Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puer tos

PORTADA

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Bo l e t í n d e

Información ☛ Acuerdos de los Órganos Generales del Colegio ☛ Comisiones ☛ Nombramientos ☛ Información Colegial ☛ Colegiaciones

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Depósito Legal: M-12882-1960

NOVIEMBRE 2001

la Voz del Colegiado ☛ Opiniones ☛ Actos Colegiales ☛ Actos Diversos

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Boletín de Información Nº 155/NOVIEMBRE/2001

ACUERDOS DE LOS ÓRGANOS GENERALES DEL COLEGIO ACUERDOS DE LA JUNTA DE GOBIERNO Nº 24 DE 1 DE OCTUBRE DE 2001

116.-

Se acuerda el cese del Vocal de la Comisión del Sector Público (Coordinador de Grupo) D. Eduardo Toba Blanco.

117.-

Se acuerda nombrar Vocal de la Comisión del Sector Público (Coordinador de Grupo) a D. Francisco Valls Uriol.

118.-

Se acuerda interponer Recurso Contencioso-Administrativo contra la Resolución de 9 de Agosto de 2001 del Tribunal Económico-Administrativo Regional de La Rioja, por la que se desestima la Reclamación económico-administrativa nº 505/01 formulada por este Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos contra la liquidación de la Dirección General de Tributos de la Comunidad Autónoma de La Rioja de 27 de Abril de 2001.

RESUMEN DE LO TRATADO EN LAS SESIONES DE LOS ÓRGANOS GENERALES DEL COLEGIO JUNTA DE GOBIERNO DEL 5 DE NOVIEMBRE DE 2001 En la sesión celebrada por la Junta de Gobierno del Colegio el día 5 de Noviembre de 2001 se trataron, entre otros, los siguientes asuntos: — El Proyecto de Estatutos del Colegio. — El establecimiento del nuevo Servicio de Empleo del Colegio. — El cierre trimestral de cuentas. — La aprobación de las Normas de Visado de Trabajos Profesionales, del Baremo de Honorarios de carácter orientativo del Colegio, y de la Norma Reglamentaria para la Percepción Colegial por Visado (P.C.V.), para su posterior ratificación, si procediese, por el Consejo General. —La evolución del Visado y del Empleo en la profesión.

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COMISIONES «La realización de las actuaciones propuestas por las Comisiones deberá ser previamente autorizada por la Junta de Gobierno» (Art. 14 del Reglamento de las Comisiones del Colegio)

COMISIÓN DE AGUA Y ENERGÍA Se reunió el 16 de octubre bajo la presidencia de José María Fluxá y se trataron, entre otros, los siguientes asuntos:

• En relación con el Plan Hidrológico Nacional, se resalta la necesidad de estar al tanto de lo que ocurre con el post-plan. Se propone que desde la Comisión se elaboren documentos y se convoquen Jornadas, además de la prevista para febrero de 2002, organizada por la Comisión de Medio Ambiente, donde se tratará sobre la Gestión Integral de las Cuencas. • Se decide estudiar la falta de estrategia para poder implantar nuevos usos energéticos, dentro del tema de los Planes Hidrológicos de Cuenca. • Se toma nota del mandato del Consejo del Colegio de que la Comisión elabore un estudio sobre el Plan Energético Nacional y se acuerda que en la próxima reunión se repartirán las tareas sobre ello.

COMISIÓN DE MEDIO AMBIENTE Se reunió el 11 de septiembre bajo la presidencia de Santiago Hernández y se centró, fundamentalmente, en el próximo I Congreso de Ingeniería Civil, Territorio y Medio Ambiente, tratándose los siguientes aspectos: • Se indica que, para lograr la mayor difusión a la convocatoria, se ha preparado una carta que se enviará a Empresas Constructoras y Consultoras. • Se explica una vez más la organización temática del Congreso, que tendrá cuatro Sesiones Plenarias. • Se define el contenido de las reuniones técnicas integradas en las plenarias, indicando como estarán organizadas tanto unas como las otras y personas que las coordinarán y dirigirán, que se deciden, en principio.

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NOMBRAMIENTOS MINISTERIO DE FOMENTO —Orden de 25 de octubre de 2001, y por la que se nombra Jefe del Servicio de Conservación y Explotación de la Dirección General de Carreteras, Demarcación de Castilla - La Mancha a D. Manuel Martín Pantoja. BOE nº 268 de 8 de noviembre de 2001.

MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE —Orden de 10 de octubre de 2001 por la que se nombran, entre otros: (BOE nº 251 de 19 de octubre de 2001) • Confederación Hidrográfica del Norte, Dirección Técnica Jefe Área Zona 1 a D. José Javier R. González Martínez. • Confederación Hidrográfica del Tajo, Dirección Técnica Jefe Servicio Explotación Zona IV a D. Enrique Moreno Calle. • Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Comisaría de Aguas Jefe Área Gestión D.P.H. a D. Nicolás Jiménez Cuadra. Jefe Servicio Calidad a D. Germán Alfonso Ríos García.

MINISTERIO DE ADMINISTRACIONES PÚBLICAS —Real Decreto 1138/2001, de 19 de octubre, por el que se nombra Director General de Organización Administrativa a D. Celso Nores González. BOE nº 252 de 20 de octubre de 2001.

CATEDRÁTICO DE UNIVERSIDAD —D. Jaime Carlos Gálvez Ruiz, Colegiado nº 9.734 ha sido nombrado Catedrático de Universidad en la Universidad de Castilla La Mancha, en el Área de Conocimiento “Ciencia de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica” con fecha 18 de julio de 2001. Publicado en el BOE nº 184, del 2 de agosto de 2001.

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INFORMACIÓN COLEGIAL DISTINCIONES O PREMIOS COLEGIALES. AÑO 2001 Según lo dispuesto en los Artículos 21 y 27 de las Normas sobre el Régimen de Distinciones y Premios Colegiales, las propuestas de concesiones han de venir formuladas, además de por el Presidente, Junta de Gobierno, Juntas Rectoras y Consejeros, por: • Cien colegiados para las Medallas de Honor • Cincuenta colegiados para las Medallas al Mérito Profesional El Grupo de Trabajo, por razones de uniformidad, para facilitar el examen de las propuestas, ha confeccionado los modelos que se adjuntan, a los que se unirá la documentación complementaria que se considere oportuno enviar. Es deseable que las propuestas lleguen a la Secretaría General del Colegio antes del 31 del próximo mes de diciembre, con el fin de poder realizar un estudio y entregar las Medallas en el mes de mayo en fechas cercanas a la festividad de nuestro patrón, Santo Domingo de la Calzada. Por razones obvias, se ruega que estas actuaciones se realicen con la mayor reserva.

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COLEGIACIONES

ALTAS SEPTIEMBRE............................................1 18265 Vidal Fernández de Tejada, Mª Teresa

OCTUBRE.............................................123 18257 18258 18259 18260 18261 18262 18263 18264 18266 18267 18268 18269 18270 18271 18272 18273 18274 18275 18276 18277 18278 18279 18280 18281 18282 18283 18284 18285 18286 18287 18288 18289 18290 18291 18292 18293 18294 18295 18296 18297 18298 18299 18300 18301

Barreda Delgado, Alejandro Pérez Bolivar, Mª Almudena Molina Gutiérrez, Carlos Gutiérrez García, Eduardo D. de los Santos Mateos, Diego Macho Martínez-Casariego, Diana Serna Benbassat, Alberto González Robert, Manuel González Acero, Marina Figueras Romero, Agustí Pere Rodríguez Capdevila, Águeda Zataraín Alonso, Ignacio Pifarre Fernández, Manuel Corral Bautista, Adolfo Talavera García, José Vicente Garrido Navarro, José Manuel Argañaraz Giraudo, Jorge Raúl Moreno Tello, Cecilia Hierro Bravo, Raúl Costa Vilarrasa, Fernando Sierra Fernández, Manuel Ángel Pareja Marco, M.Pilar Martín Ruiz, David Ortega Carreras, Guillermo Luque Maza, Mª José Pozo Martos, David Donaire Ávila, Jesús Viñals Matas, Mirieia Jiménez Guijarro, Pablo Negrillo Sánchez, Almudena Trillo Sequeiro, Marcos Pinto Cañete, Susana Esbri Gras, Oscar José Núñez Temes, Carlos Martín Martín, Eva Campo Pérez, Yolanda Cue Pérez, Gabriel Herrero Fernández, Jaime García Alconchel, Manuel José Arana García, Cristina Jimenez Fernández de Palencia, Alejandro Rodríguez González, Alejandro Galindo Canales, Germán González Moreno, Marta

18302 18303 18304 18305 18306 18307 18308 18309 18310 18311 18312 18313 18314 18315 18316 18317 18318 18319 18320 18321 18322 18323 18324 18325 18326 18327 18328 18329 18330 18331 18332 18333 18334 18335 18336 18337 18338 18339 18340 18341 18342 18343 18344 18345 18346 18347 18348 18349 18350 18351 18352 18353 18354 18355

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Díaz Martínez, Alejandro Moura Berodia, José Luis Fernández López, Pedro Javier Boyero González de la Huebra, Pablo Roig Vázquez, Antonio Vico del Pino, Juan Jeronimo Martínez Pato, Federico Puente Rozalén, Roberto Sanmillán Díez, Miguel González Rodríguez, Manuela Robredo Rubio, Natalia Ana Río Pérez-Montaut, Javier del Barros de Sousa Almeida Costa, Miguel Álvarez Moreno, Pedro Loureda Parrado, Jaime Jesús Míguez Bailo, Raúl Llamas Caeiro, Raúl Villero Martínez, Cristina Benitez Mendoza, Antonio Canudas i Martínez, Oriol Mayo Martínez, Mª del Mar Gutiérrez Carceller, Héctor Santana Perera, Juan Luis Campus Díaz, María Fernández Ruiz, Joaquín Tarrio Otero, José Antonio Piñeiro Aneiros, José Nieto Matamoros, José Manuel Sierra García, Eduardo Arranz Lobeto, Víctor Manuel Blanco García, Hernán Cordón Velaz, Raúl Bahamonde Gutiérrez, Ana Belén Martínez Feo, Joaquín Marcos Álvarez, María Lindes Torres, Jorge Daniel Glaria Zabalza, Íñigo Thomsen, Jytte Clemente Carpintero, David Ovalle Merayo, Argimiro Cabaleiro Santos, Xan Martín Cerón, Ignacio Collado Valverde, José Manuel Sierra Fernández, Antonio Jesús Rubí Navarro, Sergio Sagrera Clota, Miguel Ángel Cordine Pita, Verónica Echave Larrañaga, Joseba Andoni González Forastero, Adelardo Vallano Vega, Fernando Peña Chueca, Mª José Muñoz Muñoz, Mª del Pilar García-Casarrubios Berrocal, Eva Gómez Moreno, Susana

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BOLETÍN DE INFORMACIÓN

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18356 18357 18358 18359 18360 18361 18362 18363 18364 18365 18366 18367 18368 18369 18370 18371 18372 18373 18374 18375 18376 18377 18378 18379 18380

Castrillo Calvillo, Miriam Ballesta Díaz, José Zorilla Matilla, Mª Aranzazu López Medina, Vidal Pérez Oliván, Ramón Aranda López, Araceli Ortega Cutillas, Ángel Rodríguez Cortés, María Tornay Gomez, Jordi Bordes i Fabrega, Tania González Bueno, Alberto Ramos Montero, Oscar Dominguez Álvarez, Juan José Martín de Nicolás Martínez, Carlos Navarro González-Valerio, Juan Antonio Basabe Montalvo, Juan Rodríguez López, Carlos Calvo Poyo, Fco. Javier Martín Martín, Raúl Pedro Delgado, Luis Carlos de Yaniz Álvarez, Alejandro Rodríguez Soto, Fco. Ramón Vicente Sánchez, Javier de Zapardiel Ferrández, José Enrique Torres Gutiérrez de Tovar, Ignacio

NOVIEMBRE .........................................54 18381 18382 18383 18384 18385 18386 18387 18388 18389 18390 18391 18392 18393 18394

Escolar López, Ignacio Ortiz Redel, Pablo García Guerra, Juan Manuel Sancha García, Pedro Nalda Herreros, Eloisa Llamas Tutor, Soledad Peña Peña, Miguel Pérez Clavero, Patricia Vidal Martín, Ana Rodríguez González, Aránzazu Rivas Lozano, José Alberto Gutiérrez Canalejo, Aránzazu Laguna Pérez, José Luis León Álvarez, Silvia

18395 18396 18397 18398 18399 18400 18401 18402 18403 18404 18405 18406 18407 18408 18409 18410 18411 18412 18413 18414 18415 18416 18417 18418 18419 18420 18421 18422 18423 18424 18425 18426 18427 18428 18429 18430 18431 18432 18433 18434

Rompillon, Philippe Jean-L Velasco García, Beatriz Sánchez González, Sergio Conejos Pérez, Joaquín Javier Miera González, Magaly Suárez Fernández, René Díaz-Alejo Monterde, Silvia Amil López, Cristina Soto Núñez, Alberto Alvarez Rubiños, Luis García Garrido, Gabriel Lorenzo Vaquero, David Muñoz García, Carolina Tamayo Rodríguez, María Teresa Pariente López, José Antonio González Campos, Marcos Gómez García, Verónica Alguacil González-Aurioles, José Miguel Rodríguez Nieto, Nuria Cerezo Lallana, Álvaro García Rodríguez, Patricia Bernabé García, Darío Hernández Velasco, Enrique Núñez del Rio, M.Gemma García Marcos, Juan Antonio Encinas López, Mª Del Mar Marín Martín, Mª Dolores García Aldaya, Aitor Morales Sáinz, Álvaro Sivila Sanz, Carlos Piña Trujillano, Francisco Molero Montero, Luis Merino Fernández, Antonio Veracruz Galvez, Martín Viñas Soler, Juan Dorantes Caro, José Díez González, Fernando Iglesias Álvarez, Jesús Prieto Vicente, Arturo Cerro Salvador, Belén

NUEVOS COLEGIADOS: ...................177 FALLECIDOS

Núm

Nombre

4215 6806 1471 987

Orea López, Manuel Herrero Ñiguez, Jose Manuel Martínez de la Cueva, Enrique Benito Hernández, Carlos

Fecha

Promoción

22/10/01 18/10/01 6/11/01 14/11/01

1972 1979 1927 1943

Ha fallecido el día 6 de noviembre nuestro compañero Enrique Martínez de la Cueva, de la promoción de 1927. Un mes después de haber cumplido 103 años de edad. Ha sido durante muchos años el Ingeniero de Caminos de más edad. Cuando cumplió 102, la Demarcación de Madrid del Colegio le dedicó un homenaje.

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del

la Voz Nº 243/NOVIEMBRE/2001

Esta publicación es un órgano de expresión de los colegiados. Los autores son los responsables únicos de las opiniones emitidas en sus escritos.

OPINIONES

LOS RIESGOS EN LOS TÚNELES Manuel Romana Colegiado nº 1742 Este artículo se publicó en el nº 97 de la revista Ingeopres, Extraordinario 2001, previo a la catástrofe de San Gotardo. Por su gran interés lo reproducimos a continuación.

L

a seguridad en los túneles se ha convertido, en todo el mundo occidental, en una fuerte demanda social. La sociedad expresa un miedo colectivo a las consecuencias de los accidentes en los túneles y, muy especialmente, a los riesgos derivados de los incendios dentro de los túneles. Este miedo se exteriorizó a partir del pavoroso incendio en el túnel del Mont Blanc, con su secuela de muertes, aunque es posible –o probable– que el miedo ya existiese a nivel individual pero estuviera reprimido y latente. Los ingenieros tenemos la obligación de ejecutar nuestros proyectos de forma que se adapten a las necesidades sociales respecto a fines y medios, y que cumplan con los requisitos de seguridad y economía. Las necesidades sociales deben ser interpretadas y enunciadas por los políticos y los ingenieros no tenemos obligación –ni en muchos casos justificación– de hacerlo, aunque sí debemos mantener a la sociedad y a los políticos informados sobre las alternativas de ejecución de los proyectos demandados, sobre su coste y sobre su fiabilidad. Por eso iniciativas como esta de INGEOPRES de dedicar un número a la seguridad en túneles son útiles porque constituyen un elemento más de información a la profesión técnica, con datos y ejemplos concretos. La realidad es que los túneles son bastante menos peligrosos que el resto de la red viaria. Las estadísticas demuestran que hay menos accidentes dentro de los túneles, probablemente porque los conductores están más atentos y menos distraídos, y porque no es posible salirse de la calzada. La accidentalidad puede reducirse con medidas sencillas y baratas: señalizar bien los túneles con antelación, prohibir adelantar en los túneles de doble sentido de circulación, mantener a los vehículos pesados en el carril derecho en los túneles de sentido único.

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LA VOZ DEL COLEGIADO

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Es también importante iluminar bien la entrada de los túneles tanto de día – en el interior – como de noche en el interior y el exterior, medida que no resulta tan barata. Los incendios en el interior de los túneles son más prolongados porque el aporte de oxígeno es menor (por ejemplo el incendio del túnel del Mont Blanc duró más de 48 horas) y resultan peligrosos por el humo, que acaba invadiendo toda la sección si arde un camión cargado de material combustible, pero no si arde un vehículo ligero. No es pertinente la distinción entre mercancías peligrosas y mercancías no peligrosas porque hay muchos materiales que son muy combustibles (como la margarina en el caso del Túnel del Montblanc, la paja o el papel) y no están clasificados como mercancías peligrosas. En realidad los incendios de mercancías peligrosas pueden ser devastadores si ocurren fuera de los túneles (recuérdese el caso de los Alfaques) y por eso las autoridades españolas de tráfico prefieren que esas mercancías circulen por los túneles a que lo hagan por las variantes de superficie (ese es el caso de los Túneles del Pardo en la M40 de Madrid, o en la Autopista de Valencia-Alicante por ejemplo). Además la estadística demuestra también que hay muy pocos incendios dentro de los túneles y que la mayoría de ellos pueden ser extinguidos sin consecuencias graves. En el Túnel del Mont Blanc se había producido un incendio cada dos años, desde su apertura al tráfico en 1966, incendios que fueron apagados por el personal de mantenimiento, muchas veces con la ayuda de los conductores. La experiencia demuestra que un incendio puede (y debería) apagarse en los primeros 10 ó 15 minutos, y en ese caso los daños son limitados. Por lo tanto hay también una batería de medidas muy baratas que reduciría el peligro: dotar de extintores a los túneles y a los vehículos, educar a los conductores a la hora de sacar (o renovar) el permiso de conducir, instruir a los conductores profesionales sobre el uso de los extintores contra los diferentes tipos de incendio. Se está escogiendo un camino más fácil, y más dispendioso de los recursos públicos: dotar a los túneles de nueva construcción de infraestructuras de obra civil e instalaciones especialmente preparadas para la evacuación del personal (galerías, refugios...), la detección de incendios y su extinción (columnas húmedas, depósitos). La ausencia de Normativa española de detalle, que desarrolle las IOS 98, hace que se esté adoptando la Nueva Normativa francesa, que es excesivamente garantista, y a la vez propone la construcción de refugios, de eficacia muy dudosa. Bien está que los nuevos túneles se protejan contra incendios pero, como en toda obra de ingeniería, ello debería hacerse con mesura. ¿Y que hacemos con los túneles existentes? Evidentemente hay que mejorar sus condiciones de seguridad y uso (como se ha hecho por ejemplo en los túneles de Monrepos) o sustituirlas en caso extremo (como se va a hacer con el túnel de Vielha). Sería necesario adoptar un criterio sobre lo que debe hacerse en cada caso, en función de las características de cada túnel y del tráfico que soporta. Pero sin llegar al absurdo. La sociedad no entendería que se produjese un accidente grave en un área habitada, si existiese una ruta alternativa en túnel. Un ejemplo paradógico (y negativo) es la situación actual en la ciudad francesa de Foix: las mercancías peligrosas bordean el casco urbano mientras que los vehículos ligeros utilizan una variante en túnel, recién abierto pero que no cumple con todos los requisitos de la nueva normativa porque se construyó antes de su entrada en vigor. Se impone usar la sensatez y ponderán razonablemente los riesgos de las diferentes alternativas. ❚

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LA DECADENCIA DEL CAMINERO. FÁBULA PARA INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS Sandro Rocci Boccaleri Colegiado nº 1641

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abía una vez un maestro de obras que se llamaba Caminero y vivía en Villacerca. Construía iglesias, talleres y puentes, y excavaba zanjas para avenar los campos. También sabía supervisar a sus obreros, que cortaban y colocaban los sillares, techaban y cavaban las zanjas. Sus edificios eran siempre robustos y estaban bien cimentados; los tejados no tenían goteras (aunque una vez uno se incendió); las zanjas siempre iban cuesta abajo y drenaban adecuadamente los campos. Además, sus obras eran agradables de contemplar: las hiladas de los sillares eran siempre rectas y aplomadas, los edificios no eran ni demasiado altos ni demasiado chatos, y las ventanas y las puertas no eran ni demasiado grandes ni demasiado chicas, y su número era adecuado. Hasta sus zanjas seguían cuidadosamente las lindes de los campos y eran tan agradables como puede serlo una zanja. Los ciudadanos de Villacerca estaban satisfechos de las cosas que construía; y aunque cobraba bien por su trabajo, encontraban el precio justo porque sus obras desempeñaban bien su función, eran agradables a la vista y duraban mucho tiempo. Así que Caminero prosperó, y pudo permitirse un ganso para la comida del domingo. También llegó a ser un ciudadano importante y muy respetado. Así que el maestro de obras estaba orgulloso de sus obras y de su profesión. Caminero tenía dos aprendices, que habían sido cuidadosamente seleccionados. Eran despiertos, y sabían cómo se construye un muro sólido o un puente resistente, y sabían también que el agua corre cuesta abajo; además, trabajaban con ahínco. Y bajo la dirección de Caminero, también construyeron buenos edificios, puentes y zanjas. Como a Caminero le pagaban bien por estas obras, podría pagar a sus aprendices la generosa cantidad de diez pitronios por semana. Y los aprendices estaban orgullosos de su trabajo y soñaban con llegar a ser algún día maestros de obras. Un día Caminero recibió la visita oficial de un inspector del Gremio de Maestros de Obras, quien pretendía averiguar si Caminero enseñaba adecuadamente a sus aprendices. Quedó muy complacido al comprobar que recibían un número adecuado de horas de clase de proyectos, así como enseñanza acerca de los muros de piedra, los tejados y las zanjas en tierra. Sin embargo, el inspector observó que no estaban suficientemente detalladas las fichas en las que Caminero apuntaba las horas de clase de proyectos, así como el plan para reemplazar sus herramientas cuando se desgastaban. Así que el inspector sólo le expidió a Caminero una licencia provisional de tres años para aceptar aprendices, en lugar del habitual certificado para seis años. Al cabo de tres años, volvería a inspeccionar. El inspector también dio a Caminero algunas informaciones. Dijo que todos la directiva del Gremio estaba preocupada por una futura escasez de maestros de obras. Caminero quedó sorprendido por ello, ya que él y sus dos aprendices habían sido capaces de realizar todo el trabajo que su ciudad necesitaba. El inspector explicó que el número de aprendices del Gremio estaba disminuyendo, y que nunca se podría abarcar todo el trabajo cuando las catedrales del Reino, que se estaban deteriorando, necesitaran una rehabilitación. Estimaba que sólo este

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trabajo necesitaría el doble de los maestros de obras que entonces había. Además, el inspector hizo observar a Caminero que menguaba el número de huérfanos de las inclusas, y que como de éstas procedían tradicionalmente los aprendices, habría una escasez de aprendices y consiguientemente de maestros de obras. La directiva del Gremio había contratado a un adivino para que visitara las inclusas, y éste había averiguado que no sólo los huérfanos sabían poco de los maestros de obras, sino que también pensaban que la construcción parecía aburrida y hasta peligrosa. Para poner coto a este error, la directiva del Gremio había puesto en marcha un nuevo programa de orientación profesional que solicitaba a los maestros de obras que visitaran las inclusas y hablaran a los huérfanos sobre su trabajo y sus obras. Esto haría que los huérfanos conocieran y apreciaran el trabajo de los maestros de obra y, por lo tanto, se generaría interés por el arte de la construcción. De esta manera, habría más huérfanos que querrían ser aprendices, y se evitaría la escasez de maestros de obras que, de lo contrario, se produciría. Como Caminero era un miembro responsable del Gremio y pagaba religiosamente sus cuotas, empezó por visitar la inclusa de Villacerca y contar a los huérfanos lo que hacen los maestros de obras. Dado que esto es realmente muy entretenido, sus visitas tuvieron éxito, los huérfanos se interesaron por la construcción, y pronto Caminero pudo emplear dos aprendices más. Transcurridos los tres años, volvió el inspector del Gremio. Comprobó complacido que Caminero había subsanado sus fallos y le expidió un certificado por seis años. También le gustó que Caminero hubiera visitado la inclusa y conseguido interesar en la construcción a dos huérfanos más. Sin embargo, Caminero no estaba del todo satisfecho. No había podido encontrar suficiente trabajo adicional para sus dos nuevos aprendices. Para mantenerse ocupado, rebajó sus precios para captar más trabajo; y aunque esto le salió bien, la cantidad total de obras a menor precio le producía unos ingresos menores que antes. Por consiguiente, tuvo que rebajar la paga de sus aprendices de diez a ocho pitronios por semana; y redujo su propia paga, de manera que ahora sólo podía permitirse un pollo para la comida del domingo. El inspector les dijo que no se preocuparan porque, aunque todavía no se había manifestado, en un futuro inmediato habría una terrible escasez de constructores, dado que las catedrales se estaban deteriorando cada vez más; y Caminero y sus aprendices tendrían más trabajo del que podrían abarcar. De hecho, en el Gremio se hablaba de que la escasez sería tan grande, que la productividad económica del Reino se vería en peligro por falta de constructores. Además, cada vez había menos huérfanos en las Inclusas, lo que era una señal segura de que habría una escasez de maestros de obras. El inspector sugirió que, entretanto, Caminero buscara algún trabajo en Villalejos, una ciudad cercana. También le recordó que la Convención anual del Gremio tendría lugar al año siguiente en Torrecorruptus, y que toda la directiva estaría allí, pues se había preparado un programa excelente para los acompañantes, y las ventas del lugar se habían comprometido a unos precios excelentes por las habitaciones y ofrecían hidromiel a mitad de precio hasta las ocho de la tarde. El inspector insistió en que Caminero visitara las inclusas, ya que parecía que los huérfanos seguían sin apreciar la labor de los constructores, y todo el mundo estaba de acuerdo en que reclutar huérfanos era una buena cosa. Caminero prosiguió sus visitas a la inclusa, y atrajo a su taller a dos aprendices más. Pero ahora tenía más problemas con su negocio. Había rebajado aún más sus precios para animar a más gente a que construyeran, pero aun así se había visto obligado a asignar a tres de sus aprendices a trabajar de canteros y a cavar zanjas para mantenerlos ocupados. Había construido un pequeño puente en Villalejos, pero sólo a costa de ofrecer al alcalde un precio inferior al de la oferta

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LA VOZ DEL COLEGIADO del maestro de obras local; y los escasos beneficios se habían invertido en comprar un borrico para desplazarse a Villalejos. Había empezado Caminero a dudar de la utilidad del consejo del inspector acerca de buscar trabajo en Villalejos, ya que el maestro de obras de este lugar acababa de construir un matadero para el carnicero de Villacerca a un precio asombrosamente bajo, y los demás mercaderes se quejaban ahora de que Caminero les había cobrado demasiado en el pasado. Aunque Caminero les hizo observar que el matadero estaba hecho de piedra de peor calidad, y que una de sus paredes no era ni recta ni aplomada, los mercaderes dijeron que estaba suficientemente bien, y que hablarían con el maestro de obras de Villalejos antes de contratar nada. Para remate de las desgracias de Caminero, el escribano del Ayuntamiento anunció que, de ahora en adelante, se pediría una oferta al maestro de obras de Villalejos para cualquier edificio o muralla que construyera el Ayuntamiento, y se le adjudicaría la obra al postor más bajo. Como consecuencia de estas dificultades, Caminero se había visto obligado a rebajar a seis pitronios por semana la paga de sus aprendices, y su familia ahora los domingos sólo comía judías. Y aunque los aprendices trabajaban con el ahínco de siempre, no estaban satisfechos de su paga rebajada; y los tres que trabajaban de canteros y cavaban zanjas lo estaban menos todavía. Le recordaron a Caminero que, cuando les habló en la inclusa, les había predicho que habría una escasez de constructores, y que con toda certeza no había dicho nada acerca de cavar zanjas. Por supuesto, la noticia de la rebaja en la paga de los aprendices se esparció por la ciudad, y eso hizo que la labor de reclutamiento de Caminero se hiciera más difícil. Aunque aseguraba a los huérfanos que el Gremio sabía que pronto habría una escasez de constructores en el país, los dos aprendices más listos se pasaron de aprendices con el barbero y el usurero, que les podían pagar ochos pitronios a la semana. Al año siguiente en la Convención, los precios de las habitaciones fueron bajos y hubo un programa excelente para los acompañantes; pero el humor de los maestros de obras no era tan bueno como en años anteriores. Caminero informó que, aunque la directiva del Gremio le había otorgado un premio de orientación profesional por su labor en la inclusa, él y sus aprendices lo estaban pasando muy mal para encontrar suficiente trabajo para mantenerlos ocupados. También había otros maestros de obras insatisfechos en la Convención. También ellos había visitado inclusas y contratado a más aprendices para prepararse para la escasez; pero ésta no acababa de llegar, porque la Iglesia no había iniciado aún la reconstrucción de las catedrales deterioradas. El Obispo decía que había alguna gotera, pero que las catedrales funcionaban suficientemente bien y, además, los fieles no querían aumentar su contribución. Sin embargo, algunos de los maestros de obras apoyaron las exhortaciones del Gremio a reclutar. Decían que reclutar les hacía sentirse orgullosos de ser maestros de obras, de una forma parecida a cómo se sentían satisfechos cuando iniciaban a nuevos socios en sus Sociedades secretas. Otros maestros de obras eran también partidarios de reclutar, porque les proporcionaba una fuente de personal barato; y si los aprendices no podían encontrar trabajo como maestros de obras después de terminar su aprendizaje, eso no era un problema del Gremio. Otros proclamaron que los sacrificios del aprendizaje para llegar a ser maestro de obras eran inherentemente buenos para la juventud, aunque luego tuvieran que emplearse como siervos. Pero la mayoría de los maestros de obras estaban desanimados, y algunos comentaron que en su pueblo ahora no eran más respetados que los abogados. En alguna de las sesiones de la Convención, los maestros de obras discutieron acerca de qué se podría hacer para devolver al Gremio de Maestros de Obras su posición como uno de los más respetados del Reino.

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LA VOZ DEL COLEGIADO Muchos maestros de obras opinaban que, si los ciudadanos realmente comprendieran a la construcción y a los constructores, las cosas mejorarían. Algunos propusieron que los maestros de obra desfilaran en las procesiones de sus pueblos con el estandarte del Gremio. Otros pensaban que pagar al pregonero para que en sus rondas gritara “Los constructores sirven al pueblo” educaría a los lugareños. Pero la mayoría se opuso a aumentar las cuotas para pagar al pregonero; decían que ya los domingos sólo comían gachas, y no tenían dinero para unas cuotas mayores. Después de muchas discusiones, se decidió que lo mejor sería incrementar el programa de visitas a las Inclusas, con la esperanza de atraer a más aprendices a la profesión. Un indisciplinado maestro de obras de Villanorte se opuso contundentemente a la idea de reclutar a más aprendices, argumentando que eso empeoraría la situación; pero se sabía que los de aquella parte del país eran un poco raros, y el Presidente pronto volvió a encauzar las discusiones hacia el desarrollo de un programa mejor de visitas a las inclusas. Cuando Caminero volvió a su pueblo después de la Convención, encontró que durante su ausencia su negocio había sufrido nuevos contratiempos. Tres de sus aprendices se habían marchado, diciendo que la construcción ya no les divertía y que, en cualquier caso, no podían vivir con seis pitronios por semana. Uno se había colocado con un escribano y otro con el usurero local. El tercero se había hecho monje, diciendo que si tenía que vivir en la pobreza, no le importaba tomar los demás votos. A Caminero aún le quedaban tres aprendices, uno más de cuando el Gremio había iniciado el programa de visita de inclusas. Desgraciadamente, los tres aprendices que se habían marchado eran los más listos y trabajadores. Los tres que se habían quedado eran un poco lentos en aprender el arte de la construcción, y no parecían tener el orgullo de su trabajo que había caracterizado a sus anteriores aprendices. Pronto se confirmaron sus preocupaciones sobre su capacidad. Mientras estaba en Villalejos intentando captar algo de trabajo, cubrieron de oprobio y ridículo a Caminero construyendo primero una torre de vigilancia que se cayó, y luego cavando una zanja de drenaje que pretendía que el agua corriera cuesta arriba. En todo el Reino los maestros de obras experimentaban unos problemas parecidos: un trabajo insuficiente para mantener ocupados a sus aprendices; una destructiva competencia en precio que conducía a un trabajo de poca calidad; unas dificultades para atraer a nuevos aprendices que de verdad comprendieran la construcción; y una pérdida de prestigio como profesión importante. La directiva del Gremio asignaba cada vez más fondos al programa de visita de las inclusas, a los estandartes del Gremio, y al programa “Los constructores sirven al pueblo”; pero ninguno de ellos parecía funcionar. Y así ocurrió que el Gremio de los Maestros de Obras se hundió en el desprestigio. Muchos años después, por fin un nuevo Obispo levantó dinero para reparar las deterioradas catedrales; pero para entonces a los maestros de obras se les consideraba como unos semi-artesanos, y la mayoría de ellos no habrían sabido reparar adecuadamente una catedral aunque se les diera la oportunidad. En esta nueva era, las catedrales que antes fueron un monumento viviente a la profesión de sus constructores se convirtieron en un recordatorio derruido de su pasado esplendor; y a los maestros de obras, antes miembros de una profesión orgullosa e independiente, se les empleaba por días para trabajar a las órdenes de otros... ❚

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LAS CALZADAS ROMANAS, UNA HISTORIA PERSONAL José María Fonseca García Colegiado nº 2749

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enimos asistiendo en los últimos años a un creciente interés por el conocimiento del mundo romano a través de los vestigios arqueológicos de cuya contemplación y estudio llegamos a sentir muy viva la presencia de la cultura romana de la que nos reconocemos herederos en tantas ramas del saber: el derecho, las ciencias y la técnica. Mientras que esas ruinas o restos que constituyen un marco de referencia artística fue, durante muchos años, objeto único de investigación, centrándose en la arquitectura romana, léase edificios singulares como el circo, el anfiteatro y el teatro así como el foro o incluso, como en el caso de Pompeya, toda una ciudad con edificios civiles e instalaciones urbanas: cloacas, abastecimiento de aguas y calles, termas fuentes, esculturas, acueductos o puentes , tuvieron que pasar años o incluso centurias para despertar el interés ingenieril, más allá del meramente arquitectónico en donde los puertos y las presas tuvieron también su singular desarrollo de conocimiento e investigación. Pero, el estudio de la red viaria romana tuvo que esperar algún tiempo para que los estudiosos y la sociedad en general descubrieran la existencia detrás de unas simples piedras en el camino, toda una tecnología de diseño, construcción e incluso, previa planificación de la red viaria romana. Muchos documentos de las últimas centurias del imperio romano hablan de las grandes construcciones, de su uso y de su funcionalidad dentro de la compleja sociedad romana, pero sólo apuntan a los orígenes y destinos de los caminos y no a su diseño y construcción, por más que autores como Estrabón, Mela, Vitrubio y Plinio indiquen algunas referencias al respecto. Nos recorre una agradable sensación cuando seguimos los restos de caminos antiguos y observamos in situ esas características peculiares de la estructura de los itinerarios y sus servicios auxiliares como pasos de ríos con pequeños puentes o vados, cuentas de desagüe o incluso determinados pasos superficiales de drenaje transversal, junto con muros de sostenimiento e incluso arquetas como cámaras de descarga del drenaje del camino. Es en este momento cuando se suscita la curiosidad, no exenta de sentimiento, por estudiar y conocer la forma de desarrollo de esa red viaria romana de la que Hispania es una expresiva muestra. Y, sin embargo, ha sido muy reciente la investigación técnica de las calzadas por más que Saavedra a mediados del siglo XIX presentara en su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia la descripción de la calzada de Uxama (Agreda) a Augustóbriga (Burgo de Osma) documentando secciones estructurales del camino y levantamiento topógrafico de la calzada. Hoy en día con los nuevos métodos de seguimiento y descubrimiento de tramos soterrados así como la ayuda del procedimiento informático nos es dado a conocer aspectos relevantes de la identificación y disposición estructural del firme de esta extensa red viaria en Hispania y que tiene ya más de dos mi años de existencia. Un paso más en el estudio e investigación de la red viaria aparece, cuando nuevos puntos de vista desde el aspecto histórico, nos lleva a considerar la red viaria como marco estructurante de la actividad, desarrollo y grandeza del mundo romano. Pero, además, los caminos, aparentemente sin importancia, que han pasado desapercibidos a pesar de constituir la base del tránsito de personas tropas, mercaderes y peregrinos, son una muestra del arte romano en el sentido griego de la palabra, es decir de la técnica romana, debiendo añadir que la ingeniería es también arte es decir tiene una componente artística avalada por la contemplación del camino con ese sentimiento estético que produ-

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Arco del diablo.

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ce toda obra bella. Y esto es así porque la ingeniería no es más que el arte de la expresión funcional de la obra humana dentro de la conocida tríada que ya Vitrubio reconocía a toda construcción. Nuestra contribución parte del conocimiento y análisis de tramos muy bien conservados en España y, sobre todo, recientemente descubiertos y, en algunos casos rehabilitados para el disfrute y contemplación del peregrino o del “extravagante” en el sentido de observador fuera del camino lo que aporte una perspectiva del itinerario que tiene también su componente ingenieril. En este sentido determinados paradigmas del trazado de las calzadas romanas han dejado de ser criterios de definición de la red variando determinados aspectos que se consideraban parámetros de partida como por ejemplo el tradicional dicho de que las pendientes de las calzadas romanas eran suaves. A ello hay que añadir la investigación del estado de evolución de la superficie empedrada en donde la existencia de huellas en anchura y profundidad creemos será un punto importante para determinar el período de servicio de estos caminos. Hace ya quince años que se despertó en mí una cierta sensibilidad ante la contemplación de los restos empedrados en los silenciosos andares por los valles de Cantabria. Fue entonces cuando mi querido amigo y compañero Miguel Arenillas, me contó largo y tendido sus experiencias, alguna de las cuales, hacía años, había plasmado en una publicación en la Revista de Obras Públicas de un documentado y precioso artículo sobre la “prolongación norte de la calzada del Puerto del Pico” que ha conocido recientemente su última rehabilitación a cargo de la Asociación Española de la Carretera, artículo que me extasió con su profundo conocimiento y vivencia personal sobre los temas de la ingeniería romana en general y de las calzadas en particular. Por aquel entonces no se había publicado el miliario extravagante de Gonzalo Arias en su segunda época, verdadero artífice del despertar al interés por la caminería hispánica que goza de reconocida aceptación, pero que ya Miguel tenía como un preciado documento que comprendía los quince primeros números de este extraordinario opúsculo, que constituyeron el inicio de un foro común de experiencias, muchas inéditas, la mayoría personales adobadas con la gracia o la vocación de quienes las suscribían, y todas sugerentes, atractivas en la exposición y profundas en el contenido, publicación que se interrumpió durante algunos años. Miguel me indicó muchos lugares que él había “pateado” y recorrido y adornaba su exposición con la clarividencia de un profesional en la materia añadido a su saber hacer y decir como extraordina-

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LA VOZ DEL COLEGIADO rio docente y profundo conocedor de la realidad ingenieril, de la geología y de la geotecnia aplicada, no en vano imparte con merecido reconocimiento estas disciplinas en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid atrayendo siempre con sus anécdotas y experiencia personal la atención de quien le escucha. En mis correrías por Cantabria visitando como primicia la calzada de Bárcena de Pie de Concha, verdadero y único topónimo al reconocer en el nombre que dicho pueblo se encuentra “al pie de la calzada” y que ya Miguel me había anunciado el extraordinario grado de conservación de la vía, yo sentí. por primera vez, la sensación única, para mí desconocida, de la satisfacción artística y cultural al contemplar en el silencio de la naturaleza los restos viarios que yo creí a pie juntillas eran de la época romana. Al sentimiento que siempre me produjo la pintura y la música y la manifestación literaria de la expresión poética, se unía ahora la visión de la naturaleza junto con esas antiquísimas construcciones hechas uña y carne con el paisaje vivo y cuyo sentimiento, como la vivencia espiritual, no es fácil transmitir pero que tan intensamente se vive. La puntilla de mi incipiente vocación ante “el camino” se produjo de la mano de otro querido amigo y compañero de promoción “bellos y recordados días de la escuela” Fermín Madrazo, en la Diputación de Santander. Fermín me comentó, entonces que en el acceso oriental de Cantabria, existía una carretera, entonces semicortada que se pretendía rectificar y que en sus aledaños existían unos restos empedrados que él pretendía, como así hizo, conservar. Durante algunos días me recorrió el gusanillo por el cuerpo y no pude resistir la tentación de quitar días del descanso veraniego para acercarme con mi mochila, cámara fotográfica y cuaderno de campo para ver de cerca los restos empedrados de la vía. Este tramo de piedras desencajadas y surcado de múltiples regueros de agua cristalina, se me aparecieron con gran ilusión, por mi parte en tramos sueltos lindando la actual carretera y el futuro desarrollo de la rectificación que Fermín Madrazo me apuntó. Qué sensación de paz me inundó entonces cuando traspasando esta estribación montañoso en el conocido paso del collado de Somaoz pisoteé casi por primera vez una calzada romana. No sentí bajo mis pies la fría sensación del agua que bajaba de los neveros y pude recoger en mi mano los sueltos guijarros con arena que hacían soporte bajo unas losas de piedra esquistos de gran tamaño y horadadas geométricamente con profundas roderas de cuya razón e interpretación todavía pasarían muchos años hasta que le prestara la atención ingenieril y técnica del proceso. Por aquél entonces sólo me satisfacía la contemplación de las piedras que me sugería pensamientos y recuerdos infinitos que plasmaba en poemas que me salían del alma Calzadas que descubrís En mi corazón sediento Tantas ansias, sentimientos Dormidos, tan olvidados Se despierta la ilusión Y grita mi alma blanca De un tiempo que ya es pasado Hojas secas, papel cerrado Que se abre hoy de nuevo Humedeciendo los ojos La memoria y el recuerdo Muchos años hacía que con los amigos del colegio habíamos realizado la excursión por la garganta del Cares y hoy, no sé por qué se me antojaba que volvía de nuevo a sentir aquellos sentimientos que sólo dá el contacto peregrino por la naturaleza. Pero hoy, las piedras me hablaban de otra manera. Fermín Madrazo me presentó a Joaquín González Echegaray que dirigía el Museo Velarde y las Cuevas de Altamira. Es Joaquín, además de un excepcional historiador un hombre con unas cualidades personales de las que entran pocos en docena. Mi contacto

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con él fue inmediato y sin protocolo como suele ocurrir con las personas de la talla humana espiritual y profesional que caracteriza a quien siente tan vivamente la historia y la arqueología pero el caso de Joaquín es emblemático porque, además de tener una componente de sencillez y buen hacer que tan bien refleja en los innumerables libros y publicaciones que jalonan su vida intelectual y que caracteriza al verdadero sabio en el sentido bíblico de la palabra, Joaquín me acompañó al valle de Cabuérniga, me indicó los innumerables restos de vías antiguas de Cantabria y pateamos junto el itinerario de los Tojos que en el XVI recibió el paso del emperador Carlos V. Descansamos en Bárcena Mayor saboreando un cocido de la tierra en una época en que el turismo todavía no había hecho mella en los recónditos, maravillosos y extraordinarios paisajes de la Calzada de San Roque. Cantabria profunda. Por aquél entonces yo no conocía trabajo alguno reciente sobre las vías romanas y, además me picaba el gusanillo de ver si en mi querida Castilla habría también restos empedrados del empaque, prestancia y relevancia de los que había visto en Cantabria. Y así fué. En Barruelo pernocté varias jornadas en casa de un amigo, Javier Martínez, que como buen conocedor ¿cazador¿ de la zona, me acompañó para ver los extraordinario restos de Quintanilla y los accesos al puente sobre el Rubagón y la contemplación antes de su restauración y limpieza del puente de Néstar junto a la vía en donde Schulten localiza un miliario. Las relucientes piedras amarillas del puente de tono naranja al atardecer, areniscas tan bien talladas, se me aparecieron a la vista como si amaneciera de nuevo los cinco arcos de su inicial factura. ¡El puente¡ La visión artística del puente no me hacia olvidar otras piedras del camino que por pasar desapercibidas no habían sido objeto de atención por parte de historiadores y autores de libros de viaje. Se habla en ellos de puentes, de ese abrazo del camino al río, como decía Carlos Fernández Casado, llorado y recordado profesor, pero nada se dice del camino: ¿cómo está formado? ¿qué elementos auxiliares presenta? ¿y el drenaje? sólo se dice desde donde parte el itinerario y a dónde llega ¿qué interesante el estudio del acusativo con “ad” de las leyendas epigráficas de los miliarios de las calzadas romanas. Qué se encuentra a su lado (enterramientos, tumbas) está suficientemente documentado, pero en relación a cómo es el camino nada se dice y sin embargo el camino, como la madre callada, es arteria vital del transitar, vivencia y desarrrollo de los pueblos. El puente indicaba que por allí discurría el camino cuyos restos aparecían más al norte en un lugar llamado Quintana y luego Mercadillo de clara reminiscencia de feria medieval. Estas piedras relictas son fieles testigos de una profusa red de calzadas que recorrían de norte a sur y de este a oeste el extenso territorio de la Hispania romana En mis múltiples viajes, por razones profesionales a Asturias me detuve en Becilla del Valderaduey al contemplar camino y puente cuya trayectoria NO-SE me hacía reconocer en este trazado su origen o destino en Medina de Rioseco. Unos años después, la Junta de Castilla-León llevaría a cabo una restauración de puente, muros y camino, que hoy se puede contemplar y saborear como un hito más de los proyectos al respecto.

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LA VOZ DEL COLEGIADO Mi ansia por el conocimiento de las vías romanas se iba expandiendo hacia el Este Oeste y Sur como si de una nueva cruzada incruenta contra los moros se tratase pero mi conquista era la del imperio romano ¿qué audacia y engreimiento¡ ¿cómo podía ignorar la vía de la Plata y fue entonces cuando me acerqué a Astúrica y pude contemplar el inigualable paisaje de las Médulas y el túnel del Monte Furado. Por aquella época estaba recogiendo información para el desarrollo de una exposición sobre el ingeniero y la obra subterránea que se celebraría en el colegio de ingenieros de caminos de Madrid. Mi afición histórica me llevó a dedicar larga temporadas en la biblioteca del museo arqueológico, de la biblioteca nacional y de la sección de historia del consejo superior de investigaciones científicas Algunas sesiones de estudio en el archivo de Simancas me haría reconocer el hecho de l extraordinario auge, de Somaconcha. todos conocido de la edad de oro del XVI que pudo completar y documentar mejor el desarrollo viario de una red que hincaba su pasado en la obra magna de Roma. Los tramos de la Plata que reconocí en Salamanca y Cáceres fueron felizmente completados en lo que a información de campo se refiere con los magníficos restos de Malpartida de Plasencia, en Torrejón el Rubio y con el extraordinario panorama de Baños de Montemayor, cuyos restos fueron estudiados por Domínguez al que conocí años después en Valladolid, mi ciudad. Ya recientemente, he tenido ocasión de deleitarme con los trabajos tan bien realizados de Carlos Nardiz la via 18 del Itinerario de Antonino y algunos otros trabajos que amablemente me envió Manolo Durán. En Cataluña he podido conocer de cerca la recuperación de la calzada del Capsacosta cuyo documento ha visto recientemente la luz y que he podido saborear paso a paso gracias a la, no suficientemente reconocida por mi parte, amabilidad de mi muy querido amigo Jaime Vallet que me suministra a menudo infinidad de datos, referencias y documentos de todo tipo. Mi historia santanderina prosigue verano a verano con las excursiones que vengo realizando con mi entrañable amigo Alvaro Cobo al que conocí hace tiempo en mi paso por el Instituto de Estudios Fiscales. Es precisamente el estudio y conocimiento in situ de las calzadas del norte de Palencia lo que concita hoy mi particular atención. La batalla de Aradillos como punto final de las guerras cántabras, está una vez más sentada sobre el conocimiento y desarrollo de la profusa red viaria que se desarrolló y que constituyó un soporte fundamental en las campañas de la legión VI macedónica. Es Aracillum un lugar misterioso de cuya exacta ubicación no se está aún seguro. No es la primera vez que viajando por sitios de difícil recorrido me sorprende la existencia de restos viarios antiguos que me atrevería a decir que imagino con ese ojo clínico que caracteriza a la vocación, en este caso ingenieril y que tan importante puede resultar cuando además de ver, se mira. Así fué como descubrí un tramo de calzada en Chaves, en Portugal, como conexión oeste de las vías occidentales de nuestro país. Es Portugal un territorio especialmente prolijo en restos romanos ¡la lusitania¡. Recordé entonces mi estancia en Beja, la Pax Julia romana y los restos de Serpa y Mértola. En mis oídos retumba siempre lejanas voces que me hablan de tiempos pretéritos que constituyen nuestra verdadera

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LA VOZ DEL COLEGIADO historia. Es entonces, en el silencio de los paseos meditados, contemplando estas viejas glorias cuando reconozco el valor de la historia, el hablar de estos viejos vestigios, testigos mudos que nos hablan de cultura, de vida, de muerte, de técnica y de arte y que constituyen un preciado tesoro de nuestras comunes y atemporales vivencias que caracterizan la trascendencia de nuestra profunda meditación. Caminos de vida, caminos de perfección espiritual, monumentos para el estudio de la técnica y para el solaz intelectual de quien los contempla. Ahí queda el testigo personal para quienes nos siguen en el apasionante y gratificante quehacer de la recuperación de nuestra cultura y de nuestra historia. Yo seguiré pateando los caminos para sentir en vivo el grito esperanzador de lo que nunca muere. ❚

CARTA ABIERTA A MI AMIGO Y NUESTRO COMPAÑERO FEDERICO NIETO SARAVIA FALLECIDO EL 3-11-2001 Juan Pedro Aguilar Saénz Colegiado nº 12.686

Querido Federico, amigo:

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Sé que si pudieras impedir que te recordara mediante estas letras, lo habrías hecho; pero querido amigo ahora no estás para darme ese consejo y no puedes convencerme de que desista en escribirlas en tu memoria. Nos conocimos hace años cuando fuiste mi profesor de esa asignatura, que hasta el día antes de irte para siempre, seguías impartiendo, cosas muy graves te tenían que suceder para que desistieras de dar tu clases.¡Esa era tu verdadera vocación!, y puedes estar seguro que para todos los que hemos sido alumnos tuyos a lo largo de estos años se te ha considerado fuera de halagos gratuitos y empalagosos (que no te gustaban), un profesor justo y responsable, que es la única “etiqueta”, si me permites, que me consta que podría gustarte que te pusieran. No eras amigo de protagonismos, cuántas veces te decía: ¿por qué no participas en cursos, congresos, conferencias?, en los que siempre podías tener un sitio;¡tú que para los que te conocíamos eras el mejor ingeniero-geólogo, que tenía la profesión!;...siempre me contestabas lo mismo con la humildad no fingida que te caracterizaba...”que había mucha gente con más conocimiento que tú”; y yo te decía que la ingeniería no podía permitirse que no transmitieras tus experiencias, tus conocimientos..., en definitiva la sabiduría científica almacenada en esa cabeza tan equilibrada. Pero amigo, creo que voy entendiendo por qué no lo hacías; por pasar desapercibido, por que no tenías esa ambición que para algunos es legítima; la de figurar, la de llamar la atención. Tú no la necesitabas, porque tu vida la llenabas con tú trabajo cotidiano, tú familia, tus días de pesca, tú Real Madrid y en definitiva cosas sencillas. Cuántas veces me he reído para mis adentros, cuando en alguna que otra reunión de trabajo entre compañeros de profesión, esperabas hablar el último y planteabas alguna pregunta o alguna observación y se empezaban a mirar entre ellos, pues los sumergías en un mar de dudas; y ya todo el mundo a escuchar tus “pocas palabras”, pero con la boca abierta. Gracias Federico Nieto, por haberme considerado tu amigo, y haberme dado la oportunidad de conocer a una gran persona, sencilla, sabia, inteligente y un gran ingeniero como tú eras. Te estaré siempre agradecido.

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Con motivo del XXV Aniversario de la creación de la Demarcación del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla y León

PRESENTACION DEL LIBRO VERDE DEL TRANSPORTE

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on motivo del 25 aniversario de la creación de la Demarcación del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla y León, la Comisión de Transportes de este organismo, presentó el pasado 5 de noviembre en Valladolid el Libro Verde del Transporte en España, documento editado para el debate y previo a un futuro Libro Blanco del Transporte en España que deberá recoger estrategias que “aprovechen el crecimiento que experimentan todos los sectores del transporte, a cuyo efecto es indispensable una mayor inversión”. El acto fue presidido por el Consejero de Fomento de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago, a quien acompañaron en la presidencia del mismo el Presidente del Colegio, Juan Miguel Villar Mir, el Decano de la Demarcación, Francisco Ledesma y el Presidente de la Comisión de Economía de las Obras Públicas y Catedrático de Transportes, Rafael Izquierdo. Introdujo el acto el Decano de Castilla y León, mostrando su satisfacción por poder celebrar este aniversario de manera tan señalada, con la presencia en la Demarcación del Consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León así como de la Junta de Gobierno del Colegio. Tras las palabras del Presidente del Colegio en las que explicaba el alcance del acto que se celebraba, cedió la palabra a D. Rafael Izquierdo, quien explicó a los asistentes el procedimiento que se había desarrollado para la redacción del Libro Verde, así como del proceso que con el mismo se abría a fin de poder redactar, en breve plazo, un Libro Blanco del Transporte, que era el fin buscado.

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El documento fue desarrollado ante los asistentes por Julián Sastre, Secretario de la Comisión de Transportes del Colegio, quien realizó un detallado recorrido por todos los extremos abordados, deteniéndose a señalar “las pocas posibilidades de innovación y formación, así como la baja productividad, reducida competitividad y escasa cultura sobre calidad del servicio y las excesivas presiones de subcontratación” como principales deficiencias del sector. Propueso “resucitar” el Instituto de Estudios del Transporte, reforzando el papel regulador de las administraciones públicas, teniendo como objetivo la liberalización del sector. El Consejero de Fomento clausuró el acto destacando la afinidad entre los planteamientos del Libro Verde con los de la Junta de Castilla y León, y felicitando a la Demarcación del Colegio por este aniversario. Tras un almuerzo conjunto de la Junta de Gobierno con la Junta Rectora de la Demarcación, ofrecido por ésta última, se celebró en la Sede de ésta última y de manera reglamentaria, la reunión que la Junta de Gobierno celebra mensualmente. ❚

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ACTOS DIVERSOS

ACTO CONMEMORATIVO DEL 150 ANIVERSARIO DEL MINISTERIO DE FOMENTO

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l pasado día 22 de octubre, bajo la presidencia de S.A.R. el Príncipe de Asturias, tuvo lugar el Acto conmemorativo de los 150 años de creación del Ministerio de Fomento, con asistencia del Ministro, Altos Cargos, ex Ministros y ex Altos Cargos del Departamento. En primer lugar intervino el Ministro D. Francisco Álvarez-Cascos que comenzó refiriéndose al origen del Ministerio, cuando en 1851 la Reina Isabel II dispuso, siendo Presidente del Consejo de Ministros D. Juan Bravo Murillo, que el Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas se denominase Ministerio de Fomento. En el Real Decreto de creación se definía la actividad inicial del Departamento (obras públicas, caminos comunes y de hierro, canales, puertos y faros) aunque a lo largo de estos 150 años se han ido añadiendo y separando competencias hasta llegar al actual organigrama. Durante este tiempo quince de los 123 Ministros que ha habido llegaron a ser Jefes de Gobierno y uno Presidente de la República. La creación del Ministerio de Fomento dio un notable impulso a la actividad legislativa y se aceleraron considerablemente los planes de estado para mejorar las comunicaciones del centro de España con los puertos y las fronteras. Pasa a citar las leyes más importantes promulgadas: en 1855 la Ley General de Ferrocarriles, en 1856 se implantó el sello de correos, en 1866 la Ley de Aguas, en 1877 la Ley de Obras Públicas y la Ley de Carreteras, en 1879 la Ley de Expropiación Forzosa y en 1880 la Ley de Puertos, y a dar cifras sobre lo existente en estos momentos en los diferentes campos de la competencia del Ministerio de Fomento. Así en carreteras, cuando en 1900 la red era de 36.306 Km., hoy en día el total de ella alcanza 684.610 Km., de los que 24.105 Km. son del Estado y el resto de Comunidades Autónomas, Diputaciones y Cabildos y Ayuntamientos.

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LA VOZ DEL COLEGIADO En Puertos, permanecen de titularidad estatal 46, mientras otros 200 son administrados por las Autonomías. En los que se refiere a los ferrocarriles, la totalidad de la red asciende a 14.352 Km., de los que casi todos (13.504 Km.) son de titularidad estatal. Hoy en día hay 45 aeropuertos en España, gestionados por el Estado. Por último se refiere al Servicio de Correos, que ha experimentado en estos 150 años un incremento impresionante, pues ha pasado de 21 millones de cartas en 1850 a 5.500 millones de objetos postales en 2000. Seguidamente alude a los personas que trabajan en el Ministerio de Fomento, sus Organismos Autónomos y sus Entidades Públicas Empresariales que son 125.703, de las que 48.259 son funcionarios y 77.444 contratados laborales, de los que prácticamente la mitad trabajan en Correos y Telégrafos y una cuarta parte en RENFE. Alude a la formación de los Grandes Cuerpos que agrupan a muchos de los profesionales que prestan sus servicios en el Ministerio de Fomento ( Ingenieros y Ayudantes de Caminos, Industriales y Navales y Arquitectos) y otros Cuerpos de gran raigrambre y antigüedad en aquel como los Camineros del estado y el de Empleados de Correos. Finalmente agradece la presencia del Príncipe de Asturias y le ruega traslade el afecto y lealtad de todos los que han desempeñado y desempeñan sus tareas en el Ministerio de Fomento a SS.MM los Reyes de España. Como conclusión al acto, S.A.R. el Príncipe de Asturias dirige unas palabras a los asistentes, aludiendo a la creación del Ministerio de Fomento por la Reina Isabel II. Agradece al Ministro la síntesis de la historia del Ministerio que ha realizado y destaca que a este corresponde la realización de las infraestructuras básicas para unir los más distantes puntos de España y de esta con el resto del mundo. Glosa la tarea realizada por el Ministerio a los largo de sus 150 años de existencia, que le ha convertido en protagonista de excepción de la transformación económica y social de España, al aproximar los pueblos, los centros de producción y los mercados. Destaca que la Familia Real siempre ha apoyado e impulsado dichas tareas, con sus presencia en numerosas ocasiones. Concluye animando a todos los que llevan a cabo su trabajo en el Ministerio a seguir manteniendo en el siglo que se ha iniciado su contribución esencial al desarrollo e impulso de nuevas infraestructuras que respondan a la exigencia de modernidad de la sociedad española y nos aproximen a los países que hoy tiene mayores cotas de progreso en Europa y en el mundo. A continuación se procede a descubrir una estatua conmemorativa en los jardines de los Nuevos Ministerios. Se trata de una obra de Agustín Ibarrola formada por una pieza de acero de 5 metros de altura con una base cuadrada de 2x2 metros y que pesa 1.600 kilos. La escultura se abre como una puerta a través del acero por la que transita una figura humana. Por último se inaugura en la Galería de las Arquerías de los Nuevos Ministerios una exposición que ocupa una superficie de 650 m2 y lleva por titulo “150 Años del Ministerio de Fomento” y que pretende dar una imagen de la actividad realizada por el Ministerio desde su creación en 1851 hasta el presente año 2001, centrándose en las obras públicas (carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos) servicios de transporte, edificación y Correos y Telégrafos. ❚

AGRADECIMIENTO

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El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, quiere agradecer al colegiado D. Fernando San Segundo Méndez (nº 2282) la donación de libros que ha realizado a la biblioteca del Colegio en el mes de octubre.

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