Consideraciones técnicas al manejo de espada y daga del s. XVII

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Índice • Introducción • Las armas • Equipamiento • Conceptos básicos • Desplazamientos • Acciones ofensivas • Acciones defensivas • Acciones con el hierro • Acciones contra-ofensivas • Tretas • Didáctica • Sistema de entrenamiento y ejercicios • Sistema de asalto • Bibliografía

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Introducción Hace ya más de diez años que comencé a practicar esgrima. No voy a negar que desde un principio fuera ese halo romántico que envuelve a las historias de capa y espada lo que me sedujo para empuñar una espada. Sin embargo, no fue empuñando una “toledana” como comencé en este arte, pues en aquellos años eran escasos aquellos que practicaban esgrima histórica. Obligado por las circunstancias, mis inicios fueron con esgrima deportiva, la evolución deportiva de este noble arte marcial. Por suerte, en mi entorno deportivo siempre ha habido un espacio para ese romanticismo que indudablemente posee la idea del duelo entre caballeros. En este fértil entorno, pude desarrollar mi interés por la historia de las armas, algo que fructificó en los dos años de trabajo como investigador en la colección de armas blancas del Museo de Armería de Álava. Con estos antecedentes, ya sólo quedaba practicar esgrima histórica, pero no ha sido fácil encontrar quien la enseñe, tratados en los que basarse o siquiera armas que se ajustaran a nuestras necesidades. De cualquier forma, nadie dijo que fuera a ser fácil. Así las cosas, tras varios años en busca de todo lo necesario, en nuestra sala de armas nos dimos cuenta de la dificultad para encontrar un manual que ofreciera las bases para la práctica de espada y daga del XVII, por lo que decidimos anotar cuanto practicásemos a fin de crear lo que ahora mismo tienes entre tus manos. Para su redacción se han invertido a lo largo de unos cinco años muchas horas de investigación, práctica con las armas y lectura de manuales y tratados. Todo para poder encontrar un método sencillo de aproximación a esta esgrima por el tiempo olvidada. Nuestro objetivo, practicar esgrima del s. XVII, pero utilizando métodos didácticos del s. XXI. No obstante, este manual tan sólo pretende servir de guía para aquellos interesados en la esgrima con espada ropera y daga del s. XVII, no busca ser el manual de esgrima definitivo, ni mucho menos. De hecho, nace en sí mismo incompleto, inacabado, puesto que sólo la práctica continuada y su estudio por diferentes esgrimistas puede dar lugar a un manual que verdaderamente recopile todas las acciones, todas las tretas y todo el arte de la esgrima de espada y daga. Pero puede ser el inicio que necesitamos.

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Para tratar de explicar el recorrido que nos ha traído hasta este manual, conviene tener presentes los fundamentos en los que hemos basado este proyecto, a saber: El estudio de piezas de época y la búsqueda de réplicas lo más fieles posibles a las mismas. Creemos imprescindible acudir a los museos y armerías para investigar las características que definen la espada ropera y la daga del s. XVII. Puesto que sin una buena réplica, no podremos desarrollar una esgrima adecuada a nuestro objetivo. El estudio de tratados y manuales de esgrima desde el s. XVII hasta nuestros días. Existe una multitud de manuales y tratados que desde siglos atrás van describiendo las bases de la esgrima europea, por lo que acudir a ellos nos sirve de guía para reproducir los movimientos que maestros de antaño nos dejaron definidos. Es importante indicar que no buscamos emular la escuela de ningún maestro en particular, por lo que buscamos aprovechar todos y cada uno de los tratados existentes, pero sin centrarnos en ninguno en exclusiva. Y por último, la práctica con réplicas para investigar la dimensión de acciones realizables. Entendemos que, con una buena base de artes marciales, se puede investigar el manejo de una herramienta de lucha en base a la práctica con la misma. Al fin y al cabo, creemos que “no hay nada nuevo bajo el sol” y que sin duda los esgrimistas de siglos anteriores debían moverse en una dimensión de acciones posibles muy bien definida, puesto que las acciones que no preservasen la vida de su ejecutor, que no fueran óptimas, serían rápidamente descartadas. Esto nos lleva a poder investigar esta dimensión en base a la práctica empírica, probando los fundamentos de las artes marciales y las posibilidades de la biomecánica en la utilización de dos armas. Una vez integrados estos tres campos, nos hemos decidido por utilizar una terminología moderna para describir las acciones, de tal manera que sea más fácil comprender a que nos referimos. Consideramos que el gran ejercicio de concreción que se realizó en la esgrima de los s. XIX y XX puede ayudarnos a transmitir mejor estos conocimientos. En algunos casos, como en la descripción de los trabajos de daga, nos hemos tomado la licencia de crear una nueva terminología, pero siempre atendiendo a la inexistencia de la misma en ninguno de los manuales consultados y basándonos en la ya referida escuela moderna. Ya sólo queda que este humilde manual pueda ser de utilidad para el acercamiento a la esgrima de los arneses dobles tanto como es nuestro deseo.

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Las armas Con el término espada ropera se engloba una amplia variedad de armas utilizadas entre los siglos XVI y XVII en Europa. Así, bajo un mismo nombre nos encontrarnos con tipologías muy diferentes y, cómo es lógico, con una esgrima también diferente. En este manual nos centramos en el uso de una tipología en concreto, la espada de taza española del s. XVII. Se trata de una espada de uso civil, con guarnición de taza, largos gavilanes y no menos larga hoja, casi sin filo y orientada preferentemente a ofender de punta. Por su origen, muchas veces se la conoce sencillamente como “toledana”, y si su hoja era de las preparadas únicamente para la estocada, con sección romboidal, se le añadía el apellido “con hoja de verduguillo” o “mata-amigos”, por su letalidad en combate. Esta tipología de espada presenta un peso entre los 750 y los 950 gramos, con una longitud media de 115 centímetros y un punto de equilibrio en torno a los 7,5 cm; medidos en en el tercio fuerte, desde la cazoleta. Por su parte, la daga de mano izquierda, con guarnición de vela y gavilanes, también se conocía como “vizcaína” haciendo en este caso referencia a su origen en los talleres armeros del País Vasco. Esta daga, preparada para acompañar a la espada ropera en sus lances, confería una tal ventaja al que la utilizaba que en multitud de municipios su uso estaba prohibido. Sus características medias las encontramos en torno a los 50 cm de longitud y a los 450-500 gr de peso. Cuando se utilizaban en conjunto, daga y espada a veces se denominaban esgrima de arneses dobles, terminología que también utilizaremos en algunas ocasiones. Partes de las armas

Aro guardamano

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Uso de los gavilanes Los largos y elegantes gavilanes son el elemento más característico de este tipo de armas. En ningún otro arma estos elementos se desarrollaron tanto como en estas y ello conlleva una esgrima muy especial para con estas armas. Su función es por un lado la de protegernos, haciendo de barrera física ante los ataques enemigos; y la de permitirnos “engavilanar”, esto es, sujetar la hoja del adversario entre nuestro tercio fuerte y uno de nuestros gavilanes. Para ello debemos ser conscientes del ángulo recto que existe entre hoja de espada o daga y gavilán, es con este ángulo con lo que se sujeta la hoja adversaria.

La acción requiere de cierto entrenamiento, pero no es compleja. Una vez realizado el contacto con el hierro adverso, para engavilanar ha de realizarse un enérgico giro de muñeca, parecido al que se realiza al utilizar un destornillador, que sujete firmemente la hoja adversaria entre nuestro gavilán y nuestra cazoleta. Como se verá con posterioridad, esta sujeción se puede realizar tanto con espada como con daga, siendo muy útil para desarmar al adversario aunque sea sólo por unos instantes, instantes que pueden ser los últimos.

Equipamiento Para la práctica de la esgrima de esgrima de espada y daga recomendamos protecciones de esgrima deportiva de 350-800 N, peto interior 800 N, careta de esgrima y guantes de esgrima en ambas manos. Es adecuado, aunque no imprescindible, contar con coquilla para hombres y protector de pecho rígido para mujeres. Todo este material es fácil de conseguir en los diferentes suministradores de material de esgrima deportiva.

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Conceptos básicos En esta sección encontraremos las nociones preliminares por las que hay que empezar antes de realizar cualquier acción con las armas, la toma del arma y las guardias. Poco hay que decir de la primera, de las segundas mucho puede hablarse. El concepto de guardia puede definirse como aquella posición del cuerpo y de las armas que nos permite protegernos de los ataques adversarios y a la vez realizar acciones ofensivas. Históricamente cada maestro ha definido sus propias guardias, habiendo una variedad enorme en su número o consideración. Sirva de ejemplo el saber que algunos maestros sólo identificaban una única guardia en sus sistemas, mientras que otros elevaban el número hasta la treintena. Con el tiempo se huyó de ambos extremos, buscándose el mínimo número que permita definir la enorme complejidad de posiciones de cuerpo y armas. Es por ello, que hemos querido aprovechar la concreción del sistema de esgrima moderna que comenzó a utilizarse en el s. XIX, aunque con algunas modificaciones dada la naturaleza de la esgrima de dos armas. De hecho, en el caso de la daga hemos definido toda una nueva serie de guardias de la que se carecía hasta el momento.

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Toma del arma Para la espada, tomamos la empuñadura en la palma de la mano dejando el aro guardamano hacia nuestra izquierda, para proteger los nudillos; el pulgar ha de situarse sobre la cruz, algo flexionado; índice estirado hacia la cazoleta, pero algo flexionado de tal manera que abrace levemente el recazo; y dedo corazón envolviendo el gavilán de nuestra izquierda. El resto de dedos se cierran sobre el puño para afianzar el agarre.

Existe otra versión de toma de la espada en la que el dedo índice ocupa el lugar del dedo corazón sobre el gavilán, mientras que éste último se une al resto de dedos en el puño. De esta manera se pierde algo de puntería, pero se obtiene mayor fuerza para acometer tajos. Para la daga, ha de agarrarse de tal manera que los nudillos queden protegidos por la vela, el dedo pulgar estirado sobre el puño en la misma línea que la hoja de la daga. Si se cuenta con una reproducción adecuada, el pulgar se posicionará sobre la base de la hoja, en un rebaje destinado a tal efecto. Consideraciones técnicas del manejo de espada y daga del s. XVII

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Primera posición La primera posición es la utilizada para realizar el saludo al inicio y final del combate o entrenamiento. Para adoptarla se sitúan los pies formando un ángulo recto, con el pie correspondiente al arma principal hacia el adversario. Piernas rectas y brazos relajados sosteniendo las armas a los laterales del cuerpo. Saludo Aunque existen multitud de formas de realizar esta acción, nosotros nos hemos decidido por el saludo clásico de esgrima por ser uno de los más sencillos y conocidos. Sin la careta, se señala al frente con la espada estirando el brazo, piernas estiradas, pies en ángulo recto. Después se presenta el arma, llevándola delante de nuestro rostro para terminar volviendo a señalar al frente con la misma. Puesta en guardia Desde la primera posición, adelantamos el pie del arma principal hasta separar ambos pies una distancia de un pie y medio; flexionamos las rodillas para bajar el punto de equilibrio, manteniendo recto el cuerpo; y por último elevamos los brazos sin estirarlos de tal manera que las manos queden hacia la mitad del torso. Al contar con dos armas, existen dos posiciones de guardia, una para cada arma. En la guardia de espada, será esta arma la que se presentará al adversario, adelantando el pie correspondiente al brazo armado con la misma. Para pasar a guardia de daga, desde la guardia de espada se realizará un cambio de guardia hacia adelante o atrás. La guardia seleccionada para la espada será 3ª o 6ª (definidas más adelante), con la punta hacia el cuello del adversario y la cazoleta situada ligeramente a la derecha del torso. La guardia de daga será 1ª (ídem de las anteriores), manteniendo la cazoleta ligeramente más alta que la punta, que señalará al cuello del adversario, y la cazoleta ligeramente a la izquierda del torso. Los gavilanes de ambas armas se situarán en posición horizontal, paralelos al suelo. Es adecuado que las trayectorias de las puntas de daga y espada señalen hacia el cuello del adversario formando un triángulo imaginario por delante nuestro desde nuestras manos hasta su cuello, independientemente de que la guardia sea de espada o de daga.

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Guardia de espada

Guardia de daga

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Interior-exterior En la esgrima clásica se considera interior a la parte del cuerpo a la izquierda de nuestro brazo armado con la espada, nuestro frente; y exterior a la parte derecha, nuestra espalda (siendo diestro). Al contar con dos armas, cada una de ellas tendrá su respectivo interior-exterior. Siendo en espada tal y como lo es en esgrima clásica, mientras que en el caso de la daga será al contrario, siendo exterior hacia la izquierda e interior hacia la derecha.

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Guardias de espada El cuerpo del esgrimista se puede descomponer en una serie de cuadrantes o líneas sobre las que realizar un ataque. Estas líneas pueden ser superiores o inferiores, interiores o exteriores y pueden estar cerradas o abiertas si hay o no un arma que las proteja. En todo momento nuestras armas deben cerrar una de estas líneas, dejando el resto abiertas. Cada una de las posiciones que toma el arma para cerrar las líneas del cuerpo se denomina guardia. Como veremos más adelante, cada una de las guardias suele tener una acción defensiva asociada. De todas formas, adelantamos brevemente que líneas cierran y frente a qué ataques nos protegen cada una de las guardias.

Primera: guardia realizada al desenvainar o desde posición de 3ª, protege nuestro flanco izquierdo, permite una buena respuesta de tajo a la cabeza.

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Segunda: guardia que protege nuestra línea inferior derecha, con la punta más baja que la cazoleta, uñas abajo. Adecuada contra tajos ascendentes frente a los cuales puede realizar sujeción de gavilán.

Tercera: guardia que protege nuestra línea superior derecha, con la punta más alta que la cazoleta, uñas abajo. Adecuada frente estocadas, ante las que posibilita la sujeción de gavilán.

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Cuarta: guardia que protege nuestra línea superior izquierda, con la punta más alta que la cazoleta, uñas arriba. Adecuada frente tajos ante los que puede realizar sujeción de gavilán.

Quinta: guardia que protege nuestra línea superior izquierda, con la punta más alta que la cazoleta, uñas abajo. Adecuada frente estocadas, ante las que posibilita la sujeción de gavilán.

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Sexta: guardia que protege nuestra línea superior derecha, con la punta más alta que la cazoleta, uñas arriba. Adecuada frente tajos ante los que puede realizar sujeción de gavilán.

Séptima: guardia que protege nuestra línea inferior izquierda, con la punta más baja que la cazoleta, uñas arriba. Adecuada contra tajos ascendentes frente a los cuales puede realizar sujeción de gavilán.

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Octava: guardia que protege nuestra línea inferior derecha, con la punta más baja que la cazoleta, uñas arriba. Adecuada frente estocadas, ante las que posibilita la sujeción de gavilán.

Novena: guardia que protege nuestra línea superior derecha frente tajos descendentes, con la punta más baja que la cazoleta, uñas hacia el exterior. Se ejecuta desde posición de 3ª, realizando un arco ascendente, de tal manera que protegemos nuestra cabeza pero sin dejar de apuntar sobre el adversario.

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Guardias de daga Las explicaciones dadas para las guardias de espada son válidas para nuestra daga, aunque con sus consideraciones particulares. Un detalle importante es que hay que procurar ofrecer la vela de la daga siempre hacia nuestro adversario, para proteger nuestra mano de posibles estocadas.

Primera: guardia realizada al desenvainar, presenta la vela hacia el adversario, punta hacia abajo. Protege nuestro flanco derecho.

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Segunda: guardia que protege nuestra línea inferior izquierda, con la punta más baja que la cazoleta y apuntando hacia abajo, uñas hacia atrás.

Tercera: guardia que protege nuestra línea superior izquierda, con la punta más alta que la cazoleta y apuntando hacia arriba, uñas arriba.

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Cuarta: guardia que protege nuestra línea superior derecha, con la punta más alta que la cazoleta y apuntando hacia arriba, pero intentando no abandonar el blanco del adversario, uñas hacia atrás/abajo.

Quinta: guardia que protege nuestra cabeza de tajos descendentes. La daga queda paralela al suelo sobre nuestra cabeza. El gavilán interior orientado hacia arriba.

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Sexta: Se trata de la guardia básica en la que posicionarnos frente al adversario. Punta ligeramente por debajo de la cazoleta, apuntando al adversario, arma casi paralela al suelo, gavilanes en horizontal, uñas abajo. Protege nuestra línea superior izquierda.

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Desplazamientos La distancia es la base fundamental en cualquier arte marcial. Si dominamos la distancia podremos evitar el ataque del adversario o ejecutar nuestro ataque con eficiencia. Cualquier error en cuanto a la percepción de la distancia será fatal para nuestras intenciones. Es por ello que aprender a desplazarnos de una manera adecuada y equilibrada es de vital importancia y lo primero a lo que debemos acostumbrarnos al practicar esgrima. A continuación se muestran los diferentes desplazamientos que vamos a poder realizar en función de las necesidades que encontremos en combate. Cambio de guardia hacia adelante: Se trata de un movimiento hacia adelante en el que avanzamos el pie retrasado y en el que pivotamos sobre el pie adelantado para cambiar la guardia en la que estamos a la contraria. De guardia de espada a guardia de daga y viceversa. Cambio de guardia hacia atrás: Se trata de un movimiento hacia atrás en el que retrocedemos el pie adelantado y en el que pivotamos sobre el pie retrasado para cambiar la guardia en la que estamos a la contraria. De guardia de espada a guardia de daga y viceversa. Sin duda alguna, estos son los movimientos más importantes para nosotros, pues permiten acortar o alargar la distancia de una forma rápida y equilibrada, a la par que ayudan a acercar o retirar cada una de las armas dependiendo de las necesidades del combate. De hecho es conveniente como movimiento de salida hacia atrás tras realizar un tocado, recuperando así la distancia suficiente para no ser alcanzado por el adversario. La marcha: se trata de un desplazamiento hacia adelante en el que el movimiento lo inicia el pie adelantado, seguido por el pie retrasado en el momento en el que el talón del primero alcanza el suelo. La posición de guardia se mantiene tal y como se ha iniciado el movimiento. El romper: se trata de un desplazamiento hacia atrás, en este caso, el pie retrasado inicia el movimiento, para ser seguido después por el pie adelantado una vez el primero ha tomado tierra. La posición de guardia se mantiene tal y como se ha iniciado el movimiento.

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Estos desplazamientos son adecuados para no perder el equilibrio y poder cambiar rápidamente la dirección de nuestro desplazamiento. Por su reducida amplitud, se utilizarán preferentemente para cubrir distancias cortas. Paso cruzado hacia adelante: se trata de un desplazamiento hacia adelante en el que el movimiento lo inicia el pie retrasado, pasando por delante del pie adelantado. Este último avanzará hasta recuperar su posición adelantada una vez el retrasado haya tomado tierra. La posición de guardia se mantiene tal y como se ha iniciado el movimiento. Paso cruzado hacia atrás: se trata de un desplazamiento hacia atrás en el que el movimiento lo inicia el pie adelantado, pasando por detrás del pie retrasado. Este último retrocederá hasta recuperar su posición retrasada una vez el adelantado haya tomado tierra. La posición de guardia se mantiene tal y como se ha iniciado el movimiento. Estos desplazamientos son adecuados para cubrir una amplia distancia en muy poco tiempo, pero al coste de perder el equilibrio por un breve instante. Fondo: El fondo es un movimiento en el que se realiza la extensión del brazo armado del arma con la que queremos realizar un ataque, a la vez que se lanza hacia adelante la pierna correspondiente a dicha arma. La pierna así lanzada quedará flexionada procurando situar rodilla y talón en la misma línea vertical tras tomar tierra, mientras que la pierna contraria quedará en extensión completa. Este movimiento se puede realizar desde la guardia natural, iniciando el movimiento con el arma que tenemos adelantada; o desde la guardia contraria, esto es, realizando un cambio de guardia hacia adelante que termina en fondo. Generalmente se realiza en línea recta hacia el adversario, pero como veremos más adelante, también existen otras opciones. Cuando se realiza el fondo con extensión del brazo armado con la espada, el fondo más natural, el brazo armado con la daga deberá permanecer cerca de la cabeza, dispuesto a realizar una parada de 6º o 5º para protegernos. Existe la posibilidad de realizar un fondo con extensión del brazo armado con la daga, pero es poco práctico. Con el movimiento de fondo rompemos por completo la distancia y en un solo movimiento nos aproximamos al adversario con intención de herir. Es de tal importancia este movimiento, que se denomina “distancia de esgrima” a la distancia que recorre un tirador al realizar un movimiento de fondo. Como es natural, cada

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tirador tendrá una distancia diferente, en base a su altura, longitud de piernas y brazos y fuerza explosiva. Fondo hacia atrás: Se trata de un movimiento por el que retiramos el cuerpo para aumentar la distancia y evitar un tocado. Se ejecuta de forma similar al fondo, pero en este caso desplazamos la pierna retrasada hacia atrás, estirando la pierna adelantada, retrasando el torso al situar el peso sobre la pierna retrasada.

Movimientos tangenciales: Todos los movimientos anteriormente descritos se realizan en dirección al adversario en línea recta, puesto que la línea recta es la distancia más corta hacia nuestro adversario y supone la prolongación en el espacio de la línea formada por arma y brazo estirado. Sin embargo, también es una línea arriesgada como bien explican muchos reconocidos maestros, especialmente si se intenta alcanzar al adversario sin ser tocado. Es por ello que se recomienda practicar todos los movimientos tanto en línea recta como en líneas tangenciales a la posición del adversario. De esta manera esquivamos las armas del adversario y nos retiramos de la línea central. Aunque hemos hablado de movimientos tangenciales, en realidad deberemos tener en cuenta la dirección de los mismos, puesto que no es lo mismo dirigirse por la derecha del adversario, que por su izquierda, donde se encuentra la daga, un arma corta que supone un gran peligro en caso de acortar demasiado la distancia. Por último, recomendar este tipo de movimientos de salida de la línea recta al retroceder, puesto que el empuje de un ataque recto del adversario puede llegar a alcanzarnos si decidimos retroceder por la misma línea del ataque.

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Acciones ofensivas Aquí se presentan las acciones que tienen como objetivo impactar al adversario con nuestra espada o daga, ya sea de punta o de tajo. A continuación se clasifican cada una de las acciones según diferentes criterios. Clasificación por arma: De espada: Aquel ejecutado con la espada. De daga: Aquel ejecutado con la daga. Clasificación por ejecución: De punta: Aquel que hiere con la punta del arma. Se trata de la principal manera de herir con las espadas y dagas del s. XVII, deducido de las armas estudiadas que carecen de un filo efectivo con el que ofrecer tajos, hablamos por ejemplo de las hojas “de verduguillo”, y de la recomendación presente en muchos de los tratados consultados en los que se recomienda este tipo de ataque frente al tajo por ser más efectivo. Este tipo de ataque también se denomina “golpe recto”. Por una cuestión de seguridad durante la práctica de esta disciplina, no se suelen realizar ataques de punta con la daga. Para representar los ataques de daga se prefiere o bien marcar el impacto, sin llegar al contacto o bien efectuar un atraque de tajo. No obstante, entendemos que en un combate real este tipo de ataques serían perfectamente posibles. De tajo: aquel que hiere con el filo del arma. A pesar de lo comentado anteriormente, entendemos que todo tajo lanzado a la cabeza, especialmente sobre la cara, puede resultar efectivo a pesar de realizarse con un arma sin filo. Por eso mismo, en nuestro estudio trabajamos las estocadas a la cabeza y, en menor medida, sobre muñecas y manos. Diferenciamos el tajo directo, el revés y el molinete. Tajo directo: Es el movimiento realizado por el juego de dedos y muñeca que busca alcanzar al adversario con el filo del arma, definido como la parte del lado del guardamano. Esta acción se ejecuta a favor de la articulación de la muñeca, en supinación de la mano de derecha a izquierda y en pronación a la inversa.

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Revés: Es la acción de tajo directo pero realizado en contra de la articulación de la muñeca por lo que tiene menos fuerza, en supinación de la mano de izquierda a derecha y en pronación a la inversa. Molinete: Es la acción de tajo en la que se realiza un movimiento de muñeca en el que nuestra hoja ejecuta un arco hacia atrás permitiendo un cambio de línea de ataque por delante de la punta del arma del adversario. Defectos a evitar: Ejecutar el tajo sin control, realizando desplazamientos muy grandes y abiertos que no terminan en el punto donde debemos golpear al adversario. Clasificación por blanco: Al cuerpo: ataque realizado sobre cabeza, torso o piernas del adversario. A los brazos: ataque realizado a los brazos del adversario. Se trata de un ataque que busca ofender desde la mayor distancia posible al atacar al punto del adversario más cercano. Con este ataque se pueden conseguir impactos que, aunque no reviertan gravedad, podrían desarmar al adversario. También se conoce esta zona del cuerpo como “avanzadas”, por su ubicación respecto al adversario. Consideraciones a la distancia en ataque: Debido a que intentamos recrear los tiempos de un combate real con espada y daga, es importante que las acciones ofensivas terminen una vez hemos salido de distancia y nos encontramos a salvo de posibles acciones ofensivas o contraofensivas del adversario. Por ello, en muchos casos no consideramos terminado el ataque hasta haber ejecutado el desplazamiento que nos saca de distancia. Consideraciones al ataque con daga: Debido a la corta distancia a la que se ejecutan los ataques con daga, este tipo de acción ofensiva nos acerca peligrosamente a la daga del oponente. Es por ello que las acciones ofensivas de daga han de realizarse con sumo cuidado y sólo en determinados casos en los que pueda evitar un peligroso tocado de la daga adversaria.

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Tipos de acciones ofensivas: Ataques: Ataque simple: Se trata de la acción ofensiva ejecutada en un sólo movimiento en el que se estira el brazo armado, generalmente acompañada de un desplazamiento hacia adelante diferente en función de la distancia. Defectos a evitar: No estirar el brazo al inicio de su ejecución. Ataque compuesto: Se trata de la acción ofensiva que viene precedida por una o más fintas. Las fintas se verán en una sección posterior de este manual. Continuación de ataque: Se trata de la acción ofensiva o contraofensiva que se realiza tras una parada del adversario sin que el brazo regrese a la posición de guardia. Lo que busca es aprovechar la ausencia de respuesta tras una parada o la mala ejecución de la misma para conseguir alcanzar al adversario. Presenta el riesgo de acortar demasiado la distancia, de tal manera que sólo ha de realizarse controlando que no vayamos a ser alcanzados por alguna de las dos armas del adversario. Por angulación: Son movimientos que permiten continuar nuestra acción ofensiva después de una parada. De hecho, nos permiten librarnos cuando nos engavilanan con daga. Por pase o cupé: Acciones que me permiten lanzar un ataque después de una parada del adversario. Generalmente un molinete que nos libra el hierro y nos permite atacar por otra línea.

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Acciones defensivas Aparte de la principal acción defensiva que es salir de la distancia efectiva del ataque del adversario, vamos a encontrarnos con que la acción defensiva básica es la parada del ataque adversario. Normalmente esta acción requiere de la sangre fría para contener un ataque y del sentido de la oportunidad para ejecutarla correctamente. Muchas veces se puede ejecutar tras un desplazamiento hacia atrás que nos permita abrir la distancia entre nosotros y nuestro oponente, a fin de ajustar el espacio necesario para llevar a cabo la acción. Por último remarcar que, aunque parada y respuesta se definen como dos acciones técnicas distintas, ninguna parada está completa si no se lleva a cabo una respuesta que elimine la amenaza del adversario. Parada: Se trata de la acción defensiva ejecutada en un sólo movimiento con una o ambas armas que desvía o detiene una acción ofensiva de tal manera que favorece la ejecución de una respuesta sobre el adversario. Por el desplazamiento del arma las paradas pueden ser rectas, oblicuas, semicirculares o circulares, estas últimas también denominadas contras. Recibiendo los apellidos de la guardia en la que terminan el movimiento y del arma con la que se realizan. No obstante, dado que todas las combinaciones de paradas no suelen utilizarse, cuando se habla de una parada muy utilizada se suele omitir parte de su nombre para una mayor comodidad. Ej. Parada recta de 4º de espada, normalmente denominada 4º de espada o 4º. Las paradas pueden ir acompañadas de desplazamientos, generalmente un leve retroceso ejecutado rompiendo para favorecer la respuesta que sigue a continuación de toda parada.

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Respuesta: Acción ofensiva ejecutada inmediatamente después de haber realizado una parada. Es imprescindible que esta acción se realice lo más inmediatamente posible a la acción de parada. Puede ser directa, cuando se ejecuta por la línea que estamos cerrando, o indirecta, cuando se ejecuta sobre otra línea diferente por medio de un pase, cupé o transporte, términos que veremos más adelante.

Tipos de paradas por ejecución: Parada simple: parada y respuesta con el mismo arma. Se trata de la acción defensiva en un sólo movimiento que desvía o detiene la acción ofensiva y que viene seguida inmediatamente de una respuesta con ese mismo arma. Es la parada-respuesta comúnmente utilizada en la esgrima de un sólo arma. Ambas armas pueden realizar esta acción, pero su ejecución es de mayor complejidad en el caso de la daga, por lo que no suele realizarse. El ejemplo más sencillo de parada simple de daga sería la parada de 6ª. Parada mixta: parada de un arma y respuesta de la otra. Se trata de la acción defensiva en un sólo movimiento que desvía o detiene la acción ofensiva y que viene seguida de una respuesta con el otro arma. La respuesta debe ejecutarse con tal inmediatez que se realice la extensión del brazo y el tocado prácticamente a la vez que el arma que para entra en contacto con el hierro del oponente. Esta acción es la más utilizada en nuestros entrenamientos. Parada simple + respuesta doble: parada de un arma y respuesta de ambas. Se trata de la acción defensiva en un sólo movimiento que desvía o detiene la acción ofensiva y que viene seguida inmediatamente de una respuesta con ese mismo arma y de la acompañante. Un ejemplo de esta acción se da al ejecutar una parada y respuesta de espada, acompañada de una respuesta a las avanzadas de daga. Parada doble + respuesta simple: parada de ambas armas y respuesta de una. Se trata de la acción defensiva con las dos armas que desvía o detiene la acción ofensiva y que viene seguida inmediatamente de la respuesta de una de las dos armas. Consideraciones técnicas del manejo de espada y daga del s. XVII

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Sujeción de la parada: acción que se realiza tras ejecutar una parada simple. Utilizamos el arma que no ha parado para sujetar el hierro adversario y responder más fácilmente con el arma que ha realizado la parada. Tipos de paradas según el elemento que desarrolla la acción: De hierro: la ejecutada con la hoja del arma, todas las acciones vistas hasta ahora. Se trata de la parada que utiliza la hoja del arma para desviar o detener la acción ofensiva adversa. En ella se ha de procurar mantener nuestra punta sobre el adversario para favorecer la respuesta y utilizar el tercio fuerte del arma, en la medida de lo posible, para dominar el arma del contrario. En el caso de la daga la condición de mantener la punta del arma que realiza la parada hacia el adversario no siempre es necesaria, puesto que en la mayoría de los casos la respuesta se ejecuta con la espada. De gavilán: la ejecutada con el gavilán del arma. Se trata de la parada especial que utiliza los gavilanes para desviar la acción ofensiva adversa. Se ejecuta realizando un cambio de la posición de la mano de pronación a supinación o viceversa sin desplazamiento del brazo armado. En esta acción se ha de buscar la punta del arma del adversario con nuestros gavilanes, procurando mantener la punta sobre el adversario para favorecer la respuesta inmediata. Este tipo de parada se ejecuta preferentemente con la espada debido a la distancia a la que se realiza.

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Tipos de paradas según el arma utilizada: De espada: la realizada con la espada. Tal y como hemos dicho, las paradas van a denominarse según el movimiento que se realiza con la espada y la guardia en la que finalizan la acción. Aunque teóricamente puede haber paradas desde cualquier posición hacia el resto de posiciones, lo normal es que las paradas más habituales se realicen desde guardia de 6º o 3º. A continuación se indican las paradas más comunes, el orden en el que se presentan indica el proceso de aprendizaje. Parada circular de 6ª Desde guardia de 6ª, se ejecuta un movimiento circular con la punta de la espada pasando por debajo de la espada del adversario. Es adecuada frente ataques sobre el brazo de la espada o sobre la línea superior derecha en general.

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Parada circular de 3ª Desde guardia de 3ª, se ejecuta un movimiento circular con la punta de la espada pasando por debajo de la espada del adversario. Es adecuada frente ataques sobre el brazo de la espada o sobre la línea superior derecha en general. La diferencia existente entre esta parada y la anterior radica en la posición de los gavilanes, que en esta parada facilitan algo más la sujeción del hierro adverso.

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Parada recta de 4ª Desde guardia de 6ª, se realiza un desplazamiento del brazo hacia la línea superior izquierda para cerrarla. Aunque la cazoleta ha de quedar en esa línea, la punta ha de mantenerse dentro del blanco del adversario, lo que se consigue con un giro de muñeca que mantiene la punta en su lugar. Nos protege de ataques al torso por la línea interior y de ataques de punta a la cabeza.

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Parada semi-circular de 2ª Desde guardia de 6º, se realiza un arco descendente para proteger nuestra línea inferior derecha. Nuestra punta queda apuntando esa misma línea en el adversario, por lo que la respuesta directa se ejecuta sobre su pierna derecha. Nos protege frente ataque hacia nuestras piernas ya sean de tajo o de punta.

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Parada oblicua de 7ª Desde guardia de 6ª, se realiza un desplazamiento del brazo hacia la línea inferior izquierda, situando la punta del arma hacia las líneas inferiores del adversario. Nos protege frente ataques de punta o de tajo a las piernas.

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Parada semicircular de 9ª Desde guardia de 6ª, se ejecuta un arco ascendente hasta situar la espada por encima de nuestra cabeza con el gavilán interior apuntando al cielo. La posición de la hoja debe permitir detener ataques de tajo sobre nuestra cabeza y procurar mantener nuestra punta sobre el blanco del adversario, facilitando una respuesta de punta a la cabeza.

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Parada de 1ª Desde guardia de 3ª, se eleva el brazo hacia la frente y con un giro de muñeca se sitúa la hoja de nuestro arma paralela al cuerpo, apuntando hacia el suelo. Esta parada nos protege la línea superior izquierda frente ataques de punta o de tajo y nos permite responder con un molinete a la cabeza del adversario. También puede funcionar como parada de cesión, dejando la punta apuntando hacia las líneas bajas del adversario y ejecutándola ante ataques muy profundos del adversario. El termino cesión hace referencia a que cedemos ante la acometida del adversario, desviamos su punta y ofrecemos la nuestra para que por su impulso sea el adversario quien se la clave, sin tener que ejecutar la respuesta.

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De daga: la realizada con la daga. Se trata de la acción defensiva ejecutada con la daga en un sólo movimiento que desvía o detiene una acción ofensiva de tal manera que favorece la ejecución de una respuesta sobre el adversario. Generalmente esta respuesta no se ejecuta con la daga, si no con la espada, en lo que se denomina una para mixta. Es importante tener en cuenta que la daga es un arma mayoritariamente defensiva, algo que se pone de manifiesto en el hecho de que muchas veces se denomina a este arma “daga de parada”; por lo que las acciones defensivas con este arma son muy importantes, si no fundamentales, en la esgrima de los arneses dobles. Las paradas de daga, especialmente la de 4ª se ejecutan con mayor precisión en guardia de daga. En caso de estar en guardia de espada, es adecuado el movimiento de cambio de guardia hacia atrás para quedar en guardia de daga al realizar la respectiva parada. Parada de 6ª Se ejecuta desde 3ª, realizando un arco ascendente hacia el exterior, con la punta más alta que la cazoleta y apuntando hacia arriba, uñas hacia atrás. Protege nuestra línea superior izquierda. Parada de 2ª Se ejecuta desde 3ª, realizando un arco descendente hacia el exterior, con la punta más baja que la cazoleta y apuntando hacia abajo, uñas hacia atrás. Protege nuestra línea inferior izquierda. Parada de 5ª Se ejecuta desde 3ª, levantando el brazo por encima de nuestra cabeza, quedando la hoja paralela al suelo y el gavilán interior orientado hacia arriba. Protege nuestra cabeza de tajos descendentes. Parada de 4ª Se ejecuta desde 3ª, realizando un desplazamiento lateral el interior y un giro de muñeca con en el que se eleva la punta del arma por encima la cazoleta, apuntando hacia arriba, uñas hacia atrás. Protege nuestra línea superior derecha.

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Parada de 3ª Desde guardia de 3ª, se realiza un movimiento circular por debajo de la hoja adversaria con la punta de la daga. Nuestra punta no debe de abandonar la amenaza del blanco del adversario, lo que favorece una eventual respuesta de daga hacia la cabeza del adversario. Consideraciones al tiempo de parada y respuesta: Al tratarse de acciones en una distancia media/corta, es importante controlar el hierro adversario antes de realizar una respuesta, puesto que a veces es mejor salir de distancia aunque hayamos parado que exponernos a un tocado doble. Además, deberemos salir de distancia lo más rápido posible aún en el caso de que hayamos ejecutado correctamente la acción, pues deberemos evitar posibles continuaciones de ataque o contrarrespuestas.

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Acciones con el hierro Se tratan de acciones que preparan nuestra acción ofensiva, generalmente abriendo la línea del adversario o esquivando los intentos del adversario de desviar nuestro ataque. Es por ello que muchas veces toman el nombre de preparaciones. Ligamento: Se trata de la acción de poner en contacto el arma propia con la del adversario. Su ejecución se inicia en contacto en el tercio débil del arma del adversario, para progresivamente desplazar nuestra arma dominando el hierro hasta llegar al tercio medio. Con esta acción se pretende abrir la línea del adversario manteniendo el contacto con la hoja de su arma. De espada: ligamentos de 6ª, 8ª, 2ª y 4ª. De daga: ligamento de 3ª, 2ª, 6ª y 5ª. Batimento: Ataque al hierro, poniendo en contacto el hierro propio con el del rival en el tercio débil o medio de manera más o menos violenta. El contacto debe ser seco y más o menos violento, lo que se consigue bloqueando la acción de la punta. El batir debe hacerse con el tercio débil o con el tercio medio del arma propia sobre el tercio débil o medio del arma del rival. Es una acción que es mejor realizar con el espada, puesto que la daga cuenta con poca distancia para realizar un batimento efectivo. Expulsión: Esta acción surge de la combinación de ligamento y presión sobre la hoja adversa. Esta acción se ejecuta realizando una rotación de puño y antebrazo, con estiramiento rápido del brazo de tal manera que la hoja adversaria se desliza sobre la propia y sale expulsada. Pase: Acción realizada al cambiar de línea la punta de nuestra arma pasando por debajo de la hoja del arma del adversario en las guardias altas y por encima en las guardias bajas. Esta acción permite cambiar de línea para realizar el ataque o esquivar una posible parada.

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Cupé: Acción realizada al cambiar de línea la punta de nuestra arma pasando por delante de la hoja del arma del adversario. Para ello es menester levantar la punta de nuestra arma hacia el cielo. Esta acción permite librar nuestro hierro ante una eventual parada del adversario y ejecutar un molinete como continuación. Tomas de hierro: Son acciones sobre el hierro adverso a fin de dominarlo y permitir un ataque. Estas acciones deben realizarse con nuestro tercio fuerte, procurando mantener la punta sobre el adversario y en progresión hasta que cazoleta y gavilanes toman parte en la sujeción del hierro del adversario. Es más fácil realizar este movimiento si la hoja adversa se encuentra lo más paralela al suelo posible, en los momentos de extensión o semi-extensión del brazo del adversario. Transporte: Acción que ejecuta un tocado en una línea distinta a la que hemos utilizado para controlar la hoja del adversario. Para ello desplazamos nuestra punta hacia otra línea, desplazando la hoja adversaria en el proceso. Fintas Son las acciones simuladas que pretenden provocar una reacción en el contrincante y la intención de sacar partido de tal acción. Su ejecución corresponde con las acciones a las que pretenden imitar, con la salvedad de que la ejecución no es completa y esconde una doble intención. Generalmente las fintas suelen emular un ataque que no llega a término, pero induce una acción de parada en el adversario. De este modo, mientras el oponente realiza su parada, se cuenta con el tiempo suficiente para cambiar de línea esquivando esa posible parada y alcanzando el blanco.

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Acciones contra-ofensivas Las acciones contraofensivas son muy utilizadas por su relativa sencillez de ejecución. La base de estas acciones siempre es el resistir la acometida del adversario atacándolo con la resolución de conseguir nuestra acción ofensiva antes que la del adversario. Es preciso observar cuidadosamente al adversario a fin de reconocer los actos o acciones que indican un ataque inminente, algo hasta cierto punto sencillo ante un esgrimista poco experimentado, pero verdaderamente difícil ante un diestro avezado. Contra-ataques Son acciones ofensivas que buscan hacer fracasar la ofensiva adversa ganando el tiempo de esgrima, esto es, realizando la acción con celeridad una vez el adversario ha comenzado su acción. Arresto: Es la acción contraofensiva realizada mediante la simple extensión del brazo, pudiendo realizarse con desplazamiento o no. Es una acción peligrosa por la posibilidad de terminar en un doble tocado. Retraimiento: Se trata de implementar una acción de esquiva al arresto. En este caso se retira parte del cuerpo hacia atrás, dejando el brazo extendido. Estando en guardia de espada, la daga puede realizar una parada de 4º mientras retiramos la pierna adelantada y estiramos el brazo de la espada.

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Tretas Con el calificativo de tretas denominamos a las acciones que por su naturaleza o complejidad no encajan exactamente en las anteriores categorías. Se trata de movimientos que requieren el conocimiento del resto de las acciones y que pueden representar una gran ventaja si se ejecutan correctamente y un gran riesgo en el caso contrario. A continuación presentaremos tres tretas de las trabajadas en nuestra sala, sin embargo, lejos están de ser las únicas o las más efectivas. Es por ello que desde estas líneas se quiere proponer un interesante ejercicio de esgrima a todo aquel que decida seguirnos en el tortuoso camino de la esgrima de los arneses dobles. En la redacción final de este manual nos gustaría contar con tretas desarrolladas por diferentes autores de tal manera que esta sección enriquezca la esgrima que practicamos y sirva de nexo entre aquellos interesados en este arte. Para ello, tan sólo es necesario idear acciones que puedan encajar en la denominación de treta y que se basen en las acciones básicas ya descritas. Una vez desarrollada la treta sería necesario ponerle un nombre, a discreción del autor, y redactar una explicación práctica de la misma. Todo ello debería de hacerse llegar hasta nuestra sala donde examinaremos lo adecuado de la treta y anotaremos nombre, autor y explicación para incluir en la redacción definitiva de este manual.

Cazoleta de espada como rodela Al acercarnos al adversario, estando en guardia de 3ª de espada, dejamos caer nuestra punta para golpear con nuestra cazoleta sobre la daga del oponente. Para esta acción se aprovecha la capacidad defensiva de la espada en detrimento de su capacidad ofensiva, aunque aún queda la opción de utilizar el pomo de la espada contra el rostro del enemigo. Cerrojos Se trata de una acción ofensiva que busca el cruce de espada y daga adversarios. Una vez las armas del oponente se han cruzado, se realiza presión contra su cuerpo a fin de que queden cruzadas armas y brazos sobre su pecho.

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Didáctica Aquí se presenta un sistema de enseñanza estructurado en base a dos premisas, por un lado, aumento de la complejidad, por lo que empezaremos la enseñanza de la técnica más sencilla para ir complicándola en función del tiempo; y en segundo lugar, comenzando nuestro aprendizaje por la defensa para dedicarnos al ataque cuando nuestra defensa ya no está tan comprometida. A continuación se indica una progresión orientativa del orden en el que se han de practicar las diferentes técnicas. Esta progresión se puede desarrollar en un tiempo diferente en función de las necesidades o capacidades del alumno y en mayor medida del ratio instructor/alumnos. Por ello sólo se ha indicado un listado sin indicaciones de tiempo. De tener que definir unos tiempos para su enseñanza, podríamos dividir los quince puntos descritos en tres periodos con cinco puntos cada uno. De tal manera que en un tiempo estimado de unos tres años se pueda conocer toda la base teórica de la esgrima de espada y daga aquí definida. No hay que olvidar que dentro de esta progresión se han de incluir periodos de repaso de todo lo anteriormente aprendido para no perder las destrezas adquiridas durante el proceso.



Fase I 1. Desplazamientos y lateralidad 2. Toma del arma y puesta en guardia 3. Ataque simple: golpe recto de punta y de tajo de espada 4. Guardias de espada y daga I : 6ª, 3ª y 2ª de espada y daga. 5. Acciones defensivas de daga I : paradas de 6ª y 2ª

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Fase II 6. Desplazamientos y distancia 7. Acciones defensivas de daga II : paradas de 4ª, 1ª y 5ª 8. Acciones defensivas de espada I : paradas de 6ª , 2ª y 4ª 9. Preparación de ataque: acciones sobre el hierro de espada y daga 10. Acciones defensivas de espada I : paradas de 6ª , 2ª y 4ª



Fase III 11. Contraofensivas 12. Acciones defensivas de espada

II : paradas de 8ª , 3ª, 5ª, 7ª y 9ª

13. Fintas 14. Combate cuerpo a cuerpo: parada de espada de 1ª y de daga de 3ª 15. Tretas

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Sistema de entrenamiento y ejercicios Todo entrenamiento requiere de una cierta rutina que permita adquirir los conocimientos técnicos y las destrezas necesarias para el objetivo de nuestro interés, en este caso, la práctica de esgrima. En nuestra sala solemos estructurar los entrenamientos de la siguiente manera:

• Estiramientos y calentamiento • Ejercicios de desplazamientos • Ejercicios técnicos • Asalto dirigido • Asalto libre

Estiramientos y calentamiento Previamente a la práctica deportiva es imprescindible realizar una serie de estiramientos y calentamientos de músculos y articulaciones a fin de evitar lesiones y favorecer la realización de los ejercicios subsiguientes. Así mismo, es conveniente realizar algún ejercicio de calentamiento para activar el aparato cardio-rerspiratorio, éste puede consistir en dar unas vueltas a la carrera en la sala de entrenamiento o al edificio en caso de buen tiempo. Ambas actividades pueden ocuparnos un tiempo aproximado de entre 15-20 minutos.

Ejercicios de desplazamientos: Los desplazamientos son la base para recorrer la distancia que nos separa del adversario o para evitar que éste nos alcance, por ello es imprescindible trabajarlos para saber reaccionar adecuadamente en combate. Se busca trabajar el tren motor a la par que la percepción de la distancia y la capacidad de reacción. Se pueden realizar por parejas, uno de los alumnos dirige; o con alumnos en línea frente a un profesor que dirige. El funcionamiento habitual es en forma de “espejo”, quien dirige la acción realiza un desplazamiento determinado y quien sigue la acción debe ejecutar el desplazamiento en dirección contraria manteniendo la distancia entre ambos. Consideraciones técnicas del manejo de espada y daga del s. XVII

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Inicialmente la distancia puede ser muy pequeña y sin la presencia de armas. En el trabajo por parejas pueden mantener las manos unidas como distancia inicial. Poco a poco se puede ampliar la distancia e introducir las armas, terminando con las armas en una distancia real de combate. En una clase tipo, estos ejercicios pueden ocuparnos de 10 a 15 min.

Ejercicios técnicos: Estos ejercicios pueden ser muy variados según el trabajo que se quiera realizar, pero principalmente van a atender a acciones realizadas con las armas. En un principio puede ejecutarse la acción técnica sin desplazamientos, a pie quieto, y luego ir aumentando la distancia y los estímulos para realizar dicha acción técnica. • Trabajo de acciones técnicas a pie quieto, los alumnos realizan las acciones por parejas sin desplazamiento. • Trabajo de acciones técnicas con un desplazamiento, un alumno realiza una acción con desplazamiento y el otro reacciona a pie quieto. • Trabajo de acciones técnicas con avance a lo largo de la sala. Los alumnos van avanzando por la sala en una repetición de acción con desplazamiento hacia adelante y reacción con desplazamiento hacia atrás. • Un ejercicio muy práctico es aquel en el que dos alumnos se sitúan a una distancia determinada el uno enfrente del otro. Pueden avanzar hacia su adversario por turnos, utilizando una acción de desplazamiento simple determinada por el entrenador. Se continúa el avance hasta que uno de los alumnos está a distancia de ataque, realiza el mismo y se produce un tocado. Después se regresa a la posición inicial para comenzar de nuevo. El alumno que recibe el ataque simplemente recibe el ataque por haber entrado en distancia de su adversario. La progresión de este ejercicio implica aumentar las opciones de desplazamiento y/o las opciones del alumno que recibe el ataque, pudiendo este último retroceder, parar, contraatacar, etc.

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Ejemplos de ejercicios: • Trabajo de paradas de espada Por parejas, a pie quieto en un principio, un alumno ataca con la espada y el otro para con la espada y responde. Una vez se domina la acción técnica, el que ataca se sitúa a mayor distancia del que se defiende y ataca con fondo; el que se defiende para y responde a pie quieto. El siguiente paso implica aumentar las opciones de desplazamiento: el que ataca lo hace con marcha y fondo, el que defiende puede romper para contar con una mejor para realizar la parada, para y responde. Si se quiere aumentar la complejidad, el que ataca puede retroceder al ser parado y quien responde debe desplazarse hacia adelante para ejecutar la respuesta. • Trabajo de lateralidad con acciones de daga Por parejas, un alumno ataca con la espada y el otro para con daga y responde con espada, el primero entonces para con daga la respuesta del segundo y vuelve a atacar. Así sucesivamente con desplazamientos de cambio de guardia, el que ataca avanzando y el que para retrocediendo. Se puede trabajar con casi todas las paradas de daga, 6ª, 2ª, 4ª y 5ª. La complejidad se puede aumentar mucho si introducimos más de una parada alterna en el ejercicio, 6ª y 2ª por ej., debiendo el atacante ejecutar su acción sobre la línea alta y sobre la baja alternamente mientras se avanza. Una dificultad mayor podría ser que el atacante pudiera elegir en todo momento la línea a atacar, debiendo el defensor responder en la misma línea que ha sido atacado, pero sin saber nunca que patrón de ataque va a seguir su compañero. • Trabajo de los ataques de tajo con espada Por parejas se van realizando ataques consecutivos de tajo al brazo derecho, cabeza y brazo izquierdo. El que recibe los ataques va abriendo las líneas correspondientes para cada ataque. Una progresión para este ejercicio es trabajar las paradas correspondientes a esos ataques, alternas las líneas de ataque en otro orden o no marcar un patrón para los ataques, de tal manera que el defensor deba reaccionar ante un ataque que no sabe a dónde se dirige. Consideraciones técnicas del manejo de espada y daga del s. XVII

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Como nota final, es importante saber adecuar la dificultad del ejercicio a nuestras necesidades, puesto que intentar realizar un ejercicio con demasiadas variables no nos permitirá fijar correctamente las acciones a trabajar. Un ejercicio simple, con muy pocas variables y dificultad, ejecutado a una velocidad reducida nos permite ser conscientes de la manera en la que ejecutamos la acción y evitar errores de ejecución. Mientras que una repetición a gran velocidad de una acción más compleja puede desencadenar en defectos que pueden fijarse y que luego son más difíciles de corregir. Se trata del grueso de la clase más habitual, suponiendo un tiempo de entre 20-30 min., aunque dependerá mucho del nivel de los alumnos y de las acciones que se quieran trabajar.

Asalto dirigido: En este tipo de asalto los alumnos lucharán siguiendo una serie de premisas que limitan sus opciones, de tal manera que pueden centrarse en desarrollar determinadas acciones que el entrenador desea trabajar. La importancia de este tipo de asalto radica en que un alumno puede verse abrumado por la multitud de acciones posibles en asalto libre, algo que evitamos al delimitarlas artificialmente. Las premisas que el entrenador puede marcar pueden ser muy variadas: sólo utilizar acciones a las líneas bajas, que uno tome una actitud ofensiva y el otro defensiva, sólo cuentan los tocados en el brazo armado, etc. La torre Combate por parejas en el que se marca una línea en el suelo que uno de los alumnos no puede atravesar y el otro sí. El primero debe tomar una actitud ofensiva y el segundo defensiva. Danza de espadas En este tipo de asalto los oponentes puede trabajar cualquier acción pero siempre a una velocidad mucho menor que la velocidad de combate, como si estuvieran debajo del agua. Con este ejercicio se consigue tiempo para pensar en la ejecución de acciones recién aprendidas y ser consciente de la frase de armas. Lo importante debe ser realizar las acciones con la mayor corrección técnica posible, más que impactar o no al adversario. Consideraciones técnicas del manejo de espada y daga del s. XVII

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Sistema de asalto libre El asalto consiste en un combate entre dos oponentes. Se desarrollará a un solo tocado. No teniendo en cuenta los tocados dobles, puesto que en ese caso ambos contendientes han sido alcanzados. Terreno El espacio para la realización del asalto puede delimitarse dentro de un cuadrado de 5x5 metros, pero no es imprescindible. Se permiten los desplazamientos en cualquier dirección del espacio. Saludo Antes de iniciar un combate se procede a saludar al adversario. Aunque existen multitud de formas de realizar esta acción, nosotros nos hemos decidido por el saludo clásico de esgrima por ser uno de los más sencillos y conocidos. Sin la careta, se señala al frente con la espada estirando el brazo, piernas estiradas, pies en ángulo recto. Después se presenta el arma, llevándola delante de nuestro rostro para terminar volviendo a señalar al frente con la misma. Después del combate, se repite la acción y se saluda al adversario con la mano derecha, sujetando espada, daga y careta con la izquierda. Blanco válido En principio, todo el cuerpo se considera blanco válido. No obstante, al pretender reproducir una esgrima preparada para el combate real, las estocadas tendrán preferencia sobre los tajos y se dirigirán principalmente hacia el torso y el cuello; por su lado, los tajos solamente se considerarán verdaderamente efectivos si se dirigen con la fuerza suficiente sobre manos, antebrazos, cuello y cabeza. Esto es porque los tajos asestados sobre otros blancos, o sin fuerza, se consideran menos lesivos y por tanto con menos posibilidad de terminar el combate en una sola frase de armas, objetivo último que ha de buscar todo contendiente. En combate sólo quien es impactado es quien debe reconocer el tocado, generalmente presentando el arma principal sobre el rostro como señal, pudiendo entonces quien ha realizado el tocado desestimarlo por tratarse de un impacto sin fuerza o que sólo ha rozado al adversario.

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Bibliografía Broutín, L. “Tratado de esgrima”. Madrid 1893. Facsímil Ed. París-Valencia, Valencia 1999. Clements, J. “Renaisance swordmanship”. Paladin Press, Colorado 1997. D’orvepine, D.L. “Antiguos tratados de esgrima” Madrid 1898. Facsímil Ed. París-Valencia, Valencia 1999. Fabris, S. “La esgrima o ciencia de las armas” Libro primero 1606. Edición traducida y publicada por García-Salmones, E. Bilbao 2010. Merelo y Casademunt, J. “Tratado completo de esgrima de sable español”. Toledo 1862. Facsímil Ed. París-Valencia, Valencia 1999. Merelo y Casademunt, J. “Manual de esgrima”. Madrid 1878. Facsímil Ed. París-Valencia, Valencia 1999. Pacheco de Narváez, L. “Las cien conclusiones”. Edición crítica por Manuel Valle Ortíz, Santiago de Compostela 2010. Pous Cuberes, R. “Noticia sobre Nicolás Tamariz”. Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona, Barcelona 2000. Pous Cuberes, R. “Comentarios al Saint-Didier”. Ed. por el autor, Barcelona 2003. Thomase, E. “Tratado de esgrima a pie y a caballo”. Barcelona 1823. Facsímil Ed. ParísValencia, Valencia 1999. Vendrell y Eduart, L. “Arte de esgrimir el sable”. Vitoria 1879. Facsímil Ed. París-Valencia, Valencia 1999. Windsor, G. “The duelist companion”. The Chivalry Bookshelf, Texas 2006.

Colecciones de armas estudiadas: Museo de Armería de Álava, Vitoria-Gasteiz. Museo Lázaro Galdiano, Madrid. Museo Naval, Madrid.

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