CIENCIA FICCIÓN: DESDE QUE EXISTE EL HOMBRE O UNA CREACIÓN DEL SIGLO XX?

CIENCIA FICCIÓN: ¿DESDE QUE EXISTE EL HOMBRE O UNA CREACIÓN DEL SIGLO XX? Alumno: CASSANO, Bárbara Agustina Escuela: Instituto San José Adoratrices, S

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CIENCIA FICCIÓN: ¿DESDE QUE EXISTE EL HOMBRE O UNA CREACIÓN DEL SIGLO XX? Alumno: CASSANO, Bárbara Agustina Escuela: Instituto San José Adoratrices, Santa Fe Profesor Guía: MANTARAS, Marina I. INTRODUCCIÓN La palabra ciencia ficción es una poco feliz traducción de su nombre en inglés science fiction. En realidad deberíamos llamarla ficción científica y de este modo nos queda más claro su significado. Ésta es una de las tantas formas de ficción que hay en la literatura. Al anteponer “ciencia” a “ficción” nos permite distinguirla de la ficción fantástica, dado que en la primera se da especial importancia a su relación con la investigación, la tecnología y los descubrimientos con alguna probabilidad de realización siempre contemplada desde el punto de vista del método científico. La gran diferencia que hay entre la ciencia y la ficción científica es que en la primera (salvo en aquellas formales como la matemática, por ejemplo) es necesario comprobar empíricamente cualquier hipótesis o propuesta, mientras que en la segunda se describen hechos o inventos sin dar una comprobación real que trascienda la imaginación, especulación o inventiva del escritor y con la sola condición de que la propuesta tenga una razonable rigurosidad. La ciencia ficción como una forma literaria comenzó a ser reconocida a partir de mediados del siglo XX pero, ¿sería posible que haya estado dentro de la mentalidad humana desde siempre? ¿Podría ser cierto que, como resultado de una gran dosis de imaginación, todo escritor de ciencia ficción sea un inventor o descubridor adelantado a sus tiempos y que todo visionario ingenioso pudiera ser un potencial escritor de ciencia ficción que, en vez de relatar sus inventivas y fantasías, prefirió hacerlas realidad en bosquejos o dibujos detallados, porque supuso o sabía que podría llegar a disponer de los medios para concretar su creatividad? ¿Sería aceptable pensar que gracias a la ciencia y a la tecnología que disponemos hoy, el hombre es capaz de interpretar las utopías, clarividencias e intuiciones que dejaron escritas sus antepasados en relatos como una anticipación a la hoy denominada ciencia ficción?

II. ANTECEDENTES MITOLÓGICOS Desde muy jóvenes siempre nos han dicho que muchos de los antiguos griegos y romanos contaban sus historias de boca en boca y que esto era en realidad el origen de la mitología; pero yo me pregunto si en algunos casos no podemos definirla también como una forma primitiva de ciencia ficción, donde algunas personas, como Homero, inventaban maquinarias extraordinarias para esos tiempos y las ponían en las manos de reconocidos personajes como Ulises para resolver sus problemas. Otro caso de tanta o más antigüedad es el de Dédalo, a quién se le asigna la figura hipotética de un arquitecto, al haber creado un par de alas con el objeto de que él y su hijo Ícaro pudieran escaparse volando de una isla donde estaban prisioneros. Salvo las propuestas de Leonardo da Vinci, hasta la creación del globo aerostático a principios del siglo XVIII era imposible aceptar que el hombre en algún momento lograse volar. Sin embargo, en ese relato se habla de una similitud con

la fisonomía de los pájaros y de este hecho parte, no el principio real que permite volar a los grandes aviones de hoy, pero sí que el tamaño de las alas debe guardar relación con la velocidad y las cargas a transportar. Por otra parte, también se puede mencionar la historia del “Sitio de Siracusa” escrita por Galeno cuatro siglos después, donde se habla de un supuesto incendio de barcos enemigos mediante el uso de un conjunto de gigantes espejos para reflejar los rayos solares. Este nuevo tipo de defensa contra los enemigos fue descripto en ese momento como un invento de Arquímedes. Esto se creyó como cierto hasta hace pocos siglos, cuando el Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro aclaró, no sólo que Galeno no era un historiador, sino que no había ningún otro documento histórico de los reconocidos relatores de la época como Tito Livio, Plutarco, Plinio o Valerio Máximo, que mencionara este hecho en el Sitio de Siracusa a pesar de los comprobados aportes hechos por Arquímedes en dicha guerra. Por esto es que podemos considerar a este relato como uno de ciencia ficción, que demuestra la imaginación que poseían los hombres desde los primeros tiempos para mediante la escritura inventar armas o instrumentos de guerra que hoy, sin duda, serían realizables en casi cualquier tamaño con el desarrollo de la energía solar.

III.

ANTECEDENTES REALES EN LOS SIGLOS XV Y XVI

Adelantándonos un poco más en el tiempo nos encontramos con el excepcional inventor Leonardo Da Vinci, quien concretó solo algunos de sus inventos muy importantes (que no mencionaré por razones de espacio) e indicaré aquellos que describía y dibujaba sobre cantidades asombrosas de papel: la hélice aérea, el ornitóptero (muy parecido a la hoy ala delta), el automóvil rudimentario, el planeador, el traje de buzo con escafandra y patas de rana, el paracaídas, etc. ¿No podría ser ésta una forma de escribir ciencia ficción en sus tiempos? Es posible, pero, a menos que tengamos la oportunidad de hablar con él, no se podría comprobar. Para sus contemporáneos él nunca fue considerado un hombre de ciencia, sino, más bien, un artista y ¿no es ésta la clasificación en la que encerramos a los escritores de ciencia ficción en la actualidad? Aunque en sus manuscritos no se encuentren sus descubrimientos plasmados en forma de novela, es posible decir que, de todas maneras, fueron tan o más leídos que las mejores obras de nuestros tiempos. IV.

SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

Ya entrando en una era más moderna, donde los escritores recibían un mayor reconocimiento por sus obras, nos encontramos con dos grandes ejemplos de la ciencia ficción: Julio Verne y H. G. Wells. En sus obras ellos describen mundos inexistentes, inventos inimaginables para esa época y viajes imposibles de realizar, hasta para los más ricos y poderosos. Sin embargo, están relatados de tal forma que se comienza a creer en la posibilidad de que alguna vez hayan sido llevados a cabo o que en un futuro no muy lejano se hagan realidad. En La Máquina del Tiempo nos enfrentamos con uno de los inventos más buscados por el hombre moderno. La posibilidad de viajar hacia el pasado o el futuro sin ninguna barrera, ya sea para vivenciar los momentos importantes de la historia o predecir los acontecimientos que están por venir. Durante los últimos años han existido innumerables rumores y afirmaciones sobre la supuesta realización de un experimento que permitiría hacer lo que en este libro se relata aunque sea por millonésimas de segundo. ¿Sería posible que, de leerlo con mucha atención y teniendo amplios conocimientos científicos, alguien se haya basado en el modelo descripto y lo esté tratando de llevar a la realidad? Hasta ahora nada supone demostrarlo, como tampoco nos dice lo contrario. Basándonos en el nivel de detalle que posee dicho libro, se podría llegar a la conclusión que Wells no fue sólo un escritor sino un gran inventor a quien, probablemente, la inexistencia de medios 2

técnicos plausibles o el apoyo de la sociedad que lo rodeaba, no le dieron la oportunidad de llevar a cabo su invención, y que por esa razón haya decidido plasmarla en un libro. Al recorrer las páginas de Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino de Julio Verne, nos encontramos con un mundo completamente utópico; la profundidad del océano, donde en un submarino viven un capitán y su tripulación durante años sin salir a la superficie más que unas pocas veces. Aunque el submarino ya era un invento muy rudimentario conocido desde los siglos XVII y XVIII, no existía ninguno con las características y la complejidad del “Nautilus”. Sólo en la actualidad, gracias a los avances tecnológicos, fue posible crear submarinos de tales características que permitiesen al hombre pasar gran cantidad de tiempo debajo del agua sin sufrir graves problemas de supervivencia. Otro libro de este gran realizador es De la Tierra a la Luna donde se concreta el primer viaje al espacio. Este relato cuenta la historia de un grupo de científicos de guerra que, al no tener nada mejor que hacer, deciden crear una nave espacial. Para la época esto era algo muy descabellado ya que el primer viaje a la luna se realizó en el año 1969. En el mismo se plantea que la citada nave se creó siguiendo el modelo de un cañón y que los tripulantes contaban con todos los requisitos necesarios para poder sobrevivir; también se describe la presencia de animales a bordo de ella. Todas estas características del relato eran imposibles de llevar a cabo en los tiempos en los que se escribió la novela. Se debe tener en cuenta que recién se enviaron animales al espacio en 1957 (la perra Laica). A su vez, era muy poco probable que en el siglo XIX se conocieran todos los avances tecnológicos para sustentar la vida humana en el espacio. En consecuencia, tal vez podemos considerar a Verne como el primer inventor de la nave espacial. Por este motivo creo importante el reflexionar sobre la siguiente pregunta: ¿Hubiese el hombre aspirado desde tanto tiempo atrás en llegar a la Luna si Verne no hubiera escrito este relato? Eso nunca lo sabremos pero no por ello dejaré de preguntármelo. El Viaje al Centro de la Tierra, hoy parece más utópico, pero en ningún momento absolutamente descartable. A diario se ve el progreso que resulta de las constantes innovaciones, como para afirmar que se trata de una propuesta totalmente inviable. V. SIGLO XX Los relatos del siglo XX se caracterizan, excepto en algunos casos, por presentar creaciones e inventos que todavía no se han hecho realidad. A diferencia de la nave espacial de Verne o el viaje al futuro de Wells, estos se basan en encuentros con extraterrestres, comunidades conformadas por fecundación in vitro de características programadas, sociedades ideales o la existencia de robots con capacidades humanas. En Crónicas Marcianas de Ray Bradbury se nos presentan varios relatos sobre sucesivos viajes de colonización a Marte y los efectos que éstos producen en la raza humana. Aunque hasta hoy no se ha realizado nada de esto, no se pude descartar que en pocos años, gracias a las investigaciones que se están efectuando y las tecnologías cada vez más accesibles, podamos vivir en otro planeta. Como si fuera efectivamente posible, desde hace un tiempo se escuchan propuestas de la venta de parcelas en Marte y en la Luna, ya que se cree que esos serían lugares excepcionales para los hombres cuando la Tierra esté superpoblada. Algunas de las razones que brinda Bradbury como causas de la emigración terrestre son las guerras, principalmente las nucleares, y otras catástrofes, ya sean naturales o provocadas por el hombre, que azotan a la población. Muchas de estas situaciones ya se están viviendo en la actualidad, causando emigraciones entre continentes. ¿Sería posible que en un futuro no muy lejano éstas se concretasen hacia otros planetas? Esto no parece imposible e incluso podría llegar a ocurrir durante nuestras vidas. Por eso, en mi opinión, no carece de sentido el creer que esta aventura se convierta en realidad. Por otra parte en las historias de Isaac Asimov, se habla de la existencia de robots que no sólo ayudan al hombre sino que se revelan en contra de éste. Actualmente existen estas máquinas tan 3

especiales que cumplen con las tareas domésticas de las personas que pueden costearlos, pero, por el momento, no poseen ningún tipo de capacidad de reflexión autónoma ni de desarrollar claros sentimientos, como sí lo hacen los de estos cuentos. Sin embargo, los científicos modernos están buscando la forma de crearlos de manera tal que no sólo realicen tareas sencillas o que son tediosas para el hombre, sino que sean una réplica casi exacta de éste. Gracias a ello se podría pensar que en algún momento se lograrían cumplir las “profecías” de Asimov respecto a un mundo dominado por robots o donde éstos, al menos, sean capaces de tomar decisiones con independencia y autogestión sobre la mayoría de las acciones a cumplir. Con respecto a este tipo de relatos me atrevería a decir que, aunque todavía la mayoría no ha sido experimentado, sería posible considerarlos como una meta de lo que sería bueno que la ciencia y la tecnología concretara y, a la vez, una guía de los errores que no se deberán cometer, ya que en ellos se describe con gran claridad cuáles fueron los motivos que hicieron que, debido a ciertas fallas en algunos inventos, la civilización humana así desarrollada pereciese. Por otra parte, un poco antes, podemos ver en Un Mundo Feliz de Huxley, un mapa muy bien delimitado de lo que le puede llegar a suceder a una sociedad altamente tecnológica como se está volviendo la nuestra, a veces para bien y otras no tanto, donde la fecundación in vitro es posible y aceptable y el consumismo desmedido ya son una realidad; donde los chicos queman etapas cada vez más rápido gracias a los medios masivos de comunicación y donde no son mayoría las personas que les importa su crecimiento como seres humanos cada vez más completos, justos y solidarios. ¿Sería posible, a esta altura de las circunstancias, utilizar estas predicciones que nos brinda la ciencia ficción, para remediar el futuro de nuestra sociedad? ¿O nos dejaremos llevar por las corrientes que rigen el mundo sin importar los daños que estamos causándole a nuestro futuro y a las generaciones por venir? Según mi forma de ver las cosas, creo que deberíamos prestarle un poco más de atención a lo que nos dicen nuestros científicos y nuestros literatos de la ciencia (algunos de los cuales merecerían ser considerados los pronosticadores del futuro) y dejar de pensar tanto en la forma en que nos vemos, así como también tener como principal obsesión el poseer cada vez más riquezas materiales. VI.

CONCLUSIÓN

Resumiendo, en mi opinión, la ciencia ficción es el resultado de la iniciativa, creatividad, fantasía, imaginación y reflexión del hombre desde todos los tiempos, en su constante búsqueda por alcanzar sus sueños de un mundo más perfecto, a pesar de que, en ese momento, tan solo sus ideas y sus escritos parezcan una quimera. VII. LITERATURA CONSULTADA 9 9 9

http://mitologíagrecorromana.idoneos.com/index.php/316443 Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro. Obras Escogidas. M Rivadeneira. Editor. Madrid. 1863. Los inventos más importantes de Leonardo da Vinci. www.ejemplode.com/40-biografias

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Julio Verne, De la Tierra a la Luna, 2º Edición; traducción del libro original “De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures” (1865), Libresa, Quito, Ecuador (2007).

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Julio Verne, Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino, 1º Edición, traducción del libro original “ Vingt Mille Lieues Sous Les Mers” (1869), Nueva Biblioteca Billiken, Buenos Aires, Argentina (2008).

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Julio Verne, Viaje al Centro de la Tierra, 1º Edición, traducción del libro original “Voyage au centre de la Terre” (1864), Agebe, Buenos Aires, Argentina (2007). 4

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H.G.Wells, La Máquina del Tiempo, 1º Edición, traducción del libro original “The Time Machine” (1895), Hispano América Ediciones S.A., Buenos Aires, Argentina (1982).

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Ray Bradbury, Crónicas Marcianas, 6º Edición, traducción del libro original “The Marcian Chronicles” (1950), Ediciones Minotauro, Booket, Buenos Aires, Argentina (2008).

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Aldous Huxley, Un Mundo Feliz, 5º Edición, Traducción del libro original: “Brave New World” (1931), Editorial De Bolsillo, Buenos Aires, Argentina (2007).

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George Orwell, 1984, 3º Edición, traducción del libro original “Nineteen Eighty Four” (1949), Ediciones Destino S.A. , Booket , Buenos Aires, Argentina (2008).

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Orson Scott Card and Tekno Books, OBRAS MAESTRAS La Mejor Ciencia Ficción del Siglo XX, 1º Edición, traducción del libro original: “Masterpieces” (2001), Ediciones B, Buenos Aires, Argentina (2007).

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