¿Cómo diagnosticar y controlar enfermedades?

LA COCCIDIOSIS La coccidiosis es una enfermedad de las aves causadas por protozoarios microscópicos

del

phylum Apicomplexa,

clase Coccidia,

orden Eucoccidiorida, familia Eimeriidae. En la avicultura, la mayoría de las especies pertenecen al género Eimeria. La enfermedad se caracteriza principalmente por: diarrea, debilidad y mortalidad de niveles variables. Todas las especies de animales productivos, como: aves, ganado, ovejas, cerdos, conejos e incluso varios animales silvestres pueden padecer coccidiosis, pero es más frecuente y económicamente devastadora, en aves de corral criadas en gran número, en un sistema de manejo intensivo, especialmente cuando se mantienen en cama profunda; aunque las aves en sistemas extensivos –en ranchos o en corrales al aire libre, también suelen estar infectadas. El proceso infeccioso es usualmente rápido -5 a 7 días- y consta de la invasión parasitaria intracelular de la pared intestinal que provoca daños extensos a la tejidos de la mucosa y submucosa, lo que tiene como resultados más graves (en parvadas sin protección) hemorragias y una mortalidad elevada.

Patogénesis. Las coccidias están, casi invariablemente, presentes en todas las operaciones de las aves de corral, pero una enfermedad clínica sólo se produce después de la ingestión de un número relativamente grande de ooquistes esporulados por parte de aves

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susceptibles. Tanto las aves clínicamente infectadas, como las que han superado la enfermedad, arrojan ooquistes en sus heces, mismos que contaminan los alimentos, el polvo, el agua, la basura y el suelo. Los ooquistes pueden ser transmitidos por una vía mecánica (por ejemplo: equipo, ropa, insectos, los trabajadores agrícolas y otros animales). Los ooquistes frescos no son infecciosos sino hasta que esporulan; lo cual requiere de uno a dos días bajo condiciones óptimas de temperatura (21-32 °C), humedad y oxígeno adecuados, asimismo, los ooquistes esporulados pueden sobrevivir por largos períodos, dependiendo de los factores ambientales. Otro punto a considerar es que los ooquistes son resistentes a algunos desinfe ctantes de uso común, pero no sobreviven las temperaturas ambientales de congelación o de alta temperatura.

Una vez que las aves ingieren estos microorganismos, el período prepatente es de 4 7 días. La patogenicidad está influenciada por la genética de las aves huésped, factores nutricionales, enfermedades concurrentes, y las especies de las coccidias. Eimeria necatrix y E. tenella son los más patógena en pollos porque la fase de esquizogonia se produce en la lámina propia y criptas de “Lieberkühn” del intestino delgado y ciego, respectivamente, y provoca hemorragia extensa. La mayoría de las especies se desarrollan en las células epiteliales que recubren las vellosidades. La inmunidad protectora por lo general se desarrolla en respuesta a una infección moderada y continua. Se puede decir que se produce una absoluta y

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duradera inmunidad, pero las aves más viejas suelen ser más resistentes que las jóvenes, debido a exposiciones a la infección acontecidas anteriormente. Presentación clínica. Los síntomas varían desde una menor tasa de crecimiento a un alto porcentaje de las aves visiblemente enfermas, con diarrea severa, y una mortalidad elevada; los consumos de agua y alimento pueden deprimirse y, por lo tanto, hay pérdida de peso o retraso en su ganancia y disminución de la producción de huevos. Las infecciones leves de las especies intestinales, que en pollos de engorda se clasificarían como subclínicas, pueden causar despigmentación de los huevos. Las sobrevivientes de infecciones graves se recuperan en 10 a 14 días, pero nunca podrán recuperar el rendimiento perdido. Diagnóstico. La ubicación en el huésped, la apariencia de las lesiones, y el tamaño de los ooquistes se utilizan para aproximarse a la determinación de las especies presentes. Las infecciones por coccidias se confirman fácilmente por la demostración de ooquistes en las heces o por raspados intestinales; sin embargo, el número de ooquistes presentes tiene poca relación con la extensión de la enfermedad clínica. La gravedad de las lesiones, así como los registros de la apariencia de la parvada, la morbilidad, la mortalidad diaria, consumo de alimento, tasa de crecimiento y la tasa de postura son importantes para el diagnóstico. La necropsia de varios especímenes frescos es aconsejable. Las lesiones clásicas de E tenella y E. necatrix son patognomónicas, pero las infecciones de otras especies son más difíciles de diagnosticar, además de que son comunes las infecciones mixtas. La comparación de las lesiones y otros signos permite una diferenciación razonablemente exacta de las especies de coccidias. Un diagnóstico de la coccidiosis clínica se confirma si los ooquistes, merozoitos o esquizontes se ven al microscopio y si las lesiones son graves, mientras que las infecciones subclínicas pueden ser poco importantes, y los malos resultados en la producción pueden tener como causa principal otro factor de desorden en la parvada.

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Control. Los métodos prácticos de bioseguridad no pueden prevenir totalmente la infección. Sin embargo, hay factores claramente benéficos, como el hecho de que los sistemas que mantienen a las aves separadas de los excrementos tienen menos infecciones y una coccidiosis clínica se observa rara vez en tales circunstancias. Otros métodos de control son la vacunación o la prevención con fármacos anticoccidianos. Profilaxis –Vacunación y/o fármacos-. Después de la infección natural, se desarrolla una inmunidad específica y el grado de la misma depende, en gran medida, de la extensión de la infección y el número de reinfecciones. La inmunidad protectora es principalmente una respuesta de células T. Las mayoría de las vacunas comerciales consisten en dosis bajas, de ooquistes esporulados vivos (activos, no atenuados) de las diversas especies de coccidias. Actualmente, estas vacunas se deben dar a los pollitos de un día, ya sea en la sala de incubación o en la granja. Debido a que la vacuna sólo sirve para introducir la infección, los pollos se reinfectan por la progenie de la cepa vacunal en la granja. La naturaleza autolimitante de la coccidiosis se utiliza como una forma de atenuación de algunas vacunas, en lugar de atenuación biológica en el laboratorio. Algunas vacunas que se venden en Europa y América del Sur incluyen líneas atenuadas de coccidias. Como regla general, las gallinas ponedoras y reproductoras mantenidas en cama de piso deben tener inmunidad protectora. Durante mucho tiempo, ha sido una práctica común que a estas aves se les daba una dosis subóptima de un medicamento anticoccidiano durante el crecimiento temprano, con la expectativa de que la inmunidad se siguiera desarrollando ante la exposición repetida a los tipos silvestres de coccidia. Este método nunca ha tenido un éxito completo debido a la dificultad en el control de todos los factores que afectan a la reproducción de

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coccidias en condiciones prácticas. Si bien, han prevalecido los fármacos anticoccidianos para la protección de estas aves, los programas de vacunación están ganando popularidad; y cada vez más, se dan a conocer mejores técnicas de administración y selección de cepas de coccidias en los productos y están mejorando la viabilidad de la vacunación en pollos de engorda. Los anticoccidianos se dan en la alimentación para prevenir la enfermedad y la pérdida económica a menudo asociada con la infección subaguda. Se prefiere el uso profiláctico debido a que la mayor parte de los daños se produce antes de que lo s signos se hacen evidentes, y porque los fármacos no pueden detener completamente un brote. Los tratamientos sobre una presentación clínica se dan generalmente mediante el agua, debido a las limitaciones logísticas de la administración del alimento. Posteriormente a una relativa curación, se utilizan en ocasiones en la ración antibióticos y un aumento de los niveles de vitaminas A y K para mejorar la tasa

de

recuperación

y

prevenir

infecciones

secundarias.

El desarrollo natural de la inmunidad a la coccidiosis puede presentarse, aún, durante el uso de anticoccidianos en el alimento. Sin embargo, en la producción de pollos de engorda que se caracteriza por una corta una corta permanencia -al cabo de 37-49 días-, esto puede ser de poca trascendencia . En cambio, la inmunidad natural es importante en las pollitas de reemplazo, ya que son propensas a estar www.agroindustriasladespensa.com

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expuestas a las infecciones de coccidias durante períodos prolongados después de la retirada de fármacos anticoccidianos. Así, los programas anticoccidianos para los reemplazos y las aves reproductoras tienen por objeto permitir las infecciones – inmunizantes-, para tratar de evitar los brotes agudos. Los anticoccidianos se retiran normalmente, de la ración de los pollos de engorda, 3 7 días antes de la matanza, para cumplir con los requisitos reglamentarios y de paso reducir los costos de producción. Debido a que los pollos de engorda tie nen diferentes susceptibilidades a la infección en este punto, el riesgo de brotes de coccidiosis se incrementa con un periodo de retiro más prolongado. Es común que a los pavos criados en confinamiento se les administre un anticoccidiano preventivo hasta las 8 ó 10 semanas de edad. Los pavos mayores se consideran menos susceptibles a los brotes. Clasificaciones de los anticoccidianios. Los anticoccidianos se pueden clasificar por sus efectos sobre los parásitos en: “coccidiostático” o “coccidicida”, en el primer caso se observa que el crecimiento intracelular de coccidias se detiene, pero su desarrollo puede continuar después de la retirada del medicamento; en el segundo caso las coccidias mueren durante su desarrollo al exponerse al fármaco. Algunos fármacos anticoccidianos pueden ser coccidiostáticos cuando se administras a corto plazo, pero coccidicidas cuando se administras a largo plazo. La mayoría de los anticoccidianos que actualmente se utilizan en la producción de aves de corral son coccidicidas. Otra clasificación de los antociccidianos es por su origen: “ionóforos –que son productos de fermentación” y “químicos-sintéticos”. El uso continuo de fármacos anticoccidianos promueve la aparición de cepas resistentes a los mismos. Varios diseños programas se utilizan en un intento de retardar o detener la selección de la resistencia. Por ejemplo, los productores podrán utilizar un anticoccidiano continuamente a través de las parvadas sucesivas

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y cambiar a anticoccidianos alternativos cada 4-6 meses, o bien, en otro diseño, cada anticoccidiano se usa sólo durante una engorda. Aunque hay poca resistencia cruzada a los anticoccidianos con diferentes modos de acción, existe una resistencia generalizada a la mayoría de los fármacos disponibles. Mecanismos de acción: Los mecanismos de acción de los fármacos anticoccidianos son poco conocidos, sin embargo, su conocimiento es importante para la comprensión de toxicidad y efectos secundarios. Algunos de los más explorados se describen a continuación: Ionóforos. Los ionóforos (monensina, salinomicina, lasalocid, narasina, maduramicina y semduramicina) forman complejos con varios iones, principalmente de: sodio, potasio, y calcio; y los transportan hacia la integridad de las membranas biológicas o a través de ellas. Los ionóforos afectan a las etapas extra- e intracelulares de los parásitos, especialmente durante las primeras etapas –asexuales- del desarrollo del parásito. Al comienzo de su uso en la avicultura, se observó que la resistencia a estos fármacos –por parte de las coccidias- se desarrollaba lentamente, probablemente debido a la forma no-específica en que los ionóforos actúan sobre los parásitos. Estudios recientes sugieren que la resistencia a estos fármacos se ha extendido, sin embargo, estos productos siguen siendo la clase más importante de anticoccidianos. Se estima que el 80% de las unidades de producción avícola usa algún ionóforo de manera constante. Actualmente, los más utilizados en las plantas de alimentos de la industria

avícola,

son:

Monensina,

lasolacida,

Salinomicina,

Narasina

y

Maduramicina. Algunos ionóforos pueden deprimir el consumo de alimento cuando la dosis es superior a los niveles recomendados, pero el crecimiento reducido puede ser compensado

por

una

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mejor

conversión

del

alimento .

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La

Monensina,

Narasina

y

Salinomicina

son

más

eficaces

en

contra

de E.acervulina, pero poco eficaces en el control de E. tenella y E. maxima. La Lasolacida

y

Maduramicina

son

efectivos

contra E.

tenella,

pero

baja

efectividad contra E. acervulina. La dosis de los ionóforos va dentro del 25-100 ppm, con excepción de la Maduramicina que se dosifica a 5 ppm 7. Algunas de las razones por las cuales los ionóforos constituyen la principal clase de anticoccidianos, es que, al tener menor potencial coccidicida, permiten que se desarrollen algunas lesiones inestinales de niveles incipientes, lo que ayuda a minimizar los brotes agudos al permitir que sobrevivan algunas de las cepas sensibles e inducir al desarrollo de una respuesta inmunitaria. Compuestos químicos-sintéticos. Se podría generalizar que ofrecen una buena eficacia para el control de la coccidia al interrumpir en varias partes el ciclo de vida de las coccidias. Pueden actuar como coccidicida o coccidiostático, dependiendo del químico en particular y la especie de coccidia predominante; proporcionan un muy buen control de lesiones debido a la interrupción efectiva del ciclo de vida del parásito y su potente eficacia disminuye el nivel de desafío. Por estas razones, Ejercen una fuerte presión selectiva sobre la

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población de coccidias, lo que genera una proliferación de cepas resistentes y, por lo tanto, limitan la respuesta inmunitaria de las aves, en contra de los protozoarios. Amprolio. Es un antagonista de la tiamina (vitamina B1). Debido a que el amprolio tiene poca actividad contra algunas coccidias del género Eimeria spp, su espectro se ha ampliado mediante su uso en mezclas con los antagonistas del ácido fólico: etopabato y sulfaquinoxalina . El uso principal del amprolio actuelmente es el tratamiento del agua durante los brotes clínicos. Clopidol

y quinolinas (por

ejemplo, decoquinato, metilbenzocuato). Son

coccidiostáticos contra el desarrollo precoz de Eimeria sppmediante la inhibición de la producción de energía mitocondrial. Estos compuestos tienen un amplio espectro de acción, y a veces se mezclan juntos con el objetivo de hacer un sinergismo. Sin embargo se puede seleccionar rápidamente resistencia, durante el uso prolongado . Los antagonistas del ácido fólico incluyen: las sulfonamidas, las 2,4diaminopirimidinas

y

el

etopabato.

Estos

compuestos

son

antagonistas

estructurales de ácido fólico o del ácido para-aminobenzoico (PABA), que es un precursor del ácido fólico. Aunque la resistencia a estos compuestos está muy extendida, se utilizan comúnmente, para el tratamiento del agua, cuando los signos clínicos son ya evidentes. Otros compuestos, como la diaveridina , el ormetoprim, y la pirimetamina, son activos contra la enzima dihidrofolato reductasa protozoaria y tienen actividad sinérgica con algunas sulfonamidas, y a menudo se utilizan en mezclas con estos compuestos. El hidrobromuro de halofuginona es eficaz contra las fases asexuales de la mayoría de las especies del género Eimeria. Tiene dos efectos coccidiostáticos y coccidicida , pero las coccidias pueden volverse resistentes después de la exposición prolongada. La Nicarbazina fue el primer producto con actividad verdaderamente de amplio espectro y ha sido de uso común desde 1955. Si bien, el mecanismo de acción no se conoce completamente, se piensa que es a través de la inhibición de la reducción del

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NAD

-Nicotinamida

Adenina

Dinucleótido- ligado

a

succinato

y de

la

transhidrogenasa dependiente de la energía, así como mediante la acumulación de calcio en presencia de ATP. La Nicarbazina es tóxica para las gallinas ponedoras, causando manchas en las yemas de huevo, disminución de la producción de huevos y palidez de las cáscaras de huevo “rojo”. Se requiere un período de retiro de 4 días en pollos de engorda. Las aves medicadas tienen un mayor riesgo de estrés por calor en climas calientes.

Las Nitrobenzamidas (p. ej. La dinitolmida ) ejercen su mayor actividad coccidiostática contra las etapas asexuales. La eficacia se limita a E. tenella y E. necatrix a menos que se combine con otros productos. La Robenidina -un derivado de la guanidina- permite el desarrollo intracelular inicial de las coccidias, pero previene la formación de esquizontes maduros. Es, a la vez, coccidiostático cuando se administra a corto plazo y coccidicida a largo plazo. La resistencia puede seleccionarse desarrollarse rápidamente durante su uso. Se necesita un periodo de retiro de 5 días para eliminar el sabor desfavorable causada por sus residuos en la carne de las aves. La Roxarsona es un compuesto arsenical orgánico. Tiene actividad significativa contra E. tenella y se utiliza en combinación con ionóforos para mejorar el control de esa especie. Se requiere un periodo de retiro.

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Los compuestos Diclazurilo y Toltrazurilo son muy eficaces contra un amplio espectro de coccidias. El Diclazuril se usa principalmente para la prevención a 1 ppm en la alimentación, mientras que toltrazuril se usa principalmente para el tratamiento del agua. Los Médicos Veterinarios que trabajan para la industria avícola deben conocer los aspectos finos de la coccisiosis, además de todos los aspectos de las herramientas terapéuticas disponibles, para diseñar la mejor estrategia protectora de la gran inversión que significa cada granja de aves.

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