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Varios de interés Zumo de naranja en ayunas Zumo de naranja en ayunas La vesícula biliar es un reservorio de bilis que debe vaciarse en el momento adecuado, es decir, cuando pasen grasas por el duodeno y con la intensidad adecuada.Por diferentes motivos, como cálculos biliares en su interior, inflamación o bilis espesa, la vesícula puede no vaciarse en el momento preciso o con la intensidad debida. A estos trastornos se les llama coledisquinesias o vesícula perezosa y se manifiestan como pesadez abdominal, dolor en el costado derecho o dolor de cabeza y pueden ser más o menos intensos.Ciertos alimentos dotados de acción colerética (aumentan la secreción de bilis y la fluidifican) y colagoga (estimulan el vaciamiento más o menos intenso de la vesícula biliar) pueden evitar estos trastornos funcionales. La naranja y especialmente su jugo son dos de ellos, pero tomados en ayunas pueden provocar un vaciamiento brusco de la vesícula biliar acompañado de molestias leves como náuseas o pesadez abdominal. Aunque estas molestias no revisten gravedad, explican el temor de muchas personas a tomar el zumo de naranja en ayunas. En realidad son el resultado de una acción beneficiosa (colagoga), aunque intensa, de los cítricos. No obstante, en caso de padecer colelitiasis, esto puede desencadenar un cólico, por lo que en esta circunstancia particular el consumo en ayunas de naranja o su jugo está totalmente desaconsejado. Ante la dificultad para masticar ciertos alimentos, es necesario iniciar una dieta blanda mecánica o de fácil masticación. Esta dieta está indicada para personas que tienen alguna dificultad "mecánica" para masticar los alimentos debido a la falta de piezas dentales, prótesis inadecuadas…, un problema muy frecuente entre nuestros mayores. Retención de líquidos Piernas, tobillos, manos hinchadas, algún kilo de más..., pueden ser los signos que den la señal de alarma. Nuestro organismo está constantemente ajustando los niveles de líquidos. Exceso de sal, de alcohol, demasiadas horas sentados, fluctuaciones hormonales en la mujer (embarazo, menopausia), y también trastornos hepáticos, cardiacos o renales, pueden desequilibrar la balanza y hacer que los tejidos acumulen fluidos. Piernas, tobillos, manos hinchadas, algún kilo de más…, pueden ser los signos que den la señal de alarma.Lo primero que hay que hacer es consultar al médico, especialmente si el aumento de peso es repentino e importante, o si, al ejercer presión sobre la piel, queda una marca durante demasiado tiempo. Una vez que hayan quedado descartados problemas serios, se puede recurrir a remedios sencillos pero efectivos:Métase en agua. La presión del agua hace que los líquidos se acumulen en la vejiga, siendo más fácil expulsarlos a través de la orina. Una vez dentro del agua, -en el mar, en la piscina o en una bañera llena de agua-, haga movimientos con las piernas para que los músculos bombeen los líquidos hacia la vejiga.- Evite los diuréticos. Si los toma, ha de ser bajo prescripción facultativa. Consumidos de forma regular por un pequeño problema de retención de líquidos, estos acabarán estimulando la acción de las hormonas que darán orden al organismo de que retenga sales y agua (efecto rebote).Limite la sal. Hasta que los riñones no consigan expulsar el exceso de sodio que haya ingerido con los alimentos (un trabajo que puede llevarles más de 24 horas), el organismo retendrá líquidos.- Mueva las piernas. El ejercicio (nadar, caminar, ir en bici…) ayuda a eliminar el exceso de líquidos. Si su trabajo le obliga a estar sentado durante muchas oras, mueva los dedos de los pies hacia
arriba y hacia abajo, para que los músculos de las piernas ejerzan una acción de bombeo. - Beba mucha agua. Cuanto más agua tome, más diluidas estarán las sales y más fácilmente se eliminan. La cantidad mínima recomendada son unos seis vasos de agua diarios, sin esperar a tomar sed para beber; la sed es la señal de que ya ha comenzado la deshidratación en el cuerpo. El primer vaso, justo al levantarse, para ayudar al organismo a eliminar los fluidos acumulados durante la noche.- Tome infusiones. Hay varias hierbas y verduras que tienen efecto diurético (aumenta la producción de de orina). Las más eficaces son las infusiones de perejil, enebro, hojas de olivo, cola de caballo y en cuanto a alimentos, caldos de puerros, espárragos frescos y pepino. Papel de la proteína en el embarazo Este nutriente es el elemento principal para la formación de nuevas estructuras corporales en la madre (placenta, mayor volumen sanguíneo, pechos, útero) y para la formación y el crecimiento del feto. El embarazo es un periodo de la vida de la mujer en el cual experimenta un incremento notable de sus necesidades nutritivas. Este incremento se debe a las demandas requeridas para el crecimiento y desarrollo del feto, para la formación de nuevas estructuras maternas necesarias en la gestación, así como para la constitución de depósitos energéticos en la madre, que aseguren las demandas de energía que van a presentarse en el parto y durante la lactancia. Las proteínas son el elemento principal para la formación de nuevas estructuras corporales en la madre (placenta, mayor volumen sanguíneo, pechos, útero) y para la formación y el crecimiento del feto. Por ello es muy importante que los alimentos proteicos formen parte de la dieta durante el embarazo. ¿Cuántas proteínas necesito en mi embarazo?El coste proteico total del embarazo es de unos 900 gramos, lo cual dividido entre 280 días, representa un aporte suplementario de 3,2 gramos al día.La madre almacena en sus tejidos las proteínas que necesita el feto para la última fase del embarazo y que necesitará la madre para la lactancia natural. Se estima suficiente un aporte adicional de 4,7 g/día durante las últimas 28 semanas para cubrir las mayores demandas que se producen durante esta etapa. Este aporte se puede cubrir satisfactoriamente con un ligero aumento en cantidad de los alimentos proteicos sobre una dieta equilibrada normal, puesto que hay que tener encuenta que la dieta occidental y también la española aseguran una cantidad y calidad proteica, circunstancia que evita hacer una recomendación especial de este nutriente. ¿Qué proteínas son mejores? El organismo humano requiere un aporte diario obligado de proteínas de calidad para asegurar la síntesis y regeneración de sus células y el crecimiento. Las proteínas humanas son una combinación de 22 aminoácidos, de los cuáles 8 son esenciales, es decir, deben ser aportados diariamente a través de los alimentos, debido a que el organismo no los puede sintetizar por él mismo. La calidad de una proteína depende de la cantidad de aminoácidos esenciales presentes en ella. Cuando falta un aminoácido esencial, el valor biológico de esa proteína disminuye. El organismo no puede sintetizar proteínas si sólo falta un aminoácido esencial. Los alimentos de origen animal contienen todos los aminoácidos esenciales, por tanto, la proteína que aportan huevos, carnes, pescados, leche y productos derivados de estos alimentos, son de alto valor biológico.Los alimentos de origen vegetal también aportan proteínas, pero estas son deficitarias en uno o varios aminoácidos esenciales y por ello se denominan proteínas incompletas. Cereales y semillas son deficitarios en lisina y legumbres, tubérculos, frutos secos, lo son en metionina. Sin embargo, proteínas incompletas bien
combinadas pueden dar lugar a otras de valor equiparable a las de la carne, el pescado y el huevo. Son combinaciones favorables: leche y arroz o trigo o sésamo o patata, leche con maíz y soja, legumbres con arroz, alubias y maíz o trigo, soja con trigo y sésamo o arroz, y soja con cacahuete y sésamo.Por tanto, la dieta durante el embarazo debe incluir diariamente las siguientes raciones de alimentos proteicos con el fin de conseguir el aporte óptimo de dicho nutriente:- LACTEOS: 4 raciones. Una ración la constituye: 1 vaso de leche o 2 yogures o 2 petit suisse o 1 cuajada o 80 grs de queso fresco o 40 grs de queso curado.- CARNES, PESCADOS Y HUEVOS: 2 - 2,5 raciones. Una ración es 120 gramos de carne o 140 gramos de pescado o 2 huevos.LEGUMBRES, ARROZ, PASTA, PATATAS: Alternar estos alimentos entre comidas y cenas, con una frecuencia de 2 a 4 veces a la semana. Combinar en un mismo plato legumbres con cereales o tubérculos, con el fin de aumentar la calidad de la proteína.- FRUTOS SECOS: No esperar conseguir un aporte extra de proteínas a través del consumo de estos alimentos, ya que a pesar de su riqueza nutritiva, también son concentrados de grasa y por tanto de calorías. Interacciones entre fármacos y nutrientes. El consumo continuado de diuréticos, laxantes, antiácidos y otros fármacos compromete la absorción de ciertas vitaminas y minerales. Las personas de edad avanzada, al presentar un mayor riesgo de enfermedades (mayor morbilidad), constituyen un grupo de población que consume medicamentos en gran cantidad. Esta situación, conduce en muchos casos a deficiencias nutricionales, debido a la interacción que presentan ciertos fármacos con determinados nutrientes, y que incluso pueden alterar el apetito de la persona. Así, el consumo continuado de diuréticos provoca una eliminación aumentada de potasio por la orina; el abuso de laxantes puede afectar a la absorción de nutrientes en general; la toma habitual de antiácidos disminuye la absorción de ácido fólico, vitamina B12 y favorecen la destrucción de tiamina o B1; ciertos analgésicos como los salicilatos, tomados continuamente conducen a menores niveles de ácido fólico. A esta circunstancia, se une el hecho de que el propio envejecimiento va acompañado de diversas alteraciones digestivas como una secreción de saliva reducida, ausencia de dientes o prótesis dentarias inadecuadas; disminución de la movilidad del tubo digestivo (desde esófago a intestino delgado); menor secreción gástrica y pancreática (digestiones más lentas y difíciles); y afectación de la absorción intestinal y aprovechamiento de nutrientes. Por ello, no resulta difícil comprender que son numerosas las personas mayores susceptibles a desarrollar deficiencias de ciertas vitaminas o minerales o incluso desarrollar enfermedades por carencia (anemia, osteoporosis, infecciones recurrentes, etc.). De ahí, la necesidad de cuidar con esmero la alimentación, potenciando el consumo diario de frutas y verduras u hortalizas frescas y lácteos; y al menos una ración de carne, pescado o huevo. Fisiología de la lactancia Durante el embarazo, el organismo se prepara para la lactancia con cambios fisiológicos dirigidos al desarrollo de las glándulas mamarias, a modificar la regulación hormonal y a facilitar la producción de leche. La lactancia es un periodo de la vida de muchas mujeres en el que ofrecen al recién nacido un alimento adecuado a sus requerimientos, lo cual obliga a adecuar la dieta de la madre para cubrir de forma óptima sus necesidades y las del recién nacido, sin correr riesgo alguno para la salud de ambos. La secreción de leche hace de la lactancia un proceso que aumenta la demanda de nutrientes de la mujer que amamanta debido a que, durante varios meses,
parte de los nutrientes que obtiene mediante la ingesta habitual se destinan a la producción de este alimento. Además, hay que tener en cuenta que la demanda de nutrientes no es homogénea y varía a lo largo de la lactancia. Por ello es necesario que los alimentos que se consumen sean nutricionalmente válidos para cubrir estos aspectos. En este sentido, la alimentación de la mujer previa al embarazo y durante el mismo son tan importantes como la alimentación propia durante la lactancia.Conviene informar correctamente a la futura madre sobre los cambios fisiológicos que se producen en el organismo y también sobre los factores que influyen en la producción de leche. Este proceso exige un gasto de energía enorme que únicamente la alimentación de la madre no puede cubrir. Es ahora cuando se utilizan las reservas de grasa almacenadas durante el embarazo como fuente de energía para llevarlo a cabo. Cambios fisiológicosEl organismo de la madre se prepara para la etapa de la lactancia durante el embarazo, ya que se producen cambios fisiológicos dirigidos al desarrollo de las glándulas mamarias, a modificar la regulación hormonal y a facilitar la producción de leche. *Desarrollo de las glándulas mamarias (pechos). Las glándulas mamarias se preparan para la lactancia mediante una serie de pasos que ocurren durante la adolescencia y el embarazo. El proceso denominado mamogénesis se repite de forma limitada en cada ciclo menstrual inducido por las hormonas secretadas por los ovarios. Puede imaginarse las glándulas mamarias como un conjunto de racimos de uvas cada uno de los cuales se denomina "lóbulo", correspondiendo las uvas a pequeños sacos donde se produce la leche a partir de los nutrientes de los alimentos que llegan a través de la sangre. Cada una de las uvas constituyen los denominados "alveolos mamarios" y están unidos a pequeños conductos o canalículos que se van uniendo entre sí, formando un canal más ancho, que se encuentra dentro de la aureola y que se adelgaza, terminando en el pezón. * Regulación hormonal. Durante la gestación tiene lugar el desarrollo completo de la glándula mamaria bajo la influencia de diversas hormonas: progesterona, estrógenos, lactógeno placentario y prolactina. También influyen otras hormonas como el cortisol, las hormonas tiroideas, la insulina y la hormona de crecimiento, por lo que se trata de un cambio fisiológico extremadamente complejo.La progesterona prepara las mamas para la producción de leche. Los estrógenos estimulan el desarrollo del sistema de conductos galactóforos, es decir, aquellos que transportan la leche. Todos estos cambios provocan externamente un aumento notable de las mamas y del pezón. Durante los últimos meses de embarazo, la placenta comienza a secretar lactógeno placentario humano o somatomamotropina coriónica humana, cuya acción principal consiste en estimular el crecimiento de la mama y prepararla para la lactancia.Tras la expulsión de la placenta durante el parto, se produce un súbito descenso en los niveles plasmáticos de estrógenos, progesterona y somatomamotropina coriónica. Esta disminución es simultánea al aumento que se produce en la secreción de prolactina.* Producción de leche. El organismo de la gestante se prepara para la etapa de lactancia almacenando de 2 a 4 kilos de reservas grasas que serán utilizadas posteriormente para la formación de la leche. A pesar de que las mamas son funcionalmente capaces de producir leche a partir del cuarto o quinto mes de gestación, no se produce secreción láctea debido al efecto inhibitorio que ejercen los elevados niveles de progesterona y estrógenos secretados por la placenta; aunque en ocasiones puede salir un poco de leche durante la gestación.Cuando el bebé succiona el
pezón, envía una señal a la glándula hipófisis materna (órgano de secreción hormonal), la cual va a producir varias hormonas (prolactina y oxitocina), responsables de la producción de leche y de su salida por los pezones. El tamaño o la forma de los pechos no influye en la producción láctea, la cantidad depende de la acumulación de grasa.Los niveles de prolactina en el organismo alcanzan valores máximos en el parto. Esta hormona estimula el crecimiento y la actividad secretora de los alveolos mamarios. Es frecuente que la madre se sienta relajada en el momento del amamantamiento, consecuencia de los elevados niveles de prolactina. Los niveles de esta hormona mantienen altos cuando el bebé mama. No obstante, aún cuando el nivel de prolactina es alto, si la succión es ineficiente y no se extrae leche de algunos sectores del pecho, esas partes dejarán de producir leche. El reflejo de la eyección está condicionado por numerosos factores, tales como el llanto del niño, la ansiedad, el estrés o el dolor que sufra la madre (por ejemplo, pezón doloroso) y también el consumo de tabaco y de alcohol.En condiciones normales, la disminución de la producción de leche de forma fisiológica comienza a ser considerable a partir de los siete o nueve meses. Por ello se recomienda que el destete se realice a partir de los 6 meses de manera gradual, para evitar la ingurgitación de las mamas y para facilitar la adaptación del niño a la alimentación complementaria. No obstante, la producción de leche podría prolongarse hasta cuatro años si continúa el amamantamiento. Peligro de las dietas para adelgazar La preocupación de los adolescentes por su imagen corporal, en ocasiones, les condiciona a seguir dietas restrictivas que puede dar lugar a serios trastornos de la conducta alimentaria, tales como anorexia y bulimia nerviosas. La adolescencia es una etapa de la vida marcada por importantes cambios emocionales, sociales y fisiológicos. Sobre estos últimos, la alimentación cobra una especial importancia debido a que los requerimientos nutritivos, para hacer frente a dichos cambios, son muy elevados y es necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nutrientes. Además, es importante evitar posibles déficits nutritivos que puedan ocasionar alteraciones o trastornos de la salud.Se debe hacer frente a la alimentación del adolescente sabiendo elegir los alimentos que garantizan una dieta variada, suficiente y equilibrada y organizando y estructurando las comidas a lo largo del día. Así mismo, es fundamental conocer aquellas situaciones que pueden afectar a los adolescentes y en las que se debe llevar a cabo alguna modificación de la dieta (actividad física extra, conductas alimentarias inadecuadas, enfermedades agudas o crónicas, etc.).La adolescencia se caracteriza por ser la etapa de transición entre el niño y el adulto. La nutrición adecuada en este periodo entraña también dificultades por la personalidad más independiente del adolescente y por sus patrones de alimentación sociales, prescindiendo en ocasiones de comidas regladas que se sustituyen con frecuencia por picoteos entre horas, el inicio en el consumo de alcohol y comidas rápidas o de fast-food consumidas fuera del hogar. Por otro lado, la preocupación que tienen los adolescentes en cuanto a su imagen corporal, en bastantes ocasiones, les condiciona a llevar cabo dietas restrictivas para acercarse a un patrón ideal de belleza, influenciado por el modelo social del momento y que puede dar lugar a serios trastornos de la conducta alimentaria, tales como anorexia y bulimia nerviosas o vigorexia. Por ello, es muy importante que la familia sepa transmitir a los hijos el respeto y amor por su cuerpo, al mismo tiempo que unos adecuados hábitos alimentarios y de estilo de vida.Peligro de las dietas para
adelgazar sin control profesionalEn la búsqueda del "peso ideal" que imponen las modas, existe el peligro de caer en enfermedades como la anorexia y la bulimia nerviosas. Las causas en ambos trastornos son múltiples y tan variadas como enfermos haya, sin embargo, lo cierto es que el 80% de los casos comienza cuando se inicia una dieta de adelgazamiento sin ningún tipo de control profesional. También se relaciona su inicio con la no aceptación de los cambios corporales durante la adolescencia, con el incremento rápido de peso (por ejemplo, al dejar una actividad deportiva), con cambios importantes en la vida (cambio de domicilio, muerte de un ser muy querido...), complejos referentes al físico, problemas de relación, conflictos con la pareja o con los padres… Existen factores que vuelven a la persona más vulnerable: baja autoestima, vivir pendientes de lo se espera de nosotros o de dar satisfacción a los demás, tendencia al perfeccionismo o a exigirse no fallar, miedo a madurar, a crecer y a manejar la propia independencia, tener pensamientos extremos "bueno-malo, todo-nada, obeso-delgado"…Respecto a factores relacionados con la alimentación, es necesario evitar la realización de continuas dietas para adelgazar aparentemente inofensivas y sin control profesional, dedicar mucho tiempo a hablar sobre la gordura o la delgadez, la anarquía en horarios y comidas (a turnos, con prisas, desordenadas), los conflictos emocionales en torno a la alimentación (a veces las principales comidas se convierten en auténticas batallas campales lo que puede crear rechazo a la propia comida). Estos factores no determinan que se vaya a desencadenar un trastorno de la conducta alimentaria, pero se relacionan con un mayor riesgo.La anorexia nerviosa es un trastorno grave que ha llevado a miles de adolescentes a dejarse morir de hambre. Se trata de un trastorno psicológico en el que la persona enferma cree que está gorda a pesar de estar extremadamente delgada. Se da más frecuentemente en adolescentes y jóvenes, pero también existen casos en personas de mayor edad. La bulimia está relacionada con la anorexia y consiste en que la persona come en exceso repentinamente y luego toma grandes cantidades de laxantes o diuréticos o se provoca el vómito. El tratamiento de ambas debe realizarse siempre por parte de expertos e incluye normalmente terapia psicológica y un programa de educación nutricional, que haga posible mejorar el estado nutritivo y restablecer una buena relación con los alimentos. ¿Qué sabemos de la dieta mediterránea? Contribuye a disminuir el riesgo de padecer patologías crónicas como son las enfermedades del corazón, el cáncer, la obesidad y la diabetes, que afectan a sectores importantes de las sociedades desarrolladas. La comunidad médica y nutricional ha llegado a un consenso sobre la bondad de la dieta Mediterránea tradicional. Este consenso revela que contribuye a disminuir el riesgo de padecer patologías crónicas como son las enfermedades del corazón, el cáncer, la obesidad y la diabetes, que afectan a sectores importantes de las sociedades desarrolladas. Son características esenciales de esta dieta el consumo abundante de cereales y sus derivados (pasta, arroz, pan…), legumbres, frutas y frutos secos, verduras y hortalizas, con menores cantidades de pescado, aves, huevos y derivados lácteos y aún menores proporciones de carne. Estos alimentos se condimentan habitualmente con aceite de oliva (aumenta el llamado buen colesterol -HDL-c- y evita la oxidación del llamado mal colesterol LDL-c-, principal responsable de la formación de placas en venas y arterias) y semillas (grasa similar a la del pescado azul, que reduce el colesterol total, los triglicéridos sanguíneos y la viscosidad de la sangre) y se
acompañan (si la persona tiene la costumbre) de un consumo moderado de vino tinto en la comida. El hecho de llevar a cabo la práctica regular de actividad física es una característica de la forma de vida Mediterránea y un complemento importante de la salud.Recomendaciones dietéticas sobre el consumo de alimentos:Alimentos que no deben faltar de nuestra mesa...* Leche y lácteos.* Carnes, pescado, huevos y derivados: aves y carnes magras (pollo y pavo sin piel, ternera magra, cinta de lomo, conejo, solomillo de cerdo o ternera, caballo, potro..), hígado, pescados (blanco y azul) y huevos.* Cereales, patatas y legumbres: preferir los cereales integrales a los refinados, aunque depende la dieta de cada persona.* Verduras y hortalizas: todas, a ser posible una ración diaria cruda (ensaladas).* Frutas frescas.* Bebidas: agua, caldos desgrasados, infusiones, zumos sin azucarar.* Grasas: aceites de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla y margarina vegetal, frutos secos.* Otros productos: mermelada, miel, salsas y acompañamientos de platos a base de hortalizas…Alimentos a consumir con moderación...* Carnes semigrasas, vísceras, jamón serrano, york, fiambres de pollo y pavo y otros embutidos grasos, con menor frecuencia o en menor cantidad de consumo.* Cereales y patatas: bollería casera elaborada con aceite de oliva, bollería que en su composición más se parece al pan (bollo suizo, bizcochos de soletilla…), patatas fritas.* Bebidas: bebidas refrescantes, batidos lácteos, bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, sidra, vinos de mesa).* Grasas: mayonesa, nata.* Otros productos: postres caseros, helados, gelatinas, precocinados, salsas comerciales y caseras tipo bechamel. Alimentos de consumo ocasional...* Leche y lácteos: leche condensada, lácteos muy grasos (quesos muy maduros o fermentados), lácteos con mermeladas y nata o enriquecidos con nata. * Carnes grasas (cerdo y ternera grasos, pato), carnes ahumadas o curadas, charcutería (salchichas, foie gras, patés), pescados adobados, salazones, ahumados, en escabeche…* Legumbres: aquellas que se cocinan con ingredientes grasos de origen animal (morcilla, tocino, chorizo, etc.) * Frutas: en almíbar, secas, confitadas y escarchadas.* Bebidas: bebidas alcohólicas de alta graduación (licores, destilados…).* Grasas: manteca, tocino y sebos, aceites de coco y palma (sobre todo en cierta repostería industrial envasada), manteca de cacao y productos que la contengan (chocolate, cremas de chocolate tipo pralines…).* Otros productos: snacks (ganchitos, patatas chips, etc.) y productos de fast food, productos de pastelería y repostería rellenos o bañados en soluciones azucaradas, chocolateados…. La "diarrea del viajero" puede evitarse... Se trata de una gastroenteritis infecciosa que afecta cada año a cientos de personas durante las vacaciones. Con este término se suele referir a casos esporádicos de gastroenteritis infecciosa que afecta a viajeros y turistas. La causa más común es el desarrollo, en alimentos o bebidas, de una cepa agresiva de la bacteria Escherichia coli, que está normalmente en el intestino de humanos y animales, aunque también puede deberse a virus tales como el llamado "agente Norwalk". El cuadro se acompaña de náuseas, vómitos, retortijones y diarrea. El trastorno dura poco tiempo (3-4 días) y no es grave, aunque el malestar que provoca si puede trastornar los días de vacaciones.El tratamiento incluye fundamentalmente reposición de líquidos y sales minerales (bebidas isotónicas, suero de farmacia o "suero casero"; 1 litro de agua hervida, el zumo de 1-2 limones, 2 cucharadas de azúcar, 1 cucharadita de bicarbonato y una pizca de sal). En ningún caso se recomienda tomar antibióticos ni otros medicamentos para cortar la diarrea, ya
que es preferible que ésta siga su curso. La prevención más segura de este trastorno es tener precaución con lo que se come y lo que se bebe lejos de casa. Se deben escoger siempre alimentos y bebidas envasadas (incluida el agua) o bien alimentos cocinados, nunca crudos. ¿Qué hacer cuando existe un problema de desnutrición?. La desnutrición influye negativamente sobre la salud y el bienestar de la persona. Cuando las necesidades de energía y sustancias nutritivas del organismo no son cubiertas mediante los alimentos que tomamos aparece la desnutrición. Una de sus manifestaciones más evidentes es la pérdida significativa de peso; debido a un aporte insuficiente de proteínas (carnes, pescados, huevos, leche y derivados…) y/o de energía (hidratos de carbono y grasas). También influyen factores individuales como la medicación, factores psicológicos (estado de ánimo), que hacen que se rechacen ciertos alimentos indispensables o que no se coma lo que se tiene que comer.Orientaciones dietéticas en caso de desnutrición:- Aumentar el consumo de alimentos de alto valor energético y de alimentos proteicos- Evitar los productos descremados, "light" o "bajos en calorías"… y aquellos alimentos que "llenan" y aportan escaso valor nutritivo (Por ej: ensaladas y caldos desgrasados…)- Fraccionar la dieta (4 ó 6 tomas al día), reduciendo el volumen de cada tomaConsejos para aumentar las calorías de los platos:- En sopas, consomés, cremas y purés, añadir: queso rallado, leche entera y/o en polvo, nata o crema de leche, aceites vegetales, margarina o mantequilla, pan frito, legumbres, arroz, carne picada, embutidos troceados, huevo batido y huevo duro troceado, etc.- En verduras y ensaladas, añadir: queso, huevo duro, mayonesa, atún, frutos secos, pasas, aceitunas, aguacate, etc. Por ej: pudding de espinacas con piñones, etc. Saltear las verduras y emplear sofritos, bechamel, salsa rosa, tártara... Las legumbres frías combinan muy bien con ensaladas de todo tipo y algunas verduras.- Elaborar platos únicos completos en caso de inapetencia. Por ej: lentejas con pequeñas albóndigas de carne, puré con pollo o pescado blanco, etc.- Enriquecer las bebidas o elaborar batidos completos: leche con helado y frutos secos, leche con cacao y una yema de huevo, yogur y petit suisse batido, etc. Un alimentación sana ayuda a envejecer con salud Una buena alimentación contribuye a una mejor calidad de vida y sensación de bienestar en las personas mayores. Los avances de las Ciencias de la Salud, incluida la Nutrición Humana, han hecho posible prolongar la esperanza de vida de una forma considerable. Actualmente la vida media se sitúa por encima de los 70 años en los países de alto nivel de bienestar. Sin embargo, no es suficiente conseguir vivir muchos años, lo fundamental es mantener al mismo tiempo un buen estado de salud y calidad de vida. Por tanto, sea cual sea la edad, es muy importante llevar a cabo una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable; practicar de forma regular ejercicio según las limitaciones y condición física individual, abandonar hábitos perjudiciales (tabaco, alcohol, "auto medicación") y ocupar el tiempo libre en actividades lúdico-recreativas. ¿Qué relación tiene la salud con la alimentación?Hoy día se sabe a ciencia cierta que determinadas alteraciones y enfermedades se relacionan con desequilibrios en la alimentación, ya sea por exceso (obesidad, problemas de tensión, colesterol elevado…) o por defecto (falta de vitaminas y/o minerales, etc.). Por tanto, alimentarse no sólo consiste en comer para vivir o para saciar el hambre, es algo mucho más complejo e influyen numerosos factores; ambientales (costumbres y cultura del lugar en que vivimos, modas y medios de información, entorno familiar…) y otros
personales como el sexo, la edad, las preferencias, la religión, el grado de actividad (sedentaria, ligera, moderada), el estado de ánimo y de salud (enfermedades o problemas de salud). Por todo ello, se considera que una alimentación es adecuada si en verdad es capaz de cubrir las necesidades del organismo; de acuerdo a las características personales, con el fin de alcanzar o mantener un buen estado nutricional y de salud. Necesidades de alimentos en las personas mayoresNo existe una modalidad dietética que sirva para todo el mundo, la dieta debe ajustarse a las necesidades particulares en función de factores muy diversos. Sin embargo, existen una serie de recomendaciones generales que se pueden llevar a cabo y permiten cubrir las necesidades de energía y sustancias aprovechables por el organismo (nutrientes) de todas las personas mayores, con el fin de promocionar una mejor calidad de vida.ENERGIA (hidratos de carbono y grasas): es necesaria para poder realizar las funciones vitales (bombeo del corazón, respiración, etc.) y la actividad física. A partir de cierta edad, en torno a los 50 años, las necesidades de energía disminuyen considerablemente. Esto es debido a que se producen cambios en la composición del cuerpo (parte de músculo se convierte en grasa) y a una disminución del grado de actividad. Por tanto, la alimentación debe aportar menos calorías que en etapas anteriores de la vida, y si no es así, fácilmente y de forma progresiva se tiende a engordar. A partir de los 65-70 años, el nivel de azúcar en sangre es más elevado de lo normal y por ello es preferible que consuma menor cantidad o con menor frecuencia dulces, repostería, bebidas con azúcar... No es el caso de alimentos como los cereales (pan, arroz, pasta…), patatas y legumbres; la base de nuestra alimentación, los cuales deben estar presentes en cada una de las comidas del día. Trate de no abusar de alimentos grasos de origen animal (mayonesa, nata, mantequilla, quesos curados, carnes grasas, embutidos, fiambres y patés...) ya que se relacionan con niveles altos de colesterol y otras grasas (triglicéridos) que tienen que ver con las enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, puede ocurrir que no tome calorías suficientes por falta de apetito, malestar u otras causas. Para combatir esta situación elabore platos completos, de poco volumen, pero muy nutritivos (puré con pollo o pescado blanco, etc.)MATERIAL DE CONSTRUCCION (proteínas): es necesario incluir alimentos ricos en proteínas completas que contribuyen a mantener nuestros órganos, tejidos (músculos, huesos…) y sistema de defensas en buenas condiciones para combatir eficazmente infecciones y enfermedades. Para ello basta que tome cada día cantidad suficiente de leche y lácteos, carne o pescado o huevo como segundo plato en las principales comidas y sus derivados (yogures, quesos poco curados, fiambres, jamón, etc.), en menor cantidad en almuerzos y meriendas.ELEMENTOS REGULADORES (vitaminas, minerales, agua y fibra): son sustancias que regulan todos los procesos que tienen lugar en el organismo. Por ello, es recomendable que coma diariamente algo de verdura y fruta fresca. Por otro lado, no descuide tomar cantidad suficiente de líquidos, especialmente en temporadas de calor intenso. Si incluye agua, zumos de frutas, infusiones, caldos y sopas, gelatinas de sabores… a lo largo del día, esto le ayudará a limpiar su organismo, conseguirá evitar la deshidratación y reducir el riesgo de infecciones respiratorias y urinarias. RECOMENDACIONES GENERALES* Variar al máximo la alimentación* Mantener unos horarios de comidas de un día para otro* Distribuir la alimentación en 5-6 tomas/día, conviene comer más a menudo pero menores cantidades* Técnicas culinarias
y condimentación: prefiera las más sencillas y suaves; cocido, vapor, horno, plancha, papillote, guisos y estofados con poco aceite y quitando la grasa visible del alimento antes de su cocinado… Para condimentar puede emplear gran variedad de especias y hierbas frescas que enriquecen en aromas y sabores el menú de cada día* Consuma ocasionalmente o en poca cantidad alimentos que aportan muchas calorías pero que no nutren: dulces, repostería, bebidas azucaradas, bebidas alcohólicas, etc. La mujer embarazada, ¿debe comer por dos? La famosa frase que dice que "la mujer embarazada tiene que comer por dos", constituye un mito en la alimentación de la gestante. Durante el embarazo, la mujer suele recibir informaciones de muy distintas fuentes que le aconsejan "lo que debe y lo que no debe hacer", en especial, acerca de la alimentación que se supone que debe seguir. La famosa frase que dice que "la mujer embarazada tiene que comer por dos", constituye un mito, ya que como veremos a continuación, no por tener que alimentar a dos, debe comer de forma exagerada. Es cierto que a partir del final del primer trimestre de gestación se detecta un aumento de las necesidades nutritivas debidas al crecimiento del feto, que normalmente la mujer acostumbra a cubrir con un espontáneo aumento de la ingesta de alimentos. Los especialistas calculan que el aumento de necesidades energéticas se cifra en unas 350 calorías a partir del 4º mes, sobre la ingesta realizada habitualmente. Por lo tanto, queda claro que no se trata de doblar el consumo de alimentos, sino de que los alimentos que componen la dieta aporten al organismo los nutrientes esenciales para la buena salud de la madre y el sano crecimiento y desarrollo del futuro bebé. Dado que no hay un alimento que contenga todos los nutrientes que necesita la mujer, la alimentación deberá ser variada y equilibrada para que la sangre de la madre, que se comunica con la del embrión a través de la placenta, le aporte las proporciones necesarias de sustancias nutritivas. El cacao soluble en la alimentación infantil Su principal ventaja es la de favorecer el consumo de leche. Los solubles de cacao que frecuentemente se toman en el desayuno contienen muy poco cacao, por lo que su valor nutritivo es muy distinto al del chocolateEl ingrediente más importante de estos productos tan habituales en nuestros desayunos y meriendas es la sacarosa (azúcar común), mientras que el cacao en polvo desgrasado es sólo el segundo o tercer ingrediente en importancia, con una presencia que se estima en torno al 20-25% según la marca comercial. Además, algunos de estos productos añaden harinas o féculas, lactosa y aceite vegetal. Una taza de leche entera (200 mL) con 10-20 gramos de soluble de cacao aporta aproximadamente 200 caloríasSon por tanto alimentos energéticos (aproximadamente 400 calorías por cada 100 gramos), ya que su humedad es muy baja (2%) y el nutriente mayoritario son los hidratos de carbono (86%), mientras que las proteínas se sitúan en torno al 7% y las grasas rondan el 3%. Estos preparados al cacao contienen además "teobromina", aunque en cantidades muy pequeñas (entre 0,30 y 0,43 partes por millón), una sustancia característica del cacao con moderado efecto estimulante. Como conclusión puede decirse que la principal ventaja de estos productos alimenticios es la de asegurar un aporte adecuado de leche en aquellos niños y niñas que rechazan su sabor natural, por lo que pueden considerarse un complemento de gran interés en desayunos y meriendas, que al mismo tiempo proporciona un aporte energético extra.Enlaces de interés:revista.consumer.es:Cacao soluble. La principal diferencia: precio y en sabor Congelación de alimentos La congelación es un sistema seguro si se
evitan las fluctuaciones de temperatura JOSÉ JUAN RODRÍGUEZ JEREZ >Bibliografía 10 de abril de 2002 El principio de la conservación de los alimentos por el sistema de congelación se basa en el mismo principio que el de la refrigeración ya que cuanto más baja es la temperatura más nos alejamos de las condiciones ideales en las que pueden multiplicarse los microorganismos, por lo que el alimento se va a ir alterando cada vez menos. La congelación consiste en la aplicación de temperaturas a los alimentos por debajo de 0 grados centígrados, de forma que parte del agua del alimento se convierte en hielo. Al mismo tiempo, como el agua se solidifica, se produce una desecación del alimento, lo que contribuirá de forma significativa a una mejor conservación. Lógicamente, este efecto será más importante cuanto más baja sea la temperatura. La temperatura de elección a nivel internacional es de – 18ºC, ya que por debajo de ésta no es posible la proliferación de bacterias, por lo que se reduce la posibilidad de alteración y se reducen los riesgos para la salud. Hay que destacar que, después de la refrigeración, la congelación es el tratamiento que menos modificaciones produce en los alimentos. De forma que después de la descongelación los alimentos son casi idénticos a los productos crudos empleados como materia prima. ¿Cómo se debe congelar? Hay que considerar que la congelación es un sistema de conservación y que al ir disminuyendo la temperatura, la proliferación de patógenos se va a ver limitada en cuanto la temperatura sea inferior a 4ºC. Esto garantizará la seguridad del alimento, pero las fluctuaciones de temperatura de los alimentos congelados puede permitir la proliferación de este tipo de microorganismos. La mayor parte de los microorganismos en los alimentos frescos se encuentran en la superficie, que será la zona que primero se verá afectada por estas fluctuaciones. En consecuencia, la mejor situación es congelar a una temperatura lo suficientemente alejada de las temperaturas ambiente para impedir que estas variaciones térmicas permitan alcanzar temperaturas de riesgo. Al mismo tiempo, conforme se baja la temperatura, se produce una migración del agua, es decir, como la temperatura en el exterior es muy baja, el agua se solidifica. No obstante, en el interior no es así, el agua estará en estado líquido mientras no llegue a enfriarse. Como consecuencia, el agua líquida va a ir concentrándose en sustancias con interés nutricional, como vitaminas y minerales, e incluso con algunos microorganismos. La composición del alimento no es homogénea, está más concentrado en el interior que en el exterior. Por este motivo, la congelación ha de realizarse de la forma más rápida posible. A mayor velocidad, este efecto de migración es menor. En consecuencia, la calidad de los alimentos resultantes, tras la descongelación, será la mejor posible. Este descenso rápido de la temperatura se puede conseguir mediante aire frío, contacto con placas frías o por inmersión en líquidos a muy baja temperatura, entre otros. Cuanto más baja sea la temperatura del sistema de refrigeración, más rápidamente se producirá el enfriamiento. Si el tiempo de congelación es muy bajo, durando unos pocos segundos a escasos minutos, al proceso se le denomina ultracongelación. Además de estos sistemas, a algunos alimentos se les aplica otro tratamiento denominado liofilización. Este tratamiento se basa en ultracongelar el producto para posteriormente desecarlo, casi por completo, aplicando sistemas de vacío. En este caso se puede evaporar el agua, haciéndola pasar desde el estado sólido al gaseoso. Hay que destacar que el hielo, al vacío y a temperatura inferior a –30ºC, pasa del estado sólido al gaseoso sin pasar por el estado
líquido. Es la técnica que menos afecta al valor nutricional del alimento. El inconveniente es su elevado coste, por lo que generalmente se aplica sólo en el café o descafeinado solubles (granulados) y en productos como leches infantiles. Alteración y tipos de alimentos ¿A qué debe su eficacia el sistema de congelación? Se basa en que la actividad de los microorganismos y de los enzimas (proteínas activas) de los microorganismos y de los propios alimentos no sólo puede verse enlentecida, como en la refrigeración, sino incluso detenida. Se aprecia entonces un retraso de la alteración durante largos períodos de tiempo. Al mismo tiempo, los microorganismos patógenos se van a ver inhibidos en su crecimiento, por lo que se va a permitir mantener las condiciones de seguridad de los alimentos. Es conveniente destacar que los alimentos se van a alterar no por causas microbiológicas, sino por la alteración de los componentes propios de los alimentos. No obstante, los riesgos son mínimos, salvo que las temperaturas hayan fluctuado de forma importante. Dependiendo del tipo de alimento la alteración o, lo que es lo mismo, el tiempo que va a durar un alimento congelado, será diferente. En principio, cuanto mayor sea la contaminación de la materia prima empleada menor será la duración del producto congelado. Para asegurar una vida comercial máxima se necesita que el producto fresco, crudo, sea de óptima calidad. Curiosamente, la mayoría de los consumidores considera que los productos congelados son peores que los refrigerados o frescos, exigiendo, incluso, precios inferiores. Sin embargo, en muchos casos, especialmente en el pescado congelado, los niveles de frescura de muchos productos congelados pueden ser superiores a los que se pueden obtener en mucho pescado fresco. Congelación en casa La capacidad congeladora doméstica nos la indica el número de estrellas del equipo de refrigeración/congelación. Cada estrella del electrodoméstico nos indica –6ºC. Tal y como hemos comentado, la congelación ha de realizarse a temperaturas inferiores a –18ºC, por lo que es necesario que el equipo tenga como mínimo 3 estrellas. En consecuencia, podríamos decir que los alimentos congelados nos devolverán las características de los alimentos frescos utilizados como materias primas. De esta forma, un equipo con 2 estrellas (12ºC) puede congelar, y apreciamos que el agua se ha solidificado, pero puede permitir una mayor fluctuación de la temperatura, con las consiguientes pérdidas de calidad y posible incremento de los peligros alimentarios. Si tiene 3 estrellas, permite unas condiciones ideales para la conservación de alimentos congelados adquiridos ya congelados en el mercado. De la misma forma, se pueden congelar alimentos en casa, pero el tiempo de congelación será lento, con la consiguiente pérdida de calidad en el alimento y apreciando que el producto resultante no es tan agradable como el alimento crudo. No obstante, el producto no tendrá grandes peligros de tipo sanitario siempre asegurando un mantenimiento por debajo de 4ºC. Al mismo tiempo, si el congelador posee 4 estrellas (-24ºC) el mantenimiento de alimentos congelados será ideal, y se podrán congelar alimentos de forma más lenta que en la industria pero con resultados finales satisfactorios y sin peligros de tipo sanitario.