COMO DESARROLLAR UN ESPIRITU FUERTE - 02 por Pablo Ramírez La Nutrición Texto clave: Proverbios 18:14 (Parafraseada) El espíritu del hombre, le sostendrá (y dará la victoria) en la debilidad, la tristeza, la enfermedad, la aflicción y el ataque, pero el espíritu débil, ¿qué puede sobrellevar? Fundamento: Lo que nos sostiene durante ataques físicos o dificultades de la vida es UN ESPÍRITU FUERTE. 1 Timoteo 4:6-8 6 Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. 7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; 8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. Pablo le dice a Timoteo que las fabulas de viejas, para nada aprovechan. En muchas ocasiones hacemos énfasis en cosas de la palabra que realmente no nos aprovechan para nada. El creyente debe estar NUTRIDO, con palabra de fe y buena doctrina, y EJERCITADO en la piedad. Si queremos tener un espíritu fuerte debemos nutrirlo primeramente y luego ejercitarlo, por esto comenzaremos hablando de nutrición. Al hablar de LA NUTRICION estamos haciendo referencia a nuestra alimentación. ¿Qué comes espiritualmente? Ilustración: El hombre que no sabía que tenía un perro. Un día estaban dos hombres hablando y uno mirando por la ventana del patio de la casa de su amigo le dijo, “oye, no sabía que tenias un perro.” A lo cual su amigo respondió, “No, no tengo.” A lo que el primero replica, “lo acabo de ver pasar, pero esta súper flaco, y acabado.” Cuando salieron al patio a mirar, el dueño del perro dijo, “No sabía que tenía un perro, es por mi problema de memoria, debió ser que lo compre y lo olvide, y el pobre esta demacrado porque nunca le he dado de comer.” Así mismo le sucede a muchas personas con su espíritu, ni siquiera saben que tienen uno, y nunca lo alimentan, y es por eso que no pueden actuar como deberían. Lo primero es ser consciente de que tenemos un espíritu, que no es el Espíritu Santo, sino que es nuestro. El espíritu del hombre, el espíritu que Dios le ha dado a cada persona. 1 Corintios 2:11 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. En este verso podemos ver claramente que el Espíritu de Dios es uno y que el del hombre es otro, y cuando nacemos de nuevo nuestro espíritu es unido con el Espíritu de Dios, esto es comunión, y es por eso el Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu (Rom. 8:16) de todo aquello que Dios quiere que nosotros sepamos. Aunque escuchamos del Espíritu de Dios, lo hacemos es en nuestro espíritu. Es mi espíritu quien hace que comprenda, que mi entendimiento pueda caminar lo que Dios espera de mí. Debo aprender a discernir la voz de mi espíritu, quien escucha todo del Espíritu Santo. Debo ser sensible a mi espíritu si quiero ser guiado por Dios, por Su Espíritu, pero ¿si mi espíritu es débil como sabré que quiere Dios para mí? • ¿Se puede alimentar al espíritu? Jesús nos habla acerca del alimento de nuestro espíritu. Al ayunar en el desierto declaro “No sólo de pan vivirá el hombre” (Mt. 4:4) Haciendo referencia al sostenimiento que da el mantener al espíritu bien nutrido. Jesús estaba citando el libro de Deuteronomio capítulo 8 verso 3, el libro que fue parte de su meditación durante el tiempo de ayuno. Pues no existe ayuno sin palabra y oración, de lo contrario sería dieta, y no ayuno. Pedro también al hablar del creyente lo compara con el proceso de crecimiento natural y dice que el bebe necesita leche como el creyente necesita la palabra, por esto declara refiriéndose a la palabra, “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada” (para crecer en la salvación recibida) (1 Pe. 2:2) Jeremías 15:16 16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. Vemos en múltiples ocasiones como los profetas comieron la revelación que Dios les dio, mostrando, de manera ilustrativa, el proceso por el cual alimentamos a nuestro hombre interior.

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COMO DESARROLLAR UN ESPIRITU FUERTE - 02 por Pablo Ramírez La Nutrición Ilustración: La nutrición de Wigglesworth Alguna vez escuche que el predicador Británico Smith Wigglesworth, conocido como el apóstol de la fe, cada vez que se sentaba a comer al finalizar su comida se tomaba unos minutos para leer la palabra de Dios y decía, “ya he alimentado mi cuerpo, ahora he de alimentar mi espíritu.” Cuando tenía poco tiempo y podía alimentar solo uno de los dos prefería alimentar mejor su espíritu que su cuerpo. Deberíamos preguntarnos, ¿si tengo solo 5 minutos para comer, qué es más importante, alimentar mi cuerpo o mi espíritu? Job 23:12 12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida. En el libro de Job vemos una declaración similar. Sabemos que es importante alimentar el cuerpo, pero aun mas importante alimentar a nuestro espíritu, el problema es que no lo entendemos. Ni siquiera sentimos la necesidad de hacerlo. Ilustración: Enfermo que come no muere. Sabemos que una de las mayores señales de la enfermedad es la inapetencia. Cuando un enfermo comienza a alimentarse adecuadamente podemos entender que su mejoría va por buen camino. Pero cuando la persona no está en buenas condiciones no desea el alimento. ¿Cómo podría esto aplicar a la palabra de Dios? De una manera sencilla, el que no anhela la palabra de Dios no está saludable espiritualmente. Ilustración: El bebe no se prepara su leche. Ahora al nacer de nuevo somos bebes espirituales, no podemos esperar que los bebes se alimenten por si solos. Hace poco tuve la fortuna de ser papa, y Dios nos enseña muchas cosas a través de los niños. No puedo esperar que mi hijo vaya por si solo a la iglesia, yo lo llevo. Pero así mismo no puedo esperar que el mismo se prepare su tetero, somos nosotros (sus padres) quienes lo preparan para él. En lo espiritual sucede lo mismo, Dios nos da padres en la fe para que nos ayuden en nuestros comienzos a alimentarnos, sin embargo es muestra de madurez el comenzar a alimentarnos por nosotros mismo, leyendo la palabra por nosotros mismos. Hechos 20:32 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. • Sin FE o GRACIA no hay nutrición (o edificación). Quisiéramos decir que todo lo que oímos en las iglesias son palabra de fe y de gracia, pero la verdad es que también oímos mucha condenación y pensamiento de hombres, esto no es lo que nos permite crecer, solo la fe y la gracia nos permite crecer. Vemos personas que llevan mucho tiempo asistiendo a iglesias que nunca progresan. Esto hace evidente que en Dios no se crece a razón del tiempo, es a razón de fe por la palabra, pues nuestro Dios no es un Dios de tiempo, sino un Dios de eternidad, y la eternidad es ahora, y ahora la fe es (Heb.11:1) Existe evidencia bíblica de tiempo en Dios sin crecimiento espiritual: Hebreos 5:12-14 12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Al hablar a los judíos, el autor les dice que aunque llevan tiempo en Dios no han crecido y siguen como bebes. Así sucede en muchas ocasiones, con Dios no hay promoción automática, vemos personas con bigote aun tomando biberones. Adultos mayores sentados en pupitres de kínder, figurativamente hablando. Dios desea nuestro crecimiento, pero para esto debemos tomar leche no adulterada (1 Pe. 2:2). Cuando Pedro dice esto, da a entender que hay leche adulterada, que no produce crecimiento, que parece leche pero no es leche, contiene adiciones que le roban su valor nutricional. Esto son las doctrinas de hombres, las tradiciones, todo aquello que no revela la gracia y el amor de Dios,

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COMO DESARROLLAR UN ESPIRITU FUERTE - 02 por Pablo Ramírez La Nutrición que trae cargas impositoras invalidando la libertad bajo la guíanza del espíritu, doctrinas de demonios que enseñan incredulidad en vez de fe, hablando de todo aquello que no podemos, cuando todo lo puedo en Cristo …en Cristo …en Cristo que me fortalece (Fil. 4:13). En Cristo no caminaré fuera de la palabra, pues El es la palabra. • Jesús nos exhorta a alimentarnos de la palabra En uno de sus sermones menos populares Jesús nos llamo a comer de su palabra para a través de ella apropiarnos de la salvación y todo lo que ella conlleva. Juan 6:48-51 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Al momento de escuchar esta enseñanza muchos se ofendieron, tal vez lo vieron de manera literal, comer de su carne, canibalismo. Debemos entender que Jesús es el verbo hecho carne (Juan 1:14). En este pasaje, el maestro hace referencia en la importancia de alimentarnos de su palabra, allí encontraríamos la vida abundante (Juan 10:10) prometida a nosotros pues “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Juan 6:63). Es importante resaltar que la palabra acá utilizada “Comiere” es traducía del presente continuo del griego, “comiendo”. Esto nos indica que no es comer una sola vez, mas comer una y otra vez de manera continua, su palabra. No dejar de alimentarnos de la palabra que de revelación de vida. No existe tal cosa como exceso de palabra, o glotonería. Podemos seguir alimentándonos de la palabra y nunca va a ser demasiado. Gracias a Dios. Ilustración: Las tablas nutricionales, en enseñanzas bíblicas. Alguna vez escuche que si a alguien se le diera la tarea de poner etiquetas nutricionales sobre las enseñanzas, predicas, grabaciones, o libros que encontramos entre los cristianos nos encontraríamos con sorpresas. Por supuesto esta labor no podría ser realizada por un hombre, sería el Espíritu Santo o un ángel quien clasificara las enseñanzas. Pero tal vez diría algo como:

DATOS NUTRICIONALES Al tomar este contenido recibira:

experiencias personales

10%

incredulidad

15%

protocolo y política

8%

relleno

10%

religiosidad y obras

22%

coba

21%

fe

14%

* Tómelo bajo su propia responsabilidad, los efectos causados pueden variar dependiendo de su desarrollo espiritual.

Por supuesto, todos quisiéramos decir que cada palabra que sale de nuestras bocas es fe. Especialmente los predicadores, ya quisiéramos. Pero, el único que tiene la revelación completa es Cristo. Nadie tiene la doctrina perfecta, siempre van a haber fortalezas y debilidades. Solo Cristo es infalible. Es por esto que tenemos que entender que el único lugar donde podemos conseguir el alimento puro es la palabra de Dios. Las enseñanzas, estudios, predicas, conferencias, etc. Son una bendición para el cuerpo de Cristo, pero no son el alimento puro. Solo la Biblia lo es. Todo el resto de cosas serian como suplementos alimenticios, (incluyendo esto que está usted leyendo). Puede que nos ayuden de cierta manera pero nadie osaría vivir de un frasco de vitaminas. Es de vital importancia que el creyente desarrolle la disciplina de leer la palabra de Dios por si mismo, y que en su relación con Dios pueda recibir revelación por el Espíritu Santo. Hemos tomado como costumbre en nuestra iglesia leer un capitulo al día, según un orden que tenemos establecido. Algunas costumbres son buenas costumbres y no le molestan para nada a Dios. Esto nos sirve para mantener fresco todo el consejo de Dios y dar herramientas al Espíritu para que obre en nuestras vidas. Jesús tenía como costumbre ir al templo, orar, leer la palabra y meditar en ella, entre otras muchas cosas, y El es nuestro ejemplo a seguir. Siempre hablamos de hacer las mismas cosas que Él hacía y aun mayores (Juan 14:12) pero cuando

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COMO DESARROLLAR UN ESPIRITU FUERTE - 02 por Pablo Ramírez La Nutrición mencionamos este verso no hacemos énfasis en el predicar, o ir al templo o leer la palabra, solo pensamos en aquellas cosas espectaculares y no en las naturales que habilitaban luego esas espectaculares. •

Degustar la palabra Job 34:3 3 Porque el oído prueba las palabras, como el paladar gusta lo que uno come.

Ilustración 1: Desarrollo de las papilas gustativas. Los niños no disfrutan ciertas comidas. A medida que vamos creciendo nuestras papilas gustativas se van desarrollando. El crecimiento trae mayor discernimiento, y el desarrollo de las papilas gustativas, viene con la madurez. Le damos vegetales a un niño porque así no le guste le hace bien. Hay nutrientes en los vegetales necesarios para su crecimiento. De la misma manera hay nutrientes en Levíticos o Deuteronomio que nos ayudan a crecer. Por la gracia de Dios crecí en un hogar donde la comida era un arte, mi mama es una gran cocinera, tuvo un restaurante y desde pequeño me hizo comer cosas que no quería comer. Ella siempre me decía, “No hay comidas malas, si no mal preparadas”. Lo que más influye en el poder recibir ciertas verdades espirituales es la manera de ser presentadas. Como son cocinadas y servidas. La presentación de la palabra de Dios, son el amor, la gracia y la fe. Ilustración 2: El niño no discierne lo bueno de lo malo Viendo a mi hijo recogiendo cosas del piso y poniéndoselas en la boca pude ver que el no discierne que debe poner en su boca y que no. Para eso Dios le dio papas. Los niños pueden llegar a comer cosas que no les hagan bien. Hay niños que comen tierra. Espiritualmente es igual, hay una etapa después del nacimiento espiritual en que el creyente no sabe discernir lo que le alimenta, son como los pollitos en el nido, abren el pico grande y cierran bien los ojos y tragan lo que les pongan. Es importante tener unos buenos padres espirituales, que nos den un buen alimento. Es conocido que algunas de las causas comunes de muertes de niños son la malnutrición y el envenenamiento. En México el 95% menores de 4 años, más vulnerables menores de 1 año. El diablo quisiera matarnos o de inanición o por envenenamiento. Los adultos por el contrario huelen o prueban algo y si está dañado lo desechan, tienen un mayor discernimiento. Un adulto dice, “huele mal, sabe mal entonces corro al lavamanos y lo escupo”. También he notado que mi madre puede sentir sabores en la comida que yo no puedo sentir. Es algo como el discernimiento fino del Chef, ella puede distinguir frescura, variedad. Con la palabra de Dios, doctrinalmente, sucede lo mismo, en ocasiones se siente el sabor y la textura. Entre mas creces en ella mas la disfrutas. El decir “ya lo escuche antes” no solo es símbolo de orgullo espiritual también de inmadurez. Es como decir “ya he comido carne antes” y no disfrutar un buen asado por esto. Si “ya he comido antes pero un buen churrasco es siempre disfrutable”. Ilustración 3: Los algodones de azúcar Por otro lado he visto que a mi hijo, y mis sobrinos les deslumbran las cosas coloridas y esponjosas. Las trenzas de caramelo de colores, los masmelos (o marshmallows) los algodones de azúcar, etc. Muchas de esas cosas les dan una subida de azúcar que los deja emocionados por un rato pero realmente no les sirven para vivir. Como padres debemos encargarnos de que coman lo que les alimenta y alejarlos del exceso de esas cosas que quisieran tener. Espiritualmente hablando sucede igual, los nuevos creyentes van detrás de ciertas cosas que les llaman la atención, y les dejan emocionados pero que no les sirven el martes o el jueves cuando no están en esas reuniones. Buscan señales que no les sirven para establecer su vida, y cuando tienen que afrontar situaciones no tienen la fortaleza que deberían porque no fueron alimentados de la manera correcta. Debemos ser selectivos espiritualmente con lo que comemos. Nada alimenta más que la palabra de Dios, sin aditivos, pura. La fe no viene por el ver, viene por el oír (Rom. 10:17) y en ocasiones buscamos ver cosas espectaculares y por causa de ello nos perdemos de las cosas sobrenaturales que Dios tiene para nosotros. • Las palabras son contenedores de pensamientos En este tiempo encontramos mucho en los medios de comunicación que hacen referencia a la buena alimentación. Frases como “Eres lo que comes” nos dicen que lo que ponemos en nosotros determinara lo que somos o como nos vemos. Muchos sin darse cuenta están envenenados, y se manifiesta en sus acciones y comportamientos. Debemos confesar continuamente que solo aquello que nos hace bien es lo que recibimos, tanto en lo natural como en lo espiritual. Esta confesión hará que nuestro discernimiento se levante y podamos así tomar lo mejor siempre. Confesión: “SI ES BUENO PARA MI ME GUSTA, Y SI NO ES BUENO PARA MÍ NO ME GUSTA”

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COMO DESARROLLAR UN ESPIRITU FUERTE - 02 por Pablo Ramírez La Nutrición Esta confesión hará que nuestro ser reaccione a lo que recibimos. Así como David decía, que la palabra de Dios era como miel a su paladar, (Salmo 119:103) la sentía dulce y agradable. Ilustración: El hablar de un animal muerto. Al estar más joven en el colegio tenía un amigo que a la hora del almuerzo empezaba a poner ejemplos de cosas desagradables. El propósito era que nos produjera tal asco que no pudiéramos comer. Después de un tiempo se volvió costumbre entre un grupo de amigos. Las imágenes de lo hablado en ocasiones eran inevitables. Si empezara a describir un animal muerto pronto las palabras se volverían imágenes en nuestra mente. El pensar algo negativo tiene un impacto desde adentro que altera todo tu ser. Hasta el mismo cuerpo puede sentirlo. Por el contrario si comenzara a describir pan fresco, o lasaña con queso derritiéndose, esto podría incluso hacernos salivar, “se nos hace agua la boca” dicen algunos, pues las palabras afectan nuestro cuerpo. Recuerdo una ocasión cuando tenía como 8 años de edad estaba viviendo en Bucaramanga, Colombia, y en el colegio la profesora comenzó a leernos un cuento, acerca de un pájaro que no emigro con los demás por causa de una herida, y se refugió bajo una estatua que le hablaba, pero a medida que pasan los días el frio incrementa, la nieve comienza a caer y el pajarito se está congelando. En Bucaramanga hace calor, alrededor de unos 30 grados centígrados, tal vez más. Pero mientras escuchábamos la historia todos los niños nos estábamos congelando con el pajarito. En medio del calor sentía frio por causa de las palabras en mi mente. Las palabras pueden determinar el lugar donde vivimos, por esto Pablo le recuerda a la iglesia de Filipo que piense en lo bueno, en lo que proviene de Dios. Filipenses 4:8 8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Podemos caminar por las calles y ver gente que va con cara de limón, y esto nos hace ver en que están pensando, en que se la pasan meditando. De seguro no en lo bueno, están atrapados en los problemas, meditan en las circunstancias. En una realidad temporal y cambiable en vez de en la verdad eterna e inmutable. Nosotros debemos escoger que vamos a poner en nosotros, y esto determinara el curso de nuestra vida y el nivel de nuestra victoria.

ALIMENTÉMONOS, MEDITEMOS EN EL, Y SEREMOS GUARDADOS EN PERFECTA PAZ.

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