Numero 237 I SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2010
Revista del Telefono de l a Esperanza
avivir www.telefonodelaesperanza.org
DIA DE LA ESCUCHA A NUESTROS ABUELOS El 70% de los abuelos cuida habitualmente de sus nietos, lo cual les produce sentimientos muy positivos
Franco Voli: “La persona que se jubila, tenga la edad que tenga, tiene la oportunidad de crear una nueva vida”
Las 4 normas del buen abuelo: 1º Aceptarse. 2º Prepararse. 3º Crecer con sus nietos. 4º Asumir su papel educativo
SUMARIO
SUMARIO Carta del Director // Un suplemento de ternura // 5 A fondo Los abuelos de hoy // 6 Cada vez más jóvenes y activos Por Herminio Otero
Abuelos en casa // 14
El rol del abuelo/a en la familia actual Por José María Jiménez
Un regalo sin fecha de caducidad // 20
Dan sin exigir desde una nueva paternidad más libre Por José Luis Rozalén
Entrevista // 24
Con Franco Voli, Autor de El arte de ser abuelo y especialista en autoestima Por Gloria Díez
Cine // 30
Abuelos de película Por Norberto Alcover
A pie de calle // 36 Así viven los ‘superabuelos’ Por Antonio Saugar
Comunicando // 40
Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria del Teléfono de la Esperanza. En memoria de Carmen García Rodríguez Inauguración del Teléfono de la Esperanza de Lima. ASITES implantará un sistema de gestión de calidad con el asesoramiento de UNAD
Colaboradores: Herminio Otero José Mª Jiménez Redactor jefe y Publicidad: Gloria Díez José Luis Rozalén Fernando Alberca Antonio Saugar Diseño gráfico: Coordinación: José Luis Mendoza Impact 5 Tel.: 917 818 795 Edita: Teléfono de la Esperanza Fotografías ©©: Depósito Legal: www.sxc.hu M-28.500-1973 Director: Pedro Miguel Lamet
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Carta Carta del del Director
UN SUPLEMENTO DE TERNURA
Está visto que los viejos no están de moda. Lo que hoy interesa es la gente joven. Es la que impera en la publicidad, los modelos de vida y consumo, el ideal impuesto a nuestra sociedad. A ello se añade la costumbre de la jubilación anticipada, el desprecio fomentado por ciertos sectores que adoran la salud, la belleza física y el culto al cuerpo como ídolos irrenunciables, y en general la marginación a los que son sometidos por una población activa que los confisca en asilos y residencias. Eso no fue siempre así. El papel, por ejemplo, de los seniores (senadores) en las culturas antiguas era bien preponderante. Basta releer De senectute de Cicerón para comprobar el aprecio por la aportación de madurez, buen criterio y consejo que se atribuía a la edad provecta Una de las facetas de este último tramo de la vida humana, quizás la más entrañable, es la de ser abuelos. Un papel fundamental en la vida de la familia que se ha ido complicando con las dificultades de la vida actual, porque, o no están al ser recluidos en residencia, o si están, no dan abasto con sus nietos, ya que los padres paran poco en casa. No obstante parece que algo se mueve en favor de los abuelos. En Ribaroja (Valencia) se ha erigido un monumento en su honor, obra de la artista alicantina Amparo Alonso Sanz, que representa una pareja de abuelos dando de beber a su nieto con un botijo. Tiene unas dimensiones similares a la figura humana con el objetivo de dotarlo de proximidad y ha sido realizado en acero corten, un material recubierto de una capa de óxido superficial que lo protege de las inclemencias climáticas. Al mismo tiempo se ha ido institucionalizado en todo el mundo “El Día de los Abuelos”, en España implantado por Mensajeros de la Paz, como ya existe hace tiempo el Día del Padre y el Día de la Madre. Esperemos que no para aumentar el consumo y en loor y gloria de los grandes almacenes. El Teléfono de la Esperanza, entidad editora de nuestra revista, ha querido también dedicar su Día de la Escucha a acerar oído fino a los ancianos en su dimensión de abuelos. Tal es el sentido de este número de AVIVIR, escucharlos y analizar su función en el mundo de hoy. ¿Qué se puede decir de los abuelos? ¡Tanto y a la vez tan poco! Porque los abuelos han ocupado en nuestras vidas tal papel oculto, sencillo, pero tan eficaz y lleno de recuerdos, que sus rostros, sus dichos, ejemplos y ocurrencias permanecen grabados en nuestra alma de forma indeleble. Por eso, poco puedo añadir a lo que escriben nuestros colaboradores en este número. Si no es un poema, un soneto que dedico al abuelo, quizás porque sólo la poesía con su capacidad de sugerencia abierta puede evocarnos la figura de ese personaje clave para la sociedad y la familia y reivindicar su rol en una sociedad cada vez más fría, solitaria y tecnificada. Pues, ¿qué sería de nuestro futuro si desterramos de la vida cotidiana a los abuelos? A UN ABUELO Al borde de la vida y de la muerte, transparente de piel y de mirada, transmites la abundancia deseada que rebosa tu ser nada más verte. Tan cerca estás del niño y de su suerte que, como a él, a ti te importa nada esa ambición a la que vive atada la multitud que pasa sin quererte. De regreso de un mundo dolorido, cuéntame aquella historia nuevamente, y déjame que apoye en ti mi frente, querido abuelo, en esta noche oscura, pues me siento tan solo y tan perdido como un rapaz en busca de ternura. Pedro Miguel Lamet
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A Fondo
LOS ABUELOS DE HOY CADA VEZ MÁS JÓVENES Y ACTIVOS
Por Herminio Otero
Ser viejo es un accidente del DNI, pero ser abuelo es categoría a la que llegan sólo algunas personas: aquellas que tienen nietos y saben disfrutar de ellos. Los abuelos son para los nietos una fuente inagotable de experiencia en el arte de vivir, de desprendimiento, de compañía y de grandeza espiritual. Y ahora son cada vez más numerosos, más jóvenes y más activos. Y más necesarios. 6
A Fondo
Quizás recordemos a nuestro abuelo o abuela como un personaje cargado de años, que, sentado en la mecedora, pasaba las horas contando historias o haciendo calceta. Las cosas han cambiado. Este modelo de abuelo se ha ido modificando en las últimas décadas, y ahora es más fácil encontrar a abuelos más jóvenes, todavía empleados, y que en muchos casos se encuentran con hijos aún viviendo en casa e incluso cuidando a sus padres ya mayores. De hecho, casi la mitad de los nacidos en los albores del siglo XXI conoce a sus bisabuelos. Cada vez hay más familias que suman cuatro generaciones: padres, hijos, abuelos y bisabuelos.
“Las familias saben que en un abuelo o en una abuela tienen, en una sola persona, a un maestro, a un cocinero, a una modista, a un ecónomo, a un recadero, a un consejero espiritual y hasta a un conciliador familiar. Y todo eso lo tienen de forma incondicional y voluntaria, sin tener en cuenta horarios ni festivos. Siempre con amor y cariño”, explica el Padre Ángel García.
sobre todo en lo que respecta a la crianza y a la educación de los hijos. Sin los abuelos, muchos hogares en España y en todo el mundo, sencillamente, no podrían funcionar.
Pilares de la vida El 26 de julio es la fiesta de san Joaquín y santa Ana, considerados los padres de María y, por lo tanto, los abuelos de Jesús. Ese día se celebra también el Día de los Abuelos. Así lo ha logrado el Padre Ángel García, fundador de las Mensajeros de la Paz y promotor de múltiples iniciativas a favor de los mayores, como la Asociación Edad Dorada, que lleva funcionando desde hace doce años. El mensaje del Padre Ángel con ocasión del Día de los Abuelos de 2010 resumía en pocas palabras la importancia de los abuelos antes y ahora: “Los abuelos han sido importantes siempre. Siempre han sido uno de los pilares básicos de la vida, nuestro vínculo con el pasado, una fuente de sabiduría, un pozo de amor. En las últimas décadas, los abuelos se han convertido en algo fundamental en nuestras vidas,
Muchas familias lo saben: en los abuelos tienen en una sola persona, y entre otras muchas cosas, a un maestro, a un cocinero, a una modista, a un ecónomo, a un recadero, a un consejero espiritual y hasta a un conciliador familiar. Y todo eso lo tienen de forma incondicional y voluntaria, sin tener en cuenta horarios ni festivos. Siempre con amor y cariño.” Efectivamente, según un estudio de 2009, uno de cada cuatro abuelos españoles cuida de sus nietos. Parece mucho, pero no llegamos a la media europea, donde uno de cada tres abuelos realiza esta misma labor. Les ganamos, eso sí, en dedicación: los abuelos españoles dedican a estas tareas siete horas al día, mientras que los europeos invierten sólo cinco horas. Una dedicación que no siempre es del todo voluntaria, pues viene forzada por la escasez de alternativas para la custodia de niños y por el sentimiento de responsabilidad de los abuelos hacia sus hijos y nietos. 7
A Fondo
Abuelos para todo El caso es que en la sociedad española de los últimos años, las parejas con hijos, en las que trabajan el padre y la madre, acuden con frecuencia a los abuelos, sobre todo en las grandes ciudades, para hacer posible la marcha diaria de su hogar. Los abuelos, además de cuidar de los niños ayudan en otros de aspectos de la vida familiar: tareas domésticas, gestiones, recados, costura, pequeñas reparaciones, compras… Con ocasión del Día de los Abuelos se realizó en 2007 una encuesta telefónica a 1.000 abuelos o abuelas de toda España sobre las relaciones intergeneracionales y el cuidado de los nietos. Con ella se quería resaltar el papel básico de los abuelos en la organización de las familias españolas y conocer el tipo de labores que desempeñan en el día a día de la vida de sus hijos y nietos, su grado de dedicación y, como conclusión, los efectos y sentimientos que estas tareas les suponen a los abuelos.
res y estilos de vida, entre nietos y abuelos en España. El 44,64 por ciento de abuelos encuestados (1.000 en total, de toda España, con llamdas telefónicas), aseguró que la familia es el principal factor de felicidad en sus vidas, por encima de la salud, los amigos, o el dinero. A pesar de la diferencia de edad (unos 50 años) entre los abuelos y nietos no se percibe una marcada brecha generacional respecto al concepto que tienen de la vida y de los valores fundamentales.
Los abuelos españoles dedican siete horas diarias al cuidado de sus nietos, mientras que los europeos invierten sólo cinco horas
Las conclusiones son claras: Aprender a ser abuelos - La familia es el principal foco de interés y preocupación de los abuelos españoles (67’30%), por encima incluso de su propia salud (16 %), seguridad económica (10 %) o situación del país (5 %). - El cuidado de los nietos, realizado principalmente por abuelas (82’80%), aunque con una participación de los abuelos bastante importante, se centra principalmente en tareas relacionadas con el apoyo escolar. - Casi la mitad de los abuelos (48’20 %) realiza esta ayuda diaria o semanalmente. - El sentimiento que produce en los abuelos cuidar de sus nietos es positivo en más de un 90%. Y el beneficio es mutuo: ayuda a fortalecer el vínculo familiar y les hace sentir muy útiles. - El Día de los Abuelos de 2010 se presentó el Estudio intergeneracional sobre coincidencias y divergencias en intereses, valo-
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En 2005 se fundó la Asociación de Abuelas y Abuelos de España a partir de un grupo de abuelos que reunían numerosos nietos. Estaban convencidos de que era necesario ayudar a otros abuelos a mejorar la imagen convencional “del abuelo de tercera edad” para crear otra de “abuelos activos, cercanos, disponibles y optimistas”. En esa asociación tienen cabida todos los abuelos, desde los jóvenes de 42 años a los veteranos. Porque eso de los abuelos no es cuestión de edad, sino de todas las abuelas y los abuelos que quieren aprender a ser mejores personas y “ponerse al día” para que no les quede lejos ni un ordenador ni una play station con la que juegan sus nietos. De hecho, la asociación se dedica a facilitar la formación necesaria que permita que sus conocimientos y experiencia se pongan al día y puedan así ejercer su acción benefactora en sus nietos y, como consecuencia, en el resto de la familia y en la sociedad, y para que su integración en la familia sea real.
A Fondo
Ellos mismos piensan que los abuelos son hoy personas imprescindibles en la familia. Han dejado de ser los padres de los padres, aquellos que nunca regañaban y que siempre concedían los caprichos a los nietos, para participar de una forma muy activa en la vida familiar. Tienen más tiempo que nunca y más disponibilidad para ayudar a sus hijos y colaborar con ellos en la educación y en la transmisión de valores a los nietos.
la propia identidad y en la definición de uno mismo, para una etapa que en muchos casos va a ocupar por lo menos un cuarto de la vida.
La asociación pretende ayudar a los abuelos y abuelas a que no se queden obsoletos ni desfasados, a que se pongan al día y puedan adaptar sus conocimientos y experiencias al mundo actual, de modo que no se sientan fuera de lugar.
- Aceptarse a sí mismos: reconocerse como abuelos con unas funciones concretas y nuevas responsabilidades, para las cuales normalmente no están preparados.
Ellos mismos reivindican también la tarea de ser transmisores de los valores tradicionales, que los concretan de esta forma: “La alegría y el sentido del humor, la reciedumbre, la lealtad en el trato con amigos y compañeros, la honradez, el respeto a las personas y a la naturaleza, la generosidad, la laboriosidad, y tantos otros valores, son importantes hoy, ayer y siempre.” Pero convertirse en abuelo o abuela conlleva un proceso de adaptación, que incluye un cambio en
Los abuelos recién estrenados necesitan aprender a reforzar la acción educativa de los padres. Y los abuelos jóvenes que quieran desarrollar una labor educativa positiva con sus nietos seguirán estos pasos:
- Prepararse y entrenarse: más allá de presumir de nietos, deben empezar desde el primer momento a prepararse, conocer sus capacidades y responsabilidades. - Crecer junto con los nietos: el desarrollo como abuelo va a ir a la par del crecimiento del primer nieto. - Asumir su responsabilidad educativa –padres, nietos–, que nunca termina y que ejercerán con su estilo de vida.
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A Fondo
Los abuelos: de viejos a mayores Hace poco más de medio siglo, a la gente que llegaba a los sesenta se les consideraba viejos: así parecían y así se les llamaba. Casi todos eran ya abuelos y parecían… viejísimos. Pero la media de edad fue creciendo y ahora la esperanza de vida en España es de 84 años de media para las mujeres y de 78 años para los varones. Y parece que va a aumentar. Ahora, la gente mayor está cada vez en mejor forma y muchas personas están comenzando a ver sus setenta años como años dorados. Los abuelos actuales son, en la mayoría de los casos, personas dinámicas, laboralmente activas, con inquietudes culturales y sociales, independientes económicamente y preocupadas por su salud y su bienestar. Con todo, en algunos cruces de las calles más concurridas de Nueva York, los peatones disponen de unos segundos más para cruzarlas: algunos semáforos han sido adaptados recientemente para que los ciudadanos de mayor edad, cada
vez más numerosos, puedan cruzarlos con mayor facilidad. Y lo mismo ha sucedido en algunos puntos de León y en otros lugares. Porque el mundo industrializado ha comenzado a aceptar que su población está envejeciendo con rapidez. También en España, donde en las próximas cuatro décadas se calcula que la población de octogenarios, nonagenarios y centenarios se triplicará pasando de dos millones a seis y formará el 10% de todos los residentes en España. Hasta hace bien poco, la única salida de quienes enviudaban, era dejar su hogar y vivir con los hijos u otro pariente cercano. Ahora, los abuelos que llegan a los 80 años con altos niveles de autonomía tienden a quedarse en casa el mayor tiempo posible. Allí les acecha el peligro de aislamiento, acentuado por su creciente vulnerabilidad física y la desaparición progresiva de los amigos y buena parte de la familia, que formaban su red de apoyo. Para fomentar un envejecimiento activo y sustentado en las relaciones sociales, los expertos se decantan por repensar el diseño de las ciuda-
MI ABUELO, MI ABUELA... Mi abuelo fue esencialmente... bueno. Recuerdo sus manos enormes, agrandadas de trabajos y abrazos, cogiendo mi pequeña mano y sonriendo. Esa mano que igual me sacaba una motita de un ojo que creaba de una ramita, una flauta. Yo podía soplar y soplar, que él siempre aplaudía mi música-ruido. Con los años fue perdiendo oído, pero sabía escuchar como nadie. Y mirar. Con unos ojos cubiertos de neblina, de la humedad de los campos que él había trabajado toda su vida. Cuando murió, lo último que besé fueron sus enormes manos, grandes como él y no tanto como su corazón. No puedo seguir, no dejo de llorar. Soy así. [Y continuó más tarde…]
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Ése era mi abuelo paterno. Ahora se trata de mi abuela materna. Madre de 4 hijos. Soltera. Padres distintos. Imagínatelo en aquellos tiempos. Y me quedo con la boca de mi abuela. Siempre sonriendo, a pesar de su vida llena de dificultades. De sus labios brotaban las historias más bellas y mejor contadas, en noches de fuego y penumbra, y que me hacían reír, soñar, estremecer, vibrar... “Cuéntame otro cuento, abuela”. Y ella lo hacía. Mil y una noches, con el cuerpo cansado de trabajar. Y con su sonrisa, siempre su sonrisa, que todo lo iluminaba. Los abuelos, ternura, seguridad, paciencia, consentidores y cómplices. Amor especial... Y que nos necesitan a su vez.
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des y de los servicios mejorando la seguridad y la accesibilidad del entorno: casas con ascensor, escaleras bien iluminadas en los edificios donde viven, mobiliario urbano adecuado y transporte accesible, semáforos ajustados al tiempo de paso o letra adecuada en la configuración de los cajeros automáticos. Además de un entorno adaptado, desde los organismos oficiales se proponen revisar los servicios sociales y potenciar un entorno más seguro que promocione la prevención del maltrato, hurtos y robos, así como estafas y el uso fraudulento de sus propiedades.
El sentimiento que produce en los abuelos cuidar de sus nietos es positivo en más de un 90%; y el beneficio es mutuo: ayuda a fortalecer el vínculo familiar y les hace sentir muy útiles
Hoy vemos demasiados abuelos solos, que estorban, a los que se les repite que no tienen ni idea, tiranizados por nietos caprichosos, estresados porque tienen que ser de nuevo papás, asumiendo responsabilidades que no les corresponden. No se quejan. Quizás sonríen menos. Sus años no se valoran, y sus limitaciones son un fastidio. Lástima. Me quedo con las manos de mi abuelo que tantas veces medí con las mías, uniendo así nuestras almas. Y con la sonrisa de mi abuela reflejada en mis ojos abiertos de par en par. Marimar Luna Regueira Maestra, 44 años
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Ser mayor en España Investigaciones y estudios recientes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) nos aportan los siguientes datos respecto a las personas mayores en España: Los mayores de 65 años en España según las últimas encuestas de la EPA son 7.782.904 personas, lo que representa el 16,7% del total de la población española. Las mujeres mayores representan un 57,5% (cuatro millones y medio) y los hombres un 42,5%. Para muchos de ellos “ser mayor” no depende de la edad y para otros muchos es cuando superan los 70 años de edad. El número de mayores de 80 años de edad, el llamado envejecimiento del envejecimiento, sigue aumentando con ritmos superiores al resto de grupos de edad y ya representan el 28% de las personas mayores.
En las próximas cuatro décadas se calcula que, en España, la población de octogenarios, nonagenarios y centenarios se triplicará pasando de dos millones a seis y formará el 10% de todos los residentes en España Las actividades de ocio y tiempo libre que realizan las personas mayores son: ver la televisión (87%), escuchar la radio (63%), salir a pasear (45%) y hacer deporte (18%). Respecto de la salud, el 45% de los mayores de 65 años considera que su estado de la salud física y mental es óptimo. Por sexos, un 55% de los hombres piensa que tienen mejor salud que las mujeres, mientras que sólo el 37% de las mujeres piensa que ellas gozan de mejor salud.
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El 87,3 de las personas mayores prefiere vivir en su domicilio. De hecho, el 83% de ellas habita en una casa o piso de su propiedad. A medida que avanza la edad, las personas mayores vuelven a convivir con sus hijos, especialmente con sus hijas. En 1993, el 66% de los mayores de 65 años españoles no tenía calefacción en sus viviendas. En la actualidad, la situación se ha invertido y ya dispone de ella el 64%. La puesta en marcha y el desarrollo de la Ley de la Dependencia, con una inversión de más de 5.000 millones de euros, ha aportado prestaciones y servicios a 420.000 personas mayores de 65 años, de las cuales más de 300.000 superan los 80 años. Todo esto se refiere a las personas mayores, a las que ya no llamamos viejos. Pero ser abuelo es otra categoría, que comienza cuando una persona ve en sus brazos a quien se supone que va a continuar su estirpe, y se confirma cuando el nieto o nieta grita con entusiasmo: “¡Abuelo, mira! “ o “¡Abuela, ven!”. Y ellos, felices, responden: “Aquí estoy y aquí quiero estar”.
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ABUELOS EN CASA EL ROL DEL ABUELO/A EN LA FAMILIA ACTUAL
Se les ve felices empujando por el parque la silla en la que su nieto duerme plácidamente o parlotea, encantado de la vida, con la confianza de saberse en manos seguras; se les encuentra por los alrededores de columpios y toboganes donde los niños hacen sus primeros ensayos de socialización y comparten con sus iguales la alegría del juego y la aventura de las pequeñas travesuras; están, solícitos, en las puertas de los colegios esperando la aparición de esos pequeños personajes que con una sola palabra, “¡abuelo!”, los dejan rendidos, absolutamente entregados… Sabemos que los llevan y los traen de las guarderías, que los sientan a comer en su mesa, que les preparan la merienda, que juegan con ellos, que les enseñan a andar en bicicleta, que no escatiman atenciones y desvelos hacia unas criaturas cuyos padres superocupados intentan suplir, gracias a ellos, ausencias excesivamente prolongadas…
Por José María Jiménez 14
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Hablan las encuestas Es el perfil de los nuevos abuelos. Según revela una encuesta patrocinada por el Imserso este mismo año 2010, el 70% cuida habitualmente de sus nietos. Se trata de un dato llamativo que pone de relieve el importante papel que desempeña ese colectivo de personas mayores en los nuevos contextos familiares y confirma los resultados hechos públicos por otros respetables estudios realizados con anterioridad. Así, en el 2007, sobre una muestra de 1.000 entrevistas, publicada con motivo del Día de los Abuelos, el 67% de ellos manifestaba que la familia era su principal foco de interés por encima, incluso, de su salud o su situación económica y que al 90% de los encuestados el cuidado de sus nietos les producía sentimientos altamente positivos. Otras investigaciones del 2008 dadas a conocer por la Asociación Edad Dorada - Mensajeros de la Paz, ponían de relieve que los niños entre 6 y 17 años definían como muy satisfactoria, en lo personal y en lo afectivo, la relación que mantenían con sus abuelos. Destacaban los menores entrevistados que recibían de ellos caricias y atenciones, subrayando también que los veían como figuras muy importantes en la trasmisión de valores y principios éticos y como fuente destacada de conocimientos.
En tales circunstancias, la figura del abuelo/a se ha agigantado hasta adquirir una relevancia a todas luces indiscutible. Su papel es fundamental en la experiencia de las nuevas familias. Actúa como soporte y garantiza una presencia gratuita e incondicional, sobre todo en relación al cuidado y atención de los menores. Lo que obliga, no obstante, a mantener algunas cautelas para que esa masiva incorporación de los abuelos en la vida de sus nietos resulte funcional desde el punto de vista educativo. En Queridos abuelos, Paulino Castells comparte sus reflexiones y aporta interesantes sugerencias que pueden ayudar a evitar errores y minimizar los riesgos de conflicto.
Cuando la estructura familiar se resquebraja, los abuelos se convierten en garantes de los lazos intergeneracionales, lo que resulta de extraordinaria importancia para que los niños mantengan su identidad justo en esos momentos de convulsión
La figura de los abuelos Los nuevos contextos en los que se realiza la vida de las familias están, sin duda, marcados por los cambios profundos que se han producido en la sociedad a lo largo de las últimas décadas: el nuevo rol de la mujer como trabajadora fuera de casa, la concepción del matrimonio como una sociedad simétrica de iguales, la fragilidad del vínculo conyugal con el consiguiente incremento de las rupturas, las crisis económicas que de forma cíclica zarandean la estabilidad de las familias…, son factores, todos ellos, que han contribuido a la modificación de las estructuras familiares. También, justo es destacarlo, a la redefinición de roles dentro del hogar de manera que éstos respondan con más eficacia a las necesidades de las nuevas generaciones.
La familia, lo sabemos muy bien, es una estructura sumamente compleja. Esa complejidad se acentúa en nuestros días con la aparición de modelos familiares que, hasta ahora, nos eran desconocidos. Sería, pues, un error pensar que hacemos un análisis correcto si nos limitamos al estudio de las relaciones padreshijos. Obligado es incluir la figura de los abuelos como agentes cuyo protagonismo creciente en la educación de sus nietos hoy nadie discute. Como trasmisores de valores y, sobre todo, como dispensadores de ternura y afecto hacia unos niños cuyos padres, atrapados en jornadas laborales cada vez más exigentes y más estresantes, no pueden dedicarles ni el tiempo ni la atención que precisan y que, por supuesto, merecen.
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Contacto enriquecedor Pero más allá de la encuestas a las que ya he aludido, todos los trabajos consultados coinciden en destacar que un número cada vez mayor de abuelos se está convirtiendo, como “cuidadores” de sus nietos, en elementos esenciales del equilibrio familiar y en piezas clave en el plano social y económico. En efecto, suplen importantes deficiencias en el terreno del cuidado infantil y, al realizar gratuitamente su servicio, permiten a las parejas jóvenes que soportan, frecuentemente, hipotecas abrumadoras, un ahorro sustancial que les ayuda a vivir con mayor desahogo y a eliminar un factor de estrés que podría ser sumamente negativo para la estabilidad de su relación. Sin embargo la aportación de los abuelos no se reduce, con ser importante, a aspectos de pura intendencia o de ahorro económico. El contacto entre nietos y abuelos es tan enriquecedor para los unos como estimulante para los otros. Entre ambos colectivos se produce un intercambio profundo que si a unos les estimula a crecer a los otros les sirve para descubrir un nuevo sentido a sus vidas. Los abuelos aportan a sus nietos cariño, les trasmiten valores, les hacen partícipes de experiencias vitales que les ayudan a madurar, a distinguir, desde la sabiduría que aportan los años vividos, lo importante de lo que no lo es tanto, a saber esperar, a tolerar, a relativizar. Las diferencias generacionales permiten poner distancia, desapasionar las relaciones y disfrutar, en el caso de los abuelos, de una autoridad moral que contribuirá a que sus sugerencias sean tenidas en cuenta o, cuando menos, escuchadas. Por otra parte, los abuelos representan la referencia histórica de las raíces de la propia familia. Trasmiten el testimonio de otras épocas, el sen-
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Una encuesta del Imserso realizada en 2010 revela que, en España, el 70% de los abuelos cuida habitualmente de sus nietos timiento de continuidad generacional y el sentido de pertenencia a un árbol familiar, aspectos todos ellos de gran relevancia para el desarrollo psicológico de los niños. Y, desde luego, cuando la estructura familiar se resquebraja o salta por los aires, se convierten en garantes de los lazos intergeneracionales, incluso, genéticos. Son ellos quienes con más coherencia encarnan los valores esenciales de pertenencia, origen y cohesión de la propia familia. Lo que resulta de extraordinaria importancia para que los niños mantengan su identidad justo en esos momentos convulsos en los que la crisis por la que atraviesan sus progenitores puede dejarlos psicológicamente a la intemperie y llenos de confusión respecto a sus propias raíces. Todo esto y mucho más es lo que aporta la presencia de los abuelos. ¿Reciben algo a cambio? Sin ni ninguna duda. Si les prestamos atención, oiremos cómo nos refieren que el contacto con sus nietos se convierte en una vivencia única que llega a trasformar, en cierta medida, su propia percepción de la vida. Se sienten estimulados por los pequeños, viven la experiencia de saberse útiles, reciben de ellos ternura, confianza…, gozan, en fin, de la incomparable alegría de ver la continuidad de la propia vida en unas criaturas que llaman con tanta inocencia como confianza a las puertas del futuro.
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La importancia de saber estar Pero siendo su cercanía y su incorporación activa al contexto familiar tan altamente positiva, no les exime del deber de extremar el cuidado para no invadir terrenos que no les son propios o asumir responsabilidades que en ningún caso les corresponden. Es el secreto de “saber estar”, de mantener la más exquisita de las delicadezas para no convertirse en un obstáculo que dificulte las relaciones de pareja de sus hijos. Que se sepan “necesarios” para garantizar el equilibrio familiar no puede convertirse en pretexto para asumir roles en relación a la educación de sus nietos que no les conciernen. Su papel, conviene subrayarlo, es un papel vicario, subsidiario. Deberán, pues, acreditar la más exquisita prudencia respecto a los objetivos educativos que los padres hayan propuesto para sus hijos. De ahí la importancia de que queden precisados, desde los primeros momentos, las reglas y los límites que afectan a los niños. Sencillamente porque sería funesto, desde el punto de vista educativo, incu-
rrir en contradicciones graves que pudieran instalar a los menores en el terreno de la inseguridad y la confusión. Un abuelo discreto se cuidará muy mucho de emitir delante de los niños juicios que puedan poner en entredicho los criterios de sus papás. Aunque entiendan que las pautas educativas que éstos utilizan sean, según sus puntos de vista y sus experiencias, inadecuadas. Este tipo de discrepancias podrán, naturalmente, manifestarlas en privado a sus hijos y, desde luego, en la medida en que quedan implicados en la educación de los menores, les asiste el derecho a ser escuchados y respetados. Importa, por el contrario, e importa mucho, que les hablen bien de sus papás, de sus desvelos, de cómo trabajan para que no carezcan de lo necesario, que les trasmitan vivencias y recuerdos de cuando éstos eran pequeños, anécdotas que puedan servirles de estímulo o pequeñas historias que contribuyan a incrementar su confianza y su sentido de pertenencia a un grupo familiar sano y bien estructurado.
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Un abuelo discreto se cuidará muy mucho de emitir delante de los niños juicios que puedan poner en entredicho los criterios de sus papás
Importancia también de saber decir “no” Pero junto a esa habilidad de discernimiento para ubicarse correctamente en el lugar del escenario familiar que les corresponde, quizás deban aprender también a “decir no”, a poner condiciones y a marcar límites. Movidos por su generosidad y por el amor inmenso que suscitan en ellos los hijos de sus hijos, asumen frecuentemente compromisos que enajenan su libertad e hipotecan, hasta extremos nada razonables, su propia vida. Pueden así incurrir en lo que ya empieza a conocerse como “síndrome de los abuelos ausentes”. Abuelos que viven sólo para los demás y que son incapaces de decir “no puedo” o- mucho menos- “no quiero”. Abuelos que renuncian a sus actividades, sus salidas o hasta sus vacaciones para atender a sus nietos sobrepasando sus capacidades físicas o psicológicas y haciendo caso omiso de sus naturales y crecientes limitaciones. Abuelos, en fin, con un temor enfermizo a no ser útiles, mendigos de un cariño al que no creen tener derecho si no se entregan hasta la extenuación y no mantienen su disponibilidad de forma incondicional y absoluta… “Quiero mucho a mis hijos y adoro a mis nietos –me decía una jubilada de 70 años-, pero tengo, a veces, la penosa impresión de que mis hijos no son conscientes de mis límites y, de forma un tanto sutil, me exigen una entrega que va más allá de mis propias capacidades”. No son pocas las personas mayores que tienen vivencias semejantes. Vivencias que resultan extremadamente frustrantes y a las que deberán estar atentas las parejas jóvenes que, para conciliar su vida familiar y laboral, se ven forzadas a recurrir de forma sistemática a la ayuda de sus padres.
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Los abuelos constituyen un recurso inapreciable en el cuidado del niño, pero no se les debe pedir en exceso, porque también ellos tienen derecho a disfrutar de una bien merecida tranquilidad y de un tiempo de ocio que tan justamente se han ganado En esta dirección, en Los errores de papá y mamá, el pediatra G. Aslei y su esposa A. Bevere alertan sobre el riesgo que supone el abuso sistemático de los abuelos. Éstos –nos dicen- constituyen un recurso inapreciable en el cuidado del niño y su colaboración proporciona a los padres oportunidades que, sin ellos, serían sumamente problemáticas. Pero no se les debe pedir en exceso tensando la cuerda más de lo prudente y lo aconsejable. Porque también ellos –subrayan- tienen derecho a disfrutar de una bien merecida tranquilidad y de un tiempo de ocio que tan justamente han ido ganando a lo largo de toda su vida. En definitiva, estamos, como casi siempre, ante una cuestión de buen criterio o, si se quiere, de equilibrio. Esforzarse para lograrlo es un reto que a todos nos concierne. Alcanzar el éxito en este empeño no es cuestión baladí. De ello depende cumplir exitosamente el objetivo de que los niños se sientan atendidos por quienes tan profunda e incondicionalmente los quieren, sin que éstos, a su vez, tengan que experimentar la dolorosa sensación de la extenuación o el fastidioso sentimiento del hastío.
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El arte de ser abuelos Éste es un libro pensado para abuelos que quieren ser más felices en el día a día, en las relaciones consigo mismos, con sus hijos y con sus nietos. Abuelos que quieren participar y disfrutar en la tarea de formación de sus nietos, sin por ello renunciar a las propias ocupaciones y diversiones. Abuelos que pretenden disfrutar del tiempo que pasan con sus nietos sin tener la responsabilidad directa de su educación, aunque son conscientes de que, con el ejemplo y las interacciones con ellos, se marca una diferencia importante en su desarrollo como personas. En fin, abuelos que buscan, con su familia, la forma de crear una buena convivencia en
Franco Voli es presidente honorario de la Institución de Asuntos Culturales de España y miembro del Institute of Cultural Affairs International de Bruselas. Está es-
la que todos colaboren para que cada cual se
pecializado en programas de revisión emocional, for-
sienta bien consigo mismo y con los demás.
mación en la autoestima de los educadores, bienestar de las personas jubiladas y educación alternativa. Durante los últimos veinticinco años, ha impartido numerosos cursos sobre estas cuestiones, en particular a profesores y padres y madres de familia.
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UN REGALO SIN FECHA DE CADUCIDAD DAN SIN EXIGIR DESDE UNA NUEVA PATERNIDAD MÁS LIBRE
Los abuelos y abuelas, por encima de modas pasajeras, son el símbolo de la defensa de aquellos valores y estilos de vida que deben permanecer por encima de toda la farfolla estéril que nos inunda y nos aturde. Mediterráneo en calma. Mañana restallante y azulada de agosto. Playa salpicada de sombrillas multicolores y de bañistas tumbados sobre la ardiente arena. Las olas van y vienen con su rumor de siglos. Mi nieto David, de cuatro años y medio, me acerca su cubito para que le construya el castillo de cada mañana. Natalia, camino de los cuatro años, me da su palita y me pide lo mismo. En cuanto lo hacemos, a pesar de mis recomendaciones y ‘cabreos’, lo destruyen, que es realmente lo que más les gusta. Carlitos, catorce meses de ternura, duerme en su carrito acariciado por la brisa marina. Nachete, en la barriga de mi hija María José, vive ya su octavo mes, y está a punto, si Dios quiere, de llegar a este mundo.
Por José Luis Rozalén Medina 20
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Símbolo de lo que permanece Sin darme cuenta, me he ido convirtiendo en un abuelo veterano y experimentado. Acabo el castillo, me lo destruyen, me siento al borde del mar y pienso sobre la importancia de ser abuelo: ¿cuál debe ser la misión de un buen abuelo o abuela? ¿Qué esperan los nietos de sus abuelos? ¿Hasta dónde llega la influencia que hoy día tienen los abuelos/as en sus nietos, aunque éstos sean ya jóvenes-adolescentes? ¿Qué opinión tienen estos chicos y chicas de sus abuelos? A bote pronto se me ocurre que, en nuestro tiempo, a la cultura del éxito, del poder, del músculo, de “lo apolíneo”, de lo estético por encima de lo ético, de lo rentable y útil más allá de lo verdadero, poco tendrían que decir la figura y la función de los abuelos: ellos representan, por el contrario, el camino de la decadencia física (aunque intenten mantenerse en forma), del cansancio del largo camino ya andado, de cierto “escepticismo sano” que sabe valorar sólo lo importante y sustancial frente a lo que sólo es oropel y apariencia. Y sin embargo, a pesar de los tiempos, a los abuelos se les quiere y se les busca. En su gran mayoría “tienen un gran cartel” entre sus nietos y nietas. Tal vez sea porque el final de toda vida es todavía vida y, seguramente, vida más intensamente vivida. Aunque sea inevitable que la energía física disminuya, no cabe duda de que un abuelo, una abuela, pueden irradiar buen sentido, serenidad, paciencia, experiencia, comprensión, ternura… y que todas esas actitudes las perciban sus nietos con mucha facilidad y les gusta; no cabe duda de que los nietos captan rápidamente que sus abuelos saben mantener, a cambio de nada, la calma en los momentos de más agitación familiar, saben dar un cariño sin límites, saben transmitir, casi siempre, estabilidad emocional, palabra sabias y sosegadas, sonrisas cómplices…
Ellos están ahí siempre En estos tiempos que corren, deshumanizados, agresivos e inciertos, en los que la ley moral natural es muchas veces oscurecida y despreciada por unas leyes positivas fácilmente manipulado-
ras y relativistas, parecería normal que los abuelos, tan pacíficos ellos, tan dóciles, tan “buenas personas”, tan “gente de bien”, fuesen ninguneados, olvidados, ridiculizados, en definitiva, no tenidos en cuenta…
La función educadora de los padres es primordial y no puede ser sustituida por la de los abuelos, ni éstos deben interferir en la dirección que marquen los padres
Parecería normal, también, que en momentos en que “lo fashion”, “lo super-guay”, “lo más”, las fatuas máscaras de los mil colorines, los superfluos carnavales de la superficialidad imponen su ley por doquier; parecería normal, digo, que no se apreciara demasiado la figura de los abuelos; ellos, casi siempre (ya han calibrado a lo largo de su vida lo que merece la pena y lo que no) buscan la esencia de las cosas, lo fundamental e importante de la persona, aquello que la constituye y dignifica, aquellos valores universales que están por encima de las mil zarandajas y falsedades de la vida y por los que realmente merece la pena vivir y luchar. Sin embargo, si exceptuamos un número muy pequeño de (pobre) gente que sí trata de forma despectiva y fría a los abuelos, a los ancianos en general, a aquellos que han empujado durante muchos años la vida hacia adelante (“son mis abuelos y ya está”, dice un joven de 18 años, “sólo tengo un trato superficial con ellos y viven en un mundo que no es el mío: no me aportan nada importante”), casi el 90% de jóvenes afirma rotundamente que “significan mucho para ellos”. Una chica de 17 años nos explica emocionada: “Me alegran la vida porque saben escucharme y aconsejarme; siempre están en los momentos más especiales de mi vida y me gusta ver cómo me quieren a mí y a mis hermanos, y cómo, aunque ya son viejecitos, son felices y se quieren”.
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Porque, efectivamente, “el ser viejo”, el ser abuelo, no es un mal en sí mismo; sólo es negativo “el ser viejo de alma”, esa actitud del espíritu que nos sobreviene cuando abandonamos los ideales, cuando dejamos de soñar, de imaginar, de amar. Seremos tan viejos como sea nuestro temor, nuestra desesperanza, nuestro abandono definitivo… Seremos tan jóvenes (a pesar de haber cumplido muchos años) como lo sean nuestros horizontes siempre renovados, nuestro “volver a empezar” cada día, nuestras ganas de vivir “a pesar de los pesares”, nuestra serena paz interior que hemos de saber transmitir a nuestros nietos, aunque tengamos más arrugas y menos agilidad en nuestras piernas.
Abuelos actuales En otras épocas, cuando las familias eran patriarcales y convivían bajo el mismo techo tres generaciones (abuelos, padres e hijos), los abuelos ejercían un papel decisivo en la formación integral de los miembros de la familia, transmitiendo conocimientos, destrezas y creencias, teniendo un papel relevante en el aprendizaje de las palabras, técnicas y oficios, relatando historias, cuentos y vivencias en torno a la mesa o a la chimenea, alimentando así el alma y la imaginación de los hijos y nietos. Ahora, las cosas han cambiado radicalmente: se han transformado las estructuras familiares, el espacio y la disposición de las casas, las formas y el tiempo de los trabajos, el nivel de estudios y las actividades de los padres y de las madres dentro y fuera del hogar, los medios de aprendizaje e inmersión social, por lo que los abuelos del siglo XXI (tanto si viven con sus hijos, como si viven en sus propias casas) tienen que desarrollar dentro de la familia otras funciones, otras misiones, otros menesteres, también muy importantes y decisivos. No cabe duda de que la función educadora de los padres es primordial y no puede ser sustituida por la de los abuelos, ni éstos deben interferir en la dirección que marquen los padres; son los padres, junto con sus hijos, los verdaderos protagonistas de la educación, por más que los abuelos les echen, siempre que se lo pidan, una mano generosa. Los padres harían bien en no convertir a los abuelos
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en unos “niñeros permanentes” en una especie de “esclavos sonrientes y bonachones”. Los abuelos y abuelas son parte importante de la familia, pero también son personas únicas, independientes, con su propia vida personal, sus intereses, sus gustos, sus actividades de ocio, sus inquietudes de todo tipo que hay que saber respetar y potenciar. Ellos se lo merecen: lo han dado todo durante su vida y ahora necesitan el afecto y la comprensión de toda la familia, especialmente de sus hijos y nietos. A cambio de ese amor, sin exigir nada a cambio, van a seguir donando sus vidas y desvelos hasta el final.
Al estar más distendidos porque ya no les aprietan las exigencias de la vida laboral, los abuelos y las abuelas suelen ser más tranquilos y comprensivos, saben escuchar sin prisas, de manera que suelen contribuir a calmar y superar los pequeños enfrentamientos que pudieran surgir entre los distintos miembros de las familias ¿Cómo actúan los abuelos y abuelas? Al no tener la responsabilidad directa de la educación, al estar más distendidos porque ya no les aprietan las exigencias de la vida laboral ni del escalafón, los abuelos y las abuelas suelen ser más receptivos y pacientes, más tranquilos y comprensivos, y saben escuchar sin prisas: si se les da cariño y se les tiene en cuenta, suelen contribuir a calmar y superar los pequeños enfrentamientos que pudieran surgir entre los distintos miembros de las familia. Los nietos, al entrar en contacto con el mundo de los abuelos, se dan cuenta de que éstos pueden enriquecer sus vidas: oyendo a los abuelos perciben que los sentimientos y valores humanos (el
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amor, la amistad, el trabajo, el dolor, el fracaso, el coraje para seguir adelante, la generosidad…) no pasan nunca de moda y valen para todas las épocas y personas: también para ellos.
responde Pedro, un muchacho de 16 años, “y la relación con ellos es estupenda: los quiero mucho y ellos me quieren a mí; lo que más me gusta de ellos es que, a pesar de estar viejecitos, son felices y quieren hacernos felices a nosotros”.
¿Cómo ven los nietos a sus abuelos?
Cuando se les pregunta si tienen un trato diferente con su abuelo y con su abuela, aquí hay opiniones para todos los gustos: “Mi abuela”, dice una chica, “es encantadora, servicial, amable, comprensiva, pero mi abuelo es un poco cascarrabias, ‘está chapado a la antigua’ y no entiende nada de lo que hago: pero los quiero a los dos mucho, porque son muy buenos y sólo piensan en mi bien”. En cambio, dice otra chica, “mi abuelo es estupendo, gracioso, me aconseja, canta y baila conmigo, y no olisquea en lo que hago o no hago, si salgo o no salgo con un chico o con otro, como hace mi abuela, que es una pesada”.
Cuando les hemos preguntado qué significa para ellos y ellas la relación con sus abuelos/as, qué aportan a su vida, encontramos respuestas como éstas: “Significan mucho para mí; me alegran la vida, cada uno en su estilo; me son muy necesarios porque nunca se cansan de escucharme y aconsejarme”, nos dice Carlos, un chaval de 15 años; por su parte, Raquel, una chica de 17, nos cuenta: “Saben estar en los momentos más difíciles de mi vida: cuando me falten, no sé cómo voy a poder vivir sin ellos”. Muchos de estos jóvenes-adolescentes hacen hincapié en la capacidad de escucha y de cariño de sus abuelos: “Me aportan seguridad, alegría (a pesar de que ellos ya están un poco “fastidiadillos” de salud), ganas de vivir, saber encarar los problemas de cada día, pero sin agobiarnos”. “Me dan sobre todo”, dice Elena, “experiencia, madurez, ejemplo de vida, ganas de llegar a donde ellos han llegado”. “Son como el eslabón que me une a mis padres”,
Cuando les pedimos que nos dijeran lo que les aportan sus abuelos y abuelas, espigamos estas respuestas: “Tienen mucha sabiduría y experiencia de la vida”. “No se enfadan tanto como mis padres cuando hago alguna cosa mal”. “Son como unos ‘padres secundarios’, sin el rigor y la exigencia de los padres, con más comprensión y calma, con más optimismo y tranquilidad”. A la hora de preguntarles si creen que el no haber conocido a los abuelos, o el haberlos perdido pronto, es una carencia importante para ellos, un alto porcentaje considera que sí: “Si te ocurre esta desgracia, te pierdes muchas vivencias, relatos, historias, vidas y costumbres de otras épocas que te enriquecen”. “Si tienes esta carencia, nunca podrás conocer las ricas páginas de experiencia que no están en los libros, sino sólo en la memoria de tus abuelos”. “No cabe duda”, nos confiesa Raúl, “de que los que no han conocido a sus abuelos han perdido mucho, han perdido un rico bagaje de conocimientos, de sentimientos y emociones, fruto de toda una una vida”. Quiero finalizar con el hermoso comentario de Marisa, una chica de 18 años, estudiante de Bachillerato: “Es muy bonito recibir gratuitamente, en tiempos en los que nadie regala nada, el cariño y la atención sin medida, sin fecha de caducidad, de tus abuelos. Ellos sólo tienen un objetivo: ¡que seamos felices!
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FRANCO VOLI
AUTOR DE EL ARTE DE SER ABUELO Y ESPECIALISTA EN AUTOESTIMA
“Un abuelo enseña, no desde la obligación, Por Gloria Díez sino desde el cariño” Fotos: Cristina Bezanilla 24
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Los ojos no envejecen, como mucho se apagan. Los verdes de Franco Voli mantienen una vitalidad serena. Este abogado italiano, afincado en España, decidió un día dejar el mundo de los negocios, ceder a los empleados la fábrica que dirigía y dedicarse a investigar qué tenía que hacer para ser más feliz. Hoy es presidente honorario de la Institución de Asuntos Culturales de España, da cursos, escribe libros y, sobre todo, ha lanzado su particular campaña para demostrar que sentirse bien es un requisito indispensable para ser eficaz en cualquier campo de la vida. Especialista en autoestima, explica que envejecer no es un drama, defiende que el tiempo que se nos concede puede ser vivido con plenitud a cualquier edad y que ser abuelos es un arte que puede llenar de satisfacciones a quien lo domine. ¿Cómo llegó Franco Voli a ese momento en que dijo: “Basta”? Verá, yo trabajé un tiempo en el Partido Liberal Italiano, en la oficina legislativa, luego me pidieron que me ocupase del servicio de prensa de una misión comercial americana que venía a Italia. En Turín entré en contacto con la FIAT y me dejé “tentar” por ellos. Me mandaron a España como directivo comercial. En ese cargo estuve durante siete años. Me encontraba muy bien, tenía muchos amigos, pero entonces me pidieron que me fuera a Costa Rica y dije que no, porque era asmático y el asma es terrible. Les dije, lo siento, pero yo a un país húmedo no voy. Mi siguiente empleo consistió en ayudar a los hombres de negocios italianos a encontrar campos para invertir. Y así entré en contacto con unos empresarios belgas y franceses con quienes monté una empresa, una fábrica de material de construcción. Me ocupé de esta fábrica durante otros siete años. Demasiado tiempo. Pensé que ya estaba bien, había ganado dinero, pero satisfacciones, muy pocas. Así que, con la aprobación de mis socios, decidí dejar la fábrica a los obreros. Y lo hicimos. Al final, quebraron, pero lo intentaron, que está muy bien. Y fue una experiencia para ellos. ¿Y así desembocó en una nueva etapa de su vida? Sí, decidí que ya era hora de hacer algo más divertido. Fui a un curso en Oregon, en Estados
Unidos, a un centro que se llamaba “La Universidad de la Felicidad”. Y luego seguí estudiando, haciendo más cursos hasta que decidí el tema que quería transmitir y lo apliqué en primer lugar a mí mismo. Entonces pensé que para que la gente te crea se necesita escribir un libro. Primero escribí La autoestima del profesor, después vino Autoestima para padres, el último ha sido El arte de ser abuelos (PPC Editorial, Madrid 2009), que es el séptimo. El octavo, que saldrá dentro de poco tiempo, se titula: Enfermera contenta, paciente que mejora. La enfermera puede ayudar muchísimo a las personas para que se sientan cómodas y aceptadas.
“No tenemos que estar esperando a que la felicidad nos venga de fuera; la felicidad viene de dentro”
Una bisabuela estupenda ¿Usted tiene buen recuerdo de sus abuelos? Yo conocí a una bisabuela, una mujer que se murió quince días antes de cumplir los cien años. A mí se me quedó esta señora dentro del corazón porque te hacía sentir muy querido, el amor para ella era incondicional. Como niño, conocerla fue fantástico.
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¿Y el resto de los abuelos? Mis otros abuelos murieron antes de que yo naciera. Mi padre también murió cuando yo tenía tres años, le eché siempre de menos. Tuve una cierta carencia de adultos en mi vida. He trabajado sobre ese punto y está superado, pero ahora veo la importancia de los abuelos, los abuelos pueden educar a los niños desde el ejemplo. ¿Cómo educas a un niño desde el ejemplo?, pues haciendo las cosas lo mejor posible. El título del libro que yo escogí fue: Abuelo contento, abuelo fantástico.
“Todavía no hemos aprendido la importancia de amar. Pensamos que lo que queremos es ser amados, pero no: lo importante es amar. Cuando yo amo a alguien, estoy decidiendo lo que quiero hacer; no espero que los demás me den, doy”
¿Y El arte de ser abuelo de dónde sale? Lo escogió la editorial. Para mí está clarísimo, un abuelo que está satisfecho es la persona que puede ser un ejemplo para sus nietos. No el abuelo gruñón, el abuelo víctima, el abuelo que piensa que todos abusan de él. Generalmente se ve la vejez como un declive, pero usted se empeña en ver jubilados felices y abuelos maravillosos. La felicidad viene de dentro Eso es lo que quería, romper el esquema, porque la persona que se jubila, tenga la edad que tenga, tiene la oportunidad de crear una nueva vida. Ahora que deja el trabajo, puede decidir viajar, hacer voluntariado, reunirse en los centros de mayores, es el dueño de su vida. Aunque no tenga mucho dinero, aunque la pensión no sea suficiente, tiene tiempo a su disposición para llegar a marcar una diferencia, si se motiva y actúa al respecto. La búsqueda de la felicidad es una tarea personal e intransferible. Absolutamente. La forma más fácil es enfocarla desde esta pregunta: ¿Qué puedo hacer hoy para ser más feliz? El objetivo de “ser más feliz” nos permite actuar sobre temas concretos, por ejemplo, en mis relaciones con mis hijos, puedo ser más feliz haciendo “esto” y “esto”. Yo, personalmente, como padre he fallado bastante. Con mis hijos las cosas han ido bien, pero podía haberlo hecho cincuenta veces mejor. Era una asignatura pendiente. Y entonces fue cuando me puse a trabajar desde la perspectiva de cómo podía ser más eficaz, tanto en mi relación con mis hijos ya mayores, como con mi nieto.
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Dice usted que el tiempo no espera a nadie, así que es mejor ser feliz con lo que tenemos hoy. Cierto, no tenemos que estar esperando a que la felicidad nos venga de fuera. La felicidad viene de dentro. Si yo me siento bien conmigo mismo, si soy feliz, interactúo para ser más feliz. En mi opinión es importantísimo que los abuelos aprendan esto. Yo no necesito ser una víctima de mi realidad, puedo ser el creador de mi realidad, de la mejor realidad posible y esto, para los nietos, es un ejemplo increíble. Porque no se trata de dar discursos No, hay que enseñar con el ejemplo. Lo bonito es que el abuelo enseña, no desde la obligación de aprender, sino desde el cariño. Todavía no hemos aprendido la importancia de amar. Pensamos que lo que queremos es ser amados, pero no: lo importante es amar. Cuando yo amo a alguien, estoy decidiendo lo que quiero hacer; no espero que los demás me den, doy.
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“Un abuelo que está satisfecho puede ser ejemplo para sus nietos, pero no el abuelo gruñón, ni tampoco el abuelo que piensa que todos abusan de él” A veces se ha identificado amarnos a nosotros mismos con ser egoístas, y esto ha hecho un daño…
demás… Para los niños, en particular, esta actitud es muy nociva, los niños necesitan reconocimiento, necesitan validación y no sólo los niños, también las personas adultas que no la han tenido.
Enorme. Sí porque se nos ha inculcado una especie de auto-desprecio, quererte a ti mismo es malo. La modestia, la famosa modestia. Para tener autoestima, necesitas reconocerte. Si tú piensas que no vales porque te han enseñado que no tienes que aceptar alabanzas y tampoco alabar a los
En cualquier caso, hablando de los abuelos, es fácil sentirse un poco víctima cuando se llega a una etapa en que uno se siente víctima del tiempo. Sí, pero este tiempo también nosotros lo controlamos parcialmente. Si la persona se siente mal, su sistema inmune baja y entonces deja entrar a 27
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“No podemos ser mejores abuelos si no somos mejores personas” las enfermedades. En cambio, si se siente bien, su sistema inmune es más fuerte. Estamos tan llenos de prejuicios, de perspectivas negativas… ¿De qué me sirve a mí, si me caso con una señora a la que quiero mucho, empezar a criticarla por lo que hace? Es absurdo. La idea es empezar a amarla más y, desde el amor, llegar a un diálogo en el que ambos busquemos la forma de solucionar los problemas. A mí, cuando me dijeron esto hace años, mientras iba subiendo las escaleras de mi casa, me pregunté: ¿Qué puedo hacer? Y cuando me encontré con Ann, mi mujer, le dije: “Ann, te quiero muchísimo, eres una mujer fantástica”. Ella no estaba acostumbrada a ese tipo de comentarios así que me contestó: “¿Qué te pasa? También yo te quiero mucho, pero ¿de dónde salió esto?” Y nos sentamos y hablamos. Hablamos de por qué, en veinte años de matrimonio, yo no le había dicho nunca “te quiero mucho” de esa manera, y ella tampoco me lo había dicho a mí. Vimos qué cosas se podían cambiar, y pudimos cambiarlas. Eso es bonito, ¿no?
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“Olvidamos muy a menudo que el niño es una persona y que hay que tratarlo como tal” En la sociedad española cada vez es más frecuente que los abuelos tengan que sustituir a los hijos en el cuidado de los nietos. Exactamente. He hablado con muchas personas que son víctimas de esta situación, piensan que eso les crea, otra vez, situaciones en las que se les quitan posibilidades. La sugerencia que le doy es: “Hablad con vuestros hijos y mirad cuál puede ser la mejor forma para hacerlo y que vosotros os sintáis bien”. Esto es lo que hay que hacer, no decir: “Oye, yo trabajo, mi mujer trabaja, y tú tienes que ocuparte de los niños”, no. Estamos aquí para disfrutar todos.
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Olvidamos que los niños son personas Cuando un abuelo necesita sanar sus propias heridas, es muy difícil que, si no lo consigue, pueda tener una buena relación con los nietos. ¿O el niño puede ser parte de la cura? El niño puede ayudar, pero el abuelo tiene que estar abierto, porque si el abuelo piensa: “Tú eres un niño y tienes que hacer lo que yo diga”, eso no funciona. El niño es una persona, y esto es lo que estamos olvidando muy a menudo, que los niños son personas, o que los empleados de una empresa son personas. La perspectiva que estamos dando a las relaciones es: “Yo valgo más que tú, sé mucho más que tú, por consiguiente te voy a decir lo que tienes que hacer”. Y no, yo como abuelo puedo preguntarle a mi nieto que le parece que puedo hacer ante una situación. Su libro plantea un aprendizaje para asumir el papel de abuelo, con ejercicios incluidos. Enseñando a ser abuelos, enseña a ser mejores personas. La idea es ésa: no podemos ser mejores abuelos si no somos mejores personas. Si yo me siento bien, soy mucho más eficaz. Si me siento mal, si estoy resentido, si lo que pienso es: “Mis nietos son un desastre, yo no tengo un momento libre”. Esto no sirve. Y para poderlo quitar hay que “dejar partir”, dejar partir estas ideas preconcebidas que tenemos todos, las ideas preconcebidas son
las que nos impiden que veamos las cosas desde otra perspectiva: la de buscar soluciones. Pero lo de “dejar ir” las ideas, tampoco es tan simple. Es dificilísimo, pero se puede hacer. Hay la frase magnífica que dice: “Si pienso que puedo, puedo”. Si pienso que no puedo, entonces seguro que no puedo, porque no voy a hacer nada al respecto. De modo que el mensaje es que nadie sabe el tiempo que tiene, pero el que tenemos, aprovechémoslo. Desde luego y disfrutar a tope, seamos quienes seamos, desde niños a mayores. Yo escribo blogs en un portal que se llama “mayormente.com”. Son blogs de crecimiento personal. El mensaje que doy es el mismo: podemos cambiar nuestra realidad si queremos. Hay mucha gente que acepta lo que digo, pero la reacción a menudo es: “Sí, pero es tan difícil”. Es difícil, vale, pero es posible y, si es posible, ¿qué me hace falta para hacerlo? ¿Qué puedo hacer hoy por hoy para sentirme mejor en mi situación concreta? Si hago lo que tengo que hacer y me doy cuenta de que funciona, eso me da fuerza para volver a hacerlo y entonces es cuando las cosas van cambiando poco a poco. Pero si digo no, no es posible, la vida es la que es, eso no me ayuda, pero sobre todo en el caso de los abuelos, no ayuda a los niños.
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CINE Por Norberto Alcover
ABUELOS DE PELICULA
Aunque predominan protagonistas jóvenes y de mediana edad no faltan grandes abuelos en la historia del cine En la medida que el cine persigue y muestra pasiones apasionantes, capaces de enervar al espectador y sacarlo de sus expectativas cotidianas, la verdad es que la edad madura, ésa que llamamos la vejez y también ancianidad, abunda poco en las historias que constituyen el corpus cinematográfico. De tal manera que actores y actrices mayores se quejan de que muy a menudo resultan marginados por los productores al no haber guiones para ellos. Más en Europa que en Estados Unidos, con la excepción llamativa del cine asiático, siempre respetuoso con esta época de la vida que aparece como fundamento de la actual, un tanto sometida al desconcierto de las nuevas costumbres de raíz occidental. 30
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En Estados Unidos y, sobre todo, en Europa, los actores mayores se quejan de que resultan marginados por los productores al no haber guiones para ellos; sin embargo, el cine asiático aún se muestra respetuoso con los personajes más ancianos porque tiene esa mirada contemplativa sobre la realidad que los occidentales estamos decididos a olvidar porque nos resulta acusatoria A diferencia del occidental, el cine asiático aún se muestra considerado con los personajes más ancianos. Oriente tiene esa mirada contemplativa sobre la realidad que los occidentales estamos decididos a olvidar porque nos resulta acusatoria. A recordar como film antológico Vivir, del ahora recuperado Akiro Kurosawa, realizado en 1952 en un Japón que se daba de bruces con la modernidad importada, así como Sang-Woo y su abuela, de Lee Jung-Hyang, representante del excelente cine de Corea del Sur, realizada en 2002. En fin, que abuelos en/de cine, pocos, muy pocos, al menos como protagonistas directos, que otra cosa es indirectamente. Pasiones apasionantes es lo que manda, y para algo hombres y mujeres entre 25 y 50 años son los más renditicios. Ahí están las carteleras. Pero intentemos una tarea de indagación hasta dar con una serie de films, algunos absolutamente clásicos, que abordan a estas misteriosas personas que son los abuelos en y de cine, dos acepciones diferentes aunque puede que complementarias. Veámoslo.
Abuelos en el cine: referentes perfectos Nos referimos a personas/personajes que representan con bastante objetividad a estos hombres y mujeres de los que estamos hablando, en situaciones de mayor o menor contemporaneidad. En este sentido, los definimos como referentes perfectos, por su parecido inmediato con cualquiera de los abuelos existentes. Y en general, citaremos películas que han constituido grandes éxitos de taquilla en todo el mundo, en función del contexto en que las historias de tales personajes se desarrollan, contextos casi siempre atractivos y comunes al conjunto de los espectadores, directa o indirectamente. Siempre con grandes actores y actrices que, para colmo, hemos conocido antes en personajes de menor edad, cuando eran estrellas del séptimo arte: ahora nos gusta reencontrarlos ya mayores, nuestros propios abuelos. 1. En el estanque dorado, de Mark Rydell (1981). Basándose en una soberbia interpretación de Henry Fonda, en el papel de padre y de Katherine Hepburn en el de madre, además de una jovencísima Jane Fonda como hija arisca, se construye una tópica historia en que los padres proceden como abuelos de la hija y se desarrolla una confrontación matrimonial entrañable además de esas discusiones tan al uso entre padre e hija. La aparición del nieto intensifica al conjunto de la historia y le confiere el toque definitivo de abuelos-hijos-nieto. Mucho mejor film por el significado que por su estilística, un tanto relamida, sigue gustando por la sencillez y cercanía del argumento y de sus intérpretes. Y todo esto En el estanque dorado. 2. Las invasiones bárbaras, de Denis Arcand (2002). Prolongación de El declive del imperio americano (1986), de la misma Arcand, nos sitúa ante una familia que, siguiendo las instrucciones del patriarca, un intelectual ateo y materialista, colabora en la ejecución de su solicitada eutanasia activa, mientras los más jóvenes contemplan el hecho desde unos interrogantes profundos y actuales. Los hijos proceden sin pestañear, mientas los nietos se mantienen un tanto al margen, tal vez supe-
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rados por la situación que golpea sus jóvenes existencias. Tampoco se trata de un gran film, pero conmociona y plantea una situación que con el tiempo aumenta, en la medida en que la compasión es interpretada como absoluto respeto al otro, se trate de lo que se trate. Pero la clave del film que nos ocupa, se encuentra en el anterior, donde conocemos en profundidad al protagonista, al patriarca en cuestión, y al grupo familiar. 3. Novecento, de Bernardo Bertolucci (1976) y El árbol de los zuecos, Ermanno Olmi (1978). Dos films de naturaleza históricosociológica sobre la decadencia de la aristocracia y el advenimiento de los primeros signos revolucionarios en el campo italiano, hacen de los abuelos de las partes en conflicto un fresco de enorme hondura humana, que se proyecta sobre la dureza de hijos y nietos. En los abuelos siempre se nos evidencia de dónde venimos pero no siempre hacia dónde vamos, porque ya no está en sus manos. Grandes Burt Lancaster y Sterling Hayden, en la primera, mientras que en
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la segunda deslumbra el excelente y olvidado Luigi Ornaghi. Con suficiente perspicacia, ambos films nos permiten percibir ese toque definitivamente humanista de todo el cine italiano, persistente en estos dos discípulos del mejor neorrealismo. 4. Surcos, de José Antonio Nieves Conde (1951). Uno de los clásicos del cine español, realizado con extraña habilidad en pleno franquismo, ácido, objetivo, crítico y humano hasta el límite, nos muestra el tremendo éxodo campesino español de aquellos momentos hasta las grandes urbes y las fragilidades/los abusos consentáneos de los poderosos sobre los recién llegados. Una familia al completo se instala en el Madrid oscuro pero palpitante de los cincuenta. Y son los abuelos quienes cargan con ese peso silencioso del salto hasta lo desconocido, llevados y traídos como fardos tan queridos como molestos. Uno de esos films que hay que recuperar para comprender el dolor inmenso e intenso de unos hombres y mujeres sobre los que hemos construido el bienestar del que gozamos hoy día. Los muertos en la batalla del desarrollo. Los trasladados. Unos abuelos que nunca decidieron sobre sus vidas. Y de pronto se encontraron en otra galaxia. Excepcional. 5. Madre e hijas, de Rodrigo García (2009). Una de estas películas demasiado largas pero de una humanidad desbordante, trasmitida en imágenes de enorme belleza y perfección fotográfica, de tal manera que, en cinco o seis momentos, se nos cala el alma ante el aluvión de sentimientos que se echan encima. Historia de una hija, de una madre y de una nieta, en una serie de conjunciones vitales que nos abren al inmenso e intenso horizonte del amor maternal, del rol de los abuelos, de las paradojas de la vida, con excelentes interpretaciones de Naomi Watts y de Annette Bening. Repetimos que algo larga pero bella, impactante, inteligente y, sobre todo, humanísima en el tratamiento de los diversos referentes familiares, con una madre y abuela de fondo. Véanla.
Abuelos de cine: referentes indirectos En este segundo apartado tratamos de unos hombres y mujeres que, en realidad, no son abuelos biológicos, pero que, llegado un instante de la vida, llevan a cabo las tareas propias de estos mayores en circunstancias muy diversas y todas ellas de gran humanidad. Una parte relevante del cine moderno aborda tales casos con bastante frecuencia, puede que en un agónico recuerdo de una tarea perdida entre los vaivenes de la civilización urbana presente. Personajes entrañables que nunca olvidamos tras contemplarlos en la pantalla 1. El gran Torino, de Clint Eastwood (2009). Un ex militar retirado y racista hasta el tuétano, protagonizado a la perfección por el mismo director, acaba por acoger como nietos a unos jóvenes orientales que habitan junto a su casa. Vierte en ellos su experiencia, los protege una y otra vez, hasta dar
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la vida por esos jóvenes en una memorable secuencia cinematográfica para que no pierdan la suya. Uno más de esos excepcionales relatos fílmicos de Eastwood, pero en esta ocasión llevándonos hasta los más puros sentimientos de la vejez, cuando el amor sustituye implacablemente a las ideas puras y duras. El gran Torino es un coche… 2. El festín de Babette, de Gabriel Axel (1987). Damos la vuelta a la edad para encontrar el rol de la vejez en una persona de mediana edad pero que acoge la ancianidad cronológica y psicológica de un grupo de personas sumidas en una crisis de integrismo religioso. La criada Babette, tras vivir el crack de la Revolución Francesa, acaba en un lugar perdido de Dinamarca como cocinera de unas hermanas líderes del grupo luterano. Mediante la gran cena que les prepara, consigue sumergirles en el ambiente del gozo creyente-humano hasta curar su pesimismo antropológico y un tanto apocalíptico. Babette es la abuela de los abuelos en la mitad de su vida. Y con ella,
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la gastronomía adquiere carta de ciudadanía como médica de las almas. Excelente film inspirado en un relato de Isak Dinesen. Cautivadora historia de un amor purísimo, contada por Axel con una naturalidad pasmosa: todo fluye como si todo fuera normal, mientras los ancianos cantan sus salmos pesimistas hasta estallar en los más entusiastas y llenos de esperanza. Auténtica experiencia religiosa. 3. Confidencias, de Luchino Visconti (1974). Un anciano profesor autoexpulsado de la vida por su absoluto escepticismo, se erige en abuelo y defensor de una aristocrática familia venida a menos en su ética y en su cohesión grupal. Un film antológico del maestro Visconti, que desarrolla su tesis en torno al personaje del profesor, interpretado por un Burt Lancaster en estado de gracia, un personaje que tiene muchos puntos de contacto con el protagonizado en El Gatopardo, y no menos por Muerte en Venecia, por Dick Bogarde. El abuelo ético para un grupo familiar sumido en la amora-
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lidad más profunda. Y además, una Silvana Mangano de excepción. Recuperar esta maravilla, aunque no esté de moda hacerlo: la estética perfecta de Visconti molesta a una sociedad cutre donde las haya. Demasiada belleza repele. 4. La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda (1999). La tarea del viejo profesor de Confidencias, pero en la España de los años treinta: un anciano maestro de pueblo, enseña no solamente los libros sino también los misterios de la vida natural y humana a sus jóvenes alumnos, en el terrible vaivén de las confrontaciones políticas del momento. Fernando Fernán-Gómez es un abuelo-maestro de vida al que no se le perdonará esta actitud entre paternal y respetuosa de la verdad cuando la verdad ha sido sustituida por ideologías recortadas. El guión de Rafael Azcona domina con fuerza el conjunto del film, dirigido con realismo poético por un Cuerda en su mejor momento. Abuelos de la verdad. Abuelos del patíbulo. Todo un hito. 5. El abuelo, de José Luis Garci (1998). De nuevo Fernando Fernán-Gómez representa a un abuelo de verdad pero entresacado de la obra homónima de Galdós, con todo el énfasis que significa una adaptación de Garci al cine. Revisada por él mismo sobre guión de Horacio Valcárcel, de amplias intenciones humanísticas y clasicista, refinada pero a la vez intensa, nos define el rol magistral de este tipo de hombres des-
de una perspectiva liberal en un contexto cerrado sobre sí mismo. Toda familia esconde algún misterio, y es tarea del abuelo (de los abuelos y abuelas) dirigir a hijos y nietos para que tal misterio no se derrumbe sobre ellos. Fascinado por el melodrama norteamericano, Garci encontró una historia excelente para su estilística, admirada o rechazada. Los paisajes de Galicia colaboran al sentimentalismo narrativo de este director siempre fiel a sus convicciones, si bien discutibles.
Un film con Almodóvar Nuestra división en abuelos en cine y abuelos de cine se viene completamente abajo con films como Volver (2006), del siempre sorprendente Almodóvar. Todo lo que podamos narrar de esta etapa de la vida se concentra con una hermosura inolvidable en el personaje interpretado por Carmen Maura, nuestra mejor actriz española desde unos años a esta parte, que consigue trasmitirnos ese misterio de la memorable ancianidad mediante una propia historia entre poética y surrealista, perfectamente dirigida, en este caso por un Almodóvar lúcido, elegante e incisivo. Ser abuelo tiene algo de objetivo pero no menos muchísimo de creativo por parte del director, del artista. Y es que en definitiva, los abuelos condensan el misterio del vivir humano, pero tras las decepciones del tiempo y del espacio que dieron a luz un manojo de convicciones definitivas. Ese manojo es el que nos entregan. Y ese manojo heredamos como lo mejor de nuestras vidas.
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A PIE DE CALLE
ASÍ VIVEN LOS ‘SUPERABUELOS’
EN ESPAÑA, UNO DE CADA CUATRO ABUELOS CUIDA DE SUS NIETOS Algunos son de cine, como el de Manolito Gafotas. Otros cuentan “batallitas”, como el de la familia Cebolleta. Los hay como el de Heidi, serios pero entrañables. Los abuelos han jugado y juegan un papel importante en las familias y en la sociedad en general. Por Antonio Saugar
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La figura de los abuelos ha tenido una gran importancia a lo largo de la historia. En la actualidad, su papel es bastante diferente al de hace algunos años. En España, uno de cada cuatro abuelos cuida de sus nietos, según el estudio Doble dependencia: abuelos que cuidan nietos en España, que fue finalista de los Premios Caja Madrid de Investigación Social 2009. Este dato sitúa a nuestro país a la cola de Europa, donde uno de cada tres cuidan de sus nietos. El estudio señala que mientras que en el resto de países europeos los mayores invierten cinco horas en esta tarea, los abuelos españoles pasan más de siete horas al día con sus nietos.
Aunque el número de personas mayores esté aumentando en España, cada día son más activos, como demuestra el hecho de que más del 60% afirma que ha comenzado nuevas actividades tras jubilarse
Cómo piensan abuelos y nietos
De las 7.782.904 personas con más de 65 años que hay en España, las mujeres suponen el 57,5% y los hombres el 42,5% Los abuelos-padres La dificultad para conciliar la vida familiar y laboral de los padres convierte a los abuelos y abuelas en “padres forzosos” que han de ocuparse de sus nietos durante más tiempo del razonable. La existencia de menos empleos a tiempo parcial en España también influye en esta situación. En países europeos de nuestro entorno, el 31,2 por ciento de las mujeres trabaja a tiempo parcial, frente al 22,8 por ciento de las mujeres españolas. El 7,7 por ciento de los hombres de estos países trabaja a media jornada, mientras que en España sólo lo hace el 4,1 por ciento, según los datos de este estudio. El papel de “abuelos-padres” que pasan horas y horas con sus nietos permite que muchas parejas puedan trabajar o, en situaciones de crisis como la actual, ahorrarse el dinero de guarderías o cuidadores externos a la familia. Pero esta ayuda, este pasar más tiempo con los nietos, no puede convertirlos en sustitutos de los padres.
Una encuesta elaborada por Mensajeros de la Paz señala que abuelos y nietos coinciden en calificar a la familia como el principal factor de felicidad (para el 33,27 por ciento de los nietos y para el 44,64 por ciento de los abuelos), por delante de la salud, los amigos o el dinero. De esta encuesta se deduce que la familia ocupa para ambos grupos un papel muy importante como recurso ante posibles problemas (el 42,8 por ciento de los encuestados), pero entre los nietos son los amigos con un 37,9 por ciento, los que se imponen a la familia (35,6 por ciento), cuando se trata de ayudar ante una dificultad. Preguntados por los elementos para lograr un mundo mejor, el 25,7 por ciento de los abuelos y el 21,1 de los nietos coinciden en la defensa de la paz y el rechazo a la violencia; y una mayor necesidad de solidaridad (20,24 por ciento abuelos y 23,99 por ciento nietos). Un 26,98 de los mayores considera básico un aumento del respeto para mejorar el mundo. Respecto al tiempo de ocio, tanto abuelos como nietos prefieren estar con los amigos, actividad que ocupa el primer puesto entre los nietos (31,8 por ciento) y el segundo entre los abuelos (17,4 por ciento). Éstos prefieren estar con la familia (29,7 por ciento).
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Mayores y Nuevas Tecnologías Ya sea por comprender mejor a sus nietos, o por no quedarse atrás en esta sociedad de rápidos cambios, los mayores, los abuelos se han subido al carro de las Nuevas Tecnologías. Un 79 por ciento de los mayores de 60 años integran las Tecnologías de la Información y la Comunicación en su vida cotidiana, según un informe de la Asociación de Amas de casa y Consumidores Tyrius. Lo que más utilizan los mayores es el móvil (un 96,55 por ciento tiene uno). Las llamadas, la cámara de fotos y los mensajes son las funciones del móvil más utilizadas. Respecto a los ordenadores, este estudio señala que el 41,4 por ciento lo ha utilizado alguna vez, mientras que el 50 por ciento tiene uno en casa. Sólo el 24,13 por ciento navega por Internet, herramienta que utilizan para buscar informaciones relacionadas con la cultura. El correo electrónico lo utilizan para comunicarse con sus familiares. De la aceptación de las Nuevas Tecnologías por parte de los mayores da cuenta el Plan Avanza,
que movilizó 12 millones de euros para la inclusión de los mayores en la Sociedad de la Información en 2006 y 2007.
Nuestros mayores valoran su independencia, ya que el 87,3% prefiere vivir en su casa, aunque sea solo
El presupuesto destinado a incorporar a los mayores a la Sociedad de la Información en los últimos años ha permitido un crecimiento importante del porcentaje de estas personas que acceden a Internet habitualmente. En el año 2003, el número de personas mayores que accedían a Internet no alcanzaba las 630.000, mientras que en el primer semestre de 2007 llegó a los 1,26 millones. Muchas Comunidades Autónomas impulsan la participación de los mayores en cursos y talleres de informática, no sólo para que puedan es-
“JUBILADO, JOROBADO” “Jubilado, jorobado”, decía el gran José Isbert en su papel de entrañable abuelo en La gran familia. Y eso parecen pensar nuestros mayores, ya que el 60 por ciento de los casi ocho millones de personas mayores que hay en España asegura que les gustaría seguir trabajando una vez cumplidos los 65 años. Nuestros mayores valoran su independencia, ya que el 87,3 por ciento prefiere vivir en su casa, aunque sea solo. Así lo refleja una encuesta realizada por el Imserso, y que servirá para elaborar el Libro Blanco de las Personas Mayores. De las 7.782.904 personas con más de 65 años que hay en España, las mujeres son el 57,5 por ciento y los hombres el 42,5 por ciento.
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Aunque el número de estas personas está creciendo, los mayores son más activos, como demuestra el hecho de que más del 60 por ciento afirma que ha comenzado nuevas actividades tras jubilarse. El 84 por ciento de los mayores vive acompañado, generalmente por su cónyuge o hijos. Un 16 por ciento ve la jubilación como una “liberación”. Para el 55 por ciento no ha supuesto un cambio radical y entiende que es una etapa más en la vida. La principal fuente de ingresos de los mayores españoles es la pensión, y sus gastos son en alimentación (235 euros al mes), vivienda (105 euros) y medicinas (59 euros).
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tar a la altura de sus nietos, sino para que no se conviertan en “analfabetos tecnológicos” y puedan tener, al menos, unos conceptos básicos del mundo de las Nuevas Tecnologías. Abuelos y nietos forman un tándem del que ambos se benefician. Los pequeños aprenden respeto, educación, valores sociales de manos de los abuelos. Y éstos, para comunicarse con sus nietos, no han dudado en entrar en contacto con las Nuevas Tecnologías o con ciertos tipos de música o literatura.
Abuelos y nietos coinciden en calificar a la familia como el principal factor de felicidad (para el 33,27% de los nietos y para el 44,64% de los abuelos), por delante de la salud, los amigos o el dinero
Ambos comparten vivencias presentes y pasadas que a los mayores les permitirán mantenerse jóvenes y a los pequeños les servirán para tener experiencia y una mejor filosofía de vida.
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ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA Y EXTRAORDINARIA DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA
El pasado 5 de junio se celebró en el Teléfono de la Esperanza de Madrid la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de ASITES. Después de realizar la comprobación del derecho a voto de cada uno de los asambleístas, el presidente de la Asociación, Jesús Madrid, ofreció su informe de gestión durante el último año. Intervención en crisis En su informe ante la Asamblea, el presidente hizo un balance de las principales áreas de trabajo del Teléfono de la Esperanza comenzando por la de Intervención en crisis. Jesús Madrid constató que, según las estadísticas anuales de llamadas, se ha producido una considerable disminución de los llamantes crónicos, lo que atribuyó al buen funcionamiento del protocolo creado para la atención de este tipo de llamantes. Por otra parte, destacó la consolidación del programa de apoyo intercentros y valoró de manera muy positiva la utilización en los Centros del Seminario de Orientación por Teléfono, que está contribuyendo a mejorar la formación de los orientadores.
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En cuanto al servicio de asesoramiento personal, el presidente estimó que era necesario promover que los profesionales se integrasen dentro del equipo de colaboradores pues, muy frecuentemente, se limitan a prestar su colaboración puntualmente, pero no suelen tener una vinculación firme con el equipo. En este sentido, Jesús Madrid recordó, que, para favorecer esta vinculación y promover su formación, en 2009 se había realizado un curso de Terapia Breve Estratégica en el que participaron 97 profesionales. Por otra parte, el presidente trasladó a la Asamblea que la intención es la de continuar elaborando talleres que faciliten la superación de determinadas crisis específicas como, por ejemplo, el taller “Cuidando al cuidador”, que irá destinado a personas que tienen a su cargo personas dependientes. Promoción de la salud emocional En su informe, Jesús Madrid subrayó la importancia que tiene la promoción de los cursos y grupos que el
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Teléfono de la Esperanza pone al servicio de la población que, además de ser útiles para las personas que los hacen, contribuyen a proyectar en la sociedad a los Centros que los ponen en funcionamiento.
La Asamblea aprobó, por mayoría cualificada de más de dos tercios de los votos, la propuesta de nuevos Estatutos para ASITES presentada por la Junta Directiva
Enseñando a ayudar Del programa de Agentes de Ayuda, subrayó que se han enriquecido tanto las charlas como los ejercicios y los seguimientos. Destacó, también, el curso de Coordinadores de grupo como una herramienta muy útil que pueden utilizar los Centros para formar adecuadamente a sus coordinadores, actuales y nuevos. En su exposición, Jesús Madrid también hizo balance de la IV edición del Curso superior de especialización en Intervención en Crisis, que se ha llevado a cabo el último año en las sedes de Málaga y Badajoz, al que asistieron 62 alumnos, con un alto grado de satisfacción. Anunció, además, que las sedes para la quinta edición serían Valencia y Sevilla. Cooperación internacional Sobre el área de Cooperación, se expuso a los asambleístas que ASITES continuaría promoviendo la colaboración con los Centros de Latinoamé-
rica para que éstos puedan consolidar las tareas que hacen. Asimismo, destacó el apoyo personal que desde hace tiempo vienen prestando Juan Sánchez, Ángel Madrid y María del Carmen Igea, trasladándose a distintos países latinos donde está presente el Teléfono de la Esperanza para ofrecerles su apoyo, dirigir cursos y formar a voluntarios. Otros ámbitos de trabajo Jesús Madrid recordó a la Asamblea que a finales del próximo año se cumple el 40 aniversario de la fundación del Teléfono de la Esperanza y que, con motivo de esta efemérides, se iban a celebrar una serie de actividades conmemorativas, gestionadas por Global Events, una empresa que cuenta con una dilatada experiencia en estos actos. La adecuación de ASITES a la ley de protección de datos y la consecución del sello de calidad son también otros de los de los objetivos que se ha impuesto la Asociación. Jesús Madrid informó que, de hecho, el proceso de adecuación a la ley de protección de datos ya se había puesto en marcha con el registro de nuestras bases de datos según los protocolos legales vigentes. Con respecto al sello de calidad, el presidente explicó que se habían creado seis comisiones en las que se han incluido personas de todos los Centros, para trabajar en la consecución de los objetivos marcados por las exigencias de la entidad emisora de ese sello. En su informe, el presidente dio un repaso a las nuevas tecnologías y programas que se han ido incorporando para facilitar las tareas en la Asociación. Men-
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cionó el programa de contabilidad, la página web, los blogs, la agenda electrónica y las aplicaciones Llamatel y Gespetel. A este respecto, estableció que, a finales de este año, la agenda electrónica debería estar implementada en todos los Centros. Asimismo, valoró de forma positiva la entrada en funcionamiento del nuevo programa Gespetel, una herramienta de gestión de personas que va a optimizar el uso de los recursos tanto de las personas como de las actividades que se realizan en los Centros. Jesús Madrid informó que un 30% de los Centros ya lo están utilizando y un 45% lo tiene en periodo de pruebas. Expansión del Teléfono Jesús Madrid informó a la Asamblea que el 30 de octubre estaba prevista la inauguración de la sede de Jaén y que había dado comienzo el proceso de formación de voluntarios en Córdoba y en Tenerife.
mentar el número de actividades realizadas. En este punto, Jesús Madrid resaltó la labor que han venido realizando tanto el presidente del Centro de Málaga, Juan Sánchez, que ha contado con la inestimable ayuda de Julia Alonso, como el presidente del Teléfono de Valencia, Ángel Madrid, que había contribuido notablemente a que la nueva sede de Castellón fuera realidad. Se anunció, asimismo, que los Centros de Almería y de León están pendientes de cambiar de sede, y que en Murcia estaba próxima la apertura del Centro de AMITES (Amigos del Teléfono de la Esperanza) de Bullas. En cuanto a Latinoamérica, el presidente anunció que el 18 de agosto se iba a inaugurar un Centro en Lima (Perú) y que los Centros de Valencia (Venezuela)
Los asambleístas fueron, igualmente, informados de que se habían dado los primeros pasos en Santander con la realización de un curso de Conocimiento de sí mismo. Jesús Madrid expresó su deseo de que en otoño se pudiera consolidar un grupo de voluntarios para impulsar la apertura de un nuevo Centro. A este respecto, Jesús Madrid quiso hacer una mención especial al presidente del Teléfono de Badajoz, Teo Martín, como promotor de esta iniciativa.
y de Pasto (Colombia) estaban bastante adelantados. Explicó, asimismo, que también había posibilidad de abrir Centros próximamente en Miami (EEUU), Santo Domingo (República Dominicana), León (Nicaragua), Lisboa (Portugal) y Colonia (Alemania).
El presidente recordó también que, en este año, se habían inaugurado nuevas sedes para los Teléfonos de Málaga y de Castellón, lo que suponía una mejora considerable para consolidar e incre-
1. Consolidar el uso y potenciación de las nuevas tecnologías. El presidente participó a la Asamblea que, a tal efecto, se había creado una comisión.
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Nuevos retos Para finalizar su exposición, Jesús Madrid dio un repaso a otros proyectos que se pretenden llevar a cabo hasta la próxima Asamblea:
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2. Potenciar y promover de modo más intenso el Día de la Escucha. Para ello también se crearía una comisión que diseñe y promueva las actividades que habría que realizar en los Centros y en la Asociación. 3. Promover y potenciar los Centros del Teléfono de la Esperanza de la zona norte de España, especialmente en Galicia. 4. Desarrollar el programa previsto para la formación permanente de prevención del suicidio para los colaboradores de los Centros. A modo de resumen, el presidente concluyó su informe diciendo que, a su modo de ver, la Asociación progresaba “adecuadamente”.
Para celebrar el 40 aniversario de su fundación, el Teléfono de la Esperanza de Sevilla ha programado para finales de septiembre de 2011 una serie de actos, de lo cuales destacan la presentación de un libro sobre Serafín Madrid en los Reales Alcázares y la realización de unas jornadas de puertas abiertas para mejorar el conocimiento del Teléfono de la Esperanza entre la población
Sometido a votación el informe presidencial fue aprobado por unanimidad. Cuentas anuales positivas Conforme al siguiente punto del Orden del Día, la Asamblea prosiguió con la exposición por parte de Pedro Ara, director económico y financiero de ASITES, de los aspectos más relevantes de las Cuentas Anuales del ejercicio 2009 y el proceso de auditoría al que habían sido sometidas, que concluyeron con un informe favorable. En la exposición, se detalló el significado de las distintas partidas de los Estados Financieros destacándose, en cuanto al Activo del Balance, el valor de las inversiones en inmovilizado material (6.073.255,41 €), constituidas por el valor de los inmuebles de los que es propiedad la Asociación.
Por lo que se refiere a Patrimonio Neto y Pasivo, el director económico y financiero hizo especial referencia a la partida de “Subvenciones, donaciones y legados recibidos”, cuyo importe de 2.002.458,56 € presentaba un notable aumento con respecto al del ejercicio anterior, como consecuencia de las subvenciones y ayudas recibidas para la conclusión de las obras de remodelación del Centro de Málaga. Por otra parte, en lo referente a los Fondos Propios, se destacó su importe, que asciende a 5.776.587,51 €, incluido ya en ellos el resultado del ejercicio, de 118.970,46 €. Con respecto a la Cuenta de Resultados, se explicó en detalle las distintas partidas que han conformado tanto los Ingresos como los Gastos del ejercicio. En cuanto a los Ingresos, sobresalen los procedentes de Subvenciones oficiales, que con un importe de 986.377,92 representan el 33,26 % de los ingresos totales, y los procedentes de donativos particulares (781.080,94 €, que representan el 26,34%). Entre los gastos, destacan las partidas de gastos de personal (738.055,41 € que suponen el 25,93% del total de gastos) y Otros gastos de explotación (1.681.001,32 €, que representan el 59,05 % del total de gastos del ejercicio). Para resumir, Ara expuso que la cuenta de Pérdidas y Ganancias del ejercicio ha arrojado un resultado positivo de 118.970,46 €, que proponía distribuir el 30% (35.691,14 €) a Fondo Social, y el 70% restante (83.279,32 €) a Remanente. Seguidamente, el director económico y financiero explicó el proceso de auditoría que se había realizado sobre las Cuentas Anuales de la Asociación, indicándose los pormenores de las visitas realizadas a los Centros de Málaga, Valencia y Pamplona, así como las incidencias producidas en la recogida de documentación en los Servicios Centrales de la Asociación, subrayando la importancia de haber obtenido por cuarto año consecutivo un informe de auditoría favorable, sin incidencias, y el mérito de todos los voluntarios que realizan la contabilidad en los distintos Centros. Sometidas a votación por la Asamblea, las cuentas anuales expuestas se aprobaron por unanimidad. Igualmente se aprobó por unanimidad la propuesta de distribución del Resultado.
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Llegó a continuación el turno para los presupuestos del Ejercicio 2010, formulados para el conjunto de la Asociación partiendo de las previsiones de cada Centro. Pedro Ara explicó que iban a ser presupuestos de continuidad con los del ejercicio anterior, y previstos con mucha prudencia, pues aún no se podía determinar en toda su magnitud cuál iba a ser el alcance de la crisis económica. El presupuesto de gastos para 2010 es de 2.161.569,00 €, mientras que los ingresos previstos ascienden a 2.216.064,00 euros. Pedro Ara añadió que se habían previsto 151.820,00 euros en inversiones, y 10.000 en amortizaciones de préstamos.
En 2010 se ha producido la apertura de dos nuevos Centros del Teléfono de la Esperanza: el de Lima y el de Jaén
Sometidos a votación por la Asamblea, los presupuestos fueron aprobados por unanimidad. El Orden del Día prosiguió con la ratificación de la apertura de los Centros de Jaén y de Lima. Sometida a votación, la apertura de sendos Teléfonos fue aprobada por unanimidad. Asimismo, la Asamblea ratificó unánimemente el nombramiento del nuevo equipo directivo del Teléfono de Castellón, cuya presidenta es Conchita Cárceles Ródenas, y aprobó también por unanimidad las altas y las bajas de asociados que se habían producido en los distintos Centros. Nuevos Estatutos El siguiente punto del Orden del Día trató sobre la propuesta de modificación de Estatutos de la Asociación presentada por la Junta Directiva. José María Jiménez, vicepresidente de ASITES, tomó la palabra para defender los nuevos Estatutos presentados ante la Asamblea. Comenzó su intervención haciendo mención a los criterios terminológicos utilizados en la redacción. José María Jiménez explicó que, al usar términos genéricos en lugar de las denominaciones en masculino y en femenino, se pretendía que la lectura de los Estatutos fuera más ágil y que ello no tenía, por supuesto, ninguna connotación sexista. De todas formas, apuntó que se había hecho referencia expresa de este asunto en el párrafo 3 del preámbulo.
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El vicepresidente aclaró también que, en los principios fundacionales, se hacía referencia a la defensa del término “humanismo cristiano” por la raíz de la que parte, no sólo la Asociación, ni por la trayectoria de su fundador, Serafín Madrid, sino la propia civilización occidental. Y, en absoluto, con el citado término, para nada se ponía en tela de juicio la aconfesionalidad por la que se rige la Asociación. José María Jiménez resaltó, asimismo, que en el capítulo 5 de la propuesta de nuevos Estatutos se habían diferenciado las labores de voluntariado de las de trabajo remunerado, dotándole de una mayor importancia al rol de los colaboradores, de manera que éstos podrían contar con un representante en el Consejo de Centro con voz pero sin voto. Los asambleístas fueron informados que este capítulo presentaba también como novedoso que se hacía incompatible ser asociado y trabajador, mientras durara la relación laboral con la Asociación, y que la Junta directiva podía conceder la condición de asociado a los colaboradores que llevasen más de diez años de colaboración y promediaran un mínimo de doce horas mensuales de dedicación. El vicepresidente explicó igualmente que el capítulo 7, que hace referencia a los órganos de gobierno, presenta como novedades más significativas la limitación de los periodos de permanencia en el cargo de los miembros de la Junta Directiva (de modo que cada nueva Junta Directiva ha renovar a un tercio de sus miembros) y la creación de la figura del vicesecretario de la Junta. La Asamblea fue, de la misma forma, informada de que los nuevos Estatutos atribuyen a la Junta Directiva una serie de competencias que antes eran potestad del presidente. Además, se explicó que, en el capítulo 8, que habla del Consejo asesor, se ha modificado la composición de este órgano. El vicepresidente comentó también que, en los nuevos Estatutos, se pretendía dar más protagonismo a los presidentes de los Centros, como figuras de máxima representación de éstos, y que se limitaban los periodos de permanencia de los presidentes de los Centros, cuya elección se haría por parte del presidente de la Asociación de la terna presentada por los propios Centros, con carácter vinculante.
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Tras la intervención de José María Jiménez defendiendo la propuesta de nuevos Estatutos de la Junta Directiva, varios representantes de los Centros presentaron diversas enmiendas a algunos capítulos del texto oficial de la Junta. Sin embargo, todas estas propuestas alternativas fueron rechazadas por la Asamblea siendo aprobados por mayoría cada uno de los capítulos del texto presentado por la Junta. Esta votación se realizó capítulo a capítulo. Por último se votó la aceptación de la totalidad del documento, siendo necesaria una mayoría cualificada de 2/3 de los votos. Sometidos a votación, los nuevos Estatutos fueron aprobados por 35 votos a favor, 1 voto en contra y 5 abstenciones.
En otro orden de cosas, el secretario general de ASITES, José María Sánchez Orantos, informó a la Asamblea que se habían creado unas comisiones de trabajo, en la que estaban representados todos los Centros, con el objetivo de conseguir un sello de calidad para la entidad. Para concluir la reunión, el presidente del Centro de Sevilla, Miguel Ángel Terrero, explicó que, con motivo del 40 aniversario de la fundación del Teléfono de la Esperanza de Sevilla, tenían ya programados para finales de septiembre de 2011 una serie de actos, de lo cuales los más importantes iban a ser la presentación de un libro sobre Serafín Madrid (el fundador del Teléfono de la Esperanza)
La crisis económica, que se ha traducido en una disminución de las subvenciones y en una mayor demora en el pago por parte de las Administraciones Públicas, no ha sido óbice para que el ejercicio 2009 de ASITES se haya saldado con un resultado positivo de 118.970 euros
Ya en el turno de ruegos y preguntas, Jesús Madrid participó a todos los presentes el tema del Día de la Escucha elegido para este año: “Escuchando a los abuelos”. A continuación, el presidente propuso como idea la realización de una lotería solidaria, en torno al mes de marzo, que pudiera contribuir a la ayuda a la cooperación al desarrollo o a cubrir algún otro tipo de gastos de la Asociación. Por último, Jesús Madrid indicó que era necesario desarrollar el programa previsto para la formación permanente de prevención del suicidio para los colaboradores de los Centros. En este sentido, Carlos Gaspar, presidente del Teléfono de la Esperanza de Navarra, cuyo Centro está colaborando en este material, anunció que los cuatro primeros temas podrían estar disponibles a partir de octubre.
en los Reales Alcázares y la realización de unas jornadas de puertas abiertas para mejorar el conocimiento del Teléfono entre los sevillanos. Miguel Ángel Terrero explicó también que se estaban haciendo gestiones para conseguir del Ayuntamiento de Sevilla la concesión de la medalla de hijo predilecto de la ciudad para Serafín Madrid.
Por su parte, Pedro Madrid, presidente del Teléfono de la Esperanza de Madrid, se ofreció a compartir con los demás Centros la formación permanente en Psicopatología y en Farmacología que se había estado trabajando en su sede durante el último año.
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EN MEMORIA DE CARMEN GARCÍA RODRÍGUEZ
Asociada del Teléfono de la Esperanza de Asturias, ejemplo de generosidad, amor, trabajo y lealtad.
Llegaste para la vida, para dar cobijo a las semillas. Llegaste… Amiga.
El 20 de julio de 2010 regalaste al viento tu último aliento para que pudiéramos seguir contigo.
Llegaste para la lucha, para vencer el miedo. Llegaste para el valor.
Alguien escribió: “La manera en que morimos es a menudo el último juicio que los demás hacen de nosotros. Y, sin embargo, si tenemos que ser juzgados debe ser por el modo en que vivimos. No malgastaremos nuestros esfuerzos por el tiempo en que te fuiste. Celebraremos el modo en que viviste. Ese es tu legado”. Gracias Carmela, juntos seguimos adelante.
Llegaste Amiga Llegaste hija de la tierra para ser tierra en la vida. Tierra de montañas, de verdes prados, de aguas frescas, de manantiales. Llegaste para ser tierra viva. Llegaste para ser sustento, para ser aliento.
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Y en la lucha final estabas preparada, con tu bolso lleno de pequeñas cosas y el corazón dispuesto para triunfar. Llegaste para luchar y vencer porque tu corazón no sabía de derrotas. Regresas a casa con la Victoria para rendirte a tu Ser, a tu Esencia, a quien para la vida te parió. Regresas para ser… tierra de montañas, de verdes prados, de aguas frescas, de manantiales. Llegaste hija de la tierra para ser Tierra, nuestra Tierra. Llegaste… Amiga Tus amigos del Teléfono de la Esperanza de Asturias
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INAUGURACIÓN DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA DE LIMA
Las personas de Perú que presenten situaciones de crisis emotiva de índole individual o colectiva podrán orientarse gratuitamente a través del Teléfono de la Esperanza. El Teléfono de la Esperanza es una línea telefónica de emergencia de la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza (ASITES), con sede principal en España, cuya inauguración oficial en Lima se realizó en el Auditorio de la Facultad de Derecho y CC. Políticas de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV) el pasado 18 de agosto de 2010. “El Teléfono de la Esperanza es verdaderamente el anhelo de todas aquellas personas que sufren diversos problemas porque pueden acceder a una línea telefónica para expresar su preocupación y a cambio recibir una orientación que, incluso, podría salvar una vida”, manifestó el Rector de la UIGV, Dr. Luis Cervantes Liñán. La presidenta del Teléfono de la Esperanza de Perú, Dra. Soraya Calderón Rojas manifestó que la línea de emergencia del Teléfono de la Esperanza (2738026) ya se encuentra disponible para todas las personas que necesiten ayuda emocional.
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Asimismo, informó que si la circunstancia lo requiere, se les convoca a la sede institucional en la Calle Gustavo Yabar 221, Urbanización Vista Alegre, Surco para que puedan ser atendidos por profesionales de primer nivel. El presidente de la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza, el Dr. Jesús Madrid Soriano, manifestó estar agradecido con las autoridades universitarias por brindar apoyo incondicional para el lanzamiento del Teléfono de la Esperanza en Perú. Además, el presidente internacional de ASITES explicó que el Teléfono de la Esperanza es una Asociación que tiene por objetivo ayudar a personas que sufren crisis emotivas por teléfono y, del mismo modo, se promociona la salud emocional y se forma a personas para que ofrezcan ayuda en su propio entorno. “Si la tercera parte del tiempo que dedicamos a lamentarnos de los problemas del mundo lo dedicáramos a poner de nuestra parte para resolverlos, ciertamente que mejorarían muchas cosas en nuestras sociedades”, expresó el Dr. Jesús Madrid.
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ASITES IMPLANTARÁ UN SISTEMA DE GESTIÓN DE CALIDAD CON EL ASESORAMIENTO DE UNAD
Los días 3, 4 y 5 de septiembre el Teléfono de Madrid acogió las primeras jornadas de trabajo para implantar un sistema de gestión de calidad en nuestra Asociación. En este proceso, que esperamos cristalice en la consecución de un Certificado de Calidad para ASITES, estamos siendo guiados por los profesionales de UNAD, la entidad que agrupa a las ONG de nuestro país que realizan asistencia y prevención de las drogodependencias, y con el asesoramiento, en calidad de colaborador de UNAD, de Axioma, una consultora dedicada a la gestión de la formación continua y de la financiación pública para empresas y asociaciones. La implantación de un sistema de gestión de calidad nos ayudará, por una parte, a acreditar ante terceros nuestro buen hacer, lo cual puede ser enormemente valioso para nosotros en nuestra relación, por ejemplo, con las administraciones públicas o con empresas que queramos que nos patrocinen. Por otra parte, nos ayudará a mejorar el servicio que damos a nuestros beneficiarios y a un mejor aprovechamiento de los recursos de los que ya disponemos.
Asimismo, nos permitirá evaluar lo que ya hacemos, disponer de más información a la hora de tomar decisiones y realizar los cambios que la Asociación necesite para incrementar la eficacia y eficiencia en el desarrollo de nuestra labor. Este proceso continuará durante el fin de semana del 21, 22 y 23 de enero, y está previsto que concluya en una tercera reunión el 6, 7 y 8 de mayo.
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Directorio
CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN ESPAÑA ALBACETE C/ Federico García Lorca, 20-1º 02001 ALBACETE Tel.: 967 52 34 34. Fax: 967 52 34 48 E-mail:
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MÁLAGA C/ Hurtado de Mendoza, 3 - “Villa Esperanza” 29012 MÁLAGA Tel.: 95 226 15 00. Fax: 95 265 26 51 E-mail:
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ALICANTE C/ Benito Pérez Galdós, 41-Entr. C 03005 ALICANTE Tel.: 96 513 11 22. Fax: 96 512 43 49 E-mail:
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MURCIA C/ Ricardo Zamora, 8 30003 MURCIA Tel.: 968 34 34 00. Fax: 968 34 35 66 E-mail:
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ALMERÍA Plaza Administración vieja, 1-1º izda. 04003 ALMERÍA Tel.: 950 26 99 99. Fax: 950 26 07 89 E- mail:
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OVIEDO Avda. de Bruselas, 4 bajo 33011 OVIEDO Tel.: 985 22 55 40. Fax: 985 27 65 00 E-mail:
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BADAJOZ C/ Ramón Albarrán, 15-1º dcha. 06002 BADAJOZ Tel.: 924 22 29 40. Fax: 924 25 65 08 E-mail:
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PALMA DE MALLORCA C/ Miguel Marqués, 7 - 1º 07005 PALMA DE MALLORCA Tel.: 971 46 11 12. Fax: 971 46 17 17 E-mail:
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CÁCERES Avda. de los Pilares, 1- bloque 8-3ºB 10002 CÁCERES Tel.: 927 62 70 00. E-mail:
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PAMPLONA C/ San Blas, 13 - bajo 31014 PAMPLONA Tel.: 948 23 70 58. Fax: 948 38 20 34 E-mail:
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CASTELLÓN C/ Segorbe, 8 12004 CASTELLÓN Tel.: 964 22 70 93. Fax: 964 22 02 58 E-mail:
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SALAMANCA C/ Pollo Martín, 34 - 2º dcha. 37005 SALAMANCA Tel.: 923 22 11 11. Fax: 923 22 62 35 E-mail:
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GRANADA C/ Horno del Espadero, 22 18005 GRANADA Tel.: 958 26 15 16. Fax: 958 26 15 06 E-mail:
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SANTIAGO DE COMPOSTELA C/ Diego de Muros, 16 - 1º 15701 SANTIAGO DE COMPOSTELA Tel.: 981 51 92 00 E-mail:
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HUELVA Avda. de Andalucía, 5 - 1º A 21004 Huelva Tel.:959 28 15 15. Fax: 959 54 07 27 E-mail:
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SEVILLA Avda. Cruz del Campo, 24 41005 SEVILLA Tel.: 95 457 68 00. Fax: 95 458 23 75 E-mail:
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LAS PALMAS DE GRAN CANARIA C/ Mesa de León, 4 - 3º dcha. 35001 LAS PALMAS DE G.C. Tel.: 928 33 40 50. Fax: 928 33 60 60 E-mail:
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TOLEDO C/ Panamá, 2 - 1º N. 45004 TOLEDO Tel.: 925 23 95 25 E-mail:
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LEÓN Avda. Padre Isla, 28 4ºIzda 24002 LEÓN Tel.: 987 87 60 06 E-mail:
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VALENCIA C/ Espinosa, 9- 1º- 1ª 46008 VALENCIA Tel.: 96 391 60 06. Fax: 96 392 45 47 E-mail:
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LOGROÑO C/ Duquesa de la Victoria, 24 -1º dcha. 26003 LOGROÑO Tel.: 941 49 06 06 E-mail:
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Directorio
CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN EL MUNDO BARRANQUILLA (COLOMBIA) Calle 53, 50-53 BARRANQUILLA Tel.: (00 57 5) 372 27 27 E-mail:
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OPORTO (PORTUGAL) Rua Duque de Loulé 98, 2º esq Tel.: (00 351) 222 03 07 07 E-mail:
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CHILLÁN (CHILE) C/ 18 de septiembre, 456 380-0650 CHILLÁN Tel.: (00 56 42) 22 12 00/02/08 E-mail:
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QUITO (ECUADOR) C/ Capitán Edmundo Chiriboga N-47227 Tel.: (00 593 2) 6000 477 / 2923 327 E-mail:
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COCHABAMBA (BOLIVIA) C/ Lanza # 235, entre Bolívar y Sucre 2º Piso Tel.: (00 591 4) 452 18 52 E-mail:
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SAN PEDRO SULA (HONDURAS) Colonia Alameda, 13 y 14 Avenidas, 5ª calle, N.E. Tel.: (00 504) 558 08 08 E-mail:
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LA PAZ (BOLIVIA) C/ Costa Rica # 1272 (Zona Miraflores) Entre Estados Unidos y Guerrilleros Lanza Tel.: (00 591 2) 224 84 86 E-mail:
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TEGUCIGALPA (HONDURAS) Col. Florencia Norte. 1ª Calle, 1ª Avenida. Casa 4058, 2ª Planta TEGUCIGALPA Tel.: (00 504) 213-8181 / 232-1314 E-mail:
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