Story Transcript
Bloque 3. Relaciones Iterculturales e interreligiosas. Mc. 6, 14-8,21
Bloque 4. Relaciones que humanizan. Mc. 8,22-10,52
Una lectura del Evangelio de Marcos en perspectiva de relaciones nuevas.
Bloque 5. Relaciones conflictivas. Mc. 11,1-13,32
2ª.Parte
Bloques 3, 4, 5
Bloque 6. La fuente de las relaciones. Mc. 14,1-15,39
Bloque 7. Vida plena en las relaciones nuevas. Mc. 15,40-16,20
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BLOQUE 3
Indice
RELACIONES INTERCULTURALES E ITERRELIGIOSAS. BLOQUE 3.
Relaciones interculturales e interreligiosas.
Pág. 4
ENCUENTRO 8, ENCUENTRO 9.
Relaciones que rompen barreras. Inclusión solidaria.
Pág. 6 Pág. 10
BLOQUE 4.
Relaciones que humanizan.
Pág. 14
ENCUENTRO 10. ENCUENTRO 11. ENCUENTRO 12.
Relación que rehace a la persona. Relaciones que amplían horizontes. Saber vivir sin imponerse y sin someterse. Relaciones que garantizan la comunión.
Pág. 16 Pág. 21 Pág. 26
BLOQUE 5.
Relaciones conflictivas.
Pág. 36
ENCUENTRO 14. ENCUENTRO 15. ENCUENTRO 16.
Religión: dominación o servicio. El amor, fundamento de la Religión. No se dejen engañar.
Pág. 38 Pág. 42 Pág. 46
BLOQUE 6.
La fuente de las relaciones.
Pág. 50
ENCUENTRO 17. ENCUENTRO 18. ENCUENTRO 19.
El precio de las relaciones. La experiencia de la soledad. Nuevas perspectivas se abren.
Pág. 52 Pág. 56 Pág. 60
BLOQUE 7.
Vida plena en las relaciones nuevas.
Pág. 64
Relaciones nuevas a partir de Galilea. Celebrar las Relaciones Nuevas que surgieron de nuestra Lectura Orante de la Palabra.
Pág. 66
ENCUENTRO 13.
ENCUENTRO 20. ENCUENTRO 21.
Mc. 6,14-8,21 El segundo bloque de lectura orante del evangelio de Marcos nos colocó en comunión con Jesús empeñado en superar las barreras que excluían de la convivencia social y religiosa, a los pobres, enfermos y mujeres. En el tercer bloque 6,14-8,21, Jesús nos desafía a ampliar los horizontes de nuestras relaciones. Su proyecto incluye el diálogo universal y una propuesta de vida para todos los pueblos. Un resumen, una breve memoria (6,7-13), concluye la reflexión sobre la misión de Jesús e introduce la reflexión sobre la misión de las discípulas y discípulos. Mientras que en sus banquetes los grandes devoran la vida del pueblo y traman la muerte de los profetas (6, 14-29), Jesús promueve y enseña la más fundamental inclusión: el derecho a la vida. Sacia el hambre del pueblo. El derecho a comer se concretiza a través de la hermandad, el compartir solidario (6,30-40 y 8, 1-21), independiente de la raza, color, religión, nación. La identidad del pueblo que tiene hambre no hace diferencia (6,14-44).
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Jesús fuerza a los discípulos a realizar una travesía: solos, para rumiar su incapacidad para comprender y vivir la nueva manera de relacionarse (solidaridad). Enfrentando vientos contrarios, ello deben sembrar otros pueblos con la Buena Noticia (el compartir) que revela el Reino. Jesús se acerca a ellos, sobre los elementos hostiles, sobre sus miedos, perplejidades e incomprensiones, para ayudar a superarlos. En contraste con los que están en la barca (íntimos) que juzgan ver un fantasma, los que están en tierra lo reconocen y conducen a Él todos los enfermos para ser curados (6,47-56). Desenmascarando la hipocresía de las tradiciones que impiden el Reino, Jesús establece un nuevo principio de moralidad: la pureza e impureza salen de dentro de las personas (7,1-23) Jesús está, posiblemente, en una casa pagana. Viola todas las reglas de pureza, mas es acogido sin preconceptos o discriminaciones. La mujer siro-fenicia, con valore, recuerda que establecer prioridades (alimentar a los hijos) no significa crear exclusión (dejar a los cachorritos morir de hambre). Jesús reconoce: la hija de esta mujer tiene derecho a vivir (7, 24-31).
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Aún en territorio pagano, en la Decápolis, la palabra de Jesús es sanadora. El oído de un sordo se abre y está creada la primera condición para el discipulado. El silencio exigido no es respetado. Y todos constatan maravillados: “Jesús hace bien todas las cosas. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos” (7, 31-37).
ENCUENTRO 8 RELACIONES QUE ROMPEN BARRERAS. Mc. 7,24-30
El desafío de comprender y respetar lo diferente, de convivir y dialogar con él en recíproco enriquecimiento está, también, delante de nosotras: en la misión evangelizadora, en las relaciones apostólicas, en la formación para la Vida Religiosa, en las relaciones entre culturas, entre generaciones y visiones del mundo, entre Iglesias, entre personas que se proponen fielmente seguir a Jesucristo. El Evangelio aclara nuestro camino. Caminemos a su luz.
“Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos” (7,28) I.
Recordar la vida Conversar sobre nuestros avances y nuestras dificultades en las relaciones entre las diferentes culturan y etnias dentro de nuestra congregación (Cultura afro, indígena y otras). Recordar también nuestros avances y dificultades en el diálogo con las diferentes manifestaciones culturales y religiosas presentes en medio del pueblo.
II. Iluminar la vida 1. Leer el texto de Marcos 7,24-30
¿Qué es lo que llamó la atención en la actitud de la mujer y de Jesús? ¿Qué es lo que llamó la atención en el diálogo entre los dos?
2. Meditar la Palabra
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Jesús cambio de opinión por causa de la palabra de la mujer. Superando su preconcepto Él reconoce que ella está cerca de Dios. Defiende la vida de su hija, como Dios siempre defendió la vida de su pueblo. Cambia de opinión, incluye a los paganos en la nueva comunidad. ¿Sabemos descubrir y respetar los valores de las diversas religiones, de las diversas Iglesias, de las diversas manifestaciones religiosas, especialmente de la religiosidad popular, del pueblo excluido y pobre? ¿Cómo convivir, ecuménicamente, testimoniando una relación profética-liberadora, esto es, al mismo tiempo respetuosa y crítica? ¿Nuestro ecumenismo puede ser considerado como “mesa llena” o apenas como “migajas que caen de la mesa para los cachorritos”? ¿Por qué?
SUBSIDIO 8
3. Compartir
Compartir los descubrimientos, las dificultades, las posibilidades en el diálogo intercultural e interreligioso.
III. Rezar la vida.
Celebrar las iniciativas que nos ayudan a comprender el sueño de Dios de vida plena para todos. Agradecer o pedir perdón por la vivencia o no del diálogo intercultural e interreligioso. Rezar el Sal. 67 (66)
IV. Hacer a. b. c. d.
Apoyar y/o participar de grupos de reflexión afro-indígenas u otros. Conocer mejor las iglesias existentes en nuestro lugar, descubrir medios de dialogar y trabajar con ellas para promover la vida del los pobres. Preparar el próximo encuentro. El texto será Mc. 8, 1-21 Leer personalmente y profundizar el texto percibiendo las diversas maneras de encarar y resolver el problema del hambre.
RELACIONES QUE ROMPEN BARRERAS. Jesús es acogido, sin preconceptos o discriminación, en una casa pagana. Una mujer extranjera pide por su hija poseída por el demonio. Según los preconceptos de la religión de los judíos, ella era impura y maldita por Dios. Jesús, por otro lado, tiene poder para expulsar el demonio de discriminación y de exclusión, permitiendo que la niña pueda andar con la cabeza erguida. En principio, como judío, Jesús está cerrado en el preconcepto: “Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros” (7,27). Los judíos llamaban a los paganos “perros”. La mujer argumenta con fuerza: “Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos.” (7,28). Su defensa es una denuncia a la sociedad dividida entre “hijos y perros”, que no cabe en el proyecto del Reino. Hoy, el sistema capitalista neoliberal continúa creando y manteniendo, de forma globalizada, una jerarquización social que deja multitudes en la más vergonzosa exclusión y hace que los pueblos empobrecidos permanezcan siempre sometidos a los caprichos de la élite. Recordando las migajas que los niños dejan caer, la mujer también denuncia la lógica excluyente de las personas adultas que es rota por los niños. Con sus leyes de pureza ritual, etiquetan y formalidades, los adultos judíos excluyen de la convivencia social y de la práctica religiosa a las personas pobres, extranjeras, enfermas, mujeres, niños y niñas. Mas los niños, que también eran discriminados, dejan caer las migajas por debajo de la mesa. En la periferias de nuestra ciudades, en medio de los pequeños, hoy, surgen proyectos, concreciones, acciones alternativas, en una lógica de igualdad, compartir e inclusión. Es como los niños que transgreden el orden creado y mantenido duramente por los grandes. La visión de la mujer Siro-fenicia hace a Jesús romper con la visión de los judíos. Él percibe que la pagana está cerca de Dios porque reconoce la bondad de su Padre. Por eso anuncia “El demonio ya salió de tu hija”. Reconoce y acoge el argumento de la mujer pagana, incluyéndola en la nueva comunidad el Reino, donde judíos y gentiles son acogidos como iguales. La salvación, como liberación integral y toda la riqueza de los dones de Dios, son para todos y todas.
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La mujer extranjera “oyó hablar de Jesús” (7, 25) y Jesús oyó la verdad proclamada por ella. Oír es condición para establecer nuevas relaciones. Oír lo diferente abre caminos de curación de las relaciones heridas. Nuestra religión oficializada y dominadora puede ser curada por la palabra sagrada de los excluidos, por los valores de su religión. El diálogo respetuoso y amigo es una suma de fuerzas, que puede expulsar de nosotros el demonio de división que somete al excluido. Oír es don de Dios, dado a quien está abierto para acogerlo. “Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo.” (Is. 50,4b).
ENCUENTRO 9 INCLUSIÓN SOLIDARIA. Mc. 8,1-21 “Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer” (8,2)
La palabra de la mujer (7,29) mueve a Jesús a expulsar el demonio que atormentaba a su hija y a ofrecer los bienes de la salvación a todos. La mujer lleva a Jesús a comprender que el proyecto del Padre es para todos los que buscan la vida y buscan liberarla de todo lo que la limita. La curación de la niña indica que el Reino actúa entre los paganos, a los cuales Jesús da, no sólo migajas, sino superabundancia, como había hecho a los “hijos” en la primera multiplicación de los panes (6,42). Jesús, en una segunda multiplicación de panes, ofrece también a los gentiles la plenitud de vida: “Comieron hasta saciarse y todavía se recogieron siete canastas con lo que había sobrado.” (8,8)
I.
Recordar la vida. Compartir experiencias vividas en realidades pobres, donde la lucha por la vida integró a la comunidad, sin hacer diferencias de religión y de cultura. Conversar sobre las dificultades que la comunidad tiene en los trabajos con los movimientos sociales a favor de la vida.
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 8,1-21
Es así que la Buena Nueva se esparce, a medida que la comunidad se va abriendo, en la medida que va superando los preconceptos que impiden la convivencia pacífica entre los diversos pueblos.
Constituciones:
El Espíritu nos anima a promover relaciones inclusivas y solidarias, a abrirnos al diálogo intercultural, ecuménico e interreligioso y a colaborar en la construcción de una nueva ciudadanía y eclesialidad. Const. Art 6
2. Meditar la Palabra
El Espíritu nos impulsa a ampliar nuestros horizontes y nos urge a un proceso de cambio de mente y de corazón que nos abre a la confianza, a la acogida entrañable de las personas y a colaborar con quienes trabajan por una humanidad nueva. Buscamos vivir toda relación como lugar de encuentro con Dios y creemos que su rostro también se nos revela en el diálogo intercultural e interreligioso, en el ecumenismo y en el compromiso ecológico. Const. Art. 59
¿Cómo compartir nuestro pan con las personas, los grupos, el pueblo extranjero que no comulgan con nuestras costumbres, con nuestra espiritualidad, con nuestro modo de vivir? ¿Qué lugar y espacio encuentran las minorías étnicas en nuestra vida, comunidad, congregación, sobre todo en la hora de compartir nuestro pan y nuestros peces?
3. Compartir
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El evangelista localiza el segundo banquete en territorio pagano ¿Qué significado tiene esto en la misión de Jesús? ¿Qué significa el fermento de los fariseos, a qué Jesús se refiere? Y ¿qué dificultades este fermento trae a los discípulos? ¿Qué problemas de la comunidad podemos entrever en este texto?
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Compartir los pasos que ya conseguimos dar, gracias a la LO de la Palabra, en el sentido de: - pasar de la mentalidad de mercado, que sólo quiere comprar y vender, a la cultura del compartir y de la solidaridad, - participar y apoyar movimientos sociales,
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- contribuir en los emprendimientos de economía popular solidaria. - concienciar al pueblo pobre en la búsqueda de los derechos “para que todos tengan vida”. III. Rezar la vida.
La narración del compartir el pan y los dos peces para los extranjeros comienza con la expresión “en aquellos días”, típica de Marcos, para hablar de la realización de las promesas, acariciadas en el Antiguo Testamento (Is. 25,6; 66,11; Sal. 23,5).
Realizar una celebración con el compartir del pan y del vino. Rezar con Isaías 65, 17-25. (o cantar)
IV. Hacer. a. b. c. d.
INCLUSIÓN SOLIDARIA
Con la mirada adquirida en la LO de hoy, ver lo que, en nuestras pertenencias personales y comunitarias, se puede poner al disposición solidariamente en beneficio de personas o entidades. En nuestro próximo iniciaremos el bloque 4, de las relaciones que humanizan. Leer la introducción al bloque. Preparar el próximo encuentro: Leer Mc. 8, 22-26 y 10,46-52, intentando descubrir las novedades que Jesús introduce en su modo de relacionarse. Distribuir las tareas para la preparación del próximo encuentro.
Jesús está fuera del territorio de Israel (7, 24.31; 8,10), entre los impuros. En el territorio extranjero, había realizado algunas señales definidas en su programa de vida: expulsó al demonio (7,29) y curó al sordo mudo (7,35). Ahora está en el desierto (8,4) y con Él, está la multitud, que lo sigue ya hace tres días (89,2). Jesús siente compasión y no quiere despedirla porque puede desmayar en el camino. Llama, entonces, a los discípulos y comparte con ello sus sentimientos. Espera que tomen la iniciativa para solucionar el problema. La reacción inmediata de los discípulos es dictada por la lógica vigente: ¿cómo alguien puede saciar el hambre de tanta gente en el desierto? Alguien supone que ni los discípulos, ni Jesús, pueden saciar el hambre de la multitud. La lógica de los discípulos es la lógica del mercado ¡En el desierto no hay panaderías! Mas Jesús provoca a los discípulos para que revisen su punto de vista: “¿Cuántos panes tienen?”. El desierto está fuera del alcance del mercado y del orden dominante. Es el espacio alternativo para el Reino de Dios, para una sociedad alternativa, para una nueva manera de relacionarse con los bienes necesarios para la vida. Para responder al cuestionamiento de Jesús, los discípulos necesitan conocer la realidad, revisar en la bolsa, rehacer conceptos y, sobre todo, dar los siete panes y también los pececitos… dar todo. El número siete recuerda la evangelización en medio de los gentiles: Son siete los diáconos escogidos para el ministerio de compartir y el servicio a los pobres, las viudas y los huérfanos (Hch. 6,6). Hace recordar también a las setenta naciones paganas, conocidas por el judaísmo. Siete es también el número de la perfección y de la totalidad. Jesús mandó que la multitud se siente en el suelo. Sentarse para comer es un acto de la persona libre. Así, sentada y libre, la multitud tiene la plenitud de la vida: alimento es libertad. “Yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia” (Jn. 10,10). El pueblo extranjero no recibe las migajas, sí es comensal. “Delante de mí, preparas una mesa” (Sal. 23,5) Antes de compartir el pan y los peces, Jesús pronuncia la bendición (8,6). Bendecir, dar gracias, hace recordar a la Eucaristía. El centro simbólico de la nueva
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comunidad es una comida, comunión de mesa. No es una comida institucionalizada, sí la comida de una comunidad cuyo centro es Jesús. Después de compartir los panes y los peces, Jesús y los discípulos continúan su misión en región extranjera. Allí los fariseos quieren de Jesús una señal del cielo. Más él no quiere coartar la fe del pueblo con espectáculos. Sería falsificar su misión al servicio de la vida. Por eso dice que no les será otra señal, a no ser la señal de la tierra: el compartir solidario, la amistad compartida en una mesa comunitaria, señal concreta del Reino por la cual Jesús quiere ser reconocido. Los discípulos no son capaces de percibir y comprender estas señales. Jesús les previene contra el fermento de fariseos y de Herodes. Él los desafía a crear una economía alternativa. Es necesario aprender a organizar y compartir recursos válidos, esto es, lo que se tiene a mano. “¿Cuántos panes tienen?” (8,5). El milagro que sucede es el triunfo de la economía del compartir en oposición a la economía del mercado. La posesión de bienes, sean personales o comunitarios, puede suscitar, también en la VR, injusticia y desigualdad en las relaciones. La pobreza libremente asumida no puede ser confundida con medir los gastos, si como disposición solidaria de los bienes al servicio de la justicia y de la fraternidad.
BLOQUE 4 RELACIONES QUE HUMANIZAN Mc. 8,22-10,52 Introducción Ser gente es una cosa delicada, complicada y maravillosa al mismo tiempo. Ser gente es un proceso siempre abierto que comienza con el nacimiento y termina con la muerte. Es un proceso que va más allá de la muerte, porque la humanidad continúa, después de asumir la nueva condición resucitada y plenificada en la gracia. Jesús rescató o implantó definitivamente el proyecto original de humanidad que el Padre soñó para el mundo. Él lo rescató, en el mundo, asumiendo también la realidad de la condición humana.
Constituciones
Todos nacemos en condición de humanidad, pero también de animalidad. La humanización o animalización depende de la educación de la voluntad y de un proceso racional emprendido. En el evangelio según Marcos, tenemos líneas maestras, principio de acción, que conducen a la humanización. Ser gente, según los designios de Dios presentados por Jesús exige relaciones reconciliadas y sanadoras, armonizadas en todas las dimensiones.
Nuestra opción de seguir a Jesús que se hizo pobre y vino a anunciar la buena nueva a los pobres se manifiesta también en el modo de situarnos en relación con los bienes económicos.
En este bloque vamos a enfocar el proceso de humanización presentado y vivido por Jesús, especialmente cuando enseña a los discípulos y discípulas. Acompañemos las pistas humanizantes, puestas y ejercidas por Él.
La injusta distribución de la riqueza en el mundo y las ideologías que la justifican nos interpelan y exigen una actitud crítica y profética. Discernimos de qué modo adquirimos los bienes, cómo los administramos y compartimos y qué uso hacemos de ellos para que estén al servicio del Reino Const. Art. 129
Visión de conjunto Este bloque está marcado especialmente por la enseñanza de Jesús reservada a los discípulos, situada entre el ciego de Betsaida 8,22-26 y el de Jericó 10,46-42. Entre uno y otro hay todo un trabajo de Jesús para hacer que los seguidores tomen conciencia de la profundidad del misterio de su persona y del alcance de su misión. Veamos los contenidos en breve síntesis. Primero, seguir a Jesús con opción y opinión propia (8,27-30) y cuidar para que esa opinión-concepto corresponda a la realidad de su persona (8,31-33), pues pertenecer a Jesús no es apropiarse de Él. Segundo, conocer la persona de Jesús en la intimidad e ir más allá de las apariencias y del momento presente (9,2-13). Él es la síntesis del tiempo, de la historia
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de la humanidad y de la creación. La escena de la transfiguración en la montaña ayuda, prepara y capacita para entender su desfiguración en Jerusalén.
ENCUENTRO 10
Tercero, establecer completa comunión (9,14-29). No basta andar con Jesús y pertenecer al grupo de los llamados por Él. La oración expresa tal comunión íntima y total. Por ella, todo es posible, los demonios no resisten, pues no hay espacio para división, desconfianza o duda.
RELACIÓN QUE REHACE A LA PERSONA Mc. 8,22-26 y Mc. 10,46-52 “Maestro, yo quiero ver de nuevo” (10,51)
Cuarto, estar dispuesta a desaprender y aprender nuevamente (9,30-50). Jesús, según Marcos, aborda los más diferentes ángulos de la radicalidad de su propuesta: o los discípulos se desprenden de los viejos conceptos o lo nuevo no acontece. Es necesario deshacer la estructura que está en forma de pirámide para organizarla en forma de círculo. Mayor o primero es quien sirve (9,35), mas la persona que sirve no está debajo de quien es servido. Está en el círculo. Ser persona abierta, nunca olvidar que el bien no es propiedad de los buenos, si patrimonio de todos. Quien no está contra nosotros, está a nuestro favor, dice Jesús (9,40). Asumir con radicalidad, dar todo por la causa. Es mejor quedar sin algunos miembros del cuerpo y entrar en el Reino que ser echado entero en el fuego que nunca se apaga (9,47).
I.
Recordar la vida. Podemos preparar el ambiente con algunas figuras de personas ciegas o hasta hacer el ejercicio de vendar los ojos y andar así y dejarse conducir por alguien. Compartir con el grupo o comunidad los tipos de ceguera que experimentamos y las consecuencias que esto tiene para nuestra vida. Conversar un poco sobre las cegueras y sus efectos en la comunidad y en la sociedad.
II. Iluminar la vida.
Quinto, tener cuidado con los vicios de la ley o con la ley viciada (10,1-16). No se puede perder el punto de partida en medio del camino. Dios dio un principio. Moisés, en una situación particular, legisló diferente, mas siempre es necesario volver al principio original (10,5).
1. Leer el texto de Marcos 8,22-26 y 10,46-52
Sexto, acertar y mantenerse en él (10,17-31). Los bienes serán buenos si están en sintonía con el bien. Nuestra grandeza no está en tener bienes, sí en ser buenas. El amor es el secreto. Cuando el amor de Dios toca el fondo de nuestro ser somos capaces de grandes cosas y no necesitamos retribución, aunque el camino esté lleno de tribulaciones.
Lectura personal para interiorizar la Palabra. Ver las actitudes del ciego de Betsaida y del ciego de Jericó y compararlas. Ver las actitudes de Jesús con cada uno de ellos y compararlas. Las personas que aparecen en el texto ¿Qué tipo de relaciones establecen entre sí? ¿Aparece la fuerza del Evangelio en las relaciones?
2. Meditar la Palabra. Elegir algunos personajes del texto o uno sólo, colocarse en su lugar y procurar sentir todo lo que sucede con él. ¿Qué cegueras necesitamos remover o ayudar a remover para entra y permanecer en el camino de Jesús?
Sétimo, autoridad y poder para servir (10,32-45). ¿Qué hacer con el poder? Jesús habla de entrega, los discípulos quieren privilegios y primeros lugares. En ves de imponer, dominar y someter es necesario servir. En lugar de los honores, glorias, destaques, ponerse al servicio de todos. Es esta la dinámica de la comunidad cristiana.
3. Compartir ¿Qué luces el texto ofrece para aplicar en nuestras relaciones?
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III. Rezar la vida.
Colocarse en actitud de acogida a Jesús que vienen y de entrega de las cegueras de la vida, o como ayuda para que los ciegos se encuentren con Jesús. Hacer preces espontáneas, cantar alguna antífona o mantra. Buscar algún salmo apropiado para el momento. Puede ser el salmo 5 u otro. Hacer de tal modo que la vida entre en la oración y la oración penetre en la vida.
IV. Hacer. a. b. c. d. e.
Elegir algunas de las luces descubiertas, una o dos con el compromiso de ponerlas en práctica. Asumir un compromiso de ayudarnos a que esa práctica suceda. El texto de nuestro próximo encuentro será Mc. 8, 27-33, en el cual aparece la gran pregunta que Jesús dirige a los discípulos: “¿Quién soy yo para ustedes? Distribuir las tareas para preparar el próximo encuentro. Leer personalmente el texto y prepararse para profundizar mejor la Palabra y aprovechar sus luces.
POR LOS OJOS, LA PERSONA ENTERA ES CONSTRUIDA O REGENERADA. Jesús enseña a los discípulos como rescatar y humanizar a las personas. En los bloques anteriores, especialmente en el primer capítulo, vimos como Él humaniza a las personas, curándolas, liberándolas, perdonándolas, integrándolas. En este bloque, el rescate hace parte de una especial enseñanza dirigida a los discípulos. A medida que van caminando con Jesús, aprenden como rehacer e integrar a la persona. Las curaciones a dos ciegos son un evidentes proceso de humanización. Recuperando la visión, la persona entera es recuperada, devuelta al designio original de Dios. Encontramos un ciego en la puerta de entrada de este bloque (8,22) y otro en la puerta de salida (10, 52). El ciego de entrada es de Betsaida, la misma ciudad de Andrés, Pedro y Felipe. Él no tiene nombre ni referencia de familia, está en Galilea, cerca al lugar de la multiplicación de los panes. ¿Será casualidad? ¿Será que la ceguera de este hombre tiene algo que ver con los discípulos? El ciego de salida tiene nombre, él se llama Bartimeo. Tiene familia, es hijo de Timeo de Jericó. Está sentado a la vera del camino, cerca del lugar donde comienza la subida para Jerusalén. Es muy significativo que justamente el texto que nos revela el mayor empeño de Jesús para la formación de los discípulos esté entre esos dos ciegos. Parece que el ciego de Betsaida representa donde están los discípulos y el de Jericó representa a donde los discípulos deben llegar. Aprovechemos para hacer un paralelo entre las dos escenas. Las personas: El ciego de Betsaida es traído por otros para ser tocado y curado (8,22). Las personas ayudan al ciego a acercarse a Jesús, son mediadoras. El ciego es pasivo, depende de ellas. Pero el ciego de Jericó, cuando intenta acercarse, es obstaculizado por las personas que acompañan a Jesús (10,47-48). Ellas se comportan como barreras. Bartimeo, en cambio, es activo, insistente, protagonista de su propia curación (10,48-50). Las personas que están con el ciego de Betsaida buscan el favor de Jesús para con él. A las que están con Jesús en Jericó no les importa el ciego. Nos llama la atención especialmente el comportamiento de las personas que están con Jesús por ocasión del encuentro con Bartimeo, pues ellas dificultan el encuentro, cuando deberían facilitarlo. Es un comportamiento extraño, contrario al deseo y la enseñanza de Jesús, mas es un comportamiento muy común aún hoy. Existen personas que se consideran muy cercanas e íntimas de Jesús, obstaculizando la cercanía de los otros cuando no excluyen o seleccionan quien puede y quien no puede formar parte del círculo de las discípulas y los discípulos de Jesús. Parecen acercarse
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a Él invirtiendo el orden del Evangelio. Por eso es bueno tener presente que el hecho de estar con Jesús no nos da derecho sobre Él. Somos discípulas, discípulos de Él, pero Él no es nuestro. El lugar: Jesús toma al ciego de Betsaida por la mano y lo conduce afuera del poblado, apartándolo del pueblo para proceder a la curación (8,23). Un alejarse estratégico, Jesús puede estar llevando a la persona a asumir personalmente la propia realidad. Mezclado con la multitud ¿será que perdió su identidad? Oyendo los gritos del ciego de Jericó, Jesús se detiene y lo manda llamar. Él viene. Jesús lo coloca en el centro del camino, en el medio del mismo pueblo que lo obstaculizaba, para proceder a la curación (10, 47-50). Al primero ciego, Jesús lo retira de la multitud, al segundo lo coloca en el centro de la multitud. ¿Por qué Jesús toma actitudes diferentes? En Betsaida están sofocando y en Jericó excluyendo. A uno parece que le falta protagonismo y al otro le sobra. El lugar, con seguridad, influye en la vida de la persona, pero la persona también puede influir en la organización, manutención y transformación del lugar. Esto puede ser verificado en relación a los ciegos. Los ciegos: La ceguera, como otros tipos de deficiencia, era tenida como señal cierta del castigo de Dios (Jn. 9,2). Ahora, si es Dios quien así procede, no hay nada que hacer. Sólo esperar que una vez pagada la pena, Dios retire el mal. De ahí la acomodación de algunos y hasta el miedo que muchos tenían de colocarse al lado del ciego para buscar la curación. Esto puede ayudarnos a entender el comportamiento de las personas. En el Antiguo Testamento casi no aparecen curaciones de ciegos. Curar ciegos es obra del Mesías (Is. 35, 3-6). El ciego de Betsaida se presenta muy pasivo. Es llevado por los amigos, es conducido y tratado por Jesús. Sólo responde a lo que Jesús le pregunta y, curado toma el camino a casa. El ciego de Jericó es altamente activo, pregunta, grita, enfrenta a la multitud, salta, tira el manto, va al encuentro de Jesús, recibe la curación y se vuelve seguidor. La ropa que antes lo acompañaba y protegía, es abandonada. Queda allá, a la vera del camino, marcando el lugar del cambio. La ropa continúa allá, mas Bartimeo ahora es hombre de camino, discípulo, seguidor de Jesús. ¿Qué significado tiene la vestidura que el ciego tiró? ¿Qué es necesario tirar, abandonar para abrir los ojos y seguir decididamente a Jesús?
elementos que van a garantizar la liberación de la ceguera para siempre. Para curar al ciego de Jericó, Jesús simplemente le pregunta sobre su deseo y le responde con una palabra: “Anda, tu fe te salvó” (10,51-52). Jesús usa varios recursos para la curación de uno y apenas una palabra para la curación de otro. ¿Por qué tanta diferencia de procedimiento? El ciego de Betsaida es recreado, el de Jericó es integrado. Los niveles de ceguera son bien diferentes. Después de la curación: El ciego de Betsaida es mandado a casa con una advertencia: “No entres en el poblado” (8,26), recordemos que para curarlo Jesús lo retiró del poblado. Parece que el motivo de ceguera está en el poblado. Si vuelve a la villa, ¿volverá su ceguera?. El ciego de Jericó sigue a Jesús en el camino (10,52). Recordemos que él estaba al margen del camino. Ahora está en el camino de Jesús y con Él en dirección a Jerusalén. Jesús ya avisó a los que venían con Él sobre lo que iría a suceder en Jerusalén. Ir para allá con Jesús es peligroso. A uno Jesús manda a casa, al otro acepta en su seguimiento. ¿Por qué? Parece que, para seguir a Jesús, no basta tener contacto con Él, no basta que alguien nos coloque en contacto con Él, es necesario un deseo y una adhesión personal, libre. Ambos ciegos, el de Betsaida (8,24) y el de Jericó (10,51) no nacieron así, fueron cegados. ¿Qué ciega a las personas en Betsaida? (Ver Mt. 11,21; Lc. 10,13). ¿El hombre de Betsaida estaba todo tomado por la ceguera? ¿Estaría su intento atendido? ¿El hombre de Jericó sólo tenía problemas en los ojos? La persona que vence obstáculos para encontrar a Jesús precisa también vencer obstáculos con Jesús, por Jesús y por los suyos. Constituciones Jesús nos abre el camino de la vida teologal y nos posibilita vivir relaciones interpersonales animadas por el amor, el desasimiento y la humildad. Para vivir este proceso de relación con Jesús necesitamos tiempos prolongados de encuentro con Él. Dedicamos cada día por lo menos una hora a la oración personal. Los ejercicios espirituales anuales son para nosotras espacios de búsqueda del querer de Dios. Const. Art 39
La curación: Para curar al ciego de Betsaida Jesús le pone saliva en los ojos y le impone las manos. Hace el proceso respetando el alcance del ciego y haciéndolo partícipe. De la ceguera total pasa a la visión desenfocada y finalmente a una buena visión. La curación exige tiempo y aplicación para reconstruir en la persona los 19
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3. Compartir ¿Qué lecciones se pueden recoger del texto para la vida hoy? Colocarlas en común y hacer un cuadro enumerando cada una, para después escoger un compromiso.
ENCUENTRO 11 RELACIONES QUE AMPLÍAN HORIZONTES. Mc. 8,27-33
III. Rezar la vida
“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (8,29)
I.
Recordar la vida.
IV. Hacer.
Conversar sobre los varios tipos de relaciones que las personas establecen entre sí. Traer ejemplos de relaciones que ayudan o que obstaculizan la vida. ¿Cómo se relacionan los padres, madres e hijos, profesores y alumnos, novios y casados? ¿Cómo se relacionan las personas consagradas en las comunidades religiosas? ¿Cómo ser relacionan las personas con extraños? ¿Cómo tratamos a las personas conocidas, las queridas y las extrañas?
a. b. c. d.
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 8, 27-33 Leer el texto en comunidad. Comparar las dos actitudes de Pedro con Jesús ¿Por qué ese cambio? Ver las palabras de Jesús dirigidas a Pedro ¿Qué pueden ellas enseñarnos hoy? 2. Meditar la Palabra ¿Somos capaces de desenvolver y cultivar una relación personal con Dios y con las personas o necesitamos siempre la ayuda de otros? En la relación con otras personas, ¿somos capaces de ir más allá de los propios intereses? ¿Cómo podemos definir nuestra relación con Jesús? ¿Quién es Él para nosotras? ¿Qué imagen de Jesús presentan nuestras Constituciones?
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Rezar pausadamente o cantar la oración atribuida a San Francisco: “Señor hazme instrumento de tu paz” Preces espontáneas.
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Escoger algunas luces traídas por el texto para colocarlas en práctica. Escoger una frase o palabra para ser repetida hasta el próximo encuentro. Asumir un compromiso concreto de cambio o de mejoría en las relaciones. Preparar el próximo encuentro leyendo personalmente y con tiempo el texto Mc. 9,30-37. Los discípulos no entienden las declaraciones de Jesús y tienen miedo de preguntar, mas no tienen miedo de discutir sobre quien de ellos es el mayor.
discípulos (8,31-33; 9, 30-32; 10, 22-34). O ellos entienden esto o la misión no se desenvolverá. Es difícil entender un Mesías sufriente, preso, rechazado por todas las autoridades, asesinado, que en el tercer día resucita (8,32-33)
SUBSIDIO 11 ES NECESARIO IR MÁS ALLÁ DE LA FIGURA, DE LA IMAGEN. Jesús entra en el punto más desafiante de su enseñanza a partir de Mc.8, 27. De ahí en adelante Él se va a dedicar exclusivamente a enseñar a los discípulos. Parece un esfuerzo concentrado de preparación. Los discípulos tienen que dar un paso nuevo, largo, trascendente. Ellos necesitan intuir la humanidad que existe en el interior de Dios. El Reino no se entiende y no se hace sin esa humanidad. Es imposible construir el Reino, rechazando a la humanidad. La pregunta que Jesús hace a los discípulos es fundamental: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (8,29). Jesús cuestiona a sus discípulos sólo después de un tiempo de convivencia. Exige una toma de posición después de ofrecer la experiencia. Los conceptos que tenemos unos de otros influyen mucho en las relaciones que establecemos. Viene de ahí la respuesta que expresa el grado de respeto, consideración, apoyo o adhesión. Cuanto más una persona significa para mí, mayor será mi adhesión a ella. Los discípulos necesitan tener una opinión personal sobre Jesús, pero esto aún no es suficiente. Es necesario que la opinión de ellos corresponda a la realidad. Un concepto que no corresponde a la realidad es un problema, antes de todo, para la propia persona que la posee, mas hace mal a todos. Jesús, ahora, necesita volverlos concientes del tipo de Mesías que es Él, y como va a operar su mesianismo. Ahí se encuentra el gran nudo. Superando esto, con seguridad, todo se va desenvolver normalmente. El hecho de ser el Mesías no lo libera del rechazo por parte de las autoridades (ancianos, sacerdotes y escribas), no lo libra de la muerte, pero garantiza la resurrección. Pedro que, en nombre de los discípulos, lo proclama Mesías, ahora rechaza la revelación que él hace. Pedro quiere tomar el frente y Jesús lo manda para atrás. Si Pedro quiere continuar fiel necesita continuar siendo seguidor, necesita dejarse dirigir por Jesús. Él está apenas comenzando, mas piensa que ya sabe todo. Es mejor preguntar con humildad que corregir con vigor. No corresponde adherirse a Jesús sólo la mitad, tomar sólo la parte que nos es agradable. No es posible crecer sin enfrentar y superar la crisis, el conflicto, sin enfrentar el sufrimiento. No se enfrenta a los que practican el mal con sus armas, sí con los instrumentos propios del bien: justicia, paciencia, bondad, acogida… Al rechazo, Jesús responde con autoentrega. Por este motivo, habla de pasión, muerte y resurrección, por tres veces, aquí donde toma tiempo para la formación de los 23
El concepto que hacemos de otra persona necesita ser orientado por su propia realidad y no por nuestros intereses sobre ella. Una relación donde mis intereses predominan es parcial y propicia para innumerables fallas, mejor dicho es locura. Las relaciones pueden hasta comenzar por intereses individuales, mas precisan evolucionar hacia la mutua comunicación, hacia el compartir transparente, a fin de volverse saludable y favorecer la comunión. Somos desafiadas a construir un concepto personal propio, sin la mediación de terceros. La mediación es necesaria en un primer momento, mas necesita ser relativizada y superada para no impedir la comunión y la intimidad. La comunicación directa evita ruidos. Los procesos de trascendencia de las relaciones van desde un auto superación de los conceptos hasta una apertura desprendida para acoger la realidad de otos. Jesús denuncia a Pedro: “tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”. Pedro, se opone al sufrimiento, mas eso puede desviar a Jesús de la obediencia al Padre. Pedro necesita ver el hecho en un contexto amplio. El sufrimiento es ruin, mas la desobediencia es peor. Jesús acoge el sufrimiento para cultivar la obediencia. Jesús no pide una adhesión de fe sin ofrecer condiciones. Por eso ofrece una oportunidad de ampliar los horizontes de fe, de conciencia y conocimiento en la transfiguración en la montaña. Quien sabe con eso, Pedro y sus compañeros puedan entenderlo profundamente. Parece que hasta ahora sólo quedan en la superficie. Quien no se habilita a ir más allá de las apariencias, no puede ver a Dios en la gente, ni al creador en las criaturas. La escena de la Transfiguración de Jesús (9,2-10) es un óptimo ejemplo de lo que estamos tratando. Pedro, Santiago y Juan tuvieron la oportunidad de ver más allá de la figura de Jesús en lo cotidiano. Ellos vieron que, antes de ellos, había una gran historia de revelación y salvación, y que, después de ellos, había un camino que hacer para garantizar su realización. Así podrán ver la altura, largura, y profundidad (cf. Ef. 3,18), el alcance de la persona de Jesús y sumergirse en este misterio. Es necesario implantar, desenvolver y cultivar un proyecto que va más allá de lo que se puede ver y tocar. Hay cosas que captamos usando un solo sentido. Hay cosas que exigen el ejercicio de todos nuestros sentidos y hay otras que van más allá de todos ellos, mas son cosas reales, existen y son necesarias. Es en esa dirección que Pedro está siendo llamado. No para los proyectos cortos, es necesario ir más allá de
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ellos, superar, pasar, trascender. El sufrimiento forma parte del camino y necesita ser integrado en él. El proyecto de resurrección tiene muerte en la pista.
ENCUENTRO 12 SABER VIVIR SIN IMPONERSE Y SIN SOMETERSE.
La adhesión a alguien exige siempre un salir de sí. Para crecer, según el proyecto de Dios, es necesario abrirse, compartir, comulgar. No hay liberación sin sacrificio, mas el objetivo de nuestras acciones, de nuestra vida, no es el sacrificio, sí la liberación.
Mc. 9,30-37 “El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (9,35)
Tampoco importa saber las cosas y conocer bien a las personas si no les damos a ellas nuestra adhesión. La acogida y la adhesión son los motores para la trascendencia. Toda relación pude tener un alcance mucho mayor que lo que a primera vista puede parecer. Depende siempre del cultivo y del grado de adhesión.
I.
Compartir las comprensiones y las incomprensiones vividas en el sufrimiento, las ayudas recibidas y los obstáculos causados. Comentar disputas por lugares de honor, privilegios y poder, como también los desafíos para hacer valer el derecho y la justicia.
El discipulado exige adhesión total al Maestro. El Mesías glorioso es también el crucificado. No hay como separar. Basta observar las condiciones para seguirlo (8,3435).
II. Iluminar la vida.
Los maestros griegos y judíos enseñan sentados. El Maestro Jesús enseña andando por los caminos. A medida de que caminan de un poblado a otro, Él va instruyendo a los discípulos. Su metodología era de enseñanza a través de la práctica. Esto tiene un doble significado: el primero es el desplazamiento geográfico que muestra la necesidad de ir al encuentro de las personas, aprender a ver las necesidades y llevar las novedades. El segundo es un avance en la comprensión del misterio del Reino de Dios, tanto racional, como espiritual y afectivo. El discípulo de Jesús es una persona que está siempre en camino, siempre en profundización y actualización. Es una persona del presente. Está siempre entera en el lugar que se llama aquí y en el tiempo que se llama ahora. El dinamismo del Espíritu lo hace siempre gente del presente, gente entera y nueva.
1. Leer el texto de Marcos 9,30-37 Leer en comunidad y de forma creativa ¿De qué Jesús está hablando y qué están discutiendo los discípulos? ¿Qué causa esa distancia entre ellos? ¿Cuál es el papel del niño en eso? 2. Meditar la Palabra Mirando, con profundidad, ¿qué realidad este texto anuncia o denuncia? ¿Cómo lidiamos con el sufrimiento y la falta de comprensión en nuestras relaciones? ¿Qué necesitamos trabajar en nosotras para ser primeras, conforme a la enseñanza de Jesús?
Constituciones Como discípulas de Jesús, cada una somos llamadas a seguirle para estar con Él en comunidad, y participar de su misión y de su mismo destino, recreando el camino abierto por Teresa de Jesús y propuesto por Enrique de Ossó. Esto implica recorrer pacientemente un proceso de identificación con Cristo como don y tarea de toda la vida: pensar, sentir y amar como Jesús, obrar y conversar como Él es nuestra ocupación esencial. Const. Art. 65
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Recordar la vida.
3. Compartir Compartir las luces encontradas. Escoger algún descubrimiento para hacerlo parte del día a día. III. Rezar la vida. Nombrar personas conocidas que quedan al margen de la comunidad, de la Iglesia, de la sociedad y de las exigencias legalistas de la religión. Escribir los nombres, dejarlos en un lugar visible. Formular preces incluyéndolas. Rezar el Sal. 145 26
IV. Hacer. a. b. c.
SUBSIDIO 12 Escoger y asumir un compromiso personal y otro comunitario para encarnar las lecciones aprendidas. Por ejemplo, integrar a alguien a la comunidad. Preparar el próximo encuentro Mc. 10,32-45, donde los discípulos Santiago y Juan quieren reservar para sí los primeros lugares Leer personalmente el texto antes del encuentro.
MAYOR Y PRIMERO ES QUIEN SIRVE A TODOS. Por segunda vez, Jesús trae al centro la cuestión de su entrega, sufrimiento, muerte y resurrección. Esta es una enseñanza especial, reservada específicamente para los discípulos y discípulas. Ellos reaccionan en silencio, no comprenden y tienen miedo de preguntar. ¿Por qué los discípulos tienen miedo de preguntar? ¿De quién o de qué tienen miedo? Parece que miedo al público no es, pues están a solas en el camino. El miedo de hacer preguntas hace permanecer en el estado de ignorancia. ¿Por qué discuten entre sí y no se abren al Maestro? No preguntan, y cuando Jesús pregunta ellos callan. ¿Cómo pueden crecer, comprender, aprender, si no se abren? Esa también puede ser una razón para dejar entrar al niño en escena. El niño no tiene miedo de preguntar. Quiere saber, pregunta siempre y mucho. ¿Cómo alguien puede llegar a ser grande sin abrirse, sin exponerse, sin salir de su nido, de su cascaron, de su escondrijo? Es necesario preguntar, especialmente, a quien sabe. Mas ¿qué enseña Jesús? Enseña que para que exista resurrección, plenitud, es necesaria la entrega. Para que alguien tenga plenamente es necesario darse enteramente. Ese dar no puede ser obligación, ni imposición, sí una elección libre, despojada, abierta, total. Jesús enseña más, enseña que ese darse contiene muerte y que sólo hay plenitud en la muerte acogida y asumida libremente. En el paquete del seguimiento de Jesús está implícita la entrega, la muerte y la resurrección. Seguir a Jesús exige asumir la contradicción. Quien no comprende y no asume, no puede ser verdaderamente su discípulo. El camino del seguimiento es también el camino de la entrega, del despojo, de la muerte y de la resurrección. El texto reverla que Jesús trata de un asunto, mas los discípulos encuentran otro más interesante. Mientras Jesús tiene el misterioso discurso de la entrega, ellos discuten la apropiación. ¿Quién es el mayor? ¿Por qué discuten eso? ¿Para elegir el sucesor de Jesús? Por lo que se puede deducir del contexto, el asunto era de interés de todos, mas no había consenso, porque el lugar era disputado. Eso nos hace saber por que no entendían a Jesús. Cada uno busca su propio interés, piensa en sí despreciando a los otros. Están cerrados en sí mismos, en sus mundos. En vez de transponer, quieren reponer, en vez de trascender, quieren ascender, en vez de profundizar, quieren romper la fraternidad, en vez de hacer el camino de entrega, quieren trillar, frecuentar el camino de apropiación. Pero si la relación con Jesús no es entendida, que por lo menos sea entendida la relación entre ellos. Entonces Jesús da la fantástica lección de la relación interpersonal entre los que constituyen la comunidad de sus seguidores. Lección que las primeras comunidades quieren conservar en la memoria siempre.
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¡Contemplemos la escena! Jesús está sentado. En Marcos encontramos a Jesús sentado apenas dos veces (9,35 y 12,41). En 4,1 y 13,3 Él va a sentarse. Sentarse para enseñar es la actitud del maestro cuando tiene algo muy importante que decir. Los grandes maestros siempre enseñaban sentados. La actitud, aquí, parece un poco extraña. Pues, según Marcos, Jesús enseña andando. Jesús sentado llama a sí a los doce. Esto para que ninguno tenga dudas sobre el destinatario de esta enseñanza. Y les enseñó: “El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (9,35). Aquí queda claro que el discipulado de Jesús está en orden inversa a los otros discipulados. Grande es quien sirve, quien se hacer servidor se todos. No es grande quien escoge a quien servir. Grande es quien se pone al servicio sin selección, sin exclusión. Mas, en la comunidad de Jesús, todos son primeros y últimos, todos son grandes porque se sirven unos a otros. En la comunidad de Jesús el ministerio es siempre servicio. Si esto no sucede, no será comunidad de Jesús. Hay quien sirve a uno, hay quien sirve a algunos, más esto no es suficiente, es necesario servir a todos. Parece que ninguno quiere servir a todos, ninguno se halla en condición de servir a todos. Muchos quieren servir a señores y señoras, a amores, a ídolos… ¿Servir a todos? Esto es muy complicado, demuestra falta de criterio. Jesús no deja su enseñanza por la mitad, ésta es intensa, profunda, de múltiples facetas y muy clara. Entonces toma un niño y lo coloca en medio. Ahora el lugar del medio es el lugar de modelo, de referencia. Es en el medio que convergen todas las miradas. Jesús ya está en el medio. Ahora toma un niño. Él no llama la atención de los discípulos sobres sí. Para los discípulos, Él es el mayor y el niño es el menor. Ahora el mayor, Jesús y el menor, el niño, están juntos en el centro. Él acoge, abraza, acaricia, sirve al niño, al menor. ¿Necesita decir más? ¡Ah! ¡Sí! Reparemos en que Jesús establece un círculo a su alrededor y del niño, no hace una pirámide, ni una escala, ni una jerarquía. El discipulado exige nuevas posiciones, nuevos referentes, nuevas relaciones. Dominar, imponer, someter no es demostración de grandeza, es falta de humanidad.
Jesús enseña la necesaria relación de ayuda mutua que debe haber entre todos. El niño no es modelo, el adulto tampoco lo es, pero la relación tierna, fraterna, igualitaria, respetuosa, justa, verdadera, amorosa que se establece entre ellos es señal del Reino. Todos, en la situación en que nos encontramos, estamos en condiciones de aprender y enseñar. Cuando nos tomamos en serio, podemos hacer un maravilloso intercambio de dones y enriquecernos mutuamente con el modo como cada uno, en la condición en que se encuentra, encara la vida. Los niños tienen mucho que aprender de los adultos, pero también los adultos tienen mucho que aprender de los niños. Mientras el adulto está cargado de historia, el niño está repleto de sueños. La historia no puede retener el sueño, mas el sueño no se realiza sin ella. Vamos entonces a sintetizar la enseñanza especial, reservada, de Jesús a sus discípulos: Entregarse es darse, es morir, es colocarse al servicio de todos. La vida entregada y gastada en el servicio de todos es plenificada. Esto se llama resurrección. Es el secreto del seguimiento, es la nota del discipulado de Jesús. “Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican” (Jn. 13,17). Entendemos que, para ser discípulos de Jesús, necesitamos ampliar mucho nuestra humanidad y nuestra visión del bien, de la justicia, de la verdad y del amor. Jesús, ser humano, puede estar en un solo lugar, mas Jesús, Dios, está en todas las personas y en todos los lugares. Constituciones Nuestra obediencia vivida en comunidad nos pide relaciones recíprocas de confianza y apoyo incondicional y el compromiso de participación y corresponsabilidad. La obediencia activa de cada una y el servicio de la autoridad como forma de obediencia son dinamismos creadores de comunidades al servicio del Reino. Const. Art. 86 Nuestras estructuras manifiestan su auténtica razón de ser cuando están al servicio de las hermanas y las comunidades creando cauces de diálogo y discernimiento en favor de la misión. Const. Art. 89
La sociedad del tiempo de Jesús tenía el hábito de marginar a los niños. Ellos eran excluidos de muchos ambientes, inclusive de los lugares de oración de gente grande. El niño, hasta la edad de doce años quedaba con la madre, manteniéndose a distancia de las personas serias y capaces. Las personas que se preciaban importantes no se entretenían con niños. La sociedad de hoy tiene comportamientos dicotómicos y extremos en este sentido. Una minoría, para servir a los interese del mercado, exagera en la valoración de los niños y de sus deseos, como forma de forzar a los adultos a gastar. Por otro lado, la mayoría no se ocupa de los millones de niños marginados, desatendidos, abandonados a su propia suerte, muriendo de hambre.
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NCUENTRO 13
III. Rezar la vida.
RELACIONES QUE GARANTIZAN LA COMUNIÓN.
Mc. 10,32-45 “Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños,… Entre ustedes no debe suceder así.” (10,42-43) I.
Recordar la vida.
Hacer un listado de los ministerios necesarios para el buen funcionamiento de la comunidad y de la sociedad. Colocar a lado el nombre de la persona que los ejercen. Contemplar y rezar por ellas de forma espontánea y libre. Rezar el salmo 40 u otro. Prepara y realizar una celebración penitencial.
IV. Hacer,
Hablar sobre las personas y los cargos que ellas ocupan. Como son valoradas o desvalorizadas en vista al lugar que ocupan o la función que desempeñan. ¿Alguna ya tuvo experiencia de ser exaltada o desplazada por su cargo o lugar? ¿Cómo lidió con esto? ¿Cómo está el uso del poder en nuestras relaciones cotidianas?
a. b.
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 10,32-45 ¿Por qué Santiago y Juan tienen tanto interés en ocupar los primeros lugares? ¿Por qué el pedido de ellos genera indignación entre sus compañeros? ¿Puede una comunidad con la mentalidad de los discípulos Santiago y Juan, mantenerse de pie? 2. Meditar la Palabra ¿En qué la respuesta que Jesús dio a los discípulos puede ayudarnos? ¿Jesús no distribuyó lugares porque no pudo, o distribuir lugares no forma parte del Reino? Mirando a nuestra comunidad y nuestros compromisos, ¿Cómo administramos estas realidades: distribución de lugares, cargos, funciones? 3. Compartir Poner en común los desafíos que trae la orientación de Jesús. Ver cómo y en qué ella puede mejorar las relaciones de nuestra comunidad y de la sociedad donde vivimos.
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Con la iluminación recibida del texto, reorganizar la comunidad. Preparar el próximo encuentro sobre Mc. 11, 12-33. Hacer una buena lectura personal del texto y de la introducción al bloque. El templo, la casa de oración se convirtió en cueva de bandidos.
siendo más una aspiración que una realidad. Sabemos que es posible hacerlo diferente, mejor dicho, sabemos que es necesario hacerlo diferente, pero nos falta la valentía profética para tomar a pecho y hacer realidad esta enseñanza.
SUBSIDIO 13 LA GRATUIDAD ES FUENTE Y GARANTÍA DE COMUNIÓN. Nuevamente la reacción de los discípulos no corresponde. Mientras Jesús entrega su propia vida, ellos disputan, entre sí cargos y posiciones (10,32-45). Están realmente lejos de entender a Jesús. Ya vimos la orientación dada, en 9,36, con ocasión de la discusión sobre quien este ellos sería el mayor. Jesús tomó a un niño de referencia. La provocación a volverse niño es la forma más breve de exigir la renuncia al prestigio, al poder, a la riqueza y a la seguridad. Pero los intereses egoístas hacen mirar en sentido inverso. Hasta hoy, después de dos mil años de discipulado, la dificultad continúa. Hacer lo contrario de los gobernantes que dominan, tiranizan y se hacen pasar por benefactores caracteriza, evidentemente, un posicionamiento político que las comunidades eclesiales no consiguen hacer valer, ni en su proyecto interior. Jesús justifica su posición con el propio objetivo: “el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud” (10,45). Él no se hace el centro, pero nos coloca en el centro de su misión. La primera pregunta que necesitamos hacer cuando entramos en una relación no es: ¿qué vamos a ganar? Sino ¿con qué podemos contribuir? El privilegio, según la lógica del Reino, no está en recibir, sino en dar. Cuanto más solidarios somos, más dentro de la orientación de Jesús estamos. ¡Veamos bien! No se trata de dar cosas, ellas pueden ser expresión de solidaridad, más también objeto de negocios. En este tipo de relación, se trata de darse a sí misma. “Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria” (10,37), dicen Santiago y Juan. “No saben lo que piden” (10,38), responde Jesús. Hoy muchos desentendimientos suceden porque nos quedamos eligiendo y pensando que tenemos derechos sobre lugares y posiciones que escogemos. El resultado es evidente: competición, peleas interminables, alimentadas por comportamientos muy desviados de la propuesta vivida por el Hombre de Nazareth. En el tiempo de Jesús, la sociedad judía y la práctica religiosa eran muy organizadas y jerarquizadas. Había una escala de poderes, de funciones y de papeles a ser desempeñados, según el mayor o el menor poder constituido. El ministerio era visto y asumido más como un poder de control, mando, imposición, promoción personal, que como una oportunidad de servir la pueblo. Jesús dio la vida para cambiar esta realidad. Dejó claro que en la comunidad de sus seguidores esto no puede existir: “Entre ustedes no será así” (10,43). Un examen simple de nuestras organizaciones muestra que su enseñanza no está siendo llevada en serio. Somos muy estructuradas en un sistema jerárquico, por eso la fraternidad que el evangelio presenta continúa 33
Este es uno de los mayores desafíos y una de las expresiones que mejor identifican el discipulado de Jesús. La historia en general y muchas de nuestras comunidades son testimonio, tanto del sufrimiento causado por las disputas internas por privilegios, lugares y cargos destacados, como del feliz recuerdo de actuaciones libres y generosas, de donación total. Existen muchas heridas abiertas, sangrando, que no terminan de cicatrizar, pero existen también muchas perlas altamente preciosas, verdaderos tesoros, que continúan probando que la enseñanza de Jesús es perfectamente posible. Podemos, establecer relaciones gratuitas, libres, igualitarias, exentas de imposición o sumisión en todas las instancias de nuestras organizaciones. Aún estamos invadidas por un miedo mezquino a las pérdidas, olvidos y marginaciones, miedo a ser libres y a nos saber que hacer con la libertad. Jesús enseña el camino de generosidad, de confianza, de desprendimiento, de amor sin discriminación como el secreto de felicidad y de vida eterna. Lo que para nosotras debería ser considerado como camino normal, continúa aún siendo visto como una peligrosa aventura. Las cosas más importantes de la vida nos son dadas gratuitamente. A nosotras nos toca acogerlas, invertirlas y cultivarlas. La estrecha relación con la persona de Jesús toca también su misión. De hecho, Él llama discípulas y discípulos a su seguimiento, esto es, para acompañarlo en la misión. Así, la misión de Jesús se vuelve también misión de las discípulas y discípulos (Mc. 15, 40-41; Mt. 5, 13ss; Mt. 10,5ss; Mt. 25, 14ss; Jn. 17,13ss). La relación que Jesús establece con los discípulos implica dar testimonio de Él. De hecho, la primera oración cristiana fue el testimonio de Jesús y no la repetición de su oración (Lc. 24,48; Hch. 1,8.22; 2,32; 3,15; 5,32). Observando las narraciones del Evangelio y de la tradición de los Hechos de los Apóstoles se puede ver que los discípulos nunca consideraron a Jesús un jefe-maestro de escuela sino siempre el Señor que da la vida a los suyos. Así ellos no son los mantenedores de la tradición de Jesús, sí sus testigos. Esto se debe a la importancia de la comunión con Jesús, mas también a las actitudes que Él tomó en relación a la tradición. “Sígueme” (1,17) y “Vayan por el mundo entero” (16,15) son la primera y la última palabra de Jesús dirigida a sus discípulos. Toda la vida de ellos se sitúa dentro de estas realidades. La gracia que llama, sígueme, es la misma que compromete con la misión. Por amor a Cristo, el discípulo, la discípula, deja todo para un compromiso exclusivo con la persona de Jesús y la causa de Reino, poniendo por debajo todo lo que hasta entonces era fundamental. Podemos denominar esta nueva aventura del 34
discipulado como llamado de gracia para estar con Jesús y mandato gratuito para transformar el mundo.
BLOQUE 5 RELACIONES CONFLICTIVAS.
Constituciones
Mc. 11,1-13,32
Nos comprometemos en los distintos campos apostólicos con la promoción de la libertad, la paz y la justicia. Cultivamos el amor como actitud pedagógica y fomentamos la dimensión comunitaria mediante relaciones solidarias y fraternas. Const. Art. 29
Nuestro proceso de identificación con Jesús obediente nos hace partícipes de su libertad y su abandono confiado en el querer de Dios. Nos comprometemos a vivir relaciones de igualdad y servicio. Asumimos el desasimiento de nosotras mismas sabiendo que quien entra en la Compañía debe hacer cuenta de que ya no es suya, es toda de Jesús. Const. Art. 50
La Lectura Orante a partir del Evangelio de Marcos, como en los bloques anteriores, es desde la perspectiva de las relaciones, sobre todo, en las relaciones entre los seres humanos. Con seguridad, se puede experimentar que, en nuestra vidas, hay relaciones que congregan y liberan, que incluyen, relaciones interculturales, interreligiosas y relaciones que humanizan. Todo esto, sin embargo, no agota las posibilidades de relación para el ser humano. En este bloque iremos leyendo, estudiando, reflexionando, rezando textos que nos presentan relaciones conflictivas. El conflicto surge porque en la vida, delante del ser humano, delante de la religión existen posiciones divergentes y hasta opuestas. A veces, consideramos que una situación conflictiva sólo trae malestar, cerrazón. Pero hay algo constructivo en su dinamismo. Delante del conflicto, el ser humano necesita posicionarse. Uno de los pasos es reconocer los conflictos y nombrarlos. Es necesario aprender a lidiar con ellos y superarlos. En la vivencia del conflicto se van a dar confrontaciones, combates de ideas y tensiones. Hay algo saludable en esto. El ser humano, al lidiar con sus conflictos, se vuelve más consciente, más creativo, más libre, más feliz. En este conjunto de textos vamos a percibir las posiciones: por un lado, Jesús y sus discípulos, por el otro, las autoridades políticas y religiosas constituidas, o sea, los jefes de los sacerdotes, doctores de la ley, fariseos, saduceos y los partidarios de Herodes. La multitud queda perpleja y, encima de todo, admirada con la actuación de Jesús a favor de la libertad y de la vida. Él actúa con autoridad. Habrá demostraciones del uso de poder: aquel poder que domina y esclaviza y el poder que sirve y libera (11,27-33). Jesús actúa con autoridad delante de un poder político-religioso constituido que actúa con autoritarismo. En este contexto Jesús va a ser reconocido como: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” (11,9). Un conflicto serio y profundo va a ser destapado, por Jesús, sobre el uso del Templo: “¿Casa de comercio o Casa de oración para todas las naciones?” (11,17; Cf. Is. 56,7; Jr. 7,11)
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“¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarla o no?” (12,14). Estamos delante del conflicto: ¿Quién es nuestro Señor? ¿A quién servimos?
ENCUENTRO 14 RELIGIÓN: DOMINACIÓN O SERVICIO.
Jesús y sus adversarios van a tener controversias sobre los requisitos importantes de la religión: descubrir lo esencial en la vivencia religiosa, si hay resurrección de los muertos (12,19), cuál es el mayor de los mandamientos (12,28) y cuál es el origen del Mesías (12, 35-36)
Mc. 11,12-33 “¿Acaso no está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones?” (11,17)
En un mundo perturbado, cómo hacer el discernimiento y percibir que algo nuevo está siendo gestado. Jesús va recomendar que para no ser devoradas por conflictos es necesario estar vigilantes (13, 5-9)
I.
Recordar la vida. En las puertas de nuestras casas, por correo, por la TV, por Internet, y hasta en la Iglesia, estamos siempre siendo invitadas a comprar algún artículo religioso: Agua del río Jordán, estampa de Nuestra Señora de Fátima… Conversar sobre está situación. “Mi casa será casa de oración para todos los pueblos” ¿Nuestro iglesiatemplo es el lugar donde todos se sienten bien? ¿Cuáles serían las características de una iglesia-pueblo?
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 11,12-33 ¿Cuáles son los personajes que aparecen en las varias escenas del texto? ¿Qué conflictos aparecen? ¿Qué se dice de la higuera y qué representa? Los jefes de los sacerdotes y los doctores de la Ley buscan un modo de matar a Jesús ¿Hay motivos para tanto? ¿Cuáles? 2. Meditar la Palabra ¿Qué interpelaciones nos hace el texto? Nuestras casas religiosas ¿son lugares donde todas y todos son acogidas y acogidos y se sienten bien? ¿Qué posibilidades nos sugiere el texto para una vivencia más auténtica y profunda de la religión? 3. Compartir Compartir las luces recibidas para lidiar con los conflictos personales y comunitarios.
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SUBSIDIO 14
III. Rezar la vida.
RELIGIÓN: DOMINACIÓN O SERVICIO.
Cantos que nos inviten a ser Iglesia-Pueblo. Mantras apropiados Salmo 122, preferentemente cantado Rezar el texto de Jr. 7,1-11 Celebrar un acto penitencial sobre ciertas experiencias de Iglesia.
Jesús está acompañando a sus discípulos. Están volviendo de Betania para Jerusalén. Por el camino encuentran una higuera que Jesús maldijo. Llegan a Jerusalén y entran en el Templo. Jesús toma una actitud osada, valiente y un poco agresiva. Las autoridades religiosas reaccionan. Pedro entra en escena. No existe relación clara entre lo que Pedro dice y la propuesta de Jesús: “tengan fe en Dios“(11,22).
IV. Hacer. a. b. c.
Trabajar para disminuir el comercio en nuestras Iglesias. Preparar el próximo encuentro, cuyo texto será Mc. 12,28-34, que trata del mayor mandamientoLeer personalmente los textos.
La fuerza de la oración y el significado del perdón en nuestras vidas serán realzados. Muchos asuntos en un pequeño texto. ¿Cuál es la relación entre ellos? ¿Cuál es el centro del conflicto entre Jesús, los jefes de los sacerdotes y los doctores de la Ley? El texto puede ser dividido en cuatro partes: la maldición de la higuera (11,12-14), Jesús en el templo (11,15-19), la higuera seca (11,20-26), la confrontación con las autoridades (11,27-33). La escena central sucede en el Templo. Jesús está acompañado de los discípulos. La multitud está maravillada con sus enseñanzas. Los jefes de los sacerdotes y los doctores de la Ley quieren saber con qué autoridad Jesús actúa así. Ellos buscan un modo para matarlo. La higuera es destacada. Ella, como otros árboles, puede representar al pueblo escogido (cf. Jr. 8,13-17; Os. 9, 10-14); los higos muchas veces representan al pueblo del reino del sur (Judá) (Jr. 24,1-8). En este contexto de Marcos la higuera representa a los que tienen una fe frágil, tienen follaje de apariencia y no tienen frutos. La imagen dar muchos frutos o no dar frutos, es también aplicada al pueblo de Dios (Is. 5,1-7; 37,31; Ez. 17, 8-9.23). Muchas veces, en el Antiguo Testamento, la higuera es también asociada a la viña. Juntas representan al pueblo de Dios que da frutos o que perdió su fuerza (Dt. 8,8-10; Is. 34,4). El templo ocupa el lugar central del sistema socio-económico, político-religioso, controlado por la élite sacerdotal. El sistema del templo mantenía al pueblo sumiso mediante el cumplimiento de promesas y pago de tasas (Lv. 23; 27; Dt. 16,1-17). De esta forma la casa de oración de convierte en casa de explotación. Esta situación explica el gesto profético de Jesús (11,17), contra un culto falso, mentiroso, de buenos practicantes (Is. 1,11-17; Jr. 7,1-11; Zc. 14,21). Jesús citando a Isaías (56,7), va a llamar al templo “casa de oración para todos los pueblos” (11,17), mostrando así, aspectos de una religión auténtica. Los profetas ya se preocupaban por la tendencia que se encuentra en cada una de nosotras, de privatizar lugares, tiempos,
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objetos y personas sagradas. Muchas veces, en nuestras casas, iglesias u otros ambientes, sólo algunos puros pueden entrar. La universalidad del lugar sagrado, propuesta por Jesús, cuestiona nuestros apegos, apropiaciones y discriminaciones.
ENCUENTRO 15 EL AMOR, FUNDAMENTO DE LA RELIGIÓN. Mc. 12,28-34
En Juan, Jesús muestra la relatividad del lugar, de los objetos y de los tiempos sagrados y nos invita a “adorar a Dios en espíritu y verdad” (Jn. 4, 23-24). El lugar de adorara a Dios, el verdadero templo, es la persona humana (Jn. 2, 19-21).
“Amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos” (12,33)
“Tengan fe en Dios” (11,22). Jesús, caminando con sus discípulos, habla de la importancia de la oración hecha con fe (11,17.24-25). Marcos invita a su comunidad, de ayer y de hoy, a dejarse habitar por la oración y por su poder irresistible que transforma el mundo. Es bueno y saludable creer en la eficacia de la oración. Jesús inserta en el espacio, en el tiempo y en el contenido de la oración, el perdón. Delante de las exposiciones de Jesús las multitudes quedan maravilladas (11,18) y los jefes de los sacerdotes y los doctores de la Ley quieren saber con que autoridad Él actúa así y quieren matarlo (11,18.28).
I.
Recordar la vida. La curiosidad, la apertura, la conversación son caminos interesantes para la aproximación entre las personas con posiciones diferentes delante de la Religión. Asistimos, en estos tiempos, al surgimiento de un número grande de nuevas manifestaciones religiosas. En la misma religión cristiana – católica, hay multiplicidad de expresiones. Compartir las varias maneras de vivir la religión hoy y lo que consideramos esencial en una vivencia religiosa.
Constituciones Jesús se nos ha manifestado como el tesoro por el que vale la pena dejarlo todo para vivir en pobreza como Él. Confiadas en la providencia del Padre, queremos buscar en todas las cosas primeramente el Reino de Dios y su justicia. Asumimos el compromiso de estar del lado de los pobres en los que reconocemos al Señor y colaboramos en la transformación de las estructuras y realidades injustas y excluyentes. Const. Art. 51
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 12,28-34 Destacar las palabras claves del texto en relación a lo esencial en la práctica religiosa. ¿Qué hay de diferente en el doctor de la Ley, en relación a los otros opositores de Jesús, que ya vimos hasta ahora?
Fomentamos nuevos modos de vivir la pertenencia, corresponsabilidad y participación en la sociedad y en la comunidad eclesial. Establecemos relaciones recíprocas de solidaridad y cooperación a partir de nuestra vida y nuestra experiencia. Así participamos en la construcción de una nueva eclesialidad y una nueva ciudadanía. Const. Art. 64
2. Meditar la Palabra ¿Cuáles son las interpelaciones que trae este texto a nuestra vida fraterna? ¿Por qué el doctor de la Ley afirma que el amor es mejor que todos los holocaustos? ¿Qué le falta al doctor de la Ley para participar del Reino? 3. Compartir Compartir nuestros sentimientos frente a las leyes y normas de nuestra Congregación. Compartir las luces, los descubrimientos, las posibilidades en relación a nuestras prácticas religiosas.
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SUBSIDIO 15 III. Rezar la vida.
EL AMOR, FUNDAMENTO DE LA RELIGIÓN.
Himno al amor: 1Cor. 13, 1-13. Rezarlo con creatividad, cantarlo. A partir del Himno, hacer oraciones espontáneas dirigidas a Dios. Otra sugerencia rezar: 1 Jn. 3,11-24
Varias conversaciones, discusiones y controversias fueron sucediendo entre Jesús y sus interlocutores. Ahora es un doctor de la Ley quien se presenta. Jesús lo escuchó y apreció su respuesta. Parece un hombre de buena fe, sin intenciones maliciosas de las cuales hablan los otros sinópticos (Mt. 22,35; Lc. 10,25). En Marcos Jesús lo aprueba de manera sorprendente: “Tú no estás lejos del Reino de Dios” (12,34).
Procurar vencer barreras, superar mentalidades que no nos dejan centrar nuestra vivencia religiosa: en el amor, la justicia, y en la solidaridad Preparar el próximo encuentro con el texto: Mc. 13, 1-13, donde vamos a encontrarnos con los grandes desafíos del fin de un tiempo. Leer personalmente el texto y el subsidio.
La cuestión colocada es clásica entre los rabinos. Hay una multiplicación de prescripciones a partir de la Ley. Son 613 normas. Delante de este cuadro es muy legítimo interrogarse sobre cuál es el precepto fundamental.
IV. Hacer a. b. c.
La tradición rabínica había establecido un sistema jerárquico: para David, la ley se reducía a once prescripciones mayores (Sal. 15, 2-5), para Isaías seis (Is. 33, 15), para Miqueas tres (Mq. 6,8), para Amós dos (Am. 5,14) y para Habacuc a una sola: “el justo vivirá por su fidelidad” (Hab. 2,4). Jesús comienza por recordar las primeras frases de la oración que el judío rezaba a la mañana, a la tarde y al anochecer como una confesión de fe monoteísta. “Escucha, Israel…” (Dt. 6,4-5). Porque Dios es único, Él suscita y pide adhesión profunda y la más espontánea de todas las potencialidades de la persona humana: ¡el amor! El pasaje del Levítico invocada por Jesús ordena: “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Yavé” (Lv. 19, 18). Lo que se pide es una inserción real y activa. Marcos integra, en una sola fórmula, el singular y el plural. “El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos” (12, 31). Adjunta la apreciación personal del doctor de la Ley, que retoma el argumento de Jesús, con varias citas de la Escritura (Dt. 4,35; Is. 45,21) y afirma una superioridad del amor sobre la acción cultual (Os. 6,6; Am. 5,22.25). La originalidad de la respuesta de Jesús está en su manera de ligar íntimamente el amor a Dios y el amor al prójimo. Jesús aprueba al doctor de la Ley: El Reino de Dios está cerca. En el mismo grupo de los doctores de la Ley, profundamente hostiles a Jesús, desde el inicio (6,16: 3,22…), se encuentran personas abiertas a lo nuevo. Marcos hace de este encuentro un episodio feliz. Mas allá de las picantes preguntas y respuestas, hay un diálogo profundo. Estamos delante de un doctor de la Ley, particularmente abierto.
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El texto concluye diciendo que “ninguno se atrevía a hacer más preguntas a Jesús“ (12, 34). Esto no significa que el tiempo de las controversias esté cerrado, pues todavía hoy encontramos personas apegadas a las leyes, normas y costumbre, dejando para un segundo plano las relaciones personalizadas, basadas en el respeto y la acogida de las personas y de sus reales necesidades cotidianas.
ENCUENTRO 16 NO SE DEJEN ENGAÑAR. Mc. 13,1-13 “Pero antes, la Buena Noticia será proclamada a todas las naciones.” (13,10)
Constituciones I.
Seducidas por el amor de Dios, acogemos la invitación de Jesús a estar con Él y hacer nuestros sus intereses. Su Espíritu ensancha nuestro corazón de mujeres para amar y dejarnos amar suscitando en nosotras nuevos modos de relacionarnos y de contemplar la realidad, así como de asumirla e interpretarla. Nos disponemos a dar la vida que recibimos de Dios y nos hacemos solidarias con todos, en particular con los que sufren. Const. Art. 55
Recordar la vida. Jesús está enseñando en público. Alejado, habla a los discípulos más íntimos, Pedro, Santiago, Juan y Andrés, sobre la ruina del Templo y sobre las manifestaciones dolorosas en el mundo creado. Sería interesante preparar un panel, sobre el mundo de catástrofes, a través de recortes de revistas o periódicos. Compartir los sentimientos y reacciones que esos acontecimientos despiertan en nosotras.
La relación con Jesús nos dispone a abrirnos al don de la amistad y a manifestar nuestro amor a todos con gestos, palabras y actitudes de ternura y misericordia. La experiencia de vivir en castidad va fortaleciendo nuestra comunión y la entrega a la misión. Const. Art. 57
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 13, 1-13 Enumerar las situaciones difíciles por las cuales los discípulos van a pasar. Jesús invita a los discípulos a tener cuidado ¿De qué? ¿Por qué? 2. Meditar la Palabra Estamos delante de un texto dirigido a los discípulos. Destacar la idea que más provoca nuestra curiosidad. De las descripciones de la vida en el tiempo de la comunidad de Marcos ¿Cuáles son semejantes con las de nuestro tiempo? 3. Compartir. Las posibilidades que el texto nos apunta para vencer los miedos y la crisis que vivimos. III. Rezar la vida.
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Colocar en forma de alabanza las maneras nuevas que se están creando para generar nueva vida. Intercalar con una antífona de alabanza. Rezar el Sal. 46: “Dios está con nosotras”. Puede ser integrado en la Liturgia de las Horas de la comunidad.
Rezar o cantar “Quien nos separará” – Rm. 8, 31-39.
SUBSIDIO 16
IV. Hacer a.
b. c. d.
NO SE DEJEN ENGAÑAR Delante de tantos sufrimientos y catástrofes, las personas quedan, muchas veces, paralizadas. Otras van haciendo brechas. Van abriendo senderos en medio del bosque. Los pasos que son necesarios dar: conocer personas, organizaciones que están proponiendo nuevos proyectos para recrear la vida. Insertarse en organismos que están buscando otro mundo posible. Participar e invitar a otros a participar de grupos de reflexión sobre las cuestiones mundiales y búsqueda de nuevas salidas. Las acciones transforman. Leer personalmente la introducción al bloque 6 y prepara el próximo encuentro – Mc 14, 1-9: en Betania, en la casa del leproso la mujer da una lección de auténtico discipulado.
Los estudios bíblicos afirman que estamos delante de uno de los pasajes más difíciles del Nuevo Testamento. Se puede decir que el capítulo 13 constituye una especie de testamento del Señor, elaborado en base a un Apocalipsis judío. Es el segundo discurso de Jesús en el Evangelio de Marcos. El primero está en el capítulo 4. El movimiento apocalíptico nació en el segundo siglo antes de Cristo, como un mensaje portador de esperanza en medio de una profunda crisis. Entre nosotros, la mayoría de las veces, el Apocalipsis es considerado como algo negativo. Con la ayuda de imágenes muchas veces terribles, muestra el mal volviéndose contra la tierra. En este contexto de maldad sin fin, Dios interviene. ¡Es tiempo de salvación! Todo el cuadro de dolor, de sufrimiento así descritos, tienen por finalidad hacer surgir una palabra llena de esperanza, dirigida a los que sufren (13,7) Forma parte del estilo apocalíptico acumular los males, las catástrofes de la Historia: guerra, cataclismos de la naturaleza, terremotos, hambruna. Todos estos males no quieren afirmar la agonía de un mundo antiguo, sino la gestación de un mundo nuevo. Así se expresaban varios profetas: “Retuércete y sufre, hija de Sión, como una parturienta, porque ahora vas a salir de la ciudad y habitarás al descampado. Tú llegarás hasta Babilonia y allí serás liberada; allí el Señor te redimirá de la mano de tus enemigos.” (Mq. 4,10). Marcos describe las persecuciones religiosas. Se dirige a los cristianos perseguidos, tal vez de Roma. Ellos son experimentados en ella. Este tipo de sufrimientos ofrece, a los cristianos, ocasión de testimoniar su fe. El Espíritu Santo será una presencia preciosa (13,11; cf. Jn. 14, 16-17). Ser cristiano en esta época, provoca divisiones hasta en las familias. Hay violencia por todos lados y de todas las maneras. El mal toma proporciones de una catástrofe universal. Jesús advierte que, en tiempos de crisis, es necesario tener cuidado, mucho cuidado, prestar mucha atención (13, 5.9.23.33). El primer peligro es que las personas usen la crisis en provecho propio, manipulando a los desprevenidos. El segundo es que las personas pueden demonizar la crisis, volviéndose poderosa y absoluta. ¡La crisis es la culpa de todo! El tercer peligro es que la crisis puede acabar con la esperanza de las personas, creando en ellas un sentimiento de desánimo y parálisis. Un cuarto peligro es
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el de la bipolarización: lo mejor, la verdad, lo cierto, lo sagrado, la luz… por un lado y el mal, la mentira, el error, lo profano, las tinieblas… por otro. Leyendo las señales de los tiempos, hoy, se verifica que estamos viviendo un tiempo apocalíptico. La crisis se instaló. Parece que el mal va vencer. ¡Mucha gente desanimada! Pero, como en el tiempo de las comunidades de Marcos, hay una gestación de nuevos modos de relacionarse (13,8). Dios está presente en la Historia. Es el Señor absoluto del tiempo. La felicidad del ser humano es siempre la última palabra del Apocalipsis. Constituciones Vivimos la misión educativa en pluralidad de formas y presencias. La realizamos en la escuela y en otros ámbitos, reconociendo el desafío que nos presenta el mundo de la comunicación. En el discernimiento de nuestras presencias y obras tenemos como criterio ir donde más peligran los intereses de Jesús. Estamos dispuestas a entregar nuestra vida allí donde seamos llamadas a construir el Reino Const. Art. 32
Nuestra vocación a vivir la experiencia de Dios nos ayuda a descubrir su rostro en las religiones no cristianas y nos compromete a dialogar con actitud de humildad y libertad de espíritu con personas de otras creencias y con quienes no profesan convicción religiosa alguna. Const. Art 63
BLOQUE 6 LA FUENTE DE LAS RELACIONES. Mc. 14,1-15,39 Para que puedan surgir nuevas relaciones es necesario que las antiguas mueran: “Por eso ninguno pone vino nuevo en odres viejos… ¡A vino nuevo, odres nuevos!” (2,27). Sólo resucita quien muere: perder la vida para ganarla (8,34-35) Como vimos en los bloques anteriores, los discípulos aún no están en condiciones de comprender la nueva lógica de vida, no están listos para vivir según relaciones nuevas, o sea, maneras nuevas de relacionarse con las personas. Con los bienes materiales y hasta con el propio Dios. Sus corazones están todavía endurecidos por la ideología religiosa - fermento de los fariseos – y por la ideología política – levadura de Herodes – (8, 14-21). Ellos no piensan ni actúan según los nuevos criterios del Evangelio y sí, según los viejos esquemas y criterios de la sociedad dominante. Por eso, cuando viene la hora del conflicto final, ellos no tienen fuerza, convicción, fe robustecida suficientemente para enfrentar los desafíos. Entonces las relaciones, aún frágiles, que Jesús intentó establecer con ellos, a lo largo de los tres años de vida pública, se van a deshacer, reventar. Jesús va quedar solo, roto, en la peor de las situaciones humanas: una persona sin ninguna relación y, no solamente con sus semejantes, sino hasta con Dios: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (15,34). Para resumir esta situación dramática, Marcos usa un verbo griego muy fuerte: “ektambisthai”, que significa “desmantelar” (14,33). Los capítulos de este bloque forman la parte del Evangelio llamada pasión, muerte y resurrección de Jesús. Se abre con una cena en casa de Simón, el leproso. Una mujer unge a Jesús con perfume carísimo, anticipando así su sepultura (14,8). La narración nos remite, por lo tanto, al fin del libro (16,1). Jesús es ungido como ReyMesías, pero lo será plenamente por su pasión, muerte y resurrección. Sigue con otra cena, está más íntima, y al mismo tiempo más trágica. Jesús anuncia, a un sólo tiempo, la traición de Judas y la negación de Pedro (14, 17-31). Ya estamos asistiendo a la ruptura de las relaciones. Esta situación continúa en le Huerto de los Olivos cuando los tres discípulos elegidos por Jesús para rezar con Él, duermen (14,32-42). Entonces el evangelista nos narra la prisión de Jesús, su comparecencia delante del Sanedrín (14, 53-65) y de Pilatos, su condenación a muerte (15, 1-15). Acompañemos a Jesús en el camino al Calvario (15,20b-22) y revivamos su crucifixión y muerte (15,23-37). Es este momento en que el velo del templo se rasga (15,38) y
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desvela para todos la fuente de la verdadera relación: la presencia divina, la comunión trinitaria en la cual somos invitadas a insertarnos.
ENCUENTRO 17 EL PRECIO DE LAS RELACIONES
No teniendo como profundizar todas estas escenas en este bloque, vamos a profundizar un poco en la siguiente cuestión: como las relaciones se van deshaciendo. Pero descubriremos también la fuente verdadera y única que puede permitir relaciones nuevas. Es la primera relación que debe ser establecida o, mejor dicho, ella es la relación auténtica que da verdad y sinceridad a todas las otras. En el primer día de la semana resuena la buena Nueva: “Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí…Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que Él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como Él se lo había dicho” (16,6-7).
Mc. 14,1-9 “donde se proclame la Buena Noticia, en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo” (14,9) I.
Recordar la vida. En el texto que vamos a meditar y rezar, Jesús es evaluado a precio de dinero, de diferentes modos: para los sacerdotes y Judas, Él vale 30 monedas, recordando así el texto del profeta Zacarías (11, 12-13). Para la mujer, Jesús vale 300 denarios de perfume. En nuestra sociedad las personas también son tasadas a precio de dinero. Ellas son vistas, consideradas muchas veces por lo que producen, por las apariencias y por las relaciones que establecen. Compartir casos que revelan está situación. Compartir nuestra forma de apreciar a las personas.
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 14, 1-9 Lectura personal para interiorizar la Palabra. Lectura comunitaria para oír la Palabra. ¿Dónde está Jesús? ¿Qué significa esto? ¿Cuál es la actitud de la mujer en relación a Jesús? ¿Cuál es la actitud de los presentes en relación a la mujer? 2. Meditar la Palabra. ¿Qué significa en nuestra vida, “quebrar el vaso de perfume” y ungir a Jesús? ¿Cuál es la relación que existe entre la unción de Jesús y la ayuda a los pobres? ¿Qué nuevas relaciones el texto nos provoca a construir? 3. Compartir ¿Para quién quebramos nuestro frasco de alabastro con su perfume? ¿Cómo lo hacemos?
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Compartir las luces, los sentimientos y los descubrimientos que hicimos.
SUBSIDIO 17 “TENDRÁN SIEMPRE POBRES CON USTEDES”
III. Rezar la vida.
Ungirnos mutuamente con agua perfumada Rezar o cantar el Salmo 133: la unción o perfume agradable, es la convivencia fraterna.
IV. Hacer a. b. c.
Asumir un compromiso de revalorar nuestras relaciones. Preparar el próximo encuentro de LO: Mc. 14, 32-44. En el Huerto de la agonía Jesús experimenta la mayor de todas las soledades: no tener más ninguna relación. Leer personalmente los textos y el subsidio anteriormente.
En la casa de Simón, el leproso, la mujer unge a Jesús, dando todo lo que ella tenía de más precio. Jesús es acogido en esta casa de impuros (leproso, mujer…) por aquello que Él es: El Mesías Ungido. Solamente los reyes, los profetas y los sacerdotes eran ungidos. Los excluidos reconocen en Jesús al Enviado de Dios. Jesús ve en este gesto de la mujer una unción para su sepultura. La mujer anticipó la unción del cuerpo muerto de Jesús. De hecho, en el primer día de la semana, cuando las mujeres fueron a ungir el cuerpo del Señor, ellas no lo encontraron y, por eso, no pudieron ungirlo. Pero si no es ungido el cuerpo del Jesús histórico, hay otros cuerpos que deben ser ungidos: “Tendrán siempre pobres con ustedes”. Jesús da a los pobres el mismo precio que la mujer le dio, esto es, ¡todo! Sabemos que la reflexión de Jesús es tomada del libro del Deuteronomio (15, 1-11). La orientación dada por Dios al Pueblo de Israel es que no debe haber pobres en medio, porque recibirán todo lo que ellos necesitan a fin de que nada falte a ninguno. En el día en que un único pobre aparece en una única ciudad de Israel, será señal de que la Alianza fue rota. Pero siempre habrá pobres porque siempre habrá calamidades: inundaciones, sequías, terremotos o personas con deficiencias físicas o mentales. Entonces, la solidaridad siempre deberá funcionar. Hoy nosotras no tenemos más al Jesús histórico, humano, tangible, sí Él está presente en la persona de los empobrecidos (Mt. 25, 34-40). En Marcos 14,3-9, estamos delante de dos sistemas económicos de valoración de las relaciones: el sistema de gratitud, representado por la mujer y el sistema del mercado/dinero, representado por los sacerdotes y por “algunos de los presentes”. La mujer, en auténtico discipulado, eligió la gratitud, la donación total para expresar el precio de su relación con Jesús. Esta es la Buena Nueva que no puede ser olvidada. Por eso este Evangelio será proclamado en toda la tierra y se hará memoria de ella. La mujer, sin nombre, por su acción, es el retrato perfecto de la discípula, del discípulo, que reconoce en Jesús de Nazareth, al Cristo, al Mesías-Ungido y lo proclama por su relación de donación total. “Les aseguro que allí donde se proclame la Buena Noticia, en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo” (14,9)
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ENCUENTRO 18
Constituciones
LA EXPERIENCIA DE LA SOLEDAD.
…El seguimiento de Jesús pobre nos pide actitudes de desasimiento y hacernos pobres, ponernos del lado de los excluidos y participar en procesos de liberación, en especial de la mujer Const. Art. 3
Mc. 14,32-44 “¿No has podido quedarte despierto ni siquiera una hora?” (14,37)
En la relación con Jesús estamos llamadas a realizar un proceso afectivo integrador que nos va llevando a compartir sus sentimientos y su pasión por el Reino. Así nuestra vida se va haciendo oración, y nuestra oración se va trasformando en vida. Jesús nos abre el camino de la vida teologal y nos posibilita vivir relaciones interpersonales animadas por el amor, el desasimiento y la humildad. Para vivir este proceso de relación con Jesús necesitamos tiempos prolongados de encuentro con Él. Dedicamos cada día por lo menos una hora a la oración personal. Los ejercicios espirituales anuales son para nosotras espacios de búsqueda del querer de Dios. Const. Art. 39
I.
Recordar la vida. Jesús llega al lugar llamado Getsemaní, lugar de la molienda que servía para triturar las aceitunas y producir aceite. Y Allí Jesús va a quedar sólo. Él va a ser triturado por el dolor, por el sufrimiento físico, psicológico, espiritual y no hay nadie para acompañarlo. Todos lo abandonarán. ¿Ya encontramos personas aisladas, abandonadas, personas que no son miradas por nadie? Podemos contar algunos casos y compartir entre nosotras. Y, nosotras mismas, ¿ya pasamos por estas experiencias de necesitar de alguien y de encontrarnos solas, sin nadie que nos ayude? Compartir la experiencia.
II. Iluminar la vida 1. Leer el texto de Marcos 14, 32-44
Lectura comunitaria para oír juntas la Palabra. Cada participante lee en voz alta el versículo que más le tocó. ¿A quién Jesús lleva consigo para permanecer orando una hora con Él? ¿Cuándo también estos tres fueron elegidos entre los otros y para qué? ¿Qué relación estos acontecimientos tienen entre sí? ¿Cuál es la oración de Jesús y cuál es su estado psicológico y espiritual?
2. Meditar la Palabra
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En relación al discipulado, ¿Qué puede significar la actitud de los tres apóstoles? ¿Cuál es la relación de Jesús con el Padre? ¿Cómo es nuestra relación con lo divino?
3. Compartir
SUBSIDIO 18
Compartir las reflexiones y las inspiraciones que el texto suscitó en nosotras.
PERSEVERANCIA Y FIDELIDAD “Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap. 2,10).
III. Rezar la vida.
Con fotografías o figuras de revistas, crear un ambiente de oración por las personas sufridas e aisladas. Escoger un Salmo de súplica, por ejemplo el Salmo 22 ó 31 ó 35. Leer lentamente el Salmo y parar en los versículos que expresan el sufrimiento, el dolor, recordando momentos de la pasión de Jesús y la pasión de las personas de hoy. Terminar con una oración espontánea y personal de intercesión por todas, todos los que sufren sin nadie a su lado, sin ninguna relación.
IV. Hacer a. b. c.
Asumir un compromiso de solidaridad con personas abandonadas, aisladas, por ejemplo, visitar a un enfermo, a una persona anciana y sola. Ir hasta el hospital y buscar el pabellón de enfermos terminales. Preparar el próximo encuentro de LO. El texto es Mc. 15, 33-39. En el rasgar del velo del templo descubrimos la presencia humanodivina, fuente y garantía de todas las relaciones nuevas, construidas en el Espíritu de Jesús.
Los tres discípulos son los mismos que fueron escogidos para testimoniar la resurrección de la hija de Jairo (5, 37) y la transfiguración del Maestro, en la montaña (9,2). Ahora ellos, son invitados de nuevo, pero no van a presenciar el sufrimiento del Maestro, su desfiguración, porque duermen. La oración de Jesús es un verdadero combate espiritual. Es bueno notar que es la única vez que un evangelista nos informa que la oración de Jesús era una súplica al padre: ¡Abbá! ¡Papito!. Es el momento en que Jesús se siente sólo, “mi alma siente una tristeza de muerte” (14,34). Como ya vimos en la introducción de este sexto bloque, Él está desmantelando, desarticulando. Ningún de sus apóstoles fue capaz de acompañarlo en la hora más trágica de su vida. Los discípulos que Él agrupó a su alrededor, en el intento de formar una nueva familia (3,31-35), crear nuevos lazos, nuevas relaciones, van a alejarse poco a poco, uno por uno. El primero fue Judas, que lo traicionó (14,1011). Ahora son los tres que están dormidos, más tarde será Pedro que va a renegar de su seguimiento de discípulo (14,66-72). La pequeña comunidad de los apóstoles (3,14) va fracasando, las relaciones comunitarias se rompen. Al llamar a Pedro por su nombre original Simón, Jesús manifiesta que el discípulo ya rompió con el discipulado, volviendo a lo que era antes. Solamente después de la resurrección es que el Ángel pedirá a las mujeres que lleven la Buena Nueva a Pedro y a los demás discípulos. ¡Es posible formar el nuevo discipulado! Seguir a Jesús no es fácil. Grande es la tentación de desistir o reducir la fuerza del testimonio. Por tres veces, Él anunció su pasión y muerte, pero en las tres veces los discípulos no entendieron nada (8,31-33; 9, 30-32; 10,30-40). Como Jesús es necesario ir hasta el fin (Jn. 13,1). Él es el testigo fiel (Ap. 1,5; 19,11). Él es el amén de todas las promesas del Padre (2 Cor. 1,19-20). Él nos abre el camino y nos incentiva con su ejemplo (Hb. 12,1-4). Necesitamos caminar en la perseverancia y en la fidelidad. Aquí sería interesante retomar un episodio que solamente Marcos narra, el del joven que huye en el Huerto de Getsemaní. Muchos comentaristas ven en él al propio evangelista, pues él es el único que narra este hecho. Pero ¿no tendrá detrás un mensaje mayor y más profundo?
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ENCUENTRO 19
Vamos a retomar la escena. El joven está enrollado en una sábana. La deja en manos del soldado y huye desnudo (14,51). La misma palabra sábana (sudario) va a volver al fin del capítulo 15 cuando se trata de sepultar el cuerpo desnudo de Jesús. En la mañana de la Resurrección el Ángel estará vestido con unas vestiduras blancas y anunciará la Buena Nueva del triunfo de la vida sobre la muerte.
NUEVAS PERSPECTIVAS SE ABREN. Mc. 15,33-39 “En ese momento, el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.” (15,38)
Sabemos que el Bautismo es el sacramento pascual por excelencia (Rm. 6,3-4). Cuando todavía se bautizaba por inmersión, sumergiendo por completo a la persona en el agua, se quitaban las vestiduras del bautizado. El sumergirse en las aguas significaba el sumergirse en la muerte y en la resurrección con Jesús. Al salir del agua el nuevo bautizado era revestido de vestiduras blancas, color de la victoria y símbolo de una vida nueva. Hoy en la ceremonia bautismal se dejó el rito de la vestidura blanca.
I.
Recordar la vida. El texto que vamos a meditar y rezar relata los últimos momentos de la vida terrestre de Jesús. Muriendo en la cruz, se abrirán nuevas perspectivas, pues con la entrega total de Jesús, el velo del Santuario se rasga y se puede, entonces, reconocer la presencia de Dios en el Crucificado: “¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!” (15,39). ¿Conocemos hechos en que personas mueren y esa muerte hace descubrir otros aspectos de la vida y de la realidad? Vamos a compartir. ¿Ya asistimos a la muerte de alguien que por su muerte revela ser una persona diferente de aquella que todos pensaban que era?
Así el joven desnudo, en le Huerto de los Olivos, puede también ser una imagen del discipulado. Es necesario dejar la sábana de la muerte, para resucitar con Jesús y revestirse de las vestiduras blancas de resurrección. En el libro del Apocalipsis, los elegidos, los que vienen de la gran tribulación, son también revestidos de vestiduras blancas, que ellos lavaron en la sangre del Cordero, esto es, pasando por el mismo camino de pasión y muerte (Ap. 7,1-14). Y ahora viven la ciudadanía plena.
II. Iluminar la vida.
Ser discípulo de Jesús exige perseverancia y fidelidad. Es de a poco y en las circunstancias de la vida que los apóstoles van a descubrir lo que significa ser discípulo. Ellos no son seguidores de un Maestro glorioso y poderoso, sí de un Maestro que se hace voluntariamente Siervo y un Siervo sufriente (10,45).
1. Leer el texto de Marcos 15, 33-39
Constituciones Convocadas a vivir con Jesús que nos revela al Padre somos conducidas por el Espíritu a conformar nuestra vida con la de Cristo y hacerlo todo en unión con Él. Para recorrer nuestro itinerario de experiencia de Dios, Enrique de Ossó nos ofrece la vida y el magisterio de Teresa de Jesús. Con ella aprendemos a orar y a vivir el misterio de la Iglesia como cuerpo de Cristo en la historia. Const. Art. 37
2. Meditar la Palabra
Nuestro encuentro con Jesús en la oración tiene su fuente en la Palabra de Dios y en la historia. Nos dejamos interpelar por la Palabra que nos enseña a hacer una lectura creyente de la vida y nos capacita para vivir nuestro apostolado de la oración. Const. Art. 40
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Leer el texto personalmente. Después de la lectura contar un mantra. Repetir frases o palabras que más nos llamaron la atención. ¿Cuáles son los diversos hechos que marcan los últimos momentos de la vida de Jesús? ¿Qué significa que el velo del Santuarios se rasgó de arriba hasta abajo?
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Recordar otros momentos en la vida de Jesús en que se rasgó algo. Buscar la relación que existe entre estos diferentes hechos. ¿Cómo y cuando experimentamos que se rasga algo en nuestra vida? ¿Qué significa, para nosotras, la confesión de centurión en la hora de la muerte de Jesús?
3. Compartir
SUBSIDIO 19
Compartir los sentimientos y los descubrimientos hechos a partir del texto que estamos rezando.
III. Rezar la vida.
Disponemos el lugar del encuentro de tal manera que todas nos veamos. Se puede colocar la Biblia en el centro u otro símbolo que represente la presencia de Dios (cirio pascual, fuego, ícono …) Cada participante hace una oración al Dios de Nuestro Señor Jesucristo. Al final se puede hacer un gesto que exprese la cercanía del trono de Gracia, del cual habla la carta a los Hebreos (Hb. 10, 21-22).
IV. Hacer a. b. c. d.
Asumir un compromiso de interiorizar más nuestra relación con el Padre, por Jesús, según la inspiración de su Espíritu. Comprometerse a descubrir una manera de orar más personal, libre de fórmulas hechas. Preparar el próximo encuentro de LO: Marcos 16,1-8. El anuncio de la resurrección del crucificado. Leer el texto y la introducción al Bloque 7
DIOS NO PERMANECE ESCONDIDO, ¡ÉL ES NUESTRO PADRE! Desde el medio día hasta las tres de la tarde, hubo tiniebla en la ciudad. Esta era una de las señales de la venida del Día del Señor (Am. 5,18). Mas ninguno supo interpretar, como Jesús había dicho a los fariseos: saben interpretar las señales de la naturaleza, pero no aquellas que vienen de parte de Dios. La religiosidad popular atribuía al profeta Elías la función de socorrer a los pobres y condenados. Los escribas enseñaban que Elías volvería antes de la llegada del Mesías… (9,9-13). Pero sobre todo enseñaban que la Ley de Dios era para ser obedecida y quien no la cumpliese sería castigado. Pero ya lo era, pues considerado como impuro, estaba apartado de la convivencia de la comunidad. Todo esto se daba en un sistema muy complicado de purificación de los pecados, mediante el pago de ofrendas o sacrificios. En el templo de Jerusalén había toda una jerarquía, tanto entre las personas como en los lugares que eran determinados para cada categoría de personas. Al fondo, cerca de las puertas, quedaba el patio de las mujeres, donde se encontraban los cofres para recoger las ofrendas (12, 41-44). Después venía el patio de los hombres, un poco más cerca del altar. Alrededor del altar y ofreciendo las víctimas de sacrificios, los sacerdotes. La entrada, el Santuario propiamente dicho, estaba cerrada por un inmenso velo, atrás del cual solamente los sacerdotes podían entrar para renovar el fuego del altar de los perfumes o presentar cierto tipo de ofrendas. Así Zacarías fue sorteado para ejercer estas funciones (Lc. 1,5). Una última sala, llamada Santo de los Santos, era considerada como el lugar de la presencia de Dios y solamente el Sumo Sacerdote podía penetrar en este lugar una vez por año, en la fiesta de las Expiaciones. Como podemos constatar, la misma jerarquía que existía ente las personas del Pueblo de Dios, existía también en los lugares ocupados por cada grupo. Esta voluntad de poner la mano en lo sagrado y de manipular a las personas por el lado religioso, viene de lejos. Ya el rey David, al querer traer el Arca de la Alianza para Jerusalén, demostró esta voluntad. Estando el Arca de la Alianza justo en el palacio, expresaba la presencia viva de Dios en medio de su pueblo. Al morir, Jesús destruyó todas estas pretensiones. Por eso el velo del Templo se rasgó. Ahora cualquiera tiene acceso a Dios (Heb. 10,21-22). Dios no queda más escondido, no precisa pasar por la mediación de una casta para llegar a Él. La relación con Dios se vuelve personal, directa, libre y liberadora. Como Jesús afirmó a la Samaritana: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad” (Jn. 4,23). El Espíritu de Jesús que recibimos del Señor es Espíritu de Libertad: “Donde
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está el Espíritu del Señor, allí está la libertad” (2 Cor. 3,17). Por eso mismo Pablo afirma en su carta a los Romanos: “No han recibido un espíritu de esclavos…, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios: ¡Abbá! Padre.” (Rm. 8,15)
BLOQUE 7 VIDA PLENA EN LAS RELACIONES NUEVAS Mc. 15,40-16,20
Damos culto a Dios cuidando y llevando a hermanos y hermanas a la vida plena. Reconociendo la presencia de Dios en los crucificados de hoy y luchando a favor de ellos, podremos glorificarlo, pues la gloria de Dios es que la persona viva (3,6; Lc. 13,10-17).
En el bloque anterior, vimos como las relaciones de todo tipo se fueron rompiendo. Mas la fuente de todas ellas fue restablecida, la auténtica relación con lo Divino. Cada una, es hija de Dios y puede, si quiere, acercarse, sin miedo, a su Dios y Padre. Esta es la relación que establece todas las otras en la verdad. Si somos hijas de Dios, entonces somos hermanas una de otras. La Resurrección de Jesús abre así un nuevo mundo y nuevas perspectivas para las relaciones humanas. Esta es la Buena Nueva que se debe proclamar, es el Evangelio de Dios (1, 14-15), que vuelve el Reino de Dios cercano a cada persona. Cada vez que las discípulas y los discípulos de Jesús viven sus relaciones de manera nueva, son testimonio del Reino y proclaman, por todas partes, que ¡otro mundo es posible!
Constituciones Nos sabemos convocadas a recorrer caminos de reconciliación y unidad con los hermanos de otras iglesias cristianas. Los reconocemos como discípulos de Jesús y compartimos con ellos nuestra experiencia de fe. Fomentamos el conocimiento mutuo y participamos en iniciativas y acciones que promueven el ecumenismo, la equidad y la dignidad para todos. Const. Art. 62
Si el cuerpo de Jesús no está más en el sepulcro, entonces su práctica también resucitó, está viva junto con Él. Todo lo que Él anunció y realizó, desde Galilea hasta la cruz, las discípulas y los discípulos han de hacer también, desde Galilea de todos los tiempos y de todos los lugares hasta la cruz, si fuera necesario. Es una misión que asusta, que provoca miedo y nos hace silenciar (16, 1-8). Para suavizar esta conclusión del libro de Marcos, fue agregado otro final, más feliz y prometedor de privilegios y alegrías, un final más triunfalista (16,9-20). Al terminar esta ruta de LO somos invitadas a pronunciarnos, a tomar una actitud: seguir el camino de Jesús u otro camino que nosotras mismas proyectamos. El camino de Jesús va de Galilea, de la marginación al Calvario, al de la donación total de sí mismo… El otro camino lleva, a través de señales y prodigios, al triunfalismo. Cada una escoge el camino que quiere seguir. Claro que la manera como Marcos quiso terminar su libro de Buena Nueva deja a los lectores un poco sorprendidos. Las mujeres quedan con miedo y no dicen nada a nadie. Pero si el libro existe y si hay lectores, es porque la Buena Nueva fue anunciada. A causa de este final un poco sorprendente, otro agregó más tarde el texto de Mc. 16,9-20. Invitamos a todas a leer estos versículos, considerándolos canónicos, pero no son objeto de un encuentro especial.
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En fin, es bueno saber que hoy los estudios de la Biblia concuerdan en afirmar que estos versículos no pertenecen a la obra original, lo que no significan que no son recibidos como inspirados y, por lo tanto, canónicos.
ENCUENTRO 20 RELACIONES NUEVAS A PARTIR DE GALILEA. Mc. 16,1-8 “Ha resucitado, no está aquí.” (16,6) I.
Recordar la vida. A veces nos es confiada una tarea que pensamos estar más allá de nuestras capacidades o fuerzas. Entonces tenemos miedo y estamos listas para desistir: “esto no es para mí”. Ni pensamos que quien nos eligió cree en nuestras capacidades y ve en nosotras cualidades que nos van a permitir realizar esta misión. Compartir las experiencias de miedo delante de una misión que nos fue confiada. Compartir las experiencias de Resurrección, hoy, en nuestras vidas.
II. Iluminar la vida. 1. Leer el texto de Marcos 16,1-8
Leer el texto personalmente Leer con atención y observar los verbos repetidos: Ver, decir, admirarse… Percibir como el texto está inserto en un contexto literario: - José de Arimatea compró - Las mujeres compraron - Envolvió el cuerpo - Fueron al sepulcro - Colocaron el cuerpo en el sepulcro - Para ungir el cuerpo - Corrió la piedra - ¿Quién nos correrá la piedra? Verificar el mirar de las mujeres en el Calvario (15,40), ellas miran de lejos donde depositan el cuerpo del Señor y como la piedra fue corrida y puesta frente al sepulcro.
2. Meditar la Palabra 65
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De mañana temprano, las mujeres van al sepulcro ¿Qué van a ver?
¿Existe una relación con lo que fue dicho de ellas en el Calvario? ¿Cómo se puede interpretar esto? ¿Cómo está vestido el Ángel? ¿Cuál es el mensaje que él tiene para las mujeres? ¿A qué recuerda su vestimenta? ¿Por qué las mujeres tienen miedo y no dicen nada a nadie?
3. Compartir
Retomar lentamente la lectura y saborear los descubrimientos hechos. Al final, alguna puede proclamar el texto en voz alta. ¿Cuál podría ser el mensaje del texto para la VRC hoy? Compartir los descubrimientos que despuntan sobre las nuevas relaciones.
III. Rezar la vida
Una mesa, un mantel blanco, flores, vela encendida, una vasija con agua. Cada participante puede compartir lo que a ella encontró más difícil en el seguimiento de Jesús y cómo la certeza en la Resurrección da ánimo y valor en la vida. Se pueden renovar las promesas del Bautismo, con la aspersión del agua o haciendo la señal de la cruz. Salmo 148: la alabanza de toda la creación redimida por Cristo Jesús.
IV. Hacer a. b.
Entablar una relación nueva con una persona o un grupo de personas que están en las galileas de la vida hoy (grupos marginados, despreciados, abandonados…) Preparar la celebración del próximo encuentro: ambiente, cantos, símbolos, tareas.
SUBSIDIO 20 “EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA” El mensaje central del texto de nuestra LO está en el versículo 6 del capítulo 16 “No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto”. En el contexto de una teofanía, contexto de lo divino, imágenes de vestiduras blancas, sentado a la derecha, una advertencia. “No teman”. El Ángel anuncia la Buena Nueva: ¡Jesús está vivo! El sepulcro vacío no es la prueba de resurrección, sí lo es el anuncio del Ángel. De este anuncio se constata el sepulcro vacío. La Resurrección es una revelación. Es obra divina y no hay como describirla sino por un género literario llamado “apocalíptico”. Por eso es preciso volver a Galilea, lo que no es novedad y sí obediencia a la Palabra de Jesús (14,28). Él va al frente y por lo tanto, es preciso seguirlo. Y seguir al Resucitado es rehacer el camino que Él recorrió, de Galilea hasta la cruz y así construir el Reino. Este mensaje es destinado a Pedro y a los demás discípulos. Pedro es de nuevo llamado por este nombre que lo identifica como discípulo. ¡No es más Simón! Las mujeres quedan asustadas por la fuerza del mensaje. Ellas, que acompañaron a Jesús hasta la cruz, saben muy bien lo que significa seguirlo desde Galilea hasta el Calvario. Son verdaderas discípulas (15,41). Realmente da miedo, pues va ser necesaria fuerza y coraje para enfrentar los conflictos que la construcción del Reino y la práctica de las relaciones nuevas van a suscitar. Recordémonos al joven que huyó desnudo del jardín de Getsemaní. (14,51-52) Es el discípulo libre de todas sus amarras y que entra en el camino del seguimiento a Jesús. Ahora él está revestido de blanco y anuncia la Buena Nueva: ¡El Crucificado resucitó! Él invita a rehacer el camino de Jesús de Galilea hasta la Cruz. No hay otro camino para la construcción del Reino. ¿Cuál será nuestra decisión? Este mensaje es tan importante que los primeros cristianos acostumbraron a hacer memoria de este día, el primero de la semana, según el calendario de la época, como el día de Resurrección. Los judíos obedeciendo la Ley (Torá), después de los seis días de trabajo, en el séptimo cesaban sus actividades. De esta manera recordaban el descanso del Creador (Ex. 20,8-11), como también la liberación de la esclavitud de Egipto (Dt. 5,12-15).
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Todos los evangelistas nos informan que la Resurrección de Jesús, el Crucificado, fue conocida y proclamada en el día primero de la semana. Ellos quieren decir que, con la Resurrección, una nueva creación comienza a surgir, un nuevo cielo y una nueva tierra y el Resucitado nos libera de toda esclavitud.
Caminamos confiadas porque un día veremos UN NUEVO CIELO Y UNA TIERRA NUEVA Caminamos mientras escuchamos la voz de Dios Que susurra en nuestro mundo en medio del ruido: “soís mi morada”.
Los seguidores de Cristo, principalmente los de origen pagano, comenzaron a dejar de guarda el día sábado y pasaron a reunirse en el primer día de la semana. Los cristianos llamaron este primer día de la semana día del Señor, en latín dies Domini que quedó en domingo.
El vive en medio de nosotras y nos acompaña Hasta que todos nos encontremos con El.
Para nosotros cristianos, el domingo no es el fin, sí el inicio de la semana, manifestando, así que estamos siempre entrando en lo nuevo. La Resurrección es la aurora de la nueva creación de Dios, cuyo principio es el Resucitado (Col. 1,15-20)
Sólo entonces disfrutaremos de la promesa que nos alienta: JESÚS DIOS CON NOSOTROS.
El cristiano vive el tiempo, realiza sus actividades a la luz de la Resurrección. Esto es lo que el autor del libro del Apocalipsis quiere recordar a los cristianos de todas las Iglesias, al describir desde el inicio de su libro la visión del Resucitado. Y fue en un día domingo que esta primera visión se presentó a Juan, el visionario de Patmos (Ap.1, 10).
Cuando el dolor y la pobreza nos haga tambalearnos La Palabra nos recuerda Que un día El enjugará toda lágrima Que ya no habrá cansancio ni muerte, Y que el dolor de tantas personas, también el nuestro Habrá pasado.
Al celebrar el domingo, somos convidadas a confirmar nuestro compromiso en el camino del Señor, renovando nuestra opción de vida y nuestra misión de construir relaciones nuevas.
Más allá del miedo nos atrevemos a reconocer que EL VA HACIENDO TODO NUEVO Y nos invita a beber gratuitamente Del manantial que hace brotar la VIDA, A la vez que sacia nuestra sed: LA SED DE RELACIONES que nos hagan sentir amadas y amar: La SED de creer que todos podemos convivir sin diferencias ni exclusión. En un mundo donde reine la justicia y la paz; La SED de sentir que todos somos parte de una humanidad reconciliada. Caminamos confiadas repitiendo: EL ES NUESTRO DIOS Y nosotras con toda la humanidad, SU MORADA Ap. 21, 1-6 (Documento XV Capítulo General).
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6. Compromiso.
ENCUENTRO 21
CELEBRAR LAS RELACIONES NUEVAS QUE SURGIERON DE NUESTRA LECTURA ORANTE DE LA PALABRA.
I.
Celebrar. Acercándonos con toda la libertad de hijas del Padre, pues por su muerte y resurrección Jesús nos acercó al trono de Gracia.
7. Canto de acción de gracias
1. Canto de alabanza y gloria
2. Momento penitencial
En el sepulcro fueron enterradas todas las falsas relaciones que hieren y lastiman. Fueron sepultadas las relaciones heridas con las cuales convivimos en la sociedad. Vamos a escribir en un papel aquellas relaciones que hieren a los otros y que más se encuentran en nuestra manera de actuar, en nuestra convivencia comunitaria y en nuestra misión. Podemos tirar estos papeles en un pote y después quemarlos. Canto penitencial.
3. Proclamación de la Palabra: Mc. 1,14-15. (Invitación a la conversión.) 4. Reflexión y compartir
Compartir lo que más me marcó de la lectura orante de Marcos. ¿En qué momento de todo el proceso me sentí más interpelada, llamada a cambiar el estilo de mis relaciones? Recordar un texto bíblico o una frase de los comentarios que realmente me toco en el fondo.
5. Vino nuevo en odres nuevos.
No podemos cambiar todo de una sola vez. Ahora cada participante elige una relación nueva que quiere privilegiar en su caminar. ¿Qué relación necesita ser nueva en mi vida? Escribir el nombre de esa relación en un trozo de cartulina y colocarla dentro de su Biblia o libro de horas, o en las Constituciones… un libro de uso diario para recordar siempre el compromiso.
Se puede simbolizar con vasos, representando nuestras vidas, nuestros corazones, en los cuales podemos derramar un poco de vino, el espíritu evangélico que cambia las relaciones. Este gesto manifiesta nuestra voluntad de conversión.
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Agradecer por todo lo que está lectura orante trajo de renovación. Agradecer por haber hecho esta lectura orante en comunidad.