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CAPITULO V: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES El capítulo anterior expuso los datos recolectados en las encuestas hechas a 431 pastores y 30 entrevistas. Este capítulo unirá los asuntos que se desprendieron de ese estudio incluyendo implicaciones y recomendaciones para pastores, denominaciones, instituciones educacionales, agencias misioneras, y para la Alianza Evangélica (FAEC). En segundo lugar, se trazará un rumbo. Tercero, se sugerirán dos campos para ser investigaciones futuras. Y por último el autor ofrecerá sus observaciones personales.
Conclusiones Esta investigación demostró que la Iglesia Evangélica Costarricense ha experimentado un notable crecimiento que inicia en 1970 y se extiende hasta 1984. Durante ese período se fundó un promedio de 75.8 iglesias por año. En la actualidad el ritmo de crecimiento es de 65.2 iglesias por año, encontrándose ellas mismas en un período de post-avivamiento donde muchos de los creyentes y aun sus propios pastores son de primera generación. Este es un buen momento para reflexionar y dar recomendaciones para consolidar el crecimiento logrado hasta aquí y facilitar el crecimiento futuro. Este estudio refleja un tiempo histórico cuando la Iglesia Evangélica Costarricense representa un 16% de la población total del país, circunstancia que le da a la iglesia un nuevo nivel de respetabilidad social y un perfil más alto para impactar el
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futuro del país. También revela que hay una gran necesidad de que la Iglesia Evangélica asuma más responsabilidad en el manejo de sus asuntos.
Recomendaciones a los pastores Al revisar la encuesta y las entrevistas se hace obvio el gran entusiasmo que los pastores tienen por el evangelismo. Ellos son proactivos (toman iniciativa y acción) en sus anhelos de alcanzar sus comunidades para Cristo. También están muy dispuestos a cooperar uno con el otro en eventos evangelísticos. Dichos factores, unidos a la percepción de que sus comunidades están abiertas al Evangelio y la participación de la congregación en actividades comunitarias, muestran que hay un ambiente saludable para el crecimiento de la Iglesia Evangélica. Junto con el uso de los métodos clásicos de evangelismo encontramos que entre los pastores existe la tendencia a utilizar los grupos pequeños (células) y grupos familiares en sus iglesias para alcanzar a otros para Cristo, los cuales han causado efectos muy positivos. Estimulando y facilitando mucho más el evangelismo y el discipulado. Parece razonable esperar que esta estrategia produzca una Iglesia Evangélica más fuerte en un futuro cercano tomando en cuenta que su efectividad depende del currículum que los pastores escojan para usar en sus grupos. Este estudio mostró que en la mayoría de las iglesias evangélicas el liderazgo es joven. La edad promedio entre los pastores es de 41.6 años, aunque la mayoría se encuentra entre 36 y 40 años. Esto tiene sus ventajas y sus desventajas. Los pastores jóvenes están más abiertos a los cambios, tienen más energía y más acceso a la generación joven. Sin embargo, si el pastor no sabe como liderar y discipular a sus líderes
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efectivamente, su falta de experiencia y madurez pueden llevarlo a tomar decisiones desastrosas para el crecimiento de la iglesia. Debido a estas circunstancias, es imperativo para el crecimiento de la Iglesia Evangélica que sus pastores busquen educarse bien, especialmente en el área del manejo de conflictos en un grupo de personas. Este trabajo mostró la existencia de un 40.6% de pastores que ha estado o asiste a un instituto bíblico y un 51.9% que ha sido preparados o está estudiando en un seminario. A la luz de la tendencia de la sociedad hacia el profesionalismo, nos anima ver que muchos pastores están concientes de que deben prepararse más y buscan las maneras de hacerlo. Cuanta más preparación, mayor será la capacidad para liderar de manera efectiva ministrando a la gente. Los datos mostraron que, aunque un 80.9% de los pastores dice tener un plan de evangelismo, la mayoría no fue capaz de articular con claridad su visión para evangelizar y discipular. Si los pastores no pueden verbalizar sus ideas con suficiente claridad en estas áreas claves para el crecimiento de la iglesia, ¿cómo van a motivar a sus feligreses? Observando este panorama, uno no puede evitar preguntarse, ¿conocerán realmente los pastores el plan de Dios para ellos y sus iglesias? Si ellos mismos no saben cuál es la voluntad de Dios, ¿cómo la conocerá la gente? Los pastores deben reflexionar y orar más en cuanto a estos asuntos para tener clara la voluntad de Dios para lo que deben hacer. De manera similar, cuando se les pidió a los pastores identificar la necesidad más grande que tiene la gente en sus congregaciones, respondieron que su gente carecía de un compromiso fuerte con Cristo. Aquí también vale la pena hacer una pregunta, si la gente tiene falta compromiso, ¿hasta qué punto esto surge de la falta de habilidad del pastor de exteriorizar sus planes? La gente necesita ver y escuchar de sus líderes lo que significa
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compromiso y cómo se debería expresar, si ellos no se esfuerzan en discipular a su gente el peligro aumentará y estaremos viendo más y más sectas pseudo-evangélicas en Costa Rica. Los pastores enfocan muchos de sus esfuerzos ministeriales hacia los niños, los adolescentes y las mujeres, lo cual resulta comprensible ya que un 72% de sus congregaciones estan compuesto por niños y mujeres. Sin embargo, ¿no sería bueno dejar algo para atraer y discipular hombres de una manera culturalmente atractiva para ellos? Almuerzos para hombres de negocios, seminarios con temas de interés o alguna otra cosa similar para captar ese sector olvidado y necesitado. También es importante que los pastores pongan un especial interés motivando y discipulando a los hombres entre 22 y 30 años que están en sus congregaciones. De quienes saldrá la próxima generación de líderes. En cuanto a la participación pastoral en las comunidades, un 84.5% dijo tener algún tipo de involucramiento en los barrios donde están trabajando, un 72% siente que entiende los problemas comunales, entre los cuales señalaron como los más agudos aquéllos relacionados con la familia, el alcohol, y los asuntos espirituales. Ya que los pastores (y las asociaciones eclesiásticas) han identificado estos problemas, intencionalmente se deberían desarrollar ministerios que movilicen gente y recursos para resolverlos. Las poblaciones estarían más abiertas al evangelio si vieran que las iglesias luchan a la par de ellas por el bienestar de sus comunidades y que el Cristo que predicamos no está confinado solamente a las donde paredes del templo cuando visita a Su pueblo los domingos.
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Recomendaciones para los líderes denominacionales Casi todos los líderes denominacionales en Costa Rica son también pastores, por lo tanto, lo que se compartió en la sección previa se puede aplicar también al nivel denominacional. La pregunta que salta ahora es, ¿qué podrían hacer las denominaciones para servir mejor a sus pastores? Entre los pastores existe una necesidad enorme en lo financiero, especialmente entre los que están en las áreas rurales y los que sirven en iglesias pequeñas. Hay un refrán entre la gente evangélica de Costa Rica que dice: “Señor, usted lo mantiene humilde y nosotros lo mantenemos pobre.” Esto refleja una mala actitud que daña al pastor y a su familia. Es de sorprenderse que en Costa Rica, uno de los países más prósperos de Centro América, un 35% de los pastores rurales y/o de iglesias pequeñas estén viviendo con un sueldo menor al salario mínimo (48,620.00 colones por mes, $198.37). Las denominaciones deberían hacer algo más para que sus iglesias apoyen adecuadamente a sus pastores dándoles el pago digno por su trabajo. Supervisores y otros líderes denominacionales deberían educar a las congregaciones en el manejo de las finanzas de la iglesia, promoviendo que el salario adecuado para el pastor sea una prioridad en la mente de los feligreses. Los pastores se sienten incómodos al hablar de su situación financiera con sus feligreses. Los líderes de las asociaciones pueden recomendar y/o implementar políticas que puedan ayudar a los pastores en esa área. Los pastores también apreciaría mucho sentir el cuidado de sus denominaciones. Por otra parte, algunas asociaciones necesitarán reconsiderar las políticas para que les permitan a sus pastores trabajar en lo secular si la congregación no puede pagarles el salario.
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Otra área de preocupación financiera que salió de este estudio es que un 68% de los pastores no tienen un plan de pensiones. Las denominaciones necesitan considerar este asunto con sus congregaciones. Sería otra forma de demostración de apoyo a sus pastores. Las denominaciones también pueden ayudar a los pastores en el área de la educación. Ellas pueden establecer políticas y crear estructuras para que los pastores obtengan su educación formal. En Costa Rica existen muchas instituciones educacionales disponibles y a un costo razonable que ayudan a la educación pastoral. Establecer políticas que aseguren la buena educación académica de los pastores capacitándolos para el ministerio es un paso firme en el fortalecimiento de las iglesias. Además, los pastores pueden beneficiarse con cursos para el desarrollo del liderazgo como los que imparte el Instituto Haggai. No son sólo los pastores los que necesitan ser animados a prepararse mejor, también lo necesitan todos aquéllos que están involucrados en el liderazgo de la iglesia. Este estudio reveló que aproximadamente el 20% de la membresía está involucrada en el liderazgo. Las denominaciones (y la FAEC) deberían hacer más para discipular y entrenar a ese grupo ofreciéndoles, en sus propios locales, cursos cortos que fortalezcan las áreas del liderazgo y el desarrollo ministerial. Los cursos que tratan los diferentes modelos de discipulado y evangelismo son de mucho interés entre los pastores y líderes. Debido a que existen tantos problemas en las relaciones interpersonales de las congregaciones, las denominaciones pueden ayudar a la iglesia ofreciendo cursos de consejería y solución de conflictos.
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La disciplina en las denominaciones y en las iglesias es una obligación. Los mismos pastores expresan que la mayoría de la gente se va de la iglesia por el mal testimonio de los líderes o de otros creyentes. La disciplina bíblica, que incluye la restauración, es importante. En algunas denominaciones sería de mucha ayuda tener un “Manual de Ética” que incluya la ética pastoral y la ministerial/eclesiástica, estándares de contabilidad financiera, y la disciplina en la iglesia. Cuando exista una falla moral o de carácter ético por parte de algún pastor, la denominación debe de ser proactiva para responder especialmente si la falla sale a la luz pública, la denominación debe estar preparada para responder rápida y públicamente. La Iglesia Evangélica Costarricense se ha ganado una mala reputación por la manera en que ha tratado la caída de algunos líderes, es decir, guardando silencio para evitar el conflicto. Las entrevistas con los pastores demostraron que la división y la polarización por razones denominacionales siguen siendo barreras para la unidad de la iglesia evangélica. Todavía existen líderes que prohíben a sus pastores interactuar con otros grupos por miedo a la contaminación doctrinal, o miedo a que el pastor decida salir de su asociación para formar parte de otra. Los líderes denominacionales necesitan poner estos miedos de lado y animar más a sus pastores a trabajar en unidad en los eventos evangelísticos que benefician a sus comunidades. También deberían animar a sus iglesias a que apoyen a sus comunidades en la luchar contra los problemas que han identificado como importantes, creando de esta manera lazos fuertes de amistad entre la iglesia y la comunidad.
Recomendaciones para instituciones educacionales
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El hecho de que muchos pastores estén estudiando en algún instituto bíblico o seminario y que ellos sientan que la educación teológica es barata y bastante accesible, demuestra que las instituciones teológicas de Costa Rica son sensibles a las necesidades de los pastores. La educación teológica tendrá mucha demanda en el futuro, especialmente los niveles avanzados. Las iglesias que están siendo plantadas y la nueva generación de pastores jóvenes que se involucran en el pastorado, los cuales tienen un trasfondo educacional más alto que el de sus antepasados, esperan un nivel alto en el entrenamiento pastoral. Por lo tanto, instituciones de educación teológica formal deberían incluir en su plan de estudio cursos que se puedan aplicar mejor a la vida de las iglesias donde sus estudiantes están trabajando. Los pastores sienten que deben predicar y enseñar temas relevantes a las necesidades de sus congregaciones. Es por esa razón que los institutos bíblicos y los seminarios deberían modificar el diseño de sus curriculums para dar a los pastores y líderes la información y la habilidad que necesitan para dar de comer a sus congregaciones. También se necesita empacar los cursos en módulos intensivos y ofrecerlos en lugares de acceso fácil a los pastores y líderes. De acuerdo con este estudio, la necesidad más aguda se concentra en los cursos que tiene que ver con el crecimiento espiritual y la formación del carácter ya que esto contrarrestaría las causas del fracaso pastoral. Una manera que sería útil para educar masivamente al pueblo evangélico es la de leer libros cristianos en las radioemisoras cristianas. Esto sería tremendamente útil en los países donde no tienen mucho acceso a los libros o donde la gente no está acostumbrada a leer o no saben leer. En todo esto, es importante que los educadores busquen la retroalimentación de sus estudiantes para estar seguro que están tocando las
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necesidades del pueblo evangélico. Se debería tomar muy en serio esta retroalimentación para diseñar los cursos que llenen las necesidades de las congregaciones. Otra tendencia evidente en este estudio es que las iglesias grandes están en un proceso de formación de institutos bíblicos dentro de sus cuatro paredes para la formación de su gente aparte de los institutos de entrenamiento denominacionales ya existentes. Las denominaciones y las instituciones educativas deberían ayudar a estos igle-institutos a establecer los requisitos básicos para ese entrenamiento. Estos mismos requisitos podrían también ser utilizados para animar a los pastores que han completado los cursos en el igle-instituto a continuar educándose en programas formales.
Recomendaciones para las agencias misioneras La participación misionera de Costa Rica aumentará en la medida en que las iglesias adquieran la visión y sean responsables en el envío de misioneros. Este estudio demostró que un 81.7% de los pastores han ayudado a enviar misioneros por más de un año fuera del país y que un 47.7% está involucrado actualmente en apoyar misionero. Es algo bueno que una mayoría haya dado dinero, sin embargo, en muchos casos los misioneros aun no han regresado de sus campos de trabajo y los pastores ya se están preguntar en quién, cómo, y dónde van a invertir esos recursos misioneros. Por el bien del futuro del movimiento misionero costarricense, las denominaciones y las agencias misioneras necesitan educar a los pastores y a las congregaciones en cuanto a las misiones. Es entendible que muchos de los pastores, considerando el crecimiento acelerado de la iglesia evangélica, definan su visión misionera en términos de alcanzar a Costa Rica
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para Cristo. También es interesante notar que un gran número (83%) de los pastores vienen de un trasfondo católico. Debido a que muchos de los pastores son creyentes de primera generación, las agencias misioneras debería de redoblar esfuerzos para educar pastores, denominaciones e instituciones educacionales en misiones, especialmente hay que dar a conocer la manera como operan las agencias misioneras que se sostienen por fe. La Iglesia Evangélica Costarricense esta apenas comenzando a experimentar el compromiso con las misiones mundiales y tiene mucho que aprender aun en cuanto a reclutar, entrenar, mandar, y cuidar de sus propios misioneros. Las agencias misioneras tradicionales (especialmente los de Norte América) necesitan identificarse con las iglesias costarricense y demostrar una apertura para recibir en su seno misioneros latinos y ser sensibles a sus necesidades.
Recomendaciones para la Alianza Evangélica Costarricense (FAEC) En este momento la FAEC esta tomando pasos firmes hacia una re-estructuración que responda positivamente a las necesidades y deseos de sus miembros. Por lo tanto, ¿qué debería hacer la FAEC para proyectar una imagen que demuestre el cuidado por sus miembros? Sin lugar a duda, antes de lanzar cualquier estrategia que presuma tener el apoyo de la mayoría de los pastores evangélicos se debería escuchar a los pastores de cada región e investigar las necesidades de esas áreas. El plan actual, mandar equipos con el propósito de estudiar las necesidades locales y llevar a cabo seminarios para beneficiar a los pastores en sus regiones, demuestra que la Alianza les esta cuidando. Aunque este trabajo no tiene un alto perfil, como algunos quisieran, a largo plazo se están construyendo lazos de amistad muy fuertes entre la Alianza y los pastores, y entre los
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mismos pastores. Los eventos públicos y otro tipo de programas son también importantes y la FAEC debería continuar haciéndolos, pero, tal vez debería invertir la mayoría de su tiempo y recursos a buscar la forma de ayudar a los pastores a cuidar y entrenar la grey. Como dijimos antes, este estudio reveló que un 20% de la membresía tiene responsabilidades de liderazgo. Estas personas, que incluyen los ancianos y los diáconos, forman el grupo de apoyo pastoral. La Alianza debería ofrecer materiales didácticos, programas, o cursos intensivos que pastores y líderes denominacionales puedan utilizar para fortalecer el liderazgo de sus iglesias, los cuales a su vez, al estar mejor entrenados, serán de gran ayuda para sus pastores. Proveer a las iglesias con recursos de entrenamiento es algo que la Alianza fácilmente puede hacer. Hay muchos pastores que desean apoyar a la Alianza ya sea en lo personal u otros recursos si alguien se lo solicitara. Reclutar personas y recursos para llevar acabo los planes debería continuar siendo una de las actividades principales de la Alianza. Desarrollar y entregar efectivamente los recursos toma su tiempo. La Alianza también debe continuar trabajando con sus miembros en el desarrollo de estrategias efectivas a largo plazo, con las cuales administraciones futuras también puedan comprometerse. Desarrollar esta clase de estrategias ayudará a combatir la tendencia a la división y a la polarización de las iglesias y las denominaciones. También, ayudará a demostrar que las iglesias evangélicas están unidas en el trabajo evangelístico y dará una imagen de integridad ante la población costarricense. La relación futura entre la Alianza y los pastores tiene posibilidades emocionantes. La Alianza necesita trabajar más en lo que es el servicio a sus miembros y en el desarrollo de estrategias que edifiquen a toda la Iglesia Evangélica. Luego tendrá
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que trabajar en una buena estrategia de mercadeo para comunicar sus intenciones a las iglesias y al público en general.
Avenidas para investigar en el futuro Este trabajo ha desarrollado un perfil del pastor evangélico costarricense, su vida y ambiente ministerial, para que líderes denominacionales y agencias misioneras puedan ser más sensibles a las opiniones, necesidades, y cosmovisión de los pastores. Guardo la esperanza que a través de la presentación de esta investigación, futuros programas y estrategias se construyan para ayudar a los pastores en sus tareas. En el transcurso de este trabajo han surgido dos avenidas para investigar en el futuro. La primera toca a la familia del pastor evangélico. Este estudio demostró que la causa de la deserción pastoral gira alrededor de asuntos personales y financieros, estos dos problemas impactan en gran manera a la familia pastoral. Una investigación futura podría ayudar a enfocar mejor estos problemas y buscarles solución. La segunda se proyecta hacia un examen de la influencia de la radio y televisión cristiana en la formación de los pastores. Dada la proliferación en Costa Rica en los últimos cincuenta años de la radio y la televisión cristiana, es importante conocer como perciben y utilizan los pastores los programas ofrecidos por estos poderosos medios de comunicación.
Palabras finales Los pastores costarricenses anhelan de todo corazón ver a sus iglesias prosperar y crecer. El deseo del autor ha sido reunir información sobre el dedicado trabajo pastoral,
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supervisores y misioneros quienes han dado sus vidas por el avance del Reino de Dios en Costa Rica. La Iglesia Evangélica Costarricense se encuentra en un período único. Existe poca o nada de persecución y la población costarricense tienen una actitud abierta hacia la comunidad evangélica. También es importante notar que hay apertura entre los pastores para trabajar juntos en el evangelismo. Esto da a los líderes de las iglesias evangélicas, y en especial a la FAEC, una oportunidad para desarrollar métodos y programas significativos e impactantes que puedan realizarse en conjunto, involucrando, de esta manera, a más personas en la tarea de llevar las buenas nuevas a las naciones. ¡Qué el Señor bendiga a los pastores en la búsqueda de Su voluntad!