Comisión General de Pastoral Juvenil Vocacional

11-17 ABRIL 2016 Contenido Carta de Presentación Mensaje del Papa Oración de la mañana Acto Mariano ............. Oración de la tarde ... Oración de

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11-17 ABRIL 2016

Contenido Carta de Presentación Mensaje del Papa Oración de la mañana Acto Mariano ............. Oración de la tarde ... Oración de la mañana Acto Mariano ............ Adoración................... Jornada Mundial de Oracion por las Vocaciones

Comisión General de Pastoral Juvenil Vocacional

Queridas hermanas:

CARTA DE PRESENTACION

El Jubileo Extraordinario de la misericordia, es una oportunidad preciosa para la comunidad cristiana, tiempo propicio donde todos somos invitados a construir comunidades “oasis de misericordia” expresó el Papa Francisco, a los jóvenes de la comunidad de Taizé a finales del año 2015reunidos en el 38 Encuentro, realizado en Valencia, (España) Estamos en la tercera semana de Pascua, nos evoca, comunidad pascual, comunidad fortalecida por la fe en el resucitado, que se siente llamada y enviada a contar a otros, que Dios es Misericordia. Comunidad, que permanece y nutre su vida en la eucaristía, la Palabra, que se hace próxima cuando mira al hombre caído en el camino, se inclina, le unge con gestos y palabras de misericordia. “La comunidad existe allí donde se hace comunidad”, decía el filósofo Martin Buber. La comunidad religiosa, es una realidad viva, dinámica, vivida en la responsabilidad de quienes se sienten seducidas por Jesús, viven el gozo de haber recibido un don para ser vivido en fraternidad y misión, lo agradecen, lo celebran y lo ponen al servicio del Reino. “Llamadas a vivir en comunidad la misericordia del Padre”, el lema de la Semana Vocacional Hospitalaria 2016. Para nosotras hospitalarias, la comunidad, es el lugar privilegiado del anuncio vocacional y testimonio (DC XIX), es ahí donde aquellos que se sienten llamados a seguir a Jesús, dan respuesta a sus interrogantes dando un sentido a sus vidas, se sienten escuchados, interpelados, enriquecidos y llamados a vivir la alegría de la entrega y el servicio. 2

La Semana Vocacional Hospitalaria (SVH), la vamos a celebrar del 11 al 17 de abril. Nos permitirá unirnos en alabanza, súplica confiada, de quienes se abandonan en la misericordia de Dios, que bendice a la Iglesia, con nuevas vocaciones. Durante estos días, además de orar por las vocaciones, es un tiempo de dar una mirada a nuestra historia vocacional, dando gracias a Dios, porque es eterna su misericordia. Él nos ha elegido y nos continúa llamando por nuestro nombre, y nos consagró para dar vida y vida en abundancia. Además son unos días de hacer un alto en nuestro camino vocacional y revisar nuestro compromiso personal y comunitario con la pastoral vocacional. Os hemos preparado diversos materiales, para diferentes momentos de oración durante la SVH. Cada comunidad, puede seleccionar el material que mejor se acerca a su realidad, teniendo en cuenta que van dirigidos a todas las comunidades de la Congregación, siendo diferentes en edades y realidades. Se incluye el Mensaje del Papa Francisco para la 53 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Confiamos a Nuestra Madre, cada una de las comunidades, los grupos comunitarios, y todos los que formamos la comunidad hospitalaria, para que continuemos sembrando en el corazón de los jóvenes, semillas de hospitalidad, con gestos y palabras que hablan de entrega, servicio, acogida, compromiso, alegría, y sigan a Jesús Buen Samaritano. Comisión general de pastoral juvenil vocacional

MENSAJE DEL PAPA PARA LA 53 JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES. La Iglesia, madre de vocaciones

Queridos hermanos y hermanas:

Cómo desearía que, a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia. Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto. Por eso, invito a todos los fieles, con ocasión de esta 53ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, a contemplar la comunidad apostólica y a agradecer la mediación de la comunidad en su propio camino vocacional. En la Bula de convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia recordaba las palabras de san Beda el Venerable referentes a la vocación de san Mateo: misereando atque eligendo (Misericordiae vultus, 8). La acción misericordiosa del Señor perdona nuestros pecados y nos abre a la vida nueva que se concreta en la llamada al seguimiento y a la misión. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero.

El beato Pablo VI, en su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, describió los pasos del proceso evangelizador. Uno de ellos es la adhesión a la comunidad cristiana (cf. n. 23), esa comunidad de la cual el discípulo del Señor ha recibido el testimonio de la fe y el anuncio explícito de la misericordia del Señor. Esta incorporación comunitaria incluye toda la riqueza de la vida eclesial, especialmente los Sacramentos. La Iglesia no es sólo el lugar donde se cree, sino también verdadero objeto de nuestra fe; por eso decimos en el Credo: «Creo en la Iglesia». La llamada de Dios se realiza por medio de la mediación comunitaria. Dios nos llama a pertenecer a la Iglesia y, después de madurar en su seno, nos concede una vocación específica. El camino vocacional se hace al lado de otros hermanos y hermanas que el Señor nos regala: es una con-vocación. El dinamismo eclesial de la vocación es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo. Establece esa comunión en la cual la indiferencia ha sido vencida por el amor, porque nos exige salir de nosotros mismos, poniendo nuestra vida al servicio del designio de Dios y asumiendo la situación histórica de su pueblo santo. 3

En esta jornada, dedicada a la oración por las vocaciones, deseo invitar a todos los fieles a asumir su responsabilidad en el cuidado y el discernimiento vocacional. Cuando los apóstoles buscaban uno que ocupase el puesto de Judas Iscariote, san Pedro convocó a ciento veinte hermanos (Hch. 1,15); para elegir a los Siete, convocaron el pleno de los discípulos (Hch. 6,2). San Pablo da a Tito criterios específicos para seleccionar a los presbíteros (Tt 1,5-9). También hoy la comunidad cristiana está siempre presente en el surgimiento, formación y perseverancia de las vocaciones (cfr. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 107).

La vocación nace en la Iglesia. Desde el nacimiento de una vocación es necesario un adecuado «sentido» de Iglesia. Nadie es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos (ibíd., 130). Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un discernimiento más objetivo. La comunidad se convierte de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El candidato contempla agradecido esta mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro. Aprende a conocer y a amar a otros hermanos y hermanas que recorren diversos caminos; y estos vínculos fortalecen en todos la comunión.

La vocación crece en la Iglesia. Durante el proceso formativo, los candidatos a las distintas vocaciones necesitan conocer mejor la comunidad eclesial, superando las percepciones limitadas que todos tenemos al principio. Para ello, es oportuno realizar experiencias apostólicas junto a otros miembros de la comunidad, por ejemplo: comunicar el mensaje evangélico junto a un buen catequista; experimentar la evangelización de las periferias con una comunidad religiosa; descubrir y apreciar el tesoro de la contemplación compartiendo la vida de clausura; conocer mejor la misión ad gentes por el contacto con los misioneros; profundizar en la experiencia de la pastoral en la parroquia y en la diócesis con los sacerdotes diocesanos. Para quienes ya están en formación, la comunidad cristiana permanece siempre como el ámbito educativo fundamental, ante la cual experimentan gratitud.

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La vocación está sostenida por la Iglesia. Después del compromiso definitivo, el camino vocacional en la Iglesia no termina, continúa en la disponibilidad para el servicio, en la perseverancia y en la formación permanente. Quien ha consagrado su vida al Señor está dispuesto a servir a la Iglesia donde esta le necesite. La misión de Pablo y Bernabé es un ejemplo de esta disponibilidad eclesial. Enviados por el Espíritu Santo desde la comunidad de Antioquía a una misión (Hch 13,1-4), volvieron a la comunidad y compartieron lo que el Señor había realizado por medio de ellos (Hch 14,27). Los misioneros están acompañados y sostenidos por la comunidad cristiana, que continúa siendo para ellos un referente vital, como la patria visible que da seguridad a quienes peregrinan hacia la vida eterna. Entre los agentes pastorales tienen una importancia especial los sacerdotes. A través de su ministerio se hace presente la palabra de Jesús que ha declarado: Yo soy la puerta de las ovejas… Yo soy el buen pastor (Jn 10, 7.11). El cuidado pastoral de las vocaciones es una parte fundamental de su ministerio pastoral. Los sacerdotes acompañan a quienes están en buscan de la propia vocación y a los que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad. Todos los fieles están llamados a tomar conciencia del dinamismo eclesial de la vocación, para que las comunidades de fe lleguen a ser, a ejemplo de la Virgen María, seno materno que acoge el don del Espíritu Santo (cf Lc 1,35-38). La maternidad de la Iglesia se expresa a través de la oración perseverante por las vocaciones, de su acción educativa y del acompañamiento que brinda a quienes perciben la llamada de Dios. También lo hace a través de una cuidadosa selección de los candidatos al ministerio ordenado y a la vida consagrada. Finalmente es madre de las vocaciones al sostener continuamente a aquellos que han consagrado su vida al servicio de los demás. Pidamos al Señor que conceda a quienes han emprendido un camino vocacional una profunda adhesión a la Iglesia; y que el Espíritu Santo refuerce en los Pastores y en todos los fieles la comunión eclesial, el discernimiento y la paternidad y maternidad espirituales: Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios. Vaticano, 29 de noviembre de 2015 Primer Domingo de Adviento Franciscus

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ORACIÓN DE LA MAÑANA LUNES, 11 de abril

1. AMBIENTACIÓN Comenzamos la Semana Vocacional Hospitalaria. Un tiempo en el cual nos paramos a pensar si nuestra vida la estamos viviendo con sentido, en clave de vocación. Si estamos respondiendo a la llamada que Cristo nos hace a vivir con El en amor fraterno y a ser testigos de su misericordia en favor de los enfermos. (cfr. Const. 48 ) Es un reto para todas nosotras. El mundo en el que vivimos muchas veces nos invita a mirar nuestra vida en el aquí y ahora. Vivir la vida como vocación es dejar actuar a Dios. Dios toma la iniciativa de llamar a todos los hombres y en todas las épocas. Los hombres, atentos al plan de Dios, que contempla a toda la humanidad, responden desde su libertad. Decir Sí a la propuesta divina es dar una respuesta evangelizadora hospitalaria a las necesidades de las personas en el mundo.

CANTO: EL ESPIRITU DEL SEÑOR Folleto: Hospitalidad Autor: Luis Elizalde EL ESPÍRITU DEL SEÑOR VIVE ENTRE NOSOTROS. 1 Hay un solo corazón al unirse nuestros cantos hay una misma ilusión al unirse nuestras vidas. 2 Hay un solo caminar cuando vamos hacia el Padre hay una misma oración en el Espíritu Santo. 6

Salmo 83: Ant: Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Aleluya.

Salmo del Testigo

¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.

Es hora Señor, de ser testigos nuevos como Benito Menni, Mª Josefa y Mª Angustias. Es hora de construir, todas juntas la civilización del amor y la misericordia. Es hora de salir a las plazas y ciudades como comunidad hospitalaria. Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad, de ternura y comprensión.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación: Cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob. Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. ¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti! Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Es hora Señor, de gritar al mundo tu Hospitalidad sin vergüenza. Es hora de ser luz y abrir caminos donde el enfermo mental no cuenta. Es hora de darse la mano y hacer un coro con los colaboradores de nuestra misión. Es hora de decir a los miedosos: de mí desconfío y en el Señor me abandono. Es hora de ser tu testigo donde el Carisma de la Misericordia no se conoce. Es hora de ser tu Testigo, mostrando que el Amor puede más que la justicia.

Ant:

POR TI, MI DIOS, CANTANDO VOY LA ALEGRÍA DE SER TU TESTIGO, SEÑOR.

Es hora de ser tu Testigo donde el hombre no es valorado. Es hora de ser tu Testigo donde al hombre se le desprecia por haber perdido la razón. Es hora de ser tu Testigo donde los ojos están puestos en la eficacia y la producción. Es hora de ser tu Testigo donde la mentira se justifica para ganar. Es hora de ser tu Testigo donde las injusticias se aprueban sin contar con los más necesitados. Es hora de ser tu testigo unidos como un solo pueblo, en Iglesia, como Congregación. Cristo, Compasivo y misericordioso, Señor del hombre, del enfermo mental. Testigo del amor del Padre, corazón de su Corazón donde tiene descanso el enfermo, el pobre, el niño, el anciano… Todas: Cristo, Compasivo y Misericordioso: Danos tu fuerza, anima nuestro compromiso hospitalario. Ayúdanos a vivir en fidelidad nuestra consagración. 7

2. EVANGELIO Lucas 4,14-22a Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu y su fama se extendió por toda la región. Iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías, desenrolló el volumen y halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy.» Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca.

CANTO: EL ESPIRITU DE DIOS Folleto: Cerca está el Señor Autor: Carmelo Erdozáin

El Espíritu de Dios está sobre mí, el Espíritu de Dios está sobre mí, porque él me ha ungido, él me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres y anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista, la libertad al oprimido y anunciar la salvación del Señor.

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Pregunta para compartir a partir de la vida ¿Cuáles son los textos o frases que son más motivadores o inspiradores para tu vida.? 

Preguntas para profundizar el Evangelio—Carisma  ¿Qué dicen nuestras Constituciones, Cartas del Fundador, R.M.A., otros Documentos de la Congregación, sobre el Anuncio de la Buena Noticia de Misericordia a todos los hombres?  ¿Cómo llevó a la práctica Jesús el anunciar buenas noticias a los pobres? ¿Cómo vivimos hoy nosotras el ser

Llamadas a Vivir en Comunidad la Misericordia del Padre? 

Preguntas para pensar en la oración ¿Te dejas conducir por el Espíritu del Señor? ¿Lo reconoces como inspirador de tus decisiones y práctica de fe, de la Misericordia de Dios? Repite las palabras de Jesús, de los Fundadores… y encuéntrate en silencio con Dios.

PETICIONES:

1.-Tú no quieres gente mediocre, gente que te diga un «sí» con la boca chica, cuando a la hora de la verdad lo que dice es «no». Yo, Señor, quiero vivir tu evangelio con radicalidad. QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA. 2.-Sé que necesitas personas comprometidas que no tengan miedo a anunciar tu Palabra por todos los lugares. QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA. 3.-Necesitas testigos, comunidades que vivan la Misericordia del Padre, y derrochen cariño y entrega por donde quiera que vayan; haciendo realidad tu gran mandamiento del amor. QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA. 4.-Nosotras vivimos con gozo el don de la vocación y deseamos que otras lo compartan, por eso pedimos por el aumento de vocaciones a la vida religiosa hospitalaria. QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA.

«Quiero vivir la Misericordia»

5.-En el mundo necesitas personas que sean capaces de amar sin límites, querer sin límites, entregarse sin límites... Como nuestro Fundador. Tu invitación es exigente pero, a pesar de todo… QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA.

6.-La fe vivida en familia está en crisis. No es fácil encontrar familias que vivan su fe en la casa. Nosotras queremos, desde la comunidad, ser testigos de tu Misericordia en medio de los más cercanos. QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA.

7.- Tú cuentas con nosotras. Nos quieres evangelizadoras de la Misericordia en este mundo que tanto carece de ella. QUIERO VIVIR LA MISERICORDIA.

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Cántico del Benedictus Hospitalario Coro: Bendito sea, bendito sea, el Señor Dios de Israel, el Dios de Israel. Yo quisiera, hijas mías, muy amadas en el Señor, yo quisiera que pensarais bien en la presencia del Señor el gran privilegio y la gran gracia con que Su Divina Majestad os ha favorecido por haberos hecho esposas suyas. Es esta una gracia tan grande y tan singular que bien meditada, basta para encender el corazón en el Divino Amor; pero ¿qué digo? no sólo encenderlo, sino arrebatarlo y enajenarlo embriagándolo en el dulce licor del agradecimiento a tanta Divina Bondad, que sin merecerlo nos ha llamado a su santa Casa y a sus santos desposorios (C 19.1).

Coro: Bendito sea, bendito sea, el Señor Dios de Israel, el Dios de Israel. Sí, hijas mías, llora mi corazón pensando en vosotras, porque me enternece el pensar en el grande y especialísimo beneficio, que os ha hecho el Señor de llamaros a su santa casa para ser esposas suyas. ¡Ah hijas mías, si supiéramos comprender algo del gran beneficio, que Dios nos ha hecho de llamarnos a su servicio, nos quedaríamos extasiados y fuera de nosotros mismos por el agradecimiento tan grande que tendríamos al Señor!

Coro: Bendito sea, bendito sea, el Señor Dios de Israel, el Dios de Israel. Y nosotras, que por divina misericordia somos llamadas a las bodas de nuestro Jesús, ¿qué deberemos hacer, en testimonio de la gratitud de nuestro corazón, al vernos elevadas a una tan superior honra que no es dado a la criatura el saber apreciar lo excelente de esta dignidad? Ya vemos que esta fineza nos la dispensa con generosidad este nuestro amable Jesús. Amémosle con todo el ardor del corazón haciéndole entrega de todo nuestro ser (RMA p. 199).

Coro: Bendito sea, bendito sea, el Señor Dios de Israel, el Dios de Israel. Pido a todas, para que me ayudéis a dar gracias al Señor por tan señalado beneficio, pues el haber sido llamado al estado religioso, es una gracia que nunca sabremos suficientemente apreciar; pues cada día que pasa veo y comprendo mejor cuán grande beneficio fue el haber tenido la santa vocación y haberla seguido (C 203).

Coro: Bendito sea, bendito sea, el Señor Dios de Israel, el Dios de Israel. ¿De dónde hemos merecido nosotras la gracia de que se digne el Señor emplearnos en su servicio para aliviar los dolores de sus vivas imágenes? (C 406). Gastemos nuestra vida trabajando por las pobres enfermas, que cuanto más lo son, representan más al vivo a Jesús nuestro Redentor (C 346). 10

ORACIÓN PARA ALCANZAR MISERICORDIA Sólo Dios puede dar la fe, pero tu puedes dar tu testimonio. Sólo Dios puede dar esperanza, pero tú puedes devolverla a tu hermano. Sólo Dios puede dar el amor, pero tú puedes enseñar a amar. Sólo Dios puede dar la paz, pero tú puedes sembrar la unión. Sólo Dios puede dar la fuerza, pero tú puedes animar al desanimado. Sólo Dios es el camino, pero tú puedes señalarlo a los otros. Sólo Dios es la luz, pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos. Sólo Dios es la vida, pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir. Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible, Pero tú puedes hacer lo posible. Sólo Dios se basta a sí mismo, Pero prefiere contar contigo.

ORACIÓN FINAL 53 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.

Sólo Dios es Misericordioso, Pero por su Gracia, te llena de su Misericordia. 11

ACTO MARIANO MARTES, 12 de abril

AMBIENTACIÓN: María, Madre de Misericordia, Modelo de Hospitalaria... María, que protege y mira con agrado a nuestra Congregación, es la primera hospitalaria. Acoge a Jesús en su seno y le acompaña hasta la cruz. Ella nos conduce a la fuente de agua viva que brota del Corazón de Cristo, y nos reviste de entrañas de misericordia, de modo que podamos llevar su amor maternal al hombre que sufre. Nos enseña a descubrir las necesidades de los otros, aun cuando no se formulen, y a responder eficazmente a ellas. De su firmeza al pie de la cruz aprendemos a permanecer hasta el final junto al enfermo. ( Const. 68 ) ¡Que María, que es Madre de Misericordia, nos ponga en el corazón la certeza de que somos amadas por Dios. Que esté cerca de nosotras en los momentos de dificultad y nos done los sentimientos de su Hijo, para que nuestro itinerario de vida sea experiencia de perdón, de acogida y de caridad hospitalaria!

Evangelio según san Juan 19, 25-27 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. CANTO: NUESTRA MADRE Y SEÑORA Nuestra Madre y Señora del Sagrado Corazón haz que persevere Siempre en mi santa, en mi santa vocación. 12

DINÁMICA PARA COMPARTIR A través de peticiones, acción de gracias, alabanza… , compartimos la experiencia que tenemos de María , como Madre de Misericordia en nuestra vida. Intercalamos: 5 Ave María. Cantada o rezada.

Magníficat: Engrandece nuestra vida al Señor Engrandece nuestra vida al Señor, y nuestro espíritu se alegra en Dios nuestro salvador. Porque ha mirado con entrañas de misericordia el sufrimiento de los enfermos mentales, Y por la intervención de María, Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, Benito Menni, María Josefa y María Angustias, se inclinó a ellas desde el Carisma de amor hecho servicio. Por eso con María cantamos las maravillas del Señor. Porque ha mirado la sencillez de sus siervas; ha hecho maravillas en nosotras el Poderoso, derramando en cada una el Carisma de la Hospitalidad. Nos invita a reproducir sus sentimientos de Misericordia y bondad. Santo es su Nombre y su misericordia alcanza de generación en generación. Él hace proezas por mediación de nuestro Carisma, llamándonos a ser testigos de su misericordia de generación en generación, compartiendo y aliviando el dolor de nuestros hermanos enfermos. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los enfermos mentales, disminuidos físicos y psíquicos, a los que están fuera. Con nuestra vida hospitalaria hacemos presente el amor que Dios les tiene contrariando toda lógica humana. Acogió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia y del juramento que había hecho a Abraham y su descendencia por siempre. Con amor maternal acogemos al hombre que sufre, acordándonos que ellos son las vivas imágenes de Jesucristo, y de la alianza de amor que hemos hecho desde nuestra profesión y que mantenemos en fidelidad por siempre. Amén.

María sostiene nuestra Vocación María, Nuestra Madre, En tu corazón de Madre Se fraguó la vocación hospitalaria de los Fundadores y de las primeras hermanas… Contigo, damos gracias al Padre Por este don para la Iglesia. Te pedimos que sigas forjando cada día nuestra fidelidad vocacional; que seamos mujeres que, ardiendo en caridad nos entreguemos totalmente al servicio de los enfermos, de los niños, de los ancianos. Mira, Madre, a esta Congregación. que Tú fundaste y no la dejes de tu mano. Ayúdanos a saber comunicar a otras , nuestro don vocacional para que nuevas generaciones sigan a Jesús Buen Samaritano desde el Carisma de la Misericordia. Con María, Nuestra Madre, te damos gracias por la vocación recibida danos la gracia de ser a ella fiel toda la vida.

CANTO: REINA Y MADRE .... Reina y Madre del Corazón de Jesús. Impúlsanos y acompáñanos a servir y amar a nuestro Señor con toda nuestra alma, corazón, sentidos y potencias, de tal manera, que ni siquiera quede en nosotras, una pizquita de nuestro ser, que no esté total y enteramente consagrado al servicio de Nuestro Señor y Rey.

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ORACIÓN DE LA TARDE MIÉRCOLES, 13 de abril

Himno: AL ATARDECER Folleto: Al atardecer de la vida Autor: Cesareo Gabaráin

AL ATARDECER DE LA VIDA ME EXAMINARÁN DEL AMOR. Si ofrecí mi pan al hambriento, si al sediento di de beber. Si mis manos fueron sus manos, si en mi hogar le quise acoger. Si ayudé a los necesitados, si en el pobre he visto al Señor, si los tristes y los enfermos me encontraron en su dolor. Aunque hablara miles de lenguas, sino tengo amor nada soy. Aunque realizara milagros, sino tengo amor nada soy. Recitado: Venid benditos de mi Padre, tuve hambre y me diste de comer, estaba solo y me acompañaste, estaba triste y me alegrasteis estaba feliz y sonreísteis conmigo. Venid, benditos de mi Padre.

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AMBIENTACIÓN:

Jesus, en este día, nos viene a recordar cual es la esencia de su mensaje: la caridad. La caridad no como mera filantropía, sino como verdadero amor a Dios que vive realmente en mi projimo. Jesus nos lo dice muy claro: "a mí me lo hicisteis", y ademas con ejemplos practicos. Esta caridad brota naturalmente del amor a Dios. Si amo a Dios no puedo dejar de amar a mi hermano. Ademas de los actos externos, la caridad hospitalaria se aplica a la palabra. Sí, este es uno de los campos mas difíciles, pero tambien de los mas hermosos. Hace falta promover lo bueno y echar a buena parte aquello que mas nos cuesta. Jesus, ayudanos a recordar que la vida nos ha sido dada para entregarla, con las manos llenas de actos concretos de amor, llenas de nombres.

GESTO: En un cartel, se escriben todos los nombres de las hermanas de la Comunidad, algunos de enfermos, jóvenes, colaboradores… y se coloca en el altar de la Capilla.

Bienaventuranzas de la Hermana Hospitalaria Antf. BIENAVENTURADOS SEREMOS, SEÑOR. SEREMOS, SEÑOR. Bienaventurada la hermana hospitalaria que sepa: Rogar desde la pobreza, porque Jesús a ellos, los llama dichosos; Y, Jesús cumple en ellos su misión de salvación. Rogar para identificarse con Jesús, para ser con y para los pobres. La pobreza así vivida, es dependencia de Dios y olvido de sí misma. Bienaventurada la hermana hospitalaria que sepa: Trabajar por la justicia: desde nuestra misión hospitalaria, Construir un Reino de paz y justicia, aproximar las estructuras institucionales y de la misma vida religiosa a las necesidades y a la realidad de los enfermos. Defender los derechos del enfermo. Tratar con justicia a los colaboradores; construir un espacio saludable en la vida fraterna y trabajar con paciencia y caridad. El trabajo hospitalario hecho desde la justicia, es colaboración con el plan de Dios. Bienaventurada la hermana hospitalaria que sepa: Padecer con los afligidos. Esa ha de ser la actitud de la hermana hospitalaria, porque desde que Jesús nos llamó, en los momentos difíciles, no ha dejado de consolarnos, acompañarnos y convertir nuestra tristeza en gozo. Así pues, estamos llamadas a acoger a los más pobres de mente y espíritu, de bienes y de belleza física; a curar sus heridas y sanar sus penas, a practicar la santa hospitalidad. Porque lo mismo que hicieron con uno de estos más pequeños, Conmigo lo hicieron. Bienaventurada la hermana hospitalaria que sepa: Sufrir como profeta; a causa de la justicia: Proclamando la Buena Nueva del Reino en medio de nuestro mundo materialista, inmediatista, en el que cada cual busca su propio interés. Luchando contra el sistema opresor y burgués, para que surja la gloria de Dios y su poder. Confiando en Dios, en medio del sufrimiento y trabajando con perseverancia y fidelidad en la tarea emprendida, esperando en quien todo lo podemos y a quien seguimos. Bienaventurada la hermana hospitalaria que sepa: Amar con misericordia: ese es el mandato del Señor a la Hermana Hospitalaria. Abrirse a la misericordia divina, para ser misericordiosas, como Él es con cada una. Inclinarse con entrañas de madre para servir a los enfermos y las hermanas; testimoniar la compasión hasta el riesgo de la propia vida. Bienaventurada la hermana hospitalaria que sepa: Callar en silencio contemplativo, cuando no alcanzamos a comprender la acción de Dios en nuestra pobre naturaleza humana. Callar ante el sufrimiento ajeno. Llorar con los que lloran, para poder consolarlos. Esperar en silencio, cuando el Señor calla ante el sufrimiento de tantos enfermos. Hablar de Dios con gestos de hospitalidad. Antf. BIENAVENTURADOS SEREMOS, SEÑOR. SEREMOS, SEÑOR. 15

LECTURA DEL EVANGELIO Mateo 25,31-46 «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí.' Entonces los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti?' Y el Rey les dirá: 'En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.' Entonces dirá también a los de su izquierda: 'Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.' Entonces dirán también éstos: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?' Y él entonces les responderá: 'En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.' E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»

Meditación del Papa Francisco Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, del producir, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, del hacerse cargo del otro. En el fondo, detrás de esta actitud hay frecuencia una fe tibia, que ha olvidado aquella palabra del Señor, que dice: “A mí me lo hicisteis”. Por esto, quisiera recordar una vez más “la absoluta prioridad de la ‘salida de sí hacia el otro’ como uno de los mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual como respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios” (E.G. 179). De la misma naturaleza misionera de la Iglesia brotan “la caridad efectiva con el prójimo, la compasión que comprende, asiste y promueve”»

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Proclamo tu grandeza -Magníficat Proclamo la grandeza del Señor, ensalzo la potencia de su amor, alabo la inmensidad de su ternura y la infinitud de su misericordia. Miraste, oh Dios, la pequeñez de tu esclava; te fijaste, oh Amor, en la debilidad de tu hija: te compadeciste de su desnudez y su pobreza y colmaste todos sus vacíos. La hiciste fuerte y valerosa Fui bañada en tu gracia y empapada, vestida con las galas del Espíritu, elevada hasta el trono de la Reina, Hija y Madre de Dios mismo. El es poderoso en amor, su nombre es santo y bondadoso, es amigo de humildes y creyentes, y mira con ternura a los pequeños. Alimenta y sacia a los hambrientos, y colma de bienes a los pobres; su amor envuelve a todo el universo, de generación en generación. Su amor llega hasta nosotr@s, el resto pequeño de Israel, y llega a todos los humildes, a todos los miserables de la tierra. La estrella de su amor nunca se apaga, ilumina a los que viven en la noche, alegra el corazón de los sencillos, regala y enardece a todos los que aman. ¡Qué grande es tu amor! ¡Me pierdo en el océano de tu misericordia! Yo sólo puedo balbucir: es la Luz que todo lo ilumina, es la Verdad, es la Vida, lo es Todo. Amén.

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¡Padre, venga tu Reino! El Padrenuestro orado desde Jesús ¡Padre! Este es mi deseo: que los hombres y mujeres se sientan tus hijos queridos y hermanos solidarios de todos. Santificado sea tu nombre. Haz que tu nombre de Padre sea reconocido y venerado. Que todos conozcan la bondad y la fuerza salvadora que encierra tu nombre santo. Que nadie lo ignore o desprecie. Que nadie lo profane violando a tus hijos e hijas. Manifiesta ya plenamente tu poder salvador y tu bondad santa. Que sean desterrados los nombres de los dioses e ídolos que matan a tus pobres. Que todos bendigan tu nombre de Padre bueno. Venga tu reino. Que tu reino se vaya abriendo camino entre nosotros. Que la semilla de tu fuerza salvadora siga creciendo, Que la levadura de tu reino lo fermente todo. Que a los pobres y maltratados les llegue ya tu buena noticia. Que los que sufren sientan tu acción curadora. Llena el mundo de tu justicia y tu verdad, de tu compasión y tu perdón. Si tú reinas, ya no reinarán los ricos sobre los pobres; los poderosos no abusarán de los débiles; los varones no dominarán a las mujeres. Si tú reinas, ya no se podrá dar a ningún César lo que es tuyo; nadie vivirá sirviéndote a ti y al dinero. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Que se haga tu voluntad y no la nuestra. Que se cumplan tus deseos, pues tú solo quieres nuestro bien. Que en la creación entera se haga lo que tú quieres y no lo que desean los poderosos de la tierra. Que veamos hecho realidad entre nosotros lo que tienes decidido en tu corazón de Padre. 18

Danos hoy el pan de cada día. Danos a todos el alimento que necesitamos para vivir. Que a nadie le falte hoy pan. No te pedimos dinero ni bienestar abundante, no queremos riquezas para acumular, sólo pan para todos. Que los hambrientos de la tierra puedan comer; que tus pobres dejen de llorar y empiecen a reír; que los podamos ver viviendo con dignidad. Que ese pan que un día podremos comer todos juntos, sentados a tu mesa, lo podamos pregustar desde ahora. Queremos conocerlo ya. Perdónanos nuestras deudas como también nosotros, al decirte esto, perdonamos a nuestros deudores. Perdónanos nuestras deudas, no sólo las ofensas contra tu ley, sino el vacío inmenso de nuestra falta de respuesta a tu amor. Necesitamos tu perdón y tu misericordia. Nuestra oración es sincera. Al hacerte esta petición estamos perdonando a quienes están en deuda con nosotros. No deseamos alimentar en nosotros resentimientos ni deseos de venganza contra nadie. Queremos que tu perdón transforme nuestros corazones y nos haga vivir perdonándonos mutuamente. No nos dejes caer en la tentación. No nos dejes caer en la tentación de rechazar definitivamente tu reino y tu justicia. Danos tu fuerza. No dejes que caigamos derrotados en la prueba final. Que en medio de la tentación y del mal podamos contar con tu ayuda poderosa. Líbranos del mal. ¡Padre, arráncanos del mal!

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Canto: CD “UN CORAZÓN SIN FRONTERAS”

CUANDO SEÑOR (F. Hernández) 1.-¿Cuándo Señor, cuando, Cuando, cuando? ¿Cuándo te vi con hambre Y cuando con sed? ¿Cuándo, cuando, cuando, cuando? (BIS) Cuando refrescabas mi frente y ni cama Y las horas de hambre en el pobre saciabas ¿Cuándo, cuando, cuándo, cuando? Bienaventurados, si por mi causa socorréis al débil, Dios es vuestra paga. 2.-Cuando te vi en la cárcel ¿Cuándo, cuando? ¿Cuándo te liberé ¿Cuándo, cuando? ¿Cuándo, cuando, cuando, cuando? (BIS) Cuando defendías al marginado Cuando al emigrante Dabas tu mano. ¿Cuándo, cuando, cuándo, cuando? Bienaventurados, si por mi causa defendéis al débil, Dios es vuestra paga. 3.-Cuando te vi con frio ¿Cuándo, cuando? ¿Cuándo te vi desnudo y te vestí? ¿Cuándo, cuando, cuando, cuando? (BIS) Cuando visitabas las horas más bajas de el que sólo y triste de amor, se encontraba. ¿Cuándo, cuando, cuándo, cuando? Cuando le abrigabas y le escuchabas Dando calor, con tu mirada. ¿Cuándo, cuando, cuándo, cuando? Bienaventurados si por mi causa alguien os persigue, Dios es vuestra paga.

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ORACIÓN FINAL 53 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.

ORACIÓN DE LA MAÑANA JUEVES, 14 de abril

AMBIENTACIÓN

Estamos celebrando el 4º día de la Semana Vocacional Hospitalaria. Reavivamos la llamada de Jesús: “Tú...sígueme”, con otras hermanas: Llamadas a vivir en comunidad la Misericordia del Padre. Jesús, hoy, nos sigues llamando, no es empeño humano, sino que eres Tú, Profeta de la Misericordia, quien ha puesto la mirada en nuestra pequeñez. Nos llamas de manera personal, tal y como somos, nos llamas de manera gratuita porque así nos quieres, tu llamada es irrevocable, no cambia, aunque a veces te defraudemos. Únenos más íntimamente a Ti, introdúcenos en tu Corazón, y enséñanos a vivir tus mismos sentimientos para continuar comunicando el don particular de la caridad hospitalaria para provecho de muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, para tantos jóvenes que desean seguirte en este camino hospitalario. Haz de nuestra vida una Buena Noticia en el mundo del sufrimiento humano.

“ Tú... Sígueme” 21

Salmo de la Hospitalidad Ant. Hospitalidad, Hospitalidad. Hoy como ayer y siempre. Aquí nos tienes, Dios de bondad, abiertas a tu Espíritu, en actitud de servicio al que sufre, somos Hospitalarias, porque Tú lo quisiste, Señor. Nos diste el Carisma del servicio al enfermo, al limitado, al necesitado…, nos elegiste para ser expresión del amor que Tú les tienes. Nos llamaste a formar la Comunidad Hospitalaria, donde se viva el amor que Tú nos tienes y para que lo manifestemos, en obras, a los demás. Señor, enséñanos a amarnos las unas a las otras como Tú nos amas. Ayúdanos a vivir de acuerdo a la consagración bautismal, que nace de Jesucristo y se realiza en nosotras cada día. Nos elegiste para formar la Comunidad Hospitalaria, para vivir Contigo y como Tú, en donación total, al Padre y a los hermanos. Señor, queremos ser fuertes y valientes, para llevar tu mensaje de amor a las personas que sufren y que Tú nos has confiado. Tú conoces nuestro deseo de servirte y amarte en cada uno de ellos. Señor, ante Ti y ante el mundo, somos responsables de hacer vida y transmitir el espíritu de Nuestros Fundadores: San Benito Menni, María Josefa y María Angustias. Quienes se reconocieron pobres ante Ti, que de sí, desconfiaban. Y a Ti se confiaron plenamente diciendo: Jesús mío, de mí desconfío, en Ti confío y me abandono”. Necesitamos, también nosotras, confiar en Ti; dadnos paciencia, caridad, amor al hermano enfermo, al pobre y al necesitado, amor a la Congregación. Concédenos fidelidad a nuestros trabajos, ayúdanos a ser humildes y generosas. 22

Salmo desde la entrega total Ant. Jesús mío desconfío de mí y me apoyo solo en Ti, y en Tu Corazón, me abandono. Gracias, Señor, porque me ayudas a romper mis cadenas. Me conoces por dentro y por fuera y sabes muy bien todo lo que me ata y me impide seguirte por entero y sin condiciones. Tú quieres habitar en mi corazón. Me has llamado, has entrado y me has dicho: “Conmigo lo puedes todo”. Algo dentro de mí empieza a cambiar y mi vida que sin Ti estaba muerta, comienza a revivir al sentir tu presencia. ¡Qué bueno eres conmigo Señor! ¡Con qué amor me miras! Aunque muchas veces me he alejado de Ti, Tú no dejas de estar a mi lado. Aunque te de la espalda muchas veces, Tú no te alejas ni un momento de mi lado. En medio de todo, Señor, siempre estás conmigo. Al contemplar mi vida, me parece que me es imposible cambiar, pero ahí estás Tú, Señor, rompiendo mis cadenas, desatando las ataduras que no me dejan caminar y me alejan de Ti. Señor, ahora que más me queda, sino rendirme a tus pies y como cera blanda abandonarme en tus manos, para que hagas de mí, lo que quieras. Y así contemplo cómo tu mano poderosa va trabajando en mí, y me vas transformando. Muchas veces, sin que me dé apenas cuenta, vas ganando terreno en mi vida. Aquí estoy; Señor, sólo para Ti, en servicio a los hermanos porque me has traspasado el corazón me amas y yo te amo.

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EVANGELIO Lc 9,59-62 A otro le dijo: «Sígueme». Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino».

ACTUALIDAD La idea de percibir nuestra vida y nuestra fe como un camino nos puede ayudar muchísimo a comprender cómo debemos seguir a Jesucristo. Seguirlo significa moverse, no estar solamente sentados queriendo que Dios nos resuelva nuestra vida; seguirlo significa cansarse, porque muchas veces tendremos que perdonar y amar hasta que nos parezca absurdo hacerlo; seguirlo significa “hacerse ligeros”, porque el apego a los objetos externos (dinero, fama, imagen, tradiciones, devociones exageradas, etc.) nos impide escuchar la “novedad” de su palabra y responder a ella; seguirlo significa alcanzarlo un día en la cruz, aceptando el sufrimiento que la coherencia de vida y la obediencia al Padre nos pueda traer. Al escuchar estas condiciones pudiéramos pensar, “¿para qué seguir un camino como éste? Encuentro otros caminos más fáciles y más placenteros.” La verdad es que sí, ser cristiano, ser religiosa hospitalaria, puede no ser el camino más fácil, ni el más placentero para los sentidos, sin embargo, seguir a Cristo, Profeta de la Misericordia, es el único camino para llegar a nuestra felicidad plena, a nuestra realización completa como seres humanos, como mujeres consagradas y al final de los tiempos, el único camino para llegar a la Vida Eterna.

PROPÓSITO ¿Cómo quieres seguir a Cristo esta Semana Vocacional Hospitalaria? ¿Qué te aporta de novedad, de convencimiento personal y comunitario? Pensemos en todo ello y otros temas vocacionales que nos surjan... Seguir a Cristo tiene su precio, pero el Reino de Dios que con esto se hace presente lo recompensa todo.

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PETICIONES: Llenas de alegría y gozo por sentirnos llamadas a la gran misión de anunciar la Buena Nueva de la Misericordia a todos los hombres y mujeres de nuestro mundo, dirijamos al Padre nuestra oración confiada: Para que los sacerdotes y consagrados anuncien con ilusión el Evangelio de Jesús en el mundo, Te rogamos, óyenos. Para que siempre haya corazones jóvenes que estén dispuestos a seguir la llamada de Dios y dedicar su vida, como Jesús, los profetas y los apóstoles, al servicio de sus hermanos los hombres, siendo testigos de la Misericordia y de la Hospitalidad. Te rogamos, óyenos. Para que los hogares cristianos se sientan testigos del Evangelio y fomenten la vocación cristiana de sus hijos. Te rogamos, óyenos. Para que proliferen las vocaciones a la vida religiosa hospitalaria en todo el mundo, y nosotras seamos responsables de anunciar a Jesucristo, Buen Samaritano de la Humanidad, y animemos a quienes deciden consagrarse al servicio del Evangelio. Te rogamos, óyenos. Para que seamos verdadera semilla de Misericordia en nuestras Comunidades, Centros, y en tantos lugares donde estamos esparcidas por nuestro mundo. Te rogamos, óyenos.

OREMOS: Señor, que has sembrado semillas de Misericordia y Hospitalidad en nuestro mundo, concédenos generosidad y fidelidad para ser testigos de ti, de Tu Misericordia en nuestro mundo, y crezca el Amor a ti y a los hermanos, especialmente a los más necesitados. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Padrenuestro Elevemos al Padre de Misericordia, sustento de toda vocación, la oración que su Hijo, Jesucristo, nos enseñó: Padre nuestro…

Oración de un Samaritano Señor Jesús, gracias por haberme llamado a cuidar a mis hermanos enfermos. Tú les has puesto en mi camino como signo de tu presencia y de tu misión en el mundo, y has querido hacerles tus preferidos hasta el punto de identificarte con ellos. Tú, Señor, llamaste benditos de tu Padre a quienes se acercan al enfermo, para llevarle el consuelo de su visita y sobre todo de su dedicación. Tú has prometido a quienes cuidan a éstos, tus hermanos más pequeños, tomar posesión del reino, que está preparado para ellos desde toda la eternidad. Dame, Señor, esas manos tuyas hechas para curar, para acariciar, para servir, y ese Corazón tuyo, hecho para amar con predilección a quienes viven clavados en la cruz del dolor y del sufrimiento. Que aprenda a arrodillarme con el respeto y la ternura del Buen Samaritano que eres Tú, a la vera del camino donde un hermano herido necesita y espera mis cuidados. Tú que eres el médico y la medicina de Dios y has querido hacerme colaboradora tuya en esta misión de servicio, dame la gracia de responder plenamente a tu llamada y haz que mi vida sea hoy, mañana y siempre cauce vivo de tu misericordia. Amén. 26

ORACIÓN FINAL 53 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.

ACTO MARIANO VIERNES, 15 de abril Acuérdate, oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, de las grandes obras que ha hecho por Ti el Señor; Te ha escogido por Madre, y te ha querido al pie de la Cruz, te ha hecho partícipe de su gloria y escucha atento tu oración. ARCILLA ENTRE SUS MANOS Folleto: Autor:

Ambientación - Gesto: Una imagen de María preside la celebración. Puede rodearse de velas, que nos representarán a cada una de las participantes en el Acto Mariano.

Mientras vamos encendiendo las velas cantamos:

María, Música de Dios José Miguel Cubeles (Kairoi)

Eres Madre muy sencilla, criatura del Señor. Virgen pobre, Madre mía, llena de gracia y de amor. Fuiste arcilla entre sus manos y el Señor te modeló, Aceptaste ser su esclava, Siempre dócil a su voz. YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS, YO QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR. QUIERO DEJAR LO MIO, PARA ÉL, PARA ÉL. YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS, YO QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR. No entendías sus palabras, pero respondes con fe. Dejas que su amor te guíe, confiando siempre en Él. Por su Espíritu de vida, te dejaste transformar, te abandonas en sus manos, para hacer su voluntad.

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Salmo desde la ternura, a María Tú eres, María, la experiencia más bella del Evangelio. En ti Dios se ha hecho Noticia Buena para el hombre. Eres como la luz del alba que abre camino al Sol; Eres la mujer creyente que acoge y guarda la Palabra; la Mujer joven que entra en el plan de Dios libre y gozosa. Eres estilo de vida, nuevo y fascinante en la Historia; eres, María, la Virgen Bella y Fecunda de Nazaret. Gracias, María, por tu corazón bueno y disponible. Gracias, María, por tu corazón de ojos limpios y puros. Gracias, María, por tu corazón sencillo y humilde. Gracias, María, por tu corazón lleno de luz y de amor. Mi corazón joven se alegra ante tu presencia luminosa; mi corazón joven busca en el tuyo un camino de verdad; mi corazón joven se abre a tu vida limpia y profunda; mi corazón joven busca en tus ojos un camino en libertad. Me siento feliz porque eres Madre y eres Virgen; porque eres como un lago profundo de paz; me siento feliz porque eres libre, como el agua de manantial. Eras joven, María, cuando revolucionaste la Historia; eras joven cuando Dios, de puntillas, llamó a tu puerta; eras joven cuando dijiste «Sí» a su proyecto de vida; eras joven cuando diste decidida, a su plan, respuesta. Eras joven y te abriste a Dios como la flor al sol; eras joven y dejaste a Dios que entrara libre en tu tienda; eras joven y tus alas alzaron el vuelo hasta la cumbre; eras joven y en tu vida, con Dios, entró el ritmo de la fiesta. Tu corazón joven dijo: ¿Cómo podrá ser esto? ¿Cómo? He aquí la esclava; he aquí. Mi alma glorifica al Señor; mi alma. Hágase en mí según tu Palabra; tu Palabra. Tus caminos son mis caminos; mis caminos. ¿Qué quieres, Señor, que yo haga? Tu proyecto es mi proyecto; mi proyecto. Me alegro en el Dios que me salva. Gloria a Ti, María, Madre de Cristo y Madre mía. 28

Antf. GRACIAS MADRE POR HABER DICHO QUE “SI” .

CANTO: MUCHAS GRACIAS, MARIA Folleto: Dos te salve, María Autor: Fernando Mª Viejo MUCHAS GRACIAS, MARÍA, OH MADRE, MUCHAS GRACIAS. GRACIAS POR LA ALEGRÍA DE SENTIRNOS TUS HIJOS. GRACIAS POR EL DETALLE DE OÍR NUESTRA PLEGARIA. MUCHAS GRACIAS, MARÍA, OH MADRE, MUCHAS GRACIAS. Gracias porque aceptaste ser la madre, del que existía antes de los siglos; gracias porque a los hijos de esta tierra, aceptaste por hijos. Gracias porque has dejado siempre en claro, que en la humildad reside la grandeza; gracias porque en tu casa se ha hospedado, la más pura pobreza. Gracias por el ejemplo y la elocuencia, con que nos hablas tú desde el silencio; gracias porque encontraste en la obediencia, tu más hondo secreto.

DUEÑA Y SEÑORA Folleto: Letra: Autora:

Hospitalidad María Angustias R. Larumbe h.s.c.

Dueña y Señora del Corazón de Jesús. Sólo quiero que todas las criaturas te amen. Yo, a pesar de mi pobreza e infidelidad, te hago entrega de mi corazón para que cuanto haga sea por ti y por amor tuyo. Amén

Rezamos / Intercalamos:

Ave María, con intención vocacional.

NUESTRA MADRE Y SEÑORA Partitura Texto: Noviciado de Palencia. 1958

Nuestra Madre y Señora del Sagrado Corazón haz que persevere siempre en mi santa, en mi santa vocación.

Madre del Corazón de Jesús Madre del Corazón de Jesús, modelo de entrega incondicional a la persona y obra de tu Hijo, Sé para nosotras la ayuda que necesitamos para cooperar en la obra de la salvación. Madre del Corazón de Jesús, Ayúdanos a vivir la virginidad como donación total a Dios, Dejándonos poseer por la alianza de amor, Que es generadora de vida y expresión de la ternura de Dios. Madre del Corazón de Jesús, Ayúdanos a vivir la pobreza, en apertura a Dios con una vida sencilla y abnegada, con una confianza ilimitada en el Padre que no nos abandona, poniendo todo lo que somos y tenemos al servicio de la comunidad y de los enfermos. Madre del Corazón de Jesús, Ayúdanos a vivir la obediencia, en actitud de constante descubrimiento de la voluntad de Dios, modelando nuestras vidas al proyecto del Padre sobre nosotras. Madre del Corazón de Jesús, Concédenos un corazón semejante al tuyo: Grande en el amor, Abierto para el perdón, Abierto para dar y recibir y disponible para el servicio del Reino. Amén.

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ADORACIÓN La Presencia de Jesús—eucaristía, memorial de su donación continua, nos pide contemplación y adoración. Fieles al espíritu de la Congregación en la práctica de la adoración acudimos a darle gracias, adorarle, expresarle nuestro amor y dejarnos amar por El, bien nuestro, nuestra fortaleza y nuestro todo. Const. 37

SÁBADO, 16 de abril

MOTIVACIÓN:

Ven, Espíritu Santo… Abre nuestros oídos interiores para escuchar tu Palabra en adoración; enséñanos el sentido profundo del mensaje; regálanos la actitud de acogida a nuestra pequeñez. Que todas nuestras palabras estén sostenidas y precedidas de silencio humilde, atento para acoger la Misericordia de Dios en nuestra vida. Canto: ABRE MIS LABIOS Abre mis labios, Señor para poderte alabar. Abre mi corazón, para poderte adorar Estamos como Comunidad Hospitalaria y en esta presencia real de Jesús Sacramentado para rezar por lo vivido en esta Semana Vocacional Hospitalaria, bajo el lema: “ Llamadas a vivir en comunidad la Misericordia del Padre” Hagamos espacio en nuestro corazón para dialogar con Dios, para cantar, escuchar la Palabra, contemplar y hacer silencio.

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EVANGELIO

Lucas 24:12-35

Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. El les dijo: ¿De qué discutís por el camino? Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: ¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí estos días? El les dijo: ¿Qué cosas? Ellos le dijeron: Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían el él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal y como las mujeres habían dicho, ¡pero a él no le vieron! El les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para así entrar en su gloria? Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él les hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado. Entró, pues, y se quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron uno al otro: ¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las escrituras? Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: ¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón! Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino, y cómo le habían conocido al partir el pan. 31

CANTO: HALLAR TU PRESENCIA

Folleto: VII Encuentro de música religiosa Autor: Mel Franc y J. Martins

HALLAR TU PRESENCIA EN MI VIDA TENER ENCENDIDA LA FE PONER EN TI TODA ESPERANZA AMAR Y DEJARSE QUERER.

Reflexión El ultimo capítulo del "Evangelio de la misericordia" nos narra un acontecimiento que se ha repetido en prosa y en cantos, que ha inspirado a las obras de arte mas conocidas, que ha suscitado conversiones e inspirado a los cristianos en el camino a la santidad. Comienza con dos discípulos desencantados, que estan abandonando la causa por la cual, tres anos antes, habían dejado todo. Pero ahora, despues de tres días de esperar al Maestro en el que habían creído, se habían convencido de su tontería, y partían para tratar de reconstruir las vidas que habían dejado atras. En un fin de semana se les había escapado el unico ideal que había llenado sus corazones jovenes.

Buscar tu mirada en la duda arder escuchando tu voz, ser pan para todo viajero, seguir tus caminos en pos.

En su camino se les aparece Cristo, pero aunque lo veían, algo les impedía reconocerle. Aquí nos tenemos que preguntar, ¿por que? ¿Por que no reconocen su rostro despues de haberlo seguido por tres anos? ¿Por que no reconocen su voz despues de haber dejado todo el día que escucharon su llamada? ¿Por que no reconocen sus palabras despues de haberlo oído predicar?

Arder cuando el fuego se apaga, marchar hacia Ti sin tardar, dejar sin buscar recompensa, seguir y escuchar hoy tú voz.

Tal vez es porque, como ellos mismos admiten, El ha desilusionado las esperanzas que tenían, de que El fuera el libertador de la nacion de Israel. El obstaculo no es que no tengan a Jesus al lado, caminando con ellos, es que ellos esperan ver a alguien diferente. Así nunca veran a Jesus, por mas claro que se les aparezca. ¡La esperanza que ellos habían tenido, pequena y a su medida, no les deja aceptar la gloria y el gozo de la resurreccion!

Abrir al llamarme a mi puerta, romper la prisión del temor, saber todo cuanto me enseñas, guardar tus preceptos, tu amor.

Pero Jesus no los deja alejarse. Quiere conquistarselos para siempre. Hace el gesto de seguir adelante para que lo inviten a cenar. Y ahí, en la intimidad de un pequeno cuarto, se les revela al entregarse en la Eucaristía. Euforicos, corren hasta Jerusalen bajo la luz de las estrellas. ¡Ha resucitado, y vive con ellos para siempre! Se dejaron conquistar por la esperanza que les ofrece Jesus, y en la Eucaristía lo llevan consigo para siempre.

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Canto: Quédate Señor, quédate aquí, guía nuestra conversación. Muy oscuro está el atardecer, quédate, Señor, quédate.

Quédate con Nosotras 1. Jesucristo Señor de la Historia, que estuviste, estás y estarás: eres Presencia, esperanza y memoria, eres el Dios de la vida, hecho pan... Quédate con nosotras Jesús, que la noche ha llegado, y no queremos quedarnos solas sin tu compañía. 2. Jesucristo Señor de la Historia, que estás en el tabernáculo, eres la fiesta que resume y celebra el amor, el amor que perdona y hermana. Quédate con nosotras, Jesús y aviva la conciencia de ser templo vivo de Dios, y pan repartido para los hombres en el altar de la misión. 1. Jesucristo, Señor de la Historia, que se ofrece y se da a los demás, Cuerpo y Sangre, comida y bebida, que hace y nutre la comunidad. Quédate con nosotras Jesús, para que nuestra vida sea ofrecida a los demás, viviendo cada día en comunidad. 2. Jesucristo, Señor de la Historia, que pusiste en el vino y el pan tu presencia real, tu victoria sobre el tiempo, la muerte y el mal. Quédate con nosotras Jesús, entre las hospitalarias, que deseamos hacer real tu presencia en el mundo del dolor, venciendo la muerte, la indiferencia y el desamor. 1. Que tu Madre, Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, siga estando al pie de “Nuestra Cruz”, y nos muestre que vale la pena entregarse al servicio por amor a los demás. Quédate con nosotras María, y enséñanos a estar al pie de la cruz de cada uno de los enfermos, donde seamos una madre para ellos. 2. Somos rostro de un Dios Trinitario, que se revela cuando hay comunión, cuando el enfermo nos revela a Cristo y es él el lugar de nuestra comunión.

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Padre Nuestro de la Fidelidad Padre Nuestro que eres fiel, en tu Ser y en tu Hacer, en el Cielo y en la Tierra. Fortifica nuestra fidelidad, para santificar siempre tu Nombre en nuestro ser y en nuestro hacer de cada día. Padre Nuestro que eres fiel en ofrecer siempre a tus hijos los valores de tu Reino. Alienta nuestra fidelidad para vivir incondicionalmente en nuestra vida comunitaria y en nuestra misión de hospitalarias los valores de la caridad, de la paz, de la alegría, de la verdad y de la justicia. Padre Nuestro que eres fiel en mantener a través de los siglos tu voluntad de salvación, sin defraudar jamás a ningún hombre. Vivifica nuestra fidelidad, para que siempre podamos hacer tu voluntad manifestada a través de tu Palabra, de la de nuestro Padre Fundador, San Benito Menni y de los signos de los tiempos. Padre Nuestro que eres fiel en tu amor hacia los seres, vistiendo a los lirios del campo, alimentando a los pájaros del cielo y sosteniendo al hombre que creaste. Arraiga nuestra fidelidad en el amor misericordioso, como lo hiciste con San Benito Menni, para que siempre compartamos tu misericordia con los enfermos mentales, y todas las personas más necesitadas… Padre Nuestro que perdonas cada día y para siempre. Fortifica nuestra fidelidad, nuestra caridad y misericordia para que podamos perdonar con alegría, como Tú perdonas todo el mal que nosotras hacemos. Padre Nuestro que eres fiel en la ayuda que prestas a los que amas. Robustece nuestra fidelidad para no caer en la tentación de la cobardía a la llamada que tú nos haces de consagrar toda nuestra vida al servicio de tu Reino. Padre Nuestro que eres fiel en hacernos siempre el bien. Ilumina nuestra fidelidad frente a las sombras del mal. Amén.

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Renovación de Votos Me siento, me vivo como hermana hospitalaria del Sagrado Corazón de Jesús, con este nombre me reconocen y de lo profundo del corazón en la cotidianidad de la vida soy expresión del carisma don gratuito de Dios. Sintiendo un gozo profundo hoy renuevo mi Alianza de Amor y: Glorifico al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, porque me ha elegido y me sigue llamando para ser expresión del amor trinitario en donación universal. Dios me ha consagrado, me entrego a El y vivo feliz este proyecto en comunidad, siguiendo a Cristo Virgen, pobre, obediente que paso por la tierra como buen samaritano haciendo el bien a todos y sanando a los enfermos. Hoy siento, escucho que me llamas a ser testigo de que el Cristo compasivo y misericordioso del Evangelio permanece vivo y lo expreso con gestos de amor, bondad, ternura, sencillez, humildad a las hermanas de comunidad, a los enfermos vivas imágenes de Jesús, desde un amor que no conoce fronteras. Quiero renovar, porque sé que tu Gracia me basta, me sostiene siempre: en las alegrías en las dificultades. Que la intercesión de Benito Menni, María Josefa y María Angustias y de tantas hermanas que nos han precedido, sea faro que ilumine la Alianza de Amor que haz hecho conmigo. Oh! Nuestra Señora, Reina y Madre del corazón de Jesús, al renovar este Sí intercede por mí, por mis hermanas y haz que brote de mi corazón un Sí de fidelidad, un Sí que grita al mundo que la misión hospitalaria es la Buena Noticia de la Sanación Dios para el hombre de hoy. Amén.

ORACIÓN FINAL Señor Jesús: Cuando nos llega el momento de volver a nuestros trabajos tras haber compartido estos momentos de oración, sabemos que no nos vamos solas. En el camino de la vida siempre nos acompañas. De forma callada y silenciosa vas a nuestro lado, como lo fuiste con los discípulos de Emaús, aunque nuestros ojos como los de ellos no sean capaces de reconocerte. Danos fuerza y guía nuestros pasos, para que en nuestro caminar diario sepamos ser imagen tuya y llevarte a todos nuestros hermanos. ¡Gracias, Jesús, por tu presencia y por tu amor!. 35

ORACIÓN FINAL 53 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

DOMINGO, 17de abril JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES.

REZAMOS CON LOS SUBSIDIOS QUE PREPARA LA IGLESIA Y NOS ENTREGAN EN LAS DIÓCESIS.

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Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.

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