Como una viva proyección de las civilizaciones

-omo una viva proyección de las civilizaciones del pasado y de las obras más selectas y caracterlsticas de la época presente, los Manuales de orientac

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-omo una viva proyección de las civilizaciones del pasado y de las obras más selectas y caracterlsticas de la época presente, los Manuales de orientación altamente. educadora que forman la

C



COLECCIÚN

LABOR

pretenden divulgar con la maxlma amplitud el conocimiento de los tesoros naturales, el fruto del trabajo de los sabios y los grandes ideales de los pueblos, dedicando un estudio sobrio, pero completo, a cada tema, e integrando con ellos una acabada descrlpclOn de la cultura actual. Con claridad y senCillez, pero, al mismo tiempo, con absoluto rigor cientlfico, procuran estos volúmenes el instrumento cultural necesario para satisfacer el natural afan de saber, propio del hombre, sistematizando las Ideas dispersas para que, de este modo, produzcan los apetecidos frulos. Los autores de estos manuales se han scleccio nado entre las más presllglOsas figuras de la Ciencia, en el mundo actual, el reducido volumen de tales estudios asegura la gran ampll ud de su difusión, siendo cada manual un verda ero maestro que en cualqu er momento puede ofrecer una lección breve, agradable y provechosa: el contunto de dichos vofumenes constituye una completísima

Biblioteca de iniciación cultural cuyos manuales, igudlmente utiles para el estudiante y el espeCial sta, son de un valor inestimable para la generalIdad del público, que podra adqUirir en ellos ideas precisas de lodas las CienCias y arles.

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COLECCION LABOR BIBLIOTECA DE INICIACIÓN CULTURAL La Naturaleza de todos los países. La Cultura de todos los pueblos. La Ciencia de todas las épocas

PLAN GENERAL SECCiÓN PRIMERA

Filosofía Psicología: Educación

SECCiÓN SEGUNDA

Literatura Artes plásticas Música

SECCiÓN CUARTA

Derecho Política Economía

SECCiÓN QUINTA

Matemáticas

SECCiÓN TERCERA

Física Química

Historia Geografía

Ciencias naturales Higiene

-

l. CIENCIAS LITERARIAS Gramática (16-17) Retórica PoeHca Crítica de las obras literarias Literaturas orientales Literatura griega '28) Gramática latina (39) '"Literatura latina Historia de la filología clásica

Literatura italiana (30) Literatura francesa ·Literatura portuguesa Literatura inglesa (49-50) ·Literatura alemana Literatura nórdica Literatura rusa '"Literatura española El teatro (63)

11. ARTES PLÁSTICAS Pintura flamenca "Pintu:a italiana Pintura alemana Pintura holandesa Pintura española (73-74) Pintores impresionistas (14) Escultura española Escultura en Occidente (78-79) A¡;tes industriales (61-62) Artes decorativas en la Antigüedad Cerámica española Hierros artísticos españoles Orfebrería española "Cubiertas y artesonados españoles. Marfiles españoles (68) Diccionario de las bellas artes

Estética Estilografía (4.2-4.3) Iconografía '"Arqueología clásica -Arqueología española Artes orientales Arte egipcio Arte griego -Arte romano Arte bizantino Arte cristiano prlmlUvo Arte italiano Arte francés Arte inglés Arte de los Falsea Bajos Arte alemán Arte ruso. Arquitectura en Occidente. Arquitectura española

111. MÚSICA Estética musIcal '"Manual del pianista Harmonía (15) '"La musica en la Antigiledad Historia de la musica italiana Histona de la mUSlca alemana

Historia de la música rusa Historia de la música francesa Historia de la música española Musica popular española Historia de la musica religiosa Diccionario de musica

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COLECCIÓN LABOR BIBLIOTECA DE INICIACIÓN CULTURAL - - - - - - - - 50 - - - - - - - -

Historia de la

Literatura italiana POR EL

Dr. KARL VOSSLER Profesor de Filología románica de la Universidad de Munich

Con 12 láminas Traducido de la tercera edición alemana POR EL

Prof. MANUEL DE MONTOLlU De la Universidad de Barcelona

BARCELONA - BUENOS AIRES

EDITORIAL LABOR, S. A. 1925

ES PROPIEDAD

'latieres

T¡pogral¡COi

de

EDITORIAL LABOR,

S. A. : Provenza, 88, Barcelona

ÍNDICE CAPITULO

1

In trol1u cción 1. Caracter y evolucion de la lengua literaria italiana. . . . . . 2. Patria de la lengua literaria italiana y su relacion con lo, dialectos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. El verso italiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Los más antiguos monumentos de la lengua italiana. . . . . . CAPiTULO

7 S !l

12

11

Comienzos d{' la lit{'ratura italiana 5. La escuela poetica siciliana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. Continuación de la escuela siciliana en la To,cana y en Bolonia .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7. Comienzos de la poesía didactico-alegórica .. . . . . . . . . . . . R. Poesía popular eclesiastica en Umbría y comienzos del drama.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9. La poesIa narrativa y didáctica en la Italia septentrional. . 10. La Prosa.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11. Guido Guinizelli ................ '" ................. CAPITULO

15 ln 18 1!l

21 23 25

II 1

La época dI' Dant{' (1283-1348) 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19.

La Escuela del _ dolce stil nuovo • .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los humanistas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La poesía alegorica .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dante Alighieri ..................................... Obras menores de Dante.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . La Divina Comedia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Enemigos e imitadores de Dante ..................... La prosa en la época de Dante.......................

27 28 28 29 31 34 38 39

lndice

4

CAPÍTULO

IV

La aurora del Renacimiento 2U. Los concepto& «Renacimiento. y ,Humanismo. y los comienzos de los e~tudios clá~icos " . . . . . . . . . . . . . . . . . 21. Vida de Francesco Petrarca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22. Las obras latinas del Petrarca........................ 23. Poesías italianas del Pctrarca......................... 24. Vida de Giovanni Boccaccio ......................... 25. Obras menores de Boccaccio . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26. El Decamerón ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27. Labor científica de Boccaccio .. . .. ................... 28. La literatura de los epigonos .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29. Los humani'ita& . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30. Significación de los humanistas en la htcratura italiana. . . 31. La poesía popular.. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. 32. La poesía religiosa .................................. 33. Humanista~ que escribieron en italiano y literatura erudita. 34. La « novela» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

CAPITULO

41 43 44 47 49 50 52 54 55 58 60 62 64 65 66

V

El Ul'nacimit'nto 35. 36. 37. 38 39. 40. 41. 42.

Lorenzo el l\Iaglllfico y su corte. El pl:üonmno Obras de Lorenzo de l\Iedicis... . . . . .. ............... Angelo Ambrogini Polizlano ... . . . . . . . . . . .. .......... Poetas populares en la corte de Lorenzo de Médicis. . . . . . La literatura en la corte napolitana. Pontano.......... Sannazaro, Cariteo, etc .............................. La literatura rn el norte de Italia.................... 'IaUeo María Bojardo. .. .... .............. CAPITULO

El llI'l'iodo 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51.

clá~ico

69 70 71

73 76 77 79 80

VI

dl'l Renacimiento

Carácter doctrinal del cla&icismo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lodovlco Ano'ito .. . ............................... El Orlando turlO~o .. . .............................. Niccolb MachIavelh .. . . . .. .......................... Obras de Machlavelh ....... ....................... France~co Gmcclardllli. ............................. Pietro Aretlllo. . .. .... .. ......................... La onentaclOn clasIcIsta ............................ Tentatl\as de reforma en la e~cuela da.lcista.. . .. . . . ..

83 85 87 89 91 95 97 99 100

india

52. 53. 54. 55.

5

La prosa clasicista .................... ,............. La tendencia realista y cómica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. La poe~ía parodí;tica .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Torquato Ta~so ..................................... CAPÍTULO

102 103 10!i 107

VII

Primer pt'I'Íodo de la deca poetas cla~icistas .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. La literatura dramalica. La ópera... . . . . . . . . . . . . . . . .. La parodia ......................................... La pro!>a. Giordano Bruno y Galileo Galilci............ CAPITULO

112 112 11:l 114 115 1 Hi

VIII

Segundo pl'ríodo de la d('cadl'ncia (1642-1'7;)0) 62. lJ3. 64. 65.

Los satírico!> .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Los académico~ ........................ . . . . . . . . . . . .. El drama...................... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. La prosa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. CUÍTULO

118 118 120 121

IX

El período del resurgimiento (17;)0-18;)0) 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. 75.

Il~stración

y .P:ensa .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Panlll ..................................... CarIo Goldoni .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Vittorio Alfieri .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Vincenzo Monti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Ugo Foscolo y los restantes clasicistas. . . . . . . . . . . . . . . . Los comienzos del Romanticismo ..................... Alejandro l\Ianzoni .................................. DisClpulos e imitadores de l\lanzoni " . . . . . . . . . . . . . . . .. Giacomo Leopardi y los clásicos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. GIU~eppe

CUÍTULO

123 124 125 12(i 128 12!1 130 U1

134 136

X

El presente 76. 77. 78. 79. 80. 81.

Agonía del Romantici~mo .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Giosue Carducci .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Verismo, literatura sociali~ta y arle regiollal .. . . . . . . . .. El drama.... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Antonio Fogazzaro ............. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Estetismo y Futurismo ......... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

1 :39 I.tO 1 !1 143 145 146

CAPÍTULO

r

Introducción 1.

Caráctf'r y e\ OlllCióll dI' la l('ngua lit('raria italiana

Entre las lenguas románicas la italiana viene a representar la continuación central o directa del tronco latino, al paso que el portugués, el esparlol, el francés y el ruman0 vienen a ser más bien sus ramificaciones. La continuidad y la constancia con que ha subsistido la conexión entre el latín y el italiano quedan bien patentes en el hecho de que entre las palabras eruditas y las populares o bien entre las adoptadas y las hereditarias existe en italiano una diferencia poco visible y a menudo de imposible determinación. De modo parecido son flotantes y flúidos los procesos de transición de la frase laLinizanle y erudita a la popular. El italiano mucho más intensamente que sus lenguas hermanas, ha conservado la tendencia y la capacidad de la colocación de las palabras en la frase latina, de la comtrucción arquitectónica de la frase y de la antigua monumentalidad del e.,Lilo oratorio. La canción popular italiana hace a un hombre del Norte el efecto de poco ingenua y algo artificiosa. La conformación fonética de esta lengua con su vocalismo claro y bien comervado, poco diptongado y elidido sólo con mucha parsimonia. con su preferencia por la articulación oral sobre la nasal y la gutural, y con su repugnancia por grupos complicados de consonantes produce el efecto de un canto. La lengua posee una eficacia extraordinariamente sensual, y acaricia el oído aun prescindiendo de la

Ínlroducción

comprensión y del contenido. Muchas veces se habla esta lengua por gente culta e inculta por el mero gusto de hablarla, sin ninguna urgente necesidad, porque el placer artístico que produce su sonido y su ritmo se difunde desde las esferas de la poesía hasta el lenguaje cotidiano. De aquí la pronunciación cuidadosa, detallada y clara, gracias a la cual ha conservado de una manera casi inalterable en el transcurso de los ultimos siete siglos, esto es, desde que conocemos una literatura italiana, sus caracteres fonéticos y su versificación. Si alemanes, ingleses y franceses para la comprensión de !>us e~cntores medio eva les necesitan de un previo estudio filológico, los italianos, por el contrario, disfrutan del privilegio de una tradición literaria ininterrumpida ; y las obras de un Dante, de un Petrarca y de un Boccaccio son hoy todavía bien común de todos ellos. 2.

Patria de la lengua titer.uia italiana y su relación con los dialectos

Sobre la patria y el origen de la lengua literaria italiana no se tuvieron durante largo tiempo ideas claras, hasta que. finalmente, en nue"tros días la investigación lingüística histórica ha establecido definitivamente como dialecto básico de aquella lengua el de la capital de la ToJiaba tónica (vuso tronco) ~e le aI1ade para los efecto~ del recuento de sílaba'i una llIÚ'>, llliellll a,> al que acaba en Lre., ,>Haba'i (verí.o í.drucciolo) '>1' le n'"la una. \.,Í rada uno de lo,> tre'> ver,>os ,>iguielllt'" ('., de (inro '>llaba., (quinario) : (.rllllo confll,O Him,¡\e h In 'L medl',imo.

Por lo que se refiere a los acenLos rítmIcos principales en cada Ulla de las c1a~es de ver!lO, solamente rige como regla incondicional la siguiente: 1 odo verso tiene su acento principal fijo en la penúltima sílaba, según la manera de contar italiana. El endecasílabo lleva un acento principal en la sIlaba décima, el decasílabo en la novena, etc. Los restantes acentos principales son, en conjunto, de colocación libre. de 10 que resulta una extraordinar ia var iedad y flexibilidad del verso italiano. Sin embargo, la experiencia Iw revelado como particularmente gratas al oído italiano ciertas colocacione'> del acento ntmico principal según las distintas clases de versos. ~os limitaremos a indicar la distriburión usual de 10cana de « Veinte cuentos de antiguos caballeros) (Conti d'antichi cavalieri) toma los asuntos de sus breves anécdotas de los ciclos legendarios más heterogeneos. No menos variadas son las fuentes del llamado Novellino o Cenlo novellc, una colección de cien cuentos breves, cuyo autor, en todo caso, parece ser un anónimo de la Toscana (Florencia). de la Francia septentrional. Varios poetas de la escuela siciliana estudiaron en Bolonia, y Guittone d'Arezzo estuvo en estrechas relaciones con la ciudad. En ella también había de nacer su más eminente discípulo y continuador: Guido Guinizelli dei Principio Las pocas composiciones que de él se conservan, son suficientes para hacer ver cómo en su clara inteligencia la educación científica de la Univer~idad se hermanaba con el arte de la poesía amorosa. En su célebre canzone Al cor gentil ripara semfJfe amore, desarrolló una nueva concepción platónica del amor. Las comparaciones, ya ¡-O las toma él de la Biblia, sino de la naturaleza y de su ciencia misteriosa. No hay en sus poesías nada pecaminoso ni soez. La dama del caballero se ha transfigurado en un ser superior; es mitad ~llgel, mitad idea filosófica o inteligencia averroista ; un destello femenino

26

Comienzos de la /itera/ura italiana

de la divinidad, que eleva e ilumina al alma del amante. En un lenguaje noble y colorido, y en siempre nuevas imágenes describe y conLempla, pero nunca enseña ni predica este amor suprasensible. Es fervor cristiano y visión filosófica junto con serenidad y gracia helénicas. A trechos surge en esta poesla algun ra\PÍTULO

IV

La aurora de) I{enacimiento 20.

Los conceptos « Renacimiento) y «Humanismo) y los comi('nzos de los ('~tuiIios clá~icos

Bajo el nombre de Humanismo no hemos de entender puramente el estudio erudito de la Antigüedad, ni bajo el de Renacimiento puramente la vuelta del Arte a los antiguos modelos. El Renacimienlo (1) (la Renaissance es una designación introducida por l\Iichelet en la historia de la Cultura; los italianos la traducen con los nombres de Rinascita o Rinascimento) y aun el Humanismo fueron en sus principios un movimiento religioso y místico más bien que profano. El abad calabrés Joaquín de Fiore, San Francisco de Asís y sus prosélitos. los « Espirituales ), aspiraron a un renacimiento espiritual de la humanidad, a una redención por el dogma y por la fe literal; querían retrotraer a las almas al « Evangelio eterno ). a una especie de Cristianismo universal-humano y. por decirlo a~í, superecIesiástico. Partiendo de esta base, sus discípulos, ante todo Dante, adoptaron una posición más libre frente a la naturaleza y a la Antigüedad pagana. Reconocen en la instauración del Imperio romano una disposición divina; no la juzgan ya. como San Agustín. una obra del diablo. sino un beneficio para la humanidad y el más brillante título de gloria para Italia. Es el entusiasmo religioso y nacional por la Antigüedad la fuerza espiritual que ha de transformar toda la concepción de la (1)

Véase el manual Cultura del Renacimiento,

COLECCIÓ'i Lte género de poesía consiste a menudo en la yuxtaposición absurda de las cosas más incongruentes; por ejemplo. « Brazos sieneses y arcos siríacos con Nuevos Testamentos, ajos viejos y camelote verde, y hongos secos con horcas de pedantes nos recuerdan picadas de tábanos » (1). Otros sonetos están llenos de una sátira personal y política que al presente resulta ininteligible. La poesía política fué cultivada unas veces ocasionalmente; también hubo poetas profesionales, como el célebre 1440), poeta improvisador Niccolo, el ciego de Arezzo que iba de una a otra ciudad y se hacia pagar por la auto-

íai>. O bien eran también heraldos, pregoneros o poetas oficiales con colocación fija que venían a efectuar el servicio de nuestros actuales diarios políticos. Uno de los más conocidos fué el florentino Antonio di Meglio (1384-1448). La poesía lírica popular, cuyos comienzos hay que buscar probablemente en el sur de Italia, se ramificó por aquellos tiempos en numerosas modalidades por toda la península. Sus formas preferidas son el rislletto y el stralllbotlo (1), In Canzonetta, la Ballatr¡ y la Frotlola. Estos géneros fueron ennoblecidos en su forma y su lenguaje en Venecia por el joven humanista y patricio Lionardo Giustiniani (hacia 1388-1446), sin que perdiesen por esto su gracia natural y su matiz dialectal. Giustiniani era además un músico de talento y en alas de sus cantos propagáronse sus poesías por toda la Italia central. Una cIase determinada de canzonette recibió precisamente el nombre de Giustiniano. También son del mismo autor numerosos laudes (cantos religiosos de alabanza). Hubo además una serie de novelas y pasos cómicos, que ya se habían convertido en regocijo común del pueblo. Entre las preferidas contábanse, según parece, la ({ Historia del gordo carpintero) (Novella del graso legnaiuoloJ y la de ({ Bianco Alfani ). Los temas novelescos franceses, que desde largo tiempo vivían en el pueblo y que eran recitados en las plazas públicas por los juglares (cantas/orieJ, iban penetrando en la Toscana y aquí fueron compuestos en la forma de octava, y alcanzaron en la refundición en prosa de Andrea l\Iagnabotti de Barberino (hacia 1370-1431) un favor público que hoy todavía subsiste. Sus obras más importantes son los Reali di Francia (la dinastía de los reyes de Francia) y Gzzerino il Meschino. El primero trata de la historia fabulosa (1) La diferencia entre rispetlo y slrambotlo no es meramente formal, sino intrínseca. El primero es un elogio amoroso de carácter popular, el segundo ofrece un desarrollo mas bien epigramático. Ambos consisten en estrofas cortas de versos endecasílabos rimados.

64

La aúrota del Renaczmzento

de la dinastía carolingia hasta el nacimiento de Carlomagno ; el segundo relata las fantásticas aventuras de un caballero del sur de Italia en la guerra contra los infieles. La gran mayoría de las obras de esta literatura popular, rica sobremanera, es anónima. 32.

La poesía religiosa

Uno de los más encarnizados enemigos de los humanisLas fué el bajo clero. No dejaban de tener razón los clérigos cuando en el estudio cada día creciente de la cultura de los antiguos pueblo~ paganos veían un peligro para la fe cristiana. Aun cuando los que profesaban públicamente el ateísmo eran una minoría entre los humanistas, la indiferencia religiosa fué achaque muy general entre ellos. Ya Mussato, Petrarca y Boccaccio habían sido atacados por monjes celosos, a causa de sus estudios clásicos; y ahora el dominico Giovanni Dominici (1356-1419) tronaba en Florencia contra la educación moderna, porque ésta familiarizaba a la juventud en primer lugar con Virgilio y Cicerón, con Júpiter y Venus, en lugar de hacerle conocer las Sagradas Escrituras y la religión cristiana. El divorcio entre la filosofía antigua y la cristiana continuó durante toda la época del Renacimiento. Los que más ardor mostraron en esta lucha fueron los predicadores minoritas. La predicación en lengua popular adquirió un gran vuelo y tuvo su más excelso representante en San Bernardino degli Albizzeschi de Siena (1380-1444), que hizo oir su persuasiva palabra en la Italia superior y central, y, sin poseer ninguna erudición, no se recató de emplear los recursos oratorios más groseros, más pintorescos y más regocijantes para interesar a sus auditorios. - Poseemos, además, una gran cantidad de laudes del siglo xv. Eran cantados muchas veces con melodías profanas y ya habían perdido huena parte de su fuerza y de su candor primitivos. También fueron en aumento los laudes dramáticos, las llamadas representaciones o sea piezas de teatro religioso.

r

..... .....

LA,nNA IV

Púg 65

• La vida pastoril'. Ilu,tración de la Arcadia, de Sannazaro, en un manu,crito del siglo xv, que se conserva en la Bihlioteca Hicardiana, de Florencia Literatura italiana.

30

EDITORIAL lJABOR, S, A,

Humanistas que escribieron en ilalwno y literatura erudita

65

Los temas habituales eran los de la Biblia y de las leyendas hagiográficas, y fueron combinados cada vez más con episodios cómicos, mundanos y románticos. El lujo de la escenografía fué también creciendo hasta lo pomposo, de tal suerte que la finalidad primitiva de estas representaciones, esto es, la edificación y la instrucción religiosa, fué relegada cada vez más a segundo término.

33.

Humanistas que escribieron en italiano y literatura erudita

El movimiento humanista propagóse rápidamenle por círculos cada vez más extensos, y en la democrática Florencia en primer lugar empezaron los eruditos a interesarse otra vez por su lengua materna. Juntamente con Homero y Virgilio era también leída y explicada públicamente en esta ciudad la Divina Comedia. Primero que ningún otro León Battista Alberti, hombre de una admirable y amplia educación intelectual (hacia 1407-1472), salió a la defensa de su lengua en el célebre tratado italiano sobre la familia (Delia famiglia). Así como él educó su estilo en los modelos clásicos, de la misma manera pudo también regular a tenor de los mismos modelos la vida de familia y la educación. El aspira a implantar una educación regular y amplia de todas las buenas disposiciones del hombre. Su sano juicio consiguió adaptar la sabiduría práctica de los antiguos a las condiciones de la vida en Italia y en particular de Florencia con el más notable acierto. En 1441, por iniciativa de Alberti, celebróse en la catedral de Florencia un certamen poético público (Certame coronario) en lengua italiana, en el cual tomaron parte activa por igual, ciudadanos de Florencia, tanto letrados como iletrados. En esta solemnidad aparecieron también los primeros ensayos de aplicación de la antigua métrica clásica. Estos fueron obra de Alberti mismo y de Leonardo Dati. 5.

VOSSLER:

La literatura italiana

30

66

La aurora del Renacimiento

El humanista y compatricio de Alberti, Mateo Palmieri (1406-1475) enriqueció la literatura italiana con un tratado sobre la vida civil (Delia vita civile) en el que se sirve como Alberti, de la forma dialogada, para desarrollar el ideal del ciudadano. También sabe conciliar hábilmente los principios de los antiguos, especialmente de Cicerón, con las exigencias de la vida moderna. Este tratado, junto con el de Alberti, constituye la base de la prosa didáctica del siglo xv, la cual, lllspirada en la imitación de la latina, sigue progresando, a veces ciertamente con cierta frialdad y rigidez, pero en general con gracia y vivacidad. De Palmieri poseemos además un poema didáct.ico: Cittd di vila, en la cual, imitando, por lo que atañe a la forma' externa, la Divina Comedia, expone las ideas neoplatónicas de Orígenes. El poema había de ser publicado después de la muerte del autor; pero fué declarado herético y hasta fines del siglo pasado fué guardado con temor supersticioso en un lugar aparte en la Biblioteca Laurenziana.

34. La« novela

~

El tipo de (, novela ~ de Boccaccio tuvo muchos imitadores. En realidad, el sienés Gentile Sermini no es un estilista clasicista en sus cuarenta novelas, sino que se aproxima más a la lengua sencilla del pueblo. En cambio, en la mayoría de los restantes predomina una fuerte tendencia a la hinchazón retórica. Tal vemos principalmente en el suditaliano Masuccio dei Guardati, que vivió en la corte aragonesa de Nápoles y que indudablemente es el cuentista más importante de aquel siglo. Había acabado su Novellino (libro de (' novelas f» ya en 1460, pero no lo dió a la estampa hasta diez y seis años más tarde. Los asuntos de este libro están tomados en su mayoría de antiguas narraciones italianas. Por la forma él se reconoce francamente como imitador de Boccaccio. - Mucho menos hábil en la exposición y más hinchado en la forma es el bolonés Giovanni Sabba-

La ; novela.

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dino degli Arienti (1450-1510) en sus setenta y una « novelas ., que publicó en 1478 bajo el título: Le Porrettane (1). Particularmente curiosa es una novela -alegórica, que no ha vuelto a llamar la atención sino hasta tiempos recientes, y que se atribuye aunque no con absoluta seguridad, a cierto Frate Francesco Colonna. Es la Hypnprotomachía (2) Poliphilí; fué escrita hacia mediados del siglo, y no fué publicada hasta 1499 en una edición ilustrada con admira· bIes dibujos. La prosa preciosista y latinizante puesta en moda desde Borcaccio llega aquí hasta el último extremo de la exageración; de esta manera formóse una lengua nueva; no puedo resistir la tentación de dar de ella una pequeña muestra: « In questo loco dunque, sopra le fresche e florigere erbule se exponessimo letamente a sedere. Cusi stante, insaciabile cum gli occhi vultispici contemplava sutilmente in uno solo, perfecto et intemerato corpuscolo tanta convenienza et accumulazione di bellitudine, obiecto senza dubbio renuente di non vedere cosa graziosa piu oltre gli occhi miei ne di tanto contento; dove, di novelli e repullulanti concepti il mio ardente core cum tanto gaudio refocillando, et alquanto le vulgare e comune isciocchezze deposite, intelligibile piu effecto, considerai insieme il serenissimo cielo, il salutare e mitissimo aere, il dilettevole sito, la deliciosa patria, le omate verdure, gli piacevoli e temprati colli ornati di opaci nemoruli, il clemente tempo et aure pure, et il venusto et ameno loco, dignificato dagli flumi defluenti per la nemorosa convaIle irrigui, appresso agli curvi colli, alla destra e leva parte mollemente discorrenti al prossimo mare precipitabondi, agro saluberrimo e di gramine perjucundo, feferto di multiplici arbori, canoro di concento di avicule .•

La novela se divide en dos partes desiguales. En la segunda el autor cuenta una desgraciada historia de amor, evidentemente autobiográfica, mientras la primera contiene un sueño alegórico lleno de fastuosas alegorías e imágenes; esta parte en el conjunto de su disposición el> una imitación de la Amorosa Visione del Boccaccio. El sen(1) Así llamadas por el balneario Porretta, cerca de Bolonia, en donde se reúne una sociedad de personas distinguidas en casa del conde Andrea Ventivoglio, y los contertulios se distraen contando historias. (2) Según indicación del propio autor significa: Lucha de amor

en sueño.

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La aurora del Renacimiento

ti do oculto de toda la obra debe ser la exaltación de la filosofía epicúrea, que el autor había conocido probablemente por la obra: De vero bono, de Lorenzo Valla. Bajo la misma influencia del Boccaccio y acaso también bajo la de Colonna fué escrita hacia el final de siglo la novela tan curiosamente ataviada II Pellegrino de Jacopo Caviceo (1443-1511), que vivió en F~rrara. Innumerables son los imitadores de la lírica petrarquesca en la primera mitad del siglo. El de más talento y el único que merece ser mencionado es Giusto de' Conti da Valmontone, natural de Roma (t 1449). Dió a su Cancionero el título de Bella mano en recuerdo de la bella mano de su amada. Sin revelar ninguna idea ni sentimiento original, este Cancionero es notable por haber llevado la forma poética a una alta perfección, bajo la inmediata influencia del Petrarca. En el campo de la hü,toria nos queda por mencionar la Crónica familiar de Giovanni Morelli, natural de Florencia 1444), una historia florentina en forma dialogada de Gregario Dati, y, finalmente, una colección de biografías, de contemporáneos célebres, escritas en estilo llano por el librero Vespasiano da Bistici (1421-1498).

moderación, mientras su voluntad era poco flexible y cons-

Obras de Machiavelli

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tanteo - En 1519 obtuvo de los Médicis algunos modestos destinos; pero cuando, en 1527, volvió a ser restaurada la República, esperó en vano que le repusiesen en su antiguo cargo. No inspiraba confianza, por haber estado al servicio de los Médicis. l\Iurió el 22 de junio de 1527. - Su carácter es una curiosa mezcla de los elementos más heterogéneos: sed irrefrenable de placer e impulso creador extraordinario junto a una gran ambición; temperamento ligero, melancólico y burlón, y una noble fidelidad a sus ideales patrióticos.

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Obras de lUachiavelJi

Como Ariosto, también se ensayó Machiavelli en la comedia. Su Mandragora, que escribió en 1513, es, sin disputa, la comedia más notable del Renacimiento. Concebida según el patrón clásico antiguo, como pieza de intriga, trátase en su argumento de la seducción de una mujer casada, tan honrada como tonta, llevada a cabo con la ayuda de su propia madre y de su confesor. La acción que debe de tener fundamento en algún sucedido real, está colocada por el autor en los alrededores de Florencia y en el año 1504. Gracias a su penetrante y pesimista conocimiento de los hombres y a su observación de la vida florentina logró prestar a su obra la profundidad de una comedia moderna de carácter y de costumbres en el mejor sentido de la palabra. En la comedia llamada Clizia, que se representó en Florencia en 1525, Machiavelli aplicó con fortuna el motivo de la Casina, de PI auto. a la vida moderna de Florencia. Son también notables sus obras poéticas menores, las poesías didácticas modernas sobre el próximo pasado político, su sátira inacabada L'asino d'oro, y, en especial, su novela satírica sobre el archidiablo, Beljagor. Pero el dominio propio de su genio realista es la política. Su actividad política durante catorce años había aguzado sU vista para poder sondear las tristes circunstancias de su

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El periodo clásico del Renacimiento

infortunada y querida Italia; en su retiro campestre se había preparado para señalar los caminos por los cuales era posible llegar a realizar la unidad y la libertad de la patria. Es casi imposible decidir si él creyó sinceramente en la posibilidad del cumplimiento de su aspiración. En todo caso, el patriotismo local florentino se sobrepuso en él con harta frecuencia al sentimiento nacional italiano, y, por otro lado, su gusto, técnico y profesional, por así decirlo, por la política hábil, consecuente y enérgica fué tan fuerte de por sÍ, que a menudo olvida en su favor el ideal grande. Si para Ariosto el arte poético tuvo su finalidad pura y exclusivamente en sí mismo, lo mismo ocurre a MachiaveIli con el político. Cerebro científico y especulativo, que anteponía a todos los demás intereses el de llegar a construir una doctrina sistemática del Estado, deducida de la observación objetiva de la historia y de la propia experiencia y siguiendo métodos intuitivos y filosóficos, Machiavelli concibió antes que otro alguno la fuerza del Estado como un fin en sí mismo e hizo triunfar en la ciencia política el criterio del oportunismo descarado y sin escrúpulos. Con una genial parcialidad y el más lógico rigor emancipó la ciencia política de la ética y de la religión. Las dos grandes fuentes en las que él bebe su doctrina, son la historia de la antigua Roma y la observación de la vida política contemporánea. MachiaveIli creía en la posibilidad de un arte político absoluto, válido para todos los tiempos. Partía de la convicción de que los hombres desde antiguo han sido los mismos y siguen siendo los mismos ahora y siempre. Ello no obstante. su sentido tan espontáneo de la realidad le salvó de caer en el esquematismo doctrinario. Si es verdad que por un lado concibió el Estado como una institución destinada exclusivamente a su propia conservación y a su propio engrandecimiento, por otro lado tuvo una comprensión compleja y directa de la abundancia de los medios que pueden ser útiles a este Estado y de la variedad de las contingencias y de las circunstancias favorables o peligrosas para su vida. Lejos de querer racionalizarlo todo, él tiene en cllenta cuán fu«¡:rt~

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es la cooperación de las fuerzas misteriosas, que él llama la Fortuna, en el curso de los humanos acontecimientos. En el diálogo sobre el Arte della guerra (1521), Machiavelli demuestra, apoyándose en ejemplos sacados de su tiempo y de la Antigüedad clásica, la necesidad de armar todo el pueblo para defender la libertad y la independencia de un Estado, discute la organización de esta milicia popular y reconoce ya plenamente la gran importancia de la infantería. En su biografía de Castruccio Castracani esboza el tipo ideal de un general juntando arbitrariamente unas con otras, campañas históricas y de su propia invención y manejando dentro del marco de una especie de novela histórica sus teoremas políticos y militares. Sus Discursos sobre la primera década de Tilo Livio (escritos en 1513 y años siguientes, e impresos en 1531) tratan de las diversas formas del Estado, de su desarrollo y su decadencia. Su admiración hacia la antigua Roma le dicta su preferencia por la República, que le parece la forma más perfecta del Estado. Para él, como para los antiguos romanos, el Estado es el fin más alto de la sociedad humana. La religión y la moral han de subordinarse a él y están a su servicio. La misión cultural del Estado queda completamente relegada a segundo término. Todo gravita alrededor del arte de gobernar diplomáticamente y del poder militar. Aun más crudamente están expresadas estas ideas en el célebre libro titulado: II Principe (escrito en 1513, publicado en 1532). Machiavelli quiso al principio dedicarlo a Julián de Médicis ; pero habiendo muerto éste en 1516, lo dedicó a Lorenzo, que, a la sazón, había sido nombrado Regente de Florencia. Así pues, el libro está escrito pensando en la casa de l\lédicis, que en aquel entonces acariciaba el plan de fundar un prin· cipado en la Emilia. Sin quererlo presentóse al espíritu de Machiavelli la figura de César Borgia, quien en parecidas circunstancias se había erigido en duque de la Romagna. La personalidad de este hombre fué tomando cada vez mayores proporciones en su ardiente fantasía. El sanguinario aventurero era para él la figura ideal del príncipe del Rena-

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cimiento, del gran tirano, del cual esperaba Italia su libertad : el libro de Il Principe, este terrible parto de la realidad y de la fantasía, adquiere, como dice Villari, la significación de un acontecimiento histórico. El mismo gran error filosófico que hay en el fondo del libro, es histórico; esto es, el sobrevalor que da al individuo. El Estado de MachiaveIli es la creación de un solo individuo, y para él el pueblo es una masa pasiva que se deja amasar y modelar a discreción por el legislador. El tácito pensamiento político de toda aquella época está aquí puesto en evidencia, y expuesto en forma artística con tan genial intuición y una tan grande fuerza de expresión, que se quiso hacer al autor responsable de los acontecimientos políticos de la época siguiente. A nuestro entender, sin embargo, éste es precisamente su más legítimo título de gloria. ¿Por ventura fué él culpable de que la posteridad haya aplicado el principio del oportunismo político a la conducta moral y a los asuntos religiosos y eclesiásticos y de que se haya envenenado la conciencia ética? Cierto que él quiso ser un consejero. Pero, al presente, Machiavelli es para nosotros solamente el gran intérprete de su tiempo. El mismo ha documentado la trabazón de sus teorías con la realidad de modo inmejorable en su Historia de Florencia (Isforie fiorentine), que escribió por encargo de la ciudad en el período de 1521 a 1525. El libro abarca desde la fundación de la ciudad hasta la muerte de Lorenzo el Magnífico (1492) y es el primer ensayo de historia de tipo moderno por cuanto hace el estudio de los acontecimientos desde un punto de vista único y en todos los sucesos señala la conexión causal. No puede negarse que alguna vez la exactitud histórica del relato resulta peljudicada por las prevenciones del autor, al cual siempre interesa documentar su doctrina del Estado con ejemplos tomados de la realidad. SI en el libro de II Príncipe admiramos una prosa impubiva y apasionada que desprecia todo ornato retórico y da la expresión más penetrante que se puede concebir a la fría lógica del pensamiento junto con el ardor de un fogoso

Prancesco Guicciardzni

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t~mperamento, en la Historia de Florencia, en cambio, observamos ya un leve esfuerzo retórico, el cual en verdad, aun se halla muy lejos de hacerse notar desagradablemente. En resumen, Machiavelli es el prosista más eminente de su siglo. Sus obras políticas menores y la tan interesante colección de sus cartas las dejaremos de lado, pues hemos de renunciar a un examen más detenido de esta parte de su producción.

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Francesco Guicciardilli

El método científico de Machiavelli fué exagerado por su amigo e imitador Guicciardini (1483-1540) hasta el relativismo empírico. Gracias a haber nacido de una de las familias patricias más ilustres de Florencia y gracias también a su astuta circunspección, la carrera política le dió resultados más brillantes que a su genial maestro. Partidario ferviente de la casa de Médicis, le fueron confiados por León X y también por Clemente VII muy importantes asunlos y fué nombrado gobernador de distintas ciudades de los Estados ponLificios y de la Romagna. Pero al fin perdió también su influencia y murió en el retiro de su casa de campo en Arcetri. Guicciardini es el hombre del conocimiento práclico de sus semejantes. Sin entusiasmo y sin fantasía conténtase en el campo de la política con objetivos cercanos y asequibles, y en el campo de la historia con la constatación desapasionada de los hechos y la exacta investigación de sus causas y de su conexión. Era demasiado positivo y frío para caer en el valor de un sistema político y de teorías generales. Por esto lleva ventaja a Machiavelli en el conocimiento y en la exposición exacta de los detalles y fué capaz de rectificar en muchos pasajes los tratados de éste sobre Tito Livio ; pero en cuanto a la grandeza y profundidad de concepción, queda muy por debajo de él. De sus numerosas obras, mencionaremos la Storia liorentina y la 1 storia d' 1talía. La primera abarca el período

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de 1378 a 1509, y es un brillante testimonio de la penetración y del equilibrio del juicio del autor, quien sólo contaba veintiséis años cuando la escribió. La Historia de Italia, la obra indiscutiblemente más notable entre las grandes obras históricas del siglo, empieza precisamente en el punto en que la de Machiavelli queda interrumpida, y llega hasta la muerte de Clemente VII (1534). En esta obra, por primera vez se abandona la historia meramente local y los complicados sucesos de toda la península se hallan expuestos en sus páginas con una penetración y una objetividad admirables. El autor, no obstante, sigue aún demasiado adherido a la disposición típica de las crónicas, rigurosamente cronológica. Pero la fría impasibilidad con que contempla y relata los graves destinos de su patria, dejaba ya fríos a sus contemporáneos. Montaigne escribió a este propósito: «Nada se aduce allí sobre la moral, sobre la religión, sobre la conciencia, como si estos valores hubiesen sido borrados totalmente del mundo. ¿Es que el autor debió tener de los demás hombres el juicio que tenía de sí mismo? ~ El estilo de Guicciardini se distingue por sus largos, generalmente demasiado largos períodos a la latina, que, por lo demás, están en perfecta armonía con el lógico encadenamiento y fundamento de sus ideas. Una excepción notable constituyen sus Memorias (Ricordi politici e civili), una colección de sentencias de filosofía política y práctica que, en forma llana y sin orden determinado, anotó para instrucción de sus hijos. En un lenguaje claro, sobrio y preciso se nos revela en estas páginas el espíritu y el temperamento de este penetrante observador y, al propio tiempo, nos da el fiel reflejo de todo el siglo. Los Ricordi son uno de los más notables monumentos de la prosa italiana y de la Historia de la cultura de Italia. Con una naturalidad, una evidencia, y una impudencia sin igual exhíbese allí la filosofía egoísta de la vida y la carencia absoluta de ideal y de sentimiento. El hombre se ha concentrado por entero en la inteligencia práctica y la claridad de su pensamiento le ha hecho mezquino de espíritu, precavido e indiferente.

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