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Claude Ortemann
El sacramento de los enfermos Historia y significación
Índice Presentación......................................................................5 Prefacio (Raymond Didier)............................................. 7 Introducción..................................................................... 9
Primera parte Investigaciones históricas 1. El testimonio de la escritura I. El texto de san Marcos............................................... 13 II. La epístola de Santiago............................................ 14 III. Conclusión.............................................................. 20
2. Testimonios sobre la Unción: del siglo III a la Reforma Carolingia I. Los textos litúrgicos................................................... 21 II. Los escritores eclesiásticos....................................... 28 III. Conclusión.............................................................. 39
3. Testimonios sobre la Unción: de la Reforma Carolingia del siglo XI I. Efectos de la Unción.................................................. 44 II. El destinatario de la Unción..................................... 52
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4. La Unción de los enfermos: después del siglo XI I. La teología escolástica............................................... 57 II. Concilio de Trento.................................................... 64 III. La enseñanza de la Iglesia después del Concilio de Trento......................................................... 68 A. El destinatario de la Unción.............................................. 69 B. Los efectos de la Unción................................................... 75
Segunda parte Reflexión teológica 5. Balance de los datos de la Tradición I. Destinatario del sacramento....................................... 83 II. El fortalecimiento del enfermo................................. 86 III. La remisión de los pecados..................................... 88 IV. El efecto corporal.................................................... 93 A. Su lugar en la Tradición.............................................93 B. Objeciones a los requerimientos contemporáneos............................................................. 94 C. El simbolismo de la Unción.................................... 101
V. Conclusión.............................................................. 105
6. Ensayo teológico I. El sentido de la enfermedad..................................... 109 II. Significación del sacramento de los enfermos....... 121 III. Reflexiones pastorales........................................... 134
Documento anexo......................................................... 145 Bibliografía................................................................... 151 Artículos diversos......................................................... 157
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Presentación Estimados amigos, les presentamos un clásico de los textos litúrgicos: El sacramento de los enfermos. Historia y significación, de Claude Ortemann. Un manual que es una referencia obligada en cualquier desarrollo ulterior, no sólo de la Unción, sino también del sacramento de la Penitencia. Es verdad que desde su primera edición francesa (1971) han pasado muchos años e incluso el desarrollo de la Teología de este sacramento, así como las recientes investigaciones históricas y arqueológicas han aportado nueva información sobre el mismo, que podrían hacerlo ver, para algunos, como caduco. La realidad pastoral y doctrinal de la Iglesia nos desmienten y subrayan la gran actualidad de esta materia y del aporte específico de su autor. Sin duda que la lectura de El sacramento de los enfermos nos permitirá comprender mejor el sentido de éste, que durante mucho tiempo fue conocido –y quizás aún entre algunos– como la extremaunción y el último de los sacramentos. Confiamos en que al poner de nuevo al alcance de todos este "pequeño gran libro", se alcance el objetivo inicial de su autor: "desentrañar la significación teológica del sacramento de los enfermos". Y al mismo tiempo nos ilumine en su ejercicio pastoral. Cristóbal M. Orellana, S.J. Editor
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Prefacio La obra de Claude Ortemann ve la luz en un tiempo en el que la publicación de numerosas obras de todo tipo permite comprender mejor el sentido del sacramento de los enfermos. El ensayo teológico que sigue tiene antes que nada el mérito de hallarse sólidamente fundamentado en la tradición. El autor tiene en cuenta los trabajos de Antoine Chavasse y cambia totalmente la perspectiva, convertida, por desgracia, en habitual en la Iglesia Latina, según la cual el sacramento de los enfermos aparece como el sacramento de los moribundos, con el inevitable predominio del aspecto penitencial. Afirma sin rodeos que la Unción se halla destinada a los enfermos graves, de los cuales los moribundos no son más que un grupo particular, como consecuencia, la remisión de los pecados encuentra su lugar entre los efectos secundarios de la Unción, lo cual aparece de una manera mucho más clara al ver nacer y desarrollarse el proceso que ha transformado progresivamente la Unción en sacramento de Penitencia. El autor trata de descubrir el sentido que tiene para el hombre la enfermedad grave. Tiene el mérito de haber sabido aprovecharse con discernimiento de los numerosos estudios modernos psicológicos y filosóficos acerca de la cuestión. “La enfermedad es, según Merleau-Ponty, una forma de existencia completa y original”, que se caracteriza por una invasión por parte del cuerpo en el campo de la conciencia; la enfermedad es, según la expresión de Charles du Bos, “la presencia lancinante del cuerpo en la 7
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conciencia”, presencia que desgarra nuestro ser y pone en causa nuestra comunicación con Dios y con los demás. La significación específica del sacramento de los enfermos aparece entonces como reunificación de este ser desgarrado: la Unción significa y realiza, en la fe, la esperanza y la caridad, la reconciliación con el cuerpo, la restauración de la solidaridad con el mundo y con los demás, la integración de finitud, de la muerte y de la temporalidad en la afirmación del mundo escatológico. La curación, sobre la que, como reacción, se insiste tanto hoy en día, encuentra entonces su verdadero puesto como efecto secundario del sacramento, por más que se trate menos de la curación en sí misma que del sentido nuevo que habrá que dar a la vida si la curación tiene lugar. La teología no es enemiga de la pastoral, sino su sierva. El capellán del Centre Hospitalier Régional et Universitaire de Dijon no lo ignora. El estudio teológico le permite determinar con más seguridad los imperativos de una pastoral de los enfermos: hacer reconocer la enfermedad como una modalidad original de la existencia, con la que todo cristiano tiene que enfrentarse tarde o temprano; hacer percibir a la comunidad eclesial la necesidad de tomar a los enfermos a su cargo, a esos “pobres”, tan frecuentemente olvidados, y a los que el Evangelio se dirige prioritariamente; en consecuencia, renovar profundamente la práctica sacramental de la Unción. ¿Sería presuntuoso decir que nada tan pertinente ni tan sanamente nuevo había sido dicho hasta aquí acerca de un sacramento que tan difícilmente logra hacerse aceptar? Raymond Didier
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Introducción La enfermedad es una prueba dramática con la que tarde o temprano se ve enfrentado todo individuo. Cuando quien se ve afectado por ella es un cristiano, la Iglesia le propone un sacramento capaz de conferir un sentido evangélico a esta dolorosa modalidad de la existencia: la Unción de los enfermos. Sin embargo, la significación de este sacramento no parece siempre precisa ni bien fundamentada en el pensamiento de los fieles y de los pastores. Algunos esperan de la Unción un efecto de purificación espiritual, otros la curación de la enfermedad, mientras que otros llegan a ver en ella el sacramento que prepara al enfermo al encuentro definitivo con Dios. Nosotros quisiéramos contribuir con este estudio a desentrañar la significación teológica del sacramento de los enfermos. Hemos dejado de lado deliberadamente las cuestiones que no ponen directamente en causa el sentido de la Unción, como, por ejemplo, la de su institución por Cristo u otras de menor importancia, como la necesidad de la bendición del óleo por el obispo, el número de unciones, el valor de las fórmulas indicativas, la validez de la administración por un diácono. Desde hace unos veinte años se debaten dos puntos que afectan inmediatamente a la comprensión misma del sacramento: el destinatario y el efecto corporal de la Unción. ¿Quién es el destinatario? ¿El enfermo en peligro de muerte o simplemente el enfermo grave, sin que la gravedad del 9
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mal implique la proximidad de la muerte? ¿Y el efecto corporal? ¿No habrá que ponerlo en primer plano para poder ser fiel a los testimonios primitivos de la Iglesia y rechazar un espiritualismo desencarnado que rehúsa conceder a la corporalidad el puesto que le corresponde? La significación de la Unción no puede ser definida en nuestros días sin haber respondido antes a estas cuestiones. Hemos investigado la escritura y la tradición en torno a estos dos puntos. Nuestro análisis de la tradición se ha limitado al de la Iglesia Latina. Habríamos podido confrontarla con las tradiciones orientales; pero el esfuerzo por dilucidar la concepción católica del sacramento parece constituir una primera aportación positiva al diálogo ecuménico. En efecto, debiendo corresponder la respuesta a las cuestiones planteadas al pensamiento y a la vida de la Iglesia en el curso de los siglos, la problemática contemporánea nos invita a recurrir a estas dos fuentes de enseñanza. En la parte primera de nuestro estudio trataremos de desentrañar los elementos concernientes al destinatario y a los efectos de la Unción tal y como aparecen en: - el Nuevo Testamento; - los testimonios que van desde el siglo III hasta la Reforma Carolingia (ésta inaugura una fase nueva en la historia del sacramento) ; - los testimonios que van desde la Reforma Carolingia hasta el siglo XI; - el pensamiento de la Iglesia desde la Edad Media hasta nuestros días. En la parte segunda trataremos de organizar los elementos de la escritura y de la tradición. Nuestra síntesis trata de renovar la teología de la Unción procurando no limitarse a proponer un conjunto de afirmaciones que especifiquen el sacramento. Hemos tratado de descubrir el sentido que revisten estas afirmaciones para la conciencia del enfermo, tal y como éste se capta a sí mismo en el seno de lo patológico en su relación al cuerpo y al mundo. 10