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contenido Consejo Editorial 02 05 Mercedes Chacín Nayvi Morles Mancheta y demás Editor Jefe Edarlys Rodríguez 06 09 COORDINADOR DE FOTOGRAFÍ
Author:  Julio Ortiz Molina

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contenido Consejo Editorial

02

05

Mercedes Chacín

Nayvi Morles

Mancheta y demás

Editor Jefe

Edarlys Rodríguez

06

09

COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA

Gioconda Mota

— mitos Lina, esencia del chavismo

Asesor Editorial

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Alejandrina Moreno

Crónicas subterráneas

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Cristina González

Magaly Celis

Ilustrador

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Fotógrafo

Cine y teatro

Dulce Uzcátegui

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Mujer: todavía estás bien jodida

Graciela Blanco

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El lado femenino

Historias de la calle Lincoln (XXV)

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Jorge Rodríguez Gómez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla

Directora

— perfil

Carlos Cova

DirecTORa de Arte

— perfil

Jesús Castillo

Reinaldo González

Coordinadora web

Yanira Albornoz

— perfil

MANEJADORA DE REDES

Bárbara Baralt

Redacción

María B. Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida Ander De Tejada Marlon Zambrano

— perfil

DiseñadorEs

Lisbeth Montell Oscar Hernández Alfredo Rajoy

— crítica y media

Michael Mata

CORRECTOR

Rodolfo Castillo

LOGÍSTICA

— libremente

Idania Bracamonte Daniela Fernández Edi Cordero

Colaboran en esta edición

Clodovaldo Hernández, Jessica Dos Santos, Miguel Posani, Mayleni Curros, Indira Carpio, Nathali Gómez, Rodolfo Porras, Mauricio Sánchez, Jessica Mena, Franklin Alviárez, L. “Razor” Balza y Andrés Palacios. Archivo Ciudad CCS. Ilustración de portada: Óscar Hernández.

Impresión

Complejo Editorial Alfredo Maneiro Editorial Metropolis, C.A. [email protected]

Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la

@epaleccs

@epaleccs

— sexodiversidad

— poesía o nada

— EL MENJURJE

— minicrónicas

— perfil

— perfil

— perfil

— novela

— el rumor de las bolas

Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales y en la librería-Bar el techo de la ballena, edif. Gradillas “A”, planta Baja, Bulevar del Eterno Retorno

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

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PERFIL

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Nayvi Morles

Una todoterreno que se toma la vida a pecho Adiestramiento para amamantar, reflexiones sobre organización policial, periodismo, entrenamiento para maratones, promoción de espectáculos, docencia universitaria, mercadeo de empresas. De todo un poco ha hecho y hace esta mujer que se autocalifica de “loca de carretera que no conoce el aburrimiento”. Entre tantas ocupaciones, valora especialmente la de enseñar a las madres a darles teta a sus criaturas POR Clodovaldo Hernández [email protected] ILUSTRACIóN óscar hernández

¿Qué tiene que ver la policía con la lactancia materna? Con mucha razón, cualquiera que oiga esta pregunta puede pensar que están intentando gastarle una broma, hacerlo víctima de un chiste de doble sentido. Pero entre esos dos temas tan diferentes hay algo en común, o mejor dicho, alguien: Nayvi Morles.

(su alma máter) y cursante de una especialización en Mercadeo de Empresas. Son áreas muy capitalistas, pero como a ella le gusta resbalarse en lo seco y pararse en lo mojado, está haciendo su tesis sobre Promoción de la Lactancia Materna, una idea desafiante del statu quo corporativo.

Ella es la típica mujer venezolana todoterreno. Lo mismo te puede dar una charla sobre el nuevo modelo policial que propuso hace algún tiempo el Consejo General de Policía o te la puedes encontrar en el hospital J.M. de los Ríos, enseñándole a un grupo de primerizas cómo dar teta.

Si nos remontamos al pasado, veremos mejor su carácter de 4x4. Cuando estudiaba formó parte del equipo de piragüismo de la UCV. “Nos dimos el lujo de practicar con el equipo que iba a competir en los Panamericanos, no porque estuviéramos a ese nivel, sino porque nos llevaban a todos juntos hasta La Mariposa”, recuerda.

No es nada sencillo saltar desde un tema árido como los protocolos de derechos humanos en un procedimiento policial y caer en algo tan dulce como adiestrar a las mujeres en el arte de alimentar con su propia leche. Y no son esas las únicas facetas de Morles. Ella es comunicadora social con amplia experiencia en reporterismo gráfico y, a la vez, una corredora de lo más fajada, con varias participaciones en maratones, medios maratones y otra infinidad de carreras. Es profesora de Publicidad y Relaciones Públicas de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela

En esos tiempos estudiantiles se integró al grupo de teatro de la Escuela de Comunicación Social. También cantó en corales, pues quiso hacer valer su sangre musical, ya que su hermano, Víctor Morles, es un destacado pianista. En algún momento también intentó tocar un instrumento, pero desistió. “Preferí casarme con el guitarrista”, bromea, rememorando a quien fuera su esposo, Raúl Abzueta, músico, psicólogo social y triatleta, fallecido en 2012 como consecuencia de un accidente cerebro-vascular, hecho que conmovió tanto al mundo deportivo como al musical.

Caracas, 14 de febrero de 2016.

Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

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Luego de ese trance, Morles se concentró en su actividad deportiva. Corrió los maratones de la CAF de 2012 y 2013 y se entrenó para la edición 2014, que fue suspendida por culpa de las guarimbas. “Ahora ya casi ni me considero deportista, aunque entreno de vez en cuando”, dice. Como periodista, Morles ha trabajado bastante. Fue fotógrafa en El Mundo y El Nuevo País y stringer (reportera a destajo) de la agencia británica Reuters. Formó parte del equipo de Prensa del Palacio de Miraflores y laboró en la promoción de los espectáculos y de las producciones de los músicos de la familia (Raúl y Víctor). “La foto de uno de sus discos es mía”, revela.

fue oficial de prensa del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). No se adaptó por completo porque es un trabajo en el que los frutos se cosechan a largo plazo y eso a Nayvi no le da nota —

Inquieta (los amigos dicen que padece azogue), de alguna manera terminó a bordo de un barco extraño a sus otras actividades: la Comisión General de Policía, bajo el mando de otra mujer hiperactiva, Soraya El Achkar. Fue así como se le vio dando conferencias sobre lo que debió ser (y todavía no ha sido, valga la opinión personal del redactor) el nuevo modelo policial nacional. También fue oficial de prensa del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). No se adaptó por completo porque es un trabajo en el que los frutos se cosechan a largo plazo y eso a Nayvi no le da nota, lo de ella es hacer algo y ver los resultados ya. Sin embargo, allí fue donde tuvo contacto con el tema de la lactancia materna. Acompañaba a un gineco-obstetra salvadoreño especializado en el tema, cuando conoció a Evelyn Niño, una médica del J.M. de los Ríos que ha construido una utopía llamada “Mi gota de leche”. De la mano de la doctora Niño, de curso en curso, de taller en taller, casi sin darse cuenta, Morles se ha convertido en experta. Lo más significativo del caso es que la periodista-atleta-profesorafotógrafa ha logrado alcanzar este nivel de especialización en el campo del amamantamiento humano sin ser ella misma madre. “Estuvimos casados veinte años, pero no tuvimos hijos”, dice. Sin embargo, tiene tal autoridad y conocimiento en la materia que casi no se da abasto. Es voluntaria en el hospital de niños y en La Casa Grande (en Guatire) y también labora en el centro privado Mundo de Dos. “Atiendo a domicilio a mujeres que tienen dificultades para amamantar. Y si no están en Caracas o en Venezuela, puedo asesorarlas a distancia, utilizando las nuevas tecnologías”. Autodefinida como “loca de carretera que no conoce el aburrimiento”, Morles también se ha incorporado a una iniciativa del Ministerio del Poder Popular para la Salud, denominada Mesa de Lactancia Materna. “Las cifras oficiales dicen que ha habido un incremento sustancial en el porcentaje de niños que han recibido lactancia al menos durante los tres primeros meses de vida. Alguna gente no cree en las cifras oficiales, pero de que hay más maEdición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

más amamantando, ¡las hay! Eso se puede ver en cualquier parte, aunque siga habiendo gente que se corta o se molesta porque una mujer se saque la teta en plena calle o en el transporte público”, expresa. Y añade que también hay más mujeres y parejas preguntando y poniendo en duda las órdenes de esos pediatras que parecen entrenados para recomendar fórmulas farmacéuticas en lugar de leche materna. “Estoy feliz con esta ocupación porque es parte de una manera de ver el mundo, más natural, dándole al cuerpo el mejor uso posible”, revela Morles, quien alguna vez también, en esa misma onda, intentó ser vegetariana. “Tuve que dejarlo porque ya iba a desaparecer —relata entre risas—. Una vez me senté en un parque y sentí que el hueso de la cadera pegaba directo contra el banco. Me pregunté: ¿y dónde están las nalguitas que yo tenía?”. Dos ex compañeras del Consejo General de Policía la recuerdan con gratas palabras. Una es Ana Cecilia Loyo, quien la califica como “una guerrera feliz, siempre con una hermosa sonrisa, aunque el trabajo fuese duro”. Por su parte, la historiadora Katty Solórzano dice: “Es una mujer de una belleza serena, esa que viene de la luz interior de quien cumple una misión en este mundo”. Mientras tanto, en la Escuela de Comunicación Social de la UCV, un colega demuestra que la ha estudiado muy bien, a pesar de que es novata como profesora: “Es muy autónoma, decidida a vivir lo suyo, inteligente, buena docente. Eso sí, no se mezcla con todo el mundo, ella analiza muy bien antes de retratarse en grupo”.

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el menjurJe

Que poco a poco, la teta ha dejado de ser un tabú

ta'fino

Cine

hasta el techo

Cerrando la I Bienal del Sur, del 22 al 26 de febrero se presentarán treinta y cuatro ponencias que participarán en el evento teórico "Diálogos sobre arte y política: Los debates sobre el sentido" en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Ponentes de Colombia, España, Chile, México, Estados Unidos y Venezuela hablarán sobre estética de la emancipación; prácticas artísticas periféricas y contrahegemónicas; el arte bajo la lógica del capital, el artista y su compromiso, en una serie de eventos completamente gratuitos pero con capacidad limitada.

«

Con broche de oro

Entre el 24 de febrero y el 1 de marzo se estará realizando el esperado II Festival Internacional de Cine de Caracas 2016. Durante este encuentro bajo el epígrafe de “Cinematografías Emergentes de los Pueblos del Sur”, se premiará un total de 12 cortos y mediometrajes documentales, 26 cortometrajes de ficción y 16 seriados de televisión, que estarán compitiendo en representación de países de Latinoamérica y el Caribe. Nuestro país participa con 116 películas.

Por ellas… «

Sabor a mujer En la Sala I, Nivel I de la Galería de Arte Nacional, se exhibe una amplia muestra de la participación de la mujer venezolana en el arte del siglo XX. Paisajismo, figuración, expresionismo, cinetismo, arte popular y nuevas tendencias, son algunas de las expresiones donde la creatividad femenina ha dejado su huella, en un país donde el arte también ha sido machista

“La patria es mujer, la nación es mujer, la República es mujer, la revolución es mujer. Vean ustedes, qué significado tiene para nosotros el género, lo femenino, el nido, porque en verdad la mujer es el nido, es el eterno nido de los sueños, de los más floridos, de los más hermosos, de los más sublimes”. Fragmentos del discurso del presidente Chávez en acto central del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2002.

Que los delitos de género sean el segundo grupo de mayor recurrencia en las muertes del país, según datos suministrados por la fiscal Luisa Ortega Díaz ante la Asamblea Nacional Caracas, 14 de febrero de 2016.

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PERFIL

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gioconda mota probable, amable

Ella parece una arrecha llena de ternura. una comprometida llena de esperanzas. una soñadora llena de contundencia. ella asemeja la imagen alentadora por la que uno clama ante cualquier revés. ella se parece a helena POR GUSTAVO MÉRIDA @gusmerida1 ILUSTRACIóN óscar hernández

Parecía un acosador. Daba vueltas cerca del colegio en el que estudia su hijo, hasta que la vi. “¿Para dónde vas?”, le pregunté. Ella me dijo: “Para la oficina”. “Bueno, necesito hablar con Eduardo Viloria” —su esposo, compañero de trabajo, admirador, amigo y un montón de cosas más.—“Vente”. Y recogió una arepa rellena de algo que olía muy bien, semienvuelta en papel de aluminio. Abrí la puerta y atrás, como todos los días, estaba Helena, mirando por la ventana. “Listo”, pensé. “La engañé. Lo logré”. Sucede que, decidido a sorprenderla y suponiendo que a ella le gusta muchísimo esta revista, nunca le dije que quería hablar con ella para hacerle un “perfil”. “¿Y tú qué haces?”, pregunté, viendo de reojo la arepa (justo ahora, mientras escribo, lamento un poco no haberla grabado; pero ese pequeño asunto que a veces molesta —conciencia, ética, mentira, ego— hizo que me alegrara por no hacerlo).

“estar con ella Significa saber que estás con una mujer que tiene un carácter firme, un carácter fuerte, que no es una tipa que tú la vas a mandar y te va a obedecer, que no va a ceder sus espacios, sus necesidades, sus búsquedas vitales porque otro se las imponga —por eso es feminista” (Eduardo viloria) —

Ella lo hace casi todo. En el documental Hay alguien allí (Eduardo Viloria, 2013) hay una escena en la que Gioconda se queda en silencio. Todo se queda en silencio. Eduardo maneja la cámara de tal samente, pero sin ser una “intensa”. Vive y ve a Helena por el retrovisor, vive y me habla de todo lo que hace, me cuenta su rutina. modo que todavía se siente aquel silencio. “¡Ay! ¿Qué día es hoy? —Ella, obvio, se responde— ¡No voy a la Desde ese silencio hasta el fraseo seguro de la conductora que oficina! Hoy me toca, tengo que ir a comprar!”. “Déjame aquí, por muerde otra vez, la arepa, Gioconda Mota Gutiérrez vive inten- favor”. Menos mal que no había traspasado los límites del muniCaracas, 14 de febrero de 2016.

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cipio. Gioconda me mira con ternura, ofrece disculpas, me mira con ella. No hay manera de andar con Gioconda ni en lo laboral, ni diciendo “bájate rápido” pero sin decirlo. Helena seguía viendo por en lo amistoso, ni en ..." la ventana. A Eduardo le interrumpí en un par de ocasiones: una porque quería saber más de Gioconda (cuando me estaba diciendo más. ¿Se La venganza Juntera (Cooperativa La Célula, 2016) es otro documental en el que acuerdan de aquel pequeño asunto que a veces molesta?) y otra Gioconda y Eduardo participaron. El día de su preestreno, hace por otra razón. ¿Qué importa qué le pasó a Gioconda, qué importa exactamente 15 días en Parque Central, Gioconda sonrió al verme. cuánto la ama Lorena Almarza, qué importa la otra razón? Nos abrazamos y entonces lo sentí. Al rato, una gota de sangre salió de mi oreja derecha. Gioconda Mota me había clavado la filosísima punta de un gancho que sostenía su pelo. Otra vez me miró con ternura, otra vez me ofreció disculpas, otra vez me miró, como diciendo: “Me tengo que ir rápido”. Y siguió desempeñándose como productora, relacionista pública, anfitriona; amable, directa, cercana, probable. A Eduardo también lo acorralo: “Hermano, es para que me hables de Gioconda. Voy a hacerle un perfil”. Dejó de huir: “Pana, es que he estado full con esto del documental”. Nos sentamos, le mostré el grabador y lo encendí: “¿Te digo de Gioconda?”. “Sí”. Silencio. Más silencio. “Verga. Es arrecho. Gioconda es una tipa que tiene una historia de vida muy difícil, con eventos trágicos, incluso —no voy a decir cuáles, en todo caso que te los diga ella— que no la agotaron, a pesar de la profundidad de esos eventos, su capacidad de ser feliz, de ser alegre y de enfrentar la vida con eso, con alegría, con entusiasmo. Tiene una sabiduría arrechísima, en términos humanos, es decir, Gioconda tiene la capacidad de leer al ser humano con mucho tino, con mucha profundidad, con mucho respeto. Y eso le da cualidades valiosas; quien se vincule con ella la va a respetar”.

Vivir con Gioconda

“Significa saber que estás con una mujer que tiene un carácter firme, un carácter fuerte, que no es una tipa que tú la vas a mandar y te va a obedecer, que no va a ceder sus espacios, sus necesidades, sus búsquedas vitales porque otro se las imponga —por eso es feminista. Significa saber que todo en la vida es compartido, desde lo lindo y lo sabroso hasta lo feo y difícil; significa, además, aprender burda todos los días porque, en mi caso, además, porque soy un desastre; Gioconda es metódica, disciplinada, organizada con una capacidad de planificación y de organización del tiempo y vaina muy arrecha que yo no tengo, y la poca que tengo la he aprendido Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

Aprender con Gioconda

“Son cosas que tienen que ver con la forma en la que uno está acostumbrado a ser hombre... y a ser varón, ¿no?, ser padre. Ser papá de un hijo de Gioconda es ser papá, mamá, todo lo que tengas que ser porque, además, Gioconda no va a vivir con alguien con quien no comparta lo profundo, lo sustancial; Gioconda no podría vivir jamás con un escuálido, por ejemplo. ¡De bolas!, porque cuando lo político —y ese es un principio vital de Gioconda—, no es solamente las ideas, Marx, la Revolución, el socialismo, sino la cotidianidad, lo político se expresa hasta en lo más mínimo de tus actos cotidianos, ella no puede vivir con alguien de derecha. Tiene una coherencia muy jodida entre la práctica, el discurso y además es frontal, transparente, lo que ella piense de ti te lo va a decir. De eso pueden dar testimonios hasta ministros. Es capaz de decir las vainas más coño ’e madres de ti y logra que tú la escuches”.

Hay alguien allí

“Además, Helena, nuestra hija, ha significado también... cuando nació Helena, antes que se descubriera el autismo... Gioconda llegó a ser una tipa depresiva, hasta incluso autodestructiva, como consecuencia, digamos, de toda esa historia difícil. El nacimiento de Helena y luego, el autismo, significaron un cambio grande en su vida respecto a los prejuicios. De verdad de tratar de centrarse, concentrarse, dedicarle atención, tiempo, energías, a lo verdaderamente importante, y ¿qué es lo importante? las relaciones humanas, el amor, la amistad, el disfrute y el trabajo. Es extremadamente trabajadora pero en el esfuerzo permanente de que el trabajo sea un espacio de realización personal también. No es chambear. Difícilmente Gioconda asuma un trabajo que sea simplemente una chamba. Pero si hace falta, vende perfumes. Si hay que vender empanadas y café en una esquina, no pasa nada. Es preferible para Gioconda eso que hacer una vaina en la que se esté vendiendo, o haciendo una vaina indigna profesionalmente”. “No le digas nada, pana”, le digo al despedirnos. “No va a estar fácil, porque además es medio bruja y se va a dar...” apagué el grabador justo ahí.

Caracas, 14 de febrero de 2016.

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MITOS

Lina, esencia del chavismo POR ander de tejada @epaleccs ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

Qué más se puede decir de Lina Ron que no se haya dicho ya. Ya las cosas que la caracterizaban están escritas: era irreverente, hablaba como quería y significó una representación del sujeto político principal del chavismo de esos días: el pueblo pobre. Fue un personaje respetado, una líder sin espacio para dudarlo. Logró aglomerar todo lo que un personaje necesita para volverse parte de la historia y, además, logró todo para volverse alguien mitificable.

ción del discurso chavista, se comenzó a dibujar mejor aquel sujeto chavista. El discurso lo permitió. Aquello era para el pueblo pobre, el pueblo explotado, el pueblo tan destrozado por el sistema capitalista que ni siquiera podía figurar dentro del aparato productivo: todos los buhoneros, los mototaxistas, las señoras de servicio, los indigentes y los rejodidos en general.

Había un panorama: un país acostumbrado a la política hecha por seres de casta, casi todos blancos y con un pedigrí importante dentro del juego del poder. En las cúpulas de los dos partidos que tuvieron gobernantes en Venezuela durante 40 años no se vislumbró nunca un personaje así. Primero estaba la corbata y el perfume. Para las mujeres, primero estaba el físico y el vestido. Primero estaba Irene Sáez. Tampoco era diferente para el mismo pueblo, ideológicamente formado para tenerle asco a la gente que proviniera de los mismos lugares que ellos, reservando la política para aquellos otros, los seres especiales.

Lina, ya antes dirigente política, aparece como figura insigne del chavismo dentro de la capital. Ese golpe, increíble, se le da a la concepción de la política que se tenía en el país. Una figura como ella, entonces, fue capaz de representar esa oposición: política, labor de los iluminados versus política, labor del pueblo. Ella, en carne propia, en sus formas de hablar, de pensar, de gritar, de insultar, de intervenir, de apropiarse de algo, de atacar a Globovisión y de echarle plomo por la boca a todo aquel que se considerase una tara para revolución, representaba ese choque inevitable, esa cualidad intrínseca de los personajes mitificables. Hasta para el mismo Chávez fue un personaje inmanejable e ingobernable, una revolucionaria dentro de los revolucionarios.

Entonces viene el golpe —no solo el de Estado— cuando Hugo Chávez aparece en escena. La gente se comienza a identificar con los primeros indicios de que el expresidente era un tipo del pueblo. Después se monta de presidente. Para algunos, aun en estos tiempos, fue una cosa inadmisible. Más tarde, con la profundiza-

La plaza Andrés Eloy Blanco ya no se llama así. Nadie la conoce por ese nombre ni hay retratos significantes. En cambio, el lugar está lleno de imágenes de Lina. El pueblo, apropiándose del espacio, decidió que ese lugar se tenía que llamar como aquella catira falsa: ¿quién se parecía más a él, pues, Andrés Eloy o Lina Ron?

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PERFIL

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Alejandrina moreno “la niña” de El León

obrera universitaria, militó toda su juventud en el Partido comunista, fue víctima de los abusos de la DIGEPOL (y también de un par de malas praxis médicas), es madre de cuatro hijos, líder comunal, sobreviviente (aun en tratamiento) del cáncer de mama y de un derrame pleural, hacedora y vendedora de los mejores bollitos de toda Caricuao POR Jessica Dos Santos @jessidossantos ILUSTRACIóN óSCAR HERNÁNDEZ

Los agentes de seguridad empujan a Alejandrina, quien intenta sin éxito recoger los pañales de su hijo de dos años; la obligan a sentarse en el mueble de la sala mientras ellos requisan hasta debajo de los colchones y esperan la llegada de su esposo que minutos después es encarcelado. Al correrse la noticia (y el miedo) más de un ferviente militante (incluyendo parte de la alta dirigencia del PC) prefirió esconderse y abandonarla en el arduo trabajo que implicó buscar, prisión tras prisión, el paradero de Atilo, quien finalmente apareció Al principio, Alejandrina no sabía mucho “de los EE.UU. ni de Mao en Fuerte Tiuna donde “nadie lo podía ver”. Tse Tung”, tampoco entendía “qué era esa vaina del petróleo ni los dólares a 4,30”, pero le parecía que “esos carajos hablaban de pinga” Afortunadamente, Atilo fue liberado. Pero al tiempo el partido le y, día tras día, se hizo del conocimiento y la conciencia de clase ne- pide asumir nuevas responsabilidades en el estado Bolívar, adonde religiosamente Alejandrina iba a visitarlo cada vez que él podía cesaria para entender la realidad de su país. enviarle un pasaje tanto a ella como a sus hijos. Sin embargo, este En el devenir de la lucha tuvo “la buena o la mala suerte” de conocer guerrillero que “se montaba sobre el capó de un carro y daba un a Atilo, un comandante de la guerrilla por el estado Lara, con quien discurso que conquistaba a todos”, terminó traicionándola con otra dos años después terminaría casada. Hasta que un lunes cualquiera, mujer. Años después, a ella parece dolerle más el giro en su actitud a golpe de 5:00 pm, la Dirección General de Policía, Digepol, allanó (empezó a beber, disminuyó su solidaridad, etc.) que aquel engasu casa buscando al guerrillero ahora convertido en el padre de sus ño. Afirma que jamás pudieron volver a ser amigos porque “no se puede querer a quien te hace tanto daño”, sin embargo, Atilo murió hijos, quien habría sido delatado por un falso camarada. Alejandrina Moreno nació un 17 de julio, 71 años atrás. Sin embargo, durante mucho tiempo fue conocida como “La Niña”, apodo que usaba entre los clandestinos pertenecientes a la célula del Partido Comunista (PC) que se reunían precisamente en su casa, ubicada en la cumbre del barrio El León en la parroquia Santa Rosalía de Caracas, en los años posteriores al derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez.

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este guerrillero que “se montaba sobre el capó de un carro y daba un discurso que conquistaba a todos”, terminó traicionándola con otra mujer. Años después, a ella parece dolerle más el giro en su actitud que aquel engaño —

ese memorable “cordonazo” de San Francisco. Posteriormente fue víctima de una nueva recaída. En el 2013 empezó a padecer una persistente tos. Algunos se lo atribuyeron al exceso de palomas en su lugar de trabajo; otros le indicaron que no debía bañarse tan tarde, y algunos más sensatos se lo achacaron a los cigarros del ayer. Mientras tanto, Alejandrina fue engordando y engordando sin razón aparente. Tras un largo deambular, le encontraron una fisura en un pulmón. Algunos hablaron de cáncer y otros de tuberculosis. En medio de los estudios y para drenar el líquido, le metieron un tubo sin la profundidad necesaria, razón por la cual su cuerpo se fue llenando de un aire que tuvieron que sacarle abriéndole diez huequitos más. Alejandrina se sumó a las víctimas de la mala praxis médica y la mercantilización de la medicina en nuestro país. Para ñapa, el proceso reactivó su cáncer.

hace tres años y sus últimos días transcurrieron precisamente en Actualmente, sigue en tratamiento aunque, acá entre nos, me concasa de Alejandrina. Aun así, ella “siguió siempre la lucha por su fiesa no tomarse todo el “cerro de pastillas” que le mandaron, y de vez en cuando prefiere recurrir a la medicina natural: se practica lado”. acupuntura con su vecina. En vez de los protectores gástricos, se Hace poco, Alejandrina se jubiló tras 21 años de trabajo obrero en toma una cucharadita de bicarbonato en la mañana. Alejandrina la Universidad Simón Rodríguez, pero siguió activa en, por, y para tiene sus goticas mágicas. Desapareció los lácteos, aunque aún cede la vida. Hoy habita en Terrazas de Caricuao, por la UD2, donde ha ante la tentación del queso. Le bajó a la carne roja y le subió a las sido miembro activo del consejo comunal y la UBCH de la zona verduras. Cree que el truco de todo radica en la comida. Y considepor años sin haber fallado jamás ante la contraloría social. Desde ra que una sopa de cabeza de pescado o patas de pollo es tremendo ese espacio, ella logró la construcción de 32 viviendas, la sustitución almuerzo. de ranchos (que ni siquiera poseían pocetas) por casas dignas, y la recuperación de la caminería comunal. Con orgullo señala que toda Y hablando de comida: arriba de su casa, Alejandrina tiene un conuco donde produce pimentón, cebollín (el que más se le está dansu familia está incluida en las filas del chavismo. do), ají dulce, aguacate, unas auyamas hermosas que afirma “dejó Corría el año 2004, días de mucha actividad, pero Alejandrina fue crecer con alegría pensando que eran melones”, y demás montecitos detectada con cáncer de mama, y aunque hoy afirma que “esta en- ricos en proteínas. fermedad se cura si una se lo propone”, en el momento solo pensó en la muerte y el abandono al que sometería a sus hijos. Nadie, al borde Además, los fines de semana se arregla exhibiendo su cabello corto y del más allá, se aferra a la casa, ni al carro, ni a la cuenta bancaria, en tonalidades grisáceas, así como su coqueto lunar arriba del labio ni al puestico laboral. Todos aquellos que deciden no entregarse a la izquierdo, para vender con orgullo los mejores bollitos de maíz de muerte, ganarle (sin importar el resultado final de la batalla) a través la zona, en una cancha cercana a la Universidad Simón Rodríguez, de la resistencia, lo hacen porque hay seres a quienes no quieren de- por la UD5 de Caricuao, pues “hay que ganarse la plata y ahorrar”. fraudar o dejar solos: a los seres humanos nos sostiene el amor, por Pero, así como “La Niña” se hizo abuela también tuvo que adaptarse muy cursi que esto suene. a las exigencias del siglo XXI y por eso su nieta le está enseñando a Alejandrina se operó, le vaciaron el seno derecho y cada 21 días se usar la computadora, pues Alejandrina quiere comprarse un teléforealizó su sesión de quimioterapia, 12 en total, con altas y bajas, in- no inteligente y olvidarse de los años de clandestinidad para abrirse tentando no dejar de militar. Sin embargo, la última marcha a la que un twitter “y escribirle a Diosdado Cabello” desde su aún acertada pudo asistir fue el 4 de octubre del 2012, donde vio a Chávez bajo lectura del momento político que vivimos. Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

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minicrónicas

CRÓNICAS SUBTeRRáNEaS LA CARTA

No te angusties madre, esto no tarda en llegar a su fin. Estoy sin un rasguño aunque no tan limpio como quisiera. Nos alimentan diariamente y nos proveen de agua y tabaco. Gracias por los Sonetos de Shakespeare que me mandaste, son el solaz de mis noches y el recuerdo de tu incondicional cariño lo que me alienta a continuar luchando. Trato de mantenerme a salvo de la metralla, mi nariz no se acostumbra al olor de la muerte ni mis ojos a los cuerpos desmembrados. Evito pensar en ello. Me mantengo vivo con la esperanza de retornar al hogar. Tu hijo que te ama y que sabe que lo amas.

EL QUE BUSCA ENCUENTRA

Se protegió los ojos del sol inclemente usando una mano como visera. Oteó el horizonte aspirando bocanadas de calor entre los labios agrietados. Observó el terreno, tal como lo venía haciendo desde que inició la búsqueda y tal como antes no logró distinguir señales ni rastros, algún esperanzador indicio de que no había perdido el rumbo en el trayecto. Miró la silueta temblorosa de una montaña lejana. Decidió usarla de atalaya. Sacó un pañuelo mugriento. Se enjugó el sudor. Extrajo una cantimplora, humedeció el trapo y se lo puso en la cara por un rato, luego se lo anudó al cuello. Prosiguió la marcha, atento al paisaje estéril que lo circundaba. Su sombra alargada lo antecedió en la falda de la montaña, después, llegó su enjuto cuerpo rezumando

FOTO MICHAEL MATA

Rodeado por la malsana humedad de la trinchera, cubierto de fango desde las gastadas botas hasta los desordenados cabellos. Tiritando, obligado a permanecer agachado por horas, apoyado sobre los talones fatigados. Con los dedos entumecidos sacó del morral de campaña un maltrecho cuaderno y un lápiz de grafito casi sin punta y comenzó a redactar la carta tardía, muchas veces pospuesta, en respuesta a la que había recibido casi un mes atrás de su madre:

Con manos febriles arrancó la hoja y con ferroso olor de la sangre y a los oídos del torpes movimientos la dobló hasta reducir- ulular tenebroso del miedo. la a un pequeño cuadrado. Se la guardó en el bolsillo izquierdo de la camisa. En la camisa del soldado, el papel doblado dentro del bolsillo izquierdo, una pegajosa El fragor de la artillería retumbó en el aire sustancia roja lo fue lacrando, lentamente llenándolo del acre olor de la pólvora y del en silencio. cansancio. Calculó la distancia hasta la cima. Se vertió en la boca un sorbo de agua, se la enjugó antes de tragársela. Se acomodó el morral sobre los hombros. Estudió los declives de la superficie en ascenso y los posibles accidentes en juego. Comenzó a remontarla decidido a alcanzar la cumbre. Cuando el sol comenzaba su descenso, jadeando, con un resto de energía se impulsó sobre la cima. Se acostó tratando de normalizar su respiración, de espantar los puntos luminosos que le revoloteaban en los ojos. Al cabo de unos minutos, que le parecieron semanas, logró estabilizar su cuerpo. Lamentó haber dejado el cigarrillo, pensando lo reconfortante que sería el cilindro entre los dedos, el humo bajando por su garganta, en aquel momento. Se levantó. Abarcó todo el panorama desértico que le cupo en la mirada. Inspiró profundo y con la potencia del oxígeno lanzó al estático viento en un grito desesperado el nombre que tanto había callado y de Caracas, 14 de febrero de 2016.

la que tanto necesitaba: Amelia. Se acercó al borde para escudriñar el extenso terreno creyendo haber escuchado un sonido humano. Algunos guijarros inestables se desprendieron, ocasionando una avalancha de polvareda que lo arrastró, como a un guijarro más, cuesta abajo. En medio de la caída, dando manotazos al aire, buscando asidero sin encontrarlo, colisionó con una roca sobresaliente de la montaña. El impacto le produjo un punzante dolor y un alarido de terror que mantuvo durante los eternos segundos de su caída, hasta que chocó contra el sediento suelo. Derribado, conmocionado por su perversa realidad, escuchó rebotando entre los peñascos el eco doliente de su alarido. Y allí, en la ladera de la montaña, su cuerpo desmadejado encontró finalmente lo que tanto había buscado. La plenitud del silencio. por María Brito

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Cristina gonzález la profe conspiranoica

periodista acuciosa y formadora de comunicadores, su voz ha sido firme para denunciar al poder que mata los sueños, pero también dulce para aliviar, con suprema sabiduría, a quienes le confían sus pesares POR reinaldo gonzález d. @odlanierØØ ILUSTRACIóN óscar hernández

Sin haberla visto jamás, un ex ministro de Chávez le mandaba flores por su cautivadora voz, que desde hace más de 10 años se puede escuchar todos los domingos a las 6 de la tarde en “Esto es lo que hay”, programa de análisis internacional transmitido por Radio Nacional de Venezuela (RNV) 1550 AM. Es la misma voz que le ha servido para formar —y motivar— a generaciones de periodistas en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. “Las clases eran un oasis, eran un espacio sumamente divertido, porque ella no solo nos enseñaba los fundamentos de las Artes Gráficas, sino que nos hablaba sobre el ejercicio del periodismo, sobre cómo se debía redactar, sobre las fallas que teníamos los periodistas”, recuerda la comunicadora Enza García. Cristina González, la menor de cuatro hermanos, nació un 28 de julio, al igual que Hugo Chávez (1954) y Willian Lara (1959). Su estrecha relación con su padre, Carlos Gumersindo González Torres, fue determinante en su temprana formación de izquierda. En su casa había una imprenta clandestina donde el PCV sacaba sus publicaciones. En una oportunidad la Seguridad Nacional allanó la casa y su mamá, Susana Esther Quintana Fleitas, que también era revolucionaria, puso todos los panfletos en un chinchorro, la acostó y le dijo que se hiciera la dormida. Entraron, registraron la casa y Cristina siguió las instrucciones de su mamá al pie de la letra. Los panfletos jamás fueron descubiertos.

y traía información a su papá y a la resistencia que estaba en la calle, ha contado entre amigos la “profe”, como cariñosamente la llaman. Esta amante del jazz, del chocolate oscuro venezolano y de la echadera de cuentos forma parte de una camada de periodistas que durante los gobiernos de Acción Democrática y Copei resaltó por sus luchas reivindicativas a favor de los periodistas, desde el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y desde el Colegio Nacional de Periodistas. Figuran entre ellos Eleazar Díaz Rangel, Jesús Romero Anselmi, Helena Salcedo, Desirée Santos Amaral, Earle Herrera, Federico Álvarez, Mario Villegas y Pastor Heydra. En el plano profesional, se especializó en la diagramación de impresos. Mención especial merece su desempeño en el Diario de Caracas, referencia gráfica y periodística de la época. “Sus alumnas y alumnos hablaban maravillas de ella, entre otras cosas, porque era profesora de algo que ejercía. No era raro encontrarnos, en la Escuela de Comunicación Social de la UCV, con profesores que hablaban desde la teoría; pero ese no era el caso de la profesora, quien les hablaba a sus estudiantes con base en la experiencia”, comenta la guerrera Vanessa Davies.

Más que una profesora, es considerada una maestra del periodismo, porque enseña con el ejemplo dentro y fuera de las aulas. “La oficina de Cristina era un mar de libros. Casi siempre había que quitarlos de las sillas para poder sentarse. Es muy acuciosa. Investiga hasta el Salvar a su padre en esa oportunidad no impidió que luego este fue- cansancio y es de las que no da puntada sin dedal”, asegura el periose apresado y torturado por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. dista Ernesto Navarro al rememorar su experiencia en La Radio del Como no la requisaban en la cárcel por ser todavía una niña, llevaba Sur, que González dirigió entre los años 2010 y 2011. Caracas, 14 de febrero de 2016.

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Antes, entre 2004 y 2009, asumió la presidencia del circuito YVKE Mundial. Enza García también la acompañó en esa época: “Cristina era buena amiga, pero nos ponía a trabajar muchísimo, porque ella no se cansa. Estaba viendo televisión y llamaba al departamento de Producción: ‘mira, entrevista a fulanito, y mira tal canal’. Todo el tiempo está pensando en qué analizar, en qué divulgar”. Su salida de estos dos proyectos radiales no estuvo libre de polémicas. Durante el foro “Estado y Comunicación: el caso Pérez Becerra” (2011), González declaró: “Cuando salí de YVKE Mundial, yo sencillamente encontré una explicación muy clara: estuve cinco años y medio en YVKE Mundial con un equipo extraordinario que hizo un trabajo maravilloso y sin un centavo de presupuesto. Llegó el presupuesto, llegó el actual director y punto. No explico más. Cada quien interprete de forma racional. Pedí a la gente que estaba conmigo que no abandonara, que los barcos no se abandonan en un momento como ese, que siguieran para ver si se podía mantener lo que se había creado. Para sorpresa mía, absolutamente todo fue cambiado”. La destitución de La Radio del Sur se produjo, según algunas lenguas, luego de contrariar una línea ministerial que prohibía hablar, desde los medios del Estado, de la extradición por parte del gobierno venezolano de Joaquín Pérez Becerra, periodista de origen colombiano y director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), quien era solicitado por el gobierno derechista de Álvaro Uribe Vélez.

“DUREZA, DISCIPLINA, MUCHA FUERZA, DESDE SU PRESENCIA, DESDE SU VOZ. DETRÁS HAY UN GRAN AMOR EN LA CONSTRUCCIÓN REVOLUCIONARIA, UN GRAN AMOR POR EL PAÍS, POR EL PERIODISMO, POR LA RADIO, POR VOLVER A HACER LAS COSAS CON ESE ESPÍRITU ORIGINAL DE LA REVOLUCIÓN, DE HACER LAS COSAS Y HACERLAS BIEN” (MARÍA MERCEDES COBO) —

Formadora de mujeres

Toda su experiencia, amalgamada con su admiración por el budismo y quizá catalizada por las influencias astrológicas, han hecho de ella “una mujer amorosa y sensible, y al mismo tiempo con una fiereza que podría asombrar a cualquiera, aunque quien la conoce no se sorprende de eso y de su capacidad para decir la verdad, hasta la más dura, descarnadamente. Es una gran defensora de la verdad”, afirma Conspiranoia radial En 2011, cuando conducía “La noticia final”, también por RNV, la su muy cercana amiga Dariela Tello, con quien trabajó en RNV. comunidad judía exigió abrirle una investigación e imponerle “sanciones ejemplarizantes” tras difundir extractos de Los protocolos de “De repente ella no te anda diciendo ‘que viva el feminismo, porque los sabios de Sión, por considerarlo un documento antisemita. En su los hombres machistas y el patriarcado...’. No. Cristina te lleva a valodescargo, la misma González expresó en el programa: “Yo no ten- rarte mucho como mujer, a valorar las tristezas, porque después de go una posición antisemita, yo no soy antinada (...) Yo leo, y veo eso viene algo mejor. Valorar lo malo y lo bueno para que te apoderes además, y me sorprendo de lo que voy encontrando (...) Quiero de tu vida, de tu convicción, de tu ser”, sentencia otra de sus pupilas, hacer aquí un inciso: rescato al pueblo judío, a los israelíes que no María Mercedes Cobo. “Dureza, disciplina, mucha fuerza, desde su son sionistas; rechazo profundamente el sionismo y los principios presencia, desde su voz. Detrás hay un gran amor en la construcción en los que se basan. Esto sí quiero dejarlo muy claro: hay muchos revolucionaria, un gran amor por el país, por el periodismo, por la judíos maravillosos en el mundo entero que nos han dado ejemplos radio, por volver a hacer las cosas con ese espíritu original de la Reextraordinarios de tener capacidades hermosas como las tenemos volución, de hacer las cosas y hacerlas bien. Los hijos que la vida no le dio a Cristina, se los dio en todos nosotros”. todos, en todas partes del mundo”. Actualmente Cristina González modera, junto a Richard Peñalver, el espacio “Las Calderas del Miedo”, todos los miércoles a la 1 de la tarde por el Canal Clásico de RNV, en el que abordan “temas censurados por las transnacionales de la comunicación”, o lo que se ha dado a conocer como teorías de la conspiración. “Ella se declara ‘conspiranoica’ y eso le da una visión de rayos X, como en las comiquitas, para leer entre líneas el lenguaje hegemónico de la prensa”, a decir de Ernesto Navarro. Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

“Tiene algo desde el punto de vista personal... Uno puede tener una depresión, una tristeza, estar despechado o desesperanzado; te tomas un café con Cristina González cinco minutos y terminas riéndote, terminas animado, porque ella tiene un don único y comienza a contarte anécdotas con tal gracia que se te olvidan los problemas, se te olvida todo”, expresa conmovida Enza García. ¿Cuándo nos tomamos el café, profe?

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magaly celis

Una soñadora fraguada en el barro SE FORMÓ como dirigente estudiantil HACE MÁS DE 20 AÑOS en LAs ENTRAÑAS DE UN país EXCLUYENTE. MÁS TARDE, DESDE HIDROCAPITAL y en revolución, LA NEGRA MAGALY se dedicó al trabajo COMUNITARIO Y al COOPERATIVISmo. AHORA, EN CONATEL, TRABAJA POR DEJAR SU IMPRONTA SOLIDARIA Y AUTéNTICA EN LOS MEDIOS de comunicación ALTERNATIVOS Y COMUNITARIOS POR MERCEDES CHACÍN @mercedeschacin ILUSTRACIóN óscar hernández

Estaba en la planta baja del edificio de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela. La voz salía de un megáfono sostenido con seguridad y fuerza. Era una voz medio ronquita. La vimos y la oímos (desde nuestros 18) y nos dieron ganas de ser como ella. No le temblaba la voz, el discurso era hilado y, encima, todo eso salía de un cuerpo de negra venezolana de esos que no están moldeados ni por gimnasios, ni por bisturís, ni por prótesis. Negra auténtica y sin poses. Magaly Celis se empinaba altiva desde los veinte años que tenía en aquella década, que llamaron perdida: la de los ochenta del siglo pasado. La misma década del Caracazo, la misma década del “Viernes negro”. La misma década en la que las luchas estudiantiles eran contra la represión estatal que desaparecía estudiantes, luchadores sociales y bombardeaba montañas para matar sueños e ideas. También fue la década de los movimientos populares de liberación florecientes y de oscuras dictaduras militares en América. La misma década en la que la tortura, la libertad de expresión, le recluta, la peinilla y la falta de cupos en las universidades eran motivos de protesta. Todo en una misma década en la que también se desintegró la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Fue la época en la que la palabra “imperialismo” empezó a pasar de moda y en la que la izquierda cavaba su tumba, sin prisa y sin pausa, a nivel mundial. Venezuela no era una excepción. Magaly venía de ser militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, partido que, junto al Comunista, completaba el tercer tolete en que se dividió Acción Democrática en los años 60. Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

GÉNESIS DE UNA DIRIGENTE

Magaly es caraqueña, de la parroquia Caricuao. Es hija de María Asunción Gil de Celis y de Hugo Ramón Celis. Su belleza de ébano, como dice el lugar común, viene de las costas del litoral del estado Aragua. Es la segunda de cinco hermanos: Maribel, Margery, Margie y Carlos. Desde que la conocimos fue la compañera de vida, que solo la muerte separó, de Reinaldo Bravo, destacado dirigente político, desaparecido tempranamente víctima de cáncer. Tuvieron un hijo, Jeremías, ahora con 24 años. La negra Magaly entró a la Universidad Central de Venezuela a través de un Comité de Bachilleres Sin Cupo. Cuenta su compadre Jaime Riera que fue allí donde la conoció, bregándose un cupo universitario, “fue unas de las primeras compañeras que conocí cuando llegué a la universidad al Comité de Bachilleres sin Cupo, desde allí empezó nuestra empatía y gran amistad. Mujer noble, solidaria y sobre todo muy comprometida con las causas de luchas sociales”. William Castillo, presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y su actual jefe la recuerda así: “Conozco a Magaly desde los años de militancia en la UCV, por los años 80. Una morena hermosísima, con una energía, una elocuencia y un valor que nos asombraba. A algunos, la verdad, nos intimidaba. Yo, que era un poco tímido entonces, al menos nunca quise polemizar con ella. Era verdaderamente radical en sus posturas. Intimidante y transparente. Echá pa’lante”.

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PASO A PASO

Con la llegada de Jacqueline Faria a la presidencia de Hidrocapital en 1999, llegó también el movimiento comunitario a esa empresa de servicios, a través de la conformación de las Mesas Técnicas de Agua. Allí hizo equipo con Santiago Arconada, Susana Trejo, Víctor Díaz, Manuel González, Nora Delgado, Ismael Marín y muchos otros y otras que impulsaron en las comunidades la construcción de este tejido social, con el objetivo de hacer llegar el agua potable a aquellos lugares donde nunca llegó en décadas. Carolina López, compañera de trabajo en Hidrocapital, nos dice que “su más importante y profundo impacto humano y organizativo, fue cuando asumió la coordinación del movimiento cooperativista de la hidrológica, el cual impulsó, conformó y dirigió hasta su consolidación”.

“siento que en el fondo es un ser que no está hecho para este mundo, pero sin embargo está aquí y pelea como gata panza arriba. Además le gusta la poesía y las causas imposibles, y esa es la gente que me cae muy bien” (marlon zambrano) —

compromiso político, sensibilidad comunitaria. Desde entonces Marlon Zambrano, redactor de esta revista y ex compañero de tra- está con nosotros, liderizando la transformación de las relaciones bajo de Celis, resume así su experiencia con ella, quien lo llamó a su entre esta institución, los medios comunitarios, alternativos y el equipo cuando era la gerente de Imagen en Hidrocapital: Poder Popular”. “Me convenció con sus malas mañas de mujer dulce y apasionada, Cuenta Castillo que Celis se encuentra “construyendo un nuevo que te convence o desde lo amoroso o desde lo ideológico. A mí me vínculo de trabajo pero también de fraternidad y de lucha muy convenció por los dos lados”. importante en esta coyuntura. En Táchira, por ejemplo, estamos realizando un hermoso trabajo de reconstrucción de la red popu“Yo la veía débil para ese cargo y frente a los nuevos jefes, pero qué lar de comunicación. Y ella es el eje de ese proceso”. va, conocí el otro lado del Doctor Merengue: una mujer aguerrida, decidida, dispuesta a llevar sus posiciones hasta las últimas conse- “La Magaly que trabaja en Conatel ha cambiado mucho compacuencias y a escuchar opiniones. Lo cierto es que la gerencia en ple- rándola con la Magaly de los 80. Parece otra, pero no es así. Es una no se enamoró de ella, nos casamos con su causa porque trabajaba mujer con una visión holística, integral e integradora de la vida. Su sin descanso, era solidaria con todo el mundo, estaba del lado de pasión revolucionaria y su compromiso con el pueblo están intaclos trabajadores y generaba ideas muy fumadas que siempre daban tos pero ahora lo integra con una visión espiritual de la vida. Muy buenos resultados, porque le imprimía a la lógica de las comuni- enriquecedora, muy profunda y muy hermosa”. caciones una visión transversal que surgía de desconocer el área desde la óptica de los ‘profesionales’”. “Quiero mucho a Magaly. A veces la regaño, y le digo: ‘Magaly, no se puede estar haciendo una Asamblea para todo. Democratismo “Yo particularmente la quiero mucho porque siento que en el fon- no es democracia participativa’. Ella se ríe. Creo que no sabe (yo do es un ser que no está hecho para este mundo, pero sin embargo sí) que hace 20 años no me hubiese atrevido a decirle eso en una está aquí y pelea como gata panza arriba. Además le gusta la poesía Asamblea en la Aula Magna. Me hubiese comido vivo. Y no lo esy las causas imposibles, y esa es la gente que me cae muy bien. Ma- taría contando”. galy es una soñadora fraguada en el barro”. Nuestro maestro de perfiles, Clodo, ha dicho que no solo se debe hablar bien de las “perfiladas” o “perfilados”. Que todos tenemos CAMBIO De Hidrocapital, en revolución, Magaly pasó a las filas de la Co- un lado no tan luminoso. Jaime, el compadre, viene en nuestro aunatel cuyas riendas lleva, como ya dijimos, William Castillo. Cas- xilio de nuevo. “La comadre a veces es inocente para algunas cosas tillo buscaba una persona para la Gerencia de Medios Comuni- ‘mundanas’, por ejemplo, en un paseo le preguntó al negro Reinaltarios de esa institución y pidió ayuda al Minci de Desirée Santos do qué era ese fruto que colgaba de una mata muy frondosa, y él Amaral. Dijo Minci en la voz de Rolando Corao: “¿Qué te parece le contestó que era una patilla. Todos los que andábamos sabíamos Magaly Celis?, viene de trabajar con las Mesas Técnicas de Agua y que era una mata de totuma o tapara. Ella, de lo más inocente, la las comunidades en Hidrocapital”. “Lo aprobé de inmediato. Ma- cargó todo el viaje de regreso creyendo que era una patilla”. La Negaly para mí es una garantía de humildad, sencillez, honestidad, gra Magaly parece, pues, pecar por inocente. Caracas, 14 de febrero de 2016.

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crítica y media

La Trama Cotidiana

Cinenrollos

De Edipo a la épica libertaria de dos heroínas griegas Todos conocemos la historia de Edipo que se empeña, contra toda advertencia, de descifrar los males de Tebas, total —decía él— ya descifré el enigma de la Esfinge. En su empeño descubrió la causa de la maldición de Tebas: sin saberlo él había matado a su padre y se había casado con su propia madre. El pobre terminó sacándose los ojos porque después de tanto querer ver, ahora no quería ver nada. Pues bien, la historia no se queda allí: sus dos hijos Eteocles y Polinices, que tenían que turnarse el trono, terminan matándose uno a otro, dándole continuidad a la maldición que el incesto de Edipo había desencadenado sobre sí y su familia. Creonte, el propio oligarca, aprovechó la rencilla entre sus sobrinos para quedarse con el poder. Y no solo se quedó con el poder sino que, consecuente con su conservadurismo, se negó a enterrar a Polinices, cosa muy terrible en cualquier cultura, pero para aquellos griegos era peor ya que significaba perder su virtud (areté). Y frente a esa calamidad Antígona, independiente y no presta a la sumisión que se esperaba de las mujeres, decide enterrar a su hermano, lo que produjo un enfrentamiento entre el poder constituido, y el poder que deriva de la tradición, que vendría a equivaler al poder constituyente. Creonte también está involucrado, aunque en calidad de suegro de Jasón, con otra he-

roína trágica. Nada más y nada menos que Medea cuyo marido (Jasón) se compromete a casarse con Glause, hija del autócrata. Medea que tampoco es sumisa, engaña a todos; dando cuenta de inteligencia, fuerza, y una terrible capacidad de acción, asesina a Glause. Termina matando a sus propios hijos y huye para quedar a salvo de Creonte y su ex marido. Medea y Antígona dan cuenta de un proceso de crecimiento espiritual y desarrollo cultural de la antigua Grecia. Siendo que en su estructura social, la mujer estaba constreñida a encargarse de las labores del hogar, Sófocles y Eurípides nos presentan unos personajes femeninos dispuestos a socavar esta estructura: mientras Antígona se revela contra las leyes del estado y actúa según su convicción más profunda, Medea, al asesinar a sus propios hijos, simboliza el fin de la mujer cuyo rol único es la maternidad y, además, actúa como se suponía que solo debían actuar los hombres. Una vez más el teatro nos da pistas para comprender nuestra cotidianidad más inmediata y al mismo tiempo los profundos resortes culturales, espirituales históricos que disparan una conducta, una opinión y develan la indestructible vocación de libertad que caracteriza a la humanidad en toda su dimensión. Por Rodolfo Porras

Las mujeres en nuestro cine. Hace poco más de una semana, el cine venezolano apagaba 119 velitas, desde que Manuel Trujillo Durán exhibiera su primer material en el país. Pasarían casi 60 años desde ese momento hasta que una mujer venezolana realizara su primera película, el histórico documental Araya, de Margot Benacerraf, el cual mereció un gran reconocimiento en Cannes, Francia, por allá por 1959. Luego de un poco de más de dos décadas, otra mujer traería una gran satisfacción a nuestro cine. Fina Torres, con su Oriana, en la cual actuaba la recordada actriz Doris Wells, ganaría la Cámara de Oro, también en Cannes, en 1985. La venezolana de origen sueco Solveij Hoogesteijn, realizaría una de las películas emblemáticas de los turbulentos años 80, Macu, la mujer del policía, en lo que es, para muchos, la década de oro del cine nacional y en donde la mujer tendría destacada presentación, tanto como elemento simbólico de la situación del país, así como de denuncia al machismo imperante en la época. No debemos olvidar, por otro lado, los interesantísimos documentales de Liliane Blaser, quien desde mediados de los años 80 también ha realizado trabajos de suma importancia para comprender la historia contemporánea de nuestro país, en especial los episodios del Caracazo, del 4-F y, más recientemente, los acontecimientos del golpe de Estado en el año 2002. Es, sin embargo, a partir de la década del 2000, gracias a las políticas de igualdad de género del gobierno de Hugo Chávez que la mujer ocupa un rol cada vez más importante y numeroso en la industria nacional. Nombres como Elia Schneider, Mariana Rondón, Geyka Urdaneta, Andrea Herrera, Patricia Ortega, Claudia Pinto, Malena Roncayolo, Kaorí Flores, Alejandra Szeplaki, sin dejar por fuera a importantes productoras como Delfina Catalá o Andrea Gouverneur, muchas de ellas curtidas en el cine desde antes, muchas otras formadas en años recientes, han podido brillar cada vez más en una industria marcada históricamente por el machismo, pero en donde cada vez tienen más cabida, al menos en nuestro país. Como dato curioso, solo en el año 2013 se exhibieron 6 cintas dirigidas por mujeres. Cabe preguntarse si no han sido estas últimas dos décadas la época dorada de la mujer en el cine venezolano. A todas las mujeres que hacen vida en el cine nacional, mis sinceros y profundos respetos. Mauricio Sánchez Díaz [email protected]

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Dulce uzcátegui dulce como su nombre

Dulce de Lechosa es una titiritera, creadora, madre y doula. Desde hace más de 20 años se dedica a construir, investigar y montar en escena obras teatrales a partir del títere. Hoy ayuda a traer muñecos de carne y hueso al escenario de la vida real POR Marlon Zambrano @marlonzambrano ILUSTRACIóN óscar hernández

¿En qué coinciden todos? En que es una niña grande. A mí me parece una melaza que camina. Rosa Córdoba dice que es un hada inquieta. Rosa, muñequera empedernida, me amenazó con un hallazgo: “Para esos reportajes de mujeres hay una fuera de lote, que es Dulce de Lechosa Uzcátegui, una mujer bonita y llena de una energía contagiosa que desde niña anda en trabajo comunitario. Creadora del teatro EOS, titiritera, actualmente anda ayudando a las mujeres de los barrios a parir de forma natural, su número es…”. “¿Existe?”, me pregunté.

del ciclo vital sin que se atraviesen los dogmas mediados por el consumo y el capital.

Es una Pasionaria de los Símbolos construyendo casa en San Diego de los Altos, de padre andino y madre caraqueña, con 42 años que fácilmente pueden pasar por 25 o 100, de lo fresca que se ve y lo mucho e intenso que ha vivido. Enumera a sus hijos deshojando un trébol, aunque uno es del éter. Un hijo “que está en el cosmos” y que tras dejar el plano material la sumió en la depresión y el descubrimiento de un territorio donde hoy se mueve como pez en el Nueve días luego lo comprobé: es real, supongo. Llegó como un agua: es esclava de las mujeres, pero eso lo explicaremos después. torbellino en plena temporada de huracanes, detrás del Zika y antes de la bronquitis, flotando sobre el aire espeso del mediodía. Para hacerme una infidencia, habla con mímicas y señala al graDejó de ser crisálida cuando sopló mariposas por entre un grupo bador, temiendo que alguna imprudencia termine siendo pasto de de artesanos que la esperaban en Café con Letras, un local de la las malas intenciones de ese artefacto incómodo que reposa sobre movida cultural caraqueña, adonde la cité con redoblantes para la mesa. Lo apago y enciendo a destajo en la medida en que hay cosas que quiere contarnos a todos y otras que son revelaciones que materializara su leyenda. de su alma. Desde muy niña echa cuentos, como desde los 14 los Se sonrojó primero, cuando el rumor de los abrazos se encontró canaliza con títeres y un día el poeta Carlos Izquierdo la escuchó y con ella tras hacer una especie de entrada triunfal a un sitio donde decidió que su apellido fuera “de Lechosa”, para la eternidad. la invocaba un periodista metiche, que ya la había rebuscado por entre un grupo de viejos amigos. Luego me sonrojé yo cuando me Estudió artes plásticas y trabajo social, pero eso quedó en un cuhabló con franqueza de totonas, úteros, sexo, regla, oxitocina, ma- rrículo nominal en desuso, porque su vida la ha dedicado íntegraternidad, hijos, vida, muerte, como quien enumera varias alcabalas mente a los muñecos que recrean las fantasías de los más pequeños Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

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Es emocional y anda emocionada; transmite una alegría que contagia y un optimismo poco usual para estos días. Resulta lógico pensar que es una niña grande enloquecida, enamorada de las cosas simples y regando felicidad para cultivar la vida —

tenido la dicha de acompañar partos en casa, en el hostil entorno hospitalario y en casas de nacimiento. “Cada parto es diferente, cada mujer es diferente”. Es, además, un trabajo político en el que se tiene el privilegio de ver resultados a corto plazo, es decir, “un trabajo bien hecho supone al menos una mujer empoderada, que forma parte activa del nacimiento de su hija o hijo, y un bebé o beba más que no depende de las transnacionales de sucedáneos de la leche materna”.

Dulce va más allá: “Mi tercer hijo me enseñó, obligada, a despegarme, me hizo así —y me toma con fuerza del brazo— y se fue”. Eso fue suficiente para decidirse a acompañar a la mujer que pare de forma natural. “Esa mujer soy yo: ella y yo menstruamos igual, nos enamoramos igual, nos gusta la arepa, vivimos en Venezuela, lo que pasa es que nos despojaron del hecho de ser mujer. Nos muestran en la publicidad la toalla sanitaria con un líquido azul… y de los que aún grandes, se niegan a envejecer, como Jesús Torcat, nos despojaron de nuestras capacidades”. su maestro en la fabricación de juguetes, quien la define en términos más categóricos: “Dulce tiene algo muy especial: la locura del Oxitocina para amar artista”. Dulce piensa que su marido es un sabio (esto no sé si me lo dijo señalando al grabador o no): el tipo cuando la quiere… amar, la Con su locura ha vivido, ha viajado, se ha mantenido, ha criado, ha mira a los ojos y le hace masajes y ella se abre como una flor, aunrecorrido medio país y se ha internado en los barrios más intrinca- que esté furiosa con él. “Eso es porque ha leído lo mismo que tú”, dos de la capital, llevando sus personajes de guiñol a los escenarios le digo, “no vale, ese no lee nada de eso, él hace boxeo, delgadito, muchas veces dramáticos de la vida real caraqueña. deportista, es un negro así —hace un gesto indescriptible—, jajajá”. Concluye que es por la oxitocina, la hormona necesaria para el Nunca ha sido empleada, nunca ha tenido otro tipo de trabajo, amor, para el coito, para el nacimiento. nunca ha cobrado por nómina. “A mí lo único que me gusta de los empleados públicos es que tienen un paquetico que llaman ces- “Es que hay una instrumentalización del parto que viene en castaticket y que tienen su nombre impreso… jajaja”. Le confieso mi cada: por ejemplo el rasurado del vello púbico, ¿para qué, si eso envidia, insana, a decir verdad. es una protección? Nosotros somos perfectos. Lo otro es el enema que ponen en el recto para limpiarte las heces fecales. ¿Cuál es el Pero Dulce es un volcán en plena erupción, una vitalista que habla problema de que evacues en el parto? Se limpia y ya, continúa el con soltura militante, se ríe a carcajadas, se acomoda el cabello que proceso. Se ha naturalizado la instrumentalización del parto y se le galopa desbocado sobre su carita mínima, a lo Modigliani, te toca ha entregado al médico porque es ‘el que sabe’. Es el sistema persin complejos, sorbe un café retinto con gestos desenfadados y se fecto que te dice que te tienes que poner bien bonita; te salieron las excusa con todos porque anda atendiendo tantos partos que ya no canas, píntate el pelo; se te cayeron las mamas, deberías pensar en unas prótesis. A la mujer se le ha despojado de todas sus capacile queda ni tiempo para compartir con los amigos. dades: nos robaron el parto, nos robaron la lactancia materna, nos han estafado diciendo que la fórmula significa la posibilidad de Esclava a conciencia María Eugenia Acevedo, su compinche, nos aclara que desde hace que tu niño crezca bello y hermoso y gordito tipo compota Hermás de un año Dulce estudia e investiga a profundidad el oficio de bert, nos estafaron y es una lucha permanente crecer a partir del la Doula o Dula (algo así como sirvienta o esclava según la expre- hecho de ser mujer”. sión griega original) y que hemos venido escuchando por primera vez desde hace muy poco tiempo. No es más que una facilitadora Es chavista, lo advierte como santo y seña. Asegura que para vivir del nacimiento, una persona con conocimientos del parto que pro- como uno quiere hay que creérselo, ella es la prueba viviente, y porciona a la madre apoyo emocional y físico permanente desde el recuerda a Einstein cuando frente a la lógica científica, planteó que embarazo hasta el postparto. A eso se dedican ellas y otro grupo no se puede viajar en el tiempo y se puede comprobar. “Eso significa tan extenso de mujeres certificadas, en clínicas privadas y hospita- ser coherente con lo que piensas, con lo que sientes y con lo que les. María las denomina “doulas en constante aprendizaje”, que han haces”. Caracas, 14 de febrero de 2016.

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Mujer: todavía estás bien jodida Por Miguel Posani / mayleni curros @mposani / @maylenicurros ILUSTRACIÓN FRANKLIN ALVIáREZ

Las principales religiones del mundo aún te tienen disminuida, te consideran como un objeto útil y funcional. Te regalaron un día de festejo, así como se le da una chupeta a un niño para que no llore. Tantos años tiene un siglo que ha sido de muchos cambios, pero tú, mujer, sigues viéndote mal. Tú misma te consideras una disminuida y por eso te presentas y vendes constantemente en la pasarela de la vida. Tú misma reafirmas el machismo muchas veces sin darte cuenta, en tus hijos y soportando a otros. Haces todo en la casa y además trabajas y le aceptas todo al otro porque tu inseguridad te lleva a sentirte dependiente de él y hasta de sus groserías y estupideces. Si el obrero está alienado tú lo estas doblemente, porque eres doblemente explotada. La civilización machista no te perdona que puedas crear vida y por eso te pisotea y te desconoce de múltiples formas, a través de diferentes canciones e imágenes. Eres un mueble que piensa o un maniquí voluptuoso, adorno, estatua venerable, todas interpretaciones que otro, siempre bajo el pensamiento y razonamiento masculino, inventó de ti. Pareciera que él debe describirte para que existas. Y tú, ¿cuándo existes?, ¿Cuando consumes o cuando eres funcionalmente madre? ¿Quizás, cuando te ves bella al espejo o cuando alguien te dice que eres importante? ¿Existirás cuando tus deseos se hagan realidad o cuándo comiences a ser verdaderamente tú?

Y ¿Quién eres verdaderamente tú? ¿Cuáles son tus fantasías? Escríbelas, descríbelas, y luego pregúntate en cada una de esas fantasías qué hay de verdaderamente importante para ti.

Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

Un último consejo: lo que te haga daño aléjalo de tu vida, sea esto comida, actitudes, relaciones frustrantes, negadoras de ti, etc.

“… mujer, si te sientes sola, mastúrbate”. Frederick Perls

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PERFIL

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Graciela blanco de vuelta a la niñez

Su infancia arraigó en tierras de Barlovento, entregada a la vida montaraz. A sus trece años se dejó robar por la urbe sin que ello debilitara su actitud afable y generosa. Una abuela feliz que lo ha hecho todo en la vida. Con todas las cosas por las que ha pasado califica como una profesora más, sabiendo hacerlo, si no todo, casi todo. POR ANDER TEJADA @EPALECCS ILUSTRACIóN óscar hernández

El amor a los animales no se limita únicamente a los cuadrúpedos. Graciela Blanco siempre los amó en sus distintas formas y empaques, desde aquellos que venían recubiertos en pelos, con hocicos y almohadillas en las patas, hasta aquellos que venían con la piel lisa y el cuerpo erguido del homo sapiens. Se puede decir que es amante, pues, que en su cuerpo se genera fácilmente la pasión por las cosas así, vivas, paridas de la tierra, crudas.

proyecto del gobierno, sembraba en su conuco las cosas necesarias para subsistir: ají, cambures, aguacates; hacía trabucos con bambúes cortados y carburo; volaba papagayos hechos a mano y cazaba animales con dos cosas que siempre tenía a mano: un saco: adentro, un machete.

Tuvo dos perros que recuerda con amor: Lazio y Por Ti. Los dos eran animales fieles que la acompañaban casi siempre. Solía regaUna casita de bahareque en Quinbango fue el lugar que la vio na- ñarlos porque se dejaban morder por otros perros. Nunca lloracer. Queda escondida en un rincón de Barlovento, en una monta- ban fuera de la casa, solo lo hacían al llegar a ella. ña del municipio Aragüita. Su voz suave, de abuela que sabe más del mundo que cualquier libro, se entierra en las pieles que toca. Su mamá le decía que parecía marimacha porque le gustaba haTernura, le dicen a eso que uno siente en momentos así. Su cara, cer las cosas que, supuestamente, son de tipo. Además, era buena negra y tostada siempre, le hace honor al lugar de donde viene. con el manejo de las herramientas. Una vez, enferma, llegando El carácter también. La risa también. La simpatía también. Tiene de casa de un señor tras haber sido inyectada, vio una manada de cachicamos pasando cerca de la casa. No hubo dolor posible que ser caribeña. capaz de parar lo que sintió. Se olvidó de todo el malestar que Cada vez que Graciela rememora la niñez le hace erupción la pudiese tener en el cuerpo y desenfundó el machete. Su madre, nostalgia. Por eso habla así, con ojos mirando a otro tiempo, bus- al llegar, le preguntó quién la había revolcado. Ella, orgullosa, le cando el pasado sencillo en las imágenes de los recuerdos. En mostró su saco, siempre su saco, con los dos cachicamos adentro, esos entonces, de infanta, rondaba la montaña divirtiéndose con listos para ser comidos. lo que tenía al alcance de las manos. Pescaba con atarrayas atadas a un aro y se ponía al final de las lagunas a esperarlos; agarraba También, para seguir en la onda de sus formas recreativas, fabripajaritos cada vez que los veía desprevenidos; adelantada a todo caba muñecos con las taparas caídas, jugaba trompo, perinola y Edición Número Ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

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elaboraba muñecos con barro. En lugares donde los parques de patinetas no eran una opción, en donde el cemento no había teñido de gris el suelo, se hacía otro tipo de cosas para deslizarse en las superficies. Ella, Graciela Blanco, cortaba los bejucos y se lanzaba por los barrancos, o agarraba los chaguaramos, lo cortaba con un machete y se tiraba por un zanjón. Su papá era guachimán. Su mamá cultivaba. Ella se metía a buscar huevos de codorniz en las siembras de arroz. En la casa criaban gallinas, cochinos y los curaban con lámparas. No había neveras. Había que resolver. Lo guindaban con cuerdas encima del fogón y lo dejaban disecar. Los cochinos botaban el grasero y la comida podía durar bastante tiempo en buen estado. También pilaban el arroz, el maíz y se hacían sus hallaquitas. Su mamá la regañaba pero cómo la quería. Su papá nunca la regañó y cómo lo quería. La “moñúa”, le decían.

Se olvidó de todo el malestar que pudiese tener en el cuerpo y desenfundó el machete. Su madre le preguntó, al llegar, quién la había revolcado. Ella, orgullosa, le mostró su saco, siempre su saco, con los dos cachicamos adentro, listos para ser comidos —

Esa fue su niñez, de lo que más hay que hablar. A los nueve años las pusieron en la escuela. Para llegar a ella, en lugares donde el flujo humano no corre por avenidas, había que emprender una caminata de tres horas casi encima de una quebrada que les llegaba a los pies. Entraban a las siete de la mañana y salían a las cinco de la tarde. Después venía el regreso. A los trece años se vino para Caracas. Antes, la gente que tenía plata iba a las zonas rurales a buscar personas para que les trabajasen. A su pequeño pueblo fue una señora con tres niños y le pidió a su mamá que la dejara irse con ella para ayudarla a cuidar a los chamitos. Le prometió, con eso, que la llevaría cada quince días a su pueblo y que le garantizaría colegio. Su madre lo pensó por un tiempo hasta que le dijo que sí. Se vino, pues, a esta loca capital. Durante diez años vivió con la señora, en San Bernardino, hasta los veintitrés años, cuando se casó. Tuvo su hija, quien falleció el año pasado. A los cuatro años tuvo al otro. A los cinco tuvo al último. Todavía está casada con el mismo hombre. Felizmente, aclaró. Es músico. Toca con la Dimensión Latina. Hace el solo de “Avelina”. Tocó en la Plaza Bolívar el 31 de diciembre. Adora a sus hijos. Tiene cinco nietos. Después de que se casó estuvo hasta el año 85 sin trabajar. Se dedicó a los niños. Veinte años sin trabajo hasta que decidió ingresar en una compañía de limpieza llamada ServiMaster. Era supervisora de personal. Estuvo dos años trabajando. Después de eso pasó al colegio Luisa Goiticoa, cuando este formaba parte de la Fundación Mendoza. Entró para ayudar a las maestras a bañar a los chamos y, a las dos de la tarde de todos los cinco días legales de labor, le daba sus meriendas. A los diez años, se acabó la relación del colegio con la Fundación y se acabó el subsidio de la comida de los infantes. Se creó la Escuela Comunitaria Luisa Goiticoa. La encargaron de la limpieza del lugar. Hace seis años la pasaron a la puerta. Ahora se sienta ahí, en su silla,

y recibe a todo el niñero en sus fases de extrema alegría o de extremo sueño, y casi todos, históricamente, la han visto con los mismos ojos de cariño. Todos los días llega a las 7 y media de la mañana y se va a las 6 de la tarde. Solía vivir en el barrio y, tras pasar un susto, decidió dejar de viajar para comprar una casa en el bloque 16 de Simón Rodríguez. Tras un período de ahorros y la ayuda del alcalde, pudo lograr comprar su apartamento. Se siente bien ahora. Es una viejita feliz. Para el futuro quiere tener una casa en donde tener muchas matas y animales. Quiere su antigua casa, el techo materno de Aragüita. La casa se llama Cipriano, y quiere volver a ella para envejecer tranquila, en contacto con la tierra y con sus trece perros de apoyo. Niñez otra vez es lo que sus palabras piden, lo que sus ojos evocan cuando se quedan quietos hacia la distancia. Quiere volver al sitio que la tuvo en su época más pura, a aquellas montañas llenas de animales y no de máquinas. En aquel lugar, alejado de toda asistencia clínica, se daba a luz gracias a las parteras. Ella nació allá, en Cipriano, gracias a una de ellas, y recuerda que justo en un espacio donde crecían una mata de naranja y lechosa solían enterrar los ombligos y las placentas de los recién nacidos. Nunca se le olvidan esos espacios. Ella piensa que es porque tiene una parte de su cuerpo enterrada ahí.

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SOBERANÍAS SEXUALES

El lado femenino POR GUSTAVO MÉRIDA @gusmerida1 ILUSTRACIÓN jessica mena

“En la nochecita sigue güeliendo a cacao” Alí Primera Por echármelas de experto, sin serlo, en el olor, sabor, sequedad, variedad, textura y todo lo desconocido que existe en la vagina humana heme aquí, perdido y asustado, con mi sexo colgante, enfrentado a la verdad: hay que tener algo mágico para poder, si se quiere, cargar a otro ser humano en el interior del cuerpo. Y que salga por esa otra especie de túnel que uno no tiene. Ser mujer, por dentro. Hay que tener poder. En estos días vi, de cerca, la vagina por la que nací. La vi sin que ella supiera, porque ya no puede darse cuenta de algunas cosas porque algunas partes de su cerebro ya no funcionan igual, debido a un aneurisma. Estaba sin afeitar y, por pudor, de ella, no alargo la descripción. Que uno salga (hay un soberano movimiento de mujeres queriendo parir: es el verdadero principio para “contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”. Es increíble que, como especie, estemos amenazados por nosotros mismos), repito, que uno salga por ahí luego de estar unos meses dentro de un ser humano, convierte a ese ser humano en alguien especial. Y le da derecho a entrometerse en todo lo relacionado con la vida de uno: es la única que puede hacerlo (disculpen la obviedad: uno estuvo dentro de ella, junto con todos esos órganos distintos e indispensables para que uno pueda vivir ahí esos tantos meses). En consecuencia, uno entiende esas preguntas de la madre, cuando las hacía; y uno no entiende las preguntas de quien no es la mamá de uno. Ahorita, la mía, no puede decir mucho. Si llegase a leer, estoy seguro que la molestia no sería tanto porque la vi, sino por contarlo. Entonces, yo haría gala de toda la ventaja que da el haber estado dentro de ella, y la abrazaría, la contentaría, la haría reír con un “pero al menos no dije de qué color eran” y la volvería a abrazar y es que claro que me voy a sentir solo cuando se vaya, como se sienten los que ya no pueden recibir un abrazo de su mamá. Heme aquí, menos asustado. Hablar de la mujer, después de imaginar (o recordar) cómo es por dentro, no pasa por ser una fantasía, sin serla. Relaciono mujer con cuca, falda con sexo, tetas con esperanza, tacones con sufrimiento, uñas pintadas con sexo, sudor de mujer con orgasmos, orgasmos de mujer con envidia; relaciono mujer con fortaleza, mujeres con llanto, abuelas con virtudes, madre con obediencia. Relaciono hombre con arrogancia, hombre con soledad, hombre y mujer con, siempre, esperanzas. Sin temores, puedo asegurar que no sé nada acerca de ser mujer. “La revolución, o es anal, o no es revolución”, escribió Yosjuan hace un par de números. No pude entender la frase hasta que intenté pensar en cómo siente una mujer. Al hacerlo, me asusté, otra vez. Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

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NOVELA

Historias de la calle Lincoln (XXV) DE CARLOS NOGUERA / ilustraciones l. “RAZOR” BALZA

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Capítulo 16 CENTRO ESPIRITUAL TACARIGUA

Somos mentalistas, espiritualistas, psicólogos de fama mundial, poseedores de inmensos conocimientos en todas las áreas del saber humano, le pedimos que lea con atención este aviso y no se arrepentirá. Si su problema es de dinero, de salud o de amor, no tema, acuda a nuestro templo, nosotros haremos que toda la potencia espiritual del humo, que reúne las virtudes del alma, solucione todos sus inconvenientes. Si su problema es de amor, si no encuentra a su alma gemela, si el ser amado se ha ido de su lado y no regresa, si el ser elegido no le corresponde con la pasión que usted esperaba, nosotros le brindaremos su felicidad. Si su problema es de dinero, si su trabajo anda mal, si no le pagan bien, si la miseria material se une a la espiritual, nosotros le daremos la dicha. Si su problema es de salud, si le han hecho algún maleficio, un maldeojo, si tiene enemigos, si sufre quebrantos del cuerpo, nosotros le aliviaremos los padecimientos y le otorgaremos la solución. Así como todo veneno de culebra tiene su contra, así mismo, todo maleficio, toda pava, toda envidia, tiene su solución. Fumamos tabaco, leemos cenizas, vemos el porvenir, curamos el espíritu, ensalmamos, libramos de enemigos, quitamos ataques y temblores. Consúltenos hoy mismo. Dirija su correspondencia a: Centro Espiritual Tacarigua. Edificio Mis Esfuerzos, Primer Piso. Avenida Abraham Lincoln. Sabana Grande. Caracas. Edición Número Ciento ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

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Capítulo 17

—No insultamos a la luna, pequeña, hablamos de una luna. Esta es secreta como una masturbación de púber. El eje central de la calesita LA DULCE LOCURA (VIII) (Donde apreciamos que nunca está de más —dijo Guaica, separando los lentes de la cara, cierta dosis de salitre, psicoanálisis y cerveza) alzándolos con gesto de relojero, mirando a través de la lupa. —Pásame el astrolabio —dijo Guaica. —Y nosotros con boletos para el elefante alado —dije acordándome de los carritos cho—¿Qué? cones que se instalaban detrás del mercado todos los años cuando comenzaban las fiestas —El cincirelo, amiguito. patronales. Ernesto le pasó el portacartuchos que estaba en el fondo, sobre la alfombra. Graciela quería —Y yo sobre el cerdito práctico —eligió Guailos Bitels; por supuesto: Guaica acopló el car- ca, mientras los tres cochinitos del cartelón de tucho del grupo Credence y copió la posición la manteca se prendían y se apagaban en un pequeño neón tardío, y corrían alrededor de de Ernesto. una cocina y lanzaban sus pescados fritos al —¡Ay! No se me duerman ahora—dijo aire, elevando los brazos para recibirlos después de tres vueltas, debajo de una gran flecha Graciela. con resortes, en la vía. El bólido descendía veloz por la pendiente abrupta de la autopista después del último tú- Mónica reposaba contra mi hombro, pero no nel. Debajo, el mar era una monótona libertad dormía, pensé en la pantomima de suicidio de que copiaba el matiz sucio, casi sombrío, del Rafael, pensé en mí, la hice volver. Bastó un amanecer. Tú, Ernesto, creías recordar que el mordisco corto en la nariz y una mirada de salitre y el olor espeso de la sal de alguna ma- aquéllas y móntate en la ruedita, nena. nera se albergaban en la piel, descubriéndoles una realidad limpia y salvaje que habían olvi- —A mí me sirves un caballo, con alas como tu elefante —dijo. dado a merced de la prolongada vigilia.

—Digo lo de la luna, loco —dije, zumbándole cuerda larga para que pudiera salir del pozo.

No confundas la meditación con el sueño, la —¿Y yo en qué monto? —chilló Graciela. contemplación con la pesadilla, amiguita, ob—Tú vas en burro —dictaminó Guaica. servamos la luna.

—¡Coño, sí! —éste soy yo—. Con una campana de Gaus y una ratica encerrada quieren explicar de un carajazo desde la civilización hasta el temor a la muerte.

—Inmóvil —adjetivaste tú, Ernesto.

—¡Ay! No, chico.

—Inmóvil —adjetivé, sintiendo una simpatía —Quiero decir en el asno de oro, pequeña... más bien estúpida por lo violenta hacia aquel disco que matizaba de ceniza y blanco la at- —¡Ah! mósfera. —… que lo tenía de acero —y soltó la carca—Certo —italianizó Guaica— no tiene nada jada. que ver con la de Agustín Lara, aquella era coqueta y casquivana, le gustaba más una ronda —En eso los niños tienen razón —dije, miranque el pan de hallaquita. Una caminadora, en do todavía hacia arriba, sin darme cuenta que me había quedado quince parlamentos atrás. síntesis. —¿Qué coño tiene que ver un burro con un —No seas así, chico —saltó Graciela— no niño?— dijo Guaica, que estaba tan arrebatame insultes a la luna. Ella es divina, me la do que sólo recordaba la última palabra de la última frase que oía. dejas quieta. Caracas, 14 de febrero de 2016.

—Pero dame el pie, amiguito, ¿crees que soy Funes el Memorioso o es que se te bajó el mínimo? —Los niños de cinco años creen que todos los días nace un sol diferente y, a la inversa: cada cangrejo que ven en la playa es el mismo cangrejo —dije. Me sonó mal, y me arrechó calcular que si lo hubiese dicho Guaica, incluso con las mismas palabras, hubiera salido mejor. —Certo. Fue la mina que descubrió el camarada Disni: un pato que sería todos los patos, simultáneamente —dijo Guaica. —Y todavía tienen las bolas de llamarlo pensamiento sincrético— dije. —Los sincréticos son ellos. —¿Quiénes, papi? —ésta es Graciela. —Los psicólogos, pequeña —éste es Guaica—. Papá lo sabe todo.

—Ojalá fuera sólo el temor a la muerte — éste es Guaica. —¿Sabes? Yo fui una vez al psicólogo,cuando tenía como quince años. Fue cumbre, yo esperando que se apareciera un viejo con bata y pipa y barba y de todo y prívate que el que sale es un doctor jovenciiiito. Y yo, qué va, esto no es conmigo, imagínate tú, yo contándole mis intimidades a un tipo que parecía ni hermano, menos mal que la movida no pasó de la entrevista inicial, nombre, datos personales, motivo de consulta, y yo mosca con el sillón, si este tipo me acuesta yo me muero, lo corté rapidito y todavía me

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está esperando para la segunda entrevista— ésta es Graciela, claro. —Histérica —éste es Guaica. —¿Que qué? —Histerismo, pequeña. No temías: deseabas que te acostara —éste es Guaica, fregando para tantear. —Al contrario, minino, no era mi tipo; ya te dije: más bien me decepcionó. —Lo de siempre, la imagen paterna. Es lo mismo a la inversa: deseabas acostarte con él para vengarte de tu padre que no acudió como tú esperabas. Me corto una si tu papá no fuma pipa, ¿nonevero? —éste es Guaica. —Tú ganas, papi, se fuma unas bichotas así. Lo que no entiendo es que, sin embargo, se me quitaron las pesadillas —ésta es Gracielita la neurótica—. No entiendo. —Está clarísimo: querías ponerte a prueba, amiguita, del otro lado del espejo te mirabas como una puta, sentimientos de culpa. Pasada la prueba, la puta se abre y sale un capullo —éste es Guaica, el freudiano. —¡Ay, qué chévere! ¿Por qué no me interpretas un sueño? —ésta es Graciela, la bella durmiente. —Paso y toco madera, pequeña. Dejad que los sueños entierren a sus sueños — éste es Guaica, el apóstol. —Qué vaina con la gente, ¿no? Cuándo aceptarán que un sueño es un sueño, como dirías tú que dice Buda —éste soy yo, el azafrán. —Escucha la voz del amo, hijo, es duro aceptarnos tal como somos y a ese dulce

demente que llamamos espíritu no le basta una vida para comprender. No es nada copiosa nuestra llama entre esas dos noches —éste es Guaica, el bardo. —Tú hablando de los psicólogos y le metes de frente al sexoanálisis, ¿no, papi? — ésta es Graciela, la descubridora de contradicciones. —No es lo mismo, pequeña, yo hablo del espíritu, allí no temo, allí cualquiera encuentra fondo —éste es Guaica, el buzo. —Anótame ésa. Guaica sí sabe de espíritus porque es su especialidad —ésta es Helen Mónica Curtis, desperezándose. —¡Ay! Mírala a ella —éste es Guaica, el imitador de locas— con su hociquito tan pequeñito tan bellito. Ahí te cabe un mundo y su explicación, amiguita. —Mónica se cubrió con la mano para terminar el bostezo con el aaaayyyy de ley en estos casos. Guaica dijo que lo que él tenía como una chancleta era la lengua y qué tal si nos aguantamos aquí, mientras bostezaba a coro con Gracielita y con Ernesto, sueño con una cervecita helada, y Gracielita obediente ella vira el volante y la trompa del Mustang queda justo contra las defensas del restorán, en el estacionamiento lateral, mientras sus cuatro ocupantes descienden como amibas, como reptiles sinuosos para brincar a desgano cuando es el carro de Henrique el que se encaja al lado con un largo frenazo y un corneteo estridente que termina de despertarlos y no ha pasado un segundo cuando la pandilla entera se instala en las mesitas al aire libre, mientras más allá el mesonero se acerca sonriente, y más tarde y más acá, escucha la orden y se ríe con un chiste de Guaica o de Henrique, y Patricia, Mónica, Graciela, Adrianita y Elizabeth se levantan porque tienen unas ganas tremendas de peinarse, más tarde

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más allá, se les ve cruzar a la derecha, doblando la última pared como si fueran hacia el mar, pero no, más a la derecha, hacia «damas», y más acá, Henrique, Guaica y Ernesto siguen fregándole la paciencia al mesonero que, sin embrago, sonríe nuevamente, porque es su oficio y, más tarde y más allá, se le ve salir con la bandeja y, más allá, los almendrones soplados por el viento sensibilizan el verde de las hojas mojadas a veces por la bruma liviana de las olas que rompen contra las rocas, más allá aún, pero más acá del largo canal de luz líquida que fluye y redistribuye el mar en dos lagos menores al alcance de la vista, agotados, recién despiertos por el sol que, por supuesto, mucho más allá, comienza a dejarse mirar, constituyendo un globo progresivo, a medias, y, más tarde y más arriba, un globo completo ahora amarillo, fijo y ardiente, que permite que el antiguo canal desaparezca y ya sea mañana bastante entrada y el aire esté algo más cálido y el mar, aunque homogéneo, luzca algo más agitado que antes, incluso que ahora cuando Patricia, Mónica, Graciela, Adrianita y Elizabeth retornan de máster y la función tiene de nuevo elenco completo y es Graciela la que más allá se separa del grupo y dobla a la izquierda y yo sin música no puedo vivir dice, y dale, más tarde y más a la izquierda, a puyar discos en la rocola y sus vanos intentos mueren, más tarde y más acá, en la mesa larga, producto de dos pequeñas unidas, intentando lograr que Guaica baile, pero Guaica está en el Tíbet, dice, inmovilizado por el frío, cavilando, para acoplar su cuerpo al ritmo de Sly y la familia Stone, y ni siquiera con los que vienen, aunque sean más suaves, porque lo único que tengo acelerado es el pensamiento, pequeña, éste es Guaica, y si me paro la zaranda se me desvía, ¿y Henrique?, esto es más tarde y más allá en la barra, donde Graciela acude, pero después de pedirle permiso a Patricia, yo sólo me muevo en cámara, dice Henrique, y más tarde todos están acá, sirviendo cerveza, haciendo resbalar la espuma por el borde

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de los vasos, riendo, o, luego, cantando, mirando y animando a Graciela que continúa, más tarde, danzando aún en medio de la improvisada pista y, más tarde, más a la derecha, una honorable familia, papi, mami y los dos pequeños, recién levantaditos ellos para pasar su ordenado día de playa, se sorprenden y se asustan y protestan por el escándalo y, más tarde, el papi de la mami llama al mesonero que se acerca, y Graciela no hace nada por prestarle la más mínima atención y, más tarde entonces y más acá, lo tenemos al lado de la mesa, sonriéndole a Henrique y a Patricia porque los ha visto en la televisión y disculpándose explica, usted sabe, lo sentimos, si fueran tan amables, al comienzo, pero Henrique le pica un ojo a Guaica y más tarde, es Guaica el que se levanta y, más tarde aún, lo podemos ver, lo vimos más allá, montado sobre el mostrador, hasta que el mesonero no puede más, usted comprenderá, se asustan los clientes, sí y se asustan las olas del mar, lo jode Guaica, se asustan tanto los pobres y, más tarde hacia la izquierda, papi y mami y los niños se van, esto es intolerable, y el mesonero, excusándose todavía con Henrique, amenaza con llamar a la policía y, más allá y más tarde, le dice a Guaica que ese no es un lenguaje que debe emplear una persona decente, y qué lenguaje, sepa usted que mi lenguaje ha ganado ya tres premios literarios, y en qué concurso es usted jurado, ¿ah?, éste es Guaica, hasta que cansado se baja entre los aplausos de la frenética multitud, y roncos y agotados todos ellos, más tarde, vuelven a contemplar el mar y a alzar la vela y, más tarde y más a la derecha, cerca de las rocas, los dos autos vuelven a recibir sus ocho pasajeros y, en fin, ya vienen retrocediendo, virando, arrancando veloces y eternos hacia la vía de asfalto. Mientras yo me agoto en esta máquina y parto también, lento y transitorio, hacia una taza de café, hacia un cigarro frente al parque. Próxima semana: Capítulo 18 Caracas, 14 de febrero de 2016.

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LA CASA ES NEGRA @indira_carpio

ENTRE PERRO Y LOBO

De Olga Orozco (Argentina)

Me clausuran en mí. Me dividen en dos. Me engendran cada día en la paciencia y en un negro organismo que ruge como el mar. Me recortan después con las tijeras de la pesadilla y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado: una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la furia a solas, y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas. No consigo saber quién es el amo aquí. Cambio bajo mi piel de perro a lobo. Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas las planicies del porvenir y del pasado; yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños muertos entre celestes pastizales. Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya, o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la invasión del enemigo. Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón, y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo. Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara, y sin embargo solo bebo en el abrevadero de los hombres un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas. He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería: he ganado mi cetro de bestia en la intemperie, y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo. Pero ¿quién vence en mí? ¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño? ¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?

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Forugh Farrokhzad (Irán)

TRINOS

DOCUMENTAL

La escritora persa bordearía su pústula en los ojos ajenos de la Leprosería de Tabriz. De su poema-documental, una escena entre otras: Un profesor para niños leprosos les pide formar una frase con la palabra “casa”. El niño se levanta y escribe en la pizarra: “La casa de la lepra, la casa es negra”. “Cita cuatro cosas bellas”, y uno contesta: “la luna, el sol, las flores, el juego”. El profesor vuelve a preguntar, esta vez por “tres cosas feas”, y la pequeña herida responde: “Las manos, los pies, los ojos”.

POR INDIRA CARPIO

palomacorrales @palomacorrales

(oceanografía)

entumecida escribiendo medusas acantilándome.

OCASO DE LO ILÍCITO

De Djuna Barnes (EE.UU.))

Tú, con tus largas y vacías ubres y tu calma, tu ropa blanca manchada y tus flácidos brazos. Con dedos saciados arrastrándose en tus palmas.

Te vemos sentada al sol dormida; con los más dulces dones que tenías y no has conservado, nos afligimos de que los altares de tu vicio reposen profundos.

Tus rodillas muy separadas como pesadas esferas; con discos sobre tus ojos como cáscaras de lágrimas, y grandes lívidos aros de oro atrapados en tus orejas.

Tú, el polvo del ocaso de un amanecer húmedo de fuego; tú la gran madre de la cría ilícita; mientras las otras se encogen en virtud tú has dado a luz.

Tu pelo teñido cardado a mano alrededor de tu cabeza. Labios, mucho tiempo alargados por sabias palabras nunca dichas. Y en tu vivir todas las muecas de los muertos.

Te veremos mirando al sol unos cuantos años más; con discos sobre tus ojos como cáscaras de lágrimas; y grandes lívidos aros de oro atrapados en tus orejas.

Caracas, 14 de febrero de 2016.

Instrucciones Comenzando por el cuadro central se sigue el sentido del laberinto, tomando como inicio de la siguiente palabra la última sílaba de la anterior

POR ANDRÉS PALACIOS

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Parroquia del oeste del estado Vargas Isla mayor del estado Nueva Esparta Laguna de …, estado Miranda Una de las nueve regiones que conforman nuestro país 5 Ciudad del estado Carabobo 6 Un estado de los Llanos centrales 7 Estado del centro-norte del país 8 El …, caserío del estado Falcón 9 El punto más alto de la cadena de mesetas tepuyes de la Sierra Pacaraima 10 Ciudad capital del principal estado productor de petróleo en Venezuela 11 Laguna y caserío de pescadores del estado Nueva Esparta 12 Parque Nacional …, estado Bolívar 13 Histórico cerro del estado Nueva Esparta

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Pueblo del estado Yaracuy Ciudad y puerto del estado Falcón Ciudad del estado Mérida Embalse ubicado en el estado Miranda Ciudad del estado Guárico Antiguo estado venezolano, hoy estado Barinas La … pueblo del estado Zulia Ciudad del estado Yaracuy San José de …, pueblo del estado Guárico Ciudad del estado Trujillo Altos de …, pueblo del estado Sucre Ciudad y embalse del estado Aragua Ciudad del estado Bolívar Ciudad del estado Cojedes Pueblo del estado Guárico

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POR NATHALI GÓMEZ @laespergesia Ilustración: L. "Razor" Balza

Imaginario -¿Estás brava?

Minimanual para ser senda jeva Queridas lectoras, como la mujer es del tamaño del compromiso (y de las plataformas en las que se encarama), haré el tímido intento de escribir un minimanual para ser senda jeva. A mí me falta mucho en esa materia, pero usted sabe, soy periodista y puedo mentir con facilidad. No se pinte las uñas hasta que haya terminado con la lectura. No quiero ser la responsable de un patuque “de lo last”. 1. Una “senda jeva” no anda diciendo que es una “senda jeva”. Lo es. 2. Aléjese de los tipos cómodos. Usted no es ni columna, ni carretilla. Es solidaria, pero que no le vean la cara de mecenas, de mamá o de mánager. 3. Despójese de complejos relacionados con su vestimenta o ideales estéticos. Si usar chorcitos calientes la hace sentir bien, que las ortodoxas se retuerzan. 4. Déjese consentir. Las sendas jevas también necesitan princesear de vez en cuando. 5. No se sorprenda si usted es una feminista que le plancha la ropa a su pareja. El ser humano es contradicción. 6. Recuerde que no es una soldada más en la "guerra de los sexos". Su lucha es por la igualdad de oportunidades y de responsabilidades, no es en contra de los hombres. 7. Atender a su pareja no la disminuye como mujer; que él la atienda a usted, tampoco. 8. Aunque usted es el impulso que hace que muchos proyectos sean posibles, comparta responsabilidades con quienes la rodean.

-¡No!

9. No compita con tod@s. Es una carrera en la que corre y corre para alejarse más de usted.

pregunta de la semana

TUIT DE

Edición Número Ciento sesenta y cinco. Año 04. ÉPALE CCS

Caracas, 14 de febrero de 2016.

¿

Será que para ser mujer hay que creer menos en el rosado

¿

10. No le pare al cuento ese de la serpiente. Desde ahí, pasando por la inquisición, hasta las telenovelas mexicanas, siempre nos han echado el carro.

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