COMPORTAMIENTO CLÍNICO-EPIDEMIOLÓGICO DE LA BAJA VISIÓN EN: PINAR DEL RÍO, CUBA. MAYO DE

COMPORTAMIENTO CLÍNICO-EPIDEMIOLÓGICO DE LA BAJA VISIÓN EN: PINAR DEL RÍO, CUBA. MAYO DE 2006-2007 Autores: Lilia Rosa Albóniga Morales1, Ácela M Bo

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COMPORTAMIENTO CLÍNICO-EPIDEMIOLÓGICO DE LA BAJA VISIÓN EN: PINAR DEL RÍO, CUBA. MAYO DE 2006-2007

Autores:

Lilia Rosa Albóniga Morales1, Ácela M BoffillCorrales2.Mirlanea López Torres2 ,Carmen L García Muñoz1 , Nayaris Gómez Martínez3

Hospital General Universitario Abel Santamaría Cuadrado, Pinar del Río, Cuba 1

Especialista de 1er grado en Oftalmología. Especialista en MGI. Especialista de 1er grado en Oftalmología .Profesor Instructor. 3 Especialista de 1er grado en Oftalmología. 2

RESUMEN. Se realizó un estudio retrospectivo, descriptivo y transversal en 118 pacientes que acudieron a consulta provincial de baja visión, del Hospital Abel Santamaría Cuadrado en el período de tiempo comprendido entre Mayo 2006 - 2007, con el objetivo de conocer el comportamiento de la baja visión en Pinar del Río, su distribución de acuerdo a las variables descritas, así como la existencia de afecciones oftálmicas asociadas a la misma. El análisis estadístico de los datos se realizó mediante el módulo de análisis de Epi Info 2002. Las causas oftalmológicas que con mayor frecuencia provocaron baja visión fueron: la atrofia óptica, los traumas oculares y el glaucoma crónico simple, predominó en el sexo masculino, en pacientes mayores de 44 años y en la forma ligera, mejorando la visión con ayudas ópticas de cerca como las gafas de lecturas (mono o bifocales) y las no ópticas con la iluminación y los atriles. Los servicios de baja visión erróneamente lo relacionan con prescripción de ayuda óptica para mejorar la agudeza visual, sin embargo la función principal de la misma es elevar la calidad de vida del paciente, preservando y potencializando la visión remanente e incorporando a estos pacientes a una vida socialmente activa. Palabras Claves: BAJA VISIÓN, AGUDEZA VISUAL.

ABSTRACT. A descriptive and cross sectional study in 118 patients that went to provincial consultation of low vision, of the Abel Santamaría Cuadrado Hospital in the period between May 2006 - 2007, with the objective of knowing the behaviour of the low vision in Pinar del Río, Cuba, their distribution according to the described variables, as well as the existence of ophthalmic affections associated to the same one. The statistical analysis of the data was carried out by means of the module of analysis of Epi Info 2002. The ophthalmologic causes that caused low vision with more frequency were: the optic atrophy, the ocular traumas and the simple chronic glaucoma, it prevailed in the masculine sex, in patient bigger than 44 years and in the slight form, improving the vision closely with optic help as the glasses of readings (mono or bifocal) and those not optic with the illumination and the lecterns. The services of low vision erroneously relate it with prescription of help optics to improve the visual sharpness; however the main function of the same one is to elevate the quality of the patient's life, preserving and increase the vision remainder and incorporating these patients to a socially active life. Key words: LOW VISION, VISUAL SHARPNESS. INTRODUCCIÓN. El sentido de la visión es vital en lo que respecta a la autonomía y desenvolvimiento de cualquier persona. De hecho, el 80% de la información que inicialmente obtenemos del entorno y que necesitamos en nuestra cotidianidad, la obtenemos a través de dicho sentido (1). Esto supone que la mayoría de las habilidades que poseemos, de los conocimientos que adquirimos e incluso de las actividades que desarrollamos dependen en cierta manera de nuestra capacidad visual, pues nuestro desarrollo en la mayoría de los casos está muy interrelacionado a lo que visualmente captamos (1-3). En el transcurso de la vida de un ser humano, existen edades claves para la identificación de sus capacidades visuales, por lo que debe realizarse al nacer, una evaluación del órgano visual sobre todo si el bebe nace prematuramente. Los padres deben evitar que los niños excedan los seis años sin antes habérseles practicado un examen oftalmológico. (4-5) Las causas de baja visión van a estar influenciada por el nivel de desarrollo socioeconómico de una región determinada. Por ejemplo: la catarata, el tracoma y la lepra constituyen las principales causas de ceguera en aquellos países en vías de desarrollo, no así en los desarrollados donde está más relacionada con el proceso de envejecimiento (6) Según criterios de la OMS de 1992: Consideramos una persona con baja visión, aquella que tiene una agudeza visual (AV) de 0.3 hasta percepción luminosa en su mejor ojo, con corrección óptica y/o tratamiento médico quirúrgico, campo visual igual o menor a 10 grados, pero que utiliza o potencialmente es capaz de utilizar la visión para planear y o ejecutar una tarea.

Ciego: Es aquel paciente que no tiene ni percepción ni proyección luminosa en ningún ojo. Ciego Legal: Cuando el paciente tiene agudeza visual menor de 0.1 y/o campo visual menor de 10 grados (7) La ceguera también puede ser parcial e incapacitar a la persona para desarrollar cualquier tarea, pues aunque no signifique dificultad total para ver, corresponde a lo que se conoce como una ceguera laboral o profesional (8). Según los nuevos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el éxito en la lucha contra las causas infecciosas de ceguera y la evolución demográfica mundial han generado un gran cambio en el perfil epidemiológico de la ceguera en todo el mundo. Hace 10 años, enfermedades infecciosas como el tracoma y la oncocercosis figuraban entre las principales causas. De acuerdo con los nuevos datos, esos factores tienen ahora mucha menos importancia que algunas enfermedades crónicas, como la diabetes (9,10). En la población mundial del 2002, más de 161 millones de personas padecían alguna discapacidad visual; de todas ellas, 124 millones tenían disminución de la agudeza visual y 37 millones sufrían ceguera, entre ellos 1,4 millones de niños menores de 15 años (11). Sin embargo, el número de personas con riesgo de sufrir discapacidades visuales aumenta a medida que envejece la población y que crece la esperanza de vida. Actualmente, los países en desarrollo envejecen mucho más rápido que el mundo desarrollado. En el año 2000, más de 248 millones (el 59%) de los casi 418 millones de personas de 65 años o más, vivían en países en desarrollo. Está previsto que para el 2020 esa cifra alcance el 67%. Las Naciones Unidas calculan que para entonces en el mundo habrá 698 millones de personas de edad avanzada (12). Adicionalmente, estimaciones mundiales de la OMS revelan que cada año se detecta de 1 a 2 millones de nuevos casos de baja visión. Cada cinco segundos se produce un caso de baja visión entre personas adultas y cada minuto uno en la población infantil. Además, más de la mitad habita en comunidades en desventaja, de bajo nivel socioeconómico y en zonas rurales. En estas comunidades el riesgo de quedar ciego es de 10 a 40 veces superior con relación a las zonas desarrolladas (13). La Iniciativa Mundial para la Eliminación de la Ceguera Evitable - «Visión 2020: el derecho a ver» - se puso en marcha en 1999. El objetivo de esta actividad, llevada a cabo de forma conjunta por la OMS y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera, es ayudar a los países miembros a planificar y desarrollar una capacidad nacional sostenible para sus sistemas de salud oftalmológica como parte fundamental del sistema de salud nacional, sobre la base de los principios y la práctica de la atención primaria de salud (14). A pesar de los avances que se han logrado recientemente en relación con la prevención y el control de la ceguera evitable, si se mantiene la mala distribución actual de los recursos, aumentarán las disparidades y desigualdades mundiales relacionadas

con la disponibilidad de servicios de asistencia oftalmológica asequibles, en particular para las personas de edad avanzada en los lugares más pobres del mundo (15). Muchos problemas serios en la visión pueden evitarse, simplemente con una adecuada prevención. De ahí la importancia de la consulta periódica para ayudar y orientar de la mejor manera los padecimientos visuales, además en los últimos tiempos la ciencia médica ha avanzado mucho ofreciendo al paciente una serie de medicamentos que favorecen su tratamiento oftalmológico (16). En América Latina, por cada millón de habitantes, hay en promedio 5.000 ciegos y 20.000 personas con una disminución significativa de la visión (17) En Cuba las principales causas de baja visión en los niños, son: retinopatía de la prematuridad, catarata congénita, glaucoma congénito, atrofia óptica, distrofias de conos, albinismo, retinosis pigmentaria, posiciones anómalas del cristalino, traumas oculares y retinoblastoma (18). Las enfermedades más frecuentes que producen baja visión en adultos son: retinopatía diabética e hipertensiva, atrofia óptica, traumas craneoencefálicos, enfermedades de la retina (miopía degenerativa, degeneraciones macular de cualquier tipo, enfermedad de Stargard), oclusiones vasculares (19). La rehabilitación visual es un conjunto de procesos encaminados a obtener el máximo aprovechamiento del resto visual que posee una persona con baja visión. Según la organización nacional de ciegos españoles (ONCE) este programa estará en función de las necesidades concretas del solicitante, el resto visual que posee y su capacidad personal (20). En dicha consulta los pacientes aprenden el uso de la ayuda óptica prescrita. El conocimiento de las causas de baja visión en nuestra provincia es estadísticamente aún desconocido. Consecuentemente, el problema del presente estudio, queda enunciado con la consiguiente interrogante. ¿En que medida es factible el conocimiento de las causas de baja visión en nuestro medio y si este conocimiento nos permitirá tomar medidas adecuadas de prevención y control. Todo esto nos motivo a realizar el presente estudio, para así caracterizar el comportamiento clínico – epidemiológico de la baja visión en nuestra provincia.

MATERIALES Y MÉTODOS. Se realizó un estudio, retrospectivo, descriptivo transversal en el período de tiempo comprendido entre Mayo 2006 al 2007. El estudio se realizó en los pacientes que asistieron a la consulta provincial de baja visión en el Hospital Abel Santamaría Cuadrado de Pinar del Rió, remitidos desde su área de salud por el oftalmólogo. Universo y muestra.

Se asumió como universo 672 pacientes que asisten a la consulta provincial de baja visión. Se determinó como tamaño de la muestra 118 pacientes que fueron los que cumplieron con el criterio de inclusión Operacionalización de las variables. - Edad: variable cuantitativa ,según grupos de edades (0-14, 15-29, 30-44, 45-59, 60 y más ) - Sexo: variable cualitativa según sexo biológico masculino o femenino. - Afecciones oculares más frecuentes: variable cualitativa, según afección encontrada en cada paciente. - Ayuda Óptica: variable cualitativa nominal según tipo utilizada en cada caso. RESULTADOS Y DISCUSIÓN. Grafico I Distribución de pacientes en consulta de baja visión del hospital Abel Santamaría. Mayo 2006 - 2007

Casos que asisten a consulta 672

Fuente: Historia Clínica

Pacientes con diagnóstico de baja visión 118

El grafico I distribuye los pacientes que acudieron a la consulta de baja visión del Hospital Abel Santamaría de Pinar del Río. Se encuestaron un total 672 pacientes, de ellos solo 118 (17,5%) cumplían con los parámetros establecidos para incluirlos en esta categoría: agudeza visual y/o un campo visual, de ambos sexos y que después de explicarles las características de la investigación desearon participar en nuestro estudio.

Cuadro I Distribución de pacientes según edad y sexo.

Edad 0-14

Masculino No % 9 13,8

Femenino No % 10 18,8

TOTAL No % 19 16,1

15-29

14

21,5

9

16,9

23

19,4

30-44

10

15,3

9

16,9

19

16,1

45-59

15

23,0

15

28,3

30

25,4

60- mas

17

26,1

12

22,6

27

22,8

Total

65

57,6

53

118

100

42,3

Fuente: Historia clínicas En el cuadro I observamos la distribución de pacientes según edad y sexo, de ellos el 57.6% de los pacientes pertenecen al sexo masculino y 53 al femenino (42,3%), siendo más frecuente en los mayores de 44 años. Consideramos que esto se justifique si tenemos en cuenta que la neuropatía óptica epidémica (NOE), fue la causa más frecuente de atrofia óptica en nuestro estudio, y que afectó más a la población masculina, además estos están más propensos a los traumas craneoencefálicos que las mujeres. Autores como Juan R. Hernández Silva describen un predominio de la baja visión en el sexo masculino (4.06) vs. Femenino (3.64%), ya que este sexo tiene mayor frecuencia en relación con el femenino, y en los pacientes mayores de 50 años por ser la senilitud una de las causas más frecuentes entre los pacientes de baja visión (15-17).

Cuadro II Relación entre agudeza visual y sexo. Categoría

de Masculino

débil visual Débil

Visual

Ligero(03/01) Débil

Femenino

Total

No

%

No

%

No

%

39

33,0

23

19,4

62

52,4

16,9

18

15,2

38

32,1

5,0

12

10,1

18

15,1

53

44,9

118

99,6

Visual

Moderado

20

(01-0,05) Débil

Visual

Severo

6

(0,04-no PL) Total

65

55,0

Fuente Historia clínicas El cuadro II relaciona el grado de discapacidad visual con el sexo del paciente, donde se evidencia que son más frecuentes los débiles visuales ligeros y del sexo masculino. Pensamos que esto se deba a que en nuestra casuística predominan los pacientes en la categoría y del sexo masculino, además de estar estos pacientes más motivados por encontrar una solución a su problema visual. Esto coinciden con otros autores como Juan R. Hernández Silva, quien plantea que los débiles visuales ligeros asisten con más frecuencias a la consultas porque son capaces de utilizar su resto visual para su desenvolvimiento (18).

Gráfico 2 Afecciones oculares como causa de baja visión. Afecciones oculares Atrofia óptica Traumas oculares Glaucoma crónico simple Retinopatía Diabética Retinopatía Hipertensiva Degeneración macular asociada a la edad Degeneraciones corneales Degeneración macular de Stargart

Las causas oftalmológicas más frecuentes que causaron baja visión en nuestra muestra fueron: las atrofias ópticas (28,8%), tanto primarias como secundarias, reseñando que las NOE elevaron esta casuística, seguidos de los traumas oculares (14,4%) y del glaucoma crónico simple 14 (11,4%) En literatura revisada (20) la retinopatía de la prematuridad (ROP) es la principal causa de baja visión en los niños y en nuestro estudio solo tenemos 3 casos, (2,5%), pensamos que esto este en relación con el hecho de que es en el año 1999 que se comienza en nuestra provincia con el programa de prevención y seguimiento de esta enfermedad, hasta ese entonces los pacientes portadores de la misma se evaluaban en el hospital Pando Ferrer y por ende continuaron su seguimiento allá. Con el inicio del programa en la provincia, ha habido una notable disminución de estos pacientes y se continúan aunando esfuerzos para mantener esta enfermedad en niveles muy bajos. En cuanto al resto de las causas que provocan baja visión, nuestros resultados coinciden con otros autores. Juan R Hernández y Soria M Hernández plantean que las causas más frecuentes en su estudio fueron la atrofia óptica (49,8%) debido a que enfermedades tales como el glaucoma crónico simple, las degeneraciones neurorretinianas y los daños vasculares, los cuales aumentan en la medida en que la población se hace más longeva, seguido del glaucoma (16,5%) enfermedad que cada día aumenta en frecuencia e importancia (15).

60

50

Gráfico 3 Tipos de ayudas No ópti ca Il umi naci ón

40

en pacientes

con

baja

Atr i l es Vi ser as Macr o ti pos

visión.

Ópti cas Lej os 30

Pr imas Gaf as hemi anopti cas Si stemas anamor f i cos Cer ca Gaf as de l ectur a(mono o bi f ocal es ) Lupas monocul ar es o con sopor te

20

Accesor i os no ópti cos

10

0 No

%

Debi l vi sual li ger o

No

%

Debi l vi sual moder ado

No

%

Debi l vi sual sever o

Fuente: Historias clínicas En este grafico 2 observamos la relación entre agudeza visual y ayuda óptica prescripta al paciente para potencializar su resto visual logrando así mayor Independencia. De los pacientes en categoría débil visual ligero, 54 aceptaron mejor como ayuda óptica de cerca las gafas de lecturas (mono o bifocales) (45,7%), ya que es aceptada con facilidad por el paciente, permitiéndole que las manos queden libres, cómodos para períodos largos de lectura y escritura si la distancia lo permite; el campo visual es grande con relación a los telemicroscopios y a las lupas del mismo poder y como ayuda no óptica se empleó la iluminación en 26 pacientes ( 22,0%), en 20 pacientes se utilizaron ayudas que permitieron corregir la postura corporal (los atriles) (16,9%) ya que las mismas permiten a estas personas realizar tareas de forma más cómodas. De los débil visual moderados, 28 aceptaron como ayuda óptica las lupas monoculares o con soporte (23,7%) ya que la deficiencia visual de estos pacientes es mayor y esta ayuda dispone de iluminación propia para usar en lugares poco iluminados, son fáciles de manejar, son muy cómodos para rehabilitación cuando hay deficiencia en el control motor y como ayuda no óptica 32 pacientes utilizaron la iluminación (21,1%). Con respecto al débil visual severo, muy pocos aceptaron ayuda óptica debido a su mayor discapacidad, solo a 8 se le indicó lupas monoculares (6,7%), y como no óptica la iluminación en 10 de ellos (8,4%).

En otros estudios se plantea que el débil visual ligero acepta mejor las ayudas ópticas (gafas de lecturas complementadas con las no ópticas ya que se encontraban más motivados que los moderados y severos (19) Estudios realizados en Perú y Paraguay exponen que la falta de capacidad de pago para el tratamiento y los servicios fue una de las principales barreras que impedían el acceso a la consulta de baja visión (17).Considerando los enormes costos emocionales y socioeconómicos de un ciego y la implicación que tiene la incapacidad visual dentro del ámbito vital del individuo, necesitando de la participación de al menos otra persona para el desarrollo de muchas de sus actividades básicas con la consecuente pérdida de la autonomía en gran parte de su desempeño, se hace necesario unir esfuerzos para revertir esta situación (20). CONCLUSIONES. -

-

El 17.5 % de pacientes que acudieron a consulta provincial de baja visión se consideraron como tal. La baja visión es más frecuente en el sexo masculino, mayores de 44 años, causado fundamentalmente por atrofia óptica, traumas oculares y glaucoma crónico simple. La categoría de débil visual ligero asociada al sexo masculino fueron las formas más frecuentes de baja visión. Dentro de las ayudas ópticas, las más aceptadas fueron: las gafas de lectura (mono o bifocal) combinadas con la iluminación en el grupo de débil ligero, siendo poco útil en los casos severos.

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