CARTOGRAFÍA ECOLÓGICA Y CARACTERIZACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS DEL MUNICIPIO DE CARTAYA PARA LA ELABORACIÓN DE LA AGENDA 21 INFORME FINAL

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CARTOGRAFÍA ECOLÓGICA Y CARACTERIZACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS DEL MUNICIPIO DE CARTAYA PARA LA ELABORACIÓN DE LA AGENDA 21

INFORME FINAL

Ayuntamiento de Cartaya

Agenda 21 de Cartaya

Figueroa et al.

INFORME FINAL

Noviembre de 2004

AUTORES

Coordinador e Investigador principal: Dr. Manuel Enrique Figueroa Clemente

Equipo de investigación:

Dr. Jesús Manuel Castillo Segura (Director General) Ldo. David Doblas Pruvost D. Javier Rengel Oliva Dña. Raquel Alejandre Sánchez D. Jerónimo Muñoz González Dra. Teresa Luque Palomo (Directora de Proyecto) Dr. Eloy Castellanos Verdugo (Director de Proyecto) Dr. Carlos Javier Luque Palomo (Director de Proyecto) Dr. Francisco Javier Jiménez Nieva Dr. Alfredo Emilio Rubio Casal Lda. Susana Redondo Gómez Ldo. Antonio Agustín Álvarez López

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ÍNDICE 1.- RESUMEN

2.- INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS GENERALES

3.- MATERIAL Y METODOS GENERALES 3.1.- Identificación de subunidades ambientales 3.2.- Vegetación y flora 3.3.- Fauna 3.4.- Problemática de conservación y medidas de gestión ambiental recomendadas

4.- UNIDADES AMBIENTALES I, IV Y VI. FLECHA DEL ROMPIDO, MARISMAS MAREALES Y VERA DE CARTAYA 4.1.- Introducción 4.2.- Material y métodos 4.3.- Resultados 4.3.1.- Delimitación de subunidades y vegetación del Paraje Natural ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’ 4.3.2.- Flora del Paraje Natural ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’ 4.3.3.- Fauna vertebrada del Paraje Natural ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’ 4.3.4.- Usos antrópicos en las marismas mareales del Paraje Natural ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’ 4.3.5.- Problemática de conservación ambiental de las marismas del Paraje Natural ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’ 4.3.6.- Recomendaciones de gestión ambiental de las marismas del Paraje Natural ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’ 4.4.- Discusión y conclusiones

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5.- UNIDAD AMBIENTAL XI. RED FLUVIAL Y RIBERAS DE CARTAYA 5.1.- Introducción 5.2.- Material y métodos 5.3.- Resultados 5.3.1.- Subunidades y vegetación de la red fluvial de Cartaya 5.3.2.- Flora asociada a la red fluvial de Cartaya y sus riberas 5.3.3.- Fauna asociada a la red fluvial de Cartaya y sus riberas 5.3.4.- Usos antrópicos asociada a la red fluvial de Cartaya 5.3.5.- Problemática de conservación de la red fluvial de Cartaya 5.3.6.- Medidas de gestión ambiental recomendadas en la red fluvial de Cartaya y sus riberas 5.4.- Discusión y conclusiones

6.- DISCUSIÓN GENERAL

7.- BIBLIOGRAFÍA

ANEXO I – Flora vascular de las marismas del Piedras y la red fluvial y sus riberas en el Término Municipal de Cartaya

ANEXO II – Novedades sobre la playa y el cordón litoral del Término Municipal de Cartaya

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1.- RESUMEN GENERAL

Este Informe Final se centra en el análisis de la matriz de cultivos, el embalse del río Piedras y la fragmentación territorial en Cartaya. Con respecto a la matriz agrícola nuestro estudio pone la atención en el elevado estado de degradación en el que se encuentra la matriz agrícola, con cauces fluviales y setos muy mal conservados. A la vez también registra una alta potencialidad de esta subunidad para cumplir un papel muy importante, a la vez que esencial, en el mantenimiento de la biodiversidad del Término Municipal. El embalse del río Piedras y sus zonas limítrofes constituye un enclave muy particular en Cartaya donde aparecen especies singulares desde el punto de vista ecológico como el águila pescadora o la nutria paleártica. Este estudio llama la atención sobre la necesidad de mantener las uniones territoriales entre el embalse y el pinar interior norte.

2.- INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS GENERALES

Este trabajo se centra en el estudio de especies animales y vegetales y de sus hábitats, comunidades y ecosistemas en el Término Municipal de Cartaya dentro del desarrollo de la Agenda 21 local. El conocimiento del marco medioambiental y los valores ecológicos, basados en el conocimiento de su estructura y función, de un territorio permite generar modelos de desarrollo sostenibles compatibles con el mantenimiento de nuestro patrimonio natural para generaciones futuras, base conceptual para un desarrollo sostenible, en el marco de las alternativas de una Agenda 21. En el Primer Informe Parcial nos centramos en el análisis de la playa (Unidad Ambiental II) y el cordón litoral (Unidad Ambiental III). En el Segundo Informe Parcial se

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estudiaron las marismas mareales del río Piedras, la Flecha de ‘El Rompido’ y la Vera de Cartaya (Unidades Ambientales IV, I y VI, respectivamente) y los cauces fluviales (Unidad Ambiental XI). Los pinares de Cartaya se analizan en otra aplicación científica concreta que se desarrolla en paralelo a esta. Este Informe Final acaba analizando el resto de ecosistemas principales de Cartaya, las zonas de cultivo (Unidad Ambiental XII), el embalse del río Piedras (Unidad Ambiental V) y la fragmentación del territorio por las vías de comunicación (Unidad Ambiental XIV). Todos estos ecosistemas poseen características muy singulares, las cuales les confieren una importancia ambiental especial, al aparecer en ellos especies animales y vegetales que no habitan en otras zonas y/o poseer una funcionalidad ecológica especialmente relevante a nivel del Término Municipal.

3.- MATERIAL Y MÉTODOS GENERALES

En esta sección se exponen algunos aspectos generales sobre la metodología empleada en el desarrollo de este estudio referentes a la identificación de subunidades ambientales, la evaluación de la calidad medioambiental de las mismas y los muestreos de vegetación flora y fauna vertebrada. En cada uno de los capítulos siguientes en los que se exponen resultados se expondrán detalles metodológicos y técnicos si fuera necesario.

3.1. Identificación de subunidades ambientales.

La identificación de las subunidades ambientales de la matriz de cultivo se llevó a cabo utilizando como bases el mapa de usos y coberturas vegetales de Huelva de la Confería de Medio Ambiente (2001) y, como fuente de apoyo, el mapa de cultivos y aprovechamientos

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de la Consejería de Agricultura y Pesca (1995) de la Junta de Andalucía. Para la identificación de estas subunidades se tuvieron en cuenta criterios ecológicos referentes principalmente a las especies cultivadas, la ornitofauna y las actividades socio-económicas desarrolladas en la zona (Makhdoum 1992).

3.2. Vegetación y flora.

A lo largo de la matriz de cultivos se realizaron recorridos en coche por los principales caminos en los que se cuantificó la extensión de los setos (mediante el cuentakilómetros del coche) según las especies arbóreas y/o arbustivas que los componían.

3.3. Fauna.

Para el estudio de avifauna se dividió el Término Municipal de Cartaya en cuadrículas UTM de 2,5 x 2,5 km, obteniendo un total de 30. El método de muestreo consistió en la realización de 5 transectos y 5 estaciones de escucha por cuadrícula (Tellería 1986). Los muestreos se realizaron a pie, durante las 3-4 horas siguientes a la salida del sol. Cada transecto o recorrido tuvo una distancia mínima de 250 m y un esfuerzo mínimo de tiempo de cerca de 10 minutos, con una velocidad constante de desplazamiento, parando tantas veces como fue necesario para la correcta identificación de las aves. Se anotaron en una ficha de muestreos en transectos todos los contactos visuales y auditivos a ambos lados de la línea de progreso. Las estaciones de escucha se establecieron en zonas de hábitat homogéneo tomando la posición geográfica (‘waypoint’) con un GPS (Sistema de Posicionamiento Global) (Garmin, Etrex Vista, Taiwan) para localizar los puntos de muestreo en la cartografía y muestrear en las mismas zonas en invierno. El tiempo de escucha en cada una de las

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estaciones fue de 10 minutos, durante el cual se recogió todos los contactos visuales y auditivos en una ficha, además de los datos generales de descripción del hábitat donde se ubicó la estación en cuestión (unidad ambiental del Término Municipal de Cartaya en la que se encontraba, hábitat principal, hábitat secundario y vegetación, especies arbóreas, arbustivas y herbáceas principales). Las rapaces diurnas se muestrearon mediante recorridos en coche con 2 personas por la red viaria del Termino Municipal de Cartaya. Se establecieron tres rutas de unos 25-30 km realizadas a una velocidad constante de aproximadamente 20 km/h, parando las veces necesarias para la identificación y ubicación de los ejemplares, así como en lugares estratégicos con buena visibilidad. Los recuentos se realizaron desde las 12:00 a las 14:00 horas con unas condiciones meteorológicas favorables (Tellería 1986). En cada avistamiento se anotó la unidad ambiental en la que se realizaba. El muestreo de rapaces nocturnas se realizó mediante estaciones de escucha con reclamo. En cada cuadrícula de 2,5 x 2,5 km se realizaron 2 estaciones de escucha separadas una distancia de 1 km entre sí y procurando que distasen alrededor de 500 m del límite de la cuadrícula. Se registraron las coordenadas geográficas mediante el GPS para la repetición de los muestreos en invierno en los mismos puntos. El censo se realizó con la ayuda de los cantos territoriales de las diferentes especies, poniendo en cada punto los cantos de cada especie durante 5 minutos con 3 minutos de parada entre especies. Se empezó tras la puesta de sol, anotando en las fichas las voces de los distintos individuos que respondían al reclamo. De esta forma, se recogió la información sobre las aves nocturnas existentes en la zona, poniendo los reclamos en el siguiente orden: chotacabras pardo, chotacabras gris, autillo, mochuelo, búho chico, lechuza común y cárabo (Tellería 1986). En cada estación de escucha se anotó la unidad ambiental en la que se realizaba.

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Los mamíferos se muestrearon en una visita a cada cuadrícula de 2,5 x 2,5 km, recorriendo los lugares idóneos para encontrar indicios, tales como arroyos, zonas de substratos blandos, charcas, sendas, etc. La búsqueda de rastros y excrementos se realizó invirtiendo un esfuerzo de unas 3-4 horas por cuadrícula y persona, dependiendo de las características de esta. Se registraron todos los avistamientos, huellas y excrementos, así como cualquier otro indicio encontrado (madrigueras, restos de comida, escarbaduras, etc.), anotando en qué unidad ambiental se realizaban. Además de los métodos anteriores, se utilizó como método complementario para la detección de mamíferos y aves, y específico para reptiles y anfibios: el recorrido de las principales carreteras para registrar los atropellos y localizar los puntos calientes o negros de dichas carreteras. Estas, se recorrieron semanalmente y a baja velocidad (40 Km/h) registrando todos ejemplares encontrados cuya identificación fue posible. Los resultados de todas las fichas se incluyeron en una base de datos para su análisis posterior. Los datos de los muestreos de campo se enriquecieron con las aportaciones de guardas, agentes de la Consejería de Medio Ambiente, pastores y otros lugareños con buen conocimiento de su patrimonio natural a los que entrevistamos en múltiples encuentros y cuya información fue de gran utilidad. Además, se completó el estudio mediante abundantes consultas bibliográficas.

3.4. Problemática de conservación y medidas de gestión medioambiental recomendadas.

Durante los muestreos de campo de fauna, flora y vegetación se tomaron notas sobre los problemas de conservación que iban detectándose a modo de observaciones cualitativas como la presencia de residuos sólidos, especies invasoras o la destrucción de hábitats.

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En función de la problemática recogida y de los datos de fauna y flora se desarrolló un conjunto de medidas para mejorar y conservar la calidad medioambiental. Todas estas medidas fueron desarrolladas en base a la consulta de bibliografía científica y técnica especializada.

3.5. Fragmentación del territorio y atropellos.

La finalidad de este apartado consiste en reconocer los ecosistemas de Cartaya para determinar su estado de conservación y las distintas conexiones implicadas. En la elaboración de este trabajo, y con la intención de analizar la compleja información disponible se ha empleado un Sistema de Información Geográfica, que permite sintetizar la información ambiental utilizada. El software que se está utilizando es ArcviewTM 3.2. de ESRI, programa que permite la incorporación de distintas capas temáticas y el análisis entre las mismas. El análisis de estos datos tiene por finalidad descubrir estructuras espaciales, asociaciones y relaciones entre los datos espaciales, que nos permiten observar la presencia de corredores ecológicos potenciales. Con este programa tenemos la capacidad de, en cualquier momento, introducir nuevas capas o modificar las existentes, posibilitando la actualización continua de datos y la obtención de resultados renovados. Estos resultados son reflejos de la naturaleza y la calidad de los datos, así como de la eficacia de los métodos y funciones aplicadas. Las distintas capas temáticas utilizadas se integran en este programa y se van solapando, aplicándoles fórmulas matemáticas que nos ayudarán a realizar análisis espaciales de las interacciones existentes entre ellas. Estas capas se desarrollan sobre una capa o conjunto de orto-imágenes georreferenciadas de fotografías aéreas del año 2001 aportadas por la Consejería de Medio Ambiente.

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Para determinar el grado de fragmentación e impacto provocado por la red de carreteras del Término Municipal de Cartaya sobre la fauna, se llevó a cabo el recorrido periódico de algunas vías de comunicación (N-431, HV-4111, HV-4112 y carretera forestal del Campo Común de Abajo) para registrar los atropellos y localizar los ‘puntos calientes o negros’ de dichas carreteras. Éstas, se recorrieron sistemáticamente y a baja velocidad (40 Km/h) registrando todos ejemplares encontrados cuya identificación fue posible. Esta información nos ayudo a identificar los corredores naturales para la fauna y los lugares donde habría que implantar medidas correctoras eficaces, tales como pasos de fauna.

Capas utilizadas en el análisis de fragmentación del territorio de Cartaya -Cultivos y aprovechamiento (1994). Se trata de una capa de información que distingue las distintas actividades agropecuarias del terreno, además de otros usos. La capa cultivos y aprovechamientos es de gran interés por la amplia información que aporta sobre cómo se está utilizando el territorio, que permite una primera caracterización de los distintos ecosistemas existentes en la zona. La capa es del año 94, si bien, estamos a la espera de obtener nuevas actualizaciones para su análisis. Parte de la información obtenida de este mapa ha sido modificada al ser comparada sobre el terreno mediante diversas visitas de campo. - Carreteras. Se han señalado las principales vías de comunicación, como son autovías, carreteras nacionales, comarcales y locales, pues por su fisonomía y uso las hacen ser uno de los elementos fragmentadores o corredores del paisaje. La información que proporciona es sustancial por los efectos ecológicos que producen, como por ejemplo, la interrupción de procesos de escorrentía superficial, modificación en la filtración a las capas freáticas, alteración de los ciclos geológicos, etc. Igualmente, por las barreras físicas que obstaculizan el desplazamiento de la fauna y la flora, destacando el número de atropellos que se producen en

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las mismas. Se estima, que en España, unos 10 millones de vertebrados mueren cada año en las carreteras (Rosell et al. 2003). - Red hidrológica: Los ríos y arroyos constituyen ecosistemas que son soporte de una compleja red de relaciones ecológicas. Forman uno de los elementos del territorio más amenazados en cuanto a su propia esencia y existencia debido a su elevado índice de vulnerabilidad frente a innumerables factores de origen antrópico directos o indirectos: vertidos, cambios de usos de suelo, regulación de caudales, canalizaciones, extracción de áridos, etc. (Argüelles et al. 2002). Se trata, pues, de una de las capas de información más importantes, ya que esta red es una de las nerviaciones principales y unificadoras del sistema, considerándose ejes vertebradores de estos, por lo que hay que tenerlas muy en cuenta, valorando todas sus conexiones. Se trata de uno de los principales conectores del paisaje, y que pueden ser utilizadas como corredores. Las zonas de mayor presencia de vegetación de ribera tienen una gran importancia ecológica porque, incluso siendo zonas de refugio para distintas especies de fauna, además realizan procesos ecológicos muy favorables como son protección contra la erosión, evita los efectos de avenidas, funcionan como filtros verdes de contaminación, aparte de sus usos recreativos. Además, por esta red discurre uno de los recursos de más importancia para los seres vivos, como es el agua. La biocenosis, en general, siente necesidad de disponer de este recurso en sus proximidades, para saciar algunas necesidades, especialmente en nuestro clima mediterráneo, en que existe un gran déficit hídrico en determinadas épocas del año. - Núcleos urbanos: Identifica los distintos centros poblacionales de la zona. Son zonas fragmentadoras, y que en último plano ayudan a comprender la actividad existente en las carreteras que conectan dichas unidades. - Red de vías pecuarias: Capa elaborada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Las vías pecuarias pueden tener funciones conectoras o fragmentadoras,

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dependiendo de las características de las especies, de la localización y condiciones en que se encuentren. - Setos y bosques-isla: Capa desarrollada a partir del trabajo entregado a la Consejería de Medio Ambiente, “Inventario, Cartografía y Caracterización Florística de los Bosques de llanura y Setos de las provincias de Córdoba, Huelva y Sevilla como refugio de la Flora y Fauna amenazada”. Distingue las zonas aisladas de bosques que se encuentran dentro de la matriz del paisaje y que sirven como posibles conectores, concretamente como puntos de escalas entre distintos ecosistemas. Esta capa se completó mediante la prospección y catalogación de otras manchas de menor tamaño detectadas en la matriz agrícola.

Aparte de la Base de Datos recopilada y del software utilizado, también se utilizaron otros instrumentos de apoyo, que facilitaron considerablemente el desarrollo de este estudio, entre ellas: (1) GPS marca GARMIN modelo E-TREX VISTA para la localización en el terreno de distintos puntos de interés que no estaban claramente fotointerpretados y que eran necesarios localizar para su estudio y posible función dentro del sistema. Los puntos se descargaron en Arcview, previa rectificaciones geoespaciales para ajustar su huso, para suporponer los puntos con el resto de las capas; (2) Cámara digital HP Photosmart 850, con la que se recopilaron imágenes que nos sirvieron para desarrollar estudios de gabinete y que nos llevaron en algunos casos a tomar medidas puntuales de valoración en algunos ecosistemas.

4. UNIDAD AMBIENTAL XXX. MATRIZ DE CULTIVOS.

4.1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

La zona central del Término Municipal de Cartaya está ocupada por grandes extensiones de cultivos, entre los que dominan cítricos, cultivos bajo plásticos y cultivos

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tradicionales como almendrales e higuerales. Así, los alrededores del pueblo de Cartaya están ocupados por estas explotaciones agrícolas y las infraestructuras acompañantes como polígonos de industrias agropecuarias, naves de almacenamiento, canales de riego, etc. En general, esta zona central agrícola está muy antropizada y el nivel de conservación de fauna y flora y silvestre en bajo. Sin embargo, en el interior de esta matriz agrícola de estado de conservación deficiente aparecen elementos lineales del paisaje de una gran importancia ecológica y que actúan como elementos vertebradores del territorio. Entre estos elementos lineales destacan los cauces fluviales y los setos que acompañan a los caminos rurales. También es de destacar la presencia de bosquetes islas con vegetación silvestre en el interior de la matriz agrícola. Esta vegetación y su fauna acompañante reflejan en parte las comunidades existentes en la zona antes de ser ocupadas por la agricultura. En el interior de matrices ambientales de poca calidad ambiental, como suelen ser las zonas agrícolas, estructuras lineales con una cobertura vegetal persistente pueden facilitar el aumento de la biodiversidad animal y vegetal. Así, la existencia de un mosaico de manchas de diferentes características puede favorecer la presencia de invertebrados (Meek et al. 2002), como mariposas (Ouin et al. 2004) y hormigas (Tshiguvho et al. 1999), las cuales se ven especialmente favorecidas por los elementos lineales del paisaje (Ouin & Burel 2002). También se pueden ver especialmente favorecidos por la presencia de setos los niveles superiores de la red trófica, como diferentes especies de aves (Bradbury et al. 2000; Marshall & Moonen 2002) y roedores (Paillat & Butet 1996) propios de zonas agrícolas. También los bordes vegetados de las márgenes de las explotaciones agrícolas favorecen la conservación de los suelos al disminuir la erosión (O'Neill et al. 2002). En algunas zonas los setos tienen incluso un valor cultural como ocurre en zonas rurales de Inglaterra. Finalmente, comentar que la presencia de setos en los márgenes de los cultivos puede proteger a estos de daños provocados por el viento (Jones & Arous 2000).

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Se ha descrito de manera abundante en la bibliografía científica como la proliferación de la agricultura conduce a la degradación del medio ambiente, provocando diferentes problemas de conservación como la erosión edáfica, la sobreexplotación de acuíferos que puede conducir a la salinización de las aguas subterráneas como ha ocurrido en Almería (Mota et al. 1996), la pérdida de biodiversidad (Li 2004) o la facilitación para la invasión de especies alóctonas en zonas abandonadas tras el cultivo (Lugo 2004). En este contexto, las explotaciones agrícolas pueden verse favorecidas por servicios ofrecidos por los ecosistemas silvestres vecinos, como puede ser la polinización de cultivos llevadas a cabo por los insectos de habitan en bosques adyacentes a cultivos (Kremen et al. 2004; Ricketts 2004). El objetivo general de este capítulo es analizar el estado de conservación de la matriz agrícola desde diferentes puntos de vista, destacando la fauna vertebrada, la flora y la vegetación. Además, se analizan los bosques islas y los setos interiores a la matriz agrícola.

4.2. RESULTADOS

La matriz cultivada o Unidad Ambiental XII comprende un área delimitada en su mayor parte entre el pinar interior sur, las marismas mareales del río Piedras y el pinar interior norte, en el centro del Término Municipal de Cartaya. También aparecen algunas zonas de cultivos en el noroeste de Cartaya, en las cercanías del embalse y entre los dos grandes núcleos del pinar interior norte a los márgenes de la carretera del Tariquejo. Esta unidad ambiental integra a terrenos con una influencia antrópica muy elevada que condiciona una cobertura vegetal en relación con el uso agrícola de la zona. La influencia antrópica muestra diferentes grados de intensidad a lo largo del año, existiendo cultivos de explotación intensiva, como los cultivos bajo plásticos o los cítricos, y cultivos extensivos,

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como los almendrales e higuerales. La potenciación de la agricultura de tipo intensivo produce una simplificación del sistema. Por lo general estos cultivos están mantenidos a costa de abundantes aportes de fertilizantes, irrigación y mecanización de las labores agrícolas.

4.2.1.- Subunidades ambientales de la matriz de cultivos de Cartaya.

La matriz agrícola está formada por un mosaico de diferentes cultivos como naranjales y otros cítricos, almendrales, olivares, otras plantaciones de frutales como ciruelos, nectarinas y melocotoneros, campos de fresas y otros cultivos bajo plástico, almendrales e higuerales. Además, entre estos cultivos aparecen manchas de pastizales, bosques-islas (manchas de pequeño tamaño de pinares, principalmente, o eucaliptares, en menor medida), vías de comunicación (carreteras de diversa índole) y cursos de agua, canalizados y sin canalizar, que atraviesan la matriz agrícola, normalmente de norte a sur desembocando en las marismas del río Piedras. Se diferenciaron 6 subunidades ambientales en la matriz de cultivos (Unidad Ambiental XII): (1) Plantaciones de cítricos, principalmente naranjos; (2) frutales de hoja caduca, como melocotoneros, ciruelos o nectarinos; (3) cultivos bajo plásticos, principalmente fresas; (4) cultivos arbóreos y herbáceos de secano, principalmente pastizales de anuales, almendrales e higuerales; (5) ‘bosques-islas’, zonas de pequeña extensión en el interior de la matriz agrícola ocupadas por bosques de pino piñonero (Pinus pinea), quercíneas (género Quercus) o eucalipto (género Eucalyptus); y (6) setos situados en los márgenes de las explotaciones agro-pecuarias de la matriz de cultivo y los caminos rurales que la recorren.

4.2.2.- Setos de la matriz de cultivos de Cartaya.

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La Subunidad Ambiental XII-6 corresponde con los márgenes de explotaciones agrícolas y ganaderas y bordes de caminos que atraviesan la matriz agrícola de Cartaya y que aparecen cubiertos de vegetación en forma de setos o podrían estarlo. Se trata de zonas marginales normalmente situadas junto a las vallas que delimitan las diferentes explotaciones agrícolas. Son elementos lineales del paisaje que pueden llegar a tener un papel importante en la estructuración del espacio y el mantenimiento de niveles elevados de biodiversidad animal y vegetal en el interior de la matriz agrícola, en general una zona de baja calidad ambiental. Según los datos recogidos en nuestros muestreos a lo largo de los caminos principales que atraviesan la matriz de cultivos de Cartaya (Caminos de la Ramira, Malatado, de los Cabezuelos, de Valdeflores, del Tariquejo, de San Bartolomé, del Guapero, del Canal de Riego del Piedras, del Pinar de la Dehesa, de Valdeurique, de los Bayos y de la Guijarrosa) el 81 % de la extensión de los márgenes situados entre estos caminos y las explotaciones agrícola adyacentes aparecen desprovistos de vegetación arbustiva o arbórea. En el 19 % restantes ocupado por vegetación leñosa, la especie más abundante es la Casuarina equisetifolia, que representa el 37 % de las zonas ocupadas con setos. Normalmente los setos de Casuarina aparecen en los márgenes de plantaciones de cítricos, en el interior de la valla que separa la explotación agrícola de la cuneta del camino. Por lo tanto, en estas zonas cabría la reforestación de las zonas cercanas al camino con vegetación arbustiva autóctona. La Casuarina equisetifolia es un árbol de origen australiano con la propiedad de fijación de nitrógeno atmosférico en sus raíces mediante simbiosis con bacterias. La segunda especie más abundante en los setos de la matriz agrícola de Cartaya es la chumbera, Opuntia tuna, que ocupa el 14 % de las zonas de setos con vegetación leñosa. En algunas zonas esta especie aparece acompañada por otras especies alóctonas como la pita, Agave americana, el diente de león, Carpobrotus edulis, o la Acacia karroo. También es acompañada muy puntualmente por especies del matorral mediterráneo como el lentisco,

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Pistacea lentisco. Además de esta especie de chumbera aparece otra, Opuntia ficus-indica, que tan solo llega a ocupar el 2 % de las zonas de setos con vegetación. Las formaciones de matorral mediterráneo, que sería la vegetación propia de las zonas de setos de Cartaya, tan solo aparecen el 13 % de las zonas de setos ocupadas con vegetación leñosa. En estas formaciones de matorral mediterráneo destacan por su abundancia dos especies de jaras, Cistus crispus y Cistus salvifolius, y la especie de fabácea endémica Stauracanthus genistoides. Acompañando puntualmente a estas especies se registró la presencia de otras especies autóctonas como el palmito, Chamaerops humillis, el pino piñonero, Pinus pinea, el alcornoque, Quercus suber, y la encina, Quercus rotundifolia, la retama, Retama sphaerocarpa, la jara pringosa, Cistus ladanifer, el torbisco, Daphne gnidium, y el escobón, Cytisus grandiflorus. Además, también aparecían de manera puntual dentro de las formaciones de matorral mediterráneo de los setos especies alóctonas con capacidad invasora como Carpobrotus edulis, Eucaliptus camaldulensis u Opuntia tuna. Es interesante citar la presencia en un seto de una especies de del género Lotus que únicamente ha sido localizada en esta zona en todo el Término Municipal de Cartaya. Su presencia nos informa de la función de las zonas de setos como reservas de biodiversidad donde pueden quedar marginadas manchas de la vegetación original de la zona. Otras formaciones arbustivas autóctonas propias de zonas húmedas ocuparon cerca del 7 % de las zonas de setos leñosos. Estas formaciones estaban integradas por especies como Carex hispida, taraje (Tamarix africana), carrizo (Phragmites australis) y la adelfa (Nerium oleander), principalmente. Además, el 10 % de los setos correspondieron a cañaverales de Arundo donax, que solían ocupar las zonas más deprimidas o en las cercanías a cauces fluviales permanentes o estacionales. El 5 % de los setos correspondieron a la Acacia karroo, especie alóctona nativa del sur del continente Africano que no parece comportarse como invasora en la zona y que presenta

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espinas de gran tamaño por lo que es utilizada como seto para impedir la entrada las explotaciones agrícolas. Aún así esta especies se ha descrito con un habilidad elevada para invadir pastizales al sur de África de donde es nativa (Oconnor 1995). Además, aparecían en los setos de Cartaya otras especies alóctonas sin capacidad invasora como diferentes variedades de cipreses (género Cupressus) y especies alóctonas con capacidad invasora comprobada como el diente de león (Carpobrotus) y la Acacia retinodes. Finalmente citar que el 3 % de los setos correspondieron a formaciones arboladas de pino pionero (Pinus pinea) y alcornoques (Quercus suber), el 3 % a setos de vid (Vitis vinifera), y el 1.2 % a setos donde la especie dominante era la zarza (Rubus ulmifolius). También es importante citar la presencia de individuos aislados de sauce (Salix atrocinera) en las zonas correspondientes a setos, coincidiendo con zonas húmedas. En general, la vegetación de los setos puede dividirse en cuatro grandes grupos: (1) matorral mediterráneo, con el dominio de especies de jaras; (2) vegetación de zonas húmedas, con diferentes especies arbustivas, herbáceas y arbóreas; (3) especies alóctonas, donde domina la Casuarina equisetifolia; y (4) especies invasoras, con el Carpobrotus y la Acacia retinodes como especies más abundantes.

4.2.3.- ‘Bosques-islas’ en la matriz de cultivos de Cartaya.

Según los datos recogidos en este trabajo, los ‘bosques-islas’ parecen cumplir un papel importante en el mantenimiento de la biodiversidad animal en gran parte del Término Municipal de Cartaya, aquella ocupada por la matriz de cultivo. Actuarían tanto siendo zonas de refugio y/o cría para especies sedentarias en esas zonas como puntos de descanso y refugio para especies propias de bosques en paso y dispersión. Así, las manchas de pequeños pinares de pino piñonero (Pinus pinea) enclavadas en la matriz agrícola suponen islas de vegetación

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arbórea y arbustiva para algunas especies de carácter forestal poco estricto. Son utilizadas como puentes o lugares de parada y refugio por muchas aves en sus desplazamientos a través de la zona agrícola. Su distribución es irregular, y su composición de especies es diversa con poco desarrollo de la vegetación arbustiva en la mayor parte de los casos. Sería interesante la conservación y restauración de dichas manchas de vegetación para el mantenimiento de su funcionalidad para los vertebrados terrestres de la zona. Algunas d elas especies que caracterizan estos bosquetes interiores en la matriz agrícola son: (1) el herrerillo capuchino (Parus cristatus), que se localizó sólo en una ocasión en un bosquete de pinos de la matriz de cultivos cerca del pinar-sabinar costero; (2) el zarcero común (Hippolais polyglota), muy poco frecuente en Cartaya, localizado únicamente en un grupo de pinos rodeado por cultivos de secano (olivares y almendrales) situado al norte del núcleo urbano de Cartaya. Es una zona mosaico formada por una mancha de pinos cercana al arroyo del Pozuelo, con algunos alcornoques y eucaliptos, y rodeada por cultivos y pastizales. Allí, resultó relativamente abundante; (3) el búho real (Bubo bubo) que utilizaría los bosques-islas como zona de campeo o para jóvenes en dispersión de forma esporádica; (4) el búho chico (Asio otus) que fue avistado en una única ocasión en el límite del pinar-sabinar costero lindando con un naranjal próximo a las marismas del río Piedras. En cuanto al hábitat, debe significarse la marcada tendencia que presenta a asentarse preferentemente en pequeños ‘bosques-isla’, donde alcanzan sus mayores densidades relativas. Las grandes masas forestales no acogen altas concentraciones, probablemente debido a una competencia con el cárabo, como es el caso en nuestra área de estudio, con quien parece estar en clara desventaja (Mikkola 1995); (5) la tórtola europea (Streptopelia turtur) que prefiere mosaicos con alternancia de arbolado, setos y cultivos en paisajes agrícolas con bebederos cercanos. Está catalogada como vulnerable a la extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía; (6) El erizo común o europeo (Erinaceus europaeus), dependiente del ambiente ripario y los bosquetes aledaños a

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huertas y regadíos en los medios mediterráneos (Purroy & Varela 2003) o; el turón (Mustela putoris), que prefiere vivir en mosaicos de áreas abiertas y bosquetes (Palomo & Gisbert 2002). Por otro lado, el arroyo de la Cañada de Hornos a su paso por la matriz agrícola es un enclave singular y de gran importancia para algunas especies debido a la abundante vegetación que posee en sus márgenes, y principalmente al bosquete de tarajes (Tamarix sp.) que cumple una importante función como hábitat y refugio para algunas especies como el carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) y el carricero común que tampoco no se ha encontrado en ningún otro sitio del Término Municipal de Cartaya. Los bosques-islas se tratan con profundidad en el capítulo de este Informe Final correspondiente a la fragmentación del territorio, debido a su papel en el aumento de la conectividad entre diferentes manchas de bosques.

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4.2.4.- Fauna asociada a la matriz de cultivos de Cartaya.

El modelo agrícola intensivo ha traído consigo una simplificación del paisaje, que deriva en importantes cambios en la cantidad y diversidad de la flora y de la fauna silvestre tradicionalmente asociada a los espacios agrarios, y una fragmentación de hábitats que conduce al aislamiento de las poblaciones de flora y fauna con el consiguiente riesgo de consanguinidad y de viabilidad futura de las poblaciones. Un estudio realizado por Royal Society of London y publicado en febrero de 2001 ha revelado declives en aves propias del medio agrícola en los 31 países de la Unión Europea, con pérdidas estimadas que alcanzan al 85% de la población de tórtola, al 75% de la de alondra o al 46% de la de avefría, por poner algunos ejemplos (revista ‘Medio Ambiente’ de la Junta de Andalucía). Se contabilizaron un total de 64 especies de aves, 13 de mamíferos, 5 de anfibios y 8 de reptiles en la matriz de cultivos de Cartaya. Entre estas, encontramos 6 especies de aves, 2 de mamíferos y una de reptil incluidas en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía. Es destacable el elevado número de especies de aves registradas en la zona agrícola. Para grupos con una gran capacidad de dispersión (aves y mariposas), la heterogeneidad del paisaje, entendida en una escala de ‘kilómetros’, está relacionada positivamente con la riqueza de especies (Forman 1995). Sin embargo, aunque los paisajes heterogéneos permitan la coexistencia de diferentes comunidades de aves resultando en unos valores de riqueza específica más altos (Tellería 1987), la fragmentación excesiva conlleva la creciente escasez de las extensas áreas continuas de hábitat necesarias para las especies especialistas (Edenius & Sjölberg 1997) y favorece la presencia de especies ubicuas (Atauri & De Lucio 2001). De esta forma, la existencia de la zona de cultivos en Cartaya con una estructura de ‘mosaico’ entre las dos grandes masas de pinares posibilitaría la existencia de un

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mayor número de especies de aves, aunque la mayor parte de las especies detectadas son de carácter ubicuo. Ya que la alta diversidad de especies en paisajes altamente heterogéneos puede deberse a una mayor presencia de especies generalistas (Andrén 1994), resulta necesario prestar atención a las especies especialistas, que son especies ligadas a las masas forestales (especies estrictamente forestales). La persistencia y abundancia de muchos animales presentes en los paisajes agrícolas de Europa depende de la disponibilidad de setos en las lindes de los cultivos, que proporcionan refugio, lugares para la construcción del nido y alimento, aumentando la diversidad de aves, especialmente de especies forestales (Bennett 1998). También resulta beneficiosa la conservación de la vegetación riparia de los cauces de los numerosos arroyos de la zona, ya que con ello se proporciona hábitat adecuado, posibilitando su uso por las mismas así como para su desplazamiento a través de hábitats menos adecuados (Bennett 1998). En este sentido, requerirían especial atención el Arroyo del Sorbijo y el Arroyo del Tariquejo, ya que parecen ser responsables del mantenimiento de ciertas especies como carricero común (Acrocephalus scirpaceus), carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus), la rata de agua (Arvicola sapidus) o la nutria paleártica (Lutra lutra) con preferencias por la cercanía de cursos de agua.

4.2.4.1.- Avifauna asociada a la matriz de cultivos de Cartaya.

Se contabilizaron un total de 64 especies de aves en la matriz de cultivos. De éstas, el 60 % fueron sedentarias, el 29 % estivales y el 7 % invernantes. Las especies más abundantes fueron: gorrión común (Passer domesticus), mirlo común (Turdus merula), jilguero (Carduelis carduelis) y verdecillo (Serinus serinus). La presencia y elevada abundancia del gorrión común, característico de zonas humanizadas, indica un alto grado de influencia antrópica en la matriz de cultivos. El mirlo común, jilguero

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y verdecillo, que junto con el gorrión común eran las especies más abundantes en los cultivos, son especies generalistas en cuanto a hábitat, siendo bastante tolerantes a las perturbaciones antrópicas. Son propios de zonas de campiñas arboladas, cultivos arbóreos, sotos, afueras de pueblos, parques y jardines. La biodiversidad de aves o número de especies fue similar a las unidades ambientales correspondientes a las zonas forestales (pinares norte y sur). Gran parte de estas especies tuvieron una baja frecuencia de detección debido a que se encontraban en bajas densidades dentro de la matriz de cultivos. Se trata de especies que utilizan la matriz agrícola como zona de alimentación o de paso, refugiándose en las masas forestales adyacentes. Por tanto, existía un importante número de especies que aún no siendo propias de la zona agrícola, se desplazaban hacia ésta para buscar alimento. En este sentido, especies como el arrendajo (Garrulus glandarius) con un solo registro en la matriz de cultivos, o el pico picapinos (Dendrocopos major) eran raros o escasos en dicha unidad ambiental, presentando densidades más elevadas en las áreas forestales. Sin embargo, no se registraron especies forestales más estrictas, como el agateador común (Certhia brachydactila) o el herrerillo capuchino (Parus cristatus). Este último, se localizó sólo en una ocasión en un bosquete de pinos de la matriz de cultivos, cerca del pinar-sabinar costero. Otro grupo de especies, lo formaban las que podían avistarse en vuelo por la matriz de cultivos debido a sus desplazamientos entre zonas de alimentación y descanso. Entre estas se encuentran varias rapaces forestales, como el ratonero común (Buteo buteo) y el águila calzada (Hieraaetus pennatus), y aves propias de marismas, como la garcilla bueyera (Bubulcus ibis) y la gaviota patiamarilla (Larus cachinnas). La garcilla bueyera (Bubulcus ibis) fue abundante en las zonas abiertas y prados de las zonas agrícolas y en las cercanías de zonas húmedas. Se trata de una especie oportunista que modifica su régimen alimentario en función del alimento disponible, distribuyéndose por áreas de pastos ganaderos, campos agrícolas, arrozales, humedales naturales y basureros

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urbanos, donde las garcillas consumen fundamentalmente residuos orgánicos. Suele alimentarse de insectos y otros invertebrados asociados al ganado y el movimiento de tierras por maquinaria agrícola. Se encuentra en expansión en España en los últimos años (Martí & Del Moral 2003). Por otro lado, otras especies presentaban mayores densidades o eran exclusivas de la matriz agrícola, ya que tienen predilección por los terrenos abiertos con matorrales, formaciones arboladas abiertas, pastizales con arbustos dispersos o bordes de sotos. Este fue el caso de la tarabilla común (Saxicola torquata) o de la bisbita común (Anthus pratensis). Son dos insectívoras invernantes que se ven favorecidas por la escasez de vegetación para la búsqueda de alimento. La tarabilla común utiliza la técnica de caza del acecho desde algún arbusto o valla como oteadero. La bisbita común se detectó en el suelo formando bandos a menudo en prados, campos de fresas, de almendros y otros frutales con el suelo desprovisto de vegetación herbácea y arbustiva. Otra especie típica de zonas abiertas en la matriz agrícola fue el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros). Esta especie se detectó en zonas de la matriz agrícola próximas a las masas de pinos en mayor medida que en los pinares, donde únicamente se registró en zonas abiertas del pinar con sustrato rocoso. Suele ocupar gran cantidad de hábitats, prefiriendo los ambientes secos y soleados, con escasa vegetación y con abundantes zonas rocosas, trata de evitar los medios húmedos y los densamente cubiertos por vegetación. El factor que determina su distribución es la distribución de enclaves rocosos que contengan agujeros y grietas donde construir sus nidos (Martí & Del Moral 2003). Otras especies especialmente ligadas a la matriz agrícola fueron: el triguero (Miliaria calandria), la cogujada común (Galerida cristata) y el buitrón (Cisticola juncidis). El triguero habita en medios abiertos, especialmente dominado por cultivos herbáceos, tanto de secano como de regadío (Martí & Del Moral 2003). Su presencia es fácilmente detectable debido a su canto inconfundible. Se observa con facilidad posado sobre vallas y otros posaderos en claros y

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zonas borde del pinar. La cogujada común se distribuyó por todo el término municipal, siendo más abundante en el mosaico de cultivos. Ocupa preferentemente medios abiertos de carácter antrópico tales como cultivos herbáceos, donde llega a las inmediaciones de los pueblos y caminos (Martí & Del Moral 2003). Ambas especies son sensibles a la intensificación agrícola y al uso de plaguicidas. Asociado a pastizales y zonas húmedas apareció el buitrón, que requiere de espacios abiertos. La presencia de almendrales (Prunus dulcis) favoreció la presencia de algunas especies ligadas a este tipo de cultivo de secano tradicional que se vieron favorecidas por esta formación arbolada abierta, como el alcaudón real (Lanius meridionalis) y alcaudón común (Lanius senator), el triguero (Miliaria calandra), la abubilla (Upupa epops) o el mochuelo común (Athene noctua). El zarcero común (Hippolais polyglota) está muy poco distribuido en Cartaya, localizado únicamente en un ‘bosque-isla’ de pinos piñoneros rodeado por cultivos de secano (olivares y almendrales) situado al norte del núcleo urbano de Cartaya. Es una zona mosaico formada por una mancha de pinos cercana al arroyo del Pozuelo, con algunos alcornoques y eucaliptos, y rodeada por cultivos y pastizales. Allí, resultó relativamente abundante. El zarcero común, ocupa un amplio espectro de hábitats, aunque prefiere paisajes semiabiertos con árboles dispersos, claros y borde de bosques, siempre que haya matorrales y, generalmente, ligados al agua, por lo que es especialmente abundante en los sotos ribereños y formaciones de setos (Martí & Del Moral 2003). Es de destacar la presencia del sisón común (Tetrax tetrax) en Cartaya, una especie considerada como vulnerable a la extinción por la UICN. Se produjo un único contacto con el sisón común en todo el área de estudio, localizado en vuelo sobre pastizales cercanos al Arroyo del Sorbijo y al canal de abastecimiento del Piedras. Su distribución se ajusta normalmente a zonas cerealistas o espacios despejados, considerándose una especie esteparia

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que ve disminuir su área de distribución debido a la destrucción de sus hábitat que acompaña a la intensificación de la explotación agrícola. Otra de las especies propias de estos prados es la codorniz común (Coturnix coturnix). Se detectaron codornices comunes mediante la técnica del reclamo sonoro en prados con suficiente cobertura herbácea. Recientemente se ha observado una regresión de su área de distribución en algunas comunidades, sobre todo en zonas costeras (Cataluña, Valencia, Galicia y, dentro de Andalucía, especialmente en Huelva) (Martí & Del Moral 2003). La presencia de prados y pastizales mezclados con otros tipos de hábitats contribuye al aumento de la diversidad de aves en la zona. Como observación puntual pero de interés especial por su singularidad cabe destacar el haber encontrado un ejemplar de colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) atropellado en la carretera HV-1311 a su paso por la zona de cultivos. Probablemente se trate de una especie en paso migratorio. Requiere bosques maduros (ricos en huecos para anidar), poco densos, con claros y sotobosque diverso. También puede aparecer en zonas de campiña. Debido a los numerosos arroyos que discurren por la matriz de cultivos, encontramos otras especies ligadas a los cursos de agua como el ruiseñor bastardo, el carricero común, el carricero tordal o el chorlitejo chico. Se constató la cría del ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) en un carrizal del arroyo del Sorbijo a su paso por cultivos de naranjos. Por otro lado, el arroyo de la Cañada de Hornos es un enclave singular y de gran importancia para algunas especies debido a la abundante vegetación que posee en sus márgenes, y principalmente al bosquete de tarajes (Tamarix sp.) que cumple una importante función como hábitat y refugio para algunas especies como el carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) que no se ha encontrado en ningún otro sitio del Término Municipal de Cartaya. El carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) muestra clara preferencia por graveras, charcas, canales, sotos, embalses, pequeños arroyos, lagunas, balsas, rincones remansados de bordes de ríos, riachuelos y áreas de regadío, siempre y cuando dispongan de masas de carrizos, cañas o

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eneas. La desecación de carrizales supone su principal amenaza e influye sobre sus efectivos (Martí & Del Moral 2003). El carricero común (Acrocephalus scirpaceus) también presenta una distribución ligada a las masas de carrizos, aunque puede ocupar otros tipos de vegetación acuática de gran porte. Además de los grandes carrizales, también habita estrechas franjas de vegetación próximas a arroyos y acequias (Martí & Del Moral 2003). En Cartaya únicamente se localizó un par de ejemplares en el Arroyo de los Hornos en su paso por campos de naranjos de la matriz de cultivos, en un carrizal de pequeñas dimensiones. La tórtola común o europea (Streptopelia turtur) es una especie estival que prefiere mosaicos con alternancia de arbolado, setos y cultivos, así como montes adehesados y bosques de ribera en paisajes agrícolas con bebederos cercanos. Es mucho menos abundante que la tórtola turca (Streptopelia decaocto), siendo bastante escasa en la zona de estudio. Se localizaron algunos ejemplares durante el censo de estivales en las marismas del Piedras, el embalse y borde del pinar Sur con la zona agrícola. Ha experimentado un acusado declive a lo largo de los últimos decenios, provocado tanto por la degradación del hábitat de cría e invernada como por la sobrecaza en periodos sensibles. Está catalogada como vulnerable a la extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía. Como causas de la regresión se señalan la degradación del hábitat, por destrucción de setos, bosques de ribera y paisajes en mosaico, motivada en gran medida por las concentraciones parcelarias, que simplifican el paisaje natural, y por la intensificación agrícola, con abuso de herbicidas que eliminan las plantas adventicias, de las que se nutre principalmente en primavera. Es prioritaria una adecuada gestión de los ecosistemas agrarios, respetando setos y mosaicos, limitando el uso de herbicidas e insecticidas y creando bandas perimetrales sin tratamiento. Para respetar sus requerimientos biológicos, deben conservarse los lugares de nidificación, especialmente en los bordes de bosques, matorral y setos y no ceñirse exclusivamente a usos basados en intereses agrícolas y forestales. Especial mención merece la conservación de los

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sotos fluviales y el mantenimiento de árboles muertos o puntisecos que utilizan para emitir los reclamos primaverales (Martí & Del Moral 2003). Otra especie detectada en la zona agrícola y asociada a los cursos de aguas y zonas húmedas con vegetación palustre es el pico de coral (Estrilda astrid). Se localizó un grupo de 10 individuos en un carrizal del Arroyo de la Mogaya a su paso por un naranjal de la matriz de cultivos. Se trata de una especie exótica e invasora de origen africano que se ha establecido en la Península Ibérica a partir de introducciones hechas en Portugal. Es altamente gregaria, y forma grandes grupos post-reproductores en las mismas zonas de cría. Suele aparecer asociado con las márgenes de los humedales, principalmente formaciones de carrizo (Phragmites australis) y áreas con abundante vegetación. Aunque mantiene su preferencia por este tipo de hábitats, ocupa, además, una gran variedad de espacios abiertos, preferentemente cerca del agua, como los mosaicos agrícolas con pequeños campos y setos. Ha sido demostrada la influencia negativa que ejerce sobre la agricultura en algunos países donde ha sido introducida, como en Cabo Verde, donde causa graves pérdidas económicas dañando los cultivos de tomates (Reino & Silva 1999). En la actualidad no se conoce su impacto sobre los hábitats que invade en la Península Ibérica ni sobre las aves autóctonas ligadas a estos medios. Su rápida expansión obliga a considerar la posible adopción de futuras medidas de control (Martí & Del Moral 2003). Se observaron también otros dos ejemplares en el pinarsabinar cerca del Arroyo del Pino. Es una especie cuya época de reproducción abarca la práctica totalidad del año. Por lo tanto, sería conveniente la caza y la eliminación total de esta especie invasora antes de que pueda provocar daños en cultivos o sobre otras especies. Otras especies exóticas detectadas en las granjas y alrededores fueron la gallina de guinea (Numida Meleagris) y el pavo real (Pavus cristatus). Estas dos especies de ‘aves de corral’ no parecen poseer potencial invasor, ya que nunca se ha descrito que se comporten como tal. Los

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ejemplares que se alejasen de las zonas de mayor influencia antrópica podrían servir de presas a predadores como el zorro. La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) nidifica en varios puntos de la matriz agrícola, fundamentalmente sobre construcciones humanas, tendidos eléctricos, cultivos y borde de marismas en los alrededores del núcleo urbano de Cartaya donde existen varios nidos. Esta especie ocupa gran variedad de hábitats con marcado carácter antropófilo, en zonas abiertas con pastos, regadíos, cultivos y zonas húmedas (charcas, ríos, arroyos o embalses) donde busca buena parte de su alimento (Martí & Del Moral 2003). Dentro de las rapaces diurnas, se observaron 6 especies: milano negro (Milvus migrans), águila calzada (Hieraaetus pennatus), ratonero común (Buteo buteo), aguilucho cenizo (Circus pygargus), gavilán (Accipiter nisus), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus). Las especies más abundantes, que pueden ser observadas con cierta facilidad, son el ratonero común, el cernícalo vulgar y el águila calzada; esta última con una frecuencia de detección más baja. Las tres utilizan la zona agrícola como zona de campeo y caza debido a su carácter abierto. Se localizó un ejemplar de águila calzada en fase oscura; el resto de avistamientos fueron de ejemplares en fase clara. Las demás especies son más escasas en la zona. Se observó un sólo ejemplar de gavilán común (Accipiter nisus) en invierno cazando en la zona de cultivos junto a la carretera del Tariquejo. Es una especie ornitófaga forestal de costumbres discretas y difícil de detecta, que habita en bosques y bosquetes aislados, en ocasiones pequeños o jóvenes. El aguilucho cenizo (Circus pygargus), especie vulnerable a la extinción, en Andalucía según la UICN es poco abundante en el área de estudio, debido a la escasez de campos de cereal y pastizales extensos. Los escasos ejemplares localizados fueron avistados en naranjales, almendrales e inmediaciones de pastizales de la matriz agrícola. Es común en áreas cerealistas de algunos términos municipales cercanos.

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Las rapaces nocturnas detectadas fueron: lechuza común (Tyto alba), cárabo común (Strix aluco), mochuelo común (Athene noctua), búho real (Bubo bubo) y búho chico (Asio otus). La especie dominante y más abundante fue el mochuelo común (Athene noctua) presente en todos los puntos de muestreo de la matriz agrícola. Puede considerarse como una especie típica de la matriz agrícola. No obstante su abundancia es baja en comparación con otras áreas agrícolas de olivares en el andévalo onubense (observación de D. Doblas). El número medio de individuos detectados por estación de escucha fue de dos. La lechuza común (Tyto alba) es una especie que ocupa espacios abiertos, tales como cultivos de secano y de cítricos, los pastizales, asociados a pueblos y zonas rurales, aunque también se encuentra con frecuencia en los núcleos urbanos (Martí & Del Moral 2003). Se han localizado pocos ejemplares de esta especie, distribuidos por las proximidades de las Marismas del Piedras y el núcleo urbano de Cartaya, en las zonas agrícolas e inmediaciones del canal del Piedras. También se encontraron dos ejemplares atropellados en las inmediaciones de la marisma y cercanos a Cartaya. El cárabo común (Strix aluco) se detecto sólo en algunas zonas próximas al borde de las masas de pinares, siendo escaso y de presencia esporádica en la matriz de cultivos. El búho real (Bubo bubo) es más propio de zonas forestales con lugares abruptos y riscos donde anidar. Sin embargo, se localizó un ejemplar en una zona abierta junto al pinarsabinar costero, en el sur del Término Municipal. Probablemente se trate de algún ejemplar en dispersión juvenil. Se encontraron plumas de esta especie cerca de la autopista A-49 en un ‘bosque-isla’ de pinos piñoneros. El búho chico (Asio otus) fue avistado en una única ocasión en el límite del pinar de abajo lindando con un naranjal próximo a las marismas del río Piedras. En cuanto al hábitat, debe significarse la marcada tendencia que presenta a asentarse preferentemente en pequeños ‘bosques-isla’, donde alcanzan sus mayores densidades relativas. Las grandes masas

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forestales no acogen altas concentraciones, probablemente debido a una competencia con el cárabo, como es el caso en nuestra área de estudio, con quien parece estar en clara desventaja (Mikkola 1995). En invierno no se detectó ningún ejemplar.

Tabla 4.2.4.1.-. Aves presentes en la matriz de cultivos del Término Municipal de Cartaya. Se indica el índice de abundancia, hábitats preferentes y categoría fenológica. En negrita se indican las especies con algún grado de amenaza. ABUNDANCIA HÁBITAT CATEGORÍA ESPECIE RELATIVA PREFERENTE FENOLÓGICA Pinar, mosaico Estival Cuco Común 1 cultivos (Cuculus canorus) 2 3 4 5 6 7

Tórtola europea (Streptopelia turtur) Tórtola turca (Streptopelia decaocto) Perdiz roja (Alectoris rufa) Codorniz (Coturnix coturnix) Sisón común (Tetrax tetrax) Cogujada común (Galerida cristata)

Escasa Abundante Común Escasa Insuficientemente conocido Abundante

Pinar

Estival

Ubicua

Sedentario

Pinar, cultivos

Sedentario

Borde pinar aclarado, lindes, prados Zona agrícola, cereal de secano Zonas cultivadas, borde pinar

Estival

Sedentario Sedentario

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11

12 13 14 15 16

17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

Buitrón (Cisticola juncidis) Ruiseñor bastardo (Cettia cetti) Carricero común (Acrocephalus scirpaceus) Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) Triguero (Miliaria calandra) Pito real (Picus viridis) Pico picapinos (Dendrocopos major) Abubilla (Upupa epops) Abejaruco (Merops apiaster) Alcaudón real (Lanius excubitor) Alcaudón común (Lanius senator) Oropéndola (Oriolus oriolus) Rabilargo (Cyanopica cyana) Arrendajo (Garrulus glandarius) Jilguero (Carduelis carduelis) Verderón común (Carduelis chloris) Pardillo común (Carduelis cannabina) Verdecillo (Serinus serinus) Mirlo común (Turdus merula) Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) Curruca rabilarga (Sylvia undata) Carbonero común (Parus major) Herrerillo capuchino

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Común Poco común Insuficientemente conocido Insuficientemente conocido Común Común Común Abundante Abundante Común Común Común Abundante Escaso Abundante Común Escaso Abundante Abundante Abundante Abundante Abundante Escaso

Pastizal, borde pinar Arroyos

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Sedentario Sedentario

Carrizales, arroyos

Estival

Carrizales, arroyos

Estival

Pastizal, borde pinar Pinar, borde pinar

Sedentario

Pinar, borde pinar

Sedentario

Ubicua

Sedentario

Ubicua

Estival

Zonas abiertas, borde pinar Zonas abiertas, claros de bosque, borde pinar Arroyos arbolados, pinar, eucalipatar Ubicuo, borde pinar Pinar

Sedentario

Sedentario

Ubicua

Sedentario

Pinar, frutales

Sedentario

Borde pinar, zonas abiertas Ubicua

Sedentario

Ubicua

Sedentario

Ubicua

Sedentario

Pinar, Eucaliptar Pinar, manchas forestales Manchas de pinar

Sedentario

Sedentario

Estival

Estival Sedentario

Sedentario

Sedentario Sedentario

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31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54

Mito (Aegithalos caudatus) Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) Petirrojo (Erytracus rubecula) Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) Zarcero común (Hippolais polyglotta) Colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) Mosquitero común (Phylloscopus collybita) Tarabilla común (Saxicola torcuata) Gorrión común (Passer domesticus) Gorrión molinero (passer montanus) Pico de coral (Estrilda astrild) Paloma torcaz (Columba palumbus) Estornino negro (Sturnus unicolor) Cuervo (Corvux corax) Cigüeña blanca (Ciconia ciconia) Garcilla bueyera (Bubulcus ibis) Golondrina común (Hirundo rustica) Golondrina dáurica (Hirundo daurica) Vencejo pálido (Apus pallidus) Bisbita común (Anthus pratensis) Lavandera blanca (Motacilla alba) Chorlitejo chico (Charadrius dubius) Avión común (Delichon urbica) Ratonero Común (Buteo buteo)

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escaso Abundante Abundante Escaso Escaso Común Abundante Común Común Insuficientemente conocido Insuficientemente conocida Común Abundante Escaso Común Escasa Común Poco común Común Escasa Común Escaso Común Común

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Pinar

Sedentario

Pinar, masas forestales Ubicua

Sedentario

Arroyos, cultivos, pinar Zona agrícola, bosquetes-islas, arroyos Zonas abiertas, borde pinar Ubicua

Estival

Invernante

Estival

Invernante Invernante

Terrenos abiertos

Invernante

Zonas humanizadas

Sedentario

Borde pinar

Sedentario

zonas húmedas, arroyos Pinar

Sedentario

Cultivos, borde pinar Pinar

Sedentario Sedentario Sedentario

Zonas húmedas, Embalse Prados, zonas de cultivo Ubicua

Estival Sedentario Sedentario

Arroyos, canal del Piedras, embalse Ubicuo

Estival

Zonas abiertas, Pastizales Cursos de agua, Prados Arroyos

Invernante

Sedentario

Ubicuo

Estival

Pinar

Sedentario

Estival

Estival

Invernante

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55 56 57 58 59 60 61 62 63 64

Aguilucho cenizo (Circus pygargus) Águila calzada (Hieraaetus pennatus) Milano negro (Milvus migrans) Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) Gavilán común (Accipiter nisus) Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis) Lechuza común (Tyto alba) Cárabo (Strix noctua) Mochuelo común (Athene noctua) Búho chico (Asio otus)

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Escaso Escasa Escaso Escaso Insuficientemente conocido Abundante Insuficientemente conocido Escaso Común Insuficientemente conocido

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Pastizales

Estival

Pinar

Estival

Pinar

Estival

Zonas abiertas, borde pinar Pinar, cultivos Ubicuo

Sedentario

Cultivos, marismas

Sedentario

Borde pinar, pinar interior Zonas cultivadas, borde pinar Borde pinar, bosques-islas

Sedentario

Sedentario Estival

Sedentario Sedentario

4.2.4.2.- Otros vertebrados asociados a la matriz de cultivos de Cartaya.

4.2.4.2.1.- Mamíferos:

En la matriz de cultivos encontramos mamíferos de diferente conducta trófica (predadores carnívoros, herbívoros, omnívoros e insectívoros) pertenecientes a varios órdenes y familias. Se han detectado un total de 13 especies de mamíferos en la matriz de cultivos. Muchas de estas especies fueron detectadas gracias al recorrido sistemático de las carreteras para recoger datos sobre los atropellos y el impacto de las carreteras sobre la fauna vertebrada. De esta forma, muchas especies de carácter más esquivo se localizaron como presentes en la zona de estudio, aunque sólo se registraran atropelladas en las diferentes vías de comunicación. En su origen, todos los carnívoros fueron consumidores de otros animales, como testimonia su especializada dentadura, pero en el transcurso de la evolución algunos de ellos

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se han ido adaptando a una dieta mixta (omnivorismo) en tanto que otros derivaron hacia un régimen básicamente vegetariano. Aquéllos que poseen inclinaciones frugívoras, tales como el zorro (Vulpes vulpes) o el tejón (Meles meles), juegan un importante papel en la diseminación de las semillas de diversos arbustos como el madroño (Arbutus unedo), la higuera (Ficus carica) o el rosal silvestre (Rosa canina), contribuyendo a la regeneración de nuestros bosques autóctonos (Rodríguez 2002). El erizo común o europeo (Erinaceus europaeus) es una especie insectívora y autóctona con la categoría de protección según la UICN de ‘datos insuficientes’, ya que no existen suficientes datos para conocer con exactitud su estado de conservación. Se encontraron rastros en varios arroyos con buena cobertura de vegetación dentro de la matriz agrícola. Un ejemplar fue avistado en la Cañada de Hornos durante su campeo nocturno. Es uno de los vertebrados más susceptibles de ser atropellados, que parece ser la principal amenaza sobre esta especie. Se han constatado casos de muertes por atropello en la N-431, comarcal Cartaya-El Rompido y en la carretera del canal del Piedras. Es más dependiente del ambiente ripario y los bosquetes aledaños a huertas y regadíos en los medios mediterráneos (Purroy & Varela 2003). En cuanto a los micromamíferos, sólo se detectó la presencia del ratón de campo (Apodemus sylvaticus) y la musaraña de campo (Crocidura suaveolens) en la zona de cultivos. No se realizó un muestreo especifico ni se colocaron trampas para este grupo, por lo que no se dispone de suficiente información sobre su abundancia y la presencia de otras especies. No obstante, por las características del paisaje y hábitats representados en la zona, parece probable la existencia de otras especies de roedores y micromamíferos. Se han encontrado letrinas y galerías de rata de agua (Arvicola sapidus) en el Pilar de la Dehesa y huellas en la Cañada de Mogaya. Es un roedor semiacuático que vive casi

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siempre ligado a la presencia de cursos o masas de agua estable con abundante vegetación herbácea o matorral en sus márgenes (Palomo & Gisbert, 2002). La rata parda (Rattus norvegicus) fue una de las especies más abundantes entre los ejemplares atropellados en la zona agrícola, principalmente en las proximidades de los núcleos urbanos del término municipal, en la N-431 y en la comarcal que une Cartaya y El Rompido. Esta especie alóctona, proveniente de China e introducida en el siglo XIX, compite con la rata de agua, pudiendo limitar el número y distribución de estas últimas. Además, puede causar problemas de índole socioeconómica ya que es una especie comensal que puede alcanzar elevadas densidades, tanto en campos de cultivo como en zonas urbanas, lo que conlleva graves problemas de índole económica y sanitaria. En el medio natural los jóvenes son presa habitual de rapaces como la lechuza común (Tyto alba) y de carnívoros como la comadreja (Mustela nivalis). El gran tamaño y la conducta agresiva de los adultos hace más difícil su captura, que queda limitada a rapaces de gran tamaño como el búho real (Bubo bubo) (Palomo & Gisbert 2002). Entre los lagomorfos se detectaron 2 especies pertenecientes a la familia Leporidae: el conejo (Oryctolagus cuniculus) y la liebre ibérica (Lepus granatensis). El conejo (Oryctolagus cuniculus) fue más abundante y con una distribución generalizada por toda la zona agrícola. Es una especie autóctona y un endemismo ibérico. La subespecie O. C. algirus es la que está presente en el suroeste peninsular, y por lo tanto en la zona de estudio. Las zonas donde fue más abundante dentro de la matriz de cultivos fueron la cuenca de la Cañada de la Viga y la zona de transición entre la marisma y los cultivos, favorecidos por la existencia pastizales y substrato arenoso que permite la construcción de madrigueras. La gran importancia de esta especie clave dentro de las comunidades de vertebrados ya ha sido expuesta anteriormente en la descripción de otras unidades ambientales en este estudio. El conejo es un magnífico transmisor de energía desde los vegetales hacia los niveles superiores

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de la cadena trófica. Así, es consumido en nuestro ámbito por unas 40 especies de predadores distintos (Blanco et al. 1997). Se encontraron ejemplares atropellados en todas las carreteras muestreadas, principalmente en la N-431 y en la comarcal que une Cartaya con El Rompido (HV-4111). En la mayor parte de las áreas cultivadas el conejo fue más abundante que en los pinares contiguos en el norte de Cartaya. Sólo se detectó un ejemplar de liebre ibérica en el norte de la zona agrícola. Es una especie con preferencia por los espacios abiertos, zonas agrícolas y olivares (Palomo & Gisbert 2002). Se localizaron varios rastros claros de zorro (Vulpes vulpes) en sustratos arenosos y orillas de arroyos. Se produjo también el avistamiento de un ejemplar junto a unas naves situadas en la zona agrícola, muy cerca de las marismas. Éste fue sorprendido intentando cazar gallinas en un corral, haciendo gala de su carácter oportunista y renombrada astucia. El meloncillo (Herpestes ichneumon) es otro depredador oportunista, y fue la especie de mamífero de la que se encontraron mayor número de rastros. Se encontraron rastros en todas las cuadrículas muestreadas, casi siempre asociado a los cursos de agua y zonas con mayor cobertura de vegetación. Se produjo un avistamiento de dicha especie en un campo de almendros próximo a la N-431. Presenta gran preferencia por las orillas de los arroyos y zonas húmedas con vegetación densa de zarzales, adelfas, juncos, etc. Su presencia y abundancia está influida por la preservación de ambientes húmedos. Los atropellos también son una causa importante de mortalidad (Palomo & Gisber 2002). Dentro de los mustélidos, encontramos a la comadreja (Mustela nivalis), al turón (Mustela putorius) y a la nutría paleártica (Lutra lutra). La comadreja (Mustela nivalis) selecciona los hábitats por la abundancia de micromamíferos que viven en ellos, y puede encontrarse en bosques abiertos, campos de cultivo, praderas y bosques de ribera (Palomo & Gisbert 2002). Está especializada en roedores

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de tamaño medio, por lo que tiene un papel benéfico en el control de los roedores. Sólo se encontró un ejemplar atropellado en la N-431, a la altura del Pilar de la Mogaya. El turón (Mustela putoris) es generalista en cuanto a hábitat, vive en ambientes tan diversos como bosques caducifolios, de coníferas, espesuras de matorral, lagunas o zonas cultivadas. Sin embargo, en muchas zonas centroeuropeas, la especie prefiere vivir en mosaicos de áreas abiertas y bosquetes (Palomo & Gisbert 2002). Se encontraron 2 ejemplares atropellados: uno en la N-431 a la altura de la Cañada de la Mogaya, y el otro cerca del cruce de la comarcal que une Cartaya y El Rompido con la Cañada del Corchito. A la vista de estos datos parece que esta especie y otras especies (como la comadreja, por ejemplo) podrían utilizar los arroyos en sus desplazamientos, convirtiendo los lugares de intersección con las diferentes vías de comunicación en puntos negros de atropellos para varias especies de vertebrados (véase cartografía adjunta). La nutria paleártica (Lutra lutra) penetra en la matriz agrícola a través de la Cañada de los Hornos y por el arroyo del Tariquejo. Los excrementos desaparecen a medida que el curso se introduce en los cultivos y la vegetación ripícola degenera. En la Cañada de la Viga se encontró un excremento de nutria en una piedra del margen del arroyo, en el límite oeste del pinar-sabinar costero (Subunidad Ambiental VII-6). Por lo tanto, esta zona debe de estar dentro del área de campeo de la nutria, que se mueve probablemente entre la marisma y los cauces que se adentran en el pinar-sabinar costero. Para ello tendría que cruzar la carretera que une El Rompido con Cartaya, con el consiguiente peligro de atropello que conlleva. Este lugar parece ser poco utilizado debido a que sólo se detectó un excremento y al alto grado de perturbación y degradación de la vegetación de ribera que posee la Cañada de la Viga. Probablemente corresponda a un registro del movimiento ocasional de esta especie protegida entre la marisma del Piedras y el arroyo de la Viga.

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Tabla 4.2.4.2.1.- Mamíferos presentes en la matriz de cultivos. Se indica la abundancia relativa, los hábitats preferentes y la categoría de protección según Palomo & Gisbert (2002). ESPECIE

1 2 3

Conejo (Oryctolagus cuniculus) Liebre ibérica (Lepus granatensis) Erizo común (Erinaceus europaeus)

ABUNDANCIA RELATIVA Común Escasa Común

4

Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)

Insuficientemente Conocido

5

Rata de agua (Arvicola sapidus)

Insuficientement e Conocido

6

Rata parda (Rattus norvegicus)

7

Musaraña de campo (Crocidura suaveolens)

8

Meloncillo (Herpestes ichneumon)

9

Zorro (Vulpes vulpes)

10

Comadreja (Mustela nivalis)

11

Turón (Mustela putoris)

12

Nutria (Lutra lutra)

HÁBITAT PREFERENTE Ubicuo

CATEGORÍA DE PROTECCIÓN Preocupación menor

Zona agrícola

Preocupación menor

Borde pinar, zona agrícola Zonas agrícola con buena cobertura de vegetación Zonas húmedas, arroyos

Datos insuficientes

Zonas humanizadas, cultivos Insuficientement Ubicuo e Conocido Vegetación de Común ribera Abundante

Escaso

Ubicuo

Preocupación menor

Vulnerable a la extinción No amenazada Datos insuficientes para evaluar su situación Datos insuficientes para evaluar su situación Preocupación menor

Insuficientement Generalista, Datos insuficientes e mosaico para evaluar su Conocido situación Insuficientement Generalista, mosaico Casi amenazado e Conocido Cauces fluviales Casi amenazado Escaso permanentes

4.2.4.2.2.- Anfibios y reptiles:

En la matriz de cultivos podemos encontrar 5 especies de anfibios y 8 especies de reptiles. La proximidad de las Marismas del Piedras y la presencia de gran número de arroyos que discurren por la zona de los cultivos, permiten la ocupación por parte de múltiples especies de anfibios. No obstante no se realizaron muestreos específicos para estos grupos

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(anfibios y reptiles) en la zona agrícola, correspondiendo la información expuesta a datos recogidos durante otros muestreos y a los registros de atropellos. Por lo tanto, el número de especies debe ser mayor al presentado en estos resultados. Sería interesante llevar a cabo un estudio más profundo de estos grupos en la matriz agrícola. El gallipato (Pleurodeles walt) fue el único urodelo detectado en la zona agrícola, asociado a puntos de agua. En cuanto a los anuros, se detectaron el sapo común (Bufo bufo), la rana común (Rana perezi), el sapo corredor (Bufo calamita) y el sapo de espuelas (Pelobates cultripes). El número de reptiles fue mayor debido al elevado número de registros de ofidios atropellados en las carreteras comarcales y N-431. Se detectaron: un quelonio, 2 lacértidos y 5 especies de ofidios. El galápago leproso (Mauremis leprosa) fue el único quelonio encontrado en los cultivos, cerca de un curso de agua. Se confirmó su reproducción al encontrarse un individuo recién nacido una mancha de vegetación silvestre junto a un arroyo en el interior de la matriz agrícola junto al pinar interior sur..

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Tabla 4.2.4.2.2.1.- Anfibios presentes en la matriz agrícola de Cartaya. Se indica el índice de abundancia, hábitats preferentes y la categoría de protección según Pleguezuelos, Márquez & Lizana (2002). ESPECIE

1 2 3 4 5

Rana común (Rana perezi) Sapo corredor (Bufo calamita). Sapo de espuelas (Pelobater cultripes) Sapo común (Bufo bufo) Gallipato (Pleurodeles waltl)

ABUNDANCIA RELATIVA Abundante Abundante Insuficientemente conocida Común

HÁBITATS PREFERENTES Puntos de agua

CATEGORÍA DE PROTECCIÓN Preocupación menor

Ubicuo

Preocupación menor

Ubicuo

Casi amenazada

Ubicuo

Preocupación menor

Insuficientemente Canal del Piedras, conocida puntos de agua

Casi amenazada

Tabla 4.2.4.2.2.2.- Reptiles presentes en la matriz agrícola de Cartaya. Se indica el índice de abundancia, hábitats preferentes y la categoría de protección según Pleguezuelos, Márquez & Lizana (2002). ESPECIE

1 2 3 4 5 6

7 8

Galápago leproso (Mauremys leprosa) Lagartija colilarga (Psammodromus algirus) Lagarto ocelado (Lacerta lepida) Culebra de herradura (Coluber hippocrepis) Culebra de escalera (Elaphe scalaris) Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) Culebra de cogulla (Macroprotodon cucullatus) Culebra lisa meridional (Coronella girondica)

ABUNDANCIA RELATIVA Común Común Común Insuficientemente conocida Abundante Abundante

HÁBITATS PREFERENTES Puntos de agua Ubicua

CATEGORÍA DE PROTECCIÓN Vulnerable Preocupación meno

Ubicuo

Preocupación menor

Zonas rocosas

Preocupación menor

Arroyos, zona agrícola, ubicua Arroyos, zona agrícola, ubicua

Preocupación menor

Arroyos, matriz Insuficientemente agrícola, marisma, conocida borde pinar Pinar, eucalipatar, Común zona agrícola

Preocupación menor

Casi amenazada

Preocupación menor

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El lagarto ocelado (Lacerta lepida), endémico del Mediterráneo occidental, es el mayor de los lagartos europeos continentales. Es un cazador principalmente insectívoro cuyo celo ocurre a finales de marzo-mayo (Blanco et al. 1997). En los últimos años se ha señalado su casi total desaparición en amplias áreas protegidas, como Doñana o los Aigüesmols de l´Empordá, o ha pasado en poco tiempo de presentar densidades mayores a 50 individuos por hectárea en ciertas zonas de sierra Morena, de las dehesas extremeñas o de la desembocadura del Ródano, a mantener una presencia casi vestigial. Esta llamativa disminución podría ser un fenómeno generalizado por lo que resulta recomendable comenzar estudios a medio plazo sobre la evolución de sus poblaciones (Pleguezuelos, Márquez & Lizana 2002). Encontramos ejemplares atropellados en la carretera comarcal HV-4111, la carretera forestal del Campo Común de Abajo y de Arriba, la N-431 y en otras carreteras secundarias. Se registraron un total de 7 ejemplares atropellados, de los cuales 4 fueron en la comarcal HV-4111 que une Cartaya con El Rompido, a la altura del cruce con el Caño de la Viga. Todos los registros de atropellos de reptiles ocurrieron entre mayo y junio, durante la época de celo. La mayor parte de los mismos se localizaron cerca de zonas húmedas y arroyos (ver cartografía adjunta). Los ofidios detectados fueron la culebra de herradura (Coluber hippocrepis), la culebra lisa meridional (Coronella girondica), la culebra de escalera (Elaphe scalaris), la culebra de cogulla (Macroprotodon cucullatus) y la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). La especie de ofidio más abundante en la matriz de cultivos fue la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). La mayor parte de los registros correspondieron a ejemplares muertos por atropellos, junto con un par de registros de ejemplares vivos cerca de la Cañada de Hornos. La mayoría de los atropellos se registraron en la carretera comarcal HV-4111, próximos a la Cañada del Corchito.

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La culebra de escalera (Elaphe scalaris), al igual que la culebra bastarda, habita en la mayoría de biotopos, siendo las especies de ofidios más comunes en la zona agrícola y refugiándose en los ambientes más húmedos de la misma. Su presencia y tamaño de población disminuye en comarcas donde las modernas técnicas agrícolas hacen desaparecer los setos y linderos. Le afecta muy negativamente la desaparición de los sotos ribereños, y muchos ejemplares sucumben al tráfico rodado (Salvador & Pleguezuelos 2002). Sólo se encontró un ejemplar atropellado de culebra de herradura (Coluber hippocrepis) en el cruce de la carretera comarcal HV-4111 con la Cañada de Hornos. Es una especie fundamentalmente rupícola, que frecuenta substratos rocosos tendentes a la verticalidad. Como substituto de los substratos rocosos naturales utiliza a menudo las construcciones humanas, de modo que es el colúbrido español más antropófilo (Salvador & Pleguezuelos 2002). Así, en el Término Municipal de Cartaya encontraría un hábitat idónea en naves industriales y casas en el medio rural. Se localizó un solo ejemplar de culebra de cogulla (Macroprotodon cucullatus) atropellado en la carretera comarcal HV-4111 en mayo de 2003 muy cerca del núcleo urbano de Cartaya. En el sudoeste ibérico su abundancia está relacionada con los suelos arcillosos, probablemente por sus hábitos minadores, pero es generalista para la elección de biotopo: bordes de pinares, encinares, robledales, y sus matorrales de degradación, normalmente en suelos cubiertos de pastizal algo húmedo, mostrando preferencia por la proximidad de arroyos y charcas, probablemente porque allí encuentra suelos más blandos (Salvador & Pleguezuelos 2002). En Cartaya esta especie habitaría principalmente, según sus preferencias de hábitats antes descritas, en las proximidades de la red de drenaje y las marismas del Piedras.

4.2.5.- Usos antrópicos asociados a la matriz de cultivos de Cartaya.

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Es evidente que el uso del suelo que domina en la matriz agrícola de Cartaya es la agricultura, y en concreto explotaciones intensivas de cítricos y cultivos bajo plástico. También son relativamente frecuente zonas urbanizadas de uso residencial e industrial asistencial a las explotaciones agrícolas y, en menor medida, ganaderas, así como diversos tipos de almacenes. El pastoreo también es una actividad relativamente frecuente en esta zona, ya sea tanto como zona de paso hacia los pinares de Cartaya como, en menor medida, zona de pasto. Finalmente, citar algunas instalaciones de uso recreativo situadas en las inmediaciones del Pinar Interior Sur y la matriz agrícola como son un parque acuático y una pista para carreras con vehículos a motor de baja cilindrada.

4.2.6.- Problemática de conservación medioambiental en la matriz de cultivos de Cartaya.

Los problemas principales para la conservación de la flora, la fauna y los hábitats de la matriz de cultivos de Cartaya detectados en este estudio fueron:

1.- Invasión por parte del pico de coral (Estrilda astrid). Especie de ave que está invadiendo actualmente Portugal y que ha comenzado ya su invasión de los pinares de Cartaya. 2.- Utilización de especies alóctonas con potencialidad invasora en los setos. Entre éstas destacan la Acacia retinodes, que llega a invadir dunas costeras y acantilados en la costa de Huelva, y dos especies de Opuntia (chumberas) que también se comportan como invasoras en Andalucía, y en algunas zonas muy puntuales del Pinar Interior Norte de Cartaya. 3.- Ausencia generalizada de setos. Más del 80 % de los márgenes de los caminos de la matriz agrícola y gran parte de las divisorias entre diferentes explotaciones agropecuarias

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aparecen desprovistas de vegetación arbórea o arbustiva. Para ver el valor de estas formaciones vegetales ver la discusión de esta sección. 4.- Mono-especificidad o biodiversidad baja en la vegetación de los setos. Cuando aparecen setos suelen estar compuestos por una especie que domina casi exclusivamente. La biodiversidad es uno de los atributos positivos de las formaciones de setos, ya que diferentes especies vegetales pueden ofrecer recursos variados a la fauna, como diferentes tipos de alimento, refugio, zonas de cría, etc. 3.- Degradación de cauces fluviales que discurren por el interior de la matriz agrícola. Este aspecto se comentó extensamente en el Segundo Informe Parcial. 4.- Desaparición de muros de piedra seca, de construcción tradicional, en las lindes de las explotaciones agrícolas. Estas estructuras actúan en las áreas cultivadas como refugios para numerosos herpetos, como el lagarto ocelado. Actualmente las paredes de piedra seca están siendo destruidas y sustituidas en algunas zonas por vallas menos estéticas y poco duraderas. 5.- Sustitución de cultivos de secano extensivos (pastizales, almendrales e higuerales) por cultivos intensivos de regadío. La eliminación de pastizales, almendrales e higuerales por cultivos intensivos como las plantaciones de cítricos o fresas han sido y son aún muy frecuente en Cartaya. Este cambio en el uso y la intensidad de explotación del suelo está conllevando la pérdida de uno de los paisajes más característicos de Cartaya, las huertas de almendros e higueras. Además, son varias las especies animales que se ven desfavorecidas por este cambio de uso, entre las que destacan especies que necesitan zonas abiertas con intensidad baja o media de explotación. 6.- Atropello de animales en las vías de comunicación de cruzan la matriz agrícola. Este tema se trata en profundidad en el capítulo de fragmentación del territorio de este Informe.

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7.- Vertidos incontrolados de residuos sólidos. A lo largo de los caminos de la matriz agrícola, frecuente coincidiendo con bosquetes de pinos piñoneros, arroyos, zonas alteradas o pastizales, se acumulan vertidos incontrolados e ilegales de sólidos procedente de derribos o residuos agrícolas, como plásticos de invernadero o escombros. 8.- Conservación deficiente de los bosquetes de pinos piñoneros incluidos en la matriz de cultivo. Como se ha descrito anteriormente las manchas de pinar incluidas en la matriz agrícola, además de poseer un tamaño bastante limitado para el mantenimiento de poblaciones de aves, aparecen con un sotobosque prácticamente ausente o muy degradado. Así, bajo los pinos piñoneros suele aparecer un pastizal muy pobre. La ausencia de un sotobosque bien desarrollado podría estar impidiendo que muchas especies de aves, y otros vertebrados, utilizaran estas manchas de pinos como zonas de cría, refugio y alimentación en el interior de la matriz agrícola, aumentando así la biodiversidad de la zona.

4.2.7.- Medidas de gestión ambiental recomendadas en la matriz de cultivos de Cartaya.

Todas estas actividades de gestión medioambiental deben llevarse a cabo informando previamente a los vecinos de Cartaya y, siempre que sea posible, facilitando su participación, directa o indirecta, en los proyectos a desarrollar. De esta manera los vecinos verán la gestión del Medio Ambiente de Cartaya como suya y la respetarán y harán respetar. En este sentido nos parece crítico el establecimiento de un Plan de Comunicaciones de Gestión Medioambiental. En dicho Plan se plantearía una relación biunívoca de comunicación entre vecinos (tanto a nivel individual como de asociaciones) y los técnicos encargados del Plan de Gestión Medioambiental. Las ventajas de este sistema son: por un lado, los vecinos podrían conocer diversas alternativas de gestión, lo cual aumentando su nivel de información induciría

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una mayor capacidad vecinal de discriminación de alternativas, el equipo técnico se podría nutrir de la propia sensibilidad en materia medioambiental de los vecinos; por otro lado, al participar en el proceso los habitantes de Cartaya harían suyo desde el principio un desarrollo basado en modelos medioambientales. En vista de los análisis de la vegetación, la fauna y ante la problemática de conservación acompañante se recomiendan las siguientes medidas en la gestión ambiental en la matriz de cultivos de Cartaya:

1.- Eliminación total pico de coral (Estrilda astrid). La erradicación de esta ave invasora debe realizarse con la mayor celeridad para impedir que se siga extendiendo su invasión, ya que actualmente se encuentra en su fase inicial. Si la invasión aumentase podría llegar a ser muy difícil la eliminación total de esta ave de pequeño tamaño que gusta de zonas cercanas a cauces fluviales con vegetación abundante. 2.- Potenciación, diversificación y creación de setos mediante el uso de flora autóctona. Deben desarrollarse actuaciones para favorecer la funcionalidad ecológica de los setos en la matriz agrícola de Cartaya. En vista la situación tan deficiente en la que se encuentran los setos de la matriz agrícola se recomienda la plantación de especies vegetales arbustivas y arbóreas en los márgenes de los caminos rurales principales de la matriz agrícola de Cartaya, que se extienden a lo largo de alrededor de 60 km. Por lo tanto, si se reforestaran todos estos márgenes Cartaya contaría con 120 km de setos que ocuparían una superficie aproximada de 36 hectáreas. Esta reforestación para la creación de setos debe llevarse a cabo con vegetación autóctona en función de varios modelos que tiendan a diversificar los hábitats y favorecer especies animales y vegetales propias de zonas de cultivo de la costa onubense y poco frecuentes y/o en declive en la matriz agrícola de Cartaya. Así, en estos modelos deben quedar recogidas especies de árboles y arbustos que ofrezcan diferentes tipos de alimento (Ej. frutos carnosos, semillas, flores con néctar abundante), refugio y zonas de cría. Es también importante señalar que la composición de las comunidades de invertebrados y aves de una zona dependerá de la vegetación que aparezca en los setos (Hinsley & Bellamy 2000; Meek et al. 2002). Así, se ha descrito como la biodiversidad aumenta en zonas con setos

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con cobertura arbórea y arbustiva combinada con zonas abiertas de herbáceas. Las diferentes poblaciones de roedores que se establecen en las zonas de setos pueden llegar a establecerse a modo de metapoblaciones, conjunto de poblaciones entre las que se da intercambio de individuos de manera puntual. En estas metapoblaciones pueden producirse extinciones locales que pueden relacionarse con el tamaño y el grado de aislamiento de las diferentes manchas de setos (Paillat & Butet 1996). Debido a la cercanía de los setos con las vías de comunicación en el interior de la matriz agrícola, las especies que habitan en ellos pueden ver su dinámica poblacional muy alterada por actividades antrópicas que provocan atropellos, incendios, etc. (Spooner et al. 2004). Finalmente comentar que algunas de las especies más abundantes en los setos de Cartaya se comportan como especies invasoras en la zona, como Opuntia ficus-indica (Brutsch 1997), Opuntia tuna, Acacia retinodes y Carpobrotus edulis. Sobre todo las dos últimas especies invaden zonas del cordón dunar en el litoral onubense donde están causando daños muy importantes a la vegetación autóctona. Por lo tanto debería evitarse el uso de Acacia retinodes y Carpobrotus edulis en los setos de Cartaya e incluso eliminarse los ejemplares que aparecen actualmente. Esta medida está recogida por la Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ como propuestas para enriquecer el patrimonio paisajístico de zonas rurales. 3.- Adecuación medioambiental de los cauces fluviales que discurren por el interior de la matriz agrícola. Esta adecuación medioambiental debería llevarse a cabo mediante el deslinde de la zona de Dominio Público Hidráulico en los principales cauces fluviales de Cartaya y plantación de vegetación autóctona arbórea y arbustiva. Las medidas para la adecuación medioambiental de los cauces fluviales se tratan con detenimiento en el Segundo Informe Parcial de esta aplicación científica. Esta medida está recogida por la Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ como propuestas para enriquecer el patrimonio paisajístico de zonas rurales.

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4.- Recuperación y protección del paisaje rural histórico de Cartaya, integrado por las huertas de almendros, higueras, pastizales mediterráneos acompañantes y paredes de piedra en las lindes. Como se comenta en la discusión este paisaje y los ecosistemas que alberga poseen un valor ecológico muy destacado para el mantenimiento de la biodiversidad de Cartaya y actualmente existe una tendencia muy acelerada hacia su desaparición. La Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ identifica a estos paisajes agrarios como valores naturales en riesgo y a las paredes de piedra que en ellos se construían como elementos que cumplen un papel esencial en el territorio, evitando la pérdida de suelos, la propagación de incendios y contribuyendo a la conservación del paisaje tradicional. 5.- Adecuación de las vías de comunicación para el paso de fauna silvestre y mantenimiento de caminos rurales, veredas y cañadas. Esta tema se evalúa con detalle en el apartado correspondiente a fragmentación ecológica de este Informe donde se localizan los puntos negros de atropellos. Esta medida también está recogida por la Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ como propuestas para enriquecer el patrimonio paisajístico de zonas rurales. 6.- Limpieza de basuras y escombros a lo largo y ancho de toda la matriz agrícola. Esta labor es esencial en la mejora estética de la zona con fines a su conservación medioambiental. Además, debe llevarse a cabo un control punitivo más estricto de los vertidos ilegales de escombros y otros residuos. 7.- Adecuación ecológica de los bosquetes islas de pinos piñoneros, centrada principalmente en la mejora del sotobosque arbustivo tanto desde el punto de vista de la cobertura total como de la biodiversidad. A la hora de realizar esta mejora ambiental hay que tener en cuenta que las manchas pequeñas de vegetación pueden ser más susceptibles a ser invadidas por especies exóticas. Por lo tanto, no solo hay que analizar el tamaño de estos

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bosques islas, también hay que cuantificar los atributos y los posibles efectos de la matriz que rodea a la mancha pueda ejercer sobre ellos (Hobbs 2001). Esta medida está recogida por la Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ como propuestas para enriquecer el patrimonio paisajístico de zonas rurales. 8.- Mantenimiento del mosaico de hábitats. En general, muchas de estas medidas se integran en el mantenimiento de un mosaico de hábitats ricos y diverso. En el interior de la matriz agrícola de Cartaya, dominada por explotaciones agrícolas intensivas, deben aparecer de manera compensada otros elementos ecológicos en buen estado de conservación como son los bosques-islas, la red fluvial, los setos y las huertas de almendros e higueras. Esta medida está recogida por la Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ como propuestas para enriquecer el patrimonio paisajístico de zonas rurales.

4.3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El análisis ecológico de la matriz agrícola de Cartaya refleja problemas graves de conservación de la Naturaleza a la vez que una potencialidad muy elevada de mejora ambiental en la zona. Entre los problemas de conservación cabe destacar la degradación de los cauces fluviales, los setos y la destrucción del mosaico de hábitats típico en la zona. Sin embargo, la presencia de especies vegetales y animales muy singulares en puntos muy concretos en el interior de la matriz agrícola apunta hacia la potencialidad de esta zona en el mantenimiento, e incluso aumento, de la biodiversidad del Término Municipal de Cartaya. Por otro lado, los cultivos de la matriz agrícola no se encuentran aislados de los ecosistemas silvestres adyacentes, sino que por el contrario están íntimamente relacionados.

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Entre este conjunto de relaciones destacan aquellas que favorecen a los cultivos gracias a los servicios ofrecidos por los ecosistemas vecinos, valga como ejemplo la polinización llevada a cabo por los insectos provenientes de ecosistemas silvestres cercanos a los cultivos. También son muchos los vertebrados que se mueven entre la matriz de cultivo y los pinares de Cartaya. Para estos desplazamientos utilizan principalmente los cauces fluviales que atraviesan la matriz de cultivos. Además, nuestros resultados indican que los paseriformes forestales, abundantes en las masas forestales de Cartaya, pueden verse muy afectados por la fragmentación de los bosques, por lo que resulta muy importante la conservación de grandes superficies forestales continuas y de sotos ribereños y setos que actúan como elementos de conexión entre dichas masas forestales y como refugios para muchas de estas especies forestales en zonas deforestadas. Tanto los cauces fluviales como los setos, ambas estructuras lineales vertebradoras del territorio, parecen ser elementos importantes en Cartaya para el mantenimiento de la biodiversidad, no solo en el interior de la matriz agrícola, sino a nivel general del Término Municipal. Así, ambas estructuras pueden aumentar la conectividad del territorio comunicando manchas de valor ambiental relativamente elevado situadas en el interior de la matriz ambiental o en sus márgenes, como pueden ser el pinar interior sur y el pinar interior norte. Esta importancia ecológica contrasta con el deficiente estado de conservación en el que aparecen ambos elementos. Esta degradación no es un aspecto único de Cartaya, sino que se trata de procesos generalizados, al menos, a nivel europeo. Así, la importancia de los setos asociados a los caminos rurales y los márgenes de las explotaciones agrícolas contrasta con la degradación que han sufrido en los últimos años en el ámbito europeo. Los caminos de zonas rurales y las zonas de setos asociadas han sido muy modificadas en Europa occidental en las últimas décadas, debido a un cambio hacia un modelo de agricultura extensiva más agresiva. Sin embargo, pueden llevarse a cabo actualmente modelos de gestión multifuncionales que aseguren las funciones

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diversas de los caminos rurales y sus setos como zonas de transporte y comunicación y reservas ecológicas (Pauwels & Gulinck 2000). Un ejemplo que ilustra la potencialidad de la matriz de cultivo como zona de mantenimiento y potenciación de la biodiversidad del Término es la distribución del zarcero común (Hippolais polyglota) en Cartaya. Esta especie ha sido localizada únicamente en un ‘bosque-isla’ de pinos piñoneros rodeado por cultivos de secano (olivares y almendrales) situado al norte del núcleo urbano de Cartaya. Es una zona mosaico formada por una mancha de pinos cercana al arroyo del Pozuelo, con algunos alcornoques y eucaliptos, y rodeada por cultivos y pastizales. Al igual que el zarcero, el carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) únicamente ha sido localizado en el arroyo de la Cañada de Hornos. La mejora ambiental de los cauces fluviales y setos podría favorecer a este tipo de especies poco frecuente en Cartaya entre otras como numerosos reptiles y anfibios. Además del mantenimiento y la potenciación de los elementos lineales del paisaje (cauces fluviales y setos) es importante la conservación del mosaico de hábitats típico de Cartaya. Este mosaico ha estado compuesto tradicionalmente por bosques islas de pinos piñoneros, huertas de almendros e higueras, cultivos intensivos, cauces fluviales y caminos rurales y los setos asociados. En este contexto es importante la conservación y mejora ambiental de los bosques islas que aparecen en un estado de conservación deficiente y podrían ser importantes para la conservación de especies forestales como el herrerillo capuchino (Parus cristatus), el búho chico (Asio otus) o el búho real (Bubo bubo). El búho real anida en zonas boscosas rodeadas de zonas abiertas y heterogéneas (Penteriani et al. 2001). Además, la existencia de este mosaico ambiental favorece la conservación de especies poco abundantes y específicas de estas zonas como la tórtola europea (Streptopelia turtur), el erizo común o europeo (Erinaceus europaeus), que es más dependiente del ambiente ripario y los bosquetes aledaños a huertas y regadíos en los medios mediterráneos (Purroy & Varela 2003) o el turón

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(Mustela putoris), que prefiere vivir en mosaicos de áreas abiertas y bosquetes (Palomo & Gisbert 2002). En resumen, los setos, cauces fluviales y vallados tradicionales bien conservados protegen frente al viento, reducen la erosión, evitan inundaciones, aumentan la biodiversidad, mejoran el paisaje agrario protegen al ganado y mejoran la producción agrícola al proteger contra los impactos mecánicos del viento, evitar una pérdida de agua excesiva y provocar la precocidad (Junta de Andalucía 2002). La presencia de campos de cultivo de almendros (Prunus dulcis) e higueras (Ficus carica) contribuye al aumento del valor paisajístico del mosaico de la zona agrícola, además de favorecer la presencia de algunas especies ligadas a este tipo de cultivo de secano tradicional, que se ven favorecidas por esta formación arbolada abierta, como la culebra de escalera (Elaphe scalaris), el alcaudón real (Lanius meridionalis) y alcaudón común (Lanius senator), la codorniz común (Coturnix coturnix), el sisón común (Tetrax tetrax), el aguilucho cenizo (Circus pygargus; especie vulnerable a la extinción), el conejo (Oryctolagus cuniculus) y la liebre ibérica (Lepus granatensis), el triguero (Miliaria calandra), la abubilla (Upupa epops) o el mochuelo común (Athene noctua). El camaleón común (Chamaeleo chamaeleon), especie protegida como ‘casi amenazado de extinción’ en Andalucía, también necesita este tipo de hábitats abiertos cercanos a la costa (Hodar et al. 2000). Además, los almendrales, poseen un valor cultural y estético propio, siendo un cultivo respetuoso con el entorno que no requiere un uso agresivo de pesticidas ni fertilizantes químicos. La Junta de Andalucía (2002) en el ‘Manual para la Diversificación del Paisaje Agrario’ apunta a este tipo de huertas tradicionales como elementos paisajísticos de gran valor que integran unos valores culturales que se deben preservar y que suponen la valoración de los entornos de los cascos urbanos, a menudo muy deteriorados a causa de su uso como vertederos y escombreras. Además, las huertas de Cartaya también pueden ser inscritas en otros paisajes agrícolas

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andaluces en crisis según este manual, los paisajes agrarios litorales. Estos han sido devastados por la expansión turística y urbana y por la agricultura intensiva, como es el caso de Cartaya donde aun se conservan parte de este paisaje agrícola tradicional. Otro aspecto interesante a tratar respecto al mantenimiento del mosaico de hábitat típico de Cartaya es cómo éste afecta al avance de los impactos ambientales como el fuego o la invasión de especies alóctonas. En zonas heterogéneas ocupadas por mosaicos de hábitats silvestres y agrícolas de diferente tipo los incendios forestales suelen ser de menor tamaño y más fácil de controlar, como ha sido descrito en mosaicos de paisaje mediterráneo (Lloret et al. 2002). Por otro lado, la invasión por parte de especies alóctonas naturalizadas sería más fácilmente identificada y la posibilidad de control sería mayor.

CONCLUSIONES:

1.- Se diferencian 6 subunidades ambientales en la matriz de cultivos (Unidad Ambiental XII): plantaciones de cítricos, frutales de hoja caduca, cultivos bajo plásticos, cultivos arbóreos y herbáceos de secano, ‘bosques-islas’ y setos. 2.- El 81 % de la extensión de los caminos rurales principales de la matriz agrícola no presentan setos en sus márgenes. 3.- La vegetación de los setos de la matriz agrícola está dominada por Casuarina equisetifolia (37 %), Opuntia tuna (14 %) y matorral mediterráneo (13 %). 4.- La vegetación de los setos puede dividirse en cuatro grandes grupos: matorral mediterráneo, con el dominio de especies de jaras, vegetación de zonas húmedas, , especies alóctonas, donde domina la Casuarina equisetifolia, y especies invasoras, con el Carpobrotus y la Acacia retinodes como especies más abundantes.

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5.- Los ‘bosques-islas’ parecen cumplir un papel importante en el mantenimiento de la biodiversidad animal en la matriz de cultivo, caracterizados por especies como el herrerillo capuchino, el búho real, el búho chico, la tórtola europea, el erizo común o el turón.

6.- Se contabilizaron 64 especies de aves en la matriz de cultivos, entre ellas 6 rapaces diurnas y 5 nocturnas. Las especies más abundantes fueron el gorrión común, el mirlo común, el jilguero y verdecillo. 7.- La biodiversidad de aves en la matriz de cultivos fue similar a la de las zonas forestales adyacentes. Muchas especies, aún no siendo propias de la zona agrícola, se desplazan a ésta para alimentarse. 8.- En la matriz agrícola no se registraron aves forestales estrictas, como el agateador común o el herrerillo capuchino.

9.- Se registraron aves exclusivas de la matriz agrícola como la bisbita común, el triguero y el buitrón. 10.- La presencia de almendrales e higuerales favoreció la presencia de algunas especies ligadas a estos tipos de cultivo de secano tradicional como el alcaudón real y alcaudón común, el triguero, la abubilla, el mochuelo común, el camaleón común o el lagarto ocelado. 11.- Se contabilizaron 13 especies de mamíferos en la matriz de cultivos, entre los que destacan el erizo común, la nutria paleártica, el conejo, la liebre ibérica, la comadreja, el zorro, el tejón y varios micromamíferos. 14.- Se contabilizaron 5 especies de anfibios (gallipato, sapo común, rana común, sapo corredor y sapo de espuelas) y 8 especies de reptiles (galápago leproso, lagarto ocelado, lagartija colilarga y culebras de herradura, lisa meridional, de escalera, de cogulla y bastarda) en la matriz de cultivos. 15.- Los problemas de conservación del medio ambiente principales en la matriz de cultivos son la invasión por parte del pico de coral, la utilización de especies alóctonas con potencialidad invasora en los setos, la ausencia generalizada de setos, la mono-especificidad o

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biodiversidad baja en la vegetación de los setos, la degradación de cauces fluviales que discurren por el interior de la matriz agrícola, la desaparición de paredes de piedra, la sustitución de cultivos de secano extensivos (pastizales, almendrales e higuerales) por cultivos intensivos de regadío, el atropello de animales en las vías de comunicación de cruzan la matriz agrícola. Los vertidos incontrolados de residuos sólidos y la conservación deficiente de los bosquetes de pinos piñoneros. 16.- Para mejorar la calidad ambiental se recomiendan ocho medidas en la gestión de la matriz de cultivos: eliminación total pico de coral, potenciación, diversificación y creación de setos mediante el uso de flora autóctona, adecuación y deslinde medioambiental de los cauces fluviales que discurren por el interior de la matriz agrícola, recuperación y protección del paisaje rural histórico de Cartaya integrado por las huertas de almendros, higueras, pastizales mediterráneos acompañantes y paredes de piedra en las lindes, adecuación de las vías de comunicación para el paso de fauna silvestre, limpieza de basuras y escombros, adecuación ecológica de los bosquetes islas de pinos piñoneros y mantenimiento del mosaico de hábitats.

5. UNIDAD AMBIENTAL V. EMBALSE DEL RÍO PIEDRAS.

5.1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

El embalse del río Piedras al noroeste del Término Municipal de Cartaya constituye una zona muy singular y amplia que ha merecido ser considerada como una unidad ambiental independiente, la número cinco. La existencia de una gran lámina de agua en esta zona podría favorecer la presencia de especies vegetales y animales en Cartaya que de otra manera no aparecerían o serían muy poco abundante en la zona. Aunque son poco frecuentes en la literatura científica internacional los estudios que analicen el papel de los embalses en el

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mantenimiento de la biodiversidad y a distribución de diferentes especies si se ha publicado que los embalses son utilizados como zonas de crías por diferentes especies entre las que se encuentran diferentes especies de gaviotas (Svetlik & Ac 1997) y otras especies propias de zonas húmedas (Kalivodova & Feriancovamasarova 1993). Los objetivos de este capítulo son caracterizar las comunidades de vertebrados (principalmente aves) presentes en el embalse del río Piedras y sus inmediaciones en Cartaya para discutir posteriormente cómo la presencia de este cuerpo de agua podría afectar a la distribución de las diferentes especies en el Término y su biodiversidad.

5.2. RESULTADOS

5.2.1.- Avifauna del embalse del río Piedras.

Se registraron un total de 63 especies de aves en la zona del embalse del Piedras y alrededores. La presencia de esta gran masa de agua en la zona favorece el establecimiento de algunas especies ligadas a las zonas húmedas, como pagazas piquirrojas (Sterna caspia), somormujos lavancos (Podiceps cristatus), águila pescadora (Pandion haliaetus), gaviotas reidoras (Larus ridibundos) y patiamarillas (Larus cachinnans). Además, es lugar de concentración para muchas otras especies de aves. Es una zona de gran importancia no sólo para la avifauna, sino también para el resto de vertebrados, que se ven favorecidos por la presencia de esta masa de agua que además de actuar como bebedero y despensa o zona de alimentación para muchas especies, proporciona un carácter más húmedo y posibilita el mayor desarrollo arbóreo y arbustivo de la vegetación en algunos arroyos próximos. Otros factores que aumentan la presencia de aves en la zona son la cercanía de las masas forestales del pinar del Campo Común de Arriba, la conexión por el río Piedras con las marismas y la

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cercanía de la sierra del Andévalo, con sus grandes extensiones de matorral y dehesas. En este sentido es importante destacar que la creciente roturación de tierras para el cultivo de naranjos en los alrededores del embalse está disminuyendo la superficie forestal y alejando el embalse de las masas de pinos. Frecuente en el embalse y alrededores es la cigüeña blanca (Ciconia ciconia) que ha cambiado su comportamiento migratorio durante los últimos años, quedándose algunos ejemplares durante todo el año. Parece que ello se debe a que la cigüeña blanca es capaz de explotar los nuevos recursos tróficos que ponen a su disposición los arrozales, fundamentalmente cangrejo rojo americano, y los que encuentra en los vertederos de residuos sólidos urbanos (Rodríguez et al. 2002). Existe un nido ocupado junto al embalse. Durante los pasos migratorios son habituales las concentraciones de cigüeñas negras (Ciconia nigra) en el embalse del Piedras (Garrido Guil 1996). Esta especie no ha sido detectada en nuestras prospecciones de campo ya que es una especie invernante y los muestreos en la zona se realizaron durante el verano. La cigüeña negra está catalogada como “en peligro de extinción” en Andalucía según la UICN. Es una especie que suele ubicar su nido en zonas alejadas de la presencia humana, casi siempre cerca de masas de agua dulce. Es común en la zona del Andévalo. Se detectaron altas densidades de perdiz roja (Alectoris rufa) en las inmediaciones del embalse. En la isla ubicada en el centro del embalse del Piedras, se establece una colonia de garzas reales (Ardea cinerea) con varios nidos bien patentes en árboles secos. Probablemente se trate de un lugar de cría para la especie. Se contabilizaron hasta un máximo de 12 ejemplares, teniendo en cuenta que una gran parte de la colonia se encontraba dispersa en busca de alimento. Es una especie que no tiene problemas importantes de conservación, con tendencia al crecimiento y expansión.

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Los somormujos lavancos (Podiceps cristatus) se localizaron en la lámina de agua del embalse del Piedras. Es una especie con gran capacidad de adaptación, ligada a zonas húmedas, siempre que dispongan de aguas abiertas, desde lagunas y balsas de riego hasta remansos en ríos y grandes embalses. Se observa una clara preferencia de la especie por localidades con grandes superficies de aguas abiertas, lo que se refleja en una alta ocupación de embalses distribuidos por todo el interior, junto con bahías y grandes lagunas costeras (Martí & Del Moral, 2003).

Dentro de los hirúndinidos, se observaron varios ejemplares de aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) volando sobre el muro de la presa y en los alrededores del embalse. Esta especie se encuentra en zonas accidentadas de altitud muy variable, a menudo junto a ríos, arroyos y otras masas de agua. Construye sus nidos en paredes rocosas y puentes, presas, túneles y, a veces, casas. Es una especie poco estudiada en España (Martí, R.& Del Moral, J.C. 2003). La golondrina dáurica (Hirundo daurica) encuentra en este enclave y en el canal del Piedras uno de sus lugares de nidificación y se trata de una especie protegida en la categoría de ‘datos insuficientes para evaluar su situación’. Además, se registró un número elevado de Passeriformes que nidifican en el pinar interior norte, arroyos y dehesas circundantes del embalse, que se observan y utilizan la zona con frecuencia, entre los que se encuentran el ruiseñor bastardo (Cettia cetti), el chochín (Troglodytes troglodytes) y varias especies de Páridos.

Las rapaces diurnas observadas fueron el águila pescadora (Pandion haliaetus), el milano negro (Milvus migrans), el ratonero común (Buteo buteo) y el águila calzada (Hieraaetus pennatus). El ratonero común fue la rapaz diurna más abundante en la zona. El milano negro está muy asociado a basureros y muladares debido a sus hábitos carroñeros.

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El águila pescadora (Pandion haliaetus) es una rapaz especializada en la captura de peces, que coge sumergiéndose parcialmente para capturarlos con las garras. Fue localizada en varias ocasiones en las orillas e inmediaciones del embalse del Piedras, siendo avistada principalmente en los islotes. Es fácilmente observable debido a su carácter confiado y a la utilización de oteaderos elevados y sobresalientes. Algunos autores la consideran como migradora (Cramp & Simmons, 1980) o invernante (Garrido Guil, 1996) en la región. No obstante, todas las observaciones fueron entre mayo y septiembre, por lo que tiene que tratarse de un ejemplar que permanece durante el verano en el área. La alimentación invernal de la especie está basada en peces, principalmente mugílidos,que localizan cerniéndose sobre el agua (Garrido Guil, 1996). Es una especie catalogada como ‘vulnerable a la extinción’ en Andalucía según la UICN. La regresión experimentada por la especie durante este siglo, que la llevó a extinguirse como especie reproductora en el territorio peninsular, parece deberse a la persecución directa, expolio de nidos y al aumento de la presión humana en las cercanías de las áreas de cría, debido fundamentalmente al desarrollo turístico y de infraestructuras en las costas (CMA-Junta de Andalucía, 2001). La interacción con la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans), tanto en forma de acoso como cleptoparasitismo podría provocar problemas en la reproducción por estrés o falta de alimentación. Entre las medidas necesarias se sugiere proteger definitivamente todas las áreas de reproducción actuales y las históricas que todavía conservan las condiciones mínimas para ser reocupadas, la vigilancia de los nidos, favorecer la instalación de nuevas parejas en zonas seguras mediante la construcción de nidos artificiales, aislar todos los tendidos eléctricos presentes en zonas húmedas donde su presencia es habitual y realizar campañas de sensibilización (Martí, R.& Del Moral, J.C. 2003).

Dentro de las rapaces nocturnas se registraron 3 especies: cárabo común (Strix aluco), mochuelo (Athene noctua) y búho real (Bubo bubo). Estas especies fueron detectadas en

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estaciones de escucha cercanas al embalse, en el pinar interior norte. Se encontraron egagrópilas de búho real a poca distancia del embalse, que constituye un hábitat adecuado para dicha especie y se encuentra cerca de un núcleo importante de reproducción en la zona del Andévalo. Tabla 5.2.1. Aves presentes en el embalse del río Piedras y alrededores. Se indica el índice de abundancia, hábitats preferentes y categoría fenológica. En negrita se indican las especies incluidas en el Libro Rojo de Vertebrados de Andalucía con alguna categoría de amenaza.

ESPECIE

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

Somormujo lavanco (Podiceps cristatus) Cormoran grande (Phalacrocorax carbo) Gaviota reidora (Larus ridibundus) Gaviota patiamarilla (Larus cachinnans) Garza real (Ardea cinerea) Garceta común (Egretta garcetta) Anade real (Anas platyrhynchos) Pagaza piquirroja (Sterna caspia) Cuco (Cuculus canorus) Tórtola europea (Streptopelia turtur) Tórtola turca (Streptopelia decaocto) Perdiz roja (Alectoris rufa) Cogujada común (Galerida cristata)

ABUNDANCIA RELATIVA Común Común Común Abundante Común Escasa Común Escaso Común Escasa Abundante Abundante Abundante

HÁBITAT PREFERENTE Embalse

CATEGORÍA FENOLÓGICA Sedentario

Embalse

Invernante

Embalse

Invernante

Embalse

Sedentario

Embalse, islas

Sedentario

Embalse

Sedentario

Embalse

Sedentario

Embalse, islas

Invernante

Pinar

Estival

Pinar

Estival

Ubicua

Sedentario

Pinar, embalse

Sedentario

Zonas cultivadas, borde pinar

Sedentario

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21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37

Buitrón (Cisticola juncidis) Ruiseñor bastardo (Cettia cetti) Triguero (Miliaria calandra) Pito real (Picus viridis) Pico picapinos (Dendrocopos major) Abubilla (Upupa epops) Abejaruco (Merops apiaster) Alcaudón real (Lanius excubitor) Alcaudón común (Lanius senator) Rabilargo (Cyanopica cyana) Arrendajo (Garrulus glandarius) Jilguero (Carduelis carduelis) Verderón común (Carduelis chloris) Pardillo común (Carduelis cannabina) Verdecillo (Serinus serinus) Mirlo común (Turdus merula) Zorzal común (Turdus philomelos) Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) Curruca rabilarga (Sylvia undata) Carbonero común (Parus major) Herrerillo común (Parus caeruleus) Herrerillo capuchino (Parus cristatus) Agateador común (Certhia brachydactyla) Mito (Aegithalos caudatus)

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Común Poco común Común Común Común Abundante Abundante Común Común Abundante Escaso Abundante Común Escaso Abundante Abundante Poco común Abundante Abundante Abundante Común Abundante Común Abundante

Pastizal, borde pinar Arroyos

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Sedentario Sedentario

Pastizal, borde pinar Pinar

Sedentario

Pinar interior

Sedentario

Ubicua

Sedentario

Ubicua

Estival

Zonas abiertas, borde pinar Pinar

Sedentario

Ubicuo, borde pinar Pinar

Sedentario Sedentario

Ubicua

Sedentario

Pinar, cítricos

Sedentario

Borde pinar, zonas abiertas Ubicua

Sedentario

Ubicua

Sedentario

Pinar interior

Invernante y migrador Sedentario

Ubicua

Sedentario

Estival

Sedentario

Pinar, Eucaliptar Pinar

Sedentario Sedentario

Pinar

Sedentario

Pinar interior

Sedentario

Pinar interior

Sedentario

Pinar interior

Sedentario

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Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) Petirrojo (Erytracus rubecula) Colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) Mosquitero común (Phylloscopus collybita) Gorrión común (Passer domesticus) Paloma torcaz (Columba palumbus) Collalba rubia (Oenanthe hispanica) Estornino negro (Sturnus unicolor) Cuervo (Corvux corax) Cigüeña blanca (Ciconia ciconia) Garcilla bueyera (Bubulcus ibis) Golondrina común (Hirundo rustica) Golondrina dáurica (Hirundo daurica) Lavandera blanca (Motacilla alba) Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) Chorlitejo chico (Charadrius dubius) Avión roquero (Hirundo rupestris) Avión común (Delichon urbica) Ratonero Común (Buteo buteo) Milano negro (Milvus migrans) Águila calzada (Hieraaetus pennatus) Águila pescadora (Pandion haliaetus) Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis) Cárabo (Strix noctua)

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Abundante Abundante Común Abundante Común Común Escasa Abundante Común Común Escasa Común Poco común Común Escasa Escaso Común Común Común Común Escasa Escasa Abundante Abundante

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Pinar

Sedentario

Ubicua

Invernante

Zonas abiertas, borde pinar Ubicua

Invernante

Zonas humanizadas

Sedentario

Pinar

Sedentario

Terrenos abiertos

Estival

Cultivos, borde pinar Pinar, embalse

Sedentario

Invernante

Sedentario

Zonas húmedas, Embalse Prados, zonas de cultivo Ubicua

Estival Sedentario Sedentario

Arroyos, canal del Piedras, embalse Cursos de agua, Prados Canal del Piedras, cursos de agua Arroyos, embalse

Estival

Sedentario

Embalse

Sedentario

Ubicuo

Estival

Pinar

Sedentario

Dehesas, embalse,cultivos Pinar

Estival

Embalse, marismas Ubicuo

Vulnerable a la extinción Estival

Pinar interior

Sedentario

Estival

Invernante Invernante

Estival

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Mochuelo común (Athene noctua) Búho real (Bubo bubo)

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Escaso Escaso

Zonas cultivadas, borde pinar Pinar interior

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Sedentario Sedentario

5.2.2.- Otros vertebrados del embalse del río Piedras

5.2.2.1.- Mamíferos:

El área de estudio comprendida para la unidad ambiental correspondiente al embalse del río Piedras, en cuanto a mamíferos, anfibios y reptiles, se corresponde en cuanto a presencia de especies con la información presentada para el pinar interior norte, debido a que son unidades ambientales adyacentes. No obstante, existen algunas singularidades y diferencias con respecto a la abundancia y presencia de algunas de las especies del embalse, debido a la existencia de una gran masa de agua y a las diferencias en la vegetación. Se detectaron un total de 9 especies de mamíferos silvestres en la zona del embalse. La densidad de conejos (Oryctolagus cuniculus) fue mayor en los alrededores del embalse que en el interior del pinar norte, considerándolo como localmente abundante en dicha zona. La densidad de conejos probablemente determina la densidad de predadores especialistas e influye en la tasa de predación de otras presas alternativas por parte de los predadores generalistas; del mismo modo, la actividad de este meso-mamífero cobra una especial importancia, ya que es muy probable que constituya una de las principales referencias que marquen el ritmo de actividad de muchos de sus predadores (Palomares 1986). Existen conejos en casi todo el país, pero las máximas densidades se encuentran en el cuadrante sur-occidental. En la distribución del lagomorfo, además de los factores climáticos, influyen de forma decisiva las características del suelo; el conejo es muy escaso en amplias regiones del oriente español, donde el suelo calizo dificulta la excavación de madrigueras, a

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pesar de que el clima es muy similar al de otras zonas donde es muy abundante. Hay cuatro especies de predadores –dos mamíferos y dos rapaces- cuya distribución coincide con el área de máxima densidad de conejos. Se trata del lince, que se alimenta casi exclusivamente de estos lagomorfos; el meloncillo, cuya distribución podría estar condicionada por la presencia de gazapos, que constituyen una parte importante de su variada dieta; el águila imperial, también especialista en la captura de conejos; y el buitre negro, cuya distribución es más difícil de explicar en relación con el lagomorfo. Además de las especies citadas, es posible que haya una gran variedad de pequeños carnívoros y rapaces que, aun teniendo amplias áreas de distribución, alcancen sus máximas densidades en la España del conejo (Blanco 1998). Estas especies son de gran relevancia para la conservación de la biodiversidad, figurando como especies protegidas. Así pues, son especies claves cuyas áreas de distribución potencial incluyen al Término Municipal de Cartaya, estando actualmente muy próximas de las áreas de distribución reales, y presentes en otros términos municipales de la provincia de Huelva. Por lo tanto, es probable observar en sus movimientos de dispersión y/o campeo especies tan sensibles y emblemáticas como el lince ibérico (Lynx pardina), el águila imperial (Aquila adalberti) o el buitre negro (Aegypius monachus) (ver el capítulo relativo a la fragmentación del territorio para un análisis más detallado de la relación de estas especies emblemáticas con Cartaya). La zona del embalse, por su proximidad a la masa forestal formada por el pinar interior norte y las dehesas del Andévalo, así como por su bajo nivel de perturbación antrópica, constituye una zona apropiada para la existencia de muchos vertebrados silvestres.

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La liebre ibérica (Lepus granatensis) es menos abundante que el conejo, aunque relativamente común. En la España mediterránea, la liebre es típica de lugares secos, cultivos de cereales, frutales, olivares o matorral natural ralo de tipo mediterráneo (Blanco, 1998). Se detectó un solo rastro de erizo común (Erinaceus europaeus) en una de las colas del embalse. Sus son hábitos predominantemente nocturnos. Puede ser depredado por el búho real (Bubo bubo) pero rara vez por otros carnívoros (Palomo & Gisbert, 2002). En cuanto a los micromamíferos, sólo se detectó la presencia del ratón de campo (Apodemus sylvaticus) y la rata de agua (Arvicola sapidus). No se realizó un muestreo específico para este grupo, por lo que no se dispone de suficiente información sobre su abundancia y la presencia de otras especies. No obstante, por las características del paisaje y hábitats representados en la zona, parece probable la existencia de otras especies de roedores y micromamíferos. Los carnívoros medianos, tales como el zorro (Vulpes vulpes), el tejón (Meles meles) y la garduña (Martes foina), son de gran importancia para la difusión de las semillas de buena parte del elenco arbóreo y arbustivo que compone el bosque mediterráneo. Las plantas premian la importante misión del distribuidor y para ello producen un fruto carnoso y apetitoso donde están encerradas las semillas. La pulpa es el pago por la tarea de distribuir las semillas lejos de la planta madre, pues los frutos caídos bajo ella no tienen futuro y la especie depende de esta labor dispersiva (Blanco et al. 1997). En la unidad ambiental correspondiente al embalse, se detectaron indicios de presencia de varios mamíferos carnívoros silvestres como el zorro (Vulpes vulpes), el tejón (Meles meles), el meloncillo (Herpestes ichneumon) y la nutria paleártica (Lutra lutra). El zorro (Vulpes vulpes) y el meloncillo (Herpestes ichneumon) son especies ubicuas, bien repartidas por todo el término municipal, incluyendo también la zona del embalse en sus áreas de campeo.

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Los mustélidos localizados fueron el tejón (Meles meles) y la nutria paleártica (Lutra lutra). El tejón aunque es extremadamente adaptable en lo que a la elección de hábitat se refiere, se asienta sobre todo tipo de bosques, sotos, huertas y áreas de matorral (Rodríguez 2002). Localmente, el uso de métodos de control de depredadores (veneno, lazos, cepos) y la caza furtiva pueden poner en peligro la supervivencia de la especie. A mayor escala, se puede ver afectada por la fragmentación de la vegetación natural (transformaciones en regadíos, concentraciones parcelarias, canalizaciones de ríos y grandes obras de infraestructura), y por la desaparición de pastizales tradicionales, que favorecerían la heterogeneidad del paisaje a pequeña escala, a favor del matorral y de cultivos forestales (Palomo & Gisbert, 2002). Se encontraron gran cantidad de excrementos de nutria paleártica (Lutra lutra) en las orillas del embalse y en los arroyos periféricos. En todos estos cursos de agua se encontraron abundantes huellas y excrementos evidenciando la utilización de los mismos durante sus desplazamientos en busca de alimento. Los excrementos contenían principalmente restos de cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), espinas de peces y huesos de anfibios. También se alimenta de reptiles e insectos acuáticos. Aunque no se registró la presencia de gineta (Genetta genetta), turón (Mustela putoris) o comadreja (Mustela nivalis), es probable que aparezcan en los aledaños del embalse ya que son especies muy versátiles en cuanto a hábitat. También podrían estar presentes en la zona, debido a la superficie forestal y a lo ondulado del terreno, otras especies como el gato montés (Felis silvestris) o la garduña (Martes foina).

ESPECIE

1

Conejo (Oryctolagus cuniculus)

2

Liebre ibérica (Lepus granatensis)

ABUNDANCIA RELATIVA Común

Común

HÁBITAT

PROTECCIÓN

Ubicuo

Preocupación menor

Zonas abiertas

Preocupación menor

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Borde pinar Datos Común (Erinaceus europaeus) insuficientes Ratón de campo Insuficientemente Ubicuo Preocupación 4 Conocido menor (Apodemus sylvaticus) Rata de agua Insuficientemente Humedales, Vulnerable a la 5 (Arvicola sapidus) Conocido arroyos extinción Meloncillo Vegetación de Datos 6 Abundante ribera insuficientes (Herpestes ichneumon) Tejón Pinar interior, Preocupación Común 7 mosaico menor (Meles meles) Zorro Ubicuo Preocupaci Común 8 ón menor (Vulpes vulpes) Nutria Cauces fluviales, Casi 9 Común embalse amenazada (Lutra lutra) Tabla 5.2.2. Mamíferos presentes en el embalse del río Piedras. Se indican la abundancia relativa, los hábitats preferentes y la categoría de protección según el Atlas de los Mamíferos Terrestres de España. 3

Erizo común

5.2.2.2.- Anfibios y reptiles:

Para la prospección de anfibios se realizó el recorrido de la carretera forestal que pasa junto al embalse del Piedras y por la vía de servicio del canal del Piedras. A continuación se presentan los resultados de los datos obtenidos a una distancia máxima de 2 km del embalse, teniendo en cuenta que el área de campeo máxima para este grupo es de 2 km (comentario personal de Miguel Tejedo). En el ámbito del embalse del Piedras, se detectaron 7 especies de anfibios (1 urodelo y 6 anuros): gallipato (Pleurodeles walt), sapo corredor (Bufo calamita), sapo común (Bufo bufo), sapo de espuelas (Pelobater cultripes), sapo partero ibérico (Alytes cisternasii), ranita meridional (Hyla meridionalis) y rana común (Rana perezi). Las especies más abundantes fueron la rana común - asociada a puntos de agua - y el sapo corredor - de hábitos más terrestres -. Menos abundantes fueron el resto de especies. Cuatro de estas especies se encuentran catalogadas con la categoría de “casi amenazadas” (ver tabla adjunta), dos de ellas son endemismos ibéricos (Alytes cisternasii, Rana perezi), un

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endemismo íbero-magrebí (Pleurodeles walt) y el sapo de espuelas (Pelobater cultripes). Sólo se encontró un ejemplar de gallipato (Pleurodeles walt). La ranita meridional (Hyla meridionalis), para reproducirse suele preferir lugares con buena cobertura de vegetación, como charcas estacionales o permanentes, prados inundados, arroyos y ríos en zonas de escasa corriente, lagunas, así como en hábitats artificiales, pequeñas represas, charcas ganaderas, colas de embalses e incluso piscinas (Pleguezuelos et al. 2002). La abundancia de puntos de agua cerca del embalse (arroyos, canal y colas del embalse) favorecen el establecimiento de esta especie. El sapo partero ibérico (Alytes cisternasii) presentó una baja detección. Se trata de un endemismo ibérico. Se encuentra muy estrechamente asociado a bosques esclerófilos y dehesas de encinas (Quercus ilex) y alcornoques (Quercus suber). También está presente en pinares y matorrales (Q. Coccifera y Cistus sp.). Generalmente está presente en suelos blandos, granítico-arenosos, lo cual puede estar relacionado con las costumbres marcadamente excavadoras de los adultos. Amenazado por la destrucción general del bosque mediterráneo, por la alteración de sus cursos de agua temporales (canalizaciones, embalses), por la introducción de peces y cangrejos de río en algunos medios acuáticos compartidos (Pleguezuelos et al. 2002). Sería interesante estudiar el impacto del canal del Piedras sobre las poblaciones de vertebrados, tanto por la posible fragmentación debido al efecto barrera sobre las poblaciones de anfibios, como por el riesgo de caída y ahogo de otros vertebrados. Tabla 5.2.3. Anfibios presentes en el embalse del Piedras y alrededores. Se indica el índice de abundancia, hábitats preferentes y la categoría de protección según el atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España. ABUNDANCIA HÁBITATS PROTECCIÓN ESPECIE RELATIVA PREFERENTES Casi Ranita meridional Común 1 amenazada Lugares húmedos (Hyla meridionalis) 2

Rana común (Rana perezi)

Abundante

Puntos de agua

Preocupación menor

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3 4 5 6 7

Sapo corredor (Bufo calamita). Sapo de espuelas (Pelobater cultripes) Sapo común (Bufo bufo) Gallipato (Pleurodeles waltl) Sapo partero ibérico (Alytes cisternasii)

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Abundante Insuficientemente conocida Común

Ubicuo Ubicuo Ubicuo

Insuficientemente Canal del Piedras, conocida puntos de agua Insuficientemente Canal del Piedras conocida

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Preocupación menor Casi amenazada Preocupación menor Casi amenazada Casi amenazada

No se realizaron muestreos específicos para reptiles en esta unidad ambiental. Sin embargo, el carácter más rocoso de esta zona y el relieve ondulado favorece la presencia de un mayor número de especies de reptiles, que encuentran lugares donde refugiarse. Se detectaron 3 especies de lacértidos, una de quelonios, una de gelónidos y 4 de ofidios: lagartija colilarga (Psammodromus algirus), lagartija ibérica (Podarcis hispanica), lagarto ocelado (Lacerta lepida), galápago leproso (Mauremys leprosa), salamanquesa común (Tarentola mauritanica), culebra de escalera (Elaphe scalaris), culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) y culebra lisa meridional (Coronella girondica). El galápago leproso (Mauremys leprosa) fue una especie abundante en el embalse del Piedras y alrededores. Se encontraron muchos ejemplares en las pozas del río Piedras. También se encontraron numerosos ejemplares muertos en las orillas del embalse. Presentaron dos orificios en el caparazón y la distribución de los cadáveres fue en varios grupos junto al embalse. Se desconoce la causa exacta de mortalidad de los mismos. Los hechos fueron denunciados a la Guardia Civil, al ser una especie protegida. Es una especie potencialmente amenazada por la presencia de especies introducidas de galápagos (Salvador & Pleguezuelos 2002). Tabla 5.2.4. Reptiles del embalse del Piedras y alrededores. Se indica el índice de abundancia, hábitats preferentes y la categoría de protección según el Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España. ESPECIE ABUNDANCIA HÁBITATS PROTECCIÓN RELATIVA

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Lagartija colilarga 1 (Psammodromus algirus) 2 3 4 5 6 7 8 9

Lagartija ibérica (Podarcis hispanica) Lagarto ocelado (Lacerta lepida) Culebra de herradura (Coluber hippocrepis) Culebra de escalera (Elaphe scalaris) Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) Culebra lisa meridional (Coronella girondica) Salamanquesa común (Tarentola mauritanica) Galápago leproso (Mauremys leprosa)

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Abundante Insuficientemente conocida Común Insuficientemente conocida Abundante

Ubicua

Preocupación menor

Pinar

Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor Preocupación menor

Ubicuo Ubicua Ubicua Ubicua

Abundante Común Abundante Común

Pinar, eucaliptar, matorral Ubicua

Puntos de agua, embalse, pozas

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Preocupación menor Preocupación menor Vulnerable

5.3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La presencia en cartaza de un embalse de las dimensiones y características del embalse del río Piedras ha merecido que esa zona sea catalogada como una unidad ambiental propia (Unidad Ambiental V) dentro del Término Municipal. En este capítulo se pone de manifiesto las características que esta unidad ambiental ofrece respecto a la presencia de vertebrados, sin analizar otros grupos animales ni la flora y la vegetación de la zona. En este análisis, desarrollado mediante datos de muestreo de campo y bibliográficos, tal y como se contempló a la hora de definir las unidades ambientales de Cartaya, se han detectado especies características de esta zona como la cigüeña negra, la nutria paleártica, el águila pescadora, la garza real o diferentes especies de anfibios y reptiles como el galápago leproso. De esta forma la presencia del embalse del río Piedras ha creado en Cartaya hábitats que anteriormente no existían, como las islas del centro del pantano. En estos hábitats aparecen actualmente especies características que de otra manera verían su distribución muy limitada o no

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aparecerían en Cartaya. Estas especies utilizan el embalse de muchas maneras, ya sea principalmente como zona de alimentación como parece ser el caso de la nutria paleártica y el águila pescadora, como zona de cría como la garza real, o como bebedero como numerosas aves y mamíferos sobre todo en época estival. Dada la importancia de esta zona de Cartaya, el embalse del río Piedras y sus zonas adyacentes, deben protegerse los bosques de pinos y las dehesas cercanas al pantano, las cuales actualmente están siendo destruidas en parte para la instalación de agricultura intensiva. Sin embargo, no cabe la menor duda que la construcción del embalse ha alterado la hidrodinámica y la dinámica sedimentaria del río Piedras, afectando por ejemplo, a la comunidad piscícola y al aporte de sedimentos desde el río a la costa onubense. Además, la localización del embalse entre el pinar interior norte de Cartaya y las dehesas del norte del Término Municipal y las primeras estribaciones del andévalo onubense podría significar que la masa de agua actuase como una barrera al movimiento de algunas plantas y animales. Este aspecto será analizado en mayor detalle en el capítulo de este Informe correspondiente a la fragmentación del territorio.

CONCLUSIONES:

1.- Se han registrado 63 especies de aves en la zona del embalse del Piedras y alrededores, entre ellas 4 rapaces diurnas (el águila pescadora, el milano negro, el ratonero común y el águila calzada) y 3 rapaces nocturnas (el cárabo común, el mochuelo y el búho real). 2.- La presencia de esta gran masa de agua favorece el establecimiento de especies ligadas a las zonas húmedas como garzas reales, pagazas piquirrojas, somormujos lavancos, águilas pescadoras o gaviotas reidoras.

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3.- El embalse del río Piedras funciona como bebedero y despensa o zona de alimentación para muchas especies. 4.- La creciente roturación de tierras para cultivo de cítricos en los alrededores del embalse está disminuyendo la superficie forestal y alejando el embalse de las masas de pinos. Esta unión pinar-embalse debe potenciarse. 5.- En el ámbito del embalse del Piedras se detectaron 7 especies de anfibios (el gallipato, el sapo corredor, el sapo común, el sapo de espuelas, el sapo partero ibérico, la ranita meridional y la rana común. 6.- En el embalse del río Piedras y sus orillas se detectaron 9 especies de reptiles (la lagartija colilarga, la lagartija ibérica, el lagarto ocelado, el galápago leproso, la salamanquesa común, la culebra de escalera, la culebra bastarda y la culebra lisa meridional).

6. VÍAS DE COMUNICACIÓN (UNIDAD AMBIENTAL XIV) Y FRAGMENTACIÓN DEL TERRITORIO EN CARTAYA.

6.1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

Las poblaciones naturales, tanto vegetales como animales, en la actualidad se encuentran dispersas en el territorio, habiéndose perdido gran parte de las conexiones entre ellas. Esta situación afecta a un gran número de especies, aunque sólo ha salido a la opinión pública la punta del iceberg: el pésimo estado de las comunidades de especies en peligro de extinción como el lince ibérico. Las causas de la desconexión de las poblaciones se encuentran en la interrelación de tres factores que afectan al hábitat: pérdida, fragmentación y desconexión. Los dos primeros se deben a la especialización de los usos del territorio y su intensificación, pues se ha perdido

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y se está perdiendo el paisaje en mosaico propio del mediterráneo debido a la mecanización e intensificación de la agricultura. La desconexión se debe al aumento de la distancia entre los hábitats separados y las limitaciones de la especie para su desplazamiento en un medio hostil, así como la existencia de infraestructuras (carreteras, tendidos eléctricos, presas, etc.). Éstas en las últimas décadas han crecido en magnitud y número, actuando como auténticas barreras que impiden el tránsito de las poblaciones e incluso actúan como sumidero (pérdida de individuos de la población por accidentes). Con iguales características actúan los usos del suelo intensivo (tejido urbano, industrial y agrario), pues rompen la conexión físicamente y disuaden el acercamiento a las especies más esquivas (Junta de Andalucía 2002). La conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas es de gran interés para el mantenimiento de la vida en las mejores condiciones posibles por numerosos motivos. Pero actualmente, numerosos ecosistemas están manipulados por el hombre, y son abundantes las actuaciones que están alterando la biodiversidad, que tienen como consecuencia la enorme fragmentación del territorio. La diversidad biológica es un bien común a conservar, patrimonio de toda la humanidad. Hoy en día la sociedad muestra un gran desconocimiento general de la importancia y valor de la biodiversidad y de los ecosistemas. Sin embargo, son enormes los beneficios aportados al hombre por los ecosistemas debido a los numerosos bienes y servicios generados (Constanza et al. 1997; EUROPARC-España 2002; VV.AA. 2003). Entre los bienes y servicios generados por los ecosistemas destacan: (1) el mantenimiento de la diversidad biológica (polinización, control biológico de las poblaciones, producción de alimentos y materias primas, dispersión de propágulos, dispersión de especies, etc.); (2) el mantenimiento de la calidad del paisaje; (3) la regulación hídrica (ciclo hidrológico). Regula caudales de ríos y recarga acuíferos y los almacenamientos y suministros de agua; (4) la regulación de la composición de gases atmosféricos; (5) la regulación del clima; (6) la regulación de los ciclos de nutrientes y energía, ciclos biológicos y

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biogeoquímicos; (7) la absorción de contaminantes del aire y agua; (8) la producción de suelo y su fertilidad; (9) la prevención de ‘catástrofes naturales’ y; (10) la provisión de lugares para el desarrollo humano en los campos del recreo, la educación, la ciencia y la cultura, entre otros. Con respecto a estos bienes y servicios, el problema principal radica en que los beneficios son invisibles en una contabilidad económica directa, por lo que muy raras veces se tienen en cuenta. Debido a esta visión económica del medio nos encontramos con una continua manipulación de los distintos ecosistemas, principalmente por explotaciones agrícolas. Son numerosas las acciones antrópicas que están reduciendo la biodiversidad, como por ejemplo la introducción de especies exóticas, junto con otras relacionadas con el territorio y de gran importancia, como son la pérdida directa de hábitat, entendido como la ocupación física del espacio; la degradación de hábitat, expresado como la pérdida de la calidad de las condiciones ambientales, y por último, la fragmentación, que implica la reducción de la conectividad entre hábitats naturales. Como consecuencia de estas actuaciones están causando numerosas extinciones en masa en la Biosfera (Wilson 1992), con la consiguiente pérdida de biodiversidad. Los efectos ecológicos de las extinciones se amplifican debido a la fragmentación de los hábitats naturales (Jordán 2000). El efecto de la fragmentación del hábitat en la distribución de los organismos es una cuestión clave en la biología de conservación. La fragmentación implica que una zona originalmente continua se transforme en varias partes o parches más o menos aislados, por lo que el área de la zona original decrece (Báldi 1999). Estas causas hacen que los ecosistemas no puedan funcionar de forma más o menos completa, debido a la alteración de los distintos procesos que existen en ellos. Esta transformación, junto con la pérdida de disponibilidad de espacios naturales modifica intensamente la dinámica de sus elementos naturales.

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Algunas de las causas de fragmentación derivan de la expansión urbanística, industrial y la implantación de nuevas infraestructuras (carreteras, ferrocarril, canales, embalses, etc). La creación de infraestructuras de comunicación entre distintas zonas urbanas produce una fragmentación lineal en el paisaje, que visto a gran escala llega a formar una maraña de carreteras y vías de comunicación que descuartiza el territorio. Esta infraestructura, aparte de la fragmentación que origina, unida con las obras urbanísticas e industriales, produce emisión de contaminantes atmosféricos, ruidos, aguas residuales, vertidos de residuos, etc., que afectan negativamente a todos los sistemas naturales. (Mallarach 2000). El conjunto de todas estas actuaciones está generando un paisaje modelado, a modo de mosaico, donde quedan manchas de los ecosistemas más o menos naturales, de diferente superficie, y unos retazos de estos sistemas naturales de extensión variable. Todas las teselas de un paisaje fragmentado y humanizado están rodeadas por una matriz con unas condiciones poco o nada favorables para los elementos naturales de los ecosistemas. Las consecuencias de la actuación desordenada e irracional por parte del hombre sobre la Naturaleza se traduce en una pérdida de la funcionalidad en los ecosistemas, generando en muchos casos una disfunción en los sistemas naturales. Evidentemente, el grado de alteración de los hábitats naturales tiene una clara dependencia de la escala de análisis de trabajo (Whited et al. 2000). A pequeñas escalas existen fragmentos imperceptibles que pueden resultar de enorme importancia para el funcionamiento de los ecosistemas, y para el desplazamiento de las especies. Especialmente, en paisajes muy transformados toman un papel relevante pequeñas estructuras del paisaje que se encuentran dispersas por la matriz como son los elementos lineales (setos, lindes, muros de piedra o rodales, roquedos, etc). Estos elementos del paisaje no suelen ser tenidos en cuenta en la planificación y, sin embargo, son de gran interés para la conservación de la biodiversidad asociada a los paisajes rurales (VV.AA. 2003; Pino et al., 2000).

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Por tanto, es necesario combatir estos problemas a dos escalas diferentes. En primer lugar, conservando, al menos, la máxima superficie de los ecosistemas que se considere crítica para la permanencia de las funciones del ecosistema, o en su caso mejorando las condiciones ambientales y los procesos ecológicos para que puedan seguir subsistiendo mediante su restauración. La segunda escala de actuación consistiría en fomentar la conservación de algunos elementos del paisaje con el fin de aumentar la conectividad del territorio para la biocenosis de los ecosistemas. Los espacios que incluyen ecosistemas básicos o indispensables para mantener el funcionamiento del sistema son las piedras angulares desde donde debe emprenderse la ordenación ambiental del conjunto del territorio. Son puntos de referencias que nos ayudarán a determinar las medidas necesarias para el mantenimiento de los flujos ecológicos esenciales en el paisaje. El estudio de la fragmentación, permeabilidad y el establecimiento de corredores ecológicos es un área de la ecología del paisaje muy productiva, con numerosos estudios teóricos y aplicados, en los últimos años. Esto se debe a la toma de una mayor conciencia de la enorme superficie de paisajes fragmentados. Es necesario ampliar y llevar a cabo estos estudios con el fin de minimizar el proceso de fragmentación. Los elementos que facilitan la conexión, entre los distintos ecosistemas básicos o áreas núcleos del paisaje, vienen a ser denominados en el mundo científico como ‘corredores ecológicos’. No existe la idea de un corredor universal, pues depende en gran parte de las necesidades y características de las especies que utilizan el territorio en sus desplazamientos, o bien del proceso ecológico que principalmente se pretenda conservar. De este modo, no es lo mismo la existencia de corredores para especies con una alta capacidad de movimiento que otras con una escasa facultad de dispersarse por el territorio. Al igual que tampoco es lo mismo un corredor para una especie con elevados requerimientos ambientales, que especies

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mucho más especializadas (Gehring y Swihart 2003). Algunas de las definiciones de ‘corredores ecológicos’ son: - Espacio lineal abierto, corredor compuesto por vegetación natural o al menos más natural a la del entorno, o bien como un espacio lineal abierto que transcurre a lo largo de un corredor natural (cauce de agua o arroyo de montaña), o bien a lo largo de una carretera escénica (vía de ferrocarril reconvertida a espacios recreativos u otro tipo de ruta) (Díaz Pineda 2002). Los corredores así definidos han de cumplir, además, la función de conexión de espacios naturales o seminaturales. - Hábitat lineal, incluido en una matriz disimilar, que conecta dos o más grandes elementos o manchas de hábitats, y que se propone para la conservación y mantenimiento de la viabilidad de poblaciones silvestres específicas de aquellos elementos (Beier & Noss 1998). - Elemento lineal del paisaje que sirve como conector entre áreas o hábitats naturales históricamente conectados, y pretende facilitar el movimiento entre estas áreas naturales. El hecho de que el paisaje natural haya estado conectado en el pasado puede ser el mejor argumento para los corredores (McEuen 1993).

Con respecto a la construcción y funcionalidad de los corredores ecológicos como herramientas de gestión de los ecosistemas, existe un gran debate, con numerosos argumentos a favor y otros muchos en contra. Entre los puntos a favor hay que significar: 1. Facilitan la migración, que a su vez favorece el flujo genético, permite la recolonización de áreas extintas, beneficia la supervivencia de metapoblaciones, e incrementa la diversidad genética. 2. Sirven de refugio para algunas especies que evitan ser predadas. 3. Proveen de zonas de ajuste o acomodación a los cambios ambientales debido al cambio climático.

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4. Proporcionan vías de escape contra incendios. 5. Mantenimient la conectividad de los procesos ecológicos.

Los corredores ecológicos son una herramienta para desfragmentar, y aumentar la conectividad del territorio, pero nunca un fin en sí mismo, ni suficiente como estrategia para la conservación de la naturaleza. En este trabajo cuando hablamos de corredor ecológico, aparte de los corredores lineales típicos en riberas o carreteras, también incluimos islotes de zonas naturales que están dispuestos, dentro de la matriz ecológica, de forma arbitraria a una mayor o menor distancia. Estos islotes facilitan el cobijo de especies en su interior, o el desplazamiento entre ellos. Igualmente, es importante destacar que no se pretende crear corredores donde nunca los hubo, sino conocer los posibles corredores actuales, proponer su conservación por la importancia que tienen o incluso alguna medida de protección, y en caso necesario, restaurarlos. En algún caso, se podrá proponer algún corredor no existente actualmente pero que resultan evidentes que fueron utilizados por las especies silvestres en sus movimientos o por ser los únicos retazos naturales que quedan. Hay que acabar con el concepto de conservación de espacios protegidos aislados, ya que no son favorables para la supervivencia de las especies a corto, y sobre todo a medio y largo plazo. Hoy en día, existe una idea para intentar solventar el problema de la fragmentación, y consiste en intentar desfragmentar el territorio de una manera coherente, favoreciendo la conectividad y la permeabilidad entre las distintas manchas mejor conservadas en el territorio, y conectarlas mediante corredores, en lo que se denomina redes de conservación, con el fin de enlazar la máxima superficie posible, y obtener una mayor calidad ecológica en el territorio. Un ejemplo de esta política, con sus luces y sombras, la

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desarrolla la Junta de Andalucía con la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA). Esta actitud desfragmentadora, con coherencia ecológica, aparece claramente indicada en el apartado 4 del artículo 6 la Directiva 92/43/CEE sobre Hábitat de la Unión Europea que menciona: “Los Estados miembros, en el marco de sus políticas nacionales de ordenación del territorio y de desarrollo, y especialmente, para mejorar la coherencia ecológica de la red Natura 2000, se esforzarán por fomentar la gestión de los elementos del paisaje que revistan primordial importancia para la fauna y la flora silvestres. Se trata de aquellos elementos que, por su estructura lineal y continua (como los ríos con sus correspondientes riberas o los sistemas tradicionales de deslinde de los campos), o por su papel de puntos de enlace (como los estanques o los setos) resultan esenciales para la migración, la distribución geográfica y el intercambio genético de las especies silvestres”. Pero esta coherencia, también hay que tenerla en cuenta con los propios corredores ecológicos, por su forma, dimensiones y procesos que ocurren en su interior y las interacciones existentes con las zonas colindantes. La función que va a cumplir el corredor tiene que estar bien definida, debido a que un corredor puede ser conector o conductor para determinadas especies y/o procesos, mientras que para otras, ese mismo elemento puede resultar una barrera infranqueable e incluso un sumidero. La pérdida de hábitats y la fragmentación no sólo tienen como consecuencia el aislamiento de los hábitats naturales y de las poblaciones que las habitan, además acentúan el efecto borde. El efecto borde que se produce entre las zonas protegidas y las zonas colindantes. El término borde se ha concebido como un hábitat distinto, como una ‘membrana semipermeable’ o ‘piel’ entre dos áreas que concentran recursos diferentes, como una zona de

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amortiguación contra la propagación de una perturbación (Williams 1991). Aunque existen bordes de formación natural, originados por perturbaciones físicas, tormentas, derrumbes, viento o perturbaciones bióticas como depredación o forrajeo; actualmente, la mayoría de los bordes generados son producidos por actividades humanas que favorecen la fragmentación y que dan como resultado el aumento de la relación perímetro-superficie, obteniendo un aumento de la interacción entre los dos ecosistemas. La literatura científica indica que en muchos casos, las zonas bordes (ya sean bordes abruptos o graduales, denominados ecotonos) son lugares en los que existe un aumento de la biodiversidad porque presentan especies de ambos ecosistemas, además de las propias de la zona de transición. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los ecosistemas en contacto, a veces uno de ellos, y en la mayoría de las ocasiones los dos, tienen una fuerte actividad humana. Por tanto, aunque la riqueza específica sea mayor, muchas de las especies presentes no son de interés general para su conservación, al ser poco singulares. La nueva estructura del borde atrae a especies animales que buscan cobertura o refugio y lugares de cría. El cambio en la composición de la comunidad tiene efectos negativos en los procesos ecológicos como son el aumento en la depredación y en el parasitismo de nidos. La influencia del borde difiere de acuerdo al tipo de hábitat, a su posición en el paisaje y a las características de las especies. El efecto borde engloba las distintas interacciones, reacciones y fluctuaciones que se originan entre dos ecosistemas vecinos. Las zonas, que comprenden la intersección entre los dos ecosistemas, presentarán una mayor actividad y al mismo tiempo servirán de amortiguación para el mantenimiento de los distintos ecosistemas independientemente. Este factor de amortiguación se ve reducido cuando la fragmentación aumenta. La fragmentación reduce el área cubierta por el bosque, exponiendo a los organismos que permanecen en el fragmento a condiciones diferentes a su ecosistema y consecuentemente a lo que ha sido definido como ‘efecto borde’ (Murcia 1995). La influencia del exterior sobre

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los fragmentos, a través de lo que se han denominado efectos de borde, es muy grande, y puede tener consecuencias difíciles de prever, tanto en la interfase entre un medio y otro como muy dentro del propio fragmento (Delibes & de Castro 2002). Cuanto menor sea la superficie del fragmento, mayor influencia exterior tendrá y habrá mayores posibilidades de que su sistema sea modificado y/o desplazado por el adyacente, llegando incluso en última instancia, a ser sustituido. Por ejemplo, facilita la permeabilidad de especies alóctonas, la predación, la proliferación de enfermedades y plagas, etc. La fragmentación tiene consecuencias drásticas en la dinámica poblacional de las especies y su vulnerabilidad a la extinción. Las especies presentan diversos grados de continuidad en su distribución espacial. Las especies generalistas mantienen poblaciones continuas que facilitan el movimiento de individuos, aumentando el intercambio genético y la colonización de nuevas áreas. Las especies con requerimientos más especializados se presentan subdivididas en una red de poblaciones localmente inestables y discontinuas que interactúan entre sí en un modelo de metapoblaciones (Foggo et al. 2001). En nuestro ámbito de estudio, la matriz agrícola, los núcleos urbanos y la red de carreteras parecen ser, tras un análisis previo, los elementos que, con mayor intensidad, fragmentan los ecosistemas. Los resultados, tras observaciones de campo y análisis cartográfico preliminar, indican que la red hidrográfica y los mosaicos de vegetación natural serían los corredores que permitirían conservar los ecosistemas naturales y especies más significativas, al menos, en las mismas condiciones actuales y que no se continúen degradando. La mayor parte del área de estudio está formada por un paisaje principalmente forestal (pinares de Cartaya) y agrícola (mosaico de cultivos). El manejo del terreno para uso agrícola favorece la fragmentación del ecosistema. Dependiendo del tipo de cultivo, tratamiento fitosanitario aplicado, disposición espacial, y su extensión, entre otros, se puede observar una mayor o menor conectividad ecológica.

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6.2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN:

A continuación se expresan los resultados de los trabajos realizados hasta el momento a distintas escalas: comarcal (del municipio dentro de la comarca) y municipal. A escala comarcal, una zona de especial interés es el gran corredor que supone parte del Término Municipal de Cartaya y otros términos vecinos que une las zonas costeras con las primeras estribaciones del Andévalo. En este corredor nos encontramos principalmente con la gran masa boscosa de los Pinares de Cartaya y otras formaciones de pinos de los municipios colindantes (Punta Umbría y Gibraleón). Se trata de pinares de Pinus pinea con un estado de conservación bastante aceptable, con matorral noble mediterráneo disperso y numerosos ejemplares de sabina (Juniperus phoenicea subsp. turbinata) en las zonas costeras. De esta forma, nivel comarcal o provincial, los pinares de Cartaya y la cuenca del río Piedras, funcionarían como un gran corredor ecológico hacia la Sierra del Andévalo a través de las cercanías del embalse del río Piedras. De esta manera se unirían ecosistemas costeros como el cordón dunar y el pinar-sabinar costero con otros ecosistemas interiores de la sierra de Huelva. Parte del Andévalo occidental ha sido propuesto como Lugar de Interés Comunitario (L.I.C.) y posee una buena representación de los ecosistemas de dehesas, con zonas bien conservadas. A escala municipal, hemos dividido el territorio en dos conjuntos dependiendo del carácter asignado a la cobertura del suelo. Con esta clasificación se obtiene una primera información relacionada con el uso del territorio. Los grupos determinados han sido ‘zonas silvestres’ y ‘zonas de mayor influencia antrópica’. * Zonas silvestres. En primer lugar hay que señalar que considerar las áreas silvestres como antónimo de las zonas de mayor influencia antrópica es falso, puesto que ya no existen en Cartaya áreas que no hayan sido manejadas o manipuladas por el hombre durante siglos. En este

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grupo se han incluido tanto las áreas acuáticas, desde las lénticas a las lóticas (marismas, lagunas, embalse, etc.), como las terrestres. Asimismo, se han incluido territorios con predominancia de los distintos estratos con vegetación natural (pastizal, matorral y bosque), excluyendo, por tanto, a los distintos tipos de cultivos. En los bosques, están integrados tanto los de coníferas, eucaliptos, quercíneas y mixtos. * Zonas de mayor influencia antrópica. Aquí se incluyen todo tipo de cultivos, tanto de herbáceas (por ejemplo, gramíneas) como de arbolado (olivares, naranjales, etc.), y desde los cultivos de secano a los regadíos. Igualmente se han incluido las infraestructuras de grandes superficies, como los núcleos urbanos, zonas industriales, etc. Abarca también las vías de transporte. El área de estudio posee gran parte de su superficie ocupada por zonas silvestres en los extremos Norte (“Campo Común Arriba” y embalse del río Piedras) y Sur (“Campo Común de Abajo”, cordón litoral y marismas del Piedras) seccionada por dos grandes franjas de carácter antrópico, que se ensanchan en la intersección de las mismas formando una gran mancha de gran influencia antrópica alrededor del núcleo urbano de Cartaya. La primera franja antrópica va en dirección Norte-Sur, con un eje paralelo que recorre la misma dirección que la carretera comarcal HV-1311 (carretera del Tariquejo) y HV-4111 (carretera que une Cartaya con El Rompido), cruzando el municipio de Norte a Sur. Se encuentra limitada al Norte por el límite municipal y al Sur por la Ría del Piedras. Al Sur, discurre entre los pinares del Campo Común de Abajo y el Paraje Natural ‘Marismas del Piedras y Flecha de El Rompido’. La segunda franja de carácter antrópico va desde el Noreste al Sudoeste siguiendo la carretera nacional N-431 y la autopista hacia Porugal, limitando con el Río Piedras por el Oeste y con el límite municipal del término por el Este. Las zonas antrópicas de cultivos se localizan alrededor del núcleo urbano de Cartaya y de las principales carreteras del municipio.

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Los cultivos predominantes son cultivos leñosos, como cítricos u otros frutales. También existen, ocupando una importante superficie, otros cultivos, como las fresas, ubicados primordialmente al Norte del núcleo urbano de Cartaya. Todos estos ejemplos se han reunido bajo la unidad ambiental de ‘cultivos o matriz agrícola’, si bien el tipo de cultivo y especies cultivadas pueden ser importantes como elementos desfragmentadores a la hora de establecer corredores (Gehring & Swihart 2003). Dentro del Término Municipal de Cartaya, sería interesante favorecer una mayor conectividad entre el pinar sur y el pinar interior norte, los cuales se encuentran separados por importantes barreras lineales que conforman ciertas infraestructuras (la autopista A-49, la nacional N-431 y el canal del Piedras) y por zonas de cultivos. Esta conexión debe llevarse a cabo mediante corredores y manchas de vegetación o ‘bosques-islas’. La masa de pinos del ‘Campo Común de Arriba’ está formada por dos grandes manchas fragmentadas por la carretera comarcal del Tariquejo (HV-1311) y por cultivos agrícolas. Los núcleos urbanos costeros (El Rompido y Nuevo Portil) y la carretera comarcal HV-4112 producen también un efecto fragmentador tanto a nivel del cordón litoral, como entre éste y el pinar-sabinar costero. Las propuestas de las posibles áreas conectoras o corredores ecológicos serán expuestas al final del análisis del territorio. El P.N ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’, además de tener un papel ecológico trascendental y ser una zona protegida por la Junta de Andalucía, presenta una triple función desde el punto de vista de la fauna: como hábitat, barrera, y conector. En el primer caso, por ejemplo para las aves, no sólo no suponen una barrera sino que incluso son utilizadas como lugares de reproducción, nidificación, refugio y zonas de alimentación de muchas especies (ver Unidad Ambiental IV en el Segundo Informe Parcial). Además, esta misma zona constituye una barrera para la mayor parte de la fauna terrestre en las zonas donde el río Piedras presenta mayores dimensiones. Y por último, su función conectora, ya que las riberas del río Piedras y de

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los brazos de las marismas, menos afectadas por el hombre, debido a la dificultad para introducir maquinaria agrícola, han permitido su mayor grado de conservación de hábitat naturales que aportan una mayor protección para el desplazamiento de la fauna.

6.2.1. ANÁLISIS DE LOS USOS DEL SUELO

El uso del suelo es determinante para aproximarse al conocimiento de la conectividad de los ecosistemas y conocer la distribución de las distintas especies, pues cada uno de ellos aporta una serie de características que influyen en la funcionalidad y en la presencia de determinadas especies. El extendido uso de herbicidas y plaguicidas en las zonas agrícolas es perjudicial para un gran número de polinizadores (insectos) y especies de fauna insectívoras (aves, erizos, etc.) necesarias en la lucha contra plagas, siendo una herramienta nociva para el medio natural y para la agricultura en general a más largo plazo. A continuación se describen las unidades más importantes de nuestro ámbito de estudio, en aplicación de los usos del suelo encontrados y desde el punto de vista de la fragmentación del territorio. Se puntualiza brevemente las características generales, así como la flora y fauna más representativa observada en cada una de ellas. 1.- Cultivos intensivos e invernaderos. Esta unidad está formada normalmente por cultivos de fresas. La superficie que ocupan estos cultivos es elevada, lo que supone que es una de las unidades más importantes, no tanto en términos cuantitativos por superficie, pero sí cualitativamente, debido a sus características. Por su estructura, son zonas a nivel ecológico altamente fragmentadoras, porque imposibilitan de manera física, por el uso de plástico, la utilización del suelo por otras especies distintas a las cultivadas. Normalmente, aunque las parcelas individuales no son excesivamente grandes, están agrupadas por lo que crean extensos mares de plásticos. La fauna presente en este sistema es pobre por encontrarse

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recubierta de plásticos, por lo que no deja a descubierto recursos aprovechables por la fauna. Hay presencia de especies oportunistas como el mirlo común (Turdus merula), zorzal común (Turdus philomelos) en invierno, y otras especies omnívoras y frugívoras que aprovechan los frutos al descubrirse los cultivos. Lo mismo ocurre con la vegetación que queda reducida a los márgenes de explotaciones, cauces fluviales y caminos rurales. 2.- Huertas tradicionales: Principalmente son explotaciones de pequeño tamaño, y se localizan dispersas por la zona agrícola del ámbito de estudio, aunque también están presentes en la periferia de los núcleos de población. Son zonas normalmente de carácter fragmentador bajo, debido a su tamaño, abundancia y tipo de actividad, y aunque haya especies que utilicen dicho medio, éstas tienen un carácter generalista o incluso de actividad muy próxima al hombre. La avifauna que más utiliza estos cultivos son los paseriformes. Es un medio en el que otros seres vivos más independizados del hombre no las suelen utilizar. La existencia de campos de almendros (Prunus dulcis) e/o higueras (Ficus carica) contribuye al aumento del valor paisajístico del mosaico de la zona agrícola, con un valor cultural y estético propio. 3.- Bosques de eucaliptos. En la zona de estudio, las especies Eucalyptus globulus y E. camaldulensis son las más utilizadas debido a diversas causas, como su capacidad de prosperar y producir cosechas aceptables en suelos relativamente pobres y presentar tolerancia a las inundaciones periódicas. Se localizan dispersos por todo el territorio, con superficies de pequeño tamaño. Este tipo de explotación genera escasez de hábitats. La densidad de aves es la más baja de los cultivos forestales europeos, siendo la nidificación escasa. Los mamíferos no encuentran alimento en estos cultivos dada la pobreza del sotobosque basado en brezos y cistáceas. Además, la hojarasca y corteza de este árbol contienen sustancias químicas que inhiben el crecimiento de la fauna y flora del suelo. Este tipo de explotación genera numerosos conflictos sociales, cada uno con sus respectivas afirmaciones a favor y otros tanto en contra.

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4.- Cultivos arbóreos de frutales no tradicionales. Hemos agrupado en este conjunto aquellos cultivos de porte arbóreo, como son los cítricos, melocotoneros y otros frutales pues muestran una estructura similar. Conforman una de las unidades más importantes, debido a la elevada superficie que ocupan. Se distribuyen tanto por la matriz agrícola como por los alrededores del embalse. Los cultivos de frutales de alrededor del embalse del río Piedras poseen un carácter fragmentador importante al separar la masa forestal del pinar interior norte del embalse, eliminando toda la cobertura arbustiva. En cultivos extensos es muy aconsejable la presencia de setos con el fin de permitir la percepción del terreno colindante y la existencia de sombras en el paisaje para el cobijo de las especies. 5.- Bosques de coníferas. En esta unidad se agrupan las áreas donde predomina el estrato arbóreo de coníferas. La especie más representativa de este grupo es el pino piñonero (Pinus pinea). Su densidad es superior al 25%, y puede estar acompañado por un estrato arbustivo de composición variable, aunque en nuestro ámbito de estudio predominan las cistáceas y fabáceas. También suelen existir herbáceas. Esta unidad cubre más de 11.000 ha., que junto a otras unidades similares en estructura, como matorral con arbolado y las unidades de marismas, son de los ecosistemas de mayor importancia de la zona de estudio, debido a las funciones ecológicas que aportan. Esto hace que sea una unidad con un gran interés ecológico, pues, además de la protección que da al territorio, tiene numerosas funciones para la biota, como ser hábitat, refugio, etc. para muchas especies. Además de una rica avifauna, hay especies de gran interés debido a estar calificada como amenazadas. Normalmente el estado de conservación de estos pinares es bastante aceptable. Estas zonas silvestres se encuentran fragmentadas por cultivos agrícolas por lo que sería necesario conectar estas áreas forestales.

6.2.2. ANÁLISIS DE LA RED HIDROLÓGICA.

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Como ya se presentó en el informe anterior, los cursos de agua son elementos de crucial importancia dentro de la globalidad del paisaje del municipio (ver el Segundo Informe Parcial). En este apartado hemos incluido también las lagunas. Se han observado durante el tiempo de estudio numerosas lagunas o charcas temporales dispersas por todo el territorio, especialmente tras las lluvias de otoño y primavera de 2004. Son ecosistemas de gran importancia, especialmente dentro de nuestro contexto que se desarrolla bajo clima mediterráneo, pues el agua es uno de los recursos más preciados y escasos que existen. Por esto, es de vital importancia para numerosos grupos biológicos, y en especial para los anfibios. La conservación de las numerosas charcas temporales que se forman en las masas de pinares de Cartaya es fundamental como lugar de reproducción para los anfibios. Entre estos ecosistemas acuáticos, destacamos la laguna del Águila dentro de los pinares del “Campo Común de Abajo”, como una zona de especial interés tanto por sus características biológicas como por su importancia funcional dentro del pinar-sabinar costero. También favorecen la presencia de vegetación (como hábitat o para su dispersión), y fauna, especialmente para pequeños invertebrados, anfibios, reptiles y aves, y que pueden servir como simples abrevaderos para distintos animales, o como hábitats y puntos de escala en la dispersión o desplazamientos. La importancia de los ríos y riberas para la fauna es indiscutible, como hábitat y refugio de multitud de especies, siempre y cuando posean un estado de conservación bueno, o al menos aceptable. Estos sistemas cobran mayor importancia si cabe entre las zonas cultivadas, donde actúan como refugio y corredores ecológicos para la fauna y la flora aumentando la conectividad entre diferentes hábitats y áreas forestales cercanas. Además, por sus condiciones microclimáticas particulares (áreas más húmedas y frescas que su entorno) constituyen unos excelentes corredores ecológicos que permiten la penetración de una fauna y flora procedente de zonas más oceánicas y montañosas hacia

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espacios más áridos y esteparios (Sterling 1996; Mujica et al. 2002). La alteración y pérdida de los medios acuáticos constituye, además, una de las principales causas de desaparición para los anfibios, especies muy sensibles a los cambios y transformaciones del medio. Los abrevaderos, fuentes, pilones y otros puntos de agua de la matriz agrícola suponen importantes núcleos para la presencia y reproducción de los anfibios. La deficiente calidad del agua debida en parte a la modificación y disminución de los caudales naturales, es otro de los problemas que provocan la disminución de los lugares para los anfibios acuáticos y otras especies afines a dichos medios. Por ello, es necesario el control efectivo de los vertidos y de las extracciones de agua para uso agrícola y urbano que acaban afectando a las aguas vertientes del área de estudio.

6.2.3. ANÁLISIS DE LA RED VIARIA.

La red de carreteras es uno de los agentes más fragmentadores del territorio, pues impiden el flujo natural tanto de los elementos como de los procesos naturales a través de los ecosistemas con distinta intensidad, reduciendo su permeabilidad. Por tanto, una de las funciones que tienen estas infraestructuras es su papel como sumidero, especialmente para animales vertebrados terrestres, pues son más permeables tanto para la vegetación, como para las aves, debido a su capacidad de vuelo que les permiten grandes desplazamientos y a una altura suficiente como para salvar las vías, aunque, a pesar de ello, son víctimas frecuentes de atropellos. Aunque otras veces, como ocurre en la autovía A-49, podrían tomar un papel conductor, pues las vallas que hay a ambos lados pueden encauzar a las especies de tamaño superior a la luz de la valla, a lo largo de los laterales de la carretera. En otros casos también sirven como recurso, ya que en la vegetación de las márgenes de las vías se acumulan muchas especies, buscando refugios, presas, agua, etc.

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Las vías de comunicación suponen uno de los puntos negros en la pérdida de biodiversidad. En muchos casos suponen barreras infranqueables para muchas especies animales terrestres, debido a la densa malla que forman autovías, carreteras y caminos. De hecho, son numerosos los restos de animales muertos observados sobre el asfalto víctimas por atropello de los vehículos que transitan por ella (erizos, camaleones, ofidios, lagartijas, aves, etc.). Las diferentes vías de comunicación afectan considerablemente las condiciones de los ecosistemas colindantes, debido a la fragmentación que producen, y a sus consecuencias (efecto borde, incendios, etc). En comparación con las áreas agrícolas, las carreteras no reducen considerablemente el hábitat (expresado como pérdida directa de espacio), pues sus anchuras son de dimensiones reducidas. Pero por el contrario crean una barrera física potencialmente muy peligrosa entre ambos lados de las vías. Además, aunque la pérdida física de espacio sea relativamente pequeña, la calidad de las condiciones ambientales disminuye en las áreas contiguas a las vías, debido a molestias, ruidos, contaminación del aire, entrada de especies invasoras, generalistas o ruderales, etc. Por otro lado, también es cierto que todas las vías no entrañan el mismo riesgo para las especies animales. Depende de numerosos factores, como densidad de la red en una zona determinada, ancho de las vías, densidad del tráfico, situación entre los fragmentos naturales o seminaturales, etc. En este estudio se han considerado sólo las carreteras pavimentadas, ya que los caminos forestales y rurales, aunque también producen fragmentación, su efecto es de mucha menor intensidad e impacto debido a las condiciones físicas del trazado y a la escasa intensidad de tráfico existente por los mismos. El grado de fragmentación producido depende tanto de las condiciones intrínsecas de las carreteras o vías como de la estructura de las mismas, la infraestructura que conlleva, la actividad de circulación existente y los niveles de contaminación atmosférica y sonora que generan, entre

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otras. Por otro lado, nos encontramos con las condiciones extrínsecas, entre las que destacamos las especies a las que afecta la fragmentación, principalmente indicada por su capacidad de desplazamiento, y las características ecológicas de los hábitats colindantes. Dentro de las características intrínsecas, hemos distinguido varias categorías para las carreteras prospectadas, según el tamaño de la vía y la intensidad de tráfico y al efecto barrera que supone para la fauna. •

Autopista A-49. Esta vía no fue recorrida debido a la imposibilidad de parar en la misma para recoger las especies atropelladas. Posee una intensidad media diaria (IMD) de tráfico muy elevada y está vallada con malla cinegética, constituyendo una barrera prácticamente impermeable para casi todas las especies de fauna, que se ven obligadas a encontrar los pasos de fauna existentes para atravesarla, coincidiendo normalmente con cauces fluviales temporales. El vallado lateral impide el paso de mamíferos de tamaño medio o grande. Las dimensiones de la vía e intensidad de tráfico disuaden a la mayoría de las especies de aproximarse y mueren casi la totalidad de los animales que intentan cruzarla (principalmente conejos, ofidios y otros vertebrados de mediano y pequeño tamaño).



Nacional N-431. Se recorrieron periódicamente los 9 km. que discurren por el municipio de Cartaya en ambos sentidos. La intensidad media diaria de tráfico es muy elevada, así como la velocidad a la que circulan los vehículos en numerosos tramos. Constituye una barrera importante sobre todo para aves y mamíferos (ver gráfico de atropellos). Los atropellos en relación con la seguridad vial son un aspecto de interés preferente en esta vía. El ruido del tráfico y el movimiento de vehículos tienen un efecto disuasivo importante sobre pequeños e incluso grandes mamíferos. Esta carretera atraviesa una zona primordialmente agrícola, pasando también cerca de las masas forestales del pinar sur y norte, por lo que supone una importante barrera para el flujo de especies entre las masas forestales.

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Comarcal HV-4111. Se recorrieron sistemáticamente los 7,5 km. de carretera que unen el núcleo urbano de Cartaya con El Rompido. Una intensidad de tráfico menor permite que un mayor número de especies crucen dicha vía con éxito. Sin embargo, puede significar una barrera importante para determinadas especies como es el caso de los ofidios y ciertos mamíferos. Dicha carretera supone un elemento fragmentador entre las marismas del río Piedras y los pinares del “Campo Común de Abajo”.



Comarcal HV-4112. Se recorrieron sistemáticamente en ambos sentidos los 3 km. de carretera que unen el núcleo urbano de El Rompido con Nuevo Portil. Esta carretera costera tiene una densidad de tráfico muy variable a lo largo del año debido a la afluencia del turismo de costa que se produce en forma de picos. Constituye una barrera importante para determinadas especies, como el camaleón común (Chamaeleo chamaeleon) u otras especies ligadas a la zona costera. Constituye un importante elemento fragmentador entre el cordón litoral y el pinar-sabinar costero.



Comarcal HV-1311. Esta carretera no fue recorrida sistemáticamente durante nuestros muestreos. No obstante, se encontraron ejemplares de diversos grupos de vertebrados atropellados sobre el firme. Es un elemento fragmentador entre las dos masas de pinos del pinar interior norte, obstaculizando el flujo de la fauna y flora.



Carretera forestal del “Campo Común de Abajo”. Se recorrieron los 6,5 km de Cartaya en ambos sentidos. Dicha carretera no posee arcén y atraviesa la zona forestal del “Campo Común de Abajo”, con el consecuente riesgo sobre las especies forestales. La densidad de tráfico, aún siendo menor que en el resto de carreteras, es bastante elevado para una carretera de este tipo. Además, pese a las limitaciones de velocidad existentes, se ha constatado las elevadas velocidades a la que circulan algunos vehículos por la misma. El mal estado del firme en algunos tramos impide la circulación a mayores velocidades, favoreciendo el cruce de la fauna existente con menor riesgo de atropello o colisión. El

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paso junto a la Laguna del Águila constituye un punto negro para numerosas especies, primordialmente de lacértidos, ofidios y anfibios, como el tritón pigmeo (Triturus pygmaeus). En nuestro estudio hemos observado mayor número de atropellos en zonas próximas a canalizaciones e infraestructuras realizadas para el paso de arroyos, como en las intersecciones de los cursos de agua con las diferentes vías que jalonan el área de estudio. Esta tendencia es especialmente marcada para los ofidios y algunas especies de mamíferos que utilizan los cursos de agua para sus desplazamientos. Los puntos negros de atropellos o lugares donde se producen una densidad más elevada de ejemplares muertos se localizan en el mapa de puntos negros para la fauna vertebrada (ver mapa adjunto). Deben tomarse medidas correctoras para minimizar dicho impacto. Para ello habría que poner en marcha medidas encaminadas hacia la permeabilización de las vías mediante pasos de fauna adecuados y la impermeabilización de zonas adyacentes para evitar el peligro de atropello y encauzar el flujo de desplazamiento de los diferentes organismos hacia los lugares de paso. Hay que destacar como punto negro para los anfibios, además de otros grupos de vertebrados, el tramo de la carretera forestal que pasa junto a la Laguna del Águila, en el pinar-sabinar costero. Con respecto a las características extrínsecas observamos que distintos grupos animales se ven afectados de forma diferente por las carreteras. Debido a sus características etológicas particulares no todos los grupos están afectados de igual manera por los atropellos (López Redondo1992). Los datos recogidos a lo largo del 2003-2004 ponen de manifiesto la elevada mortalidad de vertebrados terrestres en las carreteras del municipio. En total han sido observadas atropelladas 51 especies de vertebrados terrestres (aves, mamíferos, anfibios y reptiles), con un total de 300 ejemplares detectados en el transcurso de nuestras prospecciones. Desgraciadamente, la cifra real de ejemplares atropellados debe de ser bastante superior a la expuesta, debido a la imposibilidad de detectar la totalidad de ejemplares atropellados por la

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limitación impuesta debida a la periodicidad de los muestreos y que no se recorrieron todas las carreteras del municipio, entre otros factores. Los datos correspondientes a los atropellos de camaleón no se exponen en este capítulo, ya que se presentaron en los informes anteriores, poniendo de manifiesto el gran impacto que suponen las vías de comunicación para estos grupos de vertebrados. Las aves se ven principalmente afectadas en lugares donde las carreteras son más elevadas, debido a que pasan a un nivel muy próximo de los vehículos; vías rápidas, donde los coches circulan a altas velocidades y el tiempo de reacción del animal es mucho menor (ver mapa de atropellos de aves). En la Figura 6.2.1 se observa un mayor número de aves atropelladas en la N-431 debido a las dimensiones de la vía y a la velocidad a la que circulan los vehículos por la misma. El número de atropellos de aves desciende a medida que disminuye el tamaño de la vía, y por ende la velocidad de los vehículos, habiéndose encontrado un número muy bajo de especies atropelladas en la carretera forestal e intermedio en la comarcal. Carreteras que presentan setos lineales tienen una función dual con respecto a las aves. Aves de gran tamaño evitan estos setos en vuelo realizando un ascenso que al mismo tiempo evita el riesgo de colisión con los vehículos, por otro lado, algunas aves paseriformes de pequeño tamaño que utilizan estos setos como lugar de nidificación o posadero realizan abundantes desplazamientos entre los mismos, aumentando la probabilidad de colisión con los vehículos que transitan. No obstante estas especies son bastante tolerantes a las perturbaciones provocadas por la vía y suelen ser pocas especies muy ubicuas y generalistas (gorriones, mirlos, etc.). Se han identificado un total de 20 especies de aves atropelladas. La especie de este grupo con mayor número de ejemplares atropellados fue el gorrión común (Passer domesticus), seguida por la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) y el mirlo común (Turdus merula). La mayor parte de las especies de avifauna con mayor número de bajas por atropello fueron especies ligadas a medios antrópicos, pertenecientes al grupo de los Paseriformes.

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Otras aves, como las rapaces, cuando actúan como carroñeras, entran en situación de riesgo al intentar alimentarse de otros animales muertos en las carreteras. Este es el caso de las rapaces nocturnas, frecuentemente atropelladas debido al deslumbramiento provocado por las luces de los vehículos. Entre éstas, destacan el mochuelo común (Athene noctua), con un mayor número de bajas, y la lechuza común (Tyto alba) por ser las especies más comunes en las zonas de mayor influencia antrópica. Los mamíferos terrestres se ven afectados en mayor medida en zonas donde el tránsito de vehículos es mayor y zonas que presentan áreas colindantes de elevada cobertura vegetal, como bosques o matorral denso. Se observó un mayor número de atropellos en las intersecciones de las carreteras con los cursos de agua (ver mapa adjunto de atropellos de mamíferos). Los cursos de agua son utilizados por estos animales para sus desplazamientos diarios. Se encontraron 10 especies de mamíferos atropelladas en el municipio de Cartaya. La especie dominante fue, con diferencia, el conejo (Oryctolagus cuniculus), llegando incluso a superar al número de atropellos de animales domésticos. Destacamos también al erizo común (Erinaceus europaeus) como mamífero muy afectado por las carreteras. Como hecho destacable cerca de nuestro ámbito de estudio, señalar la muerte por atropello en mayo de un lince ibérico (Lynx pardina), una hembra de unos dos años, en la carretera que une Gibraleón con San Bartolomé de la Torre. Los atropellos constituyen la mayor causa de mortalidad conocida en las actuales poblaciones de lince ibérico (Lynx pardina), una de las especies más emblemáticas y con un mayor riesgo de extinción de Europa. Los reptiles, debido a su menor velocidad de desplazamiento y a que son animales ectotermos, presentan una elevada tasa de atropellos, ya que suelen utilizar el calor acumulado en el asfalto para el mantenimiento de su metabolismo. Hemos observado numerosos atropellos de culebra de escalera (Elaphe scalaris), culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) y lagarto

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ocelado (Lacerta lepida), entre otros, con un total de 10 especies de reptiles atropelladas. Entre los reptiles destacamos los ofidios, con 5 especies distintas, predominando el número de ejemplares de culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). En zonas litorales de nuestro estudio, destacamos la carretera comarcal HV-4112 entre El Rompido y El Portil como uno de los puntos negros de atropello del camaleón común (Chamaeleo chamaeleon) (ver capítulo del camaleón). Los anfibios, presentan mayor número de atropellos en aquellas carreteras cercanas a zonas húmedas o puntos de agua. Son normalmente zonas más localizadas debido a su menor área de campeo (alrededor de los 2 km. según la especie). En nuestro estudio hemos encontrado un alto número de sapos corredores (Bufo calamita) atropellados, siendo el anfibio con mayor número de bajas por atropello, debido en gran parte a su menor dependencia de las zonas húmedas y a su elevada movilidad. Debido a los desplazamientos durante el periodo reproductor, las bajas se producen coincidiendo con dicho periodo, entre noviembre y abril, con un descenso de la actividad reproductora durante los periodos más fríos del invierno y siempre condicionada por el régimen de lluvias. Únicamente durante los meses de febrero a abril es posible encontrar una actividad reproductora generalizada, ya que no todos los anfibios se reproducen de forma sincronizada. Se registraron un gran número de atropellos de tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) durante los meses de diciembre y enero (ver anexo de novedades del Campo Común de Abajo) en el tramo de la carretera forestal que pasa junto a la Laguna del Águila. Con respecto a los invertebrados, simplemente mencionar que debido al alto número de especies que se encuadran en este grupo y al amplio número de sus poblaciones y a lo extenso de sus desplazamientos en algunas especies, el número de individuos que mueren en las carreteras es muy elevado. Al ser un grupo tan amplio y teniendo en cuenta las características de este estudio, no se tienen datos sobre los mismos.

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También queremos dejar constancia de otro importante elemento fragmentador como son los tendidos eléctricos. Sólo afectan a la avifauna, pero pueden llegar a ser de gran importancia y elevado impacto para las aves. El problema de la electrocución y colisión de la avifauna es realmente grave. Los datos, a pesar de ser sólo parciales, dado que los muestreos en busca de aves accidentadas en tendidos son escasos y discontinuos, son dramáticamente espectaculares para algunas especies. Cada año mueren en nuestro país decenas de miles de aves. En los últimos 12 años se han recogido 68 águilas imperiales ibéricas (Aquila adalberti) electrocutadas, ocho de ellas en 2003 (Ecologistas en Acción 2004) y, en lo que va del año 2004, SEO/BirdLife tiene conocimiento de la muerte de otras cuatro más (SEO-BirdLife 2004). Sólo en la provincia de Toledo han muerto electrocutadas más de 50 águilas perdiceras en los últimos 10 años y estudios de radio-seguimiento demuestran que un tercio de los jóvenes de esta especie mueren en el primer año de vida por esta causa. Es una de las especies amenazadas cuya población disminuye de forma alarmante principalmente por este problema. La población de alimoches (Neophron percnocterus) existente en las Canarias está a punto de extinguirse a causa de las electrocuciones. Este mismo verano eran recogidas más de 200 cigüeñas blancas electrocutadas junto a un sólo vertedero. Y así un largo etcétera que abarcaría igualmente a especies como la cigüeña negra (Ciconia nigra), el buitre negro (Aegypius monachus), el halcón peregrino (Falco peregrinus), el águila real (Aquila chrysaetos), el búho real (Bubo bubo), la grulla (Grus sp.) o la avutarda (Otis tarda) por citar sólo algunas de las especies más afectadas (Ecologistas en Acción 2004). No hay que olvidar la potencialidad del Término Municipal de Cartaya para algunas especies protegidas como el águila imperial o el lince ibérico ya que posee una superficie forestal muy amplia y una gran diversidad de hábitats. En la comarca del

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occidental, muy próxima a Cartaya, destaca la presencia de jóvenes de águilas imperiales (Aquila adalberti) en dispersión, procedentes de Doñana, que encuentran en el entorno de Los

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Millares un hábitat adecuado principalmente por la abundancia de conejos. La cercanía de áreas de dispersión de juveniles de águilas imperiales provenientes del área de Doñana u otras especies de la comarca como el lince ibérico (Lynx pardina). De este último, se encontró un ejemplar atropellado el 04/05/04 en la carretera que une Gibraleón con San Bartolome de las Torres (a pocos kilómetros del Término Municipal de Cartaya), y otro en 1995 en la carretera HV-4111. Próximamente se llevará a cabo un programa de reintroducción de otra especie protegida: el águila pescadora (Pandion haliaetus) en las cercanas Marismas del Odiel, lo cual provocará una mayor presencia de la especie en el vecino municipio de Cartaya.

6.2.4. ELEMENTOS CONECTORES DEL PAISAJE. ‘BOSQUES-ISLA’ Y PROPUESTAS DE CORREDORES ECOLÓGICOS.

Se describen a continuación los ‘bosques-islas’ o manchas de vegetación silvestres existentes en la matriz de cultivos del Término Municipal de Cartaya (ver mapa adjunto de bosques-islas de la matriz de cultivos), que pueden ser utilizados como elementos desfragmentadores, y por lo tanto conectores, dentro de la matriz agrícola.

Mancha 1: pinar-alcornocal mixto. Es una mancha de bosque mediterráneo situada a 8 km. de Cartaya, a la derecha de la carretera del Tariquejo (HV-1311). El estrato arbóreo está formado por pinos (Pinus pinea), alcornoques (Quercus suber) y eucaliptos (Eucaliptus sp.) acompañado por un sotobosque bien desarrollado. Los alcornoques son más abundantes al sur de la mancha, acompañados por Rosmarinus officinalis, entre otras especies. Como especies arbustivas encontramos además: aulagas (Ulex sp., Genista sp.), palmito (Chamaerops humilis), jaguarzo (Halimium

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halimifolium), lentiscos (Pistacia lentiscus), varias especies de jaras (Cistus sp.). Se encuentra rodeada por cultivos y frutales, limitando al oeste por la carretera del Tariquejo. Posee en su interior una mancha de eucaliptos y repoblaciones de pinos jóvenes. Tiene uso ganadero y apícola. Encontramos una alta densidad de ciertos paseriformes forestales como el herrerillo capuchino (Parus cristatus) y el agateador común (Certya brachydactyla), picos picapinos (Dendrocopos major), pitos reales (Picus viridis) o los mitos (Aegithalos caudatus). Además, esta mancha es muy importante debido a su extensión y como zona de conexión para los pinares del Campo Común de Arriba, fragmentados por cultivos y por la carretera del Tariquejo.

Mancha 2: pinar. Realmente son dos manchas (mancha 2 y mancha 13), una a cada lado de la carretera o camino rural. Están rodeadas por naranjales y pastizales. Por detrás de la mancha de mayor tamaño, pasa el arroyo Cañada de Hornos, con vegetación palustre asociada. La mancha de mayor tamaño está compuesta por pinos (Pinus pinea), romero (Rosmarinus oficinalis), jaguarzo (Halimium halimifolium), Cytisus grandiflorus y aulagas (Ulex y genista sp.). Existe algunas encinas (Quecus ilex) y alcornoques (Quercus suber) de gran porte junto a la mancha. Mancha 3: pinar Es un bosquete formado por pinos y rodeado por campos de cultivo y frutales. Como especies arbóreas secundarias encontramos algunos alcornoques (Quercus suber) y algunos frutales, principalmente naranjos. La vegetación arbustiva es escasa. Se detectaron varios zarceros comunes (Hippolais polyglotta) en la mancha de pinos. Dicha especie no fue detectada en otras zonas del Término Municipal. Mancha 4: pinar

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Se encuentra formada por varios grupos de pinos (Pinus pinea) rodeados por almendrales, campos de sandías y pastizales. Como especies arbóreas secundarias encontramos alcornoques (Quercus suber) y eucaliptos (Eucaliptus sp). Se detectaron varios ejemplares de zarceros comunes (Hippolais polyglotta). La cercanía del arroyo del Legrete favorece la presencia de esta especie que se encuentra generalmente ligada a cursos de agua. Esta especie sólo fue detectada en estos bosques-islas dentro del Término Municipal de Cartaya.. Mancha 5: pinar mixto Se trata de una mancha de pinos (Pinus pinaster y Pinus pinea) con poca vegetación arbustiva: aulagas (Ulex y Genista sp), varias especies de jaras (Cistus sp.), Lavandula stoechas, esparragueras, etc.. Se encuentra rodeada por campos de frutales (níperos). El pastizal, no muy abundante y ruderal es de Spergula arvensis, Avena barbata, Briza maxima, Anemone palmata, etc., destacando la presencia de Klasea abulensis. Está atravesado por el Arroyo del Pilar de la Dehesa, el cual se encuentra muy deteriorado por la acumulación de residuos agrícolas y basuras. Mancha 6: pinar Se encuentra rodeada de naranjos. Es una mancha formada por pinos (Pinus pinea) y otras especies arbóreas como higueras (Ficus carica) y alcornoques (Quercus suber). Como especies arbustivas encontramos: aulagas (ulex sp., genista sp.), jaguarzo (Halimium halimifolium), lentiscos (Pistacia lentiscus), varias especies de jaras (Cistus sp.). Situada próxima al Canal del Piedras, junto a una casa. Pasa un pequeño arroyo cerca. Se encuentra conectada con el cauce del arroyo del Sorbijo. Se observó un ejemplar de Lechuza común (Tyto alba) en las inmediaciones. Mancha 7: pinar

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Es un pinar (Pinus pinea) rodeado de cultivos: naranjal, almendrales, viñas, pastizal. La especie arbustiva dominante es Cistus crispus. Los alrededores se hallan en construcción y con zonas de granjas. Mancha 8: pinar Es un pequeño bosque de Pinus pinea con árboles altos, dedicado a la ganadería y pastoreo. Se encuentra cerca de una mancha de eucaliptos, rodeada de pastizales y naranjales. No presenta cobertura arbustiva. Las herbáceas son abundantes pero poco diversas. Está rodeado de cultivos herbáceos y de olivos. Próxima al cauce del arroyo del Sorbijo. Importante como bosque-isla conector. Debido a la gran cantidad de basuras acumuladas, seria necesario llevar a cabo tanto la limpieza como la restauración de la cobertura arbustiva. Mancha 9: pinar Es un pequeño bosquete de pinos rodeado de campos de fresa y de maíz. La autovía A-49 pasa muy cerca. No presenta cobertura arbustiva. Mancha 10: pinar con fagáceas Se encuentra rodeado por pastizales y campos de cultivo. Conecta el pinar interior norte (“Campo Común de Arriba”) a través de una franja de eucaliptos. Su importancia radica en la función como conector a través del afluente del arroyo del Tariquejo. Constituye una mancha muy importante como corredor para aumentar la conectividad en el pinar interior norte. Mancha 11: pinar con fagáceas Es una mancha de pinos (Pinus pinea) rodeada por naranjales y pastizales variados. El estrato arbustivo está formado por Cistus crispus, C. Salvifolius, Ulex australis , Genista tricanthos y Rubus ulmifolius. Se encuentra junto al arroyo Cañada Alta de Pinillos. Se trata de un importante conector a través del cauce del arroyo, del pinar interior norte y como zona de protección del borde de pinar. Mancha 12: pinar

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Es una mancha de pinos (Pinus pinea) con algún acebuche (Olea europaea var. sylvestris) y alcornoque (Quercus suber) dispersos. Se distinguen dos zonas: una con predominio de herbáceas con matorral escaso representado por Asparagus acutifolius, Lavandula stoechas, Genista hirsuta y Cistus crispus, y otra con predominio de arbustos sobre las herbáceas, donde se encuentran además de los anteriores Ulex argenteus, Halimium halimifolium, Daphne gnidium, entre otros. Es un bosque amenazado por los cultivos que le rodean, la presión urbanística y los escombros, basuras y residuos agrícolas. Se encuentra rodeada por pastizales, campos de fresas, naranjales, maizal. Pasa cerca el Arroyo del Sorbijo. Hay una gran erosión del suelo debido a la explotación agrícola. Mancha 13: pinar Se trata de una mancha de pinos (Pinus pinea). Como especies arbóreas secundarias encontramos encinas (Quercus ilex sbsp. ballota), alcornoque (Quercus suber), olivo (Olea europaea) y eucalipto (Eucaliptus sp). Como especies arbustivas encontramos: aulagas (Ulex sp., Genista sp.), jaguarzo (Halimium halimifolium), lentiscos (Pistacia lentiscus) y varias especies de jaras (Cistus sp.). Se encuentra junto a un naranjal y otras zonas cultivadas. Mancha 14: pinar con fagáceas Es un pinar sobre una pequeña loma con pinos piñoneros y grandes alcornoques dispersos. Se encuentra junto a la carretera N-431. Está parcialmente urbanizado y vallado (en un 40% de sus superficie), rodeado de cultivos de frutales y herbáceos. Se encuentra muy erosionado por la falta de vegetación. El matorral es denso, destacando Cistus crispus, C. Salvifolius, C. Ladanifer, Genista hirsuta y Pistacia lentiscus. En cuanto a las herbáceas, son muy variadas, siendo la mayoría ruderales. Los árboles tienen plagas de perforadores en sus troncos y ramas jóvenes, con ejemplares ya muertos. La regeneración natural de pinos y alcornoques es alta, por lo que, si se respeta, puede llegar a ser un pequeño reducto de vegetación incluido dentro de la urbanización.

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Mancha 15: pinar con fagáceas Es un pinar de pino piñonero (Pinus pinea) que se encuentra vallado en parte y atravesado por una vaguada formada por el Arroyo del Tariquejo. Limita con un eucaliptar. Se quemaron parcialmente por un incendio en el verano de 2003. A menos de 2 km hacia el sur se encuentra el P.N. de las marismas del Río Piedras. La cobertura arbórea es densa, con algunos alcornoques dispersos. El matorral está formado por Cistáceas y esparragueras principalmente. En las zonas de vaguada hay mayor densidad y diversidad arbustiva con adelfas (Nerium oleander) y zarzas (Rubus ulmifolius). Debido a su estratégica ubicación junto al Arroyo del Tariquejo, es importante su conservación para la protección del borde del pinar y como conector entre el paraje natural, el pinar y el arroyo. Mancha 16: Es un bosquete pequeño de pino carrasco (Pinus pinaster) y algún ejemplar de pino piñonero (Pinus pinea) y eucalipto (Eucaliptus camaldulensis). Los árboles son en general bastante altos, con pinos de hasta 14 m. La cobertura arbustiva es escasa, aunque hay zonas más cubiertas sobre todo de Cytisus grandiflorus, Ulex australis y Genista hirsuta. Las herbáceas son abundantes destacando Rumex bucephalophorus, Elaeoselinum foetidum, Xolantha guttata y Thapsia villosa. La presión urbanística es su mayor amenaza. Está muy deteriorado debido a la gran cantidad de basuras que tiene. Mancha 17: pinar Es un pequeño pinar denso de Pinus pinea sin apenas arbustos (Asparragus aphyllus) y gran cobertura de herbáceas ruderales con Oxalis pes-caprae y Urtica urens. Hay mucha basura y restos agrícolas. Mancha 18: pinar con fagáceas Se trata de un pinar de pino piñonero (Pinus pinea) y pino carrasco (Pinus pinaster). La cobertura arbustiva es alta con algún ejemplar de lentisco (Pistacea lentiscus) y Ulex sp,

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Lavandula stoechas, Halimium halimifolium y Genista hirsuta. Está rodeado y amenazado por cultivos de fresa y de cítricos. Tiene mucha basura procedente de los cultivos.

Mancha 19: pinar con fagáceas Es un pinar de pino piñonero (Pinus pinea) con algún pino carrasco (Pinus pinaster) y encina. El sotobosque arbustivo es escaso, formado por cistáceas y leguminosas principalmente. Las herbáceas tienen también una cobertura baja con especies ruderales y gramíneas. Las amenazas principales son as derivadas de las labores agrícolas (basuras) y la de extracción de áridos. Es un elemento de conectividad importante entre el pinar sur y el paraje natural. Mancha 20: pinar con fagáceas Es un pinar de pino piñonero (Pinus pinea) con algún pino carrasco (Pinus pinaster) y eucaliptos que se encuentra rodeado por cultivos. Limita con el P.N. “Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido”. En la cobertura arbustiva destacan Ulex argenteus, Cistus salvifolius y Cistus crispus, entre otras especies. Hay algunos ejemplares de encina de porte arbustivo. Por su ubicación entre el paraje natural y el pinar sur, es un elemento de conectividad entre estos. Mancha 21: pinar con fagáceas Es un pinar de Pinus pinea con algún alcornoque (Quercus suber), con escasa cobertura arbustiva. Entre estos destacan varias especies de cistáceas, algunas fabáceas, así como alguna sabina (Juniperus phoenicea subsp. turbinata). Se encuentra muy cerca del límite del Paraje Natural. Es importante su conservación por su cercanía al paraje natural y al pinar sur. Se encuentra rodeado por cultivos de fresa.

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Como herramienta de conectividad y desfragmentación se utilizan los corredores de recursos naturales o biológicos por permitir el aumento de la conectividad entre las poblaciones de flora y fauna silvestre facilitando el intercambio genético, y servir a su vez de refugio y zona de alimentación, sobretodo en ambientes más antropizados, como es la matriz agrícola de Cartaya. No obstante, como se expuso en el Segundo Informe Parcial son necesarias la restauración y conservación de la totalidad de la red fluvial y riberas de Cartaya. Existe abundante bibliografía sobre las actuaciones necesarias para llevar a cabo la restauración de ríos y riberas, así como para la creación de corredores ecológicos. De esta forma, y en conjunción con todo lo expuesto, presentamos varias cuencas, arroyos y riberas como elementos claves en la conectividad del territorio, que sería necesario proteger y restaurar en pro de la conectividad y por ende de la sostenibilidad del Municipio de Cartaya:



Corredor de la cuenca del Tariquejo. Arroyo del Tariquejo y afluentes.

- Funciones ecológicas: conexión entre las marismas del río Piedras y el pinar interior norte. Protección del borde del pinar interior norte. Conexión entre las 2 masas del pinar interior norte. - Fauna vertebrada de interés especial: nutria paleártica, rata de agua, galápago leproso, chorlitejo chico, nidificación de lavandera blanca y abejaruco. - Amenazas y perturbaciones: vegetación de ribera escasa y degradada, vertidos y acumulaciones de basuras y residuos agrícolas. - Elementos fragmentadores: carretera comarcal del Tariquejo (HV-1311), cultivos de diversa índole y vallados. •

Corredor sur del río Piedras.

- Funciones ecológicas: Conexión entre las marismas (Paraje Natural de las marismas del río Piedras y Flecha del Rompido) y el embalse del Piedras. Función como corredor ripario.

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- Fauna vertebrada de interés especial: nutria paleártica, galápago leproso, aguilucho lagunero, águila pescadora, espátula, archibebe común, zarapito real, chorlitejo patinegro, etc. - Elementos fragmentadores: presa del río Piedras. •

Corredor de la Cañada de la Garrapatilla y Cañada de los Colmenares.

- Funciones ecológicas: Conexión entre las masas forestales del pinar interior norte y el pinar sur. - Amenazas y perturbaciones: atropellos de fauna, zona de cultivos y ausencia de vegetación arbórea y arbustiva. - Elementos fragmentadores: carreteras N-431 y A-49 (E-01), cultivos. •

Corredor de la Cañada del Corchito (puente de Juan Vecino).

- Funciones ecológicas: Conexión entre las marismas del Piedras (estero del Molinillo) y el pinar Sur. - Fauna vertebrada de interés especial: diferentes especies de ofidios, lagarto ocelado. - Amenazas y perturbaciones: atropellos de fauna, residuos agrícolas y construcciones humanas. - Elementos fragmentadores: carretera comarcal HV-4111 (Cartaya - El Rompido) y cultivos de diversa índole, urbanización. •

Corredor de la Cañada de los Hornos.

- Funciones ecológicas: Conexión entre la marisma del río Piedras (Caño de la Rivera), la matriz de cultivo y el pinar interior sur. Además posee una vegetación de ribera asociada con gran cantidad de tarajes. Funciona simultáneamente como conector de la marisma con el pinar interior sur, y a su vez, entre el pinar interior sur y la matriz de cultivos.

- Fauna vertebrada de interés especial: rata de agua, lagarto ocelado, paseriformes asociados a carrizales, diferentes especies de ofidios, nutria paleártica.

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- Amenazas y perturbaciones: atropellos de fauna, residuos agrícolas, cultivos, construcción de infraestructuras humanas, urbanización. - Elementos fragmentadores: carretera comarcal HV-4111 (Cartaya - El Rompido) y matriz agrícola. •

Corredor norte del Piedras.

- Funciones ecológicas: Conexión entre el pinar interior norte y el embalse del Piedras a través del río Piedras. Esta parte del río Piedras posee un elevado interés debido al gran desarrollo que adquiere la vegetación de ribera en este tramo. - Fauna vertebrada de interés especial: nutría paleártica, galápago leproso, águila pescadora, etc. - Amenazas y perturbaciones: roturación de tierras para cultivos. - Elementos fragmentadores: presa del río Piedras y canal del Piedras.

Por último, citar las vías pecuarias como elemento conector o fragmentador, dependiendo de las características y uso de las mismas. Se trata de estructuras lineales de propiedad pública. Probablemente en Cartaya no actúen como auténticos corredores, sino más bien como refugios para organismos expulsados de campos de cultivo y terrenos agrarios explotados. Los abrevaderos y “descansaderos” del ganado que se encuentran a lo largo de estas vías constituyen elementos singulares de interés conectivo, sobre todo para la fauna (Díaz & F. Schmitz 2003). La Red de vías pecuarias cumple funciones esenciales para la conservación de la Naturaleza, como son el mantenimiento de pastizales diversos y productivos; contraste y ecotono respecto a las zonas limítrofes y repercusión muy positiva en el valor y la calidad del paisaje. Algunos tramos de la red, gestionados en conjunto con otros elementos naturales, pueden llegar a constituir corredores ecológicos que aseguren la conectividad entre los espacios protegidos. Las vías pecuarias pueden satisfacer una creciente

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demanda social para el desarrollo de actividades de ocio, acercando la naturaleza y la cultura rural a los ciudadanos, ya que discurren por paisajes diversos en la inmensa mayoría de la geografía hispana. Los valores naturales y culturales de las vías pecuarias constituyen un importante recurso para la educación ambiental, muy aptos para desarrollar campañas de sensibilización y de divulgación, dirigidas tanto hacia la población en general, como de forma específica a los sectores sociales más vinculados a su utilización y disfrute (Declaración de Sancti Petri. I conferencia internacional sobre Vías Pecuarias y Corredores Verdes. Junta de Andalucía). En el municipio de Cartaya, encontramos una cañada y tres veredas: - Cañada Real de Ayamonte a Sevilla: discurre por el límite norte del término municipal, con un ancho de 75 m. y una longitud de 22 km. Su importancia como elemento conector radica en que atraviesa diferentes zonas naturales y antrópicas, pasando por las dehesas que rodean al embalse del río Piedras, el propio embalse, el pinar interior norte, la carretera del Tariquejo y la mancha del pinar norte más oriental. Enlaza con la Vereda de Malatado. Sería interesante el estudio de la adecuación y utilización de la Cañada como posible conector entre las dos masas del pinar interior norte, que se encuentran fragmentadas tanto por la carretera HV-1311 como por los cultivos existentes. - Vereda de Malatado: atraviesa la masa más occidental del pinar interior norte, uniéndose con la Cañada Real a la altura del límite municipal norte. Posee una longitud de 9 km y un ancho de 20,89 m. Discurre siempre por el interior del pinar interior norte. - Vereda de Piedra Viva: va desde el río Piedras hasta enlazar con la Vereda del Camino Viejo de Aljaraque. Posee 3,5 km de longitud y 20 m de ancho. - Vereda del Camino Viejo de Aljaraque: atraviesa el núcleo urbano de Cartaya y la matriz agrícola, partiendo desde el río Piedras hasta el pinar sur. Tiene una longitud de 13,5 km y un ancho de 20 m.

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Las grandes masas de pinares, el cordón litoral y las marismas del río Piedras junto con la mejora ambiental que debe llevarse a cabo en la creación de los corredores ecológicos propuestos configurarán el Cinturón Ecológico de Cartaya. Una gran zona de calidad ambiental elevada que ocupará todo el perímetro del Término Municipal, englobando una zona central más antropizada y de menor calidad ambiental constituida por núcleos urbanos y cultivos, fundamentalmente.

6.3. CONCLUSIONES

1.- El Término Municipal de Cartaya presenta problemas importantes de fragmentación del territorio. 2.- Los grandes elementos fragmentadores son los campos de cultivos intensivos de gran tamaño y la red de carreteras. 3.- El tipo de carreteras y la intensidad del tráfico son dos de los factores principales que determinan el nivel de fragmentación y los grupos animales más afectados por las mismas. 4.- Es necesario llevar a cabo medidas correctoras que minimicen el impacto sobre la fauna, como barreras y pasos de fauna en los puntos negros de atropellos. 5.- Las unidades con ecosistemas en mejor estado de conservación ecológica que aún persisten se encuentran en un estado aceptable de conservación. Los pinares de Cartaya, formados por 3 grandes masas, forman la unidad de mayor superficie siendo uno de los máximos exponentes de interés junto con el P.N. ‘Marismas del río Piedras y Flecha del Rompido’.

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6.- La red hidrológica se constituye como uno de los ejes principales y mejores conectores del territorio, pues muestran una gran continuidad y extensión, por lo que son utilizados como desfragmentadores. 7.- La mayor parte de esta red hidrológica presenta unas condiciones ambientales de escasa calidad por lo que deberían someterse a actuaciones de mejora ambiental. 8.- Existen espacios de escasa superficie con un grado de conservación deficiente dispersos por el territorio, como bosques-islas, abrevaderos, etc. Estas zonas son utilizadas por algunas especies como hábitats y/o puntos de escala en su dispersión por el territorio y, por tanto, facilitan la conectividad. 9.- Proponemos la creación de seis corredores ecológicos de gran interés y con un papel fundamental como conectores entre las diferentes zonas de mayor calidad ambiental. 10.- El entramado de corredores ecológicos supondría la existencia de una red de conservación en el Cinturón Ecológico de Cartaya, donde los nodos serían las grandes masas de pinos, el Paraje Natural y el embalse del río Piedras.

7. LOS ITINERARIOS ECOLÓGICOS DE CARTAYA

A lo largo de este estudio se ha detectado una infrautilización desde el punto de vista turístico, deportivo y recreativo de los recursos naturales que ofrece el Término Municipal de Cartaya en sus zonas interiores. Prácticamente todas las infraestructuras turísticas, deportivas y recreativas se concentran en la estrecha banda costera donde se enclavan campos de golf, puertos deportivos, urbanizaciones, carriles para bicicletas, senderos peatonales, etc. Sin embargo, las zonas interiores están exentas de este tipo de instalaciones que permitan al visitante de Cartaya y a sus ciudadanos el disfrutar de una manera sostenible de los recursos naturales tan magníficos que ofrece la zona. Estamos convencidos que el uso, el disfrute y la

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explotación sostenible de estos recursos naturales conducirán a la protección de los mismos por parte de las administraciones y la población en general. El llevar a cabo estos usos de una menara sostenible implica la conservación del medio ambiente de manera que las generaciones futuras disfruten de una Naturaleza de calidad y cantidad igual o mejor de la que nosotros disfrutamos actualmente en Cartaya. Cualquier otra vía de explotación de los recursos naturales que no implique un desarrollo estrictamente sostenible no será viable en el tiempo, dada la fragilidad de muchos de los ecosistemas de la zona y los requerimientos de calidad ambiental elevada del turismo actual, conduciendo a la degradación de la mayor riqueza de Cartaya, su Naturaleza. Es evidente que la diversificación de la oferta turística en la zona utilizando zonas interiores aumentaría el abanico de actividades a ofrecer al turismo lo que permitiría atraer a un abanico más amplio de turistas durante más meses en el año. Son muchas las actividades turísticas, recreativas y deportivas que pueden desarrollarse en Cartaya en relación directa con Naturaleza bien conservada de alta calidad como: la pesca, deportes náuticos, la caza, el senderismo, el cicloturismo y circuitos de bicicleta de montaña, paseos ecuestres, observaciones ornitológicas, recorridos botánicos, granjas-escuelas, aromaterapia o disfrutar de la gastronomía tradicional con productos de la zona. Además, también se pueden llevar a cabo visitas guiadas a actividades productivas tradicionales de gran valor etnológico, paisajístico y ecológico como las salinas, los carboneros, la acuicultura, el pastoreo o la apicultura. Algunas de estas actividades se desarrollan en mayor o menor medida en la zona, como la pesca, diferentes deportes náuticos, paseos a caballo o la caza, pero otras muchas actividades o no se realizan o son muy minoritarias. Es en este contexto en el que surge la necesidad de crear una red de itinerarios ecológicos en Cartaya. Además, esta red de itinerarios ecológicos acercaría los valores naturales del Término a sus ciudadanos llevando a cabo una labor esencial de educación

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medioambiental, prácticamente ausente actualmente en la zona de una manera generalizada. Por lo tanto, las funciones de la red de itinerarios ecológicos de Cartaya serían: (1) diversificar la oferta turística, deportiva y recreativa a zonas interiores; (2) promover un desarrollo sostenible estricto en Cartaya asentado en el uso, disfrute y conservación de sus recursos naturales; (3) desarrollar una labor esencial de educación medioambiental. La red multifuncional de itinerarios ecológicos de Cartaya debería recorrer todos y cada uno de los ecosistemas y hábitats más interesantes de la zona. Entre estos destacan en nuestro estudio las marismas mareales del río Piedras y su embalse, el cordón litoral y la Flecha de ‘El Rompido’, el pinar-sabinar costero, los pinares interiores sur y norte y el arroyo del Tariquejo. Entre estos ecosistemas aparecen otros de menor calidad ambiental pero que podrían servir de nexo de unión entre los ecosistemas de mayor calidad e integrarse de esta manera en la red de itinerarios ecológicos. Entre estos ecosistemas nexo de unión y de menor calidad ambiental destaca sin ninguna duda la matriz agrícola junto con los caminos rurales que la recorren. A continuación se aportan diferentes consideraciones a tener en cuenta a la hora del diseño de la red de itinerarios ecológicos de Cartaya. Estas apreciaciones están basadas en el conocimiento que el desarrollo de este estudio nos ha aportado sobre los recursos naturales de Cartaya y su distribución espacial y temporal. Así, la red de itinerarios ecológicos de Cartaya debería contemplar: 1.- La presencia de cartelería de interpretación medioambiental en puntos clave que informara sobre aspectos relacionados con la flora, la fauna, la vegetación, la geomorfología y los usos tradicionales. 2.- La integración en los itinerarios de visitas a actividades tradicionales de explotación de los recursos naturales como las salinas, los carboneros, la acuicultura, la agricultura, el pastoreo y la apicultura.

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3.- La visita a zonas de especial interés ornitológico, ya que en Cartaya existen zonas de especial interés para observar aves y que éstas son uno de los grupos animales más fáciles de observar y que en mayor medida atraen al ‘turismo de naturaleza’. Entre estas zonas ornitológicas destacan las marismas del río Piedras y su embalse, el cordón litoral y la Flecha de ‘el Rompido’ y los pinares. En estas zonas podría ser necesaria la instalación de observatorios de aves, zonas de alimentación y anidamiento para facilitar la observación. 4.- La visita a hábitats característicos que albergan especies muy singulares, como el camaleón común y el enebro marítimo en el cordón litoral, la sabina negral en el pinar – sabinar costero, la nutria paleártica en el arroyo del Tariquejo y sus afluente, la Armeria littoralis en los pinares interiores o diferentes especies de limícolas y anátidas en las marismas y embalse del río Piedras. 5.- Itinerarios de plantas aromáticas que permitan conocer y disfrutar la enorme variedad de plantas aromáticas que ofrece el sotobosque mediterráneo de Cartaya. 6.- Rutas botánicas que recorran los hábitats principales y muestren las especies vegetales más características de Cartaya, de manera que el visitante llegue a comprender la riqueza y la biodiversidad vegetal que ofrece la zona. 7.- El disfrute de los paisajes de Cartaya. Así, un valor interesante y añadido a los itinerarios ecológicos serían que un mismo recorrido atraviese varios ecosistemas permitiendo así apreciar el contraste entre los diferentes paisajes de Cartaya, como puede ser el paso de las marismas del río Piedras a los pinares o de estos a la matriz agrícola o el arroyo del Tariquejo. Entre los paisajes de mayor valor estético, cultural y etnológico de Cartaya destacan las marismas del río Piedras, la Flecha de ‘El Rompido’ y algunos tramos del cordón dunar, el margen oeste del pinar interior sur elevado sobre la matriz agrícola, las márgenes del arroyo del Tariquejo y zonas interiores concretas de los pinares.

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8.- Recorridos geomorfológicos/edafológicos que llamen la atención sobre la riqueza de suelos y sustratos geológicos, así como de las formas del relieve en Cartaya. 9.- Recorridos variables y adaptables en sus extensiones a diferentes medios de transporte como la bicicleta, el paseo a pie o a caballo. 10.- Señalización de los usos permitidos y las recomendaciones y obligaciones sobre el comportamiento al visitante en los diferentes itinerarios con el fin de reducir al mínimo los impactos ambientales que pudieran ocasionar las visitas (Ej. incendios forestales, basuras, ataques de animales domésticos, etc.) 11.- Información sobre las características y el trazado de cada itinerario ecológico en los puntos de salida. Esta información permitirá al visitante decidir por el recorrido que más se amolde a sus requerimientos e intenciones.

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Wilson, E.O., (1992) The Diversity of Life. Penguin Books, London.

ANEXO II – ANFIBIOS Y REPTILES DE CARTAYA.

Las características fisiológicas de los anfibios y reptiles nos dan una pista sobre los lugares donde van a aparecer con mayor probabilidad. La mayoría de los reptiles necesitan alcanzar una determinada temperatura corporal para mantenerse activos, por lo que requieren lugares adecuados para termorregularse. Por ello, en nuestras latitudes no debemos esperar encontrar mucha variedad de especies y abundancia de ejemplares en bosques densos en donde apenas llegan los rayos del sol al suelo. Por el contrario, son más abundantes en zonas aclaradas de bosque, linderos, áreas de matorral bajo o en formaciones vegetales en mosaico, donde existan tanto enclaves particularmente apropiados para tomar el sol como refugios suficientes. Los acúmulos de piedras suelen albergar también una gran variedad de especies, ya que las rocas actúan simultáneamente como lugares de asoleamiento y como refugios. Con respecto a los anfibios, podemos decir que, en términos generales, serán más frecuentes y variados en áreas con cierta humedad y con disponibilidad de agua. Charcas, lagunas, fuentes, pozas en incluso cunetas encharcadas y puntos de agua similares son los más utilizados por numerosas especies de anfibios para la reproducción (Barbadillo et al. 1999). Las poblaciones de anfibios pueden sufrir amplias fluctuaciones numéricas de un año a otro. Por ello, la evaluación de su estados de conservación resulta extremadamente difícil, y requiere la existencia de amplios periodos de tiempo, así como el conocimiento de la biología de las especies (CMA-Junta de Andalucía 2001). Para la prospección de anfibios, se trazaron dos recorridos en coche de 14 kms. de distancia a través de la carretera forestal del pinar del Campo Común de Abajo y por el canal del Piedras dentro del pinar del Campo Común de Arriba. Se recorrieron a baja velocidad (20

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km./h) en noches lluviosas y poco frías para una detección máxima de ejemplares. Se anotaron e identificaron todos los ejemplares vivos y muertos encontrados, además de la dirección de desplazamiento y las coordenadas UTM de cada ejemplar. Para los reptiles se realizaron transectos a pie por diferentes hábitats, anotando y capturando algunos ejemplares con cazamariposas en los casos necesarios para su identificación. Además de los métodos anteriores, se utilizó como método complementario para reptiles y anfibios: el recorrido de las principales carreteras para registrar los atropellos y localizar los puntos calientes de las mismas. Estas, se recorrieron semanalmente y a baja velocidad (40 Km/h) registrando todos ejemplares encontrados cuya identificación fue posible. Esta técnica de muestreo nos proporciona también información acerca de la fragmentación del territorio. Para cada especie detectada se presenta una breve síntesis con aspectos de su distribución en el área de estudio según las unidades ambientales y secundariamente algunos datos sobre abundancia, detectabilidad, preferencias de hábitat, categoría de amenaza según la UICN y otras informaciones complementarias. Se detectaron un total de 8 especies de anfibios (2 urodelos y 6 anuros) y 15 de reptiles en el Término Municipal de Cartaya (ver tablas adjuntas). Otras especies no detectadas y descritas en el Atlas y Libro Rojo de Anfibios y Reptiles de la Península Ibérica para la zona de estudio son: galápago europeo (Emys orbicularis), salamandra común (Salamandra salamandra), tritón ibérico (Triturus boscai), sapillo pintojo ibérico (Discoglosus galganoi), sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus), eslizón tridáctilo ibérico (Chalcides striatus), salamanquesa rosada (Hemidactylus turcidus), culebra de collar (Natrix natrix) y culebra viperina (Natrix maura).



Familia salamándridos

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Pleurodeles Walt Gallipato Es un urodelo que se puede encontrar en cualquier punto de agua, principales en medios acuáticos estables como charcas y albercas. Se localizaron varios ejemplares en los alrededores del canal del Piedras, en puntos de agua formados por fugas del canal. Está asociada a abrevaderos y sistemas de usos de agua agrícolas tradicionales. Probablemente presente en algunos puntos de las Marismas del Piedras y la matriz agrícola, ya que resiste muy bien tanto la salinidad como la contaminación moderada. Es importante la conservación de charcas, abrevaderos y otros puntos de agua para la especie. Es una especie frecuentemente atropellada. Es un endemismo ibero-magrebí.

Triturus pigmaeus Triton pigmeo Es una especie de urodelo endémica de la Península Ibérica. Hemos recogido numerosos datos de ejemplares atropellados en la carretera forestal del Campo Común de Abajo junto a la laguna del Águila. Para su reproducción utiliza charcas, lagunas temporales o permanentes, pozos, abrevaderos, albercas de riego, pilones, regueros de cuneta y cursos de agua de corriente lenta (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002).

Se han detectado

ejemplares en el Campo Común de Abajo y en el de Arriba en varios puntos de agua, junto al canal del Piedras. •

Familia discoglósidos

Alytes cisternasii Sapo partero ibérico Se trata de un endemismo ibérico con costumbres excavadoras de los adultos, por lo que necesita de suelos blandos. Tiene un desarrollo larvario prolongado, por lo que requiere puntos de agua casi permanentes sin peces (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002). Vive por lo general en zonas despejadas, con escasa cobertura vegetal y suelos preferentemente arenosos. Se presenta también en terrenos antropizados, como cultivos y núcleos rurales y urbanos, siempre que exista algún punto de agua natural o artificial, como balsas, albercas de riego y canales accesibles (Barbadillo et al. 1999). Se detectaron algunos individuos en la carretera del pinar del Campo Común de Arriba, cerca del embalse y en el canal del Piedras.

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Familia pelobátidos

Pelobates cultripes Sapo de espuelas Se reproduce en todo tipo de puntos de agua sin corriente (charcas, riachuelos temporales, estanques, marismas litorales). Se detectaron varios ejemplares en el pinar de Arriba, en la vía de servicios del canal del Piedras. En el pinar de Abajo, sólo se detectó un individuo atropellado en la carretera forestal de “Las Cumbres”. Está protegido por la legislación española. Aparece en el anexo IV de la Directiva Hábitats, y en el II de la Convención de Berna. •

Familia bufónidos

Bufo bufo Sapo común Es el anuro más ubicuo y de mayor tamaño. Requiere de puntos de agua para su reproducción. Necesita de medios acuáticos de una cierta profundidad y permanentes. Está desapareciendo de muchas zonas de agricultura intensiva (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002). Su distribución en la zona es amplia, localizándose tanto el los pinares de Arriba y Abajo, como en la zona agrícola. La mayor parte de los ejemplares se encontraron en el pinar del Campo Común de Arriba, junto al canal del Piedras.

Bufo calamita Sapo corredor Es una especie muy ubicua y abundante en el Término Municipal de Cartaya. También fue la que registro un mayor número de ejemplares atropellados, principalmente en la carretera forestal del Campo Común de Abajo, debido a su abundancia y a sus frecuentes desplazamientos. Posee gran plasticidad ecológica, escogiendo charcas poco profundas de duración muy temporal.

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Familia hilínidos

Hyla meridionalis Ranita meridional Vive generalmente en lugares húmedos con buena cobertura vegetal, ocultándose entre la vegetación de ribera (Barbadillo et al. 1999). Gracias a sus almohadillas adhesivas es capaz de subir a árboles y arbustos, sobre los que pasa el día descansando. Se encontraron ejemplares en las dos grandes masas de pinar. Existe una población de unos 50 ejemplares en la Laguna del Águila. La contaminación química, la destrucción de la vegetación de ribera y otros factores que alteran sus hábitats y los medios acuáticos donde se reproducen constituyen las principales amenazas para la especie (Barbadillo et al. 1999). Está incluida en el anexo IV de la Directiva Hábitats, y en el II de la Convención de Berna. •

Familia ránidos

Rana perezi Rana común Es una especie muy acuática, abundante y muy bien distribuida por todo el Término Municipal. Puede aparecer en cualquier punto de agua, soportando bien la contaminación orgánica y cierto grado de salinidad. •

Familia quelónidos

Caretta caretta Tortuga boba Sólo se detectó un ejemplar en avanzado estado de descomposición el 12/02/04 bajo una retama en el primer corral dunar de la Flecha de El Rompido. Probablemente fuese un ejemplar muerto por accidente de pesca y depositado allí por algún pescador, ya que se hallaba tras el primer cordón dunar y demasiado distante de la playa como para ser un varamiento. Es una especie propia de la plataforma continental y común en las costas españolas. Se encuentra en peligro de extinción.

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Familia batagúridos

Mauremys leprosa Galápago leproso Es una especie bastante común en la zona, encontrándose en la matriz agrícola y en el pinar Norte. Utiliza cualquier punto de agua, independientemente de la vegetación, siempre que haya una masa de agua permanente o en pozas si persisten en épocas secas. Se ha observado en varias pozas de los arroyos del pinar Norte, en la cabecera del río Piedras, y en las colas del embalse del Piedras. Se encuentra catalogado como vulnerable a la extinción para España (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002). •

Familia camaleónidos

Chamaeleo chamaeleon Camaleón común Especie básicamente arborícola presente en la zonas costeras, sobre suelo arenoso: cordón dunar de Nueva Umbría y Flecha del Rompido. Se encuentra inscrito en el Anexo II de la convención de Washington, y en el Anexo II de la convención de Berna. Se han registrado numerosos ejemplares atropellados en la carretera costera HV-4112 (ver capítulo del camaleón). Es vulnerable a la extinción debido a la desaparición continuada de su hábitat costero. •

FamiliaGecónidos:

Tarentola mauritanica Salamanquesa común Es una especie abundante y bien distribuida por todo el Término Municipal. Las observaciones de esta especie fueron frecuentes en los troncos de pinos y roquedos o pedreras del pinar interior norte. •

Familia escínidos:

Chalcides bendriagai Eslizón ibérico Probablemente sea una especie común en los pinares de Cartaya y en el cordón litoral. En nuestras prospecciones detectamos un único ejemplar en el pinar-sabinar costero. Es una

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especie endémica de la Península Ibérica. Presenta una amplia valencia ecológica. Debido a su costumbre de permanecer ocultos bajo piedras, tocones y grietas, ha podido pasar desapercibido en los muestreos de campo. •

Familia lacértidos:

Psammodromus algirus Lagartija colilarga Es la especie de lacértido más abundante y distribuida del Término Municipal. Es abundante en eucaliptares, pinares, cordón dunar y zonas de elevada cobertura arbustiva con hojarasca.

Podarcis hispanica Lagartija ibérica Localizamos un único ejemplar de lagartija ibérica atropellado en la carretera forestal del Campo Común de Abajo. Se halla estrictamente ligada en gran parte de su área de distribución a los afloramientos rocosos (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002).

Lacerta lepida Lagarto ocelado Se trata de una especie bastante ubicua. Se registró su presencia en las dos masas de pinares y en la matriz agrícola. Encontramos ejemplares atropellados en: carretera comarcal HV-4111, carretera forestal del Campo Común de Abajo y de Arriba y N-431. Prefiere formaciones de matorral y bosque mediterráneo con áreas despejadas, alcanzando zonas periurbanas y tierras de cultivo. Ocupa sobre todo lugares con abundancia de refugios en forma de acúmulos de piedra, muros, canchales o arbustos espesos (Barbadillo et al. 1999).

Psammodromus hispanicus Lagartija cenicienta Es la lagartija más característica de las zonas mediterráneas cubiertas por una vegetación arbustiva de pequeña altura y relativamente dispersa (Barbadillo et al. 1999). Las poblaciones más densas de esta especie se hallan en hábitats secos y abiertos, especialmente aquellas con sustrato suelto que le permite enterrarse rápidamente. Puede, no obstante, hallarse también en áre4as más forestadas, con sustrato compacto e incluso pedregosas (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002). Se encontró un solo ejemplar en el pinar-sabinar, cerca de la Laguna del Águila. Consta con la categoría de “preocupación menor” en la UICN para

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España. Depende fuertemente de zonas de matorral bajo y abierto. Su eliminación provocaría su desaparición. •

Familia anfisbénidos

Blanus cinera Culebrilla ciega Es una especie cavadora que pasa casi toda su vida bajo la superficie. Sólo se detectó un ejemplar muerto en el pinar-alcornocal mixto próximo a la carretera del Tariquejo. Es un endemismo ibérico. No se conoce muy bien su distribución y abundancia debido a su carácter críptico y subterráneo. •

Familia colúbridos

Coluber hippocrepis Culebra de herradura Sólo se encontró un ejemplar atropellado en el cruce de la carretera comarcal HV-4111 con la Cañada de Hornos. Habita cualquier formación paisajística natural o modificada con tal de que tengan carácter fisiognómico abierto, piedras y sustratos tendentes a la verticalidad. Es común en zonas agrícolas, pueblos e incluso ciudades (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002).

Coronella girondica Culebra lisa meridional Habita paisajes abiertos con matorral y zonas boscosas. Es una especie común en el área de estudio. Se han registrado ejemplares tanto en el pinar Norte como en el pinar Sur, tanto en zonas de pinar como en eucaliptares. Se han encontrado varios individuos atropellados en la carretera forestal del Campo Común de Abajo. Posee actividad crepuscular y nocturna. Su dieta es fundamentalmente sauriófaga. Está catalogada con la categoría de preocupación menor según la UICN en España. Es una víctima habitual del tráfico rodado.

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Elaphe scalaris Culebra de escalera Especie típicamente mediterránea que puede encontrarse en casi todas las formaciones vegetales. Es común en todo el área de estudio, siendo abundante en la matriz de cultivos. Es el ofidio más abundante junto con la culebra bastarda. Se registraron ejemplares atropellados en todas las carreteras del Término Municipal (nacional, comarcales y forestales). Utiliza a menudo las carreteras para desplazarse; beneficiándose de l calor retenido por el asfalto; por ello numerosos ejemplares son atropellados (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002).

Macroprotodon cucullatus Culebra de cogulla Se localizó un solo ejemplar atropellado en la carretera comarcal HV-4111 el 28/05/03 muy cerca del núcleo urbano de Cartaya. Presente en una amplia variedad de hábitats, es más frecuente en bosques de encinas, pinos o alcornoques, así como en matorrales que los sustituyen en las zonas más abiertas (Barbadillo et al. 1999). Es el colúbrido mediterráneo más escaso de la Península Ibérica (Pleguezuelos J.M., R. Márquez y M. lizana 2002). Es discreta y difícil de detectar.

Malpolon monspessulanus Culebra bastarda Es una especie muy común y abundante en todo el área de estudio. Se encuentra bien distribuida por todo el Término Municipal. Se han encontrado un número elevado de ejemplares atropellados en varias carreteras: N-431, carretera comarcal HV-4111, vía de servicio del canal del Piedras, carretera forestal del Campo Común de Abajo y carretera forestal del Campo Común de Arriba. Según el libro atlas y libro rojo de anfibios y reptiles de España, se encuentra catalogada con “preocupación menor”.

ANEXO III – MAMÍFEROS SILVESTRES DE CARTAYA.

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Los mamíferos carnívoros son seres esquivos y cautos, mayoritariamente nocturnos y de sentidos muy desarrollados, por lo que su observación en la Naturaleza es una empresa realmente difícil (Rodríguez 2002). Se han identificado un total de 15 especies de mamíferos silvestres de hábitos terrestres en el Término Municipal de Cartaya. Teniendo en cuenta la diversidad de ecosistemas y hábitats existentes en el municipio de Cartaya y la limitación temporal del trabajo, es de señalar la ausencia de algunas especies que aunque no hallan sido detectadas y no se encuentren en la lista, su presencia en la zona es probable o bien ha sido citada con anterioridad. Entre estas, destacamos al lince ibérico (Lynx pardina) como especie extinguida en la zona, y la garduña (Martes foina) y el gato montés (Felis silvestris) cuyos efectivos poblacionales deben de ser escasos. Otras especies citadas en la zona son la musaraña gris (Crocidura russula), el jabalí (Sus scrofa), el ratón casero (Mus domesticus) y el ratón moruno (Mus spretus). No se incluye tampoco información de los Quirópteros. Para la detección de mamíferos se hizo una visita a cada cuadrícula de 2,5 x 2,5 km, recorriendo los lugares idóneos para encontrar indicios, tales como arroyos, zonas de substratos blandos, charcas, sendas... La búsqueda de rastros y excrementos se realizó invirtiendo un esfuerzo de unas 3-4 horas por cuadrícula y persona, dependiendo de las características de esta. Se registraron todos los avistamientos, huellas y excrementos, así como cualquier otro indicio encontrado (madrigueras, restos de comida, escarbaduras, etc). Además, se utilizó como método complementario para la detección de mamíferos: el recorrido de las principales carreteras para registrar los atropellos y localizar los puntos calientes de dichas carreteras. Estas, se recorrieron semanalmente y a baja velocidad (40 Km/h) registrando todos ejemplares encontrados cuya identificación fue posible. Esta técnica de muestreo nos proporciona también información acerca de la fragmentación del territorio.

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Los resultados de todas las fichas se incluyeron en una base de datos para su análisis posterior. Los datos de los muestreos de campo se enriquecieron con las aportaciones de guardas, agentes de MA, pastores y otros lugareños con buen conocimiento de su patrimonio natural a los que entrevistamos en múltiples encuentros y cuya información fue de gran utilidad. Además, se completó el estudio mediante abundantes consultas bibliográficas. Para cada especie se presenta una breve síntesis con aspectos de su distribución en el área de estudio según las unidades ambientales y secundariamente algunos datos sobre abundancia, detectabilidad, costumbres, alimentación, preferencias de hábitat, categoría de amenaza según la UICN en Andalucía y otras informaciones complementarias. Desgraciadamente las últimas noticias del lince ibérico en la zona son casos de atropellos: una hembra joven que murió en la carretera entre El Rompido y Cartaya en 1995, y otra hembra joven atropellada muy cerca del Término Municipal en la carretera entre Gibraleón y San Bartolomé de la Torre. Estos datos apuntan las masas forestales de Cartaya como una potencial zona de dispersión para los jóvenes de la población de linces de Doñana. Otros predadores más generalistas, como el zorro y el meloncillo, han aumentado su número en ausencia del lince. La escasez de la presa clave que constituye el conejo contribuye al descenso de predadores más especialistas.

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Conejo. Oryctolagus cuniculus. El conejo es uno de los mamíferos europeos más fáciles de observar directamente, pues frecuenta los espacios abiertos y es, por lo menos parcialmente, diurno. No obstante, es fundamentalmente crepuscular y nocturno, utiliza las horas del amanecer para solearse; también se le puede ver activo durante el día en las zonas donde no es molestado o con cobertura vegetal suficiente. Vive en colonias que se organizan alrededor de la madriguera o vivar. Se alimenta de gramíneas, compuestas, raíces, corteza de plantas leñosas, plantas cultivadas. Más de la mitad de su dieta la componen las gramíneas, pero en ausencia de la competencia de otros herbívoros se decanta claramente por las compuestas. En cuanto al hábitat, prefieren las regiones herbáceas (naturales y cultivadas), especialmente si se hallan asociadas con bosques, matorrales, setos o rocas que les proporcionen abrigo. Son especialmente abundantes en el cordón dunar y en el pinar-sabinar costero. También se encontraron elevadas densidades en los alrededores del embalse del Piedras, siendo poco abundante en el pinar interior norte. Las densidades más altas se dan donde existe un suelo arenoso favorable para cavar madrigueras. Se han encontrado muchos ejemplares atropellados, principalmente en la carretera comarcal HV-411 y en la N-431. El conejo silvestre no sólo constituye una especie clave en la conservación de las comunidades de vertebrados, sino que tiene una especial importancia económica y cinegética. Aunque aún es una especie abundante, el descenso provocado por las enfermedades y el deterioro de sus hábitats propicios han hecho que la recuperación de sus poblaciones sea en la actualidad un tema prioritario en la conservación de la Naturaleza. Por ello se están realizando restauraciones del hábitat, vacunaciones, construcción de refugios y vivares artificiales, y repoblaciones (Blanco 1998). Erizo común. Erinaceus europaeus .

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Es un animal crepuscular y nocturno, aunque también son activos durante el día en los casos de hembras con crías o en las semanas anteriores a la hibernación, debido a los mayores requerimientos energéticos que suponen estos estados. Normalmente solitario y sufre el letargo invernal. Se alimenta de lombrices de tierra, insectos, caracoles y babosas, huevos y polluelos de aves que anidan en el suelo, algún micromamífero, ranas, lagartijas, culebras y víboras, además de gran cantidad de bayas y frutos. En otoño predominan los productos vegetales. Esta repartido por casi todos los ecosistemas, desde las marismas y arenales costeros hasta las masas de pinares y medios antropógenos, como las zonas de cultivos. Se distribuye principalmente por la matriz agrícola, zonas mosaico y bordes de masas forestales, donde es abundante. Los principales factores que le afectan son: los atropellos en carreteras, los pesticidas, que se acumulan en su organismo en grandes dosis, procedentes de las presas contaminadas de las que se alimenta. Durante la hibernación se produce también una alta mortalidad debido al agotamiento de sus reservas energéticas (Castells 1993). Se han encontrado varios ejemplares atropellados en las carreteras de Cartaya.

Gineta. Genetta genetta. Es crepuscular y nocturna. Recorre grandes distancias durante la noche. Ágil y buen trepador, además de nadar bien. Acepta la compañía de individuos de su misma especie. Tiene su madriguera en los troncos de los árboles o entre la maleza. No sufre letargo invernal. Se alimenta de animales de hasta el tamaño de un conejo. Preferentemente micromamíferos y aves silvestres, como zorzales y gorriones. También conejos y liebres, invertebrados (arácnidos e insectos), aves de corral y anfibios. Los reptiles, carroñas y huevos

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en porcentaje pequeño. Los frutos son un recurso importante cuando escasean los demás. La dieta varía según la época del año. Suele vivir en zonas boscosas y de matorral en áreas cálidas. Los bosques húmedos y sombríos con presencia de agua parecen ser los más adecuados, aunque también se presenta en áreas más secas y de monte bajo. Se ha localizado un rastro en el pinar sur, siendo insuficientemente conocida su distribución y presencia en el municipio. Está en regresión, debido principalmente a la persecución ilegal de que es objeto y a la pérdida de hábitats. Al tener en su dieta animales de corral, el principal y más desproporcionado enemigo quizá sea el hombre, que intenta su exterminio cazándolo furtivamente; si además se tiene en cuenta el valor que alcanza su piel en el mercado, se agrava el problema (Castells 1993).

Meloncillo. Herpestes ichneumon Vive en familia formando pequeños grupos. Buen cavador, suele fabricarse el mismo sus madrigueras. No tiene letargo invernal. Es básicamente carnívoro, se alimenta de pequeños mamíferos, del tamaño de un conejo como máximo, aves (sobre todo de corral), insectos, crustáceos, anfibios, peces y reptiles (lagartijas en mayor medida que serpientes, aunque dada su habilidad y su resistencia a las toxinas, las serpientes venenosas son una parte importante de su dieta) y carroñas; estas últimas pueden alcanzar gran importancia en algunas épocas del año. De forma ocasional huevos y setas. Durante periodos de escasez, también puede ingerir distinto tipo de alimentos vegetales (frutos, bayas, etc.) Vive en áreas con densa cobertura vegetal en forma de monte bajo, ocupando las manchas densas de monte mediterráneo con lentisco (Pistacea lentisco), jaguarzos (Halimium spp.), etc. También se puede encontrar en juncales al borde de lagunas y marismas, etc. Se

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han encontrado numerosos rastros en las orillas de los arroyos repartidos por todo el municipio de Cartaya. Es una especie abundante en el municipio. Considerada “de interés especial” (R. D. 439/90: Anejo II, Directiva de hábitats: Anejo V, Convenio de Berna: Anejo III). Su densidad varía mucho en las diferentes zonas y puede ser localmente abundante. En cuanto a los factores de amenaza, tenemos: la caza ilegal y captura accidental en cepos colocados para conejos; persecución a causa de los daños a la caza menor, que se le atribuyen; modificación del hábitat causada por roturaciones o repoblaciones forestales. Parece ser que la mixomatosis también ha influido en el declive de esta especie, al provocar una drástica disminución de su presa preferida (el conejo) (Castells 1993).

Tejón. Meles meles Es un animal autóctono y nocturno. Sus “tejoneras” son, a veces, muy grandes y complicadas, con varios pisos y cámaras. No tienen letargo invernal, pero en los meses fríos distancian las salidas de las madrigueras. Es un omnívoro oportunista que adapta su dieta a los recursos tróficos de cada zona y hábitat. Ingiere alimento animal y vegetal en cantidad significativa en todas las estaciones del año, destacando frutos y cereales, partes verdes de plantas y raíces, mamíferos, y en menor medida, lombrices e insectos. También consume aves, reptiles, anfibios, moluscos, colmenas y miel, y carroña. Dispersan muchas semillas por vía fecal. Ocupan bosques caducifolios, mixtos y de coníferas y paisajes agro-silvo-pastorales, zonas de bosque y matorral mediterráneo, zonas abiertas con profusión de pequeños rodales y manchas de vegetación densa o de ribera (Palomo & Gisbert, 2002). Pueden aprovechar cavidades naturales para sus madrigueras. El suelo debe ser fácil de escarbar, seco, con buen drenaje y relativamente cálido.

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Su distribución en el Término Muncipal de Cartaya se restringe a las masas forestales, tanto en el pinar norte como en el pinar sur, no habiéndo encontrado indicios de su presencia en la matriz agrícola. Se encuentra catalogada según la UICN con “preocupación menor”. El tráfico es uno de los más grandes enemigos del tejón, ocasionando muchas muertes cada año (Castells 1993). A mayor escala, se puede ver afectada por la fragmentación de la vegetación natural (transformaciones en regadíos, concentraciones parcelarias, canalizaciones de ríos, y grandes obras de infraestructura), y por la desaparición de pastizales tradicionales, que favorecían la heterogeneidad del paisaje a pequeña escala, a favor del matorral y de cultivos forestales (Palomo & Gisbert, 2002).

Turón. Mustela putorius Es un mustélido autóctono que caza principalmente durante el crepúsculo y por la noche, aunque en ocasiones también pueden ser observados durante el día. Busca alimentos entre la maleza de las orillas y en edificios agrícolas. Puede realizar pequeños desplazamientos en función de la oferta alimenticia. No tienen letargo invernal. Instala sus yacijas en huras de conejos o en madrigueras que él mismo excava. Cuando está asustado o acorralado, sus glándulas anales producen una secreción muy fétida, con efectos similares a los de la mofeta. La dieta del turón es variada: principalmente se basa en micromamíferos, conejos (de pequeño tamaño) y anfibios. También come otros vertebrados, pero consume pocos peces y prácticamente no come insectos ni materia vegetal. Son muy características las despensas de anfibios, que a veces se acumulan en gran número en las madrigueras; éstos tras ser paralizados de un mordico en la base del cráneo, se pueden mantener vivos durante bastante tiempo.

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Es generalista en cuanto a hábitat, prefiriendo: las orillas de los ríos, lagunas, marismas y zonas húmedas, por un lado, y el matorral mediterráneo con abundantes conejos, por otro. Se han encontrado dos ejemplares atropellados en las carreteras que discurren por la matriz agrícola. Es una especie presente en la matriz agrícola, en el cordón dunar y en el pinar-sabinar costero. Su abundancia es desconocida en el municipio, debido a la escasez de registros de la especie. Está catalogado por la UICN como casi amenazado. En el Convenio de BERNA, está incluido en el anexo III: Animales cuya supervivencia podría verse amenazada de no adoptarse especiales precauciones. En dicho convenio se considera necesaria la investigación de la situación actual de la población española, así como la protección estricta de la especie y la conservación de su hábitat (Castells & Mayo 1993).

Zorro. Vulpes vulpes Es una especie autóctona, fundamentalmente nocturna. La actividad diurna es mayor en áreas poco frecuentadas y cuando las noches son cortas. Se alimenta de un amplio espectro de animales, vegetales, carroña y basura. Sin embargo los alimentos que más biomasa aportan son los micromamíferos en el norte de España y el conejo en el sur. Localmente las basuras y los deshechos de las granjas pueden constituir su principal alimento. En otoño, las bayas y los frutos suelen ser los alimentos que aparecen con más frecuencia en los alimentos. El zorro muestra un marcado carácter generalista que le permite ocupar cualquier tipo de hábitat que le ofrezca un mínimo de refugio y alimento, adaptándose a cualquier clase de cambio. Las mayores densidades las alcanza en ecosistemas heterogéneos y diversos, en las proximidades de pueblos y basureros y en áreas que le ofrezcan una alimentación suplementaria de origen humano (Blanco 1998). Es el carnívoro más abundante en la mayoría

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de los ecosistemas españoles, e incluso se ha afirmado que van en aumento, aunque falten datos para demostrarlo. Se han encontrado rastros en todas las unidades ambientales muestreadas, siendo más frecuentes en la zona agrícola. Se produjo el avistamiento de un ejemplar en los cultivos, cerca de las marismas del Piedras. Es una especie abundante en el municipio. Se encuentra catalogado según la UICN con preocupación menor. No existen factores que amenacen a la especie en España. La gestión racional de las poblaciones de zorros pasa por el control de las fuentes de alimentación antropógenas (vertederos) y por su aprovechamiento como especie de caza (Palomo & Gisbert, 2002).

Nutría paleártica. Lutra lutra Las nutrias que viven en nuestros ríos muestran una actividad nocturna, con máximos después de anochecer y antes de amanecer. El área de campeo de los machos tiene unos 15 km de diámetro y del orden de 7 km para las hembras con crías.. Prefiere caminar río arriba al crepúsculo y noche, y descender el cauce el aproximarse el amanecer. El recorrido rutinario de caza es de 3-10 km por noche. Se alimentan fundamentalmente de peces, pero también comen crustáceos, anfibios, mamíferos, reptiles e insectos. Sólo excepcionalmente consumen carroña o materia vegetal. Vive en ríos, arroyos, zonas húmedas, embalses, marismas y, unas pocas en la costa. La nutria requiere alimento no muy contaminado, cierta tranquilidad y orillas no canalizadas que conserven su cubierta vegetal, indispensable para albergar refugios y madrigueras de cría. Se distribuye por todo el cauce del río Piedras, Arroyo del Tariquejo, marismas y embalse del Piedras. Esporádicamente utiliza algunos arroyos temporales como zonas de campeo para la búsqueda de alimentos. Las mayores densidades las encontramos en los alrededores del embalse, tramo alto del río Piedras y arroyo del Tariquejo y afluentes.

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Está considerada como vulnerable a la extinción según la UICN. La amenaza ataña a la degradación del hábitat: cualquier variación ocurrida en las zonas habituales de estancia y cría que disminuya la disponibilidad de alimento y/o de lugares adecuados de reposo, destacando la destrucción de las riberas, el aprovechamiento intensivo del caudal de los ríos, la contaminación (la nutria se ve afectada de forma directa por el dieldrín, los PCBs y los metales pesados), la disminución de presas disponibles, etc. Las grandes presas y otras obras públicas pueden fragmentar sus poblaciones, incrementando el riesgo de extinción. Asimismo, estas presas impiden el tránsito de peces e incluso eliminan algunas especies, como la anguila, de la mayor parte de los ríos (Junta de Andalucía 2001).

Liebre ibérica. Lepus granatensis Es una especie autóctona y endémica de la Península Ibérica, de hábitos solitarios, pasa el día encamada en depresiones que ella misma construye y que se denominan “camas”. Ocupa gran cantidad de medios aunque tiene preferencia por los espacios abiertos, destacando agrosistemas, así como zonas de matorral ralo. Ocupa zonas agrícolas abiertas (campiñas) y olivares. Es común en la zona borde de la matriz agrícola y en las áreas clareadas del pinar interior norte. Se encuentra catalogada con preocupación menor. Entre los factores de amenaza destacan la pérdida de hábitat motivada por la homogenización de los cultivos y la desaparición de los tradicionales frente a los intensivos, así como las repoblaciones forestales. La falta de una gestión cinegética adecuada (sobreexplotación cinegética), el uso abusivo e indiscriminado de productos fitosanitarios, la caza furtiva, los atropellos en caminos y carreteras y el aumento de predadores oportunistas son también factores a tener en cuenta (Palomo & Gisbert, 2002).

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Comadreja. Mustela nivalis Es un mustélido más pequeño y una especie autóctona y solitaria. Es un depredador especializado en roedores de tamaño medio, siendo los microtinos los más abundantes en su dieta. Puede alimentarse de huevos, pollos de aves y lagomorfos, y ocasionalmente puede incluir insectos, lagartos, anfibios, lombrices y hasta carroña. Selecciona hábitats por la abundancia de micromamíferos que viven en ellos, y puede encontrarse en bosques abiertos, campos de cultivos, praderas, bosques de ribera. En Cartaya se ha encontrado un solo ejemplar atropellado en la comarcal HV-411. Debido a la baja detectabilidad de la especie no se han encontrado más indicios de presencia en la zona, por lo que insuficientemente conocida. Se encuentra catalogada según la UICN con datos insuficientes. No se han realizado estudios en España, pero es previsible que las alteraciones climáticas en curso tengan consecuencias muy negativas en los patrones de distribución y abundancia de la especie (Palomo & Gisbert, 2002).

Ratón de campo. Apodemus sylvaticus Es una especie autóctona que excava galerías poco profundas o utiliza oquedades naturales como grietas, huecos de árboles o bajo troncos. Es omnívoro, muy adaptable a los recursos disponibles en cada momento. Bayas, frutos y semillas componen la mayoría de su dieta alimenticia, aunque en ocasiones puede llegar a consumir presas vivas como insectos y sus larvas (Palomo & Gisbert, 2002). Es una de las especies más consumidas por gran número de depredadores. Ocupa preferentemente zonas con buena cobertura arbustiva o arbórea al contar con mayor disponibilidad de zonas de refugio, aunque su densidad desciende en masas homogéneas y de gran superficie, donde prefiere las áreas marginales.

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Lirón careto. Elionys quercinus. Es una especie autóctona de hábitos trepadores que vive en pequeñas colonias que se desarrollan a partir de grupos familiares. Su alimentación es muy variada pero predominan elementos de origen animal (insectos, otros artrópodos, pequeños vertebrados, roedores, musarañas, anfibios, etc.) a los de origen vegetal (frutos, semillas, etc.). También consume huevos, cera y miel. En cuanto a hábitat es una especie generalista, capaz de vivir en numerosos hábitats terrestres y arbóreos. Son frecuentes en zonas pedregosas, aunque también es típica de áreas de matorral y diferentes tipos de bosques (encinares, alcornocales, pinares y bosques caducifolios). No es raro encontrarla próxima a viviendas rurales, en tejados o muros de piedra entre cultivos. Sólo se detectó un ejemplar en el pinar-sabinar costero, junto al arroyo del Pino. Se encuentra catalogado con preocupación menor según la UICN y no parecen tener amenazas importantes, aunque los últimos datos parecen indicar una disminución grave de su abundancia. Sería necesario un conocimiento más preciso del grado de conservación actual de sus poblaciones (Palomo & Gisbert, 2002).

Musaraña de campo. Crocidura suaveolens Es un sorícido con tendencia a formar grupos sociales. Es morfológicamente idéntica a la musaraña gris, aunque es algo menor en tamaño y presenta una coloración ligeramente amarillenta en las partes ventrales (Blanco, 1998). Consume todo tipo de artrópodos, especialmente insectos adultos y larvas, ocasionalmente consume oligoquetos, gasterópodos, micromamíferos y partes verdes de plantas y semillas (Palomo & Gisbert, 2002).

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Parece ocupar gran cantidad de hábitats en toda su área de distribución. Está presente en hábitats litorales o costeros, pero también en zonas de cultivo y pastizales (Blanco, 1998). Se han detectado ejemplares en el pinar sur, cerca de la Laguna del Águila, y en la zona agrícola, junto a un bosquete de pinos con cobertura arbustiva. Su categoría de amenaza según la UICN es con datos insuficientes. No parece que presente problemas de conservación.

ANEXO IV – ESPECIES EXÓTICAS EN CARTAYA.

Entre los muchos efectos que el desarrollo tecnológico ha tenido sobre nuestro planeta se encuentra la facilidad con la que numerosas especies, tanto animales como vegetales, superan barreras geográficas que antes eran prácticamente infranqueables. Así, ciertas aves exóticas han llegado a colonizar áreas muy alejadas de sus lugares de origen, a las que no habrían podido llegar por sí solas, con consecuencias impredecibles para el medio natural. Los motivos de semejante trasiego de especies son muchos. Algunas se introducen por razones cinegéticas, caso del faisán (Phasianus colchicus) o la perdiz griega (Alectoris graeca); otras por motivos económicos, como el visón americano (Mustela vison), ornamentales –mascotas-, e incluso, según algunos autores, por cuestiones religiosas –culebra de cogulla (Macropotodon cucullatus)

(Gómez y Alcalá, 1999) y

la tórtola turca (Streptopelia

decaocto), (Bezzel, 1988). Los efectos de la introducción de especies ajenas a los ecosistemas han sido objeto de cierta polémica entre los ecólogos. Algunos, como Simberloff (1981), piensan que las especies invasoras que tienen éxito tienden a ocupar nichos vacíos en las comunidades, y por tanto apenas tienen efectos nocivos. Otros, como Ebenhard (1987), han acumulado enorme evidencia, sin embargo, del efecto perjudicial de las especies introducidas. En general, se admite hoy que las especies introducidas suelen ser una lacra para las comunidades que las

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reciben, ya que van a ocupar un nicho ecológico y utilizar una serie de recursos muy probablemente necesarios para las especies autóctonas de los ecosistemas. Las especies introducidas entran en competencia con las especies ya establecidas, lo que supone un grave riesgo para el correcto funcionar del ecosistema. Puede ocurrir que se establezca una competencia por el alimento; en este caso la nueva especie pasa a ocupar un escalón de la cadena trófica (probablemente ocupado también por alguna especie autóctona) poniendo en peligro la dinámica de la misma. También pueden establecerse otros tipos de competencias, por ejemplo la competencia por el espacio físico. Uno de estos casos es la competencia por zonas esenciales para la reproducción como son las madrigueras o las zonas de nidificación. Todos estos tipos de competencia pueden tener efectos drásticos sobre las especies autóctonas del ecosistema. Otro efecto posible es el de la predación, ya sea sobre animales ya sobre especies vegetales de las comunidades locales. Por todo ello, se deben

considerar las

introducciones de especies alóctonas como fenómenos peligrosos e inadecuados. En medios naturales, la introducción de animales exóticos ocupa el segundo lugar entre las causas de reducción de biodiversidad, por detrás de la destrucción directa de los hábitats y por delante de la contaminación química (Wilson, 1996). En el municipio de Cartaya encontramos varias especies exóticas de aves: el pico de coral (Estrilda astrid) y la tórtola turca (Streptopelia decaocto). Existen otras aves exóticas en Cartaya, como el pavo real (Pavus cristatus) y la gallina de Guinea (Numida Meleagris), que son utilizadas por el hombre como aves de corral en varias granjas y corrales de Cartaya. A priori, estas dos especies no presentan problemas de asilvestramiento y, por lo que sólo se analizan a continuación las especies asilvestradas. Con respecto al resto de vertebrados, no se han detectado otras especies exóticas, ya que la culebra de cogulla fue introducida por los romanos y podemos considerarla como naturalizada. Sin embargo, hay varias citas de quelonios introducidos en la Laguna del Portil,

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muy cerca del límite municipal de Cartaya. Se han detectado varias especies del género Trachemys, principalmente Trachemys scripta, vulgarmente conocido como tortuga de Florida o galápago americano, que supera en número a los galápagos autóctonos (Pleguezuelos, Márquez y Lizana 2002). Este, es una de las especies de compañía más vendida en toda Europa, y como consecuencia de su frecuente liberación al medio natural, establece una fuerte competencia con las especies autóctonas de galápagos. Es más que probable la presencia de esta especie en el municipio, aunque no se hallan detectado durante nuestros muestreos de campo. Según el atlas y libro rojo de anfibios y reptiles de España, la especie se encuentra bien distribuida en zonas bajas y costeras de la provincia de Huelva.

TÓRTOLA TURCA (Streptopelia decaocto)

Es una especie exótica que podemos encontrar en muchos lugares urbanos y rurales. Es una especie sedentaria muy abundante, y ampliamente distribuida por todo el área de estudio. Parece tener preferencia por las masas de pinar, donde ha sido escuchada frecuentemente. Las causas y proceso de expansión desde su área de origen (Cercano Oriente) son un tanto oscuros, se supone que fueron traídas por los conquistadores otomanos al suroeste europeo siendo allí protegida y criada por motivos religiosos, debido al medio collar negro con forma de media luna que presenta en la parte posterior del cuello. En el siglo XIX se había extendido por toda la península de los Balcanes y debieron mermar sus poblaciones con la retirada de los turcos de Europa. El comienzo de su nueva expansión se sitúa alrededor de 1930 y a partir de aquí comienza a duplicar su área de distribución decenio tras decenio llegando a Hungría, Alemania, Suiza, Italia, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noruega, Lituania y en 1956

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colonizaba ya las Islas Británicas. En 1960 llega al norte de España, años después al círculo polar y a Islandia siguiendo su expansión por Finlandia y Rusia. Para hacernos una idea, desde 1930 a 1972 (¡hace ya 30 años!) el área de distribución de este ave ha aumentado haciéndose quince veces más extensa, de 192.000 Km2 a 2.950.000 Km2. En los últimos 20 años ha avanzado por nuestra península llegando a Portugal y al sur de España, donde en algunos lugares ha podido estar favorecida por la suelta o cría en semilibertad en algunos lugares puntuales como en la ciudad de Huelva y zonas cercanas (Garrido, 1996). En la actualidad se distribuye como nidificante en todas las comunidades españolas. Frecuenta especialmente la proximidad de núcleos urbanos, como los extrarradios de ciudades y pueblos, cultivos próximos, urbanizaciones, parques, jardines, arboledas, almacenes de grano, granjas y grupos de casas de campo, y escoge positivamente las zonas arboladas de coníferas, como pinos, abetos, cedros, cipreses, etc., que usa durante una extensa temporada de nidificación y como dormideros (Martí & Del Moral, 2003). Podríamos pensar que esta expansión no tiene fin y podría desplazar a muchas especies autóctonas, pero al igual que muchas especies animales que comienzan una fase expansiva partiendo de cero en entornos nuevos lo hacen de forma no lineal siguiendo el llamado “modelo de la bola de nieve”, es decir, creciendo exponencialmente. Así pues, en muchos lugares de Europa este modelo de expansión se ha paralizado e incluso ha retrocedido en países con estaciones muy desfavorables de inviernos fríos, de manera que se tiende al equilibrio poco a poco de la nueva especie en sus nuevas condiciones de vida. Esto nos permite decir que la mayor parte de Europa posiblemente esté ya colonizada. La colonización de las nuevas zonas se produjo secuencialmente, avanzadillas aisladas aparecían a distancias de hasta 200 Km2 de su anterior límite de distribución. A menudo las

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colonias fueron creadas por parejas aisladas creciendo y expandiéndose mediante nuevas reproducciones y migraciones, siendo repoblado el entorno en el que se habían instalado y al mismo tiempo otros individuos avanzaban en el sentido de la expansión. Entre los motivos de esta espectacular expansión de la zona de cría de la tórtola turca tendríamos que citar varios factores sin olvidarnos mencionar que la migración de la tórtola turca, favorecida e incluso causada por el hombre desde Asia hasta la península Balcánica, en un principio no conllevó a una expansión, sino que al contrario, produjo un descenso de la población tras la retirada de los turcos. Posiblemente haya sido un cambio climático el que haya dado un empuje a la expansión en las primeras etapas de nuestro siglo. La transformación del paisaje agrícola centroeuropeo y sobre todo la oferta alimenticia en zonas urbanas y rústicas fomentaron la expansión. De hecho las primeras tórtolas turcas se asociaban a las cercanías de gallineros y cultivos agrícolas y hoy en día todavía se pueden ver grandes grupos en parques zoológicos de donde sacan provecho de los alimentos. Otro motivo que puede haber influido a la hora de colonizar nuestro país, y en concreto el sur de España es la búsqueda en su desplazamiento hacia el oeste de zonas de invernada más cálidas que les permite alargar su período de cría, donde al contrario que en su zona de cría asiática se pueden encontrar hoy en Europa nidos de tórtola turca durante casi todo el año, esto unido a que tórtolas jóvenes pueden volver a criar 3 ó 4 meses después de la eclosión provoca que tenga una tasa de reproducción altísima favoreciendo su proceso de expansión. Si bien los inviernos fríos causan nuevos retrocesos, como se ha comprobado en los últimos años en Europa. El hecho de que colonice ciudades es una verdadera ayuda para su supervivencia debido al particular clima urbano con temperaturas medias más cálidas sobretodo en el invierno, nevadas menos frecuentes y menor espesor de la capa de nieve.

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Es una especie que se considera como naturalizada, debido a la expansión natural de su área de distribución.

PICO DE CORAL (Estrilda astrild)

Procedente de Africa tropical y meridional.

Frecuenta espacios abiertos con

herbazales altos, carrizos cercanos al agua, cultivos lindes forestales y áreas próximas a zonas humanizadas. Ha sido introducido en una gran cantidad de lugares y actualmente se encuentra naturalizado en Brasil, California, Oahu (Hawai) y algunas islas del Atlántico, Índico y Pacífico (Cramp & Perrins,1994) (Clement & Harris & Davis, 1993). En cuanto a Europa fue introducido en 1964 en Portugal (Vicente, 1969) y desde entonces se ha expandido por gran parte del territorio portugués y algunas zonas españolas contiguas, proceso que se ha reforzado con nuevas introducciones (Reino & Silva, 1996) (Guerrero & De Lope & De la Cruz, 1989). Las principales introducciones fueron hechas en Portugal desde tres puntos situados al oeste del país, cercanos a Lisboa (Oeiras, Obidos y Vila Francaa de Xira). El pico de coral se ha extendido muy rápidamente desde su introducción, primero por la cuenca del río Tajo y después por las del Mondego hacia el norte y por la del Sado hacia el Sur. La presencia en 1978 de la especie en el Algarve, al sur de Portugal, se debió a una nueva introducción. Desde estos lugares el pico de coral se ha extendido prácticamente en todas las direcciones y cuenta con una distribución continua y homogénea en el centro de Portugal, mientras que al Norte se encuentra más localizada. En la década de los noventa la expansión del pico de coral ha sido muy acentuada en el Sur, colonizando muchas zonas de interior y extendiéndose hacia España (Andalucía y Extremadura).

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Andalucía, Extremadura y Galicia son las comunidades más afectadas por la colonización del ave que experimenta ahora su mayor tasa de expansión. Ésta es más alta en ecosistemas con mayor abundancia de humedales, que facilitan su expansión, dato que se refleja en la colonización más rápida de la parte norte de Portugal con siete importantes desembocaduras a diferencia de las tres desembocaduras de la zona sur conquistada más lentamente. Existen diversos factores estudiados que hacen aumentar la probabilidad de éxito de ésta especie como es el hecho de su preferencia por el clima Atlántico en su nueva área de distribución o también la capacidad de criar durante todo o buena parte del año (Febrero a Diciembre) y sacar varias polladas de cinco a siete pollos cada una (Ferreira,1982) (Rufino,1989). Por el contrario la diversidad topográfica de la península ibérica es ciertamente un factor limitante para la expansión y colonización de nuevas áreas. Poco después de ser introducido en Portugal, el pico de coral solía encontrarse asociado con los márgenes de humedales, principalmente en formaciones de carrizo (Phragmites australis) y áreas con abundante vegetación. En la actualidad aunque mantiene su preferencia por este tipo de hábitats ocupa además una amplia variedad de espacios abiertos normalmente cerca del agua como los mosaicos agrícolas con pequeños campos y setos. La especie nidifica también en una gran variedad de hábitats, desde cañaverales de caña común (Arundo donax) hasta setos de varios tipos en tierras cultivadas, pasando por zonas de vegetación ribereña con alta cobertura arbustiva. la presencia de suelos húmedos y con cobertura herbácea que ofrece soporte y materiales para construir el nido además de una alta variedad de semillas para alimentarse es esencial para que el pico de coral seleccione una localidad como lugar de cría (Ferreira,1991). Aunque el pico de coral parece ser una especie inofensiva en sus zonas de origen, ha causado importantes daños en al menos dos de las áreas donde ha logrado asilvestrarse

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(Lever,1994). En las Islas de Cabo Verde, frente a la costa occidental Africana ha dañado los cultivos de tomate (Bannerman,1968). En la Península Ibérica sería necesario emprender cuidadosos estudios sobre esta especie para evaluar el impacto que podría tener sobre las especies nativas y la agricultura. En la actualidad no se conoce su impacto sobre los hábitats que ocupa en España, principalmente en zonas húmedas con vegetación palustre, ni sobre las aves autóctonas ligadas a estos medios. Su rápida expansión obliga a considerar la posible adopción de futuras medidas de control (Martí & Del Moral, 2003). En el Término Municipal de Cartaya, se localizaron en verano dos ejemplares en el interior del pinar próximo al camping Catapúm y al Arroyo del Pino, y un grupo de 10 ejemplares en invierno en un carrizal del Arroyo de la Mogaya (zona de cultivos). Es sedentario e insuficiente conocido en el área de estudio.

CONCLUSIONES

Existen innumerables casos en los que estas introducciones causan importantes efectos negativos sobre los sistemas en los que actúan como puede ser la introducción en 1974 del cangrejo americano que en ausencia de depredadores se expandió muy rápidamente causando muchos daños sobre las poblaciones de peces y anfibios ya que depreda sus puestas de huevos. Por otra parte si miramos la riqueza faunística de nuestros parques encontraremos especies naturalizadas que fueron introducidas hace decenas o cientos de años y que consiguieron establecer un nuevo equilibrio con los demás elementos del ecosistema como puede ser la introducción del gamo (Dama dama) en Doñana el siglo pasado.

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La entrada de cualquier elemento nuevo en la cadena trófica, como puede ser la introducción de una especie, implica una variación en los flujos de energía y, por tanto, una perturbación. Habría que analizar caso a caso, o lo que es lo mismo, especie por especie. Así alcanzaremos mayor grado de realismo y de poder de actuación centrándonos en las especies que hemos visto anteriormente, en su ecología, en sus causas de expansión, en las características de la zona y en las interacciones con otras especies. En base a esto podemos separar las distintas especies exóticas dependiendo de si están única y exclusivamente asociadas al hombre: las tórtolas turcas sí lo están y los picos de coral no. Por tanto, éstos constituyen un mayor peligro a la hora de desplazar a especies autóctonas de la ya malparada vegetación ribereña y la hora de realizar posibles daños a algunos cultivos. Otra clasificación que se puede hacer con el fin de aclarar ideas sobre nuestras especies exóticas es la separación entre las introducidas por el hombre directamente: picos de coral; y por el contrario las que no: tórtolas turcas. Así podemos separar claramente picos de coral y tórtolas turcas a la hora de tratar las posibles soluciones de cara a su futuro.

Con el fin de establecer las posibles medidas de actuación necesitaríamos un estudio previo de cuantificación en la zona de estudio de las distintas poblaciones de pico de coral, llevando a cabo un estudio específico para dicha especie.

De todas las especies de aves introducidas en la Península Ibérica el pico de coral es probablemente una de la que más éxito ha tenido. Su desconocimiento en el número aproximado de individuos provoca que necesite un estudio amplio sin duda más costoso debido a la mayor dificultad en su búsqueda ya que posee un tamaño pequeño y su hábitat no sólo está restringida a enclaves humanizados. Esto provoca que sus repercusiones sobre otras

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comunidades de especies autóctonas o sobre cultivos sean directas aunque todavía no existen hechos conocidos sobre este tema en Andalucía. La tórtola turca a diferencia de las anteriores especies aunque ha podido sufrir algunas introducciones en determinados puntos de la Península proviene como anteriormente mencionamos de un proceso de expansión de la especie a raíz de su área de origen en el cercano oriente. El hombre está generando una serie de cambios en la Tierra (ciudades , pueblos, tierras de cultivo,...) a la que las especies comienzan a responder bien alejándose o bien sacando provecho de estos nuevos sistemas como es el caso de la tórtola turca que ya ha colonizado toda Europa debido fundamentalmente a los beneficios que ocasionan la ausencia de depredación, temperaturas medias más altas (islas de calor) y facilidad a la hora de conseguir alimento. Aunque pueda ocasionar perjuicios sobre especies también urbanas como con palomas y mirlos debemos recordar que la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones ha sido y será una de las cualidades más importantes a la hora del mantenimiento y diversificación de la vida en el Planeta, en el que hoy día las zonas urbanizadas y transformadas por el hombre constituyen una fracción importante, constituyendo ecosistemas inmaduros con espacio para albergar a nuevas especies que no tengan muchos requerimientos en su dieta.

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ANEXO VI. LOS SÍMBOLOS VIVOS DE CARTAYA.

Una vez analizada la presencia y abundancia de las especies de fauna vertebrada y flora vascular hemos procedido a identificar las especies símbolos de Cartaya para todos los grupos animales y vegetales analizados. Se han seleccionado en función de su representatividad del Término Municipal y su singularidad a nivel andaluz y peninsular. El árbol seleccionado como símbolo de Cartaya es el pino piñonero (Pinus pinea). Es el árbol más frecuente en el Término Municipal, siendo un elemento esencial en la estructuración y funcionalidad de los bosques de la zona. Por otro lado, se trata de un árbol que inicialmente fue introducido en Cartaya mediante repoblaciones, cambiando el paisaje de la zona. De esta forma ejemplifica la relación tan estrecha del hombre con su medioambiente en Cartaya que se ha desarrollando durante siglos y que se sigue desarrollando actualmente.

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El arbusto elegido como símbolo de Cartaya es el tomillo carnoso (Thymus carnosus), especie protegida como ‘en peligro de extinción’ en Andalucía y que aún cuenta con una población extensa y relativamente bien conservada en el cordón litoral de Cartaya. El herrerillo capuchino (Parus cristatus) es el ave símbolo de Cartaya. Es una de las especies más comunes y abundante de los pinares de Cartaya. Es sedentario, por lo que está presente durante todo el año. Podemos observarlo con frecuencia en pequeños grupos, desplazándose a través de las copas de los pinos. Es un ave forestal estricta que parece requerir manchas extensas de arbolado. Suele considerarse ligada a las masas de coníferas, pero ocupa gran variedad de bosques. Es más abundante en bosques densos de árboles de gran tamaño, como los pinares de Cartaya, que constituyen el hábitat idóneo para esta especie. Se alimenta sobre todo de insectos, aunque también consume semillas. Su carácter forestal implica que su presencia y abundancia dependan de zonas arboladas en buen estado de conservación. Tiene dependencia de manchas extensas y de una gestión forestal que mantenga árboles viejos o muertos con huecos para nidificar. Su conservación pasa por la conservación de los pinares de Cartaya. La nutria paleártica (Lutra lutra) es el mamífero símbolo de Cartaya. Aunque pueda llegar a extrañar a más de uno la nutria es abundante en Cartaya, donde se distribuye principalmente por el río, embalse y marismas del Piedras, además del Arroyo del Tariquejo y sus afluentes en el pinar interior norte. Ocasionalmente, pueden ampliar sus zonas de campeo, realizando incursiones en el pinar sur, a través de sus cauces temporales, y en la matriz agrícola por el tramo bajo del arroyo del Sorbijo. Su área de distribución en el Término Municipal coincide con los arroyos y masas de agua permanentes, ampliándose ocasionalmente a cauces temporales conectados a los anteriores y que se adentran en los pinares y zonas agrícolas (tanto sur como norte). Está considerada como vulnerable a la extinción según la UICN. La amenaza ataña a la degradación del hábitat: cualquier variación

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ocurrida en las zonas habituales de estancia y cría que disminuya la disponibilidad de alimento y/o de lugares adecuados de reposo, destacando la destrucción de las riberas, el aprovechamiento intensivo del caudal de los ríos, la contaminación (la nutria se ve afectada de forma directa por el dieldrín, los PCBs y los metales pesados), la disminución de presas disponibles, etc. Las grandes presas y otras obras públicas pueden fragmentar sus poblaciones, incrementando el riesgo de extinción. Asimismo, estas presas impiden el tránsito de peces e incluso eliminan algunas especies, como la anguila, de la mayor parte de los ríos. Benefician a esta especie cualquier medida adoptada para la regeneración de los cauces: depuración y/o eliminación de vertidos, conservación o reforestación de las márgenes de los ríos, embalses o lagunas. Desarrollo de una política de gestión del agua integrada, minimizando la construcción de grandes infraestructuras (Junta de Andalucía 2001). La práctica totalidad de sus presas tienen hábitos acuáticos o semiacuáticos. Posee unos elevados requerimientos espaciales, generalmente de decenas de kilómetros (Palomo & Gisbert 2002). Dentro de los reptiles, encontramos un saurio, el camaleón común (Chamaeleo chamaeleon), una de las especies más peculiares y emblemáticas que podemos encontrar en Cartaya. Es una especie básicamente arborícola presente en el cordón litoral, la Flecha de ‘El Rompido’ y el pinar-sabinar costero, sobre suelo arenoso. Se encuentra inscrito en el Anexo II de la convención de Washington, y en el Anexo II de la convención de Berna. Es vulnerable a la extinción debido a la desaparición continuada de su hábitat costero y aún es relativamente frecuente en algunas zonas de Cartaya. El sapo corredor (Bufo calamita) ha sido seleccionado como el anfibio símbolo de Cartaya. Se trata de un anuro que se presenta como una especie abundante en los pinares de Cartaya, siendo una especie fácilmente detectable durante su actividad predominantemente nocturna, ya que pasa la mayor parte de día oculto en madrigueras de otros animales, debajo de troncos y piedras o en huras propias. Posee gran plasticidad ecológica, escogiendo para su

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reproducción charcas poco profundas de duración muy temporal, siendo muy sensible a la pérdida de medios acuáticos temporales, base de la reproducción para la especie. La elevada mortandad larvaria, en muchos casos catastróficas por la desecación prematura de las charcas, es un rasgo propio de la especie (Salvador & García-Paris 2001). Es una especie muy adaptable y ubicua que prefiere terrenos abiertos con suelos poco compactados, como los arenales costeros, siempre que exista un lugar adecuado para la puesta. Se reproduce, así, en prados inundados, canteras abandonadas, charcos efímeros, cunetas e incluso rodadas de vehículos en pistas de tierras encharcadas, muy abundantes en los pinares del municipio de Cartaya. Se encuentra catalogado con “preocupación menor”, y entre los factores de amenaza se encuentran la destrucción de sus hábitats reproductivos por la agricultura intensiva y otras causas como el atropello en carreteras (Pleguezuelos et al. 2002).

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Rata de agua. Arvicola sapidus Se trata de un endemismo Galo-Ibérico. Su dieta es fundamentalmente herbívora, y está constituida de manera principal por tallos y hojas de las especies vegetales que crecen en las orillas del agua. Es un roedor semiacuático que vive casi siempre ligado a la presencia de cursos o masas de agua estable con abundante vegetación herbácea o matorral en sus márgenes. Prefiere las orillas de escasa pendiente y de textura relativamente blanda que le permitan la excavación de madrigueras. Se han detectado varias letrinas en el arroyo del Tariquejo y otros arroyos que discurren por la matriz agrícola. Se encuentra catalogada como vulnerable a la extinción según la UICN. Los principales factores de amenaza son la degradación o modificación del hábitat ocasionado por factores de origen antrópico. La abundancia de rata parda puede limitar el número y distribución de las ratas de agua.

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