ATENCIÓN PLENA AL PENSAMIENTO Y AL LENGUAJE. ACTUACIÓN CON NIÑAS Y NIÑOS

ATENCIÓN PLENA AL PENSAMIENTO Y AL LENGUAJE. ACTUACIÓN CON NIÑAS Y NIÑOS Proyecto del Primer Curso de Educadora Transpersonal Cristina de la Fuente Mo

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ATENCIÓN PLENA AL PENSAMIENTO Y AL LENGUAJE. ACTUACIÓN CON NIÑAS Y NIÑOS Proyecto del Primer Curso de Educadora Transpersonal Cristina de la Fuente Molpeceres Agosto 2011

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INTRODUCCIÓN

Durante el periodo comprendido entre noviembre de 2010 y agosto de 2011, observo un trabajo constante y continuo en mi persona y espíritu, arropado por todos los Seres que me han acompañado durante el proceso, (internautas, telefónicos, presenciales y espirituales). Cada semana aparecían nuevas claves, que abrían un camino hacia la aventura del crecimiento y la experiencia espiritual. Con el cultivo de la Atención Plena se nos aseguraba desde la escuela, que nos iba a incrementar la capacidad de prestar atención al momento presente, la sintonización con las experiencias de la vida, las vivencias intensas… Junto a mis compañeras y compañeros, me lancé al poder de la creación y la realización, buscando alcanzar la inmensidad en lo cotidiano. Desde mi papel de maestra de Educación Infantil, dirijo la Atención Plena a la importante relación entre lenguaje y pensamiento, lo que me plantea intervenir de forma consciente, sabiendo que entran en juego el crecimiento personal y la autoestima de las niñas y los niños. Un pensamiento positivo crea una actitud positiva y se convierte en la mejor protección de negatividad propia y del entorno. Una utilización correcta de la palabra tiene el poder curativo de gestionar la conducta y ayuda a resolver conflictos. Presento el proyecto con pinceladas ideadas para crear un pensamiento positivo, para disfrutar de las habilidades comunicativas y recrearnos en determinadas estrategias lingüísticas. Los matices del proyecto se pueden experimentar tanto en casa como en la escuela, sólo se requiere rigor y sistematización que transforme la teoría en realidad educativa.

El inicio del curso escolar es un buen momento para programar estos nuevos aprendizajes. El periodo educativo, desde mi profesión, lo enmarca en Infantil y Primer Ciclo, aunque, puede empezarse antes y su práctica no tiene límite de edad.

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CREACIÓN DE PENSAMIENTOS POSITIVOS

Pensar de forma positiva es reconocer la realidad, y ante la existencia de problemas, buscar y encontrar las soluciones. Los pensamientos positivos nos dan la posibilidad de acumular fuerza interior y capacitarnos para ser constructivos. Permiten considerar todas las situaciones como beneficiosas, sin dejarnos atrapar en la apariencia externa. Si como educadores nos planteamos formar a las niñas y niños en la adquisición del pensamiento positivo, hemos de ser conscientes de que el primer trabajo está en integrarlo en nosotros mismos. El proceso de reeducación se inicia dejando de vivir con anticipación lo que creemos que va a suceder en el futuro cercano y centrando la atención en percatarnos de cada momento presente, permitiendo así que las experiencias se desplieguen tal como son. Se trata de aceptar lo que viene, y mantenernos neutrales, de esta manera, dejando de reaccionar con negatividad, los obstáculos se convierten en una oportunidad para mejorar.

El ser humano, en su infancia, acepta toda clase de opiniones y creencias aunque estén cargadas de prejuicios, sin cuestionarse nada. Con los mensajes recibidos, cada cual crea su propio diálogo interno, programa su mente y asume lo que escucha. Cuanto más próxima sea la relación afectiva con el adulto, más impresionable será la información o crítica que llega a su mente. La primera referencia con el mundo exterior es su familia.

Los enunciados del tipo “no lo conseguiré, siempre estoy molestando, todo me sale mal…”, se crean a partir de la aceptación de expresiones perjudiciales y nocivas recibidas por personas importantes en los primeros años. El inconsciente acepta cualquier sugestión, sin distinguir entre verdadero y falso. A su vez, los adultos hablan ajenos al poder que tienen sus palabras en la programación de la mente infantil.

Para que las personas que interactúan con las niñas y niños utilicen el lenguaje de forma positiva, desde la Atención Plena se propone una práctica regular y disciplinada de toma de conciencia de cada instante y una actitud de genuina tranquilidad, controlando las reacciones impulsivas. Sin duda, es una apuesta educativa que merece la pena iniciar tanto en la familia como en la escuela. Se puede empezar por pequeñas metas y una vez conseguidas, avanzar un paso más. Una sugerencia interesante consiste en marcarse un objetivo y programar las actuaciones a realizar, para su posterior valoración y corrección. A continuación presento algunas pautas para elaborar y experimentar un pensamiento positivo: 3

 Dejar de utilizar frases enunciadas en negativo El inconsciente recibe la idea dominante o la palabra clave, por lo que no responde a negaciones. No está equipado para decodificar todos los matices de una formulación determinada, (aunque la mente consciente puede hacerlo), y percibe sólo la idea dominante (es reactivo y reacciona pero no razona). Nuestros enunciados tendrían que expresar solo lo que se quiere obtener y dejar de mencionar lo que se desea evitar o corregir. En la expresión “no vayas deprisa”, la manifestación correcta para potenciar la acción deseada sería “vete despacio”.

 Hacer las formulaciones de forma progresiva La utilización del tiempo verbal de forma progresiva (presente continuo) va a hacer que la mente considere más verídica la información que si lo escucha en un tiempo en futuro,( aporta lejanía); o en un presente,(que al analizar y sentir el ahora, lo traduciría como irreal). Cuando se expresa la acción de forma progresiva, la mente consciente también acepta la idea sin interferir y se programa para realizar una conducta o tener un logro. Como ejemplos se puede decir: “Cada día tu trabajo está siendo más perfecto; estás volviéndote cada vez más autónomo en las tareas escolares…” Es importante conectar la frase en presente continuo con la conducta final o el comportamiento que se pretende programar.

 Utilizar una sola idea por día Centrarse en un objetivo evita provocar confusión al inconsciente en su programación. Por lo general, en el trabajo con los menores es recomendable dirigirse primero al entorno, después al cuerpo y finalizar en la mente. De esta manera se toma conciencia del medio externo, de uno mismo en el medio, de las sensaciones del cuerpo y por último, se atienden los procesos mentales, emocionales o de pensamiento. El objetivo ha de enunciarse de forma clara, concreta y descriptiva.

 Plantear expresiones breves Los enunciados largos causan menos impresión al inconsciente y son menos efectivos. Las expresiones breves son más fáciles de memorizar y repetir. Resulta más sencillo integrarlas y “programarlas”.

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 Utilizar palabras simples y claras Las palabras que se usen tienen que resultar familiares y conocidas para la niña o niño, así, al decirlas, se sentirá cómodo y podrá integrar el significado.

 Utilizar los pronombres personales en primera o segunda persona El “tú” cuando se lo dice la persona a sí misma, implica cierto aspecto de autoridad, y puede ayudar a lograr la sugestión más fácilmente (Ejemplo: Tú puedes hacerlo). La repetición mental de la expresión positiva formulada con el pronombre en primera persona, es una forma natural de hablarse a sí mismo (ejemplo: Yo soy capaz). La elección de cualquiera de las dos formas es válida para actuar con efectividad.

 Agradecer todos los días Es importante sistematizarlo y trabajar a primera y/o a última hora del día este aspecto. Se empieza con un ejercicio de introspección para buscar la cualidad a agradecer en el entorno, en las personas cercanas, en las sensaciones percibidas... Puede hacerse un recorrido por todas las personas con las que se convive a lo largo del día, e ir eligiendo cada día una. Poniendo la atención en lo que se tiene, hará que sea más sencillo enfocarse hacia nuevos logros que ayuden a crecer a la persona.

 Repetir la expresión elegida con frecuencia Cuanto más se repita, mejor se integrará. Las limitaciones o los beneficios se originan a partir de lo que se va creando en la mente. Cuanto más se repita, será más fácil su integración (las campañas publicitarias son un claro ejemplo). Con niñas y niños pequeños puede escribirse o presentarse en forma de pictogramas o dibujos ilustrativos para reforzar, ponerle una melodía, etc.

 Utilizar el error como enseñanza De cada error, hay que plantearse sacar una lección positiva, y así abrirse a la posibilidad de avanzar hacia un nuevo camino. El error da la señal de alarma para buscar la solución, de esta forma, las dificultades se convierten en una oportunidad de desarrollo.

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 Practicar el elogio Todas las niñas y niños tienen el deseo de ser importantes y cuando se les elogia ayuda a conseguir este propósito. Si además sus familiares cercanos lo acompañan de caricias, besos e intercambio de emociones, establecerán vínculos afectivos sólidos. A menor edad, más inmediato tiene que ser el elogio, centrándolo en el comportamiento y siendo lo más concreto posible. Es necesario elogiar todos los progresos, por pequeños que sean. Los buenos pensamientos creados, conllevan buenas acciones; incluso la persona puede convertirse en aquello que piensa. Otro beneficio que reporta el elogio, se proyecta en las relaciones sociales; si en el entorno viven apreciados y admirados, aprenderán a apreciar y a admirar a los demás.

 Darle importancia a la imagen La imagen es una gran potenciadora en la programación del inconsciente. Las imágenes cargadas de mensajes positivos (o negativos), van directamente al inconsciente. Una técnica a utilizar es la visualización. Se trata de crear en la mente una especie de película, viendo “en la pantalla” la situación que se desea, con el máximo de detalles posibles, creando la imagen con todo tipo de sensaciones percibidas a través de los sentidos y potenciando al máximo las cualidades positivas. Otra forma de visualizar consiste en imaginar una pizarra donde se pueda dibujar mentalmente o bien escribir las escenas o conceptos que se quieren programar en la mente.

Al igual que se hace con las palabras, hay que tener cuidado con los pensamientos que crean imágenes mentales negativas y sustituirlo inmediatamente por otra imagen contraria. En la mente consciente está la fuente de los pensamientos, pero su programación se inicia en la mente inconsciente, que acepta todo tal como se le presenta, sin hacer distinciones de ningún tipo, de ahí la importancia de nutrirla con pensamientos positivos.

Una exigencia educativa responsable lleva al propio educador a trabajarse en la Atención Plena, haciéndose consciente de su influencia y sustituyendo las intervenciones de matiz negativo por otras positivas. El poder de la palabra bien utilizada llevará a las niñas y niños a conseguir seguridad y confianza en sí mismos, dándoles la capacidad y el poder personal para salir adelante ante cualquier carencia posterior. El pensamiento positivo sabe del significado de las siguientes palabras: “Puedo, quiero y soy capaz” 6

HABILIDADES COMUNICATIVAS

Las primeras experiencias comunicativas del ser humano se inician en el seno de la familia. Con el inicio de la escolarización aumentan las relaciones sociales, y los diferentes contextos donde se pueden llevar a cabo. Las personas, aunque no lo quieran, con su actuación y su “no actuación” siempre comunicamos algo.

Familia y Escuela necesitan actuar de forma conjunta, reforzando las adquisiciones y estimulando a las niñas y niños a continuar con nuevos aprendizajes. Los adultos próximos a ellos son ejemplos a imitar, lo que implica que han de poner el máximo de atención y cuidado en las pautas del propio modelo comunicativo.

Los objetivos a plantear para aproximarnos a una comunicación inter e intrapersonal satisfactoria deberían de centrarse en la comprensión de emociones y necesidades que tenemos nosotros mismos y las otras personas; hacer valer los propios derechos sin dañar los del prójimo; reflexionar antes de actuar y saber escuchar mostrando interés por lo que dicen los otros. La responsabilidad como educadores nos lleva a integrar previamente en nosotros mismos, los aspectos que vamos a programar y estructurar para los educandos. Para facilitar la sistematización y el desarrollo de las habilidades comunicativas, podemos contemplar diferentes aspectos:

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Practicar la escucha activa Trabajar la empatía Expresarse con asertividad Ayudar a pensar

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1. Practicar la escucha activa “Cuando escuche a otra persona, no escuche solo con la mente, escuche con todo el cuerpo. Sienta el campo de energía de su cuerpo interior según escucha. Esto aparta la atención del pensamiento y crea un espacio de calma que le permite escuchar verdaderamente sin la interferencia de la mente.” (El poder del ahora. Eckhart Tolle)

El proceso de escuchar consiste además de mantener silencio mientras alguien habla, en participar y atender al mensaje que se recibe. Como requisito previo, en el aula, hay que eliminar interferencias, tales como ruidos, zona de juegos, lectura u otras actividades que distraigan la atención y disponer de un tiempo exclusivo para la comunicación interpersonal. Quitando atención al silencio exterior, se crea silencio interior; de esta forma, la mente se vuelve tranquila y hay más serenidad interna.

Durante la conversación hay que tomar consciencia de los espacios entre las palabras y de los intervalos de silencio entre las frases. Si prestamos atención, la dimensión de quietud crece dentro de nosotros. Para despertar interés y conseguir la concentración de las niñas y niños, se puede fijar como norma que quien quiera hablar, tiene que repetir el comentario escuchado, antes de iniciar el suyo, es decir, “parafrasear” a quien le precedió en la intervención. De esta forma se logra que dejen de pensar en lo que dirán después, evitando la emisión de juicios o soluciones prematuras.

Una segunda propuesta consiste en expresar la emoción descubierta en lo que contó la compañera o compañero anterior, trabajando la retroalimentación emocional, a esto se le llama “reflejar” (Se necesita tener trabajado previamente la identificación y el nombre de las emociones).

El último aspecto sistematizado de la escucha activa, consiste en “aclarar” lo escuchado, realizando preguntas abiertas al emisor para comprender más intensamente su mensaje. El hecho de reconocer lo que la otra persona dice, no implica estar de acuerdo con ella, más bien significa que se tiene en cuenta su opinión y se le demuestra respeto.

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En los primeros niveles educativos ha de enfocarse como un juego: mirarse a los ojos, sonreír a quien habla y repetir palabras y expresiones cortas. El planteamiento lúdico es necesario en todas las etapas escolares.

LENGUAJE NO VERBAL Emisor

Receptor Contacto visual, sonrisa

Tono y volumen de voz adecuados Movimientos afirmativos con la cabeza

LENGUAJE VERBAL Reflejar

Reconocer la emoción concreta que encierra el comentario (alegría, tristeza, miedo, enfado o neutro)

Parafrasear

Repetir lo que ha dicho la persona anterior: “Lo que tú dices es que…”

Aclarar

Hacer preguntas abiertas para completar la información del emisor

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2. Trabajar la empatía

Cuando las niñas y niños se sienten afectados por un problema, o muestran sus emociones abiertamente, necesitan ser comprendidos y reconocidos. Es la empatía del adulto hacia ellos la que tiene que servir como referencia y convertirse en modelo a imitar. El educador de forma paciente y sin enjuiciamientos, ha de escuchar con el máximo de atención, tratando de ponerse en su lugar. Al sentirse atendidos y entendidos, se les da opción a mostrar su confianza, creando así un clima más favorable para la comunicación. Si consideramos que los sentimientos se transmiten antes con los gestos que con las palabras, necesitamos observar y aprender a realizar un examen cuidadoso y atento de la expresión corporal de la persona con la que vamos a “empatizar”. La observación ha de plantearse desde un estado mental abierto y receptivo, analizando el lenguaje no verbal, sin interpretaciones ni juicios valorativos.

Una vez realizada la observación, el segundo aspecto a trabajar es el de sintonizar; es decir, adoptar con el cuerpo los comportamientos no verbales semejantes a los del interlocutor, y al tiempo mantener el contacto visual y la expresión facial apropiada a los sentimientos que transmite. El lenguaje verbal que acompaña a la sintonización tendrá expresiones del tipo: “lo entiendo”, “ya veo…”. Un trabajo previo a la empatía es incluir y tratar aspectos de la educación emocional.

La comunicación del lenguaje no verbal se puede detallar y precisar prestando atención a la observación de cada gesto y movimiento realizados. Si se trabaja en pequeño grupo, le da un carácter más dinámico y enriquecedor, pues ofrece la posibilidad de intercambiar apreciaciones. La guía del educador es necesaria para encontrar las claves del lenguaje no verbal en la expresión de sentimientos y emociones concretas. Según la emoción que se estudie, el lenguaje verbal también va a ser diferente.

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Emoción o problema Expresión facial Mirada Postura del cuerpo Movimiento de manos y pies Respiración Proximidad espacial Cualidades de la voz Contacto físico

Educación emocional El aprendizaje emocional queda incompleto si le dedicamos una atención esporádica o lo dejamos al arbitrio de las adquisiciones informales o espontáneas; es necesaria una formación intencionada para entrenar a la mente y conocer las diferentes emociones que el ser humano experimenta. Dada su importancia para la formación integral, es aconsejable incluirlo en la programación de aula, bien como área transversal, como materia específica o integrándolo en el currículo de las diferentes áreas. Las competencias emocionales que se deben de trabajar de forma sistemática son: Conocer las propias emociones Capacidad de controlar las propias emociones Capacidad de motivarse uno mismo Capacidad de reconocer las emociones ajenas Capacidad de saberse relacionar con las demás personas 11

En los primeros años de escolaridad podemos sistematizarlas en cuatro: alegría, miedo, tristeza y enfado. Una vez identificadas y reconocidas las básicas, se pueden ir aumentando. Las situaciones simuladas mediante el juego simbólico y la dramatización dan la posibilidad de observar el lenguaje no verbal. En el caso de que una situación concreta de alguien del grupo muestre una emoción determinada, se aprovechará como recurso de trabajo. Cuando iniciamos el aprendizaje emocional desde las primeras etapas educativas creamos un buen andamiaje para posteriores adquisiciones. El pensamiento y la emoción se interrelacionan: lo que cada uno piense de sí mismo y de los demás, (positivo o negativo), tiene el poder de alterar las emociones. En el sentido contrario, una vez manifestada una emoción, puede actuar sobre el pensamiento y hacerle más potente, de ahí, la importancia de saber manejar las emociones de forma adecuada. Es primordial observar las propias actuaciones y las de los otros para aprender de las experiencias que se tienen. El recuerdo de vivencias o las expectativas ante lo que sucederá, pueden influir excesivamente en las emociones y alejarnos del presente.

Todas las emociones tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas al reprimirlas. Cuando aparece una emoción debemos de prestarle atención, observar y reconocer su procedencia. Una buena práctica consiste en disociarse de la realidad, es decir, convertirse en un observador alejado de la propia conducta-el observador testigo-, lo que ayudará a objetivar y reconocer la emoción sin dejarse envolver en exceso por ella. Una vez encontrada, si nos puede perjudicar, el siguiente paso será transformarla, y una forma de hacerlo consiste en concentrarse en un nuevo pensamiento y cambiarlo en la mente por el anterior. Para una correcta sustitución se necesita aplicar toda la coherencia y ventajas del pensamiento positivo. En el cerebro, el inconsciente no marca fronteras, si se aprende a manejar la sustitución de emociones, redundará en una mejor calidad de vida. Por otro lado, es importante descubrir el beneficio de las aplicaciones lingüísticas para llegar al conocimiento de la emoción. Las niñas y niños pequeños asocian sus emociones a síntomas físicos. Para desentrañar lo que hay debajo de sus expresiones y las ansiedades que se pueden esconder, es fundamental, que el adulto le formule preguntas bien elegidas, utilice un lenguaje apropiado al dirigirse a ellos, carente de crítica e interpretaciones, y ordene de forma adecuada sus respuestas, para conseguir desbloquear el pensamiento de la niña o el niño, cambiar sus mapas mentales y liberarles de las limitaciones que se ponen a sí mismos. Tan importante es saber intervenir, como saber cuándo hay que dejarlos que sean ellas y ellos mismos quienes elaboren sus propios progresos. Si les damos espacio con la escucha, les damos espacios para ser.

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3. Expresarse con asertividad La comunicación asertiva consiste en la elaboración de un mensaje donde se respetan los derechos del otro, al tiempo que se emiten las propias posiciones. Se habla en primera persona, pues es un elemento facilitador y persuasivo en la intercomunicación. Así, al tiempo que expresa sentimientos, opiniones y deseos, no evalúa ni reprocha nada al interlocutor. La asertividad es apropiada para utilizar ante una situación o persona conflictiva que amenace los intereses o derechos personales de los otros. Con la intención de sistematizar e integrar la actuación, en el aula se pueden simular prácticas para intervenir de forma asertiva, creando pautas para que “las víctimas” se hagan valer y respetar sin utilizar violencia o desagravios. La dramatización es una buena forma de presentar distintos contextos que ayuden a ensayar y asimilar esta forma de comunicación. Algunas intervenciones se pueden hacer coincidir con experiencias concretas vividas por las niñas o niños en el ámbito educativo. Para comportarse de manera asertiva es necesario utilizar un lenguaje no verbal adecuado, que considere los siguientes requisitos: Mantener el contacto ocular con el interlocutor Conservar una posición erguida con el cuerpo Hablar de forma audible, clara y firme Evitar las lamentaciones, los tonos apologéticos y las fórmulas amenazantes Utilizar los gestos y expresiones del rostro para dar más énfasis a las palabras.

El siguiente esquema facilita un modelo para recordar la forma de expresarse: Yo… ( Decir el nombre de la niña o niño a quien nos dirigimos) Cuando tú … (Describir la situación y/o conducta que molesta, sin emitir juicios) Siento que (Explicar cómo nos afecta) Y querría o necesitaría …( Sugerir o pedir cambios con mensajes)

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Una vez más, se necesita un trabajo planificado del educador, así como la utilización del lenguaje asertivo por su parte, erigiéndose como referencia y modelo para las niñas y niños. A la hora de practicar en situaciones reales, se les afianzará para que formulen el mensaje de forma asertiva. En el caso de que a la niña o al niño le falte confianza o tenga temor, se le reforzará incluso con la postura, colocándose el adulto detrás en su intervención, para ayudarle a tener fuerza y seguridad.

4. Ayudar a pensar

El objetivo de esta técnica es poner los medios para reflexionar y recapacitar a nivel individual. Puede servir de gran ayuda en la reflexión sobre una conducta disruptiva o conflictiva. La palabra es una abstracción que señala algo más de sí misma; se convierte en un medio para llegar a un fin.

Por medio de preguntas, se trata de conseguir claves interpretativas que le permitan a la niña o al niño analizar la situación y conseguir solucionar el problema. Se busca practicar una mirada hacia dentro. Al responder, se aproximará a una descripción conductual completa del conflicto o suceso, contribuyendo a reconstruir la experiencia. Exige una toma de conciencia de cada instante, y ayuda a saber lo que hacen mientras lo hacen. Esta técnica pone los medios para lograr descubrir alguna creencia errónea o incrementar los recursos a la hora de encontrar una solución.

Damos por supuesto que el adulto para ayudar a indagar necesita hacerlo con mucha paciencia, desde la aceptación, y atención, por si el proceso le despierta algún tipo de juicio, poder suspenderlo. Estaremos pendiente de todo lo que respondan, escuchando sus respuestas de forma respetuosa. Toda conducta encierra una intención positiva de algo que la niña o el niño en ese momento quieren lograr. El hecho de enseñarles a pensar en soluciones alternativas y a usar la creatividad, les servirá para resolver sus problemas.

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Identificación de la situación problema : ¿Qué ha pasado?, ¿qué está pasando? Identificación de sentimientos asociados a la situación problema: ¿Cómo te has sentido y/o te sientes ahora? Identificación de causas : ¿Para qué has actuado de esa manera? Identificación de cogniciones: ¿En qué estabas pensando al comportarte de tal manera? Identificación de objetivos: ¿Qué querías conseguir al compórtate de tal manera? Identificación de consecuencias: ¿Qué has logrado con este comportamiento? Valoración de la propia conducta en función de objetivos: ¿Has conseguido lo que te proponías? Valoración de la propia conducta en función de normas sociales y/o valores: ¿Crees que has actuado correctamente? Identificación de alternativas ¿Crees que podías haber actuado de otra manera?

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TÉCNICAS LINGÜÍSTICAS CON INTENCIÓN EDUCATIVA

La interconexión entre pensamiento y lenguaje, nos lleva a plantear diferentes técnicas lingüísticas, que favorezcan la expresión y comprensión de la comunicación humana y a su vez, fomenten las cualidades y valores de las personas. Existe una amplia gama de estrategias lingüísticas que se pueden aprender y aplicar para motivar y gestar conductas benéficas en las niñas y niños. Su empleo puede también enfocarse en favorecer las relaciones entre los propios docentes y entre escuelafamilia. Si pretendemos dominar todas las técnicas al tiempo, además de desmesurado, resultará infructuoso, de ahí que la mejor opción sea iniciarnos en la práctica de las que nos resulten más próximas y atractivas. A continuación presento algunas de ellas:  Enfoque en el canal perceptual dominante Empleamos formas diferentes de percibir y procesar la realidad, por lo tanto, las personas difieren en la toma de decisiones ante un mismo acto. Existen tres canales principales o modalidades de percepción que son el visual, el auditivo y el sensitivo o kinestésico. Por lo general, cada persona tiene tendencia a tener más marcado alguno de ellos-lo cual no es mejor ni peor-; significa, que su comunicación preferente con el mundo está de acuerdo a las características de su canal de percepción predominante. A grandes rasgos, exponemos características, según la modalidad dominante: Auditivos Aprenden “de oído”, favorecidos por la memoria auditiva; todo lo que oyen lo memorizan y registran. Piensan mediante sonidos. Cuando están estresados pueden bloquearse y no enterarse de nada. Una forma de ayudar a las personas con dominancia auditiva consiste en repetirles las cosas en voz alta o aprender cantando y recitando. El sonido y el ritmo son importantes en el aprendizaje de palabras e idiomas. Necesitan hablar mucho para integrar la información. Al tener dominio auditivo se escuchan a sí mismas mientras narran los hechos, buscan en su mente al tiempo que hablan y lo van ordenando. Van contando secuencialmente aquello que han escuchado o las palabras que lo conforman. Son estrictos y meticulosos en el orden al hablar, sin alterarlo ni alardearse. Si se les interrumpe, vuelven a la frase última, y desde ella prosiguen. Visuales Su fuerte es la memoria visual. Aprenden a través de imágenes, necesitan ver las palabras de forma figurativa, ya sea el símbolo y/o el significado. Todo lo que no se representa en imágene,s les cuesta más codificarlo. Cuando están sometidos a estrés se bloquean y no 16

ven bien, con lo que tendrán más problemas para escribir. Las personas con predominancia visual perciben el mundo, mediante imágenes y comparten sus experiencias, como si de una película se tratara. Van hablando según surgen los fotogramas en su memoria, Resuelven su impacto a través de las imágenes que suelen llegar de forma desordenada. Cinestésicos Aprenden fijándose en movimientos y gestos. Estas niñas y niños necesitan manipular cuando aprenden, deben de tener algo entre las manos, o levantarse y gesticular: mueven la silla, las manos, los pies…Su necesidad es la de sentir y tocar con el cuerpo, apoyándose en el movimiento. Se dejan llevar por las sensaciones y emociones que provocan sus vivencias (en ocasiones llegan a provocar una distorsión de los hechos). La emocionalidad puede llegar a desbordarles y utilizan el movimiento para comunicar su emoción y relajarse. El excesivo movimiento corporal, sobre todo de las manos, es muy habitual.

Todos disponemos de los tres modos de percibir, pero solemos priorizar uno sobre los otros dos. Como educadores, deberíamos hacer una mezcla de recursos para contemplarlos todos, y de esta manera afianzar aprendizajes y facilitar la comunicación de las niñas y niños. Después, una vez reconocidos, se pueden personalizar y adecuar al modo preferido de cada persona.  Comunicación no violenta Con ella se pretende mejorar la relación entre dos personas, de modo que si existe un conflicto, se resuelva de forma satisfactoria para ambas partes. Este modelo propone que a la hora de expresarse, que se prescinda del empleo de observaciones evaluativas y se utilice únicamente un lenguaje conductual o sensorial. Viviéndolo desde el instante presente, este planteamiento genera el flujo necesario para resolver las diferencias, sin dejar como resultado emociones negativas o resentimientos, que acarrearía el enfoque en el pasado. Desde edades tempranas, por lo general, se nos ha enseñado a catalogar a la gente y a los acontecimientos de una manera crítica y combativa, hasta el punto de dar juicios evaluativos y morales de las actuaciones de otros. El método de comunicación no violenta ayuda a las niñas y niños a hacerse conscientes de que muchas veces se utilizan “etiquetas” que pueden suponer una barrera en la comunicación. Supone, observar los juicios y prejuicios instalados en la mente, haciéndose conscientes de que la propia subjetividad distorsiona la experiencia. Es esencial afianzarse en la suspensión de juicios, pues en muchas ocasiones son meros espejismos proyectados por la mente. 17

 Mensajes negativos Cuando los adultos vayamos a hacer una corrección con un mensaje negativo, debe utilizarse el tiempo verbal en pasado, para disociar el comportamiento negativo del pasado, con el momento presente: “Lo que hiciste fue un acto de irresponsabilidad” (deja claro que fue en el pasado y no necesariamente ha de continuar ni en el presente ni en el futuro). Es importante separar siempre la conducta negativa de la identidad de las niñas y niños. Si le dijéramos “eres un irresponsable”, estaríamos refiriéndonos a la identidad, no a la conducta, y su inconsciente programaría la irresponsabilidad como propia. Separar la conducta del pasado, de la identidad en tiempo presente y futuro, le programa para corregir su conducta. El educador también se va a beneficiar al manejar adecuadamente el tiempo pasado, pues baja en la emoción negativa que pueda sentir, en relación con la conducta no deseada del educando. Puede completarse esta estrategia educativa de una manera propositiva y con resultados positivos hacia futuro: ”Lo que hiciste fue un acto de irresponsabilidad. Afortunadamente cada día te estás comportando de forma más responsable.”

 Inducciones para dar mensajes Una forma de persuasión son las presuposiciones, es decir, ideas que se dan por hecho y van directas al inconsciente, el oyente no se cuestiona el mensaje que se le quiere dar. Ejemplos: “¿Te has dado cuenta de cuánto te quiero?” (lo da por hecho) “Vas a ordenar tu cuarto antes o después de comer? ( presupone que la acción se tiene que realizar, sólo da la opción del tiempo)

Otra modalidad de inducción son los predicados de conciencia, palabras que se pueden utilizar antes de una oración para presuponer la idea siguiente: Sabías que, Te das cuenta de, Ya notaste…presuponen que algo es real “¿Sabías que tu maestra dice que eres muy inteligente?”

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 Inducciones para transmitir una orden Se pueden expresar órdenes encubiertas, que son palabras o frases que se utilizan para que la orden sea más suave y la persona no se dé cuenta conscientemente de que se le está ordenando “Podrías hacer ahora tus deberes, para que después descanses sin preocupaciones” Y el entrecomillado, que utiliza historias, cuentos anécdotas…para dar una orden determinada a una persona. Cuando se está contando la historia o anécdota, en el momento que se quiere resaltar la orden, se señala a la niña o niño con los ojos o las manos. “Entonces el rey león le dijo a su hijo: ¡tú eres muy inteligente y fuerte! (mirando en ese momento fijamente al hijo).

 Aikido verbal o empañamiento Esta técnica es semejante al método de autodefensa japonés llamado aikido, cuyo principio fundamental es no oponerse al ataque del adversario, sino aprovechar su energía, sumarle la propia, y a continuación re-dirigirla lejos. Haciendo la analogía lingüística, si lo aplicamos a la gestión de un conflicto, se realizará suavizando o apaciguando el ataque verbal a través del acuerdo, total o parcial, de lo que el interlocutor dice, y añadiendo las propias instrucciones re-direccionadas. Esta técnica es especialmente adecuada con las niñas y niños pequeños, porque aceptar el ataque sin juzgarlo, es una manera de respetarlo: “No me gusta este sitio” - “Si, probablemente tengas razón, no te gusta cambiarte de sitio pero…” Una variante es usar oraciones condicionales después del apaciguamiento inicial: “No me gusta este sitio” -“Es cierto, pero cuando hayas…, entonces podrás…”  Lenguaje motivador Se trata de comprender los valores y motivaciones de la persona con la que se interactúa. El empleo de esta técnica ayuda a tener una disposición negociadora. Su modo de intervención es el siguiente: 1. Se recomienda tener una tonalidad adecuada, es decir, coincidente con la de las niñas y niños (o la otra persona con la que se interactúa) 2. Recurrir a los predicados favoritos del oyente (teniendo en cuenta el canal perceptual dominante- visuales, auditivos, cinestésicos y olfativo-gustativos-) 19

3. Utilizar palabras de posibilidad en lugar de palabras de necesidad: “Si puedes estar sentado y a la vez en silencio…” 4. Continuar con una descripción del objetivo deseado: “…hasta que hagas la tarea que tienes delante” 5. Dirigirse a la ansiedad principal: “Entonces serás uno de los primeros…” 6. Contener una mezcla de elementos de evitación/consecución (en ese orden): “Y en vez de quedarte solo, podrás ir al parque con los demás…” Cuando sus respuestas sean negativas, siempre hay que transformarlas en positivas (A la pregunta para que indague sobre lo que quiere conseguir, puede contestar con lo que no quiere; y tenemos que estar pendientes para continuar: “Y si no hicieras x, ¡qué harías?” Ante la respuesta “No lo sé”, hay que seguir indagando: “Sé que no lo sabes, pero si lo supieras, ¿qué sería?”  Reformulación La reformulación es el proceso de adscribir un significado diferente a un determinado acontecimiento. Se pretende cambiar el punto de vista, argumentando lo mismo, pero con otras palabras: requiere un ejercicio de escucha y de entender bien lo que quiere decir la persona que lo expresa. En ocasiones los defectos, vistos desde el otro lado pueden convertirse en virtudes. (testarudo/persistente). Cuando se trata de gestionar la conducta de una niña o niño, es importante el modo de calificar el comportamiento y ayudarle a que exprese de otra forma la situación. La reformulación ayudará a distinguir entre el comportamiento observado y la intención no explicitada que hay detrás. Cuando se usa bien, es una forma de decirle a la persona que hemos captado la ansiedad que se esconde tras sus palabras, que entendemos su motivación y de esta forma le damos un matiz apaciguador: “Me está siempre insultando” puede reformularse diciendo “No te gusta el modo en que te habla” (en la técnica de la escucha activa sería el apartado correspondiente al parafraseado, pero buscando una forma diferente de expresarlo)  Lenguaje de la elección Plantear cuestiones que den la posibilidad de elegir a los menores es una manera efectiva de desarrollar su responsabilidad y mejorar su comportamiento. Según William Glasser, todos nuestros comportamientos provienen de elecciones que tomamos, bien de forma consciente o inconsciente, realizando la mejor opción de conducta en cada momento. 20

Las niñas y niños tienden a repetir las conductas que tuvieron exitosas, aunque socialmente sean disfuncionales. Hay que trabajar el hábito de contemplar la conducta como una elección activa que ellos toman. Ejemplo: “Carmen, ¿dónde piensas guardar los caramelos, en tu bolsillo o en el cajón de la mesa?” Es una pregunta más efectiva a la hora de que deje de comer caramelos, que una orden directa de que los guarde (en el caso de que no lo haga, plantearía un acto de indisciplina) o de una confiscación (que generaría un efecto emocional negativo). William Glasser en su teoría de la elección defiende que las personas pueden elegir sus emociones y actos con el fin de vivir una vida más sana y productiva. Defiende que todo lo que se hace, piensa y siente procede del interior de la persona y no de una reacción ante personas y elementos externos.

CUENTO:

UNA JUGARRETA DEL XUMICIO En la mitología asturiana se habla del Xumicio, un personaje mitad mago, mitad duende, de presencia invisible, amante de vivir en la misma morada de los humanos. Su principal entretenimiento consiste en quitar las cosas para esconderlas y cambiarlas de lugar. Cuentan que en cierta ocasión decidió instalarse en casa de una familia donde había niñas y niños pequeños. El hombre y la mujer de aquel hogar, deseaban educar de la forma más correcta a sus hijos: ayudaban, supervisaban y corregían aquellas conductas que consideraban poco beneficiosas. El Xumicio mientras estuvo allí, decidió entretenerse, igualándose a la velocidad del sonido, para esconder palabras “al vuelo”. Con esta maña, se propuso apoderarse de la palabra “no”, cada vez que el padre o la madre la usaran en sus advertencias: -¡No corras! -No te levantes de la mesa -No molestes al perro 21

Atrapaba las negaciones y las hacía desaparecer de forma tan sutil, que, el mensaje se transformaba, entendiéndose totalmente invertido: -¡…corras! -…te levantes de la mesa -…molestes al perro La pareja no entendía el porqué de la desobediencia habitual de sus pequeñas y pequeños. Ya no sabían qué hacer para conseguir que les entendieran. Una mañana, mientras la madre caminaba por el exterior de la casa, descubrió una gran piedra tapando un agujero. Su curiosidad le animó a levantarla y escaparon voces entremezcladas de hombre y mujer, similares a las suyas. Sólo decían: -¡NO!, NO, ¿NO? NOOO… Al llegar a casa y comentarlo, nadie se explicaba el significado de aquello. Desde entonces, llenos de temor y presintiendo algún sortilegio, se cuidaron de utilizar en los comentarios la negación escondida en el agujero. Pensaban todas las expresiones antes de pronunciarlas; evitaron mencionar la palabra encontrada y sus manifestaciones sólo afirmaban: -Vete despacio -¡Quédate sentado en la mesa! -Deja tranquilo al perro Incluso parecía que ahora sus hijos les entendían mejor y… ¡obedecían! Sólo el duende se sintió frustrado, pues a él, que le resultaba tan divertido esconder las negaciones, desde aquel día, por más atención que prestó, no las escuchó. Presa del aburrimiento, decidió abandonar la casa.

Ten cuidado con tus expresiones, el Xumicio anda buscando nueva morada, y su invisibilidad, alerta poco de su presencia. Procura medir las palabras. Si presientes que no llegan al destinatario, puede ocurrir que “Quitotelu´l Sumicio”.

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PRÁCTICAS EDUCATIVAS

 Busca las coincidencias existentes entre los elementos de la Atención Plena y las Habilidades Comunicativas expuestas (Confianza, Aceptación, Paciencia; Ausencia de Juicios, Mirada de Principiante//Empatía, Asertividad, Escucha Activa, Enseñar a Pensar).

 Qué aspectos del pensamiento positivo consideras que pueden ayudar a beneficiar las relaciones personales dentro de un grupo.

 El cuento La jugarreta del Sumicio refleja el funcionamiento del inconsciente al centrarse en la idea clave, e ignorar la negación. ¿Qué conseguiremos si empleamos un lenguaje afirmativo positivo?

PRÁCTICAS VIVENCIALES

 Elige alguna habilidad comunicativa para trabajar en ella durante una jornada. Comenta la experiencia.

 De todas las estrategias lingüísticas expuestas, ¿cuál es la que iniciarías ya en la relación con tus hijos o educandos? Practica durante una semana. Expresa tus logros y/o dificultades.

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BIBLIOGRAFÍA Cury, A, Padres brillantes, maestros fascinantes, Zenith/Planeta, Barcelona, 2007. Delgado Orea, J. Las frases que harán grandes a tus hijos. Gramática del inconsciente. Editado por el autor Méjico, 2011 Emoto, M , Mensajes del agua, La Liebre de Marzo, Barcelona, 2003 Ibarrola, B., Crecer con emoción. El desarrollo de la competencia emocional en Educación Infantil, Ediciones S. M., Madrid, 2009 Ibarrola, B., Cuentos para sentir. Educar los sentimientos, SM, Madrid, 2003 Ibarrola, B., y otros, Sentir y pensar, SM, Madrid, 2003 Mahony, T., El poder de las palabras. El uso de la PNL para mejorar la comunicación, el aprendizaje y la conducta, Desclèe De Brovwer, Bilbao, 2009. Muñoz-Repiso Izaguirre, M., Educar en positivo para un mundo en cambio, PPC, Madrid, 2000 Paymel, N., Pedagogía 3000, Editorial Brujas, Córdoba (Argentina), 2008 Robbins, A. Poder sin límites, Debolsillo, Barcelona, 2010 Rojas Marcos, L., La fuerza del optimismo, RBA Coleccionables, S.A., Navarra, 2007 Vallés Arándiga A., La inteligencia emocional de los padres y los hijos , Ed. Pirámide, Madrid, 2008

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