CARTA PASTORAL + FRANCISCO CERRO CHAVES

CARTA PASTORAL + FRANCISCO CERRO CHAVES Obispo de Coria-Cáceres CAMINAMOS CON CRISTO TRANS–FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía 2015

0 downloads 158 Views 1011KB Size

Recommend Stories


Danos entrañas de Misericordia Carta Pastoral CECOR
“Danos entrañas de Misericordia” Carta Pastoral CECOR Centro Nacional de Catequesis CONFERENCIA EPISCOPAL DE COSTA RICA “Danos entrañas de Miseric

CARTA ABIERTA AL PAPA FRANCISCO
CARTA ABIERTA AL PAPA FRANCISCO La eminente Dra. Randy Engel, ha puesto toda su ciencia y vida al servicio de la Iglesia y movida por el amor al Cuerp

Story Transcript

CARTA PASTORAL + FRANCISCO CERRO CHAVES Obispo de Coria-Cáceres

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS–FORMADOS POR SU PALABRA

Adviento, Navidad y Epifanía 2015-2016

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Página 2

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Dios Padre, que nos amas intensamente y quieres que todos te conozcan, para que sientan que también les amas… nuestra antigua Diócesis de Coria-Cáceres, después de tantos años trabajando en tu mies y experimentando con gozo tu divina presencia, grita entusiasmada: SEÑOR, QUEREMOS SEGUIR CAMINANDO CONTIGO PARA BUSCAR, RENOVAR Y FORTALECER LA FE…1

Cada inicio de curso supone un nuevo reto. Quiero comenzar este, como tantos otros, delante de Él, del Dios de la Vida, del Dios Misericordia, del Señor de la Historia. En tus manos, Jesús, quiero poner nuestra realidad como Iglesia diocesana… en tus manos, Señor, confío a cada sacerdote, a cada consagrado, a cada laico… a cada hermano y hermana con los que este curso me ayudas a caminar, buscando juntos nuevas propuestas para responder con fidelidad a tu llamada, renovando nuestra ilusión, nuestras ganas, nuestro “sí”… fortaleciendo juntos la fe.

1

De la oración del XIV Sínodo diocesano de Coria-Cáceres.

Página 3

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Dos grandes acontecimientos van a marcar la vida pastoral de nuestra Diócesis en este curso: la nueva etapa que nos propone el XIV Sínodo diocesano y la convocatoria que nos hace el Papa Francisco a vivir el año de la Misericordia. La misericordia es, como nos recordaba Juan Pablo II en Dives in Misericordia, el gran atributo de Dios y cada uno de nosotros, sacerdotes, consagrados y laicos, estamos llamados a acoger y nutrirnos de este gran regalo, a “vivir cada día imitando la misericordia del Señor” porque “siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia… es fuente de alegría, de serenidad y de paz… es condición para nuestra salvación…”2 Sabiéndonos llamados a ser misericordia, dejándonos trans-formar por la Palabra y siendo peregrinos con Cristo… vivimos con gozo estos momentos de gracia, fijando nuestra mirada “en la misericordia, para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre”3, capaces de mirar y amar a los otros con “los sentimientos del Corazón de Cristo”. Es por esto por lo que la teología, la espiritualidad, la pastoral a la que nos convoca el Sínodo tiene que tener como alma, referencia y corazón la misericordia del Señor. Después de la consulta hecha al pueblo de Dios, nuestro Sínodo nos pone a reflexionar y orar sobre los grandes retos que se nos abren a la hora de evangelizar hoy:

2

PAPA FRANCISCO, Misericordiae Vultus. Bula de convocación del jubileo extraordinario de la misericordia, 2. En las notas sucesivas, la bula será citada por las siglas MV y el número correspondiente. 3 MV, 3.

Página 4

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

1. La transmisión de la fe a los niños, adolescentes, jóvenes, adultos… en una sociedad donde es necesario suscitar preguntas y acercarnos a nuestra gente con profundo corazón misericordioso. 2. La presencia de un laicado en las entrañas del mundo, donde urge la necesidad de que los laicos estén presente en lo social, en lo político, en la familia, en el trabajo, en la cultura… según el corazón de Dios. 3. El ejercicio de la caridad en una sociedad donde se debe atender con ternura y misericordia a los pobres. Desde Cáritas y otras instituciones caritativo-sociales de la Iglesia (ACISJF, Vicencianos, Conferencias de San Vicente de Paúl, Proyecto Hombre…) tenemos que ponernos al servicio de todos los que viven en las periferias y padecen las nuevas formas de pobreza de las que nos hablaba el Papa Francisco aludiendo a la sociedad del “descarte”. ¡¡Cómo no recordar aquí las múltiples manifestaciones de la Vida Consagrada de nuestra Diócesis, dedicadas al servicio de la caridad!! 4. Por último, nuestra Diócesis, como la Iglesia misma, siempre tiene que estar renovándose para ser más fiel al mensaje del Señor. Pobre, sencilla, milenaria… quiere ser cada vez más fecunda y, para ello, queremos también una organización más de acuerdo con el Evangelio y con los tiempos que nos toca vivir.

Página 5

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

El Sínodo, vivido en clave de misericordia, es siempre una oportunidad de conectar con el Corazón de Cristo para ser más fiel a su propuesta, a la Iglesia y al corazón humano. Queridos hermanos, estamos llamados a ser hombres y mujeres capaces de misericordia… El Papa Francisco nos invita a orar, reflexionar y hacer vida las obras de misericordia corporales y espirituales, despertando “nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, para entrar más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina…”4 Esto exige de nosotros una disposición a dejarnos iluminar por la luz de la Palabra, aprendiendo a acoger, escuchar, engendrar… en nosotros esa misma misericordia de Dios “y asumirla como propio estilo de vida”5. Es un gran reto… es camino que hemos de recorrer juntos con Cristo, porque “la vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada”6. Pero, ¿en qué consiste este camino?... Caminar7:  Es exponernos juntos para que el Señor nos mire, nos busque y se nos manifieste, como hizo el pueblo de Israel en el desierto y como hicieron los primeros discípulos del Señor.

4

MV, 15. MV, 13. 6 MV, 14. 7 Cf. PAPA FRANCISCO, La Eucaristía, derroche de amor. Textos sobre la Eucaristía, Ed. Cobel, 2013, p. 29-34; 77. 5

Página 6

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

 Es hacer juntos la apasionante experiencia del discernir con otros, como hicieron María y José, para dejar que sea Dios quien escriba la historia de nuestra Iglesia diocesana.  Es entrar en el “tiempo de Dios”, como hicieron los discípulos de Emaús, de modo que su presencia compañera nos permita ahondar en nuestra identidad y tomar conciencia de nuestra misión.  Es ponernos en ocasión de dialogar por el camino, como lo hacían los discípulos mientras seguían a Jesús, dejando que luego, al compartir el pan, Él les ayudara a superar desencuentros y a crecer en santidad comunitaria y misionera.  Es salir al encuentro de la gente, cuidar las fragilidades, confiando en la promesa de Jesús que dará eficacia a la palabra y a los gestos con los que damos testimonio de su amor. Caminar juntos con Cristo… es el deseo que nos acompaña desde que iniciamos nuestro XIV Sínodo diocesano. Caminar… porque a veces nos puede pasar que no caminamos sino que “andamos” de aquí para allá, corriendo sin saber a dónde vamos, desvinculados, ensimismados… solitarios, fragmentados. Caminar juntos como peregrinos, con el corazón rebosante de alegría, sintiéndonos pueblo fiel de Dios: vinculados con los demás, atentos al que necesita, llenos de proyectos creativos y fecundos…

Página 7

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

1. DESDE NUESTRA REALIDAD Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. Él les dijo: “¿de qué discutís por el camino?” Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: “¿eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí éstos días?” Él les dijo: “¿qué cosas?” Ellos le dijeron: “lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería Él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron.” (Lc 24, 13-24)

Página 8

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Los dos discípulos van de camino… atrás quedaron los años vividos con Jesús, el Mesías prometido… aquel en quien habían puesto todas sus esperanzas, pero al que no habían llegado a comprender… tal vez habían oído sus palabras sin escucharlas, sin dejar que de su mente descendieran al corazón y se plasmaran en la vida… Conversaban y discutían, analizaban una y otra vez lo ocurrido… pero sus ojos estaban incapacitados para reconocer a Jesús… su corazón quedó enterrado y clausurado “en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien…”8. Cuando Jesús no está, la vida pierde su sentido… sólo queda abandonar y volver a lo de siempre… pero “ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado”9 Y, como ocurre también con nosotros cada vez que nos despistamos, Jesús sale a su encuentro… se pone a su lado, camina a su ritmo, escucha lo que refieren sus palabras y lo que grita su corazón… “¿de qué discutís por el camino?”, ¿qué os preocupa? ¿qué os tiene tan entristecidos?... Preciosa pedagogía la del Maestro… no interrumpe la marcha de los caminantes, sencillamente se pone a su lado y escucha, casi sin hacerse notar… se hace uno con ellos y, cuando 8

PAPA FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium (24 noviembre 2013), 2. En las notas sucesivas, la exhortación será citada por las siglas EG y el número correspondiente. 9 EG, 2

Página 9

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

tiene ocasión… pregunta, para que dejen salir de su corazón todo aquello que les pesa, para que puedan descargar en Él todo aquello que les impide avanzar en el camino con alegría y esperanza… Releer este texto desde esta clave, me lleva a pensar el momento que estamos viviendo en nuestra Iglesia diocesana… En los años que llevo entre vosotros como Obispo de esta Diócesis, he tenido y tengo muchas oportunidades de acercarme a la realidad concreta que vivís, tanto a nivel personal como comunitario (parroquias, grupos, movimientos, comunidades religiosas…). Muchas veces basta un “¿qué tal?, ¿cómo estás?” para que vuestro corazón se abra y afloren las limitaciones que afrontáis cada día en el trabajo pastoral… pero estas limitaciones no nos pueden quitar la alegría de sabernos amados por Dios y elegidos por Él… estas pobrezas no pueden empañar nuestra confianza en Él… porque “Él siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual…”10 Volver a la fuente y recuperar la frescura del Evangelio, dejando que broten nuevas propuestas que nos ayuden a seguir 10

EG, 11.

Página 10

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

encarnando al que es Palabra en nuestra realidad concreta, es lo que busca nuestro XIV Sínodo diocesano, “saber cuál es nuestro camino, qué nos pides, qué necesitas hoy de nosotros, de esta pobre y sencilla Iglesia tuya…”11 Como los discípulos que caminan hacia Emaús, también nosotros hemos analizado la realidad de nuestra Diócesis… A descubrir cómo estamos, qué queremos… o mejor, qué quiere Dios de nosotros… nos ayudó en su momento la encuesta que rellenamos al comienzo del pasado curso y nos están ayudando los grupos sinodales, que nos brindan la oportunidad de sentarnos con frecuencia para orar y estudiar, a la luz de la Palabra y del Magisterio de la Iglesia, aquellas propuestas que nos hagan despertar, buscar, renovar y fortalecer nuestra fe, a dar vigor y nueva vida a nuestras comunidades, porque “necesitamos crear espacios motivadores y sanadores… lugares donde regenerar la propia fe en Jesús crucificado y resucitado, donde compartir las propias preguntas más profundas y las preocupaciones cotidianas, donde discernir en profundidad con criterios evangélicos sobre la propia existencia y experiencia, con la finalidad de orientar al bien y a la belleza las propias elecciones individuales y sociales.”12 Lejos de llevarnos al desaliento, la encuesta nos sitúa en la realidad… de ella han salido los cuatro grandes temas que el Sínodo nos propone trabajar a lo largo de este curso pastoral que ahora comenzamos y a los cuales me refería ya en la introducción de esta carta: el anuncio del Evangelio y la 11 12

De la oración del XIV Sínodo diocesano de Coria-Cáceres. EG, 77.

Página 11

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

transmisión de la fe, el compromiso social y caritativo de la Iglesia en la sociedad de hoy, la formación y participación de los laicos en la Iglesia y en el mundo y la organización pastoral de la Diócesis. Cuatro grandes retos que, entre todos los que participamos en este Sínodo, hemos visto necesario afrontar y que van a marcar, sin lugar a dudas, el peregrinar de nuestra Iglesia diocesana en años posteriores. Como Obispo, os animo a vivir esta experiencia… Aprovecho este medio para dar las gracias a todos los que ya formáis parte de algún grupo sinodal… pero merece la pena que apostemos por seguir invitando a los que todavía no se han decidido… La palabra que cada uno pueda dar es importante; sabemos que el Espíritu sopla donde quiere, como quiere, cuando quiere y a través de quien quiere… El reto es grande y este curso nos ofrece la oportunidad de tomar mayor conciencia de nuestro ser Iglesia… viviendo, en palabras del Papa, el “desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación…”13

13

EG, 87.

Página 12

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

2. FORMADOS POR SU PALABRA14 Él les dijo: “¡oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?” Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras. (Lc 24, 25-27) Una de las grandes demandas que brota de la encuesta del Sínodo, es la necesidad de formación para poder afrontar los retos que nos plantea nuestro trabajo pastoral. Es cierto que las ofertas en nuestra Diócesis son muchas y variadas, pero también es cierto que no siempre sabemos aprovecharlas. Por eso me parece necesario detenerme en este punto, para reflexionar con vosotros sobre la importancia que en nuestra vida, independientemente de la vocación a la que hemos sido llamados, la edad y el momento en el que nos encontremos, tiene la formación. Nadie discute su necesidad en una persona que decide seguir al Señor a través de una opción concreta de vida pero… ¿qué pasa después? Es un error pensar que en los años de seminario o noviciado, en los cursos de preparación para recibir el sacramento del matrimonio o para vivir una experiencia misionera… hemos aprendido todo lo que necesitamos para caminar el resto de nuestra vida… 14

Cf. AMEDEO CENCINI, La vida al ritmo de la Palabra. Cómo dejarse plasmar por la Escritura, Ed. San Pablo, 22009.

Página 13

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Vemos en las encuestas, que nuestra Iglesia diocesana necesita revitalizarse, entusiasmarse, crecer en esperanza, actualizarse en muchos campos, profundizar en otros… Hacen falta cristianos capaces de preguntas y respuestas, de dar razones de la fe que profesan y viven, de afrontar los nuevos desafíos que nuestros niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos… nos plantean cada día. Hacen falta cristianos capaces de dejarse plasmar y formar por Jesús para llegar a ser verdaderos testigos, cualificados y significativos, en medio de nuestro mundo… porque “el sentido de la peregrinación de un discípulo fecundo y maduro, está precisamente en permitir al Señor Jesús que inicie este itinerario de amistad que nos transfigura, que lleva a todo discípulo a una intimidad profunda con su Maestro, de forma que se haga una custodia, una persona que, impregnada de Él, lo irradie en torno a sí en todo su aquí y ahora, siendo, en palabras de Pablo 15, el buen olor de Cristo para el mundo”16. En el momento que vivimos, no valen las respuestas de siempre… nuestra sociedad actual exige estar bien formados para poder mantener un puesto de trabajo, formación que requiere, sin lugar a dudas, esfuerzo y dedicación. No basta con vivir de lo ya aprendido, es necesario conocer y poner por obra nuevas estrategias, nuevos planes, nuevas ideas que ayuden a mejorar la calidad del servicio que se presta en cada momento. Si

15 16

Cf. 2Cor 2, 16. F. PIERI, Jesús forma a los “discípulos” para que lleguen a la verdad y al amor, en AAVV. La formación hoy. Acompañar para ayudar a crecer. Ed. Paulinas. Madrid, 2011, p. 19-49.

Página 14

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

esto es así en el mundo laboral… ¿por qué no puede ser así también en nuestra realidad pastoral? Necesitamos responder a lo que realmente hoy se plantea y pregunta nuestro mundo… Necesitamos formarnos de manera continuada y permanente, para ser fieles y poder discernir sobre aquello que Dios nos propone y los hermanos necesitan. “¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!... y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras…” Tampoco los discípulos tuvieron bastante con escuchar en sus comienzos aquello que dijeron los profetas… ni siquiera fueron suficientes los años vividos con Jesús compartiendo vida y proyecto… Es necesario que el Señor, con calma, les explique todo de nuevo… iluminando con su palabra la situación concreta que están viviendo de crisis, de desolación, de desesperanza… Dejarnos formar por Jesús es ser capaces de parar, es aprender a escuchar, es tomar conciencia del aquí y del ahora, es dejarnos iluminar para poder leer nuestra historia concreta de cada día con Él y desde las claves que nos da su Palabra. Formados por ella, por la Palabra… y transformados en Palabra… Éste es el reto que Dios nos presenta para llevar a cabo a lo largo de toda nuestra vida, y es también el que yo quiero afrontar y os quiero proponer al comienzo de este nuevo curso pastoral.

Página 15

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

2.1. Somos carta de Dios. Cada uno de vosotros, sacerdotes, consagrados, laicos… desde la vocación a la que habéis sido llamados… sois la carta que Dios escribe hoy a cada persona con la que os encontráis en vuestra jornada… sois el instrumento que Dios elige para hablar a los hombres y mujeres de nuestro mundo… “sois carta de Cristo… escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones…”17 Cada uno de nosotros asumimos el reto y la responsabilidad de acoger en nuestra vida la Palabra que Dios pronuncia cada día, dejarla germinar y darla a luz en el corazón de cada persona con la que nos encontramos, especialmente en aquellos que viven situaciones o momentos de mayor oscuridad. Pero, para que todo esto sea una realidad en nuestra vida, además de dejar hacer a Dios, hemos de colaborar con Él. De nosotros pide docilidad, paciencia, tiempo, amor… porque es cierto que a aquello que no se conoce y no se ama no se le dedica tiempo. En la exhortación Evangelii Gaudium, que viene iluminando nuestro camino sinodal, el Papa Francisco nos ayuda a caer en la cuenta de esto mismo…18 Cuando amamos a alguien de verdad, 17 18

2Cor 3, 3 EG, 146: “cuando uno se detiene a tratar de comprender cuál es el mensaje de un texto, ejercita el ‘culto a la verdad’. Es la humildad del corazón que reconoce que la Palabra siempre nos trasciende, que no somos ‘ni los dueños, ni los árbitros, sino los depositarios, los heraldos, los servidores’. Esa actitud de humilde y asombrada veneración de la Palabra se expresa deteniéndose a estudiarla con sumo cuidado y con un santo temor de manipularla. Para poder interpretar un texto bíblico hace falta paciencia, abandonar toda ansiedad y darle tiempo, interés y dedicación gratuita. Hay que dejar de lado cualquier preocupación que nos domine para entrar

Página 16

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

queremos aprender de esa persona y nos acercamos a ella sin tiempo, con humildad de corazón, con disponibilidad, con actitud de apertura. Cabe preguntarnos: ¿qué importancia tiene la Palabra de Dios en nuestra vida?, ¿cuánto tiempo reservamos diariamente para ella?, ¿con qué actitud nos acercamos a ella? El reto está en adaptarnos al ritmo diario que nos marca la Palabra, dejar que nos vaya modelando, formando, transformando, con la misma docilidad que el barro tiene en manos del alfarero, para que poco a poco, regados constantemente por su Gracia, modelados con ternura y misericordia, seamos canal a través del cual Dios hable al mundo. Somos esa tierra buena sobre la que el Sembrador sale cada mañana a sembrar, tierra que se abre, que hace hueco a la semilla, que la acoge y envuelve en lo más secreto mientras germina sin que nadie sepa cómo. Somos afortunados, hermanos, ¡qué hermosa responsabilidad! Se nos brinda la oportunidad de comenzar cada jornada preguntándole al Señor qué novedad nos regala para el día que estrenamos. Es momento para escuchar, para acoger, para meditar, para dejar que la Palabra ilumine y dé sentido a todo lo que vivamos a lo largo de la jornada.19

19

en otro ámbito de serena atención. No vale la pena dedicarse a leer un texto bíblico si uno quiere obtener resultados rápidos, fáciles o inmediatos… requiere amor. Uno sólo le dedica un tiempo gratuito y sin prisa a las cosas o a las personas que ama; y aquí se trata de amar a Dios que ha querido hablar. A partir de ese amor, uno puede detenerse todo el tiempo que sea necesario, con una actitud de discípulo: ‘habla, Señor, que tu siervo escucha (1S 3, 9)” Nos dice Cencini que la Palabra de Dios son los “buenos días” con que Dios nos saluda al despertar; sin ella nos falta la clave de lectura de nuestra persona, sin ella “el día se presenta vacío y sin sentido; los compromisos se convierten en factor de

Página 17

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

2.2. Cada mañana me espabila el oído20. Con frecuencia en el Evangelio, encontramos a Jesús buscando momentos de intimidad con el Padre, pero también con los suyos, con los doce, a los que ha llamado en primer lugar para que estén con Él, para que escuchen sus palabras, para que su corazón se esponje y sus vidas se vayan transformando. Es fácil, en muchos de estos relatos evangélicos, que Jesús se adelante. Le gusta estar en el lugar indicado antes que nosotros lleguemos… siempre nos está esperando. Así ocurre cada mañana al despertar. El Señor nos espera para hablarnos de Él, para desvelarnos su misterio, para darnos a conocer su vida poco a poco, dejándonos descubrir cada día algo nuevo que responda a los interrogantes que Él mismo suscita en nuestro corazón y a las inquietudes que surgen en nosotros en el momento concreto que nos toca vivir. Nos espera, además, para hablarnos de nosotros mismos, para irnos dando a conocer nuestra identidad, nuestra vocación, aquello a lo que estamos llamados a ser… Son momentos claves en los que, con su Palabra, ilumina cada paso de nuestra vida humana. A veces nos cuesta entender lo que nos quiere decir, por eso es bueno servirnos de alguna herramienta, de algún método que, de manera sistemática, vaya adentrándonos y ayudándonos a vivir en clave de dispersión; las relaciones humanas se vuelven superficiales o ambiguas; los imprevistos, una fractura que rompe el ritmo que yo pretendo imprimir a mi tiempo, mientras que la agitación nerviosa ante la multitud de cosas que tengo que hacer se adueña de la situación y me roba la alegría…”. 20 Cf Is 50, 4.

Página 18

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

discernimiento, confrontando constantemente nuestra vida con la Palabra, el texto sagrado con el “texto de la vida”. A lo largo de la historia de nuestra Iglesia, la lectura orante de la Biblia (lectio divina) ha ayudado a las personas que han querido vivir desde esta clave, siguiendo los cuatro pasos propuestos para ello: lectura, meditación, oración y contemplación (lectio, meditatio, oratio y contemplatio). Después de muchos años escuchando y compartiendo con personas de oración, he ido descubriendo nuevos peldaños de esta especie de escalera que nos introduce en el Misterio. Tendríamos que partir de la preparación que ayude a disponer nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu… nuestro ser, para el encuentro con la Palabra. Hablaríamos así de 4 pasos previos:  Atención: vivimos demasiado dispersos. A menudo, en conversaciones con muchas de las personas a las que acompaño espiritualmente, una de las dificultades con las que se encuentran a la hora de orar es la distracción. Basta proponernos hacer silencio para que nuestro interior se llene de ruido, de ideas y pensamientos que van y vienen… Para poder orar necesitamos descentrarnos de todo ese ruido que fluye en nuestro interior y centrar toda nuestra persona en Dios. La atención en este primer peldaño de nuestra escalera, es un modo de ser, es aprender a vivir tendiendo siempre hacia quien es tu centro, tu motor, tu vida… Dios mismo.

Página 19

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

 Silencio: que no es simple ausencia de palabras. Con frecuencia, en las personas que se inician en el camino de la oración, el silencio se hace algo imposible de alcanzar; tal vez ahí esté el error. El silencio nunca es un objetivo a conseguir, no es el fin que pretendemos alcanzar. En el camino de la oración, el silencio es un medio para poder escuchar, que no podemos improvisar en determinados momentos, sino que requiere práctica y constancia.  Escucha: es fácil aprender a diferenciar entre oír y escuchar. El Diccionario de la Real Academia Española nos dice que oír es “percibir con el oído los sonidos”, mientras que define escuchar como “prestar atención a lo que se oye”. Es importante dar este paso en nuestro camino de preparación para encontrarnos con la Palabra, teniendo en cuenta que aprender a escuchar no significa entender siempre lo que se escucha. Escuchar es dejar que Dios, a través de su Palabra ilumine todas aquellas situaciones con las que nos encontramos cada día, situaciones a las que no sabemos ni podemos dar razón y sentido muchas veces. Cuando aprendemos a escucharlas, se convierten en misterio, dejan de pertenecer al mundo de nuestras ideas y razonamientos y pasan a

Página 20

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

tener un lugar en el corazón, desde donde empezamos a vivirlas.  Espera: cuantas veces decimos o escuchamos decir: “a mí este texto de la Palabra de Dios no me dice nada”… ¿Cuánto tiempo has esperado para que ese texto te diga algo? Necesitamos aprender a esperar, acercarnos a Dios y dejarnos contagiar de su paciencia. La Palabra llega a nuestra vida y necesita su tiempo para resonar en nuestro corazón. Esa espera paciente es el tiempo que necesitamos para hacer hueco en nuestro interior y poder acogerla. Ahora sí estaríamos dispuestos para acercarnos a la Palabra. Los pasos que daremos en este segundo momento serían los siguientes:  Preparación: no sólo de nosotros sino también del lugar, del momento, de todo lo que necesitamos para poder tener tranquilidad y tiempo para encontrarnos con el Señor y su Palabra. Invocamos al Espíritu Santo. A veces vivimos este momento convencidos de ser nosotros los que “hacemos” la oración. En primer lugar, la oración no se “hace”, más bien, se vive… Invocamos al Espíritu para que sea Él quien ore en nosotros, con nosotros, por nosotros…

Página 21

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

 Lectura: al comienzo del libro del Apocalipsis leemos: “dichosos los que lean y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella”21. Leer, escuchar y guardar… Se nos invita a escuchar, por eso la lectura es conveniente hacerla en voz alta, de manera pausada, intentando comprender lo que leemos, repitiendo el texto tantas veces como sean necesarias, hasta que sea capaz de escuchar lo que estoy leyendo.  Meditación: se trata ahora de hacer un recorrido por el texto, versículo a versículo, hasta llegar a comprender lo que dice. Repetir una y otra vez sus palabras, rumiarlas… dejarlas que vayan resonando en nosotros como la lluvia que cae suavemente y va empapando la tierra. Si el paso anterior ponía la Palabra en nuestra boca, la meditación nos ayuda a llevarla al corazón.  Oración: es el momento de hablar con el Señor, de dialogar con Él, de expresarle todo aquello que su Palabra ha despertado en nuestro interior… y es el momento de escuchar lo que Él nos dice.

21

Ap. 1, 3.

Página 22

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

 Contemplación: después del diálogo, entramos en un tiempo de silencio ante el Misterio; un tiempo en el que simplemente “aprendemos a estar” con Él, aprendemos a mirar y a dejarnos mirar, a amar y a dejarnos amar.  Consolación: y de esa contemplación del Misterio surge necesariamente la paz, el gozo, la certeza…  Discernimiento: sólo desde aquí estamos dispuestos a preguntarnos, iluminados por su Palabra, qué quiere Dios de nosotros en este momento de nuestra historia, en esta situación concreta que nos permite vivir.  Deliberación: es el tiempo de elegir, de hacer la opción, de dar el paso… Es, podríamos decir, el momento en el que experimentamos nuestra propia conversión, el momento propicio para que nuestra vida se convierta en respuesta a todo aquello que ha recibido.  Diálogo: del mismo modo que en la oración hablábamos con el Señor sobre aquello que el texto bíblico suscitaba en nosotros, en este momento hablamos con Él sobre aquello que el texto de nuestra propia vida nos dice al verse iluminada por su Palabra.  Acción: que podríamos traducir por compromiso real. Es el momento en el que dejamos que la Palabra que hemos acogido, que hemos escuchado, que hemos orado, se encarne, convirtiéndonos en testigos reales y creíbles en

Página 23

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

quienes la Palabra se realiza: “hoy se cumple esta Palabra que acabáis de oír”22. No es difícil encontrar maestros de oración que, además de ayudarnos a entrar en esta dinámica de encuentro con la Palabra, nos animen a escribir la Lectio, porque escribirla nos ayuda a “elaborarla y valorarla, a concretarla y personalizarla, a comprender mejor su sentido objetivo y subjetivo, a comprometerse con él y a implicarse, a volver sobre lo ya escrito para enriquecerlo o corregirlo o profundizar en ello, sin arriesgarse a olvidarlo; ayuda a conservar su valor, a dar un toque definitivo a las propias reflexiones; a asumir… la responsabilidad de la reflexión, pero, sobre todo, la responsabilidad de la vida; ayuda a que esa experiencia se convierta en sabiduría, es decir, que la iluminación no desaparezca, sino que se convierta en parte, aunque modificándola, de la propia lectura y comprensión de la historia; en parte de mi percepción de los demás y de la interpretación que hago de las relaciones; en parte de la propia identidad, de manera estable y definitiva”23. Escribir la Lectio nos ayuda a recordar, a fijar en el corazón aquellas luces que hemos recibido, a tener presente a lo largo de nuestra jornada todo aquello que el Señor nos ha subrayado en el tiempo de oración, a aprender a contarnos y a contar a otros la Palabra orada.

22 23

Lc 4, 21. Cf A. CENCINI, La vida al ritmo de la Palabra. Cómo dejarse plasmar por la Escritura, Ed. San Pablo, 22009, p. 29-30

Página 24

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Este momento de encuentro con el Señor y su Palabra debe estar presente de una u otra forma a lo largo de todo nuestro día, encarnándose y haciéndose vida en cada situación que nos toque vivir. Quedarnos sólo en gustar la Palabra durante el tiempo que dediquemos a este primer momento del día, puede hacer que nuestro corazón no sea tierra buena, sino terreno pedregoso… que acoge la Palabra con el frescor de la mañana, pero pronto se olvida de ella cuando se introduce en el ritmo propio de la jornada diaria…24 Si esto es así, si de verdad somos tierra buena, será normal terminar nuestro día del mismo modo que lo comenzamos, delante del Señor. Si en la mañana acogíamos la Palabra que el Señor nos regalaba, al anochecer, ponemos en sus manos esa Palabra unida a todos los momentos vividos a lo largo de la jornada. Is 55, 10-11 nos recuerda que la Palabra de Dios no vuelve al Padre de la misma manera que salió de su boca. Regresa a Él enriquecida por todo lo que ha obrado en nuestro corazón si de 24

En el libro citado en la nota anterior, en la página 39, Cencini nos dirá que el encuentro entre la Palabra y la vida “será lo que permitirá que la Palabra se desarrolle plenamente, que se entienda toda su riqueza, que se cumpla de manera siempre nueva e inédita para la salvación… En este cumplimiento, o en todas las fases que conducen a él, consiste nuestra formación permanente de cada día. ¿De qué sirve cuidar la meditación realizada según las reglas modernas y clásicas de la lectio, si queda dentro de un espacio estrecho y bien delimitado? ¿de qué sirve meditar, pasando de manera ordenada y con cierto sosiego por la lectio, la meditatio, la oratio, la contemplatio y la discretio, si, posteriormente, todo esto no se prolonga a lo largo del día? ¿cómo puede hablarse de unidad de vida en torno a la Palabra, si el creyente no halla el modo de prolongar, durante sus actividades cotidianas, su relación con esa Palabra específica?”

Página 25

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

verdad hemos sabido ser, como María, útero que acoge, engendra y da a luz. Es el momento de mirar nuestro día, de dar gracias por todo lo vivido, de pedir perdón por todo aquello que no hemos sabido o no hemos dejado que aconteciera; es el momento de adentrarnos en la paz del Señor y disfrutar de su descanso, preparándonos para afrontar con ilusión y esperanza la sorpresa de una nueva jornada. 2.3. Otros momentos de encuentro con la Palabra. Esta propuesta de formación diaria desde la Palabra, digamos que se ve complementada por otros ritmos que nos vienen marcados por la propia liturgia de la Iglesia, por las propuestas de las Instituciones, movimientos… a los que pertenecemos. El encuentro semanal, por ejemplo, vendrá marcado por la centralidad del Domingo como momento de referencia de nuestra vida cristiana. Si el encuentro con la Palabra en la mañana marcaba nuestro día, abriendo y cerrando nuestra jornada, el Domingo nos da la clave para vivir nuestra semana. El encuentro mensual vendrá marcado por encuentros formativos, retiros… Tiempos más largos de silencio, oración, reflexión, que nos ayuden a parar, a tomarnos el pulso, a revisar el proyecto personal que hicimos al comienzo del curso. Del mismo modo, cada año es bueno tener la oportunidad de buscar días para adentrarnos en la experiencia de encuentro con el Señor y su Palabra a través de cursos de formación más completos, de días de Ejercicios Espirituales que nos ayuden a Página 26

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

revisar el momento concreto de la vida en el que estamos y a plantear con el Señor el proyecto que vamos a vivir a lo largo del año.

3. TRANS-FORMADOS EN CRISTO, TESTIGOS DE ESPERANZA Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: “quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.” Entró, pues, y se quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: “¿no estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: “¡es verdad! ¡el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!”. Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan”. (Lc 24, 28-35) “Él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le rogaron insistentemente: ’quédate con nosotros, porque atardece’”. El camino hasta Emaús ha ocupado toda la jornada; escuchar las

Página 27

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

palabras de Jesús ha despertado el corazón de los dos discípulos: ¿despiertan también el mío, el nuestro? Atardece y declina el día cada vez que dejamos que Jesús se quede en la puerta de nuestra vida, de nuestra comunidad, de nuestro grupo. Hemos recorrido con Él el camino, hemos escuchado su Palabra; es el momento de abrir el corazón para que entre en nuestra casa, en nuestra vida, para que comparta nuestra mesa: “estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo”25. Deseo y sueño, como Obispo de esta Diócesis, que esta nueva etapa que ahora comenzamos en nuestro Sínodo diocesano, sea oportunidad para crear verdaderos cenáculos en nuestras parroquias, en nuestras comunidades y grupos, donde podamos compartir sin prisa la vida y la fe, donde podamos formarnos y dejarnos transformar, donde cada persona se convierta en hermano, donde empecemos a hacer realidad esa revolución de la ternura de la que nos habla el Papa Francisco y que sólo puede darse cuando aprendemos a salir de nosotros mismos y nos sentimos peregrinos caminando hacia el corazón del otro. Perdamos el miedo al encuentro verdadero con el hermano en Cristo. “El Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la 25

Ap 3, 20.

Página 28

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura” 26. ¡Qué gran responsabilidad la que el Señor pone en nuestras manos en este momento de nuestra historia! Tomarnos en serio el Evangelio, dejar que nuestra vida sea de verdad carta que Dios escribe para los demás; creernos que cada vez que nos sentamos a la mesa de la Eucaristía con el Señor, por Él, con Él y en Él somos ofrecidos al Padre y transformados en Él. Creernos esto de verdad tiene necesariamente que transformar nuestra vida y la de nuestras comunidades, grupos, parroquias… y la vida de nuestra Iglesia diocesana. No podemos quedarnos en Emaús añorando los años vividos; nos toca salir a los caminos y ser testigos de lo que hemos visto y oído. “Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos… y contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan”. Los discípulos vuelven a Jerusalén. Es el mismo recorrido pero ¿es el mismo camino? ¡¡no!! El que ahora inician es un nuevo camino marcado por la esperanza. Podríamos preguntarnos contemplando la escena: ¿qué claves han cambiado? ¿cómo asumen los discípulos la cruz y el sufrimiento que les hacía abandonar el lugar al que ahora regresan?

26

EG, 88.

Página 29

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Tal vez nos ayuden también a nosotros estas preguntas ¿dónde estamos? ¿hemos iniciado ya el camino de regreso hacia Jerusalén? ¿qué claves marcan nuestro momento actual? ¿cómo asumimos las situaciones de cruz, de sufrimiento, de dificultad, en nuestra realidad personal y pastoral? Encontrarse con Jesús, escuchar sus palabras y compartir la mesa de la Eucaristía ha transformado a los dos peregrinos en testigos de esperanza, “quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La palabra recibida se convierte en respuesta, confesión y, de este modo, resuena para los otros, invitándolos a creer”27. Ya no pueden callar, su vida se convierte en palabra que grita y testimonia que Cristo vive. Ya no les mueve el miedo de correr la misma suerte que el Maestro porque ahora han descubierto el verdadero sentido de su vida: donarla, ponerla al servicio de los otros, entregarla, es la mejor manera de “ganarla” porque “quien quiera salvar su vida la perderá, pero quien pierda su vida por Mí, la encontrará”28. Queridos hermanos, aprendamos de ellos y perdamos el miedo a salir de nosotros mismos, a afrontar juntos nuevos retos, a buscar juntos respuestas y caminos que nos ayuden a salir de donde estamos instalados y a llegar a cada rincón de nuestra Diócesis, de nuestras vidas… que necesite ser iluminado. “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar esta 27

PAPA FRANCISCO, Carta encíclica Lumen Fidei (29 junio de 2013), 37. En las notas sucesivas, la carta encíclica será citada por las siglas LF y el número correspondiente. 28 Mt 16, 25.

Página 30

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

llamada: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”29 4. TRANS-FORMADOS POR CRISTO, PARA SER MISERICORDIA Y todo ello vivido desde la clave de la misericordia. Sólo la persona que se deja mirar por el Señor, que se deja tocar por Él el corazón, que aprende a escuchar sus palabras, experimenta en sí la riqueza de ser pobre, pequeño, humilde. Sólo entonces la vida se convierte en un canto de alabanza porque Dios ha hecho obras grandes con nuestra realidad y necesitamos cantar y proclamar cada día su misericordia y su fidelidad con nosotros. La experiencia de Emaús puede ayudarnos a situar el momento actual de nuestro Sínodo diocesano. Por delante tenemos todo un curso para reunirnos en grupos sinodales, para sentarnos como comunidad, a la mesa del Maestro, para orar, reflexionar, compartir inquietudes y hacer propuestas concretas sobre los temas elegidos. El camino de Emaús nos lanza a cantar las misericordias del Señor por descubrir que hace obras grandes en nosotros, nos lleva a experimentar el gozo de sabernos dichosos y llamados a alcanzar de Dios su misericordia, para ser, como el Padre, misericordia en medio de nuestro mundo al estilo de la primera comunidad cristiana.

29

EG, 20.

Página 31

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

4.1. Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Decía San Agustín que es propio del que está enamorado cantar con júbilo. El canto nos ayuda muchas veces a expresar el gozo que vive el corazón. A esto nos invita también el salmo 88, a vivir cantando las misericordias del Señor y anunciando su fidelidad, pero… ¿en qué consiste vivir cantando las misericordias del Dios de la vida? Contemplar la misericordia del Señor es abrirse a la paternidad de Dios que nos deja entrar en su corazón misericordioso, que opta una y otra vez por los pobres, los humildes, los sencillos… Esta experiencia de la misericordia de Dios sólo podemos vivirla desde la clave del encuentro continuo con Él a través de la oración, de la lectio divina, de la participación en la Eucaristía y en el sacramento del Perdón, del encuentro con Él en los hermanos, porque sólo desde ahí podemos gustar y ver lo bueno que es el Señor, como nos recuerda el salmo 33. La persona sabia es la que vive hambrienta de Dios y su Palabra, la que ha saboreado su amor y su misericordia, la que se siente lanzada por este mismo amor misericordioso a contar y transmitir a todos cuán grande es el Amor que Dios nos tiene. Saborear y gustar su amor y misericordia, como hicieron los apóstoles, es la base de toda evangelización y ésta es, como nos recordaba Pablo VI en Evangelii nuntiandi, la vocación de la Iglesia.

Página 32

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

En nuestro XIV Sínodo diocesano, nuestra Iglesia se siente impulsada y llamada a transmitir la fe en una sociedad que cada vez se siente más ajena a lo que ofrece el Evangelio, por eso no puede evangelizar y ser transmisor de vida plena, quien no se siente llamado cada día a la conversión personal y pastoral que nace de una profunda experiencia de la Misericordia del Señor. Quien no ha experimentado la misericordia no puede cantar y proclamar con su vida la Buena Nueva del Corazón misericordioso de Dios. 4.2. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. El fruto de la contemplación de la misericordia del Señor es un corazón misericordioso que vive la caridad y la transmite a los hermanos que el Señor va poniendo en su camino. En la Carta Magna del cristianismo (Mt 5, Lc 4), el Señor nos asegura que seremos felices y dichosos si somos capaces de tener un corazón misericordioso como el suyo, el Corazón de Cristo, fuente y vida de Misericordia entrañable. Cada vez que voy a Tierra Santa, ante el Monte de las Bienaventuranzas, me pregunto: ¿me siento dichoso, Señor, de seguirte?, ¿estoy convencido de que para alcanzar misericordia tengo que tener un corazón misericordioso como el Tuyo?... Esta nueva etapa del Sínodo, vivido en el Jubileo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco, es para nosotros oportunidad para sensibilizar a una sociedad que tiene que aprender a mirar a los empobrecidos y sufrientes de la humanidad. Como Iglesia diocesana, ésta ha de ser siempre

Página 33

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

nuestra “asignatura pendiente”: entregar nuestra vida a los necesitados, potenciar Cáritas y todas las instituciones de Iglesia que tienen como misión ser corazón misericordioso que lleve la Buena Noticia a los que sufren la precariedad y viven en las periferias del sufrimiento. Mientras haya personas que vivan por debajo de lo que exige la dignidad humana, nuestra sociedad estará en crisis. Es necesario seguir trabajando para que desaparezca el paro, para que cada vez sean menos los jóvenes que viven la desilusión y la desesperanza de no encontrar trabajo, para que cada vez sean menos las familias que viven estrecheces y no saben qué hacer para llegar a fin de mes… Tener un corazón misericordioso, es tener la capacidad de acoger y ofrecer la ternura del Corazón de Cristo a los pobres, a cada ser humano en la situación concreta en la que se encuentre. Nuestra Diócesis ha dado pasos de gigante en esta nueva etapa evangelizadora, pero no son suficientes. El amor a Jesús nos lleva a descubrir que no existe alegría más grande que gastarse y desgastarse en el servicio a los necesitados, a los que no tienen a Jesús, a los pobres, a los “cansados y agobiados”, a los que viven en las periferias geográficas, existenciales y personales… Tener un corazón misericordioso debe ser la tendencia y el fruto de nuestro Sínodo diocesano. 4.3. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. Algunos exegetas traducen el texto original por “sed perfectos”, otros prefieren hacerlo por “sed misericordiosos”

Página 34

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

porque parece que el término se acerca más a la palabra auténtica pronunciada por Jesús. “Sed misericordiosos” se parece más a la ternura del Padre, al Corazón bueno de Jesús que, por el Espíritu Santo, nos nueve a la senda de los empobrecidos, de los preferidos del Amor de Dios. Todos compartimos, por el Bautismo, la vida y la misión de la Iglesia, por eso nuestro Sínodo nos propone profundizar también en la misión de los laicos. Nuestra Iglesia necesita un laicado, como propone el Vaticano II, que tenga como “alma” del apostolado seglar ser misericordiosos como el Padre es misericordioso. Esto es clave si queremos una presencia significativa de un laicado en las entrañas del mundo. La vocación del laico es una llamada a transformar el mundo según el Corazón de Dios. Es en el trabajo, en lo social, en la política, en la cultura, en la familia, donde es más necesario ser luz y sal, porque vosotros sois la luz del mundo, la sal de la tierra, y si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará?30. Vosotros sois la luz y el sabor desde el Señor y su misericordia para mirar al mundo con la ternura de Dios y recordarle que es amado y querido por Él, porque “de tal manera amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo Único, para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna”31. La vocación a la santidad a la que somos llamados por el Bautismo, nos invita a estrenar el “estar en el mundo” con una humanidad nueva, con corazón misericordioso, no con un estilo 30 31

Mt 5, 13-16. Jn 3, 16.

Página 35

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

“mundano” en el que prevalezca el poder, el tener, el éxito… sino con el “aire” de Jesús, al estilo de su Corazón. Sólo así haremos bien a la humanidad. 4.4. Los cristianos tenían un solo corazón. El convencimiento de “caminar juntos con Cristo para buscar, renovar y fortalecer la fe” nos exige la conversión personal y pastoral, nos exhorta a vivir con “entrañas de misericordia”. Otro de los temas que oraremos y reflexionaremos en nuestros grupos sinodales será la organización pastoral de nuestra Diócesis, para que sea más evangélica, más sencilla, para que busque siempre una mayor fecundidad en la evangelización. Es necesario que vivamos “con un solo corazón”, como fruto de una vivencia profunda de la misericordia del Señor a la que somos convocados en este gran jubileo. Somos llamados a vivir dentro de la Iglesia, desde el gozo de ser familia que hace creíble el Evangelio y de la que se puede decir: “mirad cómo se aman”. Somos llamados a la corresponsabilidad que exige buscar entre todos los caminos adecuados para que nuestra organización diocesana responda cada vez más al proyecto del Amor Misericordioso de Dios. Somos llamados, en estos momentos de la historia, a responder generosamente a la invitación que el Señor nos hace para evangelizar. Es cierto que en nuestra Diócesis contamos con personas y medios para hacer frente, con una confianza ilimitada en el Señor, a los nuevos retos que se nos plantean, pero entre esas personas tal vez aún faltes tú. El que otros ya estén

Página 36

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

respondiendo no exime nuestra aportación, nuestra entrega y bien hacer. Sigamos trabajando juntos, sigamos caminando juntos con Cristo, sabiendo que en la medida en que vivimos unidos al Amor de Cristo, Él siembra nuestro corazón de la alegría de ser “misericordia entrañable” para una Iglesia que quiere ser vida en Jesús. Vivamos, como comunidad cristiana, la certeza de ser todos llamados en estos momentos de la historia a responder generosamente a la invitación que el Señor nos hace a evangelizar, dotando a nuestra Diócesis de personas y de medios para hacer frente y responder generosamente, con una confianza ilimitada en el Señor. 5. MARÍA, TRANS-FORMADA POR LA PALABRA … la simiente es la palabra de Dios… buena tierra son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia… (Lc 8, 11.15) Volver a Jerusalén supone también encontrarse con María. Allí está… en el cenáculo, en paciente espera, sosteniendo a los discípulos con su presencia y su oración. María siempre ha sido punto de referencia para todos los que, a lo largo de la historia, queremos responder a la llamada que el Señor nos hace. Ella es la buena tierra. Es la que ha sabido

Página 37

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

acoger y escuchar con corazón noble y generoso la Palabra que Dios ha ido pronunciando a lo largo de los tiempos. Es Madre de Misericordia, porque ha sabido fijar sus ojos en los ojos del Señor y, desde ellos, mirar a los ojos del ser humano. Miremos a María y aprendamos de Ella el arte de dejarnos formar y transformar. Su vida entera es “lectura orante” del Dios-Palabra, al que presta atención y convierte en el centro de su vida, al que escucha en silencio y espera con paciencia, al que hace hueco para que pueda resonar en su interior, al que engendra en su corazón y en su vida y da a luz en la realidad concreta que vive y viven quienes la rodean. Al comenzar este nuevo curso, os invito a contemplar a María. Buscad tiempo para leer y orar el Evangelio, deteniéndoos y contemplando aquellos pasajes en los que Ella aparece. Sencillamente observad, escuchad, aprended y poned en práctica. Madre, en tus manos quiero confiar el curso pastoral que ahora comenzamos… contigo quiero pronunciar el “hágase” a todo aquello que Dios vaya permitiendo y el Espíritu suscite en el corazón de cada hermano que comparte conmigo este camino. Ayúdame… ayúdanos a ser hombres y mujeres de Palabra… capaces de encarnar el Evangelio en el hoy que vivimos… Haznos, como Tú, testigos creíbles que contagien a Dios con su vida, que pierdan el miedo a salir de sí mismos y de las propias

Página 38

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

seguridades, afrontando, con corazón abierto, los grandes retos que el mundo nos propone cada día. Madre, acompáñanos a recorrer diariamente el camino que nos lleva al corazón del otro, del hermano. Haznos hombres y mujeres contemplativos, capaces de intuir y adelantarnos a las necesidades de los demás. Haznos hombres y mujeres de misericordia, capaces de ser bálsamo que alivie y sane las heridas del corazón de los hermanos. Que esta nueva etapa del XIV Sínodo diocesano, sepamos vivirla como momento de Gracia, como oportunidad de encuentro que haga posible convertir nuestras parroquias, nuestras comunidades, grupos, movimientos… en verdaderos cenáculos donde compartir la vida, la fe, la Palabra… Amén. Confío y espero encontrarme con todos y cada uno de vosotros en el camino que ahora comenzamos. Recibid mi cariño y bendición. Contad cada día con mi oración. Yo también cuento con la vuestra. + Francisco Cerro Chaves Obispo de Coria-Cáceres Cáceres, 8 de diciembre de 2015 Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María

Página 39

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Página 40

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Página 41

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Página 42

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

UN AÑO JUBILAR

He pensado con frecuencia de qué forma la Iglesia puede hacer más evidente su misión de ser testigo de la misericordia. Es un camino que se inicia con una conversión espiritual; y tenemos que recorrer ese camino. Por eso he decidido convocar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios. Será un Año santo de la misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la Palabra del Señor: “sed misericordiosos como el Padre” (Lc 6, 36). Este Año santo se iniciará en la próxima solemnidad de la Inmaculada Concepción y se concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la Misericordia del Padre.

Página 43

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

La Iglesia católica ha dado al jubileo hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo, es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano. Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone en el centro de atención al Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia. El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientras el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. El rito de apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación. Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien, ya como obispo, había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” [vió Jesús a un publicano, y como le miró con

Página 44

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

sentimiento de amor y le eligió, le dijo: sígueme]. Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. En el primer ángelus, después de su elección, el Santo Padre decía que “misericordia” es la palabra que cambia todo… “es lo mejor que podemos escuchar: cambia el corazón del mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia…”32 “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia… y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales…”33 “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia…”34 MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE El logo y el lema del Año Jubilar son una buena síntesis de lo que será este año de la Misericordia. Con el lema “Misericordiosos como el Padre”, se propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida. El logo, obra del jesuita Marko I. Rupnik, se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, 32

PAPA FRANCISCO, Ángelus del 17 de marzo de 2013. PAPA FRANCISCO, Ángelus del 11 de enero de 2015. 34 PAPA FRANCISCO, Mensaje para la cuaresma del 2015. 33

Página 45

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, porque indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su Encarnación con la Redención. En el dibujo descubrimos al Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, con un Amor capaz de cambiarle la vida. El Buen Pastor que, con extrema misericordia, carga sobre sí la humanidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro de la mandorla que es también una figura importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca la presencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.

Página 46

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

ORACIÓN OFICIAL PARA EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA Señor Jesucristo, Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la mujer adúltera y a María Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro después de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuchemos como propia la palabra que dijiste a la mujer samaritana: ¡si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Página 47

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Noticia a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a Ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Página 48

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

MISERICORDIAE VULTUS Bula de convocación del Jubileo extraordinario de la Misericordia

Francisco, obispo de Roma, siervo de los siervos de Dios a cuantos lean esta carta, gracia, misericordia y paz.

1. Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, “rico de misericordia” (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como “Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad” (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la “plenitud del tiempo” (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cf Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona35 revela la misericordia de Dios.

35

Cf Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución dogmática Dei Verbum, 4.

Página 49

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

2. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia es la vía que une a Dios y al hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado. 3. Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes. El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor (cf Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. En esta

Página 50

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entre podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la Misericordia. A juicio del Ordinario, también se podrán abrir en los Santuarios, meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia se sienten tocados en el corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular, entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de toda la Iglesia. 4. He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del concilio ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento. Con aquel se iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un

Página 51

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

modo más comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe. La Iglesia sentía la responsabilidad de ser en el mundo signo vivo del amor del Padre. Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que san Juan XXIII pronunció en la apertura del Concilio para indicar el camino a seguir: “En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad […] La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”36. En el mismo horizonte se colocaba también el beato Pablo VI quien, en la Conclusión del Concilio, se expresaba de esta manera: “Queremos más bien notar cómo la religión de nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad […] La antigua historia del samaritano ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio […] Una corriente de afecto y admiración se ha volcado del Concilio hacia el mundo moderno. Ha reprobado los errores, sí, porque lo exige, no menos la caridad que la verdad, pero, para las personas, sólo invitación, respeto y amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de deprimentes 36

Discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, Gaudet Mater Ecclesia, 11 de octubre de 1962, 2-3.

Página 52

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

diagnósticos, remedios alentadores, en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza: sus valores no sólo han sido respetados sino honrados, sostenidos sus incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y bendecidas […] Otra cosa debemos destacar aún: toda esta riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: servir al hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus necesidades”37. Con estos sentimientos de agradecimiento por cuanto la Iglesia ha recibido y de responsabilidad por la tarea que nos espera, atravesaremos la Puerta Santa, en la plena confianza de sabernos acompañados por la fuerza del Señor Resucitado que continua sosteniendo nuestra peregrinación. Que el Espíritu Santo, que conduce los pasos de los creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia38. 5. El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda 37 38

Alocución en la última session pública, 7 de diciembre de 1965. Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución dogmática Lumen Gentium, 16; Constitución pastoral Gaudium et spes, 15.

Página 53

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el futuro próximo. ¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros. 6. “Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia”39. Las palabras de santo Tomás de Aquino muestran que la misericordia divina no es en absoluto un signo de debilidad, sino más bien la cualidad de la omnipotencia de Dios. Es por esto que la liturgia, en una de las colectas más antiguas, invita a orar diciendo: “Oh Dios que revelas tu omnipotencia sobre todo en la misericordia y el perdón”40. Dios será siempre para la humanidad como Aquel que está presente, cercano, providente, santo y misericordioso. “Paciente y misericordioso” es el binomio que a menudo aparece en el Antiguo Testamento para describir la naturaleza de Dios. Su ser misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción. Los Salmos, de modo particular, destacan esta grandeza del proceder divino: “Él perdona todas tus culpas, y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia” (103,34). De una manera aún más explícita, otro Salmo testimonia los 39 40

SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologiae, II-II, q. 30, a. 4. XXVI domingo del tiempo ordinario. Esta colecta se encuentra ya en el siglo VIII, entre los textos eucológicos del Sacramentario Gelasiano (1198).

Página 54

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

signos concretos de su misericordia: “Él Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y levanta al caído; el Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor ama a los justos y entorpece el camino de los malvados” (146,7-9). Por último, he aquí otras expresiones del salmista: “El Señor sana los corazones afligidos y les venda sus heridas […] El Señor sostiene a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo” (147,3.6). Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón. 7. “Eterna es su misericordia”: es el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136 mientras se narra la historia de la revelación de Dios. En razón de la misericordia, todas las vicisitudes del Antiguo Testamento están cargadas de un profundo valor salvífico. La misericordia hace de la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación. Repetir continuamente “Eterna es su misericordia”, como lo hace el Salmo, parece un intento por romper el círculo del espacio y del tiempo para introducirlo todo en el misterio eterno del amor. Es como si se quisiera decir que no solo en la historia, sino por toda la eternidad el hombre estará siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre. No es casual que el pueblo de Israel

Página 55

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

haya querido integrar este Salmo, el grande hallel como es conocido, en las fiestas litúrgicas más importantes. Antes de la Pasión Jesús oró con este Salmo de la misericordia. Lo atestigua el evangelista Mateo cuando dice que “después de haber cantado el himno” (26,30), Jesús con sus discípulos salieron hacia el Monte de los Olivos. Mientras instituía la Eucaristía, como memorial perenne de su persona y de su Pascua, puso simbólicamente este acto supremo de la Revelación a la luz de la misericordia. En este mismo horizonte de la misericordia, Jesús vivió su pasión y muerte, consciente del gran misterio del amor de Dios que se habría de cumplir en la cruz. Saber que Jesús mismo hizo oración con este Salmo, lo hace para nosotros los cristianos aún más importante y nos compromete a incorporar este estribillo en nuestra oración de alabanza cotidiana: “Eterna es su misericordia”. 8. Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. “Dios es amor” (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo

Página 56

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión. Jesús, delante a la multitud de personas que lo seguían, viendo que estaban cansadas y extenuadas, perdidas y sin guía, sintió desde lo más profundo del corazón una intensa compasión por ellas (cf Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curó a los enfermos que le presentaban (cf Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmó el hambre de grandes muchedumbres (cf Mt 15,37). Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales. Cuando encontró a la viuda de Naim, que llevaba su único hijo al sepulcro, sintió gran compasión por el inmenso dolor de la madre en lágrimas, y le devolvió a su hijo resucitándolo de la muerte (cf Lc 7,15). Después de haber liberado el endemoniado de Gerasa, le confía esta misión: “Anuncia todo lo que el Señor te ha hecho y la misericordia que ha obrado contigo” (Mc 5,19). También la vocación de Mateo se coloca en el horizonte de la misericordia. Pasando delante del banco de los impuestos, los ojos de Jesús se posan sobre los de Mateo. Era una mirada cargada de misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de los otros discípulos, lo escoge a él, el pecador y publicano, para que sea uno de los Doce. San Beda el Venerable, comentando esta escena del Evangelio, escribió que Jesús miró a Mateo con amor misericordioso y lo eligió: miserando atque eligendo41. Siempre me ha cautivado esta expresión, tanto que quise hacerla mi propio lema. 41

Cf Hom. 21: CCL 122, 149-151.

Página 57

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

9. En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta que no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas, tres en particular: la de la oveja perdida, la de la moneda extraviada y la del padre y los dos hijos (cf Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón. De otra parábola, además, podemos extraer una enseñanza para nuestro estilo de vida cristiano. Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario perdonar, Jesús responde: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete” (Mt 18,22) y pronunció la parábola del siervo despiadado. Este, llamado por el patrón a restituir una grande suma, le suplica de rodillas y el patrón le condona la deuda. Pero inmediatamente encuentra otro siervo como él que le debía unos pocos céntimos, el cual le suplica de rodillas que tenga piedad, pero él se niega y lo hace encarcelar. Entonces el patrón, advertido del hecho, se irrita mucho y volviendo a llamar a aquel siervo le dice: “¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?” (Mt 18,33). Y Jesús concluye: “Lo mismo hará también mi Padre celestial con vosotros, si no perdonan de corazón a sus hermanos” (Mt 18,35).

Página 58

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

La parábola ofrece una profunda enseñanza a cada uno de nosotros. Jesús afirma que la misericordia no solo afecta al obrar del Padre, sino que se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus hijos. Por tanto, estamos llamados a vivir en misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Qué difícil es muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Apartar de nosotros el rencor, la rabia, la violencia y la venganza es la condición necesaria para vivir felices. Acojamos entonces la exhortación del Apóstol: “No permitan que la noche los sorprenda enojados” (Ef 4,26). Y sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. “Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia” (Mt 5,7) es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante este Año Santo. Como se puede notar, la misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible y tangible. El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma

Página 59

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

amplitud de onda por donde se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros. 10. La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia “vive un deseo inagotable de brindar misericordia”42. Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia. Por una parte, la tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar se trata del primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa. Por otra parte, es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse. Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado. Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza.

42

Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 24.

Página 60

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

11. No podemos olvidar la gran enseñanza que san Juan Pablo II ofreció en su segunda encíclica Dives in misericordia, que en su momento llegó sin ser esperada y tomó a muchos por sorpresa en razón del tema que afrontaba. Dos pasajes en particular quiero recordar. Ante todo, el santo Papa hacía notar el olvido del tema de la misericordia en la cultura presente: “La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y el concepto de misericordia parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien, gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más que en el pasado (cf Gén 1,28). Tal dominio sobre la tierra, entendido tal vez unilateral y superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia […] Debido a esto, en la situación actual de la Iglesia y del mundo, muchos hombres y muchos ambientes guiados por un vivo sentido de fe se dirigen, yo diría casi espontáneamente, a la misericordia de Dios”43. Además, san Juan Pablo II motivaba con estas palabras la urgencia de anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo: “Ella está dictada por el amor al hombre, a todo lo que es humano y que, según la intuición de gran parte de los contemporáneos, está amenazado por un peligro inmenso. El misterio de Cristo […] me obliga al mismo tiempo a proclamar la misericordia como amor compasivo de Dios, revelado en el 43

JUAN PABLO II, carta encíclica Dives in misericordia, 2.

Página 61

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

mismo misterio de Cristo. Ello me obliga también a recurrir a tal misericordia y a implorarla en esta difícil, crítica fase de la historia de la Iglesia y del mundo”44. Esta enseñanza es hoy más que nunca actual y merece ser retomada en este Año Santo. Acojamos nuevamente sus palabras: “La Iglesia vive una vida auténtica, cuando profesa y proclama la misericordia – el atributo más estupendo del Creador y del Redentor – y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador, de las que es depositaria y dispensadora”45. 12. La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno. En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de uno mismo, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En 44 45

Ib, 15. Ib, 13.

Página 62

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia. 13. Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: “Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso” (Lc 6,36). Es un programa de vida tan comprometedor como rico de alegría y de paz. El imperativo de Jesús se dirige a cuantos escuchan su voz (cf Lc 6,27). Para ser capaces de misericordia, entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Esto significa recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige. De este modo es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida. 14. La peregrinación es un signo peculiar en el Año Santo, porque es imagen del camino que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada. También para llegar a la Puerta Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno deberá realizar, de acuerdo con las propias fuerzas, una peregrinación. Esto será un signo del hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio. La peregrinación, entonces, será estímulo para la conversión: atravesando la Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros.

Página 63

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

El Señor Jesús indica las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar esta meta: “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la medida que midáis” (Lc 6,37-38). Dice, ante todo, no juzgar y no condenar. Si no se quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal hacen las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidia! Hablar mal del propio hermano en su ausencia equivale a exponerlo al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme. No juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo. Sin embargo, esto no es todavía suficiente para manifestar la misericordia. Jesús pide también perdonar y dar. Ser instrumentos del perdón, porque hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios. Ser generosos con todos sabiendo que también Dios dispensa sobre nosotros su benevolencia con magnanimidad. Así entonces, misericordiosos como el Padre es el “lema” del Año Santo. En la misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre, gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos. Es bello que la oración cotidiana de la Iglesia se inicie con estas

Página 64

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

palabras: “Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme” (Sal 70,2). El auxilio que invocamos es ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros llegaremos a ser compasivos con todos. 15. En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Que nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.

Página 65

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. No podemos escapar de las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cf Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la

Página 66

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración a nuestros hermanos y hermanas. En cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos las palabras de san Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”46. 16. En el Evangelio de Lucas encontramos otro aspecto importante para vivir con fe el Jubileo. El evangelista narra que Jesús, un sábado, volvió a Nazaret y, como era costumbre, entró en la Sinagoga. Lo llamaron para que leyera la Escritura y la comentara. El texto era el del profeta Isaías donde está escrito: “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (61,12). “Un año de gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella. La predicación de Jesús se hace de nuevo visible en las respuestas 46

Palabras de luz y de amor, 57.

Página 67

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

de fe que el testimonio de los cristianos está llamado a ofrecer. Nos acompañen las palabras del Apóstol: “El que practica misericordia, que lo haga con alegría” (Rm 12,8). 17. La Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. ¡Cuántas páginas de la Sagrada Escritura pueden ser meditadas en las semanas de Cuaresma para redescubrir el rostro misericordioso del Padre! Con las palabras del profeta Miqueas también nosotros podemos repetir: “Tú, oh Señor, eres un Dios que cancelas la iniquidad y perdonas el pecado, que no mantienes para siempre tu cólera, pues amas la misericordia. Tú, Señor, volverás a compadecerte de nosotros y a tener piedad de tu pueblo. Destruirás nuestras culpas y arrojarás en el fondo del mar todos nuestros pecados” (cfr 7,18-19). Las páginas del profeta Isaías podrán ser meditadas con mayor atención en este tiempo de oración, ayuno y caridad: “Este es el ayuno que yo deseo: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no abandonar a tus semejantes. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu herida se curará rápidamente; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: ‘¡Aquí estoy!’. Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si partes tu pan con el hambriento y sacias al afligido de corazón, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al

Página 68

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

mediodía. El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan” (58,6-11). La iniciativa 24 horas para el Señor, de celebrarse durante el viernes y sábado que anteceden el IV domingo de Cuaresma, debe incrementarse en las Diócesis. Muchas personas están volviendo a acercarse al sacramento de la Reconciliación y entre ellas muchos jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen reencontrar el camino para volver al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la Reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior. Nunca me cansaré de insistir en que los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre. Ser confesores no se improvisa. Se llega a serlo cuando, ante todo, nos hacemos nosotros penitentes en busca de perdón. Nunca olvidemos que ser confesores significa participar de la misma misión de Jesús y ser signo concreto de la continuidad de un amor divino que perdona y que salva. Cada uno de nosotros ha recibido el don del Espíritu Santo para el perdón de los pecados, de esto somos responsables. Ninguno de nosotros es dueño del Sacramento, sino fiel servidor del perdón de Dios. Cada confesor deberá acoger a los fieles como el padre en la parábola del hijo pródigo: un padre que corre al encuentro del hijo aunque hubiese

Página 69

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

dilapidado sus bienes. Los confesores están llamados a abrazar a ese hijo arrepentido que vuelve a casa y a manifestar la alegría por haberlo encontrado. No se cansarán de salir al encuentro también del otro hijo que se quedó afuera, incapaz de alegrarse, para explicarle que su juicio severo es injusto y no tiene ningún sentido delante de la misericordia del Padre que no conoce confines. No harán preguntas impertinentes, sino como el padre de la parábola interrumpirán el discurso preparado por el hijo pródigo, porque serán capaces de percibir en el corazón de cada penitente la invocación de ayuda y la súplica de perdón. En fin, los confesores están llamados a ser siempre, en todas partes, en cada situación y a pesar de todo, el signo del primado de la misericordia. Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están buscando su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir en su misión por las palabras del Apóstol: “Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos” (Rm 11,32).

Página 70

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Todos entonces, sin excluir a nadie, están llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Que los Misioneros vivan esta llamada conscientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, “sumo sacerdote misericordioso y digno de fe” (Heb 2,17). Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan a estos Misioneros, para que sean ante todo predicadores convincentes de la misericordia. Que se organicen en las Diócesis “misiones para el pueblo” de modo que estos Misioneros sean anunciadores de la alegría del perdón. Que se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna. Los Pastores, especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, han de ser solícitos en el invitar a los fieles a acercarse “al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia” (Heb 4,16). 18. Que la palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida. Pienso en modo particular en los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el pecado nunca rechaza a ningún pecador. No caigáis en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y

Página 71

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

dignidad. Es solo una ilusión. No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero no nos da la verdadera felicidad. La violencia usada para amasar fortunas manchadas de sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal. Para todos, tarde o temprano, llega el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar. Que la misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos. La corrupción es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga. Corruptio optimi pessima, decía con razón san Gregorio Magno, para indicar que ninguno puede sentirse inmune a esta tentación. Para erradicarla de la vida personal y social son necesarias prudencia, vigilancia, lealtad, transparencia, unidas al coraje de la denuncia. Si no se la combate abiertamente, tarde o temprano busca cómplices y destruye la existencia. ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas saqueadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir como estáis es sólo fuente de arrogancia, de

Página 72

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia. 19. No será inútil en este contexto recordar la relación existente entre justicia y misericordia. No son dos momentos contrastados entre sí, sino un solo momento que se desarrolla progresivamente hasta alcanzar su culmen en la plenitud del amor. La justicia es un concepto fundamental para la sociedad civil cuando, normalmente, se hace referencia a un orden jurídico a través del cual se aplica la ley. Con la justicia se entiende también que a cada uno debe ser dado lo que le es debido. En la Biblia, muchas veces se hace referencia a la justicia divina y a Dios como juez. Generalmente es entendida como la observación integral de la Ley y como el comportamiento de todo buen israelita conforme a los mandamientos dados por Dios. Esta visión, sin embargo, ha conducido no pocas veces a caer en el legalismo, falsificando su sentido originario y oscureciendo el profundo valor que la justicia tiene. Para superar la perspectiva legalista, sería necesario recordar que en la Sagrada Escritura la justicia es concebida esencialmente como un abandonarse confiado en la voluntad de Dios. Por su parte, Jesús habla muchas veces de la importancia de la fe, más bien que de la observancia de la Ley. Es en este sentido que debemos comprender sus palabras cuando estando a la mesa con Mateo y sus amigos dice a los fariseos que le

Página 73

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

reprochaban que comía con los publicanos y pecadores: “Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mt 9,13). Ante la visión de una justicia como mera observancia de la ley que juzga, dividiendo las personas en justos y pecadores, Jesús se inclina a mostrar el gran don de la misericordia que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y la salvación. Se comprende por qué en presencia de una perspectiva tan liberadora y fuente de renovación, Jesús haya sido rechazado por los fariseos y por los doctores de la Ley. Estos, para ser fieles a la Ley, ponían solo pesos sobre las espaldas de las persona, pero así frustraban la misericordia del Padre. El reclamo a observar la Ley no puede obstaculizar la atención por las necesidades que tocan la dignidad de las personas. Al respecto es muy significativa la referencia que Jesús hace al profeta Oseas: “yo quiero amor, no sacrificio”. Jesús afirma que de ahora en adelante la regla de vida de sus discípulos deberá ser la que da el primado a la misericordia, como Él mismo testimonia compartiendo la mesa con los pecadores. La misericordia, una vez más, se revela como dimensión fundamental de la misión de Jesús. Se trata de un verdadero reto para sus interlocutores que se detienen en el respeto formal de la Ley. Jesús, en cambio, va más allá de la Ley; su compartir con aquellos que la Ley consideraba pecadores permite comprender hasta dónde llega su misericordia.

Página 74

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

También el Apóstol Pablo hizo un recorrido parecido. Antes de encontrar a Jesús en el camino a Damasco, su vida estaba dedicada a perseguir de manera irreprensible la justicia de la Ley (cf Flp 3,6). La conversión a Cristo lo condujo a ampliar su visión precedente al punto que en la carta a los Gálatas afirma: “Hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley” (2,16). Parece que su comprensión de la justicia ha cambiado ahora radicalmente. Pablo pone en primer lugar la fe y no más la Ley. El juicio de Dios no lo constituye la observancia o no de la Ley, sino la fe en Jesucristo, que con su muerte y resurrección trae la salvación junto con la misericordia que justifica. La justicia de Dios se convierte ahora en liberación para cuantos están oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. La justicia de Dios es su perdón (cf Sal 51,11-16). 20. La misericordia no es contraria a la justicia sino que expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer. La experiencia del profeta Oseas viene en nuestra ayuda para mostrarnos la superación de la justicia en dirección hacia la misericordia. La época de este profeta se cuenta entre las más dramáticas de la historia del pueblo hebreo. El Reino está cercano de la destrucción; el pueblo no ha permanecido fiel a la alianza, se ha alejado de Dios y ha perdido la fe de los Padres. Según una lógica humana, es justo que Dios piense en rechazar al pueblo infiel: no ha observado el pacto establecido y por tanto merece la pena correspondiente, el exilio. Las palabras del profeta lo atestiguan: “Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse”

Página 75

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

(Os 11,5). Y sin embargo, después de esta reacción que apela a la justicia, el profeta modifica radicalmente su lenguaje y revela el verdadero rostro de Dios: “Mi corazón se convulsiona dentro de mí, y al mismo tiempo se estremecen mis entrañas. No daré curso al furor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín, porque soy Dios, no un hombre; el Santo en medio de ti y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9). San Agustín, como comentando las palabras del profeta dice: “Es más fácil que Dios contenga la ira que la misericordia”47. Si Dios se detuviera en la justicia dejaría de ser Dios, sería como todos los hombres que invocan respeto por la ley. La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá de la justicia con la misericordia y el perdón. Esto no significa restarle valor a la justicia o hacerla superflua, al contrario. Quien se equivoca deberá expiar la pena. Solo que este no es el fin, sino el inicio de la conversión, porque se experimenta la ternura del perdón. Dios no rechaza la justicia. Él la engloba y la supera en un evento superior donde se experimenta el amor que está en la base de una verdadera justicia. Debemos prestar mucha atención a cuanto escribe Pablo para no caer en el mismo error que el Apóstol reprochaba a sus contemporáneos judíos: “Desconociendo la justicia de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Porque el fin de la Ley es Cristo, para justificación de todo el que cree” (Rm 10,3-4). Esta justicia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón 47

Enarr. in Ps. 76, 11.

Página 76

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

de la muerte y resurrección de Jesucristo. La Cruz de Cristo, entonces, es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre el mundo, porque nos ofrece la certeza del amor y de la vida nueva. 21. El Jubileo lleva también consigo la referencia a la indulgencia. En el Año Santo de la Misericordia ella adquiere una relevancia particular. El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites. En la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace evidente este amor que es capaz incluso de destruir el pecado de los hombres. Dejarse reconciliar con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia. Por tanto, Dios está siempre disponible para el perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada. Todos nosotros, sin embargo, vivimos la experiencia del pecado. Sabemos que estamos llamados a la perfección (cf Mt 5,48), pero sentimos fuerte el peso del pecado. Mientras percibimos la potencia de la gracia que nos transforma, experimentamos también la fuerza del pecado que nos condiciona. Pero más allá del perdón, llevamos en nuestra vida las contradicciones que son consecuencia de nuestros pecados. En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; sin embargo, la huella negativa que los pecados tienen en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece. La misericordia de Dios es incluso más fuerte que esto. Ella se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado.

Página 77

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

La Iglesia vive la comunión de los Santos. En la Eucaristía esta comunión, que es don de Dos, actúa como unión espiritual que nos une a los creyentes con los Santos y los Beatos cuyo número es incalculable (cf Ap 7,4). Su santidad viene en ayuda de nuestra fragilidad, y así la Madre Iglesia es capaz con su oración y su vida de encontrar la debilidad de unos con la santidad de otros. Vivir entonces la indulgencia en el Año Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se extiende sobre toda la vida del creyente. Indulgencia es experimentar la santidad de la Iglesia que hace partícipes a todos de los beneficios de la redención de Cristo, porque el perdón se extiende hasta las extremas consecuencias a las que llega el amor de Dios. Vivamos intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la dispensación de su indulgencia misericordiosa. 22. La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos relaciona con el judaísmo y el Islam, que la consideran uno de los atributos más característicos de Dios. Israel primeramente recibió esta revelación, que permanece en la historia como el comienzo de una riqueza inconmensurable de ofrecer a la entera humanidad. Como hemos visto, las páginas del Antiguo Testamento están entretejidas de misericordia porque narran las obras que el Señor ha realizado en favor de su pueblo en los momentos más difíciles de su historia. El Islam, por su parte, entre los nombres que le atribuye al Creador está el de Misericordioso y Clemente. Esta invocación aparece con frecuencia en los labios de los fieles musulmanes, que se sienten acompañados y sostenidos por la

Página 78

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

misericordia en su cotidiana debilidad. También ellos creen que nadie puede limitar la misericordia divina porque sus puertas están siempre abiertas. Que este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma de violencia y de discriminación. 23. El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. Que la dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios. Nadie como María ha conocido la profundidad el misterio de Dios hecho hombre. Toda su vida estuvo plasmada por la presencia de la misericordia hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor. Elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, María estuvo preparada desde siempre para ser Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Custodió en su corazón la divina misericordia en perfecta sintonía con su Hijo Jesús. Su canto de alabanza, en el umbral de la casa de Isabel, estuvo dedicado a la misericordia que se extiende “de generación en generación” (Lc 1,50). También nosotros estábamos presentes en aquellas palabras proféticas de la Virgen María. Esto nos servirá de consolación y

Página 79

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

de apoyo mientras atravesaremos la Puerta Santa para experimentar los frutos de la misericordia divina. Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del amor, es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo ha crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la misericordia de Dios. María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús. Que nuestra plegaria se extienda también a tantos Santos y Beatos que hicieron de la misericordia su misión de vida. En particular el pensamiento se dirige a la gran apóstol de la misericordia, santa Faustina Kowalska. Ella que fue llamada a entrar en las profundidades de la divina misericordia, interceda por nosotros y nos conceda vivir y caminar siempre en el perdón de Dios y en la inquebrantable confianza en su amor. 24. Un Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea,

Página 80

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

sobre todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia, profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tenga necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable es la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene. Que en este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Que nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. Que la Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: “Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos” (Sal 25,6). Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de abril, Vigilia del Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia, del Año del Señor 2015, tercero de mi pontificado.

Página 81

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Página 82

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

ÍNDICE 1. Desde nuestra realidad. 2. Formados por su Palabra. 2.1. Somos carta de Dios. 2.2. Cada mañana me espabila el oído. 2.3. Otros momentos de encuentro con la Palabra. 3. Trans-formados en Cristo, testigos de esperanza. 4. Trans-formados por Cristo, para ser misericordia. 4.1. Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. 4.2. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. 4.3. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. 4.4. Los cristianos tenían un solo corazón. 5. María, trans–formada por la Palabra. Anexos Un Año Jubilar. Oración oficial para el Jubileo de la Misericordia Bula MISERICORDIAE VULTUS

Página 83

8 13 16 18 26 27 31

32 33 34 36 37 43 47 49

CAMINAMOS CON CRISTO TRANS – FORMADOS POR SU PALABRA Adviento, Navidad y Epifanía

Página 84

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.