CATEDRALES Y RELIQUIAS

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CATEDRALES Y RELIQUIAS Esteban: Hoy seguimos de viaje con Salvador Dellutri recorriendo algunos países, específicamente algunos donde te tocó estar luego de Sicilia buscando tus raíces, también visitaste Italia, España y por Bélgica. Salvador: Si. Europa no es tan grande como parece en el mapa, las distancias son más cortas, uno se puede mover con mucha más facilidad. Siempre pienso que cuando uno está en Italia se mueve como cuando uno está en la Provincia de Buenos Aires, no es más grande que esa provincia y uno puede ir de un lado a otro en forma más sencilla. He estado varias veces en Europa, pero mi interés en este viaje era ver las catedrales Europeas, sobre todo las catedrales góticas, y hacer un tipo circuito que preestablecí con antelación. Una de las cosas que tiene que tener en cuenta el viajero, eso lo aprende uno con el tiempo y viajando, es que uno sacará del viaje lo que haya puesto antes. Esteban: ¿Lo que uno haya planificado? Salvador: Claro. Además lo que uno haya puesto. Porque uno dice por ejemplo: “Voy a ir a tal y cual lugar...¿qué voy a ver?” “¿Qué es esto que voy a ver?” A las catedrales ya las tenía estudiadas desde Buenos Aires, yo estudié cada una de ellas, sus orígenes, sus formas... Fui a verlas para encontrar lo que falta siempre. No es lo mismo tener un plano de París que caminar diez minutos por París. La vivencia es diferente, y fui a buscar eso ¿Qué es lo que se sentía? ¿qué es lo que se veía? Y además fui a buscar y conversar con la gente del lugar, que suele no ser la versión que está en los libros. Entonces, si uno va a entrar a un gran Museo, como por ejemplo, el museo de Louvre, uno tiene que saber qué es lo que va a ver. El Louvre es tan grande que uno puede estar una semana ahí adentro. Bueno, no me voy a cautivar como todos los turistas, que entran a este museo exclusivamente para ver a la Gioconda, porque hay otra cantidad de obras, importantes, de las cuales uno tiene que prepararse para decir, yo quiero ver esto y aquello. Si quiero ver por ejemplo las esculturas griegas, tengo antes que poder ver que era lo que pensaban los griegos, por qué esculpían como lo hacían, cuáles eran sus ideales, y entonces, cuando llego eso tiene otro contenido, otro sentido. Entonces, creo que no es fácil viajar, porque no es cuestión de tomar un avión, un tren o lo que sea y llegar a un lugar que es famoso. Hay que saber que es lo qué voy a hacer yo después dentro de esa ciudad. Entonces, yo quería ver esencialmente catedrales. Quería ver algunas catedrales que no ve en general el turista, porque no están en el circuito turístico. Porque el que va a Francia va a ver Notre Damme que es una joya arquitectónica incompleta, pero es una joya arquitectónica, le falta la terminación de las torres que nunca se hicieron, por eso termina

como torres cuadradas, pero es interesante el trabajo de los picapedreros, como trabajaron en eso, como la armaron, cómo cuando construían una catedral se aprendían cosas que facilitaban la construcción de la siguiente. Se aprendían técnicas, las primeras catedrales se tardaba mucho en hacer y después se fueron acortando los tiempos a medida que se fueron haciendo. Entonces...¿por qué se construían y cómo se construían? Uno tiene que acordarse que el cristianismo pasaba por allí. Entonces, el visitar esas catedrales es importante para entender mucha de la historia del cristianismo. Tomemos por ejemplo un caso. Mencionábamos en el programa anterior el caso de Monreale que construyeron los normandos. Se cuenta que el rey normando Guillermo II un cazador impenitente, permanentemente salía a cazar, y que era incansable, era el hombre que no se cansaba nunca. Se dice que uno de sus acompañantes lo encuentran en una de las algarrobas en plena cacería, en sueño profundo, y él estaba soñando que tenía una visión en el sueño que le decía que tenía que construir en ese lugar una catedral y que el dinero si hacia un foso lo encontraría. Entonces él hizo un pozo y sacó un cofre lleno de dinero para hacer la catedral. Ahora esta historia es similar en varias catedrales, siempre su construcción estuvo rodeada de algún milagro. Una pedagogía milagrera. Pero lo que se ocultaba detrás era que como estaba floreciendo el comercio había mucho capital líquido y ese capital lo tenían que invertir en alguna cosa y las catedrales eran la forma en que los reyes manifestaban su poder. Ellos tenían que construir catedrales grandes para mostrar que eran muy poderosos, entonces la catedral era para el gobierno una forma de exhibir su poder. Pero para el pueblo, no era esto, para el pueblo era su devoción, entonces había que decirle al pueblo que iban a construir esa catedral, aunque eran pobres, porque había un milagro detrás que había provisto todos esos recursos. Entonces hay una historia milagrera detrás de cada una de las catedrales que uno se da cuenta que son historias inventadas para justificar el problema económico que estaba detrás. Pero por el otro lado, el pueblo, que era el pueblo que creía realmente, se volcaba a esta tarea porque “era edificar para Dios” y muchos de ellos trabajaban gratuitamente en esto, porque era la obra que Dios mandaba a hacer. Y uno dice: “Bueno, pero aquí hay un engaño” y es cierto, yo pensaba ¿qué es lo que va a hacer Dios con esta gente? Y yo creo que algunos recibirán el precio de lo que hicieron, el haber engañado a la gente, pero está el otro, el hombre sincero que pensaba que esta era la obra de Dios y que lo hacía realmente para Él. Entonces, ese es el misterio de las catedrales. Otra de las cosas que tiene las catedrales. Hablábamos de una Europa plagada de bosques. Cuando uno entra en una catedral gótica, por ejemplo la catedral de Milán; el Domo de Milán es famoso justamente por sus grandes torres, sus ciento y tantos metros, y arriba hay una estatua, es como un ramaje de bosque que se junta, y uno entra en la catedral y tiene representación de ese bosque. En primer lugar las grandes columnas como grandes troncos que se abren arriba como si fueran árboles ojivales. Y así como en los bosques, se ve entre el ramaje, la llegada del sol, la luz, están allí los vitraux que nos va mostrando entrar la luz por diferentes lugares, así que es un bosque de piedra, un poco todo lo que ellos vivían en la naturaleza lo

empezaron a trasladar allí. No hay que olvidarse que las primeras columnas de los primeros templos, eran columnas de madera. Y si tienen esas bases arriba (nosotros vemos que tienen sus capiteles o sus bases más anchas) era porque cuando colocaban las columnas de madera y las otras vigas, la presión de las otras vigas hacia que se hinchara la parte de arriba. Eso luego se repitió en piedra, esos lugares donde uno llega y hay naves con cuarenta metros de altura y uno dice uno puede edificar un piso de diez pisos sin llegar arriba. Y esas líneas que suben en sentido ojival señalando el cielo lo lleva a pensar en los años y en la gente que se ocupó en eso. Y por ejemplo, el caso de la Santa María de di Fiori, en Florencia, pusieron tres tipos de mármol distintos de diferentes colores, combinándolos, que los traían de tres distintos lugares. Era difícil el trabajo, traer el mármol llevarlo hasta Florencia, desde Prato, hasta el blanco de Carrara, traerlo desde tres lugares diferentes, concentrarlos allí y hacer la combinación es monumental. Además hay un trabajo de ingeniería de gente que pensaba cómo había que hacer eso, y que sabía que si iba a construir un edificio cuyas torres miden ciento sesenta metros por ejemplo, tenía que hacer una base tremenda de piedra, en la cual hay más piedra enterrada que la que hay arriba. Todo esto para que la catedral se mantuviera. Cuando uno por ejemplo va a la catedral de Pisa y uno ve la torre de Pisa inclinada...¿qué pasó? No calcularon bien el fundamento, y al no hacerlo se inclinó, pero es un trabajo tremendo de ingeniería que tenían y además me interesaba mucho ver los bautisterios. El bautisterio de Pisa donde hay una pileta grande porque hasta el siglo X se bautizaba por inmersión, la gente se sumergía entera en el agua. Entonces hay una historia detrás muy importante para entender muchas cosas, entre otras, como es la historia y entender también como se deformó la historia. Como por ejemplo en el Chartres, cuál es la historia allí, que hay ahí, tiene un pedazo del manto de la virgen María. Ahora, uno se pregunta, ¿Cuál es la garantía que ese manto sea en definitiva de la virgen María? Cuando uno va analizando la historia hay una historia que no tiene ningún tipo de seguridad (por así decirlo) que se encontró en el siglo IV, pero es indudable que el pueblo le decía qué es tal cosa y lo creía. Es otro de los grandes hechos que tuvieron los reyes, el hecho de tener reliquias. Esteban: Hacemos una pausa entonces junto con la catedral. Estaba la reliquia y eso aumentaba el fervor del pueblo por lo que se le desarrollaba en sus misiones de fe. Estamos en Tierra Firme y ya volvemos. PAUSA... Esteban: Así que Salvador, en este viaje, visitando catedrales viendo estas obras monumentales encontraste a las reliquias como parte de esa historia que hemos heredado. Salvador: Bueno, cientos de reliquias en algunos casos, por ejemplo en la capilla de los Medici donde están algunas de las esculturas de Miguel Ángel, está también el lugar donde guardaban las reliquias: los relicarios. ¿Y qué son las reliquias? Son pedazos de huesos, de dientes, de mandíbulas, de fémur, de santos, lo que habla de un fetichismo muy metido dentro de la gente que decía que eso tenía poder. Y había gente que impulsaba todo esto, que generaba la devoción hacia la reliquia, la reliquia es un pedazo de hueso de un ser humano en un reliquiario de oro, de un precio tremendo, yo creo que nunca vi tantas reliquias como en la capilla Medicea, pero también en las catedrales se veían algunas reliquias y a esas reliquias se decía en el pasado que si se las visitaba entonces bajaba su castigo

eterno, y detrás de eso la gente hacía sus peregrinaciones y visitaba las reliquias. La cuestión era acercarse y visitar las reliquias. Por lo tanto, la catedral que más reliquias tenía era la más famosa y visitada. Esteban: Además había un cierto turismo. Salvador: Sí, no se si se lo puede llamar turismo, si peregrinaciones. Por ejemplo, en la catedral de Chartres que mencionábamos, está el famoso trozo del manto de la virgen, pero formaba parte de una serie de catedrales que terminaban en Santiago de Compostela. Y muchos hacían lo que se llama como la vía láctea, el camino de Santiago visitando, catedrales. Quiere decir que los peregrinos iban, visitaban una catedral, iban visitaban una reliquia, iban a la siguiente catedral y visitaban la reliquia. Lo que sucede es que cuando llegaban el grupo de peregrinos y de peregrinación para ver la reliquia, si la iglesia estaba haciendo algún servicio, se veía interrumpido por esta gente que entraba y distorsionaba todo. Entonces se construyó la doble nave, la nave central donde se hace el coro, y las naves de costado que pasan por atrás del altar mayor giran (la girola) y vuelven al mismo lugar, para que los locales pudieran tener en el centro su servicio religioso, y los visitantes, los peregrinos, pudieran pasar por el costado ir hasta detrás del altar mayor, ver las reliquias y salir sin interrumpir el culto. Entonces si uno tiene que ir a buscar la reliquia tiene que ir a la girola, en la parte de atrás del altar mayor por lo general está todo esto. Esto habla de una profunda distorsión de la fe cristiana detrás del fetichismo. Es decir, creer que un objeto tiene poder en sí mismo. Mucha gente fue engañada por esto y el negocio de la reliquia fue un gran negocio. Esteban: Y los cruzados pagaban un alto precio por obtenerlo. Salvador: Si y había quienes las falsificaban y las vendían, y hubo casos en los que se vendieron no solamente reliquias falsas, sino que en un convento por ejemplo llegó el rey a pedir una parte de la reliquia de un cuerpo que ellos tenían de una santa, las monjas no se lo que querían dar. Finalmente negociaron tanto que decidieron darle un brazo, y le dieron un brazo, a los tres años se dio cuenta que las monjas lo engañaron porque el brazo era de yeso y parece que habían pintado un brazo de yeso y se lo habían dado como reliquia, por lo tanto, había un gran negocio de reliquias en ese momento. Esto es justamente una de las desviaciones de la fe cristiana. La fe cristiana es un asunto de fe, y de fe en Dios, y de fe en Jesucristo, su hijo. No de fe en los objetos, cuando comienza a darse devoción a un objeto estamos allí frente al fetichismo el cual es una forma de desviación de la fe cristiana. Y esto, por supuesto que nace como un gran negocio. Humberto Eco tiene un libro que se llama: Baudolino que habla de la época de la edad media, donde se cuenta cómo se armaban estas reliquias, él lo cuenta en una forma muy divertida, pero es la realidad que se vivía en esos momentos, de que había mucha gente engañada, de que si llegaba a esas reliquias a la gente le daba cierto poder que le daba ciertas garantías en cuanto a su futuro. Tenemos que decir que el poder y las garantías están en Dios y que nuestra fe no tienen que estar puestas en estas cosas temporales, tiene que estar puesto en lo Eterno.

La gente muchas veces hacía muchos sacrificios para hacer una peregrinación creyendo que esto era un mérito espiritual. Cuando el apóstol Pablo escribe la carta a los Efesios dice que Dios nos salva no por obras de justicia que nosotros hayamos hecho, sino por su gracia, y luego dice, no por obras, para que nadie se gloríe, porque es un don de Dios. Y la fe sencilla de un hombre que en su casa se inclina delante de Dios y ora a Dios con fe es suficiente, y hay gente que no creía que fuese suficiente, y hacía peregrinaciones, y se acercaba a las reliquias y tocaba estas cosas, sin darse cuenta que el camino de Dios es mucho más fácil. Está abierto por Jesucristo, es un camino directo, es un camino por medio de la fe, no necesitamos visitar ningún lugar ni tocar nada físico para estar cerca de Dios. Dios está en todas partes, está en este lugar donde nosotros hacemos el programa y está donde el oyente nos está escuchando, y si abrimos con sinceridad nuestro corazón delante de Dios, Él nos escucha, no necesitamos movernos del lugar donde estamos. Allí donde estamos podemos establecer nuestra relación con Dios, podemos orar a Dios, sabemos que Dios nos está escuchando, y que nuestra fe es el medio de contacto con Dios, y la gracia de Dios es la que bendice nuestra vida. ¡Qué sencilla que era la fe para los primeros cristianos y cómo la complicó el hombre a través del tiempo! Después de ver todo esto, yo tuve que pensar bastante y reflexionar sobre todo lo que había visto y decía: “Que tremendo es cuando el hombre se mete a modificar lo que Dios hizo” y cree que hace cosas superiores, y cómo se mezcla la codicia, la ambición, y el poder en todo eso, cuando en realidad la fe es tan sencilla, cuando la fe es la apertura sincera del corazón delante de Dios, porque Él siempre nos está escuchando a todos, donde sea que estemos.

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