a Dios con un mero acto de iluminación súbita que se recibe como gracia divina. Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación… En cuanto al quietismo, era una doctrina mística heterodoxa, según la cual la perfección del alma consistía en el anonadamiento de la voluntad para unirse con Dios en la contemplación pasiva y en la indiferencia absoluta. Hacia 1530, la Iglesia declaró heréticas ambas posiciones y por tanto sus afiliados fueron perseguidos por la Inquisición. Marcel Bataillon, Erasmo y España, México, FCE, 1950, pp. 432 y ss. 19 El primero fue el de Bolarque, fundado el 16 de agosto de 1592; al año siguiente se fundó el de Málaga, en 1597 el de Córdoba y en 1599 los de Alcalá de Henares, como el de Salamanca. CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. Las características arquitectónicas de los desiertos carmelitanos son plantas cuadradas con marcado eje de simetría en cuyo centro se sitúa la iglesia cruciforme. Rodeado todo el perímetro por celdas y oficinas conventuales, forman los tránsitos interiores tres pequeños patios, funcionando el central como atrio que permite el acceso
80
tas tuvieron un yermo y como consecuencia
mismos; ni jóvenes profesos ni enfermos
se les proveyó de una legislación específi-
serían admitidos para habitar en el yermo
ca, según establece el capítulo
y, por último, los seglares visitantes podrían
20
XIII
de las
Constituciones de la Orden.21
pasar sólo hasta la iglesia.22 Estas fueron
El mencionado capítulo, en sustancia,
las normas generales, las específicas se re-
dice que cada provincia debía contar con un
ferían a las actividades que debían realizar
desierto propio, cuyo fin sería “[…] que los
cada hora del día tanto los frailes que mora-
religiosos que moren en ellas sirvan a todos
ban al interior del convento como los que se
los fieles, y mucho más a toda la Iglesia,
encontraban en las ermitas individuales.
ocupados continuamente en oración, sú-
En síntesis, el desierto constituyó “[…]
plicas y vigilias, con la asidua mortificación
un espacio fundacional de soledad y de pér-
del cuerpo y con otras obras piadosas [...]”.
dida de los caminos del mundo y, por tanto,
La construcción estaría separada de las
ello supone la entera consagración del terri-
ciudades pero no lejos de algún convento
torio como “santo yermo, sagrado vacío o,
de la orden; el número límite de ermitaños
al menos, silvae sacrae. Espacio que limita
clérigos sería de 20 y, el de hermanos, los
drásticamente la anchura del mundo”,23 un
necesarios para atender a la comunidad; el
área cerrada y sacralizada en la cual el ere-
tiempo ordinario de la estancia sería de un
mita intentaba reconciliarse con el creador
año, pero podría haber cuatro padres lla-
y recuperar el paraíso perdido.24 El desierto,
mados perpetuos porque residirían toda su
entonces, no se constituía a partir de un sitio
vida en el desierto al haberlo pedido ellos
infinito, sino que se encontraba demarcado
al templo, otro más en el lado poniente da cabida a la hospedería; una faja de jardines delanteros, a manera de colchón, separa el cuadrángulo de la barda en la que se encuentra localizada la entrada principal. Nile Ordorika Bengoechea, El convento del Carmen de San Ángel, México, Facultad de Arquitectura, UNAM, 1998, p. 73. 20 Las primeras reglas se dieron en 1594. En 1604 se expidieron las leyes definitivas, las que se revisaron en 1658 y 1786, sufriendo leves modificaciones. A principios del siglo XVII se hicieron unas “instrucciones especiales” y en 1628 se aprobaron sus “Costumbres Santas”, las cuales estuvieron vigentes hasta que se llevó a cabo el Concilio Vaticano Segundo, que hizo algunos cambios para legislar los desiertos que aún perviven. 21 El Santo Desierto de los carmelitas…, p.16. 22 Regla primitiva y constituciones de los religiosos descalzos del orden de la Bienaventurada Virgen Maria del Monte Carmelo, de la Primitiva Observancia, de la Congregación de España, Madrid, Imprenta de la Viuda de Miguel de Ortega y Bonilla, 1756. 23 Fernando de la Flor, Barroco…, p. 288. 24 Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 139.
81
con elementos naturales como el mar, en
te, fray Martín de Valencia, permaneció como
el monte Carmelo, o artificiales como unas
anacoreta en una cueva cerca de Amecame-
trancas de madera, las cuales cumplían con
ca los últimos dos años de su vida.26
la función de no dejar pasar seglares y eran
Aunado a estas primeras demostra-
símbolo de separación entre la naturaleza
ciones de un espíritu “fuera del mundo”, a
edénica y la externa, la mundana.
mediados del siglo
XVI
doce franciscanos
inmersos aún en la Philosofía Christi y ante
LA HERENCIA EREMÍTICA APREHENDIDA POR LA
el desencanto de una perfección cristiana
NUEVA ESPAÑA
que se intentó sembrar en Indias,27 crearon la provincia Insulana,28 la cual pretendía la
Si bien el impulso eremítico se trasladó en
supervivencia del ideal eremítico francisca-
las naves que llegaron a la Nueva España
no medieval. Para llevar a cabo el proyecto,
en 1585, el primer indicio que tenemos de
eligieron por primer provincial a fray Alonso
ello arranca medio siglo antes. Bernal Díaz
de Escalona, quien “[…] quiso encaminar a
del Castillo mencionó en su obra a Gaspar
su pequeña grey hacia lo interior del desier-
Diez, quien “[…] todo lo dio por Dios y se fue
to buscando la soledad, […] en todas partes
a los pinares de Guaxalcingo, en parte muy
hallaban tantos inconvenientes y dificulta-
solitaria, e hizo una ermita y se puso en ella
des que de común consentimiento ovieron
como ermitaño, […]”.
de dar la vuelta, como la paloma a la arca
25
Más tarde, ese mismo ideal de repliegue interior se embarcó con la primera orden en-
de Noé, y sujetarse de nuevo a la provincia”.29
viada a la Nueva España. De hecho, dentro
La Insulana sólo duró un año, pues el
de los franciscanos su principal representan-
campo misional demandaba la presencia de
25 Bernal Díaz del Castillo, Historia de la conquista de la Nueva España, México, Porrúa, 1983 (Sepan cuantos…, 5), p. 569. 26 Fray Toribio de Benavente, Historia de los indios de la Nueva España, México, Porrúa, 1969 (Sepan cuantos, 129), p. 120. 27 La Philosofía Christi es una síntesis de la teología y de la espiritualidad, síntesis hecha de conocimiento y de amor, alimentada por la meditación, la oración y la renunciación, coronada por la unión con Dios. León-Ernest Halkin, Erasmo, México, FCE, 1971, p. 145. 28 Así nombraron al proyecto en honor del entonces general de la orden, fray Andrés Insulano. Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 361. 29 Fray Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, México, Salvador Chávez Hayhoe, 1945, p. 120.
82
Historia, vol. 109, exp. 6, f. 286
los frailes para guiar a los infieles hacia la
y más tarde a Santa Fe por la acusación en
“verdadera fe”.
su contra que llevaron ante la Inquisición
Todavía durante las últimas décadas
los frailes franciscanos de Atlixco.31 El “pro-
del siglo XVI y las primeras del XVII, algunos
toanacoreta” —como le llamaron— no tuvo
hombres decidieron replegarse en las soli-
un culto popular extendido, sin embargo
tarias montañas que rodeaban los valles de
se dio a conocer sobre todo en la ciudad
Puebla y Tlaxcala, así como en los lagos del
de México, donde se le llegó a considerar
Anáhuac y Michoacán, para practicar una ri-
una gloria local y, por tanto, los criollos lo
gurosa penitencia.
convirtieron en un estandarte que elevaron
30
No obstante, el hombre que se convirtió en el símbolo de eremitismo en la Nueva España fue Gregorio López, quien por el
como representante fiel de la ortodoxia católica.32 Así se percibe cómo a lo largo de los
año de 1562 se estableció a siete leguas de
siglos
Zacatecas, después pasó a Los Remedios
eremítica tanto individual como colectiva
XVI
y
XVII
se desarrolló una tradición
Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 30. 31 Antonio Rubial, La santidad controvertida, México, FCE, 1999, p. 100. 32 Ibid., p. 106. 30
83
en tierra novohispana.33 Al parecer, la prác-
ción de ese proceso que si bien se venía
tica era tan extendida que en 1596 Felipe
gestando desde muy temprano el siglo
II mandó a los ermitaños insertarse en al-
sólo alcanzaría su momento de esplendor
guna de las familias regulares aprobadas y
a finales del siglo
sólo permitió llevar una vida solitaria a los
catedrales llegaron a colocarse como uno
que tuvieran la autorización episcopal. De
de los más importantes ejes rectores de la
hecho, el Tercer Concilio Provincial Mexica-
sociedad colonial.”34
XVII,
XVI,
cuando las Iglesias
no ya había asentado esas prescripciones
Ante estos controles de concentración
como una forma de centralizar el poder, dis-
de poder, varios ermitaños decidieron ins-
ciplinar la religiosidad y evitar la disidencia
titucionalizarse, pues las ventajas eran
que el Concilio de Trento intentaba erradi-
mayores: paradójicamente tenían menos
car mediante su regulación.
dependencia de los controles eclesiásticos,
“Sin duda el concilio de Trento y el ter-
además quedaban exentos de ser acusados
cero mexicano fueron un punto de inflexión
como herejes al dejar de ser contestatarios
en el proceso de centralización del poder
de la sociedad institucional y autoritaria que
episcopal en Indias, pues la tendencia se-
se estaba apropiando del contexto novohis-
ñalada por ellos traería consigo el fin de la
pano.35 Entre ellos encontramos a Diego de
Iglesia misionera a cargo de las órdenes
la Asunción, quien tomó el hábito carmeli-
religiosas que se habían impuesto desde
ta;36 Bartolomé de Torres, fray Juan de San
el principio de la evangelización. Sin em-
Joseph y fray Bartolomé de Jesús María,
bargo, constituyeron tan sólo una orienta-
quienes se afiliaron a la orden agustina.37
Para el siglo XVIII, la vida eremítica cayó en desuso hasta como recurso literario; ya no correspondía con las necesidades de la sociedad de la época imbuida en los nuevos preceptos de la Ilustración. Así podemos entender uno de los factores de la pérdida de apoyo que sufrió el Desierto de los Leones, conforme avanzó el siglo. 34 Leticia Pérez Puente, Tiempos de crisis y tiempos de consolidación. La catedral metropolitana 1653-1680, México, UNAM, CESU-El Colegio de Michoacán-Plaza y Valdés, 2005. 35 Juan Bautista de Cárdenas, por ejemplo, estuvo cuatro años en la cárcel inquisitorial acusado de “iluso y alumbrado con grave sospecha de ser hereje sacramentario”. Rubial, “Tebaidas…”, p. 376. 36 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido en el monte Carmelo Mexicano: mina rica de exemplos y virtudes en la historia de los Carmelitas Descalzos de la provincia de la Nueva España, descubierta cuando escrita por Fray Agustín de la Madre de Dios, religioso de la misma orden, revisión paleográfica, introd. y notas por Eduardo Báez Macías, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1986, p. 262. 37 Rubial, “Tebaidas…”, p. 371. De la orden de los agustinos, fueron considerados anacoretas fray Antonio de Roa, evangelizador de la Sierra Alta; fray Juan Bautista Moya, apóstol de Michoacán, y fray Pedro de Suárez de Escobar, quien pasaba largas temporadas en las cuevas de Chalma. Además de esos agustinos encontramos 33
84
Así, para cuando se estableció el primer
Alberto. Esa fundación cumpliría, por un
yermo oficial en la Nueva España, éste no
lado, con el apartado de las Constituciones
resultó un elemento ajeno para la población
que indicaban que cada provincia carmelita-
sino que, como expondré más adelante, los
na debía tener un yermo y, por el otro, con
seglares lo concibieron en principio como
el afán de instaurar un centro de vida ejem-
una nueva oportunidad de participar en el
plar como muestra de la nueva función que
culto al que tantos controles se le estaban
debían desempeñar las órdenes regulares.
imponiendo; sin embargo, los problemas
Victoria Moreno afirma que la idea de
surgieron cuando la participación de los lai-
construir un yermo en Nueva España no
cos fue limitada y dio cabida sólo a la élite
respondió a que los carmelitas se hubie-
peninsular y criolla.
ran olvidado del objetivo por el cual habían pasado a Indias —misionar—, sino que lo
¿PARA QUÉ UN YERMO NOVOHISPANO?
concibieron como un lugar de retiro para quienes fueran a embarcarse a China y
Estas son puertas del cielo, que se
a las Californias. Así, el terreno sería de
abren a los prudentes, y a necios (con
adiestramiento para la actividad que lleva-
santo celo) no se les darán patentes
rían a cabo en las tierras alejadas, además
por más que de ello hagan duelo.
de forjar espíritus más fervorosos.39
Inscripción en la cruz de la portería del
En contraparte con la postura de Vic-
Santo Desierto38
toria Moreno, fray Agustín escribió que la construcción del desierto se debió a que los
En 1600, en este ambiente de tradición ere-
superiores pugnaban por los principios de la
mítica, el procurador fray Pedro de la En-
orden, lo que significaba la práctica eremíti-
carnación viajó a la península ibérica para,
ca: “Veían que por ser mendicantes se de-
entre otras cosas, conseguir la licencia de
bían al trato de las almas y a vivir entre los
edificar un desierto en la provincia de San
hombres, [pero] no era posible conservarse
a Juan González, capellán y confesor de Zumárraga, quien se retiró los últimos 25 años de su vida a las ermitas de Santiago, de la Piedad y de Santa Isabel Tola. También el laico Juan Bautista de Jesús, quien vivió en el área de Puebla y Tlaxcala entre 1621-1660. Rubial, “Tebaidas…”, pp. 361-362. 38 Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos y la conquista espiritual de México, México, Porrúa, 1966, p. 215. 39 Ibid., p. 269.
85
mucho si se daban mucho a ese trato; pues
constantes conflictos con los obispos por la
el trato con hombres hace humanos como
administración de las doctrinas y la propia
con Dios, divinos”. Si se alejaban dema-
desesperanza de que la Nueva Jerusalén
siado de su quehacer interno no ganarían
había fracasado, fueron abandonando su
almas y perderían la propia. De modo que
apego hacia los indios y comenzaron a
fray Agustín de la Madre de Dios no lo veía
allegarse a los peninsulares pudientes me-
como un sitio de paso para la misión, sino
diante la erección de conventos en las villas
como un lugar de residencia para estar más
ricas. Por ello, con el tiempo, la orden con-
cerca de Dios y con menos contacto con el
solidó sus relaciones económicas, sociales
mundo, como de hecho lo fue.
y de servicios religiosos con la población
40
En un primer momento los carmelitas
que constituía la élite novohispana.41
pasaron a Indias con una propuesta misio-
Así, la erección del yermo se pretextó
nera, pero ésta se difuminó conforme inser-
a partir de la necesidad de un sitio de pre-
taron y consolidaron su posición en la socie-
paración para partir a la misión; sin embar-
dad novohispana, a la par de los cambios al
go, para los superiores de la orden y por la
interior de la orden: si en un principio preva-
propia tendencia que los carmelitas querían
leció la tendencia misional, a principios del
sembrar en América, la fundación significa-
siglo XVII lo hizo la claustral. Ya inmiscuidos
ba el comienzo de la promoción del nuevo
en la sociedad pudieron irse replegando y
desempeño de los frailes: el repliegue ha-
quedaron disponibles sólo para los grupos
cia el interior con el fin de estar más cerca
acomodados, a los cuales prestaban servi-
de Dios para ser escuchados por él y sal-
cios pues les conferían una distinguida po-
var el alma de los pecadores. El éxito fue
sición socioeconómica.
contundente, basta asomarse a las cifras
El virreinato no exigió cambios sólo a
de fundación de capellanías que obtuvo la
los carmelitas, también a las demás órde-
orden, en las cuales se cimentó su poder
nes. Los agustinos, por ejemplo, ante los
económico.42
Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 270. Antonio Rubial, El convento agustino y la sociedad novohispana, 1533-1630, México, UNAM, IIH, 1989, pp. 124-169. 42 Marcela Rocío García Hernández, Vida espiritual y sostenimiento material en los conventos de religiosos de la orden del Carmen Descalzo en la Nueva España. Las capellanías de misa, siglos XVII y XVIII, tesis de maestría, México, UNAM, 2002. 40 41
86
LA BÚSQUEDA DEL SITIO. BENEFACTOR Y
Sebastián, llegó a confesarse Melchor, un
OPOSITOR
joven a quien el religioso disuadió de tomar el hábito carmelitano. Aquél debía arreglar
Tal era el apremio de construir el desierto
algunas cosas al ser encomendero y mer-
que, mientras se conseguían los documen-
cader en Veracruz, pero prometió volver
tos necesarios para la edificación, el prior
para ingresar a la orden. Sin embargo, para
del convento de Puebla de los Ángeles,
cuando regresó el mancebo, el padre Juan
Juan de Jesús María, envió a fray Juan de
de Jesús María ya no se encontraba en
San Pedro y a fray Tomás de Aquino a que
México sino en Valladolid y poco después
buscaran un lugar idóneo para llevar a cabo
Melchor decidió casarse, por lo cual se
la edificación dentro de la Angelópolis. Eli-
frustró toda posibilidad de ser miembro de
gieron el lugar y días después el prior fue a
los carmelitas descalzos.45 Años después,
verlo para dar su aprobación.43 El territorio
el ya adulto Melchor de Cuéllar se mudó a
quedó demarcado en las faldas de la Sierra
Puebla de los Ángeles, se reencontró con el
Nevada -dentro de la provincia de Huejo-
padre Juan de Jesús María y por no tener
tzingo y cerca del pueblo de San Salvador-
familia le ofreció todas sus posesiones para
para fundar el yermo, sin embargo, “[…] na-
ayudarle en lo que fuera necesario: “Y que
die quería gastar su hacienda en edificar en
así vengo inspirado de su majestad, con
montes porque […] son muy pocos los que
particular impulso, a que vuestra reverencia
sin aplausos buscan la gloria de Dios”;44 no
me diga que he de hacer de mi hacienda
oobstante, poco tiempo después -según
porque me manda interiormente que no
afirmaron los carmelos- la Divina Providen-
salga en cosa alguna de lo que me orde-
cia envió al benefactor idóneo.
nare. […]”.46 En ese momento, el carmelita
En 1593, cuando el padre Juan de Je-
le pidió ser el benefactor del sitio donde la
sús María era maestro de profesos en San
orden quería edificar un desierto en la Nue-
rollo 46, carpeta 57, p. 4. 44 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 270. 45 Natural de la ciudad de Cádiz, hijo legítimo del Dr. Diego de Cuéllar y de doña Leonor de Cerruelo. Se casó con doña Mariana de Aguilar Niño, con cuyos padres, don Melchor de Aguilar y doña Leonor de Escobar Melgarejo, hizo escritura para recibir de dote 20,000 pesos de oro. En Veracruz obtuvo buenos ingresos en cuestiones de comercio; después pasó a Puebla, donde fue regidor, y en la ciudad de México compró el oficio de ensayador y fundidor de la Casa de Moneda. CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. 46 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 271. 43
CONDUMEX,
87
va España. Cuéllar respondió a esta súplica afirmativamente.
cumplimiento, lo cual trataré más adelante. Ese mismo año, en el cual consiguieron
En general, el patrono del yermo se
al mecenas del yermo, el prior Juan de Je-
comprometió a dar, para la obra y edificio,
sús María concluyó su gobierno y lo sucedió
16,000 pesos de oro común en cuatro años
fray José de Jesús María. A la par, llegó el
desde el día en que se comenzaran a juntar
segundo visitador de la provincia y tercer
los materiales. Cumplido ese tiempo, daría
provincial, fray Martín de la Madre de Dios,
cada año 2,500 pesos de oro común hasta
quien traía consigo las licencias del rey y
que se acabara el monasterio, y se obligó a
las de la orden para fundar el desierto:49
dar la misma cantidad para el sustento de
“[…] para que los religiosos a tiempo se
sus habitantes cada año. A cambio, además
retiren a ella para darse más a la oración
del rezo de su alma,47 quiso que el yermo
y que en las Indias es esto más necesario,
se llamara Virgen María del Monte Carmelo
por haber de tratar de la conversión de los
y que “[…] el dicho convento del Desierto
indios y particularmente los que hubieren de
se ha de hacer y se hará ocho o diez le-
ir a Filipinas, […] y por la presente doy li-
guas a lo más largo, distante de esta ciudad
cencia a la dicha Orden para fundar la dicha
de los Ángeles en el contorno de ella y no
casa de Desierto en la dicha provincia de
mas, que sean en este obispado o fuera de
Nueva España […] y con licencia del ordina-
el, como sea dentro de las dichas diez le-
rio no lo impida, que así es mi voluntad. Fe-
guas”.48 Esta cláusula tuvo que eliminarse
cha en Tordesillas a 22 de febrero de 1602
al tenerse diversos inconvenientes para su
años. Yo el rey. […]”.50
Si bien es cierto que la institución de la capellanía tuvo su origen en la Edad Media, también lo es que fue a partir del Concilio de Trento que su práctica se generalizó, ya que descansaba en tres principios que allí fueron reconocidos: la importancia de las buenas obras para alcanzar la salvación, la existencia del purgatorio y el poder redentor de la misa. Marcela Rocío García, Vida espiritual y sostenimiento material…, p. 49. Era tal el arraigo de estas ideas, sobre todo a partir de Trento, que en la fundación de capellanías se percibe la preocupación por la salvación del alma y lo que se debe hacer a favor de ella “[…] considerando que de fundar una capellanía se aumenta el culto divino y con las misas que la constituyen y se manda decir y se dicen reciben sufragio las ánimas del purgatorio a quien la ley de caridad nos obliga a socorrer […]”. Capellanía fundada por José Bañuelos Cabeza de Vaca y doña Isabel Cisneros su mujer, ciudad de Puebla de los Ángeles, 1604, Archivo Histórico del Insituto Nacional de Antropología e Historia, fondo Eulalia Guzmán, legajo 75, documento 2. 48 CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. 49 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 272. 50 AGN, Tierras, vol. 3698, p. 45. 47
88
El rey, como ya lo vimos, no sólo es-
de misión y de la de adoctrinamiento. El
taba imbuido en un ambiente contrarrefor-
cambio político pretendido por la Corona
mista, sino que como patrono de la Iglesia
necesitaba el repliegue de esa fuerza regu-
Indiana, además, veía en este yermo otro
lar -facción que constituía una potencia en
de los tantos aparatos reformistas y pro-
detrimento del poder político y económico
bablemente disciplinares necesarios para
monárquico- y la instauración de un alia-
la centralización del poder mediante el re-
do más cercano a él, como el clero secu-
pliegue del clero regular de las doctrinas, la
lar. Para principios del siglo
promoción de un nuevo desempeño de los
eran requeridos para la oración desde sus
frailes ante la sociedad y el incitar la evan-
conventos y para concluir la tarea misional
gelización de los territorios alejados -mas
pendiente en el norte. De esta forma se
no el adoctrinamiento, correspondiente al
entiende la presión ejercida por Felipe II y
clero secular.
Felipe III para que las parroquias pasaran a
XVII,
los frailes
En este sentido, tanto el virrey como el
manos del clero secular y para que el clero
arzobispo dieron la autorización sin mayor
regular hiciera una labor misionera al norte,
problema, pues estaban ratificando la auto-
sujeto al obispo -justificado esto en el conci-
ridad real. Además, en particular, el segun-
lio tridentino- y abandonara su cercanía con
do veía conveniente el “encierro” del clero
los indios para disolver el poder que esa
regular pues representaba minar su poder
alianza les otorgaba.
entre los indios y la posibilidad de concen-
A la par de la cédula real, el 19 de mayo
trarlo en manos del obispo. Para ambos era
de 1602, el general de la orden fray Francis-
clara la intervención social y política de los
co de la Madre de Dios dio su permiso para
frailes, sustentada en el control ideológico
la erección del yermo.52 Ya con ese docu-
ejercido mediante la religión.51
mento, en 1603, el definidor Juan de Jesús
Los frailes habían sido requeridos para
María fue a la ciudad de México para que el
llevar a cabo la evangelización en los pri-
virrey recién llegado le ratificara la licencia
meros momentos de la Conquista, pero al
otorgada por Felipe III para fundar el desier-
pasar el tiempo se apropiaron de la tarea
to.53 En 1604 consiguieron los que parecían
Rubial, El convento agustino…, p. 157. AGN, Tierras, vol. 3698, p. 46. 53 El provincial de San Alberto, fray Martín de la Madre de Dios, dio la facultad oficial al definidor fray Juan de 51 52
89
ser los últimos trámites para comenzar la
des querían “[…] poner y conservar en ella
construcción: la autorización del arzobis-
algunas cosas menos ajustadas a nuestro
po, fray García de Mendoza y Zúñiga, y la
estado y retiro, procurando valerse del po-
del virrey marqués de Montesclaros,55 quien
der del señor obispo para salir con todo”.
otorgó la licencia el 13 de septiembre al
Fray José de Jesús María, que era prior en-
mismo tiempo que ordenó que se vendieran
tonces, intentó negociar las actividades que
las casillas de indios ubicadas en el lugar
los cofrades desempeñarían en la ermita;
donde se iba a labrar el yermo.
sin embargo, tanto el obispo como las per-
54
56
Ya con todos los permisos en mano,
sonas del lugar vieron esto como un agravio
el provincial se dirigió al obispo Diego Ro-
y descortesía al percibir que los carmelitas
mano para que legalizara el ofrecimiento
querían implantar nuevos manejos en lo
que les había hecho respecto a dar licencia
que era parte de su jurisdicción.59
para fundar el desierto en algún territorio de
Los primeros años de vida en Nueva
su jurisdicción.57 No obstante, el obispo se
España, los carmelitas tuvieron muy buen
negó. Ante esta oposición, ni siquiera las
trato con el obispo, de hecho éste puso
súplicas de cuatro oidores de la Audiencia y
la primera piedra del convento fundado
el virrey tuvieron resultado para que Roma-
en la villa de Carrión, hoy Atlixco, el 28
no cambiara de opinión.
de septiembre de 1589.60 Pero la relación
58
Al parecer, el problema se debió a que
se fue deteriorando, pues paralelamente
en el convento de Puebla que fundaron los
al altercado ocasionado por la cofradía,
descalzos se encontraba una ermita de la
la orden ya había tenido enfrentamientos
cual se hicieron cargo, pero -según cuenta
con Diego Romano desde que había sido
fray Agustín de la Madre de Dios- los cofra-
nombrado visitador para realizar el juicio
Jesús María para que hiciera las diligencias necesarias en favor de la edificación del yermo el 15 de noviembre de 1604. AGN, Tierras, vol. 3698, p. 48. 54 Fechada el 13 de diciembre de 1604. AGN, Tierras, vol. 3698, p. 49. 55 CONDUMEX, rollo 3, carpeta 274, p. 18. 56 Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos…, p. 274. 57 Diego Romano, quien sucedió en el obispado de Tlaxcala a don Antonio Ruiz de Morales, fue electo en 1578 y gobernó dicha diócesis por 28 años; nació en 1538 y murió en 1606. 58 El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 39. 59 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 273. 60 Mariano Cuevas, Historia de la Iglesia en México, México, Imprenta del Asilo Patricio Sanz, 1924, p. 317.
90
Tierras, vol. 308, exp. 4, f. 28 bis.
de residencia del benefactor y amigo de los
contaba con una cédula real que ordenaba
carmelitas, el virrey Villamanrique; tal fue el
dar concesiones sólo a miembros del clero
veredicto en contra del marqués que hasta
secular.62
su confesor, un carmelita, fue remitido a la
Ante la reiterada negativa de Diego Ro-
península. Además, el obispo de Tlaxcala
mano y en vista de la orden dada por el Con-
61
La tiranía del marqués de Villamanrique resultó intolerable, según cuenta Rubio Mañé: censuraba las cartas dirigidas a la metrópoli, restringía las predicaciones contra su mala administración y su codicia; además, creó todo un aparato burocrático de amigos y familiares. Lo cierto es que ante tantos percances, Diego Romano fue nombrado visitador del virrey, quien procedió con tal rigor que “[…] hasta la marquesa fue desprendida de su ropa”. Ignacio Rubio Mañé, Introducción al estudio de los virreyes de Nueva España, vol. 2, México, , Instituto de Historia, 1955-1963, p. 133. El procedimiento de la evaluación del gobierno del marqués afectó directamente a los carmelitas en tanto que habían llegado con el virrey presentándose como amigos cercanos de él. Así mismo, fray Juan de la Madre de Dios -quien dirigió la expedición de los carmelitas a la Nueva España- era confesor de la esposa del marqués de Villamanrique y en ocasiones de él, por lo que cuando este último fue llamado para ir a la península con tan mala reputación, el general carmelitano hizo que fray Juan también regresara a la metrópoli. Tales repercusiones tuvo esta visita, que más adelante veremos el altercado que los carmelitas enfrentaron con el obispo Romano al no autorizarles la fundación del yermo en territorio de su jurisdicción. 62 Diego Romano siempre defendió la secularización de las parroquias y enfrentó fuertes batallas con los regulares. Este espíritu no sólo residía en su papel como obispo, tenía raíces desde su formación, pues para ese momento era de los pocos obispos que no procedían de órdenes religiosas sino del clero secular. 61
91
cilio de Trento en relación con la necesaria
bió al padre provincial para informarle que
licencia del obispo para fundar, sólo que-
revocaba la cláusula de la escritura que
daba una solución: convencer al benefactor
decía que el desierto se fundaría a ocho o
de edificar fuera de Puebla de los Ángeles.
diez leguas de Puebla y mandó a Alejandre
El marqués de Montesclaros,64 el arzobispo
Federique, su administrador, para que diera
y el oidor Quezada intentaron persuadirlo,
el dinero necesario para empezar la obra.67
63
sin embargo, Melchor de Cuéllar no aceptó pues al estar alejado no podría gozar del
LEGITIMACIÓN AL ELEGIR EL SITIO
sitio del cual sería patrono. No fue sino hasta que el padre Juan
Junto a las diferencias que existían para
de Jesús María le envió una carta, que
decidir el lugar para erigir el yermo, el padre
Melchor de Cuéllar quedó disuadido; éste
Juan de Jesús María obtuvo testimonios de
le respondió en carta fechada en Puebla de
personas que soñaron o experimentaron vi-
los Ángeles el 19 de noviembre de 1604:
siones de que la fundación no se iba a llevar
“[…] si en esta vida no pudiere gozar mi
a cabo en la Sierra Nevada. Los carmelitas
alma del consuelo que le causara frecuen-
interpretaron tales confesiones como seña-
tar la asistencia en ella y la comunicación
les divinas, aunque fueron en realidad una
de los siervos de dios que la han de habitar,
forma de legitimar su estancia en el nuevo
confío en la divina misericordia que en la
lugar elegido: los montes de Santa Fe.
65
otra tendrá el premio de haberla hecho y go-
Cuenta el padre Juan de Jesús María
zará del mérito de las oraciones y sacrificios
que fue a verlo una mujer muy devota, la
que por ella se han de ofrecer. […]”.66
cual le dijo que el yermo se iba a fundar arri-
Además de esta epístola, Cuéllar escri-
ba del pueblo de Santa Fe.68 Otro, que des-
63 Sacrosanto y ecuménico concilio de Trento, traducido al idioma castellano por don Ignacio López de Ayala. Agrégase el texto original corregido según la edición auténtica de Roma, publicada en 1564. Con privilegio, Madrid, Imprenta Real, 1785. Sesión XXV, De los regulares y las monjas, cap. III. 64 El virrey marqués de Montesclaros y Melchor de Cuéllar se conocían desde que el primero llegó a la Nueva España, ya que el segundo fue el encargado de recibirlo como regidor de Jalapa a su llegada al puerto. Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos…, p. 273. 65 La carta está reproducida en El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 52. 66 Ibid., p. 277. 67 Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos…, p. 277. 68 El Santo Desierto de los carmelitas…, p.274.
92
pués tomó el hábito carmelitano, Diego de la
Después le siguen dos elementos propios
Asunción, le contó que un día en su tierra,
de esos sitios: la cerca natural del espacio
hoy Guatemala, experimentó un arrobamien-
edénico y una iglesia cerrada al mundo te-
to en el que el Señor lo trasladó a la Nueva
rrenal, representada en esta visión por la
España como un espíritu y lo “[…] puso en un
carencia de puerta a la calle. Luego hay un
monte que estaba cercado de otros montes
simbolismo de veneración hacia la Virgen
más altos, y en medio de él veía un convento
del Monte Carmelo por parte de las tres pri-
pequeño cuya iglesia no tenía puerta a la ca-
meras órdenes que llegaron a la Nueva Es-
lle; pero delante de la portería había un patio
paña, pero no las primeras en constituirse;
y estándolo él mirando vio salir de la portería
esta es en gran medida la defensa que los
una procesión de religiosos, nuestros carme-
carmelitas siempre emprendieron sobre su
litas descalzos, […]”.69
origen primigenio. Por último, la idea de las
En dicha procesión participaban tam-
tentaciones y ataques del demonio, lo cual
bién Santo Domingo, San Francisco y San
representa no sólo las luchas internas a las
Agustín, quienes agradecieron a la Virgen
que se sometían los ermitaños, sino las ex-
del Monte Carmelo que se fundara un yer-
ternas que vencían con quienes se oponían
mo en la Nueva España. Así mismo, dijo
a la fundación.
que observó dos torreones sobre los cuales
El padre Juan de Jesús María envió
había millares de demonios que atacaban el
entonces a algunos hermanos de orden a
convento con arcos y flechas de fuego, pero
comenzar de nuevo la búsqueda del sitio
apenas las flechas tocaban la pared de la
en el cual establecer el yermo. Se dirigie-
edificación, éstas caían al suelo.
ron a Cuajimalpa, en lo alto de los montes
Rescaté la descripción, pues en ella se
de Santa Fe y en esa zona, el 2 de diciem-
reproducen algunos de los elementos co-
bre de 1603, hallaron el lugar que tenía las
munes de la tradición popular respecto a los
características necesarias para edificar un
yermos. En primera instancia está la alusión
desierto; el único inconveniente era que
a una experiencia mística, característica de
no contaba con brotes de agua cercanos.
la vida en el desierto ante una oración cons-
Aquí hay discrepancia en las crónicas y
tante y en medio de un ambiente inculto.
documentos de archivo. Unos testimonios
69
Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 275.
93
afirman que cuando los frailes andaban en
el cual se debía erigir el yermo. “Quando
los montes, se les apareció Juan Bautista
de repente vieron junto a si un mancebo de
vestido de indio tlaxcalteca para mostrarles
linda disposición, vestido a lo indio, que les
el lugar en el cual habrían de fundar el de-
preguntaba la causa de aver allí llegado [...].
sierto y fue hasta que realizaron una visita
Bolvio a instar a los Padres, le dixessen lo
posterior cuando los carmelitas localizaron
que por allí buscavan: mas previniéndoles
un ojo de agua.
la respuesta, señaló con el dedo donde en-
70
Fray Agustín de la Madre de Dios men-
contrarían el agua que tanto desseavan”.73
ciona que un día los carmelitas andaban en
Ambos relatos tienen la misma descrip-
la búsqueda del sitio cuando “[…] vieron
ción del indio, así como el pasaje donde se
junto a sí un indio […] las naguas [dice el
dice que al ir a la iglesia de San Mateo a
hermano] como de tlaxcalteco […]”,71 los
dar gracias, los carmelitas reconocieron en
saludó y preguntó qué necesitaban. Ellos
la imagen de San Juan Bautista, que se en-
no respondieron, entonces el indio tomó de
contraba en el altar, al indio que les había
nuevo la palabra y dijo: “Buscáis un lugar
señalado ya sea el territorio de fundación
y sitio donde labrar el desierto, […]. Pues
o un manantial para proveerse de agua.
subid en las mulas y seguidme, que yo os
En cualquier caso, lo importante es la apa-
lo vengo a enseñar. […] ‘Este es el lugar
rición de San Juan Bautista, pues es uno
que tiene escogido Dios para que hagan pe-
de los reiterados símbolos representados
nitencia los hijos de su madre’. Y diciendo
en las vidas de los santos. Esta figura se
estas palabras se les desapareció por entre
convirtió en un emblema de aprobación y
aquellas matas”.72
bendición de los ermitaños a los cuales se
Otros afirmaron que fue Juan Bautista
les aparecía para ayudarlos.74 A la par, la
quien les mostró el agua pero no el sitio en
vestimenta tlaxcalteca significaba que, así
“Sólo nos descontentó el no haber agua en él, […]; y viendo que no había agua y sin agua no se podía fundar el yermo, nos volvíamos ya […]. El hermano Fray Juan de Jesús, que iba delante de nosotros ya allá en lo alto y en el fin de la loma dijo: ‘¡Ah!, padres, aquí suena mucho agua, y a cuatro pasos vimos un muy grande arroyo de agua, […]”. Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 279. Cfr. El Santo Desierto de los carmelitas. 71 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p.. 278. 72 Idem. 73 CONDUMEX, rollo 5, carpeta 506, hoja 17. 74 Los sustratos en los que se inspiró el tipo de vida eremítica se conformaron con tres figuras bíblicas: Elías, 70
94
como ese grupo indígena había ayudado a
Fungieron como testigos del acto indios de
la Conquista, ahora se emprendía una nue-
San Mateo Tlaltenango.77
va conquista espiritual, en la que auxiliaba
El documento de la merced hecha a
Juan Bautista. Este elemento denotaba la
los carmelitas dice que antes de llegar a
aprobación de la Divina Providencia, la cual
la zona en la cual se fundó el desierto se
servía para justificar la estancia en los mon-
encontraban dos montes, uno pertenecía al
tes de Santa Fe.
pueblo de indios de San Mateo Tlaltenango y el otro a San Pedro Cuajimalpa; también
APOYOS Y ENFRENTAMIENTOS PARA LA
lo cercaban los pueblos de Xalatlaco y Atla-
FUNDACIÓN
pulco.78 Además, rodeaban el lugar diversos ríos y manantiales como el de Magdalena,
Luego de haber elegido el sitio, se comen-
San Juan, Elías y la fuente del Buey.79
zaron las diligencias entre los pueblos cir-
Más adelante, el 6 de septiembre de
cunvecinos del monte de Santa Fe y todos
1605, el virrey anexó a su primera dotación
estuvieron de acuerdo con llevar a cabo la
“[…] las vertientes de dos altísimas sierras
fundación, pues “[…] aquello era una tierra
que ciñen el tal sitio donde se habían de la-
inhabitable en la cual había muchas tem-
brar las ermitas y que debían de servir de
pestades y muchos leones y que en siendo
muro a la clausura por su agrísima aspe-
puesto el sol no había indio que se atreviese
reza, […]”.80 El terreno fue ampliado con la
a estar en ella, por causa de los leones”.75
donación del marqués del Valle, quien años
Así, el 16 de diciembre de 1604 el mar-
más tarde les dio la cañada que se encon-
qués de Montesclaros dio posesión formal
traba en la parte norte del camino, la cual lo
del monte y de 24 indios continuos de re-
atravesaba de oriente a poniente en direc-
partimiento al padre Juan de Jesús María.
ción al valle de Toluca.81
76
en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo San Juan Bautista, vestido con pieles de animales y comiendo langostas, así como Cristo, quien también se retiró al desierto. Rubial, “Tebaidas…”, p. 356. 75 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 280. 76 Doce indios del pueblo de Tacuba y doce de Atlacubaya. CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. 77 AGN, Tierras, vol. 3698, primeras fojas. 78 Idem. 79 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 286. 80 AGN, Tierras, vol. 3698, primeras fojas. 81 Más adelante retomaré los conflictos causados por una acusación de usurpación de tierra en contra de los
95
La obtención de este vasto territorio y la
dían para sostenerse y pagar el tributo. Si
actividad eremítica no marcharon con tran-
los carmelitas no los dejaban talar, ellos no
quilidad. El 21 de enero de 1605, el cuarto
tenían con qué comer.
marqués del Valle pidió que se revocaran
Leonardo de Salazar, en nombre de los
las mercedes del monte dadas a los car-
labradores de Santa Fe, Tacuba, Tacuba-
melitas, pues alegaba la jurisdicción sobre
ya y de los Altos de México, presentó otra
esas tierras. Pedro Cortés argumentó que
petición de revocación de la merced dada
Carlos V había premiado a su abuelo por
a los descalzos, pues las aguas que antes
los servicios prestados a la Corona otorgán-
bajaban a dichos lugares servían a los in-
dole Coyoacán como merced, entre otras,
dios para realizar sus labores, y ahora eran
y que los territorios dados a los carmelitas
aprovechadas por los frailes. Además pro-
descalzos pertenecían a dicho lugar.
testó porque los carmelitas no los dejaban
82
En la misma fecha en la que el marqués
talar en los pueblos anteriores e impedían
interpuso la demanda, José de Celis,83 en
pastar a sus ganados, actividades necesa-
nombre de los indios de Coyoacán, San
rias para su sustento. Así, en conjunto el
Bartolomé, San Pedro Cuajimalpa y los
marqués, los indios y labradores de ocho
de San Mateo Tlaltenango, se opuso a la
pueblos vecinos pidieron la anulación de
fundación. Dijo que debía revocarse la do-
las autorizaciones otorgadas a los carmeli-
nación porque los habitantes de los pue-
tas para establecerse en dicho monte.
blos que defendía no habían sido citados
Ante los reclamos y los perjuicios argu-
cuando se llevaron a cabo las diligencias y
mentados, el cabildo de la ciudad apoyó a
porque la presencia de los frailes causaba
los demandantes ante la Audiencia, pues
muchos males, pues en el sitio donde se
señaló que era mucho el daño ocasiona-
habían establecido, hasta hacía poco, los
do con la fundación del desierto en esos
indios obtenían madera y carbón que ven-
montes, pues los indios quedaban despro-
carmelitas a la par de la supuesta donación hecha por el marqués del Valle del mismo terreno. El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 59. 82 Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 18. 83 AGN, “Descripción de don José de Celis a nombre del doctor Don Diego Romano, obispo de Tlaxcala, sobre no conceder licencia a los religiosos franciscanos y de otras órdenes para la erección de nuevos conventos”, Jesuitas, vol. 1-14, exp. 54, 547 fojas.
96
tegidos, además de que los frailes detenían
ciudad pues es todo en su servicio”.85
el agua que bajaba a la ciudad.84 El ayun-
El documento expedido por la Audien-
tamiento de la ciudad de México envió a
cia para Felipe III, fechado el 5 de agosto
dos regidores para informar acerca de los
de 1605, determinó lo siguiente: como reso-
daños causados por el sitio; la resolución
lución respondió a Diego Haro -procurador
fue positiva para con los carmelitas, pues la
de Pedro Cortés- que no se podía admitir su
notificación dice:
demanda porque la donación real no incluía
“[…] de malos tratamientos no hallamos
los montes y pastos que por tradición eran
nada sino decir que no dejan cortar la leña y
comunes, la petición había sido presentada
madera y apacentar el ganado de los labra-
fuera de tiempo y las mercedes dadas a la
dores. Y tratándolo con los dichos religio-
orden se habían hecho siguiendo los pro-
sos respondieron ser así porque cortando
cesos acostumbrados con consentimiento
la dicha arboleda no estan las ermitas con
del marqués de Montesclaros, representan-
aquel espíritu y sentimiento de yermo que
te directo del rey. A los delegados de los
hoy tienen, y estar ocultos para sus peniten-
distintos pueblos circunvecinos del monte
cias. Y asimismo, si apacientan los bueyes
se les contestó que se habían realizado las
y ganados por allí era fuerza andar gente y
diligencias para llevar a cabo la merced y
les sería estorbo a su pretensión e intento,
que ninguno de ellos se había opuesto en el
pues la mayor fuerza de su penitencia era
momento oportuno. Al cabildo se le satisfizo
no hablarse los religiosos unos a otros y
con “la vista de ojos”.86
buscar quietud y tener todo aquel boscaje
El propio Melchor de Cuéllar fue presa
para lugar de penitencia; y que teniendo
de la crítica, pues sus conocidos le cues-
quien les estorbase esa quietud no se cum-
tionaban que un hombre de entendimiento
pliría con su deseo. […]. No se contradiga
gastara su hacienda edificando un desierto.
mas y si es posible se le sirba escribir al
La gente de la plaza que gritaba al benefac-
marques no se lo contradiga por estar en
tor calificaba a los carmelitas de noveleros,
tierras y terminos de su estado que por ello
asegurando que la fundación constituía una
sera Dios servido hacer mucho bien a esta
oportunidad para hacerse célebres.
84
AGN,
85
AGN,
Tierras, vol. 3698, p. 60. Tierras, vol. 3698, p. 81. 86 CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57, p. 17.
97
Clero Regular y Secular, vol. 135, fc. 100.
A más de las autoridades civiles y el
los cuales se criticaba la tendencia de la
populacho, se opusieron a la erección las
orden a ser montaraz y no guía espiritual,
órdenes religiosas. El vicario de Santo Do-
que era lo que se necesitaba para que no se
mingo también expuso su insatisfacción y
perdieran almas. A la par de estas diatribas,
en “Un día de fiesta juntó a los indios de
el jesuita Eusebio de Nieremberg conside-
su partido y con voces y estruendo vino a
raba al eremitismo una vida de imperfectos
quitarnos una acequia con que nos íbamos
nunca mencionada por Santo Tomás, por lo
cercando, […], de donde envió a amenazar
tanto, de dudosa procedencia.89
87
al Desierto que había de venir otra vez capi-
Como se puede percibir en este último
taneando mayor fuerza de gente a destruir-
caso, la rivalidad entre las dos armas con-
nos la acequia”.
trarreformistas comenzó con la llegada de
88
Aunque Dionisio Victoria Moreno no da nombres, dice que se publicaron libros en
los carmelitas a la Nueva España y, aún para principios del siglo
XVII,
su enemistad
87 Probablemente se refiere al convento de San Jacinto que tenían los padres dominicos en San Ángel. Con este convento tuvieron algunas dificultades los carmelitas de San Ángel. El Santo Desierto de los carmelitas…, pp. 270-271. 88 Ibid., p. 271. 89 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p.271.
98
no había desaparecido; cada una defendía
en su favor tanto por peninsulares como por
la forma en la cual llevaba a cabo su religio-
criollos.92
sidad. La Compañía era contraria del todo a
Luego de los conflictos, por fin, el 1 de
la pasividad mística que desviaba al hombre
enero, día de la Circuncisión, entraron los
de la actividad pastoral con sus semejantes,
primeros frailes que constituirían el cuerpo
mientras que los carmelitas consideraban
de habitantes del yermo. Así, el 25 de ene-
que su vida en el yermo era una forma de
ro de 1605, se fundó el que se llamó en un
adquirir virtudes y orar continuamente por
primer momento -por petición de su funda-
las necesidades de la Iglesia.
dor- Santo Desierto de Nuestra Señora del
90
Con independencia de la opinión je-
Carmen o del Monte Carmelo.93 Es indispen-
suita, otros defendían a los hijos de Santa
sable remarcar que el día 25 de enero tiene
Teresa, pues los consideraban interceso-
una fuerte connotación simbólica y bíblica
res favoritos de Dios, creían que gracias a
pues los doce franciscanos partieron de la
sus oraciones se alejarían las desgracias y
península ibérica rumbo a la Nueva España
catástrofes de la ciudad y, sobre todo, que
en esa fecha y, por otra parte, ese mismo
ayudarían a aminorar las penas que sus
día se celebra la conversión de San Pablo.
habitantes estaban destinados a pasar en
Así, en conjunto puede verse a los carmelos
De lo anterior da cuenta el
como uno de los grupos remitidos desde la
importante número de capellanías fundadas
península como nuevos portadores de la fe
el purgatorio.
91
Idem. Gerald Brenan, San Juan de la Cruz: biografía, Barcelona, Laia, 1980, p. 25. 92 Los carmelitas recibieron capellanías fundadas con bienes diversos: inmuebles, muebles, libranzas o documentos de valor. El fundador entregaba al convento recursos para que sus religiosos ofrecieran determinados servicios, generalmente a perpetuidad; así, el convento no podía consumir el capital otorgado, sino que debía ponerlo a trabajar, es decir, invertirlo para hacerlo productivo y únicamente beneficiarse de los réditos anuales que éste dejaba. El monasterio se comprometía a cuidar el caudal y a cumplir con los servicios religiosos que el fundador pedía. Sin embargo, en un primer momento, en lugar de que la orden administrara los fondos, le prestaban el capital a algún individuo o corporación -usualmente con alguna forma de bienes inmuebles como garantía- a cambio de una renta anual fija (casi siempre cinco por ciento) a pagarse a los carmelitas. Sólo como ejemplo, entre 1595 y 1620 los descalzos ya contaban con 69 capellanías en sus cuatro diferentes conventos que habían fundado hasta entonces (Puebla, Celaya, Coyoacán, Querétaro); este número fue en aumento, pues hasta antes de 1780 tenían un total de 651. El promedio de los montos era de entre 1,001 a 5,000 pesos, aunque algunos rebasaban los 10,000 pesos. Marcela Rocío García, Vida espiritual y sostenimiento material…, pp. 96-102. 93 Llegaron para preparar la fundación el padre fray Juan de Jesús María, fray José de la Anunciación, fray Andrés de San Miguel (el que sería el arquitecto de él) y fray Antonio de la Asunción, el 1 de enero de 1605. 90 91
99
y como responsables de la tarea evangélica
En el vasto recinto exterior se encontraba
de Indias, aunque con un sistema radical-
también el Vía Crucis, generalmente de gran
mente distinto del usado hasta entonces:
escala, formado en ocasiones por cruces
permanecer alejados del adoctrinamiento
de madera o piedra y en otras, por ermitas
para dedicarse a la misión, la predicación o
situadas como estaciones […]. Todo este
la clausura; los carmelitas -ya para el siglo
conjunto estará cercado por una gran barda
XVII-
sólo se apropiaron de la última.
llamada de excomunión, y en su acceso se
El 23 de enero de 1606, el virrey puso
encontrará la Puerta Regular, que permitirá,
la primera piedra del edificio, el cual se con-
después de atravesar un patio, ingresar a la
cluyó hasta 1611 y fue el 2 de julio de ese
portería del Santuario.”95
año que se comenzaron los ejercicios espi-
Las ermitas son las siguientes:
rituales en el lugar. Paralelamente a la construcción del
1. De El Calvario
yermo, se fundaron ermitas hechas con las
2. San Juan Bautista
donaciones de benefactores particulares.
3. Getsemaní u Oración del Huerto
Las crónicas hacen mención de diez er-
4. San Alberto
mitas, pero ahora sólo se localizan nueve,
5. Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús
pues las evidencias indican que la de Santa
6. Santa María Magdalena
Bibiana desapareció al erigirse la segunda
7. Santa Bibiana Virgen y Mártir
iglesia en 1722.94
8. Nuestra Señora de la Soledad
“Los Santos Desiertos se caracterizan por la existencia de un gran número de ermi-
9. San José 10. San Juan de la Cruz
tas diseminadas en un gran espacio exterior a las cuales se retiraban […]. Cuentan, ade-
La ermita de El Calvario se construyó
más, con un edificio centralizado y ordenado
a costa de don Alonso Ramírez de Vargas,
en el que se practica la oración en común.
uno de los poetas criollos más connotados
94 Se trata de El Calvario, San Juan Bautista, Oración del Huerto o Getsmaní, San Alberto, Santa Teresa de Jesús, Santa María Magdalena, Santa Bibiana, La Soledad, San José y San Juan de la Cruz. Esta última está destruida y sus restos se encuentran sobre la carretera que va hacia el Desierto. La de Santa Teresa y la del Calvario cambiaron de nombre y ahora se llaman de San Elías y de La Trinidad, respectivamente. Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 23. 95 Ordorika, El convento del Carmen de San Ángel…, p. 71.
100
además de capitán y ocu-
de Cabrera, de quien sabemos fundó diver-
pante del cargo de alcalde mayor de Miz-
sas capellanías con otras órdenes como la
quiahuala.97 La ermita de San Juan Bautista
de Santo Domingo.101 La que le sigue es la
tuvo como patrón a Juan de Saldívar, capi-
de Santa María Magdalena y la mandó erigir
tán en la villa de Nuestra Señora del Mar
el tesorero y alcalde mayor de las minas de
de Herrera y alcalde ordinario; su padre fue
Taxco, Luis Núñez Pérez, personaje deteni-
un español que encabezó una expedición
do por la Inquisición acusado de “practicar
desde Galicia hasta la Florida, por lo que
la ley de Moisés”.102 La séptima, de Santa
se le consideró uno de los fundadores de
Bibiana Virgen y Mártir, se edificó a costa
Guadalajara.
de Martín López de Strencho. La octava
del siglo
XVII,96
98
De la ermita de Getsemaní u Oración
es la de Nuestra Señora de la Soledad que
del Huerto, el patrón fue el capitán García
fundó el doctor Juan de Quezada Figueroa,
de Cuadros, mercader peninsular que tenía
oidor de la Audiencia Real de México y uno
un negocio de barcos y de libros.99 La er-
de los principales benefactores de los car-
mita de San Alberto se construyó a costa
melitas desde su arribo a la Nueva España.
del peninsular don Francisco Hernández de
Las dos ermitas restantes -San José y San
Higuera, quien contaba con el ingenio de La
Juan de la Cruz- no tuvieron patrón.
Santísima Trinidad, la hacienda de Santa
El gran poder de los carmelitas radicó en
Lucía Cempoala y un mayorazgo en Jalapa,
el grupo de benefactores del cual se rodea-
Veracruz.100 La quinta ermita es la de Nues-
ron para alcanzar no sólo poder económico,
tra Madre Santa Teresa de Jesús, hoy de
sino también social. Todos los fundadores
San Elías. Su benefactora fue doña Catalina
de ermitas fueron personajes acomodados,
96 Su obra literaria se extiende desde 1662 hasta 1696, e incluye una descripción poética de las fiestas que se celebraron en México por el nacimiento del príncipe Carlos (1662), el Elogio panegírico… para el marqués de Mancera (1664), el Simulacro histórico y político… para el conde de Galve (1668), el Zodíaco ilustre... para el conde de Moctezuma (1696), etc. Compuso un gran número de poemas para certámenes, en los que destaca el eclecticismo de su lírica. 97 AGN, Matrimonios, vol. 61, exp. 41, p. 168-183, y Tierras, vol. 2961, exp. 94. 98 AGN, General de parte, vol. 6, exp. 994; vol. 16, exp. 79, y Tierras, vol. 3654, exp. 14. 99 AGN, Capellanías, vol. 268, exp. 160; Matrimonios, vol. 98, exp. 90, e Inquisición, vol. 452, exp. 28. 100 AGN, Inquisición, vol. 22, exp. 18, y Tierras, vol. 2938, exp. 1. 101 AGN, Capellanías, vol. 882, exp. 1, y Bienes nacionales, vol. 846, exp. 5. 102 AGN, Inquisición, vol. 412, exp. 2, y Tierras, vol. 2953, exp. 51.
101
peninsulares o criollos, que buscaban reco-
un principio dio su voto de confianza a los
nocimiento social y la salvación de su alma.
carmelitas, parecería que se percató muy
Es pues aquí donde se denota la intromi-
pronto de que era mucho el poder que se
sión de los descalzos en una sociedad de
les estaba otorgando y quiso sujetarlos, lo
élite, en la cual pretendieron establecer una
que ocasionó el rompimiento de relaciones.
nueva concepción de las órdenes para ver-
Por último, los hijos de Santa Teresa tam-
las como intercesoras, siempre en oración
bién consiguieron el apoyo de la Audiencia
y no ya como apegadas a los indios en la
al tener en su interior a algunos de sus be-
búsqueda de su educación religiosa.
nefactores, como lo fue el oidor Quezada, y
Así, en la fundación del Santo Desierto
más tarde hasta el del ayuntamiento.
vemos que los carmelitas descalzos recibie-
En contraparte, los carmelos se en-
ron el apoyo de las dos autoridades máxi-
frentaron en primera instancia al destacado
mas de la Nueva España porque ambos se
criollo Pedro Cortés. En un principio la or-
afiliaron a la tendencia monárquica de re-
den se presentó ante los blancos nacidos
estructuración y centralización. El problema
en América como mendicantes “continuado-
entre ellos radicó en quién debía encabezar
res” del camino ya trazado por los demás
este nuevo esquema, por lo que se explica
regulares sus antecesores, después como
la oposición del virrey al proceso de conso-
un emisario monárquico con la tarea de des-
lidación de la Iglesia secular, que comenzó
terrarlos del poder que el ser hijos o nietos
desde 1547, cuando el papa Clemente VII
de conquistadores creían les confería. Sin
erigió la arquidiócesis de México.103
embargo, pronto los carmelitas resintieron
Además, se incorporaron a la causa
la escasez de profesos que eran enviados
carmelitana sobre todo individuos pudien-
desde la península y aceptaron a criollos;
tes, reflejado este grupo en los patronos y
esta acción dio como resultado que dicho
fundadores con los que contó la orden. Los
grupo apoyara a la orden y que los carme-
protegió el clero secular, con excepción de
litas peninsulares los vieran con buenos
Diego Romano, de quien sabemos fue un
ojos. No obstante, por el temor de que la or-
acérrimo defensor de la secularización de
den de Nuestra Señora del Carmen sufriera
las parroquias; sin embargo, aunque en
el proceso de criollización, los superiores
103
Pérez Puente, Tiempos de crisis y tiempos de consolidación…, p. 17.
102
pugnaron desde la metrópoli por evitar toda
las cuales se oponían a la nueva reestructu-
clase de “perversión”, lo cual implicó -desde
ración que se estaba intentando implemen-
principios del siglo XVII- aceptar criollos sólo
tar; éstas, a su vez, atrajeron a los pueblos
por excepción para que tomaran el hábito.
indígenas en su favor. Los jesuitas también
Aun con dicho cambio de política, no
los atacaron pues, aunque ambos surgieron
desaparecieron los apoyos procriollos al
del espíritu contrarreformista y sus tareas
interior de la orden -ya vimos el caso del
fueron radicalmente distintas, no lo fue su
cronista fray Agustín de la Madre de Dios-,
intento de obtener poderío económico y pre-
lo que ocasionó que en diversos asuntos,
minencia entre la élite novohispana, unos
según la facción preminente en ese mo-
como educadores otros como intercesores.
mento, algunos carmelitas ofrecieran su
Ante estas contrariedades, los carmeli-
apoyo a los criollos. De hecho, en gran me-
tas se refugiaron de nuevo en los sucesos
dida, así se entiende el apoyo incondicional
metafísicos. En los relatos de la búsqueda
que dieron a Juan de Palafox: su filia hacia
y fundación del Santo Desierto, se reiteró
los criollos, su apoyo al clero secular y su
el apoyo divino que los carmelitas recibían
puritanismo promonárquico.
mediante la aparición de comida -como en
En el caso de los altercados con Pedro
las hagiografías medievales- para que los
Cortés, el proceso de la orden es contun-
ermitaños se alimentaran; así, un día halla-
dente: los descalzos arribaron a la Nueva
ron un canasto de pan, en otra ocasión dos
España y el cuarto marqués los hospedó
jumentos los abastecieron de bollos y en
en su casa. La tendencia de los carmelitas
alguna otra unos camellos los proveyeron
viró y una de las consecuencias fue el retiro
de bastimentos.104
del apoyo del nieto del conquistador. Pero
Sin embargo, el establecimiento en el
ya con la configuración de la orden, la cual
territorio no fue sencillo, pues el demonio se
abrazó a toda la clase dominante -criollos y
oponía a él:
peninsulares-, Pedro Cortés pareció ceder y hasta fungió como su benefactor.
“[…] pues veía [el demonio] que con las armas de su pobreza, retiro y humildad
Además los carmelos tuvieron como
le querían despojar de la antigua posesión
enemigas a las demás órdenes regulares,
que tenía de aquestos montes dedicados
104
El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 56.
103
por la ceguedad de los gentiles a su sacrí-
bos; también en desastres naturales como
lego y nefando culto, pues en la cumbre del
granizo, humedad y terremotos: “[…] oye-
más alto de estos cerros que hoy se llama
ron de repente un tan pavoroso estruendo
por antonomasia el de los ídolos, estaba
y sintieron un terremoto tan grande, que
edificando un grande templo y en él mucho
juzgaron que se hundía todo el sitio y duró
[…]. Hánse hallado también algunos huesos
cerca de media hora. Y fue el caso que se
y calaveras especialmente de niños en un
derrumbó un gran pedazo de monte que
corral que hoy se ve de piedras […]”.
está frente al convento hacia la parte del
105
Los carmelos siempre enfatizaron su
Occidente”.106 Mientras, para contraatacar
destacado papel de santificación de dicho
a la fuerza maligna y como armas infalibles,
terreno, pues alegaron que antes de su
los descalzos se valieron de todo tipo de
llegada Satanás se encontraba resguar-
instrumentos y disciplinas acompañadas
dado en las cimas de los montes, repre-
del silencio y oración perpetua. Dicen los
sentado en los altares conservados por
documentos carmelitanos que al ver el de-
los indígenas en dichos sitos. Al encontrar
monio que no surtían efecto sus artimañas,
estos indicios, los carmelitas se encarga-
para restar el fervor de los habitantes del
ron de desmantelar los altares, quitar las
yermo tuvo que recurrir a “seres raciona-
“figurillas diabólicas” y en su lugar pusie-
les”.107
ron una cruz que marcaba en realidad la
Por ello, además de los conflictos con
delimitación de la merced que el virrey les
los pueblos aledaños, un indio prendió pri-
concedió.
mero el convento -el cual se libró de la to-
Según los miembros de la orden de
tal destrucción por el milagro hecho por un
Nuestra Señora del Carmen, el demonio
manto de Santa Teresa que apagó el fuego,
emprendió entonces una lucha contra los
según la crónica carmelitana- y después,
frailes que pretendían instalarse en sus te-
ocho ermitas, de las cuales la de San Juan
rritorios. El representante del mal -según la
Bautista sufrió dos ataques consecutivos.
tradición judeocristiana- dio batalla al con-
Eran tales y tan constantes las agresiones,
vertirse en fieras salvajes como leones y lo-
que por un tiempo los frailes tuvieron que
Ibid., p. 57. Ibid., pp. 57-62. 107 Rubial, “Tebaidas…”, pp. 363-364. 105 106
104
cancelar los ejercicios que se hacían en las
tradición de sus mayores que quien cavase
ermitas individuales.
allí había de morir luego”. Así, fray Damián
108
Una noche se descubrió al causante de
de San Basilio dijo a los indios que él ca-
los incendios. Era un indio del pueblo de
varía primero y que, si no moría, ellos se
San Bartolomé que durante 12 años había
persuadirían de que sus dioses eran falsos.
asustado a los ermitaños. Se le senten-
Respondieron que sí, cavó y no murió. Los
ció en Coyoacán a ser azotado y enviado
descalzos toman este hecho como una de
a obraje, pero los carmelitas disintieron al
las pruebas de evangelización que realiza-
considerar leve el castigo; pidieron la rec-
ron con los indios de la zona.110
tificación del fallo y los señores de la Real
Cada acción relatada en las crónicas
Sala del Crimen lo castigaron con la horca
corresponde a la tradición eremítica arras-
en la plaza mayor de la ciudad de México
trada desde el medioevo, la cual se mezcló
y le cortaron la cabeza y la mano derecha
con las características propias del Virreinato
para exhibirlas en el camino de la capital a
-como el caso de la vestimenta tlaxcalteca-
Santa Fe.
para edificar el primer yermo de Indias.
109
Ante el rechazo constante de la comu-
A lo largo de este artículo se percibe
nidad, los ermitaños siguieron trabajando y
que los carmelitas recibieron el apoyo de
sólo así -según los cronistas- los conflictos
las dos autoridades supremas de la Nueva
se fueron solucionando. Las fieras se tor-
España: el virrey y el arzobispo pues, como
naron mansas pues ya reconocían el hábito
mencioné, ambas autoridades respaldaron
de la Virgen; el lugar se fue santificando y
la tendencia de centralización, pero sus
los pobladores del lugar lo agradecieron
discrepancias residieron en cómo lo conci-
pues “[…] era tan supersticioso este sitio
bieron y, por tanto, el papel que cada una
que cuando se hizo la cerca, en llegando
de las autoridades civiles y religiosas debía
a aquel lugar pararon todos los indios que
desempeñar en el proceso.111 También fue-
iban abriendo las zanjas, diciendo que era
ron apoyados por la Audiencia peninsulares
El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 63. Ibid., p. 67. 110 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 288. 111 María del Pilar Martínez, Elisa García y Marcela García, “Estudio introductorio. Tercer Concilio provincial mexicano (1585)”, en Concilios provinciales, Pilar Martínez López-Cano (dir.), México, UNAM, 2003, disco compacto, p. 1. 108 109
105
y algunos criollos, quienes ofrecieron sus
rona para lograr el fortalecimiento del Es-
recursos para ser patronos tanto del con-
tado. De esta manera, la orden de Nuestra
vento como de las ermitas.
Señora del Carmen dibujó algunas de las
En cambio, entre los opositores a los
bases para que, más adelante, se gestaran
intereses de los carmelitas descalzos es-
el proceso de secularización y el de confor-
tuvieron el obispo Diego Romano, el cabil-
mación del Estado moderno.
do -aunque pronto cambió su posición- y,
Pero los carmelitas descalzos no sólo se
por momentos, uno de los representantes
entremetieron en la vida política de la Nueva
más fuertes del grupo criollo: Pedro Cortés,
España, sino que lograron insertarse en las
mediante su representante en México. Se
fibras de la tradición e historia propia que
unieron a este grupo el otro frente contrarre-
conformaba al virreinato, a partir de símbo-
formista, la Compañía de Jesús, y los men-
los que rescataron y que resultaban recono-
dicantes como la orden de Santo Domingo
cibles para esa sociedad. El interés de los
apoyados por los pueblos indígenas.
benefactores no respondió exclusivamente
Así, la fundación del Santo Desierto
a una posición social sino a sus creencias,
por los hijos de Santa Teresa y los choques
al intento por salvarse de las “garras del pur-
para llevarla a cabo reflejan las reaccio-
gatorio”, además de recobrar la participación
nes de diversos grupos ante la inserción y
que como seglares habían tenido en el ritual
adaptación de un nuevo orden auspiciado
eremítico hasta hacía poco tiempo.112
desde la metrópoli; según esta tendencia,
Por tanto, no fueron sólo los juegos
el clero regular tenía que reformarse y rea-
políticos -en los que se desenvolvió la vida
comodar sus funciones en la sociedad, las
en la Nueva España- los que dotaron de
cuales implicaron el repliegue al interior de
características propias a la tendencia me-
sus conventos o la misión en los territorios
tropolitana antes mencionada, sino también
más alejados del dominio institucional. Esta
la herencia eremítica hispana trasladada a
transformación se concatenó en un esque-
Indias, así como la mágica y religiosa de los
ma de centralización pretendido por la Co-
pobladores americanos.
112
Christian, La religiosidad local…, pp. 203-206.
* Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
106
DE BUENAS INTENCIONES A NECESIDADES REALES. EL INGRESO DE CAPELLANAS AL CONVENTO DE SANTA TERESA DE LA CIUDAD DE MÉXICO, 1704-18001 Graciela Bernal Ruiz*
PRESENTACIÓN
monjas que reproducían un conglomerado social en espacios que habían sido reser-
Uno de los elementos más notables que
vados para la clausura.2 Esta situación llevó
caracterizaron a los conventos novohispa-
a que en la segunda mitad del siglo XVIII se
nos fue la numerosa población que residía
dictara una serie de reformas sobre la vida
dentro de la clausura. En esos recintos se
conventual, cuya finalidad era acabar con la
podía encontrar a niñas educandas, muje-
situación de relajación prevaleciente hasta
res de servicio o damas de compañía de las
ese momento.3
1 Una primera versión de este trabajo se presentó en el 52o. Congreso de Americanistas, celebrado en Sevilla del 17 al 21 de julio de 2006. 2 Josefina Muriel nos brinda un marco general y referencial sobre los conventos de monjas de Nueva España, en su estudio pionero sobre el tema encontramos que en la mayoría de los conventos existía una activa vida social: Josefina Muriel, Conventos de monjas en la Nueva España, México, Jus, 1995 [1a. ed., 1946]. Estudios posteriores han reforzado esa hipótesis, quizá uno de los ejemplos más claros es el texto de Pilar Gonzalbo, pues al ocuparse de la labor educativa de los conventos nos habla de las niñas educandas que albergaban, lo cual, de alguna manera, rompía la clausura: Pilar Gonzalbo, La educación femenina en la Nueva España: colegios, conventos y escuelas de niñas, México, UNAM, 1981. Por lo que respecta a los conventos de carmelitas descalzas, Manuel Ramos Medina menciona la importancia que dentro de la sociedad novohispana tenían estos recintos, lo que atribuye, en gran parte, a su reducida población y a la vida contemplativa que seguían: Manuel Ramos Medina, Imagen de santidad en el mundo profano, México, Universidad Iberoamericana, 1990, y Místicas y descalzas: fundaciones femeninas carmelitas en la Nueva España, México, Centro de Estudios de Historia de México, CONDUMEX, 1997; véase también Graciela Bernal Ruiz, “El convento de Santa Teresa en la nueva de la ciudad de México, actores e institución religiosa en la Nueva España, 1704-1800”, tesis de licenciatura en Historia, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2001. 3 A partir de 1767 se aplicaron disposiciones que buscaban retomar la disciplina que se había relajado en la mayoría de los conventos. En ese año el arzobispo Francisco Antonio de Lorenzana dio a conocer un documento titulado “Pastoral del arzobispo de México sobre costumbres y vicios de los conventos”. En los siguientes años se dieron a conocer más cédulas encaminadas a reformar la vida conventual, como la “Cédula sobre reglas de gobierno de las comunidades religiosas”; véase Graciela Bernal Ruiz, “El convento de Santa Teresa…”, pp. 139-143.
107
En este contexto, la orden de carme-
del siglo XVIII se hablaba de la necesidad de
litas descalzas representó una excepción
fundar un nuevo convento, quizá porque en
en tanto sus constituciones establecían un
este momento creían reunir las condiciones
límite de 21 monjas, número considerado
económicas necesarias para ello.
suficiente para una orden dedicada a la
Con la herencia recibida por la muerte
contemplación. Por este motivo, también
del principal patrono del convento (acae-
prohibían la entrada de niñas educandas u
cida en 1693), la priora de ese momento
otras personas que distrajeran la atención
-quien era su hija- consideró que contaban
de las monjas, prohibición que se hizo efec-
con recursos suficientes para llevar a cabo
tiva salvo muy raras excepciones.
esta obra. Además, como muchas de las
4
Bajo estas disposiciones, en 1616 se
aspirantes no podían cubrir el monto de la
fundó el primer convento carmelitano de la
dote -que en ese momento oscilaba entre
capital novohispana con la advocación de
3,000 y 4,000 pesos-, se planteó que la
San José, y las características que lo dife-
totalidad de las monjas ingresaría como
renciaban de la mayoría de los conventos
capellanas.
5
le ganaron la simpatía de la sociedad, así
Sin embargo, las religiosas pronto se
como de mujeres que deseaban ingresar a
vieron obligadas a reconocer que la heren-
la orden. Sin embargo, la cláusula que li-
cia dejada por el patrono no era suficiente
mitaba el número de monjas propició que,
para cumplir ese deseo en su totalidad. Si
en palabras de las religiosas, existieran mu-
bien consiguieron pagar la obra del conven-
chas aspirantes en espera de una vacante,
to de Santa Teresa, dedicado en 1704, no
lo cual sólo se producía por la muerte de
pudieron exceptuar a todas las aspirantes
una de las monjas. Por esta razón, a finales
de cubrir la dote; en 1712, el número de
4 En la ciudad de México, ese caso excepcional fue el de Teresa de Jesús; ella entró al convento con sólo 12 años de edad, cuando la edad mínima a la que ingresaron las novicias fue de 15 años -las Constituciones establecían que debía ser a los 17-. Creemos que pudo ser considerada una “niña educanda” porque fue al cumplir 15 años que se convirtió en novicia, profesando un año después. Su ingreso fue justificado por lo “deseosa que estaba de abrazar la orden”, aunque seguramente su aceptación se debió a que su padre aportó el dinero necesario para la construcción de la iglesia del convento. Véase Graciela Bernal Ruiz, “El convento de Santa Teresa la Nueva…”, pp. 40-44. Respecto a los requisitos de edad para ser novicia de esta orden, véase Santa Teresa de Jesús, Obras completas, Madrid, Aguilar, 1970, p. 27. 5 El primer convento de esta orden en la Nueva España se fundó en la ciudad de Puebla en 1604, también dedicado al señor San José.
108
capellanas se redujo de manera definitiva a
personas que promovieran la fundación de
14, todavía un número significativo en fun-
iglesias, casas de recogimiento y conventos.
ción de las prácticas del momento.
Para realizar cualquiera de estas obras, los
En este trabajo analizamos el proyecto
interesados debían contar con el beneplácito
planteado por unas religiosas: permitir la
de autoridades tanto civiles como eclesiásti-
entrada a la clausura sin dote a aspirantes
cas y, para que éstas dieran su autorización,
de escasos recursos. Si bien esto pretendía
uno de los requisitos indispensables era
ser una opción para mujeres que de otra
contar con capital suficiente que sufragar los
manera no podían ingresar al convento,
gastos de la construcción y, de ser posible,
veremos cómo esas intenciones cambiaron
el sustento de sus ocupantes; la intención
muy pronto, no sólo porque las religiosas
era que las obras no representaran ninguna
se vieron imposibilitadas económicamente
carga para el Estado ni para la iglesia.
para llevar a cabo el proyecto original, sino
En el caso de los conventos, estas con-
porque varias de las beneficiadas pertene-
diciones llevaron a las monjas a buscar “pa-
cían a familias que distaban mucho de ser
tronos” para construir sus recintos; es decir,
de escasos recursos.
personas que facilitaban el capital o propie-
Además encontramos otro elemento
dades necesarias para ese fin, lo cual se ha-
que se discutirá en el trabajo, la importan-
cía mediante la firma de un contrato ante un
cia del estatus de la propia orden que se
notario eclesiástico y con la autorización del
vería beneficiada por esta generosidad en
arzobispo, en el que ambas partes, patrono
un tiempo en el que la dote era un ele-
y la representación de la nueva fundación,
mento decisivo para ingresar en la clau-
declaraban sus mutuas obligaciones.
sura que, dicho sea de paso, también era
Éstas variaron de acuerdo con las prác-
un símbolo de estatus para las familias
ticas de cada orden religiosa, pero la regla
novohispanas.
general era que el patrono se comprometiera a edificar la iglesia y el convento o lo
FUNDAR UN CONVENTO
dotara de bienes, si es que los edificios ya estaban terminados o en proceso de cons-
En una sociedad eminentemente religiosa
trucción. Hubo casos en que un convento
como la de la Nueva España, no faltaron
llegó a tener más de un patrono debido a
109
que no todos los donadores contaban con
taban dedicarles gran parte de sus oracio-
el capital requerido para la construcción;
nes y reservarles un espacio en el convento
de esta manera, la aceptación del título de
para ser sepultados, y no fue raro el caso
patrono dependía de la “negociación” o
en que estos derechos se extendieron a sus
disposición tanto de las monjas como del
descendientes.7 También era derecho de los patronos
donador. Es de suponer que los patronos eran
nombrar capellanas,8 es decir, cierto número
personas con solvencia económica; la ma-
de jóvenes que podían entrar al convento sin
yoría contaba con capitales o propiedades
pagar dote; por lo regular se trataba de mu-
considerables, como fue el caso de quienes
jeres que tenían un vínculo familiar con ellos,
financiaron los conventos carmelitanos.
pero cuando no sucedía así las aspirantes
Por ejemplo, el capitán Esteban de Molina
tenían que comprobar que provenían de un
Mosqueda, patrono principal del convento
origen social “limpio”, un requisito general.9
de San José de la ciudad de México -cuya
En la mayoría de los casos fueron las
reconstrucción financió -, era considerado
propias personas que se convirtieron en
un rico hacendado residente en la capital
patronos quienes en vida decidieron apo-
novohispana; los patronos de los conventos
yar nuevas fundaciones, o bien lo dejaron
carmelitanos de Guadalajara y Querétaro
establecido en sus testamentos. En ese
también fueron “gente principal”.
contexto, podemos decir que la fundación
6
A cambio de financiar estas obras, las
de Santa Teresa de la ciudad de México
religiosas debían otorgar a sus benefacto-
-más tarde conocida como Santa Teresa
res ciertos derechos, entre los que se con-
la Nueva- representó un caso especial en
6 La benefactora del convento de Guadalajara fue Isabel Espinosa de los Monteros; ofreció 40,000 pesos para la fundación, de los cuales se destinó la mitad a la construcción del convento y el resto al sostenimiento de las religiosas. La benefactora de Querétaro fue Antonia Josefa Gómez Rodríguez de Pedroso, marquesa de Selva Nevada, mujer acaudalada, dueña de haciendas, vecindades, pulperías, etc., quien además ingresó al mismo convento bajo el nombre de María Josefa de Santa Teresa; ella hizo una donación de 105,000 pesos. Para el caso de los conventos de carmelitas descalzas, véase Manuel Ramos Medina, Místicas y descalzas…. 7 Para estudiar detenidamente el tema de los patronos de los conventos, sobre todo de la ciudad de México, consúltese Josefina Muriel, Conventos de monjas…, pp. 29-32. 8 El título de capellán se aplicaba tanto a hombres como a mujeres, los primeros tenían la función de oficiar misa y las segundas, que habían sido “dotadas” por alguna persona para que entraran a un convento, al no pagar dote debían rezar por el alma de quien les ayudó a ingresar al convento. 9 Josefina Muriel, Conventos de monjas…, pp. 29-31.
110
tanto la persona que se convirtió en su
era ante todo un acto de generosidad en
patrono, Esteban de Molina Mosqueda,
una sociedad en donde las buenas accio-
ya había fallecido cuando se emprendió
nes eran de primer orden. En este sentido,
la nueva obra, y no dejó en su testamento
al ser la dote un requisito casi indispensa-
disposición alguna relacionada con ello ni
ble para entrar en clausura, las religiosas
con el nombramiento de capellanas. Fue
carmelitas serían bien vistas, pues darían la
su hija, Teresa de Jesús, que en ese mo-
oportunidad de optar por este tipo de vida a
mento era la priora del convento de San
aspirantes de escasos recursos exentándo-
José y decía representar los derechos de
las de ese pago.
las demás religiosas, la encargada de pro-
Por la cantidad de recursos que de-
poner y realizar los trámites de la nueva
bían invertirse, las generosidades de esa
fundación, apoyada en la seguridad econó-
magnitud eran poco comunes en la Nueva
mica que parecía darle la herencia recibida
España; por lo tanto, el convento, las reli-
de su padre.10
giosas -léase Teresa de Jesús- y el patrono
Con una aparente solvencia económi-
podrían inmortalizarse. Esteban de Molina
ca, la priora de San José también propuso
se convertiría en patrono de dos conventos;
que la totalidad de las monjas que ingresa-
Teresa de Jesús sería reconocida como la
ran al nuevo convento lo hicieran sin dote,
promotora de un proyecto de gran importan-
convirtiéndose así en capellanas de su di-
cia, pues aunque lo hacía como priora de
funto padre. Teresa de Jesús sabía que sus
un convento, era difícil desligarla del hecho
argumentos estaban libres de cualquier ob-
de que fuese la hija del patrono. También
jeción, pues no sólo se trataba de “dar con-
estaba de fondo el prestigio de la orden car-
suelo a muchas doncellas” que no podían
melitana en la capital virreinal, un espacio
ingresar al convento por falta de espacio;
en donde los conventos de monjas pudie-
10 Esteban de Molina Mosqueda dejó como heredera de sus bienes a su hija y al convento “por su representación”, pues era una regla que las religiosas, al ingresar en clausura, debían hacer testamento a favor del convento; siguiendo esta práctica, el convento de San José quedó como poseedor de todos los bienes de Esteban de Molina. Un análisis más amplio del testamento de Esteban de Molina Mosqueda, de las disposiciones de Teresa de Jesús y de todo el proceso de la nueva fundación puede verse en Graciela Bernal Ruiz, “La polémica por un derecho, discordia entre dos carmelos”, en María Isabel Viforcos Marinas y Ma. Dolores Campos SánchezBordona (coords.), Fundadores, fundaciones y espacios de vida conventual. Nuevas aportaciones al monacato femenino, León, Universidad de León, 2005, pp. 591-612.
111
ron disputarse las limosnas, las herencias,
convento de Santa Teresa. El primer año
el reconocimiento social, etc., qué mejor
hubo mucho movimiento. A finales de 1705
manera de obtenerlo que con una obra de
vivían en el convento 18 religiosas -habían
estas características.11
ingresado 20, pero dos salieron antes de
A finales de 1704 todo estaba listo para
profesar-, incluidas las cuatro religiosas
la dedicación del convento; una de las re-
fundadoras provenientes del convento an-
ligiosas elegidas como fundadoras fue la
tiguo. En 1706 entró otra novicia, una más
propia Teresa de Jesús, quien había sido
el año siguiente -que no profesó- y en 1709
priora de San José los últimos 12 años y
ingresó la que se consideraba número 20;
pasó con el mismo cargo a Santa Teresa, y
la última de esta primera generación llegó
lo sería hasta el día de su muerte, acaecida
al claustro en 1713.
en 1723. Las demás religiosas fundadoras
Como vemos, en el lapso de un año la
fueron Isabel de la Encarnación, que ejerce-
población de Santa Teresa estaba a punto
ría los cargos de portera mayor, clavaria y
de llegar a su límite, pero pasaron casi ocho
tornera; María de Cristo, designada segun-
años antes de que esto sucediera. Creemos
da clavaria y ropera, y Juana María de San
que la razón fue, al menos hasta 1812, la
Esteban como sacristana, segunda portera,
falta de novicias, porque en San José sólo
provisora y clavaria.
se registró la entrada de una novicia entre 1700 y 1717.12 Esto es comprensible en
EL INGRESO DE MONJAS, LOS PRIMEROS
tanto debía poblarse un convento de nue-
DESENCANTOS
va fundación y remplazar en el antiguo las vacantes dejadas por las fundadoras que
El día señalado para la fundación fue el
pasaron a Santa Teresa, pues aun cuando
4 de diciembre de 1704 y a partir de ese
existían aspirantes, éstas no debieron ser
momento se inició el ingreso de novicias al
demasiadas, sobre todo si pensamos en la
Las muestras de simpatía hacia la nueva fundación fueron expresadas en los testimonios presentados por las religiosas en los trámites de fundación, y en ellos se enfatizaba la generosidad de las monjas al exceptuar a las aspirantes de dote. Véase Graciela Bernal Ruiz, “La polémica por un derecho…”. 12 En 1705 profesó quien llevó por nombre religioso Gertrudis María de San Esteban. Si profesó como monja de velo negro debió ingresar en 1704, y si lo hizo como monja de velo blanco debió hacerlo en 1703; en ambos casos, debió ser antes de que se dedicara el convento de Santa Teresa, pues como hemos mencionado, fue a finales de 1704. 11
112
variedad de opciones que ofrecía la capital de la Nueva España.
13
Esta situación se mantuvo varios años y, en 1712, la precaria situación económica
Muy pronto se presentaron problemas
de ambos conventos obligó a las religiosas
económicos que afectaban directamente
de Santa Teresa a solicitar al arzobispo “de-
el sustento de las monjas y la entrada de
tener” la entrada de capellanas debido a la
capellanas. La crisis económica alcanzó la
falta de recursos;15 al mismo tiempo pedían
cúspide en 1706, cuando fue evidente que
que el convento de San José les aumentara
los gastos generados por ambos conven-
la renta anual. También reclamaron las do-
tos no podían cubrirse con la herencia del
tes de tres de las religiosas fundadoras, las
señor Esteban de Molina, no después de
cuales se habían quedado en el convento
financiar una obra material de semejantes
de San José, pero la prelada de él, como
magnitudes. Esto desembocó en un pleito
era de esperase, se negó a entregarlas.16
que en un principio involucró al mayordo-
Al hacer la solicitud al arzobispo, Te-
mo de ambos conventos y a la priora de
resa de Jesús pedía detener la entrada de
San José -acusada de exceder los gastos
capellanas y que se modificara el proyecto
del convento- y pronto enfrentó a las dos
original; para solucionar los problemas eco-
prioras. En marzo de 1708 Teresa de Je-
nómicos, propuso que 14 religiosas conser-
sús expresó de manera abierta que no le
varan el título de capellanas y a las siete
alcanzaban los 4,000 pesos que recibía
restantes se les nombrara de dote -incluso
anualmente del convento de San José.14
la número 21, lugar questaba vacante-, es-
En 1704 existían 19 conventos de monjas en la ciudad de México, incluido el de Santa Teresa. En la escritura de obligación se establecía que el convento de San José debía dar al nuevo convento una cantidad anual de 4,000 pesos para el sostenimiento de las monjas. Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Bienes Nacionales, vol. 477, exp. 3, La priora y clavarias de Santa Teresa piden que se les haga notoria la cuenta sobre que no alcanzan las rentas a cubrir los gastos, marzo de 1708. Los detalles de este enfrentamiento pueden consultarse en Graciela Bernal Ruiz, “La polémica por un derecho...”. 15 Archivo Histórico del Convento de Santa Teresa La Nueva, México (en adelante AHCSTNM), Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4 de noviembre de 1712, y Libro de profesiones, años de 1704 a 1712. 16 AHCSTNM, Documentos oficiales, 1700-1730, Auto, 4 de noviembre de 1712. Debemos señalar que una de las cuatro religiosas fundadoras de Santa Teresa, Juana María de San Esteban, había ingresado al convento antiguo como capellada de Esteban de Molina Mosqueda; es probable que fuese una conocida del propio patrono y, por lo tanto, de Teresa de Jesús o, en todo caso, que al haber sido dotada por el padre de ésta le debiera cierta lealtad: AGN, Bienes Nacionales, legajo 308, exp. 5, Convenio celebrado entre los conventos de San José y Santa Teresa. 13 14
113
pecificando que la que entrase lo haría bajo
dida por el arzobispado, que nombró a las
la misma modalidad. La petición fue aten-
14 elegidas. (Cuadro 1.)
17
Cuadro 1. Título de las religiosas de Santa Teresa, 1712 Año
Nombre
Modalidad
Velo
1704
Isabel de la Encarnación
Dote
Negro
1704
Teresa de Jesús
Dote
Negro
1704
María de Cristo
Dote
Negro
1704
Juana María de San Esteban
Capellana
Negro
1704
Ana de Santa Eufrasia
Capellana
Blanco
1704
Luisa del Sacramento
Salió
-
1704
Agustina de San José
Dote
Negro
1704
María de San Juan
Capellana
Negro
1704
Petra de Santa Teresa
Dote
Negro
1704
María Manuela del Rosario
Capellana
Negro
1704
Josefa de San Miguel
Capellana
Negro
1705
María de San Cirilo
Capellana
Blanco
1705
Francisca de San Elías
Capellana
Negro
1705
Juana del Sacramento
Capellana
Negro
1705
María Ana Ignacia de Jesús
Salió
-
1705
Manuela de los Ángeles
Capellana
Blanco
1705
María Luisa del Espíritu Santo
Capellana
Negro
1705
María de Santa Inés
Capellana
Negro
1705
Bernarda de la Concepción
Capellana
Negro
1705
Teresa de la Asención
Dote
Negro
1706
María de San Alberto
Capellana
Negro
1707
Leonor de San Pedro
Salió
-
1709
María de San Francisco
Capellana
Negro
Fuente: AHCSTNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4.XI.1712, y Libro de profesiones, años de 1704 a 1709, s/f. 17 La finalidad de presentar este documento fue exponer el problema económico en que se encontraban las religiosas de Santa Teresa y tratar de conseguir que el arzobispo hiciera algo al respecto. AHCSTNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4 de noviembre de 1712.
114
Teresa de Jesús establecía su criterio
Cuadro 1, en donde se presentan los nom-
para nombrar a las religiosas de dote y
bres de las religiosas siguiendo el orden de
capellanas. Éstas debían ser las primeras
ingreso como novicias. En ese cuadro ob-
14 y para ello se apoyaba en las Constitu-
servamos que a dos de las religiosas que
ciones aunque, como veremos, hacía una
ingresaron en 1704 (Agustina de San José
adaptación de la cláusula XIV del capítulo II
y Petra de Santa Teresa) se les dio el título
de las mismas. Esa cláusula, citada por la
de dote. Posteriormente se intercalaron las
priora, decía que no podían recibirse “más
categorías de capellanas con una de dote
de catorce monjas hasta no tener los recur-
(Teresa de la Ascensión), y nuevamente
sos suficientes para el sustento de las vein-
dos capellanas más, María de San Alberto y
te y una que ordena la regla”; en ese mo-
María de San Francisco, reservando el nú-
mento había 20 monjas en Santa Teresa.
mero 21 para otra de dote.
18
Visto lo anterior, creemos que el criterio
Basamos la idea de que algunas de las
para elegir a las 14 monjas que llevarían el
religiosas con posibilidades económicas
título de capellanas pudo basarse en las po-
recibieron el título “de dote” en el caso de
sibilidades económicas o la aportación que
Petra de Santa Teresa, quien al ingresar
pudieran dar al convento. Esto se deduce
al convento dotó de mil pesos de limosnas
del hecho de que tres de las fundadoras, las
al convento19 que, si bien no se trataba del
primeras en ingresar al convento, conser-
monto de una dote, era una cantidad con-
varon su título de “religiosas de dote” con
siderable que no podía pagar cualquier
que habían ingresado al convento antiguo,
persona. Por otra parte, desconocemos el
a pesar de que el monto de la dote no se
origen económico de las últimas dos religio-
trasladó a Santa Teresa.
sas que recibieron el título de dote, Agusti-
Si seguimos el criterio planteado por la
na de San José y Teresa de la Ascensión,
priora de Santa Teresa, las siguientes 14
prácticamente no sabemos nada, el único
debieron nombrarse como capellanas, pero
detalle es que Agustina de San José entró
no sucedió así, como se puede ver en el
en segundo lugar (descartando a las funda-
AHCSTSNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4.XI.1712. 19 AHCSTSNM, Libro de profesiones, Profesión de Petra María de Santa Teresa, 9 de diciembre de 1804. 18
115
doras y a la que salió) y profesó en quinto
intenciones. Veamos lo que sucedió con el
por problemas de salud, por lo cual, en el
otro objetivo, beneficiar a mujeres pobres.
criterio planteado por la priora, debió haber sido nombrada como capellana.
EL ORIGEN DE LAS MONJAS
Finalmente, la única dote que recibió Santa Teresa fue la de Rosa María de la
Igual que en los demás conventos de la
Santísima Trinidad, la número 21 que ingre-
ciudad de México, las religiosas de Santa
só en 1713, y con esa cantidad se cubrió
Teresa fueron “de origen conocido”; encon-
una capellanía de 3,000 pesos en 1714,
tramos datos que así lo indican en el Libro
que estaba impuesta sobre una casa que
de profesiones, y también podemos ver que
recibieron las carmelitas.
en algunos casos de monjas coristas existe
20
Como vemos, esta primera genera-
una información amplia de sus padres y fa-
ción de monjas se enfrentó a una realidad
miliares, todo lo cual nos permite saber más
muy distinta a la que esperaban; el cambio
sobre su origen.
de monjas capellanas a monjas de dote se
Mediante esos documentos hemos po-
convirtió en algo inevitable ante la imposibi-
dido saber que dentro del convento de San-
lidad de cubrir con 4,000 pesos los gastos
ta Teresa se establecieron algunos lazos
que generaba el convento: manutención de
de parentesco. Al respecto, en el Cuadro 2
las monjas, gastos de enfermería, todo lo
se muestra que existieron varias hermanas
que implicaba la celebración de misas (cera,
como Juana María de San Esteban (prove-
aceite, vino, hostias, etc.), salarios de sacris-
niente del convento de San José y fundado-
tanes, guarda de noche, etc. En este sentido,
ra de Santa Teresa) y María de San Fran-
vemos que uno de los objetivos del proyecto
cisco (cuyo ingreso se produjo en 1709),
de Teresa de Jesús, poblar el convento de
Josefa Teresa de Jesús (1731) y María
Santa Teresa con capellanas, no pudo con-
Xaviera de los Dolores (1732), María Josefa
cretarse en su totalidad pues las necesida-
de San Juan (1757) y Josefa Ignacia de la
des económicas sobrepasaron las buenas
Encarnación (1760). Estos lazos de paren-
Las religiosas especificaban que esa capellanía había sido cubierta con el monto de una dote. AGN, Bienes Nacionales, leg. 752, exp. 3. El mayordomo del convento de Santa Teresa presenta relación de las rentas recibidas. 20
116
tesco también existieron, al menos para un
y a Josefa del Santísimo Sacramento, del
caso en el siglo XVIII, entre religiosas de los
convento de San José. Sabemos que Rosa-
dos conventos carmelitanos de la ciudad de
lía de la Santísima Trinidad y Ana María de
México; nos referimos a Ángela Teresa de
San Miguel también pertenecían a la misma
Jesús (1772) del convento de Santa Teresa
familia; ésta era sobrina de aquélla.
Cuadro 2. Origen de las monjas del convento de Santa Teresa Nombre de pila
Manuela Molina Mosqueda
Juana de Zúñiga y Toledo
María de Baldiviero
Nombre religioso
Lugar de origen
Isabel María de la Encarnación
Ciudad de México
Teresa de Jesús
Ciudad de México
María de Cristo
Ciudad de México
Juana María de San Esteban Ciudad de México
Nombre de los padres
Esteban de Molina Mosqueda y Manuela de la Barreda Francisco de Zúñiga y Toledo y María de Campos (o Espinoza)
Luisa del Sacramento
Ciudad de México
Agustina de San José
Ciudad de México
Cristóbal de la Palma y Ángela de Monroy
María de San Juan
Ciudad de México
Nicolás del Campo y Mariana Hernández
Petra María de Santa Teresa
Ciudad de México
Juan de Erise y María de la Rosa
María Manuela del Rosario
Guadalajara
Domingo de Urisa y Mariana de Gambo
Josefa de San Miguel
Real de minas de Pozos
Pedro de Aván y María de [Conpí]
Ana de Santa Eufrasia
Ciudad de México
Jerónimo Guerrero y Teresa de Juárez
Francisca de San Elías
Ciudad de México
Juan de Garay y Balona y Francisca Ramírez de Arellano
Juana del Sacramento
Villa de León
Francisco de Navarrete y Ávalos y Leonor de Aguilar
María Ana Ignacia de Jesús
Ciudad de México
Baldiviero y Portilla
117
Nombre de pila
Nombre religioso
Lugar de origen
María de San Cirilo Ciudad de México María Luisa del Espíritu Santo
Ciudad de México
Nombre de los padres Miguel Moreno y Teresa Reina Gabidia y María de Padilla
María de Lobato
María de Santa Inés Ciudad de México
Jerónimo Lobato
Claudia Helguera
Bernarda de la Concepción
Reino de Galicia (Ponte Vedra)
Antonio Helguera y Josefa Zúñga Montemayor (Sotomayor)
Teresa de Lora
Teresa de a Asención
Ciudad de México
Nicolás de Lora y María de Zárate
Manuela Sánchez
Manuela de los Ángeles
Ciudad de México
Andrés Sánchez Requejo y María de Sierra
Ciudad de México
Luis Ceballos e Inés de Ortega
María de San Manuela de Ceballos Alberto Manuela de Gracia
Leonor de San Pedro
Ciudad de México
Juan de Gracia y Leonor Cano
María Josefa de Zúñiga y Toledo
María de San Francisco
Ciudad de México
Francisco de Zúñiga y Toledo y María Espinoza
Rosalía Bueno y Basorio
Rosa María de la Santísima Trinidad
Ciudad de México
José Bueno y Basorio y María de Ita y Parra
María Josefa de Espinosa
María Josefa de la Encarnación
Ciudad de México
Juan de Espinosa y Clara Moreno del Río
Rosa Rodríguez de la Rosa
Rosa Xaviera de los Dolores
Ciudad de México
Manuel Rodríguez de la Rosa y Rosa Polanco
Ciudad de México
Diego de Ordás y León y Petronila Pérez Alonso
María de Sebastián Ordás y León Josefa Ignacia de Soria
Josefa Teresa de Jesús
Ciudad de México
Ignacio de Soria y María González
María Javiera de Soria
María Xaviera de San José
Ciudad de México
Ignacio de Soria y María González
Josefa Folgar
Josefa Ana de la Concepción
Ciudad de México
Ramón Folgar y Micaela Munarrás Garrido
Ana María de San Ana María de Castro Miguel
Ciudad de México
Francisco de Castro y Josefa de Ita y Mora
Francisca de Villalobos
Ciudad de México
Juan de Villalobos y Gregoria Gertrudis de Romero
118
Francisca de la Asunción
Nombre de pila
Mónica Cid de Escobar
Nombre religioso
Lugar de origen
Nombre de los padres
María Josefa de San Ignacio
Ciudad de México
Lorenzo de Artiaga y Magdalena de León
Ciudad de México
José Cid de Escobar y María de Villaseñor (su padre era originario de la villa de aguas. En el nuevo reino de Galicia
Agustina Gertrudis de Cristo
María Romo de la Vera Eusebia Guerrero
Ciudad de México Eusebia del Sacramento
Ciudad de México
José Guerrero y María Mozón
Felipa María Ana de María Felpa Almonte de los Ángeles
Ciudad de México
Juan de Almonte y María de Gama
Agustina Meninde Velarde
Ciudad de México
Urbano Meninde Velarde e Isabel Sánchez
Ana María Bueno Cervantes
Mariana del Espíritu Santo Ciudad de México
José Bueno y María Tomasa Cervantes
María Guadalupe de San José Ciudad de México
Manuel Pavón y Felipa Rivera
Ana de San Esteban Ciudad de México
Isidro Navarro y Micaela de Ibarburu
Catarina de Cristo
Ciudad de México
Nicolás Moreno y Ana Pérez
Inés Josefa del Corazón de Jesús
Ciudad de México
Bartolo de Uribe (Munibe) y Andrea Artiaga
Micaela Josefa de Santa Teresa
Ciudad de México
Pedro Malo y María Gertrudis Castro
Ana María Navarro
Juana Osorio
María Josefa de San Juan Jalapa
Juan de Arce y Arroyo y Antonia de Achigaray
María Ignacia de la Asención
José Fernández y Micaela de la Mora
Ciudad de México
María Vicenta de los Dolores Ciudad de México
Manuel Castillo y clara Chandía
Juana María de la Cruz
Felipe Pardo y María Teresa del Moral
Ciudad de México
Juana María de San Elías Ciudad de México
Gaspar Osorio Barba y María Gertrudis de Vello
119
Nombre de pila
Nombre religioso
Lugar de origen
Josefa Ignacia de Arce
Josefa Ignacia de la Ciudad de México Encarnación (Jalapa?)
Juan de Arce y Arroyo y Antonia Achigaray
María Luisa González Guerra
María Luisa de San José Ciudad de México
Juan González Guerra y María Teresa Vértiz
Rosa María del Espíritu Santo
Juan Rafael de Roa y María Josefa de la Fuente
Ciudad de México
Nombre de los padres
María Josefa Moro
Ana Joaquina de la Concepción Ciudad de México
Antonio Moro y Martínez y Rosa Carbajal y Machado
Ángela Labanderos
Ángela Teresa de Jesús
José Labandero y Ángela Trebuesto
Ciudad de México
Juana María Regato María Ana de Santa y Monasterio Teresa Ciudad de México
José Regato y Clara Monasterio
María Josefa González del Castillo María Manuela de y Mendoza San Ignacio
Francisco González del Castillo y Ana Luisa de Mendoza
Ciudad de México
María Josefa Tobio
María Micaela de la Asunción Ciudad de México
José Tobio y María de Estada
Dolores Verdugo Blanco y Soler
María Dolores de la Santísima Trinidad Ciudad de México
Cap. Pedro Verdugo Blanco y Josefa Soler
María Ignacia de Goya (Lora) y Aldasoro
María Teresa Ignacia de los Dolores
Ciudad de México
Ramón de Goya y María Ana Aldasoro
Ciudad de México
Manuel Lesoana y Josefa Téllez Leal
María Agustina del Santísimo Agustina de Lesoana Sacramento
María Magalena de Manuela María Alire la Preciosa Sangres de Cristo Ciudad de México y Alasio
Juan Alire y María Alasio
Fuente: AHCSTNM, Libro de profesiones, años de 1704 a 1799.
En casi todos los casos en que dos religiosas presentaron lazos sanguíneos, una
ingresó como capellana y la otra con dote, o ambas como capellanas. (Cuadro 3.)
Cuadro 3. Modalidad de ingreso de las religiosas del convento de Santa Teresa Nombre
Ingreso
Modalidad
Velo
Isabel María de la Encarnación
1704
Dote
Negro
120
Nombre
Ingreso
Modalidad
Velo
Teresa de Jesús
1704
Dote
Negro
María de Cristo
1704
Dote
Negro
Juana María de San Esteban
1704
Capellana
Negro
Luisa del Sacramento
1704
(no profesó)
Negro
Agustina de San José
1704
Dote
Negro
María de San Juan
1704
Capellana
Negro
Petra María de Santa Teresa
1704
Dote
Negro
María Manuela del Rosario
1704
Capellana
Negro
Josefa de San Miguel
1704
Capellana
Negro
Ana de Santa Eufrasia
1704
Capellana
Blanco
Francisca de San Elías
1705
Capellana
Negro
Juana del Sacramento
1705
Capellana
Negro
María Ana Ignacia de Jesús
1705
(no profesó)
Negro
María de San Cirilo
1705
Capellana
Blanco
María Luisa del Espíritu Santo
1705
Capellana
Negro
María de Santa Inés
1705
Capellana
Negro
Bernarda de la Concepción
1705
Capellana
Negro
Teresa de la Asención
1705
Dote
Negro
Manuela de los Ángeles
1705
Capellana
Blanco
María de San Alberto
1706
Capellana
Negro
Leonor de San Pedro
1707
(no profesó)
Negro
María de San Francisco
1709
Capellana
Negro
Rosa María de la Santísima Trinidad
1713
Dote
Negro
María Josefa de la Encarnación
1726
Dote
Negro
Rosa Xaviera de los Dolores
1726
Capellana
Negro
María de Sebastiana Ordás y León
1726
Dote
Negro
Josefa Teresa de Jesús
1731
Dote
Negro
María Xaviera de San José
1732
Capellana
Negro
Josefa Ana de la Concepción
1732
Capellana
Negro
Ana María de San Miguel
1732
Capellana
Negro
Francisca de la Asunción
1732
Capellana
Negro
María Josefa de San Ignacio
1732
Capellana
Blanco
121
Nombre
Ingreso
Modalidad
Velo
Agustina Gertrudis de Cristo
1734
Dote
Negro
María Romo de Vera
1735
(no profesó)
Negro
Eusebia del Sacramento
1745
Capellana
Negro
María Felpa de los Ángeles
1745
Agustina Meninde Velarde
1748
Blanco (no profesó)
Blanco
Mariana del Espíritu Santo
1748
Negro
María Guadalupe de San José
1748
Blanco
Ana de San Esteban
1751
Negro
Catarina de Cristo
1753
Dote
Negro
Inés Josefa del Corazón de Jesús
1755
Capellana
Negro
María Josefa de San Juan
1757
Capellana
Negro
Micaela Josefa de Santa Teresa
1758
Dote
Negro
María Ignacia de la Asención
1758
Dote
Negro
María Vicenta de los Dolores
1758
Capellana
Negro
Juana María de la Cruz
1757
Capellana
Negro
Juana María de San Elías
1760
Capellana
Negro
Josefa Ignacia de la Encarnación
1760
Dote
Negro
Ángela Teresa de Jesús
1772
Dote
Negro
María Luisa de San José
1773
Dote
Negro
Rosa María del Espíritu Santo
1774
Capellana
Negro
Ana Joaquina de la Concepción
1775
Capellana
Negro
María Ana de Santa Teresa
1778
Dote
María Manuela de San Ignacio
1780
María Micaela de la Asunción
1784
Negro Blanco
Capellana
Negro
María Dolores de la Santísima Trinidad
1786
Dote
Negro
María Teresa Ignacia de los Dolores
1787
Capellana (dejó dote)
Negro
María Agustina del Santísimo Sacramento
1789
Capellana
Blanco
María Magdalena de la Preciosa Sangre de Cristo
1799
Dote (tomo la dote)
Negro
Fuente: AHCSTNM, Libro de profesiones, años de 1704 a 1799, y AHCSTNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4 de noviembre de 1712.
122
Esto nos lleva a cuestionar si todas las
Es el caso de María Josefa de San Juan
religiosas que ostentaron el título de cape-
(1757) quien, a diferencia de su hermana
llanas realmente carecían de capital para
Josefa Ignacia de la Encarnación (1760), no
dar la dote en el momento de profesión.
aportó dote al ingresar al convento. En el
Aun cuando no contamos con los datos
mismo caso se encontraban María Teresa
precisos de cada una de las religiosas, es-
Ignacia de los Dolores (1787) y María Agus-
tas dudas surgen en el momento de revisar
tina del Santísimo Sacramento (1789), esta
la documentación pues, a pesar de que en
última fue nieta por línea materna de Pedro
el Libro de fundación del convento se men-
Téllez Carbajal, oficial de las Reales cajas
ciona de manera reiterada que las religio-
de la ciudad, que entró como capellana to-
sas entrarían en él lo harían sin dote para
mando el velo blanco. Por otra parte, sólo
que así pudiesen acceder mujeres pobres
en el caso de María Teresa Ignacia de los
a esta orden, en la comunidad aparecieron
Dolores (1787) se especifica que al ingresar
nombres y parentescos importantes que no
al convento ocuparía el lugar de capellana
necesariamente se relacionaban con las re-
por ser el único que en ese momento estaba
ligiosas que ingresaron con dote.
vacante pero, por sugerencia del arzobispo,
En el apartado anterior analizamos el
depositó el monto de la dote que traía para
criterio seguido para nombrar a las religio-
que la ocupara alguna mujer pobre que de-
sas capellanas y a las de dote, y vimos la
seara entrar al convento y no contara con
falta de claridad en algunos casos en los
el capital requerido; esta cantidad la tomó
que su riqueza económica no está compro-
María Magdalena de la Preciosa Sangre de
bada, pero hay casos en que podemos ase-
Cristo (1799). Salvo este caso, ninguna otra
gurarlo, pues así se indica en algunas car-
mujer de situación económica desahogada
tas de edificación en las que se habla de
que ingresó como capellana dejó cantidad
religiosas capellanas que tuvieron padres
alguna para la misma causa.
21
“ilustres por nacimiento y con abundancia de bienes terrenales”.
En el convento de Santa Teresa también hubo monjas cuyos familiares pertene-
Carta de edificación es el texto que se encuentra dentro del Libro de profesiones, en la cual aparece una pequeña biografía de las religiosas que han muerto; se distribuía a todos los conventos de la orden para que conocieran la vida y virtudes de cada religiosa. 21
123
cieron a algunas órdenes militares22 y, por
las familias más importantes de México; su
lo tanto, a las familias más importantes de
abuelo materno, Pedro Trebuestos Alvara-
la Nueva España; sin embargo, no todas
do, era originario de las provincias vascon-
entraron con dote. Fue el caso de Francisca
gadas, en donde sabemos que ingresó a la
de San Elías (1705), hija de Juan de Garay
orden de Alcántara en 1713 y en 1728, una
y Balona, perteneciente a la orden militar de
vez que instalado en la Nueva España tomó
Santiago. Otro caso es el de Juana María
la orden de Santiago. En 1720, Trebues-
de San Elías (1760), quien también fue ca-
tos se había casado con Catalina Dávalos
pellana y cuyo padre, Gaspar Osorio Barba,
Bracamonte y Orozco, con cuyo matrimonio
descendía de Lorenzo y José Antonio Oso-
obtuvo el título de tercer conde de Miravalle
rio y Barba, originarios del reino de León;
y sus “descendientes continuaron con los
ambos ingresaron a la orden de Santiago en
honores de la casa”.24
el año de 1694, cuando todavía estaban en
En cuanto al padre de Micaela Josefa
España y al pasar a América en 1702, uno
de Santa Teresa (1757), Pedro Malo de Vi-
de ellos fundó una capellanía en la catedral
llavicencio, sabemos que ingresó a la orden
metropolitana.
de Calatrava en 1709 cuando aún se encon-
23
Por lo que se refiere a las religiosas
traban en Sevilla, su lugar de origen, y al
de esta jerarquía que sí entraron con dote
pasar a la Nueva España fue oidor decano
podemos mencionar a Ángela Teresa de
de la ciudad de México y capitán general;
Jesús (1777), quien perteneció a una de
los nueve hijos que tuvo con su esposa,
22 En España, las órdenes militares fueron consideradas en sus inicios “la expresión vigorosa del poder” de un grupo “en ansia de reconquista”. Fueron esencialmente religiosas no sólo por su lucha contra los moros, sino porque sus integrantes estaban sujetos a una disciplina muy rígida (como la castidad, la obediencia al maestre de la orden y la pobreza personal). Debido a los privilegios concedidos por el papa y los reyes de Castilla, León, Aragón y Portugal, las órdenes militares llegaron a convertirse en organismos poderosos que en ocasiones llegaron a disputar la soberanía con los reinos de España. A partir del matrimonio de los Reyes Católicos, paulatinamente se les fue despojando de esos privilegios y se convirtieron en motivo de distinciones y orgullo. Así, fue un premio que los soberanos concedían a sus súbditos por su servicio a la Corona. Quienes deseaban ingresar en ellas debían pasar por pruebas como legitimidad, limpieza de sangre, hidalguía y cristiandad, y fue bajo este concepto que se introdujeron en la Nueva España; quienes pertenecían a ellas ganaban un estatus social, además de contar con el económico, y llegaron a fundar una verdadera “nobleza” en la sociedad colonial. Leopoldo Martínez Cosío, Los caballeros de las órdenes militares en México. Catálogo biográfico y genealógico, México, INAH-Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, 1946, pp. 13-14. 23 Ibid, pp. 151-152. 24 Ibid, pp. 185.
124
María Gertrudis de Castro y Cueto, “enla-
se convirtieron en los patrones de ambos
zaron la más alta aristocracia de la Nueva
conventos. Es importante resaltar que to-
España”, pues entre ellos se encontraban
das las religiosas que pertenecieron a estas
el mariscal de Castilla y el conde del Va-
familias, con excepción de María Agustina
lle,26 además del padre Pedro Malo y Castro
del Santísimo Sacramento (1789), fueron
(probablemente hermano de Micaela Josefa
coristas y de velo negro, lo que nos indica
de Santa Teresa), de la compañía de Jesús,
que eran de las religiosas que podían as-
quien le dio a ésta el velo de profesión.
pirar a cargos dentro del convento y no se
25
27
Por otra parte, sabemos que en Santa
dedicaron a las labores manuales.29
Teresa hubo más religiosas provenientes
De acuerdo con la información que se
de familias importantes que sí ingresaron
obtuvo a partir del Libro de profesiones del
con dote, por ejemplo, María Luisa de San
convento, observamos que la mayoría de
José (1773), sobrina del prebendado Rafael
las monjas y sus familiares vivían o eran
Vértiz; María de San Alberto (1706), cuya
originarios de la ciudad de México, pues
madre, Inés de Ortega, era prima del enton-
en ese libro se menciona cuando no fue así
ces arzobispo de México, Juan de Ortega
(Cuadro 2) -sólo fue el caso de cinco reli-
y Montañés, y, finalmente, aunque no sa-
giosas-. No sabemos con exactitud cuáles
bemos mucho acerca de su origen, los pa-
eran las actividades a las que se dedicaban
dres de María Ana de Santa Teresa (1778)
sus padres o familiares, salvo en los casos
también “fueron ilustres de nacimiento y con
en que ostentaron algún cargo político o
abundancia en bienes terrenales”.28
eclesiástico, aunque es probable que fue-
En el mismo caso podríamos citar a tres de las monjas fundadoras, tomando en
ran parte de los mineros, comerciantes o hacendados de la Nueva España.
cuenta que ingresaron con dote al convento
Si consideramos lo que mencionan las
de San José, aunque la más conocida es
cartas de edificación sobre las religiosas de
Teresa de Jesús debido a que sus padres
origen importante, así como lo que se ha
Ibid. pp. 249-250. AHCSTNM, Libro de profesiones, Carta de edificación de Micaela Josefa de Santa Teresa. 27 AHCSTNM Libro de profesiones, Profesión de Micaela Josefa de Santa Teresa, 1758. 28 AHCSTNM, Libro de profesiones, Carta de edificación de María Luisa de San José, y Carta de edificación de María Ana de Santa Teresa. 29 AHCSTNM, Libro de profesiones, Cartas de edificación. 25 26
125
podido rastrear en otras fuentes, podemos
por las cuales personas de solvencia eco-
decir que en términos de porcentajes las
nómica entraron sin dote y por qué a todas
religiosas de la elite en Santa Teresa ocu-
ellas, salvo en el caso mencionado, se les
paron 30% del total de su población en el
dio el velo negro, debido a que en el archi-
es decir que de 56 monjas que
vo del convento no existen documentos -ni
vivieron en esos años en el convento, 17
se han encontrado en otros archivos- como
provenían de las familias más importantes
listas de aspirantes que indiquen si hubo un
de la ciudad de México, lo cual no signifi-
proceso de selección en el ingreso al con-
ca que el resto fueran mujeres pobres. De
vento de Santa Teresa y a qué obedeció que
esas 17, ingresaron como capellanas siete
se recibiera o no a una novicia. Lo que sí es
y sólo una de ellas dejó la dote que traía
notable es la demanda en el ingreso pues
para que la ocupara otra persona. No obs-
los lugares que quedaron vacantes fueron
tante, cabe aclarar que no se dispone de
ocupados enseguida, tal como lo muestra el
datos concisos sobre las demás religiosas
análisis de los ingresos y salidas de monjas
que ingresaron con dote en diversos años,
por décadas, a partir de lo que nos pode-
o de las que no sabemos si entraron con
mos dar una idea más clara del “movimiento
dote o como capellanas (Cuadro 3).
demográfico” que se presentó en el conven-
siglo
XVIII;
Tampoco podemos saber las razones
to de Santa Teresa. (Véase Cuadro 4.)
Cuadro 4. Ingreso y salida de monjas del convento de Santa Teresa, 1704-1799
1720-1729
1730-1739
Salieron tres
Entraron tres
Características: todas de velo negro, dos de dote y una capellana
Características: todas de velo negro, dos con dote y una capellana
Salieron cinco
Entraron ocho
Características: cinco capellanas, dos con dote Características: dos de dote, una capellana y una no se sabe; y una no se sabe (no profesó); siete de velo negro y una de velo blanco todas de velo negro Salieron cuatro
1740-1749
126
Entraron cinco
Características: cuatro capellanas y una no se Características: todas capellanas; tres de velo negro y sabe; tres de velo blanco (una no profesó) y dos de velo negro una de velo blanco
Salieron ocho
1750- 1759
Entraron ocho
Características: cuatro de dote y cuatro capellanas; siete de velo Características: cuatro capellanas, una con negro y una de velo blanco dote y una no se sabe; todas de velo negro Salió una
Entraron dos
1760-1769
Características: capellana, de velo negro
Características: una capellana y una con dote; ambas de velo negro
1770- 1779
Salieron cinco
Entraron cinco
Características: dos capellanas, dos de dote y una no se sabe; Características: dos capellanas y tres con dote; todas de velo negro todas de velo negro Salieron cuatro
1780- 1789
1790-1799
Entraron cinco
Características: todas capellanas; tres de velo negro y Características: cuatro capellanas y una con una de velo blanco dote; tres de velo negro y dos de velo blanco Salió una
Entró una
Características: de dote y velo negro
Características: de dote y velo negro
Fuente: AHCSTNM, Libro de profesiones, años de 1704 a 1799.
Salvo las décadas de 1730 y 1740, las
En cuanto al aparente “desorden” de las
demás guardan uniformidad hasta cierto
dos décadas mencionadas, éste se debe a
punto en cuanto a la entrada y salida de
que en 1731 salieron cuatro religiosas a una
monjas de acuerdo con sus modalidades
nueva fundación en Caracas, y fueron sus-
de capellanas, con dote y de velo negro o
tituidas casi enseguida, pero algunos años
blanco. Esto nos habla de que se respetó
más tarde, en 1736, tres de ellas regresaron
en general la regla al permitir el ingreso de
y se reincorporaron al convento, por lo que
únicamente 21 monjas. Sin embargo, en
seguramente en esa década hubo “sobre-
estos conventos existió el título de “super-
población”. En las cartas de edificación no
numeraria”, la religiosa o novicia número 22
se marca la salida de esas tres religiosas
que se encontraba dentro del convento en
para Caracas, sino el día de su muerte, las
espera de que saliera alguna de las demás,
cuales ocurrieron, una, en 1744, y las dos
así que en ocasiones el convento contó con
restantes en 1745, lo que también refleja
ese número de monjas.
cierto desfase en la década de los 40. No
127
sucede así en el caso de Josefa de San Mi-
que los recursos provinieran de la herencia
guel, religiosa que se quedó en Caracas y
del padre de la priora fue determinante.
murió allá, cuya salida quedó registrada en
Esta transformación se debió a factores
1731. De las religiosas que salieron en esa
económicos y a lo largo de los años las reli-
década, una era de velo blanco y las demás
giosas se dieron cuenta de que la herencia
de velo negro; dos eran de dote y las demás
del patrono principal era insuficiente para
capellanas.
mantener dos conventos, y más cuando uno de ellos no recibía ingresos por dotes.
REFLEXIONES FINALES
Es por eso que el proyecto inicial también sufrió una transformación en este otro sen-
La limitada población de religiosas y el in-
tido, fue preciso aceptar que era imposible
greso de dos terceras partes de ellas como
que la totalidad de las religiosas ingresaran
capellanas, alejó al convento de Santa Tere-
a Santa Teresa como capellanas. Sin em-
sa de los patrones generales que presenta-
bargo, el hecho de que más de la mitad lo
ron los conventos novohispanos, dentro de
fueran lo sigue diferenciando de los demás
los cuales existía un conglomerado social
conventos novohispanos.
en donde convivían monjas, criadas y niñas
Lo que sí es cuestionable en función
educandas. Pero no sólo se diferenció de
de los objetivos planteados para justificar
los conventos de las demás órdenes, sino
la necesidad de una nueva fundación, es
también del de San José, en donde casi la
que el convento de Santa Teresa recibiera
totalidad de las religiosas entraba con dote.
a mujeres de la élite social y económica,
Es evidente que estas características
cuando se había asegurado que ingresa-
dieron al convento de Santa Teresa una
rían mujeres “pobres y virtuosas” que no
imagen benefactora y generosa. Y si bien en
pudieran cubrir la dote, o al menos eso in-
principio el nuevo convento se planteó como
terpretamos del proyecto planteado por las
un proyecto en conjunto, en donde estaban
carmelitas. Aunque las diferencias sociales
incluidas las religiosas de San José, en poco
no se manifestaron tan abiertamente como
tiempo empezó a transformarse en algo más
en otros conventos, hubo acciones que per-
particular que se reducía al convento de
miten pensar que las diferencias en este
nueva fundación, y creemos que el hecho de
sentido sí existieron.
128
Esto se deduce al analizar el origen de las mujeres que ocuparon el cargo de
posibilitaba acceder a algún cargo destacado dentro del convento.
priora en diversos momentos; el caso más
Finalmente, quizá habría que reflexio-
importante es el de Teresa de Jesús, pero
nar en otros conceptos, pues las intencio-
no fue el único. Observamos que casi todas
nes de las religiosas al querer favorecer a
las que ocuparon el cargo de prelada del
doncellas pobres también contrastan con
convento pertenecieron a familias impor-
los textos que encontramos en las cartas
tantes de la Nueva España. Las diferencias
de edificación, en donde es notorio que al
sociales también se manifiestan en el hecho
hablar de las virtudes de las religiosas que
de que, salvo un caso, todas las religiosas
han muerto, uno de los puntos a resaltar es
que ingresaron con dote profesaron como
el origen noble y la buena posición de las
monjas coristas de velo negro, lo que les
familias de varias de las monjas.
Historia, vol. 109, exp. 6, f. 288.
* Candidata a doctora en Historia por la Universidad Jaume I, Castellón, Valencia.
129
LOS FRANCISCANOS EN LA SECULARIZACIÓN DE LAS PARROQUIAS Perla Yáñez Hernández*
L
os estudios de historia colonial, que
nece al primer tipo, es decir que su sostén
abarcan temas religiosos, son innume-
económico es a través de la mendicidad.1
rables. Van desde la llegada de los primeros
Los primeros franciscanos que arribaron
clérigos al continente americano hasta la
tras la llegada de Hernán Cortés al Nuevo
participación de eclesiásticos en las conspi-
Mundo fueron los flamencos Johan van der
raciones contra el gobierno a principios del
Auwera (fray Juan de Ahora); Johann De-
siglo XIX.
kkers (fray Juan de Tecto) y el lego Pierre
Dentro de la administración eclesiástica
de Gande (más conocido como fray Pedro
existen dos cleros: el regular, cuyos miem-
de Gante), quienes llegaron a Veracruz el
bros viven bajo votos solemnes de obe-
13 de agosto de 1523.2
diencia, pobreza y castidad, con una vida
A ellos los siguieron doce franciscanos
organizada por medio de reglas, y el clero
quienes se dividieron de cuatro en cuatro-
secular, que vive fuera de los conventos, en
para iniciar su labor misionera en Texcoco,
el mundo, entre la gente. Están adscritos a
Tlaxcala, Huejotzingo y la ciudad de Méxi-
una parroquia o una catedral y prestan ser-
co. Las misiones que se comenzaron a fun-
vicios sacramentales al pueblo.
dar estaban conformadas por un convento
El clero regular tiene tres tipos de órde-
y una iglesia que se iban expandiendo en
nes: mendicantes, hospitalarios y no men-
distintas zonas para dar lugar a la adminis-
dicantes. La orden de San Francisco perte-
tración territorial propia de la orden: varias
Mario Camacho Cardona, Historia urbana novohispana del siglo XVI, México, UNAM, 2000, pp. 277 y 278 Un lego es aquel que no está destinado al sacerdocio y no puede realizar actos sacramentales, pero que hace votos de religión (obediencia, pobreza y castidad). No tiene voto en las decisiones comunitarias y se dedica a funciones manuales y de evangelización. 1 2
130
misiones formaron una custodia, la cual
permiso episcopal, es decir, estaban suje-
permanecía bajo la tutela de una provincia.
tos a la autoridad de la orden y no a la de
En Nueva España, los franciscanos tuvieron
los obispos.
cinco provincias: Santo Evangelio de Méxi-
Sin embargo, estos privilegios no fueron
co (1535), San José de Yucatán (1559), San
permanentes pues, al irse estableciendo el
Pedro y San Pablo de Michoacán (1565),
clero secular en Nueva España, se exigió la
Santiago de Xalisco (1606) y San Francisco
administración de estas parroquias. A este
de Zacatecas (1606), cada una de ellas con
proceso se le denominó secularización.
una jurisdicción propia.
Esto llevó a un conflicto entre ambos cleros
El apoyo que recibieron los frailes para
que duraría cerca de 200 años.
su establecimiento fue muy importante, ya
Es mucho el material que se conserva
que de ello dependió su expansión y predo-
sobre la secularización de las parroquias, en
minio en la Colonia. Puesto que era nece-
especial de la provincia del Santo Evangelio.
sario propagar el evangelio en los nuevos
En sus inicios fue fundada como custodia
territorios, los reyes católicos recibieron
para después convertirse en provincia; abar-
del papa amplios poderes para el envío de
caba desde San Juan de Ulúa hasta el valle
misioneros y en 1508 recibieron el título de
de Toluca. Contó con más de 90 casas ubi-
Regio Patronato Indiano, el cual les propor-
cadas en los obispados de México, Puebla
cionó ciertos derechos como la presentación
(que comprendió parte del territorio de Vera-
de candidatos para los obispados, abadías,
cruz), Tlaxcala y Oaxaca. Algunos conventos
parroquias; autorización para la construc-
fundados en el siglo XVI como parte de esta
ción de iglesias y conventos, administración
provincia fueron Tlanepantla, Xochimilco,
de los diezmos y, sobre todo, sustentar y
Huexotla, Otumba, Tula, Cempoala, Cholula,
proteger a la Iglesia.
Atlixco, Tehuacán, Tecamachalco, Quecho-
3
Por otro lado, los regulares recibieron
lac, Tecali, Toluca y Chapala, entre otros.
autorización del papa de adoctrinar a los in-
Algunos materiales copiados se en-
dios en la fe. Esto les permitió ejercer todos
cuentran en el Archivo General de la Na-
los actos religiosos como sacerdotes sin un
ción, en el Archivo General de Indias y otros
3 Virve Piho, La secularización de las parroquias en la Nueva España y su repercusión en San Andrés Calpan, México, INAH, 1981, p. 26.
131
archivos como la Biblioteca Nacional; el
sería el camino más propicio para obligar a
fondo principal de la provincia se encuentra
los indígenas a pagar el diezmo al no estar
en la Biblioteca Nacional de Antropología e
bajo la protección de los frailes y, al mismo
Historia, sin contar los que hay en los archi-
tiempo, restar poder a éstos.
vos locales y parroquiales, al igual que los
El monarca otorgó al arzobispo Pedro
que se conservan en la propia orden. Es-
Moya de Contreras la facultad de seculari-
tos documentos hacen referencia a la vida
zar las parroquias indígenas. Sin embargo,
de la orden de San Francisco, por lo que
la fuerte resistencia de los regulares logró
el proceso de secularización se encuentra
que se derogara la disposición monárquica.
en ellos.
Los frailes lograron conservar sus parro-
Los orígenes del conflicto que se desató entre los dos cleros sobre la administración de las parroquias se remontan al siglo
XVI,
quias, pero debían someterse a la autoridad de los obispos. Los monarcas españoles del siglo
XVII
cuando los regulares se quejaron de que los
reconocían que perjudicaba a las Cajas
seculares eran los causantes de la ruina de
Reales no obtener los ingresos por la re-
los pueblos, de que los obispos no visitaban
caudación de diezmos. Consideraban que
las parroquias y que se rehusaban a orde-
la administración de las parroquias, otorga-
nar a los frailes como sacerdotes. Por otro
da en un inicio a los religiosos por falta de
lado, los religiosos no daban el diezmo de
curas, y debido a que el número de éstos
sus parroquias al rey porque consideraban
había aumentado, exigía a los regulares su
este pago un abuso contra los indígenas.
entrega. Para ello se convocó a un examen
Estos dos factores fueron determinantes
de lenguas indígenas, requisito necesario
para que se iniciara un conflicto entre los
para ocupar las parroquias. Se debían pre-
cleros y derivara en el proceso de secula-
sentar tres candidatos por parte del virrey
rización.
y un jurado eclesiástico nombraba a los
En la segunda mitad del siglo
XVI,
los
ministros. Los regulares no se sometieron
gastos que implicaba a la Corona el sostén
al examen y en 1622 el papa Gregorio
del clero secular llevaron a la monarquía a
emitió una bula por la que se ordenaba a
pensar en que el clero regular entregara las
los frailes sujetarse a la autoridad de los
doctrinas y parroquias a los clérigos. Este
prelados. Lo único que consiguieron a su
132
XV
favor los religiosos fue que se suspendiera
clero regular. Para Palafox, la religión y la
la visita obispal.
política, la moral y la administración tuvie-
4
La monarquía buscó equilibrar ambos
ron una relación directa, por lo que al re-
cleros al intentar que los frailes pudieran
formarse una debía cambiar la otra. Creyó
continuar administrando las parroquias,
que su papel como visitador y obispo era
pero debían entregar el diezmo, a lo que se
fundamental para la recomposición social
negaron los regulares. La Corona, cansada
y eclesiástica; para él era inaceptable que
de esta situación, comenzó a ser más enér-
la mayor parte de la diócesis de Puebla es-
gica con éstos ya que solamente podían
tuviera encomendada a los religiosos men-
ejercer como doctrineros si eran nombrados
dicantes que afectaban a los seculares al
oficialmente por el Patronato Regio; se les
no contar con medios de vida y beneficios
restringió el pago de salario y se reinició el
adecuados. El descontento del clero secu-
proceso de secularización. Esto último sería
lar, decía, llegaría a amenazar su estabili-
realizado por el visitador y obispo de Pue-
dad. Para él, los sacerdotes constituían una
bla, Juan de Palafox y Mendoza.
parte esencial en el cuerpo clerical; eran
Las consecuencias que trajo a las colonias americanas la guerra de los 30 años
quienes compartían la vida de la gente y podían instruirla acerca de Dios.5
en Europa (1635) afectaron sobre todo al
Por otro lado, la necesidad urgente de
comercio. Por ello Juan de Palafox fue in-
ingresos llevó de nuevo a la Corona a su
vestido con amplios poderes para estudiar
preocupación por el pago del diezmo que
el caso del comercio en el Pacífico. Tras
solamente se podía lograr por medio de la
una larga serie de investigaciones, Palafox
secularización de las parroquias. Palafox
criticó con severidad al sistema judicial de
pensaba que se perjudicaba a los indígenas
la colonia al considerarlo ineficaz, por lo que
al sostener económicamente a los conven-
concluía que el virreinato necesitaba refor-
tos, y por lo tanto, al pasar la administración
mas profundas y completas. Éstas llegaron
de los diezmos a manos del clero secular,
más allá de lo civil al involucrarse con el
se mantendrían las iglesias, al igual que el
Virve Piho, op. cit., pp. 103 y 104; Jonathan Israel, Razas, clases sociales y vida política en el México colonial 1610-1670, México, FCE, 1975, p. 147 5 Jonathan Israel, op. cit., pp. 204-207. 4
133
costo de las construcciones eclesiásticas.
des civiles y religiosas que provocaron se-
Con esto se aligeraría la carga económica
rios levantamientos en la colonia, por lo que
de la Corona y se obtendría el ingreso de las
en 1647 le ordenaron regresar a España.
dos novenas partes del diezmo.
Para el siglo XVIII, una nueva monarquía
Así mismo, convocó a los religiosos a
tomaría el poder de la Corona española. La
ser examinados respecto al uso de lenguas
dinastía francesa conocida como los Bor-
indígenas y advirtió que, en caso de no pre-
bones iniciaría una nueva etapa no sólo en
sentarse, se nombraría a clérigos para sus-
la historia de Europa sino en los territorios
tituirlos en las parroquias. Para ello, Palafox
americanos, pues cambió el manejo del
creyó conveniente que los regulares se en-
Estado al tornarse de carácter “absolutista”
claustraran y no se admitieran como doctri-
porque el monarca consideraba que su per-
neros si no contaban con la aprobación de
sona era la encarnación del Estado y en él
los obispos y, en caso de no atenerse a sus
se concentraba un poder absoluto e ilimita-
órdenes, que abandonaran las parroquias.
do, inclusive sobre la Iglesia.
En Puebla, en 1641, se informó a los supe-
Muchos ilustrados españoles pensaban
riores de 37 casas religiosas que serían so-
que era necesario renovar la Iglesia: el clero
metidos a dicho examen. Fue inminente su
regular debía volver a su vida conventual,
desalojo. Sólo hubo tres religiosos que se
recuperarse la observancia de la regla y dis-
presentaron para ser evaluados y lograron
minuir su número. Respecto al clero secu-
conservar sus parroquias. Felipe IV quedó
lar, a éste le correspondía la función de con-
complacido por la labor del obispo y ratificó
trolar el comportamiento de la población. A
su posición en 1644 al ordenar que las pa-
principios del siglo XVIII las órdenes de Santo
rroquias expropiadas quedaran en manos
Domingo, San Agustín y San Francisco con-
del clero secular.
taban con 351 conventos y cerca de 2,396
Aunque hubo algunos incidentes vio-
curas: 527 dominicos, 1,218 franciscanos
lentos contra los frailes o curas seculares,
y 651 agustinos. La Nueva España tenía
no se impidió el proceso de secularización
un arzobispado y ocho obispados: Puebla,
ordenado por Palafox, pero su labor se vio
Valladolid, Oaxaca, Guadalajara, Yucatán,
truncada ante varios conflictos con autorida-
Durango, Monterrey y Sonora.6
6
Carlos Alvear, La iglesia en la historia de México, México, Jus, 1975, p. 73.
134
Tierras, vol. 64, exp. 7, f. 201.
La manutención de los cleros por parte de la Corona resultó una carga, por lo que
Con esta medida se iniciaría nuevamente el proceso de secularización.
decidió incrementar la recaudación de cada
El 4 de octubre de 1749, se expidió la
uno de los recursos eclesiásticos y traspa-
primera orden de secularización para el
sarlos a la administración de la Real Hacien-
arzobispado de México, la cual sería con-
da. Entre ellos estaba el ingreso del diezmo.
firmada el 1 de febrero de 1753, incluyendo
135
al resto de los virreinatos de América. En
resultado. Los religiosos se trasladaron a
1757 se informó al monarca del envío de la
otros conventos, permitiéndoseles llevarse
instrucción de separación de las parroquias
los vasos sagrados, lámparas, utensilios y
a todos los obispos, presidentes de audien-
cuanto pudieron.
cias y gobernadores.
A finales de 1789, las autoridades ci-
Algunas de las parroquias que habían
viles de Zacatlán enviaron una petición al
sido secularizadas en los siglos anteriores
corregidor de Puebla para que los frailes re-
lograron seguir siendo administradas por
gresaran al convento. Esto se debió a que
los regulares. Esto se debió a varios fac-
en el tiempo en que los regulares estuvieron
tores: los nuevos curas seculares no eran
en el claustro, los lugareños les solicitaban
bien recibidos por la feligresía, algunos te-
la celebración de misas y porque, según
nían problemas con las autoridades civiles
argumentaban, el cura y los vicarios no se
o los frailes apelaban ante las autoridades
daban abasto con las misas y enviaban a
civiles para conservar sus parroquias. Pero
los fieles a otros pueblos, sin permitir a los
esto no duraría mucho tiempo tras la orden
frailes que los ayudaran.7
de secularización.
Una vez que estuvo de acuerdo con el
Un ejemplo fue la parroquia de Zacatlán
provincial de los franciscanos, el corregidor
de las Manzanas, en el obispado de Puebla,
envió la petición a los procuradores síndi-
la cual fue entregada al clero secular du-
cos, quienes se encargaban de cuidar de
rante la administración del obispo Juan de
las dependencias y derechos del público.
Palafox. Los franciscanos, por lo tanto, sólo
Ellos solicitaron a un juez eclesiástico que
conservaron el convento. En 1779, el obis-
investigara si al ser restituidos los religiosos
po Francisco Gabian y Gueró hizo que los
se llegaría a perjudicar al curato en la ma-
frailes de al menos 15 conventos (incluyen-
nutención de los frailes.
do Zacatlán) renunciaran y se entregaran a
Como representante de la autoridad real,
los seculares, acto que fue hecho oficial por
un fiscal de lo civil fue nombrado para el caso.
el provincial del Santo Evangelio, fray Pablo
Al considerar delicado el asunto y que debía
Antonio Pérez. El pueblo de Zacatlán pidió
examinarse detenidamente, pidió un informe
al virrey que no les quitara a los frailes, sin
detallado al cabildo eclesiástico de Puebla, al
7
AGN,
136
Clero regular y secular, vol. 160, exp. 3, fs. 57v-59.
provincial de la orden de San Francisco y al
pediente la supresión del convento, ordenó
cura de Zacatlán sobre el motivo por el cual
que se investigara si su fundación tuvo la
los lugareños querían a los frailes de vuelta.
autorización oficial del rey. Sólo se encon-
El informe que recibió el fiscal por parte del
traron en los archivos de la provincia del
provincial de la orden constataba lo sucedido
Santo Evangelio el año de fundación del
en 1779, cuando se entregó el convento a
convento pero no la licencia correspondien-
los seculares. Por tal motivo, el fiscal solicitó
te. Parece ser que el motivo fue que, en
el expediente de ese año a las autoridades
los inicios de la colonización y estando en
obispales y franciscanas.
expansión la labor misionera y conventual,
Los vecinos seguían presionando a las
sólo recibieron del virrey las órdenes auto-
autoridades virreinales argumentando que
rización verbal, otras veces escrita, quien a
el cura había suspendido misas en las fies-
su vez estaba avalado por el rey según una
tas y no cumplía con sus oficios. El fiscal
cédula de 1535.8
turnó el caso al subdelegado de Zacatlán
A pesar de que no consideraba un pro-
para que informara al virrey sobre el asunto
blema restituir a los frailes, el fiscal pensó
y confirmó la queja de los vecinos y la nece-
detenidamente sobre el número de religio-
sidad de la presencia de los religiosos.
sos que podían regresar y su manutención.
Sin embargo, el cura del lugar, Euse-
Determinó que de ocho religiosos que ofi-
bio González de la Cruz, argumentó que
cialmente eran aceptables, fuera menor su
eran infundadas las quejas de los vecinos,
número para poderlos sustentar; pero su
acusando a dos indígenas del lugar, José
reinstalación se vería atrasada pues debían
Joaquín y José Garati, de ser los incitado-
esperar la Real Licencia. Respecto a la la-
res, pues eran unos borrachos y penden-
bor que podían desempeñar los religiosos
cieros. Los argumentos del eclesiástico no
en Zacatlán, el caso se remitió al virrey.
fueron suficientes en comparación con los
El caso concluyó con la aceptación de
que presentaban las autoridades civiles de
los franciscanos de manera interina y su la-
Zacatlán.
bor sería la de vicarios.
El proceso se volvió lento cuando el
Aunque ha sido breve la exposición de
fiscal de lo civil, al no encontrarse en el ex-
este tema, se pueden concluir varios puntos.
8
AGN,
Clero regular y secular, vol. 160, exp. 3, fs. 57v-59.
137
En primer lugar, la importancia administra-
en su manutención. Esto representaba una
tiva del clero regular en la vida social, pues
carga económica y la forma de aligerarla
no sólo se limitó a fundar conventos y casas
era entregar las parroquias para obtener los
de estudio sino parroquias que permitieron
ingresos de los diezmos.
la formación de varios pueblos de indios.
Finalmente, a través del proceso de
En cuanto a sus autoridades se refiere, los
secularización se puede concluir que tanto
franciscanos sólo se sometían a los supe-
autoridades civiles como eclesiásticas par-
riores de la orden, por lo que, aun teniendo
ticiparon en él. Las primeras se encargaban
la investidura de sacerdotes, no obedecían
de estudiar los casos y expedir los docu-
a los obispos. Este fue uno de los motivos
mentos oficiales necesarios ya sea para que
por los que a finales del siglo XVI se inició la
los regulares permanecieran en un lugar o
secularización pero, al no conseguirse, sólo
lo desalojaran; se encargaba de vigilar de
lograron que los curas regulares se some-
que el proceso se hiciera de acuerdo a las
tieran a la autoridad obispal.
órdenes reales y aprobaba las decisiones
En segundo lugar, uno de los factores
tomadas por los prelados. Las autoridades
que llevó a que se separaran las parroquias
eclesiásticas se encargaban de hacer llegar
de los religiosos fue el económico; ambos
las órdenes reales a todas las partes invo-
cleros representaban una carga a la Real
lucradas: los provinciales, el encargado del
Hacienda: los diezmos significaban un por-
convento, de la parroquia, el cabildo ecle-
centaje importante de ingresos del cual se
siástico, los jueces síndicos, etc.; informa-
destinaba una parte a la Iglesia y otra a la
ban a las autoridades civiles sobre el pro-
Corona. Sin embargo, la porción real era
ceso, les facilitaban expedientes y recibían
dada a la Iglesia para la construcción de
oficialmente las parroquias.
templos. Además de los diezmos se paga-
El proceso de secularización sólo fue
ba el sueldo de los clérigos. Pero las parro-
uno de los diversos elementos que refle-
quias administradas por los regulares esta-
jaron el cambio en la vida novohispana de
ban exentas del pago del diezmo; la Corona
finales del siglo XVIII y las consecuencias so-
ayudaba en la fundación de conventos y mi-
ciales, políticas y económicas que llevarían
siones, en la transportación de misioneros y
a futuros levantamientos.
* Historiadora, FES Acatlán, UNAM.
138
Hacia el Bic entenar io
Partidas de bautizo y matrimonio de Ignacio Allende, 1779
Ignacio Allende nació el 21 de enero de 1769 en San Miguel el Grande, Guanajuato. Su bautismo fue celebrado cuatro días después de su nacimiento en la parroquia de la villa de San Miguel el Grande y se le registró como Ignacio José de Jesús Pedro Regalado, hijo legítimo de don Domingo Narciso de Allende y de doña Mariana Unzaga, ambos españoles de esa villa. Por otra parte, el 10 de abril de 1802, Ignacio Allende contrajo matrimonio en el santuario de Atotonilco con María de la Luz Agustina de las Fuentes, de origen español. Colección de Documentos para la Historia de la Guerra de Independencia, tomo II, vol. III, doc. 250.
140
141
Hojas de servicio (nombramientos de Allende, Aldama y Abasolo), 1806
Estas hojas de servicio fueron emitidas por el Regimiento Provincial de Dragones de la Reyna en diciembre de 1806, y registran los nombramientos militares de Mariano Abasolo, Juan de Aldama e (Ignacio) José de Jesús de Allende y Unzaga. El documento contiene información sobre los cargos que ellos tuvieron previos a su empleo actual en el Regimiento, así como el total de años, meses y días de servicio. También incluye datos sobre su edad, ciudad de residencia, su conducta y su salud (robusta en todos los casos). A los tres los registraron con su calidad de nobles. En particular, el teniente Mariano Abasolo tenía en ese momento 24 años, radicaba en el pueblo de los Dolores y estaba casado. Por su parte, el teniente Juan de Aldama tenía 33 años, radicaba en San Miguel el Grande y estaba casado. Por último, el capitán Ignacio Allende tenía 43 años, radicaba en San Miguel el Grande y estaba soltero. Indiferente de guerra, vol. 165, fojas 32, 87 y 101.
142
PALEOGRAFÍA
REGIMIENTO PROVINCIAL DE DRAGO-
Regimientos donde ha servido.
NES DE LA REYNA
En el actual.
El Capitán don José María de Allende y Unzaga, su edad 43 años, su país San Mi-
Campañas y acciones de guerra en que se
guel el Grande, su calidad noble, su salud
ha hallado.
robusta, sus servicios y circunstancias los que expresa.
Se halló con su propio regimiento el tiempo que estuvo de guarnición en Méjico, 6 me-
Tiempo en que empezó a servir los em-
ses, 15 días en el año de 1806.
pleos: Capitán por despacho provincial:
Miguel del Campo [Rúbrica]
días 9, meses octubre, años 1795. Id. con Real Despacho días 19, meses fe-
Conforme con el Coronel [Rúbrica].
brero, años 1796. Valor no conocido. Tiempo que ha que sirve y cuanto en cada
Aplicación regular.
empleo: Empleos de Capitán años 11, me-
Capacidad Id.
ses 2, días 22.
Conducta Id. Estado Soltero.
Total hasta fin de diciembre de 1806, años
Canal [Rúbrica].
11, meses 2, días 22. [No se incluyen las paleografías de los documentos de Aldama y Abasolo por ser legibles.]
143
144
145
146
Narración que Ignacio Allende hace del inicio de la guerra de independencia, 1811
En este documento fechado en Chihuahua el 10 de mayo de 1811, el juez Ángel Abella, comisionado para llevar a cabo las diligencias para juzgar a los insurgentes, toma la declaración a Ignacio Allende, quien narra su versión sobre los acontecimientos del inicio del movimiento independiente y describe los sucesos del 16 de septiembre de 1810, cuando después de dar libertad a los presos de la cárcel del pueblo de Dolores se reunió a las seis de la mañana un total de 200 hombres que poco después sumaron 500 y, en dirección a San Miguel el Grande, hicieron una parada en Atotonilco para tomar como estandarte un lienzo de la virgen de Guadalupe. Historia, vol. 584-2, expediente 1, fojas 6-10.
PALEOGRAFÍA En la villa de Chihuahua, a diez días del
calidad y vecindad. 1ª. Dijo: llamarse don
mes de mayo de mil ochocientos once, el
Ignacio José Allende y Unzaga, cuarenta
señor juez comisionado don Ángel Abella
años de edad, religión Católica, Apostólica,
en prosecución de las diligencias de que
Romana, su estado viudo, empleo Capitán
está encargado por el señor Comandante
de Granaderos del Regimiento de la Reyna,
General, se trasladó al hospital de esta vi-
español americano, natural y vecino de la
lla en donde se hallan presos los reos don
Villa de San Miguel el Grande del Virreynato
Miguel Hidalgo y consortes. Y constituidas
de Nueva España, y responde.
en la prisión de don Ignacio José Allende,
1ª. PREGUNTADO 2ª. si sabe la causa
teniéndolo a su presencia, le recibió jura-
de su prisión, por quién fue aprehendido, en
mento que hizo por Dios Nuestro Señor y
dónde y qué otros sujetos fueron aprehendi-
una señal de la Santa Cruz, bajo el cual
dos con él,sus nombres y carácter entre los
prometió decir verdad en lo que supiere y le
insurgentes y cuál es su paradero actual,y
fuere preguntado, y siéndolo por su nombre
particularmente, el de los llamados don Mi-
y apellido, edad, religión, estado, empleo,
guel Hidalgo, don José Mariano Jiménez y
147
don Juan Aldama. Dijo que aunque ignora
de Monterrey; el brigadier don N. Carrasco;
de positivo la causa de su prisión, sospecha
el coronel don José Santos Villa; el tesorero
será por haber tomado las armas contra el
del ejército don Mariano Hidalgo; el mariscal
gobierno por verse aquí, esto es, en esta vi-
don Pedro Aranda; el coronel don N. León;
lla que fue aprehendido por un don Ignacio
don N. Valencia de cuya graduación no se
Elizondo según tiene entendido, y un cuerpo
acuerda, que se agregó al ejército en Zaca-
de lanceros y otros, que de antemano tenían
tecas, y según tiene entendido huyendo de
abrazado el partido del declarante y por eso
la plebe que lo tuvo por europeo; don José
ignora la causa positiva de su prisión, los
de la Canal y Ballejo, paisano; el coronel
cuales habiendo hecho buen recibimiento
de la artillería don N. Domínguez con otros
al que [6v.] declara, y a los que le acom-
varios y todos que no pudieron escaparse
pañaban, pasaron a hacerles fuego y los
del ejército que les seguía, cuyo paradero
tomaron por sorpresa: que fue aprehendido
actual ignora, aunque los más de los nom-
en un paraje llamado Baján en la provincia
brados fueron conducidos con el que decla-
de Coahuila, y lo fueron con él; el teniente
ra desde Monclova a esta villa.
general don Joaquín de Arias, capitán que
3º. Preguntado a dónde y con qué obje-
era del regimiento de infantería de Celaya;
to el mismo que declara [f.7] y el ejército de
el brigadier don Juan Ignacio Ramón que
que hace mención, marchaban por el rumbo
le parece era capitán de las compañías del
de Baján y de Monclova en donde fueron
Nuevo Reyno de León; el exgeneralísimo
aprehendidos. Dijo: que el punto y objeto
don Miguel Hidalgo, cura que era que era
a dónde se dirigían era primeramente ir a
del pueblo de Dolores; el teniente general
Monclova y allí formar Consejo de Guerra a
don Juan Aldama, capitán del regimiento de
varios de los principales que lo acompaña-
dragones de la Reyna; el capitán general
ban por los malos procedimientos que sabía
don José Mariano Ximénez; el mariscal de
habían tenido en sus comisiones, los cuales
campo don Mariano Abasolo, capitán que
asegurados y castigados dirigirse a Bexar
era de dragones de la Reyna; el mariscal de
en donde se harían fuertes mientras se ha-
campo don Francisco Lanzagorta, teniente
cían de las armas que necesitaban en los
del mismo regimiento de la Reyna; el ma-
Estados Unidos, y en seguida volver a inter-
riscal don Manuel Santa María gobernador
narse dentro del reyno de Nueva España en
148
prosecución de se empresa, y responde.
a cosa de las seis de la tarde, apeándose
4ª. Preguntado. Qué por lo que tiene de-
en la casa del cura Hidalgo, a que se siguió
clarado se conoce que sabe y es noticioso
hablar entre los dos del riesgo a que estaba
de la llamada insurrección, que a mediados
expuesto el reyno de ser entregado a los
del mes de septiembre próximo pasado, se
franceses porque para el concepto de los
suscitó en el pueblo de Dolores, San Miguel
dos toda la grandeza de España estaba in-
el Grande, y otros del virreynato de Nueva
clinada o por mejor decidida por Bonaparte,
España, diga quién o quienes fueron los
y que la península estaba perdida, excepto
primeros y principales motores de ella, con
Cádiz, de que debía de resultar que el reyno
quienes y con qué medios contaron antes y
se perdería también porque estaba indefen-
después de promovida, así de dentro como
so, y las más de sus autoridades públicas
de afuera del reyno, quiénes los han fomen-
eran hechuras del tiempo del Príncipe de la
tado con caudales, consejos, arbitrios, es-
Paz, y no podía tenerse confianza de ellas;
peranzas o de cualquiera otra manera: las
que éstas y otras conversaciones semejan-
conexiones y relaciones que por escrito, de
tes habían tenido los dos en otras concu-
palabra o por terceras personas hallan te-
rrencias casuales; y para remedio de este
nido con tales sujetos de dentro y fuera del
riesgo les parecía bien un plan que se decía
reyno y en dónde paran las constancias que
tratarse ocultamente en México de reunir
acreditan todo lo que dijere. Dijo: que sabe
cierto número de sujetos de distintas cla-
y tiene noticia de lo que la pregunta inquie-
ses, los cuales hiciesen una representación
re: que los primeros y principales motores
al Virrey para que se le hiciese presente lo
de ella fueron el que declara y don Miguel
referido, y solicitasen la formación de una
Hidalgo: que tuvo principio el día diez y seis
junta compuesta de regidores, abogados,
de [7 v.] septiembre próximo pasado en el
eclesiásticos y demás clases con algunos
pueblo de los Dolores, obispado de Valla-
españoles rancios, cuya junta debía tener
dolid en el modo y forma que va a expresar:
conocimiento en todas las materias de go-
que el día quince de dicho mes, se trasladó
bierno, y por la misma razón había de haber
el declarante desde San Miguel el Grande al
una comisión de americanos en Veracruz,
pueblo de Dolores como una de tantas ve-
que recibiesen las correspondiencias de
ces que solía hacerlo, habiendo llegado allí
España porque se temía que se intercep-
149
taba y no se manejaba bien la fe pública,
prestado en que se afirmó y ratificó y firmó
y que no se manifestaba el verdadero [f.8]
con dicho señor comisionado y conmigo el
estado de las cosas, de cuyo plan les había
presente escribano de que doy fe. Excepto
dado noticias el capitán don Joaquín Arias,
Cádiz, entrerrenglones.vale.
como por el mes de julio o porque venía de
Ángel Abella [Rúbrica]
México, o porque se lo habían escrito con la
Ignacio José de Allende [Rúbrica
expresión de que este pensamiento entraba la principal nobleza de aquella capital; pero
Ante mí, Francisco Salcido [Rúbrica]
ni el declarante ni Hidalgo, a lo que tiene entendido, habían proyectado por sí cosa alguna, si no que estaban pendientes de
En la tarde del mismo día el señor juez co-
lo que salía del referido plan, u otro que se
misionado [f.8v.] continuando la declaración
adoptase al objeto de la seguridad del rey-
que quedó pendiente, y estando presente
no, y solo para auxiliar este plan, en el caso
el declarante. Dijo: que el encargado en
que el gobierno no lo admitiese y sacrificase
Querétaro fue don Epigmenio González, un
a los primeros representantes había apala-
don Ignacio cuyo apellido no tiene presen-
brado el declarante en Querétaro y en San
te, un don N. Lozada, y no conoce a varios
Miguel el Grande a algunos sujetos que por
otros sujetos que con ellos concurrían a sus
su parte apalabrasen a otros con el fin de
conversaciones, y sin duda serían de sus
tener gente pronta para usar de la fuerza
confianzas, y en San Miguel el Grande el
en aquel caso que ya debía ser necesaria,
mismo declarante, don Juan Aldama, y don
cuya operación tuvo principio desde febrero
Joaquín Ocón, que poco ha existía en la
o marzo del año próximo pasado.
misma villa, y todos debían de ir insinuan-
En este estado y por ser ya muy tarde
do estas mismas ideas a los que apalabra-
el señor juez comisionado don Ángel Abe-
sen: que a igual acopio de gentes se había
lla mandó suspender esta declaración para
propuesto el cura Hidalgo en Dolores y sus
continuarla en la tarde de este mismo día,
alrededores asociados a lo que presume
la cual leída que le fue al declarante. Dijo
de don Mariano Montemayor porque era
ser la misma que lleva hecha y su contenido
el que con más confianza presenciaba las
la verdad so cargo del juramento que lleva
conversaciones de los dos, y entre todos
150
habrían juntado, desde la época referida
casas de los europeos para que los fuesen
hasta que se verificó la insurrección, como
asegurando, según fuesen abriendo sus
tres mil, de los cuales mil ochocientos eran
puertas por la mañana, y al declarante le
agenciados por los confidentes de Queréta-
cupo la casa del subdelegado don Nicolás
ro, según ellos decían, pues el que declara
Rincón a quien también se le aprehendió
no lo sabe, como tampoco si era cierto lo
sin embargo de ser criollo, porque se temía
que estos anunciaban, de haber muchos
que no había de ser de su partido, y cuando
en México igualmente prevenidos y hasta
el declarante se llevaba al subdelegado le
tropas ganadas, sin embargo de que por lo
dijeron en medio de la plaza que se dirigie-
que el declarante tenía observado en Méxi-
se a la cárcel pues ya estaban allí todos los
co, no lo dudaba. En esto pasó el declaran-
europeos, habiendo antespuesto en libertad
te al pueblo de Dolores, como tiene dicho,
a los presos, no sabe si por disposición de
y a hora de las doce de la noche llegó don
Hidalgo o de algún otro; y para aquella hora
Juan Aldama con la noticia de que en Que-
que serían las seis de la mañana ya se ha-
rétaro se había aprehendido a su confiden-
brían juntado hasta doscientos hombres, y
te don Epigmenio González y a otros, y de
apoco rato llegarían a quinientos por ser día
que consecutivamente venían a aprehender
domingo y de mercado; que inmediatamen-
al declarante, visto lo cual, y no pudiendo
te trataron de dirigirse a San Miguel el Gran-
dudar de que así sería; por mediar las re-
de con el fin de practicar igual operación, y
laciones que tiene expresadas, entraron los
don Juan de Aldama se quedó encargado
tres, Aldama, Hidalgo y el que declara en
de conducirlos los europeos, que serían de
consulta sobre lo que debían hacer, en que
diez y ocho a veinte, a las inmediaciones
se resolvió entrando en el acuerdo don Ma-
de San Miguel el Grande, hasta ver el re-
riano Hidalgo, y don Santos Villa, [f. 9] con-
sultado de su empresa y no exponerlos al
vocar en la misma noche los vecinos que
furor de la plebe: hicieron alto en Atotonil-
estaban o se consideraba estarían prontos
co en donde tomaron de casa del capellán
a seguirlos y juntos hasta ochenta hombres
don Remigio González un lienzo de nuestra
fueron al cuartel y se apoderaron de las es-
Señora de Guadalupe por idea de alguno
padas de una compañía que estaban depo-
de las compañías, el cual pusieron en una
sitadas allí, y luego se distribuyeron por las
garrocha y continuaron su marcha para el
151
lugar de su destino, a donde llegaron ya de
dicho de los confidentes, porque habiendo
noche y hallaron que el pueblo estaba albo-
pasado a aquella ciudad en fines de agosto
rotado, gritando viva la América y muera el
o principios del mismo mes de septiembre,
mal Gobierno: los europeos que se habían
y conferenciado con ellos sobre el particular
hecho fuertes en las Casas Reales [f. 9 v] se
se lo dijeron así, y habiéndoselo avisado al
entregaron al que declara por ser ya mucha
cura Hidalgo y que se acercase allá para
la plebe que se había juntado, y algunos,
que se certificase por sí mismo de la ver-
gritaban que mueran los gachupines; pero
dad, se satisfizo sobre su palabra y se retiró
el que declara pudo contenerlos con mucho
a Dolores; pero habiéndole faltado al decla-
trabajo aunque no pudo evitar el saqueo de
rante a la que le había dado el llamado don
tres a cuatro tiendas, y así quedó entablada
Ignacio de presentarle en cierto día de quin-
la insurrección: que antes de este aconteci-
ce a veinte rancheros, dueños o arrendata-
miento no contaban con más gentes, ni con
rios de rancho que decía le tenían ofrecido
mas medios que los que aparecen de lo que
hasta trescientos hombres, le participó esta
lleva declarado, ni han tenido otras conexio-
novedad [f. 10] a Hidalgo: éste le contestó
nes ni relaciones sea por escrito de palabra
por un papel sin firma, se apartaba de los
o por terceras personas, ni quien los fomen-
tratado, y que no contase con él para nada;
tase con dinero ni cosa alguna de lo que
mas como a pocos días el dicho don Igna-
inquiere la pregunta; y después así como
cio como viniese a Querétaro y lo hubiese
la resolución fue violenta, los medios de
citado para salir a extramuros de la ciudad
continuar la empresa, lo fueron igualmente,
a abocarse con los expresados rancheros
pues que ni aún armas tenían propias para
con la disculpa de no haber podido acudir
la empresa, como que el acopio que habían
el día señalado por haber estado ocupados
procurado de gentes se trataba sin formali-
en unos rodeos, lo verificó; y habiéndolos
dad ninguna, y solo para en el caso que se
visto efectivamente se manifestaron com-
figuraba, para el cual siendo los más ran-
prometidos a presentar si fuere necesario
cheros no podían faltarles las de su uso y
trescientos hombres, con que satisfecho el
costumbre; y aún por lo que hace al número
declarante se vino a San Miguel el Grande
de gente que tiene declarado, no tiene más
y se vió con Hidalgo en Dolores, el que con
dato en cuanto a la de Querétaro que el
esta noticia volvió a animarse a seguir al
152
mismo sistema; que de las demás gente de
que lleva hecha y su contenido la verdad so
Querétaro estaba creído sería seguro por la
cargo del juramento que tiene prestado en
formalidad de los confidentes don Epigme-
que se afirmó y ratificó y firmó con dicho
nio, y Lozada y demás que concurrían con
Señor comisionado y conmigo el presente
ellos, y responde.
escribano de que doy fe.
En este Estado y por ser ya muy tarde el señor juez comisionado don Ángel Abe-
Ángel Abella [Rúbrica]
lla, mandó suspender esta declaración para
Ignacio de Allende [Rúbrica]
continuarla el día de mañana, la cual leída que le fue al declarante. Dijo ser la misma
Ante mí Francisco Salcido [Rúbrica]
153
154
155
156
157
158
159
160
161
162
Por t ales
EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL COLEGIO DE LAS VIZCAÍNAS: UNA MIRADA HACIA LA PRIMERA FASE DE LA CATALOGACIÓN DEL FONDO
REAL COLEGIO DE SAN IGNACIO DE LOYOLA, 1885-1925
Maria Elena Hernández Ortiz1 y Rodolfo Daniel Martínez Domínguez2
LA COFRADÍA DE ARÁNZAZU: SU PAPEL COMO
esta Virgen, célebre en los anales religiosos
SAN IGNACIO DE
del País Vasco. De esta manera se narra la
FUNDADORA DEL COLEGIO DE
LOYOLA
erección de las escrituras fundacionales: “El año 1681 movidos algunos vas-
L
os vascos han constituido una gran her-
congados del zelo y amor de la Santisima
mandad resultado de una tradición vi-
Virgen de Aránzazu propusieron a los de-
gorosa. Siempre estuvieron acostumbrados
más nacionales del señorío de Vizcaya,
a reunirse en los atrios de las capillas para
encartaciones, Reino de Navarra, Provincia
tratar sus asuntos y mejorar las condiciones
de Guipúzcoa y Álava, la fundación de una
materiales y morales de su vida.
capilla en que fuese venerada la Virgen de
Los residentes vascongados decidieron unirse en una hermandad bajo la advocación de la Virgen de Aránzazu. Dándole la
Aránzazu y asimismo sirviese de entierro y esplendor para dichos vascongados”.3 Una de las características de la Cofra-
el 4 de
día de Aránzazu es que jamás pidió dinero
abril de 1671, los vascos constituyen y fun-
ni recibía limosnas, esto nos habla de la
dan la Cofradía de Nuestra Señora de Arán-
magnífica posición social y económica que
zazu, poniéndola bajo la advocación de
tenían. Para 1732, el rector de la Cofradía
forma religiosa propia del siglo
XVII,
Licenciada en Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Licenciado en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. 3 Véase Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas (en adelante AHCV), E-6, T-1, V-2, “Libro de escrituras, papeles de fundación, constituciones, aprobación de la Cofradía, lista de sus fundadores vascongados, rectores y tesoreros habidos, dotaciones de huérfanas y otras varias cosas”, 1765-1767; citado también en Elisa Luque Alcaide, La cofradía de Aránzazu de México (1681-1799), Pamplona, Ediciones Eunate, 1995, p. 37. 1 2
164
era don José Eguiara y Eguren (personaje
de Aránzazu proyectó en su colegio una la-
importantísimo dentro de la creación del co-
bor asistencial: la atención a las viudas que
legio), hombre de origen vasco nacido en la
carecían de bienes económicos.
ciudad de México, ilustrado dentro del cam-
Un año antes, en 1731, realizaron un
po de las letras, rector de la Universidad y
sondeo de las cantidades que los vascona-
más tarde obispo de Yucatán.
varros estaban dispuestos a aportar. A los
Este hombre es muy importante en la
tres meses de iniciadas estas gestiones se
historia del colegio de San Ignacio de Loyo-
contaba con una oferta de más de 40,000
la, Vizcaínas, ya que en su primera reunión,
pesos.
en 1732, trató la necesidad de crear un co-
El mismo día de la reunión en la que
legio que sirviera de refugio a las hijas de
nació la idea de crear un colegio, se leyó
españoles vascongados en mala situación
un documento que entre otras cosas de-
económica, así como a huérfanas y viudas
cía:
vascongadas, y exhortó a todos los presen-
“[…] En la Ciudad de México oi primero
tes en aquella reunión a unirse y participar
día del mes de noviembre de mil setecien-
en la edificación de dicho colegio.
tos y treinta y dos años los señores Rector, Diputados de la mui Illo. Cofradía de Nra.
ORIGEN DEL COLEGIO DE SAN IGNACIO DE
Señora de Aranzazu […] todos congregados
LOYOLA
para arbitrar y discernir y plantear la nueva creación y fundzon. De casa ó Colegio de
Manuel Aldaco, Francisco de Echeveste
niñas, y Matronas Viudas Hijas o desendien-
y Ambrosio de Meave fueron los que apo-
tes de Familiar Bascongadas bajo la protec-
yaron más la idea de la creación de dicha
ción del Glorioso Patriarca San Ignacio de
institución educativa y también contribuye-
Loyola, procedió el sor Rector Dn. Juan Jph
ron trabajando en la recaudación de fondos
de Eguiara y Eguren Presbitero catedrático
entre los vascos residentes en México. A
[…] exortando a la mui Illme. Mesa y demás
diferencia del colegio de la Caridad, la junta
concurrentes para que fervorezidos con el
Olga Lina García Barrera, De la educación femenina en México: el colegio de las Vizcaínas, tesis de licenciatura de Historia, México, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 1978, p. 80. Museo Nacional de Antropología e Historia, Juntas que celebra la Cofradía de Aranzazu, microfilm, rollo 38. 4
165
zeloso motivo de tan heroica causa contri-
ya que el ayuntamiento tenía la intención de
buyeren conforme a sus facultades a la mas
mejorar la zona.
presta, mexor y más luzida espedizon de la
Al comenzarse la obra, los fondos mo-
obra repitiendo cada uno de sus proyectos
netarios quedaron asegurados para evitar
mensuales o semanarios […]”.4
que en algún momento se tuviera que sus-
Este escrito fue enviado al ayuntamien-
pender la obra por faltar insumos.
to. Así, todos los vascos residentes acorda-
El 30 de julio de 1734 se colocó la pri-
ron contribuir a tan generosa causa. Una
mera piedra del colegio; el costo total de
vez que los vascos se comprometieron a
la obra fue de un millón de pesos. A partir
cooperar, lo único que les hacia falta era un
de su inauguración, la cofradía vivió años
terreno en donde construir y procedieron a
de intenso trabajo hasta hacerlo realidad.
solicitarlo al ayuntamiento.
En 1752 se habían acabado las obras y el
Dicho terreno tenía al norte el tianguis
edificio estaba preparado para su apertura:
de San Juan, cerca pasaba una acequia
se reunieron para su construcción más de
que corría oblicuamente del noreste al su-
583 mil pesos. Las becas de colegialas ini-
reste, cruzando las calles del Puente Que-
ciales sumaron un capital de 66,800 pesos.
brado, la calle de Pañeras, la calle de las
La construcción del colegio fue obra del ar-
Ratas (hoy la octava calle de Bolívar, entre
quitecto y cofrade Pedro Bueno Basori, que
Republica de El Salvador y Mesones) y en
lo proyectó en 1733. Se trata de un palacio
la esquina de Mesones y Regina.5 El agua
barroco al gusto de la época; la portada fue
de que dispondrían vendría por el acueduc-
realizada en 1771 por el arquitecto Lorenzo
to de Chapultepec. En el terreno, donado
Rodríguez, autor de la capilla del sagrario
en 1733, se concentraban ladrones, vagos
de la ciudad de México. También constru-
y malvivientes, motivo por el cual fue dona-
yeron la residencia para los capellanes.6 Se
do con mucha facilidad y libre de impuestos,
inauguró con capacidad para 160 alumnas.
5 Actualmente el colegio ocupa la totalidad de la manzana, limitada por la calle de Vizcaínas, al norte, con 129 m de longitud; la calle de Manuel Aldaco, al oriente, con 138.4 m; la plaza de las Vizcaínas, al sur, con 126.66 m, y la calle de San Ignacio, con 137.6 m, al poniente, Claudia Rojas Mira y Enriqueta Tuñón Pablos, “El colegio de las Vizcaínas: una historia viva”, en Los vascos en las regiones de México, vol. III, México, UNAM, 1997. pp. 185-193. 6 Luque Alcaide, op. cit., p. 93.
166
APERTURA DEL COLEGIO
San Mateo Valparaíso y el arzobispo Lorenzana, quien llegó acompañado del maes-
El 1 de septiembre de 1767 se eligieron em-
trescuela don Cayetano Antonio de Torres y
pleadas del colegio entre las niñas que se
de don Ignacio de Esnaurrizar, dignidad de
encontraban depositadas en Belem, pidien-
la Santa Iglesia Catedral, entre otras perso-
do antes informes confidenciales sobre su
nalidades. Se bendijo al colegio, patios, co-
conducta y disposiciones. Se designó como
rredores y capillas, departamentos y sala de
primera rectora a la señora Teresa Magaña,
labor y se procedió a oficiar una misa en la
como vicerrectora a Ana Lozano y como se-
capilla del mismo. Inmediatamente después
cretaria a Teresa Lejarza.
se sirvió el desayuno y se dio la bienvenida.
El 9 de septiembre de 1767 fue la gran
En ese momento las niñas se encontraban
apertura del colegio. Ese día, a la hora se-
reunidas en la sala de labor, donde el señor
ñalada, se reunieron en la amplia portería
Lorenzana les hizo una exhortación sobre
todos los miembros de la cofradía. Mientras
la vida de trabajo que debían llevar allí y la
llegaba el arzobispo, diez de los principales
unión que debía existir entre ellas. Ese mis-
cofrades recibieron la orden de ir en sus ca-
mo día hubo una junta donde se nombró al
rrozas o en coches ya preparados a buscar a
médico y al boticario responsable de man-
las colegialas que estaban en Belem y a un
dar medicinas al colegio.
7
pequeño número que no había cabido en el
Una vez terminados todos los festejos
colegio alojado en algunos de los conventos
por la gran apertura del colegio, la Mesa
de monjas donde las habían colocado para
pasó a la sala de juntas que habían dis-
que no pasaran desgracias y tuvieran un lu-
puesto a celebrar la primera de ellas. Hizo
gar seguro donde vivir mientras el colegio
comparecer a las colegialas, dio a conocer
abría sus puertas. La apertura fue un acto
los nombramientos hechos y los grupos en
grandioso y solemnizado con la presencia
que las había dividido:
del virrey marqués de Croix, el conde de
“Y entraron [en la fecha de apertura]
Cabe señalar que la autora Olga Lina García Barrera habla que junto con esas 23 colegialas llegaron pupilas de otras instituciones como La Concepción y Jesús María, pero esta información no puede ser corroborada, sin embargo, Gonzalo Obregón habla de niñas que fueron depositadas en conventos de monjas, entonces la información resulta lógica. Véase Gonzalo Obregón, El Real Colegio de San Ignacio en México, México, El Colegio de México, 1949, p. 77. García Barrera, op. cit., p. 98. 7
167
once niñas de la fundación de D. Joseph
en la vida cotidiana del colegio, el cual se
de Gárate, doce de la de D. Pedro Negrete
vio forzado a adaptarse a un nuevo género
Sierra y una viuda, madre de cuatro herma-
de vida.
nas, que se obligaron a mantenerla en su
Se creó una nueva junta directiva cons-
compañía y cuarenta de la fundación del
tituida por cinco miembros: un presidente,
Sr. General D. Francisco de Echeveste.
tres vocales y un tesorero -la antigua mesa
En total, sesenta y cuatro dotadas y seis
era conformada por 14 miembros: un rec-
porcionistas” [estas últimas eran las que
tor, 12 diputados y un tesorero-. La mesa
pagaban una cantidad mínima por vivir en
nombró como presidente al señor Ignacio
el colegio].
Aguinaga, como vocales a los señores José
8
El 28 de diciembre de 1860 se publica-
María Lacunza,10 Antonio Vértiz y Juan Bau-
ron las Leyes de Reforma que había dicta-
tista Echave, y como tesorero a Francisco
do en Veracruz el presidente Juárez. Estas
Guati Palencia. La junta procedió a su ins-
leyes imponían, como muestra de la política
talación el 10 de enero de 1861.11
laicista de Juárez, la reducción del poder de
El colegio se salvó de ser enajenado y
la Iglesia católica mediante el embargo de
el gobierno permitió que la junta directiva
propiedades eclesiásticas y la separación
siguiera formada por las mismas personas
Iglesia-Estado. Esta etapa representa una
que constituían la Mesa de Aránzazu en el
ruptura con el pasado; se inicia con un pro-
momento de su disolución. El presidente
ceso de reorganización en el que se verá
Juárez mandó cerrar el colegio de Belem y
reflejado el interés del gobierno en la políti-
las niñas pasaron al colegio de las Vizcaí-
ca educativa.9 Esta fase tuvo gran impacto
nas. Días después, el colegio de Niñas de
AHCV, E-6, T-1, V-15, “Libro de elecciones de empleos en el colegio…”, 1774. Dicho interés fue acompañado por la presencia de algún miembro del gobierno en la junta directiva, como José María Lacunza y José Maria Lafragua, en su seno. 10 Personaje importante dentro y fuera del colegio. A mediados del siglo XIX fundó, junto con su hermano y Guillermo Prieto, la Academia de Letrán, primera asociación literaria de importancia que funcionó en el México independiente; promotor de las escuelas lancasterianas, siendo ministro de Relaciones Exteriores fundó un asilo para niños y jóvenes delincuentes, el cual se convirtió en presidio para menores. Hablaba latín, francés y algo de italiano e inglés. Véase: Josefina Muriel, Los vascos en México y su colegio de las Vizcaínas, México, CIGATAM, 1989, p. 75. 11 AHCV, E-14, T-1, V-5, Cambios en el Colegio, Traslado de Niñas del Recogimiento, colegio de Niñas de San Miguel de Belem y del colegio de Niñas de Nuestra Señora de la Caridad al colegio de San Ignacio de Loyola. 8 9
168
Nuestra Señora de la Caridad también pasó
ma de los intereses que en justicia corres-
al colegio de San Ignacio de Loyola.
ponden a una institución que nunca fue ni
12
pudo ser comprendida en las leyes que de-
EL COLEGIO DE LA PAZ DURANTE EL PORFIRIATO
samortizaron los bienes eclesiásticos, pues jamás tuvo el carácter de éstos, el Clero no
“Paz, Orden y Progreso” fue el lema que
intervino de modo alguno en su gobierno y
se siguió durante el mandato del general
administración”.14
Porfirio Díaz. El país necesitaba una etapa
En 1885 el colegio recuperó muchos de
de restablecimiento, sobre todo económico,
sus fondos, aumentó sus capitales y siguió
y a ello se dedicó el nuevo régimen. Los
apoyándose con las rentas de las acceso-
cambios económicos se debieron a que la
rias. Fue hasta 1889 cuando el colegio tuvo
agricultura renació, se extendieron el co-
egresos anuales de 50 mil pesos, los cuales
mercio y la industria y el crédito nacional se
comprendían el mantenimiento del edificio,
fue afirmando. Comenzó para México una
la manutención de las alumnas, los sueldos
era de intensa prosperidad material que se
de profesores y trabajadores y la compra de
manifestó dentro del colegio.
muebles. También en 1885, la junta directi-
13
Para 1878, el gobierno utilizó una parte
va del colegio de la Paz recibió el patronato
del tesoro público para ayudar al colegio.
de las Escuelas Rico por nombramiento di-
El presidente Díaz pagó subsidios de 12
recto del ayuntamiento.15
mil pesos, 15 mil el año siguiente y 18 mil
En 1903 se instaló alumbrado eléctrico
pesos al final, en reciprocidad con la institu-
en el colegio y se efectuaron obras materia-
ción que durante muchos años aportó gran
les para arreglar el edificio; se compusieron
parte de su dinero al erario publico, y aún
las accesorias y toda la planta baja, que
así “no representa[ba] sino una parte ínfi-
estaba en pésimas condiciones higiénicas;
AHCV, E-5, T-1, V-12, “Elecciones de rectoras”, 1842-1865. Obregón, op. cit., p. 136. 14 Enrique Olavarría y Ferrari, El Real Colegio de San Ignacio de Loyola, vulgarmente colegio de las Vizcaínas, México, Imp. de Francisco Díaz de León, 1889, p. 209. 15 Las Escuelas Rico eran una institución de beneficencia que consistía en dos escuelas primarias elementales, una para niños y otra para niñas, que había sido fundada en 1837 por José María Rico; a su muerte, la administración de los raquíticos bienes y el funcionamiento de las escuelas debían pasar, por voluntad del finado, a manos de otra institución de beneficencia, en AHCV, E-1, T-III, V-16, NC 13371, Informes de la administración acerca del total del capital que se encuentra de las Escuelas Rico, 1903. 12 13
169
misma sección y promover de nuevo la modernización de la institución.
EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL COLEGIO DE LAS VIZCAÍNAS: SU ORIGEN, CARACTERÍSTICAS Y SU ORDENACIÓN
El AHCV se encuentra bajo el resguardo del también se destruyeron las capillas que
colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaí-
existían al fondo para construir una amplia
nas. Este archivo se ha ido desarrollando
enfermería.16
mediante la participación de personas que han dedicado tiempo y esfuerzo a la con-
EL COLEGIO DURANTE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
servación de este lugar. En un principio, el AHCV fue fundado por don Ambrosio de Mea-
En 1910, cuando estalla la Revolución mexi-
ve con el único propósito de custodiar los
cana, el régimen de Madero siguió subsi-
documentos propios del colegio. El origen
diando al colegio con 50 mil pesos anuales.
del archivo se remonta años atrás, cuan-
De 1915 a 1919, el colegio y muchas otras
do el colegio abrió sus puertas, en 1766, y
instituciones atravesaron una grave situa-
comenzó a producir documentos con una
ción económica debido a las irregularidades
temática muy variada. En total, el Archivo
de la moneda; en ese momento, muchos de
se compone de más de 2,000 volúmenes
los deudores aprovecharon para liquidar las
concentrados en nueve fondos totales guar-
deudas contraídas, por lo que el colegio lle-
dados en su orden original, bajo un sistema
gó a perder más de 60 mil pesos en un día.
de organización conocido como Estante (E),
A fines de 1925 se había decretado la
Tabla (T) y Volumen (V).
creación de la escuela secundaria oficial
El total de cajas que tiene el fondo es
para las niñas que quisiesen seguir con la
de 921, las cuales se encuentran almacena-
educación media superior, es por eso que
das en 22 estantes que no siguen un orden
la junta directiva creyó oportuno crear la
preciso.
16
Obregón, op. cit., p. 139.
170
Clasificación
Cantidad
Descripción
14 volúmenes E-1, T-I, V-1 al 10
Listas de calificaciones 10 volúmenes
E-1, T-II, V-1 al 10
Listas de calificaciones 18 volúmenes
Listas de calificaciones (del volumen 1 al 13) Documentos varios sobre administración, educación, informes (del volumen 14 al 18)
E-1, T-IV, V-1 al 25
25 volúmenes
Actas de calificaciones
E-1, T-V, V-2 al 18
17 volúmenes
Documentos varios sobre registros de pagos, calificaciones y listas de colegialas
E-2, T-I, V-5, 9 y 12
3 volúmenes
Documentos varios sobre reconocimiento e imposición de capitales y defunciones de alumnas
E-2, T-II, V-1,4, 8 y 9
4 volúmenes
Documentos varios sobre gastos varios, libranzas y rentas de accesorias
E-2, T-III, V-5 y 9
2 volúmenes
Documentos varios sobre traslado de niñas de Caridad y cuentas del colegio
E-2, T-IV, V-1, 3 y 6
3 volúmenes
Documentos varios sobre recibos de pago, establecimiento del hospital y listas de niñas trasladadas de Belem y Caridad al colegio
E-2, T-V, V-3 al 15
13 volúmenes
Documentos varios sobre listas de calificaciones y exámenes
E-1, T-III, V-1 al 18
E-3, T-IV, V-7 al 12, 30 Y 39 8 volúmenes
Recetarios de salud
E-3, T-V, V-1 al 29
29 volúmenes
Libros sobre ejercicios de caligrafía y ortografía
E-4, T-I, V-2 al 45
43 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de caja del colegio y de pensiones de alumnas de Belem
E-4, T-II, V-1 al 45
45 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de inquilinos y accesorias, inscripciones y pensiones de alumnas
E-4, T-III, V-1 al 37
37 volúmenes
Documentos varios sobre faltas de profesores y asistencias, entradas y salidas de alumnas y actas de exámenes
E-4, T-IV, V-1 al 18
18 volúmenes
Documentos varios sobre actas de exámenes y nóminas de profesores
171
Clasificación
Cantidad
Descripción
18 volúmenes
Documentos sobre actas de bautismo y defunción, licencias de ingreso al colegio, cabildos y juntas, alumnas trasladadas, clases de música e índice de pensionistas
E-5, T-I, V-1 al 27
27 volúmenes
Documentos sobre cuentas generales, elecciones, censatarios y acuerdos de la junta directiva del colegio
E-5, T-IV, V-6
1 volumen
Documentos sobre traslado de niñas de Belem a San Ignacio
E-4, T-V, V-18
E-5, T-V, V-10, 11 y 15 3 volúmenes
Documentos varios sobre instalación de banco de sangre, depósito y liquidación de colegialas
E-6, T-II, V-15 y 16
2 volúmenes
Documentos varios sobre obras pías, capellanías y censos
E-6, T-IV, V-11
1 volumen
Documentos varios sobre movimiento de capitales y censos
E-6, T-V, V-1 al 18
18 volúmenes
Libro de asistencias de maestros, documentos varios sobre deudas de accesorias, premios y licencias de alumnas
E-9, T-II, V-28
1 volumen
Ilustraciones del libro de Enrique de Olavarría y Ferrari
E-13, T-IV, V-2, 3 y 9
3 volúmenes
Documentos varios sobre traslado de alumnas de Belem a San Ignacio
E-14, T-I, V-2 y 5
2 volúmenes
Documentos varios sobre licencias, solicitudes y permisos de alumnas para salir del colegio
E-15, T-IV, V-4
1 volumen
Documentos varios sobre testamentos y derechos
E-17, T-I, V-3, 5, 6 y 11 4 volúmenes
Documentos varios sobre gastos de obras de mantenimiento en el colegio, sueldos de profesores, repartos extraordinarios, administración de obras pías y salarios de trabajadores
E-17, T-II, V-3 y 4
2 volúmenes
Documentos varios sobre nombramientos, citatorios, capellanías y prestamos forzosos a la Mesa de Aránzazu
E-17, T-III, V-4 y 9
2 volúmenes
Documentos varios sobre pagos a colegialas de la Caridad
172
Clasificación
Cantidad
Descripción
E-17, T-IV, V-1 al 12
12 volúmenes
Documentos varios sobre comprobantes de pago, reparto extraordinario y obras en el colegio.
E-17, T-V, V-12
12 volúmenes
Documentos varios sobre comprobantes de pago
E-18, T-I, V-1 al 14
14 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio
E-18, T-II, V-1 al 16
16 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio
E-18, T-III, V-1 al 14
14 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio
E-18, T-IV, V-1 al 12
12 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio
E-18, T-V, V-1 al 11
11 volúmenes
Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio
E-19, T-I, V-1 al 14
14 volúmenes
Documentos presentados a la junta directiva del colegio
15 volúmenes
Documentos varios sobre correspondencia, pensiones, licencias, reglamentos y distribución de premios
22 volúmenes
Documentos varios sobre pensiones, contratos de accesorias, rentas y fianzas; asistencias de alumnas, calificaciones, materias y maestros y escrituras; solicitudes de lugares de gracia y matrículas
E-19, T-IV, V-1, 3 al 5 y 15
5 volúmenes
Documentos varios sobre correspondencia, planes de estudio, reglamentos y obras de mantenimiento de la capilla del colegio
E-19, T-V, V-7 y 16
2 volúmenes
Documentos presentados a la Junta Directiva sobre su administración
E-20, T-I, V-1 al 15
15 volúmenes
Documentos sobre comprobantes de caja
E-20, T-II, V-1 al 9
9 volúmenes
Documentos sobre comprobantes de caja
E-20, T-III, V-1 al 10
10 volúmenes
Documentos varios sobre informes de contabilidad
E-20, T-IV, V-1 al 14
14 volúmenes
Documentos varios sobre comprobantes de gastos, presupuestos, balances y libros de actas y exámenes
E-20, T-V, V-1 al 13
13 volúmenes
Documentos varios sobre informes de la cuenta del Banco Nacional y de la junta directiva
E-19, T-II, V-1 al 15
E-19, T-III, V-1 al 22
173
Clasificación
Cantidad
Descripción
E-21, T-I, V-1 al 10
10 volúmenes
Documentos sobre comprobantes de caja
E-21, T-II, V-1 al 11
11 volúmenes
Documentos varios sobre comprobantes de pagos y gastos del colegio
E-21, T-III, V-1 al 8
8 volúmenes
Documentos varios sobre comprobantes de pagos y gastos del colegio
E-21, T-IV, V-1 al 14
14 volúmenes
Documentos presentados a la junta directiva del colegio
E-21, T-V, V-1 al 13
13 volúmenes
Documentos presentados a la junta directiva del colegio
E-22, T-I, V-7 y 8
2 volúmenes
Reglamentos
E-22, T-II, V-1, 6 a 9
5 volúmenes
Periódicos
E-22, T-III, V-1, 5, 8 y 9 4 volúmenes
Documentos varios sobre cátedras, jubilaciones, libretas de alumnas y periódicos
E-22, T-IV, V-1 al 38
38 volúmenes
Libros talonarios por pago de réditos
E-22, T-V, V-1 y 2
2 volúmenes
Documentos varios sobre proyectos del arquitecto, obras y grabados
E-23, T-I, V-1 al 13
14 volúmenes
Documentos varios sobre comprobantes de pago
E-23, T-II, V-1 al 12
12 volúmenes
Duplicados de comprobantes de pago
E-23, T-III, V-1 al 14
14 volúmenes
Libros sobre balances generales
14 volúmenes
Documentos varios sobre presupuestos generales, proyectos del arquitecto, informes, correspondencias, distribución de premios, obras pías, acuerdos de la junta directiva, alumnas, programas y calificaciones
E-23, T-V, V-1 al 10
10 volúmenes
Documentos varios sobre demandas, reglamentos, cátedras alumnas, informes de la administración, periódicos e inspección de clases
E-24, T-I, V-1 al 29
29 volúmenes
Documentos varios sobre obras de mantenimiento y deudores
E-24, T-II, V-1 al 30
30 volúmenes
Documentos varios sobre capitales, réditos, deudores y gastos extraordinarios del colegio
E-24, T-III, V-1 al 31
31 volúmenes
Documentos varios sobre gastos extraordinarios, pensiones, balances, gastos y réditos
E-24, T-IV, V-1 al 23
23 volúmenes
Documentos sobre la copia de las disposiciones que han regido el colegio
E-23, T-IV, V-1 al 14
174
Clasificación
Cantidad
Descripción
E-24, T-V, V-1 al 22
22 volúmenes
Documentos varios sobre correspondencia al colegio, rentas y pensiones
E-25, T-III, V-1 al 21
21 volúmenes
Documentos sobre correspondencia del colegio
E-25, T-IV, V-1 al 3
3 volúmenes
Documentos sobre asuntos varios del colegio
E-25, T-V, V-1
1 volumen
Documentos sobre obras del colegio
E-26, T-I, V-23 al 27
5 volúmenes
Documentos varios sobre clases y partituras de música
E-26, T-IV, V-19
1 volumen
Documentos sobre programas de exámenes de música
E-27, T-III, V-3
1 volumen
Registros de visitas del colegio
E-27, T-IV, V-1 al 3
3 volúmenes
Documentos varios sobre premios a alumnas y autos y litigios sobre el colegio
8 volúmenes
Documentos sobre clasificación del archivo, fotografías, y manuscritos pertenecientes al libro de Gonzalo Obregón
5 volúmenes
Documentos varios sobre el patronato del colegio, recortes de periódico, álbum histórico de las Vizcaínas y correspondencia del colegio
4 volúmenes
Documentos varios sobre amparos, alegatos y sentencias y memorias de la Junta de Beneficencia Pública
E-27, T-V, V-1 al 8
E-28, T-I, V-4 al 8 E-28, T-II, V-3, 20, 21 y 48
La parte que corresponde a la realiza-
cabada, el material fichado se desglosó en
ción del catálogo del fondo Real Colegio de
dos partes, la primera con 1,144 fichas que
San Ignacio de Loyola 1885-1925 se inició
forman parte del catálogo de educación, y
desde el Estante 1, Tabla I, Volumen 1,
la segunda con 722, las cuales nos permi-
hasta el Estante 1, Tabla III, Volumen 16.
ten conocer la parte administrativa de este
Por las características de la información re-
colegio.
175
Clasificación
Fechas
Número de fichas
E-1, T-I, V-1
1896
30 fichas
E-1, T-I, V-2
1897
30 fichas
E-1, T-I, V-3
1900
38 fichas
E-1, T-I, V-4
1898
35 fichas
E-1, T-I, V-5
1891 – 1892
35 fichas
E-1, T-I, V-6
1885 – 1886
33 fichas
E-1, T-I, V-6 bis
1899
32 fichas
E-1, T-I, V-7
1893 – 1894
45 fichas
E-1, T-I, V-8
1895
33 fichas
E-1, T-I, V-9
1887
16 fichas
E-1, T-I, V-9 bis
1888
14 fichas
E-1, T-I, V-10
1889
28 fichas
E-1, T-I, V-10 bis
1890
19 fichas
14 volúmenes
418 fichas
E-1, T-II, V-1
1903
36 fichas
E-1, T-II, V-2
1904
21 fichas
E-1, T-II, V-3
1905
16 fichas
E-1, T-II, V-4
1905
20 fichas
E-1, T-II, V-5
1909
28 fichas
E-1, T-II, V-6
1911
39 fichas
E-1, T-II, V-7
1912
35 fichas
E-1, T-II, V-8
1914
45 fichas
E-1, T-II, V-9
1913, 1922
33 fichas
E-1, T-II, V-10
1876, 1881, 1884, 1889, 1899, 1900 – 1905, 1908 y 1905
3 fichas
10 volúmenes
276 fichas
E-1, T-III, V-1
1885 - 1891
99 fichas
E-1, T-III, V-2
1891 – 1892
23 fichas
E-1, T-III, V-3
1904
16 fichas
E-1, T-III, V-4
1906
21 fichas
E-1, T-III, V-5
1907
41 fichas
E-1, T-III, V-6
1909
32 fichas
E-1, T-III, V-7
1910
49 fichas
176
Clasificación
Fechas
Número de fichas
E-1, T-III, V-8
1913
39 fichas
E-1, T-III, V-9
1915
35 fichas
E-1, T-III, V-10
1915 – 1917
47 fichas
E-1, T-III, V-11
1918, 1921
14 fichas
E-1, T-III, V-12
1923
27 fichas
E-1, T-III, V-13
1925
9 fichas
E-1, T-III, V-14
1885 – 1895
326 fichas
E-1, T-III, V-15
1896 – 1900
208 fichas
E-1, T-III, V-16
1901 – 1909
235 fichas
16 volúmenes
1,221 fichas
Total de cajas revisadas: 40 volúmenes Total de fichas capturadas: 1,915
Es importante señalar que en la parte
documental del fondo Colegio de San Ig-
final del trabajo se incluyen índices ono-
nacio de Loyola en el periodo 1885-1925,
másticos y topográficos, los cuales incluyen
y que pueden constituir un punto de partida
el número de la página donde podemos en-
para futuras investigaciones. Los grupos se
contrar la ficha que interesa; así se facilita
dividen en:
la localización del material a los usuarios.
Económico: este grupo se considera de
También se incluyen los anexos, en los cua-
gran importancia para la institución, pues el
les hay que recurrir para conocer la lista de
aspecto económico fue vital para mantener
niñas, su grado y año escolar.
las funciones educativas y de subsistencia
Consideramos que el catálogo es una
del mismo. La documentación que se en-
herramienta descriptiva que rescata datos y
cuentra dentro de este grupo nos remite a
temas de las fuentes de primera mano.
listas de gastos, movimientos de fondos del colegio, cuentas, pagos, capitales, présta-
TEMÁTICAS PARA FUTUROS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN
mos hipotecarios, cantidades asignadas por el gobierno federal para gastos del colegio, recibos de pago de escrituras, pagos de
Podemos ubicar en tres grupos el acervo
servicios médicos, rentas.
177
Educativo: esta documentación es fun-
rante el Porfiriato. Muchos habitantes de la
damental para conocer el sistema educativo
ciudad de México se beneficiaron de esta
que se impartía a las colegialas del colegio
faceta del colegio para mitigar sus deudas,
de San Ignacio a finales del siglo XIX y prin-
sin embargo, varios se vieron envueltos en
Destacan por sus temáticas
pleitos judiciales por incumplir sus compro-
valiosos documentos como las listas de
misos con la institución colegial. La docu-
calificaciones de diversos grados, cátedras,
mentación en este grupo se centra en car-
nombres de profesoras y maestros, premios
tas dirigidas a la mesa directiva del colegio
a las niñas, presencia del presidente Díaz
solicitando prórrogas de pagos, solicitud
en actos escolares, permisos a las alumnas
para exentar deudas, atrasos en el pago de
para salir del colegio, lugares de gracia, be-
réditos, ampliación del pago de hipotecas,
cas, textos del colegio, salud.
deudores de rentas, avalúos de casas, re-
cipios del
XX.
Legal: El colegio de San Ignacio tuvo un papel importante como prestamista du-
178
frendo de hipotecas y préstamos sobre propiedades.
Caleidosc opio
“EL DEPÓSITO DEL DULCE”: BENITO JUÁREZ Y LOS ARCHIVOS. NOTAS A UNAS FOTOGRAFÍAS DE TESTIMONIOS HISTÓRICOS
Guadalupe Jiménez Codinach*
C
orría el año de 1866 y Jesús Gonzá-
posible reconstruir el pasado, aunque
lez Herrera escribía unas letras a su
sea parcialmente, sin las fuentes prima-
amigo don Benito Juárez: “El depósito del
rias.
Dulce [Archivo de la Nación que contenía
Por más valiosas y sugerentes que
documentos del gobierno juarista y que se
sean las obras secundarias de historiogra-
tenía escondido en la cueva El Tabaco] en
fía sobre un tema, el historiador tiene el de-
Monterrey se conserva intacto, pues no han
ber de revisar los archivos necesarios para
dado los sicarios con él”.
poder aclarar dudas y contradicciones; para
“Depósito de dulce”, ¡sinónimo adecua-
comprender el significado de los términos
do para un archivo! En mi vida profesional,
de una época; para acercarse a los seres
los mejores momentos, los más gratifican-
humanos que nos dejaron testimonios de su
tes y en verdad los más “dulces” de mi oficio
quehacer, de sus vivencias, sentimientos e
de historiar, han sido las horas pasadas en
ideas. Para poder afirmar o negar algo, para
los archivos.
trasladarse a otra época, para intentar asir
La Reunión Nacional de Archivos, efec-
los valores e ideales de una generación,
tuada en Oaxaca en 2006, nos congrega en
para conocer las costumbres, modismos y
conmemoración de un personaje crucial de
ritos sociales, las preocupaciones y creen-
nuestra historia como nación: Benito Juárez
cias de nuestros antepasados, para todo
García (1806-1872).
ello y más nos son indispensables esos
Más de treinta años de consulta en
añejos y amarillentos papeles.
archivos mexicanos, europeos y estado-
Los documentos depositados en los
unidenses me han enseñado que no es
archivos son evidencia que apuntala o des-
180
truye hipótesis y especulaciones. Dice el
tre nueve y 11 años de edad.
refrán popular: “Cien conejos no hacen un
En la exposición México: los proyectos
caballo”, pues bien, cien opiniones, cien ru-
de una nación, 1821-1888, realizada tam-
mores no hacen un hecho histórico.
bién en el palacio de Iturbide por Fomento
En mi trabajo como curadora de exposi-
Cultural Banamex en el año 2001, presenté
ciones históricas para diversas instituciones
una Constitución elaborada por colonos te-
y museos he seguido dos reglas: a) investi-
janos en 1833 donde se establecía a per-
gar en los archivos la evidencia documental
petuidad la esclavitud en Texas, en abierta
sobre un hecho, un personaje, un tratado,
violación de las leyes mexicanas. También
una conspiración, etc., para poder afirmar
estuvieron expuestos los planes de ataque
algo sobre lo que presento al público, y b)
al castillo de Chapultepec elaborados en el
ambientar cada tema en el contexto de su
campamento del general Winfield Scott, así
época. Por ejemplo, en la exposición Méxi-
como las primeras fotografías en el mundo
co: su tiempo de nacer, 1750-1821, pre-
sobre una guerra, la de México y Estados
sentada en el palacio de Iturbide en 1997,
Unidos en 1846-1848. Todo ello proceden-
aparecían en una vitrina nueve testimonios
te de archivos en la Unión Americana. De
procedentes del Archivo General de la Na-
la Universidad de Texas en Austin se ex-
ción sobre los “incendiarios” de las puertas
hibieron 22 documentos, entre ellos una
de la alhóndiga de Granaditas el 28 de sep-
carta cifrada con la traslación hecha por
tiembre de 1810. El relato de Carlos María
don Servando Teresa de Mier sobre cómo
de Bustamante escrito muchos años des-
el Congreso Mexicano de 1822 fue el que
pués es inverosímil: el supuesto Pípila lleva
eligió y nombró emperador a don Agustín de
en una mano la antorcha y con la otra de-
Iturbide, ya que según el diputado que es-
tiene una gran losa de piedra, sin embargo
cribía a Mier, ellos tenían los tres poderes:
“va a gatas”, acción físicamente imposible.
el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.
Para explicar la participación de los niños
En el año 2004 en que se conmemora-
en la guerra civil iniciada en 1810 consulté
ban los 150 años del Himno Nacional Mexi-
el archivo de la Secretaría de la Defensa
cano fui curadora de la exposición El canto
Nacional y revisé las hojas de servicio de
a la patria, realizada en el Museo Nacional
varios niños, insurgentes y realistas, de en-
de Historia del castillo de Chapultepec. Dos
181
Tierras, vol. 172, exp. 1, f. 295.
archivos me facilitaron el expediente del Mi-
Quisiera decirles a todos ustedes que los ar-
nisterio de Fomento del periodo 1853-1854,
chivos parroquiales, municipales, estatales
lamentablemente dividido en dos partes, en
y privados en todos los estados de la Repú-
donde se encontraban 25 sobres con los
blica han ido enriqueciendo la comprensión
seudónimos y nombres propios de 25 poe-
de una historia nacional más auténtica, al
tas concursantes, así como 15 partituras de
incorporar los testimonios y voces de la pro-
los músicos que enviaron sus composicio-
vincia, de las aldeas y de los aconteceres
nes al certamen. Al recrear la música de
de regiones multiétnicas y multiculturales.
algunas de ellas se pudo apreciar por qué
Este año de 2006 he preparado la expo-
ganó la partitura de un joven de 29 años,
sición El buen ciudadano: Benito Juárez,
Jaime Nunó, cuyo seudónimo fue “Dios y
1806-2006 para el Museo Nacional de His-
Libertad”.
toria en el castillo de Chapultepec. Las tres
Como miembro del jurado del Premio
salas temporales del castillo mostraron no
de Historia Regional Atanasio G. Saravia,
sólo objetos y pertenencias de don Benito,
de Banamex, he revisado, año tras año,
de su familia y de sus contemporáneos, sino
trabajos de todos los rincones de nuestra
que cada paso de su vida fue acompañado
patria y algunos procedentes del extranjero.
de documentos de vital importancia como la
182
copia de su acta o fe de bautizo del 22 de
dos de Mon-Almonte (1859) y de MacLane-
marzo de 1806 pero copiada, quizá para su
Ocampo (1859); los Apuntes para mis hijos
entrada al seminario de Oaxaca, el 6 de julio
y otros testimonios que pespuntean con su
de 1821; sus notas de libros como los Ana-
silenciosa presencia la vida de este oaxa-
les de Tácito; su nombramiento de “Tenien-
queño excepcional.
te” de compañía; su constancia de profesor
Recuerdo que al guiar a los diversos vi-
de física; su título de abogado fechado el
sitantes por la exposición El buen ciudada-
13 de enero de 1834; copia del acta de ma-
no, los documentos de archivo me servían
trimonio en la iglesia de San Felipe Neri de
para explicar a los niños y a los adultos los
Oaxaca, donde claramente se asienta que
momentos más importantes de un periodo
Margarita, de 17 años, era “hija legítima” de
crucial de nuestra historia. No era mi afirma-
don Antonio Maza y de doña Petra Parada
ción o explicación lo que valía, era el testi-
y no adoptiva como algunos han afirmado;
monio escrito que salía de un archivo para
su diploma masónico, sociedad en la que
convertirse en testigo de una vida dedicada
se le conocía con el nombre de “Guillermo
al servicio de la nación.
Tell”; el plan de Tacubaya (1857); los TrataOaxaca de Juárez, año de su bicentenario 1806-2006
Historia, vol. 263, exp. 4, f. 151.
183
Joyas del mes
El Universal
OCTUBRE
En noviembre de 1848, Rafael Rafael fundó el diario político conservador El Universal, auspiciado por don Lucas Alamán. El 1 de octubre de 1916, El Universal fue refundado por Félix Fulgencio Palaviccini. A partir de octubre de 1969, el diario abrió sus columnas a todas las corrientes del pensamiento, en un proceso de renovación.
Revolución Mexicana
NOVIEMBRE
La Revolución Mexicana comenzó el 20 de noviembre de 1910, como reacción a diversos abusos del gobierno de Porfirio Díaz, cuyo régimen había caducado, además de que las clases acaudaladas se enriquecieron demostrando un profundo desprecio por la opinión pública y por la política del país.
Manuel Tolsá
DICIEMBRE
Nació en Enguera, reino de Valencia, España, en 1757. Realizó proyectos como la iglesia de Loreto, el hospital de Cabañas, en Guadalajara, y el convento e iglesia de las Teresianas en la ciudad de Querétaro, entre otros. Manuel Tolsá murió en México el 24 de diciembre de 1816.
184
Sala de Banderas
Las Constituciones de México La Constitución es la expresión de la soberanía del pueblo y es obra de la Asamblea o Congreso Constituyente. Es la ley fundamental de un Estado que establece los derechos y obligaciones de los ciudadanos y gobernantes. Es la norma jurídica suprema y ninguna ley o precepto pueden estar sobre ella.
Sala Siqueiros
OCTUBRE
Kamisaki. Exposición fotográfica de Alison Sam Como parte del festival internacional Fotoseptiembre, el
AGN
presenta Kamisaki (en
aymara -comunidad indígena de Boliviasignifica “hola”), de la artista boliviana Alison Sam. NOVIEMBRE-DICIEMBRE
El coleccionista. Felipe Teixidor Felipe Teixidor Benach, encuadernador, editor, traductor y prologuista, fue un gran coleccionista. Nació en Barcelona en 1895 y murió en el D.F. en 1980. Reunió varias series de grabados, fotografías, etiquetas, dibujos, planos y mapas. La exposición muestra parte de sus recopilaciones.
185
Exposiciones
FEBRERO-DICIEMBRE
FEBRERO
- DICIEMBRE
Cúpula
Acta de Independencia. Dictamen de autenticidad El 28 de septiembre de 1821, firmaron el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, entre otros, Iturbide, Anastasio Bustamante y Juan José Espinosa de los Monteros, quien hizo dos ejemplares. Uno estuvo en la Cámara de Diputados hasta que fue destruido en el incendio de 1909. El otro está a buen resguardo en la bóveda del AGN, junto con los estudios que la acreditan.
FEBRERO
- DICIEMBRE
Indiferente virreinal. Antiguos documentos cuentan nuevas historias La sección denominada Indiferente contiene documentos coloniales y de los siglos XIX y XX. Constituye un fondo documental casi inédito, el cual fue descrito desde el 2005 y del cual se realizó una selección de documentos para dar una muestra de las joyas que integran este acervo.
186
Cúpula
Metro Pantitlán
NOVIEMBRE
Tradiciones mexicanas El legado de los valores, manifestaciones culturales y artísticas de las tradiciones construye la historia de un pueblo. El
AGN
realiza una muestra de festividades mexicanas como el Día de Muertos, la celebración de la aparición de la Virgen de Guadalupe, la Navidad y el día de Reyes.
DICIEMBRE
Metro Guerrero
Festejos y tradiciones navideñas Una de las celebraciones más festejadas en el mundo es la Navidad. En México fue implantada para evangelizar, con representaciones similares a las indígenas basadas en el ritual de renovación de Huitzilopochtli, parecida al nacimiento de Jesús. Con el lente de los Hermanos Mayo, se expone cómo se ha festejado la Navidad en México. OCTUBRE
Cine Venustiano Carranza
Movimiento estudiantil de 1968 La crónica de los hechos de 1968 narra la lucha entre el gobierno federal y los estudiantes a través de marchas y mítines. Esta muestra fotográfica y documental contiene lo ocurrido entre el 26 de julio y el 2 de octubre de 1968.
187
Escuela Nacional Preparatoria
OCTUBRE
Benito Juárez
Plantel 6. Antonio Caso
El archivo particular de Benito Juárez es resguardado por el
AGN;
cubre los años de
1821 a 1906, que incluyen aspectos de la vida privada y pública del Benemérito de las Américas. Esta muestra exhibe su fe de bautizo, nombramientos, distinciones, títulos, apuntes personales y correspondencia oficial y familiar, entre otros.
Escuela Nacional Preparatoria
OCTUBRE
Diosas del ayer
Plantel 4. Vidal Castañeda Nágera
La vedette fue admirada por miles de personas en el espectáculo con mayor audiencia a principios del siglo
XX.
Estas fotografías
recorren los escenarios de la década de los 20, donde las divas eran sacerdotisas de la catársis pública. OCTUBRE
Movimiento estudiantil de 1968 La crónica de 1968 narra la lucha entre el gobierno federal y los estudiantes a través de marchas y mítines. Esta muestra fotográfica y documental reconstruye lo ocurrido entre el 26 de julio y el 2 de octubre de 1968.
188
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9. Pedro de Alba
NOVIEMBRE
El séptimo arte en papel Los carteles de cine promueven una película en busca de éxito. El AGN tiene una colección de carteles del Instituto Mexicano de Cinematografía, de los años 1940 a 1980.
NOVIEMBRE
Una ventana al mundo de Frida Kahlo
Escuela Nacional Preparatoria Plantel 1. Gabino Barreda
Se conmemora el primer centenario del nacimiento de la artista mexicana con esta exposición, en la que observamos fotografías de la pintora y algunas litografías suyas como Hospital Henry Ford (1932), Unos cuantos piquetitos (1935) y Las dos Fridas (1939), entre otras.
189
Visita www.agn.gob.mx y entérate de nuestras exposiciones Informes: Eduardo Molina Albañiles s/n, Col. Penitenciaría Ampliación Delegación Venustiano Carranza
[email protected]
190
Página web: www.agn.gob.mx
191
192
Constitución de 1857
Portal de la Independencia
La Asociación Latinoamericana de Archivos
En el marco del V Seminario Internacional
(ALA) fue creada en Lima el 6 de abril de
de Archivos de Tradición Ibérica “Los archi-
1973 para estudiar, establecer y mantener
vos al servicio de la sociedad”, celebrado en
relaciones entre las instituciones archivísti-
San José de Costa Rica del 2 al 5 de julio de
cas y organismos profesionales de carácter
2007, la Asociación Latinoamericana de Ar-
público y privado, en países con archivos de
chivos realizó su Asamblea General Ordina-
tradición ibérica. Actualmente integra a paí-
ria. Entre los puntos a tratar en el orden del
ses de lengua española y portuguesa de La-
día se realizó la elección del nuevo Comité
tinoamérica, así como a España y Portugal.
Directivo y, luego de más de dos décadas, México fue elegido para presidir la Asocia-
La Asociación Latinoamericana de Archi-
ción para el periodo 2007-2011. La mesa
vos, a su vez, se afilió como rama regional
directiva quedó integrada como sigue:
al Consejo Internacional de Archivos y a lo largo del tiempo ha reformado sucesiva-
Presidente: Jorge Ruiz Dueñas (México)
mente sus estatutos para mantenerse en
Primer Vicepresidente: Mónica María Euge-
sintonía con las directrices del Consejo.
nia Barrientos Harbin (Chile) Segundo Vicepresidente: José Ramón Cruz
Desde su origen, la misión de la Asociación
Mundet (España)
es la colaboración mutua entre sus miem-
Secretaria General: Martha Marina Ferriol
bros en beneficio del desarrollo de los archi-
Marchena (Cuba)
vos y la preservación y uso del patrimonio
Primer Vocal: Silvestre de Almeida Lacerda
documental de sus países.
(Portugal)
193
Segundo Vocal: Marcela Inch Calvimonte
sobre archivística que la Asociación les en-
(Bolivia)
víe por vía electrónica.
Tesorera: Claudia Delgado Martínez (México)
• Compartir artículos, lecturas, manuales u
Secretaria Ejecutiva: Yolia Tortolero (México)
otros materiales sobre archivística de interés para los miembros de la Asociación.
Derivado de la resolución anterior, la Aso-
• Sugerir propuestas y proyectos para el pro-
ciación confirmó su interés en estrechar los
grama de trabajo anual de la Asociación.
lazos de cooperación con la comunidad ar-
• Establecer contactos e intercambiar expe-
chivística de tradición ibérica.
riencias con otros archivistas de habla hispana en Latinoamérica, España y Portugal.
Por este conducto extendemos a los archivos nacionales, federales, estatales, muni-
Para formar parte de la Asociación existen
cipales, a las universidades, a las asocia-
las siguientes categorías de afiliación:
ciones archivísticas y a los profesionales de la región, a afiliarse a nuestra Asociación.
MIEMBROS CLASE B
Los principales beneficios para sus miem-
(Corresponde a asociaciones nacionales de
bros son los siguientes:
archivistas. Para afiliarse requieren enviar copia simple de sus estatutos. Cuota: $100
• Formar parte del directorio de archivistas y
dólares anuales.)
expertos de la región. • Recibir gratuitamente las publicaciones de
MIEMBROS CLASE C
la Asociación.
(Corresponde a archivos históricos y admi-
• Recibir por correo electrónico los boleti-
nistrativos, federales, regionales, estatales,
nes, noticias, convocatorias e información
departamentales o municipales públicos y
sobre cursos, becas y eventos nacionales,
privados. Cuota: $75 dólares anuales.)
regionales e internacionales. • Recibir invitaciones a las actividades y
MIEMBROS CLASE D
reu- niones o seminarios programados a
(Corresponde a centros de formación vincu-
nivel nacional, regional e internacional.
lados con actividades archivísticas. Cuota:
• Actualizarse a través de lecturas y textos
$50 dólares anuales.)
194
MIEMBROS CLASE E
Archivo General de la Nación, México
(Corresponde a archivistas y a funcionarios de archivos, bibliotecas y centros de docu-
Avenida Eduardo Molina s/n
mentación. Cuota: $20 dólares anuales.)
Colonia Penitenciaría Ampliación Delegación Venustiano Carranza
Para obtener un formato de inscripción
C.P. 15350
agradecemos enviarnos una carta por co-
México, Distrito Federal
rreo electrónico o postal aquí referidos,
Tel. (0052) (55) 51339900, ext. 19301 a la
indicando el interés de pertenecer a la Aso-
19304 y 19306
ciación, así como una síntesis curricular o
Correo electrónico:
una breve reseña institucional que incluya
[email protected]
sus datos completos (nombre, institución,
At’n. Claudia Delgado Martínez
cargo, dirección, teléfonos de contacto y
Tesorera de la Asociación Latinoamericana
correo electrónico).
de Archivos
195
Public ac iones
R EFLEXIONES
Y REFERENCIAS PARA UNA HISTORIA DEL AGUA EN
M ÉXICO
Elvia Alaniz Ontiveros
L
os dos boletines más recientes del
El Boletín 34 analiza el manejo del agua
Archivo Histórico del Agua (AHA) están
desde la reforma a la Ley de Aguas Nacio-
dedicados a la política del agua potable y a
nales de abril 2004 y los movimientos so-
su importancia a lo largo de la historia, no
ciales tras el IV Foro Mundial del Agua, así
sólo para vivir sino como vínculo social, en
como la pretensión de establecer el acceso
este caso, entre los mexicanos. En ambas
al agua como un derecho humano. Hay una
ediciones, los artículos dan pie a la difusión
revisión analítica de temas relacionados
de un tema que ha cobrado gran relevancia
con el agua que siguen la transición que
en México y el mundo entero.
atraviesa.
197
Por su parte, el Boletín 35 recrea con
Octavio González toma como eje ana-
detalle cómo el agua se ha convertido en
lítico tres momentos del uso del riego en el
una forma de entablar relaciones, ya sea
valle de Eucandureo, en Michoacán: el uso
agrícolas o industriales. Los trabajos que
privado de aguas para fines de riego, las
integran este número invitan a reflexionar
consecuencias del reparto de tierras y el
acerca de lo esencial de este recurso.
modelo agrícola industrial que, con apoyo
En ambas ediciones destacan las am-
del Estado, se tradujo en una moderniza-
plias referencias consultadas en el Archivo
ción agrícola en la localidad. Así fue posi-
General de la Nación.
ble crear Comisiones Ejecutivas de Cuenca
El Boletín 34 está dedicado a radiogra-
que operaban como instituciones de desa-
fíar los aspectos básicos para establecer
rrollo, pues incentivaban e inyectaban las
una política del agua, ante las demandas
inversiones en infraestructura. Al respecto,
de diversas organizaciones y movimientos
el texto de Isnardo Santos repasa las apor-
sociales. “De frailes agustinos, cosmovisión
taciones de la Comisión Lerma-Chapala-
indígena, haciendas y cambios en la con-
Santiago al agua en la etapa de gestión
cepción del agua en Guanajuato, México
centralizada.
de Daniel Murillo, expone el
Los tipos de riego son tomados por Na-
modo en que los frailes del Viejo Continente
talie Seguin para revisar las características
entendieron a su contraparte en las con-
de un aprovechamiento del agua que se ha
cepciones de los grupos indígenas como
conservado, aunque sin reconocimeinto ofi-
chichimecas, purépechas y descendientes
cial. La autora reflexiona sobre el decreto
de la cultura chupícuaro (Acámbaro). En el
de creación de Alto Río Lerma y cómo ha
texto se menciona al Bajío guanajuatense
sobrevivido con el bombeo del río.
(Siglo
XVI)”,
de la Nueva España del siglo XVI, época en
El texto anterior contrasta con el de
la que se inició la organización del sistema
Beatriz Guzmán, quien muestra que el sis-
de haciendas, y cuando se fundaron diver-
tema de riego de la presa El Rodeo, ubi-
sos conventos y poblados. Murillo exhibe
cada en el río Amacuzac, es similar al de
que lo anterior devino transformaciones cul-
las condiciones de riego en diversas partes
turales y cambios en la manera de entender
del país. También expone el rechazo de los
el agua.
agricultores al proyecto de transferencia de
198
la presa, que después se convirtió en un
paliar los conflictos del uso del agua entre
sistema de riego pequeño.
españoles e indígenas.
En “La cuenca del río Lerma-Santiago y
En “La intervención federal en los con-
su arquitectura de puentes novohispanos”,
flictos sobre contaminación del agua con
Guillermo Boils explica la construcción de
desechos mineros en la década de 1920”,
puentes en Guanajuato, Jalisco, Michoacán
Óscar Sánchez analiza las medidas asumi-
y el Estado de México sobre el enorme río
das por el gobierno federal ante los roces
Lerma-Santiago, y describe su funcionalidad
por los desechos de la industria minera en
que, tras 400 años, sigue siendo eficaz.
México.
Jessica Ríos examina el Fondo Docu-
Israel Sandre escribe sobre la normati-
mental de Aguas Nacionales, mientras que
vidad legal, económica y social para asignar
Nora Duana muestra que la imagen fotográ-
derechos en torno al río Cuautitlán.
fica es primordial en la investigación. Por su
Los cambios del río Papaloapan tras la
parte, Jorge Andrade recuenta los esfuerzos
construcción de una de las primeras obras
de difusión realizados por el AHA. El Boletín
hidráulicas realizadas en el país, son expli-
incluye las secciones “Bibliografía Comenta-
cados por Verónica García.
da. Notas del Pasado”, a cargo de Soledad
Los fondos documentales en resguarson descritos por Nora Duana
García, y una semblanza de Rocío Castañe-
do del
da González, quien dirigió el Archivo de 2004
y la reseña del libro Las aguas de Atlixco.
a 2006 y falleció el 6 de enero de 2007.
Estado, haciendas, fábricas y pueblos,
AHA
En el Boletín 35 se reflexiona sobre
1880-1920, de Rocío Castañeda, corre a
las amenazas que padece el agua, como
cargo de Américo Saldivar, quien evalúa el
la contaminación. Gloria Camacho abre
costo y valor del agua en el país. La parte
el número con un trabajo que alude a los
final, incluye las secciones Bibliografía Co-
repartimientos de agua realizados en la
mentada y Noticias del agua y Notas del
fuente de Nexapa, como una medida para
pasado.
199
El Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 18, 6a. época, se terminó de imprimir en octubre de 2007 en Talleres Gráficos de México. Se tiraron 1000 ejemplares.