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“Primero, fue necesario civilizar al hombre Contenido en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre Biodiversidad esencia d

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“Primero, fue necesario civilizar al hombre

Contenido

en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre

Biodiversidad esencia de vida

02-09

Cambio Climático

10-13

Especies Amenazadas

14-17

Biodiversidad acuática

18-19

Uso sustentable de la biodiversidad

20-23

Áreas protegidas

24-25

La conservación y el Estado

26-33

Todas las ideas hacen falta

34-41

Referencias bibliográficas

42-44

en su relación con la naturaleza y los animales”

Comité editorial Alba Clamens Daniel Lew Josefa Señaris Alejandro Reig Editor Alba Clamens Redacción Evelyn Guzmán Bigott Asistente Ana Irina Rodríguez Foto de portada Pascual Soriano Fotografías interiores Archivo Fundación La Salle de Ciencias Naturales Josefa Celsa Señaris Giusseppe Colonello Fernando Rojas Arnaldo Ferrer Marcos Salcedo Oscar Lasso-Alcalá Cecilia Ayala Correctora Marina Piña Diseño Gráfico Comunicación Central DCV C.A. Impresión Gráficas Lauki

Depósito Legal: Nro. pp 201002DC3531

Fundación La Salle de Ciencias Naturales Av. Boyacá, sector Maripérez Edificio Fundación La Salle, PH Apdo. 1930, Caracas 1010-A Teléfono: (0212) 709.58.11 Rif: J-00066762-4 www.fundacionlasalle.org.ve Junta directiva Presidente Hno. Juan Bosco Chacón Instituciones fundadoras Hno. Gerardo Alfonso Castillo, Principal Hno. José David Berbesí, Suplente Hno. Antón Marquiegui Candina, Principal Hno. Lucas Manzanal Hijosa, Suplente Juan Camacaro, Principal Miembros Activos Jorge Venegas, Principal Marisela Valladares, Suplente Alejandro Reig, Principal Mireya Viloria, Suplente Rafael González Uzcátegui, Principal

Víctor M. Nieves, Suplente Carmen Urquía Ravelo, Principal María de Rivera, Suplente Joaquín Marcano, Principal Joaquín Buitrago, Suplente Miembros Externos Iván Ramírez, Principal Jaime Miró, Suplente Ángel Viloria, Principal Antonio Constantino, Suplente Arturo José Suárez Herrera, Principal Simón Antonio Ruiz de La Rosa, Suplente Directivos Presidente Honorario Hno. Ginés Presidente Hno. Juan Bosco Chacón Vicepresidente Ejecutivo Francer Goenaga Vicepresidente Campus Cojedes Antonio Romero

Vicepresidente Campus Guayana José Gregorio Yépez Vicepresidenta Campus Margarita (E) Carmen Gutiérrez Vicepresidente Campus Boconó José Carrillo Araujo Directora Nacional de Administración Johanna Timbal Director Nacional de Investigación Daniel Lew Directora Nacional de Bibliotecas, Documentación y Archivos Mireya Viloria Directora Nacional de Recursos Humanos María Luisa Arto de Fariñas Directora Nacional de Asuntos Públicos Alba Clamens Director Nacional de Educación (E) Elio Villalobos Directores Generales de Sub Campus Puerto Ayacucho Isabel Parra Tumeremo Juan José Acosta El Baúl Álvaro Sosa

Bio . Diversidad biológica . 2010 . Fundación La Salle de Ciencias Naturales

Víctor Hugo (1802-1885)

Biodiversidad

esencia de vida La Organización de Naciones Unidas (ONU) proclamó 2010 el Año Internacional de la Diversidad Biológica, una oportunidad que invita a las naciones a unir esfuerzos “para un futuro sostenible”. Genes, especies y ecosistemas están desapareciendo a un ritmo alarmante. Diversos estudios auspiciados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) revelan que, desde 1970, se han reducido las poblaciones de vertebrados (mamíferos, reptiles, aves, anfibios y peces) en 40% ciento, el área de manglares y pastos marinos en 35% y los arrecifes de coral en 30%. Asimismo, se calcula que, desde el 2000, se pierden anualmente 6 millones de hectáreas de bosques primarios. En el último informe “Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica” (GBO-3, por sus siglas en inglés), el PNUMA advierte que los anfibios son los más amenazados y el estado de los arrecifes coralinos es el que se está deteriorando más rápidamente. Para muchos especialistas, el planeta Tierra se enfrenta a su sexto período de extinción, desde que desaparecieron los dinosaurios hace 65 millones de años. No obstante, la ONU señala que “si bien la pérdida de especies siempre ha ocurrido como un fenómeno natural, el ritmo de la extinción se ha acelerado de forma espectacular como resultado de la actividad humana”. Esta realidad llevó a la ONU a proclamar 2010 como el Año Internacional de la Diversidad Biológica, una oportunidad que invita a las naciones a unir esfuerzos “para un futuro sostenible”. Esta iniciativa pretende destacar la importancia que la biodiversidad tiene para la subsistencia de la vida humana, reflexionar sobre las experiencias exitosas que se han llevado a cabo para su conservación y uso sustentable y estimular a la comunidad internacional a redo-

blar los esfuerzos para reducir significativamente el ritmo de pérdida de biodiversidad. Este esfuerzo se inició en 1992 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarollo, conocida como la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, donde 193 países firmaron el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), tratado internacional que selló el compromiso de la humanidad para su conservación, el uso sostenible de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios provenientes de la utilización de los recursos naturales. A partir de esa fecha, los países signatarios del CDB se propusieron llegar al año 2010 con una reducción significativa de la tasa actual de pérdida de biodiversidad a nivel global, regional y nacional, como una forma de contribuir al alivio de la pobreza y beneficiar toda forma de vida sobre la Tierra. Sin embargo, el PNUMA reconoce que “no se ha alcanzado la meta acordada”.

La trama de la vida La diversidad biológica, también llamada biodiversidad, es lo que hace única a la Tierra cuando se compara con otros planetas del Sistema Solar. Es un término que engloba la variabilidad de seres vivos, incluidos los ecosistemas terrestres y acuáticos y su funcionalidad, así como también las variaciones y características genéticas específicas de las especies, que se han ido formando, modificando y distribuyendo a lo largo de miles de millones de años de evolución.

Las estimaciones más conservadoras señalan entre 2 y 10 millones de especies distintas, de las que sólo se han descrito 1 millón 800 mil, lo que igual supone una biodiversidad asombrosa, siendo la gran mayoría microorganismos e insectos. Esa biodiversidad no actúa individualmente sino que, además, teje interrelaciones complejas entre cada uno de sus componentes (genes, especies y ecosistemas). La diversidad genética se refiere a la variación de los códigos del ADN que determinan aspectos únicos de cada especie e incluso de los individuos dentro de un mismo conjunto. Por su parte la diversidad lor espiritual e ideológico, en un amplio rango que inde especies describe la riqueza de criaturas vivientes que cluye los ambientes sagrados, incorporación de animales y plantas en sistemas religiosos, la belleza estética de interactúan entre sí y con el medio que les rodea. La diversidad de ecosistemas tiene que ver con las agru- los paisajes o las formaciones costeras que atraen a los paciones de distintas especies que forman un sistema turistas, entre otros. con los espacios geográficos que los acogen y a los que, 4. Servicios de apoyo, que no benefician directamente a a su vez, las especies determinan: los desiertos, los bos- las personas pero son esenciales para el funcionamienques, los humedales, las praderas, los lagos, los ríos y los to de los ecosistemas y, por ende, responsables indirecentornos agrícolas. Además, tal como lo expresa Diego tos de los demás servicios. Entre ellos se cuentan la forGiraldo, investigador de la Fundación Instituto de Estu- mación de suelos y los procesos de crecimiento de las dios Avanzados (IDEA), este componente de biodiversi- plantas. dad está ligado a los procesos ecológicos que se dan entre Estos servicios esenciales para la vida en el planeta se encuentran amenazados por la pérdida de hábitats, el cada organismo presente en él y con el medio abiótico. Esta multiplicidad de interconexiones dentro de los eco- uso insostenible y la sobreexplotación de recursos, el sistemas y entre ellos, forma la trama de la vida, en la cual cambio climático, las especies exóticas invasoras y la los seres humanos son una parte integrante y de la que contaminación; cinco presiones que, según el PNUMA, son las principales causas que se mantienen constantes dependen totalmente. Gracias a este entramado de procesos, formas de vida y y que en algunos casos se intensifican, impulsando diambientes, la biodiversidad presta una gran cantidad de rectamente la pérdida de la biodiversidad. servicios que son fundamentales para el sustento de la vida de las especies, incluyendo al ser humano. El PNUMA resume estos servicios ecosistémicos en cuatro caGrupo Riqueza de especies conocidas tegorías: en el planeta en Venezuela 1. Servicios de aprovisionamiento o suMamíferos 5.488 383 ministro de bienes que benefician direcAves 9.600 1.403 tamente a las personas, como la leña de Reptiles 8.734 364 los bosques, las plantas medicinales y los Anfibios 6.644 338 peces de los mares, ríos y lagos, entre muPeces de agua dulce 12.560 1.100 chos otros. Peces marinos 18.840 880 2. Servicios reguladores, que son la gama Insectos 950.000 109.812 de funciones vitales desempeñadas por Plantas 297.326 16.575 los ecosistemas, como la regulación del cliHongos y líquenes 69.000 2.612 ma mediante el almacenamiento de carFuente: UICN/Mhnls/Hilly/Aguilera/ bono y el control de las precipitaciones locales, la eliminación de contaminantes por medio del Esta realidad preocupa a la comunidad internacional, y filtrado del aire y las aguas, y la protección frente a los de- muy especialmente a los 17 países considerados como sastres, como el deslizamiento de tierras y las tormentas “megadiversos”, ya que ellos representan menos de 10% de la comunidad mundial pero albergan cerca de 70% costeras. 3. Servicios culturales, que consisten en la función so- de diversidad biológica del planeta. Entre ellos se encio-cultural que cumplen ecosistemas y especies y su va- cuentra Venezuela.

Biodiversidad en cifras

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Escarabajo Arlequín.

Cardonales.

Cifras comparativas de especies entre los países más biodiversos del mundo Colombia Perú Brasil Ecuador Indonesia Venezuela India China Congo México

Aves 1.845 1.703 1.622 1.559 1.521 1.403 1.258 1.244 1.094 1.050

Reptiles Australia 755 México 717 Colombia 520 Indonesia 511 Brasil 468 India 408 China 387 Ecuador 374 Venezuela 364 Madagascar 300

Anfibios Plantas superiores Brasil 50.000 Colombia 583 Colombia 45.000 Brasil 517 Indonesia 27.000 Ecuador 402 China 27.000 Venezuela 338 México 18.000 México 284 India 17.000 China 284 Australia 15.638 Indonesia 270 Venezuela 16.575 Perú 241 Filipinas 11.000 India 206 Australia 196 Madagascar 8.000 Fuente: UICN/Mhnls/Hilly/Aguilera/

Venezuela megadiversa En la confluencia de los ríos Ventuari y Orinoco, en lo profundo de la selva amazónica venezolana, se pueden encontrar hasta 12 especies de tortugas dulceacuícolas. Este ejemplo de la enorme variedad de especies es lo que hace a un país megadiverso. “No hay nada en Suramérica que tenga esta condición”, asevera Josefa Celsa Señaris, bióloga y directora del Museo de Historia Natural La Salle, para quien el patrimonio natural y cultural de Venezuela debe ser motivo de orgullo, “pero también implica una gran responsabilidad”. Expresa Señaris que la “explosión” de diversidad biológica de Venezuela, se explica por su posición en la franja tropical, “lo que condiciona características climáticas particulares que han actuado histórica, geológica y evolutivamente como sitios de refugio y diversificación para las especies. Pero, además, en el territorio venezolano se conjugan las regiones Andina, Guayanesa y Amazónica, que ostentan la mayor biodiversidad del planeta, y por si eso fuera poco cuenta con la región Llanera, la Caribeña y las regiones mixtas como son los piedemonte, las zonas xerofíticas y el delta del Orinoco”.

La especial flora regional

A lo largo de sus 916 mil 445 kilómetros cuadrados de superficie terrestre, Venezuela ostenta 650 tipos de vegetación, 15.820 especies de plantas vasculares (helechos, plantas con flores y pinos), 27 zonas climáticas, 23 formas de relieve y más de 137 mil especies de animales, distribuidos a lo largo de la geografía nacional. Se reconocen 383 especies de mamíferos, 1.403 de aves, 364 de reptiles, 338 de anfibios, 1.980 de peces y un alto número de especies de invertebrados. En cuanto a la flora vascular, Omaira Hokche, botánica e investigadora del Herbario Nacional, menciona que en el último inventario, la familia de las orquídeas resultó ser la más abundante con 1.506 especie, seguida de la familia de las leguminosas con 996 especies, la familia de las asteráceas (frailejón, margaritas) con 780 especies y las rubiáceas (familia del café) con 777 especies. Para los expertos, la biodiversidad es el recurso natural más valioso y Venezuela lo exhibe en demasía, ubicándolo entre los diez primeros países con mayor diversidad biológica del planeta y el sexto en el continente americano.

Región

Especies totales

Especies endémicas

Andes

4.500 - 5.000

506

Cordillera de la Costa

3.000 - 3.500

247

Guayana

9.500 - 10.300

2.136

Llanos

2.000 - 2.500

20

Fuentes: Huber (1998)/Berry (1995)/Steyermark (1979)

Frailejones en Mucubají.

Morichales.

De acuerdo al Informe sobre Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, se han considerado 10 regiones naturales, llamadas biorregiones, que expresan la condición megadiversa de Venezuela: 1. Biorregión Marina: El Océano Atlántico y el Mar Caribe marcan la diversidad biológica de esta biorregión que comprende el mar territorial y la zona contigua, con una superficie de aproximadamente 860 mil km2, comparable a la del territorio emergido. Su flora y fauna son ricas y variadas, pero poco conocidas, a excepción de los grupos de interés económico como peces, moluscos y crustáceos. En el lecho marino abundan las macroalgas y las praderas de fanerógamas marinas, frecuentemente asociadas a arrecifes coralinos y a manglares. Ecosistema amenazado: arrecifes coralinos

Manglares en el delta del Orinoco.

2. Biorregión Costera Continental: Abarca 4.006 km de línea costera, de los cuales 2.740 están en el Caribe y 1.006 en el Atlántico. En ella se encuentran las costas altas o de acantilados y las costas bajas caracterizadas por playas fangosas, arenosas o mixtas de pendiente suave, numerosos humedales que en el lado atlántico presentan vastas planicies inundables como las del río San Juan y el delta del Orinoco, mientras que por el lado caribeño se encuentran lagunas costeras con barra de arena (albuferas). La vegetación se distingue por sus manglares, espinares, cardonales y vegetación herbácea. Ecosistema amenazado: humedales costeros estuarinos (bahías, puertos y zonas litorales).

3. Biorregión Insular: Incluye las islas de Margarita, Coche y Cubagua (estado Nueva Esparta) y 311 cayos, islotes e islas que conforman las Dependencias Federales. Presentan ecosistemas que van desde manglares, zonas xerófilas, monte espinoso, bosque seco tropical e incluso bosque húmedo o nublado en el Cerro Copey. Tiene una diversidad florística y ecológica relativamente baja. En la isla de Margarita, la diversidad de especies de mamíferos es de apenas 9,1% del total del país. Ecosistema amenazado: manglares y arrecifes coralinos. 4. Biorregión lago de Maracaibo: Se ubica en el sector noroccidental del país y se extiende sobre las llanuras bajas de la cuenca del lago de Maracaibo, cruzadas por los cursos de los ríos que nacen en la Sierra de Perijá, al oeste, y en Los Andes hacia el sureste. Los principales ecosistemas son los bosques xerófilos, los bosques semideciduos tropófilos y los bosques siempreverdes ombrófilos; además existen ecosistemas herbáceo-arbustivos pantanosos (ciénagas) y algunas sabanas relictuales en ambos lados del lago. Posee 44% de especies de mamíferos del país. Ecosistemas amenazados: bosques húmedos del Catatumbo, bosques secos y manglares.

Vegetación acuática en el lago de Maracaibo.

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Mamíferos Brasil 524 Indonesia 515 China 499 Colombia 456 México 450 EEUU 428 Congo 415 Venezuela 383 India 350 Perú 344

Espacios de vida

Humedal de los llanos.

6. Biorregión Cordillera de la Costa: Se compone de la cordillera de la Costa Central y de la cordillera de la Costa Oriental extendidas a lo largo del norte de Venezuela. En el tramo central predominan los bosques y arbustales xerófilos parcialmente espinosos, presenta casi 53,8% del total de especies de mamíferos de Venezuela con 6,6% de especies endémicas. Por su parte, la vegetación en el ramal Oriental ésta compuesta por bosques montanos y subpáramos, en las cumbres más elevadas, así como sabanas montanas y presenta 38,2% de las especies de mamíferos del país y 247 especies endémicas de flora. Ecosistema amenazado: cuenca del lago de Valencia.

Páramo floreado.

7. Biorregión los Andes: En ella se encuentra la cordillera andina que se ramifica hacia la Sierra de Perijá, al oeste del Lago de Maracaibo, y la Cordillera de Mérida. Tiene 48,4% de especies de mamíferos y 30% de los anfibios del total del país y es una de las zonas de mayor endemismo con 506 especies de flora, unos 60 de anfibios y 22,2% de sus mamíferos. Los tipos de vegetación varían desde la Sierra de Perijá caracterizada por densos bosques, ecosistemas arbustivos y herbáceos abiertos de los páramos hasta la vegetación de mayor altitud en el país (hasta 4.700 m snm). Ecosistema amenazado: bosques húmedos subandinos.

8. Biorregión los Llanos: Se extiende entre Los Andes al Oeste, la cordillera de la Costa al Norte y el Escudo Guayanés al Sur. La vegetación incluye sabanas, bosques de galería, palmares y bosques semicaducifolios. Presenta casi 47% del total de especies de mamíferos de Venezuela y sólo 20 especies endémicas de flora. Ecosistema amenazado: bosques secos tropicales de los Llanos. 9. Biorregión planicie deltaica del río Orinoco y la costa cenagosa del río San Juan: En ella se observan manglares en la zona costera del delta del Orinoco, planicies cenagosas y costeras del río San Juan, penillanuras semi inundables del río Amacuro. Contiene un discreto número de especies vegetales endémicas y una moderada diversidad ecológica, dominada por la variedad de tipos de bosques, palmares y sabanas. Ecosistema amenazado: humedales del delta del Orinoco. 10. Biorregión Guayana: Cubre casi la mitad del país y se ubica al sur del río Orinoco en los estados Bolívar y Amazonas e incluye el sis-

tema de colinas piemontanas y las montañas del Escudo Guayanés, la penillanura Caura-Paragua y la penillanura del Brazo Casiquiare alto Orinoco. Los bosques son su vegetación dominante, incluyendo desde bosques siempreverdes montanos, submontanos y ribereños hasta formaciones de catinga y bosques inundables. Presenta un alto grado de endemismo florístico con 2.136 especies, lo que representa 14% en relación al total de la flora del país, 73,7% de especies de mamíferos y algo más de la mitad de los anfibios y reptiles del país, la mayoría de ellos asociados a las tierras de mayor elevación (tepuyes). Ecosistemas amenazados: bosques húmedos de la Amazonía, la Gran Sabana y las formaciones de tepuyes (Pantepui).

Cordillera de la Costa.

Auyantepuy. Ladera occidental.

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5. Biorregión Lara-Falcón: Se extiende entre las cadenas de montañas de Los Andes y la cordillera de la Costa hacia el sur y sureste, y hacia las costas del Mar Caribe por el norte y el este, colindando con las llanuras orientales de la depresión de Maracaibo por el oeste. Predomina la vegetación de bosques y arbustales xerófilos, parcialmente espinosos. Cuenta con un 31,8% de especies de mamíferos del país. Ecosistema amenazado: zonas áridas y semiáridas del estado Falcón.

En Venezuela, al igual que en el resto del mundo, la destrucción de hábitat es la principal causa de extinción de especies, resultado de la deforestación, la contaminación, la sobreexplotación de recursos, la expansión de la frontera agrícola, la extensión del urbanismo, la minería y el turismo descontrolado. Estos factores condicionan el fraccionamiento de los ecosistemas, su degradación y, finalmente, su destrucción en casos extremos. Asimismo, el informe del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente revela que sobre las mencionadas biorregiones se producirá una alta presión de intervención humana en los próximos años, por las propuestas de desarrollo diseñadas para los ejes Orinoco-Apure, Occidental, y Oriental. El reto será lograr una tendencia hacia el equilibrio y la armonía, tanto ambiental como social, porque tal como lo expresa la investigadora Señaris, “estamos en un momento de quiebre donde prácticas que son totalmente degradantes deben cambiar a otros sistemas más armónicos que permita la sustentabilidad de los recursos, tanto social como ambientalmente”. Para Señaris, la potencialidad de albergar una alta biodiversidad implica contar con más recursos destinados a mejorar la calidad de vida de las personas, “pero el orgullo y la responsabilidad van de la mano con un uso sustentable de esa diversidad biológica, exige conocimiento, apropiarse de él y valorar lo que se tiene”.

El pacto hombre-naturaleza “Urge un nuevo pacto más inteligente entre la humanidad y los sistemas que sostienen la vida en la Tierra”. El exhorto del director del PNUMA, Achim Steiner, evidencia la necesidad de replantear por completo la relación que tiene la sociedad planetaria con su medio, “si queremos alcanzar la sostenibilidad en el siglo 21”.

“No hay paisaje sin hombre sobre la Tierra”, aclara de entrada Rafael Gassón para quien los paisajes, desde el Holoceno (hace 10 u 11 mil años), han estado en mayor o menor grado impactados por las sociedades humanas. La diferencia, explica Gassón, es que en esta etapa de la historia los seres humanos están globalizados, “ocupan todos los ambientes de la Tierra, con un modo de vida industrializado que es compartido por los tres grandes paradigmas sociopolíticos modernos: el marxismo o socialismo, los sistemas totalitarios y el neoliberalismo; que tienen el mismo efecto en el planeta, que a la postre es negativo porque están haciendo una serie de modificaciones muy grandes en la biosfera, que van afectar la supervivencia y la calidad de vida de las personas”. Dice que el modelo industrialista basado en la producción, consumo y desecho de mercancía no es viable desde lo ambiental, algo que según Gassón, no tiene que ver con el socialismo ni con el capitalismo, sino con verdades naturales. Sin embargo, reconoce que no todos los seres humanos han visto el universo como un almacén de mercancía. “Existen sociedades específicas que han tenido diferentes prácticas ecológicas y aproximaciones hacia la naturaleza, que abren posibilidades de futuros alternativos”. Concuerda Stanford Zent en que no todos los impactos humanos son destructivos o negativos y que en algunas situaciones donde se observa baja densidad poblacional y uso de tecnología tradicio-

Warao en el Delta del Orinoco.

nal, las modificaciones del ambiente pueden aumentar los niveles de biodiversidad y concentrar algunos recursos económicos de forma sustentable. “Estudios en la cuenca amazónica han mostrado que la actividad agrícola de pequeña escala ayuda a crear perturbaciones muy puntuales en el paisaje, que estimulan la propagación de más tipos de especies, a una escala local y que esa perturbación puede producir beneficios, no solo en términos de diversidad de plantas sino también para las poblaciones de animales que dependen del alimento y albergue que reciben de las plantas”. Eglée López Zent añade que las sociedades occidentales se han olvidado de tradiciones y formas de ser y estar en el mundo que, a su entender, son mucho más coherentes con la propia naturaleza. “Cuando nos acercamos a lo que consideramos naturaleza en occidente, es como que estamos aparte, como una esfera diferente. Con tanta tecnología consideramos que nuestro dominio es aparte del dominio natural, pero cuando piensas en tsunamis y terremotos, te replanteas si somos parte de un sistema más global, que nos incluye como entidades naturales también; en ese sentido siento que las tradiciones indígenas en sus cosmologías, en sus cuerpos religiosos y sus rituales, tienen mucho que enseñarnos”. Una tradición que Werner Wilbert observa en sociedades como la warao que interpretan su papel con el ambiente, sus derechos, pero también sus responsabilidades y que su acción dentro del mismo la hacen responsable de las consecuencias. “Desde hace 7 mil años y en 22 mil km2 que es el delta del Orinoco donde habitan los warao, no hemos encontrado daños antropogénicos negativos, lo que supone que sí hay formas de convencer a una persona para que sea responsable con su ambiente. Mi interés es conocer cómo lo hacen y ver si se pueden incorporar algunas de esas estrategias en nuestras sociedades, que son tan dependientes de leyes y multas”. Wilbert cree que es una especie de humildad que tienen estas culturas con respecto al ambiente y cita ejemplos en los yanomami, piaroa, yekuana, entre otros. Por su parte, Alejandro Reig advierte que sin embargo no debemos “idealizar y proyectar nuestros propios contenidos ideológicos y visiones sobre culturas que realmente no los tienen: podemos decir que el equilibrio hombre y ambiente es de muy alto nivel para nosotros en términos ideológicos y morales, pero suponemos que esa posición la tienen los indígenas y eso no puede generalizarse. Les estamos atribuyendo una preocupación de las sociedades occidentales, porque, entre otras cosas, la división hombre-naturaleza es una construcción nuestra, y los indígenas no la conceptualizan de la misma forma”. Para Reig “la sociedad occidental no es culpable de nada, no es que tenemos una actitud mala hacia la natu-

raleza y los indígenas una actitud buena, esa es una posición que culpabiliza lo que para cada uno de nosotros es la relación básica de construcción de nuestras propias vidas, la búsqueda del bienestar, y esa es una pulsión tanto natural como cultural del hombre”. Se aleja Reig de esa posición ambientalista ideologizada y cree más en fomentar una relación cuidadosa con el exceso de gastos, “somos sociedades suntuarias que gastan en cosas secundarias, pero que eso no se convierta en algo que nos culpabiliza por la calidad de vida que cualquiera necesita tener”.

Río Ichun, estado Bolívar.

Coincide en que hay que aceptar, conocer y entender las formas de explotación y aprovechamiento del ambiente presentes en las diversas culturas “si queremos diseñar una visión ambientalista más global, sin dejar de tener en cuenta que la gente necesita sembrar la tierra, con una visión amplia reconocedora del valor de lo diferente, pensando que la preservación del ambiente es una prioridad para el país y no para los diferentes grupos en sí mismos”. Eglée López Zent insiste en tomar conciencia de que los procesos naturales y los socio culturales no son sistemas apartes. Por eso está convencida que en vez del Año de la Diversidad Biológica, “es necesario decir que es el Año de la Bioculturalidad, que es el paradigma que creemos tiene que intentar implantarse. Es un cambio de visiones y valoraciones, un cambio de la relación que tenemos con el entorno, de lo que dependerá la subsistencia de la especie humana”.

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Amenazas

Una mirada a lo que ha sido la acción del hombre sobre el ambiente desde la perspectiva de un equipo de antropólogos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) que trabajan en temas de la relación hombre-naturaleza, Eglée y Stanford Zent, Rafael Gassón y Werner Wilbert, y del antropólogo que dirige el Museo del Hombre Venezolano y su Ambiente de la Fundación La Salle, Alejandro Reig, permite entender una relación que no siempre ha sido armónica.

Cambio climático biodiversidad atrapada Diversos estudios estiman que antes de finalizar el siglo 21, las alteraciones del clima en el planeta afecta-

mas vulnerables y la distribución de las especies. Antes del fin de este siglo, el cambio climático será una de las principales amenazas para la biodiversidad. Así se desprende del estudio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, el cual prevé que “el ascenso de la media de la temperatura global, será más rápido que lo experimentado por el planeta, al menos en 10.000 años”. Los informes presentados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, según siglas en inglés), de la ONU, indican que la temperatura promedio ha aumentado 0,8°C, lo que ha provocado una elevación del nivel del mar en 20 centímetros, que puede potenciarse a futuro y de una manera concordante, ha habido un retroceso en la cobertura de hielo, registrado en el hemisferio norte. Juan Carlos Sánchez, ingeniero industrial con doctorado en Ciencias Ambientales y miembro del IPCC desde el año 2002, agrega que este incremento en la temperatura, “que pudiera ser insignificante, provoca que los veranos sean más calientes y los inviernos sean menos fríos, lo que trae consecuencias importantes para los ecosistemas”. Estudios de la ONU indican que hasta la fecha “se han producido en todo el mundo cambios en las fechas de floración y en los patrones migratorios así como en la distribución de las especies”.

Ninguna duda Sánchez define el cambio climático como la alteración del clima en el planeta debido a la acción de las emisiones de gases (dióxido de carbono, metano y oxido nitroso), generados por las distintas actividades huma-

nas (antropogénicas). Estas emisiones provienen del uso de combustibles fósiles, procesos industriales, actividades agrícolas, cambios en el uso de la tierra y de la disposición inadecuada de los desechos orgánicos. Sin embargo, aclara que existen autores que cuestionan si el origen es antropogénico o no, “pero, donde no hay ninguna duda es que, el cambio climático está ocurriendo, afectando a los ecosistemas de una manera significativa”. Señala que éstos hoy en día, con el crecimiento de la población, están muy fragmentados, de tal manera que las especies no tienen la posibilidad de migrar en grandes distancias como en el pasado, sino que “están atrapadas y las que no migran son las más vulnerables y los ecosistemas que pierden biodiversidad caen en un estado en el cual, prestan menor servicio ambiental y, a la larga, eso incide después en la calidad de vida de todos”.

Impacto en Venezuela Las posibles repercusiones de este cambio global del clima sobre Venezuela están reflejadas en la Primera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático (PCNCC), elaborada por el Ministerio de Ambiente (MinAmb) con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y de la cual Sánchez formó parte. En esa comunicación se estima que hacia el 2050, la temperatura media del país aumente entre 1 y 3ºC y en consecuencia, llegará a ser mayor a 28ºC. De ocurrir este incremento el informe avizora pérdidas de producción animal y vegetal.

Formación de tepuyes.

En el caso de Venezuela, Huber señala que por ser un país tropical y en parte ecuatorial, con una incidencia solar casi permanente e igual durante todo el año, “al ser impactado por un aumento de la temperatura, la incidencia que trae la radiación implicaría que toda esa franja ecuatorial va a disponer de un capital calórico mucho mayor, lo que provocaría más evaporación y más lluvia”. Destaca el hecho de que si el cambio climático trae consigo la evapotranspiración, la vegetación, sean bosques, sabanas o manglares, va a consumir más agua y si eso no

Sorpresas tepuyanas “Si hay algún cambio en la vegetación debido a este fenómeno, se verá en el 2050, antes no”. Otto Huber, biólogo con postgrado en Botánica y Geografía, explica que es necesario investigaciones serias a largo plazo que permitan determinar si los cambios en las condiciones climáticas influyen sobre la vegetación, que es el primer eslabón de la vida sobre la Tierra. Otto Huber.

se compensa con más pluviosidad, se afectarían estos ecosistemas. Señala que una de las ventajas que ofrece Venezuela, para estudiar estos cambios climáticos, son las montañas tepuyanas del Macizo Guayanés. “En ellos tenemos una especie de medidor muy fiel de cómo la vegetación va a reaccionar al cambio climático, la adaptabilidad que pudieran tener y la resiliencia o capacidad de resistir y responder a esos cambios”. Por eso, gestiona un proyecto de investigación, entre el Instituto Botánico de Barcelona (España) y la Fundación Instituto Botánico de Venezuela, dirigido a comparar la flora actual de los tepuyes con la observada en expediciones históricas, a fin de establecer un observatorio permanente que analice el fenómeno. A juicio de Huber “los tepuyes nos tendrían muchas sorpresas”. Tanto Sánchez como Huber coinciden en que, si bien es cierto que como país petrolero, Venezuela emite una contaminación mínima a nivel global (0.48% de gases de efecto invernadero), es necesario desarrollar energías alternativas y crear esa conciencia ambiental, porque cambio climático implica un abordaje político, social, económico, ambiental, pero también de conciencia.

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rán de forma significativa ecosiste-

Anfibios en la mira

Luego de 15 años

Es uno de los grupos

de investigación científica,

más amenazados por

la Fosa de Cariaco aún guarda

el cambio climático.

revelaciones insospechadas

El sapo dorado y la rana arlequín de Monteverde, se consideran como las primeras víctimas del cambio climático, según un estudio publicado en la revista Nature en 1999. De hecho, los anfibios son el grupo de especies más amenazado a nivel mundial, incluida Venezuela. La Lista Roja de la Fauna Venezolana 2008, revela que de las 23 especies en peligro crítico de extinción, 11 son anfibios. Margarita Lampo, zoóloga e investigadora del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), revela que, a partir de finales de los años 80, se han registrado disminuciones alarmantes de poblaciones y extinciones de anfibios en diversas partes del mundo. “En Venezuela han desaparecido las especies del género Atelopus, que está distribuida mayormente en la zona de Los Andes y una especie en la cordillera de la Costa”. Estudios indican que una de las probables causas para la desaparición sea la introducción del mismo hongo (Batrachochytrium dendrobatidis), que amenaza a los anfibios en otras latitudes. Explica que ciertas condiciones climáticas han exacerbado el efecto del hongo. “Cuando la temperatura aumenta por encima de los 25ºC, al hongo le cuesta trabajo crecer y probablemente muera, lo cual ayuda a los anfibios a combatir la infección por el hongo. Se cree que en la medida en que esas temperaturas

para la ciencia. Ubicada en la plataforma continental del oriente de Venezuela, Cariaco es considerada la segunda cuenca anóxica natural más grande del planeta después del Mar Negro. Desde noviembre de 1995, se desarrolla el Proyecto Cariaco, con la participación de la Fundación La Salle, el Centro de Procesamiento Digital de la Fundación Instituto de Ingeniería, y las universidades Central de Venezuela, Oriente, Simón Bolívar, Sur de la Florida, Carolina del Sur y Nueva York. Ramón Varela, biólogo de la Fundación La Salle, señala que los estudios han permitido conocer las constantes variaciones que ocurren en la atmósfera, “las cuales dependen principalmente del régimen de la fuerza del viento”. En tal sentido, han evidenciado una relación directa entre el régimen de vientos y las surgencias, un fenómeno donde las aguas ricas en nutrientes emergen a la superficie, promoviendo una alta productividad primaria y secundaria, sustentando así, los recursos pesqueros de la zona. Detalla que desde 2005, los vientos han sido menos intensos y la temperatura del agua se ha mantenido alta, lo que influye en las condiciones del mar, principalmente en organismos como el plancton, primer eslabón de la cadena alimenticia y el más sensible a estos cambios. Respecto a los sedimentos profundos del mar, Varela expone las ventajas de una fosa única como Cariaco, en la cual queda registrada la historia de lo que está pasando en la tierra. Los datos coinciden con las observaciones realizadas en otras partes del mundo (Antártida o Groenlandia), confirmando que “estamos en un periodo cálido, pero que fue más cálido hace mil años, observándose un calentamiento que va desde principios del siglo 20, que coincide con la época de combustibles fósiles, un factor que antes no existía. De todas maneras estamos recién comenzando a observar ese desequilibrio”. La biodiversidad sorprende en estas profundidades donde un grupo de peces pequeños migran a las aguas carentes de oxígeno y cargadas de sulfuro de hidrógeno, que es tóxico para muchos organismos, permaneciendo allí hasta el ocaso. ¿Cómo pueden resistir? “Esta es una de las preguntas que quedan por responder en Cariaco”.

Tras los ecos de la sardina Las sardinas son el recurso pesquero más importante de Venezuela y del Caribe. Hasta el año 2000, los datos de producción indicaban cerca de 200 mil toneladas métricas, pero estos valores cayeron a 60 mil, a partir del año 2006. Desde entonces no se ha visto una recuperación real del recurso. “Las sardinas son muy sensibles a los cambios ambientales y eso sumado a efectos de la pesquería, hace que los dos factores ocasionen una disminución importante en el sector pesquero de la sardina”. Hernando Hernández, biólogo marino de la Estación de Investigaciones Marinas de Margarita (EDIMAR) de la Fundación La Salle, forma parte del equipo de investigadores que desde octubre de 2009, realiza las campañas de prospección, usando el método de hidroacústica pesquera. “Es una técnica en la cual se realiza una prospección con una ecosonda científica, que permite recibir los ecos reflejados por los cardúmenes y estimar la biomasa total, producto de esta energía recibida por la ecosonda”. Indica que en la última campaña se observó una disminución importante en las detecciones de las ecosondas, en cuanto a la biomasa de sardina y pelágicos en general, en los lugares donde se han detectado históricamente los cardúmenes y la frecuencia de ellos dentro del área de prospección. Estas campañas son auspiciadas por el organismo rector de la pesca y acuicultura en el país, Insopesca, con la participación del Instituto Nacional de Investigación Agrícola, la Fundación La Salle y el Instituto Oceanográfico de Venezuela. “Si logramos asegurar el conocimiento del recurso a través de una serie de evaluaciones sistemáticas, entonces podríamos establecer medidas para el manejo de este importante recurso alimentario”.

Atelopus cruciger.

Dendropsophus minusculus.

mínimas comenzaron a descender y no subían por encima de los 25ºC, entonces el hongo estaba en su temperatura óptima, haciéndole más difícil a los anfibios combatir la infección”. En la actualidad trabajan en la identificación de las zonas vulnerables donde el hongo tiene su temperatura óptima, recaban información sobre las especies que están infectadas y mantienen un monitoreo epidemiológico de las poblaciones del sapito rayado (Atelopus cruciger) que se han registrado en la cordillera de la Costa.

Cambio climático en Venezuela Según señala la Primera Comunicación Nacional de Cambio Climático del MinAmb, los pronósticos de los expertos estiman que hacia el 2050: 1. Entre 5% y 20% disminuirán las precipitaciones, especialmente entre junio y diciembre desde el delta del Orinoco hasta los Andes. 2. En 10% crecerá la superficie del país con clima seco y los embalses allí situados disminuirán su nivel de agua, aumentando la frecuencia e intensidad de las sequías. 3. Entre 5% y 10% pueden disminuir los rendimientos de maíz, arroz y caraota. 4. Más de 70% del rebaño porcino nacional y más de 60% de los pollos de engorde se concentran en zonas ya hoy en día muy calientes de Carabobo, Aragua y Miranda, por lo que se esperan reducciones significativas de producción e incremento de la mortalidad de pollos por olas de calor.

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Los secretos guardados de la Fosa de Cariaco

Provita es una asociación civil sin fines de lucro, creada en 1987, con más de 105 proyectos de investigación dirigidos al conocimiento de las especies y ambientes amenazados en Venezuela. Dos de sus productos editoriales emblemáticos, los libros rojos de la fauna y la flora venezolana, son referencias obligadas de estudiantes, científicos, autoridades y de todo venezolano comprometido con la conservación de su ambiente.

Especies

Fauna amenazada en Venezuela Grupo

Descritas

Evaluadas

Amenazadas

Mamíferos

383

128

44

Aves

1.403

164

35

Reptiles

364

35

22

Anfibios

338

160

26

Peces

1.980

132

37

Insectos

109.812

76

18

Moluscos

147

8

3

Vertebrados

Invertebrados

En Venezuela, Al delfín de China (Lipotes vexillifer) ya no se le ve por el río Yangtze, desde 2006. Se presume que es una especie extinta, al igual que el sapito arlequín amarillo (Atelopus vogli) de Maracay, endémico de la cordillera de la Costa en Venezuela, del cual no se tienen registros desde 1933. Sin embargo, los científicos siguen buscándolos. Los informes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) confirman que uno de cada cuatro mamíferos, una de cada ocho aves, un tercio de los anfibios y 70% de las plantas del planeta se encuentran amenazadas. De hecho, el último estudio de la UICN, sobre el estado de la vida silvestre en el mundo, revela que de las 44.838 especies evaluadas, 869 especies de plantas y animales han desaparecido, 16.928 se encuentran amenazadas y 3.513 están casi amenazadas.

168 especies de fauna y 179 de flora se encuentran amenazadas por la pérdida de su hábitat.

50

2

2

484

30

10

Arácnidos

858

13

1

Total

114.961

748

198

Fuentes: Libro Rojo de la Fauna Venezolana (2008)/Aguilera (2003)

748 especies de fauna La versión 2008 del Libro Rojo de la Fauna Venezolana, comprende un total de 748 especies de las cuales cuatro se encuentran extintas global o regionalmente; 198 en peligro crítico, en peligro o vulnerables; 138 casi amenazadas y 408 con datos insuficientes. Los mamíferos encabezan la lista con 44 especies amenazadas, seguida de 37 peces, 35 aves, 26 anfibios, 22 reptiles, 18 insectos, 10 crustáceos, 3 moluscos, 2 corales y un arácnido. Rojas-Suárez explica que, a pesar de ser el sexto país en especies de aves en el mundo, el porcentaje de amenaza es elevado. Cita el caso de la cotorra cabeza amarilla (Amazona barbadensis) de la cual existe una población en los estados Lara y Falcón, así como en las localidades de Píritu, Araya (al borde de la extinción), La Blanquilla (sólo 6 individuos) y una en la isla de Margarita. “El objetivo es hacer conservación basada en ciencia, por eso el proyecto piloto iniciado en 1989, se ha convertido en uno de los éxitos más grandes en recuperación poblacional de esta cotorra, cercana a los 2 mil individuos”. Respecto a los anfibios, menciona que el grupo de los sapos y ranas es el más amenazado en estos momentos, con 25 especies.

Nada alentador Aunque este organismo solo evalúa 2,5% de las 1,8 millones de especies descritas en el mundo, es un indicador de “la marea creciente de especies en vías de extinción debido a las actividades humanas” y de las acciones de conservación que urge emprender. “No es conservar el bosque o la ranita porque son bonitos, es que somos parte de un sistema que está interconectado y todos nos necesitamos; además, con qué derecho mis antecesores extinguieron a la vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas), me hubiese gustado conocer un manatí de 8 metros de largo. Ese derecho es el que nos van a exigir nuestros hijos y nietos en el futuro”. Para Franklin Rojas-Suárez, biólogo y presidente de Provita, una vez que se superan las necesidades básicas de alimento, salud y vivienda, “como ser humano te comienzas a plantear el tener un ambiente sano y por algo es uno de los derechos consagrados en la Declaración Universal”.

Franklin Rojas-Suárez, desde el programa piloto de conservación de la cotorra cabeza amarilla en Margarita.

Factores que amenazan El Libro Rojo de la Fauna Venezolana señala la pérdida o degradación de hábitat como la principal causa de riesgo de 83% de las especies amenazadas (168), seguida de los factores intrínsecos de cada especie, bien porque pertenezcan a ecosistemas particulares, sean de bajo crecimiento poblacional o de una distribución geográfica restringida (45%).

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amenazadas

Corales Crustáceos

341 especies de flora Al igual que en la fauna, la destrucción, fragmentación o deterioro de los hábitats sigue siendo la principal causa de la reducción o desaparición de las poblaciones naturales para casi todos los grupos de plantas. Así lo corrobora la primera edición del Libro Rojo de la Flora Venezolana (2003), al evaluar el estado de conservación de 1.598 especies, de las cuales 341 fueron consideradas amenazadas y con prioridad de tratamiento en un corto y mediano plazo.

Flora amenazada en Venezuela Grupo de plantas vasculares

Especies descritas

Especies amenazadas

Pteridofitas (Helechos)

1.168

12

Gimnospermas

23

3

Dicotiledonias

9.915

166

Monocotiledonias

4.247

160

Total

15.353

341

Fuente: Libro Rojo de la Flora Venezolana (2003)

El inventario florístico indica que de estas 341 especies, 54 están en peligro crítico, 74 en peligro, 211 son vulnerables y sólo dos fueron categorizadas como probablemente extintas (Desmanthodium blepharopodum y Hunzikeria steyermarkiana) debido a los profundos cambios experimentados en sus hábitats naturales donde fueron reportadas (estados Trujillo y Carabobo). Apunta que de las plantas evaluadas, 179 enfrentan destrucción de hábitat con fines agropecuario, industrial y urbano y otras 277 especies no sólo a las causas mencionadas anteriormente, sino también a la explotación con fines maderables, ornamentales y medicinales. Señala a las orquídeas y a las bromelias como los grupos de plantas más amenazados, “con una distribución restringida, tamaños poblacionales reducidos y sometidas a la destrucción del hábitat o a la explotación de las poblaciones naturales”.

Joaquín Buitrago, biólogo e investigador de la Fundación La Salle en Margarita, explica que el consumo a pequeña escala por parte de pescadores o comunidades, la alteración de las zonas de anidación “que por miles de años han usado las tortugas”, la degradación de hábitat, contaminación de ecosistemas como los coralinos, la pesca artesanal tanto capturando hembras en las playas como juveniles en las redes, la extracción de los huevos en las playas y la pesca palangrera de atún, siguen siendo las principales causas que amenazan a estas especies. Tortuga caguana o cabezona. Explica Buitrago que las tortugas cardón no son tan localizadas como la carey y las verdes, que anidan siempre en las mismas playas donde nacieron, siendo el principal sitio de reproducción la Península de Paria en Sucre. Cabe destacar que Sucre y Zulia son los estados donde se han registrado los mayores incidentes de varamientos de tortugas marinas en los últimos años, según revela un estudio del Ministerio del Ambiente. La cifra alcanza 113 tortugas marinas encontradas muertas en las playas venezolanas, siendo la cardón y la verde las especies más afectadas. Precisamente, en las playas de Cipara y Querepare en la Península de Paria se desarrolla un proyecto de investigación y conservación de tortugas marinas desde 1999, cuyos resultados han permitido registrar el periodo reproductivo de la tortuga cardón, marcar entre 100 a 140 hembras cada año y liberar entre 5.000 a 10.000 tortuguillos anualmente. El proyecto, ejecutado por el Centro de Investigación y Conservación de Tortugas Marinas (CICTMAR) en alianza con la Red de Conservación de Tortugas Marinas en el Gran Caribe (WIDECAST), también contempla la capacitación del equipo de investigadores, entre los que se incluyen 4 ó 6 habitantes locales; la promoción de alternativas económicas en las comunidades costeras y la formación de conciencia en los pobladores para que reconozcan el valor ecológico de conservar esta especie. Hedelvy Guada, bióloga y coordinadora de CICTMAR, afirma que vincular la conservación de una manera “real” con las mejoras en la calidad de vida de las comunidades, podrá garantizar la sobrevivencia de las tortugas marinas. Una vinculación que intenta hacer la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (FUDECI) entre las comunidades ribereñas y las especies de reptiles más amenazadas del río Orinoco. La tradición de los ribereños en consumir carne y huevos de la tortuga arrau (Podocnemis expansa) y el uso histórico de la piel del cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius) han diezmado las poblaciones de estas especies, que en épocas de Humboldt eran de una “abundancia extraordinaria”. El programa de conservación se inició en 1992 bajo la dirección del Ministerio del Ambiente, incorporándose FUDECI en 1994 con un zoocriadero de neonatos de arrau y la cría en cautiverio del cocodrilo del Orinoco, en el estado Amazonas. Omar Hernández, biólogo y director de FUDECI, señala que en los últimos 15 años se han liberado 391.211 tortugas y 6.881 caimanes, “lo que representa un récord mundial”.

Programa Iniciativa Especies Amenazadas - IEA Ambientes amenazados En estos momentos, Provita se encuentra realizando el Libro Rojo de los Ambientes Venezolanos, previsto para el próximo año, que busca comparar todas las imágenes de satélite y fotográficas, en distintos momentos, y así evaluar la intervención de los diferentes ecosistemas. Con este estudio se evidenciarán impactos de tipo urbano y agrícola que son más visibles a nivel de mapas. Pero, tal como reflexiona el representante de Provita, el que sólo se hayan reportado para el país cuatro especies de fauna y dos de flora extintas, “sugiere que todavía hay excelentes oportunidades de conservar lo que permanece”.

Reptiles en peligro De las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo, cinco están presentes en Venezuela y amenazadas. La tortuga carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga cardón (Dermochelis coriacea) están en peligro crítico; mientras que la tortuga verde (Chelonia midas), la tortuga caguana o cabezona (Caretta caretta) y la tortuga lora o guaragua (Lepidochelys olivacea) están consideradas en riesgo.

Provita gestiona, desde 2003, el programa Iniciativa Especies Amenazadas (IEA) con el objetivo de estimular proyectos de investigación y conservación de la biodiversidad venezolana en vías de extinción. Un total de 163 proyectos se han financiado de los cuales 79 han sido de universidades, 33 de instituciones gubernamentales y 51 proyectos de Organizaciones no Gubernamentales. Josefa Celsa Señaris, bióloga e investigadora de la Fundación La Salle, explica que a través del IEA, la fundación ejecutó 13 proyectos de investigación sobre las siguientes especies: el sapito arlequín en el Parque Nacional Rancho Grande; el manatí en la cuenca del Orinoco y en el bajo Caura; los chaguaramales dentro del Parque Nacional Turuépano; y la tortuga cabezón, especie endémica del estado Zulia. Asimismo, destaca los estudios realizados sobre la herpetofauna de la Sierra de Perijá, “totalmente desconocida para la ciencia y de los cuales se han derivado 23 especies nuevas de reptiles y anfibios para el país”; y el catálogo de los peces de la cuenca del río Tuy, “ecosistema que alberga la mayor cantidad de especies en estado de amenaza por la contaminación de sus aguas, desviación de los cursos de sus ríos, la desecación de los mismos y el grado de deforestación, encontrándose aún remanentes de peces considerados extintos para esta cuenca”.

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Enumera que todos los corales, arañas y moluscos están amenazados por la pérdida de hábitat, al igual que 95% de los peces óseos, 92% de las aves, 87% mamíferos, 78% insectos, 78% reptiles y 67% anfibios. Las otras causas que afectan a la fauna venezolana son: la cosecha -cacería, comercio, mascota, control de plaga y usos tradicionales- (40%), la contaminación (39%), los cambios en la dinámica poblacional de especies nativas (17%), especies exóticas invasivas (15%), mortalidad accidental, desastres naturales y perturbación humana (8% cada una), entre otras. Aclara Rojas-Suárez que la destrucción del ambiente se observa en bosques como el del Parque Nacional El Ávila Waraira Repano “que se ven muy verdes, pero más del 90% de sus ecosistemas son secundarios, totalmente alterados”. Agrega que la fragmentación ocurre mucho en Los Andes, ecosistema que a su juicio se ha convertido en “islas” debido a que se protege la cúspide de la montaña, desapareciendo todo lo demás “y los animales que quedan no tienen capacidad de intercambio genético, de reproducirse con otras localidades y eventualmente quedan aislados, deteriorándose hasta que se extinguen”.

La biodiversidad acuática: amenazada y desconocida Informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) prevén que este importante ecosistema y determinadas poblaciones de peces, experimenten un declive a causa de factores como la sobrepesca, la invasión de especies y la contaminación. De ahí su división en 13 ecoregiones que ordenan el espacio marino de acuerdo a características geomorfológicas y ambientales, dándole unidad “y a la vez una flexibilidad para entender los procesos que se suceden desde la zona Atlántica hasta el Golfo de Venezuela”. Hasta la fecha se han identificado 4.737 especies marinas de las cuales, 3.330 corresponden a la fauna y 1.407 a la flora marina (manglares, pastos, fitoplancton y macroalgas). Un número subvalorado porque, tal como aclara Klein, en términos de superficie, la cobertura total del área marina de Venezuela es de 860.000 km2, “con una riqueza de especies impresionante, gran parte aún desconocidas”.

Riqueza de agua dulce

Una especie de almeja (Pholadomya candida Sowerby), que se pensaba extinta fue encontrada viviendo en las praderas de fanerógamas marinas, a 2m de profundidad en la zona de Santa Marta, Colombia. (Foto Juan Manuel Díaz)

Riqueza marino-costera Eduardo Klein, biólogo e investigador de la Universidad Simón Bolívar (USB), explica que el ecosistema marino es muy dinámico por ser tridimensional, y en él los peces y otros organismos conviven en complejas relaciones con el ambiente, “lo que a su vez hace que se trate de ecosistemas muy delicados, y que al romperse una de esas conexiones se pueda desbalancear el equilibrio ecológico, conllevando a la desaparición de especies o del ecosistema mismo”. Klein confirma que en un país tropical como Venezuela, no es de extrañar la alta diversidad de ecosistemas marinos. “Desde las zonas muy someras, playas arenosas o bosques de manglar y arrecifes de coral, donde se pueden conseguir decenas de especies de peces en áreas de 100 m2; también encuentras las praderas de fanerógamas marinas que son muy productivas y, cuando entras un poco más en el océano, zonas de fango hasta zonas profundas”.

Mario Ortaz, biólogo e investigador de la Universidad Central de Venezuela, comenta que si bien en las últimas décadas se han hecho importantes esfuerzos, aún es mucho lo que hay que avanzar para lograr estimar la biodiversidad presente en los ecosistemas de agua dulce venezolanos. Sin embargo, puntualiza que Venezuela está considerada entre las más diversas del Neotrópico, con más de 1.200 especies de peces, de las cuales 37,5% pertenecen a los carácidos (orden Characiformes) y 33% a los bagres (orden Siluriformes), siendo las cuencas de los ríos Orinoco, Apure y el delta del Orinoco las áreas con mayor diversidad. No obstante, señala que 26 especies de bagres están amenazadas y una especie de corroncho, reportada para la cuenca del lago de Valencia, está extinta. A su juicio, son pocos los ejemplos de manejo adecuado de estos ecosistemas y con relación a la contaminación de estos cuerpos de agua, igualmente no existen programas en la actualidad que intenten detener y revertir el proceso de contaminación. “Se considera que sólo el 25 % de los efluentes que se producen en el país reciben algún tipo de tratamiento, antes de ser vertidos a los cuerpos de agua receptores”. Según el inventario del Ministerio del Ambiente, el país cuenta con más de un millar de ríos, 124 de ellos con cuencas mayores a 1.000 km2 y más de 500 cuencas menores a 100 km2; 2 lagos y 2.500 lagunas naturales.

Censo de vida marina Patricia Miloslavich, bióloga e investigadora de la USB, forma parte de la red global de científicos que trabaja en el proyecto “Censo de la Vida Marina” (www.coml.org), que desde hace 10 años se desarrolla con el objetivo de estudiar la diversidad, distribución y abundancia de la vida marina en todos los océanos, “desde lo que vivió en ese ecosistema en el pasado, de lo que vive actualmente y lo que vivirá”. Venezuela participa en el comité de Suramérica con investigadores de la USB, Universidad de Oriente y Universidad Central de Venezuela, además de coordinar el comité del Caribe. Miloslavich refiere que en este último, Venezuela participa en cinco proyectos, de los cuales lidera el Proyecto Histórico sobre el Impacto Humano en los Grandes Moluscos, especialmente del botuto (Strombus gigas). En otros estudios, Miloslavich destaca lo observado en la variación del patrón de biodiversidad, encontrando que “es más alta al occidente, es decir más cerca de la zona de cierre del Canal de Panamá, disminuyendo hacia el extremo de Trinidad y Tobago, lo que coincide con el patrón observado en corales”. Comenta que el proyecto Censo de la Vida Marina ha registrado 230 mil especies de las cuales 5 mil son nuevas para la ciencia, “aún cuando estamos conscientes de

que en cuanto a microbios, zooplancton y grupos conocidos de peces, aún falta mucho por descubrir”.

48 años de ciencia marina Hace 48 años, la Fundación Científica Los Roques (FCLR) entendió la importancia de conocer una de las biodiversidades más altas de todo el océano Atlántico. Sus investigaciones han permitido conocer no sólo la biología y ecología del Archipiélago Los Roques, sino también su pasado arqueológico. Decretado Parque Nacional en 1972, Los Roques alberga una alta diversidad de especies: 712 especies de fauna y 136 especies de flora marina. Bellatrix Molina, bióloga y directora general de la FCLR, explica que en la actualidad desarrollan el programa de monitoreo a largo plazo sobre el estado de salud de los arrecifes de coral; el programa de conservación de tortugas marinas que contempla la cría en cautiverio de las especies carey (Eretmochelys imbricata), caguama o cabezón (Caretta caretta) y la tortuga verde (Chelonia mydas), liberando hasta el presente más de 16 mil tortuguillas; y el programa de educación ambiental dirigido a los estudiantes de la Escuela Bolivariana Archipiélago Los Roques y a los alumnos de las misiones educativas Ribas y Sucre. Otro de los proyectos a futuro será cuantificar el número de nidos de las especies de aves que anidan en Los Roques, en el cual también participa la comunidad.

Amenazas de los ecosistemas acuáticos Alteración de los ejes fluviales para el traslado de embarcaciones. Pesquería artesanal de subsistencia sin programas de control de extracción y de monitoreo. Actividad petrolera y de hidrocarburos. Desarrollo costero y turismo recreacional. Descargas de aguas servidas sin tratamiento. Tránsito marítimo y de puertos. Transportación de especies invasoras. Contaminación con las aguas de lastre de los buques petroleros. Desechos de acuicultura. Sobreexplotación de los recursos.

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A la Tierra se le llama planeta azul porque 71% de su superficie está cubierta por agua. De este porcentaje, 97,4% son aguas marinas representadas por los mares, océanos, estuarios, ciénagas, pantanos; y apenas 2,6% son aguas continentales o de agua dulce, que incluyen a los ecosistemas lénticos (lagos y embalses) y lóticos (cuencas de drenaje). La biodiversidad de estos ecosistemas acuáticos aún continúa sorprendiendo a la ciencia.

El reto de promover el uso sustentable de la biodiversidad Los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) indican que la biosfera demora poco menos de quince meses en renovar los recursos que

Jabones de sábila, panelas de cacao o cestería indígena. Promover el uso de la biodiversidad de forma sostenible es uno de los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica, que plantea la utilización de cada uno de sus componentes de un modo y a un ritmo que no ocasione su disminución a largo plazo, manteniendo las posibilidades de satisfacer las necesidades de las generaciones actuales y futuras. Sin embargo, para muchos especialistas pasar del concepto a la acción, será el reto. De eso está convencido Alejandro Luy, biólogo y coordinador de la Fundación Tierra Viva, para quien la biodiversidad implica complejidades importantes que deben evaluarse cuando se plantea una propuesta de conservación y uso sustentable de sus componentes. “Hay que mirar todas las interrelaciones que tienen esas decisiones sobre los impactos, de las diferentes cadenas que ocurren dentro de los ecosistemas y de una especie en específico”. Explica que el uso de la diversidad biológica no sólo se refiere al uso directo por captura, consumo o uso de una especie de flora, fauna o de sus productos, sino también el uso indirecto de esos ecosistemas a través de la contemplación, “y esto es fundamental al momento de pensar en el uso que hacemos de ella”. Menciona que desde la Fundación Tierra Viva se trabaja con 40 organizaciones de base que elaboran, en el marco de un modelo de desarrollo sustentable, productos basados en la diversidad biológica, como las microempresas productoras de derivados del cacao, las comunidades indígenas que utilizan moriche para la elaboración de cestería o aquellas que hacen uso de la sábila para producir jabones. Aclara que la conservación de la biodiversidad se hará en la medida en que su uso sustentable signifique una mejora en la calidad de vida en términos sociales, económicos y ambientales de la población, y existan leyes que se cumplan. “No es que no podamos tocar nuestra flora, fauna o los ecosistemas, sino que la manera como los usemos tiene que ser garantizada para las generaciones futuras, ese es el reto”.

Elaboración de cestería warao.

Experiencias locales En Venezuela se han desarrollado programas de manejo de biodiversidad tanto en aprovechamiento comercial de fauna silvestre como en conservación de especies en peligro de extinción. Estas iniciativas han sido el resultado del esfuerzo conjunto entre el sector público y privado, así como organizaciones no gubernamentales y comunidades locales.

Conservando tortuguillas El Programa de Conservación de Tortugas Continentales en el río Caura nació en 2005, luego de un estudio realizado por la Fundación La Salle sobre manejo y uso de recursos de fauna silvestre en el eje agrícola Maripa-Jabillal-La Poncha del estado Bolívar, cuyos resultados evidenciaron un alto consumo y comercialización de la tortuga terecay (Podocnemis unifilis) y la tortuga arrau (Podocnemis expansa). Arnaldo Ferrer, coordinador del programa e investigador de la Fundación La Salle, afirma que el objetivo es recuperar las poblaciones de estas especies, a través del manejo y uso sustentable por parte de las comunidades locales. Desde 2007 se han liberado 8 mil tortuguillas terecay y 7.200 arrau, gracias a la alianza estratégica entre el Zoocriadero Experimental Wasaña, ubicado en Maripa, los aportes obtenidos vía LOCTI y el apoyo del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente.

Concientizar Joaquín Buitrago, biólogo marino de la Estación de Investigaciones Marinas de la Fundación La Salle en Margarita, considera que la sostenibilidad es un término usado para definir la relación deseada entre la humanidad y el resto de los componentes de la naturaleza; no obstante, está convencido que esa creencia de usar los recursos naturales selectos de diversos ecosistemas, sin entender su dinámica, “ha llevado al deterioro de muchos de ellos”. Insiste en la necesidad de concientizar a la humanidad sobre la importancia de los bienes y servicios que proporciona la naturaleza, para entonces confiar en que la protegerá. “No es una relación electiva, necesitamos aire para respirar, agua para beber. La naturaleza es el capital natural y si lo atacamos estamos en problemas”. Tortuguillos reintroducidos a su medio natural.

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la humanidad utiliza en un año.

Cultivo de mejillones y ostras La Fundación La Salle ha realizado importantes aportes científicos para un mejor desarrollo del cultivo de ostras y mejillones en el país. A través del desarrollo de tecnología innovadora de producción “amigable con el ambiente”, y la transferencia de esos conocimientos a las comunidades de pescadores, el equipo de científicos y acuicultores de la Fundación La Salle se propone crear conciencia sobre el manejo sustentable de estos recursos. La acuicultora Milagro Daza, coordina el Proyecto de Capacitación en el Cultivo del Mejillón Marrón (Perna perna) dirigido a las comunidades de pescadores de Los Algodones y Brisas del Mar en el estado Nueva Esparta. “Los bancos naturales de este recurso se consiguen cada vez menos, porque han sido desplazados por el mejillón verde (Perna viridis), de ahí la importancia de crear conciencia sobre la extracción del recurso, ofrecerles inforMedición de tallas en cultivo de ostras. mación básica de la biología de la especie y evitar la sobreexplotación”. Por otra parte, el manejo sustentable y sanitariamente óptimo de la ostra de mangle (Crassostrea rhizophorae), mediante su cultivo en balsas flotantes, es el proyecto que adelantan los investigadores de la Fundación La Salle José Monente y Henry Egañez, en Carenero. Este recurso se encuentra en condiciones precarias “debido a la sobrepesca y a los métodos poco sustentables de recolección”. Tanto Monente como Egañez están convencidos que para lograr el éxito de esta propuesta es fundamental “la presencia de la comunidad organizada que recibirá la tecnología desarrollada y, con ella, mejorará su calidad de vida”.

El impacto o daño a la diversidad biológica y a nuestros ecosistemas

Prácticas ecológicas indígenas

acuáticos por parte de

Reconocer el valor de los conocimientos tradicionales y las prácticas de gestión que tienen que ver con la conservación y el uso sostenible de la diversidad biolólas especies introducidas gica es una de las esferas de acción del Convenio de Diversidad Biológica (CDB). Las investigaciones desarrolladas por el Centro de Estudios Antropológicos (CEA) todavía no ha sido del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), dan cuenta de unas cuantificado. prácticas ecológicas indígenas que desde tiempos inmemoriales han sabido adaptarse a su ambiente e incluso han contribuido con el mantenimiento de la biodiversidad. Los trabajos del antropólogo Rafael Gassón, sobre el cambio en la ocupación y uso del paisaje en los Llanos altos y piedemonte del estado Barinas, permiten constatar la adaptación de las comunidades amerindias a las condiciones del llano. Explica que para desarrollar una agricultura intensiva, que se adaptara a las fuertes sequías y las excesivas lluvias, los indígenas utilizaron las unidades topográficas del llano (el banco, que son las partes altas de las sabanas que no se inundan; los bajíos, la parte donde escurre el agua y el estero donde se acumula el agua), extendiéndolas de forma artificial, construyendo camellones para retener el agua. Señala que con esta práctica han logrado que en el tiempo seco, entre camellón y camellón, haya un canal donde el agua se acumule; mientras que en la época de lluvia cuando todo está inundado, hay tierra seca en los camellones, donde cultivar.

La práctica del cultivo de peces (acuicultura), como actividad orientada al uso sustentable de los recursos, al proveer proteína accesible a la población, tiene implicaciones que deben ser consideradas cuando a especies introducidas se refiere. A juicio de Oscar Lasso-Alcalá, biólogo e investigador de la Fundación La Salle, es necesario evaluar el costo beneficio de introducir una especie con fines de acuicultura. Explica el caso de la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), que fue introducida en los Andes en 1936, proveniente de Norteamérica, sin hacer estudios previos sobre la ictiofauna existente en esta región, afectando especies de bagres endémicos y desconocidos para la ciencia de las familias Trichomycteridae y Astroblepidae, típicas de la región. Indica que la tilapia (Oreochromis mozambicus) es otro ejemplo de una práctica de cultivo mal manejada cuando en 1964 introdujeron 800 ejemplares en la laguna de Los Patos (estado Sucre), procedente de Trinidad y 12 años más tarde, había hecho desaparecer 80% de las especies nativas de dicha laguna. “El impacto o daño a la diversidad biológica y a nuestros ecosistemas acuáticos por parte de las especies introducidas todavía no ha sido cuantificado”.

Extracción de almidón de médula de moriche.

Programa modelo Uno de los programas de aprovechamiento sostenible de fauna silvestre más exitosos a nivel mundial, se encuentra en Venezuela. El programa baba (Caimán crocodilus) se inició a finales de los años 60, llegando a cosechar hasta el 2005, unos 70 a 80 mil animales por año. Este programa se desarrolla en Los Llanos occidentales del país (Barinas, Cojedes, Portuguesa, Guárico y Apure) y ha sido modelo para Estados Unidos, Bolivia, Paraguay, Brasil, Australia y varios países africanos. Además de la baba, la normativa venezolana contempla el aprovechamiento comercial del morrocoy (Chelonoides carbonaria), el chigüire (Hydrochaerus hydrochaeris) y tres especies de psitácidos (guacamayas y loros). Álvaro Velasco, biólogo y miembro del grupo de Especialistas de Cocodrilos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), apunta que para diseñar un programa de aprovechamiento comercial y uso sustentable es prioridad conocer la biología de la especie, su abundancia y sus características, que permita un modelo de gestión en función de los productos apetecibles por el mercado. Añade la importancia de realizar programas de seguimiento que evalúen el impacto de la cosecha, sin poner en peligro la supervivencia de la especie y en la que se invierta parte de los beneficios económicos en programas de conservación, bien sea con la misma especie u otra que se encuentre amenazada de extinción. Respecto al Programa de Aprovechamiento Comercial del Chigüire, Velasco comenta que en 39 años de ejecución se ha permitido aprovechar un total de 1.045.110 individuos, mediante un plan de manejo cada 3 años de las poblaciones naturales, ubicadas en tierras de propiedad privada en Los Llanos inundables del suroeste de Venezuela.

Asimismo, los estudios de Eglée y Stanford Zent sobre la etnobotánica y la ecología del comportamiento entre los Hotï, evidencian que esta población indígena de la Guayana venezolana “presta servicios que emulan los procesos naturales y contribuyen a incrementar la biodiversidad”. Las observaciones de los Zent señalan que las conductas de los Hoti en cuanto a cosecha y dispersión de frutos arbóreos, explotación y manipulación de palmas, manejo de gusanos de la palma seje (Jessenia sp.), cultivo de claros naturales y extracción de miel, “han tenido un impacto considerable en la composición, diversidad y estructura de los bosques”. Consideran que estas prácticas indígenas deben incorporarse en planes de desarrollo “para explicar y mantener la rica biota tropical, tanto más cuando se han reportado índices de endemismo más altos en bosques sometidos a niveles intermedios de alteración humana, los cuales pueden jugar un papel importante en la conservación de la biodiversidad”.

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Especies introducidas

El reporte del Programa de las Naciones Unidas para Las Áreas Protegidas (AP) atesoran recursos pael Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional ra las generaciones futuras. En ellas se conserpara la Conservación de la Naturaleza (UICN) van fuentes de agua, especies en peligro de extinción, ecosistemas de excepcional valor ecoagrupan 100.000 sitios en el planeta que resguardan lógico y recursos genéticos. Además, proveen genes, especies y ecosistemas, de los cuales 229 de múltiples bienes y servicios ambientales vitales para la supervivencia de la humanidad. corresponden a Venezuela. Son ordenaciones territoriales e instrumentos legales esenciales para la conservación de la biodiversidad y así lo ha concebido el Estado venezolano, al superar el estándar internacional de 10% de la superficie nacional dedicada a la conservación del ambiente. Maria Pía Bevilacqua, bióloga y directora ejecutiva de la Asociación Venezolana para la Conservación de Áreas Naturales (ACOANA), reconoce el extenso marco legal y técnico que refrenda la política ambiental venezolana, ubicándolo entre los países de mayor territorio resguardado por áreas protegidas. Aclara que aunque Venezuela ha decretado 265 Quebrada del Medio, Pozo El Niño. Ramal de Calderas, estado Barinas. AP de importancia para la conservación de biodiversidad, que abarcan cerca de 55,6% del teInsiste en que, tal como se ha planteado en los diferenrritorio nacional, este porcentaje está sobreestimado detes foros internacionales sobre AP, es urgente abordar bido al solapamiento entre numerosas áreas de acuerdo cuatro aspectos esenciales: una representación adecuaa la categoría de manejo, en especial las reservas forestada de la biodiversidad, la valoración económica de los les y monumentos nacionales ubicados al sur del país. bienes y servicios ambientales, el financiamiento y la Asimismo, la cifra se eleva a 383 AP al considerar las zoatención a los pueblos indígenas. nas de seguridad, fronteras, interés turístico y sitios de patrimonio histórico cultural. Explica que estas AP, conocidas en el derecho ambienElemento estratégico tal venezolano como Áreas Bajo Régimen de AdminisDe acuerdo al informe presentado por el Instituto Natración Especial (ABRAE), permiten la protección de paicional de Parques (Inparques) en el marco del II Consajes relevantes, grandes superficies boscosas, cuencas greso Latinoamericano de Parques Nacionales y otras hidrográficas, variadas formaciones vegetales, así como Áreas Protegidas (Argentina 2007), las áreas protegidas especies de flora y fauna; y a promover la interconexión “son piezas fundamentales en la búsqueda por alcanzar entre parques nacionales mediante los corredores ecoel mayor grado de satisfacción del desarrollo bio psicológicos, la protección de territorios indígenas y la resocial del ser humano, en una sociedad solidaria, respepresentación ecosistémica. tuosa y amante de la paz”. Sin embargo, reitera que el modelo de gestión del EstaEste rol otorgado por el Estado venezolano, califica a las do debe dar respuesta al aumento de las actividades exAP como “elementos estratégicos para la vida, la defentractivas de recursos naturales, al avance de la frontera sa, la seguridad y la soberanía”, cuya gestión debe ser agrícola y al ordenamiento en la ocupación del territoconcebida bajo la responsabilidad compartida. Detalla rio. Enumera que sólo el 26,4% de las AP en Venezuela que Venezuela es el segundo país en América del Sur, tienen planes de ordenamiento aprobados, el 45% de después de Brasil, con más Parques Nacionales (PN) y las unidades de vegetación natural no se encuentra proque existe al menos un área protegida en todos los pisos tegido y apenas 22 ambientes marino-costeros se enaltitudinales del territorio, desde la fosa submarina más cuentran bajo la figura de ABRAE. profunda del PN Archipiélago Los Roques (-1.500 m)

“En Venezuela, la inversión en el sistema nacional de áreas protegidas está impidiendo la sedimentación, que de lo contrario reduciría las ganancias de las granjas en unos 3,5 millones de USD al año”. Achim Steiner, director del PNUMA.

hasta la máxima altura del país en el PN Sierra Nevada, representada por el Pico Bolívar con 4.980 msnm. Además, asegura que en los próximos años se proponen lograr “un esquema de procedimiento que le permita la creación de nuevas áreas”.

Contribución de las ONG La contribución de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) ambientalistas en el conocimiento de la biodiversidad en áreas protegidas, ha sido el “denominador común” de su gestión. A juicio de Viviana Salas, bióloga y coordinadora de la ONG Bioparques, el objetivo de “promover la investigación y educación para la conservación ambiental” siempre ha estado presente en el movimiento ambientalista venezolano desde hace 80 años, con la creación en 1929 de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales. Considera que “siempre han dedicado cuantiosos esfuerzos para reducir la carencia de información ambiental a todo nivel y para concientizar a los ciudadanos en la conservación de los recursos naturales, a través de productos concretos y de mecanismos de capacitación o sensibilización como cursos, talleres y foros”. Anuncia que trabajan en reactivar la Asociación Red de Organizaciones Ambientales (ARA) para darle más soli-

dez al movimiento ambiental como una de las principales ejecutoras de las investigaciones en conservación de especies y recursos naturales, en conjunto con las universidades.

Valor económico de la naturaleza

No se trata de colocarle precio a la naturaleza, pero sí de hacerla visible en los foros de cálculo y planificación de una sociedad. Martín Rada, investigador de la Fundación La Salle en Margarita, explica que la sociedad y los hacedores de políticas que toman decisiones centradas en información tangible, para conservar y proteger los servicios que prestan las áreas protegidas, “necesitan argumentos basados en unidades comúnmente comprendidas”. Señala que los servicios ecosistémicos al no ser adecuadamente cuantificados, terminan asignándoles muy poco peso en las decisiones políticas. “El objetivo de esta herramienta es tener un instrumento de intercambio de lengua13.595.725 ha je para distintas disciplinas, en especial para los 1.142.193 ha que toman decisiones públicas que muchas ve96.955 ha ces no imaginan los beneficios económicos que 293.486,85 ha puede generar un Parque Nacional. Al aplicar 9.276.500 ha esta herramienta se dan cuenta de la necesidad 1.721.960 ha de mantenerlo no sólo porque es una reserva, 12.626.368 ha sino porque genera cantidades increíbles de di3.387.906 ha nero a los sectores que se están beneficiando di3.674.071 ha rectamente de la existencia del parque”. 1.052.546 ha Para Rada, valorar de forma integral los servi11.771.838 ha cios prestados por estas áreas, es imprescindi3.984.814 ha ble para ubicarlos en el contexto de la planifi133.365 ha cación y gestión del desarrollo sostenible, “úni7.793 ha ca forma de garantizar su subsistencia”. 345.778 ha

Cifras 43 Parques Nacionales 21 Monumentos Naturales 7 Refugios de Fauna Silvestre 7 Reservas de Fauna Silvestre 2 Reservas de Biosfera 14 Reservas Hidráulicas 55 Zonas Protectoras 38 Áreas Boscosas Bajo Protección 6 Áreas Críticas con Prioridad de Tratamiento 8 Lotes Boscosos 10 Reservas Forestales 6 Áreas Rurales de Desarrollo Integral 16 Áreas de Protección de Obras Públicas 2 Zonas de Reserva para Embalses 6 Zonas de Aprovechamiento Agrícola Total

62.915.190 ha

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Áreas protegidas: conservar para el futuro

Mariposas amarillas de la familia Pieridae consumiendo minerales en el suelo.

La conservación de la biodiversidad y el Estado El titular de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente

2010 no sólo es el año para celebrar la riqueza se perfila como uno de los de las formas de vida que habitan la Tierra, sino países que cumplirá también para rendir cuentas. Los países signatarios del Convenio sobre Divercon las metas establecidas sidad Biológica (CDB) se comprometieron a tocon la participación de la mar una serie de medidas, para reducir la pérdida de biodiversidad, y llegar a la Meta 2010 con población en este proceso”. un saldo a favor. Entre las acciones acordadas está la creación de más áreas forma inmediata, con acciones y protegidas y la formulación de estrategias y planes, que políticas claras que permitan eliintegren la diversidad biológica en la toma de decisiones minar el modelo de desarrollo que gubernamentales y en todos los sectores de la sociedad. se basa en la extracción sin límites En ambas, Venezuela lleva un paso al frente al concrede recursos y en el uso inescruputar la Estrategia Nacional para la Diversidad Biológica, loso de la biodiversidad”. en junio 2001, y destinar más del 15% de su territorio a Cabe destacar que en la actualidad, áreas protegidas. la ONDB reorienta la Estrategia NaJesús Manzanilla, Director General de la Oficina Naciocional para la Diversidad Biológica de 2001, en concornal de Diversidad Biológica (ONDB) del Ministerio del dancia con los lineamientos enmarcados en la ConstiAmbiente (MinAmb), en declaraciones ofrecidas a las tución de la República Bolivariana de Venezuela y el Plan agencias oficiales de noticias, anuncia que “Venezuela Nacional Simón Bolívar 2007-2013, de tal forma que resse perfila como uno de los países que cumplirá con las ponda a la concepción humanista “que promueve una metas establecidas con la participación de la población relación diferente entre seres humanos y la Madre Naen este proceso”. turaleza, para impulsar un modelo de desarrollo alternativo fundamentado en la sustentabilidad ecológica, económica, social y política. Para ello se plantean, en el Asunto de Estado Plan Nacional de Conservación de la Diversidad BiolóEl titular de la ONDB reitera que “la conservación de la gica, siete líneas estratégicas como elementos técnicos diversidad biológica es un asunto de Estado, teniendo para abordar la situación actual de la pérdida de Divercomo marco estratégico que el conocimiento, la consersidad Biológica y siete ejes transversales como elementos vación y el manejo de la diversidad biológica, se entienpolíticos y sociales necesarios para garantizar la conserden como vías para consolidar una sociedad más justa y vación de la Diversidad Biológica con compromiso soequitativa para las generaciones presentes y futuras” cial, en el marco de la construcción del Socialismo del Explica que en Venezuela “resulta imposible disminuir Siglo XXI”. la pérdida de la diversidad biológica si no se actúa de

Líneas estratégicas 1. Gestión de la información sobre Diversidad Biológica Establecer los mecanismos, herramientas y procesos que promuevan la investigación y garanticen el acceso al conocimiento para la ejecución y seguimiento del Plan Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica.

3. Áreas estratégicas para la conservación Preservar y restaurar espacios del territorio importantes para la conservación de la Diversidad Biológica, cuyos elementos naturales, los hacen estratégicos para la Nación por los beneficios sociales que se derivan de su conservación y su contribución a la suprema felicidad social.

2. Conservación de especies amenazadas Garantizar la preservación de especies amenazadas, utilizando técnicas de manejo que incluyan la reintroducción, el traslado de especies, y el seguimiento de los programas; así como la incorporación de centros de conservación ex situ.

4. Aprovechamiento sustentable de la Diversidad Biológica Promover y regular el aprovechamiento sustentable de la Diversidad Biológica con el objetivo de fortalecer las economías locales y promover la soberanía alimentaria de los pueblos.

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anuncia que “Venezuela

5. Prevención, control y erradicación de especies exóticas Establecer y ejecutar acciones dirigidas a la identificación, prevención de la introducción, control y/o erradicación de especies que se encuentran fuera de área de distribución natural. 6. Control y fiscalización de organismos genéticamente modificados Consolidar mecanismos, procedimientos y acciones destinadas a regular las actividades con OGM, con la finalidad de evitar los efectos adversos sobre la Diversidad Biológica, promover la soberanía alimentaria y la suprema felicidad social.

7. Prevención y manejo del tráfico o comercio ilícito de especies Consolidar un sistema de prevención y manejo del tráfico ilícito de especies, basado en investigación, vigilancia, acciones de comando rápido, sistemas de rehabilitación de organismos vivos y desarrollo de programas de educación ambiental e inclusión social.

Ejes transversales 1. Ética ecosocialista Impulsar la construcción y consolidación colectiva del ecosocialismo, partiendo de la herencia histórica de Nuestra América y profundizando los valores humanistas de amor, dignidad, inclusión, participación, responsabilidad, justicia social, equidad y solidaridad intergeneracional, como principios y vías hacia la Suprema Felicidad Social perdurable.

2. Soberanía Promover la conservación y el uso sustentable de la Diversidad Biológica en Venezuela en un marco regional, continental y mundial orientado a la gestión digna y soberana como vía hacia la integración solidaria y la Suprema Felicidad Social perdurable de los pueblos. 3. Educación para la conservación Garantizar el acceso al conocimiento sobre Diversidad Biológica, su valor social como patrimonio natural y recurso fundamental para el desarrollo de la Nación, sus amenazas y las políticas de gestión para su conservación en nuestro país, con el objetivo de crear una conciencia crítica y empoderar a los venezolanos y venezolanas en la defensa de la Diversidad Biológica. 4. Inclusión y justicia social Garantizar la inclusión y el empoderamiento de todos los venezolanos y venezolanas en la gestión de la Diversidad Biológica, y en la participación justa y equitativa en los beneficios que de ella se derivan. 5. Legislación ambiental Definir y actualizar el Marco Legal que regula la gestión de la Diversidad Biológica como elemento indispensable para el desarrollo sustentable colectivo e individual dirigido a la consecución de la Suprema Felicidad Social perdurable.

6. Gestión para la Conservación Definir y actualizar el Marco Legal que regula la gestión de la Diversidad Biológica como elemento indispensable para el desarrollo sustentable colectivo e individual dirigido a la consecución de la Suprema Felicidad Social perdurable.

7. Gestión y Política Internacional Promover una gestión efectiva que garantice la conservación y aprovechamiento sustentable de la Diversidad Biológica en base a los lineamientos del presente Plan.

Especifica el director de la ONDB que la Estrategia Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica 20102013 ha sido estructurada en dos componentes: el Plan Nacional y los Planes de Acción, ambos concebidos bajo la más amplia participación de todos los sectores de la sociedad. “El Plan Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica 2010-2013 fue construido con la participación protagónica de amplios sectores de la sociedad, en más de 15 talleres llevados a cabo durante 18 meses, que incluyeron a más de 1.200 personas a nivel nacional, permitiendo la participación simultánea de académicos, servidores públicos, aficionados, organizaciones sociales de base y público general, promoviendo el debate y enriqueciendo el diagnóstico con diferentes puntos de vista”. Considera que más que un proceso de consulta, ha sido “un ejercicio de construcción colectiva basado en el diagnostico de la realidad y en la búsqueda de soluciones. No llegamos a los talleres a consultar un documento pre elaborado, sino que preparamos el documento a

partir de los resultados de cada taller, esa es la verdadera diferencia entre la democracia participativa y la democracia protagónica”. El funcionario del MinAmb invita a todos los sectores de la sociedad a participar en la segunda fase de la elaboración de la Estrategia Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica y en la construcción colectiva de los planes de acción, “siempre y cuando estas contribuciones cumplan con los lineamientos del Plan Nacional de Conservación. No podemos seguir teniendo actores que se dicen conservacionistas y promueven, con sus prácticas, la exclusión de las comunidades o vulneran nuestra soberanía”. “Reconocemos como un requisito ético y práctico para una gestión ambiental efectiva, la necesidad de participación de las comunidades, incorporando los saberes ancestrales, tradicionales y científicos, mediante un diálogo respetuoso y productivo, en la identificación de problemas y en el diseño, implementación y seguimiento de la gestión ambiental”.

Perro de agua.

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Mono Capuchino.

Planes de Acción

Jesús Manzanilla.

Manzanilla acota que actualmente el equipo de la ONDB trabaja en la elaboración de los planes de acción, “a través de los cuales se detallan las acciones, mecanismos, actores, metas y plazos que permitirán el cumplimiento del Plan Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica, lo cual constituye la segunda fase de construcción de la Estrategia Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica”. No obstante, puntualiza que estos planes de acción deben estar dirigidos a resolver una realidad nacional, regional y local, como garantía de éxito. “Para ello deberá elaborarse un Plan de Acción Nacional, en el cual se precisarán las acciones a gran escala y ocho planes de acción bioregionales, los cuales están enmarcados en una realidad común, basada en una escala con características ecológicas, geográficas, sociales y económicas similares, simplificando la planificación y aplicación en lo local”. Los ocho planes bioregionales se realizarán para las siguientes Bioregiones de Venezuela: 1. Marino-costera-insular. 2. Andes. 3. Cordillera de la costa. 4. Llanos. 5. Delta. 6. Guyano-Amazónica. 7. Depresión del Lago de Maracaibo. 8. Sistema de colinas Lara-Falcón.

La ONDB contempla la creación de un centro integral de investigación, capacitación e intercambio de saberes para la conservación de la diversidad biológica y de centros satélites para la zoocría de especies amenazadas, especies para consumo y viveros.

Crear conciencia tión eficiente de la información sobre diversidad biológica es necesario considerar tanto la generación como el acceso a esta información; en este sentido las colecciones biológicas juegan un papel muy importante por ser un valioso patrimonio de la Nación al resguardar nuestra diversidad biológica y generar información crucial para su gestión. La Red Nacional de Colecciones Biológicas, al promover tanto el fortalecimiento de los nodos, como un sistema de información que incluya a todas las colecciones Biológicas del país, se presenta como un mecanismo crucial para garantizar tanto la generación de nueva información como su disponibilidad para la gestión”. Asimismo, la ONDB contempla la creación de un Centro Integral de Investigación, capacitación e intercambio de saberes para la conservación de la diversidad biológica y de centros satélites para la zoocría de especies amenazadas, especies para consumo y viveros. Estos centros estarán ubicados en el eje fluvial ecológico Puerto Ayacucho-Delta del Orinoco, que comprende el Monumento Nacional Piedra de la Tortuga, el Refugio de Fauna Silvestre de la Tortuga Arrau, Ciudad Bolívar-Puerto Ordaz, la Reserva de Biosfera Delta del Orinoco y el Refugio de Fauna Silvestre Gran Morichal.

Boa Esmeralda.

Escuela Latinoamericana De igual manera, Manzanilla anuncia que como parte de las actividades conmemorativas del Año Internacional de la Biodiversidad, el MinAmb inaugurará en enero 2011, la Escuela Latinoamericana de Diversidad Biológica con sede en la Estación Biológica Rancho Grande, ubicada en el Parque Nacional Henri Pittier - Aragua. “Esta escuela pretende ser un espacio de construcción de saberes, de reflexión, de discusión teórico-metodológica y práctica social con ética de lo colectivo, cuyo propósito principal es el de generar propuestas para la ges-

tión y conservación de la diversidad biológica en Venezuela y en el mundo”. Agrega que la misma estará orientada a “favorecer alternativas que contribuyan con el logro de lo estipulado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como en los planes de desarrollo de la Nación, representados actualmente en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, como expresión de una nueva geopolítica nacional donde la transformación de la relación entre el ser humano y la naturaleza constituya un recurso para la vida”. Añade que en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), “los y las profesionales egresados/as de la Escuela Latinoamericana de Diversidad Biológica, serán seres humanos sensibles, con valores socialistas, capacitados/as para orientar, propiciar y gestionar el desarrollo en áreas de estudio relativas a la ecología política, en beneficio siempre de la conservación de la biodiversidad como patrimonio natural y ancestral garante de nuestra seguridad energética, soberanía alimentaria y política, entre muchas otras”.

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El director de la ONDB reitera que las mencionadas líneas estratégicas para la conservación de la diversidad biológica, y en particular para la consolidación del desarrollo de las áreas naturales protegidas, “son importantes, pero igual importancia tiene la tarea de formación de conciencia y capacitación de talento humano”. En tal sentido, informa que entre su despacho y la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), se diseña una Maestría en Gestión de la Biodiversidad; así como también, se elabora un programa con el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, con el objeto de gestionar la información relacionada a la diversidad biológica, además de la conformación de la Red Comunitaria de Conservación, “que será una instancia de formación de conciencia y fortalecerá la capacidad de los Consejos Comunales para abordar el problema”. Agrega que entre las acciones que adelanta para cumplir con los objetivos trazados en la CDB, está la creación de la Red Nacional de Colecciones Biológicas, “que brindará una importante disponibilidad de información que estará al alcance de todos, a través de las nuevas tecnologías de comunicaciones”. Además, reitera Manzanilla que “para garantizar una ges-

Aportes del marco jurídico venezolano El titular de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica, Jesús Manzanilla enumera lo que ha sido un “proceso constructivo” del escenario legal que permite la conservación de la diversidad biológica y el cumplimiento de las mismas por parte de las instituciones que tienen que ver con vigilancia y control: 1992 Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro): Venezuela se comprometió con los objetivos del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB). Ello incluye su protección desde el nivel genético hasta el ecosistémico, la utilización sustentable de sus componentes y la participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.

“sin justicia social, sin equilibrio entre el ser humano y la naturaleza no es posible alcanzar un modelo de

1994 Venezuela ratifica como ley el Convenio, comprometiéndose a la elaboración de estrategias, planes o programas nacionales para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, así como a integrarlos en los planes de la Nación. 1999 La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela declara de interés nacional la conservación del ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos y los procesos ecológicos, “dando pasos agigantados en la generación de instrumentos con orientación ecológica y ecosocialista”.

Logros 2009 Manzanilla señala que entre las acciones conservacionistas realizadas durante 2009, destaca la prohibición de la pesca de arrastre, “un arte de pesca depredador considerado por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), como una amenaza a la diversidad biológica y a la seguridad alimentaria, acción con la que se reivindica el verdadero valor de la diversidad biológica, considerándola un elemento fundamental para el desarrollo, el bienestar social, la soberanía y la independencia”. Asimismo, enfatiza el reconocimiento obtenido por parte de la UNESCO, que ha otorgado el aval a la Reserva de Biosfera Delta del Orinoco para su inclusión en la Red Mundial de Reservas de Biosfera. “Esta adhesión a la Red Mundial de Reservas de Biosfera se fundamenta en la acertada gestión de esta área protegida en el marco del desarrollo sustentable, que garantiza la conservación, en concordancia con el desarrollo social y económico de nuestros pueblos”. Considera el director general de la ONDB que “el Estado venezolano reconoce el verdadero valor de la participación comunitaria en la gestión de los recursos biológicos, como única garantía de su conservación”. Entre otros logros obtenidos, la ONDB resume: 1. La conservación de especies en peligro de extinción a través de la participación comunitaria con la creación de los Módulos Populares de Conservación para el caimán del Orinoco, tortuga arrau, caimán de la Costa, baba y tortugas marinas.

2. El aprovechamiento sustentable de las especies de la fauna silvestre como loros y guacamayas, baba y chigüire con fines comerciales y de seguridad alimentaria. 3. El Plan Nacional de Vigilancia, Prevención y Control del Virus de la Influenza Aviar. 4. Los parques zoológicos como herramientas de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica. 5. Granjas Comunitarias Conservacionistas para el desarrollo integral de la conciencia eco socialista y la conservación de la diversidad biológica 6. Reserva de Biosfera Socialista El Frío, convertida en un laboratorio natural para el desarrollo endógeno y sustentable; así como también para la conservación de la diversidad silvestre y agrícola. 7. Comunas Eco socialistas fortaleciendo el poder popular en las áreas naturales protegidas y redefiniendo las ABRAE. El objetivo es incrementar los servicios dirigidos a las comunidades presentes en los refugios de fauna silvestre de la tortuga arrau ubicado en los estados Apure y Bolívar, y en la Ciénaga de Los Olivitos en el estado Zulia, para aumentar la calidad de vida, garantizar la conservación del patrimonio natural y fomentar la economía comunal. A juicio del funcionario del MinAmb, “sin justicia social, sin equilibrio entre el ser humano y la naturaleza no es posible alcanzar un modelo de desarrollo sostenible”. Fuentes consultadas: minAmb.gob.ve/ABN/ONDB

2000 Se crea la Oficina Nacional de Diversidad Biológica con el fin de hacer seguimiento y dar cumplimiento a los compromisos con el CDB. 2006 Se reforma la Ley Orgánica del Ambiente. 2008 Se reforma la Ley de Gestión de la Diversidad Biológica. 2009 Se crea el Registro y Red Nacional de Colecciones Biológicas. 2010 Se decreta la creación de la Empresa Nacional Forestal Socialista.“Sin embargo, aun estamos en la construcción de reglamentos específicos y en la actualización de instrumentos legales elaborados anteriormente a la Constitución vigente, tanto en lo filosófico-político como en lo referente a sanciones penales y administrativas, lo cual nos permitirá ejercer acciones cada vez más eficaces en la protección de nuestros recursos biológicos”, complementa Manzanilla.

Valles de Aragua.

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desarrollo sostenible”.

Coordinar las campañas de educación ambiental dirigidas las comunidades, para facilitarles las herramientas necesarias para la conservación, uso y manejo adecuado de los recursos biológicos que se tienen en el país. La investigación en biodiversidad debe estar apoyada por los distintos organismos del Estado venezolano, y sus resultados deben estar a la disposición de los distintos organismos gubernamentales para la planificación y mejor toma de decisiones. Invertir en el desarrollo tecnológico de la investigación costa afuera, apoyando los programas cercanos a la costa y aquellos que aún están inexplorados, como las zonas del borde de la plataforma continental. Trabajar en cooperación con instituciones a nivel nacional e internacional, de manera de unir esfuerzos no sólo en la investigación sobre el estado del conocimiento de la biodiversidad, sino también en las estrategias de divulgación de esa información científica.

Biodiversidad en Sistemas Acuáticos Monitoreo permanente de la calidad ambiental de las aguas con el objeto de detectar la presencia de contaminantes y su concentración. Seguimiento a la actividad pesquera en el eje fluvial del río Orinoco, acompañado de la implementación de programas de regulación de la actividad pesquera considerando volumen de extracción, áreas de pesca, artes de pesca y épocas de pesca. Monitoreo permanente de la distribución espacial de las especies foráneas que han sido introducidas en los distintos ambientes, con una estimación de la posible variación en sus tamaños poblacionales. Ampliar los límites de ciertas áreas protegidas como, por ejemplo, los de la Reserva de Biósfera Delta del Orinoco, de modo que se incluya a los ambientes lagunares presentes en el delta superior que son únicos en la región. Favorecer el libre acceso a la información sobre diversidad biológica, bien sea a través de publicaciones científicas o de divulgación. Existen más de 9 mil trabajos sobre biodiversidad marina recopilados y al alcance del público a través de la Web: http://bdb2.cbm.usb.ve Planificar para la biodiversidad en función del desarrollo de la nación, por lo que se requieren estudios de planificación previos, sustentados en la normativa legal venezolana enfatizando las nuevas metodologías que permitan este tipo de planificación para la conservación.

Fortalecer las estrategias comunicacionales para transmitir el conocimiento científico y expandir los alcances del mismo a toda la población, comunicarlos de forma efectiva y en un lenguaje didáctico y de acceso público. Realizar inventarios y monitoreos de la biodiversidad acuática en áreas cercanas a instalaciones portuarias, petroleras y de acuicultura y supervisión de las aguas de lastre de las embarcaciones que vengan de otros países.

Especies Amenazadas Apoyar científicamente los proyectos serios de conservación de especies amenazadas que desarrollan organizaciones públicas y privadas del país, así como también contar con el respaldo de los entes científicos a los proyectos responsables. Realizar análisis de datos y publicaciones, y apoyar aquellos que tienen la capacidad logística de tomar los datos pero no de procesarlos. Implementar acciones dirigidas a disminuir la captura incidental o accidental de especies marinas. Promover la labor educativa ambiental a nivel de las comunidades, desde la educación inicial y básica, con énfasis en sus realidades locales. Aumentar el financiamiento hacia la ciencia y conservación en Venezuela, a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, retomando la Agenda de Biodiversidad y haciéndola aplicable a través de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI). Hacer ciertas intervenciones emblemáticas en los grupos de especies más amenazadas que servirían de ejemplo y multiplicación, además de fortalecer los procesos y programas que ya existen como el del caimán del Orinoco, tortuga arrau; y multiplicar la experiencia que además es muy valiosa por el aporte académico que implica en la formación de profesionales.

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Todas las ideas hacen falta

Aplicar las herramientas tecnológicas como las bases de datos, a fin de que las personas que toman decisiones políticas y de estrategias de conservación sepan utilizarlas en los planes de uso y manejo de la biodiversidad marina. El objetivo es que las normativas que se establezcan estén fundamentadas en el conocimiento científico.

Cambio Climático y Diversidad Biológica Gestionar una política nacional de cambio climático, que permita aglutinar a las distintas oficinas públicas y ministerios, a fin de que trabajen de forma coordinada tanto en la reducción de las emisiones de gases, como en la adaptación a las nuevas condiciones que se van a suscitar producto del calentamiento global. Uso más racional del recurso petrolero. Impulsar mediciones, en el año 2011, de las temperaturas del suelo y en algunas turbas de los tepuyes, a través de parcelas de observación que permitan una comparación entre la flora actual con la observada en expediciones históricas, a fin de establecer un observatorio permanente que permita monitorear el fenómeno de cambio climático.

Rancheo de huevos de tortuga en playas del río Caura.

Fortalecer la educación ambiental y el rol de los medios de comunicación social, como herramientas fundamentales para su divulgación. Retomar el 1x1 con el cual se privilegió en la radio la cultura nacional, y adaptarlo a la biodiversidad del país, exigiendo de los medios, mayor cobertura sobre estos temas. Crear un fondo ambiental independiente del cual participen todos los sectores. Lo más difícil de hacer conservación en Venezuela es tener acceso a los recursos internacionales, porque estamos calificados como un país rico.

Fortalecer la formación y capacitación de profesionales de alto nivel en especialidades vinculadas con la diversidad biológica.

Sanear las cuencas hidrográficas del país, en particular la del río Orinoco.

Mantener una política sostenida de educación ambiental como componente integral para la información sobre diversidad biológica, desde las primeras etapas de la educación hasta la universitaria y profundizar los esfuerzos de los científicos desde los medios de comunicación a fin de que divulguen los resultados de sus investigaciones, las cuales repercuten en la sobrevivencia de las especies. Continuar con los proyectos de investigación y del inventario nacional de fauna y flora en los ambientes que los técnicos consideren pertinentes. Consolidar el recurso humano y personal de los museos y colecciones científicas, y a su vez garantizar la dotación para la preservación de ese patrimonio. Apoyar la iniciativa de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica de levantar el registro de todos los museos que existen en el país a fin de fortalecerlos, porque en los bancos de los museos existen tejidos que permiten el acceso a recursos genéticos. Seguir trabajando en evaluaciones de uso y alternativas del recurso de forma sustentable, apoyando y potenciando las experiencias que existen y que han contribuido a mejorar la calidad de vida de las comunidades. Estudiar las amenazas a la diversidad biológica, de acuerdo a las biorregiones y atenderlas según las necesidades.

Fortalecer la investigación para bajar los niveles de incertidumbre y desconocimiento que en cierto modo, se tiene actualmente y por ello se debe apoyar a los centros de investigación que tienen competencia o han hecho investigación. Se requiere incrementar una serie de campañas científicas anuales para conocer el recurso. Entender a través de la información ambiental, los fenómenos climáticos, si son cíclicos y cada cuánto ocurren, lo cual se desprende de series de tiempo largas y de investigaciones a largo plazo. El número de artes de pesca artesanal y embarcaciones deberían estar sustentadas en un estudio de factibilidad que indique que ese esfuerzo es necesario y que no va a ocasionar una sobreexplotación del recurso. Intensificar los inventarios y los estudios biológicos y ecológicos de las especies amenazadas como es el caso de los anfibios. Desarrollar la capacidad de implementar protocolos de diagnóstico del hongo, en virtud de que es la mayor amenaza, para lo cual es necesario contar con un laboratorio que estudie estas enfermedades y realice despistaje de infecciones. Promover la conservación ex situ para lo cual es necesario un protocolo que permita la reproducción de las especies. Formación de recurso humano con énfasis en la interdisciplinariedad, dirigidos a los conocimientos de genética, enfermedades, diagnóstico, fisiología, entre otras.

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Compromiso para la continuidad y constancia metodológica de los proyectos de investigación. Contar con un cuerpo de Guardería Ambiental capacitado, formado y en número suficiente que abarque la extensa superficie de las áreas protegidas en Venezuela y sus Parques Nacionales.

Ser sensatos, reconocer que el uso de la diversidad biológica tiene un límite que viene dado, entre otras cosas, por el crecimiento de la población y la demanda de recursos.

Conocer la abundancia de la especie en el área donde se pretende implementar el programa de aprovechamiento y uso sustentable de una especie en particular.

Ejercer la co-responsabilidad en la conservación de la diversidad biológica de manera que nuestras acciones tengan una incidencia en ello. Si botamos basura, promovemos incendios, incumplimos la normativa o consumimos especies amenazadas no estamos siendo coherentes.

Estudiar la biología de especies que permita diseñar un modelo de gestión en función de los productos apetecibles por el mercado, con programas de seguimiento que evalúen el impacto de la cosecha sin poner en peligro la supervivencia de la especie.

Ayudar en el proceso educativo a todos los niveles, desde nuestros hogares podemos ser promotores del cambio y ser líderes dentro de esos procesos de respeto por la naturaleza.

Incorporar los estudios realizados por las ONG ambientalistas y las universidades que le permitirán al Ministerio del Ambiente diseñar un plan de manejo basado en dicha información científica.

Apoyar a las iniciativas socio productivas basadas en la diversidad biológica que garanticen el uso sustentable de recurso, pero también la calidad de vida de la gente.

Debe existir una legislación que norme el programa de manejo de fauna y que esté acorde a la realidad económica nacional e internacional del momento, con tasas fiscales que incentiven el aprovechamiento sustentable del recurso y no hacerse una carga económicamente inviable.

Apoyar a las ONG que desde hace tiempo han promovido los cambios más importantes desde el punto de vista de manejo del conocimiento de la diversidad biológica en el país. Realizar estudios detallados de las especies introducidas en las localidades donde fueron encontradas, estudios sobre la biología y ecología. Realizar monitoreos o seguimientos de las especies introducidas que ya están establecidas y su influencia o impacto sobre las especies nativas.

Auspiciar programas de capacitación y formación en las comunidades costeras con el objetivo de transferir los conocimientos tecnológicos, que contribuyan con el desarrollo de la acuicultura como herramienta para producir proteína de bajo costo. Impulsar la valoración integral de los servicios prestados por las áreas protegidas, a fin de ubicarlas en el contexto amplio de la planificación y gestión del desarrollo sostenible, a nivel nacional, regional y local, garantizando así su subsistencia, más aun si reconocemos que están bajo una creciente presión antrópica, haciendo que la toma de decisiones adecuadamente fundadas sea crítica y deba ser rápida.

Evitar el ingreso de especies marinas para ser utilizadas en actividades de acuicultura.

Abordaje antropológico-cultural Entender que vivimos en un ambiente muy rico y a la vez frágil, pero que las personas desde la cotidianidad pueden hacer muchas cosas para conservarlo, que pudieran parecer simples, pero que si se suma como esfuerzo colectivo resultan valiosas. Adquirir conocimientos e información sobre lo que está pasando, porque pareciera que existe un cierto egoísmo a desentenderse de los problemas ambientales que se están viviendo, y dejar toda la responsabilidad en un solo sector de la sociedad. Compartir la información científica para que el mayor número de personas tenga acceso a esos resultados, por eso deben fomentarse la publicación de textos a bajos costos y la difusión de libros electrónicos públicos. Apropiarse del método científico como estrategia de vida, de forma tal que las poblaciones analicen sus problemas cotidianos y familiares en términos racionales y alejados de la pseudociencia que se observa a través de los medios de comunicación. Salir del pensamiento individual y pensar que si tenemos una salvación será como humanidad, como colectivo y para hacer sustentable palabra que les gusta a los planificadores y desarrollistas tenemos que pensar en colectivo y concebir el planeta como la casa, el “oikos”, en la que vivimos todos. Comprender la diversidad biológica para poder distinguir los distintos hábitats del país, sus complejas relaciones y actuar en base a este conocimiento. Propiciar el diálogo entre las distintas disciplinas académicas que trabajan directamente con las comunidades, basado en el enfoque transdisciplinario, con el fin de producir soluciones realistas, sustentables y viables, entendiendo las necesidades de la gente.

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Procesamiento de muestras en el laboratorio del Museo de Historia Natural La Salle.

Mantener una mirada muy respetuosa y libre de prejuicios, frente a la definición de cual es la buena actitud que el país debe tener hacia la conservación de sus recursos y la relación con lo humano, basado en el conocimiento respetuoso de las diferencias culturales y de los distintos modos de producción que existen tanto en las culturas indígenas como criollas. Propiciar acciones de conservación y aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica, basadas en un diálogo permanente, entre los tomadores de decisión y las diferentes comunidades y grupos humanos que están en los ambientes naturales objeto de conservación. Incorporar las tradiciones modernas que el país tiene en el manejo de la gestión ambiental, lo que implica reconocer el trabajo, la investigación y las competencias técnicas y profesionales acumuladas a lo largo de los años. Incrementar en las escuelas convencionales o urbanas, las enseñanzas sobre la diversidad cultural y étnica presentes en Venezuela, bajo la óptica de la tolerancia a la diversidad de formas de vivir. Adaptar los programas educativos a las realidades regionales y locales, ampliando los estudios en temas como ecología, botánica, zoología, en un lenguaje accesible para los niños y jóvenes. Generar campañas reales de fortalecimiento de la conciencia ambiental y de la importancia de reusar, reciclar y reducir. Presión de la sociedad civil internacional para que los patrones de consumo y de producción y reproducción, se redirijan hacia el uso sustentable de la diversidad biológica.

Reforzar el papel que tienen las organizaciones ambientales no gubernamentales dentro de la sociedad venezolana, fomentando un cambio de actitud hacia la naturaleza, contribuyendo a formar ciudadanos conocedores de temas ambientales, involucrados en la conservación de los recursos naturales, con el fin último de mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Impulsar la participación a través de mesas de diálogo entre los distintos sectores, gobierno, comunidad organizada, pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales, para favorecer acuerdos y definir acciones concertadas. Fortalecer las capacidades locales para propiciar la sostenibilidad de los proyectos de conservación y uso sustentable de la biodiversidad. Promover la inclusión de los temas ambientales en los programas académicos y universitarios de todas las disciplinas, con especial énfasis en las del sector social. Sensibilizar a los medios de comunicación en general y a los comunicadores sobre el valor y pertinencia de los temas ambientales. Incorporar la dimensión intercultural para estructurar un discurso de sustentabilidad, desde el pensamiento indígena y occidental, como base para construir el contexto, la convergencia y los motivos para una agenda común de conservación.

Ecosistemas y Áreas Protegidas Utilizar herramientas como las áreas protegidas estrictas, el enfoque eco sistémico del manejo, el ordenamiento territorial, la valoración de los servicios ambientales y las Evaluaciones de Impacto Ambiental, efectivas y previas a los desarrollos. Constituir un sistema nacional eficaz de áreas naturales protegidas, enmarcado en un entorno social, ecológico y económico amplio, sin fronteras político-administrativas, sustentada en la planificación sistémica y bajo el paradigma del desarrollo sustentable. Revisar el marco conceptual del sistema de áreas protegidas desarrollado por el Ministerio del Ambiente en la década de los ochenta, actualizarlo a la luz de los avances en esa materia, incorporar las realidades nacionales y validarlo en función de la visión de país ambientalmente deseado. Maximizar los esfuerzos de descentralización para lograr una efectiva conservación in situ de la diversidad biológica. Atender explícitamente el canje de beneficios y costos para balancear los objetivos de conservación de la biodiversidad con las necesidades de desarrollo económico local y nacional. Identificar las agendas de sustentabilidad de actores interesados y afectados, y aquellos que le son propios a las agencias gubernamentales de manejo de recursos, con base en los intereses locales, el conocimiento ecológico tradicional y la ciencia, a fin de definir objetivos de conservación compartidos. Estimular la voluntad política que permita establecer nuevos arreglos institucionales que definan, negocien y acuerden reglas de apropiación y exclusión de usuarios a los recursos naturales, donde los mecanismos de control, sancionamiento y estructuras de buena gobernanza, permitan compartir la autoridad y responsabilidad a nivel local, así como compartir los costos de la conservación y el desarrollo de manera justa y equitativa.

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Fortalecer la Asociación Red de Organizaciones Ambientales (Red ARA) para trabajar en conjunto, y darle más solidez al movimiento ambiental venezolano en su labor de ofrecer una visión complementaria a la de los organismos gubernamentales, apoyando a éstos en su gestión por la conservación de los recursos naturales de Venezuela.

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para pedirnos ayuda ¿sabremos qué nos están diciendo? Cuando las plantas nos hablen en su lengua hermosa y delicada ¿podremos contestarles? Cuando el planeta mismo nos cante en nuestros sueños ¿seremos capaces de despertarnos y actuar?” Gary Lawless, poeta

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