COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO, NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN

COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO, NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN Elia Valdés Miramontes, Antonio López-Espinoza, Alma Gabriela Martínez Moreno, Patricia Josefina

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COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO, NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN Elia Valdés Miramontes, Antonio López-Espinoza, Alma Gabriela Martínez Moreno, Patricia Josefina López-Uriarte, Virginia Gabriela Aguilera Cervantes, Briscia Anaid Tinoco Mar y Berenice Sánchez Caballero Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición (CICAN) Centro Universitario del Sur Universidad de Guadalajara

La alimentación ha sido caracterizada como el conjunto de acciones mediante las cuales se proporciona alimento al organismo, incluyendo la búsqueda, selección, preparación y el consumo de los alimentos (Santacoloma y Quiroga, 2009). Al mismo tiempo todas estas acciones que se realizan en respuesta a una motivación, ya sea biológica, psicológica o socio cultural, forman parte del comportamiento alimentario (Beltrán, 2009; Cabrera & Maciel, 2009). Para el estudio del fenómeno alimentario desde una perspectiva multidisciplinaria, el Centro de Investigación en Comportamiento y Nutrición (CICAN), realiza investigación en tres grandes líneas de generación y aplicación del conocimiento (LGAC): Investigación en Comportamiento Alimentario, Investigación en Nutrición e Investigación en Patología Alimentaria. La

línea

de Investigación en Nutrición trabaja en humanos y animales, la

investigación de los siguientes aspectos relacionados con la nutrición: 1) composición nutrimental de alimentos, 2) biodisponibilidad (absorción) de nutrientes en modelos animales, 3) elección de alimentos por diferentes poblaciones, 4) preferencias por sabores, entre otros. Se han realizado proyectos de investigación sobre la evaluación de la composición nutricional

en diferentes alimentos, entre ellos se ha trabajado en el análisis de la

composición, efecto del tratamiento térmico y contenido de macro y micro nutrientes en leguminosas, ya que éstas son la fuente vegetal más importante de proteínas, representa aproximadamente el 20% de la ingesta en las dietas para humanos, a través de la historia

siempre han sido un recurso alimenticio de grán importancia, ademas son fuente económica de fibra dietética (FD) y minerales (Garcia et al., 2009). De igual manera se han desarrollado investigaciones en la evaluación de la composición nutrimental y el efecto de la liofilización sobre el contenido de nutrientes y aceptación de productos del aguacate y la granada, dos frutos de importante producción en nuestro país. Respecto a la evaluación de la biodisponibilidad de nutrientes, específicamente de minerales, hemos desarrollado investigaciones con modelos animales para determinar el porcentaje de biodisponibilidad del hierro en algunos alimentos de origen vegetal, ya que la deficiencia de hierro es uno de los problemas nutricionales mundial de mayor prevalencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2008) la anemia afecta a 1620 millones de personas en todo el mundo lo que corresponde el 2.8% de la población (Benoist, McLean, Egll, & Cogswell, 2008). El 50% de los casos de anemia se atribuyen a la baja ingesta de hierro biodisponible (Ramakrishnan, 2002). En otro contexto, regir alimentos para su consumo involucra diversos factores; generalmente (más no siempre) la elección es influenciada por la necesidad de proporcionar al organismo nutrientes específicos. Día a día el ser humano toma decisiones respecto a la comida; cuándo, qué y la cantidad a comer, así como dónde y con quien hacerlo. Estas decisiones son complejas y pueden modificarse de acuerdo a la experiencia del individuo con los alimentos (placer y aversión), al aprendizaje social, las emociones y la información que se recibe sobre los alimentos (Contento, 2011; Ogden, 2005). Las causas y los procesos que llevan a los seres humanos a elegir ciertos alimentos para su consumo, así como las preferencias que se derivan de esa elección son temas centrales en el estudio del comportamiento alimentario ya que en los últimos años la modificación de los hábitos de alimentación han sido evidentes, caracterizados por el paso de la cocina al comedor colectivo y restaurantes. Se estima que en los países desarrollados una de cada tres personas que viven en grandes ciudades realizan cinco comidas a la semana fuera de casa por distintas razones y en estudios recientes se ha mostrado la existencia de una relación importante entre el consumo de comida y bebida fuera del hogar con el grado de obesidad tanto en población adulta como infantil (Delgado & Bertran, 2007; Kyureghian, 2009; Kyureghian, Nayga, Davis & Lin, 2007; Martínez & LópezEspinoza, 2009; Ramos-Morales, Marín-Flores, Rivera-Maldonado & Silva- Ramales, 2006) En este sentido, la línea de investigación en nutrición, con la participación de los alumnos de la Maestría en Ciencia del Comportamiento con Orientación en Alimentación y

Nutrición, ha desarrollado trabajos de investigación para evaluar el efecto de la presencia de la información calórica en la elección de platillos que se ofrecen en restaurantes. Las preferencias alimentarias forman parte del estudio del comportamiento alimentario y son determinadas por varios estímulos entre ellos el sabor (Birch, 1999). El sabor de un alimento está dado por diferentes compuestos químicos presentes en él, provocando una percepción sensorial en los individuos. Hasta la fecha se han identificado 5 sabores básicos, clasificados como: dulce, salado, amargo, ácido y umami, actualmente se han encontrado otras percepciones de sabores como a grasa y metálico, sin embargo no han sido parte de esta clasificación (Adler et al., 2007; Bachmanov & Beauchamp, 2007; Chaudhari & Roper, 2010). El sabor de un alimento puede ser considerado como el principal factor para su elección, considerado de gran valor por los consumidores (Ganz et al., 1998). Esta elección de los alimentos ha jugado un gran papel en el rol de la alimentación de los individuos, asociados a su estado de salud y enfermedad, mayormente con la obesidad (Bartoshuk et al., 2006). Con el fin de proporcionar análisis químicos y para conducir los procesos hedónicos en que se basa la alimentación, las señales de sabor deben reflejar los cambios fisiológicos (Scott, 1990). Diversos estudios han mostrado que las preferencias por sabores, en específico el dulce tienen una relación con el desarrollo de obesidad y sobrepeso (Pliner, Herman, & Polivy, 1990), además la preferencia por sabor umami ha sido relacionada con normopeso y desnutrición (Kondoh & Torii, 2008; Pliner, Herman, & Polivy, 1990). Por lo cual, la importancia de conocer cuáles son las preferencias por sabores y preferencias alimentarias, en niños, se basa en que los hábitos dietéticos son desarrollados desde la infancia y se mantienen estables durante la adolescencia hasta la edad adulta, considerado de gran impacto en el futuro de su salud (Dietz, 1997; Tabacchi, La Guardia, & Giammanco, 2007). Actualmente estamos desarrollando un proyecto de investigación para determinar cuál es la asociación que existe entre el peso corporal (normopeso y/u obesidad) y la preferencia por los sabores (Salado, dulce, umami) en niños. REFERENCIAS Adler, E., Hoon, M. A., Mueller, K. L., Chandrashekar, J., Ryba, N. J. …, & Zuker, C. S. (2000). A Novel Family of Mammalian Taste Receptors. Cell, 100(6), 693-702. doi:10.1016/S0092-8674(00)80705-9

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