Candidato: Jorge Paz. Tutor: Francesc Trillas. Universidad Autónoma de Barcelona. Departamento de Economía Aplicada

Competencia y estabilidad en el sistema bancario: una extensión del enfoque de Boone sobre medición de competencia a modelos de banca con riesgo endóg

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Competencia y estabilidad en el sistema bancario: una extensión del enfoque de Boone sobre medición de competencia a modelos de banca con riesgo endógeno

Candidato: Jorge Paz Tutor: Francesc Trillas

Universidad Autónoma de Barcelona Departamento de Economía Aplicada Junio 2014

Contenido del avance

1. Motivación 2. La medición de la competencia en el sector bancario 3. Marco teórico: el modelo de Boone 3.1. Miopía en las expectativas del riesgo 3.2. Expectativas autocumplidas Bibliografía

1. Motivación1

Las distintas funcionalidades de los sistemas financieros han sido analizadas a través de los conceptos de estabilidad y desarrollo financiero y de su interacción. El proceso por el cual el sistema se fortalece y diversifica la provisión de servicios a los distintos agentes económicos de manera efectiva y eficiente se denomina desarrollo financiero. Por otro lado, se denomina estabilidad financiera al ambiente preventivo en relación a que un número elevado de instituciones financieras se declare en insolvencia y/o quiebra, así como a las condiciones que eviten la interrupción significativa de servicios financieros claves en la economía. Existe cierto consenso respecto a que lo razonable es esperar que, alcanzado cierto umbral, la competencia generará incentivos perversos a incurrir en riesgos excesivos que conduzcan a aumentar la probabilidad de quiebra de bancos.

El objetivo del presente trabajo es el de tratar de dar una explicación teórica alternativa a la relación entre competencia y estabilidad en el sector bancario, para luego intentar estimar las posibles predicciones que se hubieren derivado. Para ello se propone en primer lugar utilizar un indicador fundamentado en el enfoque de estructura eficiente, en particular el propuesto por Boone (2008) como alternativa a los comúnmente utilizados. Se pretende encontrar un modelo de competencia en el que la estabilidad o riesgo de la industria este endógenamente determinada y de la que se puedan establecer algunas relaciones de interés a ser testeadas empíricamente. En este primer avance se presentan las dos aproximaciones que se vienen intentando implementar con este fin.

2. La medición de la competencia en el sector bancario

La discusión sobre el tema de la medición de la competencia en el sector bancario se ha realizado bajo las dos grandes corrientes de la teoría de la organización industrial: el enfoque estructural y el no estructural. La diferencia básica entre estos es el uso, o no, de medidas sobre la estructura de mercado al estimar el grado de competencia. A continuación se presenta una breve descripción de ambos.

En el enfoque estructural tenemos en primer lugar a la hipótesis tradicional, que asocia más firmas a una mayor competencia en precios y menos firmas a comportamientos menos competitivos. Esta relación está fundada en el paradigma estructura-conducta-desempeño (SCP). Dado que el

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Este documento contiene una primera presentación de la forma en que se viene aproximando al tema en cuestión, por tanto es muy preliminar.

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comportamiento estratégico de las firmas es difícil de observar, se estudia la relación entre la estructura de mercado y el poder de mercado o la performance registrados en la industria, usualmente medido como tasas de rentabilidad o a alguna aproximación del margen del precio sobre el coste marginal (PCM). Se supone que la conducta de las firmas, determinado por la estructura del mercado, define la performance de la industria.

Las medidas de estructura típicas son los índices de concentración y el número de empresas. Entre los índices de concentración utilizados con mayor frecuencia tenemos el ratio de concentración de las “ ” firmas más grandes (

) y el

, medidos usualmente con datos contables de los beneficios o

costos. La hipótesis central predice una relación positiva entre concentración y beneficios.

En segundo lugar tenemos la hipótesis de estructura eficiente (ES) que, como el enfoque SCP, predice una relación positiva entre concentración y beneficios. La diferencia radica en el origen de los cambios en los beneficios: la ES relaciona una mayor concentración a un incremento de la cuota de mercado de las firmas más eficientes, que tienden a obtener mayores beneficios en el tiempo. En este sentido, la estructura de mercado es definida endógenamente por la eficiencia relativa de los bancos. Por

tanto,

el

enlace

estructura

de

mercado-concentración

se

sustituye

por

el

de

eficiencia-concentración. Claramente, la validez de una u otra tiene implicancias notables en el análisis de la competencia en los mercados.

La mayoría de las aplicaciones derivadas de las hipótesis SCP y ES se caracterizan por una ausencia de fundamentos microeconómicos formales. Un enfoque dentro de esta corriente busca crear una base formal (basada en la teoría del oligopolio) sobre la cual definir cuan apropiado es utilizar las medidas estructurales en relación con las ganancias. Por ejemplo, en el enfoque SCP, el uso del derivado del modelo de cártel para el mismo número de firmas. Así mismo, el uso de

puede ser puede

fundamentarse en modelos de variaciones conjeturales .

Los estudios iniciales realizados validan la relación positiva entre ganancias y concentración. Sin embargo, estudios recientes han encontrado resultados mixtos. Una explicación interesante a la situación poco concluyente es ofrecida por Shaffer (2002). El sustento proviene de la teoría de información asimétrica: al elevarse el número de bancos, estos tienen menos incentivos a identificar el riesgo al ofrecer préstamos. Esto conduce a una elevación del riesgo que se ve reflejada en mayores tasas de interés, y no a menores tasas como predice la SCP. De este modo, el efecto neto sobre la tasa de interés depende de la fuerza relativa entre el poder de mercado y la asimetría de información. 2

Respecto a testear las hipótesis de SCP frente a la ES, existe evidencia empírica a favor y en contra de ambas.

El enfoque no estructural se caracteriza por no usar explícitamente información sobre la estructura de mercado. El argumento central es el que el grado de competencia es, en general, independiente de la concentración o el número de firmas. El elemento a estudiar es más bien el comportamiento competitivo de los bancos, en particular, la contestabilidad presente en la industria. Esta se puede derivar de la estimación de los desvíos de los precios respecto al resultado competitivo, utilizando relaciones obtenidas a partir de modelos de oligopolio. Entre los factores que pueden influenciar el grado de contestabilidad tenemos las barreras a la entrada, la presencia de bancos extranjeros, restricciones en la variedad de actividades que se permiten realizar a los bancos, el desarrollo del sistema financiero y otros.

Las dos aproximaciones utilizadas en la literatura aplicada al sistema bancario son los de Brenahan y Lau (BL) y el método de Panzar y Rose (PR). El enfoque de BL los bancos, al maximizar sus beneficios, igualan su coste marginal al ingreso marginal percibido para determinar el precio y la cantidad ofrecida. En un equilibrio competitivo el ingreso marginal percibido iguala al precio de la demanda; mientras que en uno perfectamente colusivo (monopolio), el ingreso marginal percibido iguala el ingreso marginal de la industria. El parámetro de variaciones conjeturales, derivado de la estimación conjunta de las ecuaciones de oferta y demanda, calcula las desviaciones de un banco representativo respecto a la política de precios competitivos (equivalentes a los costes marginales).

En la metodología de PR se define la intensidad de la competencia de la industria (en equilibrio de largo plazo) a partir de la estimación de la forma reducida de la ecuación de ingresos de los bancos. El estadístico (“H”) se define como la suma de las elasticidades de los ingresos de equilibrio respecto a cada uno de los precios de los factores productivos. Un incremento del 1% en los precios de los factores productivos, implicará un incremento derivado del 1% de los costes marginales. Un comportamiento monopólico será consistente con un incremento del 1% en los ingresos marginales para alcanzar el nuevo beneficio máximo. Como el monopolista opera en la parte inelástica de la función de ingresos, los ingresos se reducirán, lo que es consistente con un valor estimado para H menor o igual que cero. En el caso del equilibrio competitivo este mismo cambio en los precios de los factores implicará un incremento en el coste medio y marginal, y por tanto en el precio de los préstamos. Bajo condiciones normales esto genera una reducción en la demanda de mercado que, para un mismo nivel de préstamos ofrecidos por cada banco, implicará la salida del mercado de 3

algunos de ellos. El equilibrio de largo plazo se dará cuando el incremento de los ingresos de aquellos bancos que sigan operando compense al de los costes, y el cambio en el ingreso marginal sea equivalente al del coste marginal. Por lo tanto, un ajuste de este tipo es consistente con un valor estimado para H de 1. El caso de competencia monopolística es consistente con un valor de H de entre 0 y 1.

3. Marco teórico: el modelo de Boone

El índice de Boone (Boone (2008)) está fundamentado en la hipótesis de estructura eficiente (Demsetz (1973), Peltzman, (1977)). Aquellas firmas más eficientes (en este trabajo, firmas con menores costes marginales) logran un mejor desempeño, en el sentido de mayores cuotas de mercado o beneficios, con relación a sus rivales menos eficientes. Desde otra perspectiva, dado los niveles de eficiencia de las firmas, un incremento de la competencia genera mayores diferencias en los 2

beneficios o cuotas de mercado: este es el llamado efecto de reasignación .

Entre los estudios sobre el efecto reasignación relacionados a la literatura bancaria destacan el de Stiroh (2000), en el que demuestra que los beneficios de la industria son mantenidos en parte por la reasignación de activos hacia las firmas más eficientes. Stiroh y Strahan (2003) muestran que incrementos de la competencia, asociados a la desregulación del sistema bancario en Estados Unidos en la década de los ochentas, reasignaron sustancialmente beneficios y cuotas de mercado de acuerdo al nivel de eficiencia de cada banco. Berger y Humphrey (1991) encuentran evidencia del efecto de reasignación de las cuotas de mercado analizando la relación ente competencia y la salida de aquellos bancos con menores niveles de eficiencia.

Boone (2008) demuestra que este efecto de “reasignación” es monótonamente creciente en el grado de competencia, lo que implica que la sensibilidad entre la variable de eficiencia y la variable de performance es una medida robusta del grado de competencia. A partir de esta característica, el indicador es propuesto como un contraste para los indicadores convencionales, como los índices de concentración o PCM, los que tendrían fundamentos teóricos poco robustos:

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Existe cierto consenso e la literatura de la organización industrial respecto a la validez del efecto reasignación (ver Olley y Pakes (1996), Haltiwanger (1997) y French y Mobley (2000)). Existen tres indicadores del efecto de reasignación: reasignación del producto de firmas ineficientes a más eficientes; de beneficios de firmas ineficientes a más eficientes; y que los beneficios de la firma menos eficiente decrece.

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-

En el caso del PCM, una mayor competencia generalmente reduce los márgenes de todas las

firmas, reduciendo el PCM de la industria. Sin embargo, Boone (2008) presenta un contraejemplo basado en el efecto de reasignación: partiendo del hecho de que las firmas más eficientes tienen un mayor PCM, mayores cuotas de mercado para estas firmas, derivado de un incremento de la 3

competencia, elevarían el PCM medio de la industria .

-

La intuición del índice de Herfindahl-Hirschman (HHI) proviene del modelo de Cournot con

bancos simétricos, donde un incremento en la competencia, derivado de una caída en los costes de entrada, decrecería el valor de la cuota de manera homogénea para cada banco, y por tanto el del HHI para la industria. Sin embargo, si asumimos niveles de eficiencia distintos, un incremento de la competencia originado en un aumento de la sustituibilidad de las colocaciones, implicaría que el efecto reasignación elevaría las cuotas de mercado hacia las firmas más eficientes que probablemente tenían previamente una mayor participación, incrementando el valor del HHI agregado.

Respeto a la generalidad del indicador, Boone (Boone, 2008b) hace una descripción del efecto de reasignación como resultado de variaciones en la intensidad de la competencia en diferentes modelos. Entre estos diferentes entornos tenemos los de costos de viaje, el de variaciones conjeturales, el modelo de competencia monopolística de Dixit-Stiglitz, el modelo de paso de la competencia de Cournot hacia Bertrand y el modelo de localización espacial de Hotelling4.

Van Leuvensteijn et al. (2007) explica los supuestos y problemas del indicador al aplicarse mercado de colocaciones del sistema bancario. Entre estos se encuentran el supuesto de que los bancos traspasan parte las ganancias en eficiencia a sus clientes (mediante reducciones en la tasa de interés activa o menores comisiones) en una forma similar. Así mismo el indicador tiene el fuerte supuesto que la eficiencia puede ser representada por una variable unidimensional, lo que implica restricciones

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Las cuotas de mercado son usadas como ponderaciones de los PCM individuales para calcular el PCM a nivel industrial. Para otros contraejemplos en la literatura ver Amir y Lambson (2000) y Bulow y Klemperer (2002). 4

Boone (2008b) presenta y desarrolla su indicador en diversas parametrizaciones para cada unos de estos modelos. Estos modelos contienen parámetros exógenos que representen el grado de competencia: costes de entrada, el grado de interacción estratégica y el modo de competencia. El resultado teórico es que el indicador de Boone se mueve de forma robusta con todos estos. El modelo presentado aquí es una extensión a uno de los modelos presentados en dicho artículo.

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respecto a su aplicabilidad a algunos modelos y algunas extensiones de modelos de competencia.

Modelo de variaciones conjeturales con productos diferenciados En esta industria asumimos que cada banco " " ( = 1, 2, . . . ) enfrenta una función inversa de demanda con la siguiente forma:

donde > 0 y 0 <

,

=







≤ . La relación entre b y d cuantifica el grado de sustitución entre el =ℎ∗ ∗

crédito producido entre bancos. Además cada firma posee unos costes

, con ℎ > 0.

Por tanto las firmas pueden ordenarse de acuerdo a sus costes marginales (asumimos que son distintas):

<

!

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