Cartas llamadas pastorales

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Cartas llamadas “pastorales” Las dos cartas a Timoteo y a Tito se denominan desde el siglo XVIII1 «cartas pastorales» o cartas a los pastores, porque contienen instrucciones para la dirección de la comunidad, es decir, para la «función pastoral». El autor se presenta como Pablo y están dirigidas a los dos de sus compañeros de evangelización más importantes, pero no son cartas privadas. Más bien se trata de escritos oficiales con instrucciones sobre la organización de la Iglesia, la lucha contra los herejes y el cuidado de los fieles. Su objetivo principal, si no el único, es la organización de la vida de las iglesias (1Tim 3,1-13; 5,17-22). Se puede detectar claramente en estos textos una preferencia de la praxis sobre la teoría en la vida cristiana (1Tim 1,4; 2Tim 2,14; 3,7; Tito 3,9). Las tres cartas tienen mucha afinidad en cuanto al contenido, en cuanto a las ideas teológicas y en cuanto al vocabulario. La denominación conjunta está pues justificada puesto que los tres textos constituyen, dentro del corpus paulino, un grupo literaria y teológicamente cerrado2.

Los “destinatarios” TIMOTEO Hijo de un pagano y de una judeocristiana (Hechos 16,3s), llamada, según 2 Timoteo 1,5, “Eunice”. Según la presentación de Hechos, fue compañero de Pablo desde el así llamado segundo viaje misionero. En esta obra es mencionado por última vez a propósito del último viaje de Pablo a Jerusalén (Hechos 20,4). Timoteo aparece como corremitente en 1 Tesalonicenses, 2 Corintios, Filipenses y Filemón y enviando saludos en Romanos 16. Conforme se lee en 1 Tesalonicenses, Pablo lo envió de Atenas a Macedonia para “afianzaros y daros ánimo en vuestra fe” (1 Tes 3,2), esperando recibir de él noticias de esa comunidad. También lo envió de Éfeso a Corinto –¿cómo portador de 1 Corintios? (cf. 1 Cor 4,17; 16,10)– y desde su lugar de cautiverio a Filipos (Flp 2,19.23). 1

El nombre se encuentra por primera vez en lo que a la carta a Tito se refiere en B.N. BERDOT, Exercitatio theol.-exeget. in epistolam St. Pauli ad Titum, Halle, 1703. Aplicado al conjunto de las tres cartas en P. ANTON, Exegetische Abhandlungen der Pastoralbriefe Pauli an Timotheum und Titum, Hale, 1753. 2 Así opina, p.e., Y. REDALIER: “Las pastorales se presentan como un cuerpo, tres cartas publicadas juntas y salidas de la misma mano. No se diferencia una de la otra por verdaderos cambios ni en la formulación del mensaje ni en la organización de sus comunidades” (Y. REDALIER, Paul après Paul. Le temps, le salut, la morale selon les ;epîtres à Timothée et à Tite, Ginebra [Labor et Fides 1994], 36). Esta unidad ha sido recientemente cuestionada por J. MURPHY O'CONNOR –”2 Timothy Contrasted with 1 Timothy and Titus”, RB (1991) 403-418– quien elenca 30 puntos de acuerdo entre 1Tim y Tito contra 2Tim. J. J. BARTOLOMÉ –”Las cartas pastorales”, en: Id., Pablo de Tarso. Una introducción a la vida y a la obra de un apóstol de Cristo, Madrid (CCS 1997), 308– aunque reconoce la afinidad lingüística, teológica e histórica de las tres cartas, también marca algunas diferencias: En cuanto al vocabulario, 2 Tim está más cercana a la correspondencia paulina que 1 Tim y Tito, que se aproximan más a la obra lucana. 2 Tim es más personal y muestra un menor interés en la organización eclesial. Si las tres son escritos parenéticos, 1 Tim y Tito son más normativas que 2 Tim. Con sus directivas Tito parece afrontar comunidades recién establecidas. 1 Tim, en cambio, comunidades más veteranas. CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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Su recuerdo se ha mantenido en las deuteropaulinas (2 Tesalonicenses, Colosenses) y en Hebreos (13,23). Según las “pastorales” TIMOTEO estaba a cargo de la Iglesia de Éfeso (1 Tim 3-6; 2 Tim 1,18; 4,12).

TITO Nunca es mencionado en el libro de Hechos. Se lo conoce por Gálatas y 2 Corintios. Según Gálatas 2,1s, era pagano-cristiano. Pablo lo llevó a Jerusalén como muestra viviente del cristianismo sin circuncisión. Probablemente Tito era ya por entonces un figura importante entre los cristianos procedentes del paganismo. 2 Corintios muestra con claridad que Pablo le encomendaba tareas delicadas y difíciles, como la reconciliación con la comunidad rebelde (2 Cor 7,6.13s.; 12,18) y la preparación de la colecta (cf. 2 Cor 8,17). Según las “pastorales” TITO estaba a cargo de la Iglesia de Creta (Tito 1,5). Según la tradición eclesiástica llegó a ser después obispo de Creta. Se cuenta que murió en Grotyna (Creta) a los 94 años de edad.

El problema de la autenticidad Las Pastorales son consideradas casi de forma general como «no auténticas». Ya SCHLEIERMACHER3 puso en duda la paternidad literaria paulina de 1 Timoteo. Más tarde J. EICHHORN4 extendió el rechazo a las tres cartas haciendo ver la conexión íntima que hay entre las tres y observando que la evidente polémica contra la gnosis que se atisba nos conduce al siglo II. H.HOLZMANN – hacia 1880– recopiló todas las razones que hablan en contra de la autenticidad. Desde entonces la impugnación de la autenticidad de las pastorales se fue imponiendo en forma cada vez más generalizada. Aún los defensores de la autenticidad, los que no creen que se le pueda negar totalmente a Pablo la paternidad de los tres escritos, admiten que –en la forma que han llegado hasta nosotros– no pueden proceder de Pablo. En general su autenticidad sólo es defendida hoy según una manera reducida: en la forma de hipótesis del secretario (que habría escrito las cartas por indicación de Pablo) o como teoría de los fragmentos (las cartas habrían sido elaboradas posteriormente pero introduciendo en ellas fragmentos paulinos auténticos). Pero estas dos sugerencias provocan más enigmas de los que resuelven. Los argumentos más importantes contra la autenticidad son los siguientes:

Crítica externa Se ha indicado como argumento que contribuye a cuestionar la autenticidad la aparición relativamente tardía de testimonios sobre el conocimiento de estos

3 4

F. SCHLEIERMACHER, Über den ersten Brief Pauli an Timotheus, 1807. J. G. EICHHORN, Einleitung in das NT III, 1, 315s.

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textos, ya que, según el testimonio de TERTULIANO5, faltan en el canon de 46 Marción (ca. 140) y, sobre todo, porque faltan en el P (comienzos del siglo 6 III) . Pero otros investigadores entienden que, a partir del siglo segundo están suficientemente atestiguadas y prefieren utilizar sólo argumentos de crítica interna: IRENEO la utiliza en la refutación de los herejes y las atribuye a Pablo7 y el CANON DE MURATORI (donde aparecen detrás de Filipenses). EUSEBIO DE CESAREA, que dice que Pablo escribió a Timoteo desde Roma (He III 2,4), no coloca a las pastorales entre los escritos dudosos (HE III 3).

Crítica interna “Las instrucciones y enseñanzas que llenan toda la carta producen una intensísima impresión de inverosimilitud y de cosa que no se puede creer” –se afirma al comenzar el análisis de la situación histórica presupuesta en las tres cartas en la “Introducción al Nuevo Testamento” de WIKENHAUSER y SCHMID8. ¿Por qué se afirma esto? Es que la situación presupuesta tanto en 1 Timoteo como en Tito no permiten entender por qué Pablo habría escrito estas cartas: SEGÚN 1 TIMoteo, Pablo trabajó con Timoteo en Éfeso durante cierto tiempo. Pasado este tiempo, Pablo marchó a Macedonia. A Timoteo lo dejó en Éfeso para que combatiese allí a los herejes y pusiera en orden la vida de la comunidad. Pablo prevé regresar pronto (cf. 1 Tim 4,13). ¿Para qué habría escrito la carta? ¿Por si tarda? Pero, ¿acaso Timoteo no había estado con Pablo toda la vida? ¿Por qué enviarle una carta como esta? Apenas se comunica algo que no debiera ser conocido ya. En Éfeso ya había obispos y diáconos. ¿Era necesario por vez primera presentar instrucciones éticas para los responsables del ministerio? Y si había cuestiones difíciles de organización, ¿por qué no esperar hasta la vuelta de Pablo? Por otro lado, no hay nada que indique que, en ausencia de Pablo hubieran ocurrido episodios que hicieran necesario enviar la carta, sobre todo por la actividad de los herejes. La situación en TITO no es muy distinta: también allí le está dando a Tito instrucciones que –dirigidas a un colaborador de toda la vida– parecen superfluas. Más bien en las cartas se trata de cosas que no son de urgencia inmediata sino que tienen importancia únicamente a largo plazo9.

5

TERTULIANO, Adv. Marcionem V, 21. Cf. J. D. QUINN, “P46 - The Pauline Canon?”, CBQ 36 (1974) 379-385. También falta en el Códice Vaticano (B), lo que sigue constituyendo un enigma para los expertos. 7 IRENEO, Adv. Haer. I 1,1; II 14,7 y III 1,1; 3,4; 14,1. 8 A. WIKENHAUSER - J. SCHMID, “Cartas pastorales”, en: Id., Introducción al Nuevo Testamento. Edición totalmente renovada, Barcelona (Herder 1978), 766. 9 Algunos autores llaman la atención, además, sobre la cuidada y artificiosa presentación de Pablo en los prescriptos de las tres cartas (1Tim 1,1; 2Tim 1,1; cf. 1Cor 1,1), en especial de Tito 1,1-4a. La juzgan inapropiada para destinatarios tan cercanos al apóstol. Dice R. F. COLLINS: “Normalmente, la elección de un título indica la autoridad con la que Pablo desea dirigirse a los destinatarios de su correspondencia... Se puede suponer que el Pablo histórico, al escribir a Timoteo y a Tito, no tuviera necesidad de un título que lo introdujera” (R. F. COLLINS, Letters that Paul Did not Write. The Epistle to the Hebrews and the Pauline Pseudoepigrapha. Wilmington [Glazier 1988], 93). 6

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Más bien en las cartas se trata de cosas que no son de urgencia inmediata sino que tienen importancia únicamente a largo plazo. Por eso, los investigadores entienden que se trata aquí de un recurso estilístico mediante el cual se pretende proyectar sobre Pablo la regulación del ordenamiento de la comunidad con instrucciones sobre la manera de gobernar10 y el sentido de la lucha contra los herejes. En apoyo de esta posición se suman las siguientes observaciones: 1.

El lenguaje y el estilo no son paulinos.

2.

El modo de combatir a los herejes se distancia considerablemente de las cartas auténticas de Pablo.

3.

El orden de la comunidad se manifiesta como postpaulino.

4.

Al igual que la teología y la religiosidad.

Lenguaje y estilo Son tan distintos de las demás cartas de Pablo que ni los más acérrimos defensores de la autenticidad lo niegan. Lo primero que ha llamado la atención es la diversidad de vocabulario, tanto por la presencia de numerosas palabras nuevas frente al resto de las cartas paulinas como por la ausencia de vocablos frecuentes e importantes en Pablo11. Especialmente importante, no sólo para el vocabulario sino también para el estilo es el escaso uso de partículas12. También la sintaxis muestra peculiaridades: la dicción es sencilla, sobria, mucho más fácil de entender que la de Pablo. Pero sobre todo se ha llamado la atención de una fórmula de cita que aparece cinco veces: pisto\j o( lo/goj (“pistós ho lógos”= “digna de confianza es la palabra” (cf. 1 Tim 1,15; 3,1; 2 Tim 2,11; Ti 3,8). Se utiliza para hacer referencia no a la Escritura sino a fragmentos de la tradición de tipo muy diverso (fórmulas de fe; deberes pastorales, parénesis), lo que muestra la fuerte dependencia de estos textos con el pensamiento tradicional.

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1 TIMOTEO presupone una comunidad relativamente organizada. TITO, una que todavía ha de organizarse. Con lo que el resultado de conjunto es dejar una imagen bastante clara de cómo debe organizarse una comunidad: Las que existen deben organizarse según 1Timoteo. Las que surgen deben conducirse según se indica en Tito. ¿Y 2 Timoteo? La impresión que da 2 Tim es bastante distinta, por las numerosas indicaciones personales. Se refiere también al ministerio pero en cuanto que Pablo es modelo, sobre todo por sus sufrimientos. Timoteo, en el ejercicio de su ministerio, debe atenerse al ejemplo de Pablo, quien, sobre todo por sus sufrimientos, es el paradigma del “obispo”. Señalemos además que 2 Timoteo tiene la forma de “testamento” o “discurso de despedida” de un Pablo que ya ve como inminente la muerte. En cuanto “testamento”, además, busca con claridad ser la última de las cartas (deutero)paulinas, es decir, cerrar el corpus. 11 No faltaron los investigadores que se dedicaron a hacer estudios estadísticos minuciosos del vocabulario. Para un panorama de la cuestión, cf. WIKENHAUSER-SCHMID, “Cartas pastorales. b) El lenguaje de las cartas pastorales”, en: en: Id., Introducción al Nuevo Testamento, 780-783; Ph VIELHAUER,”Las cartas pastorales. 3. Lenguaje y estilo”, en: Id., Historia de la Literatura cristiana primitiva, Salamanca (Sígueme 1991), 238-240. 12 El uso de partículas y de determinados vocablos corrientes semejantes es algo muy individual y muchas veces, inconsciente. Por ello, no es imitable sin más. CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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Los falsos maestros y el cuidado de la sana doctrina Hay algunos indicios que apuntan al comienzo de la controversia intraeclesial con maestros gnósticos. Los adversarios parecen enfrascados en especulaciones mitológicas, genealogías interminables e inútiles e interpretaciones de la ley: 1 Tim 1,3-4 “Al partir yo para Macedonia te rogué que permanecieras en Efeso para que mandaras a algunos que no enseñasen doctrinas extrañas v.4 ni dedicasen su atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe”. 1 Tim 1,6-7 “Algunos, desviados de esta línea de conducta, han venido a caer en una vana palabrería; v.7 pretenden ser maestros de la Ley sin entender lo que dicen ni lo que tan rotundamente afirman”. 1 Tim 6,3-5 “Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, v.4 está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, v.5 discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio”. 1 Tim 6,20 “Timoteo, guarda el depósito. Evita las palabrerías profanas, y también las objeciones de la falsamente denominada gnosis”. Tito 1,14 “...no den oídos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad”. Tito 3,9 “Evita discusiones necias, genealogías, contiendas y disputas sobre la Ley, porque son inútiles y vanas”. 2 Tim 2,14-17a “Esto has de enseñar; y conjura en presencia de Dios que se eviten las discusiones de palabras, que no sirven para nada, si no es para perdición de los que las oyen. v.15 Procura cuidadosamente presentarte ante Dios como hombre probado, como obrero que no tiene por qué avergonzarse, como fiel distribuidor de la Palabra de la verdad. v.16 Evita las palabrerías profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad, v.17 y su palabra irá cundiendo como gangrena”. Se presentaban como portadores de un conocimiento nuevo y superior –que en realidad no es más que el deseo de oír cosas agradables (cf. 2Tim 4,3-413)–: Tito 1,16 “Profesan conocer a Dios, mas con sus obras le niegan; son abominables y rebeldes e incapaces de toda obra buena”. 2 Tim 3,7 “...siempre están aprendiendo y no son capaces de llegar al pleno conocimiento de la verdad”. Parecen proponer una cierta forma de ascetismo –nacido de la desconfianza frente al mundo y al orden de lo creado– que prohíbe el matrimonio y ciertos alimentos:

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2 Tim 4,3-4 “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; v. 4 apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas”. CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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1 Tim 4,1-5 “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas, v.2 por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su propia conciencia; v.3 éstos prohiben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los que han conocido la verdad. v.4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no se ha de rechazar ningún alimento que se coma con acción de gracias; v.5 pues queda santificado por la Palabra de Dios y por la oración”. Tito 1,15 “Para los limpios todo es limpio; mas para los contaminados e incrédulos nada hay limpio, pues su mente y conciencia están contaminadas”. Ante los que apelaban a nuevas doctrinas para reivindicar sus ideas las cartas pastorales oponen la institución ministerial y la autoridad apostólica de la doctrina. La auténtica tradición está asegurada por una cadena de transmisores legitimados para salvaguardarla. En las cartas hay polémica directa con los falsos maestros14 pero no en forma de discusión. El esfuerzo en pro de la consolidación de las comunidades se realiza sea inculcando una firme disciplina eclesiástica, sea por una ética segura, sea por una “sana doctrina”. No se refuta con argumentos la falsa enseñanza sino que sencillamente se le contrapone la “sana doctrina” de la tradición de la Iglesia, que en gran parte ya ha sido formulada con nitidez: La expresión “sana doctrina” es típica para las cartas pastorales y para la situación eclesial que revelan (cf. 1 Tim 1,10; 6,3; 2 Tim 4,3; Tito 1,9; 2,1)15. Se enfrentan a la irracionalidad y el desvarío de los falsos maestros (1 Tim 1,3; 6,4). La función de Timoteo y Tito es la de velar por el “depósito” de la fe (1 Tim 6,20; 2 Tim 1,14). La verdad de la fe se considera como ya determinada y contenida en una formulación doctrinal, que estos que ahora la defienden, a su vez la han recibido de otros (2 Tim 3,14). El orden de la comunidad16 Las disposiciones para el ordenamiento de la comunidad están en 1 Timoteo y Tito (no en 2 Timoteo). Se refieren, sobre todo, aunque no exclusivamente, a los cargos eclesiásticos, y se transmiten en forma de preceptos, al modo de los “cuadros de deberes domésticos”. 14

En 2 Tim 2,18 se cita la opinión de Himeneo y Fileto, que afirman que la resurrección ya se ha dado: a diferencia de Colosenses 2,12 y Efesios 2,6, donde la afirmación de una resurrección en la historia se entiende como metáfora de salvación por el don del bautismo, parece que aquí el sentido es diferente. El autor no encuentra en ella ninguna relación con opiniones sostenidas por otros discípulos de Pablo, y la considera como contraria a la fe. Tito 3,10 utiliza por primera vez en la literatura cristiana el término “herético” para designar a quien se ha apartado de la verdad de la fe. 15 Cuando el autor anuncia “proféticamente” que llegará un tiempo en el que los hombres no van a soportar la sana enseñanza, y buscarán sus propios maestros que les anuncian lo que desean escuchar (2 Tim 4,3) describe así la situación de su tiempo, por lo menos, tal como él la percibe. 16 Cf. H. LONA, Carisma e institución. Reflexiones sobre la eclesiología y los ministerios en San Pablo y en la tradición paulina, Buenos Aires (CSE, Estudios Proyectos 11 1993), 23-52; M. MCDONALD, “La organización de la comunidad en las cartas pastorales”, en: Id., Las comunidades paulinas. Estudio sociohistórico de la institucionalización en los escritos paulinos y deuteropaulinos, Salamanca (Sígueme 19941988), 303-310 CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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Los cargos son: OBISPO: 1 Tim 3,1-7 y Tito 1,7-9 PRESBÍTEROS: 1 Tim 5,17-19 y Tito 1,5s. DIÁCONOS: 1 Tim 3,8-13 También se hace referencia a las VIUDAS: 1 Tim 5,3-16. Las condiciones que deben reunir los candidatos para ejercer esos ministerios son poco específicas y no dejan ver una imagen clara de las competencias y responsabilidades que deben asumir. El término “epískopos” no significa “obispo” en el sentido que le dará Ignacio de Antioquía17 como jefe de la comunidad. Etimológicamente podría traducirse bien con “supervisor”, indicando con ello una función más bien administrativa en el seno de la comunidad. Pero es significativo que de él siempre se habla en singular. En las recomendaciones a los “diáconos” (1 Tim 3,11) se habla también de las mujeres que deben ser puras, ajenas a la difamación y dignas de confianza. Dado que el autor ya ha dedicado un párrafo al rol de la mujer en la comunidad (1 Tim 2,9- 15) es muy probable que en 3,11 tenga en vistas a mujeres que cumplen la función de diaconisas, tal como se daba en las comunidades en el tiempo de Pablo. En Tim 4,14 aparece por primera vez la palabra “presbiterio” referida al consejo de ancianos de la comunidad cristiana18. Es posible que esta institución –ya presente en el judaísmo– haya ido reemplazando paulatinamente la forma carismática más libre del tiempo de Pablo. El rol del “episkopos” en esa estructura no puede precisarse con seguridad: ¿Un “primus inter pares”? ¿Se denominaba “obispo” a cada uno de los miembros del presbiterio tomado individualmente? ¿Se refiere al “episcopado monárquico? (de ser así, ¿era un cargo rotativo?). En general se coincide en que no se trata aquí del jefe de la comunidad en el sentido que a partir del siglo tercero será clásico y normativo. El “episkopos” parece que tiene a su cargo la parte administrativa –es el oikonómos theoú (Tito 1,7)– ayudado por los diáconos. Esto podría explicar su mención conjunta en 1 Tim 3,1-13, mientras que al presbítero se le dedica un párrafo aparte. Carisma-ministerio El término “carisma” aparece solamente dos veces en las cartas pastorales: En 1 Tim 4,14 Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a no descuidar el carisma que le fue dado por la palabra profética y la imposición de las manos por parte del presbiterio. Según 2 Tim 1,6 Timoteo debe reavivar el carisma de Dios, presente en él por la imposición de las manos.

17

Cf. IgnEf 2,2; IgnMagn 3,1; IgnTrall 2,2; 3,1. En Lucas 22,66 y Hechos 22,5 se trata del consejo de ancianos que rodea al sumo sacerdote en Jerusalén. 18

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Llama la atención: 1.

Que el término aparezca siempre en relación con los ministerios eclesiales (que aquí se reducen a tres).

2.

Que el carisma así entendido esté siempre unido a una mediación eclesial (de la que depende en su ejercicio y que instituye al ministro por la imposición de las manos).

Se trata de la gracia específica conferida a TIMOTEO para cumplir su función en la comunidad, con una responsabilidad especial sobre la “sana doctrina” para proteger a la comunidad de desviaciones doctrinales. La comprensión de carisma propia de Pablo –especialmente en 1 Corintios 1214; cf. Romanos 1,11; 12,3-8; 1 Corintios 7,7– tiene poco en común con el significado del término en las cartas pastorales. Aquí el carisma se identifica con la tarea que tiene Timoteo, es decir, con el oficio instituido de conducción de la comunidad (1 Tim 1,18; 4,14; 2 Tim 1,6), en lo que hace a la elección de los otros dirigentes (cf. 1 Tim 5,22) y al cuidado de la “sana doctrina”. Pero ésta no es la única diferencia con respecto a Pablo: igualmente importante es el modo de recepción del carisma. En el caso de Timoteo se ha dado por la imposición de las manos del presbiterio19. El reconocimiento del carisma, en última instancia, dependía siempre de la comunidad20. Si en Pablo era la comunidad entera la que tenía la responsabilidad de la vida de cada uno de los miembros (cf. 1 Corintios 5,1-5) ahora la responsabilidad ha pasado por completo a los ministros. TIMOTEO Y TITO SON LOS PORTADORES DE LA TRADICIÓN APOSTÓLICA. Ellos guardan, administran y transmiten el “depósito” recibido (1 Tim 6,20; 1,18; 2 Tim 1,12; 2,2). También son los portadores de la sucesión apostólica. Timoteo recibió el carisma mediante la imposición de las manos de Pablo y del presbiterio (2 Tim 1,6; 1 Tim 4,14) y lo transmite del mismo modo (1 Tim 5,22). Tito ordena a los presbíteros por encargo apostólico (Tito 1,5).

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Dice H. LONA: “Hay que interpretar bien la expresión. No es que se ignore la comprensión fundamental del carisma como don del Espíritu, sobre el que el hombre no puede disponer. Tampoco es la intención del autor hacer depender el don del Espíritu de una instancia eclesial. Pero la situación de las comunidades es muy diferente a la vivida por Pablo cuarenta o cincuenta años antes, y hay que dar respuesta a los problemas del presente, sin repetir las fórmulas del pasado, que por ser ciertas no iban a aportar ninguna solución Así debe entenderse el sentido del carisma ligado al ministerio eclesial y transmitido por la imposición de las manos [...] las comunidades hacen la experiencia de opiniones encontradas sobre puntos importantes de la fe. ¿Quién sirve de guía en la búsqueda del camino correcto? Los recursos utilizados en el tiempo de Pablo no siempre son válidos. El número de los creyentes ha crecido; el proceso de transmisión de las verdades de la fe se vuelve más complejo en cuanto había que mantener aquellos elementos realmente fundamentales, dejando de lado lo que fue respuesta a una situación determinada, sin validez para todos los tiempos. Y, sobre todo, ya no está Pablo para intervenir con el peso de su autoridad y el poder de su capacidad de reflexión. Es lógico que las comunidades busquen en esa nueva situación una respuesta válida al desafío del presente [...] El espacio de libertad de los carismáticos ya no puede ser mantenido. No se niega el carisma, sino que se lo ordena –y en ese sentido también se lo subordina– a la realidad eclesial [...] Las cartas pastorales acentúan mucho más el aspecto institucional. No que el reconocimiento del carisma esté en manos de unos pocos privilegiados, como podrían ser miembros del presbiterio. Pero ellos son los que hacen significativo el reconocimiento por el gesto de la imposición de las manos” (H. LONA, “Las cartas pastorales. El carisma y los ministerios”, en: Id., El misterio de la iglesia en la Sagrada Escritura, en: Proyecto 17 (1994), 72-73). 20 Siempre es la comunidad la que decide sobre la verdad de la pretensión carismática –también en Pablo– y para ello disponía de ciertos criterios de verdad: cf. por ejemplo, 1 Corintios 14,32. CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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Las ideas de tradición y de sucesión apostólica ya existen aunque no están muy elaboradas. Es un hecho que aquí se ha alcanzado un nuevo estadio que no se ajusta ya a la época de Pablo. Se ve claramente que el ministerio eclesiástico y su recto desempeño tienen una enorme importancia para la existencia de la Iglesia, sobre todo a la hora de combatir la herejía que amenaza a la comunidad. Se está pensando en una ordenación fija con perspectiva a largo plazo. Teología No se puede hablar aquí de un desarrollo de la teología paulina, de un avance del pensamiento, de una elaboración teológica independiente, como ocurre en Colosenses y Efesios. Más bien hay que pensar en un trabajo de integración de elementos diversos de la tradición al servicio de la pastoral, de las respuestas prácticas. El autor, aunque sigue utilizando temas paulinos, los reinterpreta, alejándose del tono polémico y las grandes cuestiones teológicas propias de Pablo e insistiendo en la dimensión práctica de la fe común. Aspecto salvífico Dios –lo mismo que Cristo– es definido por su iniciativa como «salvador» (1 Tim 1,1; 2,3; 4,10; Tito 1,3; 2,10.13; 3,4.6). El núcleo central de la tradición puede resumirse en el proyecto salvífico de Dios –que tiene a toda la humanidad como objetivo–: 1 Tim 2,3-4 “Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, v.4 que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad”. 1 Tim 4,10 “Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes”. Tito 2,11 “Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres...” Se subraya la gratuidad de la iniciativa divina y su manifestación en Cristo Jesús como amor benigno de Dios. 2 Tim 1,9 “...nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús...” Tito 3,5.7 “...él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, [...] v.7 para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna”. La “Epifanía” es la categoría cristológica central de las pastorales21. 21

Cf. 1 Tim 6,14; 2 Tim 1,10; 4,1; 4,8; Tito 2,13; 3,4. H. WINDISCH, “Zur Christologie der Pastoralbriefe”, ZNW 34 (1935) 213-238. E. PAX, EPIPHANEIA. Eine religionsgeschichtlicher Beitrag zur biblischen Theologie, Munich (1955); V. HASLER, “Epiphanie und Christologie in den Pastoralbriefen”, TZ 33 (1977) 193-209; L. OBERLINNER, “Die «Epiphanie» des Heilswillen Gottes in Christus Jesus. Zur Grundstruktur der Christologie der Pastoralbriefe”, ZNW 71 (1980) 192-213. Estos autores coinciden básicamente en que el motivo epifánico es el eje organizador de la cristología: la salvación divina se manifestó con la aparición de Cristo. CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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Aspecto ético En las pastorales se encuentran numerosas referencias a las “buenas obras22“ y, sobre todo, al ejercicio de “la piedad” (eu)se/beia, “eusebéia”). La fe está orientada aquí a la praxis y se caracteriza por su eficacia en producir buenas obras conformes a la piedad, reproduciendo con frecuencia en las exhortaciones los modelos helenísticos domésticos de vida honrada. El vocablo eu)se/beia (piedad) no aparece en Pablo pero está bien atestiguado en el judaísmo helenista. En las pastorales se hace referencia a la eu)se/beia unas diez veces23: -

Hay que ejercitarse en la piedad (1 Tim 4,7)

-

Hay que correr al alcance de la piedad (1 Tim 6,11).

-

Hay que renunciar a la impiedad viviendo con sensatez y justicia: Tito 2,11-14.

-

Todos los que quieran vivir piadosamente sufrirán persecuciones: 2 Tim 3,12.

-

Hay que orar por todos para vivir una vida tranquila y apacible, con toda piedad y dignidad: 1 Tim 2,1-8.

-

También se refiere a la piedad como el gran misterio (1 Tim 3,18), como el gran negocio (1 Tim 6,6).

-

La piedad tiene la promesa de la vida: 1 Tim 4,8.

-

Se ha de enseñar la doctrina que es conforme a la piedad: 1 Tim 6,2b-3.

-

PABLO es apóstol para llevar a los elegidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdad que es conforme a la piedad: Tito 1,1.

Se define como “piedad” el género de vida cristiano fundamentado en la “sana doctrina”. Es preciso ejercitarse en la piedad, practicar un género de vida cristiano, para lo cual es necesaria la rectitud de la fe24. Al seguir esta ética se quiere permanecer en la tradición cristiana (2 Tim 3,14), se quiere orientar la conducta en la doctrina (Tito 1,9), se quiere vivir de la gracia (Tito 2,11).

22

Las mujeres deben “adornarse con buenas obras” (1 Tim 2,9-10); las viudas a ser anotadas en el catálogo de las viudas “tengan el testimonio de sus buenas obras” (1 Tim 5,9-10); los ricos “deben enriquecerse con buenas obras: con eso tendrán un fondo excelente con el que podrán adquirir la vida eterna” (1 Tim 6,17-19); la Escritura es inspirada y útil “para educar en la justicia y hacer que el hombre de Dios se encuentre preparado para toda obra buena” (2 Tim 3,14-17); “Pablo” espera confiado que el Señor lo liberará de toda obra mala y lo salvará guardándolo para su Reino (2 Tim 4,18); Se exhorta a Tito a refutar y combatir a los rebeldes, habladores, embaucadores que “enseñan por torpe ganancia lo que no deben”, “abominables e incapaces de toda buena obra” (Tito 1,16); Cristo se entregó para rescatarnos y “purificó para sí a un pueblo fervoroso de buenas obras” (Tito 2,14); hay que amonestar a los fieles para que vivan sumisos a las autoridades y “para que estén prontos para toda obra buena” (Tito 3,1); que los que creen en Dios “traten de sobresalir en la práctica de las buenas obras” (Tito 3,8). Que los nuestros también aprendan a “sobresalir en la práctica de buenas obras” (Tito 3,14). 23 1 Tim 2,2; 3,16; 4,7.8; 6,3.5.6.11; 2 Tim 3,5; Tito 1,1. 24 Cf. R. SCHNACKENBURG, “Las cartas pastorales. 2. Ética helenista e identidad cristiana”, en: Id., El mensaje moral del Nuevo Testamento II, Barcelona (Herder 1991), 115-117. CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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=

Esto está provocado por la lucha contra el rigorismo de la gnosis –que era expresión de la negación del mundo– y contra su fuerte individualismo. En las pastorales se acentúa los valores familiares, la tradición y la educación. Se fomentan las virtudes de convivencia con todos los hombres (cf. 1 Tim 2,1s), las “buenas obras”.

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Además se comprueba que ha desaparecido la gran tensión producida por la expectación inmediata de la parusía –la “manifestación” de nuestro Señor se producirá a su debido tiempo en un futuro indeterminado (1 Tim 6,15)– por lo tanto había que tener en cuenta la continuación de la vida del cristiano en el mundo y el tener que establecerse para continuar. A esto apunta por un lado la concepción del ministerio pero también esta concepción ética general, que DIBELIUS ha caracterizado como “ciudadanía cristiana” o “cristianismo burgués25“.

Esto, en esta forma, no es de Pablo. Es decir, la divergencia con Pablo no estaría tanto en los contenidos de la ética de las pastorales sino en la forma, concretamente, en la motivación. 

Pablo pone la razón del imperativo ético en la espera de la llegada inminente del Señor (Romanos 13,11-4; 1 Corintios 7,29-31) y en la asimilación del destino de Cristo (Romanos 6,5-11; Gálatas 5,16.22-26; 1 Corintios 6,19-20).



Las pastorales, en cambio, insisten en proponer modelos paradigmáticos que seguir (Jesús: 1 Tim 6,13; Pablo: 1 Tim 1,3-20; 2 Tim 1,3-18; 3,14,8) y conductas que evitar (1 Tim 5,9-13; 2 Tim 1,15-18; 4,10-11; Tito 1,12). La reserva escatológica, propia de las cartas de Pablo, queda aminorada por la conciencia de una salvación ya dada (2 Tim 1,9-10; Tito 3,5) que hay que mantener (1 Tim 6,12.19) hasta que vuelva el Señor (1 Tim 4,16; 2 Tim 2,10-11; Tito 1,2; 2,13). Se ha abandonado la tensión de la existencia cristiana en favor de un establecimiento del cristiano dentro de este mundo. Esto no está dicho en un sentido peyorativo sino como el intento de asumir y reelaborar los cambios de las estructuras que han de orientarse necesariamente por la experiencia del tiempo.

Algunas conclusiones Lo que importa decisivamente es mostrar que tanto el orden de la Iglesia como su enseñanza y sus ministerios están en coincidencia con la autoridad apostólica. Precisamente aquí tiene la Iglesia el argumento decisivo en la lucha contra los herejes. Los investigadores coinciden en forma generalizada en ver aquí escritos de la tercera generación cristiana. Están presuponiendo una forma ya demasiado desarrollada del ministerio, que casi se ha convertido a una “profesión” a la que se puede aspirar (cf. 1 Tim 3,1).

25

4

M. DIBELIUS - H. CONZELMANN, en: G. BORNKAMM (ed.), Handbuch zum Neuen Testament, 1966 , 32.

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Época probable de composición La situación histórica que suponen las cartas: 1.

Parece ser análoga a la de I CLEMENTE –1Clem 44,2.5 muestra que los obispos (en plural) se identificaban con los presbíteros y formaban un gobierno colegiado–

2.

Y el orden comunitario que proponen las pastorales parece corresponder a un estadio anterior al que testimonian IGNACIO y POLICARPO (entre el 110 y el 130) –con un obispo (en singular) como jefe único de cada Iglesia del Asia Menor–

Por ello se las suele datar en una etapa intermedia entre 1Clem (96) y las cartas de Ignacio (113), es decir, entorno al año 100 d.C. Los investigadores actuales suelen preferir proponer Éfeso (cf. 1 Tim 1,3; 2 Tim 1,18; 4,12) más que Roma (cf. 2 Tim 1,8.16-17; 4,16)26 como posible lugar de origen, ya que en la capital del Imperio no sería lógico encontrar un paulinismo tan exclusivista.

26

Así W. F. TAYLOR, “1-2 Timothy, Titus”, en: G. KRODEL (edtr.), The Deutero-Pauline Letters. Ephesians, Colossians, 2 Thessalonins, 1-2 Timothy, Titus, Minneapolis, MIN (Augsburg 1993), 76-77; H. HEGERMANN, “Der geschichliche Ort der Pastoralbriefe”, ThViat 2 (1970), 61-62. Se deciden por Roma, entre otros: A. LINDEMANN, Paulus im ältesten Christentum. Das Bild des Apostels und die Rezeption der paulinischer Theologie in der früchristlichen Literatur bis Marcion, Tubinga (J. C. B. Mohr 1979), 149; H. MERKEL, Die Briefe an Timotheus und Titus, Gotinga (1991), 13. Cf. E. NARDONI E., “Introducción a las cartas pastorales. Tiempo y lugar de la composición de las Cartas Pastorales”, en: FARMER-LEVORATTI-MCEVENUE-DUNGAN (dir.), Comentario Bíblico Internacional, Navarra (Verbo Divino 1999), 1576 (quien señala en favor de la opinión de los que se inclinan por proponer Éfeso como lugar de origen de estos escritos la afinidad particular que las pastorales tienen con los Hechos de Pablo y Tecla, apócrifo escrito hacia la mitad del siglo II en Asia Menor). CARTAS LLAMADAS “PASTORALES” /// 15/05/2011

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