Concepción deitática de la persona humana en el pensamiento de Fernando Rielo. Ascensión Escamilla Valera

Concepción deitática de la persona humana en el pensamiento de Fernando Rielo Ascensión Escamilla Valera 1. La persona humana “El concepto de «person

5 downloads 87 Views 102KB Size

Story Transcript

Concepción deitática de la persona humana en el pensamiento de Fernando Rielo Ascensión Escamilla Valera

1. La persona humana “El concepto de «persona» es una de las principales aportaciones del cristianismo al pensamiento de la humanidad”1.. 1.1. Concepciones de la persona humana. Visión histórica Los primeros grandes pensadores cristianos, los Padres de la Iglesia, no elaboraron el concepto de persona primeramente con un interés antropológico ni filosófico, sino que pretendían aproximarse a los misterios cristianos revelados. Después, los teólogos ampliaron el ámbito de aplicación de este concepto al hombre, ya desde una perspectiva filosófica. En la reflexión teológica cristiana, fundamentalmente con las aportaciones de san Agustín, se clarificó que la tripersonalidad divina era en realidad la existencia de relaciones en su seno y analógicamente se dio la explicación del hombre como ser relacional. La relación, como categoría explicativa de la persona, ha sido destacada por muchos pensadores, tanto filósofos como teólogos. Podemos citar entre ellos a Blondel, los personalistas, Buber y Levinas. Y entre los pensadores españoles a Xavier Zubiri y Fernando Rielo. “…La relación indica tendencia, respectividad, apertura y transcendencia, fundamentalmente entre los hombres entre sí o entre la persona humana y Dios. El hombre es un ser que tiene en su entraña más íntima, la orientación a las demás personas, a Dios mismo (como religación)”2. Para Zubiri: “… aquello que en la religación nos religa es Dios, a través de la deidad del poder de lo real. Ahora bien, entre estas cosas reales, está mi propia realidad sustantiva. En ella está también constituyentemente presente Dios. Y es esta presencia lo que religadamente determina la construcción de mi ser relativamente absoluto, de mi Yo.”3 Esta categoría explicativa “relación” ha ido creciendo en importancia, entendida, en primer lugar, desde la analogía de las relaciones divinas; en segundo, como tendencia, apertura, transcendencia de la persona humana, hacia la exterioridad; y en tercer lugar, en la interioridad, como elemento constituyente de la propia persona. Siempre en relación primera y última con Dios, quien constituye para el hombre su origen, sentido, destino, dignidad y la misma constitución de su ser persona. 1.2. La definición mística del hombre en Fernando Rielo Fernando Rielo da razón de su definición mística del hombre al afirmar “una definición del hombre sólo puede ser considerada desde un axioma originario que otorgue la

1

MORENO VILLA, Mariano, El Hombre como Persona. Caparrós, Madrid, 1995, p. 12.

2

MORENO VILLA, Mariano, op. cit., p. 72.

3

ZUBIRI, Xavier, El hombre y Dios. Alianza Editorial. Fundación Xavier Zubiri, Madrid, 5º edición, 1994, p. 158.

visión existencial de lo que es a priori la persona humana, de tal modo que ésta sea consciente de que no puede haber algo más allá que defina su más alta dignidad antropológica, sirviendo, al mismo tiempo, de recto impulso a sus acciones.”4 Para lograr este propósito, dice nuestro autor, no podemos recurrir a una antropología filosófica porque en ésta la persona humana ha sido constreñida a alguno de sus aspectos olvidando no sólo otros valores fundamentales que constituyen su visión integral, sino lo que es más importante: la mística transcendencia que la define. Para definir al ser humano se requiere una antropología mística formada por una metafísica teológica5. Esta definición comporta al ser humano el hecho primordial de transcenderse a sí mismo y le abre al conocimiento de su origen, de sí mismo y de su destino. “Mi concepción genética de persona consiste en la forma de definición de una persona por otra persona… El rostro o talante por el que el ser humano adquiere la categoría de persona es la divina presencia constitutiva del sujeto absoluto en su espíritu. Esta divina presencia constitutiva es carácter hereditario que hace de la persona humana mística deidad de la divina Deidad. Reside en este carácter hereditario la constitución filial del ser humano en relación con Dios…”6 Como afirma el profesor Rivera: “Nos traslada Rielo del mundo naturalista aristotélico, por muy elevado que éste sea, a considerar la persona, siguiendo el texto bíblico, “imagen y semejanza de la Trinidad”7 2. Constitución ontológica de la persona humana

RIELO, Fernando, “La persona no es para sí ni para el mundo”. VV. AA. Hacia una pedagogía prospectiva. Fundación Fernando Rielo, Sevilla, 1992, pp. 89-118, p. 93. 4

5

Cfr. Ib., p. 95. Esta metafísica teológica complementa razón y revelación. Es metafísica que, rechazando el seudoprincipio de identidad, establece la concepción genética del principio de relación, sustituyendo la identidad por la congenitud de dos seres personales que constituyen único sujeto y acto absoluto. Este modelo genético inicia una nueva metafísica; y como tal un nuevo lenguaje, alejándose de la metafísica tradicional. Fernando Rielo distingue, con precisión, dos ámbitos: metafísico y ontológico. El metafísico se refiere al sujeto absoluto (en términos racionales) o Santísima Trinidad (en términos de la revelación) en su ámbito ad intra; el ontológico o místico se refiere a la actuación ad extra del sujeto absoluto o Santísima Trinidad en el creado ser personal. Una síntesis de esta metafísica genética y la explicación de su terminología se pueden seguir en: RIELO, Fernando, “Hacia una nueva concepción metafísica del ser” en VV. AA. ¿Existe una filosofía española? . Fundación Fernando Rielo, Sevilla, 1988, pp. 115-142; RIELO, Fernando, “Concepción genética de lo que no es el sujeto absoluto y fundamento metafísico de la ética” en VV. AA. Raíces y valores históricos del pensamiento español . Fundación Fernando Rielo. Sevilla, 1990, pp. 97-134; y LÓPEZ SEVILLANO, José Mª, “La nueva metafísica de Fernando Rielo” en VV. AA., Aportaciones de filósofos españoles contemporáneos. Fundación Fernando Rielo, Sevilla, 1991, pp. 69-108; y FERNANDO RIELO: Un diálogo a tres voces. Entrevistas con MARIE LISE GAZARIAN. Fundación Fernando Rielo, Sevilla, 1994. RIELO, Fernando, “Función de la fe en la educación para la paz” en Educar desde y para la paz (1994) (pro manuscripto), pp. 12 y 13, nota 36. 6

RIVERA DE VENTOSA, Enrique, “Concepción de la persona en Fernando Rielo frente al tomismo y al escotismo”, en Espíritu. Cuadernos del Instituto Filosófico de Balmesiana. Vol. XLVI (Julio-Diciembre 1997) nº 116. Balmes, Barcelona, pp. 183-197, p. 196. 7

La naturaleza del ser humano consiste en la unidad ontológica de espíritu, alma y cuerpo. Es una naturaleza espiritual sicosomatizada. Fernando Rielo afirma que ésta es elevada, desde el primer momento de su concepción en el seno materno, al estado sobrenatural, que tiene dos ámbitos: a) deificans o constitutivo: divina presencia constitutiva8, que es condición de posibilidad y de necesidad para que la persona humana sea, conciba, actúe, quiera…, y que está ordenado al transverberans en virtud de la redención universal de Cristo.; b) transverberativo o de la gracia santificante, llamado por Fernando Rielo mística procesión9 Para Fernando Rielo “la persona humana tiene, por tanto, dos elementos: creado, el espíritu por el que el hombre es abierta naturaleza creada; increado, la divina presencia constitutiva por el que el hombre es abierta deidad increada. Esta genética apertura es el fundamento de una mística relación, comunicación extática, del ser humano con el Sujeto Absoluto que, a su vez, es la forma genética de comunicación con los otros seres humanos y, en general, con toda la creación.”10 Vemos, por tanto, que la ontología del ser humano es, lejos de un antropocentrismo ingenuo, una antropología constitutivamente deificada. Esta mística deificación fue defendida tanto por los padres latinos como por los griegos, en especial por San Atanasio y San Agustín.11 2.1. El espíritu como elemento creado El espíritu, inhabitado por la presencia constitutiva de las personas divinas, es la sede del yo que con su potestad, asume, ontológicamente, la complejidad de funciones de la sique con su integral somático. La forma ontológica del acto del espíritu es la energía extática o potencia de unión que tiene como atributos la libertad con sus dos funciones: la inteligencia y la voluntad.

8

Fernando Rielo refiere que, esta divina presencia constitutiva como ley interior del ser humano, fue con antelación definida con diferentes expresiones por los santos padres y por los místicos. Entre otras expresiones, podemos encontrar el Acies cordis de San Agustín, el apex mentis de San Buenaventura, el scintilla rationis de Santo Tomás, la lex espíritus de San Juan Damasceno, la sustancia del alma de San Juan de la Cruz; centro del alma o lo muy hondo e íntimo del alma en Santa Teresa de Jesús. Cfr. “Función de la fe en la educación para la paz” en Educar desde y para la paz (1994) (pro manuscripto), p. 18, nota 48. “Mística procesión” significa para Fernando Rielo en su acepción más general “la vida mística que viene de Dios”. Esta procesión que por ser “mística” —y no divina— es ad extra, tiene a la Santísima Trinidad como único sujeto absoluto y principio de operación ad extra y como sujeto atributivo al Espíritu Santo, en virtud de su misión santificadora que tiene por fin la inhabitación del mismo Espíritu Santo en el alma del justo, y con Él, la del Padre y la del Hijo. Para una mayor explicación y fundamento en la Tradición y el Magisterio Cfr. RIELO, Fernando, Definición mística del hombre y el sentido del dolor humano. Roma, 9 de noviembre de 1996 (pro manuscripto), nota 47 de la p. 24. 9

10

RIELO, Fernando, Definición mística del hombre y el sentido del dolor humano, p. 26.

Cfr. RIELO, Fernando, “Función de la fe en la educación para la paz” en Educar desde y para la paz (1994) (pro manuscripto), p. 12 11

2.2. La presencia constitutiva de las personas divinas en el espíritu como elemento increado Para Fernando Rielo la inmanente presencia constitutiva de las personas divinas en el espíritu humano es increada porque Dios no puede crear su propia presencia. Es presencia inmediata. Las personas divinas se personan, hacen acto de presencia en nuestro espíritu creado para constituirlo como tal persona. No es el ser sino la divina presencia constitutiva lo que viene impuesto y supuesto en nuestro pensar, nuestro querer, nuestro sentir; es aquello que da forma de verdad, bondad y hermosura a todo el actuar humano.12 La divina presencia constitutiva, patrimonio genético de la persona humana, tiene las siguientes funciones: dar carácter personal al espíritu humano; proveer el disposicional genético a la libertad; presentarse a la inteligencia como “ley del conocimiento”, proporcionar la forma del querer a la voluntad; y otorgar al espíritu humano la energía extática, que le pone en comunicación inmediata con el sujeto absoluto y con sus semejantes. 3. La persona humana como deidad por la presencia constitutiva de las Personas Divinas “Esta divina presencia constitutiva viene corroborada por el Génesis (Gn 1,26) cuando afirma: “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Esta imagen y semejanza es la que nos hace deidad mística de la deidad metafísica.”13. Los conceptos de “imagen” y “semejanza” tienen por tanto para Fernando Rielo, el significado ontológico de esta divina presencia constitutiva del sujeto absoluto en el espíritu creado, consistente en dar a éste la categoría de “persona”; esto es, de “hipóstasis filiada” en virtud de la cual, se establece un parentesco o linaje, conforme a las palabras de San Pedro “sois linaje elegido” (1Pe 2,9), o de San Pablo “somos linaje de Dios” (Act 17,29).14 3. 1. Ámbito constitutivo. La deidad, noción definitoria de la persona humana Si las personas divinas constituyen única divinidad, las personas humanas, en virtud de la citada inhabitación, constituyen única deidad. Esta deidad es su increado; de este modo el supuesto que define inmediatamente a la persona humana es increado. En nuestra deidad, que nos constituye como personas, es donde se da la consumación de nuestro ser personal (su origen y su destino). La singularidad de cada persona humana consiste en la incrementación de la deidad por la divinidad.15 3. 2. Ámbito cristológico. La redención de Cristo restauradora de la deidad humana Para Fernando Rielo16, Cristo establece el paradigma teándrico o teandrópico (acción de Dios en el hombre con el hombre), siendo el Verbo encarnado, que, con su afirmación “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6), genetiza, personalizándolos, el método seguro, la

12

Cfr. RIELO, Fernando, “Función de la fe en la educación para la paz”, pp. 12 y 13.

13

FERNANDO RIELO: Un diálogo a tres voces, p. 146.

14

Cfr. RIELO, Fernando, “Función de la fe en la educación para la paz”, p. 16.

15

Cfr. LÓPEZ SEVILLANO, José Mª, op. cit., pp. 87-89.

16

Cfr. RIELO, Fernando, Definición mística del hombre y el sentido del dolor humano, p. 28.

verdadera ciencia y el auténtico existir de un ser humano al quien Él mismo confirma su extática deidad: “dioses sois” (Jn 10,34). Esta es la definición mística del hombre que Cristo nos revela. En virtud de este carácter deitático toda persona humana es merecedora del máximo amor, del máximo respeto. Respeto a Dios, como divinidad, y respeto al hombre, como deidad. Por esta causa el ser humano debe tener respeto de su propia dignidad deitática. El respeto se extiende a toda acción humana: respeto de los derechos humanos, respeto de la vida, de la justicia y de la paz.17 Fernando Rielo afirma que la inmoralidad humana reside en la “disgenesia” o adecuación relativa de la inhabitación, que dio lugar a que el mandamiento dado a los protoparentes fuera desobedecido por éstos. “La gravedad del pecado original se debe, de todos modos, a la “deidad” que eran, más que al hecho antropológico de una voluntad de desobedecer. El pecado original comportaba implícito el enfrentamiento de su deidad humana con la divinidad del sujeto absoluto.”18 El pecado original nos sumió en las profundas disgenesias que, de todo orden, habrían de tener el signo de una muerte física y moral y de su correspondiente sufrimiento físico y moral, lo que hizo de nuestra mística deidad una deidad herida, deprimida, sujeta al dolor y a la muerte. “Lo que hace la redención es devolver a la deidad humana toda la fuerza sobrenatural que la presencia constitutiva del acto absoluto puede consumar en una realidad creada.”19 3.3. La plenitud de la deidad: único destino de la persona humana Para Fernando Rielo, el fundamento ético de la persona humana reside en esta presencia constitutiva del acto absoluto, que la constituye en “deidad”. Esta „deidad” es la esencia de la ética humana. Esta esencia consiste en la compenetración, de la “deidad” de la persona con la “divinidad” del sujeto absoluto. Esta “deidad” incluye una conducta ética que va mucho más lejos que una concepción normativa de carácter moral. El específico de esta conducta ética es sintetizada por Cristo en el mandamiento del amor: el amor a Dios y al prójimo. Este amor no tiene como específico atributivo la voluntad sino la “deidad” de la persona humana. “Cristo eleva la antropología del amor a ontología. Esta ontología supone, a su vez, el perfeccionamiento de la mística racional.”20 El único destino al que está llamada la persona humana es, por tanto, a la consumación de la “unión mística”, a culminar en plenitud la compenetración de su extática deidad con las personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Prof. Dra. Ascensión Escamilla Valera Escuela Idente (Madrid, España)

17

Cfr. RIELO, Fernando, “Función de la fe en la educación para la paz”, pp. 19-21.

RIELO, Fernando, “Concepción genética de lo que no es el sujeto absoluto y fundamento metafísico de la ética” en VV. AA. Raíces y valores históricos del pensamiento español . Fundación Fernando Rielo. Sevilla, 1990, pp. 97-134, p. 134. 18

RIELO, Fernando, “Concepción genética de lo que no es el sujeto absoluto y fundamento metafísico de la ética”, p. 117. 19

20

RIELO, Fernando, Ib., p. 133.

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.