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ÍNDICE 1.− SELECCIÓN DEL TEMA. 2.− INTRODUCCIÓN: Justificación de la Unidad Didáctica. • Relación con el Proyecto Curricular de centro. • Sentido y finalidad de la Unidad Didáctica. • Alumnos a los que se dirige. • Duración, tiempo y sesiones. 3.− OBJETIVOS DIDÁCTICOS. 4.− CONTENIDOS: • Conceptuales. • Procedimentales. • Actitudinales. 5.− METODOLOGÍA: • Métodos • Organización de tiempo y espacios. • Agrupamientos. • Temporalización 6.− ACTIVIDADES. 7.− EVALUACIÓN. UNIDAD DIDACTICA. AREA: GEOGRAFÍA E HISTORIA 1− TEMA: EL ARTE ROMANO 2− INTRODUCCIÓN: JUSTIFICACIÓN DE LA UNIDAD DIDACTICA. Esta Unidad Didáctica me parece importante debido a la influencia que esta cultura clásica ha tenido a lo largo del tiempo y es fundamental para una buena formación histórico−artística y cultural de alumno. La unidad didáctica va dirigida a los alumnos de 2º de Bachillerato, donde ya existe un nivel mayor que en E.S.O., y los alumnos están más motivados, o deberían estarlo; ya que están siendo preparados para poder acceder a la Universidad. La duración que creo más conveniente es de tres sesiones de unos 45 a 55 minutos cada sesión, intentando no agrandarlas mucho para no llegar a aburrir al alumno. En cada una de estas sesiones se podía dar: una primera sesión con una introducción del tema donde se vería los orígenes, expansión, mapa, tiempo y hechos históricos que acontecen en esta época. Una segunda sesión donde se vería la arquitectura con sus construcciones religioso−funerarias, civiles y públicas más destacadas. Y como última sesión se vería la 1
escultura, pintura, e influencias que ha tenido la cultura romana a lo largo del tiempo, pero de forma muy resumida. 3− OBJETIVOS DIDÁCTICOS: −Que el alumno tenga una visión y conocimiento mínimo sobre la historia de esta época. −Que sea capaz de reconocer las obras más características del arte romano. −Que vea las influencias que esta cultura ha tenido a lo largo de la historia. −Que sea capaz de relacionar y ver las posibles semejanzas y diferencias del arte griego y el arte romano. 4. SELECCIÓN DE CONTENIDOS: A−Conceptuales: − Introducción − Visión geográfica, histórica y temporal. • Orígenes e influencias. • Arquitectura romana • Construcciones religioso−funerarias. • Construcciones civiles. • Obras públicas. • Escultura Romana a) Retrato b) Relieve c) Sarcófagos − Pintura Romana • Arte Romano en Hispania. • Bibliografía. Introducción La cultura romana estuvo influida por las tradiciones de aquellos pueblos a los que sometió, en especial, los griegos. La lengua latina representó el vínculo de unión de todo el Imperio romano, y de ella derivaron lenguas como el castellano, el catalán, el francés, el italiano, etc. En su producción literaria se incluye la comedia (Plauto), la oratoria (Cicerón), la poesía (Virgilio, Ovidio) y la historiografía (Tito Livio, César). La filosofía se mantuvieron muchas de las escuelas griegas: platónicas, aristotélica, estoica, y se originó una nueva escuela; el neoplatonismo, que será una transformación de la filosofía platónica con influencias 2
orientales. El derecho romano fue una de las más grandes aportaciones de Roma y constituyó otro vínculo de unión, debido a que se convirtió en la ley de todo Imperio. El arte romano asumió el estilo griego que adaptó a la funcionalidad pública. Los romanos fueron extraordinarios arquitectos, y construyeron acueductos, calzadas, teatros, circos, anfiteatros, termas (baños públicos), basílicas (edificio civil para la administración de justicia) y templos. Vocabulario • Decumano: Calle principal de una ciudad o campamento romano, que lo recorre longitudinalmente de Este a Oeste. Se contrapone al Kardo. • Foro: En el mundo romano, plaza principal de una población, donde se celebraban el marcado, las reuniones ciudadanas y donde se situaban algunos de los más importantes edificios de culto y vida civil. Corresponde al ágora griega. • Basílica: Amplio edificio cubierto destinado a varios fines y fundamentalmente concedido como lugar de reunión y sede de tribunales. • Termas: Conjunto de edificios que en Roma servían para los baños y ejercicios gimnásticos. • Anfiteatro: Construcción en torno a un espacio oval destinado a espectáculos públicos, en Roma. • Teselas: piezas cúbicas de mármol, piedra, barro cocido, etc., con las que se elaboraban los mosaicos. Visión geográfica, histórica y temporal Indudablemente la geografía juega un importante papel. Roma nació en las alturas cercanas a la isla fluvial que parte en dos el cauce de un río caudaloso, el Tiber, y facilita su cruce; es por tanto, un punto de paso obligatorio. Las tierras de las zonas son fértiles y permiten sostener la densa población campesina de la que luego Roma extrajo su fuerza militar. Finalmente, Italia ocupa una posición central en el Mediterráneo, es decir, a mitad de camino entre las regiones ricas y prosperas de Oriente Helénico y las comarcas menos desarrolladas, pero ricas en recursos y en hombres, de Galia, Iberia y África. Tan ventajosa situación, sin embargo, apenas puede justificar el posterior desarrollo. El tiempo que abarcará la cultura romana será desde el siglo VIII a. C, hasta el siglo V (476) con la caída del Imperio. En este periódo de tiempo tiene lugar una primera etapa: (s VIII a. C− s. V a.C) en la que hay una época primitica; (s. V al s. I a C.) República y (s. I d. C. Al siglo V) Imperio. Orígenes e influencias El arte romano va a estar principalmente influido por el arte etrusco y el arte griego. En realidad los romanos copian el arte de los griegos pero lo aplican a sus necesidades. La influencia de este arte va a ser permanente a lo largo de la historia, sobre todo en el Renacimiento y en el Neoclasicismo. Arquitectura Romana El espíritu práctico del pueblo romano se impuso en las obras arquitectónicas. El arte romano, en general, y por tanto la arquitectura romana, es la expresión del poder. Como tal son concebidas, con un afán de eternidad y grandiosidad monumental. Interesa hacer obra útiles, ejecutadas según principios más o menos estables, fijados por Vitrubio en sus textos, y que contribuyen a la uniformidad de los modelos arquitectónicos. Los romanos emplearon de manera sistemática el arco, la bóveda en su diferentes modalidades (cañón, arista, 3
horno) y la cúpula, a los que añadieron los tradicionales medios arquitrabados de los griegos. Se emplearon los aparejos de sillería, mampostería y ladrillo combinados con la argamasa de hormigón que daba solidez a las diversas formas de aparejo (opus). Por lo que se refiere a los ordenes arquitectónicos los romanos introdujeron innovaciones sobre los clásicos griegos, y sobre todo rompieron con el sentido estético griego al mezclar la utilización de los órdenes en una misma fachada, según criterios de riqueza decorativa, toscano, jónico, corintio y compuesto, como ocurre en el Coliseo de Roma. Atendiendo a su finalidad cabe distinguir la tipología de los edificios: arquitectura religiosa y funeraria (templos y tumbas), arquitectura civil (foros, construcciones conmemorativas, basílicas, termas, teatros, anfiteatros, circos) y obras públicas (puentes, acueductos, calzadas, presas, faros). Construcciones religioso−funerarias El templo romano sigue el modelo etrusco en cuanto que se eleva sobre un alto podio con un único acceso en la parte delantera, a la vez que del griego asume la larga cella y la columnata que circunda al templo pero con las columnas adosadas al muro (pseudoperíptera), salvo en el pórtico de acceso que es exenta. El mejor templo conservado de estas características es el de Nimes (Francia) llamado Maison Carrée, construido en el año 16 a.C.; a pesar de que los elementos arquitectónicos son de tipología griega (capiteles corintios sobre columnas jónicas y entablamento con friso ornamentado), son romanos tanto su estructura interna como en el efecto de fachada única sobre un basamento. De tiempos de la República datan numerosos templos entre los que ocupa un primer lugar el llamado Templo de la Fortuna Viril en Roma. Todavía se conserva casi intacto al haber servido de templo cristiano hasta hace algo más de 20 años. Se alza sobre lo que fue el Mercado de los Bueyes, cerca del río Tíber. Se asienta sobre un alto basamento o podium con una escalinata al frente con cuatro columnas (tetrástilo). El resto de columnas están adosadas al muro. Todas son jónicas con capiteles también jónicos de cuyas volutas salen unas palmetas curvadas. El entablamento está dividido en sillares en forma de cuña (aplicación del sistema abovedado para la construcción de un dintel). El Templo de la Fortuna Viril será el modelo de templo romano utilizado hasta la época imperial. No todos los templos eran de planta rectangular, los hubo también de planta circular al estilo de los "tholos" griegos, frecuentemente dedicados a la diosa Vesta. También de la época republicana es el templo de Vesta en Tívoli, de orden corintio edificado durante el gobierno dictatorial de Sila en el siglo I a.C. A comienzos del Imperio, en la época de Augusto, se edificó el Panteón, el gran templo dedicado a todos los dioses. Aunque se inicia por iniciativa de Agripa (yerno de Augusto) en el año 27 a.C., se transforma durante el reinado de Adriano y aún después, a comienzos del Barroco, en algunos aspectos ornamentales. De la misma época son el Templo de la Maison Carrée, ya descrito, y el Templo conmemorativo del Ara Pacis , gran altar al aire libre que Augusto mando erigir para celebrar la pacificación de la Galia e Hispania. En él es mucho más interesante la ornamentación escultórica que los caracteres arquitectónicos. Las tumbas romanas son de menor originalidad, pues asimilaron las formas peculiares de enterramiento de los lugares que fueron conquistando. Así desde los primeros momentos la inspiración etrusca da lugar a enterramientos de forma circular, a modo de túmulos gigantescos como son las tumbas de Cecilia Metella, o los mausoleos imperiales de Augusto o de Adriano. Este último llamado la Mole Adriana y convertido desde los a.C. se incorporan los influjos egipcios por ejemplo en la tumba en forma de pirámide de Cayo Cestio. En España hay otras formas de enterramiento que tiempos medievales en el Castillo del Santo Ángel (Santangelo); en el siglo I ya comentaremos después. Construcciones civiles 4
En la ciudad romana tienen gran importancia los edificios de carácter público destinados a satisfacer necesidades ciudadanas relacionados con los negocios, con los espectáculos o con el deporte. Muy frecuentemente estos edificios estaban situados en el foro, como ocurre en Roma donde se distinguen diversos foros ( el de César, el de Augusto y el de Trajano este último edificado por el arquitecto Apolodoro de Damasco a principios del siglo II d.C.). La basílica era el edificio destinado a las transacciones mercantiles y la solución de los litigios judiciales. Generalmente, estaba formada por tres naves separadas por columnas, cuya nave central era algo más elevada que las laterales y su cabecera estaba rematada por un ábside. La cubierta era una techumbre plana de madera, aunque excepcionalmente se utilizó la cubierta abovedada, como ocurre en la famosa Basílica de Majencio. En la curia se celebraban las reuniones políticas, disponiendo a veces de una gran pórtico como ocurre en la española Curia de Talavera la Vieja. También tenía una finalidad parecida el pretorio con torres defensivo en los ángulos, Casa de Pilatos de Tarragona. Mayor transcendencia para la vida social tenían las termas, pues eran grandes complejos arquitectónicos con baños de diferentes cualidades y calidades (baños fríos, templados y calientes, sala de vapor y otras muchas dependencias para la cultura la higiene y el solaz recreo). Destacan entre las principales las Termas de Domiciano, las de Termas de Caracalla y las de Termas de Diocleciano, todas ellas en Roma. En las ciudades romanas tenían gran importancia los espectáculos, requiriendo cada uno de ellos un edificio específico. El teatro, inspirado en el griego, era totalmente construido y raramente aprovechaba los declives del terreno. Sus elementos eran los clásicos griegos: orchestra para las evoluciones de los actores (de planta semicircular), la scaena o escenario arquitectónico tras los que se encontraban los camerinos (choriga) de los actores y, por último, la cavea o graderío, también semicircular y dividida en sectores. Los más importantes son el Teatro Marcelo, en Roma, construido en tiempos de Augusto y en el que aparecen superpuestos los ordenes arquitectónicos en su fachada; en España destacan los Teatros de Mérida y Sagunto. Los anfiteatros, destinados a las luchas de animales, de gladiadores o ejercicios circenses disponían de una planta ovalada con arena donde se realizaba el espectáculo, rodeada por una cavea. En realidad eran dos teatros unidos por la escena, de donde se deriva su nombre de anfiteatro. El más antiguo era el Anfiteatro de Pompeya (año 80 a.C.), pero el más famoso es el Coliseo de Roma, iniciado por Vespasiano y terminado por Tito en el año 80 de nuestra era. También en cada uno de los tres pisos que tiene utiliza un tipo de orden arquitectónico, característica que en cierto modo diferencia la estética romana de la griega. El circo romano estaba destinado a la celebración de carreras de carros. Eran de planta muy alargada, en cuyo centro se coloca la espina con estatuas o figuras alusivas. En uno de sus extremos estaban las cárceles o jaulas de partida para los competidores. El mejor conservado en Roma es el construido en la época de César, llamado Circo Massimo. Finalmente, las edificaciones de carácter conmemorativo se levantaban en el foro, en las vías de acceso a la ciudad, para exaltación de los gobernantes. Se erigían columnas como las de Trajano y Marco Aurelio, o más frecuentemente arcos de triunfo de una a tres huecos. Destacan los arcos romanos de Tito, el más antiguo conocido en el que aparecen por vez primera los capiteles compuestos (año 81 d.C.), el de Trajano del siglo II, desmantelado de su decoración escultórica para ornar el de Constantino (del siglo IV) y el de Septimio Severo del siglo III. Obras públicas La ingente tarea de crear o acondicionar ciudades que los romanos realizaron en las provincias que formaban su Imperio, les llevó, en muchos casos, a ser más ingenieros que artistas. Así tuvieron que crear una intensa red de vías o calzadas que exigían la construcción de puentes entre los que destacan el Pont du Gard cerca de Nimes (Francia) que salva el curso del río Gardón y los de Alcántara y Mérida en España, sobre el Tajo y Guadiana respectivamente. El Pont du Gard, construido en el último cuarto del siglo I a.C., es a la vez acueducto, compuesto de una serie de arquerías distribuidas en tres pisos que permite conducir agua potable 5
hasta Nimes. Muestra excepcional de los acueductos romanos en España es el Segovia y otros que veremos en el apartado de Hispania. Escultura romana La escultura romana, lo mismo que la arquitectura, es original en el espíritu de su finalidad, pero en ella pesan mucho las aportaciones formales etruscas y griegas (helenísticas). Las obras están hechas preferentemente en mármol y en menor medida en bronce u otros materiales. En cuanto a los tipos, son frecuentes el retrato y el relieve histórico narrativo, en los que los romanos fueron grandes creadores. El retrato podía ser de cuerpo entero o sólo busto, sedente o de pie, vestido con la toga de patricio o con coraza y atributos militares, con atributos de "pontifex maximus" o divinizado (semidesnudo coronado con laurel). Son numerosísimos los retratos de todo tipo conservados de los emperadores y sus familiares, caracterizándose por la evolución desde el realismo republicano a las formas más idealizadas de origen helenístico del Imperio y, desde estas se agudizan las tendencias esquemáticas y faltas de movilidad en las obras de los siglos II a IV. Por lo que se refiere al relieve de carácter histórico se interpretó como un medio instructivo al servicio de la política; se narra con gran realismo los hechos bélicos y civiles en los que se ensalza al emperador. En la época republicana, desde que Roma conquista Grecia, se constituye en la ciudad del Tíber una escuela helenística formada por muchos artistas griegos que emigran a Roma con el objeto de abastecer los gustos de los grandes patricios. Reprodujeron los modelos de Praxíteles, de Lisipo y obras clásicas del siglo V a.C. En esta escuela "Neoática de Roma" destacó entre otros el escultor Praxíteles originario de la Magna Grecia, aunque convertido en ciudadano romano. Fue famosa la recopilación que hizo en un catálogo de las esculturas más famosas del mundo. Como escultor se le atribuyen un Júpiter en oro y marfil y numerosas obras en bronce. Los retratos de esta época republicana, influidos por la plástica etrusca, son de un penetrante realismo y dureza expresiva, aunque no exentos de un cierto idealismo, destacando en este sentido los retratos de César y Pompeyo. Durante la época de Augusto, la escultura en general, tanto el retrato como el relieve, alcanza una mayor idealización en sus formas y aumenta el sentido propagandista del arte. El emperador Augusto se convierte en el modelo arquetípico de belleza y constitución humana. Sus retratos más conocidos son el de Prima Porta y el de Augusto como pontifex maximus, museo de las Termas de Roma, escultura en mármol de 2,17 m. de altura hecha posiblemente entre el año 10 a.C y el 10 d.C., en la que se representa al emperador revestido con la túnica de sacerdote, de finísimo plegado que lo cubre hasta la cabeza. En cuanto al primero, Augusto Prima Porta es también una estatua de mármol labrada después de su muerte en el año 14 d.C., pero tomando como modelo alguna efigie anterior, aunque a decir verdad, esta copia que se admira en los Museos Vaticanos es copia del original en bronce que su esposa Livia mandó levantar en la villa "Prima porta" después de la muerte de Augusto. El emperador está representado como jefe del ejército en el momento de la arenga a las tropas. Lleva el manto de general y la coraza adornada con relieves. A sus pies tiene un delfín que simboliza a la estirpe de Augusto procedente de Venus. En el original no estaba representado descalzo, como un dios, sino con las sandalias militares. Parece que el escultor, desconocido, debió de tomar el Doríforo de Policleto como modelo estatuario, pero la ornamentación de la coraza con relieves es algo verdaderamente original. Entre otros motivos de carácter mitológico, en la armadura está representada la restitución a Tiberio del estandarte romano por el rey de los Partos, hecho ocurrido en el año 20 a.C., ante la representación de las provincias y de los dioses Apolo y Artemis. La mezcla de elementos religiosos con acontecimientos históricos es una muestra del carácter divino del poder romano. En cuanto al relieve en la era de Augusto, hay que retornar al Ara Pacis, en cuyos muros se encuentran los relieves más representativos del momento. En los momentos posteriores del siglo I de nuestra era, se continúa con la tradición idealista en los retratos divinizados de Claudio, en tanto que en la era Flavia, segunda mitad del siglo, se torna a las formas realistas republicanas como vemos en los retratos de Vespasiano, Tito, Domiciano. Es muy curioso en los retratos 6
femeninos el tratamiento del peinado; se describe con todo detalle las modas en la forma de peinarse: recogido en un moño (retrato de Agripina), con gran cantidad de rizos y bucles. Aspecto de capital importancia son los relieves del arco de Tito en los que se narra, con un gran sentido espacial casi pictórico, la marcha triunfal de las tropas que llevan el botín de los símbolos de la religión hebrea: el Arca de la Alianza y el Candelabro de los 7 brazos obtenidos del saqueo del templo de Jerusalén realizado por Tito. En el siglo II, época de Trajano (98−117), se alcanza uno de los momentos más altos en la narración de hechos históricos por medio del relieve. En la Columna Trajana del Foro están representadas con un cierto idealismo ejemplificante las guerras del emperador Hispano contra los dacios. Los relieves del arco de Trajano en Benevento tienen caracteres muy parecidos. Posteriormente, estos relieves fueron utilizados para la decoración del Arco de Constantino. En el reinado de Adriano (178−138) la técnica escultórica se perfecciona mediante el uso de la talla a trepano que permite crear zonas con claroscuros de gran realismo, sobre todo en las barbas, moda en la estética de los varones, a la vez que se intensifican las formas clásicas pero plenas de sentimentalismo e idealización. La estatua retrato de Antínoo, labrada después de su muerte, es el mejor ejemplo de la época adriana. A finales del siglo se produce otra creación romana, el retrato ecuestre, destacando la estatua ecuestre de Marco Aurelio, obra en bronce, hecha hacia el año 173 d.C., en la que se representa al emperador sobre un caballo que tenía a sus pies a un bárbaro vencido ( hoy no existe). Esta escultura ecuestre, situada desde el año 1538 en el centro de la plaza romana del Capitolio, tuvo un gran influjo en la escultura del Quattrocento de Florencia. Este mismo emperador imitando a Trajano, mandó levantar una columna conmemorativa igualmente con relieves históricos, en este caso frente a los germanos (marcomanos) y sármatas, que recorren el fuste en ancha banda en espiral representando los preparativos de las campañas. En los siglos posteriores, los primeros signos de decadencia se aprecian en la estética escultórica, ya desde la época de los Severos en el siglo III. El retrato de Caracalla, aunque mantiene elementos del realismo anterior se introduce simplificaciones esquemáticas y de cierta rigidez que durante los siglos IV y V, en el Bajo Imperio, se generalizarán evolucionando hacia formas abstractas, interesando más la sensación del conjunto que los detalles. En este sentido destaca la colosal Cabeza de Constantino, (Museo de los Conservadores de Roma), cuyas características se transmiten al mundo cristiano y desde éste a la escultura bizantina. Pintura romana Conocemos la pintura romana a través de los ejemplo procedentes de Pompeya. Se reconocen cuatro estilos: el más antiguo, de la época republicana, es el estilo de incrustaciones, llamado así porque imita la decoración de mármoles; el segundo, es el estilo arquitectónico, que simula estructuras arquitectónicas que generan, a través de la perspectiva, una falsa sensación de profundidad junto a temas figurativos y bodegones; el estilo ornamental o de candelabros es el tercero, de la primera mitad del siglo I d.C., que usa como elementos decorativos arquitecturas fantásticas, guirnaldas y amorcillos; y el cuarto estilo es una mezcla de los anteriores en el que se introducen paisajes imaginarios, formas arquitectónicas fantásticas y escenas mitológicas. A este estilo dominante en la segunda mitad del siglo I se le llama estilo ilusionista. Las obras más representativas son Casa de Livia y Casa de los Misterios (estilo segundo), Casa de los Vettii (tercer estilo) y las mejores las pinturas de la Domus Aurea de Nerón, en Roma. Arte Romano en Hispania. Arte realizado en la Península Ibérica durante el dominio del Imperio Romano. Una de las principales dificultades que se plantean para la identificación del arte hispanorromano es la de distinguir su origen, y diferenciar cuáles son las obras propiamente romanas, importadas desde Italia, de las que fueron realizadas por hispanos con un claro sentido imitativo. Desde los primeros momentos de la conquista hasta unos dos siglos después, la influencia artística se fue extendiendo a la par que la dominación 7
sobre los pueblos conquistados. Las primeras obras materiales de los romanos en España fueron calzadas y campamentos, es decir, obras de ingeniería que servían para la conquista y romanización del territorio. Ciudades como Tarragona, Itálica, Mérida, Zaragoza, Córdoba, Lugo, León y otras tantas, unidas por una amplia red de calzadas, se convirtieron en centros de romanización que unificaron culturalmente la Península. A medida que se va imponiendo el dominio romano, también van homogeneizando los distintos focos culturales hispánicos, superponiendo e integrando la civilización latina a la tradición indígena, en muchos lugares ya refinada por los contactos con púnicos y griegos. Arquitectura Los romanos dieron a España una fisionomía distinta al dotarla de grandiosas obras de arquitectura e ingeniería. Con su sistema constructivo, basado en los sillares de piedra, el arco y la bóveda, realizaron murallas, arcos triunfales, templos, castillos, puentes y acueductos, edificando también teatros, anfiteatros, monumentos conmemorativos y funerarios. Una red de caminos empedrados fue extendida por las comarcas hispánicas, uniéndolas a la metrópoli a través de la Galia. Esculturas, mosaicos, bronces, cerámica, vidrios, armas y joyas testimonian la riqueza y unidad de aquella civilización. La solidez y la armonía son las cualidades dominantes de la arquitectura romana. Aparecen plenamente caracterizadas en las obras de las provincias hispánicas, siendo evidente cierta simplificación respecto de las obras de la metrópoli. Entre los puentes que los romanos tendieron sobre los ríos de España destacamos el Puente de Mérida sobre el río Guadiana, que data de los tiempos de Augusto, lo mismo que el de Salamanca sobre el Tormes. Aventaja a todos, sin duda, por su grandiosidad y belleza el Puente de Alcántara (Cáceres), dedicado a Trajano, que alcanza en su pilar central la altura de 48 m. Un pequeño templo a la salida conmemora al constructor, Cayo Lucio Lácer, que lo terminó en el año 106 de nuestra era, en el que grabó una inscripción: durará cuanto el mundo dure. Los acueductos son otros de los grandes monumentos realizados por los romanos. El más importante es el Acueducto de Segovia, posiblemente también el más antiguo, pero no es el único; el de San Lázaro y Cornalvo y el de los Milagros en Mérida, este último conducía las aguas desde el Pantano de Proserpina hasta la ciudad. Conserva 73 pilares con hiladas alternadas de granito y ladrillo rojo que le dan un particular aspecto decorativo, alternancia cromática que luego sería utilizada por los musulmanes. Como ejemplo de acueducto de dos pisos hay que citar el Puente del Diablo o el de las Ferreras en Tarragona. La construcción de ciudades fue otra de las grandes tareas emprendidas por los romanos, sus restos son importantes. Las murallas suelen ser de piedra y mortero con torres de planta cuadrada o circular y con puertas encuadradas por torres. Destaca la monumental Muralla de Tarragona, que se supone obra de Escipión. Las Murallas de Barcelona, del siglo III, junto con las Murallas de Lugo, las más completas de las conservadas, las de Carmona, Zaragoza y León, son las más representativas. Asimismo en relación con las comunicaciones marítimas se construyeron obras públicas importantes como el Puerto de Ampurias o faros como el llamado Torre de Hércules en la Coruña. Los templos, mercados, foros, se encuentran en peor estado de conservación. El mejor conocido, gracias a las recientes excavaciones, es el Templo de Diana en Mérida, mientras que sólo columnas y fragmentos nos dicen algo de los templos existentes en Tarragona. El Templo de Diana se asienta sobre un podium de más de 3 m 8
de altura, es períptero y hexástico, con 11 columnas en sus lados mayores. Tanto el basamento como la columnata del templo son de granito. Dentro de los monumentos funerarios destacan, por su armoniosa complejidad, la Tumba de los Atilios en Sádaba (Zaragoza); y, por su sencillez en forma de torre, la Tumba de los Escipiones en Tarragona, la Tumba de los Antoninos en Sagunto, el Sepulcro de Fabara en Aragón y el llamado Panteón de los Gracos y Pompeyo en Baena. Otras veces no son construcciones aisladas, sino columbarios, urnas cinerarias o necrópolis, como la de Carmona donde se han encontrado numerosas tumbas subterráneas. También son muy abundantes las lápidas con inscripciones dedicadas a los difuntos. Entre los arcos monumentales, levantados con un claro interés conmemorativo, destacan el Arco de Cáparra en Cáceres, formado por cuatro arcos, cada uno en uno de los frentes; los mejores conservados son el Arco de Bará en Tarragona, y el de Mérida, mientras que el más vistoso por su emplazamiento es el Arco de Medinaceli en la provincia de Soria. De los dieciocho teatros romanos conservados de España, ocupa lugar preponderante el Teatro de Mérida cuya construcción fue ordenada por Agripa, terminándose en el año 16 a.C. Los anfiteatros mejor conservados son los de Itálica, Mérida y Tarragona. El primero es el más famoso y uno de los mayores del mundo romano, pues mide 156'50x154 m en el exterior, y su arena es también una de las mayores, 70'50x48 m. La fosa central está dividida en tres naves por pilares de ladrillo, y en los departamentos laterales hay huellas de ocho jaulas para fieras. El conjunto de la obra, visibles ahora los sillares y el hormigón, en origen estuvo cubierto de mármol. Las termas desempeñaron una función especial en las ciudades romanas. En España son importantes las Termas de Alange (Badajoz) y se han encontrado restos en Lugo y Caldas de Mombuy en Barcelona. Dentro de los palacios destaca el Palacio de Augusto en Tarragona, grande y sólida construcción de sillería que consta de tres partes, el acceso o vestibulum, un patio o atrio con receptáculo en el centro para la recogida de aguas al que dan las habitaciones y, al fondo, la sala principal o tablinium. En los yacimientos de ciudades, poblados y villas, se ha podido estudiar la típica casa hispanorromana y en muchas de ellas se han encontrado numerosos mosaicos que cubrían sus suelos. Destacan el mosaico en el que se representa el sacrificio de Ifigenia, descubierto en Ampurias, el de la Medusa, hallado en Tarragona, y otros muchos de temas narrativos o mitológicos, encontrados en Complutum (Alcalá de Henares), Medinaceli, y otras ciudades. Escultura La escultura romana hallada en los diferentes yacimientos españoles ofrece una gran variedad de temas y estilos. Abundan, sobre todo, los retratos de personajes relevantes, identificados o desconocidos y estatuas de los dioses. Las obras más antiguas se insertan dentro de la tendencia helenística vigente en Roma durante el siglo II a.C. y principios del siguiente, siendo sustituidas por el realismo de la época Imperial. Algunas otras son el resultado de la síntesis de ambas corrientes, mientras que una gran muestra se corresponde a la larga fase decadente que se inicia en el siglo II de nuestra era. La mayoría de las obras de calidad debieron de ser importadas de la metrópoli, aunque no puede descartarse la hipótesis de la existencia de talleres hispano−romanos. Al estilo helenístico corresponden piezas simbólicas como el Dionisios y la Pomona, ambas de mármol, halladas en Tarragona; más clásicas son las obras de Itálica: Venus, Mercurio y Diana, o el Torso de Hércules descubierto en Valladolid que representa a un atleta de la época, o la Venus de Zaragoza. Un estilo más característicamente romano aparece en estatuas como la de Plutón, Proserpina y Augusto encontradas en Mérida, o la de Ceres procedente del teatro de dicha ciudad. En relación con el retrato se alcanzan las mismas cotas de idealismo que en la época de Augusto en Roma, 9
disponiéndose de varias efigies de este emperador en los Museos de Mérida e Itálica. No sólo los emperadores son el objeto de los retratos; hombres del pueblo o de la nobleza, damas y matronas han sido representadas en mármol dejándonos constancia de la honda identificación que sentían con las modas de la metrópoli. Algunas cabezas presentan ciertos rasgos de arcaísmo que pueden hacer suponer el origen indígena de su autor, como, por ejemplo, la cabeza femenina en bronce encontrada en Ampurias. Pero la mayoría de las obras descubiertas son veraces testimonios de la existencia real del retratado como por ejemplo en los retratos de Lucio Vero en Tarragona o los bustos de mármol de Sevilla, Córdoba, Mérida y Valladolid. Bibliografía. PALLOTINO,M.: Etruscología. Buenos Aires, 1965. WOODFORD: Grecia y Rima. Barcelona, 1985. GARCÍA BELLIDO, A.: Arte romano. Madrid, 1972. ANDREA, B.: Arte romano. Barcelona, 1974. GOMBRICH, E. H.: Historia del Arte. Madrid, Alianza Editorial, 1990. ANGULO IÑIGUEZ, D.: Historia del Arte. Madrid, 1973. PIJOAN, Historia del Arte. Barcelona, Salvat, 1967. OBRAS
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B− Procedimentales. Para que el alumno tenga una visión positiva y amena sobre estas clases, vería correcto que se utilizasen diferentes métodos para transmitir los conocimientos del arte romano. Para empezar habría que situarle dentro de una temporalidad, que abarca desde el siglo VIII a.C. hasta el siglo V después de Cristo cuando tiene lugar la caída del Imperio Romano. También hay que situarle en el espacio y para ello le mostraríamos un mapa con los límites del Imperio. Posteriormente le daríamos un vocabulario propio de la época para que fuese más comprensible el tema y empezaríamos a desarrollar las clases con explicaciones teórica apoyadas con diapositivas de las principales obras de arte. Tampoco creo muy conveniente mostrarle muchas obras ya que puede llegar a la confusión y al aburrimiento. Sería interesante que se le pudiese mostrar la película de Espartaco donde refleja en cierto modo la sociedad romana y así darle más claridad al alumno. También se le puede invitar para que viese una de las últimas películas cinematográficas más actuales de la época como Gladiator donde se ve el gran tamaño de estas obras arquitectónicas y la importancia de las fiestas en la época. Otra idea, que dependería más del tiempo y de la economía del centro, sería hacer un viaje a Mérida y ver las obras que allí existen para poder darle al alumno un acercamiento a la vida de la cultura romana y a su entorno. (teatro, museo, ...) C) Actitudinales: Debemos fijarnos también en la valoración que el alumno posee, la idea que tiene antes de ver el tema y después de haberlo explicado. También debemos de tener en cuenta que habrá unos alumnos que le importe el tema más que a otros por lo que habrá que explicarlo de manera global a toda la clase. 5. PROPUESTA METODOLÓGICA: Para seguir una metodología lo más correcta o más positiva para el alumno, debemos hacerlo con variantes. Para ello es importante la experiencia personal del profesor. Una metodología que creó que podría ser interesante sería ir preguntando cosas concretas del tema para ver si el alumno se entera, sino es así habrá que cambiar el método a seguir. Las explicaciones teóricas del profesor deben ser acompañadas con diapositivas donde el alumno tenga una visión de lo que dice la teoría. Así será más fácil ya que en el alumno están interviniendo dos sentidos, la vista y el oído. También será más ameno que estar toda la clase tomando los apuntes que el profesor le dicta o ir leyendo algún manual. Deben ser actividades complementarias, y cuantas más sean mejor, ya que no será monótono. Sería también interesante hacer una comparación del arte griego y el arte romano y así se conseguiría recordar y repasar los temas anteriores. Todo esto se puede acompañar, como he señalado anteriormente, con alguna película propia de la época. 11
Otra propuesta sería hacer algún trabajo en grupo, donde se llegase a estudiar algún monumento u otra obra de arte propia del tema que estamos desarrollando; y a poder ser que se encuentre cercana al entorno donde se encuentra el alumno para que tenga un contacto directo con la obra. Este tema es muy importante a la hora de estudiar las obras de arte. No es igual ver una obra de arte el una diapositiva o una fotografía, que verla en su contexto y enclave original. Pero siempre tendremos el problema del tiempo, el temario es muy amplio y no se puede dedicar mucho tiempo a una parte, ya que se podía quedar parte sin terminar y en el curso que estamos trabajando es fundamental acabar el temario ya que será materia para el examen de selectividad. Podemos utilizar también estrategias indagatorias que requieren estructurar y seleccionar la investigación e información mediante unas pautas dadas por el profesor, para llegar a la solución. El profesor se limita a dar el material necesario, pero no dice cómo hay que actuar para resolver el problema. Estas estrategias se utilizarán en algunas actividades de desarrollo−aprendizaje por creer que con ello los alumnos participan más en el proceso de aprendizaje, son más activos y casi podríamos decir que construyen su propio aprendizaje. 6. ACTIVIDADES: Se deben de utilizar todo tipo de medio y recursos que estén en nuestras manos como pueden ser: textos impresos para poder realizar algún comentario de texto, transparencias donde se den esquemas sobre el tema que después se ampliará con la explicación del profesor; ver alguna película o documental sobre el arte romano. El tema de los documentales sería muy interesante ya que dura menos tiempo que las películas y daría tiempo en una sesión de 55 minutos de ver el documental y después poder discutirlo y comentarlo con los alumnos. Las diapositivas es un elemento fundamental para explicar una clase de historia del arte, ya que ni no se tuviese una visión de la obra que se está explicando sería casi imposible poder comprenderla y estudiarla. Otra actividad muy importante sería la de el viaje a Mérida, ya que tenemos aquí cercano un gran reflejo de lo que es el arte romano. Señalar las diferencias que existen entre los distintos tipos de edificios y cual era su función principal. Relacionar fotografías con sus textos correspondientes. Semejanzas y diferencias entre el arte griego y el arte romano. Analizar y comentar el tipo de materiales, utensilios y técnicas que se utiliza en la arquitectura romana. Definir la bóveda de cañón y sus elementos. Explicar la función de una terma y compararla con algunos edificos actuales que cumplan funciones similares. Resumir el legado de la arquitectura romana al arte occidental. Analizar la técnica del bronce y sus repercusiones. Importancia del culto funerario. Resumir los distintos materiales usados para el retrato y sus técnicas de trabajo. Explicar el arcaísmo, realismo e idealismo de dos figuras. (Estatua de un patricio romano y la estatua de 12
Augusto como pontifex) 7. EVALUACIÓN: El tema de la evaluación pienso que es de los más difíciles de realizar. A la hora de evaluar a un alumno debemos de ver si ha alcanzado los objetivos propuestos desde el principio. Para ello no se realizará con una prueba final, ya que el alumno se lo jugaría todo a una carta. Pienso que la mejor forma es realizar una evaluación continua donde se estudie el trabajo que ha seguido el alumno desde el comienzo de la unidad. Se le podía realizar de la siguiente manera: • 60% de la nota final a la prueba escrita donde se reflejaría los contenidos que el alumno ha asumido. • 20% a algún trabajo colectivo realizado. • 10% a la asistencia a clase. − 10% a la participación en clase.
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