BRIMONIDINA * MIRVASO (Galderma)

BRIMONIDINA * MIRVASO® (Galderma) RESUMEN La rosácea es una dermatosis inflamatoria crónica caracterizada por la aparición de eritema, telangiectasi

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TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN OCULAR INFANTIL CON COLIRIO DE BRIMONIDINA 0,2%
ARTÍCULO ORIGINAL ARCH SOC ESP OFTALMOL 2006; 81: 155-160 TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN OCULAR INFANTIL CON COLIRIO DE BRIMONIDINA 0,2% OCULAR HYPE

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BRIMONIDINA

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MIRVASO® (Galderma) RESUMEN La rosácea es una dermatosis inflamatoria crónica caracterizada por la aparición de eritema, telangiectasias, pápulas y pústulas en el área centrofacial, de etiología desconocida; de hecho, la variabilidad clínica de la rosácea sugiere la coexistencia de varios factores causales e incluso distintos mecanismos fisiopatogénicos implicados. El tratamiento actual de la rosácea es básicamente empírico y sintomático, y hasta ahora no se había autorizado ningún medicamento específicamente para esta indicación; en cualquier caso, los agentes más empleados son el metronidazol, el ácido azelaico y la tretinoína, todos en forma tópica, al menos en las formas no graves de rosácea. En cuadros más severos puede recurrirse a metronidazol o tetraciclinas por vía oral, así como a retinoides también por vía oral. La brimonidina es un agente vasoconstrictor que actúa como un agonista selectivo de los receptores α2A adrenérgicos, provocando una reducción del eritema superficial de las zonas donde se aplica localmente. Está estrechamente relacionada química y farmacológicamente con la clonidina y ha sido autorizada, en forma de gel para su administración tópica dérmica, para el tratamiento del eritema facial de la rosácea en pacientes adultos. Este tratamiento solo se dirige a uno de los síntomas de la rosácea, aunque ciertamente es el principal: el eritema facial. Éste tiene una relevancia notable para muchos pacientes, a los que, además de las molestias propias, provoca un aislamiento personal con consecuencias sociales y laborales en absoluto desdeñables. Bien es cierto que la respuesta al fármaco no es espectacular, pero incluso una pequeña mejora puede tener una repercusión sustancial para determinados pacientes. Parece razonable, por tanto, considerar al nuevo medicamento como una cierta innovación en un campo de la terapéutica que actualmente tiene un carácter fundamentalmente empírico y no muy satisfactorio.

ROSÁCEA La rosácea es una enfermedad propia de la edad adulta, manifestándose principalmente entre los 30 y los 50 años. En Europa se estima que el porcentaje de la población con rosácea es del 1,5-10 % y supone aproximadamente el 1 % de las consultas médicas dermatológicas. Es más frecuente en mujeres (3:1) y en personas de piel clara, aunque puede aparecer en personas de cualquier raza. En varones tiende a ser más grave, con mayor incidencia de complicaciones. Posiblemente, existe una predisposición genética para padecer rosácea, ya que hasta un tercio de los pacientes refieren una historia familiar positiva. Los factores de riesgo son el eritema solar crónico, el uso de corticoesteroides tópicos, la tendencia espontánea a la rubefacción, la genética y ser originario del norte o del este de Europa. Dado que la rosácea suele afectar al área facial supone un impacto psicológico, social y laboral considerable, hasta el punto de que hasta un 70 % de los pacientes refieren una pérdida de autoestima y de confianza en sí mismos, y un compromiso para sus relaciones profesionales por el impacto estético de la enfermedad (Barco, 2008). La rosácea afecta la nariz, las mejillas, el mentón, la frente y la glabela, siendo raras las lesiones extrafaciales, que se sitúan en áreas cutáneas proclives al daño solar, como las orejas, el escote, el cuello, la espalda y el cuero cabelludo. Los signos característicos son: eritema (transitorio o fijo), episodios de rubefacción, telangiectasias†, edema, pápulas y pústulas. Las lesiones se distribuyen simétricamente respetando la zona periocular y, a diferencia del acné, no presenta comedones. El aspec-

* La brimonidina está ya comercializada formando parte de varios medicamentos en forma tópica oftálmica (Alfadina®, Alphagan® y EFG), indicados para la reducción de la presión intraocular (PIO) en pacientes con glaucoma de ángulo abierto o hipertensión ocular, en monoterapia en pacientes en los que el tratamiento con betabloqueantes tópicos esté contraindicado o como tratamiento coadyuvante junto con otro medicamento indicado para reducir la presión intraocular cuando la PIO deseada no se consigue con un único agente. † Las telangiectasias o arañas vasculares son dilataciones locales de los capilares y de otros vasos sanguíneos superficiales de la piel, que dan lugar a manchas cutáneas de 1-4 mm de diámetro con bordes bien definidos y de color rojo intenso, que palidecen a la presión.

to clínico más relevante es el eritema central prolongado y, de hecho, se considera el principal criterio diagnóstico de la enfermedad. Actualmente, se definen cuatro subtipos clínicos de la enfermedad: Eritemato-telangiectásica: su aspecto más importante es la rubefacción. Los episodios suelen durar más de 10 minutos y pueden ser precipitados por determinadas sustancias, e incluso puede haber eritema persistente, telangiectasias y edema centrofacial. Pueden verse implicadas las orejas, el cuello y el escote y la piel tiene mayor tendencia a experimentar los efectos adversos locales de los preparados tópicos. Pápulo-pustulosa (clásica o enfermedad de Morbihan): se caracteriza por pápulas y pústulas en la región centrofacial, perioral, perinasal o periocular. El eritema central también está presente y no se observan comedones. El edema periorbitario puede ser la presentación inicial. Las telangiectasias son menos frecuentes que en la rosácea eritematotelangiectásica y los episodios de rubefacción son menos habituales e intensos. Fimatosa: es más característica de los varones, presentándose como pápulas o nódulos y engrosamientode la piel, con una acentuación de los orificios foliculares, que pueden contener tapones de sebo y queratina. Las telangiectasias nasales suelen ser frecuentes. Suele asentar en la nariz (rinofima), aunque se puede encontrar en el mentón (gnatofima), la frente (metofima), las orejas (otofima) o los párpados (blefarofima). Ocular: centrada en los párpados, la conjuntiva y la córnea, aunque habitualmente va acompañada de lesiones cutáneas. La afectación ocular puede preceder a la cutánea en un 20 % de los casos. Posiblemente, su incidencia está subestimada hasta el punto de que cerca del 60%de los pacientes con rosácea presentan signos oculares, especialmente blefaritis y conjuntivitis. En los períodos iniciales se puede apreciar un infiltrado inflamatorio perivascular superficial formado por linfocitos, telangiectasias e infiltrados de neutrófilos y linfocitos alrededor de los infundíbulos foliculares. En los estadios más avanzados los neutrófilos se acumulan intrafolicularmente y alrededor de los folículos se forman infiltrados con histiocitos epitelioides y linfocitos. En la dermis superior suelen encontrarse telangiectasias notables y en algunos pacientes es manifiesta la elastosis actínica. Es frecuente observar supuración, granulomas y fibroplasia. Se desconoce el mecanismo por el cual se produce esta enfermedad. De hecho, la variabilidad clínica de la rosácea sugiere la coexistencia de varios factores causales e incluso distintos mecanismos fisiopatogénicos implicados. Entre ellos, la alteración vascular (inestabilidad vasomotora) es uno de los más citados, por la importancia que tiene la rubefacción entre los síntomas de la rosácea; este mecanismo consiste en un aumento de la circulación sanguínea de la dermis superficial (vasodilatación superficial) como una respuesta exagerada a estímulos humorales y neurales. Sin embargo, no se han obtenido datos consistentes sobre la relación entre los signos clínicos y la concentración de sustancias vasoactivas como la sustancia P, el péptido intestinal vasoactivo, la serotonina, la gastrina, la histamina o las prostaglandinas. En cualquier caso, nuevos hallazgos sugieren una expresión aberrante de catelicidina, un aumento de la actividad proteolítica de la kalikreína 5 (KLK5) y una alteración de la expresión del TLR2 (toll-like receptor 2), potencialmente implicados en la producción de citocinas proinflamatorias en la piel de los sujetos con rosácea (Feldman, 2014). La posible implicación de la radiación ultravioleta (UV) responde a la preferencia de la rosácea por las áreas fotoexpuestas y el respeto por las fotoprotegidas, la mayor frecuencia en fototipos claros, el aumento de brotes durante la primavera, la poca afectación de la población joven y la presencia de elastosis actínica. Según esta hipótesis, el daño solar crónico provocaría una acumulación de proteoglicanos y una elastosis en la dermis, que afectaría al soporte estructural vascular y favorecería la extravasación de fluidos, proteínas y mediadores inflamatorios. Algunos datos apuntan a que la radiación UV induce la proteína activadora 1 de la matriz y los radicales libres (especies reactivas de oxígeno), que incrementan la actividad de las metaloproteinasas, implicadas en la degradación del colágeno. A pesar de ellos, hay datos contradictorios, algunos de los cuales no han constatado un aumento de la sensibilidad a la radiación UV con pruebas de foto-provocación, ni mayor historia de fotoexposición o de daño solar cutáneo.

Otros investigadores apuntan a la degradación de la matriz dérmica como responsable del proceso, en la que la lesión vascular precede a la alteración de la matriz, que es consecuencia de la extravasación de proteínas séricas, mediadores inflamatorios y desechos metabólicos de los vasos afectados, pero también se han referido datos contradictorios. Por su parte, la hipótesis de la infestación por Demodex folliculorum y Demodex brevis – un comensal habitual de los infundíbulos foliculares de la nariz y las mejillas – procede de la observación de una mayor prevalencia de infestación en pacientes con rosácea, así como la existencia de respuestas inmunitarias específicas, que podrían generar lesiones inflamatorias por hipersensibilidad retardada y granulomas. Sin embargo, en realidad se puede detectar Demodex en la práctica totalidad de los adultos sanos, por lo que las lesiones no se relacionan tanto con su presencia como con su densidad y localización extrafolicular. Se desconoce si la eficacia del metronidazol se debe a una respuesta inmunológica o a la generación de algún metabolito que actúe específicamente sobre Demodex, ya que éste sobrevive a altas concentraciones del metronidazol. Asimismo, tras cursos de tetraciclina oral con adecuada respuesta clínica no se ha observado una disminución en el número de Demodex entre los pacientes respondedores. Otras hipótesis etiológicas manejadas son la infección por Helicobacter pylori, apoyada por la asociación histórica entre la rosácea y algunas alteraciones gastrointestinales (por ejemplo gastritis o aclorhidria), la fluctuación estacional que comparten la úlcera gastroduodenal y la rosácea y la efectividad del metronidazol sobre ésta y sobre H. pylori; determinadas anomalías de la unidad pilosebácea, irritación por agentes externos (la amiodarona, los corticoides tópicos, las vitaminas B6 y B12 sí pueden inducir lesiones rosaceiformes). Lo que sí parece confirmado es la existencia de una predisposición genética para la rosácea, ya que existe una alta prevalencia de la enfermedad entre familiares (hasta un 40 % de los pacientes tienen un familiar afecto). El tratamiento de la rosácea es básicamente empírico y sintomático, debido al desconocimiento sobre su etiología; de hecho, hasta ahora no se ha autorizado ningún medicamento específicamente autorizado para esta indicación. En cualquier caso, los agentes más empleados son el metronidazol, el ácido azelaico y la tretinoína, todos en forma tópica, al menos en las formas no graves de rosácea. En cuadros más graves puede recurrirse a metronidazol o tetraciclinas por vía oral, así como a retinoides también por vía oral; en este sentido, la isotretinoína, empleada a la dosis de 0,5-2 mg/kg/día, ha demostrado ser eficaz en la rosácea, pero se asocia con efectos secundarios importantes. Debe tener muy presente que aunque los corticosteroides de aplicación tópica son extremadamente útiles en las lesiones inflamatorias de la piel, están contraindicados en la rosácea. El metronidazol es el fármaco más clásico y con mayor número de estudios en la rosácea, especialmente para la pápulo-pustulosa, en forma de crema, gel y loción a concentraciones del 0,75 o 1% con una o dos aplicaciones al día. Reduce el eritema en más del 50%, las pápulas en un 77% y las pústulas en un 80% a las 12 semanas. No se aprecian diferencias significativas entre el tratamiento con metronidazol tópico y oxitetraciclina oral a las 8 semanas. El metronidazol tópico consigue mantener el período de remisión tras un curso de tetraciclinas orales y es el único fármaco cuya utilización ha sido validada por estudios de hasta 6 meses de duración, estando recomendado como tratamiento de mantenimiento. Al 20% en crema y al 15% en gel, el ácido azelaico es efectivo en la rosácea pápulo-pustulosa, reduciendo el eritema, las lesiones inflamatorias y siendo una opción comparable o incluso mejor que el metronidazol. Al 20% es algo más efectivo que el metronidazol al 0,75% en la reducción de lesiones inflamatorias a las 15 semanas y, además, la respuesta terapéutica al ácido azelaico es ascendente durante 15 semanas, mientras que la del metronidazol consigue su máximo a las 8 semanas y no se aprecia una mejoría progresiva. Las tetraciclinas orales tienen una excelente y rápida respuesta en la rosácea pápulo-pustulosa, aunque las recidivas son frecuentes cuando cesa el tratamiento (50-60 % a los 6 meses) y no reducen el eritema ni las telangiectasias. Las dosis más frecuentemente empleadas son: tetraciclina 250-1.000 mg/día, doxiciclina 100-200 mg/día y minociclina 100-200 mg/día, durante 2-4 semanas, disminuyendo progresivamente cuando el cuadro mejora sustancialmente, hasta conseguir la cantidad mí-

nima que controla la enfermedad; esta dosis puede mantenerse durante meses. Estas dosis subantimicrobianas no parecen favorecen la resistencia antibiótica bacteriana (Pelle, 2004).

ACCIÓN Y MECANISMO La brimonidina es un agente vasoconstrictor que actúa como un agonista selectivo de los receptores α2A adrenérgicos, provocando una reducción del eritema superficial de las zonas donde se aplica localmente. Ha sido autorizada, en forma tópica dermatológica, para el tratamiento del eritema facial de la rosácea en pacientes adultos. La aplicación tópica, en forma de gel al 5%, no se ha asociado con la acumulación orgánica del fármaco. La brimonidina es unas 1.000 veces más selectiva para los receptores α2A adrenérgicos que para los α1, con mínimos efectos sobre otros tipos de receptores adrenérgicos o de otro tipo. Desarrolla un potente efecto vasoconstrictor sobre los vasos subcutáneos humanos y, en particular, sobre aquellos con un diámetro inferior a 200 µm. En modelos neuroinflamatorios ex vivo (biopsia) de piel humana, la brimonidina ha demostrado ser capaz de inhibir completamente la vasodilatación inducida por capsaicina (Piwnica, 2014).

ASPECTOS MOLECULARES La brimonidina es un análogo estructural y farmacológico de la clonidina y de otros derivados de ésta, como la apraclonidina, con una gran selectividad hacia los receptores α2A adrenérgicos. Químicamente, corresponde a la 5-bromo-N-(4,5-dihidro-1H-imidazol-2-il)-6-quinoxalinamina.

EFICACIA Y SEGURIDAD CLÍNICAS La eficacia y la seguridad clínicas de la brimonidina en la indicación autorizada han sido adecuadamente demostradas mediantes dos ensayos clínicos de fase III, multicéntricos, multinacionales (Estados Unidos y Canadá), doblemente ciegos y controlados con placebo, con idéntico diseño metodológico (Fowler, 2013). Se realizaron sobre un conjunto de 553 pacientes (260 + 293, según intención de tratar) con diagnóstico clínico de rosácea y eritema facial moderado o grave (con un grado de al menos 3 en las escalas CEA y PSA‡). Más del 70% de los pacientes eran mujeres, mayoritariamente entre 45 y 50 años y casi exclusivamente de raza caucásica. Los pacientes fueron aleatoriamente asignados a ser tratados tópicamente y una vez al día con gel de brimonidina al 5% o placebo (el mismo vehículo del medicamento activo) durante cuatro semanas. Como variable primaria de eficacia se determinó el porcentaje de pacientes que experimentaron una reducción de al menos 2 grados, a las 3, 6, 9 y 12 horas después de la aplicación, del día 29 del estudio. Como variable secundaria se estableció el porcentaje de pacientes que experimentaron una mejora de al menos 1 grado en los 30 primeros minutos postexposición el primer día de tratamiento y como variable terciaria el porcentaje de aquellos que experimentaron al menos un grado de mejora el último día (29). Los resultados mostraron que en el primero de los estudios el porcentaje de pacientes que experimentaron una mejora de al menos dos grados el último día de tratamiento (29) fue del 22,8-31,5% (entre las 3 y las 12 horas tras la aplicación) con brimonidina vs. 8,6-10,9% con placebo (OR= 3,750; IC95% 2,100 a 6,695; p< 0,001), y de 21,1-25,4% vs. 9,2-9,9% (OR= 2,947; IC95% 1,687 a 5,148; p< 0,001) en el segundo. Considerando exclusivamente a los pacientes con CEA o PSA basal de 4, los resultados agregados de ambos estudios mostraron tasas de respuesta del 21,5-22,8% vs. 4,8-9,5% (p= 0,003). Por su parte el porcentaje de pacientes que experimentaron una mejora de al menos un grado durante los primeros 30 minutos tras la aplicación del medicamento el primer día fue del 27,9% vs. ‡

La CEA (Clinician's Erythema Assessment) es la escala de evaluación clínica del eritema, mientras que la PSA (Patient Self Assessment) es la escala de evaluación del propio paciente. Ambas están divididas en cinco niveles o grados.

6,9% con placebo (OR= 4,751; IC95% 2,220 a 10,168; p< 0,001) en el primer estudio, y de 28,4% vs. 4,8% (OR= 7,448; IC95% 3,256 a 17,037; p< 0,001) en el segundo. Finalmente, en cuanto a la variable terciaria, el porcentaje de pacientes que experimentaron una mejora de al menos un grado el último día fue del 56,7-70,9% vs. 29,7-32,8% con placebo (OR= 4,373; IC95% 2,783 a 6,872; p< 0,001) en el primer estudio, y de 53,5-71,1% vs. 39,4-40,1% (OR= 2,772;IC95% 1,835 a 4,187; p< 0,001) en el segundo. EL impacto global del tratamiento al final del mismo, valorado por los propios pacientes en una escala del 1 (mucho peor) al 7 (mucho mejor) presentó valores medianos de 5,0 vs. 4,5 en primer estudio y del 5,1 vs. 4,6 en el segundo. En un estudio de prolongación durante un año (Moore, 2014) incluyendo un total de 345 pacientes-año se comprobó que el efecto beneficioso se mantuvo durante todo el tiempo de tratamiento, sin disipación significativa y con similares perfiles de seguridad que los estudios de cuatro semanas. El perfil toxicológico relacionado con el tratamiento mostró una buena tolerabilidad por los pacientes, con tasas de incidencia de eventos adversos muy similares a la del placebo, con valores algo mayores en mujeres que en varones (24% vs. 17% en varones, y 36% vs. 31% en mujeres), aunque ninguno fue calificado como grave. Los eventos adversos más comunes potencialmente relacionados con el tratamiento fueron eritema (4,0% vs. 1,3% en mujeres y 1,2% vs. 0% en varones), prurito (2,4/2,5% y 2,0/1,3%), sensación de quemazón (1,6/0% y 0,8/0%) y rubefacción (1,6/0% y 0/0%). Solo un 0,9% vs. 0,6% de los pacientes abandonar el tratamiento por eventos adversos relacionados con el mismo.

ASPECTOS INNOVADORES La brimonidina es un agente vasoconstrictor que actúa como un agonista selectivo de los receptores α2A adrenérgicos, provocando una reducción del eritema superficial de las zonas donde se aplica localmente. Está estrechamente relacionada química y farmacológicamente con la clonidina y otros análogos de ésta. Ha sido autorizada, en forma tópica dermatológica, para el tratamiento del eritema facial de la rosácea en pacientes adultos. La brimonidina estaba previamente comercializada en España en forma de solución para administración tópica oftálmica para la reducción de la presión intraocular en pacientes con glaucoma de ángulo abierto o hipertensión ocular. Los datos clínicos procedentes de los estudios pivotales muestran una significativa superioridad del gel de brimonidina al 5% sobre el placebo, produciendo una mejora de dos grado al final del tratamiento en el 25-30% de los pacientes frente al 9-10% con placebo, a lo largo de todo el día y desde el primer día de tratamiento. Porcentajes que ascienden al 55-71% vs. 30-40% considerando la mejora de solo un grado en la escala CEA. Este efecto parece mantenerse durante, al menos, un año de tratamento, sin que se aprecia taquifilaxia, rebote o agravamiento. Las respuestas más intensas tienden a localizarse entre las 3 y 6 horas posteriores a la aplicación tópica del medicamento, aunque subsiste un efecto clínicamente relevante durante el resto del día con una sola aplicación diaria; en cualquier caso, la respuesta es rápida, ya que a los 30 minutos el efecto clínico es relevante (mejora de al menos un grado CEA) en un 28% con brimonidina vs. 5% con placebo. Aunque un significativo porcentaje de pacientes utilizaron también durante los estudios clínicos formas tópicas de metronidazol y/o ácido azelaico, no se realizó ningún análisis de los resultados ni el estudio fue diseñado para establecer la mayor o menor eficacia de la combinación con uno o ambos fármacos, pero sin que se detectasen problemas asociados. En cualquier caso, no existe un comparador directo para la brimonidina, entre otros motivos porque ningún medicamento ha recibido la autorización específica para dicha indicación. El gel de brimonidina al 5% parece ser bien tolerado por los pacientes, con un perfil de seguridad prácticamente superponible con el placebo, siendo los eventos adversos más comunes (1,2-3,3% y leves o moderados, en cualquier caso) el eritema facial (indistinguible entre el asociado al tratamiento o a la propia rosácea), rubefacción y sensación de quemazón. No se ha observado ningún agravamiento de las telangiectasias durante el tratamiento.

En definitiva, el tratamiento tópico con brimonidina solo se dirige a uno de los síntomas de la rosácea, aunque ciertamente es el principal: el eritema facial. Sin embargo, éste tiene una relevancia notable para muchos pacientes, a los que, además de las molestias orgánicas propias, provoca un aislamiento personal con consecuencias sociales y laborales en absoluto desdeñables. Bien es cierto que la respuesta al fármaco no es espectacular (menos de la tercera parte de los pacientes mejoran en dos grados en la escala CEA), pero incluso una pequeña mejora puede tener una repercusión sustancial para determinados pacientes. Parece razonable, por tanto, considerar al nuevo medicamento como una cierta innovación en un campo de la terapéutica que actualmente tiene un carácter fundamentalmente empírico y no muy satisfactorio.

BIBLIOGRAFÍA -

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Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Bot PLUS WEB. https://botplusweb.portalfarma.com/

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European Medicines Agency. Mirvaso. European Public Assessment Report (EPAR). EMA/116556/2014; EMEA/H/C/002642. http://www.ema.europa.eu/

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Fowler J Jr, Jackson M, Moore A, Jarratt M, Jones T, Meadows K, Steinhoff M, Rudisill D, Leoni M. Efficacy and safety of once-daily topical brimonidine tartrate gel 0.5% for the treatment of moderate to severe facial erythema of rosacea: results of two randomized, double-blind, and vehicle-controlled pivotal studies. J Drugs Dermatol. 2013; 12(6): 650-6.

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Moore A, Kempers S, Murakawa G, Weiss J, Tauscher A, Swinyer L, Liu H, Leoni M. Long-term safety and efficacy of once-daily topical brimonidine tartrate gel 0.5% for the treatment of moderate to severe facial erythema of rosacea: results of a 1-year openlabel study. J Drugs Dermatol. 2014; 13(1): 56-61.

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Piwnica D, Rosignoli C, de Ménonville ST, Alvarez T, Schuppli Nollet M, Roye O, Jomard A, Aubert J. Vasoconstriction and antiinflammatory properties of the selective α-adrenergic receptor agonist brimonidine. J Dermatol Sci. 2014 Apr 16. pii: S09231811(14)00082-6. doi: 10.1016/j.jdermsci.2014.04.002.

VALORACIÓN BRIMONIDINA MIRVASO® (Galderma) Grupo Terapéutico (ATC): D11AX. TERAPIA DERMATOLÓGICA. Otros preparados dermatológicos. Indicaciones autorizadas: Tratamiento del eritema facial de la rosácea en pacientes adultos. Condiciones de conservación y dispensación: -

C: Caducidad inferior a cinco años.H: Medicamento hospitalario

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R: Requiere receta médica

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EXO: Excluido de la oferta de la Seguridad Social

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MSP: Medicamento susceptible de publicidad al público

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NOCO: No congelar

Valoración global: INNOVACIÓN MODERADA. Aporta algunas mejoras, pero no implica cambios sustanciales en la terapéutica estándar. Novedad clínica: Mejora la eficacia clínica del tratamiento farmacológico estándar

COSTE DIRECTO DEL MEDICAMENTO

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Fármaco

Dosis

Brimonidina

1 aplicación/24 h

Considerando una aplicación de 1 g/día.

Coste mensual§ 56,20 €

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