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Prepararse para su destino eterno Élder Neil L. Andersen Del Quórum de los Doce Apóstoles Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 10 de enero d

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Prepararse para su destino eterno Élder Neil L. Andersen Del Quórum de los Doce Apóstoles Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 10 de enero de 2010 • Universidad Brigham Young Mis queridos jóvenes hermanos y hermanas, no puedo ver todas sus caras aquí en el Centro Marriott y, por supuesto, tampoco en las miles de capillas alrededor del mundo, pero puedo sentir su bondad, su deseo de hacer lo correcto y su amor por el Señor y Su evangelio restaurado. Una de las bendiciones de ser Autoridad General es que tenemos la oportunidad de estar con ustedes por todo el mundo. En los últimos meses, hemos visto sus caras y estrechado sus manos en muchos lugares de Estados Unidos. En junio, viajamos con el presidente y la hermana Uchtdorf a Europa Oriental, a Rusia y al Reino Unido. En octubre estuvimos en Sudáfrica y en el Oeste de África. En noviembre regresamos de Centroamérica. Entre los jóvenes adultos y jóvenes de esta Iglesia existe un gran poder de rectitud. Espero que les sirva de consuelo saber que hay otros miles y cientos de miles que encaran los mismos desafíos y tienen los mismos objetivos importantes. Les amo, y ruego que el Espíritu del Señor nos acompañe al hablar esta noche de cosas que son importantes para ustedes. He estado en esta vida terrenal tres o cuatro décadas más que la mayoría de ustedes, pero no es mi experiencia lo que me trae ante ustedes. Consciente de mis propias debilidades, estoy ante ustedes como apóstol del Señor Jesucristo, ordenado y comisionado para testificar de Él y para hablar de las cosas que Él hablaría. Mi asignación esta noche viene del apóstol principal del Salvador, el presidente Thomas S. Monson. Al mirarlos, pienso en mí mismo hace 37 años. Acababa de regresar de una misión en Francia. Con pocos recursos aparte de un poco de dinero prestado, vine a la Universidad Brigham Young. Conseguí trabajo como limpiador de ventanas en el campus, y un año después conocí a la luz de mi vida, Kathy Williams. Me sentía un poco solo e inseguro del camino por delante. Recuerdo haber pensado: “¿Qué me depara el futuro y cómo puedo prepararme para ello?” Con esos pensamientos, he dado a mi mensaje el título: “Cómo prepararse para su destino eterno”. Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, con frecuencia hablaba de objetos tangibles para ayudar a Sus discípulos a comprender lo intangible, lo espiritual. Habló de semillas y de granos, de alfolíes, gallinas, flores, zorras y docenas de otros objetos físicos para ayudar a las personas a comprender mejor la fe y el arrepentimiento, el poder espiritual y la salvación. No hablaba de aviones, ya que no eran parte de Su sociedad, pero el presidente Uchtdorf ha compensado la

falta de ello en los últimos años y nos ha dado maravillosas enseñanzas de sus propias experiencias como piloto. Esta noche yo tengo una historia sobre un avión que nos enseñará en cuanto a prepararnos para nuestro destino eterno. El capitán Sullenberger y el vuelo 1549 de US Airways Exactamente hace un año esta semana, el 15 de enero de 2009, el vuelo 1549 de US Airways despegó del Aeropuerto La Guardia en la Ciudad de Nueva York y se elevó rápidamente al cielo en lo que se esperaba fuera un vuelo sin incidentes a Charlotte, Carolina del Norte, por la costa este de los Estados Unidos. El capitán del avión era Chesley B. “Sully” Sullenberger. Tenía más de 19 mil horas de vuelo de experiencia y esperaba que la siguiente hora y media fuera de rutina.

El Capitán Chesley B. Sullenberger

Conforme el aerobús A320 ascendía a 900 m, súbitamente se enfrentó a lo inesperado. Una bandada de enormes gansos canadienses, con alas extendidas dos metros, estaba directamente en la trayectoria del avión, y golpeó a algunos pájaros. Lo peor fue que los gigantes motores del avión que succionan aire a las turbinas con gran fuerza, también succionaron a los gansos, lo cual produjo un terrible chirrido contra los motores. Luego, un silencio ensordecedor; los motores habían dejado de funcionar.

Ruta de vuelo del US Airways 1549 antes de aterrizar de emergencia en el río Hudson

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El capitán Sullenberger en seguida comenzó a determinar cómo aterrizar el avión a salvo. Primero consideró regresar al aeropuerto y luego ir a otro aeropuerto cercano. Los peligros y riesgos eran enormes, pues no sabía cuánto tiempo podría planear el avión sin los motores. Tuvo sólo un momento para decidir. El capitán Sullenberger decidió que su mejor opción era aterrizar el avión en el río Hudson, un río que corre cerca de Nueva York. En esos pocos segundos, todo su entrenamiento como capitán, todo su juicio, sus instintos y talentos se concentraron en el aterrizaje forzoso que le esperaba.

Las temperaturas de invierno estaban bien por debajo del punto de congelación y el capitán sabía que el avión comenzaría a hundirse. Se ayudó rápidamente a los pasajeros por las salidas de emergencia hacia las alas, se inflaron las balsas salvavidas, y barcos que estaban a las orillas del río acudieron rápidamente a rescatar a los pasajeros. La noticia era casi increíble. Aun cuando se había perdido un avión de 60 millones de dólares, el capitán Sullenberger había aterrizado sin grandes daños, y todos los 154 pasajeros y miembros de la tripulación estaban a salvo, incluso el capitán Sullenberger. Tal como lo hizo Jesús en Sus enseñanzas, relacionemos lo tangible con lo intangible, lo material con lo espiritual. Hablemos de tres aspectos en los que nuestro destino espiritual o el de ustedes se pueden relacionar con el vuelo 1549 de US Airways. En primer lugar, están en un viaje por la vida terrenal. Segundo, deben ser capitanes en la causa del Señor, con una misión específica que cumplir. Tercero, su deber sagrado es regresar a salvo y llevar a muchos con ustedes. Viaje por la vida terrenal Número 1: Están en un viaje por la vida terrenal. Los pasajeros del vuelo 1549 no comenzaron su existencia al subirse al avión en Nueva York. Estaban en un viaje. Mucho había ocurrido en su vida antes del vuelo, y mucho ocurriría después de él. Asimismo, esta vida terrenal no es donde comenzamos ni donde terminaremos. Estamos en un viaje. Este viaje comenzó hace mucho tiempo en un estado preterrenal donde recibimos nuestras “primeras lecciones en el mundo de los espíritus, y [fuimos] preparados para venir en el debido tiempo del Señor” (Doctrina y Convenios 138:56). Somos literalmente hijos e hijas espirituales de Padres Celestiales. El Señor ha dicho: “Yo soy Dios; yo hice el mundo y a los hombres antes que existiesen en la carne” (Moisés 6:51), “…porque los había creado en el cielo” (Moisés 3:5). El poeta, William Wordsworth, escribió estas hermosas palabras: Un sueño y un olvido sólo es el nacimiento: El alma nuestra, la estrella de la vida, en otra esfera ha sido constituida y procede de un lejano firmamento. No viene el alma en completo olvido ni de todas las cosas despojada, pues al salir de Dios, que fue nuestra morada, con destellos celestiales se ha vestido1. La vida preterrenal no fue una existencia pasiva. Tomábamos decisiones igual que aquí; habíamos progresado y necesitábamos un cuerpo físico y experiencias terrenales; teníamos que probar nuestra disposición de vivir por fe. Nuestro Padre Celestial nos presentó un plan, cuya parte fundamental fue la función de Su Hijo Unigénito de brindarnos un camino de regreso. Aceptamos el plan y nos regocijamos por el Salvador escogido. Nuestras oportunidades y responsabilidades preordenadas ayudan a moldear lo que haremos en la

El vuelo 1549 de US Airways descendió a sólo 275 m por encima del puente George Washington.

El 15 de enero de 2009, el vuelo 1549 de US Airways aterrizó en el río Hudson, Nueva York.

Con rascacielos a su alrededor, el avión descendió rápidamente y voló a sólo 275 m por encima del puente George Washington. Entonces, volando lo más lento posible y con las alas perfectamente paralelas al agua, levantó la nariz y planeó la panza del avión sobre el agua. El avión, que pesaba 120 toneladas, dio saltitos sobre el agua y luego se detuvo completamente intacto.

Pasajeros del vuelo 1549 de US Airways esperando ser rescatados; Reuters/Jane Doe

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vida terrenal. De formas que no comprendemos completamente, nuestras acciones en el Mundo de los Espíritus nos influyen en la vida terrenal2. Ahora estamos aquí, en la tan largamente esperada vida terrenal. Aunque no recordamos la vida preterrenal, nos suena cierta. Aun en esta vida no recordamos todo lo que es importante. Por ejemplo, ¿recuerdan cuando dijeron su primera palabra o cuando caminaron por primera vez? ¿Recuerdan haber pensado: “Mi mamá ya no me carga tanto como antes. Si quiero ir para donde quiero, será mejor que empiece a caminar”? No es difícil sentir muy dentro que quienes somos no comenzó con el nacimiento en la vida terrenal. Somos hijos e hijas de Dios. Hay un pasaje en Alma que describe la función que tienen las Escrituras de “ensancha[r] la memoria de este pueblo” (Alma 37:8 ). Se ha ensanchado nuestra memoria y sabemos que nos hemos preparado para la vida que ahora vivimos. Tal como nuestra vida comenzó antes de nacer en la vida terrenal, nuestra vida no termina cuando el corazón deja de latir. Continuaremos. Lo que ustedes son, la persona individual, ustedes, siempre serán ustedes. Algunos dirán: “No me gusta quién soy”. Lo siento. Podrán cambiar lo que lleguen a ser, pueden ser más de lo que hoy son, pero siempre serán ustedes.

años, tras sólo 6 horas de volar en un avión pequeño de un solo motor, supo que volar sería parte de su destino3. Acepten que tienen un destino eternamente importante, un destino espiritual. Lean su bendición patriarcal. Como se dijo de la Reina Ester en la antigüedad: “para esta hora tú has llegado al reino” (Ester 4:14). ¡Crean en su destino y acéptenlo con entusiasmo! El darse cuenta de quiénes son y quiénes deben ser no los convierte en capitanes en la causa del Señor. Hay obstáculos y tentaciones mucho más peligrosos que una bandada de enormes gansos canadienses que pueden evitar que logren su destino. Deben estar en guardia. Para ser capitán en la causa del Señor debe haber preparación, ¡la cual no es fácil! El Salvador dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24). Explicó además que el “que el hombre tome su cruz [significa que] debe abstenerse de toda impiedad, y de todo deseo mundano y guardar… [los] mandamientos [del Señor]”(Mateo 16:24, nota d al pie de página; de la Traducción de José Smith, Mateo 16:26). Al reflexionar sobre el tiempo que pasó entrenando en la Academia de la Fuerza Aérea, el capitán Sullenberger dijo: “Fue una experiencia intensa. …Se nos estaba probando, …desafiando. Y vimos a varios de entre las tropas fracasar… “…Me hizo darme cuenta que si me aplicaba a fondo, encontraría la fuerza que no sabía que tenía. Si no se me hubiera obligado a poner todo mi esfuerzo […] nunca hubiera conocido toda la amplitud de los recursos internos de los que podía valerme”4. La preparación espiritual sacará a luz sus recursos internos. La oración tiene poder. Las Escrituras tienen poder. Aprendemos a caminar hacia adelante con fe y a ser más plenamente obedientes. El prepararse dignamente para la Santa Cena y el tomarla cada semana nos renueva y nos protege. Recibimos el invalorable don del Espíritu Santo; este don celestial es real, y es absolutamente esencial para mantenernos a salvo. Al hablar de ser un capitán de aerolíneas, el capitán Sullenberger advirtió: “No es posible prever o anticipar toda situación. No hay una lista de verificación para todo5. “Es necesario saber lo que sabe y lo que no se sabe… “También hay que comprender cómo las circunstancias afectan nuestro juicio”6. Estos mismos principios se aplican a nuestra misión espiritual. La revelación personal que se recibe por el don del Espíritu Santo nos guía en medio de lo imprevisto a fin de lograr lo que tenemos que hacer aquí. Y la rectitud personal es esencial para tener el don del Espíritu Santo. No seremos guiados por el Espíritu Santo si tenemos una actitud superficial en cuanto a la obediencia. El Señor Jesucristo es el centro de todo lo que pensamos y hacemos. Su vida es nuestro ejemplo. Es por Él que viviremos de nuevo; es por el poder de Su expiación que podremos estar limpios en la presencia de nuestro Padre. Aprendemos a amar a nuestro Padre Celestial y a

Capitanes en la causa del Señor Número 2: Deben ser capitanes en la causa del Señor, con una misión específica que cumplir. Ustedes y yo tenemos un destino espiritual, el cual no nos permite sentarnos pasivamente en la parte de atrás del avión que viaja por la vida terrenal. El Señor prometió a Abraham que por su descendencia serían bendecidas todas las naciones de la tierra (véase Génesis 22:18; Abraham 2:9). Se refería a la bendición espiritual que el mundo recibiría por medio de nosotros, a quienes llamó “hijos del convenio” (3 Nefi 20:26). Alma describe a algunos como “llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios” (Alma 13.3). Se han preguntado alguna vez: “¿Por qué soy quien soy? ¿Por qué siento lo que siento? ¿Por qué he decidido creer tan plenamente en el Señor Jesucristo? ¿Por qué escojo guardar Sus mandamientos cuando a otros no les importa? ¿Por qué tengo estos sentimientos hacia el Libro de Mormón? ¿Por qué saltan las palabras de las Escrituras y penetran mi corazón, cuando otras personas son casi indiferentes en cuanto a este libro sagrado? ¿Por qué he estado dispuesto a hacer convenios sagrados por medio del bautismo, en el templo y [para muchos de ustedes] servir en una misión?”. Ustedes fueron escogidos y preordenados a tener el Evangelio en su vida y a ser líderes en la causa del Evangelio restaurado. El capitán Sullenberger había volado más de 19 mil horas cuando tomó mando del vuelo 1549. Al reflexionar en cuanto a su decisión de ser piloto, dijo que a los 16 3

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Su Hijo Jesucristo con todo el corazón, alma, mente y fuerza. Me gusta esta declaración: “El que ama al Señor con todo su corazón no ama ninguna otra cosa tanto como a Él, y todo lo que ama es en referencia a Él”7. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Hay muchas personas buenas en la tierra; hay muchas personas despojadas de egoísmo. Hay otros que creen en Cristo igual que nosotros. No sólo nosotros oramos a nuestro Padre Celestial y recibimos respuestas, nuestro Padre ama a todos Sus hijos. Pero nunca debemos olvidar que sólo en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos se encuentra el sacerdocio de Dios. Sólo aquí está el profeta del Señor; sólo aquí está el sagrado poder para sellar que permite que las familias sean familias por la eternidad. Aun cuando esta reunión se está transmitiendo en 33 idiomas, somos pocos a comparación de los miles de millones que hay en la tierra. Pedro nos llamó un “linaje escogido, real sacerdocio… pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2:9). No desechen ni tengan a menos la función y la responsabilidad específicas que se les han dado. Deben ser capitanes en la causa del Señor, encomendados a sostener en alto el estandarte del Evangelio restaurado, pues el Señor ha dicho que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días será “un mensajero delante de [Su] faz, preparando el camino delante de [Él]” (Doctrina y Convenios 45:9).

El Señor ha dicho: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:39). Permítanme leer Mateo 25, teniendo en mente nuestro rol como capitanes espirituales, agregando la palabra espiritual: “Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. “Porque tuve hambre [espiritual], y me disteis de comer; tuve sed [espiritual], y me disteis de beber; fui forastero [espiritual], y me recogisteis… “Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento [espiritualmente] y te sustentamos?, ¿o sediento [espiritualmente] y te dimos de beber? “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de éstos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:34–35, 37, 40). ¿A quién deben llevar con ustedes? En primer lugar, todos los que tengan la oportunidad, deben casarse y llevar a su cónyuge y a su familia. Esa es su primera responsabilidad. La familia es la organización del cielo. Para valorar esta responsabilidad, miramos más allá de lo que esté frente a nosotros. El efecto espiritual de criar una familia recta sólo se comprende cuando vemos a través de nuestras generaciones a nuestros nietos, bisnietos y más allá. El capitán Sullenberger comprendió este principio incluso al salvar la vida física de sus pasajeros. Él dijo: “No sé las cosas buenas que todavía lograrán las 154 personas de mi vuelo. No puedo imaginar las contribuciones que puedan hacer al mundo sus hijos, nietos y bisnietos que no han nacido”9. Permítanme compartir con ustedes los efectos de preparar espiritualmente a una familia a través de muchas generaciones.

Su deber sagrado Número 3:Su deber sagrado es regresar a salvo y llevar a muchos con ustedes. Gran parte de su destino espiritual se trazará en la vida de aquellos a quienes ayuden espiritualmente. ¿Qué hizo del capitán Sullenberger un héroe? ¿Qué hizo que se le respetara y valorara? ¿Fue que podía pensar rápidamente? ¿Que pudo tomar las decisiones correctas cuando dejaron de funcionar los motores? ¿Fue que supo cómo mantener las alas perfectamente niveladas al aterrizar en el agua? Y bien, ¡fue todo eso! Pero lo que es más importante, se hubieran perdido fácilmente 154 vidas, y él las salvó; y al salvarlas, se salvó a sí mismo. El capitán Sullenberger dijo en cuanto a salvar la vida física de sus pasajeros: “En lo abstracto, 155 es sólo un número. Pero al ver la cara de todos esos pasajeros, y después la cara de todos sus seres queridos, me di cuenta de lo profundamente maravilloso que fue que todo saliera bien en el vuelo 1549”8. ¿Podemos aplicar esto a nuestra misión? Los miembros de esta Iglesia son enormemente generosos para ayudar a los pobres y a los necesitados tanto en la Iglesia como en el mundo. Sin embargo, nuestra misión divina, la bendición que el Señor dijo procedería de la posteridad de Abraham al mundo, es principalmente espiritual. Debemos volcar nuestra vida hacia los demás, ayudándoles a regresar con nosotros a la presencia de nuestro Padre Celestial.

Henry Arline

Henry Arline vivió de 1841 a 1919. En 1898, a la edad de 57 años, escuchó a los misioneros predicar el Evangelio en una escuela en el estado de Florida en los Estados Unidos. Le dijo a su esposa: “Por primera vez he escuchado la verdad”. Él y su familia se bautizaron y unos años más tarde viajaron por tren a Utah, un viaje de más de tres mil kilómetros, para que pudieran recibir las ordenanzas selladoras del templo. Regresó a Florida y fue fiel el resto de su vida.

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Siempre estaré agradecido por la madre justa de Kathy y su bisabuelo recto que se unieron a la Iglesia y que fueron fieles el resto de su vida. Estas dos personas nunca se conocieron en esta vida; vivieron en diferentes épocas; pero son capitanes en la causa del Señor, al ayudar a llevar a su familia con ellos gracias a sus decisiones espirituales. Es cierto que no todos tendrán la oportunidad de casarse en esta vida, pero se promete un compañero eterno en la eternidad a los justos que deseen esa bendición. Los que no se casen pueden hacer mucho por pilotear la causa del Señor y por llevar almas consigo. En la última conferencia, la hermana Barbara Thompson, que forma parte de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro y que es soltera, dijo estas palabras: “Cuando terminé la escuela secundaria, mis metas eran continuar los estudios en un colegio universitario…, casarme con un hombre apuesto y tener cuatro hijos perfectos y hermosos… “Bueno, como sabrán, muchas de mis metas no se cumplieron como yo pensaba; terminé mis estudios, presté servicio en una misión, conseguí trabajo, seguí estudiando […] y continué trabajando muchos años en mi profesión. Pero no apareció ningún hombre apuesto, ni hubo boda ni tuve hijos… “Una compañera de trabajo que no era miembro de la Iglesia me preguntó: ‘¿Por qué sigues asistiendo a una iglesia que da tanta importancia al matrimonio y a la familia?’, a lo que sencillamente respondí: ‘¡Porque es la verdad!’… Con [la Iglesia] y con el evangelio de Jesucristo, encontré la felicidad y sabía que estaba en el camino que el Salvador quería que siguiera”. Entonces habló de una forma en la que podía ejercer una influencia espiritual en los demás siendo soltera. Ella dijo:“Tuve la oportunidad de prestar servico durante muchos años en las Mujeres Jóvenes y eso me dio la posibilidad de enseñar y testificar a las jovencitas que estaban desarrollando su testimonio”10. Ésta es la hermana Thompson hace 25 años con Shellie Nielson, cuando Shellie era laurel y la hermana Thompson era su asesora. Shellie Nielson, que ahora es Shellie Nielson Seager, le escribió a la hermana Thompson más de veinte años después de haber estado en su clase de laureles, para agradecerle. La hermana Seager escribió: “Desperté a las 5:15 [esta mañana] pensando en usted [hermana Thompson] y en el impacto que ha tenido en mi vida… Para usted nosotros éramos una prioridad. Siempre nos demostró tanto cariño atención y amor. ¡Siempre fue tan divertida! … Lo que es más importante, sabíamos que tenía un fuerte testimonio del evangelio de Jesucristo”11. La hermana Seager ahora tiene una familia con cinco hijos. La influencia para bien de la hermana Thompson siempre tendrá un impacto en la hermana Seager, y en las generaciones venideras. El Señor dijo: “Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios…

Sophronia Arline Williams Su hija fue Sophronia Arline Williams, y su hijo fue James Bernard Williams. Bernard Williams conoció a una hermosa joven, Martha Aman, quien investigó sinceramente la Iglesia, obtuvo un firme testimonio y se bautizó.

Fotografía de la boda de James Bernard y Martha Aman Williams

Fotografía de la familia de James y Martha Williams con la hermana Kathy Williams Andersen de niña Ocho años después de haberse casado, se sellaron en el Templo de Salt Lake con sus tres hijos. Su pequeña hija fue Kathy Williams, a quien conocí años después en la Universidad Brigham Young y a quien le rogué que fuera mi esposa. Ahora tenemos cuatro hijos y trece nietos.

Retrato familiar de la familia de Neil y Kathy Andersen

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“Y si acontece que trabajáis todos vuestros días proclamando el arrepentimiento a este pueblo” (y proclamar el arrepentimiento simplemente significa ayudar a las personas a regresar a Dios) “y me traéis aun cuando fuere una sola alma, ¡cuán grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre! “Y ahora, si vuestro gozo será grande con un alma… ¡cuán grande no será vuestro gozo si me trajereis muchas almas!” (Doctrina y Convenios 18:10, 15–16)12. Al volcar nuestra atención hacia los demás, primero a nuestro cónyuge, luego a nuestra familia y después a los demás, levantándolos espiritualmente y ayudándoles a permanecer firmes y estables, estamos salvando generaciones y cumpliendo nuestro destino eterno. Éste es Luciano Cascardi, presidente de la Estaca Ipiranga, São Paulo, Brasil. El hermano Cascardi tenía seis años cuando su familia se bautizó en São Paulo, Brasil. El presidente Cascardi vino a los Estados Unidos este octubre pasado para buscar al misionero que había enseñado a su familia hacía 40 años. Había una cosa de la que estaba seguro: el primer nombre del misionero era Élder. Por una serie de milagros, el hermano Cascardi lo encontró: el hermano Larry Wilson, un fuerte líder de la Iglesia en el norte de California. En una carta al hermano Wilson, el presidente Cascardi comparó el encontrar a su misionero con encontrar a un padre perdido después de muchos años. Luego, refiriéndose a la semilla espiritual que había germinado hacía 40 años y que se ha multiplicado y que ha impactado tantas vidas desde entonces, el presidente Cascardi dijo: “Se pueden contar las semillas en la manzana, pero no se pueden contar las manzanas en la semilla”13. No tenemos que servir en una misión para fortalecer y elevar a los demás. El presidente Monson nos enseña constantemente que debemos extender la mano y rescatar a los que nos rodean. ¿Recuerdan la historia de cómo extendió la mano cuando era un joven obispo a alguien que no asistía a la Iglesia? El presidente Monson dijo: “Cuando fui llamado como obispo, reconocí que era el presidente del quórum de presbíteros, y quería que todos los jóvenes asistieran. Había uno que nunca asistía, y pensé: ‘Estoy aquí sentado con los presbíteros; ellos tienen un asesor. Voy a dejar que el asesor les dé la lección y yo voy a ir a buscar a Richard Casto. Fui a su casa; sus padres estaban allí y dijeron que estaba trabajando en el taller de la calle West Temple. “Me dirigí a la intersección de las calles 500 South y West Temple; la puerta estaba abierta, pero no había nadie. Empecé a mirar alrededor, pero no vi a nadie. Fui por atrás y había una de esas fosas para engrasado a la antigua. “Me asomé en la obscuridad y vi dos ojos que me miraban. Él dijo: ‘Me encontró, obispo. Voy a subir’. Y salió de la fosa para engrasado. “Conversamos muy a gusto, y le dije: ‘Richard, te necesitamos. Tienes el don de gentes, y quisiera que

todos los presbíteros asistieran. ¿Vendrás?’. Él dijo: ‘Voy a ir’. Y fue”. Años después Richard Casto compartió lo que sucedió después de ese incidente: “Después de eso serví en una misión. Me sellé en el templo con mi esposa y tenemos cinco maravillosos hijos, dos de los cuales sirvieron en una misión. Yo he servido como obispo dos veces. Mis hijos lo quieren mucho, y mi esposa tiene un gran amor por él por lo que hizo por mí. Probablemente es una de las más grandes bendiciones que he recibido en la vida”14. En la Conferencia General de octubre, el presidente Monson dijo: “Creo que el Salvador nos está diciendo que a menos que nos perdamos en dar servicio a los demás, nuestra propia vida tiene poco propósito. Aquellos que viven únicamente para sí mismos al final se marchitan y, en sentido figurado, pierden la vida, mientras que aquellos que se pierden a sí mismos en prestar servicio a los demás progresan y florecen… y en efecto salvan su vida”15. Deben ser capitanes en la causa del Señor con una misión específica de regresar a salvo a casa y de llevar a muchos con ustedes. Perseveren con un fulgor de esperanza Concluyo con una experiencia personal, que también es de aviones. El 9 de noviembre pasado, mi esposa Kathy y yo viajábamos de regreso desde la Ciudad de Guatemala, con conexión en Miami, Florida. Teníamos una cita importante y era vital que abordáramos el avión en Miami. Salimos temprano esa mañana del hotel en las afueras de Antigua, Guatemala, para alcanzar el vuelo a Miami que partía a las 8:55 hrs. Al llegar a la Ciudad de Guatemala, había una congestión de tráfico fuera de lo común y nos preocupaba llegar al aeropuerto a tiempo. Llegamos con apenas suficiente tiempo para abordar el avión. Nos apuramos por pasar por inmigración y por llegar a la puerta de salida. Al llegar allí, nos informaron que el avión no saldría por hora y media. Había llegado tarde la noche anterior a causa de condiciones climatológicas turbulentas y se requería que los pilotos y la tripulación descansaran por cierto tiempo. Con esa demora, nos preocupó no alcanzar la conexión en Miami. Abordamos el avión hora y media después, pero, después de separarse de la puerta, nos dijeron que había una falla eléctrica en la cabina, lo cual nos retrasó otros 40 minutos. Respiramos profundamente y nos preguntamos si habría posibilidad de que alcanzáramos nuestra conexión. El avión hizo buen tiempo de la Ciudad de Guatemala a Miami, y llegamos sólo 30 minutos antes de la hora de salida programada. No parecía ser suficiente tiempo, pero decidimos intentarlo. Corrimos tan rápido como pudimos. Para nuestra sorpresa, la fila en inmigración era corta. Nos dirigimos a la aduana rogando en oración que no inspeccionaran el equipaje del que íbamos tirando. Nuestra oración fue contestada. Vi los monitores y decían que nuestro avión saldría de la puerta D-3. Corrimos a la 6

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terminal D y comenzamos doloroso proceso de la inspección de seguridad. Quitarse los zapatos; líquidos en bolsa de plástico; computadora portátil aparte. Esperamos que la alarma no sonara al pasar por el monitor de seguridad. Tras pasar la inspección, sólo quedaban 10 minutos antes de que partiera el vuelo. Miré nuevamente el monitor y, para mi gran espanto, había cometido un error. El avión no iba a partir de la puerta D-3, sino de la E-3. Estábamos en la terminal equivocada. Estábamos sin aliento, probablemente las puertas del avión ya estaban cerradas y todavía estábamos a varios cientos de metros de nuestro destino. Pensamos en darnos por vencidos, pero nos dimos ánimo y continuamos hasta la meta final. Corrimos, tirando de nuestro equipaje. Al llegar a la puerta E-3, escuchamos que llamaban nuestros nombres. Fue un milagro. La puerta todavía estaba abierta. ¡Lo logramos!

Su destino espiritual tendrá obstáculos, demoras y fallas en el equipo. Habrá errores y quizá se pregunten si lo van a lograr. ¡No se desanimen! También tendrán momentos de esperanza y de fe a medida que se abran puertas y se superen obstáculos. Continúen, persistan y, sobre todo, crean en Cristo y aprendan a seguirlo a Él y a Sus profetas. Perseveren, como dice Nefi, con “un fulgor perfecto de esperanza”(2 Nefi 31:20). Conforme lo hagan, les prometo, un día escucharán su nombre. Lo lograrán. Nuestro Padre Celestial vive. Somos Sus hijos e hijas. Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Él restauró Su evangelio por medio del profeta José Smith. El presidente Monson es Su profeta en la actualidad. Es mi oración que todas las bendiciones del cielo que están reservadas para ustedes sean suyas a medida que se preparen para su destino eterno. En el nombre de Jesucristo. Amén.

NOTAS 1. William Wordsworth, “Ode: Intimations of Immortality From Recollections of Early Childhood”, en The Oxford Book of English Verse, ed. Christopher Ricks, 1999, pág. 351. 2. Dallin H. Oaks, “El gran plan de salvación”,Liahona, enero de 1994, pág. 84. 3. Véase Captain Chesley “Sully” Sullenberger, con Jeffrey Zaslow, Highest Duty: My Search for What Really Matters, 2009, págs. 5, 10. 4. Sullenberger, Highest Duty, págs. 93, 95. 5. Sullenberger, Highest Duty, pág. 188. 6. Sullenberger, Highest Duty, págs. 119–20. 7. Howard W. Hunter, en Conference Report, abril de 1965, pág. 58. 8. Sullenberger, Highest Duty, pág. 286. 9. Sullenberger, Highest Duty, pág. 264. 10. Barbara Thompson, “¡Cuidado con la brecha!”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 118--120. 11. Carta personal enviada por Shellie Seager a la hermana Barbara Thompson, con fecha del 2 de abril de 2007. Enviada a nosotros por Shellie Seager por correo electrónico con fecha del 10 de diciembre de 2009. 12. Véase Neil L. Andersen, “Arrepent[íos]… para que yo os sane”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 40–43. 13. Carta personal del élder Larry Y. Wilson, con fecha del 14 de noviembre de 2009 y mesaje de correo electrónico enviado a la familia Wilson por parte de Luciano Cascardi con fecha del 9 de octubre de 2009. 14. Transcrito de En la obra del Señor (DVD, 2008). 15. Thomas S. Monson, “¿Qué he hecho hoy por alguien?”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 85.

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Tus amigos te sostienen Élder Ronald A. Rasband De la Presidencia de los Setenta Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 7 de marzo de 2010 • Universidad Brigham Young Estimados jóvenes amigos, es un gran privilegio y un honor poder dirigirme a ustedes en esta charla fogonera del SEI. Agradezco la oportunidad de estar aquí en el Marriot Center de la Universidad Brigham Young, y de hablarles a los que están reunidos en distintos lugares del mundo, que viven en diversas circunstancias y hablan diferentes idiomas. Gracias por asistir, ustedes honran al Señor Jesucristo al dejar de lado otros asuntos para poder estar aquí reunidos. Estoy agradecido de estar aquí con mi esposa Melanie, y con algunos integrantes de nuestra familia y amigos. Ruego que mi mensaje sea guiado por el Espíritu Santo y que sientan en su corazón que lo que voy a decirles es relevante y se aplica a las situaciones que están afrontando y les están sucediendo ahora en su vida.

para nosotros. Consideren por un instante lo que significa para ustedes el saber que cuentan con alguien que los apoya; alguien en quien pueden confiar, que es su amigo en las buenas y en las malas, alguien que los aprecia y respalda aunque se encuentren separados. Nuestro amigo más preciado es Jesucristo mismo. ¿Acaso hay palabras más reconfortantes que éstas: “Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros” (D. y C. 84:88)? A menudo, esos “ángeles alrededor” son nuestros amigos. Mi mensaje de esta noche se centra en la importancia que tiene para cada uno de nosotros tener amistades rectas. Cuando era joven, un inspirado patriarca me puso las manos sobre la cabeza y mediante revelación, abrió mi entendimiento acerca de mi potencial, mi verdadera identidad y le marcó el rumbo a mi vida, al igual que su patriarca lo ha hecho por la mayoría de ustedes. A mí se me dijo que no me faltarían amigos ni compañeros; que la amistad de ellos sería una bendición especial para mí, tanto temporal como espiritual; se me aconsejó que seleccionara como amigos cercanos a personas rectas que tuviesen el deseo de guardar los mandamientos de Dios. Ese pasaje de mi bendición patriarcal y el versículo de la sección 121 han sido una fuente de consuelo a lo largo de mi vida. En ocasiones, sobre todo cuando he vivido lejos de casa, esas palabras me han brindado paz y fortaleza, mis amigos me han sostenido, a pesar de estar separados por una gran distancia. En tales ocasiones, aprendí una de las lecciones más importantes, que no importaba el tiempo que me ausentara o cuán grande fuera la distancia, siempre que me volvía a reunir con mis amigos, todo era como si nada hubiera cambiado. Seguíamos con nuestra amistad donde la habíamos dejado y era como si el tiempo se hubiese detenido. ¿Por qué hago hincapié en ello? Porque en la actualidad, muchas personas gustosamente cambian sus amistades por personajes de video y mensajes de texto; pasan el tiempo identificándose con personajes de la televisión, quienes para ellos son sólo caras en una pantalla. Optan sólo por “pasar el rato” en lugar de comprometerse a una relación seria y significativa que pueda sellarse en el templo por la eternidad. Piensen al respecto, las verdaderas amistades se basan en el amor de Dios y en compartir ese amor con los demás. Ése fue uno de los mensajes que se impartió en la cárcel de Liberty. Desde mi infancia, crecí en la estaca Cottonwood en el Valle del Lago Salado y mis amigos han sido una bendición especial para mí. Los amigos más cercanos que tuve en mi juventud continúan siendo mis amigos hasta ahora. Algunos de ellos se encuentran aquí esta noche, y siempre ha sido así; siempre nos hemos apoyado el uno al otro.

La importancia de amistades rectas Hace muchos años, en marzo de 1839, el profeta José Smith había sido encarcelado injustamente con muchos de sus compañeros en la cárcel de Liberty, por varios meses. Muchos escritores de la historia de la Iglesia han asegurado que esa experiencia fue uno de los períodos más difíciles y sombríos en la vida del Profeta. Sus palabras “Oh Dios, ¿en dónde estás?” (D. y C. 121:1) — según se encuentran en la sección 121 de Doctrina y Convenios— refleja una soledad desesperante bajo las circunstancias más sombrías. El Señor no se le apareció ni le envió ángeles; no destruyó a los guardias ni hizo que la puerta de la húmeda y sucia celda se abriera de par en par. En pocas palabras, Él no hizo que las circunstancias cambiaran, pero consoló y tranquilizó a José como nadie hubiera podido hacerlo: “Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento” (D. y C. 121:7). Fue como si el Señor hubiese abrazado a José al decirle: “Hijo mío”. Qué palabras tan preciosas y tiernas. Luego, estableció un lapso de tiempo para las penurias de José con “un breve momento”. Qué gran lección para que todos la recordemos. Nuestras penurias serán breves — desde una perspectiva eterna— y el Señor estará allí. Después, el Señor dijo: “tus amigos te sostienen, y te saludarán de nuevo con corazones fervientes y manos amistosas” (D. y C. 121:9). José estaba encarcelado por la traición de hombres, algunos de los cuales habían sido sus más cercanos colaboradores; pero el Señor fue muy claro al decir, “tus amigos te sostienen”. Cuán reconfortante fue esa declaración para el profeta José; cuán reconfortante es 8

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Además, me siento agradecido de haber hecho nuevos amigos que también han sido una fortaleza y una bendición para mí. Al pensar en la amistad, considero el ejemplo del presidente Thomas S. Monson. Escuchen esta enseñanza de nuestro amado profeta. Él dijo: “Los amigos les ayudan a determinar su futuro. Ustedes tenderán a ser como ellos y a ir adonde ellos decidan ir. Recuerden, el camino que sigamos en esta vida conducirá al camino que seguiremos en la venidera. “En una encuesta efectuada en estacas y barrios seleccionados de la Iglesia, aprendimos un hecho muy importante: las personas cuyos amigos se casan en el templo; por lo general, contraen también matrimonio en el templo, mientras que las personas cuyos amigos no se casan en el templo; por lo general, ellos tampoco lo hacen. El mismo hecho se aplicaba al servicio misional de tiempo completo. La influencia que ejercen los amigos en uno parece ser un factor predominante, e incluso igual a la exhortación de los padres, la instrucción en el salón de clases o el vivir cerca de un templo. “Los amigos que elijan les ayudarán a lograr el éxito o el fracaso”1 Esas palabras dan en qué pensar. ¿no escogería al como amigo? Él regala sus trencitos en Navidad; regala su ropa y sus zapatos a los que no tienen; le dedica innumerables horas a las personas que viven olvidadas en asilos o que luchan por su vida en los hospitales, y comparte con nosotros el gozo que siente por la vida cuando mueve las orejas. ¿Cómo no lo vamos a querer? Cuando a un grupo de misioneros se le pidió que mencionara uno de los más grandes atributos del , casi todos ellos eligieron el amor que él siente por la gente. Incluso, uno de ellos dijo que le gustaría ser vecino del profeta porque sabía que podrían llegar a ser buenos amigos. He descubierto que el consejo de las Autoridades Generales en cuanto a las amistades ha resultado cierto en mis experiencias, y que en particular se aplica en la actualidad. El élder Neal A. Maxwell dijo: “Tanto los jóvenes como los adultos debemos ser buenos amigos, pero también debemos escoger a nuestros amigos cuidadosamente. Si escogemos al Señor primero, el escoger amigos es más fácil y más seguro. Consideremos el contraste que existía entre las amistades en la ciudad de Enoc y en las ciudades de Sodoma y Gomorra. Los habitantes de la ciudad de Enoc escogieron a Jesús y optaron por un estilo de vida, llegando a ser así amigos eternos. Es mucho lo que depende de a quién y qué escogemos en primer lugar”2.

hermano Alvin, la lista es impresionante. Bien se puede decir que estaba en buena compañía. Piensen por un instante en las personas que han sido mentores de cada uno de ustedes. ¿Desean ser el mentor de otras personas a medida que se presenten las oportunidades en el futuro? ¿Se están preparando para compartir su testimonio del Evangelio y su entendimiento para lograr el éxito en la lucha diaria? La historia y las Escrituras están llenas de ejemplos de hombres y mujeres que han sido mentores rectos. Quizá el más obvio es nuestro Señor Jesucristo, ya que Él estableció Su Iglesia en el meridiano de los tiempos. Al comenzar Su ministerio, Él seleccionó a doce hombres aparentemente comunes y corrientes que abandonaron sus ocupaciones normales y lo acompañaron por tres años. Viajaron con Él, escucharon Sus sermones, comieron con Él, fueron testigos de los milagros que Él realizó y recibieron instrucción en privado en muchas ocasiones. Qué incomparable bendición fue para ellos ser instruidos personalmente por nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Cada uno de ellos cambió de manera personal gracias a esa amistad privilegiada. Otro ejemplo, en lo que quizá fue un intercambio poco común de sus funciones, es José Smith, que se convirtió en el guía espiritual de su hermano mayor Hyrum; quien era humilde, se dejaba enseñar y se mantuvo del lado de José. Estuvo con él en la cárcel de Liberty y fue el primero que cayó en Carthage. Hyrum escogió al profeta de Dios como su mentor, y escogió bien. En la actualidad, y durante mi servicio como Autoridad General, los miembros del Quórum de los Doce se interesan realmente por nosotros, nos transmiten generosamente su experiencia y nos enseñan con eficacia la forma de llevar a cabo nuestros sagrados llamamientos en este ministerio. Recuerdo un comentario que hizo Brigham Young al referirse al profeta José: “Siento como si siempre quisiera exclamar, ‘¡Aleluya!’, al pensar en que llegué a conocer a José Smith, el Profeta”3. Yo me he sentido así con muchos líderes de nuestros días. En cada caso, personas con más experiencia y confiables sirven eficazmente de guía a otras con menos experiencia, ayudan a moldear el entendimiento de éstas, y les enseñan principios que les ayudarán a ser más eficientes, fuertes, sabias y valiosas en el servicio de Dios. Ahora piensen por un minuto: ¿Quién ha sido su mentor? ¿Qué han aprendido de esa persona que ha cambiado su vida? ¿En qué forma ha cuidado de ustedes? ¿Cómo podrían seguir ese ejemplo y ahora ser mentores para sus hermanos menores, para sus amigos y colegas, esas personas que tal vez necesiten y deseen una relación de ese tipo?

Amigos mentores Algunos amigos son mentores sabios y confiables; son amistades especiales, tienen más experiencia y conocen el camino; y ellos también nos “sostienen”. ¿Quiénes fueron los mentores de José Smith? Moroni, es el primero que acude a mi mente; discípulos de la antigüedad como Juan el Bautista, Pedro, Santiago y Juan; Pablo; sus padres, su

Un ejemplo de amigos mentores Permítanme darles un ejemplo de mi propia vida. He tenido la bendición de tener en mi vida esa clase de amigo y mentor en la persona del élder Jon M. Huntsman, Setenta de Área, filántropo, benefactor y fundador del grupo de empresas Huntsman, y mi amigo. 9

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Conocí a Jon Huntsman en 1975, cuando yo tenía 24 años, y era presidente del quórum de élderes de un barrio de estudiantes casados de la Universidad de Utah y Jon Huntsman era mi asesor del sumo consejo. Nos hicimos amigos y, durante mi último año de estudios, mientras me preparaba para terminar la universidad, el hermano Huntsman me contrató como representante de ventas de su empresa de plásticos. Una de mis primeras asignaciones fue la cuenta de Avon, un gigante de los cosméticos cuya sede está en la ciudad de Nueva York. Para comenzar con ese importante cliente, el hermano Huntsman me acompañó a Nueva York para presentarme por primera vez. Con la emoción del nuevo trabajo y ansioso por causar una buena impresión, me puse mi mejor traje estudiantil marrón, una corbata y unos mocasines del mismo color. Al reunirnos en el aeropuerto, noté que el Sr. Huntsman me observaba de una forma rara. ¡Pero no me comentó nada! Cuando llegamos a Nueva York, me dijo que teníamos que pasar por un lugar antes de ir a las oficinas de Avon, y nos dirigimos directamente a la famosa tienda de ropa para caballeros Brooks Brothers, en la exclusiva avenida Madison. En el camino, recuerdo que él dijo: “Mira Ron, si vas a trabajar de vendedor en mi empresa y si me vas a representar con Avon, vas a tener que aprender a vestirte, a comportarte y a saber cómo actuar en tus nuevas funciones”. Y luego agregó: “¡En un ambiente empresarial como el de Nueva York, uno no se pone traje marrón!”. ¡Por lo menos si vas a representar a Jon Huntsman! Jon conocía a los empleados de Brooks Brothers y observaba mientras me probaba un hermoso traje gris a rayas, estilo diplomático, el mejor traje que jamás había visto y sin duda el mejor que he tenido. Después que se lo llevaron para ajustarlo, escogimos una camisa, unas corbatas, un cinturón y todos los demás accesorios. Enseguida fuimos al departamento de zapatos donde Jon me compró mi primer par de zapatos negros de vestir de marca. Supongo que la cuenta del hermano Huntsman en Brooks Brothers le otorgaba privilegios especiales, ya que después del almuerzo, regresamos a la tienda y mi nuevo vestuario de negocios ya estaba listo, como cortesía de Jon M. Huntsman. Recuerdo la gratitud que sentí hacia Jon por salvarme de la vergüenza innecesaria de presentarme con mi ropa universitaria. Al echar, y eso es exactamente lo que hice, mi traje marrón en una bolsa, ¡me di cuenta de que él se había asegurado de que yo vistiera correctamente! Después nos dirigimos a Avon donde Jon me presentó como el nuevo representante financiero de su empresa. Jon me estaba enseñando mucho más que la importancia de la apariencia; me estaba dando a conocer una nueva forma de pensar, de hacer las cosas y de presentarme ante los demás. Estaba haciendo de mentor. Ésa fue la primera de muchas lecciones que aprendí de él. Años más tarde, mientras trabajaba como ejecutivo en la empresa del hermano Huntsman, me dedicaba por entero a cumplir con mis responsabilidades, las cuales me

llevaron alrededor del mundo. Al regresar de uno de esos viajes de negocios, el hermano Huntsman, presidente de estaca en ese momento, me preguntó qué hacía en la Iglesia. Le dije que estaba muy feliz enseñando la clase de Doctrina del Evangelio en la Escuela Dominical. Me preguntó qué tipo de experiencias en liderazgo había tenido en la Iglesia; le dije que había disfrutado prestando servicio en varias presidencias, pero lo que me había hecho muy feliz había sido la enseñanza. Luego de haberle explicado eso al hermano Huntsman, él me dijo que había tenido una época similar en su vida cuando se le había llamado a servir en una estaca de estudiantes, primero como miembro del sumo consejo y luego como obispo, lo cual lo consideró ideal, dada su apretada agenda. De hecho, como ya lo mencioné antes, fue en ese tiempo que conocí a Jon Huntsman. Me dijo que conocía a un hermano en la Universidad de Utah, que prestaba servicio como presidente de una de las estacas de estudiantes casados, que podía asignar posiciones de servicio en la Iglesia con hermanos de cualquier lugar del Valle del Lago Salado. El hermano Huntsman me preguntó si podía llamar a ese presidente y darle mi nombre. Estuve de acuerdo y no pensé mucho al respecto, sabiendo lo ocupado que él estaba. Pero al poco tiempo, recibí una llamada de Robert Fotheringham, el presidente de la que en ese entonces era la Estaca Uno de la Universidad de Utah. Me preguntó si él y sus consejeros podían ir a mi casa y hablar con mi esposa y conmigo. A los pocos días, los tres miembros de la presidencia de estaca fueron a nuestra casa y nos preguntaron sobre nuestra situación y nuestro testimonio. Después de una breve entrevista con cada uno de nosotros, los tres se miraron con complicidad y el presidente de estaca me extendió el llamamiento para servir como miembro del sumo consejo de la Estaca Uno de la Universidad de Utah. Dijeron que ya habían hablado con el presidente de mi estaca y que éste estaba de acuerdo con el llamamiento, si ellos deseaban extendérmelo. Acepté el llamamiento y comencé a prestar servicio en la Estaca Uno de la Universidad de Utah. Como parte de mis asignaciones, mi esposa y nuestra joven familia disfrutaban de la maravillosa oportunidad de cultivar una hermosa relación centrada en Cristo con los jóvenes estudiantes casados. Luego de prestar servicio por un tiempo sumo consejo, fui llamado como obispo del Barrio Diez de esa misma estaca. Después me enteré, que el hermano Huntsman llamó al presidente Fotheringham y sencillamente le sugirió que conocía a alguien que se adaptaría muy bien a trabajar en una estaca o en un barrio de estudiantes universitarios. De ahí, mi estimado amigo y mentor, Jon Huntsman, tan solo con mencionar mi nombre para una posible entrevista, me proporcionó la oportunidad de tener otro tipo de experiencia de servicio en la Iglesia. Pienso en los jóvenes maravillosos que conocí en ese barrio de la universidad y en la oportunidad que tuve de ayudar a muchos a encontrar empleo, uno de ellos nos 10

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acompaña esta noche; pero lo más importante, es que he tenido el privilegio de compartir el testimonio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y establecer una amistad recta; en cierta forma, del mismo modo que lo hizo por mí el hermano Huntsman. Luego, cuando mi esposa y yo fuimos llamados a presidir la Misión Nueva York, Nueva York Norte, disfruté del privilegio de trabajar con muchos misioneros fieles, y pudimos ayudarlos no sólo a cumplir con más eficacia sus llamamientos como siervos del Señor Jesucristo, sino que nuestra relación continúa hasta el presente al ayudarlos con cartas de recomendación, consejos, brindarles aliento y todo nuestro amor. Tengo que admitir que a ninguno le he comprado un traje nuevo ni zapatos de vestir… ¡todavía! Como lo demuestran estos ejemplos, creo firmemente hecho de ser mentor y amigo.

nos privamos de obtener sabiduría, información o experiencia que de otra manera pudo habernos bendecido. Imaginen qué diferente habría sido mi amistad con el hermano Huntsman, o en qué forma habría afectado mi carrera, si mi orgullo me hubiera impedido aceptar su generoso obsequio de un . A menudo eso sucede en la relación que tenemos con nuestros padres cuando somos jóvenes, que pensamos a veces que ellos son anticuados, no están bien informados, o que sencillamente “¡no están en la onda!” A veces es fácil rechazar sus enseñanzas como irrelevantes para nosotros. Podríamos aprender de la frase: “Cuando yo tenía 14 años, mi padre era tan ignorante que casi no podía soportar su presencia; pero cuando llegué a los 21, me sorprendí al ver todo lo que ese hombre viejo había aprendido en siete años”. Aun cuando no sepamos quién escribió esa cita, su mensaje es una gran enseñanza para cada uno de nosotros. Las madres y los padres, y las abuelas y los abuelos tienen mucho que ofrecer. No pasemos por alto lo que sus experiencias les han enseñado ni el amor que tienen por ustedes. Quizá ellos sean sus mentores terrenales primordiales. Mi esposa y yo tenemos ahora la hermosa oportunidad de ser abuelos. Es una gran emoción cuando nuestros nietos nos hacen preguntas o buscan nuestra guía en algún asunto importante de la vida. Otras personas que pueden aportarnos mucho, pero a quienes tenemos la costumbre de hacer caso omiso, son nuestros suegros. Su experiencia con frecuencia es tan pertinente como la de nuestros padres. Nos iría mejor si respetáramos su opinión y escucháramos su consejo. Muchos de ustedes aún no tienen suegros, ¡pero estoy seguro que los tendrán algún día! Aprendan de ellos y pídanles su opinión; y al hacerlo, tendrán más sabiduría. A todos ustedes que me están escuchando y a los que leerán este mensaje posteriormente, existen muchos otros posibles mentores a los que pueden acudir. Déjenme sugerirles algunos: los obispos, presidentes de estacas, presidentes de misión, líderes de quórum, profesores, maestros de seminario e instituto, amigos y colegas de confianza, las hermanas de la Sociedad de Socorro y muchas otras personas más. ¡He aprendido mucho de sus ejemplos y enseñanzas, y sé que ustedes también! Saquen el mayor provecho de sus ideas y dejen también que su influencia les inspire y les bendiga.

Aceptar consejo de mentores El élder Neal A. Maxwell que sirvió de mentor de muchos, incluyéndome a mí, dijo: “De vez en cuando, todos tenemos que tener mentores, y al mismo tiempo, tener nosotros mismos esa misma oportunidad. Por experiencia sé que frases verídicas y comprensivas que se intercambian en tales relaciones edificantes, ¡perduran por mucho tiempo! Quizá recuerden tres o cuatro ejemplos de cómo ciertas personas dijeron algo, tal vez una frase o expresión, la cual no olvidan y que todavía los conmueve y emociona”4. Pienso en la madre joven que siempre les dijo a sus hijos en momentos difíciles: “Lo lograremos”, y ellos le creyeron; o el misionero que le dijo a su nuevo compañero recién llegado del CCM: “Espere un milagro cada día”, y él lo hizo, y esa fe marcó la senda de la misión del nuevo élder; o el , que al finalizar su mensaje, reconoció a un jovencito que estaba sentado a ocho filas de distancia, entre una muchedumbre de 5.000 jóvenes congregados, en una reunión de escultismo Jamboree de la Costa Este. Ese jovencito era mi hijo de 12 años, a quien él había visto en varias ocasiones, y créanme que mi hijo nunca olvidará que el lo llamó por su nombre y le dijo: “Chris Rasband, ven acá y saluda”. Y que mejor ejemplo que el del Salvador, cuando escogió a un humilde grupo de pescadores y les dijo estas sencillas palabras: “Venid en pos de mí” (Mateo 4:19). En esta época descrita por el apóstol Pablo, como “tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1), registrada por el profeta José Smith como “día de calamidad” (D. y C. 136:35), señalada por Nefi en el Libro de Mormón como el día en el que el adversario “enfurecerá los corazones de los hijos de los hombres” (2 Nefi 28:20), le sugiero, mis amados jóvenes amigos, la importancia de cultivar amistades sólidas y buenas con mentores sabios y dignos de confianza. A veces, somos renuentes a recibir consejo y rechazamos a las personas que nos brindan sugerencias. Tenemos la idea de que ya sabemos todo lo que necesitamos y el orgullo se interpone. Cuando eso sucede,

Sean buenos amigos Es difícil exagerar la importancia que tiene el ser buenos amigos, lo cual no siempre es fácil. Ralph Waldo Emerson dio un gran consejo cuando dijo: “La única manera de tener un amigo es también serlo uno mismo”5. El viejo refrán: “Dios los cría y ellos se juntan” sigue siendo verdad. Para tener amigos que vivan normas elevadas, que defiendan la virtud y la bondad, y que sean fieles y verídicos a sus convenios, ustedes también deben ser esa clase de persona para ellos. En este mundo tan lleno de sordidez, permisividad e inmoralidad, el contar con buenos amigos realmente nos 11

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ayudará a tener capacidad para enfrentar las maldades del presente. A los que estén solteros, el tener buenos amigos los colocará en una posición que les permitirá atraer a la pareja eterna que anhelarán encontrar. Eso fue lo que sucedió con mi esposa, primero fuimos grandes amigos y recién después, vino la propuesta de matrimonio.

ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). El Salvador también señaló, “Venid a mí” (Mateo 11:28). En la amistad, como en todos los principios del Evangelio, Jesucristo es nuestro Ejemplo. Mis queridos jóvenes y nuevos amigos reunidos en todo el mundo, testifico que éste es el evangelio de Jesucristo, testifico que un elemento muy importante de su experiencia en el Evangelio son las amistades que cultiven y los mentores que sigan, del mismo modo que se me prometió a mí en mi bendición patriarcal cuando tenía 19 años. Concluyo con lo que comencé, con el versículo que contiene las palabras de Dios dichas al profeta José Smith cuando estaba en la cárcel de Liberty, y pienso que también se podrían aplicar a nosotros, cualquiera sea nuestra situación en este momento: “Tus amigos te sostienen, y te saludarán de nuevo con corazones fervientes y manos amistosas” (D. y C. 121:9). Les reitero esa promesa dada por el Señor en los primeros días de la restauración de esta Iglesia. Ruego que cada uno de nosotros tenga el privilegio de disfrutar de amistades rectas y encontrar mentores a medida que progresemos juntos en el evangelio de Jesucristo. Les dejo estos pensamientos y estas palabras esta noche, en el nombre del Señor Jesucristo, nuestro Amigo. Amén.

Jesucristo es un ejemplo de amistad para nosotros Al pensar en la amistad, recordemos lo que el profeta José Smith vio en una visión y escribió en cuanto a los apóstoles que predicaban en Inglaterra: “Vi a los Doce Apóstoles del Cordero, que en la actualidad se hallan sobre la tierra y tienen las llaves de este último ministerio. Estaban en países extranjeros y los vi juntos en círculo, muy fatigados, sus vestidos hechos pedazos, sus pies hinchados y la mirada fija en el suelo; y Jesús estaba en medio de ellos, mas no lo vieron. El Salvador los miró y lloró”6. Aunque no lo vieron, Jesús estaba junto a ellos sosteniéndolos. Debido a que conocía su difícil situación y comprendía su tribulación, fue Su amoroso apoyo lo que los sostuvo en la misión y trajo a cientos y a miles de nuevos conversos a la Iglesia. El Salvador dijo a Sus discípulos, “Sois mis amigos” (D. y C. 84:63). Y fue Él quien enseñó: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno

NOTAS 1. Véase Thomas S. Monson, “En aguas peligrosas”, Liahona, julio de 1998, pág. 50. 2. Véase Neal A. Maxwell, “Los artificios y las tentaciones del mundo”, Liahona, enero de 2001, pág. 43. 3. Brigham Young, citado en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 528. 4. Neal A. Maxwell, “Jesus, the Perfect Mentor”, Ensign, febrero de 2001, pág. 8 5. Ralph Waldo Emerson, en Bartlett’s Familiar Quotations, 17º ed., 2002, pág. 455. 6. Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 125.

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El camino de la vida Obispo H. David Burton Obispo Presidente Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 2 de mayo de 2010 • Universidad Brigham Young–Hawai ¡Aloha, hermanos y hermanas! La hermana Burton y yo estamos muy contentos de pasar algunos minutos con ustedes en este hermoso día de reposo aquí en el campus de la Universidad Brigham Young-Hawai junto con jóvenes adultos de muchas naciones. Es emocionante ver y saber de las muchas culturas representadas en este recinto y en esta audiencia. La Hermana Burton y yo desearíamos poder ver personalmente a las muchas otras personas que están en los centros de estaca e institutos por todo el mundo que se han reunido para participar de esta transmisión vía satélite del SEI. ¡Me encanta el sonido y el significado de la palabra aloha! Sabrán que aloha en el idioma hawaiano significa una variedad de cosas, cosas como afecto, amor, paz, compasión, afinidad, piedad, misericordia, amabilidad o gracia. En los últimos 150 años también se ha empleado en el mismo contexto que las palabras hola y adiós en inglés. Esos sentimientos hacen que sea un saludo amoroso y una expresión profunda de despedida.

confiables del mundo”.2 Es terapéutico reírse de las propias debilidades. Es un privilegio singular el ser hijos e hijas de un Padre Celestial que vive y que se nos haya dado la oportunidad de comunicarnos con Él, y de ese modo invocar Su espíritu en nuestras reuniones y en nuestra vida personal. Estoy seguro de que todos reconocemos que hay una gran diferencia entre hacer una oración y orar. Se dice que San Agustín aconsejó: “Ora como si todo dependiera de Dios y trabaja como si todo dependiera de ti”.3 Un dicho antiguo que me gusta mucho es: “El ponerte de rodillas a menudo te mantendrá de pie”. No puedo creer que apenas hace unos días un juez federal de los Estados Unidos decretó que pedir la observancia voluntaria de un Día Nacional de Oración era un hecho inconstitucional. En muchas partes del mundo, incluso en los Estados Unidos, el orar en reuniones públicas y mostrar cualquier tipo de símbolo religioso en lugares públicos se considera inconstitucional o contra la ley. Teniendo en cuenta esto, encuentro muy interesante un hecho conocido: en Washington, D.C. no puede haber ningún edificio que sea más alto que el monumento a Washington. La punta de aluminio del monumento se encuentra exactamente a 169 metros y 29,03 centímetros por encima del suelo. Grabadas en la parte superior del monumento, en el revestimiento de aluminio, donde pocos las pueden ver, están las palabras en latín Laus Deo. ¡Laus Deo! Dos palabras aparentemente insignificantes y desapercibidas ubicadas en la parte más alta con vista a la ciudad capital de una importante nación. ¿Qué significan en realidad esas dos palabras en latín, compuestas de sólo cuatro sílabas y siete letras? Simplemente significan: “Alabado sea el Señor”. Muchas otras referencias a la deidad y a nuestro Padre Celestial adornan esa magnífica estructura. Alabado sea el Señor. ¡Laus Deo! ¡Al ofrecer nuestras alabanzas individuales y grupales a un amoroso Padre en los Cielos, recordemos el verdadero espíritu de aloha al pedirle sabiduría y discernimiento, y al expresarle nuestro agradecimiento por Su bondad y Su misericordia que extiende como un sabio y amoroso Padre en los Cielos! El presidente Thomas S. Monson a menudo nos recuerda esta cita: “Si recordamos que cada uno de nosotros es literalmente un hijo o una hija espiritual de Dios, no hallaremos dificultad alguna para acercarnos a Él en oración. Él nos conoce, Él nos ama y desea lo mejor para nosotros”.4 Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos, dijo una vez: “Cuando me preparo para hablarle a la gente, paso dos tercios del tiempo pensando qué quieren ellos escuchar y un tercio pensando en lo que yo quiero decir”.5 Utilizando el método de preparación de Lincoln, he orado y debatido sobre qué es lo que ustedes

Vivimos en tiempos de valores contradictorios El concepto de aloha es tan importante en Hawai que el “Espíritu Aloha” se define y aparece en los estatutos del estado de Hawai. Aloha significa demostrar calidez y afecto sin esperar retribución. Significa reconocer la importancia de cada persona para la existencia colectiva de la comunidad. También significa escuchar lo que no se dice, ver lo que no se puede ver, y saber lo desconocido. 1 El espíritu aloha abarca hermosos principios del Evangelio, principios de fe, principios que implican “no juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1). Destaca la importancia de la persona y de la compasión. ¿No sería maravilloso si todo el mundo abrazara de lleno el espíritu aloha? Hace poco, el General David H. Petreus habló en la Universidad Brigham Young–Provo. Mostró su maravilloso sentido del humor cuando comenzó su mensaje mencionando 10 razones por las cuales los egresados de la Universidad Brigham Young son buenos soldados. Algunas de las razones que incluyó fueron: “No es un problema si no saben qué rango tiene una persona, simplemente lo llaman hermano o hermana…” “Nunca están ausentes sin permiso; simplemente lo llaman estar menos activo”. “Aceptan cualquier desafío con rapidez si les dicen que habrá refrigerio”. “Tienen ideas innovadoras para tratar a los insurgentes—como el asignarles maestros orientadores”. Y por último, son, y al pensarlo quizá sea lo más importante, “los conductores designados más 13

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querrían escuchar, qué necesitarían escuchar, y qué debería procurar enseñarles. He tratado de ponerme en sus zapatos e imaginar cómo es andar por los caminos que ustedes transitan en 2010. Supongo que muchos de ustedes, con razón, pueden preguntar: “¿Qué sabe este hombre que tiene 50 años más que nosotros sobre los temas que enfrenta la juventud hoy en día?” ¡Esa es una buena y muy apropiada pregunta! En realidad, la respuesta probablemente es “no mucho acerca de las actividades diarias y de las tentaciones y de todas las cosas que ustedes atraviesan”. Sin embargo, hay aspectos importantes de nuestra vida que son constantes, siempre lo han sido y nunca cambiarán. Quizá mi experiencia dé crédito a algunas observaciones aprendidas de la escuela de la vida. Cuando les pregunté a mis nietos en edad universitaria sobre qué creían que debería hablar, me respondieron: “Abuelo, que sea simple”. “Abuelo, sé directo”. Y quizá lo más importante: “Abuelo, por favor, hazlo corto”. Haré lo mejor que pueda para satisfacer sus expectativas tan elevadas. Permítanme compartir algunas percepciones que podrían ser obvias prácticamente a todos nosotros. Sin duda, estamos viviendo en un tiempo donde surge cada vez más agitación entre naciones y culturas del mundo; están en conflicto. El curso futuro de la humanidad no es claro; con demasiada frecuencia el miedo penetra las almas de los jóvenes. Muchos pierden la fe en el Señor Jesucristo, y para muchos otros la fe es sólo un sueño efímero. La lucha eterna de Satanás en pos de los corazones y de las almas de los hombres continúa sin disminuir. La llamada “Generación-X”, parece un poco incierta y quizá un poco confundida debido a las señales encontradas que la sociedad en general le brinda.

Charles Dodgson, un autor del siglo XIX, matemático y lógico que escribió bajo el pseudónimo de Lewis Carroll, es el autor de Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas y de la continuación, A través del espejo. También fue conocido por sus muchos buenos dichos, uno de los cuales es “Si no sabes adónde vas, cualquier camino te llevará”.6 La misma idea se expresa en el poema reflexivo de Robert Fross: “El camino no tomado”: “Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo, y lamentando no poder recorrer ambos pues era un solo viajero, por largo tiempo me detuve y contemplé uno de ellos tan lejos como pude, hasta donde se perdía entre la maleza. Entonces tomé el otro, tan ameno y llano, y dotado quizás de mayor atractivo por su pasto suave que pedía ser hollado; aunque los que por allí pasaran a los dos habrían gastado del mismo modo. Ambos esa mañana yacían igualmente, hojas que ninguna pisada habían ennegrecido. ¡Oh, dejé el primero para otro día! Pero, sabiendo que un camino conduce a otro, dudé de que algún día volvería. Diré esto con un suspiro de aquí a la eternidad: Dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo— Yo tomé el menos transitado; y eso ha hecho toda la diferencia”.7 Debido a que hemos sido bendecidos con un conocimiento del plan de Dios para Sus hijos eternos, nosotros, los Santos de los Últimos Días, sabemos nuestro destino final, o qué camino tomar para llegar de manera segura. Nosotros, más que otros, sabemos a dónde nos conducimos, porque sabemos de dónde venimos y adónde vamos.

Conocemos el camino que debemos seguir Luego de considerar lo que podría decir y de consultar al Espíritu, el Espíritu me susurró, casi me gritó, que los jóvenes Santos de los Últimos Días necesitan que se les asegure que son literalmente hijos e hijas de un amoroso, comprensivo y benévolo Padre en los Cielos. Necesitan que se les asegure que la fe en el Señor Jesucristo es importante; necesitan saber que no existe absolutamente ninguna razón para temer o desesperarse si seguimos la palabra del Señor. Necesitan saber que la esperanza es y puede ser una realidad, que las oportunidades abundan y la obediencia es un prerrequisito para la felicidad; que hay un gran y eterno propósito en esta vida y que Satanás y sus seguidores serán acallados. El evangelio de Jesucristo es verdadero. Hay muchos profetas en la tierra. Yo soy de la idea de que el vaso en realidad está la mitad lleno y no la mitad vacío. Mis jóvenes amigos, ésta es una época extraordinaria para vivir. Ustedes y yo tenemos una gran misión que llevar a cabo y un destino divino. Sabemos esto y mucho más porque hemos sido bendecidos con la habilidad de entender el plan de nuestro Padre Celestial, el plan que Él diseñó específicamente para nuestra felicidad, a medida que nos compenetremos en el Evangelio de Jesucristo.

El plan de Dios es un plan de felicidad Un breve repaso del plan de nuestro Padre Celestial tal vez nos sea de ayuda. Recuerden que todos somos hijos de nuestro Padre en los Cielos y existíamos antes de venir a esta tierra. El plan está diseñado para lograr la inmortalidad y la vida eterna. Solamente había un plan eterno, y cuando el Padre presentó ese plan, todos gritamos de alegría. El plan fue presentado por Dios mismo. No hubo múltiples planes como a veces se nos quiere hace creer. Los elementos del plan incluían la diferencia de sexo; en verdad, los diferentes sexos son una parte esencial del plan. El plan fue ordenado antes de que este mundo fuera creado y proporcionó una manera para que todos, potencialmente, pudiéramos ser exaltados. La familia es ordenada por Dios y es primordial dentro del plan. Nuestro Padre Celestial habla a Sus hijos por medio de profetas vivientes. Los templos, junto con sus ordenanzas salvadoras, nos conectan con las eternidades. El plan requería que alguien nos mostrara el camino y fuera nuestro abogado ante el Padre. El Salvador, Jesucristo, respondió con fidelidad y se ofreció a Sí mismo a fin de que tuviésemos el albedrío para actuar 14

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por nosotros mismos. Lucifer (o Satanás) se rebeló y buscó la compulsión en lugar del albedrío para los hijos de Dios. En nuestro clamor de alegría, nos regocijamos cuando se eligió a Jesucristo y cuando se nos dio la oportunidad de venir a la tierra, de tomar un cuerpo, de adquirir experiencia y de ponernos a prueba. Al transitar el camino de la vida, sin duda esperamos seguir las reglas y señales que están en el camino. El profeta Alma, del Libro de Mormón explicó: “por tanto, después de haberles dado a conocer el plan de redención, Dios les dio mandamientos de no cometer iniquidad, el castigo de lo cual sería una segunda muerte, que era una muerta eterna respecto de las cosas pertenecientes a la rectitud; porque en éstos el plan de redención no tendría poder, pues de acuerdo con la suprema bondad de Dios, las obras de la justicia no podían ser destruidas” (Alma 12:32). Si somos obedientes y fieles en aferrarnos a la barra de hierro y transitar por el camino establecido, podemos esperar la gran y gloriosa oportunidad de regresar otra vez y vivir eternamente con nuestro Padre Celestial, disfrutando de todas las bendiciones que Él ha determinado para aquellos que se gradúen de su existencia mortal con excelencia. Al aferrarse a las normas de la Iglesia, tendrán mayor felicidad en su vida y serán un ejemplo positivo para quienes los rodean. Una cita de La familia: Una proclamación para el mundo, dice: “La felicidad en la vida familiar tiene más posibilidades de lograrse cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo. Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y se mantienen sobre los principios de la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las actividades recreativas edificantes”. 8 Curiosamente, estas simples verdades, fundadas sobre el plan de felicidad de nuestro Padre Celestial, son en gran parte malinterpretadas por muchos que no son de nuestra fe. Todos necesitamos tiempo para contemplar, tiempo para estudiar, tiempo para meditar y tiempo para reflexionar acerca de ese maravilloso plan y para pensar en la felicidad que nuestro Padre en los Cielos tiene reservada para nosotros como se bosqueja en Su plan para Sus hijos. Recuerden que el plan del Señor es en verdad un plan de felicidad. Me encanta la manera en que el presidente Gordon B. Hinckley lo dijo: “La vida será más llevadera, las preocupaciones disminuirán y las tribulaciones serán menos difíciles de sobrellevar si cultivamos el espíritu de la felicidad”.9 “En 2007, dos grandes organizaciones de Estados Unidos que se especializan en los medios de comunicación entrevistaron a jóvenes de 12 a 24 años para saber qué los hacía felices. El estudio presentó muchos resultados; entre ellos: “• Los jóvenes ‘dependen de sus padres como la fuente principal de seguridad y felicidad’. “• ‘La juventud buscará cada vez más la felicidad en la espiritualidad y en la fe’.

“• ‘El resurgimiento del interés en la estructura familiar tradicional entre los jóvenes adquirirá impulso’. “Una resumen de las declaraciones del estudio dice: ‘Mientras que nuestra investigación inicial reveló que los jóvenes de la actualidad son más tradicionales que los de las generaciones anteriores, nos sorprendió ver hasta qué punto la juventud espera ansiosamente y con gran alegría su propio matrimonio y el formar una familia’”.10 Es posible recorrer el camino de la vida exitosamente Me encanta viajar, en especial cuando hay suficiente tiempo para viajar en automóvil o cruzar el país por tierra. Tal vez el ejemplo de un viaje nos ayudará a entender mejor el camino de la vida que todos recorremos. Si por ejemplo, ustedes decidieran que les gustaría viajar desde Vermont, al este, o la costa del Océano Atlántico de los Estados Unidos, hasta San Francisco, al oeste o la costa del Océano Pacífico, y utilizar sólo la autopista interestatal, de acuerdo a la página MapQuest, la ruta más directa sería de 4.945,51 kilómetros y requeriría cerca de 48 horas de manejo en automóvil. A lo largo del camino hay cientos de oportunidades para cambiar de ruta, y cada vez que se desvíen se añaden más kilómetros al viaje. Para ayudarles a llegar de manera segura a destino existen señales en el camino, advertencias, límites de velocidad, marcas establecidas y quizás, hasta un sistema de posicionamiento global en su automóvil. Cada kilómetro recorrido se anota en el odómetro del automóvil y registra el progreso kilómetro a kilómetro y hora tras hora. Al viajar, es necesario descansar con frecuencia, volver a llenar el tanque de gasolina y buscar alimento para el cuerpo y para la mente. En el viaje de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, también tenemos que tomar muchas decisiones. Nuestro progreso se mide en parte por la edad y por los logros. Tenemos las Escrituras que nos dan guía, advertencias y ánimo, y un mapa para usar como modelo en nuestra vida. El presidente James E. Faust a menudo se refería al Libro de Mormón como el “el texto para esta dispensación”.11 Pienso que él estaba sugiriendo que el Libro de Mormón era el manual de instrucciones para tener un viaje exitoso en la vida. Así como necesitamos tener confianza en la validez de la información que obtenemos de las señales en el camino a través de la carretera interestatal, necesitamos tener un testimonio personal de las Escrituras. Nefi nos recordó por qué son importantes las Escrituras para el viaje de la vida cuando escribió para los lectores de nuestros días: “Y sé que el Señor Dios consagrará mis oraciones para el beneficio de mi pueblo. Y las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues los persuaden a hacer el bien; les hacen saber acerca de sus padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna. Y hablan ásperamente contra el pecado, según la claridad de la verdad; por tanto, nadie se enojará con las 15

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palabras que he escrito, a menos que sea del espíritu del diablo” (2 Nefi 33:4–5). Estas son las últimas palabras que Nefi escribió en su porción del Libro de Mormón. Estos dos versículos Nefi bosquejó al menos cinco razones para que nosotros estudiemos las Escrituras, tal como estudiaríamos un mapa de carreteras para prepararnos para un largo viaje a través del país. De manera similar, el último profeta que contribuyó al Libro de Mormón explicó cómo podemos adquirir ese testimonio tan necesario concerniente a la veracidad del Libro de Mormón cuando nos recordó: “ Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo” (Moroni 10:4). El proceso que Moroni bosqueja incluye: primero, estudiar; segundo, hacer la pregunta correcta. En este caso, la pregunta no es preguntar si es verdad, sino preguntar si no es verdad. Tercero, manifestar un deseo genuino de saber la verdad. Cuarto, tener la fe suficiente para saber que sus preguntas serán contestadas. Y quinto, prepararse para recibir una respuesta del Espíritu Santo. Debido a que nuestro viaje por la carretera nos lleva por varias ciudades grandes, con un laberinto de caminos en distintas direcciones con mucho tráfico a toda velocidad, es fácil tomar algunos giros equivocados y hasta perdernos o terminar en un camino sin salida. El miedo, aun la desesperación, puede surgir a medida que buscamos el refugio seguro o el camino seguro que queremos. Así es, mis jóvenes amigos con la vida: podemos convertirnos en almas perdidas, podemos sucumbir a las tentaciones del adversario, y con el tiempo perder de vista nuestro destino original. A lo largo del camino de la vida, un Padre Celestial benevolente, en Su maravilloso plan, previó estos desvíos. Mandó a Su Hijo Unigénito para ser nuestro Redentor y nuestro Salvador. No les quepa la menor duda, el pecado requiere arrepentimiento. El profeta Alma nos recuerda: “el Señor no puede considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia” (Alma 45:16). Así como compramos el seguro para proteger nuestro automóvil en caso de daños o accidentes que puedan ocurrir al viajar por la autopista, podemos comprar, con un arrepentimiento sincero y completo, las bendiciones asociadas con la expiación de Jesucristo. Él también proporcionó “salvadores” divinos asignados, a los que llamamos obispos, para ayudarnos a que una vez más encontremos el curso correcto. Recuerden que el Señor ha prometido que: “aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). En esta dispensación el Señor dijo: “He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más.

Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará” (D. y C. 58:42–43). Si han tomado un atajo o se han desviado del curso establecido de la vida, su maravilloso obispo puede ayudarles. ¡Búsquenlo, él los ama! Al cruzar el país, varias agencias gubernamentales ofrecen incentivos y privilegios si nuestros vehículos siguen ciertas normas. Esas normas pueden ser de rendimiento, incluso requisitos de seguridad; a veces, hay restricciones de peso. Obviamente tenemos que tener la matrícula del vehículo y en algunos lugares se da preferencia si logramos ciertas cantidades de kilómetros por litro de gasolina en nuestro vehículo. Al aceptar cumplir y demostrar responsabilidad, podríamos utilizar carriles especiales para evitar congestionamientos, y no detenernos en las cabinas de peajes, o recibir alguna otra consideración especial. En la vida, nuestro Padre Celestial espera que establezcamos acuerdos a los que llamamos convenios. A lo largo de la historia, nuestro Padre Celestial ha hecho acuerdos con Sus hijos por medio de convenios. Recordarán que se hicieron convenios con Adán, Abraham y Moisés. Hoy en día, como parte de los convenios que se espera que hagamos, hacemos convenios bautismales, convenios del sacerdocio y convenios del templo. Nos referimos a estos convenios en forma colectiva como el “nuevo y sempiterno convenio”. Cada convenio mencionado está asociado con una ordenanza sagrada, necesaria para nuestra exaltación. Al honrar los convenios sagrados, nuestro Padre Celestial extiende bendiciones como Él ha prometido. No debemos tomar nuestras ordenanzas y convenios livianamente. El élder Russell M. Nelson nos recuerda la promesa de nuestro Padre en los Cielos: “Lo que Él espera para nosotros es la vida eterna. Nos hacemos merecedores de ella mediante la obediencia a los convenios y a las ordenanzas del templo— para nosotros, para nuestra familia y para nuestros antepasados. No podemos ser perfeccionados sin ellos. No podemos llegar a la presencia de Dios con sólo desearlo, debemos obedecer las leyes sobre las cuales esas bendiciones se basan”.12 Mis jóvenes amigos, no sabemos la duración del camino de la vida, pero sólo perseverando hasta el fin con vidas firmemente plantadas en la tierra del Evangelio, al estar en la corriente de la Iglesia, servir humildemente a nuestro prójimo, vivir vidas cristianas, y guardar los convenios sagrados, tendremos éxito en encontrar felicidad dentro del marco del plan de nuestro Padre en los Cielos. Para obtener el máximo placer de un largo viaje en automóvil, debemos hacer algunas paradas, disfrutar la cultura local y los puntos de interés, todo ello agrega conocimiento y entusiasmo y realza el viaje. Las maravillas de la naturaleza han sido creadas para nosotros a fin de apreciarlas y disfrutarlas. Al prestar atención, aprenderemos mucho. 16

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Para transitar exitosamente el camino de la vida, tómense el tiempo para servir y ayudar a los demás. La ex primera dama, Bárbara Bush, a menudo decía: “Al final de su vida, nunca se arrepentirán de no haber pasado una prueba más, no haber ganado un veredicto más, o no haber cerrado un trato más. Lamentarán el tiempo que no pasaron con su esposo, sus hijos, amigos o padres”.13 Así como necesitan una licencia para conducir un automóvil, ustedes necesitan una recomendación para disfrutar de las bendiciones disponibles al servir en la Casa del Señor.

vuele más lejos y más alto. El viento es quien la controla y la cuidará. ¿Pero qué ocurre ahora que el hilo se cortó? La cometa comienza a caer y a inclinarse, a menearse y a moverse, y al final cae de vuelta a la tierra. El viento la lleva por encima del terreno y a medida que pierde altura ustedes la pierden de vista pero saben que el resultado final es que está cayendo a tierra. Esa hermosa cometa que pasaron tanto tiempo armando ya no está en el cielo, sino que ha caído a la tierra y ningún viento la levantará otra vez. ¿Tienen un sentimiento de desilusión y pérdida? Ahora pueden abrir sus ojos. La realidad es que aunque parece que el hilo está realmente controlando la cometa, en verdad le está dando la habilidad de remontarse y ser lo que tiene que ser. He tratado de dibujar en sus mentes con palabras una verdad del Evangelio que es la clave para nuestra salvación. La cometa representa a cada uno de nosotros. Dios nos ha creado a Su imagen y somos hermosos a Su vista. Él hizo un gran trabajo, pero no nos fuerza a hacer nada. Lo que sí nos dio fue un lazo fuerte hacia Él, como el hilo lo es para la cometa. El hilo representa las pautas para la felicidad y la vida eterna como se hallan en Su maravilloso plan.

Las pautas de Dios nos permiten lograr el éxito Albert Schwitzer, un notable teólogo, misionero médico y filósofo dijo: “El éxito no es la clave para la felicidad. La felicidad es la clave para el éxito”. 14 La felicidad sólo viene como resultado de seguir los preceptos que se encuentran en el plan eterno de nuestro Padre Celestial para Sus hijos. En nuestro diario vivir, tengamos en mente el propósito divino de nuestra creación. Hace poco, una madre muy sabia de nuestro barrio ayudó a la congregación a entender por qué el Señor pone límites para dirigir nuestra vida. En una reunión sacramental, ella nos pidió que cerráramos los ojos e imagináramos una escena muy tranquila. Les voy a pedir a cada uno de ustedes que haga lo mismo. Cierren los ojos. Ahora piensen en una hermosa escena: Es un día soleado en una playa muy hermosa, con olas deslizándose suavemente sobre la arena blanca. Es primavera y la arena no está demasiado caliente; pueden correr descalzos y deslizar la arena entre los dedos de sus pies. Sopla una hermosa brisa, perfecta para volar cometas. El cometa es hecho en casa, con papel de seda, palos e hilo. Una cola de colores brillantes está pegada a la cometa para darle estabilidad. Han elegido muy cuidadosamente el hilo de la cometa, es una cometa linda y no desean perderla. También desean que vuele lo más alto posible. Ahora sostengan la cometa en alto y comiencen a correr por la playa, dejando que el viento empuje el papel de la cometa y lo eleve hacia el cielo. Al principio está un poco inestable así que se inclina y cae un poco hasta que logran que esté suficientemente elevado para que agarre una buena brisa, luego comienza a subir fácilmente a medida que sueltan el hilo. De pronto está tan arriba que es simplemente una manchita en el hermoso cielo azul. ¿Pueden verla? ¿Pueden sentir el tirón del hilo a medida que el viento la atrapa una y otra vez? Ustedes pueden hacer que caiga, que gire, que se incline y se remonte al manipular el hilo. Ese delgado y fuerte hilo controla y sujeta la cometa al suelo. Disfruten del sentimiento de control y de la belleza del día. Ahora deseo hacerles una pregunta. ¿Qué es lo que está sosteniendo esa cometa? ¿Es el viento? Así parece. Ahora les voy a pedir que hagan algo que puede ser un poco difícil para ustedes. Rápidamente corten el hilo. Dejen que la cometa se vaya. Déjenla en libertad para que

Mantengan la mira en la meta primordial, la vida eterna Cada viaje tiene un comienzo, un final y, por lo general, existen algunas paradas a lo largo del camino. Con suerte, las roturas y fallas mecánicas serán pocas y esporádicas. En cualquier lugar del camino de la vida que se encuentren en este momento, podría ser útil y aún sabio evaluar objetivamente la salud y vitalidad de su vida tal como verificarían la presión de aire en sus llantas y el nivel de su combustible antes de comenzar su viaje. Si su bienestar espiritual está obstaculizado por el pecado, desidia, indiferencia, lujuria, drogas, inmodestia, o cualquier otro mal, ahora es el tiempo de tomar una determinación. Me gusta el consejo de la Madre Teresa, ella dijo: “El ayer se fue, el mañana aún no ha llegado sólo nos queda hoy. Así que comencemos”.15 Así que todos comencemos. ¡Comencemos ahora! No demoremos la oportunidad de participar completamente de la felicidad que nos trae el vivir una vida recta y servicial. A lo largo de los años, he tenido el gran privilegio de jugar al golf en diferentes oportunidades con Jack Nicklaus, Johnny Miller, Mike Weir y Arnold Palmer. Cada uno de ellos es un hombre muy impresionante y un golfista magnífico. Un hecho aparentemente sin importancia ocurrió mientras jugábamos con Arnold Palmer, lo cual ha tenido un efecto profundo y duradero en mí. Quizás algunos de ustedes recuerden esta historia que he compartido antes acerca de mi misión en Australia. Luego de hacer nuestros golpes, me encontraba parado cerca de la bola del Sr. Palmer a medida que su joven caddie estaba describiendo algunos de los obstáculos en el hoyo que estábamos jugando. La conversación fue algo así: 17

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El joven caddie le decía al Sr. Palmer: “Señor, cerca del green y hacia la izquierda hay un pequeño arroyo que no se ve, y también han dejado crecer la maleza a la derecha cinco centímetros más alta”. El señor Palmer responde al caddie de una manera firme y concisa, pero amablemente: “Por favor, joven, no siembre en mi mente lo que hay a la izquierda y qué peligro podría tener a la derecha. La única información importante es la distancia que hay entre esta bola hasta el palo de la bandera”. A menudo en la vida nos enfocamos en lo que hay a la izquierda y lo que hay a la derecha en vez de lo que hay justo en el medio. El ex secretario de Salud, Educación y Bienestar, John W. Gerdner indicó: “Todos nos enfrentamos a una serie de grandes oportunidades disfrazadas como problemas sin solución”.16 Solucionar nuestros desafíos espirituales es una oportunidad que todos debemos lograr satisfactoriamente. Se ha dicho que “lo que hacemos en la vida tiene eco en la eternidad”. 17 Mis jóvenes amigos, que podamos tener éxito al viajar por la carretera de la vida y ser receptores de la felicidad que proviene de confiar

totalmente en el plan que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros. ¡Es una época maravillosa para vivir! Expreso mi amor y respeto por cada uno de ustedes y aprovecho esta oportunidad para invocar las bendiciones del Cielo para que sean bendecidos con felicidad en su vida personal a medida que sigan fielmente el plan de Dios, que sean bendecidos con discernimiento para identificar lo que es bueno y rechazar lo que es malo, que puedan tener esa habilidad y reciban un gozo perdurable al servir en Su Reino como así también al encontrar éxito en sus carreras educativas o vocacionales. Sé que Jesús vive. Sé que Él es nuestro Salvador. Sé que Él expió nuestros pecados. Estoy agradecido de que Él es nuestro defensor ante nuestro Padre en los Cielos. Sé que las palabras que se encuentran en las Escrituras, y en especial en el Libro de Mormón, dan dirección a nuestra vida para que podamos conducir el viaje de nuestra vida y regresar a nuestro Padre Celestial con una felicidad plena. Estoy agradecido y expreso gratitud por los profetas vivientes. Sé que somos bendecidos hoy con un profeta viviente, Thomas S. Monson. Sé de estas cosas y las testifico en el sagrado nombre de Jesucristo, nuestro Redentor y Salvador. Amén.

NOTAS 1. Véase “Aloha Spirit,” Hawaii Revised Statutes 5-7.5, http://capitol.hawaii.gov/hrscurrent/vol01_ch00010042f/hrs0005/hrs_0005-0007_0005.htm. 2. Véase General David H. Petraeus, en Sara Israelsen-Hartley, “General Petraeus: Top 10 Reasons BYU Grads Make Great Soldiers”, Deseret News, 26 de marzo de 2010, http://deseretnews.com/article/print/700019691/General-Petraeus-Top-10reasons-BYU-grads-make-great-soldiers.html. 3. Véase St. Augustine “QuotationsBook,” http://quotationsbook.com/quote/31904/. 4. Véase Thomas S. Monson, “Three Ways to Build a Strong Testimony”, Friend, mayo de 2009, pág. 2. 5. Véase Abraham Lincoln, “UpLifts: Motivation in Thought”, abril 20 de 2010, http://uplifts.us/?cat=5. 6. Véase Lewis Carroll “QuotationsBook”, http://quotationsbook.com/quote/46342/. 7. Véase Robert Frost, “The Road Not Taken” (1915), en The Poetry of Robert Frost, edición Edward Connery Lathem, 1970, pág. 105. 8. Véase “La familia: Una proclamación para el mundo”, Liahona, junio de 1996, págs. 10–11. 9. Véase Gordon B. Hinckley, Liahona, noviembre de 2002, pág. 99. 10. Véase “Dieciocho formas para mantenerse fuertes: La familia”, Liahona, octubre de 2008, pág. 28. 11. Véase James E. Faust, “José Smith y el Libro de Mormón”, Liahona, febrero de 1996, pág. 7. 12. Véase Russell M. Nelson, “Ahora es el tiempo de preparación” Liahona, mayo de 2005, pág. 16. 13. Véase Barbara Bush, “Remarks of Mrs. Bush at Wellesley College Commencement,” http://www.wellesley.edu/PublicAffairs/Commencement/1990/bush.html. 14. Véase Albert Schweitzer, “QuotationsBook,” http://quotationsbook.com/quote/37770/. 15. Véase Madre Teresa, In the Heart of the World: Thoughts, Stories, and Prayers, edición Becky Benenate, 1997, pág. 17. 16. Véase John W. Gardner, en Lee S. Shulman, “A Response to the Final Report of the Commission on the Future of Higher Education,” http://carnegiefoundation.org/print/6068. 17. Véase James E. Faust, Liahona, julio de 2002, pág. 51.

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Para tener paz y felicidad Élder Richard G. Scott Del Quórum de los Doce Apóstoles Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 12 de septiembre de 2010 • Universidad Brigham Young He preparado este mensaje con oración y ha sido designado para brindarte paz y felicidad en un mundo atribulado. Sé que las verdades que contiene proveen soluciones porque mi preciada esposa, Jeanene, y yo hemos comprobado su valor en nuestra propia vida. Para que obtengas el máximo beneficio del tiempo en que estaremos juntos, te sugiero que escribas con cuidado toda impresión que recibas. Estas impresiones son mensajes personalizados del Señor enviados mediante el Espíritu Santo para tu guía.

Cuando mi esposa estaba embarazada de nuestro tercer hijo, nuestro segundo hijo estaba gravemente enfermo. Jeanene lo llevaba en su falda cuando le hacían exámenes fluoroscópicos. Por recibir demasiadas radiaciones, ella no pudo tener otros hijos, y el niño que llevaba en su vientre falleció en forma prematura; pero los tenemos: nos nacieron en el convenio. Ésa es la bendición de las ordenanzas del templo. A pesar de que esta probación mortal presenta diferentes niveles, aquellos que fueron sellados a nosotros con el santo sacerdocio, mediante las ordenanzas del santo templo serán nuestros para siempre. Sé que tendré el privilegio de estar con esa bella esposa, a quien amo con todo mi corazón, y con esos hijos que están con ella del otro lado del velo, debido a las oportunidades que son posibles mediante las ordenanzas eternas que se realizaron en el Templo de Manti. ¡Qué bendición es tener una vez más en la tierra la autoridad para sellar, y que sea vigente no sólo por esta vida mortal sino por las eternidades! Estoy agradecido porque el Señor ha restaurado el Evangelio en su plenitud, así como las ordenanzas que se requieren para que seamos felices en el mundo y para vivir vidas gozosas sempiternamente en el más allá. Al recordar las bendiciones que provienen del templo, lo que para mí ha llegado a ser una parte vitalmente importante es que amo cada día más a mi esposa. Reconozco que, en cierto sentido, mi sellamiento a mi esposa todavía no se ha conferido eternamente; hemos vivido los mandamientos; hemos obtenido las bendiciones de las ordenanzas del templo; hemos honrado esos mandamientos; pero ella y yo debemos ser hallados dignos más allá del velo para que esas ordenanzas puedan ser selladas por el Santo Espíritu de la Promesa. Ese requisito de ser sellado por el Santo Espíritu de la Promesa es la forma en que el Padre Celestial y el Salvador se aseguran de que ninguna persona gane esas bendiciones de manera indigna. Una persona podría engañar a los mortales aparentando ser justa, pero no puede haber tal decepción con el Espíritu Santo.

Las ordenanzas del templo fortalecen la familia y el hogar Dos de los pilares vitales que sostiene el plan de felicidad del Padre Celestial son la familia y el hogar. Su significado supremo se demuestra por los esfuerzos implacables de Satanás por dividir las relaciones familiares y subestimar el significado que tienen las ordenanzas del templo las cuales unen a las familias por la eternidad; él hace eso al fomentar constantemente la promiscuidad y para profanar la sagrada expresión íntima de amor que existe entre un hombre y una mujer, que resulta en el nacimiento de los hijos. Hace 57 años, el 16 de julio de 1953, mi amada Jeanene y yo nos arrodillamos como una joven pareja en el altar del Templo de Manti, Utah. El presidente Lewis R. Anderson ejerció la autoridad del sellamiento y nos declaró esposo y esposa, casados por esta vida y por toda la eternidad. No tengo el poder para describir la paz y la serenidad que provino por la seguridad de que, si continúo viviendo correctamente, podré estar con mi amada Jeanene y con nuestros hijos obedientes para siempre, debido a esa ordenanza sagrada realizada con la autoridad apropiada del sacerdocio en esa casa del Señor. Nuestros siete hijos están ligados a nosotros mediante las sagradas ordenanzas del templo. Mi preciada esposa, Jeanene, y dos de nuestros hijos están al otro lado del velo. Ellos proveen una motivación poderosa para cada uno de los integrantes de nuestra familia que ha quedado, y para vivir de tal modo que juntos podamos recibir todas las bendiciones eternas que se prometen en el templo. El sellamiento en el templo tiene un significado más grande cuando la vida se despliega y descubres la belleza de las características diferentes que hay entre tú, tu esposa y tus hijos. Puedes compartir tu amor por cada uno y tu gratitud por la bendición de estar juntos; puedes acercarte aún más y hallar una gran plenitud en la vida mortal.

Conversación con una joven pareja de recién casados Les he pedido a Rebecca y a Ben Marlowe, una pareja de recién casados, que me ayuden conforme trato de ayudarte a que te prepares para el matrimonio eterno. Élder Scott: Ben Marlowe, eres un hombre extraordinariamente bendecido. ¿Cómo conquistaste el corazón de un ángel? Ben Marlowe: Lo sé. Es hermosa. Rebecca Marlowe: Fue al revés. Élder Scott: No sólo es hermosa; es muy inteligente. Ben: Si, así es. 19

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Élder Scott: Y sé que descubrirán que es una bendición en su vida al continuar con sus planes para el futuro. Si me lo permiten, me gustaría hacerles algunas preguntas. Rebecca, el sellarte a Ben, ¿te causó toda la felicidad que habías soñado? Rebecca: Me ha traído toda esa felicidad y más, y eso se debe a que ahora que estamos sellados, podemos hacerlo todo juntos. Eso era algo que no entendía completamente antes de que nos selláramos. El poder hacer todas las cosas juntos y pasar juntos por todas las cosas ha sido una gran bendición. Y sólo saber que, sin importar lo que suceda, estaremos juntos para siempre es una bendición maravillosa. Élder Scott: ¿Cómo demuestra Ben su aprecio por ti? Rebecca: Ben es muy bueno con las cosas pequeñas y para mí eso demuestra aprecio. No se trata de hacer algo grande, sino de hacer continuamente cosas pequeñas para mostrar que está agradecido por mí. Élder Scott: ¿Qué hace Rebecca para que tu vida sea feliz? Ben: Todo lo que ella hace me hace feliz. Élder Scott: Hombres: ¡recuerden esa frase cuando sean esposos! Eso es extraordinario. ¿Toman juntos las decisiones importantes? ¿Cómo lo hacen? Ben: Sí lo hacemos. Hemos tenido muchas oportunidades de charlar y analizar las cosas que van surgiendo en el futuro de ambos. A veces quizás no estemos totalmente de acuerdo; eso es algo bueno para nosotros porque sabemos que podemos confiar en el Padre Celestial. Los dos siempre estamos de acuerdo. Élder Scott: Así que, si tienen opiniones diferentes, lo resuelven por medio de la oración con el Padre Celestial. Rebecca: Exactamente. Élder Scott: Estupendo; ése es un modelo maravilloso para la vida. ¿Cómo determinan cuál debe ser la prioridad principal de su matrimonio? Rebecca: Una gran bendición para nosotros es, que desde que nos conocimos, hemos tenido las mismas prioridades en la vida. Eso nos ha ayudado muchísimo en el matrimonio, porque los dos trabajamos juntos hacia las mismas metas. Hemos decidido que nuestras prioridades son: primero, el Señor y el Evangelio–lo que ha ayudado mucho a nuestro matrimonio–luego, cada uno de nosotros, nuestras familias y la familia que establecimos juntos. Al poner esas cosas primero todo el resto se acomoda. Élder Scott: No fallará si han orado para saber cuál es la voluntad del Señor y luego Le piden que los ayude a cumplirla. Me parece un modelo maravilloso para una vida feliz, productiva y dichosa. Gracias. ¿Alguna vez han estado en desacuerdo en su matrimonio? Ben: Sí; como dije antes, ha habido algunas oportunidades en las que pudimos aprender y crecer juntos. Rebecca: Creo que por nuestra crianza y perspectivas diferentes, claro que habrá desacuerdos en el matrimonio; pero creo que la forma en que lo resuelven es lo importante. Y como dijo Ben antes, sin importar en lo

que no estemos de acuerdo, siempre estamos de acuerdo en acudir al Señor; así es como resolvemos cualquier desacuerdo que tengamos. Ben: Pero no sé cómo se puede estar en desacuerdo con Rebecca. Élder Scott: Creo que va a ser diplomático ¿Estudian las Escrituras juntos? Ben: Sí, y son ocasiones muy especiales cuando en las mañanas o las noches tenemos la oportunidad de estar juntos. Algo que nos hemos esforzado por hacer es, después de nuestro estudio personal, es pensar en preguntas, quizás algo que no entendimos. Entonces al estar reunidos, hablamos de esas preguntas. Ella da su punto de vista, porque ha sido bendecida con una familia maravillosa que le ha brindado mucho conocimiento del Evangelio, y mi misión y mi familia me han ayudado a obtener conocimiento del Evangelio, así como conocimiento de la vida diaria que todos necesitamos. Élder Scott: Los dos tienen la bendición de tener padres que los apoyan y los aman, y que están de acuerdo con lo que hacen. Ésa es una enorme bendición en la vida. Cuando estudiaba las Escrituras con mi esposa, ella leía, yo leía, y comentábamos; no leíamos necesariamente los pasajes juntos. ¿Es eso lo que les ha resultado útil, o lo hacen de otra manera? Rebecca: Siempre estudiamos individualmente las Escrituras, y a veces lo hacemos juntos y, como dijo Ben, nos hacemos preguntas que tengamos; yo siempre tengo más preguntas que él. A veces pensamos en lo que pasa, en las decisiones que debemos tomar o las dificultades que tenemos, y enfocamos nuestro estudio personal en esas cosas para quizás encontrar respuestas a nuestras preguntas en las Escrituras. Élder Scott: ¿Tienen algún consejo para los jóvenes que estén escuchando, solteros o casados, sobre cómo han hallado felicidad juntos en su matrimonio? Ben: Creo que lo mejor para mí es poder pasar tiempo con Rebecca, dejar de lado el trabajo o los estudios para asegurarme de que tengamos un tiempo juntos para poder hablar, comunicarnos, y seguir enamorándonos el uno del otro. Élder Scott: ¿Hay alguna noche en que usualmente salen y hacen algo como pareja? Rebecca: Si, los viernes por la noche. Él trabaja en el CCM los sábados por la noche, supongo que hacen trabajar a los casados el fin de semana para que los solteros puedan salir. Así que el viernes es nuestra noche para salir juntos. Élder Scott: Debe ser divertido. ¿Cuáles son algunas de las cosas que hacen en su noche de salida? Ben: Nos encantan las películas; probablemente eso sea lo que más nos gusta hacer–sentarnos a disfrutar de una película–nos aleja de las cosas que nos preocupan o que nos estresan, y es un momento para estar juntos. Élder Scott: Quizá eso es bueno para una pareja casada, pero creo que es una idea tonta para dos personas que están tratando de conocerse. Si eres un joven que estás tratando de conocer a una chica, ¡por 20

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favor no la vayas a llevar al cine! Ahora, si estás casado con un ángel, entiendo por qué lo harías. Rebecca: Estoy de acuerdo en eso. Élder Scott: Hagan cosas emocionantes, piensen en algo que será una noche interesante. Pero no hagan lo que hice yo. Cuando estaba saliendo con mi esposa, una noche pasé a un coche de la policía por el lado equivocado. Nos llevaron a la comisaría. ¿Se imaginan tratar de impresionar a una jovencita en una comisaría? Rebecca: ¡Es más emocionante que el cine! Élder Scott: Así es Rebecca, siempre convierte todo en algo positivo y siempre hace que la vida sea feliz. ¿Tienen planes de tener su propia familia? Rebecca: Sí, por supuesto que sí. Es algo en lo que siempre estamos pensando porque nos damos cuenta de que es un mandamiento del Padre Celestial. Debido a que hemos tenido familias maravillosas, entendemos por qué es tan importante en el Evangelio, y deseamos tener eso nosotros también. Élder Scott: ¿Van a decidir cuántos hijos tendrán o dejarán que el Señor lo decida? Ben: Ella tiene una cantidad. Yo dejaré que el Señor lo decida. Rebecca: Dejaremos que el Señor lo decida. Élder Scott: Realmente quiero agradecerles por ser tan buenos y hacer esto esta noche. Es un placer, siempre que estoy con uno de ustedes mi vida se enriquece. ¿Sabes, Ben? Años atrás, cuando este ángel era una niña pequeña y mi esposa había fallecido, ella sabía que mi espíritu necesitaba que lo elevaran. Me llamaba, y yo escuchaba esas palabras que me estremecían el corazón: “Hola, élder Scott, habla Rebecca”. Y a partir de entonces ha sido una gran bendición conocerlos y verlos a los dos tan, pero tan felizmente casados. Ben: Realmente somos muy, pero muy felices. Élder Scott: ¿Hay algún comentario que les gustaría hacer? Tienen el mundo ante ustedes. ¿Alguna sugerencia que les gustaría hacer? Rebecca: Creo que algo en lo que Ben es muy bueno, y que he apreciado en nuestro matrimonio es el hacer cosas pequeñas. El hacer cosas pequeñas que han ayudado a nuestro matrimonio a salir adelante. También espiritualmente: leer las Escrituras todos los días, y orar juntos e individualmente todos los días, ir al templo y hacer esas pequeñas cosas. Sé que la misión de Ben nos ha bendecido muchísimo ya que él pudo crear esos hábitos en la misión, los cuales ha implementado en nuestro matrimonio e hicieron que sea tanto mejor. Élder Scott: Gracias. Ben: Mi único consejo sería que digan “Te amo” todos los días. Eso es algo que yo he hecho en nuestro matrimonio y nos ha bendecido enormemente, y no sólo decirlo con los labios, sino sentirlo en nuestro corazón también. Élder Scott: Muchísimas gracias a los dos. Centrarse en edificar las relaciones familiares Una vez, aprendí una lección importante de mi esposa. Yo viajaba extensivamente debido a mi profesión. Me

había ausentado por casi dos semanas y regresé a casa un sábado por la mañana. Tenía cuatro horas antes de ir a una reunión y me di cuenta de que nuestro pequeño lavarropas se había dañado y mi esposa estaba lavando la ropa a mano. Como tenía experiencia en ingeniería, comencé a arreglar la máquina; pero Jeanene vino y dijo: “Rich, ¿qué estás haciendo?” Dije: “Estoy arreglando el lavarropas, así no tendrás que lavar a mano”. Y ella respondió “No, ve a jugar con los niños”. Dije: “Pero puedo jugar con ellos en cualquier momento, quiero ayudarte”. Y ella dijo: “Richard, ve a jugar con los niños por favor”. Al hablar conmigo tan autoritativamente, me incliné y obedecí. Lo pasé muy bien con nuestros hijos. Corría detrás de ellos y rodábamos sobre las hojas de otoño. Más tarde, fui a la reunión. Yo podría haber olvidado esa experiencia si no hubiera sido por la lección que ella quería que yo aprendiera. A la mañana siguiente, a eso de las 4 de la madrugada, sentí dos bracitos alrededor de mi cuello, un beso en la mejilla y estas palabras susurradas al oído, las que nunca olvidaré. “Papá, te amo; eres mi mejor, mejor amigo”. ¿Estás teniendo esa clase de experiencia con tus hijos? Si no fuera así, te estás perdiendo uno de los gozos más divinos de la vida. Si aún no te has casado, puedes decidir ahora que cuando seas padre o madre, la felicidad de tus hijos será una prioridad en tu vida. La obediencia nos hace merecedores de que el Señor nos guíe Cuando vives los mandamientos de Jesucristo, tienes el derecho a ser guiado por el Señor; por lo tanto, no participarás de las cosas malas que están a tu alrededor. Puedes identificar a una compañera o compañero eterno con quien tendrás una vida maravillosa cuando los dos expresen fe en el Señor y en Su poder, y vivan dignamente durante su noviazgo. Haz del lugar en el que vivas, sin importar cuán humilde o pasajero, la personificación de un entorno limpio y recto, donde el Espíritu pueda morar. Consérvalo como un cielo de paz, libre de conflictos y disensión. Este consejo lo doy tanto para los casados como para los solteros. Si comienzas ahora a hacer de tu hogar un ambiente donde pueda morar el Espíritu, es probable que puedas mantenerlo así cuando tengas tu propia familia. Querido joven, no pierdas tiempo en frivolidades. Sirve una misión digna y después, haz que tu prioridad sea la de encontrar una compañera eterna digna. Enfrenta la vida y trabaja en ello. No tomes a la ligera esta época puesto que pasa muy rápido. Cuando sientas que estás cultivando un fuerte interés hacia una joven, demuéstrale que eres una persona excepcional, de modo que a ella le interese conocerte mejor. Llévala a lugares que valgan la pena. Muéstrale que eres ingenioso. Está bien ir a ver una película después de casarse, pero es insensato hacerlo de 21

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antemano. Conózcanse mejor. Si deseas tener una vida mejor, tienes que ser atractivo para ella. Si has hallado a alguien, comiencen los dos a cultivar juntos esos sentimientos. Podrían tener un noviazgo y casamiento extraordinariamente maravillosos y ser muy, muy felices eternamente al mantenerse dentro de los límites de la dignidad que el Señor ha establecido. ¿Cómo pueden dos personas enamoradas evitar pasarse de los límites y no caer en tentación? Definamos el amor. Amar a otra persona de manera recta es proteger, elevar, guardar puramente y sin profanación, y sacrificarse por el beneficio de la otra persona. Amar es reservar experiencias sagradas e íntimas para la santidad del matrimonio. Cuando estas experiencias se comparten adecuadamente en el matrimonio, hacen que los cónyuges se acerquen el uno al otro y se fortalezcan para los crecientes deberes del ser padres. Estos actos sagrados resultan en la formación de cuerpos físicos para los hijos espirituales que el Padre Celestial confía a un padre y a una madre. En ese ambiente sagrado, la adecuada expresión íntima es hermosa y significativa. Si piensas en esos hechos, desearás tener un noviazgo limpio y puro.

felicitación y no se les agradecen la multitud de cosas buenas que hacen. Eso es una tragedia. Como esposo, cuando sientas que tu esposa necesita aliento, tómala en tus brazos y dile cuánto la amas. Que cada uno de nosotros sea más tierno y agradecido por el compañero especial que enriquece nuestra vida. Como esposo, sé consciente de lo que podrías estar comunicando inconscientemente por la forma en que tratas a tu esposa en público. Al estrechar mi mano con los miembros al final de una reunión, ocasionalmente noto que un hombre espera en fila adelante de su esposa; lo cual es inapropiado; de hecho, es simplemente inaudito. La menoscaba a ella. Las acciones sencillas como el abrir la puerta del automóvil o de una habitación a una mujer señalan cuánto deseas demostrarle el respeto que ella merece Como cónyuges, trabajen juntos y edifiquen las fortalezas de uno y otro. Escúchense y ayúdense el uno al otro. He visto a hombres que han rechazado el consejo de su esposa que se había esforzado por mucho tiempo, para encontrar el momento justo para mencionar algo que el esposo debía cambiar. No lo rechacen. Compartiré un ejemplo para ilustrar lo que quiero decir: Al principio de nuestro matrimonio, Jeanene buscó el tiempo apropiado para decirme algo que probablemente había notado desde el día en que la conocí, y me dijo: “Rich, cuando hables con las personas, míralas a los ojos; miras el techo, las paredes y el piso, pero nunca las miras a los ojos”. Esa sugerencia cambió mi vida profundamente. Mi preciada compañera me amaba lo suficiente para ayudarme diciéndome lo que necesitaba saber. De mi esposa aprendí sobre la importancia de intercambiar notas. Al principio de nuestro matrimonio abría mis Escrituras para dar un discurso y veía una nota cariñosa de apoyo que me había dejado entre las páginas. A veces, eran tan tiernas que apenas podía seguir hablando. Esas notas preciadas de una esposa amorosa eran y son un tesoro de consuelo que no tiene precio. Comencé a hacer lo mismo con ella y no me di cuenta de lo que realmente significaba para ella. Cuando falleció, encontré entre sus cosas privadas guardados los sencillos mensajes que ella apreciaba y que compartíamos mutuamente; me di cuenta de que no sólo guardaba esas notas, sino que las protegía con plástico como si representaran un tesoro valioso. Hay una que no la puso con las demás notitas y todavía está detrás del vidrio del reloj de la cocina y dice: “Jeanene, es hora de que te diga que te amo”. Y todavía está allí, para recordarme constantemente de esa excepcional hija del Padre Celestial. En los últimos días de su enfermedad, busque Escrituras que la animaran y las pegaba en diferentes lugares de la casa. Más tarde encontré esos mensajes cuidadosamente protegidos como si fueran muy valiosos. Yo he guardado las preciadas notas que ella me ha dado de la misma manera.

Consejo para las parejas casadas Ahora, me gustaría hablarte a ti, que has encontrado tu compañera o compañero eterno. Invito a los que no se han casado todavía a escuchar detenidamente, para que cuando llegue el tiempo, puedan hacer de su matrimonio lo mejor posible. La Proclamación para la familia declara que el esposo y la esposa deben ser compañeros iguales (véase “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, enero de 1996, pág. 117). Muchas parejas practican el compañerismo ecuánime con su compañero(a) para el beneficio de ambos y para la bendición de sus hijos; Sin embargo, muchas no lo hacen. Animo al que no desee un compañerismo ecuánime con su cónyuge, a obedecer el consejo inspirado por el Señor y a lograrlo. El compañerismo ecuánime da su más grande beneficio cuando, tanto el esposo como la esposa, procuran la voluntad del Señor al tomar decisiones importantes para ellos mismos y su familia, como Ben y Rebecca nos han contado que lo que hacen. Si estás casado, ¿eres fiel a tu cónyuge mental y físicamente? ¿Eres leal a tus convenios de matrimonio al no participar nunca de una conversación con otra persona con la que no desearías que tu cónyuge escuchara lo que dices? ¿Eres amable y apoyas a tu esposa e hijos? Hermanos: ¿Ayudan a su esposa en los quehaceres de la casa? ¿Eres quien lidera en las actividades familiares tales como el estudio de las Escrituras, la oración familiar y la noche de hogar? O ¿tu esposa se ocupa de eso debido a tu falta de atención en el hogar? ¿Le dices con frecuencia cuánto la amas? Expresa gratitud por lo que tu cónyuge hace por ti. Exprésale tu amor y tu gratitud a menudo. Eso enriquecerá la vida y la hará más agradable, y significativa. Muchas mujeres rara vez escuchan un comentario de 22

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Al pensar en la vida que tuvimos, me doy cuenta de lo bendecidos que hemos sido. Jamás hubo una discusión en nuestro hogar, ni siquiera una palabra áspera. Hoy me doy cuenta de que esa bendición se debió a ella y lo logró por su deseo de dar, de compartir, y de nunca pensar en sí misma. Después, traté de emular su ejemplo. Te sugiero que, como esposo y esposa hagas lo mismo en tu hogar, y cuando tú que estás soltero te cases, planea hacer lo mismo con tu compañera.

“Oh, ella lo sabe”. Debes decirle. La mujer necesita esa seguridad. Ella florece, se fortalece y es bendecida en gran medida. No te guardes esas expresiones naturales de amor. Y eso funciona mucho mejor cuando la tienes cerca al decírselo. Como hijo, dile a tu madre cuánto la amas. Le dará gran gozo. Seamos agradecidos a nuestro Padre Celestial por Sus preciadas hijas. Ayudémoslas todo lo que podamos. Entonces, animemos a cada mujer que cuestiona su valor a tornarse a su Padre Celestial y a Su hijo glorificado por una divina confirmación de su inmenso valor individual. Testifico que si cada mujer procura esa seguridad en fe y obediencia, el Salvador se la dará continuamente a través del Espíritu Santo. Esa guía la conducirá a su realización, a la paz y a un gozo consumidor al magnificar su sagrada femineidad, divinamente designada.

El amor puro trae felicidad Ahora hablaré de algo que es sumamente sagrado. Cuando fuimos creados, el Padre Celestial puso en nuestros cuerpos la capacidad de despertar emociones poderosas. Dentro del convenio del matrimonio, cuando se utilizan de manera aceptable para los dos, el esposo y la esposa y para el Señor, esas emociones abren las puertas para que los hijos vengan a la tierra. Esas expresiones sagradas de amor son una parte esencial del convenio del matrimonio. Dentro del matrimonio, esas emociones deben usarse para permitir que la pareja llegue a ser uno mediante la expresión hermosa y apropiada de estos sentimientos entre esposo y esposa. Hay momentos en la vida de ella, hermanos, en los que tendrán que restringir esos sentimientos. Hay momentos en los que tendrán que permitir su expresión total. Siempre sé sensible a los sentimientos de ella. Deja que el Señor te guíe de modo que se enriquezca tu matrimonio. Hay hombres y lamentable algunas mujeres, que experimentan estimulando esas emociones con influencias ajenas al convenio de matrimonio. Hay una diferencia abismal entre el amor y la lujuria. El amor puro lleva a la felicidad y engendra confianza; es el cimiento del gozo eterno. La lujuria destrozará lo que es enriquecedor y hermoso. Un esposo o esposa no debe tener actividades privadas ni ocultas que guarden en secreto de la otra parte. Ese modelo provee una seguridad espiritual poderosa. Cuando viajes, lleva una foto de tu esposa, y ponla delante de ti para que la veas constantemente, para que recuerdes cuánto te ama y confía en ti. Así no serás tentado a contaminar tu mente ni a quebrantar tus convenios. El amor puro es un poder incomparable y potente para el bien. El amor recto constituye la fundación de un matrimonio de éxito; es la causa principal de tener hijos contentos y bien desarrollados. ¿Quién podría medir con justicia la recta influencia que tiene el amor de una madre? ¿Cuáles son los frutos duraderos que resultarán de las semillas de verdad que tú, como madre, puedes cuidadosamente plantar y amorosamente cultivar en el fértil terreno del corazón y la mente confiados de tu propio hijo? Como madre, se te han dado instintos divinos para ayudarte a sentir los talentos especiales y las facultades únicas de tu hijo. Con tu esposo puedes nutrir, fortalecer y hacer que florezcan esas características. Hermano, como esposo, dile constantemente a tu esposa cuánto la amas. Eso le dará gran felicidad. Cuando digo eso he escuchado a algunos hombres que me dicen:

Las bendiciones del matrimonio El matrimonio es tan maravilloso. Siento pena por ti que todavía no has tomado la decisión o no has tenido esa oportunidad. Llegas a conocer a la otra persona muy bien. Con el tiempo, comienzas a pensar igual que ella, y tienes las mismas ideas e impresiones. Hay épocas en las que eres sumamente feliz, tiempos de pruebas, y de desafíos, pero el Señor te guía mediante esas mutuas experiencias edificantes. Recuerdo una ocasión en la que un hijo pequeño estaba muy enfermo. Estaba en el hospital y falleció. Mientras Jeanene y yo salíamos del hospital, nos detuvimos al lado de la carretera, y la abracé. Lloramos un poco, pero nos dimos cuenta de que lo tendríamos más allá del velo porque habíamos hecho esos convenios en el templo, y eso lo hizo mucho más llevadero. La bondad de Jeanene me enseño tantas cosas de valor. Yo era tan inmaduro y ella tan disciplinada, tan madura, y tan espiritual. Estar casado trae muchas satisfacciones. Una noche, despertó nuestro pequeño hijo que tenía problemas del corazón. Lo escuchamos los dos. Normalmente ella se ocupaba de los bebés, pero esa noche dije: “Yo lo cuidaré”. Por el problema que tenía, cuando lloraba, su corazón latía muy rápidamente, perdía toda la comida que había ingerido y ensuciaba la ropa de cama y yo sabía que eso era lo que había pasado. Lo sostuve muy cerca de mí para calmar su corazón y su llanto mientras le cambiaba la ropa y las sábanas. Lo tuve hasta que se durmió. En ese momento, no sabía que fallecería pocos meses después. Siempre lo recordaré en mis brazos. Algunos padres no pueden tener los hijos que tanto desean para criar su propia familia. Soy testigo de que el Señor puede guiar a dichos padres a espíritus que Él desea que tengan en el hogar mediante el proceso de la adopción. Más tarde, cuando esos hijos se sellen en el templo por la autoridad del santo sacerdocio, son, en todo sentido, iguales a los hijos nacidos en el convenio para esa pareja. El matrimonio te ayuda a saber quién eres realmente. Proporciona un ambiente ideal para vencer cualquier 23

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tendencia a ser egoísta o egocéntrico. Creo que una de las razones por la que se te aconseja casarte temprano en la vida es para que no desarrolles rasgos inapropiados en el carácter que son difíciles de cambiar.

provino del servicio a los demás. Aún cuando estaba muy enferma, en su oración matutina le pedía a su Padre Celestial que la guiara a alguien que ella pudiera ayudar. Esa suplica sincera era contestada una y otra vez. Las cargas de muchos fueron aliviadas, y sus vidas se iluminaron. Fue continuamente bendecida por ser un instrumento en las manos del Señor. Discúlpame por hablar de mi preciada esposa, Jeanene; pero somos una familia eterna. Aunque esté del otro lado del velo, ese amor y aprecio del uno por el otro continúa creciendo y madurando. Confío en que cuando la vea otra vez más del otro lado del velo en el futuro, reconozcamos que estamos mucho más enamorados, y nos valoraremos aún más después de pasar este tiempo separados por el velo. Nos hemos acercado aún más mediante la bondad del Señor.

Un tributo a mi esposa, Jeanene Estoy agradecido porque el Padre Celestial hizo a la mujer más sensible, con una mayor capacidad de expresar amor, y más capaz de demostrar paciencia y conservar las cosas de manera estable. Para la mujer, la diferencia que existe entre lo bueno y lo malo es algo tan vívido como blanco y negro mientras que la mayoría de nosotros, los hombres, vemos una gran gama de grises. No discutíamos en nuestro hogar, pero eso fue debido a una esposa bondadosa que siempre mantuvo las cosas con el balance apropiado. Mi preciada esposa, Jeanene, aunque fue afligida con una agresiva enfermedad terminal, siempre encontró gozo en la vida. Entendía el plan de felicidad, había recibido las ordenanzas del templo y estaba haciendo lo mejor que podía para merecer las bendiciones prometidas. Su diario personal registra: “Es un hermoso día de otoño. Fui a buscar la correspondencia y me senté en el columpio. Me sentía tan feliz y contenta bajo el cálido sol, el dulce aroma de los árboles de alrededor. Estaba sentada y me glorié en el hecho de que todavía estoy viva en esta hermosa tierra… El Señor es tan bueno conmigo. Cuánto le agradezco que todavía esté aquí sintiéndome tan bien. Soy taaaaan feliz y quiero cantar y bailar por toda esta hermosa casa como lo hace el sol con sus rayos en medio de los ventanales. Me encanta estar viva”. Sé lo que es amar a una hija de Dios que con gracia y devoción vivió con todo el esplendor femenino de su recta condición de mujer. Amo a mi querida esposa, Jeanene. Siempre estaba gozosamente feliz, y mucho de eso

El Señor cumple Sus promesas Tal vez te sientas solo y poco valorado y no veas cómo será posible tener la bendición del matrimonio y los hijos o de tu propia familia. Todo es posible para el Señor, y Él guarda sus promesas. Él inspira a Sus profetas a declararlo. La eternidad es mucho tiempo. Ten fe en esas promesas, y vive para ser digno de ellas a fin de que en Su tiempo, el Señor pueda hacerlas realidad en tu vida. Ciertamente recibirás cada bendición prometida de la que eres digno. Ruego que eso sea de este lado del velo. Para concluir comparto un principio eterno que te asegurará una vida abundante, y decisiva ya seas soltero o casado. Me he dado cuenta de que la mejor manera de vivir la vida es procurar saber la voluntad del Señor mediante la guía del Santo Espíritu. Él sabe lo que es mejor para ti. Al ser obediente y ejercitar la fe en Él, te ayudara a realizar Su voluntad en tu vida. Que el Señor te inspire, te guíe y ricamente te bendiga. En el nombre de Jesucristo. Amén.

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Sigan la doctrina y el evangelio de Cristo Élder M. Russell Ballard Del Quórum de los Doce Apóstoles Charla fogonera del SEI para Jóvenes Adultos • 7 de noviembre de 2010 • Universidad Brigham Young ¡Qué maravillosos se ven! Ustedes son los mejores jóvenes y señoritas de todo el mundo. Tienen el evangelio restaurado de Jesucristo para que guíe sus pasos de fe en este mundo que es cada vez más inicuo. La hermana Ballard y yo nos alegramos de estar con ustedes aquí en el Centro Marriott, y con todos ustedes que se encuentran en edificios por todo el mundo. Con la tecnología moderna, me imagino que algunos también estarán escuchándonos por medio de podcast u otras maravillas electrónicas. Pero independientemente de dónde estén, estoy agradecido por hablarles y ruego que el Señor nos bendiga para que mis palabras les sirvan a cada uno de ustedes para su vida actual. Expreso agradecimiento al coro del Instituto de Religión de Logan por la hermosa música y expreso un agradecimiento especial a Tom Mullen, uno de los presidentes de estaca que se encuentran aquí y uno de los maravillosos misioneros que sirvieron con la hermana Ballard y conmigo en la Misión Canadá Toronto hace muchos años.

nuestra vida y conducirnos hacia su influencia despiadada. Y a diferencia del pescador que atrapa y devuelve al agua peces ilesos, Lucifer no nos soltará voluntariamente. Su objetivo es hacer a sus víctimas tan miserables como él”2. Mantengan la sencillez del evangelio de Jesucristo Ruego que el Señor me bendiga al enseñarles un principio muy importante. El principio es éste: “Mantengan la sencillez del evangelio de Jesucristo”. El apóstol Pablo tenía la misma preocupación en su época cuando dijo: “Pero temo que, así como la serpiente [el diablo] engañó a Eva con su astucia, sean vuestros sentidos de alguna manera desviados de la sencillez que es en Cristo” (2 Corintios 11:3). En el Libro de Mormón, el profeta Nefi explica la doctrina y el evangelio de Cristo con los siguientes términos sencillos. Estoy refiriéndome a declaraciones de 2 Nefi, capítulo 31. • “Porque mi alma se deleita en la claridad” (versículo 3). • “¿Podemos seguir a Jesús, a menos que estemos dispuestos a guardar los mandamientos del Padre?” (versículo 10). • “Y el Padre dijo: Arrepentíos, arrepentíos y sed bautizados en el nombre de mi Amado Hijo” (versículo 11). • “A quien se bautice en mi nombre, el Padre dará el Espíritu Santo” (versículo 12). • “Y oí la voz del Padre que decía: Sí, las palabras de mi Amado son verdaderas y fieles. Aquel que persevere hasta el fin, éste será salvo” (versículo 15). • “Porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él” (versículo 19). • “Y ahora bien, amados hermanos míos, ésta es la senda; y no hay otro camino, ni nombre dado debajo del cielo por el cual el hombre pueda salvarse en el reino de Dios” (versículo 21). • “Y ahora bien, he aquí, ésta es la doctrina de Cristo” (versículo 21). El profeta José Smith definió los primeros principios y ordenanzas del Evangelio en el cuarto Artículo de Fe: “… primero, Fe en el Señor Jesucristo; segundo, Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para la remisión de los pecados; [y] cuarto, Imposición de manos para comunicar el don del Espíritu Santo”. Esta noche, deseo centrar mi discurso en la doctrina y el evangelio de Cristo. Mis queridos jóvenes, en la actualidad, en el mundo ocurren muchas cosas que están en oposición directa a los principios del Evangelio. Deben conocer la doctrina de Cristo y vivirla y defenderla todos los días de su vida.

“¡Oh ese sutil plan del maligno!” Hoy quiero continuar con lo que dije en esta última conferencia general. Los que escucharon, y espero que sea el caso de algunos de ustedes, recibieron consejo de las Autoridades Generales y de los oficiales generales de la Iglesia. Tal vez recuerden que en mi discurso comparé las moscas artificiales que usa un pescador a aquellos señuelos artificiales que usa Satanás para atraparnos y atraernos a su terrible mundo de miseria. Unos días después de la conferencia recibí una carta de un maravilloso jovencito que se llama Chayton Snider y tiene once años. Él me escuchó y me envió un dibujo junto con esta nota personal: “Los pescadores que atraen al pez con un señuelo artificial simbolizan la forma en que Satanás nos atrae con la adicción (el ‘señuelo artificial’). Cuando el pescador lanza al pez a la playa, y el pez intenta aletear para volver al agua, ese aleteo creo que simboliza nuestra lucha por volver a la seguridad de las ‘aguas’ del Evangelio; pero necesitamos la ayuda de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo para apartarnos de esas adicciones”1. Gracias, Chayton, por tu sinopsis tan concisa del discurso que di en la conferencia. Cito de ese discurso: “Como el pescador con mosca que sabe que lo que atrae a las truchas es el hambre, Lucifer conoce nuestro ‘hambre’ o debilidades y nos tienta con señuelos falsos que, si los aceptamos, pueden coartar 25

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Dedíquenle tiempo al Señor Hace algunos años, uno de mis misioneros vino a verme y dijo lo siguiente: “Presidente, estoy perdiendo mi testimonio. Tengo algunos interrogantes que nadie puede contestar. Mi obispo y mi presidente de estaca me dijeron que me olvide de ello y no me dieron ninguna respuesta”. Le pedí las preguntas por escrito y luego le sugerí que viniera a verme en diez días y yo contestaría cada una de sus preguntas. Cuando se iba de la oficina, sentí la impresión de hacerle la siguiente pregunta: “Élder, ¿cuánto hace que no lee las Escrituras?”. Él reconoció que hacía mucho tiempo. “Usted me ha dado una asignación y creo que sería justo que yo le diera otra. Lea por lo menos una hora por día las Escrituras hasta el día en que venga a buscar las respuestas”. Estuvo de acuerdo. Cuando regresó, yo estaba listo. Él me dijo: “Presidente, no necesito las respuestas; sé que el Libro de Mormón es verdadero; sé que José Smith es un profeta; estoy bien ahora”. Yo le respondí: “Le daré las respuestas a sus preguntas de todos modos, ya que he trabajado mucho en ellas”. Lo que ibamos a tratar eran todos esos aspectos antimormones. Después de nuestra charla, le pregunté: “Élder, ¿qué ha aprendido de todo esto?”. Entonces él me contestó algo muy valioso: “He aprendido que ¡hay que dedicarle tiempo al Señor!”. Me gustaría que ahora revisáramos juntos las doctrinas básicas y el evangelio de Cristo.

3. ¿Están haciendo las cosas sencillas en su vida cotidiana? a. ¿Están haciendo sus oraciones todas las mañanas y todas las noches? b. ¿Están leyendo todos los días las Santas Escrituras? c. ¿Están usando un lenguaje apropiado? d. ¿Están siendo honrados? e. ¿Están viviendo la Palabra de Sabiduría? 4. ¿Son amables y atentos a las necesidades de las personas que los rodean? 5. ¿Siguen el consejo de las Autoridades Generales que se recalcó en esta pasada conferencia, el cual consiste en evitar completamente cualquier clase de pornografía? La pornografía no puede existir en nuestra vida si tenemos verdadera fe en el Señor Jesucristo. Con toda la fuerza que poseo, les digo: si éste es un problema en su vida, “¡Aléjense de ella!”. 6. ¿Viven dignos de una recomendación para el templo? 7. ¿Participan activamente en las reuniones dominicales, especialmente en la reunión sacramental, participando dignamente de la Santa Cena y renovando sus convenios con el Señor? 8. Ustedes, ex-misioneros, ¿están manteniendo la dignidad de un siervo del Señor Jesucristo en su vestimenta y en su conducta personal? 9. ¿Se están preparando para su pareja eterna y la buscan activamente? Podría pasar el resto de la noche con esta pregunta, pero estoy seguro de que, a estas alturas, saben que no apoyamos el que “anden con alguien”. Si todavía no lo han entendido, entiéndanlo ahora. Lo diré con sus propios modismos: “Ya basta”. Recomendamos que salgan con jóvenes del sexo opuesto en forma adecuada; esto es, sencillamente que un joven invita a salir a una joven y pasan un buen momento juntos. ¿Están de verdad buscando un compañero que ame al Señor y honre Su santo nombre? 10. Y para los casados, ¿continúan edificando y fortaleciendo su relación y tienen una noche para salir juntos con regularidad? Por supuesto que hay otras cosas que podría añadir a esta lista; sin embargo, si realmente se están esforzando al máximo por seguir a Cristo, entonces podrán responder preguntas como éstas con un rotundo “¡Sí!”. Al pensar esta noche en su fe en el Señor Jesucristo, ¿existe algo en su vida que ustedes saben no es lo que desearían que fuera? Si hay algo que ustedes saben en su corazón que no es congruente con la verdadera fe en el Señor Jesucristo, permítanme decirles cómo arreglarlo.

Principio doctrinal N° 1: Fe en el Señor Jesucristo El primer principio doctrinal es la fe en el Señor Jesucristo. “Tener fe en Jesucristo incluye tener la firme creencia de que Él es el Hijo Unigénito de Dios y el Salvador y Redentor del mundo. [Nuestra doctrina enseña] que podemos volver a vivir con nuestro Padre Celestial sólo al confiar en la gracia y misericordia de Su Hijo. Cuando tenemos fe en Cristo, aceptamos y aplicamos Su expiación y Sus enseñanzas, confiamos en Él y en lo que dice. Sabemos que Él tiene poder para cumplir Sus promesas. Nuestro Padre Celestial bendice a los que tienen la fe para obedecer a Su Hijo… “Nosotros creemos en Cristo y creemos que Él quiere que guardemos Sus mandamientos. Queremos demostrar nuestra fe obedeciéndole.… “…Por medio de nuestra fe en Jesucristo, Él puede sanarnos tanto física como espiritualmente”3. Mis queridos jóvenes amigos, ahora tomen un minuto y concéntrense en su propia fe en el Señor Jesucristo mientras yo les hago unas pocas preguntas: 1. ¿Están felices con el rumbo en el que va su vida y con la profundidad de su fe en el Señor Jesucristo? 2. ¿Aman a Dios con todo el corazón, alma, fuerza y mente, tal como el Señor le enseñó al intérprete de la ley en Lucas 10? (véase el versículo 27).

Principio doctrinal N° 2: Arrepentimiento El arrepentimiento es el segundo principio del Evangelio. “Nuestra fe en Cristo y nuestro amor por Él nos conducen a arrepentirnos o a cambiar nuestros pensamientos, creencias y conductas que no estén en armonía con Su voluntad. … Cuando nos arrepentimos, sentimos la tristeza que es según Dios, dejamos de hacer 26

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cosas malas y [nos esforzamos más por hacer] cosas buenas… “El arrepentimiento sincero produce varios resultados: sentimos el perdón de Dios y Su paz en nuestra vida. Desaparecen nuestra culpa y pesar”4. Hermanos y hermanas, agradezcan que, mediante el arrepentimiento sincero, el evangelio de Jesucristo otorgue la manera de escapar de los errores que cometamos. Si uno no perfecciona la facultad de arrepentirse, a menudo los pequeños hábitos se convierten en adicciones. Todos podemos evitar fácilmente que nos atrape una adicción simplemente al no participar de sustancias adictivas o prácticas adictivas. No cabe duda, mis queridos amigos jóvenes, de que todos somos el blanco de Satanás y sus secuaces. Él utilizará cada señuelo o táctica engañosos para hacer que ustedes y yo fallemos y nos desviemos de nuestros compromisos y nuestra fiel devoción al Señor.

Principio doctrinal N° 5: Perseverar hasta el fin Finalmente, el quinto principio doctrinal: debemos perseverar hasta el fin. “Una vez que hayamos entrado en el camino estrecho y angosto mediante la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, la ordenanza del bautismo y la recepción del Espíritu Santo, debemos esforzarnos por permanecer en ese camino”8. Hace años, nuestro fiel patriarca de estaca, que tenía más de noventa años se puso de pie en una reunión de ayuno y testimonio y dijo algo que recordaré siempre: “Cada noche ruego que Dios me reciba muerto a salvo y con mi testimonio ardiendo intensamente”. Después de la reunión, le dije: “Patriarca, de todas las personas que conozco, definitivamente usted no tiene que preocuparse por eso”. Me tomó por las solapas de mi abrigo, me sacudió hasta que quedamos a muy poca distancia uno del otro, me miró a los ojos y pronunció estas palabras: “Hijo”, yo estaba casado y tenía dos hijos, “Hijo, nadie está seguro hasta el último día”. Que cada uno de nosotros sea fiel hasta el fin. Entonces, la doctrina de la fe en Cristo; el arrepentimiento; el hacer, renovar y guardar convenios, y el ser dirigidos por el Espíritu, se convertirán en un modelo de vida. Nuestros hechos en el diario vivir son moldeados y gobernados por estos principios doctrinales.

Principio doctrinal N° 3: Bautismo El tercer principio doctrinal del Evangelio es el bautismo. La mayoría de los que se encuentran al alcance de mi voz han participado de este principio. El bautismo por inmersión para la remisión de los pecados es el primer convenio que hacemos entre nosotros y el Señor Jesucristo y nuestro Padre Celestial. El bautismo es una ordenanza; es “una ceremonia sagrada o un rito que muestra que hemos entrado en un convenio con Dios”; y “Dios siempre ha requerido que Sus hijos hagan convenios. Un convenio es un acuerdo vinculante y solemne entre Dios y el hombre. Dios promete bendecirnos y nosotros prometemos obedecerle. … El guardar convenios nos da bendiciones en esta vida y la exaltación en la vida venidera”5. Recuerden: Cristo nos dio el ejemplo al ser bautizado. Y nosotros somos bendecidos con el privilegio de participar de la Santa Cena cada semana, lo cual “nos ayuda a permanecer dignos de tener la compañía del Espíritu siempre. Es un recordatorio semanal de nuestros convenios”6 y nos ayuda a fortalecer la fe y la confianza en el Señor Jesucristo.

El evangelio de Jesucristo es el puente que une la vida premortal y la vida eterna Sé que algunos de ustedes son ex misioneros y están pensando: “El élder Ballard está citando algo de la doctrina del inspirado Predicad Mi Evangelio”. Espero que reconozcan algunas de estas palabras y que hayan interiorizado el significado de ellas en su vida. Ustedes, hombres y mujeres jóvenes que no han servido en una misión, permítanme sugerir que les convendría tener un ejemplar de Predicad Mi Evangelio. Estudien, en el capítulo tres, la lección titulada: “El evangelio de Jesucristo”. Se expone claramente, y con más detalles, los pasos básicos necesarios para evitar ser atrapados por los señuelos artificiales de Satanás y ser desviados de la senda que conduce a la vida eterna. ¡Qué sencillo es el evangelio de Jesucristo! Qué importante es que permanezcamos en la única senda definida por Dios como el camino de regreso a casa a Su eterna presencia. El Evangelio es el plan de felicidad; es sencillo y hermoso. Permítanme mostrarles cómo los primeros principios del Evangelio son como un puente que une la vida premortal (que represento levantando la mano izquierda) y la vida eterna (que represento levantando la mano derecha). El puente entre las dos es el Evangelio de Jesucristo. Hemos venido del mundo premortal a la vida mortal para esforzarnos por conocer y vivir los principios del Evangelio. Ahora nos encontramos aquí en la tierra, recorriendo, esperemos, el camino de regreso a la presencia de Dios. Esto requiere comprensión y obediencia. Nuestra meta, al esforzarnos por vivir el

Principio doctrinal N° 4: El don del Espíritu Santo El cuarto principio doctrinal es el don del Espíritu Santo. “Jesús enseñó que debemos ser bautizados en el agua y también del Espíritu. Al bautismo en el agua le debe seguir el bautismo del Espíritu, porque si no queda incompleto. Sólo cuando recibamos el bautismo y el don del Espíritu Santo podremos recibir la remisión de los pecados y volver a nacer espiritualmente por completo… “…El Espíritu Santo testifica de Cristo y nos ayuda a reconocer la verdad. Nos brinda fortaleza espiritual y nos ayuda a hacer lo correcto. [Nos da paz y] nos consuela en tiempos de pruebas y pesar. Nos advierte de peligros espirituales o físicos. … Mediante el poder del Espíritu Santo podemos sentir el amor y la guía de Dios para todos nosotros. Este don es un anticipo, hermanos y hermanas, del gozo eterno y la promesa de vida eterna”7. 27

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Evangelio, es ser merecedores de recibir todas las bendiciones que nuestro Padre tiene para Sus hijos fieles y dignos. Jesús dijo: “Y éste es el mandamiento: Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día os presentéis ante mí sin mancha. “En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia” (3 Nefi 27:20–21).

pueden vivir en libertad y de acuerdo con sus propias creencias. En la actualidad, en todo el mundo, la pobreza está en declive y los avances en la sanidad han sido extraordinarios, especialmente con respecto a la higiene y el agua potable en los países en vías de desarrollo. Es extraordinario lo que está sucediendo. Las oportunidades educativas también están mucho más disponibles. Hay muchas razones para estar llenos de esperanza y optimismo. No permitan que Satanás influya en ustedes y cause que no crean en el gran futuro que tienen por delante.

Tienen un gran futuro por delante Vuelvo a pedirles que piensen en su propia vida. ¿Cómo les está yendo? ¿Hay algo en su vida que que sea el motivo de que ustedes se alejen de las enseñanzas del Evangelio y se acerquen a la influencia de Satanás? ¿Le están dedicando tiempo al Señor? Viven en un mundo que está lleno de tecnología, donde es muy fácil el acceso a la información, el entretenimiento, las redes sociales en su computadora, su iPad o su iPhone. No hay otra generación que haya tenido tanta tecnología al alcance de la mano. Por medio de Facebook y de otras redes sociales, pueden estar en contacto con amigos de todo el mundo. Si bien éstas son herramientas maravillosas, les advierto que no deben permitir que el uso de esta tecnología atrape su tiempo al grado de que se vuelvan adictos a su uso constante. De alguna manera, tienen que limitar dicho uso para que no les robe lo que es esencial, valioso y eterno. Sólo tenemos que ver las noticias vespertinas y leer la prensa para darnos cuenta de que el mundo está sufriendo enormemente. Hay terremotos, huracanes y tornados en diferentes lugares. Hay guerras y rumores de guerras. Hay hambruna, sufrimiento y genocidio, y ni qué decir de asesinatos y otros actos de violencia. Quizá algunos de ustedes piensen que en el mundo de hoy el futuro no tiene mucho por lo cual puedan esforzarse por alcanzar. Recuerdo que cuando era un joven de trece años, al llegar a casa de la reunión del sacerdocio del domingo, el 7 de diciembre de 1941, mis padres me informaron que Japón acababa de bombardear Pearl Harbor, lo cual impulsó a los Estados Unidos hacia una encarnizada guerra mundial que había empezado dos años antes en Europa. Parecía que la vida que conocíamos se iba a acabar. Había mucha incertidumbre al ser reclutados muchos jóvenes al servicio militar; sin embargo, ahora, al igual que entonces, en medio de todos los conflictos, luchas y malas influencias del mundo, aún hay muchas cosas buenas. Cuando yo nací —hace mucho tiempo, cuando todos ustedes todavía estaban en el mundo de los espíritus—, sólo había unos veinte países en todo el mundo que se podía decir que tenían democracia, donde los ciudadanos podían disfrutar al menos de una fracción de las libertades que nosotros damos por sentado. Ahora hay más de noventa. Esto significa que más personas del mundo

Ustedes son los futuros líderes de la Iglesia Todos nos preparamos para disfrutar de la vida por medio de decisiones que tomamos a diario. Si son verídicos y fieles a la doctrina y el evangelio de Cristo, tendrán muchas oportunidades en la vida. En la Iglesia, sus líderes a nivel de barrio, de estaca y general recibirán la inspiración de llamarlos a servir en aquellos llamamientos para los que se han preparado como resultado de sus sabias decisiones de guardar los mandamientos de Dios. Dentro de treinta años, el liderazgo de la Iglesia dependerá en gran parte de cuán bien se haya preparado cada uno de ustedes por cumplir con los llamamientos que recibirán de servir en la Iglesia. Piensen en esto: a la Iglesia le tomó noventa y ocho años, de 1830 a 1928 (el año en que yo nací), organizar sus primeras cien estacas. El segundo centenar de estacas se organizó durante los siguientes veinticuatro años. Entonces comenzamos a ver desplegarse una imagen muy interesante. Sólo ocho años después, a finales de 1960, se organizó la estaca número 300 en Toronto, Canadá, durante la época en que el presidente Thomas S. Monson era el presidente de la misión allí. Hace dos semanas, la hermana Ballard y yo asistimos a la conferencia de la Estaca de Toronto Ontario, que celebraba su aniversario número cincuenta. En 1964, sólo cuatro años después de la organización de la estaca número 300, se organizó la estaca número 400. Doscientas estacas más se organizaron en los siguientes nueve años, y la estaca número 900 se organizó en marzo de 1978. Pronto se organizará la estaca número 3.000. ¿Cómo se relaciona esto con ustedes, jóvenes hombres y mujeres? Supongamos que la Iglesia organice 100 estacas al año. Eso significaría que para el año 2040, en sólo 30 años, el número de estacas se habrá duplicado hasta llegar a las 6.000 aproximadamente. Ustedes tendrán poco más o menos de cincuenta años. Ahora pregúntense: ¿dónde están los 6.000 presidentes de estaca? ¿Dónde están sus primeros consejeros, segundos consejeros, secretarios ejecutivos y secretarios? ¿Dónde están los 6.000 por doce, es decir, los 72.000 miembros de sumos consejos? Y supongamos que cada estaca tenga un promedio de diez unidades, que es más o menos el promedio en las estacas de hoy. ¿Dónde están los 60.000 28

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obispos, primeros consejeros, segundos consejeros, secretarios ejecutivos, secretarios, presidentes de quórumes de élderes y sus consejeros, líderes de grupos de sumos sacerdotes y sus ayudantes, presidentas y sus consejeras de la Sociedad de Socorro, Mujeres Jóvenes y Primaria, etc., etc.? ¿Dónde están? Les estoy hablando ahora mismo. ¡Son ustedes! ¿Estarán preparados para aceptar los llamamientos que el Señor les va a extender?

hijos e hijas espirituales. Sus Padres divinos los aman con todo Su corazón, al igual que el Señor Jesucristo. Ellos quieren que ustedes sigan el gran plan de felicidad que los conducirá a salvo de regreso a casa, a Su presencia. Permanezcan aferrados al evangelio de Jesucristo Al llegar a la conclusión de esta reunión, ruego que cada uno de ustedes se esfuerce por aferrarse a los principios y ordenanzas doctrinales del Evangelio. Siempre denle tiempo al Señor para que su testimonio no sea llevado a las falsas enseñanzas del mundo. Escuchen a las Autoridades Generales. Estamos haciendo todo lo que sabemos para enseñarles la verdad y para instarlos a estar aferrados a aquellas cosas que los mantendrán a salvo y libres. Hagan lo correcto todos los días por las razones correctas y les irá bien. Prepárense en todos los aspectos para estar listos cuando el Señor necesite que sirvan en Su Iglesia. Al salir al mundo, seguirán siendo probados. Ése es uno de los propósitos de la vida. Hemos sido enviados aquí para determinar cuán comprometidos estamos y cuán dedicados somos en realidad. Me emociona creer que podemos superarnos y ser excelentes al seguir los mandamientos y las enseñanzas del Señor Jesucristo. Me gusta este poema; se aplica a todos nosotros. Se titula “El roble”, de Johnny J. Ryder, hijo. El fuerte viento de día y noche soplando Las hojas del roble se estaba llevando; Al haber partido sus ramas y su corteza arrancado, El pobre roble estaba desnudo y cansado. Aun con todo, el roble en pie resistía Mientras los otros árboles a su alrededor caían. Al cansado viento se le oyó hablar “¿Cómo puedes, roble, en pie aún estar?”. El roble dijo: “Sin duda puedo saber Que tú, mis ramas en dos puedes romper; Todas mis hojas te podrás llevar, Agitar mis ramas y hacerme tambalear. Pero tengo raíces en el suelo que son mi sustento Y que crecen muy fuertes desde mi nacimiento. Nunca las tocarás, como ves Porque de mí la parte más profunda es. No estaba seguro hasta hoy de cuánto resistir podía y ahora a ti gracias te doy porque más fuerte soy de lo que sabía. Mis amados jóvenes hermanos y hermanas, sean como el fuerte roble. Sepan cuán fuertes son. Profundicen en el suelo del Evangelio su fe y confianza en Dios y en Cristo. Estén siempre alerta a las moscas artificiales que nos presenta Lucifer, el falso pescador de hombres. Tengamos la sabiduría y la visión espiritual para discernir y rechazar sus muchas y peligrosas ofertas. Vivan cada día la doctrina de Cristo, los sencillos y básicos principios del Evangelio; tenga fe en el Señor Jesucristo, arrepiéntanse, honren los convenios bautismales, vivan dignos de la compañía del Espíritu Santo, y perseveren hasta el fin. Hagan esto todos los días y el Espíritu del Señor estará con ustedes para

Hay un plan eterno para ustedes El Padre Celestial tiene un plan eterno para cada uno de ustedes. Su primogenitura, el derecho que tienen de ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es como un milagro en un mundo de unos seis mil millones de personas. Ustedes hicieron promesas y compromisos muy importantes con nuestro Padre Celestial cuando vivían con Él en el mundo premortal. Tal vez se pregunten cómo los nombres de líderes de las organizaciones auxiliares, de obispos, presidentes de estaca y Autoridades Generales vienen a la mente de aquellos que tienen la responsabilidad de extender los llamamientos para servir. ¿Cómo sabe un presidente de estaca quién debe ser el obispo? ¿Cómo sabe una Autoridad General quién debe ser el presidente de estaca? (Exactamente hoy coloqué las manos sobre la cabeza de un presidente de estaca recién llamado para apartarlo. Reorganizamos la estaca durante el fin de semana. ¡Qué gran privilegio, qué maravillosa responsabilidad!) ¿Cómo sabe el Presidente de la Iglesia quién debe ser Autoridad General? Es por medio de la revelación que se hacen saber los nombres de los que han demostrado ser fieles, de confianza y que viven las doctrinas básicas del evangelio de Cristo. No dejen pasar ni un solo día sin esforzarse por estar preparados para servir. Recuerden: la vida mortal es cuando todos debemos prepararnos para ver a Dios. De hecho, Amulek enseñó: “Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra. “Y como os dije antes, ya que habéis tenido tantos testimonios, os ruego, por tanto, que no demoréis el día de vuestro arrepentimiento hasta el fin; porque después de este día de vida, que se nos da para prepararnos para la eternidad, he aquí que si no mejoramos nuestro tiempo durante esta vida, entonces viene la noche de tinieblas en la cual no se puede hacer obra alguna” (Alma 34:32–33). Cada día de su vida el Señor los ayudará si confían en Él y guardan Sus mandamientos. El Señor hace saber al líder responsable que están preparados para servir porque han permanecido en la senda del Evangelio, han cumplido con los compromisos que hicieron antes de nacer y el evangelio de Jesucristo guía su vida diaria. Les sugiero que empiecen ahora a aceptar llamamientos. Los prepararán para futuros llamamientos para servir en la Iglesia. Hagan lo que sea necesario para establecer una verdadera relación con su Padre Celestial. Ustedes son Sus 29

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mantenerlos a salvo en la senda que conduce a la vida eterna.

Ésta es Su Iglesia. Estamos en Su obra. Nosotros somos Su pueblo del convenio. Yo lo sé. Testifico de eso y ahora ruego que el Señor los bendiga. Invoco esas bendiciones para ustedes en Su santo nombre, que puedan hallar paz, gozo y calmo consuelo en su corazón de que están haciendo lo mejor que pueden por ser dignos de Su santo nombre. Que ésta sea su bendición ahora y durante todos los días de su vida es mi humilde ruego, testimonio y bendición, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Testimonio Les doy mi testimonio. Quiero que sepan que los amamos. Ustedes llevarán sobre sus hombros el futuro de esta Iglesia. Tienen un gran destino. Ruego con todo mi corazón que esta noche hagan las cosas que deben hacer, si deben corregir algo del curso que su vida está tomando. Les doy mi testimonio de que Jesús es el Cristo. Él vive.

NOTAS 1. Carta personal, con fecha del 10 de octubre de 2010. Usada con permiso. 2. M. Russell Ballard, “Oh ese sutil plan del maligno”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 108. 3. Predicad Mi Evangelio, 2004, págs. 61–62. 4. Predicad Mi Evangelio, pág. 62–63. 5. Predicad Mi Evangelio, pág. 63. 6. Predicad Mi Evangelio, pág. 64. 7. Predicad Mi Evangelio, pág. 65. 8. Predicad Mi Evangelio, pág. 66.

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