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Comunicación y sociología fundamental en los umbrales del siglo XXI Tamara Dridze
I. Función social de la gestión de los procesos de retrocomunicación La gestión científica y eficaz del desarrollo social mediante una organización adecuada del espacio-tiempo comunicativo viene siendo uno de los dominios más prometedores de la sociología fundamental. La idea de que existe una relación retrocomunicativa entre dichos procesos estuvo implícita en toda la sociología teórica, comenzando por las obras de Auguste Comte. No obstante, fue Norbert Wiener el primero en sentar las bases científicas de dicha relación. En el año 1948 el investigador norteamericano aportó una nueva dimensión a la “física del organismo social”, al afirmar que el sistema social no sólo se organiza cual un individuo biológico cualquiera, sino que también se articula como un todo único mediante un sistema de relaciones en cuya dinámica una función importante es la desempeñada por procesos que transcurren en círculo cerrado. “Esto – proseguía N.Wiener – tiene que ver tanto con los problemas más generales de la antropología y la sociología, como con los problemas más específicos de la economía”1 . Transcurridos muchos años después de salir a la luz el libro de Wiener, podemos constatar que su autor, además de argumentar la tesis de que hay una unidad intrínseca entre los procesos de gestión y transformación de la información que se operan en sistemas complejos, presintió asimismo las consecuencias nocivas que podrían derivar de cualquier ruptura de la comunicación existente entre los sistemas gestionador y gestionado de la sociedad. También fue Wiener el primero en señalar que la comunicación social, que en principio debe promover la “homeostasis social”, acaba yendo a parar a manos de los que se enzarzan en la lucha por el poder y el dinero, lucha esta que constituye uno de los factores antihomeostáticos de la sociedad”2 . Según él, un alto grado de homeostasis sólo puede observarse en “pequeñas sociedades de gran conexión interna, aunque sea una comunidad cultural de un país civilizado o un pueblo de salvajes primitivos”3. Cabe decir que lo llevaba a pensar así la experiencia social acumulada en aquel momento, consistente en la incorporación de los ciudadanos a la confección de programas de desarrollo urbano, experiencia aquella que se difundió a partir de la década de los 30, primero en los EE.UU. y después fuera de sus fronteras, y que se hizo famosa bajo el nombre de public (social) participation “participación (social) pública”. En situaciones de esta índole se materializan los dos principios básicos de toda relación retroactiva que se establece en la toma de decisiones relativas al desarrollo urbano, a saber: a) El principio de información recíproca, que consiste en que los técnicos informan a los ciudadanos sobre los objetivos de los programas de desarrollo urbano elaborados por ellos y los ciudadanos informan a los técnicos sobre las condiciones de vida urbana y sus propias necesidades, y
1
Cfr.: Wiener, N.Kibernetika, ili upravlenie i sviaz v zhivotnom i mashine. – Moscú, 1983, pág.174. Ibídem, 244-45. 3 Ibídem, 243. 2
b) El principio de planificación interactiva, consistente en que los técnicos elaboran las opciones de partida de un proyecto y los ciudadanos las analizan y avanzan propuestas alternativas. Bien se entiende que se trata del derecho de los ciudadanos a participar en la conformación de su medio ambiente, salvaguardando sus intereses vitales frente a la prepotencia de las autoridades y del capital que convierten en cómplices involuntarios de sus planes a los técnicos contratados. En la actualidad el derecho arriba mencionado está reconocida y reglamentado por la legislación de muchos países miembros de la ONU. La concepción de participación social se basa en métodos de comunicación permanente con la ciudadanía, así como con los expertos que interpretan los intereses de ésta en todas las fases de confección e implementación de cualesquiera programas de desarrollo territorial e institucional. El conjunto de dichos métodos incluye, entre otros, los juegos empresariales, orientados a una generación escalonada de ideas; el método Delphy que consiste en englobar, mediante una encuesta postal anónima, un amplio círculo de peritos a fin de recoger el mayor número posible de datos relativos a los objetivos, las prioridades y las distintas opciones alternativas del desarrollo; los métodos de diagnóstico dinámico que permite aclarar, además de la problemática vigente, las potencialidades de innovación que tiene la sociedad; las asambleas, audiencias, seminarios, paneles consultivos, etc.; en una palabra, todos los métodos que permitan explorar el objeto gestionado en su totalidad, utilizando toda clase de formas orgánicas para un diagnóstico dinámico en régimen de diálogo. El proceso de aprobación a que fueron sometidos dichos métodos, realizado en una vasta área urboecológica, ha demostrado que el grado en que la población participa en la toma de decisiones está en función directa del grado de convicción que tengan los individuos de poder influir personalmente en el resultado final de dicha actividad. Se han dedicado no pocas páginas de estudios especiales a la función social de la gestión retrocomunicativa, punto este en que no nos proponemos detener ahora. Nos limitaremos a señalar que, si bien gran parte de la literatura dedicada al problema de la comunicación social (dejando de lado la comunicación masiva) fue creada en Norteamérica en los años 80 y 90 de este siglo, esto es, con posterioridad a los trabajos escritos sobre la materia en lengua rusa, los EE.UU. demostraron poseer una base educativa y material incomparablemente más potente y propicia para el despliegue de la investigación de esta índole. En esto no pocos méritos le pertenecen a la Asociación de Profesores de la Oratoria, fundada en 1914 (en la actualidad, la Speech Communication Association, SCA, o sea, “Asociación de Comunicación Verbal”), muchos de cuyos miembros eran titulares de grados académicos honestamente ganados. Fue bajo los auspicios de esta Asociación, a la par con el Centro de Valores Humanos Universales de Rusia, que se celebró en Moscú en verano de 1996 el I Simposio Internacional sobre la Comunicación. Gracias a los esfuerzos desarrollados por la SCA fue lanzado en EE.UU. un amplio programa educativo y se fundaron facultades y departamentos universitarios con vistas a enseñar la comunicación, adecuándola a todos los niveles de su manifestación y de la praxis social, como son: la toma de decisiones administrativas, intervención legal, actividad empresarial, publicidad y mercadotecnia, etc. A la misma corporación se debe la edición del trabajo colectivo “El futuro de la comunicación verbal” (“Toward the Twenty-First Century: the Future of Speech Communication”4) , donde se presta atención particular a la función desempeñada por la comunicación y sus respectivas tecnologías en el conocimiento social y organización de la vida sociocultural y en las relaciones del poder y sistemas de administración, habida cuenta de la “expansion informativa” que va englobando nuestro planeta. 4
Toward the Twenty-First Century: The Future of Speech Communication//Ed. by Julia T.Wood and Richard B.Gragg. Hampton Press Inc. – New Jersey, 1995.
También parece muy interesante y prometedor el programa de seminarios dedicados al estudio de la traducción e interpretación en cuanto componentes claves del mecanismo de comunicación intercultural, organizado e impulsado en los años 90 por la Universidad de Granada. El libro “Perspectivas Hispanas y Rusas sobre la Traducción”5, editado en el marco de dicho programa, hace especial énfasis en el aspecto cualitativo de la traducción, condicionándolo no sólo al profesionalismo y el nivel de formación de los traductores, sino también a la capacidad que tienen de penetrar en el “espacio significativo” de otra lengua y su cultura subyacente, así como a su idiosincrasia personal, su inteligencia, su visión del mundo y su competencia interpretativa. En el libro se comentan las diversas nociones que se tienen acerca de la equivalencia semántica que se establece entre la versión y el original, se analiza el concepto y los límites de la equivalencia, con particular atención a las imágenes mentales, los esquemas virtuales y otras “figuras” de la percepción. Un amplio programa de estudios de la integración de las tecnologías comunicatives en la praxis social ha sido elaborado por la Universidad Iberoamericana de México. Dicho programa interdisciplinario responde a la necesidad de un análisis sistemático y multifacético de los mecanismos que aseguran la acción de los medios audiovisuales sobre la vida intelectual, familiar, sociocultural y política. El libro “Educación para la Recepción: hacia una lectura crítica de los medios”6 , publicado en el marco del programa, presta gran atención a la influencia que ejerce la televisión sobre la mente infantil, así como a la experiencia de la “participación social” acumulada en el mundo; en este segundo caso se tiene en cuenta la participación de los destinatarios (los televidentes, los radioyentes, etc.) en la creación y difusión de información socialmente significativa, transmitida por los canales de los mass media. Se hace hincapié en la estrategia ideada para inculcarles a los jóvenes destinatarios los hábitos de recepción crítica de los mensajes impresos, radiados o televisados, recepción basada no en una confianza porque sí, sino en un intenso trabajo intelectual. Al analizar las tentativas de introducir este tipo de enseñanza, emprendida en los EEUU y Europa a partir de los años 70, los autores destacan que una interpretación sistemática de la experiencia acumulada, la generalización de sus datos y su posterior utilización práctica se encuentran obstaculizadas en cierta medida por la gran diversidad de los enfoques aplicados por los media al problema de retrocomunicación con el auditorio, así como por el carácter fragmentario, la disparidad y la descoordinación de los proyectos de investigación existentes. El camino de superación de estas dificultades pasa, según parece, por la conformación de una visión gobal del problema y por un análisis científico del mismo, basado en un enfoque interdisciplinario. Esta última condición se torna particularmente urgente en un momento en que estamos pisando los umbrales de unos cambios globales que se vislumbran en todo el sistema de mass media, impulsados por la expansión de las redes electrónicas, y ante todo, de Internet. Internet, que reúne en si todos los elementos del llamado cuarto poder (el teléfono, la televisión, la prensa, la radio, etc.), cambia drásticamente la atmósfera intelectual del mundo entero. Borra las fronteras que separan las distintas culturas nacionales y sistemas políticos, ya que su carácter distintivo reside precisamente en establecer una potente retrocomunicación que lleva en sus entrañas los gérmenes de unas transformaciones globales tan cardinales, que la ciencia, repartida actualmente entre distintos departamentos administrativos, se verá obligada a modificar sustancialmente no sólo los modos de conocimiento teórico del mundo, sino también de su instrumentalización. Dicho en otras palabras, se torna necesario 5
“Perspectivas Hispanas y Rusas sobre la Traducción”, en Actas del II Seminario Hispano-Ruso de Traducción e Interpretación, Granada, del 3 al 7 de Abril de 1995//Ed. por Eva María Inesta Mena. Universidad de Granada, 1996, pp. 38-45. 6 Educación para la Recepción: hacia una lectura crítica de los medios//Ed. por Mercedes Charles Creel y Guillermo Orozco Gómez. Editorial Trillas. – México, 1990.
cambiar de paradigma teórico-metodológico de la sociología de cara a la venidera globalización de los contactos entre civilizaciones. II. La gestión social en su contexto comunicativo: un supuesto problemático para la superación de la crisis paradigmática de la sociología En el momento presente se ha configurado toda una serie de planteamientos fundamentales del estudio científico de la sociedad. El conocimiento de estos planteamientos, que se constituyeron en las principales escuelas de pensamiento sociológico, me ha llevado a las siguientes conclusiones de índole teórico-metodológica y aplicada. Como conclusiones teóricas se podrían citar las siguientes: 1. La “física social” de Comte tiene agotados sus recursos en la medida en que ha conducido a la sociología a “renunciar” al hombre en favor del todo único social (del “organismo social”), cuyos componentes han sido “ajustados” uno a otro por no se sabe quién. De esta manera se ha hecho caso omiso de la fuente principal de la dinámica social. Esta omisión de los positivistas no han podido compensarla hasta el momento los exponentes de ninguna otra escuela posterior de pensamiento sociológico, salvo la única excepción , a mi modo de ver, de los trabajos sociológicos cuya orientación intelectual se fue acercando en una u otra medida a la “filosofía de la vida” o la filosofía existencial, como, por ejemplo, los publicados por W.Dilthey, G.Simmel, J.Ortega y Gasset y varios más7 . 2. Todo parece indicar, por lo tanto, que la evidente crisis de paradigma que atraviesa la sociología, ha sido condicionada, primero, por haberse perdido la orientación procesal de la actividad heurística; segundo, por el hecho de que la propia praxis social haya rechazado los modelos teóricos que no eran sino esquemas especulativos carentes del elemento humano y que fragmentaban el saber científico de la naturaleza, del hombre y la sociedad, desechando completamente el mecanismo, siempre poco estudiado, de interferencia de las determinantes individuales y eco-socioculturales; tercero, por la ausencia de una interpretación de los aspectos empíricos de la sociología que haga posible una estructuración más adecuada de los modelos teóricos y del instrumental analítico para que aseguren no sólo la descripción y la reflexión, sino también una regulación de los mecanismos de reproducción de la vida natural y sociocultural de los hombres, y, cuarto, por haberse prescindido del hecho de que es precisamente la comunicación la que constituye el eslabón clave que une todos los mecanismos arriba señalados. 3. En una situación en que se halla perturbado el equilibrio necesario entre el potencial tecnológico y la madurez espiritual y moral de la humanidad, los acontecimientos históricos cruciales encuentran su escenario en la conciencia social, sobre todo en su vertiente cotidiana; y se torna condición indispensable de la supervivencia de los hombres el que posean aquellas propiedades físicas, sociopsicológicas y socioculturales que los habiliten para mantener una relación orgánica con el hábitat. El mecanismo fundamental de esta relación reside en la comunicación sociocultural que atraviesa todos los niveles de la interacción intersubjetiva. Dicha comunicación, a nuestro modo de ver, puede ser enfocada a la vez como proceso, como actividad y como contacto significativo (al ser alcanzado el “efecto de diálogo”), teniéndose presente siempre que, a diferencia de otros procesos informativos, unidireccionales por su naturaleza, los procesos comunicativos son recíprocos o, dicho sea de otro modo, funcionan en régimen de diálogo. 7
Dilthey, W. El mundo histórico, México, 1978.;Dilthey, W. Introducción a las ciencias del espíritu , Madrid, 1980; Simmel, G. Lebensanschaung, München, Lp. 2, 1918; Simmel, G.//Ed. by L.A. Coser. – N.–Y., 1965; Ferrater Mora, J., Ortega y Gasset: an outline of his philosophy, L., 1956; Morón, A.C. El sistema de Ortega y Gasset, Madrid, 1968.; Aguado, E., Ortega y Gasset, Madrid, 1970.
4. La sociedad humana es sincrética, estratificada y multidimensional, se encuentra localizada en el punto de intersección de las coordenadas del tiempo y del espacio. Nada más natural, por lo tanto, que deba ser estudiada por especialistas en materias diversas que analizan no sólo sus estados actuales, sino también las determinantes de su evolución. Pero no se puede comprender la sociedad como un todo, ni tampoco sus mecanismos de reproducción de la vida natural y sociocultural, de los recursos vitales y de las tecnologías de supervivencia, sin enfocarlos todos en unión intrínseca con el elemento humano que les da forma y organiza, sin estudiar la mentalidad y el modo de vida de los individuos que realizan su opción, que actúan como sujetos de interacción y de comunicación y que se encuentran en contacto permanente con su medio vital. Sin que se conozcan estas realidades, ninguna disposición administrativa producirá un efecto social positivo. 5. En virtud de todo lo dicho, la gestión social va constituyéndose en una de las direcciones más prometedoras de estudios interdisciplinarios fundamentales. Con todo, no se ha formado todavía una interrelación adecuada entre ciencia y sociedad. Y este hecho, entre otros, sirve de argumento de no poca importancia a favor de la confección de modelos e instrumental diagnóstico capaces de investigar los principios de fondo (microprocesales) de la evolución antropo-ecológica. En cuanto a las conclusiones de carácter aplicado, podríamos resumirlas de la siguiente manera: La búsqueda de instrumentos capaces de evitar nuevas tensiones sociales tiene por consecuencia natural la formación de un método innovador de estudiar, comprender y prevenir las situaciones críticas y hasta, cuando la prevención llega tarde, de resolverlas. Va surgiendo un sistema de métodos de alta tecnología de diagnóstico social y de comunicación constructiva, con vistas a establecer enlaces entre el hombre de la calle y el capital en el poder, el individuo y la sociedad, la sociedad civil y el Estado. Semejante intervención de la ciencia en la praxis social exige una amplia utilización de los canales de comunicación a la hora de enseñarles a los ciudadanos los hábitos de cooperación y de diálogo, lo cual a su vez impone el empleo de métodos tales como el diagnóstico social integral, el análisis intencional (de motivos y objetivos) de fuentes textuales, el análisis sistémico y la simulación de situaciones, los métodos de juego y de guión, entrenamientos de toda clase y asesoría ejecutiva. Resulta, pues, que se va gestando en el seno de la sociología, más que un nuevo paradigma, una nueva estrategia de investigación e “impacto”, que combina a especulación teórica y estudios fundamentales con estudios empíricos e intervención en los procesos de elaboración, toma y ejecución de decisiones administrativas (ver pormenores en8). Para que la transición hacia un nuevo paradigma se haga realidad es indispensable ante todo admitir que el agente social colectivo es un ente netamente convencional. Su supuesta “unidad” no tiene ninguna garantía objetiva, sino que se “calcula” mediante procedimientos analíticos que toman por base una similitud nada menos convencional de indicios aparentes. Y sería poco procedente, pongamos por caso, si, al organizarse unas infraestructuras, esto se hiciera partiendo de ciertas “proporciones”de estructura social. Toda infraestructura está convocada a asegurar la actividad vital de las personas y, por lo tanto, sus servicios no han de tener por destinatario un grupo o una clase, sino un individuo, y no un individuo estadístico medio, sino singular y concreto, con su respectivas necesidades y exigencias. El que trabaja y come, se educa y se cura, es siempre una persona y no “estrato” o “interstrato”. lo cual quiere decir que una infraestructura montada para servir a un conjunto de componentes despersonalizados del mecanismo social será inconsistente ya en fase de proyecto. 8
Prognoznoye sotsialnoye proyektirovanie: teoretiko-metodologuicheskie i metodicheskie porblemy//Otv. red. T.M.Dridze. – M.: Nauka, 1994
Ha llegado la hora, pues, de darle la vuelta a la sociología fundamental, poniéndola de cara al hombre viviente, que habita en un medio ambiente estratificado y multidimensional. Hecha la transición a semejante paradigma de conocimiento social, se abrirán vastos horizontes ante la sociología habilitándola para integrar el conocimiento de la naturaleza y del hombre como ser social en la praxis de elaboración y adopción de decisiones administrativas significativas. III. Sociología ecoantropocéntrica: el hombre y su medio en el nuevo paradigma del conocimiento social Denomino ecoantropocéntrico al paradigma de conocimiento social que permite analizar no sólo las formas, sino también los mecanismos de organización espontánea y reproducción de la socialidad en cuanto convivencia humana desde una óptica “humanoambiental”, puesto que tanto el hombre dotado de una mentalidad y un sistema de coordenadas vitales propias, como el ambiente multidimensional de su existencia están siendo estudiados en estos términos en la medida en que son partes de una interconexión e interferencia orgánicas en las distintas fases del ciclo vital. La actitud metodológica de la sociología ecoantropocéntrica se va perfilando en el cruce de la teoría semiosociopsicológica de la comunicación y la concepción situacional de dinámica sociocultural, que inciden el la concepción general del medio vital y las peculiaridades de su desarrollo. Tiene por objeto estudiar los mecanismos y las consecuencias socialmente significativas de la interacción y el intercambio, o el metabolismo, que mantiene el hombre con su entorno natural, cultural y social, mediado por la estructura y la infraestructura sociales. Lo peculiar de esta plataforma teórico-metodológica (que he descrito en una serie de otras publicaciones) consiste en que plantea como objeto de investigación no sólo los resultados de la praxis social, sino también las intenciones que están en el origen del devenir y de la propagación de los modelos de comportamiento, de actividad, de comunicación e interacción mantenidas por los hombres con relación a todos los componentes de su medio vital. Al dominar y asimilar el ambiente, el hombre hace parte de este a sí mismo, esto es, el estado y la orientación de su conciencia y su credo vital. La incorporación de un principio organizador en el modo de vida individual no sólo le aporta a este último una cierta integridad, sino también originalidad. La plataforma ecoantropocéntrica (interdisciplinaria) de conocimiento social sirve de fundamento para una tecnología social “suave”, desarrollada por nosotros, de pronóstico e ingeniería social que permite reconstruir una visión integral del mundo, estructurando procedimientos sistémicos de diagnóstico social e integrando el saber científico, valioso desde una perspectiva humanitaria, en la práctica de confección y adopción de decisiones administrativas por vía de conciliar las actitudes de las partes interesadas. La elaboración de esta tecnología se ha hecho posible sobre la base de una combinación de los enfoques problemático-situacional y ambiental al estudio de las estrategias vitales y administrativas aplicables a distintas situaciones y entornos, con la necesaria percepción de la comunicación como mecanismo sociocultural fundamental que asegura la formación, la reproducción y la modificación de todas las relaciones y vínculos sociales y, por consiguiente, la posibilidad de una argumentación científica y una realización práctica de la doctrina de participación y cooperación sociales9 . 9
Dridze, T.M. “Comunicación social como actividad textual: Fundamentos de la semio-sociopsicología” en Perspectivas Hispanas y Rusas sobre la Traducción//Ed. por Eva María Inesta Mena. Universidad de Granada, 1996, pp.39–45.
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