Archivo General de la Nación. boletín. 6 a época octubre-diciembre 2007 número

Archivo General de la Nación boletín 6a época • octubre-diciembre 2007 • número 18 Boletín del AGN 6ª época • octubre-diciembre 2007 • número 18 C
Author:  Adolfo Paz Moreno

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Archivo General de la Nación

boletín 6a época • octubre-diciembre 2007 • número

18

Boletín del AGN 6ª época • octubre-diciembre 2007 • número 18 Consejo editorial Director General Jorge Ruiz Dueñas Directora del Archivo Histórico Central Dulce María Liahut Baldomar Directora del Sistema Nacional de Archivos Araceli Alday García Directora de Investigación y Normatividad Archivística Yolia Tortolero Cervantes Director de Publicaciones y Difusión Miguel Ángel Quemain Jefe del Departamento de Publicaciones Carlos Miranda Asistencia Editorial Alberto Álvarez, Elizabeth Zamudio Diseño y formación Elisa Cruz Cabello ISSN-0185-1926 D.R. © Secretaría de Gobernación Abraham González 48, Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc 06699, México, D.F. D.R. © Archivo General de la Nación-México Eduardo Molina y Albañiles s/n, Col. Penitenciaría Ampliación, 15350, México, D.F. Boletín del Archivo General de la Nación, publicación trimestral, octubre-diciembre de 2007. Edición y difusión: 5133-9900 ext. 19325, 19330. Fax: 5789-5296. Correo electrónico: [email protected]; www.agn.gob.mx. Domicilio de la publicación: Palacio de Lecumberri, Av. Eduardo Molina y Albañiles s/n, colonia Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F. Reserva al título en derecho de autor, certificado de licitud de título y certificado de licitud de contenido, en trámite. Derechos reservados conforme a la Ley. Impreso en México.

Índice

EDITORIAL

8

GALERÍAS Filipinas, lejanía próxima

10

María Fernanda García de los Arcos El Entremés de Luisa, de los papeles incautados al maromero José

34

Macedonio Espinosa Caterina Camastra Caciques y líderes militares y políticos en San Luis Potosí durante la

51

guerra de independencia José Alfredo Rangel Silva PANÓPTICO Los carmelitas: políticos inmersos en las dinámicas novohispanas

74

Jessica Ramírez Méndez De buenas intenciones a necesidades reales. El ingreso de capellanas

107

al convento de Santa Teresa de la ciudad de México, 1704-1800 Graciela Bernal Ruiz Los franciscanos en la secularización de las parroquias Perla Yáñez Hernández

130

HACIA EL BICENTENARIO Partidas de bautizo y matrimonio de Ignacio Allende, 1779

140

Hojas de servicio (nombramientos de Allende, Aldama y Abasolo), 1806

142

Narración que Ignacio Allende hace del inicio de la guerra

147

de independencia, 1811 PORTALES El Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas: una mirada hacia la primera

164

fase de la catalogación del fondo Real Colegio de San Ignacio de Loyola, 1885-1925 María Elena Hernández Ortiz y Rodolfo Daniel Martínez Domínguez CALEIDOSCOPIO “El depósito del dulce”: Benito Juárez y los archivos.

180

Notas a unas fotografías de testimonios históricos Guadalupe Jiménez Codinach Joyas del mes

184

Exposiciones

185

El Archivo General de la Nación viaja en el Metro

190

Página web

191

Portal de la Independencia

192

Constitución de 1857

193

Convocatoria Asociación Latinoamericana de Archivos

193

PUBLICACIONES Reflexiones sobre una historia del agua en México Elvia Alaniz Ontiveros

ILUSTRACIONES Las imágenes contenidas en este número pertenecen a los acervos gráficos del AGN, con excepción de las del texto sobre el Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas, que fueron proporcionadas por los autores.

197

Editor ial

L

a conquista española no sólo transcurrió en el ámbito de lo material. La espiritual fue la de mayor penetración y continuidad. Así se entiende la torrencial llegada de grupos

pertenecientes a órdenes religiosas que, en el cumplimiento de su objetivo evangelizador, sirvieron en muchas ocasiones como avanzada exploratoria y civilizadora en las regiones más agrestes del territorio novohispano que, debe recordarse, se extendía hasta el norte de las Californias, Arizona, Nuevo México y Texas. El tema central de este número del Boletín del Archivo General de la Nación se concentra en el establecimiento de dos sedes carmelitanas y una franciscana en el valle de México, dos con fines de educación y resguardo de las mujeres y otra como refugio del ejercicio espiritual, mientras que un cuarto trabajo se ocupa del Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas. GALERÍAS abre con un texto sobre el envío de recursos, primordialmente humanos, de la Nueva España a las islas Filipinas para consolidar la presencia de tropas, religiosos y comerciantes en aquella colonia. Le sigue una pieza de teatro, un entremés -pequeñas obras que se intercalaban entre piezas mayores- titulado Entremés de Luisa, cuyo texto le fue incautado a un miembro de la compañía que lo representaba. También nos remontamos al San Luis Potosí de la guerra de Independencia para conocer los motivos y formas que movieron a los caciques locales a participar en ella. Respecto a la conmemoración de la misma guerra, la sección HACIA

EL

BICENTENARIO

incluye la figura del insurgente Ignacio Allende en cuatro momentos determinantes: las partidas de su bautizo y matrimonio, su nombramiento militar junto con Aldama y Abasolo, y la crónica del inicio de la guerra que detalló luego de ser capturado por las fuerzas realistas.

8

G alerías

FI LI PI N A S ,

LEJANÍA PRÓXIMA

María Fernanda García de los Arcos* I

A

demás de que sufragaba muchos gas-

La relación con la colonia asiática se

tos de la complicada organización y

hizo constante y regular desde 1564, cuan-

costosa logística de las posesiones de la

do partió la expedición de Legazpi-Urdane-

Corona española, Nueva España fue un

ta en pos de la conquista de aquellas islas

nudo de comunicaciones dentro del im-

y de la búsqueda de la ruta marítima de

perio y, como es bien sabido, un enlace

regreso de Insulindia por el Pacífico norte.

primordial entre el Atlántico y el Pacífico,

Se coronaría entonces toda una serie de

entre Europa y Asia. Lugar de paso en una

intentos que comenzaron con la empresa

y otra dirección de mercancías, personas y

de Magallanes-Elcano en 1519-1521, que

elementos culturales, igualmente irradió y

habían terminado en fracasos pero logra-

recibió influjos de todo tipo en su larga rela-

ron acumular una importante experiencia

ción con la posesión española de Filipinas.

y conocimientos tanto del océano Pacífico

Al mismo tiempo fue semillero de personas

como de diversas áreas del sudeste asiá-

que se trasladaban hacia aquella región

tico. Desde entonces y hasta la segunda

en emigraciones de carácter temporal o

mitad del siglo XVIII , los territorios novohis-

definitivo, libre u obligado, compuestas por

panos que hoy forman el centro de México

diversos tipos humanos, de los cuales los

fueron el nexo principal de la relación con

más numerosos fueron los soldados y con-

Asia. A partir de 1765 se abrieron y fre-

victos por diversos delitos que habían reci-

cuentaron otras rutas que no eliminaron a

bido como sentencia el destino a Filipinas,

la tradicional, sino que supusieron alterna-

bien en calidad de presos, bien en calidad

tivas y conexiones complementarias ante

de forzados como integrantes de distintos

el aumento de los flujos comerciales y del

contingentes militares.

tránsito de personas, así como del mayor

10

interés estatal por controlar los territorios y

se ponga cuidado en recoger la gente llo-

las vías de comunicación.

vida que de España va a esas provincias

El envío de soldados desde los terri-

novohispanas”.1

torios del virreinato de la Nueva España a

Una de las razones que se argumen-

Filipinas era ya para entonces una prácti-

taban para justificar esa necesidad era el

ca antigua y estabilizada que adquirió una

estado constante de guerra en el sur del

frecuencia anual desde el inicio de la re-

archipiélago, que reclamaba un esfuerzo

gularización de las relaciones intercolonia-

ofensivo y defensivo continuado, por lo que

les a través del Pacífico. Pronto llegaron

muchos de los enviados eran destinados a

las disposiciones reales que ordenaban a

los presidios costeros de la isla de Minda-

los virreyes el envío de remesas de una

nao. Otras razones se deben a cuestiones

cantidad fija de hombres de tropa en cada

de mentalidad, prejuicios, racismo... como

viaje que se emprendía desde Acapulco.

más adelante se expondrá.2

Esa cantidad debía respetarse pero no era

En la segunda mitad del siglo XVIII, cuan-

en realidad la que se mandaba, sino que

do se organizaban los ejércitos americanos

en la práctica se convirtió en un mínimo,

la satisfacción de esta demanda constante

porque requerimientos y peticiones fre-

de soldados suponía un verdadero desafío

cuentes de los gobernadores de Filipinas

para la administración virreinal, puesto que

reclamaban contingentes numéricamente

los regimientos que operaban en territorio

superiores. Por ejemplo, una real cédula

mexicano tenían dificultades para conse-

de 1623 señalaba que el gobernador Juan

guir soldados de las calidades deseadas y

Niño de Tavora había pedido a la corte que

en número suficiente para las funciones que

se mandara gente desde la Nueva España

se requerían. No parece haber sido muy

y aconsejaba que se aprovechara la pre-

estimulante la idea de entrar en el ejército

sencia en ella de los hombres que llega-

sino que, por el contrario, se encuentra una

ban de manera ilegal en las flotas, pues

proporción considerable de testimonios que

“sería muy fácil hazello cada año con que

informan del rechazo de buena parte de los

Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Reales cédulas originales, v. 1, f. 39. M.F. García de los Arcos, Forzados y reclutas: los criollos novohispanos en Asia (1756-1808), México, Potrerillos, 1996, pp. 33-67. 1 2

11

hombres jóvenes a alistarse por voluntad

quejas de éste por las “calidades” que pre-

para el servicio de las armas. En este senti-

sentaban los soldados recientemente llega-

do, muchos de los problemas que se expe-

dos a aquel país:

rimentaban en el reclutamiento de hombres

“El considerable número de los prime-

de tropa para Filipinas eran los mismos que

ros hará conocer a a V.S.I. el cuidado que

se enfrentaban a la hora de conseguirlos

tengo para que se completen las remesas

con destino a los regimientos acantonados

y aseguro a V.S.I. que la del día he procu-

en suelo mexicano.

rado extenderla a todo lo que permitió el

3

A ello se añadían las dificultades repre-

arbitrio encargando particularmente que los

sentadas por el rechazo al traslado a una

Reclutas tuviesen la correspondiente talla y

región tan alejada como era Filipinas, y den-

robustez respecto a que las demás calida-

tro de ella a un destino de especial dureza

des y con especialidad la de la conducta al

como los presidios meridionales, donde a

tiempo de su recibo no es fácil de asegurar-

los peligros de las hostilidades constantes

se ni constituyen responsabilidad alguna de

se unían los rigores del clima de costa tro-

los oficiales. Es indubitable que a la salida

pical que provocaban enfermedades y una

de esta capital llevan la competente sanidad

tasa de mortalidad alta, según se puede de-

y resistencia y no sería mucho que la dilata-

ducir por fuentes cualitativas que hablan de

da navegación y mantenimientos secos de

la merma de soldados, porque “acontece el

a bordo los debilitasen y haga mayor nove-

morirse los más”,4 pero también por el cote-

dad en temperamento más activo y diferen-

jo entre las cifras de los que regresaban a

te como el de esas islas”.5

Nueva España al haber terminado el tiempo

El rechazo al alistamiento voluntario era

de su destino o de sus condenas y los que

grande y llevó a buscar medios nada orto-

se enviaban en las remesas “frescas”. El

doxos para cumplir las órdenes reales. En-

propio virrey Bucareli señalaba algo pare-

tre ellos, un curioso y flagrante caso de co-

cido al gobernador de Filipinas, don Simón

rrupción en el que se declararon implicados

de Anda y Salazar, cuando respondía a las

altos cargos del gobierno virreinal, motivó

V. Ch. Archer, El ejército en el México borbónico. 1760-1810, México, Fondo de Cultura Económica, 1983. AGN, ramo Filipinas (en adelante FP), vol. 5, fs. 248-253. 5 AGN, FP, vol. 10, f. 409. 3 4

12

en los años de 1781 y 1782 un escándalo

II

que llegó a la corte, pues se supo que com-

Mucho se puede estudiar gracias a otros

binaba irregularidades en el alistamiento de

fondos documentales existentes en distintos

tropas con operaciones de juegos de azar,

centros como el Archivo General de Indias

en las que se involucraba la Casa de Ban-

de Sevilla, pero el AGN conserva materiales

deras para Filipinas (o “para China”, como

originales que proporcionan información de

mencionan algunas fuentes). El revuelo que

lo que era esta aportación humana. Una

causó produjo una documentación abun-

emigración que no reflejaría cambios en la

dante y explícita que provee información

curva demográfica, ni llegaría por lo tanto

sobre muchos aspectos de las modalidades

a impedir el crecimiento poblacional del

de reclutamiento.

siglo

6

La importancia de los soldados en las naves que partían para Filipinas desmiente

XVIII,

pero que con seguridad incidiría

negativamente en las dificultades del propio ejército novohispano.

la vieja idea, que algunos han repetido, de

El estado de las fuentes existentes en presenta dos etapas. La primera de

que al contrario de los variados cargamen-

el

tos de sedas, porcelanas, marqueterías,

ellas abarca desde los inicios de la relación,

joyas y demás que llegaban de Manila, los

la expedición de Legazpi-Urdaneta y los

galeones que zarpaban de Acapulco para

primeros refuerzos de hombres de guerra

cruzar el Pacífico en dirección inversa so-

enviados durante el proceso de conquista

lamente llevaban frailes y plata. Por el con-

de Filipinas.7 Para esa época los fondos

trario, en este aspecto se dio una de las

están dispersos en varios ramos y tipos de

facetas más importantes de la relación de

documentos y requieren una investigación

Nueva España con la colonia asiática, por el

pormenorizada. La segunda etapa, desde

aporte cultural que conllevaba y el impacto

mediados del siglo XVIII hasta la primera dé-

demográfico ante la escasa población espa-

cada del siglo XIX, presenta una importante

ñola en las islas.

concentración en el ramo Filipinas, si bien

AGN

AGN, FP,

vol. 62, fs. 130-260. A. García-Abasolo González, “La expansión mexicana hacia el Pacífico: la primera colonización de Filipinas (1570-1580)”, en Historia Mexicana, México, El Colegio de México, núm. 125, 1982, pp. 55-88; L. Muro, “Soldados de la Nueva España a las Filipinas”, en Historia Mexicana, núm. 19, 1970, pp. 466-491. 6 7

13

Filipinas, vol.3, fc. 61.

se puede complementar con materiales

provenientes de las islas, pero en realidad

existentes en otros ramos como Guerra,

la mayoría de sus fondos se refiere a la rela-

Presidios y Cárceles, Historia, Marina, Rea-

ción con aquel territorio y a los esfuerzos de

les cédulas originales y Copias, Infidencias,

organización para aprestar todo lo relativo

Californias e Inquisición, por ejemplo.

al embarque en Acapulco de materiales y

Los 63 volúmenes y 936 expedientes

personas con destino a Asia (aunque tam-

del ramo Filipinas contienen información

bién guarda información sobre contactos

desde 1718 a 1818. Ciertamente, el fondo

marítimos entre Acapulco y Guayaquil).

hace honor a ese nombre porque en él se

Ofrece por lo tanto oportunidades para el

encuentran correspondencia e informes

estudio de la relación intercolonial.8

8 C. Urrutia de Stebelski, Catálogo del ramo Filipinas, México, AGN, 1980 (serie Guías y catálogos del Archivo General de la Nación); A. Quirino y A. Laygo, Regésto Guión catálogo de los documentos existentes en México sobre Filipinas, Manila, Royal Printing Co., 1965; B. Arteaga, y M.C. Velázquez, “El ramo Filipinas en el Archivo General de la Nación”, en Historia Mexicana, núm. 14, 1964, pp. 303-310.

14

Además, el periodo coincide con la

Los fondos permiten averiguar datos

creación de los ejércitos americanos, lo

importantes sobre diversos niveles de la

cual brinda la ventaja de tener una docu-

jerarquía castrense, pues se quería esti-

mentación más organizada, específica y

mular con ascensos y ventajas el paso de

adecuada para un tipo de estudio dentro de

oficiales y suboficiales, así como de tro-

las nuevas corrientes de la historia militar y

pa veterana, mientras que la información

entrelazar análisis relativos a la administra-

relativa a reclutamiento es abundante y

ción de justicia de varios tribunales, en los

esclarecedora de los procedimientos. De

que se emitían sentencias de condenas a

todo sobresale el papel jugado por el mis-

los presidios de Filipinas por determinados

mo virrey, así como por el sargento mayor

delitos o ciertas circunstancias, así como

y la centralización de los preparativos en

algunos de los perseguidos por el Santo

la ciudad de México, antesala (lejana en

Oficio como la homosexualidad. Con auxi-

aquel tiempo) del embarque en Acapulco.

9

lio de fuentes de la misma o distinta pro-

Los procedimientos eran relativamen-

cedencia se puede seguir toda una serie

te complicados y sobre ellos se pueden

de comportamientos familiares en relación

encontrar expedientes tanto individuales

con los jóvenes que eran denunciados por

como colectivos. Entre los primeros se

sus propios parientes, quienes en ocasio-

pueden citar quejas y solicitudes que pre-

nes pedían incluso el destino a Filipinas.

sentaban los propios interesados o sus

Un estudio de principios, actitudes, pre-

familiares, biografías sucintas, hojas de

juicios y opiniones personales lo brinda

servicio, informes médicos, etc. Esta infor-

igual la correspondencia entre autoridades

mación se puede completar con la existente

entre una y otra orilla del Pacífico, la que

en otros ramos del mismo AGN como Inquisi-

también ofrece datos interesantes sobre

ción, Criminal o Infidencias. Una buena co-

logística imperial, las carencias que se ob-

lección de datos sobre grupos de individuos

servaban en las tropas, los esfuerzos para

la ofrecen las listas de presos, veteranos,

conseguirlas, los traslados de contingen-

reclutas y desertores, sus filiaciones, las

tes, sus itinerarios y vicisitudes.

cuentas de Real Hacienda, así como una

9 J. Marchena Fernández, Oficiales y soldados en el ejército de América, Sevilla, Escuela de Estudios HispanoAmericanos, 1983.

15

variada correspondencia y disposiciones

40 años para los reclutas voluntarios; de-

a veces muy detalladas, que regulaban lo

bían medir como mínimo cinco pies y una

concerniente a modalidades de alistamien-

pulgada de estatura.10 Otro requisito en el

to, traslados, itinerarios, embarques, unifor-

que se debía poner especial cuidado era el

mes, armamento, pagas y otros aspectos.

que fuesen solteros y sin madre viuda que

Son menos abundantes las noticias sobre

pudiera depender de ellos. Era un principio

la vida a bordo de las naves que los con-

moral fuertemente arraigado en la época

ducían a Filipinas y, fallo importante, más

evitar la separación de los matrimonios. El

escasas de lo deseable las que se refieren

hecho de que partiera algún casado podía

a su llegada a aquellas islas, lo cual impide

dar lugar a reclamaciones antes del trasla-

seguir a los individuos con precisión en to-

do a Filipinas o incluso cuando había alcan-

dos los casos.

zado ese destino, como sucedía con Juana María Fernández que solicitaba el retorno

III

de su esposo en 1785 .11

Las normas vigentes disponían una serie

El envío de forzados era una práctica

de requisitos que debían reunir los indivi-

frecuente pero al parecer no demasiado

duos que se destinaban a Filipinas. Algu-

apreciada por los mandos militares que re-

nos de ellos simplemente derivaban de

celaban de la calidad de los reos y por los

disposiciones razonables pues no eran

cuales se presentaron muchas quejas.12 Se

más que calidades necesarias en hombres

podría aventurar que se aceptaba como un

que debían consagrarse a la vida castren-

mal menor ante la penuria ya señalada, pero

se, por ejemplo: rasgos de buena salud

para los reclutas las normas exigían que se

como robustez, buen color, buena figura,

alistaran de manera voluntaria, “sin que haya

“sin defecto personal”; tener una edad que

habido engaño en la recluta”.13 Esta regla

oscilaba entre los 17 y los 36 años para

fue una de tantas que se violaron a veces

los forzados, con un ligero aumento de la

de manera flagrante, pues la dificultad del

edad límite superior que se situaba en los

alistamiento de voluntarios y la premura para

10

AGN, FP,

11

AGN, FP,

vol. 61, fs. 130-260. vol. 6, fs. 202-203, 307. 12 Por ejemplo: AGN, FP, vol. 61, f. 210. 13 AGN, FP, vol. 61, fs. 130-260.

16

conseguirlos empujaba a buscar métodos

no estaban compuestas por nativos, pero se

poco ortodoxos, como se ha visto.

consideraba que había que equilibrarlas con

Un requisito que parecía importante es

refuerzos de “gente blanca” que -sin descar-

el que fueran lo que las fuentes de la época

tar una buena dosis de racismo- causaban

llamaban “españoles”, es decir, criollos, blan-

menos desconfianza, como señalaba el go-

cos o “tenidos” por tal. Las causas de esta

bernador de Filipinas, don José de Basco y

exigencia hay que buscarlas en un cúmulo

Vargas, en 1784, al resaltar “el equilibrio que

de fenómenos: por una parte se explica por

debe haber en estas distancias y países en-

el hecho de que, pese a los intentos que se

tre gente blanca y naturales para evitar todo

habían llevado a cabo en Filipinas desde las

motivo de sospecha”, y las calificaba como

primeras décadas del asentamiento espa-

“un firme apoyo a la seguridad de estas ricas

ñol, no se había logrado instalar allí una po-

posesiones del Rey”.14

blación española en número suficiente para

El número de hombres que componían

colmar las expectativas de las autoridades.

las remesas variaba en función de distintos

Por ello la imagen que tenían de aquellas

factores. Uno de ellos era la disposición real

islas era la de una posesión poco hispani-

que fijaba un mínimo de 100 reclutas volun-

zada, con escasa extensión de la lengua

tarios que debían ser remitidos anualmen-

española y excesivo arraigo a costumbres

te a Filipinas desde Nueva España;15 otro

ligadas a los modos de vida nativos o de la

era la petición que llegaba de Manila en la

importante población china que residía en

que se especificaba una cantidad requerida

diferentes puntos del país. Seguramente se

de hombres. A ellos se añadían tanto las

pensaba que los soldados mexicanos, por

posibilidades que se tenían en México de

su lengua materna y su familiaridad con la

colmar estos requerimientos como la capa-

cultura española, podrían servir de agentes

cidad de transporte que tuviera la nave o

de transculturación, hispanización o novo-

naves que zarparían de Acapulco en cada

hispanización en aquellas remotas regiones.

ocasión precisa. A veces las contingencias

Las tropas fundamentales del ejército filipi-

de la navegación provocaban que el viaje

AGN, FP,

vol. 62, fs.236-238; respecto a lo que se podía considerar “blanco” en la segunda mitad del siglo XVIII, G. Céspedes del Castillo, América hispánica, Barcelona, Labor, 1983, p. 410. 15 AGN, FP, vol. 10, fs. 415-416. 14

V.

17

anual se suspendiera, con lo cual la carga

daría un 30.63% de veteranos voluntarios y

del año siguiente se veía aumentada y por

un 69.36% de condenados por deserción.

consiguiente se sufría de falta de espacio en el buque.

Los principales cuerpos de procedencia de la tropa veterana eran los regimientos de

No es de extrañar el interés de conse-

infantería llamados de Granada, de La Coro-

guir tanto tropa veterana como bisoña. Ob-

na, de Asturias, de Saboya, de Flandes y de

viamente, eran los expertos los que intere-

Vitoria, así como los de dragones de España

san más: soldados avezados en el servicio

y de México y compañías de artilleros. Si se

castrense, pero también cabos, sargentos y

examina la composición de las remesas en

oficiales. Eran elementos apreciados de los

los 2,630 casos en que se especifica la rela-

que las autoridades mexicanas no estaban

ción entre veteranos y bisoños, se encuentra

dispuestas a prescindir con facilidad. Para

29.61% de los primeros frente a 70.37% de

ello se procedía a estimular a los que forma-

los segundos. Si se comparan las categorías

ban parte de los regimientos de infantería

que especifica ese mismo número de casos,

y dragones acantonados en diversas partes

se encuentra que los bisoños se dividían en

de México, con la promesa de ascensos

58.09% de reclutas y 12.28% de reos.16

más rápidos en la carrera militar. Pero no

Como se ve, con las tropas experimen-

parecía ser suficiente para convencer a los

tadas se procedía al acostumbrado envío

susceptibles de presentarse de manera vo-

de bisoños que eran embarcados sin ape-

luntaria, por lo que se recurría a condenar

nas pasar por un periodo de entrenamien-

a desertores llamados de reincidencia que

to, deficiencia que se solía compensar en

habían sido reapresados y recibían como

el curso de los tres meses que duraba la

castigo el destino a Filipinas. No siempre se

travesía entre Acapulco y Manila, cuando

puede distinguir los que eran veteranos vo-

recibían instrucción a bordo de la nave que

luntarios de los desertores obligados a par-

los transportaba. Eso se debía a la premura

tir: sólo sobre un número de 297 militares se

con que se efectuaba la recluta y el equi-

puede establecer el siguiente cálculo, que

pamiento, ya que partían de la ciudad de

16 AGN, FP, vol. 5, fs. 248-253; vol. 6, fs. 17, 171-179, 202-224, 318-383; vol. 7, fs. 224-259; vol. 8, fs 15-229; vol. 9, fs 2-9, 351-384; vol. 10, fs. 1-67, 224-282; vol. 12, fs 1-2, 8-10; vol. 13, fs. 65-140; vol. 16, fs 1-18; vol. 31, fs. 42-52, 125-136; vol. 34, fs. 1-22, 81-123; vol. 43, fs. 40-73; vol. 58, fs. 3-29; vol. 59, fs. 2-11; vol.60, fs. 27-88; vol. 61, fs. 130-360.

18

México uniformados, pagados y dotados de

Esta documentación permite trazar una

armamento. Entre ellos podía ir un tipo de

biografía colectiva con información básica.

voluntario que era el soldado distinguido,

Por ella se conoce que 52.31% eran resi-

una categoría creada en los ejércitos espa-

dentes de la ciudad de México, verdadero

ñoles en época de Carlos III, cuya familia

centro de todo el proceso. En importancia

podía probar su pertenencia al estamento

seguía muy de lejos Puebla con 7.25 % y en

nobiliario. Los que pasaron a Filipinas en

menores proporciones Querétaro (3.5%),

estas condiciones no suponen más que ca-

Toluca (1.65%), Pachuca (1.63%), Vallado-

sos contados.

lid de Michoacán (1.25%), Oaxaca (1.08%),

Para la mayoría de los reclutas, las ban-

Real del Monte, San Luis Potosí y Gua-

deras de enganche solían abrirse justamente

najuato (1% cada una) y Tlaxcala (0.83%).

en la capital del virreinato y cuando no eran

Pero 24.45% procedía de diversas pobla-

suficientes en alguna ciudad importante y

ciones situadas en los actuales estados

no lejana como Puebla. En ellas operaba

de Morelos, Puebla, México, Guanajuato,

una serie de agentes que actuaban como

Querétaro Michoacán y Tlaxcala, principal-

“reclutantes” y cobraban una comisión de 40

mente, es decir, de territorios cercanos a la

pesos por cada hombre equipado que llega-

capital, si bien no faltan casos de Veracruz,

ba al puerto de salida. Se esperaba a que

Zacatecas, Durango y Aguascalientes, aun-

acudieran los aspirantes y cuando eso suce-

que en proporciones muy reducidas, como

día se levantaba un registro, operación que

eran también las representadas por los que

ha dejado un fondo importante de hojas de

no eran originarios de tierras de la actual

filiación, someros cuestionarios en los que se

república mexicana: hubo alguno proceden-

asentaban datos que respondían a preguntas

te de otras zonas de América, Filipinas, y

iguales para todos como edad, color, calidad

2.08% de españoles peninsulares.

17

de “español”, estado civil, en raras ocasiones

Las edades de la mayoría estaban com-

la profesión u oficio, lugar de nacimiento o de

prendidas entre los 16 y los 29 años, con

residencia (“vecino de”), nombre de los pa-

una buena proporción de los muy jóvenes,

dres, religión, estatura, características físicas

pues los situados entre 16 y 19 alcanzaban

como complexión, etc.

32.92%; los que contaban entre 20 y 24

17

AGN, FP,

vol. 61, fs. 130-260.

19

Indiferente de Guerra, vol. 5B, fc. 186v.

años, 35.86%; les seguía el tramo situado

Entre los forzados se hallaban también

entre 25 y 29 años, con 19.50 %, mientras

los que habían sido “presentados”, es decir,

que de 30 a 34 la proporción descendía

denunciados ante los órganos competen-

a 9.07% y de 35 a 39 no alcanzaba más

tes por personas de su propia familia, que

que 2.57%. El destino principal era el Regi-

solía alegar la necesidad de un castigo y

miento del Rey Fijo de Manila y compañías

una corrección a una vida disipada, ociosa,

de la isla de Luzón. El capitán general de

irregular, etc. Esta práctica no era exclusiva

Filipinas tenía la opción de distribuirlos de

de Nueva España y pone en contacto al in-

acuerdo a diferentes criterios.

vestigador con muchas cuestiones relativas

18

Los soldados también podían ir a Filipi-

a la vida familiar de la época, sin pretender

nas acompañando a algún gobernador y ca-

hacer generalizaciones abusivas de estos

pitán general, por ejemplo, cuando Arandia

casos. A través de ellos se refleja una es-

llegó a aquel país en 1754 llevaba consigo

cala de valores, de situaciones vividas por

una expedición de 400 hombres.19

personas dependientes, de intrigas domés-

18

AGN, FP,

19

AGN, FP,

20

vol. 6, fs. 171-179; vol. 8, fs. 257-283; vol. 10, fs. 224-262; vol. 113, fs. 98-124. vol. 5, fs. 120-121, 248-253, 357; vol. 6, f. 17.

ticas, etc. Es interesante constatar que esta

ebriedad, juego y depravadas costumbres

práctica se daba en diversas clases socia-

que se hace insoportable la carga de mi es-

les, desde familias de economía desahoga-

tado, pues a más de haberme jugado toda

da hasta gente humilde y entre personas de

mi ropa dejándome de un total encueros sin

todos los colores de piel.

querer trabajar para nuestro sustento se

El procedimiento seguía las siguientes

ha insolentado de manera, que en varias

pautas. En primera instancia se presentaba

ocasiones me ha inferido golpes, y una de

la denuncia y se alegaban los motivos; des-

ellas se encerró en el cuarto de nuestra mo-

pués seguía una evaluación de los hechos

rada alzando las vigas de él para quererme

por las autoridades, entre ellas el sargento

matar, de todo lo cual no sólo tengo dadas

mayor, el fiscal y el asesor general, ya que

suficientes quejas, sino plena justificación

los denunciantes guardaban en general un

de testigos ante el Señor Mayor don Pedro

parentesco muy cercano con el denunciado

Garibay, por ser mi referido consorte solda-

del que eran padres, madres, hermanos o

do del regimiento de milicias y habiéndose a

esposas y se podía temer alguna argucia

la presente ido a jugar a la bandera, porque

para alejar a una persona molesta por razo-

solo su vivir es el juego se haya empeñado

nes inconfesables.

en la cantidad de cinco pesos, cuyo impor-

Un ejemplo de estos trámites es el que

te puede conseguirlo, y salir a nuevamente

en 1780 iniciaba María Josefa de Alarcón,

proseguir con su acostumbrada mala vida;

que solicitaba que se remitiera a Manila a

por lo que la justificación de V. Exa. aten-

su marido por su mala conducta:

diendo a la gravedad de las injurias que

“María Josefa de Alarcón, española

llevo representadas, el temor que asiste

y vecina de esta ciudad, casada con don

de perder la vida si sale a su libertad se ha

Manuel Antonio Cordero, mestizo, oficial de

de servir condenarlo, y darlo por rematado

zapatero, con el mayor rendimiento parezco

para que esta próxima embarcación vaya

ante la superioridad de V. Exa. y digo: que

de soldado a Manila, porque así me hallare

en el tiempo de más de una año que soy

apta para poder servir, y mantenerme con

casada con mi referido esposo, ha sido tan

dos criaturas pequeñas de que me hallo

perversa la vida que he pasado en su com-

cargada por tanto que a las justas causas

pañía, respectos a sus continuos vicios de

expresadas. A V. Exa. suplico se digne

21

mandar lo que llevo pedido que es justicia.

del hermano luego se las ha de decretar,

Juro en forma y necesario”.

sin hacer cargo de que necesariamente

Se pidió la opinión del sargento mayor,

se han de practicar todas las providencias

don Pedro Garibay, para el informe del fis-

oportunas con consideración a que en la

cal y el asesor general y el dictamen fue el

separación de los matrimonios no se puede

siguiente:

convenir sin graves, y urgentísimas causas,

“Excmo. Sor.

teniéndose presente que no es desatendi-

”Sin embargo de que en el informe que

ble la libertad con que quedan las mujeres

hace el sargento mayor de la Plaza don

casadas, y tropiezos que están expuestas

Pedro Garibay con fecha de veinte del in-

en tan dilatadas, y seguras ausencias de

mediato pasado enero expresa que por el

sus maridos, y por eso aún en el caso de

examen que hecho de testigos resulta justi-

desterrar a los vagabundos, como previene

ficada la incorregibilidad de Manuel Antonio

la ley 2 del lib. 7 tit. 4 de la Recopilación de

Cordero contra quien se queja su legítima

Indias se excluyen los casados con los que

mujer María Josefa Alarcón, y pide a V. E.

se usa de otros arbitrios.

se sirva de mandar pase a las Islas Filipinas

”Por todo lo que se servirá V.E. declarar

al servicio de S. M. no hay la justificación

no haber lugar a la remisión que ésta pre-

necesaria que acredite la perversidad de

tende del suyo a las Islas Filipinas, y que si

costumbres, y manejo de Manuel Antonio, y

tiene temor fundado de que le quite la vida,

aún cuando la hubiese sería necesario que

ocurra a instruir su derecho, y en donde le

se hiciese constar haberse tomado otras

convenga. México, y febrero 24 1780.”20

providencias para corregirle, y que ninguna

En el caso presente no se reconocen

había sido bastante, por no ser tan fácil y

suficientes los alegatos de la esposa denun-

corriente la remisión a Filipinas

ciante y, sobre todo, se trata de preservar la

”Como vulgarmente tienen entendido

unidad de la familia, la vigilancia sobre la

muchos sin la instrucción con que deberían

mujer casada con inquietud de la conducta

proceder para interponer estos ocursos, que

que ésta pudiera observar en el periodo de

les parece frecuentemente que con sólo pe-

ausencia de su marido. Este es un ejemplo

dir la separación del marido, la del hijo o la

de personas de clase baja, trabajadora, de

20

AGN, FP,

22

vol. 16, fs. 20-22.

un marido artesano, enrolado en la milicia.

de hombres tampoco era fácil por la exi-

Aunque el denunciado es mestizo, no se

gencia de reunir los requisitos que se han

argumenta en el dictamen esa condición al

mencionado, porque también los regimien-

dar preferencia a la de casado para recha-

tos acantonados en territorio mexicano en-

zar la solicitud.

rolaban a convictos de vagancia y porque,

Los entregados por sus familiares re-

según señalan las fuentes, muchos de los

presentan casos interesantes desde mu-

que suponían que podían ser seleccionados

chos puntos de vista, aunque no eran la

imaginaban diversas estratagemas para es-

mayoría de los que se veían obligados a

capar a tal suerte, como desaparecer de la

partir, sino que los más abundantes eran

vía pública durante los meses en que se re-

los convictos por algún delito. Esta práctica

cogía a la gente “vaga” y “ociosa” para man-

se remontaba a tiempos lejanos. Una real

darla a Filipinas. Finalmente, entre los que

cédula emitida en Madrid el 1 de octubre

ya se hallaban en manos de las autoridades

de 1626 informaba que ya para esa fecha

y preparados para el destino, había los que

existía la costumbre de enviar a Filipinas

conseguían desertar.22

hombres que habían caído en manos de la

Las modalidades de leva que se practi-

justicia, con objeto de que las remesas fue-

caban para reunir a los bisoños que partirían

ran lo más numerosas posible, puesto que

en calidad de forzados giraban en torno a la

se precisaba “que aquellas islas esten en

captura, la excarcelación y la admisión de

toda defensa para oponerse al holandes y

los presentados por familiares. La captura

demas enemigos que las ynfestan”.21

afectaba sobre todo a hombres que podían

Las levas de forzados se efectuaban

ser acusados de algo que en aquella época

también con periodicidad anual y de acuer-

estaba tipificado como delito, si bien un deli-

do a un calendario que permitiera tener a

to menor pero que implicaba un castigo que

la gente preparada en Acapulco en el mo-

hoy parecería excesivo: eran los llamados

mento en que el galeón estuviera pronto a

“vagos”, “vagamundos” o “vagabundos”.

partir rumbo a Manila, es decir, hacia el mes

Su falta era la “vagancia”, la “ociosidad”,

de abril. Pero alcanzar el deseado número

es decir, no tener empleo fijo ni estabilidad

21

AGN,

22

AGN, FP,

Reales cédulas originales, vol. 1, f. 39. vol. 61, fs. 130-260.

23

socioprofesional o medios de fortuna, lo

de unos cuatro o siete formando cuerdas de

equivalente a formar parte de los grupos de

presos (“cordilleras”). Una vez en la ciudad

marginados de característica abundancia

de México se les custodiaba en cárceles

en el antiguo régimen. Después de apre-

hasta el momento de partir hacia Acapulco.

sarlos en ciudades, pueblos y campos de

Reunido el número necesario de hom-

las regiones centrales del virreinato, se les

bres, no se podía considerar que las dificul-

preparaba para su ingreso en el ejército.

tades estaban superadas porque el contin-

Lo mismo se hacía con acusados y con-

gente solía disminuir debido a una serie de

victos recluidos en las cárceles, entre los

factores: enfermedad, muerte o deserción.

cuales se había elegido previamente a los

Esto último no era raro y se veía favorecido

que cumplían con los requisitos o parecían

por las facilidades que para ello suponían

cumplirlos. Se prefería a los que purgaban

los largos traslados por los territorios de la

condenas por delitos leves, como el men-

Nueva España. Fuera cual fuese su lugar

cionado de vagancia. Pero entre los reos

de procedencia, todos los soldados acudían

que se enviaron a las islas hubo también

primero a la ciudad de México, que era el

convictos de homicidio, estupro, sodomía,

centro donde se efectuaban los preparati-

adulterio, concubinato, bigamia y otros,

vos para enviar las cuerdas de reos y los

además de deserción del ejército. Las sen-

destacamentos de voluntarios hacia la cos-

tencias variaban entre dos y diez años en

ta del Pacífico. Un número no despreciable

cuanto al tiempo de condena y en cuanto

de reclutas, veteranos y forzados conseguía

al lugar en que debían purgarla: presidios

fugarse en algún punto de cualquiera de los

de Samboanga, de Cavite, trabajo en algún

trayectos, incluidos los más expertos en la

lugar de Filipinas, servicio al rey o simple-

materia: los desertores de reincidencia que

mente traslado “a China”.

probaban su suerte una vez más.

23

La excarcelación tenía lugar en diferen-

También sucedía que una vez engan-

tes lugares, después de mandar órdenes a

chados y pasados los controles los hombres

las autoridades provinciales para que pro-

fueran declarados inútiles para el servicio

cedieran a la selección de los presos y los

de las armas, bien porque no medían la ta-

remitieran a la capital en pequeños grupos

lla necesaria, bien porque no gozaban de la

23

AGN, FP,

24

vol. 6, fs. 382-383; vol. 8, fs 102-106; vol. 10, fs. 1, 270; vol. 60, fs. 59-61.

salud suficiente o porque no alcanzaban la

tar las altas temperaturas de las regiones

edad prescrita o porque la sobrepasaban.

mexicanas que iban a atravesar justo en

Además de ser el lugar donde se re-

la época más calurosa, pues coincidía con

clutaba a más de la mitad de los enviados,

los meses de marzo y abril. Igualmente se

como sede principal del gobierno virreinal la

les entregaban el armamento y las pagas, o

ciudad de México era el epicentro de todo

más bien lo que quedaba de ellas, ya que

el proceso, pues en ella se concentraba su

se les descontaba la mayor parte. Con esto

organización, se disponía el traslado de los

se hallaban adelantados los preparativos

contingentes que procedían de otros luga-

para la marcha a Acapulco y las autoridades

res, se les recibía, se formaban las remesas

señalaban cuáles debían ser las “partidas”,

para su expedición a Acapulco en las que

puesto que se les mandaba en contingentes

se podía combinar a los hombres reclutados

separados, con distintas fechas de salida y

in situ con los procedentes de otras zonas.

diferentes puntos de recorrido, acompaña-

También en México se celebraban las ins-

dos y guiados por un conjunto de oficiales

pecciones o revistas militares en las que se

y custodiados por una escolta de variable

controlaba que los individuos reunieran los

número de miembros.

requisitos establecidos en las disposiciones

Con antelación, una vez decidido y mar-

oficiales, superaran los exámenes médicos

cado cada uno de los itinerarios se enviaba

y fueran seleccionados. Se documentaba

al “aposentador”, un alguacil encargado

todo lo necesario sobre los soldados que no

de visitar primero los puntos del recorrido

podrían partir por enfermedad o cualquier

y asegurar la provisión de agua, víveres y

otro impedimento, así como se hacía el

las condiciones para pernoctar y descan-

cómputo de los que desertaban y se levan-

sar. Después partían las remesas, en las

taba testimonio de los seleccionados.

que algunas veces se separaban los reos

24

Después de esto se les entregaban los

de los voluntarios y otras se combinaban.

uniformes que debían vestir cuando se pu-

El viaje duraba unos 29 días. Como sucedía

sieran en camino a Acapulco y que eran,

en otras regiones del mundo, no faltaron en

por su tejido ligero, los más apropiados para

México quejas por los perjuicios que el paso

el clima de Filipinas, así como para afron-

de las tropas causaba a los moradores de

24

AGN, FP,

vol. 60, fs. 62-88; vol. 61, fs. 218-222.

25

las zonas que atravesaban, como señala un

profesión, grado de riqueza y relaciones con

documento. Como guía de la partida se si-

el poder. Una parte de ellas formaba la éli-

tuaba un particular que obtenía por asiento

te colonial con los españoles peninsulares,

el cargo de “conductor de tropas” y asumía

y compartían las ventajas y favores de la

la responsabilidad de las bestias de carga,

pertenencia a los sectores de funcionarios y

monturas, arrieros y bagajes.

grandes mercaderes. Los soldados de nin-

25

En Acapulco, los oficiales que habían

guna manera podían equipararse con ellos

estado al mando de los contingentes los

y su lugar estaba entre las clases populares.

entregaban a los funcionarios del castillo de

Sin embargo, frente a la exigua minoría de

San Diego y, una vez que pasaban la última

los más encumbrados constituían no sola-

revista antes del embarque, eran confiados

mente la mayoría de los criollos mexicanos,

al general de la nao, que les asignaba un lu-

sino también la mayoría de los blancos que

gar en el buque (o buques) listo para zarpar

allí moraban. Eran, después de los chinos

y se hacía responsable de ellos durante los

(llamados sangleyes en las Filipinas es-

tres meses que duraba la travesía, la cual

pañolas), la segunda minoría de personas

seguía la ruta habitual, si bien algunos sol-

no nacidas en el país. Otra de sus carac-

dados serían desembarcados en la isla de

terísticas es que, por su situación social, el

Guam para reforzar la guarnición de las Ma-

grupo de “españoles” (en este caso “espa-

rianas. Llegados a Manila los entregaban a

ñoles americanos”, como los designan las

las autoridades correspondientes de aquel

fuentes) que se mezclaba con los sectores

gobierno y capitanía general.26

populares, se casaba con mujeres malayas, adoptaba rasgos culturales filipinos y trans-

IV

mitía parte de la mucha influencia mexicana

En Filipinas había personas procedentes de

que existe todavía en aquellas islas.27

la Nueva España que correspondían a dife-

Las condiciones de residencia de estos

rentes categorías por su posición social, su

soldados en la colonia asiática aún requieren

25

AGN, FP,

26

AGN, FP,

vol. 4, fs. 368-374. vol. 8, fs. 138-139; vol. 9, f. 62; vol. 31, f. 52. 27 M.F. García de los Arcos, “Grupos étnicos y clases sociales en las Filipinas de finales del siglo XVIII”, en Archipel. Études interdisciplinaires sur le monde insulindien, París, École des Hautes Études en Sciences Sociales, núm. 57, 1999, pp. 55-71.

26

Indiferente de Guerra, vol. 3, fc. 132.

Indiferente de Guerra, vol. 3, fc. 35.

mucha investigación. Por ello no se puede

sión británica de Manila en 1762 puso en

trazar un panorama sistematizado y sólida-

evidencia la desprotección que sufría la

mente comprobado. Se van a sugerir sim-

principal ciudad del archipiélago. Una de

plemente algunas líneas de aproximación

las personas que se dirigió repetidas veces

posee documentos

a la corte para informar del peligro que re-

de tipo cualitativo como correspondencia,

presentaba tal estado de indefensión fue el

relaciones, etc., que ofrecen algunas posi-

enérgico gobernador don Pedro Manuel de

bilidades para conocer la trayectoria vital de

Arandia (1754-1759), quien no se limitó a

estos novohispanos en las islas.

dar su parecer sino que concibió diferentes

a esta cuestión. El

AGN

A mediados del siglo XVIII se levantaron

proyectos para remediar la situación. Uno

voces de funcionarios que alertaban sobre

de ellos trataba de reformar la disciplina de

el mal estado defensivo que presentaba

las tropas y generó un documento conser-

Filipinas en cuanto a sus fortalezas y sus

vado en el

guarniciones. Se criticaba amargamente

las Tropas de Manila.28

AGN

llamado Nuevo Planteo de

tanto la calidad como la disciplina de las

Entre otro tipo de información, esta

tropas. No pasaría mucho tiempo sin que

fuente permite acercarse a lo que podía ser

los hechos confirmaran la razón que asis-

la vida cotidiana de los soldados novohis-

tía a los que opinaban así, ya que la inva-

panos en la zona. Según las palabras del

28

AGN, FP,

vol. 3, fs. 166-179.

27

gobernador, la suerte de éstos era bastante

cuarteles, sino que se reunían sólo cuando

triste y su diario transcurrir precario. Fre-

había una emergencia, alarma, o bien en

cuentaban compañías que les inducían a in-

los días en que era necesario porque se

currir en actividades que eran consideradas

efectuaban revistas, entrega de pagas, etc.

vergonzosas por el gobierno metropolitano,

Entonces se situaban bajo el mando de ofi-

tal como su mismo aspecto personal:

ciales. El resto del tiempo lo pasaban den-

“Siendo de notable consideración el estado en que se halla la tropa de este Con-

tro de una franja de unas cinco leguas que abrazaba por tierra a la capital.

tinente y mar que en todas partes de esta

Arandia denunciaba un hecho curioso:

ciudad en que los soldados de su guarni-

de los 100 o 200 hombres que cada año

ción descalzos los más, muchos en cuerpo

llegaban a Filipinas procedentes de España

de camisa y asegurándoseme de noche

o de Nueva España, solamente se emplea-

pedir limosna y en las centinelas y puestos

ba una parte de ellos: “originándose el no

con las armas en postura que es más irri-

permanecer en el servicio por el abandono

sión que mérito contra el que en sí se tienen

de sus personas, por la falta de impuestas

los de Su Majestad en Europa, y más conti-

reglas que les sostuviera y como absolutos

nentes del mundo en que se extienden sus

a los vicios, los mismos los acababa la mi-

dominios y real nombre”.

seria de su vivir costando al Rey lo que es

29

Al parecer en aquella época los sol-

tan notorio sus reclutas y vestuarios en la

dados de Manila vivían esparcidos por los

Nueva España y hallarse sirviendo indios y

arrabales y zonas circunvecinas a la ciudad

mestizos del país”.31 En otra parte Arandia

amurallada, el famoso Intramuros, en lugar

afirmaba que había soldados que no sólo se

de residir en su interior como hubiera sido

rebajaban a pedir limosna sino que incluso

más lógico para el ejercicio de sus funciones

robaban para “pasar el mes”. Otras veces

en caso de peligro. Todo ello era motivado

vendían los uniformes a los habitantes de

por un estado de indisciplina que permitía

las poblaciones y tierras aledañas a Mani-

que los soldados no se concentraran en

la, los cuales querían aprovechar la venta-

30

29

AGN, FP,

30

AGN, FP,

vol. 3, f. 166. vol. 3, f. 166. 31 AGN, FP, vol. 3, f. 170.

28

ja de la exención legal que favorecía a los

y acababan ellos mismos en una situación

militares para liberarse de cargas fiscales y

semejante, arruinados físicamente por el

de trabajos obligatorios: “quienes en la Ca-

consumo de bebidas nocivas. Por el contra-

saca del Rey dejaban de pagar el tributo,

rio, otros se integraban, a veces se unían

los Polos y el servicio del año a que debían

a mujeres del país, se adaptaban a sus

concurrir”.32

costumbres y trasmitían rasgos de su pro-

Un fenómeno mencionado en varias

pia cultura mexicana. Hasta finales del siglo

fuentes es la “desaparición” de soldados

XVIII,

con seguridad fueron el origen princi-

mexicanos en Filipinas, lo cual quería decir

pal del grupo social llamado “mestizos de

que mermaba el número de los que allí vi-

español”, si bien en este sentido se requiere

vían sin que se tuviesen registros o noticias

efectuar más investigaciones.33

seguras que permitieran saber cuáles eran

Al parecer, la fusión con las clases po-

las causas. El mismo gobernador Arandia

pulares del país fue importante en términos

mandó efectuar una investigación al cons-

relativos, pero no sólo se debía a los que

tatar lo que le parecía una anomalía por

regularizaban su vida, fundaban una familia

la cantidad de criollos que solían llegar y

y vivían en la estricta legalidad. En realidad

el ritmo anual de las remesas. La informa-

hubo otros medios de fusión con las habi-

ción obtenida una vez más ponía en relieve

tantes de las islas a través de los soldados

irregularidades como el hecho de que no to-

que desertaban, huían y pasaban a formar

dos se dedicaban al servicio de las armas,

parte de comunidades nativas establecidas

verdadera finalidad de su presencia en el

en las costas, o bien se refugiaban en zo-

país, sino que algunos se empleaban como

nas situadas en el interior de las islas, lo

sirvientes en casas y conventos de Manila.

más lejos posible del alcance de las auto-

Los había que sí ocupaban su plaza en el

ridades coloniales, donde moraban grupos

ejército pero sufrían trastornos psicológi-

que habían abandonado las áreas controla-

cos, traumatizados por las dificultades de

das. Con el tiempo, algunos desertores de-

encontrarse en un país extraño; frecuenta-

cidían regresar y reintegrarse a su antigua

ban la compañía de individuos marginados

ocupación militar. Don Miguel Lino de Espe-

32

AGN, FP,

33

AGN, FP,

vol. 5, fs. 248-253. vol. 5, fs. 252-253.

29

leta, gobernador interino de Filipinas entre

con una experiencia vital en la que la dureza

los años 1759 y 1761, también informaba

de sus condiciones se había combinado con

en este sentido y recalcaba la abundancia

la adquisición o, al menos, el contacto con

de deserciones.34

formas culturales filipinas, ellas mismas re-

Otra razón de la merma de los contin-

sultado de un notable cruce de influencias.

gentes era que muchos soldados y reos per-

Así, al lado de los poseedores de grandes

dían la vida, en especial los destinados a los

y medianas fortunas que en México eran

presidios del sur, Zamboanga y otros. Las

capaces de hacer encargos a Asia de por-

vicisitudes del conflicto bélico estarían entre

celanas, sedas, muebles, lacas, marfiles,

las causas, pero habría que añadir las con-

etc., y por lo tanto de introducir en América

secuencias que acarreaban las altas tempe-

elementos de aquel origen, otros hombres

raturas y la humedad extrema del clima, ca-

de raigambre modesta, criollos según las

paces de atacar a estos hombres que en su

categorías coloniales pero de obvia cultura

mayoría procedían de regiones situadas en

mestiza, también serían capaces de difundir

las altiplanicies de México y por lo tanto ha-

en América formas culturales o costumbres

bituados a las clemencias de un clima tropi-

que habían asimilado entre los grupos po-

cal atemperado por la altitud. En los rigores

pulares de Filipinas.

de las costas de Mindanao se comportaban

En cuanto a lo que ellos aportaron al

con la misma vulnerabilidad que presenta-

país asiático, se han estudiado bastante

ban los europeos en aquellos tiempos frente

los nahuatlismos que llevaban incorpora-

a las enfermedades tropicales.35

dos a su lengua materna española, y que

Estos mexicanos de las tropas filipinas

en su mayoría son términos usados en la

llevaron a las islas una serie de influjos de

vida cotidiana para designar productos de la

su propia cultura, algunos muy evidentes,

tierra (chile, epazote, cacao, zacate, etc.),

como los nahuatlismos que existen en las

materiales (tiza), lugares de encuentro e

lenguas de aquel país, y otros mucho más

intercambio (mientras en México se recibía

difusos y difíciles de determinar con preci-

parián, en Filipinas se adoptaba tianguis),

sión. Los que retornaban a su tierra volvían

alimentos elaborados (tamal, atole, choco-

34

AGN, FP,

35

AGN, FP,

30

vol. 6, f. 19. vol. 6, fs. 18-21.

late) y utensilios (comal). Por ello Rafael

nados a presidios lejanos. Otra parte la for-

Bernal insistió en el carácter popular de

maban tropas regulares que viajaban como

este contacto.

cuerpos constituidos. Entre los primeros se

36

pueden contar algunos casos individuales, V

pero también grupos con un número de in-

Otra contribución importante a la defensa

dividuos de cierta consideración, como los

de la más alejada y conflictiva posesión de

38 que embarcaban en Acapulco en 1807.38

la Corona española fue el hecho de que

Pero a principios del siglo XIX, en consonan-

los territorios mexicanos, además de ser

cia con el periodo de reformas que también

semillero de soldados, sirvieron también

se vivió en la colonia asiática durante dicha

de puente para el paso de tropas, como lo

centuria, se envió desde España un eleva-

fueron para marineros, funcionarios, ecle-

do número de hombres que componían los

siásticos, estudiantes y viajeros de índole

llamados “nuevos batallones” de Filipinas.

variada. En la segunda mitad del siglo XVIII,

Llegaron a Veracruz y, como era habitual,

la movilidad de los cuerpos militares fue no-

se trasladaron a la ciudad de México. Via-

toria y se mandaron destacamentos hacia

jaban formados en compañías con su co-

Filipinas a pesar de que en la propia Espa-

rrespondiente oficialidad jerarquizada que

ña se afrontaban dificultades para alistar y

comandaba a sargentos, cabos, tambores

mantener el suficiente número de hombres

y tropas, así como representantes de ser-

de armas.37

vicios auxiliares.

Una parte de los soldados que desde

Se guarda en el

AGN

una colección de

España pasaban a Filipinas por la tradicio-

testimonios de su paso por Nueva España

nal vía mexicana estaba compuesta por

en los años 1803 y 1804. Entre ellos los hay

reos de diversos delitos o desertores conde-

muy elocuentes, pues plasman la propia

R. Bernal, México en Filipinas. Estudio de una transculturación, México, UNAM, 1965; P. Albalá, “Nahuatlismos en las islas del Pacífico”, en C. Barrón y R. Rodríguez-Ponga (coords.), La presencia novohispana en el Pacífico insular, México, Embajada de España-Universidad Iberoamericana-Pinacoteca Virreinal-Comisión Puebla V Centenario, 1990, pp. 37-46; M. León-Portilla, “Algunos nahuatlismos en el castellano de Filipinas”, en Estudios de cultura náhuatl, México, vol. II, UNAM, pp. 135-138; A. Quilis, La lengua española en cuatro mundos, Madrid, Mapfre, 1992, pp. 99-199. 37 F. Andújar Castillo, Los militares en la España del siglo XVIII. Un estudio social, Granada, Universidad de Granada, 1991, pp. 55-93. 38 AGN, FP, vol. 60, f. 27.

36

31

versión que algunos de estos militares, sar-

se podía reunir entonces unos cientos de

gentos y cabos, principalmente, daban de

estos hombres y entre ellos la mayoría eran

las condiciones de su residencia temporal,

los que llamaban “cumplidos”, es decir que

de cuya dureza se quejaban a causa de la

habían terminado su periodo reglamentario

carestía de la vida que no podían afrontar

de servicio.40

pues percibían ya los sueldos calculados

La escasez de criollos debió estar re-

para Filipinas, país en que los precios de los

lacionada con las convulsiones propias de

productos básicos no eran tan elevados.

aquellos años y el estado de guerra casi

39

permanente que mantuvo España desde VI

que entró en la primera coalición contra la

Justamente el paso de estos “nuevos bata-

Francia revolucionaria. Cuando cambiaron

llones” coincidía con un giro importante en

las alianzas y desde 1796, siguieron las

la práctica de los envíos de remesas. Los

hostilidades contra Gran Bretaña y la secue-

fondos del AGN referentes a reclutamiento y

la de inconvenientes en las comunicaciones

preparativos de traslados refuerzan la idea

que se derivaron de ello, la relación con las

de que para los primeros años del siglo XIX

posesiones de ultramar se vio seriamente

la práctica de enviar remesas de solda-

afectada y ocurrieron fenómenos significati-

dos mexicanos a Filipinas había caído en

vos que trastornaron las líneas de comercio

desuso. Por ello, el número de mexicanos

e incluso provocaron alarmas en la inte-

residentes en aquel país disminuyó nota-

gridad territorial, como sucedió con Santo

blemente. Así lo señalaba en 1809 el que

Domingo. A partir de 1808, la situación se

fungía entonces como gobernador interino,

agravaría por el inicio de la guerra de inde-

don Mariano Fernández de Folgueras, quien

pendencia española, suscitada por la inva-

afirmaba que para esa fecha hacía varios

sión napoleónica en la península ibérica.

años que no llegaban mexicanos para re-

Este estado de cosas repercutió en las

emplazar a los diferentes cuerpos del ejérci-

tropas filipinas, otro problema que se unía

to insular. El resultado fue un descenso pro-

a los gravísimos que asolaban al imperio.

nunciado de tropas de ese origen: apenas

En 1809, Folgueras pidió al virrey de Nueva

39

AGN, FP,

40

AGN, FP,

32

vol. 55, fs. 81-95. vol. 45, f. 2.

España que enviara, al regreso de la nao

dencia de México la convirtió en definitiva,

Magallanes, la mayor remesa posible de

como fue la desaparición de estas intensas

reclutas con objeto de que sirvieran en los

y atípicas relaciones intercoloniales.

cuerpos veteranos del territorio asiático.41

Se puede hacer un cálculo aproximado

La respuesta del virrey fue que las circuns-

de la cantidad de hombres que se alistaban

tancias no permitían acceder a tal deman-

para el traslado al otro confín del Pacífico:

da, en parte porque el inminente retorno de

de acuerdo con las cifras que se extraen

la nao impedía disponer de tiempo suficien-

de la documentación del

te para reunir la gente necesaria, y en parte

anual rozaría los 180 individuos, si bien va-

por la acuciosa presión de enviar auxilios

riaba cada año de acuerdo con las necesi-

a Santo Domingo y otros territorios, entre

dades y la disponibilidad.

ellos la parte continental del virreinato que requería fuerzas militares.42

AGN,

el promedio

Fue un movimiento migratorio que rebasó con amplitud los aspectos puramente militares, para situarse en el terreno de la

VII

transmisión de elementos culturales y en los

Los fondos del AGN permiten trazar la regu-

cauces de un fenómeno histórico que puede

laridad de estas remesas de hombres en

ser estudiado a partir de una multiplicidad

cuanto a frecuencias, ritmos y procedimien-

de ángulos: desde cuestiones de criminali-

tos, así como delimitar el momento históri-

dad y delincuencia hasta los entresijos de la

co en que finalizó esta práctica secular. Es

logística imperial, sin olvidar aspectos rela-

probable que en un principio la interrupción

tivos a la vida familiar, así como los valores

en el envío de soldados de Nueva España

y prejuicios de la gente del pueblo y de los

a Filipinas se debiera a la coyuntura que se

grupos de poder.

atravesaba, pero el proceso de indepen-

41

AGN, FP,

42

AGN, FP,

vol. 59, f. 2. vol. 59, f. 11

* Área de Historia, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.

33

E L E NTREMÉS

DE

L UISA ,

DE LOS PAPELES INCAUTADOS AL MAROMERO

J OSÉ

M ACEDONIO E SPINOSA Caterina Camastra*

R

eal de Minas de Zacatecas, año de

que escribía sus propios papeles,1 un pe-

1803. El intendente de la ciudad reco-

queño empresario teatral. Siete años antes

ge los papeles de trabajo de una compañía

del percance de Zacatecas, en 1796, había

teatral itinerante, dirigida por José Macedo-

solicitado y obtenido regular licencia “para

nio Espinosa, y los remite al local comisario

que execute sus havilidades de maromero

del Santo Oficio, quien a su vez envía a sus

en las ciudades, villas, real[es] de minas, y

superiores los que juzga se deben retirar

demás pueblos del distrito de este superior

de la circulación. No se conserva registro

govierno, por el tiempo que resta a comple-

de si el trámite tuvo un seguimiento; con

tar el año cómico” (AGN, General de Parte,

toda probabilidad no fue así. Muchas de las

vol. 75, exp. 315, f. 282r). La tradición de los

denuncias de celosos funcionarios de las

artistas itinerantes es antiquísima y sobrevi-

provincias que llegaban al Santo Oficio tan

ve a través de los siglos en el orbe cultural

sólo generaban un acuse de recibo, para in-

hispano. En el

mediatamente pasar a la polvorienta, para-

tan ilustre como Lope de Rueda; a principios

dójica memoria de los expedientes. Gracias

del XVII el ambiente de las compañías ambu-

a quienes pretendían darles carpetazo, han

lantes es retratado por Agustín de Rojas Vi-

llegado hasta nosotros diversas obras lite-

lladrando en El viaje entretenido. Hasta los

rarias y mucha historia.

comienzos del XIX, cuando la Nueva España

XVI

cuenta con un miembro

El maromero José Macedonio Espinosa

está a punto de empezar a llamarse México,

fue un cómico de la legua, un comediante

la compañía de Macedonio Espinosa llama

1 Por lo menos, algunos de ellos. De los tres editados hasta ahora, uno es anónimo, otro firmado por Manuel Borla y otro más por el mismo Macedonio Espinosa.

34

la atención, aunque tibia, de las autoridades

–y una que otra pedrada. El caso llegó a

inquisitoriales en sus últimos estertores. De

armar un pequeño expediente en el Santo

hecho, durante todo el XVIII en la Nueva Es-

Oficio, sin pasar a mayores (AGN, Inquisi-

paña se había perfilado un conflicto de inte-

ción, vol. 1235, exp. 15, ff. 304r-315r). En

reses entre las compañías estables de los

1790, el maromero José Miguel del Sacra-

coliseos y las ambulantes, integradas por

mento, mulato, conocido como el Chino, es

maromeros, titiriteros y volatines. Las com-

detenido por llevar una figurita del Diablo y

pañías ambulantes eran vistas con cierto

usarla en sus espectáculos. El Santo Oficio

recelo, por un lado, porque interferían con

se limita a amonestarlo en términos ejem-

las ganancias de los coliseos. Zacatecas,

plares del discurso oficial, que considera a

rica ciudad minera, parece haber estado

los actores callejeros como pícaros, vagos

entre los destinos favoritos de los cómicos

y sin oficio:

2

de la legua. En 1731 se quejaba Eusebio

“Este es uno de aquellos muchos tunan-

Vela, asentista del Coliseo de la ciudad de

tes que, para buscar que comer a poca cos-

México, de que: “Un hombre conosido por

ta, se valen de semejantes arbitrios entre

el nombre de Anttón Chico, para formar una

la gente ignorante y ruda. Pero, como esta

compañia de cómicos para representar en

sea fácil seducir y padecer muchos enga-

el Real de Minas de Zacatecas, se ha lleba-

ños, creiendo que lo que este olgazán prac-

do de esta corte a Juana Rascona, que ha-

tica [sea] en virtud de algún pacto que tenga

zía papel de grasiosa, y a Gabriel de Frías,

con el Diablo, se ha de servir la justificación

que hazía tercer galán, en el Coliseo” (AGN,

de mandar al comisario de Guadalaxara,

Indiferente Virreinal, Criminal, caja 3897,

que [...] lo amoneste seriamente se dedique

exp. 16, f. 3r).

a su oficio de panadero para ganar con qué

Por otra parte, los roces de los teatreros

pueda mantenerse, y se abstenga de hacer-

con la Inquisición fueron constantes a lo lar-

lo con las ridículas figuras que pinta y trahe

go del siglo XVIII. En 1762 unos titiriteros de

consigo, para dibertir con ellas y sorprender

gira por Querétaro y algunos devotos luga-

a los incautos” (AGN, Inquisición, vol. 1281,

reños se libraron guerra a golpes de sátiras

exp. 13, ff. 60r-60v).

2

Sobre este tema véase Viveros, 1996 (pp. 28-29) y 2005 (pp. 68 y 77).

35

La presencia del Santo Oficio en la vida

no conservan el nombre de sus autores” (p.

de los actores no siempre se debía, final-

206). Después, el legajo de documentos se

mente, a su profesión. En general, los tea-

traspapeló durante muchas décadas en los

treros se encontraban entre la gente que vi-

vericuetos del Archivo. Sergio López Mena

vía fuera y en contra del orden establecido y

volvió a editar los tres entremeses en 1994,

consagrado. Por ejemplo, los poemas y las

basándose en la edición del Boletín, sien-

cartas de amor de la actriz y titiritera pobla-

do inaccesible la fuente original. Lo mismo

na Manuelita, alias La Lechuga, llegan a las

hicieron Maya Ramos Smith et al. cuando

actas de un proceso porque ella es amante

incluyeron la carta del comisario de Zaca-

de un hombre casado (AGN, Inquisición, vol.

tecas en su antología Censura y teatro no-

476, sin exp., ff. 224r-249v).

vohispano. Finalmente, gracias al trabajo

Los avatares del repertorio de Macedo-

de rescate culminado en la clasificación

nio Espinosa no se acaban con su incauta-

del fondo documental Indiferente Virreinal,

ción, gracias al celo de unos investigadores

la colección de Macedonio Espinosa puede

empeñados en deshacer el afán silenciador

ser consultada, reunida y editada.3 Se pre-

de los inquisidores. En 1944, Julio Jimé-

senta a continuación una de las obras: el

nez Rueda, entonces director del Archivo

anónimo Entremés de Luisa.

General de la Nación, edita tres de los en-

No es de extrañar que una compañía

tremeses (El alcalde Chamorro, El mulato

de cómicos de la legua tuviese por reper-

celoso y Las cortesías), que se encontraban

torio una serie de obras breves, sobre todo

“sueltos en un ‘legajo de documentos’ depo-

entremeses, género nacido de los “pasillos”

sitado en la sección de Historia de este Ar-

popularizados por Lope de Rueda. Los ar-

chivo” (p. 207). El criterio de elección fue el

tistas ambulantes eran versátiles y solían

rescate de los creadores: “se han escogido

trabajar obras de teatro, además de espec-

los tres entremeses porque siendo la ma-

táculos de maroma, acrobacia y títeres. A

yoría anónimos, dos de los que se publican

menudo escenificaban comedias de san-

3 La colección se encuentra repartida en tres expedientes del fondo Indiferente Virreinal: Inquisición, caja 5336, exp. 94 (Entremés de Luisa, encabezado del caso y carta del comisario); Ayuntamientos, caja 2788, exp. 5 (Entremés de las cortesías); Ayuntamientos, caja 1262, exp. 9 (Entremés de Sancajo y Chinela; Entremés del duende; Entremés del mulato seloso; Entremés del pañuelo; Entremés de la manta; Entremés titulado El alcalde Chamorro; Loa que se a de decir en la comedia “Valor injenio”...; Honrrad, una obrita burlesca, posiblemente un monólogo; dos entremeses incompletos y sin título).

36

tos, género que siguió siendo de los más

las comedias El guapo Francisco Esteban y

populares aún después de que la ilustrada

El catalán Serrallonga en 1790 (Biblioteca

represión borbónica lo prohibió en 1765.

Nacional, Fondo Reservado, Manuscritos,

Otro género muy socorrido eran las varias

vol. 1410, f. 297r), las cuales, por otra parte,

formas de teatro breve y burlesco, como los

llevaban años en los programas del Coliseo,

bailes, las mojigangas y, precisamente, los

y se siguieron representando después de la

entremeses. El entremés debe su nombre

prohibición. Hasta 1816, causó una denun-

al hecho de que se concibe originalmente

cia y cierto revuelo en la agonizante Inqui-

para entremeterse en las rendijas de la co-

sición la puesta en escena, siempre en el

media “seria”, entre actos, pero su gran éxi-

Coliseo de la ciudad de México, del sainete

to y popularidad lo vuelven una pieza que

El soldado fanfarrón (AGN, Inquisición, caja

llega a representarse de manera autónoma.

194, sin exp., sin foliar), en el que, como

Si en la comedia el gracioso es parte fun-

en los entremeses, el personaje aparece

cional de un orden que se rompe sólo para

en clave burlesca: no es valiente, sino va-

volverse a componer, en el entremés el gra-

lentón. En el Entremés de Luisa, el guapo

cioso es todo; el eje no es la armonía, sino

confunde su papel con el galán. Luisa, la del

el ridículo. Es un teatro que se funda sobre

título,4 exige a su pretendiente Lorenzo que

el despliegue de variantes de una galería de

la libre de otro, indeseado, advirtiéndole:

tipos cómicos, de larga tradición y hondas

“¡Pero cuydado con él! / Mire que es gua-

resonancias folclóricas que el público reco-

po que asombra” (f. 6r). Lorenzo se vuelve

nocía y festejaba. La acción dramática del

inmediatamente valentón él mismo, prome-

Entremés de Luisa gira alrededor del guapo

tiendo a su dama victorias hiperbólicas, sólo

en burla, o valentón cobarde.

para desdecirse temblando en el momento

Hay evidencia de que el teatro de gua-

que se queda solo frente al público. Este

pos y bandoleros fue muy popular en la

galán descara la cobardía enmascarada del

y dio mucho

rufián Sigüenza de Lope de Rueda, o de los

quehacer a las autoridades en el mismo Co-

del Entremés de los dos rufianes de Fernán

liseo de la capital: véanse las censuras de

González de Eslava. Análogamente al entre-

Nueva España del siglo

XVIII

El nombre de Luisa puede tener un doble sentido. “Luisa entre todas las Luisas”, dice arrobado Lorenzo (f. 5r). Casi tres siglos antes, a principios del XVI, escribe el anónimo autor de la Carajicomedia: “Luisa. Muchas son las Luisas” (p. 70), hablando de prostitutas. 4

37

més de Eslava, el Entremés de Luisa intro-

y me meo gota a gota.

duce algunos elementos que americanizan

¡Válgame Santa Apolonia,

la tradición española: si aquél hablaba de

abogada de las muelas!7

Oaxaca y Michoacán, éste hace referencia

Porque este ynfanzón8

a una serie de mexicanismos gastronómi-

me las hecha todas fuera [f. 6v].

cos (fs. 24-27). Como los rufianes de Eslava, Lorenzo es un personaje consciente de

El entremés acaba, efectivamente, a

su teatralidad, de estar metido en una “tra-

palos, y se intuye que Lorenzo sale bastan-

moya”, actuando, jugando -con los varios

te malparado.

sentidos de la palabra “brazo”, por ejemplo.

La transcripción que sigue se propone

Sus invocaciones rayan en lo blasfemo, por

mantener un criterio fiel a la grafía original

lo que se entiende el juicio del receloso in-

del texto, con algunos cambios a fines de

tendente de Zacatecas al decomisar los pa-

aclarar y facilitar la lectura. Modernizo el

peles de Macedonio Espinosa:

uso de acentos, puntuación y mayúsculas, así como tipografía y formato; desato las

¡Válganme todos los santos

abreviaturas; uno o separo palabras cuando

de la santísima gloria!

esto no implica añadir o quitar letras (me-

¿Quién me metería a valiente,

nos en el caso de “mialma”, que con esa

conociéndome tan mona?

grafía ya tiene valor expresivo y literario);

5

¡Ea, ánima de las bonitas,

actualizo el uso de /v/ y /u/, pero manten-

sed por hoy mis valedoras!

go la vacilación entre /b/ y /v/, /y/ e /i/, /j/ y

¡Oh, brazo del mar valorozo,

/g/ y casos análogos. Los números de fo-

sacadme de esta tramolla!

lios se señalan entre corchetes, así como

6

Que estoy que ya me orino,

toda intervención del editor. En este caso,

5 “Quedarse hecho un mono. Phrase, que vale quedarse corrido o avergonzado, por alguna especie que le sobrecoge” (Aut.). El uso del femenino añade probablemente la connotación negativa de afeminado; el nombre italiano del galán refuerza esa connotación. 6 “Tramoya. Machina, que usan en las farsas para la representación propria de algún lance en las comedias, figurándole en el lugar, sitio, u circunstancias [...]. Metaphóricamente vale enredo hecho con ardid, y maña” (Aut.). 7 Apolonia de Alejandría, hermana de un eminente magistrado y diaconisa, fue mártir cristiana a mediados del siglo III. Como parte de su martirio, le rompieron los dientes. Es la patrona de los odontólogos. 8 “Infanzón. Caballero noble de sangre, hijodalgo o señor de vassallos. Es voz antigua” (Aut.).

38

se añadieron dos indicaciones de persona-

marco del proyecto “Literaturas populares

jes y algunas terminaciones de palabras al

de la Nueva España (1690-1820): rescate

final del documento, ilegibles por estar roto

documental y revisión crítica de textos mar-

el margen. Aparte de eso, en general el

ginados” (CONACYT U-43303 H), coordinado

estado de conservación del documento es

por Mariana Masera y Enrique Flores en el

bueno. Se trata de un pliego de cordel cosi-

Instituto de Investigaciones Filológicas de

do, de cuatro folios frente y vuelta, tamaño

la

de bolsillo. Los tachones y correcciones que

entremés, así como de toda la colección

presenta el texto hacen pensar en un papel

de Macedonio Espinosa, se incluirá en una

de trabajo, de uso interno para la compañía,

de las publicaciones finales del proyecto. El

más que destinado a la circulación pública.

texto a continuación sirve aquí de anticipo

La investigación se llevó a cabo en el

UNAM.

La edición anotada completa del

y muestra.

BIBLIOGRAFÍA (Aut.) Diccionario de Autoridades, 1726-1739, versión digitalizada. Reproducido a partir del ejemplar de la Biblioteca de la Real Academia Española, www.rae.es Carajicomedia, edición, introducción y notas de Álvaro Alonso, Málaga, Aljibe, 1995. González de Eslava, Fernán, Entremés de los dos rufianes, en Carlos Solórzano (ed.), Teatro mexicano: historia y dramaturgia. III. Autos, coloquios y entremeses del siglo XVI, México, CONACULTA,

1993, 122 pp.

Jiménez Rueda, Julio, “Textos literarios de la época colonial. Advertencia general. IV”, en Boletín del Archivo General de la Nación, vol. XV, núm. 2, abril-junio 1944, pp. 206-208. López Mena, Sergio (ed.), Teatro mexicano: historia y dramaturgia. X. Escenificaciones neoclásicas y populares (1797-1825), México, CONACULTA, 1994.

39

Ramos Smith, Maya, Tito Vasconcelos, Luis Armando Lamadrid, Xabier Lizárraga Cruchaga, Censura y teatro novohispano (1539-1822). Ensayos y antología de documentos, México, CONACULTA-INBA, CITRU, 1998. Rojas Villadrando, Agustín de, El viaje entretenido, Madrid, Clásicos Castalia, 1972. Rueda, Lope de, Paso quinto muy gracioso..., en Teatro completo, México, Porrúa, 2002, pp. 205-207. Viveros, Germán, Talía novohispana. Espectáculos, temas y textos teatrales dieciochescos, México, UNAM, 1996. --------, Manifestaciones teatrales en la Nueva España, México, UNAM, 2005.

Hospital de Jesús, leg. 145, exp. 6, f.4. * Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM.

40

[f. 1: Zacatecas, año de 1803

La divina magestad guarde la importantíssima vida de vuestra señoría yllustrísima

Papeles que recogió el yntendente de

los muchos años que la santa yglecia y reli-

Zacatecas a José Macedonio Espinosa,

gión católica han menester para su aumen-

maromero, y remitió al comisario.

to. Zacatecas, Mayo 27 de 1803. Yllustrísimo y venerable señor, a sus

Secretario Ruiz.]

pies de vuestra señoría ylustrísima, su muy reconosido súbdito, siervo y capellán, que le venera.

[f. 2] Rezibida en 3 de junio de 1803. Señores

José Maria Martinez Sotomayor [rúbrica]

ynquisidores Prado, Alfaro. Ylustríssimo y venerable tribunal del Santo Yllustrísimo y venerable señor:

Oficio de la Ynquisición de este reyno.

Haviendo presentádose en esta ciudad la

[f. 5]

compañía de maromeros de Joseph Ma-

ENTREMÉS DE LUISA

cedonio Espinoza, le recogió el señor yntendente todos los papeles que traía y me

Perzonas que hablan:

los remitió con su ministro de vara, encargándome los revisara, por medio de un re-

Lorenzo

cado el más político y atento. Y haviéndolo

Luisa

executado, entre ellos advertí que los diez

un valiente

adjuntos, que con esta dirijo a vuestra señoría yllustrísima, tienen varios y notables

Salen Lorenzo y Luisa.

inconvenientes para dexarlos correr, según las reglas del ýndice expurgatorio y en es-

LORENZO

pecial la 16a; por lo que me parece, salvo

Luisa entre todas las Luisas

el más savio dictamen de vuestra señoría

que entre las Luisas se nombran,

yllustrísima, deven recojerse.

Luisa la más elegante,

41

Luisa la más refulgente, 5 Luisa la más hermosota, ¿por qué no me quieres, Luisa? ¿posible es que desdeñosa te muestres siempre conmigo, sabiendo de cierta cosa? 10 que, si no me correspondes, me verás dentro de una ora llorar, padecer, gemir y con ancia tan penosa morir –que es lo peor que todo. 15 hay, que la alma se sofoca, ¿por qué no me quieres, Luisa, Luisita la milagrosa? LUISA aparte, señor galán, [f. 5v] don taravilla, o alcorza, 20 eso es atreverse mucho al lustre de mi perzona. LORENZO Eso no es atrevimiento, pues quando te veo, señora, me enconfitas, me enturronas, 25 me enalmibaras, me encalavazas, me entachas, me empepitorias, me enjamoncillas, me enlechugas y me enrravanas, mi re ni [sic] fa zol,

42

mi solfa, mi estufa, mi verlinguita, 30 mi forlón y mi carroza, y por último, mi vida, todito el cuerpo me aflojas. LUISA Pues ha de saver, señor, que ha venido una perzona 35 que me ha dado en perseguir, tan necia y tan enfadosa, que no hay forma de mudarce, ni de que me dexe hay forma. por lo qual, señor galán, 40 si a quererme se acomoda, en quanto venga el tal guapo sale usted y se aperzona, [f. 6] diciendo que soy su dama y usted mis favores goza. 45 ¡pero cuydado con él! mire que es guapo que asombra. LORENZO Ya me havías asustado, yo pensé que era otra cosa ¿y esa era tu ancia, angustia, 50 pena, y congoja? déjalo que venga, mialma, que le he de dar una soba con la vaina de mi espada,

43

que él mismo no se conosca 55 y lo he de capar también, para mayor banagloria. y después de que lo cape a ese cara de toronja, lo tusaré a panderetes, 60 que estoy hecho una ponzoña. Tocan. VALIENTE Doña Luisa, o doña porra, ¿cómo no habrís esta puerta, Demonio de gente sorda? LUISA Hay está quien le dije a usted. 65 apropínquese, y responda. ¿mialma, por qué tiembla usted? [f. 6v] ¡muestre usted su valor, ahora! LORENZO De pura cólera tiemblo. ¿podía usted no hirce de aquí? 70 que estoy pensando, señora, que si yo le abro la puerta pues la moína me sofoca.

44

LUISA Yo no sé, ya yo me voy, usted con él se componga. Vase. LORENZO 75 ¡Válganme todos los santos de la santísima gloria! ¿quién me metería a valiente, conociéndome tan mona? ¡Ea, ánima de las bonitas, 80 sed por hoy mis valedoras! ¡oh, brazo el [sic] mar valorozo, sacadme de esta tramolla, que estoy que ya me orino y me meo gota a gota! 85 ¡válgame Santa Apolonia, abogada de las muelas, porque este ynfanzón [f. 7] me las hecha todas fuera y me buelve cantimplora! 90 pero, vaya, le abriré, en nombre de Santa Rosa. Abre. Sale valiente. Entre su merzed, señor.

45

[VALIENTE] ¿En dónde está esa señora? ¿por qué no sale aquí [a] abrirme? 95 ¿no save que, si me enojo, le he de armar un san Quintín que a el Diablo sirva de voda? LORENZO Hará su merzed muy bien. pero dice la señora 100 que sepa su señoría, su alteza y su reverencia, que una vicita bromoza la tenía muy ocupada, que presto se hirá esa posma. VALIENTE 105 ¿Y tú, qué haces aquí dentro? ¿por qué estás temblando, mona? LORENZO Porque, como mi madre fue temblona y yo estoy enasogado desde la crin a la cola, 110 por eso salí temblón. VALIENTE Responde, voca de sopas, alcarabán patituerto, y di ¿quién te trajo aqui?

46

[f. 7v] LORENZO Señor, mi Abuela la sorda 115 fue quien me trajo a servir, porque yo de servir siempre e pasado. Si su merced no se enoja, vengo yo a estar ahora en el servicio de mi amita 120 y mi Señora. VALIENTE Le dirás a esa matrona que cómo sin mi licencia busca criados y acomoda, y que, si llego a enfadarme, 125 todavía, por melindroza, le he de armar un san Quintín que al Diablo sirva de voda. Vase. LORENZO Cierto es que, si no se va, no se acaba la camorra 130 ni el santo óleo en quinse días, que estoy hecho una ponsoña. Sale Luisa.

47

[LUISA] ¿Ya se fue ese valentón? LORENZO Ya se fue, mi chata hermosa, porque si vieras, mi bien, 135 le dixe yo tantas cosas porque es un pobre pelota. Hay se me incó, y me dixo que era yo su reverncia [sic], [f. 8] su alteza, su santidad. LUISA 140 ¿Pues qué no hechó valentías? porque él es guapo que asombra. LORENZO Eso lo será con las mugeres, pero no con mi perzona. Díxele: –¡Luisa es mi nata, 145 y así los pies no me ponga el vauzán en esta casa! y como, con gran valor, le heché todas estas roncas, todo él empezó a temblar 150 con más susto que una mona. Y así, querida Luicita, dame un abrazo, mi vida.

48

LUISA No digo uno, mil te doy, Dueño eres de mi perzona. BALIENTE 155 ¡Está muy bien, doña Luisa! Dime, cara relamida ¿no eras tú la honradot[a?] LUISA Ya no respondió mi [...] BALIENTE ¿Quién es tu amante [...] LUISA 160 Este que mira precente, que ya de mis brazos go[za.] BALIENTE ¡Ven acá, cara de sopas! [f. 8v] ¿No me dijiste endenantes que tu abuela la sorda 165 te havía traído aquí a servir? ¡Pues como pícaro te hayo abrazando a esta señora! LORENZO No, señor, yo no la quería abrazar,

49

ella me abrazó a mí. LUISA 170 ¡Mientes, cara de toronja! VALIENTE ¡Pues por pícaro atrevido llevarás aquesta soba! Pégance.

FIN.

Obras públicas, vol. 25, fc. 76.

50

CACIQUES Y LÍDERES MILITARES Y POLÍTICOS EN SAN LUIS POTOSÍ DURANTE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

José Alfredo Rangel Silva*

E

n este trabajo se presenta un análisis

clientela política que perduró por decenios

sobre los liderazgos políticos en el

de vida independiente. Al mismo tiempo,

oriente de San Luis Potosí (que incluye la

un franciscano convertido en capitán y co-

Huasteca potosina y Rioverde o zona media

mandante realista se convirtió en el cacique

del actual estado de San Luis) entre 1800

regional hasta 1823, año de su muerte. Su

y 1823. Comienzo en 1800 porque en esa

sucesor siguió el mismo camino y dio pie a

fecha se produce una denuncia sobre una

los cacicazgos huastecos, tan notorios en

conspiración independentista en el área es-

la segunda mitad del siglo

tudiada, que involucraba a prominentes co-

del siglo XX.

XIX

y la primera

merciantes, hacendados y oficiales milicia-

Por lo anterior, además de otras razo-

nos. Aunque falsa en general, la denuncia

nes, la guerra de independencia constituyó

perfiló algunos de los que después fueron

un parteaguas en el campo político regio-

actores destacados de la guerra del lado

nal, al ser un catalizador y una etapa de

realista. La mayoría de esos oficiales pro-

formación y transición de liderazgos, que

venía de una tradición miliciana centenaria

combinaron las tradiciones milicianas lo-

en la zona, lo que los diferenciaba de sus

cales, la cultura política de la región y las

contrapartes en otras áreas novohispanas.

oportunidades de la época.

Otros liderazgos se forjaron al calor de las batallas, pues los miembros de las élites lo-

LA POLÍTICA ENTRE 1800 Y 1810

cales aprovecharon los escenarios bélicos para asegurarse el control de las milicias

Tener ideas disidentes era común entre las

“patrióticas”, con lo cual se aseguraron una

élites novohispanas, a raíz de las políticas

51

borbónicas que afectaron sus intereses.1 El

de Altamira, donde los Quintero las apro-

oriente de San Luis tenía bien definidas sus

visionarían con caballos y ganado vacuno.

élites políticas y económicas. Los Barragán

Seguirían su tránsito por las villas de Es-

y Ortiz de Zárate controlaban la zona en-

candón, Santa Bárbara y Tula, donde los

tre Rioverde, Valle del Maíz y Tula (Nuevo

capitanes también les darían apoyo, hasta

Santander), mientras los Quintero eran los

Rioverde; Barragán se incorporaría allí al

principales hacendados y comerciantes en-

contingente con sus milicianos e indios pa-

tre Tampico, Altamira, Escandón y Santa

mes flecheros.4

Bárbara, en el Nuevo Santander.2

La denuncia fue hecha por Francisco

José Florencio Barragán fue un perma-

Antonio Benítez Gálvez en junio de 1800

nente sospechoso de tener contactos con

e inquietó sobremanera al virrey Marqui-

disidentes y de ser de opiniones subversi-

na. Los nombres, lugares y conexiones

vas. En el Archivo de Indias en Sevilla (AGI)

tenían una lógica sorprendente. Además

y el Archivo General de la Nación (AGN) se

de comerciante, Barragán comandaba el

encuentran las investigaciones sobre un

Cuerpo de Caballería de Frontera de Nuevo

supuesto complot con ingleses de Jamaica

Santander y era un poderoso terrateniente.

para impulsar la separación de España en

Sus contactos de negocios con las élites de

1800-1801. Se le acusó de encabezarla

Nuevo Santander eran algo rutinario. Los

junto con los hermanos Juan y Cayetano

Quintero eran comerciantes y hacendados

Quintero (hacendados y comerciantes de

y pertenecían a las milicias de la Costa del

Altamira, Nuevo Santander) y un capitán

Norte; su abuelo Juan Francisco de Barbe-

Cerna, en Soto la Marina. El plan incluía

rena, lugarteniente de José de Escandón,5

el desembarco de tropas británicas cerca

fue, entre otras muchas cosas, capitán de

3

Para un compendio de opiniones y actitudes entre las élites novohispanas, véase Ladd, 1984, pp. 127 – 153. Sobre las familias Fernández Barragán y Ortiz de Zárate, véase Rangel, 2006, pp. 162-234. Sobre los hermanos Quintero, González, 1998, p. 16. 3 AGI, Estado, 28, n. 85, “Marquina sobre conspiración en Nueva España”. 11 de junio de 1800, bloque 1, carta n. 15, f. 1, 1v. 4 AGI, Estado, 28, n. 85, “Marquina sobre conspiración en Nueva España”. 11 de junio de 1800, bloque 2, copia de instrucción, f. 1, 1v. 5 Cayetano Quintero y sus hermanos Juan y José Antonio eran nietos de Juan Francisco de Barberena, el lugarteniente de José de Escandón; todos eran comerciantes y hacendados de Altamira, González, 1998, p. 16. 1 2

52

la villa de Santa Bárbara, lugar donde José

Así que la combinación del contraban-

Florencio estableció una compañía volante

do, la hegemonía de los Barragán y las éli-

en 1786. Así que Barragán y Quintero te-

tes locales aliadas a ellos, más la constante

nían mucho en común.

preocupación por una costa ideal para un

6

El área del supuesto levantamiento se

ataque extranjero, formaban un cuadro de

caracterizaba por el constante flujo de mer-

peligro y posible insurrección que preocupó

cancías de contrabando: “en todo tiempo

más al virrey que la denuncia de Benítez

han servido las costas de Tampico de abri-

Gálvez. La información terminó siendo un

go y protección a los mismos ingleses para

fiasco, el denunciante se llamaba en reali-

el contrabando que jamás ha podido cortar-

dad Francisco Antonio Fernández Cordero,

se de raíz”, aseguraba el virrey Marquina.

7

teniente de fragata retirado, envuelto en

Los grandes comerciantes participaban de

varios líos con la justicia; además se había

una red que desde Altamira se conectaba

hecho pasar por primo del conde Antonio

con Louisiana y Jamaica. De Altamira “sa-

Pérez Gálvez, coronel de dragones en Gua-

lían plata, pieles, maderas, azúcar, café,

najuato,10 y había intentado casarse con la

tabaco y otros productos de las Huastecas

viuda de Felipe Barragán. En pocas pala-

y entraba harina, plomo, alquitrán y otras

bras, era el consabido inmigrado en bús-

mercancías”. Además, en la estrategia

queda de hacer fortuna en Nueva España,

militar española, aquella era una zona de

sólo que por medios ilícitos o engañosos.

preocupación por posibles desembarcos

Quedaron cabos sueltos en la delación que

ingleses, una de las razones para crear el

sugieren que tal vez no carecía de sustento

Cuerpo de Caballería de Frontera del Nue-

en algunos aspectos, como la participación

vo Santander en 1793-94.

de los enriquecidos comerciantes del orien-

8

9

6

Rangel, 2006, pp. 255, 256.

7

AGI, Estado, 28, n. 85, “Marquina sobre conspiración en Nueva España”. 11 de junio de 1800, bloque 1, carta n.

15, f. 1v. Ducey, 2005, p. 18. En AGN, Judicial, vol. 63, fs. 88-97v, se describe un cargamento. Véase también AGI, Estado, 28, n. 91. El contrabando interno era de piloncillo y aguardiente de caña, AGN, Alcabalas, vol. 33, exp. 14, “Autos seguidos contra don José de la Rosa y Cerrada administrador de reales alcabalas de esa provincia de villa de Valles”, año de 1786, fs. 350-399v. AGN, Alcabalas, vol. 314, exp. 1, “Alcabalas de aguardiente de Caña. Valle del Maíz”, años 1798-1811, fs. 59-132, 158-250. 8 Corbett, 1989, p. 9. 9 Rangel, 2006, pp. 260-264. 10 Personaje polémico en sí mismo, Pérez Gálvez era rechazado por otros miembros de la élite de Guanajuato, Brading, 1995, pp. 392-394, 409-410.

53

te de San Luis en el contrabando inglés, o

proclives a la insurgencia y probablemente

los contactos de Florencio Barragán con los

pensó en encabezar un movimiento separa-

ingleses de Jamaica.

tista.13 José Florencio representó el primer

11

Como hacendado, José Florencio con-

liderazgo político regional (cacicazgo) en XIX,

justo antes de comenzar la in-

trolaba una abundante clientela de traba-

el siglo

jadores suyos y de milicianos, además de

surrección, pero su repentina muerte evitó

ser el líder de la red familiar Barragán Ortiz

cualquier consecuencia en este sentido.

de Zárate y uno de los hombres más ricos

Sin José Florencio Barragán, las élites

de la región. Era un intermediario entre sus

tenían mucho que perder de involucrarse en

clientelas y redes y el gobierno virreinal,

un movimiento insurgente. No había coinci-

pero finalmente se involucró en los asun-

dencia entre sus intereses y los de los su-

tos políticos de forma directa al aceptar la

balternos, sin contar a los sectores medios.

representación de la provincia de San Luis

Cuando la insurrección tomó un cariz popu-

como diputado a Cortes. Tuvo la capacidad

lar indígena, las élites en general optaron

de aglutinar a segmentos insurrectos, de

por el bando realista, en el que reconocie-

hecho, en los primeros meses de la guerra

ron a su antiguo jefe, Félix Calleja.

aparecieron panfletos en las puertas de la casa de su padre llamando a la rebelión.

LA INSURGENCIA

Mientras tanto, los rebeldes de Sierra Gorda esperaron que los apoyara al mando de

La insurrección comenzó, en el oriente,

un contingente armado.12 Años después,

poco después del levantamiento del mes

en 1817, los ingleses que llegaron en la

de septiembre de 1810 en la intendencia de

expedición de Francisco Xavier Mina bus-

Guanajuato. Grandes contingentes huma-

caron a José Florencio en Valle del Maíz.

nos se desplazaron durante los meses si-

Así que tuvo estrecho contacto con grupos

guientes por el Bajío amenazando la ciudad

AGN, Judicial, vol. 62, exp. 1, “Testimonio del 2º incidente de la causa seguida a don Francisco Antonio Vázquez Fernández, alias Benítez y Gálvez”, fs. 463-469, 488-491. En AGN, Judicial, vol. 63, exp. 1, se detalla el desenlace del proceso seguido. 12 La referencia a los rebeldes en la Sierra Gorda y su espera de Barragán, en Cruz, 2003, pp. 255-258. 13 Mari-Jose Amerlinck refiere la interesante anécdota de una anciana en la hacienda de San Diego, quien de niña oyó decir que en la hacienda habían esperado al rey, pero que éste fue “encantado” (enchanted) en México y nunca llegó. Amerlinck, 1980, p. 319, nota 25. 11

54

de México y la existencia del virreinato. Félix

pueblo cuando empezaron las acciones.17

Calleja, comandante de la Décima Brigada

Miguel Francisco Barragán, nieto de Anto-

en San Luis Potosí, organizó rápidamente

nio Miguel, fue nombrado teniente del recién

un ejército con los Regimientos Provincia-

formado Cuerpo de Lanceros de San Luis;18

les de Dragones, el de San Luis y el de San

llegó a ser teniente coronel y un destacado

Carlos, y algunas compañías de la Caballe-

político en las primeras décadas de la inde-

ría de Frontera, unidades que él había or-

pendencia: entre otras cosas, gobernador

ganizado. Del oriente de San Luis salieron

de Veracruz y, brevemente, presidente de

unos 200 hombres a reunirse con Calleja;

la República.19 Otro personaje que apareció

de Valle del Maíz llegó la Cuarta Compañía

en la escena militar fue Esteban Moctezu-

del Cuerpo de Caballería de Frontera, con

ma, originario de Alaquines.20 Su salida dejó

Roberto Antonio Ortiz de Zárate como capi-

al oriente sin defensa importante. Al unirse

tán.15 Sus oficiales eran el teniente Manuel

a la campaña de Calleja, las élites perdieron

Fernando Ortiz de Zárate, su hermano, y

parte sustancial de su capital político, pues

el alférez Gabriel José Barragán, hijo de

las milicias que controlaban fueron desarti-

Antonio Miguel Barragán. Los acompañaron

culadas. Su influencia en los acontecimien-

Secundino y José Luis, también hijos del

tos locales se redujo al ámbito económico.

14

16

mencionado. Este José Luis era capitán del

Algunos autores han señalado que

ejército realista, pero estaba de visita en su

la insurgencia careció de importancia en

14 Calleja fue apoyado por el intendente Manuel Acevedo con fondos de las cajas reales; también contribuyeron a su esfuerzo comerciantes potosinos, hacendados como el conde de Jaral, algunos ricos mineros de Zacatecas y Roberto Antonio Ortiz de Zárate; Montejano, 1989, pp. 153-156; Rodríguez, 1976, pp. 4, 5. AGN, Operaciones de guerra, vol. 91, exp. 42, f. 64, año 1810. 15 Véase Noyola, 1993, p. 94, nota 1. 16 Gabriel llegó a ser subdelegado del partido de Valles, véase Archivo Histórico de San Luis Potosí (AHSLP), Intendencia, 1816.1, exp. 5, febrero-julio de 1816, y Secretaría General de Gobierno, legajo 1825.4, exp. 2. Fue uno de los individuos más influyentes en la política regional al iniciarse la independencia. 17 Montejano, 1989, pp. 156, 157. 18 Montejano, 1989, p. 158, supone que era la Compañía de Caballería de Fieles del Potosí. 19 Márquez-Sánchez, 1984, p. 7. 20 Esteban Moctezuma fue un personaje clave en las primeras décadas de la vida independiente en San Luis Potosí. Otro seguidor de Calleja fue el capitán Agustín Violet Ugarte, antiguo subdelegado de villa de Valles. Sus propiedades en Valles y Aquismón fueron saqueadas en 1811 por los insurgentes: AGN, Historia, vol. 104, exp. 44, fs. 194-202. En el Valle había quedado de guardia únicamente José Macario Guerrero Moctezuma, sargento de la 4a. compañía miliciana.

55

la Huasteca potosina; si sólo se consulta

funcionario tomaron Chapulhuacán, a sólo

el Archivo Histórico de San Luis Potosí la

cinco leguas de Huejutla. Así, prácticamen-

impresión es que no hubo acontecimientos

te todo el oriente de San Luis quedó inmer-

destacados en la guerra, pero los registros

so en la insurrección.24 Sin la presencia de

documentales en los fondos de operaciones

las autoridades locales, la defensa de las

de guerra e infidencias del AGN muestran lo

haciendas y de los pueblos quedó a cargo

contrario. En noviembre de 1810 se desató

de los voluntarios locales, en su mayoría

la insurgencia y pronto alcanzó proporciones

pequeños propietarios, aparceros, mayor-

violentas. Un grupo de insurrectos, encabe-

domos y capataces en las haciendas.

zado por el indio Juan Telles, tomó como

Los vecinos más prominentes lograron

centro de operaciones el pueblo de Aquis-

organizar milicias para apoyar a Huejutla, la

món y atacó villa de Valles sin encontrar

más amenazada de las cabeceras en febre-

funcionario alguno, ni siquiera al custodio

ro de 1811. Allí, el subdelegado y los vecinos

franciscano; todo se limitó a unos cuantos

organizaron un grupo de 200 milicianos en-

saqueos, en especial contra propiedades

cabezados, entre otros, por Antonio Cortés,

Enseguida enfrentaron al

junto con 70 voluntarios llegados de Tanto-

comisario del Santo Oficio, fray Pedro de

yuca bajo el mando del capitán Llorente,25

Villaverde, quien logró apaciguarlos mo-

otros 100 de Tuxpan y 50 de Chicontepec.

mentáneamente, pero él debió huir hacia

Incursionaron en el sur de Valles y logra-

Pánuco en enero de 1811.22 Otros insurrec-

ron desalentar el ataque insurgente pero,

tos tomaron Xilitla y desde allí atacaron Axt-

ante la débil respuesta de las poblaciones,

la, donde apresaron al subdelegado, en ese

debió retirarse de nuevo hacia el sur. Los

mismo enero. Después de dar muerte al

jefes realistas decidieron esperar la llegada

de españoles.

21

23

Historia, vol. 104, exp. 35, “Carta de fray Pedro Villaverde”, fs. 151-153v. Villaverde aseguró haber logrado apaciguar momentáneamente los ánimos de los insurrectos de Aquismón, induciéndolos a aceptar un indulto provisional: AGN, Historia, vol. 104, exp. 35, fs. 151-153. 23 AGN, Diezmos, vol. 12, exp. 1, “Carta de José González, encargado de justicia del partido de Valles, a don Manuel Güemes”, f. 8-8v. 24 Esta situación contrasta con la opinión general sobre la guerra de independencia en San Luis Potosí. Rodríguez, 1976, p. 55, y Noyola, 2002, pp. 51-58, aseguran que la insurgencia tuvo poca trascendencia en la provincia. 25 AGN, Diezmos, vol. 12, exp. 1, “Carta de Antonio Cortés a Juan Lubián, encargado provisional del diezmatorio de Huejutla”, f. 12-13. Aunque de ascendencia indígena, Cortés era propietario de haciendas en la jurisdicción de Huejutla, Escobar, 1998, p. 105. 21

AGN,

22

56

de las tropas regulares que se enviaron de

militar era el coronel José Joaquín de Arre-

Veracruz al inicio de 1811.

dondo, gobernador de Nuevo Santander y la

26

La reunión de milicianos en Huejutla,

Huasteca; incluía en sus operaciones a Rio-

permitió la coincidencia de opiniones y

verde, Santiago de los Valles y Huejutla.29

actitudes entre las élites y los funciona-

La tarea era reducir la rebelión concentrada

rios locales, por lo menos frente al peligro

en “Tampamolón, San Antonio, Coxcatlán,

insurgente. Era una unidad precaria y con-

Aquismón, Huehuetlán, Axtla, Xilitla, Ta-

tingente, pero el momento político sugirió a

mazunchale, Matlapa, y todos los pueblos

algunos la idea de una unión política. Una

haciendas y ranchos de la Sierra Gorda

consecuencia de la unión fue perfilar los

adictos al partido de la insurrección”.30

liderazgos locales y regionales tanto en el

El Regimiento de infantería instaló su

oriente de San Luis como en la Huasteca.

cuartel general en Huehuetlán. Fray Pedro

Sobra decir que tanto Antonio Cortés como

Villaverde se unió en Pánuco a las fuerzas

Llorente se convirtieron en caciques en sus

del Regimiento fijo de Veracruz que coman-

propios espacios regionales.

daba Guitian. Las azarosas circunstancias

27

En marzo de 1811, el Regimiento de

que experimentó lo llevaron a decidir de-

Infantería Fijo de Veracruz, encabezado por

dicar su vida a la derrota de los insurrec-

el capitán Alejandro Álvarez de Guitian, lle-

tos: “dice no se apartará un punto hasta

gó a Tancanhuitz desde Pánuco. En la reu-

conseguir la total derrota de las partidas

nión de las tropas de línea y los milicianos,

de insurgentes de aquellos pueblos suble-

Álvarez de Guitian tomó el mando.28 El jefe

vados”.31 Mientras tanto, el control español

Véase AGN, Historia, vol. 104, exp. 32, fs. 96-97. Uno de ellos fue José González de Orihuela, quien insinuó la unión de las jurisdicciones afectadas para combatir el peligro rebelde, AGN, Diezmos, vol. 12, exp. 1, “Carta de José González de Orihuela a Manuel Güemes y Sierra, administrador de diezmos de Valles, Yahualica y Huejutla”, fs. 8-9. febrero de 1811. 28 De Huejutla acompañaron a Guitian unos 400 milicianos realistas encabezados por Joaquín Valenzuela: AGN, Historia, vol. 104, exp. 32, f. 96. 29 AGN, Historia, vol. 105, exp. 80, fs. 292-298; Operaciones de Guerra, vol. 4, f. 1, 1v. Arredondo, coronel del regimiento de infantería, desembarcó en Nuevo Santander, donde desarticuló el movimiento insurgente, por lo que se le nombró gobernador en abril de 1811. Fue virrey en Buenos Aires antes de llegar a Nueva España, González, 1998, pp. 85-87. 30 AGN, Operaciones de guerra, vol. 65, exp. 63, f. 278, 278v, “Oficio de Alejandro Álvarez de Guitian”, Huejutla, noviembre de 1811. 31 AGN, Historia, vol. 104, exp. 28, fs. 120v-121, “Oficio del subdelegado de Pánuco”, marzo de 1811. 26 27

57

se limitaba a los territorios donde las tropas

Caballos en Ciénega de Cárdenas, donde

ponían su pie y, en cuanto partían, volvían

vaqueros y peones se habían unido al indio

los insurgentes. El de 1811 fue un año de

Rafael. En la batalla siguiente, los realistas

numerosos combates. En Rioverde y la Pa-

los derrotaron completamente: destruyeron

mería los insurgentes eran en su mayoría

sus cantones, murieron decenas de insur-

pames de las misiones y gente que vivía y

gentes y más de 100 fueron apresados.34

trabajaba en las haciendas.

Las victorias permitieron al coronel Arre-

Entre julio y agosto de 1811, Arredondo

dondo controlar la zona intermedia entre los

llegó a Valle del Maíz; sus tropas incursio-

insurgentes de la Huasteca y los del altipla-

naron desde allí hasta Rioverde y ocuparon

no, y entre los de la Sierra Gorda queretana

misiones y haciendas, sobre todo la de

y los que operaban en el Nuevo Santander;

Amoladeras. Los capitanes realistas Caye-

ahora podía evitar alzamientos de gran en-

tano Quintero y Daisemberger encabezaron

vergadura. Pese a todo, varias acciones

un exitoso ataque a los cantones sede de

más fueron necesarias para reducir ese

los líderes Desiderio Zárate y el indio Ra-

peligro, incluyendo la destrucción total de

fael, en Romeral y Amoladeras. En Rome-

todos sus cantones.35

32

ral destruyeron un cantón de cerca de 500

Entretanto, un bizarro ejército insurgen-

“habitaciones de estos indignos malhecho-

te tomó Tamazunchale en septiembre de

encontraron abandonada la misión

1811,36 en lo que pudo haber sido el mo-

de Alaquines, saqueadas las casas y des-

mento más difícil para los realistas. Poco

truidas la cárcel y las prisiones. Continuaron

después, ese mismo contingente capturó el

hacia el sur, hasta el sitio de Potrero de los

pueblo de Matlapa, con lo que amenazaban

res”;

33

32

AGN,

33

AGN, Historia, vol. 105, exp. 42, fs. 152-153v. Un cantón era un pueblo o caserío de los insurgentes, de carácter

Historia, vol. 105, exp. 42, fs. 148-163; también Montejano, 1989, pp. 181-184.

transitorio, fácilmente mudable, pero que permitía ciertas “comodidades” a sus habitantes. 34 AGN, Historia, vol. 105, exp. 52, fs. 294-296, “Parte de guerra del capitán Cayetano Quintero”, agosto de 1811. Algunos administradores de haciendas fueron sospechosos de favorecer la insurrección, véase AGN, Provincias internas, vol. 11, exp. 15, “Sobre nombramientos de administradores de las haciendas del Fondo Piadoso de Misiones de Californias”, año de 1813, fs. 337-341v. 35 Sobre las acciones en Romeral, Amoladeras y Ciénega de Cárdenas, AGN, Historia, vol. 105, exp. 42, fs. 148-163v. 36 Los militares hablaron de varios miles de indios, con 16 cabecillas de la “indiada”, dirigidos por Juan Antonio Sánchez: AGN, Operaciones de guerra, vol. 4, años 1812-1813, “Papeles del coronel Alejandro Álvarez de Guitian”, fs. 41-45.

58

otra vez la cabecera de Huejutla. Para en-

y la posición estratégica. Con ese resultado,

frentarlos se efectuó una operación conjun-

la iniciativa de la guerra comenzó a cambiar

ta a fines de noviembre de 1811, entre el

de bando.

Regimiento de Infantería Fijo de Veracruz, lo que quedaba del Cuerpo de Caballería de

SEGUNDA ETAPA DE LA GUERRA

Frontera de Nuevo Santander (comandados por el teniente Juan José Llanos), los mili-

Poco después de la batalla, los realistas se

cianos de la Costa del Norte (bajo el man-

retiraron hacía los pueblos del centro y el

do de Andrés de Jáuregui), los milicianos

sur: Huejutla, Huehuetlán, Tampamolón y

realistas de Huejutla (dirigidos por Antonio

Tancanhuitz, mientras los insurrectos domi-

Cortés), los realistas de Tampamolón (con

naban el campo. Entre tanto se nombró a

el comando de José Pablo Jonguitud) y los

fray Pedro Villaverde capitán de la milicia

de Huehuetlán (encabezados por fray Pedro

de fieles realistas de Huehuetlán, coman-

Villaverde).37 Esta es una lista de los futuros

dante de todas las compañías milicianas de

caciques en las diferentes Huastecas. Los

Santiago de los Valles y subordinado a Gui-

insurrectos sufrieron una doble y desastrosa

tian.38 El fraile contribuyó a organizar siete

derrota, en Matlapa el 24 de noviembre de

“compañías urbanas de fieles patriotas” o

1811, y en Tamazunchale al día siguiente.

de milicianos realistas en la subdelegación,

No sólo tuvieron cerca de 100 bajas en las

como se ve en el siguiente cuadro:

dos batallas, también perdieron armamento

Archivo de Guerra, vol. 410, exp. s/n. 37

AGN,

38

AGN,

Operaciones de guerra, vol. 20, exp. 2, f. 85a-85b, “Parte de guerra del capitán Andrés de Jáuregui”. Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 4, “Oficio del coronel José Joaquín de Arredondo, al virrey, sobre nombrar a fray Pedro Villaverde comandante de las compañías de patriotas de Valles”, diciembre de 1811, fs. 91-91v. La respuesta afirmativa del virrey está en el siguiente oficio, f. 94.

59

Cuadro 1. Compañías de milicianos realistas de Santiago de los Valles Compañía

Localidad

Capitán

Teniente

Alférez

Primera

HuehuetlánCoscatlán

Fray Pedro Alcántara Villaverde

José María Terán Pastor Morales

Segunda

Villa de Valles

Antonio Torres

Romualdo Flores Antonio Díaz

Tercera

Villa de Valles

José María Castellanos Bernabé Flores

Cuarta

Tancanhuitz

Manuel Álvarez de Guitian

José Velarde

Juan Fuente

Quinta

Tampamolón

José Pablo Jonguitud

Félix [A]Zuara

Luis Camargo

Sexta

San Antonio

José María Oyarbide

José Paz

José María Odriozola

Séptima

Hacienda El Limón Francisco Obesso

Anastasio Oyarbide

José María Butrón Felipe Obeso

Basado en AGN, Operaciones de guerra, vol. 4, f. 74, y fs. 185-186, año 1813.

Cada compañía tenía 70 plazas, “todos

rebeldes estaban en la misión de Santa

montados a su costa y del vecindario”, pero

María Acapulco, ubicada en el extremo sur

sólo la cuarta contaba con fusiles, costeados

de la pamería;41 70 milicianos de las com-

por Villaverde, para todos los milicianos.39

pañías de villa de los Valles derrotaron a

El fraile quedó directamente subordinado a

los insurrectos, aunque sin destruirlos.42

Alejandro Álvarez de Guitian.40

En noviembre, unos 100 insurgentes ata-

La indecisión momentánea de los rea-

caron la hacienda de La Isla, propiedad

listas permitió que de nuevo se produjera

de los hermanos Jonguitud; el resultado

una importante concentración de insur-

del combate fue favorable a los realistas,

gentes a fines de 1811 en Tamasinique y

que tomaron ocho prisioneros. El objetivo

Tanlacú, aunque los principales cantones

rebelde era llevarse el ganado y el maíz a

39 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, “Estado de las compañías de patriotas en Villa de Valles”, noviembre de 1813, f. 291. 40 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, “Oficio de José Joaquín de Arredondo al virrey”, diciembre de 1811, f. 91, 91v. 41 Los insurrectos eran dirigidos por Landaverde, quien incursionaba por Rioverde desde mediados de año: AGN, Operaciones de Guerra, vol. 21, exp. 16, “Oficio de José Joaquín de Arredondo al virrey”, julio de 1811, f. 120, 120v. 42 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 5, “Parte de guerra de Antonio Torres a Alejandro Álvarez de Guitian, reproducido a Arredondo, y remitido por éste al virrey”, diciembre de 1811, fs. 105-106. Las tropas realistas debieron incursionar hasta Piedra Gorda, en Cadereyta, sin dar con el grueso del contingente rebelde.

60

sus cantones en los alrededores de Tama-

cia, en abril de 1812 fue derrotado Felipe

zunchale.

Landaverde, jefe insurgente en Rioverde, la

43

En enero de de 1812, un numeroso con-

Pamería y la Sierra Gorda.46

tingente asaltó Rioverde. Las compañías de

A mediados de 1812 hubo un gran ata-

voluntarios encabezadas por Bengoa les

que que incluyó victorias insurgentes en

hicieron frente pero fueron derrotadas con

puntos tan distantes como Meztitlán, Pácula

estrépito el 16 febrero. El comandante que-

(incendiada por los insurgentes), Zimapán

dó mal herido, sus hombres dispersos y la

(capturada por unos días) y Rioverde (con

familia del capitán Miguel Ormaechea fue

unos cuantos saqueos). El éxito se debió en

vejada en la hacienda de Jabalí. Un desta-

parte a que Julián Villagrán y su hijo Chi-

camento realista de San Luis Potosí recupe-

to,47 por un lado, y Felipe Lobatón, por otro,

ró el control del pueblo el día 23. Entonces,

habían unificado a los insurrectos.48 La con-

el virrey Venegas ordenó a José Joaquín de

traofensiva realista pudo retomar Xilitla en

Arredondo trasladarse a la Huasteca para

mayo de ese año, mientras los insurrectos

operar en la zona y hasta Huachinango de

capturaron una vez más Tamazunchale.49

44

ser posible.45 Arredondo estableció su cuar-

Mientras tanto, en septiembre de 1812

tel en Valle del Maíz y coordinó sus tropas

los insurrectos tomaron otra vez Tamazun-

en operaciones en el oriente de San Luis,

chale y atacaron Aquismón, pero fueron de-

la Huasteca y la Sierra Gorda (en las sub-

rrotados por las tropas milicianas encabe-

delegaciones de Valles, Huejutla, Meztitlán,

zadas por Villaverde, Jonguitud y el teniente

Cadereyta y Rioverde). Como consecuen-

José María Terán.50 Esta fue otra operación

43 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 6, “Parte de guerra de José Pablo Jonguitud a Alejandro Álvarez de Guitian”, 14 de noviembre de 1811, f. 107, 107v. Ese fue un combate por suministros más que por posturas ideológicas encontradas. 44 Rodríguez, 1976, p. 23; Montejano, 1989, p. 186. 45 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 20, exp. 8, “Oficio del virrey, al comandante militar y gobernador de Nuevo Santander y la Huasteca, José Joaquín de Arredondo”, México, marzo de 1812, f. 135-135v. 46 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 22, exps. 3 y 4, fs. 11-28, abril de 1812. 47 Villagrán y su hijo habían sido arrieros y comerciantes en la zona entre Meztitlán y Huejutla. Una amplia red familiar y de clientes les permitió controlar el territorio entre Huichiapan, Querétaro, la Sierra Gorda y Meztitlán, Ortiz, 1997, pp. 181, 187. Julián Villagrán llegó a ser llamado por sus seguidores Julián I, emperador de la Huasteca, Escobar, 1998a, p. 115. 48 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., enero de 1813, fs. 164-169v. 49 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., junio-agosto de 1812, fs. 50-57. 50 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., septiembre de 1812, fs. 54-57.

61

de importancia, apenas menor a la que tuvo

de Valles como líder indiscutido de los mi-

lugar en noviembre de 1811, y la responsa-

licianos. Gracias al poder militar, Villaverde

bilidad total de la derrota de los insurrectos

estaba por encima de las élites locales y de

fue de los milicianos. Se restableció el con-

sus limitados intereses. Sobre su encum-

trol español sobre Rioverde, Valle del Maíz,

bramiento versa la siguiente sección.

la Pamería y la Huasteca potosina, esta vez

REDES FAMILIARES Y HEGEMONÍA

de modo más efectivo. En 1813 las batallas ya no fueron lo más relevante, sino el indulto que logró el cura

La guerra resultó muy costosa para los

de Tamazunchale, Octaviano Rojas, para el

Barragán y los Ortiz de Zárate: perdieron

líder indígena Francisco Peña, y con él la

a su líder y a las milicias que controlaban,

mayor parte de los indios alzados del sur de

además de padecer saqueos y sufragar los

la jurisdicción de Valles, donde casi todos

gastos de nuevas unidades; sobre todo, per-

los pueblos de la zona se habían levantado

dieron prestigio y autoridad entre las otras

contra los españoles. Más de 4,000 hom-

familias de élite de la región, mientras que

bres fueron indultados, con lo que la pacifi-

muchos trabajadores de sus haciendas se

cación comenzó a ser realidad. Esto permi-

unían a la rebelión y el comercio acostum-

tió a los realistas cambiar sus estrategias

brado entraba en crisis.54 La región estaba

militares. El coronel Arredondo dejó Valle

en manos de los insurgentes, las tropas

del Maíz y regresó a Nuevo Santander en

realistas y las nuevas milicias. Los miem-

diciembre de 1813 y poco después más al

bros más “enérgicos” de la familia estaban

norte, hacia Texas.52 Alejandro Álvarez de

en servicio en el centro de la Nueva España

Guitian y su tropa se cambiaron a Huejutla

y no ejercían ninguna influencia efectiva en

desde finales de 1812. El momento seña-

los asuntos del oriente. Como consecuen-

ló el inicio de la hegemonía de fray Pedro

cia, las redes de poder se fragmentaron y

de Alcántara Villaverde en la jurisdicción

se circunscribieron a cada localidad. Las

51

53

51

AGN,

52

AGN,

Operaciones de Guerra, vol. 4, s. exp., agosto de 1813, fs. 179-181v. Operaciones de Guerra, vol. 4, f. 1v. 53 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 65, f. 278. 54 Noyola supone que la guerra activó el comercio en Valle del Maíz, Rioverde y Villa de Valles, al encontrar comerciantes ricos hacia el final de la guerra: Noyola, 2002, pp. 44-51. Pero la actividad comercial y la bonanza venían de la segunda mitad del siglo XVIII, no de la guerra misma.

62

familias con poder económico tenían sus

Entre los subordinados de Villaverde,

intereses divididos y reducidos a lo inme-

como capitanes milicianos, estuvieron José

diato y con manifiesta indisposición a ceder

María Oyarbide, Francisco de Obesso,

ante sus pares. No había consensos entre

José Manuel Castellanos y Manuel Álvarez

los actores políticos y económicos, mientras

Guitian. Los tenientes Romualdo Altami-

la coerción y el ejercicio de la violencia no

rano y José María Terán, y los sargentos

bastaban para restaurar el orden.

Anastasio Oyarbide, Máximo y Gerónimo

La guerra favoreció la concentración

Martell y José María Larraga.57 José María

de poder en los liderazgos militares. Un

y Anastasio Oyarbide eran hijos de José

ejemplo fue el mencionado José González

Oyarbide y sobrinos de Francisco Oyarbide,

de Orihuela, de Tancanhuitz, teniente de

quienes fueron capitán y teniente, respecti-

justicia de la subdelegación de Valles hasta

vamente, de la 3a. Compañía del Cuerpo

1811, subdelegado interino, capitán de mi-

de Caballería de Frontera de Nuevo San-

licias realistas y elector de partido en 1813,

tander, con sede en Tampamolón y Cos-

que a fines de la década era comandante

catlán.58 Romualdo Altamirano era hijo de

militar de la jurisdicción.55 Sin lugar a dudas,

Onofre Altamirano, alférez de la 1a. Com-

el más destacado líder militar fue el francis-

pañía del Cuerpo de Caballería de Frontera

cano fray Pedro Alcántara Villaverde, veci-

de Nuevo Santander, con sede en Valles.

no de Huehuetlán. Gracias a sus amistades

Onofre era un personaje importante en la

con los militares españoles, a su enérgica

villa y en 1821 fue alcalde del ayuntamiento

organización y su control de las milicias,

constitucional.59 Varios de ellos habían es-

que incluyeron en sus mandos a integran-

tado subordinados militar y políticamente a

tes de las élites locales, Villaverde ostentó

José Florencio Barragán entre 1798 y 1810.

la supremacía militar y política.

Otros estuvieron entre los electores de pa-

56

AGN, Historia, vol. 104, exp. 21, f. 96; exp. 42, f. 186. Como elector de partido fue impugnado por el capitán Manuel Fernando Ortiz de Zárate, de Valle del Maíz, vol. 445, exp. 14, fs. 479-482. Véase también AGN, Operaciones de Guerra, vol. 65, exp. 63, f. 278, y vol. 67, exp. 34. 56 AGN, Historia, vol. 104, exp. 28, f. 120. Durante toda la guerra fue comandante de las compañías de realistas de la jurisdicción. Véase también Operaciones de Guerra, vol. 65, exp. 63, f. 278. 57 Altamirano, Torres y Castellanos eran de Villa de Valles, los Oyarbide eran de San Antonio, Guitian era hermano de Alejandro Álvarez de Guitian, los Martell tenían parientes en varias localidades de la Huasteca y Terán era de Huehuetlán: AGN, Operaciones de Guerra, vol. 4, fs. 74, 292. 58 AERED, AGS, Secretaría de Guerra, “Milicias de Sierra Gorda. Empleos y retiros”, bloque 5, fs. 4, 5. 55

63

rroquia en 1821 en Villa de Valles, para el

miembros de las élites pudo intervenir en

nombramiento de elector de partido: José

sus tratos comerciales, con lo que controló

Manuel Castellanos por Valles y José María

la red económica regional, como antes lo

Terán por Huehuetlán.60 Por su parte, José

habían hecho los Barragán.

María Oyarbide fue alcalde de Tanlajás en

Villaverde y Guitian se condujeron de

1822.61 Son buenos ejemplos del ascenso

manera arbitraria.63 Aplicaban la regla clá-

de los integrantes de las compañías realis-

sica de los caciques: “ayuda a tus amigos y

tas al poder político.

daña a tus enemigos”. El franciscano tomó

Todos ellos reconocieron como jefe a

revancha de los sublevados por haberle

Pedro de Alcántara Villaverde, que no formó

hecho pasar un muy mal rato en 1811. Se

parte de las élites familiares y no tenía pa-

desquitó en especial de los indultados de

rentesco con ellas. Su liderazgo se basaba

Tamazunchale. Francisco Peña lo acusó

en los hechos de armas y en su amistad con

ante el virrey Venegas de conductas sos-

Álvarez de Guitian, y su base de poder se

pechosas:

localizaba en el centro de Santiago de los

“los vecinos del pueblo de San Juan

Valles, no en Valle del Maíz. Si al comenzar

Tamazunchale dirigen a v. e. una instancia

la guerra Villaverde no era hacendado ni

quejándose de los procedimientos del pa-

comerciante, como comandante comerció

dre Villaverde. Dicen: que este individuo,

con todo tipo de géneros, incluyendo mo-

abusando del carácter de comandante de

neda falsa, y adquirió tierras despojando a

armas con que se halla autorizado, persi-

los indígenas.62 De hecho, al controlar a los

gue a todos aquellos naturales que tranqui-

59

AHSLP,

60

AHSLP, Intendencia, legajo 1821.2, exp. 7. Terán era un fiel subordinado de Villaverde, de modo que éste con-

Intendencia, legajo 1821.4, exps. 4 y 5.

trolaba totalmente la política local en el pueblo, dándole así una base mínima de acción frente a los poderosos señores de Valle del Maíz. 61 AHSLP, Intendencia, legajo 1822.5, exp. 3. 62 El despojo fue en detrimento de los indios del pueblo de Huichihuayán, véase Rangel, 2003, pp. 137-139. El comercio con monedas insurgentes puede verse en AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 36, “Sumaria reservada a fray Pedro de Alcántara Villaverde, comandante de armas de villa de Valles, por sospecha de estar en contacto con los insurgentes”, años 1813-1815, s. fs. 63 El fraile utilizó todo su poder político y militar en beneficio propio y para hostilizar a sus enemigos, insurgentes y realistas por igual, así como para una dura represión de los insurrectos indultados, véase AGN, Infidencias, vol. 157, exps. 36 y 37, años 1813-1815, s. fs. Sobre la actuación de Guitian: AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 37, f.s.n., año 1814-1815.

64

lamente permanecen en sus casas, siem-

“cuando los habitantes de estos pueblos

pre obedientes al legítimo gobierno, hasta

esperaban ser protegidos por las armas del

el extremo de obligarlos a que se huyan a

Rey en premio de su buena conducta se

los montes. Que los aflige hasta lo sumo

ven ultrajados de un modo el más escanda-

con contribuciones diarias tanto en dinero

loso por el comandante Guitian y el padre

como en víveres; de manera que parecen

Villaverde, quienes parece se han coligado

súbditos recientemente conquistados. Y por

para destruir aquel país tolerando todo ge-

último que compra pesos insurgentes a dos

nero de desórdenes, de manera que por su

reales y los hace tomar a ocho, a cuyo efec-

causa se han visto muchos naturales en la

to a dispuesto por bando que solo circule

triste necesidad de abandonar sus hogares

esta moneda en la Huasteca, con cuyo mo-

y refugiarse a los montes, de cuyo pretexto

tivo todo vuelve a refundirse en el. Por tan-

se valen los expresados Guitian y Villaverde

to suplican a v. e. se digne tomar aquellas

para devastar el país. Que el padre Villaver-

providencias que sean más conducentes al

de fiado de su dinero ni respeta las leyes ni

remedio de estos males”.

teme a V. E.”.66

64

La autoridad militar virreinal procedió

Su actuación se daba en una cultura

a una investigación sumaria “a fin de inda-

política regional donde los capitanes de

gar si la conducta del padre fray Pedro de

milicias habían establecido un patrón de

Alcántara Villaverde ha dado motivo para

dominación por dos siglos, favorecido por

que se dudase de su fidelidad”, pero el frai-

una situación que semejaba la condición de

le salió indemne de esta acusación.65 Los

frontera de guerra en los siglos XVII y XVIII.67

vecinos de Tamazunchale insistieron al año

El nuevo líder se había encumbrado hasta la

siguiente en sus quejas contra el francisca-

cima del poder gracias a sus servicios en la

no, lamentando que el gobierno virreinal no

milicia, desde donde impuso una dura explo-

los protegiera de la humillación que experi-

tación económica de los pueblos indios a su

mentaban:

alrededor.68 El origen y corazón de su poder

64

AGN,

65

AGN,

Infidencias, vol. 157, exp. 36, f s.n., julio-septiembre de 1813. Infidencias, vol. 157, exp. 36, f.s.n., julio-septiembre de 1813. 66 AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 37, f.s.n., año 1814. 67 Véase Rangel, 2006, pp. 235-295. 68 A tanto llegaron los problemas que los indios de Tamazunchale pidieron permiso al virrey para abandonar el pueblo y asentarse fuera de la Huasteca: AGN, Infidencias, vol. 157, exp. 37, f.s.n., año 1815.

65

era el ejercicio de la violencia armada, más

derazgo recayó en otro capitán de milicias y

su carácter eclesiástico, lo que equivalía al

fiel subordinado del franciscano: José Pablo

servicio en la burocracia virreinal, si bien la

Jonguitud, cuya familia había adquirido pro-

importancia del comercio era secundaria

piedades en la zona de Tampamolón desde

para sustentar su hegemonía. Villaverde

mediados del siglo XVIII.71

fue el cacique en Santiago de los Valles: concentró en su persona el poder político

TERCERA ETAPA DE LA GUERRA, 1814-1820

y militar, aunque no el económico, que seguía en manos de los Barragán y los Ortiz

A partir de diciembre de 1814, Alejandro

de Zárate.

Álvarez de Guitian quedó bajo las órdenes

Villaverde y las familias de Valle del

de la jefatura realista de Tulancingo, enca-

Maíz debieron mantener relaciones y re-

bezada por el coronel Manuel de la Con-

conocer mutuamente sus posiciones. Co-

cha, comandante del distrito militar de Los

laboraron en asuntos como deshacerse de

Llanos de Ápam.72 La sección Huasteca a

sus enemigos comunes.69 La hegemonía

cargo de Guitian se circunscribió a los parti-

de fray Pedro Villaverde se extendió hasta

dos de Huejutla y Chicontepec. La sierra de

1823, indiscutido y temido en el centro y el

Meztitlán quedó bajo jurisdicción directa de

sur del partido, aunque lo resistieron los

Tulancingo. Las compañías de milicianos

indígenas. A su muerte, inesperada, su li-

realistas en Santiago de los Valles y en Rio-

70

Como el administrador de las haciendas del Fondo Piadoso de las Californias: AGN, Provincias internas, vol. 11, exp. 15, año 1813, f. 345, 345v. 70 En 1820 José María Ocejo pidió que unos ranchos fueran añadidos a la parroquia de Aquismón, en detrimento de villa de Valles. Cuando se consultó al fraile de Aquismón, Francisco Fábregas, éste no quiso dar su opinión, dijo que se le preguntara a Villaverde y al subdelegado, “quienes el primero por sus vastos conocimientos, y el segundo por su empleo, podrán informar con imparcialidad y discernimiento sobre la materia”. AGN, Bienes Nacionales, vol. 1182, exp. 11, “Visita pastoral al partido de villa de Valles del arzobispo de México, Dr. Don Pedro José de Fonte, 1820”, f. 4, 4v. 71 AHSLP, Intendencia, legajo 1820.10, exp. 3. Aparece en los registros militares realistas desde noviembre de 1812, AGN, Operaciones de guerra, vol. 4, f. 41, 41v. Los Jonguitud eran vecinos principales de Tampamolón, véase AHSLP, Intendencia, legajo 1771, cuentas de la Cofradía del Divinísimo señor sacramentado de esta iglesia parroquia de Tampamolón. El apellido Jonguitud aparece desde 1724 en la cofradía del Santísimo sacramento: AHSLP, Intendencia, legajo 1772, Libro de cuentas de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Tampamolón. 72 La jurisdicción de Los Llanos de Ápam cubría 13 partidos y 73 destacamentos. AGN, Operaciones de guerra, vol. 122, “Relación circunstanciada de los partidos en que tengo dividida esta”, Manuel de la Concha al virrey Apodaca, abril de 1818, fs. 105-113v. 69

66

verde quedaron, otra vez, bajo el mando

surgentes.76 Tras esas largas, costosas y

del jefe de la Décima Brigada, así como

cruentas campañas, también la Sierra Gor-

las compañías del Cuerpo de Caballería

da quedó pacificada en 1817. El centro de

de Frontera de Nuevo Santander. El oficial

gravedad de la insurrección se había tras-

superior fue el comandante de la provin-

ladado una vez más, ahora hacia Chicon-

cia de San Luis Potosí, Manuel de Torres

tepec, Pánuco y Tuxpan. Para entonces,

Valdivia. En el mismo año, Guitian pidió

las compañías milicianas de Valle del Maíz

que las milicias de Santiago de los Valles

eran comandadas por Pedro Antonio Ba-

continuaran auxiliándolo en sus operacio-

rragán; sus subalternos eran los capitanes

nes, lo que le fue concedido por Calleja.

José María Barragán, Manuel Fernando

Las compañías de Valles operaron en Chi-

Ortiz de Zárate e Ignacio Perea,77 quienes

contepec y en la Sierra Gorda el resto de

carecían de la fuerza e influencia política

la guerra.74

de sus antecesores. Así, cuando tuvieron

73

Hasta 1817 no hubo ninguna acción

un malentendido con Villaverde por unos

bélica importante en todo el territorio. Las

dineros extraviados, el franciscano ordenó

operaciones se concentraban en la Sierra

a Pedro Antonio Barragán arrestarlos por

Gorda. A fines de 1815, milicianos realis-

sus excusas y supuestas indisciplinas.78

tas de Valles fueron en campaña a dicha

Finalmente, el malentendido fue superado

sierra, en especial a Jalpan, contra una re-

pero marcó un distanciamiento entre la éli-

unión de más de mil insurgentes del Bajío

te de Valle y el franciscano de Huehuetlán.

y de la propia sierra.75 En 1816, Villaverde

Entonces llegó la expedición de Francisco

encabezó una nueva expedición a la juris-

Xavier Mina, quien ingresó por Soto la Ma-

dicción de Cadereyta, donde los realistas

rina, en el Nuevo Santander, y pasó por el

derrotaron a poderosos contingentes in-

norte de Valles en su camino hacia el cen-

AGN, Operaciones de Guerra, vol. 65, exp. 63, fs. 277-278v, y vol. 66, exp. 17, “Oficio al comandante militar de la Décima brigada”, f. 78. 74 La concesión en AGN, Operaciones de Guerra, vol. 66, exp. 17, fs. 77v, 78. AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, sin exp., fs. 23v-24v. “Oficio reservado de fray Pedro Villaverde al virrey, diciembre de 1815”. AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 229-230. Oficio de Villaverde, mayo de 1818. 75 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, sin exp., f. 28v. “Parte de guerra de Villaverde”, enero de 1816. 76 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 36-37, febrero de 1816. 77 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 56-61, año 1817. 78 AGN, Operaciones de Guerra, vol. 1018, fs. 88, 89, mayo 1817. 73

67

tro del virreinato.79 Ocupó Valle del Maíz

La relativa calma permitió la reorganización

algunos días en junio de 1817, causando

de las compañías milicianas en Valle del

fuertes pérdidas a los comerciantes locales

Maíz. En febrero de 1818, Pedro Villaver-

que habían huido y derrotó a un indeciso

de pasó revista de esas milicias llamadas

destacamento realista.80 Pasó como un ven-

ahora de “Fieles Realistas”: había una com-

daval y se fue sin otra consecuencia. Hasta

pañía de artillería, dos de infantería y tres

1820 ya no hubo actividad bélica en la zona.

de caballería.81

Cuadro 2. Oficiales de compañías de fieles realistas en Valle del Maíz, 1818 Tipo Artillería

Capitán

Teniente-subt. ____

Juan N. Fernández Barragán

Alférez

Sargento ____

Infantería

Pedro Antonio Barragán

Infantería

José Ignacio Perea

____

____

José Alberto Ortiz de Zárate

Caballería

José María Barragán

____

____

____

Caballería

Manuel Fernando Ortiz de Zárate

____

Caballería

Bernardino Hernández

____

Ambrosio Perea

Antonio Teodoro Ortiz de Zárate

____

Francisco Antonio Ortiz de Zárate ____

____

____ ____

Con base en AGN, Operaciones de guerra, vol. 1018, fs. 197-205.

Pero Villaverde ya no estaba en bue-

Roberto Antonio Ortiz de Zárate, entonces

nos términos con esas familias. Al mismo

teniente coronel, y su hermano, el capitán

tiempo que el fraile terminaba la revista y

Manuel Fernando, denunciaron la lejanía

reorganización de las milicias del pueblo,

de la comandancia de las milicias de Valles,

Mina era esperado desde fines de 1816: AGN, Operaciones de guerra, vol. 20, exp. 17, “Reservado del virrey al comandante militar de las Provincias Internas de Oriente, brigadier José Joaquín de Arredondo”, f. 177, 177v, noviembre de 1816. 80 Faustina Ortiz de Zárate sufrió pérdidas por 30,000 pesos, según sus hermanos: AGN, Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, f. 256, febrero de 1818. En los reportes oficiales se asentó que en Valle del Maíz las pérdidas de los particulares ascendieron a 62,637 pesos, Rodríguez, 1976, p. 81. Sobre Mina en la provincia de San Luis, Rodríguez, 1976, pp. 25-30. 81 AGN, Operaciones de guerra, vol. 1018, “Listas de piquetes de artillería y cuerpos de realistas fieles de Valle del Maíz”, 4 de enero de 1818, fs. 197-205. 79

68

a donde estaban subordinadas las de Valle

compañías que debían estar en Valle es-

del Maíz:

taban en la Huasteca cuando ya se tenían

“por fines particulares, o por escasa

noticias ciertas del desembarco de Mina.

reflexión en precaver los inconvenientes re-

Frustrados, los hermanos Ortiz de Zárate

sultantes, y que se han experimentado ex-

denunciaron el saqueo que sufrieron las po-

pidió orden el excelentísimo señor don Félix

sesiones de su hermana Faustina, la preci-

María Calleja para que las compañías que

pitada huida de los principales vecinos ante

habíamos criado reconociesen a la coman-

la falta de un resguardo seguro y la ausen-

dancia de la Huasteca segregándolas de la

cia de toda ayuda de las tropas milicianas

Brigada de San Luis Potosí que es el esta-

de Rioverde y de Valles:

do presente. Para informar a V. E. de los

“como el padre comandante no vino con

perjuicios que decimos se siguen y hemos

toda su fuerza para atacarlo, socorrernos, e

experimentado de esta separación, le hace-

impedir el saqueo que padecimos ¿luego de

mos presente. Lo primero, que del Valle del

qué nos ha servido la contribución de más

Maíz a Huehuetlán donde reside el padre

de ocho mil pesos con que concurrimos a el

comandante hay como 50 leguas todo de

año a aquella cabecera? Todavía hay más

serranías fragosas, caminos pantanosos,

excelentísimo señor, el padre comandante

con 2 o 3 ríos crecidos, un clima muy nocivo

pidió la mejor tropa y armas que teníamos

a la salud con otras epidemias, de manera

pocos días antes de la entrada de Mina, no,

que con la distancia no puede la Huasteca

no decimos ni queremos decir hubiera la

auxiliar a nuestro Valle, y este con el auxilio

menor malicia, pero si decimos que fue falta

que le ha dado, ha experimentado que por

de prevención, y que esta falta nos ofreció a

las asperezas dichas se desertan muchos,

el sacrificio del traidor Mina”.83

y al cabo no se consigue la ayuda con perfección”.

82

La petición de los Ortiz de Zárate era para que las compañías milicianas se que-

El problema principal, derivado de la

daran en Valle a resguardar el pueblo y el

lejanía y la falta de previsión, era que las

camino a la costa de Nuevo Santander, es

AGN, Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, “Representación al virrey Juan Ruiz de Apodaca del teniente coronel Roberto Antonio Ortiz de Zárate y su hermano el capitán Manuel Fernando Ortiz de Zárate, sobre jurisdicción militar de Valle del Maíz”, febrero de 1818, f. 255, 255v. 83 AGN, Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, f. 256, 256v. 82

69

decir, pedían regresar a la jurisdicción de la

rástegui casó con la única hija de José Flo-

Décima brigada y dejar a Villaverde. Tanto

rencio Barragán, heredando toda su fortuna

el comandante de Altamira como el coman-

y sus propiedades. Verástegui estableció su

dante de Los Llanos de Ápam, coronel Ma-

linaje y el cacicazgo de su familia.

nuel de la Concha, apoyaron la solicitud de

La guerra de independencia constituyó

los oficiales retirados del Cuerpo de Fron-

un parteaguas en el campo político regional,

tera. Villaverde quedó distanciado de las

en Rioverde fue un periodo de transición

familias importantes de Valle.

mientras surgía un liderazgo que ocupara

84

Aquel fue el último acto militar de los

la posición de José Florencio Barragán. En

Ortiz de Zárate; para 1820 la representación

Valle del Maíz representó la decadencia

legal de Faustina Ortiz de Zárate, dueña de

de las antiguas familias, las cuales debie-

la casa mortuoria de Felipe Barragán, pasó

ron ceder su lugar a recién llegados como

de su hermano Roberto Antonio a su yerno

Ruiz de Bustamante y Diez Gutiérrez. En la

Pedro Diez Gutiérrez.85 En el mismo año,

Huasteca fue un proceso catalizador de sus

Manuel Fernando, otro de los hermanos de

propios liderazgos y de una identidad re-

la viuda, se declaró capitán retirado. Can-

gional aparte de Rioverde y Valle del Maíz.

sancio y decepción eran los principales mo-

En todos los casos, los liderazgos militares

tivos de esta retirada de los asuntos militares

formaron cacicazgos que combinaron las

y económicos; su frágil predominio de Valle

tradiciones milicianas locales, la cultura po-

del Maíz terminó. En Rioverde, la transición

lítica de la región y las oportunidades de la

terminó cuando el capitán realista Paulo Ve-

época.

84

AGN,

85

AGN,

Operaciones de guerra, vol. 114, exp. 27, f. 253v. El comandante de Altamira era Juan Quintero. Tierras, vol. 1324, exp. 13, fs. 114v-120. Diez Gutiérrez era vecino y comerciante de México, aunque nativo de España.

70

ARCHIVOS

AERED

Archivos Españoles en la Red

AGN

Archivo General de la Nación, México

AGS

Archivo General de Simancas, España

AGI

Archivo General de Indias, España

AHSLP

Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí

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* El Colegio de San Luis.

72

Panópt ic o

LOS CARMELITAS: POLÍTICOS INMERSOS EN LAS DINÁMICAS NOVOHISPANAS Jessica Ramírez Méndez*

¿A dónde se descubre más espacioso camino para la santidad que entre los peñascos mudos?, ¿a dónde está más vistoso el campo de las virtudes?, ¿a dónde más sobre sí el entendimiento para descubrir verdades?, ¿a dónde más libre el corazón para fijar en Dios sus intenciones como en aquellas calladas espesuras y aquellas soledades, donde no sólo es fácil hallar a Dios sino también poseerle? Eucherio1

L

a orden de carmelitas descalzos llegó a

de la reforma teresiana, la llevaron a que-

la ciudad de México en 1585 para diri-

darse permanentemente en la ciudad de

girse desde ahí a Nuevo México y Filipinas,

México y desde ahí alentar nuevas funda-

donde llevaría a cabo una labor misional

ciones en sus alrededores encaminadas

y evangélica. Sin embargo, circunstan-

más al repliegue, la contemplación y no ya

cias como el retraso en los permisos para

a la evangelización.

continuar su trayecto, las disputas con las

Decidí acercarme a observar cuál fue el

órdenes que ya realizaban un trabajo reli-

papel que ejerció la orden en la Nueva Es-

gioso en el norte -franciscanos y jesuitas-,

paña, cuál su importancia al no estar inserta

la buena acogida de las autoridades en la

en un legado de evangelización; cómo los

capital novohispana y la redefinición de las

adoptó la sociedad en la que se desenvol-

actividades prioritarias de la orden surgida

vieron y de qué instrumentos y relaciones

Eucherio, en El Santo Desierto de los carmelitas de la provincia de San Alberto de México, revisión paleográfica, introd. y notas por Dionisio Victoria Moreno y Manuel Arredondo Herrera, México, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, 1978, p. 216. 1

74

se valieron para sobrevivir en un ámbito en

de centralización que comenzaba a dibu-

2

vías de consolidarse. No obstante, el cam-

jarse y que, entre otras manifestaciones,

po planteado era demasiado amplio, por lo

implicaba para las órdenes religiosas el re-

que opté por centrarme en la fundación del

pliegue hacia el interior de sus conventos

Desierto de los Leones,3 la cual nos permite

y el abandono del contacto directo con los

seguir de cerca ciertas tramas políticas e

indios.

ideológicas que se trazaron en el siglo XVII.

En este sentido, la fundación del yermo

El Santo Desierto que los carmelitas

y los conflictos enfrentados para llevarla a

descalzos erigieron en Cuajimalpa en 1611,

cabo son una muestra tipo de ese nuevo pa-

era el espacio en el que la espesa vegeta-

pel de los frailes en tierra novohispana, así

ción y el clima extremo eran escenario de la

como de la inserción de los carmelitas en

mortificación, en el que el hombre buscaba

una sociedad en vías de consolidarse.

la soledad para unir su alma con lo divino. Sin embargo, la penitencia no habría de ser

LA DEFINICIÓN DEL YERMO OCCIDENTAL Y SUS

sólo el cumplimiento de la regla en el lugar,

HABITANTES

sino la adquisición y retención del mismo durante casi dos siglos y medio.

Las vidas prototipo de quienes optaron por

Precisamente, ese proceso de adquisi-

una “vida fuera del mundo” las plasmaron

ción y retención del yermo permitirá ver la

hagiógrafos como San Atanasio o San Je-

aceptación de la que gozó esta fundación

rónimo.4 Entonces, con la representación

por parte de la sociedad. Así mismo, en un

de las vidas de San Antonio, San Pablo de

marco más general, dará cuenta de cómo

Tebas y San Hilarión se comenzó no sólo

los carmelos se insertaron en la tendencia

una producción literaria sino también hu-

2 La primera orden que se estableció en la Nueva España fueron los franciscanos, en 1524; a ellos siguieron los dominicos en 1526, los agustinos en 1533 y los jesuitas en 1572. Así, para cuando los carmelitas llegaron en 1585, las primeras bases de la evangelización regular estaban establecidas, así como la organización social y administrativa de la colonia. 3 Un enorme manto de bosques y de landas, sembrado de calveros cultivados, más o menos fértiles, es el rostro de la Cristiandad, similar a un negativo del Oriente musulmán, mundo de oasis en medio de las arenas. El desierto es el bosque. Lo más frecuente era que el desierto representara los valores opuestos a los de la ciudad. En el Occidente medieval, un mundo sin grandes extensiones áridas, el desierto -es decir, la soledad- será de una naturaleza físicamente antagónica: el bosque. 4 Jacques Le Goff, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval, Barcelona, Gedisa, 1986, p. 30.

75

mana de ermitaños,5 la cual explotó reite-

equipaje de lo que hoy concebimos como

radamente características como habitar en

legado medieval (cristianismo entrelazado

cuevas estrechas, el ayuno, la pobreza en

con la tradición pagana) y con las historias

el vestido, la perseverancia en la oración,

maravillosas y las terroríficas. Con esas

la meditación y las prácticas ascéticas. Así,

maletas, la experiencia a su llegada y los

el lugar quedó definido con el carácter de

mitos que la sociedad creó a su alrededor

“[…] locus eremitarum, del yermo o desierto

se constituyó la cultura del desierto-bosque,

cristiano, lugar de peligros, morada de los

la cual albergó realidades materiales y sim-

malos espíritus, pero también sitio privile-

bólicas, lo terrenal y lo alegórico.

giado para el encuentro con Dios”.

6

Mientras en Oriente la soledad fue un

El eremitismo en Occidente apareció

desierto de arenas, en Occidente la cons-

muy tarde con respecto a Oriente.7 Alrede-

tituyeron los enormes mantos de bosques.

dor del siglo XII, la confrontación de los prin-

Sin embargo, ambos fueron para la socie-

cipios religiosos y la vida urbana hicieron

dad sitios de demonios, tentaciones y peli-

que el Occidente medieval experimentara

gros, a la par de refugio, edén y la represen-

un dualismo entre lo construido, cultivado,

tación del triunfo contra el mal.

habitado (ciudad, castillo, aldea) y lo propia-

Los primeros establecimientos -siempre

mente inculto (el bosque, el mar), equiva-

masculinos por los férreos controles socia-

lente al desierto oriental.

les para con las mujeres- tuvieron un amplio

8

Diversos individuos decidieron exiliarse

poder de convocatoria ante la admiración

del mundo y se trasladaron a la soledad, a

causada por sus habitantes debido a las

lo inculto. Sin embargo, partieron no sólo

características que se repetían en cada uno

con su persona, sino también con el pesado

de ellos. Parecía que brotaban en medio de

5 Ermitaño o eremita viene de eremo, desierto: el que viene del desierto. Eduardo Báez Macías, El Santo Desierto: jardín de contemplación de los carmelitas descalzos en la Nueva España, México, UNAM, 1981, p. 8. 6 Antonio Rubial, “Tebaidas en el paraíso. Los ermitaños de Nueva España”, en Historia Mexicana, vol. 44, núm. 3, enero-marzo 1995, p. 356. 7 Aunque el eremitismo estuvo inspirado en tres figuras bíblicas: Elías, San Juan Bautista y Cristo, estos casos de vida solitaria no tenían validez en sí mismos, ya que en todos los casos esa forma de vida era una mera preparación para una activa labor entre los hombres. Fue hasta el siglo IV de nuestra era cuando el modelo eremítico alcanzó un valor por sí mismo en la cultura occidental. Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 359. 8 Israel Álvarez Moctezuma, ponencia presentada en el círculo de conferencias del Taller de Estudios Humanísticos.

76

los bosques los “santos de la nada”, como

tos en los cuales se desencadenó la Re-

los llama De la Flor. Éstos hicieron del va-

forma protestante, pues la Iglesia católica

cío y de la nada interior el horizonte de sus

tomó como uno de sus estandartes el res-

prácticas.9 Eran seres con naturaleza cuasi

cate de algunas prácticas del cristianismo

salvaje, capaces de amansar a las bestias,

primitivo. Por tanto, la pobreza voluntaria, la

más cerca de la divinidad pero con mayor

aspereza y el maltrato del cuerpo, es decir,

peligro de caer en tentación.

la negación misma de lo ofrecido por la vida

Debido a la buena acogida de la gente,

como lujo, se convirtieron en algunos de los

a su cercanía con la cultura popular y por

valores que la institución sacudida se en-

ser una manifestación de la crítica a la ins-

cargó de enaltecer.

titución eclesiástica al estar desligados de

Paralelamente, la Contrarreforma exal-

ella,10 esta última se vio obligada a absor-

tó el uso de mediadores para guiar al fiel

ber a los ermitaños, quienes se enlistaron

en el camino de la fe y así evitar cualquier

en las filas de la Iglesia mediante su ins-

desviación. Basta asomarse a la obra de

tauración como servidores administrativos

Ignacio de Loyola,12 donde se afirma como

de las ermitas, sedes de los santuarios de

necesaria la ayuda de un director para llevar

peregrinación o al ingresar en la vida ceno-

a cabo los ejercicios espirituales. En este

bítica institucional, mientras que los que

contexto, el eremita se convirtió en uno de

rechazaron el ofrecimiento fueron acusados

esos mediadores con Dios, capaz de rogar

de herejes.

por el alma del pecador.

11

Como rubro de ese espíritu de abando-

De esta manera, en el siglo xv el asceta

no, las órdenes mendicantes surgidas en la

ya era un elemento constitutivo del imagina-

Baja Edad Media promovieron el ideal ere-

rio popular, se le veía como un emblema de

mítico; entre ellas destacaron los agustinos

piedad y como intercesor; era el peregrino

y los carmelitas. Esta tendencia pervivió y

ideal que evocaba los tiempos olvidados

se fortaleció durante los tiempos turbulen-

del cristianismo primitivo. Pero a la par de

9 Fernando de la Flor, Barroco. Representación e ideología en el mundo hispánico (1580-1680), Madrid, Cátedra, 2002, p. 65. 10 Michelle Mollar, La cultura popular en la Baja Edad Media, Barcelona, Crítica, 1996, pp. 78-82. 11 Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 357. 12 San Ignacio de Loyola, Los ejercicios espirituales, Roma, Institutum historicum, 1955.

77

ello, los eremitas constituyeron un ejemplo

edificar una ermita era probablemente uno

de vida de fácil imitación superficialmente;

de los compromisos más importantes que

los seglares intentaron reproducir dichas

podía adquirir una localidad con un santo.

prácticas al ver en ellas una oportunidad

Era tal su popularidad que, en la península

para ser agentes activos de la Iglesia. Tal

ibérica, urbes de entre 500 y 1,000 vecinos

fue la aprehensión por parte de la sociedad

contaban con cinco o seis ermitas dedica-

de esos personajes que:

das a diferentes santos.14

“Muchos, de propia autoridad, sien-

Los sitios más alejados de sedes epis-

do seglares y sin orden alguna, y a veces

copales tenían mayores posibilidades de

siendo casados, con título o nombre de her-

recrear su propia tradición religiosa con las

manos, se visten diferentes hábitos de de-

características lugareñas. De esta manera

voción, que parecen religiosos. Y para acre-

se perciben claramente dos tipos de reli-

ditarse en la virtud que afectan, se encargan

giosidad en los que mediaron los católicos:

de una hermmita, y diziendo que la han de

“[…] el de la Iglesia universal, basado en

servir y vivir en ella, lo más del año gastan

los sacramentos, la liturgia y el calendario

fuera, pidiendo limosnas de lugar en lugar

romano, y otro local, basado en lugares,

para la tal hermita; con lo qual se desirve

imágenes y reliquias de carácter propio, en

nuestro Señor, las religiones aprovadas se

santos patronos de la localidad, en ceremo-

desautorizan y los pueblos son gravados de

nias peculiares y en un singular calendario

demandas”.13

compuesto a partir de la propia historia sa-

Las ermitas servían como sedes de las

grada del pueblo”.15 En este panorama don-

cofradías y a veces tenían vinculadas ca-

de se restaba autoridad e ingresos tanto a

pellanías con cierta dotación económica.

la institución eclesiástica como a la civil, la

Algunas de ellas se alzaron como ofrendas

Corona intentó comandar una reestructura-

votivas de la comunidad, otras fueron cons-

ción para absorber ésas que podían conver-

truidas por las cofradías y otras más por

tirse en verdaderas disidencias.

particulares. En este contexto, el voto de

Particularmente en Castilla, el cardenal

13 Fragmento de una cédula real citada en William Armistead Christian, La religiosidad local en la España de Felipe II, Madrid, NEREA, 1991, p. 206. 14 Ibid., p. 93. 15 Ibid., p. 17.

78

Justicia eclesiástico, vol. 132, fc. 131.

79

Cisneros fue de los primeros en promover

su creador en una imagen optimista, idea-

el movimiento reformador de observancia

lizada y armónica del mundo. Por lo tanto,

institucionalizada, el cual se extendió -con

las meditaciones en medio de lo inculto y

mayor auge en determinados momentos-

las criaturas salvajes permitían al eremita

hasta el Concilio de Trento; ejemplo de ello

entrar más fácilmente en un estado de con-

es la reforma teresiana. Dentro de estas

templación total, lo que lo conducía a unirse

transformaciones, era necesario hacer va-

con el Divino Esposo. Con esta concepción,

ler los espacios del anacoreta mediante su

Tomás de Jesús, ideólogo carmelitano,

regulación, por lo que los desiertos carme-

creo el espacio desértico, el cual fue admi-

litanos se consagraron como la representa-

tido como parte de las edificaciones de la

ción práctica del eremita ortodoxo. Sin em-

orden en 1592 por el general fray Nicolás

bargo, algunos concibieron estos sitios con

de Jesús María Doria, y a partir de entonces

visos heterodoxos de quietismo, panteísmo

comenzaron a desplegarse por los territo-

e iluminismo.18

rios peninsulares.19 Poco tiempo después,

16

17

Los carmelitas veían en la naturaleza a

todas las provincias descalzas de carmeli-

16 Fray Francisco Jiménez de Cisneros, franciscano, nació en Torrelaguna (Madrid) en 1436, y murió en Roa (Burgos) el 8 de noviembre de 1517. Entre muchas otras acciones políticas y contemplativas se dedicó a preparar un amplio programa de renovación para su Iglesia e, incluso, para toda la provincia toledana. Dirigió y promovió la reforma de los religiosos españoles, especialmente de su orden franciscana. Se preocupó en especial de la reorganización y fortalecimiento interno de las congregaciones de regular observancia, de la superación del conventualismo y de la dotación económica y adecuada dirección espiritual de los monasterios femeninos reformados. Pedro Sainz Rodríguez, La siembra mística del cardenal Cisneros y las reformas en la Iglesia, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1979. 17 Anacoreta se llamaba en Egipto al campesino que huía de su aldea para eludir el pago de un tributo. Así, tanto el eremita como el anacoreta son hombres que buscan el desierto con ánimo de vivir en soledad, como una escapatoria de un mundo que se les hace intolerable. Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 8. 18 A grandes rasgos, en el panteísmo el alma, que es lo mismo que Dios, simplemente se reintegra al absoluto y al hacerlo se aniquila a sí misma abismándose en el todo (o en la nada) del que se hallaba separada por un puro proceso emanatista. En el caso de los iluminados, los ejercicios piadosos son innecesarios pues se puede alcanzar a Dios con un mero acto de iluminación súbita que se recibe como gracia divina. Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación… En cuanto al quietismo, era una doctrina mística heterodoxa, según la cual la perfección del alma consistía en el anonadamiento de la voluntad para unirse con Dios en la contemplación pasiva y en la indiferencia absoluta. Hacia 1530, la Iglesia declaró heréticas ambas posiciones y por tanto sus afiliados fueron perseguidos por la Inquisición. Marcel Bataillon, Erasmo y España, México, FCE, 1950, pp. 432 y ss. 19 El primero fue el de Bolarque, fundado el 16 de agosto de 1592; al año siguiente se fundó el de Málaga, en 1597 el de Córdoba y en 1599 los de Alcalá de Henares, como el de Salamanca. CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. Las características arquitectónicas de los desiertos carmelitanos son plantas cuadradas con marcado eje de simetría en cuyo centro se sitúa la iglesia cruciforme. Rodeado todo el perímetro por celdas y oficinas conventuales, forman los tránsitos interiores tres pequeños patios, funcionando el central como atrio que permite el acceso

80

tas tuvieron un yermo y como consecuencia

mismos; ni jóvenes profesos ni enfermos

se les proveyó de una legislación específi-

serían admitidos para habitar en el yermo

ca, según establece el capítulo

y, por último, los seglares visitantes podrían

20

XIII

de las

Constituciones de la Orden.21

pasar sólo hasta la iglesia.22 Estas fueron

El mencionado capítulo, en sustancia,

las normas generales, las específicas se re-

dice que cada provincia debía contar con un

ferían a las actividades que debían realizar

desierto propio, cuyo fin sería “[…] que los

cada hora del día tanto los frailes que mora-

religiosos que moren en ellas sirvan a todos

ban al interior del convento como los que se

los fieles, y mucho más a toda la Iglesia,

encontraban en las ermitas individuales.

ocupados continuamente en oración, sú-

En síntesis, el desierto constituyó “[…]

plicas y vigilias, con la asidua mortificación

un espacio fundacional de soledad y de pér-

del cuerpo y con otras obras piadosas [...]”.

dida de los caminos del mundo y, por tanto,

La construcción estaría separada de las

ello supone la entera consagración del terri-

ciudades pero no lejos de algún convento

torio como “santo yermo, sagrado vacío o,

de la orden; el número límite de ermitaños

al menos, silvae sacrae. Espacio que limita

clérigos sería de 20 y, el de hermanos, los

drásticamente la anchura del mundo”,23 un

necesarios para atender a la comunidad; el

área cerrada y sacralizada en la cual el ere-

tiempo ordinario de la estancia sería de un

mita intentaba reconciliarse con el creador

año, pero podría haber cuatro padres lla-

y recuperar el paraíso perdido.24 El desierto,

mados perpetuos porque residirían toda su

entonces, no se constituía a partir de un sitio

vida en el desierto al haberlo pedido ellos

infinito, sino que se encontraba demarcado

al templo, otro más en el lado poniente da cabida a la hospedería; una faja de jardines delanteros, a manera de colchón, separa el cuadrángulo de la barda en la que se encuentra localizada la entrada principal. Nile Ordorika Bengoechea, El convento del Carmen de San Ángel, México, Facultad de Arquitectura, UNAM, 1998, p. 73. 20 Las primeras reglas se dieron en 1594. En 1604 se expidieron las leyes definitivas, las que se revisaron en 1658 y 1786, sufriendo leves modificaciones. A principios del siglo XVII se hicieron unas “instrucciones especiales” y en 1628 se aprobaron sus “Costumbres Santas”, las cuales estuvieron vigentes hasta que se llevó a cabo el Concilio Vaticano Segundo, que hizo algunos cambios para legislar los desiertos que aún perviven. 21 El Santo Desierto de los carmelitas…, p.16. 22 Regla primitiva y constituciones de los religiosos descalzos del orden de la Bienaventurada Virgen Maria del Monte Carmelo, de la Primitiva Observancia, de la Congregación de España, Madrid, Imprenta de la Viuda de Miguel de Ortega y Bonilla, 1756. 23 Fernando de la Flor, Barroco…, p. 288. 24 Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 139.

81

con elementos naturales como el mar, en

te, fray Martín de Valencia, permaneció como

el monte Carmelo, o artificiales como unas

anacoreta en una cueva cerca de Amecame-

trancas de madera, las cuales cumplían con

ca los últimos dos años de su vida.26

la función de no dejar pasar seglares y eran

Aunado a estas primeras demostra-

símbolo de separación entre la naturaleza

ciones de un espíritu “fuera del mundo”, a

edénica y la externa, la mundana.

mediados del siglo

XVI

doce franciscanos

inmersos aún en la Philosofía Christi y ante

LA HERENCIA EREMÍTICA APREHENDIDA POR LA

el desencanto de una perfección cristiana

NUEVA ESPAÑA

que se intentó sembrar en Indias,27 crearon la provincia Insulana,28 la cual pretendía la

Si bien el impulso eremítico se trasladó en

supervivencia del ideal eremítico francisca-

las naves que llegaron a la Nueva España

no medieval. Para llevar a cabo el proyecto,

en 1585, el primer indicio que tenemos de

eligieron por primer provincial a fray Alonso

ello arranca medio siglo antes. Bernal Díaz

de Escalona, quien “[…] quiso encaminar a

del Castillo mencionó en su obra a Gaspar

su pequeña grey hacia lo interior del desier-

Diez, quien “[…] todo lo dio por Dios y se fue

to buscando la soledad, […] en todas partes

a los pinares de Guaxalcingo, en parte muy

hallaban tantos inconvenientes y dificulta-

solitaria, e hizo una ermita y se puso en ella

des que de común consentimiento ovieron

como ermitaño, […]”.

de dar la vuelta, como la paloma a la arca

25

Más tarde, ese mismo ideal de repliegue interior se embarcó con la primera orden en-

de Noé, y sujetarse de nuevo a la provincia”.29

viada a la Nueva España. De hecho, dentro

La Insulana sólo duró un año, pues el

de los franciscanos su principal representan-

campo misional demandaba la presencia de

25 Bernal Díaz del Castillo, Historia de la conquista de la Nueva España, México, Porrúa, 1983 (Sepan cuantos…, 5), p. 569. 26 Fray Toribio de Benavente, Historia de los indios de la Nueva España, México, Porrúa, 1969 (Sepan cuantos, 129), p. 120. 27 La Philosofía Christi es una síntesis de la teología y de la espiritualidad, síntesis hecha de conocimiento y de amor, alimentada por la meditación, la oración y la renunciación, coronada por la unión con Dios. León-Ernest Halkin, Erasmo, México, FCE, 1971, p. 145. 28 Así nombraron al proyecto en honor del entonces general de la orden, fray Andrés Insulano. Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 361. 29 Fray Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, México, Salvador Chávez Hayhoe, 1945, p. 120.

82

Historia, vol. 109, exp. 6, f. 286

los frailes para guiar a los infieles hacia la

y más tarde a Santa Fe por la acusación en

“verdadera fe”.

su contra que llevaron ante la Inquisición

Todavía durante las últimas décadas

los frailes franciscanos de Atlixco.31 El “pro-

del siglo XVI y las primeras del XVII, algunos

toanacoreta” —como le llamaron— no tuvo

hombres decidieron replegarse en las soli-

un culto popular extendido, sin embargo

tarias montañas que rodeaban los valles de

se dio a conocer sobre todo en la ciudad

Puebla y Tlaxcala, así como en los lagos del

de México, donde se le llegó a considerar

Anáhuac y Michoacán, para practicar una ri-

una gloria local y, por tanto, los criollos lo

gurosa penitencia.

convirtieron en un estandarte que elevaron

30

No obstante, el hombre que se convirtió en el símbolo de eremitismo en la Nueva España fue Gregorio López, quien por el

como representante fiel de la ortodoxia católica.32 Así se percibe cómo a lo largo de los

año de 1562 se estableció a siete leguas de

siglos

Zacatecas, después pasó a Los Remedios

eremítica tanto individual como colectiva

XVI

y

XVII

se desarrolló una tradición

Rubial, “Tebaidas en el paraíso…”, p. 30. 31 Antonio Rubial, La santidad controvertida, México, FCE, 1999, p. 100. 32 Ibid., p. 106. 30

83

en tierra novohispana.33 Al parecer, la prác-

ción de ese proceso que si bien se venía

tica era tan extendida que en 1596 Felipe

gestando desde muy temprano el siglo

II mandó a los ermitaños insertarse en al-

sólo alcanzaría su momento de esplendor

guna de las familias regulares aprobadas y

a finales del siglo

sólo permitió llevar una vida solitaria a los

catedrales llegaron a colocarse como uno

que tuvieran la autorización episcopal. De

de los más importantes ejes rectores de la

hecho, el Tercer Concilio Provincial Mexica-

sociedad colonial.”34

XVII,

XVI,

cuando las Iglesias

no ya había asentado esas prescripciones

Ante estos controles de concentración

como una forma de centralizar el poder, dis-

de poder, varios ermitaños decidieron ins-

ciplinar la religiosidad y evitar la disidencia

titucionalizarse, pues las ventajas eran

que el Concilio de Trento intentaba erradi-

mayores: paradójicamente tenían menos

car mediante su regulación.

dependencia de los controles eclesiásticos,

“Sin duda el concilio de Trento y el ter-

además quedaban exentos de ser acusados

cero mexicano fueron un punto de inflexión

como herejes al dejar de ser contestatarios

en el proceso de centralización del poder

de la sociedad institucional y autoritaria que

episcopal en Indias, pues la tendencia se-

se estaba apropiando del contexto novohis-

ñalada por ellos traería consigo el fin de la

pano.35 Entre ellos encontramos a Diego de

Iglesia misionera a cargo de las órdenes

la Asunción, quien tomó el hábito carmeli-

religiosas que se habían impuesto desde

ta;36 Bartolomé de Torres, fray Juan de San

el principio de la evangelización. Sin em-

Joseph y fray Bartolomé de Jesús María,

bargo, constituyeron tan sólo una orienta-

quienes se afiliaron a la orden agustina.37

Para el siglo XVIII, la vida eremítica cayó en desuso hasta como recurso literario; ya no correspondía con las necesidades de la sociedad de la época imbuida en los nuevos preceptos de la Ilustración. Así podemos entender uno de los factores de la pérdida de apoyo que sufrió el Desierto de los Leones, conforme avanzó el siglo. 34 Leticia Pérez Puente, Tiempos de crisis y tiempos de consolidación. La catedral metropolitana 1653-1680, México, UNAM, CESU-El Colegio de Michoacán-Plaza y Valdés, 2005. 35 Juan Bautista de Cárdenas, por ejemplo, estuvo cuatro años en la cárcel inquisitorial acusado de “iluso y alumbrado con grave sospecha de ser hereje sacramentario”. Rubial, “Tebaidas…”, p. 376. 36 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido en el monte Carmelo Mexicano: mina rica de exemplos y virtudes en la historia de los Carmelitas Descalzos de la provincia de la Nueva España, descubierta cuando escrita por Fray Agustín de la Madre de Dios, religioso de la misma orden, revisión paleográfica, introd. y notas por Eduardo Báez Macías, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1986, p. 262. 37 Rubial, “Tebaidas…”, p. 371. De la orden de los agustinos, fueron considerados anacoretas fray Antonio de Roa, evangelizador de la Sierra Alta; fray Juan Bautista Moya, apóstol de Michoacán, y fray Pedro de Suárez de Escobar, quien pasaba largas temporadas en las cuevas de Chalma. Además de esos agustinos encontramos 33

84

Así, para cuando se estableció el primer

Alberto. Esa fundación cumpliría, por un

yermo oficial en la Nueva España, éste no

lado, con el apartado de las Constituciones

resultó un elemento ajeno para la población

que indicaban que cada provincia carmelita-

sino que, como expondré más adelante, los

na debía tener un yermo y, por el otro, con

seglares lo concibieron en principio como

el afán de instaurar un centro de vida ejem-

una nueva oportunidad de participar en el

plar como muestra de la nueva función que

culto al que tantos controles se le estaban

debían desempeñar las órdenes regulares.

imponiendo; sin embargo, los problemas

Victoria Moreno afirma que la idea de

surgieron cuando la participación de los lai-

construir un yermo en Nueva España no

cos fue limitada y dio cabida sólo a la élite

respondió a que los carmelitas se hubie-

peninsular y criolla.

ran olvidado del objetivo por el cual habían pasado a Indias —misionar—, sino que lo

¿PARA QUÉ UN YERMO NOVOHISPANO?

concibieron como un lugar de retiro para quienes fueran a embarcarse a China y

Estas son puertas del cielo, que se

a las Californias. Así, el terreno sería de

abren a los prudentes, y a necios (con

adiestramiento para la actividad que lleva-

santo celo) no se les darán patentes

rían a cabo en las tierras alejadas, además

por más que de ello hagan duelo.

de forjar espíritus más fervorosos.39

Inscripción en la cruz de la portería del

En contraparte con la postura de Vic-

Santo Desierto38

toria Moreno, fray Agustín escribió que la construcción del desierto se debió a que los

En 1600, en este ambiente de tradición ere-

superiores pugnaban por los principios de la

mítica, el procurador fray Pedro de la En-

orden, lo que significaba la práctica eremíti-

carnación viajó a la península ibérica para,

ca: “Veían que por ser mendicantes se de-

entre otras cosas, conseguir la licencia de

bían al trato de las almas y a vivir entre los

edificar un desierto en la provincia de San

hombres, [pero] no era posible conservarse

a Juan González, capellán y confesor de Zumárraga, quien se retiró los últimos 25 años de su vida a las ermitas de Santiago, de la Piedad y de Santa Isabel Tola. También el laico Juan Bautista de Jesús, quien vivió en el área de Puebla y Tlaxcala entre 1621-1660. Rubial, “Tebaidas…”, pp. 361-362. 38 Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos y la conquista espiritual de México, México, Porrúa, 1966, p. 215. 39 Ibid., p. 269.

85

mucho si se daban mucho a ese trato; pues

constantes conflictos con los obispos por la

el trato con hombres hace humanos como

administración de las doctrinas y la propia

con Dios, divinos”. Si se alejaban dema-

desesperanza de que la Nueva Jerusalén

siado de su quehacer interno no ganarían

había fracasado, fueron abandonando su

almas y perderían la propia. De modo que

apego hacia los indios y comenzaron a

fray Agustín de la Madre de Dios no lo veía

allegarse a los peninsulares pudientes me-

como un sitio de paso para la misión, sino

diante la erección de conventos en las villas

como un lugar de residencia para estar más

ricas. Por ello, con el tiempo, la orden con-

cerca de Dios y con menos contacto con el

solidó sus relaciones económicas, sociales

mundo, como de hecho lo fue.

y de servicios religiosos con la población

40

En un primer momento los carmelitas

que constituía la élite novohispana.41

pasaron a Indias con una propuesta misio-

Así, la erección del yermo se pretextó

nera, pero ésta se difuminó conforme inser-

a partir de la necesidad de un sitio de pre-

taron y consolidaron su posición en la socie-

paración para partir a la misión; sin embar-

dad novohispana, a la par de los cambios al

go, para los superiores de la orden y por la

interior de la orden: si en un principio preva-

propia tendencia que los carmelitas querían

leció la tendencia misional, a principios del

sembrar en América, la fundación significa-

siglo XVII lo hizo la claustral. Ya inmiscuidos

ba el comienzo de la promoción del nuevo

en la sociedad pudieron irse replegando y

desempeño de los frailes: el repliegue ha-

quedaron disponibles sólo para los grupos

cia el interior con el fin de estar más cerca

acomodados, a los cuales prestaban servi-

de Dios para ser escuchados por él y sal-

cios pues les conferían una distinguida po-

var el alma de los pecadores. El éxito fue

sición socioeconómica.

contundente, basta asomarse a las cifras

El virreinato no exigió cambios sólo a

de fundación de capellanías que obtuvo la

los carmelitas, también a las demás órde-

orden, en las cuales se cimentó su poder

nes. Los agustinos, por ejemplo, ante los

económico.42

Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 270. Antonio Rubial, El convento agustino y la sociedad novohispana, 1533-1630, México, UNAM, IIH, 1989, pp. 124-169. 42 Marcela Rocío García Hernández, Vida espiritual y sostenimiento material en los conventos de religiosos de la orden del Carmen Descalzo en la Nueva España. Las capellanías de misa, siglos XVII y XVIII, tesis de maestría, México, UNAM, 2002. 40 41

86

LA BÚSQUEDA DEL SITIO. BENEFACTOR Y

Sebastián, llegó a confesarse Melchor, un

OPOSITOR

joven a quien el religioso disuadió de tomar el hábito carmelitano. Aquél debía arreglar

Tal era el apremio de construir el desierto

algunas cosas al ser encomendero y mer-

que, mientras se conseguían los documen-

cader en Veracruz, pero prometió volver

tos necesarios para la edificación, el prior

para ingresar a la orden. Sin embargo, para

del convento de Puebla de los Ángeles,

cuando regresó el mancebo, el padre Juan

Juan de Jesús María, envió a fray Juan de

de Jesús María ya no se encontraba en

San Pedro y a fray Tomás de Aquino a que

México sino en Valladolid y poco después

buscaran un lugar idóneo para llevar a cabo

Melchor decidió casarse, por lo cual se

la edificación dentro de la Angelópolis. Eli-

frustró toda posibilidad de ser miembro de

gieron el lugar y días después el prior fue a

los carmelitas descalzos.45 Años después,

verlo para dar su aprobación.43 El territorio

el ya adulto Melchor de Cuéllar se mudó a

quedó demarcado en las faldas de la Sierra

Puebla de los Ángeles, se reencontró con el

Nevada -dentro de la provincia de Huejo-

padre Juan de Jesús María y por no tener

tzingo y cerca del pueblo de San Salvador-

familia le ofreció todas sus posesiones para

para fundar el yermo, sin embargo, “[…] na-

ayudarle en lo que fuera necesario: “Y que

die quería gastar su hacienda en edificar en

así vengo inspirado de su majestad, con

montes porque […] son muy pocos los que

particular impulso, a que vuestra reverencia

sin aplausos buscan la gloria de Dios”;44 no

me diga que he de hacer de mi hacienda

oobstante, poco tiempo después -según

porque me manda interiormente que no

afirmaron los carmelos- la Divina Providen-

salga en cosa alguna de lo que me orde-

cia envió al benefactor idóneo.

nare. […]”.46 En ese momento, el carmelita

En 1593, cuando el padre Juan de Je-

le pidió ser el benefactor del sitio donde la

sús María era maestro de profesos en San

orden quería edificar un desierto en la Nue-

rollo 46, carpeta 57, p. 4. 44 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 270. 45 Natural de la ciudad de Cádiz, hijo legítimo del Dr. Diego de Cuéllar y de doña Leonor de Cerruelo. Se casó con doña Mariana de Aguilar Niño, con cuyos padres, don Melchor de Aguilar y doña Leonor de Escobar Melgarejo, hizo escritura para recibir de dote 20,000 pesos de oro. En Veracruz obtuvo buenos ingresos en cuestiones de comercio; después pasó a Puebla, donde fue regidor, y en la ciudad de México compró el oficio de ensayador y fundidor de la Casa de Moneda. CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. 46 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 271. 43

CONDUMEX,

87

va España. Cuéllar respondió a esta súplica afirmativamente.

cumplimiento, lo cual trataré más adelante. Ese mismo año, en el cual consiguieron

En general, el patrono del yermo se

al mecenas del yermo, el prior Juan de Je-

comprometió a dar, para la obra y edificio,

sús María concluyó su gobierno y lo sucedió

16,000 pesos de oro común en cuatro años

fray José de Jesús María. A la par, llegó el

desde el día en que se comenzaran a juntar

segundo visitador de la provincia y tercer

los materiales. Cumplido ese tiempo, daría

provincial, fray Martín de la Madre de Dios,

cada año 2,500 pesos de oro común hasta

quien traía consigo las licencias del rey y

que se acabara el monasterio, y se obligó a

las de la orden para fundar el desierto:49

dar la misma cantidad para el sustento de

“[…] para que los religiosos a tiempo se

sus habitantes cada año. A cambio, además

retiren a ella para darse más a la oración

del rezo de su alma,47 quiso que el yermo

y que en las Indias es esto más necesario,

se llamara Virgen María del Monte Carmelo

por haber de tratar de la conversión de los

y que “[…] el dicho convento del Desierto

indios y particularmente los que hubieren de

se ha de hacer y se hará ocho o diez le-

ir a Filipinas, […] y por la presente doy li-

guas a lo más largo, distante de esta ciudad

cencia a la dicha Orden para fundar la dicha

de los Ángeles en el contorno de ella y no

casa de Desierto en la dicha provincia de

mas, que sean en este obispado o fuera de

Nueva España […] y con licencia del ordina-

el, como sea dentro de las dichas diez le-

rio no lo impida, que así es mi voluntad. Fe-

guas”.48 Esta cláusula tuvo que eliminarse

cha en Tordesillas a 22 de febrero de 1602

al tenerse diversos inconvenientes para su

años. Yo el rey. […]”.50

Si bien es cierto que la institución de la capellanía tuvo su origen en la Edad Media, también lo es que fue a partir del Concilio de Trento que su práctica se generalizó, ya que descansaba en tres principios que allí fueron reconocidos: la importancia de las buenas obras para alcanzar la salvación, la existencia del purgatorio y el poder redentor de la misa. Marcela Rocío García, Vida espiritual y sostenimiento material…, p. 49. Era tal el arraigo de estas ideas, sobre todo a partir de Trento, que en la fundación de capellanías se percibe la preocupación por la salvación del alma y lo que se debe hacer a favor de ella “[…] considerando que de fundar una capellanía se aumenta el culto divino y con las misas que la constituyen y se manda decir y se dicen reciben sufragio las ánimas del purgatorio a quien la ley de caridad nos obliga a socorrer […]”. Capellanía fundada por José Bañuelos Cabeza de Vaca y doña Isabel Cisneros su mujer, ciudad de Puebla de los Ángeles, 1604, Archivo Histórico del Insituto Nacional de Antropología e Historia, fondo Eulalia Guzmán, legajo 75, documento 2. 48 CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. 49 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 272. 50 AGN, Tierras, vol. 3698, p. 45. 47

88

El rey, como ya lo vimos, no sólo es-

de misión y de la de adoctrinamiento. El

taba imbuido en un ambiente contrarrefor-

cambio político pretendido por la Corona

mista, sino que como patrono de la Iglesia

necesitaba el repliegue de esa fuerza regu-

Indiana, además, veía en este yermo otro

lar -facción que constituía una potencia en

de los tantos aparatos reformistas y pro-

detrimento del poder político y económico

bablemente disciplinares necesarios para

monárquico- y la instauración de un alia-

la centralización del poder mediante el re-

do más cercano a él, como el clero secu-

pliegue del clero regular de las doctrinas, la

lar. Para principios del siglo

promoción de un nuevo desempeño de los

eran requeridos para la oración desde sus

frailes ante la sociedad y el incitar la evan-

conventos y para concluir la tarea misional

gelización de los territorios alejados -mas

pendiente en el norte. De esta forma se

no el adoctrinamiento, correspondiente al

entiende la presión ejercida por Felipe II y

clero secular.

Felipe III para que las parroquias pasaran a

XVII,

los frailes

En este sentido, tanto el virrey como el

manos del clero secular y para que el clero

arzobispo dieron la autorización sin mayor

regular hiciera una labor misionera al norte,

problema, pues estaban ratificando la auto-

sujeto al obispo -justificado esto en el conci-

ridad real. Además, en particular, el segun-

lio tridentino- y abandonara su cercanía con

do veía conveniente el “encierro” del clero

los indios para disolver el poder que esa

regular pues representaba minar su poder

alianza les otorgaba.

entre los indios y la posibilidad de concen-

A la par de la cédula real, el 19 de mayo

trarlo en manos del obispo. Para ambos era

de 1602, el general de la orden fray Francis-

clara la intervención social y política de los

co de la Madre de Dios dio su permiso para

frailes, sustentada en el control ideológico

la erección del yermo.52 Ya con ese docu-

ejercido mediante la religión.51

mento, en 1603, el definidor Juan de Jesús

Los frailes habían sido requeridos para

María fue a la ciudad de México para que el

llevar a cabo la evangelización en los pri-

virrey recién llegado le ratificara la licencia

meros momentos de la Conquista, pero al

otorgada por Felipe III para fundar el desier-

pasar el tiempo se apropiaron de la tarea

to.53 En 1604 consiguieron los que parecían

Rubial, El convento agustino…, p. 157. AGN, Tierras, vol. 3698, p. 46. 53 El provincial de San Alberto, fray Martín de la Madre de Dios, dio la facultad oficial al definidor fray Juan de 51 52

89

ser los últimos trámites para comenzar la

des querían “[…] poner y conservar en ella

construcción: la autorización del arzobis-

algunas cosas menos ajustadas a nuestro

po, fray García de Mendoza y Zúñiga, y la

estado y retiro, procurando valerse del po-

del virrey marqués de Montesclaros,55 quien

der del señor obispo para salir con todo”.

otorgó la licencia el 13 de septiembre al

Fray José de Jesús María, que era prior en-

mismo tiempo que ordenó que se vendieran

tonces, intentó negociar las actividades que

las casillas de indios ubicadas en el lugar

los cofrades desempeñarían en la ermita;

donde se iba a labrar el yermo.

sin embargo, tanto el obispo como las per-

54

56

Ya con todos los permisos en mano,

sonas del lugar vieron esto como un agravio

el provincial se dirigió al obispo Diego Ro-

y descortesía al percibir que los carmelitas

mano para que legalizara el ofrecimiento

querían implantar nuevos manejos en lo

que les había hecho respecto a dar licencia

que era parte de su jurisdicción.59

para fundar el desierto en algún territorio de

Los primeros años de vida en Nueva

su jurisdicción.57 No obstante, el obispo se

España, los carmelitas tuvieron muy buen

negó. Ante esta oposición, ni siquiera las

trato con el obispo, de hecho éste puso

súplicas de cuatro oidores de la Audiencia y

la primera piedra del convento fundado

el virrey tuvieron resultado para que Roma-

en la villa de Carrión, hoy Atlixco, el 28

no cambiara de opinión.

de septiembre de 1589.60 Pero la relación

58

Al parecer, el problema se debió a que

se fue deteriorando, pues paralelamente

en el convento de Puebla que fundaron los

al altercado ocasionado por la cofradía,

descalzos se encontraba una ermita de la

la orden ya había tenido enfrentamientos

cual se hicieron cargo, pero -según cuenta

con Diego Romano desde que había sido

fray Agustín de la Madre de Dios- los cofra-

nombrado visitador para realizar el juicio

Jesús María para que hiciera las diligencias necesarias en favor de la edificación del yermo el 15 de noviembre de 1604. AGN, Tierras, vol. 3698, p. 48. 54 Fechada el 13 de diciembre de 1604. AGN, Tierras, vol. 3698, p. 49. 55 CONDUMEX, rollo 3, carpeta 274, p. 18. 56 Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos…, p. 274. 57 Diego Romano, quien sucedió en el obispado de Tlaxcala a don Antonio Ruiz de Morales, fue electo en 1578 y gobernó dicha diócesis por 28 años; nació en 1538 y murió en 1606. 58 El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 39. 59 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 273. 60 Mariano Cuevas, Historia de la Iglesia en México, México, Imprenta del Asilo Patricio Sanz, 1924, p. 317.

90

Tierras, vol. 308, exp. 4, f. 28 bis.

de residencia del benefactor y amigo de los

contaba con una cédula real que ordenaba

carmelitas, el virrey Villamanrique; tal fue el

dar concesiones sólo a miembros del clero

veredicto en contra del marqués que hasta

secular.62

su confesor, un carmelita, fue remitido a la

Ante la reiterada negativa de Diego Ro-

península. Además, el obispo de Tlaxcala

mano y en vista de la orden dada por el Con-

61

La tiranía del marqués de Villamanrique resultó intolerable, según cuenta Rubio Mañé: censuraba las cartas dirigidas a la metrópoli, restringía las predicaciones contra su mala administración y su codicia; además, creó todo un aparato burocrático de amigos y familiares. Lo cierto es que ante tantos percances, Diego Romano fue nombrado visitador del virrey, quien procedió con tal rigor que “[…] hasta la marquesa fue desprendida de su ropa”. Ignacio Rubio Mañé, Introducción al estudio de los virreyes de Nueva España, vol. 2, México, , Instituto de Historia, 1955-1963, p. 133. El procedimiento de la evaluación del gobierno del marqués afectó directamente a los carmelitas en tanto que habían llegado con el virrey presentándose como amigos cercanos de él. Así mismo, fray Juan de la Madre de Dios -quien dirigió la expedición de los carmelitas a la Nueva España- era confesor de la esposa del marqués de Villamanrique y en ocasiones de él, por lo que cuando este último fue llamado para ir a la península con tan mala reputación, el general carmelitano hizo que fray Juan también regresara a la metrópoli. Tales repercusiones tuvo esta visita, que más adelante veremos el altercado que los carmelitas enfrentaron con el obispo Romano al no autorizarles la fundación del yermo en territorio de su jurisdicción. 62 Diego Romano siempre defendió la secularización de las parroquias y enfrentó fuertes batallas con los regulares. Este espíritu no sólo residía en su papel como obispo, tenía raíces desde su formación, pues para ese momento era de los pocos obispos que no procedían de órdenes religiosas sino del clero secular. 61

91

cilio de Trento en relación con la necesaria

bió al padre provincial para informarle que

licencia del obispo para fundar, sólo que-

revocaba la cláusula de la escritura que

daba una solución: convencer al benefactor

decía que el desierto se fundaría a ocho o

de edificar fuera de Puebla de los Ángeles.

diez leguas de Puebla y mandó a Alejandre

El marqués de Montesclaros,64 el arzobispo

Federique, su administrador, para que diera

y el oidor Quezada intentaron persuadirlo,

el dinero necesario para empezar la obra.67

63

sin embargo, Melchor de Cuéllar no aceptó pues al estar alejado no podría gozar del

LEGITIMACIÓN AL ELEGIR EL SITIO

sitio del cual sería patrono. No fue sino hasta que el padre Juan

Junto a las diferencias que existían para

de Jesús María le envió una carta, que

decidir el lugar para erigir el yermo, el padre

Melchor de Cuéllar quedó disuadido; éste

Juan de Jesús María obtuvo testimonios de

le respondió en carta fechada en Puebla de

personas que soñaron o experimentaron vi-

los Ángeles el 19 de noviembre de 1604:

siones de que la fundación no se iba a llevar

“[…] si en esta vida no pudiere gozar mi

a cabo en la Sierra Nevada. Los carmelitas

alma del consuelo que le causara frecuen-

interpretaron tales confesiones como seña-

tar la asistencia en ella y la comunicación

les divinas, aunque fueron en realidad una

de los siervos de dios que la han de habitar,

forma de legitimar su estancia en el nuevo

confío en la divina misericordia que en la

lugar elegido: los montes de Santa Fe.

65

otra tendrá el premio de haberla hecho y go-

Cuenta el padre Juan de Jesús María

zará del mérito de las oraciones y sacrificios

que fue a verlo una mujer muy devota, la

que por ella se han de ofrecer. […]”.66

cual le dijo que el yermo se iba a fundar arri-

Además de esta epístola, Cuéllar escri-

ba del pueblo de Santa Fe.68 Otro, que des-

63 Sacrosanto y ecuménico concilio de Trento, traducido al idioma castellano por don Ignacio López de Ayala. Agrégase el texto original corregido según la edición auténtica de Roma, publicada en 1564. Con privilegio, Madrid, Imprenta Real, 1785. Sesión XXV, De los regulares y las monjas, cap. III. 64 El virrey marqués de Montesclaros y Melchor de Cuéllar se conocían desde que el primero llegó a la Nueva España, ya que el segundo fue el encargado de recibirlo como regidor de Jalapa a su llegada al puerto. Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos…, p. 273. 65 La carta está reproducida en El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 52. 66 Ibid., p. 277. 67 Dionisio Victoria Moreno, Los carmelitas descalzos…, p. 277. 68 El Santo Desierto de los carmelitas…, p.274.

92

pués tomó el hábito carmelitano, Diego de la

Después le siguen dos elementos propios

Asunción, le contó que un día en su tierra,

de esos sitios: la cerca natural del espacio

hoy Guatemala, experimentó un arrobamien-

edénico y una iglesia cerrada al mundo te-

to en el que el Señor lo trasladó a la Nueva

rrenal, representada en esta visión por la

España como un espíritu y lo “[…] puso en un

carencia de puerta a la calle. Luego hay un

monte que estaba cercado de otros montes

simbolismo de veneración hacia la Virgen

más altos, y en medio de él veía un convento

del Monte Carmelo por parte de las tres pri-

pequeño cuya iglesia no tenía puerta a la ca-

meras órdenes que llegaron a la Nueva Es-

lle; pero delante de la portería había un patio

paña, pero no las primeras en constituirse;

y estándolo él mirando vio salir de la portería

esta es en gran medida la defensa que los

una procesión de religiosos, nuestros carme-

carmelitas siempre emprendieron sobre su

litas descalzos, […]”.69

origen primigenio. Por último, la idea de las

En dicha procesión participaban tam-

tentaciones y ataques del demonio, lo cual

bién Santo Domingo, San Francisco y San

representa no sólo las luchas internas a las

Agustín, quienes agradecieron a la Virgen

que se sometían los ermitaños, sino las ex-

del Monte Carmelo que se fundara un yer-

ternas que vencían con quienes se oponían

mo en la Nueva España. Así mismo, dijo

a la fundación.

que observó dos torreones sobre los cuales

El padre Juan de Jesús María envió

había millares de demonios que atacaban el

entonces a algunos hermanos de orden a

convento con arcos y flechas de fuego, pero

comenzar de nuevo la búsqueda del sitio

apenas las flechas tocaban la pared de la

en el cual establecer el yermo. Se dirigie-

edificación, éstas caían al suelo.

ron a Cuajimalpa, en lo alto de los montes

Rescaté la descripción, pues en ella se

de Santa Fe y en esa zona, el 2 de diciem-

reproducen algunos de los elementos co-

bre de 1603, hallaron el lugar que tenía las

munes de la tradición popular respecto a los

características necesarias para edificar un

yermos. En primera instancia está la alusión

desierto; el único inconveniente era que

a una experiencia mística, característica de

no contaba con brotes de agua cercanos.

la vida en el desierto ante una oración cons-

Aquí hay discrepancia en las crónicas y

tante y en medio de un ambiente inculto.

documentos de archivo. Unos testimonios

69

Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 275.

93

afirman que cuando los frailes andaban en

el cual se debía erigir el yermo. “Quando

los montes, se les apareció Juan Bautista

de repente vieron junto a si un mancebo de

vestido de indio tlaxcalteca para mostrarles

linda disposición, vestido a lo indio, que les

el lugar en el cual habrían de fundar el de-

preguntaba la causa de aver allí llegado [...].

sierto y fue hasta que realizaron una visita

Bolvio a instar a los Padres, le dixessen lo

posterior cuando los carmelitas localizaron

que por allí buscavan: mas previniéndoles

un ojo de agua.

la respuesta, señaló con el dedo donde en-

70

Fray Agustín de la Madre de Dios men-

contrarían el agua que tanto desseavan”.73

ciona que un día los carmelitas andaban en

Ambos relatos tienen la misma descrip-

la búsqueda del sitio cuando “[…] vieron

ción del indio, así como el pasaje donde se

junto a sí un indio […] las naguas [dice el

dice que al ir a la iglesia de San Mateo a

hermano] como de tlaxcalteco […]”,71 los

dar gracias, los carmelitas reconocieron en

saludó y preguntó qué necesitaban. Ellos

la imagen de San Juan Bautista, que se en-

no respondieron, entonces el indio tomó de

contraba en el altar, al indio que les había

nuevo la palabra y dijo: “Buscáis un lugar

señalado ya sea el territorio de fundación

y sitio donde labrar el desierto, […]. Pues

o un manantial para proveerse de agua.

subid en las mulas y seguidme, que yo os

En cualquier caso, lo importante es la apa-

lo vengo a enseñar. […] ‘Este es el lugar

rición de San Juan Bautista, pues es uno

que tiene escogido Dios para que hagan pe-

de los reiterados símbolos representados

nitencia los hijos de su madre’. Y diciendo

en las vidas de los santos. Esta figura se

estas palabras se les desapareció por entre

convirtió en un emblema de aprobación y

aquellas matas”.72

bendición de los ermitaños a los cuales se

Otros afirmaron que fue Juan Bautista

les aparecía para ayudarlos.74 A la par, la

quien les mostró el agua pero no el sitio en

vestimenta tlaxcalteca significaba que, así

“Sólo nos descontentó el no haber agua en él, […]; y viendo que no había agua y sin agua no se podía fundar el yermo, nos volvíamos ya […]. El hermano Fray Juan de Jesús, que iba delante de nosotros ya allá en lo alto y en el fin de la loma dijo: ‘¡Ah!, padres, aquí suena mucho agua, y a cuatro pasos vimos un muy grande arroyo de agua, […]”. Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 279. Cfr. El Santo Desierto de los carmelitas. 71 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p.. 278. 72 Idem. 73 CONDUMEX, rollo 5, carpeta 506, hoja 17. 74 Los sustratos en los que se inspiró el tipo de vida eremítica se conformaron con tres figuras bíblicas: Elías, 70

94

como ese grupo indígena había ayudado a

Fungieron como testigos del acto indios de

la Conquista, ahora se emprendía una nue-

San Mateo Tlaltenango.77

va conquista espiritual, en la que auxiliaba

El documento de la merced hecha a

Juan Bautista. Este elemento denotaba la

los carmelitas dice que antes de llegar a

aprobación de la Divina Providencia, la cual

la zona en la cual se fundó el desierto se

servía para justificar la estancia en los mon-

encontraban dos montes, uno pertenecía al

tes de Santa Fe.

pueblo de indios de San Mateo Tlaltenango y el otro a San Pedro Cuajimalpa; también

APOYOS Y ENFRENTAMIENTOS PARA LA

lo cercaban los pueblos de Xalatlaco y Atla-

FUNDACIÓN

pulco.78 Además, rodeaban el lugar diversos ríos y manantiales como el de Magdalena,

Luego de haber elegido el sitio, se comen-

San Juan, Elías y la fuente del Buey.79

zaron las diligencias entre los pueblos cir-

Más adelante, el 6 de septiembre de

cunvecinos del monte de Santa Fe y todos

1605, el virrey anexó a su primera dotación

estuvieron de acuerdo con llevar a cabo la

“[…] las vertientes de dos altísimas sierras

fundación, pues “[…] aquello era una tierra

que ciñen el tal sitio donde se habían de la-

inhabitable en la cual había muchas tem-

brar las ermitas y que debían de servir de

pestades y muchos leones y que en siendo

muro a la clausura por su agrísima aspe-

puesto el sol no había indio que se atreviese

reza, […]”.80 El terreno fue ampliado con la

a estar en ella, por causa de los leones”.75

donación del marqués del Valle, quien años

Así, el 16 de diciembre de 1604 el mar-

más tarde les dio la cañada que se encon-

qués de Montesclaros dio posesión formal

traba en la parte norte del camino, la cual lo

del monte y de 24 indios continuos de re-

atravesaba de oriente a poniente en direc-

partimiento al padre Juan de Jesús María.

ción al valle de Toluca.81

76

en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo San Juan Bautista, vestido con pieles de animales y comiendo langostas, así como Cristo, quien también se retiró al desierto. Rubial, “Tebaidas…”, p. 356. 75 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 280. 76 Doce indios del pueblo de Tacuba y doce de Atlacubaya. CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57. 77 AGN, Tierras, vol. 3698, primeras fojas. 78 Idem. 79 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 286. 80 AGN, Tierras, vol. 3698, primeras fojas. 81 Más adelante retomaré los conflictos causados por una acusación de usurpación de tierra en contra de los

95

La obtención de este vasto territorio y la

dían para sostenerse y pagar el tributo. Si

actividad eremítica no marcharon con tran-

los carmelitas no los dejaban talar, ellos no

quilidad. El 21 de enero de 1605, el cuarto

tenían con qué comer.

marqués del Valle pidió que se revocaran

Leonardo de Salazar, en nombre de los

las mercedes del monte dadas a los car-

labradores de Santa Fe, Tacuba, Tacuba-

melitas, pues alegaba la jurisdicción sobre

ya y de los Altos de México, presentó otra

esas tierras. Pedro Cortés argumentó que

petición de revocación de la merced dada

Carlos V había premiado a su abuelo por

a los descalzos, pues las aguas que antes

los servicios prestados a la Corona otorgán-

bajaban a dichos lugares servían a los in-

dole Coyoacán como merced, entre otras,

dios para realizar sus labores, y ahora eran

y que los territorios dados a los carmelitas

aprovechadas por los frailes. Además pro-

descalzos pertenecían a dicho lugar.

testó porque los carmelitas no los dejaban

82

En la misma fecha en la que el marqués

talar en los pueblos anteriores e impedían

interpuso la demanda, José de Celis,83 en

pastar a sus ganados, actividades necesa-

nombre de los indios de Coyoacán, San

rias para su sustento. Así, en conjunto el

Bartolomé, San Pedro Cuajimalpa y los

marqués, los indios y labradores de ocho

de San Mateo Tlaltenango, se opuso a la

pueblos vecinos pidieron la anulación de

fundación. Dijo que debía revocarse la do-

las autorizaciones otorgadas a los carmeli-

nación porque los habitantes de los pue-

tas para establecerse en dicho monte.

blos que defendía no habían sido citados

Ante los reclamos y los perjuicios argu-

cuando se llevaron a cabo las diligencias y

mentados, el cabildo de la ciudad apoyó a

porque la presencia de los frailes causaba

los demandantes ante la Audiencia, pues

muchos males, pues en el sitio donde se

señaló que era mucho el daño ocasiona-

habían establecido, hasta hacía poco, los

do con la fundación del desierto en esos

indios obtenían madera y carbón que ven-

montes, pues los indios quedaban despro-

carmelitas a la par de la supuesta donación hecha por el marqués del Valle del mismo terreno. El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 59. 82 Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 18. 83 AGN, “Descripción de don José de Celis a nombre del doctor Don Diego Romano, obispo de Tlaxcala, sobre no conceder licencia a los religiosos franciscanos y de otras órdenes para la erección de nuevos conventos”, Jesuitas, vol. 1-14, exp. 54, 547 fojas.

96

tegidos, además de que los frailes detenían

ciudad pues es todo en su servicio”.85

el agua que bajaba a la ciudad.84 El ayun-

El documento expedido por la Audien-

tamiento de la ciudad de México envió a

cia para Felipe III, fechado el 5 de agosto

dos regidores para informar acerca de los

de 1605, determinó lo siguiente: como reso-

daños causados por el sitio; la resolución

lución respondió a Diego Haro -procurador

fue positiva para con los carmelitas, pues la

de Pedro Cortés- que no se podía admitir su

notificación dice:

demanda porque la donación real no incluía

“[…] de malos tratamientos no hallamos

los montes y pastos que por tradición eran

nada sino decir que no dejan cortar la leña y

comunes, la petición había sido presentada

madera y apacentar el ganado de los labra-

fuera de tiempo y las mercedes dadas a la

dores. Y tratándolo con los dichos religio-

orden se habían hecho siguiendo los pro-

sos respondieron ser así porque cortando

cesos acostumbrados con consentimiento

la dicha arboleda no estan las ermitas con

del marqués de Montesclaros, representan-

aquel espíritu y sentimiento de yermo que

te directo del rey. A los delegados de los

hoy tienen, y estar ocultos para sus peniten-

distintos pueblos circunvecinos del monte

cias. Y asimismo, si apacientan los bueyes

se les contestó que se habían realizado las

y ganados por allí era fuerza andar gente y

diligencias para llevar a cabo la merced y

les sería estorbo a su pretensión e intento,

que ninguno de ellos se había opuesto en el

pues la mayor fuerza de su penitencia era

momento oportuno. Al cabildo se le satisfizo

no hablarse los religiosos unos a otros y

con “la vista de ojos”.86

buscar quietud y tener todo aquel boscaje

El propio Melchor de Cuéllar fue presa

para lugar de penitencia; y que teniendo

de la crítica, pues sus conocidos le cues-

quien les estorbase esa quietud no se cum-

tionaban que un hombre de entendimiento

pliría con su deseo. […]. No se contradiga

gastara su hacienda edificando un desierto.

mas y si es posible se le sirba escribir al

La gente de la plaza que gritaba al benefac-

marques no se lo contradiga por estar en

tor calificaba a los carmelitas de noveleros,

tierras y terminos de su estado que por ello

asegurando que la fundación constituía una

sera Dios servido hacer mucho bien a esta

oportunidad para hacerse célebres.

84

AGN,

85

AGN,

Tierras, vol. 3698, p. 60. Tierras, vol. 3698, p. 81. 86 CONDUMEX, rollo 46, carpeta 57, p. 17.

97

Clero Regular y Secular, vol. 135, fc. 100.

A más de las autoridades civiles y el

los cuales se criticaba la tendencia de la

populacho, se opusieron a la erección las

orden a ser montaraz y no guía espiritual,

órdenes religiosas. El vicario de Santo Do-

que era lo que se necesitaba para que no se

mingo también expuso su insatisfacción y

perdieran almas. A la par de estas diatribas,

en “Un día de fiesta juntó a los indios de

el jesuita Eusebio de Nieremberg conside-

su partido y con voces y estruendo vino a

raba al eremitismo una vida de imperfectos

quitarnos una acequia con que nos íbamos

nunca mencionada por Santo Tomás, por lo

cercando, […], de donde envió a amenazar

tanto, de dudosa procedencia.89

87

al Desierto que había de venir otra vez capi-

Como se puede percibir en este último

taneando mayor fuerza de gente a destruir-

caso, la rivalidad entre las dos armas con-

nos la acequia”.

trarreformistas comenzó con la llegada de

88

Aunque Dionisio Victoria Moreno no da nombres, dice que se publicaron libros en

los carmelitas a la Nueva España y, aún para principios del siglo

XVII,

su enemistad

87 Probablemente se refiere al convento de San Jacinto que tenían los padres dominicos en San Ángel. Con este convento tuvieron algunas dificultades los carmelitas de San Ángel. El Santo Desierto de los carmelitas…, pp. 270-271. 88 Ibid., p. 271. 89 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p.271.

98

no había desaparecido; cada una defendía

en su favor tanto por peninsulares como por

la forma en la cual llevaba a cabo su religio-

criollos.92

sidad. La Compañía era contraria del todo a

Luego de los conflictos, por fin, el 1 de

la pasividad mística que desviaba al hombre

enero, día de la Circuncisión, entraron los

de la actividad pastoral con sus semejantes,

primeros frailes que constituirían el cuerpo

mientras que los carmelitas consideraban

de habitantes del yermo. Así, el 25 de ene-

que su vida en el yermo era una forma de

ro de 1605, se fundó el que se llamó en un

adquirir virtudes y orar continuamente por

primer momento -por petición de su funda-

las necesidades de la Iglesia.

dor- Santo Desierto de Nuestra Señora del

90

Con independencia de la opinión je-

Carmen o del Monte Carmelo.93 Es indispen-

suita, otros defendían a los hijos de Santa

sable remarcar que el día 25 de enero tiene

Teresa, pues los consideraban interceso-

una fuerte connotación simbólica y bíblica

res favoritos de Dios, creían que gracias a

pues los doce franciscanos partieron de la

sus oraciones se alejarían las desgracias y

península ibérica rumbo a la Nueva España

catástrofes de la ciudad y, sobre todo, que

en esa fecha y, por otra parte, ese mismo

ayudarían a aminorar las penas que sus

día se celebra la conversión de San Pablo.

habitantes estaban destinados a pasar en

Así, en conjunto puede verse a los carmelos

De lo anterior da cuenta el

como uno de los grupos remitidos desde la

importante número de capellanías fundadas

península como nuevos portadores de la fe

el purgatorio.

91

Idem. Gerald Brenan, San Juan de la Cruz: biografía, Barcelona, Laia, 1980, p. 25. 92 Los carmelitas recibieron capellanías fundadas con bienes diversos: inmuebles, muebles, libranzas o documentos de valor. El fundador entregaba al convento recursos para que sus religiosos ofrecieran determinados servicios, generalmente a perpetuidad; así, el convento no podía consumir el capital otorgado, sino que debía ponerlo a trabajar, es decir, invertirlo para hacerlo productivo y únicamente beneficiarse de los réditos anuales que éste dejaba. El monasterio se comprometía a cuidar el caudal y a cumplir con los servicios religiosos que el fundador pedía. Sin embargo, en un primer momento, en lugar de que la orden administrara los fondos, le prestaban el capital a algún individuo o corporación -usualmente con alguna forma de bienes inmuebles como garantía- a cambio de una renta anual fija (casi siempre cinco por ciento) a pagarse a los carmelitas. Sólo como ejemplo, entre 1595 y 1620 los descalzos ya contaban con 69 capellanías en sus cuatro diferentes conventos que habían fundado hasta entonces (Puebla, Celaya, Coyoacán, Querétaro); este número fue en aumento, pues hasta antes de 1780 tenían un total de 651. El promedio de los montos era de entre 1,001 a 5,000 pesos, aunque algunos rebasaban los 10,000 pesos. Marcela Rocío García, Vida espiritual y sostenimiento material…, pp. 96-102. 93 Llegaron para preparar la fundación el padre fray Juan de Jesús María, fray José de la Anunciación, fray Andrés de San Miguel (el que sería el arquitecto de él) y fray Antonio de la Asunción, el 1 de enero de 1605. 90 91

99

y como responsables de la tarea evangélica

En el vasto recinto exterior se encontraba

de Indias, aunque con un sistema radical-

también el Vía Crucis, generalmente de gran

mente distinto del usado hasta entonces:

escala, formado en ocasiones por cruces

permanecer alejados del adoctrinamiento

de madera o piedra y en otras, por ermitas

para dedicarse a la misión, la predicación o

situadas como estaciones […]. Todo este

la clausura; los carmelitas -ya para el siglo

conjunto estará cercado por una gran barda

XVII-

sólo se apropiaron de la última.

llamada de excomunión, y en su acceso se

El 23 de enero de 1606, el virrey puso

encontrará la Puerta Regular, que permitirá,

la primera piedra del edificio, el cual se con-

después de atravesar un patio, ingresar a la

cluyó hasta 1611 y fue el 2 de julio de ese

portería del Santuario.”95

año que se comenzaron los ejercicios espi-

Las ermitas son las siguientes:

rituales en el lugar. Paralelamente a la construcción del

1. De El Calvario

yermo, se fundaron ermitas hechas con las

2. San Juan Bautista

donaciones de benefactores particulares.

3. Getsemaní u Oración del Huerto

Las crónicas hacen mención de diez er-

4. San Alberto

mitas, pero ahora sólo se localizan nueve,

5. Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús

pues las evidencias indican que la de Santa

6. Santa María Magdalena

Bibiana desapareció al erigirse la segunda

7. Santa Bibiana Virgen y Mártir

iglesia en 1722.94

8. Nuestra Señora de la Soledad

“Los Santos Desiertos se caracterizan por la existencia de un gran número de ermi-

9. San José 10. San Juan de la Cruz

tas diseminadas en un gran espacio exterior a las cuales se retiraban […]. Cuentan, ade-

La ermita de El Calvario se construyó

más, con un edificio centralizado y ordenado

a costa de don Alonso Ramírez de Vargas,

en el que se practica la oración en común.

uno de los poetas criollos más connotados

94 Se trata de El Calvario, San Juan Bautista, Oración del Huerto o Getsmaní, San Alberto, Santa Teresa de Jesús, Santa María Magdalena, Santa Bibiana, La Soledad, San José y San Juan de la Cruz. Esta última está destruida y sus restos se encuentran sobre la carretera que va hacia el Desierto. La de Santa Teresa y la del Calvario cambiaron de nombre y ahora se llaman de San Elías y de La Trinidad, respectivamente. Báez, El Santo Desierto: jardín de contemplación…, p. 23. 95 Ordorika, El convento del Carmen de San Ángel…, p. 71.

100

además de capitán y ocu-

de Cabrera, de quien sabemos fundó diver-

pante del cargo de alcalde mayor de Miz-

sas capellanías con otras órdenes como la

quiahuala.97 La ermita de San Juan Bautista

de Santo Domingo.101 La que le sigue es la

tuvo como patrón a Juan de Saldívar, capi-

de Santa María Magdalena y la mandó erigir

tán en la villa de Nuestra Señora del Mar

el tesorero y alcalde mayor de las minas de

de Herrera y alcalde ordinario; su padre fue

Taxco, Luis Núñez Pérez, personaje deteni-

un español que encabezó una expedición

do por la Inquisición acusado de “practicar

desde Galicia hasta la Florida, por lo que

la ley de Moisés”.102 La séptima, de Santa

se le consideró uno de los fundadores de

Bibiana Virgen y Mártir, se edificó a costa

Guadalajara.

de Martín López de Strencho. La octava

del siglo

XVII,96

98

De la ermita de Getsemaní u Oración

es la de Nuestra Señora de la Soledad que

del Huerto, el patrón fue el capitán García

fundó el doctor Juan de Quezada Figueroa,

de Cuadros, mercader peninsular que tenía

oidor de la Audiencia Real de México y uno

un negocio de barcos y de libros.99 La er-

de los principales benefactores de los car-

mita de San Alberto se construyó a costa

melitas desde su arribo a la Nueva España.

del peninsular don Francisco Hernández de

Las dos ermitas restantes -San José y San

Higuera, quien contaba con el ingenio de La

Juan de la Cruz- no tuvieron patrón.

Santísima Trinidad, la hacienda de Santa

El gran poder de los carmelitas radicó en

Lucía Cempoala y un mayorazgo en Jalapa,

el grupo de benefactores del cual se rodea-

Veracruz.100 La quinta ermita es la de Nues-

ron para alcanzar no sólo poder económico,

tra Madre Santa Teresa de Jesús, hoy de

sino también social. Todos los fundadores

San Elías. Su benefactora fue doña Catalina

de ermitas fueron personajes acomodados,

96 Su obra literaria se extiende desde 1662 hasta 1696, e incluye una descripción poética de las fiestas que se celebraron en México por el nacimiento del príncipe Carlos (1662), el Elogio panegírico… para el marqués de Mancera (1664), el Simulacro histórico y político… para el conde de Galve (1668), el Zodíaco ilustre... para el conde de Moctezuma (1696), etc. Compuso un gran número de poemas para certámenes, en los que destaca el eclecticismo de su lírica. 97 AGN, Matrimonios, vol. 61, exp. 41, p. 168-183, y Tierras, vol. 2961, exp. 94. 98 AGN, General de parte, vol. 6, exp. 994; vol. 16, exp. 79, y Tierras, vol. 3654, exp. 14. 99 AGN, Capellanías, vol. 268, exp. 160; Matrimonios, vol. 98, exp. 90, e Inquisición, vol. 452, exp. 28. 100 AGN, Inquisición, vol. 22, exp. 18, y Tierras, vol. 2938, exp. 1. 101 AGN, Capellanías, vol. 882, exp. 1, y Bienes nacionales, vol. 846, exp. 5. 102 AGN, Inquisición, vol. 412, exp. 2, y Tierras, vol. 2953, exp. 51.

101

peninsulares o criollos, que buscaban reco-

un principio dio su voto de confianza a los

nocimiento social y la salvación de su alma.

carmelitas, parecería que se percató muy

Es pues aquí donde se denota la intromi-

pronto de que era mucho el poder que se

sión de los descalzos en una sociedad de

les estaba otorgando y quiso sujetarlos, lo

élite, en la cual pretendieron establecer una

que ocasionó el rompimiento de relaciones.

nueva concepción de las órdenes para ver-

Por último, los hijos de Santa Teresa tam-

las como intercesoras, siempre en oración

bién consiguieron el apoyo de la Audiencia

y no ya como apegadas a los indios en la

al tener en su interior a algunos de sus be-

búsqueda de su educación religiosa.

nefactores, como lo fue el oidor Quezada, y

Así, en la fundación del Santo Desierto

más tarde hasta el del ayuntamiento.

vemos que los carmelitas descalzos recibie-

En contraparte, los carmelos se en-

ron el apoyo de las dos autoridades máxi-

frentaron en primera instancia al destacado

mas de la Nueva España porque ambos se

criollo Pedro Cortés. En un principio la or-

afiliaron a la tendencia monárquica de re-

den se presentó ante los blancos nacidos

estructuración y centralización. El problema

en América como mendicantes “continuado-

entre ellos radicó en quién debía encabezar

res” del camino ya trazado por los demás

este nuevo esquema, por lo que se explica

regulares sus antecesores, después como

la oposición del virrey al proceso de conso-

un emisario monárquico con la tarea de des-

lidación de la Iglesia secular, que comenzó

terrarlos del poder que el ser hijos o nietos

desde 1547, cuando el papa Clemente VII

de conquistadores creían les confería. Sin

erigió la arquidiócesis de México.103

embargo, pronto los carmelitas resintieron

Además, se incorporaron a la causa

la escasez de profesos que eran enviados

carmelitana sobre todo individuos pudien-

desde la península y aceptaron a criollos;

tes, reflejado este grupo en los patronos y

esta acción dio como resultado que dicho

fundadores con los que contó la orden. Los

grupo apoyara a la orden y que los carme-

protegió el clero secular, con excepción de

litas peninsulares los vieran con buenos

Diego Romano, de quien sabemos fue un

ojos. No obstante, por el temor de que la or-

acérrimo defensor de la secularización de

den de Nuestra Señora del Carmen sufriera

las parroquias; sin embargo, aunque en

el proceso de criollización, los superiores

103

Pérez Puente, Tiempos de crisis y tiempos de consolidación…, p. 17.

102

pugnaron desde la metrópoli por evitar toda

las cuales se oponían a la nueva reestructu-

clase de “perversión”, lo cual implicó -desde

ración que se estaba intentando implemen-

principios del siglo XVII- aceptar criollos sólo

tar; éstas, a su vez, atrajeron a los pueblos

por excepción para que tomaran el hábito.

indígenas en su favor. Los jesuitas también

Aun con dicho cambio de política, no

los atacaron pues, aunque ambos surgieron

desaparecieron los apoyos procriollos al

del espíritu contrarreformista y sus tareas

interior de la orden -ya vimos el caso del

fueron radicalmente distintas, no lo fue su

cronista fray Agustín de la Madre de Dios-,

intento de obtener poderío económico y pre-

lo que ocasionó que en diversos asuntos,

minencia entre la élite novohispana, unos

según la facción preminente en ese mo-

como educadores otros como intercesores.

mento, algunos carmelitas ofrecieran su

Ante estas contrariedades, los carmeli-

apoyo a los criollos. De hecho, en gran me-

tas se refugiaron de nuevo en los sucesos

dida, así se entiende el apoyo incondicional

metafísicos. En los relatos de la búsqueda

que dieron a Juan de Palafox: su filia hacia

y fundación del Santo Desierto, se reiteró

los criollos, su apoyo al clero secular y su

el apoyo divino que los carmelitas recibían

puritanismo promonárquico.

mediante la aparición de comida -como en

En el caso de los altercados con Pedro

las hagiografías medievales- para que los

Cortés, el proceso de la orden es contun-

ermitaños se alimentaran; así, un día halla-

dente: los descalzos arribaron a la Nueva

ron un canasto de pan, en otra ocasión dos

España y el cuarto marqués los hospedó

jumentos los abastecieron de bollos y en

en su casa. La tendencia de los carmelitas

alguna otra unos camellos los proveyeron

viró y una de las consecuencias fue el retiro

de bastimentos.104

del apoyo del nieto del conquistador. Pero

Sin embargo, el establecimiento en el

ya con la configuración de la orden, la cual

territorio no fue sencillo, pues el demonio se

abrazó a toda la clase dominante -criollos y

oponía a él:

peninsulares-, Pedro Cortés pareció ceder y hasta fungió como su benefactor.

“[…] pues veía [el demonio] que con las armas de su pobreza, retiro y humildad

Además los carmelos tuvieron como

le querían despojar de la antigua posesión

enemigas a las demás órdenes regulares,

que tenía de aquestos montes dedicados

104

El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 56.

103

por la ceguedad de los gentiles a su sacrí-

bos; también en desastres naturales como

lego y nefando culto, pues en la cumbre del

granizo, humedad y terremotos: “[…] oye-

más alto de estos cerros que hoy se llama

ron de repente un tan pavoroso estruendo

por antonomasia el de los ídolos, estaba

y sintieron un terremoto tan grande, que

edificando un grande templo y en él mucho

juzgaron que se hundía todo el sitio y duró

[…]. Hánse hallado también algunos huesos

cerca de media hora. Y fue el caso que se

y calaveras especialmente de niños en un

derrumbó un gran pedazo de monte que

corral que hoy se ve de piedras […]”.

está frente al convento hacia la parte del

105

Los carmelos siempre enfatizaron su

Occidente”.106 Mientras, para contraatacar

destacado papel de santificación de dicho

a la fuerza maligna y como armas infalibles,

terreno, pues alegaron que antes de su

los descalzos se valieron de todo tipo de

llegada Satanás se encontraba resguar-

instrumentos y disciplinas acompañadas

dado en las cimas de los montes, repre-

del silencio y oración perpetua. Dicen los

sentado en los altares conservados por

documentos carmelitanos que al ver el de-

los indígenas en dichos sitos. Al encontrar

monio que no surtían efecto sus artimañas,

estos indicios, los carmelitas se encarga-

para restar el fervor de los habitantes del

ron de desmantelar los altares, quitar las

yermo tuvo que recurrir a “seres raciona-

“figurillas diabólicas” y en su lugar pusie-

les”.107

ron una cruz que marcaba en realidad la

Por ello, además de los conflictos con

delimitación de la merced que el virrey les

los pueblos aledaños, un indio prendió pri-

concedió.

mero el convento -el cual se libró de la to-

Según los miembros de la orden de

tal destrucción por el milagro hecho por un

Nuestra Señora del Carmen, el demonio

manto de Santa Teresa que apagó el fuego,

emprendió entonces una lucha contra los

según la crónica carmelitana- y después,

frailes que pretendían instalarse en sus te-

ocho ermitas, de las cuales la de San Juan

rritorios. El representante del mal -según la

Bautista sufrió dos ataques consecutivos.

tradición judeocristiana- dio batalla al con-

Eran tales y tan constantes las agresiones,

vertirse en fieras salvajes como leones y lo-

que por un tiempo los frailes tuvieron que

Ibid., p. 57. Ibid., pp. 57-62. 107 Rubial, “Tebaidas…”, pp. 363-364. 105 106

104

cancelar los ejercicios que se hacían en las

tradición de sus mayores que quien cavase

ermitas individuales.

allí había de morir luego”. Así, fray Damián

108

Una noche se descubrió al causante de

de San Basilio dijo a los indios que él ca-

los incendios. Era un indio del pueblo de

varía primero y que, si no moría, ellos se

San Bartolomé que durante 12 años había

persuadirían de que sus dioses eran falsos.

asustado a los ermitaños. Se le senten-

Respondieron que sí, cavó y no murió. Los

ció en Coyoacán a ser azotado y enviado

descalzos toman este hecho como una de

a obraje, pero los carmelitas disintieron al

las pruebas de evangelización que realiza-

considerar leve el castigo; pidieron la rec-

ron con los indios de la zona.110

tificación del fallo y los señores de la Real

Cada acción relatada en las crónicas

Sala del Crimen lo castigaron con la horca

corresponde a la tradición eremítica arras-

en la plaza mayor de la ciudad de México

trada desde el medioevo, la cual se mezcló

y le cortaron la cabeza y la mano derecha

con las características propias del Virreinato

para exhibirlas en el camino de la capital a

-como el caso de la vestimenta tlaxcalteca-

Santa Fe.

para edificar el primer yermo de Indias.

109

Ante el rechazo constante de la comu-

A lo largo de este artículo se percibe

nidad, los ermitaños siguieron trabajando y

que los carmelitas recibieron el apoyo de

sólo así -según los cronistas- los conflictos

las dos autoridades supremas de la Nueva

se fueron solucionando. Las fieras se tor-

España: el virrey y el arzobispo pues, como

naron mansas pues ya reconocían el hábito

mencioné, ambas autoridades respaldaron

de la Virgen; el lugar se fue santificando y

la tendencia de centralización, pero sus

los pobladores del lugar lo agradecieron

discrepancias residieron en cómo lo conci-

pues “[…] era tan supersticioso este sitio

bieron y, por tanto, el papel que cada una

que cuando se hizo la cerca, en llegando

de las autoridades civiles y religiosas debía

a aquel lugar pararon todos los indios que

desempeñar en el proceso.111 También fue-

iban abriendo las zanjas, diciendo que era

ron apoyados por la Audiencia peninsulares

El Santo Desierto de los carmelitas…, p. 63. Ibid., p. 67. 110 Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido…, p. 288. 111 María del Pilar Martínez, Elisa García y Marcela García, “Estudio introductorio. Tercer Concilio provincial mexicano (1585)”, en Concilios provinciales, Pilar Martínez López-Cano (dir.), México, UNAM, 2003, disco compacto, p. 1. 108 109

105

y algunos criollos, quienes ofrecieron sus

rona para lograr el fortalecimiento del Es-

recursos para ser patronos tanto del con-

tado. De esta manera, la orden de Nuestra

vento como de las ermitas.

Señora del Carmen dibujó algunas de las

En cambio, entre los opositores a los

bases para que, más adelante, se gestaran

intereses de los carmelitas descalzos es-

el proceso de secularización y el de confor-

tuvieron el obispo Diego Romano, el cabil-

mación del Estado moderno.

do -aunque pronto cambió su posición- y,

Pero los carmelitas descalzos no sólo se

por momentos, uno de los representantes

entremetieron en la vida política de la Nueva

más fuertes del grupo criollo: Pedro Cortés,

España, sino que lograron insertarse en las

mediante su representante en México. Se

fibras de la tradición e historia propia que

unieron a este grupo el otro frente contrarre-

conformaba al virreinato, a partir de símbo-

formista, la Compañía de Jesús, y los men-

los que rescataron y que resultaban recono-

dicantes como la orden de Santo Domingo

cibles para esa sociedad. El interés de los

apoyados por los pueblos indígenas.

benefactores no respondió exclusivamente

Así, la fundación del Santo Desierto

a una posición social sino a sus creencias,

por los hijos de Santa Teresa y los choques

al intento por salvarse de las “garras del pur-

para llevarla a cabo reflejan las reaccio-

gatorio”, además de recobrar la participación

nes de diversos grupos ante la inserción y

que como seglares habían tenido en el ritual

adaptación de un nuevo orden auspiciado

eremítico hasta hacía poco tiempo.112

desde la metrópoli; según esta tendencia,

Por tanto, no fueron sólo los juegos

el clero regular tenía que reformarse y rea-

políticos -en los que se desenvolvió la vida

comodar sus funciones en la sociedad, las

en la Nueva España- los que dotaron de

cuales implicaron el repliegue al interior de

características propias a la tendencia me-

sus conventos o la misión en los territorios

tropolitana antes mencionada, sino también

más alejados del dominio institucional. Esta

la herencia eremítica hispana trasladada a

transformación se concatenó en un esque-

Indias, así como la mágica y religiosa de los

ma de centralización pretendido por la Co-

pobladores americanos.

112

Christian, La religiosidad local…, pp. 203-206.

* Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.

106

DE BUENAS INTENCIONES A NECESIDADES REALES. EL INGRESO DE CAPELLANAS AL CONVENTO DE SANTA TERESA DE LA CIUDAD DE MÉXICO, 1704-18001 Graciela Bernal Ruiz*

PRESENTACIÓN

monjas que reproducían un conglomerado social en espacios que habían sido reser-

Uno de los elementos más notables que

vados para la clausura.2 Esta situación llevó

caracterizaron a los conventos novohispa-

a que en la segunda mitad del siglo XVIII se

nos fue la numerosa población que residía

dictara una serie de reformas sobre la vida

dentro de la clausura. En esos recintos se

conventual, cuya finalidad era acabar con la

podía encontrar a niñas educandas, muje-

situación de relajación prevaleciente hasta

res de servicio o damas de compañía de las

ese momento.3

1 Una primera versión de este trabajo se presentó en el 52o. Congreso de Americanistas, celebrado en Sevilla del 17 al 21 de julio de 2006. 2 Josefina Muriel nos brinda un marco general y referencial sobre los conventos de monjas de Nueva España, en su estudio pionero sobre el tema encontramos que en la mayoría de los conventos existía una activa vida social: Josefina Muriel, Conventos de monjas en la Nueva España, México, Jus, 1995 [1a. ed., 1946]. Estudios posteriores han reforzado esa hipótesis, quizá uno de los ejemplos más claros es el texto de Pilar Gonzalbo, pues al ocuparse de la labor educativa de los conventos nos habla de las niñas educandas que albergaban, lo cual, de alguna manera, rompía la clausura: Pilar Gonzalbo, La educación femenina en la Nueva España: colegios, conventos y escuelas de niñas, México, UNAM, 1981. Por lo que respecta a los conventos de carmelitas descalzas, Manuel Ramos Medina menciona la importancia que dentro de la sociedad novohispana tenían estos recintos, lo que atribuye, en gran parte, a su reducida población y a la vida contemplativa que seguían: Manuel Ramos Medina, Imagen de santidad en el mundo profano, México, Universidad Iberoamericana, 1990, y Místicas y descalzas: fundaciones femeninas carmelitas en la Nueva España, México, Centro de Estudios de Historia de México, CONDUMEX, 1997; véase también Graciela Bernal Ruiz, “El convento de Santa Teresa en la nueva de la ciudad de México, actores e institución religiosa en la Nueva España, 1704-1800”, tesis de licenciatura en Historia, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 2001. 3 A partir de 1767 se aplicaron disposiciones que buscaban retomar la disciplina que se había relajado en la mayoría de los conventos. En ese año el arzobispo Francisco Antonio de Lorenzana dio a conocer un documento titulado “Pastoral del arzobispo de México sobre costumbres y vicios de los conventos”. En los siguientes años se dieron a conocer más cédulas encaminadas a reformar la vida conventual, como la “Cédula sobre reglas de gobierno de las comunidades religiosas”; véase Graciela Bernal Ruiz, “El convento de Santa Teresa…”, pp. 139-143.

107

En este contexto, la orden de carme-

del siglo XVIII se hablaba de la necesidad de

litas descalzas representó una excepción

fundar un nuevo convento, quizá porque en

en tanto sus constituciones establecían un

este momento creían reunir las condiciones

límite de 21 monjas, número considerado

económicas necesarias para ello.

suficiente para una orden dedicada a la

Con la herencia recibida por la muerte

contemplación. Por este motivo, también

del principal patrono del convento (acae-

prohibían la entrada de niñas educandas u

cida en 1693), la priora de ese momento

otras personas que distrajeran la atención

-quien era su hija- consideró que contaban

de las monjas, prohibición que se hizo efec-

con recursos suficientes para llevar a cabo

tiva salvo muy raras excepciones.

esta obra. Además, como muchas de las

4

Bajo estas disposiciones, en 1616 se

aspirantes no podían cubrir el monto de la

fundó el primer convento carmelitano de la

dote -que en ese momento oscilaba entre

capital novohispana con la advocación de

3,000 y 4,000 pesos-, se planteó que la

San José, y las características que lo dife-

totalidad de las monjas ingresaría como

renciaban de la mayoría de los conventos

capellanas.

5

le ganaron la simpatía de la sociedad, así

Sin embargo, las religiosas pronto se

como de mujeres que deseaban ingresar a

vieron obligadas a reconocer que la heren-

la orden. Sin embargo, la cláusula que li-

cia dejada por el patrono no era suficiente

mitaba el número de monjas propició que,

para cumplir ese deseo en su totalidad. Si

en palabras de las religiosas, existieran mu-

bien consiguieron pagar la obra del conven-

chas aspirantes en espera de una vacante,

to de Santa Teresa, dedicado en 1704, no

lo cual sólo se producía por la muerte de

pudieron exceptuar a todas las aspirantes

una de las monjas. Por esta razón, a finales

de cubrir la dote; en 1712, el número de

4 En la ciudad de México, ese caso excepcional fue el de Teresa de Jesús; ella entró al convento con sólo 12 años de edad, cuando la edad mínima a la que ingresaron las novicias fue de 15 años -las Constituciones establecían que debía ser a los 17-. Creemos que pudo ser considerada una “niña educanda” porque fue al cumplir 15 años que se convirtió en novicia, profesando un año después. Su ingreso fue justificado por lo “deseosa que estaba de abrazar la orden”, aunque seguramente su aceptación se debió a que su padre aportó el dinero necesario para la construcción de la iglesia del convento. Véase Graciela Bernal Ruiz, “El convento de Santa Teresa la Nueva…”, pp. 40-44. Respecto a los requisitos de edad para ser novicia de esta orden, véase Santa Teresa de Jesús, Obras completas, Madrid, Aguilar, 1970, p. 27. 5 El primer convento de esta orden en la Nueva España se fundó en la ciudad de Puebla en 1604, también dedicado al señor San José.

108

capellanas se redujo de manera definitiva a

personas que promovieran la fundación de

14, todavía un número significativo en fun-

iglesias, casas de recogimiento y conventos.

ción de las prácticas del momento.

Para realizar cualquiera de estas obras, los

En este trabajo analizamos el proyecto

interesados debían contar con el beneplácito

planteado por unas religiosas: permitir la

de autoridades tanto civiles como eclesiásti-

entrada a la clausura sin dote a aspirantes

cas y, para que éstas dieran su autorización,

de escasos recursos. Si bien esto pretendía

uno de los requisitos indispensables era

ser una opción para mujeres que de otra

contar con capital suficiente que sufragar los

manera no podían ingresar al convento,

gastos de la construcción y, de ser posible,

veremos cómo esas intenciones cambiaron

el sustento de sus ocupantes; la intención

muy pronto, no sólo porque las religiosas

era que las obras no representaran ninguna

se vieron imposibilitadas económicamente

carga para el Estado ni para la iglesia.

para llevar a cabo el proyecto original, sino

En el caso de los conventos, estas con-

porque varias de las beneficiadas pertene-

diciones llevaron a las monjas a buscar “pa-

cían a familias que distaban mucho de ser

tronos” para construir sus recintos; es decir,

de escasos recursos.

personas que facilitaban el capital o propie-

Además encontramos otro elemento

dades necesarias para ese fin, lo cual se ha-

que se discutirá en el trabajo, la importan-

cía mediante la firma de un contrato ante un

cia del estatus de la propia orden que se

notario eclesiástico y con la autorización del

vería beneficiada por esta generosidad en

arzobispo, en el que ambas partes, patrono

un tiempo en el que la dote era un ele-

y la representación de la nueva fundación,

mento decisivo para ingresar en la clau-

declaraban sus mutuas obligaciones.

sura que, dicho sea de paso, también era

Éstas variaron de acuerdo con las prác-

un símbolo de estatus para las familias

ticas de cada orden religiosa, pero la regla

novohispanas.

general era que el patrono se comprometiera a edificar la iglesia y el convento o lo

FUNDAR UN CONVENTO

dotara de bienes, si es que los edificios ya estaban terminados o en proceso de cons-

En una sociedad eminentemente religiosa

trucción. Hubo casos en que un convento

como la de la Nueva España, no faltaron

llegó a tener más de un patrono debido a

109

que no todos los donadores contaban con

taban dedicarles gran parte de sus oracio-

el capital requerido para la construcción;

nes y reservarles un espacio en el convento

de esta manera, la aceptación del título de

para ser sepultados, y no fue raro el caso

patrono dependía de la “negociación” o

en que estos derechos se extendieron a sus

disposición tanto de las monjas como del

descendientes.7 También era derecho de los patronos

donador. Es de suponer que los patronos eran

nombrar capellanas,8 es decir, cierto número

personas con solvencia económica; la ma-

de jóvenes que podían entrar al convento sin

yoría contaba con capitales o propiedades

pagar dote; por lo regular se trataba de mu-

considerables, como fue el caso de quienes

jeres que tenían un vínculo familiar con ellos,

financiaron los conventos carmelitanos.

pero cuando no sucedía así las aspirantes

Por ejemplo, el capitán Esteban de Molina

tenían que comprobar que provenían de un

Mosqueda, patrono principal del convento

origen social “limpio”, un requisito general.9

de San José de la ciudad de México -cuya

En la mayoría de los casos fueron las

reconstrucción financió -, era considerado

propias personas que se convirtieron en

un rico hacendado residente en la capital

patronos quienes en vida decidieron apo-

novohispana; los patronos de los conventos

yar nuevas fundaciones, o bien lo dejaron

carmelitanos de Guadalajara y Querétaro

establecido en sus testamentos. En ese

también fueron “gente principal”.

contexto, podemos decir que la fundación

6

A cambio de financiar estas obras, las

de Santa Teresa de la ciudad de México

religiosas debían otorgar a sus benefacto-

-más tarde conocida como Santa Teresa

res ciertos derechos, entre los que se con-

la Nueva- representó un caso especial en

6 La benefactora del convento de Guadalajara fue Isabel Espinosa de los Monteros; ofreció 40,000 pesos para la fundación, de los cuales se destinó la mitad a la construcción del convento y el resto al sostenimiento de las religiosas. La benefactora de Querétaro fue Antonia Josefa Gómez Rodríguez de Pedroso, marquesa de Selva Nevada, mujer acaudalada, dueña de haciendas, vecindades, pulperías, etc., quien además ingresó al mismo convento bajo el nombre de María Josefa de Santa Teresa; ella hizo una donación de 105,000 pesos. Para el caso de los conventos de carmelitas descalzas, véase Manuel Ramos Medina, Místicas y descalzas…. 7 Para estudiar detenidamente el tema de los patronos de los conventos, sobre todo de la ciudad de México, consúltese Josefina Muriel, Conventos de monjas…, pp. 29-32. 8 El título de capellán se aplicaba tanto a hombres como a mujeres, los primeros tenían la función de oficiar misa y las segundas, que habían sido “dotadas” por alguna persona para que entraran a un convento, al no pagar dote debían rezar por el alma de quien les ayudó a ingresar al convento. 9 Josefina Muriel, Conventos de monjas…, pp. 29-31.

110

tanto la persona que se convirtió en su

era ante todo un acto de generosidad en

patrono, Esteban de Molina Mosqueda,

una sociedad en donde las buenas accio-

ya había fallecido cuando se emprendió

nes eran de primer orden. En este sentido,

la nueva obra, y no dejó en su testamento

al ser la dote un requisito casi indispensa-

disposición alguna relacionada con ello ni

ble para entrar en clausura, las religiosas

con el nombramiento de capellanas. Fue

carmelitas serían bien vistas, pues darían la

su hija, Teresa de Jesús, que en ese mo-

oportunidad de optar por este tipo de vida a

mento era la priora del convento de San

aspirantes de escasos recursos exentándo-

José y decía representar los derechos de

las de ese pago.

las demás religiosas, la encargada de pro-

Por la cantidad de recursos que de-

poner y realizar los trámites de la nueva

bían invertirse, las generosidades de esa

fundación, apoyada en la seguridad econó-

magnitud eran poco comunes en la Nueva

mica que parecía darle la herencia recibida

España; por lo tanto, el convento, las reli-

de su padre.10

giosas -léase Teresa de Jesús- y el patrono

Con una aparente solvencia económi-

podrían inmortalizarse. Esteban de Molina

ca, la priora de San José también propuso

se convertiría en patrono de dos conventos;

que la totalidad de las monjas que ingresa-

Teresa de Jesús sería reconocida como la

ran al nuevo convento lo hicieran sin dote,

promotora de un proyecto de gran importan-

convirtiéndose así en capellanas de su di-

cia, pues aunque lo hacía como priora de

funto padre. Teresa de Jesús sabía que sus

un convento, era difícil desligarla del hecho

argumentos estaban libres de cualquier ob-

de que fuese la hija del patrono. También

jeción, pues no sólo se trataba de “dar con-

estaba de fondo el prestigio de la orden car-

suelo a muchas doncellas” que no podían

melitana en la capital virreinal, un espacio

ingresar al convento por falta de espacio;

en donde los conventos de monjas pudie-

10 Esteban de Molina Mosqueda dejó como heredera de sus bienes a su hija y al convento “por su representación”, pues era una regla que las religiosas, al ingresar en clausura, debían hacer testamento a favor del convento; siguiendo esta práctica, el convento de San José quedó como poseedor de todos los bienes de Esteban de Molina. Un análisis más amplio del testamento de Esteban de Molina Mosqueda, de las disposiciones de Teresa de Jesús y de todo el proceso de la nueva fundación puede verse en Graciela Bernal Ruiz, “La polémica por un derecho, discordia entre dos carmelos”, en María Isabel Viforcos Marinas y Ma. Dolores Campos SánchezBordona (coords.), Fundadores, fundaciones y espacios de vida conventual. Nuevas aportaciones al monacato femenino, León, Universidad de León, 2005, pp. 591-612.

111

ron disputarse las limosnas, las herencias,

convento de Santa Teresa. El primer año

el reconocimiento social, etc., qué mejor

hubo mucho movimiento. A finales de 1705

manera de obtenerlo que con una obra de

vivían en el convento 18 religiosas -habían

estas características.11

ingresado 20, pero dos salieron antes de

A finales de 1704 todo estaba listo para

profesar-, incluidas las cuatro religiosas

la dedicación del convento; una de las re-

fundadoras provenientes del convento an-

ligiosas elegidas como fundadoras fue la

tiguo. En 1706 entró otra novicia, una más

propia Teresa de Jesús, quien había sido

el año siguiente -que no profesó- y en 1709

priora de San José los últimos 12 años y

ingresó la que se consideraba número 20;

pasó con el mismo cargo a Santa Teresa, y

la última de esta primera generación llegó

lo sería hasta el día de su muerte, acaecida

al claustro en 1713.

en 1723. Las demás religiosas fundadoras

Como vemos, en el lapso de un año la

fueron Isabel de la Encarnación, que ejerce-

población de Santa Teresa estaba a punto

ría los cargos de portera mayor, clavaria y

de llegar a su límite, pero pasaron casi ocho

tornera; María de Cristo, designada segun-

años antes de que esto sucediera. Creemos

da clavaria y ropera, y Juana María de San

que la razón fue, al menos hasta 1812, la

Esteban como sacristana, segunda portera,

falta de novicias, porque en San José sólo

provisora y clavaria.

se registró la entrada de una novicia entre 1700 y 1717.12 Esto es comprensible en

EL INGRESO DE MONJAS, LOS PRIMEROS

tanto debía poblarse un convento de nue-

DESENCANTOS

va fundación y remplazar en el antiguo las vacantes dejadas por las fundadoras que

El día señalado para la fundación fue el

pasaron a Santa Teresa, pues aun cuando

4 de diciembre de 1704 y a partir de ese

existían aspirantes, éstas no debieron ser

momento se inició el ingreso de novicias al

demasiadas, sobre todo si pensamos en la

Las muestras de simpatía hacia la nueva fundación fueron expresadas en los testimonios presentados por las religiosas en los trámites de fundación, y en ellos se enfatizaba la generosidad de las monjas al exceptuar a las aspirantes de dote. Véase Graciela Bernal Ruiz, “La polémica por un derecho…”. 12 En 1705 profesó quien llevó por nombre religioso Gertrudis María de San Esteban. Si profesó como monja de velo negro debió ingresar en 1704, y si lo hizo como monja de velo blanco debió hacerlo en 1703; en ambos casos, debió ser antes de que se dedicara el convento de Santa Teresa, pues como hemos mencionado, fue a finales de 1704. 11

112

variedad de opciones que ofrecía la capital de la Nueva España.

13

Esta situación se mantuvo varios años y, en 1712, la precaria situación económica

Muy pronto se presentaron problemas

de ambos conventos obligó a las religiosas

económicos que afectaban directamente

de Santa Teresa a solicitar al arzobispo “de-

el sustento de las monjas y la entrada de

tener” la entrada de capellanas debido a la

capellanas. La crisis económica alcanzó la

falta de recursos;15 al mismo tiempo pedían

cúspide en 1706, cuando fue evidente que

que el convento de San José les aumentara

los gastos generados por ambos conven-

la renta anual. También reclamaron las do-

tos no podían cubrirse con la herencia del

tes de tres de las religiosas fundadoras, las

señor Esteban de Molina, no después de

cuales se habían quedado en el convento

financiar una obra material de semejantes

de San José, pero la prelada de él, como

magnitudes. Esto desembocó en un pleito

era de esperase, se negó a entregarlas.16

que en un principio involucró al mayordo-

Al hacer la solicitud al arzobispo, Te-

mo de ambos conventos y a la priora de

resa de Jesús pedía detener la entrada de

San José -acusada de exceder los gastos

capellanas y que se modificara el proyecto

del convento- y pronto enfrentó a las dos

original; para solucionar los problemas eco-

prioras. En marzo de 1708 Teresa de Je-

nómicos, propuso que 14 religiosas conser-

sús expresó de manera abierta que no le

varan el título de capellanas y a las siete

alcanzaban los 4,000 pesos que recibía

restantes se les nombrara de dote -incluso

anualmente del convento de San José.14

la número 21, lugar questaba vacante-, es-

En 1704 existían 19 conventos de monjas en la ciudad de México, incluido el de Santa Teresa. En la escritura de obligación se establecía que el convento de San José debía dar al nuevo convento una cantidad anual de 4,000 pesos para el sostenimiento de las monjas. Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Bienes Nacionales, vol. 477, exp. 3, La priora y clavarias de Santa Teresa piden que se les haga notoria la cuenta sobre que no alcanzan las rentas a cubrir los gastos, marzo de 1708. Los detalles de este enfrentamiento pueden consultarse en Graciela Bernal Ruiz, “La polémica por un derecho...”. 15 Archivo Histórico del Convento de Santa Teresa La Nueva, México (en adelante AHCSTNM), Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4 de noviembre de 1712, y Libro de profesiones, años de 1704 a 1712. 16 AHCSTNM, Documentos oficiales, 1700-1730, Auto, 4 de noviembre de 1712. Debemos señalar que una de las cuatro religiosas fundadoras de Santa Teresa, Juana María de San Esteban, había ingresado al convento antiguo como capellada de Esteban de Molina Mosqueda; es probable que fuese una conocida del propio patrono y, por lo tanto, de Teresa de Jesús o, en todo caso, que al haber sido dotada por el padre de ésta le debiera cierta lealtad: AGN, Bienes Nacionales, legajo 308, exp. 5, Convenio celebrado entre los conventos de San José y Santa Teresa. 13 14

113

pecificando que la que entrase lo haría bajo

dida por el arzobispado, que nombró a las

la misma modalidad. La petición fue aten-

14 elegidas. (Cuadro 1.)

17

Cuadro 1. Título de las religiosas de Santa Teresa, 1712 Año

Nombre

Modalidad

Velo

1704

Isabel de la Encarnación

Dote

Negro

1704

Teresa de Jesús

Dote

Negro

1704

María de Cristo

Dote

Negro

1704

Juana María de San Esteban

Capellana

Negro

1704

Ana de Santa Eufrasia

Capellana

Blanco

1704

Luisa del Sacramento

Salió

-

1704

Agustina de San José

Dote

Negro

1704

María de San Juan

Capellana

Negro

1704

Petra de Santa Teresa

Dote

Negro

1704

María Manuela del Rosario

Capellana

Negro

1704

Josefa de San Miguel

Capellana

Negro

1705

María de San Cirilo

Capellana

Blanco

1705

Francisca de San Elías

Capellana

Negro

1705

Juana del Sacramento

Capellana

Negro

1705

María Ana Ignacia de Jesús

Salió

-

1705

Manuela de los Ángeles

Capellana

Blanco

1705

María Luisa del Espíritu Santo

Capellana

Negro

1705

María de Santa Inés

Capellana

Negro

1705

Bernarda de la Concepción

Capellana

Negro

1705

Teresa de la Asención

Dote

Negro

1706

María de San Alberto

Capellana

Negro

1707

Leonor de San Pedro

Salió

-

1709

María de San Francisco

Capellana

Negro

Fuente: AHCSTNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4.XI.1712, y Libro de profesiones, años de 1704 a 1709, s/f. 17 La finalidad de presentar este documento fue exponer el problema económico en que se encontraban las religiosas de Santa Teresa y tratar de conseguir que el arzobispo hiciera algo al respecto. AHCSTNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4 de noviembre de 1712.

114

Teresa de Jesús establecía su criterio

Cuadro 1, en donde se presentan los nom-

para nombrar a las religiosas de dote y

bres de las religiosas siguiendo el orden de

capellanas. Éstas debían ser las primeras

ingreso como novicias. En ese cuadro ob-

14 y para ello se apoyaba en las Constitu-

servamos que a dos de las religiosas que

ciones aunque, como veremos, hacía una

ingresaron en 1704 (Agustina de San José

adaptación de la cláusula XIV del capítulo II

y Petra de Santa Teresa) se les dio el título

de las mismas. Esa cláusula, citada por la

de dote. Posteriormente se intercalaron las

priora, decía que no podían recibirse “más

categorías de capellanas con una de dote

de catorce monjas hasta no tener los recur-

(Teresa de la Ascensión), y nuevamente

sos suficientes para el sustento de las vein-

dos capellanas más, María de San Alberto y

te y una que ordena la regla”; en ese mo-

María de San Francisco, reservando el nú-

mento había 20 monjas en Santa Teresa.

mero 21 para otra de dote.

18

Visto lo anterior, creemos que el criterio

Basamos la idea de que algunas de las

para elegir a las 14 monjas que llevarían el

religiosas con posibilidades económicas

título de capellanas pudo basarse en las po-

recibieron el título “de dote” en el caso de

sibilidades económicas o la aportación que

Petra de Santa Teresa, quien al ingresar

pudieran dar al convento. Esto se deduce

al convento dotó de mil pesos de limosnas

del hecho de que tres de las fundadoras, las

al convento19 que, si bien no se trataba del

primeras en ingresar al convento, conser-

monto de una dote, era una cantidad con-

varon su título de “religiosas de dote” con

siderable que no podía pagar cualquier

que habían ingresado al convento antiguo,

persona. Por otra parte, desconocemos el

a pesar de que el monto de la dote no se

origen económico de las últimas dos religio-

trasladó a Santa Teresa.

sas que recibieron el título de dote, Agusti-

Si seguimos el criterio planteado por la

na de San José y Teresa de la Ascensión,

priora de Santa Teresa, las siguientes 14

prácticamente no sabemos nada, el único

debieron nombrarse como capellanas, pero

detalle es que Agustina de San José entró

no sucedió así, como se puede ver en el

en segundo lugar (descartando a las funda-

AHCSTSNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4.XI.1712. 19 AHCSTSNM, Libro de profesiones, Profesión de Petra María de Santa Teresa, 9 de diciembre de 1804. 18

115

doras y a la que salió) y profesó en quinto

intenciones. Veamos lo que sucedió con el

por problemas de salud, por lo cual, en el

otro objetivo, beneficiar a mujeres pobres.

criterio planteado por la priora, debió haber sido nombrada como capellana.

EL ORIGEN DE LAS MONJAS

Finalmente, la única dote que recibió Santa Teresa fue la de Rosa María de la

Igual que en los demás conventos de la

Santísima Trinidad, la número 21 que ingre-

ciudad de México, las religiosas de Santa

só en 1713, y con esa cantidad se cubrió

Teresa fueron “de origen conocido”; encon-

una capellanía de 3,000 pesos en 1714,

tramos datos que así lo indican en el Libro

que estaba impuesta sobre una casa que

de profesiones, y también podemos ver que

recibieron las carmelitas.

en algunos casos de monjas coristas existe

20

Como vemos, esta primera genera-

una información amplia de sus padres y fa-

ción de monjas se enfrentó a una realidad

miliares, todo lo cual nos permite saber más

muy distinta a la que esperaban; el cambio

sobre su origen.

de monjas capellanas a monjas de dote se

Mediante esos documentos hemos po-

convirtió en algo inevitable ante la imposibi-

dido saber que dentro del convento de San-

lidad de cubrir con 4,000 pesos los gastos

ta Teresa se establecieron algunos lazos

que generaba el convento: manutención de

de parentesco. Al respecto, en el Cuadro 2

las monjas, gastos de enfermería, todo lo

se muestra que existieron varias hermanas

que implicaba la celebración de misas (cera,

como Juana María de San Esteban (prove-

aceite, vino, hostias, etc.), salarios de sacris-

niente del convento de San José y fundado-

tanes, guarda de noche, etc. En este sentido,

ra de Santa Teresa) y María de San Fran-

vemos que uno de los objetivos del proyecto

cisco (cuyo ingreso se produjo en 1709),

de Teresa de Jesús, poblar el convento de

Josefa Teresa de Jesús (1731) y María

Santa Teresa con capellanas, no pudo con-

Xaviera de los Dolores (1732), María Josefa

cretarse en su totalidad pues las necesida-

de San Juan (1757) y Josefa Ignacia de la

des económicas sobrepasaron las buenas

Encarnación (1760). Estos lazos de paren-

Las religiosas especificaban que esa capellanía había sido cubierta con el monto de una dote. AGN, Bienes Nacionales, leg. 752, exp. 3. El mayordomo del convento de Santa Teresa presenta relación de las rentas recibidas. 20

116

tesco también existieron, al menos para un

y a Josefa del Santísimo Sacramento, del

caso en el siglo XVIII, entre religiosas de los

convento de San José. Sabemos que Rosa-

dos conventos carmelitanos de la ciudad de

lía de la Santísima Trinidad y Ana María de

México; nos referimos a Ángela Teresa de

San Miguel también pertenecían a la misma

Jesús (1772) del convento de Santa Teresa

familia; ésta era sobrina de aquélla.

Cuadro 2. Origen de las monjas del convento de Santa Teresa Nombre de pila

Manuela Molina Mosqueda

Juana de Zúñiga y Toledo

María de Baldiviero

Nombre religioso

Lugar de origen

Isabel María de la Encarnación

Ciudad de México

Teresa de Jesús

Ciudad de México

María de Cristo

Ciudad de México

Juana María de San Esteban Ciudad de México

Nombre de los padres

Esteban de Molina Mosqueda y Manuela de la Barreda Francisco de Zúñiga y Toledo y María de Campos (o Espinoza)

Luisa del Sacramento

Ciudad de México

Agustina de San José

Ciudad de México

Cristóbal de la Palma y Ángela de Monroy

María de San Juan

Ciudad de México

Nicolás del Campo y Mariana Hernández

Petra María de Santa Teresa

Ciudad de México

Juan de Erise y María de la Rosa

María Manuela del Rosario

Guadalajara

Domingo de Urisa y Mariana de Gambo

Josefa de San Miguel

Real de minas de Pozos

Pedro de Aván y María de [Conpí]

Ana de Santa Eufrasia

Ciudad de México

Jerónimo Guerrero y Teresa de Juárez

Francisca de San Elías

Ciudad de México

Juan de Garay y Balona y Francisca Ramírez de Arellano

Juana del Sacramento

Villa de León

Francisco de Navarrete y Ávalos y Leonor de Aguilar

María Ana Ignacia de Jesús

Ciudad de México

Baldiviero y Portilla

117

Nombre de pila

Nombre religioso

Lugar de origen

María de San Cirilo Ciudad de México María Luisa del Espíritu Santo

Ciudad de México

Nombre de los padres Miguel Moreno y Teresa Reina Gabidia y María de Padilla

María de Lobato

María de Santa Inés Ciudad de México

Jerónimo Lobato

Claudia Helguera

Bernarda de la Concepción

Reino de Galicia (Ponte Vedra)

Antonio Helguera y Josefa Zúñga Montemayor (Sotomayor)

Teresa de Lora

Teresa de a Asención

Ciudad de México

Nicolás de Lora y María de Zárate

Manuela Sánchez

Manuela de los Ángeles

Ciudad de México

Andrés Sánchez Requejo y María de Sierra

Ciudad de México

Luis Ceballos e Inés de Ortega

María de San Manuela de Ceballos Alberto Manuela de Gracia

Leonor de San Pedro

Ciudad de México

Juan de Gracia y Leonor Cano

María Josefa de Zúñiga y Toledo

María de San Francisco

Ciudad de México

Francisco de Zúñiga y Toledo y María Espinoza

Rosalía Bueno y Basorio

Rosa María de la Santísima Trinidad

Ciudad de México

José Bueno y Basorio y María de Ita y Parra

María Josefa de Espinosa

María Josefa de la Encarnación

Ciudad de México

Juan de Espinosa y Clara Moreno del Río

Rosa Rodríguez de la Rosa

Rosa Xaviera de los Dolores

Ciudad de México

Manuel Rodríguez de la Rosa y Rosa Polanco

Ciudad de México

Diego de Ordás y León y Petronila Pérez Alonso

María de Sebastián Ordás y León Josefa Ignacia de Soria

Josefa Teresa de Jesús

Ciudad de México

Ignacio de Soria y María González

María Javiera de Soria

María Xaviera de San José

Ciudad de México

Ignacio de Soria y María González

Josefa Folgar

Josefa Ana de la Concepción

Ciudad de México

Ramón Folgar y Micaela Munarrás Garrido

Ana María de San Ana María de Castro Miguel

Ciudad de México

Francisco de Castro y Josefa de Ita y Mora

Francisca de Villalobos

Ciudad de México

Juan de Villalobos y Gregoria Gertrudis de Romero

118

Francisca de la Asunción

Nombre de pila

Mónica Cid de Escobar

Nombre religioso

Lugar de origen

Nombre de los padres

María Josefa de San Ignacio

Ciudad de México

Lorenzo de Artiaga y Magdalena de León

Ciudad de México

José Cid de Escobar y María de Villaseñor (su padre era originario de la villa de aguas. En el nuevo reino de Galicia

Agustina Gertrudis de Cristo

María Romo de la Vera Eusebia Guerrero

Ciudad de México Eusebia del Sacramento

Ciudad de México

José Guerrero y María Mozón

Felipa María Ana de María Felpa Almonte de los Ángeles

Ciudad de México

Juan de Almonte y María de Gama

Agustina Meninde Velarde

Ciudad de México

Urbano Meninde Velarde e Isabel Sánchez

Ana María Bueno Cervantes

Mariana del Espíritu Santo Ciudad de México

José Bueno y María Tomasa Cervantes

María Guadalupe de San José Ciudad de México

Manuel Pavón y Felipa Rivera

Ana de San Esteban Ciudad de México

Isidro Navarro y Micaela de Ibarburu

Catarina de Cristo

Ciudad de México

Nicolás Moreno y Ana Pérez

Inés Josefa del Corazón de Jesús

Ciudad de México

Bartolo de Uribe (Munibe) y Andrea Artiaga

Micaela Josefa de Santa Teresa

Ciudad de México

Pedro Malo y María Gertrudis Castro

Ana María Navarro

Juana Osorio

María Josefa de San Juan Jalapa

Juan de Arce y Arroyo y Antonia de Achigaray

María Ignacia de la Asención

José Fernández y Micaela de la Mora

Ciudad de México

María Vicenta de los Dolores Ciudad de México

Manuel Castillo y clara Chandía

Juana María de la Cruz

Felipe Pardo y María Teresa del Moral

Ciudad de México

Juana María de San Elías Ciudad de México

Gaspar Osorio Barba y María Gertrudis de Vello

119

Nombre de pila

Nombre religioso

Lugar de origen

Josefa Ignacia de Arce

Josefa Ignacia de la Ciudad de México Encarnación (Jalapa?)

Juan de Arce y Arroyo y Antonia Achigaray

María Luisa González Guerra

María Luisa de San José Ciudad de México

Juan González Guerra y María Teresa Vértiz

Rosa María del Espíritu Santo

Juan Rafael de Roa y María Josefa de la Fuente

Ciudad de México

Nombre de los padres

María Josefa Moro

Ana Joaquina de la Concepción Ciudad de México

Antonio Moro y Martínez y Rosa Carbajal y Machado

Ángela Labanderos

Ángela Teresa de Jesús

José Labandero y Ángela Trebuesto

Ciudad de México

Juana María Regato María Ana de Santa y Monasterio Teresa Ciudad de México

José Regato y Clara Monasterio

María Josefa González del Castillo María Manuela de y Mendoza San Ignacio

Francisco González del Castillo y Ana Luisa de Mendoza

Ciudad de México

María Josefa Tobio

María Micaela de la Asunción Ciudad de México

José Tobio y María de Estada

Dolores Verdugo Blanco y Soler

María Dolores de la Santísima Trinidad Ciudad de México

Cap. Pedro Verdugo Blanco y Josefa Soler

María Ignacia de Goya (Lora) y Aldasoro

María Teresa Ignacia de los Dolores

Ciudad de México

Ramón de Goya y María Ana Aldasoro

Ciudad de México

Manuel Lesoana y Josefa Téllez Leal

María Agustina del Santísimo Agustina de Lesoana Sacramento

María Magalena de Manuela María Alire la Preciosa Sangres de Cristo Ciudad de México y Alasio

Juan Alire y María Alasio

Fuente: AHCSTNM, Libro de profesiones, años de 1704 a 1799.

En casi todos los casos en que dos religiosas presentaron lazos sanguíneos, una

ingresó como capellana y la otra con dote, o ambas como capellanas. (Cuadro 3.)

Cuadro 3. Modalidad de ingreso de las religiosas del convento de Santa Teresa Nombre

Ingreso

Modalidad

Velo

Isabel María de la Encarnación

1704

Dote

Negro

120

Nombre

Ingreso

Modalidad

Velo

Teresa de Jesús

1704

Dote

Negro

María de Cristo

1704

Dote

Negro

Juana María de San Esteban

1704

Capellana

Negro

Luisa del Sacramento

1704

(no profesó)

Negro

Agustina de San José

1704

Dote

Negro

María de San Juan

1704

Capellana

Negro

Petra María de Santa Teresa

1704

Dote

Negro

María Manuela del Rosario

1704

Capellana

Negro

Josefa de San Miguel

1704

Capellana

Negro

Ana de Santa Eufrasia

1704

Capellana

Blanco

Francisca de San Elías

1705

Capellana

Negro

Juana del Sacramento

1705

Capellana

Negro

María Ana Ignacia de Jesús

1705

(no profesó)

Negro

María de San Cirilo

1705

Capellana

Blanco

María Luisa del Espíritu Santo

1705

Capellana

Negro

María de Santa Inés

1705

Capellana

Negro

Bernarda de la Concepción

1705

Capellana

Negro

Teresa de la Asención

1705

Dote

Negro

Manuela de los Ángeles

1705

Capellana

Blanco

María de San Alberto

1706

Capellana

Negro

Leonor de San Pedro

1707

(no profesó)

Negro

María de San Francisco

1709

Capellana

Negro

Rosa María de la Santísima Trinidad

1713

Dote

Negro

María Josefa de la Encarnación

1726

Dote

Negro

Rosa Xaviera de los Dolores

1726

Capellana

Negro

María de Sebastiana Ordás y León

1726

Dote

Negro

Josefa Teresa de Jesús

1731

Dote

Negro

María Xaviera de San José

1732

Capellana

Negro

Josefa Ana de la Concepción

1732

Capellana

Negro

Ana María de San Miguel

1732

Capellana

Negro

Francisca de la Asunción

1732

Capellana

Negro

María Josefa de San Ignacio

1732

Capellana

Blanco

121

Nombre

Ingreso

Modalidad

Velo

Agustina Gertrudis de Cristo

1734

Dote

Negro

María Romo de Vera

1735

(no profesó)

Negro

Eusebia del Sacramento

1745

Capellana

Negro

María Felpa de los Ángeles

1745

Agustina Meninde Velarde

1748

Blanco (no profesó)

Blanco

Mariana del Espíritu Santo

1748

Negro

María Guadalupe de San José

1748

Blanco

Ana de San Esteban

1751

Negro

Catarina de Cristo

1753

Dote

Negro

Inés Josefa del Corazón de Jesús

1755

Capellana

Negro

María Josefa de San Juan

1757

Capellana

Negro

Micaela Josefa de Santa Teresa

1758

Dote

Negro

María Ignacia de la Asención

1758

Dote

Negro

María Vicenta de los Dolores

1758

Capellana

Negro

Juana María de la Cruz

1757

Capellana

Negro

Juana María de San Elías

1760

Capellana

Negro

Josefa Ignacia de la Encarnación

1760

Dote

Negro

Ángela Teresa de Jesús

1772

Dote

Negro

María Luisa de San José

1773

Dote

Negro

Rosa María del Espíritu Santo

1774

Capellana

Negro

Ana Joaquina de la Concepción

1775

Capellana

Negro

María Ana de Santa Teresa

1778

Dote

María Manuela de San Ignacio

1780

María Micaela de la Asunción

1784

Negro Blanco

Capellana

Negro

María Dolores de la Santísima Trinidad

1786

Dote

Negro

María Teresa Ignacia de los Dolores

1787

Capellana (dejó dote)

Negro

María Agustina del Santísimo Sacramento

1789

Capellana

Blanco

María Magdalena de la Preciosa Sangre de Cristo

1799

Dote (tomo la dote)

Negro

Fuente: AHCSTNM, Libro de profesiones, años de 1704 a 1799, y AHCSTNM, Documentos oficiales, Auto sobre la solicitud que hacen las religiosas del convento de Santa Teresa de nueva fundación de detener la entrada de capellanas, 4 de noviembre de 1712.

122

Esto nos lleva a cuestionar si todas las

Es el caso de María Josefa de San Juan

religiosas que ostentaron el título de cape-

(1757) quien, a diferencia de su hermana

llanas realmente carecían de capital para

Josefa Ignacia de la Encarnación (1760), no

dar la dote en el momento de profesión.

aportó dote al ingresar al convento. En el

Aun cuando no contamos con los datos

mismo caso se encontraban María Teresa

precisos de cada una de las religiosas, es-

Ignacia de los Dolores (1787) y María Agus-

tas dudas surgen en el momento de revisar

tina del Santísimo Sacramento (1789), esta

la documentación pues, a pesar de que en

última fue nieta por línea materna de Pedro

el Libro de fundación del convento se men-

Téllez Carbajal, oficial de las Reales cajas

ciona de manera reiterada que las religio-

de la ciudad, que entró como capellana to-

sas entrarían en él lo harían sin dote para

mando el velo blanco. Por otra parte, sólo

que así pudiesen acceder mujeres pobres

en el caso de María Teresa Ignacia de los

a esta orden, en la comunidad aparecieron

Dolores (1787) se especifica que al ingresar

nombres y parentescos importantes que no

al convento ocuparía el lugar de capellana

necesariamente se relacionaban con las re-

por ser el único que en ese momento estaba

ligiosas que ingresaron con dote.

vacante pero, por sugerencia del arzobispo,

En el apartado anterior analizamos el

depositó el monto de la dote que traía para

criterio seguido para nombrar a las religio-

que la ocupara alguna mujer pobre que de-

sas capellanas y a las de dote, y vimos la

seara entrar al convento y no contara con

falta de claridad en algunos casos en los

el capital requerido; esta cantidad la tomó

que su riqueza económica no está compro-

María Magdalena de la Preciosa Sangre de

bada, pero hay casos en que podemos ase-

Cristo (1799). Salvo este caso, ninguna otra

gurarlo, pues así se indica en algunas car-

mujer de situación económica desahogada

tas de edificación en las que se habla de

que ingresó como capellana dejó cantidad

religiosas capellanas que tuvieron padres

alguna para la misma causa.

21

“ilustres por nacimiento y con abundancia de bienes terrenales”.

En el convento de Santa Teresa también hubo monjas cuyos familiares pertene-

Carta de edificación es el texto que se encuentra dentro del Libro de profesiones, en la cual aparece una pequeña biografía de las religiosas que han muerto; se distribuía a todos los conventos de la orden para que conocieran la vida y virtudes de cada religiosa. 21

123

cieron a algunas órdenes militares22 y, por

las familias más importantes de México; su

lo tanto, a las familias más importantes de

abuelo materno, Pedro Trebuestos Alvara-

la Nueva España; sin embargo, no todas

do, era originario de las provincias vascon-

entraron con dote. Fue el caso de Francisca

gadas, en donde sabemos que ingresó a la

de San Elías (1705), hija de Juan de Garay

orden de Alcántara en 1713 y en 1728, una

y Balona, perteneciente a la orden militar de

vez que instalado en la Nueva España tomó

Santiago. Otro caso es el de Juana María

la orden de Santiago. En 1720, Trebues-

de San Elías (1760), quien también fue ca-

tos se había casado con Catalina Dávalos

pellana y cuyo padre, Gaspar Osorio Barba,

Bracamonte y Orozco, con cuyo matrimonio

descendía de Lorenzo y José Antonio Oso-

obtuvo el título de tercer conde de Miravalle

rio y Barba, originarios del reino de León;

y sus “descendientes continuaron con los

ambos ingresaron a la orden de Santiago en

honores de la casa”.24

el año de 1694, cuando todavía estaban en

En cuanto al padre de Micaela Josefa

España y al pasar a América en 1702, uno

de Santa Teresa (1757), Pedro Malo de Vi-

de ellos fundó una capellanía en la catedral

llavicencio, sabemos que ingresó a la orden

metropolitana.

de Calatrava en 1709 cuando aún se encon-

23

Por lo que se refiere a las religiosas

traban en Sevilla, su lugar de origen, y al

de esta jerarquía que sí entraron con dote

pasar a la Nueva España fue oidor decano

podemos mencionar a Ángela Teresa de

de la ciudad de México y capitán general;

Jesús (1777), quien perteneció a una de

los nueve hijos que tuvo con su esposa,

22 En España, las órdenes militares fueron consideradas en sus inicios “la expresión vigorosa del poder” de un grupo “en ansia de reconquista”. Fueron esencialmente religiosas no sólo por su lucha contra los moros, sino porque sus integrantes estaban sujetos a una disciplina muy rígida (como la castidad, la obediencia al maestre de la orden y la pobreza personal). Debido a los privilegios concedidos por el papa y los reyes de Castilla, León, Aragón y Portugal, las órdenes militares llegaron a convertirse en organismos poderosos que en ocasiones llegaron a disputar la soberanía con los reinos de España. A partir del matrimonio de los Reyes Católicos, paulatinamente se les fue despojando de esos privilegios y se convirtieron en motivo de distinciones y orgullo. Así, fue un premio que los soberanos concedían a sus súbditos por su servicio a la Corona. Quienes deseaban ingresar en ellas debían pasar por pruebas como legitimidad, limpieza de sangre, hidalguía y cristiandad, y fue bajo este concepto que se introdujeron en la Nueva España; quienes pertenecían a ellas ganaban un estatus social, además de contar con el económico, y llegaron a fundar una verdadera “nobleza” en la sociedad colonial. Leopoldo Martínez Cosío, Los caballeros de las órdenes militares en México. Catálogo biográfico y genealógico, México, INAH-Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, 1946, pp. 13-14. 23 Ibid, pp. 151-152. 24 Ibid, pp. 185.

124

María Gertrudis de Castro y Cueto, “enla-

se convirtieron en los patrones de ambos

zaron la más alta aristocracia de la Nueva

conventos. Es importante resaltar que to-

España”, pues entre ellos se encontraban

das las religiosas que pertenecieron a estas

el mariscal de Castilla y el conde del Va-

familias, con excepción de María Agustina

lle,26 además del padre Pedro Malo y Castro

del Santísimo Sacramento (1789), fueron

(probablemente hermano de Micaela Josefa

coristas y de velo negro, lo que nos indica

de Santa Teresa), de la compañía de Jesús,

que eran de las religiosas que podían as-

quien le dio a ésta el velo de profesión.

pirar a cargos dentro del convento y no se

25

27

Por otra parte, sabemos que en Santa

dedicaron a las labores manuales.29

Teresa hubo más religiosas provenientes

De acuerdo con la información que se

de familias importantes que sí ingresaron

obtuvo a partir del Libro de profesiones del

con dote, por ejemplo, María Luisa de San

convento, observamos que la mayoría de

José (1773), sobrina del prebendado Rafael

las monjas y sus familiares vivían o eran

Vértiz; María de San Alberto (1706), cuya

originarios de la ciudad de México, pues

madre, Inés de Ortega, era prima del enton-

en ese libro se menciona cuando no fue así

ces arzobispo de México, Juan de Ortega

(Cuadro 2) -sólo fue el caso de cinco reli-

y Montañés, y, finalmente, aunque no sa-

giosas-. No sabemos con exactitud cuáles

bemos mucho acerca de su origen, los pa-

eran las actividades a las que se dedicaban

dres de María Ana de Santa Teresa (1778)

sus padres o familiares, salvo en los casos

también “fueron ilustres de nacimiento y con

en que ostentaron algún cargo político o

abundancia en bienes terrenales”.28

eclesiástico, aunque es probable que fue-

En el mismo caso podríamos citar a tres de las monjas fundadoras, tomando en

ran parte de los mineros, comerciantes o hacendados de la Nueva España.

cuenta que ingresaron con dote al convento

Si consideramos lo que mencionan las

de San José, aunque la más conocida es

cartas de edificación sobre las religiosas de

Teresa de Jesús debido a que sus padres

origen importante, así como lo que se ha

Ibid. pp. 249-250. AHCSTNM, Libro de profesiones, Carta de edificación de Micaela Josefa de Santa Teresa. 27 AHCSTNM Libro de profesiones, Profesión de Micaela Josefa de Santa Teresa, 1758. 28 AHCSTNM, Libro de profesiones, Carta de edificación de María Luisa de San José, y Carta de edificación de María Ana de Santa Teresa. 29 AHCSTNM, Libro de profesiones, Cartas de edificación. 25 26

125

podido rastrear en otras fuentes, podemos

por las cuales personas de solvencia eco-

decir que en términos de porcentajes las

nómica entraron sin dote y por qué a todas

religiosas de la elite en Santa Teresa ocu-

ellas, salvo en el caso mencionado, se les

paron 30% del total de su población en el

dio el velo negro, debido a que en el archi-

es decir que de 56 monjas que

vo del convento no existen documentos -ni

vivieron en esos años en el convento, 17

se han encontrado en otros archivos- como

provenían de las familias más importantes

listas de aspirantes que indiquen si hubo un

de la ciudad de México, lo cual no signifi-

proceso de selección en el ingreso al con-

ca que el resto fueran mujeres pobres. De

vento de Santa Teresa y a qué obedeció que

esas 17, ingresaron como capellanas siete

se recibiera o no a una novicia. Lo que sí es

y sólo una de ellas dejó la dote que traía

notable es la demanda en el ingreso pues

para que la ocupara otra persona. No obs-

los lugares que quedaron vacantes fueron

tante, cabe aclarar que no se dispone de

ocupados enseguida, tal como lo muestra el

datos concisos sobre las demás religiosas

análisis de los ingresos y salidas de monjas

que ingresaron con dote en diversos años,

por décadas, a partir de lo que nos pode-

o de las que no sabemos si entraron con

mos dar una idea más clara del “movimiento

dote o como capellanas (Cuadro 3).

demográfico” que se presentó en el conven-

siglo

XVIII;

Tampoco podemos saber las razones

to de Santa Teresa. (Véase Cuadro 4.)

Cuadro 4. Ingreso y salida de monjas del convento de Santa Teresa, 1704-1799

1720-1729

1730-1739

Salieron tres

Entraron tres

Características: todas de velo negro, dos de dote y una capellana

Características: todas de velo negro, dos con dote y una capellana

Salieron cinco

Entraron ocho

Características: cinco capellanas, dos con dote Características: dos de dote, una capellana y una no se sabe; y una no se sabe (no profesó); siete de velo negro y una de velo blanco todas de velo negro Salieron cuatro

1740-1749

126

Entraron cinco

Características: cuatro capellanas y una no se Características: todas capellanas; tres de velo negro y sabe; tres de velo blanco (una no profesó) y dos de velo negro una de velo blanco

Salieron ocho

1750- 1759

Entraron ocho

Características: cuatro de dote y cuatro capellanas; siete de velo Características: cuatro capellanas, una con negro y una de velo blanco dote y una no se sabe; todas de velo negro Salió una

Entraron dos

1760-1769

Características: capellana, de velo negro

Características: una capellana y una con dote; ambas de velo negro

1770- 1779

Salieron cinco

Entraron cinco

Características: dos capellanas, dos de dote y una no se sabe; Características: dos capellanas y tres con dote; todas de velo negro todas de velo negro Salieron cuatro

1780- 1789

1790-1799

Entraron cinco

Características: todas capellanas; tres de velo negro y Características: cuatro capellanas y una con una de velo blanco dote; tres de velo negro y dos de velo blanco Salió una

Entró una

Características: de dote y velo negro

Características: de dote y velo negro

Fuente: AHCSTNM, Libro de profesiones, años de 1704 a 1799.

Salvo las décadas de 1730 y 1740, las

En cuanto al aparente “desorden” de las

demás guardan uniformidad hasta cierto

dos décadas mencionadas, éste se debe a

punto en cuanto a la entrada y salida de

que en 1731 salieron cuatro religiosas a una

monjas de acuerdo con sus modalidades

nueva fundación en Caracas, y fueron sus-

de capellanas, con dote y de velo negro o

tituidas casi enseguida, pero algunos años

blanco. Esto nos habla de que se respetó

más tarde, en 1736, tres de ellas regresaron

en general la regla al permitir el ingreso de

y se reincorporaron al convento, por lo que

únicamente 21 monjas. Sin embargo, en

seguramente en esa década hubo “sobre-

estos conventos existió el título de “super-

población”. En las cartas de edificación no

numeraria”, la religiosa o novicia número 22

se marca la salida de esas tres religiosas

que se encontraba dentro del convento en

para Caracas, sino el día de su muerte, las

espera de que saliera alguna de las demás,

cuales ocurrieron, una, en 1744, y las dos

así que en ocasiones el convento contó con

restantes en 1745, lo que también refleja

ese número de monjas.

cierto desfase en la década de los 40. No

127

sucede así en el caso de Josefa de San Mi-

que los recursos provinieran de la herencia

guel, religiosa que se quedó en Caracas y

del padre de la priora fue determinante.

murió allá, cuya salida quedó registrada en

Esta transformación se debió a factores

1731. De las religiosas que salieron en esa

económicos y a lo largo de los años las reli-

década, una era de velo blanco y las demás

giosas se dieron cuenta de que la herencia

de velo negro; dos eran de dote y las demás

del patrono principal era insuficiente para

capellanas.

mantener dos conventos, y más cuando uno de ellos no recibía ingresos por dotes.

REFLEXIONES FINALES

Es por eso que el proyecto inicial también sufrió una transformación en este otro sen-

La limitada población de religiosas y el in-

tido, fue preciso aceptar que era imposible

greso de dos terceras partes de ellas como

que la totalidad de las religiosas ingresaran

capellanas, alejó al convento de Santa Tere-

a Santa Teresa como capellanas. Sin em-

sa de los patrones generales que presenta-

bargo, el hecho de que más de la mitad lo

ron los conventos novohispanos, dentro de

fueran lo sigue diferenciando de los demás

los cuales existía un conglomerado social

conventos novohispanos.

en donde convivían monjas, criadas y niñas

Lo que sí es cuestionable en función

educandas. Pero no sólo se diferenció de

de los objetivos planteados para justificar

los conventos de las demás órdenes, sino

la necesidad de una nueva fundación, es

también del de San José, en donde casi la

que el convento de Santa Teresa recibiera

totalidad de las religiosas entraba con dote.

a mujeres de la élite social y económica,

Es evidente que estas características

cuando se había asegurado que ingresa-

dieron al convento de Santa Teresa una

rían mujeres “pobres y virtuosas” que no

imagen benefactora y generosa. Y si bien en

pudieran cubrir la dote, o al menos eso in-

principio el nuevo convento se planteó como

terpretamos del proyecto planteado por las

un proyecto en conjunto, en donde estaban

carmelitas. Aunque las diferencias sociales

incluidas las religiosas de San José, en poco

no se manifestaron tan abiertamente como

tiempo empezó a transformarse en algo más

en otros conventos, hubo acciones que per-

particular que se reducía al convento de

miten pensar que las diferencias en este

nueva fundación, y creemos que el hecho de

sentido sí existieron.

128

Esto se deduce al analizar el origen de las mujeres que ocuparon el cargo de

posibilitaba acceder a algún cargo destacado dentro del convento.

priora en diversos momentos; el caso más

Finalmente, quizá habría que reflexio-

importante es el de Teresa de Jesús, pero

nar en otros conceptos, pues las intencio-

no fue el único. Observamos que casi todas

nes de las religiosas al querer favorecer a

las que ocuparon el cargo de prelada del

doncellas pobres también contrastan con

convento pertenecieron a familias impor-

los textos que encontramos en las cartas

tantes de la Nueva España. Las diferencias

de edificación, en donde es notorio que al

sociales también se manifiestan en el hecho

hablar de las virtudes de las religiosas que

de que, salvo un caso, todas las religiosas

han muerto, uno de los puntos a resaltar es

que ingresaron con dote profesaron como

el origen noble y la buena posición de las

monjas coristas de velo negro, lo que les

familias de varias de las monjas.

Historia, vol. 109, exp. 6, f. 288.

* Candidata a doctora en Historia por la Universidad Jaume I, Castellón, Valencia.

129

LOS FRANCISCANOS EN LA SECULARIZACIÓN DE LAS PARROQUIAS Perla Yáñez Hernández*

L

os estudios de historia colonial, que

nece al primer tipo, es decir que su sostén

abarcan temas religiosos, son innume-

económico es a través de la mendicidad.1

rables. Van desde la llegada de los primeros

Los primeros franciscanos que arribaron

clérigos al continente americano hasta la

tras la llegada de Hernán Cortés al Nuevo

participación de eclesiásticos en las conspi-

Mundo fueron los flamencos Johan van der

raciones contra el gobierno a principios del

Auwera (fray Juan de Ahora); Johann De-

siglo XIX.

kkers (fray Juan de Tecto) y el lego Pierre

Dentro de la administración eclesiástica

de Gande (más conocido como fray Pedro

existen dos cleros: el regular, cuyos miem-

de Gante), quienes llegaron a Veracruz el

bros viven bajo votos solemnes de obe-

13 de agosto de 1523.2

diencia, pobreza y castidad, con una vida

A ellos los siguieron doce franciscanos

organizada por medio de reglas, y el clero

quienes se dividieron de cuatro en cuatro-

secular, que vive fuera de los conventos, en

para iniciar su labor misionera en Texcoco,

el mundo, entre la gente. Están adscritos a

Tlaxcala, Huejotzingo y la ciudad de Méxi-

una parroquia o una catedral y prestan ser-

co. Las misiones que se comenzaron a fun-

vicios sacramentales al pueblo.

dar estaban conformadas por un convento

El clero regular tiene tres tipos de órde-

y una iglesia que se iban expandiendo en

nes: mendicantes, hospitalarios y no men-

distintas zonas para dar lugar a la adminis-

dicantes. La orden de San Francisco perte-

tración territorial propia de la orden: varias

Mario Camacho Cardona, Historia urbana novohispana del siglo XVI, México, UNAM, 2000, pp. 277 y 278 Un lego es aquel que no está destinado al sacerdocio y no puede realizar actos sacramentales, pero que hace votos de religión (obediencia, pobreza y castidad). No tiene voto en las decisiones comunitarias y se dedica a funciones manuales y de evangelización. 1 2

130

misiones formaron una custodia, la cual

permiso episcopal, es decir, estaban suje-

permanecía bajo la tutela de una provincia.

tos a la autoridad de la orden y no a la de

En Nueva España, los franciscanos tuvieron

los obispos.

cinco provincias: Santo Evangelio de Méxi-

Sin embargo, estos privilegios no fueron

co (1535), San José de Yucatán (1559), San

permanentes pues, al irse estableciendo el

Pedro y San Pablo de Michoacán (1565),

clero secular en Nueva España, se exigió la

Santiago de Xalisco (1606) y San Francisco

administración de estas parroquias. A este

de Zacatecas (1606), cada una de ellas con

proceso se le denominó secularización.

una jurisdicción propia.

Esto llevó a un conflicto entre ambos cleros

El apoyo que recibieron los frailes para

que duraría cerca de 200 años.

su establecimiento fue muy importante, ya

Es mucho el material que se conserva

que de ello dependió su expansión y predo-

sobre la secularización de las parroquias, en

minio en la Colonia. Puesto que era nece-

especial de la provincia del Santo Evangelio.

sario propagar el evangelio en los nuevos

En sus inicios fue fundada como custodia

territorios, los reyes católicos recibieron

para después convertirse en provincia; abar-

del papa amplios poderes para el envío de

caba desde San Juan de Ulúa hasta el valle

misioneros y en 1508 recibieron el título de

de Toluca. Contó con más de 90 casas ubi-

Regio Patronato Indiano, el cual les propor-

cadas en los obispados de México, Puebla

cionó ciertos derechos como la presentación

(que comprendió parte del territorio de Vera-

de candidatos para los obispados, abadías,

cruz), Tlaxcala y Oaxaca. Algunos conventos

parroquias; autorización para la construc-

fundados en el siglo XVI como parte de esta

ción de iglesias y conventos, administración

provincia fueron Tlanepantla, Xochimilco,

de los diezmos y, sobre todo, sustentar y

Huexotla, Otumba, Tula, Cempoala, Cholula,

proteger a la Iglesia.

Atlixco, Tehuacán, Tecamachalco, Quecho-

3

Por otro lado, los regulares recibieron

lac, Tecali, Toluca y Chapala, entre otros.

autorización del papa de adoctrinar a los in-

Algunos materiales copiados se en-

dios en la fe. Esto les permitió ejercer todos

cuentran en el Archivo General de la Na-

los actos religiosos como sacerdotes sin un

ción, en el Archivo General de Indias y otros

3 Virve Piho, La secularización de las parroquias en la Nueva España y su repercusión en San Andrés Calpan, México, INAH, 1981, p. 26.

131

archivos como la Biblioteca Nacional; el

sería el camino más propicio para obligar a

fondo principal de la provincia se encuentra

los indígenas a pagar el diezmo al no estar

en la Biblioteca Nacional de Antropología e

bajo la protección de los frailes y, al mismo

Historia, sin contar los que hay en los archi-

tiempo, restar poder a éstos.

vos locales y parroquiales, al igual que los

El monarca otorgó al arzobispo Pedro

que se conservan en la propia orden. Es-

Moya de Contreras la facultad de seculari-

tos documentos hacen referencia a la vida

zar las parroquias indígenas. Sin embargo,

de la orden de San Francisco, por lo que

la fuerte resistencia de los regulares logró

el proceso de secularización se encuentra

que se derogara la disposición monárquica.

en ellos.

Los frailes lograron conservar sus parro-

Los orígenes del conflicto que se desató entre los dos cleros sobre la administración de las parroquias se remontan al siglo

XVI,

quias, pero debían someterse a la autoridad de los obispos. Los monarcas españoles del siglo

XVII

cuando los regulares se quejaron de que los

reconocían que perjudicaba a las Cajas

seculares eran los causantes de la ruina de

Reales no obtener los ingresos por la re-

los pueblos, de que los obispos no visitaban

caudación de diezmos. Consideraban que

las parroquias y que se rehusaban a orde-

la administración de las parroquias, otorga-

nar a los frailes como sacerdotes. Por otro

da en un inicio a los religiosos por falta de

lado, los religiosos no daban el diezmo de

curas, y debido a que el número de éstos

sus parroquias al rey porque consideraban

había aumentado, exigía a los regulares su

este pago un abuso contra los indígenas.

entrega. Para ello se convocó a un examen

Estos dos factores fueron determinantes

de lenguas indígenas, requisito necesario

para que se iniciara un conflicto entre los

para ocupar las parroquias. Se debían pre-

cleros y derivara en el proceso de secula-

sentar tres candidatos por parte del virrey

rización.

y un jurado eclesiástico nombraba a los

En la segunda mitad del siglo

XVI,

los

ministros. Los regulares no se sometieron

gastos que implicaba a la Corona el sostén

al examen y en 1622 el papa Gregorio

del clero secular llevaron a la monarquía a

emitió una bula por la que se ordenaba a

pensar en que el clero regular entregara las

los frailes sujetarse a la autoridad de los

doctrinas y parroquias a los clérigos. Este

prelados. Lo único que consiguieron a su

132

XV

favor los religiosos fue que se suspendiera

clero regular. Para Palafox, la religión y la

la visita obispal.

política, la moral y la administración tuvie-

4

La monarquía buscó equilibrar ambos

ron una relación directa, por lo que al re-

cleros al intentar que los frailes pudieran

formarse una debía cambiar la otra. Creyó

continuar administrando las parroquias,

que su papel como visitador y obispo era

pero debían entregar el diezmo, a lo que se

fundamental para la recomposición social

negaron los regulares. La Corona, cansada

y eclesiástica; para él era inaceptable que

de esta situación, comenzó a ser más enér-

la mayor parte de la diócesis de Puebla es-

gica con éstos ya que solamente podían

tuviera encomendada a los religiosos men-

ejercer como doctrineros si eran nombrados

dicantes que afectaban a los seculares al

oficialmente por el Patronato Regio; se les

no contar con medios de vida y beneficios

restringió el pago de salario y se reinició el

adecuados. El descontento del clero secu-

proceso de secularización. Esto último sería

lar, decía, llegaría a amenazar su estabili-

realizado por el visitador y obispo de Pue-

dad. Para él, los sacerdotes constituían una

bla, Juan de Palafox y Mendoza.

parte esencial en el cuerpo clerical; eran

Las consecuencias que trajo a las colonias americanas la guerra de los 30 años

quienes compartían la vida de la gente y podían instruirla acerca de Dios.5

en Europa (1635) afectaron sobre todo al

Por otro lado, la necesidad urgente de

comercio. Por ello Juan de Palafox fue in-

ingresos llevó de nuevo a la Corona a su

vestido con amplios poderes para estudiar

preocupación por el pago del diezmo que

el caso del comercio en el Pacífico. Tras

solamente se podía lograr por medio de la

una larga serie de investigaciones, Palafox

secularización de las parroquias. Palafox

criticó con severidad al sistema judicial de

pensaba que se perjudicaba a los indígenas

la colonia al considerarlo ineficaz, por lo que

al sostener económicamente a los conven-

concluía que el virreinato necesitaba refor-

tos, y por lo tanto, al pasar la administración

mas profundas y completas. Éstas llegaron

de los diezmos a manos del clero secular,

más allá de lo civil al involucrarse con el

se mantendrían las iglesias, al igual que el

Virve Piho, op. cit., pp. 103 y 104; Jonathan Israel, Razas, clases sociales y vida política en el México colonial 1610-1670, México, FCE, 1975, p. 147 5 Jonathan Israel, op. cit., pp. 204-207. 4

133

costo de las construcciones eclesiásticas.

des civiles y religiosas que provocaron se-

Con esto se aligeraría la carga económica

rios levantamientos en la colonia, por lo que

de la Corona y se obtendría el ingreso de las

en 1647 le ordenaron regresar a España.

dos novenas partes del diezmo.

Para el siglo XVIII, una nueva monarquía

Así mismo, convocó a los religiosos a

tomaría el poder de la Corona española. La

ser examinados respecto al uso de lenguas

dinastía francesa conocida como los Bor-

indígenas y advirtió que, en caso de no pre-

bones iniciaría una nueva etapa no sólo en

sentarse, se nombraría a clérigos para sus-

la historia de Europa sino en los territorios

tituirlos en las parroquias. Para ello, Palafox

americanos, pues cambió el manejo del

creyó conveniente que los regulares se en-

Estado al tornarse de carácter “absolutista”

claustraran y no se admitieran como doctri-

porque el monarca consideraba que su per-

neros si no contaban con la aprobación de

sona era la encarnación del Estado y en él

los obispos y, en caso de no atenerse a sus

se concentraba un poder absoluto e ilimita-

órdenes, que abandonaran las parroquias.

do, inclusive sobre la Iglesia.

En Puebla, en 1641, se informó a los supe-

Muchos ilustrados españoles pensaban

riores de 37 casas religiosas que serían so-

que era necesario renovar la Iglesia: el clero

metidos a dicho examen. Fue inminente su

regular debía volver a su vida conventual,

desalojo. Sólo hubo tres religiosos que se

recuperarse la observancia de la regla y dis-

presentaron para ser evaluados y lograron

minuir su número. Respecto al clero secu-

conservar sus parroquias. Felipe IV quedó

lar, a éste le correspondía la función de con-

complacido por la labor del obispo y ratificó

trolar el comportamiento de la población. A

su posición en 1644 al ordenar que las pa-

principios del siglo XVIII las órdenes de Santo

rroquias expropiadas quedaran en manos

Domingo, San Agustín y San Francisco con-

del clero secular.

taban con 351 conventos y cerca de 2,396

Aunque hubo algunos incidentes vio-

curas: 527 dominicos, 1,218 franciscanos

lentos contra los frailes o curas seculares,

y 651 agustinos. La Nueva España tenía

no se impidió el proceso de secularización

un arzobispado y ocho obispados: Puebla,

ordenado por Palafox, pero su labor se vio

Valladolid, Oaxaca, Guadalajara, Yucatán,

truncada ante varios conflictos con autorida-

Durango, Monterrey y Sonora.6

6

Carlos Alvear, La iglesia en la historia de México, México, Jus, 1975, p. 73.

134

Tierras, vol. 64, exp. 7, f. 201.

La manutención de los cleros por parte de la Corona resultó una carga, por lo que

Con esta medida se iniciaría nuevamente el proceso de secularización.

decidió incrementar la recaudación de cada

El 4 de octubre de 1749, se expidió la

uno de los recursos eclesiásticos y traspa-

primera orden de secularización para el

sarlos a la administración de la Real Hacien-

arzobispado de México, la cual sería con-

da. Entre ellos estaba el ingreso del diezmo.

firmada el 1 de febrero de 1753, incluyendo

135

al resto de los virreinatos de América. En

resultado. Los religiosos se trasladaron a

1757 se informó al monarca del envío de la

otros conventos, permitiéndoseles llevarse

instrucción de separación de las parroquias

los vasos sagrados, lámparas, utensilios y

a todos los obispos, presidentes de audien-

cuanto pudieron.

cias y gobernadores.

A finales de 1789, las autoridades ci-

Algunas de las parroquias que habían

viles de Zacatlán enviaron una petición al

sido secularizadas en los siglos anteriores

corregidor de Puebla para que los frailes re-

lograron seguir siendo administradas por

gresaran al convento. Esto se debió a que

los regulares. Esto se debió a varios fac-

en el tiempo en que los regulares estuvieron

tores: los nuevos curas seculares no eran

en el claustro, los lugareños les solicitaban

bien recibidos por la feligresía, algunos te-

la celebración de misas y porque, según

nían problemas con las autoridades civiles

argumentaban, el cura y los vicarios no se

o los frailes apelaban ante las autoridades

daban abasto con las misas y enviaban a

civiles para conservar sus parroquias. Pero

los fieles a otros pueblos, sin permitir a los

esto no duraría mucho tiempo tras la orden

frailes que los ayudaran.7

de secularización.

Una vez que estuvo de acuerdo con el

Un ejemplo fue la parroquia de Zacatlán

provincial de los franciscanos, el corregidor

de las Manzanas, en el obispado de Puebla,

envió la petición a los procuradores síndi-

la cual fue entregada al clero secular du-

cos, quienes se encargaban de cuidar de

rante la administración del obispo Juan de

las dependencias y derechos del público.

Palafox. Los franciscanos, por lo tanto, sólo

Ellos solicitaron a un juez eclesiástico que

conservaron el convento. En 1779, el obis-

investigara si al ser restituidos los religiosos

po Francisco Gabian y Gueró hizo que los

se llegaría a perjudicar al curato en la ma-

frailes de al menos 15 conventos (incluyen-

nutención de los frailes.

do Zacatlán) renunciaran y se entregaran a

Como representante de la autoridad real,

los seculares, acto que fue hecho oficial por

un fiscal de lo civil fue nombrado para el caso.

el provincial del Santo Evangelio, fray Pablo

Al considerar delicado el asunto y que debía

Antonio Pérez. El pueblo de Zacatlán pidió

examinarse detenidamente, pidió un informe

al virrey que no les quitara a los frailes, sin

detallado al cabildo eclesiástico de Puebla, al

7

AGN,

136

Clero regular y secular, vol. 160, exp. 3, fs. 57v-59.

provincial de la orden de San Francisco y al

pediente la supresión del convento, ordenó

cura de Zacatlán sobre el motivo por el cual

que se investigara si su fundación tuvo la

los lugareños querían a los frailes de vuelta.

autorización oficial del rey. Sólo se encon-

El informe que recibió el fiscal por parte del

traron en los archivos de la provincia del

provincial de la orden constataba lo sucedido

Santo Evangelio el año de fundación del

en 1779, cuando se entregó el convento a

convento pero no la licencia correspondien-

los seculares. Por tal motivo, el fiscal solicitó

te. Parece ser que el motivo fue que, en

el expediente de ese año a las autoridades

los inicios de la colonización y estando en

obispales y franciscanas.

expansión la labor misionera y conventual,

Los vecinos seguían presionando a las

sólo recibieron del virrey las órdenes auto-

autoridades virreinales argumentando que

rización verbal, otras veces escrita, quien a

el cura había suspendido misas en las fies-

su vez estaba avalado por el rey según una

tas y no cumplía con sus oficios. El fiscal

cédula de 1535.8

turnó el caso al subdelegado de Zacatlán

A pesar de que no consideraba un pro-

para que informara al virrey sobre el asunto

blema restituir a los frailes, el fiscal pensó

y confirmó la queja de los vecinos y la nece-

detenidamente sobre el número de religio-

sidad de la presencia de los religiosos.

sos que podían regresar y su manutención.

Sin embargo, el cura del lugar, Euse-

Determinó que de ocho religiosos que ofi-

bio González de la Cruz, argumentó que

cialmente eran aceptables, fuera menor su

eran infundadas las quejas de los vecinos,

número para poderlos sustentar; pero su

acusando a dos indígenas del lugar, José

reinstalación se vería atrasada pues debían

Joaquín y José Garati, de ser los incitado-

esperar la Real Licencia. Respecto a la la-

res, pues eran unos borrachos y penden-

bor que podían desempeñar los religiosos

cieros. Los argumentos del eclesiástico no

en Zacatlán, el caso se remitió al virrey.

fueron suficientes en comparación con los

El caso concluyó con la aceptación de

que presentaban las autoridades civiles de

los franciscanos de manera interina y su la-

Zacatlán.

bor sería la de vicarios.

El proceso se volvió lento cuando el

Aunque ha sido breve la exposición de

fiscal de lo civil, al no encontrarse en el ex-

este tema, se pueden concluir varios puntos.

8

AGN,

Clero regular y secular, vol. 160, exp. 3, fs. 57v-59.

137

En primer lugar, la importancia administra-

en su manutención. Esto representaba una

tiva del clero regular en la vida social, pues

carga económica y la forma de aligerarla

no sólo se limitó a fundar conventos y casas

era entregar las parroquias para obtener los

de estudio sino parroquias que permitieron

ingresos de los diezmos.

la formación de varios pueblos de indios.

Finalmente, a través del proceso de

En cuanto a sus autoridades se refiere, los

secularización se puede concluir que tanto

franciscanos sólo se sometían a los supe-

autoridades civiles como eclesiásticas par-

riores de la orden, por lo que, aun teniendo

ticiparon en él. Las primeras se encargaban

la investidura de sacerdotes, no obedecían

de estudiar los casos y expedir los docu-

a los obispos. Este fue uno de los motivos

mentos oficiales necesarios ya sea para que

por los que a finales del siglo XVI se inició la

los regulares permanecieran en un lugar o

secularización pero, al no conseguirse, sólo

lo desalojaran; se encargaba de vigilar de

lograron que los curas regulares se some-

que el proceso se hiciera de acuerdo a las

tieran a la autoridad obispal.

órdenes reales y aprobaba las decisiones

En segundo lugar, uno de los factores

tomadas por los prelados. Las autoridades

que llevó a que se separaran las parroquias

eclesiásticas se encargaban de hacer llegar

de los religiosos fue el económico; ambos

las órdenes reales a todas las partes invo-

cleros representaban una carga a la Real

lucradas: los provinciales, el encargado del

Hacienda: los diezmos significaban un por-

convento, de la parroquia, el cabildo ecle-

centaje importante de ingresos del cual se

siástico, los jueces síndicos, etc.; informa-

destinaba una parte a la Iglesia y otra a la

ban a las autoridades civiles sobre el pro-

Corona. Sin embargo, la porción real era

ceso, les facilitaban expedientes y recibían

dada a la Iglesia para la construcción de

oficialmente las parroquias.

templos. Además de los diezmos se paga-

El proceso de secularización sólo fue

ba el sueldo de los clérigos. Pero las parro-

uno de los diversos elementos que refle-

quias administradas por los regulares esta-

jaron el cambio en la vida novohispana de

ban exentas del pago del diezmo; la Corona

finales del siglo XVIII y las consecuencias so-

ayudaba en la fundación de conventos y mi-

ciales, políticas y económicas que llevarían

siones, en la transportación de misioneros y

a futuros levantamientos.

* Historiadora, FES Acatlán, UNAM.

138

Hacia el Bic entenar io

Partidas de bautizo y matrimonio de Ignacio Allende, 1779

Ignacio Allende nació el 21 de enero de 1769 en San Miguel el Grande, Guanajuato. Su bautismo fue celebrado cuatro días después de su nacimiento en la parroquia de la villa de San Miguel el Grande y se le registró como Ignacio José de Jesús Pedro Regalado, hijo legítimo de don Domingo Narciso de Allende y de doña Mariana Unzaga, ambos españoles de esa villa. Por otra parte, el 10 de abril de 1802, Ignacio Allende contrajo matrimonio en el santuario de Atotonilco con María de la Luz Agustina de las Fuentes, de origen español. Colección de Documentos para la Historia de la Guerra de Independencia, tomo II, vol. III, doc. 250.

140

141

Hojas de servicio (nombramientos de Allende, Aldama y Abasolo), 1806

Estas hojas de servicio fueron emitidas por el Regimiento Provincial de Dragones de la Reyna en diciembre de 1806, y registran los nombramientos militares de Mariano Abasolo, Juan de Aldama e (Ignacio) José de Jesús de Allende y Unzaga. El documento contiene información sobre los cargos que ellos tuvieron previos a su empleo actual en el Regimiento, así como el total de años, meses y días de servicio. También incluye datos sobre su edad, ciudad de residencia, su conducta y su salud (robusta en todos los casos). A los tres los registraron con su calidad de nobles. En particular, el teniente Mariano Abasolo tenía en ese momento 24 años, radicaba en el pueblo de los Dolores y estaba casado. Por su parte, el teniente Juan de Aldama tenía 33 años, radicaba en San Miguel el Grande y estaba casado. Por último, el capitán Ignacio Allende tenía 43 años, radicaba en San Miguel el Grande y estaba soltero. Indiferente de guerra, vol. 165, fojas 32, 87 y 101.

142

PALEOGRAFÍA

REGIMIENTO PROVINCIAL DE DRAGO-

Regimientos donde ha servido.

NES DE LA REYNA

En el actual.

El Capitán don José María de Allende y Unzaga, su edad 43 años, su país San Mi-

Campañas y acciones de guerra en que se

guel el Grande, su calidad noble, su salud

ha hallado.

robusta, sus servicios y circunstancias los que expresa.

Se halló con su propio regimiento el tiempo que estuvo de guarnición en Méjico, 6 me-

Tiempo en que empezó a servir los em-

ses, 15 días en el año de 1806.

pleos: Capitán por despacho provincial:

Miguel del Campo [Rúbrica]

días 9, meses octubre, años 1795. Id. con Real Despacho días 19, meses fe-

Conforme con el Coronel [Rúbrica].

brero, años 1796. Valor no conocido. Tiempo que ha que sirve y cuanto en cada

Aplicación regular.

empleo: Empleos de Capitán años 11, me-

Capacidad Id.

ses 2, días 22.

Conducta Id. Estado Soltero.

Total hasta fin de diciembre de 1806, años

Canal [Rúbrica].

11, meses 2, días 22. [No se incluyen las paleografías de los documentos de Aldama y Abasolo por ser legibles.]

143

144

145

146

Narración que Ignacio Allende hace del inicio de la guerra de independencia, 1811

En este documento fechado en Chihuahua el 10 de mayo de 1811, el juez Ángel Abella, comisionado para llevar a cabo las diligencias para juzgar a los insurgentes, toma la declaración a Ignacio Allende, quien narra su versión sobre los acontecimientos del inicio del movimiento independiente y describe los sucesos del 16 de septiembre de 1810, cuando después de dar libertad a los presos de la cárcel del pueblo de Dolores se reunió a las seis de la mañana un total de 200 hombres que poco después sumaron 500 y, en dirección a San Miguel el Grande, hicieron una parada en Atotonilco para tomar como estandarte un lienzo de la virgen de Guadalupe. Historia, vol. 584-2, expediente 1, fojas 6-10.

PALEOGRAFÍA En la villa de Chihuahua, a diez días del

calidad y vecindad. 1ª. Dijo: llamarse don

mes de mayo de mil ochocientos once, el

Ignacio José Allende y Unzaga, cuarenta

señor juez comisionado don Ángel Abella

años de edad, religión Católica, Apostólica,

en prosecución de las diligencias de que

Romana, su estado viudo, empleo Capitán

está encargado por el señor Comandante

de Granaderos del Regimiento de la Reyna,

General, se trasladó al hospital de esta vi-

español americano, natural y vecino de la

lla en donde se hallan presos los reos don

Villa de San Miguel el Grande del Virreynato

Miguel Hidalgo y consortes. Y constituidas

de Nueva España, y responde.

en la prisión de don Ignacio José Allende,

1ª. PREGUNTADO 2ª. si sabe la causa

teniéndolo a su presencia, le recibió jura-

de su prisión, por quién fue aprehendido, en

mento que hizo por Dios Nuestro Señor y

dónde y qué otros sujetos fueron aprehendi-

una señal de la Santa Cruz, bajo el cual

dos con él,sus nombres y carácter entre los

prometió decir verdad en lo que supiere y le

insurgentes y cuál es su paradero actual,y

fuere preguntado, y siéndolo por su nombre

particularmente, el de los llamados don Mi-

y apellido, edad, religión, estado, empleo,

guel Hidalgo, don José Mariano Jiménez y

147

don Juan Aldama. Dijo que aunque ignora

de Monterrey; el brigadier don N. Carrasco;

de positivo la causa de su prisión, sospecha

el coronel don José Santos Villa; el tesorero

será por haber tomado las armas contra el

del ejército don Mariano Hidalgo; el mariscal

gobierno por verse aquí, esto es, en esta vi-

don Pedro Aranda; el coronel don N. León;

lla que fue aprehendido por un don Ignacio

don N. Valencia de cuya graduación no se

Elizondo según tiene entendido, y un cuerpo

acuerda, que se agregó al ejército en Zaca-

de lanceros y otros, que de antemano tenían

tecas, y según tiene entendido huyendo de

abrazado el partido del declarante y por eso

la plebe que lo tuvo por europeo; don José

ignora la causa positiva de su prisión, los

de la Canal y Ballejo, paisano; el coronel

cuales habiendo hecho buen recibimiento

de la artillería don N. Domínguez con otros

al que [6v.] declara, y a los que le acom-

varios y todos que no pudieron escaparse

pañaban, pasaron a hacerles fuego y los

del ejército que les seguía, cuyo paradero

tomaron por sorpresa: que fue aprehendido

actual ignora, aunque los más de los nom-

en un paraje llamado Baján en la provincia

brados fueron conducidos con el que decla-

de Coahuila, y lo fueron con él; el teniente

ra desde Monclova a esta villa.

general don Joaquín de Arias, capitán que

3º. Preguntado a dónde y con qué obje-

era del regimiento de infantería de Celaya;

to el mismo que declara [f.7] y el ejército de

el brigadier don Juan Ignacio Ramón que

que hace mención, marchaban por el rumbo

le parece era capitán de las compañías del

de Baján y de Monclova en donde fueron

Nuevo Reyno de León; el exgeneralísimo

aprehendidos. Dijo: que el punto y objeto

don Miguel Hidalgo, cura que era que era

a dónde se dirigían era primeramente ir a

del pueblo de Dolores; el teniente general

Monclova y allí formar Consejo de Guerra a

don Juan Aldama, capitán del regimiento de

varios de los principales que lo acompaña-

dragones de la Reyna; el capitán general

ban por los malos procedimientos que sabía

don José Mariano Ximénez; el mariscal de

habían tenido en sus comisiones, los cuales

campo don Mariano Abasolo, capitán que

asegurados y castigados dirigirse a Bexar

era de dragones de la Reyna; el mariscal de

en donde se harían fuertes mientras se ha-

campo don Francisco Lanzagorta, teniente

cían de las armas que necesitaban en los

del mismo regimiento de la Reyna; el ma-

Estados Unidos, y en seguida volver a inter-

riscal don Manuel Santa María gobernador

narse dentro del reyno de Nueva España en

148

prosecución de se empresa, y responde.

a cosa de las seis de la tarde, apeándose

4ª. Preguntado. Qué por lo que tiene de-

en la casa del cura Hidalgo, a que se siguió

clarado se conoce que sabe y es noticioso

hablar entre los dos del riesgo a que estaba

de la llamada insurrección, que a mediados

expuesto el reyno de ser entregado a los

del mes de septiembre próximo pasado, se

franceses porque para el concepto de los

suscitó en el pueblo de Dolores, San Miguel

dos toda la grandeza de España estaba in-

el Grande, y otros del virreynato de Nueva

clinada o por mejor decidida por Bonaparte,

España, diga quién o quienes fueron los

y que la península estaba perdida, excepto

primeros y principales motores de ella, con

Cádiz, de que debía de resultar que el reyno

quienes y con qué medios contaron antes y

se perdería también porque estaba indefen-

después de promovida, así de dentro como

so, y las más de sus autoridades públicas

de afuera del reyno, quiénes los han fomen-

eran hechuras del tiempo del Príncipe de la

tado con caudales, consejos, arbitrios, es-

Paz, y no podía tenerse confianza de ellas;

peranzas o de cualquiera otra manera: las

que éstas y otras conversaciones semejan-

conexiones y relaciones que por escrito, de

tes habían tenido los dos en otras concu-

palabra o por terceras personas hallan te-

rrencias casuales; y para remedio de este

nido con tales sujetos de dentro y fuera del

riesgo les parecía bien un plan que se decía

reyno y en dónde paran las constancias que

tratarse ocultamente en México de reunir

acreditan todo lo que dijere. Dijo: que sabe

cierto número de sujetos de distintas cla-

y tiene noticia de lo que la pregunta inquie-

ses, los cuales hiciesen una representación

re: que los primeros y principales motores

al Virrey para que se le hiciese presente lo

de ella fueron el que declara y don Miguel

referido, y solicitasen la formación de una

Hidalgo: que tuvo principio el día diez y seis

junta compuesta de regidores, abogados,

de [7 v.] septiembre próximo pasado en el

eclesiásticos y demás clases con algunos

pueblo de los Dolores, obispado de Valla-

españoles rancios, cuya junta debía tener

dolid en el modo y forma que va a expresar:

conocimiento en todas las materias de go-

que el día quince de dicho mes, se trasladó

bierno, y por la misma razón había de haber

el declarante desde San Miguel el Grande al

una comisión de americanos en Veracruz,

pueblo de Dolores como una de tantas ve-

que recibiesen las correspondiencias de

ces que solía hacerlo, habiendo llegado allí

España porque se temía que se intercep-

149

taba y no se manejaba bien la fe pública,

prestado en que se afirmó y ratificó y firmó

y que no se manifestaba el verdadero [f.8]

con dicho señor comisionado y conmigo el

estado de las cosas, de cuyo plan les había

presente escribano de que doy fe. Excepto

dado noticias el capitán don Joaquín Arias,

Cádiz, entrerrenglones.vale.

como por el mes de julio o porque venía de

Ángel Abella [Rúbrica]

México, o porque se lo habían escrito con la

Ignacio José de Allende [Rúbrica

expresión de que este pensamiento entraba la principal nobleza de aquella capital; pero

Ante mí, Francisco Salcido [Rúbrica]

ni el declarante ni Hidalgo, a lo que tiene entendido, habían proyectado por sí cosa alguna, si no que estaban pendientes de

En la tarde del mismo día el señor juez co-

lo que salía del referido plan, u otro que se

misionado [f.8v.] continuando la declaración

adoptase al objeto de la seguridad del rey-

que quedó pendiente, y estando presente

no, y solo para auxiliar este plan, en el caso

el declarante. Dijo: que el encargado en

que el gobierno no lo admitiese y sacrificase

Querétaro fue don Epigmenio González, un

a los primeros representantes había apala-

don Ignacio cuyo apellido no tiene presen-

brado el declarante en Querétaro y en San

te, un don N. Lozada, y no conoce a varios

Miguel el Grande a algunos sujetos que por

otros sujetos que con ellos concurrían a sus

su parte apalabrasen a otros con el fin de

conversaciones, y sin duda serían de sus

tener gente pronta para usar de la fuerza

confianzas, y en San Miguel el Grande el

en aquel caso que ya debía ser necesaria,

mismo declarante, don Juan Aldama, y don

cuya operación tuvo principio desde febrero

Joaquín Ocón, que poco ha existía en la

o marzo del año próximo pasado.

misma villa, y todos debían de ir insinuan-

En este estado y por ser ya muy tarde

do estas mismas ideas a los que apalabra-

el señor juez comisionado don Ángel Abe-

sen: que a igual acopio de gentes se había

lla mandó suspender esta declaración para

propuesto el cura Hidalgo en Dolores y sus

continuarla en la tarde de este mismo día,

alrededores asociados a lo que presume

la cual leída que le fue al declarante. Dijo

de don Mariano Montemayor porque era

ser la misma que lleva hecha y su contenido

el que con más confianza presenciaba las

la verdad so cargo del juramento que lleva

conversaciones de los dos, y entre todos

150

habrían juntado, desde la época referida

casas de los europeos para que los fuesen

hasta que se verificó la insurrección, como

asegurando, según fuesen abriendo sus

tres mil, de los cuales mil ochocientos eran

puertas por la mañana, y al declarante le

agenciados por los confidentes de Queréta-

cupo la casa del subdelegado don Nicolás

ro, según ellos decían, pues el que declara

Rincón a quien también se le aprehendió

no lo sabe, como tampoco si era cierto lo

sin embargo de ser criollo, porque se temía

que estos anunciaban, de haber muchos

que no había de ser de su partido, y cuando

en México igualmente prevenidos y hasta

el declarante se llevaba al subdelegado le

tropas ganadas, sin embargo de que por lo

dijeron en medio de la plaza que se dirigie-

que el declarante tenía observado en Méxi-

se a la cárcel pues ya estaban allí todos los

co, no lo dudaba. En esto pasó el declaran-

europeos, habiendo antespuesto en libertad

te al pueblo de Dolores, como tiene dicho,

a los presos, no sabe si por disposición de

y a hora de las doce de la noche llegó don

Hidalgo o de algún otro; y para aquella hora

Juan Aldama con la noticia de que en Que-

que serían las seis de la mañana ya se ha-

rétaro se había aprehendido a su confiden-

brían juntado hasta doscientos hombres, y

te don Epigmenio González y a otros, y de

apoco rato llegarían a quinientos por ser día

que consecutivamente venían a aprehender

domingo y de mercado; que inmediatamen-

al declarante, visto lo cual, y no pudiendo

te trataron de dirigirse a San Miguel el Gran-

dudar de que así sería; por mediar las re-

de con el fin de practicar igual operación, y

laciones que tiene expresadas, entraron los

don Juan de Aldama se quedó encargado

tres, Aldama, Hidalgo y el que declara en

de conducirlos los europeos, que serían de

consulta sobre lo que debían hacer, en que

diez y ocho a veinte, a las inmediaciones

se resolvió entrando en el acuerdo don Ma-

de San Miguel el Grande, hasta ver el re-

riano Hidalgo, y don Santos Villa, [f. 9] con-

sultado de su empresa y no exponerlos al

vocar en la misma noche los vecinos que

furor de la plebe: hicieron alto en Atotonil-

estaban o se consideraba estarían prontos

co en donde tomaron de casa del capellán

a seguirlos y juntos hasta ochenta hombres

don Remigio González un lienzo de nuestra

fueron al cuartel y se apoderaron de las es-

Señora de Guadalupe por idea de alguno

padas de una compañía que estaban depo-

de las compañías, el cual pusieron en una

sitadas allí, y luego se distribuyeron por las

garrocha y continuaron su marcha para el

151

lugar de su destino, a donde llegaron ya de

dicho de los confidentes, porque habiendo

noche y hallaron que el pueblo estaba albo-

pasado a aquella ciudad en fines de agosto

rotado, gritando viva la América y muera el

o principios del mismo mes de septiembre,

mal Gobierno: los europeos que se habían

y conferenciado con ellos sobre el particular

hecho fuertes en las Casas Reales [f. 9 v] se

se lo dijeron así, y habiéndoselo avisado al

entregaron al que declara por ser ya mucha

cura Hidalgo y que se acercase allá para

la plebe que se había juntado, y algunos,

que se certificase por sí mismo de la ver-

gritaban que mueran los gachupines; pero

dad, se satisfizo sobre su palabra y se retiró

el que declara pudo contenerlos con mucho

a Dolores; pero habiéndole faltado al decla-

trabajo aunque no pudo evitar el saqueo de

rante a la que le había dado el llamado don

tres a cuatro tiendas, y así quedó entablada

Ignacio de presentarle en cierto día de quin-

la insurrección: que antes de este aconteci-

ce a veinte rancheros, dueños o arrendata-

miento no contaban con más gentes, ni con

rios de rancho que decía le tenían ofrecido

mas medios que los que aparecen de lo que

hasta trescientos hombres, le participó esta

lleva declarado, ni han tenido otras conexio-

novedad [f. 10] a Hidalgo: éste le contestó

nes ni relaciones sea por escrito de palabra

por un papel sin firma, se apartaba de los

o por terceras personas, ni quien los fomen-

tratado, y que no contase con él para nada;

tase con dinero ni cosa alguna de lo que

mas como a pocos días el dicho don Igna-

inquiere la pregunta; y después así como

cio como viniese a Querétaro y lo hubiese

la resolución fue violenta, los medios de

citado para salir a extramuros de la ciudad

continuar la empresa, lo fueron igualmente,

a abocarse con los expresados rancheros

pues que ni aún armas tenían propias para

con la disculpa de no haber podido acudir

la empresa, como que el acopio que habían

el día señalado por haber estado ocupados

procurado de gentes se trataba sin formali-

en unos rodeos, lo verificó; y habiéndolos

dad ninguna, y solo para en el caso que se

visto efectivamente se manifestaron com-

figuraba, para el cual siendo los más ran-

prometidos a presentar si fuere necesario

cheros no podían faltarles las de su uso y

trescientos hombres, con que satisfecho el

costumbre; y aún por lo que hace al número

declarante se vino a San Miguel el Grande

de gente que tiene declarado, no tiene más

y se vió con Hidalgo en Dolores, el que con

dato en cuanto a la de Querétaro que el

esta noticia volvió a animarse a seguir al

152

mismo sistema; que de las demás gente de

que lleva hecha y su contenido la verdad so

Querétaro estaba creído sería seguro por la

cargo del juramento que tiene prestado en

formalidad de los confidentes don Epigme-

que se afirmó y ratificó y firmó con dicho

nio, y Lozada y demás que concurrían con

Señor comisionado y conmigo el presente

ellos, y responde.

escribano de que doy fe.

En este Estado y por ser ya muy tarde el señor juez comisionado don Ángel Abe-

Ángel Abella [Rúbrica]

lla, mandó suspender esta declaración para

Ignacio de Allende [Rúbrica]

continuarla el día de mañana, la cual leída que le fue al declarante. Dijo ser la misma

Ante mí Francisco Salcido [Rúbrica]

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Por t ales

EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL COLEGIO DE LAS VIZCAÍNAS: UNA MIRADA HACIA LA PRIMERA FASE DE LA CATALOGACIÓN DEL FONDO

REAL COLEGIO DE SAN IGNACIO DE LOYOLA, 1885-1925

Maria Elena Hernández Ortiz1 y Rodolfo Daniel Martínez Domínguez2

LA COFRADÍA DE ARÁNZAZU: SU PAPEL COMO

esta Virgen, célebre en los anales religiosos

SAN IGNACIO DE

del País Vasco. De esta manera se narra la

FUNDADORA DEL COLEGIO DE

LOYOLA

erección de las escrituras fundacionales: “El año 1681 movidos algunos vas-

L

os vascos han constituido una gran her-

congados del zelo y amor de la Santisima

mandad resultado de una tradición vi-

Virgen de Aránzazu propusieron a los de-

gorosa. Siempre estuvieron acostumbrados

más nacionales del señorío de Vizcaya,

a reunirse en los atrios de las capillas para

encartaciones, Reino de Navarra, Provincia

tratar sus asuntos y mejorar las condiciones

de Guipúzcoa y Álava, la fundación de una

materiales y morales de su vida.

capilla en que fuese venerada la Virgen de

Los residentes vascongados decidieron unirse en una hermandad bajo la advocación de la Virgen de Aránzazu. Dándole la

Aránzazu y asimismo sirviese de entierro y esplendor para dichos vascongados”.3 Una de las características de la Cofra-

el 4 de

día de Aránzazu es que jamás pidió dinero

abril de 1671, los vascos constituyen y fun-

ni recibía limosnas, esto nos habla de la

dan la Cofradía de Nuestra Señora de Arán-

magnífica posición social y económica que

zazu, poniéndola bajo la advocación de

tenían. Para 1732, el rector de la Cofradía

forma religiosa propia del siglo

XVII,

Licenciada en Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Licenciado en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. 3 Véase Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas (en adelante AHCV), E-6, T-1, V-2, “Libro de escrituras, papeles de fundación, constituciones, aprobación de la Cofradía, lista de sus fundadores vascongados, rectores y tesoreros habidos, dotaciones de huérfanas y otras varias cosas”, 1765-1767; citado también en Elisa Luque Alcaide, La cofradía de Aránzazu de México (1681-1799), Pamplona, Ediciones Eunate, 1995, p. 37. 1 2

164

era don José Eguiara y Eguren (personaje

de Aránzazu proyectó en su colegio una la-

importantísimo dentro de la creación del co-

bor asistencial: la atención a las viudas que

legio), hombre de origen vasco nacido en la

carecían de bienes económicos.

ciudad de México, ilustrado dentro del cam-

Un año antes, en 1731, realizaron un

po de las letras, rector de la Universidad y

sondeo de las cantidades que los vascona-

más tarde obispo de Yucatán.

varros estaban dispuestos a aportar. A los

Este hombre es muy importante en la

tres meses de iniciadas estas gestiones se

historia del colegio de San Ignacio de Loyo-

contaba con una oferta de más de 40,000

la, Vizcaínas, ya que en su primera reunión,

pesos.

en 1732, trató la necesidad de crear un co-

El mismo día de la reunión en la que

legio que sirviera de refugio a las hijas de

nació la idea de crear un colegio, se leyó

españoles vascongados en mala situación

un documento que entre otras cosas de-

económica, así como a huérfanas y viudas

cía:

vascongadas, y exhortó a todos los presen-

“[…] En la Ciudad de México oi primero

tes en aquella reunión a unirse y participar

día del mes de noviembre de mil setecien-

en la edificación de dicho colegio.

tos y treinta y dos años los señores Rector, Diputados de la mui Illo. Cofradía de Nra.

ORIGEN DEL COLEGIO DE SAN IGNACIO DE

Señora de Aranzazu […] todos congregados

LOYOLA

para arbitrar y discernir y plantear la nueva creación y fundzon. De casa ó Colegio de

Manuel Aldaco, Francisco de Echeveste

niñas, y Matronas Viudas Hijas o desendien-

y Ambrosio de Meave fueron los que apo-

tes de Familiar Bascongadas bajo la protec-

yaron más la idea de la creación de dicha

ción del Glorioso Patriarca San Ignacio de

institución educativa y también contribuye-

Loyola, procedió el sor Rector Dn. Juan Jph

ron trabajando en la recaudación de fondos

de Eguiara y Eguren Presbitero catedrático

entre los vascos residentes en México. A

[…] exortando a la mui Illme. Mesa y demás

diferencia del colegio de la Caridad, la junta

concurrentes para que fervorezidos con el

Olga Lina García Barrera, De la educación femenina en México: el colegio de las Vizcaínas, tesis de licenciatura de Historia, México, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 1978, p. 80. Museo Nacional de Antropología e Historia, Juntas que celebra la Cofradía de Aranzazu, microfilm, rollo 38. 4

165

zeloso motivo de tan heroica causa contri-

ya que el ayuntamiento tenía la intención de

buyeren conforme a sus facultades a la mas

mejorar la zona.

presta, mexor y más luzida espedizon de la

Al comenzarse la obra, los fondos mo-

obra repitiendo cada uno de sus proyectos

netarios quedaron asegurados para evitar

mensuales o semanarios […]”.4

que en algún momento se tuviera que sus-

Este escrito fue enviado al ayuntamien-

pender la obra por faltar insumos.

to. Así, todos los vascos residentes acorda-

El 30 de julio de 1734 se colocó la pri-

ron contribuir a tan generosa causa. Una

mera piedra del colegio; el costo total de

vez que los vascos se comprometieron a

la obra fue de un millón de pesos. A partir

cooperar, lo único que les hacia falta era un

de su inauguración, la cofradía vivió años

terreno en donde construir y procedieron a

de intenso trabajo hasta hacerlo realidad.

solicitarlo al ayuntamiento.

En 1752 se habían acabado las obras y el

Dicho terreno tenía al norte el tianguis

edificio estaba preparado para su apertura:

de San Juan, cerca pasaba una acequia

se reunieron para su construcción más de

que corría oblicuamente del noreste al su-

583 mil pesos. Las becas de colegialas ini-

reste, cruzando las calles del Puente Que-

ciales sumaron un capital de 66,800 pesos.

brado, la calle de Pañeras, la calle de las

La construcción del colegio fue obra del ar-

Ratas (hoy la octava calle de Bolívar, entre

quitecto y cofrade Pedro Bueno Basori, que

Republica de El Salvador y Mesones) y en

lo proyectó en 1733. Se trata de un palacio

la esquina de Mesones y Regina.5 El agua

barroco al gusto de la época; la portada fue

de que dispondrían vendría por el acueduc-

realizada en 1771 por el arquitecto Lorenzo

to de Chapultepec. En el terreno, donado

Rodríguez, autor de la capilla del sagrario

en 1733, se concentraban ladrones, vagos

de la ciudad de México. También constru-

y malvivientes, motivo por el cual fue dona-

yeron la residencia para los capellanes.6 Se

do con mucha facilidad y libre de impuestos,

inauguró con capacidad para 160 alumnas.

5 Actualmente el colegio ocupa la totalidad de la manzana, limitada por la calle de Vizcaínas, al norte, con 129 m de longitud; la calle de Manuel Aldaco, al oriente, con 138.4 m; la plaza de las Vizcaínas, al sur, con 126.66 m, y la calle de San Ignacio, con 137.6 m, al poniente, Claudia Rojas Mira y Enriqueta Tuñón Pablos, “El colegio de las Vizcaínas: una historia viva”, en Los vascos en las regiones de México, vol. III, México, UNAM, 1997. pp. 185-193. 6 Luque Alcaide, op. cit., p. 93.

166

APERTURA DEL COLEGIO

San Mateo Valparaíso y el arzobispo Lorenzana, quien llegó acompañado del maes-

El 1 de septiembre de 1767 se eligieron em-

trescuela don Cayetano Antonio de Torres y

pleadas del colegio entre las niñas que se

de don Ignacio de Esnaurrizar, dignidad de

encontraban depositadas en Belem, pidien-

la Santa Iglesia Catedral, entre otras perso-

do antes informes confidenciales sobre su

nalidades. Se bendijo al colegio, patios, co-

conducta y disposiciones. Se designó como

rredores y capillas, departamentos y sala de

primera rectora a la señora Teresa Magaña,

labor y se procedió a oficiar una misa en la

como vicerrectora a Ana Lozano y como se-

capilla del mismo. Inmediatamente después

cretaria a Teresa Lejarza.

se sirvió el desayuno y se dio la bienvenida.

El 9 de septiembre de 1767 fue la gran

En ese momento las niñas se encontraban

apertura del colegio. Ese día, a la hora se-

reunidas en la sala de labor, donde el señor

ñalada, se reunieron en la amplia portería

Lorenzana les hizo una exhortación sobre

todos los miembros de la cofradía. Mientras

la vida de trabajo que debían llevar allí y la

llegaba el arzobispo, diez de los principales

unión que debía existir entre ellas. Ese mis-

cofrades recibieron la orden de ir en sus ca-

mo día hubo una junta donde se nombró al

rrozas o en coches ya preparados a buscar a

médico y al boticario responsable de man-

las colegialas que estaban en Belem y a un

dar medicinas al colegio.

7

pequeño número que no había cabido en el

Una vez terminados todos los festejos

colegio alojado en algunos de los conventos

por la gran apertura del colegio, la Mesa

de monjas donde las habían colocado para

pasó a la sala de juntas que habían dis-

que no pasaran desgracias y tuvieran un lu-

puesto a celebrar la primera de ellas. Hizo

gar seguro donde vivir mientras el colegio

comparecer a las colegialas, dio a conocer

abría sus puertas. La apertura fue un acto

los nombramientos hechos y los grupos en

grandioso y solemnizado con la presencia

que las había dividido:

del virrey marqués de Croix, el conde de

“Y entraron [en la fecha de apertura]

Cabe señalar que la autora Olga Lina García Barrera habla que junto con esas 23 colegialas llegaron pupilas de otras instituciones como La Concepción y Jesús María, pero esta información no puede ser corroborada, sin embargo, Gonzalo Obregón habla de niñas que fueron depositadas en conventos de monjas, entonces la información resulta lógica. Véase Gonzalo Obregón, El Real Colegio de San Ignacio en México, México, El Colegio de México, 1949, p. 77. García Barrera, op. cit., p. 98. 7

167

once niñas de la fundación de D. Joseph

en la vida cotidiana del colegio, el cual se

de Gárate, doce de la de D. Pedro Negrete

vio forzado a adaptarse a un nuevo género

Sierra y una viuda, madre de cuatro herma-

de vida.

nas, que se obligaron a mantenerla en su

Se creó una nueva junta directiva cons-

compañía y cuarenta de la fundación del

tituida por cinco miembros: un presidente,

Sr. General D. Francisco de Echeveste.

tres vocales y un tesorero -la antigua mesa

En total, sesenta y cuatro dotadas y seis

era conformada por 14 miembros: un rec-

porcionistas” [estas últimas eran las que

tor, 12 diputados y un tesorero-. La mesa

pagaban una cantidad mínima por vivir en

nombró como presidente al señor Ignacio

el colegio].

Aguinaga, como vocales a los señores José

8

El 28 de diciembre de 1860 se publica-

María Lacunza,10 Antonio Vértiz y Juan Bau-

ron las Leyes de Reforma que había dicta-

tista Echave, y como tesorero a Francisco

do en Veracruz el presidente Juárez. Estas

Guati Palencia. La junta procedió a su ins-

leyes imponían, como muestra de la política

talación el 10 de enero de 1861.11

laicista de Juárez, la reducción del poder de

El colegio se salvó de ser enajenado y

la Iglesia católica mediante el embargo de

el gobierno permitió que la junta directiva

propiedades eclesiásticas y la separación

siguiera formada por las mismas personas

Iglesia-Estado. Esta etapa representa una

que constituían la Mesa de Aránzazu en el

ruptura con el pasado; se inicia con un pro-

momento de su disolución. El presidente

ceso de reorganización en el que se verá

Juárez mandó cerrar el colegio de Belem y

reflejado el interés del gobierno en la políti-

las niñas pasaron al colegio de las Vizcaí-

ca educativa.9 Esta fase tuvo gran impacto

nas. Días después, el colegio de Niñas de

AHCV, E-6, T-1, V-15, “Libro de elecciones de empleos en el colegio…”, 1774. Dicho interés fue acompañado por la presencia de algún miembro del gobierno en la junta directiva, como José María Lacunza y José Maria Lafragua, en su seno. 10 Personaje importante dentro y fuera del colegio. A mediados del siglo XIX fundó, junto con su hermano y Guillermo Prieto, la Academia de Letrán, primera asociación literaria de importancia que funcionó en el México independiente; promotor de las escuelas lancasterianas, siendo ministro de Relaciones Exteriores fundó un asilo para niños y jóvenes delincuentes, el cual se convirtió en presidio para menores. Hablaba latín, francés y algo de italiano e inglés. Véase: Josefina Muriel, Los vascos en México y su colegio de las Vizcaínas, México, CIGATAM, 1989, p. 75. 11 AHCV, E-14, T-1, V-5, Cambios en el Colegio, Traslado de Niñas del Recogimiento, colegio de Niñas de San Miguel de Belem y del colegio de Niñas de Nuestra Señora de la Caridad al colegio de San Ignacio de Loyola. 8 9

168

Nuestra Señora de la Caridad también pasó

ma de los intereses que en justicia corres-

al colegio de San Ignacio de Loyola.

ponden a una institución que nunca fue ni

12

pudo ser comprendida en las leyes que de-

EL COLEGIO DE LA PAZ DURANTE EL PORFIRIATO

samortizaron los bienes eclesiásticos, pues jamás tuvo el carácter de éstos, el Clero no

“Paz, Orden y Progreso” fue el lema que

intervino de modo alguno en su gobierno y

se siguió durante el mandato del general

administración”.14

Porfirio Díaz. El país necesitaba una etapa

En 1885 el colegio recuperó muchos de

de restablecimiento, sobre todo económico,

sus fondos, aumentó sus capitales y siguió

y a ello se dedicó el nuevo régimen. Los

apoyándose con las rentas de las acceso-

cambios económicos se debieron a que la

rias. Fue hasta 1889 cuando el colegio tuvo

agricultura renació, se extendieron el co-

egresos anuales de 50 mil pesos, los cuales

mercio y la industria y el crédito nacional se

comprendían el mantenimiento del edificio,

fue afirmando. Comenzó para México una

la manutención de las alumnas, los sueldos

era de intensa prosperidad material que se

de profesores y trabajadores y la compra de

manifestó dentro del colegio.

muebles. También en 1885, la junta directi-

13

Para 1878, el gobierno utilizó una parte

va del colegio de la Paz recibió el patronato

del tesoro público para ayudar al colegio.

de las Escuelas Rico por nombramiento di-

El presidente Díaz pagó subsidios de 12

recto del ayuntamiento.15

mil pesos, 15 mil el año siguiente y 18 mil

En 1903 se instaló alumbrado eléctrico

pesos al final, en reciprocidad con la institu-

en el colegio y se efectuaron obras materia-

ción que durante muchos años aportó gran

les para arreglar el edificio; se compusieron

parte de su dinero al erario publico, y aún

las accesorias y toda la planta baja, que

así “no representa[ba] sino una parte ínfi-

estaba en pésimas condiciones higiénicas;

AHCV, E-5, T-1, V-12, “Elecciones de rectoras”, 1842-1865. Obregón, op. cit., p. 136. 14 Enrique Olavarría y Ferrari, El Real Colegio de San Ignacio de Loyola, vulgarmente colegio de las Vizcaínas, México, Imp. de Francisco Díaz de León, 1889, p. 209. 15 Las Escuelas Rico eran una institución de beneficencia que consistía en dos escuelas primarias elementales, una para niños y otra para niñas, que había sido fundada en 1837 por José María Rico; a su muerte, la administración de los raquíticos bienes y el funcionamiento de las escuelas debían pasar, por voluntad del finado, a manos de otra institución de beneficencia, en AHCV, E-1, T-III, V-16, NC 13371, Informes de la administración acerca del total del capital que se encuentra de las Escuelas Rico, 1903. 12 13

169

misma sección y promover de nuevo la modernización de la institución.

EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL COLEGIO DE LAS VIZCAÍNAS: SU ORIGEN, CARACTERÍSTICAS Y SU ORDENACIÓN

El AHCV se encuentra bajo el resguardo del también se destruyeron las capillas que

colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaí-

existían al fondo para construir una amplia

nas. Este archivo se ha ido desarrollando

enfermería.16

mediante la participación de personas que han dedicado tiempo y esfuerzo a la con-

EL COLEGIO DURANTE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

servación de este lugar. En un principio, el AHCV fue fundado por don Ambrosio de Mea-

En 1910, cuando estalla la Revolución mexi-

ve con el único propósito de custodiar los

cana, el régimen de Madero siguió subsi-

documentos propios del colegio. El origen

diando al colegio con 50 mil pesos anuales.

del archivo se remonta años atrás, cuan-

De 1915 a 1919, el colegio y muchas otras

do el colegio abrió sus puertas, en 1766, y

instituciones atravesaron una grave situa-

comenzó a producir documentos con una

ción económica debido a las irregularidades

temática muy variada. En total, el Archivo

de la moneda; en ese momento, muchos de

se compone de más de 2,000 volúmenes

los deudores aprovecharon para liquidar las

concentrados en nueve fondos totales guar-

deudas contraídas, por lo que el colegio lle-

dados en su orden original, bajo un sistema

gó a perder más de 60 mil pesos en un día.

de organización conocido como Estante (E),

A fines de 1925 se había decretado la

Tabla (T) y Volumen (V).

creación de la escuela secundaria oficial

El total de cajas que tiene el fondo es

para las niñas que quisiesen seguir con la

de 921, las cuales se encuentran almacena-

educación media superior, es por eso que

das en 22 estantes que no siguen un orden

la junta directiva creyó oportuno crear la

preciso.

16

Obregón, op. cit., p. 139.

170

Clasificación

Cantidad

Descripción

14 volúmenes E-1, T-I, V-1 al 10

Listas de calificaciones 10 volúmenes

E-1, T-II, V-1 al 10

Listas de calificaciones 18 volúmenes

Listas de calificaciones (del volumen 1 al 13) Documentos varios sobre administración, educación, informes (del volumen 14 al 18)

E-1, T-IV, V-1 al 25

25 volúmenes

Actas de calificaciones

E-1, T-V, V-2 al 18

17 volúmenes

Documentos varios sobre registros de pagos, calificaciones y listas de colegialas

E-2, T-I, V-5, 9 y 12

3 volúmenes

Documentos varios sobre reconocimiento e imposición de capitales y defunciones de alumnas

E-2, T-II, V-1,4, 8 y 9

4 volúmenes

Documentos varios sobre gastos varios, libranzas y rentas de accesorias

E-2, T-III, V-5 y 9

2 volúmenes

Documentos varios sobre traslado de niñas de Caridad y cuentas del colegio

E-2, T-IV, V-1, 3 y 6

3 volúmenes

Documentos varios sobre recibos de pago, establecimiento del hospital y listas de niñas trasladadas de Belem y Caridad al colegio

E-2, T-V, V-3 al 15

13 volúmenes

Documentos varios sobre listas de calificaciones y exámenes

E-1, T-III, V-1 al 18

E-3, T-IV, V-7 al 12, 30 Y 39 8 volúmenes

Recetarios de salud

E-3, T-V, V-1 al 29

29 volúmenes

Libros sobre ejercicios de caligrafía y ortografía

E-4, T-I, V-2 al 45

43 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de caja del colegio y de pensiones de alumnas de Belem

E-4, T-II, V-1 al 45

45 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de inquilinos y accesorias, inscripciones y pensiones de alumnas

E-4, T-III, V-1 al 37

37 volúmenes

Documentos varios sobre faltas de profesores y asistencias, entradas y salidas de alumnas y actas de exámenes

E-4, T-IV, V-1 al 18

18 volúmenes

Documentos varios sobre actas de exámenes y nóminas de profesores

171

Clasificación

Cantidad

Descripción

18 volúmenes

Documentos sobre actas de bautismo y defunción, licencias de ingreso al colegio, cabildos y juntas, alumnas trasladadas, clases de música e índice de pensionistas

E-5, T-I, V-1 al 27

27 volúmenes

Documentos sobre cuentas generales, elecciones, censatarios y acuerdos de la junta directiva del colegio

E-5, T-IV, V-6

1 volumen

Documentos sobre traslado de niñas de Belem a San Ignacio

E-4, T-V, V-18

E-5, T-V, V-10, 11 y 15 3 volúmenes

Documentos varios sobre instalación de banco de sangre, depósito y liquidación de colegialas

E-6, T-II, V-15 y 16

2 volúmenes

Documentos varios sobre obras pías, capellanías y censos

E-6, T-IV, V-11

1 volumen

Documentos varios sobre movimiento de capitales y censos

E-6, T-V, V-1 al 18

18 volúmenes

Libro de asistencias de maestros, documentos varios sobre deudas de accesorias, premios y licencias de alumnas

E-9, T-II, V-28

1 volumen

Ilustraciones del libro de Enrique de Olavarría y Ferrari

E-13, T-IV, V-2, 3 y 9

3 volúmenes

Documentos varios sobre traslado de alumnas de Belem a San Ignacio

E-14, T-I, V-2 y 5

2 volúmenes

Documentos varios sobre licencias, solicitudes y permisos de alumnas para salir del colegio

E-15, T-IV, V-4

1 volumen

Documentos varios sobre testamentos y derechos

E-17, T-I, V-3, 5, 6 y 11 4 volúmenes

Documentos varios sobre gastos de obras de mantenimiento en el colegio, sueldos de profesores, repartos extraordinarios, administración de obras pías y salarios de trabajadores

E-17, T-II, V-3 y 4

2 volúmenes

Documentos varios sobre nombramientos, citatorios, capellanías y prestamos forzosos a la Mesa de Aránzazu

E-17, T-III, V-4 y 9

2 volúmenes

Documentos varios sobre pagos a colegialas de la Caridad

172

Clasificación

Cantidad

Descripción

E-17, T-IV, V-1 al 12

12 volúmenes

Documentos varios sobre comprobantes de pago, reparto extraordinario y obras en el colegio.

E-17, T-V, V-12

12 volúmenes

Documentos varios sobre comprobantes de pago

E-18, T-I, V-1 al 14

14 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio

E-18, T-II, V-1 al 16

16 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio

E-18, T-III, V-1 al 14

14 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio

E-18, T-IV, V-1 al 12

12 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio

E-18, T-V, V-1 al 11

11 volúmenes

Documentos varios sobre cuentas de gastos del colegio

E-19, T-I, V-1 al 14

14 volúmenes

Documentos presentados a la junta directiva del colegio

15 volúmenes

Documentos varios sobre correspondencia, pensiones, licencias, reglamentos y distribución de premios

22 volúmenes

Documentos varios sobre pensiones, contratos de accesorias, rentas y fianzas; asistencias de alumnas, calificaciones, materias y maestros y escrituras; solicitudes de lugares de gracia y matrículas

E-19, T-IV, V-1, 3 al 5 y 15

5 volúmenes

Documentos varios sobre correspondencia, planes de estudio, reglamentos y obras de mantenimiento de la capilla del colegio

E-19, T-V, V-7 y 16

2 volúmenes

Documentos presentados a la Junta Directiva sobre su administración

E-20, T-I, V-1 al 15

15 volúmenes

Documentos sobre comprobantes de caja

E-20, T-II, V-1 al 9

9 volúmenes

Documentos sobre comprobantes de caja

E-20, T-III, V-1 al 10

10 volúmenes

Documentos varios sobre informes de contabilidad

E-20, T-IV, V-1 al 14

14 volúmenes

Documentos varios sobre comprobantes de gastos, presupuestos, balances y libros de actas y exámenes

E-20, T-V, V-1 al 13

13 volúmenes

Documentos varios sobre informes de la cuenta del Banco Nacional y de la junta directiva

E-19, T-II, V-1 al 15

E-19, T-III, V-1 al 22

173

Clasificación

Cantidad

Descripción

E-21, T-I, V-1 al 10

10 volúmenes

Documentos sobre comprobantes de caja

E-21, T-II, V-1 al 11

11 volúmenes

Documentos varios sobre comprobantes de pagos y gastos del colegio

E-21, T-III, V-1 al 8

8 volúmenes

Documentos varios sobre comprobantes de pagos y gastos del colegio

E-21, T-IV, V-1 al 14

14 volúmenes

Documentos presentados a la junta directiva del colegio

E-21, T-V, V-1 al 13

13 volúmenes

Documentos presentados a la junta directiva del colegio

E-22, T-I, V-7 y 8

2 volúmenes

Reglamentos

E-22, T-II, V-1, 6 a 9

5 volúmenes

Periódicos

E-22, T-III, V-1, 5, 8 y 9 4 volúmenes

Documentos varios sobre cátedras, jubilaciones, libretas de alumnas y periódicos

E-22, T-IV, V-1 al 38

38 volúmenes

Libros talonarios por pago de réditos

E-22, T-V, V-1 y 2

2 volúmenes

Documentos varios sobre proyectos del arquitecto, obras y grabados

E-23, T-I, V-1 al 13

14 volúmenes

Documentos varios sobre comprobantes de pago

E-23, T-II, V-1 al 12

12 volúmenes

Duplicados de comprobantes de pago

E-23, T-III, V-1 al 14

14 volúmenes

Libros sobre balances generales

14 volúmenes

Documentos varios sobre presupuestos generales, proyectos del arquitecto, informes, correspondencias, distribución de premios, obras pías, acuerdos de la junta directiva, alumnas, programas y calificaciones

E-23, T-V, V-1 al 10

10 volúmenes

Documentos varios sobre demandas, reglamentos, cátedras alumnas, informes de la administración, periódicos e inspección de clases

E-24, T-I, V-1 al 29

29 volúmenes

Documentos varios sobre obras de mantenimiento y deudores

E-24, T-II, V-1 al 30

30 volúmenes

Documentos varios sobre capitales, réditos, deudores y gastos extraordinarios del colegio

E-24, T-III, V-1 al 31

31 volúmenes

Documentos varios sobre gastos extraordinarios, pensiones, balances, gastos y réditos

E-24, T-IV, V-1 al 23

23 volúmenes

Documentos sobre la copia de las disposiciones que han regido el colegio

E-23, T-IV, V-1 al 14

174

Clasificación

Cantidad

Descripción

E-24, T-V, V-1 al 22

22 volúmenes

Documentos varios sobre correspondencia al colegio, rentas y pensiones

E-25, T-III, V-1 al 21

21 volúmenes

Documentos sobre correspondencia del colegio

E-25, T-IV, V-1 al 3

3 volúmenes

Documentos sobre asuntos varios del colegio

E-25, T-V, V-1

1 volumen

Documentos sobre obras del colegio

E-26, T-I, V-23 al 27

5 volúmenes

Documentos varios sobre clases y partituras de música

E-26, T-IV, V-19

1 volumen

Documentos sobre programas de exámenes de música

E-27, T-III, V-3

1 volumen

Registros de visitas del colegio

E-27, T-IV, V-1 al 3

3 volúmenes

Documentos varios sobre premios a alumnas y autos y litigios sobre el colegio

8 volúmenes

Documentos sobre clasificación del archivo, fotografías, y manuscritos pertenecientes al libro de Gonzalo Obregón

5 volúmenes

Documentos varios sobre el patronato del colegio, recortes de periódico, álbum histórico de las Vizcaínas y correspondencia del colegio

4 volúmenes

Documentos varios sobre amparos, alegatos y sentencias y memorias de la Junta de Beneficencia Pública

E-27, T-V, V-1 al 8

E-28, T-I, V-4 al 8 E-28, T-II, V-3, 20, 21 y 48

La parte que corresponde a la realiza-

cabada, el material fichado se desglosó en

ción del catálogo del fondo Real Colegio de

dos partes, la primera con 1,144 fichas que

San Ignacio de Loyola 1885-1925 se inició

forman parte del catálogo de educación, y

desde el Estante 1, Tabla I, Volumen 1,

la segunda con 722, las cuales nos permi-

hasta el Estante 1, Tabla III, Volumen 16.

ten conocer la parte administrativa de este

Por las características de la información re-

colegio.

175

Clasificación

Fechas

Número de fichas

E-1, T-I, V-1

1896

30 fichas

E-1, T-I, V-2

1897

30 fichas

E-1, T-I, V-3

1900

38 fichas

E-1, T-I, V-4

1898

35 fichas

E-1, T-I, V-5

1891 – 1892

35 fichas

E-1, T-I, V-6

1885 – 1886

33 fichas

E-1, T-I, V-6 bis

1899

32 fichas

E-1, T-I, V-7

1893 – 1894

45 fichas

E-1, T-I, V-8

1895

33 fichas

E-1, T-I, V-9

1887

16 fichas

E-1, T-I, V-9 bis

1888

14 fichas

E-1, T-I, V-10

1889

28 fichas

E-1, T-I, V-10 bis

1890

19 fichas

14 volúmenes

418 fichas

E-1, T-II, V-1

1903

36 fichas

E-1, T-II, V-2

1904

21 fichas

E-1, T-II, V-3

1905

16 fichas

E-1, T-II, V-4

1905

20 fichas

E-1, T-II, V-5

1909

28 fichas

E-1, T-II, V-6

1911

39 fichas

E-1, T-II, V-7

1912

35 fichas

E-1, T-II, V-8

1914

45 fichas

E-1, T-II, V-9

1913, 1922

33 fichas

E-1, T-II, V-10

1876, 1881, 1884, 1889, 1899, 1900 – 1905, 1908 y 1905

3 fichas

10 volúmenes

276 fichas

E-1, T-III, V-1

1885 - 1891

99 fichas

E-1, T-III, V-2

1891 – 1892

23 fichas

E-1, T-III, V-3

1904

16 fichas

E-1, T-III, V-4

1906

21 fichas

E-1, T-III, V-5

1907

41 fichas

E-1, T-III, V-6

1909

32 fichas

E-1, T-III, V-7

1910

49 fichas

176

Clasificación

Fechas

Número de fichas

E-1, T-III, V-8

1913

39 fichas

E-1, T-III, V-9

1915

35 fichas

E-1, T-III, V-10

1915 – 1917

47 fichas

E-1, T-III, V-11

1918, 1921

14 fichas

E-1, T-III, V-12

1923

27 fichas

E-1, T-III, V-13

1925

9 fichas

E-1, T-III, V-14

1885 – 1895

326 fichas

E-1, T-III, V-15

1896 – 1900

208 fichas

E-1, T-III, V-16

1901 – 1909

235 fichas

16 volúmenes

1,221 fichas

Total de cajas revisadas: 40 volúmenes Total de fichas capturadas: 1,915

Es importante señalar que en la parte

documental del fondo Colegio de San Ig-

final del trabajo se incluyen índices ono-

nacio de Loyola en el periodo 1885-1925,

másticos y topográficos, los cuales incluyen

y que pueden constituir un punto de partida

el número de la página donde podemos en-

para futuras investigaciones. Los grupos se

contrar la ficha que interesa; así se facilita

dividen en:

la localización del material a los usuarios.

Económico: este grupo se considera de

También se incluyen los anexos, en los cua-

gran importancia para la institución, pues el

les hay que recurrir para conocer la lista de

aspecto económico fue vital para mantener

niñas, su grado y año escolar.

las funciones educativas y de subsistencia

Consideramos que el catálogo es una

del mismo. La documentación que se en-

herramienta descriptiva que rescata datos y

cuentra dentro de este grupo nos remite a

temas de las fuentes de primera mano.

listas de gastos, movimientos de fondos del colegio, cuentas, pagos, capitales, présta-

TEMÁTICAS PARA FUTUROS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN

mos hipotecarios, cantidades asignadas por el gobierno federal para gastos del colegio, recibos de pago de escrituras, pagos de

Podemos ubicar en tres grupos el acervo

servicios médicos, rentas.

177

Educativo: esta documentación es fun-

rante el Porfiriato. Muchos habitantes de la

damental para conocer el sistema educativo

ciudad de México se beneficiaron de esta

que se impartía a las colegialas del colegio

faceta del colegio para mitigar sus deudas,

de San Ignacio a finales del siglo XIX y prin-

sin embargo, varios se vieron envueltos en

Destacan por sus temáticas

pleitos judiciales por incumplir sus compro-

valiosos documentos como las listas de

misos con la institución colegial. La docu-

calificaciones de diversos grados, cátedras,

mentación en este grupo se centra en car-

nombres de profesoras y maestros, premios

tas dirigidas a la mesa directiva del colegio

a las niñas, presencia del presidente Díaz

solicitando prórrogas de pagos, solicitud

en actos escolares, permisos a las alumnas

para exentar deudas, atrasos en el pago de

para salir del colegio, lugares de gracia, be-

réditos, ampliación del pago de hipotecas,

cas, textos del colegio, salud.

deudores de rentas, avalúos de casas, re-

cipios del

XX.

Legal: El colegio de San Ignacio tuvo un papel importante como prestamista du-

178

frendo de hipotecas y préstamos sobre propiedades.

Caleidosc opio

“EL DEPÓSITO DEL DULCE”: BENITO JUÁREZ Y LOS ARCHIVOS. NOTAS A UNAS FOTOGRAFÍAS DE TESTIMONIOS HISTÓRICOS

Guadalupe Jiménez Codinach*

C

orría el año de 1866 y Jesús Gonzá-

posible reconstruir el pasado, aunque

lez Herrera escribía unas letras a su

sea parcialmente, sin las fuentes prima-

amigo don Benito Juárez: “El depósito del

rias.

Dulce [Archivo de la Nación que contenía

Por más valiosas y sugerentes que

documentos del gobierno juarista y que se

sean las obras secundarias de historiogra-

tenía escondido en la cueva El Tabaco] en

fía sobre un tema, el historiador tiene el de-

Monterrey se conserva intacto, pues no han

ber de revisar los archivos necesarios para

dado los sicarios con él”.

poder aclarar dudas y contradicciones; para

“Depósito de dulce”, ¡sinónimo adecua-

comprender el significado de los términos

do para un archivo! En mi vida profesional,

de una época; para acercarse a los seres

los mejores momentos, los más gratifican-

humanos que nos dejaron testimonios de su

tes y en verdad los más “dulces” de mi oficio

quehacer, de sus vivencias, sentimientos e

de historiar, han sido las horas pasadas en

ideas. Para poder afirmar o negar algo, para

los archivos.

trasladarse a otra época, para intentar asir

La Reunión Nacional de Archivos, efec-

los valores e ideales de una generación,

tuada en Oaxaca en 2006, nos congrega en

para conocer las costumbres, modismos y

conmemoración de un personaje crucial de

ritos sociales, las preocupaciones y creen-

nuestra historia como nación: Benito Juárez

cias de nuestros antepasados, para todo

García (1806-1872).

ello y más nos son indispensables esos

Más de treinta años de consulta en

añejos y amarillentos papeles.

archivos mexicanos, europeos y estado-

Los documentos depositados en los

unidenses me han enseñado que no es

archivos son evidencia que apuntala o des-

180

truye hipótesis y especulaciones. Dice el

tre nueve y 11 años de edad.

refrán popular: “Cien conejos no hacen un

En la exposición México: los proyectos

caballo”, pues bien, cien opiniones, cien ru-

de una nación, 1821-1888, realizada tam-

mores no hacen un hecho histórico.

bién en el palacio de Iturbide por Fomento

En mi trabajo como curadora de exposi-

Cultural Banamex en el año 2001, presenté

ciones históricas para diversas instituciones

una Constitución elaborada por colonos te-

y museos he seguido dos reglas: a) investi-

janos en 1833 donde se establecía a per-

gar en los archivos la evidencia documental

petuidad la esclavitud en Texas, en abierta

sobre un hecho, un personaje, un tratado,

violación de las leyes mexicanas. También

una conspiración, etc., para poder afirmar

estuvieron expuestos los planes de ataque

algo sobre lo que presento al público, y b)

al castillo de Chapultepec elaborados en el

ambientar cada tema en el contexto de su

campamento del general Winfield Scott, así

época. Por ejemplo, en la exposición Méxi-

como las primeras fotografías en el mundo

co: su tiempo de nacer, 1750-1821, pre-

sobre una guerra, la de México y Estados

sentada en el palacio de Iturbide en 1997,

Unidos en 1846-1848. Todo ello proceden-

aparecían en una vitrina nueve testimonios

te de archivos en la Unión Americana. De

procedentes del Archivo General de la Na-

la Universidad de Texas en Austin se ex-

ción sobre los “incendiarios” de las puertas

hibieron 22 documentos, entre ellos una

de la alhóndiga de Granaditas el 28 de sep-

carta cifrada con la traslación hecha por

tiembre de 1810. El relato de Carlos María

don Servando Teresa de Mier sobre cómo

de Bustamante escrito muchos años des-

el Congreso Mexicano de 1822 fue el que

pués es inverosímil: el supuesto Pípila lleva

eligió y nombró emperador a don Agustín de

en una mano la antorcha y con la otra de-

Iturbide, ya que según el diputado que es-

tiene una gran losa de piedra, sin embargo

cribía a Mier, ellos tenían los tres poderes:

“va a gatas”, acción físicamente imposible.

el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.

Para explicar la participación de los niños

En el año 2004 en que se conmemora-

en la guerra civil iniciada en 1810 consulté

ban los 150 años del Himno Nacional Mexi-

el archivo de la Secretaría de la Defensa

cano fui curadora de la exposición El canto

Nacional y revisé las hojas de servicio de

a la patria, realizada en el Museo Nacional

varios niños, insurgentes y realistas, de en-

de Historia del castillo de Chapultepec. Dos

181

Tierras, vol. 172, exp. 1, f. 295.

archivos me facilitaron el expediente del Mi-

Quisiera decirles a todos ustedes que los ar-

nisterio de Fomento del periodo 1853-1854,

chivos parroquiales, municipales, estatales

lamentablemente dividido en dos partes, en

y privados en todos los estados de la Repú-

donde se encontraban 25 sobres con los

blica han ido enriqueciendo la comprensión

seudónimos y nombres propios de 25 poe-

de una historia nacional más auténtica, al

tas concursantes, así como 15 partituras de

incorporar los testimonios y voces de la pro-

los músicos que enviaron sus composicio-

vincia, de las aldeas y de los aconteceres

nes al certamen. Al recrear la música de

de regiones multiétnicas y multiculturales.

algunas de ellas se pudo apreciar por qué

Este año de 2006 he preparado la expo-

ganó la partitura de un joven de 29 años,

sición El buen ciudadano: Benito Juárez,

Jaime Nunó, cuyo seudónimo fue “Dios y

1806-2006 para el Museo Nacional de His-

Libertad”.

toria en el castillo de Chapultepec. Las tres

Como miembro del jurado del Premio

salas temporales del castillo mostraron no

de Historia Regional Atanasio G. Saravia,

sólo objetos y pertenencias de don Benito,

de Banamex, he revisado, año tras año,

de su familia y de sus contemporáneos, sino

trabajos de todos los rincones de nuestra

que cada paso de su vida fue acompañado

patria y algunos procedentes del extranjero.

de documentos de vital importancia como la

182

copia de su acta o fe de bautizo del 22 de

dos de Mon-Almonte (1859) y de MacLane-

marzo de 1806 pero copiada, quizá para su

Ocampo (1859); los Apuntes para mis hijos

entrada al seminario de Oaxaca, el 6 de julio

y otros testimonios que pespuntean con su

de 1821; sus notas de libros como los Ana-

silenciosa presencia la vida de este oaxa-

les de Tácito; su nombramiento de “Tenien-

queño excepcional.

te” de compañía; su constancia de profesor

Recuerdo que al guiar a los diversos vi-

de física; su título de abogado fechado el

sitantes por la exposición El buen ciudada-

13 de enero de 1834; copia del acta de ma-

no, los documentos de archivo me servían

trimonio en la iglesia de San Felipe Neri de

para explicar a los niños y a los adultos los

Oaxaca, donde claramente se asienta que

momentos más importantes de un periodo

Margarita, de 17 años, era “hija legítima” de

crucial de nuestra historia. No era mi afirma-

don Antonio Maza y de doña Petra Parada

ción o explicación lo que valía, era el testi-

y no adoptiva como algunos han afirmado;

monio escrito que salía de un archivo para

su diploma masónico, sociedad en la que

convertirse en testigo de una vida dedicada

se le conocía con el nombre de “Guillermo

al servicio de la nación.

Tell”; el plan de Tacubaya (1857); los TrataOaxaca de Juárez, año de su bicentenario 1806-2006

Historia, vol. 263, exp. 4, f. 151.

183

Joyas del mes

El Universal

OCTUBRE

En noviembre de 1848, Rafael Rafael fundó el diario político conservador El Universal, auspiciado por don Lucas Alamán. El 1 de octubre de 1916, El Universal fue refundado por Félix Fulgencio Palaviccini. A partir de octubre de 1969, el diario abrió sus columnas a todas las corrientes del pensamiento, en un proceso de renovación.

Revolución Mexicana

NOVIEMBRE

La Revolución Mexicana comenzó el 20 de noviembre de 1910, como reacción a diversos abusos del gobierno de Porfirio Díaz, cuyo régimen había caducado, además de que las clases acaudaladas se enriquecieron demostrando un profundo desprecio por la opinión pública y por la política del país.

Manuel Tolsá

DICIEMBRE

Nació en Enguera, reino de Valencia, España, en 1757. Realizó proyectos como la iglesia de Loreto, el hospital de Cabañas, en Guadalajara, y el convento e iglesia de las Teresianas en la ciudad de Querétaro, entre otros. Manuel Tolsá murió en México el 24 de diciembre de 1816.

184

Sala de Banderas

Las Constituciones de México La Constitución es la expresión de la soberanía del pueblo y es obra de la Asamblea o Congreso Constituyente. Es la ley fundamental de un Estado que establece los derechos y obligaciones de los ciudadanos y gobernantes. Es la norma jurídica suprema y ninguna ley o precepto pueden estar sobre ella.

Sala Siqueiros

OCTUBRE

Kamisaki. Exposición fotográfica de Alison Sam Como parte del festival internacional Fotoseptiembre, el

AGN

presenta Kamisaki (en

aymara -comunidad indígena de Boliviasignifica “hola”), de la artista boliviana Alison Sam. NOVIEMBRE-DICIEMBRE

El coleccionista. Felipe Teixidor Felipe Teixidor Benach, encuadernador, editor, traductor y prologuista, fue un gran coleccionista. Nació en Barcelona en 1895 y murió en el D.F. en 1980. Reunió varias series de grabados, fotografías, etiquetas, dibujos, planos y mapas. La exposición muestra parte de sus recopilaciones.

185

Exposiciones

FEBRERO-DICIEMBRE

FEBRERO

- DICIEMBRE

Cúpula

Acta de Independencia. Dictamen de autenticidad El 28 de septiembre de 1821, firmaron el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, entre otros, Iturbide, Anastasio Bustamante y Juan José Espinosa de los Monteros, quien hizo dos ejemplares. Uno estuvo en la Cámara de Diputados hasta que fue destruido en el incendio de 1909. El otro está a buen resguardo en la bóveda del AGN, junto con los estudios que la acreditan.

FEBRERO

- DICIEMBRE

Indiferente virreinal. Antiguos documentos cuentan nuevas historias La sección denominada Indiferente contiene documentos coloniales y de los siglos XIX y XX. Constituye un fondo documental casi inédito, el cual fue descrito desde el 2005 y del cual se realizó una selección de documentos para dar una muestra de las joyas que integran este acervo.

186

Cúpula

Metro Pantitlán

NOVIEMBRE

Tradiciones mexicanas El legado de los valores, manifestaciones culturales y artísticas de las tradiciones construye la historia de un pueblo. El

AGN

realiza una muestra de festividades mexicanas como el Día de Muertos, la celebración de la aparición de la Virgen de Guadalupe, la Navidad y el día de Reyes.

DICIEMBRE

Metro Guerrero

Festejos y tradiciones navideñas Una de las celebraciones más festejadas en el mundo es la Navidad. En México fue implantada para evangelizar, con representaciones similares a las indígenas basadas en el ritual de renovación de Huitzilopochtli, parecida al nacimiento de Jesús. Con el lente de los Hermanos Mayo, se expone cómo se ha festejado la Navidad en México. OCTUBRE

Cine Venustiano Carranza

Movimiento estudiantil de 1968 La crónica de los hechos de 1968 narra la lucha entre el gobierno federal y los estudiantes a través de marchas y mítines. Esta muestra fotográfica y documental contiene lo ocurrido entre el 26 de julio y el 2 de octubre de 1968.

187

Escuela Nacional Preparatoria

OCTUBRE

Benito Juárez

Plantel 6. Antonio Caso

El archivo particular de Benito Juárez es resguardado por el

AGN;

cubre los años de

1821 a 1906, que incluyen aspectos de la vida privada y pública del Benemérito de las Américas. Esta muestra exhibe su fe de bautizo, nombramientos, distinciones, títulos, apuntes personales y correspondencia oficial y familiar, entre otros.

Escuela Nacional Preparatoria

OCTUBRE

Diosas del ayer

Plantel 4. Vidal Castañeda Nágera

La vedette fue admirada por miles de personas en el espectáculo con mayor audiencia a principios del siglo

XX.

Estas fotografías

recorren los escenarios de la década de los 20, donde las divas eran sacerdotisas de la catársis pública. OCTUBRE

Movimiento estudiantil de 1968 La crónica de 1968 narra la lucha entre el gobierno federal y los estudiantes a través de marchas y mítines. Esta muestra fotográfica y documental reconstruye lo ocurrido entre el 26 de julio y el 2 de octubre de 1968.

188

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9. Pedro de Alba

NOVIEMBRE

El séptimo arte en papel Los carteles de cine promueven una película en busca de éxito. El AGN tiene una colección de carteles del Instituto Mexicano de Cinematografía, de los años 1940 a 1980.

NOVIEMBRE

Una ventana al mundo de Frida Kahlo

Escuela Nacional Preparatoria Plantel 1. Gabino Barreda

Se conmemora el primer centenario del nacimiento de la artista mexicana con esta exposición, en la que observamos fotografías de la pintora y algunas litografías suyas como Hospital Henry Ford (1932), Unos cuantos piquetitos (1935) y Las dos Fridas (1939), entre otras.

189

Visita www.agn.gob.mx y entérate de nuestras exposiciones Informes: Eduardo Molina Albañiles s/n, Col. Penitenciaría Ampliación Delegación Venustiano Carranza [email protected]

190

Página web: www.agn.gob.mx

191

192

Constitución de 1857

Portal de la Independencia

La Asociación Latinoamericana de Archivos

En el marco del V Seminario Internacional

(ALA) fue creada en Lima el 6 de abril de

de Archivos de Tradición Ibérica “Los archi-

1973 para estudiar, establecer y mantener

vos al servicio de la sociedad”, celebrado en

relaciones entre las instituciones archivísti-

San José de Costa Rica del 2 al 5 de julio de

cas y organismos profesionales de carácter

2007, la Asociación Latinoamericana de Ar-

público y privado, en países con archivos de

chivos realizó su Asamblea General Ordina-

tradición ibérica. Actualmente integra a paí-

ria. Entre los puntos a tratar en el orden del

ses de lengua española y portuguesa de La-

día se realizó la elección del nuevo Comité

tinoamérica, así como a España y Portugal.

Directivo y, luego de más de dos décadas, México fue elegido para presidir la Asocia-

La Asociación Latinoamericana de Archi-

ción para el periodo 2007-2011. La mesa

vos, a su vez, se afilió como rama regional

directiva quedó integrada como sigue:

al Consejo Internacional de Archivos y a lo largo del tiempo ha reformado sucesiva-

Presidente: Jorge Ruiz Dueñas (México)

mente sus estatutos para mantenerse en

Primer Vicepresidente: Mónica María Euge-

sintonía con las directrices del Consejo.

nia Barrientos Harbin (Chile) Segundo Vicepresidente: José Ramón Cruz

Desde su origen, la misión de la Asociación

Mundet (España)

es la colaboración mutua entre sus miem-

Secretaria General: Martha Marina Ferriol

bros en beneficio del desarrollo de los archi-

Marchena (Cuba)

vos y la preservación y uso del patrimonio

Primer Vocal: Silvestre de Almeida Lacerda

documental de sus países.

(Portugal)

193

Segundo Vocal: Marcela Inch Calvimonte

sobre archivística que la Asociación les en-

(Bolivia)

víe por vía electrónica.

Tesorera: Claudia Delgado Martínez (México)

• Compartir artículos, lecturas, manuales u

Secretaria Ejecutiva: Yolia Tortolero (México)

otros materiales sobre archivística de interés para los miembros de la Asociación.

Derivado de la resolución anterior, la Aso-

• Sugerir propuestas y proyectos para el pro-

ciación confirmó su interés en estrechar los

grama de trabajo anual de la Asociación.

lazos de cooperación con la comunidad ar-

• Establecer contactos e intercambiar expe-

chivística de tradición ibérica.

riencias con otros archivistas de habla hispana en Latinoamérica, España y Portugal.

Por este conducto extendemos a los archivos nacionales, federales, estatales, muni-

Para formar parte de la Asociación existen

cipales, a las universidades, a las asocia-

las siguientes categorías de afiliación:

ciones archivísticas y a los profesionales de la región, a afiliarse a nuestra Asociación.

MIEMBROS CLASE B

Los principales beneficios para sus miem-

(Corresponde a asociaciones nacionales de

bros son los siguientes:

archivistas. Para afiliarse requieren enviar copia simple de sus estatutos. Cuota: $100

• Formar parte del directorio de archivistas y

dólares anuales.)

expertos de la región. • Recibir gratuitamente las publicaciones de

MIEMBROS CLASE C

la Asociación.

(Corresponde a archivos históricos y admi-

• Recibir por correo electrónico los boleti-

nistrativos, federales, regionales, estatales,

nes, noticias, convocatorias e información

departamentales o municipales públicos y

sobre cursos, becas y eventos nacionales,

privados. Cuota: $75 dólares anuales.)

regionales e internacionales. • Recibir invitaciones a las actividades y

MIEMBROS CLASE D

reu- niones o seminarios programados a

(Corresponde a centros de formación vincu-

nivel nacional, regional e internacional.

lados con actividades archivísticas. Cuota:

• Actualizarse a través de lecturas y textos

$50 dólares anuales.)

194

MIEMBROS CLASE E

Archivo General de la Nación, México

(Corresponde a archivistas y a funcionarios de archivos, bibliotecas y centros de docu-

Avenida Eduardo Molina s/n

mentación. Cuota: $20 dólares anuales.)

Colonia Penitenciaría Ampliación Delegación Venustiano Carranza

Para obtener un formato de inscripción

C.P. 15350

agradecemos enviarnos una carta por co-

México, Distrito Federal

rreo electrónico o postal aquí referidos,

Tel. (0052) (55) 51339900, ext. 19301 a la

indicando el interés de pertenecer a la Aso-

19304 y 19306

ciación, así como una síntesis curricular o

Correo electrónico:

una breve reseña institucional que incluya

[email protected]

sus datos completos (nombre, institución,

At’n. Claudia Delgado Martínez

cargo, dirección, teléfonos de contacto y

Tesorera de la Asociación Latinoamericana

correo electrónico).

de Archivos

195

Public ac iones

R EFLEXIONES

Y REFERENCIAS PARA UNA HISTORIA DEL AGUA EN

M ÉXICO

Elvia Alaniz Ontiveros

L

os dos boletines más recientes del

El Boletín 34 analiza el manejo del agua

Archivo Histórico del Agua (AHA) están

desde la reforma a la Ley de Aguas Nacio-

dedicados a la política del agua potable y a

nales de abril 2004 y los movimientos so-

su importancia a lo largo de la historia, no

ciales tras el IV Foro Mundial del Agua, así

sólo para vivir sino como vínculo social, en

como la pretensión de establecer el acceso

este caso, entre los mexicanos. En ambas

al agua como un derecho humano. Hay una

ediciones, los artículos dan pie a la difusión

revisión analítica de temas relacionados

de un tema que ha cobrado gran relevancia

con el agua que siguen la transición que

en México y el mundo entero.

atraviesa.

197

Por su parte, el Boletín 35 recrea con

Octavio González toma como eje ana-

detalle cómo el agua se ha convertido en

lítico tres momentos del uso del riego en el

una forma de entablar relaciones, ya sea

valle de Eucandureo, en Michoacán: el uso

agrícolas o industriales. Los trabajos que

privado de aguas para fines de riego, las

integran este número invitan a reflexionar

consecuencias del reparto de tierras y el

acerca de lo esencial de este recurso.

modelo agrícola industrial que, con apoyo

En ambas ediciones destacan las am-

del Estado, se tradujo en una moderniza-

plias referencias consultadas en el Archivo

ción agrícola en la localidad. Así fue posi-

General de la Nación.

ble crear Comisiones Ejecutivas de Cuenca

El Boletín 34 está dedicado a radiogra-

que operaban como instituciones de desa-

fíar los aspectos básicos para establecer

rrollo, pues incentivaban e inyectaban las

una política del agua, ante las demandas

inversiones en infraestructura. Al respecto,

de diversas organizaciones y movimientos

el texto de Isnardo Santos repasa las apor-

sociales. “De frailes agustinos, cosmovisión

taciones de la Comisión Lerma-Chapala-

indígena, haciendas y cambios en la con-

Santiago al agua en la etapa de gestión

cepción del agua en Guanajuato, México

centralizada.

de Daniel Murillo, expone el

Los tipos de riego son tomados por Na-

modo en que los frailes del Viejo Continente

talie Seguin para revisar las características

entendieron a su contraparte en las con-

de un aprovechamiento del agua que se ha

cepciones de los grupos indígenas como

conservado, aunque sin reconocimeinto ofi-

chichimecas, purépechas y descendientes

cial. La autora reflexiona sobre el decreto

de la cultura chupícuaro (Acámbaro). En el

de creación de Alto Río Lerma y cómo ha

texto se menciona al Bajío guanajuatense

sobrevivido con el bombeo del río.

(Siglo

XVI)”,

de la Nueva España del siglo XVI, época en

El texto anterior contrasta con el de

la que se inició la organización del sistema

Beatriz Guzmán, quien muestra que el sis-

de haciendas, y cuando se fundaron diver-

tema de riego de la presa El Rodeo, ubi-

sos conventos y poblados. Murillo exhibe

cada en el río Amacuzac, es similar al de

que lo anterior devino transformaciones cul-

las condiciones de riego en diversas partes

turales y cambios en la manera de entender

del país. También expone el rechazo de los

el agua.

agricultores al proyecto de transferencia de

198

la presa, que después se convirtió en un

paliar los conflictos del uso del agua entre

sistema de riego pequeño.

españoles e indígenas.

En “La cuenca del río Lerma-Santiago y

En “La intervención federal en los con-

su arquitectura de puentes novohispanos”,

flictos sobre contaminación del agua con

Guillermo Boils explica la construcción de

desechos mineros en la década de 1920”,

puentes en Guanajuato, Jalisco, Michoacán

Óscar Sánchez analiza las medidas asumi-

y el Estado de México sobre el enorme río

das por el gobierno federal ante los roces

Lerma-Santiago, y describe su funcionalidad

por los desechos de la industria minera en

que, tras 400 años, sigue siendo eficaz.

México.

Jessica Ríos examina el Fondo Docu-

Israel Sandre escribe sobre la normati-

mental de Aguas Nacionales, mientras que

vidad legal, económica y social para asignar

Nora Duana muestra que la imagen fotográ-

derechos en torno al río Cuautitlán.

fica es primordial en la investigación. Por su

Los cambios del río Papaloapan tras la

parte, Jorge Andrade recuenta los esfuerzos

construcción de una de las primeras obras

de difusión realizados por el AHA. El Boletín

hidráulicas realizadas en el país, son expli-

incluye las secciones “Bibliografía Comenta-

cados por Verónica García.

da. Notas del Pasado”, a cargo de Soledad

Los fondos documentales en resguarson descritos por Nora Duana

García, y una semblanza de Rocío Castañe-

do del

da González, quien dirigió el Archivo de 2004

y la reseña del libro Las aguas de Atlixco.

a 2006 y falleció el 6 de enero de 2007.

Estado, haciendas, fábricas y pueblos,

AHA

En el Boletín 35 se reflexiona sobre

1880-1920, de Rocío Castañeda, corre a

las amenazas que padece el agua, como

cargo de Américo Saldivar, quien evalúa el

la contaminación. Gloria Camacho abre

costo y valor del agua en el país. La parte

el número con un trabajo que alude a los

final, incluye las secciones Bibliografía Co-

repartimientos de agua realizados en la

mentada y Noticias del agua y Notas del

fuente de Nexapa, como una medida para

pasado.

199

El Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 18, 6a. época, se terminó de imprimir en octubre de 2007 en Talleres Gráficos de México. Se tiraron 1000 ejemplares.

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