CONCIENCIA DE SI: PERSPECTIVA DEL SUJETO MAESTRO, HACIA EL SER MAESTRO NELLY SAAVEDRA HOME

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CONCIENCIA DE SI: PERSPECTIVA DEL SUJETO MAESTRO, HACIA EL SER MAESTRO

NELLY SAAVEDRA HOME

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE MAGISTER EN EDUCACIÓN

DIRECTOR JULIAN HUMBERTO ARIAS CARMEN

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA FACULTAD DE EDUCACIÓN MAESTRIA EN EDUCACIÓN: DESARROLLO HUMANO. SANTIAGO DE CALI 2014

CONCIENCIA DE SI: PERSPECTIVA DEL SUJETO MAESTRO, HACIA EL SER MAESTRO

NELLY SAAVEDRA HOME

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA FACULTAD DE EDUCACIÓN MAESTRIA EN EDUCACIÓN: DESARROLLO HUMANO. SANTIAGO DE CALI 2014

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“Dedico esta obra a mis padres”

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TABLA DE CONTENIDO

PRESENTACIÓN:

6 La obra de conocimiento La mirada de si, del sujeto maestro INTRODUCCIÓN:

8 Proceso de embarazo como metáfora

1. AUTOECOBIOGRAFÍA:

10 El deseo de concebir 2. PROBLEMA DE CONOCIMIENTO 19 La fecundación 3. CONTEXTO EPISTEMICO

25 La gestación a. La construcción de la corporeidad a partir de la gramática.

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b. La proyección simbólica y la relación con el mundo

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c. El Ethos que cuida y ama

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4. LOGICA DE MARCO

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Lo magia de la vida a. La perspectiva del cuidado como un asunto ético

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b. La ética del cuidado: Despertar conciencia

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c. El ethos que se compadece

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d. La preocupación por el sí mismo

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e. El ethos que cuida: fundamento de la supervivencia humana y planetaria. 48 f. Evidencia de las Movilidades

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5. METÓDICA 53 El desarrollo a. Sobre los diarios de campo b. El cuerpo como territorio de subjetividad c. Reflexión 6. POLÍTICA DE COMUNICACIÓN El nacimiento a. b. c. d.

Devenir del sujeto maestro El cuidado de sí El cultivo de sí La sensibilidad de sí.

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BIBLIOGRAFIA. ANEXOS.

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PRESENTACIÓN: La obra de conocimiento

Al visualizar el entorno en el que se desenvuelve la vida del sujeto maestro y las presiones que ejerce este sobre si, se ven las implicaciones de lo social, político, ecológico, económico en el cuerpo y mente de los sujetos maestros. Todo ello evidente en lo relacional y la carga de la gran mayoría de maestros, cuyas situaciones a partir de las que se podrían cuestionar los derroteros de trabajo con la comunidad educativa, en el marco de las diferencias culturales y con ello visualizar asuntos derivados en el impacto del maestro por las constantes contradicciones entre el sistema educativo y los esquemas socioculturales dependientes de las tradiciones de las comunidades educativas. El interés se ha centrado en entender como la influencia cultural de las comunidades se enfrenta cotidianamente con las tendencias culturales de los maestros, quienes generan resistencia en las aulas. A consecuencia de ello el campo de batalla en donde el maestro se ve afectado presentando dificultades de orden físico y mental es el aula. Los sujetos de indagación son aquellos que antes morían de viejos y hoy en las escuelas son retirados antes del tiempo por dificultades de salud, otros tantos son llevados a centros de reposo y hospitales psiquiátricos, son los maestros quienes durante mucho tiempo, vienen en la construcción de sus prácticas pedagógicas, desarrollando modos de ser y de hacer en su ejercicio profesional que tienen que ver con sus niveles de escolarización, pero también con las pautas de crianza, y la influencia del contexto escolar en el cual se han desenvuelto. Este transitar por la obra de conocimiento se hará a través del embarazo como metáfora y se tendrá en cuenta sus etapas como apartes de la obra en los que se van construyendo el cuerpo de trabajo hasta dar a luz la obra que será puerta abierta a otra etapa de la vida. Un nacimiento para empezar de nuevo como el recién nacido a conocer el mundo al que llega e ir creciendo en relación con los otros que lo rodean y cuidan.

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La mirada de sí, del sujeto maestro Este deseo de fijar la atención en la mirada que de si tiene el sujeto sobre sí mismo no es nueva, desde Sócrates existió una marcada e importante preocupación por el sujeto por todo su ser, fijaban su atención en el cuidado del cuerpo y en la alimentación de conocimiento todo con la intención de llegar a ser buenos ciudadanos, que sepan gobernarse y gobernar a otros. Este planteamiento sobre el cuidado de si lo retoma Michael Foucault el cual hace un análisis de lo que se planteó como epimeleia heautou (Foucault.1999) en la época socrática donde se trataba del cuidado de si y del conócete a ti mismo. Foucault aborda en el último ciclo de sus obras, postulados acerca del cuidado de sí que trabaja el asunto, en textos como la hermenéutica, historia de la sexualidad y tecnologías del yo, muestran distintas miradas realizadas a partir de los estudios del autor.

En un primer momento la indagación que soporta la presente obra, gira a partir de la pregunta, por el sentido de cuidado que de sí tiene el sujeto maestro; en palabras de Foucault: “Sin duda el objetivo principal hoy no es descubrir, sino rechazar lo que somos. (…) Nos es preciso promover nuestras formas de subjetividad rechazar cierto tipo de individualidad que se nos ha impuesto durante siglos” (Foucault, 1990: P. 24) No obstante en referencia a lo dicho por Foucault, no estaría aquí hablando tanto de rechazar lo que somos, sino más bien de transformar lo que somos, esto en referencia al tipo de conciencia que tienen los maestros, de cómo se construyen como sujetos o si dan sentido a sus vidas a través del trabajo y la remuneración por el mismo. Como construyen su cotidianidad y como llegaron y siguen llegando al ejercicio docente, sus imaginarios alrededor del ser maestro como cuestionamientos iniciales que desde la propia experiencia y la observación, dan pistas sobre el sentido de sí y la condición actual del ser maestro.

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INTRODUCCIÓN: Proceso de embarazo como metáfora

Para la realización de la presente obra de conocimiento he tomado el embarazo como metáfora desde la cual se desarrolla el proceso de producción intelectual, la intensión alegórica es que permita dar a luz una obra de conocimiento. Esta metáfora deja ver que el camino que se recorre no es lineal, ni fácil, por el contrario se generan diversos malestares (nauseas, sueño, irritabilidad) durante este transitar; amores y odios entre “el médico” aquel que acompaña el proceso y la embarazada. Además están los riesgos que se corren en el momento del nacimiento, como le sucedió a Luzmila, mi madre, en su primer parto… ese momento traumático para aquella pequeña que con apenas 17 años dejaba escapar su aliento con el agotamiento del trabajo final de parto que desgarraba no solo su cuerpo, sino también su alma.

Las condiciones de la época hicieron que su compañía en este momento fuese la partera del pueblo, pero no imaginaron que habría complicaciones, que me negara a salir de esa casa que habitaba, que mi cuerpo necesitaba más espacio del que mi madre había logrado y por tanto causé un dolor extremo y una herida que le llevo al desmayo. Su cuerpo quedó tendido en una cama bañado en sangre y sin conciencia de lo ocurrido.

Luego de

varios minutos su dolor fue olvidado al ver el milagro que le representaba, su pequeña hija que había llevado durante nueve meses. En este preciso momento es cuando se deja en el olvido lo desagradable y se centra la atención en lo que viene, en la vida, en el resultado del esfuerzo, en la alegría del nacimiento.

Las etapas a desarrollar en este proceso se denominaron de acuerdo a la metáfora en cuestión. Es así como aparece el deseo de concebir: en esta etapa está el anhelo de ser fecunda, de constituirme como madre, de tener en mí ser un crecimiento, un desarrollo de otro a pesar de la tensión que se genera por los cambios físicos y psíquicos, todo esto como punto de partida en la autoecobiografía. Luego encontraremos la fecundación en el 8

problema de conocimiento, aquí será expuesto el asunto y se dará inicio a la búsqueda de la pregunta del asunto que mueve el interés no solo mío sino de la sociedad en general. El planteamiento de un asunto de interés general está relacionado con la conciencia de sí, de los sujetos maestros. Las diferentes situaciones que viven los maestros en la actualidad generan preocupación pues fácilmente son olvidados por la sociedad en sus problemáticas las contradicciones constantes acarrean consecuencias físicas y mentales.

Después se hará presente el proceso de gestación en el contexto epistémico. Lacan plantea que el síntoma aparece como un acontecimiento del cuerpo. “No es el cuerpo que significa algo para alguien, sino el cuerpo significante, y significante quiere decir que produce un efecto en el otro De tal forma que el devenir imaginario de la embarazada transita entre la pérdida y el hallazgo; entre un cuerpo que le es arrebatado y otro cuerpo que fabrica incansablemente una ilusión de completud”(Rodríguez: 1997), podríamos decir, una no es el cuerpo que significa algo para alguien, sino el cuerpo significante, y significante quiere decir que produce un efecto en el otro, una nueva estética, la estética de un goce local que se pondrá en acto en el momento del parto, para finalmente llegar al nacimiento en la política de comunicación, en este sentido el verdadero despliegue se da en el momento de nacimiento en donde se entrega la obra a la comunidad educativa, la construcción del cuerpo de trabajo hasta dar a luz la obra, será puerta abierta a otra etapa de la vida, un nacimiento para empezar de nuevo como el recién nacido a conocer el mundo al que llega e ir creciendo en relación con los otros que lo rodean y cuidan. Este caminar por este asunto de conocimiento que me mueve, pasa no solo por mi subjetividad, sino por la de los que me acompañan en este recorrido.

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1. ECOAUTO BIOGRAFÍA El deseo de concebir

“definitivamente el sujeto proviene del texto de su propia vida. …de nuestra historia, nuestra biografía. …surge un individuo esforzándose por ser actor, por ser artífice no indiferente a su destino y el de otros. Este es el sujeto testimonial, es un sujeto histórico, concreto, que se potencia desde sus propias adversidades, vulnerabilidades, debilidades, nunca de espaldas a su pasado constitutivo, en visión de presente y futuro. Todo esto es elocuente y resulta no tanto un mérito, sino un desafío, una fuerza epistémica y política de humanidad.” (Guarín, 2009)

Cuando ingresé al programa de maestría tenía muchas expectativas sobre los asuntos que iba a tratar durante este recorrido, --una maestría en desarrollo humano me llevará a reflexionar sobre lo humano a pensarme desde mi condición de mujer, me ayudará a potenciar las capacidades para desarrollar mi labor como maestra--; cavilé en todas las posibilidades que se abren con el estudio, en los caminos que se irían despejando para ser transitados. Tal vez con vergüenza tengo que reconocer que mi llegada a este estudio se dio más como un acto de rebeldía, de coraje, de orgullo de aquella mujer que en su momento se dijo --yo puedo más, soy capaz de ir más allá, no soy menos que nadie, no quiero que sientan que están por encima de mí, ni creer que yo lo estoy--; esa necesidad de mejorar las condiciones de vida, de dejar esos momentos de insatisfacción por la escasez material también forman parte de los motivos de mi llegada a este lugar; ya que la maestría representaba la posibilidad de mejorar la remuneración laboral. Con el sueño de entregar a mis padres el título que obtuviera, que en el pregrado, por las condiciones económicas no fue posible y tampoco lo será ahora para los dos, pues mi padre falleció meses después de que yo iniciará la maestría. Mi padre murió a causa de una enfermedad que le atacó silenciosamente, que se manifestó solo al final haciendo casi imposible soportar el peso del cuerpo para desplazarse por no tener la fuerza necesaria y por el dolor de sus articulaciones. La verdad no pensamos en la muerte, creo que nadie piensa un proyecto en donde la muerte este incluida y olvidamos que esta es algo seguro para 10

todos, un paso que nos toca dar en diferentes momentos, pero ahí está “la pinche mezquindad del hombre de vivir las vidas como si la muerte nunca los fuera a tocar” 1 y me tocó a mí a través de la partida de mi padre, ese proyecto de entrega ha cambiado como también cambiaron mis búsquedas en este estudio.

En los primeros seminarios me di cuenta que esta sería una oportunidad para pensar nuevamente asuntos que me habían generado inquietud en el grado de licenciatura tales como la educación con una mirada humanista, revaluando el igualitarismo por una educación equitativa y diferenciada, reconocer características del propósito humano del educar en medio de la identidad planetaria, de nuestra habitancia como especie y las implicaciones de la educación en lo ético, lo político; asuntos propuestos por la maestría que presentaban el espacio propicio para reconciliarme conmigo por haber dejado de lado el crecimiento en el conocimiento, y volverme durante un tiempo una máquina que se dedicaba a dictar clases durante todo el día, preocupada por el dinero que necesitaba para sobrevivir, lo cual no dejaba tiempo para cuidar de mi ser, espíritu, alma y cuerpo. Las pausas más frecuentes eran las noches de bohemia que me borraban el pesado presente, pero que abruman al día siguiente. La verdad creo que no tenía conciencia sobre si, los hábitos de cuidado eran nulos, la idea del cuerpo joven acompañaba el desarrollo de mi rol; no pensaba en enfermedades de ningún tipo, no requería del cuidado de nadie; no había una responsabilidad que me condujera a hacer un alto y cuidar de mí, no había una reflexión sobre mis actos, pero a partir de la fugaz partida de mi padre por no cuidar de su ser, por no prestar atención a sus síntomas en la práctica de sus oficios y por las continuas dificultades físicas y mentales de mis compañeros en el ejercicio de la profesión se da en mi vida y en el trabajo escritural de la maestría un giro hacia la preocupación por la conciencia de sí, de los sujetos maestros. No obstante, esta inquietud por el cuidado, de los profesionales de la educación refleja la preocupación personal por la conciencia de sí.

En principio observar las prácticas pedagógicas de los maestros, lo que hacen y por qué lo hacen, para qué, cuál era el sentido del hacer, la efectividad en los resultados de

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Schérer-Hocquenghem. El alma atómica 1986.

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aprendizaje, la relación pedagógica, y ahora me ocupo de ver con cuidado la labor que desarrollo, despertando la mirada en el rol de maestra, ¿Qué es lo que nos afecta tanto?, ¿Qué puede ser tan difícil de manejar o asumir en este quehacer?

En mi experiencia personal, al llegar a ser maestra en el sistema de educación pública sentí un gran logro, sentí que mi vida mejoraría en todos los aspectos, pues aquí tenía la seguridad laboral como un punto de partida económico que me permitiría la continuidad en mis estudios y un salario fijo durante el año, aún con vacaciones, lo que no vivía en el ejercicio de la profesión en lo privado. Se reduciría la angustia económica e inestabilidad laboral. En mi nuevo lugar de trabajo me adapte a los cambios que producía pasar de una comunidad mestiza a una comunidad rural afrodescendiente, su cultura, su estilo de vida era algo nuevo para mí. Y aunque esa adaptación ha sido compleja siento que la mayor distancia la hacen rasgos sociales y los aspectos culturales tan difíciles de mediar.

Al final de la jornada laboral en las horas de la tarde sentía que la comunidad estaba de feria, dada la cantidad de gente en el parque y los establecimientos de consumo de licor y baile, cada lugar parecía en una competencia por el sonido más fuerte; hasta que comprendí el ritmo de la comunidad a la que llegue, los domingos y lunes en la tarde parecían ser de feria pero era una manera de autorregulación cultural, en su forma habitual de semana, parte de sus costumbres.

En el trabajo con los estudiantes noté el trato agresivo entre compañeros, su comunicación cargada de agresiones físicas y verbales a manera de juego. Las constantes peleas me causaron miedo, no sabía cómo reaccionar ante las situaciones de conflicto entendiendo que los estudiantes no atendían a los llamados al orden, y aunque han pasado algunos años estoy en el mismo lugar y con las luchas por las formas de interactuar que tienen los estudiantes, sin adaptarme aún a los modos particulares de relacionarse, donde la ternura es casi nula, donde el trato amoroso y cuidadoso hacia el otro es ajeno, donde para hablar, se grita, pues es su forma de comunicarse culturalmente, los contactos de piel son agresivos, se empujan, se patean, dan puños y ante la observación argumentan que es juego, les gusta incitar a los demás a la pelea y se muestran eufóricos al presenciarlas. 12

Al transcurrir el tiempo en esta comunidad siento que han disminuido las peleas, pero no logro acostumbrarme al trato tosco, violento, verbal y físico, aún fuerzo la voz para desarrollar mi trabajo, y en una posición agotadora, me impongo desde el principio para luego suavizar el trato en el desarrollo de las clases, es como si necesitaran de una estrategia de trato hostil para funcionar en los grupos.

Es interesante saber las percepciones que tienen los estudiantes de los profesores; particularmente me acogen, dicen que aunque les hago llamados de atención, saben que es por su bien, dicen que ellos se dan cuenta de los profesores que los quieren y de los que no, que les trato bien y me clasifican como buena, no he preguntado buena en qué o por qué me asignan este calificativo.

En una clase de ética veíamos una imagen de un aula de clase en la que están una profesora y unos estudiantes, la profesora atiende a una niña que está desarrollando una operación matemática en el tablero y los demás estudiantes desarrollan actividades diferentes como: dormir, jugar con un ratón, tirar papeles en forma de avión, conversar, entre otras; a la pregunta de por qué suceden estas situaciones el 99% de los estudiantes responsabilizó a la profesora de la imagen y argumentaron que así sucede con ellos, que son así porque hay profesores que no les llaman la atención –“nos dejan hacer lo que queremos”, esto me lleva a reflexionar sobre las formas en que los estudiantes habitan la escuela. La pregunta que me hago a través de estas observaciones es por el ¿Qué están interiorizando?, ¿Qué es lo que la institución está haciendo en ellos y de ellos?, ¿Por qué les es necesaria la vigilancia? ¿Por qué quieren que los encausen o porqué esperan el castigo por sus acciones? la represión de sus actos por parte de quienes consideran tienen el poder y el deber de hacerlo --- es que no nos dicen nada---

Qué estamos reproduciendo a través del sistema educativo actual, porque los niños y jóvenes esperan que les digan que está y que no está permitido a diario, es evidente la constante necesidad de aprobación y de encausamiento a las prácticas del colectivo. De igual forma los padres de familia, --En un 90% las madres son quienes asisten a las 13

reuniones de los estudiantes--, la tendencia a desautorizar y responsabilizar a los profesores de las situaciones disciplinarias que presentan los estudiantes. Sin embargo, la mayoría de padres se quejan de no saber qué hacer con sus hijos, que no les obedecen y piden que se les colabore en el colegio delegando su responsabilidad sobre los maestros, aunque en algunos casos hay maltrato por parte de los padres a los maestros, les ofenden y culpan del mal desempeño de sus hijos, les acusan de prestarles poca atención y aquí se da la presión también por parte de las directivas que deben mantener un gran número de estudiantes para lograr mayores recursos para la institución, “todos son fundamentales y hay que conservarlos”2

Este asunto de conocimiento pretende buscar al ser humano inmerso en el rol del sujeto maestro. El maestro inicialmente fue visto o más bien juzgado a través de los efectos de sus prácticas pedagógicas, desde la óptica Foucaultiana, el espacio del poder facultado por la institucionalidad para ejercer la formación de los ciudadanos se dio a través del panóptico, que evolucionó hoy en el aula, y su función de aconductamiento social continua regulando las funciones de la cultura en la sociedad como el gran contenedor de la interacción cultural en un medio civilizatorio. Este camino analizado fue el punto de partida referido en el primer trayecto de esta obra, y aunque no fue el centro de la indagación me permitió ver la humanidad del sujeto maestro en el banquillo del sistema educativo enfrentado al escarnio de la sociedad, como efecto de ello surge el segundo trayecto, en donde se ve claramente a ese sujeto maestro como el producto del proyecto de la reproducción del mismo sistema en el perfeccionamiento a sí mismo, sin embargo, la verdadera indagación aparece solo cuando fui capaz de reconocer el sujeto maestro que más allá de las investiduras sociales se halla en ruta de humanización, por ello y desde la observación anteriormente mencionada en mi experiencia aparece el tercer trayecto que conecta con el sujeto maestro como rol social en la búsqueda de transformarse en su externalidad fisiológica en el cuidado de si, y al interior de si en el despertar de la conciencia de humanidad.

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Las comillas son mías, haciendo alusión a la nueva visión de cada estudiante como un activo más, que ayuda a aumentar el patrimonio institucional, esto gracias a las políticas de gobierno actuales.

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“…La educación siempre será una opción pacífica y revolucionante para afrontar los grandes males de la sociedad humana,… No obstante, cierta educación es también parte de los problemas, a pesar de su buena conciencia, de sus loables intenciones y fines siempre ideales.” (Guarín, 2009: 262)

La educación se ve como una acción salvífica. Al hablar de educación se cree que lleva a lo bueno, al bien, al éxito; sin embargo en la realidad tajante del mundo cotidiano para lo llamado malo también se educa, también se instruye y ejercita en lo que puede causar destrucción a sí mismos o a otros. Aun se debe mirar en la institucionalidad misma en donde existen actores que afectan a quienes los acompañan por sus formas de estar ahí.

Aquí se ve reflejado el grado de dificultad que se siente en un principio al iniciar mi labor como maestra porque se llega con los conocimientos de una disciplina, pero la práctica es otra cosa, el encuentro con otras personas iguales pero diferentes en tantos aspectos hacen que rápidamente se aterrice en la realidad, la formación es a lo largo de la vida, todo lo que hemos recorrido, el aprendizaje en las diferentes circunstancias, las formas de reaccionar ante las adversidades y demás el acto es lo que se suma al conocimiento y que finalmente hace la diferencia.

Sin embargo, el sistema educativo se ha visto a la luz de los efectos metódicos de las prácticas pedagógicas convirtiendo el problema en un asunto de didácticas que buscan encontrar nuevos caminos como estrategias pedagógicas, situación que tan solo permite ver los efectos de estas prácticas pedagógicas y definir que son tan solo el efecto reproducido de las mismos método pero que desde lo social son el efecto residual de la moral. Nadie pretende hacer o que le hagan daño, pero en esa búsqueda de reproducción del sistema en competencias y saberes mínimos necesarios se producen efectos no pensados y no deseados, en esta carrera cotidiana el modelo crea las condiciones sin proponérselo para que eso suceda. La vida misma es la gran posibilidad, por ello la metáfora del embarazo invita a pensar en la vida en el nacimiento y en una nueva oportunidad, si estás vivo siempre está la posibilidad de vivir en conciencia unificada con el entorno y esto a su vez se refleja en el sí mismo; de allí que el cuidado de si se 15

convierte en un salto de la moral civilizada a la ética de la conciencia de un mundo interdependiente eco-social.

Los sujetos de este rol interdependientes como personas que cuiden, que manifiesten su amor por sí mismas y por el mundo contrarrestan en gran medida las conductas que llevan a enfermar. Esta es la posibilidad de ser afectado por las enfermedades que se pueden padecer en el ejercicio de una profesión. Por ello es importante apostar a la transformación de la vida desde el cuidado y la conciencia de sí, tener experiencia de unidad con toda forma de vida que existe, con todo lo que nos rodea aun cuando se denomine inerte, (Boff) sin olvidar que ese cuidado va más allá del cuerpo, que el cuidado de sí, es también el respeto a mí mismo, el honrarme y de esta forma cuidar y honrar al otro y lo otro; cuidar de si es tener conciencia de su construcción como sujeto y lo que implica en tiempos futuros, es despertar del condicionamiento cultural, del conformismo colectivo es una rebelión creativa.

Entender y sistematizar los trayectos, respetando la complejidad de la postura fundamental de la obra permitió establecer una ruta final. Las expectativas frente a los paradigmas se transformaron y se continúan transformando en medio del proceso elaborado a través de la maestría … Al inicio del proceso la ruta elaborada estaba de frente a la prácticas pedagógicas del maestro, ruta que se me empezó a modificar a partir del encuentro de algunos proyectos de investigación que tuve la oportunidad de leer en los que el maestro se ve expuesto al juicio social y su humanidad exhibida en el paredón de la doble moral del sistema educativo.

El maestro siempre ha estado en una posición inmovilizadora por un lado el sistema educativo con el panóptico incólume, y por otro la sociedad con el paradigma de “ser alguien en la vida”, la educación para ser y el ser que se forja. Abordo al ser maestro desde esta premisa, indagando sobre las miradas que este tiene sobre si, y el ser maestro en su viaje interior, me pregunte qué sucede con su alma y su cuerpo mientras se debate en esta paradoja y la expresión de su enfermedad como un producto de esta historia. En 16

el tiempo que llevo como maestra de sistema de educación público tras llegar con toda la alegría que significaba la elección que un día tome de ser maestra, y descubrir la desazón de algunos compañeros maestros frente a su labor, empecé a preguntarme sobre porque esa magia de la vida para algunos maestros desaparecía, y de repente primero note como algunos compañeros repentinamente enfermaban, luego la presión del intangible sistema educativo y la tensión que este generaba en nuestras relaciones interpersonales en la cotidianidad de la escuela, sin contar con la tensión producida por los jóvenes estudiantes que parecían fieras enjauladas, la gran mayoría con tratos agresivos físicos y verbales un denso panorama que rápidamente me hizo reproducir en el panóptico como el novillo al matadero que sin saberlo camina por el sendero enmarcado en una historia que pareciera no tener otra salida. “El tedio existencialista, el desgarramiento de la conciencia humana, nos dejó en la precariedad de la situación humana, de la condición humana. Ello mismo es prueba de que nuestras concepciones del mundo y de la vida dependen de como habitemos el mundo, de cómo vivamos la vida. Sujeto(s) – mundo y vida se constituyen en su propia historicidad compartida. Es así que nos autocomprendemos.” (Guarín, 2009: 269)

El maestro históricamente ha sido un modelo a seguir; en él se cumple el paradigma “ser alguien en la vida”, paradigma que se desborona en la presencia de su cotidiana desazón. Esto permite revisar la mirada que se le da a la educación, dónde está el maestro, qué lugar ocupa en este territorio, qué los visibiliza o que los hace invisibles, como se viene configurando, creando la subjetividad del maestro en general ubicar la existencia de su descontento. La posición que tenemos frente a la vida, la visión de mundo que tenemos está ligada a nuestra forma de estar en el mundo, a lo que alimenta nuestra razón, nuestra conciencia, nuestros cuerpos. Esas formas de ver la vida son resultado de una sumatoria de opciones e informaciones que nos llegan por diferentes medios y que nos llevan a construir nuestra historicidad en medio de la historia.

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Dentro de mí las movilidades que me incentivaron en la maestría se orientaron a la crítica de la política educativa detectando que ésta “… está orientada a la fetichización de las autoridades, de los programas, de los contenidos que favorecen solo la experticia disciplinar profesional, una precaria formación ética de responsabilidad, de compromiso social y ciudadano” (Guarín, 2009: 265). Al escuchar sobre la escuela del miedo, la amenaza, la doctrina, el castigo, me consideré parte de este escenario que desde las aulas sin saberlo colocaba un grano de arena a lo que más criticaba y que llevaba a la reproducción de la misma conducta social. Hoy entiendo que tengo la responsabilidad de reflexionar mi participación en la educación, que papel estoy desempeñando y de qué forma afecto a aquellos con los que me relaciono cada día. La educación es más que libros de autores europeos, más que conocimiento, tiene que ver con nuestro pasado, con el futuro, con la cultura, con el contexto, entre otros. Todo lo que me afecta, me rodea, forma parte de lo educativo. “Es indispensable educar la educación” (Guarín, 2009: 262-269) Esta frase fue una de tantas que me invito a reflexionar y revaluar la labor que desarrollo, como parte de este ejercicio educativo en el que hoy considero que existen aspectos que necesitan ser redireccionados, a partir de lo cual encuentro sin temor a equivocarme un movimiento que me permite impulsarme hacia la propia transformación, y sentir que realmente es posible transformar la educación, trabajando más sobre la humanización que sobre los contenidos y las didácticas.

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2. PROBLEMA DE CONOCIMIENTO La fecundación

“No es cosa de poca monta que casi nunca nos demos cuenta de las tendencias de nuestros cambios de estado. Una fábula cuasi-científica reza así: tómese una rana, colóquesela dentro de una cacerola con agua fría, y elévesele la temperatura del agua muy lenta y gradualmente, de modo tal, que no haya ningún momento marcado en el que la rana debiera saltar. Pues bien, la rana nunca saltará: terminara cociéndose en el agua hervida. ¿Estará acaso la especie humana en una cacerola parecida, modificando su ambiente con una contaminación en lento aumento y pudriendo su espíritu con una religión y una educación en lento deterioro?” (Bateson, 1997: 110)

En la búsqueda propuesta por esta obra sobre la conciencia de sí; hago una ruta para indagar desde el sujeto hacia la construcción del ser, esto en relación al cuerpo y la mente, el cuerpo habitado por deseos y vivencias pero sobre determinadas a su vez por un rol. El cuerpo es el lugar donde confluye el mundo que lo rodea y donde a su vez genera el movimiento de aquello que lo rodea [afecta el mundo] el cuerpo es lenguaje es con el cuerpo con el que expresamos lo que somos, decimos con él, escribimos con él y en él. Vivimos en un espacio compartido con otros y con lo otro, me hago visible para el otro para que me incluya, mi corporeidad me relaciona y me permite tejer mis intereses, mis deseos con los de otros, a partir de estos me incluyo para ser sujeto colectivo.

El cuerpo también es un constructo socio-cultural, con el me incluyo a través de su estética, esta me permite la identidad y pertenencia, soy en medio de, pero a través de, el cuerpo en sus diferentes expresiones me hace incluirme en los diversos sistemas en el expresa mis creencias y mis formas de ver, vivir y percibir el mundo, con este me hago sujeto.

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El ser, desde el rol divide el cuerpo de la mente, en este caso la experiencia en el hacer de la docencia le da un lugar a mis actos, por lo tanto el rol sobredetermina mis actos no el ser, y en función de la labor sobredetermino la vida. Una de las situaciones más agresoras a nivel físico para los maestros está en que la mayor parte del día durante las clases deben aumentar el volumen de la voz. Como lo había señalado en la autoecobiografia, el tono cultural me hace pensar en que tal vez mi origen me imposibilitaba el acoplarme a esta comunidad, donde continuamente hago grandes esfuerzos para conectarme, al jolgorio, la forma de relacionarse, de comunicarse, de establecer lazos afectivos y comunitarios, entre las familias y la comunidad. Algo que considero debería ser fluido se convierte en un inevitable esfuerzo, ante esto por un lado; hago conciencia de que estos esfuerzos a la larga ocasionan tensiones físicas y contradicciones psíquicas y por el otro comprendo que las diferencias culturales me impiden relacionarme libremente acarreando resistencias al interior de la comunidad educativa.

Cuando la realidad nos individualiza en sujetos sociales, civiles, y/o políticos, cuando se objetiva se oculta la subjetividad, la subjetividad está al interior del pensamiento y en el lenguaje, de los cuales se sirve el sujeto, dado que los actos civilizatorios, nos hacen sujetos; --participo, me identifico, respondo al arbitrio de civilidad instituido--, pero también soy subjetividad, --siento, me emociono, anhelo, sueño, disfruto, sublimo--. La construcción del problema de conocimiento partió justamente por indagar sobre el lugar donde se daba la ruptura de los sujetos maestros que antes sanos ahora apenas puedan sobrellevar los dolores padecidos por las enfermedades que constantemente los aquejan. La situación profesional permite hacer evidente la tormenta que manifiestan muchos de los maestros que laboran en las instituciones oficiales de candelaria y tal vez del país, frente a los estudiantes, a sus formas de interactuar de comunicarse y de relacionarse e inconformidad también frente al sistema educativo y sus exigencias, frente al mismo sistema administrativo de la institución; situación que se da en la gran mayoría de instituciones de educación pública con características poblacionales parecidas a las descritas en el contexto de la indagación.

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Al plantearme como hallar la conciencia de sí, entre el sujeto maestro y el ser maestro, me propuse indagar sobre cómo construir el puente entre el sujeto maestro, en su rol al interior del sistema educativo; y el ser maestro, en la construcción de su subjetividad.

Observarme a través de las prácticas pedagógicas me permitió verme como ser humano, ese ser que lleva a término una historia, ahora bien, el maestro mismo se encuentra en un estado de confusión, indefensión y contrariedad, por ello mi mirada se centró allí en ese ser maestro, luego de transitar mi interés de indagación de la influencia del sistema en las prácticas pedagógicas y a su vez los efectos de estas prácticas en los estudiantes y ellos mismos, (la estratificación, la exclusión), pude ver más allá y ya no puse mi interés en las prácticas pedagógicas sino en el ser que las producía, lo que me permitió encontrarme no solo con la enfermedad, la desazón, la rabia y el descontento, sino también con la entrega y la dedicación.

Los planteamientos de Foucault me permitieron comprender desde una perspectiva crítica la denuncia de una institucionalización estática en el maestro y el funcionamiento automático de quienes no logran comprender la gran posibilidad que el rol les otorga en medio del sistema. Si bien es cierto en la actualidad me desempeño como parte del cuerpo docente de una de las instituciones creadas al interior de este mismo sistema, desempeño mi labor como maestra con unas prácticas pedagógicas aprendidas de otros y otras pero reconstruidas a partir de la propia experiencia a lo largo de trece años de trabajo. Al estar sumergida en este acontecimiento cotidiano que es el ser maestra de escuela, medié muchas veces entre las exigencias institucionales y las de los estudiantes, entre las expectativas de los mismos compañeros maestros y las de la institución como tal, sin embargo pocas veces tuve la oportunidad de detenerme en mi misma y solo sucedió cuando a partir de las lecturas provocadas por la maestría desencadené en mi algo que se acerca a lo que en esta obra llamo la conciencia de sí, lo cual más tarde me llevo a enfocar la propuesta sobre la ética del cuidado basada en la lectura de Boff, con el propósito de propiciar este despertar entre mis compañeros maestros.

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Existen problemáticas poco tenidas en cuenta en el ejercicio de la profesión como maestro. En el tiempo laborado he visto a varios maestros que olvidan por completo al ser, en los cuerpos y mentes de gran número de maestros tienen persistentes y crónicos problemas de salud física y mental reproducidos por los modos de hacer arraigados; de hecho son hoy por hoy reconocidos los efectos causados por las prácticas pedagógicas de los maestros. Otro problema está en la incursión de profesionales de distintas carreras y que ahora asumen el rol de maestros, sin tener la preparación previa para el ejercicio docente pero que en la mayor parte de los casos confiesan ser irritables y por consiguiente sienten que están haciendo demasiado esfuerzo.

Un factor determinante para ejercer una educación para el Desarrollo Humano se da a partir del mismo maestro, quien hoy oculta el valor de su propia subjetividad. Me pregunto ¿Cuáles son los derroteros del sujeto maestro en medio de la humanidad? los derroteros humanos superan los profesionales y laborales o por el contrario ¿vivimos la vida por la capacidad adquisitiva que nos brinda la remuneración por la labor docente? aspectos como la realización personal, la felicidad, el conocimiento, el arte, el disfrute, el cuidado físico son parte de la vida. Descubrir al ser maestro implica realizarse como ser humano, revaluando los valores sobre los cuales se sobre determina la felicidad, y las acciones sobre las que nos construimos como personas. La preocupación por sí mismo y el desarrollo de la subjetividad es fundamental en el desarrollo de la vida y repercute en las vidas de quienes los rodean, aunque no seamos conscientes siempre afectamos, movemos al otro de acuerdo con nuestro estado, el efecto dado es el desarrollo o la involución de lo humano, y hacia donde apunta la flecha del desarrollo, ¿hacia la autonegación? O ¿hacia la conciencia de sí?.

¿Existe una ética del cuidado que constituye al sujeto el maestro? Esta indagación expresa el vacío interior del planteamiento sobre la conciencia de sí, de los sujetos maestros y su expresión en la corporeidad. Alrededor de esta idea construyo la perspectiva del ser maestro en la evidencia de un rol instituido que me ha construido como sujeto y que sobredetermina mi corporeidad. Esta realidad se hace evidente a través 22

de las prácticas pedagógicas, los síntomas, preocupaciones, condiciones de relacionarse, miedos, sus formas de ver y vivir la vida. ¿Cómo enseño amor al conocimiento si ni siquiera me amo a mi mismo? Es posible para los maestros ¿pensarnos de otro modo? Cuanto de nuestro pensamiento sobre sí mismos está atravesado por estas prácticas pedagógicas objetivantes, ¿es posible resistir a las formas de objetivación que han sido forjadas durante siglos? ¿Cómo escuchar la propia subjetividad?

Justamente esta búsqueda de la conciencia de sí, se basa en la búsqueda de una ética del cuidado que aporte a los sujetos maestros, no solo revelar los síntomas que se entrevén como manifestaciones físicas de cada enfermedad sino también modificando desde el interior el ser y proyectándolo hacia la propia construcción de su subjetividad.

Entre las diversas experiencias se manifiestan en dolencias los casos más frecuentes son los de quienes tenemos que esforzar la voz cotidianamente para alcanzar el tono más alto que el usual, conllevando a afecciones como amigdalitis y faringitis. Hay quienes también tienen frecuentes dolores en las piernas, muchas otras dolencias y casos de problemas mentales propiciando constantes visitas al médico, ¿Cómo provocan los sujetos maestros en sus cuerpos desajustes físicos y psíquicos?

Representación de la realidad e identidad del lugar histórico del sujeto. ¿Por qué preocupamos tan solo por la imagen exterior?... El reto no está fuera, retomando la metáfora del embarazo para expresar que claramente lo que se ve fuera es el efecto del proceso que se gesta interiormente, la imagen de la mujer gestante es el resultado del proceso de crecimiento embrionario que genera una serie de interacciones fisiológicos; así mismo lo que podemos ver en lo que somos los seres humanos independientemente del rol que ejerzamos en medio de la sociedad es el producto de lo que se gesta humanamente en su interior. Ahora bien Humberto Maturana habla de autopoyésis refiriéndose a la capacidad de los seres vivos de autorregularse obedeciendo a sus instintos biológicos, y también habla de ello como una cualidad que podemos otorgar a los seres humanos a los acontecimientos relacionales y sociales cuando interactuamos en un ritmo simbiótico que permite el desarrollo y crecimiento humano. 23

“(…) por eso insisto más en las prácticas de libertad que en los procesos de liberación, que tienen su espacio pero que no pueden por si solos definir todas las prácticas de liberación” (Faucault, 1994: 102) “entiendo por algo distinto las relaciones de poder de los estados de dominación” (Faucault, 1994: 103)

Desde el rol del sujeto maestro la importancia de la imagen se podría enmarcar dentro del ejercicio de la libertad o la expresión de las relaciones de poder. Ello se refleja en las preguntas cotidianas de los estudiantes frente a cómo te vistes, como te peinas, si usas tacones o sandalias, todo ello acompañado de un código, la imagen representa un estatus y enmarca una forma de relacionarse, sin embargo, esta estética de la sociedad no da cuenta del ethos de humanidad. Este cuerpo domesticado por las conductas sociales es el resultado de un comportamiento que surge como respuesta automática en obediencia al sistema de creencias sociales en el mayor de los casos vaciadas de sentido de humanidad. ¿Por qué tacones o minifalda? ¿Por qué no sandalias y bombachos? Que hace la diferencia. Es ese aconductamiento que finalmente hace que vivamos cotidianamente en el automatismo, y en una serie de actos sucesivos de inconciencia.

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3. CONTEXTO EPISTEMICO La gestación

“Yo escribo para cambiarme a mí mismo y no pensar de la misma forma que antes” MICHEL FOUCAULT - DITS ET ÉCRITS

3.1. La construcción de la corporeidad a partir de la gramática.

El cuerpo es un gran mito cultural, de hecho las sociedades se fundan en mitos, estos siempre están presentes, el mito, vuelto experiencia, se traduce en testimonio (Identidadterritorio como lugar de sí) que trae en si una creencia y esto como creencia tiene elementos de verdad, este es un campo de la cultura humana para entender interpretar es un campo que tiene que ver con la imaginación y con la memoria de los grupos humanos, el mito como memoria, es la cultura que tenemos individual y colectiva. Venimos de una cultura de tradición oral y en el afán de identificarnos con el imaginario europeooccidental de lo escrito, de la cultura letrada hemos olvidado el conocimiento producido desde la oralidad, desde el sentido común. Lo que no reconoce el sistema frente a los estudiantes y los profesores: su cultura desde lo experiencial no desde el discurso, (el deleite de la interpretación de los instrumentos chirimía) desde la expresión de sus cuerpos, sus prácticas culturales.

La conciencia de sí, solo puede construirse a través de una ética del cuidado que aporte a los sujetos en sus manifestaciones físicas y modificando su ser interior en la construcción de su subjetividad. En este orden de ideas el sujeto maestro se construye en su corporeidad, y esta se hace desde distintos aspectos. El problema de lo no deseado la insatisfacción, lo indeseado como el vacío a través del trabajo frente a una expectativa de la experiencia, o un paradigma inalcanzable que lleva al límite y construye una imagen estática de verdad, la vida estereotipada se tiende a radicalizar en el paradigma de verdad inscrito culturalmente y reforzado socialmente.

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El poder se reproduce a través del deseo y éste se desborda en el encuentro de la imposibilidad, como la orilla del vaso que se derrama en la exigencia de ser llenado más allá de su propia capacidad, de esta forma el límite del poder que otorga la jerarquía (Foucault, 1991) establece la certeza, abandonar la seguridad es caer en el vacío de la incertidumbre que horroriza. El sujeto maestro dependiente a un micropoder aborda desde su limitada posición la omnipotencia del control, para luego desde lo humano encontrar que no obstante su autoridad es ilegítima frente a las metamórficas formas culturales. “El ethos implica también una relación para con los otros, en la medida en que el cuidado de si convierte al que lo posee en alguien capaz de ocupar en la ciudad, en la comunidad, o en las relaciones interindividuales el lugar que conviene” (Foucault, 1994: 107)

La corporeidad se constituye en una representación del mundo, en un código establecido por la aprobación colectiva, me desenvuelvo en el ser maestro como el estereotipo del sabelotodo que comunica, muchas o las más de las veces desde el vacío reproduciendo discursos inhabitados.

El cuerpo se construye a partir de una subjetividad mutable, --hoy me siento bien por ser domingo quiero correr--, --que tristeza hoy es lunes se acabó el descanso--, --hoy es viernes mi cuerpo está cansado de laborar--. Y si el laborar es la vida ¿En dónde se pasa la vida para el ser maestro?, ¿en la desgracia del esfuerzo? …–yo aquí en la lucha-- como si la vida misma se convirtiese normalmente en un campo de batalla. En este espacio está continuamente una lucha interior entre la forma como nos vemos o queremos vernos y la forma como realmente nos ven. Al abrir la puerta de las interacciones cotidianas percibimos el saludo, percibimos la forma de ver y sentir la vida de las personas, a través del saludo se encuentra una particular forma de responder ante la vida, es el caso de los compañeros maestros quienes a la pregunta ¿cómo estás? Luego de un buenos días, aparecen afirmaciones como: --mal, pero usted no tiene la culpa--; -- bien como para no preocuparlo--, frases que generan malestar y rechazo al diálogo con estos, ya que 26

manifiestan su posición frente a la vida, sus preocupaciones. Los estados de ánimo del maestro influyen en la relación con los estudiantes, la relación con el sí mismo es fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje; debo rastrear como me hablo a mí mismo, como me trato, como me converso, como me maltrato y enseñar a los otros a reflexionar sobre este asunto porque a veces nos tratamos de la manera como no lo hacen otros, (Yo no puedo, yo no sé, yo no sirvo…) y esto también es un aprendizaje producto de la interacción social esto nos sitúa en dos polos de relación: el individuo y la sociedad.

El lenguaje es parte de la construcción de la subjetividad y ésta de la corporeidad, habitada en y desde sus metáforas, por ello desde distintas tradiciones la palabra hace al hombre, en la tradición judeocristiana el verbo se hace carne, y ahora en el mito de la contemporaneidad la construcción gramatical, constituye la programación neurolingüística. Esta idea no es nueva ya que los sistemas de pensamiento ancestrales, conservan desde miles de años atrás esta misma idea con la certeza de que las construcciones mentales, emocionales y expresivas forjan la salud de los hombres, entonces por supuesto también sus expresiones del mundo.

Como maestro establezco una imagen que obedece a mi cultura, es una Imagen que tiene identidad; no obstante esta identidad no se metamorfosea con facilidad, ella permanece en vínculo con la estructura jerárquica, no me identifico con el estudiante ni con su cultura, sino más bien con el ser maestro que me da una identidad frente al sistema, una especie de poder. Yo me veo como autoridad y reclamo como tal un posicionamiento por encima de, este sentido monástico lo rescata Foucault. (1999)

3.2. La proyección simbólica y la relación con el mundo

“Una de las estrategias para leer una sociedad a través de una biografía es analizar los espacios y los tiempos en que esta se estructura. El espacio y el tiempo definen los marcos personales, culturales y estructurales en los cuales se 27

desarrollan las vidas de individuos concretos. El espacio remite primordialmente al territorio ecológico de la sociabilidad primaria” (Feixa, 1999: 172)

En el texto de Zizek (2005) titulado “la suspensión política de la ética” se hace una referencia interesante a la posición ideológica a través de la cual se mira el mundo, está la hace a través de la reflexión sobre la película Matrix sobre la cual declara haber visto desde las posiciones más ingenuas de la gente común, hasta las más refinadas posturas intelectuales justificarse ideológicamente, de allí que Zizek declare la película como una especie de test de Rorschach que evidencia el campo simbólico en el cual se mueve epistémicamente, esta referencia interesante por lo demás me hizo pensar justamente en la mirada spseudo intelectual a través de la cual proyecto mi propia película.

A la pregunta de Zizek por” ¿Debemos historizar la Matrix como metáfora del capital que ha colonizado cultura y subjetividad, o se trata de la reificación3 del orden simbólico como tal?” Esta denuncia de Zizek por el lugar que se otorga a lo que él llama la ambigüedad radical me ubica en un universo crítico frente a la propia critica, que ha obedecido a una mirada simbólica que se acerca más a la forma en la que experimento la experiencia a través de mis identidades ideológicas. Dicho de otra manera la perspectiva que tuve en un primer momento y que alimentó gran parte de la construcción critica la elaboré basada en la mirada Foucaultiana de Vigilar y castigar, en sí misma la ambigüedad de lo que para mí era ser maestra como el acto altruista de la entrega se veía juzgada por la gran mole construida para el panóptico, sin embargo posteriormente ya en la maestría me encontré un artículo de una revista de la Universidad Javeriana en donde aparecía uno de los textos de Foucault que poco se han conocido, y que para mí en ese momento eran una revelación titulados las tecnologías de yo, en esencia el planteamiento

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Reificación: “(Idioma alemán: Verdinglichung, literalmente “sobrecosificación”) es la concepción de una abstracción u objeto como si fuera humano o poseyera vida y habilidades humanas; también se refiere a la reificación o cosificación de las relaciones sociales. Este concepto está vinculado a las nociones de Marx de alienación y fetichismo de la mercancía”. Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Reificaci%C3%B3n_(marxismo) Marzo 2014

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fundamental era el salto del dominio del poder al dominio de la ética. Esta última obra publicada por Foucault: Historia de la sexualidad, la cual fue el resultado de sus últimos años de vida, años en los cuales Foucault estudió la génesis y el desarrollo de la sexualidad humana; esta obra se empieza a escribir en el año 1976 y concluyo en 1984 con su último tomo, la obra tuvo tres tomos siendo el último de ellos III: La Preocupación de sí mismo (1984) o Cuidado de sí en otras traducciones ( ). En estos escritos Foucault rastrea las etapas por las que la gente ha llegado a comprenderse a sí misma en las sociedades occidentales como seres sexuales, y relaciona el aspecto de la sexualidad de los individuos como una construcción del sí mismo en relación a la vida moral y ética.

Ahora bien esta idea que no abandono del todo pero que autores como Zizek me permiten revaluar y otros como Boff me permiten significarme desde otros niveles simbólicos, gestan en mí una nueva subjetividad que amplia más allá de los paradigmas emergentes las nuevas posibilidades humanas que están allí por ser recorridas, por ser vividas, y potencializadas desde mi quehacer. El encuentro con Boff, me permite ver la conciencia de si desde su propuesta teológica establece una relación en la construcción de la corporeidad desde el análisis de la evolución de la condición ética en los hombres haciendo un llamado constante a lo que hoy se propone como una “ética planetaria”, el cuerpo en este sentido para Boff se amplía hacia las condiciones eco sistémicas del planeta y en referencia a la convivencia hace el llamado a la inclusión de los ecosistemas y todos sus componentes (animales, vegetales y minerales). Boff tiene la capacidad de hacernos ver a través de las relaciones que establecemos con el planeta, nos ubica directamente en una posición de conciencia planetaria y desde allí se adentra a lo humano relacional.

Ahora bien, un mismo punto desde distintas perspectivas, Foucault nos propone un recorrido histórico sobre la construcción pensamiento relacional del hombre, sus constructos sociales, biopoder, etc. para definir el hecho crucial del cuerpo como una construcción a partir de esas relaciones de poder, aquí Foucault nos sorprende en la forma en que establece el recorrido histórico desencadenando en la construcción de las 29

relaciones de poder y la denuncia a las instituciones logrando ese maravilloso salto al final de su obra hacia la preocupación por el sí mismo. Entonces: ¿si pensamos en la subjetivación de las formas de poder como podrían reinventarse? pero si el lenguaje nos habita a través de las creencias, tal vez imaginando que a cambio de elementos simbólicos que articulan gramaticalmente, como establecer el paralelo entre “el poder”, y “la poder”, el artículo cambia el sentido corpóreo del sustantivo, El sentido de un poder femenino y uno masculino variaría las formas de ser jerarquizadas. La característica fenomenológica que implica “el poder” en versión masculina estaría enmarcada o basada en “la fuerza que sostiene”, mientras que “la poder” se sustentaría en algo con sentido nutricio como “la fuerza que alimenta”. Me pregunto sobre cuál de estas formas de poder establecemos las posiciones jerarquizadas. El asunto del maestro que representa un poder, el poder de la escuela, y la escuela a su vez representa el saber, el cognocere mismo, la omnipotencia del antropocentrismo. Somos porque sabemos, a ello se refiere el adagio popular de “quien estudia es alguien en la vida” el paradigma más reconocido y legitimado por occidente moderno; paradigma que apela más a la fuerza, pues será que las madres analfabetas ¿no son alguien en la vida? Apelando a la metáfora de esta obra de la gestación me permito dar el valor nutricio al concepto de poder en este caso me significaría otros sentidos, no solo la fuerza exterior que se impone sino la fuerza silenciosa que como la madre nutre pacientemente a la familia para que esta crezca. Esta imagen en la educación rescataría más el sentido de lo relacional, de lo humano del sentido profundo de la vida misma en el alma humana.

3.3. El Ethos que cuida y ama

Boff recoge muy bien el sentido de este asunto en lo que se refiere al patriarcado cuando dice: “desde hace cuatro mil años el destino manifiesto del patriarcado ha sido buscar el dominuis mundi, enseñorearse de los secretos de la naturaleza para someterlos a los intereses humanos y hacerse “maestro y poseedor de todas las cosas”(Descartes) en los últimos 50 años se ha provisto de un aparato, científico, técnico, el hombre, más que la mujer, ha llevado este propósito hasta sus últimas consecuencias, esto ha generado un 30

impasse fundamental para su propio futuro y en general para la vida en el planeta” (Boff, 2004:19) “La crisis global afecta a las principales categorías de pensamiento e instituciones creadas por el patriarcado: la de la razón instrumental-analítica, fundada en el paradigma que separa sujeto objeto, base del proyecto de la tecno-ciencia, y que reduce lo complejo a lo simple, y que instaura el dominio del hombre –entiéndase el varónsobre los procesos de la naturaleza, hasta la institución del poder ejercido como dominación o hegemonía del más fuerte. La crisis afecta inclusive al estado como una de las mayores construcciones sociales de la humanidad, pero organizado el interés de la lógica de los hombres, así como las formas de educación generalmente reproductoras y legitimadoras del poder patriarcal. (Boff y Muraro, 2004: 19”

Entonces el sistema educativo como régimen, expresado en el asunto de lo escolarizado configura la institucionalidad que ha devenido en la modernidad en el didactismo como el asunto metodológico que pretende disfrazar los mismos discursos a través de otras actitudes más estilizadas. La educación como tecnología de este pensamiento, convierte al ser maestro en una herramienta normalizadora de la sociedad. Por ello me pregunte si mi primera observación frente a las practicas del maestro era la cuestión de interés, me preguntaba si realmente ¿el asunto es realmente metodológico? O más bien ¿sería ideológico? Luego de estas otras preguntas y/o comprensiones a partir de la lectura de Zizek y sus múltiples críticas y observaciones de los sistemas simbólicos de la humanidad y de la lectura de Boff, me hicieron aclarar mi mirada que definitivamente ya no pretendía estar enjuiciando las practicas pedagógicas y sus efectos como ya se ha visto, sino ver hacia dentro de los maestros, me preguntaba sobre sus imaginarios, que les han hecho construir sus mismas prácticas o reproducir en su mayorías las existentes hasta ahora, aun sin creer en ese sistema y con la crítica y la inconformidad latentes, ¿que nos llevaba a los maestros a reproducir esa in-conciencia, ese vacío? No había que ir muy lejos para darme cuenta que dentro de mi estaba sucediendo una metamorfosis, yo que muchas veces repetía la queja de mis compañeros y otras tantas pelee con las formas estructuradas, estaba escindida, las lecturas habían logrado desenfocarme para ampliar mi 31

mirada, estaba viendo tan cerca que no veía realmente nada. El problema que me tenía dividida y que estaba allí mismo en mi experiencia estaba sucediendo simultáneamente a muchos otros como yo, unos más y otros menos osados que no sabían aun ni por donde hacer el recorrido. Unos que se habían quedado en la crítica al sistema pero no avanzaban, otros quienes por miedo o convicción no se atrevían a declarar su malestar, otros tantos aislados a voluntad y otros excluidos por el sistema, yo estaba allí inmóvil en medio del huracán observando como todo se movía violentamente en un mismo sentido como si no se pudiese hacer nada para modificar el curso del viento pero con la gran ventaja de haber visto la luz, un distanciamiento de mi realidad que los autores provocaron y que me invitaron a un lugar epistémico en donde no hay retorno para mi antigua mirada.

“(…) La ética no puede esperar a la política. No hagas caso de quienes te digan que el mundo es políticamente invivible, que está peor que nunca, que nadie puede pretender llevar una buena vida (éticamente hablando) en una situación tan injusta, violenta y aberrante como la que vivimos. Eso mismo se ha asegurado en todas las épocas y con razón, porque las sociedades humanas (…) siempre han estado llenas de defectos, de abusos, de crímenes, pero en todas las épocas ha habido personas capaces de vivir bien o por lo menos empeñados en intentar vivir bien. Cuando podían colaboraban en mejorar la sociedad en la que les había tocado desenvolverse, si eso no les era posible, por lo menos no la empeoraban (…)” (Savater, 2004: 156) En esta misma frecuencia que propone el camino individual no solo frente a lo que las prácticas como maestro se refiere, sino también al mismo ser, los cuestionamientos aparentemente tangenciales han generado eco al interior. Ahora la cuestión que me asiste en el Ethos del cuidado se complementa con la lectura de Leonardo Boff quien me invito hacer mi transformación presente.

“La persona se vela y se desvela, se da y se retrae. Por eso es un encuentro en el que imperan la magia, el hechizo, la solicitud y la devoción, y en el que es preciso 32

respetar los límites, porque el menor gesto puede oscurecer toda la experiencia del encuentro.” (Boff, espiritualidad)

Permitirse ver la labor del sujeto maestro hacia el ser maestro como el asunto de retomar el ideario retomado por Leonardo Boff (2002) que rescata el encuentro y el desencuentro basado en el respeto: “Tales expresiones4 sólo son posibles en el supuesto de una relación mística yo tú, de encuentro en el que siempre está presente el desencuentro y en el que, por más que se conozca y se ame a la persona, nunca se descubre del todo su misterio. “ (Boff, 2004: 89) Reivindica el sentido del amor como “la responsabilidad de un yo por un tu” y declara la importancia del reconocimiento de los límites. Es la visión humanista que en esta recuperación de la alteridad entiendo como una perspectiva posible del ser maestro en una dimensión del amor, la responsabilidad no inscrita en el miedo y la presión de vigilar y castigar, sino más bien la construcción de la relación fraterna, en donde median el respeto del otro como un límite desconocido y el ejercicio del amor como la responsabilidad humana.

En este sentido llegar a ser más allá de las estructuras sería recuperar el ethos, pues el miedo no solo de nuestra visión enjuiciadora del sistema los ojos puestos en la normalización de un tipo de aconductamiento, sino que este mismo se repite a través de la mirada inquisidora de los mismos compañeros maestros.

En este ejercicio epistémico surgen en mi distintos interrogantes ¿Cómo me miro?, ¿Cómo me miran y como miro a los otros? Han sido en parte consecuencia de la lectura de Boff, quien me invita a descubrir de otra forma la alteridad, (Morin: 2005) Como bien lo afirma Morin, se debe mirar con nuevos ojos, para cambiar nuestras miradas. Abandonar el antropocentrismo y ver la coexistencia, pues somos más que habitantes de este mundo, y todo debe ser cuidado porque esa eco existencia es necesaria, es un

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Aquí Leonardo Boff hace referencia a los poemas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, como la expresión sublime del sentimiento hacia Dios.

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principio ético no somos dueños de nada, somos un pasar por este mundo y él quedará allí para otros. El respeto por mí, el deseo de estar bien me lleva a cuidar lo otro y los otros.

4. LOGICA DE MARCO. Lo magia de la vida

“El tipo de sociedad de conocimiento y la comunicación que hemos desarrollado en las últimas décadas amenaza la esencia humana. ¿Acaso no ha descartado a las personas concretas, con los rasgos de su cara, con las líneas de sus manos, con la irradiación de su presencia, con sus biografías marcadas por búsquedas, luchas, perplejidades, fracasos y conquistas? ¿No ha puesto bajo sospecha e incluso ha difamado como obstáculo para el conocimiento objetivo, el cuidado, la sensibilidad y la ternura, realidades tan necesarias sin las cuales nadie puede vivir y sobrevivir con sentido?” (Boff, 2002: 14)

La obra vida de los autores significo la pertinencia de esta ruptura, los golpes más fuertes epistémicos, han estado marcados por las condiciones más próximas, el rol de maestro se constituye en una reformulación de las actitudes prácticas de los actos que consideraba aún más normales y cotidianos. Es así como la lectura de autores propuestos lograron hacerme confrontar y reflexionar sobre las condiciones en las que reproduzco el sistema en mi práctica pedagógica.

Esta construcción crítica en la etapa inicial de indagación enunciada desde Foucault, dimensión que desde la visión Panóptica de la escuela determina la función del maestro en una vigilancia disfrazada tras la anhelada “disciplina”. En el contexto escolar esta función le otorga el poder al maestro de privar de la palabra y el movimiento al estudiante, siendo esta misma una de las áreas a calificar dentro de lo que se considera la conducta. Los conceptos disciplina; los cuerpos dóciles; los medios del buen encauzamiento y el panoptismo; textos sobre los cuales ya se han declarado puntadas a lo largo de la obra se instauran como la primera fundamentación critica que permite las movilidades. 34

Esta forma de ser sujeto para el estudiante implica silencio e inmovilidad física, y para el maestro el dedo señalador y el control a través del mismo, situaciones que por lo demás varían de acuerdo a los contextos escolares, los territorios culturales contienen formas de ser, sentir, percibir, comunicarse particulares, en este caso la zona rural del municipio de Candelaria Valle, gran parte de la población es afrodescendiente, en tal caso el valor cultural de forma de ejercer control varia la disciplina pues el concepto tras las costumbres propias de la cultura de la región modifican la mirada.

La disciplina del músico puede estar en hacer mucho ruido ante la disciplina del deportista el ejercitar el cuerpo demasiado movimiento frente a la disciplina del científico. La disciplina del estudiante en la escuela concebida hoy otorga un 80% a la escucha, por ello la escolástica circunscribe el concepto de educación que hoy por hoy se maneja en las aulas de clase de las instituciones de educación públicos del país.

El término disciplina remite al arte o ciencia, que se transmite por doctrina mediante la observancia de las leyes y ordenamientos propios de la misma (RAE, 1992), tiene mayor uso referido a la milicia y a los estados eclesiásticos. La labor del maestro se debate entre sus formas culturales y las de sus estudiantes; ahora bien, la necesidad de ser de los jóvenes (implicados no solo las edades de desarrollo sino también las culturales) y la de los maestros son asuntos que el sistema educativo no ha visto. Estos distintos enfoques en la escuela se vuelven enfrentamientos cotidianos que desgastan al maestro que se ve inmerso en una lucha incesante por no perder el control.

"en un colegio que hay indisciplina, suceden muchas cosas malas como por ejemplo peleas, discusiones, maltrato a nuestros compañeros y mucha recocha y a veces esa recocha es muy pesada y también por eso tenemos disgustos" (estudiante de séptimo grado)

Este asunto me hizo verme y ver a los colegas maestros a partir de hacer evidentes las miradas de todos quienes participan de una u otra forma del sistema educativo. Este 35

sistema La indagación buscó producir una historia de los diferentes modos de subjetivación de los seres humanos en nuestra cultura; he tratado desde esta óptica, de los tres modos de objetivación que transforma a los seres humanos en sujetos, objetivación del sujeto que habla, objetivación del sujeto productivo, que trabaja, la objetivación por el mero hecho de ser un ser vivo. (Foucault, 1991: 20) Un cuerpo que puede ser sometido, utilizado transformado y perfeccionado es dócil ¿Cómo puede ser? “En toda sociedad el cuerpo queda prendido en el interior de poderes muy ceñidos, que le imponen coacciones, interdicciones u obligaciones”. (Foucault, 2004: 140) En nuestras aulas existen los destacados niños muy inteligentes pero que al pesar de la institución y sus maestros son los más perseguidos, los diferentes los que no son dóciles, estos siempre son y serán los perseguidos son los que desvían la atención de los otros, los que tienen la fuerza necesaria para llamar la atención de todo el grupo y generar malestar a sus profesores. “En el curso de la época clásica se llevó a cabo el descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder.” (Foucault, 2004: 140). Y ¿Qué está pasando con los maestros? Las ramas médicas que cuentan con más maestros entre sus pacientes con enfermedades profesionales definidas como todo proceso patológico que se adquiere como resultado de la exposición a factores de riesgo inherentes a la actividad laboral son entre otras, la Psiquiatría y la Otorrinolaringología; como se infiere por ejemplo del estudio realizado en Bogotá en el año 2010 a 411 docentes en una IPS (Estudio descriptivo tipo serie de casos, Universidad del Rosario) evidenciando que, el 23.10% presentan problemáticas de salud asociadas a la disfonía, el 18.70% trastornos mentales y de comportamiento; estadísticas que van en concordancia con los promedios de Latinoamérica. Sorprende saber que las mayores causas de ausencia laboral de los profesores son las dolencias de la faringe, pero las más graves enfermedades padecidas por estos son las enfermedades mentales. El papel de Foucault como el mismo lo declara consiste en mostrar a la gente que son mucho más libres de lo que ellos mismos piensan y sienten “cambiar algo en el espíritu de la gente, ese es el papel del intelectual”. (Foucault, 1999: 143)

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Foucault a través de “Vigilar y castigar” moviliza una forma de pensar en su intento por despertar a las masas automatizadas para que se permitan la libertad o al menos la contemplen como una posibilidad. La brecha existente entre las relaciones humanas y las sensaciones divide las almas y los cuerpos escindidos se insensibilizan, hasta que un sacudón producido por el alma dice: --Aquí estoy, duele, no quiero más de esto-- “Creo en la libertad de la gente. La gente reacciona de manera muy distinta en una misma situación.” (Foucault, 1999: 149)

Cierta idea o modelo de humanidad ha ido desarrollándose a través de estas distintas prácticas – psicológica, medica, penitencial, educacional—y ahora la idea de hombre se ha vuelto normativa, evidente y supuestamente universal. Puede que el humanismo no sea universal, sino bastante relativo a cierto tipo de situación. (Foucault, 1999: 149)

Me parece que hay más secretos, más libertades posibles y más invenciones en nuestro futuro de lo que podemos imaginar en el humanismo, tal y como está representado dogmáticamente de cada lado del abanico político: la izquierda, el centro, la derecha. (Foucault, 1999: 150) Ahora bien, El cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recompone. La disciplina tiene un momento socio-histórico fundamental y es al nacer el arte del cuerpo humano, que tiende a la formación de un vínculo que, en el mismo mecanismo, lo hace tanto más obediente cuanto más útil, y al revés. “La disciplina es una anatomía política del detalle, procede ante todo a la distribución de los individuos en el espacio. Para ello, emplea varias técnicas. [Clausura, localización elemental, emplazamientos funcionales, rango,] la cárcel, la fábrica, colegios, cuarteles”. (Foucault, 2004: 145)

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4.1. La perspectiva del cuidado como un asunto ético

Los modos de subjetivación de los seres, permiten acercarse a la construcción de ser sin abandonar el sujeto, de lo contrario se está dividido en el interior de sí mismo o dividido de los otros. Este proceso hace de él un objeto. La partición entre loco y hombre juicioso, enfermo e individuo sano, criminal y buen chico, según Foucault ilustra esta tendencia. (Foucault, 1999: 21)

No es necesario añadir que, en una sociedad como la nuestra y en un momento histórico como el presente, el ejercicio de tratar de pensar de otro modo está bien lejos de ser un mero deporte intelectual, antes al contrario, es la condición de posibilidad misma para la creación de libertad. (Foucault, 1999: 30) Encuentro interesante como Foucault reclama la especificidad propia de las “Tecnologías de uno mismo”, como aquellas técnicas que permiten a los individuos efectuar un cierto número de operaciones en sus propios cuerpos, en sus almas, en sus pensamientos, en sus conductas y ello de un modo tal que los transforme y que los modifique, con el fin de alcanzar un cierto estado de perfección o de felicidad, o de pureza, o de poder sobrenatural, (Foucault, 1999: 35) Esta reflexión de Foucault se refleja en esta obra de conocimiento y permite descubrir que en medio de esos seres muchas veces inconformes en el trabajo consigo mismos y en relación a sus colegas maestros evidenciando vacíos de humanidad, expresados hacia sí mismos en el efecto desgastante de su corporeidad.

La corporeidad nos toca y sus restricciones afectan más que las dolencias, en territorios ideológicos, como la expresión sensorial y la expresión comunicativa; como declara Foucault, 1999:45 (A diferencia de lo que ocurre con otras prohibiciones, las prohibiciones sexuales están continuamente relacionadas con la obligación de decir la verdad sobre sí mismo. Se pueden objetar dos hechos: la confesión y el secreto, decencia y modestia), de tal modo que la sexualidad se relaciona de una forma extraña y compleja, a la vez con la prohibición verbal y con la obligación de decir la verdad, así como el hecho de esconder lo que se hace y con el descifrar lo que uno es. La asociación 38

de prohibición y de la fuerte incitación a hablar es un rasgo constante de nuestra cultura (Foucault, 1999: 46)

4.2.La ética del cuidado: Despertar conciencia

“Ayuda a los demás siempre que puedas pero si no puedes, jamás lo perjudiques”

Popularmente se ha dicho nadie da de lo que no tiene. Desde el pensamiento de Boff se propone crear mecanismos para curar y rescatar la esencia humana, estos caminos corresponden al cuidado. La metáfora que Boff anuncia como la expresión del alma humanizada que reposa en lo profundo de los seres humanos es el tamagochi como el rescate de la sensibilidad a través del cuidado. Este hecho tecnológico denuncia el estado de soledad y el gesto de humanidad que pervive en el interior de los seres en su gran mayoría jóvenes y niños que manifiestan su interés por este tipo de artefactos. Se declara una crisis de la existencia humana y a su vez se declara una eventual transformación de paradigmas a riesgo de perecer. En este sentido la propuesta de Boff (2002) nos permite afrontar la posibilidad de una nueva forma de relacionarnos apelando a ese rasgo que reposa en el centro del alma humana. De allí podemos pensar en generar paradigmas emergentes que permitan hallar la salida en la inminente crisis de humanidad.

Al declarar la crisis de humanidad la falta de cuidado se ve como un síntoma de la generación presente, síntoma que delata un olvido del sí mismo en busca de un automatismo productivo, no se podría pensar en esta época sin pensar en que todo lo rige el afán del mundo los sistemas encapsulados cada vez más niegan lo humano.

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En varias tradiciones ha sido considerado cuidado desde la etimología de la palabra, cuidado proviene del latín cogitatus estas acepción viene de la tendencia a hacer bien una cosa, atención para hacer bien las cosas con el propósito de no causar mal. La segunda acepción hace referencia a la acción de asistir, guardar y/o proteger, tiene que ver con el cuidado las personas (Cuidar a los enfermos, los niños, los ancianos, etc.) o las cosas (la casa, la ropa, los enceres). La tercera acepción tiene que ver con el temor, cuando se enuncia como señal de advertencia frente a un hecho de inminente peligro, es más bien un llamado a la atención a manera de prevención. “se emplea en son de amenaza para advertir sobre la proximidad de un peligro o la contingencia de caer en un error” (RAE, 1995),

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4.3.El ethos que se compadece

El ethos, para ser plenamente humano, necesita incorporar la compasión. … En el cristianismo de los primeros tiempos, sin embargo, com-pasión era sinónimo de misericordia, esa actitud generosa que quiere compartir la pasión con el otro y no dejarlo solo con su dolor.

Dos virtudes realizan la compasión: el desapego y el cuidado. Por el desapego renunciamos a poseer las cosas y las respetamos en su alteridad. Por el cuidado velamos por su bienestar y las socorremos en su sufrimiento. La compasión tal vez sea la mayor contribución ética y espiritual que oriente ha dado a la cultura mundial. Lo que hace penoso el sufrimiento no es tanto el sufrimiento mismo, sino estar solo en el sufrimiento.

Compasión significa acompañar en la pasión del dolor la tristeza y/o la alegría. Como el amor y el cuidado, la compasión tiene un campo de realización ilimitado. No se restringe solamente a los seres humanos, sino a todos los seres vivos y al cosmos. El ideal budista de la compasión nos enseña como relacionarnos adecuadamente con la comunidad de vida: primero respetar su alteridad, después convivir con ella, cuidar de ella y en especial regenerar a los seres que sufren o están bajo amenaza de extinción. Y solo entonces beneficiarnos de sus dones, en la justa medida y con responsabilidad, en función de aquello que necesitamos para vivir de forma suficiente y decente.

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4.4.La preocupación por el sí mismo

Según Foucault existen 4 tipos principales de Tecnologías humanas: 1) tecnologías de producción: permiten producir, transformar o manipular cosas; 2) tecnologías de sistemas de signos: permiten utilizar signos, sentidos, símbolos o significaciones; 3) tecnologías de poder: determinan la conducta de los individuos, los someten a cierto tipo de fines o de dominación una especie de objetivación del sujeto y 4) tecnologías del yo: permiten a los individuos efectuar, por cuenta propia o con la ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta, o cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos con el fin de alcanzar cierto estado de felicidad, pureza, sabiduría o inmortalidad. En esta última centro la atención para dar cuenta de las necesidades individuales que permiten a los seres humanos construirse en la sociedad, estas búsquedas humanas que recrean esencialmente valores ontológicos como la felicidad, o la sabiduría, conforman una serie de búsquedas en los individuos, Foucault refiere a un estudio sobre la civilización griega en cuyo caso los hombre ejercían acciones sobre si para su construcción como hombres sabios… “(…) sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta, o cualquier forma de ser.”(Foucault, 1991: 48), obteniendo así una transformación de sí mismos con el fin de alcanzar cierto estado espiritual. Tan importante este último como los otros estadios desarrollados por el ser humano para su crecimiento. Esta búsqueda nos hace como especie diferente a las otras ya que tenemos una conciencia basada no solo en lo material sino también en principios abstractos esenciales.

En griego epimelesthai sautou, traduce el preocupado de sí, o el sentirse inquieto por sí. El precepto de fue para los griegos, uno de los principales principios de las ciudades, una de las reglas más importantes para la conducta social y personal y para el arte de la vida. Este epimelesthai sautou se refiere sobre todo a las acciones que procuran generar un crecimiento y desarrollo de la conciencia de sí. Por ello Epicuro escribe que nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ocuparse uno mismo de su propia alma. (Foucault, 1991: 50-53). El ha oscurecido al , porque nuestra moralidad insiste en que lo 42

que se debe rechazar es el ser pues debemos estar sujetos al orden y al sistema de cosas por encima de la propia subjetividad.

De hecho ha habido una inversión entre la jerarquía de los dos principios de la antigüedad, y . En la cultura grecorromana el conocimiento de si se presentaba como la consecuencia de la preocupación por sí. En el mundo moderno el conocimiento de sí constituye el principio fundamental. (Foucault, 1991: 55)

La conciencia sobre esta preocupación por sí, siempre se refiere a un estado político y erótico activo. … Incluye varias cosas: el preocuparse de sus posesiones y de su salud. Siempre es una actividad real y no solo una actitud. ¿Qué es este sí mismo del que hay que ocuparse y en quien consiste este cuidado? … el sí es un pronombre reflexivo y tiene dos sentidos. Auto significa , pero también implica la noción de identidad. (Foucault, 1991: 58)

Cuando uno se preocupa del cuerpo uno se preocupa de sí. El sí mismo además de verificarse a través del vestir, los artefactos, y las posesiones. También debe procurar el crecimiento de la propia conciencia de humanidad en relación a la proyección interior del sí mismo y sus efectos sociales, ha de encontrarse en el principio que usa esos instrumentos, un fundamento que no se basa en el cuerpo sino en el alma. Uno ha de preocuparse por el alma: esta es la principal actividad en el preocuparse de sí. El preocuparse de sí es el cuidado de los efectos de las propias acciones y no el cuidado del alma como sustancia. En los periodos helenísticos e imperiales, la noción socrática de preocuparse de sí, se convirtió en un tema filosófico común y universal. (Foucault, 1991: 61) Plinio aconseja a un amigo que se aparte algunos minutos al día o varias semanas y meses para retirarse dentro de sí. Esto era un ocio activo: estudiar, leer, prepararse para los reveses de la fortuna o para la muerte, era una meditación y una preparación.

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La construcción del hombre se basaba entonces en la conciencia de sí, a través de actividades que le permitiesen construir su individualidad en pro de la sociedad, por ello el “retirarse dentro de sí” era la búsqueda de la conciencia, de hecho las actividades que permanecen para los individuos que ante la época de las externalidades procuran cultivar como la meditación, el peregrinaje la oración, la lectura, la escritura, el estudio y el crecimiento en pro de la construcción de la propia personalidad.

Entonces, atendiendo al llamado que hace Berman “(…) si queremos la verdad histórica, tendremos que dejar de lado nuestra obsesión con la objetividad y sus metodologías anexas y abordarla con un enfoque del todo diferente, uno que nos lleve con confianza al centro del interior y lo que allí encontramos son los tópicos enlazados con el cuerpo, las emociones y la percepción psíquica interna: vivencia religiosa, amor, sexualidad, humor, ira, (…)” (Berman, 1993: 102)

Una de las características más importantes de la preocupación por si, implicaba tomar notas sobre sí mismo que debían ser releídas, escribir tratados o cartas a los amigos para ayudarles, (Foucault, 1991: 62) En esta interiorización de los efectos psíquicos causados por las lecturas, las experiencias de estos viajes interiores, deben ser rigurosamente registrados, por ello además de los diarios de estos escritos, el género epistolar tuvo tanta fuerza en su época, (cosas que hoy se han transformado) los alumnos hacían cartas a sus maestros y los diálogos epistolares entre maestros y aprendices dieron gran fuerza a la construcción del pensamiento filosófico que pervive aun hasta nuestros días. En la actualidad se viene en decadencia la fuerza que antiguamente contenían estos géneros y las construcciones reflexivas que sobre el asunto de la conciencia los individuos generaban, valor que hoy rescato en la forma de construir pensamiento a través de la auto-eco-biografía en donde a partir del reconocimiento de las vivencias personales se construyen las reflexiones sociales que se aportan a partir de las obras de conocimiento.

La relación entre el alma y el cuerpo también es interesante. Para los estoicos, el cuerpo no era tan importante, pero Marco Aurelio habla de sí mismo, de su salud, de lo que ha 44

comido, de su garganta dolorida. Esto es muy característico de la ambigüedad hacia el cuerpo en el cultivo de sí. Teóricamente, la cultura está orientada hacia el alma, pero todas las preocupaciones por el cuerpo adquieren una importancia inmensa. (Foucault, 1991: 64 - 65)

En los periodos helenísticos y romanos. La preocupación de sí se convirtió en un principio universal como una manera de vivir para todos y para toda la vida. El cuidado médico permanente es uno de los rasgos centrales del cuidado de sí. (Foucault, 1991: 67) Uno debe convertirse en el medico de sí mismo. El objetivo ya no es prepararse para la vida adulta, o para otra vida, sino el prepararse para cierta realización completa de la vida. Existió una técnica estoica, llamada askesis, esta no es una revelación del secreto del yo sino un recordar el sentido del yo. Askesis no significa renuncia, sino consideración progresiva del yo, o dominio sobre sí mismo, obtenido a través de la adquisición y de la asimilación de la verdad. Tiene su meta final en el acceso a la realidad de este mundo. (Foucault, 1999: 74) la búsqueda de una especie de conciencia interior como desde las diferentes culturas lo monástico, lo que invita al ascetismo, a la renuncia, los votos, la vision quest, las kriyas, han sido des estructurantes necesarios para encausar esa gran depredación del mundo material hacia la construcción de la conciencia de sí como una necesidad de lo más profundo de la humanidad que siempre ha estado presente, de hecho cuando estas búsquedas personales se pierden, el ser pierde la posibilidad de construir su subjetividad, entrando en una especie de vaciamiento de sentido, fuente de desequilibrio físico y emocional.

Ahora bien, mientras que la meditatio es una experiencia imaginaria que ejercita el pensamiento, aunque haya sido inducida artificialmente es un entrenamiento una situación real. (Foucault, 1991: 76) Existe una larga tradición detrás de esto: abstinencia sexual, privación física y otros rituales de purificación. Sin embargo, la práctica del examen de sí, muy desarrollada y elaborada en el cristianismo monástico… debe ser entendido desde el punto de vista de dos principios de espiritualidad cristiana: la obediencia y la contemplación institucionalizados en donde no existe un solo elemento en 45

la vida del monje que escape a esta relación fundamental y permanente de obediencia total al maestro. (Foucault, 1991: 87 y 88). Esta construcción social que acoge las búsquedas espirituales e individuales en pro de condicionamientos comunales supedita la pertenencia a la identidad institucionalizada y convierten el cuerpo en un constructo social que interviene la subjetividad. Aquí la obediencia es un control completo de la conducta por parte del maestro y no un estado final de autonomía. Es un sacrificio de sí, del deseo propio del sujeto. Esta es la nueva tecnología del yo. El monje debe tener permiso de su director para hacer cualquier cosa, incluso morir. Todo lo que hace sin permiso es robar. No hay ni un solo momento en el que el monje pueda ser autónomo. Esta paradoja no solo se genera en estos estadios monásticos sino que además en diferente escala hacen parte de la construcción civilizatoria en todas las tradiciones del mundo.

A partir de los cuestionamientos que me permitieron las reflexiones en la lectura de Foucault, (1991) los siguientes se convierten en algún tipo de clave para resolver el asunto de interés en la construcción de la presente obra de conocimiento, estos son:

Pensar en el cuidado de si, no implica aislamiento, no se puede pensar en un sí mismo aislado de los otros, del mundo, aquí la acepción de la palabra cuidado no quiere decir restricción externa sino más bien alude a un estado de conciencia, de sintonía con el entorno y los otros, pues en tal caso no se estaría hablando de un estado de una conciencia del cuidado, sino de un culto al sí mismo, una especie de tiranía, parafraseando a Faucault, “un esclavo de sus deseos” (1994) Este estado de conciencia sobre el cuidado de sí, está más cerca de un devenir altruista, que de un sentimiento egocéntrico, me cuido en tanto cuido a los otros, soy a través de los otros.

Hay dos intereses fundamentales en Foucault uno contiene el carácter decisivo de la dimensión política y el otro un sentido ético de la transformación de la sociedad. En este 46

último se enmarca la ética de la acción pedagógica, en textos como la “Hermenéutica del sujeto” en donde se resalta la relación entre el maestro y el aprendiz y “Las tecnologías del yo” que propone fundamentar las relaciones que el individuo establece consigo mismo y que impactan en su entorno próximo.

Ahora bien, tanto la mirada de Foucault como la de Boff se encuentran en el Ethos, en este análisis encuentro que la preocupación por el sí mismo, propuesta por Foucault se acerca al sentido de cuidado propuesto por Boff. La distancia entre sus propuestas es histórica, con ello quiero decir que en el imaginario del lector común de Foucault está mucho más presente desde lo político ejemplo de ello “Vigilar y castigar”, “el nacimiento de la clínica”, “la historia de la locura en la época clásica” en fin toda su obra inicial es crítica y es a través de esta que se devela un sistema que se nos aparece como un gran detonante social. Algunos autores señalan que la eventualidad sobre la cual se construye la fuerza e impacto de su obra en Latinoamérica tiene que ver con las dictaduras, realidad que atravesaba todo el continente. En este sentido la voz de Foucault fue la voz de muchos.

Posterior a ello, ya en la última etapa de su obra, Foucault enmarca tres momentos históricos sobre la preocupación de si, plantean el cuidado de si, desde tres aspectos a saber: 1. El cuerpo físico, 2. El cuerpo social y 3. El cuerpo del deseo, estos a su modo de ver no pueden funcionar de manera desligada sino que en su equilibrio y funcionamiento perfectos generan un margen; lo social y la erótica, estos cuerpos entorno y la casa igualmente señala la relación del cuidado de si con la política, cuidado de si implica una capacidad social ¿Cómo salir de la idea sujeto objetivado que nos propone la actual civilización? ¿Cómo saltamos de las relaciones de poder y construimos nuevas relaciones éticas que permitan la construcción de si, sin negar al otro?

Pues bien, en Hermenéutica del Sujeto Foucault propone dejar aprender, más que enseñar, la función del maestro más que implantar un conocimiento verdadero y preconcebido está en propiciar bajo la relación pedagógica la formación humana fin 47

último de la educación, entonces dado que el aprendizaje es algo personal, el maestro se debe erigirse no como mediador de conocimientos sino como el propiciador de saberes por ello el hombre de conocimientos debe preocuparse de sí, su desarrollo personal debe despertarse en el placer del conocer, y no en la obligación de aprender, en este sentido el maestro debe construirse y procurarse un buen vivir dado que uno nunca podría enseñar lo que no se conoce, el amor por el conocimiento es algo que se aprende pero no en los discursos sino en la vida misma.

4.5.El ethos que cuida: fundamento de la supervivencia humana y planetaria.

Una de las propuestas más contundentes al respecto la hace Touraine, quien nos propone la mayor lección de todas y es que dejemos de ver a sí mismos y empecemos a ver a nuestro alrededor, entendiendo como los efectos de como maltratamos el mundo los tenemos en nosotros mismos. Cuando plantea que Aprender a convivir socialmente es ante todo aprender a estar en el mundo. La convivencia social es posible si aceptamos que somos parte de la naturaleza y del universo, y que no es posible herir al planeta tierra sin herirnos a nosotros mismos. ¿Si destruimos el planeta a dónde iremos? Una ética de la convivencia social supone el cuidado del lugar donde estamos todos: el planeta tierra. (Javeriana, 2007: 22)

Aprender a cuidar el entorno supone no confundir la riqueza con el dinero. Por conseguir dinero estamos destruyendo la riqueza: el agua, el oxígeno, el ozono, la selva tropical, la biodiversidad. Actualmente una de las mayores concertaciones que debemos decidir es el cuidado del planeta. Para nosotros no es posible sobrevivir si el planeta muere y el planeta tierra no puede sobrevivir como “nuestra casa” sin nuestro cuidado. ¿Qué estamos haciendo igual con nosotros mismos? Si el cuerpo es el reflejo del planeta que habitamos entonces ¿Que ha pasado con nuestro entorno y nuestra corporeidad? ¿Qué estamos reflejando? Las premisas estéticas hacen que estemos más preocupados por el aspecto exterior que el interior, es esto importante en tanto debe existir un equilibrio, el afán 48

como sinónimo de la avaricia humana, corroe nuestras almas descuidadas. Esto mismo sucede día a día cuando gastamos más desechables, cuando nuestra basura no tiene separación de desechos orgánicos o inorgánicos, cuando seguimos usamos pesticidas que contaminan nuestros ríos y afectan la salud humana. ¿Qué pasa con la conciencia del entorno? ¿Qué pasa con la conciencia de sí? Cada vez que nos sentimos enfermos y no actuamos hacemos lo mismo que cuando generamos contaminación y creemos que nadie nos ve, las secuelas cada vez son más graves. Estamos por encima de esta conciencia cada vez que compramos en los supermercados, cada vez que botamos cosas que pueden ser reparadas, cada vez que desperdiciamos el agua y los alimentos.

La conciencia de los países en vías de desarrollo, o países ricos porque eso somos, países ricos en biodiversidad, es nula, arrasamos porque todo lo tenemos —ahhh, esta es mi casa y hago lo que yo quiera— nuevamente es el asunto de la mezquindad humana dado que solo tenemos un planeta y no es solo para nosotros sino también para las generaciones venideras.

Cuando amamos, cuidamos, y cuando cuidamos, amamos. Por eso el ethos que ama se completa con el ethos que cuida. El constituye la categoría central del nuevo paradigma de civilización que trata de emerger en todo el mundo. La falta de una ética del cuidado en el trato dado a la naturaleza y a los recursos escasos, esta ausencia de ética del cuidado en referencia al poder de la tecnociencia que construyó armas de destrucción en masa y de devastación de la biosfera y de la propia sobrevivencia de la especie humana, nos está llevando a un impase sin precedentes. (Boff 2004) O cuidamos o pereceremos. Una ética del cuidado implica una doble función de prevención de daños futuros y de regeneración de daños pasados. El cuidado posee ese don: refuerza la vida, atiende a las condiciones físico-químicas, ecológicas, sociales y espirituales que permiten la reproducción de la vida y de su ulterior evolución.

En términos políticos es la que apunta a encontrar el justo equilibrio entre el beneficio racional de las virtualidades de la tierra y su preservación para nosotros 49

y las generaciones futuras. Tal vez acudiendo a la fábula del cuidado, conservada por Higinio (+ 17 d.C.), bibliotecario de Cesar Augusto, entendamos mejor el significado del ethos que cuida.

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