AXIS MUNDI
PUBLICACIÓN PARA MIEMBROS DEL PROGRAMA DE ESTUDIOS OPI Nº 7 - NOVIEMBRE 2013
AXIS MUNDI AÑO 1 - Nº 7 - NOVIEMBRE 2013 Opus Philosophicae Initiationis ¿Ser buenos o ser conscientes?
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La conquista de Hastinapura (VII)
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Por Phileas del Montesexto
Por Phileas del Montesexto
El Tao de la carretera (I)
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Vivencia de la convivencia
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En L.V.X.
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El instante
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El bautismo
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Sobre la energía femenina
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Poema
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La llama no se apaga
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Las enseñanzas del ratón místico
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Por José Rubio Sánchez
Por Eduardo Ciotola Mosnich
Por Phileas del Montesexto
Por Yuri Londoño
Por John Tyrson
Por Pallas Atenea
Por Víctor de Castellar Por el equipo de redacción Historieta
Publicación oficial de la Asociación Internacional de Filosofía Iniciática - Página web: www.initiationis.org Director responsable: Phileas del Montesexto. Correo electrónico:
[email protected] - Los conceptos vertidos en cada uno de los artículos es de completa responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión del Programa de estudios OPI.
EDITORIAL
¿Ser buenos o ser conscientes? “El que no junta desparrama” (Lucas 11:23) Hace pocos días atrás, dialogaba con una Hermana sobre la crisis mundial y el avance de la inconsciencia en esta sociedad sin rumbo, y ella me aseguraba que –aunque la situación es crítica– hay mucha gente “buena en el mundo”. Esto es verdad: en nuestro planeta hay mucha gente “buena”. Sin embargo, para que la humanidad encuentre su propósito y pueda construir una sociedad con parámetros trascendentes se necesitan seres humanos que –además de buenos– sean conscientes. Una persona “buena” que no hace el bien no es tan “buena”, porque la pasividad y la apatía son las herramientas más efectivas de las potencias tenebrosas. En verdad, toda acción (o inacción) que coopere en la perpetuación de este modelo insano debe ser considerada como un freno y un estorbo para la transformación humana. Edmund Burke dijo una vez: “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. Aquellos que guardan silencio ante la iniquidad, prefieriendo mantenerse neutrales ante el avance de la corrupción y la inmoralidad, son cómplices de las sombras, aunque en su vida cotidiana mantengan una fachada de bondad y una actitud santurrona. El mayor peligro de la “bondad” es que ésta se convierta en conformidad, aceptando como “normal” lo que no lo es. Los prisioneros del relato platónico de la caverna no parecen ser malos, pero su inacción e inconsciencia son las que mantienen el “statu quo” en el oscuro recinto, avalando con su tibieza el poder de los amos de la caverna. Conozco muchas personas “buenas”, que paradójicamente son racistas, homofóbicas, nacionalistas o contaminadoras del medio ambiente, contradiciendo con sus acciones inconscientes la ley más importante: la Fraternidad Universal, que ha sido enunciada por los antiguos como “Todos somos Uno”. Para la gestación de una nueva humanidad, necesitamos agentes transformadores del mundo: personas buenas y conscientes, practicantes de la recta acción, con una vida alineada a lo Bueno, lo Bello, lo Justo y lo Verdadero. Esta sociedad mejor nacerá solamente a través de la acción consciente, desinteresada y amorosa de los hombres despiertos del nuevo tiempo. Somos obreros y nuestras manos son la herramienta para la ACCIÓN. Somos filósofos y nuestra mente es el canal para la CONCIENCIA. Somos nobles viajeros y nuestro corazón está lleno de AMOR. Allá vamos...hacia un mundo nuevo y mejor, gestado con ACCIÓN, CONCIENCIA y AMOR. AXIS MUNDI
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La conquista de Hastinapura (VII) Curso introductorio al Bhagavad Gita Phileas del Montesexto “Solamente para una cosa me ha enviado Dios al mundo: para perfeccionar mi carácter en la Virtud; y nada hay en el mundo que no pueda emplear para ese propósito” (Epicteto) En las páginas del Bhagavad Gita se encuentran los requisitos esenciales para recorrer la senda discipular y que la tradición inda describe como cualidades, virtudes y principios. El Gita, como toda obra dirigida a los discípulos, brinda las herramientas precisas para aquellos que deciden renunciar a las ilusiones de la vida profana, optando por una existencia más consciente y luminosa. Todo esquema discipular –tanto de Oriente como de Occidente– se fundamenta en el desarrollo de virtudes, ya que todo Discípulo busca ser la encarnación de todo lo Bueno, lo Bello, lo Justo y lo Verdadero. Etimológicamente, la palabra “Virtud” significa “coraje”, “valor guerrero” o “fuerza”, y está vinculada con la excelencia de perfección. En Roma, la palabra “homo” hacía referencia a la “persona” en general, a cualquier especímen del género humano, mientras que “vir” era el vocablo con el que se designaba al hombre libre, al ser humano que ha logrado desarrollar cualidades notables y heroicas que lo distinguen de los demás y que lo emancipan de la masa. (1) En este sentido, la Virtud es un impulso heroico, una fuerza centrípeta que nos impulsa hacia el centro, mientras que el Vicio es una fuerza centrífuga que nos jala hacia la periferia. Siendo así, podemos entender a las virtudes como el combustible que alimenta el fuego de nuestro Ser, al mismo tiempo que los vicios constituyen la húmeda podredumbre que impide que los leños ardan. Esta oposición también enmarca la aventura sagrada del Héroe, que es un ser humano virtuoso por definición, mientras que su enemigo mortal (el dragón) es una bestia asquerosa, pestilente y viciosa por naturaleza. Las virtudes están íntimamente ligadas a lo trascendente y a la Divinidad Pura. Por esto, Krishna dice a Arjuna: “Donde encuentres la riqueza de las virtudes, donde halles algo bello, recuerda, Arjuna, que proviene de Mi fulgor, son hijos de Mi propia Creación”. (Gita 10:41) Aunque cada una de las corrientes iniciáticas prioriza unas virtudes sobre otras, en el fondo existe una coherencia universal y una clara tendencia a priorizar los hábitos de excelencia en torno a un factor común: LA VIRTUD. La Masonería primigenia, por ejemplo, hablaba de “cavar tumbas para los vicios y erigir templos a la virtud”, y como escuela iniciática –aún en su deslucida versión posmoderna– se fundamenta en la gestación de una “nobleza del Alma” (Nobilitas) en consonancia con dos máximas latinas:
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* “Nobilis est ille quem nobilitat sua virtus” (“Noble se puede llamar el que por naturaleza es inclinado a la Virtud”) * “Nobilitas sola est atque unica virtus” (“Sólo la Virtud es la que da verdadera nobleza”, expresado también: “Virtud es nobleza, todo lo demás simpleza”) De este modo, es posible concebir al Sendero Iniciático como un “noble camino” recorrido por “nobles caminantes” o “nobles viajeros”, que alinean su vida a la Virtud para llegar hasta lo más excelso. La nobleza discipular no es hereditaria y no se vincula de modo alguno a la sangre y la carne sino al Alma. Por esto, cuando las escuelas iniciáticas hablan de constituir una élite no se refieren a títulos nobiliarios ni a apolilladas concepciones aristocráticas, sino a la conformación de un núcleo de la Fraternidad Universal, una congregación de los despiertos que constituya la levadura de un mundo nuevo y mejor. Este “elitismo cordial” no busca acentuar la diversidad, el enfrentamiento o la “lucha de clases”, sino que se fundamenta en la Unidad y en la conciencia clara de que TODOS SOMOS UNO, y por lo tanto TODOS SOMOS NOBLES, aunque –por facilismo, ilusión e ignorancia– elegimos ser plebeyos espirituales. Los antiguos hablaban de “aristos”, el hombre noble, el ser humano de calidad, vinculado al concepto griego de “areté” y a una vida equilibrada que puede ser alcanzada mediante hábitos de excelencia. De acuerdo con Werner Jaeger, “Areté es el atributo propio de la nobleza”. La palabra “ario” o “arya” (profanada por los teóricos del nazismo) hace referencia a lo mismo y Medrano dice que este término se aplica a “quienes, por su honorabilidad y su excelencia, se sitúan en primer lugar dentro de la escala jerárquica desde un punto de vista ético”. (2). En la tradición budista, el camino de Sidharta Gautama también es llamado “Ashtanga Arya Marga” (“noble óctuple sendero”) y aquellos que lo transitan son llamados “Arya-púdgala” (“personas nobles”). En la Antigua China, la doctrina de Confucio tenía como eje el concepto del “hombre-príncipe” (junzi), el cual –más allá de su genealogía sanguínea– era el ser humano virtuoso, en oposición al hombre profano (xiaoren), ignorante del valor de las virtudes y que sólo buscaba satisfacer sus deseos. Según el sabio chino, el Junzi es la semilla de un mundo nuevo y mejor, señalando que:
“Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar. Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación. Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo”.
Esquemas de Oriente y Occidente Existe una ética atemporal de carácter universal que está por encima de las modas y de los códigos morales pasajeros, los cuales están más vinculados a los caprichos del hombre mundano –contaminado por el relativismo– que al Deber mismo (Dharma).
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Mientras que Platón observó cuatro virtudes fundamentales (Valor, Sabiduría, Autocontrol y Justicia), el cristianismo histórico estableció siete, dividiéndolas en cuatro cardinales (Templanza, Fortaleza, Prudencia y Justicia) y tres teologales (Fe, Esperanza y Amor). Estas siete virtudes se corresponden con el cuaternario inferior y la Tríada Superior, donde la “virtud de las virtudes” (el Amor o la Caridad) se vincula con la Voluntad Pura, Atman. (3)
“Y ahora permanecen la Fe, la Esperanza y el Amor, pero el mayor de todos es el Amor” (I Corintios 13:13) El Budismo Mahayana contempla seis “perfecciones” o “paramitas”, consideradas como virtudes bodhisáttvicas, a saber: 1) Dana (Generosidad) 2) Sila (Moralidad) 3) Ksanti (Paciencia, tolerancia) 4) Virya (Fortaleza) 5) Dhyana (Contemplación) 6) Prajna (Sabiduría) Más tarde, en el “Dasabhumika Sutra” se agregaron cuatro virtudes más: 7) Upaya-kausala (Pericia en el justo método) 8) Pranidhana (Votos piadosos, determinación) 9) Bala (Poder espiritual) 10) Jnana (Conocimiento) La tradición de la India –en la cual se enmarca el Bhagavad Gita– nos habla de cuatro cualidades discipulares (viveka, vairagya, mumukshutva y satkasampatti) donde se contemplan seis virtudes discipulares (satkasampatti) en el marco de tres caminos (marga) o “yogas” (Bhakti, Karma y Gnana). Sobre estos tres caminos hablaremos con detenimiento más adelante. Por el momento diremos tan sólo que el vocablo “Yoga” significa “unión” y que las tres sendas reconocidas como vías tradicionales hacia esa Unidad Primordial son Karma-Yoga (mediante la acción), el Gnana-Yoga (a través del conocimiento) y el Bhakti-Yoga (por la devoción). Existe una cuarta vía denominada “Raja-Yoga”, un sistema completo concebido por Patanjali, que reúne a los tres yogas como una cuerda triple. El Sendero Iniciático, de naturaleza holística, contempla a estas tres vías como “principios discipulares” o fundamentos manifestados en la forma de Servicio consciente (Karma-Marga), de Trabajo Interno o devocional (Bhakti-Marga) y de Estudio o Investigación (Gnana-Marga), considerando que estas tres vías no son excluyentes y que pueden ser concebidas en forma integral como el “triángulo de acción” de toda labor discipular. Nuestra Obra –bautizada “Opus Philosophicae Initiationis”– hace referencia a estos tres aspectos en su mismo nombre: 6
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Opus: Obra (manos, fuerza exterior, acción, Karma-marga, servicio consciente). Philosophicae: Filosofía (mente, planificación, Gnana-marga, estudio, investigación) Initiationis: Iniciación (corazón, fuerza interior, Bhakti-Marga, trabajo interno, devoción). Cada vía (“Marga”) posee un particular método de entrenamiento adecuado al temperamento y al carácter de las diferentes personas. Esta praxis es llamada “Sadhana” por los indos, del mismo modo que en Occidente se conoce como “Ascesis”, y sin ésta –es decir sin una estrategia clara y metódica– se dificulta muchísimo alcanzar la meta. Los practicantes de la Sadhana son llamados “sadhakas” que es la forma que usan los hindúes, jainistas y algunas escuelas budistas Vajrayana para referirse a los nobles caminantes que recorren la senda discipular. Toda Sadhana se fundamenta en la disciplina, la constancia y la voluntad, pero antes que nada necesita de un giro radical en el estilo de vida del aspirante, que debe renunciar a lo mundano para fijar su mirada en lo Divino. Esta “rectificación del rumbo” a veces se denomina “metanoia” o “conversión” (del latín “conversio”, hacer que algo se transforme en una cosa distinta de la que era) y constituye un primer hito en la vida discipular. De acuerdo con Panikker: “El requisito fundamental [para avanzar en el Sendero] es simplemente
“Gratia dei et contentione voluntatis excellentiam virtutis adipiscimur” (“Alcanzaremos la excelencia de la Virtud con la gracia de Dios y el esfuerzo de nuestra voluntad”). Pintura en el Vaticano. AXIS MUNDI
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la conversión, esto es, el cambio radical del sentido de nuestra existencia, de mundano (laudika) en sagrado, del orden del conocimiento fenoménico (vyavaharika) al orden de la realidad última (paramarthika). Esta conversión viene ya exigida desde las Upanishad cuando nos dicen que el Atman no debe ser buscado por los sentidos ni en el mundo exterior, sino en el interior, dentro de la ciudad de las nueve u once puertas que representan los distintos sentidos que el hombre posee para comunicarse con el exterior”. (3)
Las cualidades discipulares En un artículo anterior hablamos de la primer cualidad discipular, el DISCERNIMIENTO (viveka), mediante la cual puede establecerse una distinción entre: • Lo falso y lo verdadero • Lo aparente y lo real • La gratificación inmediata y lo que lleva a nuestro objetivo último • Lo efímero y lo eterno • El “desear” y el “querer” La tradición vedantina sostiene que si carecemos de discernimiento no podremos contemplar el mundo tal como es sino a través de las limitaciones de los cinco sentidos y de la memoria, quienes filtran la realidad haciéndonos creer que lo que vemos, olemos, tocamos, gustamos y escuchamos es toda la realidad. Esto es lo que los orientales llaman “Maya”, el espejismo. Para obtener discernimiento es necesario ver más allá de lo evidente, arrancando de nuestros ojos las telarañas de la ilusión. El discernimiento nos ayuda a diferenciar lo esencial de lo innecesario. Y esta lúcida contemplación del mundo tal cual es nos lleva a la renuncia o el desapego (vairagya), colocándonos por encima de lo sensorial, abandonando las ataduras mundanas, y llevándonos a la purificación de nuestros deseos y pensamientos. Esta renuncia no significa “irresponsabilidad” sino –por el contrario– una total “responsabilidad”, entendiendo esta palabra como la “habilidad para responder” a los diversos retos de la vida. 8
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Renunciar no quiere decir abandonar nuestra familia ni nuestras labores corrientes sino darles un sentido más amplio y profundo. En otras palabras, entender el sentido último de la vida diaria, percatándonos que todos nuestros esfuerzos cotidianos no se pierden sino que están conectados entre sí y se dirigen hacia un fin mayor. El noble viajero es un renunciante que abandona los viejos vicios, los malos hábitos, las compañías insalubres sustituyéndolos por virtudes, hábitos de excelencia y amigos de corazón. Un renunciante no es una persona pasiva ni tamásica, pero tampoco es un activista rajásico pasado de rosca. Su naturaleza sáttvica le permite ser más efectivo en su servicio a la humanidad, ya que logra diferenciar lo ilusorio de lo veraz, ejecutando una acción certera y desapegada. La tercera cualidad es “satkasampatti” o “séxtuple logro”, es decir el conjunto de las seis virtudes discipulares, que comentaremos en el siguiente apartado. Por último, la cuarta cualidad se llama “Mumukshutva”, el anhelo de regreso a la Unidad, la nostalgia del reino perdido o el purificado deseo interior que impulsa al discípulo hacia una constante superación. Esta cualidad se vincula a “Moksadharma”, el propósito final de liberación o el abandono del ciclo de renacimientos y muertes, y el ingreso a la bienaventuranza del Nirvana. Esta liberación última no es una aniquilación –como suponen algunos teóricos occidentales– sino la amplitud de la conciencia individual que se fusiona con la Suprema Conciencia: es la gota que regresa al océano, la chispa que vuelve al gran fuego. El regreso a casa.
Las seis virtudes discipulares Las seis virtudes que nacen de Sattva y que convierten al ser humano en un “sattvika” (un hombre noble, equilibrado y virtuoso) son las siguientes: a) Shama (Control de la mente): Serenidad, paz interior y control de los pensamientos. b) Dama (Control sensorial): Manejo consciente de los cinco sentidos y de las acciones (habla, movimiento, etc.). c) Uparama (Cumplimiento del Dharma): Fidelidad a nuestro Propósito. d) Titiksha (Indiferencia entre el placer y el dolor): Fortaleza, paciencia y superación de la dicotomía atracción-repulsión y los pares de opuestos, con el consecuente alineamiento de la existencia a lo Bueno, lo Justo, lo Bello y lo Verdadero. e) Samadana (Mente absorta en Dios): Objetivo único y capacidad de concentración en lo verdadero, más allá de las apariencias. f) Shradha (Fe): Confianza en las enseñanzas divinas y en el Maestro. Estas seis virtudes o “logros” fueron compendiadas inicialmente por el sabio Sankara en su obra “Tattvabodha”. Un librito simple y profundo donde se contemplan las cuatro cualidades y las seis virtudes es “A los pies del Maestro”, una obra escrita por Jiddu Krishnamurti a los 15 años de edad. El joven escritor presentó el esquema discipular con palabras sencillas para que todo el mundo pudiera comprenderlo:
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“A los pies del Maestro”
Discernimiento Carencia de deseos Buena conducta Amor
“A los pies del Maestro”
Dominio de la mente Dominio de la acción Tolerancia Alegría Aspiración única Confianza
Tradición India (Sankara) Viveka Vairagya
Satkasampatti Mumukshutva Tradición India (Sankara) Shama Dama
Uparama
Titiksha Samadama
Shradha
Traducción Discernimiento Desapego Séxtuple logro Anhelo de liberación Traducción Control de la mente Control sensorial Cumplimiento del Dharma Indiferencia ante los opuestos Mente absorta en Dios Fe
Hago referencia a este escrito porque –más allá de su simplicidad– puede considerarse de gran valor para los aspirantes que desean tener un primer acercamiento al camino discipular. La Virtud es una preciosa joya y por eso los simbolistas han usado al diamante como una clara representación de la pureza y la virtud. Las múltiples caras de esta piedra preciosa pueden interpretarse como las “virtudes” en plural que forman parte de una forma única: la VIRTUD, esa fuerza interior diamantina que nos lleva a imponernos a la INERCIA para emprender el camino heroico hacia la cumbre.
Notas bibliográficas (1) Véase: “Gymnasium, sive symbola critica” de Alexander Crombie. (2) Medrano, Antonio: “La senda del honor” (3) Véase: “Mystica ciudad de Dios” de María de Jesús de Agreda: “Caridad, virtud de las virtudes. suma de los tesoros del cielo” o bien “Tratado del Amor de Dios” de Francisco de Sales: “De un modo particular la CARIDAD, que es la Virtud de las Virtudes, la cual, teniendo un objeto infinito, sería capaz de llegar a serlo, si encontrase un corazón en el cual lo infinito tuviese cabida; pues nada impide que este amor sea infinito sino la condición de la voluntad que lo recibe, condición debida a la cual, así como jamás nadie verá a Dios en la medida que es visible, así nadie podrá amarle en la medida que es amable”. (4) Panikker, Raimon: “Espiritualidad hindú”
Extracto de la obra “Yo soy Eso” (Nisargadatta Maharaj) Pregunta: ¿Cómo acontece la identificación de sí mismo? Respuesta: El sí mismo por su naturaleza se conoce a sí mismo sólo. Por falta de experiencia todo lo que percibe lo toma como si fuera sí mismo. Golpeado, aprende a discriminar (viveka) y a vivir en solitario (vairagya). Cuando el comportamiento justo (uparati) deviene normal, un poderoso impulso interior (mukmukshutva) le hace buscar su fuente. La llama del cuerpo se enciende y todo deviene claro y brillante (atmaprakash).
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El Tao de la Carretera (I) Reflexiones filosóficas basadas en conceptos esotéricos tradicionales José Rubio Sánchez y José Miguel Cuesta “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”. El Kybalion Esta serie de escritos que presentaremos en “Axis Mundi” consisten en una suma de reflexiones y experiencias, tal vez lo suficientemente cotidianas y, al mismo tiempo, atípicas, como para que despierten la atención del lector. Abundan en un paradigma de la cultura universal que concibe al Hombre como un Viajero, como un Peregrino que camina por la Vida en pos de un objetivo, consciente o inconsciente. Los ejemplos son muchos, pero en España podemos destacar uno claro y hermoso: el llamado “Camino de Santiago”; y en nuestra tradición grecolatina recordamos al célebre Odiseo, vagando por los mares inhóspitos en busca de Itaca, su amada patria. Pero la cantera es enorme. No hay civilización en el pasado que no haya tenido una visión espiritual del mundo, desde los pieles rojas americanos, a los hindúes, pasando por los egipcios, los celtas o los incas. Cada cultura ha utilizado sus propias palabras y metáforas para explicar las realidades de la vida, como lo ha hecho para nombrar a Dios. El Tao solo es una más. Nosotros, para
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unificar todas esas “visiones”, al referirnos a ellas utilizaremos los términos “Sabiduría Antigua”, o “Filosofía Tradicional”. En esta “cosmovisión” de carácter espiritual, todas las circunstancias cotidianas son el reflejo o la materialización de leyes naturales universales, son símbolos que ofrecen, a quien sabe descubrir sus significados, interrelaciones que explican, o al menos ofrecen una explicación de la realidad digna, como mínimo, de tenerse en cuenta. El coche y la conducción, creemos, es uno de esos símbolos. De China extraemos el concepto del Tao divulgado por Lao Tse allá por el siglo V a.C., que viene a significar “la esencia de las cosas”, en este caso el trasfondo del acto de “conducir”. El Tao no es exactamente el camino sino la esencia del camino, lo Real en el sentido metafísico, aquello que vale la pena, que supera las formas, el continente y el contenido. Comenta Jung en El Secreto de la Flor de Oro:
“El signo chino para Tao está compuesto del signo para “cabeza” y del signo para “ir”. Wilhelm traduce Tao por “sentido”, otros por “camino”, por “providencia” y hasta, como los jesuitas, por “Dios”. Esto muestra la dificultad. “Cabeza” podría indicar la conciencia; “ir” el “dejar camino atrás”. Según esto la idea sería: “Ir consciente” o “camino consciente”. (1) El Tao de la Carretera pretende descubrir el “camino consciente”, despertar la reflexión sobre el Tao de Conducir. Las experiencias y reflexiones aquí expuestas son las nuestras, pero no tienen por qué ser las mismas que las de los lectores. Sin embargo, estamos convencidos de que todo aquel que ha conducido un vehículo, en algún momento ha hecho una comparación entre el mundo de la conducción y el de la vida. Y eso se puede hacer porque existe una Realidad superior que trasciende a ambas realidades. Hay una tendencia en el hombre a reflexionar, a ver más allá de los hechos, en un intento por atrapar sus causas y relaciones. Una actitud positiva que a veces se exagera y se lleva a extremos estrambóticos. Por ejemplo, en “El Péndulo de Foucault”, Umberto Eco, en un alarde de maestría, esboza una explicación del árbol Sephirótico de la Cábala, utilizando, precisamente, el coche como centro. Destacamos la frase en la que dice:
“Anoche encontré por casualidad un manual para aprender a conducir. Habrá sido la penumbra, o lo que me había dicho usted, pero empecé a sospechar que esas páginas expresaban Algo Distinto. ¿Y si el automóvil sólo existiese como metáfora de la creación? Pero no hay que limitarse a lo exterior, o a la ilusión del salpicadero, hay que ser capaz de ver lo que sólo el Artífice ve, lo que hay debajo. Lo que está debajo es como lo que está arriba. Es el árbol de las séfirot”. (2) Como de tantas cosas en la vida, de este texto se pueden extraer diferentes lecturas. Por un lado la más evidente, a nuestro entender: “Los desvaríos a los que se puede llegar forzando la realidad a nuestros intereses”, hasta el punto de querer ver el Árbol Sephirótico en un coche, o en la guía telefónica, o en una lavadora. Pero por otro lado, démosle la vuelta, al estilo egipcio, hermético: “si Dios está en todo, ¿no lo estará en un coche? Por Ley de Analogía, ¿no es posible ver, estudiando por ejemplo nuestro planeta, los compuestos físico-químicos que componen el Universo? ¿Es que no se refleja en lo infinitamente pequeño lo infinitamente grande?” 12
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Nos atrevemos a pensar que un coche, el conductor y el acto de conducir, son un buen punto de partida para reflexionar sobre la existencia, para encontrar paralelismos, para explicar o entender misterios cósmicos a través de pequeñas realidades cotidianas; sobre todo para entendernos a nosotros mismos, Odiseos también en busca de Itaca. Somos conscientes de que el Universo es relativo, que no existen los absolutos. Todo tiene múltiples puntos de vista, y el nuestro solo es uno más que, por supuesto, no consideramos ni el mejor, ni una revelación, ni nada por el estilo. Este libro está conformado tan solo de nuestras reflexiones, atesoradas durante años, fruto de las propias experiencias y de la contemplación de la realidad desde un punto de vista esotérico o filosófico, o ambas cosas a la vez. Desde luego que no es la verdad, pero, ¿qué es la verdad? Ni Jesús respondió a Pilatos. Nos movemos, como decía Platón, en el mundo de las opiniones, un camino tendido entre los extremos de la ignorancia y la sabiduría. Quizá y ese es nuestro único deseo, una u otra de estas reflexiones ayuden a algún lector, o al menos le hagan pensar.
Notas del texto (1) Jung, Carl Gustav: “El Secreto de la Flor de Oro” (2) Eco, Umberto: “El Péndulo de Foucault”
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Vivencia de la convivencia Eduardo Ciotola Mosnich Del Amor y otras vivencias ¿Sabes cuándo alguien te ama? Cuando te dice: porque te amo te dejo ir. Puede parecer chocante, pero es que una condición fundamental del Amor, es el respeto por el libre albedrío del Ser Amado y por el natural fluir y transcurrir de éste. En efecto, el Amor no es atrapamiento porque entonces dejaría de ser Amor para convertirse en Querencia, Necesidad, Gusto o simple atracción sexual, mas no Amor. Siendo Energía, le es consustancial el movimiento, el transcurrir, el fluir y por tanto nos recuerda que no podemos oponernos a él. La Energía no es oponible: es canalizable. Por eso se afirma que el Odio no es otra cosa que el Amor atrapado y por eso genera desarmonías sico-somáticas funestas, expresadas corporalmente en tumores que se convierten en neoplasias. Dado que el Amor habita en el plano espiritual del Ser humano, esto explica porqué no es comprensible por la Razón, pero es captado por la Supra-razón a través de la Intuición. Esto explica también porqué se dice que es ciego, ya que se le vincula directamente con la Fe que es la base de la Confianza. Hablar de una Fe ciega es redundante porque toda Fe, por naturaleza debe serlo al igual que su forma más elevada que es la Justicia.
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Habitando el plano espiritual, el Amor se encuentra muy vinculado con la Esperanza y obviamente con la Caridad, virtudes estas conectadas con la Belleza y la Bondad. A su vez, en el centro de este sistema espiritual, a modo de eje, se encuentra el Amor muchas veces incomprensible para nuestras frágiles mentes como nos ocurre con Dios. Dado que en el Espíritu habita lo Trascendente y Absoluto, hablar de Amor Eterno, es una redundancia.
De la querencia y otros afectos infiernícolas Cuando la Energía del Amor empieza a descender por los peldaños de los fenómenos afectivos que habitan la sique humana, empieza a densificarse para convertirse en Querencia, Deseo, Necesidad e instintoide atracción sexual. Así mismo también se vuelve más egocéntrica y demandante. Pierde su transparencia y sutileza para enturbiarse y “costrificar” todo tipo de vínculo interpersonal. Aparecen los celos, en cualquiera de sus expresiones. La Fuerza amorosa deja el mundo de la Verdad y la certidumbre para convertirse en Sospecha y Conjetura. Deja el mundo del Sueño constructor de futuros deseados para convertirse en fantasía desbordada destructor de presentes constructivos. Empieza la persecución y el atrapamiento y convierte las relaciones en vínculos de cazador– cazado, de victimario–víctima. El Amor pierde su perfume natural y se impregna del hediondo olor que tiene el mundo del irrespeto. Se instala la desvaloración tanto del perseguido como del perseguidor y reina el dolor y la infelicidad. Las personas así, enturbian su mirada y pierden la conciencia de su propósito y sentido de vida en este mundo para convertirse en gemebundos infiernícolas, es decir en habitantes de un Infierno, que es su propio Infierno. Viven su propio “sin vivir” y sólo contaminan así al objeto de sus inquietudes, destruyéndose y destruyéndolo. Así, la Convivencia, degenera en apenas Supervivencia.
Convivencia y supervivencia Convivencia es la potencia latente que todos tenemos para poder relacionarnos amorosamente con otros seres. Esta afirmación contiene en sí varias condiciones para la Convivencia. En primer lugar afirma que es innata en todos los Seres. Esto incluye a los del reino humano y a los de todos los reinos de la Naturaleza. En segundo lugar, que debe vivirse desde el Amor, que no implica cohabitación física necesariamente, sino fundamentalmente el Respeto por el Libre albedrío y la Libertad de aquellos con los que co-existimos. AXIS MUNDI
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Si tenemos seres bajo nuestra responsabilidad, la presencia del Amor hace que inspirados en éste, contribuyamos al crecimiento de aquellos con los que convivimos. Cuando la conducción acepta esta propuesta, se convierte en Autoridad, que no es lo mismo que el Poder. La Autoridad tiene como condición fundamental, el crecimiento de todos aquellos sobre los cuales se ejerce. Autoridad etimológicamente viene del latin au-gere del que luego procede augestas, que connota aumento, promoción, hacer progresar. Autoridad entonces es: hacer crecer, y por tanto está estrechamente ligado al Amor, en la medida que todo lo que se hace con éste, permite el crecimiento de quien lo genera y de quien lo recibe. Y en tercer lugar sugiere que abarca a todos aquellos con los que no vinculamos, sin distinción de condición alguna. Por tanto, debemos convivir con las personas, las mascotas y toda expresión de la Naturaleza. En cambio, Supervivencia significa continuar viviendo a pesar de, (o después de) un determinado suceso, usualmente vivido en condiciones adversas y a veces sin los medios indispensables para lograrlo.
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Siempre sugiere situaciones extremas de gran ansiedad, temor, sufrimiento, miedo y hasta pánico o terror, y lo llamativo es que muchas personas viven bajo estas condiciones en su vida familiar, de pareja o laboral, manteniendo lo que se conoce como relaciones tóxicas.
Siete recomendaciones para convivir Sobre la base de que la Convivencia debe utilizar la Comunicación permanente, el afecto amoroso como base, el respeto y tolerancia como virtudes, y la armonía como construcción del escenario de los vínculos interpersonales, nos permitimos sugerir las siguientes recomendaciones. 1. Amar antes que querer. Ya hemos comentado que el Amor es respeto por el fluir natural de otros, y siempre conlleva generosidad y respeto. En cambio la querencia conlleva atrapamiento y lleva en su interior diversos grados de irrespeto por la condición de otros a los que usualmente, solamente “se les quiere”. 2. Vivir con conciencia de Sentido y Propósito de Vida. Por Ley física, no podemos dar a otros lo que no tenemos para nosotros. Si nosotros recreamos y construimos nuestro propio, urgente y consciente Sentido y Propósito de Vida, naturalmente inspiraremos en otros la recreación consciente de éstos para sus propias Vidas. Así, no solamente seremos ejemplos dignos de ser seguidos, sino que habremos contribuido a la Libertad y Felicidad de parte de la Humanidad. Esto es trascender. 3. Diga gracias y muéstrese agradecido. Todo acto de Amor, por Ley de causa-efecto, choca con las paredes del Universo y retorna en forma de Gratitud. Y todo acto de Gratitud, a su vez, activa y nutre sinérgicamente la Fe, la Esperanza y la Caridad. De otro lado, nunca supongamos que las personas “interpretan” nuestro agradecimiento. No. Siempre expresémoslo de manera comprensible porque es un reconocimiento que a su vez nutre la Estima del receptor del gesto. El agradecimiento es una característica clásica en los Hombres Nobles que, lejos de debilitarlos, los enaltece y los nutre recíprocamente en conjunto con quien recibe el acto. 4. Exprese alegría. Y por eso, ría sinceramente cuando la situación lo amerita. De este modo, usted provocará en su entorno una sana, armónica y natural elevación vibratoria del ambiente que lo rodea, además de beneficiarse internamente con la liberación de endorfinas, lo que contribuirá al bienestar y plenitud propia y de los que lo rodean. Recuerde además, que la persona alegre es confiable y que existe una enfermedad llamada Querofobia, que es el odio a la Alegría.
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5. Invierta tiempo con otros. Para eso, escoja temas nutrientes de conversación. Es decir, temas que sean inclusivos, resonantes y trascendentes para usted y los que lo rodean. Hablar de planes a futuro, de grandes sueños, de escenarios ideales, de temas que inspiren Esperanza genera entornos nutrientes. Si lo logra, habrá invertido bien, este recurso valioso que es el Tiempo. Temas tóxicos, que generen depresión, temor, dudas, sospechas, conjeturas, miedo, asco, rechazo o denigración, se consideran temas cronófagos; es decir, temas que tragan su tiempo y el de los demás perturbando la armonía y hasta la salud del ambiente en el cual usted está. 6. Revalore sus recursos. Sí. Y el primer recurso a revalorar es el dinero. Muchas veces se dice, infelizmente por cierto, que cuando el dinero sale por la puerta, el Amor se va por la ventana. O que el dinero no hace la Felicidad, pero la compra hecha. Cuidado. Estos, son paradigmas paralizantes y tóxicos. El dinero es uno de los recursos que tenemos, para lograr Felicidad y Prosperidad, pero debe ir acompañado de cuatro compañeros más: Energía personal, Conocimientos, Tiempo y Patrimonio. En un porcentaje elevado, las relaciones de Convivencia se quiebran por mal manejo de los aspectos económicos que son propios de todo grupo humano, sea cual fuere. Pero no es lo único ni lo más importante, al punto que hay quienes afirman que “hay gente tan pobre, que sólo tiene dinero”. Y suele ser verdad. De nada vale contar con dinero que tenga que irse por falta de Salud, por ignorancia, por falta del patrimonio necesario o porque no tenemos el Tiempo para disfrutarlo. El dinero es criterio de realidad y el lubricante de los intercambios, pero apenas forma parte de un sistema de factores que también tenemos que cuidar. Además recuerde que donde no hay presupuesto…debe haber Creatividad. 7. Tenga pero no retenga. Contrariamente a la creencia popular, no existe texto sagrado o filosófico serio que critique o considere como negativa a la Riqueza. La Biblia por ejemplo, el texto sagrado por antonomasia para un amplio sector Occidental, no critica la Riqueza sino el Amor a la Riqueza, lo cual ya es muy distinto. El retener va en contra de los principios del Amor porque, como ya hemos señalado, es un atrapamiento que, como todo atrapamiento es pernicioso en sí mismo y dice mucho de la inseguridad y la baja autoestima del atrapador. El atrapamiento detiene e impide el crecimiento, por tanto es egoísta y contribuye a la destrucción de lo atrapado, porque todo aquello que no se mueve deja de crecer, se descompone y muere. Finalmente, Persevere. Recuerde: el Hombre vive del fruto de su Perseverancia. 18
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¿QUIÉNES PUEDEN PARTICIPAR? Podrán participar todas las personas interesadas en la fotografía y en la simbología, sin límite de edad. La participación es individual, no pudiendo presentarse grupos, empresas o estudios.
DURACIÓN DEL CONCURSO Las fotografías serán recibidas desde el 1º de diciembre de 2013 hasta el 15 de abril de 2014 en el correo
[email protected]
Más información: www.cazadoresdesimbolos.com AXIS MUNDI 19
En L.V.X. Phileas del Montesexto En varias ramas occidentales de la Tradición Iniciática se suelen firmar las cartas, mensajes y salutaciones formales con el acrónimo L.V.X., que nos remite en primera instancia a la palabra “LVX” o “LUX” (“Luz”), considerando que la “U” es una forma evolucionada de la “V” latina. Siendo así, la primera intención al cerrar un comunicado de carácter fraternal con la sigla “L.V.X.” o “En L.V.X.” está referido al envío de luz espiritual al destinatario. No obstante, al profundizar un poco en la llamada “criptografía mística”, común en la cultura greco-latina, podremos descubrir que los cristianos primitivos utilizaban habitualmente algunas letras definidas para ocultar otras palabras, como revela en sus obras la investigadora Margherita Guarducci (1): D = Deus, Dios F = Filius, Hijo M = María PE = Petrus, Pedro L = Lux N = Nika, Victoria P = Pax, Paz R = Resurrectio, resurrección S = Salus, Salvación V = Vita, Vida X = Χριστός, Cristo Teniendo en cuenta esta lista, podemos ver que “L.V.X.” significa también Luz (Lux, L), Vida (Vita, V) y Amor (Christós, X). Lo interesante es que el Amor se representa con una “X”, la primera letra del nombre del Cristo en griego (Χριστός), pues desde una percepción mística el Salvador mismo se vincula con el Amor más puro. Así como es arriba es abajo, decían los antiguos, y al observar al Sol como proveedor de Luz, Vida y Calor (Amor), se vieron a sí mismos como poseedores –y dadores– de esos tres bienes e identificaron al Cristo como una síntesis perfecta de estos atributos divinos, el modelo más excelso a seguir. La “X” se relaciona tambien con la visión del emperador Constantino I y con el símbolo del crismón cristiano (XP), el cual representa al Cristo crucificado, en el instante preciso de su cuarta iniciación, la prueba de fuego. Existe también un curioso diseño en cruz supuestamente encontrado en las catacumbas de Roma donde se define al Cristo a través de cuatro palabras dispuestas en cruz. En este símbolo 20
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antiguo, el Cristo es reconocido como Rex (Rey), Lex (Ley), Lux (Luz) y Dux (Líder), colocando la “X” como final de cada uno de estos vocablos latinos, atendiendo a “X” como la primera letra del nombre griego del Cristo. En algunos casos, como en la Iglesia de Saint Pierre du Dorat, la palabra “Dux” es cambiada por “Pax” (Paz) y de este modo Cristo es Rey, es Ley, es Luz y es Paz. El lema de la Orden de Saint Luke, fundada en 1946 en el seno de la tradición metodista, toma como inspiración este diseño cruciforme y dice: “JESU ESTO MIHI JESUS - DUX - LUX - REX – LEX”, es decir: “Jesús sé mi Salvador, mi Líder, mi Luz, mi Rey, mi Ley”. Habiendo reconocido ahora el origen y significado de esta forma de comunicación tradicional, hago propicia esta ocasión para saludar cordialmente a todos los lectores de “Axis Mundi”, en L.V.X.
Notas del texto (1) Citada por Rosolen, Higinio: “El lenguaje de los primeros cristianos” en revista “Diálogo” de octubre de 2010
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El Instante Yuri Londoño Salinas Aquel instante, medio minutito lo llama la Maestra Ada Albrecht. El instante es tan corto como el infinito. Tan pequeño como el universo. Tal veloz como el pasar del tiempo… Es Eternidad, es Grandeza, es Magnificencia… En un instante la vida nace, la vida muere, en un instante se cae, se pone en pie el guerrero… En el instante se gana, se pierde, se enamora el alma, se lleva adentro… El instante dura toda una vida. Estamos hechos de instantes, de pequeños grandes momentos… Compuestos de instantes donde ninguno es igual al anterior o al siguiente… Nuestra vida, nuestros sueños, nuestras batallas, nuestros caminos se componen de instantes, así como las constelaciones se componen de estrellas, brillantes, únicas, pequeñas, grandes, vivas, muertas, así es… Cuán maravilloso es el sentido del instante que no se puede atrapar, no se puede ver, no se puede escuchar… No son los segundos, ni minutos ni horas… No son milisegundos, no se ven en el reloj, en el cronómetro o en el calendario… No puedes señalar el instante, no puedes atraparlo y mostrarlo a tu hermano, no puedes fotografiarlo o filmarlo, no puedes dibujarlo, o hacer una escultura de él…
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No tiene forma, no tienen tamaño, olor, sabor, sonido… ¡Qué pequeño es nuestro entendimiento! Para definir el instante debemos definir lo que no es… ¡Qué ciegos estamos! No podemos abrir los ojos del alma para ver el instante… El instante es cada palpitar de tu corazón, cada suspiro de tus pulmones, es cada pestañear de tus ojos… Es el despertar del sol, el soplo del viento, el abrir de una flor, el regalo del arco iris… Es la alegría del que sirve, la sorpresa del que encuentra, la paz del que da… El instante es el regalo más grande… No puedes cambiar un siglo, un año o un mes, solo el instante puede ser modificado, solo este puede hacer la diferencia, escoger si hacer el bien o el mal. Es el instante el que nos define, el que hace de nosotros mejores o peores, el que da vida o muerte… Levantarse cada mañana, abrazando el instante, es ser Uno con Todo, porque entiendes que no hay más oportunidad, que la vida es Ahora, que cada instante tú puedes hacerlo mejor, puedes ser más dedicado, más fuerte, más decidido, más bondadoso, más feliz… Un instante no es más que el paso de una estrella fugaz, majestuosa, repentina, así mismo, fugaz…
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El Bautismo La importancia del nombre y la culminación de la Obra John Tyrson ... y le daré una piedrecita blanca, Y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. Ap2:17 El término griego bá•pti•sma se refiere al proceso de inmersión, es decir, sumergirse y emerger; se deriva del verbo bá•ptō, “sumergir” (1). Y su connotación es evidente: sumergir lo viejo para que emerja lo nuevo. Morir y renacer.
Esta antigua ceremonia, tantas veces ejecutada automáticamente y por lo tanto sin ningún peso o contenido espiritual, es encontrada en muchísimas culturas. Casi podríamos decir que en todas. Es por lo tanto un referente universal humano que contiene un significado en diversas capas de profundidad. La primera de ellas es la de conferir un nombre. Cuando se bautiza se asigna un nombre a una persona, y es por lo tanto reconocida en la comunidad social y espiritual a la que pertenece por ese nombre y sus atributos. En occidente estamos acostumbrados a considerar el bautismo cristiano, o católico. Y precisamente en el sacramento católico –el bautismo es un sacramento– el bautizado deberá tener el nombre de un Santo, además del nombre o los nombres que le adjudiquen sus padres. Tal vez se busca con esa exigencia, asimilar las virtudes del Santo al bautizado. En otras culturas el nombre se asigna a una característica de su nacimiento, y es muy normal que cambie al alcanzar la pubertad, cuando el individuo se inicie como adulto en esa sociedad y esa iniciación corresponda a una circunstancia significativa cargada de simbolismo. Y lo mismo puede suceder en la vejez. De allí que muchas veces, como sucede en las culturas indígenas norteamericanas, se le asigne el nombre de un animal totémico o de un hecho significativo de la naturaleza ocurrido precisamente durante esa etapa iniciática. En la vida diaria puede ocurrir, y ocurre frecuentemente, que seremos nominados diferentemente al cumplir algún hito importante o al cambiarnos de país o zona. Debemos prestar suma atención a eso porque está marcando una circunstancia iniciática importante: un nuevo sistema de coordenadas se está abriendo en nuestra vida y debemos ser conscientes de ello. Porque asociado a un nombre va una identidad, por la cual somos conocidos y la cual nos estará determinando también en lo íntimo. La identificación con el nombre es tal y tan importante, que cuando se recibe un “nombre má-
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gico”, por alguna circunstancia de carácter trascendental, ese nombre debe ser preservado cuidadosamente porque con él se puede operar a través del alma. Y porque quien lo posea puede influir poderosamente en el individuo en cuestión. Es el nombre del alma. Tiempo atrás escribía:
“El Nombre. Una de las Iniciaciones más comunes que existen es el Nombre de la persona. Hemos visto la importancia que reviste el verbo en la Cábala, y hemos visto cómo cada letra, y cada palabra, tienen su valor, al punto que los cabalistas han creado la disciplina de la Guematría, el Notariqón y la Temurá para extraer significados del valor de las letras y las palabras. La palabra, mencionábamos, está íntimamente ligada a la Creación, a la evolución del humano, a su pensamiento. Con ella hemos creado “un nuevo cielo y una nueva tierra”. A la luz de esto, ¿qué importancia entonces reviste el nombre de alguien? Total, tiene un valor de acuerdo a la Cábala, pero también tiene un valor semántico social. Cabalísticamente, algo existe a partir del momento en que es nombrado. Hemos visto reiteradamente cómo a una persona se le llama por su nombre, o por su apodo, o por su apellido. Y cómo cambia esa denominación de un ambiente a otro e incluso de una etapa de la vida a otra. Esto está diciendo muchas cosas a las cuales prestarle atención. Amenofis IV, o Amenhotep IV, cambia su nombre a Akhenatón cuando impulsa una reforma religiosa radical en Egipto al cambiar el culto de Amón por el de Atón. El Faraón era, a partir de ese momento, un hijo de Atón, una persona distinta en su esencia. En los indígenas de América y en otras etnias, era una usanza obligatoria el cambiar el nombre al dejar la adolescencia y alcanzar la adultez. Y es práctica constante el llamar a una persona por un nombre diferente al ingresar en una confraternidad, club o asociación de algún tipo. Es una suerte de bautismo, consciente o no, pero la persona pasa a “ser” alguien diferente en ese ámbito. En la vida diaria, varias religiones practican el ritual del Bautismo, donde es confirmado el nombre de la persona. Es de por sí una Iniciación. Pero a nuestros efectos, debemos estar atentos a cuando en un ambiente nos cambian el nombre por cualquier motivo, significa que cambió nuestra calidad de vida, nuestra esencia. Es normal que acontezca cuando la persona se desplaza y pasa a vivir en otro lugar alejado del anterior. La vida cambió, y la persona también. Y debe vivir en consecuencia con ello. Pero, puede ocurrir en prácticas de meditación, sueños u otras formas de exaltar la conciencia, que la persona acceda a determinado plano donde un nombre personal le puede ser revelado. Miles de personas experimentan esto y no lo dicen, o viven en medio de una duda existencial o de identidad y callan. “Yo en realidad soy..., o me siento...”, acostumbran a decir cuando lo confiesan. Este nombre recibido en estas circunstancias, aquello íntimo que los identifica en planos diferentes de la realidad, es una cosa muy importante. Es, por decirlo de alguna manera, el nombre de su alma. Con ese nombre se pueden realizar trabajos mágicos de evocación o invocación, o AXIS MUNDI
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de protección. Es sumamente útil para ascender por los Senderos. Como medida de precaución no se le debe revelar a nadie, porque quien lo sepa tendrá la posibilidad de influir directamente en su alma. Y esto puede ser peligroso. Advertimos que de nada sirve “buscar”, el Nombre, es una cosa que se da cuando y a quien lo necesita para su desarrollo, algunos pueden prescindir de ello. Buscar el Nombre solo conduce a confusión, y resultados estériles”. (2) La segunda instancia significativa a la cual nos remite el bautismo es a la de una iniciación con diferente niveles de significación. Ya Moisés imponía determinadas abluciones con fines de purificación (Num 19:1-22), y los Profetas señalan esta práctica como una purificación interior asociada al don del Espíritu. Juan el Bautista fue más preciso, indicando el Bautismo como una conversión para el perdón de los pecados (Mc 1:4). (3) En ese sentido de “lavado de los pecados o purificación” es que este bautismo es realizado con agua. Y vemos hoy día a católicos lavando la cabeza de los bautizados, u otras denominaciones eclesiásticas que sumerjen totalmente el cuerpo en ríos o lagos, o bien en piscinas. Incluso en las religiones de origen africano se realiza una ceremonia donde el iniciado adquiere el “nombre de cabeza” del orixá al cual pertenece mediante lo que se denomina “un lavado de cabeza”, que según las diferentes vertientes de esas religiones se puede realizar con agua... o con sangre. Y no debemos impresionarnos por esto, en la religión judía se realiza el pacto con Yavé a través de un rito de sangre: la circuncisión. Y también allí el iniciado –que tiene tan solo ocho días– recibe su nombre y es integrado a la comunidad. La circuncisión es también practicada por el Islam y por varias etnias africanas. Y es tamién conocido el hecho de que en varias etnias se obtiene el nombre en estado de trance, a veces inducido mediante privaciones y sufrimientos. En los propios indígenas charrúas fue observado un ritual mediante el cual el individuo cavaba un pozo grande donde se introducía y pasaba varios días ayunando, al tiempo que se inflingía heridas en su cuerpo atravesando la piel con puntas hechas de caña. Permanecía en ese estado hasta que se le aparecía –normalmente en una visión– determinado animal. Su animal totémico, en términos antropológicos, del cual tomaría sus cualidades, lo ayudaría en instancias de peligro o enfermedad y muchas veces le confería el nombre. Pero volvamos al bautismo en el ámbito cristiano. Vemos que comienzan a surgir planteos y preguntas interesantes: – El bautismo es una instancia de corte iniciático anterior al cristianismo. – ¿Por qué Jesús nunca bautizó a nadie?
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Acá la clave se encuentra en ese personaje un tanto enigmático que Leonardo da Vinci no dudó en destacar al punto de ponerlo al mismo nivel que Jesús: Juan el Bautista. Juan el Bautista es uno de los personajes más reconocidos y más controvertidos en la historia del cristianismo y, como decíamos, es anterior a toda esa epopeya, o mejor dicho: su iniciador. Ha sido diversamente interpretado tanto por los evangelistas como por el Islam, donde es venerado y su tumba se encuentra en la mezquita de los omeyas, en Damasco, siendo un lugar de peregrinación. (4) Sea como sea, Juan el Bautista adquiere dos connotaciones innegables: es el anunciador y es el precursor. A su origen también se le atribuye una madre virgen. Tenía numerosos discípulos y era quien cumplia con el rito bautismal sumergiendo los cuerpos en el agua. En el caso que relata la Biblia lo hacía en el Jordán. Manfred Barthel (5) nos propone varias cosas interesantes. En primer lugar no se sabe a cuál secta correspondía el bautismo practicado por Juan. No era a los esenios, como a menudo se menciona, porque los esenios no creían en la limpieza de los pecados. Barthel especula que el usar el río Jordán para estas ceremonias, era para evitar el gasto que significaría hacerlo en Jerusalén, por gastos de viaje y pago a los oficiantes. Lo cierto es que el propio Jesús se hace bautizar por Juan y lo reconoce de esta manera como en un nivel superior. No obstante, Juan menciona que “el que viene después de mí (...) es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Mt 3:11). Tampoco se menciona que Juan atribuyera nombre alguno durante el bautismo. Y como decíamos: Jesús nunca bautizó a nadie, aunque sí lo hicieron sus Apóstoles. ¿Cuál es entonces el significado del bautismo de Juan? Tal vez podamos encontrar alguna pista en los siguientes hitos. Juan se menciona a sí mismo –siguiendo al profeta Isaías– como “una voz que clama en el desierto”. En este acto se despersonaliza completamente y niega identidad alguna. Según menciona la Biblia, vestía una indumentaria de “pelo de camello, un cinto de cuero alrededor de sus lomos, y su comida era langosta y miel silvestre.” Su aspecto no parecía ser muy cuidado entonces. Sin identidad, vestido con pieles, comiendo langostas y miel, no podemos más que pensar en Juan como en un producto de la Madre Tierra en estado puro y salvaje. Juan bautizaba con Agua, y el resultado inmediato de este acto sobre Jesús, fue el descenso de una paloma blanca, como se representa hoy día en el altar mayor de la Basílica de San Pedro, donde no hay otra imagen que ésta y se le atribuye al Espíritu Santo. AXIS MUNDI
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Y al final, Juan anuncia que vendrá aquel que bautizará con Fuego. Tal como sucedió en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo se impuso a los Apóstoles con llamas sobre sus cabezas. Y otro hito importante: la muerte de Juan el Bautista. Decapitado, como significado inequívoco de consumación de una etapa. No tenemos que hacer esfuerzo alguno para reconocer en todo esto las etapas de la Obra Alquímica. La Tierra, el Agua y el Fuego. O bien, lo Negro, lo Blanco y lo Rojo. Sí, tal vez falte alguna etapa intermedia, pero lo tradicional es esto: Nigredo, Albedo y Rubedo. Y Juan fue decapitado, como se simboliza la decapitación del cuervo al final de la etapa del Nigredo. Y descendió la paloma blanca, como desciende el Albedo durante la práctica alquímica. El cuervo decapitado, la paloma que desciende y, finalmente la muerte de Jesús en la cruz, el sacrificio del pelícano que con su propia sangre alimenta a sus hijos. Y el mensaje final: “...De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3:3). Entonces, siguiendo a Louis Cattiaux (6) y a Emmanuel d’Hooghvoorst (7), no podemos dejar de pensar que aquí, como en el resto de las escrituras, como en tantos otros libros sagrados, como en la propia Odisea, se encuentra encriptado un mensaje: el de una ascesis antigua que nos conducirá a aquellos estados para los cuales está destinada la criatura humana.
Notas bibliográficas (1) Watch Tower Reader, Testigos de Jehová, “Perspicacia para comprender las Escrituras” (2) “La Cábala en el camino iniciático de las personas comunes y en la vida diaria”. Disponible en la web www.johntyrson.com (3) Poupard, Paul: “Diccionario de las Religiones”/Bautismo (4) Poupard, Paul: “Diccionario de las Religiones”/Juan Bautista (5) Barthel, Manfred: “Lo que dijo verdaderamente La Biblia” (6) Cattiaux, Louis: “El mensaje reencontrado” (7) d’Hooghvoorst, Emmanuel: “El hilo de Penélope”
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Sobre la energía femenina Pallas Atenea En muchas ocasiones, la Energía femenina es difícil de comprender, incluso hasta para nosotras mismas. Por momentos nos encontramos haciendo cosas o teniendo determinadas actitudes que nos cuesta reconocer como propias. Esto se debe en gran parte a que tenemos diferentes tipos de energías, dependiendo del momento que nos toca vivir. El sendero de la Diosa, es un sendero de autoobservación. De mirarnos frente al espejo de nosotras mismas y conocer –y re-conocer– a la Diosa que llevamos dentro. De acuerdo con Ada Albrecht, “observarnos implica la quietud de un alma silenciosa. En la observación, radica el principio de la sabiduría, siendo a la vez amable y silenciosa manera de preguntar en el más lógico de todos los lenguajes”. (1) A través de la observación podemos llegar a la comprensión de quiénes somos, de dónde estamos paradas en la vida, de qué cosas vinimos a hacer, de cuál es el propósito de nuestra existencia, es decir, nuestro Dharma. Conocernos nos transforma en protagonistas de nuestra vida, de nuestra historia y además, nos hace conscientes. El concepto del sendero de la Diosa, no está en contraposición al Sendero Iniciático propuesto por el Programa OPI, sino que simplemente es otra visión, otra cara de un mismo cristal. Ambos senderos son simultáneos, y no excluyentes uno de otro. Existen muchas diosas en una sola mujer, y cada una de ellas aflora cuando más necesitamos de esa energía. Cada diosa nos brinda diferentes herramientas para hacer frente a las diferentes circunstancias de la vida, de acuerdo al momento que estemos transitando. No es lo mismo ser mamá, que ser esposa, que ser hija. En cada momento diferente aflorará una energía (distinta en función de un rol diferente). Y todas ellas, nos propiciaran, si trabajamos conscientemente, a realizar nuestro Propósito en la Vida. Por mi parte, estoy viviendo casi exclusivamente el aspecto de “Diosa Madre” por decirlo de alguna manera, lo cual no significa que las diosas que propician aspectos más personales o profesionales no convivan en mí misma también. Cada una aflorará a su debido tiempo. Hoy por hoy me toca ocuparme de mis hijos y de sus necesidades, de llevar adelante el Hogar, de acompañarlos en su crecimiento. Por el momento, y solo por el momento, tengo relegados a planos un poquito más lejanos los proyectos personales que necesitan más energía, ocupándome solo de algunas pequeñas cosas. Porque sé que de acuerdo a mi Dharma, en este momento, lo que debe primar es la energía puesta en la familia. No es fácil, hay muchas diosas dentro de mí, y muchas veces tengo la impresión de que determinadas situaciones se apoderan de la totalidad de mi vida. Pero, si lo pienso más objetivamente, intentando controlar las emociones que se desatan, puedo comprender y aceptar el Dharma de hoy y logro la paciencia necesaria para el momento presente. 30
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A medida que vamos ocupándonos de nuestro Dharma, se van cerrando los ciclos correspondientes, dando paso así, a otros aspectos de ese Dharma. En cada caso, siendo mujeres, la energía de la Diosa nos acompañará siempre. Aceptando estos aspectos diversos de esa energía femenina, nos conocemos, nos aceptamos, nos vamos realizando poco a poco, encontrando así, nuestro Propósito en la Vida. Mujeres. Con ambivalencia de aspectos. Todas somos diosas.
Notas del texto (1) Albrecht, Ada: “Cartas de mi Maestro”
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Poema Víctor de Castellar
Flotando el hada blanquecina, entre narcisos y lirios en flor, el primaveral bosque ilumina, con su belleza y cálido albor. Su luz inmaculada rutila, cual centella, en purísimo ardor, y, sabia, poderosa, sencilla, su reino siembra de inefable Amor. Dulzura y armonía destila cuando, con su sobrenatural voz, angélica y cuasi de diva, entona una encantada canción. Pequeños seres alados brillan, revoloteando a su alrededor, mientras ella, con una sonrisa mirífica, obsequia, de corazón, a silfos, oréades y ninfas que, arrobados y absortos, suspiran, admirándola, llenos de unción.
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La llama no se apaga
El pasado mes de octubre, el coordinador internacional Phileas del Montesexto visitó la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) donde mantuvo contacto con el Círculo local (foto arriba) y realizó una serie de charlas sobre el Viaje del Héroe (foto abajo).
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Los Círculos del Programa celebraron la entrada de la primavera y el otoño (arriba a la izquierda, foto de Pereira, Colombia). En Perú, la reciente visita del coordinador internacional fue útil para comenzar a trazar un plan estratégico hacia el 2018. Arriba a la derecha: dinámica grupal en Lima. Abajo: Construcción de mandalas con semillas.
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Las enseñanzas del ratón místico
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CONCURSO DE PINTURA Y DIBUJO La tapa y la contratapa de este número de “Axis Mundi” fueron dibujadas por Diana Londoño Salinas de Pereira (Colombia), quien obtuvo el segundo premio en el Concurso de Pintura y Dibujo organizado este año por el Programa OPI en conjunto con El Faro de Alejandría y la Comunidad Bibliográfica. La soror Diana es también la autora de la tapa de la obra de Phileas del Montesexto titulada “Laberintos y Dragones”.